Quiste Renal Complejo Laparoscopica

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  • 7/24/2019 Quiste Renal Complejo Laparoscopica

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    RESUMEN

    QUISTE RENAL COMPLEJO. TRATAMIENTO LAPAROSCOPICO

    La diferenciacin entre los quistes renales benignos, que no requieren tratamiento quirrgico, y

    aquellos que requieren exploracin quirrgica en ocasiones es difcil.

    El tratamiento mediante ciruga laparoscpica (Decorticacin qustica - Nefrectoma laparoscpica

    parcial o radical segn los hallazgos) se establece da a da como el tratamiento de eleccin en lospacientes con quiste Renal atpico o complejo Grado III y IV de Bosniak, as como en los quistes rena-

    les tipo I/II sintomticos y en determinados pacientes con quiste renal etiquetado como IIF de

    Bosniak.

    Presentamos un caso clnico en el que se halla carcinoma renal de clulas claras tras decorticacin

    laparoscpica de un quiste Grado II de Bosniak, con realizacin posterior de nefrectoma radical lapa-

    roscpica.

    Palabras Clave: Quiste renal. Carcinoma renal. Laparoscopia.

    ABSTRACT

    COMPLEX RENAL CYST. LAPAROSCOPIC TREATMENTThe difference between the simple renal cysts, that doesnt require surgical treatment, and those

    that need it, sometimes is difficult.

    The laparoscopic surgical treatment (laparoscopic cyst decortication laparoscopic partial nefrec-

    tomy or radical laparoscopic nefrectomy) its becoming the gold standard technique, recommending

    this procedure in Bosniak cyst type III or IV, and in the symptomatic renal cyst type I/II and in any

    patients with Bosniak cyst renal II .

    We present a case report in which a renal cell carcinoma was found after laparoscopic cyst decor-

    tication of Bosniak cyst type II with laparoscopic radical nefrectomy posteriorly.

    Key Words: Kidney cyst. Renal carcinoma. Laparoscopy.

    Quiste renal complejo. Tratamiento laparoscpico

    Benejam Gual JM, Diez-Caballero Alonso F, Garca-Miralles Grvalos. R.

    Servicio de Urologa. Fundacin Hospital de Manacor. Mallorca (Islas Baleares).

    Actas Urol Esp 2006; 30 (6): 626-629

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    ACTAS UROLGICAS ESPAOLAS JUNIO 2006NOTA CLNICA

    El uso generalizado de la ecografa abdominalha condicionado el aumento exponencial dela deteccin incidental de las lesiones renales

    qusticas, siendo bien definida, tras la clasifica-

    cin de Bosniak, la pauta de seguimiento y trata-

    miento de las mismas.

    Con la irrupcin de la ciruga laparoscpica,

    como opcin mnimamente invasiva de trata-

    miento en pacientes con quistes renales (sinto-

    mticos o complejos), ha cambiado la estrategia a

    seguir, segn nuestra opinin, en aquellos pa-

    cientes en los que se detecte dicha patologa, sin

    perjuicio de seguir las ya contrastadas indicacio-

    nes quirrgicas propuestas segn los hallazgos

    radiolgicos (clasificacin de Bosniak).

    Presentamos un caso clnico que pone de

    manifiesto las posibilidades, a la vez que las

    complicaciones, de tratamiento mnimamente

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    invasivo en los pacientes con quiste renal atpico

    o complejo revisando las pautas a seguir, en la

    actualidad, ante el hallazgo de un quiste renal

    sintomtico o complejo mediante el tratamiento

    laparoscpico.

    CASO CLINICO

    Paciente mujer de 56 aos con antecedentes

    personales de fibromialgia, sndrome depresivo e

    hipotiroidismo. Tras ingreso en servicio de ciru-

    ga general por colecistitis litisica se hall inci-

    dentalmente mediante ecografa un gran quiste

    renal en polo superior de rin izquierdo con sep-

    tos finos en su interior, por lo que se remiti a

    paciente a nuestras consultas. Le solicitamos

    ante el hallazgo ecogrfico un TAC renal prefe-rente (Fig. 1) que nos confirm la presencia de un

    quiste renal de gran tamao (9 cm de dimetro)

    en el polo superior del rin izquierdo, con ml-

    tiples pero finos septos en su interior as como

    alguna calcificacin lineal siendo clasificado

    como quiste renal grado II de Bosniak, aconse-

    jando no obstante la conveniencia de seguimien-

    to radiolgico de la paciente (con lo que se podra

    subclasificar como quiste renal tipo II F de

    Bosniak).

    Se indic y realiz, previa valoracin anestsi-ca, Decorticacin laparoscpica. Se realiz pneu-

    moperitoneo con aguja de Veress, seguido de

    colocacin de 2 trcares de 5 mm en hipocondrio

    y fosa inguinal izquierda.

