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44 LATERCERA Martes 20 de marzo de 2018 ÁRBOLES EN SANTIAGO FUENTE: Estudio del Laboratorio de Geomática y Ecología del Paisaje. U. de Chile – Fondecyt /Wikipedia. INFOGRAFÍA: Francisco Solorio Estudio analizó la composición de los árboles en la Provincia de Santiago, además de las comunas de Colina, Lampa, Puente Alto y San Bernardo, durante un periodo de 12 años. (Prunus cerasifera). Originaria de Europa y Asia. (Robinia pseudoacacia) Originario de América del Norte. (Acer negundo) Originario de América del Norte. (Liquidambar styraciflua) Originaria de Centro y Norteamérica. (Acacia caven) Es capaz de soportar periodos prolongados de sequía. (Quillaja saponaria) Utilizada en programas de reforestación en suelos áridos. (Maytenus boaria) Requiere abundante humedad y es de crecimiento lento. (Cryptocarya alba) De crecimiento rápido en condiciones óptimas. 6 a 15 m 25 a 50 m 10 a 20 m 20 a 35 m 6 m 15 a 20 m 20 m 25 m ALTURA 86% SOCIEDAD TENDENCIAS El 86% de los árboles de Santiago corresponde a especies exóticas Ciruelo de flor, la robinia y el acer, entre las especies foráneas más abundantes, según estudio de la U. de Chile. Carlos González Isla “La especie exótica más abun- dante en Santiago es el cirue- lo de flor (Prunus cerasife- ra). Esta especie es originaria de Europa y Asia. En Chile central, es utilizada para de- corar calles, jardines y par- ques por sus flores púrpuras. Le sigue la robinia (Robinia pseudoacacia) y el acer (Acer negundo), ambos originarios de América del Norte”, dice Nélida Villaseñor, investiga- dora del Laboratorio de Geo- mática y Ecología del Paisaje, U. de Chile, quien acaba de publicar en la revista Urban Forestry & Urban Greening un estudio sobre la diversidad e inequidad de la distribu- ción de especies arbóreas en los 32 municipios de la pro- vincia de Santiago, además de las comunas de Colina, Lampa, Puente Alto y San Bernardo. Villaseñor, junto al acadé- mico Jaime Hernández, de la Facultad de Ciencias Foresta- les y de la Conservación de la Naturaleza de la U. de Chile, detectaron que en las comu- nas analizadas existen 6.692.000 árboles, de los cua- les el 86% corresponde a espe- cies exóticas. “En el sur de California tam- bién se ha reportado un alto porcentaje de especies exóti- cas, sin embargo, la mayoría de los estudios de arbolado urbano en ciudades del mun- do muestran un porcentaje mucho menor de especies exóticas”, advierte la investi- gadora. De acuerdo al estudio, ha- bría alrededor de 5.755.120 árboles de origen exótico, mientras que sólo 936.880 ár- boles serían de especies con- sideradas originarias de nues- tro país. Dentro de las especies forá- neas, el estudio revela que se ha duplicado la cantidad de li- quidámbar (Liquidambar styraciflua), especie origina- ria de Centro y Norteamérica. “En general, una gran canti- Investigación agrega que cantidad de árboles no ha cambiado en 12 años y que su distribución es desigual. dad de especies exóticas se percibe como negativo, por- que disminuiría la integridad ecológica del lugar y de su entorno. Por ejemplo, las es- pecies exóticas pueden inva- dir ambientes cercanos al área urbana, desplazando a las es- pecies nativas. Además, otros estudios realizados en la U. de Chile señalan que las especies exóticas caducifolias (que pierden las hojas en invierno) pueden disminuir la calidad del aire en Santiago, forman- do compuestos perjudiciales para la salud”, comenta. Además, este tipo de espe- cies están peor adaptadas al ambiente local que las espe- cies nativas, agrega Villase- ñor, esto, porque varias son afectadas por períodos de se- quía, requiriendo riego e in- volucrando un mayor gasto de mantención que las espe- cies locales o nativas. Pese al dominio de las espe- cies foráneas, en el estudio se detectó un incremento en la participación de árboles na- tivos de un 4% a un 14% entre 2002 y 2014. Entre las especies nativas más frecuentes están el espino (Acacia caven), el quillay (Quillaja saponaria), maitén (Maytenus boaria) y peumo (Cryptocarya alba). Inequidad El estudio, financiado por Fondecyt, sugiere que la can- tidad de árboles en áreas ur- banas se mantuvo estable du- rante 12 años, un panorama nada alentador para los inves- tigadores. “Los resultados de nuestro estudio sugieren que los pro- gramas de arborización no han logrado aumentar el nú- mero de árboles, sino que sólo han compensado por la pér- dida de árboles en Santiago”, advierte Villaseñor. Pero la investigación no solo alerta de que existe un estan- camiento. La inequidad en la distribución de árboles en Santiago también es un pro- blema. “En promedio, vecin- darios más acomodados tie- nen alrededor de 26 árboles por hectárea más que vecin- darios menos acomodados, y el arbolado fue más diverso, de nueve a 19 especies más”, indica Villaseñor. Un estudio anterior, en el que participó Jaime Hernán- dez, reveló, además, que la cobertura arbórea en Santia- go se incrementó casi un 6% en comunas de estrato so- cioeconómico alto en 12 años. Sin embargo, en comunas de estrato medio disminuyó casi un 4%, mientras que en co- munas de estrato bajo dismi- nuyó un 7%. Santiago del Pozo, experto en arboricultura urbana, co- menta que la plantación de árboles en las ciudades no tie- ne un encargado definido por ley. “Las municipalidades plantan árboles en calles y avenidas que son adquiridos vía licitación, debido a que tienen la responsabilidad de aseo y ornato de las veredas. Son muy pocos los casos en que las municipalidades pro- ducen sus árboles propios. Conaf también planta árboles y los dona en proyectos veci- nales y en proyectos con las municipalidades”, explica. Asimismo, precisa que la arborización de los parques es responsabilidad de las mu- nicipalidades, excepto los parques que son creados y administrados directamente por el Programa de Parques Urbanos del Ministerio de Vi- vienda y Urbanismo, dice Del Pozo, quien es partidario que la existencia de una “ley del árbol”, como la que promue- ve el diputado Mirosevic, para revertir el actual escenario de falta de ejemplares. “El proyecto de ley está di- rigido a dar forma y fortale- cer la gestión de todas las eta- pas del ciclo de vida del árbol urbano: producción de árbo- les de calidad en vivero, arbo- rización y cuidados de árbo- les juveniles, mantención de árboles adultos y cuidados de árboles añosos”, explica el experto. b “Los programas de arborización no han logrado aumentar el número de árboles”. NÉLIDA VILLASEÑOR INVESTIGADORA U. DE CHILE 6,6 millones de árboles existen en las 36 comunas de San- tiago que analizó el estudio.

