Reconstrucción del sufijo -an de la lengua asháninka

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAYOR DE SAN MARCOS FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS HUMANAS E.A.P. LINGÜÍSTICA RECONSTRUCCIÓN DEL SUFIJO RECONSTRUCCIÓN DEL SUFIJO DIRECCIONAL DIRECCIONAL {- {- an an } EN ASHÁNINKA } EN ASHÁNINKA PROFESOR: Conde Marcos, Manuel CURSO: Lingüística histórica PRESENTADO POR: Mariano Malásquez, Fiorella Victoria Martínez Yañez, Ana María Ramos Rios, Licett Del Carmen

Transcript of Reconstrucción del sufijo -an de la lengua asháninka

UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAYOR DE SAN MARCOS

FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS HUMANASE.A.P. LINGÜÍSTICA

RECONSTRUCCIÓN DEL SUFIJORECONSTRUCCIÓN DEL SUFIJO DIRECCIONALDIRECCIONAL

{-{-anan} EN ASHÁNINKA} EN ASHÁNINKA

PROFESOR: Conde Marcos, Manuel

CURSO: Lingüística histórica

PRESENTADO POR:Mariano Malásquez, Fiorella Victoria

Martínez Yañez, Ana MaríaRamos Rios, Licett Del Carmen

Uribe Hernández, Sandy

Lima, diciembre de 2012

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INTRODUCCIÓN

Tomando como referencia el hecho que los sufijos direccionales son comunes

a las lenguas de la familia arawak (Payne: 1983, 59), en el presente trabajo

pretendemos reconstruir uno de los sufijos direccionales de la lengua

asháninka, específicamente el sufijo {-an}, para lo cual, nos hemos valido del

método comparativo. Dicho método nos va a permitir proponer una

protoforma en el proceso de reconstrucción; esto mediante la comparación

que vamos a establecer entre la lengua asháninka y la machiguenga,

perteneciente también a la familia arawak; las cuales presentan sufijos

direccionales en común: {-apa} y {-an}.

Sin embargo, en este trabajo nos limitaremos a reconstruir una posible

protoforma para el sufijo direccional {-an} de la lengua asháninka; puesto

que, hallamos evidencias más plausibles para nuestra propuesta, la cual

desarrollaremos, con detalle, en el Capítulo III, “Reconstrucción del direccional

{-an} en asháninka”.

Debemos mencionar, también, que el corpus que ha servido de material de

análisis ha sido extraído de diccionarios de la lengua, Diccionario asháninka de

Kindberg Lee (1980) y Lecciones para el aprendizaje del idioma ashéninca de

Judith Payne (1989), en el caso del asháninka y Diccionario matsigenka-

castellano. Con índice castellano, notas enciclopédicas y apuntes

gramaticales., en el caso del machiguenga de Betty A. Snell (2011).

Este trabajo de investigación está compuesto por tres capítulos, de los cuales

encontramos que en el Capítulo I, presentamos el planteamiento de estudio,

el cual incluye: los antecedentes, la definición del problema, las hipótesis, los

objetivos y la justificación del trabajo; en el Capítulo II, presentamos el marco

teórico con algunos conceptos básicos como la gramaticalización, el cambio

morfológico y la reconstrucción lingüística, útiles para el desarrollo del análisis

del tema investigado; ya en el capítulo III, presentamos, de manera general,

los direccionales de la lengua asháninka y machiguenga; de igual modo

propondremos el proceso de reconstrucción del sufijo direccional {-an}, así

como, la protoforma que habría originado dicho sufijo y, finalmente,

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presentaremos las conclusiones obtenidas del proceso de análisis, la

referencia bibliográfica y los anexos.

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN....................................................................................................................2

CAPÍTULO I:PLANTEAMIENTO DE ESTUDIO.....................................................................4

1. Antecedentes...................................................................................................4

2. Definición del problema.................................................................................5

3. Hipótesis.........................................................................................................5

4. Objetivos.........................................................................................................6

5. Justificación....................................................................................................6

CAPÍTULO II:MARCO TEÓRICO..............................................................................................7

1. La gramaticalización.......................................................................................7

2. El cambio morfológico...................................................................................9

3. La reconstrucción lingüística..........................................................................10

CAPÍTULO III:RECONSTRUCCIÓN DEL DIRECCIONAL {-an} EN ASHÁNINKA.............12

1. Los direccionales............................................................................................14

2. Reconstrucción de direccional en asháninka..................................................15

3. Protoformas.....................................................................................................23

Conclusiones.............................................................................................................................24

Referencia Bibliográfica...........................................................................................................25

Sitios web..................................................................................................................................27

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CAPÍTULO I

PLANTEAMIENTO DE ESTUDIO

1. Antecedentes

Los sufijos direccionales {-an} y {-apa} presentan varias funciones dentro de las raíces verbales y, según Payne, cada una de ellos presenta significados básicos. El sufijo {-an} presenta el significado de “no final” y el sufijo {-apa}, el significado de “final”. Asimismo, además de lo que ya se mencionó; el primero, dentro de la frase verbal presenta tres funciones principales: direccional, temporal y conversacional; el segundo, dos funciones principales: función direccional y otra función temporal. Dentro del texto narrativo, ambos otorgan mayor actividad a las cláusulas, distinguiendo entre acciones principales y secundarias, y agrupando acontecimientos en periodos de tiempo al codificar los acontecimientos principales de los no principales. Así; el primero, indica inicio y continuación de la acción; mientras que el segundo, la contigüidad o el final de un periodo de tiempo (Payne, 70).

