Papeles que se lleva el viento

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¿El futuro llegó? Bueno: está en eso. Leer noticias en el teléfono es normal para todos, pero para la industria de la prensa gráfica es un desafío con final incierto. ¿Desaparecerán los diarios de papel? La pregunta aún no tiene una respuesta infalible. Con el público arrojado a la redes, algunos gigantes ya se volcaron sólo a las ediciones digitales y otros dicen que solo se trata de esperar el día. Entre la incertidumbre por el futuro del oficio, especialistas analizan para “El Cruce” el cambio de paradigma y la crisis de un modelo de negocios que duró 100 años.

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  • EL AVANCE DIGITAL EN LOS MEDIOS GRFICOS

    Por Pablo SieiraIlustraciones: Reinaldo Corts

    Papeles quese lleva el viento

    Paren las rotativas. El diario de hoy ya es viejo. Casi todas las noticias impresas en esas pginas ya fueron ledas ayer por mi-llones de personas desde sus computado-ras o telfonos celulares. Y esto, que para la mayora ya es algo normal, para la in-dustria de la prensa grfica es un enorme desafo que la obliga a encarar cambios drsticos para sobrevivir.El siglo XXI pari un estilo de vida online, donde el acceso a internet (portales, redes sociales, chats multimedia.) es masivo. Ya ni siquiera se necesita una computadora, gracias a la proliferacin de los smartpho-nes y a la expansin de redes wi-fi a casi

    todo el espacio pblico. As, la posibilidad de acceder a la informacin va guardada en el bolsillo, al alcance de la mano en cualquier momento y lugar.En un contexto como este, los diarios tra-dicionales se ven en jaque: se encuen-tran obligados a contar con un portal de internet para no perder influencia, para mantener su chapa y no desaparecer. Pero tampoco alcanza. Es necesario tener presencia tambin en las redes sociales, protagonistas estelares del vertiginoso cambio de paradigma de la prensa escrita.Mientras algunos diarios ya descartaron la versin impresa, otros se mantienen con

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    El futuro lleg? Bueno: est en eso. Leer noticias en el telfono

    es normal para todos, pero para la industria de la prensa grfica

    es un desafo con final incierto Desaparecern los diarios de

    papel? La pregunta an no tiene una respuesta infalible. Con el

    pblico arrojado a la redes, algunos gigantes ya se volcaron slo

    a las ediciones digitales y otros dicen que solo se trata de esperar

    el da. Entre la incertidumbre por el futuro del oficio, especialistas

    analizan para El Cruce el cambio de paradigma y la crisis de un

    modelo de negocios que dur 100 aos.

    un pie en cada baldosa, haciendo equili-brio entre el papel y lo digital. Pero nin-guno escapa a la masividad de Twitter y Facebook. Desde el momento en que un usuario x tuvo la idea de subir a su muro o a su timeline el link una nota periods-tica, la industria de la noticia comprendi que all se encuentra una infinita cantidad de lectores y descubri, adems, el po-der de la viralizacin, que hace que una noticia se reproduzca (con posibilidades planetarias) a una velocidad hasta ahora inimaginable.La situacin que atraviesa la prensa escri-ta a partir de esta (r)evolucin digital lleva a preguntarse si vale la pena mantener la edicin en papel. Los medios grficos empiezan a replantearse el sentido de la noticia impresa, as como el modelo in-formativo y de negocios sobre el que fun-cionaron durante los ltimos 100 aos.

    Imprimir o no imprimir

    Frente a esta situacin, la pregunta se impone por s sola: los diarios en papel estn condenados a la desaparicin? No hay por el momento una nica respuesta a esta pregunta, pero s varias hiptesis y anlisis. Tres especialistas consultados por El Cruce ofrecieron su punto de vista. Para algunos de ellos, los diarios no deja-

  • rn de imprimirse pero s cambiarn su rol en el sistema informativo.Roberto Guareschi fue uno de los crea-dores de Clarn.com, dirigi la redaccin del diario desde 1990 hasta 2003 y actual-mente lleva adelante el blog PostPerio-dismo. Todava est lejos, pero creo que los diarios en papel van a desaparecer o a quedar como una especie de reliquia, dice Guareschi.En algn momento se crea que el diario en papel iba a quedar para los sectores de ms bajos recursos, explica Guareschi. Eso iba a garantizar su permanencia en el tiempo. Pero lo ms probable es que no sea as, porque desde hace unos cuantos aos el consumo de informacin a travs de los celulares crece a una velocidad que tiene que ver con la expansin de esos te-lfonos.En efecto, los celulares son cada vez ms avanzados tecnolgicamente, al punto de que incluso algunos de los ms bsi-cos en cuanto a prestaciones entran en la categora de los smartphones. Adems, se venden a montones. Es conocido el clcu-lo de que slo en la Argentina hay 1,5 ce-lulares por habitante, aproximadamente. Esta expansin es la que eventualmente provocar la desaparicin de los diarios y revistas en papel, segn Guareschi. Y se

