Poemas para salvar Las Tablas

22
POEMAS para SALVAR LAS TABLAS MOLINO DE MOLEMOCHO Las Tablas de Daimiel Diciembre de 2012

description

Poemas leidos en Las Tablas de Daimiel el 16 de diciembre de 2012 en una acción de la campaña "Ya toca un plan de gestión para Las Tablas de Daimiel".

Transcript of Poemas para salvar Las Tablas

Page 1: Poemas para salvar Las Tablas

POEMAS para

SALVAR LAS TABLAS

MOLINO DE MOLEMOCHO Las Tablas de Daimiel

Diciembre de 2012

Page 2: Poemas para salvar Las Tablas

2

POETAS X SALVEMOS LAS TABLAS - José Mª Lopera, 1929, Alcaudete (Jaén) Las Tablas de Daimiel, Las Tablas de Daimiel hoy - Higorca Gómez Carrasco, 1946, Barcelona Agua en la Mancha, Río Guadiana - Dionisio Cañas, 1949, Tomelloso (C. Real) En lugar ajeno - Miguel Galanes, 1951, Daimiel (Ciudad Real) Agua, Laguna - Juana Pines, 1953, Manzanares (C. Real) Insomne, Nunca una hoguera - Manuel Juliá Dorado, 1954, Miguelturra (C. Real) El olor de la vida - Mara Romero Torres, 1956 Cogollos Vega (Granada) Besos alados, Tablas un oasis, Tapiz de ova - Magda Robles, Granada, 1977 Gaia alumbra, Madre Tierra - Elisabeth Porrero, Ciudad Real, 1977 El Paisaje, El río

ILUSTRACIONES

- Higorca Gómez Carrasco

Cartel-Portada: Tania Bonilla

Page 3: Poemas para salvar Las Tablas

3

PRESENTACION

Hoy me siento muy pequeña, ínfima. Y me siento así porque estoy rodeada de grandes

poetas, gentes de letras que aman como yo estas inmensidades.

Soy esa gota perdida en un oasis que está en una región que aquellos que no la conocen

piensan que es ¡tierra seca!

Esa es la razón por la que estamos aquí, para gritar a los cuatro vientos que esto se tiene

que cuidar. Ya estuvimos una vez a punto de perder este paraíso, quizás por la

ignorancia, o por egoísmo de poder regar en libre albedrio las tierras de labranza, sin

pensar que esto es lo que en realidad contribuye a traer esa lluvia necesaria sin tener que

robarla a un acuífero, manantial de riqueza. ¿Todavía no nos hemos dado cuenta del

daño que hacemos al ecosistema?

¿Cómo no vamos a dedicar unas letras a estos hermosos humedales? Nosotros aquellos

que nos “llamamos” o, mejor, nos llaman poetas, somos los mejores emisarios para

llenar de palabras esas tierras anegadas de tanta riqueza.

Entrar dentro de las Tablas es sentir la profundidad de los ríos que les entregan sus

aguas.

Caminar despacio, escuchando el silencio, ese silencio tan importante para poder

reflexionar y después llevar a cabo esas pinceladas de color en un lienzo y ¿Por qué no?

En un trozo de papel, que puede ser limpio o menos limpio para pasarlo luego por fin a

libro.

¿Hay algo mejor que pasear por entre los Tarays? Viendo cómo cambian de color en

cada una de las estaciones. Ver como se posan las libélulas sobre las aguas, o en esas

flores que podemos encontrar. Y de pronto, quedarse quieta porque una mariposa negra

esta libando de una hermosa flor morada que sale de un cardo, para luego verla partir en

una endiablada danza en busca de otra.

Todo me parece un paraíso, pisar despacio para no dañar esa tierra que la naturaleza ha

puesto para poder disfrutar.

Mirar al cielo y ver como vuelven las aves en el atardecer buscando refugio cuando el

ocaso ha vuelto el sol rojo como evocando ira. Ira por que se pierde entre las sierras

para aparecer en otro lugar.

No quiero quitar más tiempo a estos amigos, compañeros, maestros que han tenido a

bien acompañarnos en este día tan especial y que también quieren gritar fuertemente

que debemos cuidar el humedal manchego.

Para terminar y dar paso a ellos, dejo mi grito.

