Podemos: ¿regeneración democrática o impugnación del orden? Transición, frontera política y...

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Resumen: La política española se ha visto conmovida por la irrupción de Podemos. Este trabajo se pregunta si Podemos representa una regeneración democrática o una impugnación del orden. Para ello, analiza su discurso en relación a la narrativa de la Transición, que legitima el orden político español, tomando el discurso del 15M como antecedente ineludible. Si la Transición pensaba la democracia como consenso y evitación del fratricidio, el discurso del 15M desvinculará Transición y democracia, al evaluar el orden existente como una oligarquía a democratizar. Podemos se inscribió en la estela del 15M, pero organizándose para luchar por el poder político y, en una primera etapa, confrontando directamente con el discurso de la Transición. “La casta” y el ”Régimen del ’78” impedían la democracia, por lo que se requería un proceso constituyente. En una segunda etapa, Podemos desvinculará a “la casta” de la institucionalidad del ’78 y se propondrá “echar a la casta” para recuperar la democracia. La demanda de proceso constituyente se desvanece y, con ella, la frontera política trazada en la primera etapa, despolitizando la democracia como reglas del juego neutrales.Abstract: Spanish politics has been shaken by the emergence of Podemos. This paper poses the question of whether Podemos represents a democratic regeneration or a refutation of order. It analyzes their discourse in relation to the narrative of the Transition, which legitimizes the Spanish political order, taking the 15M discourse as a historical precedent. While the Transition conceptualized democracy as consensus and avoidance of fratricide, the 15M discourse disassociates Transition and democracy by evaluating the existing order as an oligarchy to democratize. Podemos, in the wake of 15M, was organizing to fight for political power and, in a first stage, was directly confronting the Transition discourse. "The Caste" and the "Regime of '78" impeded democracy, thereby requiring a constitutional process. In a second stage, Podemos disassociates "the caste" from the institutionality of '78 and proposes to "throw out the caste" in order to restore democracy. The demand for constitutional process vanishes, and along with it, the political boundary drawn in the first stage, thus depoliticizing democracy as neutral rules of the game.

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  • Cahiers de civilisationespagnole contemporaine15 (2015)automne 2015

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    Javier Franz

    Podemos: regeneracin democrticao impugnacin del orden? Transicin,frontera poltica y democracia................................................................................................................................................................................................................................................................................................

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    Rfrence lectroniqueJavier Franz, Podemos: regeneracin democrtica o impugnacin del orden? Transicin, frontera poltica ydemocracia, Cahiers de civilisation espagnole contemporaine [En ligne], 15|2015, mis en ligne le 17 janvier2016, consult le 20 janvier 2016. URL: http://ccec.revues.org/5988; DOI: 10.4000/ccec.5988

    diteur : 3L.AM, Universit d'Angershttp://ccec.revues.orghttp://www.revues.org

    Document accessible en ligne sur :http://ccec.revues.org/5988Document gnr automatiquement le 20 janvier 2016. CCEC ; auteurs

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    Cahiers de civilisation espagnole contemporaine, 15 | 2015

    Javier Franz

    Podemos: regeneracin democrticao impugnacin del orden? Transicin,frontera poltica y democraciaIntroduccin: problema, presupuestos y perspectiva

    1 Uno de los rasgos distintivos de la poltica espaola desde la Transicin hasta la actualidadha sido su estabilidad y previsibilidad, las que se han visto conmovidas especialmente en elltimo ao y medio por el surgimiento de nuevas formaciones polticas que, como Podemos,han desafiado el sentido establecido durante ms de tres dcadas de democracia consensual.

    2 La pregunta que busca responder este artculo es si ese nuevo discurso supone una ruptura ouna regeneracin respecto del orden hegemnico de la democracia espaola, es decir, si trazauna frontera poltica1 respecto de ese sentido estabilizado o no.

    3 Partimos de que todo orden poltico constituye una construccin simblico-discursiva, y deque la poltica es una lucha por el sentido contingente, histrica, que no se salda a travs deninguna verdad objetiva sino provisionalmente mediante la hegemona de un punto de vistairremediablemente particular que logra volverse general2.

    4 Otro presupuesto de nuestro trabajo es que el orden discursivo hegemnico, que legitimala democracia espaola actual, es la narrativa de la Transicin. No hay un discurso de laTransicin puro, que trascienda los contextos histricos. Por ello ese discurso se reconstruyea partir de los debates parlamentarios sobre la llamada Ley de la Memoria Histrica y elEstatuto de Catalua, que fueron momentos de conmocin de ese relato y por ello determinaronlas caractersticas particulares que tendra la narrativa transicional en el momento de aparicinde los discursos que la van a desafiar (15M y Podemos).

    5 El criterio para analizar el grado de confrontacin entre orden existente y discurso no se basaen el contenido de ste (el programa concreto o la ideologa que lo informa), sino en la formaen que construye la relacin entre sus objetivos polticos demandas, valores y el ordenexistente. La clave radica en cmo el discurso representa el orden dado: si ste constituye unobstculo insalvable para alcanzar los propios objetivos o no; si ese orden es un otro existencialcon el cual no se puede convivir polticamente o si cabe realizar con l un compromiso, auncuando sea a condicin de cambiar aspectos relevantes del mismo3.

    6 Con este criterio se evita una perspectiva sustancialista sobre lo poltico que ha dominadoel anlisis de la trayectoria de Podemos, que suele otorgar a determinadas propuestasprogramticas sobre ciertos mbitos sociales especficos un peso decisivo para medir laradicalidad de un discurso, como si hubiera demandas que en s mismas portaran elementosrupturistas, ms all de su posicin relativa a un contexto especfico.

    7 El trabajo se organiza as: presentamos inicialmente el contexto mediato e inmediato deaparicin del discurso de Podemos. Luego se analizarn el discurso de la Transicin,centrndonos en cmo los debates parlamentarios sobre la Memoria y el Estatuto Catalndeterminaron su fisonoma actual, y el del 15M, en tanto antecedente del de Podemos.Finalmente, se examina el relato de Podemos, en el cual diferenciaremos dos momentos, unoms de ruptura y otro ms de regeneracin. Se cierra con unas notas a modo de conclusinbuscando dar respuesta a la pregunta que gua este trabajo.

    ContextoContexto mediato

    8 El contexto mediato del perodo que estudiamos (enero 2014-mayo 2015) viene marcado porla creciente dificultad que la democracia espaola ha encontrado en los ltimos aos parasostener los cuatro pilares sobre los que se edific la Transicin: poltica cupular, Estado social,Estado de las autonomas y olvido del pasado franquista.

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    9 La poltica cupular comenz a ser amenazada por una notoria e indita erosin de la confianzaciudadana en la clase poltica, que alcanz desde los partidos a los sindicatos y la Iglesia, eincluso a la monarqua. La participacin protagnica del gobierno de Aznar en la Guerra deIrak contra la voluntad ampliamente mayoritaria de la ciudadana y la gestin que ese mismogobierno hiciera de la informacin del atentado del 11M, representan momentos destacadosen la construccin de esa desafeccin. El 15M fue algo ms que un sntoma de este problema.

    10 En estos ltimos aos la corrupcin ha dejado de aparecer como consecuencia de gobiernoslargos o con mayoras amplias, como ocurra al final del gobierno de Felipe Gonzlez, paraser entendida como resultado de un modelo de pas basado en una economa de especulacininmobiliaria y en una poltica bipartidista a su servicio. Si el primer diagnstico podaresolverse con la promesa de no ser presidente del gobierno ms de dos legislaturas comohiciera Aznar y no aspirar a mayoras absolutas, el segundo exige una solucin menos simple.De hecho, hoy se debate si hay corruptos (manzanas podridas) o corrupcin sistmica(cesto podrido). La corrupcin no ha sido ms que la consecuencia ms visible de la polticacupular de la Transicin.

    11 El Estado social comenz a ser puesto en jaque por la poltica neoliberal llevada adelante porel Partido Socialista y por el Partido Popular para afrontar la crisis iniciada en 2008, queambas formaciones diagnosticaron como consecuencia de gastar ms de lo que se ingresa,cuando en verdad su origen no fue la deuda pblica sino la deuda privada estatizada. Expresinde esa convergencia entre populares y socialistas fue la rpida reforma del artculo 135 dela Constitucin, realizada en 2011 por acuerdo entre ambos partidos, para poner un lmite algasto pblico. Otro resultado no menos importante de este consenso neoliberal es el aumentode la desigualdad en Espaa como consecuencia de la poltica de gestin de la crisis4.

    12 El Estado de las autonomas comenz a ser puesto en jaque por la aspiracin del nacionalismocataln a constituirse como Estado soberano en el marco europeo, a partir del giro soberanistade Convergencia y Unin en 2012.

    13 La no revisin del pasado es el pilar de la Transicin que quiz antes comenz a resquebrajarse,gracias a la accin de los movimientos pro-Memoria histrica. Un sntoma de ello fue laaprobacin en 2007 de la ley correspondiente por el gobierno de Zapatero.

    14 Tambin en estos ltimos aos uno de los problemas centrales de la democracia espaolacontempornea perdi relieve y modific as el escenario poltico: en octubre de 2011la organizacin armada ETA anunci el cese definitivo de su actividad armada. Caberemarcar que en muchos momentos el terrorismo etarra result la primera preocupacin parala ciudadana, compitiendo, segn la coyuntura, con el desempleo.

    15 El debilitamiento de estos cuatro pilares amenaza con corroer tanto el contrato entrerepresentantes y representados, como el contrato social, edificados en la Transicin.

    Contexto inmediato16 El contexto inmediato del perodo estudiado, para su mejor comprensin, puede ser dividido

    en dos momentos.17 El primero, que va de enero de 2014 hasta enero de 2015, se caracteriza por la aparicin

    y rpido crecimiento de un discurso crtico con la legitimidad sedimentada en la Espaaactual, encarnado en Podemos. A partir del resultado de las elecciones europeas del 25 demayo, primeras a las que concurre Podemos y en las cuales, contra todo pronstico, alcanzacasi el ocho por ciento de votos en el nivel nacional. Los dos partidos dominantes (PPy PSOE) no suman juntos por primera vez el cincuenta por ciento de los sufragios. Estosignifica que los votos que uno pierde no van al otro, que era lo que haba asegurado laalternancia en el pasado. El discurso de Podemos pasa crecientemente a la ofensiva, marcandola agenda poltica e introduciendo nuevos trminos en el lenguaje poltico cotidiano (el msrepresentativo, casta). El discurso poltico y meditico dominante se sita a la defensiva, sincapacidad coordinada de reaccin, lo cual se ejemplifica en que no logra nombrar a Podemosen unos trminos favorables a sus intereses hegemnicos: sucesivamente, buscar asociarlo ala izquierda radical, al rgimen iran, a ETA, al populismo, al Movimiento Cinco Estrellasde Beppe Grillo, al Front National de Marine Le Pen y al chavismo. Esta ltima ser la

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    identificacin preferida por ese discurso, en tanto le resultar til para cuestionar el carcterautnticamente democrtico de la formacin emergente y mostrarla ajena a Europa.

