Papás sobreprotectores

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¿Qué onda con los papás sobreprotectores? Eventos y Ceremonias 64 ¿Tu mamá no te deja ni a sol ni a sombra? ¿Quiere opinar e influir en todas tus decisiones? ¿Tu papá te tiene hiper checadita? Aprende porqué son así y qué puedes hacer al respecto. Es horrible que nuestra mamá o papá (o los dos) estén sólo al pendiente de cada uno de nues- tros movimientos. Te entendemos, estás en una edad en la que más anhelas es un poco de liber- tad, tomar tus propias decisiones y arriesgarte a las consecuencias. Sin embargo, también ponte en los zapatos de tus papás. Eres su niña, su adoración y estás justo en un periodo de transición. Por fin llegaste a los famosos 15 y, claro, tienes necesidades e inquie- tudes muy diferentes a los que tenías de niña. Por decirlo de otro modo, te les estás saliendo de las manos, por eso quiere controlar un poco esa liber- tad. Ten en cuenta que tus padres pueden sentir temor de que uses tu libertad y pongas en peligro tu vida. Suena exagerado, lo sabemos, pero es un riesgo posible. Tus papás te aman y, simplemente, no quieren que te pase nada malo, su intensión no es arrui- narte la vida, ni ser los malos de la peli, sus motivaciones son buenas. Lo malo es cuando tus papás son sobreprotectores y, en definitiva, no te dejan ni dar un paso a la esquina por miedo a que algo te pase o metas la pata. ¿Qué hago? Lo primero. Ponerte en su lugar. Acepta que no te quieren hacer imposible la vida, que sólo ven por tu bien. Ya que lo aceptaste, lo segundo es pro- bar y comprobar que eres una chica responsable y digna de confianza. En otras palabras: ¿cómo esperas que te den permiso de salir si ni siquiera has terminado tu tarea? Tampoco quieras que te permitan llegar a las 2 de la mañana de una fies- ta que pinta increíble, si la última vez quedaste de llegar a “X” hora llegaste a casa dos horas después. La confianza se gana a pulso y sí, tienes que hacer un esfuerzo por ganártela. Cumple con tus tareas, intenta sacar buenas calificaciones o al menos demuestra que te esfuerzas por ser una buena alumna, ayuda en casa y haz lo que te pidan. Si tus papás sienten que pueden confiar en ti, entonces tienes un gran camino ganado. El tercer paso ¿Ya te ganaste un poco de su confianza? Ok, ahora necesitas demostrar que entiendes el porqué de su preocupación. Muéstrales, cuando estás con ellos, que puedes tomar tus propias decisiones, sé cautelosa y pon atención a lo que pasa a tu alrededor y, cuando algo te parezca sospechoso coméntalo con ellos. Así podrán ver que estás alerta y que sería difícil que a ti te engañen fácilmente o caigas en algún error. Por ejemplo, cuéntales cuando algún compañero de la escuela hizo algo tonto (chocó, be- bió algo que no debía o, peor, se embarazó) y diles porqué a ti no te pasaría algo así. Acata las reglas Si, finalmente, tus padres te han dado un poco de libertad, no abuses de ella. Si te dejaron salir con la condición de que llegues a casa a las 12, ni modo, llega a las 12… o incluso, un poco antes. Si te piden que te comuniques cada media hora, ni hablar, ten el celular a la mano. Entre más respetes sus reglas, será más fácil que confíen en ti y, poco a poco, podrán ceder más a sus restricciones. ¡Paciencia! Tenle paciencia a tus papás y demuestra de lo que estás hecha, que no ha criado a una niña inmadura, ni tonta. Y acéptalo, sabes que las cosas en el mundo están un poco locas y cualquiera puede aprovecharse de ti y de tus ganas de pasarla bien, sanamente, es por eso que tus pás se preocupan. Platica con ellos, hazles saber quién eres, tus gustos, a donde vas, con quien y, poco a poco, estarán más cómodos y confiarán más en ti. Si de plano se niegan a soltarte un poco y darte más libertad, respira hondo, cuenta hasta 10 y… Platica con ellos Diles que no es bueno tanto control. Diles que está comprobado que los adultos que tuvieron papás sobreprotectores tienen más problemas en desarrollarse y adaptarse en sociedad. La sobreprotección no es saludable pues, pensando que cuidamos a quienes queremos, sólo les damos aten- ción extra que los limita y los hace dependientes, inseguros, inestables e inmaduros. Siempre es mejor darle a los hijos un poco de libertad, darles “chance” de tomar sus decisiones aunque, a veces, tropiecen y se equivoquen. Es parte del crecimiento, para madurar y entender, a veces hay que afrontar nuestros errores. Eventos y Ceremonias 65 Por: Gabriela M. Sánchez Zavala

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Artículo publicado en la revista Eventos y Ceremonias Mis XV Años.