    Se sigui con decorticacin de quiste renal

    izquierdo, con salida de lquido intraqustico

    claro, as como fulguracin del lecho del quiste.

    Se remiti a estudio anatomopatolgico las pare-

    des del quiste decorticado.

    El curso postoperatorio trascurri sin inciden-

    cia alguna siendo la paciente dada de alta a los

    dos das tras la intervencin quirrgica.

    El estudio anatomopatolgico del quiste cortical

    determin paredes del quiste renal con aislados

    grupos celulares sospechosos de malignidad (car-

    cinoma de clulas claras). Ante ese hallazgo se

    repiti TAC renal (Fig.2) donde se observa la ex-

    resis completa del quiste renal complejo, pero ante

    los hallazgos anatomopatolgicos se decidi la rea-

    lizacin de nefrectoma radical laparoscpica.

    Se realiz abordaje laparoscpico tras crear

    pneumoperitoneo con trcar de Hasson pararrec-

    tal a nivel del ombligo seguido de colocacin de 3

    trcares (2 de 5 mm en hipocondrio y flanco y

    uno de 10 mm en fosa inguinal izquierda). Se

    colocaron Hemo.lock en arteria y vena renal con

    seccin posterior de las mismas, sin apreciar

    gran dificultad en la diseccin por la realizacin

    de la ciruga previa.

    El curso postoperatorio trascurri sin inciden-

    cia alguna siendo dada de alta a los 3 das tras

    intervencin quirrgica.

    El estudio anatomopatolgico confirm aisla-

    dos nidos de carcinoma de clulas claras en la

    pared qustica residual.

    A los 4 meses de seguimiento tras la nefrecto-

    ma laparoscpica la paciente permanece asinto-

    mtica sin signos de recidiva local o a distancia.

    FIGURA 1

    FIGURA 2

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    DISCUSIN

    Desde la clasificacin propuesta por Bosniak en

    19861 en base a los hallazgos demostrados en el

    TAC ha existido ms consenso en cmo tratar a los

    pacientes segn en la categora en la que se halla-

    ban (Grado I y Grado II: no se debe indicar inter-

    vencin quirrgica salvo presencia de sintomatolo-

    ga; Grado III: En el 50% de los casos patologa

    tumoral asociada por lo que se recomienda explo-

    racin quirrgica; Grado IV: Se debe considerar

    como masa renal maligna por lo que se debe reali-

    zar ciruga radical). El mismo autor en 1997modi-

    fic la clasificacin aadiendo una nueva categora

    la II F, en la que encuadrar a los quistes no lo sufi-

    cientemente complejos para etiquetarlos como

    quiste renal III , pero en los que se aconseja reali-

    zar seguimiento radiolgico peridico2.

    No hay ninguna dificultad en etiquetar segn

    los hallazgos radiolgicos a los quistes en la cate-

    gora I de Bosniak, que son aquellos definidos

    como quistes simples en los que no se requiere ni

    seguimiento ni tratamiento alguno, a no ser que

    se asocie sintomatologa generalmente por com-

    presin y por otra parte a los pacientes con quis-

    tes grado IV (tumor qustico maligno) que obliga

    a tratamiento exerativo radical de entrada.

    La dificultad radica en etiquetar un quisterenal como grado II (quiste moderadamente com-

    plejo pero aparentemente benigno) o grado III

    (quiste ms atpico con signos de posible malig-

    nidad a descartar o confirmar con estudio histo-

    lgico) y sus implicaciones a la hora de decidir el

    tratamiento o actitud a realizar. Segn el propio

    Bosniak, en caso de duda, se debe considerar el

    quiste renal como grado III y aconseja la explora-

    cin quirrgica3

    No obstante y con la aparicin de la ciruga

    laparoscpica puede cambiar la estrategia a

    seguir, segn nuestro criterio, en el manejo de los

    pacientes con quistes renales grado IIF y grado

    III, no siendo tan importante la diferenciacin en

    una clase o en otra, ya que ante la disminucin

    de la morbilidad que se consigue con la misma,

    se podra aconsejar la realizacin de quistectoma

    laparoscpica en los pacientes con grado IIF (sobre

    todo ante lesiones qusticas de gran tamao, en

    pacientes jvenes o de mediana edad, preo-

    cupados por la naturaleza de su lesin quistca) y

    grado III de Bosniak.

    En el caso de lesiones claramente sugestivas

    de ser quistes renales grado II F, en pacientes

    aosos y en lesiones de pequeo tamao, se

    aconseja TAC de control a los 6 meses del diag-

    nstico inicial y al ao, con controles posteriores

    anuales3.

