Parroquia Maria madre iglesia kennedy
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Bienvenidos
Ingreso al Templo
Sagrario
Sagrado Corazón
Señor de los Milagros
Divino Niño Jesús
Virgen María
Virgen del Carmen
San José
Santa Marta
Grupos Apostólicos
SI TU HACES ALGO POR MARÍA ..ELLA HARA MUCHO POR TÍ
PARROQUIA MARIA MADRE DE LA IGLESIA
DIOCESIS DE FONTIBÓN—COLOMBIA
Pie de imagen o gráfico.
Información de contacto: [email protected]
| Página principal | BIENVENIDOS | Ingreso al templo | SAGRARIO | Sagrado Corazón de Jesús | Señor de los Milagros | Virgen
María | Virgen de Carmen | San José | Santa marta | María acoge a la Iglesia|
Carrera 73 B bis Nº 26-40 sur Bogotá
Teléfono: 4731933
Horario Despacho Parroquial : Lunes a Jueves de 2:00 pm a 6:00 pm
PARROCO: Pbo. PBO.ABDERRAHIM FLOREZ ORTEGA
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ESTE ES NUESTRO TEMPLO SU ALTAR E IMAGENES
ALTAR
VIRGEN DEL CARMEN VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA
SEÑOR DE LOS MILAGROS SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
SAGRARIO
DIVINO NIÑO JESÚS
SAN JOSÉ
SANTA MARTA MARIA AUXILIADORA
Pinche aquí
Si no me observas aquí en este
momento, es porque estoy a tu lado
acompañándote en este momento.
Me atenderías dedicándome unos
minutos hablando conmigo como
hablarías y atenderías a alguien que te
visita?
EL SEÑOR RESUCITADO
A
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RETIRO DE CUARESMA
ANTE LA CRUZ
Retiro de Cuaresma:
LOS AMIGOS DE LA CRUZ
Temario e Introducción
Los amigos de la Cruz parte 1
Los amigos de la Cruz parte 2
Los amigos de la Cruz parte 3
Frente al Altar
Secuencia al Espíritu Santo
No me mueve Señor
Santo Espíritu de DIOS mora en mí
PARROQUIA MARIA MADRE DE LA IGLESIA
DIOCESIS DE FONTIBÓN—COLOMBIA
ALTAR DE NUESTRO TEMPLO
INGRESANDO AL TEMPLO
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SAGRARIO DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
SAGRARIO DEL SANTÍSIMO
NUESTRO
OBISPO
SE Monseñor Juan Vicente Córdoba Villota, SJ,
Las Lágrimas de Jesús
BENDITO
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero
Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo
Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo
Consolador.
Bendita sea la Incomparable Madre
de Dios la Santísima Virgen María.
Bendita sea su Santa e Inmaculada
ALMA DE CRISTO
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame
¡Oh buen Jesús, óyeme!
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del enemigo malo defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos Te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén
Oremos
Oh Dios que enviaste a la Iglesia
Militante una nueva ayuda por medio
del bienaventurado San Ignacio de
Loyola, para propagar la mayor gloria
de tu nombre, concédenos, que
luchando nosotros a ejemplo suyo y
mediante su intercesión en la Tierra,
merezcamos ser coronados juntamente
con él en el cielo. Por nuestro Señor
Jesucristo. Amén
SAN IGNACIO DE LOYOLA
Acto de Adoración Al SANTÍSIMO
Via Lucis
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PARROQUIA MARIA MADRE DE LA IGLESIA
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SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Himno al Corazón de Jesús
Corazón de Jesús Rosario y Letanías
Rosario al Corazón de Jesús
Siete Dolores del Corazón de Jesús
Consagración al Sagrado Corazón de
Jesús CULTO PERPETUO
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Corazón de Jesús OFICIO DIVINO
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Nardos al Sagrado Corazón de Jesús
Información de contacto: [email protected]
Historia y Orígen
Oración de desagravio al Sagrado Corazón de Jesús
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SEÑOR DE LOS MILAGROS
Novena al Señor de los Milagros
PETICIONES AL MILAGROSO DE BUGA
Si tiene FE, basta rezar la siguiente oración haciéndole una petición al Señor de los Milagros de Buga y este deseo le será concedido.
¡Señor! Que mis ojos vean que Tú eres la luz que alumbra
mi camino Que mi alma sienta el gozo de llevarte muy
dentro. Que mi corazón reciba con humildad el Amor que
Tú me das. Que mis pensamientos sean para glorificarte y
bendecirte. Que mis silencios sean para hablar contigo y
escucharte. Que mis oraciones clamen ante Ti el cambio que
debo tener. ¡Señor!
Quiero vivir bajo tu mirada. Caminar sin cansancio hasta encontrarte
Y así sentir la paz y el gozo
Historia y Leyenda del Señor de los Milagros de Buga - Colombia
En este video al que nos dirigimos ahora escucharemos la historia de esta hermosa
imagen.
Es esta imagen Otro regalo maravillo que Dios quiso hacer a los humildes, caritativos
y pobres, pero al que tenemos acceso TODOS los seres humanos..
Milagro?....
Cada día de vida que tenemos es un regalo, cada pan que nos llevamos a la boca, cada
despertar, cada amanecer lo es también, cada persona que pasa a nuestro lado; en fin
son tantos y tan constantes y permanentes que no alcanzamos a tenerlos presentes.
Por esto mi petición o recomendación que te hago querido hermano(a) es que de estas
4 palabras que a continuación te doy realices una Oración que dirigas al
MILAGROSO.
Estas palabras son:
Los siento…….
Perdóname…….
Gracias……..
Te AMO…..
OFRECIMIENTO DEL DIA
¡Señor!
Que mis ojos vean que Tú eres la luz que alumbra mi camino
Que mi alma sienta el gozo de llevarte muy dentro.
Que mi corazón reciba con humildad el Amor que Tú me das.
Que mis pensamientos sean para glorificarte y bendecirte.
Que mis silencios sean para hablar contigo y escucharte.
Que mis oraciones clamen ante Ti el cambio que debo tener.
¡Señor!
Quiero vivir bajo tu mirada.
Caminar sin cansancio hasta encontrarte
Y así sentir la paz y el gozo
Que tu infinito Amor me da.
IMÁGENES DE BUGA– COLOMBIA
SALUDEMOS A LA SANTÍSIMA VIRGÉN MARIA
ORACIONES AL DIVINO NIÑO JESUS
SUPLICA PARA TIEMPOS DIFÍCILES
Divino Niño Jesús Tengo mil dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame. En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame. En mis soledades: acompáñame.
En mis enfermedades: fortaléceme. Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme. En las horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón paternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme. Amén. UN MINUTO CON EL DIVINO NIÑO JESÚS
¡Bendíceme Divino Niño Jesús!
Y ruega por mi sin cesar. Aleja de mí el pecado hoy y en todo momento.
Si tropiezo, tiende tú mano hacia mí. Si cien veces caigo, cien veces levántame.
Si yo te olvido, tú no te olvides de mí. Si me dejas Divino Niño, ¿Que será de mí?
En los peligros del mundo, asísteme. Quiero siempre vivir y morir bajo tu mano.
Quiero que mi vida te haga sonreír. Mírame con compasión, ¡No me dejes Jesús mío!
Y, al final, recíbeme y llévame junto a Ti. Divino Niño Jesús,
Que tu bendición nos acompañe siempre. Amén.
ORACIÓN AL DIVINO NIÑO JESÚS
Divino Niño Jesús Dios de mi corazón y modelo de mi
conducta, estate siempre conmigo para separarme del mal y hacerme semejante a Ti, haciendo que crezca en
sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres. ¡Oh dulce y pequeño Niño Jesús,
yo te amaré siempre con todo mi corazón! Divino Niño Jesús, Bendícenos
Divino Niño Jesús, Escúchanos
Divino Niño Jesús, Óyenos. Amén.
PLEGARIA PARA OBTENER SERENIDAD
Niño Jesús: Tu eres el rey de la paz, ayúdame a aceptar las cosas que no
puedo cambiar.
Tu eres la fortaleza del cristiano; dame valor para transformar aquello
que en mí debe mejorar.
Tú eres la sabiduría eterna; enséñame en cada instante, como debo
obrar para agradar mas a Dios y hacer mayor bien a las demás
personas. Te lo suplico, por los méritos de tu infancia a Ti que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén.
CONSAGRACIÓN DEL HOGAR
Tú que bendices y proteges las casas donde está expuesta y es
honrada tu Sagrada Imagen, Te elegimos hoy y para siempre por
Señor y Dueño de nuestra casa, y te pedimos que te dignes
demostrar en ella tu poderoso auxilio, protegiendo a los que en
ella habitamos de las enfermedades, protegiéndola del fuego, del
rayo, de las inundaciones, de los terremotos, de los ladrones, de
las discordias y de los peligros de la guerra.
Bendice y protege a las personas que aquí habitan, y concédeles
la paz, una gran fe, verdadero amor a Dios y al prójimo, paciencia
en las penas, esperanza en la vida eterna, facilidades de trabajo
y estudio, y la gracia de evitar los malos ejemplos, el vicio, el
pecado y todas las demás desgracias y accidentes.
AMEN.
REGRESAR AL ALTAR
NOVENA AL NIÑO JESÚS DE NAVIDAD
NOVENA BIBLICA AL DIVINO NIÑO JESÚS
DEL BARRIO 20 DE JULIO—BOGOTÁ
COLOMBIA
SANTÍSIMA VÍRGEN MARÍA
NUESTRO JARDÍN A LA SANTÍSIMA
VÍRGEN MARÍA EN EL MES DE MAYO
VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA
LA VIRGEN MARIA
La amada madre de nuestro Señor Jesucristo es la presencia amorosa más importante que Dios ha podido obsequiarnos para que guíe nuestras vidas
en este camino terrenal que indefectiblemente culmina en Dios.
Es la encarnación de la dulzura, la ternura, la compasión y el Amor Incondicional que Jesús nos legó a toda la humanidad cuando en la cruz nos la
dio a todos los hombres, para que la amáramos, veneráramos y respetáramos del mismo modo en que Él lo hizo.
La Virgen María, madre de Dios hecho hombre y madre nuestra, sus hijos limitados y pequeños, confusos y desorientados, es el camino más dulce
y seguro para llegar a Dios.
Si nos tomamos de su amada mano, si confiamos y nos entregamos como niños a Ella, jamás nos sentiremos solos y siempre, en toda circunstancia
de nuestra vida, sabremos con absoluta certeza que podremos enfrentar las pruebas más duras y difíciles que nos toquen vivir, porque sentiremos
que jamás desamparará a sus pequeños hijos.
VENEREMOS A LA SANTÍSIMA VIRGÉN DEL CARMEN
ORACIONES PARA
HONRAR A LA
SANTÍSIMA VIRGEN
MARÍA
RESO DEL SANTO
ROSARIO EN AUDIO
Seleccione el que corresponda
según el día y haga click en el
Y HAGA CLICK EN EL
ORACIONES A MARÍA
AUXILIADORA
VÍRGEN DEL CARMEN
Novena a la Virgen del Carmen
ORACIÓNES A LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL CARMEN
¡Oh Virgen Santísima Inmaculada, belleza y esplendor del
Carmen! Vos, que miráis con ojos de particular bondad al que
viste vuestro bendito Escapulario, miradme benignamente y
cubridme con el manto de vuestra maternal protección.
Fortaleced mi flaqueza con vuestro poder, iluminad las tinieblas
de mi entendimiento con vuestra sabiduría, aumentad en mí la
fe, la esperanza y la caridad. Adornad mi alma con tales gracias
y virtudes que sea siempre amada de vuestro divino Hijo y de
Vos. Asistidme en vida, consoladme cuando muera con vuestra
amabilísima presencia, y presentadme a la augusta Trinidad
como hijo y siervo devoto vuestro, para alabaros eternamente y
bendeciros en el Paraíso. Amén.
ACCIÓN DE GRACIAS Y OFRECIMIENTO
¡Oh Virgen Santa del Carmen! Jamás podremos corresponder
dignamente a los favores y gracias que nos has hecho al darnos
tu santo Escapulario. Acepta nuestro sencillo, pero hondamente
sentido, agradecimiento y, ya que nada te podemos dar que sea
digno de Ti y de tus mercedes, ofrecemos nuestro corazón, con
todo su amor, y toda nuestra vida, que queremos emplear en el
amor y servicio de tu Hijo Señor nuestro, y en propagar tu dulce
devoción, procurando que todos nuestros hermanos en la fe, con
los cuales la divina Providencia nos hace convivir y relacionar,
estimen y agradezcan tu gran don, vistiendo el santo
Escapulario, y que todos podamos vivir y morir en tu amor y
devoción. Amen.
ORACIÓN PARA ALCANZAR SU AMOR
¡Oh Virgen del Carmen, María Santísima! Vos sois la criatura
más noble, la más sublime, la más pura, más bella y más santa
de todas. ¡Oh si todos os conocieran, Señora y Madre mía, si
todos os amaran como Vos merecéis! Pero me consuelo porque
tantas almas dichosas en el Cielo y en la tierra viven
enamoradas de vuestra bondad y belleza. Y me alegro más
porque Dios os ama a Vos sola más que a todos los hombres y
ángeles juntos. Reina mía amabilísima, yo, miserable pecador,
también os amo, pero os amo poco en comparación de lo que
Vos merecéis; quiero, pues, un amor más grande y tierno hacia
Vos, y esto Vos me lo habéis de alcanzar, ya que amaros a Vos y
llevar vuestro Santo Escapulario es una señal de predestinación
a la gloria, y una gracia que Dios no concede sino a los que
eficazmente quiere salvar. Vos, pues, que todo lo alcanzáis de
Dios, conseguidme esta gracia: que mi corazón arda en vuestro
amor, conforme al afecto que Vos me mostráis; que os ame
como verdadero hijo, ya que Vos me amáis con el amor más
tierno de Madre, para que, uniéndome con Vos por el amor aquí
en la tierra, no me separe de Vos después en la eternidad.
Amén.
ORACIÓN A LA BEATÍSIMA
VIRGEN DEL MONTE CARMELO
¡Oh piadosísima Virgen! Vos, que nueve
siglos antes de existir fuisteis vista en profecía por el siervo de Dios nuestro Padre
San Elías, y venerada por sus hijos allá en el Carmelo... Vos, que en carne mortal os
dignasteis visitarles y les dispensasteis celestiales consuelos... Vos, que vigiláis
siempre por la virtuosa familia que tuvo por Superior a vuestro estimado hijo San Simón
Stock, por Padres y reformadores a la Seráfica Virgen y mística Doctora Santa
Teresa de Jesús y al esclarecido y extático San Juan de la Cruz, así como por una de sus
dignísimas hijas a la ejemplar Esposa de
Jesucristo Santa María Magdalena de Pazzis, vuestra devotísima sierva... Vos, que
engalanasteis a dicha Orden con la estimable prenda del Santo Escapulario.., y, en fin, Vos,
que de tantas maneras habéis demostrado vuestro cariñoso amor a los carmelitas y sus
allegados, recibid benévola mi corazón ardiente de fervoroso entusiasmo hacia la
más pura de las criaturas y la más candorosa de las madres. No permitáis, Señora, que el
león rugiente asuste mi espíritu en el camino de la perfección, y haced que logre arribar a
salvamento en la gloria, como lo habéis alcanzado de vuestro Divino Jesús para los
que, invocándoos con fe e imitando vuestras
virtudes, murieron píamente con vuestra enseña. Amén.
SALUDEMOS A SU CASTÍSIMO ESPOSO SAN JOSÉ
SAN JOSÉ
Novena y Oraciones a San José
Antigua Oración a San José
y otras oraciones al Santo
Oh San José, cuya protección es tan grande, tan
poderosa y eficaz ante el trono de Dios, en vuestras manos entrego todos mis intereses y
mis deseos. Oh San José, asistidme con vuestra poderosa intercesión. Obtened para mí, de
vuestro Divino Hijo, Nuestro Señor, todas las bendiciones espirituales que necesito. A fin de que, habiendo conseguido, aquí en la tierra, la ayuda de vuestro poder celestial, pueda ofrecer
mi gratitud y homenaje, al Padre más Amoroso. Oh San José, nunca me cansaré de contemplaros con el Niño Jesús dormido en vuestros brazos. No me atrevo a acercarme mientras que el Niño reposa sobre vuestro
corazón. Abrazadle fuertemente en mi nombre; y de parte mía, besad su fina y delicada Cabecita. Luego, suplicadle que me devuelva ese beso a la hora de mi último suspiro. San José, patrón de
los moribundos, rogad por nosotros. Amén.
Rezarla por nueve mañanas consecutivas por lo que usted desea (no olvidar rezar también por los que no rezan). Jamás o raramente ha fallado. Esta oración fue descubierta el año quincuagésimo de Nuestro Señor Jesucristo. En el siglo XVI. envió el Papa esta Oración al Emperador Carlos. El emperador recibió esta oración al prepararse para emprender la batalla. Los que leyesen esta oración serán premiados. Igualmente se premiará a los que la escuchasen al ser leída o si la llevasen en su persona. A todas estas almas se les promete que no morirán repentinamente; ni se ahogarán; ni serán afectados por el veneno. No caerán en manos de sus enemigos; ni serán consumidos en ningún incendio.
Oración para pedir la pureza
San José, mi padre y señor, tú que fuiste guardián fiel del Hijo de Dios y de su Santísima Madre, la Virgen María, alcánzame del Señor la gracia de un espíritu
recto y de un corazón puro y casto para servir siempre mejor a Jesús y a María. Amén.
CONSAGRACIÓN DE COLOMBIA A SAN JOSÉ.
Amado San José, esposo fiel de María, la Reina de la paz y padre adoptivo de Jesús, el Príncipe de la paz, que fuiste
enriquecido por el Espíritu Santo con toda clase de gracias sobrenaturales, de sabiduría y prudencia humanas, haz valer tu poderosa intercesión ante Dios a favor de
Colombia, nuestra patria, ahora necesitada de reconciliación y de paz. Tú que recibiste del Padre Celestial la sublime misión de ser cabeza de la Sagrada Familia en la tierra, toma como tuya esta familia colombiana que llenos de confianza te consagramos, ven a vivir en
medio de nosotros, enséñanos a ser verdaderos hijos de Dios y a tratarnos como hermanos.
Conoces bien, amado San José, que estamos heridos por
una larga violencia y que gruesos muros de injusticias e inequidades nos separan. Pero la misma palabra de Dios aviva nuestra esperanza cuando nos invita diciéndonos:
“Pedid y se os dará; buscad y hallareis; llamad y se os abrirá” (Lc 11,9) y “Ninguna cosa es imposible
para Dios” (Lc 1,37; Gen 18,14). Esperamos la caída de esos muros de odio e indiferencia que nos separan, si
unido a la Virgen María intercedes de continuo por nosotros ante tu Divino Hijo, quien nada niega a su
Madre Santísima y a su querido padre adoptivo. Te agradecemos de corazón por escuchar nuestra súplica y porque alegras nuestra vida con tu amistad y protección.
Amén.
SANTA MARTA
ORACION A SANTA MARTA ( PARA CASOS DIFICILES Y URGENTES )
Santa marta, yo me acojo a tu protección y amparo, en prueba de mi afecto y fe te ofrezco esta luz que en tu honor encenderé todos los martes. Milagrosa santa marta, consuélame en mis necesidades y las de todos los míos y por la inmensa dicha que gozasteis al hospedar en tu casa al salvador, intercede por mi y por toda mi familia , para que siempre conservemos en nuestros corazones a dios y sean resueltas mis necesidades y las de todos los míos. Milagrosa santa marta yo te suplico en el nombre de dios todo poderoso, tengas misericordia infinita al favor que te pido….(hacer la petición), yo te suplico Santa mía que venzas mis dificultades y las de todos los míos, como venciste al dragón que tienes a tus pies. (Reza un padrenuestro un avemaría y un gloria) Se finaliza diciendo: gracias santa marta por los favores recibidos, amen.
Oración a Santa Marta para Peticiones
¡Oh Santa Marta dichosa!, Mi santa Marta milagrosa
me acojo a tu amparo y protección
entregándome a ti en este día, para que me ayudes en mi tribulación,
y en prueba de mi gran afecto
y seguro agradecimiento, prometo serte fiel seguidor,
rezarte más a menudo con fervor
y me ofrezco para propagar tu devoción.
Consuélame en mi pena y amargura, te lo suplico por la inmensa dicha
con que se alegró tu corazón
al hospedar en tu casa de Betania
a Jesús nuestro Único Salvador; intercede por mí en este momento de aflicción
para que conserve siempre en mi corazón
a nuestro Dios Padre Creador, para que viva continuamente en su gracia
y rechace toda ofensa contra El con ardor, para que sean mis penas remediadas
y en especial esta que ahora me atormenta:
(hágase la petición).
Te suplico me ayudes a vencer las dificultades
con la fortaleza con que venciste, con tesón y por el poder de la Cruz,
al dragón que tienes rendido a tus pies, te suplico me atiendas y ayudes,
no desoigas mis súplicas ardientes
para que pueda seguir siempre adelante
sin amarguras que me atormenten.
Así sea.
Rezar el Credo, tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
Hacer la oración y los rezos siete días consecutivos.
Novena a Santa Marta
CONOCE NUESTROS GRUPOS APOSTÓLICOS
SAN VICENTE DE PAÚL (24/04/1581 - 27/09/1660)
SACERDOTE FRANCÉS
Nació el 24 de abril de 1581 en una pequeña casa rural en las afueras de la aldea de Pouy, a unos cinco kilómetros de la ciudad de Dax, en la
región de las Landas, suroeste de Francia. En el lugar de su nacimiento, conocido hoy como Berceau de Saint Vincent de Paul, se levanta una
modesta construcción de ladrillo y vigas de madera muy parecida a la casa en que nació Vicente en abril de 1580 ó 1581 (el año exacto no es
seguro).
Era el tercero de seis hermanos. La modesta condición de la familia hizo que muy pronto el niño Vicente tuviera que contribuir con su trabajo de
pastor de ovejas y de cerdos a la economía familiar. Pronto también dio muestras de una inteligencia despierta, lo que llevó a su padre a pensar que
este hijo podía muy bien 'hacer carrera' expresamente, una carrera eclesiástica. Cursó estudios primarios y secundarios en Dax, y posteriormente
filosofía y teología en Toulouse durante siete años. Hizo también algunos estudios en Zaragoza. Se ordenó muy joven, a los veinte años, con la
intención de ser párroco de inmediato y así poder ayudar a su familia. Parece ser que en 1606 fue capturado por los piratas en un viaje a Narbona y
vendido como esclavo en Túnez, aunque logró huir y regresó a Francia. San Vicente de Paúl ejerció durante 20 años como párroco y capellán de
una familia aristocrática. Además fue capellán general de las galeras francesas y trabajó en favor de los galeotes.
En el año 1617 fundó la primera Confraternidad de la Caridad, constituida por mujeres acaudaladas dedicadas a ayudar a los enfermos y a los
pobres en Châtillon-les-Dombes, cerca de Lyon. En 1622 san Francisco de Sales le nombró superior de los conventos parisinos de la orden de la
Visitación de Santa María. Con la ayuda de la familia para la que trabajaba como capellán fundó la Congregación de la Misión, dedicada a predicar
entre los campesinos de las propiedades de la familia, y en 1626 estableció una de sus comunidades en el College des Bons-Enfants de París.
Además creó otras organizaciones altruistas, como las Hermanas de la Caridad, que se formó en 1633 bajo su dirección y con la ayuda de Santa
Luisa de Marillac; a ellas se debe la fundación del Hospital de París.
San Vicente de Paúl falleció en París el 27 de septiembre de 1660. Fue canonizado en 1737 y nombrado patrón de las obras de caridad en 1885.
SOCIEDAD DE SAN VICENTE DE PAÚL
La Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP) es una organización caritativa católica laica dirigida por voluntarios, creada en París en 1833 por un
grupo de laicos católicos entre los que se encontraba quien después sería beatificado por Juan Pablo II; el beato Federico Ozanam.
Su objetivo es ayudar a los pobres para aliviar su sufrimiento y fomentar su dignidad e integridad humana. La Sociedad realiza sus proyectos con el
esfuerzo de más de 700.000 voluntarios en 142 países que atienden cada año a cerca de 17.000.000 personas en cualquier parte del mundo y ante
cualquier tipo de necesidad. Ayudan en catástrofes humanitarias tales como tsunamis y terremotos o situaciones de guerra.
QUÉ ES LA SOCIEDAD SAN VICENTE DE PAÚL ?
