Procesos de exclusión desde y hacia la vejez en el espacio público.

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Procesos de exclusión desde y hacia la vejez en el espacio público. Autor Fernanda López Este trabajo responde a un intento de problematizar y desnaturalizar algunas representaciones sociales surgidas en el marco del proyecto de investigación realizado durante el año 2008 sobre las “Representaciones de los espacios públicos, su apropiación y participación por parte del adulto mayor…” (LLadó: 2008) en la Facultad de Psicología de la Universidad de la República Oriental del Uruguay (UDELAR) desde el Servicio de Psicología de la Vejez (SPV) ( ) en labor conjunta con un grupo de adultos mayores miembros del Centro Interinstitucional de Colaboración con el Adulto Mayor (CICAM). Enfocándome principalmente en los procesos de exclusión que se suceden en el espacio público desde y hacia la viejos en relación a otras generaciones y ciertos grupos sociales, como los más desposeídos económicamente, los cuales frecuentemente son considerados como peligrosos o violentos.Teniendo en cuenta que tanto el espacio público (lugar de participación, convivencia, de encuentro y acción política) como la vejez se producen en relación a las representaciones sociales trataré de indagar como ambos se producen entre si y afectan. Antes de comenzar hablar de los procesos de exclusión desde y hacia la vejez, quisiera contextuarlos en el marco socio- económico del cual surgen, así como también explicitar que entiendo por exclusión. Ya que ellos forman parte de realidades complejas en donde diversas dimensiones tales como las sociales, económicas, culturales entre otras se encuentran presentes. En Montevideo al igual que otras grandes ciudades latinoamericanas en los últimos años se han incrementado los procesos de segregación, y fragmentación urbana. Los cuales en nuestro caso aumentaron con la crisis económica y política del 2001-2002. En la década de los 80 con la liberación de la economía hubo un incremento muy importante de lo informal, del desempleo y de la pobreza urbana. Hasta los años 60 la ciudad fue vista como un espacio de progreso y modernidad, pero a partir de la década antes señalada “…. el funcionamiento global de la ciudad estalló en múltiples unidades y no habría unidad del conjunto urbano…” (Schiapira, 2001, p.39). Nuestras ciudades desarrollan su accionar en medio de redes globales que relacionan, vinculan y articulan individuos mientras otros quedan por fuera de tal interacción. En las metrópolis de Latinoamérica es posible ver crecer la desigualdad como las polarizaciones sociales que dan lugar a una imagen fragmentada de la ciudad. Esta fragmentación alcanza y se plasma en los espacios públicos, donde es posible observar verdaderas fronteras diseñadas desde diversas estrategias. Emergiendo una desigualdad social de tal espacio, y agregaría una desigualdad generacional del mismo. Ya que las variables económicas y de clase se conjugan con las diferentes edades dando lugar a verdaderos fenómenos de conflictos y exclusión donde ambas dimensiones se hacen presentes en la vivencia y uso de la ciudad. La exclusión social se refiere a la dificultad por parte de un sujeto o un grupo social para poder participar a nivel social, cultural, político e institucional.”… El concepto de exclusión social incluye al menos tres dimensiones: (i) económica, en términos de deprivación material y acceso a mercados y servicios que garanticen las necesidades básicas; (ii) política e institucional, en cuanto a carencia de derechos civiles y políticos que garanticen la participación ciudadana y; (iii) sociocultural, referida al desconocimiento de las identidades y particularidades de género, generacionales, étnicas, religiosas o las preferencias o tendencias de ciertos individuos y grupos sociales…”(Gacitúa, Sojo, y Davis 2000 p.12). El espacio público no es tan público como corrientemente se piensa, no es tan libre la participación en él, muchas veces no hay un reconocimiento del otro como tal desde su identidad y particularidades, por esto pienso que se dan procesos de exclusión en la ciudad a la hora de habitar ciertos territorios. No todos pueden participar a todas horas, ni cualquier lugar es posible ni permitido de ser transitado, el temor por la seguridad es una de las variables que inciden a la hora de hacer uso de ciertos lugares, al igual que las actividades desarrolladas por otras generaciones y grupos sociales y que desde la visión del habitante de la ciudad puede llegar a entorpecer el disfrute de ella. Ahora bien me pregunto: ¿Cómo viven estos procesos de exclusión los adultos mayores en el espacio público? ¿Por quienes son excluidos y a quienes excluyen? ¿Cuáles son las estrategias, lugares y horas en que son segregados y segregan? ¿Cuáles son los motivos que llevan a eso? ¿Qué maneras de pensar el vinculo con el otro lleva a que se dificulte la convivencia en el espacio público? Es claro que los viejos como grupo etario sufren una