¡Que vuelven los chinos! Article de Mayte Rius

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2011/04/02

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La influencia económica de China crece día a día y, con ella, el interés por sus negocios, su lengua, su cultura y su modo de vida. Cada vez hay más personas convencidas de que este será el siglo de China y buscan prepararse para ello

¡Que vienen Los Chinos!

la Universitat de Valencia, Vicent Andreu. En este centro, la cifra de estudiantes de chino ha crecido un 30% anual durante el último quinquenio y ya roza los 700 alumnos. En las escuelas oficiales de idiomas han pasado de 527 personas matriculadas en chino en el curso 2004-2005, a 2.292 en el 2008-2009, según los datos del Ministerio de Educación. Y lo mismo ha ocurrido en otros centros que ense-ñan chino, como Casa Asia o la Escuela Superior de Comercio Internacional (ESCI) de Barcelona. También se ha disparado la demanda de estudios universitarios sobre Asia Oriental y China en par-ticular, y aproximadamente un millar de españoles viajaron en el 2010 al país asiático para estudiar en sus universidades. Por otra parte, actividades como la celebración del Año Nuevo Chino reúnen a miles de personas en las grandes ciudades.

El hecho de que en estos últimos años China haya desbancado a Japón como segunda potencia eco-nómica mundial, que haya extendido sus negocios por África y Latinoamérica, que cada vez más empresas españolas tengan negocios en este país asiático, o que el Gobierno chino se haya erigido en valedor de la economía española comprando deu-da pública no es ajeno a todo este proceso. Como tampoco lo es la percepción de que los chinos ya no

son sólo quienes fabrican y venden productos de imitación ni inmigrantes que abren restaurantes o bazares de todo a un euro, sino los propietarios de grupos empresariales que adquieren compa-ñías europeas y españolas e instalan sus sedes y sus bancos en Barcelona o Madrid. El año pasado el principal fabricante de coches chino, Zhejiang Geely Holding Group, compró Volvo. En febrero, ICBC, Industrial & Commercial Bank of China, el mayor del mundo, abrió una oficina en Madrid en lo que su presidente, Jiang Jian Qing, calificó de “símbolo del desembarco de las empresas chinas en España”. Hace unas semanas, la multinacional china DoubleStar Group –que distribuye produc-tos de caucho industrial– anunció que instalará en Barcelona su sede estratégica para Europa y África, casi al tiempo que el grupo familiar Siu, de Hong Kong, se quedaba con el diseño, la producción y la distribución de las marcas Armand Basi y By Basi. Y el grupo Hutchison Whampoa controla ya el 90% del capital de Tercat, la compañía que tiene la concesión para poner en marcha una nueva termi-nal de contenedores en el Port de Barcelona.

En este escenario no es extraño que cada vez más personas se planteen que quizá, en el futuro, ellos o sus hijos acaben por tener un jefe chino, deban

hacer negocios con empresas chinas o trasladarse a trabajar a China y, en consecuencia, sopesen la conveniencia de prepararse y se interesen por este país. No se trata de un fenómeno exclusivo de Es-paña. Más bien parece que la curiosidad y el interés por China se han despertado aquí más tarde que en otros países occidentales. En Francia o Estados Unidos el chino ya es asignatura optativa en escue-las e institutos públicos, hecho que aquí sólo se ha planteado en algunos institutos de Valencia, aunque cada vez más escuelas incluyan el aprendizaje de mandarín entre sus extraescolares. En la universi-dad, los estudios relacionados con China se circuns-cribían hasta no hace mucho a algunas asignaturas secundarias en los estudios de Humanidades. En el 2002 se creó la primera licenciatura en Asia Oriental y, desde entonces, tanto la oferta como la demanda se han quintuplicado. Ahora ofrecen una licenciatura de segundo ciclo y diversos máster la Universidad Autónoma de Madrid, la Autònoma de Barcelona, la Pompeu Fabra, la Oberta de Catalun-ya, la de Salamanca o la de Alicante, con programas que, en algunos casos, se pueden personalizar. Y el Centro de Altos Estudios Universitarios ofrece un programa internacional sobre cultura, sociedad, economía y negocios en China en el que participan diferentes universidades españolas y extranjeras.

“China es cada día más importante para nosotros y no sólo porque compre nuestra deuda, sino por su enorme población y porque es emisora de cultura, es interlocutora de la modernidad en su cine, su literatura, etcétera. Lo que aparece en China nos interesa y, si hasta ahora nos ha llegado la China milenaria, la de la acupuntura y las artes marciales y no su cultura de masas, eso va a cambiar, es cues-tión de tiempo, porque los chinos tienen mucha capacidad innovadora y están en ebullición; si hasta ahora lo suyo era la copia, ahora empiezan a generar cosas propias”, afirma Manuel Ollé, profesor de historia y cultura de la China moderna y contemporánea y coordinador de los estudios de Asia Oriental en la Universitat Pompeu Fabra.

