POESIA NUEVA PUERTORRIQUEÑA

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LUIS A. ROSARIO QUILES POESIA NUEVA PUERTORRIQUEÑA PRODUCCIONES RONDO PUERTO RICO 1971

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LUIS A. ROSARIO QUILES

POESIA

NUEVA

PUERTORRIQUEÑA

PRODUCCIONES RONDO

PUERTO RICO

1971

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PrÍDted in SpainImpreso en España

Impr^o en el complejo deArtes Gráfícas Medinaceli, S. A.

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Norberto Lugo Ramírez, Director

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El poeta es un médium, unvehículo, una antena,

Hugo Margenat

0. P- R-

OCT e istt

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LA POESIA NUEVA PUERTORRIQUEÑA

(J950-1969)

Luis A. Rosario Quiles

La reserva de estas palabras la hace un escritormás o menos joven —^Luis A. Rosario Quiles— quepretende comentar sobre la Nueva poesía puertorriqueña. Precisamente por hEÚlarme comprometido conel tema, como el fruto prendido al árbol, sólo pretendo dar testimonio de im asunto que me ocupa yme apodera constantemente. Definitivamente, el temade la nueva poesía no es controversial. Éste no esnuestro caso, porque alegar que la joven poesía nuestra es incomprendida por la crítica o que la criticala ha evaluado en alguna forma es, no sólo incorrecto sino impropio, ya que implicaría un acercamientoal reciente —quizá no tan reciente— quehacer literario y eso no ha sucedido. La falta de acogimientopor la parte de los profesores o críticos de laliteratura hacia la joven poesía puertorriqueña seexplica por la actitud decadente de desestimar tmaedad temprana de los veinte y los treinta. Me apresuro a advertir que estas palabras no tratan unatesis sino que procurem prosar sobre la poesía actual puertorriqueña, no para halagarla sino para conocerla. T. S. Eliot tenía la teoría de que existíauna relación significativa entre la mejor poesía y lamejor crítica de un mismo período. En lo que serefiere a la situación literaria de la actualidad, cabe

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decir que esta teoría sólo es aplicable en el sentidode que los nuevos poetas puertorriqueños sostienenuna autocrítica más rigurosa que la sustentada porlos poetas anteriores. Y he aquí la única manifestación crítica que ha provocado la joven poesía.Otra interpretación equivaldría a falsear la teoríade Ehot y negar im hecho característico de nuestroambiente literario, a mencionar: el fracaso de lacrítica en realizar su misión. Claro, hay una queotra excepción cuando escribe Juan Martínez Capó,Josemilio González, doña Margot Arce de Vázquez,Luis Hernández Aquino, algunos otros, muy pocos. ̂Hecha esta anotación conviene delimitar el tema

mediante las siguientes especificaciones. Es mi intención comentar sobre ima poesía que denominonueva no sólo en su sentido subjetivo: por ser^ escrita por poetas jóvenes, sino por el sentido objetivo: la poesía es nueva también. Inclusive es, en relación a la poesía anterior, nuevo su concepto ynueva su finalidad. Ambas acepciones nos Ínteres^porque es un vago e impreciso criterio de análisisdistinguir la poesía por la edad de los poetas.Se ha levantado una objeción —-presuntamente

grave— al juicio sobre la nueva poesía. Entiendenmuchos que esta poesía por ser precisamente de personas jóvenes no ha madurado ni existe un períodoque provea perspectiva para un juicio más o menosdefinitivo. Insisten que es una aventura evaluar lajoven poesía porque no conocemos qué dará de sien el día de mañana.

Es admisible que el transcurso del tiempo demuestra el valor y calidad de un poenm. No obstante, no creemos forzoso suspender el juicio hastael día de mañana. Un buen poema demuestra suvalor desde el nacimiento. El transcurrir del tiempono es árbitro exclusivo y, mucho menos, infalible.Conocemos poemas de principios de siglo tan carentes de calidad en aquel momento como lo son

1. Es significativa, todavía más, alarmante, dado el hwho del grannúmero de personas que viven de la Literatura como disciplina académica, la escasa función de la crítica como atributo de su profesión.

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ahora. Excepto que hoy no sólo son malos sino también viejos. Una lectima de la nueva poesía bastaríapara provocar, en el acto, el convencimiento de queson muy talentosos los poetas actuales. Es más, lesinvito a, de inmediato, pasar a las próximas páginasdonde una antología, mucho más importante quenuestra opinión, evidencia lo que afirmo. He ahí lamejor justifícación de este escrito.Por otro lado, debo apimtar que el apellido del

tema, es decir. Puertorriqueña, Poesía Puertorriqueña, me obliga a mencionar mi parecer sobre el concepto de poesía nacional.Quiero demostrar nü coincidencia con el poeta me

jicano Octavio Paz, cuando en el prólogo a la maravillosa antología. Poesía en movimiento, avisó quela idea de poesía nacional no parece ser inequívoca.Nos dice: «No niego las tradiciones nacionales ni eltemperamento de los pueblos; afirmo que los estilosson universales o más bien internacionales». ̂ La

verdad es que cada día se hace más difícil concederrasgos privativos a la poesía de ima nación determinada. La poesía más excelente se nos aparece familiar independientemente del lugar del nacimientosin que signifique su enajenamiento de una situaciónsocial o de los acontecimientos importantes queorientan la historia del mimdo coetímeo; por locontrario, los excelentes poetas dan testimonio de sucircunstancia histórica.En Puerto Rico el dato insular, geogr^co, el to

pográfico han sido temas predilectos y significativosen nuestra poesía.^ Así, acaso es relevante la circunstancia geográfica para el concepto de poesíapuertorriqueña, porque encontramos que en modoespecial el fenómeno del canto a la nación, a la tierra, aparece en forma constante y extraordinaria-

2. Poesía en movMento, siglo xxi Editorial, México; págs. 3-4.3. Luis Hernández Aquino, «El tema edénico en la poesía pueito-

rríquefia», ensayo en Crítica y antología de la poesía puertorriqueña.Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1958; Félix Franco Oppenheimer,Imagen y visión edénica de Puerto Rico en su poesía. Universidad Nacional Autónoma, México, Tesis Doctoral, 1964.

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mente intensa en nuestra poesía. Indudablementeexiste una tradición de elogio a Borinquen. •• En lavoz de cientos y cientos de poetas es «Isla del Edén»,«Tierra del encanto», «Verde nave en el Trópico»,«Fiel esposa», «Huéifana del Caribe». Alabeu* nuestra tierra es más que ima letanía nacional, es unatradición poética que origina, como proyección ineludible, otra tradición más interesante: la tradición dela poesía político-social. En el primer sentido elpoeta joven Santiago Vidarte (1828-1848), llamabadesde Barcelona a su tierra lejana

Fantástico jardín, de jiotes rico.

Más tarde, en el siglo pasado, José G. Padilla, «ElCaribe», decía:

Risueño Edén, soñado Paraíso.

El poeta Gautier Benítez (1851-1880) nos decía:

Perla que el mar de entre su concha arrancaal agitar sus ondas placenteras.

Plácida barquilla que al impulso de brisa perfumadallegue al remanso de la blanca orilla.

Aun cuando Marina Arzola (1939) continúa con esatradición actualmente:

Flamboyán espacial de los Alisios;

ciertamente toma giros diversos cuando Juan SáezBurgos (1943) nombra la isla. En los cuatro costadosmarheridos, no por sus cu^idades físicas sino porsu condición histórica:

Sus aguas invadidas del espantoen metal y cañones ultrajadas.

4. Inclusive existe una antología del tema con selección y prólogode Luis Hernández Aquino, Cantos a Puerto Rico, (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1967.)

