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1 Originariedad, tiempo y protofundación 1 Suponemos al mundo en el abordaje de estos tres conceptos, el mundo como horizonte general, de igual forma como suponemos el proyecto de una ontología del mundo de la vida. ¿Pero qué es precisamente lo que aquí suponemos? El mundo como una unidad, como un todo configurado siempre de nuevo en la vida fáctica. El mundo como mundo de la percepción, intuitivamente captado, en el cual nos desenvolvemos prácticamente, el de nuestra cotidianidad, el que heredamos de generaciones pasadas porque además tiene una dimensión histórica. El mundo de la vida que es articulado en tres direcciones o estratos: como mundo circundante, como mundo compartido y finalmente como mundo propio. 1. El tema husserliano del mundo de la vida Sabemos que el tema del mundo de la vida está generalmente asociado al proyecto de Husserl de buscar un nuevo camino hacia la fenomenología trascendental a causa de las insuficiencias que presenta la vía o el camino cartesiano que había inspirado la redacción del primer tomo de las Ideas y las Meditaciones y había reconducido metódicamente los problemas generales referidos a la constitución. En la vía cartesiana el mundo se presenta como algo que necesariamente debe quedar desatendido por la obra de la reducción o la epojé para de esta manera y “como de un salto” llegar “al ego trascendental” (Husserl: 1991, §43, p. 163). Con la pérdida del mundo mediante la reducción se revela la subjetividad trascendental como la dimensión inmanente, como el residuo del que depende el sentido de los objetos del mundo trascendente-, precisamente, por ser este un rendimiento de la conciencia. También se hace explicito que esta subjetividad trascendental es el “residuo de la aniquilación del mundo”, es decir, lo que queda luego de poner entre paréntesis la tesis general de la actitud natural y con ella el mundo todo; solo de esta manera se logra el ser inmanente de la conciencia, un ser absoluto que “no necesita por principio nada para existir”. Se pone en fuera de juego cualquier tesis natural referida al mundo, las tesis que dan por supuesto un mundo que solo es posible tener y al cual 1 Por: Jeison Andrés Suárez, Grupo de Investigación “Hermes”, Universidad del Valle. Ensayo realizado para ser presentado en el “Primer Seminario-Taller Interinstitucional de Fenomenología”. Fusagasugá, 13-15 de Diciembre de 2013.

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    Originariedad, tiempo y protofundacin1

    Suponemos al mundo en el abordaje de estos tres conceptos, el mundo como

    horizonte general, de igual forma como suponemos el proyecto de una ontologa del mundo

    de la vida. Pero qu es precisamente lo que aqu suponemos? El mundo como una unidad,

    como un todo configurado siempre de nuevo en la vida fctica. El mundo como mundo de

    la percepcin, intuitivamente captado, en el cual nos desenvolvemos prcticamente, el de

    nuestra cotidianidad, el que heredamos de generaciones pasadas porque adems tiene una

    dimensin histrica. El mundo de la vida que es articulado en tres direcciones o estratos:

    como mundo circundante, como mundo compartido y finalmente como mundo propio.

    1. El tema husserliano del mundo de la vida

    Sabemos que el tema del mundo de la vida est generalmente asociado al proyecto

    de Husserl de buscar un nuevo camino hacia la fenomenologa trascendental a causa de las

    insuficiencias que presenta la va o el camino cartesiano que haba inspirado la redaccin

    del primer tomo de las Ideas y las Meditaciones y haba reconducido metdicamente los

    problemas generales referidos a la constitucin. En la va cartesiana el mundo se presenta

    como algo que necesariamente debe quedar desatendido por la obra de la reduccin o la

    epoj para de esta manera y como de un salto llegar al ego trascendental (Husserl:

    1991, 43, p. 163). Con la prdida del mundo mediante la reduccin se revela la

    subjetividad trascendental como la dimensin inmanente, como el residuo del que depende

    el sentido de los objetos del mundo trascendente-, precisamente, por ser este un

    rendimiento de la conciencia. Tambin se hace explicito que esta subjetividad trascendental

    es el residuo de la aniquilacin del mundo, es decir, lo que queda luego de poner entre

    parntesis la tesis general de la actitud natural y con ella el mundo todo; solo de esta

    manera se logra el ser inmanente de la conciencia, un ser absoluto que no necesita por

    principio nada para existir. Se pone en fuera de juego cualquier tesis natural referida al

    mundo, las tesis que dan por supuesto un mundo que solo es posible tener y al cual 1 Por: Jeison Andrs Surez, Grupo de Investigacin Hermes, Universidad del Valle. Ensayo realizado para

    ser presentado en el Primer Seminario-Taller Interinstitucional de Fenomenologa. Fusagasug, 13-15 de

    Diciembre de 2013.

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    nicamente se puede acceder mediante las operaciones de una subjetividad que se encubre

    y engaa a si misma con un presupuesto ontolgico que le hace suponer de hecho, sin

    advertir, que todo lo que conoce, todo lo que es, tiene su gnesis, su constitucin de sentido

    y forma, su manifestacin y legitimacin, en la experiencia de la conciencia, y que por

    fuera de la esfera de ese todo a priori universal de correlacin entre objeto de experiencia

    y forma de dacin (Husserl: 1991, 48, p. 175) que es la conciencia no hay nada, esto es,

    ninguna afirmacin racional sobre el ser o sobre los objetos. No hay nada por fuera de ese

    sistema absoluto y autosuficiente que es el ser inmanente de la conciencia, ms

    exactamente, de la conciencia intencional. No hay nada por fuera de tal existencia.

