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CAMINANDO CON JESSPEDRO SERGIO ANTONIO DONOSO BRANTPARA COMPRENDER MEJOR COMO LEER LA BIBLIALA BIBLIAINDICE GENERALINTRODUCCIONCAPITULO ICMO SE ESCRIBILA BIBLIAANTIGUO TESTAMENTO.NUEVO TESTAMENTOCAPITULO IIPANORAMA HISTRICO - LITERARIO DELA BIBLIACAPITULO IIILOS IDIOMAS DELA BIBLIAVERSIONES DELA BIBLIACAPITULO IVLOS LIBROS DELA BIBLIALIBROS DEL ANTIGUO TESTAMENTOPENTATEUCO (5)HISTRICOS (16)POTICOS Y SAPIENCIALES (7)PROFETAS MAYORES (6)PROFETAS MENORES (12)LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO ( 27 LIBROS )LOS EVANGELIOS (4)CARTAS DE SAN PABLO (13)CARTAS CATLICASCAPITULO VLOS LIBROS DEL ANTIGUO TESTAMENTOEL PENTATEUCOLOS LIBROS POTICOS O SAPIENCIALESLOS LIBROS HISTRICOSLOS PROFETAS MAYORESLOS PROFETAS MENORESCAPITULO VINUEVO TESTAMENTOLOS SANTOS EVANGELIOSLOS HECHOS DE LOS APSTOLESLAS EPSTOLAS DE SAN PABLOLAS CARTAS CATLICASINTRODUCCION

La Bibliaen el Hogar

En casi todos los hogares cristianos existe una Biblia, sin embargo no significa que sea el libro ms ledo. Existe conciencia quela Bibliaes el Libro Sagrado de la casa, pero para muchos,la Bibliasigue siendo un hermoso libro cerrado que adorna nuestra biblioteca personal.Una pregunta vlida es porque no es el libro ms ledo y la respuesta parece ser, que es una lectura agotadora, porque invita a pensar y a reflexionar con gran intensidad, es as, como muchos comienzan a leerla, pero despus de algunos captulos la dejan de lado, esto sucede en muchos casos porque no es fcil comprender lo que se lee.En efecto,la Biblianos presenta rpidamente muchos nombres y lugares desconocidos, y si no sabemos ubicarnos geogrficamente e histricamente, nos perdemos.Es as como para muchos,la Bibliaes un libro que les resulta extenso y difcil.Uno de los grandes problemas de leerla Bibliasin tener una mnima nocin tcnica de lo que se lee, es la interpretacin parcial, en algunos casos caprichosas, otra errnea y lo ms grave es la fantica, entonces esto muchas veces se transforma en algo ms cercano a lo odioso que a lo amoroso que hay en ella, con el agravante de ser una invitacin a adherirse a sectas y al alejamiento de la iglesia. Esto es vlido para todasla Iglesias Cristianasy en especial para la catlica, donde mucha gente llega a apartarse por ignorancia en la fe.Otros de los errores, es la lectura al azar, sin reflexin, sin orden o sin motivo, y sin alguna explicacin, es bueno por tanto, tener una cierta metodologa para introducirse en ella.Ahora, es bueno comprender que no basta leerla Bibliacon fe y devocin, es necesario o recomendable, unir fe, la oracin y la devocin con el estudio sistemtico y metodolgico y con una mnima preparacin, esto es hay que prepararse para leerla.Entonces es bueno intentar resolver las preguntas siguientes: Cmo leerla?, por dnde comienzo?, Cmo comenzar?, A quin le pregunto?, Que necesito tener a mano?Como leerla Biblia

Parece que una buena recomendacin la paciencia en la lectura y luego la disciplina de la lectura.Otro punto necesario a resolver es que tipo de Biblia leo, porque hay algunas diferencias, yo recomiendola Bibliade Jerusaln yla Biblia Latinoamericanaentre las muchas buenas existente. En todo caso es bueno elegir las de ltima edicin, o las ms modernas, ya que con ediciones demasiadas antiguas, incluso incompletas, sin introducciones, ni comentarios; o con ediciones de bolsillo, no se pueden completar una lectura o un estudio serios con ellas.Tambin es bueno contar con un Atlas Bblico a mano, a fin de consultar geogrficamente los hechos.Una metodologa que recomiendo, esla Bibliapersonal de estudio y reflexin, de preferencia no muy pequea, y de papel fuerte, y especialmente que tenga un buen margen, esto para ir subrayando los fragmentos ms importantes y las cosas significativas, con posibilidad de ir poniendo anotaciones de inters, como algunas reflexiones, impacto de lo ledo, significado en nuestra vida, etc.Otro punto de inters es el conocimiento del texto, esto es, el ndice, abreviaturas, fe de erratas, introducciones, notas de editor, notas al margen, explicaciones especiales, etc. Esto es una gran ayuda para conocer lo que se leer.Conociendola Biblia

Qu esla Biblia?

Biblia palabra de origen griego, de donde proviene la palabra biblioteca, que quiere decir: libros. Este conjunto de libros al que llamamos Biblia se fue componiendo a lo largo de varios siglos. Transmisin oral, escrita y como la conocemos hoy.Cundo fue escritala Biblia?

La Bibliano fue escrita de golpe, llev mucho tiempo, ms de 1000 aos. Comenz a escribirse alrededor del ao1250 a.C. y se puso punto final slo cien aos despus del nacimiento de Jess.La Bibliacomo hoy la tenemos, pas por muchas etapas. Primero fue vivida, despus fue contada y luego, para que perdure, escrita.En qu lengua se escribila Biblia?

La Bibliase escribi en tres lenguas diferentes: hebreo, arameo y griego. En el tiempo de Jess el pueblo de Palestina hablaba el arameo en casa, usaba el hebreo en la lectura dela Bibliay el griego en el comercio y la poltica.Dnde fue escritala Biblia?

Antiguo Testamento: Palestina, Babilonia, Egipto.Nuevo Testamento: Palestina, Siria, Asia Menor, Grecia, Italia.Cuntos libros?La Bibliaconsta de 73 libros, separados as:Antiguo Testamento:46 LibrosNuevoTestamento:27 libros.Total73 libros.

CAPITULO ICMO SE ESCRIBILA BIBLIA

En la condescendencia de su bondad, Dios, para revelarse a los hombres, les habla en palabras humanas: "La Palabrade Dios, expresada en lenguas humanas, se hace semejante al lenguaje humano, comola Palabradel eterno Padre, asumiendo nuestra dbil condicin humana, se hizo semejante a los hombres" (DV 13).Dios es el autor dela Sagrada Escritura."Las verdades reveladas por Dios, que estn contenidas y se manifiestan enla Sagrada Escritura, se consignaron por inspiracin del Espritu Santo." l ha inspirado a los autores humanos de los libros sagrados.La Tradicinapostlica hizo discernir ala Iglesiaqu escritos constituyen la lista de los Libros Santos. Esta lista integral es llamada "Canon de las Escrituras". Canon viene de la palabra griega "kanon" que significa "medida, regla".El Canon comprende para el Antiguo Testamento 46 escritos, y 27 para el Nuevo. Estos son: Gnesis, xodo, Levtico, Nmeros, Deuteronomio, Josu, Jueces, Ruth, los dos libros de Samuel, los dos libros de los Reyes, los dos libros de las Crnicas, Esdras y Nehemas, Tobas, Judit, Ester, los dos libros de los Macabeos, Job, los Salmos, los Proverbios, el Eclesiasts, el Cantar de los Cantares,la Sabidura, el Eclesistico, Isaas, Jeremas, las Lamentaciones, Baruc, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Ams, Abdas, Jons, Miqueas, Nahm, Habacuc, Sofonas, Ageo, Zacaras, Malaquas, para el Antiguo Testamento.Para el Nuevo Testamento, los Evangelios de Mateo, de Marcos, de Lucas y de Juan, los Hechos de los Apstoles, las Epstolas de Pablo a los Romanos, la primera y segunda a los Corintios, a los Glatas, a los Efesios, a los Filipenses, a los Colosenses, la primera y segunda a los Tesalonicenses, la primera y segunda a Timoteo, a Tito, a Filemn,la Epstolaa los Hebreos,la Epstolade Santiago, la primera y segunda de Pedro, las tres Epstolas de Juan,la Epstolade Judas y el Apocalipsis.ANTIGUO TESTAMENTO.

Los judos consideraban que existan dos cnones de los Libros Santos: el Canon Breve (palestinense) y el Canon Largo (alejandrino).El Antiguo Testamento en hebreo (Canon Breve) est formado por 39 libros y se divide en tres partes: "La Ley", "Los Profetas" y "Los Escritos".El Antiguo Testamento en griego (Canon Largo) est formado por 46 libros. La versin griega dela Biblia, conocida como de los Setenta, cuenta con 7 libros ms: Tobas, Judith, Baruc, Eclesistico, I y II de Macabeos y Sabidura.Adems, algunas secciones griegas de Ester y Daniel. Estos libros son conocidos frecuentemente, aunque la expresin no sea necesariamente la ms adecuada, como "deutero-cannicos".Los judos en Alejandra tenan un concepto ms amplio de la inspiracin bblica. Estaban convencidos de que Dios no dejaba de comunicarse con su pueblo an fuera dela Tierra Santa, y de que lo haca iluminando a sus hijos en las nuevas circunstancias en que se encontraban.Los Apstoles, al llevar el Evangelio al Imperio Grecorromano, utilizaron el Canon Alejandrino. As,la Iglesiaprimitiva recibi este canon que consta de 46 libros.En el siglo III comenzaron las dudas sobre la inclusin de los as llamados "deuterocannicos". La causa fueron las discusiones con los judos, en las cuales los cristianos slo utilizaban los libros proto-cannicos. Algunos Padres dela Iglesiahacen notar estas dudas en sus escritos por ejemplo Atanasio (373), Cirilo de Jerusaln (386), Gregorio Nacianceno (389), mientras otros mantuvieron como inspirados tambin los deuterocannicos por ejemplo Basilio ( 379), Agustn (430), Len Magno (461).A partir del ao 393 diferentes concilios, primero regionales y luego ecumnicos, fueron precisando la lista de los Libros "cannicos" parala Iglesia. Estosfueron:* Concilio de Hipona (393)* Concilio de Cartago (397 y 419)* Concilio Florentino (1441)* Concilio de Trento (1546)En este ltimo, solemnemente reunido el 8 de abril de 1546, se defini dogmticamente el canon de los Libros Sagrados.Los protestantes slo admiten como libros sagrados los 39 libros del canon hebreo. El primero que neg la canonicidad de los siete deuterocannicos fue Carlostadio (1520), seguido de Lutero (1534) y luego Calvino (1540).NUEVO TESTAMENTO

El Nuevo Testamento est formado por 27 libros, y se divide en cuatro partes: "Evangelios", "Hechos de los Apstoles", "Epstolas" y "Apocalipsis".En los orgenes dela Iglesia, la regla de fe se encontraba en la enseanza oral de los Apstoles y de los primeros evangelizadores.Pasado el tiempo, se sinti la urgencia de consignar por escrito las enseanzas de Jess y los rasgos sobresalientes de su vida. Este fue el origen de los Evangelios.Por otra parte, los Apstoles alimentaban espiritualmente a sus fieles mediante cartas, segn los problemas que iban surgiendo. Este fue el origen de las Epstolas.Adems circulaban entre los cristianos del siglo primero dos obras ms de personajes importantes: "Los Hechos de los Apstoles" escrita por Lucas, y el "Apocalipsis", salido de la escuela de San Juan.A fines del siglo I y principios del II, el nmero de libros de la coleccin variaba de una Iglesia a otra.A mediados del siglo II, las corrientes herticas de Marcin (que afirmaba que nicamente el Evangelio de Lucas y las 10 Epstolas de Pablo tenan origen divino), y de Montano (que pretenda introducir como libros santos sus propios escritos), urgieron la determinacin del Canon del Nuevo Testamento.Hacia fines del siglo II, la coleccin del Nuevo Testamento era casi la misma en las Iglesias de Oriente y Occidente.En los tiempos de Agustn, los Concilios de Hipona (393) y de Cartago (397 y 419) reconocieron el Canon de 27 libros, as como el Concilio de Trullo (Constantinopla, 692) y el Concilio Florentino (1441).Al llegar el protestantismo, ste quiso renovar antiguas dudas y excluy algunos libros. Lutero rechazabaHebreos, Santiago, Judas y Apocalipsis. Carlostadio y Calvino aceptaron los 27. Los protestantes liberales no suelen hablar de "libros inspirados", sino de "literatura cristiana primitiva".En el Concilio de Trento (1546), se present oficial y dogmticamente la lista ntegra del Nuevo Testamento.El criterio objetivo y ltimo para la aceptacin del Canon del Nuevo Testamento ser siempre la revelacin hecha por el Espritu Santo y transmitida fielmente por ella.En cuanto a criterios secundarios que se tuvieron en cuenta, fueron los siguientes:1.- Su origen apostlico (o de la generacin apostlica).2.- Su ortodoxia en la doctrina.3.- Su uso litrgico antiguo y generalizado.CAPITULO IIPANORAMA HISTRICO - LITERARIO DELA BIBLIA

El siguiente es un esquema de las etapas de la historia de Israel, el Pueblo Elegido, los principales eventos y fechas, y su correspondencia con los libros del Antiguo Testamento.ETAPAEVENTOSLIBROS BBLICOS

PROTO HISTORIAPrembulo histricoGNESIS 1-11

PERIODO PATRIARCAL1850: Abraham baja a Canan.GNESIS 12-50

1700: Jacob y sus hijos en Egipto.

