Necesito superar muchos tormentos aún, muchos dolores y rencores que aún viven en mí ser, la limpieza no está del todo concretada, y posiblemente nunca lo esté, porque mi desechada naturaleza siempre estará en contacto con el pecado. Cada momento le fallo a Dios, a sabiendas y a no sabiendas.

Hay odios que no he superado, frustraciones que no han sido desechas. Sé que Dios dice que ya estando con Él, todo pasado de nosotros no le interesa más, pero odio pensar que no he superado muchas cosas aún. Necesito que Dios me libere de esas podridas cadenas que me atan a los mismos pecados de mi pasado, quiero ser libre. Quiero amar y respetar a los demás, anhelo de un poco de su sabiduría, que… Me limpie de todo vestigio de maldad.

Ayúdeme Señor, ya no quiero estar tan vacía.

Lléneme de su compañía, quiero primeramente amarlo a Usted, y después podré amar a los demás. Por favor, inunde mi alma de amor, que es lo que más necesito.

Amén.