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    Seminario Mayor San JosEspacio curricular: De Trinitate.

    Alumno: Valdz Juan OmarProfesor: Pbro. Dr. Alejandro RamosFecha: 30/09/2010

    Exposicin de la doctrina contenidaenAdvertencias sobre el tratadodogmtico De Trinitate de Karl

    Rahner

    VEn avrch/| h=n olo,goj( kai. olo,goj h=n pro.jto.n qeo,n( kai. qeo.j h=n o lo,goj

    Jn I, 1

    Biografa de Karl Rahner.................................................................................... 2El artculo de marras Plan de nuestra exposicin ........................................... 3El aislamiento del tratado De Trinitate y sus causas........................................ 3Grundaxiom ..................................................................................................... 4Autocomunicacin .............................................................................................. 6Personas Formas distintas de subsistencia .................................................... 7Sntesis final Conclusin ................................................................................. 8

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    Biografa de Karl Rahner

    KARL RAHNER naci el 5 Marzo del 1904 en Friburgo (Alemania). En 1922

    ingresa en la Compaa de Jess en el noviciado de Feldkirch-Tisis, Voralberg. Estudia

    teologa en Valkenburg (Holanda) y en 1932 es ordenado sacerdote. En 1934 comienza

    sus estudios de filosofa en Freiburg con M. Honecker y M. Heidegger. Escribe su tesis

    doctoral sobre la metafsica del conocimiento finito segn Santo Toms, releyendo y

    reinterpretando la doctrina del Aquinate desde la perspectiva del tomismo trascendental

    de Marechal y Rousselot. Este trabajo ser publicado con el ttulo Espritu en el mundo

    (1939).

    En 1936 es enviado por la Orden a Innsbruck para prepararse como profesor de

    teologa fundamental. All realiza la tesis doctoral en teologa patrstica con el ttulo Elatere Christi. El origen de la Iglesia como segunda Eva del costado de Cristo como

    segundo Adn. Una investigacin sobre el sentido tipolgico de Jn 19, 34. En 1939

    profesa como jesuita (agosto), y junto con von Balthasar realizan un proyecto para

    elaborar una nueva dogmtica (posteriormente fraguar en la obra Mysterium Salutis)

    con el intento de renovar la teologa de su tiempo. Pocos meses ms tarde (octubre)

    tiene que abandonar el colegio de Innsbruck, cerrado por el rgimen nazi. Se marcha a

    Viena y contina su trabajo teolgico en el Instituto de pastoral. En 1941 publica su

    segunda gran obra Oyente de la palabra, fruto de unas lecciones en Salzburgo (1937)

    sobre la relacin entre filosofa de la religin y teologa, inaugurando as una nueva

    forma de la teologa fundamental (en continuidad con M. Blondel). En 1948 regresa a

    Innsbruck donde contina explicando alternativamente el tratado de gracia, de

    penitencia y el tratado de creacin. Aqu vivir los aos ms fecundos de su teologa. En

    estos aos y despus de su actividad pastoral como prroco en Mariankirchen, en la baja

    Baviera, publicar unos libros de una bella y profunda espiritualidad como son Sobre la

    necesidad y bendicin de la oracin (1949);Hora santa y siete palabras (1949). Desde

    1954 comienza a publicar los Escritos de teologa (16 vols.) en los que afronta los

    principales temas de la teologa y de la vida de la Iglesia (historia, dogmtica,

    espiritualidad, pastoral, etc) desde su perspectiva teolgica y en el contexto cultural en

    que vivi. En 1958 inicia la direccin de una serie de obras colectivas que van a

    constituir uno de los mejores testimonios de la teologa alemana del siglo XX (Lexikon

    fr Theologie und Kirche 1957-1965, y Sakramentum Mundi 1967-1969,Handbuch der

    Pastoraltheologie , 1964 1969). 3

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    Trabaj como perito en el Concilio Vaticano II y all su teologa alcanz una

    repercusin internacional. Entre 1964-1966 es llamado para sustituir a R. Guardini en la

    ctedra de cosmovisin cristiana. Aqu impartir unas lecciones que llevan por ttulo

    Introduccin al concepto del cristianismo, repetidas posteriormente en la universidad de