    18 Como parte de esta primera reaccin, las direcciones de algunos de los principales actorespolticos se ven cuestionadas. En junio, el rey sorpresivamente abdica en favor de su hijo, yrenuncia el secretario general del Partido Socialista, que es reemplazado en julio.

    19 Estos movimientos tienen antecedentes previos a las elecciones europeas. En febrero,Izquierda Unida formacin directamente afectada por el crecimiento de Podemosproclamar a otro joven dirigente candidato a la presidencia del gobierno, gesto extemporneopara permitirle un protagonismo que desplaza en la prctica al coordinador federal de laformacin. Del mismo modo, la muerte en marzo del expresidente del Gobierno, AdolfoSurez, dar lugar a una revitalizacin del espritu de la Transicin y de llamadas a unasegunda Transicin por parte de partidos y medios masivos afines.

    20 Entre enero de 2014 y mayo de 2015 se multiplican los casos de corrupcin que ven la luzpblica y afectan a los principales actores polticos y sociales. Los casos de esta primera etapatendrn un efecto de confirmacin del marco interpretativo que Podemos va consolidandoen su ofensiva discursiva. El de mayor peso es el de las llamadas tarjetas black, destapadoen octubre, pues abarca a todo el arco poltico, se realiza desde una caja de ahorro que hasido rescatada con dinero pblico y que, una vez convertida en banco, ser responsable denumerosos desahucios, as como de presuntas estafas a sus ahorristas con productos financieros(las llamadas preferentes). De este modo, parece venir a confirmar la hiptesis de Podemosde que el eje arriba-abajo, en lugar del izquierda-derecha, es el que mejor explica la situacinpoltica espaola5.

    21 Entre junio y noviembre, Podemos se organizar como fuerza poltica en un proceso largo yescalonado de participacin abierta de los ciudadanos, que culminar con la proclamacin dePablo Iglesias como Secretario General con ms del 88% de los votos. Este proceso formarparte de la irrupcin de Podemos, pues atraer el foco meditico y dar lugar a una ampliaparticipacin que situar a la formacin merced a sus doscientos mil inscriptos tercera ennmero de miembros.

    22 Hacia fines de 2014 los medios masivos tradicionales cambiarn parcialmente su estrategiarespecto de Podemos. No habiendo obtenido resultados en el campo de la identificacinpoltico-ideolgica, intentarn desgastar a Podemos en el terreno de la corrupcin,denunciando a sus principales dirigentes: Pablo Iglesias, igo Errejn y Juan CarlosMonedero. El caso ms resonante y que generar consecuencias para la formacin ser elde Monedero, acusado entre otras cosas de recibir dinero del gobierno de Venezuela parafinanciar Podemos.

    23 Enero de 2015 resultar un momento de relativo quiebre del panorama poltico, pues Podemosalcanzar un hito con su movilizacin masiva en la Puerta del Sol6, pero a la vez madurarla reaccin del discurso hegemnico. Acusar a Podemos de estar financiado por Venezuelapermite al discurso hegemnico confirmar la filiacin chavista de la formacin y a lavez ubicarla junto a la casta. El discurso hegemnico contraatacar tambin el terrenopoltico-electoral, presentando al derechista partido Ciudadanos como alternativa moderada ala necesaria renovacin de la clase poltica. Esta estrategia logra situar a Podemos por primeravez a la defensiva y le pasar factura en las encuestas, donde la formacin pierde apoyos.

    24 En marzo de 2015 Podemos obtiene un buen resultado pero menor a sus expectativas en lasautonmicas andaluzas, situndose en tercer lugar con el 15% de los votos. Este resultadoelectoral se inscribe en el marco de un relativo estancamiento de la tendencia al crecimientocontinuo de Podemos. El 30 de abril Juan Carlos Monedero presenta su renuncia a ladireccin de Podemos. La explicacin de la direccin no despeja las dudas respecto de laforma consensuada, forzada o a iniciativa del renunciante y los motivos reales diferenciasestratgicas, perjuicio de su permanencia tras las denuncias de la misma. A pocos das delinicio de la campaa electoral para las autonmicas y municipales previas a la nacional denoviembre, Podemos enfrenta su momento ms difcil desde su fundacin, el que parece estaren condiciones de sortear merced a su performance electoral del 24 de mayo.

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    El discurso de la Transicin como imaginario poltico25 El discurso de la Transicin es un imaginario o mito poltico7. Como tal, produce legitimacin

    proveyendo unos marcos perceptivo-cognitivos que, mezclando juicios de hecho y juiciosde valor, permiten construir explicaciones del pasado y adherir a unos valores y no a otros.Su fuerza no descansa en la coherencia lgico-racional, sino en la capacidad de construiruna narrativa verosmil, produciendo subjetividad colectiva y movilizndola en favor de unproyecto poltico.

    26 Si, como dijimos, lo poltico es la lucha por el sentido, un mito poltico busca clausuraresa lucha. Nos interesa ver el modo especfico en que el discurso de la Transicin buscacerrar lo poltico: su lgica interna, cmo construye su legitimidad, entendida como intento deestablecer a travs de determinadas oposiciones y despolitizaciones8 ese cierre (provisional)de lo poltico que permita estabilizar la instancia de la poltica9. En definitiva, cmo invita arelacionarse a los sujetos con la posibilidad de construccin de un orden que, por definicin,supone una lucha entre diversas posibilidades10, no saldable por una verdad objetiva.

    27 Esto resulta especialmente importante en un contexto de crisis como el espaol actual,pues las dificultades para tramitar demandas por parte del poder poltico ponen a pruebala capacidad mtica de todo imaginario para integrar y resignificar nuevas situaciones ydificultades, a fin de en ltima instancia reproducir la propia hegemona.

    28 El discurso de la Transicin es una construccin poltica histrica que, en este caso, tienelugar fundamentalmente desde mediados de la dcada de los 70, a la muerte del dictador F.Franco, por parte de las fuerzas polticas mayoritarias que ocupan el gobierno desde entonces:Unin de Centro Democrtica/Centro Democrtico y Social, Alianza Popular/Partido Populary el Partido Socialista Obrero Espaol. Tambin contribuyen otras fuerzas que eventualmentepueden integrar el gobierno y, sobre todo, son fundadoras de la Constitucin Espaola de1978: Partido Comunista, Partido Nacionalista Vasco y la catalanista Convergencia y Unin.El discurso de la Transicin es construido y reformulado tambin por los medios masivosprotagonistas de la etapa: los peridicos Cambio 16, ABC, El Pas, El Mundo y La Vanguardiase sitan entre los principales por su capacidad de producir legitimidad y aglutinar fuerzassociales e intelectuales de apoyo al orden poltico existente.

    29 El discurso de la Transicin va a atravesar en los ltimos aos tres momentos de conmocin,entendidos como cuestionamiento de sus presupuestos y por tanto de su capacidad de proyectarsu potencia significadora hacia el futuro. El primero tiene lugar a raz del debate sobre elEstatuto de Catalua en 2006; el segundo, con ocasin del debate sobre la llamada Ley deMemoria Histrica (2006-2008); y el ltimo, con la apertura de una nueva etapa polticamarcada por el 15M y el surgimiento de nuevos partidos como Podemos, Ganemos, Partido X,Equo (2011-2015). Los dos primeros momentos difieren del tercero, pues ellos se producenen el interior de la narrativa de la Transicin, mientras que en el tercero el cuestionamientoproviene de fuera de los actores principales de ese discurso.

    Fisonoma: oposiciones y despolitizaciones30 El discurso de la Transicin opone Transicin y Guerra Civil11. Y con ellos Presente y Pasado,

    respectivamente. El Presente connota concordia, generosidad, voluntad de entendimiento,pacto de convivencia, bienestar, modernizacin, prosperidad, pluralidad, futuro. El Pasado, porel contrario, discordia, sectarismo, revanchismo, atraso, autarqua, pobreza, estancamiento.

    31 Modernizacin, bienestar y pluralidad remiten a la cohesin social y territorial, alreconocimiento de una diversidad identitaria que se opone al centralismo de la dictadurafranquista, al atraso cultural, a la estrechez de miras y al aislamiento internacional.

    32 La cohesin social es central en este discurso. Nunca es explcitamente relegada en losdiscursos de los partidos del orden, ni siquiera cuando promueven iniciativas que la sociedadprevisiblemente interpretar como perjudiciales para ella. Por el contrario, esas propuestassern justificadas por la necesidad de preservar la cohesin social12.

    33 El discurso de la Transicin representa el pasado como un todo doloroso y desgraciado en elcual todos los actores, por querer imponer su perspectiva, finalmente perdieron. Esa injusticia

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    fue fsica (violencia, guerra), social (desigualdad y pobreza) e identitaria (intolerancia de ladiversidad pblica y privada). En ese pasado, todos sufrieron las atrocidades de todos.

    34 Como el dolor abarca a toda la comunidad, se diluyen las formas especficas y el peso decada actor en la produccin del dao. Este relato totalizador, incluyente e indiferenciadodel pasado confirma que lo nico que cabe hacer con esa historia es no repetirla. De ahque cuando algn actor intenta desbrozar ese pasado para comprender sus causas o evaluarresponsabilidades es inmediatamente acusado de querer removerlo y por tanto de hacer posiblesu repeticin.

    35 Los significantes emblemticos de cada polo de la oposicin revelan otros rasgos de estediscurso de la Transicin.

    36 El significante Guerra civil disuelve la distincin franquismo y republicanismo, disociandopor una parte repblica y democracia y por otra franquismo y dictadura. No diferencia entregolpe de Estado/dictadura y soberana popular/democracia: todos forman un conjunto nico.

    37 Complementariamente, el significante Transicin, al centrarse en el pasaje del pasado alpresente, diluye el modo en que el pasado dictatorial condicion el presente democrtico,como si este no fuera fruto de un proceso poltico con una relacin de fuerzas especfica, sinoresultado de unos cambios subjetivo-privados de la sociedad espaola en su conjunto paradejar atrs su etapa cainita.