Dejar el Guadiana en libertad que quiere sus aguas verter en Las Tablas de Daimiel.

Le doy las gracias al director del Centro de Interpretación del Agua, don Alejandro del

Moral que ha tenido a bien el confiar en mí para presentar a estos grandes poetas, mejor

diré maestros de las palabras, de las letras.

Higorca

Page 4: Poemas para salvar Las Tablas

4

Page 5: Poemas para salvar Las Tablas

5

LAS TABLAS DE DAIMIEL

Las Tablas de Daimiel

batiendo alas

en ojos de agua generosa

me seducen.

Aquí la luz es vida que planea

ceñida al cielo

o se hace mansa por cañaverales

entre velas

palmípedas

que alientan.

Un graznido de garzas imperiales

Se oculta en las eneas

Hay un gigante espíritu

ancestral

que late en “trompeteo”

de altisonantes grullas

y otros tiernos arrullos

que en instinto de especie

bajo las plumas cela

El viejo Guadiana,

trasminando su esencia,

abre sus ojos

y lagrimea alegre este prodigio.

Las tablas de Daimiel,

ponen cielo en mi alma

que se irisa

con resplandor sublime.

diluye

El poderoso río Guadiana,

Absorbido el salitre del Cigüela,

Desaparece soterrado y cuela

Y en Tablas de Daimiel por Ojos mana.

Abriendo ojos en que el agua cuela

donde la tierra Daimiel es plana.

José Mª Lopera

Page 6: Poemas para salvar Las Tablas

6

LAS TABLAS DE DAIMIEL HOY

(Poema escrito en métrica

de Seguidilla Manchega.)

En donde abre sus ojos

el Guadiana,

bucean siempre plumas

y vuelan alas.

Viva la Mancha,

embrujo de Daimiel;

tierra del alma.

><

Las Tablas de Daimiel

son un prodigio

de agua terca que sabe

rizar el rizo.

Tiene los fueros

y el alma quijotesca

de los manchegos.

Y eso no es todo:

Dios que riza los rizos

está en su logro.

Poema inédito

Copyright-José María Lopera.

Page 7: Poemas para salvar Las Tablas

7

Interpretada por la coral “Molto Vivace” de Daimiel

AGUA EN LA MANCHA

El agua en tu tierra

¡La Mancha!

Corre ahora en libertad,

no hay nada que la ate,

nada que la detenga,

es libre como ese aire,

que levanta las más fuertes

polvaredas.

El agua llena los ríos,

llena los humedales,

de esta tu hermosa tierra.

¡La Mancha!

Mejor, Castilla-La Mancha,

que riegue los campos

que no se la lleven...

el agua es nuestra,

que aquí sedientos

todavía estamos.

Page 8: Poemas para salvar Las Tablas

8

Higorca

RÍO GUADIANA

El tortuoso río Guadiana

busca el camino,

el camino que a veces le tapan

porque no saben las gentes

que el agua tiene su cauce.

Que el río se siente andante,

que el agua es…

como un caminante.

Un peregrino del mundo,

que va con su mochila

cargada de nubes.

Caminando por la vida,

sin encontrar tropezones.

Alegre el Guadiana corre,

desde que nace, hasta que muere

dando riqueza,

levantando albores.

Que el agua, busca amores,

no pongamos rocas,

no tapemos cauce,

¡¡¡que salgan flores!!!

a su paso por la tierra,

el agua es riqueza, es amor,

el agua es alegría,

el agua es libertad

el agua es también poesía

Higorca

Page 9: Poemas para salvar Las Tablas

9

EN LUGAR AJENO

1

Hoy luce más el lucero de la mañana. Los árboles se han arrancado de la tierra con sus propias

ramas. Las piedras se han levantado y empiezan a volar hacia arriba. Las fuentes y los ríos se

han alzado y fluyen hacia el cielo. Hoy ha dejado de ser hoy y los relojes se han parado para

siempre. La tierra se ha quedado desnuda. Por el horizonte viene una mujer que no habla. Ella

es el corazón del mundo, el centro del universo, está preñada de ti y de mí, trae la luz del

amanecer pero tus ojos ni los míos la verán jamás, porque hoy ya no es hoy y no habrá noche

para consolar esta tierra desierta donde sólo vive el rumor de las palabras.

