Proyecto ii parte i

16
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA VICERRECTORADO ACADÉMICO FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES ESCUELA DE PSICOLOGÍA VALLE DE LA PASCUA, ESTADO GUÁRICO. ASIGNATURA: PROYECTO II BAJA AUTOESTIMA EN LOS ADOLESCENTES. UNA MIRADA DESDE LA INCIDENCIA DE LA APARIENCIA FÍSICA Y EL ENTORNO SOCIAL Autora Ruba Kiwan C.I.26.620.769 Noviembre de 2017

Transcript of Proyecto ii parte i

Page 1: Proyecto ii parte i

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA

VICERRECTORADO ACADÉMICO FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES

ESCUELA DE PSICOLOGÍA VALLE DE LA PASCUA, ESTADO GUÁRICO.

ASIGNATURA: PROYECTO II

BAJA AUTOESTIMA EN LOS ADOLESCENTES. UNA MIRADA DESDE LA INCIDENCIA DE LA APARIENCIA FÍSICA Y EL ENTORNO SOCIAL

Autora

Ruba Kiwan C.I.26.620.769

Noviembre de 2017

Page 2: Proyecto ii parte i

INTRODUCCIÓN

Todo individuo está inmerso en un entorno, interactúa con este medio que

lo rodea, generando respuestas y recibiendo estímulos, que es recíproco producto

de su interrelación. Desde esa visión, se encuentra el entorno social

específicamente, el cual involucra personas e individuos, los cuales tienen esa

capacidad innata de relacionarse, porque poseen el instinto gregario, propio de

todo ser humano. No obstante, el o la adolescente como individuo también se

relacionan con el medio que les rodea, no pueden quedar ajenos a su influencia y

muchas de sus acciones son el resultado de su interrelación, sea cual fuere la

naturaleza de ésta.

Ante estas situaciones, es conveniente parafrasear a Banfield y McCabe

(2002), quienes han señalado que en los últimos años la imagen corporal ha

tomado un inmenso auge en las sociedades modernas, muchas de las cuales han

creado toda una subcultura basada en la percepción y la importancia de la imagen

ideal. De igual forma, los referidos autores han resaltado la influencia de los

medios de comunicación y la presión social entre los factores de mayor influencia

para seguir una imagen ideal, que en muchas ocasiones es imposible o difícil de

alcanzar.

Por consiguiente, la imagen corporal constituye la base de muchos estudios

desde el punto de vista sociológico, manifestando, en virtud de que la percepción

de la misma es uno de los factores de riesgo asociado no solo a la agresividad,

actitudes violentas, depresión, tristeza, ideas y tentativas de suicidio, síntomas de

inferioridad e incapacidad, problemas con el alcohol y las drogas, sino también

trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia y la bulimia, consumismo y

compras compulsivas hasta timidez extrema y dificultades para la interacción

social. Por consiguiente, las conductas relacionadas con la imagen corporal, se

encuentran fuertemente influidas por el aprendizaje, el medio sociocultural y a

veces es difícil diferenciar lo que es moda, costumbre o patología, ya que esta

última se construye en una historia singular y adquiere su perfil nosológico

diferencial y específico en relación con el contexto de su producción. Por otra

Page 3: Proyecto ii parte i

parte, el grado de aprobación que una persona tiene respecto de sí misma o

autoconcepto abarca una peculiar articulación entre factores internos y externos,

es decir, a aquellos que provienen de la comparación de los ideales propios con

los determinados por personas significativas (padres y pares), entramados con los

ideales impuestos por la sociedad. Es importante, recalcar que, el desarrollo de los

niños entre 8 y 18 años no está solamente determinado por el crecimiento y los

cambios biológicos que experimentan en su cuerpo, sino también por su propio

temperamento y personalidad, las expectativas puestas en ellos por los adultos

con los que conviven, y las influencias sociales como antes mencionado.

