Proteínas para el alma - Diciembre · nuestra rutina, la misión de salir a amar, dar a conocer el...

Proteínas para el alma - Diciembre

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DÍA 1

Miqueas 7

El aro gigante o bunga bangkai es considerada la flor más grande del mundo; llega a medir hasta 2,74 m de altura. Esta especie es originaria de las selvas tropicales de Sumatra (Indonesia), y además de su extraordinario tamaño, posee otra característica que la hace única: desprende un fétido olor a carne podrida, lo que impide estar cerca de ella por mucho tiempo. Por esta razón se la ha denominado "flor cadáver".

Miqueas nos dice cómo vivir en una sociedad de corrompida. Nos da herramientas y estrategias. Busca cómo saciar esa hambre de cosas buenas, y lo único que aparentemente encuentra, es que todos se aprovechan de los demás. Se lamentaba de la pérdida de los valores que Moisés había intentado implementar por mandato de Dios.

Pese a todo, estaba seguro de que en el propósito de Dios, nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro pueden ser como esa flor, llamativos y portadores de su gloria, por dentro, y por fuera.

https://my.bible.com/es/bible/149/PRO.1.20


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Nos da tres consejos para ser dignos representantes del Reino de Dios.

En primer lugar, debemos lamentar el estado de nuestra sociedad. Que nuestros semejantes puedan saber que estamos inconformes con la falta de valores. Lo contrario a lamentarnos por algo que no anda bien, es aceptarlo. Y si lo aceptamos, nos conformamos, no nos resistimos, no generamos ningún cambio. Miqueas usa la palabra: "Remanente", son los que se mantenían fieles, a quienes Dios guardó en medio de todo lo que estaba sucediendo.

También debemos separarnos, santificarnos. Lo hacemos buscando primero el reino de Dios. No podemos dejarnos influenciar por lo que nos rodea. Debemos ser notables en la sociedad. Dios nos llama a brillar como estrellas, y esto solo es posible si somos diferentes a los demás.

Por último, ser la esperanza que el mundo no tiene. Seguimos a Dios porque tenemos esperanza en él. No es quedarnos con los brazos cruzados sin hacer nada, esperando a que pasen las cosas, si no estar atentos en esa esperanza, y compartirla. Un día, Jesús va a volver y va a terminar por siempre con lo malo que está pasando. (Apocalipsis 21:1) Sólo con él podemos vivir confiados.

Señor, te rindo mis tiempos. Mi pasado, mi presente y mi futuro te pertenecen. Quiero ser un faro en medio de tanta oscuridad, que quienes me vean, puedan verte a ti. Amén.


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DÍA 2

Lucas 10:27

Por lo general, amamos a las personas con las que tenemos una buena relación. Nuestro problema delante de Dios es que elegimos a quien amar.

Jesús estaba hablando con un abogado, por eso usó la referencia del mandamiento, ya que él mejor que nadie sabía que si no cumplía una ley, estaba cometiendo una grave infracción.

De lo que Jesús está diciendo en Lucas podemos resaltar que amar es una orden, en ningún momento habla de sentimiento o emociones. Simplemente se enfocó en la importancia de que este mandamiento regulará nuestra vida.

Jesús dio un ejemplo de un pobre judío en peligro, ayudado por un buen samaritano. Este pobre hombre cayó en manos de ladrones, quienes lo hirieron y lo dejaron a punto de morir. Fue despreciado por aquellos que deberían haber sido sus amigos, y fue atendido por un extraño, un samaritano, de la nación que los judíos


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más despreciaban y detestaban, no había buena relación entre estos dos pueblos. Pero el verdadero amor no tiene excusas, debemos amar a nuestro prójimo, y en este grupo de gente entran todos los que nos rodean. No importa su carácter, su forma de vestirse, sus creencias.

Lo más profundo de esto es que de la manera en la que tratamos a nuestro prójimo, de la manera en la que lo amamos, es la manera en la que estamos reflejando el cómo amamos a Dios.

A todos nos gustaría que nos vean parecidos a Jesús, si en verdad deseamos esto, tenemos que hablar como Él. Porque no fueron los clavos ni la cruz los que lo mantuvieron atrapado a Jesús, fue el amor que nos tuvo para entregar su vida por nosotros.

Por eso no podemos eludir nuestra responsabilidad, Él lo dio todo. No podemos ser “grandes personas”, como consideramos a Jesús, con un corazón pequeño. En estos días tan especiales tenemos que ponernos un plan en nuestra rutina, la misión de salir a amar, dar a conocer el perfecto amor, que hecha fuera todo temor.

Amado Dios, vengo a decirte que te amo con todo mi ser, y deseo que ese amor sea incondicional para con mi prójimo. Reconozco que a veces se me hace difícil, pero aun siendo un pecador, tú has decidido salvarme y amarme, quiero ser igual a ti. Amén.


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DÍA 3

Lucas 10:27

Si necesitan asesoría legal ¿a quién acudirían? ¿a un chef o a un abogado? O si tienen un problema con la computadora, ¿llamarían a un técnico en informática o a un enfermero? Las respuestas son obvias, ¿no? Nadie que tiene una urgencia o necesidad, se comunicaría con alguien que no tiene experiencia o conocimiento respecto al asunto.

La victoria sobre la enfermedad, sobre la falta de dinero, los problemas, sobre los obstáculos, sobre los conflictos es un asunto de autoridad y no simplemente de ganas, y menos de actos desesperados.

Aunque toda dificultad, enfermedad, escasez o circunstancia negativa, tiene “un nombre”, el Nombre de Jesús está por encima de todos esos nombres. La Palabra dice que es tan poderosa Su autoridad, que toda rodilla se doblará y toda lengua tendrá que confesar que Jesucristo


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es el Señor, no hay ningún poder que pueda soportar el Nombre de Jesús.

Quizás algunos hemos escuchado que hay enfermedad que no tienen cura, que la situación financiera es tan difícil no se podrá salir de ese pozo; y quizás humanamente hablando esto sea cierto, pero cuando se confronta la enfermedad, el problema económico o la situación difícil en la familia, con el Nombre del Señor Jesucristo, todo es muy diferente, porque se doblega ante el nombre que es exaltado sobre todo nombre.

“No tengo plata ni oro”, declaró Pedro, “pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!…” (Hechos 3:6-7). Ese es el mismo poder que actúa en nuestras vidas. Ese nombre nos pertenece. En ese nombre la enfermedad retrocede. En ese nombre se calman las peores tormentas de nuestra vida. En ese nombre se abren las puertas que nadie más puede abrir.

Creemos que se van a escuchar miles de testimonios como resultado de proclamar y orar en el nombre de Cristo. Cuando mencionamos su nombre en fe, algo tiene que ocurrir.

Señor Jesús, reconozco que no hay nada que tu precioso Nombre no pueda doblegar. Hoy exalto ese Nombre que es sobre todo Nombre, maravilloso Nombre que todo lo puede. Me siento confiado por vivir de la mano del todopoderoso. Amén.


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DÍA 4

Lucas 1.26-38; 6.12-16

Estamos acostumbrados a que ciertas normas regulen nuestra vida. Que hay gente destinada a "triunfar", por sus contactos, capacidades, puesto en la sociedad. A que muchas personas están destinadas a no "triunfar", porque no reúnen los requisitos necesarios.

Estamos sumergidos en un sistema que nos mueve a todos a un mismo ritmo o lo intenta, pero a Dios le encanta salirse de ese ritmo, le encanta sorprendernos.

¿Cómo nos salimos de ese sistema? Por medio de la fe, eso es lo que nos puede llevar a donde jamás pensamos llegar.

Pero ¿cómo se sale Dios del sistema? Cuando Dios quiso cambiar el futuro de Israel, llamó a un adolescente cuidador de ovejas. Cuando Jesús escogió a sus doce discípulos, no se fijó en teólogos, eruditos de la ley,


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religiosos de años, sino que buscó gente ajena a estos parámetros. Un recaudador de impuestos, un pescador, un médico. Gente que en esa época no eran tenidas muy en cuenta. O cuando Dios eligió a María. No era una muchacha reconocida. Vivía en un pueblito que pasaba desapercibido. Gente de escasos recursos. A Dios le gusta tomar gente ordinaria para hacer cosas extraordinarias.

El sistema no aceptaría que un rey naciera rodeado de pobreza, mucho menos en un pesebre. Pero María, así como todos los otros, creyó.

