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RECUPERACIÓN POBLACIONAL DE PAVO OCELADO (Agriocharis ocellata) POR MEDIO DE LA ACTIVIDAD CINEGÉTICA EN EJIDOS FORESTALES DE QUINTANA ROO GILBERTO ÁVILA GÓMEZ. Asesor-Técnico de la Sociedad de Productores Forestales Ejidales de Quintana Roo, S. C. [email protected] INTRODUCCIÓN A pesar del escepticismo sobre el interés de especies mexicanas de fauna silvestre tropical por parte de cazadores deportivos extranjeros, actualmente esto ha quedado sin lugar. Entre las especies que se han buscado cobrar legalmente, por parte de turistas cinegéticos particularmente en las UMAS Ejido Tres Garantías y Ejido Caoba en Quintana son: pavo ocelado (Agriocharis ocellata), las dos especies de venado temazate (Mazama americana y M. pandora) y.jabalí de labio blanco (Tayassu pecari) Otras especies han llamado atención a este tipo de cazadores para practicar el deporte de la cacería; pero al parecer por restricciones normativas llevará tiempo obtener autorización alguna, tales como jaguar (Panthera onca), ocelote (Leopardis pardalis) y tapir (Tapirus bairdii). De las primeras especies que se mencionaron, sin duda alguna la más atractiva por ahora, para los cazadores visitantes es el pavo ocelado que dasafortunadamente para el desarrollo cinegético de Quintana Roo, la especie cuenta con bajas poblaciones en la entidad. Por otro lado la cacería siempre ha sido tema de polémica porque implica la muerte de los individuos de la fauna, sobre todo porque supuestamente las poblaciones de la mayoría de las especies se encuentran en situación crítica. Hay posiciones de ciertos sectores de la opinión pública respecto a que la caza con fines de solventar necesidades de alimento para los pueblos campesinos e indígenas se justifica –cuestión que ha sido considerada en la Ley de Vida Silvestre-, pero con fines de realizarla como deporte, la condenan. Recientemente el trabajo de Calmé y Sanvicente (2000) a través de encuestas refleja una triste historia de reducción de su población, áreas de distribución y deterioro del hábitat en la Península en los últimos 20 años. No obstante, diversas especies de ungulados especialmente cérvidos, así como borregos cimarrones, osos, guajolotes silvestres, aves acuáticas, cocodrilos entre otras, en regiones de Norteamérica, Europa y África y, sin ir más lejos en el norte de México, han tenido una recuperación importante en sus poblaciones gracias a la cacería deportiva (Butynski y von Richter, 1974; Chargoy, 1985; Mueller, 1978 y Strasnsky, 1984, citados por Chargoy, 1985; Lewis et al., 1990; Joanen y Mc Nease s/f, citado por Ehnis y Acopa 1991; Murindagomo, 1992; Metcalfe, 1994; Siachono, 1995; Gibson y Marks, 1995; Benson, 1992, citado por Weber 1995;. Budiansky, 1996, Ehnis, 1996; Mc Cabe y Mac Cabe, 1984, citados por Ehnis 1996; Villarreal, 1996; Lewis y Alpert 1997).

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RECUPERACIÓN POBLACIONAL DE PAVO OCELADO (Agriocharis ocellata) POR MEDIO DE LA ACTIVIDAD CINEGÉTICA EN EJIDOS

FORESTALES DE QUINTANA ROO

GILBERTO ÁVILA GÓMEZ.

Asesor-Técnico de la Sociedad de Productores Forestales Ejidales de Quintana Roo, S. C.

[email protected] INTRODUCCIÓN A pesar del escepticismo sobre el interés de especies mexicanas de fauna silvestre tropical por parte de cazadores deportivos extranjeros, actualmente esto ha quedado sin lugar. Entre las especies que se han buscado cobrar legalmente, por parte de turistas cinegéticos particularmente en las UMAS Ejido Tres Garantías y Ejido Caoba en Quintana son: pavo ocelado (Agriocharis ocellata), las dos especies de venado temazate (Mazama americana y M. pandora) y.jabalí de labio blanco (Tayassu pecari)

Otras especies han llamado atención a este tipo de cazadores para practicar el

deporte de la cacería; pero al parecer por restricciones normativas llevará tiempo obtener autorización alguna, tales como jaguar (Panthera onca), ocelote (Leopardis pardalis) y tapir (Tapirus bairdii). De las primeras especies que se mencionaron, sin duda alguna la más atractiva por ahora, para los cazadores visitantes es el pavo ocelado que dasafortunadamente para el desarrollo cinegético de Quintana Roo, la especie cuenta con bajas poblaciones en la entidad.