Evidentemente, los jóvenes sufren innumerables cambios físicos en su

cuerpo, lo cual produce que su autoimagen corporal varíe a medida que lo hace su

cuerpo y no siempre estos cambios les agradan. Dichos cambios viene marcado

por modificaciones físicas muy aparentes que constituyen lo que se denomina

pubertad, la pubertad es un fenómeno físico que conviene diferenciar de la

adolescencia, la cual depende mucho de factores del ambiente social. Desde el

punto de vista físico y fisiológico, se produce transformaciones de una profundidad

y rapidez muy superiores a las de la etapa anterior.

Aunque es necesario acotar, que los cambios en el crecimiento no

constituyen los únicos fenómenos que se producen en la adolescencia, sin

embargo resultan los más llamativos a primera vista, porque son muy evidentes.

Además están estrechamente relacionados con los cambios sociales, pues son los

que van a posibilitar que los jóvenes se inserten en la sociedad adulta. Durante

este período los humanos alcanzan su capacidad reproductora, lo cual constituye

un índice esencial de la llegada a la etapa adulta. Aunado a que, no solo implica

cambios físicos y emocionales para los propios adolescentes sino también

cambios en la organización y relaciones familiares. Aclarando, que hay distintas

etapas en la adolescencia y cada una trae consigo sus peculiaridades particulares.

Es de allí que, la condición humana de vivir en sociedad implica una influencia

insoslayable del entorno en el psiquismo de la persona. Resaltando que, a través

de las relaciones con los otros se gestarán las más importantes herramientas y

características de cada uno de nosotros. Por lo que, la relación con otro es la base

Page 4: Proyecto ii parte i

para la construcción de la autoestima, de la identidad y el desarrollo personal en

general. Cuestionamientos que son imprescindibles dilucidar a través del presente

proyecto: Baja Autoestima en los adolescentes. Una mirada desde la incidencia de

la apariencia física y el entorno social. Ajustando que el proceso de desarrollo

físico es bastante complejo, por lo que es importante establecer como la

apariencia física trae consigo efectos en la autoestima del adolescente, así como

la sociedad.

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

La adolescencia es una etapa muy compleja en la vida de toda persona,

porque es en ella, donde la autoestima tiene un papel determinante. En esta

etapa, las relaciones interpersonales son esenciales para desarrollar una

adecuada competencia social y, por tanto, tener una buena autoestima. Al mismo

tiempo, es imprescindible para el joven, la necesidad de sentirse aceptado. Es

decir, ser miembro de un grupo social para poder construir su propia identidad

psicosocial, con la que enfrentarse al mundo, sentirse parte de un grupo, lo

obligan en cierta manera a desprenderse de su verdadera personalidad. Por lo

que, el adolescente tiene una elevada necesidad de resultar “atractivo”, según los

estereotipos impuestos por la sociedad, como “parámetros de belleza”, que en

cierta manera, marcan la tendencia y la forma de ser de los individuos.

Es, precisamente en esa etapa de la vida, en el que si el adolescente no se

valora a sí mismo, o no tiene una identidad y personalidad bien solida, tendrá

dificultades en sus habilidades sociales y a aceptarse así mismo, en transmitir el

mensaje acerca de sí mismo y acabará modificando la valoración que el grupo

social haga de dicho adolescente. Por otro lado, si el adolescente tiene una

elevada autoestima, tiene más aspiraciones, más autoconfianza y sin dificultad

para plantearse metas, podrá enfrentar cualquier obstáculo, adversidad y se podrá

ajustar a la sociedad, pero esta vez, de acuerdo a sus criterios y principios. Ahora

Page 5: Proyecto ii parte i

bien, normalmente, la autoestima en los adolescentes de ambos sexos no suele

ser alta, precisamente, porque es un período muy crítico de la vida de estas

personas con un efecto muy significativo en su autoestima.