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Pues bien, así y todo esta tendencia al halago noconstituye por sí la poesía nacional puertorriqueña.Revela ima inclinación general que no va alládel canto la mayoría de las veces, y el canto sóloI^ce^ referencias. Definitivamente la poesía acumulatradiciones y sólo xma conjugación de las excelentesmerece considerarse nacional-puertorriqueña. Mas,nos interesa la tradición poética que recoge la rebeldía de los poetas, primordialmente los que eneste siglo han levantado su voz contra el hechopolítico y social desarrollado en nuestro país. Enesta tradición de poesía político-social hallamos lamédula de ima poesía nacional.En mi intento de forjar xma imagen con las pa

labras^ mías de lo que han sido las palabras de otros,creo ineludible aludir previamente, a im esquemático contexto histórico del siglo en Puerto Rico. Estadeterminación me compromete a im juicio inevitablepara derivar el actual concepto de nuestra poesíaya que es relevante, definitivamente, la circxmstem-cia socio-política a la literatxura.Puerto ^co luego de 1898, fecha de la invasión

norteamericana, dejó de ser isla-fortaleza españolapara^ desarrollarse, adicionalmente a su histórico rolde isla-fortaleza, esta vez norteamericana, en imcentro de mercadeo. Luego de cuatro siglos de miseria económica el botín de guerra se transformó apaito de 1940 en ima solvente colonia que la metrópolis rica, sin mayor esfuerzo, procmd para el beneficio de los inversionistas norteamericanos y el dividendo marginal de los puertorriqueños." El desarrollo económico, el progreso, se apoderó del espírituurbano, la transculturación infundió en nuestra sociedad los más reaccionarios rasgos de xma bxurguesíadedicada al comercio y a la idolización de la demo-craciería. La sobrepoblación de casi tres millones de

5. A cambio de ceder, el gobierno, tierra y trabajo baratamentey de condonar cualquier contribución de parte de los inversionistas,quienes se han enriquecido al punto de apropiarse de la economía.Sobre el tema, véase Manuel Maldonado D^inis, Puerto Rico: Unaintetjnretatíón histórico-sociai, siglo xxi Editorial, México, 1969.

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cuerpos, setenta y pico de ellos por milla cuadraday, dentro de la milla, doce y pico sin empleo, msisteen la más sobresaliente ambición norteamericana:hacerse rico. Debo corregir un posible equívoco.Frente a esta tendencia de vida económica hallamosuna realidad humana en el puertorriqueño jíbaro yobrero, con el más hondo sentimiento hacia su patria y es para ella el elemento nacional más signiñ-cativo de todos los que conforman nuestro ser depueblo.En tomo a esta circunstancia histórica tan bre

vemente reseñada sobre los primeros 50 años delsiglo, la historia de la poesía puertorriqueña se hacaracterizado por la presencia de agrupaciones omovimientos poéticos con una postura o tendencialiteraria. ®

Me adelanto a manifestar un juicio que luego hede explicar y precisar: Los movimientos o tendencias de la poesía puertorriqueña son menos importantes en término de excelencia literaria que la poesía específica de algunos de nuestros poetas de esemismo período que se prolonga desde el 1910 al 1955.Sin pretender el rigor que merecen los poetas anteriores al 1955 incluyo imas notas breves sobre ellos.He de mencionar algunos siguiendo im orden cro

nológico. En primer lugar: Evaristo Ribera Che-vremont, quien nació en 1896 y que ha representado el caso singular de figurar en las escuelas otendencias más vanguardistas hasta las más conservadoras del siglo. Se trata de im poeta tsilentoso quedestaca por su rigurosa y total dedicación. Su profuso lirismo ha tocado innumerables temas; todavíamás, a Ribera Chevremont hay que darle crédito dehaber sido el primero en haber utilizado poéticamente unos temas nunca antes advertidos por los j^etaspuertorriqueños anteriores y, me apresuro a añadir,

6. Hernández Aqiúno, Luis, Nuestra aventura literaria. Editorial Universitaria, 1966. Frandsco Manrique Cabrera, Historia de la literaturapuertorriqueña. Editorial Cultural, 1967, San Juan, P. R. Cesáreo Rosa-Nieves, Historia panorámica de la literatura puertorriqueña. EditorialCampos, San Juan, Puerto Rico, 1963.

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que este hecho carecería de importancia si no fuerapor la calidad «Uricista»^ de su poesía. Parte de supoesía se halla publicada en dos antologías. La primera, con la obra de los primeros 50 años; y la se-gimda antología incluye su hacer poético desde 1950hasta 1966.

A principios de siglo nace Luis Palés Matos, yen 1959 muere esta figura que ha llegado más alláde nuestros oídos con una voz de sangre negra queha conmovido la literatura hispanoamericana. PalésMatos ha sido imo de los poetas más originalesde la poesía hispanoamericana y no sólo es valiosasu poesía, sino que además, tiene el don adicional deservirle al Caribe cuando describe el propio ser antillano.

Se trata de ima expresión lingüística muy iden-tificadora de lo autóctono, a través no de una postura ideológica (para ello véase a Nicolás Guillén)que podría no ser privativa de un sector «racial» opoblacional sino que el rasgo que hace negroide a lapoesía de Palés Matos lo hallamos en el ritmo afro-antillano que canta y baila, que percute el tambory repercute el espíritu negroide traído de muy lejosconservando la paridad de la carne y hueso africanos. No se trata de una versión de contenido; es laproyección misma de la raza que se recrea, por loque no puede ser imitado o proseguido. Sin embargo, no es Palés im poeta con un tema como lo demuestra la antología de su poesía recopilada por donFederico de Onís en 1957.®Nos ha interesado más de lo que ha solido intere

sar a la crítica el escritor José I. de Diego Padró.Las Ocho epístolas mostrencas (1952), constituyen imanovedad dentro del ámbito üterario de la fecha.Cuando los poetas se hemiaban de seriedad y pu-

7. El término «ürídsta» pretende dar énfasis a la connotación^ntimental, «pura», de fina sensibilidad, buen gusto, mudias vecesintelectual, siempre elevada.

8. Igualmente el estudio de Miguel Enguidanos, adelantado en Pn-peles de Son Armadans» nóm. 36, marzo 1959, más tarde ampliado.Poesía como vida. Editorial Universidad de Puerto Rico, 1961.

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reza, las epístolas adelantarían una posición que hoynos resulta actual. Una sátira que sigue el patróntradicional y aun cuando, a veces, revela la rima fácil, está, definitivamente, al margen del liviano ripio. Pretende humor y este carácter, de por sí peligroso por lo que suele tener de prosaico, se nospresenta con cualidades de escritor inteligente. Laprimera de las epístolas reacciona ante el trascen-dentalismo, ante el liricismo sublime de entonces, diciendo:

Desecha ese juguetito sin sentido ni objeto delarte por el arte, jueguito ya obsoleto.

Las epístolas hacen el libro que no se escribiódurante la juventud cüepalista ® y aun cuando no pretendan ser más que meramente Ocho epístolas mostrencas tienen el valor de arrastrarse por la superficie, cuando la poesía volaba por las nubes decorandoel cielo. De Diego Padró, luego de treinta y pico deaños, señaló la salida en fecha nueva.Posteriormente, para la década del treinta, irrum

pen Juan Antonio Corretjer, Julia de Burgos y Francisco Matos Paoli. Tres poetas símbolo, tres patriotas, tres sacrificios que merecen posición especial enla historia de nuestra literatima. Ejemplos de autenticidad creadora, valentía personal con las manosllenas de ideales patrióticos y talento excepcional.Francisco Matos Paoli (1915), confunde un lirismo

refrescante con una vocación religiosa, demasiadoíntima, pero sí con un misterio tan exacto que no lamentamos que su poesía sea difícil. Desde Signarlode lágrimas cuando tenía dieciséis años hasta Luz delos héroes (1954) y Canto de la locura (1962) Matosse ha demostrado sublime. No obstante, ha conseguido proyectar el sufrimiento del nacionalista acorralado por paredes carcelarias que, con melancolía, sepreocupa por la situación de lucha y la resiente al

9. Predsamente, Hernández Aquino afirmst en su Aventura literaria, pág. 40, que el vanguardismo lo inicia el diepalismo (Díe, deDiego; pal, de Palés) caracterizado por el uso de la onomatopeya.

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punto de resbalarle toda esa realidad de su cabeza yconseguir el sosiego que le permite hoy, solitario,pero no solo, escribir versos tan jóvenes como losde los poetas jóvenes que lo admiran.