Por otro lado la cacería siempre ha sido tema de polémica porque implica la muerte de los individuos de la fauna, sobre todo porque supuestamente las poblaciones de la mayoría de las especies se encuentran en situación crítica. Hay posiciones de ciertos sectores de la opinión pública respecto a que la caza con fines de solventar necesidades de alimento para los pueblos campesinos e indígenas se justifica –cuestión que ha sido considerada en la Ley de Vida Silvestre-, pero con fines de realizarla como deporte, la condenan.

Recientemente el trabajo de Calmé y Sanvicente (2000) a través de encuestas refleja

una triste historia de reducción de su población, áreas de distribución y deterioro del hábitat en la Península en los últimos 20 años.

No obstante, diversas especies de ungulados especialmente cérvidos, así como borregos cimarrones, osos, guajolotes silvestres, aves acuáticas, cocodrilos entre otras, en regiones de Norteamérica, Europa y África y, sin ir más lejos en el norte de México, han tenido una recuperación importante en sus poblaciones gracias a la cacería deportiva (Butynski y von Richter, 1974; Chargoy, 1985; Mueller, 1978 y Strasnsky, 1984, citados por Chargoy, 1985; Lewis et al., 1990; Joanen y Mc Nease s/f, citado por Ehnis y Acopa 1991; Murindagomo, 1992; Metcalfe, 1994; Siachono, 1995; Gibson y Marks, 1995; Benson, 1992, citado por Weber 1995;. Budiansky, 1996, Ehnis, 1996; Mc Cabe y Mac Cabe, 1984, citados por Ehnis 1996; Villarreal, 1996; Lewis y Alpert 1997).

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La caza como actividad económica ha demostrado ser, un mecanismo tan efectivo en los aspectos de conservación de las especies faunísticas, incluso mejor que otras medidas de protección como las Reservas Naturales Protegidas.

De tal suerte que el presente trabajo pretende dar a conocer una perceptible recuperación del pavo ocelado en ejidos forestales de Quintana en la década de 1990 a partir de la planificación de los aprovechamientos de la especie con fines de uso cinegético.

HISTORIAL DE LA RECUPERACIÓN POBLACIONAL DE PAVO OCELADO La SPFEQR desde finales de la década de 1980, implementa un programa de manejo de fauna silvestre dentro de cinco de sus diez ejidos socios. Estos cinco ejidos de acuerdo a su localización dentro del estado se pueden agrupar en dos bloques. 1. Bloque del sur Las superficies ejidales de este bloque suman cerca de 110, 000 has, de las cuales alrededor de 60,000 has están bajo uso forestal permanente (AFP) de acuerdo a la decisión de sus respectivas Asambleas Ejidales. El resto de sus superficies, que aun no están totalmente desmontadas, están destinadas para actividades agrícolas bajo el sistema tradicional maya de roza, tumba y quema y en menor escala para la ganadería. Ejido Tres Garantías. Los estudios sistemáticos de fauna silvestre, inician a partir de 1991. En ese año la densidad relativa de población de pavo ocelado de acuerdo al método de Densidad en Ángulo Recto (DAR) y Densidad en Franja (DF), fue insignificante respecto a densidad de otras especies de hasta 300 veces mayores como la de venado cola blanca. En 1992 no se realizaron estudios y en 1993 la estimación de la densidad incrementó resultado de un mayor tamaño en la superficie de muestreo (Figura 1). Sin embargo, realizando un promedio ponderando de la densidad calculada en los años de 1991 y 1993, la posibilidad de aprovechamiento anual (PAA) propuesta con un alto porcentaje del 20% sobre la población total estimada derivado del método de DAR, fue de apenas tres individuos. Aplicando un porcentaje menor, la PAA era prácticamente de cero.

Con esas densidades y una ridícula PAA, el sentido común nos llevaba a recomendarle al ejido, la medida de manejo más usada tradicional, habitual o convencionalmente para estos casos: vedar la especie al aprovechamiento, esperando con el tiempo una recuperación de la población a un nivel que permita su uso sustentable.

Similar al acertijo de que fue primero el huevo o la gallina, para el caso de la fauna generalmente se ha definido que primero debemos conservar para aprovechar y al aprovechar tendremos motivos para conservar.

