Reale Antigua
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HISTORIA DEL PENSAMIENTO CIENTFICO Y FILOSFICO
ANTIGEDAD
GIOVANNI REALE Y DARIO ANTISIERI
Una vida sin bsqueda no es digna de ser vivida.
Scrates
PRLOGO
Cul es la justificacin de un tratamiento tan amplio de la
historia del pensamiento filosfico y cientfico, dirigido a los centros
de enseanza secundaria? Es posible acaso quizs se pregunte
el docente, al observar el tamao de los tres volmenes de la obra
afrontar y desarrollar, en las escasas horas disponibles cada
semana, un programa tan vasto y lograr que el estudiante lo
domine?
Sin lugar a dudas, si se mide este libro por el nmero de
pginas, hay que decir que es un libro extenso. Y no slo esto: es el
libro ms extenso que se haya concebido y realizado hasta ahora,
para su utilizacin en los centros de enseanza secundaria. No
obstante, es oportuno recordar aqu la razonable opinin de
Terrasson, citada por Kant en el Prefacio a la Crtica de la razn
pura: Si se mide la extensin del libro no por el nmero de pginas,
sino por el tiempo necesario para entenderlo, de muchos libros
podra decirse que seran mucho ms breves, si no fuesen tan
breves.
En efecto, con mucha frecuencia los manuales de filosofa
provocaran mucho menos cansancio si tuviesen unas cuantas
pginas ms sobre una serie de temas. En la exposicin de la
problemtica filosfica, la brevedad no simplifica las cosas, sino que
las complica y en ocasiones las vuelve poco comprensibles o incluso
del todo incomprensibles. En cualquier caso, en un manual de
filosofa la brevedad conduce fatalmente al simplismo, a la
enumeracin de opiniones, a la mera panormica de lo que han
dicho a lo largo del tiempo los diversos filsofos, cosa si se quiere
instructiva, pero poco formativa.
La presente historia del pensamiento filosfico y cientfico
pretende abarcar tres planos. Primero el de aquello que han dicho
los filsofos, es decir el plano que los antiguos llamaban
doxogrfico (cotejo de opiniones) luego el de por qu los filsofos
han dicho lo que han dicho, ofreciendo un adecuado sentido de
cmo lo han dicho, finalmente aquel en que se indican algunos de
los efectos de las teoras filosficas y cientficas.
El porqu de las afirmaciones de los filsofos nunca es algo
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simple, puesto que a menudo los lemas sociales, econmicos y
culturales se entrecruzan y se entrelazan de distintas formas con los
lemas tericos y especulativos. Se ha ido dando razn
gradualmente del trasfondo del cual han surgido las teoras de los
filsofos, pero evitando el peligro de las reducciones sociologistas,
psicologistas e historicistas (que en los ltimos aos han alcanzado
una hipertrofia exagerada, hasta el punto de vaciar de contenido la
identidad especfica del discurso filosfico), y poniendo de manifiesto
el encadenamiento de los problemas tericos y los nexos
conceptuales y, por tanto, las motivaciones lgicas, racionales y
crticas que en definitiva constituyen la substancia de las ideas
filosficas y cientficas.
Adems, se ha tratado de ofrecer el sentido del cmo los
pensadores y los cientficos han propuesto sus doctrinas, utilizando
con amplitud sus propias palabras. A veces, cuando se trata de
textos fciles, la palabra viva de los diversos pensadores ha sido
utilizada en el mismo nexo expositivo. En otros casos, en cambio, se
han efectuado citas de los distintos autores (los ms complicados y
ms difciles) en apoyo de la exposicin, y segn el nivel de
conocimiento acerca del autor que se desee obtener pueden
omitirse dichos textos sin perjuicio para la comprensin de conjunto.
Las chas textuales de los diferentes autores se han graduado de un
modo acorde con la curva discente del joven que al principio se
adentra en un discurso completamente nuevo y, por tanto, necesita
la mxima sencillez, poco a poco, sin embargo, va adquiriendo las
categoras del pensamiento filosfico, aumenta su propia capacidad
y puede enfrentarse en consecuencia con un tipo ms complejo de
exposicin y comprender el diferente carcter del lenguaje con el
que han hablado los filsofos. Por lo dems, as como no es posible
darse una idea del modo de sentir y de imaginar de un poeta sin leer
algunos fragmentos de su obra, resulta imposible hacerse una idea
de la forma de pensar de un filsofo, si se ignora totalmente el modo
en que expresaba sus pensamientos.
Por ltimo, los filsofos son importantes no slo por aquello
que dicen, sino tambin por las tradiciones que generan y que ponen
en movimiento: algunas de sus posturas favorecen el nacimiento de
ciertas ideas, pero al mismo tiempo, impiden el surgimiento de otras.
Por tanto, los filsofos son importantes por lo que dicen y por lo que
impiden decir. ste es uno de aquellos aspectos que a menudo
silencian las historias de la filosofa y que aqu se ha querido poner
de manifiesto, sobre todo al explicar las complejas relaciones entre
las ideas filosficas y las ideas cientficas, religiosas, estticas y
sociopolticas.
El punto de partida de la enseanza de la filosofa reside en
los problemas que esta ha planteado y plantea, y por tanto se ha
buscado con especial dedicacin enfocar la exposicin desde el
punto de vista de los problemas. A menudo se ha preferido el
mtodo sincrnico con respecto al diacrnico, si bien este ltimo ha
sido respetado en la medida de lo posible
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El punto de llegada de la enseanza de la filosofa consiste
en formar mentes ricas en contenidos tericos, sagaces en lo que
respecta al mtodo capacitadas para planear y desarrollar de forma
metdica los distintos problemas y para leer de modo crtico la
compleja realidad que las rodea.
A tal objetivo apuntan precisamente los cuatro planos antes
indicados que han servido para concebir y llevar a cabo toda la
presente obra: crear en los jvenes una razn abierta, capaz de
defenderse con respecto a las mltiples solicitaciones
contemporneas de huida hacia lo irracional o de repliegue hacia
posturas estrechamente pragmatistas o cientificistas. Y la razn
abierta es una razn que sabe que lleva en s misma los factores de
correccin para todos los errores que en cuanto que es una razn
humana pueda cometer y conlleva tambin la fuerza para
recomenzar itinerarios siempre nuevos.
Este primer volumen se divide en diez partes. Tal divisin ha
sido realizada teniendo en cuenta la sucesin lgica y cronolgica de
la problemtica que se expone, pero con el propsito de ofrecer a los
docentes unidades didcticas propiamente dichas, en cuyo mbito
de acuerdo con el inters y con el nivel de los alumnos puedan
efectuar la eleccin oportuna. La amplitud del tratamiento no implica
que haya que hacerlo todo, pero quiere brindar una extensa y rica
posibilidad de opciones y de profundizacin.
Entre stas, sealemos en especial adems de las partes
que versan sobre Platn y Aristteles, autnticas monografas a
escala reducida, por la riqueza de temas y de problemas que
contienen las partes relativas a las filosofas de la poca
helenstica y de la poca imperial. Estas doctrinas suelen provocar
escaso inters, pero aqu se consideran con atencin particular,
porque en la actualidad en comparacin con el siglo pasado y con
la primera mitad de nuestro siglo ha avanzado enormemente el
conocimiento de estos perodos de la historia del pensamiento y sus
consecuencias se han revalorizado con toda claridad. Se ha
dedicado una parte al pensamiento vinculado con el mensaje bblico,
dado que ste ha constituido la ms importante revolucin espiritual,
que ha modificado radicalmente el planteamiento del pensamiento
antiguo y constituye la premisa indispensable para comprender el
pensamiento medieval que aparece a continuacin, as como el
pensamiento occidental en general. Tambin a la patrstica se le ha
dedicado la atencin que hoy exigen el renovado inters y los ms
recientes estudios sobre este perodo. El pensamiento medieval en
su conjunto, que aparece en la dcima parte, ha sido contemplado
desde el punto de vista de la relacin entre fe y razn, y de la
compleja y cambiante trabazn entre estos dos factores. No slo se
han puesto de relieve las grandes construcciones metafsicas, como
las de Anselmo, Toms y Buenaventura (a las que se ha dedicado
un tratamiento en profundidad, con desarrollos originales), sino que
tambin se han expuesto con una particular atencin la problemtica
de tipo lgico, teniendo en cuenta los hallazgos historiogrficos ms
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recientes. Pensadores como Boecio y Abelardo adquieren as una
luz nueva, al igual que la clsica problemtica de los universales. Por
ltimo, se ha concedido un relieve especial a los debates del final de
la escolstica.
El volumen concluye con un apndice que contiene como
complemento indispensable las tablas cronolgicas sinpticas, una
bibliografa elaborada expresamente para los lectores de esta obra y
un ndice de nombres. Dicho apndice ha sido realizado por el
profesor Claudio Mazzarelli (cf. P. 575) quien, al reunir la doble
competencia de profesor de enseanza.
Secundaria desde hace mucho tiempo y de investigador
cientfico, se ha propuesto un instrumento que sea ala vez rico y
funcional.
Los autores quieren expresar un agradecido recuerdo a la
memoria del profesor Francesco Brunelli que fue quien concibi y
promovi la iniciativa de esta obra. Lleg a dar comienzo a la
realizacin tipogrfica del proyecto, poco antes de su repentina
desaparicin. Hacen patente al doctor Remo Bernacchia su ms
reconocido agradecimiento, por haber llevado la iniciativa hasta su
culminacin, ayudando y convirtiendo en realizables las numerosas
innovaciones que se han aportado a la presente obra.
Asimismo, manifiestan su profunda gratitud a la editorial Vita
e Pensiero por haber autorizado la utilizacin de elementos
procedentes de la Historia de la filosofa antigua (en cinco
volmenes) de G. Reale. Por ultimo, expresan un particular
agradecimiento a la doctora Clara Fortina, quien, en calidad de
redactora, se entreg al mejor xito de la obra, mucho ms all de
sus deberes de oficio, con dedicacin y apasionamiento.
Los autores desean asumir en comn la responsabilidad de
toda la obra, ya que han trabajado en conjunto (cada uno de acuerdo
con su propia capacidad, su propia sensibilidad y sus propios
intereses) para la mejor realizacin de cada uno de los tres
volmenes, con plena unidad de espritu y de propsitos.