2

Pasarás por el sendero por donde yo pasé y no te acordarás de mí, pero para ti no habrá olvido

posible porque nadie volverá a pasar por el sendero por el que tú pasaste.

3

Y esta mugre hermosa que hoy cubre tu cuerpo tendrá tu nombre. Nadie sabrá dónde viviste ni

cuál fue tu edad, como un beso de podredumbre te besará la muerte, con un abrazo de óxido

volverá el viento a soplar sobre tu esqueleto. Amarás la grieta del tiempo por donde pasara tu

vida a otro territorio. No temas el futuro, estaba ya escrito en tu pasado, pero hay nubes espesas

que esperan para amarte; del cieno más abyecto nacerá una flor de hielo que dará luz a otros

hombres entre los escombros de tu vida.

4

Una calle vacía engendra sueños tan poderosos como una montaña o un desierto donde sólo

habita tu corazón abandonado.

5

"No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la

tierra, ni en las aguas debajo de la tierra" (Éxodo). Y el mundo se llenó de imágenes del cielo,

de la tierra y de las aguas. Pero tú sabes que tu vida y tu muerte están unidas para siempre como

una escritura que se va borrando, como una fotografía invisible de tu propio corazón.

Page 10: Poemas para salvar Las Tablas

10

6

Soy mi propio padre y soy mi propio hijo, soy el padre de vuestros hijos y el hijo de de vuestros

padres. Soy la Vida y soy la Muerte, soy la muerte de la Vida y la vida de la Muerte. Soy la

palabra del blasfemo y la voz del creyente. Soy el canto que enmudece en la garganta. Soy el

ciego que ve lo invisible y el vidente que lee la oscuridad. De mí no esperes nada, ya sabes que

te lo di todo porque antes de haber nacido ya eras pura transparencia.

7

Si sueñas con el Amor acabarás vencido. Si sueñas con la Muerte acabará venciéndote. Sueña la

Vida y vencerás al Amor y a la Muerte.

8

Como una imagen que se escapa de la palabra que la tiene encarcelada, nos salimos de la Vida.

Atrás queda nuestra existencia muda, muerta, garabato, caligrafía pura que se mira a sí misma,

piel de una serpiente abandonada en lugar ajeno. Vendrán otros salvajes lectores a leernos,

soñarán que están vivos porque nosotros hemos muerto, verán palabras que fueron nuestra vida,

pero no comprenderán su significado exacto, porque cuando nosotros escribimos la palabra

amor había detrás un nombre, un lugar, una fecha tatuada en nuestro corazón.

Dionisio Cañas

Page 11: Poemas para salvar Las Tablas

11

AGUA

CUANDO la sed ha dejado de serlo

y en la carencia del agua del dolor se aprende,

así me lo dijo el señor Sánchez del Moral,

el agua corre por la reguera de otro modo.

La presencia del agua,

sin que nada resistencia le oponga,

se renueva en su movimiento

y siempre, en la ausencia de las cosas,

es la misma en el fondo.

Agua tranquila, verde y luz de agua,

nos enseña a respetar el silencio,

que se pierde y nos lo muestra en el orgullo

y en la suma paciencia de las piedras

señalándonos nuestros orígenes,

otros destinos en su oleaje interior,

en los márgenes de cuanto recuerda

y en secreto se guarda.

Nada queda de las hojas escritas,

su real abandono nada dice,

a no ser el color amarillento

que borra la memoria de los días

por encima de los deseos, sombras

sin espacio, ni siquiera la percusión

del agua bajo los acantilados

del corazón con destino a su lentitud.

Agua serena,

sobre un silencio sin pisadas,

bajo la línea interminable,

el perdido horizonte

y el interior en su quietud,

donde naufragan la vida y la muerte

para volver a aquellos orígenes

sin dolor, sin las heridas aquellas

que marcara el tiempo.

Agua sin cauce, sola,

sin el color de los deseos,

interminable junto a los restos de las sombras,

sin huellas, sin la tierra,

sobre o bajo ella,

en la pureza y en la luz de su abandono

en lo que ya no existe y ama.