Por diversas razones que había que comprender de la población local, como la costumbre, tradición, necesidad, tentación o la falta de credibilidad de esto se pudiera lograr, prácticamente esto se asemejaba a un sueño. Con los pies en la tierra se tenía que entender que no estábamos en el mundo perfecto que todo quisiéramos, así que no se debía permitir dejar en las manos del ejido la incertidumbre del futuro del pavo, suponiendo que teóricamente al dejar de aprovecharla se llegaría al objetivo de recuperar la población.

De tal suerte que la SPFEQR junto con el ejido tomó la determinación un tanto arriesgada de primero aprovechar de acuerdo a la capacidad ecológica de la especie para demostrar a los ejidatarios que un aprovechamiento bien planificado y regulado provee de ingresos económicos, que se convierten en el incentivo para apoyar el incremento en las

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poblaciones, que a su vez generarán mayores beneficios económicos sin ponerlas en riesgo de desaparecer, de esta manera entenderían porque se debía conservar. Así que se incluyó en la lista de especies propuestas a aprovecharse cinegéticamente, lista que a su vez se integró en la solicitud y otros documentos enviados al la entonces SARH para obtención del registro del ejido de lo que llamaba “Criadero Extensivo”. Dicha solicitud, meses mas tarde fue aceptada por este organismo de gobierno.

Paralelamente se hizo difusión en la comunidad ejidal de que si querían obtener los mayores beneficios de esta especie en particular, deberían restringirla a un solo uso. La respuesta fue positiva, ya que por una parte y previamente presentados en una Asamblea Ejidal de 1993 los resultados de los estudios de pavo y otras especies obtenidos hasta ese momento, con el propósito de propiciar su discusión y la generación de propuestas de solución por parte de ellos, acordaron por unanimidad no seguirlo cazando para autoconsumo, con la esperanza de poder utilizar de manera sustentable el potencial estimado para la actividad cinegética.

Por otro lado el ejido definió una superficie de 400 has como Reserva Ejidal de Fauna Silvestre, en la cual aprobaron prohibir la cacería tradicional para todo tipo de especies de fauna. Aunque muy reducida para conservar todas las especies de la fauna nativa, significó ser el primer caso de decreto de Reserva por parte de una comunidad rural en el estado; con un enfoque muy distinto al de las instituciones de gobierno y grupos ambientalistas, ya, que sus conceptos de manejo se centraban en integrar los aspectos ecológicos, económicos y socioculturales que son determinantes para la conservación efectiva de las especies de fauna silvestre. Tales decisiones fueron acatadas por la gran mayoría de los cazadores locales, situación que apoyó en cierto grado la recuperación de la población de pavos pues coincidentemente para 1994 se obtuvo una relativa mayor densidad que el año anterior (Figura 1).

Desafortunadamente durante 1993 y parte de 1994 sucedió lo que se temía, es decir un reducido grupo de personas de la población aun continuaba matando uno que otro individuo para comer que, combinado con la falta de actividad económica con la especie fue desanimando a otras personas. La falta de actividad se debió a que los cazadores deportivos contactados en el mercado nacional, no estuvieron es disposición de pagar los servicios y las piezas al ejido, argumentado que tenían terreno de sobra para cazar en sus estados sin costo alguno, y si era pavo ocelado podían hacerlo en el resto de la Península de Yucatán. Los cazadores del ejido que no respetaron el acuerdo de la mayoría, fueron denunciados ante la Asamblea Ejidal, siendo amonestados en 1994. En su defensa reclamaron que cazadores ajenos al ejido provenientes de Chetumal estaban entrando libremente a sus áreas ejidales y que era absurdo cuidar para otros: ...”si lo va a aprovechar uno que no es de aquí, ¿porque yo no he de comerme un animal que esta en mi ejido donde yo vivo?”.

Ante tal hecho, la Asamblea propuso que bloqueando la entraba al área donde se habían visto los cazadores furtivos, todo el ejido debería de respetar también. Los cazadores accedieron y se instalaron estratégicamente un par de portones de madera dura con cadenas y candados, en el camino de acceso frecuentado por cazadores del exterior. Este hecho favoreció a toda la fauna del lugar ya es este camino conduce tanto, al Campamento “La Pirámide” que fue construido precisamente para dar alojamiento a turistas cinegéticos y ecológicos, como a su Reserva de Fauna y a la zona donde se encuentran concentradas las mayores parvadas de pavo de este ejido (Figura 6), de la cual para el año 1995 y 1996 su densidad fue aumentando gradualmente (Figura 1). Este hecho significó que en la practica dejaban como Reserva Ejidal de Fauna más de 5, 000 has, superficie 10 veces mayor a la acordada originalmente.