    Mnster, donde fue profesor de teologa entre 1967-1971. Estas lecciones estn en la

    base de su obra ms significativa Curso fundamental de la fe. Introduccin al concepto

    de cristianismo (1976). Despus de su estancia en Mnster regresa a Innsbruck (1981),

    donde muere a los 80 aos de edad el 30 Marzo del 19841.

    El artculo de marras Plan de nuestra exposicin

    Advertencias sobre el tratado dogmtico De Trinitate ser nuestro texto de

    cabecera, en la bsqueda de resumir qu cosa pensara Rahner acerca del Misterio

    Trinitario. Corresponde al tercer artculo contenido en el tomo IV de la obra de Karl

    Rahner Escritos de teologa. Dicho tomo rene sus reflexiones dogmticas escritas a

    partir de 1956, hasta el ao de aparicin del volumen, 1960. Incluiremos tambin,

    sucintamente, alguna referencia contenida en Misterium Salutis (=MS II/I) y Curso

    fundamental sobre la fe. Introduccin al concepto de cristianismo (=CF), que venga a

    cuento de nuestro propsito.

    El aislamiento del tratado De Trinitate y sus causas

    el tratado sobre la Santsima Trinidad est bastante aislado en el sistema de la

    dogmtica total. Dicho un poco groseramente: despus de haber sido despachado este

    tratado en la dogmtica no vuelve a aparecer de nuevo. Su funcin en el de toda la

    dogmtica se ve de manera muy poco clara. Parece como si e l misterio hubiera sidocomunicado slo en razn de s mismo. Incluso despus de haber sido comunicado

    permanece, en tanto realidad, cerrado en s. Sobre l se promulgan comunicaciones slo

    proposicionales, l mismo como realidad no tiene, en verdad, nada o casi nada- que ver

    con nosotros2.

    1

    Prez A. C., KARL RAHNER (1904-1984), Aula de Teologa Santander, 3 de Febrero de 2009. En(link): http://www.unican.es2Rahner K.,Advertencias, enEscritos IV, Madrid, Taurus, 1964, p. 110.

    http://www.unican.es/
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    Partiendo de esta consideracin inicial, Rahner desarrolla en breves pginas las

    distintas causas que han llevado al olvido del estudio trinitario. Veamos.

    1. Falta de una teologa trinitaria existencial: el hombre, en Cristo, ha logrado

    un conocimiento existencial, antes que una idea abstracta, de Dios. Ha

    experimentado la presencia liberadora del Padre, y la fuerza transformadora

    de su espritu. Esta experiencia del Dios revelado en Jess ha estado ausente

    en el estudio teolgico.

    2. Agustinismo preponderante en occidente: por influencia de San Agustn3, y

    en detrimento de los Padres Griegos -que parten bblicamente en sus

    consideraciones trinitarias, es decir, del Dios uno y absolutamente sin

    origen, que es el Padre4- la teologa occidental ha preferido partir de la

    consideracin de la naturaleza una, comn a las tres personas.

    3. Desconexin del tratado de la historia de la salvacin.

    4. No incidencia del tratado De Trinitate en los dems tratados: seala Rahner

    que el tratado sobre la Encarnacin se fija slo en el hecho de queDios se ha

    hecho hombre, que una persona ha tomado humanidad, mas no que esa

    persona sea el Logos. En lo tocante al tratado De gratia Christi, seala que

    la doctrina sobre la gracia es monoteista, no trinitaria: se habla de gratia

    Dei y no de gratia Christi o Verbi, para referirse a la gracia merecida

    por Cristo.

