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Propiedad intelectual, acceso abierto, acceso a la información, rankings y el interés institucional en la academia. ¿Existe un juego no suma-cero? 1 , 2 Alejandro Pisanty 3 Centro de Investigación en Geografía y Geomática “Jorge L. Tamayo”, A.C. – CentroGeo 4 Introducción. Estas notas son un condensado de discusiones recientes que he sostenido con numerosas personas de muy diversas instituciones. El propósito de reunirlas en forma breve es responder a la solicitud de documentarlas y que sirvan de referencia al desarrollar proyectos que las requieran. La estructura del texto es la siguiente: expongo primero las principales características del entorno digital de la propiedad intelectual; a continuación presento algunas de las formas en que las sociedades contemporáneas están creando alternativas para responder a los cambios recientes, como Open Access y Creative Commons; y presento líneas de acción que pueden emprender a corto y mediano plazo las instituciones académicas, incluyendo para ello una descripción de algunas formas de producción contemporáneas y su posible evaluación. Este trabajo se ha beneficiado enormemente de la acuciosa e inteligente lectura de los Dres. Juan Voutssás y Ernesto Priani. Por supuesto mi incapacidad de aprender puede haber vuelto inútiles sus esfuerzos. Ratifico mi agradecimiento a ellos y los eximo de toda culpa. 1. Propiedad intelectual y propiedad industrial hoy Los conceptos asociados a la propiedad intelectual y a la propiedad industrial están en el centro de algunos de los debates y de los cambios más vitales de la actual etapa de evolución hacia la Sociedad del Conocimiento. Estos conceptos varían entre países (por ejemplo en la esfera “anglo” no se les separa), en contenidos (por ejemplo, en la esfera “anglo” no se reconocen por separado los 1 Esta versión del presente trabajo se publica bajo una licencia Creative Commons 2.5 MX BY-NC-ND, atribución/no comercial/no obras derivadas. Cualesquiera otros términos deben ser tratados con el autor. 2 Véase la licencia completa en http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/mx/legalcode 3 En sabático de Departamento de Física y Química Teórica, Facultad de Química, UNAM, Ciudad Universitaria, 04510 México DF México; correo electrónico [email protected] 4 Contoy 137 Esq. Chemax, Col. Lomas de Padierna, Delegación Tlalpan, 14240, México DF, México

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Propuestas de política para que las instituciones académicas faciliten el acceso al conocimiento. Policy proposals for academic institutions to facilitate access to knowledge.

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Propiedad intelectual, acceso abierto, acceso a la información, rankings y el interés institucional en la academia. ¿Existe un juego no suma-cero?1,2

Alejandro Pisanty3

Centro de Investigación en Geografía y Geomática “Jorge L. Tamayo”, A.C. – CentroGeo4

Introducción. Estas notas son un condensado de discusiones recientes que he sostenido con numerosas personas de muy diversas instituciones. El propósito de reunirlas en forma breve es responder a la solicitud de documentarlas y que sirvan de referencia al desarrollar proyectos que las requieran.

La estructura del texto es la siguiente: expongo primero las principales características del entorno digital de la propiedad intelectual; a continuación presento algunas de las formas en que las sociedades contemporáneas están creando alternativas para responder a los cambios recientes, como Open Access y Creative Commons; y presento líneas de acción que pueden emprender a corto y mediano plazo las instituciones académicas, incluyendo para ello una descripción de algunas formas de producción contemporáneas y su posible evaluación.

Este trabajo se ha beneficiado enormemente de la acuciosa e inteligente lectura de los Dres. Juan Voutssás y Ernesto Priani. Por supuesto mi incapacidad de aprender puede haber vuelto inútiles sus esfuerzos. Ratifico mi agradecimiento a ellos y los eximo de toda culpa.

1. Propiedad intelectual y propiedad industrial hoy

Los conceptos asociados a la propiedad intelectual y a la propiedad industrial están en el centro de algunos de los debates y de los cambios más vitales de la actual etapa de evolución hacia la Sociedad del Conocimiento. Estos conceptos varían entre países (por ejemplo en la esfera “anglo” no se les separa), en contenidos (por ejemplo, en la esfera “anglo” no se reconocen por separado los

1 Esta versión del presente trabajo se publica bajo una licencia Creative Commons 2.5 MX BY-NC-ND, atribución/no comercial/no obras derivadas. Cualesquiera otros términos deben ser tratados con el autor.2 Véase la licencia completa en http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/mx/legalcode3 En sabático de Departamento de Física y Química Teórica, Facultad de Química, UNAM, Ciudad Universitaria, 04510 México DF México; correo electrónico [email protected] Contoy 137 Esq. Chemax, Col. Lomas de Padierna, Delegación Tlalpan, 14240, México DF, México

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derechos de autor morales y patrimoniales), y en interpretaciones; sin embargo, algunos cambios los están afectando globalmente.

Un hilo conductor de estos conceptos es el balance que han buscado las sociedades, especialmente desde los siglos XVI o XVIII, entre los beneficios que obtiene la sociedad y los que obtienen los autores, inventores y otros creadores a partir de las innovaciones que éstos producen. En general los sistemas de propiedad intelectual e industrial conceden un monopolio temporal a los autores e inventores para que puedan lucrar con sus creaciones, sea explotándolas ellos mismos, sea permitiendo a otros, mediante contratos onerosos, que lo hagan. Estos contratos toman formas como licencias, regalías, y cesiones de derechos para publicación.

Los cambios de las décadas recientes en propiedad intelectual e industrial son dignos de atención para las organizaciones productoras de conocimiento. Entre éstas destacan para los fines de este texto las universidades, centros de investigación y desarrollo, y otras entidades relacionadas, como hospitales y bibliotecas, especialmente del sector público.

El desarrollo y la expansión de Internet como un conjunto y despliegue de tecnologías que corporizan y sirven de vehículo para la Sociedad de la Información ha transformado radicalmente el panorama de la propiedad intelectual y la propiedad industrial, y las ha puesto en el centro de las condiciones para el desarrollo futuro de las sociedades. El uso inteligente, con capacidad de construcción de futuro, que la sociedad haga de la propiedad intelectual será posible sólo a través de una transformación profunda de las reglas actuales.

Las condiciones producidas por la tecnología digital y por Internet que podemos calificar de novedosas son cuando menos las siguientes:

Reproducción de los bienes digitales con 100% de fidelidad al originalReproducción sucesiva de copias digitales sin pérdida de fidelidad al

original sin importar de cuántas generaciones sucesivas resulte la copia.Almacenamiento y distribución prácticamente ilimitadosDistribución a costo marginal cero, marginal o absorbido en otros costos

ya incurridos (tarifas planas, costos hundidos) y por lo tanto irrelevanteDistribución sin control central, es decir, distribución entre pares o “peer

to peer”, sin que ni siquiera los directorios de los participantes estén ubicados en un punto (físico o virtual) central

Mecanismos de control de la reproducción (DRM) con efectos colaterales devastadores (encierro en plataformas, posibilidad de que los contenidos se vuelvan inaccesibles a futuro)

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Circunvención (la traducción aceptada por la RAE de “circumvention” es “elusión”) de mecanismos de prevención de copia y distribución

Masificación de la distribución de copias no autorizadasMasificación y reconocimiento progresivo de espacios de creaciónModularización (Cowhey y Aronson5) que permite integrar proyectos

con componentes genéricos a gran velocidad y en grados variados de atomización o agregación

Indiferenciación de contenido y continenteAparición de formas de creación y fijación de contenido innovadoras,

muchas de ellas colaborativas y en las que el control del copiado no es considerado esencial por los autores

Desintermediación y re-intermediación entre creadores y “consumidores” de contenido

Convergencia de medios, de modelos de negocio y de distribución, y de modelos regulatorios para industrias previamente separadas

Urgencia del acceso a la informaciónApertura de datos e información tanto gubernamentales como privadosTransformación del ejercicio de las leyes de derecho de autor, pasando

de la defensa de empresas editoriales legítimas contra las no autorizadas (“piratas”) a la defensa de las empresas editoriales contra el público en general, debido a que éste puede publicar y distribuir obras y copias con facilidad (lo cual se convierte en hostilidad de las industrias de contenido o industrias culturales contra sus propios clientes)

a. Producción y protección no son lo mismo

Las instituciones académicas, los artistas, los millones de nuevos creadores individuales, las industrias, el gobierno, las organizaciones de la sociedad civil, todos producen constantemente. Cada vez es más difícil separar “contenido” de “continente”, “productor” de “consumidor”, “original” de “copia” u “obra derivada”.

Una gran parte de esta producción artística e intelectual se hace sin restricción al acceso sino como parte de la tarea cotidiana. No se cierra en las fronteras de obra determinada ni se restringe al objetivo de un servicio determinado.