    38 El papel determinante otorgado a un supuesto carcter nacional fratricida acaba despolitizandolos hechos histricos clave del s. XX espaol (Guerra Civil, Transicin). A la vez, es til parapreservar la nocin de aquel pasado como una suerte de Estado de Naturaleza en el que siemprese puede recaer. Esta posibilidad aparece recurrentemente en esta narrativa como argumentopara impugnar demandas que supongan una ampliacin o profundizacin de los pactos de1978. Por eso el consenso es el requerimiento para aceptar toda demanda.

    39 De este modo, paradjicamente, el relato transicional para acreditar su xito debe confesar unfracaso: la paz alcanzada es solo un apaciguamiento del carcter cainita, no su superacin.

    40 El discurso de la Transicin subordina la diferencia dictadura-democracia a la de Pasado/Guerra Civil-Presente/Transicin. Esto determina una valoracin de la democracia ms porsus resultados materiales actuales que por s misma. El principal argumento para legitimarla Transicin democrtica es que representa el perodo de mayor libertad, prosperidad ydemocracia de nuestra historia, como afirm la Vicepresidenta del Gobierno, Mara TeresaFernndez de la Vega en el debate sobre la ley de Memoria Histrica 13.

    41 Este criterio de resultados es coherente con la asimilacin democracia (II Repblica) ydictadura (franquismo) en un pasado que hay que olvidar. Solo estos pueden diferenciar elantes y el despus de la Transicin si este discurso no distingue entre democracia y dictadura.Si lo hiciera, la periodizacin no podra tener en 1978 su eje de particin y debera reconocerantecedentes como, por ejemplo, la II Repblica14.

    42 Como identidad poltica que es, el discurso Transicin traza una frontera que define unaamistad y una enemistad polticas. Si Transicin/Presente define el campo de la amistad porquesignifica la convivencia de las dos Espaas con la esperanza de su disolucin, la Guerra Civil/Pasado delimita el de la enemistad porque implica la reapertura del belicismo cainita. Peroel discurso de la Transicin no reconoce la politicidad de la frontera que traza y define suidentidad: la concibe como moral, racional, humanista, y as la neutraliza al negarla como unadecisin sobre valores contingentes. No asume por tanto que decide quienes son sus enemigospolticos. Por el contrario, entiende que son estos los que al no compartir su cosmovisin secolocan ellos mismos en contra de lo universal-humanitario.

    43 Ese lugar del Otro lo ocupa ETA, a la que asocia al pasado sectario y violento. En esta narrativa,ETA condensa todos los anti-valores de la Transicin: violencia, terrorismo, sectarismo,separatismo, anti-modernidad, autoritarismo15. Su accionar se explica otra vez en trminossubjetivo-privados y, en todo caso, nunca polticos. ETA no ha entrado en el presente de laconvivencia e insiste en mantener vivo el pasado16.

    44 Con esta construccin de su Otro, el discurso de la Transicin reafirma su adscripcin a lamoral humano-universal y de paso expulsa de s cualquier rasgo no dialoguista, de discordiay sectario.

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    Dos momentos de conmocin interna del discurso de la Transicin:Estatuto cataln y Memoria Histrica

    45 En los ltimos aos, el primer momento interno de cuestionamiento del discurso de laTransicin fue el debate sobre la llamada Ley de Memoria Histrica, impulsada por elgobierno de Rodrguez Zapatero en 2006 y aprobada en 2007.

    46 La novedad del proyecto de Zapatero es, precisamente, el concepto de Memoria, ausente enel discurso de la Transicin. Pero como el PSOE no pretende que la nocin de Memoriacuestione el discurso de la Transicin, la desvincular de la revisin del pasado presentndolacomo una ampliacin de derechos individuales (hablar del derecho a la Memoria), nocomo un proyecto destinado a la vida colectiva y promovido por el Estado. Estos derechosrepresentan asuntos pendientes de la Transicin, que estaban en su lgica pero simplementeno se haban realizado. En esa direccin, el PSOE presenta la iniciativa como el cumplimientode resoluciones del Parlamento de 2002 y 2004. Para el PSOE la ley completa la labor de laTransicin, que aprob el primer Decreto de Amnista de julio de 1976.

    47 El Partido Popular y sus medios de comunicacin afines acusarn a Zapatero y ya no alPSOE, pues rescatan su compromiso con la Transicin de romper los pactos de la Transicinal reabrir viejas heridas y volver al pasado. Para el PP no hay tal voluntad de resolver tareaspendientes, sino un cuestionamiento de la necesidad de pasar pgina y de la generosidadcon el pasado. Es la vuelta al sectarismo, a la divisin de los espaoles entre buenos y malos,y un intento de imponer un relato histrico, en lugar de dejar la Memoria como algo privadoy personal, no poltico.

    48 En el caso del Estatuto de Catalua, el PSOE presentar el proyecto como una continuacinde otras reformas estatutarias ya iniciadas durante el gobierno del PP. La reforma sejustificar como una actualizacin del Estatuto vigente, de 1979. La reforma prolonga ladescentralizacin y el autogobierno autonmico garantizados en la Constitucin de 1978,fomentando la integracin, el reconocimiento institucional de la diversidad y la convivencia.Al ser fruto del consenso entre el Parlamento de Catalua y el Parlamento nacional, es fiela la letra y al espritu de la Constitucin. Reformar el Estatuto es fortalecer por lo tanto laConstitucin, especialmente en trminos de cohesin social y territorial, dir el PSOE.

    49 El PP dir que el proyecto es inconstitucional porque en el prembulo del nuevo Estatutose seala que Catalua es una nacin, mientras la Constitucin de 1978 afirma que la nicanacin es Espaa. Esto sienta un precedente para la liquidacin de Espaa como nacin, puesotros nacionalismos como el vasco lo querrn aprovechar17, dirn los conservadores. Y esinconstitucional tambin su espritu pues el PSOE no ha consensuado la reforma con el PP18.

    50 El nuevo Estatuto es pernicioso para Catalua y para Espaa en trminos de cohesinterritorial, social, de estabilidad jurdica y de prosperidad: liquida el modelo constitucional de1978, sostiene el PP. El PSOE afirmar que lo que rompe el espritu y la letra de la Constitucinde 1978 es la desconfianza del PP en el modelo autonmico, debido a lo cual nunca ha queridoactualizarlo.

    51 Estas dos conmociones internas de los ltimos aos arrojan un resultado ambivalente. Sipor una parte se quiebra momentneamente la asimilacin entre Transicin y democracia,pues aparecen demandas democrticas (Memoria, Autonomismo) que desbordan el discursotransicional, abriendo as la posibilidad de construir un discurso democrtico que no suscribaal pie de la letra la narrativa transicional, por otra parte el propio enunciador (el PSOEen ambos casos) despolitiza ambas iniciativas presentndolas como una mera continuidadjurdico-administrativa y, al percibir aquel quiebre, se apresura a cerrar filas reincluyendo losproyectos en la lgica del discurso de la Transicin, en la legitimidad vigente.

    52 En ese sentido, el relato de la Transicin conserva para sus portavoces la capacidad de proveerlegitimidad. Pero, a diferencia del pasado, la aparicin de distintas interpretaciones del mismopone de manifiesto su carcter de narrativa poltica.

    53 Otro rasgo que se pone de manifiesto gracias a estas conmociones internas es que la Transicinopera para los dos partidos centrales como referencia nica y excluyente para acreditarla legitimidad. La democracia, los derechos humanos o el federalismo, por ejemplo, estn

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    subordinados de tal modo a la Transicin que no pueden ser enarbolados sino en referencia aaqulla, al no poseer autonoma legitimadora.

    54 Este discurso opera como una ortodoxia a la manera de los dogmas religiosos o polticos:quien se aparte de la consideracin de que todo ya est prefigurado en la Transicin y en laConstitucin, las niega y, por tanto, no puede ser un actor legtimo. Esto explica que en ambosdebates la oposicin sostiene que la ley es innecesaria mientras el oficialismo afirma que lainiciativa no supone ninguna novedad: ambos estn diciendo que no hay nada que cambiar, niagregar, ni matizar respecto del pacto fundacional.

    55 Este proclamado inmovilismo hace que la legitimidad descanse en una limitacin del relatotransicional para abarcar y resignificar nuevos problemas, pues carece de capacidad deadaptacin a ellos. Es una narrativa carente de la plasticidad y flexibilidad que todo mitopoltico requiere para poder reproducir el orden. Prueba de ello es la torsin argumental quedebe hacer el partido de gobierno para presentar la Memoria como un derecho individual, o ladificultad para siquiera nombrar el federalismo en el debate sobre el Estatuto cataln.

    El desafo externo al discurso de la Transicin56 Este tercer momento tiene varios rasgos especficos. Por una parte, proviene de fuera de los

    actores legitimados por el orden de la Transicin (partidos, medios masivos, organizacionesempresariales, sindicales y religiosas, etc.). En segundo trmino, es encarnado por actoresnuevos que tampoco son los que el orden nombra como extraparlamentarios, radicales oantisistema, con formas de accin poltica novedosas. Por ltimo, su discurso no se sita enlas coordenadas del sentido consolidado ni para protestar, ni para proponer sino que planteaun relato novedoso.

    57 Esta conmocin posee dos momentos: el 15M y la posterior aparicin de nuevas formacionespolticas que se inscriben en su estela, de las cuales Podemos es la de mayor impacto.

    El discurso del 15M58 Un rasgo clave del discurso del 15M19 es que agrupa demandas en principio dismiles,

    vinculadas distintos mbitos: trabajo (rechazo del paro y de las condiciones laborales);vivienda (rechazo de los desahucios, crtica de las condiciones y dificultades de accesoal crdito, ausencia del Estado); derechos y prestaciones sociales (deterioro del Estado deBienestar, especialmente en educacin, sanidad, pensiones); participacin poltica (crtica dela desigualdad del derecho de expresin por la conformacin especfica del sistema de mediosde comunicacin); sistema electoral (su inequidad en la adjudicacin de representantes);impuestos (inequidad sistema fiscal); discriminacin (por motivos raciales y de gnero);defensa de lo pblico (crtica de su subordinacin ante las privatizaciones); reivindicacin delcontrol de los mercados; crtica de la limitacin de la democracia (en favor de la transparencia,de la ausencia de privilegios de los cargos pblicos); defensa del pequeo comercio; defensadel medioambiente; rechazo de la corrupcin; etc.

