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    I. PERIODISMO COLONIAL

    La Colonia no tuvo peridicos. Rasgo de buen gusto que nos ha librado de

    los sesquipedales discursos de tanto doctor limeo erudito en cnones ylatn que entonces hubiera terminado en periodista e inhibicin oportunaimpuesta por el ambiente del virreinato. En el estrecho recinto de la capitallas noticias corran de boca en boca con ms presteza que los papeles. Laciudad no necesitaba de ellos. Chismgrafos profesionales ymurmuradoras de nacimiento se encargaban de trasmitirdesinteresadamente noticias entretenidas y escandalosas. A estosperiodistas ocasionales, establecidos cabe el arco de algn portal o deuna iglesia, se unan otros puntuales anunciadores de todas las incidencias

    de la vida limea: las campanas.

    Las campanas daban cuenta de todo y a todas horas un buen limeo seinformaba por el nmero de los repiques del metal del bronce que sonaba,en qu parroquia haba procesin o trisagio o qu vecino ilustre habamuerto en la ciudad. As "La Mnica" de San Agustn debi hacer el papeldel Comercio y fue una indudable antecesora de nuestra prensa deoposicin aquella traviesa campana que se ech a repicar cuando elSeor Virrey iba de incgnito, por asunto de faldas. Tan repetido e

    insistente lleg a ser el campaneo que los extranjeros se irritaban por l yMonteagudo, que debi tener el sueo ligero se vio obligado a dar undecreto contra las campanas, prohibiendo los repiques por cualquiersecreto. El decreto levant gran polvareda, contribuyendo a laimpopularidad del ministro que as atacaba las costumbres, pero hubo decumplirse en todos los conventos, menos en el de Jess Mara, por lasencilla razn de que era el nico que en aquella poca no tenacampanas. Poca falta hacan ya las antiguas y alborotadas noticierastreinta aos haca que los limeos, obsesionados por la ilustracin haban

    dado en la mana culta de anunciarlo todo por hojas impresas.

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    PRIMERAS GACETAS Y PERIODICOS

    Desde mediados del siglo XVII se publicaron gacetas en Espaa. Publicaciones

    como la Gazeta de Madrid, El DuendeCrtico, El Diario de los Literatos de Espaa,

    Mercurio Histrico y Poltico y Mercurio de Espaa, dan cuenta del auge de la

    prensa en la pennsula, en la primera mitad del siglo XVIII. El periodismo espaol se

    desarrollaba pese a los rigores de la censura. En 1715 empieza a reimprimirse en

    Lima la Gazeta de Madrid. Fue una publicacin pionera del periodismo peruano.

    Su ttulo fueGazeta reimpresa en Lima: de las novedades ms sobresalientes de

    la Europa del mes de febrero de 1715. Aunque fue un tpico noticiario, y pese a

    que no hay evidencia deejemplares subsiguientes, se le menciona como el

    antecedente ms remoto de unapublicacin peridica en el Per.

    El periodismo en el Per tiene tambin otro referente en sus inicios. Se trata dela

    Gaceta de Lima1, fundada en 1744 y editada durante unas cuatro dcadas, con

    unaperiodicidad entre seis y ocho semanas, aunque su publicacin se hiciera a

    veces conintermitencias mayores. Esta es la publicacin peridica ms antigua

    de Amrica del Sur. En la presentacin de esta Gaceta se anuncia ya su finalidad

    informativa y supropsito de hacer circular las noticias y las novedades del

    comercio, siguiendo la senda de las gazatasitalianas, los diarios o jornales

    franceses y los mercurios holandeses. Segn Jean-Pierre Clement, las notas

    esenciales de la Gaceta fueron su aspecto oficialista, que haca de ella un

    instrumento al servicio del poder central, y su inters limitado hacia lo peruano....

    No obstante, la Gaceta recoga tambin en ocasiones noticias locales, citando

    como ejemplo el robo del sol de oro de la Custodia de la Iglesia de San Agustn

    de Lima en 1744, por un tal Lucas de Valladolid o unaconspiracin de indios y

    mestizos en Lima y Huarochir en 1750.

    1En Lima hubo tres publicaciones consecutivas con ese nombre: la Gazeta de 1715 que era

    reimpresin, quizs con algunos aadidos, de la que con el mismo nombre se publicaba enMadrid; la Gazeta de Lima de 1744 y la que con el miso nombre public Guillermo del Ro a

    partir de 1793. VARILLAS MONTENEGRO, Alberto (2008): op. cit.,p. 71.

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    La Gazeta de 1744 fue la primera publicacin peruana estable. En todo

    momento estuvo sujeta a censura aunque es posible que ocasionalmente pueda

    haber deslizado alguna informacin que disgustara a las autoridades civiles o a

    las eclesisticas.

    Los pocos letrados en las colonias de ultramar se informaban por la Gaceta de los

    acontecimientos ocurridos en la Metrpoli. En sus pginas eran destacadas las

    victorias de las armas hispanas, las virtudes de sus ciudadanos, la persecucin de

    las herejas y la relacin con la Iglesia. De esta forma la prensa contribua a

    sostener la unidad del reino.

    Si bien los antecedentes sealados son verdaderos hitos de los inicios delperiodismo en el Per, su escasa o nula preocupacin por los temas locales y su

    deficiente regularidad, impiden otorgarles un carcter fundacional. Los primeros

    peridicos peruanos, con mritos para tal denominacin, slo vieron la luz en 1790

    y 1791. El primero de ellos fue El Diario de Lima, fundado por Francisco

    AntonioCabello y Mesa (1764-1814), conocido bajo el seudnimo de Jaime

    Bausate y Mesa.

    Apareci por primera vez el 1 de octubre de 1790 y fue el primero en la Amrica

    hispana con periodicidad diaria. A ste le sigui elMercurio Peruano, fundado el 2

    de enero de 1791, publicado por la llamada Sociedad de Amantes del Pas", que

    cumpli un rol trascendental en la gesta emancipadora, no porque tuviera un

    carcter revolucionario, sino por su comprensin del Per como una entidad

    histrica, cultural y geogrfica con una identidad propia. ElMercurio, a diferencia

    de El Diario, tena un carcter reflexivo y doctrinario y no informativo.

    Fue el entonces Virrey del Per, don Francisco Gil de Taboada y Lemos,

    quienconcedi a Bausate y Mesa el permiso para la impresin de El Diario de

    Lima, bajo la vigilancia del Fiscal de la Audiencia limea, don Jos de Gorbea y

    Vadillo. El Diariofue presentado al pblico inicialmente como un prospecto, con

    las caractersticas que tendra la publicacin, en cuanto a filosofa, temas,

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    secciones, y condiciones de suscripcin. La primera edicin formal, sin embargo,

    es del 1 de octubre de 1790, como ha sido dicho. Desde enero de 1791 hasta su

    desaparicin, el 26 de septiembre de 1793, la publicacin de cuatro pginas se

    hizo ininterrumpidamente. El peridico tuvo hasta 409 suscriptores y se venda

    tambin en varias ciudades del Per: Lima, Arequipa,Cajamarca, Cuzco,

    Huamanga, Huancavelica, Huanta, Hunuco, Ica, Moquegua, Nazca, Pasco,

    Tacna, Tarma y Trujillo. De igual forma se comercializaba en el Alto Per (hoy

    Bolivia) en La Paz, Potos, La Plata y Chuquisaca.

    Pese a la relativa amplitudde su difusin, la difcil empresa no prosper luego de

    tres aos de empeos. Los costos no fueron compensados de modo suficiente por

    las ganancias. La informacin sobre la llegada y salida de barcos al puerto delCallao o los datos sobre comercio, fincas, esclavos, amas y muebles no fueron

    suficientes para cautivar el inters de los lectores, ganados ms bien por los textos

    reflexivos y a la vez enjundiosos de El Mercurio.

    Toribio Rodrguez de Mendoza y Vicente Morales Durez (abogado criollo que

    lleg a ser presidente de las Cortes de Cdiz), entre otros. Aunque en sus inicios

    tuvo una relacin cercana con El Diario de Lima, se produjeron luego conflictos

    entre ambos.

    Cartas crticas sobre el Mercurio encontraron espacio en el Diario, al mismo

    tiempo que hubo ocasin en que los dos peridicos polemizaron sobre cuestiones

    de inters pblico, en las que no ahorraron adjetivos insultantes. El Mercurio

    desplaz finalmente al Diario de Lima, que hacia 1792 haba reducido ya su

    formato, para luego publicar slo anuncios. Para entonces haba perdido el

    apoyo de las autoridades coloniales, que le negaron tambin el privilegio de la

    impresin de catecismos.

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    A su vez Velaochaga comenta el auge delMercurioen estos trminos:

    Enel ltimo decenio del siglo XVIII, lo que ahora llamaramos una

    revista, ms bien acadmica, destaca entre todas: Mercurio

    Peruano. Su objetivo inmediatonoesexcitar las fibraspolticas, ni

    siquiera por medio de la exposicin de posibles sistemas de

    gobierno alternativos. Su finalidad era msprofunda y, tal vez, ms

    urgente. El ttulo del primer artculo en l publicado es

    suficientementesintomtico: Idea General del Per.

    El periodismo de la poca no era exclusivo del elemento criollo. En el Mercurio

    escriban tambin espaoles, como espaol era el director del Diario de Lima,elreferido Bausate y Meza. Pero su verdadero mrito, segn atestigua

    Velaochaga, radicen poner al alcance de las capas ms ilustradas de la

    sociedad las bases de todo cambiosocial: el conocimiento profundo de la

    realidad geogrfica y social que era el Per. Enefecto, el espritu de este

    peridico puede apreciarse en su primera edicin, del 2 deenero de 1791, bajo el

    ttulo de Idea General del Per.

    Varillas intuye que una disposicin real de 1791, que ordenaba la suspensin de

    todos los peridicos privados espaoles puesto que estimulaban en la poblacin

    la formulacin de sugerencias, habra sido la causa para la desproteccin real

    del peridico. As, su desaparicin habra sido parecida a la de su predecesor, la

    Gaceta de Lima. El apoyo del gobierno virreinal era condicin para la

    subsistencia de aquellos medios.

    Sin las suscripciones del gobierno, sin licencias para la impresin de catecismos y

    otras publicaciones, y en medio de la censura y la hostilidad de las autoridades,

    estos peridicos se hicieron inviables.

    Otro peridico trascendente de la poca fue el SemanarioCrtico, publicado en

    la dcada de 1790 bajo la direccin del religioso franciscano Antonio Olavarrieta.

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    Se editaba los domingos y, aunque slo apareci durante 16 semanas, tuvo

    tiempo suficiente para enfrascarse en ardorosas polmicas con el Mercurio

    Peruano.