5 P. Cowhey y J. Aronson, “Transforming Global Information and Communication Markets”, MIT Press, véase texto disponible en condiciones de Open Access / licencia Creative Commons en http://globalinfoandtelecom.org/

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En este sentido, el estudio reciente de The Competitive Intelligence Unit6 resulta deficitario para la sociedad en general. Este estudio correlaciona el registro de propiedad intelectual con el crecimiento económico. Resulta, repito, deficitario (y no incorrecto, dentro de sus premisas), pues no toma en cuenta cuantitativa ni cualitativamente el impacto social – económico o no – de la obra que no es protegida por mecanismos convencionales de registro de derechos de autor, patentes o marcas, o con licencias y sin embargo es útil a la sociedad.

Cabe hacer notar que este estudio también ha sido criticado7 por no tomar en cuenta la dimensión transnacional del registro a favor de empresas cuyas utilidades por la propiedad intelectual no se manifiestan en el país donde ésta se produce.

La combinación de ambos aspectos hace que quede sin registrar la producción que se hace en organizaciones demasiado pequeñas para competir con las grandes detentadoras de registros de propiedad intelectual e industrial. Se mantiene en el nivel del secreto comercial y no se patenta para evitar la revelación de información que resulta lesiva para una empresa pequeña y proyectos que pueden ser reemplazados por mejoras en el corto plazo.

b. Producción y protección no son lo mismo que contribución

Los siguientes argumentos se comprenden mejor “si partimos de la premisa constitucional norteamericana ratificada por la Suprema Corte de Justicia de los E.U.A. y contenida en la mayoría de las legislaciones autorales del mundo: “el propósito del 'copyright' es promover la ciencia y las artes útiles a través de la difusión del conocimiento” y que “el autor se beneficia de la distribución ya que ello disemina su obra, creando además de nuevo conocimiento, nuevas ventas.”8,9.

El mandato de las instituciones académicas y otros productores de conocimiento es contribuir a la sociedad al proveerla de nuevos conocimientos, aplicaciones de éstos, y opinión informada para alimentar las decisiones de los actores sociales. Un ejemplo de este mandato está en las funciones que para la UNAM prevé su Ley Orgánica, que además de la docencia y la investigación prevé “la extensión de los beneficios de la cultura a toda la población”, es decir,

6 Ernesto Piedras y The Competitive Intelligence Unit, “Propiedad Intelectual, Motor de Crecimiento y Desarrollo” (estudio propiedad de Microsoft), http://www.the-ciu.net/ciu_0k/pdf/Microsoft-CIU_PropiedadIntelectual.pdf 7 A.P. Zamora, “’Mentira global’: el derrame económico de la propiedad intelectual”, 11 de julio de 2011, http://www.aporrea.org/tecno/a126592.html verificado 5 de agosto de 2011.8 J. Voutssás, comunicación privada, 3 de agosto de 2011, y en sus obras, cuyo estudio es fundamental en la materia de este texto: J. Voutssás, Bibliotecas y Publicaciones Digitales, UNAM, México, 20069 United States of America. House of Congress. 1976. "Copyright Law"

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prevé no sólo la difusión cultural como despliegue público de las artes, sino la aplicación de conocimientos en todas las áreas en beneficio de la sociedad.

Para lograr este fin, las instituciones necesitan producir conocimiento y asegurarse en lo posible de que éste tenga impacto. Y este impacto puede ser mayor o menor independientemente de que el conocimiento producido sea protegido contra copia y distribución.

El que una institución académica o un autor protejan de copias no autorizadas su producción intelectual puede favorecer o no que su creación se convierta en una contribución a la sociedad. Son de sobra conocidos casos en los que una política restrictiva por parte de los autores o, aún más frecuentemente, sus herederos, hace imposible que su obra se expanda más allá de los soportes originales.

Para dejar más claro este punto hago referencia a la obra de escritores cuyas familias sólo permiten el uso de la obra original en nuevas ediciones impresas, y le cierran el paso a la memoria de su antepasado en nuevos soportes, por ejemplo multimedios en línea, remixes, películas, juegos, etc. incluso cuando para éstos se solicita licencia. Los herederos terminan asfixiando la difusión y el más amplio impacto de la memoria del creador original.

Los autores y las organizaciones contribuyen a la sociedad cuando la obra llega a los ciudadanos, a las empresas y a otras organizaciones en forma tal que éstos pueden utilizarla: leerla, explorarla, explotarla, criticarla, crear obra nueva, distribuirla en su comunidad, debatirla, mezclarla, compararla, recrearla. En el caso del software, utilizarlo en forma cerrada tiene un nivel de utilidad, y explotarlo en forma abierta, contribuyendo las mejoras no sólo a quien las produce sino a otros posibles usuarios, puede tener un nivel de utilidad mayor.

La obra que no se puede utilizar no es una contribución del mismo nivel o impacto que la que sí lo permite.

c. Tendencias opuestas a la innovación inmanentes, latentes y coyunturales en las instituciones académicas

Las instituciones académicas se debaten constantemente entre un mandato de innovar y un mandato conservador. El discurso de la institución suele orientarse alrededor del primero y la realidad está profundamente marcada por el segundo.

El mandato de innovar, que viene sobre todo de la función de investigación y se desarrolla en el espacio exigido por la libertad de cátedra, se acompaña además

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frecuentemente de discurso político, diverso pero dominado en América Latina por un mensaje revolucionario hacia la sociedad.

El mandato conservador de las universidades y bibliotecas está orientado desde el origen de la Universidad y la Biblioteca a la preservación de las tradiciones, la fijación del conocimiento y la opinión informada de cada época (sea dicho esto sin demérito de los millones de académicos y bibliotecarios que despliegan una incansable y fructífera energía innovadora).

Esta tendencia conservadora por principio se refuerza en la vida real por varias tendencias dominantes. Entre ellas se cuentan la inercia burocrática, la feroz preservación de espacios y condiciones laborales por parte de numerosos académicos a nivel individual y como gremio, las tradiciones de formación de silos académicos que sin duda pueden rastrearse siglos atrás, e incluso la paradójica posesión total, a nivel de una especie de derecho de pernada, sobre la información cruda con la que se hace la investigación.

Los laboratorios que no colaboran entre sí explícitamente compiten con un complejo entramado de exclusiones a todos los niveles. Un sitio arqueológico es “propiedad” del arqueólogo que lo investiga, los reactivos químicos o las cepas biológicas no deben ser compartidos sino hasta que su creador ha agotado sus posibilidades, y todo esto ocurre tanto por buenos motivos como por mecanismos perversos.

La tradición legal de las universidades confluye con los factores citados y con una profunda aversión al riesgo, especialmente al de litigio, para hacer que la mayoría de las instituciones académicas sean conservadoras en la administración de la propiedad intelectual. El actuar institucional está marcado por el empeño en cubrir el rezago que la sociedad les señala – muchas veces sin una comprensión cabal – en materia de patentes y registros, así como en negar las transformaciones en la publicación y compartición de obras bajo cualquier mecanismo que no sea el de “todos los derechos reservados” y la espera a contar con plenas autorizaciones de los autores.

d. Hay muchas formas de protección que las instituciones no están explorando suficientemente (Creative Commons, licencias GPL, etc.)

La tendencia a compartir es a la vez contraste y acompañante invariable de la tendencia a proteger la propiedad; son distintos sus pesos y sus formas, son amplias sus variaciones geográficas, históricas y culturales, pero es difícil

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explicar la historia humana excluyendo a cualquiera de ellas. Sin embargo, en materia de derecho de autor y otros temas de creación e innovación, la protección de la propiedad ha quedado sacralizada en las leyes y prácticas, mientras que el ánimo de colaborar y compartir no sólo no se ha visto acompañado en estatutos sino que se ha convertido en un Feindbild, cargado de conceptos como “piratería” y “robo”, para las leyes y prácticas que protegen la propiedad.

La hipótesis de control, que tiene como uno de sus mejores ejemplos a la frase “todos los derechos reservados”, se resquebraja, y sin embargo las leyes y prácticas a favor de la propiedad se endurecen; por ejemplo, la duración de la protección al derecho de autor se ha extendido en muchos países en los últimos años, alcanzando en México 100 años a partir de la muerte del autor. Si bien esto puede ser un incentivo a los creadores, también se convierte en un incentivo para la creación de una “clase parásita” de herederos y explotadores de dichas herencias, sin mérito creativo propio. La Convención de Berna recomienda un máximo de 50 años.