No necesitamos de hombres para que Dios opere. Puede suceder sin la economía que depende de los hombres, o sin los pronósticos favorecedores de los hombres.

Cada momento que te acercas a tus sueños, los dolores de parto van a ser más intensos, y eso significa que estás más cerca de lograrlo. Porque el enemigo no te pelea por tu presente, sino por tu futuro, porque sabe que en ese futuro hay crecimiento, hay favor de Dios.

Tenemos que prepararnos, tener una actitud de esperanza, estar firmes sabiendo que Dios tiene un propósito y ordena nuestros pasos a medida que se lo permitamos.

Señor, no hay nada ni nada que pueda ir en contra de tus planes. Quiero que se haga tu voluntad, seguir tu voz y vivir en bendición. Amén.


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DÍA 5

Marcos 4:26-29 Los sembradores sólo se encargan de que la semilla sea puesta en el lugar ideal para que crezca. Si bien esperan que crezca y de fruto, saben que mientras lo hace no está haciendo gran alboroto. Simplemente crece en silencio. En la Biblia se compara al Reino de Dios con la levadura. Dios escondió su Reino en el mundo. Vino en la persona de un niño judío, humilde. Que pasaba desapercibido ante la sociedad y otros reinos. Irán es uno de los países más cerrados del mundo al evangelio. Había unas cuantas iglesias funcionando públicamente, hasta que han empezado a perseguir a los que se congregaban, atentar contra sus vidas. Entonces, se vieron obligados a reunirse en grupos más pequeños para poder pasar desapercibidos. A simple vista, parecía que la iglesia había desaparecido. Pero, todo lo contrario,


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se han multiplicado de tal manera, que hay un porcentaje muy alto de cristianos en ese país, aunque no tengan reconocimiento ni renombre. La semilla pequeña se convierte en una gran planta si tiene agua, sol y tierra fértil. La carencia de estas cosas estorba este crecimiento. Es importante que le prestemos atención a estos factores en nuestras vidas. La falta de fe es un factor que interrumpe nuestro crecimiento (Mateo 13). Donde no hay fe se pierden oportunidades de la manifestación del Reino de Dios, no podemos limitarlo a Él, pero sí quedarnos fuera de su mover. Si nos movemos en desobediencia, también dejamos de crecer (Mateo 21:28). Un hijo obedece con la boca, y el otro a través de sus hechos, ¿cuál fue realmente el obediente? El Reino de Dios suele ser ignorado por una gran mayoría mientras crece, pero tenemos la promesa de que un día toda rodilla se va a inclinar ante Él. Es nuestro deber vivir confiando y obedeciendo. Amado padre, tengo presente en mi corazón que de lo pequeño tú eres capaz de hacer cosas grandes. Enséñame a caminar en fe y obediencia para ser un representante de tu reino y manifestarlo en donde me mueva. Amén.


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DÍA 6

2 Timoteo 1:3-18

Para una persona corta de vista, tratar de hacer enfoque sobre un objeto, sin los lentes correspondientes, resulta muy difícil, hasta puede traer dolor de cabeza. A veces a una distancia prudente, que cualquiera podría distinguir las cosas, quien no tiene vista puede no hacer enfoque. Es frustrante vivir así, incluso en las diferentes circunstancias de la vida. Vivir sin enfoque es una manera de vivir que no trae satisfacción al corazón, es más, podría engañarlo. El enfoque en la vida tiene que ver con nuestros valores y nuestro sentido de dirección, en el cual nos debemos mover, incluso aunque no estemos seguros de lo que siga en el proceso. Pablo estaba en la cárcel y sabía que pronto iba a ser ejecutado, ésta era la última vez que pasaba encerrado, no como las otras veces que logró la libertad.


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En este pasaje, nos podemos encontrar con dos formas de enfocarnos en la vida, que no deja Pablo: En primer lugar, la vida se enfoca cuando amamos a otros. Pablo le tenía mucho cariño a Timoteo. Se acuerda y ora por él constantemente. Pablo lo había discipulado y adoptado como un hijo en la fe. El cuidado espiritual nace del amor de Dios. Una de las mejores inversiones que podemos hacer, es en las relaciones. Dios no nos creó para vivir solos, sino conectados. Por último, cuando la fe reside en nuestros corazones de manera constante nos hace ver la vida de una forma diferente. A veces estamos tan concentrados en lo cotidiano, que nos chocamos con la realidad. Qué distinto es cuando levantamos la mirada a Dios. Sabiendo que al mirar entendemos que hay un padre que nos ama y quiere manifestar su gloria en nuestras vidas. El Espíritu Santo nos fortalece a medida que damos pasos de fe, obra en el momento de obediencia. Dios te está llamando para vivir algo glorioso, algo que va a iluminar tu vida para que seas la luz de quienes te rodean. Padre, en este día levanto mi mirada para enfocarme en ti, en tus planes, en tu propósito. No quiero distraerme con las circunstancias cotidianas. Que tu Espíritu Santo me inunde de fe y me fortalezca. Amén.


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DÍA 7

Salmo 14.1 – 2 Reyes 6

Todavía hay gente que afirma que no hay Dios. Pero nosotros tenemos muchas pruebas de la existencia de Dios: nuestras vidas, por ejemplo. Cómo transformó nuestra vida, cómo sanó enfermedades, liberó de depresión, etc.

El problema es que, aunque creamos que Dios existe, podemos vivir como si no existiera. Podemos vivir a diario como si lo natural fuera lo único que hay. Dios nos está llamando a abrir los ojos a la realidad de lo sobrenatural.

En el libro de Reyes, nos encontramos con el profeta Eliseo y su siervo, Giezi, quien es probado a creer en lo sobrenatural. Los sirios eran enemigos del pueblo de Israel y buscaban cualquier situación que pudieran aprovechar para invadirlos. Pero Dios mismo era quien les anticipaba a los israelitas los ataques de los sirios, por


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medio del profeta. A quién han intentado capturar junto a su criado.

Eliseo oró para que Giezi pudiera ver cómo Dios se estaba moviendo a favor de ellos, para que no tuviera miedo. Y vio lo sobrenatural de Dios preparado para defenderlos.

Dios nos llama a abrir los ojos y reconocer que el mundo espiritual es una realidad, lo que nos da la visión verdadera, diferenciar el bien del mal, enfocarnos en lo que en verdad importa.

Los ángeles de Dios pelean por nosotros, es por eso que podemos enfrentar esta vida con valor cuando vemos más allá de lo visible.

Comprendemos que nuestras peleas no son contra seres humanos, sino contra poderes y fuerzas espirituales. Un claro ejemplo de alguien que vivió como viendo las cosas "invisibles" del reino espiritual, es David. El Rey Saúl le ofreció su armadura cuando iba a ir a enfrentarse a Goliat. Pero David no se sintió cómodo, no podía pelear con ella. Así que salió a enfrentarse al gigante con una honda, 5 piedras y su fe en Dios. Él sabía contra quién era su batalla y quién estaba de su lado.

Amado Dios, creo en tu poder sobrenatural y que todas mis victorias vienen de ti. Gracias por acompañarme, aun cuando crea que no te puedo ver, sé que siempre estás obrando. Amén.


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DÍA 8

Hechos 3:10

Seguramente ya tuviste expectativas alguna vez sobre algo, pero no sucedió lo que esperabas, o incluso, sucedió algo mejor de lo que esperabas. Qué sorpresa, ¿no?

En este pasaje vemos el momento en el que Pedro y Juan oraron por un paralítico, en el cual se hace especial hincapié en que paralítico esperaba recibir algo de ellos, dinero.

Nuestro problema es que tenemos bajas expectativas de las cosas que nos rodean. Del trabajo, de la familia, de nuestras amistades. Pero debemos recordar que recibimos lo que esperamos, eso para lo que nos preparamos mental y emocionalmente.

Hay personas que simplemente están esperando que las desilusionen, entonces siempre se mantienen en un rango muy bajo de expectativa.

Otras tienen temor de ser decepcionados, entonces no se involucran con nada ni con nadie. Pero es tiempo de que rompamos nuestros patrones, nuestra rutina.


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El paralítico por quien oraron Pedro y Juan había nacido con esa condición. Tranquilamente podía haberse quedado sentado, viendo como ellos pasaban de largo, sin levantar una oración a su favor.