Ante esto, cuando los adolescentes no se sienten aceptados por su grupo

de amigos, no se sienten atractivos tanto para sí mismos como para los otros, no

saben cómo afrontar este período, con lo cual incide en la autoestima y la

disminuye. De hecho, adolescentes con problemas de acné, de exceso de peso,

que piensa que un amigo/a le ha decepcionado, traicionado o le ha

desconsiderado, disminuye rápidamente su autoestima, según estudios realizado

por Banfield y McCabe (2002). Al mismo tiempo, es un período de construcción de

una identidad propia, es una etapa en el que la persona necesita construir gran

parte de su identidad. Pero, si el adolescente tiene baja autoestima no dejará

mostrar su YO, por miedo a que otros le rechacé.

De esta manera, lo que suele ocurrir es que muchos adolescentes crean

una primera identidad basada, sobre todo, en las expectativas que los demás

tienen acerca de si mismo, para que, pueda sentirse aceptado en el grupo social.

Por tanto, el autoconcepto, la autoestima y la percepción de autovalía son tres

conceptos fuertemente relacionados entre sí. Tanto así, que el autoconcepto es un

sistema de creencias que el individuo considera verdaderas respecto a sí mismo,

las cuales son el resultado de un proceso de análisis, valoración e integración de

la información derivada de la propia experiencia y la retroalimentación de los otros

significativos (González-Pienda, Núñez, Gonzalez-Pumariega y García, 1997).

“Una serie de hallazgos han ofrecido apoyos para una perspectiva

multidimensional y jerárquica del autoconcepto, en el cuál se

integrarían tanto los aspectos descriptivos (o cognitivos) del sí

mismo, que se corresponden con la autoimagen, como los

valorativos (o afectivos), que se corresponden con la autoestima”

(ver Marsh y Craven, 2006).

En el autoconcepto se han distinguido los componentes físico, académico,

personal y social (Esnaola, Infante y Zulaika, 2011; Isiksal, 2010; Menjares,

Michael y Rueda, 2000; ver Shavelson, Hubner y Stanton, 1976). Como indican

Page 6: Proyecto ii parte i

Marsh y Craven (2006), el término autoestima se ha empleado principalmente para

referirse al componente global del autoconcepto que aparece en la cumbre de la

jerarquía, la cuál es más transitoria, dependiente del contexto e inestable que los

componentes específicos del autoconcepto. La relación de la autoestima con los

distintos componentes del autoconcepto (físico, académico, personal y social) se

ha visto apoyada en la validación para población española de la Escala de

Autoestima de Rosenberg (RSES; Rosenberg, 1989; ver Martín Albo, Núñez,

Navarro y Grijalvo, 2007). Cuando se analiza el efecto de las contingencias de

reforzamiento en la autoestima, se encuentra que ésta fluctúa en respuesta a

aquellos acontecimientos que a lo largo del desarrollo del individuo han ido

adquiriendo un valor de contingencia para su percepción de autovalía.

Así, las contingencias de autovalía se definen como la relativa importancia

que tienen los distintos acontecimientos para la consideración que los individuos

tienen de sí mismos. Crocker et al. (2002) muestran que los incrementos y

decrementos en la autoestima de los jóvenes en respuesta a sus éxitos y fracasos

dependen, en concreto, de si éstos se producen en las circunstancias vitales que

son contingentes a su percepción de autovalía.

Las reacciones afectivas son, a su vez, más intensas ante los éxitos y fracasos

que se producen en estas circunstancias que ponen en juego su autoestima

(Crocker et al., 2002, 2006).

La autoestima fluctúa, así, en función de las circunstancias específicas que

experimenta el individuo, y afecta de forma importante a su motivación. Al

depender su autoestima principalmente de los resultados que se producen en

ciertas áreas específicas, los jóvenes están motivados por obtener éxito y no fallar

en su consecución, experimentando las emociones positivas intensas y elevada

autoestima que resultan del éxito, y evitando las emociones dolorosas y baja

autoestima que resultan del fracaso (Crocker et al., 2002; Crocker, Brook, Niiya y

Villacorta, 2006). Según el análisis de Dubois y Tevendale (1999), los jóvenes

tienden a realizar aquellas conductas que satisfacen sus contingencias de

autovalía, lo que facilita la obtención de resultados positivos que les provocarán

Page 7: Proyecto ii parte i

emociones positivas y contribuirán, a su vez, a fortalecer su autoestima en las

áreas implicadas (Dubois y Tevendale, 1999).

