¿Por que decimos que la UBA es antidemocratica?

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Consejo Directivo (de cada facultad) 8 docentes 4 estudiantes 4 graduados La estructura de co-gobierno en la UBA En nuestra universidad las decisiones que atañen a cada una de las facultades se toman en los órganos de “co-gobierno”, es decir, en sus respectivos consejos direc- tivos. Pero en estos consejos, no existe una representación igualitaria docente-estudi- antil-no docentes. Hoy la mitad de los representantes de estos consejos lo ocupa el claustro de profesores, que integran tan sólo el 5% de los docentes, la minoría que está concursada. Es decir, lo que debería ser un derecho para todo docente -voto y salario- es un verdadero privilegio. Por ello el resto de los docentes, para acceder a sus dere- chos, tiene que votar en un claustro de graduados. De este modo, su decisión pierde casi todo su peso, ya que el voto del egresado vale mucho menos que el de un docente. Por otro lado, los 10 mil no-docentes no tienen ningún voto, y los estudiantes tenemos tan sólo 4 de los 16 representantes en cada consejo directivo, siendo clara minoría en estos espacios.La estructura anti-democrática se magnifica aún más si consideramos nuestra representación en el consejo superior o en la asamblea universitaria, donde tenemos 5 representantes de 29 y 57 de 236 (menos del 25%), respectivamente. ¿Por qué decimos que la UBA es anti-democrática?

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Transcript of ¿Por que decimos que la UBA es antidemocratica?

Consejo Directivo(de cada facultad)

8 docentes

4 estudiantes

4 graduados

La estructura de co-gobierno en la UBA

En nuestra universidad las decisiones que atañen a cada una de las facultades se toman en los órganos de “co-gobierno”, es decir, en sus respectivos consejos direc-tivos. Pero en estos consejos, no existe una representación igualitaria docente-estudi-antil-no docentes. Hoy la mitad de los representantes de estos consejos lo ocupa el claustro de profesores, que integran tan sólo el 5% de los docentes, la minoría que está concursada. Es decir, lo que debería ser un derecho para todo docente -voto y salario- es un verdadero privilegio. Por ello el resto de los docentes, para acceder a sus dere-chos, tiene que votar en un claustro de graduados. De este modo, su decisión pierde casi todo su peso, ya que el voto del egresado vale mucho menos que el de un docente.

Por otro lado, los 10 mil no-docentes no tienen ningún voto, y los estudiantes tenemos tan sólo 4 de los 16 representantes en cada consejo directivo, siendo clara minoría en estos espacios.La estructura anti-democrática se magnifica aún más si consideramos nuestra representación en el consejo superior o en la asamblea universitaria, donde tenemos 5 representantes de 29 y 57 de 236 (menos del 25%), respectivamente.

¿Por qué decimos que la UBA es

anti-democrática?

Los beneficiarios del régimen universitario actual

Este régimen de “cogobierno”, que da como resultado el manejo de la Universidad por una minoría, no es casual. Las camarillas que gobiernan la facultad (la de los docentes con privilegios) responden en cada facultad a los intereses que buscan transformar la educación en un negocio, y forman parte de los partidos que defienden esos intereses. El kirchnerismo, la Franja Morada (UCR), el PRO y el Partido Socialista, todos ellos lucran con la UBA. Mientras a nivel nacional se presentan como opositores, en nuestra universidad no dudan en cerrar filas, siempre que el objetivo sean los millonarios negocios de la UBA: la acreditación de las carreras y la consecuente generación de posgrados pagos, la subordinación de nuestra formación a los intereses de las empre-sas que ponen plata, los “recursos propios” del Laboratorio de Idiomas en Filosofía y Letras y el estacionamiento en Sociales, etc. Por eso es que llamamos “camarillas” a estos grupos: porque utilizan un régimen sumamente anti-democrático para perpetu-arse en el poder, imponiéndose sobre toda la comunidad educativa y moldeando la Universidad según lo requieren sus negocios.Pero no sólo se sirven de las estructuras que impuso el estatuto universitario de 1958: estas camarillas también se sirven de la represión policial (asambleas universitarias de 2006, 2009 y seguramente se repita este año) o incluso de la represión “tercerizada”: las patotas de APUBA, la burocracia sindical no-docente, o barrabravas como los que golpearon recientemente a los estudi-antes de Ciencias Exactas en la elección de decano. Tampoco dudan en violar la autonomía universitaria, ya sea recurriendo a la policía o haciendo las elecciones en el Congreso Nacional. Por eso, no sólo importan las formas con las que la UBA se gobier-na sino también al servicio de quién está. No luchamos solamente por una reforma del estatuto sino por expulsar a estas camarillas cuyos intereses son opuestos a los que hacemos la universidad día a día.