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44 LATERCERA Martes 20 de marzo de 2018

ÁRBOLES EN SANTIAGO

FUENTE: Estudio del Laboratorio de Geomática y Ecología del Paisaje. U. de Chile – Fondecyt /Wikipedia. INFOGRAFÍA: Francisco Solorio

Estudio analizó la composición de los árboles en la Provincia de Santiago, además de las comunas de Colina, Lampa, Puente Alto y San Bernardo, durante un periodo de 12 años.

(Prunus cerasifera).Originaria de Europa y

Asia.

(Robinia pseudoacacia)Originario de América

del Norte.

(Acer negundo) Originario de América

del Norte.

(Liquidambar styraciflua) Originaria de Centro y

Norteamérica.

(Acacia caven) Es capaz de soportar

periodos prolongados

de sequía.

(Quillaja saponaria)Utilizada en programas

de reforestación en

suelos áridos.

(Maytenus boaria) Requiere abundante

humedad y es de

crecimiento lento.

(Cryptocarya alba)De crecimiento rápido

en condiciones

óptimas.

6 a 15 m 25 a 50 m 10 a 20 m 20 a 35 m 6 m 15 a 20 m 20 m 25 mALTURA

86%

SOCIEDADTENDENCIAS

El 86% de los árboles de Santiago corresponde a especies exóticas Ciruelo de flor, la robinia y el acer, entre las especies foráneas más abundantes, según estudio de la U. de Chile.

Carlos González Isla

“La especie exótica más abun-dante en Santiago es el cirue-lo de flor (Prunus cerasife-ra). Esta especie es originaria de Europa y Asia. En Chile central, es utilizada para de-corar calles, jardines y par-ques por sus flores púrpuras. Le sigue la robinia (Robinia pseudoacacia) y el acer (Acer negundo), ambos originarios de América del Norte”, dice Nélida Villaseñor, investiga-dora del Laboratorio de Geo-mática y Ecología del Paisaje, U. de Chile, quien acaba de publicar en la revista Urban Forestry & Urban Greening un estudio sobre la diversidad e inequidad de la distribu-ción de especies arbóreas en los 32 municipios de la pro-vincia de Santiago, además de las comunas de Colina, Lampa, Puente Alto y San Bernardo.