    59 Estas demandas se agrupan porque tienen una misma causa: la contraposicin de poderentre una amplia mayora y una nfima minora, que frustra la voluntad popular. Estamayora es nombrada ms como pueblo que como ciudadana el 15M celebra asambleaspopulares, no ciudadanas, y la minora es identificada ms bien con el orden dado(sistema) y sus roles emblemticos (polticos, banqueros) que con caractersticasespecficas de clase.

    60 As, el discurso del 15M traza explcitamente una frontera poltica entre un amplio nosotrosy un minoritario ellos. Coherentemente, usa la primera persona del plural en sus consignas(pidamos, somos, pagamos, etc.). El nosotros es remarcado como mayora no slocuantitativa, sino cualitativa: su medio es la asamblea, la reunin vecinal, las calles y no losespacios cerrados asociados al secreto y a la minora (despachos, antecmaras parlamentarias,salones reservados, instituciones pblicas y privadas). Hay una contraposicin entre loslugares del pueblo (barrio, casa, asambleas, plazas, calles) y los de las minoras (bancos,instituciones polticas representativas, oficinas institucionales)20.

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    61 El lugar de enunciacin de su discurso es una suerte de sentido comn democrtico, segnel cual las demandas y su diagnstico son hechos evidentes, innegables: la ausencia de unaautntica democracia en razn de un orden ms bien oligrquico.

    62 La consigna que condensa todas las demandas que aglutina el 15M y traza la frontera entrminos democracia/pueblo vs oligarqua/minora es lo llaman democracia y no lo es, juntocon que no nos representan21.

    63 El discurso del 15M se centra en la crtica del presente democrtico mostrando una indiferenciarespecto del discurso de la Transicin, cuyos argumentos no quiere ni siquiera rebatir. Estoshan sido apartados del debate junto con los problemas legitimados por el relato transicional.Por eso en el discurso del 15M no tienen lugar cuestiones como el nacionalismo perifrico,las consecuencias de la Guerra Civil y del franquismo, la alternativa monarqua-repblica, ellaicismo, etc. Como parte de esto hay una nula atencin al Otro de la Transicin: la cuestinde ETA.

    64 El discurso del 15M propone no slo una nueva agenda en unos nuevos marcos y trminos,sino tambin en un lenguaje y estilo propios, alejado de la seriedad y la solemnidad deldiscurso de la Transicin y de sus sectores contestatarios, en especial la izquierda clsica.La mordacidad y el ingenio de las consignas, el uso de los juegos de palabras, del doblesentido y de la irona, el privilegio de la creatividad artstica de los murales (ya no pancartasni carteles), que no ocultan la precariedad material de su confeccin (que connota asimismouna distancia respecto del propio discurso), representan una ruptura respecto de los lemasorgnicos y centralizados, siempre presentados con nimo de solidez y contundencia, de lasmanifestaciones y de la propaganda partidaria tradicionales.

    65 La clasificacin Pasado/Guerra Civil-Presente/Transicin que organiza el discurso de laTransicin ha desaparecido en el discurso del 15M y, con ella, la idea de democracia comoevitacin de la guerra civil, lo cual prevena de los resultados de cualquier demanda de msdemocracia.

    66 Como en un espejo del discurso de la Transicin, el discurso del 15M desanuda democracia yTransicin y, al hacerlo, prescinde de la frrea subordinacin de todas las dems demandas (departicipacin, econmicas, sociales, polticas) al espritu de la Transicin. En el discursodel 15M, para ser un actor democrtico legtimo no slo no hay que estar informado delespritu de la Transicin, sino que para construir una autntica democracia hay que rompercon un presente moldeado por esa Transicin. Ahora, el 15M anuda el Presente al Pasado, queabarcar tambin la etapa democrtica. El Presente se muestra incapaz de construir un Futuro.Es el fin de la democracia como evitacin de la guerra.

    67 El discurso del 15M redibuja el campo poltico. Con la siempre latente posibilidad de recaer enla lgica cainita de las Dos Espaas, el discurso de la Transicin dejaba la poltica en manosde una lite partidaria, pero tambin meditica y de las organizaciones corporativas, losprofesionales serios capaces de los ms complejos equilibrios consensuales y de ilustrar a lasmasas. Reforzaba as la distincin propia de la representacin poltica entre profesionales yprofanos. Pero esta distincin no es una maniobra de unas elites que tendran el poder, sinoque encarna como imaginario en la mirada de los propios ciudadanos, que se ven a s mismoscomo profanos y, por tanto, como aquellos cuyo lugar propio no es el de tomar decisionespolticas, sino el de seleccionar a aquellos preparados para tomarlas.

    68 El discurso del 15M va a cuestionar los presupuestos de la distincin entre profesionales yprofanos. Por eso no se trata de una mera ampliacin del campo poltico, sino de un rediseodel mismo. La horizontalidad, la igualdad de voz, la asamblea como forma de deliberacin yla libertad en la toma de la palabra suponen un cambio en la matriz de constitucin del campopoltico en trminos de democratizacin y ejercicio de la voluntad popular22.

    69 El discurso del 15M va a repolitizar aquello que la narrativa transicional despolitizaba: lafisonoma del orden poltico de la Espaa contempornea, que ya no ser mostrado como elnico posible y como democrtico, bajo riesgo de involucin, sino que ser representadocomo no autnticamente democrtica y por razones concretas, polticas, de distribucin depoder (nosotros mayoritario vs. ellos minoritario).

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    70 El resultado es algo ms ambiguo en la representacin del propio discurso. Si por una partese politiza a consecuencia de explicitar la frontera poltica entre un nosotros mayoritarioy democrtico y un ellos minoritario y oligrquico, por otra se neutraliza al presentar lasdemandas del nosotros como evidentes y de sentido comn democrtico, no como unaposibilidad entre otras.

    71 El discurso del 15M constituye una ruptura potencial del orden poltico espaol, porque larealizacin de sus demandas requiere la construccin de una nueva comunidad poltica, connuevos actores (una mayora popular contra una minora privilegiada) y una nueva legitimidad(basada en la democracia en s, no por sus resultados).

    72 El 15M no se plantea organizarse como fuerza poltica para luchar por sus fines, sino queconstituye ms la expresin de un descontento, de un diagnstico y de una forma democrticade estar y vivir el espacio pblico. Por eso podra decirse que no llega a ser propiamentecontrahegemnica, aunque pueda representar un hito en esa direccin. La ruptura es solopotencial en tanto el elemento negativo es dominante.

    El discurso de Podemos73 En relacin al discurso de la Transicin, el discurso de Podemos oscila entre dos posiciones,

    una de ruptura, en la que traza una frontera poltica, y otra de regeneracin, en la cual ese lindepierde relieve. Veamos el momento y la fisonoma de cada una de ellas.

    74 Desde su nacimiento en enero de 2014 y hasta fin de ese ao etapa que distinguimos enel contexto, en el discurso de Podemos predomina la confrontacin con la narrativa de laTransicin, oponiendo a la dicotoma Presente/Transicin-Pasado/Guerra Civil otra apoyadaen lo Nuevo/Abajo/Democracia contra lo Viejo/Arriba/Oligarqua23.

    75 Esta nueva oposicin desarticula la mutua implicacin entre democracia y Transicin, paraafirmar que la autntica democracia slo puede surgir liberndola de su secuestro por elRgimen del 78. La Constitucin, el consenso24, el espritu de concordia y la democracia comoevitacin de la Guerra civil sern resignificados: ahora aparecern como poltica oligrquicaalejada de la soberana popular, resultado de pactos en lo alto entre las familias del franquismoy las nuevas dirigencias reformistas, a fin de repartirse el espacio poltico entre centroizquierday centroderecha, con el objeto de asegurarse una suerte de alternancia (tambin utilizar elnombre turnismo, para vincularla a la Restauracin Borbnica tras la I Repblica) parano modificar las bases del orden poltico y social. La democracia est secuestrada porque atravs del bipartidismo gobiernan aquellos que no han sido elegidos, y lo hacen en contrade la soberana popular. La corrupcin hace funcionar este sistema, pues permite a las eliteseconmicas incapaces y rapiadoras utilizar a las elites polticas para realizar sus intereses.Este orden, ms que un sistema poltico, es un Rgimen, en la medida en que es un sistemacerrado sobre s, dominado por una casta, que excluye a las mayoras populares.

    76 La Transicin por tanto queda principalmente asociada a lo Viejo, al Arriba y a la Oligarqua.El pasado ya no es el espritu cainita que en el discurso de la Transicin englobaba IIRepblica y dictadura franquista, sino que es resignificado a la luz de la dicotoma democracia/pueblo-oligarqua/casta. Con este protagonismo otorgado a la democracia, la periodizacin deldiscurso de la Transicin queda diluida en otra nueva: la de la realizacin de los intereses delos de Abajo o de los de Arriba. Por ello la Segunda Repblica es rescatada como un momentode protagonismo popular-democrtico, mientras que la Transicin se vincula ms a la GuerraCivil en tanto derrota popular y secuestro de la democracia.

    77 Esta resignificacin de la Segunda Repblica, que articula democracia con empoderamientode los de Abajo ms que con lo anti-monrquico anuncia otro rasgo definidor del discursode Podemos: su desmarque a la luz del 15M de la izquierda clsica espaola, aferradaa la dicotoma izquierda-derecha y con ella, a los debates monarqua-repblica, laicismo-confesionalismo y proletariado-burguesa (lucha de clases).

    78 Podemos considera que esa izquierda est inserta en el tablero diseado por la Transicinque reparte posiciones a izquierda y a derecha condenando a ciertas demandas a un papeltestimonial, eternamente postergadas por ruidosas, aunque incluidas y mostradas para

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    acreditar el pluralismo del Rgimen, en el marco de una protesta controlada desde arribay estril.

    79 La desvinculacin de Podemos respecto de la izquierda clsica espaola se da tambin enlos smbolos: ni el nombre de la formacin, ni su forma de organizacin interna, ni susemblemas o colores responden a esa tradicin. Representan ms bien lo que en el campoterico se definira como posmarxismo y en el campo de la poltica prctica fueron los nuevosmovimientos sociales. De ah el color de la formacin, que remite al histrico del feminismo(y la importancia de autores como Laclau o Mouffe tienen para sus principales dirigentes).