¿Cómo nos afecta esta situación a los estudiantes?

La otra cara de la moneda la vivimos los estudiantes y trabajadores: la falta de presu-puesto, becas y de edificios en condiciones, el vaciamiento de planes de estudio, el arancelamiento de materias (al pasarlas del grado al posgrado), la persistencia del trabajo ad-honorem (gratuito) y la tercerización, la falta de concursos (o su arreglo sucio a la medida de algunos “acomodados”) son sólo algunas de las muestras de la precariedad con la que convivimos todos los días.

Dado que, como hemos mostrado antes, no tenemos posibilidad alguna de revertir esta situación desde los órganos de “co-gobierno”, la única salida efectiva para combatir estos programas de negocio y ajuste ha sido y sigue siendo la lucha y la movi-lización. Sólo así logramos en el 2006 que Alterini, el ex funcionario de la dictadura, no asumiera como rector de la UBA. Y desde ese año no sólo no ha cesado nuestro recla-mo por la democratización de la UBA sino que la gestión, que prometió reformarla, no avanzó nada en este sentido, mostrando lo hipócrita de su promesa.

La lucha por la democratización ya empezó

Esta lucha ya la comenzamos a dar como movimiento estudiantil, y es importante recordarlo. No sólo desarrollamos importantes movilizaciones en 2006 y 2009 contra la Asamblea Universitaria, sino que durante este año en diversas facultades manifesta-

mos nuestro rechazo en las elecciones de decanos.

En Exactas, Filo, Psico y Sociales llevamos adelante movilizaciones y tomas para denunciar el carácter antidemocrático de los órganos de cogobierno y la forma en que se elige decanos en nuestras facultades. Sin embargo, hay que decirlo: no logramos impedir tales designaciones de autoridades (incluso en Sociales la elección se realizó fuera de las instalaciones de la facultad y tras un cordón policial, con perros de ataque y todo), por lo que nuestras medidas resultaron más bien un repudio ante lo ya consu-mado. No descartamos, sin embargo, la importancia de estas medidas, que han posibilitado que muchos más compañeros discutamos el problema de la democra-tización. La instancia que nos faltó como movimiento estudiantil fue una asamblea interfacultades para poder coordinar estas luchas, para poder desarrollarlas aún más y

que no queden en meras manifestaciones de rechazo.

En este sentido, consideramos problemático el rol de la FUBA en este conflicto. No sólo no hubo instancias de articulación propuestas desde la federación sino que la conduc-ción de la misma desconoció los mandatos de varias asambleas de intentar interrumpir la elección de consejeros superiores. Si bien luego la correlación de fuerzas no fue favorable para desarrollar tal medida, esto en parte se debió al propio accionar del PO como principal conducción de la FUBA (en acuerdo con IS) y la actitud abstencionista del PTS, quienes se tiraron para atrás en esta cuestión por ocurrir dos días antes de las elecciones legislativas a nivel nacional. Sin embargo, al mismo tiempo repudiamos el accionar de la Mella, que vistiéndose de rojo (ahora que no tiene nada que perder) promueve una falsa radicalización de la lucha que, sin ofrecer un programa ni un plan de acción claros, sólo pretende debilitar al movimiento estudiantil para hacerse un

lugar dentro de la propia rosca de las camarillas.

Realizar un balance de lo sucedido hasta ahora resulta vital para poder continuar la lucha por la democratización, aclarando el rol que jugó cada fuerza, cuál es nuestra

situación actual como movimiento estudiantil y las tareas que tenemos por delante.