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En 1997 la organización general el ejido entro en crisis por cambios en su estructura para el aprovechamiento forestal, que aunado a problemas económicos de la SPFEQR se realizaron pocos muestreos que no fueron suficientes para detectar la presencia de esta y muchas otras especies por el carácter de aleatoriedad en las observaciones de las mismas, sobre todo pavo ocelado con distribución limitada.

Pero lo rescatable en ese mismo año fue que el ejido Tres Garantías y la SPFEQR,, apoyados por personal de dependencias de Gobierno Federal y Estatal, así como algunos promotores y especialistas de caza del norte de México, se organiza la primer cacería deportiva de pavo ocelado invitando a dos grupos de turistas de Estados Unidos, con resultados altamente positivos desde el punto de vista de la rentabilidad de la actividad y la conservación de la especie. Los ingresos de dos semanas de actividad derivados de seis cazadores que cobraron solo dos individuos fue bastante atractivo para la comunidad ejidal, que los motivó aun más para seguir protegiendo al pavo. A partir de entonces continuaron invitando a los cazadores de la Unión Americana y del país, para el siguiente año ensayar otra cacería, pero ahora de venado temazate. Ejido Caoba. Los primeros estudios sistemáticos en el ejido Caobas se remontan a finales del año de 1993. Podríamos decir que la madurez en la población local de este predio ejidal, respecto al manejo de fauna fue más rápida, gracias a que tienen de vecino al sur, al ejido Tres Garantías del que aprendieron de sus experiencias. Por ejemplo a unos meses de haber iniciado el Programa de Manejo de Fauna de la SPFEQR en el ejido Caoba, surgió un acuerdo inicial de dejar sus 32,500 has de AFP como Área de Reserva Ejidal de Fauna Silvestre

Cosa contraria con el ejido Tres Garantías, desde 1994 ya se había comprobado que el pavo ocelado era más escaso, no observándose individuos en los muestreos en ese año y hasta 1997 (Figura 2). Solo se contaban con reportes de la observación visual algunos individuos en el sector SW del ejido, los cuales posiblemente provenían de la Reserva de Fauna del ejido Tres Garantías. En 1995 por medio de rastros de comprobó la información proporcionada por la gente local, que aseguraba se encontraba presente en una sabana donde abundan las gramíneas, ubicada dentro del AFP. Desafortunadamente por la inaccesibilidad ha sido difícil monitorear constantemente esa zona. También por sesos años se verificó la presencia de la especie en algunas milpas de los pobladores, localizadas en el lado NW donde particularmente se encontraron bastantes rascaderos y echaderos (Figura 7).

Al igual que en el ejido Tres Garantías al principio no se respeto el acuerdo de evitar cazar en su Reserva de Fauna equivalente a la superficie de AFP, por parte una mínima fracción de la población. Aquí el problema no era del poblado de Caoba sino de otro centro urbano integrado al ejido con el que siempre habían estado en conflicto. Si bien en el poblado principal de Caoba se concentra el 90% de la población ejidal y el restante, en San José de la Montaña, éstos por ser minoría no tienen peso en las decisiones de Asamblea lo que siempre les dejaba molestos llevándole la contraria a Caoba. Y por contar con menor ingreso per capita por la venta de madera y estar ubicados más cerca de las áreas agrícolas y forestales, seguían practicando con mayor frecuencia la cacería, incluso se coordinaban con cazadores de Chetumal para cazar en el predio, los cuales no aportaban nada a la comunidad y pagaban ridículos salarios a los cazadores de San José que les servían de guías. Entre 1996 y 1997, se dieron tres sucesos que cambiaron el rumbo de la historia de la conservación de la fauna en esta comunidad ejidal. El primero consistió en una serie de

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reuniones periódicas, que se alargaron por tres años por parte de los cazadores de Caoba con el propósito de organizarse para llevar a cabo una cacería controlada con base a, sus necesidades, intereses de uso y los resultados obtenidos de los estudios faunísticos en su ejido. Otro de los objetivos que se persiguieron es que querían borrar la mala imagen que tenían ante su Asamblea Ejidal, a los que culpaban de los problemas de la fauna en este predio ejidal. Como resultado de estas reuniones se elaboró un primer reglamento ejidal de caza y se tuvo un primer acercamiento con los cazadores de San José, de los cuales algunos firmaron las actas de los acuerdos.