nítida exclusión y autoexclusión de actividades y espacios, a si mismo a lo largo del trabajo mostraré como también ejercen este tipo de acciones sobre otras poblaciones y como es necesario el conocer las representaciones que sostienen dichas prácticas y discursos para poder generar una mayor participación, inclusión y ejercicio de la ciudadanía por parte de todas las edades y sectores sociales. Si nos detenemos a considerar cómo se conceptualizaba el espacio público desde el grupo de investigación se podía observar una especie de paradoja entre la vivencia de aquel espacio que es de libre acceso y al mismo tiempo como el lugar que no es posible de ser transitado según la hora, la zona de la ciudad, y de acuerdo a quienes concurren a él. El siguiente fragmento de registro pertenece al mismo encuentro y muestra en cierta medida las diversas representaciones (que llegan a ser contradictorias) que están presentes a la hora de pensar el espacio público:”…es un espacio al que se puede acceder libremente” “… es lo opuesto a los espacios privados, donde no se puede acceder sin antes registrarse…” “…son espacios que se sienten como propio, hay un Liber-accion http://www.liber-accion.org/Joomla Potenciado por Joomla! Generado: 29 June, 2009, 10:23

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Procesos de exclusión desde y hacia la vejez en el espacio público. Autor Fernanda López

 

Este trabajo responde a un intento de problematizar y desnaturalizar algunas representaciones sociales surgidas en elmarco del proyecto de investigación realizado durante el año 2008  sobre las “Representaciones de los espaciospúblicos, su apropiación y participación por parte del adulto mayor…” (LLadó: 2008) en la Facultad dePsicología de la Universidad de la República Oriental del Uruguay (UDELAR) desde el Servicio de Psicología de la Vejez(SPV) ( ) en labor conjunta con un grupo de adultos mayores  miembros del Centro Interinstitucional de Colaboración conel Adulto Mayor (CICAM). Enfocándome principalmente en los procesos de exclusión que se suceden en el espaciopúblico desde y hacia la viejos en relación a otras generaciones y ciertos grupos sociales, como los más desposeídoseconómicamente, los cuales frecuentemente son considerados como  peligrosos o violentos.Teniendo en cuenta quetanto el espacio público (lugar de participación, convivencia, de encuentro y acción política) como la vejez  se  producen enrelación a las representaciones sociales    trataré de indagar como ambos se producen entre si y afectan. Antes de comenzar hablar de los procesos de exclusión desde y hacia la vejez, quisiera contextuarlos en el marco socio-económico del cual surgen, así como también explicitar que entiendo por exclusión. Ya que ellos forman parte derealidades complejas en donde diversas dimensiones tales como las sociales, económicas, culturales entre otras seencuentran presentes.En Montevideo al igual que otras grandes ciudades latinoamericanas en los últimos años se han incrementado losprocesos de segregación, y fragmentación urbana. Los cuales en nuestro caso aumentaron con la crisis económica y políticadel 2001-2002.En la década de los 80 con la liberación de la economía hubo un incremento  muy importante de lo informal, deldesempleo y de la pobreza urbana. Hasta los años 60 la ciudad fue vista como un espacio de progreso y modernidad,pero a partir de la década antes señalada “…. el funcionamiento global de la ciudad estalló en múltiplesunidades y no habría unidad del conjunto urbano…” (Schiapira, 2001, p.39).Nuestras ciudades desarrollan su accionar en medio de redes globales que relacionan, vinculan y articulan individuosmientras otros quedan por fuera de tal interacción. En las metrópolis de Latinoamérica es posible ver crecer la desigualdadcomo las polarizaciones sociales que dan lugar a una imagen fragmentada de la ciudad. Esta fragmentación alcanza y seplasma en los espacios públicos, donde es posible observar verdaderas fronteras diseñadas desde diversasestrategias. Emergiendo una desigualdad social de tal espacio, y agregaría una desigualdad generacional del mismo. Yaque las variables económicas y de clase se conjugan con las diferentes edades dando lugar a verdaderos fenómenos deconflictos y exclusión donde ambas dimensiones se hacen presentes en la vivencia y uso de la ciudad.La exclusión social se refiere a la dificultad por parte de un sujeto o un grupo social para poder participar a nivel social,cultural, político e institucional.”