Miguel Galanes

Page 12: Poemas para salvar Las Tablas

12

LAGUNA

LLEGA el movimiento,

la inestabilidad de la laguna

a ser espejo que a mis sentidos

dispersa en el agua.

Las aves que la pueblan

a mi corazón arrastran

y sus orillas son las que lo cercan,

fondo ponen a cuanto desconozco

y cielo a la imaginación

que rueda y que vuelve

con el vuelo en el que las aves rompen

y denuncian mi incapacidad.

¿Qué busco cuando solo este estar

anula mi equilibrio

y desde mi delgadez hoy pregunto

y nadie me responde

sino que mi pregunta la invierte

y en mirada y en sueño la transforman

para seguir sin ver en la laguna

lo que yo quiero ver?

Cuando solo el estar te absorbe

y eres calma sola,

lo cercano y lo lejano juntos,

sin que así tú los veas,

se confunden en el saber estar,

mientras, muy adentro y solo,

únicamente observas tu espejo,

mal azogado e inquieto, buscando

otro espejo donde verte en tu nada.

Miguel Galanes

Page 13: Poemas para salvar Las Tablas

13

INSOMNE

Algunas noches, ya ves,

tan sólo algunas noches

el insomnio se empeña en abrir mis cerrojos,

en dejarle entreabierta

la puerta a la memoria,

en verter unas gotas de luz

en los rincones

donde ya no me queda luz alguna.

Y por las obstinadas aberturas

que mis ojos sin sueño abren en la vigilia

regresan imprevistas como sombras

las esquinas más negras

que creía extinguidas para siempre.

Me vuelven los ayeres, los nuncas, los jamases,

como una telaraña

en la que se me enredan esas horas sonámbulas,

vuelven las primaveras

que han ido deshojándose

y que al cabo del tiempo ya se han transustanciado

en lo que quiere parecerse

a una eterna sonrisa inofensiva.

Y torno a verme entonces tal como entonces era,

como no quise ser, como no quise.

Algunas noches, ya ves,

tan sólo algunas noches

llega el insomnio. O acaso el desamparo.

Tendrá que ser así. Y sin embargo

no consigo olvidarme del olvido.

Juana Pinés

Page 14: Poemas para salvar Las Tablas

14

NUNCA UNA HOGUERA

“Hijo mío, no te incineraría...”

(Sagrario Torres)

A mi hijo Pablo

Yo tampoco querría tu cuerpo en una hoguera,

ni el alabastro en llamas de tus rotos cristales,

ni dejaría nunca que el fuego consumiera

tu limpia arquitectura de huesos minerales.

No quisiera las brasas lamiendo tu estatura

ni otras ascuas distintas que mi tacto sediento,

ni saber en cenizas tantísima hermosura,

propicio enjambre acaso en los labios del viento.

Antes de ser quien eres fuiste en mí una simiente

creciendo en el asombro vertical de mis venas,

el gozo tembloroso de una espera impaciente,

un clamor encendido de núbiles colmenas.

Y si la luz te entraba a través de mis ojos

y mi sangre fue tinta de tus primeros trazos,

y la tierra en mi vientre, antes de ti en abrojos,

se pobló del milagro de soñarte en mis brazos,

(que, ungida en ti, te ansiaba tras la última amapola

que derramó mi savia de mujer renacida,

y fuimos cuerpo a cuerpo, tú en mí y en ti yo sola,

una frutal presencia absorta y encendida),

Page 15: Poemas para salvar Las Tablas

15

sé bien que si la lumbre mordiera tu cintura

y la flor de tu carne, tronchada de la mía,

yo sería ascua viva como tú, estoy segura,

porque toda mi carne en ti se abrasaría.

Por eso, si te fueras antes de mi partida

clavándome en la sangre el alfanje de un grito,

tomaría el desmayo de tu cuerpo sin vida

para tenderlo encima de mi vientre marchito.

Y en ese altar en sombras darte mi último arrullo

y desbrozar a besos tu piel, distante y fría,

vaciándote la fiebre de mi cuerpo en el tuyo

y abriéndome las venas, pues ya no las querría.

Y en el pozo salobre que ahora son mis senos,

que olvidaron su oficio de estarte amamantando,

dormiríamos juntos, abrazados, serenos,

hasta que al fin la nada nos fuera desmigando.