Entonces vemos que existe variada información respecto a las funciones y significados de los morfemas direccionales en asháninka, así, podemos mencionar, que estos sufijos aportan en las raíces verbales y en las narraciones muchas funciones y significados, aunque los hablantes las emplean sin ser conscientes de la diferencia de sentidos que pueden tener cuando las producen. No obstante, muy poca información se conoce, y se tiene, respecto a la procedencia de los significados que tales sufijos aportan cuando se adjuntan a las raíces verbales.

Este primer intento fue dado por Mary Ruth Wise, en el año 2005, en su trabajo Evolución de raíces verbales en sufijos direccionales y de tiempo-aspecto en lenguas arawakas que constituye un informe de un trabajo en desarrollo respecto a los morfemas direccionales, en el cual arguye que las partículas gramaticales, a partir de su reconstrucción, funcionan como verbos auxiliares, sufijos direccionales o sufijos de tiempo y aspecto en las veintiocho lenguas que registra de la familia lingüística arawaka maipurán. Señala como hipótesis que sobre el desarrollo de estas funciones, se puede postular que estos pueden ser cognados de los verbos sincrónicos de movimiento (Wise, 219).

De esta manera, en el trabajo de Wise, se indica que los morfemas direccionales, es decir, los que indican direcciones horizontales o que son neutrales con respecto a la orientación espacial, junto con los sufijos de

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tiempo y aspecto parecen haberse desarrollado partiendo de las raíces verbales o marcadores de caso locativo (Wise, 227).

Al decir de Thomas Payne (248) los morfemas direccionales parten del desarrollo de las raíces verbales o marcadores de caso locativo como consecuencia, al parecer, de una gramaticalización del fondo espacial, puesto que no es raro que los formativos direccionales sean relacionados etimológicamente con los verbos básicos de movimiento.Además, según los estudios hechos por Craig (456), muchos direccionales son ejemplos de “cadenas de gramaticalización”. Por lo general, las lenguas aglutinantes son las que tienden a tener más procesos de este tipo. Por consiguiente, hay o ha habido gramaticalización donde existen actualmente sufijos direccionales, más aún si se trata de una lengua sumamente aglutinante como el asháninka.

2. Definición del problema

Los sufijos direccionales de la lengua asháninka han sido recopilados por varios autores y estudiado, a más detalle, por algunos. Así, podemos mencionar el trabajo realizado por Judith Payne, David Payne, en trabajos y publicaciones distintos, en los cuales nos dan alcance de los significados y funciones que estos adquieren, ya sean adjuntos a las raíces verbales independientes o dependientes de una narración. Sin embargo, poco se sabe del origen de estos morfemas direccionales. Si bien se conoce, a través de estos estudios, sus significados y funciones; todavía no se sabe de dónde es que tales sufijos adquieren los significados que aportan a las raíces verbales a las que se adjuntan. Y otra pregunta que surge es ¿por qué se adjunta siempre a raíces verbales y por qué no a raíces nominales?

Esta última incógnita es la que impulsa al presente trabajo de investigación, es decir, que es la que motiva a la siguiente interrogante ¿acaso la forma y significado que presenta el sufijos direccional {-an}, en la lengua asháninka, se debe a la evolución de los verbos de movimiento?, la cual intentaremos responder en las siguientes páginas, así, trataremos en lo posible, dar respuesta a esta pregunta. Para ello, se hará una búsqueda de la protoforma verbal a través de su reconstrucción utilizando el método comparativo. De esta manera, no solo se evidenciarán las formas morfológicas de este direccional en asháninka, sino que echaremos mano de lenguas que pertenecen a la misma familia lingüística. Para efectos del presente trabajo se tomará en cuenta a la lengua machiguenga, lengua con la cual se hará la comparación.

También para tratar de dar respuesta al problema de investigación que nos hemos planteado, tomaremos muy en cuenta el trabajo realizado por Mary

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Ruth Wise, quien, como dijimos, tiene varios argumentos para las postulaciones que realiza en el trabajo mencionado líneas anteriores.

3. Hipótesis

Ante este panorama, postularemos entonces que el sufijo direccional {-an} surge como resultado de la gramaticalización que sufrieron las raíces verbales de movimiento, lo cual responde a la pregunta que nos planteamos primero. Por lo tanto, de alguna manera diremos que los sufijos direccionales son resultado de la evolución de las raíces verbales a través de la gramaticalización, aunque en un estado medio, ya que ambas formas, tanto los sufijos como las raíces verbales, coexisten, actualmente, en la gramática de la lengua asháninka. Así, postulamos lo siguiente:

El sufijo direccional {-an} fue originalmente una forma verbal libre.

La forma y significado del morfema direccional proviene de una raíz verbal de movimiento.

Existe la protoforma del verbo de movimiento de la cual derivó el sufijo direccional {-an}.

4. Objetivos

A través de este trabajo “Reconstrucción del sufijo direccional {-an} en asháninka” buscamos alcanzar los siguientes objetivos:

Demostrar que el morfema direccional {-an} fue originalmente una forma verbal libre.

Revelar la forma y los significados que el morfema direccional adquirió como herencia de la raíz verbal de movimiento.

Dar a conocer las protoformas de los verbos de movimiento que dio origen al morfema direccional {-an}.

5. Justificación

El estudio realizado es muy importante puesto que contribuye a incentivar las investigaciones sobre la reconstrucción de la forma inicial que

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presentaba el sufijo direccional que se evidencia en el resto de lenguas arawak de la rama pre-andina.

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CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

1. La gramaticalización

El término gramaticalización tiene un doble significado. Por un lado, es una clase de cambio lingüístico por el que algunas unidades y construcciones lingüísticas, en ciertos contextos de uso, desarrollan funciones gramaticales; y por otro lado, es una teoría funcionalista que estudia dichos fenómenos de cambio lingüístico, ocupándose de estudiar el modo en que las unidades y construcciones léxicas pasan a realizar funciones gramaticales en ciertos contextos, o el modo en que ciertas unidades gramaticales desarrollan nuevas funciones gramaticales.