… El concepto de exclusión social incluye al menos tres dimensiones: (i)económica, en términos de deprivación material y acceso a mercados y servicios que garanticen las necesidadesbásicas; (ii) política e institucional, en cuanto a carencia de derechos civiles y políticos que garanticen la participaciónciudadana y; (iii) sociocultural, referida al desconocimiento de las identidades y particularidades de género,generacionales, étnicas, religiosas o las preferencias o tendencias de ciertos individuos y grupossociales…”(Gacitúa, Sojo, y Davis 2000 p.12).El espacio público no es tan público como corrientemente se piensa, no es tan libre la participación en él, muchasveces no hay un reconocimiento del otro como tal desde su identidad y particularidades, por esto pienso que se danprocesos de exclusión en la ciudad a la hora de habitar ciertos territorios. No todos pueden participar a todas horas, nicualquier lugar es posible ni permitido de ser transitado, el temor por la seguridad es una de las variables que inciden ala hora de hacer uso de ciertos lugares, al igual que las actividades desarrolladas por otras generaciones y grupossociales y que desde la visión del habitante de la ciudad puede llegar a entorpecer el disfrute de ella.Ahora bien me pregunto: ¿Cómo viven estos procesos de exclusión los adultos mayores en el espacio público? ¿Porquienes son excluidos y a quienes excluyen? ¿Cuáles son las estrategias, lugares y horas en que son segregados ysegregan? ¿Cuáles son los motivos que llevan a eso? ¿Qué maneras de pensar el vinculo con el otro lleva a que sedificulte la convivencia en el espacio público?Es claro que los viejos como grupo etario sufren una nítida exclusión y autoexclusión de actividades y espacios, a si mismoa lo largo del trabajo mostraré como también ejercen este tipo de acciones sobre otras poblaciones y como esnecesario el conocer las representaciones que sostienen dichas prácticas y discursos para poder generar una mayorparticipación, inclusión y ejercicio de la ciudadanía por parte de todas las edades y sectores sociales.Si nos detenemos a considerar cómo se conceptualizaba el espacio público desde el grupo de investigación se podíaobservar una especie de paradoja entre la vivencia de aquel espacio que es de libre acceso  y al mismo tiempo como el lugar que no es posible de ser transitado según la hora, la zona de la ciudad, y de acuerdo a quienes concurren a él. Elsiguiente fragmento de registro pertenece al mismo encuentro y muestra en cierta medida las diversas representaciones(que llegan a ser contradictorias) que están presentes a la hora de pensar el espacio público:”…es unespacio al que se puede acceder libremente” “… es lo opuesto a los espacios privados, donde no sepuede acceder sin antes registrarse…” “…son espacios que se sienten como propio, hay un

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sentido de pertenencia” “…hay horarios para transitar ciertos lugares…”“…las diferentes edades ocupan el espacio público según la hora que sea…”“…algunos lugares son peligrosos por los jóvenes que consumen o la gente que pide dinero ocomida…”  Creo que se puede apreciar con claridad la vivencia a veces antagónica que existe sobre el espacio público. A la mismavez público pero con rasgos de privado. Donde la hora, la zona y el uso que se le otorga establecen la fronteras entrelo uno y lo otro. También el peligro y la inseguridad se muestran  como motivos de no asistir a ciertos lugares adeterminadas horas y se identifican quienes pueden llegar a serlo o al menos a representar cierta incomodidad almomento de tener que convivir con ellos en tales espacios.Esta paradoja de lo público que se vuelve privado fue explicitada durante una reunión del grupo y se planteaba de estamanera:”… a veces el espacio público se convierte en un espacio privado, como en el caso  de laspersonas que viven en las plazas, entonces como que te da pudor o cierto malestar entrar en su territorio o espacio,entonces te preguntas: ¿hasta dónde ese espacio es público o privado? ¿Qué hace un espacio público oprivado?...”  Las personas según su clase social, edad y otros factores que hacen a su identidad construyen un mapa de la ciudaden función de estos usos diferenciales que se les da por parte de los diversos habitantes de ella. G. Canclini (1997) habladel surgimiento de micro-espacios en los que lo público y lo privado se fusionan y en donde determinados grupos seapropian del espacio considerado de acceso libre. Configurándose de este modo diversos espacios:• Espacios segmentados; estos son los considerados utilizados por un único grupo social, lugares que sonconsiderados de pobres, jóvenes, viejos, entre otras posibilidades.• Espacios de segregación de la interacción: variosgrupos de edad y clase social concurren al mismo espacio pero tienen como estrategia por ejemplo el distribuirse lashoras para no entrar en relación.