El ánimo de compartir ha quedado codificado, en cambio, en objetos totalmente contemporáneos como el software10. A la par de la protección de la propiedad o restricción de copia y uso del software conocido como “propietario” o “privativo”, se ha desarrollado un amplio espacio de software cuya gestión está basada en el ánimo de compartir.

Sin entrar en detalles que serían agotadores, las licencias que permiten la reutilización del código fuente, es decir, no sólo ejecutar sino revisar y modificar la programación misma, han tenido un gran éxito. Licencias como las de GNU, “software de fuente abierta”, “software libre” (para distinguir “free” dicen en estas comunidades “free as in speech or free as in beer”, libre o gratuito), abreviaturas como FOSS o FLOSS, abarcan proyectos en que comunidades globales de programadores contribuyen a la modificación, mejora, actualización, estabilidad y seguridad de software tan variado como sistemas operativos (Linux y sus distribuciones), servidores Web (Apache), plataformas para educación a distancia (Moodle) y muchos más11.

Otro término que está en la raíz de estos conceptos es “copyleft”, juego de palabras que sugiere la oposición a “copyright”, orientado a dar facilidades de copiado preservando derechos como el reconocimiento de la autoría. Opera mediante licencias, y empezó también en el mundo del software. Algunas

10 Beatriz Busaniche, en la obra de Wolf y Miranda citada, provee una revisión interesante de este tema.11 Para una revisión reciente véase G. Wolf y A. Miranda (eds.), Construcción Colectiva del Conocimiento, 2011, versión preliminar disponible en http://alejandromiranda.org/sites/alejandromiranda.org/files/seco3_0511.pdf

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licencias GNU (la GPL o licencia pública general) y CreativeCommons (ShareAlike) son formas de copyleft.En todos estos casos se puede encontrar una variedad de matices que rara vez se opone por completo al concepto de propiedad intelectual o al menos de derechos de los autores e inventores. Existe además una escuela de pensamiento que considera que toda la producción intelectual pertenece a la humanidad entera y cuestiona la propiedad intelectual individual por completo.

Lawrence Lessig creó el sistema “Creative Commons”12 en 2001, inspirado en esa visión – cuyo exponente más radical es Richard Stallman – y en el concepto de “no todos los derechos reservados”, que a su vez tiene una raíz en la deficiencia del sistema “anglo” en cuanto a no reconocer los derechos morales por separado de los patrimoniales.

Creative Commons es un sistema de gestión de la propiedad intelectual – fundamentalmente derecho de autor – que permite otorgar licencias automáticas para algunos usos de la producción intelectual, sin excluir que otros usos requieran una licencia explícita que será negociada con el autor o el titular de los derechos patrimoniales.

Los permisos y restricciones que administra Creative Commons son fundamentalmente Atribución (BY), uso no comercial (NC), obras derivadas (ND) y redistribución en iguales condiciones (“share alike”). Se extienden mucho más allá de las obras escritas y han generado un corpus de conocimiento formidable, por su propia aplicación y porque ayuda a entender las limitaciones del esquema de protección total13.

El sistema de Creative Commons ha sido traducido y adaptado a los marcos legales de decenas de países. La adaptación al derecho mexicano14 es obra de León Felipe Sánchez Ambiá y Jorge Ringenbach, quienes lograron fructificara un esfuerzo que inició Rodrigo Orenday y se vio truncado a pesar suyo.

Para las instituciones académicas en México y otros países de desarrollo intermedio las licencias Creative Commons plantean soluciones a problemas existentes y también presentan problemas nuevos e interesantes que discutiremos en el resto de este trabajo.

12 http://creativecommons.org 13 Como ejemplo de la creatividad e información generadas, véase la comunidad iCommons, http://icommons.org y sus listas de discusión.14 http://www.creativecommons.org.mx

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e. El interés institucional puede estar más marcado por la difusión que por la propiedad y su protección; hay que combinarlas sabiamente

En el Siglo 21, en la Sociedad de la Información, en la era en que el dominio sobre la información y la capacidad de producir conocimiento son determinantes para la autonomía y desarrollo de la sociedad, el interés institucional de las universidades y otros centros de conocimiento no se promueve sólo con la protección de todos los derechos que la ley permite reservar.

Por el contrario, las instituciones tienen el desafío de expandirse en varios ejes:

a. Los académicos y las instituciones compiten ferozmente por la atención, entre sí y con empresas, hospitales, cibercafés, asociaciones voluntarias, laboratorios, y casi cualquier otro lugar de actividad humana capaz de generar conocimiento y ponerlo en circulación;

b. Hay un número creciente de personas, organizaciones y no-entidades produciendo conocimiento de forma generosa, gratuita al menos para algunos tipos de acceso; esto pasa con blogs, Wikipedia, música, artes plásticas, sitios Web de difusión institucional, y la avalancha de contenido generado por los usuarios.

c. El impacto de las instituciones académicas en la sociedad se logra de cada vez más formas, en grados de granularidad fina nunca antes vistos. No se limita ni reduce a la asistencia al aula (o sala de cine o conciertos) ni a la lectura del libro impreso, sino que es cada vez más social, se apoya en la copia de difusión gratuita e instantánea, y está cada vez más exigido en su impacto inmediato, sea éste utilitario (conocimiento que se usa para acciones o decisiones) o no (reflexión, arte).

2. Acceso a la información

a. Cuesta demasiado la intermediación entre académicos produciendo conocimiento y académicos leyendo la producción de académicos

La economía y la distribución de incentivos y premios en la publicación académica han sido objeto de numerosos análisis. Uno particularmente

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completo en términos de economía, modelos de negocio, y legislación antimonopólica ha sido publicado por Aaron Edlin en 200415

Uno ampliamente distribuido por el mundo es el que indica que los académicos son autores de los artículos académicos, editores de las publicaciones, miembros de sus comité editoriales, árbitros, y lectores de las revistas. En muchos casos la organización responsable de la edición de las revistas es también una asociación académica, generalmente en este subconjunto una sociedad profesional. Las editoriales por su parte se encargan de dar soporte a los procesos en esta cadena de valor, supervisar la impresión y la puesta en línea de la revista, y la venta de suscripciones. Esta última generalmente se lleva a cabo a través de grandes agregadores, de los cuales unos cuantos concentran un amplio dominio del mercado.

Las revistas académicas internacionales en general son las más consultadas y mejor calificadas, por lo cual, respondiendo a incentivos muy generalizados, los académicos buscan enviar a éstas sus mejores trabajos.

Estas revistas son, en su mayoría, muy costosas y sólo pueden ser adquiridas por bibliotecas.

b. La intermediación produce deformaciones por intereses comerciales, industria de la extorsión

La intermediación por parte de las empresas editoras y de las distribuidoras de revistas académicas produce beneficios como cierta facilidad de colocarlas en toda clase de plazas, y en algunos casos la implementación de sistemas de calidad. Sin embargo, también da lugar a incentivos negativos.

Uno de éstos es el que puede tener una editorial grande (o complejo editorial grande) para publicar índices bibliométricos y favorecer en éstos a sus propias publicaciones. Ello puede ser voluntario o involuntario y explícito o subrepticio. Se pueden ver huellas de esta dinámica en la competencia entre Thomson Reuters y Elsevier por proveer herramientas de bibliometría a las organizaciones que producen “rankings” universitarios y académicos.

Un fenómeno adicional que puede secuestrar información que de otra manera estaría disponible es su inclusión en colecciones accesibles sólo por suscripción. Recientemente se ha hecho notorio el caso de JSTOR, una de las más

15 Aaron S. Edlin and Daniel L. Rubinfeld. "Exclusion or Efficient Pricing: The "Big Deal" Bundling of Academic Journals" Antitrust Law Journal(2004).Available at: http://works.bepress.com/aaron_edlin/37 y disponible también en http://works.bepress.com/cgi/viewcontent.cgi?article=1041&context=aaron_edlin verificado 14 de agosto de 2011

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importantes en materia de Derecho y leyes, tanto por el creciente costo que implica tener acceso a la información allí almacenada (véase la conferencia de Larry Lessig en video archivado en su canal de Youtube16) como la demanda iniciada por JSTOR contra Aaron Swartz por haber éste transferido cerca de 4,000,000 de artículos a servidores de la universidad en la cual trabaja17.

c. Open Access es una gran alternativa pero cuesta y más cuesta la transición

La filosofía Open Access indica que las instituciones académicas y las publicaciones pueden dar un paso adelante en la apertura de la información científica al acceso universal. Se trata de publicar artículos y datos en Internet en formas apegadas a un conjunto de estándares y sin costo de acceso ni otras restricciones al mismo. Además deben hacer la publicación en “reservorios” con un buen sistema de catalogación y búsqueda, fácil acceso, y compromiso de permanencia a largo plazo.