Taciana Fisac, directora del Centro de Estudios de Asia Oriental de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), asegura que en España aún no so-mos conscientes de la influencia cultural de China porque tenemos la referencia de los inmigrantes chinos que han llegado aquí, en su mayoría cam-pesinos con poco nivel cultural, y porque segui-mos asociando lo chino con el fenómeno “todo a cien”. “En otros países han superado esa visión; en Francia, por ejemplo, no es raro ver alguna pelí-cula china por televisión; aquí habremos de irnos

acostumbrando, porque el mundo del arte, de la pintura, de las propuestas estéticas está hoy domi-nado por lo asiático y, en consecuencia, por China, tanto desde el punto de vista de los artistas como de quienes compran ese arte”, comenta Fisac. Ma-nuel Ollé apunta que el cine de acción, de terror y fantasmas hecho en Hong Kong hace tiempo que ha traspasado fronteras y ha influido en la meca del cine, Hollywood, y cita ejemplos de directo-res que ya son apreciados fuera de su territorio y han sido galardonados en los grandes festivales internacionales: Wong Kar-wai, Hou Hsiao-hsien o Zhang Yimou. También hay escritores chinos contemporáneos cuyas historias han logrado cautivar a lectores occidentales, como Mo Yan o Yan Lianke, aunque su penetración en España es mínima y, según los sinólogos consultados, las traducciones de sus obras al castellano, pésimas. “Existe una dificultad importante para acercarse a la literatura china que es la falta de calidad de las traducciones; la mayoría son versiones desde la traducción inglesa o francesa, y eso estropea muchas buenas obras de literatura china con-temporánea”, advierte Fisac. Añade que tampoco es fácil aproximarse al cine chino –porque esas películas suelen circunscribirse a los ámbitos de cine de ensayo–, o a la rica y variada gastronomía

que permite ver programas ya emitidos y recoge en su web noticias sobre el país. espanol.cntv.cn/01/index.shtmlChina Today En www.chinatoday.com.cn/ctspa-nish/index.htm se accede a la versión española de la pu-blicación digital China Today, que recoge reportajes sobre

economía, cultura y turismo, entre otros ámbitos.CRI online La página de la emisión en castellano de la Radio Internacional de China espanol.cri.cn ofrece, además de la emisión en línea de los programas, un apartado de noticias, una guía de China y una enciclo-pedia cultural

Agencia de noticias Xinhua Las páginas en español de este portal spanish.xinhua-net.com incluyen, además de noticias, artículos con datos sobre la organización política y administrativa chi-na, su geografía, literatura...Instituto Confucio Esta institución, dedicada a la promoción de la lengua

y la cultura chinas en el extranjero (el equivalente al Instituto Cervantes español), tiene centros en Granada, Madrid, Valencia y Barcelona que, además de impartir cursos de chino, organizan exposiciones, conferencias, fiestas... Sus agendas pue-den consultarse en sus res-pectivas páginas en internet.

ReCuRsos

China Central Television El canal de televisión más importante de China, emite diariamente un programa en castellano, Así es China,

“El interés por China no ha parado de crecer en la última década y se ha acelerado en los últimos cua-tro años. Nos encontramos sobre una ola creciente de interés por el idioma y la cultura china y no se vislumbra que vaya a decrecer, porque no hay una única razón que lo justifique, sino que es la suma de varias”, afirma el director del Instituto Confucio de

Texto Mayte Rius

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china, que poco tiene que ver con la que ofrecen los restaurantes regentados por inmigrantes, que cocinan con mayor o menor acierto pero no son cocineros profesionales. La directora del Centro de Estudios de Asia Oriental de la UAM cree que, en general, en España todavía falta información sobre China. “En Estados Unidos o Francia los diarios in-cluyen cada día noticias sobre este país”, contrasta.