Muchas veces nos parecemos a este hombre paralítico, que se acostumbró a su situación, que a causa de su problema no lo dejaba ingresar al templo, sino que lo limitaba a quedarse a la puerta. Pero decidió dar un salto de fe, y rompió los patrones de inseguridad, dolor, queja, conformismo y decepción.

Nosotros podemos estar cerca de lo excelente, pero hay algo que no nos deja, algo que no nos permite ingresar por estar fijándonos en lo que nos falta. Y no somos capaces de imaginarnos adentro. Conformándonos con nuestra realidad, sin expectativas de algo mejor.

Dios te quiere decir que estás a las puertas de tu gran oportunidad, la puerta a lo sobrenatural. Tu vida no fue creada para vivir en lo mediocre, Él quiere que vivamos de gloria en gloria.

Padre, quiero pedirte perdón por haberme conformado muchas veces con tan poco, sabiendo que podría alcanzar mucho más creyendo en tu Palabra. Deseo que mis expectativas estén siempre alineadas a lo que tú puedes hacer en mí y a través de mí.


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DÍA 9

Salmo 69:30 A veces estamos tan acostumbrados a ciertas cosas, es algo tan normal para nosotros que no nos tomamos un tiempo para agradecer por eso. Por ejemplo, si gozamos de buena salud, o tenemos una linda casa, quizás no expresemos a diario nuestra gratitud respecto a esto. La gratitud debería ser el estado normal de nuestro corazón. Sin embargo, muchos de nosotros vivimos agobiados por la preocupación, la amargura, la decepción, es como si nuestra alma viviera constantemente enferma. La gratitud le complace a Dios. Hay prácticas que reemplazan esos sacrificios que se hacían en la antigüedad, como ir a la iglesia, ofrendar, orar. Todas estas cosas son buenas y necesarias, pero Él desea más que le ofrezcamos nuestros corazones llenos de agradecimiento, porque la mejor vacuna contra un corazón religioso o rutinario, es la de un corazón agradecido.


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Por otro lado, la gratitud nos hace estar firmes en la roca (Colosenses 2:6). Debemos arraigarnos profundamente en Él. Entonces nuestra fe se va a fortalecer en la verdad que se nos enseñó, y vamos a vivir agradecidos. Es el fin de nuestra existencia como humanos. Es una de las cosas más importantes que podemos hacer. Si nos falta esta actitud, nos exponemos a la duda y al error, cosas que nos van a alejar de la presencia de Dios. Fuimos creados para darle gloria a Dios para siempre. Si no nos llenamos de gratitud para hacerlo, seguramente vamos a buscar otras cosas para llenarnos. Es como si una persona dejara de comer comida sana, y comenzara a alimentarse de comida chatarra. Cuando te sientas desalentado, cuenta tus bendiciones, todo eso que Dios ha hecho. Cuenta las promesas que Él te ha dado. Por último, vivir en gratitud es vivir en paz (Filipenses 4:4- 7). Si nos falta paz, podría ser porque no vivimos con una actitud agradecida. Se trata de desarrollar una actitud que ve más allá de la realidad actual, que ve la bondad de Dios brillando en la oscuridad. Gracias, Señor, por tus bendiciones en mi vida. Enséñame a ver tus bondades aún en la adversidad, porque sé que en todo momento estás velando por mi bien. Amén.


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DÍA 10

Marcos 3:31-35

Alguien le avisó a Jesús que sus hermanos y su mamá lo buscaban. Y él les dijo: "¿quiénes son mi madre y mis hermanos? Cualquiera que hace mi voluntad es familia". El Señor hizo esta declaración "mirando alrededor" y viendo en sus discípulos a los hombres y mujeres, que, pese a sus limitaciones, se sometían a la voluntad de Dios, en tanto que su familia se quedaba afuera.

Así pues, el requisito para formar parte de su familia espiritual es hacer la voluntad de Dios. Podemos resumir entonces que aquellos que forman su familia espiritual son los que creen en Él, escuchan Su Palabra y la obedecen.

En todas las culturas las familias son importantes. Se cuidan, se protegen. La buena noticia es que no importa cómo sea tu familia, en Cristo tienes una familia y un lugar especial en esta familia.

Cada persona que se arrepiente y decide aceptar a Jesús en su vida, forma parte de esa familia, y para Él, cada uno que se suma a su familia es importante. No necesitamos protocolos, podemos acercarnos con confianza.


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Es evidente que con la familia carnal tenemos mucho en común: lazos sanguíneos, quizá la misma vivienda, mucho tiempo pasado juntos, pero lo que nos une con la familia de la fe es mucho más importante y permanente: la fe en un mismo Salvador, unas mismas creencias y experiencias, una esperanza común, propósitos, principios y un futuro eterno juntos.

Hay muchos que no quieren molestar a Dios, que se sienten menos o indignos, pero no debe ser así. Dios está siempre dispuesto, como un padre amoroso que quiere lo mejor para sus hijos.

Vamos a pasar la eternidad en el cielo con nuestros hermanos. Cuidemos el lazo espiritual que nos une. Por eso también Jesús le dio mucha importancia a su discipulado uno a uno, para afianzar esa familia.

Para vivir en familia, debemos saber que muchas veces vamos a tener que pedir perdón, y otras tantas, perdonar. Porque venimos de diferentes contextos, grupos, formas de pensar. Es natural que haya disgustos, pero debemos estar dispuestos a que el amor sea el lazo que nos une.

Señor Jesús, gracias por hacerme parte de tu familia, y te pido hoy enséñame a amar a mi prójimo como a mí mismo, vivir en hermandad, como tú lo planeaste. Gracias por la hermosa familia que me regalaste. Amén.


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DÍA 11

Juan 13:1-17 – 2 Reyes 5 La vida cristiana es una vida llena de sorpresas, incluso de esas que no queríamos. Pero Dios es experto en cambiar nuestro lamento en gloria. Jesús decide lavarles los pies a sus discípulos. Sabía lo que estaba por pasar, sin embargo, se tomó este tiempo y dio algunas respuestas muy importantes para quienes lo seguían. Cuando llega el turno de Pedro, le cuestionó lo que estaba haciendo. Pero la respuesta de Jesús fue aún más cuestionable quizás: “lo que estoy haciendo no lo entiendes ahora, pero cuando llegue el momento, lo vas a entender”. Él sabe lo que está haciendo y tiene un propósito con nuestras vidas. Por eso debemos seguir con la actitud correcta, con fidelidad, entendiendo que eso que Él está haciendo nos acerca más a Él.


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Cuando no entendemos lo que está pasando, cuando parece que Dios está haciendo las cosas al revés, debemos saber que Dios tiene un plan. Pablo, tenía algo, que él mismo decía que era su aguijón. Y muchas veces le pidió a Dios que se lo quitara, pero la respuesta de Dios fue: “bástate en mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Naamán, tenía lepra. Una esclava suya le dijo que podía ser sanado, pero tenía que sumergirse en el río más sucio, era algo que estaba fuera de su zona de confort, era una locura. Finalmente aceptó hacerlo, y efectivamente, fue curado. Dios trata con nuestro orgullo. Dios nos va a llamar a servirle. A veces no nos va a gustar hacerlo, a veces va a tocar nuestro orgullo, pero si lo hacemos, vamos a ser bendecidos. Seamos sabios, y obedezcamos a Dios. Que él nos va a recompensar. Y a su tiempo lo vamos a entender. No perdamos más tiempo. Dejemos que Dios haga, y acompañemos su obra para ver cosas maravillosas. Señor, enséñame a creer que, aunque no pueda ver estás obrando, y que cada circunstancia tiene que ver con tu propósito en mi vida. Dame sabiduría para humillarme cada vez que tu esperes obediencia de mi parte. Amén.


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DÍA 12

Génesis 21:8-21 Todos hemos atravesado algún momento desesperante en nuestras vidas, una pérdida o desilusión, situaciones en las que nos sentimos abandonados. Quizás fue tan duro que no podemos recordarlo sin que se nos caiga una lágrima. ¿Te encontraste alguna vez con el corazón como el de Agar, sin salida, sin esperanza? Hay una mujer en la Biblia que en su peor momento tuvo un encuentro con Dios. Se llamaba Agar. Era la sirvienta de Abraham. Que a su vez tuvo un hijo de Abraham, llamado Ismael. Por los celos de Sara, la esposa de Abraham, Agar y su hijo Ismael fueron echados de la casa, y se tuvieron que ir al desierto. En ese lugar la pasaron muy mal, se quedaron sin comida ni agua, al punto de que Agar se quedó tirada, esperando ver morir a su hijo. Sin embargo, en esa situación, Dios le habló. Le dijo que no tuviera miedo, que había escuchado el ruego de su hijo. Y ambos vivieron una vida realizada después de esto. Fue una situación injusta, nadie pensó en ellos. Pero Dios sí.