    Grundaxiom

    Ante el panorama del tratado De Trinitate apuntado arriba, Rahner propone un

    estudio de la realidad trinitaria que corone toda la dogmtica, y muestre con claridad la

    accin salvfica del Dios trino. Para solucionar la problemtica, ofrece su Grundaxiom,

    su axioma fundamental.

    3Si partimos de la concepcin agustiniana y occidental, parece evidente que un tratado no trinitario De

    Deo Uno debe preceder al tratado sobre la Trinidad. Con lo cual la teologa de la Trinidad se ve avocada a

    hablar de las personas divinas de una manera absolutamente formal (con la ayuda del concepto de las dos

    procesiones y de las relaciones) y aun esto no se refiere sino a una Trinidad cerrada en s misma y que no

    se abre hacia fuera en su realidad, de la que nosotros, los que quedamos fuera, slo sabramos algo poruna extraa paradoja. Rahner K.,El Dios Trino, en: MS II/I, Madrid, Cristiandad, 1969, p. 367.4Ibdem, p. 113.

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    Habr que decir que este aislamiento del tratado sobre la Trinidad se acredita como

    falso simplemente atendiendo a su realidad efectiva: asno puede ser. La Trinidad es un

    misterio desalvacinsi no, no habra sido revelada-. Pero entonces tiene que quedar claro

    en todos los tratados dogmticos que las mismas realidades de salvacin que en ellos se

    tratan no pueden atenderse sin acudir a este proto-misterio del cristianismo. Si esta

    pericoresis permanece entre los tratados no aparece siempre con nueva claridad, ello no es

    ms que un signo de que en el tratado sobre la Trinidad o en los otros tra tados no se han

    puesto de relieve claramente conexiones que son las mismas que hacen inteligible que la

    Trinidad es un misterio de salvacin para nosotros y que, por ello, nos sale al encuentro

    siempre que se habla de nuestra salvacin, justamente en los otros tratados dogmticos.

    La tesis fundamental que estatuye esta unin entre los tratados y que destaca la Trinidad

    en tanto misterio de salvacin para nosotros en su realidad y no primariamente como

    doctrina- podra formularse as: la Trinidad econmica es la Trinidad inmanente, y

    recprocamente5.

    El axioma fundamental de Rahner entraa un doble significado.

    Metodolgico: tan slo desde la economa de la salvacin desde la misin

    del Hijo y del Espritu Santo- es posible ingresar al misterio trinitario. No se

    puede empezar por conceptos formales. Hay que partir de la realidad de

    Jess, del Verbo, de Pentecosts

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    . Teolgico: el misterio de la Trinidad inmanente (tal como es en s) no es

    para nada distinto de la donacin del Hijo a los hombres por el Padre, y de la

    donacin del Espritu Santo a toda la Iglesia por el Padre y el Hijo. En suma,

    no hay Trinidad ms en s que la que se puede contemplar en el despliegue

    salvfico de las divinas misiones.

    Sintetizando, en palabras del mismo Rahner:

    5Rahner K.,Advertencias, op. cit., p. 110.6Si, a la inversa, se hace y mantiene radicalmente la presuposicin de que la Trinidad dada en la Historiade la salvacin y de la revelacin es la inmanente, porque en la autocomunicacin de Dios a su creacin

    por la gracia y la encarnacin Dios se da y aparece realmente como es en s, entonces de cara al aspectoeconmico-salvfico, el cual se encuentra en la historia de la propia revelacin de Dios en el Antiguo y el

    Nuevo Testamento, puede decirse: en la historia colectiva e individual de la salvacin no aparecen eninmediatez con nosotros cualesquiera poderes misteriosos en representacin de Dios, sino que aparece y

    se da en verdad el Dios uno, que en forma absolutamente singular, inconfundible e insustituible llega all donde estamos nosotros, y lo recibimos como este Dios, estrictamente como l mismo. Rahner K., CF,

    Barcelona, Herder, 19985, p. 169.