Finalmente los autores agradecen a la doctora Mara Luisa
Gatti la revisin cuidadosa de las pruebas de la segunda edicin.
Los autores
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PRIMERA PARTE
LOS ORGENES GRIEGOS DEL PENSAMIENTO
OCCIDENTAL
La inteligencia es la que ve, la inteligencia es la que oye y todo lo
dems es sordo y ciego.
Epicarmo
CAPITULO I
GNESIS, NATURALEZA Y DESARROLLO DE LA
FILOSOFA ANTIGUA
1. LA GNESIS DE LA FILOSOFA EN LOS GRIEGOS
1.1. La filosofa como creacin del genio helnico
La casi totalidad de los estudiosos consideran que la
filosofa, como trmino o como concepto, es una creacin propia del
genio de los griegos. En efecto, para todos los dems componentes
de la civilizacin griega se halla un elemento correlativo en los
pueblos de Oriente que alcanzaron un elevado nivel de civilizacin
antes que los griegos (creencias y cultos religiosos, manifestaciones
artsticas de naturaleza diversa, conocimientos y habilidades
tcnicas de distintas clases, instituciones polticas, organizaciones
militares, etc.). En cambio, en lo que concierne a la filosofa, nos
hallamos ante un fenmeno tan nuevo que no slo no posee ningn
factor correlativo en dichos pueblos, sino que ni siquiera existe algo
estricta y especficamente anlogo. Debido a ello, la superioridad de
los griegos con respecto a los dems pueblos en este aspecto
especfico no es de carcter puramente cuantitativo sino cualitativo,
en la medida en que lo que aqullos crearon, al instituir la filosofa,
constituye en cierto sentido una novedad absoluta.
Quien no tenga presente este hecho no podr comprender
por qu la civilizacin occidental, bajo el impulso de los griegos,
asumi una direccin completamente distinta de la oriental. En
particular, no se podra comprender por qu razn los orientales,
cuando quisieron aprovechar la ciencia occidental y sus resultados,
tuvieron que apelar a determinadas categoras de la lgica
occidental. De hecho, no en todas las culturas se hace posible la
ciencia. Hay ideas que convierten en estructuralmente imposible el
nacimiento y el desarrollo de determinadas concepciones, y existen
incluso ideas que impiden la ciencia en conjunto, por lo menos la
ciencia tal como ahora la conocemos.
Ahora bien, la filosofa gracias a sus categoras
racionales ha permitido el nacimiento de la ciencia, y en cierto
sentido, la ha engendrado. Admitir esto significa reconocer a los
griegos el mrito de haber aportado una contribucin realmente
excepcional a la historia de la civilizacin.
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1.2 La imposibilidad de una procedencia oriental de la
filosofa.
Como es natural. Y sobre todo entre los orientalistas, ha
habido intentos de atribuir a la filosofa un origen oriental, basndose
en la observacin de analogas genricas, que se constatan entre las
concepciones de los principios filsofos griegos y ciertas ideas
propias de la sabidura oriental. No obstante, nadie ha triunfado en
su intento, y la crtica ms rigurosa, a partir va de finales del siglo
pasado, ha reunido una serie de pruebas autnticamente irrefutables
en contra de la tesis de la procedencia oriental de la filosofa griega.
a) en la poca clsica, ninguno de los filsofos o de los
historiadores Griegos hace la ms mnima mencin de un presunto
origen oriental de la filosofa. (Los primeros en sostener la tesis de la
procedencia oriental de la filosofa fueron algunos orientales, por
razones de orgullo nacionalista, para atribuir a la propia cultura este
particular ttulo de gloria. As por ejemplo en la poca de los
Ptolomeos los sacerdotes egipcios al entrar en conocimiento de la
filosofa griega pretendieron defender que sta provena de la
sabidura egipcia. Y en Alejandra, a finales de la era pagana y a
comienzos de la cristiana, los judos que haban asimilado la cultura
helnica pretendieron afirmar que la filosofa griega proceda de las
doctrinas de Moiss. Si bien los filsofos griegos, ya en la poca
cristiana, sostuvieron la tesis segn la cual la filosofa provena de
los sacerdotes de Oriente animados por inspiracin divina, esto no
prueba nada, porque en aquel momento tales filsofos haban
perdido la confianza en la filosofa entendida clsicamente y
aspiraban a una especie de autolegitimacin en oposicin a los
cristianos, que presentaban la inspiracin divina de sus textos.)
b) Se ha demostrado histricamente que los pueblos
orientales con los que entraron en contacto los griegos posean una
forma de sabidura constituida por convicciones religiosas, mitos
teolgicos cosmognicos, pero no una ciencia filosfica basada slo
en la razn (en el logos, como dicen los griegos). Posean, pues un
tipo de sabidura anloga a la que los propios griegos posean antes
de crear la filosofa.
c) En cualquier caso, no ha llegado a nuestro conocimiento
ninguna utilizacin por parte de los griegos de escritos orientales o
de traducciones de estos. Es impensable que antes de Alejandro
hayan podido llegar a Grecia doctrinas provenientes de los indios o
de otros pueblos de Asia, o que en la poca en la que surgi en
Grecia la filosofa haya habido griegos capaces de entender el
razonamiento de un sacerdote egipcio o de traducir libros egipcios.
d) en la hiptesis (que habra que demostrar) de que alguna
idea de los filsofos griegos tenga antecedentes especficos en la
sabidura oriental v que haya podido derivarse de sta, no cambiara
la esencia del problema que estamos discutiendo. A partir del
momento en que naci en Grecia, la filosofa represent una nueva
forma de expresin espiritual, la cual en el preciso instante en que
acoga contenidos provenientes de otras formas de vida espiritual
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los transformaba estructuralmente, otorgndoles una forma
rigurosamente lgica.
1.3 Los conocimientos cientficos egipcios y caldeos, y
el modo en que fueron transformados por los griegos.
En cambio los griegos obtuvieron de los orientales algunos
conocimientos cientficos. Tomaron de los egipcios ciertos
conocimientos matemticos geomtricos, y de los babilonios
aprovecharon sus conocimientos astronmicos. Sin embargo
tambin en este caso es preciso efectuar algunas advertencias
importantes, que son indispensables para comprender la mentalidad
griega y la mentalidad occidental que se basa en aqulla.
Por lo que sabemos, la matemtica egipcia consista
primordialmente en el conocimiento de operaciones de clculo
aritmtico con finalidades prcticas, por ejemplo, medir determinadas
cantidades de vveres o dividir cierto nmero de cosas entre una
cantidad dada de personas. De forma anloga, la geometra tena un
carcter esencialmente prctico y responda a la necesidad, por
ejemplo, de volver a medir los campos despus de peridicas
inundaciones del Nilo o de proyectar y construir las pirmides.
Ahora bien, es evidente que los egipcios, al obtener estos
conocimientos matemtico-geomtricos, llevaron a cabo una
actividad racional y bastante notable por cierto. Sin embargo, en la
reelaboracin efectuada por los griegos tales conocimientos se
convirtieron en algo mucho ms consistente, realizando un salto
cualitativo propiamente dicho. En especial, a travs de Pitgoras y
los pitagricos, transformaron aquellas nociones en una teora
general y sistemtica de los nmeros y de las figuras geomtricas.
Crearon en definitiva una construccin racional orgnica, yendo
mucho ms all de los objetivos bsicamente prcticos, a los que
parecen haberse limitado los egipcios.
Lo mismo cabe decir de las nociones astronmicas. Los
babilonios las elaboraron con un propsito esencialmente prctico:
efectuar horscopos y predicciones. Los griegos en cambio las
purificaron y las cultivaron con fines primordialmente cognoscitivos
en virtud de aquel afn terico que aspira al amor de puro
conocimiento y que es el mismo afn que, como veremos, cre y
nutri la filosofa. No obstante, antes de definir en qu consiste
exactamente la filosofa y la disposicin filosfica de los griegos,
debemos exponer algunas observaciones preliminares, que poseen
un carcter esencial.
2. LAS FORMAS VITALES GRIEGAS QUE PREPARARON
EL NACIMIENTO DE LA FILOSOFA
2.1. Los poemas homricos y los poetas gnmicos
Los expertos estn de acuerdo en considerar que, para
entender la filosofa de un pueblo y de una civilizacin, es
imprescindible referirse 1) al arte, 2) a la religin y 3) a las
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condiciones sociopolticas de dicho pueblo. 1) De hecho el arte ms
elevado tiende a alcanzar de manera mtica y fantstica, es decir,
mediante la intuicin y la imaginacin, objetivos que tambin son
propios de la filosofa. 2) De forma anloga la religin aspira a
alcanzar, a travs de representaciones no conceptuales y de la fe,
determinados objetivos que la filosofa busca alcanzar mediante los
conceptos y la razn (Hegel considerar que el arte, la religin y la
filosofa son las tres categoras del Espritu absoluto). 3) No menos
importantes (y hoy se insiste mucho en este punto) son las
condiciones socioeconmicas y polticas que a menudo condicionan
el surgimiento de determinadas ideas, y que en el mundo griego en
particular, al crear las primeras formas de libertad institucionalizada y
de la democracia, han permitido el nacimiento de la filosofa, que se
alimenta de modo esencial de la libertad.
Comencemos por el primer aspecto.
Antes de que naciese la filosofa los poetas tuvieron una
enorme importancia para la educacin y la formacin espiritual del
hombre entre los griegos, mucho mayor que en el caso de otros
pueblos. Los primeros griegos buscaron alimento espiritual sobre
todo en los poemas homricos, es decir, en la Ilada y en la Odisea
(que, como se sabe, ejercieron un influjo anlogo al que la Biblia
ejerci entre los judos, al no haber en Grecia textos sagrados), en
Hesodo y en los poetas gnmicos de los siglos VII y VI a.C.