• Y espacios de conflicto en donde entran en relación diversos grupos de forma nomuy satisfactoria para ellos. Quizás ya no nos sean útiles razonamientos lineales ni lógicas contradictorias para  tratar decomprender el campo de problemáticas complejo en el que se convirtió la ciudad y el vínculo entre sus habitantes. Yaque pensar desde  lógicas aristotélicas no responde ni da cuenta de la vivencia de los sujetos. Recordemos queNajmanovich (2001) ubica tal escisión público y privado como un legado de la modernidad y no estoy demasiado seguraque podamos seguir pensando en estos términos para generar nuevas estrategias de integración en lo público.Probablemente debe representar todo un desafío para los adultos mayores que crecieron bajo las lógicas nocontradictorias propias del positivismo y la modernidad comenzar a repensar estas cuestiones que responden a loscambios, sociales, económicos y paradigmáticos que estamos atravesando como sociedad.La misma autora habla acerca del adentro afuera y su carácter poroso al decir:”En todos esos casos (el interior)adentro y el exterior (afuera) se definen y se sostienen a partir de una dinámica de intercambios. Ya no estamoshablando de barreras insuperables sino de conformación de una unidad heterogénea, siendo límites fundantes, interfacesmediadoras…” (Najmanovich: 2001) La “unitas multiplex” (Morin: 1977) como lo puede ser unespacio público no es una unidad en el sentido admitido desde el pensamiento de la simplicidad que solo acepta lohomogéneo sino que tiene un carácter heterogéneo, hibrido, transgresor de dualismos y contenedor de paradojas. Losadultos mayores y su vinculación con los jóvenes en el espacio público.Si observamos los registros y otros datos a los que pude acceder más precisamente a los que llegaron como conclusiónen la investigación “Usos y apropiaciones de espacios públicos de Montevideo y clase de edad” (Filardo.V,Muñoz.C, Aguiar. S, Chouhy. G, Noboa.L: 2007) Se puede ver que existe un conflicto, un cierto tironeo de poder por elespacios publico entre los más jóvenes y los viejos. Si retomamos los registros de las reuniones podemos encontrarcomentarios como estos al respecto “…Los fines de semana son problemáticos por los muchachos que vana los bailes (refiriéndose a la plaza Varela una de las integrantes del grupo)…” “el compartir la plazacon los niños es agradable, el problema es con los muchachones” “…El grupo dice que hay horariospara transitar ciertos lugares, que las diferentes edades ocupan los espacios públicos según la hora del día que sea. Yque algunos de ellos son peligrosos por los jóvenes que consumen pasta base…” “…cuanto tedura las luces de la plaza con la honda de los muchachos…”.Tal parece que el espacio público de acuerdo al día y a la hora y al lugar sufre una apropiación por parte de ciertosgrupos de edad, en este caso los jóvenes, los cuales desarrollan actividades ahí que no están muy en consonancia conlos deseos de los adultos mayores. Quizás se cuestiona su modo de divertirse ¿En qué sentido es problemático queel baile se encuentre cercano a la plaza?  ¿Ruidos? ¿Cierta sensación de inseguridad? Hay quizás una  asociación de lajuventud con el consumo de sustancias psicoactivas como así también al vandalismo. Aunque esta representación puedatener cierta base es importante que sea problematizada para no caer en estereotipos que refuercen la exclusión y la faltade intercambio entre ambas generaciones.Cabe señalar que la asociación lineal que se realiza inmediatamente entre la edad y la  generación no contempla que elcontenido que le damos a la edad depende de el momento histórico y la realidad social y cultural en la que estáinscripta, el contenido de ese dato biológico que son los años muta de acuerdo a variables epocales. El que seanconstrucciones sociales nos permite también deducir que “…La relación entre generaciones estádirectamente vinculada a estos conceptos y puede cambiar radicalmente en función del imaginario colectivo y de laconstrucción social de la vejez…”  (Amorín. D, Berriel. F, Carril. L, Güida. C, Paredes.M:2006 p.36) y en estecaso agregaría de la juventud. Los conflictos según entiendo surgen a partir de las representaciones que se tienenacerca de lo que debe ser un joven y un viejo, que actividades deben desarrollar en el espacio público y cuál debe serel modo de vincularse.La fundamentación del conflicto de los viejos hacia los jóvenes se basa sobre todo en la falta de respeto y la

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inseguridad”… No respetan a nadie. No es que no te respeto porque sos viejo o porque sos joven...no serespetan”.”… “De Minas a Arenal Grande  decís tu? - ...hay todo tipo de gente. Y aparte ahí teroban los chicos que andan, muchos chiquilines al descuido...” (Filardo: 2007, p 55) Hay una autoexclusión delespacio público debido a las razones anteriores se habla de que “…las personas de edad no se movilizantanto como debieran [...] es gente que tememos movilizarnos no?...” “…Después de las ocho de lanoche ni mandado podemos hacer...