    Existencia que ante todo, por mor de su rasgo esencial, es apertura a todo, un paso hacia lo

    otro que no es ella en s misma, hacia eso otro que le trasciende, pero que le trasciende

    nicamente como un ser que no puede ser otra cosa ms sino ser intencional, esto es, objeto

    de una conciencia, ms exactamente de un acto que lo mienta. Esto explica el centramiento

    del anlisis fenomenolgico en los actos subjetivos, en las maneras o los modos de

    aparicin que se refieren al mundo, esto es, en los procesos neticos particularmente

    individuales de la constitucin y de la operacin de rendimiento [leistung] del sentido que

    se efecta monadolgicamente, en la vida solitaria del alma (Vargas, Guilln: 2013, p. 2).

    Pero es precisamente este centramiento y esta exclusividad del anlisis en la subjetividad

    trascendental en la fuente de todo sentido y verificacin del ser-, la gran excusa y el

    pero de fuertes crticas que le llevan a Husserl a cuestionar y plantear en otros trminos

    este proyecto de la idea general de una fenomenologa trascendental.

    Por esto, el primer paso en la exploracin de esta nueva va hacia la fenomenologa

    trascendental consiste en llevar a cabo las explicitaciones [Auslegungen] del mundo de la

    vida y suplir esta aparente vaciedad de contenido que presenta la va cartesiana mediante

    el logro de una ciencia fundamental que permita la realizacin de La tarea de una

    Ontologa del mundo de la vida (Husserl: 1991, 51, p. 182) y, de este modo, revelar sus

    estructuras fundamentales y esenciales en tanto que suelo universal de la vida humana

    (Husserl: 1991, 44, p. 163). Las explicitaciones y el desarrollo de esta ontologa del

    mundo de la vida requieren previamente de una primera reduccin que va desde mundo

    hacia el fenmeno trascendental mundo (Husserl: 1991, 42, p. 161); una reduccin

    que quita el ropaje de todas las construcciones tericas e ideales de las ciencias que

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    encubren el mundo de la vida y, en efecto, se pone al descubierto aquella perspectiva de la

    vida de conciencia natural en la que el mundo va de suyo y es el presupuesto para todo tipo

    de praxis vital humana. El mundo en su dimensin dxica aparece en la reduccin, el

    mundo simple e ingenuamente valido para nosotros, de una manera ya dada, antes de

    cualquier efectuacin de la ciencia, antes de toda determinacin prctica o terica, como

    horizonte general, como la estructura ontolgica fundamental que es incondicionalmente

    previa de una manera esencial y que rige la actitud fundamental permanente de la vida

    humana, de la vida fctica, que est teleolgica y linealmente orientada de manera

    constante a el mundo; es decir, El mundo previamente dado [] el horizonte que abarca

    de forma fluido-constante todos nuestros fines, todas nuestras metas, fugaces o duraderas,

    al igual que, precisamente, una conciencia intencional de horizontes (Husserl: 1991, 38,

    p. 151). Esta dimensin del mundo de la vida que se pone al descubierto debe

    correlacionarse, por lo tanto, con la vida intencional de la subjetividad, es decir, con

    aquellos modos de dacin o formas de aparicin en las que, como de golpe, nos llega a la

    conciencia objetos de toda ndole y con estos el mundo todo. Hay por tanto una necesaria

    correlacin entre el mundo, con todos sus horizontes y sus objetos, y la vida intencional de

    la subjetividad. Por virtud de esta correlacin, los objetos del mundo aparecen como hilos

    conductores, como las metas particulares hacia las cuales se orienta el inters temtico en

    su dimensin terica y prctica, en ltimas, como objetos intencionales que son lo que son

    nicamente por ser el correlato de cierto acto que lo mienta de un modo determinado.

    Los objetos del mundo, determinados temticamente, hacen posible que el anlisis

    fenomenolgico indague a travs de las apariciones escorzadas en que generalmente se

    presentan estos objetos- por las estructuras generales del tener conciencia y por los diversos

    actos en los que el yo aprehende escorzadamente los objetos pero tambin un mundo que

    siempre est viniendo hacia la existencia, que tiene incluso un derecho divino de conquista

    sobre ella (fenmenos de mundo). Hay que buscar pues el origen del sentido en la

    existencia, que no es un adentro sino pura exterioridad mundana, en la facticidad, que es

    apertura a todo, que se consume y agota en viajar fuera hacia lo otro que no soy yo, en la

    mismidad que se exilia de s hacia el mundo, que se preocupa por lo otro por el alter, es

    decir, buscar la gnesis del sentido en la vida intencional de la subjetividad y en los modos

    en que esta accin fundamental de la vida, (mediante actos de reflexin, objetivacin,