Hacia el 5 de diciembreLo que se vivió en todas las facultades, la elección de decanos a espaldas de la comuni-dad educativa que se movilizó para repudiarlas, ahora nos toca vivirlo como universi-dad toda. El 5 de diciembre la Asamblea Universitaria (la suma de todos los consejos directivos más el Consejo Superior, otro riñón del régimen anti-democrático) intentará elegir por los próximos cuatro años a la máxima autoridad, el rector. Es un secreto a gritos que el candidato de las camarillas es Alberto Barbieri, decano de Ciencias Económicas y uno de los hombres más importantes de la Franja Morada, paladín de la privatización de la educación que incluso metió ¡un banco! dentro de la facultad que dirige. Pero lo importante no es el nombre ni la fuerza política en particular: en todo caso, Barbieri expresa el acuerdo al que el amplio abanico de fuerzas políticas necesitó arribar para garantizarse su continuidad al mando de nuestra universidad.

Los beneficiarios del régimen universitario actual

Este régimen de “cogobierno”, que da como resultado el manejo de la Universidad por una minoría, no es casual. Las camarillas que gobiernan la facultad (la de los docentes con privilegios) responden en cada facultad a los intereses que buscan transformar la educación en un negocio, y forman parte de los partidos que defienden esos intereses. El kirchnerismo, la Franja Morada (UCR), el PRO y el Partido Socialista, todos ellos lucran con la UBA. Mientras a nivel nacional se presentan como opositores, en nuestra universidad no dudan en cerrar filas, siempre que el objetivo sean los millonarios negocios de la UBA: la acreditación de las carreras y la consecuente generación de posgrados pagos, la subordinación de nuestra formación a los intereses de las empre-sas que ponen plata, los “recursos propios” del Laboratorio de Idiomas en Filosofía y Letras y el estacionamiento en Sociales, etc. Por eso es que llamamos “camarillas” a estos grupos: porque utilizan un régimen sumamente anti-democrático para perpetu-arse en el poder, imponiéndose sobre toda la comunidad educativa y moldeando la Universidad según lo requieren sus negocios.Pero no sólo se sirven de las estructuras que impuso el estatuto universitario de 1958: estas camarillas también se sirven de la represión policial (asambleas universitarias de 2006, 2009 y seguramente se repita este año) o incluso de la represión “tercerizada”: las patotas de APUBA, la burocracia sindical no-docente, o barrabravas como los que golpearon recientemente a los estudi-antes de Ciencias Exactas en la elección de decano. Tampoco dudan en violar la autonomía universitaria, ya sea recurriendo a la policía o haciendo las elecciones en el Congreso Nacional. Por eso, no sólo importan las formas con las que la UBA se gobier-na sino también al servicio de quién está. No luchamos solamente por una reforma del estatuto sino por expulsar a estas camarillas cuyos intereses son opuestos a los que hacemos la universidad día a día.

¿Cómo nos afecta esta situación a los estudiantes?

La otra cara de la moneda la vivimos los estudiantes y trabajadores: la falta de presu-puesto, becas y de edificios en condiciones, el vaciamiento de planes de estudio, el arancelamiento de materias (al pasarlas del grado al posgrado), la persistencia del trabajo ad-honorem (gratuito) y la tercerización, la falta de concursos (o su arreglo sucio a la medida de algunos “acomodados”) son sólo algunas de las muestras de la precariedad con la que convivimos todos los días.

Dado que, como hemos mostrado antes, no tenemos posibilidad alguna de revertir esta situación desde los órganos de “co-gobierno”, la única salida efectiva para combatir estos programas de negocio y ajuste ha sido y sigue siendo la lucha y la movi-lización. Sólo así logramos en el 2006 que Alterini, el ex funcionario de la dictadura, no asumiera como rector de la UBA. Y desde ese año no sólo no ha cesado nuestro recla-mo por la democratización de la UBA sino que la gestión, que prometió reformarla, no avanzó nada en este sentido, mostrando lo hipócrita de su promesa.

La lucha por la democratización ya empezó

Esta lucha ya la comenzamos a dar como movimiento estudiantil, y es importante recordarlo. No sólo desarrollamos importantes movilizaciones en 2006 y 2009 contra la Asamblea Universitaria, sino que durante este año en diversas facultades manifesta-

mos nuestro rechazo en las elecciones de decanos.

