PRIMERA FASE CANTERAS DE AÑASHUAYCO

REFUGIO

INTRODUCCIÓN

Dar una revalorización a un lugar que es tan importante pero a la vez olvidado como las canteras, puede ser quizás una de las indignaciones más grandes de nuestra ciudad, el sillar –material tan simbólico para nuestra ciudad- es quizás el protagonista de la arquitectura más representativa de Arequipa. Pero como lograr que, desde nuestra posición como estudiantes de arquitectura, se cumplan con las metas de revalorización del lugar mediante el uso de una arquitectura más eco

amigable. Sería una afirmación falsa decir que los proyecto que realizamos en el Taller de arquitectura quedan en eso, proyectos. Pero me vine una frase del libro de Campo Baeza, Los Lentes del Arquitecto, donde de una manera muy directa demuestra el poder que tiene la visión que se va desarrollando en el proceso de crecimiento del estudiante de arquitectura.

Quizás siendo este taller (V) el punto medio de la carrera, proyectos como estos son los que nos ayudan a darle un nuevo enfoque a nuestros lentes, entender la realidad que vivimos, no esa realidad utópica que exponen otros países, comprender nuestro entorno…..seamos verdaderos arequipeños entonces, salgamos y demostremos que la verdadera arquitectura no debe ser copia de los cánones extranjeros.

No demos entonces la espalda a estas maravillas que tenemos, reinventémoslas, hagámoslas nuestras nuevamente, propongamos arquitectura verdadera. Los siguientes proyectos son los realizados en la primera parte del Taller de Arquitectura V:”Enotecnias y “, son algunos de los proyectos que quizás expresan de mejor manera como es que en las canteras se puede reinterpretar la cultura arequipeña.

LUGAR Los proyectos fueron realizado en las canteras de Añashuayco, los grupos (parejas) fueron libres de escoger un punto específico de la cantera, pudiendo escoger también tanto arriba, el medio o en la parte baja de esta, el lugar debía responder de manera eficiente a las condicionantes del lugar, luz viento, aprovechando estos recursos al máximo.

El proyecto iba dirigido a un espacio para 10 personas, entre ellos los trabajadores de la cantera como los que usarían este espacio con más frecuencia y los visitantes de ciudad que acudían al refugio en busca de paz y de un escape de lo cotidiano a las canteras. En ambos casos se debía proponerles los espacios mínimos para una buena habitabilidad.

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