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES Es una sociedad Católica Internacional de laicos, fundada en PARÍS ( Francia) el 23 de Abril de 1833 por el joven estudiante de la Universidad de
la Sorbona, FEDERICO OZANAM Y SUS COMPAÑEROS. Puesta bajo el patrocinio de Nuestra Señora la Virgen María y de San Vicente de
Paúl, tiene por reocupación constante, renovarse y adaptarse a las condiciones cambiantes del mundo.
De carácter católico está abierta a todos aquellos que deseen vivir su fe en el amor y en el servicio a sus hermanos. En algunas circunstancias se
pueden acoger cristianos de otras confesiones o creencias, mientras se adhieren a sus principios.
QUIENES SOMOS ? La sociedad la componen los miembros asociados, que son todas aquellas personas inscritas como tales en sus libros; quienes se someten en acto
solemne al ― VOTO DE COMPROMISO‖ ( antes promesa vicentina ), a cumplir con sus deberes y a prestar los servicios de caridad conforme a los
estatutos y reglamentos.
MISIÓN: La Misión de la Sociedad, es el crecimiento espiritual de sus socios, la promoción integral de sus acogidos y sus familias, mediante el ejercicio de
la caridad y la justicia, mejorando continuamente el ambiente material y espiritual en que viven, a través del contacto de persona a persona,
buscando remediar no solo el efecto sino, ― las causas de la pobreza ―.
ESPIRITUALIDAD: Los vicentinos se esfuerzan por la oración, la meditación de las Sagradas Escrituras, y por la fidelidad a la enseñanza de la Iglesia; en ser testigos
del amor a Cristo en sus relaciones con los más desposeídos, así como en los diversos aspectos de su vida.
DE LOS POBRES: La Sociedad de San Vicente de Paúl tiene en los pobres la esencia para la realización de sus fines y objetivos. Interpreta la pobreza como carencia
de bienes materiales y espirituales. Toda forma de pobreza la compromete en sus programas de Caridad y de justicia.
En las familias pobres que auxilie la Sociedad de San Vicente de Paúl, se debe buscar capacidad y disposición para recibir la ayuda espiritual y
material que la sociedad les pueda brindar; alertar el deseo de promoción y de superación con un propio esfuerzo y llevar el mensaje evangélico con
el cual el vicentino busca su santificación y la de la familia beneficiada.
DE LOS ASOCIADOS: Son socios vicentinos, todas las personas inscritas como tales en los libros, ser consagrados, se comprometen a cumplir los deberes y a prestar los
servicios de caridad conforme a los estatutos y reglamentos.
San Vicente de Paul Santos Varones
Cofradía del Santísimo
GRUPOS APOSTÓLICOS
Ministros de la Eucaristía
Infancia Misionera Acólitos
Cursillos de Cristiandad
Guardianes del Sagrado Corazón de
Jesús
Santa Luisa de Marillac
REGRESAR A GRUPOS APOSTÓLICOS
Ministros Lectores
Proclamadores de la Palabra Legión de María GOZO EN JESUCRISTO
LOS SANTOS VARONES
QUE LOS VARONES OREN EN TODO LUGAR POR TODOS LOS HOMBRES
1 Timoteo 2:1-8
4. Son pecadores perdidos, sí, pero Luc. 15 enseña que pueden ser encontrados. Por eso, debemos orar por todos ellos y para que Dios nos
ayude en la búsqueda.
5. La iglesia debe compartir la actitud de Dios hacia los pecadores. Debe buscarlos con toda sinceridad y mostrarles amor para que se salven.
6. “Parecería que en muchos casos se tiene por principio que una persona debe ser respetable antes de ser admitida en la iglesia, y que ésta
mirase con desdén a los pecadores que buscan entrar por sus puertas. En realidad es muy difícil para un pecador entrar en la iglesia
moderna sin ser blanco de sospechas, de cuestionamientos, de críticas, de miradas poco amistosas‖ (WB).
B. Por los reyes, ―Y entre ellos se incluye a Nerón, que ya había incendiado Roma y había atribuido la conflagración a los cristianos,
emprendiendo la persecución contra ellos‖ (ATR). ―Temed a Dios. Honrad al rey‖ (1 Ped. 2:17). Dan. 4:17 ―que conozcan los vivientes que
el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres‖.
1. Esta afirmación es tan correcta en la actualidad como en el tiempo de Daniel.
2. ―¿Por qué orar por estos hombres? Porque efectuará ciertos cambios en ellos y su administración que de otro modo no
ocurrirían‖ (DDW).
C. Y por todos los que están en eminencia. Gobernadores, jueces, senadores, etc.
1. Hagamos rogativas por ellos para lleguen a conocer la verdad para ser salvos. El evangelio es para ellos también.
2. También oremos por ellos pidiendo que gobiernen de acuerdo a la voluntad de Dios, para que no haya rebeliones, revoluciones y
guerras.
D. Para que llevemos una vida tranquila (1 Tes. 4:11) y apacible (1 Ped. 3:4).
1. La vida tranquila y apacible es una gran bendición para el cristiano.
2. Pero ―No es cuestión de orar por los gobernadores solamente para poder nosotros vivir libres de persecución, sino para el avance o
adelanto del evangelio entre los perdidos(ver. 4), cosa que se realiza más en tiempos de paz internacional‖ (BHR).
E. En toda piedad (obedece y adora a Dios y respeta los derechos de los hombres) y honestidad (dignidad, 3:4; seriedad, Tito 2:7). Los que
viven en honestidad honran a Dios y recuerda que el hombre fue creado a la imagen de Dios.
III. Esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador. Compárese Gén. 1:31. A. Este mandamiento se puede comparar con el de Mat. 5:44; es posible que para algunos discípulos sea difícil orar por los gobernantes.
B. Pero lo hacemos porque agrada a Dios.
IV. Dios quiere que todos los hombres sean salvos. A. ―Quiere (THELEI). El deseo y la voluntad de Dios hasta allí donde puede influenciar a los hombres” (ATR). Este verbo expresa un
―propósito determinado‖ (MRV). Sin embargo, lamentablemente esto no es el deseo (el propósito determinado) de la mayoría de los
hombres; más bien prefieren continuar en el pecado hasta morir, y están resueltos a hacerlo. Estos no pueden culpar a Dios, porque El quiere
(es su voluntad) que todos sean salvos. Los hombres rebeldes cometen suicidio espiritual.
B. Muchos textos expresan el deseo de Dios de que los hombres sean salvos (Jn. 3:16; Luc. 15; 19:10; 1 Tim. 1:15; 2 Ped. 3:9), y lo ha
mostrado ampliamente. Jesús dice que muchos serán perdidos (Mat. 7:13, 14), pero esto no es el deseo de Dios. El quiere que todos se
salven. ―Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino y que viva. Volveos,
volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?‖ Ezeq. 33:11.
C. Quiere que todos vengan al pleno conocimiento de la verdad. Efes. 4:13; Col. 1:5, 6.
1. Por eso, Cristo envió a los apóstoles a predicar a todas las naciones, Mat. 28:19.
2. Por eso, Dios nos ha dado las Escrituras, Jn. 5:39; 20:31.
3. Algunos preguntan, ―Si Dios quiere salvar a todos, ¿por qué no lo hace?‖ Porque el evangelio es su único poder para salvar al
hombre. Por eso, los únicos que serán salvos serán los que vienen al conocimiento de la verdad.
D. Por eso, le agrada a Dios cuando los cristianos pidan lo que El mismo quiere. Debemos pedir de acuerdo a su voluntad y esto es
precisamente lo que El quiere.
E. Los cristianos quieren que todos los hombres sean salvos.
1. 1 Cor. 10:33, ―no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos‖.
2. 2 Cor. 5:20, el mensaje de todo cristiano debe ser, ―reconciliaos con Dios‖.
V. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. A. Debemos orar por todos los hombres, desde los reyes y otros gobernantes eminentes hasta los sojuzgados o esclavizados, porque hay un
solo Dios, el único Dios del universo. Rom. 3:30; Gál. 3:20, ―Dios es uno‖; Efes. 4:6, ―un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y
por todos, y en todos‖. Es el Dios de todos. Es el Padre de los espíritus de todos los hombres (Heb. 12:9). Por eso Dios nos ha dado el
evangelio universal, su único poder para salvar a todos, Rom. 1:16.
B. Y hay un solo Mediador entre Dios y los hombres. Hay un solo Dios y el único acceso a El es por medio de Jesucristo. ―Yo soy el camino, la
verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí‖ (Jn. 14:6). (Véase el sermón sobre ―Mediador‖ después del ver. 8).
I. Clases de oración.
A. Rogativas (“peticiones, ruegos, súplicas”; “en los papiros es el término regular
para una petición a un superior‖, WEV). Los que hacen rogativas tienen el
sentimiento de necesidad, pues reconocen su propia insuficiencia y la debilidad
humana (WB).
B. Oraciones, término general que incluyen las oraciones a Dios por el perdón, por
las necesidades de la vida, por la protección y la seguridad, etc.
C. Peticiones (“es un término técnico para allegarse a un rey en intercesión”,
WEV).
D. Acciones de gracias. Si alguno solamente hace peticiones sin dar gracias, no
entiende la oración. Parece que para muchos ―orar‖ y ―pedir‖ son sinónimos,
pero el orar incluye el agradecer tanto como el pedir. Si solamente presentamos
a Dios nuestras peticiones sin acciones de gracias, El no se agrada. ¿Por qué
debería Dios seguir dándonos lo que le pidamos, si no le damos gracias por lo
que ya recibimos? Fil. 4:6, ―Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas
vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de
gracias‖.
II. Por todos los hombres. A. Porque el evangelio es universal, Jn. 3:16; 12:32; Mat. 28:18-20; Mar. 16:15,
16. No es solamente para los judíos, sino también para los gentiles.
1. Dios ama a los hombres. Es benévolo y amistoso para con los hombres.
Nos ama y quiere que lo amemos a El. Quiere nuestra amistad, nuestra buena
voluntad.
2. Cristo vino al mundo para revelar al Padre y de esa manera mostrar el
amor que el Padre tiene por toda la humanidad.
3. Esto quiere decir también que todos los hombres son capaces de recibir al
evangelio.
VI. De lo cual se dio testimonio a su debido tiempo A. Gál. 4:4, ―Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley‖.
B. Tito 1:3, ―y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada‖.
VII. Para esto yo fui constituido predicador (heraldo) y apóstol y maestro de los gentiles. A. 2 Tim. 1:11, ―del cual yo fui constituido predicador (1:1) y apóstol (digo la verdad en Cristo, no miento) y maestro de los gentiles‖.
Rom. 11:13, ―apóstol a los gentiles‖; Rom. 15:16, ―ministro de Jesucristo a los gentiles‖; Efes. 3:1, ―prisionero de Cristo Jesús por
vosotros los gentiles‖. Pablo dice, ―digo la verdad .. no miento‖ (compárese Gál. 1:20; Rom. 9:1) no para convencer a Timoteo, sino por
causa de los judíos de Efeso que dudaban de su apostolado.
B. Muchos judíos no tenían interés en la salvación de los gentiles, sino solamente en disputar sobre fábulas y genealogías (1:4). Por eso,
rechazaron el apostolado de Pablo.
C. En fe y en verdad. Pablo predicó con una fe sincera en el evangelio y lo hizo de acuerdo a la verdad.
D. En estas cartas de Pablo a Timoteo y a Tito ¿cómo se describe la obra del predicador? ―Que mandases a algunos que no enseñen
diferente doctrina‖ (1:3) (véase también Tito 2:15, ―Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad‖); ―esto manda y enseña …
ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza … ten cuidado de ti y de la doctrina‖ (4:11, 13, 16); ―no reprendas al anciano, sino
exhórtale como a padre, etc.‖ (5:1, 2); ―apártate de los tales‖ (―si alguno enseña otra cosa‖) 6:3-5; ―A los que persisten en pecar,
repréndelos delante de todos, para que los demás también teman‖ (5:20) (también 4:2, ―redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia
y doctrina‖).
E. Pablo esperaba que Timoteo, Tito y otros evangelistas siguieran su ejemplo y, al mismo, ―Lo que has oído de mí ante muchos testigos,
esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros‖ (2 Tim. 2:2).
VIII. Quiero (Fil. 1:12), pues, que los hombres oren en todo lugar. A. Es obvio que Pablo se refiere a dirigir oraciones, pues no usa la palabra ANTHROPOS (ser humano), sino ANER (varón). Este último
término nunca se usa del sexo femenino (WEV). Más bien se usa en distinción de una mujer, Hech. 8:12, ―hombres y mujeres‖.
B. Los varones deben orar (dirigir oraciones) no sólo en las asambleas regulares de la iglesia, sino también ―en todo lugar‖. A diario
grupos pequeños o grandes de cristianos se juntan en distintos lugares para varias actividades. En toda reunión de los santos los varones
deben dirigir oraciones a Dios.
C. Es obvio aquí, como en los ver. 11-15, que las mujeres no deben dirigir el culto o el estudio bíblico en grupos compuestos de hombres y
mujeres. ―Muchos cristianos modernos son de la opinión de que existían condiciones especiales en Efeso y Corinto que exigían estrictas
normas para la mujeres que ahora no son siempre aplicables‖ (ATR).
1. Estos creen que las enseñanzas de Pablo sobre el tema son relativos, tratando de problemas locales y culturales
2. Pero no hay nada en este capítulo (2:11-15) ni en 1 Cor. 14:33-35 que indique que la enseñanza de Pablo se debiera limitar de esa
manera.
3. Por eso, los llamados ―cristianos modernos‖ de los cuales Robertson habla simplemente no quieren aceptar la verdad revelada por
el Espíritu Santo.
IX. Levantando manos santas. A. El énfasis no está en literalmente levantar las manos en oración, sino en levantar manos santas. Compárese el “ósculo santo” (Rom.
16:16; etc.). Pablo no manda que todos literalmente levanten las manos a Dios al orar, pues la Biblia habla de varias posturas del cuerpo
en la oración. Mat. 26:20, ―se sentó a la mesa con los doce‖ y dio gracias por el pan y la copa (ver. 26, 27); Mat. 26:39, ―se postró sobre
su rostro‖; Luc. 22:41, ―puesto de rodillas‖ (Hech.20:36); Jn. 11:41, ―alzó los ojos a lo alto‖ (17:1, ―levantando los ojos al cielo‖); Luc.
18:13 “el publicano, estando lejos (“estando en pie allá lejos” VM; “de pie a cierta distancia”, LBLA); Hech. 16:24, 25, “les aseguró los
pies en el cepo … a media noche, orando‖.
B. Así pues, Pablo no está dando una ley en cuanto a una postura del cuerpo para la oración, sino que los varones deben dirigir oraciones
en todo lugar con toda sinceridad, con una fe no fingida y con buena conciencia.
C. Cuáles son las manos no santas?
1. ―Las manos derramadoras de sangre inocente‖ (Prov. 6:17; Isa. 1:15).
2. Las manos que no sirven y ayudan. Prov. 31:20, ―Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso‖; los que no
quieren extender sus manos al menesteroso no deben extenderlas a Dios en oración; (Efes. 4:28; 1 Jn. 3:18).
3. Las manos del perezoso no pueden ser levantadas a Dios en oración. Prov. 26:15, ―Mete el perezoso su mano en el plato; Se
cansa de llevarla a su boca‖.
D. Sal. 26:6, ―Lavaré en inocencia mis manos, Y así andaré alrededor de tu altar, oh Jehová‖. Sal. 28:2, ―Oye la voz de mis ruegos cuando
clamo a ti, cuando alzo mis manos hacia tu santo templo‖.
E. Sin ira ni contienda, pues la carnalidad anula la oración (Mat. 5:23, 24). Al orar por los gobernantes no debe haber odio ni el deseo
de venganza en el corazón. Según 1 Ped. 3:7, ¿qué estorba la oración?
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MINISTROS EXTRAORDINARIOS DE LA COMUNIÓN
GUIAS PARA EL MINISTRO EXTRAORDINARIO DE LA SAGRADA COMUNIÓN
INTRODUCCIÓN
La Oficina del Culto Divino ha preparado la siguiente guía para los Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión, tanto en la Misa
Dominical como también en otras celebraciones Eucarísticas.
El propósito de estos lineamientos es proveer algunas observaciones y principios generales relacionados con este importante ministerio de la
Iglesia. Claramente definen el contenido de la ley litúrgica en esta materia, las exigencias de una buena liturgia Eucarística, y las expectativas
de la Iglesia universal y local.
MINISTERIO DE LA SAGRADA COMUNIÓN
Deberá tenerse en cuenta que los ministros ordenados presentes en la celebración de la Eucaristía, son los ministros ordinarios de la
Sagrada Comunión, y se espera que ellos distribuyan la Eucaristía, a menos que estén impedidos por enfermedad o por edad muy
avanzada. (Inestimable
REQUISITOS
3. Hombres y mujeres, bautizados y confirmados católicos, de por lo menos 25 años de edad, son elegibles para este ministerio. Deberán ser
personas que sinceramente tratan de vivir el mensaje del Evangelio en su vida individual y comunal. Si son casados, deberán estarlo también
por la Iglesia (el divorcio no hace a una persona inaceptable para servir como ministro extraordinario de la Sagrada Comunión). Deberán
participar fielmente en la Eucaristía dominical y con la gracia de Dios vivir su fe en cada aspecto de sus vidas. Las personas menores de 25
años, deberán ser recomendadas individualmente por sus párrocos para su delegación.
4. Los candidatos para ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión, serán capacitados apropiadamente en su parroquia, recibirán la
delegación de parte del Obispo o su Delegado Episcopal para servir en una parroquia en particular, y antes de que sirvan serán comisionados
para servicios en la parroquia.
7. Los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión deberán vestir apropiadamente. El uso de símbolos tales como una cruz o medalla, es
permitido. Las Albas no son una vestimenta apropiada para estos ministros litúrgicos, ellos son primera y principalmente miembros de la
asamblea que da culto, y deben aparecer como tal.
8. Por lo menos una vez al año, cada comunidad es animada a que haga los arreglos para algún programa o retiro y así renovar la fe, oración y
compromiso de los ministros activos. En estas reuniones o retiros podrían incluir conversaciones sobre situaciones o cosas que se han
presentado en el curso de su ministerio.
9. Todos los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión deben ser animados a asistir a talleres diocesanos en liturgia que ofrece la Oficina
del Culto Divino, así como también otros talleres relevantes ofrecidos por otras oficinas diocesanas (como el Congreso de Educación
Religiosa).
1. La distribución de la Sagrada Comunión durante la misa es verdaderamente un
ministerio. Es el ministerio que lleva el sacramento el Cuerpo y la Sangre de Cristo
al Pueblo de Dios y da un testimonio de fe de la Presencia Real de Cristo, en la
acción de compartir el alimento Eucarístico del sacrificio de Cristo. Por lo tanto, el
ministerio debe ser ejercido con la máxima dignidad y reverencia.
2. Es por estas razones que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los
Sacramentos, ofrece normas claras para la participación de ministros extraordinarios
de la Sagrada Comunión. Cuando no hay suficientes sacerdotes y diáconos
disponibles para la cantidad de fieles presentes, los que están autorizados como
ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión pueden ser designados a distribuir
la Comunión
5. Todos los nuevos ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión
deben ser comisionados, preferiblemente durante la Misa dominical.
El Rito de Comisión se encuentra en el Ritual Completo de los
Sacramentos, Pág. 121 Editorial Buena Prensa.
6. Los nombres de las personas que el Párroco pide sean delegados
como ministros, serán enviados a la Oficina del Culto Divino. El
tiempo de su delegación es por un término máximo de dos años.
A la discreción del Párroco, la delegación puede ser renovada si
él lo solicita.
PROCEDIMIENTO DURANTE LA MISA
10. Los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión son parte de los fieles que forman la nación sagrada. Toman parte activa en la Misa,
uniéndose en las oraciones y en los cantos, escuchando la Palabra de Dios, y al ofrecer comunitariamente el Sacrificio. Esta unidad se manifiesta
claramente en la uniformidad de gestos y posturas de los fieles. Normalmente deberán sentarse con la asamblea durante la Misa. (IGMR 95, 96)
12. Después de que todos los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión han recibido la Comunión, el sacerdote entrega los recipientes que
contienen las especies Eucarísticas al diácono y a los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión (IGMR 162, Normas 40).
13. Terminada la distribución de la comunión, si quedó algo de la Sangre Preciosa, debe ser consumida inmediata y completamente: nunca debe
desecharse en ningún lugar ni en el sagrario. Las hostias consagradas que sobran pueden ser consumidas o trasladadas al lugar destinado a la reserva
Eucarística. El Vino consagrado no puede reservarse en el tabernáculo para usarlo más tarde. (IGMR 163, 183, 192, Normas 52, 54)
14. Después de la distribución de la Comunión, los ministros nombrados purifican los vasos sagrados en la mesa a un lado. Está permitido dejar los
vasos sagrados debidamente cubiertos en la mesa a un lado sobre un corporal para ser purificados inmediatamente después de la Misa. (IGMR 279 y
284b)
DISTRIBUCIÓN DEL CUERPO DE CRISTO
COMUNIÓN DEL CÁLIZ
18. En la Diócesis de Orange, la Comunión con el cáliz es permitida los Domingos y días Festivos, así como también en las misas diarias. Para
asegurarse de que esto se hace de una manera reverente y ordenada, es esencial la disponibilidad de suficientes ministros. Además, deberá llevarse a
cabo regularmente una catequesis sobre los aspectos teológicos, litúrgicos y simbólicos de esta práctica. La libertad de cada comulgante de escoger o
no la comunión en las dos especies, deberá ser comprendida por la gente.
La Santa Comunión tiene sentido de signo más pleno cuando se hace bajo las dos especies. Ya que en esta forma es donde más perfectamente se
manifiesta el signo del banquete eucarístico, y se expresa más claramente la voluntad divina con la que se ratifica en la Sangre del Señor el nuevo y
eterno pacto, y se ve mejor la relación entre el banquete eucarístico y el banquete escatológico en el Reino del Padre. (IGMR 281)
Cuando se ofrece a la asamblea la Comunión bajo la forma de Sangre Preciosa, siempre debe estar claro que es la opción del comulgante y no del
ministro, recibir el vino consagrado. Claro que los párrocos deben animar a toda la asamblea a recibir la comunión bajo las dos especies (IGMR
284).
19. Cuando los miembros de la asamblea toman del cáliz, ordinariamente debe haber dos ministros del cáliz por cada ministro con el ciborio; pero cada
comunidad necesita determinar qué es lo más apropiado. Los ministros deben pararse a una distancia razonable uno del otro para facilitar la
procesión de la Comunión y no obstaculizar el fácil movimiento de la asamblea.
MINISTRO DEL CÁLIZ
20. El cáliz se le ofrece al comulgante con las palabras “La Sangre de Cristo”, a lo que el comulgante responde, “Amén”. Generalmente, el comulgante
debe sostener el cáliz con firmeza, con ambas manos, y tomar de él. Sin embargo, en el caso de una persona con discapacidad física o débil, el
ministro debe estar listo para ayudarle a sostener el cáliz.
21. Después de que cada persona ha recibido la Sangre de Cristo, el ministro debe limpiar la orilla del cáliz con el purificador, y ligeramente darle
vuelta al cáliz antes de repetir el procedimiento con el siguiente comulgante.
22. Cualquier peligro de derramar la Sangre Preciosa debe ser cuidadosamente evitado. Si acaso se derramara, el área debe ser señalada, cubierta
inmediatamente y purificarlo después de la Misa.
23. Siempre se le da el cáliz al comulgante; nunca debe de administrárselo él mismo. El cáliz nunca debe dejarse en el altar o en otro lugar para ser
recogido ni tampoco se debe pasar de un comulgante al otro. El ministro consume el sobrante de la Sangre de Cristo, en la mesa a un lado, después
que termina la distribución de la Comunión. La reverencia a la Sangre Preciosa indica que se consumirá totalmente después de la comunión y que
nunca será vaciada en algún lugar o en el sagrario. Si es necesario, los ministros deben pedir ayuda a otros ministros. Los ministros asignados deben
purificar los vasos sagrados, ya sea después de la comunión o si son muchos entonces después de la Misa. (Normas 44, 52, 53)
COMUNIÓN POR INTINCIÓN
24. Ministrar la Comunión por intinción, o sea, sumergiendo la hostia consagrada en la Sangre Preciosa, está reservado sólo al sacerdote (para
instrucciones vea IGMR 287). En la Diócesis de Orange esto no se ejerce, ya que elimina la legítima opción del comulgante de recibir la Comunión
en la mano, y también niega el derecho a los fieles de recibir la Comunión bajo la forma de pan solamente. Si un comulgante con hostia consagrada
en mano se acerca al ministro que está distribuyendo la Sangre Preciosa, es recomendable que cubra el cáliz con el purificador y le pida al
comulgante que hable sobre esto con el sacerdote después de misa.