Mientras que, cuando los jóvenes con menor autoestima experimentan

fracaso en áreas que son relevantes para su autoestima, llevan a cabo un

afrontamiento menos eficaz. Así, tienden a sobregeneralizar los fracasos (Kernis,

Brockner y Frankel, 1989) y dirigen sus conductas a evitar las emociones

negativas que éstos les producen (Park y Maner, 2009). Como indican Crocker y

Wolfe (2001), el individuo que desde edades tempranas aprende respuestas de

evitación para afrontar experiencias que le producen emociones negativas puede

llegar incluso a tener dificultades para afrontar eficazmente estas situaciones, lo

que hace probable que los fracasos se repitan, retroalimentando así una baja

autoestima.

Por lo antes expuesto, la autoestima es un factor crítico que afecta al

ajuste psicológico y social. Así, niveles bajos en la autoestima o autoconcepto de

los jóvenes se han asociado con una serie de síntomas psicopatológicos (para una

revisión, ver Garaigordobil et al., 2008); entre otros, con reacciones de ansiedad,

síntomas depresivos, desesperanza y tendencias suicidas, Una autoestima o

autoconcepto bajos también son frecuentes en los jóvenes que tienden a la

procrastinación o demora innecesaria en la realización de tareas (Ferrari y Díaz

Morales, 2007) y en aquellos que manifiestan conductas agresivas (Garaigordobil

y Durá, 2006; Robins et al., 2010), conductas antisociales, violencia escolar y

violencia relacional. Se ha encontrado que los adolescentes que muestran una

baja autoestima tienden también a un incremento en el consumo de alcohol

(Scheier, Botvin, Griffin y Díaz, 2000; Zimmerman et al., 1997). Becker y Grilo

(2006).

En concreto, la investigación muestra que una autoestima baja en los

contextos familiar y escolar, y una autoestima alta en el contexto de relación con

iguales, se asocian con un mayor consumo en adolescentes y actúan como

variables mediadoras de la influencia del funcionamiento familiar sobre el consumo

encuentran que una baja autoestima en el contexto familiar predice conductas de

experimentación con alcohol y drogas. Otros hallazgos han mostrado también que

Page 8: Proyecto ii parte i

los jóvenes que se sienten poco valorados por sus padres presentan un mayor

consumo de drogas ya desde la preadolescencia (Pinazo, Pons y Carreras, 2002.

Por otra parte, los jóvenes con baja autoestima se caracterizan también

por presentar una peor salud física (William, Chan, Chung y Chui, 2010). Entre las

actitudes y conductas que se asocian a baja autoestima o autoconcepto y son un

riesgo para los problemas de salud destacan un menor rechazo en las

adolescentes a mantener relaciones sexuales sin protección (Salazar et al., 2004),

y trastornos de anorexia y bulimia (Gila, Castro, Gómez y Toro, 2005; Stein y

Corte, 2003). Esta mayor presencia de problemas de salud asociados a baja

autoestima en mujeres adolescentes puede explicarse por el ambiente

sociocultural que pone a éstas en más riesgo que a los varones de sufrir

dificultades asociadas a los cambios físicos de la pubertad (Kling et al., 1999).