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    Qu significa para el tratado De Trinitateque se suponga o se defienda en l- la

    tesis de que la Trinidad econmica es la inmanente y viceversa? En primer lugar, en este

    tratado podemos buscar, sin traba alguna, el acceso a la doctrina trinitaria en la experiencia

    de historia de la salvacin y de la fe, de Jess y su Espritu en nosotros. Ah est dada ya la

    Trinidad inmanente misma. La Trinidad no es slo una realidad declarable de manera

    puramente doctrinaria. Ella misma aparece en nosotros mismos, y como tal no est dada en

    nosotros por el solo hecho de que la revelacin comunique enunciados sobre ella. Lo que,

    por el contrario, sucede es que tales enunciados no son dichos porque la realidad a la que se

    refieren nos ha sido adjudicada a nosotros mismos. No son dichos como piedra de toque de

    la fe en algo con lo que no tenemos relacin real, sino porque nuestra propiedad de

    agraciados y nuestra excelencia no pueden sernos por completo abiertas de otra manera que

    dicindose tal misterio, de modo que ambos misterios, el de nuestra gracia y el de Dios en s

    mismo, son uno y el mismo misterio abisal7.

    Autocomunicacin

    La tesis que aqu suponemos, por tanto, como justificada no dice, si se la entiende bien

    y se la toma en serio, una sutileza escolstica, sino llana y simplemente lo siguiente:

    cada una de las tres divinas personas se comunica, en cada caso en tanto ella misma, en

    su peculiaridad personal y en su diversidad, al hombre en libre gracia, y estacomunicacin trinitaria la inhabitacin de Dios, la gracia increada no slo como

    comunicacin de la naturaleza divina, sino, por acaecer en un acto libre, espiritual,

    personal, es decir, de persona a persona, entendida tambin e incluso primariamente

    como comunicacin de las personas- es la razn ontolgico real de la vida de la gracia

    en el hombre y supuesto lo que haya que suponer- de la visin inmediata de las

    personas divinas en la consumacin8.

    Este modo de nuestro autor de concebir la Trinidad inmanente como la misma que

    se dona en la economa de la salvacin es lo que le permite afirmar sin ms que cuando

    Dios se da se entrega as mismo.

    7Rahner K.,Advertencias, op. cit., pp. 130-131.

    8Ibdem, pp. 126-127. Una sntesis ms ajustada puede verse en estas lneas: Autocomunicacin de Dios

    significa, por tanto, que lo comunicado es realmente Dios en su propio ser y precisamente as, es lacomunicacin para aprehender y tener a Dios en una visin y un amor inmediatos. Lo que significan

    gracia y visin de Dios son dos fases de un mismo suceso, que estn condicionadas por la librehistoricidad y temporalidad del hombre, son dos fases de la autocomunicacin de Dios al hombre.

    Rahner K., CF, p. 149.

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    Esta autocomunicacin, entendida como aperturidad de Dios, en el Verbo por el

    Padre y del Espritu a partir del Padre y del Hijo, no se da a la manera de causalidad

    eficiente, externa. No es participacin mediatizada. Es un darse de Dios en causalidad

    cuasi-formal9.

    Personas Formas distintas de subsistencia

    No podemos negarlo: el empleo del trmino tres personas en Dios suscita casi

    inevitablemente el error (que por lo general se intenta subsanar demasiado tarde

    introduciendo correcciones explcitas) de que en Dios se dan tres conciencias distintas,

    tres seres vivientes espirituales, tres centros de actividad, etc10

    .

    Pero si en las formulaciones de la fe y de la teologa no queremos reducirnos a estar

    hablando siempre del Padre, el Hijo, el Espritu y el nico Dios, cosa que en nuestros

    das ni es posible ni se debe hacer, no podemos evitar esa precariedad. Pero aun as,

    hablar de las formas distintas de subsistencia o de Dios en tres formas distintas de

    subsistencia tiene ms ventajas que hablar de personas. Tres personas no indican de

    suyo nada sobre la unidad de esas tres personas, y esa unidad tiene que aadirse al

    mismo tiempo desde fuera a la denominacin tres personas. En cambio, forma nos

    abre al menos de suyo la perspectiva de que es posible que el mismo Dios, distinto en

    una triple forma, sea concretamente tripersonal, o que, a la inversa, la

    tripersonalidad incluya la unidad del mismo Dios11

    .