NIÑOS Y COMUNIÓN DEL CÁLIZ
25. Se les anima a los niños a que reciban la Comunión bajo las dos especies. Debe tenerse cuidado cuando los niños reciben la Comunión del cáliz
(suponiendo que los padres desean que el niño reciba el Vino consagrado). Tendrán que ser preparados catequética y litúrgicamente para esta opción.
Si el tabernáculo con el Santísimo Sacramento está en el presbiterio (centro del presbiterio,
atrás del altar), los sacerdotes y ministros hacen genuflexión antes y después de Misa,
pero no durante la celebración de Misa. Otros ministros hacen la genuflexión cada vez
que pasen frente al Santísimo Sacramento (IGMR 274).
11. En el momento del Saludo de la Paz, el ministro extraordinario de la Sagrada Comunión
se acerca al presbiterio. Después de que el sacerdote y el diácono han recibido la
Comunión, los ministros se acercan al altar y se paran en un lugar conveniente para
recibir la Sagrada Comunión bajo las dos especies. (IGMR 162, Norma 38)
15. El Cuerpo de Cristo se administra con las palabras “El Cuerpo de
Cristo.‖ Después de que el comulgante responde ―Amén‖, se le pone la
hostia en la mano o la lengua, de acuerdo a la manera indicada por el
comulgante.
16. El Cuerpo de Cristo siempre se le ministra al comulgante. A los
comulgantes no se le permite tomar su propia hostia y comulgar por si
mismos.
17. Si una hostia se cae al suelo durante la distribución, el ministro debe
recogerla, ponerla en el ciborio y consumirla después que ha terminado
la distribución.
GUIAS PARA LOS MINISTROS ESPECIALES PARA LOS ENFERMOS
27. Idealmente, los ministros especiales para los enfermos son enviados por la comunidad parroquial cada domingo a llevar la
Eucaristía a los que están impedidos de estar presente en la Misa, ya sea por su edad o enfermedad. Usualmente esto se hace
después de la oración después de la Comunión. Los ministros pueden ser bendecidos y ritualmente enviados a prolongar la
unidad de la Eucaristía a aquellos que están enfermos. La fórmula para el final del ritual puede ser con estas palabras u otras
similares:
―Mis hermanos y hermanas, ustedes son enviados a llevar la Palabra de Dios y el Pan de Vida desde esta asamblea, a los
miembros enfermos e inválidos de nuestra familia parroquial. Vayan y llévenles nuestro amor y nuestras oraciones en el nombre
de Jesucristo el Señor.‖ Los ministros pueden ser enviados en esta misma forma también durante la misa diaria.
28. El ministro para los enfermos puede celebrar el servicio de comunión en una de las dos formas: a) en un contexto de liturgia
de la Palabra; o b) en una forma más breve que se usa en circunstancias más restringidas (Por favor vea el capítulo 3 del libro
―Cuidado Pastoral a los Enfermos‖). Se recomienda que cuando sea posible, un grupo de personas enfermas o ancianas se reúna
para celebrar la liturgia de la Palabra y el servicio de Comunión en una manera comunal. Si esto no es posible, el ministro debe
tratar de celebrar el servicio de Comunión lo más completo posible, dependiendo de las condiciones del paciente.
29. Cuando la Eucaristía se lleva al enfermo, debe ser en una píxide o en un pequeño recipiente cerrado. Lo ideal es que se prepare
una mesa con un mantel y una vela encendida para la Eucaristía. Un recipiente con agua bendita también puede estar
disponible.
30. Los que cuidan a los enfermos o los miembros de la familia también pueden participar en el servicio de Comunión, y recibir la
comunión aún si ya la recibieron ese mismo día.
31. Los sacerdotes con cargo pastoral, también deben procurar que los enfermos que están confinados en casa o en instituciones de
cuidados a la salud, tengan disponible el Sacramento de la Penitencia. Los ministros a los enfermos deben rutinariamente
recordarles a los que ministran que dicho ministerio está disponible para ellos.
32. Siempre se espera que el ministro extraordinario de la Sagrada Comunión, realice su servicio con la reverencia y el
comportamiento esperados ante la presencia del Santísimo Sacramento. Las palabras, acciones y presencia del ministro
llevando el Pan y/o Vino consagrados, claramente deben reflejar las palabras, acciones y presencia de Cristo.
VIÁTICO
33. Viático es la celebración de la Eucaristía con una persona moribunda. En el caso necesario y con por lo menos el presunto
permiso del sacerdote de la parroquia, el Ministro Extraordinario de la Eucaristía puede llevar el Sacramento al enfermo en
forma de Viático, y posteriormente notificarle al sacerdote de la parroquia lo que hizo. (El Código de Derecho Canónico
#911.2)
26. Ordinariamente, cada ministro extraordinario de la Sagrada Comunión
comisionado, puede llevar la comunión a los enfermos. Sin embargo, puede
haber ciertas personas específicamente comisionadas, que son enviadas por
la comunidad para ministrar con regularidad a los enfermos de la parroquia.
Los sacerdotes que tienen responsabilidades pastorales deben procurar que
los enfermos y los ancianos, aunque no estén seriamente enfermos o en
peligro de muerte, puedan comulgar con frecuencia, y si es posible,
diariamente, sobre todo en tiempo de Pascua. (El Cuidado Pastoral a los
Enfermos, 72)
SANTA LUISA DE MARILLAC
SANTA LUISA DE MARILLAC SAN VICENTE DE PAUL
Santa Luisa, nacida el año 1591, era hija de una familia noble. Huérfana de madre muy pronto, su padre le
proporcionó una formación extraordinaria en todas las ramas del saber. Era también sumamente piadosa y
ejemplar.
A los quince años quiso entrar en un convento de capuchinas, pero la disuadieron por su delicada salud. Muere entonces su padre, y a instancias de sus parientes se casó con el señor Le Gras. Se lee en el proceso de beatificación: "Fue un dechado de esposa cristiana. Con su bondad y dulzura logró ablandar a su marido, que era de carácter poco llevadero, dando el ejemplo de un matrimonio ideal en que todo era común, hasta la oración". Tuvieron un hijo al que Luisa le tenía un amor sin límites. Esta experiencia maternal le serviría mucho para la futura fundación. Quedó viuda a los treinta y cuatro años. El señor Le Gras murió santamente en sus brazos. Desde entonces decidió entregarse totalmente a Dios y a las buenas obras. Francia estaba enredada en guerras de religión en el siglo XVI. Pero en el XVII surge con fuerza una pléyade de santos, que realizan una gran tarea: Francisco de Sales, Juana Francisca, Vicente de Paúl, Luisa de Marillac. Luisa se dirigía con Francisco de Sales, que la encaminó a Vicente de Paúl. Vicente había empezado ya sus ingentes obras de misericordia, como las Caridades, asociaciones al servicio de los pobres. Luisa pondrá en ellas el toque maternal y femenino, todo su corazón. Recorría los pueblos, reanimaba las cofradías, visitaba a los enfermos y todo quedaba renovado. Hacían falta más brazos para atender a tantas necesidades. La miseria imperaba en ciertas regiones, donde, según informe al Parlamento "los aldeanos se ven obligados a pacer la hierba a manera de las bestias". Vicente y Luisa no descansan. Amplían su radio de acción. Otras muchas jóvenes se unen a Luisa para atender a tantos necesitados. Después de un tiempo de noviciado, Luisa y sus compañeras pronuncian sus votos, en la fiesta de la Anunciación de 1634, fecha en que luego renovarán sus votos en todo el mundo las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. A partir de entonces la bola de nieve se convierte en alud arrollador. Se multiplican las obras en favor de "sus señores los pobres", como gustan llamarlos. Visita a hospitales. Acogida de niños expósitos. Atención a las regiones en guerra. Se extienden a Flandes y Polonia, y luego a todo el mundo. Asilos para pobres. Establecimientos para locos y enfermos mentales. No hay dolencia sin remedio para Luisa y sus compañeras. A principios de 1655 quedaba canónicamente erigida la Congregación de las Hijas de la Caridad. San Vicente les leyó las Reglas y les dijo: "De hoy en adelante, llevaréis el nombre de Hijas de la Caridad. Conservad este título, que es el más hermoso que podéis tener". Contrariamente a lo que ha ocurrido a otras comunidades, también nacidas para atender a los pobres, las Hijas de la Caridad han permanecido fieles a su carisma. La actividad desarrollada por Santa Luisa era sobrehumana, a pesar de su débil constitución. Cayó agotada en el surco del trabajo el 15 de marzo de 1660. Vicente, también enfermo, no pudo acompañarla a la hora de la muerte. Le envió este recado: "Usted va delante, pronto la volveré a ver en el cielo". Vicente, cargado de buenas obras, no tardaría en acompañarla. Los venerables restos de Santa Luisa de Marillac reposan en París, en la casa madre de la Congregación, en la misma capilla de las apariciones de la Virgen de la Medalla Milagrosa a Santa Catalina Labouré. Su fiesta se celebra cada 15 de marzo.
REGRESAR A GRUPOS APOSTÓLICOS
DEL SEPULCRO A LA MISIÓN: VÍA LUCIS
PRIMERA ESTACIÓN:
JESÚS, EL CRISTO, CONQUISTA LA VIDA VERDADERA
El ángel del Señor bajó del cielo, se acercó, rodó la piedra del
sepulcro y se sentó en ella.
El personaje divino realiza un gesto simbólico y poderoso para
indicar la victoria de Dios sobre el reino de la muerte. La enorme
piedra que sellaba el sepulcro de Jesús es movida por el ángel que
luego se sienta sobre ella como un héroe victorioso.
"Pasado el sábado, al despuntar el alba del primer día de la
semana, fue María Magdalena con la otra María a examinar el
sepulcro. Sobrevino un fuerte temblor. Pues un ángel del señor,
bajando del cielo, llegó e hizo rodar la piedra y se sentó encima.
Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve.
Los de la guardia se echaron a temblar de miedo y quedaron
como muertos. El ángel dijo a las mujeres: --Vosotras no temáis.
Sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está aquí; ha
resucitado como había dicho. Acercaos a ver el lugar donde
yacía. Después id corriendo a anunciar a los discípulos que ha
resucitado y que irá por delante a Galilea; allí lo veréis. Este es
mi mensaje" Mateo 28, 1-7.
Quizás es el evangelista Mateo el que ofrece más detalles narrativos y el que ha presentado la escena de la resurrección con
mayor plasticidad. Sin embargo hay que tener en cuenta que él no intenta comunicar una crónica del hecho, sino hacer una
relectura teológica de la tradición evangélica acerca de la experiencia pascual. Y para ello utiliza algunos motivos típicos del
género literario teofánico y apocalíptico: el fuerte temblor, el ángel del Señor con el aspecto de un relámpago y con un vestido
blanco como la nieve, y la invitación para el encuentro con el Señor resucitado. Ambos géneros se conjugan en este texto para
explicar el gran misterio,para proclamar la gran teofanía, la gran conquista de la vida en plenitud y la gran victoria de Dios en
la resurrección del Señor. Las mujeres van al sepulcro pasado el sábado, con el objetivo de "visitar el sepulcro", según la
costumbre judía de visitar la tumba hasta tres días después de las sepultura. En el horizonte de las mujeres no existe sino la
muerte. Aquella cruz no era para ellas sólo la muerte de un amigo, ni la pérdida de un amor, era el hundimiento mismo de
todo el mundo. ¿Esperaban su resurrección?. Si hacemos excepción de su Madre María, podemos decir que nadie la esperaba.
Ellas serán sorprendidas por un acontecimiento y una experiencia absolutamente nueva. Precisamente para subrayar la
extraordinaria novedad del hecho el evangelista utiliza el símbolo cósmico del temblor y la figura del ángel del Señor que baja
del cielo. En la Biblia un "gran temblor" acompaña grandes manifestaciones de Dios; el ángel del Señor, por su parte, es una
figura bíblica que indica la presencia de Dios que interviene en la historia y en las realidades humanas para revelar y salvar.
La doble caracterización del ángel loa semejan a la figura del "hijo del hombre" encargado del juicio de Dios en el libro de
Daniel. Sus vestiduras blancas como la nieve evocan el momento de la Transfiguración, cuando "el rostro de Jesús brillaba como el sol
y sus vestidos se volvieron blancos como la luz", con lo cual se pone la teofanía en relación con la gloria que un día mostró
anticipadamente Jesús en un alto monte a sus discípulos. La resurrección no aporta un "trozo" más a la vida humana; descubre una
vida nueva y, con ello, trastorna nuestro sentido de la vida, al mostrarnos una que no está limitada por la muerte.
Oración
Hemos llegado hasta la losa del jardín
con el corazón y el alma en tinieblas.
¡Quiero velar a mi Amado!
Me quedaré justo al lado de su tumba:
en ningún otro lugar podría hallar
descanso y paz para mi espíritu.
La gruta está vacía, su cuerpo no está.
¿Quién me llama?
Una sola palabra me basta para saberlo:
¡Es Él!
Iré a decir su nombre a todos mis hermanos.
¡Ha resucitado!
¡Vive la nueva vida!
Amén ¡Aleluya!
IR A LA SEGUNDA ESTACIÓN REGRESAR A SAGRARIO
DEL SEPULCRO A LA MISIÓN: VÍA LUCIS
SEGUNDA ESTACIÓN:
JESÚS ELIGE A UNA MUJER COMO APÓSTOL DE SUS DISCÍPULOS María Magdalena, llora cuando regresa ante la tumba. "¡María!".
"¡Maestro!". Los dos nombres son susurrados, y sólo los oye el
corazón. Había pensado en el jardinero y no estaba lejos de la
verdad. ¿Quién es ese jardinero, sino el nuevo Adán a quien el
Padre acaba de devolverle la custodia del paraíso reencontrado?
"María estaba frente al sepulcro, fuera, llorando. Llorosa se
inclinó hacia el sepulcro y ve dos ángeles vestidos de blanco,
sentados: uno a la cabecera y otro a los pies de donde había
estado el cadáver de Jesús.
Le dicen:
–– Mujer, ¿por qué lloras?
Responde:
–– Porque se han llevado a mi señor y no sé donde lo han puesto.
Dicho esto, dio media vuelta y ve a Jesús de pie; pero no
reconoció que era Jesús.
Le dice Jesús:
--Mujer ¿por qué lloras?¿a quién buscas?
Ella, tomándolo por el hortelano, le dice -- Señor, si tú te lo has
llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a recogerlo.
Le dice Jesús:
--¡María!
Ella se vuelve y le dice (en hebreo): --Rabboni (que significa
maestro)
Le dice Jesús:
--Suéltame, que todavía no he subido al Padre.
Ve a decir a mis hermanos: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a
mi Dios y vuestro Dios.
Llega María Magdalena anunciando a los discípulos:
--He visto al Señor y me ha dicho esto"
Juan 20, 10-18
¡María Magdalena --apasionante personaje-- corría hacia el sepulcro! Sin duda, tenía que terminar los ritos de la sepultura. Pero
quería, sobretodo, reencontrar lo que estaba perdido irremediablemente. Quería resucitar artificialmente la presencia de aquel a quien
había amado. ¿Porqué tener miedo a reconocer que la vida de Jesús estuvo rodeada de amor, que Él era infinitamente amable y que
esta mujer le amó con todo su corazón de mujer? Tenía necesidad de sentir su dulce presencia. La Magdalena ama a Jesús, con un
amor limpio y grande. Su amor está hecho de fortaleza y eficacia, como el de tantas mujeres que saben hacer de él entrega. Pero tras la
muerte del Maestro amado, andaba como muerta. Había perdido su razón de vivir. Se le había perdonado mucho porque había amado
mucho., y ahora --muerto Él-- ya no sabía qué hacer con su amor y con su vida. "Se han llevado a mi Señor y no sé donde lo han
puesto". Lo busca en un sepulcro y quiere encerrarlo en un relicario. La tumba está eternamente vacía: ¡Dios está en otra parte! ¡No
sabemos dónde lo han puesto! "¿Por qué lloras?". María pensaba que era el jardinero quien le hablaba así, el que siembra y entierra el
grano en el surco.
María ha buscado al Maestro y la respuesta no se ha hecho esperar: El Señor reconoce su cariño sin fisuras, y pronuncia su nombre:
―¡María!‖ ―¡María! ¡Maestro!".
Cristo nos llama por nuestros nombres, personalmente, porque nos ama a cada uno. Y a veces se oculta bajo la apariencia del
hortelano, o de tantos hombres o mujeres que pasan, sin que nos demos cuenta, a nuestro lado. El, el camino va a recorrer todos
nuestros caminos, los cuales, en él franquean ya las puertas del Reino de Dios. María quería tocar un cuerpo muerto, y el Viviente el
dice: ––"¡Suéltame!". O más bien: "Deja ya de tocarme".
Magdalena descubre que su amor es ya un amor por encima de este mundo y deja alejarse a su Amado. El amor está siempre delante.
María Magdalena, una mujer, se va a convertir en la primera mensajera de la resurrección de Jesús: recibe el dulce encargo de
anunciar a los apóstoles que Cristo ha resucitado. Ella ha sido testigo del acontecimiento. El amor es el único camino de la fe.
Oración
Cuando el corazón se dilata de alegría,
todas las palabras del mundo son nada.
Un solo grito puede dar verdaderas gracias:
¡Maestro, Dios de vivos!
Déjanos gritarte: ¡Aleluya!
¡Que jamás se apague nuestra alabanza!
¡Que seamos testigos y mensajeros
del amor que nos inunda,
del la victoria del Cristo Vivo!
Amén. ¡Aleluya!
REGRESAR A SAGRARIO IR A LA TERCERA ESTACIÓN
DEL SEPULCRO A LA MISIÓN: VÍA LUCIS
TERCERA ESTACIÓN:
JESÚS SE APARECE A LAS MUJERES
Jesús de Nazaret ha muerto. Un hombre único e incomparable
ha sido crucificado. ¿Ha fracasado su causa por ello? He aquí
que al proceso delos hombres responde el contra-proceso de
Dios. Aquel que los hombres han crucificado, Dios lo ha
resucitado, le ha devuelto la vida verdadera y se presenta a un
grupo de mujeres y les hace un encargo de anunciadlo a sus
discípulos.
"Las mujeres se alejaron aprisa del sepulcro, llenas de miedo y
gozo, corrieron a darles la noticia a los discípulos. Jesús les
salió al encuentro y les dijo:
-- Salve
Ellas se acercaron, se abrazaron a sus pies y se postraron ante
Él.
Jesús les dijo:
-- No temáis; id a avisada mis hermanos que vayan a Galilea,
donde me verán"
(Mateo 28, 8-10)
"Llenas de miedo y gozo", de nuevo la mujer se convierte en testigo de la Resurrección. Es Jesús quien sale al encuentro para
desterrarles el miedo. Jesús muestra su verdadero rostro para sacar a aquellos hombres y mujeres de su aturdimiento y
desesperanza.
Al comienzo de aquella mañana fantástica del primer día de la semana el miedo y el desconcierto se había adueñado de aquellas
gentes. Y ahora de repente nuevas sorpresas: Jesús no regresaba como el vencedor total que ellos hubieran deseado. Al contrario
parecía jugar con ellos.
Aparecía y desaparecía. Estaba con ellos, pero se guardaba muy bien de reanudar el viejo curso de su vida cotidiana. En sus
apariciones les llenaba de alegría, pero después todo lo dejaba en suspenso, en el aire. Creaba esperanza y, luego les dejaba de
nuevo esperando. Por eso entendían y no entendían.
La relación con el Maestro había cambiado totalmente. Acaba de comenzar un mundo nuevo. en el proceso contra la vida. Dios
había puesto todo su crédito en la balanza. La humanidad, desfigurada por los salivazos y los golpes, ha salido del sepulcro
transfigurada, irradiando la belleza que Dios había impreso en sus rasgos desde siempre. A Jesús, crucificado por los hombres,
Dios lo ha resucitado, le ha devuelto a la vida. Para que renazcan los hombres de todos los tiempos, Dios ha levantado a este
hombre. Es decir, ha aprobado todas sus palabras y todos sus actos, ha rubricado todo lo que Jesús ha hecho.
Al arrancar a Jesús de la muerte, Dios da testimonio de que el camino del Nazareno era el suyo, el de los supremos
cumplimientos, el camino, la verdad y la vida. La mujeres que habían puesto toda su esperanza en Jesús van, diligentes a
embalsamar su cadáver. A pesar de las dificultades objetivas: los soldados, la pesada piedra que cubre la estancia donde está
colocado el Señor, ellas no temen al qué dirán. No se asustan porque saben poner todo en manos de Dios.
El cuerpo del Señor no es un cadáver, sino una vida entregada, un hombre recorriendo la tierra para liberar a los cautivos y abrir
los ojos a los ciegos. La fe de las mujeres no es un delirio; tiene el peso de un profundo compromiso. Aquellas mujeres
contemplan al Resucitado a través de sus lágrimas y de su tristeza. Y es el mismo Cristo quien les quita aquellas oscuridades y
actúa como el verdadero poeta que era y les ayuda a entender los trasfondos de todo lo que durante tres años habían vivido a su
lado. El amor es más fuerte que la muerte.
Oración
Nuestros ojos han visto la salvación
que tú has dispuesto ante la faz de la tierra.
Tu Hijo se ha levantado vivo y revestido de tu gloria.
¡Haznos vivir, Señor,
por el poder de tu nombre!
Denuncia a quienes nos acusan
y líbranos de los lazos que nos impiden
poner en práctica tu Palabra.
Por la resurrección de tu Hijo,
arráncanos del poder de la muerte.
Amén ¡Aleluya!
REGRESAR A SAGRARIO IR A LA CUARTA ESTACIÓN
DEL SEPULCRO A LA MISIÓN: VÍA LUCIS
CUARTA ESTACIÓN:
LOS SOLDADOS CUSTODIAN EL SEPULCRO DE CRISTO
¡Cristo ha resucitado! Y nosotros no podemos dejar de contar lo
que hemos visto y oído. El objeto último de nuestra fe no es un
hecho verificable. Hoy, resucitado, se han dilatado las
posibilidades de la persona del Nazareno.
"Mientras ellas caminaban, algunos de la guardia fueron a la
ciudad y contaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido.
Estos se reunieron a deliberar con los senadores y ofrecieron a
los soldados una buena suma encargándoles:
–– Decid que de noche, mientras vosotros dormíais, llegaron los
discípulos y robaron el cadáver. Si llega la noticia a oídos del
gobernador, nosotros lo tranquilizaremos para que no os
castigue. Ellos aceptaron el dinero y siguieron las instrucciones
recibidas. Así se difundió ese cuento entre los judíos hasta
hoy" (Mateo 28, 11-15)
Revista de prensa de esta mañana:
¡Un golpe de efecto en el caso Jesús! Este hombre había sido condenado con habilidad. Al presentarlo a los romanos como un cerebro
de un hipotético levantamiento popular, los judíos se habían desembarazado de un blasfemo. Pero difunden el rumor de que su tumba
ha sido hallada vacía.
Algunos pretenden incluso que Dios ha pronunciado así su juicio en el "caso Jesús". Naturalmente, damos esta noticia con las debidas
reservas. Los discípulos de Jesús son testigos de que este hombre, entregado por llevara cabo el proyecto de Dios, ha resucitado. Ellos
son testigos de que únicamente Dios le dio la vuelta a la situación sólo en favor de Jesús, no permitiendo que su amigo viera la
corrupción, sino que atestiguan que con ello ha inaugurado una nueva era.
La muerte no ha podido retener a un hombre entre sus lazos; la historia del mundo acaba de bascular hacia la vida. El acontecimiento
apunta siempre a una experiencia profunda que enlaza un hecho con su interpretación: "Hemos visto y damos testimonio, pues era
necesario que se cumplieran las Escrituras". Es un acontecimiento que pertenece al orden de la fe, aunque desde aquella primera
mañana se quiera ocultar el misterio de la salvación como un acontecimiento que lleva en sí, como en germen, la salvación de toda la
humanidad.
También nosotros creemos en el Cristo resucitado cuando --a pesar de estar insertos en una vida atacada a diario por la cultura de la
muerte y la mentira--, seguimos viviendo y amando con sobrenatural obstinación.
Oración
¡Dios lo ha resucitado!
Despiértanos, Señor al misterio de la vida:
que el amor prevalezca sobre la violencia,
y la justicia sobre el odio.
¡Que nazca un mundo nuevo!
¡Que nuestra tierra despierte a la vida
prometida para una eternidad sin fin!
¡Que tengamos el coraje de vencer
a las fuerzas del mal que destruyen al hombre:
la desesperación, la soledad, la injusticia...!
Amén. ¡Aleluya!