    80 Del mismo modo, el crculo como emblema se aleja de la tradicin jacobina o centralistade los partidos marxistas-leninistas, pero tambin de los socialdemcratas e ilustrados, puesel nosotros prima sobre la vanguardia, el cuerpo sobre la cabeza. El crculo priorizael mundo ciudadano sobre el mundo del trabajo, dominante en el repertorio simblico dela izquierda clsica, poblado de instrumentos de produccin y tambin de cultura, peroentendidos como vas de esclarecimiento y elevacin. Con su nombre, Podemos sedesliga del partido de representacin de intereses materiales de clase ya presentes en laestructura social, para ir hacia un movimiento abierto que, al subrayar el significante demos,convoca performativamente a la construccin de un nuevo sujeto, asumido como contingentey con vocacin hegemnica: el pueblo. Aqu hay tambin un distanciamiento epistemolgicode la izquierda clsica, derivada del marxismo ortodoxo: el reconocimiento de la accinpoltica como prctica performativa deja de lado el mecanicismo estructura-superestructurapara reconocer la capacidad constructora de lo poltico. Podemos connota tambin la labor desaneamiento del ambiente25.

    81 La resignificacin de Patria y patriota ejemplifica cmo Podemos se desmarcasimultneamente del discurso de la izquierda y de la derecha. Lo nacional general en Espaaest asociado al franquismo, a su ideario centralista y nacional-catlico. Slo lo nacionalvinculado a las llamadas nacionalidades histricas (Pas Vasco, Catalua y Galicia) ha tenidoalguna presencia en los imaginarios de izquierda, pues se opona a aquel espaolismo. Laresignificacin de Podemos comienza por el significante mismo, pues patria y patriotano forman parte del lenguaje corriente de la poltica espaola: la izquierda prefiere hablardel Estado espaol o de pas, mientras que la derecha utiliza nacin. Patria remitea las luchas de liberacin del Tercer Mundo de los aos 60 y 70, y al ideario nacional-popular latinoamericano. Desde all sostendr que Espaa se ha convertido en una colonia deAlemania, para vincular soberana popular y soberana nacional.

    82 Podemos afirma no querer dejar el trmino en manos de la derecha, y por eso lo resignificacomo valoracin de lo comn, de la voluntad popular, del bienestar general. La Patria paraPodemos cristaliza en la defensa del Estado de Bienestar, de los hospitales y escuelas pblicos,en lo que iguala y mancomuna, no como para la derecha en smbolos conflictivos comola bandera, el idioma castellano o las tradiciones. El patriotismo de la derecha es hipcrita,sostiene Podemos, pues en lugar de defender lo pblico se lo apropia privatizndolo, evadiendoimpuestos y atesorando capital en parasos fiscales. El nacionalismo espaolista se revela ascomo una excusa de la derecha para imponer sus preferencias (idioma, cultura, historia) alresto de ese pas de pases que es Espaa para Podemos.

    83 El eje Nuevo/Abajo/Democracia vs. Viejo/Arriba/Oligarqua busca redisear un universosimblico que para Podemos comparten la izquierda y la derecha en Espaa desde laTransicin.

    84 Este nuevo eje construye una dicotoma nosotros vs. ellos, el Pueblo contra la Casta. LaCasta es el nombre de las elites econmicas, polticas y culturales que han protagonizado laTransicin y edificado el Rgimen de 1978.

    85 En esta primera etapa enero-diciembre 2014, tanto en el nivel nacional como en el europeo,el problema no radica exclusivamente en la conducta de las elites, sino tambin en el diseoinstitucional que lo permite. Conducta e institucionalidad estn imbricadas. La Transicin esel Rgimen del 78, por lo que una de las propuestas clave de Podemos es la apertura de unproceso constituyente que rompa el candado de la Constitucin de 1978 y discuta todo contodos. Otro tanto ocurre con Europa, donde se critica a la elite actual, se reivindica el pacto

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    social europeo de la segunda posguerra y se propone un proceso constituyente que refundela Unin26.

    86 El programa electoral para las europeas de 2014 est organizado distinguiendo entre aquelloa recuperar, a conquistar y a construir. La democracia figura entre aquello a construir lo cualpresupone que el secuestro implica su inexistencia fctica, mientras que la igualdad, lalibertad y la soberana son elementos a conquistar, lo cual es coherente con la necesidad deconstruir la democracia, pues son sus pilares. En cambio, la economa, la tierra y la fraternidadhay que recuperarlas, lo cual supone que existen pero no de la forma deseada.

    87 Este acento en la crtica de raz a la Transicin y a su producto institucional hace que Podemostrace una frontera poltica con un Ellos que no se reduce a la conducta de las lites polticasy econmicas, pues sta es resultado de un andamiaje institucional y, en definitiva, de unorden poltico: el Rgimen del 78. La propuesta de un proceso constituyente constituye sucomplemento lgico y coherente.

    88 En esta primera etapa, entonces, el discurso de Podemos como el del 15M repolitiza lo queel discurso de la Transicin despolitizaba: las identidades polticas tradicionales existentes, lahistoria de la conformacin del orden poltico espaol y europeo general contemporneo, lacrisis y su gestin poltica.

    89 Podemos despolitiza parcialmente su propia identidad no por desestimar el eje izquierda-derecha para sustituirlo por el arriba-abajo, menos presente en la cultura poltica espaola,sino por no explicitar que el arriba-abajo no se entiende fuera del izquierda-derecha. Enefecto, Podemos rechaza el eje izquierda-derecha realmente existente en el sistema polticoespaol, pues como vimos segn la formacin morada funciona como dos alas de un mismopartido. Pero, en verdad, el nuevo eje arriba-abajo que propone, al representar la dicotomaentre democracia como gobierno del pueblo y democracia como competencia entre elites, nopuede comprenderse fuera del eje izquierda-derecha en general, como tensin entre igualdady jerarqua, nacido en 1789. Como Podemos no explicita esto ltimo, contribuye a que lohistrico-particular arrastre y borre lo histrico-abstracto, lo que genera una despolitizacinparcial de la propia identidad, que se complementa bien con su otra despolitizacin, la depresentar sus demandas tal como haca el 15M como sentido comn.

    90 No obstante, en conjunto, en esta primera etapa, cabe afirmar que el discurso de Podemosrepresenta ms bien una impugnacin del orden, pues la realizacin de sus demandas esincompatible con la configuracin del orden existente, cuestiona la legitimidad del relato de laTransicin y repolitiza la fisonoma de la comunidad poltica espaola. A diferencia del 15M,al momento negativo de crtica y desarticulacin de lo existente le suma el momento positivode la organizacin como fuerza poltica movida por una voluntad explcita de no constituirseen mera formacin testimonial y, por lo tanto, de luchar por el poder para reconfigurar lacomunidad poltica.

    Segundo momento: el desdibujamiento de la frontera poltica91 El acto en la Puerta del Sol, de enero de 2015, puede ser tomado como inicio de un segundo

    momento en el discurso de Podemos. La contraposicin dominante seguir siendo Nuevo/Abajo/Democracia vs. Viejo/Arriba/Oligarqua, pero ahora tender a desvincular casta deRgimen del 78 y de Proceso Constituyente. Persistir as la representacin de unnosotros y un ellos, pero este ltimo ser encarnado sobre todo por la conducta poltica dela casta, y menos por la estructura institucional derivada de la Constitucin de 1978. Ambasdejan de estar imbricadas. Las lites privilegiadas aparecern ms bien como usufructuariasde una institucionalidad que debe ser recuperada por la ciudadana. Lo cual presupone queesas instituciones son ms bien neutrales, dependientes de su uso, mientras que en la primeraetapa aparecan como radicalmente favorables a las lites, negadoras de la voluntad popular,propiciadoras del secuestro de la democracia. Por lgica consecuencia, la demanda de unproceso constituyente ya no aparece con la frecuencia que lo haca en el primer momento, nicon su condicin de requisito para la existencia de una autntica democracia.

    92 La prdida de peso de la demanda de proceso constituyente se ver acompaada por laaspiracin a recuperar el pacto del 78, malversado y roto por la conducta de la casta.

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    Complementariamente, la cronologa de la crisis se modifica: su origen ya no es 1978, sinoms bien la gestin de la crisis iniciada en 2008. El problema ya no es la Transicin en s, sinolas polticas abiertamente neoliberales de la crisis27.

    93 Otra novedad del discurso de Podemos en este segundo momento es la reivindicacin de lasocialdemocracia28, que va del reconocimiento de su papel histrico en la segunda posguerraeuropea29 y en la Espaa de la Transicin30, a aceptarla como identidad del propio programa31,pasando por la especial apelacin de Pablo Iglesias en la campaa de las autonmicas ymunicipales en el marco de un discurso transversal a los socialistas de corazn, puesvotar socialista hoy es votar Podemos. Esto es importante no por lo que ello puede suponeren trminos de contenido programtico, sino de lugar en el orden poltico de la Transicin,el que precisamente Podemos interpretaba inicialmente como un tablero con dos posiciones(izquierda y derecha) que en verdad eran una (bipartidismo). El espacio socialdemcrata esuno de ellos.

    94 Esta recuperacin del lugar socialdemcrata, la progresiva ausencia en especial en los actospolticos pblicos del concepto de Rgimen de 1978, la sustitucin de 1978 por 2008 comoorigen de la crisis y, sobre todo, el eclipse de la demanda de un proceso constituyente, vantodos en la misma direccin: la prdida de centralidad de la confrontacin con el discurso dela Transicin y el desplazamiento del problema del orden existente en s a su uso por partede las lites polticas dominantes. El problema es que las lites se han puesto por encima delas instituciones, dir Podemos.

    95 El efecto general es el desvanecimiento creciente de la frontera poltica trazada en el primermomento discursivo. No hay frontera poltica con la conducta de una lite, desligada talcomo se presenta del orden en s. La sola conducta no implica que las demandas seanincompatibles con el orden, ni un proyecto poltico con el cual no se puede convivir, sino lanecesidad de reemplazar a la lite para rescatar el orden poltico usufructuado por ella. Asconcebida, esa lite no puede ser un otro institucionalizado32, sino que se convierte en unOtro desinstitucionalizado: en un no-otro, en definitiva.

    96 Hay un antecedente del nfasis en la conducta de la lite en desmedro del orden poltico comotal en el primer momento del discurso de Podemos cuando se habla de recuperar los derechossociales, de la prdida de soberana o de utilizar el art. 128 de la Constitucin en favor delos intereses populares33. Pero estos elementos no pueden ser analizados por separado, uno auno, sino que adquieren sentido conformando un todo junto con la demanda de un procesoconstituyente. En junio de 2014, con ocasin de su juramento de la Constitucin espaola paraasumir el cargo de diputado europeo, el ahora secretario general de Podemos, Pablo Iglesias,eligi una frmula nueva para poder afirmar Prometo acatar la Constitucin hasta que losciudadanos de mi pas la cambien para recuperar la soberana y los derechos sociales", dandopor sentado que la actual no garantizaba esas demandas fundamentales para Podemos.