-Durante el día nomás...” “…Al contrario de los jóvenes quehablan de un conflicto abierto con los viejos  como luego estos nos lo mencionan porque en realidad son espaciosevitados…” (Filardo 2007, p 55)- Aunque la percepción de inseguridad es un determinante importante en eluso de los espacios públicos por parte de casi todas las edades, el cómo la viven y las estrategias para afrontarla tomanun carácter específico en la vejez. El evaluarse como vulnerables físicamente  muchas veces incide en tomar la decisiónpor parte de los adultos mayores que el espacio domestico y privado sea el de mayor uso, que se autoexcluyan deciertas horas y lugares del espacio público, y que se evite el encuentro con aquellos que se consideran peligrosos portener una actitud de falta de respeto y de cierta agresividad además de contar con la fuerza física, agilidad y destrezaque ellos creen haber perdido: los jóvenes, y sobre todo los jóvenes más pobres.Al margen de que hay una base biológica en relación a la pérdida de ciertas destrezas que inciden a no transitar de lamisma manera el espacio público, también se encuentra teñida de una visión del viejo vinculada a la enfermedad, a lasperdidas, a un declive. Sin considerar que esto a nivel biológico puede ser así, pero que depende mucho de cómo se havivido al igual del proyecto de vejez que nos hemos planteado. Olvidando además que el enriquecimiento y laadquisición de las capacidades que hacen a los procesos sociales y psicológicos pueden mantener o inclusiveincrementarse siendo  posibles de ser puestos en juego a la hora de relacionarse con los otros y de hacer uso delespacio público. Los jóvenes hablan explícitamente del  conflicto generacional “…los jóvenes buscan elruido…” “…el comité es un lugar de viejos…” (Filardo: 2007 p.24) en los lugaresdonde había convivencia con adultos mayores como la calle, la plaza, la esquina se sentían como lugares de conflictos“…las plazas que se encuentran en el medio, y las casitas cuando sale la vieja a barrer…”“…siempre estuvo la misma vieja…” “los veteranos tienen fobia a los jóvenes”“los viejos copan la feria…” “y los viejos ponen tango o murga y molestaban a los gurises, y siellos ponen rock o la villera les molesta a los otros.”(Filardo: 2007 p.26)La percepción estereotipada del otro y la actitud joven o vieja parece ser en cierta medida la causa de conflicto entreambas edades. La falta de respeto paradójicamente también es sentida por parte de los más jóvenes y se puedeobservar cuando dicen:”…ya te van respetando cuando más cuando sos mas grande no…”(Filardo: 2007 p.24). Creo que para potenciar la integración y la articulación entre las diversas edades debemos cuestionarestereotipos, formas únicas y modelos hegemónicos de pensar la juventud y la vejez. Recordar que son construccionessociales que mediante las prácticas, discursos y acciones que realizamos todos los días las producimos y reproducimossin desnaturalizarlas. Uruguay cuenta con una de las poblaciones más envejecidas del conteniente, sería válido elcomenzar a vincularnos con ese grupo etario desde un lugar y una visión no tan rígida que favorezca y promueva elintercambio y la interacción en el espacio público. Si damos por descontado que todos los jóvenes cuentan con lascaracterísticas que desde el modelo imperante se dice que poseen y lo mismo hacemos con los viejos nunca nosabriremos al otro desde la novedad, desde la posibilidad de pensarlo desde una forma de ir siendo joven o viejo original.Encasillándolo en un una categoría generalizadora, que olvida singularidades, proyectos construidos desde laautonomía. Si doy por sentado que el otro es como pienso porque pertenece a determinada clase social o franja etariapuede que esté seguro pero también que me pierda  de compartir y participar desde el enriquecimiento mutuo en elespacio público. Las categorías de edad, género, clase social, etnia hace que nos vinculemos con el otro desde ella ydesde el contenido que le atribuimos, es interesante lo que propone Ana María Fernández en relación de la identidad alrasgo (Fernández: 2007) al tratar de desnaturalizar el pensamiento de lo uno, el mismo que sostiene un sujetouniversal, una única forma de ser joven o viejo, mujer u hombre y que la identidad se mantiene  inmutable a lo largo deltiempo. Hay tres premisas que para esta autora mantienen la tensión identidad-diferencia. • La diferencia como lo noidéntico. B no es A, la diferencia es lo negativo de lo idéntico, no tiendo valor por sí misma.• La diferencia es siempre lo otro, siempre extranjero y ajeno.• Ser diferente por el rasgo diferente, a partir de él se construye una identidad. La identidad al rasgo constituye laidentidad siendo por lo tanto, mujer, blanca, joven por ejemplo. Se jerarquiza un elemento y se extiende desigualandocon respecto a los otros.Estas diferencias desigualadas trajeron aparejados  ciertos  efectos políticos ya que el otro, considerado ajeno, extranjeroy que no compartía esas categorías hegemónicas y valoradas fueron evaluados y tratados durante siglos como enfermos,peligrosos, inferiores, repercutiendo en toda una lógica de relacionamiento desde la desigualadas, la exclusión y ladominación. Me pregunto qué categorías evaluamos como valoradas para compartir el espacio público ¿Cuántas vecesnos perdemos de rasgos, condiciones, riquezas al ver al otro siempre desde las mismas categorías que privilegiamospara manejarnos socialmente? ¿Cuándo dejaremos de pensar que lo diferente es oposición, que tiene cabida por elmismo en una lógica que apunta a la multiplicidad? Se trata de pensar las “…diferencias que no remiten a ningún idéntico, a ningún centro y repeticiones queno remiten a ningún origen…” (Fernández: 2007).Las diferencias desigualadas se construyen desdedispositivos de poder, creo que si tenemos en claro que son construcciones y que existe la posibilidad de pensar al viejoy al joven desde lugares nuevos, abiertos a la sorpresa de ir siendo quizás nos salgamos de vínculos cristalizados yestereotipados encontrándonos con un otro complejo y constituido mas allá de un rasgo, y que inclusive ese rasgo seinscribe en toda su singularidad dándole un carácter único.Muchas veces se habla de tolerar en el espacio público al otro, pero si seguimos hablando de tolerancia nos remite a

