Por mi raza hablará el EspÍritu Santo

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POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU SANTO La importancia del cristianismo en la raza cósmica de Vasconcelos Esteban Malaquias Chávez Estado de México, México. Diciembre de 2013 [email protected]

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Por mi raza hablará el EspÍritu Santo

La importancia del cristianismo en la raza cósmica de Vasconcelos

“Como principio absoluto podemos decir que donde haya todavía hogares, verdaderos hogares, cristianos por lo tanto,

ahí hay patria, ahí hay nación”

-Salvador Abascal Infante-

Introducción

Esteban Malaquias Chávez

Estado de México, México. Diciembre de [email protected]

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El Maestro de las Américas, Don José Vasconcelos, es uno de los más grandes y

originales pensadores de México y América; hombre que incursiono en amplios

campos culturales desde la obra literaria hasta el actuar político, desde el derecho

hasta la filosofía.

La vida de este filosofo tiene grandes matices, así como datos históricos

indispensables para comprender la primera mitad del siglo XX, a causa de su vida

llena de viajes, pues ya desde niño intercalaba sus instancias entre Estados

Unidos de América y su patria natal; posteriormente, gracias a sus cargos

políticos, viajaría por casi todos los países de América, haciéndole alto impacto el

Brasil y la Argentina.

A su vez, la educación sería para él punto clave para la formación del

hombre y la nación, por lo que ocuparía el cargo de Secretario de Educación, así

como el de rector de la universidad nacional, a la cual dejaría como legado su

escudo y su frase, que hasta el día de hoy portan. Y es en este emblema donde

proyecta su pensamiento y sus ideas, que en forma de libro han quedado

plasmadas en su obra más conocida: La raza cósmica, base del presente ensayo,

donde Vasconcelos nos dice: “Es tesis central del presente libro que las distintas

razas del mundo tienden a mezclarse cada vez más, hasta formar un nuevo tipo

de humano, compuesto con la selección de cada uno de los pueblos existentes”1.

Además de su actuar político, sus constantes viajes, su ideal educativo y

demás factores, es necesario contemplar el cristianismo, pues Vasconcelos,

aunque no sea ejemplo de vida cristiana cual santo, estuvo marcado por el mismo

y lo podemos observar a lo largo de su obra, a tal grado que también queda

inmortalizado, aunque de manera implícita, en el escudo de la Universidad

Nacional Autónoma de México.

Los motivos del escudo

Aunque La raza cósmica es publicada en 1925, el pensamiento de un autor no se

limita a la fecha de edición, este se forma con los años e inclusive con las

1 Asociación Nacional de Libreros, México, 1983, p.7

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décadas, y no deja de desarrollarse con su publicación. En Vasconcelos, esto es

evidente pues un año después de la publicación de su obra más conocida, daría

tres conferencias no tan conocidas en la Universidad de Chicago, que nombraría

con el título: “The Latin American Basis of Mexican Civilization” y que serían

publicadas, junto con conferencias de Manuel Gamio, por la misma universidad,

bajo el nombre de Aspects of Mexican Civilization, y que en español serían

traducidos como La otra raza cósmica2. Estos opúsculos son reflejo y

complemento de la obra que el Maestro de las américas publicó un año antes.

De igual manera, El 27 de Abril de 1921, Vasconcelos daría un discurso con

motivo del nuevo escudo para la Universidad Nacional, donde también plasmaría

su pensamiento:

Considerando que a la universidad Nacional corresponde definir los caracteres de la cultura mexicana, y teniendo en cuenta que en los tiempos presentes se opera un proceso que tiende a modificar el sistema de organización de los pueblos, substituyendo las antiguas nacionalidades, que son hijas de la guerra y la política, con las federaciones que constituidas a base de sangre e idioma comunes, lo cual va de acuerdo con las necesidades del espíritu, cuyo predominio es cada día mayor en la vida humana, y a fin de que los mexicanos tengan presente la necesidad de fundir su propia patria con la gran patria hispanoamericana que representará una nueva expresión de los destinos humanos; se resuelve que el escudo de la universidad Nacional consistirá en un mapa de la América Latina con la leyenda: “POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU”; se significa en este lema la convicción de que la raza nuestra elaborará una cultura de tendencias nuevas, de esencia espiritual y libérrima. Sostendrán el escudo un águila y un cóndor apoyado todo en una alegoría de los volcanes y el nopal azteca3

El escudo es pues una representación visual de la raza cósmica, pues de la

raza de la cual habla es la quinta, la de bronce, la total, la universal. Y no sólo se

trata de un mapa de Iberoamérica y la representación gráfica del territorio

mexicano, tierra de volcanes, así como las raíces y expresiones naturales de las

2Editorial Almadía S.C., Oaxaca, 2010.3 VASCONCELOS, José. Textos una antología general. SEP/UNAM, México, 1982, p. 115.

