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PROYECTO ARTE I: ARTE MEDIEVAL DEL SIGLO VII AL XIII.

1. ARTE ISLÁMICO.

2. ARTE PRERROMÁNICO ASTURIANO.

3. ARTE MOZÁRABE.

4. ARTE ROMÁNICO.

1. ARTE ISLÁMICO.

El arte islámico es muy diverso y tiene particularismos

según la región en la que lo encontremos. Predomina la

arquitectura sobre la escultura y la pintura, siguiendo criterios

religiosos y presenta escasez figurativa. Es más común

encontrar figuras en forma de escultura o pintura en estancias

civiles y privadas como, por ejemplo, los palacios.

La arquitectura sintetiza elementos de diferentes culturas

como la bizantina, la persa, la visigótica… es un arte ecléctico.

La arquitectura islámica se integra con el paisaje y emplea

elementos como la vegetación y el agua. Los edificios suelen ser

de poca altura y usan comúnmente el ladrillo, el yeso y la

madera, materiales pobres que recubre y decora con

abundancia en el interior, empleando azulejos y yesos, dando una imagen de mayor calidad. La decoración

exterior de los edificios es austera y contrasta con la interior, muy rica. Los tipos de decoración que

predominan son tres:

- Epigráfica: con frases del Corán.

- Ataurique: decoración vegetal.

- Lacería: decoración geométrica.

La arquitectura islámica emplea columnas,

pilares y arcos para sostener las techumbres. Los

arcos empleados en la arquitectura musulmana

peninsular son el de herradura, heredado de los

visigodos, el apuntado y el lobulado. Las techumbres

suelen ser planas, pero también encontramos

cúpulas, destacando las de crucería.

El edificio principal es la mezquita, templo de la religión islámica, que sigue el modelo de la casa de

Mahoma en Medina, donde se reunían sus fieles a orar. Sus partes principales son:

a. El patio. Sahn. A cielo descubierto y con la fuente de las abluciones en su centro. En un lateral

del patio se sitúa el alminar o torre desde donde el almuédano llama a la oración.

b. Sala de oración. Haram. Cuenta con diversas naves perpendiculares al muro de la quibla,

orientado a La Meca. En el muro de la qibla se encuentra un nicho llamado mihrab, lugar sagrado

de la mezquita. Anta el mihrab se encuentra la maxura, recinto cerrado para proteger al califa o

al imán. Junto a la maxura está el mímbar o púlpito.

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En España destaca la Mezquita de Córdoba y fuera de España son ejemplos por su monumentalidad

la de Kairuán (Túnez), la Mezquita de la Roca (Jesusalén) o la de Samarra (Irak).

MEZQUITA CÚPULA DE LA ROCA, JERUSALÉN

ALMINAR MEZQUITA DE SAMARRA, IRAQ

PATIO DE LA MEZQUITA DE KAIRUÁN, TÚNEZ

VISTA AÉREA MEZQUITA DE CÓRDOBA 1

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2. ARTE PRERROMÁNICO ASTURIANO.

Se trata de un estilo con rasgos parecidos al

románico, pero con una cronología más temprana. Surge

en torno al reino de Asturias desde el siglo VIII y hasta el

X. Se construyen pequeños edificios de muros gruesos y

con pocos huecos, empleando arcos de medio punto y

bóvedas de cañón. Los interiores son oscuros y su planta

suele ser basilical. Usan generalmente mampostería o

sillarejo en lugar de grandes sillares de piedra en lugar de

sillares.

Son ejemplos de edificios las iglesias de San Miguel de Lillo, Santa María del Naranco o Santa

Cristina de Lena.

SANTA MARÍA DEL NARANCO

SAN MIGUEL DE LILLO

SANTA CRISTINA DE LENA

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3. ARTE MOZÁRABE.

Es otro estilo de arte prerrománico característico de la

península ibérica, en este caso es el arte

de los cristianos que vivían en al-Ándalus y que empiezan a

migrar hacia el norte, hacia los reinos cristianos de León, Pamplona,

Aragón o los condados catalanes, siendo protagonistas de las

repoblaciones. Llevarán consigo una forma de construir muy

característica. Se desarrolla a partir del siglo IX y sobre todo en el X.

Construyen edificios sobrios en el exterior y en el que se emplea

el arco de herradura y capiteles de estilo islámico. Utilizan plantas

basilicales o de cruz griega y son edificios de pequeño tamaño y con muros

gruesos de ladrillo, mampostería o sillares. Son ejemplos de edificios San

Baudelio de Berlanga y San Miguel de la Escalada.