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algo que se tiene que soportar y es porque pensamos que hay un modelo ideal al cual ajustarse. Seguimos pensandodesde una lógica excluyente y totalizadora que soporta lo que se desvía, muy cercano esto a ver como peligroso, enfermoo anormal lo distinto. Algunas representaciones sobre la marginalidad y la pobreza desde los viejos en el espaciopúblico.Si continuamos explorando los registros de las reuniones con el grupo de CICAM podemos encontrar otros sectoressociales con los que se sentía cierta incomodad de compartir el espacio público. Como las personas en situaciones decalle que habitaban la plaza  y los vendedores informales. “…se encuentra invadido por multitud de pequeños vendedores informales pertenecientes a sectoresmarginales de la sociedad, lo que le da a este lugar una imagen depresiva, pobre, de abandono…” Esinteresante la palabra que se utiliza para describir la presencia de vendedores informales en la plaza, existe unsentimiento de ser invadido por grupos, y actividades que no tendrían que estar en ese lugar ya que deslucen de esamanera el espacio público. Parece haber un modelo con el cual se compara el para qué, cómo y por quienes se debeutilizar el espacio público, en este caso la plaza del BPS. También hay toda una concepción de trabajo más moderno,en donde este se vinculaba a la honradez, esta institución junto a la familia tuvo un papel clave en la producción de lassubjetividades de nuestros adultos mayores. Recordemos que muchos de ellos han vivido la edad de oro de Uruguay.Sin embargo las diversas crisis sociales y económicas por las que hemos atravesado como país y los cambios globalesque se han sucediendo en las últimas décadas  han ido fragmentando la sociedad, y han repercutido en un aumento dela pobreza y de las estrategias de estos grupos para poder encontrar un medio de sobrevivencia como lo son losempleos informales. Wacquant (2004) al hablar de una  de las característica de la “marginalidad urbana avanzada” nos dice queen este tipo de pobreza hay una desocialización del trabajo, que implica la pérdida del trabajo formal, con 40 horas delabor y un sueldo que permite vivir decentemente y transmitir el estatus social a los hijos, incrementándose los trabajosde medio tiempo, informales y en los cuales muchas veces no se perciben beneficios formales.Hay una percepción de deterioro del espacio público por parte de los adultos mayores y de interacciones vistas comoconflictivas como la que implica el contacto con otras clases sociales. Como dice Filardo (2007) hay una visiónnostálgica del espacio público, un pasado en el que  todo fue mejor y más seguro.“…la circulación es totalmente anárquica, ya que los diferentes puestos de venta han invadido la plazaadueñándose de su espacio y se ubican sin ningún orden preestablecido de su ocupan todo el espacio disponible dela plaza…” “todo se haya invadido por un comercio tipo feria, con puntos abigarrados y sin conciertoalguno que deslucen y desmerecen lo que podría ser pensado como un gran espacio…” En esta descripción parece rescatado el carácter fragmentario que algunos autores (Schiapira, 2001, p.39) le adjudicana las ciudades actuales, las cuales han sufrido una crisis urbana donde se rompieron las posibilidades de integraciónsocial, estallando multiplicidades de partes perdiéndose de esa manera el carácter homogéneo que durante lamodernidad gozó el espacio público, donde la organización parece ser mas dispersa y menos jerárquica. Quizás en elpedido del placero, que a veces se planteaba como necesidad en el grupo para que controle la plaza este presentecierto intento de volver a darle un carácter más totalizador y ordenado  al espacio público. Orden, simplicidad,organización jerárquica son premisas de la modernidad las cuales se han difundido mediante el disciplinamiento einstituciones tales como la familia, la escuela, el trabajo en nuestra sociedad durante el tiempo que los viejos conquienes compartimos el espacio público crecían.Inclusive esas premisas hacen a lo que se considera bello o no en un espacio público, el orden –el orden loconsidero una construcción ya que el contenido que le podamos dar a este varía de acuerdo al observador- aparece comoalgo deseable, estético, agradable.