Ahora bien, los poemas homricos contienen algunas
particularidades que los diferencian de otros poemas que se hallan
en el origen de otros pueblos y de su civilizacin, y ya poseen
algunos de aquellos rasgos del carcter griego que resultarn
esenciales para la creacin de la filosofa.
a) Los especialistas han hecho notar que los poemas
homricos, aunque estn repletos de imaginacin, de situaciones y
de acontecimientos fantsticos, casi nunca entran en la descripcin
de lo monstruoso y de lo deforme (cosa que en cambio sucede a
menudo en las manifestaciones artsticas de los pueblos primitivos).
Esto significa que la imaginacin homrica ya est estructurada
segn un sentido de la armona, de la proporcin, del lmite y de la
medida; como tendremos ocasin de ver, la filosofa elevar todos
estos factores al rango de principios ontolgicos.
b) Adems, se ha advertido que el arte de la motivacin
constituye en Homero una autntica constante. El poeta no se limita
a narrar una serie de hechos, sino que investiga tambin sus causas
y sus razones (aunque sea a nivel mtico-fantstico). En Homero la
accin no se extiende como una desmadejada sucesin temporal: a
ella se aplica, en todo momento, el principio de razn suficiente,
cada acontecimiento recibe una rigurosa motivacin psicolgica (W.
Jaeger). Y este modo potico de contemplar las razones de las
cosas prepara aquella mentalidad que en filosofa llevar a la
bsqueda de la causa y del principio, del porqu ltimo de las
cosas.
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c) otro rasgo de la epopeya homrica consiste en tratar de
presentar la realidad en su integridad, aunque sea de forma mtica:
dioses y hombres, cielo v tierra, guerra y paz, bien y mal, alegra y
dolor, la totalidad de los valores que rigen la vida de los hombres
(pinsese por ejemplo en el escudo de Aquiles, que
emblemticamente representaba todas las cosas). Escribe W.
Jaeger: la realidad presentada en su totalidad: el pensamiento
filosfico la presenta de forma racional, mientras que la pica la
presenta de forma mtica. Cul habra de ser el puesto del hombre
en el universo, que es el tema clsico de la filosofa griega, tambin
est presente en Homero en todo momento.
Para los griegos fue importante la Teogona de Hesodo,
que esbozaba una sntesis de toda una serie de materiales
preexistentes, relativos a dicho tema. La teogona cuento el
nacimientoDe todos los dioses. Y puesto que muchos dioses
coinciden con partes del universo y con fenmenos csmicos, la
teogona se convierte asimismo en cosmogona, es decir, en una
explicacin mtico-potica y fantstica de la gnesis del universo y
de los fenmenos csmicos, a partir del Caos originario, que fue el
primero en aparecer. Este poema allan el camino a la cosmologa
filosfica posterior, que abandonando la fantasa buscar
mediante la razn el primer principio de origen a todo.
El propio Hesodo, con su otro poema Los trabajos y los
das, pero sobre todo los poetas posteriores, imprimieron en la
mentalidad griega algunos principios que sern de gran importancia
para la constitucin de la tica filosfica y, ms en general, del
pensamiento filosfico antiguo. Se exalta la justicia como valor
supremo. Presta odos a justicia y olvida del todo la superchera,
afirma Hesodo. En la justicia ya estn incluidas todas las virtudes,
dice Foclides. Ir, sin desviarme por aqu o por all, por el camino
recto: porque slo debo pensar cosas justas, escribe Tegnides y
agrega: ...s justo, nada hay mejor. Para Soln el pensamiento de
la justicia es un factor central. Y la justicia se convertir en concepto
ontolgico, adems de tico y poltico, en muchos filsofos y
especialmente en Platn.
Los poetas lricos tambin fijaron de modo estable otra
nocin: el concepto de lmite, es decir, del ni demasiado ni
demasiado poco, el concepto de la justa medida, que constituye el
rasgo ms peculiar de la mentalidad griega. Y goza de las alegras,
y dulete de los males, pero no demasiado, dice Arquloco. No
demasiado celo: lo mejor est en el medio; y permaneciendo en el
medio, alcanzars la virtud, dice Tegnides. Nada en exceso,
dice Soln. La mesura es lo mejor, afirma una de las sentencias
de los Siete Sabios, que recapitularon toda la sabidura griega,
cantada sobre todo por los poetas gnmicos. El concepto de
mesura constituir el centro del pensamiento filosfico clsico.
Recordemos una ltima mxima, atribuida a uno de los
sabios antiguos y grabada en el templo de Delfos dedicado a Apolo:
Concete a ti mismo. Esta mxima, que fue clebre entre los
egipcios, no slo se transformar en el lema del pensamiento
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socrtico, sino tambin en el principio bsico del saber filosfico
griego hasta los ltimos neoplatnicos.
2.2. La religin pblica y los misterios rficos
El segundo elemento al que hay que referirse para entender
la gnesis de la filosofa griega, como hemos dicho antes, es la
religin. Sin embargo, cuando se habla de religin griega es preciso
distinguir entre la religin pblica, cuyo modelo es la representacin
de los dioses y del culto que nos brinda Homero, y la religin de los
misterios. Entre ambas formas de religiosidad existen numerosos
elementos comunes (como, por ejemplo, una concepcin politesta
de base), pero tambin hay diferencias importantes que en algunos
puntos relevantes (por ejemplo, la concepcin del hombre, el sentido
de su vida y de su destino ltimo) constituyen anttesis en sentido
estricto. Ambas formas de religin son muy importantes para explicar
el nacimiento de la filosofa, pero, al menos desde ciertos puntos de
vista, la segunda forma posee una especial importancia.
Empecemos por mencionar algunos rasgos esenciales de la
primera forma de religin. Para Homero y para Hesodo, que
constituyen el punto de referencia para las creencias propias de la
religin pblica, puede decirse que todo es divino, porque todo lo
que sucede se explica en funcin de las intervenciones de los
dioses. Los fenmenos naturales son provocados nmenes: Zeus
lanza rayos y truenos desde las alturas del Olimpo, el tridente de
Poseidn provoca las tempestades marinas, el sol es transportado
por el clorado carro de Apolo y as sucesivamente. Adems, la vida
colectiva de los hombres, la suerte de las ciudades, las guerras y las
paces son imaginadas como vinculadas a los dioses de un modo no
accidental y, en ocasiones, realmente esencial.
Quines son, empero, estos dioses? Como han puesto de
manifiesto desde hace tiempo los expertos, estas deidades son
fuerzas naturales personificadas a travs de formas humanas
idealizadas, o bien son fuerzas y aspectos de hombre que han sido
sublimados, hipostasiados y han descendido con esplendidas
semblanzas antropomrficas. (Adems de los ejemplos antes
mencionados, recordemos que Zeus es la personificacin de la
justicia, palas Atenea de la inteligencia, Afrodita del amor y as
sucesivamente.) Estos dioses, por tanto, son hombres amplificados e
idealizados y, en consecuencia, slo difieren de nosotros en cantidad
y no en cualidad. Ddebido a ello los especialistas consideran que la
religin pblica de los griegos constituye una forma de naturalismo.
Consiguientemente, lo que esta le exige al hombre no es y no
puede ser un radical cambio interior, un elevarse por encima de s
mismo, sino, por lo contrario, seguir a su propia naturaleza. Todo lo
que se pide al hombre es que haga en honor de los dioses aquello
que es conforme a la propia naturaleza. La primera filosofa griega
fue tan naturalista como la religin pblica griega, y la referencia a la
naturaleza se convirti en una constante del pensamiento griego a lo
largo de todo su desarrollo histrico.
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Sin embargo, la religin pblica no fue sentida por todos los
griegos como plenamente satisfactoria y esto hizo que se
desarrollaran en crculos restringidos los misterios, que posean
creencias especficas (aunque encuadradas en el politesmo
general) y prcticas que les eran propias. Los misterios que
influyeron sobre la filosofa griega fueron los misterios rficos, sobre
los cuales hablaremos brevemente. El orfismo y los rficos hacen
derivar su denominacin del poeta Orfeo, su presunto fundador,
cuyos rasgos histricos se hallan completamente ocultos por la
niebla del mito. El orfismo posee una importancia particular porque,
como han reconocido los estudiosos modernos, introduce en la
civilizacin griega un nuevo esquema de creencias y una nueva
interpretacin de la existencia humana Mientras que la concepcin
griega tradicional, a partir de Homero, afirmaba que el hombre era un
ser mortal y consideraba que la muerte significaba el final definitivo
de su existencia, el orfismo proclama la inmortalidad del alma y
concibe al hombre segn el esquema dualista que contrapone
cuerpo v alma.
El ncleo de las creencias rficas puede resumirse del modo
siguiente:
a) En el hombre se alberga un principio divino, un demonio
(alma), que cae en un cuerpo debido a una culpa originaria.
b) este demonio no slo preexiste al cuerpo, sino que no
muere junto con el cuerpo y est destinado a reencarnarse en
cuerpos sucesivos, a travs de una serie de renacimientos, para
expiar aquella culpa originaria.
c) La vida rfica, con sus ritos y sus prcticas, es la nica
que est en condiciones de poner fin al ciclo de las reencarnaciones,
liberando as el alma de su cuerpo.
d) Para quien se haya purificado (para los iniciados en los
misterios rficos) hay un premio en el ms all (para los no iniciados,
existen castigos).
En algunas inscripciones rficas halladas en los sepulcros de
seguidores de esta secta pueden leerse, entre otras cosas, estas
palabras que resumen el ncleo central de su doctrina: Algrate, t
que has soportado la pasin: esto, antes, no lo habas padecido an.
De hombre has nacido Dios; feliz y dichossimo, sers Dios y no
mortal; de hombre nacers Dios, porque procedes de lo divino.
Esto significa que el destino ltimo del hombre consiste en volver a
estar cerca de los dioses.
La idea de los premios y de los castigos de ultratumba
surgi, como es evidente, para eliminar lo absurdo que a menudo se
constata sobre la tierra y que hace que los virtuosos sufran y los
viciosos gocen. Como seala E. Dodds, quizs surge la idea de la
reencarnacin (metempsicosis) el traslado del alma de cuerpo en
cuerpo como una explicacin de por qu sufren aquellos que
parecen inocentes. En realidad, si cada alma tiene una vida previa y
si existe una culpa original, nadie es inocente y todos expan culpas
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de diversa gravedad, cometidas durante las vidas anteriores,
adems de la culpa originaria: Y toda esta suma de padecimientos,
en este mundo y en el otro, slo es una parte de la larga educacin
del alma, que hallar su final definitivo en la liberacin del ciclo de
nacimientos y en el retorno del alma a sus orgenes. Slo de este
modo, y en relacin con el tiempo csmico, puede realizarse del todo
para cada alma la justicia entendida en sentido arcaico, es decir,
de acuerdo con la ley quien haya pecado, lo pagar (E. Dodds).