    agrega como dato que casi todos los por-tales de los diarios ms importantes del pas y del mundo estn adaptados para su visualizacin desde los celulares.En cambio, el doctor en Ciencias de la Informacin e investigador del CONICET Martn Becerra considera que es muy difcil hacer pronsticos, pero hasta el momento se constata que el diario papel sobrevive en circunstancias que son crti-cas. Becerra subraya que en pases don-de la conexin a internet de banda ancha es buena, con alta velocidad, es cierto que la circulacin de la prensa impresa ha dis-minuido.El columnista de Pgina 12 y doctor en Comunicacin Washington Uranga cree que el avance del modo online no har desaparecer a los diarios sino que genera un cambio en el uso que se les da ha-bitualmente. Porque est claro que sal-vo excepciones, el diario no ofrece hoy la noticia, porque los mismos portales de los diarios compiten contra ellos.En el diario se lee algo que ya sabs, en cuanto noticia; entonces probablemente no vas a buscar la noticia ah sino ele-mentos de anlisis, cosas que te ayuden a comprender la noticia desde distintas perspectivas, evalu el periodista.A esta idea de que la evolucin al onli-

    ne implicara, ms que una extincin, un cambio de rol de los diarios impresos, Becerra agrega que el formato online no respeta exactamente, ni en trminos de lnea editorial ni de contenido periods-tico, el contrato de lectura que propona el medio en papel; por ejemplo Lanacin.com no propone la misma dieta informa-tiva que La Nacin papel.

    Botones de muestra

    En la Argentina los cambios que trae la era de la conectividad a los diarios y revistas todava son subterrneos. Es decir, no es-tn a la vista de los lectores pero empie-zan a generarse puertas adentro de cada diario o revista.El diario Clarn unific las redacciones del PuntoCom y de la edicin en papel. La Nacin redise su portal con una est-tica ms dinmica, en la que predominan las fotos y la bajada de la nota se visualiza sobre ellas, al apoyar el cursor. El diario Perfil tiene casi listo un edificio en el ba-rrio porteo de Barracas, donde funciona-r una redaccin mejor adaptada para el trabajo online. Son sntomas del cambio de paradigma que se empieza a gestar.Sin embargo, los efectos del avance di-gital empiezan a sentirse en la cada de la circulacin. Segn el ltimo informe del portal especializado Diario Sobre Diarios, Clarn vendi, en 2013, 250 mil ejemplares diarios y se ubic por debajo de la circulacin que tuvo en 1959, que era hasta el momento el peor ao de ven-tas del matutino. La Nacin vendi 5 mil ejemplares menos que en 2012. Perfil vio caer sus ventas dominicales de 44 mil a 41 mil y Diario Popular cay por segundo ao consecutivo al vender menos de 90 mil ejemplares.En otras regiones del mundo el cambio ya es bien visible y sirve como un pano-rama de los primeros alcances que pue-de tener la revolucin digital. La revista Newsweek, que durante casi 80 aos fue una de las ms importantes de Esta-

    -El diario britnico The Guardian combin caf y periodismo en el bar #GuardianCoffe, en el Shoreditch, al este de Londres. Lo present como una forma de abrir la redaccin a los ciudadanos.-El canadiense Winnipeg Free Press lleva adelante el News Caf, donde realiza charlas sobre arte y periodis-mo. Pero tambin los periodistas se instalan all para trabajar y tienen contacto directo con el pblico. -La revista Orsai, una de las publi-caciones ms interesantes del ltimo tiempo, hizo su experiencia con un

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    bar en de San Telmo, donde la revista -publicada en Argentina y Espaa- se venda (ya no sale) en medio de even-tos artsticos, pizzas y cervezas.

    Seccin El bar

  • dos Unidos y una de las ms conocidas del mundo, public su ltima edicin en papel el 31 de diciembre de 2012 y pas a ser un medio enteramente digital integra-do al portal The Daily Beast, del mismo grupo editorial. Las ventas de la revista haban cado un 35% con respecto a las de 2010, mientras que las visitas a The Daily Beast haban crecido, segn sus directi-vos, un 70% en tan slo un ao.Algo similar ocurri con el Jornal do Brasil, que public su ltima edicin en papel en 2010 y se convirti en un diario digital. Hasta 2007 haba vendido 100 mil ejemplares por da, pero para su ltimo ao como medio impreso esa cantidad se redujo a 20.400.