Juana Pinés

Page 16: Poemas para salvar Las Tablas

16

EL OLOR DE LA VIDA (Del libro Cuarenta latidos)

Me paseo por Las Tablas y la naturaleza me estalla en los ojos. Me paro al lado de una encina y

respiro hondo. Me llega un oxígeno puro a los pulmones. Todo mi cuerpo lo agradece y siento

que mi sangre, purificada, recorre las venas con alegría. La llanura de las Tablas tiene multitud

de colores. El gris otoñal, un recuerdo de la última sequedad, se lleva la palma y envuelve todo

el lugar. La mañana comenzó con sol pero a esta hora, ya tardía, unas nubes se han adueñado

del cielo. El ambiente es muy fresco. Lleva partículas de agua que junto al viento del invierno

hacen un aire gélido que da un repelús en el costado.

Observo el ir y venir de los patos, sin destino, sin otra búsqueda que la felicidad

instintiva de la naturaleza. Creo que ya han llegado los ánades buscones. Levanto los ojos y veo

a unos cuantos volando entre las nubes. Imagino que llevan en sus lomos todavía el salitre de la

costa, que en sus retinas tienen todavía una fotografía del mar inmenso que alimenta sus ojos.

Estos patos cruzan el invierno buscando la primavera, pero cuando las Tablas están rebosantes,

encuentran aquí un recuerdo del mar que dejaron. Mientras el frío me corta la cara observo

también las suaves olas de las aguas. Se estrellan contra los yerbajos secos. A lo lejos parecen

un espejo tirado en el suelo que el sol enciende. Cierto vaho también se deja atrapar y se eleva

hacia el viento. Es una niebla tardía, de atardecer melancólico.

Están tan bellas las Tablas. Y lo están porque tienen vida. Porque han recuperado una

vida quemada por años de desidia. Nos quedamos embobados con la magia del cine: paisajes,

escenas, personajes maravillosos. Pero la realidad es más maravillosa todavía. La luz, los

colores, la grandiosa belleza del horizonte no cabe en ningún filme. Y además está el olor. El

olor a yerba, romero, manzanilla y tierra mojada. Es el olor de la realidad. Vaya espectáculo

divino. Es gratis. Y puedo verlo en todas sus dimensiones, sin ningún tipo de gafas o artilugio

virtual. En fin.

Manuel Juliá

Page 17: Poemas para salvar Las Tablas

17

BESOS ALADOS

Llega la invitación en brazos de amor

a entrar en la naturaleza sin aristas.

El paisaje del recuerdo permanece lozano

y, en la edad del frío donde muere la tersura,

no son noches de luces fundidas

ni días de plomo sin resplandor

lo que perdura en las lagunas de lo vivido.

Son tus voces con sus besos alados las que quedan

escritas en el oro de las aceras de mi alma.

Al final, en esta encrucijada sin retorno,

tú serás siempre el Daimiel que en sus Tablas

enaltece el cristalino fluir

que brilla en los ojos del Guadiana

y yo seré apenas el roce de un halcón peregrino

que, por permanecer cerca de ti,

te acaricia con sus alas.

Poema Inédito

Mara Romero Torres

Page 18: Poemas para salvar Las Tablas

18

TABLAS UN OASIS

Como una vocal epentética

te colaste en el nombre de las cosas.

Ya no hay nada que mi boca nombre

que no te lleve consigo.

Brotas como un oasis en una tierra plana,

tomando del Cigüela la sal y del Guadiana el azúcar

al tiempo que estalla en ojos el agua subterránea.

Las modas de los tiempos cambiarán mi voz

y la naturaleza en su curso cambiará tu imagen;

pero ambos seremos eternos

en todo aquello que es imposible que la muerte cambie.

Como un sonido epentético

te colaste en la visión de un privilegio.

En ti quedará la vida

y, para que no te agote la hambruna,

de este corazón que arde

te abrigarán sus cenizas.

Poema Inédito

Mara Romero Torres

TAPIZ DE OVA

Necesito imaginar el núcleo donde hiberna la savia

cuando el hielo cristaliza las hojas.

Acudirá la lluvia, fundirá los témpanos

y de otros rumbos llegarán las aves que no saben de idiomas.

