Prevención del abuso de alcohol y el conducir bajo estado de embriaguez en estudiantes...
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¹ Auxiliar de Investigación Programa FIESTA II UPR Recinto de Río Piedras
Prevención del abuso de alcohol y el conducir bajo estado de embriaguez en
estudiantes universitarios : Programas de educación a pares
Joeidy Lizanette Flores-Rivera¹
Resumen
El abuso en el consumo de alcohol y el
conducir bajo los efectos de bebidas
embriagantes es una de las principales causas
de muerte en la población joven de nuestro
país. Esto es un gran problema de salud
pública, ya que las sustancias psicoactivas, en
especial el alcohol, es consumida en gran
medida por los jóvenes universitarios.
Estudios revelan que el comienzo en el
consumo de alcohol se hace cada vez más
tempranamente, aumentando así, tanto el
riesgo de continuar hasta la vida adulta con
este comportamiento como el de morir a una
edad temprana a causa de un choque de
tránsito por manejar bajo los efectos del
alcohol.
Este artículo es una contribución a la
búsqueda de entender las dimensiones de un
asunto que afecta a distintos niveles de la
vida estudiantil: disminuye el rendimiento
académico, acrecienta problemas de
depresión, contribuye a la deserción
universitaria, y según literatura científica al
respecto, está asociado al riesgo de
embarazos no deseados, consumo de drogas,
choques de tránsito y lesiones personales
físicas y psicológicas.
Se encuentran diferencias marcadas respecto
al género, ya que los hombres muestran una
mayor tendencia al abuso de alcohol
(Londoño, 2004), lo que hace que estos se
encuentren bajo un grupo de alto riesgo en un
sinnúmero de consecuencias que puede traer
este comportamiento. Esto evidencia que no
todos los consumidores son iguales y que es
preciso que al momento de planificar grupos
y programas de prevención se tome en
consideración el tipo de población que se
pretende impactar, y de igual forma que la
manera en que se va a llevar el mensaje sea
una asertiva y efectiva.
Palabras Claves:
PROGRAMAS DE PREVENCIÓN,
EDUCACIÓN A PARES, CONSUMO DE
ALCOHOL, CONDUCIR BAJO LOS
EFECTOS DEL ALCOHOL, ABUSO DE
ALCOHOL, JÓVENES UNIVERSITARIOS.
Introducción
El presente trabajo recoge una breve reflexión
sobre la importancia de los programas de
prevención sobre el abuso de alcohol en
jóvenes universitarios. Además, se incluye la
presentación del rol de la educación a pares
dentro del campus universitario, que no es
más que jóvenes universitarios educando a
sus compañeros y la forma en que estos
llevan el mensaje de prevención a la
comunidad universitaria en general. También
se incluye la discusión de algunas claves para
la acción preventiva del abuso en el consumo
de alcohol dirigida a la población
universitaria, a fin de que se diseñen e
instrumenten dichos programas de
prevención.
Consumo de alcohol y tendencia a
conducir bajo estos efectos en estudiantes
universitarios
¹ Auxiliar de Investigación Programa FIESTA II UPR Recinto de Río Piedras
El alcohol es una de las sustancias adictivas
con unos niveles de prevalencia más altos
alrededor de todo el mundo, tanto en jóvenes
como en adultos (Graña, 1994). Los jóvenes y
estudiantes universitarios hacen un consumo
excesivo del mismo.
En ocasiones nos preguntamos porque la
admisión a una institución universitaria
influye en el cambio de comportamientos en
los jóvenes, dentro de esto el consumo
excesivo de alcohol. El ingreso y la
permanencia en la universidad se convierten
en una etapa de crecimiento personal y de
búsqueda intelectual que resulta también en el
desarrollo de la identidad (Brown, 1985).
Aunque generalmente tanto la familia como
las instituciones universitarias fomentan un
desarrollo saludable, muchos universitarios
pueden presentar en ciertos casos una crisis
de identidad que probablemente a su vez
origine desórdenes en el comportamiento,
rebeldía, consumo o abuso de alcohol y
drogas, entre otros, esto sin dejar de
mencionar la llamada “presión de grupo” que
tan presente está dentro de esta población
joven. En la transición de la adolescencia a la
edad adulta en la que se encuentran los
jóvenes universitarios, la búsqueda de
gratificaciones y satisfacción inmediata es
reevaluada para dar paso al desarrollo de
valores con implicaciones a largo plazo (Rice,
2000). Esto sin dejar de mencionar la
diferencia en el entorno en el que antes se
encontraban con la realidad a la que se
enfrentan cuando tienen la oportunidad de
fomentar su propia independencia y de tomar
sus propias decisiones.