Otro suceso fundamental fue la reestructuración de la organización ejidal para el aprovechamiento forestal que hizo que San José tuviera mayor participación en el manejo forestal y por ende aumentaran los ingresos de estos pobladores, y el tercero, fue el ensayo de cacería deportiva realizado en el ejido Tres Garantías. Este evento de caza realizado por Tres Garantías motivaron grandemente al ejido Caoba que no dejó pasar mucho tiempo para realizar su primer experiencia con la actividad cinegética en 1998. Previo a ello la Asamblea pidió a los pobladores de San José mayor respeto al Área de Reserva Ejidal y nombró comisiones para realizar vigilancia con mayor constancia. Como fruto de las reuniones de cazadores, la Reserva Ejidal de Fauna estaba cumpliendo su objetivo, salvo por un grupo de cinco personas de San José de la montaña, que de noche y a escondidas infringían el acuerdo. Cosa interesante en 1998 se tuvo la primer estimación de densidad de pavo del ejido por medio de los muestreos, que no se había dado en años anteriores.

Llegándose el mes de marzo de 1998, por propuesta de las autoridades ejidales, aun teniendo en contra un alto número de ejidatarios en la Asamblea, por mayoría de votos se aprueba incluir dentro del personal de guías a dos de los cinco cazadores de San José de la Montaña, que no respetaban la Reserva Ejidal de Fauna. El grupo de turistas cinegéticos que visitó esta comunidad ejidal no cobró pavos por dedicarle mayor tiempo a buscar cazar venados temazate y jabalí de labio blanco. Los resultados dejaron satisfechos a ambos, visitantes y organizadores, sobre todo para los participantes del ejido en especial los guías por las ganancias obtenidas a través de su salario y las propinas. Debido a esto, se logró uno de los propósitos del comisariado ejidal de aquel año: convencer a los cazadores de San José de la Montaña para trabajar en equipo en la conservación de la fauna, pues por comentarios de los propios cazadores de San José, nunca soñaron con obtener tales ingresos en una sola semana derivados de la fauna, sin tener que matar por su propia mano, animales del monte.

Otro suceso interesante y trascendental para el ejido y para la conservación del pavo, es que un grupo de pobladores del ejido Caoba, los cuales han tenido por años pavos ocelados dentro de sus terrenos y a raíz de este primer evento de cacería deportiva en su ejido, decidieron asociarse y unir sus parcelas para dar manejo, protección y fomento a esta ave, haciendo llamar los “Cuidadores de Pavo”. Una vez que estuvieron de acuerdo los cuatro integrantes del grupo, en los objetivos que buscarían y estableciendo las reglas en su territorio, se presentaron en la Asamblea Ejidal para anunciar su creación y propósitos, obteniendo como respuesta de ésta que, no solo apoyaban la propuesta, sino que ayudarían en su protección y vigilancia, en la búsqueda de apoyos económicos del exterior y les darían prioridad para organizar las futuras cacerías dentro de los límites de sus parcelas de trabajo.

En 1999 se comprobó la efectividad de esta medida de manejo, pues mientras que el ejido Tres Garantías llevó su grupo de turistas cinegéticos compuesto de cuatro cazadores

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por la selva mediana y baja inundable, cobrándose una sola pieza; el ejido Caoba dirigió sus cuatro cazadores entre las milpas de los “Cuidadores de Pavo”, cazando tres de los cuatro visitantes. Desde entonces las milpas mayas se consideran altamente productoras de trofeos cinegéticos, ya que además de pavo, merodean en sus alrededores poblaciones de venado temazate, algo que quizás nadie pudo imaginar de un sitio donde se derribó la selva mediana.

Ojalá las autoridades de instituciones oficiales puedan apoyar este sistema de producción que fomenta la conservación no solo de pavo ocelado, sino de una variedad de especies más, al olvidarse de la prohibición de la practica de la roza, tumba y quema, pues en Quintana Roo, no se duda que por los incentivos logrados con la cacería deportiva los productores se comprometerán a rescatar y conservar los principios ancestrales de los mayas, para una adecuada aplicación de este sistema agrícola milenario, disminuyendo con esto los riesgos de incendios.