    Tambin merece mencin la Gazeta de Lima fundada en 1793 por Guillermo del

    Roalentada por el virrey Gil de Taboada y Lemos, a la que ya nos hemos

    referido antes por la coincidencia de su denominacin con otras dos

    precedentes. Esta Gazeta tuvo pocas ediciones y se pierde su rastro en 1795. Se

    ocup de presentar las informaciones provenientes del viejo continente con

    especial atencin a la Revolucin Francesa y a los conflictos entre Espaa y

    Francia usando para ello como fuente prioritaria a la Gaceta de Madrid. Una

    nueva publicacin con igual nombre apareci en 1798, aunque poco se sabe deella. Ms adelante habra cambiado de nombre por el de Telgrafo Peruano,

    para variar una vez ms su denominacin por el deMinerva Peruana, publicada

    entre 1805 y 1810.

    I. EL MERCURIO PERUANO.La audaz iniciativa de un desconocido hizo desperezarse en sus sillones de

    baqueta a los pausados doctores de la Universidad, a los ilustres cannigos

    decanos del saber y a los curiosos estudiantes que albergaba la ciudad erudita.

    De ese despereza miento naci el Mercurio Peruano.

    El Diario de Lima podr haber arrebatado por algunos meses al crculo de

    hombres ilustres que form la Sociedad Amantes del Pas para escribir el Mercurio

    Peruano la primaca en la iniciativa y en el tiempo dentro del periodismo

    sudamericano, pero no podr arrebatarle la preferencia en la admiracin. El

    Mercurio Peruano realiz una doble e histrica labor. Al proponerse sus redactoresel Per como objeto de estudio en todos los rdenes del saber, afirmaron el

    sentimiento patritico que haba de impulsar la revolucin. Constructores serenos

    del porvenir, pusieron sin jactancia, ante los ojos mismos del virrey incauto que los

    protega, los cimientos de la patria latente. Si no le bastara este mrito de su

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    evidente direccin nacionalista, tiene el Mercurio, sobreabundantes prestigios

    para merecer el primer puesto entre nuestras publicaciones de ayer y de hoy.

    Ninguna ha alcanzado ms alto renombre cientfico ni esparcido mejor el nombre

    peruano. Sus noticias del Per desconocido y fabuloso de la geografa y de la

    historia, sus profundas observaciones sociales, su estudio del medio, sus fecundas

    iniciativas, su constante anhelo de mejoramiento, tuvieron el poderoso atractivo

    de la originalidad. Un eco prolongado de admiracin que hoy repite la historia, le

    salud en Amrica y Europa.

    Es sabido el homenaje de Humboldt, quien le puso, por propias manos, como un

    preciado regalo en la biblioteca Imperial de Berln. Los nombres de los de la

    plyade que lo escribi, encabezada por Baqujano y Carrillo, son ilustres por este

    y otros ttulos: Cisneros, el jeronimita liberal; el sabio Unanue; Rodrguez deMendoza, reformador de la enseanza; Cerdn, oidor eminente; los religiosos

    Mndez Lachica, Calatayud, cumbre de la oratoria, Gonzlez, Romero, Milln de

    Aguirre y Prez Calama, obispo de Quito; Egaa, Rossi, Calero, y Guasque y Ruiz,

    rimadores sin xito. La ms sabia de las publicaciones peruanas, se extingui a los

    tres aos (1794) por falta de suscriptores. En doce volmenes en pergamino la

    coleccin del Mercurio Peruano es hoy inapreciable joya bibliogrfica.

    PRENSA CONTITUCIONALISTA, FIDELISTA Y PATRITICA

    Durante este perodo coexistieron tres tipos de prensa. Una constitucionalista,

    dispuesta a defender las libertades y los cambios promovidos por las cortes de

    Cdiz.

    Otra fidelista, que conservaba su lealtad a la corona espaola y al rgimenvirreinal. Y una tercera patriota, que se manifestaba claramente a favor de la

    independencia del Per frente a Espaa y por la instauracin de una repblica.

    La existencia de estas corrientes explica en gran medida las confrontaciones

    entre los peridicos y la exaltacin y vehemencia con que se expresaban sus

    columnistas. En esos peridicos aparecen tambin por primera vez los

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    denominados remitidos, suerte de cartas llenas de agravios e invectivas,

    dirigidas al director, generalmente con seudnimos que ocultaban la identidad

    de sus autores. Sobre esta modalidad de ataque al honor de las personas en la

    prensa nos ocuparemos ms adelante.

    Velaochaga, por su parte, ha distinguido dos etapas en lo que llama la floracin

    periodstica peruana, ocurrida en los inicios del siglo XIX. La primera desde 1809

    hasta 1914596, producto de la accin de los liberales criollos. La segunda

    producida por los defensores de la insurgencia militar despus de 1820. Los

    escritos publicados en aquellos peridicos, en el primer perodo, no buscaban la

    independencia nacional aunque muchos de sus mentores hayan sido luego

    figuras prominentes en la lucha por la independencia. En esos primeros aos semostraban contrarios al absolutismo, todava en el control del poder, y ardorosos

    partidarios de una monarqua constitucional, de corte liberal.

    Una primera publicacin en este nuevo escenario fue el Diario Secreto, publicado

    entre e1 1 y el 27 de febrero de 1811, antes de la publicacin en Lima de la Ley

    de Imprenta. Fernando Lpez de Aldana fue su autor y mantuvo un carcter

    beligerante, que por supuesto provoc la reaccin de las autoridades virreinales.

    Su propuesta fundamental estuvo centrada en la convocatoria a un cabildo

    abierto en el que habra de designarse un gobierno provisional que fuera

    representativo de los habitantes pero que cuidara de los intereses del rey

    Fernando VII.

    Para entonces haba tambin en Lima, como es de suponerse, una prensa

    oficialista. LaMinerva Peruana era un exponente de ella. No obstante, tales seran

    los temores y el estado de crispacin, que el 18 de septiembre de 1810 el impresor

    Guillermo del Ro, editor de la Minerva, fue apresado, acusado de conspirar

    contra el rgimen virreinal. Aunque luego l y los implicados fueron liberados, la

    MinervaPeruana desapareci de circulacin. Fue sucedida, cuatro semanas

    despus, por la Gaceta del Gobierno de Lima, cuyo explcito propsito era fijar y

    dirigir la opinin pblica, de modo de constituir una barrera fuerte ante los

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    planes de la sedicin y el engao, lo cual se traduce en explicables condenas a

    los movimientos insurreccionales en el resto del continente. Esta postura fue

    contestada desde el citado Diario Secreto, que la consideraba insufrible, insulsa y

    ridcula, con el sello del despotismo y de la esclavitud espirante, al mismo

    tiempo que condenaba la actitud de Abascal de retrasar y entorpecer la

    vigencia de la Ley de Imprenta de 1810.

    El ya citado Lpez de Aldana public tambin por aquellos aos El Satlite del

    Peruano, que fuera clausurado y requisado por el virrey Abascal slo al llegar a

    sucuarta edicin, al mismo tiempo que su director era apresado, para luego huir

    condestino final en Chile. El 8 de septiembre de 1811 vio la luz otro peridico

    liberal: elbisemanario El Peruano, orientado por Guillermo del Ro y Gaspar Rico yAngulo,quien fuera apresado y deportado a Espaa, tras ser varias veces

    acusado por el Virreyy sealado como autor de libelos difamatorios.

    Rico y Angulo fue, segn lo describen los historiadores de la prensa, un personaje

    voluble desde el punto de vista ideolgico. Liberal a ultranza al frente de

    ElPeruanoy converso absolutista a su retorno del destierro en Espaa. En 1812 fue

    acusado ante la Junta de Censura prevista por el decreto sobre libertad de

    imprenta de 1810, expedido por las Cortes de Cdiz por 77 ciudadanos que,

    presentaron como prueba 54 ejemplares de El Peruano. La Junta slo consider

    objeto de delito dos de ellos, uno en que se cuestiona la ciudadana espaola del

    militar y comerciante Pedro Abada, y otro en el que se habran formulado

    ataques contra los principios en que se sustentaba el rgimen monrquico.

    Contest las acusaciones en el mismo peridico, el 9 de junio de 1812,

    denunciando una campaa calumniosa e intrigante en su contra. El 23 de junio

    de ese ao la Audiencia de Lima ordena su detencin, para ser finalmente

    enviado a Cdiz bajo partida de registro, detenido en verdad. En Espaa Rico

    denunci los abusos de Abascal contra la libertad de imprenta. Su caso fue all

    sobresedo por falta de pruebas y fue puesto en libertad el 13 de marzo de 1813.

    Retornado al Per ese mismo ao, se mantuvo desde entonces al margen de

    situaciones comprometidas, procurando la simpata de las autoridades virreinales

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    y defendiendo con vehemencia la causa realista. Muri en 1825 en el sitiado

    castillo del Real Felipe, en el Callao.

    En oposicin a El Peruano de Rico y Angulo, el virrey Abascal auspici El

    Verdadero Peruano, que tuvo un tono ms oficialista en sus inicios. En las pginas

    deeste peridico escribi un ubicuo periodista de la poca: el religioso Jos

    Joaqun deLarriva (1780-1832). Fue una pluma activa del rgimen realista hasta

    1820, cuandopas al sector partidario de la independencia, donde tuvo an ms

    relieve, a la cada delrgimen colonial. Larriva puede ser considerado como un

    periodista de dudosaconducta tica. De l ha dicho Porras Barrenechea que

    serva al Rey y a la Patria, a unmismo tiempo, sin comprometerse. A su nombre

    se pagaban las suscripciones que defavor tomaba el estado. Establecida ya larepblica cumpli para sta los mismosservicios y con igual tesn que para el

    rgimen colonial. Edit El Observadorporencargo de Bolvar, el tono adulador

    del peridico delatara la presencia en l deLarriva, pues este movido clrigo en

    tan solo una docena de aos haba aduladosucesivamente a Abascal y a las

    tropas realistas y a San Martn, Bolvar y Sucre con lamisma facilidad con que

    luego hizo escarnio de ellos.

    Abascal era consciente de la importancia de la prensa y de su influencia en

    difciles circunstancias, en que por toda Amrica se alzaban voces libertarias. Slo

    toleraba, por ello, las publicaciones afines al rgimen colonial las que, como en

    todo tiempo y lugar, gozaban de los favores oficiales, en tanto las publicaciones

    opositoras eran acosadas o clausuradas y sus mentores apresados, perseguidos o

    desterrados.

    El virrey Abascal dej el mando supremo en 1816. Ya para entonces el avance

    libertador, desde los dos grandes focos independentistas, la Gran Colombia y la

    Argentina, pareca irrefrenable. Los partidarios de la independencia fueron en

    aumento y con ellos algunas publicaciones patriotas, limitadas a la difusin de

    proclamas y gacetillas clandestinas. Lima y el Per eran el centro del poder

    colonial en Sudamrica y desde sus entraas salan los ejrcitos con jefes,

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    oficialidad y tropa peruana, que marchaban al resto del continente para el

    sostenimiento del orden monrquico. En Lima y el resto de ciudades del Per slo

    era posible la conspiracin y el colaboracionismo oculto con el ejrcito libertador.