4. ARTE ROMÁNICO.

Es un estilo artístico que nace en Europa occidental en la

Plena Edad Media, originándose en el siglo XI y alcanzando su plenitud

en el XII. Es el estilo artístico de la época del feudalismo y con el se

construyeron iglesias y monasterios donde se conservaba la cultura

de occidente y que reflejaban la

religiosidad de la Europa del

momento. Recibe su nombre por

adoptar algunos elementos utilizados en la arquitectura romana, como

el arco de medio punto y la bóveda; además de expandirse por Europa

occidental en paralelo a las lenguas romances.

En el siglo XI, una vez superadas las invasiones de vikingos,

sarracenos, eslavos y magiares del siglo IX, que habían sacudido al

imperio carolingio y al resto de Europa, se produjo una recuperación

económica y demográfica de los reinos europeos y las nuevas aldeas se

llenaron de iglesias construidas siguiendo el nuevo estilo, el románico.

El objetivo del nuevo estilo es exaltar a

Dios y afianzar la fe de los cristianos. Tuvieron gran importancia el culto a las

reliquias, presente en todas las zonas de Europa y las peregrinaciones,

destacando entre éstas Santiago, Roma y Jerusalén.

El románico tiene una función pedagógica y evangélica, tiene que

mostrar a una población mayoritariamente rural y analfabeta los conceptos básicos del antiguo y el nuevo

Testamento.

SAN MIGUEL DE LA ESCALADA, LEÓN

SAN BAUDELIO DE BERLANGA, SORIA.

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Arquitectura.

Predominan los edificios religiosos, las

iglesias, la mayor parte de ellas de planta de

cruz latina, simbolizando la cruz en la que

murió Cristo. La planta de cruz tiene dos

brazos: uno largo, donde están las naves; y

uno corto, que se cruza con el largo, y se llama

transepto. Donde se cruzan ambos brazos

encontramos el crucero, que se cubre

exteriormente con una torre o cimborrio.

A los pies encontramos la entrada principal de

la iglesia, enmarcada por dos torres, mientras que en la

cabecera se encuentra el ábside, donde oficia misa en

el altar. En las iglesias de peregrinación encontramos,

tras el altar y en el ábside, la girola o deambulatorio,

que facilita el paso a los peregrinos para rendir culto a

la reliquia o reliquias del santo.

Los muros en el nuevo estilo se construían en

piedra y eran gruesos y con pocos huecos, pues debían sostener

sostenían cubiertas de piedra muy pesadas. Sostenían bóvedas de

cañón, que eran sucesiones arcos de medio punto, dispuestas en

tramos con arcos fajones. Ayudaban a sostener la cubierta enormes

pilares o columnas y contrafuertes en el exterior.

Las portadas, situadas

normalmente al oeste, contaban con uno o

varios arcos de medio punto y estaban muy

decoradas con relieves y esculturas.

NOTRE DAME DE POITIERS

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Pintura y escultura.

La escultura y pintura románicas decoraban el interior de las iglesias y tenían una función

didáctica, estaban destinadas describir pasajes del Antiguo y del Nuevo Testamento a una población

mayoritariamente analfabeta. Además, nos dan una imagen de una sociedad profundamente religiosa.

Las obras eran anónimas.

La escultura se adaptaba al marco

arquitectónico y emplea figuras esquemáticas

y poco naturales. Lo importante es que llegue

el mensaje que se quiere transmitir,

subordinando este fin a lo artístico o estético.

La estatuaria de la época se policromaba y

representaba figuras rígidas, hieráticas, sin

perspectiva y con una jerarquía de tamaño y geometría según la importancia

de la figura, siendo las más importantes las figuras de Cristo y de la Virgen. Se

empleaban como materiales la piedra y la madera y como temas destacaban

la Virgen con el niño Jesús y la crucifixión de Cristo. La mayor parte de la

escultura se concentraba en la portada de las iglesias y en los capiteles del

interior de las iglesias y de los claustros.

En lo que respecta a la pintura, adaptada también al marco

arquitectónico, estando presente en muros, con la técnica de la

pintura al fresco; pero también se decoraban al temple o al óleo las

tablas de los retablos o se ilustraban los códices que se copiaban en

los monasterios. Como temas destacan la Virgen con el niño, el

Pantocrátor o “Cristo en majestad”, las vidas de santos y otras escenas

de la Biblia. Las figuras carecían de volumen, eran planas, sin

perspectiva; pero también esquemáticas, frontales y rígidas, poco

naturales, se primaba la expresión y el mensaje didáctico-religioso

sobre el realismo en las figuras. Como colores predominaban los tonos

azules, rojos y amarillos. Se remarcaba el dibujo de las figuras con un

trazo grueso y se respetaba la jerarquía de las imágenes,

predominando también la de Cristo y la de la Virgen. Las imágenes

aparecen independientes, sin enmarcarlas en un paisaje o fondo, y

rodeadas de profusa decoración, sin dejar ningún espacio libre (horror vacui).