Posterior a la temporada de caza de marzo-abril de 1998 y hasta la fecha, aunque parezca increíble el pavo ocelado en el ejido Caoba se ha estado observando mayor población en los transectos de estudio como se muestra en la Figura 2, donde en 1999 se obtuvo la mayor estimación de los últimos 10 años en los ejidos forestales de la SPFEQR. Aunque hay que aceptar la posibilidad de una sobrestimación, pues la distribución de las parvadas no es uniforme, si refleja mayor presencia por la cantidad y frecuencia de individuos observados, además los productores reportan igualmente mayores observaciones directas e indirectas de la especie dentro de sus milpas y en caminos y carreteras.

De hecho ha habido reportes de persona del ejido y ajenas a él que, al dirigirse hacia el ejido Tres Garantías en sus vehículos, cuando cruzan sobre los terrenos del ejido Caoba, sorprendentemente se les han atravesado parvadas numerosas de hasta 30 individuos, incluyendo polluelos, algo que no se veía desde hace más de tres décadas según los ancianos de esta comunidad. Sumando otros reportes se ha detectado que se está repoblando el lado Este del ejido Caoba, pues salvo las presencia de individuos en la sabana de este lado de la carretera no se habían observado pavos ocelado. La concentración de la poblaciones, como se dijo, se daba en este ejido en las milpas del lado NW y las áreas cercanas a Tres Garantías en el sector SW (Figura 7).

Por esta razón han surgido otros grupos de milperos interesados en protocolizarse también como “Cuidadores de Pavo” e iniciar actividades de manejo y protección con miras a realizar eventos de cacería deportiva en los próximos años. 2. Bloque del Centro Para darnos una idea de la situación crítica en que se encontró el pavo ocelado en los primeros años de estudio en estos ejidos y tomando en consideración comentarios de la población local, se declaró extinta en el ejido Manuel Ávila Camacho y con muchas posibilidades de ya no encontrarse en los ejidos Noh-Bec y Petcacab.

Una situación distinta de estos ejidos con los del Bloque del Sur, es que mientras los ejidos Tres Garantías y Caoba con amplias extensiones de áreas ejidales y forestales están rodeados con ejidos forestales con similares superficies, los ejidos del Bloque del Centro a pesar de contar con grandes superficies ejidales (53,000 en Petcacab y 28,000 en Noh-Bec) teniendo al aprovechamiento maderable como principal actividad económica, son vecinos de ejidos pequeños en hectareaje y con mayor tendencia al uso agrícola, incluso Manuel Ávila Camacho es uno de ellos con 12,000 has de dotación ejidal y solo 3,500 de AFP.

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Ejido Noh-Bec. Por los años el año de 1996 un limitado grupo de productores en el ejido Noh-Bec comentaba que algunos pavos merodeaban en sus milpas y ranchos, cuestión que se comprobó al año siguiente mediante la presencia de algunos rastros, incluso un ranchero donó una camada de huevos de esta especie al parque ecológico privado X-CARET ubicado en el norte de Quintana Roo. No obstante, el número de indicadores de su presencia fueron menores respecto a los encontrados en las milpas del ejido Caoba. En ese mismo año de 1996 se obtuvo una estimación de su densidad al observar un grupo de individuos en los transectos de estudio de este ejido, que ya no se volvieron a ver en 1997 (Figura 3).

Los productores de Noh-Bec donde se veían los pavos con base a la cacería deportiva en Tres Garantías propusieron organizarse como los de Caoba para manejar el pavo, situación que podría facilitarse pues además de vecinos eran parientes cercanos, desafortunadamente posterior a ese año, el ejido Noh-Bec decidió dejar de pertenecer a la SPFEQR, así que por políticas de la misma organización se dejo de prestar el apoyo técnico a este ejido. Sin embargo, actualmente tanto el ejido Noh-Bec como la SPFEQR pretenden encontrar un mecanismo para darle continuidad al programa de manejo de fauna en esta comunidad ejidal. Ejido Petcacab, También se hicieron los mismos comentarios como en Noh-Bec, por parte de milperos en 1996, que aunque no se vieron se cazaron un par de individuos por pobladores locales en los sitios donde se decía aparecían los pavos. En 1997, igualmente al enterarse del evento de cacería de Tres Garantías y motivados con la idea de una Reserva Ejidal, la cual, años atrás tenían en sus planes, se elabora un reglamento interno de uso de la fauna, donde se prohíbe la caza de pavo ocelado y jabalí de labio blanco. Esto ha sido respetado por la mayoría. Asimismo declaran una superficie de 1,600 has como Área de Reserva Ejidal, en donde ha quedado restringida la cacería de autoconsumo y para obtención de pieles como las de cocodrilo y felinos. Al siguiente año de estos sucesos (1998), se alcanzan a ver individuos de pavo ocelado en sus transectos de estudio (Figura 4).