En Exactas, Filo, Psico y Sociales llevamos adelante movilizaciones y tomas para denunciar el carácter antidemocrático de los órganos de cogobierno y la forma en que se elige decanos en nuestras facultades. Sin embargo, hay que decirlo: no logramos impedir tales designaciones de autoridades (incluso en Sociales la elección se realizó fuera de las instalaciones de la facultad y tras un cordón policial, con perros de ataque y todo), por lo que nuestras medidas resultaron más bien un repudio ante lo ya consu-mado. No descartamos, sin embargo, la importancia de estas medidas, que han posibilitado que muchos más compañeros discutamos el problema de la democra-tización. La instancia que nos faltó como movimiento estudiantil fue una asamblea interfacultades para poder coordinar estas luchas, para poder desarrollarlas aún más y

que no queden en meras manifestaciones de rechazo.

En este sentido, consideramos problemático el rol de la FUBA en este conflicto. No sólo no hubo instancias de articulación propuestas desde la federación sino que la conduc-ción de la misma desconoció los mandatos de varias asambleas de intentar interrumpir la elección de consejeros superiores. Si bien luego la correlación de fuerzas no fue favorable para desarrollar tal medida, esto en parte se debió al propio accionar del PO como principal conducción de la FUBA (en acuerdo con IS) y la actitud abstencionista del PTS, quienes se tiraron para atrás en esta cuestión por ocurrir dos días antes de las elecciones legislativas a nivel nacional. Sin embargo, al mismo tiempo repudiamos el accionar de la Mella, que vistiéndose de rojo (ahora que no tiene nada que perder) promueve una falsa radicalización de la lucha que, sin ofrecer un programa ni un plan de acción claros, sólo pretende debilitar al movimiento estudiantil para hacerse un

lugar dentro de la propia rosca de las camarillas.

Realizar un balance de lo sucedido hasta ahora resulta vital para poder continuar la lucha por la democratización, aclarando el rol que jugó cada fuerza, cuál es nuestra

situación actual como movimiento estudiantil y las tareas que tenemos por delante.

Hacia el 5 de diciembreLo que se vivió en todas las facultades, la elección de decanos a espaldas de la comuni-dad educativa que se movilizó para repudiarlas, ahora nos toca vivirlo como universi-dad toda. El 5 de diciembre la Asamblea Universitaria (la suma de todos los consejos directivos más el Consejo Superior, otro riñón del régimen anti-democrático) intentará elegir por los próximos cuatro años a la máxima autoridad, el rector. Es un secreto a gritos que el candidato de las camarillas es Alberto Barbieri, decano de Ciencias Económicas y uno de los hombres más importantes de la Franja Morada, paladín de la privatización de la educación que incluso metió ¡un banco! dentro de la facultad que dirige. Pero lo importante no es el nombre ni la fuerza política en particular: en todo caso, Barbieri expresa el acuerdo al que el amplio abanico de fuerzas políticas necesitó arribar para garantizarse su continuidad al mando de nuestra universidad.

Asamblea Universitaria

Consejo Superior

13 decanos5 docentes5 estudiantes5 graduados

+ todos los consejeros

directivos de las 13 facultades

Lo único que se opone a este régimen de camarillas es la movilización independiente de estudiantes y trabajadores; no va más el humo de los decanos “progres”, que mien-tras se visten de pueblo en los medios oficialistas, recortan la educación y atacan a los estudiantes que nos organizamos para defenderla. Por eso también las agrupaciones estudiantiles kirchneristas han salido a respaldar la elección de decanos y a demonizar a los estudiantes que quieren “desestabilizar” al gobierno nacional y popular. El gobierno nacional está metido hasta el codo en los negocios de la UBA y aunque quiera mostrarse como algo distinto a Franja Morada, llevando incluso su propio candidato, van a convivir y hacer negocios en conjunto como han venido haciendo durante toda la “década ganada”.

Por eso, tenemos que ir todos a la Asamblea Interfacultades del próxi-mo miércoles 13 de noviembre a las 19hs en la sede de MT de la facultad de sociales. Tenemos que discutir entre todos los estudiantes de la UBA qué plan de lucha vamos a desarrollar este mes que nos queda hasta la Asamblea Universitaria, culminando con una masiva movilización para interrumpirla. Sólo rechazándola e interrumpiendo la sesión, lograremos disputar de hecho el poder de la universidad mostrando que ellos no pueden seguir gobernando a espaldas de todos. Creando una asamblea paralela (como plantea el PO por ejemplo) no se pone en jaque tal situación. Tene-mos que evidenciar que este régimen antidemocrático no va más y que somos los que hacemos día a día la universidad, estudiantes y trabajadores,

los que tenemos que gobernarla.