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En primer lugar, debemos recordar que el pecado siempre trae consecuencias. Agar y Abraham habían pecado. Y tuvieron que sufrir ciertos conflictos como resultado, hasta llegar al punto de que él tuvo que separarse de su hijo. Incluso, hasta el día de hoy, los hijos de Abraham están en conflicto. En segundo lugar, el pecado no puede detener el propósito de Dios. Si Dios hace una promesa la va a cumplir. Dios está realizando sus propósitos en el mundo y nosotros no vamos a detener esa realización. Solo nos toca decidir si nos uniremos a Él en estos propósitos o si nos mantendremos alejados en nuestros deseos y pecados. Y por último, debemos recordar que cuando Dios escoge a alguien, va a llevar a cabo su plan para con esa persona. La fe de Abraham trajo bendición a su descendencia, aún a su descendencia con Agar. Debemos recordar que la fidelidad nos compaña siempre. No sabemos cuáles son sus planes, pero sí que siempre son de bendición para nuestras vidas. Padre, te pido perdón por mis pecados, por cada cosa que he hecho y que me ha alejado de tu propósito. Vuelvo a ti una vez más y creo en cada promesa que has dado para mi vida. Amén.


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DÍA 13

Josué 2 – Efesios 6:12 Seguramente nos han hecho muchas promesas en la vida. Pero, ¿te prometieron algo por lo que tendrías que "luchar" antes de obtenerlo? Cumplir una meta para un aumento de sueldo, sacar buenas notas para tener un permiso. A la mayoría no nos gustan este tipo de presiones o de espera para ver la recompensa. Dios estaba teniendo un trato muy especial con Josué. Lo estaba preparando para algo histórico: La conquista de la Tierra prometida. Tiempo atrás, cuando Moisés mandó 10 espías a ver cómo era ese lugar, 8 volvieron decepcionados y con miedo. Pero Josué había sido uno de los que vio a esos gigantes como una oportunidad de conquista. Todos habían sido rescatados de la esclavitud de Egipto, pero no todos pudieron entrar a esa tierra. En la vida vamos a tener luchas, pero la Biblia dice que nuestra lucha no es contra personas, sino que es con quien no quiere que alcancemos esa “Tierra prometida”, esa conquista espiritual. Pero es más grande el que está con nosotros.


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Rahab, quien escondió a los espías, a pesar de haber vivido una vida alejada de Dios, reconoció quién estaba del lado de Josué y el pueblo de Israel. Cuando uno sale a compartir sobre el amor de Dios, Él va adelante, con cada uno de nosotros, preparando los corazones para recibir el mensaje. No dudes ni tengas temor. Tus esfuerzos hechos en fe van a tener el resultado que Dios desea que tengan. Para prepararnos para la conquista, debemos cambiar nuestra actitud. Despertarnos, movernos. Aprovechemos cada situación y cada decisión que debamos tomar para entrenarnos y crecer en relación con Dios. Las aguas del río se abrieron cuando los sacerdotes caminaron en fe. Dios nos muestra su poder cuando actuamos en fe. Muchas veces Dios nos llama a algo y no nos muestra cómo lo va a hacer. Espera que actuemos con obediencia y sabiduría, moviéndonos por fe y no por vista. Pero siempre nos da la certeza de que nos va a proveer. Padre, dame la fortaleza, la visión y la determinación para caminar en dirección a mi Tierra Prometida, muéstrame hacia dónde me quieres llevar. No quiero distraerme ni desviarme. Gracias por no desistir de mí y siempre salir a mi encuentro. Amén.


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DÍA 14

Lucas 6:4-3 – Proverbios 12:18 Las palabras son tan importantes, que cuando Dios se quiso comunicar con nosotros, nos envió Su Palabra; la Biblia. Pero también esas palabras que usamos diariamente tienen mucho poder. En la semilla que se siembra está el fruto final, aunque en una primera instancia no veamos nada. La semilla de nuestra palabra se encuentra en nuestro corazón, las palabras que decimos nacen de nuestro corazón. Si nuestro corazón es bueno, lo serán las palabras. Quizás podemos maquillar un poco nuestra forma de hablar, pero tarde o temprano termina saliendo a la luz nuestra forma de dirigirnos a las personas. La forma de cambiar esto si no es sano, es sustituyendo la fuente que abastece nuestro corazón, por una fuente pura que nos bendice. “La lengua de los sabios es medicina…”. Nuestras palabras pueden herir, lastimar, destruir; pero también pueden levantar, afirmar, animar, sanar.


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Tenemos gran poder en nuestras palabras, si las decimos sin considerar su efecto sobre quién las escucha, lo más probable es que causemos estragos. Pero, si lo hacemos de la forma adecuada, hasta tendremos la oportunidad de crear ambientes buenos, renovados. Las críticas, los comentarios desubicados suelen nacer de un corazón lastimado, que busca generar lo mismo en el otro, aunque sea de manera inconscientes. Pidamos sabiduría para corregir o para opinar sobre un asunto, porque pueden estropear relaciones con el transcurso del tiempo. Muchas veces nuestro diálogo interno se convierte en un espacio de automaldición sobre nosotros mismos. Decimos cosas que nos autodestruyen, que nos debilitan, lo que trae muchos efectos secundarios, como el desánimo, la depresión, la incapacidad de alcanzar nuevas metas. Padre, no quiero que mis palabras sean flechas sin puntería, ayúdame a direccionar mis palabras tanto hacia los demás, como a mí mismo. Quiero que mis palabras puedan crear, sanar, acompañar y por sobre todo, sean puras. Amén.


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DÍA 15

Lucas 13:1-5

Cuenta una historia que había un rey y un hombre orgulloso, una persona que engañaba a otros, por lo que el rey le decretó toda su vida en prisión. Este hombre le pedía al rey una oportunidad para ser libre, el rey le dijo que había una salida, y que podría ser libre si él mismo la encontraba. Lo llevaron a un lugar en donde el orgulloso veía imposible la cuestión, hasta que mirando todo atentamente encontró un desagüe y vio la posibilidad de lograrlo. Así estuvo meses buscando todas las piezas adecuadas para lograr remover las piedras, estuvo siete años hasta que lo logró. Cuando salió se encontró con que había un precipicio y entendió que nunca saldría con vida. Por lo que pidió una audiencia más con el rey. Al presentarse ante el rey le dijo Usted me ha engañado, nunca hubo una salida. Sí, - le dijo el rey – había una, tenías que arrepentirte y pedir perdón. Dice la Biblia que llegaron a Jesús a contarle lo que había sucedido en ese momento, llegaron de Galilea, una provincia conocida por sus rebeliones, y contaron lo que sucedió en el Templo. Los informantes de Jesús esperaban


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que el dijera algo al respecto, y Jesús les dijo: Ustedes son tan culpables como aquellos galileos. Si no se arrepienten, todos ustedes terminarán como ellos. En otras palabras, les estaba diciendo: Todos tienen la necesidad de arrepentirse. Este pasaje nos enseña dos grandes lecciones. En primer lugar, no debemos juzgar a los demás. No debemos caer en la superficialidad de creer que algo hicieron para merecer ese castigo. En segundo lugar, todos tenemos que arrepentirnos. A todos nos va a tocar un momento de dolor de una u otra manera, situaciones que a ninguno nos agrada. No pienses que solo a los malos le suceden cosas malas. “El sol se pone para justos e injustos” dice la Palabra. El arrepentimiento es un cambio radical en el corazón, es una transformación de nuestra forma de pensar. Uno comienza a verlo todo con los ojos de Dios. Es una reorientación total en la dirección de nuestras vidas. Señor, transfórmame. Reconozco que muchas veces me es difícil arrepentirme. Te entrego cada parte de mi ser, sé que tu amor es capaz de perdonar cada uno de mis pecados. Gracias Padre, amén.


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DÍA 16

Juan 2:1-12

Jesús, a pedido de su madre, convierte el agua en vino. Pareciera que es un suceso más en la vida de Jesús, incluso, ni siquiera tiene la importancia de otros milagros a simple vista. Era una boda en la que faltaba el vino, no era un enfermo esperando sanidad o un muerto al cual debía resucitar.