    97 Del mismo modo, en una intervencin acadmica de julio de 2014, igo Errejn interpretabala Transicin a la luz del concepto gramsciano de revolucin pasiva. En consecuencia, sibien aceptaba que el Rgimen del 78 haba supuesto la incorporacin de algunas demandaspopulares y un avance en general respecto del orden anterior, sostena que la Transicin como la Guerra Civil haba supuesto una derrota popular y que el sistema poltico estabaagotado para incorporar nuevas demandas. Por lo tanto conclua Errejn el desbloqueo de lasituacin pasaba o bien por una restauracin desde arriba o bien por un proceso constituyentedesde abajo34.

    98 Por el contrario, en la segunda etapa no slo va a perder peso la demanda de una nuevaconstituyente, sino que tambin va a surgir, en el principal documento partidario de estemomento, el programa electoral para las municipales y autonmicas, un hasta entonces inditoreconocimiento de las instituciones de 1978: Tenemos instituciones que contemplamos conorgullo; ya hay mucho camino recorrido. Tenemos las piezas, pero falta ordenarlas, ajustarlas,equilibrarlas. Aun teniendo materiales de buena calidad, han cado en manos de gobiernostorpes, cortos de miras y despilfarradores35. Asimismo, se habla de que recuperaremos lasinstituciones para la democracia36. Ms adelante, se afirma que esto podemos hacerlo desdelas instituciones: vamos a ganar esta partida para recuperar la democracia, la soberana y

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    el sentido ltimo de la democracia, que no es otro que obedecer a la gente y atender susnecesidades37. La demanda de un proceso constituyente, en cambio, no aparece en estedocumento.

    99 Coherentemente con la carga de la prueba desplazada del orden mismo a las elites, lademocracia aparece ya no como algo a construir, sino como algo a recuperar.

    100 Finalmente, aparece por primera vez en el discurso de Podemos la apelacin a construir unpas moderno, quiz el significante que opera como aglutinante de todo el discurso dela Transicin y por tanto de la legitimacin del orden poltico actual espaol. Otro trminoemblemtico de la Transicin, la apelacin al cambio, ya formaba parte del lenguaje dePodemos.

    101 Podra decirse tambin que el uso del espacio pblico cambia en la segunda etapa respecto dela primera. Si el lanzamiento de Podemos se hace en el Teatro del Pueblo, en el corazn delbarrio de Lavapis de Madrid caracterizado por ser el barrio alternativo, contestatario y degran presencia inmigrante y el lanzamiento de la campaa por las Europeas se realiza en laciudad de Valencia, smbolo de la corrupcin y de la casta debido al caso Camps y la tramaGrtel, el acto de enero de 2015 se lleva a cabo en la Puerta del Sol, sede por antonomasia del15M, movimiento que como se ha visto posee un discurso crtico con el orden poltico espaolactual pero sin confrontar directa y explcitamente con la Transicin.

    A modo de conclusin102 La pregunta que nos proponamos responder es si el nuevo discurso de Podemos supone una

    ruptura o una regeneracin respecto del orden hegemnico de la democracia espaola. Paraello, analizamos su relacin con el discurso de la Transicin, que es el que provee legitimidada la democracia espaola actual, tomando en cuenta antecedentes como el discurso del 15M.Sobre estas luchas por el sentido suscitadas alrededor de la legitimidad de la democraciaespaola actual pueden apuntarse las siguientes notas a modo de conclusin:

    103 La democracia ya no cabe en la Transicin. La democracia es algo ms que la Transicin.Hay demandas democrticas que exceden la concepcin transicional de la democracia comomera evitacin del fratricidio. Se puede ser demcrata sin asumir la narrativa de la Transicin,su explicacin del pasado, del presente y, en consecuencia, de hasta dnde cabe llegar en elfuturo. Los marcos interpretativos que propona la Transicin ya no parecen poder abarcar ydefinir de qu se puede hablar y de qu no, qu voces son legtimas y cules no, cules sonlos lugares de enunciacin aceptables y cules no. Los problemas y el orden del discurso quepropona la Transicin ya no son los de la democracia como tal.

    104 A tal punto la democracia ya no cabe en la Transicin que quien ocupara el lugar del Otropara la Transicin ya no parece poder seguir siendo, como lo fue durante tantos aos, el Otrode la democracia. La desaparicin poltica de ETA dato quiz poco tenido en cuenta en elanlisis del presente poltico espaol ha liberado energas e imaginaciones polticas que antesse vean obligadas, en razn de su preferencia democrtica, a cerrar filas recurrentemente conlos partidos de gobierno, lo cual en buena medida lastraba la posibilidad del trazado de unanueva frontera en relacin a stos, pues no hay lugar en un orden para dos fronteras. Estoreforzaba a su vez la nocin transicional limitada de la democracia como consenso y comoevitacin de la guerra civil. Todo lo que cruzaba ese estrecho terreno era desautorizado unavez cado el comunismo como radical.

    105 Esta insuficiencia de la Transicin para contener la democracia significa una repolitizacin dela configuracin del orden poltico existente, espaol pero tambin europeo, pues el pasadoya no aparece como neutral ni movido por caracteres privado-subjetivos, sino por luchaspolticas en torno a proyectos diferentes. La democracia ya no es medida por sus resultadosen trminos de prosperidad y paz, sino como mtodo, como fin en s cuyo cumplimiento cabalasegura un empoderamiento de la ciudadana a travs de la igualdad de voz y de capacidadde representacin del mundo y la legitimidad de las demandas de las mayoras ante las delas minoras.

    106 La desvinculacin entre democracia y Transicin se insina en las dos conmociones internas aldiscurso de la Transicin de los ltimos aos, se plasma implcitamente como frontera poltica

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    en el discurso del 15M y se explicita en la primera etapa del discurso de Podemos. Como estatrayectoria no es teleolgica ni necesaria, sino abierta a la contingencia, el segundo momentodel discurso de Podemos va a significar un desdibujamiento de esa frontera y, por lo tanto,un cierre de la posibilidad de reenviar la Transicin al pasado de la democracia existente,en tanto ya no resulta necesaria la ruptura con ella sino con las lites que mal utilizaron lasinstituciones del 78.

    107 En el discurso de Podemos, el orden existente pasa de ser un obstculo insalvable a un terrenofrtil de operaciones para la realizacin de las demandas democrticas y populares. Pasar deque es necesario sustituir la Transicin para construir la democracia, a la de que se requiereechar a la casta para liberar el potencial democrtico de las instituciones de la Transicin,supone una nueva despolitizacin pero en otro nivel, bajo otro significado, como resultado dela repolitizacin previa hecha por el 15M y por el propio Podemos: ya no el de evitacin dela guerra cainita, sino el de la Transicin y la democracia como unas reglas del juego, unaspiezas buenas que hay que encajar bien tal como afirma el programa autonmico de Podemosde 2015, que dan lugar a muchos usos.

    108 Esta neutralizacin en un nuevo nivel permite pensar que el discurso de Podemos tiene unefecto ms de regeneracin democrtica que de impugnacin del orden. Ampla el espacio deoperaciones para ms y nuevas demandas democrticas, antes presentadas como impensables,pero para ello necesita a la vez despolitizar su propia identidad y presentar la democracia comounas reglas del juego neutrales que no determinan ni la fisonoma de los actores, ni de la luchapoltica, ni la de las demandas38. La democracia queda neutralizada al politizar exclusivamentela conducta poltica de la casta o incluso la de los gobiernos habidos como su problema.As, por una parte, se reduce el orden al gobierno y, por otra, lo institucional a la democracia.

    109 En su conjunto, este movimiento equivale a una apertura de la poltica tal como exista desdela Transicin por presin de lo poltico las demandas y actores emergentes desde fuera delsistema institucional para volver a cerrar/estabilizar la poltica, una vez incorporadas esasdemandas nuevas, merced a una nueva despolitizacin, ahora de la democracia como si fueraun orden que puede prescindir de toda frontera poltica y, en este sentido, volver superfluala ruptura de lo nuevo con lo viejo, pues ese marco es capaz de acoger sin verse afectadoun proceso de cambio de hegemona. Esto parece haberse confirmado con las eleccionesmunicipales y autonmicas de mayo de 2015. El resultado de la relacin entre la poltica ylo poltico tras este trastrocamiento de lo que exista est todava por verse, en tanto procesoabierto que depende de mltiples factores.

    Notes

    1 Entendida como expresin de un antagonismo, que representa la incompatibilidad entre actorespolticos para convivir en el seno de una misma comunidad debido a sus diferencias existenciales.Vanse: Carl Schmitt, El concepto de lo poltico, Madrid, Alianza, 1991 y Ernesto Laclau, La raznpopulista, Madrid, Fondo de Cultura Econmica, 2005, pp. 97-110.2 Para una concepcin simblico-discursiva de la poltica, vanse: Pierre Bourdieu, Propos sur le champpolitique, Lyon, Presses Universitaires de Lyon, 2000; Pierre Bourdieu, Describir y prescribir: lascondiciones de posibilidad y los lmites de la eficacia poltica, in Qu significa hablar?, Madrid, Akal,2001, pp. 96-104; Cornelius Castoriadis, La institucin imaginaria de la sociedad, Barcelona, Tusquets,2 vols., 1975. Michel Foucault, El orden del discurso, Mxico, Gedisa, 1983. Ernesto Laclau y ChantalMouffe, Hegemona y estrategia socialista, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 1985. JacquesRancire, Diez tesis sobre la poltica, in Poltica, polica, democracia, Santiago de Chile, EdicionesLOM, 2006, pp. 59-79. Jacques Rancire, Poltica, identificacin, subjetivacin, in Poltica, polica,democracia, Santiago de Chile, Ediciones LOM, 2006, pp. 17-26.3 Aqu partimos de la relacin formal entre demanda y orden que plantea Laclau. Una posibilidad es quela relacin entre ambas sea excluyente, entonces las demandas para realizarse deben trastocar el ordeny predomina la lgica equivalencial. Otra es que la relacin sea de continuidad, entonces las demandaspueden ser satisfechas dentro del orden y predomina la lgica diferencial. Ernesto Laclau, La razn,op. cit., pp. 110-122; 163-197.4 OECD: In it Together: Why Less Inequality Benefits All, Paris, OECD Publishing, 2015.Disponible en: http://www.keepeek.com/Digital-Asset-Management/oecd/employment/in-it-together-