    En estudios recientes tras quistectoma

    laparoscpica por quistes grado II de Bosniak

    se ha hallado una no despreciable incidencia de

    Carcinoma de clulas claras asociado al mismo,

    entre un 11 % de los pacientes segn Santiago4

    y un 22% segn Spaliviero5. En una revisin

    bibliogrfica reciente6 se determina el hallazgo

    de lesiones malignas en el 18,5 % de los pacien-

    tes clasificados en la categora II, as como en

    un 33 % de los pacientes clasificados comoquistes renales tipo III, lo que nos obliga a pen-

    sar en el riesgo evidente, tanto de infraestadia-

    je (en el caso de no realizar exploracin quirr-

    gica en los pacientes clasificados como quiste

    renal tipo II), como realizar un sobretratamien-

    to en los pacientes clasificados como quiste

    renal tipo III.

    El quiste renal grado III de Bosniak, se trata

    de un quiste renal maligno entorno el 50% de los

    pacientes segn algunos autores7, por lo que se

    beneficiaria de una ciruga radical (Nefrectomaradical) pero en un 50% sta sera innecesaria

    (alta tasa de sobretratamiento). En el caso de

    exploracin quirrgica convencional (Ciruga

    abiertaLumbotomia o va transabdominal), con

    la idea de realizar una exploracin quirrgica con

    valoracin del quiste renal, en numerosas ocasio-

    nes la nefrectoma es el resultado de la misma

    con independencia de los resultados hallados; no

    obstante hasta hace poco la exploracin quirrgi-

    ca por ciruga abierta con nefrectoma parcial o

    radical segn los hallazgos era el tratamiento de

    eleccin en los pacientes con quiste renal grado

    III de Bosniak.

    Actualmente se est generalizando la aplica-

    cin de la ciruga laparoscpica en los pacientes

    con quistes renales tipo III de Bosniak8. La tcni-

    ca utilizada consiste en la exresis de la pared del

    quiste remitindola a estudio per-operatorio al

    servicio de anatoma-patolgica y fulguracin de

    la base del quiste, aunque en casos de dudas de

    malignidad del quiste se deberan previamente

    tomar muestras de la base.

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    En dependencia de los hallazgos anatomopa-

    tolgicos (estudio per-operatorio); en caso de

    malignidad se realizar ciruga parcial4 o radical

    renal laparoscpica. No se ha demostrado un

    incremento en la incidencia de siembra peritone-

    al, recurrencia local o metstasis a distancia en

    los estudios con seguimiento a largo plazo4.

    En los pacientes con quiste renal Grado I

    (Quiste renal simple) pero con sintomatologa

    atribuida al quiste renal es ms controvertido la

    generalizacin del uso de la ciruga laparoscpi-

    ca, pese ser una de las ms iniciales aplicaciones

    de la laparoscopia en urologa por su facilidad

    tcnica9-11, al existir otras opciones de tratamien-

    to an menos invasivas como la puncin-esclero-

    sis. Como argumentos a favor para la eleccin dela ciruga laparoscpica est la alta tasa de reci-

    diva (30 %) con la puncin-esclerosis as como

    que pudiera pasar inadvertida lesin maligna al

    no obtener muestra para estudio anatomopatol-

    gico.

    En caso de exresis va laparoscpica de quis-

    tes renales Grado I se aconseja estudio per-ope-

    ratorio de la pared del quiste, ante la descripcin

    excepcional de posible neoplasia maligna en la

    pared del quiste renal simple sintomtico extir-

    pado12

    e incluso se ha descrito la diseminacinneoplsica en la evolucin a corto plazo tras la

    decorticacin laparoscpica de un quiste renal

    simple13.

    Concluimos aconsejando, dada la mnima

    morbilidad asociada, la exresis laparoscpica de

    toda lesin qustica compleja o indeterminada

    grado III, continuando con ciruga parcial o radi-

    cal renal segn hallazgos peroperatorios. En los

    pacientes con quiste renal tipo IIF se debera

    individualizar la indicacin quirrgica; aunque

    en pacientes jvenes preocupados con la posible

    malignidad y ms si tenemos en cuenta la posi-

    bilidad (en torno el 18 % de ser una lesin malig-

    na) se debera considerar la posibilidad de reali-

    zar exploracin quirrgica laparoscpica, segn

    nuestro criterio, teniendo especial cuidado en la

    revisin cuidadosa de las imgenes radiolgicas

    preoperatorias, los hallazgos intraoperatorios y el

    obligatorio estudio de las muestras obtenidas

    (Pared qustica/lquido) para que no pase inad-

    vertida ninguna lesin tumoral asociada.

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    Dr. J. Benejam Gual.C. Joan Cortada N 6. 4 B.07013. Palma de MallorcaE-mail: [email protected]

    (Trabajo recibido el 2 de noviembre de 2005)