La etapa del desarrollo de la mayoría de los
estudiantes universitarios está caracterizada
por la necesidad de independencia,
experimentación con nuevos
comportamientos “adultos” y sentimiento de
invulnerabilidad que se pueden convertir en
promotores de la ingesta de bebidas
alcohólicas (Burkey & Stephens, 1999). No
obstante, en la decisión de consumo en forma
de expectativas positivas, por ejemplo la
percepción del alcohol como reductor de
ansiedad y un facilitador social; y la
percepción de no poseer otras estrategias para
reducir la ansiedad (Burkey & Stephens,
1999). La expectativa de que el consumo de
alcohol puede ser un tipo de afrontamiento
eficaz, es decir, la creencia de que el
consumo de alcohol es un modo eficaz y
apropiado de hacerle frente a la tensión, el
estrés y otras situaciones personales, puede
convertirse en un factor de mantenimiento
importante de la conducta de beber. Los
jóvenes que presentan depresión, ansiedad u
otras emociones negativas pueden intentar
superarlas usando drogas legales e ilegales
(Londoño, García, Valencia & Vinaceia,
2005).
Las razones principales que “dan pie” al
consumo de alcohol en los estudiantes
(Londoño, et al, 2005):
1. Situaciones personales
a. Emociones desagradables
b. Problemas en general
c. Problemas familiares
d. Problemas sentimentales
e. Situaciones académicas
f. Malestar físico
g. Prueba de auto-control
h. Necesidad o urgencia por
consumir alcohol
i. Etc.
2. Situaciones que involucran a terceras
personas
a. Conflictos con compañeros
b. Presión social
c. Socialización con otros
d. Etc.
¹ Auxiliar de Investigación Programa FIESTA II UPR Recinto de Río Piedras
El consumo de alcohol por parte de jóvenes
universitarios ocurre a la vista de todos, sin
que la cuestión aparezca con mucha
frecuencia en las discusiones públicas, ya que
es uno de los factores, aunque no el único que
favorece el consumo es la cercanía de los
bares y discotecas a los centros universitarios.
El consumo de alcohol es, a pesar de la
tolerancia cultural y legal que lo rodea, un
problema de salud pública, como lo ha
reconocido la Organización Mundial de la
Salud (OMS, 2008).
La relación entre el alcohol y los choques de
tránsito es bien conocida. De manera general,
se estima que el conducir bajo los efectos del
alcohol es responsable del 30-50% de los
choques de tránsito con víctimas mortales, del
15 al 35% de los que causan lesiones graves,
y del 10% de los que no causan lesiones.
Está perfectamente demostrado que el alcohol
deteriora marcadamente la función
psicomotora y la capacidad para conducir con
seguridad. Quizás uno de los efectos más
importantes, es que el alcohol aumenta el
tiempo de reacción, es decir, aumenta el
tiempo que tarda la persona, después de
percibir plenamente las sensaciones y/o
recibir información, en decidir qué debe hacer
y cuándo actuar.
Este produce un efecto de sobrevaloración de
la persona dando lugar a una mayor seguridad
en sí mismo. Esto unido al deterioro de las
funciones cognitivas, de lo que a veces el
conductor no es consciente, ocasiona un
mayor riesgo al conducir un automóvil bajo
estos efectos.
Los jóvenes, por distintas circunstancias
(conductores inexpertos, consumos elevados
los fines de semana, conducta desinhibida,
etc.) son particularmente vulnerables. Se
estima que el riesgo relativo de sufrir un
accidente mortal en los conductores con
niveles de alcohol en sangre de 80 mg/100 ml
es máximo entre los jóvenes de 16-17 años
(165 veces) y entre los de 18-19 años (70
veces) (Brown, 1985).
Muchos de los estudiantes universitarios
consideran que “janguear” y “beber” es parte
de su cultura y de la vida estudiantil. El
disfrutar, salir con amistades, ir a la playa,
asistir a eventos y festivales, etc. sin consumir
alcohol inusualmente está dentro de sus
opciones. También la llamada “presión de
grupo” lleva a algunos a adoptar conductas
que no necesariamente son las que prefiere,
pero que por ser aceptado por sus compañeros
y/o amistades las termina realizando.
En el año 2005 hubo un total de 202 muertes
fatales por causa del alcohol, de estas el 26%
de las víctimas se encontraban entre las
edades de 16 a 24 años. Para el 2007 el total
de muertes fatales por alcohol fue de 193 y de
estos el 30% se encontraban entre las edades
de 16 a 24 años. De igual forma, en el 2009
del total de muertes fatales por alcohol (138),
el 24% de las víctimas se encontraban entre
estas edades.
Según datos provistos por la Comisión para la
Seguridad en el Tránsito y la División de
Tránsito de la Policía de Puerto Rico, del
1999 al 2009 se reportaron 2,113 muertes
fatales por causa del alcohol en nuestras
carreteras. De este alcohol el 25% de las
víctimas fueron jóvenes entre las edades de
16 a 24 años.
Cabe señalar, que la mayoría de estas
muertes fatales ocurrieron durante los fines
de semana, teniendo lugar el 17% los viernes,
25% los sábados y el 30% los domingos.
