Orgullo y prejuicio

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Orgullo y Prejuicio Por Jane Austen

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OrgulloyPrejuicio

Por

JaneAusten

CAPÍTULOI

Esunaverdadmundialmentereconocidaqueunhombresoltero,poseedordeunagranfortuna,necesitaunaesposa.

Sinembargo,pocosesabedelossentimientosuopinionesdeunhombredetalescondicionescuandoentraaformarpartedeunvecindario.Estaverdadestátanarraigadaenlasmentesdealgunasdelasfamiliasquelorodean,quealgunasleconsiderandesulegítimapropiedadyotrasdeladesushijas.

––MiqueridoseñorBennet––ledijoundíasuesposa––,¿sabíasque,porfin,sehaalquiladoNetherfieldPark?

ElseñorBennetrespondióqueno.

––Pues así es ––insistió ella––; la señora Long ha estado aquí hace unmomentoymelohacontadotodo.

ElseñorBennetnohizoademándecontestar.

––¿Noquieressaberquiénlohaalquilado?––seimpacientósuesposa.––Erestúlaquequierescontármelo,yyonotengoinconvenienteenoírlo.Estasugerencialefuesuficiente.

––Puessabrás,querido,quelaseñoraLongdicequeNetherfieldhasidoalquiladoporunjovenmuyricodelnortedeInglaterra;quevinoellunesenunlandódecuatrocaballosparaverellugar;yquesequedótanencantadoconélqueinmediatamentellegóaunacuerdoconelseñorMorris;queantesdeSanMiguelvendráaocuparlo;yquealgunosdesuscriadosestaránenlacasaafinalesdelasemanaqueviene.

––¿Cómosellama?––Bingley.

––¿Estácasadoosoltero?

––¡Oh!, soltero, querido, por supuesto. Un hombre soltero y de granfortuna;cuatroocincomillibrasalaño.¡Québuenpartidoparanuestrashijas!

––¿Yqué?¿Enquépuedeafectarles?

––MiqueridoseñorBennet––contestósuesposa––,¿cómopuedessertaningenuo?Debessaberqueestoypensandoencasarloconunadeellas.

––¿Eseseelmotivoquelehatraído?

––¡Motivo! Tonterías, ¿cómo puedes decir eso? Es muy posible que seenamoredeunadeellas,yporesodebesiravisitarlotanprontocomollegue.

––Noveolarazónparaello.Puedesirtúconlasmuchachasomandarlasa

ellassolas,quetalvezseamejor;comotúerestanguapacomocualquieradeellas,alomejorelseñorBingleyteprefiereati.

––Querido,me adulas.Es verdadque en un tiempono estuve nadamal,peroahoranopuedopretendersernadafueradelocomún.Cuandounamujertienecincohijascreciditas,debedejardepensarensupropiabelleza.

––Entalescasos,alamayoríadelasmujeresnolesquedamuchabellezaenquépensar.

––Bueno, querido, de verdad, tienes que ir a visitar al señor Bingley encuantoseinstaleenelvecindario.

––Notelogarantizo.

––Peropiensaen tushijas.Datecuentadelpartidoqueseríaparaunadeellas.SirWillamyladyLucasestándecididosair,ysóloconesepropósito.Yasabesquenormalmentenovisitanalosnuevosvecinos.Deveras,debesir,porqueparanosotrasseráimposiblevisitarlositúnolohaces.

––Eres demasiado comedida. Estoy seguro de que el señor Bingley sealegrará mucho de veros; y tú le llevarás unas líneas de mi parte paraasegurarlequecuentaconmimássinceroconsentimientoparaquecontraigamatrimonio con una de ellas; aunque pondré alguna palabra en favor demipequeñaLizzy.

––Meniegoaquehagastalcosa.Lizzynoesennadamejorquelasotras,noesnilamitaddeguapaqueJane,nilamitaddealegrequeLydia.Perotúsiemprelaprefieresaella.

––Ninguna de las tres es muy recomendable ––le respondió––. Son tantontaseignorantescomolasdemásmuchachas;peroLizzytienealgomásdeagudezaquesushermanas.

––¡Señor Bennet! ¿Cómo puedes hablar así de tus hijas? Te encantadisgustarme.Notienescompasióndemispobresnervios.

––Te equivocas, querida. Les tengo mucho respeto a tus nervios. Sonviejosamigosmíos.Haceporlomenosveinteañosqueteoigomencionarlosconmuchaconsideración.

––¡Nosabescuántosufro!

––Pero te pondrás bien y vivirás para ver venir a este lugar a muchosjóvenesdeesosdecuatromillibrasalaño.

––No serviría de nada si viniesen esos veinte jóvenes y no fueras avisitarlos.––Sidependedeeso,querida,encuantoesténaquí losveinte, losvisitaréatodos.

El señor Bennet era una mezcla tan rara entre ocurrente, sarcástico,reservadoycaprichoso,que la experienciadeveintitrésañosnohabían sidosuficientesparaquesuesposaentendiesesucarácter.Sinembargo,eldeellaeramenosdifícil, era unamujer de poca inteligencia,másbien inculta y detemperamentodesigual.Sumetaenlavidaeracasarasushijas;suconsuelo,lasvisitasyelcotilleo.

CAPÍTULOII

ElseñorBennetfueunodelosprimerosenpresentarsusrespetosalseñorBingley. Siempre tuvo la intención de visitarlo, aunque, al final, siempre leasegurabaasuesposaquenoloharía;yhastalatardedespuésdesuvisita,sumujernoseenteródenada.Lacosase llegóasaberde lasiguientemanera:observandoelseñorBennetcómosuhijasecolocabaunsombrero,dijo:

––EsperoquealseñorBingleyleguste,Lizzy.

––¿Cómopodemos saber qué le gusta al señorBingley––dijo su esposaresentida––sitodavíanohemosidoavisitarlo?

––Olvidas,mamá––dijoElizabeth––queloveremosenlasfiestas,yquelaseñoraLonghaprometidopresentárnoslo.

––NocreoquelaseñoraLonghagasemejantecosa.Ellatienedossobrinasenquienespensar;esegoístaehipócritaynomerecemiconfianza.

––Nilamíatampoco––dijoelseñorBennet––ymealegrodesaberquenodependes de sus servicios. La señora Bennet no se dignó contestar; peroincapazdecontenerseempezóareprenderaunadesushijas.

––¡PorelamordeDios,Kittynosigastosiendoasí!Tencompasióndemisnervios.Melosestásdestrozando.

––Kittynoesnadadiscretatosiendo––dijosupadre––.Siemprelohaceenmomentoinoportuno.––Amínomediviertetoser––replicóKittyquejándose.

––¿Cuándoestupróximobaile,Lizzy?

––Demañanaenquincedías.

––Sí,asíes––exclamólamadre––.YlaseñoraLongnovolveráhastaundía antes; así que le será imposible presentarnos al señor Bingley, porquetodavíanoleconocerá.

––Entonces, señora Bennet, puedes tomarle la delantera a tu amiga ypresentárselo tú a ella. ––Imposible, señor Bennet, imposible, cuando yo

tampocoleconozco.¿Porquéteburlas?

––Celebro tu discreción. Una amistad de quince días es verdaderamentemuypoco.Enrealidad,alcabodesólodossemanasnosepuedesabermuybien qué clase de hombre es. Pero si no nos arriesgamos nosotros, lo haránotros.Alfinyalcabo,laseñoraLongysussobrinaspuedenesperaraqueselespresentesuoportunidad;pero,noobstante,comocreeráqueesunactodedelicadezaporsuparteeldeclinarlaatención,seréyoelqueoslopresente.

Lasmuchachasmiraronasupadrefijamente.LaseñoraBennetselimitóadecir:––¡Tonterías,tonterías!

––¿Quésignificaesaenfáticaexclamación?––preguntóelseñorBennet––.¿Consideras las fórmulasdepresentacióncomo tonterías,con la importanciaquetienen?Noestoydeacuerdocontigoeneso.¿Quédicestú,Mary?Queyoséqueeresunajovenmuyreflexiva,yqueleesgrandeslibrosylosresumes.

Maryquisodeciralgosensato,peronosupocómo.

––Mientras Mary aclara sus ideas ––continuó él––, volvamos al señorBingley.––¡EstoyhartadelseñorBingley!––gritósuesposa.

––Sientomucho oír eso; ¿por qué nome lo dijiste antes? Si lo hubiesesabidoestamañana,nohabríaidoasucasa.¡Malasuerte!Perocomoyalehevisitado,nopodemosrenunciarasuamistadahora.

Elasombrodelasseñorasfueprecisamenteelqueéldeseaba;quizáseldelaseñoraBennetsobrepasaraalresto;aunqueunavezacabadoelalborotoqueprodujo la alegría, declaró que en el fondo era lo que ella siempre habíafigurado.

––¡Mi querido señor Bennet, que bueno eres! Pero sabía que al final teconvencería.Estabaseguradequequiereslobastanteatushijascomoparanodescuidar este asunto. ¡Qué contenta estoy! ¡Y qué broma tan graciosa, quehayasidoestamañanaynonoshayasdichonadahastaahora!

––Ahora,Kitty,yapuedes tosercuantoquieras––dijoel señorBennet;ysaliódelcuartofatigadoporelentusiasmodesumujer.

––¡Qué padremás excelente tenéis, hijas! ––dijo ella una vez cerrada lapuerta––. No sé cómo podréis agradecerle alguna vez su amabilidad, ni yotampoco, en lo que a esto se refiere. A estas alturas, os aseguro que no esagradablehacernuevasamistades todos losdías.Peroporvosotrasharíamoscualquier cosa. Lydia, cariño, aunque eres la más joven, apostaría a que elseñorBingleybailarácontigoenelpróximobaile.

––Estoy tranquila––dijoLydia firmemente––,porqueaunque soy lamásjoven,soylamásalta.

El resto de la tarde se lo pasaron haciendo conjeturas sobre si el señorBingleydevolveríapronto suvisita al señorBennet, ydeterminandocuándopodríaninvitarleacenar.

CAPÍTULOIII

PormásquelaseñoraBennet,conlaayudadesushijas,preguntasesobreeltema,noconseguíasacarleasumaridoningunadescripciónsatisfactoriadelseñor Bingley. Le atacaron de varias maneras: con preguntas clarísimas,suposicionesingeniosas,yconindirectas;peropormuyhábilesquefueran,éllas eludía todas. Y al final se vieron obligadas a aceptar la información desegundamanodesuvecina ladyLucas.Su impresióneramuyfavorable,sirWilliam había quedado encantado con él. Era joven, guapísimo,extremadamenteagradableyparacolmopensabaasistiralpróximobaileconungrupodeamigos.Nopodíahabernadamejor.Elque fueseaficionadoalbaile era verdaderamente una ventaja a la hora de enamorarse; y así sedespertaronvivasesperanzasparaconseguirelcorazóndelseñorBingley.––SipudieraveraunademishijasviviendofelizmenteenNetherfield,ya lasotras igual de bien casadas, ya no desearíamás en la vida le dijo la señoraBennetasumarido.

Pocosdíasdespués,elseñorBingleyledevolviólavisitaalseñorBennetypasóconéldiezminutosensubiblioteca.Élhabíaabrigadolaesperanzadeque se le permitiese ver a lasmuchachas de cuya belleza había oído hablarmucho; pero no vio más que al padre. Las señoras fueron un poco másafortunadas,porquetuvieronlaventajadepodercomprobardesdeunaventanaaltaqueelseñorBingleyllevabaunabrigoazulymontabauncaballonegro.

Pocodespuésleenviaronunainvitaciónparaquefueseacenar.YcuandolaseñoraBennetteníayaplaneadoslosmanjaresquedaríancréditodesubuenhacerdeamadecasa, recibieronuna respuestaqueechaba todoaperder.Elseñor Bingley se veía obligado a ir a la ciudad al día siguiente, y enconsecuencianopodíaaceptarelhonordesuinvitación.LaseñoraBennetsequedóbastantedesconcertada.Nopodía imaginarquéasuntos le reclamabanenlaciudadtanpocotiempodespuésdesullegadaaHertfordshire;yempezóa temer que iba a andar siempre revoloteando de un lado para otro sinestablecerse definitivamente y como es debido en Netherfield. Lady Lucasapaciguó un poco sus temores llegando a la conclusión de que sólo iría aLondres para reunir a un grupo de amigos para la fiesta.Y pronto corrió elrumor de queBingley iba a traer a doce damas y a siete caballeros para elbaile.Lasmuchachas se afligieronpor semejante númerode damas; pero el

díaantesdelbaileseconsolaronaloírqueenvezdedocehabíatraídosóloaseis, cinco hermanas y una prima.Y cuando el día del baile entraron en elsalón,sóloerancincoentotal:elseñorBingley,susdoshermanas,elmaridodelamayoryotrojoven.

El señor Bingley era apuesto, tenía aspecto de caballero, semblanteagradable ymodales sencillos y poco afectados.Sushermanas eranmujereshermosasyde indudableelegancia.Sucuñado,el señorHurst, casino teníaaspectodecaballero;perofuesuamigoelseñorDarcyelqueprontocentrólaatención del salón por su distinguida personalidad, era un hombre alto, debonitas facciones y de porte aristocrático. Pocos minutos después de suentradayacirculabaelrumordequesurentaeradediezmillibrasalaño.Losseñores declaraban que era un hombre que tenía mucha clase; las señorasdecíanqueeramuchomásguapoqueBingley,siendoadmiradodurantecasilamitaddelavelada,hastaquesusmodalescausarontaldisgustoquehicieroncambiarelcursodesubuenafama;sedescubrióqueeraunhombreorgulloso,que pretendía estar por encima de todos los demás y demostraba suinsatisfacción con el ambiente que le rodeaba; ni siquiera sus extensasposesionesenDerbyshirepodíansalvarleyadeparecerodiosoydesagradableydequeseconsiderasequenovalíanadacomparadoconsuamigo.

ElseñorBingleyenseguidatrabóamistadconlasprincipalespersonasdelsalón;eravivoy franco,noseperdióniunsolobaile, lamentóque la fiestaacabase tan temprano y habló de dar una él enNetherfield. Tan agradablescualidadeshablabanporsísolas.¡Quédiferenciaentreélysuamigo!ElseñorDarcybailósólounavezconlaseñoraHurstyotraconlaseñoritaBingley,senegóaquelepresentasenaningunaotradamaysepasóelrestodelanochedeambulando por el salón y hablando de vez en cuando con alguno de susacompañantes.Sucarácterestabadefinitivamentejuzgado.Eraelhombremásorgullosoymásantipáticodelmundoytodosesperabanquenovolviesemáspor allí. Entre los más ofendidos con Darcy estaba la señora Bennet, cuyodisgusto por su comportamiento se había agudizado convirtiéndose en unaofensapersonalporhaberdespreciadoaunadesushijas.

HabíatanpocoscaballerosqueElizabethBennetsehabíavistoobligadaasentarsedurantedosbailes;enese tiempoDarcyestuvo lobastantecercadeella para que lamuchacha pudiese oír una conversación entre él y el señorBingley,quedejóelbaileunosminutosparaconvencerasuamigodequeseunieseaellos.

––Ven,Darcy––ledijo––, tienesquebailar.Nosoportoverteahídepie,soloyconesaestúpidaactitud.Esmejorquebailes.

––No pienso hacerlo. Sabes cómo lo detesto, a no ser que conozcapersonalmenteamipareja.Enuna fiestacomoéstamesería imposible.Tus

hermanasestáncomprometidas,ybailarconcualquierotramujerde lasquehayenestesalónseríacomouncastigoparamí.

––Nodeberíassertanexigenteyquisquilloso––sequejóBingley––.¡Porloquemásquieras!Palabradehonor,nuncahabíavistoa tantasmuchachastan encantadoras como esta noche; y hay algunas que son especialmentebonitas.

––Tú estás bailando con la única chica guapa del salón ––dijo el señorDarcymirandoalamayordelasBennet.

––¡Oh!¡Ellaeslacriaturamáshermosaquehevistoenmivida!Perojustodetrásde ti está sentadaunade sushermanasqueesmuyguapayapostaríaquemuyagradable.Dejaquelepidaamiparejaquetelapresente.

––¿Quédices?––y,volviéndose,miróporunmomentoaElizabeth,hastaque sus miradas se cruzaron, él apartó inmediatamente la suya y dijofríamente:––Noestámal,aunquenoeslobastanteguapacomoparatentarme;ynoestoydehumorparahacercasoalasjóvenesquehandadodeladootros.Esmejor que vuelvas con tu pareja y disfrutes de sus sonrisas porque estásmalgastandoeltiempoconmigo.

ElseñorBingleysiguiósuconsejo.ElseñorDarcysealejó;yElizabethsequedóallíconsusnomuycordialessentimientoshaciaél.Sinembargo,contólahistoriaasusamigasconmuchohumorporqueeragraciosaymuyalegre,yteníaciertadisposiciónahacerdivertidaslascosasridículas.

En resumidas cuentas, la velada transcurrió agradablemente para toda lafamilia.LaseñoraBennetviocómosuhijamayorhabíasidoadmiradaporlosde Netherfield. El señor Bingley había bailado con ella dos veces, y sushermanas estuvieronmuy atentas con ella. Jane estaba tan satisfecha omásquesumadre,pero se loguardabaparaella.Elizabeth sealegrabapor Jane.MaryhabíaoídocómolaseñoritaBingleydecíadeellaqueeralamuchachamáscultadelvecindario.YCatherineyLydiahabían tenido la suertedenoquedarsenuncasinpareja,que,comoleshabíanenseñado,eradeloúnicoquedebíanpreocuparseenlosbailes.AsíquevolvieroncontentasaLongbourn,elpueblodondevivíanydelqueeranlosprincipaleshabitantes.EncontraronalseñorBennetaúnlevantado;conunlibrodelanteperdíalanocióndeltiempo;yenestaocasiónsentíagrancuriosidadpor losacontecimientosde lanocheque había despertado tanta expectación. Llegó a creer que la opinión de suesposasobreel forasteropudieraserdesfavorable;peroprontosediocuentadequeloqueibaaoíreratodolocontrario.

––¡Oh!, mi querido señor Bennet ––dijo su esposa al entrar en lahabitación––.Hemos tenidounaveladaencantadora,elbaile fueespléndido.Me habría gustado que hubieses estado allí. Jane despertó tal admiración,

nuncasehabíavistonadaigual.Todoscomentabanloguapaqueestaba,yelseñorBingleylaencontróbellísimaybailóconelladosveces.Fíjate,querido;bailóconelladosveces.Fuealaúnicadetodoelsalónalaquesacóabailarporsegundavez.LaprimeraaquiensacófuealaseñoritaLucas.Mecontrarióbastante verlo bailar con ella, pero a él no le gustó nada. ¿A quién puedegustarle?,¿nocrees?SinembargoparecióquedarseprendadodeJanecuandola vio bailar. Así es que preguntó quién era, se la presentaron y le pidió elsiguientebaile.Entoncesbailó el tercerocon la señoritaKing, el cuarto conMaría

Lucas,elquintootravezconJane,elsextoconLizzyyelboulanger...

––¡Si hubiese tenido alguna compasión de mí ––gritó el maridoimpaciente––nohabríagastadotanto!¡PorelamordeDios,nomehablesmásdesusparejas!¡Ojalásehubiesetorcidountobilloenelprimerbaile!

––¡Oh, queridomío!Me tiene fascinada, es increíblemente guapo, y sushermanassonencantadoras.Llevabanlosvestidosmáselegantesquehevistoenmivida.ElencajedeldelaseñoraHurst...

Aquí fue interrumpida de nuevo. El señor Bennet protestó contra todadescripción de atuendos. Por lo tanto ella se vio obligada a pasar a otrocapítulo del relato, y contó, con gran amargura y algo de exageración, laescandalosarudezadelseñorDarcy.

––Peropuedoasegurarte––añadió––queLizzynopierdegrancosaconnosersutipo,porqueeselhombremásdesagradableyhorriblequeexiste,ynomerecelassimpatíasdenadie.Estanestiradoytanengreídoquenohayformadesoportarle.Nohacíamásquepasearsedeunladoparaotrocomounpavoreal.Nisiquieraeslobastanteguapoparaquemerezcalapenabailarconél.Mehabríagustadoquehubiesesestadoallíyquelehubiesesdadounabuenalección.Ledetesto.

CAPÍTULOIV

Cuando Jane y Elizabeth se quedaron solas, la primera, que había sidocautelosaalahoradeelogiaralseñorBingley,expresóasuhermanalomuchoqueloadmiraba.

––Es todo lo que un hombre joven debería ser ––dijo ella––, sensato,alegre, con sentidodel humor; nuncahabía vistomodales tandesenfadados,tantanaturalidadconunaeducacióntanperfecta.

––Ytambiénesguapo––replicóElizabeth––,locualnuncaestádemásen

unjoven.Demodoqueesunhombrecompleto.

––Me sentí muy adulada cuandome sacó a bailar por segunda vez. Noesperabasemejantecumplido.

––¿Noteloesperabas?Yosí.Ésaeslagrandiferenciaentrenosotras.Atiloscumplidossiempre tecogendesorpresa,amí,nunca.Era lomásnaturalquetesacaseabailarporsegundavez.Nopudopasarleinadvertidoqueerascincovecesmásguapaquetodaslasdemásmujeresquehabíaenelsalón.Noagradezcas su galantería por eso. Bien, la verdad es que esmuy agradable,aprueboqueteguste.Tehangustadomuchaspersonasestúpidas.

––¡Lizzy,querida!

––¡Oh!Sabesperfectamentequetienesciertatendenciaaquetegustetodalagente.Nuncavesundefectoennadie.Todoelmundoesbuenoyagradableatusojos.Nuncateheoídohablarmaldeunserhumanoenmivida.

––Noquisieraser imprudentealcensuraraalguien;perosiempredigo loquepienso.

––Ya lo sé; y es eso lo que lo hace asombroso. Estar tan ciega para laslocurasytonteríasdelosdemás,conelbuensentidoquetienes.Fingircandores algo bastante corriente, se ve en todas partes. Pero ser cándido sinostentaciónnipremeditación,quedarsecon lobuenodecadauno,mejorarloaun,ynodecirnadadelomalo,esosólolohacestú.Ytambiéntegustansushermanas,¿noesasí?Susmodalesnoseparecenennadaalosdeél.

––Alprincipiodesdeluegoqueno,perocuandocharlasconellassonmuyamables.LaseñoritaBingleyvaaveniravivirconsuhermanoyocuparsedesucasa.Y,omuchomeequivoco,oestoyseguradequeencontraremosenellaunavecinaencantadora.

Elizabeth escuchaba en silencio, pero no estaba convencida. Elcomportamiento de las hermanas deBingley no había sido a propósito paraagradar a nadie.Mejor observadora que su hermana, con un temperamentomenos flexibleyun juiciomenospropensoadejarse influirpor loshalagos,ElizabethestabapocodispuestaaaprobaralasBingley.Eran,enefecto,unasseñoras muy finas, bastante alegres cuando no se las contrariaba y, cuandoellas querían, muy agradables; pero orgullosas y engreídas. Eran bastantebonitas;habíansidoeducadasenunode losmejorescolegiosde lacapitalyposeíanunafortunadeveintemillibras;estabanacostumbradasagastarmásdelacuentayarelacionarsecongentederango,por loquesecreíanconelderechodetenerunabuenaopinióndesímismasyunapobreopinióndelosdemás. Pertenecían a una honorable familia del norte de Inglaterra,circunstanciaqueestabamásprofundamentegrabadaensumemoriaqueladequetantosufortunacomoladesuhermanohabíasidohechaenelcomercio.

El señorBingleyheredó casi cienmil libras de supadre, quienyahabíatenido la intención de comprar unamansión pero no vivió para hacerlo. ElseñorBingleypensabadelamismaformayavecesparecíadecididoahacerlaeleccióndentrodesucondado;perocomoahoradisponíadeunabuenacasayde la libertad de un propietario, los que conocían bien su carácter tranquilodudaban el que no pasase el resto de sus días en Netherfield y dejase lacompraparalageneraciónvenidera.

Sus hermanas estaban ansiosas de que él tuviera una mansión de supropiedad. Pero aunque en la actualidad no fuese más que arrendatario, laseñoritaBingleynodejabaporesodeestardeseosadepresidirsumesa;nilaseñora Hurst, que se había casado con un hombre más elegante que rico,estaba menos dispuesta a considerar la casa de su hermano como la suyapropiasiemprequeleconviniese.

AlosdosañosescasosdehaberllegadoelseñorBingleyasumayoríadeedad,unacasualrecomendaciónleindujoavisitarlaposesióndeNetherfield.Laviopordentroyporfueradurantemediahora,ysedioporsatisfechoconlasponderacionesdelpropietario,alquilándolainmediatamente.

EnteélyDarcyexistíauna firmeamistadapesarde tenercaracteres tanopuestos. Bingley había ganado la simpatía de Darcy por su temperamentoabiertoydócilyporsunaturalidad,aunquenohubieseunaformadeserqueofreciesemayorcontrastea lasuyayaunqueélparecíaestarmuysatisfechodesucarácter.BingleysabíaelrespetoqueDarcyletenía,porloqueconfiabaplenamenteenél,asícomoensubuencriterio.EntendíaaDarcycomonadie.Bingley no era nada tonto, pero Darcy era mucho más inteligente. Era almismotiempoarrogante,reservadoyquisquilloso,yaunqueeramuyeducado,susmodalesno lehacíannadaatractivo.En loqueaesto respectasuamigotenía toda la ventaja, Bingley estaba seguro de caer bien dondequiera quefuese,sinembargoDarcyerasiempreofensivo.

ElmejorejemploeslaformaenlaquehablarondelafiestadeMeryton.Bingleynuncahabíaconocidoagentemásencantadoraniachicasmásguapasen su vida; todo elmundohabía sido de lomás amable y atento con él, nohabíahabidoformalidadesnirigidez,yprontosehizoamigodetodoelsalón;yencuantoa la señoritaBennet,nopodíaconcebirunángelque fuesemásbonito.Porelcontrario,Darcyhabíavistounacoleccióndegenteenquieneshabíapocabellezayningunaelegancia,porningunodeelloshabíasentidoelmás mínimo interés y de ninguno había recibido atención o placer alguno.Reconoció que la señorita Bennet era hermosa, pero sonreía demasiado. Laseñora Hurst y su hermana lo admitieron, pero aun así les gustaba y laadmiraban,dijerondeellaqueeraunamuchachamuydulceyquenopondríaninconveniente en conocerla mejor. Quedó establecido, pues, que la señoritaBennet era una muchacha muy dulce y por esto el hermano se sentía con

autorizaciónparapensarenellacomoycuandoquisiera.

CAPÍTULOV

ApocadistanciadeLongbournvivíaunafamiliaconlaquelosBennetteníanespecialamistad.SirWilliamLucashabíatenidoconanterioridadnegociosenMeryton,dondehabíahechounaregularfortunaysehabíaelevadoalacategoríadecaballeroporpeticiónalreydurantesualcaldía.Estadistinciónselehabíasubidounpocoalacabezayempezóanosoportartenerquededicarsealosnegociosyvivirenunapequeñaciudadcomercial;asíquedejandoambossemudóconsufamiliaaunacasaaunamilladeMeryton,denominadadesdeentoncesLucasLodge,dondepudodedicarseapensarconplacerensupropiaimportancia,ydesvinculadodesusnegocios,ocuparsesolamentedeseramablecontodoelmundo.Porqueaunqueestabaorgullosodesurango,nosehabíavueltoengreído;porelcontrario,eratodoatencionesparacontodoelmundo.Denaturalezainofensivo,sociableyservicial,supresentaciónenSt.Jameslehabíahechoademás,cortés.

La señora Lucas era una buenamujer aunque no lo bastante inteligentepara que la señora Bennet la considerase una vecina valiosa. Tenían varioshijos.Lamayor, una joven inteligente y sensata de unos veinte años, era laamigaíntimadeElizabeth.

QuelasLucasylasBennetsereuniesenparacharlardespuésdeunbaile,eraalgoabsolutamentenecesario,ylamañanadespuésdelafiesta,lasLucasfueronaLongbournparacambiarimpresiones.

––Túempezastebienlanoche,Charlotte––dijolaseñoraBennetfingiendotodaamabilidadposiblehacialaseñoritaLucas––.FuistelaprimeraqueeligióelseñorBingley.

––Sí,peropareciógustarlemáslasegunda.

––¡Oh!Te refieres a Jane, supongo, porque bailó con ella dos veces. Sí,parece que le gustó; sí, creo que sí. Oí algo, no sé, algo sobre el señorRobinson.

––Quizáse refieraa loqueoíentreélyel señorRobinson,¿nose lohecontado?ElseñorRobinsonlepreguntósilegustabanlasfiestasdeMeryton,sinocreíaquehabíamuchachasmuyhermosasenelsalónycuálleparecíalamásbonitade todas.Su respuestaaestaúltimapregunta fue inmediata:«LamayordelasBennet,sinduda.Nopuedehabermásqueunaopiniónsobreeseparticular.»

––¡Nomedigas!Parecedecididoa...Escomosi...Pero,enfin,todopuedeacabarennada.

––Loqueyooífuemejorqueloqueoíste tú,¿verdad,Elizabeth?––dijoCharlotte––.MerecemáslapenaoíralseñorBingleyquealseñorDarcy,¿nocrees?¡PobreEliza!Decirsólo:«Noestámal.»

––Te suplico que no le metas en la cabeza a Lizzy que se disguste porDarcy. Es un hombre tan desagradable que la desgracia sería gustarle. Laseñora Long me dijo que había estado sentado a su lado y que no habíadespegadoloslabios.

––¿Estás segura,mamá? ¿No te equivocas?Yo vi al señorDarcy hablarconella.

––Sí,claro;porqueellaalfinallepreguntósilegustabaNetherfield,yélno tuvomás remedioquecontestar;pero la señoraLongdijoquea élno lehizoningunagraciaqueledirigieselapalabra.

––La señorita Bingley me dijo ––comentó Jane que él no solía hablarmucho, a no ser con sus amigos íntimos. Con ellos es increíblementeagradable.

––Nomecreounapalabra,querida.SifuesetanagradablehabríahabladoconlaseñoraLong.Peroyameimaginoquépasó.Todoelmundodicequeelorgullonolecabeenelcuerpo,yapostaríaaqueoyóquelaseñoraLongnotienecocheyquefuealbaileenunodealquiler.

––AmínomeimportaquenohayahabladoconlaseñoraLong––dijolaseñoritaLucas––,perodesearíaquehubiesebailadoconEliza.

––Yoquetú,Lizzy––agrególamadre––,nobailaríaconélnuncamás.––Creo,mamá,quepuedoprometertequenuncabailaréconél.

––Elorgullo––dijolaseñoritaLucas––ofendesiempre,peroamíelsuyono me resulta tan ofensivo. Él tiene disculpa. Es natural que un hombreatractivo,confamilia, fortunay todoasufavor tengaunaltoconceptodesímismo.Pordecirlodealgúnmodo,tienederechoaserorgulloso.

––Es muy cierto ––replicó Elizabeth––, podría perdonarle fácilmente suorgullosinohubiesemortificadoelmío.

––Elorgullo––observóMary,quesepreciabamuchodelasolidezdesusreflexiones––, es un defecto muy común. Por todo lo que he leído, estoyconvencidadequeenrealidadesmuyfrecuentequelanaturalezahumanaseaespecialmentepropensaaél,haymuypocosquenoabriguenunsentimientodeautosuficienciaporunauotrarazón,yasearealoimaginaria.Lavanidadyelorgullosoncosasdistintas,aunquemuchasvecesseusencomosinónimos.Elorgulloestárelacionadoconlaopiniónquetenemosdenosotrosmismos;la

vanidad,conloquequisiéramosquelosdemáspensarandenosotros.

––SiyofuesetanricocomoelseñorDarcy,exclamóunjovenLucasquehabíavenidoconsushermanas––,nomeimportaríaserorgulloso.Tendríaunajauríadeperrosdecaza,ybeberíaunabotelladevinoaldía.

––Puesbeberíasmuchomásdelodebido––dijolaseñoraBennet––ysiyoteviesetequitaríalabotellainmediatamente.

El niño dijo que no se atrevería, ella que sí, y así siguieron discutiendohastaquesedioporfinalizadalavisita.

CAPÍTULOVI

LasseñorasdeLongbournnotardaroneniravisitaralasdeNetherfield,yéstas devolvieron la visita como es costumbre. El encanto de la señoritaBennetaumentólaestimaquelaseñoraHurstylaseñoritaBingleysentíanporella;yaunqueencontraronquelamadreeraintolerableyquenovalíalapenadirigirlapalabraalashermanasmenores,expresaroneldeseodeprofundizarlas relaciones con ellas en atención a las dos mayores. Esta atención fuerecibidapor Janeconagrado,peroElizabethseguíaviendoarroganciaensutratocontodoelmundo,exceptuando,conreparos,asuhermana;nopodíangustarle.AunquevalorabasuamabilidadconJane,sabíaqueprobablementesedebía a la influencia de la admiración que el hermano sentía por ella. Eraevidente, dondequiera que se encontrasen, que Bingley admiraba a Jane; ypara Elizabeth también era evidente que en su hermana aumentaba lainclinación que desde el principio sintió por él, lo que la predisponía aenamorarsedeél;perosedabacuenta,congransatisfacción,dequelagenteno podría notarlo, puesto que Jane uniría a la fuerza de sus sentimientosmoderaciónyunaconstante jovialidad,queahuyentaría lassospechasde losimpertinentes.Asíselocomentóasuamiga,laseñoritaLucas.

––Talvezseamejorenestecaso––replicóCharlotte––poderescaparalacuriosidadde lagente;peroavecesesmaloser tan reservada.Siunamujerdisimula su afecto al objeto del mismo, puede perder la oportunidad deconquistarle;yentoncesesunpobreconsuelopensarquelosdemásestánenlamismaignorancia.Haytantodegratitudyvanidadencasitodos,loscariños,que no es nada conveniente dejarlos a la deriva. Normalmente todosempezamosporunaligerapreferencia,yesosípuedesersimplementeporquesí, sin motivo; pero hay muy pocos que tengan tanto corazón como paraenamorarse sin haber sido estimulados. En nueve de cada diez casos, unamujerdebemostrarmáscariñodelquesiente.ABingleylegustatuhermana,

indudablemente;perosiellanoleayuda,lacosanopasarádeahí.

––Ella le ayuda tanto como se lo permite su forma de ser. Si yo puedonotarsucariñohaciaél,él,desdeluego,seríatontosinolodescubriese.

––Recuerda,Eliza,queélnoconoceelcarácterdeJanecomotú.

––Perosiunamujerestáinteresadaporunhombreynotratadeocultarlo,éltendráqueacabarpordescubrirlo.

––Tal vez sí, si él la ve lo bastante. Pero aunque Bingley y Jane estánjuntosamenudo,nuncaespormuchotiempo;yademáscomosólosevenenfiestas con mucha gente, no pueden hablar a solas. Así que Jane deberíaaprovechar al máximo cada minuto en el que pueda llamar su atención. Ycuandolotengaseguro,yatendrátiempo––paraenamorarsedeéltodoloquequiera.