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civilizaciones mestizas en el águila como recuerdo del México legendario y en el

cóndor la epopeya de las patrias hermanas del continente, pues al hablar de

espíritu quería también hacer presente su cristianismo, como el mismo lo aclarará

en un discurso pronunciado ante la confederación nacional de estudiantes:

Había que comenzar dando a la escuela el aliento superior que le había mutilado el laicismo, así fuese necesario para ello burlar la ley misma. Esta nos vedaba toda referencia a lo que, sin embargo, es la cuna y la meta de toda cultura; la reflexión acerca del hombre y su destino frente a Dios. Era indispensable introducir en el alma de la enseñanza el concepto de la religión, que es conocimiento obligado de todo pensamiento cabal y grande. Lo que entonces hice equivale a una estratagema. Usé de la vaga palabra espíritu, que en el lema significa la presencia de Dios, cuyo nombre nos prohíbe mencionar, dentro del mundo oficial, la Reforma protestante que todavía no ha sido posible desenraizar de las Constituciones del 57 y del 17. Yo sé que no hay otro espíritu válido que el Espíritu Santo; pero la palabra santo es otro de los términos vedados por el léxico oficial del mexicano. En suma, por espíritu quise indicar lo que hay en el hombre de sobrenatural y es lo único valioso por encima de todo estrecho humanismo y también, por su puesto, más allá de los problemas económicos que son irrecusables pero nunca alcanzarían a normar un criterio de vida noble y cabal4.

El lema es por lo tanto, el ambicioso deseo de que nuestra raza mestiza

figure en el mundo. Nuestra herencia cultural que va desde el alma helénica, la

roma, el judaísmo, el cristianismo, y la fusión de cada uno de los pueblos que han

conformado las naciones hermanas de Iberoamérica, se han expresado con los

grandes hombres y mujeres, símbolo no sólo de nuestros pueblos sino de la

cultura universal: Aquino, Alighieri, El Cid Campeador, Isabel la Católica, Hernán

Cortés, Cuauhtémoc, Amado Nervo, Sor Juana, Rubén Darío, Alamán, José Martí,

etc., no solo la sangre, sino también la herencia cultural y religiosa, que

compartimos todos los países miembros de la patria grande de Hispanoamérica,

es la raza: “Raza es, en suma, todo lo que somos por el espíritu”5.

Y si aún quedará duda del sentir cristiano de Vasconcelos, que impregna el

lema, él mismo nos afirma: “No hay, por lo mismo, dualidad entre mi posición

francamente cristiana de entonces. Que consta en declaraciones públicas que ya

en aquella época rasgaban el convencionalismo partidista, y mi posición de ahora,

4VASCONCELOS, José. En el ocaso de mi vida. POPULIBROS “LA PRENSA”, México, 1957, páginas XXII-XXIII.5 Ibídem, p. XXVI.

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que sostiene la necesidad de encauzar el desarrollo social dentro de las normas

estrictas del Evangelio interpretado por las Encíclicas”6.

Es, pues, evidente que el pensamiento de Vasconcelos con respecto a la

raza cósmica, tal y como fue su actuar político, está impregnado a lo largo de

todos sus actos, mas concretizado en su libro homónimo a su teoría. Y es está

teoría la que “le abrió las puertas al Doctorado Honoris Causa de casi todas las

universidades de América del Sur y su figura quedó reconocida como la de

<<Maestro de América>>”7.

¿Qué es la raza cósmica?

Más allá del súper-hombre nietzchiano o el selecto de Darwin a nivel social,

la raza cósmica nos presenta la síntesis de la humanidad, dividida en cuatro razas,

tomando las mejores cualidades de cada una de ellas, sin exceptuar ninguna. En

palabras de Vasconcelos y a manera de definición:

Significa una estirpe nueva, de síntesis, integral, definitiva, matriz, una quinta raza que funde o fusiona a todas las demás precedentes, al negro, al indio, al mongol y al blanco, hecha con el genio y con la sangre de todos los pueblos, más capaz de verdadera paternidad y de visión universal (...)” (Vasconcelos, 1948: 30). En Iberoamérica surgirá y consumará la unidad por el triunfo del amor fecundo y la superación de todos los divisionismos habidos a lo largo de la historia de la humanidad. “Los pueblos llamados latinos, por haber sido más fieles a su misión divina de América, son los llamados a consumarla. Y tal fidelidad al oculto designio es la garantía de nuestro triunfo” (Vasconcelos, 1948: 27).

El término fue acuñado por José Vasconcelos (1882-1959) y desarrollado

ampliamente en su obra La raza cósmica (1925) para designar la raza futura, como producto del mestizaje históricamente emprendido por los latinos, en actitud contraria a la de los sajones quienes han tratado de evitar mezclarse con otras para no perder su pureza. La pugna entre latinidad, representada por castellanos y portugueses, y sajonismo, formado por británicos y holandeses, conlleva dos concepciones antagónicas de instituciones, de propósitos y de ideales.

Mientras las otras razas han pretendido ejercer y mantener una supremacía cada una en diferentes épocas de la humanidad explotando a las demás por diferentes

medios, la cósmica mediante la educación y la cristiandad promoverá el amor y la

6 Ibídem, p. XXVII.7 IBARGÜENGOITIA, Antonio. Suma Filosófica Mexicana, Editorial Porrúa, México, 2006, p.181.

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armonía, generando así una fuerza vital que le dará una superioridad no lograda por ninguna otra estirpe hasta la fecha.8

Mejor definido no puede quedar esta idea filosófica que también es

enunciada con otras nombres tales como raza de bronce, quita raza o raza total

que es la síntesis última y definitiva de negros, amarillos, rojos y blancos. Síntesis

cultural y racial que se presenta como utopía, entendida como ampliación de

horizontes, que tal vez nunca se alcance plenamente, pero que siempre llama a

nuevas realizaciones. Realizaciones que se han de llevar a cabo en todo el mundo

pero con centro y guía en el Trópico.

¿Dónde se asentará la raza cósmica?