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¿Qué onda con los papás

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¿Tu mamá no te deja ni a sol ni a sombra? ¿Quiere opinar e influir en todas tusdecisiones? ¿Tu papá te tiene hiper

checadita? Aprende porqué son así y qué puedes hacer al respecto.

Es horrible que nuestra mamá o papá (o los dos) estén sólo al pendiente de cada uno de nues-tros movimientos. Te entendemos, estás en una edad en la que más anhelas es un poco de liber-tad, tomar tus propias decisiones y arriesgarte a las consecuencias. Sin embargo, también ponte en los zapatos de tus papás. Eres su niña, su adoración y estás justo en un periodo de transición. Por fin llegaste a los famosos 15 y, claro, tienes necesidades e inquie-tudes muy diferentes a los que tenías de niña. Por decirlo de otro modo, te les estás saliendo de las manos, por eso quiere controlar un poco esa liber-tad. Ten en cuenta que tus padres pueden sentir temor de que uses tu libertad y pongas en peligro tu vida. Suena exagerado, lo sabemos, pero es un riesgo posible. Tus papás te aman y, simplemente, no quieren que te pase nada malo, su intensión no es arrui-narte la vida, ni ser los malos de la peli, sus motivaciones son buenas. Lo malo es cuando tus papás son sobreprotectores y, en definitiva, no te dejan ni dar un paso a la esquina por miedo a que algo te pase o metas la pata.

¿Qué hago?Lo primero. Ponerte en su lugar. Acepta que no te quieren hacer imposible la vida, que sólo ven por tu bien. Ya que lo aceptaste, lo segundo es pro-bar y comprobar que eres una chica responsable y digna de confianza. En otras palabras: ¿cómo esperas que te den permiso de salir si ni siquiera has terminado tu tarea? Tampoco quieras que te permitan llegar a las 2 de la mañana de una fies-ta que pinta increíble, si la última vez quedaste de llegar a “X” hora llegaste a casa dos horas después. La confianza se gana a pulso y sí, tienes que hacer un esfuerzo por ganártela.

Cumple con tus tareas, intenta sacar buenas calificaciones o al menos demuestra que te esfuerzas por ser una buena alumna, ayuda en casa y haz lo que te pidan. Si tus papás sienten que pueden confiar en ti, entonces tienes un gran camino ganado.

El tercer paso¿Ya te ganaste un poco de su confianza? Ok, ahora necesitas demostrar que entiendes el porqué de su preocupación. Muéstrales, cuando estás con ellos, que puedes tomar tus propias decisiones, sé cautelosa y pon atención a lo que pasa a tu alrededor y, cuando algo te parezca sospechoso coméntalo con ellos. Así podrán ver que estás alerta y que sería difícil que a ti te engañen fácilmente o caigas en algún error. Por ejemplo, cuéntales cuando algún compañero de la escuela hizo algo tonto (chocó, be-bió algo que no debía o, peor, se embarazó) y diles porqué a ti no te pasaría algo así.

Acata las reglasSi, finalmente, tus padres te han dado un poco de libertad, no abuses de ella. Si te dejaron salir con la condición de que llegues a casa a las 12, ni modo, llega a las 12… o incluso, un poco antes. Si te piden que te comuniques cada media hora, ni hablar, ten el celular a la mano. Entre más respetes sus reglas, será más fácil que confíen en ti y, poco a poco, podrán ceder más a sus restricciones.

¡Paciencia!Tenle paciencia a tus papás y demuestra de lo que estás hecha, que no ha criado a una niña inmadura, ni tonta. Y acéptalo, sabes que las cosas en el mundo están un poco locas y cualquiera puede aprovecharse de ti y de tus ganas de pasarla bien, sanamente, es por eso que tus pás se preocupan. Platica con ellos, hazles saber quién eres, tus gustos, a donde vas, con quien y, poco a poco, estarán más cómodos y confiarán más en ti. Si de plano se niegan a soltarte un poco y darte más libertad, respira hondo, cuenta hasta 10 y…

Platica con ellosDiles que no es bueno tanto control. Diles que está comprobado que los adultos que tuvieron papás sobreprotectores tienen más problemas en desarrollarse y adaptarse en sociedad. La sobreprotección no es saludable pues, pensando que cuidamos a quienes queremos, sólo les damos aten-ción extra que los limita y los hace dependientes, inseguros, inestables e inmaduros. Siempre es mejor darle a los hijos un poco de libertad, darles “chance” de tomar sus decisiones aunque, a veces, tropiecen y se equivoquen. Es parte del crecimiento, para madurar y entender, a veces hay que afrontar nuestros errores.

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