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    judicacin, valoracin, etc.) se abre a lo otro en tanto que otro y lo mienta, esto es, lo hace

    objeto consciente, con sentido, fenmeno (de lenguaje). En cada uno de sus actos el yo se

    orienta siempre en el modo de la conciencia temtica hacia lo trascendente (objetos y yoes)

    ocupndose y atendiendo de cierta manera. Sabemos que a esto le llama Husserl

    intencionalidad y que es el carcter de los actos (psquicos, aunque sabemos que tambin

    los hay de otra ndole) que entran en relacin con objetos (fsicos, psquicos reales, ideales,

    irreales, imposibles, y tan absurdos como un cuadrado redondo), por tanto, una posibilidad

    esencial para la realizacin del conocimiento en sentido amplio. Como contraparte de esta

    intencionalidad tendramos aquella dimensin del mundo que ya de antemano es

    previamente dada como suelo incuestionable para toda validez del ser y aquella otra

    dimensin del mundo que se funda sobre esta y que es el horizonte general de las

    efectuaciones prcticas o tericas de la conciencia temtica. La consumacin de la vida, de

    la existencia, consiste precisamente en la perpetua comunin que hay entre la normal

    unicidad del horizonte vital del mundo (Husserl: 1991, 38, p. 151) y las formas o modos

    de dacin subjetivos; es el a priori universal de correlacin, que se cita en la nota al pie del

    pargrafo 48 de La crisis, segn el cual todo aquello con lo que se encuentra de alguna

    manera en el presente real de la existencia, en el presente vivo, est ah tal y como est

    nicamente gracias a que la vida intencional se refiere efectivamente, en el modo

    correspondiente a eso.

    En el planteamiento de la va cartesiana, el trabajo de la analtica fenomenolgica

    consista exclusivamente en describir cmo vive la existencia, la conciencia intencional, en

    determinados actos, una referencia a los fenmenos. Pero ahora de lo que se trata es de

    esclarecer la ontologa del mundo de la vida y sus objetos mediante una ciencia

    fundamental o una investigacin estrictamente fenomenolgica referida a la intencionalidad

    subjetiva, constituyente, dice Husserl, de una dimensin, la ms originaria segn la

    referencia de La crisis, de ese horizonte general y universal que es el mundo de la vida. Un

    mundo de la vida que comprende las metas hacia las que se orientan los intereses

    comunitarios e individuales y todas las formaciones o, tambin podramos decir, los

    rendimientos que son el resultado de la funcin intencionalmente significadora de la

    conciencia. Pero el horizonte general del mundo de la vida comprende igualmente una

    dimensin del ser que es dada anticipadamente en la predacin de una manera no temtica.

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    Y es aqu cuando Husserl plantea la pregunta por el cmo de la dacin previa del mundo

    (Husserl: 1961, 43, p. 162); de un mundo que siempre est ah dado de antemano en

    mltiples apercepciones efectivas que se unen y conjugan las unas con las otras en la

    pasividad y la asociacin formando, constituyendo, una apercepcin total y general con sus

    respectivos campos o regiones especiales en las que tambin hay dados de antemano

    objetos singulares como sustratos de posibles determinaciones o ndices que se rigen por la

    asociacin y que hacen posible la referencia, el sealamiento de lo uno a lo otro a pesar de

    que todava no haya una relacin real de indicacin por signos y designacin (Husserl:

    2001, 26, p. 166). As pues, el nuevo camino que conduce hacia la fenomenologa

    trascendental y el desarrollo de la ciencia fundamental de la ontologa del mundo de la vida

    queda fijado por un cambio de perspectiva en el mtodo que pone el acento exclusivamente

    en el mundo dado en la predacin, en las relaciones asociativas de la pasividad, siempre de

    manera constante y a pesar del rtmico cambio de las formas o los modos de dacin

    subjetivos.

    Predacin y tiempo

    Tambin dice Husserl que quiere considerar el mundo de la vida circundante, el que

    es dado en la conciencia temtica mediante modos tpicos de aparicin como un horizonte

    de mundo que flucta en el constante cambio de valides de ser a apariencia. Tenemos

    entonces dos partes de un mismo problema, por un lado, la investigacin fenomenolgica

    del mundo de la vida en la predacin que es el fundamento de toda conciencia temtica y

    por otro lado- de aquel horizonte de mundo que se constituye como un campo de objetos

    efectivamente conscientes que podramos denominar, siguiendo a Husserl, por ejemplo,

    como lo patente, mundo visto [sichtige Welt], mundo a la vista [Welt in Sicht], mundo

    visible [sichtbare Welt], o ms generalmente como mundo circundante [Umwelt]

    efectivamente dado y actualmente captado en la fase de presencia, en el presente

    impresional originario [Urgegenwart]. Entonces: cmo se constituye el mundo en la

    conciencia temtica que se funda en la predacin, el mundo como una unidad que pervive

    en la certeza de la continuidad de ese rio heraclteo de fenmenos subjetivos relativos que

    hacen posible escorzadamente en la percepcin continua, precisamente, la apercepcin del

    mundo como un todo monadolgico? Trataremos de explicarlo analizando la estructura de

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    la experiencia con la teora sobre la gnesis que Husserl hace depender de una sntesis

    asociativa universal por semejanza que en la predacin, en la pasividad, hace posible ya

    siempre de antemano la homogeneidad en la unidad de un presente fluyente (Husserl:

    2001, 28, 174). Sobre esta homogeneidad la conciencia tipificada va unificndose de por

    s como una mismidad, como una conciencia que constituye sentido y mundo a medida que

    prolonga su existencia y se dilata, por decirlo de alguna manera, en el tiempo, en el trnsito

    de un presente impresional a otro, siempre de una manera orientada por la habitualidad

    posicional y por el inters temtico, haciendo posible una sntesis de la continuidad de la

    cual depende la apercepcin de el horizonte de la totalidad [Totalitt] mundo (Hua

    XXXIX, p. 67) como algo constantemente constituido a travs de la funcin significadora

    de una conciencia intencional en el sentido que se expuso en la seccin anterior.