Su opresin 1850-1250 a.C.

PERIODO DE XODO1250: Moiss saca al pueblo de Egipto, hacia Canan. Alianza en Sina, marcha por el desierto. 1250-1200 a.C.XODO, LEVTICO, NMEROS, DEUTERONOMIO.

PERIODO DE LA CONQUISTAGuerras cananeas.1050 a.C.JOSU, JUECES

PERIODO DE LA MONARQUA UNIDA1040-1010 a.C.: Sal ReySAMUEL 1 y 2

1010-970 a.C.: David ReyREYES 1 y 2

970-930 a.C.: Salomn Rey, periodo dorado.CRNICAS 1 y 2

930 a.C.: Divisin del Reino: Norte (Israel) / Sur (Jud).

PERIODO DE LOS DOS REINOSReino del Norte:930-721 a.C.SAMUEL 1 y 2

Dinasta de Omri (885-841).REYES, CRNICAS

Dinasta de Jeh (841-735).AMOS-OSEAS

Periodo de mximo esplendor. Influjo idoltrico cananeo.ISAAS 1-39

Siglo VIII: expansin SiriaMIQUEAS

721: Cada de Samaria. Fin.NAHM

Reino del Sur:930-587 a.C.SOFONAS

750: Ajaz (guerra sirio-efrainita).HABACUC

725-640: Ezequas (bueno) - Manass (malo).JEREMAS, BARUC

Siglo VII: Decadencia Asiria. Reforma de Josas.LAMENTACIONES

Siglo VI: expansin caldea.

587: Cada de Jerusaln. Fin.

PERIODO DEL EXILIOEn Babilonia, 587-538 a.C.EZEQUIEL

ISAAS 40-55

ABDAS

PERIODO DE LA RESTAURACIONSiglo VI: Expansin persa. Edicto de Ciro.CRNICAS 1 y 2

(538 a.C.)vueltadel destierro; restauracin del Templo.ESDRAS, NEHEMAS

Nace el judasmo.AGEO, ZACARAS

Se desarrolla la escuela sapiencial y la recoleccin de los escritos antiguos.MALAQUAS,

538-331 a.C.JOEL, IS. 56-66

ESCRITOS SAPIENCIALES

PROVERBIOS, JOB, ECLESIASTS,

RUTH, JONS.

PERIODO HELENSTICO Y ROMANOLucha por la sucesin de Alejandro. Crece la "dispora"TOBAS, ESTER

Siglo II: Dominio de los SelucidasJUDIT

Persecucin de Antoco IV. Los MacabeosECLESISTICO

63 a.C.-70 d.C. Dominio Romano.CANTAR, DANIEL

MACABEOS

SABIDURA

CAPITULO IIILOS IDIOMAS DELA BIBLIA

Tres son las lenguas originales dela Biblia: HEBREO, ARAMEO Y GRIEGO.En HEBREO se escribi:- la mayor parte del Antiguo Testamento.En ARAMEO se escribieron:- Tobas- Judit- fragmentos de Esdras, Daniel, Jeremas y del Gnesis- el original de San MateoEn GRIEGO se escribi:- el libro dela Sabidura- el II de Macabeos- el Eclesistico- partes de los libros de Ester y de Daniel- el Nuevo Testamento, excepto el original de San MateoVersiones dela BibliaExisten distintas versiones bsicas dela Biblia. Lasactuales ediciones dela Bibliaen las diversas lenguas son traducciones de uno u otra versin. Estas versiones son:- Versin de los "Setenta" o "Alejandrina": (conocida tambin como "Septuaginta"), es la principal versin griega por su antigedad y autoridad. Su redaccin se inici en el siglo III a.C. (250 a.C.) y se concluy al final del siglo II a.C. (105 a.C.).El nombre de "Setenta" se debe a que la tradicin juda atribuye su traduccin a 70 sabios y "Alejandrina" por haber sido hecha en Alejandra y ser usada por los judos de lengua griega en vez del texto hebreo. Esta traduccin se hizo para la lectura en las Sinagogas de la "dispora", comunidades judas fuera de Palestina, y quiz tambin para dar a conocerla Bibliaa los paganos.- Versiones Latinas:Itala Antigua o "Vetus Latina": proviene dela Versinde los Setenta para la mayora de los libros del A.T. y de los originales griegos para los libros del N.T. y Sabidura, 2 Macabeos y Eclesistico. Estuvo en uso en Occidente desde el siglo II hasta el siglo V.Vulgata: hacia finales del siglo IV, el Papa Dmaso orden a San Jernimo hacer una nueva versin latina teniendo presentela Italaantigua. Esta versin se impuso en el siglo VII definitivamente. Se denomin "Vulgata" porque la intencin de la obra era "vulgarizarla", volverla popular.San Jernimo tradujo directamente del hebreo y del griego originales al latn, a excepcin de los libros de Baruc, Sabidura, Eclesistico y 1 y 2 de los Macabeos, que los transcribi, sin alteracin alguna, dela Italaantigua.Neovulgata:La Neovulgataes la misma versin Vulgata, a la que se han incorporado los avances y descubrimientos ms recientes.El Papa Juan Pablo II aprob y promulg la edicin tpica en 1979. El Papa lo hizo as para que esta nueva versin sirva como base segura para hacer traducciones dela Bibliaa las lenguas modernas y para realizar estudios bblicos.CAPITULO IVLOS LIBROS DELA BIBLIA

LIBROS DEL ANTIGUO TESTAMENTO (46 LIBROS)PENTATEUCO (5)- Gnesis- Exodo- Levtico- Nmeros- DeuteronomioHISTRICOS (16)- Josu- Jueces- Ruth- I Samuel- II Samuel- I Reyes- II Reyes- I Paralipmenos o Crnicas- II Paralipmenos o Crnicas- Esdras- Nehemas- Tobas- Judit- Ester- I Macabeos- II MacabeosPOTICOS Y SAPIENCIALES (7)- Job- Salmos- Proverbios- Eclesiasts- El Cantar de los Cantares- Sabidura- EclesisticoPROFETAS MAYORES (6)- Isaas- Jeremas- Lamentaciones de Jeremas- Baruc- Ezequiel- DanielPROFETAS MENORES (12)- Oseas- Joel- Ams- Abdas- Jons- Miqueas- Nahm- Habacuc- Sofonas- Ageo- Zacaras- MalaquasLIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO ( 27 LIBROS )LOS EVANGELIOS (4)- Evangelio segn San Mateo- Evangelio segn San Marcos- Evangelio segn San Lucas- Evangelio segn San Juan- Hechos de los ApstolesCARTAS DE SAN PABLO (13)- A los Romanos- I a los Corintios- II a los Corintios- A los Glatas- A los Efesios- A los Filipenses- A los Colosenses- I a los Tesalonicenses- II a los Tesalonicenses- I a Timoteo- II a Timoteo- A Tito- A Filemn- Carta a los HebreosCARTAS CATLICAS- Epstola de Santiago- Epstola I de San Pedro- Epstola II de San Pedro- Epstola I de San Juan- Epstola II de San Juan- Epstola III de San Juan- Epstola de San JudasCAPITULO VLOS LIBROS DEL ANTIGUO TESTAMENTO

EL PENTATEUCOEl Pentateuco, o, segn lo llaman los judos, el Libro dela Ley(Torah), encabeza los 73 libros dela Biblia, y constituye la magnfica puerta dela Revelacindivina. Los nombres de los cinco libros del Pentateuco son: el Gnesis, el Exodo, el Levtico, los Nmeros, el Deuteronomio, y su fin general es: exponer cmo Dios escogi para s al pueblo de Israel y lo form para la venida de Jesucristo; de modo que en realidad es Jesucristo quien aparece a travs de los misteriosos destinos del pueblo escogido.El autor del Pentateuco es Moiss, profeta y organizador del pueblo de Israel, que vivi en el siglo XV o XIII antes de Jesucristo. No solamente la tradicin juda sino tambin la cristianahasostenido siempre el origen mosaico del Pentateuco. El mismo Jess habla del "Libro de Moiss" (Mc., 12, 26), de la "Ley de Moiss" (Lc., 24, 44), atribuye a Moiss los preceptos del Pentateuco (cf. Mt., 8, 4; Mc., 1, 44; 7, 10; 10, 5; Lc. 5, 14; 20, 28; Juan 7, 19), y dice en Juan 5, 45: "Vuestro acusador es Moiss, en quien habis puesto vuestra esperanza. Si creyeseis a Moiss, me creerais tambin a M, pues de m escribi l".El Pentateuco, consta de 5 libros, estos son:

Gnesissignifica "generacin" u origen. El nombre nos indica que este primer libro dela Revelacincontiene los misterios de la prehistoria y los comienzos del Reino de Dios sobre la tierra. Describe, en particular, la creacin del universo y del hombre, la cada de los primeros padres, la corrupcin general, la historia de No y el diluvio. Luego el autor sagrado narra la confusin de las lenguas en la torre de Babel, la separacin de Abraham de su pueblo y la historia de este patriarca y de sus descendientes: Isaac, Jacob, Jos, para terminar con la bendicin de Jacob, su muerte y la de su hijo Jos. En esta sucesin de acontecimientos histricos van intercaladas las grandes promesas mesinicas con que Dios despertaba la esperanza de los patriarcas, depositarios dela Revelacinprimitiva.Exodo, es decir, "salida", se llama el segundo libro, porque en l se narra la historia de la liberacin del pueblo israelita y su salida de Egipto. Entre el Gnesis y el Exodo median varios siglos, es decir, el tiempo durante el cual los hijos de Jacob estuvieron en el pas de los Faraones. El autor sagrado describe en este libro la opresin de los israelitas; luego pasa a narrar la historia del nacimiento de Moiss, su salvamento de las aguas del Nilo, su huida al desierto y la aparicin de Dios en la zarza. Refiere despus, en la segunda parte, la liberacin misma, las entrevistas de Moiss con el Faran, el castigo de las diez plagas, el paso del Mar Rojo, la promulgacin dela Leyde Dios en el Sina, la construccin del Tabernculo, la institucin del sacerdocio dela Ley Antiguay otros preceptos relacionados con el culto y el sacerdocio.Levticoes el nombre del tercer libro del Pentateuco. Dervase la palabra Levtico de Lev, padre de la tribu sacerdotal. Trata primeramente de los sacrificios, luego relata las disposiciones acerca del Sumo Sacerdote y los sacerdotes, el culto y los objetos sagrados. Con el captulo 11 empiezan los preceptos relativos a las purificaciones, a los cuales se agregan instrucciones sobre el da dela Expiacin, otras acerca de los sacrificios, algunas prohibiciones, los impedimentos matrimoniales, los castigos de ciertos pecados y las disposiciones sobre las fiestas. En el ltimo captulo habla el autor sagrado de los votos y diezmos.Nmeroses el nombre del cuarto libro, porque en su primer captulo refiere el censo llevado a cabo despus de concluida la legislacin sinatica y antes de la salida del monte de Dios. A continuacin se proclaman algunas leyes, especialmente acerca de los nazareos, y disposiciones sobre la formacin del campamento y el orden de las marchas. Casi todos los acontecimientos referidos en los Nmeros sucedieron en el ltimo ao del viaje, mientras se pasan por alto casi todos los sucesos de los treinta y ocho aos precedentes. Descuellan algunos por su carcter extraordinario; por ejemplo, los vaticinios de Balaam. Al final se aade el catlogo de las estaciones durante la marcha a travs del desierto, y se dan a conocer varios preceptos sobre la ocupacin de la tierra de promisin.El Deuteronomioes, como expresa su nombre, "la segunda Ley", una recapitulacin, explicacin y ampliacin dela Leyde Moiss. El gran profeta, antes de reunirse con sus padres, desarrolla en la campia de Moab en varios discursos la historia del pueblo escogido inculcndose los divinos mandamientos. En el primero (1-4, 43), echa una mirada retrospectiva sobre los acontecimientos en el desierto, agregando algunas exhortaciones prcticas y las ms magnficas enseanzas. En el segundo discurso (4, 44-11, 32) y en la parte legislativa (caps. 12-26), el legislador del pueblo de Dios repasa las leyes anteriores, haciendo las exhortaciones necesarias para su cumplimiento, y aadiendo numerosos preceptos complementarios. Los dos ltimos discursos (cap. 27-30) tienen por objeto renovarla Alianzacon Dios, lo que, segn las disposiciones de Moiss, ha de realizarse luego de entrar el pueblo en el pas de Canan. Los captulos 31-34 contienen el nombramiento de Josu como sucesor de Moiss, el cntico proftico de ste, su bendicin, y una breve noticia sobre su muerte. El Deuteronomio es, segn dice S. Jernimo, "la prefiguracin dela Leyevanglica" (Carta a Paulino).LOS LIBROS POTICOS O SAPIENCIALES

En el Canon del Antiguo Testamento, esta el grupo de los libros llamados didcticos (por su enseanza) o poticos (por su forma) o sapienciales (por su contenido espiritual). Todos stos son principalmente denominados libros sapienciales, porque las enseanzas e instrucciones que Dios nos ofrece en ellos, forman lo que en el Antiguo Testamento se llama Sabidura, que es el fundamento de la piedad. Temer ofender a Dios nuestro Padre, y guardar sus mandamientos con amor filial, esto es el fruto de la verdadera sabidura. Es decir, que si la moral es la ciencia de lo que debemos hacer, la sabidura es el arte de hacerlo con agrado y con fruto. Porque ella fructifica como el rosal junto a las aguas (Ecli. 39, 17).Bien se ve cun lejos estamos de la falsa concepcin moderna que confunde sabidura con el saber muchas cosas, siendo ms bien ella un sabor de lo divino, que se concede gratuitamente a todo el que lo quiere (Sab. 6, 12 ss.), como un don del Espritu Santo, y que en vano pretendera el hombre adquirir por s mismo. Cf. Job 28, 12 ss.La Liturgiacita todos estos libros, con excepcin del de Job y el de los Salmos, bajo el nombre genrico de Libro dela Sabidura, nombre con que el Targum judo designaba el Libro de los Proverbios (Sfer Hokmah).Los libros sapienciales, en cuanto a su forma, pertenece al gnero potico. La poesa hebrea no tiene rima, ni ritmo cuantitativo, ni metro en el sentido de las lenguas clsicas y modernas. Lo nico que la distingue de la prosa, es el acento (no siempre claro), y el ritmo de los pensamientos, llamado comnmente paralelismo de los miembros. Este ltimo consiste en que el mismo pensamiento se expresa dos veces, sea con vocablos sinnimos (paralelismo sinnimo), sea en forma de tesis y anttesis (paralelismo antittico), o an ampliando por una u otra adicin (paralelismo sinttico). Pueden distinguirse, a veces, estrofas.Al gnero potico pertenece tambin la mayor parte de los libros profticos y algunos captulos de los libros histricos, p. ej.labendicin de Jacob (Gn. 49), el cntico de Dbora (Jueces 5), el cntico de Ana (I Rey. 2), etc.Job

Con el libro de Job volvemos a los tiempos patriarcales. Job, un varn justo y temeroso de Dios, est acosado por tribulaciones de tal manera que, humanamente, ya no puede soportarlas. Sin embargo, no pierde la paciencia, sino que resiste a todas las tentaciones de desesperacin, guardando la fe en la divina justicia y providencia, aunque no siempre la noticia del amor que Dios nos tiene, y de la bondad que viene de ese amor (I Juan 4, 16) y segn la cual no puede sucedernos nada que no sea para nuestro bien. Tal es lo que distingue a este santo varn del Antiguo Testamento, de lo que ha de ser el cristiano.Inicia el autor sagrado su tema con un prlogo (cap. 1-2), en el cual Satans obtiene de Dios permiso para poner a prueba la piedad de Job. La parte principal (cap. 3-42, 6) trata, en forma de un triple dilogo entre Job y sus tres amigos, el problema de porqu debe sufrir el hombre y cmo es compatible el dolor de los justos con la justicia de Dios. Ni Job ni sus amigos saben la verdadera razn de los padecimientos, sosteniendo los amigos la idea de que los dolores son consecuencia del pecado, mientras que Job insiste en que no lo tiene.En el momento crtico interviene Eli, que hasta entonces haba quedado callado, y lleva la cuestin ms cerca de su solucin definitiva, afirmando que Dios a veces enva las tribulaciones para purificar y acrisolar al hombre.Al fin aparece Dios mismo, en medio de un huracn, y aclara el problema, condenando los falsos conceptos de los amigos y aprobando a Job, aunque reprendindolo tambin en parte por su empeo en someter a juicio los designios divinos con respecto a l. Acaso no debemos saber que son paternales y por lo tanto misericordiosos? En el eplogo (cap. 42, 7-16) se describe la restitucin de Job a su estado anterior.La historicidad de la persona de Job est atestiguada repetidas veces por textos dela Sagrada Escritura(Ez. 14, 14 y 20; Tob. 2, 12; Sant. 5, 11), que confirman tambin su gran santidad. Segn la versin griega, Job era descendiente de Abraham en quinta generacin, y se identificara con Jobab, segundo rey de Idumea. Pero esta versin se aparta considerablemente del original. De todos modos, es cosa admitida, que Job no perteneca al pueblo que haba de ser escogido, lo cual hace ms notable su ejemplo.El autor inspirado que compuso el poema, reuniendo en forma sumamente artstica las tradiciones acerca de Job, vivi en una poca, en la cual la literatura religiosa estaba en pleno florecimiento, es decir, antes del cautiverio babilnico. No es de negar que el estilo del librotienecierta semejanza con el del profeta Jeremas, por lo cual algunos consideran a ste como autor, aunque est claro que Jeremas es posterior y reproducira pasajes de Job. Cf. Jer. 12, 1 y Job 21, 7; Jer. 17, 1 y Job 19, 23; Jer. 20, 14-18 y Job 3, 3-10; Jer. 20, 17 y Job 3, 11, etc. Otros lo han atribuido al mismo Job, a Eli, a Moiss, a Salomn, a Daniel. Ya San Gregorio Magno seala la imposibilidad de establecer el nombre del autor.Job, cubierto de llagas, insultado por sus amigos, padeciendo sin culpa, y presentando a Dios quejas tan desgarradoras como confiadas, es imagen de Jesucristo, y slo as podemos descubrir el abismo de este Libro que es una maravillosa prueba de nuestra fe. Porque toda la fuerza de la razn nos lleva a pensar que hay injusticia en la tortura del inocente. Y es Dios mismo quien se declara responsable de esas torturas. Esta prueba nos hace penetrar en el gran misterio de "injusticia" que el amor infinito del Padre consum a favor nuestro: hacer sufrir al Inocente, por salvar a los culpables. Y el castigado era SU HIJO nico!Las lecciones del Oficio de Difuntos estn tomadas totalmente del Libro de Job y comprenden sucesivamente los siguientes pasajes: 7, 16-21; 10, 1-7, 8-12; 13, 22-28; 14, 1-6, 13-16; 17, 1-3, 11-15; 19, 20-27; 10, 18-22.Salmos