Gracias a este nuevo esquema de creencias, el hombre vea
por primera vez que en s mismo se contraponan dos principios, que
se hallaban en contraste y en lucha entre s: el alma (demonio) y el
cuerpo (como tumba o lugar de expiacin del alma). Se resquebraja,
por lo tanto, la visin naturalista; el hombre comprende que hay que
reprimir algunas tendencias ligadas al cuerpo y se convierte en
objetivo vital purificar de lo corpreo el elemento divino.
No obstante, hay que tener en cuenta lo siguiente. Sin el
orfismo es imposible explicar a Pitgoras, a Herclito o a
Empdocles. Y, sobre todo, no se explicara una parte esencial del
pensamiento de Platn y, luego, de toda la tradicin que se deriva de
Platn, lo cual significa que no se explicara una parte notable de la
filosofa antigua, como tendremos ocasin de ver ms adelante con
mayor detenimiento.
Es necesario formular una ltima advertencia. Los griegos no
tuvieron libros sagrados, considerados como resultado de una
revelacin divina. Por consiguiente, no poseyeron una dogmtica fija
e inmodificable. Los poetas, como hemos visto, actuaron en calidad
de vehculo difusor de sus creencias religiosas. Ademsy esto
constituye una consecuencia adicional de la ausencia de libros
sagrados y de una dogmtica fija en Grecia no pudo ni siquiera
subsistir una casta sacerdotal que custodiase el dogma (los
sacerdotes griegos tuvieron una escasa relevancia y un poder
reducidsimo porque, adems de no poseer la prerrogativa de
conservar dogmas, tampoco se les atribuy la exclusividad en las
ofrendas religiosas y en la realizacin de sacrificios).
La carencia de dogmas y de personas encargadas de
custodiarlos otorg una amplia libertad al pensamiento filosfico, que
no hall obstculos como los que habra encontrado en
comunidades orientales, donde la existencia de dogmas y de
custodios de los dogmas habra provocado restricciones difcilmente
superables. Por tal motivo, los estudiosos subrayan con toda justicia
esta circunstancia favorable al nacimiento de la filosofa que se dio
entre los griegos y que no tiene ningn paralelo en la antigedad.
2.3. Las condiciones socio-poltico-econmicas que
favorecieron el surgimiento de la filosofa
Ya desde el pasado siglo, y sobre todo en el siglo actual, los
historiadores tambin han puesto de relieve con justicia el hecho de
la libertad poltica de la que se beneficiaron los griegos, en
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13
comparacin con los pueblos orientales. El hombre oriental se vea
obligado a una obediencia ciega al poder religioso y poltico. Ya
hemos mencionado la gran libertad que posean los griegos en lo
que respecta a la religin. Por lo que se refiere a la situacin poltica,
la cuestin es ms compleja; sin embargo, cabe afirmar que tambin
en este mbito los griegos gozaban de una situacin privilegiada, ya
que por primera vez en la historia lograron crear instituciones
polticas libres.
Durante los siglos VII y VI a.C. Grecia sufri una
transformacin considerable, desde el punto de vista
socioeconmico. Antes era un pas primordialmente agrcola, pero a
partir de entonces comenz a desarrollarse cada vez ms la
industria artesana y el comercio. Se hizo necesario por lo tanto
fundar centros de representacin comercial, que surgieron primero
en las colonias jnicas, sobre todo en Mileto, y ms tarde en otras
partes. Las ciudades se convirtieron en centros comerciales
florecientes, lo cual provoc un notable aumento de la poblacin. La
nueva clase de comerciantes y de artesanos logr paulatinamente
una considerable fuerza econmica y se opuso a la concentracin
del poder poltico que se hallaba en manos de la nobleza
terrateniente. En las luchas. Que emprendieron los griegos para
transformar las viejas formas aristocrticas de gobierno en las
nuevas formas republicanas, seala E. Zeller, haba que reavivar y
aplicar todas las fuerzas; la vida pblica abra el camino a la ciencia
y el sentimiento de la joven libertad deba otorgar al carcter del
pueblo griego un impulso del que la actividad cientfica no poda
verse exenta. S, junto con la transformacin de las condiciones
polticas y en una activa emulacin, se establecieron las bases de
florecimiento artstico y cientfico de Grecia, no puede negarse la
vinculacin existente entre ambos fenmenos; cabalmente, en los
griegos por completo y de la manera ms caracterstica la
cultura es aquello que siempre ser en la vida saludable de un
pueblo, es decir, ser al misino tiempo fruto v condicin de la
libertad.
Empero hay que sealar un hecho muy importante, que
confirma a la perfeccin lo que acabamos de decir: la filosofa
nacin en las colonias antes que en la metrpoli y, ms
exactamente, primero en las colonias de Oriente, en el Asia Menor
(en Mileto), e inmediatamente despus en las colonias de Occidente,
en Italia meridional. A continuacin, se traslad a la metrpoli. Esto
sucedi as porque las colonias, gracias a su laboriosidad y a su
actividad comercial, alcanzaron primero un bienestar y, debido a la
lejana de la metrpoli, pudieron establecer instituciones libres antes
que sta. Las ms favorables condiciones socio-poltico-econmicas
de las colonias, junto con los factores sealados en los pargrafos
precedentes, fueron los que permitieron que la filosofa surgiese y
floreciese en ellas. Luego, una vez que hubo pasado a la metrpoli,
alcanz sus cimas ms altas en Atenas, esto es, en la ciudad en que
floreci la mayor libertad de que hayan disfrutado los griegos. Por lo
tanto la capital de la filosofa griega fue la capital de la libertad
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griega.
Queda por mencionar un ltimo elemento. Al constituirse y
consolidarse la polis, es decir, la ciudad-estado, el griego no
consider que este fenmeno comportase una anttesis o una traba
a su propia libertad; por lo contrario se vio llevado a tomarse
esencialmente a s mismo como ciudadano. Para los griegos el
hombre lleg a coincidir con el ciudadano mismo. As, el Estado se
convirti en el horizonte tico del hombre griego y sigui sindolo
hasta la poca helenstica. Los ciudadanos sintieron los fines del
Estado como sus propios fines, el bien del Estado como su propio
bien, la grandeza del Estado como la propia grandeza y la libertad
del Estado como la propia libertad.
Si no se tiene presente esto, no se puede entender gran
parte de la filosofa griega, en particular la tica y toda la poltica en
la poca clsica, y ms tarde la compleja evolucin de la poca
helenstica.
Despus de estas indicaciones preliminares, estamos en
condiciones de hacer frente a la definicin de concepto griego de
filosofa.
3. EL CONCEPTO Y LA FINALIDAD DE LA FILOSOFA
ANTIGUA
3.1. Los rasgos esenciales de la filosofa antigua
La tradicin afirma que fue Pitgoras el creador del trmino
filo-so-fa, lo cual resulta verosmil, si bien no es algo comprobado
desde el punto de vista histrico. Sin duda el trmino fue acuado
por un espritu religioso, que presupona que slo a los dioses les
era posible una Sofa (una sabidura), es decir, una posesin cierta y
total de la verdad, mientras que consideraba que al hombre slo le
era posible una tendencia a la Sofa, una continuada aproximacin a
la verdad, un amor al saber jams del todo satisfecho, de donde
surge precisamente el nombre de filo-Sofa, amor a la sabidura
Oue entendieron los griegos, en esencia, al hablar de esta
amada sabidura?
Desde el momento en que naci, la filosofa asumi de un
modo terminante las tres caractersticas siguientes, que hacen
referencia a a) su contenido, b) su mtodo, y c) su objetivo.
a) en lo que concierne al contenido, la filosofa se propone
explicar la totalidad de las cosas, es decir toda la realidad sin
exclusin de partes o de momentos.
Por lo tanto, la filosofa se distingue de las ciencias
particulares, que precisamente se llaman as porque se limitan a
explicar partes o sectores de la realidad, grupos de cosas o de
fenmenos. La pregunta de aquel que fue y que es considerado
como el primero de los filsofos, cul es el principio de todas las
cosas? ya nos muestra la plena adquisicin de este aspecto. En
consecuencia la filosofa se propone como objeto la realidad y el ser
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en su conjunto. Y veremos que a la realidad y al ser en su conjunto
se llega mediante el descubrimiento del primer principio, esto es, el
primer porqu de las cosas.
b) En lo que concierne al mtodo, la filosofa aspira a ser una
explicacin puramente racional de aquella totalidad que se plantea
como objeto, en filosofa resulta vlido el argumento de razn, la
motivacin lgica, el logos. A la filosofa no le basta con constatar o
comprobar datos de hecho, reunir experiencias: la filosofa debe ir
ms all del hecho, ms all de las experiencias, para hallar la causa
o las causas, precisamente a travs de la razn.
Este es el carcter que confiere cientificidad a la filosofa. Se
dir que este rango tambin es comn a las dems ciencias, que en
cuanto tales minea son una mera comprobacin emprica, sino en
todos los casos una bsqueda de causas y de razones. La diferencia
reside en el hecho de que, mientras que las ciencias particulares son
investigaciones racionales de realidades particulares o de sectores
particulares, la filosofa, como ya se ha dicho, es investigacin
racional de toda la realidad (del principio o de los principios de toda
la realidad). Con esto queda aclarada la diferencia entre filosofa,
arte y religin. Tambin el arte y las grandes religiones aspiran a
captar el sentido de la totalidad de lo real, pero aqul lo hace
mediante el mito y la fantasa, y stas, a travs de la creencia y de la
fe (como hemos dicho anteriormente). En cambio la filosofa busca la
explicacin de la totalidad de lo real precisamente con el logos.
c) El objetivo o la finalidad de la filosofa, por ltimo, reside
en el puro deseo de conocer y de contemplar la verdad/ En definitiva
la filosofa griega constituye un amor desinteresado a la verdad.