Una definición de Open Access es “literatura digital, en línea, libre de cargos, y libre de la mayoría de las restricciones de copyright y licenciamiento” 18. Existen diversas definiciones y aclaraciones del concepto que pueden ser revisadas en la misma referencia. Las más conocidas y citadas son las de Budapest19 y de Berlín20.

La de Budapest requiere libre disponibilidad en la Internet pública, y permiso a los usuarios para leer, “bajar” (“download”), copiar, distribuir, imprimir, buscar o hacer hiperenlaces al texto completo de los artículos, recorrerlos automáticamente (“crawl”) para indexarlos, pasarlos como datos a programas de computadora, y usarlos para cualquier otro propósito legal, sin barreras económicas, legales o técnicas a no ser las que son inseparables del acceso a la Internet misma”. Añade que “la única restricción sobre la reproducción y la distribución, y el único papel del copyright en este dominio, debería ser dar a los autores control sobre la integridad de su obra y el derecho a ser debidamente reconocidos y citados.”

16 L. Lessig, conferencia en CERN, Ginebra, Suiza el 18 de mayo de 2011, video, http://www.youtube.com/watch?v=2me7hptVGzI y véase también http://vimeo.com/23078677 verificados 13 de agosto de 201117

M.S. Kennerly, Examining The Outrageous Aaron Swartz Indictment For Computer Fraud http://www.litigationandtrial.com/2011/07/articles/series/special-comment/aaron-swartz-computer-fraud-indictment/ verificado 13 de agosto de 201118 P. Suber, http://legacy.earlham.edu/~peters/fos/overview. htm , última revisión 6 de noviembre de 2010, verificado el 5 de agosto de 2011, archivado en Evernote el 3 de marzo de 201119 http://www.soros.org/openaccess/read.shtml verificada el 5 de agosto de 201120 http://www.berlin9.org/about/declaration/index.shtml verificada el 5 de agosto de 2011; data de 2003

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La declaración de Berlín condensa el listado anterior y añade el consentimiento de los autores para que otros produzcan y distribuyan obras derivadas, en cualquier medio digital y para cualquier propósito responsable, sujeto a la debida atribución de autoría”. Nótese la diferencia entre esta declaración y la de Budapest en cuanto a obras derivadas, que no es menor.

Open Access no se reduce a la publicación de artículos terminados sino que requiere hacer pública, abierta y gratuita toda la información científica producida por una institución. Esto incluye temas sensibles como los detalles de la preparación de reactivos químicos o de la producción de cepas de organismos vivos, que frecuentemente son la raíz de la ventaja competitiva de los grupos de investigación.

La filosofía de las publicaciones de Acceso Abierto se materializa con claridad excepcional en las publicaciones de PLoS, Public Library of Science, tanto en sus bondades como en sus problemas. El más notorio de éstos es que PLoS ha permitido a los académicos y las instituciones saber cuánto cuesta una publicación científica de calidad, con el aparato ya descrito, en particular para sus propias publicaciones. Esto a su vez produce una muy bienvenida transparencia respecto al costo real de publicación en las revistas “privativas”.

Y este costo no es bajo y no es trivial. Tomando como base la información de PLoS, los costos de publicar un artículo en este tipo de revistas son de alrededor de 1,700 dólares por artículo, que deben ser cubiertos en la misma forma que un “page charge” tradicional, o mediante donaciones y subsidios a la publicación, ya que en Acceso Abierto no se cobran suscripciones ni se cobra por cada acceso o copia individual de los artículos.

Hay, como en los temas de “software libre”, una distinción sutil asociada a los dos significados de “free” en inglés, “libre” y “gratuito”. Quede consignada aquí; no es determinante para el resto de este texto en general, y donde lo sea la aplicaré.

La exigencia cada vez más notoria de los académicos por romper el ciclo de costos excesivos y mecanismos de extorsión en otras publicaciones ha llevado a algunas de éstas a promulgar su propio mecanismo de Acceso Abierto. En los casos más comunes éste consiste en hacer libre (gratuito e irrestricto) el acceso a la publicación, o partes de ella, después de vencido un plazo de moratoria que varía pero puede fijarse en dos años a partir de la publicación como una plazo típico. La información que se libera varía y puede o no incluir el texto completo del artículo.

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Más aún, estas revistas ofrecen una segunda opción de Acceso Abierto, disponible a partir del momento de la publicación, pero a un costo muy alto (una cifra característica es de 3,000 dólares por arriba del “page charge” ordinario). Es decir, la revista ofrece al investigador un trueque entre una apuesta actuarial de obtener ingresos vendiendo el acceso al artículo a los lectores a lo largo de varios años y la certeza de obtener dichos ingresos a partir del pago del investigador antes de la publicación. No se olvide que estas publicaciones no refieren ningún pago al investigador; desde el punto de flujo de dinero, la publicación es un centro de costo puro para el investigador o la institución en la que trabaja y las que fondean su trabajo mediante subsidios o donativos.

Hay tipos de publicación científica y académica sobre las cuales las instituciones tienen un mayor grado de control, como son las revistas y anales que publican ellas mismas y las que publican las sociedades académicas y profesionales en las que los académicos de las propias instituciones tienen una presencia preponderante. En éstas las instituciones pueden avanzar más en la aplicación de nuevos modelos que en las publicaciones hechas por terceros, en muchos casos en el extranjero y ante los cuales las instituciones no tienen poder suficiente para influir individualmente en sus decisiones.

Por ejemplo, una institución académica mexicana no tiene control y apenas cuenta con alguna escasa influencia sobre las políticas de un gran grupo editorial internacional como Elsevier o Thomson Reuters, o sobre agregadores como EBSCO, pero en cambio tiene una influencia decisiva al interior de sociedades como la Sociedad Mexicana de Física o la Sociedad Matemática Mexicana. Entonces, conviene que distribuya sus energías de tal manera que una parte muy grande de éstas se aplique donde tiene más efecto, es decir, en el ámbito nacional.

d. Existen precedentes internacionales importantes de facilitación del acceso a y la difusión de la información

Los casos de éxito de transiciones a modelos menos restrictivos que los tradicionales se multiplican y merecen estudio.

i. OpenCourseWare (OCW)

Este conocidísimo proyecto del MIT (Massachussets Institute of Technology) consiste en la publicación en Internet de materiales educativos para todos los cursos regulares que se imparten en ese instituto, para acceso libre e irrestricto.

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Desde su origen (véase historia en21 y por ello a lo largo de una década, este proyecto ha cumplido con una de sus premisas básicas, a saber, que no le quitaría alumnos a las clases tradicionales ni a la institución, y le ganaría un amplio reconocimiento mundial.

En la actualidad numerosas otras universidades, especialmente en Estados Unidos, siguen el modelo. En el mundo de habla hispana, el consorcio Universia provee una traducción del OCW del MIT en español y materiales adicionales que progresivamente obtiene de otras fuentes22

ii. Bibliotecas holandesas

Las bibliotecas de Holanda y las entidades de apoyo a la ciencia (NWO) han impulsado de manera decidida el Acceso Abierto23. Esto es particularmente notable si se considera que ese país es la sede de Elsevier, uno de los emporios de la publicación onerosa, que además compite ahora en el selectísimo mercado de los índices de citas que por años monopolizó ISI (hoy parte de Thomson Reuters); Elsevier es, además, un nombre histórico, con una continuidad de siglos desde los primeros años de la imprenta.

Holanda ha creado un repositorio nacional de artículos y otras formas de publicación científica, en condiciones de acceso abierto, llamado NARCIS (National Academic Research and Collaborations System). Nicholas Joint24

describe el sistema en un contexto más amplio, británico y europeo, y señala tanto las fuerzas motrices que estimulan la publicación y depósito de publicaciones en este sistema (dar visibilidad y facilidad de acceso a los investigadores y sus resultados) como las que la inhiben (los investigadores se sienten forzados a publicar en revistas de mayor factor de impacto para aumentar su puntaje en las evaluaciones, particularmente en las evaluaciones institucionales de nivel nacional en el Reino Unido).