    No obstante, el propio ejrcito del general Jos de San Martn iba a su paso

    publicando el Boletn del Ejrcito Libertador, aparecido entre 1820 y 1821, y el

    Boletndel Ejrcito Unido Libertador del Per, redactado por Bernardo

    Monteagudo,tambin fechado en el mismo bienio. De aquellos aos data

    tambin El Pacificador delPer, considerado por Gargrevich como el primer

    peridico de doctrina del pas, elaborado por los patriotas entre el 10 de abril y el

    1 de septiembre de 1821. Pero en ese perodo de transicin, que marca el fin del

    colonialismo y el inicio de la repblica la independencia fue proclamada porJos de San Martn el 28 de julio de 1821, uno sera el peridico por excelencia

    de los patriotas, segn Gargrevich: Los AndesLibres. En l escribieron algunas de

    las figuras ms prominentes de la lucha por la independencia y su publicacin se

    prolong hasta fines de ese ao cuando le sucedi ElCorreo Mercantil Poltico y

    Literario de Lima, aparecido entre diciembre de 1821 y febrero de 1824.

    EL PERIODISMO PATRITICO

    El periodismo agitado por la idea y el sentimiento de la patria no data de 1821. De

    1821 es su acento vibrante, su fervor tribunicio; en 1811, haba circulado ya un

    peridico secreto y manuscrito, El Diario, redactado por Lpez Aldana y que

    excitaba la esperanza patritica.

    Hojas sueltas y clandestinas continuaron, durante los aos siguientes, la arriesgada

    campaa. El ejrcito libertador no olvid traer la eficacsima cuarta arma: una

    prensa. Las proclamas de San Martn, el Boletn del Ejrcito Nacional de Lima, que

    la derrota fue llevando a Jauja o Huancayo y al Cuzco, y era el rgano oficial del

    Virrey, y El Depositario, en que el ambulante don Gaspar Rico y Angulo

    estampaba sandeces e insultos contra los patriotas.

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    En Lima, el peridico editado por Del Ro cambi tres veces de nombre en un

    ao. En Febrero de 1821 fue El Triunfo de la Nacin; en Julio, a la entrada de los

    patriotas, El Americano, y despus de proclamada la independencia, Los Andes

    Libres.

    Por esos mismos das, Larriva publicaba El Nuevo Depositario, contestando las

    injurias de Rico con custicos dilogos, octavas y jocosas parodias del estilo del

    periodista espaol. El Correo Mercantil, aparecido a fines de 1821, se propuso de

    preferencia fines comerciales e informativos.

    El ao 22, agita los nimos una controversia anhelante. El Sol del Per publica las

    actas de la Sociedad Patritica, en la que Monteagudo propone como tema de

    discusin la forma de gobierno, preparndose a hacer aprobar sus planes

    monrquicos. Una brillante conjuracin de periodistas a quienes incita unromntico fervor por la libertad, responde al monarquista, en escritos

    apasionados, con ardor de libelo. Fulgura el verbo gallardo y custico de Snchez

    Carrin en la Carta del Solitario de Sayn y en El Tribuno de la Repblica Peruana,

    defendiendo su repblica ensoada. Las plumas coaligadas de Snchez Carrin y

    de Maritegui, agrio y tenaz en La Abeja Republicana, derriban al Ministro y

    expiden contra l el vengativo decreto de proscripcin.

    Es esta gloriosa campaa de prensa, la primera de nuestro periodismo y una de

    las ms gallardas de l, orgulloso duelo a muerte en que perecen los dos

    antagonistas Snchez Carrin y Monteagudo pero se salva el noble y

    fecundo principio democrtico.

    El ao de 1823, aciago para el patriotismo, no fue ms venturoso para el

    pensamiento escrito. La clebre ley de imprenta, abuela de nuestra legislacin,

    que ha llegado hasta nuestros das centenaria e invlida, se expidi ese ao.

    La aparicin de Bolvar en nuestra contienda, su personalidad dominante, las

    fragorosas luchas de esos das, las sucesivas ocupaciones de Lima por patriotas y

    espaoles, aminoran las publicaciones. Trujillo es, por algunos meses, activo centro

    de libelos patriticos. En el Callao, sitiado y bajo el despotismo de Rodil, aparecen

    El Triunfo y El Desengao, plenos de invectivas contra los bolivaristas. El ablico

    Berindoaga escribe en ellos y el incansable don Gaspar Rico y Angulo, contina

    con su irrisorio Depositario, despus de haber fechado algn nmero en Yucay, la

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    regia mansin de los incas, hasta que el escorbuto le arranca con la vida la

    empecinada pluma turiferario.

    II. PERIODISMO EN LA REPBLICA

    LOS PRIMEROS PERIDICOS REPUBLICANOS

    La Abe ja Republicana se edit inicialmente dos veces por semana, luego se

    hizocada siete das. Entre tanto, en el Callao las huestes monrquicas todava

    subsistentes, publicaron peridicos bajo los ttulos ya mencionados de El Triunfoy El

    Desengao.

    Desde sus pginas se profirieron insultos y agravios contra los patriotas. Un claro

    ejemplo de ello es tambin el encono con el que actuaron El Depositario y El

    NuevoDepositario. El primero dirigido por Gaspar Rico y Angulo y el segundo por

    Jos Joaqun Larriva, ambos ya mencionados en esta tesis por sus conductas

    sinuosas en el ejercicio del periodismo. Tal vez podra decirse de esta etapa

    fundacional del periodismo peruano, en los albores de la repblica, que estuvo

    signada tanto por el debate entre monarquistas y republicanos, como por la firmecreencia en los beneficios de la libertad de imprenta, que fue el marco en el que

    se fundaron y sucedieron numerosos peridicos de la poca.

    Otro referente importante en la evolucin del periodismo peruano est constituido

    por la fundacin del diario El Peruano, por mandato del Libertados Simn Bolvar.

    Llegado el Libertador al Per, tras la partida del general San Martn, aqul usa

    intensamente de los medios impresos como recurso para la propaganda y la

    generacin de adhesiones, que contribuyan a la consolidacin de la

    independencia americana, que recin se alcanzara en plenitud en 1824 en las

    batallas de Junn y Ayacucho. El diario El Peruanoaparece por vez primera un 22

    de octubre de 1825, segn las ms recientes investigaciones al respecto612, que

    echan por tierra la versin hasta hace poco aceptada de que su primer ejemplar

  • 8/6/2019 periodismo (Autoguardado)

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    circul recin el 13 de mayo de 1826. Este es el diario en circulacin ms antiguo

    de Amrica Latina y es seguido por el Diario de Pernambuco, en Brasil, fundado el

    25 de noviembre de 1825.

    Luego de la partida de San Martn e instaurado el rgimen bolivariano, ste busc

    tambin con ahnco el apoyo de la prensa. No obstante, los aprestos militares y

    las sucesivas ocupaciones de Lima por realistas y patriotas redujeron a su mnima

    expresin las publicaciones peridicas. Las que se editaron entonces mantuvieron

    una postura menos agresiva frente al Libertador caraqueo, en comparacin con

    la que haban tenido contra San Martn. Bolvar y sus ejrcitos eran ya la ltima

    esperanza de consolidar la independencia nacional. Herbert Morote cree, sin

    embargo, que la docilidad de la prensa frente a Bolvar se debe a la actitudintimidatoria del Libertador, que en la prctica habra impedido el ejercicio de

    cualquier prensa de oposicin. Hasta antes de la llegada de Bolvar al Per, tanto

    San Martn como la Junta Gubernativa presidida por La Mar haban sido

    tolerantes con la crtica. Llegado Bolvar al Per ese panorama cambi. La

    obsesin por mantener inclume su imagen, unida al desparpajo msabsoluto por

    las formas, hizo que ordenase la publicacin de artculos sugeridos en detalle por

    l para que fuesen firmados por algunos de sus incondicionales.

    EL PERIODISMO VIRULENTO

    Completada la obra libertadora de Bolvar, y tras su partida del Per, se inician

    tiempos inciertos para el pas. En medio de breves perodos de estabilidad, la

    joven repblica se debati en largas disputas entre caudillos civiles y militares,

    entre asonadas y montoneras, y pasiones desbordadas. Ello explica en gran

    medida la intolerancia de la prensa de aquellos das y la reaccin violenta de los

    precarios ocupantes de un poder pblico huidizo y efmero. En ese contexto se

    dicta el 17 de diciembre de 1826 un Reglamento Provisional de Imprenta, que

    pretende reglamentar la Ley de Imprenta ya comentada, de 1823, aunque

    endureciendo algunos de sus trminos. El Reglamento Provisional de la Imprenta,

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    promulgado el 17 de diciembre de 1826 por el Consejo de Gobierno presidido por

    Santa Cruz cuando ya Bolvar se haba alejado del Per, defini los abusos de ella,

    fij rgidas normas para su calificacin, as como para la denuncia y la sancin

    respectivas y reprimi las stiras contra las disposiciones gubernamentales. El autor

    de un escrito subversivo poda ser castigado con seis aos de prisin.

    Diversas facciones pugnan por ganar la aprobacin de la opinin pblica a

    travs de la prensa. Esta inestabilidad se prolongar hasta el franco

    establecimiento de partidos polticos, en la dcada de los sesenta del siglo XIX.

    Basadre se refiri al periodismo de aquellos aos en trminos duros:Como espejos

    rotos o fragmentarios que se pasearan por la realidad nacional, los peridicos de

    la poca fueron desde las ms abstrusas divagaciones de aislados idelogoshasta la ms desenfrenada, mendaz y popular procacidad...

    No tenan crnicas o gacetillas en el sentido moderno sino exponan opiniones,

    copiaban documentos, daban noticias escuetas e insertaban escasos avisos o

    ninguno. Escriban para ellos desde altos personajes de la poltica que ocupaban

    ministerios o posiciones directivas en el Parlamento o en la vida intelectual, hasta

    grafmanos, demagogos y aprovechadores de toda jaez.

    Pero la prensa de esa larga transicin no respondi slo a los dictados de los

    caudillos de turno y a los de sus opositores. Aunque fue una prensa de menor

    calidad de contenidos, respecto del periodismo doctrinario, es justo admitir que

    incorpor temticas y servicios especficos, en consecuencia con la evolucin del

    periodismo a nivel internacional.

    En medio de esa vorgine periodstica hubo tambin un conjunto de peridicos

    dedicados al agravio o la adulacin. De este tipo son El Hijo de su Madre,

    LosCoscorrones de la Pluma, La Cotorra con Cartas de Otro Mundo, El

    Cerncalopersiguiendo a la Cotorra, El Papagayo Hablador, El Primo del

    Papagayo, ElSuplefaltas del Papagayo, El Verdadero Primo del Papagayo, El

    Descubridor, El

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    Peridico Eventual, durante el segundo gobierno de La Mar (1827-1829). A estos le

    sucedieron otros durante el gobierno de Gamarra (1829-1833): El MonitorPeruano,

    ElObservador Imparcial, El Moscn Peruano, El Mapa Literario de Lima. La

    cantidad yla virulencia de insultos contra doa Francisca Gamarra, Agustn

    Gamarra y Pando no tuvo lmites, ha recordado Basadre. Estos ataques contra la

    esposa del presidente, contra l mismo y sus colaboradores tenan tambin un

    trasfondo que denuncia elHistoriador de la Repblica: En el odio a los primeros

    no dejaron de influir motivosracistas y locales; el cuzqueo Gamarra fue Su

    Majestad Guatanaica, aludiendo as a la presencia de rasgos indgenas en su

    fisonoma.