María estaba segura de que, si le pedía algo, Él lo iba a hacer. La expectativa de María involucró a todos los que estaban cerca de ella.

Es como lo que sucede con nuestra fe en nuestras oraciones. Luchamos ante la incertidumbre quizás, de no saber cómo va a ser el proceder de Dios, pero Él nos dice: “Prepárate, que algo va a suceder”.

Quizás esa preparación conlleva prestar atención a nuestras actitudes, nuestros pensamientos. En este proceso entra la expectativa de nuestros corazones, si la perdemos, perdemos el potencial para recibir nuestro milagro.


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Dios está esperando nuestras expectativas. Debemos orar pidiéndole que nos libre de personas que no esperan que suceda algo, e incluso para que nos de esa capacidad de contagiar la expectativa al corazón de otros. Esta actitud nos hace mantenernos enfocados en el milagro que está en camino, no en la situación que nos llevó a pedirlo.

María dejó que Jesús hiciera lo que tenía que hacer. Nuestro lamento puede convertirse en alegría si somos atrevidos, en el sentido del ímpetu, de la actitud, del movimiento.

Muchas veces Dios va a romper nuestros parámetros, nuestros moldes. De eso se trata el avivamiento, de dejar que él se manifieste con libertad, y ser canales por medio de los cuales pueda fluir.

El milagro depende de Dios, pero hay cosas que esperan nuestra actitud. A veces tendremos solo agua por mucho tiempo, pero vamos a ver el vino al final, si seguimos en movimiento.

Cuando el catador de vino lo probó, se dio cuenta de que era un excelente vino, mejor que el que se había estado sirviendo. La gloria de Dios después de nuestra expectativa es aún mayor a lo que esperamos.

Señor, gracias por superar siempre mis expectativas. Quiero tener la actitud correcta para esperar mientras tú trabajas. Amén.


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DÍA 17

1 Corintios 16:5 Un escritor vio en una esquina un enorme pedazo de mármol, y le preguntó al escultor qué iba a hacer con él. Todavía lo estoy planeando, le respondió. Es un bloque de 4 toneladas y debo saber cómo voy a aprovechar cada centímetro. Cuánto más peso tenga lo que estás haciendo, más planificación requiere. La vida es muy importante, tiene mucho peso, es por eso que hay que hacer planes para vivirla de la manera que a Dios le agrade. Debemos preguntarnos qué es lo que Dios nos está llamando a ser. Todos tenemos planes en relación a la familia, a las finanzas, a lo laboral. Pero una vez que los definimos, debemos preguntarnos cómo los vamos a desarrollar, cómo vamos a alcanzar ese resultado que estamos buscando.


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Pablo fue una persona que vivió una vida de acción, sabía cuál era su propósito. Él nos muestra lo que significa vivir la vida como Dios quiere. Sus cartas lo dejaban en claro, él quería lograr muchas cosas. Debemos tener en cuenta que después de escribir todos estos planes concluye esa lista con la frase "si el Señor así lo permite". Estaba totalmente dispuesto a que el Señor los cambiara si así lo deseaba. “Estaré en Éfeso…”, les dijo Pablo. Se le había presentado una gran oportunidad de trabajo, y también una gran oposición. Él siguió adelante. Nuestro problema es que a veces pensamos que si seguimos a Dios todo nos debe salir a la perfección. Pero la Biblia nos dice que en Cristo somos más que vencedores, es decir, vamos a tener luchas, pero del lado de Dios tenemos la victoria asegurada. En Cristo, tu vida tiene propósito, no es una hoja llevada por el viento. Dios te quiere usar para lograr cosas maravillosas. ¿Vivirás con propósito? Padre, no quiero ser como un barco sin timón, quiero vivir para el propósito con el que me creaste. Confío en tu soberanía, y no quiero vivir a mi antojo, sino que quiero vivir para ti. Amén.


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DÍA 18

2 Crónicas 1

Salomón fue un hombre muy sabio. Se destacó en muchas ciencias. Escribió sobre cómo comportarse, como vivir. Construyó la ciudad de Jerusalén. Sin embargo, al final de su vida, prácticamente se volvió loco. Su debilidad eran las mujeres y las fiestas, lo que lo llevó a la ruina.

Pero cuando comenzó su reinado, Dios le ofreció lo que le pidiera, y él tomó una decisión que determinaría el rumbo de su vida, reinado y legado. Al pedir sabiduría, Salomón mostró que tenía un corazón deseoso de servir al Señor, como su padre David. La sabiduría no es lo mismo que la inteligencia. La capacidad de aprender, recordar datos. No es lo mismo ser listo que ser sabio.

A su vez, la sabiduría no es lo mismo que la astucia. La astucia produce resultados a corto plazo, te dirá que una


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mentira te puede sacar de un apuro. Mientras que la sabiduría produce resultados a largo plazo, y te dirá que la verdad es la base de todas las relaciones.

Dios es el único que tiene la perspectiva necesaria para distinguir el bien del mal, por eso es que necesitamos estar cerca de Él. La actitud del corazón es importante, la humildad lleva a la sabiduría. La persona orgullosa sólo habla de sí misma.

Si quieres sabiduría, simplemente tienes que pedírsela. La sabiduría nos lleva a caminar en bendición. Dios se complace con el que busca sabiduría. Para caminar en obediencia y sabiduría necesitamos fuerza de voluntad.

La sabiduría de Salomón se desvaneció cuando le entregó su corazón a la necedad. Cuando toleramos cosas que no tienen que ver con Dios, en el tiempo van a dar su fruto.

Si hay algo en nuestro camino que no tiene que ver con Dios hay que quitarlo antes de que destruya nuestra fe. Ya sean amistades, prácticas, pensamientos. Él tiene poder para cambiar nuestro corazón, para mostrarnos una sabiduría divina.

Señor, anhelo tu sabiduría. No me quiero conformar con lo que tengo, ni quiero que haya cosas en mí que se interpongan en lo que tú quieres hacer en mí y a través de mí. Te entrego todo. Amén.


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DÍA 19

Eclesiastés 3:11 Es muy importante que sepamos esto: hay eternidad en nosotros. Existe en nuestro corazón la necesidad de saber que hay algo más allá. Muchos son atraídos por aquello en lo que suponen van a encontrar una respuesta a esa búsqueda de una eternidad. Dicen que los hongos pueden suplantar a la carne, pero hay buenos y malos, por eso al comerlos hay que prestar mucha atención a ellos. Hay muchos movimientos en el mundo espiritual, pero eso no quiere decir que todo sea bueno. Pero ¿qué dice la Biblia sobre la verdadera espiritualidad? La única forma es reconectarnos con el Padre. Por eso es que no creemos en consultar hechicerías y cosas ocultas, porque son como esos hongos venenosos que nos traen la muerte (Deuteronomio 18:12).


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Tenemos el espíritu de Dios en nosotros, por eso tenemos la necesidad del encuentro con nuestra eternidad. Es nuestro espíritu el que anhela la comunión con el Padre, pero muchas veces nos perdemos de eso. Una de las cosas que suele separarnos de Dios es la culpa. No debemos olvidar que la Biblia dice que todos pecamos y estamos separados de Él, que necesitamos recibir su perdón, pero también dice que Él mismo pagó nuestra condena. Él puede sacar todo lo malo que hay en nuestras vidas, hacernos salvos, sacarnos de la esclavitud, hacernos nacer de nuevo y alinearnos con Él (Romanos 10:9). Si amamos a Dios más que nada y amamos a los otros como a nosotros mismos, entendimos todo, y estamos construyendo nuestra vida en la eternidad. Pero ¿cómo podemos saber si amamos a Dios y a los demás? Si llevamos una vida de gratitud y reconocimiento ante Él, podemos decir que amamos a Dios (Filipenses 4:6). Si nos gozamos con el éxito de los demás, eso habla de nuestro amor hacia ellos (1 Corintios 10:24). Señor Jesús, sé que sólo en ti puedo conocer de verdad al Padre, y tener una vida lejos de la religiosidad. Reconozco una vez más sobre mi vida que eres el camino, la verdad y la vida. Gracias por poner eternidad en mí. Amén.


