1Paisajes de viento

Inka Mart

1Paisajes de viento

Inka Mart

MBIT Galeria d'Art, Barcelona

Primavera, 2015

3Como criaturas en un duermevela sin tiempo, apenas percibimos la spera realidad en la quevivimos, oculta segundo tras segundo para mostrarnos solo fugazmente su verdad huidiza,pudo escribir Nietzsche. Retener estos instantes decisivos es responsabilidad del artista y qui-zs sea la fotografa, ese arte experimental de la imagen en proyecto, el medio contemporneoms ajustado para lograrlo. El desenlace es siempre un signo intencionado y poderoso laobra de arte que nos transmite el destello de las cosas y su presencia intuitiva a travs de lasensibilidad magntica del artista. Inka Mart observa alerta y nos devuelve la mirada encu-bierta en motivos figurativos que transparentan su interpretacin del mundo de la vida. Bellospaisajes en blanco o sombreados en horizontes de dunas y estelas sugerentes que nos descon-ciertan. Pasajes cercados por reflejos de luz que se duplican en tramas tonales y nos desafancon su enigmtica indefinicin. Momentos de plenitud, sin duda, que Inka nos invita a com-partir. Detente instante!, urga ansioso Goethe, eres demasiado bello. Acaso.

J. F. Yvars

4Ms all de las montaas de Qf

Sueo que un hombre me pide que le acompae a ver sus aves. Para entrar hay que atravesarun pequeo bosque de crisantemos de tallos tan altos como nosotros. Las flores son grandesy brillan blancas como lunas en la penumbra crepuscular. Entramos en un conservatorio cuyacpula se pierde entre enredaderas y rboles que la cubren y que enmarcan retazos de cieloen plena metamorfosis de azules nocturnos. El lugar est lleno de jaulas de barrotes oscurosy con la misma consistencia etrea que la cpula, como si estuvieran volvindose incorpreos.El hombre me parece entonces un prncipe de las aves y de la noche. Lanza granos de mazhacia las jaulas. Cuntas aves! Te deben de dar mucho trabajo, exclamo. No, lo tengomuy por la mano, no me cuesta ningn esfuerzo, contesta. Y observo cmo se acercan esasaves nocturnas que parecen faisanes de largas colas.

5A diferencia de algunas personas, creo vivir en un misterio que anhelo rescatar del olvido alque lo hemos relegado.Todo lo que observo me sorprende; quiz porque me detengo a contemplar, a sentir y a

olvidar todo lo que s o creo saber. Me encandila la potica de la maravilla. Penetrar en lo in-visible o perderme en lugares inquietantes. Cada da que pasa pertenezco ms al pas del no-lugar donde habita la consciencia imaginativa. Busco el nexo de unin entre el mundo espiritual y el mundo natural. Para los poetas ms-

ticos iranes las montaas de Qf simbolizaban el mundo interior. Para ellos, el mundo espi-ritual envuelve al visible natural. El mundo sensible est dentro del espiritual, como el granode arena en el interior de una ostra que acaba por transformarse en perla.Pertenezco a un linaje que se remonta a ms de cinco mil aos, personas que descubrieron

en lo imaginal el sentido de la vida. No me siento enclaustrada en un movimiento sino partede un flujo. El artista imaginal no pertenece a ninguna poca porque se adscribe a un continuofluir de experiencia humana cuyo devenir es trascendente e ilimitado. Trata de aprender avivir en todas las probabilidades de forma simultnea al abrir mil ojos al mundo. Busca ex-pandir la consciencia y refinar el alma por medio de la imaginacin, la facultad cognoscitivaentre el mundo sensible y el inteligible. Afinar este instrumento que desarrolla el ojo imagi-nativo es el viaje al que me conducen mis fotografas y mis sueos.Me pregunto a qu viene esa extraa fascinacin por lo blanco. En el blanco se desvanecen

los colores y las formas, de algn modo es lo ms cercano a la luz o a lo que creemos es la luzy la energa. Los fenmenos se pierden en brumas, caen los velos del color y progresivamentelas formas hasta quedar lo esencial. Segn Kandinsky, el blanco acta en nuestra alma comoel silencio absoluto. Un silencio que no est muerto y que rebosa de posibilidades.

Inka Mart

Qu slido parece nuestro mundo, y sin embargo, ninguna cosa es ms que granos de arena.

Farid Ud-Din Attar, El lenguaje de los pjaros

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Metamorfosis 7

Por la senda de los pjaros 8-9

El sonido de muchas aguas I y II 10-11

Paisajes de viento I, II, III y IV 12-17

El monstruo sooliento 19

El mensajero 20

Reloj de hexagramas 22-23

Viento negro: Serpientes de luz 25-26

Pentagrama csmico 29

Barca y lnea del infinito 30-31

Ms all de la montaa de Qf 32-33

La boca del silencio 34

Murmullo de alas 35

nica 36

Ramo de sombras 39

Pjaro de agua 41

Autorretrato 44

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Inka Mart (Westfalia, 1964) es artista imaginal, editora y escritora.

Estudia Filologa Hispnica en la Universidad Central de Barcelona.

Ejerce a lo largo de varios aos como periodista cultural para Televisin Espaola, TV3 y BBC.

En 2005 funda Ediciones Atalanta junto a su esposo, Jacobo Siruela.

Publica en 1999 y 2007 dos libros de literatura infantil, Otto (en editorial Barcanova) y El tresor de

Nova York (editado por el Museu dArt de Girona).

En 2011 publica Cuaderno de Noche, una recopilacin de sesenta y cinco sueos seleccionados entre

los ms de un millar conservados en once cuadernos escritos desde el ao 2000. Paralelamente aparece

en formato digital Espacios Onricos, libro en el que presenta una seleccin de imgenes que recrean

y evocan los mundos de sus viajes y experiencias en sueos y que supone su debut como fotgrafa.

Su trabajo fotogrfico participa en exposiciones colectivas en Madrid, Barcelona, Sevilla y Pars entre

2013 y 2014. Su primera exposicin individual tiene lugar en MBIT, Galera dArt (Barcelona) du-

rante la primavera de 2015.

Las diferentes vertientes de su actividad convergen en una exploracin, guiada por la intuicin, de los

territorios de la imaginacin.

Inka Mart

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