––Tu plan es bueno ––contestó Elizabeth––, cuando la cuestión se tratasólodecasarsebien;ysiyoestuviesedecididaaconseguirunmaridorico,ocualquiermarido,casipuedodecirquelollevaríaacabo.PeroesosnosonlossentimientosdeJane,ellanoactúaconpremeditación.Todavíanopuedeestarseguradehastaquépuntolegusta,nielporqué.Sólohacequincedíasqueleconoce.BailócuatrovecesconélenMeryton;leviounamañanaensucasa,ydesdeentonceshacenadoensucompañíacuatroveces.Estonoessuficienteparaqueellaconozcasucarácter.

––No tal y como tú lo planteas. Si solamente hubiese cenado con él nohabría descubierto otra cosa que si tiene buen apetito o no; pero no debesolvidarquepasaroncuatroveladasjuntos;ycuatroveladaspuedensignificarbastante.

––Sí;enesascuatroveladasloúnicoquepudieronhaceresaveriguarquéclase de bailes les gustaba a cada uno, pero no creo que hayan podidodescubrirlascosasrealmenteimportantesdesucarácter.

––Bueno––dijoCharlotte––.DeseodetodocorazónqueaJanelesalganlas cosas bien; y si se casase con él mañana, creo que tendría másposibilidadesdeserfelizquesisededicaaestudiarsucarácterdurantedocemeses.La felicidaden elmatrimonioes sólo cuestiónde suerte.Elqueunaparejacreaquesonigualesoseconozcanbiendeantemano,nolesvaatraerlafelicidadenabsoluto.Lasdiferenciassevanacentuandocadavezmáshastahacerseinsoportables;siempreesmejorsaberlomenosposibledelapersonaconlaquevasacompartirtuvida.

––Mehaces reír,Charlotte; no tiene sentido.Sabesqueno tiene sentido;ademástúnuncaactuaríasdeesaforma.

Ocupada en observar las atenciones de Bingley para con su hermana,

Elizabeth estaba lejos de sospechar que también estaba siendo objeto deinterésalosojosdelamigodeBingley.Alprincipio,elseñorDarcyapenassedignó admitir que era bonita; no había demostrado ninguna admiración porella enelbaile;y la siguientevezque sevieron, él sólo se fijó enellaparacriticarla.Pero tanpronto comodejó claro ante símismoyante sus amigosquelosrasgosdesucaraapenaslegustaban,empezóadarsecuentadequelabella expresión de sus ojos oscuros le daban un aire de extraordinariainteligencia.Aestedescubrimiento siguieronotros igualmentemortificantes.Aunquedetectóconojocríticomásdeunfalloenlaperfectasimetríadesusformas,tuvoquereconocerquesufiguraeragrácilyesbelta;yapesardequeafirmabaquesusmanerasnoeranlasdelagenterefinada,sesentíaatraídoporsunaturalidadyalegría.Deesteasuntoellanoteníalamásremotaidea.ParaellaDarcyeraelhombrequesehacíaantipáticodondequieraque fueseyelhombrequenolahabíaconsideradolobastantehermosacomoparasacarlaabailar.

Darcy empezó a querer conocerla mejor. Como paso previo para hablarcon ella, se dedicó a escucharla hablar con los demás. Este hecho llamó laatención de Elizabeth. Ocurrió un día en casa de sir Lucas donde se habíareunidounampliogrupodegente.

––¿QuéquerráelseñorDarcy––ledijoellaaCharlotte––,quehaestadoescuchandomiconversaciónconelcoronelForster?

––ÉsaesunapreguntaquesóloelseñorDarcypuedecontestar.

––Silovuelveahacerledaréaentenderqueséloquepretende.Esmuysatírico,ysinoempiezosiendoimpertinenteyo,acabaréportenerlemiedo.

Pocodespuésselesvolvióaacercar,yaunquenoparecíatenerintenciónde hablar, la señorita Lucas desafió a su amiga para que le mencionase eltema,loqueinmediatamenteprovocóaElizabeth,quesevolvióaélyledijo:

––¿No cree usted, señor Darcy, que me expresé muy bien hace unmomento,cuandoleinsistíaalcoronelForsterparaquenosdieseunbaileenMeryton?

––Congranenergía;peroéseesuntemaquesiemprellenadeenergíaalasmujeres.––Esustedseveroconnosotras.

––Ahoranostocainsistirtea ti––dijo laseñoritaLucas––.Voyaabrirelpianoyyasabesloquesigue,Eliza.

––¿Qué clase de amiga eres? Siempre quieres que cante y que toquedelante de todo elmundo. Sime hubiese llamadoDios por el camino de lamúsica,seríasunaamigadeincalculablevalor;perocomonoesasí,preferiríano tocar delante de gente que debe estar acostumbrada a escuchar a los

mejoresmúsicos––perocomolaseñoritaLucasinsistía,añadió––:Muybien,siasídebeserserá––ymirandofríamenteaDarcydijo––:Hayunviejorefránque aquí todo elmundo conocemuy bien, «guárdate el aire para enfriar lasopa»,yyologuardaréparamicanción.

El conciertodeElizabeth fue agradable, perono extraordinario.Despuésde una o dos canciones y antes de que pudiese complacer las peticiones dealgunos que querían que cantase otra vez, fue reemplazada al piano por suhermana Mary, que como era la menos brillante de la familia, trabajabaduramente para adquirir conocimientos y habilidades que siempre estabaimpacientepordemostrar.

Mary no tenía ni talento ni gusto; y aunque la vanidad la había hechoaplicada, también le había dado un aire pedante y modales afectados quedeslucirían cualquier brillantez superior a la que ella había alcanzado. AElizabeth,aunquehabíatocadolamitaddebien,lahabíanescuchadoconmásagrado por su soltura y sencillez; Mary, al final de su largo concierto, noobtuvomásqueunoscuantoselogiosporlasmelodíasescocesaseirlandesasquehabía tocado a ruegos de sus hermanasmenores que, con algunade lasLucasydosotresoficiales,bailabanalegrementeenunextremodelsalón.

Darcy,aquienindignabaaquelmododepasarlavelada,estabacalladoysinhumorparahablar;sehallabatanembebidoensuspropiospensamientosque no se fijó en que sirWilliamLucas estaba a su lado, hasta que éste sedirigióaél.

––¡Qué encantadora diversión para la juventud, señor Darcy!Mirándolobien, no hay nada como el baile. Lo considero como uno de los mejoresrefinamientosdelassociedadesmásdistinguidas.

––Ciertamente,señor,ytambiéntienelaventajadeestardemodaentrelassociedadesmenosdistinguidasdelmundo;todoslossalvajesbailan.

SirWilliamesbozóunasonrisa.

––Su amigo bailamaravillosamente ––continuó después de una pausa alveraBingleyunirsealgrupo––ynodudo,señorDarcy,queustedmismoseaunexpertoenlamateria.

––MeviobailarenMeryton,creo,señor.

––Desde luego que sí, y me causó un gran placer verle. ¿Baila usted amenudoenSaintJames?––Nunca,señor.

¿Nocreequeseríauncumplidoparaconeselugar?

––Esuncumplidoquenuncaconcedoenningún lugar,sipuedoevitarlo.––Creoquetieneunacasaenlacapital.ElseñorDarcyasintióconlacabeza.

––Pensé algunas veces en fijar mi residencia en la ciudad, porque meencanta la alta sociedad;peronoestaba segurodequeel airedeLondres lesentasebienaladyLucas.

SirWilliam hizo una pausa con la esperanza de una respuesta, pero sucompañía no estaba dispuesto a hacer ninguna. Al ver que Elizabeth se lesacercaba,seleocurrióhaceralgoquelepareciómuygalantedesuparteylallamó.

––Mi querida señorita Eliza, ¿por qué no está bailando? Señor Darcy,permítame que le presente a esta joven que puede ser una excelente pareja.Estoysegurodequenopuedenegarseabailarcuando tieneanteusted tantabelleza.

TomóaElizabethdelamanoconlaintencióndepasárselaaDarcy;quien,aunque extremadamente sorprendido, no iba a rechazarla; pero Elizabeth levolviólaespaldayledijoasirWilliamuntantodesconcertada:

––Deveras,señor,noteníalamenorintencióndebailar.Leruegoquenosupongaquehevenidohastaaquíparabuscarpareja.

ElseñorDarcy,contodacorrecciónlepidióqueleconcedieseelhonordebailar con él, pero fue en vano. Elizabeth estaba decidida, y ni siquiera sirWilliam,contodossusargumentos,pudopersuadirla.

––Ustedesexcelenteenelbaile,señoritaEliza,yesmuycruelporsupartenegarme la satisfacción de verla; y aunque a este caballero no le guste esteentretenimiento, estoy seguro de que no tendría inconveniente encomplacernosdurantemediahora.

––ElseñorDarcyesmuyeducado––dijoElizabethsonriendo.

––Loes,enefecto;peroconsiderandoloqueleinduce,queridaEliza,nopodemosdudardesucortesía;porque,¿quiénpodríarechazarunapareja tanencantadora?

Elizabeth lesmiró con coquetería y se retiró. Su resistencia no le habíaperjudicado nada a los ojos del caballero, que estaba pensando en ella consatisfaccióncuandofueabordadoporlaseñoritaBingley.

––Adivinoporquéestátanpensativo.––Creoqueno.

––Estápensandoenloinsoportablequeleseríapasarmásveladasdeestaforma,enunasociedadcomoésta;yporsupuesto,soydesumismaopinión.Nuncaheestadomásenojada.¡Quégentetaninsípidayquéalborotoarman!Conloinsignificantesquesonyquéimportanciasedan.Daríaalgoporoírsuscríticassobreellos.

––Susconjeturassontotalmenteequivocadas.Mimenteestabaocupadaen

cosas más agradables. Estaba meditando sobre el gran placer que puedencausarunpardeojosbonitosenelrostrodeunamujerhermosa.

La señorita Bingley le miró fijamente deseando que le dijese qué damahabíainspiradotalespensamientos.ElseñorDarcy,intrépido,contestó:

––LaseñoritaElizabethBennet.

––¡LaseñoritaBennet!Medejaatónita.¿Desdecuándoessufavorita?Ydígame,¿cuándotendréquedarlelaenhorabuena?

––Ésa es exactamente la pregunta que esperaba que me hiciese. Laimaginacióndeunadamavamuyrápidoysaltadelaadmiraciónalamorydelamoralmatrimonioenunmomento.Sabíaquemedaríalaenhorabuena.

––Si lo toma tanenserio,creeréqueesyacosahecha.Tendráustedunasuegra encantadora, de veras, y ni que decir tiene que estará siempre enPemberleyconustedes.

Éllaescuchabaconperfectaindiferencia,mientrasellaseguíadisfrutandoconlascosasqueledecía;yalver,porlaactituddeDarcy,quetodoestabaasalvo,dejócorrersuingeniodurantelargotiempo.

CAPÍTULOVII

LapropiedaddelseñorBennetconsistíacasienteramenteenunahaciendade dosmil libras al año, la cual, desafortunadamente para sus hijas, estabadestinada,porfaltadeherederosvarones,aunparientelejano;ylafortunadelamadre,aunqueabundanteparasuposición,difícilmentepodíasupliraladesumarido.SupadrehabíasidoabogadoenMerytonylehabíadejadocuatromillibras.

LaseñoraBennet teníaunahermanacasadaconuntalseñorPhillipsquehabía sido empleado de su padre y le había sucedido en los negocios, y unhermanoenLondresqueocupabaunrespetablelugarenelcomercio.

ElpueblodeLongbournestabasóloaunamilladeMeryton,distanciamuyconvenienteparalasseñoritas,quenormalmenteteníanlatentacióndeirporallítresocuatrovecesalasemanaparavisitarasutíay,depaso,detenerseenunasombrereríaquehabíacercadesucasa.LasquemásfrecuentabanMerytoneranlasdosmenores,CatherineyLydia,quesolíanestarmásociosasquesushermanas,ycuandonoselesofrecíanadamejor,decidíanqueunpaseítoalaciudaderanecesarioparapasarbienlamañanayasítenerconversaciónparalatarde;porque,aunquelasnoticiasnosolíanabundarenelcampo,sutíasiempreteníaalgoquecontar.Demomentoestabanbien

provistasdechismesydealegríaantelarecientellegadadeunregimientomilitarqueibaaquedarsetodoelinviernoyteníaenMerytonsucuartelgeneral.

AhoralasvisitasalaseñoraPhillipsproporcionabanunainformacióndelomás interesante.Cadadíaañadíanalgomása loqueyasabíanacercade losnombresylasfamiliasdelosoficiales.Ellugardondesealojabanyanoeraunsecretoyprontoempezaronaconoceralosoficialesenpersona.

El señorPhillips los conocía a todos, lo que constituía para sus sobrinasunafuentedesatisfaccióninsospechada.Nohablabadeotracosaquenofuerade oficiales. La gran fortuna del señor Bingley, de la que tanto le gustabahablar a su madre, ya no valía la pena comparada con el uniforme de unalférez.

Despuésdeoírunamañanaelentusiasmoconelquesushijashablabandeltema,elseñorBennetobservófríamente:

––Por todo lo que puedo sacar en limpio de vuestra manera de hablardebéisdeser lasmuchachasmás tontasde todoelpaís.Yahabía tenidomissospechasalgunasveces,peroahoraestoyconvencido.

Catherine se quedó desconcertada y no contestó. Lydia, con absolutaindiferencia,siguióexpresandosuadmiraciónporelcapitánCarter,ydijoqueesperaba verle aquelmismo día, pues a lamañana siguiente semarchaba aLondres.

––Medejapasmada,querido––dijolaseñoraBennet––, lodispuestoquesiempreestásacreerquetushijassontontas.Siyodespreciaseaalguien,seríaalashijasdelosdemás,noalasmías.

––Simishijassontontas,lomenosquepuedohaceresreconocerlo.––Sí,peroyaves,resultaquesonmuylistas.

––Presumo que ese es el único punto en el que no estamos de acuerdo.Siempredeseécoincidircontigoentodo,peroenestodifiero,porquenuestrasdoshijasmenoressontontasderemate.

Mi querido señor Bennet, no esperarás que estas niñas .tengan tantosentidocomosuspadres.Cuandotengannuestraedadapostaríaaquepiensanenoficialestantocomonosotros.Meacuerdodeunaépocaenlaquemegustómuchouncasacaroja,ylaverdadesquetodavíalollevoenmicorazón.Ysiun joven coronel con cinco o seismil libras anuales quisiera a una demishijas,nolediríaqueno.EncontrémuybienalcoronelForsterlaotranocheencasadesirWilliam.

––Mamá––dijoLydia,latíadicequeelcoronelForsteryelcapitánCarteryanovantantoacasadelosWatsoncomoantes.Ahoralosvemuchoenla

bibliotecadeClarke.

LaseñoraBennetnopudocontestaralser interrumpidapor laentradadeunlacayoquetraíaunanotaparalaseñoritaBennet;veníadeNetherfieldyelcriadoesperabarespuesta.LosojosdelaseñoraBennetbrillabandealegríayestabaimpacienteporquesuhijaacabasedeleer.

––Bien, Jane, ¿de quién es?, ¿de qué se trata?, ¿qué dice? Date prisa ydinos,dateprisa,cariño.––EsdelaseñoritaBingley––dijoJane,yentoncesleyóenvozalta:

«Miqueridaamiga:

Sitienescompasióndenosotras,venacenarhoyconLouisayconmigo,sino,estaremosenpeligrodeodiarnoslaunaalaotraelrestodenuestrasvidas,porquedosmujeresjuntastodoeldíanopuedenacabarsinpelearse.Ventanpronto como te sea posible, después de recibir esta nota.Mi hermano y losotrosseñorescenaránconlosoficiales.Saludos,

CarolineBingley.»

––¡Con losoficiales! ––exclamóLydia––. ¡Qué raroque la tíanonos lohayadicho!––¡Cenarfuera!––dijolaseñoraBennet––.¡Quémalasuerte!

––¿Puedollevarelcarruaje?––preguntóJane.

––No,querida;esmejorquevayasacaballo,porqueparecequevaalloveryasítendrásquequedarteapasarlanoche.

––Seríaunbuenplan––dijoElizabeth––,siestuvierasseguradequenosevanaofrecerparatraerlaacasa.

––Oh, los señores llevarán el landó del señor Bingley a Meryton y losHurstnotienencaballospropios.

––Preferiríairenelcarruaje.

––Pero querida, tu padre no puede prestarte los caballos.Me consta. Senecesitanenlagranja.¿Noesasí,señorBennet?

––Senecesitanmásenlagranjadeloqueyopuedoofrecerlos.

––Sipuedesofrecerloshoy––dijoElizabeth––,losdeseosdemimadreseveráncumplidos.

Al final animó al padre para que admitiese que los caballos estabanocupados. Y, por fin, Jane se vio obligada a ir a caballo. Su madre laacompañóhastalapuertapronosticandomuycontentaundíapésimo.

Sus esperanzas se cumplieron; no hacía mucho que se había ido Jane,cuandoempezóalloveracántaros.Lashermanassequedaronintranquilaspor

ella,perosumadreestabaencantada.Noparóde lloverentodala tarde;eraobvioqueJanenopodríavolver...

––Verdaderamente,tuveunaideamuyacertada––repetíalaseñoraBennet.

Sinembargo,hasta lamañanasiguientenosuponadadelresultadodesuoportunaestratagema.ApenashabíaacabadodedesayunarcuandouncriadodeNetherfieldtrajolasiguientenotaparaElizabeth:

«MiqueridaLizzy:

Nomeencuentromuybienestamañana, loque, supongo, sedebeaqueayerlleguecaladahastaloshuesos.Misamablesamigasnoquierennioírmehablar de volver a casa hasta que no estémejor. Insisten en queme vea elseñor Jones; por lo tanto, no os alarméis si os enteráis de que ha venido avisitarme.Notengonadamásquedolordegargantaydolordecabeza.Tuyasiempre,

Jane.»

––Bien, querida ––dijo el señor Bennet una vez Elizabeth hubo leído lanotaenalto––,siJanecontrajeraunaenfermedadpeligrosaosemurieseseríaun consuelo saber que todo fue por conseguir al señor Bingley y bajo tusórdenes.

––¡Oh! No tengo miedo de que se muera. La gente no se muere porpequeños resfriados sin importancia. Tendrá buenos cuidados.Mientras estéallítodoirádemaravilla.Iríaaverla,sipudiesedisponerdelcoche.

Elizabeth,queestabaverdaderamentepreocupada, tomó ladeterminaciónde iraverla.Comonopodíadisponerdelcarruajeynoerabuenaamazona,caminarerasuúnicaalternativa.Ydeclarósudecisión.

––¿Cómopuedesser tan tonta?exclamósumadre––.¿Cómose tepuedeocurrirtalcosa?¡Conelbarroquehay!¡Llegaríashechaunafacha,noestaríaspresentable!

––EstaríapresentableparaveraJanequeestodoloqueyodeseo.

––¿Esunaindirectaparaquemandeabuscarloscaballos,Lizzy?––dijosupadre.

––No,enabsoluto.Nome importacaminar.Nohaydistanciascuandosetieneunmotivo.Sonsólotresmillas.Estarédevueltaalahoradecenar.

––Admiro la actividad de tu benevolencia ––observóMary––; pero todoimpulso del sentimiento debe estar dirigido por la razón, y a mi juicio, elesfuerzodebeserproporcionalaloquesepretende.

––Iremos contigo hastaMeryton ––dijeron Catherine y Lydia. Elizabeth

aceptósucompañíaylastresjóvenessalieronjuntas.

––Sinosdamosprisa––dijoLydiamientrascaminaba––,talvezpodamosveralcapitánCarterantesdequesevaya.

EnMerytonsesepararon;lasdosmenoressedirigieronacasadelaesposadeunodelosoficialesyElizabethcontinuósucaminosola.Cruzócampotrascampoapasoligero,saltócercasysorteócharcosconimpacienciahastaqueporfinseencontróantelacasa,conlostobillosempapados,lasmediassuciasyelrostroencendidoporelejercicio.

LapasaronalcomedordondeestabantodosreunidosmenosJane,ydondesupresenciacausógransorpresa.AlaseñoraHurstyalaseñoritaBingleylesparecíaincreíblequehubiesecaminadotresmillassola,tantempranoyconuntiempo tan espantoso. Elizabeth quedó convencida de que la hicieron demenos por ello. No obstante, la recibieron con mucha cortesía, pero en laactitud del hermano había algo más que cortesía: había buen humor yamabilidad. El señor Darcy habló poco y el señor Hurst nada de nada. Elprimero fluctuaba entre la admiraciónpor la luminosidadque el ejercicio lehabía dado a su rostro y la duda de si la ocasión justificaba el que hubiesevenidosoladesdetanlejos.Elsegundosólopensabaensudesayuno.

Las preguntas que Elizabeth hizo acerca de su hermana no fueroncontestadasfavorablemente.LaseñoritaBennethabíadormidomal,y,aunquesehabíalevantado,teníamuchafiebreynoestabaencondicionesdesalirdesuhabitación.Elizabethsealegródequelallevasenaverlainmediatamente;yJane,quesehabíacontenidodeexpresarensunotacómodeseabaesavisita,pormiedo a ser inconveniente o a alarmarlos, se alegrómuchísimo al verlaentrar.Apesarde todono teníaánimoparamuchaconversación.Cuando laseñorita Bingley las dejó solas, no pudo formular más que gratitud por laextraordinaria amabilidad con que la trataban en aquella casa. Elizabeth laatendióensilencio.

Cuandoacabóeldesayuno,lashermanasBingleysereunieronconellas;yaElizabethempezaronaparecerlesimpáticasalverelafectoyelinterésquemostraban por Jane. Vino el médico y examinó a la paciente, declarando,comoeradesuponer,quehabíacogidounfuerteresfriadoyquedebíanhacertodoloposibleporcuidarla.Lerecomendóquesemetieseotravezenlacamaylerecetóalgunasmedicinas.Siguieronlasinstruccionesdelmédicoalpiedelaletra,yaquelafiebrehabíaaumentadoyeldolordecabezaeramásagudo.Elizabeth no abandonó la habitación ni un solo instante y las otras señorastampocoseausentabanpormuchotiempo.Losseñoresestabanfueraporqueenrealidadnadateníanquehacerallí.

Cuando dieron las tres, Elizabeth comprendió que debía marcharse, y,aunquemuyencontradesuvoluntad,asíloexpresó.

LaseñoritaBingleyleofrecióelcarruaje;Elizabethsóloestabaesperandoqueinsistieseunpocomásparaaceptarlo,cuandoJanecomunicósudeseodemarcharseconella;porloquelaseñoritaBingleysevioobligadaaconvertirel ofrecimiento del landó en una invitación para que se quedase enNetherfield. Elizabeth aceptó muy agradecida, y mandaron un criado aLongbournparahacersaberalafamiliaquesequedabayparaqueleenviasenropa.

CAPÍTULOVIII

A las cinco las señoras se retiraron para vestirse y a las seis y mediallamaron a Elizabeth para que bajara a cenar. Ésta no pudo contestarfavorablementealasatentaspreguntasquelehicieronyenlascualestuvolasatisfaccióndedistinguirel interésespecialdelseñorBingley.Janenohabíamejoradonada;aloírlo,lashermanasrepitierontresocuatrovecescuántololamentaban, lo horrible que era tener un mal resfriado y lo que a ellas lesmolestaba estar enfermas.Después ya no se ocuparonmás del asunto.Y suindiferenciahaciaJane,encuantono la teníandelante,volvióadespertarenElizabethlaantipatíaqueenprincipiohabíasentidoporellas.

Enrealidad,eraaBingleyalúnicodelgrupoqueellaveíaconagrado.SupreocupaciónporJaneeraevidente,y lasatencionesque teníaconElizabetheranloqueevitabaquesesintiesecomounaintrusa,queeracomolosdemásla consideraban. Sólo él parecía darse cuenta de su presencia. La señoritaBingley estaba absorta con el señor Darcy; su hermana, más o menos, lomismo;encuantoalseñorHurst,queestabasentadoalladodeElizabeth,eraun hombre indolente que no vivíamás que para comer, beber y jugar a lascartas.CuandosupoqueElizabethpreferíaunplatosencilloaunragout,yanotuvo nada de qué hablar con ella. Cuando acabó la cena, Elizabeth volvióinmediatamentejuntoaJane.Nadamássalirdelcomedor,laseñoritaBingleyempezó a criticarla. Sus modales eran, en efecto, pésimos, una mezcla deorgulloe impertinencia;no teníaconversación,niestilo,nigusto,nibelleza.LaseñoraHurstopinabalomismoyañadió:

––Enresumen,loúnicoquesepuededecirdeellaesqueesunaexcelentecaminante. Jamás olvidaré cómo apareció esta mañana. Realmente parecíamediosalvaje.

Enefecto,Louisa.Cuandolavi,casinopudecontenerme.¡Quéinsensatezvenirhasta aquí! ¿Quénecesidadhabíadeque corriesepor los campos sóloporque su hermana tiene un resfriado? ¡Cómo traía los cabellos, tandespeinados,tandesaliñados!

––Sí. ¡Y las enaguas! ¡Si las hubieseis visto!Conmás de una cuarta debarro.Yelabrigoquesehabíapuestoparataparlas,desdeluego,nocumplíasucometido.

––Tu retrato puede que sea muy exacto, Louisa ––dijo Bingley––, perotodoesoamímepasóinadvertido.CreoquelaseñoritaElizabethBennetteníaunaspectoinmejorablealentrarenelsalónestamañana.Casinomedicuentadequellevabalasfaldassucias.

––Estoyseguradequeustedsíquesefijó,señorDarcy––dijolaseñoritaBingley––; yme figuro que no le gustaría que su hermana diese semejanteespectáculo.

––Claroqueno.

––¡Caminartresmillas,ocuatro,ocinco,olasquesean,conelbarrohastalostobillosysola,completamentesola!¿Quéquerríadaraentender?Paramí,esodemuestraunaabominableindependenciaypresunción,yunaindiferenciaporeldecoropropiodelagentedelcampo.

––Lo que demuestra es un apreciable cariño por su hermana ––dijoBingley.

––Metemo,señorDarcy––observólaseñoritaBingleyamediavoz––,queestaaventurahabráafectadobastante laadmiraciónque sentíaustedpor susbellosojos.

––En absoluto ––respondióDarcy––; con el ejercicio se le pusieron aunmásbrillantes.Aesta intervenciónsiguióunabrevepausa,y laseñoraHurstempezódenuevo.

––Le tengo gran estima a Jane Bennet, es en verdad una muchachaencantadora,ydesearíacon todomicorazónque tuviesemuchasuerte.Peroconsemejantespadresyconparientesdetanpocaclase,metemoquenovaatenermuchasoportunidades.

––Creo que te he oído decir que su tío es abogado enMeryton. ––Sí, ytieneotroqueviveenalgúnsitiocercadeCheapside.

––¡Colosal!añadiósuhermana.Ylasdosseecharonareíracarcajadas.

––Aunque todo Cheapside estuviese lleno de tíos suyos ––exclamóBingley––,noporelloseríanlasBennetmenosagradables.

––Perolesdisminuirálasposibilidadesdecasarseconhombresquefigurenalgoenelmundo––respondióDarcy.

BingleynohizoningúncomentarioaestaobservacióndeDarcy.Perosushermanasasintieronencantadas,yestuvieronunratodivirtiéndoseacostadelosvulgaresparientesdesuqueridaamiga.

Sinembargo,enunactoderenovadabondad,alsalirdelcomedorpasaronalcuartode laenfermaysesentaronconellahastaque las llamaronparaelcafé.Janeseencontrabatodavíamuymal,yElizabethnoladejaríahastamástarde, cuando se quedó tranquila al ver que estaba dormida, y entonces leparecióquedebíairabajo,aunquenoleapeteciesenada.Alentrarenelsalónlosencontróa todos jugandoal loo, e inmediatamente la invitaronaque lesacompañase.Peroella,temiendoqueestuviesenjugandofuerte,noaceptó,y,utilizando a su hermana como excusa, dijo que se entretendría con un libroduranteelpoco tiempoquepodríapermanecerabajo.ElseñorHurst lamiróconasombro.

––¿Prefieresleerajugar?––ledijo––.Esmuyextraño.

––LaseñoritaElizabethBennet––dijolaseñoritaBingley––desprecialascartas.Esunagranlectoraynoencuentraplacerennadamás.

––NomerezconieseelogioniesacensuraexclamóElizabeth––.Nosoyunagranlectorayencuentroplacerenmuchascosas.

––Como, por ejemplo, en cuidar a su hermana ––intervinoBingley––, yesperoqueeseplaceraumentecuandolaveacompletamenterepuesta.

Elizabethseloagradeciódecorazónysedirigióaunamesadondehabíavarios libros. Él se ofreció al instante para ir a buscar otros, todos los quehubieseensubiblioteca.

––Desearíaquemi colección fuesemayorparabeneficio suyoyparamipropio prestigio; pero soy un hombre perezoso, y aunque no tengomuchoslibros,tengomásdelosquepuedallegaraleer.

Elizabethleaseguróqueconlosquehabíaenlahabitaciónteníadesobra.

––Meextraña––dijolaseñoritaBingley––quemipadrehayadejadounacolección de libros tan pequeña. ¡Qué estupenda biblioteca tiene usted enPemberley,señorDarcy!

––Tienequeserbuena––contestó––;esobrademuchasgeneraciones.

––Y además usted la ha aumentado considerablemente; siempre estácomprando libros. ––Nopuedo comprender que se descuide la bibliotecadeunafamiliaentiemposcomoéstos.

––¡Descuidar!Estoyseguradequeustednodescuidanadaqueserefieraaaumentarlabellezadeesenoblelugar.Charles,cuandoconstruyastucasa,meconformaríaconquefueselamitaddebonitaquePemberley.

––Ojalápueda.

––Peroyo te aconsejaría que comprases el terreno cercadePemberleyyque lo tomasescomomodelo.NohaycondadomásbonitoenInglaterraque

Derbyshire.

––Ya lo creoque loharía.Ycompraría elmismoPemberley siDarcy lovendiera.––Hablodeposibilidades,Charles.

––Sinceramente, Caroline, preferiría conseguir Pemberley comprándoloqueimitándolo.

Elizabethestabademasiadoabsortaenloqueocurríaparapoderprestarlamenor atención a su libro; no tardó en abandonarlo, se acercó a lamesa dejuegoysecolocóentreBingleyysuhermanamayorparaobservarlapartida.

––¿Ha crecido la señorita Darcy desde la primavera? ––preguntó laseñoritaBingley––.¿Seráyatanaltacomoyo?

––Creoquesí.AhoraserádelaestaturadelaseñoritaElizabethBennet,omásalta.

––¡Quéganastengodevolveraverla!Nuncaheconocidoanadiequemeguste tanto. ¡Qué figura, qué modales y qué talento para su edad! Toca elpianodeunmodoexquisito.

––Me asombra ––dijo Bingley–– que las jóvenes tengan tanta pacienciaparaaprendertanto,ylleguenasertanperfectascomolosontodas.

––¡Todaslasjóvenesperfectas!MiqueridoCharles,¿quédices?

––Sí, todas.Todas pintan, forran biombos y hacen bolsitas demalla.Noconozcoaningunaquenosepahacertodasestascosas,ynuncaheoídohablardeunadamitaporprimeravezsinquesemeinformaradequeeraperfecta.

––Tu lista de lo que abarcan comúnmente esas perfecciones ––dijoDarcy–– tiene mucho de verdad. El adjetivo se aplica a mujeres cuyosconocimientosnosonotrosquehacerbolsosdemallaoforrarbiombos.Perodistomuchodeestardeacuerdocontigoenloqueserefiereatuestimacióndelas damas en general. De todas las que he conocido, no puedo alardear deconocermásqueaunamediadocenaqueseanrealmenteperfectas.

––Niyo,desdeluego––dijolaseñoritaBingley.

––Entonces observó Elizabeth–– debe ser que su concepto de la mujerperfectaesmuyexigente.––Sí,esmuyexigente.

––¡Oh, desde luego! exclamó su fiel colaboradora––. Nadie puedeestimarse realmente perfecto si no sobrepasa enmucho lo que se encuentranormalmente. Una mujer debe tener un conocimiento profundo de música,canto,dibujo,baileylenguasmodernas.Yademásdetodoesto,debeposeerunalgoespecialensuaireymaneradeandar,eneltonodesuvoz,ensutratoymodode expresarse; puesde lo contrarionomerecería el calificativomásqueamedias.

––Debeposeer todoesto––agregóDarcy––,yaellohayqueañadiralgomás sustancial en el desarrollo de su inteligencia por medio de abundanteslecturas.

––Nome sorprende ahoraque conozca sólo a seismujeresperfectas.Loquemeextrañaesqueconozcaaalguna.

––¿Tan severa es usted con su propio sexo que duda de que esto seaposible?

––Yonuncahevistounamujerasí.Nuncahevistotantacapacidad,tantogusto,tantaaplicaciónytantaeleganciajuntascomousteddescribe.

LaseñoraHurstylaseñoritaBingleyprotestaroncontralainjusticiadesuimplícita duda, afirmando que conocían muchas mujeres que respondían adicha descripción, cuando el señor Hurst las llamó al orden quejándoseamargamente de que no prestasen atención al juego. Como la conversaciónparecíahaberterminado,Elizabethnotardóenabandonarelsalón.

––Elizabeth ––dijo la señoritaBingley cuando la puerta se hubo cerradotrasella––esunadeesasmuchachasquetratandehacerseagradablesalsexoopuesto desacreditando al suyo propio; no diré que no dé resultado conmuchoshombres,peroenmiopiniónesuntrucovil,unamalamaña.

––Indudablemente––respondióDarcy,aquienibadirigidaprincipalmenteesta observación–– hay vileza en todas las artes que las damas a veces serebajanaemplearparacautivaraloshombres.Todoloquetengaalgoqueverconlaastuciaesdespreciable.

LaseñoritaBingleynoquedólobastantesatisfechaconlarespuestacomoparacontinuarconel tema.Elizabethsereuniódenuevoconellossóloparadecirlesquesuhermanaestabapeoryquenopodíadejarla.Bingleydecidióenviar a alguien a buscar inmediatamente al doctor Jones;mientras que sushermanas,convencidasdequelaasistenciamédicaenelcamponoservíaparanada,propusieronenviar a alguiena la capitalparaque trajeseaunode losmáseminentesdoctores.Elizabethnoquisonioírhablardeestoúltimo,perono se oponía a que se hiciese lo que decía el hermano. De manera que seacordómandar a buscar al doctor Jones temprano a la mañana siguiente siJane no se encontraba mejor. Bingley estaba bastante preocupado y sushermanas estaban muy afligidas. Sin embargo, más tarde se consolaroncantando unos dúos,mientras Bingley no podía encontrarmejor alivio a supreocupación que dar órdenes a su ama de llaves para que se prestase todaatenciónposiblealaenfermayasuhermana.