La autoestima se gesta, afianza y alimenta a partir de tres pilares:La

significación familiar, El logro de los objetivos y el amor/aprobación de las

personas significativas que nos rodean. En base a la autoestima que poseamos en

cierto momento potenciaremos o anularemos nuestra capacidad de desarrollar las

habilidades internas o de relación y aumentar así el nivel de seguridad en uno

mismo. El ámbito donde comienza a formarse la autoestima es por supuesto el

seno familiar, donde se incorporan los valores, reglas y conceptos. A esto se

refiere significación familiar, posteriormente el resto de nuestro entorno ampliado,

compañeros de juego y escolares, profesores, entre otros. Colaborará a formarla,

rectificarla o reforzarla.

De igual manera, es importante reconocer que, a veces la autoestima de

un individuo se forma a partir de los comentarios lenguaje verbal y las actitudes de

las demás personas hacia él, que le comunicarán un mensaje acerca de él mismo.

Este reconocimiento y cómo se produzca tendrá un papel importante en lo que

hace a los desajustes de la imagen en relación a la sensación de bienestar y de la

construcción de una relación satisfactoria o insatisfactoria con el propio cuerpo, ya

que la autoestima se forma a partir tanto de los comentarios como de las actitudes

del entorno hacia la persona. En relación a la imagen, podemos decir que el nivel

de autoestima se relaciona con la percepción de sí mismo en comparación con los

Page 9: Proyecto ii parte i

valores personales, que son los que se desarrollan durante el proceso de

socialización, en la primera infancia.

Puesto que, el rápido desarrollo de las sociedades junto a la

multiplicidad de influencias interculturales que se han producido, han propiciado

una situación de confusión de valores, a las que los y las adolescentes son

especialmente sensibles. Pueden sentirse en ocasiones escasos de ese marco de

referencias que les permita tomar decisiones adecuadas sobre su propia

conducta. La adolescencia es una época en que los individuos se hacen cada vez

más conscientes de sí mismo y que forjando su individualidad crean un sistema de

valores aprendiendo del rol personal y social que requieren para la vida adulta.

Este proceso de construcción que señala el tránsito de la infancia al mundo adulto

suele ir acompañado de una situación de desequilibrio e inestabilidad, que

perturba al o la adolescente y que también afecta a la familia. En este momento se

habla de una “crisis de adolescencia” la cual varía de acuerdo al temperamento

del o la adolescente, de la personalidad de sus padres, de la calidad de la familia y

de las características del medio.

Sin embargo, es indiscutible que dificultades en la familia constituyen

factores de riesgo para la desviación del comportamiento de los y las

adolescentes, aunque no es determinante la familia puede constituir un factor de

riesgo a través de la práctica de estilos y/o pautas educativas inadecuadas, déficit

o exceso de disciplina, excesiva implicación o demasiado autoritarismo. La baja

comunicación familiar, la inconsistencia en las normas, relaciones afectivas

inadecuadas, límites poco claros y expectativos poco realistas ponen en riesgo el

desarrollo del o la adolescente. Un problema específico en una familia como o es

el divorcio o separación conyugal provoca en los hijos, mayores problemas

académicos y de rendimiento escolar y un mayor consumo de sustancias

químicas. Los y las adolescentes tienden a presentar tristeza, vergüenza,

confusión, angustia y alejamiento de uno o ambos padres, con consecuencias

negativas para su desarrollo.

Por otro lado, la escuela, como agente socializador, desempeña un

papel importante en la formación de los y las adolescentes. Esta institución escolar

Page 10: Proyecto ii parte i

posee medios, procedimientos y métodos para mantener el orden y la disciplina,

los cuales son aplicados a aquellos que violan las normas que rigen el

comportamiento escolar (González, 1996). Los pares también ejercen influencia

en el o la joven, dependiendo del tipo de elección, estos grupos pueden afectarlo

negativamente, incitando y/o reforzando las conductas de riesgo ya presentes en

el o la adolescente. Es importante destacar que una situación puede ser de alto

riesgo en un momento de la vida del o la adolescente, y su influencia en éstos va a

depender por un lado de los logros del desarrollo personal del joven como la

adquisición de capacidades biológicas, psicológicas y recursos sociales que posea

y por otro de las condiciones del entorno de acuerdo al grado en que sean

protectoras, peligrosas, incapacitantes o capacitantes.

