R. M. R. · 2020-03-12 · a las orillas del pozo, entabla una conversación con la mujer que hace...

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“El Domingo, día del Señor”. Semanario Litúrgico. Con las debidas licencias. Importante: Este subsidio no sustituye el uso de los libros litúrgicos. Editor: Pía Sociedad de San Pablo. Director: Jorge Bruera, ssp. Dirección, redacción y administración: Avda. L. B. O’Higgins 1626, Santiago Centro - Tel.- 227200300 E-mail: [email protected] - ISSN: 0717-4896 - www.sanpablochile.cl Impresor: RR Donnelley Chile. Santa Bernardita # 12017, San Bernardo - Stgo. Fono: 225305000 EL DOMINGO MARZO - ABRIL 2020 00200738 Centro Bíblico Centro Bíblico DIOS NOS HABLA CADA DÍA Lu 16: 2Rey 5, 1-15; Sal 41, 2-3; 42, 3-4; Lc 4, 24-30. (S. Heriberto) Ma 17: Dn 3, 25-26. 34-43; Sal 24, 4-9; Mt 18, 21-35. (S. Patricio) Mi 18: Deut 4, 1. 5-9; Sal 147, 12-13. 15-16. 19-20; Mt 5, 17-19. (S. Cirilo de Jerusalén) Ju 19: 2Sam 7, 4-5. 12-14. 16; Sal 88, 2-5. 27. 29; Rom 4, 13.16-18. 22; Mt 1, 16. 18-21. 24 (o bien: Lc 2, 41-51). SAN JOSÉ, ESPOSO DE SANTA MARÍA VIRGEN (S) Vi 20: Os 14, 2-10; Sal 80, 6-11. 14. 17; Mc 12, 28-34. (Sta. Alejandra) 21: Os 6, 1-6; Sal 50, 3-4. 18-21; Lc 18, 9-14. (S. Clemente) Do 22: 4° de Cuaresma 1Sam 16, 1. 5-7. 10-13; Sal 22, 1-6; Ef 5, 8-14; Jn 9, 1-41 (o más breve: Jn 9, 1. 6-9. 13-17. 34-38). (Sta. Lea) 2.- Para que el corazón de nuestros gobernantes sea tocado como el de la mujer samaritana, y sientan la necesidad de correr a servir a sus hermanos más humildes y necesitados. R. 3.- Por quienes buscan al Señor, aun sin saberlo, para que encuentren en Jesús la fuente de agua que sacie su sed de valores auténticos. R. 4.- Por nosotros, para que de verdad nos preparemos a celebrar con alegría las próximas fiestas pascuales. R. (Se pueden agregar otras peticiones de la comunidad) M. Derrama sobre nosotros, Señor, el agua de la vida eterna, y alégranos en el misterio de tu Pascua. Por Jesucristo… R. Amén. Alabanza y Preparación a la Comunión Para las Asambleas Dominicales en Ausencia del Presbítero (ADAP) y la Comunión a los Enfermos. M. Llegados al momento cumbre de nuestro encuentro, preparemos el corazón agradeciendo al Señor: R. «Gracias, Señor, por el agua viva de tu Espíritu». 1.- Gracias Señor, por nuestra comunidad eclesial, donde aprendemos semana a semana a encontrarnos con los hermanos. R. 2.- Gracias, Señor, por tu Palabra de Vida eterna, que nos enseña a buscarte con alegría en nuestra vida cotidiana. R. 3.- Gracias, Señor, por escuchar nuestra súplica por nuestros hermanos enfermos, para que acerques a ellos tu mano santa. R. 4.- Para que en la próxima fiesta de San José podamos darte gracias por todos nuestros padres de familia. R. M. Porque tu gracia ha sida derramada en nuestros corazones por el sacramento del bautismo, nos atrevemos a decir: Padre nuestro… Sugerencias de cantos Qué alegría; Tú eres el agua viva; Me tocaste, Jesús; María de la Alianza. Centro Bíblico Centro Bíblico Recíbela en tu domicilio Tel.: 227200300/302 - [email protected] www.sanpablochile.cl Suscripciones +56940677313