    A diferencia de Newsweek, la ltima portada del Jornal do Brasil no dio la noticia sobre la desaparicin de su edicin impresa. No hubo ningn mensaje espe-cial para sus lectores ni mencin alguna sobre su centenaria historia. Tal vez fue una manera de no transmitir la idea de un cierre sino de una transicin natural para los tiempos que corren.La palabra transicin parece ser cla-ve para algunas publicaciones. Particu-larmente las de mayor importancia. Por ejemplo, el New York Times mantiene su edicin en papel pero su presidente, Ar-thur Sulzberger, ya anunci que dejar de imprimirse en algn momento del futu-ro para volcar todos sus recursos a su ver-

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    sin online; mientras que el Washington Post fue comprado recientemente por la corporacin digital Amazon.com, mani-festando un sntoma de la poca.

    Con vista al horizonte

    Se abren dos interrogantes: cul ser el modelo de negocios que adoptarn los medios impresos para subsanar la crisis del modelo actual y cul ser el futuro del periodismo en la nueva era. Para ambas preguntas hay casos testigo que ofrecen respuestas posibles, pero no definitivas.Tanto el Jornal do Brasil como el New York Times comenzaron a explorar la alternativa de cobrar un abono men-

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    sual para acceder a todos los contenidos de la edicin online. Esto, a priori, tiene una ventaja para el lector, que paga por mes un monto inferior al que pagara comprando el diario todos los das (cada ejemplar del Jornal costaba unos 20 dla-res, mientras que el abono es de 5,5) y le ofrece al medio una forma de compensar la cada de las ventas. Pero por qu pagar por informacin en la web que acostum-bra a ser gratuita?

    Uranga es escptico respecto de la po-sibilidad de reemplazar el esquema de negocios actual por un sistema de abo-no mensual. Creo que no es un modelo que pueda ser rentable en la Argentina, como tampoco lo son las suscripciones. Es un sistema que nunca fue eficaz, afir-ma el editorialista. Adems, indica que el sustento que implica la publicidad sigue siendo difcil de superar y sigue estando en gran medida en el soporte del papel.En cambio, Guareschi afirma que este modelo de negocios puede ser exitoso y que al New York Times le est yendo muy bien con el cobro mensual. A su en-tender, en la Argentina el avance de estas opciones todava no descoll debido a la situacin poltica. En este sentido, pro-nostic que una vez que termine la crisis con el Gobierno, Clarn y La Nacin van a encontrar la manera de cobrar algunos contenidos online.

    Trabajadores online

    La era digital tambin impone un debate acerca del futuro del periodismo como ofi-cio y de los periodistas como trabajadores. En los pases donde el avance del modelo online ya se hace sentir, se registra una re-duccin notable del empleo. Entre 2007 y 2009, Newsweek redujo un 33 por ciento su personal, segn el Centro de Investiga-cin Pew sobre Periodismo de la Univer-sidad de Columbia (Pew Research Centers Journalism Project). En tanto, el Jornal do Brasil entr en una ola de despidos hasta dejar una redaccin de 150 periodistas. En la Argentina, hay algunos atisbos: al retiro voluntario que ofrece el diario Clarn, se suma el despido de trabajadores en edito-rial Perfil.Martn Becerra seala que este proble-ma es difcil de evitar porque en general lo que ocurre es que hay una especie de mudanza de los oficios requeridos para hacer el producto final. Es decir, si un diario decide restringir o directamente eliminar la versin impresa para dedicar-se al online, muy probablemente requie-ra ms infgrafos o ms programadores,

    otro tipo de oficios a los que requiere la edicin impresa.Este proceso guarda relacin con otro problema a resolver: el descenso de la ca-lidad periodstica en el online. Si se mide

    Virtual y de papel

    Cae la venta de los diarios, la crisis del paradigma de modelo de nego-cios ya es noticia madura, y las em-presas buscan la vuelta para que sus versiones online generen plata. Pero Hay alguien que se anima con una idea de relanzar de forma original las publicaciones en papel? Bueno, s, los suecos, con Magazines News y su mquina expendedora de diarios de revistas Qu tiene de novedoso esto? Que los productos estn disponibles en archivos digitales, as que estos quioscos virtuales pueden estar en cualquier parte del mundo.Claro, es web y a la vez papel, porque el material se imprime ah mismo y en dos minutos. El lector se puede ar-mar una revista completa o comprar pginas sueltas. Se compra lo que se lee, es ecolgico y todo. Como los quioscos estn on line, los contenidos de los medios pueden modificarse. Es decir que uno puede comprar una p-gina ahora y la misma (pero con cam-bios) un rato ms tarde. Las primeras pruebas de esta modalidad se hicie-ron en el aeropuerto de Estocolmo.