“Puesto ESTABLE  , hace más de 25 años, dice:"soy el único que pago", me muestra recibos de pago deImpuestos Municipales y de afiliación a BPS...la plaza se ha convertido en un lugar de venta informal, de chorros”“…los puestos que entrevistamos fueron los que tenían cierta formalidad…” La estabilidad de los objetos, de las personas, de sus identidades, de los  ocupaciones y de los espacios  tambiénresponden a lógicas modernas donde las partes que constituían las cosas tenían que permanecer incambiadas. Y dondetambién los deberes del ciudadano, los contratos adquiridos deberían ser respetados sin alteraciones. Sin embargo lacomplejidad que ha adquirido el mundo, el entramado del cual formamos parte y producimos nos enfrenta antesprocesos que varían, donde lo fluido hace acto de presencia. Si pensamos los espacios públicos como unidadescomplejas nos daremos cuenta de lo entretejido de sus interacciones, de las nuevas configuraciones que surgen de losvínculos que se van estableciendo  y de las diversas formas siempre en movimiento que van apareciendo en sudinámica.Bauman (2000) al hablar de la época en la que nos encontramos utiliza la metáfora de lo fluido y lo líquido que adiferencia de lo sólido no conserva fácilmente su forma. Al momento de describir las plazas y la actividades de algunosvendedores se insistía en su carácter de informal y se elegían los formales para poder realizarle una entrevista. Lo queparece molestar en el espacio público a los adultos mayores es lo informal con su carácter de cambiante, pasajero,anárquico, los vendedores que “se ubican sin ningún orden preestablecido” . Si dejamos de pensar elespacio público de modo analítico, simplificador, conformado de partes estables y tomamos la metáfora de red que nospropone el pensamiento complejo para pensar las unidades múltiples quizás contemos con otra perspectiva máscercana a los fenómenos que hoy se nos presentan y nos interrogan en el espacio público”….Las redesdinámicas son fluidas pueden crecer, reconfigurarse y transformarse, son ensambles autorganizados que se hacen alandar…son de carácter heterarquico o adhocratica ya que toda configuración es un resultado ad hoc de losencuentros…”.(Najmanovich:2007)El espacio público como tal es complejo ya que tiene dimensiones materiales, físicas, sociales, culturales, que se

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anudan dando lugar a su devenir. Pertenece a sociedades que también poseen una realidad entretejida, diversa, la cualya no podemos pensar desde la homogeneidad y la simplicidad si queremos comprenderla y vincularnos enella. “…de noche es otro mundo, se apropian de la plaza los marginados...(aunque duermen también dedía)””…no hay lugares para el adulto mayor adecuados para poder disfrutar del espaciopúblico”…la seguridad es poca se convive con gente de mal vivir…””….la plaza seha transformado en un lugar de venta informal, con chorros conocidos a la vista…””….la plazame comentó una vecina es propicio para la reunión de muchachos ,la mayoría ajenos al barrio y en ese momento estabanahí preparando actividades directivas…” “…hace tiempo que la gente no va a esa plaza por lapersona que vivía ahí…parece que ahora se enfermo y ahora la plaza está más limpia. Aquí podemos ver como vendedores informales, personas en situación de calle y  jóvenes son evaluados como peligrososnuevamente ,donde no queda muy clara las fronteras entre ellos, ya que el marginal puede vivirse como delincuente yviceversa, proceso que también suele ocurrir con las más jóvenes. Según Fabiana Espindola (2007) en la sociedaduruguaya impera un discurso dominante que asigna a los pobres y jóvenes un potencial mayor de delincuencia ypeligrosidad que otras poblaciones. Y este estigma opera aún con mayor fuerza en los sujetos que reúnen ambascondiciones. Me parece oportuno señalar que los jóvenes a los que se hacen referencia en el registro ni siquiera sonconsiderados del barrio, quizás para diferenciarse, que ellos sigan siendo ellos –otros- y el“nosotros” que hace a la identidad del barrio pueda mantenerse.Los sujetos en situación de calle no solo parecen incomodar a los adultos mayores por la posible peligrosidad que podríanimplicar sino por la transformación estética que sufre el espacio público con su presencia. La limpieza, la conservación deespacios verdes y naturales, y el orden parecen ser rasgos que los adultos mayores consideran como estéticos yagradables a la hora de elegir un espacio público a disfrutar.”Es una plaza bonita…amplia…tiene unentorno lindo de casas y tranquilo…dicen que van niños y mayores…muy limpia…con un entorno verde,precioso hasta tiene un casal de teros …pasto cortado….hay casas bajas muy lindas con jardines alalrededor…es un lindo entorno..”  