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DÍA 20

Eclesiastés 3:11

¿Te has puesto a pensar que valoramos las cosas quizá cuando más las necesitamos? Hay una verdad que no debemos olvidar, y es que nuestra alma debe gozar de buena salud, pero ¿cuándo se considera que el alma goza de buena salud? Ese estado es la gratitud, este debería ser el estado de nuestro corazón. Pero muchas personas viven agobiadas, como si su alma viviera constantemente enferma, quizás es porque nunca hayan pensado en la importancia de la gratitud. Es importante tenerla presente, porque le complace a Dios (Salmos 69:30). A veces pensamos: “si cumplo los mandamientos, si voy a la iglesia, si oro, si leo la Palabra estoy complaciendo a Dios”. Pero hay algo que Dios desea mucho más que eso y es el sacrificio de un corazón agradecido, lleno de agradecimiento. La mejor vacuna contra una religión sin sabor, que a Dios no le agrada, es la de un corazón agradecido.


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La gratitud nos hace firmes en Cristo, un corazón agradecido tiene un temple fuerte, firme, rebosa de gratitud. Pocas veces pensamos en lo importante de ser agradecidos para poder gozar de una salud espiritual buena. Todo lo que somos se nota hacia afuera, la gente lo puede ver. Si nos falta esa actitud de gratitud, nos exponemos a la duda. Fuimos creados con el fin mayor de agradarle a Dios, si no llenamos ese vacío con gratitud entonces dejamos libre ese espacio a que suceda cualquier cosa. Comenzamos a estar mal echándole la culpa a todo lo demás. Podemos ir detrás de muchas cosas, cuando en realidad lo que nos hace falta es una dosis diaria de gratitud. Y, por último, la gratitud nos ayuda a vivir en paz. Su paz guardará nuestros corazones y pensamientos en Cristo. A pesar de estar viviendo prisiones como las que vivía el apóstol Pablo, debemos estar agradecidos, regocijarnos en Él. A veces, lo único que nos falta para ser felices, es una dosis de gratitud. Cada vez que sintamos el desaliento, la amargura o la queja tomando lugar en nuestras vidas, contemos las bendiciones. Padre, soy tu hijo, has prometido que algo bueno saldrá de cada situación, porque mi destino está asegurado en ti. Gracias por cada una de las bendiciones en mi vida. Amén.


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DÍA 21

Salmo 91

Había un hombre desilusionado que le dijo a su pastor: “Nada anda bien en mi vida. No tengo razones para estar agradecido”. Entonces el pastor le pidió que tomara una hoja y una lapicera, que dividiera el papel en dos, que en una columna pusiera todo lo malo que tenía, y del otro lado todo lo bueno. Cuando terminó, había pocas cosas del lado bueno, y el pastor comenzó a leer: “Lamento mucho la pérdida de tu casa”. A lo que el hombre respondió: “¡No! No he perdido mi casa. Vivo en un hermoso lugar con mi familia”. Entonces le pidió que anotara eso en el lado bueno, y continuó: “Que triste que tengas un empleo que no te tratan bien”. Otra vez interrumpió el hombre aclarando que eso no era cierto. Y la lista siguió creciendo con esas cosas cotidianas, que este señor había perdido de vista, por enfocarse en lo malo que le estaba sucediendo.

Hay perlas escondidas en cada vida, algunos las descubren, otros las tienen escondidas en sus vidas y no se dan cuenta.


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A veces no nos damos cuenta y vivimos de una manera que a Dios no le agrada en lo absoluto.

No nos damos cuenta de que tenemos un montón de cosas para disfrutar, como la familia, los amigos, el trabajo. Y quizás no nos enfocamos en todo lo bueno, y nos es más fácil ver lo negativo y la queja toma un lugar importante en nuestras vidas.

Esto sucede porque hemos perdido la perspectiva, hemos dejado de confiar en el Todopoderoso, y ésta es una actitud incorrecta.

La Biblia dice que Él hará cosas que no hemos visto ni oído, ni siquiera imaginamos. Que va a abrir caminos en donde no los hay. A veces habrá que esperar, otras que escarbar, pero siempre vamos a encontrar cosas buenas en nuestras vidas.

La semilla del desánimo no puede echar raíces en un corazón agradecido, es nuestra actitud la que provoca que se haga el milagro. La queja estanca, la alabanza avanza.

La Biblia dice que, si hay algo bueno, en eso debemos pensar. Son nuestros pensamientos los que nos ayudan a enfocarnos en nuestras perlas, o nos alejan de ellas. No dejemos que nos enceguezca la queja.

Gracias Padre por cada perla que has puesto en mi vida. Cada vez que la queja quiera tomar lugar, prometo levantar una alabanza, y reconocer que tú eres Todopoderoso. Amén.


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DÍA 22

Josué 1:1-8; 21:43-45

El pueblo de Israel fue más conquistador que ningún otro en libro de Josué.

El pueblo de Dios tiene un montón de promesas, pero debe escoger cómo esperarlas, haciendo o renegando. En Josué vemos las conquistas y victorias de pueblo de Israel, ya que él fue obediente a Dios en lo que hizo.

Israel era un pueblo guerrero. Pero con la guía de Josué, peleaban únicamente cuando Dios les decía que lo hicieran.

Eran unidos, y obedecían a su líder, ellos sabían que él escuchaba a Dios y estaban confiados.

Así debemos ser nosotros, aprender a escuchar a Dios para hacer las cosas cuando él considere el momento oportuno. Como así también ser unidos a quienes nos acompañan y obedientes a quienes nos guían.


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Si obedecemos la voz de Dios, tendremos la victoria. Si tomamos el ejemplo de unidad del pueblo de Israel, lograremos grandes cosas. Ya que cuando el cuerpo está unido, aunque vengan las adversidades, se mantendrá de pie y serán imparables.

Ellos entraron a la tierra prometida. Conquistaban reinos, no podían ser derrotados. Estaban comprometidos con Dios y con la gente.

Nuestro compromiso es primeramente con Dios, pero como consecuencia, nos comprometemos con las personas. Dar nuestra parte para ser ese factor clave en las conquistas.

Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Espera que nos rindamos a sus planes y lo hagamos parte de los nuestros.

Él ya nos dio una tierra, debemos comprometernos a conquistarla, animarnos a saltar esos obstáculos que intentarán frenarnos.

Gracias Señor por el pueblo del cual me has rodeado. Quiero escuchar tu voz y ser obediente a quienes has puesto como mi autoridad. Sé que tienes grandes conquistas pensadas para nosotros, y juntos vamos a alcanzarlas. Amén.


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DÍA 23

Hechos 9:26-31 Bernabé fue quien trató con la vida del apóstol Pablo, se dispuso a discipularlo y produjo en él cosas maravillosas. De esta relación aprendemos que cuando nos decidimos a ayudar a otras vidas, estamos sembrando una semilla que va a dar frutos a su debido tiempo. Muchos conocían la vida anterior de Pablo, antes de conocer a Cristo, y le tenían miedo. Él era el que mataba cristianos, el famoso Saulo de Tarso. Cuando tiene su encuentro con Dios y cambia su vida, quería entrar a predicar en los templos donde estaban todos los demás, pero nadie le creía, no lo aceptaban, su pasado lo condenaba. En este momento aparece Bernabé, él fue el intermediario que se encargó de que Pablo fuera integrado. Es muy probable que, sin esta ayuda, se le hubiera dificultado mucho su caminar cristiano.


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No hay mejor legado que ayudar a otro. Nuestra economía, bienes, trabajos se van a desvanecer, pero lo que dejamos en la vida del otro va a durar para siempre. Debemos entender que ese es el verdadero éxito. Porque Dios no ha puesto accidentalmente personas en nuestro camino, lo hizo para que tengamos la posibilidad de ser de bendición. El factor Bernabé no se trata de qué pueden hacer por mí, sino de qué puedo hacer yo por los demás. No tiene lugar para la indiferencia, es compasión y amor. Ser exitosos no nos hace necesariamente grandes, ser clave en la vida de otro es lo que nos asemeja a Dios, y eso sí, nos hace grandes. Tenemos que ver a los demás más allá de, sus errores, debemos ponernos en sus zapatos, como lo hizo Bernabé que se proyectó en la vida de Pablo. Todos tenemos algo que puede salvar la vida de alguien más, es por eso que nuestra vida debe ser un a inversión. La mejor recompensa es ver cómo Dios se glorifica en eso. Señor, quiero ser tus manos en la tierra, tu voz que llegue a los corazones. Dame compasión y usa mi vida como mejor te parezca. Quiero ser ejemplo de tu amor en los demás. Amén.