    Lo que debe explicar la teora: (1) cmo el conocimiento de cualquier cosa real ocurre

    como una suma o un proceso de sntesis de todas las perspectivas y escorzos posibles que

    de la cosa puedo tener en la continuidad y en el flujo temporal de la conciencia; (2) cmo la

    gnesis singular, temporal, conforma un horizonte efectivo en el que se hacen co-consientes

    mltiples objetos en el fluir aprehensor de la actividad de la conciencia en un trasfondo

    predado que le rodea en todo momento como horizonte de expectativas reales y posibles

    (Husserl: 2001, 26, p. 164), en ultimas como horizonte inefectivo de lo inconsciente

    (Hua XXXIX, p. 27). Con esto se afirma la tesis segn la cual el mundo es el conjunto de

    mis propias experiencias, de mis vivencias, y que el conocimiento de cosas reales, el

    sentido que estas puedan tener para m, es el resultado de unas experiencias que son las

    mas propias. Experiencias en las que siempre se tiene contacto con unidades, con

    totalidades objetivas que se corresponden muy bien con todas las presentaciones o

    manifestaciones que yo pueda experimentar a propsito de tal unidad, el correlato

    intencional, ideal, de todas las posibles determinaciones que sobre l pueda hacer, nsitas en

    el horizonte intencional de lo inconsciente, de lo previamente dado (dxa pasiva como dice

    en EyJ) hacia lo cual puedo orientarme ms o menos directamente en la cercana y la

    lejana. Ms concretamente, los dos problemas a resolver son: por un lado (1) la relacin

    asociativa que refiere exclusivamente a los objetos dados como tal en sus respectivos

    modos noemticos, esto es, correlativamente referido a los modos correspondientes de

    conciencia (Husserl: 2001, 26, p. 167); y, por el otro, (2) la relacin asociativa entre un

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    presente impresional de uno de los modos noemticos con otro modo noemtico de otro

    presente impresional reproducido, la relacin asociativa por medio de la semejanza entre

    un presente que ingresa en la sntesis universal con otro pasado en presente,

    correlativamente una plena conciencia del presente que ingresa en una sntesis universal

    con otra conciencia sumergida del presente, una sntesis que funge como marco para las

    sntesis especiales del despertar y para las reproducciones especiales (Ibd, p. 168).

    (1) En este primer caso, al tematizar aquellos actos de nesis mediante los cuales la

    conciencia intencional aprehende lo trascendente como un ser que es simplemente lo que es

    por ser el correlato objetivo de su propio acto, en otras palabras, lo que obtenemos en el

    anlisis de una intuicin simple es: por un lado un excedente en el objeto percibido que en

    el caso de uno trascendente es un plus que pertenece a los mltiples escorzos de los que soy

    co-consciente en el modo de un mentar vaco; por el otro, un acceder al objeto a partir de

    un escorzo que es en cada caso una determinacin de aquel aspecto del objeto percibido

    pero que me remite [Anzeige] asociativamente a otro aspecto que no es percibido en la

    actualidad del acto. Segn lo anterior, un objeto cualquiera solo puede ser percibido plena y

    efectivamente mediante un escorzo pero apercibido vacamente mediante una multiplicidad

    de matices y escorzos [Abschattungsmannigfaltigkeiten]. Un objeto trascendente aparece

    dispuesto en la dualidad patente-latente, efectivo-inefectivo, acto-potencia, en un horizonte

    de plenitud mediado por un acto y un aspecto, y un latente horizonte vaco de remisin. Por

    esto, en cada ahora de la fase de percepcin se percibe el libro segn el cmo del modo

    noemtico inherente a un cierto aspecto o escorzo; en efecto, el libro, el objeto, se

    caracteriza por ser una unidad que se da en el complejo sistema de multiplicidades de

    apariciones, en una sntesis universal que hace posible la convergencia y la superposicin

    pasiva para la gnesis de las expectativas. Ahora bien, de cara al primer problema en esta

    primera aproximacin a la gnesis de las reproducciones y sus formaciones singulares

    debemos preguntramos cmo un modo noemtico correspondiente a una gnesis singular

    en el ahora efectivo de un acto simple se corresponde asociativamente con otro modo

    noemtico de la fase consiguiente del mismo acto. Esto dicho en otros trminos, cmo es la

    sntesis y la relacin asociativa por remisin o semejanza que se establece entre las

    mltiples manifestaciones del objeto y que permite la gnesis de los objetos dados como tal

    en sus respectivos modos noemticos, esto es, correlativamente referidos a los modos

