Participación y acción social desde salud pública Joan Paredes
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Participación y acción social desde salud pública
Jornadas de Promoción de la Salud en el Ámbito Comunitario Elche, 19 de abril de 2013
Joan J. Paredes-Carbonell
Centres de Salut Pública d’Alzira i València: Projecte RIU y Programa MIHSALUD
Àrea de Desigualtats en Salut – CSISP Universitat de València
Introducción
Conseguir que las personas participen en temas relacionados con la salud (a
nivel individual, grupal o comunitario) no es tan fácil. Es verdad que nadie nos
ha "enseñado" cómo involucrarnos activamente en el cuidado de nuestra salud
(lo hemos aprendido de la experiencia y nuestro entorno). Desde el otro lado de
la barrera, como profesionales de la salud, tampoco hemos recibido, en
general, formación y entrenamiento para "facilitar la participación" de la
población; muchas veces hemos "autorizado" (o “tutorizado”) la participación, la
hemos "dictado" (cabe pensar que sin mala voluntad), la hemos "reducido" a
pura información, la hemos transformado en "acto decorativo", en mera
"consulta"... la hemos construido "a nuestra medida", en algunos casos para
exhibirla en jornadas, encuentros, congresos y publicaciones.
A través de esta comunicación se pretende compartir una reflexión sobre la los
conceptos de salud pública y promoción de la salud (PS); propiciar un debate
sobre el papel que tenemos profesionales de la salud, sobre todo del ámbito de
la salud pública y de la atención primaria, para generar (e involucrarnos)
contextos de participación y acción social. A la par, iremos describiendo
algunas estrategias y herramientas que hemos desarrollado y que se han
mostrado exitosas para dinamizar y capacitar a las personas en el control de su
propia salud desde una perspectiva grupal y comunitaria.
¿Qué entendemos por salud pública?
Salud pública se define como "el esfuerzo organizado de la sociedad para
promover y proteger la salud y prevenir la enfermedad a través de acciones
colectivas" (Ley de Salud Pública de la Comunitat Valenciana). En la cartera de
servicios de salud pública de la CV se contempla la "Promoción de Salud de las
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Poblaciones en Situación de Vulnerabilidad”. Del mismo modo, el III Plan de
Salud vigente en la actualidad en la Comunitat Valenciana (CV) plantea en
varios de sus objetivos y actuaciones la promoción de la equidad y la reducción
de desigualdades a través de actuaciones sobre los determinantes sociales de
la salud.
Esta perspectiva (de acción sobre los determinantes de la salud y sobre los
determinantes de los determinantes o determinantes estructurales) tiene una
relación directa con la estrategia de "salud en todas las políticas" incorporada a
la Ley de Salud Pública de 2011 -que creo que todas y todos deberíamos
conocer y trabajar para su desarrollo y aplicación-.
¿Qué “pintamos” todas y todos los que estamos impulsando proyectos de
acción comunitaria en barrios, entornos urbanos, grupos… en el sistema de
salud actual? La idea clave es la siguiente: el trabajo que desarrollamos en
estos espacios y poblaciones en situación de vulnerabilidad social (o,
simplemente, bajo la perspectiva de la participación ciudadana en salud), está
alineado con las políticas de salud pública de la CV, España, Europa y de
instituciones internacionales como la OMS. "Lo que estamos haciendo", tiene
sentido y existe un marco de fundamentación teórico y legal que nos puede y
debe impulsar a seguir adelante.
¿Qué es promoción de la salud?
La Carta de Ottawa situó a las personas en el centro de las políticas y de las
acciones en salud (al menos a nivel teórico). Cuando hablamos de PS hay una
palabra interesante que hay que enfatizar: "capacitar". Promover la salud es
"capacitar" a las propias personas para que tengan el control de su salud, de
todo aquello que la determina, y puedan así mantenerla y mejorarla. Tener el
control... ¿Qué significa? "Tener el control y que no lo tenga "nadie" que no
sean las propias personas". Esta definición de la I Conferencia Internacional de
Promoción de la Salud celebrada en 1986 (han pasado 27 años) y tras
sucesivas conferencias, (ahora va a desarrollarse la 8ª en Helsinki),
sinceramente creo que no está ni "asumida" ni "alcanzada", tanto dentro y
como fuera del sistema sanitario.