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DÍA 24

Salmo 30 Hay muchas personas que se auto descalifican, saben que no son perfectos, pero ante cualquier error se frustran y se consideran un fracaso. Dios no tiene solamente un camino para que lleguemos a destino, sabe que quizás humanamente decidamos tomar atajos, pero siempre sale a auxiliarnos en el momento en el que nos perdemos y sentimos esa frustración. Pero no viene a nuestro encuentro con una mirada de juez, ni a señalar nuestros errores. Y aunque algunas personas lo hagan, Él siempre va a volver a confiar en nosotros. En este salmo, David manifiesta cómo había estado siendo tratado por Dios. Pensó que Dios lo había abandonado por momentos, por lo cual automáticamente se veía fracasado. Dios está. Pero para vivir seguros debemos ser obedientes a su consejo, usar bien nuestro libre albedrío. Saber que,


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si bien todas nuestras acciones tendrán consecuencias y seremos responsables, Dios nunca nos descalificará. En las escrituras se habla del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, de David. Y lo interesante de esto es que todas estas personas tenían un montón de fallas, que tomaron muchas malas decisiones. Entonces, ¿por qué Dios los dejó en la Biblia? Quizás es porque nos quería dejar en claro que Él no es un Dios de personas perfectas, que no tienen problemas ni han cometido errores, sino de personas que tienen un corazón dispuesto. Nada de lo que hemos hecho o nos ha sucedido es un desperdicio, no cancelemos a Dios ni sus planes para nuestras vidas. Cuando entendemos esto, entendemos que Él va a usarnos para bendecir a otros. Para eso debemos tener un corazón alineado con su corazón. Gracias Padre por seguir creyendo en mí. Por conocerme en mis peores días y no desistir de tu propósito en mí. Dame un corazón enseñable, humilde y alineado al tuyo. Que mi pasado no condicione mi futuro. Amén.


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DÍA 25

Éxodo 3:1-17

“Yo soy el que soy”. Así se define el Todopoderoso. Es quien sobrevive a todas las generaciones. El mundo cambia constantemente, pero Dios es esa roca que no cambia, su Palabra, lo que Él dijo no cambiará jamás. Él no fue creado, no depende de nadie. Pero por amor, nosotros hemos sido creados por sus manos, y dependemos de Él. Después de presentarse como “Yo soy el que soy”, Dios le dice a Moisés: “He visitado a mi pueblo y he visto lo que les ocurre en Egipto”. Le estaba dejando muy en claro que él sabía todo, y tenía control de la situación. Entonces, si Él conoce todo de nosotros, no debemos desconfiar, porque él está en todos nuestros tiempos. Si pudiéramos ver el futuro, también lo veríamos a Dios allí, cuando el mundo llegue a su fin, también lo estará. Es nuestro todo en todo.


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El Salmo 90 dice que él ha sido nuestro refugio. Eso nunca cambiará, esa debe ser nuestra verdad a la hora que nos encontremos en encrucijadas. Cuando nos refugiamos en Dios, estamos en el lugar seguro. Es un lugar que va a estar siempre esperándonos. Dios no cambia, sus promesas no cambian, son sí y amén. Todo lo que prometió, lo va a cumplir. Nosotros podemos cambiar, quizás rompamos alguna promesa, o nos olvidemos de lo que Dios ha hecho y sigamos nuestra vida, pero nunca vamos a hacer que Dios cambie lo que piensa de nosotros u olvide su amor. Cuando Cristo llega a nuestras vidas, todo cambia. A medida que nos asemejamos más a Él, los que nos rodean son bendecidos. ¿Sobre qué estás parado? ¿Estás parado sobre la roca que no se altera en el tiempo? ¿O te has parado en algo temporal? Enfoquemos nuestra vida en un Dios todopoderoso, que no cambia con el tiempo. Señor, saber que nunca cambias trae mucha paz a mi vida. Tu grandeza y soberanía en mi vida me alcanzan cada día. Quiero construir mi propósito en la roca que eres tú. Amén.


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DÍA 26

Hechos 3:1-10 En el juego de la cinchada, se espera que las personas que tiran de los extremos de la soga estén equilibradas en cantidad y fuerza para que la competencia tenga sentido. Sería absurdo pensar que 10 personas podrían perder contra 1. La fuerza de una sola persona no alcanzaría para derribar a 10, simplemente debería ponerse de acuerdo con algunos más y de esa manera competir. Con Dios sucede algo parecido. Muchas veces estamos tirando solos, y no nos percatamos de que, si nos ponemos de acuerdo con Dios, su fuerza estará de nuestro lado. Y muchas veces esa independencia de Dios es simplemente un hábito que se ha repetido en nuestra vida y se ha convertido en un patrón de vida. Ese paralítico que estaba sentado en la puerta del templo era llevado día tras día a mendigar para poder subsistir. Era alguien que ya era esperado en ese lugar, todo el mundo sabía quién era el paralítico. Él no conocía otra cosa, se había acostumbrado.


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Seguramente, esa rutina hizo que su expectativa bajara a cero, él no esperaba más que monedas. Hasta que Pedro se cruzó con Él. Si hay algo que trabaja nuestra expectativa es la fe, ya que es la que pone a todo en movimiento, nos lleva a accionar, a hacer algo por eso que estamos esperando. Sin embargo, la rutina nos lleva a no pensar. Una persona rutinaria no espera nada diferente, no deja que eso suceda. La religiosidad es eso, es rutina, es costumbrismo. Es ver a Dios de una sola forma. Los patrones del paralítico se enfrentaron a los de Pedro, que vivía en la verdad y libertad de Dios. Y que además sabía que Dios iba a responder a sus expectativas. Y entendía que el cambio de mentalidad era necesario para recibir ese milagro, por eso le dijo al hombre que no le iba a dar lo que él esperaba, le dio lo que tenía. Podemos ser los que llevemos expectativas a la vida de otras personas, y los saquemos de esa rutina que no los dejan ver los milagros diarios de Dios. Señor, te pido que quites todos esos patrones que me hacen ser rutinario y me quitan las expectativas. Quiero vivir plenamente y disfrutarte. Amén.


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DÍA 27

Colosenses 4:5

Un médico quería viajar a Uganda para poder ayudar a todas aquellas chicas que sufrían maltratos y tráficos sexuales. Pero no sabía cómo hacerlo, no tenía los recursos, oraba y le pedía a Dios eso que necesitaba. Un día un amigo lo invitó a una fiesta, allí estaba la embajadora de Uganda, quien le otorgó el privilegio de darle los recursos y el apoyo para poder cumplir con el propósito de Dios. Gracias a eso, hoy tiene una fundación que cumple con esos objetivos que se había planteado desde un principio. Él puso su sueño en Dios, y Dios le dio la oportunidad. Tenemos un Dios de oportunidades. Él nos da las semillas, y las oportunidades para sembrarlas, ¿qué haremos con ellas? Quizás, hoy no veas esas semillas en tus manos, pero puedes decirle: “Aquí estoy, envíame a mí”, y verás cómo se abrirán las puertas para hacer algo con eso que tenemos, aunque sea poco a simple vista.


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En Josué 1:9, encontramos que, si nos esforzamos y somos valientes, Dios nos va a acompañar. Pero las personas cómodas, que buscan el beneficio personal se pierden estas posibilidades, y a la larga se estancan. Debemos aprovechar cada momento. Esas oportunidades pueden venir disfrazadas de problemas, de situaciones difíciles, de personas complicadas. Ahí entrará en juego nuestra arma de batalla, la fe y el amor. Saber que, si hago algo, estoy siendo de bendición y seré bendecido. La persona que no ora no logra darse cuenta de las oportunidades que Dios pone en su camino, entonces pierde el tiempo, comete errores. Porque cuando nos salimos del “modo oración”, caminamos en el “modo supervivencia”. Como hijos de Dios tenemos una responsabilidad y debemos hacernos cargo. Dejemos las excusas de lado, todo lo que nos limita y caminemos en la gracia, disfrutando de la presencia de Dios cada día. Prepárate para las oportunidades que vienen en camino, deja que Dios lo haga, Él tiene los recursos. Dios, te pido perdón por haber desperdiciado algunas oportunidades en mi vida. Quita toda duda y ansiedad que no me permita lanzarme a nuevos desafíos. Dame sueños que estén alineados a tu propósito. Amén.