NARCIS cuenta con más de 600,000 unidades publicadas, de las cuales casi 250,000 son de acceso abierto25, además de cerca de 20,000 bases de datos. Para construir NARCIS se necesitó un acuerdo entre las instituciones, un fondeo

21 H. Abelson, “The Creation of OpenCourseWare at MIT”, J. Sci. Ed. and Tech., 2007, en línea como http://dspace.mit.edu/bitstream/handle/1721.1/37585/ocw-creation-preprint.pdf?sequence=1 verificado 6 de agosto de 201122 http://ocw.universia.net/es/ verificado el 6 de agosto de 2011

23 http://www.openaccess.nl/index.php?option=com_content&view=article&id=162&Itemid=117 verificado el 6 de agosto de 201124 N. Joint, Library Review 57,8, 570-575 (2008), http://www.emeraldinsight.com.pbidi.unam.mx:8080/journals.htm?issn=0024-2535&volume=57&issue=8&articleid=1746747&show=pdf verificado el 6 de agosto de 201125 http://www.narcis.nl/ verificado el 6 de agosto de 2011

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agresivo del gobierno, y una exploración de modelos de negocio para Acceso Abierto que sigue en marcha y ha dado excelentes resultados26. NARCIS satisface necesidades vitales de información27 que difícilmente podrían ser provistas a nivel de instituciones individuales y en cambio resulta lógico y sustentable a nivel nacional.

iii. Suscripciones masivas en educación superior en Brasil

En Brasil se ha prestado atención intensa y cuidadosa al acceso a la información científica desde hace muchos años. El ánimo de independencia, la descentralización de la educación superior, y la presencia en el país de instituciones de educación superior e investigación reconocidas a nivel internacional y con una producción de crecientes cantidad y calidad requieren esa atención y han dado lugar a soluciones originales.

Así, Brasil es uno de los lugares de origen – si no el único – del proyecto SciELO de publicaciones electrónicas, un productor de información en formatos electrónicos, y originador de significativos consorcios de adquisición de publicaciones, como ocurrió inicialmente con las universidades del Estado de Sao Paulo. SciELO también existe en México, donde ha logrado crear índices importantes.

Brasil cuenta además con un sistema único en el continente y posiblemente también a nivel mundial, conocido como Portal de Periódicos CAPES28,29, que consiste en una suscripción centralizada de revistas electrónicas que se hacen disponibles para todos los participantes (profesores, investigadores, funcionarios y alumnos) de educación superior en Brasil. Actualmente cuenta con más de 26,000 títulos de revistas; en 2006 su presupuesto era de 32 millones de dólares30

Este tipo de medidas ha permitido reducir dramáticamente las diferencias regionales entre las instituciones brasileñas que, según distintos criterios, están en el primer lugar de producción académica y prestigio en Latinoamérica, o

26 http://www.nwo.nl/nwohome.nsf/pages/NWOP_86AFST verificado el 6 de agosto de 201127 Hogenaar, A. and Meel, M. van and Dijk, E. (2010) What are your information needs? Three user studies about research information in the Netherlands, with an emphasis on the NARCIS portal. In: . Presentation at the 14th Elpub Conference, Helsinki, 16-18 June, 2010. http://depot.knaw.nl/5662/2/What_are_your_information_needs_Elpub_2010.pdf verificado el 6 de agosto de 201128 http://www.periodicos.capes.gov.br/?option=com_pcollection&mn=70&smn=79 verificado el 6 de agosto de 201129 CAPES es la Coordinación de Perfeccionamiento del Personal de la Educación Superior, una instancia del Gobierno Federal de Brasil. 30 J. Guimaraes, “¿Qué es el Portal Científico CAPES?, Boletín Digital IESALC no. 134, Febrero 2007, http://www.iesalc.unesco.org.ve/docs/boletines/boletin134/boletinNro134.htm#noticia4 verificado el 6 de agosto de 2011

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bien, que cuentan con hasta 6 en las primeras 200 (dentro del margen de credibilidad y error de las clasificaciones).

Se puede encontrar información muy completa sobre la situación en Brasil en el trabajo31 presentado en estas fechas por Rosane Taruhn, Daisy Pires y Waldomiro Santos en el XXIV Congreso Brasileño de Biblioteconomía.

iv. Biblioteca Nacional de Francia, colección Gallica

Hace más de una década, la Biblioteca Nacional de Francia inició la digitalización y puesta en línea de documentos de sus acervos, para crear la colección llamada Gallica32. Actualmente Gallica está en una segunda etapa, identificada como Gallica 233, en la que ya cuenta con más de millón y medio de documentos y está incorporando al menos cien mil nuevas unidades cada año.En aras de mantener controlada la extensión de este trabajo, mencionaré como encabezados algunos ejemplos más de apertura de espacios regidos por reglas liberales de propiedad intelectual o acceso:

v. Colecciones retrospectivas de la Biblioteca Británicavi. Biblioteca mundial de la UNESCO

vii. Biblioteca de la Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM

viii. Mediateca del Museo del Chopo, UNAMix. Clase y Periódica UNAMx. Humanindex (CUIB UNAM)

e. Las instituciones disponen de mecanismos de política para acelerar la transición:

Si una institución académica – pensemos sobre todo en las de México y otros países en desarrollo – quiere explorar las posibilidades de nuevas tecnologías, publicaciones digitales, y nuevos modelos de administración de los derechos de autor y de acceso, tiene a su alcance numerosos instrumentos para hacerlo.

En primer lugar es conveniente que formen un grupo de trabajo “multistakeholder” en el que los académicos de distintas disciplinas tengan una 31 R. Taruhn, D. Pires Noronha y W. Santos Vergueiro, “Revistas Científicas: modelos de publicacao e acceso a través dos tempos, XXIV Congresso Braisileiro de Biblioteconomía, Documentacao e Ciencica da Informacao, Maceió, Alagoas, 2011, http://www.febab.org.br/congressos/index.php/cbbd/xxiv/paper/download/436/610 verificado el 6 de agosto de 2011 32 http://gallica.bnf.fr/ verificado el 6 de agosto de 201133 C. Dutheil, Archimag, 1 de abril de 2008, http://archimag.com/article/les-coulisses-techniques-de-gallica-2 verificado el 6 de agosto de 2011

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participación decisiva. Otros participantes vitales son los proveedores interrnos de tecnología, las áreas de bibliotecas y publicaciones, y la administración. Este grupo puede trazar un paradigma que se desea alcanzar a la vuelta de algunos años y una ruta que permita llegar a esa utopía mediante experimentos controlados y medidas de política institucional que no resulten irreversibles antes de tiempo.

Estos programas se deben construir con base en información rigurosa de los avances y de la administración de riesgos de proyectos exitosos como los mencionados en párrafos anteriores y recurriendo a expertos de todo el país, dentro y fuera de las paredes de cada institución. Esto es tanto más necesario cuanto que es de preverse que muchas conclusiones lleven a la necesidad de colaboraciones interinstitucionales de gran escala.

Cito a continuación algunas medidas sobre las cuales las instituciones pueden trabajar:

i. Adopción de la Declaración de Berlín con un programa realista

La adopción de la Declaración de Berlín sobre Acceso Abierto es un acto significativo que conlleva algunos compromisos que no son triviales. Requiere un compromiso de largo plazo que puede afectar aspectos inesperados de la vida institucional. Por ello puede ser adoptada enunciando un programa prudente y gradual para adoptar los principios de la Declaración y convertirlos en hechos. Ya he hecho notar que las Declaraciones sobre Acceso Abierto tienen implicaciones profundas, en algunos casos incluso llegando a la total liberación de la producción de obras derivadas.

Los dos pasos más importantes que proceden después de esta adopción son el inicio de operaciones al interior de la institución y el inicio de relaciones con las publicaciones externas.

En el interior, la institución debe iniciar la construcción y operación de repositorios acordes a los principios de Acceso Abierto con contenidos importantes y de los cuales el análisis muestre que no crean responsabilidades o riesgos para la institución, cuentan con todas las autorizaciones y licencias para volver públicos los contenidos o pueden obtenerlas en el corto plazo.

En cuanto a las publicaciones dirigidas al exterior, la institución puede explorar entre sus académicos quiénes ya publican en revistas de Acceso Abierto como PLoS, y darles un papel inicial privilegiado en la construcción de políticas

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institucionales favorables al Acceso Abierto y otros avances como la adopción de licencias de Creative Commons.

Es sumamente importante el compromiso institucional desde el más alto nivel para dar estos pasos. Las oficinas jurídicas, vicerrectorías académicas o de investigación, las áreas que llevan relaciones con la industria editorial, y los cuerpos colegiados se verán exigidos. Un esfuerzo de difusión del conocimiento sobre las fronteras del acceso abierto al conocimiento y una educación profunda en la materia son vitales. Se pueden alcanzar mediante la participación en un proyecto piloto34

ii. Adopción de políticas favorables al uso de licencias Creative Commons y trabajos previos necesarios

Como se ha discutido en otras partes del presente trabajo, la adopción de esquemas de administración de la propiedad intelectual más liberales que el tradicional que restringe todos los derechos puede resultar positiva para la función social de las instituciones académicas. Bien llevada, esta transición puede no sólo preservar los valores fundamentales de defensa conjunta de intereses de los académicos y de la institución, sino además ampliar su alcance a un mayor impacto benéfico para la sociedad local y global.