También se puede pensar considerando esta última oración y otroscomentarios surgidos en las reuniones una vinculación entre lo natural, lo bueno y la belleza habiendo una idealización detales características y su consideración a la hora de evaluar un espacio público como deseable.Para continuar pensando…Unas de las principales hipótesis que me puede formular a partir de retomar los registros y los materiales teóricos a los quetuve acceso, fue las dificultades de integración en el espacio público por parte de los viejos, no respondía solamente aser segregados por otros sino también porque ellos mismos excluían a otras poblaciones y se autoexcluían.En esos procesos de exclusión que se dan en los espacios público, este deja de tener un carácter tan nítido de libreacceso para convertirse paradójicamente y al mismo tiempo en privado. Para esto se utilizan diversas estrategias como ladiagramación de territorios transitables por diferentes edades y grupos sociales al igual que una negociación horaria.La exclusión del espacio público por parte de los viejos principalmente hacia lo jóvenes sobre todo los pobres-pues seconsideran más peligrosos-y que estos vivan como conflictivos sus encuentros con los adultos mayores en el espaciopúblico convierte tal proceso en un problema generacional. Problema generacional vinculado a estereotipos de lo quesignifica se jóvenes o viejos y de las actividades que se deben desarrollar desde tales edades. Por lo tanto me parecesumamente importante el seguir explorando las representaciones que poseen entre sí para poder generar y habilitarespacios de integración.También se excluye a los más marginados socialmente, por seguridad como en el caso anterior pero a esto se suma alefecto antiestético que según los adultos mayores tienen estos sobre los espacios públicos al convertir por ejemplo lasplazas en sus hogares.Estoy de acuerdo en considerar  esta generación de adultos mayores son una generación bisagra (Amorin D, Berriel F,Carril E, Güida C, Paredes M, Pérez R:2006 p.56)  en el sentido de ir viviendo su vejez entre un modelo imperante alrespecto y la posibilidad de ir pensando nuevas formas de ir siendo adultos mayores (Envejecimiento Activo).Me gustaría relacionar esta coexistencia de modelos de envejecimiento con también la coexistencia de dos paradigmas, el modernobajo el que se crecieron y educaron y otras lógicas que vienen de las mano de los cambios sociales que se vansucediendo y que los ha cuestionado las premisas bajo las que vivían ,lógicas más complejas y abordables quizásdesde otros planteos paradigmáticos. Esto se plasma en las diversas maneras de pensar el espacio público, formasque llegan hasta ser contradictorias inclusive.Me parece necesario e importante el potenciar la participación, la integración y el intercambio entre diferentes edades en elespacio público, ya que puede haber un enriquecimiento colectivo al igual que en el caso de los adultos mayoresrepercutiría en evitar ciertas vulnerabilidades vinculadas a la falta de lazos sociales y vinculares que debilitan su calidadde vida. Este trabajo trató de colaborar de alguna manera en tal sentido.Notas i) Durante ese año fui integrante del grupode investigación en calidad de pasante del Servicio de Psicología de la Vejez (SPV)  ii)Las representaciones socialesdesde la teoría de  Moscovici se podrían pensar como las explicaciones de la realidad que se construyen en los procesosde comunicación y pensamiento social, y que juegan un papel esencial sobre cómo la gente piensa y organiza su vidacotidiana.Ellas incluyen contenidos afectivos, cognitivos y simbólicos cuya función es orientar conductas, formas decomunicación tanto en las relaciones interindividuales como entre los grupos sociales  iii)Henry David Thoreau  iv)Fragmentos del registro de la primera reunión con el grupo  de CICAM  v)Fragmentos del registro de la primera reunióncon el grupo de CICAM  vi)Calles del centro de la ciudad de  Montevideo.  vii)Fragmento de observación de plaza del BPS (Banco de Previsión Social) de Montevideo  realizada por una integrantede CICAM perteneciente al grupo de investigación sobre espacios públicos.  viii)Fragmento de observación de la plaza del BPS realizada por una integrante de CICAM perteneciente al grupo de

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Page 6: Procesos de exclusión desde y hacia la vejez en el espacio público.

investigación sobre espacios públicos ix) Mantengo las mayúsculas con la que escribió la integrante del grupo la palabra estable ya que creo que con eso setrató de jerarquizar tal condición.  x)Fragmento de registro de reunión con grupo de CICAM.  xi)Fragmento de registro de reunión con el grupo de CICAM  xii)Fragmento del registro de una  observación a la PlazaZitarrosa y Medellin –(Montevideo)  xiii)Fragmento del registro de una  observación a la plaza Del Salvador (Montevideo) realizada por una integrante deCICAM perteneciente al grupo de investigación sobre espacios públicos.Bibliografía1. Amorin D, Berriel F, Carril E, Güida C, Paredes M, Pérez R (2006) Proyecto Género y generaciones. Montevideo.Trilce. 2. Bauman Z (2000) Modernidad Liquida. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica de Argentina.3. Berriel F, Pérez Robert. (2006) Imagen del cuerpo y producciones de sentido. 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