Práctica 4.

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Mª Ángeles Hernández Bellod 1 Práctica 4 Analiza las diapositivas que se presentan a continuación desde el punto de vista formal, iconográfico, estilístico, material y contextual: 1) Santa María de Tahüll (pintura) La obra a comentar se trata de la pintura al fresco realizada en el ábside de Santa María de Tahull, alrededor del siglo XII, por un autor anónimo, dentro del periodo estilístico del románico catalán, cuando las pinturas formaban parte de la decoración inferior de la Iglesia y recubrían todos sus muros. Esta pintura se encontraba inicialmente en el ábside de esta iglesia, en el Pirineo Catalán, en el valle del Boi, pero posteriormente esta pintura al fresco fue trasladada al Museo de Arte de Cataluña donde se encuentra actualmente. Puesto que es una pintura al fresco, podemos decir que el material es la piedra con enlucido de cal y arena y enlucido para la pintura. En esta obra, encontramos, en la parte central y principal, a la Virgen como trono de Dios (de frente, en posición sedente y con Dios niño encima), rodeados ambos por la mandorla mística. El Cristo niño, sostiene el pergamino de la Ley en la mano izquierda y bendice con la derecha. A los lados de la Virgen encontramos a los 3 Reyes Magos, haciendo sus ofrendas a Dios. Concretamente, Melchor se encuentra a la derecha de la Virgen, realizando una breve genuflexión y, Gaspar y Baltasar a su izquierda, identificados cada uno por las cartelas que se situan a sus pies. Sobre sus cabezas aparecen las estrellas del relato evangélico, las cuales guiaron a los tres Reyes Magos hasta Jesús. Debajo de este conjunto principal, encontramos, bajo una galería de arcos, las figuras de algunos santos. Todo este conjunto, tendría un sentido decorativo (recubre las paredes del ábside central de la Iglesia) así como docente, pues en el románico, las pinturas en las Iglesias servían como medio de comunicación de las Sagradas Escrituras a la mayoría de población analfabeta. En cuanto al análisis formal de la obra, lo primero que debemos destacar, es que se trata de una obra figurativa, pues, tal y como hemos descrito, podemos reconocer todos los elementos que aparecen en misma (la Virgen, Jesús niño, los Reyes Magos, etc.). Asimismo, los colores son planos, separadas por líneas negras de grandes trazos, predomianando entre ellas, las líneas verticales, acentuando con ello, la sensación de elevación y misticismo de la obra. Los colores más frecuentes son: azules, verdes, rojos y amarillos, es decir, vemos un equilibrio entre colores fríos y cálidos, para remarcar así una ausencia de sentimiento en la obra. Por su parte, La luz es prácticamente uniforme, pues todo el ábside está iluminado de igual forma. Todos estos elementos (colores, líneas, luz etc.), acentúan la planitud de la obra, planitud que también viene remarcada por la elaboración del espacio. Aunque podemos decir que los colores planos se complementan con trazos blancos, para indicarnos el plegado de las telas o dar sensación de volumen en las figuras, esta sensación no es realista (pues la figura,

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Práctica 4

Analiza las diapositivas que se presentan a continuación desde el punto de vista

formal, iconográfico, estilístico, material y contextual:

1) Santa María de Tahüll (pintura)

La obra a comentar se trata de

la pintura al fresco realizada en el

ábside de Santa María de Tahull,

alrededor del siglo XII, por un autor

anónimo, dentro del periodo estilístico

del románico catalán, cuando las

pinturas formaban parte de la

decoración inferior de la Iglesia y

recubrían todos sus muros. Esta pintura

se encontraba inicialmente en el ábside

de esta iglesia, en el Pirineo Catalán, en

el valle del Boi, pero posteriormente esta pintura al fresco fue trasladada al Museo de Arte de

Cataluña donde se encuentra actualmente. Puesto que es una pintura al fresco, podemos

decir que el material es la piedra con enlucido de cal y arena y enlucido para la pintura.