CAPÍTULOIX

Elizabethpasólamayorpartedelanocheenlahabitacióndesuhermana,yporlamañanatuvoelplacerdepoderenviarunarespuestasatisfactoriaalasmúltiples preguntas que yamuy temprano venía recibiendo, a través de unasirvientadeBingley;ytambiénalasquemástarderecibíadelasdoselegantesdamasde compañía de las hermanas.Apesar de lamejoría,Elizabethpidióque semandase una nota aLongbourn, pues quería que sumadre viniese avisitaraJaneparaqueellamismajuzgaselasituación.Lanotafuedespachadainmediatamente y la respuesta a su contenido fue cumplimentada con lamismarapidez.LaseñoraBennet,acompañadadesusdoshijasmenores,llegóaNetherfieldpocodespuésdeldesayunodelafamilia.

Si hubiese encontrado a Jane en peligro aparente, la señora Bennet sehabríadisgustadomucho;peroquedándosesatisfechaalverquelaenfermedadnoeraalarmante,noteníaningúndeseodequeserecobrasepronto,yaquesucurasignificaríamarcharsedeNetherfield.Porestemotivosenegóaatenderlapeticióndesuhijadequeselallevaseacasa,cosaqueelmédico,quehabíallegado casi al mismo tiempo, tampoco juzgó prudente. Después de estarsentadasunratoconJane,apareciólaseñoritaBingleyylasinvitóapasaralcomedor. La madre y las tres hijas la siguieron. Bingley las recibió y lespreguntó por Jane con la esperanza de que la señora Bennet no hubieseencontradoasuhijapeordeloqueesperaba.

––Puesverdaderamente,laheencontradomuymal––respondiólaseñoraBennet––.Tanmalquenoesposiblellevarlaacasa.EldoctorJonesdicequenodebemospensaren trasladarla.Tendremosqueabusarunpocomásdesuamabilidad.

––¡Trasladarla!––exclamóBingley––. ¡Nipensarlo!Estoysegurodequemihermanatambiénseopondráaquesevayaacasa.

––Puede usted confiar, señora ––repuso la señorita Bingley con fríacortesía––,enquea la señoritaBennetno lehade faltarnadamientrasestéconnosotros.

––Estoysegura––añadió––deque,anoserportanbuenosamigos,noséquéhabríasidodeella,porqueestámuyenfermaysufremucho;aunqueesosí, con la mayor paciencia del mundo, como hace siempre, porque tiene elcaráctermásdulcequeconozco.Muchasveceslesdigoamisotrashijasquenovalennadaasulado.¡Québonitahabitaciónesésta,señorBingley,yquéencantadoravista tienea los senderosde jardín!Nuncahevistoun lugarentodo el país comparable a Netherfield. Espero que no pensará dejarlorepentinamente,aunquelohayaalquiladoporpocotiempo.

––Yo todo lo hago repentinamente ––respondió Bingley––. Así que sidecidiesedejarNetherfield,probablementemeiríaencincominutos.Pero,por

ahora,meencuentrobienaquí.

––Esoesexactamenteloqueyomeesperabadeusted––dijoElizabeth.

––Empieza usted a comprenderme, ¿no es así? ––exclamó Bingleyvolviéndosehaciaella.––¡Oh,sí!Lecomprendoperfectamente.

––Desearía tomarlo como un cumplido; perome temo que el que semeconozcafácilmenteeslamentable.

––Escomoes.Ellonosignificanecesariamentequeuncarácterprofundoycomplejoseamásomenosestimablequeelsuyo.

––Lizzy ––exclamó su madre––, recuerda dónde estás y deja decomportarteconesaconductaintolerablealaquenostienesacostumbradosencasa.

––Nosabíaquesededicaseustedaestudiarelcarácterdelaspersonas––prosiguióBingleyinmediatamente––.Debeserunestudioapasionante.

––Sí;yloscaracterescomplejossonlosmásapasionantesdetodos.Porlomenos,tienenesaventaja.

––El campo ––dijoDarcy–– no puede proporcionarmuchos sujetos paratal estudio. En un pueblo se mueve uno en una sociedad invariable y muylimitada.

––Pero la gente cambia tanto, que siempre hay en ellos algo nuevo queobservar.

––Yalocreoquesí––exclamólaseñoraBennet,ofendidaporlamaneraenlaquehabíahabladode lagentedel campo––; le aseguroqueesoocurre lomismoenelcampoqueenlaciudad.

Todoelmundosequedósorprendido.Darcylamiróunmomentoyluegose volvió sin decir nada. La señora Bennet creyó que había obtenido unavictoriaaplastantesobreélycontinuótriunfante:

––PormipartenocreoqueLondrestenganingunaventajasobreelcampo,a no ser por las tiendas y los lugares públicos. El campo es mucho másagradable.¿Noesasí,señorBingley?

––Cuandoestoyenelcampo––contestó––nodeseoirme,ycuandoestoyenlaciudadmepasalomismo.Cadaunotienesusventajasyyomeencuentroigualmenteagustoenlosdossitios.

––Claro,porqueustedtienemuybuencarácter.Encambioesecaballero––dijomirandoaDarcy–noparecequetengamuybuenaopinióndelcampo.

––Mamá,estásmuyequivocada––intervinoElizabethsonrojándoseporlaimprudencia de su madre––, interpretas mal al señor Darcy. Él sólo quería

decir que en el campo no se encuentra tanta variedad de gente como en laciudad.Loquedebesreconocerqueescierto.

––Ciertamente, querida, nadie dijo lo contrario, pero eso de que no haymucha gente en esta vecindad, creo que hay pocas tan grandes como lanuestra.Yohellegadoacenarconveinticuatrofamilias.

Nada, si no fuese su consideración por Elizabeth, podría haber hechocontenerseaBingley.Suhermanafuemenosdelicada,ymiróaDarcyconunasonrisa muy expresiva. Elizabeth quiso decir algo para cambiar deconversación y le preguntó a su madre si Charlotte Lucas había estado enLongbourndesdequeellasehabíaido.

––Sí, nos visitó ayer con su padre. ¡Qué hombre tan agradable es sirWilliam!¿Verdad,señorBingley?¡Tandistinguido, tangentily tansencillo!Siempretieneunapalabraagradableparatodoelmundo.Esaeslaideaqueyotengo de lo que es la buena educación; esas personas que se creen muyimportantesynuncaabrenlaboca,notienenideadeeducación.

––¿CenóCharlotteconvosotros?

––No,sefueacasa.Creoquelanecesitabanparahacerelpasteldecarne.Lo que es yo, señor Bingley, siempre tengo sirvientes que saben hacer sutrabajo.Mishijasestáneducadasdeotromodo.Perocadacualquesejuzgueasímismo.LasLucassonmuybuenaschicas,seloaseguro.¡Esunapenaquenoseanbonitas!NoesquecreaqueCharlotteseamuyfea;enfin,seacomosea,esmuyamiganuestra.

––Pareceunajovenmuyagradable––dijoBingley.

––¡Oh!sí,perodebeadmitirqueesbastantefeúcha.LamismaladyLucaslodicemuchasveces,ymeenvidiaporlabellezadeJane.Nomegustaalabaramispropiashijas,perolaverdadesquenoseencuentraamenudoaalguientanguapa como Jane.Yonopuedo ser imparcial, claro; pero esque lodicetodoelmundo.Cuandosóloteníaquinceaños,habíauncaballeroquevivíaencasa demi hermanoGardiner en la ciudad, y que estaba tan enamorado deJanequemi cuñada asegurabaque sedeclararía antesdequenos fuéramos.Peronolohizo.Probablementepensóqueerademasiadojoven.Sinembargo,leescribióunosversos,ybienbonitosqueeran.

––Yasíterminósuamor––dijoElizabethconimpaciencia––.Creoquehahabidomuchosquelovencierondelamismaforma.Mepreguntoquiénseríaelprimeroendescubrirlaeficaciadelapoesíaparaacabarconelamor.

––Yosiempreheconsideradoquelapoesíaeselalimentodelamor––dijoDarcy.

––Deungranamor,sólidoyfuerte,puede.Todonutrealoqueyaesfuerte

de por sí. Pero si es solo una inclinación ligera, sin ninguna base, un buensonetolaacabaríamatandodehambre.

Darcy se limitó a sonreír. Siguió un silencio general que hizo temer aElizabeth que su madre volviese a hablar de nuevo. La señora Bennet lodeseaba, pero no sabía qué decir, hasta que después de una pequeña pausaempezóa reiterar suagradecimientoal señorBingleypor suamabilidadconJaneysedisculpóporlasmolestiasquetambiénpudieraestarcausandoLizzy.ElseñorBingleyfuecortésensurespuesta,yobligóasuhermanamenorasercortésyadecirloquelaocasiónrequería.Ellahizosupapel,aunqueconpocagracia, pero la señora Bennet, quedó satisfecha y poco después pidió sucarruaje.Aloíresto,lamásjovendesushijasseadelantóparadeciralgo.Lasdos muchachitas habían estado cuchicheando durante toda la visita, y elresultadodeellofueque lamás jovendebíarecordarlealseñorBingleyquecuando vino al campo por primera vez había prometido dar un baile enNetherfield.

Lydiaerafuerte,muycrecidaparatenerquinceaños,teníabuenafigurayun caráctermuy alegre.Era la favorita de sumadre que por el amor que letenía la había presentado en sociedad a una edad muy temprana. Era muyimpulsiva y se daba mucha importancia, lo que había aumentado con lasatenciones que recibía de los oficiales, a lo que las cenas de su tía y susmodalessencilloscontribuían.Porlotanto,eralamásadecuadaparadirigirseaBingleyyrecordarlesupromesa;añadiendoqueseríaunavergüenzaanteelmundosinolomantenía.SurespuestaaesterepentinoataquefueencantadoraalosoídosdelaseñoraBennet.

––Leaseguroqueestoydispuestoamantenermicompromiso,encuantosuhermanaestébien;ustedmisma,sigusta,podráseñalarlafechadelbaile:Noquerráestarbailandomientrassuhermanaestáenferma.

Lydiasedioporsatisfecha:

––¡Oh!sí,serámuchomejoresperaraqueJaneestébien;yparaentonceslomásseguroesqueelcapitánCarterestarádenuevoenMeryton.Ycuandoustedhayadadosubaile––agregó––,insistiréparaquedentambiénunoellos.LediréalcoronelForsterqueseríalamentablequenolohiciese.

PorfinlaseñoraBennetysushijassefueron,yElizabethvolvióalinstantecon Jane, dejando que las dos damas y el señor Darcy hiciesen suscomentarios acerca de su comportamiento y el de su familia. Sin embargo,DarcynopudocompartirconlosdemáslacensurahaciaElizabeth,apesardelaagudezadelaseñoritaBingleyalhacerchistessobreojosbonitos.

CAPÍTULOX

Eldíapasólomismoqueelanterior.LaseñoraHurstylaseñoritaBingleyhabíanestadoporlamañanaunashorasalladodelaenferma,queseguíamejorando,aunquelentamente.PorlatardeElizabethsereunióconellasenelsalón.Peronosedispusolamesadejuegoacostumbrada.DarcyescribíaylaseñoritaBingley,sentadaasulado,seguíaelcursodelacarta,interrumpiéndolerepetidasvecesconmensajesparasuhermana.ElseñorHurstyBingleyjugabanalpiquetylaseñoraHurstcontemplabalapartida.

Elizabethsededicóaunalabordeaguja,yteníasuficienteentretenimientoconatenderaloquepasabaentreDarcyysucompañía.LosconstanteselogiosdeéstaalacaligrafíadeDarcy,alasimetríadesusrenglonesoalaextensiónde la carta, así como la absoluta indiferencia con que eran recibidos,constituían un curioso diálogo que estaba exactamente de acuerdo con laopiniónqueElizabethteníadecadaunodeellos.

––¡Quécontentasepondrá laseñoritaDarcycuandorecibaestacarta!Élnocontestó.

––Escribe usted más deprisa que nadie. ––Se equivoca. Escribo muydespacio.

––¡Cuántas cartas tendrá ocasión de escribir al cabo del año! Incluidascartasdenegocios.¡Cómolasdetesto!

––Esunasuerte,pues,queseayoynousted,elquetengaqueescribirlas.––Leruegoqueledigaasuhermanaquedeseomuchoverla.

––Yaselohedichounavez,porpeticiónsuya.

––Me temoque suplumano levabien.Déjemeque se la afile, lohagoincreíblementebien.––Gracias,peroyosiempreafilomipropiapluma.

––¿Cómopuedelograrunaescrituratanuniforme?Darcynohizoningúncomentario.

––Dígale a su hermana que me alegro de saber que ha hecho muchosprogresosconelarpa;yleruegoquetambiénledigaqueestoyentusiasmadaconeldiseñodemesaquehizo,yquecreoqueesinfinitamentesuperioraldelaseñoritaGrantley.

––¿Mepermitequeaplacesuentusiasmoparaotracarta?Enlapresenteyanotengoespacioparamáselogios.

––¡Oh!,notieneimportancia.Laveréenenero.Pero,¿siempreleescribecartastanlargasyencantadoras,señorDarcy?

––Generalmentesonlargas;perosisonencantadorasono,nosoyyoquien

debejuzgarlo.

––Para mí es como una norma, cuando una persona escribe cartas tanlargascontantafacilidadnopuedeescribirmal.

––Ese cumplido no vale para Darcy, Caroline ––interrumpió suhermano––,porquenoescribeconfacilidad.Estudiademasiadolaspalabras.Siempre busca palabras complicadas de más de cuatro sílabas, ¿no es así,Darcy?

––Miestiloesmuydistintoaltuyo.

––¡Oh! ––exclamó la señorita Bingley––. Charles escribe sin ningúncuidado.Secomelamitaddelaspalabrasyemborronaelresto.

––Lasideasmevienentanrápidoquenotengotiempodeexpresarlas;demaneraque,aveces,miscartasnocomunicanningunaideaalquelasrecibe.

––Suhumildad,señorBingley––intervinoElizabeth––,tienequedesarmartodoslosreproches.

––Nadaesmásengañoso––dijoDarcy––que laaparienciadehumildad.Normalmente no es otra cosa que falta de opinión, y a veces es una formaindirectadevanagloriarse.

––¿Ycuáldeesosdoscalificativosaplicasamirecienteactodemodestia?

––Una forma indirecta de vanagloriarse; porque tú, en realidad, estásorgullosodetusdefectoscomoescritor,puestoquelosatribuyesaturapidezdepensamientosyaundescuidoen laejecución,cosaqueconsideras, sinomuyestimable,almenosmuyinteresante.Siempreseapreciamuchoelpoderdehacercualquiercosaconrapidez,ynoseprestaatenciónalaimperfeccióncon laquesehace.Cuandoestamañana ledijistea la señoraBennetquesialgunavez tedecidíasadejarNetherfield, te iríasencincominutos, fueunaespeciedeelogio,decumplidohaciatimismo;y,sinembargo,¿quétienedeelogiablemarcharseprecipitadamentedejando,sinduda,asuntossinresolver,loquenopuedeserbeneficiosoparatiniparanadie?

––¡No!––exclamóBingley––.Meparecedemasiadorecordarporlanochelas tonterías que se dicen por la mañana. Y te doy mi palabra, estabaconvencido de que lo que decía demímismo era verdad, y lo sigo estandoahora.Porlomenos,noadoptéinnecesariamenteuncarácterprecipitadoparapresumirdelantedelasdamas.

––Sí,creoqueestabasconvencido;perosoyyoelquenoestáconvencidode que te fueses tan aceleradamente. Tu conducta dependería de lascircunstancias,comoladecualquierpersona.Ysi,montadoyaenelcaballo,un amigo te dijese: «Bingley, quédate hasta la próxima semana»,probablementeloharías,probablementenoteirías,ybastaríasólounapalabra

másparaquetequedarasunmes.

––Con esto sólo ha probado ––dijo Elizabeth–– que Bingley no hizojusticiaasutemperamento.Lohafavorecidoustedmásahoradeloqueéllohabíahecho.

––Estoyenormementeagradecido––dijoBingleyporconvertirloquedicemiamigoenuncumplido.Perometemoqueustednolointerpretadelaformaque mi amigo pretendía; porque él tendría mejor opinión de mí si, en esacircunstancia,yomenegaseenrotundoypartiesetanrápidocomomefueseposible.

––¿Consideraría entonces el señor Darcy reparada la imprudencia de suprimeraintenciónconlaobstinacióndemantenerla?

––Nosoyyo,sinoDarcy,elquedebeexplicarlo.

––Quieresquedécuentadeunasopinionesquetúmeatribuyes,peroqueyo nunca he reconocido. Volviendo al caso, debe recordar, señorita Bennet,que el supuesto amigo que desea que se quede y que retrase su plan,simplementelodeseayselopidesinofrecerningúnargumento.

––El ceder pronto y fácilmente a la persuasión de un amigo, no tieneningúnméritoparausted.––Elcedersinconviccióndicepocoenfavordelainteligenciadeambos.

––Me da la sensación, señor Darcy, de que usted nunca permite que leinfluyanelafectoo laamistad.El respetoo laestimaporelquepidepuedehacernoscederalapeticiónsinesperarningunarazónoargumento.NoestoyhablandodelcasoparticularquehasupuestosobreelseñorBingley.Además,deberíamos, quizá, esperar a que se diese la circunstancia para discutirentonces su comportamiento. Pero en general y en casos normales entreamigos, cuandounoquiereque el otro cambie algunadecisión, ¿vería ustedmalqueesapersonacomplacieseesedeseosinesperarlasrazonesdelotro?

––¿No sería aconsejable, antes de proseguir con el tema, dejar claro conmásprecisiónquéimportanciatienelapeticiónyquéintimidadhayentrelosamigos?

––Perfectamente ––dijo Bingley––, fijémonos en todos los detalles sinolvidarnosdecompararestaturaytamaño;porqueeso,señoritaBennet,puedetenermáspesoenladiscusióndeloqueparece.LeaseguroquesiDarcynofueratanaltocomparadoconmigo,noletendríanilamitaddelrespetoqueletengo. Confieso que no conozco nada más imponente que Darcy endeterminadasocasionesyendeterminadoslugares,especialmenteensucasayenlastardesdedomingocuandonotienenadaquehacer.

El señor Darcy sonrió; pero Elizabeth se dio cuenta de que se había

ofendidobastanteycontuvolarisa.LaseñoritaBingleysemolestómuchoporlaofensaquelehabíahechoaDarcyycensuróasuhermanopordecir talestonterías.

––Conozco tu sistema, Bingley ––dijo su amigo––. No te gustan lasdiscusionesyquieresacabarésta.

––Quizá.Lasdiscusiones separecendemasiadoa lasdisputas.Si túy laseñoritaBennetposponéislavuestraparacuandoyonoestéenlahabitación,estarémuyagradecido;además,asípodréisdecirtodoloquequeráisdemí.

––Pormiparte––dijoElizabeth––,nohayobjeciónenhacerloquepide,yesmejorqueelseñorDarcyacabelacarta.

Darcysiguiósuconsejoyacabólacarta.Concluidalatarea,sedirigióalaseñoritaBingleyyaElizabethparaquelesdeleitasenconalgodemúsica.Laseñorita Bingley se apresuró al piano, pero antes de sentarse invitócortésmenteaElizabethatocarenprimerlugar;ésta,conigualcortesíaycontodasinceridadrechazólainvitación;entonces,laseñoritaBingleysesentóycomenzóelconcierto.

LaseñoraHurstcantóconsuhermana,y,mientras seempleabanenestaactividad, Elizabeth no podía evitar darse cuenta, cada vez que volvía laspáginasdeunos librosdemúsicaquehabía sobre el piano, de la frecuenciaconlaquelosojosdeDarcysefijabanenella.Leeradifícilsuponerquefueseobjetodeadmiraciónanteunhombredetalcategoría;yaunseríamásextrañoque la mirase porque ella le desagradara. Por fin, sólo pudo imaginar quellamabasuatenciónporquehabíaalgoenellapeorymásreprochable,segúnsuconceptodelavirtud,queenelrestodelospresentes.Estasuposiciónnolaapenaba. Le gustaba tan poco, que la opinión que tuviese sobre ella, no lepreocupaba.

Despuésde tocaralgunascanciones italianas, laseñoritaBingleyvarióelrepertorio con un aire escocésmás alegre; y almomento el señorDarcy seacercóaElizabethyledijo:

––¿Leapetecería,señoritaBennet,aprovecharestaoportunidadparabailarunreel?Ellasonrióynocontestó.Él,algosorprendidoporsusilencio,repitiólapregunta.

––¡Oh! ––dijo ella––, ya había oído la pregunta. Estaba meditando larespuesta. Sé que usted querría que contestase que sí, y así habría tenido elplacerdecriticarmisgustos;peroamímeencantaecharportierraesaclasede trampas y defraudar a la gente que está premeditando un desaire. Por lotanto,hedecididodecirlequenodeseobailarenabsoluto.Y,ahora,desáiremesiseatreve.

––Nomeatrevo,seloaseguro.

Ella, que creyó haberle ofendido, se quedó asombrada de su galantería.Perohabía talmezcladedulzuraymaliciaen losmodalesdeElizabeth,queera difícil que pudiese ofender a nadie; y Darcy nunca había estado tanensimismadoconunamujercomoloestabaconella.Creíarealmentequesinofueraporlainferioridaddesufamilia,severíaenpeligro.

La señoritaBingleyvioo sospechó lobastanteparaponersecelosa,y suansiedadporqueserestableciesesuqueridaamigaJanese incrementóconeldeseodelibrarsedeElizabeth.

Intentaba provocar a Darcy para que se desilusionase de la joven,hablándole de su supuesto matrimonio con ella y de la felicidad que esaalianzaletraería.

––Espero––ledijoaldíasiguientemientraspaseabanporeljardín––quecuandoesedeseadoacontecimiento tenga lugar, haráusteda su suegraunascuantasadvertenciasparaquemoderesulengua;ysipuedeconseguirlo,evitequelashijasmenoresandendetrásdelosoficiales.Y,simepermitemencionaruntematandelicado,procurerefrenaresealgo,rayandoenlapresunciónyenlaimpertinencia,quesudamaposee.

––¿Tienealgomásqueproponermeparamifelicidaddoméstica?

––¡Oh,sí!Dejequelosretratosdesustíos,losPhillips,seancolgadosenlagaleríadePemberley.Póngalosalladodeltíoabuelosuyo,eljuez.Sondelamisma profesión, aunque de distinta categoría. En cuanto al retrato de suElizabeth,nodebepermitirqueselohagan,porque¿quépintorpodríahacerjusticiaasushermososojos?

––Desdeluego,noseríafácilcaptarsuexpresión,peroelcolor,laformaysusbonitaspestañaspodríanserreproducidos.

Enesemomento,porotrosenderodeljardín,salieronasupasolaseñoraHurstyElizabeth.

––No sabía que estabais paseando ––dijo la señorita Bingley un pococonfusaalpensarquepudiesenhaberlesoído.

––Oshabéisportadomuymalconnosotras––respondiólaseñoraHurst––alnodecirnosqueibaisasalir.

Y,tomandoelbrazolibredelseñorDarcy,dejóqueElizabethpaseasesola.Enelcaminosólocabíantres.ElseñorDarcysediocuentadetaldescortesíaydijoinmediatamente:

––Este paseo no es lo bastante ancho para los cuatro, salgamos a laavenida.

Pero Elizabeth, que no tenía la menor intención de continuar con ellos,contestómuysonriente:

––No,no;quédensedondeestán.Formanungrupoencantador,estámuchomejorasí.Unacuartapersonaloecharíaaperder.Adiós.

Sefuealegrementeregocijándosealpensar,mientrascaminaba,quedentrodeunoodosdíasmásestaríaensucasa.Janeseencontrabayatanbien,queaquellamismatardeteníalaintencióndesalirunpardehorasdesucuarto.

CAPÍTULOXI

Cuando las señoras se levantaronde lamesadespuésdecenar,Elizabethsubióavisitarasuhermanayalverqueestababienabrigadalaacompañóalsalón,dondesusamigas ledieron labienvenidacongrandesdemostracionesdecontento.Elizabethnuncalashabíavistotanamablescomoenlahoraquetranscurrióhastaque llegaron loscaballeros.Hablaronde todo.Describieronlafiestacontododetalle,contaronanécdotasconmuchagraciayseburlarondesusconocidosconhumor.

Peroencuantoentraronloscaballeros,Janedejódeserelprimerobjetodeatención.LosojosdelaseñoritaBingleysevolvieroninstantáneamentehaciaDarcyynohabíadado cuatropasos cuandoya tenía algoquedecirle.El sedirigiódirectamentealaseñoritaBennetylafelicitócortésmente.Tambiénelseñor Hurst le hizo una ligera inclinación de cabeza, diciéndole que sealegrabamucho;perolaefusiónyelcalorquedaronreservadosparaelsaludodeBingley,queestabamuycontentoy llenodeatencionesparaconella.Laprimeramediahorase lapasóavivandoel fuegoparaqueJanenonotaseelcambio de un habitación a la otra, y le rogó que se pusiera al lado de lachimenea,lomáslejosposibledelapuerta.Luegosesentójuntoaellayyacasinohablóconnadiemás.Elizabeth,enfrente,consulabor,contemplabalaescenaconsatisfacción.

Cuando terminaronde tomarel té,el señorHurst recordóa sucuñada lamesadejuego,perofueenvano;ellaintuíaqueaDarcynoleapetecíajugar,yel señor Hurst vio su petición rechazada inmediatamente. Le aseguró quenadie tenía ganas de jugar; el silencio que siguió a su afirmación pareciócorroborarla.Por lo tanto, al señorHurst no le quedabaotra cosaquehacerque tumbarseenunsofáydormir.Darcycogióun libro, laseñoritaBingleycogió otro, y la señora Hurst, ocupada principalmente en jugar con suspulserasysortijas,seunía,devezencuando,alaconversacióndesuhermanoconlaseñoritaBennet.

LaseñoritaBingleyprestabamásatencióna la lecturadeDarcyquea lasuya propia.No paraba de hacerle preguntas omirar la página que él teníadelante.Sinembargo,noconsiguiósacarleningunaconversación;selimitabaacontestaryseguíaleyendo.Finalmente,angustiadaconlaideadetenerqueentretenerseconsu libroquehabíaelegidosolamenteporqueeraelsegundotomodelqueleíaDarcy,bostezólargamenteyexclamó:

––¡Quéagradableespasarunaveladaasí!Bienmirado,creoquenohaynadatandivertidocomoleer.Cualquierotracosaenseguidatecansa,perounlibro,nunca.Cuandotenga––unacasapropiaserédesgraciadísimasinotengounagranbiblioteca.

Nadiedijonada.Entoncesvolvióabostezar,cerróellibroypaseólavistaalrededordelahabitaciónbuscandoenquéocupareltiempo;cuandoaloírasu hermanomencionarle un baile a la señoritaBennet, se volvió de repentehaciaélydijo:

––¿Piensas seriamente endarunbaile enNetherfield,Charles?Antesdedecidirte te aconsejaríaqueconsultasescon lospresentes,puesomuchomeengañoohayentrenosotrosalguienaquienunbaileleparecería,másqueunadiversión,uncastigo.

––SiterefieresaDarcy––lecontestósuhermano––,puedeirsealacamaantesdequeempiece,siloprefiere;peroencuantoalbaile,escosahecha,ytanprontocomoNichollslohayadispuestotodo,enviarélasinvitaciones.

––Losbailesmegustaríanmuchomás––repusosuhermana––sifuesendeotromodo, pero esa clase de reuniones suelen ser tan pesadas que se haceninsufribles.Seríamásracionalqueloprincipalenellasfueselaconversaciónynounbaile.

––Muchomás racional sí,Caroline; pero entonces ya no se parecería ennadaaunbaile.

La señorita Bingley no contestó; se levantó poco después y se puso apasearporelsalón.Sufiguraeraeleganteysusandaresairosos;peroDarcy,aquien iba dirigido todo, siguió enfrascado en la lectura. Ella, desesperada,decidióhacerunesfuerzomás,y,volviéndoseaElizabeth,dijo:

––SeñoritaElizaBennet,déjemequelaconvenzaparaquesigamiejemploydéunavueltaporelsalón.Leaseguroquevienemuybiendespuésdeestartantotiemposentadaenlamismapostura.

Elizabethsequedósorprendida,peroaccedióinmediatamente.LaseñoritaBingley logró lo que se había propuesto con su amabilidad; el señorDarcylevantó lavista.Estaba tanextrañadode lanovedaddeesta invitacióncomopodía estarlo la misma Elizabeth; inconscientemente, cerró su libro.

Seguidamente,leinvitaronapasearconellas,aloquesenegó,explicandoquesólo podía haber dosmotivos para que paseasen por el salón juntas, y si seunieseaellasinterferiríaenlosdos.«¿Quéquerrádecir?»LaseñoritaBingleysemoríadeganasporsabercuálseríaelsignificadoylepreguntóaElizabethsiellapodíaentenderlo.

––Enabsoluto––respondió––;pero, sea loquesea,es seguroquequieredejarnosmal,ylamejorformadedecepcionarleseránopreguntarlenada.

Sin embargo, la señorita Bingley era incapaz de decepcionar a Darcy, einsistió,porlotanto,enpedirquelesexplicaselosdosmotivos.

––Notengoelmásmínimoinconvenienteenexplicarlo––dijotanprontocomoellalepermitióhablar––.Ustedeseligenestemododepasareltiempooporque tienen que hacerse alguna confidencia o para hablar de sus asuntossecretos, o porque saben que paseando lucen mejor su figura; si es por loprimero, al ir con ustedes no haría más que importunarlas; y si es por losegundo,laspuedoadmirarmuchomejorsentadojuntoalfuego.

––¡Qué horror! ––gritó la señorita Bingley––. Nunca he oído nada tanabominable.¿Cómopodríamosdarlesumerecido?

––Nada tan fácil, si está dispuesta a ello ––dijo Elizabeth––. Todossabemosfastidiarymortificarnosunosaotros.Búrlese,ríasedeél.Siendotaníntimaamigasuya,sabrámuybiencómohacerlo.

––Nosé,ledoymipalabra.Leaseguroquemigranamistadconélnomehaenseñadocuálessonsuspuntosdébiles.¡Burlarsedeunapersonaflemática,detantasangrefría!Yencuantoareírnosdeélsinmásmimás,nodebemosexponernos;podríadesafiarnosytendríamosnosotroslasdeperder.

––¡Quenopodemos reírnosdel señorDarcy!––exclamóElizabeth––.Esunprivilegiomuyextraño,yesperoquesigasiendoextraño,nomegustaríatenermuchosconocidosasí.Meencantareírme.

––LaseñoritaBingley––respondióDarcy––mehadadomásimportanciade la quemerezco. Elmás sabio ymejor de los hombres o lamás sabia ymejordelasacciones,puedenserridículosalosojosdeunapersonaquenopiensaenestavidamásqueenreírse.

––Estoydeacuerdo––respondióElizabeth––,haygenteasí,perocreoqueyonoestoyentreellos.Esperoquenuncalleguearidiculizarloqueesbuenoosabio.Lasinsensateces,lastonterías,loscaprichosylasinconsecuenciassonlas cosas que verdaderamente me divierten, lo confieso, y me río de ellassiempre que puedo. Pero supongo que éstas son las cosas de las que ustedcarece.

––Quizá no sea posible para nadie, pero yo he pasado la vida

esforzándomeparaevitarestasdebilidadesqueexponenalridículoacualquierpersonainteligente.

––Comolavanidadyelorgullo,porejemplo.

––Sí, en efecto, la vanidad es un defecto. Pero el orgullo, en caso depersonasdeinteligenciasuperior,creoqueesválido.

Elizabethtuvoquevolverseparadisimularunasonrisa.

––Supongo que habrá acabado de examinar al señor Darcy ––dijo laseñoritaBingley,yleruegoquemedigaquéhasacadoenconclusión.

––EstoyplenamenteconvencidadequeelseñorDarcyno tienedefectos.Élmismoloreconoceclaramente.

––No––dijoDarcy––,nohepretendidodecireso.Tengomuchosdefectos,pero no tienen que ver con la inteligencia. De mi carácter no me atrevo aresponder;soydemasiado intransigente,enrealidad,demasiado intransigenteparaloquealagenteleconviene.Nopuedoolvidartanprontocomodeberíalasinsensatecesylosviciosajenos,nilasofensasquecontramísehacen.Missentimientosnoseborranpormuchosesfuerzosquesehaganparacambiarlos.Quizásemepuedaacusarderencoroso.Cuandopierdolabuenaopiniónquetengosobrealguien,esparasiempre.

––Éseesrealmenteundefecto––replicóElizabeth––.Elrencorimplacableesverdaderamenteunasombraenuncarácter.Perohaelegidoustedmuybiensudefecto.Nopuedoreírmedeél.Pormiparte,estáustedasalvo.

––Creoqueentodoindividuohayciertatendenciaaundeterminadomal,aundefectoinnato,quenisiquieralamejoreducaciónpuedevencer.

––Yesedefectoeslapropensiónaodiaratodoelmundo.

––Yelsuyorespondióélconunasonrisa––eselinterpretarmalatodoelmundo intencionadamente. ––Oigamos un poco de música ––propuso laseñoritaBingley,cansadadeunaconversaciónen laqueno tomabaparte––.Louisa,¿noteimportaráquedespiertealseñorHurst?

Suhermananoopusolamásmínimaobjeción,yabrióelpiano;aDarcy,despuésdeunosmomentosderecogimiento,nolepesó.EmpezabaasentirelpeligrodeprestarledemasiadaatenciónaElizabeth.

CAPÍTULOXII

De acuerdo con su hermana, Elizabeth escribió a sumadre a lamañana

siguiente, pidiéndole que les mandase el coche aquel mismo día. Pero laseñoraBennet había calculadoque sus hijas estarían enNetherfield hasta elmartesenqueharíaunasemanajustaqueJanehabíallegadoallí,ynoestabadispuestaaqueregresaraantesdelafechacitada.Así,pues,surespuestanofuemuyfavorableo,porlomenos,nofuelarespuestaqueElizabethhubieradeseado, pues estaba impaciente por volver a su casa.La señoraBennet lescontestó que no le era posible enviarles el coche antes del martes; en laposdataañadíaquesielseñorBingleyysuhermanalesinsistíanparaquesequedasenmástiempo,nolodudasen,puespodíapasarmuybiensinellas.Sinembargo, Elizabeth estaba dispuesta a no seguir allí por mucho que se lopidieran; temiendo, al contrario, resultarmolestas por quedarsemás tiempoinnecesariamente,rogóaJanequelepidieseelcocheaBingleyenseguida;y,por último, decidieron exponer su proyecto de salir de Netherfield aquellamismamañanaypedirquelesprestasenelcoche.

La noticia provocó muchas manifestaciones de preocupación; lesexpresaronreiteradamentesudeseodequesequedasenporlosmenoshastaeldíasiguiente,ynohubomásremedioquedemorarlamarchahastaentonces.AlaseñoritaBingleylepesódespuéshaberpropuestolademora,porqueloscelos y la antipatía que sentía por una de las hermanas eramuy superior alafectoquesentíaporlaotra.

Al señorde la casa le causómucha tristeza el saberque se iban a ir tanpronto,eintentóinsistentementeconvenceraJanedequenoseríabuenoparaella, porque todavía no estaba totalmente recuperada; pero Jane era firmecuandosabíaqueobrabacomodebía.