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“El Domingo, día del Señor”. Semanario Litúrgico. Con las debidas licencias.Importante: Este subsidio no sustituye el uso de los libros litúrgicos.Editor: Pía Sociedad de San Pablo. Director: Jorge Bruera, ssp.Dirección, redacción y administración: Avda. L. B. O’Higgins 1626,Santiago Centro - Tel.- 227200300E-mail: [email protected] - ISSN: 0717-4896 - www.sanpablochile.clImpresor: RR Donnelley Chile. Santa Bernardita # 12017, San Bernardo - Stgo. Fono: 225305000

EL DOMINGO MARZO - ABRIL 2020

00200738

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DIOS NOS HABLA CADA DÍA

Lu 16: 2Rey 5, 1-15; Sal 41, 2-3; 42, 3-4; Lc 4, 24-30. (S. Heriberto)

Ma 17: Dn 3, 25-26. 34-43; Sal 24, 4-9; Mt 18, 21-35. (S. Patricio)

Mi 18: Deut 4, 1. 5-9; Sal 147, 12-13. 15-16. 19-20; Mt 5, 17-19. (S. Cirilo de Jerusalén)

Ju 19: 2Sam 7, 4-5. 12-14. 16; Sal 88, 2-5. 27. 29; Rom 4, 13.16-18. 22; Mt 1, 16. 18-21. 24 (o bien: Lc 2, 41-51). SAN JOSÉ, ESPOSO DE SANTA MARÍA VIRGEN (S)

Vi 20: Os 14, 2-10; Sal 80, 6-11. 14. 17; Mc 12, 28-34. (Sta. Alejandra)

Sá 21: Os 6, 1-6; Sal 50, 3-4. 18-21; Lc 18, 9-14. (S. Clemente)

Do 22: 4° de Cuaresma 1Sam 16, 1. 5-7. 10-13; Sal 22, 1-6; Ef 5,

8-14; Jn 9, 1-41 (o más breve: Jn 9, 1. 6-9. 13-17. 34-38). (Sta. Lea)

2.- Para que el corazón de nuestros gobernantes sea tocado como el de la mujer samaritana, y sientan la necesidad de correr a servir a sus hermanos más humildes y necesitados. R.

3.- Por quienes buscan al Señor, aun sin saberlo, para que encuentren en Jesús la fuente de agua que sacie su sed de valores auténticos. R.

4.- Por nosotros, para que de verdad nos preparemos a celebrar con alegría las próximas fiestas pascuales. R.

(Se pueden agregar otras peticiones de la comunidad)

M. Derrama sobre nosotros, Señor, el agua de la vida eterna, y alégranos en el misterio de tu Pascua. Por Jesucristo… R. Amén.

Alabanza y Preparación a la ComuniónPara las Asambleas Dominicales en Ausencia del Presbítero (ADAP) y la Comunión a los Enfermos.

M. Llegados al momento cumbre de nuestro encuentro, preparemos el corazón agradeciendo al Señor:

R. «Gracias, Señor, por el agua viva de tu Espíritu».

1.- Gracias Señor, por nuestra comunidad eclesial, donde aprendemos semana a semana a encontrarnos con los hermanos. R.

2.- Gracias, Señor, por tu Palabra de Vida eterna, que nos enseña a buscarte con alegría en nuestra vida cotidiana. R.

3.- Gracias, Señor, por escuchar nuestra súplica por nuestros hermanos enfermos, para que acerques a ellos tu mano santa. R.

4.- Para que en la próxima fiesta de San José podamos darte gracias por todos nuestros padres de familia. R.

M. Porque tu gracia ha sida derramada en nuestros corazones por el sacramento del bautismo, nos atrevemos a decir: Padre nuestro…

Sugerencias de cantosQué alegría; Tú eres el agua viva; Me tocaste, Jesús; María de la Alianza.

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a las orillas del pozo, entabla una conversación con la mujer que hace todo recorrido espiritual, hasta con-vertirse ella misma en la sedienta de eternidad.