Se ha dicho con verdad que los Salmos -para el que les presta la debida atencin a fin de llegar a entenderlos- son como un resumen de todala Biblia: historia y profeca, doctrina y oracin. En ellos habla el Espritu Santo ("qui locutus est per prophetas") por boca de hombres, principalmente de David, y nos ensea lo que hemos de pensar, sentir y querer con respecto a Dios, a los hombres y a la naturaleza, y tambin nos ensea la conducta que ms nos conviene observar en cada circunstancia de la vida.A veces el divino Espritu nos habla aqu con palabras del Padre celestial; a veces con palabras del Hijo. En algunos Salmos, el mismo Padre habla con su Hijo, como nos lo revela San Pablo respecto del sublime Salmo 44 (Hebr. 1, 8; S. 44, 7 s.); en otros muchos, es Jess quien se dirige al Padre. Sorprendemos as el arcano del Amor infinito que los une, o sea los secretos ms ntimos dela Trinidad, y vemos anunciados, mil aos antes dela Encarnacindel Verbo, los misterios de Cristo doliente (SS. 21; 34; 39; 68, etc.) y los esplendores de su triunfo (SS. 2; 44; 67; 71; 109, etc.); la historia del pueblo escogido, con sus ingratitudes (SS. 104-106); sus pruebas (SS. 101; 117, etctera); el grandioso destino deparado a l, y ala Iglesiade Cristo (SS. 64; 92-98), etc.David es la abeja privilegiada que elabora -o mejor, por cuyo conducto el mismo Espritu Santo elabora- la miel de la oracin por excelencia, e "intercede por nosotros con gemidos inefables" (Rom. 8, 26). Todo lo que pasa por las manos del Real Profeta, dice un santo comentarista, se convierte en oracin: afectos y sentimientos; penas y alegras; aventuras, cadas, persecuciones y triunfos; recuerdos de su vida o la de su pueblo (con el cual el Profeta suele identificarse), y, principalmente, visiones sobre Cristo, "sus pasiones" y "posteriores glorias" (I Pedro 1, 10-12). Profecas de un alcance insospechado por el mismo David; detalles asombrosos dela Pasin, revelados diez siglos antes con la precisin de un Evangelistas; esplendores del triunfo del Mesas y su Reino, la plenitud dela Iglesia, del Israel de Dios: todo, todo sale de su boca y de su arpa, no ya slo al modo de un canto de ruiseor que brota espontneamente como en el caso del poeta clsico(1), sino a manera de olas de un alma que se vuelva, que "derrama su oracin", segn l mismo lo dice (S. 141, 3), en la presencia paternal de su Dios.Por eso la belleza de los Salmos es toda pura, como la gracia de los nios, que son tanto ms encantadores cuanto menos sospechan que lo son. Este espritu de David es el que da el tono a sus cantos, de modo que la belleza fluye en ellos de suyo, como una irradiacin inseparable de su perfeccin interior, no pudiendo imaginarse nada ms opuesto a toda preocupacin retrica, no obstante la estupenda riqueza de las imgenes y la armona de su lenguaje, a veces onomatopyico en el hebreo.La oracin del salmista es toda sobrenatural. Dios la produce, como miel divina, en el alma de David, para que con ella nos alimentemos (Prov. 24, 13) y nos endulcemos (S. 118, 103) todos nosotros. Por eso la entrega el santo rey a los levitas, que l mismo ha establecido de nuevo para el servicio del Santuario (II Par. caps. 22-26). Y no ya slo como un Benito de Nursia que funda sus monjes y los orienta especialmente hacia el culto litrgico: porque no es una orden particular, es todo el clero lo que David organiza en la elegida nacin hebrea, y l mismo elabora la oracin con que haba de alabar a Dios todala Iglesiade entonces... y hoy dala Iglesiade Cristo (cf. el magnfico elogio de David en Ecli. 47, principalmente los vv. 9-12). Y qu digo, elabora? Acaso no es l mismo quien lo reza, y lo canta, y hasta lo baila en la fiesta del Arca, inundado de un gozo celestial, al punto de provocar la burla irnica de su esposa la reina? A la cual l contesta, en un gesto mil veces sublime: "Delante de Dios que me eligi... y me mand ser el caudillo de su pueblo Israel, bailar yo y me humillar ms de lo que he hecho, y ser despreciable a los ojos mos!..." (II Rey. 6, 21 s.).Qu mucho, pues, que Dios, amando a David con una predileccin que resulta excepcional aun dentro dela Escritura, pusiese en su corazn los ms grandes efluvios de amor con que un alma puede y podr jams responder al amor divino? Y cmo no haba de ser sta la oracin insuperable, si es la que expresa los mismos afectos que un da haban de brotar de Corazn de Cristo?Despus de esta breve introduccin general, pasemos a hacer algunas observaciones de orden tcnico.Divdense los 150 Salmos del Salterio en cinco partes o libros: I Libro, Salmos 1-40; II Libro, 41-71; III Libro, 72-88; IV Libro, 89-105; V Libro, 106-150.La mayora de los Salmos llevan un epgrafe, que se refiere al autor, o a las circunstancias de su composicin o a la manera de cantarlos. Estos epgrafes, aunque no hayan formado parte del texto primitivo, son antiqusimos; de otro modo no los pondra la versin griega de los Setenta. Segn stos, el principal auto5r del Salterio es David; siendo atribuidos al Real Profeta, en el texto latino, 85 Salmos, 84 en el griego y 73 en el hebreo. A ms de David, se mencionan como autores de Salmos: Moiss, Salomn, Asaf, Hemn, Etn y los hijos de Cor. No se puede, pues, razonablemente desestimar la tradicin cristiana que llama al libro de los Salmos Salterio de David, porque los dems autores son tan pocos y la tradicin en favor de los Salmos davdicos es tan antigua, que con toda razn se puede poner su nombre al frente de toda la coleccin. En particular no puede negarse el origen davdico de aquellos Salmos que se citan en los libros sagrados expresamente con el nombre de David; as, por ejemplo, los Salmos 2, 15, 17, 109 y otros (Decreto dela Pontificia ComisinBblica del 1o. de mayo de 1910).Huelga decir que el gnero literario de los Salmos es el potico. La poesa hebrea no cuenta con rima ni con metro en el sentido riguroso de la palabra, aunque s con cierto ritmo silbico; mas lo que constituye su esencia, es el ritmo de los pensamientos, repitindose el mismo pensamiento dos y hasta tres veces. Llmase este sistema simtrico de frases paralelismo de los miembros.En cuanto al texto latino de los Salmos dela Vulgata(y el Brevario), hay que observar que ste no corresponde a la versin de San Jernimo, sino a la traduccin prejeronimiana tomada de los Setenta, y divulgada principalmente en las Galias, por lo cual recibi la denominacin de Psalterium Gallicanum. El doctor Mximo slo pudo revisar dicha versin en algunas partes, porque estaba introducida ya enla Liturgia.Recientemente, las investigaciones abnegadas de los exgetas modernos (Zorell, Knabenbauer, Miller, Peters, Wutz, Vaccari), lograron completar la obra de San Jernimo, reconstruyendo un texto que corresponde en lo ms posible al texto hebreo original.El 24 de marzo de 1945 autoriz el Papa Po XII para el rezo del Oficio Divino una nueva versin latina hecha por los Profesores del Instituto Bblico de Roma a base de los textos originales.Proverbios

El Libro de los Proverbios no es un cdigo de obligaciones, sino un tratado de felicidad. Dios no habla para ser obedecido como dspota, sino para que le creamos cuando nos entrega, por boca del ms sabio de los hombres, los ms altos secretos dela Sabidura(en hebreo jokmah). Se trata de una sabidura eminentemente prctica, que desciende a veces a los detalles, ensendonos an, por ejemplo, a evitar las fianzas imprudente (cf. 6, 1 y nota; 17, 18 y los pasajes concordantes que all sealamos); a desconfiar de las fortunas improvisadas (13, 11; 20, 21); del crdito (22, 7) y de los hombres que adulan o prometen grandes cosas (20, 19); a no frecuentar demasiado la casa del amigo, porque es propio de la naturaleza humana que l se harte de nosotros y nos cobre aversin (25, 17). Otras veces nos descubre las ms escondidas miserias del corazn humano (verbigracia, 28, 13; 29, 19, etc.), y no vacila en usar expresiones cuya exactitud va acompaada de un exquisito humorismo; verbigracia, el comparar la belleza en una mujer insensata, con un anillo de oro en el hocico de un cerdo (11, 22).Casi todos los pueblos antiguos han tenido su sabidura, distinta de la ciencia, y sntesis de la experiencia que ensea a vivir con provecho para ser feliz. Aun hoy se escriben tratados sobre el secreto del triunfo en la vida, del xito en los negocios, etc. Son sabiduras psicolgicas, humanistas, y como tales harto falibles. La sabidura dela Sagrada Escrituraes toda divina, s decir, inspirada por Dios, lo cual implica su inmenso valor. Porque no es ya slo dar frmulas verdaderas en s mismas, que pueden hacer del hombre el autor de su propia felicidad, a la manera estoica; sino que es como decir: si t me crees y te atienes a mis palabras, Yo tu Dios, que soy tambin tu amantsimo Padre, me obligo a hacerte feliz, comprometiendo en ello toda mi omnipotencia. De ah el carcter y el valor eminentemente religiosos de este Libro, aun cuando no habla de la vida futura sino de la presente, nitratade sanciones o premios eternos sino temporales.El Libro de los Proverbios debe su nombre al versculo 1, 1, donde se dice que su contenidoconstituyenlas "parbolas" o "proverbios" de Salomn. Sin embargo, ni el hombre de parbola, ni el de proverbio, corresponde al hebreo "maschal" (plural meschalim).La Sagradaescritura llama maschal no slo a las parbolas o semejanzas, sino ms bien a todos los poemas didcticos, y en particular a las sentencias y mximas que encierran una enseanza. Muchas veces el maschal se acerca, por su oscuridad, al enigma.En el ttulo se expresa el objeto del Libro (ver. 1, 1-6). Los primeros nueve captulos se leen como una introduccin que contiene avisos y enseanzas generales, mientras los captulos 10-22, 16 forman un cuerpo de cortas sentencias de Salomn, que versan sobre temas variadsimos, no teniendo conexin unas con otras. A ella se aade un apndice que trae "las palabras de los sabios" (22, 17-24, 34). Un segundo cuerpo de sentencias salomnicas, compiladas por los varones de Ezequas, se presenta en los captulos 25-29, alos cuales se agregan tres colecciones: los proverbios de Agur (30, 1-22), los de la madre de Lamuel (31, 1-9) y el elogio de la mujer fuerte (31, 10-31).El autor del Libro, con excepcin de los apndices, es, segn los ttulos (1, 1; 10, 1; 25, 1), el rey Salomn, quien en sabidura no tuvo igual (III Rey. 5, 9 s.), atribuyndolela Sagrada Escritura"3.000 sentencias y 1.005 canciones" (III Rey. 4, 32). El presente libro de los Proverbios contiene solamente 550, cuarenta de las cuales repetidas casi textualmente.Los exgetas creen que la ltima redaccin del libro se hizo en tiempos de Esdras.Eclesiasts

Eclesiasts, en hebreo Kohlet, significa predicador, o sea el que habla enla Iglesiao Asamblea; nombre que corresponde por todos conceptos a su contenido, porque predica en forma de sentencias y consejos, en prosa y verso, la vanidad de las cosas creadas. Los bienes de este mundo son vanos; vanas por tanto todas las ambiciones, vana la ilusin de felicidad terrena fuera del sencillo bienestar; la verdadera felicidad consiste en temer, o sea reverenciar a Dios nuestro Padre, y observar sus mandamientos para que en ellos hallemos la vida (Prov. 4, 13 y passim).El autor del libro habla, desde el ttulo, como hijo de David, por lo cual las tradicionesjuday cristiana, que siempre reconocieron su canonicidad, lo atribuyeron a Salomn. Con todo la crtica y tambin numerosos exgetas catlicos modernos se creyeron obligados a admitir que ciertos pasajes podran ser de una poca posterior a Salomn (p. ej. las referencias sobre la tirana de los reyes, la corrupcin de los magistrados, la opresin de los sbditos). Sealan, adems, que el lenguaje y el estilo no son los del tiempo salomnico. Por todo lo cual opinan algunos que el Eclesiasts sufri posteriormente una transcripcin al lenguaje ms moderno; otros (entre ellos Condamn, Zapletal y Simn-Prado), piensan que el autor se sirvi del nombre de "hijo de David" slo con el fin de dar ms realce a la obra, y fijan la composicin del Eclesiasts entre los aos 300-200 a. C. Podemos admitir la posibilidad de esta fecha, puesto que el Libro Sagrado no se presenta como escrito por Salomn, sino por un autor annimo que nos refiere dichos del sabio rey. No dice, en efecto: yo, el hijo de David, sino que pone como ttulo: Palabras del Eclesiasts (Predicador), hijo de David, rey de Jerusaln (1, 1) y empieza mencionndolo en tercera persona: "Dijo el Eclesiasts" (1, 2), para hacerlo hablar luego en primera persona (1, 12 ss.). Lo mismo hace en el eplogo (12, 8 ss.), donde refiere que el Eclesiasts era sapientsimo, que compuso muchas parbolas, etc., cosas todas que sabemos son exactas respecto de Salomn (III Rey. 4, 30-34; Prov. 1, 1), a quien el autor se refiere con toda evidencia (1, 12, 16, etc.), del mismo modo como los Evangelios se refieren a Cristo y nos dan sus Palabras, pudiendola Iglesiadecir con toda exactitud: "El Evangelio de N. Seor Jesucristo", y afirmar que en l habla el divino Maestro, no obstante saber todos que El no lo escribi. No hay, pues, pura ficcin en el autor de este divino Libro del Eclesiasts, sino que, reconociendo su inspiracin sobrenatural, debemos creer que quiere transmitirnos las palabras y sabidura de Salomn, tal como lo hicieron con Cristo los escritores del Nuevo Testamento, aun aquellos que no lo haban escuchado directamente.El Eclesiasts no es sistemtico. "No le atraen las sntesis, y parece desinteresarse de las conclusiones de sus asertos, aun cuando suenen a discordantes" (Manresa). San Pablo pudo gloriarse de predicar igualmente: "no con palabras persuasivas segn la sabidura humana, sino mostrando la verdad con el Espritu Santo y la fuerza de Dios" (I Cor. 2, 4). De ah que estas sentencias, tremendas para la suficiencia humana, hayan escandalizado hasta ser tildadas de epicreas. En realidad, la irresistible elocuencia de este Libro revulsivo, con su apariencia de pesimismo implacable, es quiz lo ms poderoso que existe para quitarnos la venda que oculta, a nuestra inteligencia oscurecida por el pecado congnito, los esplendores de la vida espiritual, y remover as ese gran obstculo con que "el padre de la mentira" (Juan 8, 44) pretende escondernos las Bienaventuranzas, y que el Sabio llama "la fascinacin de la bagatela" (Sab. 4, 12).Los hebreos dividan los libros sagrados en tres grupos:La Torah(Ley); los Nebiyim (Profetas) y los Ketubim (Hagigrafos). A este tercer grupo pertenece el Eclesiasts, que era contacto tambin entre los cinco Meghillot, o sea libros pequeos que se escriban en rollos aparte, para uso litrgico.Cantar de los Cantares