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    why-less-inequality-benefits-all_9789264235120-en#page3. Para un resumen del informe sobre lasituacin en Espaa, vase: http://www.oecd.org/spain/OECD2015-In-It-Together-Highlights-Spain.pdf5 Merced a las tarjetas black, ochenta y seis miembros de la direccin y del Consejo de Administracinde la Caja de Ahorros Caja Madrid (luego Bankia) recibieron entre 1999 y 2012 dinero en total,unos quince millones de euros al margen de sus retribuciones y gastos de representacin. Se llamaronblack por su opacidad, ya que ni la entidad ni los beneficiarios declaraban sus gastos a Hacienda. CajaMadrid era una caja de ahorro histrica que debido a su mala gestin fue fusionada en 2011 con otras cajasbajo la denominacin Bankia y rescatada con dinero pblico, lo cual represent al comienzo de la crisisla liquidacin de la prctica totalidad de las cajas de ahorro, que a diferencia de los bancos, cumplanfunciones sociales. Los beneficiarios de estas tarjetas abarcaban todo el arco poltico: veintisiete delPP, quince del PSOE, cinco de IU y once sindicalistas, entre ellos algunos histricos de las luchasantifranquistas.6 El 31 de enero de 2015, Podemos realiza su primera gran marcha en un espacio abierto. El lugar elegidoes la Puerta del Sol, epicentro del 15M en 2011. La Marcha del Cambio no es para protestar, sinopara anunciar que el ao del cambio comienza (en mayo hay elecciones municipales y autonmicas, yprevisiblemente en noviembre, generales). Resulta un xito de convocatoria, pues acuden ms de 100mil personas que llenan la plaza y las calles aledaas.7 Agradezco los comentarios de Rosa de la Fuente sobre este apartado. Entendido a la manera de Sorel,como un conjunto de imgenes que no son ciertas ni falsas, cuya pretensin no es describir ningunarealidad exterior, sino construir la parte fundamental de la realidad poltica: la voluntad de accin,el actor poltico que, en definitiva, cambiar la realidad. Este actor no preexiste materialmente en losocial, sino que es creado polticamente al nombrarlo como protagonista de un horizonte de accin.Vase: Georges Sorel, Consideraciones sobre la violencia, Madrid, Alianza, 1976, p. 181-187. Vansetambin: Cornelius Castoriadis, El imaginario social instituyente, in Hecho y por hacer. Encrucijadasdel laberinto V, Buenos Aires, Eudeba, 1998, pp. 310-320. Beatriz Gallardo Pals, Usos polticos dellenguaje: un discurso paradjico, Barcelona, Anthropos, 2014, pp. 10-11; 49-112.8 Por despolitizacin, pensando con Schmitt y Weber, entendemos la operacin discursiva que borra elcarcter contingente de la lucha poltica y la imposibilidad de fundamentar objetivamente las decisionessobre valores, para presentarla como una verdad necesaria que se impone desde fuera generalmente,desde una fuente trascendente a lo humano, y que por tanto no cabe discutir. Vanse: Carl Schmitt,La era de las neutralizaciones y de las despolitizaciones, in El concepto, op. cit., pp. 107-130; MaxWeber, La ciencia como profesin, in La ciencia como profesin. La poltica como profesin, Madrid,Espasa Calpe, 1992, pp. 51-89; y Max Weber, La poltica como profesin, in La ciencia como, op.cit., pp. 93-164.9 Ernesto Laclau, La razn, op. cit., p. 150-151; 191-197. Chantal Mouffe, Agonstica. Pensar elmundo polticamente, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 2014, pp. 22-25.10 Chantal Mouffe, Agonstica, op. cit., p. 22.11 Para el anlisis del discurso de la Transicin, vanse: Propuesta de reforma del Estatuto deAutonoma de Catalua. Sesin Plenaria n 155, 30/3/2006, in Diario de Sesiones del Congreso de losDiputados, Madrid, n 166, VIII Legislatura, ao 2006, pp. 8280-8334; Proyecto de Ley por el quese reconocen derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecucin o violenciadurante la Guerra Civil y la Dictadura. Sesin Plenaria n 206, 14/12/2006, in Diario de Sesiones delCongreso de los Diputados, Madrid, n 222, VIII Legislatura, ao 2006, pp. 11255-11285; Proyecto deLey por el que se reconocen derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecucino violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura. Sesin Plenaria n 274, 31/10/2007, in Diario deSesiones del Congreso de los Diputados, Madrid, n 296, VIII Legislatura, ao 2007, pp. 14611-14633.12 As ha ocurrido con ocasin de las reformas del mercado laboral, con los diversos recortes del gastopblico y de las prestaciones sociales. Vanse Ley 35/2010, de 17 de septiembre, de medidas urgentespara la reforma del mercado de trabajo, in Boletn Oficial del Estado, Madrid, n 227, 18 de septiembrede 2010, esp. pg. 79279 y Real Decreto-ley 3/2012, de 10 de febrero, de medidas urgentes para lareforma del mercado laboral, in Boletn Oficial del Estado, Madrid, n 36, 11 de febrero de 2012,esp. pg. 12484. Uno de las crticas centrales del PP al PSOE en la campaa electoral de 2012 fue elcongelamiento de las pensiones y uno de los compromisos fundamentales de su programa de gobiernofue mantener el poder adquisitivo de las mismas. Vase: Programa Electoral Partido Popular 2011,esp. pgs. 106, 115 y 116, disponible en: http://www.pp.es/actualidad-noticia/programa-electoral-pp.13 Proyecto de Ley por el que se reconocen derechos y se establecen medidas en favor de quienespadecieron persecucin o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura. Sesin Plenaria n 206,14/12/2006, in Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, Madrid, n 222, VIII Legislatura,ao 2006, p. 11270.14 En su portada del 24/3/2014, el diario madrileo El Pas encabez la noticia de la muerte de Surezdenominndolo el forjador de la democracia, como si sta se hubiera iniciado en Espaa en 1978.

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    15 Al asociar ETA al nacionalismo, el discurso de la Transicin neutraliza y despolitiza el nacionalismoespaol, uno de los pilares del relato transicional. El nacionalismo queda entonces asociado al delas autonomas perifricas, mientras que el nacionalismo espaol queda asociado neutralmente alconstitucionalismo de 1978, borrando su origen castellano. Esto, paradjicamente, pese a que el art. 2 dela Constitucin de 1978 reconoce la existencia de nacionalidades en el seno de la Nacin espaola.16 Por eso el diputado Eduardo Zaplana, en su intervencin como representante del Partido Popular enla Cmara de Diputados durante el debate de la llamada ley de Memoria Histrica dir: esta ley hacebien poco por las vctimas, pero en cambio se han volcado en atender [refiere al gobierno del PSOE] aquienes an hoy ni siquiera respetan la libertad, la dignidad, la democracia y la Constitucin, como sonlos terroristas. A esos s que se les permite beneficiarse de algn tipo de ayudas de las contempladas enesta ley. Vase Proyecto de Ley por el que se reconocen derechos y se establecen medidas en favorde quienes padecieron persecucin o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura. Sesin Plenaria n274, 31/10/2007, in Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, Madrid, n 296, VIII Legislatura,ao 2007, p.14630.17 As lo expres Mariano Rajoy en el debate parlamentario: Evidentemente, como se acepte esetrmino [Nacin] va a ser un termmetro de lo que se podra o no hacer en Euskal Erria. Esto lo ha dichoel seor [Arnaldo] Otegi, seor presidente del Gobierno, no estamos hablando de un tema menor. VasePropuesta de reforma del Estatuto de Autonoma de Catalua. Sesin Plenaria n 155, 30/3/2006, inDiario de Sesiones del Congreso de los Diputados, Madrid, n 166, VIII Legislatura, ao 2006, p. 8319.18 Hasta llegar el seor Rodrguez Zapatero al poder no se modificaba ni una baldosa de la estructuraconstitucional del Estado [] sin que mediara un acuerdo como mnimo entre los dos partidos querepresentan juntos a casi todos los espaoles [] Rodrguez Zapatero no ha entendido [] que elconsenso es indispensable, afirm Rajoy en el Parlamento. Vase Propuesta de reforma del Estatutode Autonoma de Catalua. Sesin Plenaria n 155, 30/3/2006, in Diario de Sesiones del Congreso delos Diputados, Madrid, n 166, VIII Legislatura, ao 2006, p. 8288.19 El anlisis del discurso del 15M fue realizado en co-autora con igo Errejn, a quien agradezcosu autorizacin para publicarlo en este artculo. Hablar de discurso del 15M obliga a una aclaracinmetodolgica. En primer lugar, por la posibilidad misma de hablar de un discurso del 15M, al tratarse deun movimiento no organizado piramidalmente, sin portavoz ni documentos orgnicos. Por el contrario,el discurso del 15M existe por relaciones espontneas de agregacin y coexistencia de mensajes. Noobstante, hay ciertos rasgos comunes y formas de interpelacin compartidas que definen ms un estiloy una serie de demandas que un programa orgnico y una ideologa concreta. Al privilegiar esta parte deldiscurso del 15M, somos conscientes que queda de lado la produccin de los espacios de deliberacin yanlisis del movimiento, ms elaborados y complejos. No obstante, entendemos que el discurso escogidopuede entenderse como una sntesis no contradictoria ni excluyente con aquella otra produccin. Adems,por su carcter expresivo y demostrativo, fue compartido por ms gente y, por tanto, ha tenido msimpacto en la vida poltica espaola. En ese sentido, tiene una ventaja respecto de la otra produccin:representa ms al 15M hacia fuera del mismo que hacia dentro, el discurso que lleg a la sociedad engeneral. Sobre todo teniendo en cuenta que el 15M fue compartido por sectores mucho ms amplios quelos grupos o asambleas que lo conformaron organizativamente, como pudo verse en las convocatoriastanto de 2011 como de 2012.20 Esta reconstruccin se inspira en el concepto de populismo de Laclau. Vase Ernesto Laclau, Larazn, op. cit., pp. 91-13021 Otras consignas del 15M, tambin representativas de esta identificacin y contraposicin, seran:vuestra crisis no la pagamos; no somos anti-sistema, sino que el sistema es anti-nosotros; el sistemaes anti-pueblo del pueblo; error en el sistema; estamos hartos de que se rescate a los bancos y no alas familias; la casta de polticos al servicio de los bancos; somos el 99 % que se niega a padecerlas imposiciones del 1%; queremos una sociedad en la que el pueblo est por encima de los intereseseconmicos y polticos; no somos mercancas en manos de polticos y banqueros; nuestras ideasno caben en vuestras urnas; slo podemos construir contigo; cuando los de abajo se mueven los dearriba se caen; abajo el rgimen; no hay pan para tanto chorizo.22 Para el concepto de campo poltico y la divisin profesionales/profanos, vase Pierre Bourdieu,Propos sur, op. cit.23 Para los rasgos generales del discurso en esta primera etapa vanse: el documento con el que Podemosse presenta ante la ciudadana en el Teatro del Pueblo el 16 de enero de 2014, Mover ficha: convertirla indignacin en cambio poltico.24 Pablo Iglesias dir que el consenso de la Transicin consista en reuniones de las elites en reservadosde restaurantes para pactar polticas y redactar los artculos de la Constitucin. Vase: Discurso dePablo Iglesias. Acto Inicio Campaa Elecciones Europeas en Valencia, 9/5/2014. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=a8RGcUpK6fE. Significativamente, cerrar su primera intervencin en laAsamblea de constitucin de Podemos diciendo que el cielo se toma por asalto, no por consenso. Vase