En esta obra, encontramos, en la parte central y principal, a la Virgen como trono de Dios

(de frente, en posición sedente y con Dios niño encima), rodeados ambos por la mandorla

mística. El Cristo niño, sostiene el pergamino de la Ley en la mano izquierda y bendice con la

derecha. A los lados de la Virgen encontramos a los 3 Reyes Magos, haciendo sus ofrendas a

Dios. Concretamente, Melchor se encuentra a la derecha de la Virgen, realizando una breve

genuflexión y, Gaspar y Baltasar a su izquierda, identificados cada uno por las cartelas que se

situan a sus pies. Sobre sus cabezas aparecen las estrellas del relato evangélico, las cuales

guiaron a los tres Reyes Magos hasta Jesús. Debajo de este conjunto principal, encontramos,

bajo una galería de arcos, las figuras de algunos santos. Todo este conjunto, tendría un

sentido decorativo (recubre las paredes del ábside central de la Iglesia) así como docente, pues

en el románico, las pinturas en las Iglesias servían como medio de comunicación de las

Sagradas Escrituras a la mayoría de población analfabeta.

En cuanto al análisis formal de la obra, lo primero que debemos destacar, es que se trata

de una obra figurativa, pues, tal y como hemos descrito, podemos reconocer todos los

elementos que aparecen en misma (la Virgen, Jesús niño, los Reyes Magos, etc.). Asimismo,

los colores son planos, separadas por líneas negras de grandes trazos, predomianando entre

ellas, las líneas verticales, acentuando con ello, la sensación de elevación y misticismo de la

obra. Los colores más frecuentes son: azules, verdes, rojos y amarillos, es decir, vemos un

equilibrio entre colores fríos y cálidos, para remarcar así una ausencia de sentimiento en la

obra. Por su parte, La luz es prácticamente uniforme, pues todo el ábside está iluminado de

igual forma. Todos estos elementos (colores, líneas, luz etc.), acentúan la planitud de la obra,

planitud que también viene remarcada por la elaboración del espacio. Aunque podemos decir

que los colores planos se complementan con trazos blancos, para indicarnos el plegado de las

telas o dar sensación de volumen en las figuras, esta sensación no es realista (pues la figura,

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como hemos dicho, es plana). Asimismo, hay una ausencia de perspectiva: el fondo es plano,

formado por franjas de colores poco realistas. Lo que se observa, es una jerarquización de

personajes por el tamaño de las figuras, según la importancia de las mismas (por ello, la Virgen

y Jesús niño son las figuras de mayor tamaño). Asimismo, la anatomía de las figuras es plana,

sencilla y poco realista. En la parte inferior, hay un intento del autor de situar las figuras en

espacios arquitectónicos con arcos y colulmnas. Para finalizar el análisis formal, vemos que la

composición sigue el esquema convencional de las pinturas románicas: figura principal (Virgen

con Jesús) en el centro y de mayor tamaño, falnqueada por otras figuras de menor tamaño (en

este caso, los Reyes Magos a los lados y los santos a sus pies). En la composición predomina la

simtría y el geometrismo de las líneas verticales de los personajes y las líneas horizontales de

las franjas del fondo.

Por último, debemos destacar que los elementos de esta obra guardan un significado.

Jesús niño, aparece entronizado en el regazo de la Virgen, para indicar que Cristo vino a través

de ella. Ambos se encuentran envueltos en una mandorla mística, símbolo del resplandor

divino. A sus lados se encuentran los Reyes Magos, representados con sus atributos (corona y

capas cortas), los cuales representan el univesalismo de Cristo (los tres Reyes representaban

los continentes que se conocían en aquel momento). Asimismo, los Reyes Magos tienen otro

significado: las edades del hombre (jueventud, madurez y vejez), para remarcar la obediencia a

Dios a lo largo de toda la vida del hombre.

2) El intruso, Equipo crónica

La obra a comentar se trata

de la obra “El intruso”, realizada en

1969, por el Equipo Crónica. El

Equipo Crónica es el grupo artístico

más representativo del Pop Art en

España (movimiento artístico en el

que se encuadra la obra) y estaba

formado, en un principio por

Manuel Valdés, Rafael Solbes y Juan

Antonio Toledo, quien abandonará

pronto el grupo y que, estuvo en

activo, entre 1965 y 1981.

Actualmente, la obra se encuentra

en la sala Parpalló del Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MuVIM), en

Valencia.