Julia de Burgos (1916-1953) ante esa misma realidad social y política que la hostigaba opta, quizácomo im acto volitivo, por otra clase de evasión quela lleva a ciudades extranjeras donde halló su muerte,lejos de su fiel amante. El Río Grande de Loiza, título de su conocido poema.Mas, Juan Antonio Corretjer fue, mejor, es más

fuerte y su vigorosa militancia en la aventura revolucionaria es la otra cara de la medalla consagrada a lapoesía. Los títulos Agueybana (1932), Amor de PuertoRico (1937), Tierra nativa (1951), Yerba bruja (1957),Alabanza a la Torre de dales (1953), la serie Imagende Borinque (1956-1957) nos indican, en primera instancia, la constante de un escritor que ha padecidola cárcel y el destierro." El profesor Josemilio González nos dice: «Juan Antonio Corretjer es uno denuestros grandes poetas contemporáneos. Su nativis-mo lírico no se parece al de nadie. Su refinada sensibilidad captura las cualidades estéticas del paisajepara ofrecemos una efigie de la Patria como corpo-reización de la poesía»."Una vez mencionados los poetas que superan las

escuelas o tendencias del siglo, corresponde dedicarnos a analizar las mismas brevemente. Estas tenden

cias conocidas como ismos surgieron de una relación

10. Eh el prólogo-dedicatoria que la revista Versiones de marzode 1968, hiciera homenaje a Coixetjer, Víctor Campólo recoge el sentir y pensamiento de los poetas jóvenes: «sean más claras y sean másfirmes estas letras, sean, pues, apoyo a TU militanda, sean noticiade TU sacrificio y de mi descontento, sean el abrazo corpulento delsoldado que cae, último, en la batalla, y cuyas manos crispadas juran,maldicen, recuperan algo, cualquier cosa: la intención del golpe, lavenganza, un gesto insultante, lo contrario: una caricia a la arenaque defendía, eso, sean las letras, en fin, evidencia de que, a lomejor, todavía hay tiempo, que no existe la menor duda de que laacción se dirija, como estas letras, a colaborar CONTIGO».

11. Critica y antología de la poesía puertorriqueña, J. C. P., S. J.,P. R., 1958.

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de conflictos entre el artista y una sociedad tranquilay ajena. Constituyeron un patrón social de producción literaria por medio siglo. Lo cierto es que losismos tuvieron un importante significado históricopero como fenómenos literarios carecieron de un grado de valor análogo. Quiero decir, que, mejor que lacalidad de la poesía era la postura de sus autores.Los ismos parecen una sublimación literaria de imadegradante organización política y social. El vanguardismo de estos movimientos literarios revelaba imdescontento social que movía a un ataque que comenzaba con irnos manifiestos que procuraban larebelión intelectual, la conmoción de la moralidadsocio-política y conseguir camaradas para el nuevogusto literario. El surgimiento de los ismos de lasdécadas anteriores al 1955 se nos figura en formade guerrillas que pretendían subvertir el régimenliterario de entonces en respuesta a la necesidaddel artista de liberarse de un colonialismo espiritualpospuesto por varios siglos. Pretendían el ejerciciode la libertad en la «República de las Letras» —^y estamos citando a imo de estos poetas, Vicente Géi-gel—; repetimos, pretendían el ejercicio de la libertad en la «República de las Letras» que era dondeúnicamente podían ejercer la libertad acosada por elrégimen colonial.Los ismos generalmente fueron la proyección lite

raria del nacionalismo político-cultural boricua. Obsérvese que los atalayistas inclusive eran militantesdel Partido Nacionalista. La tendencia nacionalistaen la poesía reencarna diversamente en la poesía dela década del sesenta. Esta vez con una menor in-clmación a lo novedoso en las formas pero con uiimismo empeño de ser expresión de la misma causanacional que los amargó a ellos y que a nosotros hoydía nos mueve, no líricamente sino dramáticamente,a dar testimonio de la angustia colonial en todoslos órdenes. Después de todo, la poesía nos sirvep^a esclarecernos el profundo sentido de la tragedia del puertorriqueño a través del tiempo.El valor de los ismos, repetimos, consiste en una

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actitud ante la poesía y la sociedad, pero que tienepor otro lado una cara hacia el exterior: el internacionalismo en la poesía. Nótese que muchos de ellos—como dice Hernández Aquino—" eran adaptaciones de tendencias europeas (el futurismo, el dadaís-nio), y que pretendían superar las fronteras insulares. Este internacionalismo constituye un precedentepara la Nueva Poesía Puertorriqueña que no se contenta dentro de los límites geográficos.En sí estas tendencias se componían de uno, dos,

a veces tres o cuatro escritores y escondían, la mayoría de los ismos, un entusiasmo modernista conmiras exclusivas a la poesía española y con la mejor buena fe abrumaron la poesía sin premeditacióny la más inconsciente actitud, pues trataban de renovarla como un acto de dignidad literaria que enmuchas ocasiones no acertaba con la calidad literaria. Por otro lado, reflejaba una actitud deportivaque pretendía la notoriedad, la novedad, el cambio.Esta disposición germinó la provisionalidad de estospoetas que retomaron a las clásicas maneras, comoun marido amante del matrimonio que concluye susaventuras. Este es el caso de Evaristo Ribera Che-vremont. Aim cuando debo hacer constar que donEvaristo constituye uno de los poetas innovadores yvalerosos en la historia de la poesía puertorriqueña.Es nü creencia que estos movimientos poco mo

vieron. La poesía de estos movimientos no se proyectó más allá de períodos más largos de meses. Nosotros, los escritores posteriores, hemos heredado curiosos manifiestos y la obra individual de algunospoetas. Ciertamente fuimos, mejor, somos afortunados en manifiestos. Ejemplo de ello, resulta amenomencionar" el manifiesto de los euforistas de noviembre de 1922 que decía:«Declaramos inútil los metros pues creemos que

12. Nuestra aventura literaria,

13. CHamos del confiable libro de Hernández Aquino, Nuestraaventura literaria,

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la poesía no es sino síntesis de sentimiento y visión.Exaltamos el verso en la línea segura, el color chillón, el amor bárbaro y brutal, el vértigo, el gritoy el peligro. Proclamamos el verso espontáneo llenode defectos, áspero y rudo, pero sincero». Luego diceel manifíesto: «Viva la máquina, la llave, la aldaba,la tuerca, la sierra, el marrón, el truck, el brazo derecho, el cuarto de hotel, el vaso de agua, el portero, la navaja, el delirium tremens, el puntapié yel aplauso».En esta parte se parece al manifiesto de los poe

tas noístas que en octubre de 1925 decíain: «Ja, ja,ja... Heis el solo comentario que se nos ocurre ahora que erguimos nuestra audacia joven frente al siglo». Y que más tarde encontramos estas palabras eneste manifíesto noísta: «El noísmo es un grito encinta de hondas reivindicaciones espirituales». «Despleguemos a los 14 vientos del espíritu nuestra bandera de Llamas.' Proclamemos la libertad de reír, depensar, de soñar...

»Proclamamos la literatura áspera, ruda, pero sincera.

»Proclamamos la grande República del PensamientoAmericano.

»¡Abajo las mujeres románticas, los valses, la lunay los maridos, los perillones "Balloon", el poeta melenudo, los niños llorones! Vivan los locos, los atrevidos, los aeroplanos, las azoteas, el "jazz band", lascoquetas y los vagos». Así, para cada tendencia oismo, un manifíesto. Inclusive existió en 1929 un de

cálogo atalayista cuyo artículo primero dice: «Empezaremos por decir que todo idiota es im antiatala-yista, enemigo del movimiento mecánico actual y unser anquilosado que si tiene narices, carece de cerebro». Todos estos ismos perdinraron hasta juliode 1948 cuando el movimiento trascendentalista, ensu Declaración de Principios, decía: «El trascenden-talismo poético anhela elevar al hombre a im planode alta espiritualidad sin olvidar su realidad huma-

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na». Con esta distinción entre espiritualidad y condición humana se liquidan los ismos en PuertoRico." De ̂ ora en adelante, durante la segundamitad del siglo, los poetas descargarán su responsabilidad individualmente.Corresponde ver cómo se desarrolló la poesía a

partir de mediados de siglo, período relativamente reciente; nos proponemos hacer ima distinciónentre los poetas jóvenes a base de su ingreso y estudios en la Universidad, en casi todos los casos,en la Universidad de Puerto Rico. Si el concepto depromociones universitarias es menos adecuado queel de generaciones es una controversia que voy aevadir. Lo cierto es que resulta difícil utilizar elconcepto de generación debido al período tan cortoentre el 1955 al día de hoy, aim cuando no negaríaque las promociones universitarias desde 1955 constituyan una generación. Precisamente la utilizaciónde este criterio cronológico de promociones universitarias revela un primer rasgo de la nueva poesía:se trata de poetas que, casi en su totalidad, tieneneducación imiversitaria, en el mejor sentido. Son, enrealidad, poetas cultos. Es nueva la poesía a partir

14. Este manifiesto firmado por los poetas Félix Franco Oppen-heimer, Francisco Lluch Mora y Eugenio Rentas Lucas, apareció enAlma latina de 3 de julio de 1948 y pretendía que la poesía se forjasebajo una «actitud humanística», «una filosofía más bien ecléctica quedebe negar el pesimismo amargo de J. P. Saitre»; aspiraban a un«humanismo, romántico», a un «romanticismo esencial», alegaba que«nosotros no podemos negar la versificación, comprendemos que indefectiblemente tenemos que escribir en versos...» «Ahora bien, lo queno consideramos ni fundamental ni necesaria es la rima».