En el proceso de gramaticalización se puede rescatar la existencia de una zona intermedia que se encuentra entre los límites de la lexicología–semántica y la morfosintaxis. Estas son las siguientes:

No gramaticalización: Es una lexía independiente morfofuncional y semántica.

Gramaticalización media: Es como una lexía independiente, pero que pasa a formar en ciertas combinaciones una sola unidad morfofuncional y una fusión semántica.

Gramaticalización total: La gramaticalización media se continúa desarrollando de manera que llega una etapa en que una de las unidades que entran dentro de la composición deja de ser autónoma en cuanto al aspecto morfofuncional y semántica para considerarse más bien en un derivación, formador de nuevas lexías, al llegar a combinarse con otras bases lexicales.

Según señala Company (2004: 3 [nota 3]), «si entendemos por gramaticalización un proceso dinámico, constante, nunca concluido, de codificación y organización de gramática […], entonces todo proceso de cambio que arroje nuevas formas o construcciones en una lengua sería una gramaticalización, independientemente del grado de rigidización sintáctica de la forma o construcción en cuestión ».

Cifuentes Honrubia (2003: 14) señala que «un aspecto común en todas las definiciones dadas sobre gramaticalización es la adquisición por parte de

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una unidad lingüística de un contenido gramatical o más abstracto, o bien el paso de una unidad de contenido gramatical a otro más gramatical».

Un mecanismo básico de actuación de la gramaticalización es el reanálisis. Este es definido por Company (2003: 45) «como una reinterpretación de las relaciones o de los valores que conllevan las formas, y supone una manipulación conceptual y/o formal de las formas lingüísticas por parte de oyente».

Otro mecanismo que influye en la gramaticalización es la analogía. Según Ridruejo (1989: 75) esta es “una relación asociativa basada en la semejanza que se establece entre las unidades lingüísticas”.

Sabiendo que toda gramaticalización es un cambio lingüístico, entonces las causas que provocan el cambio en general son también las que motivan la gramaticalización. Company (2003: 41-42) presenta tres causas principales de dicho fenómeno:

1. La ambigüedad, es decir, cuanto menor sea la transparencia entre forma y significado de un signo, mayor será la posibilidad de que experimente un cambio.

2. La mala integración paradigmática, cuando una unidad no está integrada en un paradigma es más proclive a sufrir cambio.

3. La frecuencia de uno, cuanto más se usa un signo es más probable que este cambie.

Así mismo, la gramaticalización al ser un cambio, se produce de modo gradual, es decir, de manera continua, por ello Cifuentes Honrubia (2003) nos dice, «la gramaticalización es un proceso de superposición y coexistencia de dos variantes: una forma marcada nueva y otra no marcada ya existente […] en el paso de una categoría a otra existe siempre un estadio intermedio donde coexisten las dos estructuras, solapándose conceptual y morfosintácticamente sus respectivas propiedades en determinados contextos».

Cifuntes Honrubia (2003: 48-49) nos presenta los pasos que sigue todo proceso de gramaticalización:

1. Una construcción adquiere una nueva función, previamente codificada por alguna otra construcción. Entre las dos construcciones se manifiesta una relación de contraste.

2. La construcción antigua se ve eliminada o marginada, hasta el punto de que no haya contraste entre ellas. La nueva construcción asume la nueva función y llega a convencionalizarse su uso.

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3. La construcción gramaticalizada sufre cambios en su estructura gramatical (sintácticos, morfológicos, fonológicos).

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2. El cambio morfológico

El nivel morfológico no escapa de ser objeto de cambios que ocurren en otros componentes de la gramática. Los cambios que se produzcan en este nivel van a permitir revelar diferentes procesos que están involucrados, ya sea a nivel de inventario o a nivel semántico.

2.1.Cambio de inventario

Refiere al incremento o reducción del inventario a causa del cambio morfológico. Este puede ocurrir en situaciones de contacto lingüístico de sociedades bastantes desiguales, en el que hablantes de una lengua menos prestigiosa se ven en la obligación de abandonar su lengua a causa del léxico bastante pobre y un sistema bastante alterado. Este tipo de cambio puede que esté motivado por los cambios morfológicos, resultado de las alternancias de segmentos morfológicos de una determinada lengua.

A. Cambio en los morfemasSe refiere al cambio en el inventario de los morfemas que bien pueden aumentar o bien disminuir.

B. Cambio en el significadoEstas se pueden dar de varias formas

Ampliación del significado: cuando un determinado léxico puede perder un aspecto de especificidad y que al perder la palabra adquiere un valor más amplio.

Reducción del significado: cuando una unidad léxica reduce totalmente su significado al momento en que empieza a asimilar ciertas restricciones, de modo que su significado cada vez es más específico.

Cambio semántico: cuando una unidad léxica pasa a significar otra cosa diferente.

2.2.Cambio morfológico y cambio tipológico de lenguas

El cambio morfológico da cuenta del cambio tipológico de las lenguas, esto quiere decir, las diferencias entre lenguas que se manifiestan a través de los nombres de aglutinación y análisis.

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En realidad cuando una lengua reduce la dimensión de sus palabras, el contenido semántico que tenía en un principio variará, de esta manera, se podrá observar con más claridad el fenómeno que pueda estar ocurriendo en la lengua.