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Las novedades de la Carta de Ottawa y del concepto de PS fueron y siguen
siendo:
- Supone una mirada de la salud pública que hace énfasis en los factores
protectores y determinantes de la salud.
- Incluye como esenciales: la participación, el empoderamiento y la acción
comunitaria en salud.
- Otorga un alto valor a las políticas como elementos transformadores ya
que sitúa las acciones, fundamentalmente, sobre los determinantes
estructurales de la salud.
- Pone en crisis los modelos biomédicos predominantes y hegemónicos.
Partiendo de la definición de salud de Don Nutbeam, asumida en el Glosario de
la OMS: "salud es la capacidad de desarrollar el propio potencial personal y
responder de forma positiva a los retos del ambiente. Los recursos básicos
para la salud son los ingresos, la vivienda y la alimentación". Remarcamos la
parte final de la definición: "consecuentemente, la mejora de la salud supone
disponer de información, habilidades personales, un entorno que la promueva y
ofrezca oportunidades, y unas condiciones que favorezcan la salud en el
entorno económico, físico y social".
Esta última frase es muy importante porque señala la dirección de la acción de
quienes nos dedicamos a promover la salud desde la vertiente de la salud
positiva. ¿Cuál es nuestro papel? Ofrecer información, habilidades personales,
un entorno que promueva y ofrezca oportunidades, y unas condiciones que
favorezcan la salud en el contexto económico, físico y social.
Pero, a pesar que han pasado 27 años de esta I Conferencia y, a pesar que se
ha extendido la retórica y el vocabulario de promoción de la salud, no se ha
producido un verdadero cambio social en relación a la salud y sus
determinantes. Existen verdaderos efectos secundarios de la PS convertida en
"anuncio televisivo de yogur" y extendiendo los denominados neologismos
"salutismo" y "estilodevidismo" -tomando este término con el permiso de
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Andreu Segura-. "Salutismo" como obsesión (en ocasiones disfrazada y en
otras descaradamente comercial) por la salud, y esencialmente por la salud
física asimilada como "culto al cuerpo". Salud como bien supremo, como fin
último en contraposición a la salud como recurso para la vida. Y el
"estilodevidismo" que enfoca la acción en salud sólo en el cambio de conductas
y en la adquisición de hábitos saludables, de una manera reduccionista, sin ver
más allá, hacia otros determinantes de la salud; con terribles consecuencias de
"culpabilización de la víctima".
A veces, hemos sido las y los propios profesionales de la salud pública quienes
hemos contribuido a esta perspectiva (entender la salud de forma persecutoria)
y nos hemos convertido en anti-promotores de la salud y comerciales del
"salutismo coercitivo": des-capacitando a la población y tratando que deje en
nuestras manos el control de la salud. El de la enfermedad, como decía Illich,
ya lo teníamos los médicos, ahora también nos hacemos "dueños" de los
estilos de vida, los hábitos, la alimentación, etc.
Salutogénesis y el modelo de activos en salud.
Partiendo de esta autocrítica, actualmente hay una tendencia a renovar el
discurso de promoción de la salud. De nuevo "las y los sabios" nos invitan a
nuevas miradas que no dejan de ser reformulaciones de lo que decía la Carta
de Ottawa y las sucesivas conferencias. Así pues, en estos últimos años toma
de nuevo impulso la teoría de la salutogénesis de Aarón Antonovsky que
plantea centrarnos en todo lo que genera salud. La pregunta clave sería: ¿Qué
es lo que impulsa a las personas a orientarse hacia la salud y no hacia la
enfermedad? Siguiendo esta línea “salutogènica”, Morgan y Ziglio proponen el
modelo de activos para la salud como propuesta para revitalizar el concepto de
PS. Los activos son "factores o recursos que mejoran las habilidades de
personas, grupos, comunidades, poblaciones, sistemas sociales y/o
instituciones para mantener y sostener la salud y el bienestar y ayudar a reducir
las desigualdades en salud". El modelo se nutre de los aportes teóricos de la
salutogénesis, como método utiliza el mapeo de activos para la salud y enfatiza
la evaluación centrada en indicadores basados en activos. En los últimos años,
hay un movimiento para desarrollar teoría y práctica de promoción de la salud
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basándose en estas perspectivas que ponen el acento en la "mirada del vaso
medio lleno" más que en los modelos de déficit basados en necesidades y
problemas.