15. Ciertamente ocurrió algún ismo posteriormente —ejemplo, elEnsuefíismo—, pero careció de significado como patrón social de producción literaria. Precisamente este ismo, Ensueñismo, es iniciado porel profesor Cesáreo Rosa-Nieves, quien en su Historia panorámica dela literatura puertorriqueña. Editorial Campos, tomo ü, 1963, insiste,por inercia, no sólo en concebir nuestra poesía nueva en términosde tendencias y corrientes —quizá para justificar su anacrónico y somnolente ismo—, sino que ha pretendido encasillar a Violeta LópezSuria en uno de época anterior a su nacimiento: «Aunque no se haunido a ninguno de los ismos vanguardistas del país, en el verso deLópez Suria se notan aromas de algunas escuelas estéticas francesasde la postguerra: por ejemplo. El Superrealismo». (Página 631.)

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del 1955 porque repite el espíritu renovador delina tradición poética que aun cuando se describecon notas características desde principios de siglo,responde al mismo conflicto entre poeta y socied^,la inquietud frente a la complacencia política, en fin,entre el disgusto intelectual y el decadente g^toliterario. Frente al asedio, los poetas, al principio,responden con la clausura en el «Imperio del canto», tan alrededor. Pero hoy no contenta la evasión.Así se pretende el desahogo que, con la mano sobreel papel, ejerce la defensa propia que nos perndteel rechazo a la alienación. Hugo Margenat lo advierte en 1957:

Estos son poemas para la revolución,para leerse junto al fusil calienteo tal vez durante él destierro o tal vezdurante la muerte."

Porque la nueva poesía es presagio y vaticinio. Esla relación entre la ansiedad y la rebeldía y más queuna bandera sobre el hombro, es —¡pero, véalo usted mismo!— sin ponderación, el avance y la incitación a la lucha revolucionaria que se ensayó enla Universidad contra el Reserve Officers TrainingCorps (R.O.T.C.) desde el año pasado (1969); y entoda la isla, desde mucho antes, la masiva resistencia contra el servicio militar obligatorio en lasfilas del ejército norteamericano. Es la apertura ala revolución definitiva que niega la docilidad comopeculiaridad nacional por ser inadecuada para libertamos:

Soldado: asesino de la Patria.Hombre: rechaza el uniforme que denigra."

16. íLa fecha 1955 no pretende fijar de manera contundente elpreciso momento. En este año eran univerátarios los poetas queincluyo en la primera promoción de nuevos poetas.

17. Del poema «Eslabones», incluido en el poemario vanguardistaMundo abierto, San Juan, Puerto Rico, 1958.

18. Del poema «Sepa usted», Hugo Margenat, Mundo abierto, 1957.

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Antes de referirme a las promociones de los escritores nuevos, es necesario aludir a varios poetasnacidos alrededor de 1925 y que para 1955 todavía,en alguna forma, estaban vinculados a la Universidad de Puerto Rico. £stos poetas constituyeronima promoción intermedia y se caracterizan por unamarcada evolución hacia una sensibilidad distinta.Poesía que parece de transición entre la nueva poesía y la anterior a 1955. Hemos presenciado una alteración en el hacer poético de ellos. Así, comenzaron a escribir sustentando ima actitud tradicionalcon respecto a las formas y la idea de la poética.Jorge Luis Morales hace profesión de fe poética en

la poesía liricista cuando dice en el prólogo o introducción al poemario. Decir del propio ser: «Creo enla poesía como lo concreto indefinible en que se invierte el aroma íntimo de las cosas. Poesía es laconciencia del mundo que por su perfección de desnudez vacila entre la ausencia y la presencia. Decirdel propio ser es la exclamación interna del ser almomento de su autoencuentro...» Efectivamente,este libro de quince sonetos confirma una posiciónque predominaba entonces. No obstante, Jorge Luis,como razonable consecuencia de su inviolable individualidad, niega pertenecer al grupo trascendenta-Usta. Lo que no implica que hubiese una diversaideología poética entre él y los postulados de estaescuela. Una distinción marcada así aparece cuandopublica el libro La ventana y yo, 1960, pues JorgeLuis Morales inaugura, con verso übre, im temperamento en la memoria del lector. Siempre manteniendo un decir del propio ser porque la primerapersona en singular no ha sido interrumpida. Discurso a tos pájaros y la Jornada precisa son otros librossobresalientes de Jorge Luis.Juan Martínez Capó (1923) es de ánimo sosegado.

Su participación en la revista Asomante le* merecióun prestigio excepcional aun cuando no había publicado ningún libro. No conozco precedentes a este fenómeno de reconocimiento crítico «a poetas inéditos»,que hoy suele ser corriente, como lo prueba el caso

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de Juan Sáez Burgos y unos años antes los de JoséMaría Lima y Jaime Vélez Estrada. Martínez Capóno presenta ima excepción a la poesía lírica de ladécada del cincuenta pero es sobresaliente por sulenguaje culto, a veces convencional, nunca sentimentalista. Es poeta inteligente que puede expresarun pensamiento y «cantar» poco. Es, en fin, unapoesía meditada que proyecta la reserva de un poetaque publica su primer libro. Viaje, 1961, a los treinta y ocho años y lleva nueve años sin publicar otro.No sucedió lo mismo con Violeta López Su-

ria (1926), que en un período de diez años publicódoce. Violeta es una poetisa de tono menor yexuberante liricismo, siguiendo la tradición de nuestras poetisas. Pero recientemente \^ha ocurrido unatransformación en esta fina poetisa que ha sorprendido muy favorablemente. Es precisamente un magnífico ejemplo de lo que la nueva orientación puedeproducir. La evasión de su poesía anterior ha sidosustituida por profundas confidencias que tomanfuerte y a la vez melancólico su nuevo verso. Violeta con el Padre nuestro De Diego y Con los ojosabiertos responde al poetizar nuevo de verso coloquial y revelador del sentimiento político.Estos tres poetas. Morales, Martínez Capó, López

Suria, que destacaron en la década del cincuenta,se confiaron al signo de una poesía «que se vierteal aroma íntimo de las cosas» y con el tiempo alcanzaron voces originales. Que se desvincularan delas corrientes y los patrones usuales es de por sí meritorio.

La reorientación de la expresión y el temple influyó sobre escritores de generaciones anteriores.Tenemos noticias de escritores de diversas corrien-

19. De 1955 a 1965: Sentimiento de un viaje, 1955; Riverside, 1955;Poema de la yerma virgen, 1956; Unas cuantas estrellas en mi cuarto,1957; Diluvio, 1958; Amorosamente, 1960; Hubo unos pinos claros, 1961;La piel pegada al alma, 1962; Poemas a la Cáncora, 1963; Resurrección de Eurídice, 1963; Las nubes dejan sombras, 1965; Me va lavida, 1965.