Concretamente, en esta obra, observamos que el Equipo crónica se sirve de “El

Guernica” de Picasso, para reinterpretarlo a través de las formas del Arte Pop e introduciendo

en el centro de la obra de Picasso, un intruso, un héroe medieval con anitfaz y en clara

posición de lucha, con la espada levantada.

En cuanto al análisis formal, lo primero que debemos destacar es que se trata de una obra

figurativa pues reconocemos las imágenes que se representan en la obra: tanto los elementos

de el Guernica de Picasso (caballo, toro, humanos, lámpara, etc.) como el héroe medieval

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introducido por el Equipo Crónica. En cuanto al dibujo y a las líneas, predominan los trazos

relativamente gruesos y, concretamente, en el intruso, predominan las líneas diagonales, para

aumentar la sensación de agitación e inquietud del mismo. Esta sensación y la sensación de

movimiento, se ve incrementada con las líneas curvas de los elementos del Guernica. En

cuanto a los colores, vemos que en la obra predomina el blanco y negro, presente en la obra

de Picasso (para representar el dominio de la muerte y los horrores durante la guerra) y el

rojo, marrón (colores cálidos) y azul (color frío) en el intruso. En cuanto a la luz, vemos que

predomina una luz focal y poco realista: la luz procede de la lámpara que pintó Picasso en el

centro superior de la obra y de la parte izquierda de la obra, provocando fuertes claroscurso

en la obra, sobre todo en las partes de color negro, estando, sin embargo, el intruso bien

iluminado. La textura del cuadro parece ser lisa y suave, sin tener una gran cantidad de

pintura.

En cuanto a la configuración del espacio, vemos que las figuras de la obra de Picasso no

tienen volumen, sino que son formas irreales y planas, mientras que el intruso, presenta

gruesas sombras negras en su vestimenta para simbolizar los pliegues y crear la sensación de

volumen. Sin embargo, no es una figura muy realista, pues el equipo crónica sigue las formas

iconográficas de los cómics. Por su parte, para representar la profundiad, el equipo crónica no

se sirve de ningún estudio de perspectiva. La obra de Picasso es plana, sin perspectiva ni

volumen, por ello, el equipo crónica, para crear la sensación de profundidad, utiliza la

superposición de planos: así, encontramos en el primer plano, al personaje de Picasso

tumbado de forma horizontal en el suelo, ocupando casi la totalidad de la base de la obra.

Detrás de este personaje estaría el intruso (pues su pie derecho está por detrás del personaje

tumbado) y, en la parte trasera del cuarto, detrás del intruso, estaría el resto de la obra.

Finalmente, en cuanto a la composición, podemos decir que la composición del Guernica de

Picasso es equilibrada, pues las figuras se organizan en un eje triangular situado en la parte

central, dando así, a pesar del predominio de líneas curvas de sus personajes, sensación de

equilibrio a la obra. Sin embargo, este equilibrio se rompe con la presencia del intruso, el cual

presenta una composición diagonal que nos aporta una sensación de inestabilidad.

Para finalizar, podemos profundizar en el significado de la obra. El equipo crónica, se está

sirviendo de uno de los lienzos más influyentes y relevantes del siglo XX, el Guernica, para

reinterpretarlo a través de las formas del arte Pop. Concretamente, el dramatismo y violencia

del cuadro bélico de Picaso, se fusionan con la ironía y el humor del Pop Art, empleando el

recurso del cómic. Vemos que en el cuadro, un intruso, ha irrumpido de repente en la obra de

Picasso. Concretamente, se trata del Guerrero del Antifaz, héroe medieval, protagonista de la

colección de tebeos que alcanzó enorme popularidad durante la España de los años cuarenta.