Promoción de la Salud en el ámbito local: el secreto está en los "cómo".
Para desarrollar actuaciones de PS desde el ámbito local, seguimos las
siguientes estrategias que nos propone la Carta de Ottawa:
- Salud en todas las políticas
- Entornos favorecedores: la opción más fácil, la más saludable
- Acción social en salud
- Intersectorialidad
- Desarrollar habilidades
- Re-orientar los servicios
"Reforzar la acción comunitaria desde el trabajo intersectorial", es un tema
nuclear que, en mi opinión, aún no hemos sabido incorporar ni integrar desde la
estructura de salud pública y atención sanitaria. Sin participación "real" (no
ficticia ni decorativa) no existe PS. Sin acción social en salud no existe un
esfuerzo consciente y colectivo, una verdadera salud pública. Sin acción
intersectorial, capacidad de trabajo conjunto y capacidad de co-producción de
acciones entre ciudadanía y profesionales, no podemos articular respuestas
transformadoras y de emancipamiento de las personas. ¿Cómo trabajar la
coordinación y cooperación entre el sector salud y los sectores educativo, de
acción social, tercer sector, economía local, servicios, agricultura, etc.? Tal vez
la respuesta está en el hacer o en el "pequeño hacer", a partir de pensar y
actuar en pequeños proyectos que nos hacen aprender.
En esta línea es imprescindible el concepto de empoderamiento personal y
comunitario. Las acciones en salud deben contemplar esta perspectiva. De
nuevo el "cómo" lo conseguimos, es el reto. Popay nos propone unos “atajos”
para avanzar en el aumento de participación y empoderamiento vinculándolo
con mejores y mayores resultados en salud.
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Coordinación, intersectorialidad, capacidad de trabajo conjunto, co-producción
de acciones. En este punto, en hacer "reales" estos términos creo que han sido
y son fundamentales las aportaciones de Marco Marchioni en nuestro país a la
hora de generar una metodología y praxis de la "organización y desarrollo de la
comunidad" que han tenido y tienen enorme influencia en el campo de la salud
comunitaria. La prueba está en estas jornadas, el proyecto que impulsa Elche
Acoge en Carrús con el apoyo de la Obra Social de La Caixa.
¿Qué papel tenemos las y los técnicos de salud pública? ¿Qué papel
tienen otros actores y actrices del sistema sanitario?
Desde los servicios de salud (y lo podemos entender en sentido amplio: los
servicios de atención a las personas) no podemos continuar trabajando con
una perspectiva asistencialista, individualizada, burocratizada y, me atrevería a
decir, “feudal”: profesionales y técnicos en sus castillos-fortaleza separados de
la realidad de la ciudadanía, y en espera de que lleguen las personas con
problemas para aplicar las recetas y los protocolos de ayuda.
Somos creadores de técnicas (y no sólo autómatas-ejecutores de las mismas),
somos inventores de soluciones y no prescriptores de vademécum). Nuestros
servicios deben orientarse a un conocimiento profundo de la realidad (con
necesidades pero también con activos) y dinamizar la acción sobre “todo lo que
puede” generar salud y bienestar. Es cierto que los tiempos actuales nos
obligan a responder también ante necesidades básicas pero atención, mucha
atención... no podemos convertirnos en cómplices y alimentar el status quo, la
parálisis y la reproducción social.
Para conseguir esta re-orientación, tiene que existir voluntad política, directiva,
técnica y porque no, también ciudadana (que en definitiva es la que paga estos
servicios). Es esperanzadora la conciencia social que en los últimos tiempos se
ha despertado en la ciudadanía y su capacidad movilizadora. ¿Qué nos piden
estos tiempos a las y los profesionales de la salud pública? Creo que una
reorientación de nuestro trabajo, de nuestra práctica. Y aquí entra en acción
nuestra voluntad de re-pensarla y saber leer en el contexto actual y futuro;
capacitarnos para innovar e incorporar nuevas herramientas de "asertividad
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técnica". Conseguir, tal vez lo más difícil, desde la acción, desde las
"micropolíticas", alinear "la política" con "las políticas de salud".