20. Asomante, 1966, m. Versiones, 1967, V.

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tes que han tomado o retomado a una poesía decompromiso nacional o social. Encontramos, entreotros, a Graciany Miranda Archilla y a FranciscoMatos Paoli, más recientemente; además de J. I. deDiego Padró que mencionáramos. Algún intento hemos observado en Evaristo Ribera Chevremont, Vicente Geigel Polanco y Obdulio Bauzá, pero no afortunados. Nos llamó la atención el título Cartas deVietnam, de Obdulio Bauzá, pero de su lectiura nospareció que la colección no manifestaba una posición ideológica, ni siquiera que esta poesía liricistaidentifique a la guerra de Vietnam distinguiéndola decualquier otra. Peor aún, nos desagradó que estepoemario sentimental incluyese una nota biográficay otra crítica en tomo al autor, fecunda en citasde elogios que el libro no confirma. Sin embargo, nonos causó sorpresa porque lo solemos ver frecuentemente. Las Cartas publicadas por el autor en 1966fueron ilustradas pésimamente por Rafael MuzzioDíaz.

Aprovecho para repetir el nombre de Juan AntonioCorretjer en relación a su posición tan constanteque constituyó el enlace entre la tradición lírica deJosé de Diego y Luis Lloréns Torres y los poetasjóvenes.Pero, procede preguntamos, ¿qué sucedió a partir

de principios de la década del cincuenta para queocurriese ima mptura en la tendencia, en el desarrollo de la actividad poética? ¿Cómo es que apareceun quebrantamiento en las usuales corrientes de lafecha? Realmente no existe un hecho o una situa

ción específica que explique el nuevo suceso literario. Lo cierto es que en Puerto Rico ocurre la transformación de nuestra sociedad en ima de desarrollo

económico y apertura a la vida literaria intemacio-

21. Nos parece razonable mencionar que Corretjer es autor deuno de los poemas de amor más hermoso y significativo porqueDistancias confunde magistralmente sus profundos sentimientos, el quese refiere a la mujer amada, Consuelo, desde la cárcel preso, y elamor a la patria, la nuestra, con una pesarosa sensación de que noslá distancian inútilmente.

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nal. Con la nueva sociedad surge una visión del valor cultural que descansa menos en un patrimoniorur2d. Por otro lado se hace posible la educaciónimiversitaria para un gran número de puertorriqueños, aumento de la vocación literaria y las publicaciones, la distribución de libros extranjeros en elpaís así como la presencia de revistas internacionales en las librerías y, sobre todo, en la Universidad.Luego de la muerte de Pedro Salinas nos deslum

hra la presencia de Juan Ramón Jiménez en laUniversidad de Puerto Rico. Su estadía durante losaños 1953, 1954, 1955 fue inspiradora para los escritores universitarios. La lírica de los poetas españolesde la generación del veintiséis, la admiración a Matos Paoli y la tiranía de Pablo Neruda configurarona los poetas universitarios nacidos en tomo a 1936.Ya que nos referimos de ahora en adelante a

la nueva poesía en su sentido subjetivo, es decir, a laproducción de los poetas jóvenes, conviene una distinción, que, nos parece se justifica para fines deanálisis exclusivamente. Concebimos dos promociones. La primera incluye los poetas que para el 1955ya habían ingresado a la Universidad. La segundapromoción comprende a los poetas que estudisin enla Universidad para 1963. En la primera promoción,ya que habían terminado sus estudios para 1959, hallamos, sin pretender agotar la lista, a Hugo Marge-nat, Jaime Carrero, José María Lima, Jaime VélezEstrada, Ramón Felipe Medina, Anagilda Garrastegui,Manuel Fermín Arraiza, Reinaldo Silvestri, Edilber-to Irizarry, Jaime Luis Rodríguez Velázquez yLuis A. Rosario Quiles.Dentro de esta hornada vemos dos corrientes. Por

un lado, los poetas que prosiguen la vocación liri-cista: Manuel Fermín Arraiza, Jaime Vélez, RamónFelipe Medina y Anagilda Garrastegui. Todos ellosse reservaron para el canto, la meditación, el hondosentimiento. En fin, como liricistas, es decir, comopoetas de tesitura sentimental, abstracta, halagadorade la naturaleza y de las cosas, muchas veces sevalieron de formas clásicas. Todos conocemos esta

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tradición que ha predominado en nuestra poesía.Así, Manuel Fermín Arraiza, quien publicara un poe-mario de título signifícativo y muy amorosamenteescrito. Imperio del canto, 1965, nos dice, en la dedicatoria:

Para los que vendrán, porque nosotros nos iremos, este imperio del canto, con todo el amor, quees la única salvación posible.

M. F. A. (1961)

Esta afirmación se nos parece ima legítima aseveración de los poetas jóvenes sucesores de nuestromás valioso liricismo. Podría, igualmente, ser la pesimista conclusión del escritor joven actual que optapor el escape razonable para la personalidad muysensible ante la realidad menospreciable. PorqueArraiza, Vélez, Medina, Garrastegui constituyen espíritus similares que se benefician del inasequibleImperio del Canto.Ramón Felipe Medina en El ruiseñor bajo el cie

lo, 1956, adelantó un profundo liricismo revelador deuna vocación religiosa. Es, entre los poetas de su promoción, el más inclinado a la expresión poética de laexperiencia religiosa. Lo que no sería significativo sino revelase una combinación de su fervor por descubrir lo místico en las cosas ordinarias y la mesura quelas describe con acierto. Resulta ser, también, de losmás conservadores de la tradición liricista de hoy.Igualmente, Anagilda Garrastegui, quien en 1956 publicó Desnudez y luego Siete poemas a Hugo Margenat,en 1957, más recientemente Abril en mi sangre, 1969.Este último libro contiene, al principio y al final delmismo, una novedad a mencionar, im poema en dospartes, aparentemente en prosa, que no duda sucondición de poema. Tanto Ramón Felipe como Anagilda descansan en la circunspección, en la teoríaque aboga por las formas clásicas. Pero el representante más destacado de esta teoría se llama JaimeVélez Estrada. A los dieciocho años ya era un valorreconocido en los círculos universitarios. Un escritor

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brillante y con un caudal de conocimientos clásicosy literarios excepcionales. Del conocimiento profundo a la veneración por lo clásico, no hubo vacilación, en un poeta para quien las formas han sidoestructuras de libertad creadora. No conocemos

sonetos más acertados, en una formidable concurrencia de fondo y forma, escritos en nuestra nuevapoesía. Poesía que sólo hallamos en revistas localesy en una defíciente Antología de poetas universitarios de 1959.^^ Vélez Estrada tiene una marcada

tendencia al mensaje metafísico sin la pesadez ni lapretensión de hacer filosofía. Su lenguaje poético esexcepcionalmente puro y elocuente y tiene la virtudde una particular exposición de ideas, de una dialéctica rica y rigurosa y un humanismo clásico únicoen nuestra nueva poesía. El oficio ha presentado eneste escritor la contradicción más l2imentable: la

dedicación total a la poesía se hizo difícil por sermás exigente continuarla cuando ya no parecía —según confiesa el propio poeta— que nada había quedecir. Por ello dice Vélez Estrada:

Silencio cierto que mi mano apresa.

Y como Teseo dentro del laberinto, antes de hallarel camino de regreso, se angustia por sentirse per-'dido en un mundo con demasiadas posibilidades dellegar a ningún sitio. Vélez Estrada se encuentra impedido para abordar una amantísima actividad queno ha realizado en los últimos años, pero siguiendoel conocido mito, así como el héroe griego tuvo el

22. Selección y notas de Ramón Cancel Negrón y prólogo de Cesáreo Rosa-Nieves, Antoiogia de la poesía joven universitaria. Editorial Campos, 1959. Se trata de catorce poetas seleccionados de manera peregrina, ya que no se resolvió con un criterio determinadoy justificable. El prólogo es una sopa de letras sin mixtura. Los poemas constituyen desiguales improvisaciones y buenos intentos, excepto«Poemas del Washington Square», de Jaime Vélez Ebtrada. Los poetas, excepto Arraiza, y algún otro, se ahogaron sin publicar un libro.La encuademación del libro por la biblioteca. Colección Puertorrique-fía, de la Universidad de Puerto Rico, es buena.