    San Cristbal, refirindose a la dcada de los treinta del siglo XIX, y a los aos enque gobern el Per el mariscal Orbegoso (1833-1835), se expresa tambin en

    trminos desalentadores:

    Las hojaseventualessesucedan unas a otras, y porsus dicterios,

    lindanconel pasqun. Noserespeta la honra denadie y lo quese

    busca es el escndalo para alborotar ms el ambiente.

    Amparadosen la ley de imprenta de 1823, losescritores dicen lo

    quese lesvieneen gana y resulta asquecada peridicovocea

    lasmentirasms descaradas y procaces.

    Entre 1836 y 1839, durante el rgimen de la llamada Confederacin Per

    Boliviana, circularon tambin varios medios impresos, partidarios de la

    confederacin: El Eco del Protectorado, El Federal de Puno, El Estado SurPeruano

    y La Estrella Federal. Junto a ellos, otros peridicos parecan tener destinatarios

    muy concretos, La Jeta, editado por Felipe Pardo y Aliaga, dirigido al agravio del

    mariscal Andrs de Santa Cruz, presidente de la Confederacin y a quien

    insultaba groseramente llamndolo cholo jetn, ironizando sobre sus facciones

    mestizas. Entre tanto ElJuicio Nacional enfilaba sus bateras contra Felipe Santiago

    Salaverry, opositor de la Confederacin y presidente del Per por breve lapso.

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    EL PERIODISMO POLTICO DEL AO 27 AL 39.

    El ao 27 se despidieron de Lima las tropas colombianas, terminada su brega

    heroica. Libres de la tutela de don Simn, a quien en esos das, de hostilidad en las

    repblicas que l mismo haba fundado, satirizaba alegremente Larriva,

    comparando su poder al de don Fernando, nos entregamos confiada y

    esperanzadamente a ejercer los derechos que correspondan a nuestra mayora

    de edad.

    Preparbase una carta constitucional, reivindicbamos blicamente en el Norte

    las provincias de la patria histrica y la honrada figura de La Mar en el mando

    acentuaba nuestra confianza en un orden durable y feliz.

    Aparecen ese ao dos diarios que representan un ventajoso adelanto material yun concepto ms amplio del periodismo: El Telgrafo de Lima adicto a la

    administracin de La Mar y Luna Parro, que era su sostn y El Mercurio Peruano,

    redactado por Pando y el grupo conservador, afectos a Gamarra y La Fuente. El

    Telgrafo y El Mercurio no ofrecan exclusivamente disertaciones literarias, polticas

    y filosficas, como los peridicos del ao 12 y del ao 21, sino que traan adems

    una gua diaria comercial y martima, entradas y salidas de vapores, listas de

    pasajeros, movimiento de aduanas, estadstica de la poblacin fiestas religiosas,

    observaciones astronmicas, etc.

    El editorial, vena luego, caldeado si de oposicin, moderado y razonador si

    ministerial. Segua una seccin destinada a reproducir documentos oficiales, otra

    llamada Variedades que ahora llamaramos

    Reproducciones o De nuestros canjes, los indispensables comunicados y los avisos.

    Faltaba en este plan, ya algo ordenado, la seccin propiamente informativa, la

    crnica o gacetilla de los hechos diarios. De las dos funciones sealadas a la

    prensa: la informacin y el comentario, los diarios de esta poca slo daban

    importancia a la segunda, olvidando por completo la primera. Al da siguiente de

    una revolucin o de cualquier otro suceso de esa trascendencia, el diario lo da

    por conocido de los lectores y se limita a comentarlo. La descripcin de esos

    hechos, en que un periodista actual hubiera sido tan prolijo, se dejaba entonces

    al lenguaje fro y convencional de los documentos oficiales.

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    Los detalles pintorescos que este concepto periodstico hurta a nuestra curiosidad

    nos lo proporcionan en cambio las disputas encarnizadas y tpicas de editoriales y

    comunicados. En el perodo de Gamarra la polmica periodstica es acre, incisiva

    y violenta, como ninguna. Posesionado del poder por un golpe de estado,

    Gamarra se conserva en l apoyado por un autocrtico crculo de militares

    valientes, probados en la guerra: Bermdez, La Fuente, Raygada, Fras, San

    Romn, Bujanda, Allende, Zubiaga, Escudero y por un eminente grupo civil que

    encabeza Pando y del que forman parte don Felipe Pardo, Antoln Rodulfo,

    Andrs Martnez, Vivanco y poco despus don Jos Joaqun de Mora. Los militares

    ahogan en sangre los intentos revolucionarios, los intelectuales prestan el

    concurso de sus iniciativas en el gobierno y le rodean de respeto en una

    campaa periodstica brillante por el vigor de la dialctica y el prestigio literariode la forma.

    En El Penitente, El Convencional, El Telgrafo y El Playero, dos escritores mediocres

    pero apasionados, Jos Flix lgoain y Bernardo Soffia, fustigan enconadamente la

    tirana de Gamarra y sus secuaces.

    A los desvergonzados ataques de lgoain y de Soffia, responden: con fro desdn y

    castigadora irona don Felipe Pardo, joven redactor de El Conciliador (1830-34) y

    de La Miscelnea (1830-32) con inflexible lgica y elegancia formal, Jos Mara

    Pando en La Verdad (1832-33) y El Mercurio Peruano.

    Las acusaciones del Penitente, revestidas de popularidad por unos dilogos entre

    la Beata y el Penitente, escritos por Soffia en que aquella, celosa defensora de la

    libertad, ensartaba chistosas injurias y motes burlescos contra los personajes del

    gobierno, contribuyeron fuertemente a la explosin popular del 28 de enero que

    derrib a Bermdez, impuesto por Gamarra, e hizo subir a Orbegoso.

    La odiosidad contra Gamarra se desat implacable a su cada. El calificativo de

    gamarrano lleg a ser insultante. Contra la clebre doa Pancha hubo un

    ensaamiento que no detuvo ni su muerte. Contra

    Pando y Pardo la calumnia no tuvo lmites.

    El Conciliador y La Miscelnea, que ellos redactaron, fueron, sin embargo,

    superiores a todos los peridicos de su tiempo, decididos promovedores de la

    ilustracin, sus redactores evitaban las discusiones polticas, dejando sin respuesta

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    los torpes ataques de sus adversarios para proponer mejoras administrativas,

    discutir asuntos de inters pblico, de higiene, de educacin de derecho, de

    bellas artes.

    En la afluencia de hojas periodsticas de esos das, El Mercurio Peruano fue el

    diario serio y generalmente ledo: El Comercio de aquella poca, sobre todo en el

    gobierno de Gamarra a la exaltacin de Orbegoso, renace El Telgrafo,

    extinguido en 1829, y ocupa el lugar de El Mercurio, que desaparece.

    Durante la vacilante administracin de Orbegoso, el ardor polemstico vuelve a

    renacer con el mismo apasionamiento que en la poca de Gamarra. La diatriba

    poltica de los descontentos ataca primero a los ministros, acabando por herir al

    dolo de pocos meses antes. Soffia y un grupo de descontentos que le llamaba "el

    padre de la opinin" por su campaa contra Gamarra, reemprenden la batallapor la prebenda perdida. Los sectarios de La Fuente, desterrado injustamente por

    Orbegoso, alborotan la opinin. Un periodista mozo y viril, Bonifacio Lasarte,

    asombra en El Limeo (1834-35) por la seguridad de su conviccin y la eficacia de

    su lgica contra Orbegoso. El Limeo provoca diarias y empeosas polmicas

    contra El Telgrafo, El Veterano (1834-35) y El Genio del Rmac (1834-35), y los

    numerosos peridicos satricos que aparecen en esa poca, de uno y otro lado. El

    Limeo tiene de su parte a El Voto Nacional, La Gaceta y un invencible y travieso

    auxiliar, El Hijo del Montonero, en el que don Felipe Pardo demostraba sus risueas

    cualidades de sagitario poltico. Denunciados por sediciosos los escritos de El

    Limeo, la vista de la causa constituy un xito poltico para La Fuente.

    Asisti un pblico numerossimo, en el que se distingui un grupo de tapadas, el

    que se dice diriga en persona la interesante esposa del general La Fuente, doa

    Mercedes Subirat, y un grupo que sirvi de claque poniendo en ridculo con sus

    toses al fiscal acusador y colmando de aplausos a Lasarte y a su abogado. No

    acab all la burla: al da siguiente, las hojas lafuentinas publicaban unas

    repiqueteadas letrillas que inmortalizaron las narices del fiscal y la sarna del

    acusador. De los incontables ataques en verso a los actores de aquel proceso

    que concluy, por supuesto, con la absolucin de Lasarte, vaya ste por su

    cortedad.

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    La excitacin y el encono de esos das lleg a ser tal que aun los peridicos ms

    serios decan al hablar del caudillo contrincante: el ex-general Gamarra, el ex-

    general Raygada. Al citar los orbegosistas los peridicos de Gamarra, decan "La

    Mentira", "El Voto Fraccional", refirindose a La Verdad y El Voto Nacional. Otro

    recurso ingenioso, usado a veces por El Telgrafo, era el de poner al revs los

    calificativos honrosos para el enemigo, al hacer citas de sus contrarios. As, es

    frecuente encontrar citas de El Limeo reproducidas en El Telgrafo de este

    modo: "el ilustre e inocente general" La Fuente. Los lafuentinos, cuya campaa

    diriga secreta e ingeniosamente don Felipe Pardo, se defendan con la fina arma

    de la irona. A los redactores de El Genio del Rmac les llamaban "los geniales" y

    vengaban los insultos con epigramas.

    La revolucin de Salaverry puso trmino a esta batalla de papeles, brusca ehiriente en tiempos de Gamarra, punzante y regocijada bajo Orbegoso. Salaverry

    tena en su favor a Pardo y a Lasarte. Su agitada y corta jefatura suprema tuvo

    ms exaltadores que deprimidores. Contra Santa Cruz, la lucha fue tambin

    porfiada. El Tribuno del Pueblo, El Termmetro de la Opinin, le combatan. El Eco

    del Protectorado era su campen. Tambin los peridicos satricos abundan

    contra Santa Cruz.

    El ms serio y a la vez el ms risueo de los opositores, el que combati con ms

    xito al Protector por sus convincentes escritos y sus letrillas destructoras, fue don

    Felipe Pardo con El Intrprete (1836) publicado en Chile y a cuya campaa se

    debi el Ejrcito de la Restauracin. Con la paz iniciada por el triunfo de Yungay,

    desaparecidos los rganos polticos circunstanciales y personalistas, extinguidos El

    Mercurio y El Telgrafo, termina el agitado torneo periodstico de este primer

    alborotado perodo de nuestra vida independiente. El Comercio inicia este ao su

    largo reinado.