Vasconcelos fue un hombre de constantes travesías por todo Occidente y

principalmente América, como lo deja ver en sus Notas de viaje, segundo apartado

de su obra más conocida, en la cual nos habla de su predilección por las zonas

sudamericanas de Brasil y Argentina, en las cuales se asentara Universópolis, la

ciudad de la quinta raza; aunque también otros nombres suenan como Venezuela,

Ecuador, Perú y Bolivia, lo que vislumbra es un dominio del clima a partir de la

técnica, la cual puede ser aporte de la raza blanca para la instauración de la raza

total, pero en dado caso de que la utilice para mantener el predomino que hasta

hoy ha mantenido por su “pureza racial” será Anglotown la que buscará el

predominio sobre el resto del mundo, en vez de predicar el amor y la educación.

Pero si bien es cierto que el Trópico será la basé de la nueva raza, pues

quien domine los trópicos será la raza ama del futuro, la visión de Vasconcelos

con respecto al territorio de América se torna cuadripartita:

Entonces tenemos, como mapa realizado para motivos laborales, las cuatro zonas distintivas, las cuatro zonas culturales del Nuevo Mundo: (1) la zona norteamericana, anglosajona, compuesta por las tierras bajas de Estados Unidos y Canadá; la altiplanicie o Sierra Madre, la meseta andina de clima templado y poblaciones mixtas indo-españolas; (3) la zona tórrida o tropical, que incluye a Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico, además de la costa de México y Centroamérica, y los calientes países bajos de Venezuela y Colombia, con la

8 Vocablo Raza Cósmica. Diccionario de Filosofía Latinoamericana, alojado en: http://www.cialc.unam.mx/pensamientoycultura/biblioteca%20virtual/diccionario/raza_cosmica.htm consultado el 03/10/2013

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inmensa zona sin explorar del Amazonas y el Orinoco; (4) y más al sur, las tierras bajas latinas de Argentina y Brasil.9

Aunque esta división es territorial, existe también otra espiritual, que

podemos definir como mapa del Alma de América, el cual sólo tiene dos

divisiones: (1) Estados Unidos y Canadá, y (2) Todos los demás países hispanos

desde México hasta el Brasil y la Argentina.

Es pues el territorio importante para Vasconcelos en tal medida que la

misma arquitectura y estética de los hombres abandonará el hasta ahora

predominio anglosajón para mirar a lo hispano. Y esto se notara en las relaciones

sociales, y en la célula de la sociedad: el matrimonio, que buscara la belleza y la

emoción como regla primordial de elección.

A pesar que la raza cósmica ha de instaurarse en Iberoamérica bajo las

leyes de la emoción, la belleza y la alegría, no consentimos la idea de que los feos

no procrearán10 como consecuencia de las leyes mencionadas, más allá de ello,

pensamos que la fealdad no tendrá cuna en la mezcla de razas porque el

horizonte estético se abrirá de tal manera que la visión con la que consideramos lo

feo o hermoso, ya que esta visión se ha generado a partir del predominio

anglosajón como menciona en La otra raza cósmica: “Esta aspiración hacia el

criterio blanco de belleza podría ser una de las consecuencias del hecho de que la

raza blanca es predominante en la actual era histórica”11.Aun así, recalcamos que

las razones por las cuales anuncia una desaparición de la fealdad son porque, en

el advenimiento de la raza cósmica, desaparecerán las calamidades que hacen a

la gente fea: la pobreza, la educación defectuosa, la escasez de tipos bellos y la

miseria. Y por otro lado el predominio y los días de poder de la raza blanca están

contados, como lo estuvieron los de las anteriores razas.

¿Cómo se instaurará la raza cósmica?

Todas las razas, cada una en su momento de dominio y cumbre, han

fundamentado ideológicamente su poderío, Los anglosajones con el positivismo.

9 La otra raza cósmica, op. Cit., p.5010Cfr. La Raza Cósmica, op. Cit., p 38.11 La otra raza cósmica, op. Cit., paginas 67-68.

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Con su tesis Vasconcelos busca una fundamentación de Hispanoamérica, el deus

ex machina –dice él- de su éxito. De tal manera que superemos las ideas

anglosajonas que peyorativamente subyugan a los indios, negros, orientales y

mestizos. Así pues las cuatro grandes razas, la blanca, la roja, la negra y la

amarilla, encontraran punto de reunión en los pueblos Iberoamericanos:

La gente que está formando la América hispánica, un poco desbaratada, pero libre de espíritu y con el anhelo en tensión a causa de las grandes regiones inexploradas, puede todavía repetir las proezas de los conquistadores castellanos y portugueses. La raza hispánica en general tiene todavía por delante esta misión de descubrir nuevas zonas en el espíritu, ahora que todas las tierras están exploradas.

Solamente la parte ibérica del continente dispone de los factores espirituales, la raza y el territorio que son necesarios para la gran empresa de iniciar la era universal de la Humanidad”12.