Villaseñor, junto al acadé-mico Jaime Hernández, de la Facultad de Ciencias Foresta-

les y de la Conservación de la Naturaleza de la U. de Chile, detectaron que en las comu-nas analizadas existen 6.692.000 árboles, de los cua-les el 86% corresponde a espe-cies exóticas.

“En el sur de California tam-bién se ha reportado un alto porcentaje de especies exóti-cas, sin embargo, la mayoría de los estudios de arbolado urbano en ciudades del mun-do muestran un porcentaje mucho menor de especies exóticas”, advierte la investi-gadora.

De acuerdo al estudio, ha-bría alrededor de 5.755.120 árboles de origen exótico, mientras que sólo 936.880 ár-boles serían de especies con-sideradas originarias de nues-tro país.

Dentro de las especies forá-neas, el estudio revela que se ha duplicado la cantidad de li-quidámbar (Liquidambar styraciflua), especie origina-ria de Centro y Norteamérica. “En general, una gran canti-

Investigación agrega que cantidad de árboles no ha cambiado en 12 años y que su distribución es desigual.

dad de especies exóticas se percibe como negativo, por-que disminuiría la integridad ecológica del lugar y de su entorno. Por ejemplo, las es-pecies exóticas pueden inva-dir ambientes cercanos al área urbana, desplazando a las es-pecies nativas. Además, otros estudios realizados en la U. de Chile señalan que las especies exóticas caducifolias (que pierden las hojas en invierno) pueden disminuir la calidad del aire en Santiago, forman-do compuestos perjudiciales para la salud”, comenta.

Además, este tipo de espe-cies están peor adaptadas al ambiente local que las espe-cies nativas, agrega Villase-ñor, esto, porque varias son afectadas por períodos de se-quía, requiriendo riego e in-volucrando un mayor gasto de mantención que las espe-cies locales o nativas.

Pese al dominio de las espe-cies foráneas, en el estudio se detectó un incremento en la participación de árboles na-

tivos de un 4% a un 14% entre 2002 y 2014. Entre las especies nativas más frecuentes están el espino (Acacia caven), el quillay (Quillaja saponaria), maitén (Maytenus boaria) y peumo (Cryptocarya alba).

Inequidad El estudio, financiado por Fondecyt, sugiere que la can-tidad de árboles en áreas ur-banas se mantuvo estable du-rante 12 años, un panorama nada alentador para los inves-tigadores.

“Los resultados de nuestro estudio sugieren que los pro-gramas de arborización no han logrado aumentar el nú-mero de árboles, sino que sólo han compensado por la pér-dida de árboles en Santiago”, advierte Villaseñor.

Pero la investigación no solo alerta de que existe un estan-camiento. La inequidad en la distribución de árboles en Santiago también es un pro-blema. “En promedio, vecin-darios más acomodados tie-

nen alrededor de 26 árboles por hectárea más que vecin-darios menos acomodados, y el arbolado fue más diverso, de nueve a 19 especies más”, indica Villaseñor.

Un estudio anterior, en el que participó Jaime Hernán-dez, reveló, además, que la cobertura arbórea en Santia-go se incrementó casi un 6% en comunas de estrato so-cioeconómico alto en 12 años. Sin embargo, en comunas de estrato medio disminuyó casi un 4%, mientras que en co-munas de estrato bajo dismi-nuyó un 7%.

Santiago del Pozo, experto en arboricultura urbana, co-menta que la plantación de árboles en las ciudades no tie-ne un encargado definido por ley. “Las municipalidades plantan árboles en calles y avenidas que son adquiridos vía licitación, debido a que tienen la responsabilidad de aseo y ornato de las veredas. Son muy pocos los casos en que las municipalidades pro-

ducen sus árboles propios. Conaf también planta árboles y los dona en proyectos veci-nales y en proyectos con las municipalidades”, explica.

Asimismo, precisa que la arborización de los parques es responsabilidad de las mu-nicipalidades, excepto los parques que son creados y administrados directamente por el Programa de Parques Urbanos del Ministerio de Vi-vienda y Urbanismo, dice Del Pozo, quien es partidario que la existencia de una “ley del árbol”, como la que promue-ve el diputado Mirosevic, para revertir el actual escenario de falta de ejemplares.

“El proyecto de ley está di-rigido a dar forma y fortale-cer la gestión de todas las eta-pas del ciclo de vida del árbol urbano: producción de árbo-les de calidad en vivero, arbo-rización y cuidados de árbo-les juveniles, mantención de árboles adultos y cuidados de árboles añosos”, explica el experto. b

“Los programas de arborización no han logrado aumentar el número de árboles”.

NÉLIDA VILLASEÑOR INVESTIGADORA U. DE CHILE

6,6millones de árboles existen en las 36 comunas de San-tiago que analizó el estudio.