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    PRIMEROS ATISBOS DE ORGANIZACIN DE LOS PERIODISTAS

    En relacin a esos aos puede citarse un incidente que constituye quiz el primer

    antecedente de solidaridad gremial y de organizacin entre los periodistas, para

    la defensa de la libertad de expresin. Ante la denuncia del rgimen del

    presidente Luis Jos de Orbegoso (1833-1836), presentada a los jurados de la

    libertad de imprenta, contra una publicacin a cargo del periodista Bonifacio

    Lasarte, se presentaron a la vista de la causa todos los periodistas de Lima en

    seal de respaldo al encausado621. Sin embargo, no haba entonces ninguna

    agrupacin o gremio que velara por los intereses de los ejercientes de esa

    todava incipiente profesin. La solidaridad en el gremio periodstico es hoy un

    imperativo generalmente recogido en los cdigos deontolgicosde la prensa.Basadre presenta un cuadro de 1833 de los gremios de las diferentes actividades

    laborales y productivas, entre los cuales no figuraba ninguno vinculado al

    periodismo, salvo el de los impresores, que eran en total 10, de cuatro clases, y

    que pagaron aquel ao poco ms de 84 pesos de la poca por derecho de

    patentes. Los impresores, sin embargo, no cumplan las tareas periodsticas, a

    cargo de editores y redactores, aunque es posible suponer que ms de uno entre

    ellos tuviera la doble funcin de imprentero y periodista.

    Campean en esos aos los enfrentamientos menudos entre redactores de uno y

    otro peridico y los ataques contra figuras pblicas, que se defienden ante los

    jurados de prensa, aunque generalmente sin xito. As, algunos casos sonados

    fueron los del escritor y periodista Felipe Pardo y Aliaga (1806-1868), que se

    ensaa en sus stiras y ataques con el fiscal Manuel Antonio Colmenares,

    cebndose en menciones de suprominente nariz y dando origen a los primeros

    ataques a la imagen de un hombre pblico, aspecto hoy ampliamente

    reconocido por la tica periodstica. De la misma forma agraviaba, con ataques

    irnicos y racistas, al Mariscal Andrs Santa Cruz a quien apodaba Cholo jetn.

    A Pardo le responda el ya citado Larriva o Bernardo Saffia. Yas se multiplicaba el

    carnaval de agravios en la prensa y denuncias ante las autoridades. Aparecan

    peridicos que dejaban una saga de contestatarios. Al ArgosConstitucional le

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    segua el Anti Argos. Al Montonero el Hijo del Montonero, luego el To del

    Montoneroy hasta La Madre del Montonero. El Espejo demi Tierra tena cumplida

    respuesta en Lima contra el Espejo demi Tierra. Algunos de los animadores de

    estos duelos satricos eran escritores reconocidos y plumas de verdadera vala.

    Otros en cambio, la mayora, eran apenas escritores de ocasin. En tales

    condiciones de enfrentamiento no es fcil suponer lazos estables de solidaridad

    gremial entre los partcipes de la incipiente profesin periodstica.

    A esta etapa le sigue la fundacin del diario El Comercio, y con ello la aparicin

    de formas novedosas en el quehacer de la prensa. Su primera edicin, verdadero

    hito en la evolucin del periodismo peruano, vio la luz el 4 de mayo de 1839. El

    Comercio, a diferencia de sus antecesores, no respondi a un proyecto poltico,sino ms bien a uno de tipo editorial, moderno y dotado de los recursos tcnicos

    ms novedosos de su tiempo. Los fundadores de El Comercio fueron el chileno

    Manuel Amuntegui (1802-1886) y el argentino Alejandro Villota624. El diario fue

    convirtindose, sin embargo, enun influyente foco de opinin. A lo largo de su

    dilatada historia fue cerrado brevementepor Pirola durante la Guerra del

    Pacfico y, entre 1974 y 1980, fue sustrado de lapropiedad de la familia Mir

    Quesada, para ponerlo al servicio del rgimen militar deentonces.

    CARICATURA

    Otra caracterstica de la prensa del perodo fue el uso frecuente de la caricatura

    como ariete para el ataque a los contendores polticos. Aunque hubo en Lima

    talleres litogrficos desde inicios del siglo XIX, la caricatura poltica slo surge a

    mediados del siglo XIX. Juan Manuel Ugarte Elspuru (1911-2004) explica que sus

    autores eran casi siempre annimos, aunque algunas de aquellas en lugar de la

    firma exponan un sonriente rostro oriental638. Los polticos fueron los ms

    afectados por las stiras expresadas en los grabados, aunque carecan de la

    virulencia de los escritos que publicaban los mismos peridicos. Algunos otros tipos

    sociales de los que se haca mofa eran el militar, el burcrata aprovechado, las

    beatas limeas y los personajes andinos, a los que la sociedad limea de la

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    poca, al igual que ahora, miraba con desdn por motivaciones racistas. La

    prensa satrica se vala de la burla y frecuentemente del anonimato para

    condenar a personajes pblicos poco gratos para el maledicente, pero tambin

    para herir y humillar a familias y comerciantes enfrentados entre s. Aunque la

    caricatura fue una legtima manifestacin de humor en la prensa peruana, se us

    tambin indebidamente, para afectar la imagen de las personas.

    INESTABILIDAD Y CENTRALISMO DE LA PRENSA PERUANA

    En los primeros quince aos de la repblica circularon unas 250 publicaciones

    peridicas. Entre ellas slo 17 superaron las cien ediciones y ocho las ciento

    cincuenta. 105 imprimieron nicamente cinco nmeros y 32 tuvieron slo unaaparicin. Entre1821 y 1851, de ms de 340 publicaciones cuya duracin efectiva

    se conoce, 144 no pasan del quinto nmero y slo treinta y dos superan el nmero

    cien.

    Es necesario agregar que durante este perodo y los sucesivos, es la prensalimea

    la que marca una pauta a nivel nacional. Lima concentra casi un tercio de la

    poblacin del pas y ha mantenido por siglos una hegemona poltica y

    econmica, que se extiende a los planos cultural e informativo. Si bien hubo a lo

    largo de la historia notables manifestaciones del periodismo en el resto pas, ste

    no tuvo repercusin nacional. En cambio el periodismo limeo s fue capaz de

    incidir en las grandes decisiones nacionales y, sin duda, de extender tambin su

    influencia sobre los medios locales en las provincias640, donde hasta mediados

    del siglo XIX se careca de imprentas en las que pudiera editarse publicaciones

    peridicas.

    Toda la extensa saga de peridicos citados, de corta vida y azarosa existencia,

    fueron en nuestra opinin instrumento para la exacerbacin de las pasiones.

    Ejercitaron ms all de sus lmites naturales la libertad de opinin y sufrieron

    censuras, clausuras y persecucin, en pago por sus excesos. Esta prensa no ha

    podido ser caracterizada por los historiadores de la prensa peruana, pero parece

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    relacionada directamente con lainestabilidad poltica del pas y las cruentas

    disputas entre caudillos avariciosos del poder.

    No puede obviarse la situacin general del pas en aquellos aos. Tras la

    independencia y el paso por el poder de dos recias figuras de dimensin

    continental, como San Martn y Bolvar, se sucedieron las disputas entre caudillos

    menores, que caracterizaron la vida poltica de casi todo el siglo XIX en el Per.

    Este largo aprendizaje republicano, signado por el caudillismo y la conspiracin,

    fue el mejor escenario para el surgimiento de publicaciones virulentas y pasquines

    insultantes.

    No es extrao, tampoco, que en perodos de relativa estabilidad la prensa hayamoderado sus posturas y conductas ticas:

    Es interesante, pues, apreciar la forma en que el orden que caracteriza los

    distintos periodos de autoridad efectiva en aquellos confusos aos favorece la

    mejora de la prensa mientras que el desgobierno de otros momentos promueve la

    aparicin de publicaciones de nivel muy inferior, en su mayora lindantes con el

    libelo.

    III. PRENSA PARTIDARIA, CRISIS DE ENTREGUERRAS Y RECONSTRUCCINNACIONAL

    LA DEPENDENCIA DE LOS PARTIDOS

    La fundacin del diario El Nacional, en 1865, podra marcar el paso de una prensa

    doctrinal a una prensa partidaria, caracterizada por el predominio de peridicos(diarios y revistas) que siguen estrechamente a las agrupaciones polticas

    dependiendo de las cpulas tanto econmica como editorialmente. El Nacional

    respondi a los dictados del conservador Partido Civil, as como tambin lo habra

    hecho el diario ElComercio. Con este partido estuvo identificada tambin La

    Opinin Pblica (1873-1913), fundada por Andrs Avelino Arambur, Reynaldo

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    Chacaltana y Manuel Mara Rivas. El Partido Demcrata, de corte liberal, fundado

    por Nicols de Pirola, tuvo en el diario La Patria su propia expresin periodstica.

    Cabe destacar el trasfondo del conflicto poltico de la poca, al cual respondan

    los peridicos citados. El Partido Civil era liderado por sectores conservadores y

    oligrquicos vinculados a la explotacin y exportacin del guano, un fertilizante

    de gran demanda en aquellos aos. Los demcratas quebraron el negocio de los

    llamados consignatarios del guano, y entregaron el monopolio de su explotacin

    a una sociedad francesa, la Casa Dreyfus, tras la suscripcin de un controvertido

    contrato. Ninguno de los medios referidos pareca abrigar ya grandes ideales ni

    convicciones doctrinarias,como en las postrimeras de la colonia y los inicios de la

    repblica, cuando resonaban las disputas ideolgicas entre liberales y

    conservadores, monrquicos y republicanos.

    Eran intereses econmicos presentes detrs de los grandes partidos de la poca

    los que animaban la fundacin de peridicos y las polmicas entre estos.

    Este perodo comprende tambin los aos transcurridos entre 1866 y 1895, es decir

    el interregno que se produce entre la guerra contra la escuadra espaola

    apostada en las cercanas del puerto del Callao, ocupando las islas Chincha y

    dispuesta a retomar el control poltico del Per y el continente, y la denominada

    Guerra del Pacfico, que enfrent a Chile contra el Per y Bolivia. El primer

    conflicto tuvo su punto culminante en el combate del dos de mayo de 1866, y la

    derrota de los navos hispanos en las costas del Per. El segundo se inici con la

    declaratoria de guerra de Chile contra el Per, el 5 de abril de 1879 y se prolong

    hasta la firma del tratado de Ancn que puso fin a la guerra, en 1883. El perodo

    de reconstruccin nacional, tras la guerra, se extiende cuando menos hasta 1895,

    con el advenimiento de Nicols de Pirola, por segunda vez, a la presidencia de

    la Repblica.

    La prensa hacia 1875, pese a los excesos ya comentados en que haba incurrido

    a lo largo del siglo, recibi una atencin preferente del poder poltico que la

    exoner mediante ley del Congreso de los derechos de importacin del papel.