Hoy hay muchos sedientos, pero quizás lo más triste es que no toman consciencia de la necesidad de Dios que tienen. Orgullosos junto al pozo de sus bienes, creen tener todo lo necesario: estamos cómodos como estamos… no necesitamos nada… tampoco a Dios. Como la samaritana de cinco maridos, se busca en muchas partes saciar la sed que nunca se agota. Y solo de la mano del Espíritu se incursiona en el misterio de lo infinito. La eucaristía que celebramos nos adelanta el cielo nuevo y la tierra nueva, donde toda sed será saciada. Y es que Dios restituye a la persona según su plan original.

José Luis PLaza Monárdez, Pbro.

Este domingo, en el itinerario bautismal, se nos invita a cen-

trarnos en el signo del agua. Aquí la Palabra de Dios recurre a dos imágenes sugerentes: la sed del pueblo en el Éxodo, que se amotina porque no tiene agua; por otro lado, en el evangelio, el encuentro de Jesús con la samaritana junto al pozo de Jacob. El agua viva es el mismo Espíritu, que quien lo bebe nunca más tendrá sed (primera lectura).

Dios no abandona y pide fe ante la adversidad. Pero Israel, al sentir hambre y sed, pronto desconfía de Dios y se querella contra él. Se erige así la figura de Moisés como el gran intercesor ante Dios a favor de su Pueblo. Inmediatamente Dios responde. Y las aguas brotan para saciar al sediento. En Jesús, Dios ha mostrado cómo se hace el sediento para establecer un diálogo con la persona humana y, sentado

“Toda sed será saciada...”

Año XLV, Nº 2.361 3º de Cuaresma 15 de marzo de 2020

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la acusación de los israelitas, y porque ellos provocaron al Señor, diciendo: “¿El Señor está realmente entre nosotros, o no?”.

Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

3. Salmo Sal 94, 1-2. 6-9

R. Cuando escuchen la voz del Señor, no endurezcan el corazón.

¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor, acla-memos a la Roca que nos salva! ¡Lleguemos hasta Él dándole gracias, aclamemos con música al Señor! R.

¡Entren, inclinémonos para adorarlo! ¡Do-blemos la rodilla ante el Señor que nos creó! Porque Él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que Él apacienta, las ovejas conducidas por su mano. R.

Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: “No endurezcan su corazón como en Meribá, como en el día de Masá, en el desierto, cuando sus padres me tentaron y provocaron, aunque habían visto mis obras”. R.

4. Segunda Lectura Rom 5, 1-2. 5-8

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma. Hermanos: Justificados por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por Él hemos

alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por Él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado. En efecto, cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado, murió por los pecadores. Difícilmente se encuentra alguien que dé su vida por un hombre justo; tal vez alguno sea capaz de morir por un bienhechor. Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores.

Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Versículo antes del Evangelio Señor, Tú eres verdaderamente el Salvador del mundo; dame agua viva para que no tenga más sed.

5. Evangelio Jn 4, 5-42

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan. Jesús llegó a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había

Ciclo A - Color Moradodado a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo. Era la hora del mediodía. Una mujer de Samaría fue a sacar agua, y Jesús le dijo: “Dame de beber”. Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos. La samaritana le respondió: “¡Cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?”. Los judíos, en efecto, no se trataban con los samaritanos. Jesús le respondió: “Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: «Dame de beber» tú misma se lo hubieras pedido, y Él te habría dado agua viva”. “Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?”. Jesús le respondió: “El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que Yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que Yo le daré se convertirá en el manantial que brotará hasta la Vida eterna”. “Señor, le dijo la mujer, dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla”. Jesús le respondió: “Ve, llama a tu marido y vuelve aquí”. La mujer respondió: “No tengo marido”. Jesús continuó: “Tienes razón al decir que no tienes marido, porque has tenido cinco y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad”. La mujer le dijo: “Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar”. Jesús le respondió: “Créeme, mujer, llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén ustedes adorarán al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos son los adoradores que quiere el Padre. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad”. La mujer le dijo: “Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando Él venga, nos anunciará todo”. Jesús le respondió: “Soy Yo, el que habla contigo”. En ese momento llegaron sus discípulos y quedaron sorprendidos al verlo hablar con una mujer. Sin embargo, ninguno le preguntó: “¿Qué quieres de ella?” o “¿Por qué hablas con ella?”. La mujer, dejando allí su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: “Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que hice. ¿No será el Mesías?”. Salieron entonces de la ciudad