Este ejido tiene el problema que tuvo el ejido Caoba, pues cuenta con otro centro urbano llamado Polinkín, y aun no logra controlar la mayor parte del grupo de cazadores de este poblado; pero por la exposición que hubo del ejido Caobas sobre sus eventos cinegéticos de 1998 y 1999 ante la Asamblea de Delegados de la SPFEQR, quedaron motivados y comprometidos a solucionar los problemas con los cazadores que al parecer aun no han entendido los objetivos de manejo y conservación de su programa de fauna silvestre. Ejido Manuel Ávila Camacho. Este ejido con muchos conflictos internos, ha logrado tomar acuerdos en su Asamblea, donde concensaron evitar cazar en el AFP y proteger al hocofaisán, especie rara por los años de 1992 y 1993; pero que ha tenido una positiva recuperación en los últimos años. También han definido una pequeña superficie de 300 has como Reserva Ejidal de Fauna y existe un grupo de parceleros con el nombre de Kanan Keé (cuidadores de venado), que se asociaron para proteger, fomentar y beneficiarse del manejo de venado cola blanca, jabalí de collar, tepezcuintle, entre otras especies. Particularmente sobre el pavo ocelado no han tomado acciones pues como se mencionó se había considerado extinta. Con los sucesos de la actividad cinegética de Tres Garantías comentaron estar dispuestos a reintroducir y proteger la especie. Al siguiente año, en 1998 se detectó la presencia de pavo por los muestreos en transectos (Figura 5), lo que habla de una posible repoblación de parvadas provenientes de ejidos vecinos, que este caso pudieron llegar del ejido Noh-Bec o tal vez del ejido Chacchoben, el cual ha empezado a

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planificar estrategias de conservación dentro de su predio. A partir de ese momento la comunidad hizo difusión del avistamiento e invitando a los cazadores del ejido a respetar la especie con el fin de lograr su reestablecimiento de los individuos en sus áreas ejidales.

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Figura 4. Densidad relativa de población de pavo ocelado en el ejido Petcacab

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Figura 5. Densidad relativa de población de pavo ocelado en el ejido Manuel Ávila Camacho

DISCUSIÓN FINAL En este trabajo solo se presentaron la experiencia y los trabajos de recuperación de pavo ocelado en la década de 1990, después de 1998 la SPFEQR se quedó sin fondos de financiamiento para seguir apoyando el programa de manejo de fauna en los ejidos, debido a que se retiraron las fuentes de financiamiento internacionales que subsidiaban las principales líneas de trabajo. El ejido Caoba siguió trabajando con fondos propios en 1999 y 2000, posteriormente tuvo que suspender actividades. Tres Garantías con apoyos de una ONG nacional y apoyos estatales reinició actividades en el año 2000, pero no llevó a cabo actividad cinegética por cancelar la visita los propios cazadores contactados. Los ejidos del Bloque del Centro pararon toda actividad.

Para finales de 2001 y este año 2002 los ejidos Tres Garantías, Caoba y Petcacab, sumándose Chacchoben con recursos propios y estatales han decidido continuar el camino del manejo y conservación de la fauna. Estos años de receso significaron ser la prueba de “fuego”, pues había que averiguar su nivel de convicción sobre los benéficos del manejo ordenado y aprovechamiento regulado de su fauna silvestre.

Se dieron cuenta que quince años de trabajo no se pueden dejar atrás como simples documentos históricos. No podían echar por la borda tanto esfuerzo y sacrificio, así como el dinero y el tiempo invertido. La comprobación de las hipótesis de los primeros años son más que una realidad y no hay mayor prueba que los propios hechos.

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Con esto han dado una de las lecciones más grandes al país en el aspecto de conservación de los recursos faunísticos, al entrar en concenso para organizar el manejo, protección y aprovechamiento de uno de los recursos de mayor uso colectivo en los países en desarrollo como lo es la fauna silvestre. Ejidos como Tres Garantías y Caoba han logrado sobrepasar uno de los mayores retos que se hayan encontrado los manejadores de fauna: poder apoyar el crecimiento de la población de una especie en situación crítica mediante su uso sustentablemente, en este caso a través de la cacería deportiva, aun a pesar de contar con un limitado potencial que para otros, pudo considerarse como uno de las últimas oportunidades de salvar a la especie en la zona, recomendando otras estrategias como vedas, Áreas Naturales Protegidas o la cría en cautiverio, medidas que para mala fortuna de la fauna del país, salvo casos excepcionales, no han cumplido con los objetivos buscados.