3. La reconstrucción lingüística

Cuando hablamos de reconstrucción, en lingüística histórica, aludimos a un método de trabajo que tiene la intención de recuperar información de índole lingüística de periodos no registrados acerca de la historia de la lengua a través de ciertas hipótesis evolutivas. Así, la preocupación por la reconstrucción de lenguas ha sido plenamente trabajada por la lingüística histórica, que ha operado con todas las técnicas que ofrece este método reconstructivo. Dentro de él tenemos:

El método comparativo.- Es un procedimiento de búsqueda sistemática de semejanzas léxicas y fonéticas en las diferentes lenguas con el objetivo de investigar el parentesco y así reconstruir la protolengua que dio lugar a las dos o más lenguas comparadas en tal procedimiento, tal como lo señala Lyle Campbell (108-109):

« […] el objetivo de la reconstrucción por el método comparativo es recuperar tanto como sea posible de la lengua ancestral (la protolengua) mediante una comparación de las lenguas hijas y determinar los cambios que han sucedido en las diversas lenguas que se desarrollaron a partir de una protolengua».

Según Crowley (1992: 90), el método comparativo se rige bajo cuatro procedimientos fundamentales:

1.- Determinación cognados:Cuando encontramos relaciones genéticas entre un conjunto de lenguas podríamos empezar a establecer el conjunto de cognados. Pues, el hecho de que las lenguas estén emparentadas nos permite acercarnos a la protolengua empezando por la determinación de dichos cognados, que es cuando hay unas similitudes en cuanto a forma y significado de ciertos elementos lingüísticos que posee la lengua. El determinar los cognados y no cognados esclarecerán mejor el panorama respecto a la forma original que se está buscando.

2.- Establecimiento las correspondencias sistemáticas: Luego de haber establecido los cognados, se procede a determinar todo el conjunto completo de correspondencias

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fonéticas; es decir, que se tratará de relacionar las formas cognadas a partir de sus sonidos, de tal manera que encontremos una semejanza en estas, hasta que nos lleve al sonido primigenio.

3.- Reconstrucción de protosegmentos a partir de (2.): En esta etapa se llega a postular el sonido original de la protolengua, luego de haber estudiado el comportamiento de las lenguas de la cual se desprendieron estas. Es importante que para establecer dicha forma fonética es necesario cumplir ciertos principios:

a) Cualquier reconstrucción deber involucrar cambios fónicos que sean aceptables.

b) Cualquier tipo de reconstrucción debe involucrar pocos cambios como sea posible en la protolengua y lengua hijas.

c) Las reconstrucciones pueden llenar vacíos en el sistema fonológico antes que crear sistemas con desbalance estructural.

d) Un fonema no debe ser reconstruido en una protolengua a menos que sea necesario para la evidencia de las lenguas hijas.

4.- Reconstrucción de los cambios fonéticos:

Se reconstruye las etapas de cómo pasó de la forma más básica hacia a forma derivada. En este mismo periodo se estudia los condicionamientos de los cambios que están involucrados.

Reconstrucción interna.- Es un método muy similar al método comparativo y que se aplica a la parte interna de la lengua. En este método se trabaja en base a comparaciones basadas en los alomorfos de un único morfema. Dicho método se emplea para recuperar información de varias lenguas que están aisladas, sin parientes, también para poder reconstruir protolenguas y lenguas individuales para llegar a una etapa anterior donde se aplica el método comparativo para comparar una lengua con otras lenguas de la misma familia. Luego, este tipo de reconstrucción se ejecuta a todos los alomorfos que provienen de un solo morfema y que con el transcurrir del tiempo se han diversificado. De modo que su objetivo

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principal es identificar el morfema original y luego llegar a reconstruirlo.

Glotocronología.- Es una corriente que se origina entre 1951 y 1953. Surge por motivación de Morris Swadesh. Este método se basa en que en parte del vocabulario de una lengua cambia lentamente a diferencia de los otros, es decir, que en el inventario léxico de la lengua hay una parte importante, pero reducida, que se encuentra sujeta a cambios. A todo esto los glotocronológicos lo llaman léxico no cultural, es decir, que hay un vocabulario que es independiente de la cultura, no se somete a cambios a partir de dichos elementos culturales, sino que sería una entidad lingüística estable.

La glotocronología se puede aplicar en el caso de que exista documentación. Esto quiere decir que se necesita conocer los dos estados de la lengua, es decir, referidos a 1000 años de distancia entre estos estados. Con ello se busca demostrar que las lenguas que se están comparando realmente están emparentadas y que las dos lenguas han evolucionado al mismo ritmo.

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CAPÍTULO III

RECONSTRUCCIÓN DEL DIRECCIONAL {-an} EN ASHÁNINKA

Como dijimos, para elaborar la reconstrucción de los morfemas direccionales en asháninka emplearemos el método comparativo. Esta lengua será comparada con otras lenguas de la misma familia lingüística. Según la clasificación de las lenguas arawak, mostrada por Fabre (2005), esta lengua se ubica dentro del grupo campa junto con las lenguas ashéninka, Caquinte, nomatsiguenga, matsiguenga y Nanti. Por lo tanto, la lengua en cuestión será comparada con la lengua machiguenga. Vemos, en seguida, el cuadro del tronco de la familia lingüística arawak1:

1 El cuadro anterior ha sido tomado de Fabre (2005).Se ha hecho algunas modificaciones en el diseño y el resaltado es nuestro.

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En el cuadro anterior se presenta la división de la familia arawak en cinco grandes ramas:

I. ARAWAK OCCCIDENTAL: Comprendida por las lenguas amuesha y chamicuro.

II. ARAWAK CENTRAL: Dividido en dos grupos. El primero, xinguano, lenguas waurá, mehinaku, yawalapiti, agavotoqueng, el segundo, mato grossense, lenguas paresí, enawenê-nawé y saraveka.

