Para meditación personal En el año de la Misericordia La ... · Misa y Biblia?! La Palabra de...

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¡¿Misa y Biblia?! La Palabra de Dios –que es misericordia- viene a nuestro encuentro en cada Misa. Pero… ¿Qué relación tiene la Biblia con la Misa? En el mes de la Biblia, te ofrecemos este subsidio con la intención que corrobores la fuerte relación que existe entre Biblia y Misa. Te invitamos nos acompañes... Un mes para sumergir manos, ojos, oído, cabeza, alma y ... corazón, en este ‘cofre precioso’ que nunca termina de asom- brarnos! La Biblia: cofre de las Palabras que dan Vida En el año de la Misericordia ARQUIDIÓCESIS DE MENDOZA JUNTA DE CATEQUESIS Y CENTRO DE FORMACIÓN DE AGENTES DE PASTORAL BÍBLICA Para meditación personal ¿Tu corazón arde cuando escuchas las Es- crituras proclamadas en la Misa? Intenta prepararte a la Misa dominical leyendo y orando sobre las Escrituras que se procla- marán ese día. Mientras lees, trata de entender cómo las promesas de la lectura del Antiguo Testa- mento se cumplen en la lectura del evan- gelio. ¿Quieres reflexionas sobre el fundamento bíblico de la Misa? Con un espíritu de oración, lee los pasajes bíblicos asociados a los ritos iníciales de la Misa: (Mt. 18:20; 28:19-20; 2 Cor. 1:22; 13:14; Ef. 1:2; 1:13; 2 Tim. 2:19; 4:22; Ex. 3:12, Lc. 1:28; Lc. 18:13, 38, 39; Sal. 51:1; Bar. 3:2). Así puedes profundizar tu participación en la Misa

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¡¿Misa y Biblia?!

La Palabra de Dios –que es misericordia- viene a nuestro encuentro en cada Misa. Pero…¿Qué relación tiene la Biblia con la Misa?

En el mes de la Biblia, te ofrecemos este subsidio con la intención que corrobores la fuerte relación que existe entre Biblia y Misa. Te invitamos nos acompañes...

Un mes para sumergir manos, ojos, oído, cabeza, alma y ... corazón, en este ‘cofre precioso’ que nunca termina de asom-brarnos!

La Biblia: cofre de las Palabras que dan Vida

En el año de la Misericordia

ARQUIDIÓCESIS DE MENDOZAJUNTA DE CATEQUESIS

Y CENTRO DE FORMACIÓN DE AGENTES DE PASTORAL BÍBLICA

Para meditación personal¿Tu corazón arde cuando escuchas las Es-crituras proclamadas en la Misa? Intenta prepararte a la Misa dominical leyendo y orando sobre las Escrituras que se procla-marán ese día.

Mientras lees, trata de entender cómo las promesas de la lectura del Antiguo Testa-mento se cumplen en la lectura del evan-gelio. ¿Quieres reflexionas sobre el fundamento bíblico de la Misa?

Con un espíritu de oración, lee los pasajes bíblicos asociados a los ritos iníciales de la Misa: (Mt. 18:20; 28:19-20; 2 Cor. 1:22; 13:14; Ef. 1:2; 1:13; 2 Tim. 2:19; 4:22; Ex. 3:12, Lc. 1:28; Lc. 18:13, 38, 39; Sal. 51:1; Bar. 3:2).

Así puedes profundizar tu participación en la Misa

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Cada Misa empieza de la misma manera: “En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo...”

Los apóstoles, “sellaron” a los nuevos bautizados persignándolos en sus frentes (cfr. Ef.1.13; Apoc. 7:3) proclamando las últimas palabras que Jesús les dirigió despidiéndose. (cfr. Mt. 28:19)

También el saludo inicial del sacerdote y nuestra res-puesta vienen de la biblia: ¡El Señor esté con ustedes! - ¡y con tu espíritu! (cfr. 2Tim. 4:22)

Promesa de presencia, protección y ayuda del Señor. (cfr. Ex. 3:12; Lc. 1:28)

Y cuando imploramos - ¡Señor, ten piedad! - Es nues-tro llanto de socorro y perdón que hace eco de la Escritura...(cfr. Sal. 51:1; Bar. 3:2; Lc. 18:13, 38,39) Glorificamos a Dios... ...con el himno de los ángeles en “Nochebuena!” (cfr. Lc. 2:14)

También el Credo y la Plegaria Eucarística están sacadas de la bíblia!

“Santo, Santo, Santo...” (cfr. Is. 6:3; Apoc. 4:8) ¿Te acuerdas? Es el salmo triunfante de los que le dieron la bienvenida a Jesús en Jerusalén!: “Hosanna..., Ben-dito el que viene” ... (cfr. Mc. 11:9-10)

En el corazón de la Misa, Las palabras de Jesús en la Última Cena:“Este es mí Cuerpo, Esta es mi Sangre..,” nos lo hace presente y vivo! (cfr. Mc. 14:22-24)

“Padre Nuestro…” ¡...es Jesús mismo que nos enseña qué pedirle... a su Padre! (cfr. Mt. 6:9-13)

Son las palabras de Juan el Bautista que nos ayudan a reconocerlo en el momento de comulgar:

“He ahí el Cordero de Dios...” (cfr. Jn. 1:29,36)

Y el centurión nos recuerda nuestra pobreza e in-dignidad a recibir a Jesús Eucaristía: “Señor, no soy digno…” (cfr. Lc. 7:7)

Arrodillarnos (cfr. Sal. 95:6; Hech. 21:5)

Cantar himnos de alabanza (cfr. 1 Mac. 10:7, 38; Hech. 16:25);

Ofrecernos mutuamente la paz(cfr. 1 Sam. 25:6; 1 Tes. 5:26)

Ofrecer acción de gracias con pan y vino... (cfr. Gen. 14:18; Mt. 26:26-28)

Desde la primera señal de la cruz hasta el último amén, (cfr. Neh. 8:6; 2 Cor. 1:20),

la Misa es un tapiz de sonidos y sensaciones, tejido con palabras, acciones y accesorios...

¡...tomados de la Biblia!

La salvación y la nueva vida que la Escritura proclama, son “actualizadas” —hechas reales— en nuestras vi-das sobre todo en la Misa.

¿Sabes que nos encontramos Con ‘la Palabra’

durante toda la celebración?

JESÚS: “Si no comen la carne del Hijo del hombre, y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi san gre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día” (Jn. 6:53-54).

S. Pablo: “La Eucaristía ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo…? ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?” (1 Cor. 10:16)

La Eucaristía recuerda un evento salvífico del pasado, lo revive en el presente, e inspira esperanza en un acontecimiento futuro: la última venida del Señor.

Jesús dio la misión a sus apóstoles de predicar su palabra

y bautizar a todas las naciones en el nombre del Padre y del Hijo,

y del Espíritu Santo

(cfr. Mt. 28:19)

Como hijos e hijas recién nacidos del Padre,

los bautizados han alcanzado estar en la mesa familiar de la Cena del Señor.

Allá, “gustaron el don celestial y, hechos partícipes del Espíritu Santo,

han saboreado las buenas nuevas de Dios y los prodigios del mundo futuro”

(cfr. Heb. 6:4)

Recordamos este legado bíblico y participamos en el ini-cio de cada Misa. Al persignarnos y repetir las palabras de la comisión final del Señor, recordamos y renovamos nuestra alianza con Dios, alianza hecha en nuestro bau-tismo.

La salvación