También Manuel Moreno, licenciado en medicinas chinas y profesor de chino en la Escuela Superior de Comercio Internacional (ESCI) de Barcelona, opina que España ha entrado tarde en contacto con China y con un sentimiento de cierta inquietud, de temor a ser “invadidos”. Pero, después de convivir once años con ellos, dice que el recelo es mutuo, que los chinos también miran con miedo al ex-tranjero y que el proceso de acercamiento es y será lento porque no resulta fácil entablar relación con los chinos. “China parte de un cierto sentimiento de inferioridad y el Gobierno chino reafirma la identidad interior hablando constantemente a sus ciudadanos de nosotros por contraposición a los otros, a los extranjeros, y eso crea miedos, así que cuando vas allí no es fácil integrarse”, explica. Cree que para paliar ese sentimiento de inferioridad los chinos se han parapetado durante años en su cultu-

ra milenaria, pero que eso evolucionará como lo ha hecho la calidad de la tecnología y de los productos que venden. De todos modos, Moreno advierte que la imagen que muchos españoles tienen de los chi-nos está desvirtuada por el hecho de que más del 80% de los chinos que se han instalado aquí pro-cede de Qingtian, en la provincia de Zhejiang, una zona montañosa, poco accesible y atrasada. “Esos chinos son de bajo nivel cultural y fríos, pero no todos en China son así”, subraya. El presidente de la Unión de Asociaciones Chinas de España, Lam Chuen Ping, coincide en que tenemos una visión distorsionada de algunos rasgos culturales chinos, como la gastronomía, debido a que los inmigrantes que han llegado aquí no son como los del Reino Unido, Holanda o Francia. Pero también está con-vencido de que vivimos un momento muy positivo para el intercambio cultural “porque la inversión de China en España ha cambiado la imagen que se tenía de los chinos como invasores y ahora se les ve como colaboradores, y eso ha despertado el interés de muchas personas por el país”.

Imma Llort, coordinadora de la Escuela Bambú de Casa Asia, que impulsa proyectos interculturales en los colegios, y Fang Xiao, directora del centro de estudios chinos Lu Xun de Bilbao, corroboran

ese interés. Llort comenta que en los últimos años ha crecido la demanda de actividades relacionadas con China por parte de colegios e institutos. Y que si antes “la excusa” para solicitar sus proyectos era la presencia en las aulas de niños adoptados, ahora es el interés por el país en sí. “Asia no entra en el currículum escolar ni en primaria ni en secundaria, y algunas escuelas lo incluyen en su plan educati-vo”, explica. La Escuela Bambú ofrece actividades en función del temario de cada curso. “En primero y segundo de primaria se estudian los alimentos, así que ofrecemos talleres sobre cocina china o un monográfico sobre el arroz”, ejemplifica. Fang Xiao también organiza talleres de gastronomía, de cali-grafía y pintura, además de clases de idioma, en su centro de estudios de Bilbao. Pero reconoce que a medida que crece el potencial económico de China, “la gente se interesa menos por la cultura tradi-cional y lo que quiere saber es cómo es la vida y la realidad actual, qué comen, qué costumbres tienen, cómo es la arquitectura, la educación o la pintura actual en China”. Imma Llort y Fang Xiao coin-ciden en que últimamente hay mucha curiosidad por su educación por los buenos resultados que cosechan los estudiantes chinos en los rankings internacionales en materias como las matemáti-cas. “Hay quien siente temor por si los chinos nos

invaden con su cultura, pero también quien opina que igual su método de explicar las matemáticas es mejor y podemos aprovecharlo; se trata de no dejarse llevar por los prejuicios, porque todas las culturas aportan”, comenta la coordinadora de la Escuela Bambú. Y anima a acercarse a los inmi-grantes chinos para familiarizarse con su cultura.

El consejo de Manuel Moreno para quien quiera poner un pie en China, conocer sus costumbres y su cultura, es estudiar su idioma. “El chino lo agra-dece mucho, porque facilita un diálogo de igualdad y es más fácil llegar a ellos por lo humano”, dice. Quizá por ello las clases de chino son la actividad que más triunfa en centros como el Instituto Con-fucio –tiene sedes en Valencia, Madrid, Granada y Barcelona– o el centro Lu Xun, de Bilbao. Fang Xiao, asegura que hace unos años las clases estaban protagonizadas por familias que habían adopta-do niños chinos, mientras que ahora son más los alumnos de origen español que acuden pensando en su futuro laboral. El chino no es un idioma fácil, aunque la profesora Lina Zhang, que imparte chino en el instituto Baleares de Valencia, aseguraba en una reciente entrevista en La Vanguardia que, “a partir de 50 horas de clase se pueden comenzar a establecer unos mínimos diálogos para defenderse

en varias situaciones”. Vicent Andreu apunta que una buena forma de aproximarse a China es estar al tanto de las actividades que organiza el Instituto Confucio. El que dirige, en Valencia, retransmite sus actividades a través de la web, permite solicitar libros especializados y edita una revista gratuita bilingüe que incluye reportajes sobre la actualidad cultural china, tanto del ámbito tradicional como contemporáneo. Y para quienes sueñan con una inmersión en China, las becas del Gobierno chino para universitarios pueden resultar muy útiles.

