1ª Sesión de Trabajo Académico para el Consejo Técnico

Educación Primaria Ciclo Escolar 2012-2013

El enfoque formativo de la evaluación en el aula y la

Cartilla de Educación Básica

¿Cuál es la realidad? • La evaluación ha sido interpretada como sinónimo de “medida”.

• Lo que se intenta al evaluar, es medir la cantidad de conocimientos que poseen los alumnos.

• Los alumnos estudian para aprobar.

• Las familias se preocupan de la situación de aprendizaje de sus hijos cuando éstos reprueban.

• Cuando evaluamos solemos hacerlo para detectar lo negativo: errores de aprendizaje.

• En la evaluación tradicional, la regulación del aprendizaje se considera que la lleva a cabo fundamentalmente el docente, ya que es a él a quien se le otorgan las funciones de detectar las dificultades y los aciertos del alumnado, analizarlos y tomar decisiones.

• Sin embargo, está comprobado que sólo el propio alumno puede corregir sus errores, dándose cuenta de por qué se equivoca y tomando decisiones de cambio adecuadas.

• La función del profesorado se debería centrar, pues, en compartir con el alumnado este proceso evaluativo. No es suficiente que el que enseña “corrija” los errores y “explique” la visión correcta, debe ser el propio alumno quien se evalúe, proponiéndole actividades con este objetivo específico. Esta evaluación es la que se llama evaluación formativa.

San Martí, Neus (2007), Diez ideas clave, evaluar para aprender, Ed. Graó. Barcelona.

¿Qué significa evaluar para aprender?

Obtener evidencias, elaborar juicios y brindar retroalimentación sobre los logros de aprendizaje de los alumnos a lo largo

de su formación.

Tomar decisiones que permitan mejorar el desempeño de los

estudiantes.

Propósito

Reto

Condiciones para la evaluación formativa

Realizar seguimiento y crear oportunidades de aprendizaje.

Hacer modificaciones en la práctica para que se logren los aprendizajes esperados.

Brindar retroalimentación a los alumnos a lo largo de su formación.

Comprender cómo potenciar los logros y enfrentar las dificultades.

Acompañar la calificación con una propuesta de mejora.

Compartir con alumnos y padres o tutores, los criterios de evaluación.

Al evaluar, conviene

preguntarse

Referentes

Recursos

• ¿cómo voy a constatar lo que aprendieron?

• ¿qué haré cuando identifique debilidades en mis alumnos?

• Aprendizajes esperados

• El desempeño del alumno

• Observación

• Producciones de los alumnos

• Exámenes

• Auto y coevaluación

¿Qué características habrá que considerar en las estrategias de evaluación?

• Promuevan el aprendizaje.

• Involucren al alumno en su propia evaluación y le permitan evaluar sus acciones y aprendizajes en distintos contextos.

• No actúen como un control del profesor sobre lo que los alumnos hacen y cómo lo hacen.

• Favorezcan la reflexión de los alumnos acerca de sí mismos y de sus metas.

El recuadro para señalar el nivel de desempeño que el alumno logró en cada asignatura, es el primer apartado de la cartilla de educación básica que da cuenta de la evaluación formativa. La valoración que implica es cualitativa y debe ser resultado del registro que el docente elabora en diferentes momentos, durante el desarrollo del trabajo en el aula.

Apartados de la cartilla que requieren de la evaluación formativa.

Este es el segundo apartado de la Cartilla de Educación Básica vinculado a la evaluación formativa. Puede utilizarse al concluir los bloques II, III o IV. Es resultado del seguimiento que el docente realiza sobre el desempeño del alumno y su intención es detectar el rezago escolar de manera temprana para ofrecer oportunidades de mejora que eviten la reprobación.

El tercer apartado asociado a la evaluación formativa, es el dedicado a describir los apoyos requeridos. Complementa el uso del apartado anterior, aunque puede utilizarse aún cuando la promoción del alumno no esté en riesgo. Describe una propuesta de mejora elaborada por el docente, en la que deben sumarse los esfuerzos de la escuela y la familia.

En este apartado, la evaluación formativa se expresa a través de comentarios sobre aspectos que no se relacionan exclusivamente con las asignaturas, sino con las actitudes del alumno o circunstancias de su entorno familiar que dificultan o pueden fortalecer su aprendizaje.

La valoración de la competencia lectora requiere de un enfoque formativo de la evaluación desde el que se reconozca el nivel de avance de los alumnos y se les apoye para superar las dificultades.