¿Cómo podemos ser más efectivos en los procesos de "capacitación" en
salud? ¿Qué cambio de rol profesional estamos planteando?
En este planteamiento de "hacer" desde las "micropolíticas" resulta clave que
podamos reflexionar sobre qué significa "capacitar" y "capacitarnos para
capacitar", cómo podemos ser más efectivos en los procesos de "capacitación"
en salud, qué papel tenemos como profesionales y qué propuestas "de
presente" nos planteamos.
La “capacitación” se entiende desde una perspectiva participativa y de
"empoderamiento" individual y comunitario. Esto significa que es un proceso
compartido con el profesional de atención primaria y con el de salud pública. En
este proceso hay "transferencia" mutua de "poder", de "capacidades" y de
"control" sobre los "procesos" y "decisiones". No sólo las personas "reciben" en
este intercambio; el profesional también se capacita, también se "empodera" de
"capacidad de cambio". En definitiva estamos hablando de ser autónomos y "no
dependientes" para "tomar decisiones" en nuestra vida.
Capacitar
1. tr. Hacer a alguien apto, habilitarlo para algo. U. t. c. prnl.
Apoderar
Dicho de una persona: Dar poder a otra para que la represente en juicio o fuera de él.
2. tr. ant. Poner algo en poder de alguien o darle la posesión de ello.
3. prnl. Hacerse dueño de algo, ocuparlo, ponerlo bajo su poder. U. t. en sent. fig.
El pánico se apoderó de los espectadores.
4. prnl. ant. Hacerse poderoso o fuerte; prevenirse de poder o de fuerzas.
Avanzar en este proceso de "capacitación" desde lo individual a lo comunitario
es difícil. Sinceramente creo que aún estamos lejos. En la figura que propone
Popay nos situamos en el nivel de co-producción de cambios. Desde este nivel
hemos de seguir "subiendo" sin descuidar que podemos "bajar" rápidamente a
niveles inferiores por nuestra inercia "des-capacitante".
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Para ello, una forma de iniciar este proceso de cambio, es el "(re)diseño
participativo" de los programas, situando en el centro a las personas, partiendo
de sus necesidades y de sus potencialidades, y planteando objetivos
compartidos y estrategias comunes (o distintas) en función del papel que cada
uno juegue. Sería importante ser innovadores en la "gobernanza" del propio
programa e incrementar el espacio de decisiones y decisores. El ámbito
directivo también tiene que alentar y favorecer este tipo de iniciativas dentro del
ámbito habitual del trabajo e incluido en la cartera de servicios.
Es importante que superemos la mirada culpabilizadora hacia el paciente como
víctima de sus propios desmanes en relación a la salud; que viajemos hacia el
"arco iris" de los determinantes sociales y asumamos la "insoportable levedad
del ser... profesional o técnico". Es esencial que no sólo tengamos en cuenta
los modelos de déficit, necesidades, factores de riesgo y problemas; y nos
pongamos las "gafas" del "vaso medio lleno"; nos demos cuenta de que las
personas y las comunidades tienen un patrimonio social, talentos, sueños,
capacidades, recursos totalmente desaprovechados para construir salud...
¿Por qué no contar con ellos?
En parte, todo esto será posible en la medida que entendamos cuál es nuestro
papel como profesionales en mitad de estos procesos. O tal vez, sin entenderlo
demasiado, será posible sólo si nos atrevemos a salir del cómodo despacho y
nos arriesguemos a explorar, a equivocarnos, a acertar... Hablamos de
profesionales intentadores, transformadores, vinculadores de teoría y práctica y
con capacidad de trabajo en equipo.
Qué dificultades y qué propuestas "de presente" hacemos
Cuando uno piensa en las dificultades, se asusta, pues son las mismas de
siempre; esto es laberíntico y provoca una sensación de que padecemos una
“incapacidad crónica” para superarlas. La repuesta creo que está en la propia
acción como antítesis de "inacción" o "parálisis". Sólo "parar" si es para
reflexionar sobre la práctica (que para mi sigue siendo acción, acción reflexiva
pero acción). Formulamos pues nuestras propuestas:
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- Reflexión sobre la práctica: es necesario "parar" para "avanzar"
- Mirada salutogénica: ¿Qué genera salud?