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    correspondientes de conciencia. Sin entrar mucho en detalle diremos por el momento:

    aquello que nos permite tener certeza y afirmar que se trata de un mismo objeto cuando

    percibimos algo en determinado curso de vivencias es la convergencia asociativa de los

    aspectos en torno de la presentacin de tal objeto. Si todos los aspectos que me ofrece el

    objeto convergen en la presentacin de lo mismo, si las intenciones vacas se plenifican sin

    tropiezo ni interrupcin en determinado curso de vivencias, se va formando un sistema de

    convergencia que me permite decir que ese objeto es el mismo y que lo es solo a condicin

    de ser el correlato y el componente intencional noemtico- de unas determinadas vivencias

    que son las mas propias. De lo anteriormente dicho obtenemos que la resolucin del primer

    problema exige tener claro de antemano que el nema, en cuanto componente intencional

    de la conciencia, solo es posible como polo ideal, intencional, que permanece idntico en la

    variacin de los actos objetivantes o neticos que le intencionan. No tener claro al noema

    en cualquiera de sus modos como un polo intencional del acto o nesis hara imposible de

    entrada cualquier explicacin a propsito de la correlacin intencional nesis-nema en la

    que se efecta el conocimiento lgico matemtico- de idealidades como formaciones o

    reproducciones singulares. Por esto, al hablar de nema en cuanto polo ideal de la nesis

    cabe preguntarse cmo una multiplicidad de actos o vivencias intencionales me remiten a

    un mismo objeto singular? y esto equivale a preguntar por la indicacin de lo uno a lo otro

    por fuera de una relacin real mediante el signo o la designacin.

    (2) En el segundo caso mencionado, el anlisis temporal lo es de las vivencias que

    se fundan en el horizonte de pasividad o, como bien dijimos, en el horizonte annimo del

    que no se tiene plena conciencia en la actividad de los actos y que sin embargo est ah de

    modo implcito como un supuesto inamovible, como pura posibilidad, determinando y

    posibilitando el aparecer de lo dado efectivamente de modo consciente, terica o

    prcticamente. Es el horizonte de lo inconsciente, de lo no efectivo, que nunca aparece pero

    del cual se tiene noticia gracias a la superposicin, al sistema de convergencia que se va

    formando en el continuo; aunque en el mayor de los casos solo vasta percibir una aspecto

    del horizonte para tener notica del todo. Pero nos interesa a nosotros precisamente ver

    cmo es la relacin asociativa entre presentes impresionales, de cada fase, en cada ahora;

    habamos dicho entre un presente que ingresa en la sntesis universal con otro pasado en

    presente (Hua XI, p. 123). Este segundo asunto que hemos aqu sealado est referido

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    primero a la indagacin por la naturaleza particular de la fase del presente y, segundo, a la

    coincidencia de un presente con otro en el flujo temporal haciendo posible de este modo la

    constitucin de un horizonte efectivo que se da como un sistema de convergencias que se

    estructura y con-forma dentro de aquel horizonte annimo de lo no efectivo. El sistema de

    convergencia que se va estructurando dentro del horizonte de remisin [Verweisung] por

    efecto de la funcin significativa de la conciencia garantiza no solo la constitucin

    adecuada de las unidades de sentido sino adems la plenificacin sin tropiezo de las

    intenciones vacas del horizonte interno o externo. Este segundo asunto deriva, me parece,

    en un problema dificilsimo de resolver para la fenomenologa porque precisamente a tal

    sistema solo le es posible formarse [Gebilde] como un continuo proceso de sntesis en el

    que la convergencia y la superposicin de ser posible es porque lo constituido en un caso y

    en otro, digamos, en uno u otro modo noemtico, en uno u otro ahora, es semejante, de

    modo tal que se lo pueda asociar bien sea como una remisin hacia otro aspecto del mismo

    objeto en otro ahora, o bien como una referencia hacia otra cosa real o posible, o,

    finalmente, como una remisin a lo otro, a eso que es lo que es una indeterminacin

    determinable- aun cuando todava no haya una relacin real de indicacin por signos y

    designacin, una remisin aperceptiva que sin ser nada determinado sin embargo es por s

    misma. Y lo es gracias a que:

    En cada momento viviente varios tipos de objetos temporales como formaciones son

    constituidos cada uno teniendo un Ahora momentneo junto con el momentneo horizonte

    retencional de un haber-sido y el momentneo horizonte protencional. Esta estructura

    momentnea est continuamente en el proceso fluyente y est sintticamente unida,

    precisamente de tal modo que constituye este objeto temporal como idntico a s mismo, por

    ejemplo, un sonido duradero (Husserl: 2001, 27, p. 172).

    Esto puede explicar la constitucin singular pero no es suficiente para comprender

    qu sucede en una serie perceptiva, en un flujo de fases temporales que pone la esfera del

    presente vivido como un devenir en flujo [strmendes Werden] (Husserl: 2001, App XIII,

    p. 480) Cmo es la sntesis que all se realiza? Si tenemos en cuenta la teora de todos y

    partes tal sntesis tiene el carcter de superponer unidades fenomenolgicas que se

    constituyen como momentos o factores de unidad en la continuidad de los actos

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    vivenciales; es decir, una sntesis de lo mltiple, de las numerosas partes y de distinto tipo

    que integran la vida intencional de la conciencia. La sntesis est a cargo de la conciencia

    misma pero el anlisis es la tarea de una fenomenologa. Esta caracterizacin de la sntesis

    nos ofrece al tiempo una imagen de la conciencia en que se la representa como una

    seguidilla de abstracciones, percepciones, recuerdos, fantasas, es decir, como una sucesin

    escalonada de vivencias intencionales. Pero es en esta representacin de la conciencia como

    un rosario de vivencias donde surge la problemtica de la estratificacin en la fase del

    presente. La esfera del presente vivido, el ahora, puede nicamente ofrecerse a la

    conciencia, la del yo reflexionante, como una continuidad (devenir en flujo) gracias a que la

    sntesis as lo garantiza. Pero la conciencia de la continuidad, la conciencia del tiempo,

    gracias a esta necia mereologa, depende de que en ese todo unitario y continuo sean

    identificables vivencias en concreto, para analizar y reflexionar sobre ellas, luego

    sintetizadas por la conciencia reflexionante y de ello resulta, precisamente, la conciencia de

    la constitucin continua y suficientemente armnica del mundo en la vida intencional.