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    Aquello suceda hecho llamativo en circunstancias de grave crisis fiscal644.

    Tal exoneracin, por cierto, no poda menos que comprometer la independencia

    de la prensa, principio tan preciado en la deontologa periodstica. Una

    explicacin posible para tales beneficios puede encontrarse en la ligazn entre

    los peridicos y los partidos polticos. La exoneracin no slo beneficiaba a los

    peridicos, sino a los partidos y los intereses que los mantenan como voceros.

    LA PRENSA DURANTE LA GUERRA CON CHILE

    Velaochaga ha descrito el comportamiento de los principales diarios del pas,

    enrelacin al conflicto que desencaden la Guerra del Pacfico:

    En los aos previos a la Guerra con Chile, El Comercio alertaba a Bolivia (1874)

    sobre la ocupacin chilena y la exhortaba a cuidar el litoral, la prensa

    peruana fue violentsima en su rechazo a las acciones y amenazas chilenas

    contra Bolivia aunque tambin critic la accin de Hilarin Daza (entonces

    Presidente de Bolivia), impuesto por el ejrcito Otros diarios limeos crearon un

    ambiente belicista, irresponsable, que tuvo efectos nocivos,ilusiones, en la opinin

    pblica peruana. As preconizaban la intervencin armada del Per El Nacional,

    rgano del partido Civil, lo mismo que la Opinin Nacional, tambin civilista y La

    Patria, pierolista. La Tribuna, fundada en 1878 y dirigida por el chileno Rafael Vial,

    defenda las tesis chilenas y promova la neutralidad del Per.

    De las diversas posturas de la prensa de entonces puede deducirse tambin

    ciertos incumplimientos ticos. Hubo una actitud irresponsable de aliento de la

    guerra y de falta de compromiso con la paz, ms grave aun considerando que

    ese belicismo tena su origen en el desconocimiento de la situacin precaria de

    las fuerzas armadas del Per y de la larga preparacin para la guerra que ya

    tena Chile.

    Los acontecimientos de la guerra le fueron adversos al Per. Fug del pas el

    presidente Mariano Ignacio Prado. Derrocado su vicepresidente La Puerta, asumi

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    el poder Nicols de Pirola, popular caudillo que luego lider el Partido

    Demcrata. ste dict un decreto disponiendo que los agraviados por la prensa

    tengan el derecho de vindicarse gratis en el mismo peridico en el que se hubiese

    proferido la ofensa,dedicando a ello el doble del espacio usado para la misma.

    Se trat en verdad del establecimiento, por primera vez en el Per en una norma

    legal, del reconocimiento del derecho de rectificacin646. El Estatuto Provisorio,

    dictado por Pirola el 29 de diciembre de 1879, garantiz la libertad de prensa,

    pero el mismo caudillo suprimi una vez ms los Jurados establecidos en la

    comentada ley de imprenta de 1823. En plena Guerra del Pacfico, Pirola

    cancel en la prctica la libertad de prensa y encarcel en diciembre de 1880,

    por varios das, a los directores de los diarios limeos, argumentando el

    incumplimiento de algunas normas del Estatuto con el que regul su rgimen.

    Ocupada Lima por las tropas enemigas en 1881, los diarios suspendieron su

    circulacin, salvo unos pocos que aparecieron bajo ttulos diversos,

    espordicamente, con el consentimiento de los invasores y bajo la direccin de

    chilenos. Hubo alguno que otro que fueron tolerados, por su carcter religioso o

    porque respondan a las acciones de los sectores nacionales dispuestos a pactar

    la paz y, presumiblemente, otros clandestinos, comprometidos con la resistencia

    frente al invasor, como el bisemanario La Realidad y La Reaccin, editados en

    Cajamarca.

    Tambin hubo prensa clandestina, a juzgar por los decretos represivos del jefe de

    las tropas de ocupacin, general PatricioLynch. En efecto, el militar chileno dict

    cuatro decretos relativos a la prensa. El primero, del 27 de mayo de 1881, dispona

    que todos los peridicos publicados en Lima fueran editados por chilenos. El

    segundo, del 5 de junio del mismo ao, prohiba la publicacin de libros,

    peridicos, folletos y volantes, sin autorizacin previa. El tercero, del 7 de

    septiembre de igual ao, estableci severas sanciones para los responsables de la

    publicacin de proclamas, libelos, pasquines y dems impresos polticos. El ltimo,

    del 14 de diciembre de 1882, prohibi publicar en la prensa documentos de

    procedencia peruana.

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    Luego del Tratado de Ancn suscrito el 20 de octubre de 1883, que puso fin a la

    guerra, asumi la presidencia del Per el general Miguel Iglesias. ste implant la

    censura previa en agosto de 1884. Para ello fueron convocados los directores de

    los peridicos a la Prefectura de Lima, donde se les conmin a no publicar

    documentos relativos a la insurreccin del mariscal Andrs Avelino Cceres, ni

    sobre los movimientos militares del gobierno establecido, ni tampoco artculos

    subversivos del orden. Cuando Cceres logra desplazar del poder a Iglesias, el 5

    de junio de 1886, mantuvo una conducta hostil contra la prensa, que lo lleva a

    clausurar ms de un peridico.

    EL PERIODISMO ANARQUISTA DE GONZLEZ PRADA

    Nuevos peridicos surgieron tambin tras la guerra650. De entre ellos nos merece

    especial atencin La Luz Elctrica, por su talante polmico e irreverente.

    Vinculado a las incipientes corrientes anarquistas de entonces, apareci el 31 de

    diciembre de 1885 llamando a escndalo por su postura anticlerical. Fundado por

    Manuel Gonzlez Prada (1844-1918), es el ms remoto antecedente de la prensa

    anarquista en el Per. Sus directivos, redactores, distribuidores y lectores fueron

    condenados a la excomunin. Germinal, editado en 1889, fue otro peridico

    vinculado a esa corriente ideolgica, publicado tambin por Gonzlez Prada. El

    peridico fue clausurado el mismo ao, por la publicacin de un poema satrico

    contra el presidente Nicols de Pirola y de un artculo contra su poltica

    represiva.

    El mismo Gonzlez Prada juzga con dureza la conducta tica de la prensa y de

    los escritores que en ella ejercitaban la pluma. En un clebre discurso en el

    TeatroOlimpo, en Lima (1888), los fustiga por haber faltado a su deber de crtica a

    los responsables de la derrota del Per frente a Chile, acusando a la prensa de

    cobarde, venal y cortesana:

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    El diario carece de prestijio, no representa la fuerza intelijente de la razn, sino la

    embestida ciega de las malas pasiones. Desd'el editorial ampuloso i kilomtrico

    hasta la crnica insustancial i chocarrera, se oye la diatriba srdida, la envidia

    solapada i algo como crujido de carne viva, despedazada por dientes de hiena.

    Esas frases gastadas i pensamientos triviales que se vacian en las enormes i

    amenazadoras columnas del peridico, recuerdan el bullicioso ro defango i

    piedras que se precipita a rellenar las hondonadas i resquebrajaduras de un

    valle.

    En 1887 se fund tambin El Per Ilustrado, la primera revista ilustrada publicada

    en el pas. Segn Tauzin este semanario propona una idea de progreso en un pas

    considerado arcaico. Tal idea, sin embargo, estaba reida con la imagen de lopopular. Los redactores postergaban a las ltimas pginas la representacin de

    los tipos populares.

    NUEVO ESFUERZO DE ORGANIZACIN DEL GREMIO

    No eran pocas las dificultades que enfrentaba la prensa de entonces. Ellas

    explican el temprano inters de los periodistas peruanos por agruparse para la

    defensa de sus derechos y el reconocimiento de un estatus profesional. En 1891

    los propietarios de El Comercio, Jos Antonio Mir Quesada y Luis Carranza,

    impulsaron la fundacin de una primera Asociacin de la Prensa. Gargrevich

    considera que entre los primeros convocados haba patronos y asalariados y

    supone que la coyuntura poltica empuj a los propietarios para organizarse

    como un grupo de presin654. Sin embargo, es sabido que aquellos peridicos

    peruanos, de fines del siglo XIX, no eran propiamente empresas capitalistas. Casi

    no empleaban periodistas y no tenan talleres propios. Los participantes en la

    primera reunin, realizada el 25 de diciembre de 1891 en la Sociedad Geogrfica,

    eran directores de peridicos, varios de los cuales unipersonales y, entre ellos,

    personajes de posiciones diversas, incluso un anarquista. En aquella cita se acord

    la fundacin de la Prensa Asociada del Per, bajo la presidencia de Mir

    Quesada.

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    Casi un ao ms tarde, el 6 de noviembre de 1892, los integrantes de la

    asociacin aprobaron un estatuto en cuyo primer artculo se sealaban sus fines:

    enaltecer la profesin periodstica, propender a que se resuelvan arbitralmente las

    diferencias entre sus miembros, proteger a los periodistas contra la miseria,

    patrocinar la libre discusin de opiniones y procurar la reforma de la ley de

    imprenta de 1823. El mismo documento precisaba, en su artculo dcimo, que

    para ser declarado periodista de profesin y con ello gozar de los auxilios de la

    asociacin, se requera de ocho aos de ejercicio, de los cuales cinco deban ser

    consecutivos655. Desaparecidos algunos de los peridicos que participaron de su

    fundacin, la asociacin no logr cristalizar en sus empeos. Sin embargo, en lo

    que se refiere a nuestro estudio, constituye un hito fundamental pues evidencia elprimer intento orgnico de la prensa local por dotarse de un instrumento propio

    para enaltecer la profesin periodstica y para la solucin arbitral de los

    conflictos que sean consecuencia de los debates de la prensa. Aunque no se

    trata de un mecanismo de autocontrol, la sola fundacin de la asociacin

    parece aspirar a resolver los conflictos de la prensa en el seno de los periodistas.

    EMBATES CONTRA LA PRENSA

    En aquellos aos finiseculares los periodistas tuvieron que enfrentar tambin las

    disposiciones del Reglamento de Moralidad Pblica y Polica Correccional, que

    fue esgrimido como un instrumento de intimidacin. Esta norma haba sido

    dictada el 12 de octubre de 1877, derogada el 14 de octubre de 1893 y

    restablecida el 21 de noviembre de 1894, a fin de garantizar el orden pblico, la

    seguridad individual y el honor de los ciudadanos. Entre otras materias, el

    reglamento facultaba a las autoridades administrativas y policiales a imponer

    multas a los responsables de impresos que se considerasen inmorales o contrarios

    al orden, adems del consiguiente embargo y del proceso por delitos de

    imprenta.