REGRESAR A SAGRARIO IR A LA QUINTA ESTACIÓN
DEL SEPULCRO A LA MISIÓN: VÍA LUCIS
QUINTA ESTACIÓN:
PEDRO Y JUAN CONTEMPLAN EL SEPULCRO VACÍO
En la Pascua la historia y el mundo se han visto envueltos en un
proceso de transformación que ya ha iniciado hasta la plena
consumación de la plenitud divina. Cristo ha roto la prisión de la
muerte y del límite humano, del pecado y del temor y ha
inaugurado el reino de la redención y de la gracia.
"Salió Pedro con el otro discípulo y se dirigieron al
sepulcro. Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo
corría más que Pedro y llegó primero al sepulcro.
Inclinándose ve las sábanas en el suelo, pero no entró.
Llega, pues, Simón Pedro detrás de él y entró en el
sepulcro. Observa los lienzos en el suelo y el sudario que
había envuelto la cabeza no en el suelo con los lienzos, sino
enrollado en lugar aparte. Entonces entró el otro discípulo,
el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Hasta
entonces no habían entendido lo escrito, que había de
resucitar de la muerte. Los discípulos se volvieron a
casa" (Juan 20, 3-10)
María Magdalena, Simón Pedro y "otro discípulo" acuden al sepulcro del Señor el primer día de la semana al rayar el sol. En la
narración no se describe la resurrección, que es un evento que trasciende la historia y se sitúa más allá de lo puramente
experimentable con medios humanos, sino quese quiere ofrecer el testimonio de la irrupción del Cristo resucitado en la vida de los
discípulos de Cristo.
María busca con ansias, aun en medio de las tinieblas cuando no había salido el sol; luego corre donde Pedro y el otro discípulo.
Pedro llega al sepulcro y comprueba una serie de datos (piedra rodada, sepulcro vacío, vendas abandonadas, lienzo doblado) que se
convierten en auténticos "sacramentos" para quien es disponible a la fe, para quien los ve con profundidad; el "otro discípulo", que
llegó antes que Pedro a la tumba pero no entró hasta después, "vio y creyó". Este último discípulo, difícil de identificar con certeza,
llega a convertirse en el modelo del creyente, de aquel que después de "ver" los signos, "comprende las Escrituras".
Este ha visto realmente ya que ha comprendido la unidad del entero plan salvador de Dios. El texto joánico es un bellísimo ejemplo
de cómo es la comunidad entera (mujeres, Pedro, el "otro discípulo") la que llega a obtener una comprensión plena del misterio del
Resucitado. Todos han sido necesarios: la audacia y el amor de la mujer que sale desconcertada del sepulcro; la atención y la cautela
de Pedro, y la intuición y comprensión creyente del "otro discípulo".
Oración
¿Quién podrá comprender lo que somos?
¿Quién comprenderá el secreto de nuestras vidas?
Descúbrenos, Señor, tu rostro,
haz que te conozcamos,
haznos oír tu voz.
Pues en ti se esconde
con tu Hijo Jesús resucitado,
el sentido de nuestro ser.
¿Cómo sabremos que eres el Dios de la vida
si no tomas nuestra vida en tus manos?
Amén. ¡Aleluya!
REGRESAR A SAGRARIO IR A LA SEXTA ESTACIÓN
DEL SEPULCRO A LA MISIÓN: VÍA LUCIS
SEXTA ESTACIÓN:
JESÚS EN EL CENÁCULO DA SU PAZ
Al atardecer del primer día de la semana... ¡Jesús en medio
de los suyos! ¡Paz a vosotros! Ahora está ahí, en medio de
los apóstoles estupefactos. Todos los bienes del reino están
ahí. ¡Paz a los discípulos aún incrédulos!
"Estaban hablando de ello, cuando se presentó Jesús en
medio de ellos y les dijo: –– La paz esté con vosotros.
Espantados y temblando de miedo, pensaban ver un
fantasma. Pero Él les dijo: -- ¿Por qué estáis turbados?,
¿por qué se os ocurren esas dudas? Mirad mis manos y
mis pies, que soy yo mismo. Tocad y ved, que un fantasma
no tiene carne y hueso, como veis que yo tengo. Dicho
esto, les mostró las manos y los pies.
Y , como no acababan de creer, de puro gozo y asombro,
les dijo:
-- ¿Tenéis algo de comer?
Le ofrecieron un trozo de pescado asado. Lo tomó y lo
comió en su presencia". (Lucas 24, 36-43).
Se han encerrado y han cerrado a cal y canto todas las puertas del Cenáculo. El temor ahoga a los hermanos. Pero algunas
semanas más tarde estarán en las plazas públicas y en las asambleas para comunicar a la muchedumbre su fe. Estaban
muertos de miedo.
El frío del sepulcro había helado su refugio, y la piedra había amurallado su sueño. Se habían encerrado. Mientras
rumiaban su desventura, se iban destruyendo. La esperanza les había abandonado, se les iba la vida.
¿Qué ha sucedido? ¿Qué aliento es ése que ha logrado liberar a un puñado de hombres más tristes que un funeral? ¡Ha
bastado una sola palabra para que comience todo de nuevo! "¡Shalóm! ¡Paz a vosotros! Ha bastado una sola palabra para
que la esperanza se restablezca y resucite. "¡Paz a vosotros!"
Esa tarde, Jesús está en medio de ellos como una explosión que hace saltar todos los cerrojos, los de los espíritus y los de
los corazones.
"¡Shalóm!" ¡Paz! ¡Vuelve la paz! Una paz que manda ir más lejos, abrir y dejar entrar aire fresco del exterior. La paz de
Jesús no se concilia con el miedo que cierra, que bloquea las palabras en el fondo de la garganta e impedir espirar. Y el
trofeo de la victoria las las huellas de las manos y los pies.
A partir de ahora la vida es posible, dado que el sueño no ha podido echarlo abajo una simple piedra de sepulcro. Una sola
palabra hace que se enderecen los rostros cabizbajos. El amor es posible, dado que Dios es fiel a su promesa.
Oración
¡Dios de paz,
tú despiertas la fe de tu Iglesia.
¡La muerte ha sido vencida!
¡La muerte ha muerto!
¡La paz es ofrecida!
Dios y Padre nuestro,
con el gozo de la unidad recobrada,
permítenos descubrir el cuerpo de tu Hijo Amado,
para que gustemos ya algo del gozo eterno,
y sepamos anunciar la paz restaurada
y el Amor renovado.
Amén. ¡Aleluya!
REGRESAR A SAGRARIO IR A LA SEPTIMA ESTACIÓN
DEL SEPULCRO A LA MISIÓN: VÍA LUCIS
SÉPTIMA ESTACIÓN:
JESÚS DEVUELVE LA ESPERANZA A LOS DISCÍPULOS DESANIMADOS
Esa misma tarde dos discípulos vuelven desilusionados a sus casas. Pero un Caminante les devuelve esperanza. Sus corazones vibran
de gozo con su compañía, sin embargo sólo se les abren los ojos al verlo partir el pan.
"Aquel mismo día dos discípulos de Jesús iban andando aquel
mismo día a una aldea llamada Emaús , distante unas dos
leguas de Jerusalén. Iban comentando todo lo sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y
se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de
reconocerlo.
El les preguntó:
-- ¿De qué vais conversando por el camino?
Ellos se detuvieron con semblante afligido, y uno de ellos,
llamado Cleofás, le dijo:
-- ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que desconoces lo
que ha ocurrido allí estos días?
Preguntó:
--¿Qué?
Le contestaron:
–– Lo de Jesús Nazareno, que era un profeta poderoso en obras
y palabras ante Dios y ante todo el pueblo [...]
Jesús les dijo:
--¿Qué necios y torpes sois para creer cuanto dijeron los
profetas!
Y comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les
explicó lo que se refería a Él en toda la Escritura. Ya cerca de
la aldea donde iban, Él les hizo ademán de seguir adelante;
pero ellos le apremiaron diciendo:
-- "Quédate con nosotros porque atardece y el día va de
caída".
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con
ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo
dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero
Él desapareció.
Ellos comentaron: "¿No ardía nuestro corazón mientras nos
hablaba por el camino y nos explicaba las
Escrituras?" (Lucas 24, 13-32).
El Resucitado se acerca a dos discípulos en el camino y permanece junto a ellos explicándoles las Escrituras hasta el
momento del gozoso reconocimiento. "Y sucedió mientras conversaban..." "Y sucedió mientras se sentó a la mesa ..."
Lucas indica los dos momentos esenciales de la liturgia cristiana: la palabra y el sacramento. Los dos discípulos van de
camino, un símbolo bíblico que se utiliza para indicar la existencia humana.
La vida de todo hombre es itinerancia y dinamismo que no se detiene y constantemente Dios sale al encuentro del hombre
para acompañarlo y caminar con él. Es el Resucitado quien toma la iniciativa de acercarse a aquellos hombres,
desesperanzados y solitarios, revelando así la gratuidad del encuentro y la particular comprensión de la resurrección. Pero no
basta que Jesús sea cercano para que sea reconocido. El simple verde los ojos no basta. La experiencia del Señor Resucitado
es una experiencia de fe que va más allá de la simple percepción física. Los ojos de los discípulos se vuelven capaces de ver
solamente al final, después de que el oído, el órgano dela escucha, haya cumplido su función. Es justamente al oído que se
dirige el anuncio de la resurrección. Después que hayan "escuchado" las Escrituras explicadas por Jesús superarán la
incapacidad para reconocerlo.
Después que han reconocido al Señor Resucitado ellos mismos han resucitado: ahora están llenos de valor, no de miedo;
regresan a Jerusalén y no continúan huyendo; la fe ha ocupado el lugar de la desconfianza y la incredulidad. Ahora vuelven
llenos de esperanza y son portadores de una palabra de vida: "Contaban lo que les había ocurrido por el camino y cómo lo
habían reconocido al partir el pan". En medio de la noche no dudan en iniciar el camino de regreso, llenos de gozo y de vida,
para contar a los hermanos la extraordinaria experiencia.
Oración
Quédate con nosotros, Señor, Jesús,
en el camino que recorren nuestros pies.
Caldea nuestro corazón con tu palabra,
abre nuestros ojos para que descubran
que la vida es más fuerte que la muerte.
Pues tú lo transfiguras todo,
ahora y por toda la eternidad.
Amén. ¡Aleluya!
REGRESAR A SAGRARIO IR A LA OCTAVA ESTACIÓN
DEL SEPULCRO A LA MISIÓN: VÍA LUCIS
OCTAVA ESTACIÓN:
JESÚS DA A LOS APÓSTOLES EL PODER DE PERDONAR LOS PECADOS.
Jesús se presenta ante sus discípulos. Y el temor de un primer momento da paso a la alegría. Va a ser entonces cuando el Señor
les dará el poder de perdonar los pecados, de ofrecer a los hombres la misericordia de Dios.
Al atardecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos con las puertas buen cerradas, por miedo
a los judíos. Llegó Jesús, se colocó en medio y les dice: -- Paz a vosotros. Dicho esto les mostró las manos y el costado.
Los discípulos se alegraron al ver al Señor.
Jesús repitió:
--Paz a vosotros. Como el Padre me envió, yo os envío a vosotros. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo.
-- Recibid el Espíritu Santo. A quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los mantengáis
les quedan mantenidos" (Juan 20, 19-23)
El evangelio nos presenta la Resurrección de Jesús en términos de "encuentro" con el Resucitado, para mostrar cómo los
primeros testigos de la Pascua llegaron a la fe y cómo podemos llegar también nosotros a creer.
En la primera parte del texto, se nos da una indicación temporal (es el primer día de la semana) y una indicación espacial (las
puertas del lugar están cerradas). La referencia al primer día de la semana, es decir, el día siguiente al sábado (el domingo) evoca
las celebraciones dominicales de la comunidad primitiva y nuestra propia experiencia pascual que se renueva cada domingo. La
indicación de las puertas cerradas quiere recordar el miedo de los discípulos que todavía no creen, y al mismo tiempo quiere ser
un testimonio de la nueva condición corporal de Jesús que se hará presente en el lugar. Jesús atravesará ambas barreras: las
puertas exteriores cerradas y el miedo interior de los discípulos.
A pesar de todo, están juntos, reunidos, lo que parece ser en la narración una condición necesaria para el encuentro con el
Resucitado; de hecho Tomás sólo podrá llegar a la fe cuando está con el resto del grupo. Jesús "se presentó en medio de ellos". El
texto habla de "resurrección" como venida del Señor. Cristo Resucitado no se va, sino que viene de forma nueva y plena a los
suyos y les comunica los dones pascuales por excelencia: la paz y el gozo, que no son dados para el goce egoísta y exclusivo,
sino para que se traduzcan en misión universal.
Una única misión: la que el Hijo ha recibido del Padre ahora se vuelve también misión de la Iglesia para la cual el Señor ofrece su
Espíritu. Con el don del Espíritu el Señor Resucitado inicia un mundo nuevo, y con el envío de los discípulos se inaugura un
nuevo Israel que cree en Cristo y testimonia la verdad de la resurrección. Como "hombres nuevos", llenos del aliento del Espíritu
en virtud de la resurrección de Jesús, deberán continuar la misión del "Cordero que quita el pecado del mundo": la misión de la
Iglesia que continúa la obra de Cristo realiza la renovación de la humanidad como en una nueva obra creadora en virtud del poder
vivificante del Resucitado.
Oración
Ven, Señor, a abrir nuestras puertas selladas
haz que salten por los aires nuestras certezas
y denuncia nuestros comodidades.
¡Bendito seas tú, a quien buscamos!
¡Oh Dios, a quien los hombres no buscarían
si no te hubieran ya presentido misteriosamente!
Caminamos para alcanzarte;
te escuchamos para descubrirte
y tu Espíritu anima ya nuestras vidas:
el calor de su amor prende nuestro corazón.
Amén. ¡Aleluya! !
REGRESAR A SAGRARIO IR A LA NOVENA ESTACIÓN
DEL SEPULCRO A LA MISIÓN: VÍA LUCIS
NOVENA ESTACIÓN:
JESÚS FORTALECE LA FE DE TOMÁS.
Tomás no estaba con los demás apóstoles en el primer encuentro
con Jesús resucitado. Ellos le han contado su experiencia gozosa,
pero no se ha dejado convencer. Por eso el Señor, ahora se dirige a
él para confirmar su fe.
"A los ocho días estaban de nuevo dentro los discípulos y
Tomás con ellos. Viene Jesús a puertas cerradas, se colocó en
medio y les dijo:
--Paz a vosotros.
Después dice a Tomás:
-- Mete aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela
en mi costado, y no seas incrédulo, antes cree. Le contesta
Tomás: -- Señor mío y Dios mío. Le dice Jesús: -- Porque me
has visto, has creído; dichosos los que creerán sin haber
visto" Juan 20, 26-29
La primera vez Tomás, uno de los discípulos, no estaba presente y no cree en el testimonio de los otros que han visto al Señor.
Tomás incrédulo representa al hombre de todos los tiempos que exige pruebas, que sólo cree a través de los milagros. Quiere
identificar a Jesús con las huellas de la cruz. Ocho días después otra vez están todos, incluido Tomás, y Jesús "viene".
Es significativo el hecho que el relato utilice el verbo "venir" en presente y no en pasado: es una manera de decir que aquella
experiencia se repite una y otra vez en la vida de la Iglesia. Jesús le reprocha a Tomás el no haber creído al testimonio de los otros
discípulos, y lo invita a dejar de ser no-creyente y llegar a ser creyente. El testimonio de los otros tendría que haber sido suficiente
para que creyera. Es una llamada de atención para cuantos en el futuro llegarán a creer, siempre a través de la palabra, la
mediación y el testimonio apostólico de los que "vieron" a Jesús.
A Tomás no se le revela en particular sino en medio de la comunidad; allí - y no en otro sitio -podrá Tomás ver al Señor y profesar
su fe. Después de haber visto como los otros, Tomás cree y su profesión de fe es plena: "Señor mío y Dios mío".
El texto concluye con unas palabras de Jesús que originalmente eran la conclusión del evangelio de Juan: "Dichosos los que han
creído sin haber visto". La fe pascual en el futuro estará siempre fundamentada en el testimonio de aquellos primeros discípulos
que "vieron" a Jesús y han dado testimonio de ello. Esta es la verdadera fe pascual: "No lo habéis visto, y lo amáis; sin verlo,
creéis en Él y os alegráis con gozo indecible y glorioso, pues vais a recibir, como término de vuestra fe, la salvación personal"
Oración
Amor por encima de toda medida,
Dios desbordante de amor,
Dios que das sin cálculo alguno:
llénanos de tu Espíritu,
y naceremos a la vida filial
que tu prometiste para la eternidad.
Llénanos de tu Espíritu:
que Él nos revele la presencia de tu Hijo,
que Él convoque a tu Iglesia
a anunciar la Paz restaurada
y el Amor renovado.
Amen. ¡Aleluya!
DEL SEPULCRO A LA MISIÓN: VÍA LUCIS
DÉCIMA ESTACIÓN:
LOS DISCÍPULOS RECONOCEN AL SEÑOR
Los apóstoles han vuelto a su trabajo: a la pesca. Durante toda la noche se han esforzado, sin conseguir nada. Desde la orilla
Jesús les invita a empezar de nuevo. Y la obediencia les otorga una muchedumbre de peces.
"Después se apareció de nuevo Jesús a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Se apareció así: Estaban juntos
Simón Pedro, Tomás (llamado el Mellizo), Natanael de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos.
Les dice Simón Pedro:
-- Voy a pescar
Le respondieron:
--Vamos contigo. Salieron, pues, y montaron en la barca; pero aquella noche no pescaron nada. Ya de mañana
estaba Jesús en la playa; pero los discípulos no reconocieron que era Jesús.
Les dice Jesús:
-- Muchachos ,¿Tenéis algo de comer? Contestaron:
-- No.
Les dijo:
--Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.
La echaron y no podían arrastrarla por la abundancia de peces.
El discípulo predilecto de Jesús dice a Pedro:
--Es el Señor" (Juan 21, 1-6)
¡Todo vuelve a empezar! Había detenido a Jesús y le habían crucificado: ¡Todo en vano! Las esperanzas se han truncado.
Comienza de nuevo la tarea... Y en estas estaban cuando Jesús se presenta en medio de ellos. No le reconocen. Por orden de
Jesús echaron la red y sacaron una gran cantidad de peces. Jesús ha glorificado a su Padre, y ahora el Padre le glorifica a Él.
Resucitado, realiza la promesa que había hecho a algunos paganos: "Cuando haya sido elevado de la tierra, atraeré a todos
los hombres hacia mí". La muerte ha sido vencida. Desde la mañana de Pascua, hemos nacido a una vida nueva. El mundo
antiguo ha pasado, y ha nacido un mundo nuevo. Creer en la resurrección es apasionarse por la vida. Creer en Jesús es
descubrir todo el amor a la vida que manifestó en sus palabras y obras. Es creer en el mundo y hacer lo posible para que el
mundo alcance su fin. Creer en la resurrección es descubrir el poder de vida que Dios nos hace experimentar a cada
momento. Es vivir y nunca morir. Nuestra vida no camina hacia la perdición; tiene futuro. Ahora es el tiempo de la misión,
y Pedro su jefe: ¿No se lanzó al agua al reconocer al Señor, igual que había corrido hacia la tumba vacía en la mañana de
Pascua? Han capturado una enorme cantidad de peces, y la red no se rompe con el peso de la pesca. Así, contra toda
esperanza, los apóstoles van a congregar a hombres de todas partes en la unidad de una sola Iglesia. Vana ser desde ahora
"pescadores de hombres". Pero sin Jesús no pueden hacer nada
Oración
"Venid, seguidme..." nos dijiste
Haznos pescadores de hombres,
artífices de la paz,
cosechadores de un pan de vida,
vendimiadores de una fiesta sin fin,
ingenieros de los tiempos nuevos.
¡Bendito seas Señor,
que necesitas de nosotros, de nuestras manos,
de nuestra mente, de nuestro corazón
y de nuestra pobreza!
Quienquiera que seamos,
tú nos llamas a seguirte.
¡Iremos!.
Amén ¡Aleluya!
REGRESAR A SAGRARIO IR A LA ONCE ESTACIÓN
UNDÉCIMA ESTACIÓN:
JESÚS CONFIRMA A PEDRO EN EL AMOR.
Jesús ha cogido aparte a Pedro porque quiere preguntarle por su amor. Quiere ponerlo al frente de la naciente Iglesia. Pedro,
pescador de Galilea, va a convertirse en el Pastor de los que siguen al Señor.
"Cuando terminaron de almorzar, dice Jesús a Simón Pedro:
-- Simón de Juan, ¿me quieres más que éstos?
Le responde
-- Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Le dice.
-- Apacienta mis corderos.
Le pregunta por segunda vez:
--Simón de Juan, ¿me quieres?
Le responde
-- Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Le dice:
-- Apacienta mis ovejas.
Por tercera vez le pregunta
-- Simón de Juan, ¿me quieres?
Pedro se entristeció de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le dijo: -- Señor, tú lo sabes todo, tú lo sabes que te
quiero Le dice: -- Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro, cuando eras mozo, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; cuando
envejezcas, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará a donde no quieres. Lo decía indicando con qué muerte había de
glorificar a Dios
Dicho esto, añadió´:
-- Sígueme" (Juan 21, 15-19)
Pedro, el impulsivo, el fogoso, queda a solas con el Señor.
El Señor quiere robustecer la misión de Pedro entre los suyos, y encomendarle que se encargue de su rebaño. Jesús da a Pedro
una autoridad, pero sobre todo una consigna de guerra contra los lobos que no faltarán para la fe. Nombrarle pastor es algo muy
parecido a nombrarle roca que resistirá los embates del infierno.
Y Pedro se siente avergonzado porque le ha fallado cuando más lo necesitaba. Pero Jesús no le reprocha su cobardía: el amor es
más grande que todas nuestras miserias. Le lleva por el camino de renovar el amor, de recomenzar, porque nunca hay nada
perdido. Las tres preguntas de Jesús son la mejor prueba de que Él sí es fiel a sus promesas, de que nunca abandona a los suyos:
siempre está abierta, de par en par, la puerta de la esperanza para quien sabe amar.
La respuesta de Cristo, Buen Pastor, es ponerle a él y a sus sucesores al frente de la naciente Iglesia, para pastorear al Pueblo de
Dios con la solicitud de un padre, de un maestro, de un hermano, de un servidor. Así, Pedro, el primer Papa, y luego sus
sucesores son "el siervo de los siervos de Dios". Jesús no quiere sueños. Su resurrección no detiene la historia humana, ni
pulveriza el mal en el corazón de los hombres.
Los suyos tendrán que continuar luchando. Los suyos deberán seguir, cada uno, incorporándose a su resurrección. Y no llegarán
a ella por otro camino que el del dolor, la persecución y la muerte.
Oración
En la otra orilla,
envuelto en la bruma de la mañana
allí está Él, hechizándonos
y tendiéndonos los brazos.
Tu mirada, Señor, ha atravesado nuestro corazón
y nos has seducido
¡llévanos siempre más lejos por tu amor.
Haz, señor, que escuchemos tu voz,
tú pronuncias tu nombre sobre nosotros,
y ya somos tuyos
por los siglos de los siglos.
Amén ¡Aleluya!
REGRESAR A SAGRARIO IR A LA ESTACIÓN 12
DEL SEPULCRO A LA MISIÓN: VÍA LUCIS
DEL SEPULCRO A LA MISIÓN: VÍA LUCIS
DUODÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS ENCARGA SU MISIÓN A LOS APÓSTOLES.
Jesús se despide sus amigos. Jesús vuelve a la gloria del Padre. Y antes de dejar a sus discípulos el Señor les hace el encargo
apostólico: la tarea de extender el Reino de Dios por todo el mundo, de hacer llegar a todos los rincones la buena noticia del
Evangelio.
"Los once discípulos fueron a Galilea, al monte que les había indicado Jesús. Al verlo, se postraron, pero algunos dudaron.
Jesús se acercó y les habló: -- Me han concedido plena autoridad en cielo y tierra. Por tanto, id a haced discípulos entre
todos los pueblos, bautizándolos, consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, y enseñadlos a cumplir cuanto os
he mandado. Yo estaré con vosotros siempre, hasta el fin del mundo" (Mateo 28, 16-20).
El escenario de la aparición pascual en Galilea es un "monte", símbolo bíblico que evoca un espacio privilegiado en el que Dios se ha
revelado en la primera alianza. La indicación geográfica ha referencia sobre todo a la historia de Jesús, que desde un monte proclama
las bienaventuranzas; que subía a la montaña para orar en soledad; que sentado en la montaña acogía a las multitudes y curaba a los
enfermos; y que en una montaña se había revelado a los discípulos como el definitivo enviado por Dios.