La adopción de los esquemas Creative Commons ha sido iniciada espontáneamente por muchos académicos, al menos respecto a sus publicaciones en línea como blogs, artículos depositados en Scribd, presentaciones depositadas en SlideShare o Prezi, etc. La institución debe seguir su paso y asegurar que las políticas institucionales y esta generación espontánea de oportunidades de acceso y uso del material estén alineadas.

iii. Creación de órganos colegiados relevantes para modificar instrumentos, planear, evaluar, corregir rumbo

Las instituciones académicas toman una gran parte de sus decisiones mediante procedimientos colegiados. La transformación del acceso a la información no es una decisión menor y conviene apoyarla con mecanismos colegiados adecuados, ágiles, que socialicen los cambios y comprometan a la comunidad académica, sin crear callejones sin salida.

La conjunción de académicos innovadores, académicos conservadores, expertos en tecnología, bibliotecas y publicaciones, administradores, abogados, y

34 Este procedimiento probó su bondad en la inserción de la Firma Electrónica Avanzada en la UNAM en el período 2005-2008 y es una técnica extendida y conocida en la construcción de grandes proyectos de transformación institucional. La gestión del cambio se vuelve accesible y a la vez completa.

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miembros de los cuerpos colegiados existentes en la institución puede hacerse cargo de la fijación de políticas y participar en la gestión de los proyectos.

Una plataforma básica de evaluación del estado de los proyectos institucionales de repositorios y publicaciones abiertos, publicaciones bajo Creative Commons, licenciamiento de software y patentes, y demás aspectos relevantes es vital para un buen inicio de trabajos.

Un principio de subsidiaridad sugiere que las decisiones en esta materia sean tomadas por los cuerpos más específicos y locales de las sub-unidades que componen a las instituciones, como pueden ser los cuerpos colegiados calificadores dentro de cada escuela o instituto de una universidad.

Sin embargo, debe haber un esfuerzo coherente, liderado desde las rectorías u otras autoridades superiores, así como los cuerpos colegiados de mayor alcance en cada institución, para asegurar coherencia y el seguimiento de pasos concretos en tiempos determinados. Ello aplica a todos los mecanismos de políticas, como presupuestos y sistemas de incentivos.

iv. Presupuestos

El presupuesto es una de las herramientas de política institucional por excelencia. En el caso que nos ocupa, etiquetar recursos para la transformación institucional es un mecanismo explícito, que habla un lenguaje inequívoco, y con efectos a relativamente corto plazo.

Una de las medidas sugeridas para inducir la publicación en medios de Acceso Abierto, si la institución decide promoverla, es la asignación de un presupuesto para “page charges” y otros gastos de publicación específicamente etiquetado para Acceso Abierto y formas liberales de publicación. Este presupuesto puede etiquetarse dentro del presupuesto que ya aplique la institución a gastos de publicación en general. La magnitud de dicho presupuesto será entendida por la comunidad académica como una señal de favorecimiento – o no – de las innovaciones.

Otro punto de acción institucional relacionado con el presupuesto es la gestión que las instituciones pueden hacer ante las instancias que proveen fondos para el trabajo académico, con el objeto de que realicen una redistribución presupuestal similar a la descrita para el interior de la institución.

v. Incentivos y estímulos – medio punto por OpenAccess, por ejemplo

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La segunda herramienta más útil e inmediatamente disponible y bajo control con la que cuentan las instituciones son los sistemas de incentivos, en particular los estímulos económicos a la actividad académica, así como los concursos de fondos para la realización de proyectos y los premios.

En este espectro destaca la posibilidad de modificar los sistemas de puntaje con los que se incentiva el trabajo académico de tal manera que se pondere con un mayor peso la publicación de acervos institucionales abiertos, el licenciamiento con licencias liberales, y la publicación en revistas que se conformen a la filosofía de Acceso Abierto. Ello es deseable por dos razones:

a. El sentido estricto de estímulo, dar más por hacer lo que la institución impulsa.

b. Un sentido compensatorio, ya que en la mayoría de las disciplinas las publicaciones de Acceso Abierto todavía no alcanzan los niveles de impacto de algunas de las convencionales más establecidas. Así, publicar el mismo artículo en una revista de Acceso Abierto impone al académico una penalización pues su artículo puede resultar citado menos veces que en la revista convencional mejor posicionada, ser evaluado con menos puntos debido al menor factor de impacto reconocido por los índices, etc.

Los concursos de fondos para la realización de proyectos también pueden ser usados como una herramienta institucional para la promoción de nuevas formas de acceso al conocimiento. Se puede invitar abierta y explícitamente a concurso a proyectos que promuevan estas figuras, por un lado, y por otro, favorecer en los sistemas de selección más generales a los proyectos cuyas publicaciones o resultados se envíen a publicaciones de Acceso Abierto o se hagan públicos a través de repositorios institucionales. El apoyo de infraestructura requerido puede ser parte del subsidio puesto a concurso, o bien ser provisto como una garantía para el desarrollo del proyecto.

vi. Consorcios

La formación de consorcios y alianzas puede hacer más fácil, más rápida y más sólida la adopción de nuevas formas de publicación y acceso a la información.

Un tipo de consorcio que puede dar resultados en la adquisición de información es un consorcio de compra para la adquisición de recursos bibliográficos y bases de datos digitales en forma colectiva entre varias instituciones. El consorcio para estos fines puede ser de distintos orígenes, principalmente:

a. Un consorcio formado voluntariamente y para este fin por un grupo de instituciones, que contribuyen con sus fondos a un presupuesto común

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para las adquisiciones, e instalan un sistema compartido de acceso a los recursos informativos digitales así adquiridos. Se busca en éste y los casos siguientes conjuntar el poder de compra y el poder de negociación de un conjunto de instituciones ante los proveedores. Se considera además que aunque algunos títulos de publicaciones o bases de datos sean requeridos por una o muy pocas instituciones, habrá un conjunto central requerido por todas (se aplica un principio de Pareto).

b. Una función añadida a un consorcio existente y formado para fines diferentes pero relacionados. En México funciona así el consorcio de adquisiciones de CUDI, dotado con fondos del CONACYT. No ha sido enteramente eficaz por la magredad de los fondos asignados, la falta de visión e impulso político desde el propio CONACYT, CUDI y las instituciones miembros, y muy especialmente por no haber montado todos los actores una arquitectura de acuerdos y una implementación que permita prestar un servicio tan valioso que anime a las instituciones a suplir con éste sus propias prácticas y gasto.

c. La dotación por parte de un tercero de fondos y organización suficientes. Este modelo opera con éxito en Brasil, en el Ministerio de Educación Superior, el cual adquiere el total de las suscripciones para las universidades y las hace disponibles para acceso a todo el personal académico y alumnos de las mismas.

Desde luego se enfrentan problemas logísticos y negociaciones duras con los proveedores. Éstos en general permanecen invisibles a los usuarios quienes encuentran muy pocas limitaciones al acceso a las publicaciones y por ello pocos o ningún obstáculo al acceso a la información. No puede negarse trivialmente una conexión entre esta audaz medida de política pública y el éxito académico creciente de las instituciones brasileñas.

Las consideraciones prácticas de un proyecto de esta naturaleza no son menores y pueden dar al traste con el mismo si no se lleva a cabo una implementación cuidadosa. En esta deben pesar los casos de uso de los usuarios, las consideraciones de estabilidad de largo plazo de los acervos, y la sustentabilidad económica y política del sistema.

vii. Buscadores, metabuscadores, catálogos, suscripciones y buenos sistemas de biblioteca digital

Desde luego todo esfuerzo por acumular acervos propios y adquiridos, y por dejarlos abiertos al público, puede volverse nugatorio si la información no puede ser encontrada con facilidad. Los catálogos, buscadores y

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metabuscadores, los sistemas de acceso a la biblioteca digital institucional o a las de los consorcios, son fundamentales para dar vida a la información.

Como se ha dicho arriba, estos sistemas deben ser construidos a partir de casos de uso de usuarios estudiados en forma exhaustiva en distintas circunstancias. Éstas deben incluir el uso desde las instalaciones institucionales, desde instalaciones académicas, desde el hogar, y desde ubicaciones generales como pueden ser cibercafés y aeropuertos. En la actualidad además es imprescindible considerar dispositivos móviles de distintos tipos (distintas capacidades y protocolos de comunicación, distintos factores de forma, etc.).