Miraré, desde el puente que avanza entre dos vidas,

el amanecer de las aguas quietas.

En ese instante en que se olvidan las palabras,

despertarán los patos que duermen en los tablazos

y sobre el tapiz de ova bostezará la gambusia

para quitar la fiebre del paraíso

donde bucea la nutria.

En el cáliz de La Mancha, donde se mezclan las aguas,

el saladar cicatriza heridas,

el Taray ramifica el alma.

Poema Inédito

Mara Romero Torres

Page 19: Poemas para salvar Las Tablas

19

GAIA ALUMBRA

El horizonte está de parto.

De sangre y oro se cubren los campos.

Un fuego fatuo que no quema

llena el vaso límpido de mi pupila.

La tierra gime, se estremece,

se abre, devora y da vida.

El primer lucero, cual ángel anunciador

da fe de que el día ha roto aguas.

Entre pensamientos,

y tal vez leve pesadumbre,

contemplo arrobada el milagro:

la noche se despereza,

acaba de nacer.

Por un instante no puedo

dejar de pensar si será esta tierra,

si será este campo,

aquél al que cantó el poeta antaño.

Magda Robles

Page 20: Poemas para salvar Las Tablas

20

MADRE TIERRA…

Multitud de lágrimas conforman

un océano ancestral que se despierta.

Gracias al fuego creador de sus entrañas

amanece un cuerpo de tierra que cobra vida,

envuelto en el aire intangible que le da su aliento.

Una voz de mujer susurra en la distancia

a la vez que un árbol desviste sus ramas

y hoja tras hoja se deja caer.

Naturaleza viva en el destello de un batir de alas.

En la palidez nocturna que baña los campos.

En su agonía… naturaleza muerta.

Anna, Hécate, Astarté,

la que tiene mil nombres,

la silenciada eterna.

Diosa blanca de alas cortadas,

eres en manos de tus hijos

más mártir que madre… Tierra.

Magda Robles

Page 21: Poemas para salvar Las Tablas

21

PAISAJE

“Un hombre es su paisaje”

Pedro A. González Moreno

Es cierto que el paisaje

va trazando en la venas, con su tinta

de recuerdos, senderos infinitos.

La sangre a su presencia se acostumbra

de modo que, sin ellos,

no sería capaz de darnos vida.

Todos los niños tienen algún campo

que extasió su mirada

con alfombras de arcoiris

donde dieron sus pies primeros pasos

y empezaron la escuela de los sueños.

Quizás guarde su piel

la astilla de algún árbol cuya sombra

cobijaba sus párvulos descansos

o vivió sus caídas las mañanas

que jugaban con ser

ángeles o gaviotas.

Y todos conservamos una música de agua

que se transforma en mar

cualquier instante de olas imposibles

o cuyas notas van trenzando lluvias

las tardes de verano.

Siempre hay guardado un río en la memoria

que fluye ajeno al tiempo y su erosión,

cuya voz continúa imperturbable,

reclamando en su orilla nuestros nombres.

Y más allá de todas las montañas

o todos los océanos,

alguna vez supimos de un lugar

donde fuera morir

el naufragio perfecto y deseado.

Elisabeth Porrero

Page 22: Poemas para salvar Las Tablas

22

EL RIO

El río nos hablaba de la vida,

nos miraba, preñado de agua y sol

a pesar de noviembre.

Se abrazaba a los troncos de los árboles

como un amante que teme la huida

de ese ser tan amado.

El río nos hablaba de la vida,

nosotros escuchábamos su canto,

su prodigiosa voz de aire y de espuma,

entre canciones mágicas de paz.

El río nos hablaba de la vida

y nosotros mirábamos el lienzo

sembrado de colores en su vientre,

de siluetas robadas a los montes.

Buscábamos nenúfares que antaño

reinaban en los márgenes del río,

el agua se negó a mecerlos hoy

pero tal vez conserve su recuerdo

como el de tantas cosas que se quieren

y se pierden por falta de cuidados.

El río nos hablaba de la vida,

jugando, divertido, con nosotros

y cambiaba el sentido de su curso

tratando de ocultarnos su destino.

¿Cuántas cosas nos dijo

su otoñal nacimiento?

Elisabeth Porrero