Su interacción con las potencialidades y destrezas personales

determinará en buena medida la vulnerabilidad del joven, así, las consecuencias

destructivas del riesgo variarán en relación a los procesos de maduración, las

condiciones de protección y los recursos personales para efectuar ajustes o

integraciones transformadoras de la situación.

Por último, es destacable que una autoestima baja durante la

adolescencia es un factor de riesgo para diversos problemas en la edad adulta. En

un estudio longitudinal, Trzesniewski et al. (2006) encuentran que los individuos

con baja autoestima en la adolescencia tienen un riesgo mayor de sufrir una peor

salud física y mental en la edad adulta, una peor proyección laboral y económica,

y una mayor probabilidad de verse implicados en actuaciones criminales, en

comparación con los adultos que presentaban una elevada autoestima cuando

eran adolescentes.

Este conjunto de hallazgos permite concluir que mejorar la autoestima

en adolescentes puede resultar útil para prevenir un amplio rango de problemas

de conducta, emocionales y de salud tanto en la propia adolescencia como en la

vida adulta. En el orden de las ideas anteriores, las interrogantes que guiarán el

curso de esta investigación estarán referidas a: ¿Es la baja autoestima un

problema para el desarrollo del adolescentes?, ¿Influye el entorno social en la

formación de la autoestima del adolescente?, ¿La discriminación por rasgos

Page 11: Proyecto ii parte i

físicos incide en la autoestima de los adolescentes? los ideales de su grupo social

intervienen por su apariencia física y su autoestima?, ¿Cuáles son los efectos del

bajo autoestima en el adolescente?

Objetivos de la Investigación

Objetivo General

Determinar la importancia de la autoestima en el desarrollo social del adolescente.

Específicos

Identificar los problemas de baja autoestima que influyen en el desarrollo correcto

del adolescente.

Detallar cómo interviene su entorno en la formación de la autoestima en el

adolescente.

Sugerir la autoaceptación y autovaloración del adolescente como clave para una

autoestima sano.

Mencionar cuáles son los efectos que media en su autoestima por el rechazo de

su apariencia.

Justificación de la Investigación

Considerando los objetivos antes descritos, y las premisas que tiene

este estudio, a manera de clarificar es posible expresar que no solo es

preocupante la baja autoestima que pueden presentar los adolescentes, sino

también la incidencia que tiene la apariencia física y su entorno social. Puesto

que, el hecho de no sentirse bien consigo mismo traerá un afecto negativo

para su salud mental, sino también en la forma en la que se comporta.

Sabemos entonces, que es una etapa muy compleja en la vida de toda

persona en la que la autoestima tiene un papel determinante.

La preadolescencia y los primeros años de la adolescencia son una

etapa en la que tomamos más conciencia de las celebridades y las imágenes

de los medios, así como del aspecto de otros niños y la forma en que

Page 12: Proyecto ii parte i

encajamos. Es posible que empecemos a compararnos con otras personas o

con imágenes de los medios ("ideales" que con frecuencia están retocados).

Todo esto puede afectar la forma en que nos sentimos respecto de nosotros

mismos y de nuestros cuerpos, incluso a medida que nos convertimos en

adolescentes. Puesto que, algunas personas tienen dificultades con su

autoestima y su imagen corporal al entrar en la pubertad, porque es una

época en la que el cuerpo atraviesa gran cantidad de cambios. Estos cambios,

en combinación con el deseo de sentirse aceptados por sus amigos, implican

que puede ser tentador que se comparen con los demás. El problema con

esto es que no todos crecen o se desarrollan al mismo tiempo ni del mismo

modo.