Con base a la experiencia, se recomienda a los manejadores de fauna que trabajan con comunidades rurales, así como a los propios pobladores de los predios que no importa la cantidad de fauna tan limitada que puedan poseer actualmente, lo primordial es demostrar con hechos palpables el beneficio económico y ecológico que se puede lograr mediante una aprovechamiento controlado y totalmente reglamentado.

Al generar los primeros incentivos por su uso, se entenderá que es necesario aumentar el potencial para aumentar los beneficios y al aumentarse las poblaciones, las alejaremos de los riesgos de extinción. Además un primer ensayo de aprovechamiento con una baja tasa será apropiado para capacitar a los pobladores locales, encontrar las vías más rentables de uso y detectar los problemas a los que se han de enfrentar en el aprovechamiento, pues de nada servirá querer tener un alto número de individuos a extraer sino se conoce el mercado y no se tiene experiencia en la forma propuesta de aprovechamiento.

En otras palabras primero será necesario aprovechar (aunque poco), para poder conservar. Con esto no queremos decir, que esta estrategia empleada por los ejidos forestales de Quintana Roo debe aplicarse en cada rincón de la República Mexicana, pero si es conveniente mantener abierta esta propuesta dentro de las alternativas de manejo, pues por la misma experiencia aunada a una cantidad importante más que se han dado en el mundo, puede tener alta aplicabilidad en la mayor parte del país.

Finalmente queremos hacer una llamado a las autoridades de gobierno relacionadas con la fauna silvestre para que no se incluya al pavo ocelado dentro de alguna categoría de riesgo de la NOM-ECOL-059, pues ha habido propuestas, entre estas la de Calmé y Sanvicente (2000), de que incluya como especie amenazada o en peligro de extinción. De hecho en 1997 se sabía de ese rumor, que de haberse hecho efectivo, seguramente no se habría logrado la recuperación del pavo hoy mostrada.

Los ejidos forestales de Quintana Roo también demostraron que sin estar protegida oficialmente hubo Interés para recuperarla. Incluirla dentro de la NOM-059, por experiencias con anteriores administraciones, el aprovechamiento, que fue el factor clave en este caso de su recuperación, se encontraría con mayores obstáculos para obtener las autorizaciones, los trámites se alargarían y se volverían engorrosos, sería más estricta la documentación presentada y los requisitos aumentarían, muchos de los cuales son irrelevantes. Cuando solamente lo primordial para recuperar las especies con problemas poblacionales, es una adecuada organización de los productores, un valor económico, bases científicas que

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complementen la viabilidad de su aprovechamiento y la supervisión de las autoridades de tales trabajos.

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ANEXOS

Zona de ocurrencpavo ocelado Área de Reserva de Fauna Silvestre Campamento Pirámide” Portones

2

1

Poblado

Ejido Caoba

1

N

ZONA 1 Área Forestal Permanente.

ZONA 2 Área Agropecuaria.

Límites del AFP

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Figura 6. Plano Forestal Fotogramétrico del ejido Tres Garantías

Figura 7. Plano Forestal Fotogramétrico del ejido Caoba.

SA Selva alta 30 m de altura o más SM Selva mediana 12-29 m de altura SB Selva baja 6-11 m de altura M Matorral 5 m de altura o menos S Sabana Gramíneas A Acahual Área agropecuaria abandonada C Agricultura Área agrícola en uso G Ganadería Pastizales H Cuerpos de agua (lagunas, lagos, aguadas, cenotes o ríos)

Zona 1 Área Forestal Permanente y Reserva Ejidal de Fauna Silvestre.

Zona 2 Área Agropecuaria.

Límites del AFP

2

1

Poblado de Caoba

Poblado de

San José de

Ejido Tres Garantías

Ejido Nicolás Bravo

Carretera Chetumal-Escárcega N

2

1 Área Núcleo

Área de amortiguamiento

Zona de milpas donde habita el pavo ocelado Campamento “Jaguactal” Movimiento de repoblación de pavo ocelado