    Esta dificultad que sealamos se genera cuando se intenta dar cuenta de la

    superposicin de la sntesis, de la pasividad de la conciencia que logra unificar de antemano

    unidades de sentido que se constituyen en el presente vivo, en el instante de la esfera del

    presente que es siempre un devenir en flujo y que permite la sucesin pero sobre todo la

    simultaneidad:

    Pero aun as otros objetos pueden ser constituidos en esta misma concrecin de vida, ahora y

    nuevamente en el mismo momento viviente y en su continuo proceso fluyente; cada objeto

    puede ser constituido a travs de una estructura constitutiva paralela, por ejemplo, otro sonido,

    un color, etc. Aqu necesariamente se constituye la simultaneidad; la temporalidad de un tal

    dato no estara constituida por si, e incluso no tendra nada que ver con la temporalidad del otro.

    Un simple Ahora se constituye llevando el Ahora de un dato a una unidad de identidad con el

    Ahora de otro dato. Y, asimismo, toda la estructura formal de los modos subjetivos temporales

    para ambos datos, y por consiguiente para todos los datos constituidos desde el Ahora mismo,

    estn en una coincidencia que forma la identidad (Husserl: 2001, 27, p. 172).

    Suponemos que para superar esta dificultad ha de ser entendida la vivencia como un

    continuo siendo en el fluir, no como algo totalmente determinado sino como un todo

    concreto que se da en la unidad del tiempo, en la fase, como un presente dilatado; la

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    vivencia como un acto simple que en sucesin temporal constituye unidades

    fenomenolgicas. Unidades de sentido objetivo dependientes de la funcin significadora de

    la conciencia y de la sntesis pasiva que no es pasiva en virtud de una receptividad ciega de

    la conciencia, sino precisamente en virtud de una actividad sinttica en que la conciencia es

    pasiva como tal. Sntesis pasiva en virtud, en suma, del inconsciente fenomenolgico,

    donde se constituyen las unidades fenomenolgicas como tales (Richir: 2004, 1, p. 12).

    Hay latente una dificultad porque se descubre que la sntesis de lo mltiple solo es posible

    como sntesis de lo mltiple homogneo. Lo homogneo es la esencia intencional del acto o

    el sentido que va como a travs de todos los actos concretos, de presente en presente, en la

    continuidad. Pero un anlisis ms profundo pone de relieve que la actividad sinttica de la

    conciencia lo es ante todo de lo heterogneo ms que de lo homogneo. La problemtica

    del presente reclama que la anticipacin intuitiva del horizonte perceptivo por efectuacin

    de una sntesis pasiva es nicamente posible a condicin de que la esfera del presente y lo

    dado efectivamente en ella est constituida por una multiplicidad de apariciones que se me

    donan anticipadamente pero que no pueden ser otra cosa ms que impresiones en presente

    originario vivo [Lebendigkeit] (Husserl: 2001, App XIII, p. 480). Impresiones de un

    presente originario en el que hay sucesin, superposicin; un presente que se ve empujado

    por uno nuevo haciendo surgir de este modo las series de retenciones en co-pertenencia

    (Husserl: 2001, App XIII, p. 481). La dificultad se presenta cuando se admite una

    multiestratificacin actuando en la esfera del presente originario, una multiestratificacin

    de sentido que es inmediata, anticipada a toda efectuacin, donde yacen constituidas

    unidades proto-objetivas que son puntos de origen sensibles (Richir: 2004, 2, p. 15) no

    del horizonte efectivo, consciente, sino del horizonte inefectivo de lo inconsciente (Hua

    XXXIX, p. 27) desde el cual se logra la pre-donacin del mundo de la vida. Estos puntos de

    origen sensibles son objeto de la investigacin fenomenolgica que indaga sobre el modo

    en que la consciencia constituye formas y sentidos, pero sobre todo de una investigacin

    que da cuenta del despliegue del horizonte del mundo en esta constitucin ya que

    explicitar sistemticamente la estructura de horizonte es explicitar la intencionalidad en la

    que el mundo es constituido (Hua XXXIX, p. 129). Constitucin que revela el mundo

    escorzadamente pero persistente en s mismo como un mundo nico de una manera no

    efectiva, no temtica, a lo largo de la experiencia de objetos.