A Darcy le pareció bien la noticia. Elizabeth había estado ya bastantetiempoenNetherfield.LeatraíamásdeloqueélqueríaylaseñoritaBingleyera descortés con ella, y con él más molesta que nunca. Se propuso tenerespecialcuidadoenquenoseleescapaseningunaseñaldeadmiraciónninadaque pudiera hacer creer a Elizabeth que tuviera ninguna influencia en sufelicidad. Consciente de que podía haber sugerido semejante idea, sucomportamientoduranteelúltimodíadebíaserdecisivoparaconfirmárselaoquitárseladelacabeza.Firmeensupropósito,apenasledirigiódiezpalabrasen todoelsábadoy,apesardeque losdejaronsolosdurantemediahora,semetiódellenoensulibroynisiquieralamiró.

El domingo, después del oficio religioso de la mañana, tuvo lugar laseparación tan grata para casi todos. La cortesía de la señorita Bingley conElizabethaumentórápidamenteenelúltimomomento,asícomosuafectoporJane.Aldespedirse,despuésdeaseguraraestaúltimaelplacerquesiempreledaríaverlatantoenLongbourncomoenNetherfieldydarleuntiernoabrazo,alaprimerasólolediolamano.Elizabethsedespidiódetodosconelespíritumásalegrequenunca.

Lamadrenofuemuycordialaldarleslabienvenida.Noentendíaporquéhabían regresado tan pronto y les dijo que hacían muy mal en ocasionarlesemejantecontrariedad,estabaseguradequeJanehabíacogidofríootravez.Pero el padre, aunque era muy lacónico al expresar la alegría, estabaverdaderamente contento de verlas. Se había dado cuenta de la importanciaqueteníanenelcírculofamiliar.Lastertuliasdelanoche,cuandosereuníantodos,habíanperdidolaanimacióneinclusoelsentidoconlaausenciadeJaneyElizabeth.

HallaronaMary,comodecostumbre,enfrascadaenelestudioprofundodelanaturalezahumana;teníanqueadmirarsusnuevosresúmenesyescucharlasobservaciones que había hecho recientemente sobre una moral muy pococonvincente.LoqueCatherineyLydiateníanquecontarleseramuydistinto.Se habían hecho y dichomuchas cosas en el regimiento desde elmiércolesanterior;variosoficialeshabíancenadorecientementeconsu tío,unsoldadohabíasidoazotado,ycorríaelrumordequeelcoronelForsteribaacasarse.

CAPÍTULOXIII

Espero,querida––dijoelseñorBennetasuesposa;mientrasdesayunabanalamañanasiguiente–,quehayaspreparadounabuenacomida,porquetengomotivosparapensarquehoysesumaráunomásanuestramesa.

––¿Aquiénterefieres,querido?Notengonoticiadequevenganadie,anoserqueaCharlotteLucasseleocurravisitarnos,ymeparecequemiscomidassonlobastantebuenasparaella.Nocreoqueensucasaseanmejores.

––Lapersonadelaquehabloesuncaballero,yforastero.LosojosdelaseñoraBennetrelucíancomochispas.

––¿Uncaballeroyforastero?EselseñorBingley,nohayduda.¿Porquénuncadicesnipalabradeestascosas,Jane?¡Quécucaeres!Bien,mealegrarémuchodeverlo.Pero,¡Diosmío,quémalasuerte!Hoynosepuedeconseguirniunpocodepescado.Lydia,cariño,tocalacampanilla;tengoquehablarconHillalinstante.

––NoeselseñorBingley––dijosuesposo––;setratadeunapersonaqueno he visto enmi vida.Estas palabras despertaron el asombro general; y éltuvoelplacerdeserinterrogadoansiosamenteporsumujerysuscincohijasalavez.

Despuésdedivertirseunrato,excitandosucuriosidad,lesexplicó:

––Hace un mes recibí esta carta, y la contesté hace unos quince días,

porquepenséquesetratabadeuntemamuydelicadoynecesitabatiempoparareflexionar. Es demi primo, el señorCollins, el que, cuando yomemuera,puedeecharosdeestacasaencuantoleapetezca.

––¡Oh,querido!––se lamentósuesposa––.Nopuedosoportaroírhablardel tema.Nomenciones a ese hombre tan odioso. Es lo peor que te puedepasarenelmundo,que tusbienesno lospuedanheredar tushijas.Dehabersidotú,hacemuchotiempoqueyohabríahechoalgoalrespecto.

JaneyElizabethintentaronexplicarleporquénolespertenecíalaherencia.Lo habían intentado muchas veces, pero era un tema con el que su madreperdía totalmente la razón; y siguióquejándose amargamentede la crueldadquesignificabadesposeerdelaherenciaaunafamiliadecincohijas,enfavordeunhombrequeaningunoleimportabanada.

––Ciertamente, es un asuntomuy injusto––dijo el señorBennet––, ynohay nada que pueda probar la culpabilidad del señor Collins por heredarLongbourn. Pero si escuchas su carta, puede que sumodo de expresarse tetranquiliceunpoco.

––No, no la escucharé; y, además, me parece una impertinencia que teescriba, y una hipocresía. No soporto a esos falsos amigos. ¿Por qué nocontinúapleiteandocontigocomoyalohizosupadre?

––Porque parece tener algún cargo de conciencia, como vas a oír:«Hunsford,cercadeWesterham,Kent,15deoctubre.»Estimadoseñor:

»Eldesacuerdosubsistenteentreustedymipadre,recientementefallecido,siempremehahechosentirciertainquietud,ydesdequetuveladesgraciadeperderlo, he deseado zanjar el asunto, pero durante algún tiempo meretuvieronlasdudas, temiendoserirrespetuosoasumemoria,alponermeenbuenos términos con alguien con el que él siempre estaba en discordia, tanpoco tiempo después de su muerte. Pero ahora ya he tomado una decisiónsobreeltema,porhabersidoordenadoenPascua,yaquehetenidolasuertede ser distinguido con el patronato de la muy honorable lady Catherine deBourgh,viudadesirLewisdeBourgh,cuyagenerosidadybeneficenciamehaelegido a mí para hacerme cargo de la estimada rectoría de su parroquia,dondemimásfirmepropósitoseráserviraSuSeñoríacongratitudyrespeto,yestar siempredispuestoacelebrar los ritosyceremonias instituidospor laIglesia de Inglaterra. Por otra parte, como sacerdote, creo que es mi deberpromoveryestablecer labendiciónde lapazen todas las familiasa lasquealcancemiinfluencia;ybasándomeenestoesperoquemipresentepropósitodebuenavoluntadseaacogidodebuengrado,yque lacircunstanciadequesea yo el heredero de Longbourn sea olvidada por su parte y no le lleve arechazarlaramadeolivoqueleofrezco.Nopuedosinoestarpreocupadoporperjudicar a sus agradables hijas, y suplico que se me disculpe por ello,

tambiénquierodarfedemibuenadisposiciónparahacertodaslasenmiendasposiblesdeahoraenadelante.Sinoseoponearecibirmeensucasa,esperotener la satisfacción de visitarle a usted y a su familia, el lunes 18 denoviembrealascuatro,ypuedequeabusedesuhospitalidadhastaelsábadosiguiente, cosa que puedo hacer sin ningún inconveniente, puesto que ladyCatherine de Bourgh no pondrá objeción y ni siquiera desaprobaría queestuviese ausente fortuitamente el domingo, siempre que hubiese algún otrosacerdote dispuesto para cumplir con las obligaciones de ese día. Le envíoafectuosossaludosparasuesposaehijas,suamigoqueledeseatodobien,

WilliamCollins.»

––Por lo tanto, a las cuatro es posible que aparezca este caballeroconciliador––dijoelseñorBennetmientrasdoblabalacarta––.Pareceserunjoven educado y atento; no dudo de que su amistad nos será valiosa,especialmente si ladyCatherine es tan indulgente comopara dejarlo venir avisitarnos.

––Ya ves, parece que tiene sentido eso que dice sobre nuestras hijas. Siestádispuestoaenmendarse,noseréyolaquelodesanime.

––Aunque es difícil ––observó Jane–– adivinar qué entiende él por esareparaciónquecreequenosmerecemos,debemosdarcréditoasusdeseos.

AElizabeth le impresionómucho aquella extraordinaria deferencia hacialady Catherine y aquella sana intención de bautizar, casar y enterrar a susfeligresessiemprequefuesepreciso.

––Debe serunpoco raro––dijo––.Nopuedo imaginármelo.Suestiloesalgopomposo.¿YquéquerrádecirconesodedisculparseporserelherederodeLongbourn?Supongoquenotrataríadeevitarlo,sipudiese.Papá,¿seráunhombreastuto?

––No, querida, no lo creo. Tengo grandes esperanzas de que sea locontrario. Hay en su carta una mezcla de servilismo y presunción que loafirma.Estoyimpacienteporverle.

––En cuanto a la redacción ––dijo Mary––, su carta no parece tenerdefectos. Eso de la rama de olivo no es muy original, pero, así y todo, seexpresabien.

A Catherine y a Lydia, ni la carta ni su autor les interesaban lo másmínimo.Eraprácticamente imposiblequesuprimosepresentaseconcasacaescarlata,yhacíayaunascuantassemanasquenosentíanagradoporningúnhombrevestidodeotrocolor.Enloquealamadrerespecta,lacartadelseñorCollins había extinguido su rencor, y estaba preparadapara recibirle con talmoderaciónquedejaríaperplejosasumaridoyasushijas.

ElseñorCollinsllegópuntualmentealahoraanunciadayfueacogidocongrancortesíaportodalafamilia.ElseñorBennethablópoco,perolasseñorasestabanmuydispuestasahablar,yelseñorCollinsnoparecíanecesitarqueleanimasenniseraficionadoalsilencio.Eraunhombredeveinticincoañosdeedad, alto, de mirada profunda, con un aire grave y estático y modalesceremoniosos.Apocodehabersesentado,felicitóalaseñoraBennetportenerunashijastanhermosas;dijoquehabíaoídohablarmuchodesubelleza,peroquelafamasehabíaquedadocortaencomparaciónconlarealidad;yañadióquenodudabaqueatodaslasveríacasadasasudebidotiempo.Lagalanteríanofuemuydelagradodetodaslasoyentes;perolaseñoraBennet,quenoseandabaconcumplidos,contestóenseguida:

––Esustedmuyamableydeseodetodocorazónqueseacomousteddice,puesdeotromodoquedaríanlaspobresbastantedesamparadas,envistadelaextrañamaneraenqueestándispuestaslascosas.

––¿Aludeusted,quizá,alaherenciadeestapropiedad?

––¡Ah!Enefecto,señor.Nomenegaráustedqueesunacosamuypenosaparamishijas.No leculpo;yasabequeenestemundoestascosassonsólocuestióndesuerte.Nadietienenocióndequévaapasarconlaspropiedadesunavezquetienenqueserheredadas.

––Sientomuchoelinfortuniodesuslindashijas;perovoyasercauto,noquiero adelantarme y parecer precipitado. Lo que sí puedo asegurar a estasjóvenes,esquehevenidodispuestoaadmirarlas.Demomento,nodirémás,peroquizá,cuandonosconozcamosmejor...

Le interrumpieronpara invitarle a pasar al comedor; y lasmuchachas sesonrieronentresí.NosóloellasfueronobjetodeadmiracióndelseñorCollins:examinó y elogió el vestíbulo, el comedor y todo el mobiliario; y lasponderaciones que de todo hacía, habrían llegado al corazón de la señoraBennet, si no fuese porque se mortificaba pensando que Collins veía todoaquello como su futura propiedad. También elogió la cena y suplicó se ledijera a cuál de sus hermosas primas correspondía el mérito de haberlapreparado.Peroaquí,laseñoraBennetleatajósinmiramientodiciéndolequesusmedios le permitían tener una buena cocinera y que sus hijas no teníannadaquehaceren lacocina.Elsedisculpóporhaberlamolestadoyella,entonomuy suave, ledijoquenoestabanadaofendida.PeroCollins continuóexcusándosecasiduranteuncuartodehora.

CAPÍTULOXIV

El señorBennet apenashablódurante la cena;perocuandoya sehabíanretirado los criados, creyó que había llegado el momento oportuno paraconversarconsuhuésped.Comenzóconuntemaquecreíaseríadesuagrado,y ledijoquehabía tenidomuchasuerteconsupatrona.Laatenciónde ladyCatherine de Bourgh a sus deseos y su preocupación por su bienestar eranextraordinarios.ElseñorBennetnopudohaberelegidonadamejor.ElseñorCollinshizoelelogiodeladyCatherinecongranelocuencia.Eltemaelevólasolemnidadusualdesusmaneras,y,dándosemuchaimportancia,afirmóquenunca había visto un comportamiento como el suyo en una persona de sualcurnia ni tal afabilidad y condescendencia. Se había dignado dar suaprobaciónalosdossermonesqueyahabíatenidoelhonordepronunciarensu presencia; le había invitado a comer dos veces en Rosings, y el mismosábadoanteriormandóabuscarleparaquecompletasesupartidadecuatrillodurantelavelada.ConocíaamuchaspersonasqueteníanaladyCatherinepororgullosa,peroélnohabíavistonuncaenellamásqueafabilidad.Siemprelehablócomoloharíaacualquierotrocaballero;noseoponíaaquefrecuentasealaspersonasdelavecindad,niaqueabandonaseporunaodossemanaslaparroquiaafindeiraverasusparientes.Siempretuvoabienrecomendarlequesecasaracuantoantescontaldequeeligieseconprudencia,ylehabíaidoa visitar a su humilde casa, donde aprobó todos los cambios que él habíahecho,llegandohastasugerirlealgunoellamisma,como,porejemplo,poneralgunasrepisasenlosarmariosdelashabitacionesdearriba.

––Todo eso está muy bien y es muy cortés por su parte ––comentó laseñora Bennet––. Debe ser una mujer muy agradable. Es una pena que lasgrandesdamasengeneralnoseparezcanmuchoaella.¿Vivecercadeusted?

––Rosings Park, residencia de Su Señoría, está sólo separado por uncaminodelafincaenlaqueestáubicadamihumildecasa.

––Creoquedijoustedqueeraviuda.¿Tienefamilia?

––No tiene más que una hija, la heredera de Rosings y de otraspropiedadesextensísimas.

––¡Ay!––suspiró la señoraBennetmoviendo la cabeza––.Estáenmejorsituaciónquemuchasotrasjóvenes.¿Quéclasedemuchachaes?¿Esguapa?

––Esrealmenteunajovenencantadora.LamismaladyCatherinediceque,haciendohonoralaverdad,encuantoabellezaserefiere,superaconmuchoalasmáshermosasdesusexo;porquehayensusfaccionesesealgoquerevelaenunamujersudistinguidacuna.Pordesgraciaesdeconstituciónenfermiza,locuallehaimpedidoprogresarenciertosaspectosdesueducaciónque,anoserporeso,seríanmuynotables,segúnmehainformadolaseñoraquedirigiósuenseñanzayqueaúnviveconellas.Peroesmuyamableyamenudotienelabondaddepasarpormihumilderesidenciaconsupequeñofaetónysus

jacas.

––¿Hasidoyapresentadaensociedad?Norecuerdohaberoídosunombreentrelasdamasdelacorte.

––Elmalestadodesusaludnolehapermitido,desafortunadamente,iralacapital,yporello,comoledijeundíaaladyCatherine,haprivadoalacortebritánicadesuornatomásradiante.SuSeñoríapareciómuyhalagadaconestaapreciación;yyapuedenustedescomprenderquemecomplazcoendirigirles,siemprequetengoocasión,estospequeñosydelicadoscumplidosquesuelensergratosalasdamas.MásdeunavezlehehechoobservaraladyCatherineque su encantadora hija parecía haber nacido para duquesa y que el máselevadorango,envezdedarleimportancia,quedaríaenaltecidoporella.Estaclase de cosillas son las que agradan a Su Señoría y me consideroespecialmenteobligadoatenerconellatalesatenciones.

––Juzga usted muy bien ––dijo el señor Bennet––, y es una suerte quetenga el talento de saber adular con delicadeza. ¿Puedo preguntarle si esosgratos cumplidos se le ocurren espontáneamente o si son el resultado de unestudioprevio?

––Normalmentemesalenenelmomento,yaunqueavecesmeentretengoen meditar y preparar estos pequeños y elegantes cumplidos para poderadaptarlos en las ocasiones que seme presenten, siempre procuro darles untonolomenosestudiadoposible.

LassuposicionesdelseñorBennetsehabíanconfirmado.Suprimoeratanabsurdo como él creía. Le escuchaba con intenso placer, conservando, noobstante, lamás perfecta compostura; y, a no ser por algunamirada que lelanzaba de vez en cuando a Elizabeth, no necesitaba que nadie más fuesepartícipedesugozo.

Sinembargo,a lahoradel téyahabía tenidobastante,yelseñorBennettuvo el placer de llevar a su huésped de nuevo al salón.Cuando el té huboterminado,leinvitóaqueleyesealgoenvozaltaalasseñoras.Collinsaccedióalpuntoytrajeronunlibro;peroencuantolovio––senotabaenseguidaqueeradeunabiblioteca circulante–– se detuvo, pidióque le perdonaranydijoquejamásleíanovelas.KittylemiróconextrañezayaLydiaseleescapóunaexclamación. Le trajeron otros volúmenes y tras algunas dudas eligió lossermones de Fordyce.No hizomás que abrir el libro y ya Lydia empezó abostezar,yantesdequeCollins,conmonótonasolemnidad,hubieseleídotrespáginas,lamuchachaleinterrumpiódiciendo:

––¿Sabes,mamá,queel tíoPhillipshabladedespediraRichard?Ysi lohace,locontrataráelcoronelForster.Melodijolatíaelsábado.IrémañanaaMerytonparaenterarmedemásyparapreguntarcuándovienedelaciudadel

señorDenny.

LasdoshermanasmayoreslerogaronaLydiaquesecallase,peroCollins,muyofendido,dejóellibroyexclamó:

––Confrecuenciaheobservadolopocoquelesinteresanalasjóvenesloslibrosdetemasserios,apesardequefueronescritosporsubien.Confiesoqueme asombra, pues no puede haber nada tan ventajoso para ellas como lainstrucción.Peronoquieroseguirimportunandoamiprimita.

Se dirigió al señorBennet y le propuso una partida de backgammon.ElseñorBennetaceptóeldesafíoyencontróqueobrabamuysabiamentealdejarquelasmuchachassedivirtiesenconsusfrivolidades.LaseñoraBennetysushijassedeshicieronendisculpasporlainterrupcióndeLydiayleprometieronqueyanovolveríaasucedersiqueríaseguirleyendo.PeroCollinslesaseguróque no estaba enojado con su prima y que nunca podría interpretar lo quehabíahechocomounaofensa;y,sentándoseenotramesaconelseñorBennet,sedispusoajugaralbackgammon.

CAPÍTULOXV

El señorCollinsno eraunhombre inteligente, y a las deficiencias de sunaturalezanolashabíaayudadonadanisueducaciónnisuvidasocial.Pasólamayorpartedesuvidabajolaautoridaddeunpadreincultoyavaro;yaunquefuealauniversidad,sólopermanecióenellaloscursosmeramentenecesariosynoadquirióningúnconocimientoverdaderamenteútil.Lasujeciónconquele había educado su padre, le había dado, en principio, gran humildad a sucarácter,peroahoraseveíacontrarrestadaporunavanidadobtenidagraciasasucorta inteligencia,asuvidaretiradaya lossentimientos inherentesaunarepentina e inesperada prosperidad. Una afortunada casualidad le habíacolocado bajo el patronato de lady Catherine de Bourgh, cuando quedóvacante la rectoríadeHunsford,y su respetoal alto rangode la señoray laveneraciónqueleinspirabaporsersupatrona,unidosaungranconceptodesímismo, a su autoridad de clérigo y a sus derechos de rector, le habíanconvertidoenunamezcladeorgulloyservilismo,depresunciónymodestia.

Puesto que ahora ya poseía una buena casa y unos ingresos más quesuficientes, Collins estaba pensando en casarse. En su reconciliación con lafamilia de Longbourn, buscaba la posibilidad de realizar su proyecto, puestenía pensado escoger a una de las hijas, en el caso de que resultasen tanhermosas y agradables como se decía. Éste era su plan de enmienda, oreparación, por heredar las propiedades del padre, plan que le parecía

excelente,yaqueera legítimo,muyapropiado,a laparquemuygenerosoydesinteresadoporsuparte.

Su plan no varió en nada al verlas. El rostro encantador de Jane leconfirmó sus propósitos y corroboró todas sus estrictas nociones sobre lapreferencia que debe darse a las hijas mayores; y así, durante la primeravelada, se decidió definitivamente por ella. Sin embargo, a la mañanasiguientetuvoquehacerunaalteración;puesantesdeldesayuno,mantuvounaconversacióndeuncuartodehoraconlaseñoraBennet.Empezaronhablandodesucasaparroquial,loquelellevó,naturalmente,aconfesarsusesperanzasde que pudiera encontrar en Longbourn a la que había de ser señora de lamisma.Entrecomplacientessonrisasygeneralesestímulos, laseñoraBennetlehizounaadvertenciasobreJane:«Encuantoalashijasmenores,noeraellaquiendebíaargumentarlo;nopodíacontestarpositivamente,aunquenosabíaquenadieleshubiesehechoproposiciones;peroenloreferenteaJane,debíaprevenirle,aunque,al finyalcabo,eracosaquesóloaella le incumbía,dequeposiblementenotardaríaencomprometerse.»

Collins sólo tenía que sustituir a Jane porElizabeth; y, espoleado por laseñoraBennet, hizo el cambio rápidamente.Elizabeth, que seguía a Jane enedadyenbelleza,fuelanuevacandidata.

LaseñoraBennetsedioporenterada,yconfiabaenqueprontotendríadoshijas casadas. El hombre de quien el día antes no quería ni oír hablar, seconvirtiódeprontoenelobjetodesumásaltaestimación.

ElproyectodeLydiade iraMerytonseguíaenpie.Todas lashermanas,menosMary,accedierona irconella.ElseñorCollins ibaaacompañarlasapeticióndelseñorBennet,queteníaganasdedeshacersedesuparienteytenerlabibliotecasóloparaél;puesallí lehabíaseguidoelseñorCollinsdespuésdel desayuno y allí continuaría, aparentemente ocupado con uno de losmayores folios de la colección, aunque, en realidad, hablando sin cesar alseñor Bennet de su casa y de su jardín de Hunsford. Tales cosas ledescomponíanenormemente.Labibliotecaeraparaélelsitiodondesabíaquepodíadisfrutardesutiempolibrecontranquilidad.Estabadispuesto,comoledijo aElizabeth, a soportar la estupidez y el engreimiento en cualquier otrahabitacióndelacasa,peroenlabibliotecaqueríaverselibredetodoeso.AsíesqueempleótodasucortesíaeninvitaraCollinsaacompañarasushijasensupaseo; yCollins, a quien se le dabamuchomejor pasear que leer, vio elcieloabierto.Cerróellibroysefue.

Yentrepomposaseinsulsasfrases,porsuparte,ycortesesasentimientos,porladesusprimas,pasóeltiempohastallegaraMeryton.Desdeentonces,las hermanasmenores ya no le prestaron atención.No tenían ojosmás queparabuscaroficialespor las calles.Yano serun sombreroverdaderamente

eleganteounamuselinarealmentenueva,nadapodíadistraerlas.

Pero la atención de todas las damiselas fue al instante acaparada por unjovenalquenohabíanvistoantes,queteníaaspectodesertodouncaballero,yquepaseabaconunoficialporel ladoopuestodelacalle.Eloficialeraelseñor Denny en persona, cuyo regreso de Londres había venido Lydia aaveriguar, y que se inclinó para saludarlas al pasar. Todas se quedaronimpresionadas con el porte del forastero y se preguntaban quién podría ser.Kitty y Lydia, decididas a indagar, cruzaron la calle con el pretexto de quequeríancompraralgoen la tiendadeenfrente,alcanzando laaceracon tantafortunaque, eneseprecisomomento, losdoscaballeros,devuelta, llegabanexactamentealmismositio.ElseñorDennysedirigiódirectamenteaellasylespidióque lepermitiesenpresentarlesa suamigo,el señorWickham,quehabía venidodeLondres con él el día anterior, y había tenido la bondaddeaceptar un destino en el Cuerpo. Esto ya era el colmo, pues pertenecer alregimientoera loúnicoque lefaltabaparacompletarsuencanto.Suaspectodecíamuchoensufavor,eraguapoyesbelto,de tratomuyafable.Hecha lapresentación, el señorWickham inició una conversación conmucha soltura,con lamásabsolutacorrecciónysinpretensiones.Aúnestaban todosallídepiecharlandoagradablemente,cuandounruidodecaballosatrajosuatenciónyvieronaDarcyyaBingleyque,ensuscabalgaduras,veníancalleabajo.Aldistinguir a las jóvenes en el grupo, los dos caballeros fueron hacia ellas yempezaron los saludos de rigor.Bingley hablómás que nadie y Jane era elobjetoprincipaldesuconversación.Enesemomento,dijo,ibandecaminoaLongbourn para saber cómo se encontraba; Darcy lo corroboró con unainclinación;yestabaprocurandono fijar sumiradaenElizabeth,cuando,derepente, se quedaron paralizados al ver al forastero.AElizabeth, que vio elsemblantedeambosalmirarse, le sorprendiómuchoel efectoque leshabíacausadoelencuentro.Losdoscambiarondecalor,unosepusopálidoyelotrocolorado.Despuésdeunapequeñavacilación,Wickhamse llevó lamanoalsombrero,acuyosaludosedignócorresponderDarcy.¿Quépodríasignificaraquello?Era imposible imaginarlo,peroera también imposiblenosentirunagrancuriosidadporsaberlo.

Un momento después, Bingley, que pareció no haberse enterado de loocurrido,sedespidióysiguióadelanteconsuamigo.

DennyyWickhamcontinuaronpaseandoconlasmuchachashastallegarala puerta de la casa del señor Philips, donde hicieron las correspondientesreverencias y se fueron a pesar de los insistentes ruegos de Lydia para queentrasen y a pesar también de que la señora Philips abrió la ventana delvestíbuloyseasomóparasecundaravoceslainvitación.

La señora Philips siempre se alegraba de ver a sus sobrinas. Las dosmayores fueron especialmente bien recibidas debido a su reciente ausencia.

Les expresó su sorpresa por el rápido regreso a casa, del que nada habríasabido, puesto que no volvieron en su propio coche, a no haberse dado lacasualidaddeencontrarseconelmancebodeldoctorJones,quienledijoqueya no tenía que mandar más medicinas a Netherfield porque las señoritasBennet se habían ido. Entonces Jane le presentó al señor Collins a quiendedicó toda su atención. Le acogió con la más exquisita cortesía, a la queCollins correspondió con más finura aún, disculpándose por habersepresentadoensucasasinqueellahubiesesidoadvertidapreviamente,aunqueél se sentía orgulloso de que fuese el parentesco con sus sobrinas lo quejustificabadichaintromisión.LaseñoraPhilipssequedótotalmenteabrumadacontalexcesodebuenaeducación.Peroprontotuvoquedejardeladoaesteforastero, por las exclamaciones y preguntas relativas al otro. La señoraPhilips nopodía decir a sus sobrinasmás de lo queya sabían: que el señorDennylohabíatraídodeLondresyqueseibaaquedarenlaguarnicióndelcondado con el grado de teniente. Agregó que lo había estado observandomientras paseaba por la calle; y si el señor Wickham hubiese aparecidoentonces, también Kitty y Lydia se habrían acercado a la ventana paracontemplarlo,peropordesgracia,enaquellosmomentosnopasabanmásqueunos cuantos oficiales que, comparados con el forastero, resultaban «unossujetosestúpidosydesagradables».AlgunosdeestosoficialesibanacenaraldíasiguienteconlosPhilips,ylatíalesprometióquelediríaasumaridoquevisitase a Wickham para que lo invitase también a él, si la familia deLongbournqueríavenirporlanoche.Asíloacordaron,ylaseñoraPhilipslesofreciójugaralaloteríaytomardespuésunacenacaliente.Laperspectivadesemejantes delicias era magnífica, y las chicas se fueron muy contentas.Collinsvolvióapedirdisculpasalsalir,yseleaseguróquenoerannecesarias.

De camino a casa, Elizabeth le contó a Jane lo sucedido entre los doscaballeros,yaunqueJaneloshabríadefendidodehabernotadoalgoraro,enestecaso,aligualquesuhermana,nopodíaexplicarsetalcomportamiento.

CollinshalagóalaseñoraBennetponderándolelosmodalesylaeducaciónde la señoraPhilips.Aseguró que aparte de ladyCatherine y su hija, nuncahabía visto una mujer más elegante, pues no sólo le recibió con la másextremada cortesía, sino que, además, le incluyó en la invitación para lapróximavelada,apesardeserle totalmentedesconocido.Claroqueyasabíaque debía atribuirlo a su parentesco con ellos, pero no obstante, en su vidahabíasidotratadocontantaamabilidad.

CAPÍTULOXVI

ComonosepusoningúninconvenientealcompromisodelasjóvenesconsutíaylosreparosdelseñorCollinspornodejaralosseñoresBennetniunasolaveladadurantesuvisitafueronfirmementerechazados,alahoraadecuadaelcochepartióconélysuscincoprimashaciaMeryton.AlentrarenelsalóndelosPhilips,laschicastuvieronlasatisfaccióndeenterarsedequeWickhamhabíaaceptadolainvitacióndesutíoydequeestabaenlacasa.

Después de recibir esta información, y cuando todos habían tomadoasiento, Collins pudo observar todo a sus anchas; las dimensiones y elmobiliario de la pieza le causaron tal admiración, que confesó haber creídoencontrarse en el comedorcito de verano de Rosings. Esta comparación nodespertóningúnentusiasmoalprincipio;perocuandolaseñoraPhilipsoyódelabios de Collins lo que era Rosings y quién era su propietaria, cuandoescuchóladescripcióndeunodelossalonesdeladyCatherineysupoquesólolachimeneahabíacostadoochocientas libras, apreció todoelvalordeaquelcumplidoycasinolehabríamolestadoquehubiesecomparadosusalónconlahabitacióndelamadellavesdelosBourgh.

CollinsseentretuvoencontarlealaseñoraPhilipstodaslasgrandezasdeladyCatherine y de sumansión, haciendomención de vez en cuandode suhumilde casa y de las mejoras que estaba efectuando en ella, hasta quellegaronloscaballeros.CollinsencontróenlaseñoraPhilipsunaoyenteatentacuyabuenaopinióndel rectoraumentabapormomentoscon loqueél le ibaexplicando, y ya estaba pensando en contárselo todo a sus vecinas cuantoantes.A lasmuchachas,quenopodíansoportara suprimo,yqueno teníanotra cosa que hacer que desear tener a mano un instrumento de música yexaminar las imitacionesde chinade la repisade la chimenea, se les estabahaciendodemasiado larga la espera. Pero por fin aparecieron los caballeros.CuandoWickham entró en la estancia,Elizabeth notó que ni antes se habíafijadoenélnidespués lohabía recordadocon la admiración suficiente.Losoficiales de la guarnición del condado gozaban en general de un prestigioextraordinario; eran muy apuestos y los mejores se hallaban ahora en lapresente reunión. Pero Wickham, por su gallardía, por su soltura y por suairoso andar era tan superior a ellos, como ellos lo eran al rechoncho tíoPhilips,queentróelúltimoenelsalónapestandoaoporto.

ElseñorWickhameraelhombreafortunadoalquesetornabancasitodoslosojosfemeninos;yElizabethfuelamujerafortunadaacuyoladodecidióéltomarasiento.Wickham inició la conversacióndeunmodo tanagradable, apesardequeselimitóadecirquelanocheerahúmedayqueprobablementelloveríamuchodurantetodalaestación,queElizabethsediocuentadequelostópicos más comunes, más triviales y más manidos, pueden resultarinteresantessisedicencondestreza.

Con unos rivales como Wickham y los demás oficiales en acaparar la

atencióndelasdamas,Collinsparecíahundirseensuinsignificancia.Paralasmuchachas él no representaba nada. Pero la señora Philips todavía leescuchabadevezencuandoysecuidabadequenolefaltasenicafénipastas.

Cuando se dispusieron las mesas de juego, Collins vio una oportunidadparadevolverlesusatenciones,ysesentóajugarconellaalwhist.

––Conozco poco este juego, ahora ––le dijo––, pero me gustaríaaprenderlomejor,debidoamisituaciónenlavida.

LaseñoraPhilipsleagradeciósucondescendencia,peronopudoentenderaquellasrazones.

Wickhamnojugabaalwhistyfuerecibidoconverdaderoentusiasmoenlaotramesa,entreElizabethyLydia.AlprincipioparecióquehabíapeligrodequeLydialoabsorbieseporcompleto,porquelegustabahablarporloscodos,perocomotambiéneramuyaficionadaalalotería,notardóencentrartodosuinterés en el juego y estaba demasiado ocupada en apostar y lanzarexclamaciones cuando tocaban los premios, para que pudiera distraerse encualquier otra cosa. Como todo el mundo estaba concentrado en el juego,Wickham podía dedicar el tiempo a hablar con Elizabeth, y ella estabadeseandoescucharle,aunquenoteníaningunaesperanzadequelecontaseloque a ella más le apetecía saber, la historia de su relación con Darcy. Nisiquieraseatrevióamencionarsunombre.Sinembargo,sucuriosidadquedósatisfecha de un modo inesperado. Fue el mismo señor Wickham el queempezó el tema. Preguntó qué distancia había deMeryton a Netherfield, ydespuésdeoírlarespuestadeElizabethydeunossegundosdetitubeo,quisosabertambiéncuántotiempohacíaqueestabaallíelseñorDarcy.

––Unmesaproximadamente––contestóElizabeth.Yconansiadequenoacabaseahíeltema,añadió:

––CreoqueeseseñorposeegrandespropiedadesenDerbyshire.

––Sí––repusoWickham––,suhaciendaesimportante,leproporcionadiezmil libras anuales. Nadie mejor que yo podría darle a usted informesauténticosacercadelseñorDarcy,puesheestadoparticularmenterelacionadoconsufamiliadesdemiinfancia.

Elizabethnopudoevitardemostrarsusorpresa.

––Leextrañaráloquedigo,señoritaBennet,despuésdehabervisto,comovio usted probablemente, la frialdad de nuestro encuentro de ayer. ¿ConoceustedmuchoalseñorDarcy?

––Más de lo que desearía ––contestó Elizabeth afectuosamente––. Hepasadocuatrodíasenlamismacasaqueélymeparecemuyantipático.

––Yonotengoderechoadecirsiesonoesantipático––continuóelseñor

Wickham––. No soy el más indicado para ello. Le he conocido durantedemasiadotiempoydemasiadobienparaserunjuezjusto.Meseríaimposibleser imparcial. Pero creo que la opinión que tiene de él sorprendería acualquieraypuedequenolaexpresaría tancategóricamenteenningunaotraparte.Aquíestáustedentrelossuyos.