Las instituciones académicas deben atender los formatos, sistemas operativos, etc. de dichos dispositivos dando preferencia a largo plazo a los formatos abiertos e interoperables en Internet. Las “apps” que mejoran la experiencia de los usuarios contribuyen a la creación – a veces sin consciencia de las consecuencias a largo plazo – de “jardines amurallados” y otras distorsiones.

viii. Open Data – predicar con el ejmplo institucional

Se ha extendido rápidamente en los últimos dos o tres años la tendencia llamada “Open Data” que consiste en que grandes acervos de información, generalmente gubernamental, queden a disposición del público en formatos que facilitan el acceso y explotación de la información que contienen. Haciendo uso de estas facilidades, los usuarios – individuos u organizaciones – pueden crear rápidamente nuevos productos informativos enfocados a necesidades específicas que satisfacen demandas de la sociedad.

Esta explotación hacia la ciudadanía de la información gubernamental abierta forma parte de la tendencia “Government as Platform”, que entiende la suma del uso de la información pública abierta y la creación de servicios que la utilizan como una forma de proveer de manera rápida y enfocada servicios que el gobierno puede no proveer, por falta de proyecto, presupuesto, personal o foco. En países como Estados Unidos o el Reino Unido, tanto esfuerzos no lucrativos como compañías con objetivos comerciales están salvando velozmente la brecha de servicios basados en la explotación de esta información.

Los académicos están entre los sectores de la población mejor preparados para hacer buen uso de los datos públicos en formatos abiertos, y frecuentemente entre los promotores de que los gobiernos generen acervos de esta naturaleza. La institución debe ser consecuente en la apertura de su propia información.

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Al hacerlo, la institución debe ser ejemplar también en el cuidado de formatos, metadatos, estándares, atención a casos de uso y criterios como accesibilidad y usabilidad universales. La oportunidad que presenta el modelo LinkedData35 no debe ser desperdiciada, si bien requerirá mucha experimentación como es también el caso para otros aspectos de la Web Semántica.

ix. Ejemplo: Humanidades Digitales en la UNAM y otras instituciones

En aras de contener la extensión del presente trabajo este apartado se deja solamente a nivel del título. Para saber más, Revista Digital Universitaria de julio de 201136 y el índice de proyectos de la red de humanidades digitales37.

3. Formas de producción intelectual 2.0

La difusión del conocimiento y de algunas tecnologías digitales, especialmente las asociadas a Internet, han dado lugar a la aparición y adopción de formas de producción intelectual y artística originales, o que por su alcance y difusión se vuelven importantes.

Una parte importante de esta producción queda contenida en la categoría conocida como “UGC”, “User-generated content”, contenidos generado por los usuarios, que es una de las características principales de la “Web 2.0” (la otra entre las dos principales es la colaboración en línea). (Adoptaré el término “Web 2.0” con reservas).

El uso de la categoría “contenido” en este contexto ha sido problematizado por algunos autores. Se basa en la visión de que las redes como Internet y la información que almacenan y transportan son dos entes separados; para los cuestionadores, esta distinción se está perdiendo.

El contenido generado por los usuarios en Internet asume muy distintas formas, entre las cuales destacan el texto, las fotografías, el sonido grabado (o “audio”) y el video (imagen en movimiento, generalmente con audio sincronizado). Progresivamente incluye también bases de datos, mapas, y combinaciones de estos formatos básicos.

35 http://linkeddatabook.com/editions/1.0/ verificado el 15 de agosto de 201136 http://www.revista.unam.mx/index_jul11.htm verificado 13 de agosto de 201137 http://humanidadesdigitales.net/index.php/proyectos-de-humanidades-digitales/23-proyectos-unam verificado 13 de agosto de 2011

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En el contenido generado por los usuarios se encuentran tanto entidades consideradas “triviales” como huellas de la vida cotidiana y conversaciones, cuanto contenidos de valor ampliamente reconocido y que son reproducidos y utilizados por, a veces, cientos de millones de personas. Las instituciones académicas enfrentan problemas novedosos en el reconocimiento de la existencia misma de estas formas de producción, en su validación, y en su consideración para fines de evaluación de la actividad académica.

Hagamos un breve repaso por algunas de estas formas y los problemas específicos asociados a ellas.

a. Formas de producción

i. Blogs

Los blogs (palabra cuyo origen es “Weblog”, a su vez formado por “Web” y “log” o bitácora) son páginas Web generadas con facilidad por los usuarios a través de software de administración de contenidos (CMS) asociado a un sitio Web. Generalmente aparecen en orden crronológico inverso y tienen variaciones limitadas en formatos.

Los blogs pueden tener contenidos de muchos tipos; desde meras reproducciones automáticas de encabezados o textos completos de otros medios hasta contribuciones originales, extensas, y con alta dotación de información, reflexión y servicios; desde anotaciones individuales como las de un diario personal hasta colecciones de articulos de varios autores que equivalen a un diario o revista; y diversos niveles de colaboración, desde la producción individual cerrada hasta amplios esfuerzos de producción colectiva.

ii. Redes sociales

La adopción de redes sociales en línea – de las cuales son paradigmáticas LinkedIn y Facebook – ha sido explosiva; excede con mucho a los 600 millones de personas en el planeta. Las redes sociales se han convertido en un vehículo de comunicación e incluso de reafirmación de la existencia imprescindible, en un laboratorio de relaciones humanas y corporativas, y en un campo de batalla en una guerra que va tanto por los dineros como por las “mentes y corazones” de los usuarios.

La personalización forzada de la presencia en Internet y de las búsquedas de información y comunicación, los mecanismos para registrar el impacto de lo publicado por los usuarios (por ejemplo a través del botón “Like”), la

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apropiación de la producción de individuos por los corporativos, la intrusión en la privacidad de las personas, y otros temas relacionados, han dado lugar a un intenso debate global.

Por otra parte, la utilización de las herramientas asociadas a las redes sociales se ha vuelto también una necesidad para las instituciones, tanto para las comunicaciones entre sus miembros como para la comunicación institucional y la promoción de sus actividades. Los usos educativos, que se exploran con creatividad e inteligencia, no están a la zaga. Incurre en un costo de oportunidad que se debería considerar inaceptable la institución que no respalda y promueve estas exploraciones, y no asimila y apropia sus resultados.

iii. Microblogs

Mención aparte merecen los microblogs, entre los cuales se ha vuelto paradigmático Twitter. Como su nombre lo indica, el microblog es un sistema para publicar de manera casi instantánea información muy breve (en el caso de Twitter, con un límite de 140 caracteres). Como su nombre no lo indica, la experiencia de los microblogs se ha convertido en una conversación masiva, multilateral, intensa, que combina toneladas de desperdicio (filtrable) con debates intensos, conversaciones personales, humor, y un tejido de relaciones inabarcable.

iv. Mash-ups

Los mash-ups o mashups son combinaciones de medios de distintos orígenes – audio, video, texto, mapas; propios o producidos por terceros – que se reúnen en un solo sitio creado mediante programación moderadamente compleja, en muchos casos basada en interfases llamadas APIs. Los mashups permiten crear servicios interesantes a partir de otros existentes, por ejemplo asociar diversos tipos de información – inmobiliaria, comercial, social – con sistemas de información geográfica.

Otras formas de producción y difusión de contenido generado por los usuarios son videos (propios o de terceros, con o sin autorización del titular de los derechos, con un amplio campo de problemas en la materia), fotografías y otras imágenes, y juegos. En mayor o menor medida los sitios que permiten la publicación invitan a la socialización; compartir es la norma, comentar la moneda corriente.

Sin fetichizar estas formas de comunicación, los blogs, redes sociales y microblogs, así como la socialización de fotografias y videos y los mashups, han

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transformado radicalmente en poco tiempo el panorama comunicativo basado en tecnologías. Su impacto político es ya innegable aunque no exento de un debate continuo (véanse desde el extremo tecnooptimista de Surowiecki hasta las obscuridades de la caverna represiva que ilustra Morozov). La aparición de grados de granularidad en la conversación, sus reglas, simetrías y asimetrías, nunca antes vistos es irreversible.

Por ello, las instituciones académicas enfrentan problemas novedosos en la Web 2.0. ¿Deben invitar, estimular incluso, o regular y hasta reprimir la publicación de blogs y redes sociales por parte de los académicos? ¿cuáles deben ser las condiciones en el espectro entre actividad individual, volitiva, de tiempo de ocio, y actividad académica, normada, institucional? ¿qué reglas se deben aplicar a la propiedad intelectual, licenciamiento liberal o restrictivo, acceso abierto o restringido? ¿Pueden emprender los profesores iniciativas de contenido abierto o deben atenerse a reglas restrictivas?

Si se quiere publicar un contenido académico como OpenCourseWare, ¿está permitido hacerlo como iniciativa propia, procede hacerlo en servidores propios, institucionales, de terceros, dentro o fuera del país? ¿Qué reglas rigen la monetización de los contenidos como blogs, fotografías o videos? Un conjunto amplísimo de cuestiones pendientes.