El último encuentro y la última revelación de Jesús tiene lugar también en un monte, espacio simbólico de la revelación y de la
salvación de Dios. Se trata de una solemne declaración sobre su señorío absoluto sobre el cielo y la tierra: "Me han concedido plena
autoridad en cielo y tierra". La formulación pasiva de la frase indica que Jesús ha recibido el poder departe de Dios: "Todo me ha
sido entregado por mi Padre". La palabra "plena autoridad" indica el "poder", el "derecho" y la "capacidad" que caracterizan la
palabra y la obra de Jesús para llevar a cabo el proyecto del reino. En dos ocasiones esta "plena autoridad" mesiánica se extiende
también a los discípulos y a la comunidad. Jesús Resucitado es Señor de cielo y tierra, con el poder mesiánico para transformar la
historia humana y llevarla a la plenitud de Dios.
Delante de Jesús los discípulos se postran en humilde adoración, como habían hecho antes las mujeres el día de pascua. Pero Mateo
agrega un detalle significativo: "Pero algunos dudaron". La fe pascual de los discípulos no está exenta de la duda, que acompañará
también la fe de la comunidad cristiana en la historia. Es la fe de los discípulos que tienen miedo en medio de la tempestad del lago;
es la fe de Pedro que empieza a hundirse cuando se deja impresionar por la violencia del viento.
Solamente la presencia y la palabra de Jesús hará que el creyente supere la duda y el miedo y pueda madurar en el camino dela fe.
Jesús ordena a los discípulos: "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo, y enseñándoles a observar todo lo que yo os he mandado". La misión de la iglesia aparece sin ningún tipo de límites
ni restricciones, destinada a alcanzar a todos los hombres de la tierra. Esla última palabra de Jesús en el evangelio de Mateo. Una
promesa que es fuente de confianza y de esperanza para los discípulos. En el Antiguo Testamento, la frase: "Yo estaré contigo", o
"yo estaré con vosotros", expresa la garantía de una presencia salvadora y activa de Dios en favor de sus elegidos o de su pueblo.
Jesús, constituido como Señor universal mediante la resurrección, lleva a plenitud esta presencia salvadora de Dios.
El es "Dios–con–nosotros". La presencia de Jesús no está ahora limitada por el espacio y el tiempo. No se trata tampoco de una
presencia provisoria. Los discípulos realizan la misión universal de Jesús bajo el signo de su presencia consoladora y reconfortante.
La eficacia de la misión y la autoridad de la enseñanza de los apóstoles se funda en esta presencia de Jesús. Esta síntesis final del
evangelio de Mateo y de la fe de la iglesia nos ofrece el sentido profundo del misterio de la Ascensión del Señor. Los cristianos
tenemos una palabra de esperanza para ofrecer a la humanidad y una misión liberadora que realizar en favor de los hombres.
Los últimos días de Jesús en la tierra junto a sus discípulos debieron quedar muy grabados en sus mentes y en sus corazones. La
intimidad de la amistad se ha ido concretando con la cercanía del resucitado, que les ha ayudado a saborear estos últimos instantes
con Él. Pero el Señor pone en su horizonte toda la tarea que tienen por delante: "Id al mundo entero...". Ese es su testamento: hay que
ponerse en camino para llevar a todos el mensaje que han visto y oído. Están por delante las tres grandes tareas de todo apóstol, de
todo cristiano: predicar, hablar de Dios para que la gente crea; bautizar, hacer que las personas lleguen a ser hijos de Dios, que
celebren los sacramentos; y vivir según el Evangelio, para parecerse cada día más a Jesús, el Maestro, el Señor. La Iglesia no queda
huérfana. El Resucitado vive en ella. es el hombre quien se ha vuelto sordo e insensible.
Oración
Dios y Padre nuestro,
No nos abandones a nosotros mismos:
¡Ve tú delante de nosotros
y ábrenos el camino de la vida!
¡Envía sobre nosotros tu Espíritu
Que asuma Él nuestra defensa
hasta el día en que te encontremos
para nunca más dejarte
Al dejar a tus discípulos
te comprometiste
a no dejarnos huérfanos jamás
Mira nuestra fe
y sigue dándonos la paz
en este tiempo en que esperamos
tu Advenimiento glorioso.
Amén. ¿Aleluya!
REGRESAR A SAGRARIO IR A LA ESTACIÓN 13
DEL SEPULCRO A LA MISIÓN: VÍA LUCIS
DECIMOTERCERA ESTACIÓN:
JESÚS ASCIENDE AL CIELO.
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Cumplida su misión entre los hombres, Jesús asciende al cielo.
Ha salido del Padre, ahora vuelve al Padre y está sentado a su
derecha. Cristo glorioso está en el cielo, y desde allí habrá de
venir como Juez de vivos y muertos.
"Dicho esto en su presencia se elevó, y una nube se lo quitó
de la vista. Seguían con los ojos fijos en el cielo mientras Él
se marchaba, cuando dos personajes vestidos de blanco se
les presentaron y les dijeron:--Hombres de Galilea, ¿qué
hacéis ahí mirando al cielo? Este Jesús, que os ha sido
arrebatado al cielo, vendrá como lo habéis visto marchar al
cielo"(Hechos de los Apóstoles 1, 9-11.)
Para comprender la narración de la Ascensión de Jesús al cielo
hay que tener en cuenta que utiliza un conocido esquema
simbólico presente en tantas religiones y también en la Biblia,
que coloca en lo "alto", en el "cielo", todo aquello que es mejor,
y que domina el ámbito "horizontal", de "abajo", de nuestro
mundo, en el cual se coloca el mal y la muerte. Por eso la Biblia
habla muchas veces que Dios "baja" del cielo para hablar con el
hombre y vuelve a "subir" después de realizar su obra. Por tanto,
el lenguaje simbólico de la ascensión no tenemos que
interpretarlo en base a esquemas espaciales, que representan
solamente la envoltura externa. Es necesario leer la ascensión
desde la óptica de la Pascua y captar en este misterio el mensaje
fundamental: Jesús ha sido introducido eternamente en el ámbito
de la trascendencia y en el mundo de lo divino.
Lucas ha intentando hacer visible la afirmación de fe en relación
con la plenitud divina del Resucitado y su señorío absoluto en el
mundo. Sin embargo, en el texto el acento está puesto sobre todo
en la "despedida". Se trata de una "separación". El Señor Jesús
ya no está presente en medio de nosotros en forma física; su
cuerpo glorificado está presente ahora en la historia con la fuerza
vivificante de Dios. La "nube" que oculta a Jesús de la vista de
los discípulos es precisamente el signo de esta nueva forma de
presencia. Un signo que al mismo tiempo "esconde" y "revela"
la trascendencia de Dios. En el Antiguo Testamento la nube
indica la cercanía de Yahvé: una presencia escondida y
majestuosa, pero cierta y salvadora para su pueblo. Los apóstoles
aparecen "mirando atentamente" a Jesús hasta el último
momento. Este "mirar" no debe ser entendido en sentido
material. Con esta indicación Lucas quiere subrayar que ellos
son testigos de toda la historia de Jesús, incluido el momento de
la plenitud del misterio pascual, cuando Jesús es glorificado e
introducido en el mundo de Dios. Así como Eliseo que, mirando
a Elías que era llevado al cielo en un carro de fuego, fue digno
de recibir los dos tercios de su espíritu también los apóstoles que
"miran" a Jesús recibirán el Espíritu de Jesús. El Resucitado
continuará estando presente en los apóstoles mediante el
Espíritu.
Oración
Señor:
Con toda la Iglesia proclamamos
que Jesús se ha alzado y vive en la luz.
Ha venido de ti, lleno de gracia y verdad,
no para juzgar al mundo,
sino para salvarlo
Para manifestar tu amor,
se hizo semejante en todo a los hombres
para arrastrarlos consigo en su victoria.
Con Él nuestra humanidad ha sido glorificada
y vive para siempre en tu luz.
Amén ¡Aleluya!
DEL SEPULCRO A LA MISIÓN: VÍA LUCIS
DECIMOCUARTA ESTACIÓN: LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO EN PENTECOSTÉS.
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La promesa firme que Jesús ha hecho a sus discípulos es la de
enviarles un Consolador. Cincuenta días después de la
Resurrección, el Espíritu Santo se derrama sobre la Iglesia
naciente para fortalecerla, confirmarla, santificarla.
"Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos.
De repente vino del cielo un ruido, como de viento
huracanado, que llenó toda la casa donde se alojaban.
Aparecieron lenguas como de fuego, repartidas y posadas
sobre cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y
empezaron a hablar en lenguas extranjeras, según el Espíritu
Santo les permitía expresarse" (Hechos de los Apóstoles 2, 1-
4).
Pentecostés, es el cumplimiento de la promesa hecha por Jesús al final de su vida: "Os voy a enviar el don prometido por mi
Padre... quedaos en la ciudad hasta que seáis revestidos de la fuerza que viene de lo alto". Jesús resucitado ha enviado el Espíritu
Santo a la naciente comunidad, capacitándola para una misión con horizonte universal. La efusión del Espíritu en Pentecostés
marca el inicio de la misión de la Iglesia de la misma forma que el bautismo de Jesús indica el comienzo de la vida pública del
Señor. En ambos casos se habla de un "descenso" del Espíritu. "El Espíritu Santo bajó sobre Él en forma visible, como de una
paloma"; el Padre da el Espíritu para la misión. El descenso del Espíritu concluye un período de preparación e inaugura el de la
actividad pública. Pentecostés es una fiesta judía conocida como "fiesta de las semanas" o "fiesta de la cosecha", que se celebraba
siete semanas después de la pascua. Parece ser que en algunos ambientes judíos en época tardía, en esta fiesta se celebraban las
grandes alianzas de Dios con su pueblo, particularmente la del Sinaí ligada al don de la Ley. "Mientras Jesús oraba.... el Espíritu
Santo bajó sobre Él". "Solían reunirse de común acuerdo para orar en compañía de algunas mujeres, de María la madre de Jesús y
de los hermanos de éste". "De repente vino del cielo un ruido, semejante a una ráfaga de viento impetuoso y llenó la casa donde se
encontraban". No obstante los discípulos estaban a la espera del cumplimiento de la promesa del Señor resucitado, el evento ocurre
"de repente" y, por tanto, en forma imprevisible y repentina. Es una forma de subrayar que se trata de una manifestación divina, ya
que el actuar de Dios no puede ser calculado ni previsto por el hombre.
El ruido llega "del cielo", es decir, del lugar dela trascendencia, desde Dios. Su origen es divino. Y es como el rumor de un ráfaga
de viento impetuoso. Además, tanto en hebreo como en griego, espíritu y viento se expresan con la misma palabra (hebreo: ruah;
griego: pneuma). No es extraño, por tanto, que el viento sea uno de los símbolos bíblicos del Espíritu. Basta pensar al gesto de
Jesús cuando "sopla" sobre los discípulos y les dice: "Recibid el Espíritu Santo", o a la visión de los esqueletos calcinados narrada
en Ezequiel donde el viento–espíritu de Dios hace que aquellos huesos se revistan de tendones y de carne, recreando el nuevo
pueblo de Dios. El día de Pentecostés el Espíritu ha venido a perdonar y a renovar a los hombres para que no se repitan más las
tragedias causadas por el racismo, la cerrazón étnica y los integrismos religiosos. El Espíritu de Pentecostés inaugura una nueva
experiencia religiosa en la historia de la humanidad: la misión universal de la Iglesia. La palabra de Dios, gracias a la fuerza del
Espíritu, será pronunciada una y otra vez a lo largo de la historia en diversas lenguas y será encarnada en todas las culturas. El día
de Pentecostés, la gente venida de todas las partes de la tierra "les oía hablar en su propia lengua". El don del Espíritu que recibe la
Iglesia, al inicio de su misión, la capacita para hablar de forma inteligible a todos los pueblos de la tierra.
Oración
Te damos gracias, Padre
por Jesús, tu Hijo amado
nuestro Cordero Pascual.
Él, plenitud de paz, de alegría y de amor
vino a traer la paz a los hombres
y renovó en la Cruz tu Alianza
En Él te conocemos a ti
y por Él hasta ti somos guiados
con la fuerza de tu Espíritu
para habitar en tu presencia.
Por eso,
con todos nuestros hermanos
que han sido santificados en su sangre
y renovados por el Espíritu
¡te bendecimos, Dios y vida nuestra!
Que seamos capaces de prolongar tu
misión.
Amén ¡Aleluya!,
ORACIÓN FINAL
De madrugada, cuando se hace la luz
para anunciar el nuevo día,
¡bendito seas, Dios creador,
que haces germinar la vida en la tiniebla!
En primavera, cuando canta el sol
para que florezca nuestra tierra
¡bendito seas, Padre de Jesucristo.
que rompes la piedra de los sepulcros!
Y cuando cae la tarde
sobre el infinito de nuestros caminos
¡bendito seas, Dios escondido,
por Jesús, tu Hijo, que se fue junto a ti!
Como el grano de trigo permanece
escondido en la tierra
hasta que llegue la primavera,
así está nuestra vida escondida en Cristo
esperando su regreso.
Y como el pan que se comparte por la
noche
al término de un camino que se reanudará
por la mañana,
nuestra fe reconoce que ha resucitado
aquel que nos da su propio cuerpo.
¿Por que llorar su muerte
si Él va delante de nosotros,
si el día va a nacer para gritar la esperanza
y nuestra tierra va a dar su fruto sin
demora?
Padre de Jesucristo:
en todos cuantos creen si haber visto,
con todos cuantos buscan sin desfallecer,
con todos los pequeños y humildes de
corazón,
creemos que Jesús vive y es fuente de vida,
que su cuerpo es el pan que se congrega en
ti
que su sangre es el vino de una fiesta
secreta.
Por el Espíritu de tu Hijo, te rogamos
que guardes a tus hijos fieles en la fe.
Que seamos testigos del misterio
escondido
que un día revelaste en el silencio de la
mañana
cuando tomaste de la mano a tu
Primogénito
para que fuese la esperanza de los hombres
que mueren y renacen en él.
Amén.
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
El mes de Junio, consagrado a la devoción del Sagrado Corazón
La imagen del Sagrado Corazón de Jesús, nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar. Jesús tiene un Corazón que ama sin medida. Y tanto nos ama, que sufre cuando su inmenso amor no es correspondido. La Iglesia dedica todo el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad de que los católicos lo veneremos, lo honremos y lo imitemos especialmente en estos 30 días. Esto significa que debemos vivir este mes demostrándole a Jesús con nuestras obras que lo amamos, que correspondemos al gran amor que Él nos tiene y que nos ha demostrado entregándose a la muerte por nosotros, quedándose en la Eucaristía y enseñándonos el camino a la vida eterna. Todos los días podemos acercarnos a Jesús o alejarnos de Él. De nosotros depende, ya que Él siempre nos está esperando y amando. Es recomendable tener en casa o en el trabajo una imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos ayuda a recordar su gran amor y, a imitarlo en este mes de junio y durante todo el año.. ORÍGEN DE LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS LA HISTORIA DE SANTA MARGARITA DE ALACOQUE - Margarita era una niña que desde pequeña rezaba mucho y quería mucho a la Santísima Virgen. Margarita sentía claramente que Jesús la llamaba a la vida religiosa. - En 1671, cuando tenía 24 años, se convirtió en religiosa de las "Hijas de Santa María". - Jesús se le aparecía a Margarita. De las muchas APARICIONES que recibió de Jesús, son 4 las que se consideran como principales: La primera, en 1673, en la que Jesús le descubrió su amor infinito hacia los hombres. La segunda, al año siguiente, el Corazón de Jesús se le mostró herido por las espinas de nuestros pecados, que le rodeaban y oprimían. La tercera, ese mismo año, cuando Margarita estaba adorando el Santísimo Sacramento (la Hostia), el Señor se dejó ver y le pidió que comulgara siempre que se lo permitiera la obediencia, especialmente los primeros viernes de mes. Le pidió además que rezara la Hora Santa en la noche del jueves al viernes, para acompañarle en la oración que hizo en el huerto de los Olivos en medio de tantos sufrimientos antes de su Pasión. + La Hora Santa es una hora de oración, frente a la Hostia, en la que se busca reparar las ofensas hechas a Jesús recitando unas plegarias. El cuarto, el gran encuentro con el SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, en 1675. Margarita estaba adorando al Santísimo Sacramento cuando Jesús se le apareció y le dijo: 'Mira este Corazón que tanto ha amado a los hombres y en cambio, no recibe de la mayoría más que ingratitudes, por sus faltas de respeto, sacrilegios y pecados. Pero lo que más me duele, es que obran así hasta los corazones, que de manera especial se han consagrado a Mí. Por esto te pido, que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta particular para honrar a mi Corazón, comulgando en dicho día y reparando las ofensas que he recibido en el Sacramento del Altar. Te prometo que mi corazón derramará abundantes bendiciones sobre los que hagan esto."
LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS ¿Quién es el Sagrado Corazón de Jesús?
El Sagrado Corazón de Jesús, es Jesús mismo. ¿Qué es la devoción al Sagrado Corazón de Jesús?
Es dar culto al GRAN AMOR QUE DIOS TIENE POR NOSOTROS. ¿Y que tiene que ver el amor de Dios con el Sagrado Corazón de Jesús?
En todo corazón humano se dice que se guardan los sentimientos del amor y precisamente, el Corazón de Jesús es el símbolo de este amor infinito que Él tiene por nosotros.
¿Cómo sabemos que Jesús nos ama infinitamente? Hay 4 grandes MISTERIOS que son la prueba del gran amor de Jesús a los hombres:
a) La ENCARNACIÓN: siendo Dios se hizo hombre. b) La REDENCIÓN: murió por nuestros pecados. c) La EUCARISTÍA: se quedó en la hostia. d) La SALVACIÓN: nos da la oportunidad de entrar al cielo y vivir felices eternamente con Él. ¿Te queda duda del
grandísimo amor de Jesús? ¿Qué nos pide Jesús a cambio de su amor?
Nos pide que le amemos también y que reparemos por el poco amor que los hombres le tenemos y las muchas ofensas que le hacemos.
¿Qué debemos hacer para ser devotos del Corazón de Jesús? Debemos amar muy de veras a Jesús, consagrarnos a Él en todo, hacer algunas prácticas de esta devoción (que te explicaremos más adelante) y tratar que otras personas se hagan devotas de Él también.
¿Podemos adorar y venerar al Corazón de Jesús como al mismo Dios? Sí, porque es el corazón de Dios hecho hombre.
¿Cuándo se celebra la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús? Se celebra en el mes de Junio.
- ¿Quién aprobó esta devoción? La Santa Iglesia la aprobó después de las apariciones de Jesús a Santa Margarita de Alacoque.
¿ CÓMO ES EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS ? ¿Cómo era el Corazón de Jesús que vio Margarita?
a) Un corazón coronado por LLAMAS. Este corazón las llamas significa el infinito amor que Jesús nos tiene. b) Un corazón rodeado por una CORONA de agudas espinas.
¿Por qué las espinas si Jesús está feliz en el cielo? Porque aunque sea feliz también ve con su mirada divina la inmensa cantidad de pecados, de frialdad, de indiferencia que cometen todos los días los hombres que El redimió con su preciosa sangre, y que fue inútilmente derramada para muchos. Ve almas pecadoras y almas, que son indiferentes a todo, tibias e ingratas, cuando deberían reparar con su amor, con sus plegarias y penitencias tanta maldad.
REGRESAR AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS IR A COMO SER DEVOTO DEL CORAZÓN DE JESÚS
¿CÓMO SER DEVOTOS DEL SAGRADO CORAZÓN?
Haciendo actos de amor que respondan en algún modo al amor infinito que Jesús nos ha tenido. Haciendo oración, dirigiendo palabras de amor al Corazón de Jesús, palabras de gratitud y adoración. Rezando jaculatorias (pequeñas plegarias). Haciendo visitas a Jesús ante el Sagrario. Ofreciendo la comunión para reparar las ofensas al Corazón de Jesús. Haciendo la costumbre de ir a misa y comulgar todos los primeros viernes de mes. Ofreciendo todas nuestras acciones del día y nuestra vida como un acto de amor a Dios. Aceptando los sufrimientos de cada día con resignación y alegría y haciendo sacrificios para REPARAR las ofensas que hemos hecho a su corazón y las ofensas que continuamente le hacen otros. Podemos pensar piadosamente que con nuestros actos de amor, penitencia y reparación vamos quitando las espinas de aquella punzante corona que rodea el Corazón de Jesús. Pero más que cualquier otra cosa, es del agrado del Corazón de Jesús, el que seamos buenos, el que sigamos su ejemplo, el que imitemos sus virtudes para tener un alma cada día más santa y más cercana a El.
PROMESAS DEL SAGRADO CORAZÓN A SUS DEVOTOS Jesús, al aparecerse a Sta. Margarita, le ordenó que promoviera el culto al Sagrado Corazón y prometió llenar de gracias y bendiciones a aquellos devotos suyos y aquellos que propaguen el culto a su Sagrado Corazón. Jesús le hizo DOCE PROMESAS: 1. A las almas consagradas a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para su estado de vida. 2. Daré paz a sus familias. 3. Les consolaré en todas sus aflicciones. 4. Seré su amparo y refugio seguro durante la vida y principalmente a la hora de la muerte. 5. Bendeciré sus empresas y haré que las enderecen a su eterna salvación. 6. Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de misericordia. 7. Las almas tibias se harán fervorosas. 8. Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a la perfección. 9. Bendeciré las casas en que la imagen de mi Sagrado Corazón esté expuesta y sea honrada. 10. Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones más duros.
Las personas que propaguen esta devoción, tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.
A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi corazón les concederá la
gracia de la perseverancia final a la hora de morir. Venid a mi todos, los que estáis fatigados y oprimidos bajo el peso de la
cruz, y yo os aliviaré. "Venid a mi; si no sentís tal fuerza misteriosa de mi infinito amor a vosotros, sentid al menos la
generosidad de los beneficios que deseo concederos. ¡Cuánto lo necesitáis! Sin mi gracia, sin mi misericordia, sin mi amor, os
perderéis para siempre. Mucho deseo vuestra salvación, porque os amo mucho. Solamente si me amáis, os ameréis a vosotros
mismos, porque yo soy vuestra única y verdadera felicidad. "
PROPÓSITO DEL MES: De hoy en adelante seré devoto del Sagrado Corazón de Jesús. Si puedo conseguir una imagen suya la pondré a la entrada de mi casa. Haré las cosas que aprendí en este folleto que me dicen como ser devoto del Sagrado Corazón. Invitaré a otras personas a procurar esta devoción.
COLOMBIA EN LOS CORAZONES DE JESUS Y DE MARÍA
ORACIONES POR LA CONSAGRACIÓN DEL PAÍS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y AL INMACULADO
CORAZÓN DE MARÍA
Reseña histórica de la consagración de Colombia al Sagrado Corazón de Jesús. Durante la guerra de los 1000 días, fue consagrada Colombia al Sagrado Corazón de Jesús. En tiempos de penosa persecución, fue fundada la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús por las señoras de Bogotá, el 1 de agosto de 1864. Se propuso desde entonces la consagración del país. Se logró en 1874 la consagración de la Arquidiócesis de Bogotá y tres años después la consagración de la ciudad y del departamento de Cundinamarca. Don José Joaquín Ortiz la propuso varias veces al Congreso, pero murió sin ver realizado su anhelo. Se necesitó esperar la llegada de un hombre de gran aceptación, el Arzobispo Bernardo Herrera Restrepo, quien propuso el voto nacional el 6 de abril de 1902, iniciativa secundada y llevada a cabo por el presidente José Manuel Marroquín el 22 de junio de 1902. Cinco meses después se firmó la paz de Colombia, cesando así las 18 guerras fratricidas del siglo XIX. En 1994 la Consagración de Colombia al Sagrado Corazón fue declarada Inconstitucional.
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO.
ORACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA.
(Encomendar a la intercesión de la Sagrada Familia la consagración del país al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María.) Sagrada Familia de Nazaret, comunión de amor de Jesús, María y José, modelo e ideal de toda familia cristiana, a ti confiamos nuestras familias y nuestra patria Colombia. Haz de cada familia colombiana un santuario en el que se acoja y se respete la vida, una comunidad de amor abierta a la fe y a la esperanza, un hogar en el que reinen la comprensión, la solidaridad; y en el que se viva la alegría de la reconciliación y de la paz. Concédenos que todas nuestras familias tengan una vivienda digna en la que nunca falten el pan suficiente y lo necesario para una vida verdaderamente humana. Abre el corazón de nuestros hogares a la oración, a la acogida de la Palabra de Dios y al testimonio cristiano; que cada una de nuestras familias sea una auténtica Iglesia doméstica en la que se anuncie y se viva el Evangelio de Jesucristo. Amén
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO.