––Ledoymipalabradequeloquedigoaquílodiríaencualquierotracasade lavecindad,menosenNetherfield.Darcyhadisgustadoa todoelmundoconsuorgullo.Noencontraráanadiequehablemejordeél.

––No puedo fingir que lo siento ––dijoWickham después de una brevepausa––.Nosientoqueélninadieseanestimadossóloporsusméritos,peroconDarcy no suele suceder así. La gente se ciega con su fortuna y con suimportanciaoletemenporsusdistinguidosysoberbiosmodales,ylevensólocomoaélseleantojaquelevean.

––Pues yo, a pesar de lo poco que le conozco, le tengo por una malapersona.

Wickham se limitó amover la cabeza. Luego agregó: ––Me pregunto sipensaráquedarseenestecondadomuchotiempo.

––Notengoniidea;peronooínadadequesemarchasemientrasestuvoenNetherfield. Espero que la presencia de Darcy no alterará sus planes depermanecerenlaguarnicióndelcondado.

––Claro que no. No seré el que me vaya por culpa del señor Darcy, ysiempremeentristeceverle,peronotengomásqueunarazónparaesquivarleypuedoproclamarladelantedetodoelmundo:undolorosopesarporsumaltratoyporsercomoes.Supadre,señoritaBennet,elúltimoseñorDarcy,fueelmejordeloshombresymimejoramigo;nopuedohablarconDarcysinquesemepartaelalmaconmil tiernosrecuerdos.Suconductaconmigohasidoindecorosa;peroconfiesosinceramentequeseloperdonaríatodomenosquehayafrustradolasesperanzasdesupadreyhayadeshonradosumemoria.

Elizabeth encontraba que el interés iba en aumento y escuchaba con suscinco sentidos, pero la índole delicada del asunto le impidió hacer máspreguntas.

Wickhamempezóahablardetemasmásgenerales:Meryton,lavecindad,lasociedad;yparecíasumamentecomplacidoconloqueyaconocía,hablandoespecialmentedeloúltimocongentilperocomprensiblegalantería.

––El principal incentivo demi ingreso en la guarnición del condado ––continuóWickham–– fue la esperanza de estar en constante contacto con lasociedad, y gente de la buena sociedad. Sabía que era un Cuerpo muyrespetadoyagradable,ymiamigoDennymetentó,además,describiéndome

su actual residencia y las grandes atenciones y excelentes amistades que haencontradoenMeryton.Confiesoquemehace faltaunpocodevida social.Soyunhombredecepcionadoymiestadodeánimonosoportaríalasoledad.Necesitoocupaciónycompañía.Noerami intención incorporarmea lavidamilitar,perolascircunstanciasactualesmehicieronelegirla.LaIglesiadebióhabersidomiprofesión;paraellameeducaronyhoyestaríaenposesióndeunvaliosorectoradosinohubiesesidoporelcaballerodequienestabahablandohaceunmomento.

––¿Deveras?

––Sí; el último señor Darcy dejó dispuesto que se me presentase paraocuparelmejorbeneficioeclesiásticodesusdominios.Eramipadrinoymequería entrañablemente. Nunca podré hacer justicia a su bondad. Queríadejarme bien situado, y creyó haberlo hecho; pero cuando el puesto quedóvacante,fueconcedidoaotro.

––¡Diosmío!––exclamóElizabeth––. ¿Pero cómopudo ser eso? ¿Cómopudieroncontradecirsutestamento?¿Porquénorecurrióustedalajusticia?

––Había tanta informalidaden los términosdel legado,que la leynomehubiese dado ninguna esperanza. Un hombre de honor no habría puesto enduda la intencióndedichos términos;peroDarcyprefiriódudarloo tomarlocomo una recomendación meramente condicional y afirmó que yo habíaperdido todosmisderechospormiextravaganciae imprudencia; totalqueoporunooporotro, lociertoesquelarectoríaquedóvacantehacedosaños,justo cuando yo ya tenía edad para ocuparla, y se la dieron a otro; y no esmenos cierto que yo no puedo culparme de haber hecho nada paramerecerperderla. Tengo un temperamento ardiente, soy indiscreto y acaso hayamanifestadomiopiniónsobreDarcyalgunasveces,yhastaaélmismo,conexcesiva franqueza. No recuerdo ninguna otra cosa de la que se me puedaacusar.Peroelhechoesquesomosmuydiferentesyqueélmeodia.

––¡Esvergonzoso!Mereceserdesacreditadoenpúblico.

––Undía u otro le llegará la hora, pero no seré yo quien lo desacredite.Mientras no pueda olvidar a su padre, nunca podré desafiarle nidesenmascararlo.

Elizabeth le honró por tales sentimientos y le pareciómás atractivo quenuncamientraslosexpresaba.

––Pero ––continuó después de una pausa––, ¿cuál puede ser el motivo?¿Quépuedehaberleinducidoaobrarconesacrueldad?

––Unaprofundayenérgicaantipatíahaciamíquenopuedoatribuirhastacierto punto más que a los celos. Si el último señor Darcy no me hubiese

queridotanto,suhijomehabríasoportadomejor.Peroelextraordinarioafectoquesupadresentíapormíleirritaba,segúncreo,desdesumástiernainfancia.No tenía carácter para resistir aquella especie de rivalidad en que noshallábamos,nilapreferenciaqueamenudomeotorgabasupadre.

––Recuerdoqueundía,enNetherfield,sejactabadeloimplacabledesussentimientos y de tener un carácter que no perdona. Su modo de ser esespantoso.

––Nodebohablardeeste temarepusoWickham––;meresultadifícil serjusto con él. Elizabeth reflexionó de nuevo y al cabo de unos momentosexclamó:

––¡Tratardeesamaneraalahijado,alamigo,alfavoritodesupadre!

Podíahaberañadido:«Aunjoven,además,comousted,quesólosurostroofrecesobradasgarantíasdesubondad.»Peroselimitóadecir:

––Aunhombreque fue seguramente el compañerode suniñezy con elque,segúncreoqueustedhadicho,leuníanestrechoslazos.

––Nacimos en la misma parroquia, dentro de la misma finca; la mayorparte de nuestra juventud la pasamos juntos, viviendo en la misma casa,compartiendo juegosy siendoobjetode losmismoscuidadospaternales.Mipadreempezóconlaprofesiónenlaqueparecequesutío,elseñorPhilips,haalcanzado tanto prestigio; pero lo dejó todo para servir al señor Darcy yconsagró todo su tiempo a administrar la propiedad de Pemberley. El señorDarcy lo estimaba mucho y era su hombre de confianza y su más íntimoamigo.El propio señorDarcy reconocía amenudoque le debíamucho a laactivasuperintendenciademipadre,ycuando,pocoantesdequemuriese,elseñorDarcyleprometióespontáneamenteencargarsedemí,estoyconvencidodequelohizoporpagarleamipadreunadeudadegratitudalavezqueporelcariñoquemetenía.

––¡Qué extraño! ––exclamóElizabeth––. ¡Qué abominable!Me asombraque el propio orgullo del señor Darcy no le haya obligado a ser justo conusted.Porque,aunquesólofueseporesemotivo,esdemasiadoorgullosoparanoserhonrado;yfaltadehonradezescomodebollamaraloquehahechoconusted.

Escurioso––contestóWickham––,porquecasitodassusaccioneshansidoguiadasporelorgullo,quehasidoamenudosumejorconsejero.Paraél,estámásunidoa lavirtudqueningúnotro sentimiento.Peroningunode losdossomosconsecuentes;yensucomportamientohaciamí,habíaimpulsosinclusomásfuertesqueelorgullo.

––¿Esposiblequeunorgullotandetestablecomoelsuyolehayainducido

algunavezahaceralgúnbien?––Sí;lehallevadoconfrecuenciaaserliberalygeneroso,adarsudineroamanosllenas,aserhospitalario,aayudarasuscolonos y a socorrer a los pobres. El orgullo de familia, su orgullo de hijo,porqueestámuyorgullosodeloqueerasupadre,lehahechoactuardeestemodo. El deseo de demostrar que no desmerecía de los suyos, que no eramenosqueridoqueellosyquenoechabaaperderlainfluenciadelacasadePemberley, fue para él un poderoso motivo. Tiene también un orgullo dehermano que, unido a algo de afecto fraternal, le ha convertido en unamabilísimoysolícitocustodiodelaseñoritaDarcy,yoirádecirmuchasvecesqueesconsideradocomoelmásatentoymejordeloshermanos.

––¿Quéclasedemuchachaes laseñoritaDarcy?Wickhamhizoungestoconlacabeza.

––Quisierapoderdecirqueesencantadora.MedapenahablarmaldeunDarcy.Peroahora separecedemasiadoa suhermano,esmuyorgullosa.Deniña,eramuycariñosaycomplacienteymeteníaungranafecto.¡Lashorasquehepasadoentreteniéndola!Peroahorameesindiferente.Esunahermosamuchachadequinceodieciséis años, creoquemuybien educada.Desde lamuertedesupadreviveenLondresconunainstitutriz.

Despuésdemuchaspausasymuchas tentativasdehablardeotros temas,Elizabethnopudoevitarvolveraloprimero,ydijo:

––LoquemeasombraessuamistadconelseñorBingley.¡CómopuedeelseñorBingley, que es el buen humor personificado, y es, estoy convencida,verdaderamente amable, tener algo que ver con un hombre como el señorDarcy?¿Cómopodránllevarsebien?¿ConoceustedalseñorBingley?

––No,noloconozco.

––Es un hombre encantador, amable, de carácter dulce. No debe sabercómoesenrealidadelseñorDarcy.

––Probablemente no; pero el señor Darcy sabe cómo agradar cuando leapetece. No necesita esforzarse. Puede ser una compañía de amenaconversaciónsicreeque lemerece lapena.Entre lagentedesuposiciónesmuydistintodecomoesconlosinferiores.Elorgullonoleabandonanunca,peroconlosricosadoptaunamentalidadliberal,esjusto,sincero,razonable,honrado y hasta quizá agradable, debido en parte a su fortuna y a su buenapresencia.

Pocodespués terminó lapartidadewhisty los jugadoressecongregaronalrededordelaotramesa.CollinssesituóentresuprimaElizabethylaseñoraPhilips. Esta última le hizo las preguntas de rigor sobre el resultado de lapartida. No fue gran cosa; había perdido todos los puntos. Pero cuando laseñora Philips le empezó a decir cuánto lo sentía,Collins le aseguró con la

mayorgravedadquenoteníaningunaimportanciayqueparaéleldineroeralodemenos,rogándolequenoseinquietaseporello.

––Sémuybien,señora––ledijo––,quecuandounosesientaaunamesadejuegohadesometersealazar,yafortunadamentenoestoyencircunstanciasde tenerquepreocuparmeporcincochelines. Indudablementehabrámuchosquenopuedandecirlomismo,perograciasaladyCatherinedeBourghestoylejosdetenerquedarimportanciaatalespequeñeces.

AWickhamlellamólaatención,ydespuésdeobservaraCollinsduranteunosminutoslepreguntóenvozbajaaElizabethsisuparienteeraamigodelafamiliadeBourgh.

LadyCatherinedeBourghlehadadohacepocounarectoría––contestó––.Nosémuybienquiénlospresentó,peronohacemuchotiempoquelaconoce.––Supongoquesabeque ladyCatherinedeBourghy ladyAnneDarcyeranhermanas, y que, por consiguiente, lady Catherine es tía del actual señorDarcy.––No,niidea;nosabíanadadelafamiliadeladyCatherine.Noteníanocióndesuexistenciahastahacedosdías.

––Suhija, la señoritadeBourgh,heredaráunaenorme fortuna,y sedicequeellaysuprimouniránlasdoshaciendas.

EstanoticiahizosonreíraElizabethalpensarenlapobreseñoritaBingley.Envanoeran,pues,todassusatenciones,envanoeinútiltodosuafectoporlahermanadeDarcyytodosloselogiosquedeélhacíasiyaestabadestinadoaotra.

––ElseñorCollins––dijoElizabeth––hablamuybiendeladyCatherineydesuhija;peroporalgunosdetallesquehacontadodeSuSeñoría,sospechoque la gratitud le ciega y que, a pesar de ser su protectora, es una mujerarroganteyvanidosa.

––Creo que es ambas cosas, y en alto grado ––respondió Wickham––.Hacemuchosañosquenolaveo,perorecuerdoquenuncamegustóyquesusmodaleseranautoritarioseinsolentes.Tienefamadeserjuiciosaeinteligente;peromedalasensacióndequepartedesuscualidadessederivandesurangoysufortuna;otraparte,desudespotismo,yelresto,delorgullodesusobrinoque cree que todo el que esté relacionado con él tiene que poseer unainteligenciasuperior.

Elizabethreconocióquelahabíaretratadomuybien,ysiguieroncharlandojuntos hasta que la cena puso fin al juego y permitió a las otras señorasparticipar de las atenciones de Wickham. No se podía entablar unaconversación,porelruidoquearmabanloscomensalesdelseñorPhilips;perosusmodalesencantaronatodoelmundo.Todoloquedecíaestababiendichoy todo lo que hacía estaba bien hecho. Elizabeth se fue prendada de él.De

vueltaacasanopodíapensarmásqueenelseñorWickhamyentodoloquelehabía dicho; pero durante todo el camino no le dieron oportunidad ni demencionar su nombre, ya que ni Lydia ni el señor Collins se callaron unsegundo.Lydianoparabadehablardelalotería,deloquehabíaperdido,deloque había ganado; y Collins, con elogiar la hospitalidad de los Philips,asegurarquenolehabíanimportadonadasuspérdidasenelzvhist,enumerartodoslosplatosdelacenayrepetirconstantementequetemíaqueporsuculpasusprimasfuesenapretadas,tuvomásquedecirdeloquehabríapodidoantesdequeelcarruajeparasedelantedelacasadeLongbourn.

CAPÍTULOXVII

Al día siguiente Elizabeth le contó a Jane todo lo que habían habladoWickham y ella. Jane escuchó con asombro e interés. No podía creer queDarcy fuese tan indigno de la estimación de Bingley; y, no obstante, no seatrevíaadudarde laveracidaddeunhombredeapariencia tanafablecomoWickham.Lameraposibilidaddequehubiesesufridosemejantecrueldaderasuficienteparaavivarsusmástiernossentimientos;demodoquenoteníamásremedio que no pensarmal ni del uno ni del otro, defender la conducta deambos y atribuir a la casualidad o al error lo que de otro modo no podíaexplicarse.

––Tengolaimpresión––decía––dequeamboshansidodefraudados,sonpersonas, de algúnmodo decepcionadas por algo que nosotras no podemosadivinar.Quizáhayasidogente interesadaen tergiversar lascosas laque losenfrentó.Enfin,nopodemosconjeturarlascausasolascircunstanciasqueloshanseparadosinqueniunoniotroseanculpables.

––Tienesmucharazón;ydime,miqueridaJane:¿Quétienesquedecirenfavorde esagente interesadaqueprobablemente tuvoquever en el asunto?Defiéndelostambién,sinonosveremosobligadasahablarmaldealguien.

––Ríetedemítodoloquequieras,peronomeharáscambiardeopinión.QueridaLizzy,tenencuentaenquélugartandeshonrosositúaalseñorDarcy;tratarasíalfavoritodesupadre,aalguienalqueélhabíaprometidodarleunporvenir.Esimposible.Nadiemedianamentebueno,queapreciealgoelvalordesuconducta,escapazdehacerlo.¿Esposiblequesusamigosmásíntimosesténtanengañadosrespectoaél?¡Oh,no!

––CreoqueesmásfácilquelaamistaddelseñorBingleyseaimpuestaqueelseñorWickhamhayainventadosemejantehistoriaconnombres,hechos,yquelacuentecontantanaturalidad.Ysinoesasí,queseaelseñorDarcyel

queloniegue.Además,habíasinceridadensusojos.

––Esrealmentedifícil,eslamentable.Unonosabequépensar.––Perdona;unosabeexactamentequépensar.

Las dos jóvenes charlaban en el jardín cuando fueron a avisarles de lallegadadealgunasdelaspersonasdelasqueestabanjustamentehablando.Elseñor Bingley y sus hermanas venían para invitarlos personalmente al tanesperadobailedeNetherfieldquehabía sido fijadoparaelmartes siguiente.LasBingley se alegraronmuchode ver a su querida amiga, les parecía quehabía pasado un siglo desde que habían estado juntas y continuamente lepreguntabanquéhabíasidodeelladesdesuseparación.Alrestodelafamilialesprestaronpocaatención,alaseñoraBennetlaevitarontodoloquelesfueposible, con Elizabeth hablaron muy poco y a las demás ni siquiera lesdirigieronlapalabra.Sefueronenseguida, levantándosedesusasientosconuna rapidez que dejó pasmado a su hermano, salieron con tanta prisa queparecíanestarimpacientesporescapardelasatencionesdelaseñoraBennet.

La perspectiva del baile de Netherfield resultaba extraordinariamenteapetecibleatodoslosmiembrosfemeninosdelafamilia.LaseñoraBennetlotomócomouncumplidodedicadoasuhijamayorysesentíaparticularmentehalagadaporhaberrecibidolainvitacióndelseñorBingleyenpersonaynoatravés de una ceremoniosa tarjeta. Jane se imaginaba una feliz velada encompañía de sus dos amigas y con las atenciones del hermano, y Elizabethpensabacondeleiteenbailar todoel tiempoconelseñorWickhamyenverconfirmada toda la historia en las miradas y el comportamiento del señorDarcy.LafelicidadqueCatherineyLydiaanticipabandependíamenosdeunsimple hecho o de una persona en particular, porque, aunque las dos, comoElizabeth,pensabanbailarlamitaddelanocheconWickham,noeranimuchomenoslaúnicaparejaquepodíasatisfacerlas,y,alfinyalcabo,unbaileeraun baile. InclusoMary llegó a asegurar a su familia que tampoco a ella ledisgustabalaideadeir.

––Mientraspueda tener lasmañanasparamí––dijo––,mebasta.Nomesuponeningúnsacrificioaceptarocasionalmentecompromisosparalanoche.Todosnosdebemosa la sociedad,yconfiesoquesoyde losqueconsideranque los intervalosderecreoyesparcimientosonrecomendablespara todoelmundo.

Elizabethestaba tananimadapor laocasión,queapesardequenosolíahablarleaCollinsmásquecuandoeranecesario,nopudoevitarpreguntarlesiteníaintencióndeaceptarlainvitacióndelseñorBingleyysiasílohacía,sileparecíaprocedenteasistirafiestasnocturnas.Elizabethsequedósorprendidacuandolecontestóquenoteníaningúnreparoalrespecto,yquenotemíaqueel arzobispo ni lady Catherine de Bourgh le censurasen por aventurarse al

baile.

––Le aseguro que en absoluto creo ––dijo–– que un baile como éste,organizadoporhombredecategoríaparagenterespetable,puedateneralgodemalo. No tengo ningún inconveniente en bailar y espero tener el honor dehacerlocon todasmisbellasprimas.Aprovechoahoraestaoportunidadparapedirle, precisamente a usted, señorita Elizabeth, los dos primeros bailes,preferenciaqueconfíoquemiprimaJanesepaatribuiralacausadebida,ynoaundespreciohaciaella.

Elizabethsequedótotalmentedesilusionada.¡Ellaquesehabíapropuestodedicaresosdosbailes tanespecialesal señorWickham! ¡Yahora teníaquebailarlosconel señorCollins!Habíaelegidomalmomentoparaponerse tancontenta.Enfin,¿quépodíahacer?Nolequedabamásremedioquedejarsudicha y la de Wickham para un poco más tarde y aceptar la propuesta deCollins conelmejor ánimoposible.No lehizoningunagracia sugalanteríaporque detrás de ella se escondía algo más. Por primera vez se le ocurriópensarqueeraellalaelegidaentretodaslashermanasparaserlaseñoradelacasaparroquialdeHunsfordyparaasistiralaspartidasdecuatrillodeRosingsen ausencia de visitantesmás selectos. Esta idea no tardó en convertirse enconviccióncuandoobservólascrecientesatencionesdeCollinsparaconellayoyósusfrecuentestentativasdeelogiarsuingenioyvivacidad.Aunqueaella,el efecto que causaban sus encantos en este caso, más que complacerla ladejabaatónita,sumadreprontoledioaentenderquelaposibilidaddeaquelmatrimonio le agradaba en exceso.Sin embargo,Elizabethprefirió nodarsepor aludida, porque estaba segura de que cualquier réplica tendría comoconsecuencia una seria discusión. Probablemente el señor Collins nunca leharíasemejanteproposición,yhastaquelohicieseeraunapérdidadetiempodiscutirporél.

Si no hubiesen tenido que hacer los preparativos para el baile deNetherfield, las Bennet menores habrían llegado a un estado digno decompasión,yaquedesdeeldíadelainvitaciónhastaeldelbailelalluvianocesó un momento, impidiéndoles ir ni una sola vez a Meryton. Ni tía, nioficiales,nichismesquecontar. Incluso loscentrosderosasparaelbailedeNetherfield tuvieron que hacerse por encargo. La misma Elizabeth vio supacienciapuestaapruebaconaquelmaltiempoquesuspendiótotalmentelosprogresos de su amistad conWickham. Sólo el baile delmartes pudo hacersoportableaCatherineyaLydiaunviernes, sábado,domingoy lunescomoaquellos.

CAPÍTULOXVIII

HastaqueElizabethentróenelsalóndeNetherfieldybuscóenvanoentreelgrupodecasacasrojasallíreunidasaWickham,noseleocurriópensarquepodíanohallarseentrelosinvitados.Lacertezadeencontrarlolehabíahechoolvidarsedeloqueconrazónlahabríaalarmado.Sehabíaacicaladoconmásesmero que de costumbre y estaba preparada con el espíritu muy alto paraconquistar todo loquepermaneciese indómito en su corazón, confiandoqueeraelmejorgalardónquepodríaconseguirenelcursodelavelada.Peroenuninstante le sobrevino lahorrible sospechadequeWickhampodíahaber sidoomitidodela listadeoficiales invitadosdeBingleyparacomplaceraDarcy.Ésenoeraexactamenteelcaso.Suausencia fuedefinitivamenteconfirmadaporelseñorDenny,aquienLydiasedirigióansiosamente,yquienlescontóqueel señorWickhamsehabíavistoobligadoa ir a la capitalpara resolverunos asuntos el día antes y no había regresado todavía. Y con una sonrisasignificativaañadió:

––Nocreoqueesosasuntos lehubiesen retenidoprecisamentehoy, sinohubiesequeridoevitarencontrarseaquíconciertocaballero.

Lydianooyóestaspalabras,peroElizabethsí;aunquesuprimerasospechano había sido cierta, Darcy era igualmente responsable de la ausencia deWickham, suantipatíahacia elprimero se exasperóde talmodoqueapenaspudo contestar con cortesía a las amables preguntas que Darcy le hizo alacercarse a ella poco después. Cualquier atención o tolerancia hacia DarcysignificabaunainjuriaparaWickham.DecidiónotenerningunaconversaciónconDarcyysepusodeunhumorquenisiquierapudodisimularalhablarconBingley,puessuciegaparcialidadlairritaba.

Pero el mal humor no estaba hecho para Elizabeth, y a pesar de queestropearon todos sus planes para la noche, se le pasó pronto. Después decontarlesuspenasaCharlotteLucas,aquienhacíaunasemanaquenoveía,prontoseencontróconánimoparatransigircontodaslasrarezasdesuprimoy se dirigió a él. Sin embargo, los dos primeros bailes le devolvieron laangustia, fueron como una penitencia. El señor Collins, torpe y solemne,disculpándose en vez de atender al compás, y perdiendo el paso sin darsecuenta,ledabatodalapenaylavergüenzaqueunaparejadesagradablepuededarenunpardebailes.Librarsedeélfuecomoalcanzareléxtasis.

DespuéstuvoelaliviodebailarconunoficialconelquepudohablardelseñorWickham,enterándosedequetodoelmundoleapreciaba.Alterminarestebaile,volvióconCharlotteLucas,yestabancharlando,cuandoderepentese dio cuenta de que el señor Darcy se había acercado a ella y le estabapidiendoelpróximobaile, lacogió tandesorpresaque,sinsaberquéhacía,aceptó.Darcysefueactoseguidoyella,quesehabíapuestomuynerviosa,sequedóallídeseandorecuperarlacalma.Charlottetratódeconsolarla.

––Alomejorloencuentrasencantador.

––¡No lo quiera Dios! Ésa sería la mayor de todas las desgracias.¡Encontrarencantadoraunhombrequedebeserodiado!Nomedeseestantomal.

Cuandosereanudóelbaile,Darcyseleacercóparatomarladelamano,yCharlotte no pudo evitar advertirle al oído que no fuera una tonta y que nodejasequesucaprichoporWickhamlehicieseparecerantipáticaalosojosdeunhombrequevalíadiezvecesmásqueél.Elizabethnocontestó.Ocupósulugarenlapista,asombradaporladignidadqueleotorgabaelhallarsefrenteafrenteconDarcy,leyendoenlosojosdetodossusvecinoselmismoasombroal contemplar el acontecimiento. Estuvieron un rato sin decir palabra;Elizabethempezóapensarqueelsilencioibaadurarhastaelfinaldelosdosbailes.Al principio estaba decidida a no romperlo, cuando de pronto pensóqueelpeorcastigoparasuparejaseríaobligarleahablar,ehizounapequeñaobservación sobre el baile. Darcy contestó y volvió a quedarse callado.Despuésdeunapausadeunosminutos,Elizabethtomólapalabraporsegundavezyledijo:

––Ahora le toca a usted decir algo, señor Darcy. Yo ya he hablado delbaile,yusteddeberíahaceralgúncomentariosobrelasdimensionesdelsalónysobreelnúmerodeparejas.

Élsonrióyleaseguróquediríatodoloqueelladeseaseescuchar.

––Muybien.Noestámalesa respuestademomento.Quizápocoapocomeconvenzadequelosbailesprivadossonmásagradablesquelospúblicos;peroahorapodemospermanecercallados.

––¿Acostumbraustedahablarmientrasbaila?

––Algunasveces.Esprecisohablarunpoco,¿nocree?Seríaextrañoestarjuntos durante media hora sin decir ni una palabra. Pero en atención dealgunos,hayquellevarlaconversacióndemodoquenoseveanobligadosatenerquedecirmásdelopreciso.

––¿Serefiereaustedmismaolodicepormí?

––Porlosdos––replicóElizabethconcoquetería––,puesheencontradoungranparecidoennuestraformadeser.Losdossomosinsociables,taciturnosyenemigosdehablar,amenosqueesperemosdeciralgoquedeslumbreatodoslospresentesypasealaposteridadcontodoelbrillodeunproverbio.

––Estoysegurodequeustednoesasí.Encuantoamí,nosabríadecirlo.Usted,sinduda,creequemehahechounfielretrato.

––Nopuedojuzgarmipropiaobra.

Élnocontestó,yparecíaqueyanoabriríanlabocahastafinalizarelbaile,cuando él le preguntó si ella y sus hermanas iban a menudo a Meryton.Elizabethcontestóafirmativamentee,incapazderesistirlatentación,añadió:

––Cuando nos encontró usted el otro día, acabábamos precisamente deconocer a un nuevo amigo.El efecto fue inmediato.Una intensa sombra dearrogancia oscureció el semblante de Darcy. Pero no dijo una palabra;Elizabeth, aunque reprochándose a sí misma su debilidad, prefirió nocontinuar.Alfin,Darcyhablóydeformaobligadadijo:

––El señorWickham está dotado de tan gratosmodales que ciertamentepuede hacer amigos con facilidad. Lo que es menos cierto, es que seaigualmentecapazdeconservarlos.

––Él ha tenido la desgracia de perder su amistad ––dijo Elizabethenfáticamente––,detalformaquesufriráporellotodasuvida.

Darcynocontestóysenotóqueestabadeseosodecambiardetema.EnesemomentosirWilliamLucaspasabacercadeellosalatravesarlapistadebailecon la intención de ir al otro extremo del salón y al ver al señorDarcy, sedetuvoylehizounareverenciacontodacortesíaparafelicitarleporsumododebailaryporsupareja.

––Estoysumamentecomplacido,miestimadoseñortanexcelentemododebailarnoseveconfrecuencia.Esevidentequeperteneceustedalosambientesmásdistinguidos.Permítamedecirle,sinembargo,quesubellaparejaennadadesmerecedeusted,yqueesperovolveragozardeesteplacer,especialmentecuandociertoacontecimientomuydeseado,queridaElizabeth(mirandoaJaney a Bingley), tenga lugar. ¡Cuántas felicitaciones habrá entonces! Apelo alseñor Darcy. Pero no quiero interrumpirle, señor. Me agradecerá que no leprivemásdelacautivadoraconversacióndeestaseñoritacuyoshermososojosmeestántambiénrecriminando.

Darcyapenasescuchóestaúltimapartedesudiscurso,perolaalusiónasuamigo pareció impresionarle mucho, y con una grave expresión dirigió lamiradahaciaBingleyyJanequebailabanjuntos.Noobstante,sesobrepusoenbrevey,volviéndosehaciaElizabeth,dijo:

––La interrupciónde sirWilliammehahechoolvidar dequé estábamoshablando.

––Creo que no estábamos hablando. Sir William no podría haberinterrumpidoaotraparejaentodoelsalónquetuviesenmenosquedecirseelunoalotro.Yahemosprobadocondosotrestemassinéxito.Notengoniideadequépodemoshablarahora.

––¿Quépiensadeloslibros?––lepreguntóélsonriendo.

––¡Loslibros!¡Oh,no!Estoyseguradequenoleemosnuncalosmismoso,porlomenos,nosacamoslasmismasimpresiones.

––Lamentoquepienseeso;,pero si así fuera,decualquiermodo,nonosfaltaríatema.Podemoscomprobarnuestrasdiversasopiniones.

––No, no puedo hablar de libros en un salón de baile. Tengo la cabezaocupadaconotrascosas.

––Enestoslugaresnopiensanadamásqueenelpresente,¿verdad?––dijoélconunamiradadeduda.

––Sí,siempre––contestóellasinsaberloquedecía,puesselehabíaidoelpensamiento a otra parte, según demostró al exclamar repentinamente––:Recuerdohaberleoídodecirenunaocasiónqueusted raramenteperdonaba;que cuando había concebido un resentimiento, le era imposible aplacarlo.Supongo,porlotanto,queserámuycautoenconcebirresentimientos...

––Efectivamente––contestóDarcyconvoz firme.––¿Ynosedejacegaralgunavezporlosprejuicios?––Esperoqueno.

––Losquenocambiannuncadeopinióndebencerciorarsebienantesdejuzgar.––¿Puedopreguntarlecuáleslaintencióndeestaspreguntas?

––Conocer su carácter, sencillamente ––dijo Elizabeth, tratando deencubrirsuseriedad––.Estoyintentandodescifrarlo.

––¿Yaquéconclusioneshallegado?

––Aninguna––dijomeneando la cabeza––.Heoídocosas tandiferentesdeusted,quenoconsigoaclararme.

––Reconozco––contestóélcongravedad––quelasopinionesacercademípueden ser muy diversas; y desearía, señorita Bennet, que no esbozase micarácterenestemomento,porquetengorazonesparatemerqueelresultadonoreflejaríalaverdad.

––Perosinolohagoahora,puedequenotengaotraoportunidad.

––Deningúnmododesearíaimpedircualquiersatisfacciónsuya––repusoélfríamente.

Elizabethnohablómás,yterminadoelbaile,sesepararonensilencio,losdosinsatisfechos,aunqueendistintogrado,puesenelcorazóndeDarcyhabíaun poderoso sentimiento de tolerancia hacia ella, lo que hizo que pronto laperdonarayconcentrasetodasuiracontraotro.

No hacía mucho que se habían separado, cuando la señorita Bingley seacercó aElizabeth y conuna expresión de amabilidad y desdén a la vez, ledijo:

––Asíque,señoritaEliza,estáustedencantadaconelseñorWickham.Mehe enterado por su hermana que me ha hablado de él y me ha hecho milpreguntas.Meparecequeesejovenseolvidódecontarle,entremuchasotrascosas, que es el hijo del viejoWickham, el último administrador del señorDarcy.Déjemequeleaconseje,comoamiga,quenosefíedemasiadodetodolo que le cuente, porque eso de que el señor Darcy le trató mal escompletamente falso; por el contrario, siempre ha sido extraordinariamenteamableconél,aunqueGeorgeWickhamsehaportadoconelseñorDarcydelamaneramásinfame.Noconozcolospormenores,perosémuybienqueelseñorDarcynoesdeningúnmodoelculpable,quenopuedesoportarnioírelnombre de GeorgeWickham y que, aunque mi hermano consideró que nopodía evitar incluirlo en la lista de oficiales invitados, él se alegróenormementedeverqueélmismosehabíaapartadodesucamino.Elmerohecho de que haya venido aquí al campo es una verdadera insolencia, y nologroentendercómosehaatrevidoahacerlo.Lacompadezco,señoritaEliza,por este descubrimiento de la culpabilidad de su favorito; pero en realidad,teniendoencuentasuorigen,nosepodíaesperarnadamejor.

––Suculpabilidadysuorigenparecequesonparaustedunamismacosa––ledijoElizabethencolerizada––;porquedelopeorqueleheoídoacusarleesdeserhijodeladministradordelseñorDarcy,ydeeso,puedoasegurárselo,yamehabíainformadoél.

––Le ruego que me disculpe ––replicó la señorita Bingley, dándose lavuelta con desprecio––. Perdone mi entrometimiento; fue con la mejorintención.

«¡Insolente! ––dijoElizabethpara sí––.Estásmuyequivocada si piensasque influirásenmícon tanmezquinoataque.Noveoenélmásque tu tercaignoranciaylamaliciadeDarcy.»

EntoncesmiróasuhermanamayorquesehabíaarriesgadoainterrogaraBingleysobreelmismoasunto.Janeledevolviólamiradaconunasonrisatandulce, con una expresión de felicidad y de tanta satis-facción que indicabanclaramente que estaba muy contenta de lo ocurrido durante la velada.Elizabethleyóalinstantesussentimientos;yenunmomentotodalasolicitudhacia Wickham, su odio contra los enemigos de éste, y todo lo demásdesaparecieron ante la esperanza de que Jane se hallase en elmejor caminohaciasufelicidad.

––Quierosaber––dijoElizabethtansonrientecomosuhermana––loquehasoídodecirdelseñorWickham.Peroquizáhasestadodemasiadoocupadaconcosasmásagradablesparapensarenunatercerapersona...Siasíhasido,puedesestarseguradequeteperdono.

––No ––contestó Jane––, no me he olvidado de él, pero no tengo nada

grato que contarte. El señorBingley no conoce toda la historia e ignora lascircunstanciasquetantohaofendidoalseñorDarcy,perorespondedelabuenaconducta, de la integridad y de la honradez de su amigo, y está firmementeconvencido de que el señorWickham ha recibidomás atenciones del señorDarcydelasquehamerecido;ysientodecirque,segúnelseñorBingleyysuhermana,elseñorWickhamdistamuchodeserunjovenrespetable.Metemoque haya sido imprudente y que tenga bien merecido el haber perdido laconsideracióndelseñorDarcy.