Dicho esto, en esta etapa, las relaciones interpersonales son

esenciales para desarrollar una adecuada competencia social y, por tanto,

tener una buena autoestima. Al mismo tiempo, es imprescindible para el

joven, la necesidad de sentirse aceptado. Es decir, ser miembro de un grupo

social para poder construir su propia identidad social con la que enfrentarse al

mundo, sentirse parte de un grupo. El adolescente tiene una elevada

necesidad de resultar atractivo. Es, en ese momento, en el que si el

adolescente no se valora a sí mismo, tendrá dificultades en sus habilidades

sociales, en transmitir el mensaje acerca de sí mismo y acabará modificando

la valoración que el grupo social haga de dicho adolescente. El no tener una

buena autoestima podría ser la base de cualquier conflicto, esta podría

generar inconveniente en todos los ámbitos de un individuo.

De allí pues, este estudio se considera relevante porque es indispensable

tener una autoestima sana, puesto que, genera más seguridad, confianza y el

poder de enfrentar las pruebas que surjan en la vida tanto en el ámbito laboral,

social y personal. Según Nathaniel Branden:

"La autoestima es la confianza en nuestra capacidad de pensar, en nuestra

capacidad de enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida. La confianza en

nuestro derecho a triunfar y a ser felices; el sentimiento de ser respetables, de

Page 13: Proyecto ii parte i

ser dignos, y de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y carencias, a

alcanzar nuestros principios morales y a gozar del fruto de nuestros esfuerzos."

Como ya hemos explicado, la autoestima es un factor de vital relevancia en el

desarrollo psicológico, moral y social del niño, así como en su rendimiento escolar,

y en general en todo su crecimiento personal. Además, tal y como se ha explicado

con anterioridad, el contexto de la escuela es de gran influencia en el desarrollo

tanto del autoconcepto como de la autoestima.

Por ello, a continuación presentamos una propuesta destinada a la educación, el

fomento y el correcto desarrollo de un autoconcepto realista, así como de una

autoestima adecuada y equilibrada en los adolescentes. Con la intención de hacer

conscientes a los niños de la idea que tienen de sí mismos, y ajustar la misma a la

realidad. Esto implica aceptar tanto las virtudes como los defectos, y valorar las

diferencias propias y de los compañeros.

CONCLUSIÓN

La autoestima es el sentimiento valorativo de nuestro ser en su totalidad

incluyendo los rasgos corporales, mentales y espirituales que conforman la

personalidad. Esta autoestima se va gestando desde la niñez, se aprende y se

puede modificar. Tiene varias dimensiones: física, afectiva, social, ética y

académica, que dan cuenta de diversas áreas de desempeño de la persona. La

autoestima nos indicará la idea, opinión o creencia que tiene una persona sobre su

carácter, su personalidad y su conducta, la valoración adecuada o no de lo que

tiene de positivo o negativo en todas las áreas tanto físicas como espirituales y

hace referencia netamente a la sensación de estar a gusto o disgusto consigo

mismo. Esta sensación a que hacemos referencia es quizás el aspecto más

representativo de la autoestima, ya que es la evaluación que llevamos adelante

sobre los valores y contravalores que advertimos en nosotros mismos, que

produce un sentimiento de admiración, respeto o dolor íntimos con respecto a

quiénes somos en relación a quiénes querríamos ser.

Page 14: Proyecto ii parte i

Se llama caricia a cualquier forma de reconocimiento físico, verbal más allá de que

sea positivo o negativo. Una caricia es una manera de comunicar sé que estás ahí

y este reconocimiento es fundamental para la vida psíquica, para sentir que uno

está bien y es valioso. En la medida que la distancia entre el sí mismo real y el sí

mismo ideal es poca, la autoestima es más sana. Cuando esta distancia se

agranda la autoestima baja y la persona se siente desajustada y desvalorizada en

relación al entorno. Lo interesante es que esto ocurre muchas veces más allá de la

respuesta real del entorno, porque tiene su base en las creencias individuales de

cada quien sobre sí mismo, que será lo que permita darle la significación de

positivismo o negativismo a las caricias que se puedan recibir de su círculos

social, ya que la autoestima constituye un marco de referencia desde donde se

interpreta la realidad externa así como las propias experiencias.