- Patrimonio social: identificar, despertar, desarrollar e interconectar
capacidades de las personas y comunidades en relación a la salud
- Micropolíticas: descubrir y aprovechar los espacios de "toma de
decisión" autónoma y liberadora a nivel profesional
- Alianzas dentro de atención primaria y entre atención primaria y salud
pública: hemos de estar juntos, solos avanzaremos poco
- Necesidad de este tipo de abordajes en entornos urbanos, sean o no
dirigidos a población vulnerable (si no lo son, hay que tener en cuenta a
los grupos mas alejados)
- Repensar nuestro papel, nuestras propias potencialidades y talentos
como profesionales de la salud.
La práctica: entre la realidad y el deseo
Para finalizar, quisiera compartir con un resumen de un pequeño manual de
supervivencia que hemos ido elaborando de una manera más o menos
inconsciente a lo largo de la vida. Digo de supervivencia porque las
"condiciones ambientales" han puesto a prueba y ponen todos estos
planteamientos. A veces uno tiene la sensación de que siempre anda “hacia
arriba” y apenas hay pequeños trayectos llanos, y escasos, “de bajada” y con
“viento a favor”.
1) Innovación en los programas de salud: ¿Son saludables nuestros
programas? El primer "cómo" hace referencia a la capacidad de hacerse
preguntas, cuestionarse lo que uno hace o le dan a hacer y que, pese a todos
los pesares, ser capaz de ver oportunidades de innovación en medio del
despropósito.
Auditamos pues nuestros propios programas de salud:
- ¿Parten de un análisis de los activos o potencialidades?
- ¿Capacitan o des-capacitan?
- ¿Expresan esfuerzo colectivo o parálisis individualista?
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- ¿Contemplan la participación de las personas implicadas en todas las
etapas o son paternalistas?
- ¿Tienen en cuenta los determinantes de la salud y cómo influir en las
políticas?
- ¿Contribuyen a la equidad en salud?
2) Perspectivas de equidad, de género, de interculturalidad. Incorporar a
nuestros proyectos y programas la perspectiva de equidad y que nuestra
acción contribuya a la reducción de las desigualdades especialmente de tipo
socioeconómico, de género y de etnia.
3) Investigación participativa: las personas en el centro de la acción.
Debemos generar conocimientos y saberes basados en la práctica, en la buena
práctica. Es necesario promover investigación relacionada con la acción social
en salud y ésta debe tener un componente participativo. Si incorporamos las
personas a los procesos, si incorporamos sus saberes (de personas expertas
en la cotidianidad de la salud) en nuestros saberes (supuestamente de
expertos universitarios) estaremos más cerca de lo que llamamos verdad. Esta
investigación participativa también incluye la evaluación como búsqueda de
aprendizajes.
4) PEC (pequeños espacios de cambio). Como profesional puedes llegar a
estar sometido a unas circunstancias obstaculizadoras para desarrollar tus
competencias. Habrá pues que identificar qué intersticios tienes a tu alcance,
cuáles son los escondites secretos que te pueden facilitar llevar a cabo
pequeños cambios, micro-cambios que irán abriendo más espacio. Esta tarea
es imposible de hacerla en soledad.
5) Alianzas, lenguaje común y trabajo en red. Para esto, forma parte del
proceso la creación de alianzas. Y a veces estás tan solo que no puedes
renunciar a ninguna alianza por pequeña que sea. Aprender idiomas, códigos,
lenguajes diversos para hablar de la misma cosa. Al final, hemos de
entendernos para trabajar de manera conjunta. Si no lo hacemos no podemos
avanzar.
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Final: nos situamos en la vanguardia del cambio
Concha Colomer en el libro "Promoción de Salud y cambio social" nos habla de
la necesidad de un movimiento de vanguardia para que avancen y se
consoliden los cambios sociales en salud. Las 3 preguntas clave son: ¿Dónde
se crea salud? ¿Qué inversiones y estrategias producen las mayores
ganancias en salud? ¿Qué inversiones y estrategias ayudan a reducir las
desigualdades en salud?