  • 12

    Homogeneidad y languidez temporal

    La sntesis de la homogeneidad es lo que hace posible la continua unidad sinttica de

    un presente fluyente. Vamos ms en detalle y analicemos de un modo esttico. Qu es lo

    que tenemos en la esfera de ese eterno presente fluyente? Un devenir en flujo, hemos dicho,

    un acontecer incesante de fases de presencia que siguen una a otra como en una suerte de

    ritmo del ser constitutivo, con-formador, que hace posible la superposicin y la dacin

    efectiva de un horizonte de mundo que se asienta en un horizonte ms amplio de lo no-

    efectivo, de lo an por hacer; fases cada una de las cuales est constituida por

    multiplicidades de apariciones que son como impresiones originarias o puntos de origen

    sensible que se siguen linealmente en la correspondencia de los unos con los otros fijando

    un horizonte temporal, que es precisamente el de la duracin de la fase de presencia. En el

    devenir amplio del horizonte temporal de la serie impresional deben darse adems de las

    lneas trazadas por cada uno de los puntos sensibles de cada una de las fases, junto a ellas,

    casi como en paralelo, lneas transversales que se constituyen a partir de las mltiples

    retenciones que le corresponden una a una con cada punto de origen sensible de cada fase

    y, de manera semejante, cada fase estara, por medio de una sntesis hacia lo porvenir,

    linealmente referida a impresiones originarias an por realizarse. La estructura temporal de

    la experiencia que tratbamos de describir en la seccin anterior es: puntos de origen

    sensibles con sus respectivas protenciones y sus correspondientes colas retencionales en

    una coexistencia originaria en cada fase de presencia. Empezamos a notar que algo debe

    garantizar la adecuada correspondencia entre la multiplicidad de los puntos sensibles y la

    de las retenciones. Ahora, si pensamos por ejemplo que todas las impresiones originarias de

    una fase son a propsito de un mismo objeto diramos respecto de lo anterior que aquello

    que garantiza la organizacin y la correspondencia de las dos multiplicidades es la sntesis

    pasiva. Si, por el contrario, los puntos de origen sensibles lo son pero de un objeto que

    cambia por ejemplo si traemos a la mente el ltimo movimiento del Rach 3- lo que

    tendramos sera un paso fluyente no armnico sino conflictivo donde una distribucin o

    configuracin de sonidos en un momentum de ese eterno presente, rivaliza

    conflictivamente, superponindosele y desplazndole, con otro momentum pero de una

    manera tal que adems de permitir una sucesin escalonada permitira, al tiempo, la fusin,

  • 13

    podramos decir, la identidad, de los horizontes temporales de cada una de las fases o los

    momentos que constituyen la duracin del paso fluido del ritmo musical. Tenemos siempre

    en el presente originario vivo la fusin de mltiples series, continua y sintticamente

    unificndose en el devenir amplio del horizonte del tiempo segn la continuidad, y segn la

    homogeneidad. Fusin en el mismo presente originario de acuerdo a la continuidad de lo

    no-idntico [] en el mismo momento en que cada presente originario es reprimido por

    uno nuevo y, de esta forma, la serie longitudinal de retenciones que le pertenece (Husserl:

    2001, App XIII, p. 480). Pero de dnde vienen las nuevas impresiones originarias que han

    de vincularse, fusionarse ms bien, a cada una de las fases de presencia de ese presente

    dilatado en el que tiene lugar la coexistencia originaria de lo presente, lo retenido y lo por

    venir? Como se trata de explicar aqu la sntesis de la homogeneidad no podemos decir otra

    cosa ms que los lugares, ontolgicamente posibles, desde donde advienen, por decirlo as,

    las nuevas impresiones originarias son lugares que se pueden anticipar mediante una no

    muy fcil de explicar accin a distancia de la sntesis asociativa que hace posible la

    conexin con esos puntos sensibles pertenecientes a otro orden local seguramente de otro

    presente originario tambin con sus respectivas apariciones y retenciones. Gracias a esta

    conexin, por sealamiento asociativo, la sntesis permitira la co-pertenencia o la co-

    existencia de muchos lugares ontolgica y temporalmente posibles-, formando de este

    modo un orden de conexin(es) mucho ms amplio que le comprende. Un orden general

    con muchos ordenes locales en mutua conexin, cada uno de los cuales y de acuerdo al

    modo de ordenamiento responde estrictamente pero no de una manera absolutamente

    determinante a una sntesis pasiva particular que unifica mediante la conexin impresiones

    originarias de distintos presentes y flujos temporales aparentemente heterogneos. Aqu

    aparece la dificultad que sealbamos en la seccin anterior, justamente, porque la sntesis

    de lo mltiple tal y como la propone Husserl solo es posible como sntesis de lo mltiple

    homogneo y no de lo heterogneo. Porque si la sntesis es de lo heterogneo lo es a

    condicin de la existencia de mltiples estratos actuando en el presente originario en los

    que se produce la accin a distancia entre elementos o momentos heterogneos cuya ley

    asociativa es la discontinuidad. Porque aunque Husserl diga que esta conexin, es la

    asociacin de la simultaneidad de objetos separados [] que en la pasividad produce

    [herstell] una unidad de orden superior entre unidades de conciencias separadas (Husserl:

  • 14

    2001, App XIV, p. 483); no por ello quiere esto decir que haya explicado de qu modo la

    sntesis pasiva logra fusionar y unificar de una manera sencillamente coherente esa

    experiencia salvaje que es el presente originario que nos trae el mundo a la existencia no

    caticamente sino como un todo articulado, fusionado segn un orden local o regional y

    conforme a leyes asociativas de la continuidad y la homogeneidad.