Tampoco es que ninguno de los expertos consul-tados considere que China va a ser nuestro nuevo referente cultural. Que el poderío económico de Estados Unidos haya supuesto que vistamos pantalones tejanos, comamos hamburguesas y nos invada el cine de Hollywood no significa que vaya a ocurrir lo mismo con China, pues sus tradicio-nes y propuestas culturales resultan mucho más lejanas y ajenas. “En España no vamos a abandonar el referente cultural occidental, pero sí vamos a buscar referentes alternativos al canon mayoritario en China; de hecho, en muchos ámbitos ya se nota que hemos vuelto la mirada a Oriente, donde China ya era un referente cultural antes de que nosotros la conociéramos”, afirma Vicent Andreu. s

soMos DiFeRenTes

Las diferencias culturales entre los occidentales y los chinos son importantes. Igno-rarlas ha hecho fracasar más de un negocio y los planes de muchos profesionales que, incapaces de entender e integrarse en la sociedad china, han tenido que hacer las maletas y regresar a casa antes de lo previsto. Hay amplios y completos tratados de cómo hacer negocios o comportarse en China. Estos son sólo algunos detalles sobre los chinos:> Nunca dicen no de forma directa Utilizan el quizás, tal vez... Siempre dan un rodeo dialéctico para dar una respuesta negativa.> Son curiosos Acostumbran a hacer preguntas directas so-bre la edad, el sueldo y otras cuestiones personales. Sin embargo, son celosos de su intimidad y no aceptan bien

Desde el portal del Instituto Confucio de Valencia (www.uv.es/confucio) también se puede acceder a la revista bilingüe Instituto Confucio que incluye reporta-jes culturales y habla de cine, de escritores, de destinos turísticos, de actividades y de fiestas tradicionales.Estudios universitarios La

Universitat Autònoma de Barcelona y la Universidad Autónoma de Madrid ofre-cen licenciaturas en Estudios de Asia Oriental y diversos programas de estudio en lengua y cultura chinas. La Universitat Pompeu Fabra dispone de un máster en estudios chinos de dos años de duración que ofrece una

formación interdisciplinar sobre historia, cultura, economía y arte del país asiático. La Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ofrece una licenciatura de segundo ciclo y un máster, y también las universidades de Salamanca y de Alicante, entre otras, cuentan con diferentes programas rela-

cionados con Asia Oriental. El Centro de Altos Estudios Universitarios ofrece un pro-grama internacional sobre cultura, sociedad, economía y negocios en China en el que participan diferentes universidades españolas y extranjeras (www.china.edu.es) Casa Asia Esta institución

desarrolla múltiples activida-des y proyectos relacionados con China y que engloban desde los cursos de idiomas hasta talleres escolares (a través de la Escuela Bambú), pasando por la proyección de películas, la organización de conferencias o de misiones comerciales.Observatorio de la Econo-

mía y la Sociedad China Revista impulsada por la Uni-versidad de Málaga a través de la biblioteca y enciclope-dia virtual Eumed.netFundación Consejo España-China Es una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es fomentar las relaciones bilaterales en los ámbitos político, económico,

comercial, cultura, educativo y deportivo. www.fundeschi-na.comIgadi En la web del instituto galego de Análise e Docu-mentación Internacional (www.igadi.org), en el apartado mundo chinés, se pueden consultar artículos relacionados con la actuali-dad y la política en China.

Departamento de Cultura de la Embajada China www.cultura-china.comOfrece información insti-tucional sobre múltiples aspectos de China: su geo-grafía, historia, estructura económica, sistema científi-co, población, arte y cultura, organización administrativa, etcétera.

Información oficial spanish.china.org.cn/ es la página de comunicación oficial de Chi-na que recoge información sobre la actualidad de China, sobre su historia, su arte, sus tradiciones y su gente, e información internacional. Desde ella se accede a la web ¡Hablemos chino!, del Insti-tuto Confucio en internet.

preguntas personales, salvo que sean generales sobre la familia o sobre los estudios o la edad de los niños.> Dan mucha importancia a la jerarquía. > Mirar a los ojos es para ellos un desafío, no un rasgo de sinceridad como en Occidente.> Les gustan y dan impor-tancia a los regalos y la simple entrega de una tarjeta de visita ha de cuidarse: debe entregarse con ambas manos y, si se recibe, leerla con aten-ción antes de guardarla.> No les gusta el contacto físico, los besos, abrazos o palmadas al saludar.> No está bien visto llevarse las manos a la boca ni seña-lar con un dedo.> Es una ofensa rechazar comidas o bebidas.> Aprecian que uno sepa palabras en su idioma.

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