III. ARAWAK MERIDIONAL: Dividido en tres grupos. El primero, Bolivia/ Parana, lenguas terêna, baure, mojo, el segundo, purus, con las lenguas piro, apurinã, iñapari y el tercero, campa con las lenguas ashaninka. asheninka, caquinte, nomatsiguenga, matsigenka y nanti.

IV. ARAWAK ORIENTAL : Comprendida por la lengua palikur.

V. ARAWAK SEPTENTRIONAL: Dividido en cuatro grandes grupos. caribeño, wapishana, grupo central y apolista y sus respectivos subgrupos.

Para nuestra investigación, la más relevante de dichas ramas es la rama meridional, específicamente el grupo campa, puesto que, nuestra propuesta de reconstrucción del sufijo direccional {-an} en la lengua asháninka tiene como base la filiación lingüística existente entre dos lenguas de este grupo ─a saber asháninka y machiguenga─, es decir, la descendencia común de una protolengua, lo cual ha permitido la aplicación del método comparativo para la reconstrucción de dicho sufijo.

En el cuadro anterior hemos resaltado, con color amarillo, el grupo campa; ya que, como hemos dicho, nos interesa hacer notar la relación genética existente entre la lenguas asháninka y machiguenga para establecer una comparación entre el sufijo direccional {-an} que cada una de ellas presenta con forma idéntica, llegando así a establecer una posible protoforma para este sufijo, motivo de análisis en este capítulo.

También, debemos anotar que los supuestos teóricos que sustentan dicha filiación genética, es decir, la pertenencia de ambas lenguas a una misma clasificación dentro la familia lingüística, no se desarrollaran en este trabajo,

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puesto que, partimos de datos ya propuestos por otros autores y a partir de ellos intentamos reconstruir el sufijo direccional {-an} de la lengua asháninka.

Notaremos que tanto la lengua asháninka como el machiguenga poseen ambos sufijos direccionales {-an} y {-apa} en común. Pero en este trabajo solo haremos un intento por reconstruir al primer morfema {-an} a partir de las comparaciones entre ambas lenguas.

1. Los direccionales

Los morfemas direccionales son aquellos sufijos que complementan el significado del verbo indicando la dirección o trayectoria en la que se realiza la acción (Pérez, 19). Tales sufijos están presentes en la lengua asháninka y machiguenga. En la primera lengua mencionada tenemos el sufijo {-an} que presenta diferentes funciones y significados de acuerdo a la naturaleza del verbo que se sufija. Si se trata de un verbo de movimiento significará alejándose de, si se trata de un verbo relacionado a un viaje significará partida o continuación de un punto, si se trata de un verbo que no está relacionado a un viaje significará comienzo de una nueva actividad, en el caso de sufijarse a un nombre significará cambio de estado y, por último, si se encuentra con verbos relacionados al acto de habla significará en respuesta. Como lo muestra el siguiente cuadro2:

En cuanto al segundo sufijo que presenta la lengua asháninka: {-apa}, también posee significados condicionados por la clase de verbos a la cual se adjunta. Si este morfema se sufija a una raíz verbal de movimiento significará hacia un punto determinado, si se adjunta a verbos de no movimiento significará llegada del sujeto, y si se sufija a verbos de tiempo o cantidad, significará finalización. Veamos:

2 Este cuadro es una modificación nuestra.

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La lengua machiguenga también presenta tales morfemas de dirección. El primero es {-an} que indica el movimiento para que se produzca un alejamiento, acción que tiene lugar cuando uno está por salir o está saliendo para otra parte, iniciación o continuación de la acción o paso del tiempo (Snell: 2011, 854). Veamos el siguiente cuadro:

El sufijo {-apa} de la lengua machiguenga indica movimiento para que se produzca un acercamiento o acción al llegar, también se usa para indicar el lugar o la zona donde algo existe o se encuentra (Snell: 2011, 855). Veamos algunos ejemplos:

2. Reconstrucción de direccional en asháninka

Para realizar la reconstrucción de los morfemas direccionales en asháninka, como vimos en el capítulo anterior, seguiremos los pasos que sugiere el método comparativo en el proceso de reconstrucción. Se reconstruyen, entonces, el sufijo direccional que al parecer se ha desarrollado partiendo de raíces sincrónicas de movimiento. De esta manera intentaremos la reconstrucción del direccional {-an} de la lengua asháninka; para ello, se hará una comparación con la lengua machiguenga, ambas pertenecientes a la misma familia lingüística, y así, reconstruir tanto el verbo, que dio origen

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a la forma del morfema, como significado propiamente del sufijo de dirección.

2.1. Determinación de cognados

Hemos tomado en cuenta el sufijo direccional {-an} de la lengua asháninka (L1), en primer lugar, seguida del direccional {-an} de la lengua machiguenga (L2).

Como podremos advertir, en ambas lenguas presenta la misma forma y el mismo significado. Además presenta el mismo comportamiento, ya que cuando se encuentra adjunta a una raíz verbal ella se posiciona inmediatamente después de una raíz verbal y sucedida por morfemas perfectivos, luego le sucede la marca tiempo en que se realiza la acción. Así tenemos, sean los verbos ‘aniitaantsi’ (caminar) y ‘shigagantsi’ (correr) en asháninka y machiguenga respectivamente:

n-ani-

(t)

-ak- -e‘Yo camino’

1p.

RV PERF TNF

n-ani-

(t)

-an- -ak- -e‘Yo camino

alejándome’1p.