23. De los últimos sonetos suyos en Versiones de mayo de 1967.

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ovillo que le proveyera Dédalo, Vélez Estrada tieneel talento que ha de procurarle salida.En la segunda tendencia de esta primera promo

ción de poetas que estudiaba en la Universidad dePuerto Rico para 1955 hallamos a Hugo Margenat,Jaime Carrero, José María Lima y Luis Antonio Rosario Quiles.Una nueva perspectiva, una misión del poeta, ima

muerte temprana, 1957, describen a Hugo Margenat.Dio tiempo para cuatro libros y en el primero. Lámpara apagada, 1954, ya la premonición se deletreaen los versos de la dedicatoria:

a los propensos a la muertea las tristezas hondasdel espíritu demasiadohumano.

Este sucinto poemario no sólo es augurio, también revela una lírica que no canta sino que lamentael agotamiento de lo que nos hace humano. Intemperie, 1955, son poemas que tienen el alcance de corroborar la calidad del poeta que escribió el libroanterior. No así Mundo abierto que nos dejara enla fecha de su muerte. En este poemario hallamosun avance de la poesía que escribimos actualmente.Es, realmente, la apertura a la realidad. Hugo fuequien primero nos la descubrió. En el poema, «Pri-^®ra voz», que apareciera en este libro se deshizo elliricismo y el imperio del canto, para advertirnosdel ambiente y el ministerio:

Entonces, hermano, volverás al espejoy tus labios estarán mojados de areytosy te sentirás profecía,y oirás de cerca al cemíque contra un rubio foete viene, sin tnisterios, a pro-

Iclamarte tiro.

El día de su funeral los poetas universitarios quele despedimos fuimos prevenidos de la actitud inex-

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cusable, como un verso originario e íntimo: sobrenuestro ataúd nada más que nuestra bandera y, sólosobre nuestro cadáver, una bandera extranjera. Heaquí el poeta cuya muerte interpretó poesía. Quienconsidere que la muerte prematura de Hugo Marge-nat malogró un poeta excepcional debe releer Mundo abierto. Hugo fundó el concepto de la nuevapoesía puertorriqueña. Fue precursor y adivinante,protagonista y proyecto al futuro de nuestra generación. Si, en su caso, existiese controversia sobre mispalabras me remito a im hecho conciliador: Mundoabierto, la muerte no acabó con él. Póstumamentetambién apareció Ventana hacia lo último, 1961, quetuvo análoga función a la del libro Intemperie.Jaime Carrero es pintor y José María Lima profe

sor de Lógica Matemática. Representan la máximalibertad formal y desligamiento de la tradición literaria. Carrero, conocemos ha publicado algunos libros, proyecta en su poesía su estilo pictórico tanprofundo en color tropical, jovialidad e ingenio. Noredacta el verso con integración, en sentido de alcanzar unidad de pensamiento o frase en el verso. Nopodemos evitar asociar su pintura, abundante de elementos antagónicos, con los «collages» poéticos quecarecen de la configuración que el compás y el ritmo otorgan. José María Lima sí procura ese rasgorítmico que nos ayuda a oír. Su poesía por másirregular en su forma se nos figura redonda y suave.Lo que nos parece seguro es el designio de Carreroy Lima de romper con las formas, inclusive con laversificación. Cuando nos referíamos a Carrero decía

mos que no redacta con integración el verso, sinembargo, Lima sí mantiene integración del verso

24. Aquí los j^ngeles, 1960; Tiranosauro Rey, amén, amén, 1963;Neorican Jetliner, 1964; Las computadoras del Sol, 1970. En el veranode 1969, Carrero renunció al Premio de Poesía del Festival de Navidad del Ateneo Puertorriqueño del 1966, que comprometía al Ateneoa la publicación del libro y para la fecha no lo había hecho. Aparentemente el Ateneo se halla en dificultades económicas y no hacumplido cabalmente con la oferta de sus Festivales de Navidad depublicar los libros premiados. No obstante, todavía la mantiene.

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que informa un ritmo íntimamente confundido a suespontánea expresión. Ahora, él opina que en lo quese refiere a su poesía la longitud del verso es arbitraria y si la línea contiene varias o muchas palabras es pura coincidencia. Lima publicó en 1966, junto con su mujer, la poetisa Angela María Dávila, ellibro más importante del año. Pero el Homenaje alombligo pasó desapercibido por la crítica, como suele suceder. En el Homenaje ambos dan y a la vezguardan, una confesión en cada línea. Un secretosimilar en virtud de una convivencia y una opiniónpoética común. Angela María Dávila nació en 1944 ycorresponde, a los fines de la distinción hecha eneste ensayo, a la promoción posterior de poetas queeran imiyersitarios para 1963 pero nos parece acertado decir en este espacio que fue seleccionada parala Antología de jóvenes poetas publicada por el Instituto de Cultura Puertorriqueña en 1965. En éstase nos presenta una poesía con la inqmetud amorosatípica de las poetisas —de los poetas— adolescentes.Se vislumbraba una cualidad de fortaleza no usualen nuestras poetisas. Y en el Homenaje al ombligoAngela no titubea ni está con rodeos. La inclinaciónsentimental aparece con ima madurez que aporta valor a su oficio.

Lilis Antonio Rosario Quiles publicó su primer poe-mario La vida que pedí, en 1958. Director de la rerevista Versiones, cuadernos de poesía y pintura actual, que fundara en 1966, ha saltado desde su complicado poemario a ima poesía social según se desprende de su poema «Desperation», 1960.^® Pero yacallo: sobre mí hablen otras manos.En conclusión, Margenat, Carrero, Lima y Rosario

Quiles se lanzan a la realidad de nuestro tiempo yaunque con una inclinación menos extensa al tema político, en comparación con los poetas de la promo-

25. Aparecido en el núm. 29 de la Revista del InOituto de Cultura Puertorriqueña, 1965.

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ción posterior, sí con grave temperamento y un lenguaje radicalmente ausente de inhibiciones, que,con temeridad, refiere la experiencia cotidiana. Calificar de sinceridad no destacaría en lo más mínimoel poder de sus palabras para despojar la retóricaque fatiga la decisión de expresarse plenamente.Antes de referirme a esta enorme promoción de

poetas que estudiaban en la Universidad de PuertoRico para 1963, haré un paréntesis para aludir brevemente a dos poetas cuya especial biografía no seajusta a la cronología que sugerimos en este escrito.Guillermo Núñez es descrito en su biografía comoutuadeño. Dice que nació en 1927 y que estudió hasta segundo grado elemental por ser de familia muyhumilde. Es el autodidacta más destacado del país.En madurez ascendente Núñez cuenta con el poema-rio Esta voz primera, 1964, anterior a Esta otravoz, 1966, que es honda e in^cativa de la capacidadpara la hazaña de un íntimo libro de ciento cuaren

ta y cinco poemas de amor. Esta voz amor, 1968, escritos sólo en el mes de marzo de 1967. GuillermoGutiérrez, que también nació en Utuado, 1928, no sólocomparte el nombre y amistad, el lugar y casi la fecha de nacimiento de la biografía de Núñez, sinoque también es im liricista digno de nuestro patrimonio literario. Luego de combatir en la guerra deCorea ingresa en la Universidad de Puerto Ricodonde luego de obtener su Bachillerato en Educación en 1957, ha obtenido su Maestría y enseña enla Escuela Superior de su pueblo. En 1964 publicaun halago a la Isla, Islerias, y más tarde publica unlibro de treinta Sonetos indios, 1967, con la intenciónde hacerle épica al indígena nuestro.Como hemos repetido, la segunda promoción de

poetas son los que nacidos alrededor del 1940 estudian en la Universidad en 1963. Nos hallamosante la afortimada coincidencia de im conjimto depoetas unidos no en términos de escuelas o movimientos poéticos sino por la ideología nacionalista,

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la militancia política, la colaboración en el oñcioliterario y, sobre todo, por la íntima amistad.Es muy difícil ejercer el vicio académico de tra

zar influencias. No obstante estos poetas han afirmado su admiración por Juan Antonio Corretjer, lospoetas españoles Miguel Hernández, Celaya, Blas deOtero y otros de la misma inclinación poética. Perola mayor influencia no la encontramos en las personas sino en el sentimiento patriótico y la solidaridad con el pueblo de Puerto Rico, móvil esencialde la producción literaria de la nueva poesía.Diferente a los poetas anteriores en nuestro país,

esta promoción realiza principalmente ima literatura no liricista. Nos hallamos ante poetas con templeviril que rechazan nuestra situación político-social,no Uricistamente sino dramáticamente. Podríamosnombrar más poetas que los que a continuaciónmenciono pero decidimos seleccionar a Juan SáezBurgos, Andrés Castro Ríos, José Manuel TorresSantiago, Vicente Rodríguez Nietzche, Marcos Rodríguez Frese, Antonio Caban Vale, Wenceslao Cerra Deliz, Edgardo López, Edwin Reyes, Marina Ar-zola. Éstos, entre otros, se agruparon en tomo a larevista Guajana. Por otro lado, unos años más tarde, con la inauguración de la revista Mester, se agra-paron Jorge María Ruscalleda Bercedoniz, CarmeloRodríguez, Billy Cajigas, Iván Silen, Juan I. Crespoy el autodidacta Salvador López González. Más jóvenes aún, Víctor Fernández Fragoso, Irving Sepúl-veda, Guillermo Rodríguez Haddock, Alfredo Villa-nueva y las encantadoras Etna Iris Rivera y SusanaMatos.