¹ Auxiliar de Investigación Programa FIESTA II UPR Recinto de Río Piedras
Para efectos de este trabajo podemos
interpretar estas cifras del modo siguiente:
que los jóvenes de este grupo de edad (16 a
24 años) que como se menciona
anteriormente están más expuestos al
consumo de alcohol, a esto se le añade que es
durante el fin de semana que acostumbran a
salir fuera de sus hogares, mayormente a
establecimientos donde se consumen bebidas
embriagantes y de donde salen a altas horas
de la madrugada, muchas veces con un alto
por ciento de alcohol en la sangre a conducir
un vehículo de motor para estar de regreso a
sus hogares, lo cual lamentablemente en
algunos casos desencadena en estas muertes
fatales, quitándole la vida también en
ocasiones a personas inocentes.
Prevención
El hecho de que personas que pertenezcan al
mismo grupo de edad se comuniquen mejor
con los demás de su grupo, es una sencilla
cuestión de sentido común. Es perfectamente
natural que las personas que comparten los
mismos intereses se entiendan mejor entre sí.
En la esfera de la prevención del consumo y
abuso de alcohol entre los jóvenes, existen
otros factores que refuerzan el carácter
apropiado de la comunicación entre pares.
Como la mayor parte de los jóvenes, por
definición, no reúnen las condiciones
necesarias para ocupar puestos de poder en la
sociedad, se estiman a sí mismos sujetos a la
autoridad. Este tipo de diferencias de poder
dificultan la comunicación entre adultos y
jóvenes y, de igual manera, es la igualdad de
la situación de poder entre los jóvenes lo que
explica el éxito de la comunicación de pares.
Se proponen campañas de tipo positivo que
permitan generar en el joven otras
alternativas de diversión, facilitar o favorecer
habilidades específicas de autocontrol y
socialización para lograr un mejor
desenvolvimiento y poder controlar así las
presiones que tienen frente al consumo.
Se buscan mecanismos de persuasión más
amigables. Los jóvenes prefieren que estos
programas de prevención sean desarrollados
por los propios estudiantes, porque ellos
mismos saben lo que les motiva. El mensaje
de prevención llevado entre pares es en este
sentido más efectivo que de cualquier otra
forma.
Estas campañas deben involucrar el entorno
familiar, escolar y los entes públicos. La
realidad es que una nueva ley más estricta, no
evitaría nunca el consumo de manera total
mientras no se actúe al mismo tiempo sobre
las variables culturales que tienen un proceso
de transformación más lento. Es por esto que
nuestro objetivo es diseñar programas de
prevención que tengan por delante el reto de
transformar esta información en programas
con resultados eficaces.
¹ Auxiliar de Investigación Programa FIESTA II UPR Recinto de Río Piedras
Para comprender la agudización del problema
del abuso de alcohol es preciso incluir,
además otras explicaciones basadas en las
condiciones propias de la adolescencia y en
los problemas familiares, la indudable falta de
formación especializada de quienes diseñan e
implementan las acciones de prevención y el
bajo presupuesto destinado para este fin. La
aplicación de estrategias con poco soporte
teórico, sin seguimiento de los resultados
obtenidos hace que la falla de los programas
que buscan la disminución del consumo de
alcohol desafortunadamente sea una
constante.
Conocemos de antemano que a pesar de que
los efectos del alcohol en la salud de una
persona no son precisamente positivos, la
decisión de consumirlo o no es estrictamente
personal. Es importante que los programas de
prevención de las instituciones universitarias
traten de concienciar al estudiante sobre tales
efectos, pero enfatizando en los efectos que
esta conducta “personal” puede tener sobre
otras personas. Es aquí donde entra el rol de
programas de prevención en seguridad vial
como el que nosotros manejamos. El
compromiso real del programa para con el
estudiante es la clave para el éxito del mismo.
Lo primero que se debe considerar es la
necesidad de la población atendida, tomando
en cuenta también el entorno en el que
desenvuelve la misma. De igual forma la
utilización de estrategias innovadoras van a
ayudar al acercamiento de la comunidad
universitaria con los pares que trabajan el
área de prevención.
El mensaje que se lleve debe ser claro y
preciso si se pretende lograr el
reconocimiento de los jóvenes. En el caso de
nuestro programa se lleva el mensaje de
prevención con el tema de la seguridad vial,
tratando de influenciar en la concienciación
de que consumir alcohol y conducir bajo
estado de embriaguez es una mezcla fatal,
con los lemas desarrollado por la Comisión
para la Seguridad en el Tránsito (CST), “Si
bebes, no guíes” y “Guiar borracho es un
crimen, serás arrestado”.
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Recuperado el 21 de noviembre de 2010
en http://www.who.int/whr/2004/es.
Rice, P. (2001). Adolescencia: Desarrollo,
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Hall.