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DÍA 28

Romanos 12:2 Tal vez no te lo hayan dicho nunca, pero eres una obra de arte. Dios a través de las vivencias va produciendo algo a través de ti. Somos un boceto de lo que Dios está haciendo, que aunque a veces parece que tiene más grises que colores vivos, todo forma parte del diseño final, que es de gloria, en algún lugar de nuestra vida está la etiqueta que dice “Hecho por Dios”. Nuestro problema es que a veces queremos sacarle el pincel a Dios y empezar a pintar nosotros, porque nos cuesta conformarnos con lo que Él está haciendo. Qué triste es la persona que critica todo lo que hizo Dios. cuando no se acepta cómo es, o duda del porqué de su existencia en el mundo, está dudando de su creador. Y cuando pensamos así, no tenemos paz interior, y Jesús vino para darnos paz. Cuando vienen estas cosas a nuestra mente, tenemos que recordar que somos hermanos de Jesús. Que Dios nos hizo coherederos con Él. Y nuestro parecido con Él son los


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rasgos de nuestra personalidad, de su carácter, y junto con él, somos herederos de todo lo que Dios posee. La Biblia nos dice que debemos pensar en todo lo puro, todo lo bueno, todo lo amable (Filipenses 4:8). Debemos preguntarnos de qué estamos alimentando nuestros pensamientos, a quién estamos escuchando, qué es lo que estamos consumiendo. También debemos aprender a amarnos a nosotros mismos para aprender a amar a los demás (Romanos 13:10). Es importante tener los ojos del maestro para no andar en derrota. Cuando Dios comenzó a crear decía: “Es bueno”, esto nos muestra que Él se glorió de lo que hizo. No podemos hacer lo contrario, sino que debemos hacer lo mismo y reconocer que es bueno lo que hace. Quizás nos faltan cosas, quizás no alcanzamos nuestras metas, pero debemos entender que somos una obra en proceso, estamos encaminados. Es Dios quien debe aprobarnos. Amado Dios, te agradezco por haberme hecho una creación tuya. Por haber puesto en mí todo lo que tú querías que tuviera. Perdón por haberme comparado muchas veces. hoy entiendo que tú eres el artista que me diseñó y soy perfecto para ti. Amén.


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DÍA 29

Éxodo 3 La vida de Moisés nos da un claro ejemplo del tiempo de Dios. Ya con 80 años, cuando parecía que sus días estaban cumplidos, y luego de haber escapado de Egipto tras asesinar a un egipcio, aun así, Dios usó su vida. Sin embargo, Moisés sería el elegido para ejecutar lo que Dios tenía planificado desde la eternidad. Se trata de que la gracia de Dios lo estaba preparando para algo grande, aun viviendo en el desierto, haciendo labores de un pastor de ovejas, lo que era un oficio muy bajo para un hombre con su elevada educación y sus cualidades. Él había sido educado entre los mejores, estaba siendo preparado para subir al trono del Faraón. Sin embargo, sus vivencias al huir del desierto para salvar su vida fueron determinantes para desarrollar una relación más cercana con Dios, transformando su personalidad y entendiendo la importancia de la humildad, paciencia y compasión, renunciando al orgullo y soberbia de su vieja instrucción egipcia.


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El Señor era su refugio y su morada donde quiera que se encontrara. Si lo traemos todo esto a nuestras vidas, es que el tiempo de Dios nos lleva a moldearnos, liberarnos del pecado, preparándonos para la salvación de nuestras almas y nos permite descubrir la verdad de la cruz, ese poder que nos transforma día tras día. Moisés oró y recibió la respuesta de Dios. esa actitud de orar y aceptar la guía divina significa que la libertad al conocer la verdad que nos provee el Señor, no significa que todo será fácil, sino que Él espera de nosotros fidelidad y obediencia en toda situación. Todo llega a su debido tiempo. No te desanimes, espera con esperanza y reconoce a Dios en cada situación, que si algo que estás esperando no se da, es porque Él sabe que todavía viene algo mejor para tu vida. Padre, gracias por enseñarme en la vida de Moisés que no son mis tiempos, ni los tiempos humanos, sino que son los tuyos. Dame paciencia para esperar en obediencia y con fe, que todo aquello que me has prometido, lo vas a cumplir en el momento oportuno. Amén.


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DÍA 30

Colosenses 3:15 Una vez que nos revestimos como hijos de Dios, al poner en movimiento su gracia, ese regalo único que nos capacita y nos otorga dones personales a cada uno, debe manifestarse en el nuevo hombre la paz de Cristo. El apóstol Pablo nos pide que la paz de Dios gobierne nuestros corazones. Esto significa que esa paz tiene que actuar como árbitro en nuestros corazones, debemos decidir buscarla y trabajar en ella cada vez que nos encontramos frente a un conflicto. Esas veces que sentimos esa pelea interna entre el amor y el enojo, que se puede dar en el trabajo, en la iglesia, en el hogar, es la paz de Dios la que debe mediar para que no seamos presas de una mala respuesta. Cuando descubramos que cada vez se nos hace más fácil decidirnos por la armonía en las relaciones, en los lugares


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en los que nos movemos, estamos dando cuenta de que la paz de Dios vive en nosotros, no sólo está de visita. Para ello muchas veces vamos a tener que renunciar a nuestro ego, a nuestro yo. Y aunque las circunstancias parezcan injustas para nosotros, va a ser esa paz que buscamos alcanzar la que nos va a ayudar a callar cuando sea necesario. Cuando ponemos a funcionar la paz de Cristo en cada situación, hay algo más grande que los sentidos y la apariencia humana, y es que Dios está tomando control de nuestra vida, vive y brilla a través nuestro. Porque la pregunta que Dios nos podría hacer es, ¿las personas que te rodean, ven paz en ti? Si no lo sabes, o no estás seguro, puedes pedirle que habite en ti, que sea presente cada día, a cada momento. Y verás cómo poco a poco se manifestará quién vive en ti. Padre, te pido que tu paz se refleje en mi andar. Deseo ser un portador de tu gloria. Ya no quiero que vengas de visita a mi vida cuando a mí me parece, deseo que habite tu presencia en mi vida. Te pido perdón por las veces que he permitido que las circunstancias me dobleguen. A partir de ahora va a ser tu paz la que gobierne mi corazón. Amén.


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DÍA 31

Romanos 8:28

¿Cómo sientes que estás hoy respecto al año pasado? ¿Estás en el mismo lugar o estás creciendo? ¿Viste a Dios en las diferentes situaciones que has enfrentado?

Dios prometió que sus planes para nosotros son planes para nuestro bien. A veces uno se pregunta: ¿y por qué paso por esta situación? ¿Por qué me lastimaron? ¿Por qué mis oraciones no han sido contestadas? Debemos entender que nada de esto quiere decir que deje de haber un plan de Dios con nosotros.

Dios está en control de nuestras vidas. Mientras nos mantengamos en fe, lo que fue hecho para nuestra destrucción, va a ser para mi bendición.

Jesús sabía que su padre tenía un plan, y eso tenía que ver con que Judas lo traicionara. Pero si Judas no hubiera traicionado a Jesús, no hubiese existido la crucifixión.

Dios está usando los procesos en nuestras vidas para llevarnos al lugar en donde tenemos que estar, y es a través de la obediencia, de seguir los pasos que nos está


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pidiendo. Es importante prestar atención a su directiva, puede ser que nos pida dejar algo, seguir adelante, o parar.

A veces no nos damos cuenta, pero nos pasamos criticando a Dios porque no lo hace como nosotros queremos y eso nos deja en el mismo lugar, en el mismo nivel, pero siempre que se cierra una puerta, se abre una más grande.

Nuestra fe es lo que nos va a sostener sabiendo que lo que se viene es mejor y mayor. Hay algunas oraciones nuestras que no fueron escuchadas, y al pasar el tiempo debemos darle gracias a Dios por no haberlas respondido, porque nos hubiéramos metido en problemas.

Cuando entendemos que nuestra vida ya está orquestada, no vivimos preocupados por lo que vendrá, confiamos en el Señor, sabemos que él lo hará a su manera.

Aunque la tierra tiemble tenemos que confiar. Si nos mantenemos en fe vamos a descubrir que todo lo que pasa no es para detenernos sino para promovernos, para hacernos más fuertes.

Señor, gracias por las puertas que has abierto, pero también por haber cerrado las que no estaban dentro de tu voluntad. Vivo confiado porque sé que estás al control de mi vida. Amén.

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