Ahora bien, si se cuenta con los factores raciales y territoriales para

alcanzar la raza de bronce, es necesario un proceso espiritual también. Este factor

“se irá sobreponiendo de esta suerte a las contingencias de lo físico. Por motivo

espiritual ha de entenderse, más bien que la reflexión, el gusto dirige el misterio de

la elección de una persona entre una multitud”13. A su vez éste cuenta con tres

estados que Vasconcelos desarrollaría de la siguiente manera:

a. El material o guerrero: “En el primer estado manda sólo la materia;

los pueblos, al encontrarse, combaten o se juntan sin más ley que la

violencia y el poderío relativo”14.

b. El intelectual o político: “En el segundo periodo tiende a prevalecer la

razón que artificiosamente aprovecha las ventajas conquistadas por

la fuerza y corrige sus errores. Las fronteras se definen en tratados y

las costumbres se organizan conforme a las leyes derivadas de las

conveniencias recíprocas y la lógica; […] En este régimen, la mezcla

de las razas obedece en parte al capricho de un instinto libre que se

12 La Raza Cósmica, op. Cit, paginas 48-49.13 Ibídem, p.34.14 Ibídem, p.35.

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ejerce por debajo de los rigores de la norma social, y obedece

especialmente a las conveniencias éticas o políticas del momento”15.

c. El espiritual o estético: “En el tercer periodo, cuyo advenimiento se

anuncia ya en mil formas, la orientación de la conducta no se

buscará en la pobre razón, que explica, pero no descubre; se

buscará en el sentimiento creador y en la belleza que convence. Las

normas las dará la facultad suprema, la fantasía; es decir, se vivirá

sin norma, en un estado en que todo cuanto nace del sentimiento es

un acierto. En vez de reglas, inspiración constante.

“Y no se buscará el mérito de una acción en su resultado inmediato y

palpable, como ocurre en el primer periodo; ni tampoco se atenderá

a que se adapte a determinadas reglas de razón pura; el mismo

imperativo ético será sobrepujado, y más allá del bien y del mal, en

el mundos del pathos estético, sólo importará que el acto, por ser

bello, produzca dicha. Hacer nuestro antojo, no nuestro deber; seguir

el sendero del gusto, no el del apetito ni el del silogismo; vivir el júbilo

fundado en amor, ésa es la tercera etapa”16.

Estos tres estados no son únicamente teóricos sino que más bien se han

desarrollado a lo largo de la historia humana, por lo que podemos observar que el

estado material o guerrero queda ejemplificado perfectamente con el dominio que

tuvo Gengis Kan; el intelectual o político con el imperio romano bajo la obra de

Julio Cesar que permitió que los pueblos sometidos conservasen su religión y

costumbres pagándole solamente aranceles y rindiéndole tributos; finalmente el

espiritual o estético no tiene mejor ejemplificación en la historia de la humanidad

sino en la figura señorial de Hernán Cortés, que Vasconcelos denomina creador

de la nacionalidad, y sobre su obra quijotesca y magnánima, así como su esfuerzo

por unificar lo indígena con lo español, junto con la labor de misioneros y

conquistadores, diría:

15 Ibídem, p. 36.16 Ibídem, paginas 36-37.

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Y tocó a Portugal y a España [representados en la figura de Cortés, el caballero cristiano] consumar, en el escenario total del planeta, lo que antes hicieron Roma en tres continentes, Grecia en el Mediterráneo: una política imperial, ya no nacional. Entendieron además los españoles que un imperialismo digno de la historia no es nada más sojuzgamiento en extensión; eso lo consuma cualquier Gengis Kan. Política imperial supone, aparte de la explotación de lejanos recursos, un gran ideal que propagar, una doctrina que liberta y engrandece a conquistadores y a conquistados, y con ella, técnica industrial superior.17

Hispanoamérica: cuna de la raza cósmica

Ahora bien, la obra de Portugal y España ha tenido una repercusión sobre

los países hispanoamericanos, a los cuales Vasconcelos hace un llamado a la

realización de la raza cósmica:

El objeto del continente nuevo y antiguo es mucho más importante. Su predestinación

obedece al designio de constituir la cuna de una raza; raza quinta en la que se fundirán

todos los pueblos para reemplazar a las cuatro que aisladamente han venido forjando la

Historia. En el suelo de América hallará termino la dispersión, allí se consumará la unidad

por el triunfo del amor fecundo, y la superación de todas las estirpes.

Y se engendrará, de tal suerte, el tipo de síntesis que ha de juntar los tesoros de la Historia,

para dar expresión al anhelo total del mundo.

Los pueblos llamados latinos, por haber sido más fieles a su misión divina de América, son

los llamados a consumarla. Y tal fidelidad al oculto designio es la garantía de nuestro

triunfo18

Aunque fundamentación de Hispanoamérica, la Raza cósmica tiene un

enfoque universal, para todos los hombres, de carácter sintetizador, de ahí que se

le pueda considerar filosofía, y no simple literatura.

Cristianoamérica

Por otro lado, hasta aquí se ha hablado del Territorio y la Raza como partes

esenciales para la redención de los pueblos latinoamericana. Sin embargo, no se

podrá redimir la materia, para crear una humanidad excelsa, si no se liberta

17 VASCONCELOS, José. Hernán Cortés creador de la nacionalidad. Editorial Tradición, México, 1975, p. 14.18 La raza cósmica, op. Cit., paginas 24-25.

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primero el espíritu, y para libertarlo es necesario el amor, amor que fundamenta al

Cristianismo. “Este amor será uno de los dogmas fundamentales de la quinta raza

que ha de producirse en América. El cristianismo liberta y engendra vida, porque

contiene revelación universal, no nacional; por eso tuvieron que rechazarlo los

propios judíos, que no se decidieron a comulgar con los gentiles. Pero la América

es la patria de la gentilidad, la verdadera tierra de promisión cristiana”19. Por lo

tanto, parecerá que la raza cósmica consumara el cristianismo, pero no solo en las

almas sino en la raíz misma de los seres.