RV DIR PERF TNF

no-shig-

ak e ‘Yo corro’

1p. RV PERF TNF

no-shig-

an ak e ‘Yo corro alejándome’

1p. RV DIR PERF TNF

Las terminaciones verbales de ambas lenguas son también muy similares; en la lengua asháninka la terminación verbal es –aantsi, aunque en algunos casos encontramos la forma (t)aantsi debido a la consonante epentética (t) cuando se trata de raíces verbales

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terminadas en vocal y, en la lengua machiguenga la terminación es agantsi.

Como se puede apreciar, en ambas lenguas, se registra casi una idéntica terminación verbal al igual que su raíz. Esto nos permite señalar que los verbos en estas lenguas han devenido de la misma protoforma verbal. Y si los sufijos direccionales tienen su origen en una raíz de movimiento, entonces diremos que la forma y significado de este direccional proviene de esta protoforma verbal (raíz) como consecuencia del proceso póstumo de gramaticalización. Es decir, que el sufijo direccional {-an} es el resultado del proceso de gramaticalización que sufre la protoforma de la raíz verbal de movimiento.

Para evidenciar ello, primero comenzaremos postulando tres raíces verbales cognadas, donde las protoformas de una de las raíces evolucionó a la forma y significado que el sufijo direccional {-an} hoy presenta. Veamos:

VERBOS ASHÁNINKA MACHIGUENGAnadar amaa(t)aantsi maa(t)agantsitraer amaantsi magantsillevar ana(t)aantsi na(t)agantsi

Hemos elegido tales verbos porque no solo consideramos sus formas, sino también el aspecto o rasgo semántico que cada uno de ellos posee. Así, el verbo ‘nadar’ significa trasladarse en el agua, ayudándose de los movimientos necesarios, y sin tocar el suelo ni otro apoyo; el verbo ‘traer’ que significa conducir o trasladar algo al lugar en donde se hable o de que se hable y ‘llevar’, que significa conducir algo desde un lugar a otro alejado de aquel en que se habla o se sitúa mentalmente la persona que emplea este verbo.

Entonces a partir de tales ideas, intentaremos demostrar la evolución diacrónica de las raíces verbales de movimiento, al sufijo direccional {-an}. Paso anterior a tal demostración, primero se postulará una protoforma verbal y luego se vinculará el direccional con la forma y significado de dicha protoforma verbal a través de procesos morfofonológicos y semánticos respectivamente. De esta manera, se muestra la protoforma que da origen a la raíz verbal en asháninka y machiguenga y a partir de tales formas (por procesos morfofonológicos) su proyección hacia la forma monosilábica que presenta el direccional {-an}, que en términos lingüísticos podríamos denominar gramaticalización.

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2.2. Establecimiento de las correspondencias sistemáticas

Mostraremos las correspondencias que se dan entre los verbos de movimiento (en su forma infinitiva) de la lengua asháninka y la lengua machiguenga. Lo mismo en cuanto al sufijo direccional que se deriva, según nuestras hipótesis, de los las raíces de verbos de movimiento ‘nadar’, ‘traer’ y ‘llevar’.

VERBOS DE MOVIMIENTO

VERBOS ASHÁNINKA MACHIGUENGAnadar amaa(t)aantsi maa(t)agantsitraer amaantsi magantsillevar ana(t)aantsi na(t)agantsi

RAÍCES VERBALES

VERBOS ASHÁNINKA MACHIGUENGAnadar amaa- maa-traer am- m-llevar ana- na-

2.3. Reconstrucción de las protoformas a partir de (2.2)

Intentaremos reconstruir, en este apartado, las protoformas de las raíces verbales de las que, una de ellas, ha dado origen al sufijo direccional {-an}.

VERBOS DE MOVIMIENTO

Para el verbo ‘nadar’, reconstruimos la forma *amagatagantsi, porque permite explicar las formas amaataantsi y maatagantsi de la lengua asháninka y machiguenga, respectivamente. De igual forma, reconstruimos para el verbo traer la protoforma *amagantsi, que explica las formas amaantsi, para le lengua asháninka y la forma magantsi, para la lengua machiguenga. Por último, en el caso del verbo ‘llevar’ la protoforma que postulamos es la forma *anatagantsi, pues pues permite dar cuenta a las formas verbales anataantsi para el asháninka y natagantsi para el machiguenga. Así tenemos:

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VERBOS ASHÁNINKA MACHIGUENGA PROTOFORMA‘nadar’ amaa(t)aantsi maa(t)agantsi *amaga(t)agantsi‘traer’ amaantsi magantsi *amagantsi

‘llevar’ ana(t)aantsi na(t)agantsi *ana(t)agantsi

Al margen de lo mencionado, si se presta atención al segmento oclusivo velar de las protoformas propuestas, tanto para los verbos de movimiento como para los sufijos direccionales, veremos que se trata de una [g], pero ¿por qué no podría ser una [k] si la lengua asháninka la presenta hasta la actualidad?

En realidad era plausible postular cualquiera de las dos formas, o sea con la consonante oclusiva velar sorda: [k] o, con la consonante oclusiva velar sonora: [g]. Sin embargo, esto no ocurre, en primer lugar, porque el segmento [g] nos permite dar explicación, con procesos morfofonológicos plausibles, sobre el origen y evolución de las formas verbales y de los sufijos direccionales y; en segundo lugar, que ya desde épocas remotas se daban alternancias entre los sonidos [g] y [k] de estas consonantes, tal como lo evidencia Leclerc y Adam (1980), en el libro Arte de la lengua anti o campa. Veamos estos ejemplos dados por los autores (15):

Córtalo: pamaquero [p-am-ak-e-ro]Traélo: pamagero [p-am-ag-e-ro]

De ahí que para explicar y decidir sobre si la consonante que evolucionó es [g] o [k] podríamos basarnos en lo que dice Leclerc y Adam (17). Por ejemplo, ellos registran que en ese momento la palabra ‘todos’ se decía magaroni y, si vemos, en la actualidad se registra como maaroni. Entonces, notamos que, en la lengua asháninka y las demás lenguas campa, en esta palabra la consonante [g] ha sufrido un debilitamiento hasta devenir en su desaparición total. En cambio, no ocurre así con el sonido [k], de modo que, esto nos sirve de base, en este trabajo, para optar por la forma [g], es decir, por la consonante oclusiva velar sonora en vez de la consonante oclusiva velar sorda [k]. Por lo tanto, la inclinación hacia la forma [g] nos permite explicar mejor las formas del sufijo {-an}, pues nos permite señalar que ha habido un debilitamiento

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consonántico previo a otros procesos morfofonológicos, hecho mucho más factible en esta lengua.