El misterio que Dios esconde en los amores entre esposo y esposa, y que presenta como figura en este divino Poema, no ha sido penetrado todava en forma que permita explicar satisfactoriamente el sentido propio de todos sus detalles. El breve libro es sin duda el ms hondo arcano dela Biblia, ms an que el Apocalipsis, pues en ste, cuyo nombre significa revelacin, se nos comunica abiertamente que el asunto central de su profeca esla Parusade Cristo y los acontecimientos que acompaarn aquel supremo da del Seor en que El se nos revelar para que lo veamos "cara a cara". Aqu, en cambio, se trata de una gran Parbola o alegora en la cual, excluida como se debe la interpretacin mal llamada histrica, que quisiera ver en ella un epitalamio vulgar y sensual, aplicndolo a Salomn y la princesa de Egipto, no tenemos casi referencias concretas, salvo alguna (cf. 6, 4 y nota), que permite con bastante firmeza ver enla Amadaa Israel, esposa de Yahveh.La diversidad casi incontable de las conclusiones propuestas por los que han investigado el sentido propio del Cntico, basta para mostrar que la verdad total no ha sido descubierta. No sabemos con certeza si el Esposo es uno solo, o si hay varios, que podran ser un rey y un pastor como pretendientes de Israel (Vaccari), o podran ser, paralelamente, Yahveh (el Padre) como Esposo de Israel, y Jesucristo como Esposo dela Iglesiaya preparada para las bodas del Cordero que veremos en Apoc. 19, 6-9. Ignoramos tambin qu ciudad es sa en quela Esposasale por dos veces a buscar al Amado. Ignoramos principalmente cul es el tiempo en que ocurre u ocurrir la accin del pequeo gran drama, y ni siquiera podemos afirmar en todos los casos (pues las opiniones tambin varan en esto) cual de los personajes es el que habla en cada momento del dilogo.En tal situacin, despus de mucho meditar, hemos llegado a la conclusin de que es forzoso ser muy parco en afirmaciones con respecto al Cantar. Porque no est al alcance del hombre explicar los misterios que Dios no ha aclarado an ala Iglesia, y sera vano estrujar el entendimiento para querer penetrar, a fuerza de inteligencia pura, lo que Dios se complace en revelar a los pequeos. Sera, en cambio, tremenda responsabilidad delante de El, aseverar como verdades reveladas lo que no fuese sino producto de nuestra imaginacin o de nuestro deseo, como lo hicieron esos falsos profetas tantas veces fustigados por Jeremas y otros videntes de Dios.Como ensea el Eclesistico (cf. 39, 1 ss. y nota), nada es ms propio del verdadero sabio segn Dios, que investigar las profecas y el sentido oculto de las parbolas: tal es la parte de Mara, que Jess declar ser la mejor. Pero esa misma palabra de Dios, cuya meditacin ha de ocuparnos "da y noche" (S. 1, 2), nos hace saber que hay cosas que slo se entendern al fin de los tiempos (Jer. 30, 24). El mismo Jeremas, refirindose a estos misterios y a la imprudencia de querer explicarlos antes de tiempo, dice: "Al fin de los tiempos conoceris sus designios" (de Dios). Y agrega inmediatamente, cediendo la palabra al mismo Dios: "Yo no enviaba a esos profetas, y ellos corran. No les hablaba, y ellos profetizaban" (Jer. 23, 20-21). En Daniel encontramos sobre esto una notable confirmacin. Despus de revelrsele, por medio del Angel Gabriel, maravillosos arcanos sobre los ltimos tiempos, entre los cuales vemos la grande hazaa de San Miguel Arcngel defensor de Israel (Dan. 12, 1; cf. Apoc. 12, 7), se le dice: "Pero t, oh Daniel, ten en secreto estas palabras y sella el Libro hasta el tiempo del fin" (Dan. 12, 4). Y como el Profeta insistiese en querer descubrirlo, torn a decir el Angel: "Anda, Daniel, que esas cosas estn cerradas y selladas hasta el tiempo del fin" (ibid. 9). Entonces "ninguno de los malvados entender, pero los que tienen entendimiento comprendern" (ibid. 100. Finalmente, vemos que an en la profeca del Apocalipsis, cuyas palabras se le prohibi sellar a San Juan (Apoc. 22, 10), hay sin embargo un misterio, el de los siete truenos, cuyas voces le fue vedado revelar (Apoc. 10, 4).Nuestra actitud, pues, ha de ser la que ensea el Espritu Santo al final del mismo Apocalipsis, fulminando terribles plagas sobre los que pretendan aadir algo a sus palabras, y amenazando luego con excluir del Libro de la vida y de todas las bendiciones anunciadas por el vidente de Patmos, a los que disminuyan las palabras de su profeca (Apoc. 22, 18 s.).El criterio expuesto as, a la luz de la misma Escritura, nos muestra desde luego que, si es hermoso aplicar ala Virgen Mara, como hace la liturgia, los elogios ms ditirmbicos que recibela Esposadel Cantar, pues, que ciertamente nadie pudo ni podr merecerlos ms que Aqulla a quien el Angel declar bendita entre las mujeres, no es menos cierto que hemos de evitar la tentacin de generalizar y ver en Mara a la protagonista del Cntico, incluso en aquella incidencia del cap. 5 en quela Esposarehusa abrir la puerta al Esposo por no ensuciarse los pies. Semejante infidelidad jams podra atribuirse ala Virgen Inmaculada, ni aun cuando en esa escena se tratase de un sueo, como algunos interpretan. Basta recordar la actitud de Mara antela Anunciacindel Angel, en la cual, si bien Ella afirma su voto de virginidad, en manera alguna cierra la puerta ala Encarnacindel Verbo; antes por el contrario, Cristo, lejos de sentirse rechazado como el Esposo del Cantar, realiza el estupendo prodigio de penetrar virginalmente en el huerto cerrado del seno maternal. Y es por igual razn que esa falla dela Esposano puede atribuirse tampoco ala Iglesiacristiana como esposa del Cordero, as como tambin resultan inaplicables a ella los caracteres de esposa repudiada y perdonada, con que los profetas sealan repetidamente a Israel (Is. 54, 1 y nota).De ah que, por eliminacin -y sin perjuicio de las preciosas aplicaciones msticas al alma cristiana, las cuales, como bien observa Joon, en ningn caso pretenden ser una interpretacin del sentido propio del poema bblico- hemos de inclinarnos en general a admitir en l, como han hecho los ms autorizados comentadores antiguos y modernos, lo que se llama la alegora yahvstica, o sea los amores nupciales entre Dios e Israel, a la luz del misterio mesinico, a pesar de que tampoco en ella nos es posible descubrir en detalle el significado propio de cada uno de los episodios de este divino Epitalamio. "A esta sentencia fundamental (sobre Israel) nos debemos atener", dice en su introduccin al poemala Bibliaespaola de Ncar-Colunga, y agrega inmediatamente: "Pero admitido este principio, una duda salta a la vista. Los historiadores sagrados y los profetas estn concordes en pintarnos a Israel como infiel a su Esposo y manchada de infinitos adulterios; lo cual no est conforme con el Cntico, dondela Esposaaparece siempre enamorada de su Esposo, y adems, toda hermosa o pura. La solucin a esta dificultad nos la ofrecen los mismos profetas cuando al Israel histrico oponen el Israel de la poca mesinica, purificado de sus pecados y vuelto de todo corazn a su Dios. Las relaciones rotas por el pecado de idolatra se reanudan para siempre. Es preciso, pues, decir que el Cntico celebra los amores de Yahv y de Israel en la edad mesinica, que es el objeto de los deseos de los profetas y justos del Antiguo Testamento. En torno a esta imagen del matrimonio, usada por los profetas, rene el sabio todas las promesas contenidas en los escritos profticos" (cf. Ex. 34, 16; Nm. 14, 34; Is. 54, 4 ss.; 62, 4 ss.; Os. 1, 2; 2, 4 y 19; 6, 10; Jer. 2, 2; 3, 1 y 2; 3, 14; Ez. 16).El Sumo Pontfice Po XII, en su importantsima Encclica "Divino Afflante Spiritu", sobre los estudios bblicos alude expresamente a las dificultades de interpretacin que dejamos planteadas, al decir que "no pocas cosas... apenas fueron explicadas por los expositores de los pasados siglos"; que "entre las muchas cosas que se proponen en los Libros sagrados, legales, histricos, sapienciales y profticos, slo muy pocas hay cuyo sentido haya sido declarado por la autoridad dela Iglesia, y no son muchas ms aquellas en las que sea unnime la sentencia de los Santos Padres" y que "si la deseada solucin se retarda por largo tiempo, y el xito feliz no nos sonre a nosotros, sino que acaso se relega a que lo alcancen los venideros, nadie por eso se incomode... siendo as que a veces se trata de cosas oscuras y demasiado lejanamente remotas de nuestros tiempos y de nuestra experiencia".Entretanto, y a pesar de nuestra ignorancia actual para fijar con certeza el sentido propio de todos sus detalles, el divino poema nos es de utilidad sin lmites para nuestra vida espiritual, pues nos lleva a creer en el ms precioso y santificador de los dogmas: el amor que Dios nos tiene, segn esa inmensa verdad sobrenatural que expres, a manera de testamento espiritual, el Beato Pedro Julin Eymard: "La fe en el amor de Dios es la que hace amar a Dios".No puede haber la menor duda de que sea lcito a cada alma creyente recoger para s misma las encendidas palabras de amor que el Esposo dirige ala Esposa. ElCantar es, en tal sentido, una celestial maravilla para hacernos descubrir y llevarnos a lo que ms nos interesa, es decir, a creer en el amor con que somos amados. El que es capaz de hacerse bastante pequeo para aceptar, como dicho a s mismo por Jess, lo que el Amado dice ala Amada, siente la necesidad de responderle a El con palabras de amor, y de fe, y de entrega ansiosa, quela Amadadirige al amado. Felices aquellos que exploten este sublime instrumento, que es a un tiempo potico y proftico, como los Salmos de David, y en el cual se juntan, de un modo casi sensible, la belleza y la piedad, el amor y la esperanza, la felicidad y la santidad. Y felices tambin nosotros si conseguimos darlo en forma que pueda ser de veras aprovechado por las almas!El ttulo "Cantar de los Cantares" (en hebreo Schir Haschirim) equivale, en el lenguaje bblico, a un superlativo como "vanidad de vanidades" (Eclesiasts 1, 2), Rey de Reyes y Seor de Seores" (Apoc. 19, 16), etc., y quiere decir que esta cancin es superior a todas. "El Alto Canto" se le llama en alemn; en italiano "La Cntica" por antonomasia, etc. Efectivamente el "Cantar de los Cantares" ha ocupado y sigue ocupando el primer lugar en la literatura mstica de todos los siglos.Poema todo oriental, no puede juzgrselo, como bien dice Vigouroux, segn las reglas puestas por los griegos, como son las nuestras. Tiene unidad, pero "entendida a la manera oriental, es decir, mucho ms en el pensamiento inspirador que en la ejecucin de la obra".Intervienen en el "Cantar de los Cantares", mediante dilogos y a veces en forma dramtica,la Esposa(Sulamita) y el Esposo, denominados tambin en ocasiones hermano y hermana. Aparecen adems otros personajes: los "hermanos", las "hijas de Jerusaln", etc., que forman algo as como el coro de la antigua tragedia griega. La manera en que se tratan el Amado yla Amadamuestra claramente que no son simples amantes, porque entre los israelitas solamente los esposos podan tratarse tan estrechamente.No se exhibe, pues, aqu un amor prohibido o culpable, sino una relacin legtima entre esposos. A este respecto debe advertirse desde luego que el lenguaje del Cntico es el de un amor entre los sexos. No creemos que esto haya de explicarse solamente porque se trata de un poema de costumbres orientales, sino tambin porquela Bibliaes siempre as: "plata probada por el fuego, purificada de escoria, siete veces depurada" (S. 11, 7). Ella dice todo lo que debe decir, sin el menor disimulo (cf. Gn. 19, 30 y nota), es decir, como muy bien observa Hello, sin revestir la verdad con apariencias que atraigan el aplauso de los dems, segn suelen hacer los hombres. Dios quiere aplicar aqu, a los grandes misterios de su amor con la humanidad -ya se trate de Israel, dela Iglesiao de cada alma- la ms vigorosa de las imgenes: la atraccin de los sexos. Sabe que todos la comprendern, porque todos la sienten. Y en ello no ha de verse lo prohibido, sino lo legtimo del amor matrimonial, instituido por Dios mismo, a la manera como el vino slo sera malo en el ebrio que lo bebiera pecaminosamente. De ah que, como muy bien se ha dicho de este sublime poema, "el que vea mal en ello, no har sino poner su propia malicia. Y el que sin malicia lo lea buscando su alimento espiritual, hallar el ms precioso antdoto contra la carne".Los expositores antiguos miraron siempre como autor del libro al rey Salomn cuyo nombre figura en el ttulo: "Cantar de los Cantares de Salomn" y fue respetado por el traductor griego.La Vulgatano pone nombre de autor, y diversos exgetas catlicos remiten la composicin del Cantar a tiempos posteriores a Salomn (Joon, Holzhey, Ricciotti, Zapletal, etc.). Otros empero, entre ellos Fillion, lo atribuyen al mismo rey sabio, que en el poema figura con toda su opulencia. A este respecto no podemos dejar de sealar, entre las muchas interpretaciones (que hacen variar de mil maneras el dilogo y el sentido, segn que pongan cada versculo en boca de uno u otro de los personajes), la que adopta un estudioso tan autorizado como Vaccari presentndola como "la que mejor corresponde, tanto a los datos intrnsecos del Libro, cuanto a las condiciones histricas del antiguo Israel". Segn esta interpretacin, el Esposo a quien amala Sulamita, no es la misma persona que el rey, sino un joven pastor que la celebra en un lenguaje idlico y agreste, contrastando precisamente con la fastuosidad del rey cuyas atracciones despreciala Esposaque prefiere a su Amado. En este contraste, la paz del campo simbolizala Religinde Israel, tan sencilla como verdadera, y los esplendores dela Cortefiguran los de la civilizacin pagana, que humanamente hablando parece tan superior a la hebrea. Tendramos as, como en las dos Ciudades de San Agustn, el eterno contraste entre Dios y el mundo, entre lo espiritual y lo temporal. El valor de esta interpretacin que permite entender muchos pasajes antes obscuros, podr juzgarse a medida que la sealemos en las notas. Entretanto ella explicara que Salomn, siendo el autor del Poema (como lo sostiene tambin Vigouroux con slidas razones) se haya puesto l mismo como personaje del drama, pues que, siendo as, ya no aparecera como figura del divino Esposo, sino que, lejos de ello, se presenta modestamente con su persona y su proverbial opulencia, como un ejemplo de la vanidad de todo lo terreno, cosa muy propia de la sabidura de aquel gran Rey.Agreguemos que esta manera de entender el Cantar segn lo propone Vaccari no se opone en modo alguno al aprovechamiento de su riqusima doctrina mstica, pues nada ms congruente que aplicar las relaciones de Yahv con su esposa Israel, a las de su Hijo Jess, espejo perfectsimo del Padre (Hebr. 1, 3), conla Iglesiaque El fund, y con cada una de las almas que la forman, en su peregrinacin actual en busca del Esposo (cf. 4, 7; 3, 3; 5, 6 y notas); en la misteriosa unin anticipada de la vida eucarstica (cf. 2, 6 y nota); y finalmente en su bienaventurada esperanza (cf. 1, 1; 8, 13 s. y notas; Tito 2, 13), cuya realizacin anhela ella desde el principio con un suspiro que no es sino el que repetimos cada da en el Padre Nuestro enseado por el mismo Cristo: "Adveniat Regnum tuum", y el que los primeros cristianos exhalaban en su oracin que desde el siglo primero nos ha conservado la "Didaj" o "Doctrina de los doce Apstoles": "As como este pan fraccionado estuvo disperso sobre las colinas y fue recogido para formar un todo, as tambin, de todos los confines de la tierra, sea tu Iglesia reunida para el Reino tuyo... lbrala de todo mal, consmala en tu caridad, y de los cuatro vientos renela, santificada, en tu reino que para ella preparaste, porque tuyo es el poder y la gloria en los siglos. Venga la gracia! Pase este mundo! Hosanna al Hijo de David! Acrquese el que sea santo; arrepintase el que no lo sea. Maranatha (Ven Seor). Amn"Sabidura