    Chau, chau, adis El Jornal do Brasil sali 119 aos en papel, hasta que un da no sali ms. Esta tapa igual a otras (del 31 de agosto de 2010) fue la ltima. En la web, don-de se sigui publican-do el diario, prim el argumento econmico: En el primer ao de

    la versin digital las reas forestales preservadas correspondern a 1.200 (estadios) Maracans.

    Ah est: #LASTPRINTISSUE. Hashtag catstrofe para despedirse desde la tapa. En 2013, la revista estadouniden-se Newsweek una leyenda de 80 aos- pas a ser exclusiva-mente digital. El argu-mento, econmico: los

    lectores se pasaban a los contenidos gratuitos en internet y la publicacin haba perdido 35 millones de dlares. As que todo a la red y con cambio de nombre. Global Newsweek.

    No es difcil leer lo que los periodistas de Liberation pusieron en buen francs en la propia tapa. Somos un diario. Y no un centro cultural, ni un restaurant, ni un laboratorio de me-

    dios, como pretendan los accionistas, alegando cuestiones de sostenimiento. Los trabajadores del diario fundado por Jean-Paul Sartre en 1973 se opusieron al cambio de modelo Qued claro?

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    el estndar online con el periodismo del papel, hay una merma en la calidad, pero tambin es cierto que el lector no le pide al online el mismo estndar que al medio impreso, se valora ms la velocidad y no necesariamente el rigor informativo a la vieja usanza, afirma Becerra.Guareschi coincide con esta visin y afir-ma que van a caer cada vez ms los puestos de trabajo y consecuentemente la calidad periodstica en general, algo que ya se empieza a ver ms afuera que en la Argentina. Y es que la velocidad con la que circula la informacin a travs de la web muchas veces genera que los medios se repitan entre s sin demasiado chequeo de datos y con una redaccin apurada. Los medios online no cuentan con el mismo tiempo para producir que tiene un medio impreso.Hay que preguntarse cul es el lugar de los periodistas profesionales cuando cual-quiera puede emitir un twit o levantar una nota, reflexion Washington Uranga. En este punto es til recordar que, por ejem-plo, la captura de Muamar Kadafi en Libia se conoci a travs de un video subido a You Tube por un rebelde libio. No fue un

    periodista quien dio la noticia. Yo soy de los que cree que deberamos pensar en producir algn medio, que debera ser im-preso, donde todo lo que se pueda aportar sea investigacin y contextualizacin de los temas. Pero eso tendra un costo que hoy el mercado no s si resiste, porque

    hay que pensar en equipos de investi-gacin y porque no es un producto que tenga soporte publicitario, evala.Pese a todo esto, la opcin de los pe-riodistas no est entre rendirse a la falta de rigor o cambiar de oficio, as como la opcin de los lectores no es consumir no-ticias de forma apresurada y carente de calidad. La revolucin digital, como todo, tiene sus pro y sus contra y ofrece un aba-nico lleno de posibilidades para ambos actores.Cada vez ms periodistas se agrupan en medios autogestivos de formato online, donde pueden desarrollar un periodis-mo de calidad sin la presin de la lnea editorial/empresarial. Abundan tambin los blogs especializados, aunque todava queda mucho por pensar para encontrar la manera de vivir de la profesin en ese contexto. Aparecen tambin los proyectos que integran actividades lucrativas (como puede ser un bar con contenidos cultu-rales) y medios grficos de distribucin paga o gratuita.Se puede decir que el avance de la era digital sobre la prensa escrita tiene un enorme potencial cuyo desarrollo requie-re, tambin de soluciones a los proble-mas que plantea cualquier reconversin. El futuro lleg? Est en eso.

    2006

    El ao en que la compaa

    fue elegida como espect-

    culo central para la reapertu-

    ra del emblemtico centro de

    artes Roundhouse, de Londres:

    el antiguo taller de locomo-

    toras ubicado en el barrio

    Camden Town.

    Lo que ven en la foto es el papel digi-tal, el ePaper. Un dispositivo simi-lar a un reader, con la pantalla opa-ca, bien delgado y flexible, puro efecto del diario de papel. Para los que extraan.Fue presentado en el reciente Simposio Internacional para el Periodismo en Lnea, que se hizo este 2014. Cuentan que el apa-ratito no es muy caro y que adems se carga con energa solar.Ahora, lo importante: se usa para re-cibir y leer noticias, que se actualizan automticamente a primeras horas de la maana. Un diario, el Helsin-gin Sanomat, el ms ledo de Fin-

    landia se interes al punto que repar-ti 300 de estos dispositivos entre su lectores, para ver cmo les va con la experiencia.

    Ac est la sntesis?