Ven ahora, oh Santo Espíritu, y llena los corazones de tus fieles; enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y todo será creado. Y se renovará la faz de la tierra. Oremos: Oh Dios que iluminaste los corazones de los fieles con la luz del Espíritu Santo, concédenos que por la gracia del mismo Espíritu seamos siempre sabios y nos regocijemos en su Santa Consolación. Por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.
ACTO DE HUMILDAD Y ENTREGA
(Por favor tómese unos instantes para pensar acerca de cada frase). Señor Jesús, me presento ante Ti tal como soy. Lamento mis pecados y me arrepiento de ellos; por favor perdóname. En Tu nombre yo perdono a todos los demás por lo que me han hecho. Renuncio a Satanás, a los espíritus malignos y a sus obras. Me entrego a Ti enteramente, Señor Jesús, ahora y para siempre. Te invito a mi vida. Te acepto como mi Señor, mi Dios y mi Salvador. Por favor sáname; por favor cámbiame, por favor fortaléceme en mi cuerpo, en mi alma y en mi espíritu. Ven, Señor Jesús; cúbreme con tu Preciosísima Sangre y lléname con tu Santo Espíritu. Te amo, Señor Jesús. Te alabo, Jesús. Te doy gracias Jesús, y seguiré tus pasos durante el resto de mi vida. Amén. Llamamos ahora a la Sagrada Familia y le pedimos oír nuestra oración de manera especial en este momento y aceptar estas humildes oraciones por: La conversión y la protección de Colombia (y la ciudad donde usted vive o por la cual se quiera orar). La abolición del aborto. La paz en este mundo. La paz en la Iglesia. La paz en nuestras comunidades. La paz en nuestras familias. La paz especialmente en nuestros propios corazones. Oremos por nuestros religiosos, nuestros sacerdotes, nuestros Obispos, Cardenales y nuestro Santo Padre.
ACTO DE CONTRICIÓN.
(Pidámosle al Espíritu Santo ayuda para recordar cualquier acto con el cual podamos haber ofendido a Dios en este día) Oh mi Dios: estoy sinceramente arrepentido por haberte ofendido; detesto todos mis pecados porque me aterrorizan las penas del infierno y la posibilidad de perder el cielo, pero principalmente porque que te he ofendido, oh mi Dios, que eres infinitamente bueno y mereces todo mi amor. Firmemente resuelvo, con la ayuda de Tu Gracia, confesar mis pecados, hacer penitencia y enmendar mi vida. Amén.
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE CHIQUINQUIRÁ.
Virgen de Chiquinquirá, Reina de Colombia, Madre Nuestra, ruega por nosotros. Concédenos el don inestimable de la paz, la superación de todos los odios y rencores, la reconciliación de todos los hermanos y la conversión de todos los colombianos. Amén. El Santo Rosario, oración diaria de súplica por la conversión de Colombia y su consagración al SACRATÍSIMO CORAZÓN DE JESUS Y AL inmaculado corazón de María.
CONSAGRACIÓN DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA.
Anunciado en las profecías de tu palabra, oh Señor, sabemos, confiamos y creemos que el triunfo del Inmaculado Corazón de María está próximo a llegar. Venimos, pues, a consagrarnos a Tí nosotros mismos, a consagrar nuestras familias y de manera especial consagrar nuestro país Colombia a vuestro Inmaculado Corazón, María Madre de amor y de misericordia! Nosotros creemos que consagrándote nuestro país, la espada no se levantará más sobre nuestra nación y que al fin cesará la guerra. Creemos que consagrándote nuestro país, toda arrogancia y todo orgullo humano, toda impiedad y toda dureza de corazón desaparecerán, y todo el mal será reemplazado por el amor y la bondad. Haz de nuestra Nación la morada perfecta para tu Inmaculado Corazón y permanece en nosotros, a fin de que, a través del Amor de tu Corazón, encontremos la paz, la unidad y la conversión. Amén.
CONSAGRACIÓN DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.
Jesús, Rey de Reyes y Señor de los Señores: aquí tenéis a vuestro pueblo, objeto de vuestra predilección y solicitud paternal, que lleno de gratitud por vuestras bondades y por la especial protección que le habéis dispensado viene en esta solemne ocasión a rendiros el homenaje de adoración y de amor que por tantos títulos os debe. Nosotros, inspirados en el espíritu de nuestra cristiana Constitución, que declara la Santa Religión Católica esencial elemento del orden social, venimos hoy, a nombre del pueblo colombiano, a hacer voto explícito de consagración a vuestro Corazón Adorable. Dignaos aceptar, Corazón Santísimo, este voto nacional como homenaje de amor y gratitud de la nación colombiana. Acogedla bajo vuestra especial protección: sed el inspirador de sus leyes, el regulador de su política y el sostenedor de sus cristianas instituciones, para disfrutar del don precioso de la paz. No permitáis que nunca se separe de Vos ni deje de reconoceros oficialmente delante de los hombres, para tener derecho a que Vos la reconozcáis ante vuestro Padre que está en los cielos. Bendecid a nuestro pueblo, a nuestra República y a sus mandatarios, a nuestra Iglesia y a sus pastores, a la Iglesia Universal y a su Pastor Supremo, y acelerad el día de vuestro triunfo sobre todas las naciones, para gloria de vuestro Divino Corazón. Amén.
CONSAGRACIÓN PERSONAL AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.
Señor Jesús nuestro Redentor y Salvador: venimos ante Ti este día de Acción de Gracias. Tuyos somos y tuyos queremos ser, y para manifestar públicamente nuestra fidelidad queremos en este día renovar nuestra consagración a Ti, esa consagración que hicimos el día de nuestro bautismo. Sabemos que muchos no te han conocido, otros han rechazado tu evangelio o algunos han renegado de Ti. Te pedimos que, con la fuerza de tu Espíritu, los atraigas a todos al amor del Padre, manifestado en tu Corazón. Señor, ejerce tu reinado de amor no solo sobre aquellos que nunca se han alejado de Ti, sino también sobre aquellos que te han abandonado; haz que todos vuelvan como el hijo pródigo a la casa paterna. Mira, Señor, con amor a nuestra amada patria, Colombia. Tú sabes que la han invadido muchas semillas de maldad, de odio y violencia. Tú conoces que la idolatría de la riqueza y las tinieblas de la mentira han ahogado la verdad y la justicia. Concede a tus fieles ser auténticos testigos de tu Reino. Te consagramos, Señor, nuestras familias, fundamento de la sociedad y de la Iglesia. Con el don de tu Espíritu fortalece y reanima nuestros hogares, para que sean de veras pequeña y primera comunidad cristiana, por la fe, la oración y el testimonio. Que llegue a nosotros tu Reino, el Reino de la verdad y la vida, el Reino de la justicia, el amor y la paz. Amén. REGRESAR AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Oración de consagración al Sagrado Corazón de Jesús
¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, adoro reverentemente tu corazón inflamado de amor y herido por nuestros pecados, quiero ratificar cada día mi consagración bautismal a ti y servirte fielmente según ella por amor. Me uno a tus designios de redención y salvación y quiero hacer del sacrificio de la cruz y de la misa el centro de mi vida, que me impulsen a crecer en tu amor y cooperar a la expansión de tu reino en nuestra patria y en el mundo entero. ¡Oh Jesús, vivo y glorioso en el cielo y en el Sagrario! me entrego del todo a ti y confío plenamente en ti todos los momentos de mi vida y sobre todo en la hora de mi muerte que acepto humildemente desde este momento como la mayor muestra de acatamiento y gratitud al amor de tu corazón. ¡Oh corazón de Jesús me entrego a ti por manos de tu madre! espero que no quedará frustrada mi esperanza Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.
Oración al Sagrado Corazón de Jesús
Oh Señor mi dulce amigo cuatro cosas hoy te pido con mucha necesidad. Paciencia para sufrir Fuerza para trabajar Valor para resistir las penas que han de venir y me han de mortificar. Temperamento sereno para poder
resolver las cosas con santa calma. Y así tener en el alma perfecta tranquilidad. Esto tengo que pedirte oh mi Jesús adorado en este día consagrado para adorarte y servirte por siempre. Amén.
Acto para desagraviar y congraciarse al Sagrado Corazón de Jesús
Oh Corazón clementísimo de Jesús, divino propiciatorio, por el cual prometió el Eterno Padre que oiría siempre nuestras oraciones: yo me uno con vos para ofrecer a vuestro Eterno Padre este mi pobre y mezquino corazón,
contrito y humillado en su divino acatamiento, y deseoso de reparar cumplidamente sus ofensas, en especial las que vos recibís de continuo en la Eucaristía, y señaladamente las que yo, por mi desgracia, también he cometido.
Quisiera, divino Corazón, lavar con lágrimas y borrar con sangre de mis venas las ingratitudes con que todos hemos pagado vuestro tierno amor. Junto mi dolor, aunque tan leve, con aquella angustia mortal que os hizo en
el huerto sudar sangre a la sola memoria de nuestros pecados. Ofrecédselo, Señor, a vuestro Eterno Padre, unido con vuestro amabilísimo Corazón. Dadle infinitas gracias por los grandes beneficios que nos hace continuamente,
y supla vuestro amor nuestra ingratitud y olvido. Concededme la gracia de presentarme siempre con gran veneración ante el acatamiento de vuestra divina Majestad, para resarcir de algún modo las irreverencias y
ultrajes que en vuestra presencia me atreví a cometer, y que de hoy en adelante me ocupe con todo mi conato en
atraer con palabras y ejemplos muchas almas que os conozcan y gocen las delicias de vuestro Corazón. Desde este momento me ofrezco y dedico del todo a dilatar la gloria de este sacratísimo y dulcísimo Corazón. Le elijo
por el blanco de todos mis afectos y deseos, y desde ahora para siempre constituyo en él mi perpetua morada, reconociéndole, adorándole y amándole con todas mis ansias, como que es el Corazón de mi amabilísimo Jesús,
de mi Rey y soberano dueño, Esposo de mi alma, Pastor y Maestro, verdadero Amigo, amoroso Padre, Guía segura, firmísimo Amparo y Bienaventuranza. Amén.
Oración Consagratoria
Corazón sagrado de mi amado Jesús: yo, aunque vil criatura, os doy y consagro mi persona, vida y acciones,
penas y padecimientos, deseando que ninguna parte de mi ser me sirva si no es para amaros, honraros y
glorificaros. Esta es mi voluntad irrevocable: ser todo vuestro y hacerlo todo por vuestro amor, renunciando de todo mi corazón a cuanto pueda desagradaros.
Os tomo, pues, oh Corazón divino, por el único objeto de mi amor, protector de mi vida, prenda de mi salvación,
remedio de mi inconstancia, reparador de todas las culpas de mi vida; y asilo seguro en la hora de mi muerte. Sed, pues, oh Corazón bondadoso, mi justificación para con Dios Padre, y alejad de mi los rayos de su justa
cólera. Oh Corazón amoroso, pongo toda mi confianza en vos, pues aunque lo temo todo de mi flaqueza, sin embargo, todo lo espero de vuestra misericordia; consumid en mi todo lo que os desagrada y resiste, y haced
que vuestro puro amor se imprima tan íntimamente en mi corazón, que jamás llegue a olvidaros ni a estar separado de vos. Os suplico, por vuestra misma bondad, escribáis mi nombre en vos mismo, pues quiero tener
cifrada toda mi dicha en vivir y morir como vuestro esclavo. Amén.
REGRESAR A LOS GRUPOS APOSTÓLICOS
PRIMER DOLOR DEL CORAZÓN DE JESÚS
COMUNIÓN INDIGNA Y TRAICIÓN DE JUDAS
Estando ellos cenando, tomó Jesús el pan y lo bendijo, lo partió, y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomad y comed: este es mi cuerpo
(Mat., cap 26) 1er preludio. Entra alma mía, respetuosamente en el cenáculo y contempla a Jesús sentado en la mesa con sus discípulos, dándoles por comida
su mismo cuerpo, aun al traidor Judas.
2do preludio. ¡Oh Jesús! Haz que comprenda la necesidad que hay de probarse a sí mismo para no recibir indignamente el don eucarístico; y
presérvame d ela desdicha de la mala comunión.
CONSIDERACIÓN
Jesús sabía que Judas había formado designio de hacerle traición y de ponerlo en manos de sus más crueles enemigos para darle muerte; sin
embargo: sin embargo, este bondadoso Salvador lo admite a su mesa y al mismo convite en que iba instituir el adorable sacramento de s cuerpo
y de su sangre; por el cual, antes de morir, había de dar a sus apóstoles la última prueba de su ardiente amor.
En efecto, habiendo instituido el sacramento de la Eucaristía, da la Sagrada Comunión a sus apóstoles, sin exceptuar al alevoso profanador, no
queriendo por su excesiva bondad escandalizarlo con una ruidosa repulsa y a fin de darle tiempo a que se arrepintiese de su horrendo crimen a la
vista de tal miramiento.
¡Cuales serían los sentimientos y el dolor de este adorable Salvador, cuando llevándose a sí mismo, en sus propias manos, se depositó en la boca
sacrílega de aquel traidor! ¡Y qué morada tan triste no hizo en el corazón de este pérfido, después de haber pasado por su detestable lengua, con
la cual, dentro de un momento, debía tratar su muerte y vender su sangre a un vil precio! Así es, que a pesar de su extrema caridad, lanza al
tránsfuga esta aterradora palabra: ¡Oh hombre desgraciado! Mas ¿quién es este hombre, sino el que come el Pan de los Ángeles con el corazón
aun manchado por sus pasiones, sin humildad, sin arrepentimiento, sin amor, y en cierto modo volviendo luego a entregar a las profanaciones
del mundo a Dios, que acaba de recibir: ―no sabiendo discernir el cuerpo del Señor, come y bebe su propio juicio‖.
Coloquio. ¿Quién no temblará, Señor, a vista del traidor Judas? ¡Un discípulo, un apóstol, el confidente de tus secretos, te recibe indignamente!
¡Dios mío, yo no soy digno de que entres en mi pobre morada, pero te diré con las hermanas de Lázaro: el que amas esta enfermo. Heme aquí,
¡oh médico divino! Cubierto de las heridas que me han hecho mis pecados! Y yo vengo a Ti para que me sanes; Tú lo puedes y creo que esta es
tu voluntad.
Propósito: Acercarse siempre al banquete eucarístico con el corazón purificado por la gracias de la absolución; prepararse cuidadosamente a la
comunión y examinar a menudo los frutos que sacan de ella.
Ramillete espiritual. Que el hombre se pruebe a sí mismo.
ORACIÓN
Acuérdate, ¡Oh dulcísimo y amado Jesús ¡ que nunca se oyó decir a cuantos han recurrido a tu benignísimo corazón, pedido sus auxilios e
implorado su misericordia, que hayan sido desamparados. Animado con esta misma confianza, ¡Oh Rey de los corazones! Corro y vengo a ti y,
gimiendo bajo el peso de mis pecados, me postro ante T; oh divino Corazón, no desoigas mis oraciones; ante bien, dígnate acceder a ellas.
Muéstranos oh amorosisimo Jesús, que tu adorable Corazón es el corazón del Padre más tierno, y que aquel que se dignó enviarte para obrar
nuestra Salvación, acepte por Ti nuestras plegarias. Amén.
LA TRAICIÓN DE JUDAS
Acercándose Judas a Jesús, le dijo: Dios te guarde, Maestro, y le beso. Díjole Jesús: amigo ¿a qué has venido?
1er preludio. Figúrate, alma mía que ves el jardín de los Olivos donde reina un silencio profundo. Es cerca de la media noche cuando llegaron
los enemigos de Jesús. Judas se acerca a él y lo abraza.
2do preludio. Haz, ¡oh Salvador mío! Que comprenda cuán culpable es el alma que te traiciona, abusando de tus gracias, y los formidables
castigos que le están reservados.
CONSIDERACIÓN
Judas, discípulo de Jesús, revestido de la dignidad soberana del apostolado, admitido a su mesa, y teniendo toda su confianza, se deja dominar
por una vil pasión y se hace el guía de los enemigos de su Salvador. Vende a su divino Maestro y comete la más negra traición, sirviéndose del
ósculo de paz para entregarlo en manos de los príncipes de los sacerdotes. Este mansísimo cordero lo recibe, no obstante que conocía la
horrenda intención de aquel pérfido, y lo trata con el dulce nombre de amigo. ¿Amigo, a que has venido? ¡Que herida tan penetrante no sería
esta en su amante Corazón! ¡Oh Dios mío, si has manifestado tanta bondad a un enemigo, a un servidor infiel; si has hecho tan grandes cosas
para desviarle de su pecado, ¿qué no deben esperar de ti los que, después de haber tenido la desgracia de ofenderte, te buscan de todo corazón?.
Judas, después de haber consumado su crimen, lleno de desesperación se da la muerte. Este pérfido apóstol había cerrado sus oídos a las
amistosas palabras por las cuales Jesús había querido ablandar su duro corazón, y, creyendo superado irremisible, consuma su eterna
reprobación. He aquí lo que obra la tentación en las personas que, después de haber sido colmadas de gracias, vuelven a las infidelidades:
acostumbradas a las bondades del Señor, de las cuales han abusado, nada les conmueve, ni el lenguaje de la fe, ni las piadosas exhortaciones, ni
los caritativos avisos. La voz de Dios bondadoso que las llama y que desea perdonarlas no es oída; de modo que estas almas infieles se
persuaden de que su salvación es imposible. ¡Cuan peligrosos son estos pensamientos de desesperación! Temamos y evitemos la ocasión de caer
en el pecado; pero, si olvidando la justicia de Dios, tuviésemos la desgracia de cometer alguna falta, recurramos a su infinita misericordia.
Coloquio, ¡Oh Salvador mío! No pernitas jamás que yo renueve, abusando de tus gracias, la traición que detesto en el pérfido discípulo: antes
haz que recordando los beneficios con que me has colmado, o sea siempre constante y fiel; más si yo por fragilidad, alguna vez tuviese la
desdicha de ofenderte, haz que me arroje, lleno de confianza, en los brazos de tu excesiva caridad para recibir de Ti el perdón.
Propósito. A menudo recordaré la bondad de Jesús, al recibir el ósculo del traidor Judas; me compadeceré del acerbo dolor que sintió entonces
el amante Corazón del que experimenta aun parte de los que le traicionan de nuevo en el sacramento de la Eucaristía.
Ramillete espiritual: ¿Amigo mío a qué has venido?
Padre Nuestro y Ave María
DOLORES DEL CORAZÓN DE JESÚS
SEGUNDO DOLOR DEL CORAZÓN DE JESÚS
PREVISIÓN
Comenzó a atemorizarse y a angustiarse, diciendo: Triste está mi alma hasta la muerte… Padre mío, si es posible, pase de mí este
cáliz… Mas no se haga mi voluntad sino la tuya… (Mateo, cap. 26).
1er preludio. Figúrate aun, alma mía, que estás en el jardín de los Olivos, y cerca de ti a Jesús, triste, agonizante y un ángel que le conforta.
2do preludio. ¡Oh Salvador mío! Haz que, tomando parte en el profundo dolor en que fuiste sumergido, obtenga el favor especial de ser
asociados a los tres discípulos testigos de tu agonía.
Consideración:
Considera, alma mía, que si las afrentas y suplicios que nuestro divino redentor iba a padecer atormentaban y afligían su amante Corazón, no
eran estas las penas que más sentía, pues siempre había deseado apasionadamente el dar la vida por los hombres, y muchas veces lo había
significado diciendo: Con un bautismo de sangre yo he de ser bautizado. ¡Oh! ¡Y cómo traigo en prensa el Corazón mientras que no lo veo
cumplido! Mas lo que causó en su alma una tristeza mortal fue la ingratitud y desprecio con que los hombres mirarían este beneficio, el poco
fruto que sacarían de su pasión y muerte, y que siendo esta bastante para salvar infinitos mundos, con todo, pocos serían los que se
aprovecharían de ella. Esta idea es la que lo aflige y lo acongoja y le hace entrar en agonía; este es el amargo cáliz de que pedía ser librado, y no
de la muerte ni de los acerbos tormentos. Es posible, diría entre sí el afligido Señor, ¡Oh hombres este es el pago que me han de dar! ¿Es así
como corresponderán al amor con que por ustedes muero? ¡Ah! Si yo supiera que al ver lo mucho que padezco, dejarían de ofenderme y
empezarían a mamarme, entonces sí que me ofrecería gustoso, no a una sino a mil muertes: mas que después de tantas penas sufridas por ustedes
con tanto amor, me correspondan con nuevos pecados, y que la sangre que voy a derramar por salvarlos sirva, por el abuso que de ella harán,
para su mayor condenación, este es un tormento que a mi corazón se hace insufrible.
Agobiado el divino Redentor con esta terrible representación, se postró con el rostro por tierra, con aquel rostro que es gloria de los ángeles, y
rogaba a Dios, con tanto mayor fervor, cuanto era mayor su congoja y aflicción. Tanto llego a ésta a oprimirlo, que comenzó a sudar sangre por
todos los poros de su cuerpo con tal abundancia, que bañó con ella la tierra.¡Oh amor!, ¡O tormento!, ¡Oh Sangre de mi divino Redentor!
Coloquio. ¡Qué es esto, adorable Jesús! Yo no veo en este huerto ni los azotes, ni espinas, ni clavos que te hieran. ¿Cómo pues te veo todo
ensangrentado? ¡Ah! Sí lo sé, Salvador mío, mis pecados han sido el lagar que exprimió de tu Corazón toda esa sangre y los crueles verdugos
que más te atormentaron. Perdóname, Jesús mío; y ya que de otro modo no puedo consolarte, sino por un verdadero arrepentimiento, dame por
tu afligido Corazón un dolor tan grande por haberte disgustado, que me haga llorar día y noche por mi ingratitud.
Propósito. Ir varias veces al día, por lo menos de corazón, al pie del tabernáculo a hacer actos de desagravio para reparar la ingratitud de los
hombres y corresponder en cierto modo a las excesivas finezas del amantísimo Corazón de Jesús.
Ramillete Espiritual. Padre mío, si es posible, aleja de mí este cáliz, sin que yo lo beba; mas no se haga mi voluntad, sino la tuya.
TERCER DOLOR DEL CORAZÓN DE JESÚS
HUÍDA DE LOS APÓSTOLES
MEDITACIÓN Entonces todos los discípulos abandonándolo, huyeron (Mat. C. 26)
1er Preludio. Figúrate, alma mía, a Jesús que ha quedado solo entre las manos de los soldados, porque todos sus discípulos huyeron
sobrecogidos de temor.
2do Preludio. Señor, presérvame de mi propia debilidad y no permitas que jamás yo traicione tu causa, ya sea por respeto humano o por amor
propio.
CONSIDERACIONES Mira, alma mía, como preso y atado este mansísimo Cordero se deja arrastrar por aquellos lobos. ¿Y sus discípulos, dónde están? ¿Qué Hacen?
Si no pueden liberarlo de las manos de sus enemigos, ¿por qué no lo siguen para atestiguar a lo menos, delante de los jueces su inocencia, y
consolarlo con su compañía? Todos huyeron y lo dejaron solo, después de tantas promesas que le habían hecho de morir con él. ¡Ah! ¡Cuán
sensible debió ser esta fuga al amante corazón de su buen Maestro! Pues no sólo les había hecho la gracia de admitirlos en su compañía y de que
lo siguiesen a todas partes, sino que después de haberles dado las mayores pruebas de su singular amor, había puesto el colmo a sus beneficios,
instituyendo por ellos algunas horas antes el más augusto de los Sacramentos, después de haberles hablado con toda efusión de su Corazón como
lo haría un buen padre en el momento de dejar a sus hijos; y sin embargo, ellos le abandonan a la primera apariencia del peligro.
¡Oh adorable Jesús! ¡Cuánto debió sufrir tu Corazón en esta ocasión al verse tan ingratamente abandonado de sus escogidos! En este punto s ele
presentaron, para afligirlo más todas aquellas almas más favorecidas y privilegiadas por él, que lo habían de abandonar después. Una estas he
sido yo Jesús mío, que después de tantas gracias, luces y favores que he recibido de ti; después de tantas promesas que en tiempo de tranquilidad
te había hecho; llegado el tiempo de la tentación, te he abandonado por seguir un apetito, por no privarme de un gusto, por condescender con
una pasión Perdóname, Redentor divino, y recíbeme ahora que, arrepentido, a Ti me vuelvo para no abandonarte más.