El Libro dela Sabiduraforma juego con los libros de los Proverbios y Eclesiasts. Trata dela Sabidura, pero presentndola no ya como aqul -en forma de virtud de orden prctico que desciende al detalle de los problemas temporales-, ni tampoco, segn hace ste, como un concepto general y antihumanista de la vida, en s misma, sino como una sabidura toda espiritual y sobrenatural, verdadero secreto revelado amorosamente por Dios. Ms que otros libros del Antiguo Testamento, tiene ste por objeto inculcar a los reyes y dirigentes la nocin de su cometido, su alto destino y su tremenda responsabilidad ante Dios, y a todos la admiracin y el amor de la sabidura, la cual aparece dotada de personalidad y atributos divinos, como que no es sino el Verbo eterno del Padre, que haba de encarnarse por obra del Espritu Santo para revelarse a los hombres.En los Salmos presenta el Profeta David al sol como una imagen de Dios, de cuyo benfico influjo nadie puede esconderse (S. 18, 6 s.). Esto no es una mera figura literaria sino -como todo en los Salmos- una enseanza. El sol es como Dios, fuego ardiente y abrasador (Ex. 24, 17; Dt. 4, 24; 9, 3; Is. 10, 17; Hebr. 12, 29) o sea que arde en s mismo y adems comunica su llama. El sol es luz y calor a un tiempo, y nos enva sus rayos gratuitamente. Y en el rayo solar (como vemos cuando atraviesa el transparente vidrio de una ventana) es tambin inseparable la luz del calor. As la luz, el Verbo-Jess (Juan 1, 9; II Tim. 1, 10) y la llama del amor del Espritu Santo (Mt. 3, 11; Hech. 2, 3) proceden ambas inseparablemente del divino Sol, del divino Padre. El apstol Santiago resume ambos aspectos de Dios dicindonos a un tiempo que El es "el Padre de las luces", y que de El procede todo el bien que recibimos (Sant. 1, 17). El es al mismo tiempo la "Luz en la cual no hay tinieblas" (I Juan 1, 5), y el Padre del amor que se derrama en misericordia (S. 102, 13; II Cor. 1, 3; Ef. 2, 4).Pues bien, ese rayo de sol que nos enva el Padre con su Verbo de luz y con su Espritu de amor, eso es la sabidura. De ah que en ella sean inseparables conocimiento y amor, as como por Cristo, Palabra del Padre, nos fuedadoel Espritu Parclito que vino en lenguas de fuego. Sapientia sapida scientia, dice San Bernardo, esto es, ciencia sabrosa, que entraa a un tiempo el saber y el sabor. As es la divina maravilla dela Sabidura. Esdecir, que probarla es adoptarla, pero tambin que nadie la querr mientras no la guste, porque, ni puede amarse lo que no se conoce, ni tampoco se puede dejar de amar aquello que se conoce como soberanamente amable.Tal es el misterio del Dios Amor ("Caritas Pater"), que nos da su Hijo ("Gratia Filius") y que luego, aplicndonos, como si fueran nuestros, los mritos de ese Hijo, nos comunica la participacin a su divina Esencia (II Pedr. 1, 4) mediante su Santo Espritu ("Communicatio Spiritus Sanctus": cf. la antfona 1a. del III Nocturno dela Sma. Trinidad, inspirada en II Cor. 13, 13), engendrndonos de nuevo para esa vida divina (Juan 1, 13; 3, 5; I Pedr. 1, 3), segn la cual somos y seremos hijos suyos, no slo adoptivos (Ef. 1, 5) sino verdaderos (I Juan 3, 1), nacidos de Dios (Juan 1, 12-13), semejantes al mismo Jesucristo: desde ahora, en espritu (I Juan 3, 2); y un da, tambin en el cuerpo (Filip. 3, 21), para que El sea nuestro Hermano mayor (Rom. 8, 29).Tal es la sabidura cuya descripcin, que es como decir su elogio, se hace en este libro sublime. Como fruto de ella, podemos decir que, al hacernos sentir as la suavidad de Dios, nos da el deseo de su amor que nos lleva a buscarlo apasionadamente, como el que descubre el tesoro escondido (Is. 45, 3) y la perla preciosa del Evangelio (Mt. 13). He aqu el gran secreto, de incomparable trascendencia: La moral es la ciencia de lo que debemos hacer. La sabidura es el arte de hacerlo sin esfuerzo y con gusto, como todo el que obra impelido por el amor (Kempis, III, 5).El mismo Kempis nos dice cmo este sabor de Dios, que la sabidura proporciona, excede a todo deleite (III, 34), y cmo las propias Palabras de Cristo tienen un man escondido y exceden a las palabras de todos los santos (I, 1, 4). Podr alguien decir luego que es una ociosidad estudiar as estos secretos dela Biblia? Cada uno puede hacer la experiencia, y preguntarse si, mientras est con su mente ocupada en estas cosas, podra dar cabida a la inclinacin de pecar. No basta, entonces, para reconocer que ste es el remedio por excelencia para nuestras almas? No es el que la madre usa por instinto, al ocupar la atencin del nio con algn objeto llamativo para desviarlo de ver lo que no le conviene? Y as es comola Sabiduralleva a la humildad, pues el que esto experimenta comprende bien que, si se libr del pecado, no fue por mritos propios, sino por virtud dela Palabradivina que le conquist el corazn.Tal es exactamente lo que ensea, desde el Salmo 1o. (v. 1-3), el Profeta David, a quien Dios puso "a fin de llenar de sabidura a nuestros corazones" (Ecli. 45, 31): El contacto asiduo con las Palabras divinas asegura el fruto de nuestra vida. Cf. tambin Prov. 4, 23; 22, 17; Ecli. 1, 18; 30, 24; 37, 21; 39, 6; 51, 28; Jer. 24, 7; 30, 21; Bar. 2, 31; Ez. 36, 26; Lc. 6, 45; Mt. 15, 19; Hebr. 13, 9.Mas para probar la eficacia de este remedio sobrenatural, claro est que hay que adoptarlo. Y eso es lo que el Papa acaba de proponer a los Pastores de almas, recordndoles, con San Jernimo, que si el conocimiento de Cristo es lo nico que puede salvar al mundo, ello supone el conocimiento de las Escrituras, porque "ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo".He aqu lo que el Sumo Pontfice Po XII se propone al promover con la nueva Encclica "Divino Afflante Spiritu" el amor ala Biblia, y su enseanza al pueblo, sin detenerse hasta llegar a darla y comentarla en la prensa.El libro dela Sabidurafue escrito en griego y pertenece, por tanto, a los Libros deuterocannicos dela Biblia. Fuecompuesto probablemente no en Palestina sino en Egipto, donde haba muchos judos que ya no comprendan el hebreo, y por consiguiente usaban los Libros Santos en lengua griega.El texto griego seala como autor al rey Salomn; no asla Vulgata, la cual no pone nombre de autor. La opinin de que el Libro fuese escrito por Salomn fue abandonada ya en los primeros siglos, y esto con toda razn. Ahora bien, como Salomn aparece hablando en los captulos 7, 8 y 9, nada impide que miremos esas palabras como propias del sapientsimo rey y trasmitidas posteriormente. (Vase introduccin al Libro del Eclesiasts).El verdadero autor, desconocido, debi de ser un varn piadoso que buscaba consuelo en la contemplacin de los misterios de Dios, y parece que se propuso fortalecer a las vctimas de una persecucin, para lo cual el Libro es de una inspiracin incomparable.El tiempo de la composicin no ha de fijarse antes del ao300 a. C. Lo ms probable es que se escribiera hacia el ao200 a. C. A esta conclusin llegan los exgetas en atencin a que el libro fue compuesto en griego y que el autor conoce ideas cuyos orgenes han de buscarse en la escuela filosfica de Alejandra; lo cual no significa en manera alguna que el autor sagrado pague tributo a ellas. Antes por el contrario es ste, por su asunto, uno de los libros ms esencialmente sobrenaturales dela Escritura, como vemos por su altsima teologa que parece un anticipo del Nuevo Testamento.Eclesistico