Es pues esencial el cristianismo para la formación de la Raza Cósmica, por

lo que, en cuestión de términos, afirmamos con Salvador Abascal:

Debo empezar por decir que el nombre de “AMERICA LATINA” es desafortunado a la luz de la Historia, tanto porque la creación de la América Católica no fue obra de las naciones latinas de Europa, como porque España y Portugal no son precisamente latinas, por lo cual nuestro nombre propio es IBEROAMERICA o también HISPANIOAMERICA, sobre todo este último, porque el nombre antiguo y romano de la entera Península Ibérica fue HISPANIA y porque la obra de España en América es, en cuanto a extensión territorial y profundidad de la cristianización, incomparablemente superior a la de Portugal, que, además, estuvo de nuevo políticamente unido a España de 1580 a 1640.

Por otra parte, hay un nombre aún más propio que los anteriores para designar a toda la América cristianizada por España y Portugal: CRISTIANOMERICA –acuñado por Pablo Antonio Cuadra-, bien merecido hasta mediados del siglo XIX, perdido desde entonces por la apostasía de nuestros gobiernos y por la creciente secularización de nuestras sociedades.

Y debemos luchar por recuperar el derecho de usar ese nombre como nuestro mayor timbre de gloria. La reevangelización de nuestros pueblos debe reconstruir a CRISTIANOAMERICA, más pujante, por nuestra interna unión, que la antigua.

Y esto a pesar de que el resto del mundo siga acentuando su apostasía.20

Este término –Cristianoamérica- lo consideramos como el nombre correcto

del continente cuna y sede de la raza cósmica, por el catolicismo (universalidad)

del cristianismo que en lo espiritual dará unidad (en lo material será el mestizaje) a

la nueva raza de bronce. Entonces, lo que Abascal considera la reevangelización

19 Ibídem, p. 44.20 ABASCAL, Salvador. La Espada y la Cruz de la evangelización. Editorial Tradición, México, 2000, paginas 45-46.

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de nuestros pueblos para reconstruir Cristianoamérica en el aspecto espiritual,

Vasconcelos lo ve como un factor en el advenimiento de la Raza de bronce.

Y aunque este advenimiento, que empezará en Hispanoamérica, será

universal, en lo particular podemos estudiar el caso de México, y preguntarnos

¿Qué es México?

México

En su estancia en la Universidad paulista, Vasconcelos nos da una

definición de México, que bien resume la historia nacional, y problematiza el

mestizaje: “[México es] el país legendario donde tantas razas han fracasado en

sus intentos de elaborar cultura”21. Y desarrollando, un poco más esta idea, diría

en la Universidad de Chicago:

México es una mezcla de climas, razas y culturas; pero aún más sorprendentemente, México es la zona donde la naturaleza ha puesto, uno opuesto al otro, los dos elementos más poderosos y menos controlables: el calor tropical y la montaña. […] Parece arduo establecer cualquier grado de civilización a mitad de una naturaleza que parece mejor adaptada al pájaro que al hombre. […] Y si agregamos a estos obstáculos otros factores conflictivos como la raza y la historia, comprenderemos inmediatamente las razones de los colosales fracasos del esfuerzo civilizador en nuestro país22.

Es pues contraste e irregularidad lo que explica a México desde su clima

hasta su cultura, pero como patria que es, será este mismo contraste lo que le

dará unidad, y esta irregularidad lo que le hará apta para sobresalir y resurgir con

gran ahincó ante las naciones del mundo.

Aunque Vasconcelos no suele delimitar o sistematizar sus ideas, si habla

con prosa profunda de ellas. Nosotros reconocemos cuatro factores que

constituyen la nacionalidad mexicana, de los cuales el Maestro de las Américas

únicamente explica tres:

El territorio

La Raza

21 La raza cósmica, op. Cit., p.8522 La otra raza cósmica, op. Cit., paginas 51-53.

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El Idioma

La Religión

No hemos encontrado, en La raza cósmica, texto alguno en el que

Vasconcelos considere el idioma español como constitutivo de la raza de bronce,

sin embargo en su Hernán Cortés sí hace una breve referencia.

Y como enuncia el sociólogo Issac Guzman Valdivia:

Están ahí los elementos esenciales de nuestra nacionalidad: en lo material, el territorio y la fusión de razas; y en lo espiritual, la religión y la lengua.

Si hemos de preguntar quienes somos, la respuesta la dan esas cuatro realidades que al unirse dan vida a nuestro ser nacional.

Pero si preguntamos cuál de esas cuatro realidades es la que vivifica y da razón de ser al todo, la respuesta es: la religión. El catolicismo a través de la lengua transmitió el Espíritu al pueblo mestizo para que éste fuera el cimiento de la nueva patria.23

Son estos cuatro factores los que nos identifican, y éstos se forman

únicamente en el devenir histórico, generando cultura. Por lo tanto se torna

necesario hablar de las raíces históricas de nuestro ser nacional.

La espada y la cruz

Cuando dos civilizaciones se encuentran, una o la otra predomina, pero ambas atraviesan un cambio; ambas pierden unos rasgos y ganan otros. Lo que le ocurrió al español durante la invasión árabe le ocurrió al indio durante la invasión española. Hay una diferencia de grado, por supuesto, y, como veremos adelante, una muy sorprendente diferencia de resultados; pero la verdad es que el proceso social e histórico de la conquista española en México fue más o menos el mismo que la de cualquier invasión asiática o europea, por la cual una raza obtuvo control y predominio y la otra fue sometida, pero ambas viviendo en cercano contacto y modificándose una a la otra mediante ese contacto.24

México nace en el siglo XVI con la conquista material y espiritual. Sin

embargo, los dos mundos que se encontraron son raíz de nuestro ser nacional,

por lo tanto reconocemos una raíz española y otra indígena.