Segn Aristteles, los hombres al filosofar buscaban el conocer con
la finalidad de saber y no para conseguir una utilidad prctica. De
hecho la filosofa nace nicamente despus que los hombres han
solucionado los problemas fundamentales de la subsistencia y se
han liberado de las necesidades materiales ms urgentes. Es
evidente, puesconcluye Aristteles, que no buscamos la filosofa
por algn provecho que le sea ajeno a sta y ms bien es evidente
que, al igual que llamamos hombre libre a aquel que es un fin en s
mismo y que no est sojuzgado por otros, asimismo slo sta, entre
todas las dems ciencias, recibe el nombre de libre: slo ella es fin
en s misma. Es fin en s misma porque tiene como punto de mira la
verdad buscada, contemplada y disfrutada como tal. Se entiende,
por lo tanto, la afirmacin de Aristteles: Todas las dems ciencias
sern ms necesarias que esta, poro ninguna ser superior. Tal
afirmacin fue compartida por toda la filosofa griega.
Se impone, empero, una reflexin. La contemplacin que es
peculiar de la filosofa griega no equivale a un otium vaco. Es
verdad que no se halla sometida a fines utilitarios, pero posee una
relevancia moral e incluso poltica de primer orden. Resulta evidente
que al contemplar el todo cambian necesariamente todas las
perspectivas acostumbradas, se transforma la visin del significado
de la vida humana y aparece una nueva jerarqua de valores. La
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verdad contemplada revela una enorme energa moral y, como
veremos, precisamente sobre la base de esta energa moral, Platn
construir su Estado ideal. Ms adelante estaremos en condiciones
de desarrollar y aclarar estos conceptos.
Mientras tanto se hace manifiesta la absoluta originalidad de
esta creacin griega. Tambin los pueblos orientales poseyeron una
sabidura que trataba de interpretar el sentido de todas las cosas (el
sentido del todo) y que careca de finalidades pragmticas. No
obstante, dicha sabidura estaba caracterizada por representaciones
fantsticas y mticas, lo cual la asimilaba a la esfera del arte, de la
poesa o de la religin. En conclusin, el gran descubrimiento de la
filo-Sofa griega reside en haber intentado esta aproximacin al todo
apelando nicamente a la razn (al logos) y al mtodo racional. Tal
descubrimiento ha condicionado estructuralmente, y de modo
irreversible, a todo el Occidente.
3.2. La filosofa como necesidad primaria de la mente
humana
Sin embargo, cabe preguntar: por qu ha sentido el hombre
la necesidad de filosofar? Los antiguos respondan que dicha
necesidad pertenece, de manera estructural, a la naturaleza misma
del hombre: Todos los hombresescribe Aristtelespor
naturaleza aspiran al saber. Ms an: El ejercitar la sabidura y el
conocer son deseables en s mismos para los hombres: no es
posible vivir como hombres sin tales cosas. Y los hombres tienden
al saber porque se sienten llenos de asombro o de admiracin,
afirman Platn y Aristteles: Los hombres han comenzado a
filosofar, tanto ahora como en los orgenes, debido a la admiracin:
al principio quedaban admirados ante las dificultades ms sencillas,
pero despus, avanzando poco a poco, llegaron a plantear
problemas cada vez mayores, como los problemas referentes a los
fenmenos de la luna, del sol y de los astros, y luego, los problemas
referentes al origen de todo el universo.
En consecuencia la raz de la filosofa consiste en esta
admiracin, que surge en el hombre que se enfrenta con el Todo y
se pregunta cul es el origen y el fundamento de ste, y qu lugar
ocupa l mismo en este universo. As, la filosofa es algo inevitable e
irrenunciable, precisamente porque es inevitable la admiracin ante
el ser, al igual que es irrenunciable la necesidad de satisfacerla.
Por qu existe este todo? De dnde ha surgido? Cul es
su razn de ser? Se trata de problemas que equivalen al siguiente
interrogante: por qu existe el ser y no la nada? Un caso particular
de este problema general es la pregunta: por que existe el hombre?
Por qu existo yo?
Como es evidente, se trata de problemas que el hombre no
puede dejar de plantearse, problemas que, en la medida en que
sean rechazados, desacreditan a quien los rechaza. Y son
problemas que conservan su propio sentido especfico, aun despus
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del triunfo de las ciencias particulares modernas, porque ninguna de
estas ha sido creada para resolverlos. Las ciencias solo responden a
preguntas sobre una parte pero no a preguntas sobre el sentido del
todo.
Por estas razones podremos repetir junto con Aristteles
que, no slo en los orgenes, sino ahora y siempre, tiene sentido la
vieja pregunta acerca del todo y tendr sentido mientras el hombre
experimente admiracin ante el ser de las cosas y ante su propio
ser.
3.3. Los problemas fundamentales de la filosofa antigua
En un principio la totalidad de lo real fue vista como physis
(naturaleza) y como cosmos, lo cual hizo que el problema filosfico
por excelencia fuese el cosmolgico. Los primeros filsofos, que
recibieron precisamente el nombre de fsicos, naturalistas o
cosmlogos, se plantearon los siguientes problemas: cmo surge el
cosmos? Cules son las fases y los momentos de su gnesis?
Cules son las fuerzas originarias que intervienen?
Sin embargo, con los sofistas se modifica la situacin. Entra
en crisis la problemtica del cosmos y la atencin se centra en el
hombre y en su virtud especfica. Nacer as la problemtica moral.
Gracias a las grandes construcciones sistemticas del siglo
IV a.C. la temtica filosfica se enriquecer an ms,
diferencindose determinados mbitos de problemas (vinculados con
la problemtica del todo) que ms tarde, a lo largo de toda la historia
de la filosofa, continuarn siendo puntos de referencia
paradigmticos.
Platn descubrir y tratar de demostrar que la realidad o el
ser no son de un nico gnero y que adems del cosmos sensible
existe tambin una realidad inteligible y que trasciende a lo sensible.
Por lo tanto, descubrir lo que ms tarde se denominar
metafsica (el estudio de aquellas realidades que trascienden a las
realidades fsicas).
Este descubrimiento llevar a Aristteles a distinguir entre
una fsica propiamente dicha, como doctrina de la realidad fsica, y
una metafsica, como doctrina de la realidad suprafsica, y as la
fsica llegar a significar, de un modo estable, ciencia de la realidad
natural y sensible.
Tambin los problemas morales adquirirn un carcter
especfico, distinguindose entre los dos momentos de la vida: la del
individuo y la del hombre en colectividad. Nace as la distincin entre
los problemas ticos en sentido estricto y los problemas ms
estrictamente polticos (problemas que para los griegos seguirn
estando vinculados entre s de un modo mucho ms estrecho que
para nosotros, los hombres modernos).
Con Platn y con Aristteles se plantearn de un modo
estable los problemas (que ya haban sido discutidos por los filsofos
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precedentes) de la gnesis y de la naturaleza del conocimiento, y los
problemas lgicos y metodolgicos. En realidad dichos problemas
constituyen una aplicacin ce aquel segundo rasgo que habamos
considerado como propio de la filosofa, el mtodo de la
investigacin racional. Cul es el camino que debe seguir el
hombre para llegar a la verdad? Cul es la aportacin veritativa de
los sentidos y cul la de la razn? Cul es la caracterstica de lo
verdadero y de lo falso? Cules son las formas lgicas mediante
las cuales el hombre piensa, juzga v razona? Cules son las reglas
del pensar correctamente? Cuales son las condiciones para que un
tipo de razonamiento pueda calificarse de cientfico?
En conexin con el problema lgico-gnoseolgico nace
tambin el problema de la determinacin de la naturaleza del arte y
de lo bello, en la expresin y en el lenguaje artstico y, por lo tanto,
aparecen lo que hoy llamamos problemas estticos. Relacionados
con stos, surgen los problemas de la determinacin de la
naturaleza de la retrica y del discurso retrico, es decir del discurso
que se propone convencer, utilizando la capacidad de persuadir, que
tanta importancia manifest en la antigedad.
La filosofa protoaristotlica tratar estos problemas como
algo definitivamente adquirido, dividindolos en tres grupos: 1)
problemas fsicos (ontolgico-teolgico-fsico-cosmolgicos), 2)
lgicos (y gnoseolgicos) y 3) morales.
La ltima filosofa griega, que se desarrolla ya durante la era
cristiana, acabar por responder a instancias mstico-religiosas, en
consonancia con la mentalidad de la nueva poca.
3.4. Las etapas y los perodos de la historia de la
filosofa antigua
La filosofa antigua griega y grecorromana posee una historia
ms que milenaria. Se inicia en el siglo vi a.C. y llega hasta el 529
d.C., ao en que el emperador Justiniano clausur las escuelas
paganas y orden la dispersin de sus seguidores.
A lo largo de este lapso pueden distinguirse los siguientes
perodos:
1. El perodo naturalista, caracterizado como ya se ha
dicho por el problema de la physis y del cosmos, y que entre los
siglos VI y V vio sucederse a los jnicos, los pitagricos, los
eleticos, los pluralistas y los fsicos eclcticos.
2. El perodo llamado humanista, que en parte coincide con
la ltima etapa de la filosofa naturalista y con su disolucin, y que
tiene como protagonistas a los sofistas y sobre todo a Scrates,
quien por primera vez intenta definir la esencia del hombre.
3. El momento de las grandes sntesis de Platn y de
Aristteles, que coincide con el siglo iv a.C., caracterizado en
especial por el descubrimiento de lo suprasensible y por la
explicitacin y formulacin orgnica de diversos problemas
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filosficos.
4. A continuacin viene el perodo de las escuelas
helensticas, que abarca desde la gran conquista de Alejandro
Magno hasta el final de la era pagana y que, adems del
florecimiento del cinismo, contempla la aparicin de los grandes
movimientos de epicuresmo, el estoicismo, el escepticismo y la
posterior difusin del eclecticismo.