Este héro que, espada en mano, arrasa con aquello que se interpone en su camino, podría ser

una alusión clara al franquismo y a la represión franquista, a las que el equipo crónica se

oponen totalmente. Vemos por tanto que, el Equipo Crónica, presenta una marcada

preocupación social que le llevará a convertirse en cronista de los hechos sociales, culturales y

políticos que sacudían el país en aquella época, realizando obras como la que aquí analizamos

y, además, realizando sus obras en serie y de forma “anónima” (sin ningún autor concreto, sino

en nombre del grupo). Vemos, por tanto, que las intenciones del arte realizado por el Equipo

Crónica, pueden encontrarse en el nombre del propio grupo: por una parte critica el

tradicional individualismo artístico y apuesta por un arte colectivo, en equipo y de forma

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anónima y, por otra, es crónica de una realidad, realizando una crítica social y política del

momento, mediante un lenguaje que procede de la cultura visual de la sociedad, para hacer

reflexionar al espectador.

3) Gattamelta, Donatello

La obra a comentar se trata de la

escultura Gattamelata, realizada en

bronce por Donatello entre 1444 y

1453, dentro del estilo renacentista

italiano, concreramente, del

Quattrocento. Actualmente la obra se

encuentra en la plaza del Santo en

Padua. La obra, pese a estar situada en

un lugar público, fue encargada por una

iniciativa privada, concretamente, por el

hijo del representado, que quería

glorificar a su padre, Erasmo de Narni,

condottiero (o mercenario) de la

república véneta, más conocido como

Gattamelata (gata melosa) por su astucia y picardía, en un monumento conmemorativo-

funerario (temática propia del renacimiento italiana, de exaltación de un personaje público de

la época).

Concretamente, en esta obra vemos una escultura ecuestre, a la manera de los antiguos

emperadores romanos, donde el capitán mercenario avanza, mirando desafiante al frente,

vestido a la antigua y montado sobre un gran caballo. Porta además en su mano, el bastón de

mando y viste con el uniforme y la espada que testifican su profesión. Toda la obra se levanta

sobre un gran podio.

En cuanto al análisis formal, lo primero que debemos destacar es que se trata de una

escultura exenta de bulto redondo y de tipo figurativo, concretamente, se trata de una

estatua ecuestre, en la que, como hemos dicho, se representa a un hombre victorioso sobre

su caballo. Es una escultura novedosa para su época, puesto que desde la antigüedad romana,

no se habían vuelto a realizar esculturas ecuestres de gran tamaño, inspirándose Donatello

para realizarla, en el único ejemplo que quedaba: la escultura de bronce de Marco Aurelio en

Roma. Como hemos avanzado, la escultura se realizó en bronce fundido, donde el resultado

final es una superficie lisa y fina.

La escultura presenta una postura equilibrada y erguida, así como un gran detallismo. El

jinete presenta una gran serenidad en su cuerpo, al igual que el caballo que, pese a estar

simulando movimiento, no rompe con la serenidad. A pesar de esta serenidad, vemos que el

movimiento es dinámico, los personajes de la escultura imitan un movimiento real,

movimiento que viene dado por el bastón de mando que el personaje tiene en la mano

derecha, la pata levantada del caballo y la cabeza de éste girada hacia la izquierda. A pesar de

eso, la composición es equilibrada, se mueve dentro de una misma línea cerrada, pues el autor

emplea elementos, como el que la pata levantada del animal se apoye sobre una bola, para

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cerrar el controno y crear sensación de equilibrio. Es por tanto una composición pausada sin

elementos exagerados ni elementos que den sensación de movimientos bruscos o violentos.

Sin embargo, pese al equilibrio o lentitud que parece tener el caballo, la sensación que

proporciona la escultura al espectador es de victoria, de un hombre exitoso en sus batallas. En

cuanto a la luz, vemos que ésta es bastante uniforme, sobre todo en el caballo, pues no

presenta importantes claroscuros, a excepción del torso del mercenario y en el cabello y cola

del caballo, para acentuar así, la veracidad de la obra.

Por su parte, en cuanto al análisis del retrato del condottiero, podemos decir que éste

presenta un rostro serio y decidido. Además, aunque no tiene facciones muy realistas, vemos

el rostro de un hombre maduro, experimentado y con determinación en la batalla. Está vestido

a la romana, con una coraza en la que se aprecia un relieve con elementos clásicos. Aunque se

inspira en los elementos del arte clásico para la realización de la escultura (algo propio del

Renacimiento), hay elementos, como el rostro del personaje o el tamaño del mismo, que no

siguen las reglas y proporciones clásicas, pues, por ejemplo, el personaje presenta un tamaño

muy pequeño, en comparación con el caballo o su rostro no es realista, ya que el artista lo

realiza para transmitir las sensaciones que a él le interesan y no para buscar la idealización.