Desde luego la institución y los académicos deben procurar que los contenidos, productos y servicios en línea que ofrezcan dentro de estos nuevos marcos sigan los criterios más exigentes – adaptados a los medios – de originalidad, calidad, e impacto. Las combinaciones de estos tres criterios que las instituciones utilicen encontrarán antecedentes en la valoración de las actividades de docencia y divulgación – lamentablemente poco y mal evaluadas. La construcción de consensos es indispensable.

b. Formas de evaluación

La evaluación de la producción académica está en el centro de la gobernanza de las instituciones académicas, particularmente desde que transitó de ser utilizada para los ingresos y promociones a ser utilizada para determinar los ingresos económicos del personal académico mediante programas de estímulos y otros mecanismos de deshomologación. Los círculos tanto virtuosos como viciosos que tienen a la evaluación de la producción en una posición axial son innumerables y constituyen un entramado prácticamente inextricable en la actualidad.

Los debates sobre la evaluación de las actividades académicas son antiguos e incesantes. De la supuesta nitidez y objetividad de la evaluación de la carrera

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de los científicos a través de “papers” y citas a la imposibilidad de evaluar a fondo la actividad docente, de las ciencias a las humanidades y las artes, de la educación preuniversitaria a la formación de profesionales insertados con éxito en mercados laborales, del uso de valores globales a la orientación a la comunidad local, no hay eje de la evaluación que no sea motivo de debate e inconformidad.

A esto se añade ahora la necesidad de evaluar la actividad de producción académica en redes sociales, blogs, y otras formas de producción y publicación. La asociación de evaluación con ingreso tiende a estimular la realización de actividades normadas y desestimular las novedosas. A pesar de ello, numerosos académicos exploran las oportunidades de innovación y difusión del conocimiento, las nuevas formas de colaboración y de publicación, y están adquiriendo un aprendizaje sobre ellas que urge institucionalizar. Una parte fundamental de este aprendizaje es la evaluación de calidad, relevancia, originalidad, y peso de las aportaciones.

i. Klout for tenure

En los medios sociales y la Web 2.0 existen numerosas métricas para significar el impacto de las aportaciones hechas en la red. En algunos casos estas métricas son sofisticadas, robustas, sensibles a cambios en las variables de interés, y vitales para sus usuarios, ya que constituyen la base con la que se cobran y pagan los servicios. En el mundo de los “Analytics” se estudia el impacto de contribuciones individuales o de campañas enteras sobre fenómenos como las ventas de un producto o las preferencias electorales por un partido político.

Es urgente para las instituciones académicas estudiar estos métodos de evaluación y progresivamente incorporarlos en la revisión de sus métodos de evaluación institucional tanto de la producción individual como del impacto de la acción institucional.

Un ejemplo sugerente aparece en el servicio conocido como Klout, que con base en algunas variables simples de medir determina el tipo y magnitud del impacto de usuarios de Twitter (actualmente extendido a otros servicios). Klout considera variables como cuántos usuarios “siguen” al usuario en estudio, cuántos y con qué frecuencia retransmiten (en una amplificación que puede ser viral) mediante “retweet” las expresiones de este usuario, y otras variables. Hechos estos cálculos, Klout clasifica a los usuarios en distintas categorías, como “líder de opinión”, “conectado en red”, etc.

Otro servicio de métricas que tuvo su apogeo hace unos dos años es Technorati, dedicado a medir el impacto de los blogs. En Technorati y otros sistemas

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relacionados, una parte muy grande del esfuerzo de métricas se ejerce en limpiarlas de factores de ruido, espurios, y efectos de intentos deliberados de distorsionar las clasificaciones.

No es inconcebible hacer una adaptación de estas métricas para considerar la contribución de los académicos, y por ello es urgente una exploración institucional al respecto. La industria de publicidad y mercadotecnia interactivas se ha adelantado en un ciclo que resulta paradójico, si recordamos que la revolución iniciada por Google se basó en recoger un concepto académico – el de las citas a publicaciones para medir su impacto – para seleccionar los sitios más relevantes encontrados dentro de las búsquedas. Primero la industria siguió los pasos de la academia y ahora se le ha adelantado.

Una consideración más que no puede omitirse es que las nuevas formas de producción sí requieren cambios radicales en las formas de evaluación por una de sus dimensiones, la más original, que es la social. En Internet hoy, no estamos ante una especie de imprenta sin papel, o una ventanilla única de atención por parte de la institución a un conjunto de usuarios pasivos. Cuenta como nunca la capacidad de colaboración, con contrapartes ampliamente distribuidas y para todo fin práctico volátiles y anónimas, pero activas, y hacia las cuales las instituciones sólo pueden contribuir si establecen un flujo bidireccional o multidireccional y un trato de pares.

4. Hacia un juego no-suma-cero

Cierro el presente trabajo con una consideración, un llamado a un aspecto particularmente exigido de la creatividad de las instituciones.

Transitamos – debemos transitar – hacia un estadio de desarrollo denominado Sociedad de la Información, o bien Sociedad del Conocimiento. Los dos términos no son equivalentes aunque para fines como los de este trabajo se les llega a usar de forma indistinta.

La expresión de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información fue: "las sociedades del conocimiento están relacionadas con las capacidades para identificar, producir, procesar, transformar, difundir y utilizar información destinada a crear conocimientos y aplicarlos en beneficio del desarrollo humano. Esto supone respetar un conjunto de principios y prioridades: 'libertad de expresión, acceso universal a la información y al conocimiento, respeto de la dignidad humana y la diversidad cultural y lingüística, educación para todos

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de buena calidad, realización de inversiones en ciencia y tecnología, y entendimiento e incorporación de los sistemas de conocimiento autóctonos'”38

La gestión de la producción intelectual hasta ahora ha sido fundamentalmente un juego de suma cero; lo que unos producen otros lo consumen, lo que les cuesta a los primeros lo pagan los segundos. La creación expande el acervo de conocimiento de la humanidad; la gestión de la propiedad intelectual sólo contribuye parcialmente a ello y siempre, en el esquema actual, privilegiando el dar a unos lo que quita a otros sobre la opción de hacer crecer el cúmulo mediante los procesos que se originan al compartir.

En el mundo digital y en la Sociedad de la Información ese paradigma no puede continuar. Los bienes digitales no se hacen menos sino más al compartirlos. No hay exclusión, como en el libro: que un lector lea no excluye a ningún otro, al desvanecerse el concepto de “ejemplar”. El autor deja de ganar un ingreso si una copia que iba a ser vendida no se vende; pero su capacidad de vender más copias puede verse incrementada por la libre circulación de obras no vendidas.

Y la sociedad gana – fuera de los casos de ilegalidad más flagrantes – cuando todos los ciudadanos tienen acceso razonablemente fácil a los bienes culturales y a la capacidad de crear nuevos con base en su aprendizaje, cambio en sensibilidad, o establecimiento de colaboraciones.

Las universidades están en condiciones únicas de dejar a un lado temporalmente, sin sacrificarlo, su instinto conservador y experimentar para crear un nuevo espacio en el que el juego deje de ser de suma cero; y que se convierta en uno en que todos los participantes ganan. La ley tiene que cambiar, la práctica está cambiando, y las instituciones académicas no pueden ser espectadores pasivos ni mucho menos los jugadores más conservadores de la Sociedad del Conocimiento.

Agradecimientos.

Este trabajo fue realizado con un apoyo invariable de la Dra. Margarita Parás y se enriqueció en discusiones con el Dr. Francisco Valdés Ugalde y la Dra. Karina Ansolabehere, ambos de FLACSO México. Las lecciones recibidas de parte del Dr. Juan Voutssás han sido determinantes; este trabajo no existiría sin ellas, ni sin las innumerables discusiones en que su intelecto ha traído la luz, ni sin la cuidadosa y profunda lectura que hizo de varias versiones sucesivas, ni sobre todo sin su orientación y propuestas de mejora. Las discusiones con León Felipe Sánchez Ambía y Ernesto Priani, quien además hizo otro arbitraje profundamente útil al trabajo, son irremplazables. El equipo de “policy” de la 38 UNESCO. World Summit on the Information Society (WSIS), France, 2003. Tunisia, 2005

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Internet Society, los dirigentes de los capítulos y el Board of Trustees de la misma han provisto un ambiente insustituible. En etapas finales algunos análisis fueron realizados para la Ing. Carmen Rodríguez Armenta, de la Universidad de Guadalajara. Daniel Alonso Villanueva hizo una crítica valiosa. A todos gracias y exención de culpa.