26. Prueba de eUo es la mencionada Antología de jóvenes poetas,en cuyo brevísimo prólogo el profesor José A. Torres Morales anota:

lectura de los poemas xecogidos en este ensayo antológico evidencian una unidad subyac^me, unidad que se apoya en la amistad delos ^opios poetas compartiendo lecturas y preocupaciones, estudios yconvivencia en el ámbito común de cultura. El centro de gravitadónradica en el medio universitario, y la formadón literaria se derivaprincipalmente del aula. Los poetas, además, se agrupan por su con-temporanddad: no hay mayores distandas entre las edades de unosy otros, pues nacen al inidarse la década del 19^.

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La característica sobresaliente de esta promociónes, por im lado, la fuerza, vigor de su temperamento, y por otro, la temática política; en fin, la rebeldía frente al lamentable y vergonzoso problema colonial. Poesía de impaciencia y desesperación: poesíaa mano armada.Se nos ocurre pensar que a la posición ideológica

que trasluce este ensayo podrían levantarse objeciones de índole ideológica igualmente. Y hacemos estaobservación, casi innecesaria, porque las objecionesserían válidas si no se apoyase el juicio de la poesíaque aludo en otro criterio de excelencia. Es decir,aun cuando endoso un tema necesario no pretendoelogiarlo. Definitivamente, en tomo a la nueva poesía subyace, insistimos, un valor literario que esesencial y no incidental a posiciones ideológicas. Merefiero, de nuevo, a la antología que prosigue a estas palabras, para que la mejor evidencia concluyael jmcio del lector. Adicionalmente apimto, por otrolado, que en cuanto a poesía, es más, en cuanto acualquier género, el tema no es un aditamento incidental ni el estilo poético un modo de decoración.Igual que contenido y forma no se pueden desintegrar, el tema de im poema no se puede desligardel decir original del poeta. Por ello sería ridículopensar que José M. Torres Santiago sería mejorpoeta si en vez de ser socialista fuese burgués. La especulación, de por sí, resulta extravagante.Éste quizá sea el lugar propicio para aclarar que,

como afirma Friedrich, la lírica del siglo veinte nova más allá de lo alcanzado por poetas como Nova-lis, Poe, Baudelaire, Rimbaud y Mallarmé.^' Los jóvenes poetas —¡vamos!— tampoco lo hacen. La poesía revolucionaria de Puerto Rico es igual que lademás poesía revolucionaria de Hisp2moamérica ensu sentido social, pero una revolución en la poesía,es decir, una poesía con una dialéctica diferente a laheredada por la lírica europea del siglo pasado que-

27. Hugo Friedrich, Estructura de la lírica moderna. EditorialSeix Barral, S. A., Barcelona, página 239.

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da por hacer. Es probable que una vez se alcancesatisfactoriamente una revolución marxista los poetas descubran, ya menos preocupados por la justicia socio-política, una poesía en sí misma revolucionaria.

Luego del paréntesis y las reservas, podemos continuar la descripción. Se trata de la poesía con ira,tan honda y anterior hasta nuestros indígenas y tandramática como los dos mimdos de sofísticación yhumildad, de ostentación y pobreza que tan disimuladamente ignoran los oportunistas políticos actuales. Lo mismo cabe decir que la expresión poéticade la circunstancia no siempre es acertada. Encontramos que, relativamente menos que lo que debeesperarse en poetas jóvenes, existe el panfleto y lafalta de rigor en la nueva poesía que pretende ladenuncia social y la afirmación patriótica. Pero estosucede en toda literatura.Es difícil discernir rasgos estilísticos privativos en

estos poetas porque sería prematuro por ser escritores en desarrollo y, adicionalmente, porque la homogeneidad de ellos no sólo deriva de la edad y coe-taneidad sino en el senthniento y el talento. No debeinterpretarse que son voces al unísono porque cadauno de ellos tiene voz propia. Los libros publicados,recientes. Minutero del tiempo, 1965, de Carmelo Rodríguez Torres; Posesión de plena permanencia, 1966,de Jorge María Ruscadella Bercedóniz; Muertefundada, 1967, de Andrés Castro Ríos; La paloma asesinada, 1967, de José M. Torres Santiago, aportan unamanera de escribir versos diferentes entre sí, xmaorientación y sensibilidad divergente. Pero no sólolos libros revelan escritores interesantes: Juan SáezBurgos, Marcos Rodríguez Frese, Iván Silén, BUly

28. Sobre una poesía en su esencia revolucionaria, una^ poesía delfuturo, resulta verdaderamente interesante la visión de Octavio Paz, Lossignos en rotación. Editorial Sur, 1965.

29. En el Festival de Navidad del Ateneo de 1968 y 1969 obtuvolos i^remios consecutivamente para los poemas Todo un hombre y^rbol prohibido, respectivamente, inéditos.

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Cajigas se han valido de revistas para demostrarse.

Entre ellos nos interesa Sáez Burgos, Castro Ríos,Rodríguez Frese, Rodríguez Torres, Ruscalleda y Ca-bán Vale porque lo que conocemos de ellos resultano ser desigual en calidad y mantienen el rigor depoetas que rechazan la improvisación. Claro, no implica que cualquiera de los otros sea inferior poetaque los preferidos por nosotros. Insistimos, el talento no los diferencia.El poema «La paloma asesinada», del poemario del

mismo título, de Torres Santiago, o «A ti criaturanatural», poema de Rodríguez Nietzche, son tan buenos como los mejores de aquellos poetas.Aprovecharemos para, de inmediato, citar íntegra

mente, «La paloma asesinada», de Torres Santiago:

LA PALOMA ASESINADA

Cualquier sol puede asomar la piel de la sombra.Por aquí im equilibrio destrozado,la zarpa brutal de las noches rotasmientras el fuego destructorprende en los días la paloma asesinada.

Un asma azul,una piedra remota,los bárbaros de botas multiplicadasy las rodillas sanjgrantessin más cicatriz que el llanto.

Una esquina de hambre,los cuerpos explotados,el arrabal, el niño, los brazosy la terrible verdad de los muros asesinados.

30. En el Festival de Navidad de 1961 del Ateneo Fuertoniquefio,se piemió un poemario a Juan Sáez Burgos, todavía inédito a pesarde la oferta de publicación del concurso: Un hombre para el llanto,

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No puede esta isla la pasión de sus amaneceres.La paloma sangra en la bayoneta del bárbaro.Un sol de tanto siglo que asoma tardes inmensas,el canto que en los cuerpos prende la annonía,las uvás,las bodas con el cielo amanecidoy la piedra desnuda de las noches asesinadas.

¿Qué presiento en la hora, qué buscoen el retrato gris, en la esquina que piensasi mañana hay un dolor de muerte?

Pero es la paz, esta terrible paz.Esta paz podrida que aterra cuando miro la sombra.Esta paz de mierda que escombra las manos callosas.

Un sol de tanto siglo.Un sol que podría encaramarse en la arteria de las

[cosas.Un sol, im sol, un sol...

Sin embargo es la nada,la multiplicación del hambre que asesina,el mercader del hijo procr^do.