Finalmente, en cuanto a la aproximación de su significado, debemos resaltar de nuevo el

hecho de que se trate de un monumento conmemorativo (para exaltar a un personaje

público)-funerario. La importancia de esta obra reside en que es de los primeros retratos

ecuestres realizados después de la Antigüedad clásica, siendo así una obra novedosa e

impactante para la sociedad del momento, tomándose como referencia para muchas obras

posteriores. Además, su significado debemos encuadrarlo dentro del Renacimiento, donde el

valor de lo heroico y la gloria se configuraban relacionados con la ostentación pública, dando

así gran importancia al individuo, a diferencia de la imagen que se tenía de éste en la Edad

Media. Por ello, el monumento sirve apra retratar al individuo en sí y el papel importante que

éste desempeñaba en la sociedad y para expresar los elementos simbólicos que le rodean,

tales como la virtud, autoridad y gloria de éste; elementos que encontramos en el bastón, por

ejemplo (que remarca la autoridad del representado) o la posición en la que se encuentran

tanto el jinete como el caballo, pues parece que estén haciendo la revisión de las tropas antes

de la batalla.

4) El David, Bernini

La obra a comentar se trata de la escultura de “El

David” de Bernini, realizada en mármol blanco entre 1623 y

1624, dentro del estilo barroco. La obra fue encargada por

el cardenal Scipione Borghese de Roma, cuyo palacio es hoy

la galería Borghese, donde se encuentra esta escultura.

En esta obra encontramos a David, semidesnudo, en el

momento que tensa la cuerda para lanzar la piedra que

matará al gigante Goliat. Por ello, aparece apoyado en

ambas piernas, abiertas al máximo como si parecieran

querer salirse de la peana en la que se apoya y con el pie

izquierdo retrasado respecto al derecho. Asimismo, el

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cuerpo se arquea y se gira hacia atrás violentamente, mientras su brazos tensan la cuerda que

lanzará la piedra.

En cuanto al análisis formal, vemos que es una escultura típicamente barroca. La

escultura muestra un tamaño natural (1,70 m de altura). Se trata de una escultura exenta o de

bulto redondo, figurativa, pues reconocemos el tema y elementos que se representan (el

David, antes de lanzar la piedra a Goliat) y es una estatua, pues el David aparece de cuerpo

entero. Presenta una composición de líneas abiertas, en forma de aspa, que parece proyectar

toda la energía hacia el exterior (tanto los brazos, la posición de las piernas o la mirada de

David, que se dirige hacia un punto fuera de la escultura).

Como hemos dicho, la obra está realizada en mármol blanco, con un magnífico pulido,

quedando así la superficie lisa y con brillo. Además, debemos destacar la forma en que incide

la luz en la misma, pues ésta crea importantes claroscuros, típicos de Bernini, en el torso

girado, en el pelo y en los pliegues de la pequeña túnica que cubre a David, dando así mucha

veracidad y realismo a la misma. Por su parte, en cuanto al movimiento de la misma, podemos

decir que la escultura presenta un movimiento congelado o fotográfico, pues como hemos

dicho, Bernini capta el momento de mayor tensión, el momento en que David tensa la cuerda

para lanzar la piedra que matará a Goliat. Esta tensión se aprecia en cómo retuerce el torso

hacia atrás, con sus músculos tensos y en el rostro de David, con las cejas apretadas y con los

labios apretados. Asimismo, el hecho de que el artista capte un instante de la acción en

desarrollo, provoca que, aunque la obra tenga un punto de vista principal, el espectador se vea

obligado a girar en torno a ella, para poder captar su complejidad compositiva y su

multiplicidad de perspectivas.