––¿ElseñorBingleynoconocepersonalmenteal señorWickham?––No,nolohabíavistonuncaantesdelotrodíaenMeryton.

––DemodoqueloquesabeesloqueelseñorDarcylehacontado.Estoysatisfecha.¿Yquédicedelarectoría?

––No recuerda exactamente cómo fue, aunque se lo ha oído contar a suamigomásdeunavez;perocreequelefuelegadasólocondicionalmente.

––No pongo en duda la sinceridad del señor Bingley ––dijo Elizabethacaloradamente––,peroperdonaquenomeconvenzansusafirmaciones.Hacemuybienendefenderasuamigo;perocomodesconocealgunaspartesdelahistoria y lo único que sabe se lo ha dicho él, seguiré pensando de los doscaballeroslomismoquepensabaantes.

Dichoesto,ambashermanasiniciaronotraconversaciónmuchomásgrataparalasdos.ElizabethoyóencantadalasfelicesaunquemodestasesperanzasqueJaneabrigabarespectoaBingley,yledijotodoloquepudoparaalentarsu confianza. Al unírseles el señor Bingley, Elizabeth se retiró y se fue ahablar con la señoritaLucas que le preguntó si le había agradado su últimapareja.Elizabethcasinotuvotiempoparacontestar,porqueallíselespresentóCollins, diciéndoles entusiasmado que había tenido la suerte de hacer undescubrimientoimportantísimo.

––Hesabido––dijo––,porunasingularcasualidad,queestáenestesalónunparientecercanodemiprotectora.Hetenidoelgustodeoírcómoelmismocaballeromencionabaaladamaquehaceloshonoresdeestacasalosnombresdesuprima,laseñoritadeBourgh,ydelamadredeésta,ladyCatherine.¡Dequé modo tan maravilloso ocurren estas cosas! ¡Quién me iba a decir quehabríadeencontraraunsobrinodeladyCatherinedeBourghenestareunión!Me alegromucho de haber hecho este descubrimiento a tiempo para poderpresentarlemisrespetos,cosaquevoyahacerahoramismo.Confíoenquemeperdone por no haberlo hecho antes, pero mi total desconocimiento de eseparentescomedisculpa.

––¿NoseiráapresentarustedmismoalseñorDarcy?

––¡Claroquesí!Lepediréquemeexcusepornohaberlohechoantes.¿No

vequeeselsobrinodeladyCatherine?PodrécomunicarlequeSuSeñoríaseencontrabamuybienlaúltimavezquelavi.

Elizabeth intentó disuadirle para que no hiciese semejante cosaasegurándolequeelseñorDarcyconsideraríaelquesedirigieseaélsinpreviapresentación como una impertinencia y un atrevimiento, más que como uncumplidoasutía;quenohabíaningunanecesidaddedarseaconocer,ysilahubiese, le correspondería al señor Darcy, por la superioridad de su rango,tomarlainiciativa.Collinslaescuchódecididoaseguirsuspropiosimpulsosy,cuandoElizabethcesódehablar,lecontestó:

––MiqueridaseñoritaElizabeth,tengolamejoropinióndelmundodesuexcelente criterio en toda clase de asuntos, como corresponde a suinteligencia;peropermítameque ledigaquedebehaberunagrandiferenciaentrelasfórmulasdecortesíaestablecidasparaloslaicosylasaceptadasparalos clérigos; déjemeque le advierta que el oficio de clérigo es, en cuanto adignidad, equivalente al más alto rango del reino, con tal que los que loejercensecomportenconlahumildadconveniente.Demodoquepermítamequesigalosdictadosdemiconcienciaqueenestaocasiónmellevanarealizarlo que considero undeber.Dispense, pues, queno siga sus consejos que entodolodemásmeserviránconstantementedeguía,perocreoqueenestecasoestoymáscapacitado,pormieducaciónymiestudiohabitual,queunajovencomousted,paradecidirloqueesdebido.

CollinshizounareverenciaysealejóparairasaludaraDarcy.Elizabethnoleperdiódevistaparaver lareaccióndeDarcy,cuyoasombroporhabersidoabordadodesemejantemanerafueevidente.Collinscomenzósudiscursoconunasolemne inclinación,y,aunqueellano looía,eracomosi looyese,pues podía leer en sus labios las palabras «disculpas», «Hunsford» y «ladyCatherinedeBourgh».Le irritabaquemetiese lapataanteunhombrecomoDarcy. Éste le observaba sin reprimir su asombro y cuando Collins le dejóhablarlecontestócondistantecortesía.Sinembargo,Collinsnosedesanimóysiguióhablando.EldespreciodeDarcycrecíaconladuracióndesusegundodiscurso,y,alfinal,sólohizounaleveinclinaciónysefueaotrositio.CollinsvolvióentonceshaciaElizabeth.

––Leaseguro––ledijo––quenotengomotivoparaestardescontentodelaacogidaqueelseñorDarcymehadispensado.Miatenciónlehacomplacidoen extremoyme ha contestado con lamayor finura, haciéndome incluso elhonordemanifestarqueestaba tanconvencidode labuenaelecciónde ladyCatherine,quedabapordescontadoque jamásotorgaríaunamercedsinquefuese merecida. Verdaderamente fue una frase muy hermosa. En resumen,estoymuycontentodeél.

Elizabeth, que no tenía elmenor interés en seguir hablando conCollins,

dedicósuatencióncasiporenteroa suhermanayaBingley; lamultituddeagradablespensamientosaquesusobservacionesdieronlugar,lahicieroncasitan feliz como Jane. La imaginó instalada en aquella gran casa con toda lafelicidad que un matrimonio por verdadero amor puede proporcionar, y sesintiótandichosaquecreyóinclusoquelasdoshermanasdeBingleypodríanllegar a gustarle. No le costó mucho adivinar que los pensamientos de sumadre seguían losmismos derroteros y decidió no arriesgarse a acercarse aellaparanoescucharsuscomentarios.Desgraciadamente,a lahoradecenarlestocósentarseunajuntoalaotra.ElizabethsedisgustómuchoalvercómosumadrenohacíamásquehablarlealadyLucas,libreyabiertamente,desuesperanzadequeJanesecasaraprontoconBingley.Eltemaeraarrebatador,ylaseñoraBennetparecíaquenoseibaacansarnuncadeenumerarlasventajasdeaquellaalianza.Sóloconconsiderarlajuventuddelnovio,suatractivo,suriqueza y el hecho de que viviese a tresmillas de Longbourn nadamás, laseñora Bennet se sentía feliz. Pero además había que tener en cuenta loencantadas que estaban con Jane las dos hermanas de Bingley, quienes, sinduda, se alegrarían de la unión tanto como ella misma. Por otra parte, elmatrimoniodeJaneconalguiende tantacategoríaeramuyprometedorparasus hijas menores que tendrían así más oportunidades de encontrarse conhombresricos.Porúltimo,eraundescanso,asuedad,poderconfiarsushijassolteras al cuidado de su hermana, y no tener que verse ella obligada aacompañarlas más que cuando le apeteciese. No había más remedio quetomarse esta circunstancia como un motivo de satisfacción, pues, en talescasos,asíloexigelaetiqueta;peronohabíanadiequelegustasemásquedarsecómodamenteencasaencualquierépocadesuvida.ConcluyódeseandoalaseñoraLucasquenotardaseensertanafortunadacomoella,aunquetriunfantepensabaquenohabíamuchasesperanzas.

Elizabeth se esforzó en vano en reprimir las palabras de sumadre, y enconvencerla de que expresase su alegría un poquitomás bajo; porque, paramayor contrariedad, notabaqueDarcy, que estaba sentado enfrente de ellas,estabaoyendocasitodo.Loúnicoquehizosumadrefuereprenderlaporsertannecia.

––¿QuésignificaelseñorDarcyparamí?Dime,¿porquéhabríadetenerlemiedo? No le debemos ninguna atención especial como para sentirnosobligadasanodecirnadaquepuedamolestarle.

––¡PorelamordeDios,mamá,hablamásbajo!¿Quéganasconofenderalseñor Darcy? Lo único que conseguirás, si lo haces, es quedar mal con suamigo.

Pero nada de lo que dijo surtió efecto. La madre siguió exponiendo suparecerconelmismodesenfado.Elizabethcadavezseponíamáscoloradaporla vergüenza y el disgusto que estaba pasando. No podía dejar de mirar a

Darcy con frecuencia, aunque cada mirada la convencía más de lo que seestabatemiendo.Darcyraravezfijabasusojosenlamadre,peroElizabethnodudabadequesuatenciónestabapendientedeloquedecían.Laexpresióndesucara ibagradualmentedeldesprecioy la indignaciónauna imperturbableseriedad.

Sinembargo,llegóunmomentoenquelaseñoraBennetyanotuvonadamásquedecir,yladyLucas,quehabíaestadomuchotiempobostezandoantela repetición de delicias en las que no veía la posibilidad de participar, seentregó a los placeres del pollo y del jamón. Elizabeth respiró. Pero esteintervalo de tranquilidad no duró mucho; después de la cena se habló decantar, y tuvo que pasar por el mal rato de ver queMary, tras muy pocassúplicas, se disponía a obsequiar a los presentes con su canto.Conmiradassignificativasysilenciososruegos,Elizabethtratódeimpediraquellamuestrade condescendencia, pero fue inútil.Mary no podía entender lo que queríadecir.Semejanteoportunidaddedemostrarsutalentolaembelesaba,yempezósu canción. Elizabeth no dejaba de mirarla con una penosa sensación,observaba el desarrollo del concierto con una impaciencia que no fuerecompensada al final, pues Mary, al recibir entre las manifestaciones degratituddesuauditoriounaleveinsinuaciónparaquecontinuase,despuésdeunapausadeunminuto,empezóotracanción.LasfacultadesdeMarynoeranlo más a propósito para semejante exhibición; tenía poca voz y un estiloafectado.Elizabethpasóunaverdaderaagonía.MiróaJaneparavercómolosoportaba ella, pero estabahablando tranquilamente conBingley.Miró a lashermanasdeésteyvioquesehacíanseñasdeburlaentreellas,yaDarcy,queseguía serio e imperturbable. Miró, por último, a su padre implorando suintervenciónparaqueMarynosepasasetodalanochecantando.ElcogiólaindirectaycuandoMaryterminósusegundacanción,dijoenvozalta:

––Niña, ya basta. Has estado muy bien, nos has deleitado ya bastante;ahoradejaqueseluzcanlasotrasseñoritas.

Mary, aunque fingió que no oía, se quedó un poco desconcertada. AElizabethlediopenadeellaysintióquesupadrehubiesedichoaquello.Sedio cuenta de que por su inquietud, no había obrado nada bien. Ahora lestocabacantaraotros.

––Si yo ––dijo entonces Collins–– tuviera la suerte de ser apto para elcanto, me gustaría mucho obsequiar a la concurrencia con una romanza.Considero que la música es una distracción inocente y completamentecompatibleconlaprofesióndeclérigo.Noquierodecir,poresto,queestébienelconsagrardemasiadotiempoalamúsica,pueshay,desdeluego,otrascosasqueatender.Elrectordeunaparroquiatienemuchotrabajo.Enprimerlugartienequehacerunajustedelosdiezmosqueresultebeneficiosoparaélynoseaonerosopara supatrón.Hade escribir los sermones, y el tiempoque le

quedanuncaesbastanteparalosdeberesdelaparroquiayparaelcuidadoymejora de sus feligreses cuyas vidas tiene la obligación de hacer lo másllevaderasposible.Yestimocomocosademuchaimportanciaqueseaatentoyconciliadorcontodoelmundo,yenespecialconaquellosaquienesdebesucargo.Consideroqueestoesindispensableynopuedotenerenbuenconceptoalhombrequedesperdiciaralaocasióndepresentarsusrespetosacualquieraqueestéemparentadoconlafamiliadesusbienhechores.

YconunareverenciaalseñorDarcyconcluyósudiscursopronunciadoenvoz tan alta que lo oyó lamitad del salón.Muchos se quedaronmirándolofijamente,muchossonrieron,peronadiesehabíadivertidotantocomoelseñorBennet,mientrasquesuesposaalabóenserioaCollinsporhaberhabladocontantasensatez,ylecomentóenuncuchicheoaladyLucasqueeramuybuenapersonayextremadamentelisto.

AElizabethleparecíaquesisufamiliasehubiesepuestodeacuerdoparahacerelridículoentodoloposibleaquellanoche,noleshabríasalidomejornihabrían obtenido tanto éxito; y se alegraba mucho de que Bingley y suhermananosehubiesenenteradodelamayorpartedelespectáculoydequeBingley no fuese de esa clase de personas que les importa o lesmolesta lalocura de la que hubiese sido testigo. Ya era bastante desgracia que lashermanasyDarcyhubiesentenidolaoportunidaddeburlarsedesufamilia;ynosabíaquéleresultabamásintolerable:sielsilenciosodespreciodeDarcyolasinsolentessonrisitasdelasdamas.

El restode la noche transcurriópara ella sin elmayor interés.Collins lasacódequicioconsuempeñoennosepararsedeella.Aunquenoconsiguióconvencerladequebailaseconélotravez, le impidióquebailaseconotros.Fue inútil que le rogase que fuese a charlar con otras personas y que seofrecieseparapresentarleaalgunasseñoritasdelafiesta.Collinsaseguróqueelbailarleteníasincuidadoyquesuprincipaldeseoerahacerseagradableasus ojos condelicadas atenciones, por lo quehabía decidido estar a su ladotoda la noche. No había nada que discutir ante tal proyecto. Su amiga laseñoritaLucasfuelaúnicaquelaconsolósentándoseasuladoconfrecuenciaydesviandohaciaellalaconversacióndeCollins.

Por lomenos así sevio libredeDarcyque, aunqueaveces sehallaba apocadistanciadeelloscompletamentedesocupado,noseacercóahablarles.ElizabethloatribuyóalresultadodesusalusionesaWickhamysealegródeello.

LafamiliadeLongbournfuelaúltimaenmarcharse.LaseñoraBennetselasarreglóparaquetuviesenqueesperarporloscarruajeshastauncuartodehoradespuésdehaberseidotodoelmundo,locuallespermitiódarsecuentadelasganasqueteníanalgunosdelosmiembrosdelafamiliaBingleydeque

desapareciesen.La señoraHurst y su hermana apenas abrieron la boca paraotra cosa que para quejarse de cansancio; se les notaba impacientes porquedarsesolasenlacasa.Rechazarontodoslosintentosdeconversacióndelaseñora Bennet y la animación decayó, sin que pudieran elevarla los largosdiscursosdeCollinsfelicitandoaBingleyyasushermanasporlaeleganciadelafiestayporlahospitalidadyfinezaconquehabíantratadoasusinvitados.Darcy no dijo absolutamente nada. El señor Bennet, tan callado como él,disfrutabadelaescena.BingleyyJaneestabanjuntosyunpocoseparadosdelos demás, hablando el uno con el otro.Elizabeth guardó elmismo silencioque la señora Hurst y la señorita Bingley. Incluso Lydia estaba demasiadoagotadaparapoderdecirmásque«¡Diosmío!¡Quécansadaestoy!»enmediodegrandesbostezos.

Cuando, por fin, se levantaron para despedirse, la señoraBennet insistióconmuchacortesíaensudeseodeverprontoenLongbournatodalafamilia,se dirigió especialmente a Bingley para manifestarle que se verían muyhonradossiundíaibaasucasaaalmorzarconellosenfamilia,sinlaetiquetadeunainvitaciónformal.Bingleyseloagradecióencantadoysecomprometióen el acto a aprovechar la primera oportunidad que se le presentase paravisitarles,asuregresodeLondres,adondeteníaqueiraldíasiguiente,aunquenotardaríaenestardevuelta.

LaseñoraBennetnocabíaensídegustoysaliódelacasaconvencidadeque contando el tiempo necesario para los preparativos de la celebración,compra de nuevos coches y trajes de boda, iba a ver a su hija instalada enNetherfield dentro de tres o cuatro meses. Con la misma certeza y conconsiderable,aunqueno igualagrado,esperaba tenerprontootrahijacasadaconCollins.Elizabetheraalaquemenosqueríadetodassushijas,ysibienelpretendienteylabodaeranmásquesuficientesparaella,quedabaneclipsadosporBingleyyporNetherfield.

CAPÍTULOXIX

Al día siguiente, hubo otro acontecimiento en Longbourn. Collins sedeclaróformalmente.Resolvióhacerlosinpérdidadetiempo,puessupermisoexpiraba el próximo sábado; y como tenía plena confianza en el éxito,emprendió la tarea de modo metódico y con todas las formalidades queconsideraba de rigor en tales casos. Poco después del desayuno encontrójuntasalaseñoraBennet,aElizabethyaunadelashijasmenores,ysedirigióalamadreconestaspalabras:

––¿Puedoesperar,señora,dadosuinterésporsubellahijaElizabeth,que

semeconcedaelhonordeunaentrevistaprivadaconella,eneltranscursodeestamismamañana?

AntesdequeElizabethhubiesetenidotiempodenadamásquedeponerserojaporlasorpresa,laseñoraBennetcontestóinstantáneamente:

––¡Oh, querido! ¡No faltaba más! Estoy segura de que Elizabeth estaráencantada y de que no tendrá ningún inconveniente. Ven, Kitty, te necesitoarriba.

Y recogiendo su labor se apresuró a dejarlos solos. Elizabeth la llamódiciendo:

––Mamá,querida,notevayas.Teloruego,notevayas.ElseñorCollinsme disculpará; pero no tiene nada que decirme que no pueda oír todo elmundo.Soyyolaquemevoy.

––No, no seas tonta, Lizzy.Quédate donde estás.Y al ver queElizabet,disgustadayviolenta,estabaapuntodemarcharse,añadió:

––Lizzy,teordenoquetequedesyqueescuchesalseñorCollins.

Elizabeth no pudo desobedecer semejante mandato. En un momento lopensómejorycreyómássensatoacabarcontodoaquelloloantesposibleenpazytranquilidad.Sevolvióasentarytratódedisimularconempeño,porunlado,lasensacióndemalestar,yporotro,loqueledivertíaaquelasunto.LaseñoraBennetyKittysefueron,yentoncesCollinsempezó:

––Créame, mi querida señorita Elizabeth, que su modestia, en vez deperjudicarla, viene a sumarse a sus otras perfecciones. Me habría parecidoustedmenos adorable si no hubiesemostrado esa pequeña resistencia. Peropermítameasegurarlequesumadremehadadolicenciaparaestaentrevista.Yadebesabercuáleselobjetodemidiscurso;aunquesunaturaldelicadezalalleveadisimularlo;misintencioneshanquedadodemasiadopatentesparaquepuedan inducir a error.Casi enelmomentoenquepiséestacasa, la elegí austed para futura compañera de mi vida. Pero antes de expresar missentimientos, quizá sea aconsejable que exponga las razones que tengo paracasarme, y por qué vine a Hertfordshire con la idea de buscar una esposaprecisamenteaquí.

AElizabethcasilediolarisaalimaginárseloexpresandosussentimientos;y no pudo aprovechar la breve pausa que hizo para evitar que siguieseadelante.Collinscontinuó:

––Lasrazonesquetengoparacasarmeson:primero,quelaobligacióndeun clérigo en circunstancias favorables como las mías, es dar ejemplo dematrimonio en su parroquia; segundo, que estoy convencido de que esocontribuirápoderosamenteamifelicidad;ytercero,cosaquetalvezhubiese

debido advertir en primer término, que es el particular consejo yrecomendación de la nobilísima dama a quien tengo el honor de llamarmiprotectora. Por dos veces se ha dignado indicármelo, aun sin habérselo yoinsinuado,yelmismosábadoporlanoche,antesdequesaliesedeHunsfordydurantenuestrapartidadecuatrillo,mientraslaseñoraJenkinsonarreglabaelsilletín de la señorita de Bourgh, me dijo: «Señor Collins, tiene usted quecasarse. Un clérigo como usted debe estar casado. Elija usted bien, elijapensandoenmíyenustedmismo;procurequeseaunapersonaactivayútil,de educaciónnomuyelevada, pero capazde sacarbuenpartido apequeñosingresos.Ésteesmiconsejo.Busqueustedesamujercuantoantes,tráigalaaHunsfordyqueyolavea.»Permítame,depaso,decirle,hermosaprima,queno estimo como lamenor de las ventajas que puedo ofrecerle, el conocer ydisfrutar de las bondades de lady Catherine de Bourgh. Sus modales leparecerán muy por encima de cuanto yo pueda describirle, y la viveza eingeniodeustedlepareceránaellamuyaceptables,especialmentecuandosevean moderados por la discreción y el respeto que su alto rango imponeinevitablemente.Esto es todoencuantoamispropósitosgenerales en favordelmatrimonio;yanomequedapordecirmás,queelmotivodequemehayadirigidodirectamenteaLongbournenvezdebuscarenmipropia localidad,donde, le aseguro, hay muchas señoritas encantadoras. Pero es el caso quesiendocomosoyelherederodeLongbournalamuertedesuhonorablepadre,queojalávivamuchosaños,noestaría satisfechosinoeligieseesposaentresushijas,paraatenuarentodoloposiblelapérdidaquesufriránalsobrevenirtantristesucesoque,comoyalehedicho,deseoquenoocurrahastadentrodemuchosaños.Éstehasidoelmotivo,hermosaprima,ytengolaesperanzadequenomeharádesmereceren suestima.Yahorayanomequedamásqueexpresarle, con las más enfáticas palabras, la fuerza de mi afecto. En lorelativoasudote,meesenabsolutoindiferente,ynohedepedirleasupadrenada que yo sepa que no pueda cumplir; demodo que no tendrá usted queaportarmásquelasmillibrasalcuatroporcientoqueletocaránalamuertedesumadre.Peronoseréexigenteypuedeustedtenerlacertezadequeningúnreprocheinteresadosaldrádemislabiosencuantoestemoscasados.

Eraabsolutamentenecesariointerrumpirledeinmediato.

––Vausteddemasiadodeprisa––exclamóElizabeth––.Olvidaqueno lehecontestado.Déjemequelohagasinmásrodeos.Leagradezcosuatenciónyelhonorquesuproposiciónsignifica,peronopuedomenosquerechazarla.

––Sé de sobra ––replicó Collins con un grave gesto de su mano–– queentre las jóvenes esmuy corriente rechazar las proposiciones del hombre aquien, en el fondo, piensan aceptar, cuando pide su preferencia por primeravez,yquelanegativaserepiteunasegundaoinclusounaterceravez.Porestonomedescorazonaenabsolutoloqueacabadedecirme,yesperollevarlaal

altardentrodepoco.

––¡Caramba, señor! ––exclamó Elizabeth––. ¡No sé qué esperanzas lepueden quedar después demi contestación! Le aseguro que no soy de esasmujeres, si es que tales mujeres existen, tan temerarias que arriesgan sufelicidadalazardequelassolicitenunasegundavez.Minegativaesmuyenserio.No podría hacerme feliz, y estoy convencida de que yo soy la últimamujerdelmundoquepodríahacerle feliz austed.Esmás, si su amiga ladyCatherinemeconociera,medalasensaciónquepensaríaquesoy,entodoslosaspectos,lamenosindicadaparausted.

––Si fuera cierto que lady Catherine lo pensara... ––dijo Collins con lamayorgravedad––peroestoysegurodequeSuSeñoríalaaprobaría.Ycréame––quecuandotengaelhonordevolveraverla,lehablaréenlostérminosmásencomiásticos de su modestia, de su economía y de sus otras buenascualidades.

––Por favor, señor Collins, todos los elogios que me haga seráninnecesarios.Déjemejuzgarpormímismayconcédameelhonordecreerloqueledigo.Ledeseoqueconsigasermuyfelizymuyrico,yalrechazarsumanohago todo loqueestá amialcanceparaqueno seadeotromodo.Alhacerme esta proposición debe estimar satisfecha la delicadeza de sussentimientos respecto a mi familia, y cuando llegue la hora podrá tomarposesióndelaherenciadeLongbournsinningúncargodeconciencia.Porlotanto,dejemosesteasuntodefinitivamentezanjado.

Mientrasacababadedeciresto,selevantó,yestabaapuntodesalirdelasala,cuandoCollinslevolvióainsistir:

––Lapróximavezque tengaelhonordehablarledeeste temadenuevo,espero recibir contestación más favorable que la que me ha dado ahora;aunque estoy lejos de creer que es usted cruel conmigo, pues ya sé que escostumbreincorregibledelasmujeresrechazaraloshombreslaprimeravezque se declaran, y puede queme haya dicho todo eso sólo para hacermásconsistente mi petición como corresponde a la verdadera delicadeza delcarácterfemenino.

––Realmente, señor Collins ––exclamó Elizabeth algo acalorada–– meconfunde usted en exceso. Si todo lo que he dicho hasta ahora lo interpretacomounestímulo,nosédequémodoexpresarlemi repulsaparaquequedeustedcompletamenteconvencido.

––Debedejarquepresuma,miqueridaprima,quesurechazóhasidosólodeboquilla.Lasrazonesquetengoparacreerlo,sonlassiguientes:nocreoquemimanonomerezcaseraceptadaporustedniquelaposiciónqueleofrezcodejede ser altamenteapetecible.Mi situaciónen lavida,mi relacióncon la

familiadeBourghymiparentescoconusted soncircunstancias importantesenmifavor.Considere,además,queapesardesusmuchosatractivos,noesseguro que reciba otra proposición dematrimonio. Su fortuna es tan escasaqueanulará,pordesgracia,losefectosdesubellezaybuenascualidades.Asípues,comonopuedodeducirdetodoestoquehayaprocedidosinceramentealrechazarme, optaré por atribuirlo a su deseo de acrecentar mi amor con elsuspense,deacuerdoconlaprácticaacostumbradaenlasmujereselegantes.

––Leaseguroausted,señor,quenomeparecenadaeleganteatormentaraunhombre respetable.Preferiríaquemehiciese el cumplidodecreerme.Leagradezcounaymilveceselhonorquemehahechoconsuproposición,perome es absolutamente imposible aceptarla. Mis sentimientos, en todos losaspectos,meloimpiden.¿Sepuedehablarmásclaro?Nomeconsiderecomoaunamujerelegantequepretendetorturarle,sinocomoaunserracionalquediceloquesientedetodocorazón.

––¡Es siempre encantadora! ––exclamó él con tosca galantería––. Nopuedodudardequemiproposiciónseráaceptadacuandoseasancionadaporlaautoridaddesusexcelentespadres.

Antetalempeñodeengañarseasímismo,Elizabethnocontestóysefuealinstante sin decir palabra, decidida, en el caso de queCollins persistiese enconsiderar sus reiteradas negativas como un frívolo sistema de estímulo, arecurrira supadre,cuyo rechazosería formuladode talmodoque resultaríainapelableycuyaactitud,almenos,nopodríaconfundirseconlaafectaciónylacoqueteríadeunadamaelegante.

CAPÍTULOXX

ACollinsno lodejaronmucho tiempomeditaren silencioel éxitode suamor;porquelaseñoraBennetquesehabíaquedadoenelvestíbuloesperandoel final de la conversación, en cuantovioqueElizabeth abría la puertay sedirigíaconpasovelozalaescalera,entróenelcomedoryfelicitóaCollins,congratulándose por el venturoso proyecto de la cercana unión.Después deaceptarydevolveresasfelicitacionesconelmismoalborozo,Collinsprocedióa explicar los detalles de la entrevista, de cuyo resultado estaba satisfecho,pueslafirmenegativadesuprimanopodíaprovenir,naturalmente,másquedesutímidamodestiaydeladelicadezadesucarácter.

Pero sus noticias sobresaltaron a la señoraBennet.También ella hubiesequerido creer que su hija había tratado únicamente de animar a Collins alrechazarsusproposiciones;peronoseatrevíaaadmitirlo,yasíselomanifestó

aCollins.

––Lo importante ––añadió–– es que Lizzy entre en razón. Hablarépersonalmenteconelladeesteasunto.Esunachicamuytercaymuylocaynosabeloqueleconviene,peroyaseloharésaberyo.

––Perdónemequelainterrumpa––exclamóCollins––,perosienrealidadestercayloca,nosési,enconjunto,esunaesposadeseableparaunhombreen mi situación, que naturalmente busca felicidad en el matrimonio. Porconsiguiente,siinsisteenrechazarmipetición,acasoseamejornoforzarlaaque me acepte, porque si tiene esos defectos, no contribuiría mucho quedigamosamiventura.

––Mehaentendidomal––dijolaseñoraBennetalarmada––.Lizzyestercasólo en estos asuntos. En todo lo demás es lamuchachamás razonable delmundo.Acudiré directamente al señorBennet y no dudode que pronto noshabremospuestodeacuerdoconella.

Sindarletiempoacontestar,volóalencuentrodesumaridoyalentrarenla biblioteca exclamó: –¡Oh, señor Bennet! Te necesitamos urgentemente.Estamosenunaprieto.EsprecisoquevayasyconvenzasaElizabethdequesecaseconCollins,puesellahajuradoquenoloharáysinotedasprisa,Collinscambiarádeideayyanolaquerrá.

Alentrarsumujer,elseñorBennetlevantólosojosdellibroylosfijóensurostroconunacalmosaindiferenciaquelanoticianoalteróenabsoluto.––Nohetenidoelplacerdeentenderte––dijocuandoellaterminósuperorata––.¿Dequéestáshablando?––Del señorCollinsyLizzy.Lizzydicequeno secasaráconelseñorCollins,yelseñorCollinsempiezaadecirquenosecasaráconLizzy.

––¿Yquévoyahaceryo?Meparecequenotieneremedio.––HáblaletúaLizzy. Dile que quieres que se case con él. ––Mándale que baje. Oirá miopinión.

La señora Bennet tocó la campanilla y Elizabeth fue llamada a labiblioteca.

––Ven,hijamía––dijosupadreencuantolajovenentró––.Teheenviadoa buscar para un asunto importante. Dicen que Collins te ha hechoproposicionesdematrimonio,¿escierto?

Elizabethdijoquesí.

––Muybien;ydicenquelashasrechazado.––Asíes,papá.

––Bien. Ahora vamos al grano. Tumadre desea que lo aceptes. ¿No esverdad,señoraBennet?Sí,odelocontrarionolaquierovermás.

––Tienes una triste alternativa ante ti, Elizabeth. Desde hoy en adelantetendrásquerenunciaraunodetuspadres.TumadrenoquierevolveravertesinotecasasconCollins,yyonoquierovolveravertesitecasasconél.

Elizabeth no pudo menos que sonreír ante semejante comienzo; pero laseñoraBennet,queestabaconvencidadequesumaridoabogaríaenfavordeaquellaboda,sequedódecepcionada.

––¿Quésignifica,señorBennet,esemododehablar?MehabíasprometidoquelaobligaríasacasarseconelseñorCollins.

––Queridamía ––contestó sumarido––, tengo que pedirte dos pequeñosfavores: primero, que me dejes usar libremente mi entendimiento en esteasunto, y segundo, que me dejes disfrutar solo de mi biblioteca en cuantopuedas.

Sin embargo, la señora Bennet, a pesar de la decepción que se habíallevadoconsumarido,niaunasísedioporvencida.HablóaElizabethunayotravez,halagándolayamenazándolaalternativamente.TratódequeJanesepusiese de su parte; pero Jane, con toda la suavidad posible, prefirió nometerse. Elizabeth, unas veces con verdadera seriedad, y otras en broma,replicó a sus ataques; y aunque cambió de humor, su determinaciónpermanecióinquebrantable.

Collins, mientras tanto, meditaba en silencio todo lo que había pasado.Tenía demasiado buen concepto de símismo para comprender quémotivospodríatenersuprimapararechazarle,y,aunqueheridoensuamorpropio,nosufría lomásmínimo.Su interéspor suprimaerameramente imaginario; laposibilidaddequefueramerecedoradelosreprochesdesumadre,evitabaqueélsintiesealgúnpesar.

Mientras reinaba en la familia esta confusión, llegóCharlotte Lucas quevenía a pasar el día con ellos. Se encontró con Lydia en el vestíbulo, quecorrióhaciaellaparacontarleenvozbajaloqueestabapasando.

––¡Mealegrodequehayasvenido,porquehayunjaleoaquí...!¿Quécreesquehapasadoestamañana?ElseñorCollinssehadeclaradoaElizabethyellalehadadocalabazas.

Antes de que Charlotte hubiese tenido tiempo para contestar, aparecióKitty,queveníaadarlelamismanoticia.Yencuantoentraronenelcomedor,dondeestabasolalaseñoraBennet,ellatambiénempezóahablarledeltema.Le rogó que tuviese compasión y que intentase convencer a Lizzy de quecediesealosdeseosdetodalafamilia.

––Te ruego que intercedas, querida Charlotte ––añadió en tonomelancólico––,yaquenadieestádemiparte,metratancruelmente,nadiese

compadecedemispobresnervios.

Charlotte se ahorró la respuesta, pues en ese momento entraron Jane yElizabeth.

––Ahíestá––continuólaseñoraBennet––,comosinopasasenada,noleimportamosunbledo,sedesentiendedetodocontaldesalirseconlasuya.Tevoy a decir una cosa: si se te mete en la cabeza seguir rechazando de esamaneratodaslasofertasdematrimonioquetehagan,tequedarássolterona;yno sé quién te va a mantener cuando muera tu padre. Yo no podré, te loadvierto. Desde hoy, he acabado contigo para siempre. Te he dicho en labibliotecaquenovolveríaahablartenunca;y loquedigo, locumplo.Noleencuentro el gusto a hablar con hijas desobedientes. Ni con nadie. Laspersonas que como yo sufrimos de los nervios, no somos aficionados a lacharla.¡Nadiesabeloquesufro!Peropasasiemprelomismo.Alosquenosequejan,nadielescompadece.

Lashijasescucharonensilenciolos lamentosdesumadre.Sabíanquesiintentaban hacerla razonar o calmarla, sólo conseguirían irritarla más. Demodo que siguió hablando sin que nadie la interrumpiera, hasta que entróCollins con airemás solemne que de costumbre.Al verle, la señoraBennetdijoalasmuchachas:

––AhoraospidoqueoscalléislabocaynosdejéisalseñorCollinsyamíparaquepodamoshablarunrato.

Elizabethsalióensilenciodelcuarto;JaneyKittylasiguieron,peroLydianosemovió,decididaaescuchartodoloquepudiera.Charlotte,detenidaporlacortesíadelseñorCollins,cuyaspreguntasacercadeellaydesufamiliasesucedían sin interrupción, y también un poco por la curiosidad, se limitó aacercarsealaventanafingiendonoescuchar.Convoztriste,laseñoraBennetempezóasísuconversación:

––¡Oh,señorCollins!

