1- Avisa al veterinario (si tiene chip, que es tu obligación)

para que de la alerta

2- Pon una denuncia. Si provoca un accidente te

pueden acusar de abandono.

3-Avisa a las perreras y refugios de la zona. Mejor si les

dejas un cartel.

4- Coloca carteles por la zona, en los comercios más

frecuentados (farmacias, estancos, quioscos, tiendas de

mascotas, veterinarios….) y en el ayuntamiento. Y

anúncialo en internet.

No olvides poner las

características más

llamativas del

animal, para que no

lo confundan con

otro. Te evitarás

falsas pistas.

5- Pasea por la zona donde se perdió repartiendo

octavillas, sobre todo a la gente a la que se puede acercar el

animalito (a los niños, a los que tienen perro,…) y a los que

están siempre en la calle

(repartidores, paseantes, jubilados,…)

Perdido

Ramón

500€

649 373 299

Haz las octavillas tamaño tarjeta de visita

para que se puedan guardar en el monedero

6- No cambies de hábitos y no olvides perfumarte todos los

días con la colonia a la que estaba acostumbrado tu animalito.

7- Aparca el coche por la zona, deja una rendija en las

ventanillas y alguna prenda tuya recién usada en el interior.

¡habrá que prescindir

unos días del coche!

8- Pon recompensa en el cartel y las octavillas: mucha

gente puede que vea al animalito y, si no hay

recompensa, simplemente dirá “mira, el perro que

buscan”, pero si hay una pequeña recompensa pensará:

9- Persigue cada pista hasta agotarla. De lo

contrario te arrepentirás más tarde.

Seguro que tu mascota

está haciendo lo mismo

y en algún momento os

cruzaréis.

10- Si aparece, no olvides comunicarlo a los participantes en la

búsqueda y retira todos los carteles. Así dejarás espacio libre, tanto en

la cabeza de la gente como en las

paredes, y ayudarás a otros que

estén en tu antigua situación.

A Dios rogando y con el mazo dando

El que la sigue la consigue

Y aunque la suerte no es para el que la

busca sino para el que la encuentra, si no

compras papeletas nunca te tocará la

lotería.

Ayúdate que yo te ayudaré, dijo la suerte