Finalmente, debemos destacar también que Bernini, con este tipo de composiciones, en

las que capta un instante de tensión de la acción en desarrollo (el momento de tensar la

cuerda para lanzar la piedra que matará a Goliat), está superando las composiciones estáticas

y serenas de las esculturas renacentistas (donde se captaba el instante posterior o previo de

que David matara a Goliat). Asimismo, Bernini elige a un David adulto, donde prima el realismo

frente a la idealización (como tendríamos en el David de Miguel Ángel, por ejemplo). De esta

manera, David nos aparece como un vulgar pastor, como nos muestra el zurrón de piel que

cruza su pecho. Sin embargo, a los pies esculpe una lira, como símbolo del futuro rey y una

coraza, de la que David no hace uso (pues lleva su torso desnudo), que podría simbolizar la

superioridad de la fe de David, quien, sin protección ni armas, con una simple honda, vence a

la fuerza representada por Goliat.

5) El Partenon, Atenas

La obra a comentar es el

edificio de El Partenón,

templo construido en honor a

Atenea Pathenos por Ictinos y

Calícrates, con la supervisión

de Fidias, entre el 447 y 432

a.C.. Está realizado en

marmol, dentro del estilo de

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la arquitectura griega de época clásica, concretamente, dentro del estilo dórico. Se encuentra

en la Acrópolis de Atenas, una colina calcárea en forma de plataforma alargada, que servía

como centro sagrado de la ciudad, en Grecia.

En cuanto al análisis formal, debemos destacar que es una obra arquitectónica de planta

rectangular, orientada de Este a Oeste, de una sola altura, muy elevada, con un tejado de

forma adintelada y cubierta triangular a dos aguas. Se construyó con perfectos sillares de

mármol, a excepción de la cubierta a dos aguas, que sería de madera. Podemos decir, que el

Partenón es uno de los ejemplos más significativos del orden dórico griego. Se trata de un

templo octásilo (8 columnas en cada fachada o lado corto) y períptero (las columnas rodean

todo el edificio, teniendo el doble+1 de columnas en los laterales o lados mayores, es decir,

17). Todo el edificio se asienta sobre una plataforma escalonada o crepidoma (formada por

dos estereóbatos y un estilóbato). Las columnas que rodean el edificio son de gran tamaño y

de estilo dórico: carecen de basa, su fuste está estriado y su capitel de apariencia geométrica y

lisa, está formado por el collarino (la pieza que lo separa del fuste), el equino (de sección

curva) y el ábaco (pieza rectangular sobre la que descansan los elementos superiores).

Por encima de los capiteles de las columnas descansa el entablamento, organizado de

abajo a arriba en tres partes. La primera es un arquitrabe liso; la segunda es el friso,

constituido por triglifos (formados por estrías verticales) y metopas (con decoración

escultórica) que se alternan; y, la tercera, rematando el entablamento, sería una cornisa

saliente respecto a los elementos anteriores. Sobre el entablamento, estaría la cubierta a dos

aguas, la cual permite crear un espacio triangular en ambos lados menores, el frontón, el cual

también estaría completamente decorado con esculturas.

En cuanto a su organización interior, el Partenón está dividido en 3 salas: el pronaos, a

modo de segundo pórtico (originariamente sostenido por 6 columnas); desde aquí se accede a

la naos (rodeada por 24 columnas), aislada del resto del edificio mediante un muro de sillares y

donde, en el centro (o cella) se alojaba una imponente escultura de la diosa Atenea Parthenos,

a quien estaba consagrado el templo. La tercera sala, a la que se accede por la parte trasera

del templo, a través de un pórtico semejante de 6 columnas, sería el opistódomos (donde 4

columnas sostienen la cubierta), que servía para custodiar el tesoro del templo y los objetos de

culto a la diosa.

Finalmente, en cuanto al análisis funcional e iconográfico, debemos destacar que la

función del Partenón era la de ser un templo dedicado a la diosa Atenea Parthenos, la

divinidad protectora por antonomasia de la polis ateniense. Es decir, se trata de un templo

con una función sagrada, de ahí que esté situado en la Acrópolis de Atenas, el centro sagrado

de la ciudad. Debido a esta función, el edificio presenta una gran proporcionalidad propia del

estilo clásico (siguiendo el paradigma del ideario arquitectónico del clasicismo de armonía,

equilibrio y proporción). Todo el edificio se construye siguiendo un canon de proporcionalidad

basado en el número de columnas y la proporción de las medidas del rectángulo (8 columnas

en los lados menores y el doble +1 en los lados mayores). Además, para acentuar la

proporcionalida del mismo, puesto que por sus grandes dimensiones, su proporcionalidad no

sería percibida por el ojo humano, los arquitectos realizaron una serie de reajustes ópticos:

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leve ensanchamiento del fuste en su centro y las columnas están levemente inclinadas hacia el

interior.