5. El perodo religioso del pensamiento antiguo pagano,
como ya se ha sealado, se desarrolla casi por completo durante la
poca cristiana y se caracteriza sobre todo por un grandioso
renacimiento del platonismo, que culminar con el movimiento
neoplatnico. El nuevo florecimiento de las dems escuelas estar
condicionado de diversas formas por el mismo platonismo.
6. Durante este perodo nace y se desarrolla el pensamiento
cristiano, que se propone formular racionalmente el dogma de la
nueva religin y Definirlo a la luz de la razn con categoras
procedentes de los filsofos griegos.
Filn de Alejandra llevar a cabo un primer intento de
sntesis entre el Antiguo Testamento y el pensamiento griego, pero
no tenda continuadores. La victoria de los cristianos implicar
bsicamente una reflexin sobre el mensaje evanglico, a la luz de
las categoras de la razn. Sin embargo, esta coyuntura del
pensamiento griego no constituye una coronacin del pensamiento
griego, sino que indica ms bien la entrada en crisis y la superacin
de la forma de pensar de los griegos, preparando as la civilizacin
medieval y las bases de lo que ser el pensamiento cristiano
europeo. En consecuencia, este momento del pensamiento, aunque
se (cngan muy en cuenta los vnculos que posee con la ltima fase
del pensamiento pagano que se desarrolla de modo simultneo,
debe estudiarse en si mismo, en cuanto pensamiento antiguo
cristiano, y hay que considerarlo atentamente, en los nuevos mbitos
que ocupa, como premisa y fundamento del pensamiento y la
filosofa medievales.
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PARTE SEGUNDA
LA APARICIN DEL PENSAMIENTO FILOSFICO
LOS NATURALISTAS PRESOCRTICOS
Las cosas visibles son un vislumbre de lo invisible.
Demcrito y Anaxgoras
CAPTULO II
LOS NATURALISTAS O FILSOFOS DE LA PHYSIS
1. LOS PRIMEROS JNICOS Y EL PROBLEMA DEL
PRINCIPIO DE TODAS LAS COSAS
1.1. Tales de Mileto
El pensador que segn la tradicin da comienzo a la filosofa
griega es Tales, que vivi en Mileto de Jonia, probablemente durante
las ltimas dcadas del siglo VII y la primera mitad del VI a.C.
Adems de filsofo fue cientfico y prudente poltico. No se sabe que
haya escrito ningn libro. Conocemos su pensamiento nicamente a
travs de la tradicin oral indirecta.
Tales fue el iniciador de la filosofa de la physis, al afirmar
por vez primera que existe un nico principio originario, causa de
todas las cosas que son, y sostuvo que dicho principio es el agua.
Tal proposicin es importantsima, como veremos de inmediato, y
con todo derecho podra calificarse como la primera proposicin
filosfica de la que acostumbra a llamarse civilizacin occidental (A.
Maddalena). La exacta comprensin de esta proposicin permitir
entender la gran revolucin efectuada por Tales, que llev a la
creacin de la filosofa.
Principio (arkhe) no es un trmino utilizado por Tales
(quizs lo introdujo su discpulo Anaximandro, pero algunos piensan
que tiene su origen an ms tardo), si bien es el que sin duda
expresa mejor que ningn otro el concepto de aquel quid del cual
proceden todas las cosas, el principio, indica Aristteles en su
exposicin acerca del pensamiento de Tales y de los primeros
fsicos, es aquello de lo cual proceden originariamente y en lo cual
acaban por resolverse todos los seres, es una realidad que
permanece idntica durante la transmutacin de sus afecciones es
decir una realidad que contina existiendo inmutada, a travs del
proceso generador de todas las cosas.
Por tanto el principio es: a) la fuente y el origen de todas las
cosas, b) la desembocadura o el trmino ltimo de todas las cosas y
c) el respaldo permanente que rige todas las cosas (la substancia,
diremos ms adelante, apelando a una denominacin posterior). En
pocas palabras el principio puede definirse como aquello de lo cual
provienen, aquello en lo que araban v aquello por lo cual son y
subsisten todas las cosas.
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Estos primeros filsofos si no el propio Tales
denominaron este principio con el trmino physis, que significa
naturaleza, no en el sentido moderno de trmino, sino en el
sentido originario de realidad primera y fundamental, es decir
aquello que resulta primario, fundamental y persistente, en
oposicin a lo que es secundario, derivado y transitorio (I. Burnet).
Por tanto, han sido llamados fsicos o naturalistas
aquellos filsofos que, a partir de Tales y hasta el siglo V a.C.,
indagaron acerca de la physis. En consecuencia slo es posible
comprender el horizonte mental do estos primeros filsofos si
recobramos la acepcin arcaica del trmino y captamos
adecuadamente la peculiaridad que la distingue de la acepcin
moderna.
Hay que aclarar ahora el sentido de la identificacin del
principio con el agua y sus consiguientes implicaciones.
La tradicin indirecta afirma que Tales dedujo tal conviccin
de la constatacin de que el sustento de todas las cosas es
hmedo, las simientes y los grmenes de todas las cosas poseen
una naturaleza hmeda y por consiguiente la desecacin total
provoca la muerte. Puesto que la vida est ligada a la humedad y la
humedad presupone el agua, sta ser el manantial ltimo de la vida
y de todas las cosas. Todo proviene del agua, todo sustenta la
propia vida mediante el agua y todo finaliza, a su vez, en el agua.
Ya en la antigedad hubo quienes trataron de reducir el
alcance de estas afirmaciones de Tales, considerando como
antecedentes suyos las afirmaciones de quienes por ejemplo
Homero y otros consideraron al Ocano y a Tetis como padre y
madre respectivamente de las cosas. Asimismo algunos. Recordaron
la creencia segn la cual los dioses juraban sobre la Estigia (laguna
de los infiernos y, por lo tanto, agua), sealando que aquello sobre lo
cual se jura constituye precisamente lo primero y lo supremo (el
principio). Sin embargo es muy clara la diferencia entre la postura de
Tales y estas otras que acabamos de mencionar. Tales basa sus
afirmaciones en el puro razonamiento, en el logos, y los otros en
cambio se basaban en la imaginacin y en el mito. Aqul presenta
una forma de conocimiento que procede de argumentaciones
racionales, mientras que estos slo aducen creencias fantstico-
poticas. Por lo dems, el nivel de racionalidad al que ya se haba
elevado Tales, tanto en general como en particular, lo demuestra el
hecho de haber investigado los fenmenos celestes hasta el punto
de predecir (ante el estupor de sus conciudadanos) un eclipse,
quizs el del 585 a.C. Tambin se halla ligado con su nombre un
teorema clebre de la geometra.
No se debe creer, empero, que el agua de Tales consiste en
el elemento fsico-qumico que bebemos. El agua de Tales hay que
considerarla de una manera totalizante, como aquella physis lquida
originaria, de la que todo se deriva y de la que el agua que bebemos
no es ms que una de sus mltiples manifestaciones. Tales es un
naturalista en el sentido antiguo del trmino y no un materialista en el
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sentido moderno y contemporneo. En la prctica su agua llegaba a
coincidir con lo divino. Dios, deca es la cosa ms antigua, porque
no es generado, es decir, porque es principio. Se introduce as
una nueva concepcin de Dios: se trata de una concepcin en la
que predomina la razn y que se halla destinada como tal a
eliminar muy pronto todos los dioses del politesmo fantstico-
potico de los griegos.
Y cuando Tales afirmaba adems que todo est lleno de
dioses, quera decir que todo est penetrado por el principio
originario. Puesto que el principio originario es vida, todo est vivo y
todo tiene un alma (panpsiquismo). Adujo el ejemplo del imn que
atrae el hierro como prueba de la universal animacin de las cosas
(la fuerza del imn es una manifestacin de su alma, de su vida).
Con Tales el logos humano se introduce con seguridad en la
senda de la conquista de la realidad en su integridad (el problema
del principio de todas las cosas) y en algunas de sus partes
(aquellas que constituyen el objeto de las ciencias particulares, que
es la denominacin que hoy les damos).
1.2. Anaximandro de Mileto
Anaximandro, nacido hacia el final del siglo vn a.C. y muerto
a principios de la segunda mitad del siglo vi, fue probablemente
discpulo de Tales. Compuso un tratado Sobre la naturaleza, del cual
nos ha llegado un fragmento. Constituye el primer tratado filosfico
de Occidente y el primer escrito en prosa de los griegos. Se haba
vuelto necesaria una nueva forma de composicin literaria ya que el
logos deba quedar libre de las cadenas de la mtrica y del verso,
para responder con plenitud a sus propias exigencias. Anaximandro
intervino ms activamente an que Tales en la vida poltica. Se nos
narra, adems, que comand la colonia que emigr desde Mileto a
Apolonia.
Con Anaximandro se profundiza en la problemtica del
principio. Considera que el agua ya es algo derivado y que el
principio (arkhe) consiste en cambio en lo infinito, es decir en una
naturaleza (physis) in-finita e in-definida, de la cual provienen
absolutamente todas las cosas que son.
El trmino utilizado por Anaximandro es a-peirn, que
significa aquello que carece de lmites tanto externos (lo que es
espacialmente y, por tanto, cuantitativamente infinito) como internos
(lo que es cualitativamente indeterminado). Precisamente porque no
est limitado cuantitativa y cualitativamente, el principio apeiron
puede dar origen a todas las cosas, de limitndose en diversas
formas. Este principio abraza y circunda, gobierna y rige todo,
porque en tanto que de-limitacin y de-terminacin suya, todas las
cosas se generan de l, con-sisten y son en l.
Esto infinito aparece como lo divino, porque es inmortal e
indestructible Anaximandro no slo atribuye aqu a su principio las
prerrogativas que Homero y la tradicin antigua atribuan a los
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dioses, esto es, la inmortalidad v el rigor v gobernarlo todo, sino que
va ms all, especificando que la inmortalidad del principio debe ser
tal que no admita un fin, pero tampoco un inicio. Las antiguas
deidades no moran, pero nacan. En cambio lo divino de
Anaximandro no nace, al igual que no mucre. De este modo, como
se ha sealado a propsito de Tales, queda socavada la base en
que se apoyan las teogonas, es decir, las genealogas de los
dioses en el sentido utilizado por la mitologa tradicional griega.
As se comprende an mejor lo que antes hemos afirmado.