23 Los valores de nuestra nacionalidad, pág. 19. Citado por RODRÍGUEZ LOIS, Nemesio. Los Mitos del bicentenario. Minos III Milenio, México, 2010, p. 32.24 La otra raza cósmica, op. Cit., páginas 116-117.

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Los españoles del siglo XVI, salían de la gran cruzada contra los moros que

forjó la patria y los hombres, con espíritu caballeresco y aventurero, capaz de

crear el imperio donde nunca se ponía el sol, siendo éste el más poderoso, el más

culto, él más extenso, pero sobre todo el más católico; ahora bien no se puede

entender al español conquistados sino con el ímpetu que le concedió la gran

epopeya de ocho siglos contra la luna y la estrella, era pues la espada al servicio

de la cruz quien se aventuraría a ensanchar y dar a luz las múltiples patrias que

hoy celebran su aniversario común el 12 de Octubre.

Hablar de la raíz indígena es complicado, ya que los pueblos aborígenes no

mantenían una unidad en lo cultural, religioso o lingüístico25, simplemente eran

civilizaciones que mantenían cierta comunicación política, bajo el terror de los

sacrificios humanos y la antropofagia, de la cuales tantos historiadores reniegan

su desaparición, como si ellos desearan sazonar la historia con su propio ser

siendo parte del pozole o los tamales o siendo vendidos por partes en el tianguis.

Es necesario aclarar, junto con José Ignacio Vasconcelos, que nosotros no somos

aztecas, ya que se cuentan por decenas las tribus y civilizaciones que

conformaban Mesoamérica.

Encontramos dos mundos, el de la cruz y el de las serpientes, el castellano

cristiano que adoraba al único Dios por quien se vive y se lucha batiéndose en

luchas caballerescas, y a los sacerdotes de cabello largo, hediondos, llenos de

costras y vestidos con la piel de las víctimas de Huichilobos. Ambos mundos

padres nuestros, pero de ninguno de ellos determinantemente, por lo que

Vasconcelos diría: “El mestizo no puede remontarse por entero a sus padres, ya

que no es exactamente como ninguno de sus ancestros, y al ser incapaz de

vincularse plenamente con el pasado, el mestizo está siempre dirigido al futuro, es

un puente hacia el porvenir”26.

Es pues la conquista el doloroso parto que haría de dar a luz a México -y

con el cual empezó nuestro sentir nacional- y aunque doloroso, también es

25La visión de Vasconcelos discrepa aquí de algunos estudios actuales que permiten sostener con pruebas la unidad cultural de estos mismos pueblos. 26 Ibídem, p. 120.

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amoroso pues los conquistadores hispanos se diferenciaron de los sajones en su

trato y aceptación con respecto a los indios, cuando éstos dijeron <<The best

indian is the death>> y se lanzaron al exterminio y llana colonización de las tierras

del norte, los otros tomaron la posición espiritual –que para Vasconcelos es el

camino que la humanidad debe de seguir si desea el advenimiento de la raza de

bronce- y dijeron <<la mejor india es la mía>>, empezando así el trabajo que sólo

la gloriosa España podría lograr:

El medio americano había absorbido a aquel español y con él comenzó el mestizaje que, al crear una raza nueva, sentaba las bases de una nacionalidad diferente, ya no española ni tampoco india. En su fusión con el blanco, el indio perdería y para fortuna suya, no sólo la pureza de su sangre, también al módulo espiritual de su persona, y pronto, no sólo los mestizos, también los indios, por vía de la conversión a la fe y por la indispensable adopción espiritual superior de una patria europea.27

Sin embargo, la espada nunca hubiese alcanzado forjar toda

Cristianoamérica si no es por el impulso que le dio la cruz ya que México es una

nación hecha más por santos que por guerreros:

Los principales padres de la nación mexicana y a quienes México debe un testimonio eterno de gratitud son los varones que a continuación mencionamos:

1. Fray Pedro de Gante2. Fray Toribio de Benavente (Motolinía)3. Fray Domingo de Betanzos 4. Fray Andrés de Olmos5. Fray Juan Bautista Moya6. Francisco Eusebio Kino7. Juan María Salvatierra8. Fray Antonio Margil de Jesús9. Fray Junípero Serra.

Nueve santos varones cuya vida fue una continua ofrenda ante el altar de Dios para lograr que miles de pueblos dispersos y hostiles entre sí se unificasen en lo lingüístico, en lo racial y en lo religioso hasta construir la nación mexicana28

Pero por muy grande que fuese la obra de conquistadores y misioneros, en

nada se compara con la labor unificadora y creadora de la nacionalidad mexicana

27 Hernán Cortés creador de la nacionalidad. Op. Cit., páginas 40-41.28 RODRIGUEZ LOIS, Nemesio. Forjadores de México. Editorial Tradición, México, 2004, p. 89.

