Para qué sirve la ética ambiental

2
Para qué sirve la ética ambiental. Es el pensamiento cuestionador indispensable del proceso del pensar y como teoría no es la mirada gélida de la razón, el el deseo de abrazar y explicarnos el mundo con quizá la mejor facultad que tenemos como especie. La capacidad de razonar y repensar la vida y hacer ética ambiental no es nada fácil pues las conductas humanas no dependen de la conciencia, como se afirma de manera reiterante rada, sino también de la lealtad a los principios las pautas a las culturas, la educación, las convicciones, los efectos, la sensibilidad personal, los principios normativos y la responsabilidad. La estrategia es poner en práctica nuestra profesionalización. El consumidor. Se deslumbra con tener para sentirse satisfecho y llenar el vacío del peso de la vida. Tenemos que concientizar de solo satisfacernos lo más racionalmente posible. El productor. Con la publicidad nos envuelve al falso encantamiento para producir al comprador la necesidad de obtener nuevos productos, tenemos que manejar los valores que nos lleven a comprender que la felicidad es el producto de nuestras acciones. La comercialización. Nos conduce para consumir con artimañas de la mercadotecnia, dándonos con el arte de comprar. La producción. Es la parte de fortalecimiento de la economía de los países capitalistas y parte de la sobrevivencia, lo cual tenemos que buscar la sustentabilidad y el manejo racional de nuestros recursos con, la mayor conciencia de proveer a nuestro entorno lo que nos da. El ser profesionales de la educación es ser formadores de ciudadanos responsables en todos sus ámbitos de la vida y en ello entra nuestro cuidado del medio.

Transcript of Para qué sirve la ética ambiental

Page 1: Para qué sirve la ética ambiental

Para qué sirve la ética ambiental.

Es el pensamiento cuestionador indispensable del proceso del pensar y como teoría no es la mirada gélida de la razón, el el deseo de abrazar y explicarnos el mundo con quizá la mejor facultad que tenemos como especie.

La capacidad de razonar y repensar la vida y hacer ética ambiental no es nada fácil pues las conductas humanas no dependen de la conciencia, como se afirma de manera reiterante rada, sino también de la lealtad a los principios las pautas a las culturas, la educación, las convicciones, los efectos, la sensibilidad personal, los principios normativos y la responsabilidad.

La estrategia es poner en práctica nuestra profesionalización.

El consumidor. Se deslumbra con tener para sentirse satisfecho y llenar el vacío del peso de la vida. Tenemos que concientizar de solo satisfacernos lo más racionalmente posible.

El productor. Con la publicidad nos envuelve al falso encantamiento para producir al comprador la necesidad de obtener nuevos productos, tenemos que manejar los valores que nos lleven a comprender que la felicidad es el producto de nuestras acciones.

La comercialización. Nos conduce para consumir con artimañas de la mercadotecnia, dándonos con el arte de comprar.

La producción. Es la parte de fortalecimiento de la economía de los países capitalistas y parte de la sobrevivencia, lo cual tenemos que buscar la sustentabilidad y el manejo racional de nuestros recursos con, la mayor conciencia de proveer a nuestro entorno lo que nos da.

El ser profesionales de la educación es ser formadores de ciudadanos responsables en todos sus ámbitos de la vida y en ello entra nuestro cuidado del medio.

Profesor Adolfo Castillo Méndez.