Estos primeros filsofos presocrticos son naturalistas en el sentido
de que no contemplan lo divino (el principio) como algo distinto del
mundo, sino como la esencia del mundo. Sin embargo no tienen
ninguna relacin con concepciones de tipo materialista ateo.
En Anaximandro, pues, Dios se convierte en el principio,
mientras que los dioses se convierten en los mundos, los universos
que como veremos son muy numerosos; stos, en cambio,
nacen y perecen de forma cclica.
Tales no se haba planteado la pregunta acerca de cmo y
por qu tocias las cosas proceden del principio. Anaximandro s se la
plantea y el fragmento de su tratado que ha llegado hasta nosotros
contiene la respuesta a este problema: All donde las cosas
encuentran su nacimiento, tambin se lleva a cabo su disolucin, de
acuerdo con la necesidad; recprocamente se sufre la pena y se
paga la culpa de la injusticia, segn el orden del tiempo.
Anaximandro probablemente pensaba que el mundo est
constituido por una serie de contrarios, y que stos tienden a
atropellarse el uno al otro (calor y fro, sequedad y humedad, etc.).
La injusticia consistira precisamente en este atropello. El tiempo es
visto como un juez, en cuanto asigna un lmite a cada uno de los
contrarios, acabando con el predominio de uno sobre otro, y
viceversa. Como es obvio, no slo es injusticia la alternancia de los
contrarios, sino tambin el ejercicio mismo de los contrarios, puesto
que para cada uno de ellos nacer implica de inmediato
contraponerse al otro contrario. Y dado que el mundo nace de la
escisin de los contrarios, en esto reside la primera injusticia, que
habr que expiar mediante la muerte (el fin) del mundo mismo, que
ms tarde volver a nacer de acuerdo con determinados ciclos
temporales, indefinidamente.
Existe por lo tanto, tal como algn especialista ha sealado
con precisin, una doble injusticia y por consiguiente una doble
necesidad de expiacin: a) por una parte, que el mundo haya nacido
a travs de la escisin en opuestos de la unidad del principio, y b)
por otra, el intento que despus de la escisin lleva a cabo cada
uno de los opuestos de usurpar, lleno de odio hacia el otro, la
condicin de nico superviviente y dominador, que sera al mismo
tiempo una usurpacin del lugar y de los derechos de lo divino,
inmortal e indestructible (R. Mondolfo). Parece innegable que en
esta concepcin (como han sealado muchos autores) se han
filtrado nociones religiosas de talante rfico. Ya hemos indicado que
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para el orfismo resulta central la idea de una culpa originaria y de la
expiacin de sta y, por lo tanto, el concepto de una justicia
equilibradora. Con relacin a este punto el logos de Anaximandro
toma en prstamo su idea central de las representaciones religiosas.
Su discpulo Anaxmenes, como veremos, intentar ofrecer una
respuesta puramente racional a este problema.
Al igual que el principio es infinito, tambin son infinitos los
mundos, como va se ha sealado, en el sentido de que este mundo
nuestro es uno ms en la serie de mundos que lo han precedido y
que lo seguirn (dado que cada mundo nace, vive v mucre), v en el
sentido de que nuestro mundo coexiste al mismo tiempo con una
serie infinita de otros mundos (y todos ellos nacen y mueren de
forma anloga).
A continuacin expondremos cmo explica Anaximandro la
gnesis del cosmos. Los dos primeros contrarios fundamentales el
calor y el fro se generaron mediante un movimiento, que es
eterno. El fro, elemento de origen lquido, habra sido en parte
transformado en aire, por el fuego-calor que formaba la esfera
circundante. La esfera del fuego se habra dividido en tres partes,
dando origen a la esfera del sol, la de la luna y la de los astros. El
elemento lquido se habra congregado en las cavidades de la tierra,
constituyendo los mares.
La tierra, a la que se atribuye una forma cilndrica,
permanece suspendida sin que nada la sostenga, pero se mantiene
en su lugar debido a la igual distancia entre todas sus partes, es
decir, por una especie de equilibrio de fuerzas. Del elemento lquido,
y por la accin del sol, nacieron los primeros animales de estructura
elemental, de los que fueron poco a poco desarrollndose los
animales ms complejos.
El lector superficial se equivocara si juzgase estas opiniones
como algo excesivamente pueril, ya que como hace tiempo han
puesto en claro los expertos se trata de una visin notablemente
anticipadora. Pinsese, por ejemplo, en la osada de representar la
tierra sin necesidad de un sostn material (en Tales la tierra flotaba,
es decir, se apoyaba sobre el agua) y regida por un equilibrio de
fuerzas. Tngase en cuenta, adems, la modernidad de la idea de
que la vida se haya originado mediante animales acuticos y el
consiguiente traslucirse (aunque de forma extremo primitiva) de la
nocin de evolucin de las especies vivientes. Esto es suficiente
para dar a entender cunto haba avanzado el logos, ms all del
mito.
1.3. Anaxmenes de Mileto
Tambin en Mileto vivi Anaxmenes, discpulo de
Anaximandro, en el siglo vi a.C., de cuyo escrito Sobre la naturaleza
en sobria prosa jnica nos han llegado tres fragmentos, adems
de testimonios indirectos.
Anaxmenes piensa que, en efecto, el principio debe ser
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infinito, pero que hay que pensarlo como aire infinito, substancia
area ilimitada. Escribe: Al igual que nuestra alma (es decir, el
principio que da la vida), que es aire, nos sostiene y nos gobierna,
as el soplo y el aire abrazan todo el cosmos. Ms an: El aire
est cerca de lo incorpreo (en el sentido de que no tiene forma ni
lmites como los cuerpos y es invisible), y puesto que nosotros
nacemos gracias a su flujo, es preciso que sea infinito y rico, para
que jams desaparezca. El motivo por el cual Anaxmenes
conceba el .me como lo divino es algo evidente, basndonos en lo
que hemos dicho antes a propsito de los dos milesios anteriores.
En cambio queda por aclarar la razn por la que
Anaxmenes eligi como principio el aire. Obviamente experimentaba
la necesidad de introducir una physis que permitiese deducir de ella
todas las cosas de un modo ms lgico y ms racional que el
empleado por Anaximandro. En efecto, por su naturaleza
extremadamente mvil, el aire se presta muy bien (bastante ms que
lo infinito de Anaximandro) a ser concebido como en movimiento
perenne. Adems el aire se presta mejor que cualquier otro
elemento a las variaciones y las transformaciones necesarias para
dar origen a las diversas cosas. Al condensarse se enfra y se
convierte en agua y luego en tierra, y al lentificarse, se calienta y se
convierte en fuego. Un terminante testimonio antiguo nos relata:
Anaxmenes dice que el fro es la materia que se contrae y se
condensa, mientras que el calor es la materia dilatada y lentificada
(precisamente sta es la expresin que utiliza). Por eso, no sin razn
segn Anaxmenes se dice que el hombre deja salir de su boca
el calor y el fro: la respiracin se enfra si los labios apretados la
comprimen, pero en cambio si sale de la boca abierta se calienta por
la dilatacin.
Por consiguiente la variacin cuantitativa de tensin de la
realidad originaria da origen a todas las cosas. En cierto sentido
Anaxmenes representa la manifestacin ms rigurosa y ms lgica
del pensamiento de la Escuela de Mileto, porque con el proceso de
condensacin y enrarecimiento se introduce la causa dinmica de la
que Tales an no haba hablado y que Anaximandro haba
determinado apelando exclusivamente a concepciones rficas.
Anaxmenes suministra as una causa en perfecta armona con el
principio y, en consecuencia, en pleno acuerdo con el significado de
la physis. Se entiende por lo tanto que los pensadores siguientes se
refieran a Anaxmenes como a la expresin paradigmtica y al
modelo del pensamiento jnico. Cuando en el siglo v a.C. reviva este
pensamiento como veremos ms adelante ser la physis del
principio-aire de Anaxmenes la que inspire tal recuperacin.
1.4. Herclito de feso
Herclito vivi entre los siglos VI y V a.C., en feso. Tena
un carcter hurao y un temperamento esquivo y desdeoso. No
quiso participar de ninguna forma en la vida pblica: Habindole
rogado sus conciudadanos que promulgase leyes para la ciudad,
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escribe una fuente antigua, se rehus, porque aqulla ya haba
cado bajo el poder de la mala constitucin. Escribi un libro titulado
Sobre la naturaleza, del cual nos han llegado numerosos
fragmentos, constituido quizs por una serie de aforismos, y
voluntariamente redactado de manera obscura, con un estilo que
recuerda las sentencias de los orculos, para que se acercasen all
slo aquellos que podan y el vulgo permaneciese alejado. Hizo
esto con el propsito de evitar el menosprecio y las burlas de
aquellos que, al, leer cosas aparentemente fciles, creen entender lo
que en realidad no entienden. Debido a esto fue llamado Herclito
el obscuro.
Los milesios haban advertido el dinamismo universal de las
cosas que nacen, crecen y mueren y del mundo, (o ms bien de los
mundos que se hallan sometidos al mismo proceso.) Adems,
haban considerado que el dinamismo era un rasgo esencial del
principio que genera, rige y reabsorbe todas las cosas. Sin embargo,
no haban elevado a nivel temtico. De un modo adecuado, este
aspecto de la realidad. Y esto fue lo que hizo Herclito. Todo se
mueve, todo fluye (panta rhei), nada permanece inmvil y fijo,
todo cambia y se modifica sin excepcin. Podemos leer en dos de
sus fragmentos ms famosos:.No podemos baarnos dos veces en
el mismo ro y no se puede tocar dos veces una substancia mortal en
el misino estado, sino que a causa de la impetuosidad y la velocidad
de la mutacin, se dispersa y se recoge, viene y va; Bajamos y no
bajamos al mismo rio, nosotros mismos somos y no somos.