––Mi querida señora ––respondió él––, ni una palabra más sobre esteasunto. Estoy muy lejos ––continuó con un acento que denotaba suindignación––de tener resentimientos por la actitud de su hija.Es deber detodos resignarsepor losmales inevitables;yesespecialmenteundeberparamí,quehetenidolafortunadevermetanjovenentalelevadaposición;confíoenquesabréresignarme.Puedequemihermosaprima,alnoquererhonrarmecon su mano, no haya disminuido mi positiva felicidad. He observado amenudoquelaresignaciónnuncaestanperfectacomocuandoladichanegadacomienza a perder en nuestra estimación algo de valor. Espero que nosupondráustedquefaltoalrespetodesufamilia,miqueridaseñora,alretirarmis planes acerca de su hija sin pedirles a usted y al señor Bennet que

interpongan su autoridad en mi favor. Temo que mi conducta, por haberaceptadomi rechazo de labios de su hija y no de los de ustedes, pueda sercensurable. Pero todos somos capaces de cometer errores. Estoy seguro dehaber procedido con la mejor intención en este asunto. Mi objetivo eraprocurarmeunaamablecompañeraconladebidaconsideraciónalasventajasqueellohabíadeaportaratodasufamilia.Simiprocederhasidoreprochable,lesruegoquemeperdonen.

CAPÍTULOXXI

Las discusiones sobre el ofrecimiento de Collins tocaban a su fin;Elizabeth ya no tenía que soportar más que esa sensación incómoda, queinevitablemente se deriva de tales situaciones, y, de vez en cuando algunasalusionespuntillosasdesumadre.Encuantoalcaballero,nodemostrabaestarturbado, ni abatido, ni trataba de evitar a Elizabeth, sino que expresaba sussentimientosconunaactitudderigidezyconunresentidosilencio.Casinolehablaba;yaquellasasiduasatencionestandeapreciarporsuparte,lasdedicótodoeldíaalaseñoritaLucasqueleescuchabaamablemente,proporcionandoatodosyenespecialasuamigaElizabethungranalivio.

Alamañanasiguiente,elmalhumoryelmalestadodesaluddelaseñoraBennetnohabían amainado.El señorCollins también sufría laheridade suorgullo. Elizabeth creyó que su resentimiento acortaría su visita; pero losplanes del señor Collins no parecieron alterarse en lo más mínimo. Habíapensado desde un principiomarcharse el sábado y hasta el sábado pensabaquedarse.

Despuésdel almuerzo lasmuchachas fueronaMerytonparaaveriguar siWickhamhabíaregresado,ylamentarsuausenciaenelbailedeNetherfield.Leencontraronalentrarenelpuebloylasacompañóacasadesutía,dondesecharlólargoytendidosobresuausenciaysudesgraciaylaconsternaciónquea todoshabíaproducido.Pero anteElizabeth reconocióvoluntariamentequesuausenciahabíasidopremeditada.

––Al acercarse el momento ––dijo––me pareció que haríamejor en noencontrarmeconDarcy,pueselestar juntosenunsalóndurante tantashorashubiera sido superior a mis fuerzas y la situación podía haberse hechodesagradable,además,aotraspersonas.

Elizabeth aprobó por completo la conducta de Wickham y ambos ladiscutieron ampliamente haciéndose elogios mutuos mientras iban haciaLongbourn, adondeWickham y otro oficial acompañaron a las muchachas.

DuranteelpaseoWickhamsededicóporenteroaElizabeth,yleproporcionóuna doble satisfacción: recibir sus cumplidos y tener la ocasión de––presentárseloasuspadres.

Al poco rato de haber llegado, trajeron una carta para Jane. Venía deNetherfieldylajovenlaabrióinmediatamente.Elsobreconteníaunahojitadepapelmuyeleganteysatinado,cubiertaporlaescrituradeunahermosayágilmanodemujer.Elizabethnotóqueel semblantedesuhermanacambiabaalleeryquesedeteníafijamenteendeterminadospárrafos.Janesesobrepusoenseguida; dejó la carta y trató de intervenir con su alegría de siempre en laconversacióndetodos;peroElizabethsentíatantacuriosidadqueinclusodejódeprestaratenciónaWickham.Yencuantoélysucompañerosefueron,Janelainvitóconunamiradaaquelaacompañasealpisodearriba.Unavezensucuarto,Janelemostrólacartayledijo:

––Es de Caroline Bingley; su contenido me ha sorprendido muchísimo.Todos los de la casa han abandonado Netherfield y a estas horas están decaminoalacapital,dedondenopiensanregresar.Oyeloquedice.

Jane leyóenvozaltaelprimerpárrafodonde semanifestabaquehabíandecididoirconsuhermanoaLondresyqueteníanlaintencióndecomeraquelmismo día en la calle Grosvenor, donde el señor Hurst tenía su casa. Losiguiente estaba redactado de la siguiente forma: «No siento dejarHertfordshiremásqueporti,queridísimaamiga;peroesperovolveradisfrutarmás adelante de los deliciosos momentos que pasamos juntas y entre tantopodemos aminorar la pena de la separación con cartas muy frecuentes yefusivas. Cuento con tu correspondencia.» Elizabeth escuchó todas estassoberbiasexpresionesconimpasibilidadporladesconfianzaquelemerecían.Lesorprendíalaprecipitaciónconlaquesehabíanmarchado,peroenrealidadnoveíaporquélamentarlo.NopodíasuponersequeelhechodequeellasnoestuviesenenNetherfieldimpidieseveniraBingley;yencuantoalaausenciade las damas, estaba segura de que Jane se consolaría con la presencia delhermano.

––Es una lástima ––le dijo después de una breve pausa–– que no hayaspodido ver a tus amigas antes de que se fueran. Pero ¿no podemos tener laesperanza de que ese «más adelante» de futura felicidad que tu amiga tantodeseallegueantesdeloqueellacreeyqueesaestupendarelaciónquehabéistenidocomoamigasserenueveconmayorsatisfaccióncomohermanas?EllasnovanadeteneralseñorBingleyenLondres.

––Caroline dice que decididamente ninguno volverá aHertfordshire esteinvierno.Te lo leeré:«Cuandomihermanonosdejóayer, se imaginabaquelos asuntos que le llamaban aLondres podrían despacharse en tres o cuatrodías;perocomosabemosquenoseráasíyconvencidas,almismotiempo,de

que cuando Charles va a la capital no tiene prisa por volver, hemosdeterminado irnos con él para que no tenga que pasarse las horas que lequedan libres en un hotel, sin ninguna comodidad. Muchas de nuestrasrelaciones están ya allí para pasar el invierno; me gustaría saber si usted,queridísima amiga, piensa hacer lo mismo; pero no lo creo posible. DeseosinceramentequelasnavidadesenHertfordshireseanpródigasenlasalegríaspropias de esas festividades, y que sus galanes sean tan numerosos que lesimpidansentirlapérdidadelostrescaballerosquelesarrebatamos.»

––Porlotanto,esevidente––añadióJane––queelseñorBingleynovaavolveresteinvierno.––LoúnicoqueesevidenteesquelaseñoritaBingleyeslaquedicequeélnovaavolver.

––¿Porquélocreesasí?DebedesercosadelseñorBingley:Nodependedenadie.Peronolosabestodoaún.Voyaleerteelpasajequemásmehiere.No quiero ocultarte nada. «El señor Darcy está impaciente por ver a suhermana, y la verdad es que nosotras no estamosmenos deseosas de verla.CreoqueGeorginaDarcynotieneigualporsubelleza,eleganciaytalento,yel afecto que nos inspira a Louisa y a mí aumenta con la esperanza queabrigamosdequeseaenelfuturonuestrahermana.Nosésialgunavezlehemanifestado a ustedmi sentir sobre este particular; pero no quiero irme sinconfiárselo, y me figuro que lo encontrará muy razonable. Mi hermano yasientegranadmiraciónporella,yahora tendráfrecuentesocasionesdeverlaconlamayorintimidad.LafamiliadeGeorginadeseaestaunióntantocomonosotras,ynocreoquemecieguelapasióndehermanaalpensarqueCharlesesmuy capaz de conquistar el corazón de cualquiermujer. Con todas estascircunstancias en favor de esta relación y sin nada que la impida, no puedoequivocarme, queridísima Jane, si tengo la esperanza de que se realice elacontecimientoquetraeríalafelicidadatantosseres.»

––¿Qué opinas de este párrafo, Lizzy? ––preguntó Jane al terminar deleer––. ¿No está bastante claro? ¿No expresa claramente que Caroline niesperanideseaqueyoseasuhermana,queestácompletamenteconvencidadela indiferencia de su hermano, y que si sospecha la naturaleza de missentimientos hacia él, se propone, con toda amabilidad, eso sí, ponerme enguardia?¿Puededarseotrainterpretaciónaesteasunto?

––Sí se puede. Yo lo interpreto de modo muy distinto. ¿Quieres sabercómo?––Claroquesí.

––Telodiréenpocaspalabras.LaseñoritaBingleysehadadocuentadequesuhermanoestáenamoradodetiyellaquierequesecaseconlaseñoritaDarcy.Sehaidoalacapitaldetrásdeél,conlaesperanzaderetenerloallí,ytratadeconvencertedequeaBingleynoleimportasnada.

Janelonegóconlacabeza.

––Asíes,Jane;debescreerme.Nadiequeoshayavistojuntospuededudardel cariño deBingley. Su hermana no lo duda tampoco, no es tan tonta. SihubiesevistoenDarcylamitaddeeseafectohaciaella,yahabríaencargadoeltrajedenovia.Peroloquepasaeslosiguiente:quenosomoslobastantericasni lobastantedistinguidasparaellos.Si laseñoritaBingley tiene talafánencasara laseñoritaDarcyconsuhermano,esporquedeestemodo leseríaaella menos difícil casarse con el propio Darcy; lo que me parece un pocoingenuoporsuparte.Peromeatreveríaacreerquelograríasusanhelossinoestuviese de por medio la señorita de Bourgh. Sin embargo, tú no puedespensarenserioqueporelhechodeque laseñoritaBingley tedigaqueasuhermanolegustalaseñoritaDarcy,élestémenosenamoradodetideloqueestabaeljuevesaldespedirse;niqueleseaposibleasuhermanaconvencerledequeenvezdequererteatiquieraalaseñoritaDarcy.

––Si nuestra opinión sobre la señorita Bingley fuese lamisma ––repusoJane––,tuexplicaciónmetranquilizaría.Peromeconstaqueeresinjustaconella.Caroline es incapazde engañar anadie; loúnicoquepuedo esperar enestecasoesqueseestéengañandoasímisma.

––Esoes.Nopodíahabérseteocurridounaideamejor,yaquelamíanoteconsuela. Supón que se engaña. Así quedarás bien con ella y verás que notienesporquépreocuparte.

––PeroLizzy, ¿puedo ser feliz, aun suponiendo lomejor, al aceptar aunhombrecuyashermanasyamigosdeseanquesecaseconotra?

––Eso debes decidirlo tú misma ––dijo Elizabeth––, si después de unamadurareflexiónencuentrasque ladesgraciadedisgustarasushermanasesmásqueequivalentea lafelicidaddesersumujer, teaconsejo,desde luego,querechacesaBingley.

––¡Qué cosas tienes! dijo Jane con una leve sonrisa––.Debes saber queaunquemeapenaríamuchosudesaprobación,novacilaría.

––Yamelofiguraba,ysiendoasí,nocreoquepuedacompadecermedetusituación.

––Pero si novuelve en todoel invierno,mi elecciónno servirádenada.¡Puedenpasartantascosasenseismeses!

Elizabeth rechazaba la idea de que Bingley no volviese; le parecíasencillamenteunasugerenciadelosinteresadosdeseosdeCaroline,ynopodíasuponerni porunmomentoque semejantesdeseos, tanto si losmanifestabaclara o encubiertamente, influyesen en el animo de un hombre tanindependiente.

Expusoasuhermanalomáselocuentementequepudosumododever,y

no tardóenobservar el buenefectode suspalabras. Jane erapornaturalezaoptimista,loquelafuellevandogradualmentealaesperanzadequeBingleyvolvería aNetherfield y llenaría todos los anhelos de su corazón, aunque ladudalaasaltasedevezencuando.

AcordaronquenoinformaríanalaseñoraBennetmásquedelapartidadelafamilia,paraquenosealarmasedemasiado;perosealarmódetodosmodosbastante; y lamentó la tremenda desgracia de que las damas se hubiesenmarchadoprecisamentecuandohabíanintimadotanto.Sedoliómuchodeello,pero se consoló pensando queBingley no tardaría en volver para comer enLongbourn,yacabódeclarandoqueapesardequelehabíaninvitadoacomersóloenfamilia,tendríabuencuidadodeprepararparaaqueldíadosplatosdeprimera.

CAPÍTULOXXII

LosBennetfueroninvitadosacomerconlosLucas,ydenuevolaseñoritaLucastuvolaamabilidaddeescucharaCollinsdurantelamayorpartedeldía.Elizabethaprovechólaprimeraoportunidadparadarlelasgracias.

––Estoleponedebuenhumor.Teestoymásagradecidadeloquepuedasimaginar––ledijo.

Charlotteleaseguróquesealegrabadepoderhaceralgoporella,yqueesolecompensabaelpequeñosacrificioque lesuponíadedicarlesu tiempo.Eramuyamabledesuparte,perolaamabilidaddeCharlotte ibamáslejosdeloqueElizabethpodíasospechar:suobjetivonoeraotroqueevitarqueCollinsle volviese a dirigir sus cumplidos a su amiga, atrayéndolos para símisma.ÉsteeraelplandeCharlotte,ylasaparienciaslefuerontanfavorablesquealsepararse por la noche casi habría podido dar por descontado el éxito, siCollinsnotuviesequeirsetanprontodeHertfordshire.Peroalconcebirestaduda, no hacía justicia al fogoso e independiente carácter de Collins; a lamañanasiguienteseescapódeLongbournconadmirablesigiloycorrióacasade los Lucas para rendirse a sus pies. Quiso ocultar su salida a sus primasporque si le hubiesen visto habrían descubierto su intención, y no queríapublicarlo hasta estar seguro del éxito; aunque se sentía casi seguro delmismo,puesCharlotte lehabía animado lobastante, perodesde su aventuradel miércoles estaba un poco falto de confianza. No obstante, recibió unaacogidamuyhalagüeña.LaseñoritaLucasleviollegardesdeunaventana,yal instantesalióalcaminoparaencontrarseconélcomodecasualidad.Peropocopodíaellaimaginarsecuántoamorycuántaelocuencialeesperaban.

Enelcortoespaciode tiempoquedejaron los interminablesdiscursosdeCollins, todoquedóarregladoentreambosconmutuasatisfacción.Alentrarenlacasa,Collinslesuplicóconelcorazónqueseñalaseeldíaenqueibaahacerle elmás feliz de los hombres; y aunque semejante solicitud debía seraplazadademomento,ladamanodeseabajugarconsufelicidad.Laestupidezconquelanaturalezalahabíadotadoprivabaasucortejodelosencantosquepueden inclinaraunamujeraprolongarlo; a la señoritaLucas,que lohabíaaceptado solamente por el puro y desinteresado deseo de casarse, no leimportabaloprontoqueesteacontecimientohabríaderealizarse.

SelocomunicaronrápidamenteasirWilliamyaladyLucasparaquelesdieransuconsentimiento,quefueotorgadoconlamayorprestezayalegría.LasituacióndeCollinsleconvertíaenunpartidomuyapetecibleparasuhija,aquiennopodíanlegarmásqueunaescasafortuna,ylasperspectivasdeunfuturobienestarerandemasiadotentadoras.LadyLucassepusoacalcularseguidamenteyconmásinterésquenuncacuántosañosmáspodríavivirelseñorBennet,ysirWilliamexpresósuopinióndequecuandoCollinsfuesedueñodeLongbournseríamuyconvenientequeélysumujerhiciesensuapariciónenSt.James.Totalquetodalafamiliaseregocijómuchísimoporlanoticia.Lashijasmenoresteníanlaesperanzadeserpresentadasensociedadunañoodosantesdeloquelohabríanhechodenoserporestacircunstancia.LoshijossevieronlibresdeltemordequeCharlottesequedasesoltera.Charlotteestabatranquila.Habíaganadolapartidayteníatiempoparaconsiderarlo.Susreflexioneseranengeneralsatisfactorias.Adecirverdad,Collinsnoeraniinteligentenisimpático,sucompañíaerapesadaysucariñoporelladebíadeserimaginario.Pero,alfinyalcabo,seríasumarido.ApesardequeCharlottenoteníaunagranopinióndeloshombresnidelmatrimonio,siemprelohabíaambicionadoporqueeralaúnicacolocaciónhonrosaparaunajovenbieneducadaydefortunaescasa,y,aunquenosepudieseasegurarquefueseunafuentedefelicidad,siempreseríaelmásgratorecursocontralanecesidad.Esterecursoeraloque acababa de conseguir, ya que a losveintisieteañosdeedad,sinhabersidonuncabonita,eraunaverdaderasuerteparaella.LomenosagradabledetodoeralasorpresaquesellevaríaElizabethBennet,cuyaamistadvalorabamásqueladecualquierotrapersona.Elizabethse quedaría boquiabierta y probablemente no lo aprobaría; y, aunque ladecisiónyaestabatomada,ladesaprobacióndeElizabethleibaadolermucho.Resolviócomunicárseloellamisma,porloquerecomendóaCollins,cuandoregresó a Longbourn a comer, que no dijese nada de lo sucedido.Naturalmente,él leprometiócomoeradebidoqueguardaríaelsecreto;perosu trabajo le costó, porque la curiosidad que había despertado su largaausenciaestallóasuregresoenpreguntastandirectasquesenecesitabamuchadestrezaparaevadirlas;porotraparte,representabaparaCollinsunaverdaderaabnegación,puesestabaimpacienteporpregonaraloscuatrovientossuéxito

amoroso.

Al día siguiente tenía que marcharse, pero como había de ponerse decaminodemasiadotempranoparapoderveraalgúnmiembrodelafamilia,laceremoniadeladespedidatuvolugarenelmomentoenquelasseñorasfueronaacostarse.LaseñoraBennet,congrancortesíaycordialidad,ledijoquesealegraría mucho de verle en Longbourn de nuevo cuando sus demáscompromisoslepermitieranvisitarles.

––Mi querida señora ––repusoCollins––, agradezco particularmente estainvitación porque deseaba mucho recibirla; tenga la seguridad de que laaprovecharéloantesposible.

Todos se quedaron asombrados, y el señorBennet, que de ningúnmododeseabatanrápidoregreso,seapresuróadecir:

––Pero, ¿no hay peligro de que lady Catherine lo desapruebe esta vez?Valemásqueseanegligenteconsusparientesquecorraelriesgodeofenderasupatrona.

––Queridoseñor––respondióCollins––,lequedomuyreconocidoporestaamistosaadvertencia,ypuedeustedcontarconquenodaréunsolopasoquenoestéautorizadoporSuSeñoría.

––Todaslasprecaucionessonpocas.Arriésgueseacualquiercosamenosaincomodarla,ysicreeustedquepuedendarlugaraellosusvisitasanuestracasa,cosaqueconsideromásqueposible,quédesetranquilamenteenlasuyayconsuélesepensandoquenosotrosnonosofenderemos.

––Créame, mi querido señor, mi gratitud aumenta con sus afectuososconsejos, por lo que le prevengo que en breve recibirá una carta deagradecimientopor lomismoypor todas lasotraspruebasdeconsideraciónqueustedmehadadodurantemipermanenciaenHertfordshire.Encuantoamishermosasprimas, aunquemi ausencianohade ser tan larga comoparaque haya necesidad de hacerlo, me tomaré la libertad de desearles salud yfelicidad,sinexceptuaramiprimaElizabeth.

Despuésdeloscumplidosderigor,lasseñorasseretiraron.Todasestabanigualmentesorprendidasalverquepensabavolverpronto.LaseñoraBennetqueríaatribuirloaqueseproponíadirigirseaunadesushijasmenores,porloque determinó convencer a Mary para que lo aceptase. Esta, en efecto,apreciaba a Collins más que las otras; encontraba en sus reflexiones unasolidezqueamenudo ladeslumbraba,yaunquedeningúnmodo le juzgabataninteligentecomoella,creíaquesiseleanimabaaleeryaaprovecharunejemplocomoelsuyo,podríallegaraseruncompañeromuyagradable.Peroa la mañana siguiente todo el plan se quedó en agua de borrajas, pues laseñorita Lucas vino a visitarles justo después del almuerzo y en una

conversaciónprivadaconElizabethlerelatóelsucesodeldíaanterior.

AElizabethyaselehabíaocurridounoodosdíasanteslaposibilidaddequeCollinssecreyeseenamoradodesuamiga,peroqueCharlottelealentasele parecía tan imposible como que ella misma lo hiciese. Su asombro, porconsiguiente,fuetangrandequesobrepasótodoslos límitesdeldecoroynopudoreprimirgritarle:

––¡ComprometidaconelseñorCollins!¿Cómoesposible,Charlotte?

Charlotte había contado la historia con mucha serenidad, pero ahora sesentíamomentáneamenteconfusaporhaberrecibidounreprochetandirecto;aunqueeraloquesehabíaesperado.Peroserecuperóprontoydijoconcalma:

––¡De qué te sorprendes, Elizabeth? ¿Te parece increíble que el señorCollinshayasidocapazdeprocurarlaestimacióndeunamujerporelhechodenohabersidoafortunadocontigo?

Pero, entretanto, Elizabeth había recuperado la calma, y haciendo unenorme esfuerzo fue capaz de asegurarle con suficiente firmeza que leencantaba la idea de su parentesco y que le deseaba toda la felicidad delmundo.

––Sé lo que sientes ––repuso Charlotte––. Tienes que estar sorprendida,sorprendidísima, haciendo tan poco que el señor Collins deseaba casarsecontigo. Pero cuando hayas tenido tiempo de pensarlo bien, espero quecomprenderásloquehehecho.Sabesquenosoyromántica.Nuncalohesido.Nobuscomásqueunhogarconfortable,y teniendoencuentaelcarácterdeCollins, sus relaciones y su posición, estoy convencida de que tengo tantasprobabilidadesdeserfelizconél,comolasquepuedetenerlamayoríadelagentequesecasa.

Elizabethlecontestódulcemente:––Esindudable.

Ydespuésdeunapausaalgoembarazosa,fueronareunirseconelrestodelafamilia.CharlottesemarchóenseguidayElizabethsequedómeditandoloqueacababadeescuchar.Tardómuchoenhacersealaideadeuncasamientotan disparatado. Lo raro que resultaba que Collins hubiese hecho dosproposicionesdematrimonioentresdías,noeranadaencomparaciónconelhecho de que hubiese sido aceptado. Siempre creyó que las teorías deCharlotte sobre el matrimonio no eran exactamente como las suyas, peronuncasupusoquealponerlasenprácticasacrificasesusmejoressentimientosa cosas mundanas. Y al dolor que le causaba ver cómo su amiga se habíadesacreditadoy había perdidomuchade la estimaque le tenía, se añadía elpenoso convencimientodeque le sería imposible ser feliz con la suerte quehabíaelegido.

CAPÍTULOXXIII

Elizabethestabasentadaconsumadreysushermanasmeditandosobreloque había escuchado y sin saber si debía o no contarlo, cuando apareció elpropioSirWilliamLucas,enviadoporsuhija,paraanunciarelcompromisoalafamilia.Entremuchoscumplidosycongratulándosedelaunióndelasdoscasas, reveló el asunto a una audiencia no sólo estupefacta, sino tambiénincrédula,pueslaseñoraBennet,conmásobstinaciónquecortesía,afirmóquedebía de estar completamente equivocado, y Lydia, siempre indiscreta y amenudomaleducada,exclamóalborotadamente:

––¡Santo Dios! ¿Qué está usted diciendo, sirWilliam? ¿No sabe que elseñorCollinsquierecasarseconElizabeth?

Sólo la condescendencia de un cortesano podía haber soportado, sinenfurecerse, aquel comportamiento; pero la buena educación de sirWilliamestabaporencimadetodo.Rogóquelepermitierangarantizarlaverdaddeloque decía, pero escuchó todas aquellas impertinencias con la más absolutacorrección.

Elizabethse sintióobligadaaayudarlea salirde tanenojosasituación,yconfirmó sus palabras, revelando lo que ella sabía por la propia Charlotte.Trató de poner fin a las exclamaciones de su madre y de sus hermanasfelicitandocalurosamente a sirWilliam, en loquepronto fue secundadaporJane,ycomentandolafelicidadquesepodíaesperardelacontecimiento,dadoelexcelentecarácterdelseñorCollinsylaconvenientedistanciadeHunsfordaLondres.

La señoraBennet estaba ciertamente demasiado sobrecogida para hablarmuchomientrassirWilliampermanecióenlacasa;pero,encuantosefue,sedesahogórápidamente.Primero,insistíaennocreerniunapalabra;segundo,estaba seguradequeaCollins lohabíanengañado; tercero, confiabaenquenunca serían felices juntos; y cuarto, la boda no se llevaría a cabo. Sinembargo,detodoellosedesprendíanclaramentedoscosas:queElizabetherala verdadera causa de toda la desgracia, y que ella, la señoraBennet, habíasido tratada de un modo bárbaro por todos. El resto del día lo pasódespotricando,ynohubonadaquepudieseconsolarlaocalmarla.Tuvoquepasar una semana antes de que pudiese ver a Elizabeth sin reprenderla; unmes, antes de que dirigiera la palabra a sirWilliam o a lady Lucas sin sergrosera;ymucho,antesdequeperdonaraaCharlotte.

ElestadodeánimodelseñorBennetantelanoticiaeramástranquilo;esmás,hastasealegró,porquedeestemodopodíacomprobar,segúndijo,queCharlotte Lucas, a quien nunca tuvo por muy lista, era tan tonta como su

mujer,ymuchomásquesuhija.

Janeconfesóque sehabía llevadouna sorpresa;perohablómenosde suasombroquedesussincerosdeseosdequeambosfuesenfelices,nisiquieraElizabethlogróhacerleverquesemejantefelicidaderaimprobable.CatherineyLydiaestabanmuylejosdeenvidiaralaseñoritaLucas,puesCollinsnoeramásqueunclérigoyelsucesonoteníaparaellasmásinterésqueeldepoderdifundirloporMeryton.

LadyLucasnopodía resistir ladichadepoderdesquitarse con la señoraBennetmanifestándoleelconsueloquelesuponíatenerunahijacasada;ibaaLongbournconmásfrecuenciaquedecostumbreparacontarlofelizqueera,aunque las poco afablesmiradas y los comentariosmal intencionados de laseñoraBennetpodríanhaberacabadocontodaaquellafelicidad.

EntreElizabethyCharlottehabíaunabarreraqueleshacíaguardarsilenciosobreel tema,yElizabeth tenía la impresióndequeyanovolveríaaexistirverdadera confianza entre ellas. La decepción que se había llevado deCharlottelehizovolversehaciasuhermanaconmáscariñoyadmiraciónquenunca, su rectitud y su delicadeza le garantizabanque su opinión sobre ellanuncacambiaría,ycuyafelicidadcadadíalateníamáspreocupada,pueshacíayaunasemanaqueBingleysehabíamarchadoynadasesabíadesuregreso.

JanecontestóenseguidalacartadeCarolineBingley,ycalculabalosdíasquepodíatardarenrecibirlarespuesta.LaprometidacartadeCollinsllegóelmartes,dirigidaalpadreyescritacon toda lasolemnidaddeagradecimientoque sólo un año de vivir con la familia podía haber justificado.Después dedisculparsealprincipio,procedíaainformarle,conmuchagrandilocuencia,desufelicidadporhaberobtenidoelafectodesuencantadoravecinalaseñoritaLucas,yexpresabaluegoquesóloconlaintencióndegozardesucompañíasehabíasentidotandispuestoaaccederasusamablesdeseosdevolverseaverenLongbourn,adondeesperaba regresardel lunesenquincedías;pues ladyCatherine, agregaba, aprobaba tan cordialmente su boda, que deseaba secelebrasecuantoantes,cosaqueconfiabaseríaunargumentoirrebatibleparaquesuqueridaCharlottefijaseeldíaenquehabríadehacerleelmásfelizdeloshombres.

LavueltadeCollinsaHertfordshireyanoeramotivodesatisfacciónparalaseñoraBennet.Alcontrario,lodeplorabamásquesumarido:«EramuyraroqueCollinsvinieseaLongbournenvezde ir a casade losLucas; resultabamuyinconvenienteyextremadamenteembarazoso.Odiabatenervisitasdadosu mal estado de salud, y los novios eran los seres más insoportables delmundo.»Éstos eran los continuosmurmullos de la señoraBennet, que sólocesabananteunaangustiaaúnmayor:lalargaausenciadelseñorBingley.

NiJaneniElizabethestabantranquilasconestetema.Losdíaspasabansin

que tuviesemásnoticiaque laquepronto se extendióporMeryton:que losBingleynovolveríanentodoelinvierno.LaseñoraBennetestabaindignadaynocesabadedesmentirlo,asegurandoqueeralafalsedadmásatrozqueoírsepuede.

Incluso Elizabeth comenzó a temer, no que Bingley hubiese olvidado aJane,sinoquesushermanaspudiesenconseguirapartarlodeella.Apesardeno querer admitir una idea tan desastrosa para la felicidad de Jane y tanindigna de la firmeza de su enamorado, Elizabeth no podía evitar que confrecuencia se lepasasepor lamente.Temíaqueel esfuerzoconjuntode susdesalmadas hermanas y de su influyente amigo, unido a los atractivos de laseñoritaDarcyyalosplaceresdeLondres,podíansuponerdemasiadascosasalavezencontradelcariñodeBingley.

En cuanto a Jane, la ansiedad que esta duda le causaba era, como esnatural,máspenosaque ladeElizabeth;perosintiese loquesintiese,queríadisimularlo,yporestoentreellaysuhermananuncasealudíaaaquelasunto.Asumadre,sinembargo,nolaconteníaigualdelicadezaynopasabaunahorasin que hablase de Bingley, expresando su impaciencia por su llegada opretendiendo que Jane confesase que, si no volvía, la habrían tratado de lamaneramásindecorosa.SenecesitabatodalasuavidaddeJaneparaaguantarestosataquescontolerabletranquilidad.

Collinsvolviópuntualmentedellunesenquincedías;elrecibimientoqueselehizoenLongbournnofuetancordialcomoeldelaprimeravez.Peroelhombreerademasiadofelizparaquenadalehiciesemella,yporsuerteparatodos, estaba tan ocupado en su cortejo que se veían libres de su compañíamuchotiempo.LamayorpartedeldíaselopasabaencasadelosLucas,yaveces volvía a Longbourn sólo con el tiempo justo de excusar su ausenciaantesdequelafamiliaseacostase.

La señora Bennet se encontraba realmente en un estado lamentable. Lasolamención de algo concerniente a la boda le producía un ataque demalhumor, y dondequiera que fuese podía tener por seguro que oiría hablar dedichoacontecimiento.Elver a la señoritaLucas ladescomponía.Lamirabacon horror y celos al imaginarla su sucesora en aquella casa. Siempre queCharlotte venía a verlos, la señora Bennet llegaba a la conclusión de queestaba anticipando la hora de la toma de posesión, y todas las veces que lecomentabaalgoenvozbajaaCollins,estabaconvencidadequehablabandelaherenciadeLongbournyplaneabanecharlaaellayasushijasencuantoelseñor Bennet pasase a mejor vida. Se quejaba de ello amargamente a sumarido.

––Laverdad,señorBennet––ledecía––,esmuyduropensarqueCharlotteLucasseráundíaladueñadeestacasa,yqueyomeveréobligadaacederleel

sitioyavivirviéndolaenmilugar.

––Querida, no pienses en cosas tristes. Tengamos esperanzas en cosasmejores.Animémonosconlaideadequepuedosobrevivirte.

Noeramuyconsolador,quedigamos,paralaseñoraBennet;sinembargó,envezdecontestar,continuó:

––No puedo soportar el pensar que lleguen a ser dueños de toda estapropiedad.Sinofueraporellegado,metraeríasincuidado.

––¿Qué es lo que te traería sin cuidado? ––Me traería sin cuidadoabsolutamentetodo.

––Demos gracias, entonces, de que te salven de semejante estado deinsensibilidad.

––Nuncapodrédargraciaspornadaqueserefieraallegado.Noentenderéjamás que alguien pueda tener la conciencia tranquila desheredando a suspropiashijas.Yparacolmo,¡queelherederotengaqueserelseñorCollins!¿Porquéél,ynocualquierotro?

––Lodejoatupropiaconsideración.

CAPÍTULOXXIV

La carta de la señorita Bingley llegó, y puso fin a todas las dudas. LaprimerafraseyacomunicabaquetodossehabíanestablecidoenLondresparapasarelinvierno,yalfinalexpresabaelpesardelhermanopornohabertenidotiempo,antesdeabandonarelcampo,depasarapresentarsusrespetosasusamigosdeHertfordshire.

No había esperanza, se había desvanecido por completo. Jane siguióleyendo,peroencontrópocascosas,apartedelasexpresionesdeafectodesuautora, que pudieran servirle de alivio. El resto de la carta estaba casi porentero dedicado a elogiar a la señorita Darcy. Insistía de nuevo sobre susmúltiples atractivos, y Caroline presumía muy contenta de su crecienteintimidad con ella, aventurándose a predecir el cumplimiento de los deseosqueyamanifestabaenlaprimeracarta.También1econtabaconregocijoquesu hermano era íntimo de la familia Darcy, y mencionaba con entusiasmociertosplanesdeesteúltimo,relativosalnuevomobiliario.

Elizabeth,aquienJanecomunicóenseguidalomásimportantedeaquellasnoticias,laescuchóensilencioymuyindignada.Sucorazónfluctuabaentrelapreocupaciónporsuhermanayelodioatodoslosdemás.Nodabacréditoala

afirmación deCaroline de que su hermano estaba interesado por la señoritaDarcy. No dudaba, como no lo había dudado jamás, que Bingley estabaenamorado de Jane; pero Elizabeth, que siempre le tuvo tanta simpatía, nopudopensarsinrabia,einclusosindesprecio,enaquelladebilidaddecarácteryensufaltadedecisión,quelehacíanesclavodesusintrigantesamigosylearrastraban a sacrificar su propia felicidad al capricho de los deseos deaquellos.Sinosacrificasemásquesufelicidad,podríajugarconellacomoseleantojase;perosetratabatambiéndelafelicidaddeJane,ypensabaqueéldebería tenerloencuenta.Enfin,eraunadeesascosascon lasquees inútilromperselacabeza.

Elizabeth no podía pensar en otra cosa; y tanto si el interés de Bingleyhabíamuertorealmente,comosihabíasidoobstaculizadopor la intromisiónde sus amigos; tanto si Bingley sabía del afecto de Jane, como si le habíapasado inadvertido; en cualquiera de los casos, y aunque la opinión deElizabeth sobreBingleypudiesevariar según las diferencias, la situacióndeJaneseguíasiendolamismaysupazsehabíaperturbado.

UndíaodostranscurrieronantesdequeJanetuvieseelvalordeconfesarsussentimientosasuhermana;pero,alfin,enunmomentoenquelaseñoraBennetlasdejósolasdespuésdehaberseirritadomásquedecostumbreconeltemadeNetherfieldysudueño,lajovennolopudoresistiryexclamó:

––¡Si mi querida madre tuviese más dominio de sí misma! No puedehacerse idea de lo queme duelen sus continuos comentarios sobre el señorBingley.Peronomepondrétriste.Nopuededurarmucho.Loolvidaréytodosvolveremosasercomoantes.