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que fue la aparición de la Virgen de Guadalupe, milagro que aún hoy en el siglo

XXI, y hoy más que nunca, podemos apreciar y venerar en el Tepeyac, es pues

1531 cuando México empieza adquirir su nota más importante: su catolicidad; y

que junto a los demás factores, a lo largo de casi tres siglos forjan la identidad

nacional, bien definida en nuestra gloriosa edad media, el virreinato de la Nueva

España, y más precisamente en el siglo XVII, siglo de acción y heroísmo, y

consecuencia lógica de la conquista con la espada y la cruz:

Hay en la historia épocas propicias al heroísmo de la acción: el Imperio Romano en sus comienzos, la Europa de las Cruzadas, la España de los descubrimientos. La filosofía, la ciencia y la religión no se quedan atrás en estos períodos ilustres, pero aguardan a que la aventura materia se consume para enraizar en ella y producir florecimientos. Esto paso en España, que con los conquistadores produjo misioneros y tras de la epopeya de soldados y navegantes dio al mundo su siglo de oro de sus letras29.

Ahora bien, el acontecimiento guadalupano ha sido muchas veces

considerado simple sincretismo religioso, y en una vaga afirmación dicen que

Guadalupe es Tonantzin, pretendiendo así, los destructores de México, arrebatar

la gloria y elemento unificador que es el guadalupanismo en nuestro pueblo. Ya

que si el hijo de Dios, el Verbo, escogió el pueblo de Israel para habitar entre

nosotros, su madre escogió el pueblo de México para forjar una nación lumbrera

de la humanidad. Así pues es necesario aclarar que Santa María de Guadalupe no

es Tonantzin, y al respecto colocamos el Juicio de Don José Ignacio Vasconcelos:

En cuanto a la posibilidad de que surgiera un sincretismo religioso entre el mito de Tonantzin y el culto guadalupano, esto sólo pudo ocurrir en el seno de la muriente sociedad mexica, o en general nahuatlaca, entre cuyos miembros la palabra Tonantzin podía inducirlos a asociarla con la diosa de su paganía. Con el perfeccionamiento de la cristianización, pocos indios, aun siendo nahuatlacos quedarían sujetos a este conjuro. Podemos entonces aseverar que en la actualidad ningún indio, menos los mestizos y los criollos, busca a Tonantzin, la diosa azeca, en la Villa.30

Y recalcando aún más la importancia del acontecimiento guadalupano, y la

cristianización en general, recordemos el cantico popular de La guadalupana, que

29 Hernán Cortés creador de la nacionalidad. Op. Cit., p. 19.30 Medio Milenio de Hispanidad Americana. EDAMEX, México, 1991, páginas 40-41.

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en una de sus últimas estrofas dice: <<desde entonces para el mexicano ser

guadalupano es algo esencial>> y si se es guadalupano se es mariano, si se es

mariano, y si se es mariano se es católico.

La Civilización mexicana le debe casi todo al cristianismo –que llegó con la

hispanidad- y algo a los pueblos indígenas. Mas para completar esta idea

anotamos el siguiente pensamiento de Jaime Balmes: <<La civilización europea lo

debe casi todo al cristianismo, y algo a la romana; la romana a la griega; la griega

a la egipcia; la egipcia a la oriental; y allí se encuentra un velo que con nada se

levanta, sino con los primeros capítulos del Génesis>>.

Coincidimos pues con las idea del Mto. José María Abascal: Hispanidad,

catolicidad y mexicanidad son conceptos convertibles.

La conjura independentista

Vasconcelos siempre dolió la discordia entre las patrias hermanas, cuya

independencia no fue sino semilla de odio. Por lo cual su raza cósmica es un

llamado a Cristianoamérica a la unidad que perdió por la conjura independentista

marrana, masónica y yanqui que busco el sometimiento ideológico, político y

económico de estos pueblos hermanos.

Nosotros creemos que cualquier acto que atente contra el territorio, la

lengua, la raza y la religión católica, es sumamente despreciable.

La independencia de México se esperaba con ansias, como el joven que

deja la casa paterna no por odio a sus padres sino porque ha conseguido la

madurez suficiente. Sin embargo, nuestra independencia tuvo tres factores que

fueron precisamente en contra de nuestra unidad nacional:

1. La expulsión de los jesuitas

2. Los pensamientos liberales

3. La invasión francesa

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Escuchemos la opinión del mexiquense J. Alejandro Garduño M. que en su

obra La farsa del bicentenario ¿1810- 2010? nos dice al respecto de estos tres

factores bien puntualizados:

El primer factor previo a la independencia preparado por la fuerza secreta, fue la expulsión de los jesuitas, exactamente 43 años antes de la insurrección de 1810, en ella resonarían aquellos gritos que Hidalgo retomaría años más tarde <<Contra los gachupines>>. […]

El segundo factor previo a la independencia fue la influencia de los pensamientos liberales promovido por masones judíos, frac-masones y desde luego las logias de los iluminados de Baviera. […]

El tercer factor previo a la independencia, fue sin duda el invasor francés, que desde 1808 había llegado a España (se imponía a José Bonaparte, hermano de Napoleón). <<La simpatía de los sacerdotes por la causa insurgente se debía a que consideraban que el país prosperaría más siendo independiente ya que juzgaban dañino que México llegara a recibir la influencia del invasor francés que gobernaba España>>. Ante esta situación, se buscaba con atrevimiento desmesurado la independencia.31

Ahora bien, nuestro padre de la Patria Don Agustín de Iturbide, como

Bolivar, pensó mantener unión fraternal con las patrias hermanas y su madre

España, sin embargo por la influencia Masónica, Protestante y Yanqui se ha

iniciado un proceso de desmexicanización como reconoce José Ignacio

Vasconcelos, cuyos máximos representantes en México han sido, a lo largo estos

últimos doscientos años Joel Roberts Poinsett y William Howard Taft,

embajadores. Este proceso ha sido estudiado ampliamente por Salvador Borrego

en su obra América Peligra, donde nos muestra este proceso ampliamente

fundamentado.