El sentido de estos fragmentos es claro: el ro es
aparentemente siempre el mismo, mientras que en realidad est
constituido por aguas siempre nuevas y distintas que llegan y se
escabullen. Por eso, no se puede baar dos veces a la misma agua
del ro, porque cuando se baja por segunda vez es otra agua la que
est llegando; y tambin, porque nosotros mismos cambiamos y en
el momento en que hemos acabado de sumergirnos en el no nos
hemos convertido en alguien distinto al que ramos en el momento
de comenzar a sumergirnos. De modo que Herclito puede afirmar
con razn que entramos y no entramos en el mismo ro. Y tambin
puede decir que somos y no somos, porque, para ser lo que somos
en un momento determinado, debemos no-ser-ya aquello que
ramos en el instante precedente. Igualmente, para continuar
siendo, debemos de modo constante no-ser-ya aquello que somos
en cada momento. Segn Herclito, esto se aplica a toda la realidad,
sin excepcin alguna.
Indudablemente, ste es el aspecto ms conocido de la
doctrina de Herclito, que algunos de sus discpulos llevaron a
lmites extremos, como en el caso de Cratilo, que reproch a
Herclito el no haber sido lo bastante riguroso. De hecho, no slo no
podemos baarnos dos veces en el mismo ro, sino que no podemos
baarnos ni siquiera una vez, debido a la velocidad de la corriente
(en el momento en que comenzamos a sumergirnos en el ro
aparece ya otra agua y nosotros mismos antes de que se haya
acabado la inmersin, por rpida que sta haya sido ya somos
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otros, en el sentido antes explicado).
Para Herclito, sin embargo, esto no es ms que una
constatacin bsica, que sirve como punto de partida para
posteriores inferencias aun ms profundas y audaces. El devenir, al
que todo se ve obligado, se caracteriza por un continuo pasar desde
un contrario al otro: las cosas fras se calientan, las calientes se
enfran, las hmedas se secan, las secas se humedecen, el joven
envejece, lo vivo muere, pero de lo que ha muerto renace otra vida
joven, y as sucesivamente, Existe pues una guerra perpetua entre
los contrarios que se van alternando. No obstante, puesto que las
cosas slo adquieren su propia realidad en el devenir, la guerra
(entre los opuestos) es algo esencial: La guerra es madre de todas
las cosas y de todas las cosas es reina. Se trata, empero, de una
guerra advirtase con cuidado, que, al mismo tiempo, es paz, y
de un contraste que es, simultneamente, armona. El perenne fluir
de las cosas y el devenir universal se revelan como una armona de
contrarios, es decir, como una constante pacificacin entre
beligerantes, un conciliarse entre contendientes (y viceversa):
Aquello que es oposicin se concilia y de las cosas diferentes nace
la ms bella armona, y todo se engendra por medio de contrastes;
Ellos (los ignorantes) no entienden que lo que es diferente
concuerda consigo mismo; armona de contrarios, como la armona
del arco v de la lira. Solo enfrentan alternativamente los contrarios
se otorgan de forma mutua un sentido especifico: La enfermedad
convierte en dulce la salud, el hambre convierte en dulce la
saciedad, y la fatiga convierte en dulce el descanso, ni siquiera se
conocera el nombre de la justicia, si no existiese la ofensa.
Y en la armona, coinciden los opuestos: el camino que sube
y el camino que baja son un nico y mismo camino; en el circulo
son comunes el fin y el principio; la misma cosa son el viviente y el
muerto, el despierto y el durmiente, el joven y el viejo, porque estas
cosas, al cambiarse, son aqullas, y a su vez aqullas, al cambiarse,
son stas. As, todo es uno y del uno procede todo.
Esta armona y unidad de los opuestos es el principio y, por
lo tanto, Dios y lo divino: El Dios es da-noche, es invierno-verano,
es guerra y paz, es saciedad y hambre.
Hegel apreci a Herclito hasta el punto de incluir todas sus
proposiciones en la Lgica. Sin embargo, como es evidente, la
armona de los opuestos de Herclito se halla an muy lejos de la
dialctica hegeliana y radica en la filosofa de la physis. En
consecuencia, la identidad y la diversidad como han sealado con
acierto los especialistas es la de la sustancia primordial, en todas
sus manifestaciones (J. Burnet). En efecto, tanto los fragmentos
que se conservan en su obra como la tradicin indirecta indican con
claridad que Herclito ha elegido el fuego como principio
fundamental y ha considerado que todas las cosas son transfor-
maciones del fuego: Del fuego proceden todas las cosas, y el
fuego, de todas, al igual que del oro las mercancas, y de las
mercancas el oro; este orden, que es idntico para todas las
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cosas, no lo cre ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que
siempre ha sido y es y ser fuego eternamente vivo, que se
enciende segn medida y segn medida se apaga. El motivo por el
cual Herclito adjudic al fuego la naturaleza de todas las cosas es
algo obvio: el fuego expresa de modo ejemplar las caractersticas de
la mutacin continua, del contraste y de la armona. El fuego se halla
en constante movimiento, es vida que vive de la muerte del
combustible, es una continuada transformacin de ste en cenizas,
en humo y en vapores, es como afirma Herclito de su Dios
perenne necesidad y saciedad.
Este fuego es como un rayo que gobierna todas las cosas;
y lo que gobierna todas las cosas es inteligencia, es razn, es lagos,
ley racional. As, al principio de Herclito se vincula expresamente la
idea de inteligencia, que en los milesios slo quedaba implcita. Un
fragmento particularmente significativo confirma la nueva posicin de
Herclito: El Uno, el nico sabio, no quiere y quiere ser llamado
Zeus. No quiere ser llamado Zeus, si por Zeus se entiende al dios
con forma humana caracterstico de los griegos; quiere ser llamado
Zeus, si por este nombre se entiende el Dios y el ser supremo.
En Herclito emerge ya una serie de elementos
concernientes a la verdad y al conocimiento. Es preciso estar en
guardia con respecto a los sentidos, porque stos se detienen en la
simple apariencia de las cosas. Y tambin es necesario guardarse
de las opiniones de los hombres, que estn basadas sobre las
apariencias. La Verdad consiste en captar ms all de los sentidos
aquella inteligencia que gobierna todas las cosas. Herclito se sinti
una especie de profeta de dicha inteligencia, lo cual explica que sus
sentencias se asemejen a orculos y que sus palabras tengan un
carcter hiertico.
Hay que sealar una ltima idea. A pesar del planteamiento
general de su pensamiento que lo llevaba a interpretar el alma
como un fuego y, por lo tanto, a interpretar el alma sabia como la
ms cerca y a identificar la necedad con humedad Herclito
escribi una sentencia acerca del alma que se cuenta entre las ms
bellas que han llegado hasta nosotros: Jams podrs hallar las
fronteras del alma, por ms que recorras sus sendas tan profundo
es su logos. Aunque se site en el mbito de un horizonte fsico,
Herclito mediante la idea de la dimensin infinita del alma abre
aqu u resquicio en direccin a algo que se encuentra ms all,
algo no fsico. Se trata slo de un resquicio, sin embargo, aunque
realmente genial.
Herclito parece haber adoptado algunas ideas de los
rficos, afirmando de los hombres lo que sigue: Inmortales
mortales, mortales inmortales, viviendo la muerte de aqullos,
muriendo la vida de aquellos. Esto parece expresar con lenguaje
heraclitiano la idea rfica de que la vida del cuerpo es una
mortificacin del alma y la muerte del cuerpo es vida para el alma.
Al igual que los rficos, Herclito crea en castigos y premios
despus de la muerte: Despus de la muerte aguardan a los
hombres cosas que no esperan y que ni siquiera se imaginan. Sin
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embargo, no podemos determinar en qu forma Herclito pona en
relacin estas creencias rficas con su filosofa de la physis.
2. LOS PITAGRICOS Y EL NMERO COMO PRINCIPIO
2.1. Pitgoras y los llamados pitagricos
Pitgoras naci en Samos. El punto culminante de su vida
hay que situarlo alrededor del 530 a.C. y su muerte, a principios del
siglo v a.C. Digenes Laercio, el ms famoso entre los antiguos
autores de biografas de filsofos, resume as las etapas de su vida:
Joven y vido en ciencia, abandon su patria y fue iniciado en
todos los ritos mistricos, tanto en los griegos como en los brbaros.
Luego fue a Egipto...; de all paso a conocer a los caldeos y a los
magos. A continuacin en Creta con Epimnides entro en la caverna
de Ida, pero tambin en Egipto haba entrado en los santuarios y
haba aprendido los arcanos de la teologa egipcia. Desde all
regres a Samos y, al hallar a su patria bajo la tirana de Policiales,
se embarc hacia Crotona de Italia. All otorg leyes a los italiotas y
logr una gran fama junto con sus seguidores, que en nmero de
unos trescientos los administraban de manera ptima la cosa
pblica, de modo que su gobierno fue casi una aristocracia. Los
viajes a Oriente quizs fueron invenciones posteriores. En cambio es
cierto que Crotona fue la ciudad donde actu primordialmente
Pitgoras. Pero las doctrinas pitagricas tuvieron gran difusin en
muchas otras ciudades de la Italia meridional v de Sicilia: desde
Sbaris hasta Reggio, desde Locri hasta Metaponto, desde Agrigento
hasta Catania. Adems de filosfico y religioso, como se ha visto, el
influjo de los pitagricos tambin fue notable en el mbito poltico el
ideal poltico consista en una forma de aristocracia basada en
nuevos estamentos dedicados especialmente al comercio, que como
hemos dicho antes, haban logrado en las colonias un nivel elevado,
incluso antes que en la metrpoli. Se cuenta que los habitantes de
Crotona, temiendo que Pitgoras quisiese convertirse en tirano de la
ciudad.
Incendiaron el edificio en el cual estaba reunido junto con
sus discpulos. Segn algunas fuentes, Pitgoras habra muerto en
tal circunstancia; segn otras, en cambio, habra logrado huir y
habra muerto en Metaponto. A Pitgoras se le atribuyen muchos
escritos, pero los que han llegado hasta nosotros como supuesta
obra suya son falsificaciones de una poca posterior, es muy posible
que su enseanza haya sido slo o primordialmente oral.
Acerca del pensamiento originario de este filsofo, al igual
que sobre los datos reales de su vida, poco podemos decir o casi
nada en realidad. las numerosas Vidas de Pitgoras escritas con
posterioridad no son histricamente vlidas, porque nuestro filsofo
al poco tiem