Ahora, en lo referente a la pronunciación de los verbos, en Leclerc y Adam (17) se señala lo siguiente:

Esta información respalda aún más nuestra hipótesis y la explicación que le damos a ella. Entonces, tomando en cuenta lo dicho, avanzaremos hacia la explicación de la reconstrucción de los cambios y la posterior propuesta de la protoforma del verbo de movimiento y la elección de la protoforma del sufijo direccional {-an} que surge de aquel como consecuencia de procesos morfofonológicos que intervienen en su evolución.

SUFIJO DIRECCIONAL

Para la reconstrucción del morfema direccional postulamos las formas cognadas de las raíces verbales y

VERBOS ASHÁNINKA MACHIGUENGA PROTOFORMAnadar amaa- maa- *amagatraer am- m- *am

llevar ana- na- *ana

A partir de tales formas, hemos podido deslindar las protoformas del morfema direccional {-an} para cada una de las lenguas estudiadas.

2.4. Reconstrucción de los cambios

Ahora, analicemos cada una de estas raíces verbales para luego definir cuál de ellas es la que presenta mayor probabilidad de haber evolucionado hasta devenir en el sufijo gramatical direccional {-an}.

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VERBOS ASHÁNINKA MACHIGUENGA PROTOFORMAnadar amaa(t)aantsi maa(t)agantsi *amaga(t)agantsitraer amaantsi magantsi *amagantsi

llevar ana(t)aantsi na(t)agantsi *ana(t)agantsi

VERBOS DE MOVIMIENTO

Comparando el verbo ‘nadar’ la forma arcaica postulada es *amagatagantsi que en cada una de las lenguas han tenido procesos muy similares. En el caso de la lengua asháninka, la forma amaataantsi ha pasado por los siguientes procesos: *amagatagantsi > amaatagantsi > amaataantsi > amaataantsi, es decir, por procesos de debilitamiento de la consonante velar sonora y su posterior desaparición, lo que se repite en la elisión de la segunda consonante velar sonora. En el caso del machiguenga, ha ocurrido una elisión vocálica inicial del segmento [a] y luego, un proceso ciertamente extraño en esta lengua, el debilitamiento de la consonante velar sonora [g] y su posterior desaparición, o sea esquemáticamente tenemos: *amagatagantsi > magatagantsi > maatagantsi >maatagantsi.

Respecto al verbo ‘traer’ la protoforma que se postula es *amagantsi. En la lengua asháninka evoluciona a la forma amaantsi y en la lengua machiguenga a la forma amagantsi, ello como consecuencia de procesos distintos. Así, para lengua asháninka, la forma arcaica *amagantsi sufre procesos de fricativización y debilitamiento, provocando, finalmente, la elisión de la consonante velar sonora, lo que da origen, en esta lengua, amaantsi: *amagantsi > amaantsi > amaantsi. Pero en la lengua machiguenga al parecer ante la forma *amagantsi, ocurre algo más sencillo, solo se da la elisión de la vocal pues deviene en magantsi. O sea, *amagantsi > magantsi.

En cuanto al verbo ‘llevar’ la protoforma postulada *anatagantsi. En el asháninka la forma anataantsi surge a partir de la elisión que sufre el segmento oclusivo velar sonoro [g] en posición intervocálica: *anatagantsi > anataantsi. Similar ocurre en el machiguenga; allí la forma natagantsi surge como desaparición del segmento vocálico inicial [a] por proceso de elisión a partir de la protoforma *anatagantsi, es decir, de *anatagantsi > natagantsi.

Como podrá observarse, ambas lenguas muestran variaciones similares causadas esta vez por procesos de elisión consonántica y

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vocálica respectivamente, que operan sobre los verbos. Esto nos acerca cada vez más a nuestros objetivos.

De modo que, si asumimos que la terminación verbal arcaica de estas lenguas es *-agantsi entonces las raíces verbales serían *amaga-, *am-, *ana, para nadar, traer, y llevar respectivamente. Donde cualquiera de tales raíces, a través de pasos distintos, ha evolucionado a lo largo del tiempo, como se ha podido reconstruir. Es así como a partir de tales formas podremos postular su evolución hasta convertirse en un elemento gramatical como sufijo direccional {-an} tanto para el asháninka como para el machiguenga.