La autoestima influye en el rendimiento de la persona, condiciona las expectativas

y la motivación y de esta manera se erige en un componente basal en la salud y

equilibrio psíquicos. Según se expresa aquí, la sensación de ajuste buena

autoestima y el consecuente bienestar suelen sufrir un descenso al acercarse a la

adolescencia, lo cual, es en ese momento en donde aparecen a nivel evolutivo

psicológico, movimientos de reconstrucción de la personalidad y la individualidad

porque los modelos infantiles ya no sirven y se cuestionan. Es significativo notar

cómo este descenso es más marcado en el sector femenino, impulsado por

mandatos culturales de belleza que aún hoy sigue siendo una exigencia

preponderantemente femenina. Es por tanto importante, recalcar que, una buena

dosis de autoestima es uno de los recursos más valiosos de que puede disponer

un adolescente.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Acosta, Araus, Serrano y Vargas (2002). Diseño de estrategias para el y

maestros del Preescolar Los Angelitos. Tesis de pregrado, Universidad

Rafael Belloso Chacín, Maracaibo.

Page 15: Proyecto ii parte i

Albarrán, Y., (2004). Autoestima y rendimiento académico en estudiantes

universitarios. Tesis de maestría. Universidad Rafael Urdaneta, Maracaibo

Ander Egg, E. (1989). Técnicas de Investigación Social. Argentina.

Humanistas.

Barroso, M. (1998). Autoestima del Venezolano: Democracia o

Marginalidad. Galac.

Betancourt, C. (1986). Adaptación del Inventario de Autoestima de

Coopersmith forma “C”. Venezuela. Instituto Nacional de la Juventud.

Branden, N. (1995). Los seis pilares de la autoestima. España. PAIDOS.

Coopersmith, S. (1976). Estudio sobre la estimación propia. Psicología

Contemporánea. Selections Scientifics American. Madrid. Blume.

Coopersmith(1990). The antecedents of self- esteem. Consulting

Psychologists Press. 3rd edition. EE.UU.

Cortés de Aragón, L. (1999). Autoestima. Comprensión y Práctica. San

Pablo.

Chávez, N. (2001). Introducción a la Investigación Educativa. Venezuela.

Grafiel.

Delors, J. (1996). La Educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO

de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI. España.

Santillana

Feldon, R. (1994). Psicología con aplicaciones en Iberoamérica. España.

Trillas.

Flores, M. (2004). Estrategias didácticas de reforzamiento de valores

universales en la modalidad de Educación de Adultos. Tesis de

maestría. Universidad Rafael Belloso Chacín, Maracaibo

Galiot, J. (2004). Clima organizacional, motivación al trabajo y actitud

hacia el cambio en docentes universitarios. Tesis de maestría.

Universidad Rafael Belloso Chacín, Maracaibo.

Hernández, R. (2003). Metodología de la Investigación. Cuba. Félix Varela.

Lansing, J.B. Y Heyns, R. (1959) Motivación y Emoción. Mc Graw Hill.

Page 16: Proyecto ii parte i

Leal, J. (2002). Cultura organizacional y motivaciones sociales en el

sector educativo. Tesis de maestría. Universidad Rafael Urdaneta,

Maracaibo.

Linares, L. (2003). Autoestima desempeño de la gestión local de los

Alcaldes del Estado Trujillo. Tesis de maestría. Universidad Rafael

Belloso Chacín, Maracaibo.

Mc Adams, D. y Losoff, M. (1984). Motivación y Emoción. Mc Graw Hill.

Mc Clelland, D y Atkinson J. (1953). Motivación y Emoción. Mc Graw Hill.

Mc Clelland, D y Atkinson J. (1970). Informe sobre el perfil motivacional

observado en Venezuela, años 1930, 1950, 1970. Fundación

Venezolana para el Desarrollo de Actividades Socio- económicas.

FUNDASE. Caracas.