El cambio social se basa siempre en lo que ya existe y para ser un cambio
perdurable deben producirse modificaciones en dos direcciones: “de arriba
hacia abajo” pero también “de abajo hacia arriba”. Desarrollar políticas públicas
de salud es el objetivo central de las actividades de PS. Sus estrategias
persiguen la educación para la salud, acciones legislativas, empoderamiento y
desarrollo comunitario. Hay que poner en marcha procesos de cambio social
que involucren a las personas para modificar los entornos donde viven, esto
supone trabajar simultáneamente sobre el ámbito personal, organizativo y
político.
Si os apuntáis al cambio, una buena manera de empezar es formulando
preguntas que nos lleven a la reflexión-acción y al compromiso:
- ¿Son saludables nuestros proyectos o programas?
- ¿Cómo sobrevivimos como profesionales? ¿Como conseguimos
desarrollar nuestras potencialidades?
- ¿Tejemos alianzas, practicamos el trabajo conjunto o bien nos aislamos
a nuestros castillos-fortaleza?
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7) Referencias
Presidencia de la Generalitat, Subsecretaria de Relaciones con las Cortes y Secretaria del Gobierno. Ley Salud Pública de la Comunidad Valenciana 4/2005. Valencia: Generalitat Valenciana; 2005:10 Viedma P, Torner MJ (coord). III Plan de Salud de la Comunitat Valenciana. Valencia: Generalitat Valenciana Conselleria de Sanitat; 2011 (consultado el 13/04/2013). Disponible en: http://www.san.gva.es/documents/153218/167779/III_Plan_de_Salud_10_13.pdf OMS. Promoción de la Salud Glosario. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo;1998:16 (consultado el 13/04/2013. Disponible en http:www.msc.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/glosario.pdf Comisión para la reducción de las desigualdades en salud. Avanzando hacia la equidad en salud. Madrid: Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad; 2010 Segura A. La salut y la enfermedad. Determinantes y consecuencias. En: Hernández-Aguado I, Gil de Miguel A, Delgado-Rodríguez M, Bolúmar F, García-Benavides F, Porta M et al. Manual de Epidemiología y Salud Pública 2ª ed. Madrid: Médica Panamericana; 2011. pp. 3-6 Márquez S, Meneu R. La medicalización de la vida y sus protagonistas. Gestión Clínica y Sanitaria 2003; 5(2): 47-53 Morgan A, Davies M, Ziglio E, editores. Health Assets in a Global Context: Theory Methods Action. New York: Springer; 2010 Morgan A, Davies M, Ziglio E, editores. Health Assets in a Global Context: Theory Methods Action. New York: Springer; 2010 Lindström B, Eriksson M. Guía del autoestopista salutogénico. Camino salutogénico hacia la promoción de la salud. Girona: Documenta universitaria; 2011. pp 25-7 Rivera F, Ramos P, Moreno C, Hernán M. Análisis del modelo salutogénico en España: aplicación en salud pública e implicaciones para el modelo de activos en salud. Rev Esp Salud Pública. 2011; 85:137-47 Hernán M, Lineros C. Los activos para la salud. Promoción de la salud en contextos personales, familiares y sociales. Revista Fundesfam. 2010 [citado 10 octubre 2012] Disponible en: http://www.fundesfam.org/REVISTA%20FUNDESFAM%201/007revisiones.htm
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Marchioni M. Organización y desarrollo de la comunidad. 2007 [citado 16 abril 2013] Disponible en: http://www.implicandote.com/documentos/organizacion_y_desarrollo_marchioni__07.pdf Hernández PJ. Educación y desarrollo comunitario: dialogando con Marco Marchioni. Cuestiones Pedagógicas. 2006; 18: 285-300 Paredes-Carbonell JJ, Aviñó D, Peiró R, et al. Projecte RIU: Un riu de cultures, un riu de salut. Una propuesta de intervención en salud en entornos vulnerables. Comunidad. 2011;13:34-7. Popay J. Community Empowerment and Health Improvement: The English Experience. En: Morgan A, Davies M, Ziglio E. Health Assets in a Global Context: Theory, Methods, Action. London: Springer Science+Business Media; 2010. p 183-95. Paredes-Carbonell JJ, Alcaraz M, López P, Ramírez LM, El Bokhari M. MIHSALUD: una experiencia de dinamización comunitaria con población inmigrante de la ciudad de Valencia. Comunidad 2012; 14:29-32 Colomer C, Alvarez-Dardet C. Promoción de salud y cambio social. Barcelona: Masson; 2000