Aquel fino corazón siente vivamente la injusticia hecha a su ternura, pero siempre dulce, paciente y constante en su caridad inmensa, se entrega
a la muerte por aquellos mismos que se mostraban tan indignos de su amor. Después de su resurrección, se dignará mostrarse a ellos, llamarlos
sus hermanos y colmarlos de nuevos favores ―¡Oh caridad inagotable! ¡Oh amor infinito de un Dios!
Coloquio. Cuando veo ¡Oh Jesús mío! Conmoverse las más firmes columnas de la Iglesia a la primera tentación, ¿cómo me fiaré en mis
resoluciones? ¡Cuán grande es la debilidad del hombre y cuán poca cosa es preciso para hacerlo caer! Yo sobre todo siento toda mi fragilidad;
mas cuento con tus fuerzas a las cuales recurriré, uniéndome íntimamente a tu santísimo Corazón; de este modo tu amor será mi sostén en las
flaquezas y me dará como a los apóstoles, no sólo valor para reparar mis negligencias pasadas, sino también la gracia de imitar tu ejemplo
cuando reciba alguna ingratitud de las personas queme so deudoras.
Propósito: En la tentación, procurarme unirme fuertemente a Jesús para alcanzar la gracia de serle constantemente fiel.
Ramillete espiritual. ¡Oh mi buen Maestro, primero morir que abandonarte!
DOLORES DEL CORAZÓN DE JESÚS
CUARTO DOLOR DEL CORAZÓN DE JESÚS
LA NEGACIÓN DE PEDRO
Y pedro le iba siguiendo de lejos hasta llegar al palacio del Sumo Pontífice. Y Habiendo entrado, estaba sentado con los sirvientes para
ver el fin (Mat. C. 26)
1er preludio. Ve, alma mía, a San Pedro que después de haber seguido a Jesús a lo lejos se asienta cerca del fuego con los criados del gran
sacerdote.
2do preludio. ¡O Jesús, fuerza de los débiles! Haz que, desconfiando siempre de mí mismo, me una constantemente a ti para que me preserves a
la desgracia de ofenderte.
CONSIDERACIÓN
La primera causa de la caída de San Pedro fue, sin duda su presunción. Advirtiéndole su divino Maestro que desconfiase de su extrema
debilidad, no teme el peligro, presumiendo demasiado en el amor sensible que la tenía. ¡Feliz esta grande alma, si desconfiando de ella misma,
hubiese buscado constantemente en Jesús su sostén y su apoyo! Pero, no contando más que con sus propias fuerzas, bien pronto se intimida al
ver a los enemigos de su buen Maestro; sin embargo, como no quiere abandonarlo, lo sigue; mas desgraciadamente, no lo hace sino a lo lejos: de
este modo, a la primera ocasión habrá una deplorable caída. ¡Ah! ¿Qué somos sin la asistencia divina? Ante la presencia de una sirvienta que
cree reconocerlo como discípulo de Jesús, el temor se apodera de él, y el ligero soplo de una simple palabra derriba la roca que no ha mucho
tiempo se prometía arrostrar las olas del mar y sus furiosas tempestades…
¡O debilidad espantosa de la naturaleza humana! ¿No desconfiaré constantemente de ti? Pedro, el príncipe de los apóstoles, el jefe de la Iglesia,
niega a su divino Maestro, asegura con juramento que no lo conoce. ¡Ah! Cuán hondo y cuán amargamente penetró este ultraje en el Corazón de
Jesús. Pero, ¿yo no he tenido también la desgracia de renovar la dolorosa llaga que recibió del mismo de quien debía esperar más lealtad? Sin
embargo, en lugar de lanzar contra él algún terrible anatema, se apiada de su debilidad, le dirige una mirada llena de dulzura que penetra su
corazón, le convierte sinceramente y le hace derramar un torrente de lágrimas.
Coloquio. ¡Oh mi buen Maestro! Si como Pedro, ingrato e infiel, he ultrajado mil veces tu generoso Corazón, también como él he sido movido
por la dulzura y el poder de tu gracia, y así quiero lavar mis ingratitudes con las lágrimas de mi arrepentimiento. Haz que a ejemplo de este
célebre penitente, mis ojos se conviertan en dos fuentes de lágrimas; más, que sean lágrimas de amor y que pueda mezclarla con la sangre
preciosa que has derramado por mí.
Propósito. Rogar a menudo a Jesús, que penetre nuestras almas de la verdadera compunción, y que las anime del espíritu de penitencia.
Ramillete espiritual. Señor, no me dejes caer en tentación.
QUINTO DOLOR DEL CORAZÓN DE JESÚS
SU DOLOROSO ENCUENTRO CON SU SANTÍSIMA MADRE
1er Preludio. Figúrate, alma mía, ver la calle de la Amargura donde se agolpa la multitud, y donde María encuentra a su divino hijo.
2do Preludio: sagrados Corazones de Jesús y de María háganme la gracia de participar en su dolor y la de ser abrasado en su divino amor.
CONSIDERACIÓN
¿Quién podrá expresar el acerbo dolor que experimentó el amante Corazón de Jesús al volverse a ver con su afligidísima Madre? ¿Qué sentiría
aquel clementísimo Señor cuando alzando los ojos s encontraron con los de su santísima Madre que la miraban? Oye los tristes gemidos de la
desconsolada Señora, y el grande amor que le tiene revive. Por decirlo así, en aquel momento. Su corazón queda tan traspasado con el dolor
mortal que le ocasiona la vista lastimosa de su tierna Madre, y su afligida imagen s ele imprime con tal viveza que detiene algo sus pasos y le
hace experimentar las angustias de la muerte. Pero lo que más agrava su tormento interior es saber que lo que seguirá paso a paso aun hasta el
lugar del suplicio. Por eso, este doloroso encuentro, dejos de calmar el dolor de ambas víctimas, no sirvió sino para aumentarlo. María sufre al
ver sufrir a Jesús; Jesús sufría al ver a María; de este modo, por una recíproca comunicación de dolor y de amor, estos dos corazones, unidos tan
estrechamente, experimentaron de antemano los rigores de la crucifixión. Oh sufrimientos incomprensibles, de los cuales los corazones más
afligidos apenas pueden formarse una ligera idea. Ah, y ¿seré insensible a tantos padecimientos, cuando es por mi amor que se cumplen estos
dolorosos misterios? ¿No me compadeceré de un Salvador y de una Madre que han hecho tan grandes sacrificios por mi salvación? Sí, a ejemplo
suyo, quiero seguir los pasos de mi Redentor, es preciso que me una a sus trabajos y reciba con paciencia y resignación las penas que se dignará
enviarme. Dios no me prohíbe que sienta cuando pesa sobre mí su paternal severidad: lo único que desea es que mi voluntad esté siempre
sometida a la suya y que permanezca constantemente fiel a su servicio, a pesar de la repugnancia que manifestará nuestra viciada naturaleza.
Coloquio: ¡Oh amantísimo Redentor mío! Si yo debiera caminar sin vos, por el áspero camino del Calvario, me amedrentaría mi debilidad y
poco valor; sin Ti la Cruz es demasiado pesada; es un mal sin consolación y sin fruto mas, en tu compañía, ¡Oh amor de mi alma! No sólo se
vuelve ligera y amable, sino que también encierra un tesoro infinito. Haz, Oh Dios que me sirva para unirme íntimamente a ti; entonces, como
mi Madre Santísima, te seguiré con fidelidad, y uniéndome a tus dolores participaré ampliamente de los méritos de tu pasión.
Propósito: sufrir de buena gana todas las penas y aflicciones que sobrevengan en unión de Jesús y de María.
Ramillete espiritual: ¡Oh Jesús! ¡Por los acerbos dolores de tu herido Corazón, ten piedad de nosotros!
DOLORES DEL CORAZÓN DE JESÚS
SEXTO DOLOR DEL CORAZÓN DE JESÚS
MARÍA AL PIE DE LA CRUZ
Y la madre de Jesús estaba en pie cerca de cruz (Juan cap 19)
1er Preludio. Figúrate alma mía a Jesús crucificado sobre la montaña del Calvario y a María en pie cerca de la cruz.
2do preludio. Oh Jesús, rey de los mártires, haz que mi corazón, conmovido por la aflicción del tuyo, renuncie para siempre al pecado, pues
sólo él es la causa de nuestros dolores
CONSIDERACIÓN
Mira, alma mía a tu divino Redentor, como, en medio de tantos tormentos, inclina la cabeza hacia la tierra y pone sus moribundos ojos en su
santísima Madre que, llena de amargura y de dolor, estaba al pie de la cruz. Esta vista traspasó de parte a parte su afligido Corazón y le fue más
insoportable que la misma cruz; siendo aquella Virgen purísima la más amante, la Más fiel, la más agradecida, la más santa, y por ser la más
semejante a Él, era más digna de su amor que todos los ángeles del cielo, que todos los hombres de la tierra, y, por consecuencia la más amada.
Así, es imposible el dar una justa idea del acerbo dolor que experimentó aquel fino Corazón, viendo que sus padecimientos herían
profundamente el de su Madre santísima, viendo lo que sufría y lo que aun le quedaba por sufrir, para cumplir los designios de su Eterno Padre.
Por eso, olvidando sus propios tormentos, quiso darle algún consuelo: cuidando de ella y dirigiéndole la palabra, hizo que adoptara por Hijo al
discípulo que él amaba, diciéndole: Ahí tienes a tu hijo; y al discípulo: Ahí tienes a tu Madre, de este modo, nos mandó a todos en la persona de
san Juan, el servirla y honrarla como a nuestra madre. ¡Mira qué mayor muestra e amor, pues no sólo nos perdona, sino que, antes de exhalar el
último suspiro, nos deja la rica herencia de su Santísima Madre!
Oigamos ahora lo que esta Señora reveló a Santa Brígida, de la cruel aflicción que experimentaba el Corazón de Jesús al verla tan angustiada:
―Mi hijo, era de milagrosa complexión, y así batallaba en él la muerte con la vida. Estando en este combate de infinitas agonías, volvió hacia mí
la vista, y conociendo la grandeza del tormento que padecía mi alma, fue tanta la amargura y tribulación de su amantísimo Corazón, que rindió a
la inefable angustia de la muerte, según la humanidad, clamó a ese Eterno Padre diciendo: ―Padre en tus manos encomiendo mi espíritu‖. ¿No
eres tú, pecador abominable el que con tus crímenes te has hecho el verdugo de estos dos corazones tan puros e inocentes?
Coloquio. Oh Jesús, amor de mi alma, Oh María esperanza y refugio mío, quítenme las dulzuras de la vida; y ya que pasaron la suya en el dolor,
no permitan que yo acabe la mía sin haber gustado la amargura saludable de la cruz, pues soy su esclavo, Oh Dios mí, y el hijo de tu sierva, a
quien Tú mismo me diste por madre. Quisiera, amorosísimo Jesús, para darte las debidas gracias por este singular beneficio, tener una la lengua
y un corazón de serafín. Bendito seas, Dios de misericordia, que para usarla conmigo me has dado una protectora y una abogada tan poderosa
como María.
Propósito: Fijar constantemente nuestra vista en modelos de perfección; consagrar a su servicio lo que nos queda de vida y persuadirnos que
para ser agradables a Dios, es preciso imitar a Jesús y María.
Ramillete espiritual. Jesús dijo a su Madre. Ahí tienes a tu hijo, y al discípulo: ahí tienes a tu Madre.
SÉPTIMO DOLOR DEL CORAZÓN DE JESÚS
ABANDONO Y DESAMPARO DE SU ETERNO PADRE
Y cerca de la hora nona, exclamó Jesús en alta voz, diciendo Eloí, Eloí, Lamma sabacthani? Esto es, Dios mío, Dios mío, ¿por qué me
has desamparado? (Mat 27).
1er Preludio. Figúrate aun, alma mía, la montaña del Calvario y a Jesús pendiente de cruz.
2do Preludio. ¡Oh mi adorable Salvador! Yo te suplico, por el completo abandono en que quedaste sobre la cruz, que desprendas mi corazón de
todo apego a la criatura, para que, uniéndome estrechamente al tuyo, Tú solo me bastes.
CONSIDERACIÓN
Contempla alma mía, a tu divino Redentor en la mayor aflicción y abandono en que se había visto hombre alguno en esta vid, y en aquella
extremidad en que más se necesita amparo y consuelo: lo busca en la tierra y no lo encuentra. Sus discípulos y amigos lo habían abandonado:
sólo uno de entre ellos, algunas santas mujeres y su santísima Madre le acompañaban en su padecer; pero esto no podía darle ningún consuelo;
antes bien, con sus internos dolores aumentaba s aflicción. Mira a otras partes, y se ve cercado d enemigos que lo burlan, insultan y blasfeman;
alza los ojos y clama al cielo, y el cielo se hace de bronce. En la agonía había venido a confortarlo un mensajero celestial; más aquí estos
espíritus bienaventurados parecen insensibles a los sufrimientos de su rey… El Eterno Padre, viéndolo cubierto de nuestros pecados, lo
desconoce, por decirlo así, y lo abandona al furor de sus enemigos; este abandono fue para su Corazón santísimo el mayor de sus tormentos. De
ningún modo se había quejado; mas este fue tan vehemente y le oprimió de tal modo el Corazón, que no pudo menos que clamar en alta voz
diciendo: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Como si dijera ¿Es posible, Señor, que hasta Tú me abandones y conjures contra
mí? Que mis discípulos y mis amigos me abandonen; que los hombres me persigan, eso no me sorprende; porque son frágiles e ingratos, que no
me conocen, ni saben lo que hacen, pero Tú, Señor, que me amas, que sabes que soy Hijo tuyo, que padezco por tu gloria y por satisfacer tu
justicia, y que muero en esta cruz para obedecerte, ¿por qué me desamparas?
Afligidísimo y abandonado Redentor mío, ¿por qué, siendo Dios, quisiste padecer tan cruel tormento? Y si este era tu deseo, ¿por qué te quejas
tan amargamente? ¡Ah! Bien mío, ya te entiendo, quisiste enseñarme, con tu ejemplo, que no debo desesperar de tu infinita misericordia cuando
me vea privado de las dulzuras que causa en mi alma tu amabilísima presencia; que debo sufrir con paciencia la privación de las gracias
sensibles y los rigores aparentes de Dios hacia nosotros: pues es para enseñarnos a renunciar a nosotros mismos, que así lo haces. Señor, seas
para siempre bendito porque quisiste también sufrir este misterioso abandono a fin de reparar nuestra ingratitud; y bendito sea tu amante
Corazón a quien únicamente debo no haber sido eternamente abandonado de mi Dios.
Coloquio. Adorable Salvador, me avergüenzo de mí mismo, al verte soportar con una dulzura admirable ese completo abandono. Con tal que por
tus más crueles dolores, Dios sea glorificado y tus hijos arrancados al infierno, esto te basta: te olvidas de ti mismo y consientes en ser
abandonado del cielo y de la tierra; y yo, ¡Oh Jesús mío! Dominado por el amor propio, no pienso sino en mí; la más leve contradicción me
abate y me hace prorrumpir en quejas. Mas desde ahora, ¡Oh Dios mío! Tú sólo me bastarás, y mi única felicidad será hacer tu santísima
voluntad.
Propósito. En las penas interiores, en el olvido y abandono de las criaturas, unirnos estrechamente a Jesús y soportar con él sobre la cruz este
abandono de Dios y de los hombres.
Ramillete espiritual. ¡Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?
DOLORES DEL CORAZÓN DE JESÚS
ORACIÓN PARA CADA DOLOR DEL CORAZÓN DE JESÚS
¡Oh Dios todopoderoso y eterno! Mira al Corazón de tu Santísimo Hijo y las alabanzas y satisfacciones que te tributa en nombre de los
pecadores, y a éstos concédeles el perdón en nombre del mismo Jesucristo, tu Hijo y Salvador nuestro. Amén.
Para obtener las gracias que AHORA PEDIMOS……………………………………………….…, saludaremos al Corazón de Jesús con las
siguientes invocaciones:
1) ¡Oh Corazón de Jesús, coronado por la Santa Cruz! Me pesa de los pecados que he cometido contra ti con mi soberbia y desobediencia a
tu Santa Ley.
Padrenuestro ....
2) ¡Oh Corazón de Jesús, ceñido de corona de punzantes espinas! Me pesa de los pecados que contra ti he cometido con mis sensualidades, y
poca mortificación.
Padrenuestro …
3) ¡Oh Corazón de Jesús, rasgado por el hierro de la lanza! Me pesa de los pecados que he cometido contra ti con mi apego y afición a los bienes
de la tierra.
Padrenuestro …
Al Divino Corazón de Jesús, venid y adorémosle.
Al bondadoso Corazón de Jesús, venid y amémosle.
Al ultrajado Corazón de Jesús, venid y desagraviémosle.
ORACIÓN FINAL.
Oh Dios omnipotente, te pedimos que mires el inmenso amor del Corazón de tu amado Hijo Jesús, para que te dignes aceptar cuanto hacemos
para tu mayor honra y gloria y en satisfacción de nuestros pecados. Te lo pedimos por los méritos infinitos de tu Hijo, que contigo vive y reina
en unión del Espíritu Santo. Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Oración para ofrecer al Corazón de Jesús la comunión del primer viernes
Oh Corazón de Jesús, te ofrezco la Comunión de este (primer*) Viernes de mes, a gloria y honor tuyo, a fin de que cumplas en mí la Gran
Promesa de la perseverancia final. Concédeme, por los méritos de tu Corazón, una buena y santa muerte y la gloria del Cielo que has prometido
a tus devotos. Amén.
DOLORES DEL CORAZÓN DE JESÚS
ADORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
"VENID A ADORAR A CRISTO"
Puesto que Cristo mismo está presente en el sacramento del Altar es preciso honrarlo con culto de adoración. "La
visita al Santísimo Sacramento es una prueba de gratitud, un signo de amor y un deber de adoración hacia Cristo,
nuestro Señor"
La celebración y adoración de la Eucaristía nos permiten acercarnos al amor de Dios y adherir-nos personalmente a
él hasta unirnos con el Señor amado. El ofrecimiento de nuestra vida, la comunión con toda la comunidad de los
creyentes y la solidaridad con cada hombre, son aspectos imprescindibles del culto espiritual, santo y agradable a Dios
(cf. Rm 12,1) en el que toda nuestra realidad humana concreta se transforma para su gloria.
(Padre BENEDICTO XVI)
ADORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO:
Santísima Virgen, Madre de Dios y Madre mía: Medianera de todas las gracias, a ti debo la gracia de estar yo aquí en
presencia de tu Divino Hijo. Pongo a tus pies mi pobre oración para que Jesús la reciba como venida de tus propias
manos, y así, mis ruegos sean agradables a sus divinos ojos. San José, primer adorador de Dios, Humanado, intercede
por mí!
ACTOS DE ADORACIÓN
Respuesta: ¡TE ADORO JESÚS MÍO!
Vengo, Jesús mío, a visitarte. Te adoro en el Sacramento de tu amor.
Te adoro en todos los Sagrarios del mundo.
Te adoro, sobre todo, en donde estás más abandonado y eres más ofendido.
Te ofrezco todos los actos de adoración que has recibido desde la institución de este sacramento y recibirás hasta el fin
de los siglos.
Te ofrezco principalmente las adoraciones de tu Santa Madre, de San José y de las almas más enamoradas de la
Eucaristía.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén
Ángel de mi Guarda, vé y visita en mi Nombre todos los Sagrarios del Mundo. Di a Jesús muchas cosas que yo no sé
decirle, y pídele su bendición para mí.
ACTOS DE FE:
Respuesta: ¡JESÚS MÍO, YO CREO EN TÍ!
Creo, Jesús mío, que eres el Hijo de Dios vivo, que has venido a salvarnos.
Creo que estás presente en el augusto Sacramento del Altar.
Creo que estás por amor a mí en el Sagrario, noche y día.
Creo que has de permanecer con nosotros hasta que se acabe el mundo.
Creo que bendices a los que te visitan y que atiendes los ruegos de tus adoradores.
Creo que eres el Viático de los moribundos que te aman, para llevarlos al Cielo.
Creo en Ti, y creo por los que no creen.
COMUNIÓN ESPIRITUAL
Señor Jesús, creo firmemente que estás en el Santísimo Sacramento. Te adoro como Dios verdadero, aquí oculto. Por
mis pecados te pido perdón. Y porque te amo sobre todas las cosas, deseo recibirte espiritualmente en este momento.
Habiéndome unido a Tí, te doy gracias y me someto eternamente a tu Santa Voluntad.
ACTOS DE ESPERANZA
Respuesta: ¡EN TÍ CONFÍO, SEÑOR!
Espero en Tí, Jesús mío, porque eres mi Dios, que me has creado para el Cielo.
Espero en Tí, porque todo lo he recibido de tu bondad.
Sólo lo malo es mío.
Espero en Tí, porque eres mi Redentor.
Espero en Tí, porque eres mi Hermano y me has comunicado tu Filiación Divina.
Espero en Tí, porque eres mi Abogado e intercedes por mí ante Dios Padre.
Espero en Tí, porque eres mi Intercesor constantemente en la Eucaristía.
Espero en Tí, porque me has conquistado el Cielo con tu Pasión y Muerte.
Espero en Tí, porque reparas mis deudas.
Espero en Tí, porque eres el verdadero Tesoro de las almas.
Espero en Tí, porque eres tan bueno, que me pides que confíe en Tí.
Espero en Tí, porque siempre me atiendes y me consuelas, y nunca has defraudado mi esperanza. Sagrado Corazón de
Jesús, en Tí confío
ACTOS DE CARIDAD
Respuesta:¡JESÚS MÍO, YO TE AMO!
Te amo, Jesús mío, y te amo con todo mi corazón y como a nadie.
Porque Tú me amas infinitamente.
Porque Tú me has amado desde la eternidad.
Porque Tú has muerto para salvarme.
Porque Tú me amas tanto que no podrías amarme más.
Porque me haces participante de tu Divinidad y quieres que lo sea también de tu Gloria.
Porque te entregas del todo a mí en la Comunión.
Porque me das en manjar tu Cuerpo y en bebida tu Sangre.
Porque estás siempre por amor a mí en la Santa Eucaristía.
Porque me recibes siempre y nunca me rechazas.
Porque eres mi mejor Amigo.
Porque me colmas de tus dones.
Porque me tratas siempre con misericordia a pesar de mis pecados e ingratitudes.
Porque me has enseñado que Dios es mi Padre y que me amas mucho.
Porque me has dado por Madre a tu propia Madre.
Dulce Corazón de Jesús, haz que te ame cada día más.
Dulce Corazón de Jesús, sé mi Amor.
Te amo por los que no te aman;
Te amo por los que nunca piensan en Tí;
Te amo por los que no te visitan;
Te amo por los que te ofenden e injurian.
¡Qué pena por todo esto!
Te amo y te digo con aquél tu siervo: "¡Oh, Jesús, yo me entrego a Tí para unirme al amor eterno, inmenso e infinito
que tienes a tu Padre Celestial! ¡Oh, Padre Adorable! Te ofrezco todo el amor eterno, inmenso e infinito de tu amado
Hijo Jesús". (San Juan Eudes.)
ACTOS DE GRATITUD
Respuesta: ¡GRACIAS, SEÑOR, POR TODOS TUS BENEFICIOS!
¡Oh, Jesús, te doy gracias por los beneficios que me has concedido!
Yo no sabré nunca apreciarlos si no en el Cielo, y allí te los agradeceré eternamente.
Padre Celestial, te los agradezco por tu Santísimo Hijo Jesús.
Espíritu Santo, que me inspiras estos sentimientos, a Tí sea dado todo honor y toda gloria.
Jesús mío, te doy gracias, sobre todo, por haberme redimido.
Por haberme hecho cristiano, mediante el Santo Bautismo, cuyas promesas renuevo.
Por haberme dado por Madre a tu propia Madre.
Por haberme dado un gran amor a tanta tierna Madre.
Por haberme dado por protector a San José, tu padre adoptivo.
Por haberme dado el Angel de mi Guarda.
Por haberme conservado hasta ahora la vida para
hacer penitencia.
Por tener estos deseos de amarte, de vivir y morir en tu Gracia.
ACTOS DE CONTRICIÓN
Respuesta:¡JESÚS MÍO, MISERICORDIA!
Jesús mío, te pido perdón por los muchos pecados que he cometido durante mi vida.
Por los de mi niñez y adolescencia.
Por los de mi juventud.
Por los de mi edad adulta.
Por los que recuerdo y no recuerdo.
Por lo mucho que te he ofendido por ellos.
Por lo mal que me he portado contigo.
Siento mucho el haber pecado.
R: ¡PERDÓNAME, SEÑOR JESÚS!
Perdóname según tu gran misericordia.
Perdóname por lo ingrato que he sido para Tí.
Perdóname y no quieras acordarte ya de mis pecados.