    Concentrmonos estticamente en la coexistencia de dos o ms objetos que estn

    relacionados pero especializados en lo que respecta al contenido. Qu es lo que tiene que

    decir la homogeneidad para rechazar la multiestratificacin? Que la unidad de uniformidad

    entre estos dos objetos surge a travs de la homogeneidad en la transicin y en la repeticin

    de la misma cosa, es decir, con respecto al contenido y la esencia intencional que los

    relaciona a ambos. Cuando comparamos los componentes de la relacin, nos encontramos

    con que tiene lugar una clase de superposicin de una conciencia sobre otra; a pesar de la

    modificacin a la que se somete, la conciencia de lo uno se preserva por medio de la

    transicin como una conciencia del primer objeto y coincide con la segunda conciencia, del

    segundo objeto, y en el caso de la uniformidad, es congruente. As se homogeniza todo el

    horizonte espacio-temporal. Esto quiere decir que a pesar de la conciencia de dualidad que

    se mantiene, de la homogeneidad resulta una conciencia de identidad como conciencia de

    un mismo contenido, de un mismo qu de contenido. La caracterstica repetida es uniforme

    y completamente la misma con respecto al contenido de la primera, es decir,

    completamente congruente. Si comparamos el material de ambas caractersticas notamos

    que dos cosas se destacan: (i) la sinttica coincidencia en una comunalizacin, es decir, en

    una uniformidad y (ii) el conflicto sinttico de los materiales particulares de esta

    comunalizacin que reprimen lo otro recprocamente en el proceso de superposicin.

    Reprimir significa que lo uno encubre lo otro, que el elemento encubierto tiende hacia el

    elemento descubierto, luego, irrumpe a travs de lo oculto en los elementos previamente

    desocultos. Sin embargo debemos objetar que esta forma sintticamente fija del presente

    vivo que es posible por la superposicin, la represin y el encubrimiento, es atravesada por

    el flujo temporal, no de la continuidad interna de esa superposicin particular que es

    homognea sino del flujo temporal de la sntesis de lo heterogneo de aquellos campos

    ordenados que son los que verdaderamente hacen posible la coexistencia y la sucesin. Al

    respecto dice Husserl: La unidad del campo de conciencia es siempre producido a travs

  • 15

    de interconexiones sensibles, en una conexin sensible de semejanza y de contraste

    sensibles. Sin ello ningn mundo podra ser (Husserl: 2001, App XVIII, p. 505). La

    unidad, por lo tanto, es una autntica continua fusin del presente con el pasado, o del

    futuro, a travs del presente, con el pasado. Al parecer nada nos es absolutamente nuevo

    nunca. Todo es de alguna manera esperable, porque todo confirma o defrauda una

    expectativa, seguramente latente (porque no decir predada) y hasta secreta. Es decir, la

    conciencia temtica que se funda en la predacin y que hace posible la determinacin

    efectiva de un horizonte del mundo depende de la sntesis asociativa por semejanza en la

    que se logra la homogeneidad de un presente fluyente.

    Pero cmo es posible tener mundo cuando desde quien sabe dnde advienen

    impresiones originarias, puntos de origen sensibles, que no han sido an ordenados por la

    homogeneidad a ningn nivel y por tanto me advienen desde cualquier estrato, a veces

    desde el ms oscuro, como una novedad, como un acontecimiento que por exceso o por

    defecto desestabiliza ese armnicamente constituido presente fluyente que me es dado

    como un ahora global conformado por fases unitarias de presencia como horizontes

    temporales particulares que, a causa de esa novedad, hacen de la fase un devenir lnguido

    en el que es imposible la coexistencia originaria de interconexiones sensibles de semejanza

    o de contraste que hacen posible un mundo para m. Porque existe siempre latente la

    posibilidad de que el dicho de Husserl bis auf weiteres se cumpla, esto es, de que se

    interrumpa dramticamente la constitucin continuamente homognea y suficientemente

    armnica del mundo en la vida intencional. Si el acontecimiento es de tal magnitud que

    desborda totalmente lo esperable o lo presumible la comprensin- podramos caer en la

    inconciencia, como si nos dieran un golpe en la cabeza. Es como si la sistematicidad del

    mundo se disolviera en la nada, mejor, en la indeterminacin y dejramos de creer en esa

    certeza predada en dxa pasiva y en la realidad que nos era familiar. Se nos vendra abajo el

    mundo. Pero, y si la vida fuera una existencia montona, por ejemplo, cuando captamos en

    el desarrollo homogneo un sonido sin diferencia alguna, no podra volver hacia atrs, al

    preciso momento en que el mundo estaba siendo ya montono, al comienzo de la vida del

    periodo inicial de la monotona, y evitar que el encanto de la novedad deje al desnudo la

    eterna monotona del acontecer incesante que a causa de la homogeneidad tiene siempre las

    mismas formas y el mismo lenguaje? Monotona del mundo que es languidez temporal.

  • 16

    Bibliografa

    Husserl, Edmund

    (1991) La crisis de las ciencias europeas y la fenomenologa trascendental. Crtica,

    Barcelona.

    (2001) Analyses concerning passive and active Synthesis. Lectures on

    transcendental logic. Kluwer Academic Publisher, Boston.

    (2008). Die Lebenswelt. Auslegungen der vorgegebenen Welt und ihrer

    Kosntitution. Texte aus dem nachlass (1916-1937). Rochus Sowa (ed.). Hua

    XXXIX. Springer, Dordrecht.

    Vargas, Germn

    (2013) Crisis como proyecto de reforma de la filosofa. Relatora, Borrador de

    Trabajo. Universidad Pedaggica Nacional, Bogot 12 de Septiembre de 2013.