III

Esta inquietud que aguarda la soledad oscura de[ventanas muertas.

Este agolpar del siglo en miradas cortadas,la sombra remota, el crimen,el pie inmenso de la naday el golpe gris que asesina los soles multiplicados.

Esta inquietud certera,este golpear,la terrible cicatriz de la nada,el niño de la esquina,el pordiosero,la mano que trabaja.

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la increíble maldad del hambre,su paz asesinada,los ^

V este oscuro sueño de octavos díassin más sol que el aire de la sombra.•Quién puede aspirar a la piedad sencilla? ¿Quién?^Quién al monte apacible? ¿Quién?.r»tii<ín si hay en esta esquina un caudal miserable•- ' [de hambre?

Esta inquietud sincera no puede su siete descuarti-[zado,

su tres obtuso, su córnea,su alción asesinado.

La piedra rechaza el imperio de la sombra.

IV

El centro de la nada,el mundo inútil,la corola que centellea el hambre caída,la peste del poder,los enajenados de la sombra,el volumen inmenso de la caverna podrida,su charco de sangre,su paladar,su traspiés amanecido,la burda mirada,y una islasin otra luz ni vía,sino la que en la multitud de pájarosbusca la gran revolución...

Verdaderamente esta es la sombra del mal,la boda oscura,la sangrienta raíz,la reacción absurda, el crimen imperial.

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He ahí la paloma degollada,el cuchillo de la muerte,el sesgo íntimo,la raíz primera del imperio de la sombra.

Un bucle tenso,ima espalda marcaday el pájaro enajenadodonde la flor es el espanto.

Esta isla, estas islas...Estas tierras asesinadasy la locura de la sombra sin sentido.

En virtud de los altos precios de publicación, lasrevistas constituyeron la fuente bibhográfíca principal de la joven poesía. A partir de los inicios de lasegunda mitad de siglo en la Universidad ociuren varios intentos de revistas literarias. En 1955 recordamos Jaicoa y Yunque, pero la verdad es que ambasno son sino ejemplo de intentos. Podría considerarseextraordinaria la perseverancia de Bayoán, dirigidapor Luis Hernández Aquino, que por más de doceaños se ha publicado, irregularmente. Fuera de laUniversidad, Asomante, revista de la Asociación deGraduadas de la Universidad de Puerto Rico, ha sidopor más de veinticinco años un selectivo canal de lapoesía actual. Igualmente, la Revista del Instituto deCultura Puertorriqueña, desde 1957.Pero las revistas no tienen signifícado como biblio

grafía del género hasta la aparición de Guajana,como experimento desde 1962, como órgano definitivo desde 1964-65. Más tarde. Versiones, 1966, yMester, 1967." Independientemente del víilor literario de las revistas, de su calidad tipográfica —^las tresnombradas son las más sobresalientes— las mismas

31. Excepto Versiones, son revistas universitarias en su origen,como lo fue Surcos. Recientemente apareció una nueva dirigida porLuis M. Santaella, Tentativa. También consignamos la publicación dePalestra, dirigida por Irving Sepúlveda.

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constituyeron el lugar de la nueva poesía. Esta condición confiere, en sí, una significación histórica alas revistas. La idea de que la nueva poesía se hallanecesariamente en las revistas de poesía no tienealcance exclusivista. Verdad es que en Puerto Ricolos poetas jóvenes han acumulado pocos libros. Perolamentablemente, no todos los poetas jóvenes hancultivado poesía de vanguardia. Éste es el caso dellujoso libro Aunque quise el silencio, de ArturoTrías, Troutman Press, 1967. Resulta curioso im librode sesenta y cuatro atractivas páginas impresas, consesenta casi poemas cortos que suman en su totalidad —^no resultó laborioso contarlos— doscientos

cuarenta y siete cortos versos, el más extenso de seispalabras, incluyendo artículos, que en pura matemática, hacen el promedio de cuatro versos por poema.En determinado caso es posible que un libro de talextensión pueda ser suficiente peira damos ima ideadel poeta. Sin embargo, en el caso específico deTrías, como dice Rodríguez Nietzche, no produce elementos para un juicio, no sólo porque el libro seabreve sino por ser breve el dato poético. Conocemospocos libros de tono tan menor y tan chico. Aimcuando no elimina la posibilidad de un futiuro poetatalentoso, tampoco lo confirma. Sencillamente nonos aventuramos al juicio, apenas a la impresión, apesar de la autoridad que lo prologa.Decíamos que estas revistas de la nueva poesía si

guen una trayectoria que se inicia en la Universidady que hoy sale del campus. Este fenómeno de las

32. Luego de escritas estas palabras tuvimos noticia del poemario144 poemas - 2 libros, en el cual Arturo Trías y Hjalmar Flax sonco-autores. No hay certaa de premeditación en esta publicación auspiciada por los co-autores. Trías reincide, no obstante, en poemas cortosen torno a recuerdos, pensamientos que pretenden ingenio, en comentarios de un espíritu abrumado por el tedio. Hay certeza deque el co-autor Flax, camina de la mano. Por otro lado, posteriormente, mediados de 1970, aparecieron El juicio de Víctor Campólo,con una curiosa nota de los editores reservando a Víctor Campóloel derecho de autor, y Después del suicidio, de Iván Silén, cuya novedosa poesía política ha provocado un hecho extraordinario: el público está comprando ambos poemarios.

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revistas es la proyección nacional de una corrienteinternacional como no resulta difícil confirmar enlas librerías. En fin, Guajana, Versiones, Mester,han rendido una función muy importante. Pretendieron ser cuerpo de ima vocación literaria y patriótica.Insistieron en ser lugar de las guerrillas —^mañanaserán las calles— destinadas a la recreación dramá

tica de nuestra lírica. Todo ello para contradecir aJuan Ramón Jiménez que, en aparente elogio, dijoque Puerto Rico era una isla para cantar.Termino con nuestra propia alegación. Es cierto

que la poesía es revelación y testimonio, querella,denuncia, pero no puede solucionar problemas ideológicos. Es cierto todo esto. La nueva poesía es nueva porque realiza en forma eficiente las funcionesde proyección de un pueblo, el testimonio de su espíritu a través de un nuevo lenguaje, una diferenteexpresión, dentro de im marco internacional, no exclusivamente nacional, de convivencia literaria y estimación crítica.La poesía nueva apunta nuestra problemática y la

lamenta, revela nuestra conciencia nacional y se rebela contra la inconsciencia social; constituye míaqueja que se recibe como im sonido al principioleve y que, últimamente, la juventud recoge como unrebelde ruido desde el fondo de nuestro ser colectivo.

La poesía nueva es la evidencia que no nos incrimina. Es testimonio que aportamos al juicio hispanoamericano de un Puerto Rico que ha sido dócilpor atrapado y que ahora al menos, despierta con lavoz de sus poetas para permitimos la alegación máselemental de un pueblo: la confirmación del verdadero espíritu nacional.

33. No obstante, para julio de 1970 se corroboró nuestra impresión de la decadencia de las revistas literarias de poesía no sólo foerade Puerto Rico, como lo evidenció su ausentismo de nuestras librerías, sino que en nuestro i»ís Versiones cesó su publicacióndos afios; Guajana abandonó su regularidad —un solo número en anoy medio—; Mester ha quedado «suspendida» desde septiembre de 1969.

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NOTA SOBRE LA SELECCION

El criterio para seleccionar los poetas ya se justificó en las páginas del prólogo. Sólo resta apuntarque los poemas escogidos como ejemplos de lanueva poesía, posiblemente no sean los mejoresejemplos, pero son los conocidos, según hemos investigado en libros y revistas, especialmente enrevistas; específicamente, en Guajana, Versiones yMester. Nos dejamos orientar por lo nuevo, lo excelente, lo reciente del poema. En el caso de poemasde poetas no jóvenes, en el sentido objetivo del término nuevo, según explicado en el prólogo, predominó el criterio de la novedad. En el caso de lospoetas jóvenes nos guió el valor de excelencia. Enambos procuramos poesía reciente.Con respecto al orden de aparición decidimos se

guir el consabido criterio cronológico, excepto en elcaso de Luis Antonio Rosario Quiles que, por habersido responsable de la selección, creyó que algunabenevolencia ganaría cediendo el turno.