1. AmbientaciónLa búsqueda de Dios es como una sed nunca satisfecha. Cuando se siente, nada la puede parar hasta que no repose en el mismo Señor. Buscamos al Señor en cada acontecimiento de nuestra vida. Cada semana que nos acercamos a la Eucaristía… la sed nos apremia. Y por eso estamos aquí, respondiendo al Señor y queriendo, con fidelidad, descubrir la huella de su Reinado en medio nuestro. Celebremos con alegría este encuentro dominical.

Introducción a las Lecturas BíblicasEl Señor sostiene la vida de Israel, aunque el pueblo haya dudado de Dios y haya murmurado contra su libertador (primera lectura). Aun así, el amor de Dios ha sido derramado sobre nosotros (primera lectura) con el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Y ese convierte en un verdadero surtidor de agua viva que nos conduce a la vida eterna (evangelio). ¿Estamos dispuestos a caminar desde la aridez al agua viva?, ¿Qué cambio te pide al Señor para que surja el agua viva en tu corazón?

2. Primera Lectura Éx 17, 1-7

Lectura del libro del Éxodo. Toda la comunidad de los israelitas partió del desierto de Sin y siguió avanzando por etapas, conforme a la orden del Señor. Cuando acamparon

en Refidim, el pueblo no tenía agua para beber. Entonces acusaron a Moisés y le dijeron: “Danos agua para que podamos beber”. Moisés les respondió: “¿Por qué me acusan? ¿Por qué provocan al Señor?”. El pueblo, torturado por la sed, protestó contra Moisés diciendo: “¿Para qué nos hiciste salir de Egipto? ¿Sólo para hacernos morir de sed, junto con nuestros hijos y nuestro ganado?”. Moisés pidió auxilio al Señor, diciendo: “¿Cómo tengo que comportarme con este pueblo, si falta poco para que me maten a pedradas?”. El Señor respondió a Moisés: “Pasa delante del pueblo, acompañado de algunos ancianos de Israel, y lleva en tu mano el bastón con que golpeaste las aguas del Nilo. Ve, porque Yo estaré delante de ti, allá sobre la roca, en Horeb. Tú golpearás la roca, y de ella brotará agua para que beba el pueblo”. Así lo hizo Moisés, a la vista de los ancianos de Israel. Aquel lugar recibió el nombre de Masá –que significa “Provocación”– y de Meribá –que significa “Querella”– a causa de

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la acusación de los israelitas, y porque ellos provocaron al Señor, diciendo: “¿El Señor está realmente entre nosotros, o no?”.

Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

3. Salmo Sal 94, 1-2. 6-9

R. Cuando escuchen la voz del Señor, no endurezcan el corazón.

¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor, acla-memos a la Roca que nos salva! ¡Lleguemos hasta Él dándole gracias, aclamemos con música al Señor! R.

¡Entren, inclinémonos para adorarlo! ¡Do-blemos la rodilla ante el Señor que nos creó! Porque Él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que Él apacienta, las ovejas conducidas por su mano. R.

Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: “No endurezcan su corazón como en Meribá, como en el día de Masá, en el desierto, cuando sus padres me tentaron y provocaron, aunque habían visto mis obras”. R.

4. Segunda Lectura Rom 5, 1-2. 5-8

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma. Hermanos: Justificados por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por Él hemos

alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por Él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado. En efecto, cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado, murió por los pecadores. Difícilmente se encuentra alguien que dé su vida por un hombre justo; tal vez alguno sea capaz de morir por un bienhechor. Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores.

Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Versículo antes del Evangelio Señor, Tú eres verdaderamente el Salvador del mundo; dame agua viva para que no tenga más sed.

5. Evangelio Jn 4, 5-42

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan. Jesús llegó a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había

dado a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo. Era la hora del mediodía. Una mujer de Samaría fue a sacar agua, y Jesús le dijo: “Dame de beber”. Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos. La samaritana le respondió: “¡Cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?”. Los judíos, en efecto, no se trataban con los samaritanos. Jesús le respondió: “Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: «Dame de beber» tú misma se lo hubieras pedido, y Él te habría dado agua viva”. “Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?”. Jesús le respondió: “El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que Yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que Yo le daré se convertirá en el manantial que brotará hasta la Vida eterna”. “Señor, le dijo la mujer, dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla”. Jesús le respondió: “Ve, llama a tu marido y vuelve aquí”. La mujer respondió: “No tengo marido”. Jesús continuó: “Tienes razón al decir que no tienes marido, porque has tenido cinco y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad”. La mujer le dijo: “Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar”. Jesús le respondió: “Créeme, mujer, llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén ustedes adorarán al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos son los adoradores que quiere el Padre. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad”. La mujer le dijo: “Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando Él venga, nos anunciará todo”. Jesús le respondió: “Soy Yo, el que habla contigo”. En ese momento llegaron sus discípulos y quedaron sorprendidos al verlo hablar con una mujer. Sin embargo, ninguno le preguntó: “¿Qué quieres de ella?” o “¿Por qué hablas con ella?”. La mujer, dejando allí su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: “Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que hice. ¿No será el Mesías?”. Salieron entonces de la ciudad

y fueron a su encuentro. Mientras tanto, los discípulos le insistían a Jesús, diciendo: “Come, Maestro”. Pero Él les dijo: “Yo tengo para comer un alimento que ustedes no conocen”. Los discípulos se preguntaban entre sí: “¿Alguien le habrá traído de comer?”. Jesús les respondió: “Mi comida es hacer la voluntad de Aquél que me envió y llevar a cabo su obra. Ustedes dicen que aún faltan cuatro meses para la cosecha. Pero Yo les digo: Levanten los ojos y miren los campos: ya están madurando para la siega. Ya el segador recibe su salario y recoge el grano para la Vida eterna; así el que siembra y el que cosecha comparten una misma alegría. Porque en esto se cumple el proverbio: “Uno siembra y otro cosecha”. Yo los envié a cosechar adonde ustedes no han trabajado; otros han trabajado, y ustedes recogen el fruto de sus esfuerzos”. Muchos samaritanos de esa ciudad habían creído en Él por la palabra de la mujer, que atestiguaba: “Me ha dicho todo lo que hice”. Por eso, cuando los samaritanos se acercaron a Jesús, le rogaban que se quedara con ellos, y Él permaneció allí dos días. Muchos más creyeron en Él, a causa de su palabra. Y decían a la mujer: “Ya no creemos por lo que tú has dicho; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que Él es verdaderamente el Salvador del mundo”.

Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ReflexiónLa samaritana se sentía segura de todas las opciones de su vida. Cada una de ellas se removió ante el diálogo con el Señor, hasta transformarse en una que pregonará la bondad que recibió de Jesús… ¿Estamos dispuestos a sentarnos junto al Señor, para que remueva las aguas de nuestra vida personal? ¿Qué desea el Señor de ti?, ¿estás dispuesto a dejarte tocar por la vida nueva que el Señor quiere regalarte en esta Cuaresma?...

6. Oración UniversalM. Al Señor, fuente del agua viva, roguémosle según nuestras intenciones diciendo:

R. Señor, danos de esa agua, para no volver a sentir sed.

1.- Pedimos por nuestra Iglesia, para que nunca olvide que, como madre, tiene a muchos hijos que necesitamos misericordia y perdón. Especialmente pidamos para que el Papa y nuestro obispo N, sean instrumento de compasión para todo necesitado. R.