No nos interesa analizar ahora este proceso, sin embargo consideramos

importante recalcar que la expulsión de los Jesuitas, como inicio de esta

revolución, es uno de los factores más importantes de la pérdida de identidad

nacional o desmexicanización y descristianización. Con respecto a ello, anotamos

los acertados razonamientos de Alfonso Trueba:

31 Edición del Autor, S/L, S/A, páginas 55-59.

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Con la expulsión de los jesuitas [así como en todo acto en contra del cristianismo en México] comienza la acción revolucionara en las naciones hispánicas.

Fue el resultado de una conspiración mundial contra la tranquilidad de nuestros pueblos.

Señala el punto en que se rompe la unidad entre la nación y el estado.

Sembró los primeros gérmenes de discordia y revuelta en los dominios de España.

Representó un atentado brutal a la civilización, a la cultura y a la patria.

Vino a retardar el progreso de México.

Retrajo vastas regiones al estado de barbarie

De ella arranca el pretorianismo mexicano.

Fue un triunfo de los enemigos de nuestra fe.

Fue un inmenso mal.32

Conclusión

La Raza Cósmica es la fundamentación filosófica de Hispanoamérica, en la

cual nos presenta un mestizaje sublimado, que junto al domino de la técnica

creará del trópico la sede de la Raza de bronce, raza total donde todos los

hombres dejaran atrás las cuatro razas previas para generar una nueva era en la

humanidad. Para ello será necesario que los pueblos alcances el estadio espiritual

o estético, dejando atrás el guerrero y político.

Consideramos que España, en la figura de Hernán Cortés, es quien ha

hecho los mejores y más grandes esfuerzos por el advenimiento de esta raza, por

el mestizaje que procuraron con los pueblos indígenas y que en nuestro continente

la conforman los pueblos iberoamericanos.

Aunque por el territorio Brasil y Argentina serán la sede material de la raza

de bronce, México es en lo particular el pionero en el mestizaje y por ello la

esperanza del porvenir de la humanidad, y a pesar de los grandes limitantes

geográficos, raciales y temperamentales, compartimos la idea del Maestro de las

32 La Expulsión de los Jesuitas o el Principio de la Revolución. Editorial Jus, México, 1986, p.72.

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Américas: “La hora de México todavía no ha sonado, pero ya está marcada en el

reloj del progreso. La hora de toda la altiplanicie será una hora maravillosa”33.

Finalmente, y como Vasconcelos quiso representar en el lema de la UNAM,

consideramos el cristianismo como el factor más importante del sentir nacional

mexicano, ya que es lo que da unidad en lo espiritual. Y que por otro lado en

Cristianoamérica es en la práctica, lo que la teoría de la raza cósmica pretende ser

en las ideas y en la base misma de los seres, la unión de todos los hombres.

Bibliografía

DirectaVASCONCELOS, José. En el ocaso de mi vida. POPULIBROS “LA PRENSA”, México, 1957.__________________. Hernán Cortés creador de la nacionalidad. Editorial Tradición, México, 1975.__________________. La otra raza cósmica. Editorial Almadía S.C., Oaxaca, 2010.__________________. La raza cósmica. Asociación Nacional de libreros, México, 1983.__________________.Textos una antología general. SEP/UNAM, México, 1982.

ComplementariaABASCAL, Salvador. La Espada y la Cruz de la evangelización. Editorial Tradición, México, 2000.ABASCAL CARRANZA, José María. Salvador Borrego, Símbolo de confusión (segunda parte). LA NUEVA HOJA DE COMBATE, Méjico, Núm. 14, Julio de 2013, paginas 1-13.BORREGO, Salvador. América Peligra. Tipografías Editoriales, México, 2008. GARDUÑO M., J. Alejandro. La Farsa del Bicentenario ¿1810-2010? Edición del Autor, S/Ñ, S/A.IBARGÜENGOITIA, Antonio. Suma Filosófica Mexicana, Editorial Porrúa, México, 2006.JOHNSTON, Francis. El Milagro de Guadalupe, editorial verdad y vida, México, S/A.

33 La otra raza cósmica, op. Cit., p. 64.

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RIVANERA CARLÉS, Federico. Nuestra identidad Hispánica y la conjura independentista Marrana. Instituto de Historia S.S. Paulo IV, Buenos Aires, 2008.RODRIGUEZ LOIS, Nemesio. Forjadores de México. Editorial Tradición, México, 2004.__________________. La cruzada que forjo una patria. Editorial Tradición, México, 2001.__________________. Los mitos del bicentenario. Minos III Milenio, México, 2010.TRUEBA, Alfonso. Ensanchadores de México. Editorial JUS, México, 1959.__________________.Huichilobos. Bredición, México, 2012.__________________. La expulsión de los jesuitas o el principio de la revolución, Editorial JUS, México, 1986.VASCONCELOS, José Ignacio. Medio Milenio de Hispanidad Americana.EDAMEX, México, 1991.YÉPEZ, Heriberto. La increíble hazaña de ser mexicano. Booket, México, 2012.

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