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    Discurso de Pablo Iglesias. Acto Asamblea Ciudadana Podemos en Vistalegre, 18/10/2014; disponibleen: https://www.youtube.com/watch?v=aRUp42NjghE.25 Juan Jos Millas, xito gramatical, Diario El Pas, Madrid, 30/5/2014. Disponible en: http://elpais.com/elpais/2014/05/29/opinion/1401375048_407811.html26 La demanda de un proceso constituyente aparece en los principales documentos de esta primeraetapa. En Mover ficha, op. cit.: Una candidatura que defienda una democracia radical dondelos referndums vinculantes y las ILP formen parte destacada de un nuevo ordenamiento jurdicotras un proceso constituyente (p. 3). En Documento final del programa, op. cit.: Aperturade un proceso constituyente democrtico que garantice que los derechos sociales y culturalestengan el mismo estatuto que los derechos civiles y polticos (p. 14); Puesta en marcha ()gradualmente de una democracia participativa en todos los mbitos, con vistas a un procesoconstituyente europeo (p. 23); apertura de un proceso que camine hacia una refundacinde las instituciones de la UE a travs de una asamblea constituyente (p. 28). En Principiospolticos, op. cit.: Estamos en un momento en el que las disputas electorales, lejos de sermera competicin interna del rgimen de 1978, suponen hoy la posibilidad cierta de que su crisisno sea conducida en un sentido oligrquico sino de apertura popular y constituyente (p. 5); Laselecciones municipales () [s]on el primer paso en la estrategia destituyente-constituyente y de rupturademocrtica (p.13). Vanse tambin: Entrevista a Pablo Iglesias. Programa El Objetivo. La Sexta.16/11/2014. Disponible en: http://www.dailymotion.com/video/x2aeds3_ana-pastor-vapulea-a-pablo-iglesias-podemos-en-el-objetivo-de-la-sexta-re-gimen-de-espan-a-16-de-nov_news; Discurso PabloIglesias en Barcelona, 21/12/2014. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=XBhS68S0xX0.Intervencin igo Errejn. Encuentro con Profesores e Investigadores. Facultad de CienciasSociales, Universidad de Buenos Aires. 30/7/2014; disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=JosOwoMrUg0. Intervencin Juan Carlos Monedero. Encuentro con Profesores e Investigadores.Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. 30/7/2014; disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=JosOwoMrUg0.27 Discurso de Pablo Iglesias en la Marcha del Cambio, Puerta del Sol, 31/1/2015;disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=b4WoMdxJUwc. Discurso de igo Errejn enla Marcha del Cambio, Puerta del Sol, 31/1/2015; disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=RP9DE2VGS84. Entrevista a igo Errejn. El Confidencial, 26/4/2015; disponibleen: http://www.elconfidencial.com/espana/2015-04-26/errejon-dice-que-podemos-no-quiere-revertir-el-regimen-del-78-sino-hacer-transformaciones-estructurales_782901/28 Esto comienza a aparecer al final de la primera etapa del discurso de Podemos, en noviembre de 2014,y se vuelve ms recurrente en la segunda etapa.29 Vase Intervencin de Juan Carlos Monedero, op. cit.30 Entrevista a Pablo Iglesias, Diario 20 Minutos, 4/11/2014. Disponible en: http://www.20minutos.es/noticia/2285129/0/pablo-iglesias-entrevista-podemos/mayoria-absoluta/corrupcion-elecciones/31 Entrevista a Pablo Iglesias, Diario 20 Minutos, op. cit. Entrevistaa Pablo Iglesias, Programa La noche en 24 horas, Canal 24 Horas,RTVE, 5/12/2014. Disponible en: http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-noche-en-24-horas/entrevista-pablo-iglesias-secretario-general-podemos-noche-24h/2892474/. Entrevista a PabloIglesias, Diario El Mundo, 17/5/2015. Disponible en: http://www.elmundo.es/espana/2015/05/17/5557a8a7ca4741132d8b4588.html; Pablo Iglesias, La centralidad no es el centro,in Pblico.es, 20/4/2015. Disponible en: http://blogs.publico.es/pablo-iglesias/1005/la-centralidad-no-es-el-centro/32 Ernesto Laclau, La razn, op. cit., p. 151.33 Discurso de Pablo Iglesias. Acto Inicio Campaa Elecciones Europeas en Valencia, 9/5/2014.Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=a8RGcUpK6fE34 Intervencin de igo Errejn, op. cit.35 El Programa del Cambio. Elecciones autonmicas de 2015, p. 11. Disponible en: http://podemos.info/wp-content/uploads/2015/05/programa_marco_podemos.pdf.36 El Programa del Cambio..., op. cit., p. 13.37 El Programa del Cambio..., op. cit., p. 13.38 Cornelius Castoriadis, La democracia como procedimiento y como rgimen, in El ascenso de lainsignificancia, Madrid, Ctedra, 1998, pp. 218-238.

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    Javier Franz, Podemos: regeneracin democrtica o impugnacin del orden? Transicin, fronterapoltica y democracia, Cahiers de civilisation espagnole contemporaine [En ligne], 15|2015, misen ligne le 17 janvier 2016, consult le 20 janvier 2016. URL: http://ccec.revues.org/5988; DOI:10.4000/ccec.5988

    propos de lauteur

    Javier FranzUniversidad Complutense de Madrid

    Droits dauteur

    CCEC ; auteurs

    Rsums

    Podemos, rgnration dmocratique ou contestation de l'ordretabli? Transition, frontire politique et dmocratieLirruption de Podemos a constitu un choc dans la politique espagnole. Dans ce travail,nous nous demandons si Podemos reprsente une rgnration dmocratique ou bien unecontestation de lordre tabli. Nous analysons son discours par rapport au rcit de laTransition, qui lgitime lordre politique espagnol, en tenant le discours du mouvementdu 15M comme son antcdent inluctable. Si la Transition pensait la dmocratiecomme un consensus et comme une forme dviter le fratricide, le discours du 15M vadissocier Transition et dmocratie, pour valuer lordre existant comme une oligarchie dmocratiser. Podemos sest inscrit dans le sillage du 15M, mais sest aussi organis pour sebattre pour le pouvoir politique et, dans un premier temps,en se confrontant directement audiscours de la Transition. La caste et le Rgime du 78 verrouillent la dmocratie, desorte quun processus constituant est devenu ncessaire. Dans un deuxime temps, Podemosdissocie la caste du cadre institutionnel de 1978 et aura pour objectifde chasserla castepour restaurer la dmocratie. La demande dun processus constituant disparat et, avec elle, lafrontire politique dresse dans la premire tape, en dpolitisant la dmocratie, en tant quesystme dot dergles du jeu neutres.Spanish politics has been shaken by the emergence of Podemos. This paper poses the questionof whether Podemos represents a democratic regeneration or a refutation of order. It analyzestheir discourse in relation to the narrative of the Transition, which legitimizes the Spanishpolitical order, taking the 15M discourse as a historical precedent. While the Transitionconceptualized democracy as consensus and avoidance of fratricide, the 15M discoursedisassociates Transition and democracy by evaluating the existing order as an oligarchy todemocratize. Podemos, in the wake of 15M, was organizing to fight for political power and, ina first stage, was directly confronting the Transition discourse. "The Caste" and the "Regimeof '78" impeded democracy, thereby requiring a constitutional process. In a second stage,Podemos disassociates "the caste" from the institutionality of '78 and proposes to "throw outthe caste" in order to restore democracy. The demand for constitutional process vanishes, andalong with it, the political boundary drawn in the first stage, thus depoliticizing democracy asneutral rules of the game.La poltica espaola se ha visto conmovida por la irrupcin de Podemos. Este trabajo sepregunta si Podemos representa una regeneracin democrtica o una impugnacin del orden.Para ello, analiza su discurso en relacin a la narrativa de la Transicin, que legitima elorden poltico espaol, tomando el discurso del 15M como antecedente ineludible. Si laTransicin pensaba la democracia como consenso y evitacin del fratricidio, el discurso del15M desvincular Transicin y democracia, al evaluar el orden existente como una oligarqua

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    Cahiers de civilisation espagnole contemporaine, 15 | 2015

    a democratizar. Podemos se inscribi en la estela del 15M, pero organizndose para lucharpor el poder poltico y, en una primera etapa, confrontando directamente con el discurso de laTransicin. La casta y el Rgimen del 78 impedan la democracia, por lo que se requeraun proceso constituyente. En una segunda etapa, Podemos desvincular a la casta de lainstitucionalidad del 78 y se propondr echar a la casta para recuperar la democracia. Lademanda de proceso constituyente se desvanece y, con ella, la frontera poltica trazada en laprimera etapa, despolitizando la democracia como reglas del juego neutrales.

    Entres dindex

    Mots cls : Podemos, 15M, Transition espagnole, dmocratie, frontire politique,politisation, dpolitisationKeywords : Podemos, 15-M, Spanish Transition, Democracy, Political *Frontier,Politicization, DepoliticizationLieux :Espagne, Spain, EspaaPriodes :1975-1982, 1978-

    Notes de la rdaction

    Cet article date d'aot 2015. Certains dveloppements ultrieurs de la politique espagnole nesont donc pas pris en compte.