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    La norma evidencia el inters moralizante de las autoridades, frente a los posibles

    excesos que pudieran cometerse a travs de la imprenta. Las disposiciones

    relativas a los impresos figuran junto con otras sobre los juegos de azar, vagancia,

    mendicidad, ebriedad, conductas obscenas y dems cuestiones morales. Al

    diario ElComercio, por ejemplo, se le aplicaron multas de 500 soles por la

    publicacin de informaciones contrarias al rgimen, en tiempos en que cinco

    funcionarios a cargo de la pagadura del cuerpo de Polica le costaban al erario

    nacional 315 soles mensuales656. Gobernaba el Per en aquellos aos el mariscal

    Andrs Avelino Cceres, hroe de la resistencia ante la invasin chilena durante

    la Guerra del Pacfico. l era vctima, es verdad, de los improperios de cierta

    prensa, que llegaba a extremos inconcebibles para afectar su imagen pblica.

    Uno de esos pasquines llev por ttulo El esqueleto delTuerto, en alusin a unconocido defecto ocular del entonces presidente.

    Tras una cruenta revuelta, Cceres debi dejar el mando supremo el 20 de marzo

    de 1895, en manos de un Junta Provisional que lo entreg el 8 de septiembre a

    Nicols de Pirola, tras unas elecciones en las que fue el nico candidato. ste,

    como hemos sealado en pginas anteriores, deploraba la ley de imprenta de

    1823 y, en consecuencia con esa postura present al Congreso, al poco tiempo

    de asumir el poder, un proyecto de ley con el propsito de limitar la libertad de

    prensa, sustituyendo los jurados de imprenta por los tribunales ordinarios, como ya

    haba sucedido por un breve perodo a mediados del siglo XIX, y

    corresponsabilizando de los delitos de imprenta al que hace la edicin o

    exhibicin, adems de quien autoriza o financia la publicacin. El Senado aprob

    la propuesta el 12 de diciembre de 1895. El proyecto, criticado por los medios, no

    lleg sin embargo a convertirse en ley. En coincidencia con la postura represiva

    de Pirola, respecto de la prensa, se entablaron 125 procesos, entre 1895 y 1900,

    contra editores y redactores de diversos peridicos. Otros, como la escritora

    yensayista Mercedes Cabello de Carbonera (1845-1909), tuvieron que marchar al

    exilio, ante la persecucin de que fuera objeto por su postura contra la estructura

    patriarcal y machista de fines del siglo XIX659. No fue ella la nica mujer que

    sufriera persecucin por la libre expresin de su pensamiento. El local donde se

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    elaboraba Los Andes, publicacin de la indigenista Clorinda Matto de Turner, fue

    tambin apedreado en marzo de 1895660. Ese clima hostil hacia la prensa explica

    que en aquellos aos surgiera nuevamente la inquietud por agrupar a los

    periodistas para la defensa de sus fueros y en pro de un mayor reconocimiento de

    la profesin como ya haba ocurrido en 1891. Sobre esos empeos tratamos en

    pginas posteriores.

    LA REPBLICA ARISTOCRTICA Y EL PERIODISMO POPULAR

    Durante el perodo histrico que en el Per se conoce como la Repblica

    Aristocrtica (1895-1919), se produce tambin un cambio de poca en la

    evolucin del periodismo peruano, signado por el fin de un periodismo incapaz demodernizarse, donde los caudillos y sus voceros pierden la atencin ciudadana. El

    Nacional suspende su publicacin y La Opinin Nacional languidece. V.7.1.

    Periodismo anarquista, social, satrico y popularEl periodismo anarquista en el Per

    sita sus inicios a fines del siglo XIX. Puede citarse entre sus primeros mentores a los

    italianos GliserioTassara, Guillermo Baldessari y Emilio Sesqui, as como al dans

    Christian Dam, quien fund y dirigi ElLibre Pensamiento(1896-1904)662.

    El encono de este medio contra la Iglesia Catlica lo llev a acusarla del atraso e

    ignorancia de la poblacin y a proponer la destruccin de templos663. El Bien

    Pblico, medio catlico ya citado, responda airadamente las crticas de los

    anarquistas, acusndolos de obscenos, calumniosos y satnicos. En las pginas de

    El Libre Pensamientose lean artculos del ya citado Manuel Gonzlez Prada, una

    de las cumbres del pensamiento anrquico en el Per. Otros medios de

    lacorriente inspirada por Bakunin fueron La Idea Libre dirigido por los citados

    Tassara y Baldessari, Los Pariasdirigido por Pablo Astete y El Oprimidofundado por

    Manuel Lvano y su hijo Delfn Lvano. Todos estos influyeron en la gestacin del

    movimiento anarco sindicalista que tanto incidiera en la conquista de la jornada

    de las ocho horas en el Per. La Protesta (1911-1924) fue un medio de mayor

    envergadura, que expres a esta tendencia por ms de una dcada.

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    La Razn, fundado por Jos Carlos Maritegui y Csar Falcn, ambossocialistas,

    tuvo tambin protagonismo en su defensa de la causa obrera, aunque por poco

    tiempo, pues en 1920 fue cerrado por el gobierno de Legua y sus propietarios

    invitados a abandonar el pas. Monos y Monadas (1905-1907) 665 es otro

    peridico que merece especial mencin, por su originalidad y espritu crtico.

    Fundado por LeonidasYerovi, el semanario tuvo un carcter humorstico y satrico,

    apuntalado por el trabajo del clebre dibujante Julio Mlaga Grenet (1886-1963).

    Aunque su vigencia fue corta, se ha mantenido como un referente inequvoco de

    su tiempo.Contemporneamente al periodismo anarquista, al social y al satrico,

    se va estableciendo tambin en el Per, progresivamente, una prensa de masas.

    Gabriela Machuca ha distinguido la prensa popular de la prensa de masas, que

    ella denomina grande. Mientras sta dominaba la opinin pblica, la prensapopular slo tena influencia entre los gremios a los que se diriga. No tuvo

    circulacin nacional ni se distingui por cumplir fechas fijas de publicacin. Su

    importancia radic en su voluntad de dar espacio a los actores populares,

    ausentes en la prensa de masas.

    La autora ha clasificado la prensa popular en tres categoras: anarquista,

    anarcosindicalista y obrera-sindical. La prensa anarquista destac por su cida y

    constante crtica a la Iglesia Catlica a la que conden en todos los tonos. De

    igual forma, su propsito de minar toda forma de autoridad fue muy evidente.

    Tales ataques y condenas pueden llevarnos a concluir que su tica periodstica

    fue muy pobre, sin embargo respondan a orientaciones ideolgicas que

    escapaban del marco tico que hoy aceptamos como universal.

    HACIA UNA ASOCIACIN DE PERIODISTAS

    Mientras transcurra el perodo bajo comentario, surgan tambin nuevos empeos

    para formar una organizacin representativa de los periodistas. Uno de ellos se

    produjo el 13 de enero de 1898, cuando, segn informacin del diario El

    Comercio, del da siguiente, se reunieron en el local de la Bomba Internacional,

    una estacin del cuerpo de bomberos, los jefes de crnicas y cronistas de casi

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    todos los peridicos de Lima y Callao, con el propsito de discutir los estatutos de

    una asociacin de periodistas, cuyo objeto sera no slo obtener proteccin y

    apoyo mutuo entre los miembros de ella sino tambin con el laudable fin de

    propender al enaltecimiento y desarrollo de la prensa nacional668. La clara

    finalidad de tal entidad sera semejante a la de su predecesora de 1891, a la que

    ya hemos aludido, y a la de los colegios profesionales actualmente existentes. El

    enaltecimiento al que se refiere la informacin, parece evidenciar la necesidad

    de los hombres de prensa de esos aos finales del siglo XIX por obtener un

    reconocimiento social, ante el panorama sombro que mostraba la prensa de

    entonces. Se haca presente tambin, una vez ms, la demanda de solidaridad

    en el gremio. Tampoco este segundo esfuerzo gremial logr su propsito.

    El 15 de noviembre de 1908, convocados por Felipe Pardo y Aliaga y reunidosen

    el saln de sesiones de la Municipalidad de Lima, un grupo de hombres de

    prensaconstituyeron el Crculo de Periodistas de Lima. A la reunin asistieron 55

    periodistas.

    El 11 de diciembre del mismo ao, con la asistencia de 100 asociados, se eligi

    una directiva presidida por el senador y periodista Juan Jos Reinoso. El Crculo

    desapareci al poco tiempo. Segn Gargrevich no resisti la prueba de tener

    que enfrentarse al gobierno de turno en la defensa de la libertad de expresin,

    ante una asonada contra el diario La Prensa.

    Slo el 15 de agosto de 1915 se fundara una nueva entidad denominada Crculo

    de Cronistas, cuya Consejo Directivo provisional, encargado de la redaccin de

    losestatutos, estuvo integrado por Ricardo Walter Stubbs, Jos Carlos Maritegui,

    Ladislao Meza, Eudoxio Carrera Vergara y Fernando Vieites. El 3 de octubre de

    ese mismo aose instal la primera Junta Directiva del denominado Crculo de

    Periodistas, ensustitucin del nombre previo670. El Crculo, sin embargo,

    desapareci poco tiempodespus, en medio de sonadas diferencias entre sus

    integrantes por su silencio ante ladetencin de su vicepresidente, el destacado

    idelogo Jos Carlos Maritegui (1894-1930), uno de los fundadores del socialismo

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    en Amrica Latina. Era noviembre de1917. Hubo dos intentos posteriores de

    agrupar a los periodistas, en 1921 y 1924, conocasin del centenario de la

    independencia nacional y de las batallas de Junn yAyacucho, pero se trat, al

    parecer, slo de encuentros sociales671. Habra que esperarhasta 1928, cuando

    se funda la Asociacin Nacional de Periodistas del Per.

    Los empeos para constituir alguna forma de representacin del

    periodismotuvieron todos la misma constante: el enaltecimiento de la profesin y

    la ayuda mutua.

    La bsqueda de un reconocimiento profesional y la solidaridad entre los

    periodistas sontambin pilares de la tica periodstica, que recin asomaba comopreocupacin propiade los profesionales.

    IV. PRENSA DE MASAS

    AMBIENTE POLTICO Y SOCIAL

    En 1903 se funda el diario La Prensa, que inaugur un nuevo edificio ymoderna

    maquinaria, capaz de acelerar el proceso de edicin. Le siguen La Crnica

    en1912 y El Tiempoen 1916.

    En esta transformacin, que tambin incluye el inters por aumentar el nmerode

    lectores, pues los mecenas solitarios comenzarn a escasear, ser necesariohacer

    concesiones al gusto popular y dedicar espacios cada vez mayores a lossucesos

    policiales, a los crmenes; en general, a lo que se llam desde algnmomento y

    no sabemos por qu la crnica roja. Quiz se deba a que esuna seccinmayormente ligada a hechos sangrientos.