El nombre de este libro: "El Eclesistico", es debido al constante uso que de l se haca enla Iglesia, especialmente en la instruccin del pueblo y de los catecmenos que iban a ser bautizados. Basta, pues, este nombre para mostrarnos el aprecio quela Iglesiatena de su utilidad como arsenal de doctrina y de piedad; y para darnos idea de lo familiarizados que estaban los fieles en los tiempos de fe, con el conocimiento de este divino tesoro de sabidura. El nombre de "Libro de Jess, hijo de Sirac", o "Sabidura de Sirac", le viene de su autor Jess (Josu), descendiente de un cierto Sirac (50, 29) que viva en Palestina al comienzo del siglo II a. C.El libro fue, pues, escrito por los aos 200-170 a. C.El autor se sirvi de la lengua hebrea, de la cual el libro fue traducido al griego, en Egipto, por su nieto, que llevaba el mismo nombre que el abuelo. La traduccin se emprendi en el ao 38 del rey Ptolomeo Evergetes II, es decir, en132 a. C.San Jernimo conoca todava el texto hebreo, pero poco despus ste se perdi. Recin en nuestros das, en 1896-1900, fue hallado en una sinagoga de El Cairo un manuscrito que contiene ms de la mitad del texto hebreo. Ello muestra, por otra parte, que este Libro deuterocannico, aunque no forma parte del canon judo, fue tenido siempre en grande estima por Israel, cuyos maestros lo citan hasta hoy como fuente de suma autoridad. Las diferencias textuales de las versiones antiguas son muy numerosas y hemos procurado sealarlas brevemente en lo posible.El objeto del Eclesistico es ensear la sabidura, es decir, las reglas para hallar la felicidad en la vida de amistad con Dios. De ah que se le ha llamado "tratado de tica a lo divino", es decir, expuesto no en forma sistemtica sino con esa pedagoga sobrenatural que San Pablo llama "mostrar el espritu y la virtud" de Dios (I Cor. 2, 4), siendo de notar que la palabra "moral" (del latn mores: costumbres), tan usada posteriormente, no figura enla Sagrada Escritura.Para ilustrar su doctrina, recorre finalmente el autor en los captulos 44-50 la historia del pueblo escogido, presentndonos con elogio los varones sabios y justos desde Abraham hasta Simn, hijo de Onas. Termina con una oracin y una maravillosa exhortacin para que todos aprendan y aprovechen de la sabidura que a todos se brinda gratuitamente para saciar la sed del corazn.El libro no est compuesto segn un plan lgico, por lo cual su divisin no puede hacerse rigurosamente. Ello no obstante, sealamos aproximativamente como til orientacin para el lector, las diez secciones que propone Peters:I) 1, 1-4, 11: Elogio dela Sabidura; deberes para con Dios, para con los padres, para con el prjimo, para con los pobres y oprimidos.II) 4, 12-6, 17: Ventajas de la sabidura; prudencia y sinceridad en el obrar. La amistad.III) 6, 18-14, 21: Ventajas de la sabidura. Contra la ambicin. Reglas de conducta acerca de varias categoras de hombres. Confianza en Dios. Hombres de los que hay que desconfiar. Contra la avaricia.IV) 14, 22-16, 23: Frutos de la sabidura. El pecado y su castigo.V) 16, 24-23, 38: Himno al Creador. Templanza en el hablar y disciplina de la lengua. Diferencia entre el necio y el sabio.VI) 24, 1-33, 19: Himno ala Sabidura. Lasmujeres. Honestidad en los negocios. Educacin de los hijos. Salud y templanza. El temor de Dios.VII) 33, 20-36, 19: Los esclavos. La supersticin. Culto falso y verdadero. Oracin por la salvacin de Israel.VIII) 36, 20-39, 15: Eleccin de los mejores. Templanza. Relaciones con el mdico. Culto de los muertos. Estudio dela Sabidura.IX) 39, 16-43, 37: Loa dela Divina Providencia.La vida humana, sus penas y alegras. Castigos de los impos. Verdadera y falsa vergenza. Himno a Dios Creador.X) 44, 1-50, 23: Elogio de los Padres.Sigue un apndice que comprende dos partes: a) la oracin de gratitud del autor (51, 1-17); b) un poema alfabtico de invitacin a la busca de la sabidura (51, 18-38).No hay palabras con qu expresar el bien que pueden hacernos, para la prosperidad de nuestra vida, estas enseanzas cuya inspirada omnisciencia prev todos los casos y resuelve todas las dificultades que nos puedan ocurrir.Junto a estos libros sapienciales, palidece y aparece superficial y a menudo vaca y falsa toda la psicologa de los moralistas clsicos, griegos y romanos. Con respecto a las caractersticas propias de cada uno de estos santos Libros, conviene ver las Introducciones a los Proverbios, al Eclesiasts y ala Sabidura. Enel presente Libro se nos dan gratuitamente consejos que pagaramos a peso de oro si vinieran de un maestro famoso.El Sabio va escrutando, como en un laboratorio, todos los problemas de la vida humana, y ofrecindonos su solucin. Puede haber favor ms grande? Porque no se trata de esas soluciones de la pura razn, o de la ciencia positiva, que cada poca y cada autor han ido proponiendo, o imponiendo orgullosamente, como definitivas conquistas de la filosofa... hasta que llegaba otro que las destruyese y las negase para proclamar las suyas, tan relativas o deleznables como aqullas.No; el laboratorio del moralista que aqu nos alecciona, est iluminado por un foco nuevo. Los pensadores de hoy lo llamaran intuicin. Para los felices creyentes (Lucas 1, 45) hay un nombre ms claro, un nombre divino: el Espritu Santo, que habl por los profetas, "qui locutus est per Prophetas".La intuicin, que ahora se propone como una fuga ante el fracaso del racionalismo, qu es, qu puede ser, sino un modo disimulado de admitir que Dios obra en nosotros, por encima de nosotros y sin necesidad de nosotros, as como no nos necesit para crearnos? O acaso esa intuicin -reconocida superior al raciocinio porque ste muchas veces es falaz y deformado por las pasiones- no sera sino un instinto puramente humano y biolgico? En tal caso, habremos de reconocer a los animales como los modelos del hombre en sabidura... (ya fe que bien podran ser nuestros maestros en cuanto se refiere a la ordenacin de sus apetitos, que en el hombre estn en rebelda). Si nuestro ideal en cuanto a espritu se contenta con tal instinto de intuicin es que los "post-cristianos" de hoy estn muy por debajo de la intuicin del pagano Scrates que al menos reconoca en su interior el soplo de un "demonio", en griego: espritu, como agente de sus inspiraciones.En vano David nos lo adverta hace tres mil aos, hablando por su boca el mismo Dios: "Yo te dar la inteligencia. Yo te ensear el camino que debes seguir... no queris haceros semejantes al caballo y al mulo, los cuales no tienen entendimiento" (S. 31, 8 s.). En vano, decimos, porque los hombres no aceptaron ese magisterio de nuestro Creador, y prefirieron el de las bestias, como lo expresa tambin otro Salmo de los hijos de Cor, diciendo: "El hombre, constituido en honor, no lo entendi. Se ha igualado a los insensatos jumentos y se ha hecho como uno de ellos" (S. 48, 13 y 21).Estas reflexiones pueden servirnos como claroscuro para apreciar mejor, frente a nuestra triste indigencia propia, el tesoro de verdad, de enseanzas, de soluciones infalibles, que la bondad de Nuestro Padre Dios pone en nuestras manos con este Libro, tan poco ledo y meditado en los tiempos modernos. Agreguemos que esta sabidura prctica del Eclesistico, no es como un tnico o nctar de excepcin, reservado slo para los que aspiran a lo exquisito. Es un alimento cotidiano, al que hemos de recurrir sistemticamente los que vivimos "en este siglo malo" (Gl. 1, 4), los que creemos que San Juan no miente al decir que "el mundo todo est posedo del maligno" (I Juan 5, 19). Jess confirma esto en forma tremendamente absoluta, diciendo que a ese Espritu Santo, que "ensea toda verdad" (Juan 16, 13) porque es "el Espritu dela Verdad" (ibid. 14, 17), "el mundo no lo puede recibir porque no lo ve, ni lo conoce" (ibid).Siendo el Eclesistico uno de los libros deuterocannicos, nos hemos servido del texto (corregido) de nuestra edicin dela Vulgata, aadiendo en las notas las variantes ms importantes del griego y hebreo.Prlogo del Traductor Griego*Muchas y grandes cosas se nos han enseado enla Ley, y por medio de los Profetas, y de otros que vinieron despus de ellos; de donde con razn merecen ser alabados los israelitas por su erudicin y doctrina; puesto que no solamente los mismos que escribieron estos discursos hubieron de ser muy instruidos, sino que tambin los extranjeros pueden, asimismo, llegar a ser muy hbiles, tanto para hablar como para escribir. De aqu es que mi abuelo Jess, despus de haberse aplicado con el mayor empeo a la lectura dela Leyy de los Profetas, y de otros Libros que nos dejaron nuestros padres, quiso l tambin escribir algo de estas cosas tocantes a la doctrina y a la sabidura, a fin de que los deseosos de aprender, bien instruidos en ellas, atiendan ms y ms a su deber, y se mantengan firmes en vivir conforme ala Ley.Os exhorto, pues, a que acudis con benevolencia, y con el ms atento estudio, a emprender esta lectura, y que nos perdonis si algunas veces os pareciere que al copiar este retrato de la sabidura, flaqueamos en la composicin de las palabras; porque las palabras hebreas pierden mucho de su fuerza trasladadas a otra lengua. Ni es slo este libro, sino que la misma Ley y los Profetas, y el contexto de los dems Libros son no poco diferentes de cuando se anuncian en su lengua original.Despus que yo llegu a Egipto en el ao treinta y ocho del reinado del rey Ptolomeo Evergetes, habindome detenido all mucho tiempo, encontr los libros que se haban dejado, de no poca ni despreciable doctrina. Por lo cual juzgu til y necesario emplear mi diligencia y trabajo en traducir este libro, y as en todo aquel espacio de tiempo, emple muchas vigilias y no pequeo estudio en concluir y dar a luz este libro, para utilidad de aquellos que desean aplicarse, y aprender de qu manera deben arreglar sus costumbres los que se han propuesto vivir segnla Leydel Seor.* El prlogo no forma parte del libro inspirado, sino que fue compuesto y aadido por el traductor. Es de notar la observacin de ste sobre lo difcil que es traducir con exactitud los libros santos. De ah la gran conveniencia de recurrir a los textos originales, segn lo seala Po XII en la magistral Encclica "Divino Afflante Spiritu" del 30 de setiembre de 1944. El rey Ptolomeo Evergetes es el segundo de este nombre que rein de145 a117 a. C. (con su padre ya desde 170).LOS LIBROS HISTRICOSJosue

El libro de Josu narra la conquista dela Tierraprometida, llevada a cabo despus de la muerte de Moiss por Josu, el nuevo caudillo y sucesor de Moiss.Divdese el libro en dos partes, de las cuales la primera (caps. 1-12) relata el paso de Jordn, la toma de Jeric, las batallas de Hai y Gaban y otros sucesos relacionados con la ocupacin del pas. La segunda parte (caps. 13-22) trata del reparto de la tierra de Canan entre las doce tribus que la recibieron en suerte. Termina como el Deuteronomio, con la renovacin dela Alianza(caps. 23 y 24).El ttulo no quiere decir que Josu mismo sea el autor del libro. Sin embargo, hay indicios de que el conquistador hiciera uso del arte de escribir (Jos. 24, 26). La tradicin juda y muchos santos Padres le atribuyen a l mismo la composicin del libro, mientras que los modernos en su mayora, son de opinin contraria, sosteniendo que el autor no fue Josu sino otro escritor, que utiliz relatos y documentos, escritos por Josu y otros en tiempos de la ocupacin de Canan.El libro fue redactado antes del establecimiento de la monarqua en Israel, pues al tiempo que se escriba, estaban los gabaonitas todava al servicio del Santuario. Ahora bien, por otra fuente (II Rey. cap. 21) sabemos que Sal, el primer monarca los persigui hasta el exterminio. En Jos. 6, 25 leemos que Rahab y su familia viva aun al tiempo de la composicin del libro. Esta observacin permite suponer que el libro fue escrito por un contemporneo de Josu.El objeto del Libro de Josu es mostrar la fidelidad de Dios en el cumplimiento de su promesa de dar a su pueblo la tierra de Canan.Los datos del Libro de Josu son confirmados indirectamente por las tablas cuneiformes del archivo de Tell el-Amarna, las que describen la situacin poltica de entonces de la misma manera que el Libro sagrado. No haba gobierno central ni jefe superior, sino que una multitud de reyezuelos vivan entre s en constante hostilidad y slo se unan cuando un comn y poderoso enemigo los amenazaba.Jueces