    Las palabras de nuestro autor son bastante elocuentes. Por lo dems, sealamos que

    en la auto-apertura de Dios al hombre, el misterio divino se revela en su ser tri-

    personal12

    , como Padre, Hijo y Espritu. Debido a la ausencia de una comprensin

    9 Cf. Rahner K.,Advertencias, op. cit., p. 128. Con mayor precisin tcnica, seala: Si Dios en su mspropia realidad y gloria absolutas es el don mismo, entonces quizs pueda hablarse de una relacinformal

    de causalidad, a diferencia de una causalidad eficiente. Por lo menos dentro de nuestro mbito categorial

    de experiencia, en una causalidad eficiente el efecto es siempre dentro de la causa. Pero conocemostambin una causalidad formal: un ente determinado, un principio de ser es un elemento constitutivo en

    otro sujeto en cuanto se comunica a s mismo a ese sujeto, y no slo en cuanto produce algo distinto de sque pasa a ser entonces principio constitutivo en lo que recibe de tal causalidad. Podemos recurrir a una

    causalidad formal de ese tipo para esclarecer mejor lo que aqu queremos decir. En lo que llamamos

    gracia y visin inmediata de Dios, Dios es realmente un principio interno constitutivo del hombre como elque se halla en la salvacin y la consumacin. Rahner K., CF, p. 153.10Rahner K.,El Dios Trino, en MS II/I, p. 386.11Ibdem, p. 438.12

    Mantenemos el uso tradicional en nuestra glosa. Rahner acepta explcitamente que no disponemos deuna palabra que sea verdaderamente mejor, universalmente inteligible y menos expuesta a equvocos.

    Rahner K.,Advertencias, op. cit., p. 135.

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    personalista del Misterio Trinitario, la mayora de los cristianos son en su vida

    monotestas pero no trinitarios13

    .

    Sntesis final Conclusin

    Hemos, a propsito, dejado hablar al autor en cuestin. Hemos tratado de decir muy

    poco de lo que interpretamos para ceirnos, en la medida de lo posible, a su idea

    original. Por eso los textos transversales que nutren el cuerpo del trabajo en las citas.

    Parece que el intento de nuestro telogo ha sido establecer las condiciones

    necesarias para encarar el tratado teolgico De Trinitate no ya desde la trascendencia

    del objeto de estudio, por lo dems, tradicional, sino ms bien desde un giro formal,

    ontolgico, que identifique los extremos, para acabar por imponerse uno nuevo, un

    tertium quid.

    Por lo colegido en el trasunto de nuestras lecturas, Rahner se vuelca a considerar la

    deidad, la Trinidad cristiana, en la temporalidad. O mejor, a deificar el dinamismo de la

    historia, haciendo casi imposible distinguir entre lo humano y lo divino.

    Tal vez no debamos buscar un supuesto punto de inflexin en la mente de nuestro

    autor, la delgada lnea que separe los aposentos divinos de los tugurios humanos;

    vislumbrar el entramado de la tela dese dulce encuentro, que cantara Juan de Yepes,

    como si en la mente originaria que la dio a luz existiese tal cosa. Simplemente porque

    no fue la intensin del telogo de marras establecerla.

    Tal vez no sea necesario hacerle el caldo gordo a Rahner, buscando ingenuamente

    el sentido real (realitas) a sus proposiciones. Ni escarbar tan dentro para hallar solo un

    hombre que habla de un misterio que por su arte y parte ya no es tal.

    Es probable que en lugar de esto, en lugar de dar con el Misterio de Dios, demos con

    el misterio de Rahner.

    Y terminemos por darle la razn.

    13Ibidem, p. 107.