    Los gremios de trabajadores batallan en aquellos aos por la conquista de

    susderechos, especialmente por el incremento de salarios y la jornada de las

    ocho horas. LaProtesta era su medio de expresin. Los tipgrafos participaban

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    tambin activamentede aquellas jornadas. No haba todava, en cambio,

    asociacin alguna que agrupara alos periodistas, pese a los esfuerzos destacados

    en el epgrafe anterior. Gobernaba yaJos Pardo y Barreda, quien ejerci el

    mando supremo entre 1915 y 1919. A estemandatario, que tambin gobern

    entre 1904 y 1908, se le reconoce el mrito de haberobservado un irrestricto

    respeto por la libertad de prensa, pese a los insultos y agraviosque profirieron en su

    contra algunos peridicos. Pardo se muestra tan respetuoso de laley y de las

    libertades pblicas en su segundo gobierno, como lo haba sido en elprimero.

    Chirinos Soto recuerda las graves, al mismo tiempo que falsas,acusaciones que se

    formularon contra Pardo en los peridicos de la poca.

    En 1917, Rafael Grau, hijo del hroe de Angamos, es asesinado enPalcazoAdversario del gobierno, el crimen, empero, no puede imputarse a ste

    sino atrgicas rivalidades lugareas. Miguel Grau, en la primera pgina de

    ElTiempo declara: Yo, Miguel Grau, acuso a Jos Pardo del asesinato de

    mihermano Rafael Grau. El gobierno no se inmuta. No hay estatuto de prensa a

    lamano para castigar tamaa demasa.

    La presidencia de Augusto B. Legua (1919-1930), en cambio, conocida en

    lahistoriografa nacional como el oncenio, fue un largo perodo de recortes en

    laslibertades pblicas y de acoso a la prensa libre. Las sedes de los principales

    diariosfueron, en ocasiones, blanco de los ataques armados de turbas

    enardecidas empujadaspor el leguismo. El mismo rgimen expropi el diario La

    Prensa y forz al exilio a sudirector Luis Fernn Cisneros676. Tambin deport, en

    1922, al diputado Pedro RuizBravo, antiguo director del diario El Tiempo, quien

    haba expresado su opinincontraria a la poltica del gobierno ante las

    reivindicaciones que el Per demandaba aChile, como consecuencia de la

    Guerra del Pacfico. El rgimen de Legua signific,en lo econmico, el inicio de la

    modernizacin678, y, en lo poltico, el fin de los partidostradicionales que haban

    gobernado el Per desde la llegada del civilismo al poder, en ladcada de los 70

    del siglo XIX. Legua fue depuesto por el comandante Luis M.Snchez Cerro.

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    Una caracterstica central de la vida nacional, en el perodo que

    comentamos,fue el encono de los sucesivos gobiernos contra el APRA de Vctor

    Ral Haya de laTorre (1895-1979). Aunque este partido no tena un carcter

    revolucionario ycontestaba las tesis marxistas sobre la lucha de clases y el

    imperialismo, nunca fuetolerado por los sectores dirigentes de pas, dado su

    arraigo popular y su identificacincon las luchas sociales de los jornaleros de la

    industria y de la agricultura y, tal vez, suanticlericalismo. Esta virulencia fue mayor

    despus de la derrota electoral de Haya dela Torre en 1931, frente a la

    candidatura de Snchez Cerro, y del alzamiento de susmilitantes en Trujillo, que

    ocasion la muerte de numerosos militares y la represinconsiguiente. El

    antiaprismo, como se le ha llamado, estuvo en auge en los grandesmedios de

    prensa.

    PERIDICOS MASIVOS

    Hacia los aos treinta del siglo anterior se produjo una gran mutacin en

    eldiarismo mundial. Se trat de la puesta en escena de la prensa de masas,

    caracterizadapor su bajo costo y su fcil acceso entre las grandes mayoras. Esta

    tendencia, aunquecon tardanza, fue tambin asentndose en el Per.En efecto,

    la prensa local dej mucho de su halo romntico y combativo, paramostrar un

    rostro ms comercial y empresarial. Los peridicos que hasta entonceshaban

    pasado de la prensa doctrinaria de inicios del siglo XIX, a una prensa un

    tantoincendiaria, caracterizada por su pobreza conceptual y su uso como

    instrumento para lainvectiva y la intolerancia, haba retomado una senda ms o

    menos honorable con laaparicin del periodismo social y popular, identificado

    con causas altruistas. En esastres etapas sin embargo, con todas sus deficiencias,

    el periodismo peruano pareca teneralgo de lirismo y mucho de pasin. Con la

    llegada del periodismo de masas ese rostropartidario y politizado cede su lugar a

    grandes peridicos, con concretos interesescomerciales. Esta prensa de masas

    estuvo signada tambin por su carcter capitalino.

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    Las restricciones para un periodismo nacional fueron, sin embargo, muy

    marcadasdebido a las enormes dificultades geogrficas y a la ausencia de vas

    eficientes decomunicacin. Otra nota caracterstica en su ejercicio fue su

    desinters por laspreocupaciones populares, en contradiccin con la prensa

    anrquica y panfletaria quehaba tenido amplia difusin en las dcadas

    precedentes.

    Los grandes medios impresos del Per lograron modernizarse desde lasprimeras

    dcadas del siglo XX. De ello son ejemplo los diarios El Comercioy LaPrensa, que

    haban importado al Per las primeras rotativas, capaces de imprimir hasta20 mil

    ejemplares de 16 pginas por hora, para una poblacin, en Lima, que hacia

    losaos veinte del siglo pasado apenas superaba los doscientos mil habitantes.

    En la conduccin de El Comercio, para entonces, se haban sucedi

    variosdirectores. Tras la desaparicin de su fundador, Manuel Amuntegui, el

    diario fueconducido conjuntamente, desde 1875, por el mdico Luis Carranza y

    Jos AntonioMir Quesada. Esta conduccin al alimn se prolong hasta 1898

    cuando falleciCarranza. Entonces queda en la direccin del peridico el

    primero de la saga de losMir Quesada. Al hijo de ste, Antonio, le toc conducir

    el peridico desde 1905 hastaoctubre de 1933, cuando fue asesinado, junto con

    su esposa, por elementos vinculadosal APRA. Este asesinato aliment la

    animadversin contra ese partido.

    Los hermanos Aurelio y Luis Mir Quesada continuaron en la direccin deldiario.

    Enfrentados al APRA, se opusieron a todas las candidaturas auspiciadas por

    esepartido. Fallecido su hermano, don Luis qued en el pleno dominio del

    peridico, en1950. El Comercio se caracteriz tambin por sus prolongadas

    campaas contra elliberalismo extremo, promovido desde las pginas de La

    Prensa, de Beltrn, y susintereses agroexportadores. Tambin se comprometi

    intensamente en la lucha por larecuperacin de los yacimientos petrolferos a

    cargo de la International PetroleumCompany, empresa norteamericana que

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    tena el control de la actividad petrolera en elPer, en base a dudosos acuerdos

    con el estado peruano.

    A principios del siglo XX haba surgido el diario La Prensa (1903-1984), quetendr

    notable influencia social y poltica hasta fines de ese siglo, aunque muchas

    vecesacosado por regmenes de signo diverso. El presidente Legua, en los aos

    veinte,orden su confiscacin y el apresamiento de sus redactores. El general

    Odra en loscincuenta encarcel a su entonces ya director propietario, Pedro

    Beltrn, en la mticaisla prisin de El Frontn. El general Velasco tambin hizo lo

    suyo en los setenta,expropindolo y entregndolo, supuestamente, a las

    comunidades laborales.

    El seor de los mil agros, como fue apodado Beltrn, logr el control de

    LaPrensa en 1947 y protagoniz en los aos cincuenta una autntica revolucin

    en elperiodismo local. Tomando el estilo de los diarios norteamericanos, se form

    all la quefue conocida como La Escuelita, en referencia a la redaccin del

    diario, donde elpropio Beltrn daba instrucciones sobre la forma y estilo para

    presentar las noticias. Latcnica de la pirmide invertida, el lead, la entrevista,

    el uso de un lenguaje directo yaguerrido y la pugna por la obtencin de la

    primicia, se instauraron en la prensanacional, como expresin del denominado

    periodismo objetivo680. Visto el fenmenode La Prensa de mediados del siglo

    XX en clave tica, sera justo reconocer que diouna especial relevancia al tema

    de la objetividad de la informacin y al sealamiento dela verdad de los hechos,

    contados imparcialmente y distinguindolos de la opinineditorial. La Prensa

    resalt as en el periodismo peruano el principio de objetividad,universalmente

    reconocido en los cdigos deontolgicos. La direccin del diario otorgadems

    amplios mrgenes de independencia a los periodistas en su quehacer.

    Estoselementos fueron, probablemente, la razn de su marcado xito en aquellos

    aos.

    Otros peridicos debieron tambin hacer cambios en sus redacciones para

    competir conLa Prensa.Beltrn tom como referencia los manuales de redaccin

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    y estilo de losgrandes peridicos norteamericanos y se vincul estrechamente a la

    SociedadInteramericana de Prensa que, al mismo tiempo que era la ms tenaz

    defensora de lalibertad de prensa, mantena como hasta ahora programas de

    entrenamiento paraperiodistas.

    Mencin aparte merece La Tribuna. Fundado en 1931, este peridico fue

    elvocero del Partido Aprista Peruano, liderado por el citado Haya de la Torre,

    quien aosantes haba dirigido Claridad. La Tribunajug un papel importante en

    la fallidacampaa presidencial de Haya, en 1931. Manuel Seoane fue encargado

    de la direccindel peridico con la estrecha colaboracin de Luis Alberto

    Snchez. El peridico fueclausurado en febrero de 1932. Reapareci por breve

    lapso en 1933. Perseguido al igualque el APRA y sus mentores, volvi otra vez amanos de sus lectores en 1945, despusde llegado al poder Bustamante y Rivero,

    con el apoyo de los apristas. Antes de la cadade este gobierno, una vez ms los

    lderes del APRA y los redactores de La Tribunadebieron marchar al exilio o a la

    clandestinidad. Un ao despus del retorno a lademocracia, en 1957, La Tribuna

    vuelve a ser voceada en las calles aunque sin losmpetus de otros tiempos, pues el

    APRA haba moderado ya sus posiciones iniciales.

    Mantuvo alguna vigencia hasta 1970, cuando sus activos fueron dados en parte

    de pagode antiguas acreencias. En los ochenta volvi a circular, aunque slo

    para languidecer ysucumbir al poco tiempo.

    Caretas, revista semanal fundada por Doris Gibson y Francisco Igartua en 1950,es

    otra de las instituciones del periodismo peruano de las ltimas dcadas682.

    Sucompromiso con la democracia, su aire a veces irreverente, y la notabilidad de

    algunasde las plumas que por all estamparon su tinta, hicieron de Caretas la

    revista poltica ysocial ms importante del pas. Enfrentada a la dictadura de

    Manuel Odra (1948-1956),primero, a la de Velasco y Morales Bermdez, aos ms

    tarde, y al rgimen autocrticode Fujimori, ha sabido dar continuidad a su

    liderazgo e influencia. El citado Igartuafund tambin en 1962 la revista Oiga, tras

    desavenencias con Gibson. Esta revistajug un papel notable durante ms de dos

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    dcadas y compiti con Caretas por el favordel pblico. La revista se interes,

    sobre todo, en temas de poltica nacional. La revist