SUFIJO DIRECCIONAL

Para la reconstrucción del morfema direccional postulamos las siguientes formas cognadas:

VERBOS ASHÁNINKA MACHIGUENGA PROTOFORMAnadar amaa- maa- *amaga-traer am- m- *am-

llevar ana- na- *ana-

Empezaremos por el caso del verbo ‘nadar’ tenemos la forma *amaga como protoforma de esta raíz. Dicha forma ha evolucionado en el sufijo {-an} por diversos procesos morfofonológicos en cada una de estas lenguas de modo divergente. Para la lengua asháninka se observa que en *amaga la consonante oclusiva velar sonora, ha sufrido una fricativización y ello condujo a su posterior desaparición. Paso seguido, al confrontarse dos vocales iguales, en este caso [a a], la lengua opta por la consolidación en un solo segmento; después, dicha vocal es elidida, quedando la forma am-, y cuya consonante nasal pierde su rasgo bilabial en favor del rasgo alveolar, es decir deviene en –an. Aquí los procesos en cadena: *amaga > amaa > amaa > ama > am > an. El comportamiento que tuvo la forma arcaica *amaga(t) en la lengua machiguenga consiste en la elisión de la vocal inicial [a], luego la fricativización de la consonante oclusiva velar sonora, lo que conduce a su elisión; seguida de la constricción de rasgos de las vocales [a a] en una forma única [a], después de esa elisión se da el proceso de metátesis entre la consonante nasal y la vocal baja y, por último, la adquisición del rasgo alveolar en detrimento del rasgo bilabial de la consonante nasal. Esto se resume así: *amaga > maga > maa > maa > ma > am > an. Y si ante este análisis intentamos desentrañar la raíz que dio origen a la forma y al significado de este morfema, esta raíz *amaga- no cumple las

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condiciones necesarias, porque se dan procesos muy forzados dentro de ambas lenguas. Por lo tanto, el morfema {-an-} no pudo devenir de dicha raíz. Además, semánticamente, el verbo ‘nadar’ no incluye algún rasgo que otorgue al significado actual poseído por este morfema.

Para el verbo ‘traer’ se postula la forma *am. Así, en la lengua asháninka y machiguenga tenemos las formas am- y m- respectivamente. Con dicho dato, podríamos decir hipotéticamente que, en la lengua asháninka, la nasal bilabial de la forma am- sufrió una disimilación de su rasgo y asimiló el rasgo alveolar volviéndose en an- (aunque no sabemos de dónde pudo haber asimilado dicho rasgo) y que por procesos de gramaticalización devinieron en un sufijo direccional en el cual permanece el significado inicial que tenía como verbo. Ello lo esquematizamos de la siguiente manera: *am- > an-. En el caso de la lengua machiguenga, diremos que al ver perdido la vocal inicial [a] de la protoforma verbal, la forma m- reconstruye dicha pérdida con una vocal idéntica al entrar en contacto con otras raíces verbales, de este modo opta por insertar una vocal epentética –a que finalmente se solidifica con la consonante nasal y se funde en una sola sílaba ma; paso seguido, se da una metátesis y la disimilación del rasgo bilabial a alveolar. Así tendríamos para el machiguenga: *am> m> m(a) > ma > am > an. En ambos casos hemos partido de la raíz verbal ‘traer’, que significa conducir o trasladar algo al lugar en dónde se habla o de que se habla; sin embargo, no podría ser que estas raíces se hayan gramaticalizado preservando este significado porque este no es el significado que el direccional –an posee y aporta cuando se adjunta a las raíces verbales.

La protoforma postulada para el verbo ‘llevar’ es *ana. Su evolución en la lengua asháninka se manifiesta a través del proceso de elisión de la segunda vocal de esta raíz, o sea tenemos: *ana > an. Y en la lengua machiguenga es la elisión de la vocal inicial [a], luego se da el proceso que ocurre es una metátesis entre la consonante nasal y el segmento vocálico [a], es decir: *ana > na > an. Eso es en cuanto a la forma morfológica, pero si observamos el significado de esta forma, esta sí cumpliría el significado que hasta hoy presenta cuando se adjunta como infijo a una raíz verbal, sea o no la raíz de movimiento, puesto que el verbo ‘llevar’ significa conducir algo desde un lugar a otro alejado de aquel en que se habla o se sitúa mentalmente la persona que emplea el verbo. Y es el significado de alejamiento que al parecer esta sufijo acarrea como herencia del verbo que le dio origen o del que evolucionó. Por consiguiente, la raíz verbal ‘llevar’ al evolucionar por procesos sucesivos de

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gramaticalización dio origen al morfema de dirección tanto en la lengua asháninka como machiguenga. O sea, de la protoforma de la raíz verbal *ana- de la forma infinitiva *ana(t)agantsi evolucionó al morfema direccional {-an} con significado de ‘alejamiento’.

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3. Protoformas

Seguido de los pasos que exige un proceso de reconstrucción, podemos establecer las protoformas de las raíces verbales y de los sufijos direccionales.

VERBOS DE MOVIMIENTO

Finalmente, después de todo el análisis mostrado, podemos postular a la protoforma que dio origen al sufijo direccional {-an-} en la lengua asháninka. Dicha forma, como dijimos antes, no solo contribuye en la forma morfológica sino que también influye semánticamente. Nos referimos a la protoforma verbal *ana(t)agantsi que significa ‘llevar’, forma libre de verbo de movimiento.

VERBO ASHÁNINKA PROTOFORMA‘llevar’ ana(t)aantsi *ana(t)agantsi

SUFIJO DIRECCIONAL

De los tres sufijos postulados, el que cumple las condiciones tanto en los procesos morfofonológicos plausibles, en la forma y en el significado es la protoforma *ana.

VERBO ASHÁNINKA PROTOFORMA‘llevar’ ana- *ana-

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CONCLUSIONES

1. El sufijo direccional {-an} fue originalmente una forma verbal de movimiento.

2. La forma y significado del morfema direccional {-an} de la lengua asháninka proviene de la raíz verbal de movimiento ‘llevar’.

3. La protoforma del verbo que dio origen al morfema direccional {-an} de la lengua asháninka es *ana(t)aantsi.

4. El morfema direccional {-an} de la lengua asháninka evolucionó de la protoforma de la raíz verbal *ana-.

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