Perdóname y limpia mi alma de tanta miseria e infidelidad.
Perdóname y ten misericordia de este pobre pecador.
Perdóname, que estoy muy arrepentido.
Perdóname, que quiero ser bueno en adelante con tu gracia.
Perdóname, y aparta tu rostro de mis ingratitudes.
Perdóname, que me causan mucho dolor mis pecados.
Perdóname, porque me reconozco pecador.
Perdóname, porque no obstante, Tú sabes que te
quiero mucho.
Jesús, sé mi Salvador. María, Madre mía, intercede por mí ante tu Divino Hijo Jesús.
Dulce corazón de María, sé mi salvación.
ACTOS DE SÚPLICA
Respuesta:¡TE RUEGO, JESÚS MÍO!
Que no me dejes, porque me perderé.
Que me persevere siempre en tu Amor.
Que estés siempre conmigo, sobre todo cuando esté en peligro de pecar y en la hora de mi muerte.
Que jamás permitas que me aparte de Tí.
Que sepa padecer con resignación por Tí.
Que no me preocupe si no de amarte.
Que ame también a mi prójimo.
Que ame mucho a los pecadores.
Que ame mucho a los necesitados y a los enfermos.
Te ruego, Jesús mío, que ampares: a tu Santa Iglesia al Romano Pontífice, tu Vicario visible en la Tierra.
A los Obispos y sacerdotes.
A los Religiosos y Religiosas
A los que mandan en tu nombre.
A nuestra querida Nación.
A mis amados familiares y allegados.
Te ruego: Que favorezcas a los que ruegan por mí. Que bendigas a los que me traten con indiferencia o no me
quieran. Que trabaje mucho por Tí, hasta mi muerte.
Que me concedas una muerte santa.
Que diga al morir: ¡Jesús, María, salvad el alma mía! Que me lleves al Cielo cuando muera.
Amén.
VISITA A JESÚS SACRAMENTADO
Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombres, estás día y noche en este Sacramento lleno de piedad y de amor,
llamando y recibiendo a todos los que vienen a Tí
Creo que estás presente en el Pan Consagrado oculto en éste humilde Sagrario.
Te adoro desde el abismo de mi nada y te doy gracias por todo lo que Tú me has dado;
- te doy gracias de un modo especial, por haberte dado Tú mismo a mí en este Sacramento;
- te doy gracias por haberme dado por Madre espiritual a tu propia Madre;
- Te doy gracias por haberme llamado a tu Presencia para estar ahora aquí, junto a Ti.
Adoro tu Divino Corazón; De quien proceden tus amorosos dones; y desde aquí quiero adorarte en tu presencia
Eucarística, que envuelve toda la tierra.
Jesús mío, te amo de todo corazón; Me arrepiento de haberte ofendido. Prometo serte fiel en adelante;
- Y... miserable como soy Me consagro todo a Tí: Te entrego mi voluntad, mis afectos, mis pensamientos, y todas mis
cosas;
- Haz lo que quieras de mí y de todo lo mío;
Sólo te pido y deseo tu infinito amor, y tu ayuda para cumplir siempre la voluntad de Dios y perseverar así hasta el
final de mi vida.
Amado Salvador mío, uno mi corazón a tu Corazón, y así reunidos los ofrezco al Eterno Padre, en amorosa oblación y
entrega total. Amén.
San Alfonso María de Ligorio
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LAS LÁGRIMAS DE JESUS
Introducción:
¿Quién de nosotros no a llorado en algún momento de su vida? Todos los seres humanos hemos derramado lágrimas. Por lo general somos personas
muy privadas y no queremos que nadie nos vea, cuando por una u otra razón lloramos, pero al contrario cuando reímos lo hacemos sin ninguna
vergüenza. El llorar es una emoción que procuramos esconder, mayormente lo hombres ya que en nuestra sociedad se nos enseña que el llorar es de
mujer. Las lágrimas por lo general indican cuatro cosas: Tristeza, Dolor o sufrimiento físico, Alegría, Compasión. Las lagrimas son un lenguaje que
todos entendemos. En las escrituras encontramos tres ocasiones en las que el Señor Jesús lloro. Analicemos y consideremos las lágrimas de Jesús.
I. LO QUE INDICAN LAS LÁGRIMAS DE JESÚS. (DIOS ES UN SER EMOCIONAL)
A. Para muchas personas Dios es una fuerza impersonal, un ser reservado y lejano. Es decir que no se compadece o preocupa por nosotros. Pero
están muy equivocados ya que la Biblia nos muestra que El no es así.
B. Dios es un ser emocional. Puede estar entristecido. (Gen.6:5-7). Aborrece el pecado. (Prov.6:16-19) Ama a los pecadores. (Juan.3:16)
C. Dios no es una fuerza impersonal. Sus lágrimas lo demuestran. Cada vez que el Señor lloraba demostraba lo importante que son para el los
pecadores.
II. JESÚS LLORO CERCA DEL SEPULCRO DE LÁZARO. (JUAN.11:32-44)
A. Había una relación de amistad entre Jesús, Lázaro y sus hermanas.
B. Poco antes de esto Lázaro había estado enfermo. (Juan.11:3-6)
C. Jesús se tardaba en llegar a la ciudad donde se encontraba Lázaro para hacer el milagro y mientras el retraso Lázaro murió. (Juan.11:32)
D. La reacción de las hermanas y amigos de Lázaro. (v.32-33) ―lloraban‖
E. La reacción del Señor Jesús. (v.33): Se estremeció en espíritu: ―embrimaomai‖ es conmoverse profundamente. Indica que el Señor estaba
enojado por algo, se indigno por algo. Se conmovió: ―tarasso‖ agitar o remover. Denota angustia. Jesús lloro. (v.35) ―Soltó lagrimas
silenciosamente‖
F. Si el Señor sabía que podía resucitar a Lázaro ¿Por qué lloro? ¿Por qué estaba enojado y angustiado? Podemos notar dos razones:
1. Después de resucitar a Lázaro muchos seguirían siendo incrédulos, su enojo fue por la dureza de los corazones de algunos.
2. El hombre no fue creado para morir, la muerte es consecuencia del pecado y el Señor sufre por lo terrible que el hombre experimenta a
causa del pecado.
Es entonces, que Jesús lloró. No te confundas tú también. No creas lo que tantos predicadores han pregonado por años. Jesús no llora por su amigo
Lázaro. Porqué llorar por alguien que va a resucitar en cuestión de minutos? Jesús no lloraría por algo tan pasajero. El Señor llora por Marta, por
María, por sus amigos. Tantas horas compartidas. Tantas tazas de café. Tantos días hablando de los secretos escondidos y los Planes del Cielo.
Tantas leyes del Reino, tantas veces de hablar sobre Su misión en la tierra. Eran amigos, pero no lo conocían.
-Bueno, no es que dudemos, pero una cosa es sanar un enfermo, otra muy distinta, hacer algo con un muerto. Confiaban en El, pero con ciertas
restricciones. Con reservas. Eres Dios, siempre y cuando mi problema no sea tan grande que hasta te supere a ti, inclusive. Marta, María y aún los
vecinos de Betania no comprenden que sólo es un plan orquestado para que El pueda mostrar su Gloria. Que jamás los ha dejado solos, por el
contrario, el propósito era atraerlos hacia El y que formen parte de la historia grande de las escrituras.
Aún a pesar de todo, el Señor les dará una oportunidad para creer. Les ordenará que quiten la piedra y traerá a Lázaro de regreso.
Si. La misma piedra que El mismo podría pulverizar o hacerla levitar. Aquella que decenas de ángeles, muy gustosos, estarían dispuestos a mover.
Pero El les dará la oportunidad a sus amigos.
-Marta, María, respetables vecinos. Sólo voy a pedirles un enorme favor. Si aún le quedan ganas de confiar y creen en esta amistad, corran la piedra
de la tumba.
El mismo Señor que iba a resucitar a un muerto, les deja participar del milagro.
III. JESÚS LLORO AL ENTRAR EN LA CIUDAD DE JERUSALÉN. (LUC.19:41-44)
A. Los habitantes de Jerusalén rechazarían a Jesús y el Señor sabia por su omnisciencia que Jerusalén seria destruida muy pronto. Por eso lloro.
B. La palabra utilizada (v.41) para señalarnos que Jesús lloraba es ―claro‖ y esta denota llorar en voz alta, lamentarse o gemir en voz alta. Esto nos
indica que Jesús tenía una emoción muy fuerte.
C. ¿Por quien lloraba el maestro?:
1. Por los que rechazaban las señales y milagros que confirmaban su deidad.
2. Por los que despreciaban sus palabras.
3. Por los que tenían el corazón duro de incredulidad.
4. Por los asesinos de los profetas. (Sabiendo que El seria su próxima victima)
5. Por los pecadores.
D. En este momento Jesús pudo haber hecho algo, el estaba enojado con sus enemigos, pero solo dijo: ―no quisiste‖ (Mat.23:37)
IV. JESÚS LLORO EN EL HUERTO DE GETSEMANI. (LUC.22:39-46)
A. Esto fue poco antes de su muerte y podemos ver mas detalles de este acontecimiento en: (Heb.5:7-9)
Ofreció al Padre ruegos, suplicas y lagrimas.
B. La omnisciencia del Señor tiene que haber influido mucho en su estado emocional. El sabia de antemano todo lo que iba a sufrir: Sabia el dolor
que iba a experimentar y esto le causo tristeza.
C. Pero hay algo que seria mucho más horrible que la muerte. El sabía que debía llevar nuestros pecados. Es decir que el Hijo estaría separado por
primera vez de su Padre. (Mat.27:46). Todo esto por el pecado. Debemos entender lo horrible del pecado.
D. Por esto el Señor derramo lagrimas.
Conclusión: Claramente notamos que El Señor Jesús sentía diversas emociones hacia la Humanidad y lo manifestó con lagrimas. Dios no es Ser
lejano, reservado o que no se preocupa por nosotros, al contrario El ama a la humanidad: No es su deseo que perezcamos por el pecado. (2Ped.3:9),
Esto es algo que nos debe llenar de gozo.
Mientras tú sigas pecando Jesús sigue llorando, pero si obedecemos abra gozo en el cielo.
Tenemos la oportunidad de que esas lagrimas de Cristo se conviertan en alegría. Hagamos su voluntad y seamos fieles a El.
PARA DESARROLLARLO JUNTO A LAS PRESENTACIONES EN POWER POINT DE LOS TEMAS:
1 A LA SANTA CRUZ
2 RETIRO DE CUARESMA LA CRUZ 3 A LOS AMIGOS DE LA CRUZ MEDITACIÓN 4 A LOS AMIGOS DE LA CRUZ RETIRO 1 5 A LOS AMIGOS DE LA CRUZ RETIRO 2 6 A LOS AMIGOS DE LA CRUZ RETIRO PRACTICA FINAL Según el desarrollo del mismo.
Esta parte de aquí en adelante se inicia en el tema A LOS AMIGOS DE LA CRUZ RETIRO 1
1º Agradecimiento a Dios el Padre por el regalo de la vida
Bendito sea tu nombre, Dios todo poderoso que has creado la vida para tu placer y tu gloria. Bendito seas Señor Dios, quien me has formado en el vientre y que me conocías antes de que yo viniera a la existencia. Bendito sea el gran regalo de la vida que yo disfruto gracias al cuidado de mis padres quienes me criaron por la voluntad de Dios. Señor, Dios mío, autor y preservador de la vida: Yo te agradezco por permitirme existir, te agradezco por haberme creado de la nada y por hacerme un ser único, lleno de regalos que reflejan tu imagen. Siento mucho Señor no haber vivido de acuerdo a tus deseos sino de acuerdo a las debilidades de mi naturaleza pecadora. Me arrepiento de mi vida pasada y te consagro mi vida de nuevo para que reviva en tu Presencia y en los diseños de tu Santa Voluntad. Gracias Señor por el mundo, este maravilloso escenario de la vida que tu nos presentas diariamente. Te agradezco Señor por las vidas de todos mis hermanos y hermanas tanto vivos como muertos; ellos serán mi compañía en la eternidad ante la visión de tu gloria. Gracias Señor por el regalo de la vida inocente que ha sido desperdiciada por causa de nuestra negligencia, por favor, perdónanos Señor nuestros pecados. Gracias Señor por el aire que respiramos, por la sangre que corre por nuestras venas, gracias Señor por el regalo del tiempo y espacio. Gracias por este maravilloso universo que esta mas allá de nuestra comprensión, por las estrellas, los planetas y las constelaciones. Gracias Señor por nuestra inteligencia, por los regalos que tu nos has concedido a cada uno de nosotros. Gracias Señor por que nos llamas tus hijos, no merecemos ese titulo. Salmo 63 EL ANSIA DE DIOS El alma sedienta de Dios
Oh Dios, Tú eres mi Dios, por ti madrugo Mi alma está sedienta de ti, como tierra reseca, agostada sin agua. Como te contemplaba en el santuario, viendo tu fuerza y tu gloria Tu gracia vale mas que la vida, Te alabaran mis labios. Toda la vida te bendeciré y alzare las manos invocándote. En el lecho me acuerdo de ti Y velando medito en ti. Porque fuiste mi auxilio. Y a la sombra de tus alas canto con jubilo; Mi alma esta unida a ti y tu diestra me sostiene. GLORIA AL PADRE Y AL HIJO Y AL ESPIRITU SANTO……
2º Oración por el RETIRO ESPIRITUAL. OMNIPOTENTE y eterno Dios, que por tu Espíritu Santo presidiste en el Concilio de los Santos Apóstoles, y has prometido, por medio de tu Hijo Jesucristo, estar con tu Iglesia hasta el fin del mundo; te suplicamos que estés presente el RETIRO DE CUARESMA al cual nos has convocado el día de hoy, te pedimos que aceptes a todos tus hijos aquí reunidos en tu Nombre, Sálvanos de todo error, ignorancia, soberbia y malos juicios; y por tu gran misericordia, te rogamos que de tal manera nos dirijas, santifiques y gobiernes en nuestra obra, por el gran poder del Espíritu Santo, que el consolador Evangelio de Cristo sea verdaderamente predicado, verdaderamente recibido y verdaderamente seguido en todas partes, para destruir el reino del pecado, de Satanás y de la muerte; hasta que, al fin, todas tus ovejas dispersas, reunidas en un solo rebaño, seamos partícipes de la vida perdurable; por los méritos de la pasión y la muerte de Jesucristo nuestro Salvador. Amén.
3º ACTO PENITENCIAL Y DE RECONCILIACIÓN
ORACIÓN DE CONTRICCION, Jesús mi señor y redentor yo me arrepiento de
todos………………………………
CANTO: SEÑOR TEN PIEDAD
4º INVOCACIÓN AL ESPIRITU SANTO
SECUENCIA AL ESPIRITU SANTO
Ven Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre, Don, en tus dones espléndido. Luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo. Ven, Dulce Huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, Divina Luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, si no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo. Lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén. Aleluya
B. CANTO AL ESPIRITU SANTO,
Dulce huesped del alma, mora en mi.
Santo espíritu de Dios mora en mí, Mora en mí; Quiero ser lleno de tu LUZ, mora en mí, mora en mí. Santo espíritu de Dios mora en mí, Mora en mí; Quiero ser lleno de tu LUZ, mora en mí, mora en mí. Si tu bella luz mora en mi, la gloria de Jesús irradiare Mora en mi, mora en mi; soy de ti, soy de ti.
Santo espíritu de Dios mora en mí, Mora en mí; quiero ser lleno de tu LUZ, mora en mí, mora en mí.
Si quebrantas santo mi ser, instrumento de tu amor yo puedo ser Mora en mi, mora en mí; soy de ti, soy de ti.
Santo espíritu de Dios mora en mí, Mora en mí; quiero ser lleno de tu LUZ, mora en mí, mora en mí. Si me unges con tu fuerza y tu poder, al mundo nada tengo que temer; Mora en mi, mora en mí; soy de ti, soy de ti.
5º TEMA: LOS AMIGOS DE LA CRUZ
PRESENTACION EN PPS Diapositivas
REGRESAR A LOS AMIGOS DE LA CRUZ
GUIA PARA LOS MINISTROS DE LECTURA
¨Siempre…. Cristo está presente en su palabra¨. Al proclamar la palabra de Dios, los lectores están ejerciendo la responsabilidad
de meditar en la presencia de Cristo. Dios le habla a los fieles a través de ellos,. El impacto del mensaje de Dios va a depender
significativamente de la convicción, la preparación y la manera como se da el mensaje.
La reverencia hacia lasa escrituras, es importante porque la iglesia ve una conexión intima entre la ¨Mesa de la palabra de Dios¨
y la ¨Mesa de la Eucaristia¨.
En una, el pacto Divino se anuncia y la Iglesia crece en su sabiduría; en otra, se renueva el pacto y la Iglesia crece en Santidad.
I. PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA
1. La proclamación de la Palabra de Dios es verdaderamente un servicio para la Iglesia. Los lectores presentan la Palabra de Dios
viva a la asamblea litúrgica. Por lo tanto, el ministerio de la Palabra debe ser tratado seriamente y con gran dignidad. (IGMR 55)
2. La Palabra de Dios no es simplemente leída durante la liturgia. Es proclamada, aunque no con una exhibición teatral. Una
proclamación efectiva incluye la entrega del mensaje con claridad, convincente y con un acento adecuado. Exige la habilidad de
evocar la fe en los demás, por medio de la demostración de nuestra propia fe. La Proclamación es un ministerio especial que
presupone fe. También despierta la fe en aquellos quienes escuchan la Palabra proclamada. (LM- Leccionario para la Misa, Intr.
55)
3. La asamblea debe escuchar la proclamación de las Escrituras en vez de estarlas leyendo en el Misal. Cuando el escuchar es
común, los fieles experimentan no solo unidad entre ellos sino también la presencia de Cristo hablándoles a través de la Palabra.
Sin embargo, los Párrocos y los lectores necesitan estar atentos a las necesidades especiales de los que tienen dificultades
auditivas y para aquellos cuyo idioma es diferente del utilizado en la Misa. (LM Intr. 7, 37).
II. REQUISITOS
4. Todos los ministros litúrgicos, especialmente los lectores, deben ser debidamente capacitados para su ministerio. Este
ministerio de la Palabra requiere habilidad para leer en público, conocimiento de los principios litúrgicos, y un entendimiento de
las escrituras. Solamente los lectores capacitados deben ser programados para la liturgia. (IGMR 101, LM Intr. 14)
5. Que los Lectores hayan recibido sus sacramentos de iniciación, que sean Católicos practicantes cuyas vidas dan testimonio de
la Palabra que ellos proclaman.
En ocasiones especiales y por razones personales, una persona joven que aún no ha recibido los sacramentos de iniciación (por
ejemplo, no ha sido confirmada ni ha recibido la Primera Comunión) se le puede permitir leer durante una liturgia.
6. Los lectores pueden ser enviados públicamente para su ministerio, preferiblemente durante una Misa dominical.
7. Aquellos que actualmente son lectores, deben participar periódicamente en programas de formación.
III. PREPARACIÓN
8. Para hacer el servicio de la Palabra efectivo, se espera que los lectores estén preparados para su ministerio. La preparación debe
ser espiritual, de la escritura y práctica. La preparación espiritual incluye oración sobre el texto y reflexión en su mensaje. La
preparación de la escritura incluye comprensión y entendimiento del texto.
La preparación de la práctica incluye dominar las palabras difíciles, aprender la pronunciación correcta y practicar la expresión oral
del texto en voz alta.
9. También se espera una preparación inmediata de todos los lectores. Esto requiere que llegue con bastante tiempo antes de la
liturgia, encuentre las lecturas en el Leccionario, y arregle el micrófono asegurándose que el sistema del sonido funcione
apropiadamente.
REGRESAR A GRUPOS APOSTÓLICOS
IV. LENGUAJE INCLUSIVO
10. El lector no tiene la libertad de cambiar los textos de las Escrituras. (LM Intr. 111)
V. MINISTROS DE LA PALABRA
11. De acuerdo a la tradición antigua y las enseñanzas de la Iglesia, las lecturas —con excepción del Evangelio— son proclamadas por
ministros laicos. (IGMR 59)
Siendo que la participación de dos lectores—uno para cada lectura— es recomendable, la comunidad parroquial debe esforzarse por tener
suficientes lectores para satisfacer este ideal (IGMR 109, LM Intr. 52)
12. La Oración de los Fieles es parte de la Liturgia de la Palabra. Cuando el diácono no está presente, el lector o cantor anuncia las intenciones
desde el ambón. (IGMR 138, LM Intr. 53)
VI. SÍMBOLOS EN LA LITURGIA DE LA PALABRA
13. En el culto, Dios le habla a la comunidad de fe a través de las personas, acciones y objetos. Para asegurar la efectividad pastoral de la
Liturgia de la Palabra, es importante poner mucha atención a los símbolos de la liturgia. Los símbolos que son esenciales para cualquier
celebración de la Palabra, son: el lector, el libro y el ambón. A continuación, un breve comentario sobre cada uno de ellos en el orden
mencionado.
14. Los ministros lectores, como uno más de la asamblea que da culto, se espera que participe en toda la liturgia. Dentro de la Misa, cada lector
debe participar activamente en la liturgia entera. No es apropiado para un lector participar activamente sólo en la Liturgia de la Palabra.
(IGMR 91)
15. El Leccionario y Evangeliario son libros donde está contenida la Palabra y deben estar dignos. Las lecturas siempre son proclamadas de
estos libros litúrgicos. Lecturas que no son bíblicas nunca deber sustituir a las lecturas o Salmo Responsorial. (IGMR 57, 349, LM Intr. 12,
35, 36).
16. El ambón es el símbolo de la presencia de la Palabra de Dios en la Iglesia, así como el altar es el símbolo del Sacramento de la Eucaristía.
La Liturgia de la Palabra se lleva a cabo desde el ambón. Por lo tanto, el ambón tiene que ser permanente, solemne, digno y prominente. Las
velas y otros elementos decorativos pueden ponerse a su alrededor. El ambón se usa para proclamar la Palabra, concretamente, lecturas de la
Sagrada Escritura: el Evangelio, la homilía y las intenciones de las Oraciones de los Fieles. El Salmo Responsorial es parte de la Sagrada
Escritura, lo ideal es que se cante desde el ambón. El atril se usa más para dirigir el canto, las moniciones, hacer anuncios, etc. Todas las
lecturas se hacen desde el único ambón: es inapropiado tener dos ambones. (IGMR 58, 309, LM Intr. 16).
VII. SILENCIO
17. Para darle a la asamblea la posibilidad de reflexionar sobre la Palabra proclamada, los silencios son muy importantes. El apresuramiento
tiene que ser evitado. Debe hacerse una pausa después de decir ―Lectura del….‖ y también antes de ―Palabra de Dios‖. Otro tiempo de
silencio debe ser observado después de cada lectura, antes de que el lector deje el ambón; también debe hacerse un breve silencio después del
Salmo Responsorial. Ofrecer una catequesis sobre el propósito y uso apropiado de los momentos de silencio. (IGMR 56, LM Intr. 28)
VIII. EL ASIENTO DE LOS LECTORES
18. Los lectores necesitan sentarse en un lugar que les permita fácil acceso hacia el ambón. Al tiempo de la Liturgia de la Palabra, el lector se
acerca al ambón, lentamente y con reverencia. Si el lector tiene que pasar frente al altar, deberá inclinarse frente a él antes de pasar al ambón.
Todos los movimientos que se hagan en la liturgia, tienen que hacerse con dignidad y gracia, nunca apresuradamente. Después de la lectura,
el
IX. CONSEJOS ÚTILES
19. Los lectores empiezan a leer diciendo, "Lectura del Libro del Éxodo" tal como está escrito en el Leccionario. No es apropiado agregar
palabras como: ―Primera lectura del..."
20. Si el Salmo Responsorial es recitado, los lectores deberán empezar con la antífona. Anunciar "Salmo Responsorial” no es necesario.
21. Los ministros de la Palabra no deben agregar o cambiar ninguna palabra del texto.
22. El título de la lectura, como "Lectura del Libro del Éxodo" y el final, como “Palabra de Dios", deberán distinguirse de entre
la lectura misma. Los lectores pueden lograr esto haciendo una pausa de aproximadamente tres segundos después del título y antes de
iniciar la lectura en sí, y lo mismo al terminarla y antes de decir ―Palabra de Dios.
23. Mientras proclama la Palabra, el lector puede sostener el Leccionario en sus manos o tenerlo sobre el ambón y descansar su mano
encima de él. Cualquier cosa que distraiga de la Palabra proclamada, como por ejemplo reclinarse en el ambón, tener sus manos en los
bolsillos, o estar intercambiando de un pie al otro, todo esto debe ser evitado. …