El Libro de los Jueces contiene la historia del periodo transcurrido entre la muerte de Josu y la judicatura de Samuel, o sea, hasta la implantacin de la monarqua.Llmase Libro de los Jueces porque sus protagonistas desempeaban el cargo de jueces, que era idntico con el cargo de gobernar y reinar, pues en todo el Antiguo Testamento juzgar es sinnimo de reinar. Fueron en realidad los caudillos del pueblo de Israel en el periodo indicado.Dios sola llamarlos directamente en tiempos de suma necesidad, para que librasen a su pueblo de sus opresores. Una vez oprimidos los enemigos, seguan desempeando, por regla general, las funciones de gobernantes, sea en su tribu, sea en todo el pueblo. Por eso, antes de formular juicio u opinin sobre la conducta de los Jueces de Israel, debemos tener muy presente que stos fueron puestos por Dios, como se ve en el discurso de San Pablo en la sinagoga de Antioqua de Pisidia (Hch. 13, 20), a fin de abstenernos de condenar lo que el mismo Dios dispuso.El Libro de los Jueces se divide en tres partes. En la primera (1, 1-3, 6) se describe la situacin poltica y religiosa que reinaba inmediatamente antes del periodo de los Jueces; la segunda parte (3, 7-16, 31) contiene la historia de los Jueces; la tercera (17-21) narra dos episodios que se refieren a la idolatra de los danitas y la corrupcin de los benjaminitas, y que dan saludable idea de los extravos de que somos capaces los hombres si nos guiamos por nuestros propios impulsos.No conocemos el nombre del autor del libro. En general se cree que el profeta Samuel le dio la forma literaria que hoy tiene.No es difcil establecer el tiempo de su composicin. El autor da por supuesto el comienzo de la monarqua en Israel, la cual es considerada como un gran beneficio para el pueblo y goza todava de gran prestigio. Todo esto prueba que el libro fue redactado en los primeros aos del reinado de Sal.La enseanza especial que deducimos del libro de los Jueces es demostrar que Dios siempre castiga a su pueblo cuando ste se aparta de su Ley, pero le suscita un libertador cada vez que se convierte o pide auxilio a su Dios.No se ha aclarado an la cronologa del libro. Si sumamos los aos atribuidos a cada Juez, salen como resultado 410 aos. Ahora bien, todos los acontecimientos transcurridos entre el Exodo de Egipto y el comienzo de la edificacin del Templo bajo Salomn abarcan 480 aos. Si de esos 480 aos se quitan los 410 de los Jueces, quedan para los dems acontecimientos slo 70 aos, lo cual es imposible. La solucin de esta dificultad consiste en admitir que algunos de los Jueces reinaron simultneamente en diversas regiones del pas.Rut

El libro de Rut es como un suplemento de los Jueces y una introduccin a los Reyes. Contiene la encantadora historia de una familia del tiempo de los Jueces. La moabita Rut, peregrina con su suegra Noem desde el pas de Moab a la patria de sta y se casa con Booz, un rico pariente de su marido. Los dos, Booz y Rut, aparecen en la genealoga de Cristo (Mt. 1, 5).No se sabe exactamente, cundo se escribi esta preciosa historia del tiempo de los Jueces, que trata de los antepasados de David. Muy probable es la hiptesis de que fuera escrita en tiempos de ste, y supnese que su autor es aquel que escribi el primer libro de los Reyes, tal vez el profeta Samuel.Nos ofrece un hermoso ejemplo de la divina Providencia que todo lo dispone y hace que concurran an los menores sucesos al cumplimiento de sus mayores designios. Nos pone ante los ojos un modelo de singular piedad y religin, tanto en Rut como en su suegra Noem, y nos deja ver en Booz, no slo un modelo de israelita, sino tambin un miembro de la real estirpe, de la cual naci Nuestro Seor Jesucristo.Puede verse en este librito tambin una recomendacin del matrimonio levirtico (Dt. 25, 5), ya sea el levirato propiamente dicho, ya sea el levirato en sentido amplio, como es el de Booz con Rut.Samuel y II Samuel

Estos son los dos primeros de los cuatro libros dedicados a los Reyes, y se refieren a la monarqua de Israel y de Jud, que dur unos 450 aos, hasta el cautiverio de Babilonia. Los dos primeros, llamados tambin I y II de Samuel, relatan la historia de Israel desde el nacimiento de Samuel hasta la muerte de David.El libro primero empieza narrando la historia de Hel y Samuel, que fue el ltimo de los jueces, y el establecimiento de la monarqua en Israel (cap. 1-15); en la segunda parte refiere el fin de Sal, el primer rey, y el advenimiento de David (cap. 16-31).El libro segundo est dedicado por entero al reinado del Rey-Profeta.El autor de estos libros es desconocido. El texto hebreo pone el nombre del profeta Samuel al frente de ambos libros. Es realmente muy probable que gran parte del primero provenga de Samuel; pero hay que fijar su redaccin definitiva en el tiempo despus de David.El objeto que se propone el autor, es mostrar principalmente la fidelidad de Dios en sus promesas y la divina providencia en la vocacin de David al trono. Al mismo tiempo quiere el autor trazar una imagen del rey ejemplar David, en contraste con Sal, a quien no es lcito imitar.San Jernimo encarece la lectura de los libros de los Reyes, porque es fcil comprender su contenido y sacar las enseanzas que Dios mediante ellos pone ante nuestros ojos y nuestro corazn.Esta divina historia es como un bosquejo de todo cuanto ha sucedido en el mundo desde aquel tiempo hasta hoy. Mudados los nombres, la substancia es la misma. "Se descubre por todas partes aquella providencia paternal, aquel poder y sabidura eterna, que todo lo dispensa, ordena y endereza al fin y cumplimiento de sus altsimos designios. En cada pgina se nos muestra al Seor como un Dios santo, benfico, misericordioso, siempre pronto a perdonar las faltas de los que arrepentidos recurren a su clemencia" (Sco).El personaje que se destaca en toda esta historia es David, el gran amigo de Dios y figura de Cristo que descendi de l segn la carne.I Reyes y II Reyes

Los Libros III y IV de los Reyes que en algunas versiones se llaman libros I y II de los Reyes (porque los dos libros que preceden se llaman a veces libros de Samuel), han de considerarse como continuacin de esos dos libros histricos a los cuales se agregan.Empiezan con el advenimiento de Salomn al trono y cierran con la cada del reino de Jud, abarcando por consiguiente, ms de cuatro siglos (X-VI a. C.).El primero, a saber el Libro III (3o.) de los Reyes, trae en su primera parte la historia de Salomn (cap. 1-11), en la segunda la de los reinos de Jud e Israel hasta el rey Ococas de Israel (cap. 12-22).El Libro IV describe la historia de los dos reinos hasta la destruccin de Samaria y del reino de Israel (cap. 1-17), refiriendo luego los acontecimientos que siguieron en Jud, hasta el cautiverio babilnico.No es el objeto de estos libros ofrecernos una historia exclusivamente poltica. Lo que el autor quiere mostrar es cmo los reyes observaron o no las normas dela Leyy de qu manera Dioscumplisus promesas y amenazas. A la posicin que toma cada rey respecto dela Ley, corresponde su suerte personal y la de su reino. Aquel rey es grande, que cumplela Ley, aquel es pequeo e impo, que la descuida. Este es el esquema segn el cual cada rey es juzgado.El autor debe haber sido uno de los profetas. Segn la tradicin juda fue Jeremas, con lo cual coinciden algunos ilustres exgetas modernos. En todo caso, ha de reconocerse el parentesco de estilo entre el libro de Jeremas y estos dos de los Reyes.El tiempo de la composicin de los dos libros ha de fijarse entre el ao 562 y el ao538 a.C. Pues el autor menciona la liberacin del rey Jeconas acaecida el ao 562, pero no el fin del cautiverio (ao 538).El autor ha tenido a su disposicin fuentes escritas, los anales de los reyes de Jud, citados por l 15 veces, y los anales de los reyes de Israel citados 17 veces. De estas fuentes ha entresacado lo que crea conveniente para su objeto.Un problema para los exgetas es la cronologa de los dos libros. Consiste ella en indicar la edad del rey que sube al trono y la duracin de su reinado, y, adems, su sincronizacin con el reinado del rey contemporneo de Israel o de Jud, respectivamente. Pero si se suman los aos de los reyes de Jud con los del reino de Israel desde el cisma hasta el cautiverio de Israel, resulta una diferencia de 19 aos. Para solucionar esta dificultad se han propuesto varios sistemas.I y II Crnicas (Paralipmenos)

Los dos Libros de las Crnicas (Paralipmenos) formaron en su origen un solo libro. Fueron divididos en dos por los Setenta, probablemente por razones prcticas.Paralipmenos, es decir Suplementos, se llaman en griego estos libros porque traen cosas omitidas en los dems libros sagrados; pero adems son un resumen de la historia del Antiguo Testamento. Los judos los llamaban "las Palabras de los Das", y San Jernimo, para sealar su importancia, les dio el nombre de "Crnica de las Crnicas". Pero no deben confundirse con el Libro de las Crnicas o Anales, tantas veces citados en los libros de los Reyes, y en stos mismos; aqul se perdi, pero es posible que estuviese resumido en stos.El primer libro refiere en su primera parte (caps. 1-9) las genealogas desde Adn hasta David, y en la segunda (caps. 10-29) la historia de David.El libro segundo trata primeramente de la historia de Salomn (1-9) y luego principalmente del reino de Jud hasta su cada (10-36), incluyendo el decreto de libertad dado por Ciro.Si bien los Paralipmenos son un resumen dela Historia Sagrada, constituyen, sin embargo, una obra personal e independiente. El fin que se propuso el autor fue demostrar que los tiempos en que el pueblo de Dios cumpla conla Ley, eran los mejores. Por eso pasa por alto los acontecimientos que no estn relacionados con la religin y el culto; lo que, sin embargo, no quiere decir que su obra no tenga valor histrico. Muy al contrario, en la esfera religiosa, a que se limita el autor, pudo recurrir a otras fuentes, antetodo las listas genealgicas, guardadasen el Templo, las cuales no estaban al alcance de otros historiadores.Las llamadas contradicciones con otros libros del Antiguo Testamento se solucionan fcilmente para los que adoptan las reglas de una sana hermenutica, y no se erigen orgullosamente en jueces dela Palabradivina. Pues, como observa San Jernimo, todo el conocimiento de las Escrituras se encierra en este volumen, en cuanto a la inteligencia de la historia.El autor de los Paralipmenos es desconocido. Algunos lo buscan en Esdras o Nehemas, y para demostrar su tesis aducen la semejanza de estilo, explicando, por otra parte, como adiciones posteriores todas las cosas que denuncian un origen ms moderno, p. ej.laprolongacin de la genealoga davidica hasta seis generaciones despus de Zorobabel, etc. Seguramente los dos libros no han sido compuestos antes del cautiverio babilnico, sino probablemente en tiempos de la restauracin del pueblo judo, con el fin de ilustrar sobre su historia sagrada a los judos vueltos a su tierra, y facilitar el reparto de sta segn las genealogas. Quiso inculcarles que eran un pueblo teocrtico, separa