Por último, en cuanto a la iconografía, podemos decir que el Partenón presenta una

importante decoración escultórica en sus dos frontones y en las metopas del friso. Los

frontones reproducen los temas del nacimiento de Atenea y la lucha entre ésta y Poseidón. Por

su parte, las metopas representan la capacidad de la polis de Atenas para vencer a sus

enemigos, pues presentan cuatro temas diferentes: la lucha de los atenienses y sus

antepasadaso con amazonas y gigantes (en los lados menores) y la lucha de los atenienses con

centauros y la Guerra de Troya (en los lados mayores). Aunque hoy en día no se conserva, en

su momento, el Partenón y sus esculturas, estuvieron policromadas.

6) Museo Guggenheim, Bilbao

La obra a analizar, se trata del

Mueso Guggenheim de Bilbao,

realizado por el arquitecto

estadounidense Frank Gehry y

siendo uno de los mejores

ejemplos de la arquitectura más

vanguardista del siglo XX (el

edificio representa un hito

arquitectónico por su

configuración y su diseño

innovador).

En cuanto al análisis formal, lo primero que debemos destacar es que presenta una planta

irregular, pues no sigue ninguna figura geométrica concreta. Ghery realiza el Guggenheim

como una gran escultura habitable, con un conglomerado de volúmenes retorcidos e

interconectados, unos de forma ortogonal y otros de volumetría más fluida, curvilínea y

orgánica, de ahí el carácter escenográfico, fluido y lleno de movimiento y de energía del

museo. Además, estos volúmenes se conectan con muros-cortinas de vidrio que dotan de

transparencia a todo el conjunto.

Por su parte, Gehry consigue las formas escultóricas, curvas y llenas de movimiento del

museo, gracias a los materiales que emplea en su construcción. Logra estas formas a través de

un armazón estructural de acero que se cubrirán con planchas de diferentes materiales.

Concretamente, los materiales empleados serían, en primer lugar, la piedra caliza, que cubre

los volúmenes de forma ortogonal y fue elegida por su tonalidad, ya que se funde

perfectamente con el fondo de piedra arenisca de la fachada de la Universidad de Deusto.

Otro material sería el vidrio, en forma de cortinas, que sirve para dar transparencia al

conjunto, pero a la vez, para proteger el interior del calor y la radiación. Finalmente y no

menos importante, el titanio. El arquitecto emplea 33.000 losetas de titanio, mucho más fácil

de moldear, para cubrir los volúmenes y formas con una volumetría fluida, curvilínea y

orgánica (las grandes áreas del edificio). Además, están colocadas a modo de “escamas de

pez”, para provocar un aspecto rugoso (efecto perseguido por el arquitecto) y conseguir así

una mayor sensación de tactilidad y retorcimiento de los volúmenes.

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Podemos decir que el Guggenheim es más que un simple museo, ya que es la primera

obra de arte del mismo, pues supera los límites de la mera arquitectura, puesto que está

realizada como una gran escultura, preparada para albergar otras obras de arte en su interior.

Además, el edificio establece un diálogo con el tejido urbano, pues a pesar de su diseño

completamente innovador, no rompe con los elementos del entorno, sino que se integra en el

tejido urbano: con la autovía y el puente de la Salve y, sobre todo, con la ría de Nervión, y con

el carácter industrial del antiguo puerto, pues la contemplación del propio museo, evoca al

pasado marítimo e industrial de Bilbao.

Para finalizar, podemos decir, que en el interior del museo se distribuyen las salas de

exposiciones. Concretamente son 3 plantas de galerías de varios tamaños conectados por un

sistema de pasarelas curvilíneas suspendidas del techo, puentes, ascensores de cristal y torres

de escaleras que conducen a las salas de exposición. De las galerías, destaca la gran galería, en

la cual se encuentra la obra de Richard Serra La materia del tiempo.