Elizabeth,solícitaeincrédula,miróasuhermana,peronodijonada.

––¿Lo dudas? ––preguntó Jane ligeramente ruborizada––. No tienesmotivos.Lerecordarésiemprecomoelmejorhombrequeheconocido,esoestodo. Nada tengo que esperar ni que temer, y nada tengo que reprocharle.Gracias a Dios, nome queda esa pena. Así es que dentro de poco tiempo,estarémuchomejor.

Convozmásfuerteañadiódespués:

––Tengo el consuelo de pensar que no ha sido más que un error de laimaginación por mi parte y que no ha perjudicado a nadie más que a mímisma.

––¡Querida Jane! ––exclamó Elizabeth––. Eres demasiado buena. Tudulzuraytudesinteréssonverdaderamenteangelicales.Noséquédecirte.Mesiento como si nunca te hubiese hecho justicia, o como si no te hubiesequeridotodoloquemereces.

Jane negó vehementemente que tuviese algún mérito extraordinario yrechazóloselogiosdesuhermanaqueeransóloproductodesugranafecto.

––No ––dijo Elizabeth––, eso no está bien. Todo el mundo te parecerespetabley teofendes siyohablomaldealguien.Túeres laúnicaaquienencuentroperfectaytampocoquieresquetelodiga.Notemasquemeexcedaapropiándomede tu privilegio de bondaduniversal.Nohaypeligro.Apocagente quiero de verdad, y demuy pocos tengo buen concepto. Cuantomásconozcoelmundo,másmedesagrada,yeltiempomeconfirmamicreenciaenlainconsistenciadelcarácterhumano,yenlopocoquesepuedeunofiardelasaparienciasdebondadointeligencia.Últimamentehetenidodosejemplos:unoquenoquieromencionar, y el otro, la bodadeCharlotte. ¡Es increíble!¡Lomirescomolomires,esincreíble!

––Querida Lizzy, no debes tener esos sentimientos, acabarán con tufelicidad.Notienesenconsideraciónlasdiferentessituacionesylaformadeser de las personas. Ten en cuenta la respetabilidad del señor Collins y elcarácterfirmeyprudentedeCharlotte.Recuerdaqueperteneceaunafamilianumerosa,yenloqueserefierealafortuna,esunabodamuydeseable,debescreer, por el amor deDios, que puede que sienta cierto afecto y estima pornuestroprimo.

––Por complacerte, trataría de creer lo que dices, pero nadie saldríabeneficiado, porque si sospechase que Charlotte siente algún interés por elseñorCollins,tendríapeoropinióndesuinteligenciadelaqueahoratengodesu corazón.Querida Jane, el señorCollins es un hombre engreído, pedante,cerrilymentecato;losabestanbiencomoyo;ycomoyotambiéndebessaberque la mujer que se case con él no puede estar en su sano juicio. No ladefiendasporqueseaCharlotteLucas.Porunapersonaenconcretonodebestrastocarelsignificadodeprincipioydeintegridad,niintentarconvencerteatimismaoamí,dequeelegoísmoesprudenciaodequelainsensibilidadanteelpeligroesunsegurodefelicidad.

––Hablasdelosdoscondemasiadadureza––repusoJane––,yesperoquelo admitirás cuando veas que son felices juntos. Pero dejemos esto. Hicistealusiónaotracosa.Mencionastedosejemplos.Yasédequésetrata,peroteruego, querida Lizzy, que no me hagas sufrir culpando a esa persona ydiciendoquehasperdidolabuenaopiniónqueteníasdeél.Nodebemosestartan predispuestos a imaginarnos que nos han herido intencionadamente. Nopodemosesperarqueunhombrejovenytanvitalseasiempretancircunspectoy comedido. A menudo lo que nos engaña es únicamente nuestra propiavanidad.Lasmujeresnoscreemosquelaadmiraciónsignificamásdeloqueesenrealidad.

––Yloshombressecuidanbiendequeasísea.

––Si lohacenpremeditadamente, no tienen justificación; peromeparecequenohaytantapremeditaciónenelmundocomomuchagentesefigura.

––Nopretendoatribuira lapremeditaciónlaconductadelseñorBingley;perosinquererobrarmalohacersufriralosdemás,sepuedencometererroresyhacermuchodaño.Deesoseencarganlainconsciencia,lafaltadeatenciónalossentimientosdeotraspersonasylafaltadedecisión.

––¿Achacasloocurridoaalgodeeso?

––Sí, a lo último. Pero si sigo hablando, te disgustaré diciendo lo quepiensodepersonasquetúestimas.Valemásqueprocuresquemecalle.

¿Persistesensuponer,pues,que lashermanas influyenenél?––Sí, juntoconsuamigo.

––No lo puedo creer. ¿Por qué iba a hacerlo? Sólo pueden desear sufelicidad;ysiélmequiereamí,ningunaotramujerpodráproporcionársela.

Tuprimerasuposiciónesfalsa.Puedendesearmuchascosasademásdesufelicidad;puedendesearqueaumentesuriqueza,conloqueellotraeconsigo;puedendesearquesecaseconunachicaquetengatodalaimportanciaquedaeldinero,lasgrandesfamiliasyelorgullo.

––Oseaquedeseanque elija a la señoritaDarcy––replicó Jane––;peroquizálesmuevanmejoresintencionesdelasquecrees.Lahantratadomuchomásqueamí, es lógicoque laquieranmás.Perocualesquieraque sean susdeseos,esmuypocoprobablequesehayanopuestoalosdesuhermano.¿Quéhermanasecreeríaconderechoahacerlo,anoserquehubiesealgomuygraveque objetar? Si hubiesen visto que se interesabamucho pormí, no habríanprocuradosepararnos;ysiélestuvieseefectivamentetaninteresado,todossusesfuerzosseríaninútiles.Alsuponerquemequiere,sóloconsiguesatribuirunmalcomportamientoyunaactituderróneaa todoelmundoyhacermeamísufrir más todavía. No me avergüenzo de haberme equivocado y si meavergonzara,misufrimientonoseríanadaencomparaciónconeldolorquemecausaríapensarmaldeBingleyode sushermanas.Déjame interpretarlodelmejormodoposible,delmodoquelohagamásexplicable.

Elizabethnopodíaoponerseatalesdeseos;ydesdeentonceselnombredeBingleypocasvecessevolvióapronunciarentreellas.

LaseñoraBennetseguíaaúnextrañadaymurmurandoalverqueBingleyno regresaba; y aunque no pasaba día sin que Elizabeth le hiciese verclaramente loquesucedía,noparecíaque lamadredejasedeextrañarse.Suhija intentabaconvencerlade loqueellamismanocreía,diciéndoleque lasatenciones de Bingley para con Jane habían sido efecto de un caprichocorrienteypasajeroquecesóaldejardeverla;peroaunquelaseñoraBennet

novacilabaenadmitiresaposibilidad,nopodíadejarderepetirtodoslosdíaslamismahistoria.LoúnicoquelaconsolabaeraqueBingleyteníaquevolverenverano.

ElseñorBennetveíalacosademuydistintamanera.

Demodo,Lizzy––ledijoundía––,quetuhermanahatenidounfracasoamoroso.Le doy la enhorabuena.Antes de casarse, está bien que una chicatengaalgúnfracaso;asíse tienealgoenquépensar,y ledaciertadistinciónentre sus amistades. ¿Y a ti, cuándo te toca?No te gustaría sermenos queJane.

Aprovéchateahora.HayenMerytonbastantesoficialescomoparaengañaratodaslaschicasdelacomarca.EligeaWickham.Esuntipoagradable,yesseguroquetedarácalabazas.

––Gracias, papá, perome conformaría con un hombremenos agradable.NotodospodemosesperartenertanbuenasuertecomoJane.

––Es verdad ––dijo el señor Bennet––, pero es un consuelo pensar que,sucedaloquesuceda,tienesunamadrecariñosaquesiempreteayudará.

LacompañíadeWickhameradegranutilidadparadisiparlatristezaquelosúltimosydesdichadossucesoshabíanproducidoavariosmiembrosdelafamilia de Longbourn. Le veían a menudo, y a sus otras virtudes unió enaquella ocasión la de una franqueza absoluta. Todo lo que Elizabeth habíaoído,susquejascontraDarcyylosagraviosquelehabía inferido,pasaronaserdeldominiopúblico;todoelmundosecomplacíaenrecordarloantipáticoquesiemprehabíasidoDarcy,aunantesdesabernadadetodoaquello.

Jane era la única capaz de suponer que hubiese en este caso algunacircunstancia atenuante desconocida por los vecinos de Hertfordshire. Sudulceeinvariablecandorreclamabaindulgenciaconstantementeyproponíalaposibilidaddeunaequivocación;perotodoelmundoteníaaDarcyporelpeordeloshombres.

CAPÍTULOXXV

Después de una semana, pasada entre promesas de amor y planes defelicidad, Collins tuvo que despedirse de su amada Charlotte para llegar elsábado a Hunsford. Pero la pena de la separación se aliviaba por parte deCollinsconlospreparativosqueteníaquehacerparalarecepcióndesunovia;pues tenía sus razones para creer que a poco de su próximo regreso aHertfordshire se fijaría el día que habría de hacerle el más feliz de los

hombres.SedespidiódesusparientesdeLongbournconlamismasolemnidadque la otra vez; deseó de nuevo a sus bellas primas salud y venturas, yprometióalpadreotracartadeagradecimiento.

Ellunessiguiente,laseñoraBennettuvoelplacerderecibirasuhermanoyalaesposadeéste,quevenían,comodecostumbre,apasarlasNavidadesenLongbourn.El señorGardiner eraunhombre inteligentey caballeroso,muysuperior a su hermana por naturaleza y por educación. A las damas deNetherfieldseleshubiesehechodifícilcreerqueaquelhombrequevivíadelcomercioy sehallaba siempremetido en su almacén,pudiera estar tanbieneducadoyresultartanagradable.LaseñoraGardiner,bastantemásjovenquela señora Bennet y que la señora Philips, era una mujer encantadora yelegante,alaquesussobrinasdeLongbournadoraban.Especialmentelasdosmayores, con las que tenía una particular amistad. Elizabeth y Jane habíanestadomuchasvecesensucasade lacapital.Loprimeroquehizo laseñoraGardineralllegarfuedistribuirsusregalosydescribirlasnuevasmodas.Unavez hecho esto, dejó de llevar la voz cantante de la conversación; ahora letocabaescuchar.LaseñoraBennetteníaquecontarlesusmuchasdesdichasysusmuchasquejas.Había sufridomuchashumillacionesdesde laúltimavezquevioasucuñada.Dosdesushijashabíanestadoapuntodecasarse,peroluegotodohabíaquedadoennada.

––No culpo a Jane continuó––, porque se habría casado con el señorBingley,sihubiesepodido;peroElizabeth...¡Ah,hermanamía!,esmuyduropensarqueaestashoraspodríaserlamujerdeCollinssinohubiesesidoporsu testarudez. Le hizo una proposición de matrimonio en esta mismahabitación y lo rechazó.A consecuencia de ello lady Lucas tendrá una hijacasada antes que yo, y la herencia de Longbourn pasará a sus manos. LosLucassonmuyastutos,siempreseaprovechandeloquepueden.Sientotenerquehablardeellosdeestaformaperoeslaverdad.Meponemuynerviosayenfermaquemipropiafamiliamecontraríedeestemodo,ytenervecinosquenopiensanmásqueen símismos.Menosmalque tenertea ti aquíenestosprecisosmomentos,meconsuelaenormemente;meencantaloquenoscuentasdelasmangaslargas.

La señora Gardiner, que ya había tenido noticias del tema por lacorrespondenciaquemanteníaconJaneyElizabeth,diounarespuestabreve,yporcompasiónasussobrinas,cambiódeconversación.

CuandoestuvoasolasluegoconElizabeth,volvióahablardelasunto:

––Parece ser quehabría sidounbuenpartidopara Jane––dijo––.Sientoque se haya estropeado. ¡Pero estas cosas ocurren tan amenudo!Un jovencomoBingley,talycomotúmelodescribes,seenamoraconfacilidaddeunachica bonita por unas cuantas semanas y, si por casualidad se separan, la

olvidaconlamismafacilidad.Esasinconstanciassonmuyfrecuentes.

––Sihubiera sidoasí, seríaungranconsuelo––dijoElizabeth––,pero lonuestroesdiferente.Loquenoshapasadonohasidocasualidad.Noes tanfrecuente que unos amigos se interpongan y convenzan a un jovenindependiente de que deje de pensar en una muchacha de la que estabalocamenteenamoradounosdíasantes.

––Pero esa expresión, «locamente enamorado», está tan manida, es tanambigua y tan indefinida, que no me dice nada. Lo mismo se aplica asentimientos nacidos a lamedia hora de haberse conocido, que a un cariñofuerteyverdadero.ExplícamecómoeraelamordelseñorBingley.

––Nunca vi una atracciónmás prometedora. Cuando estaba con Jane noprestabaatenciónanadiemás,sededicabaporenteroaella.Cadavezqueseveían era más cierto y evidente. En su propio baile desairó a dos o tresseñoritasalnosacarlasabailaryyoledirigídosveceslapalabrasinobtenerrespuesta.¿Puedehabersíntomasmásclaros?¿Noesladescortesíacontodoslosdemás,laesenciamismadelamor?

––DeesaclasedeamorquemefiguroquesentíaBingley,sí.¡PobreJane!Lo siento por ella, pues dado su modo de ser, no olvidará tan fácilmente.Habríasidomejorquetehubieseocurridoati,Lizzy;tútehabríasresignadomás pronto. Pero, ¿crees que podremos convencerla de que venga connosotrosaLondres?Leconvieneuncambiodeaires,ypuedequedescansarunpocodesucasalevendríamejorqueningunaotracosa.

A Elizabeth le pareció estupenda esta proposición y no dudó de que suhermanalaaceptaría.

––Supongo––añadió––quenoladetendráelpensarquepuedaencontrarsecon ese joven. Vivimos en zonas de la ciudad opuestas, todas nuestrasamistades son tan distintas y, como tú sabes, salimos tan poco, que esmuypocoprobablequeesosuceda,anoserqueélvengaexpresamenteaverla.

––Yesoesimposible,porqueahorasehallabajolacustodiadesuamigo,yelseñorDarcynopermitiríaquevisitaseaJaneensemejantepartedeLondres.Querida tía, ¿qué te parece?Puede queDarcy haya oído hablar de un lugarcomolacalleGracechurch,perocreeríaquenilasablucionesdetodounmesseríansuficientesparalimpiarledetodassusimpurezas,siesquealgunavezsedignaseentrarenesacalle.YpuedestenerporseguroqueBingleynodaríaunpasosinél.

––Muchomejor.Esperoquenoseveannunca.Pero,¿noseescribeJaneconlahermana?Entonces,laseñoritaBingleynotendrádisculpaparanoiravisitarla.

––Romperásuamistadporcompleto.

Pero,apesardequeElizabethestuviesetansegurasobreestepunto,y,loqueeraaúnmásinteresante,apesardequeaBingleyleimpidiesenveraJane,la señoraGardiner se convenció, después de examinarlo bien, de que habíatodavíaunaesperanza.Eraposible,yavecescreíaquehastaprovechoso,queelcariñodeBingleysereanimaseylucharacontralainfluenciadesusamigosbajolainfluenciamásnaturaldelosencantosdeJane.

Jane aceptó gustosa la invitación de su tía, sin pensar en los Bingley,aunque esperaba que, como Caroline no vivía en la misma casa que suhermano, podría pasar algunamañana con ella sin el peligro de encontrarseconél.

LosGardinerestuvieronenLongbournunasemana;yentrelosPhilips,losLucas y los oficiales, no hubo un día sin que tuviesen un compromiso. LaseñoraBennetsehabíacuidadotantodeprepararlotodoparaquesuhermanoy su cuñada lo pasaran bien, que ni una sola vez pudieron disfrutar de unacomida familiar.Cuando el convite era en casa, siempre concurrían algunosoficialesentrelosqueWickhamnopodíafaltar.Enestasocasiones,laseñoraGardiner, que sentía curiosidad por los muchos elogios que Elizabeth letributaba, losobservóalosdosminuciosamente.Dándosecuenta,por loqueveía,dequenoestabanseriamenteenamorados;surecíprocapreferenciaerademasiadoevidente.Nosequedómuytranquila,demodoqueantesdeirsedeHertfordshire decidió hablar con Elizabeth del asunto advirtiéndole de suimprudenciaporalentaraquellarelación.

Wickham, aparte de sus cualidades, sabía cómo agradar a la señoraGardiner.Antesdecasarse,diezodoceañosatrás,ellahabíapasadobastantetiempo en el mismo lugar de Derbyshire donde Wickham había nacido.Poseían, por lo tanto, muchas amistades en común; y aunqueWickham semarchó poco después del fallecimiento del padre de Darcy, ocurrido hacíacincoaños,todavíapodíacontarlecosasdesusantiguosamigos,másrecientesquelasqueellasabía.

LaseñoraGardinerhabíaestadoenPemberleyyhabíaconocidoalúltimoseñor Darcy a la perfección. Éste era, por consiguiente, un tema deconversación inagotable. Comparaba sus recuerdos de Pemberley con ladetalladadescripciónqueWickhamhacía,yelogiandoelcarácterdesuúltimodueño, sedeleitaban losdos.AlenterarsedelcomportamientodeDarcyconWickham, la señoraGardiner creía recordar algo de lamala fama que teníacuandoeraaúnmuchacho,loqueencajabaenestecaso;porfin,confesóqueseacordabaqueyaentoncessehablabadeljovenFitzwilliamDarcycomodeunchicomaloyorgulloso.

CAPÍTULOXXVI

A señora Gardiner hizo a Elizabeth la advertencia susodicha puntual yamablemente, a la primera oportunidad que tuvo de hablar a solas con ella.Despuésdehaberledichohonestamenteloquepensaba,añadió:

––Eresunachicademasiado sensata,Lizzy,para enamorarte sóloporquese te haya advertido que no lo hicieses; y por eso, me atrevo a hablarteabiertamente.Enserio,tencuidado.Notecomprometas,nidejesqueélseveaenvuelto en un cariño que la falta de fortuna puede convertir en unaimprudencia.Nadatengoquedecircontraél;esunmuchachomuyinteresante,ysituvieralaposiciónquedeberíatener,mepareceríainmejorable.Perotalycomo están las cosas, no puedes cegarte. Tienes mucho sentido, y todosesperamosquelouses.Tupadreconfíaentufirmezayentubuenaconducta.Novayasadefraudarle.

––Queridatía,estoesseriodeveras.

––Sí,yojaláquetútambiéntelotomesenserio.

––Bueno,notealarmes.MecuidarédeWickham.Silopuedoevitar,noseenamorarádemí.––Elizabeth,noestáshablandoenserio.

––Perdóname. Lo intentaré otra vez. Por ahora, no estoy enamorada deWickham; es verdad, no lo estoy. Pero es, sin comparación, el hombremásagradable que jamás he visto; tanto, que no me importaría que se sintieseatraído pormí. Sé que es una imprudencia. ¡Ay, ese abominableDarcy! Laopinión que mi padre tiene de mí, me honra; y me daría muchísima penaperderla. Sin embargo, mi padre es partidario del señor Wickham. En fin,querida tía, sentiríamuchohaceros sufrir a algunodevosotros;perocuandovemosadiarioquelosjóvenes,siestánenamoradossuelenhacercasoomisodelafaltadefortunaalahoradecomprometerse,¿cómopodríaprometeryoser más lista que tantas de mis congéneres, si me viera tentada? O ¿cómosabría que obraría con inteligencia si me resisto? Así es que lo único quepuedoprometerteesquenomeprecipitaré.Nomeapresuraréencreerquesoylamujerdesussueños.Cuandoestéasulado,noledemostraréquemegusta.Osea,quemeportarélomejorquepueda.

––Talvezloconseguirías,siprocurasquenovengaaquítanamenudo.Porlomenos,nodeberíasrecordaratumadrequeloinvite.

––Comohice el otrodía––repusoElizabeth conmaliciosa sonrisa––.Esverdad, sería lo más oportuno. Pero no vayas a imaginar que viene tan amenudo.Silehemosinvitadotantoestasemana,esporquetúestabasaquí.Yasabes la obsesión de mi madre de que sus visitas estén constantemente

acompañadas.Perodeveras,tedoymipalabradequetratarésiempredehacerloquecreamássensato.Esperoqueahoraestarásmáscontenta.

Su tía le aseguró que lo estaba; Elizabeth le agradeció sus amablesadvertencias, y se fueron. Su conversación había constituido un admirableejemplodesaberaconsejarsincausarresentimiento.

Poco después de haberse ido los Gardiner y Jane, Collins regresó aHertfordshire; pero como fue a casa de los Lucas, la señora Bennet no seincomodóporsullegada.LabodaseaproximabaylaseñoraBennetsehabíaresignadotantoqueyaladabaporinevitableeinclusorepetía,esosí,demaltalante,quedeseabaquefuesenfelices.Labodaseibaacelebrareljueves,y,elmiércolesvinolaseñoritaLucasahacersuvisitadedespedida.Cuandolajovenselevantóparairse,Elizabeth,sinceramenteconmovida,yavergonzadapor ladesatenta actitudy los fingidosbuenosdeseosde sumadre, salióconella de la habitación y la acompañó hasta la puerta. Mientras bajaban lasescaleras,Charlottedijo:

––Confío en que tendré noticias tuyas muy a menudo, Eliza. ––Lastendrás.

––Y quiero pedirte otro favor. ¿Vendrás a verme? ––Nos veremos confrecuenciaenHertfordshire,espero.

––Me parece que no podré salir de Kent hasta dentro de un tiempo.Prométeme,porlotanto,veniraHunsford.

Apesardelapocagraciaquelehacíalavisita,ElizabethnopudorechazarlainvitacióndeCharlotte.

––Mi padre y María irán a verme en marzo ––––añadió Charlotte–– yquisiera que los acompañases.Te aseguro,Eliza, que serás tan bien acogidacomoellos.

Secelebrólaboda;elnovioylanoviapartieronhaciaKentdesdelapuertadelaiglesia,ytodoelmundotuvoalgúncomentarioquehaceroqueoírsobreel particular, como de costumbre. Elizabeth no tardó en recibir carta de suamiga,ysucorrespondenciafuetanregularyfrecuentecomosiempre.Peroyanotanfranca.AElizabethleeraimposibledirigirseaCharlottesinnotarquetodasuantiguaconfianzahabíadesaparecido,y,aunquenoqueríainterrumpirlacorrespondencia,lohacíamásporloquesuamistadhabíasidoqueporloque en realidad era ahora. Las primeras cartas de Charlotte las recibió conmuchaimpaciencia;sentíamuchacuriosidadporverquéledecíadesunuevohogar, por saber si le habría agradado lady Catherine y hasta qué punto seatrevería a confesar que era feliz. Pero al leer aquellas cartas, ElizabethobservóqueCharlotteseexpresabaexactamentetalcomoellahabíaprevisto.Escribíaalegremente,parecíaestarrodeadadecomodidades,ynomencionaba

nadaquenofuesedignodealabanza.Lacasa,elmobiliario,lavecindadylascarreteras,todoeradesugusto,yladyCatherinenopodíasermássociableyatenta. Era el mismo retrato de Hunsford y de Rosings que había hecho elseñor Collins, aunque razonablemente mitigado. Elizabeth comprendió quedebíaaguardarasupropiavisitaparaconocerelresto.

Janeya lehabía enviadounas líneas a suhermana anunciándole su felizllegadaaLondres;ycuandolevolvieseaescribir,ElizabethteníaesperanzadequeyapodríacontarlealgodelosBingley.

Su impaciencia por esta segunda carta recibió la recompensa habitual atodaslasimpaciencias:Janellevabaunasemanaenlacapitalsinhabervistoosabido nada de Caroline. Sin embargo, se lo explicaba suponiendo que laúltimacartaquelemandóasuamigadesdeLongbournsehabríaperdido.

«Mitía––continuó––irámañanaaesapartedelaciudadytendréocasióndehacerunavisitaaCarolineenlacalleGrosvenor.»

Despuésdelavisitamencionada,enlaquevioalaseñoritaBingley,Janevolvióaescribir:«Carolinenoestabadebuenhumor,perosealegrómuchodevermeymereprochóquenolehubiesenotificadomillegadaaLondres.Porlotanto,yoteníarazón:nohabíarecibidomicarta.Naturalmente,lepreguntéporsuhermano.Medijoqueestababien,peroqueanda tanocupadoconelseñorDarcy,queellaapenasleve.CasualmenteesperabanalaseñoritaDarcyparacomer;megustaríaverla.Mivisitanofuelarga,puesCarolineylaseñoraHurstteníanquesalir.Supongoqueprontovendránaverme.»

Elizabethmovió la cabeza al leer la carta. Vio claramente que sólo porcasualidadpodríaBingleydescubrirqueJaneestabaenLondres.

Pasaron cuatro semanas sin que Jane supiese nada de él. Trató deconvencerseasímismadequenololamentaba;perodeloquenopodíaestarciega más tiempo, era del desinterés de la señorita Bingley. Después deesperarla en casa durante quince días todas las mañanas e inventarle unaexcusatodaslastardes,porfin,recibiósuvisita;perolabrevedaddelamismay,loqueesmás,suextrañaactitudnodejaronqueJanesiguieraengañándose.Lacartaqueescribióentoncesasuhermanademostrabaloquesentía:

«Estoysegura,miqueridísimaLizzy,dequeserásincapazdevanagloriartea costamía por tu buen juicio, cuando te confiese queme he desengañadocompletamentedelafectodelaseñoritaBingley.Detodosmodos,aunqueloshechostehayandadolarazón,nomecreasobstinadasiaúnafirmoque,dadosucomportamientoconmigo,miconfianzaeratannaturalcomotusrecelos.Apesardetodo,nopuedocomprenderporquémotivoquisoseramigamía;perosi las cosas se volviesen a repetir, no me cabe la menor duda de que meengañaríadenuevo.Carolinenomedevolviólavisitahastaayer,yentretanto

norecibíniunanotaniunalíneasuya.Cuandovinoseviobienclaroqueeracontra su voluntad; me dio una ligera disculpa, meramente formal, por nohabervenidoantes;nodijopalabradecuándovolveríamosavernosyestabatan alterada que, cuando se fue, decidí firmemente poner fin a nuestrasrelaciones.Medapena,aunquenopuedoevitarecharlelaculpaaella.Hizomal en elegirme amí comoamiga.Peropuedodecir con seguridadque fueella quien dio el primer paso para intimar conmigo. De cualquiermodo, lacompadezcoporquedebedecomprenderquesehaportadomuymal,yporqueestoyseguradequelapreocupaciónporsuhermanofuelacausadetodo.Yaunquenos constaqueesapreocupaciónes innecesaria, el hechode sentirlajustifica su actitud para conmigo, y como élmerece cumplidamente que suhermanaleadore,todalainquietudqueleinspireesnaturalyapreciable.Peronopuedomenosquepreguntarmeporquésigueteniendoesostemores,puessiélsehubieseinteresadopormí,noshubiésemosvistohaceyamuchotiempo.El sabe que estoy en la ciudad; lo deduzco por algo que ellamismadijo; ytodavíaparecía,porsumododehablar,quenecesitabaconvencerseasímismade que Bingley está realmente interesado por la señorita Darcy. No loentiendo.Sinotemierajuzgarcondureza,casidiríaqueentodoestohaymásvueltas de lo que parece. Pero procuraré ahuyentar todos estos penosospensamientos, y pensaré sólo en lo que me hace ser feliz: tu cariño y lainalterable bondad de nuestros queridos tíos. Escríbeme pronto. La señoritaBingleyhablódequenuncavolveríanaNetherfieldydequesedesharíandelacasa,peronoconmuchacerteza.Valemásquenomencioneestascosas.MealegromuchodequehayastenidotanbuenasnoticiasdenuestrosamigosdeHunsford.HazelfavordeiraverlosconsirWilliamyMaría.Estoyseguradequeteencontrarásbienallí.Tuya,

Jane.»

AElizabeth lediounpocodepenaestacarta,pero recuperóelánimoalpensar que almenos ya no volvería a dejarse tomar el pelo por la señoritaBingley. Toda esperanza con respecto al hermano se había desvanecido porcompleto.Nisiquieradeseabaquesereanudasensusrelaciones.Cadavezquepensabaenél,másledecepcionabasucarácter.YcomouncastigoparaélyenbeneficiodeJane,Elizabethdeseabaquesecasaracon lahermanadelseñorDarcycuantoantes,pues,porloqueWickhamdecía,ellaleharíaarrepentirseconcrecesporloquehabíadespreciado.

Atodoesto,laseñoraGardinerrecordóaElizabethsupromesaacercadeWickham, y quiso saber cómo andaban las cosas. Las noticias de Elizabetheranmás favorables para la tía que para ellamisma. El aparente interés deWickhamhabíadesaparecido,asícomosusatenciones.Ahoraeraotraalaqueadmiraba. Elizabeth era lo bastante observadora como para darse cuenta detodo,peroloveíayescribíadeellosinmayorpesar.Nohabíahechomucha

mellaensucorazón,ysuvanidadquedabasatisfechaconcreerquehabríasidosupreferidasisufortunaselohubiesepermitido.LarepentinaadquisicióndediezmillibraseraelencantomásnotabledelajovenalaqueahoraWickhamrendíasuatención.PeroElizabeth,menosperspicaztalvezenestecasoqueeneldeCharlotte,noleechóencarasudeseodeindependencia.Alcontrario,leparecíalomásnaturaldelmundo,ycomopresumíaqueaéllecostabaalgúnesfuerzorenunciaraella,estabadispuestaaconsiderarqueeralamedidamássabiaydeseableparaambos,ypodíadesearledecorazónmuchafelicidad.

Lecomunicó todoestoa laseñoraGardiner;ydespuésderelatarle todoslos pormenores, añadió: «Estoy convencida, querida tía, de que nunca heestadomuyenamorada,pues si realmentehubiese sentidoesapasiónpurayelevadadelamor,detestaríahastasunombreyledesearíalosmayoresmales.Peronosólosigoapreciándoloaél,sinoquenosientoningunaaversiónporlaseñorita King. No la odio, no quiero creer que es unamala chica. Esto nopuedeseramor.Misprecaucioneshansidoeficaces;yaunquemisamistadessepreocuparíanmuchomáspormí,siyoestuviese locamenteenamoradadeél,nopuedodecirquelamentemirelativainsignificancia.Laimportanciasepagaavecesdemasiadocara.KittyyLydiasetomanmásapechoqueyolatraición de Wickham. Son jóvenes aún para ver la realidad del mundo yadquirirlahumillanteconviccióndequeloshombresguaposdebenteneralgodequévivir,aligualquelosfeos.»

CAPÍTULOXXVII

SinotrosacontecimientosimportantesenlafamiliadeLongbourn,nimásvariación que los paseos aMeryton, unas veces con lodo y otras con frío,transcurrieron los meses de enero y febrero. Marzo era el mes en el queElizabeth iría aHunsford.Al principio no pensaba en serio ir. Pero vio queCharlottelodabapordescontado,ypocoapocofuehaciéndosegustosamentea la idea hasta decidirse. Con la ausencia, sus deseos de ver a Charlotte sehabían acrecentado y la manía que le tenía a Collins había disminuido. Elproyectoentrañabaciertanovedad,ycomocontalmadreytaninsoportableshermanas, su casa no le resultaba un lugar muy agradable, no podíamenospreciaresecambiodeaires.Elviajeleproporcionaba,además,elplacerde ir a dar un abrazo a Jane; de talmanera que cuando se acercó la fecha,hubiesesentidotenerqueaplazarla.

PerotodofuesobreruedasyelviajesellevóaefectosegúnlasprevisionesdeCharlotte.ElizabethacompañaríaasirWilliamyasusegundahija.Yparacolmo,decidieronpasarunanocheenLondres;elplanquedótanperfectoque

yanosepodíapedirmás.

Loúnicoque ledabapenaaElizabethera separarsedesupadre,porquesabíaquelaibaaechardemenos,ycuandollegóelmomentodelapartidaseentristeciótantoqueleencargóasuhijaqueleescribieseeinclusoprometiócontestarasucarta.

La despedida entreWickham y Elizabeth fuemuy cordial, aúnmás porpartedeWickham.Aunqueenestosmomentosestabaocupadoenotrascosas,nopodíaolvidarqueellafuelaprimeraqueexcitóymereciósuatención,laprimera en escucharle y compadecerle y la primera en agradarle. Y en sumaneradedecirleadiós,deseándolequelopasarabien,recordándoleloqueleparecía ladyCatherine deBourgh y repitiéndole que sus opiniones sobre lamismaysobre todos losdemáscoincidiríansiempre,hubo tal solicitudy talinterés,queElizabethse sintió llenadelmássinceroafectohaciaélypartióconvencidadeque siempreconsideraría aWickham, solteroocasado, comounmodelodesimpatíaysencillez.

SuscompañerosdeviajedeldíasiguientenoeranlosmásindicadosparaqueElizabeth se acordasedeWickhamconmenos agrado.SirWilliamy suhija María, una muchacha alegre pero de cabeza tan hueca como la de supadre,nodijeronnadaquevalieselapenaescuchar;demodoqueoírlesaelloseraparaElizabeth lomismoqueoírel traqueteodelcarruaje.AElizabeth ledivertíanlosdespropósitos,perohacíayademasiadotiempoqueconocíaasirWilliam y no podía decirle nada nuevo acerca de las maravillas de supresentaciónenlacorteydesutítulode«Sir>,ysuscortesíaserantanranciascomosusnoticias.

ElviajeerasólodeveinticuatromillasyloemprendierontantempranoqueamediodíaestabanyaenlacalleGracechurch.CuandosedirigíanalapuertadelosGardiner,Janeestabaenlaventanadelsalóncontemplandosullegada;cuando entraron en el vestíbulo, ya estaba allí para darles la bienvenida.Elizabeth la examinó con ansiedad y se alegró de encontrarla tan sana yencantadoracomosiempre.Enlasescalerashabíauntropeldeniñasyniñosdemasiado impacientes por ver a su prima como para esperarla en el salón,perosutimideznolesdejabaacabardebajare irasuencuentro,pueshacíamás de un año que no la veían. Todo era alegría y atenciones. El díatranscurrióagradablemente;porlatardecallejearonyrecorrieronlastiendas,yporlanochefueronaunteatro.

Elizabeth logró entonces sentarse al lado de su tía. El primer tema deconversación fue Jane; después de oír las respuestas a las minuciosaspreguntas que le hizo sobre su hermana, Elizabeth se quedómás triste quesorprendidaalsaberqueJane,aunqueseesforzabasiemprepormanteneraltoel ánimo, pasaba por momentos de gran abatimiento. No obstante, era

razonableesperarquenodurasenmuchotiempo.LaseñoraGardinertambiénlecontódetallesdelavisitadelaseñoritaBingleyaGracechurch,ylerepitióalgunas conversacionesquehabía tenidodespués con Janequedemostrabanqueestaúltimahabíadadoporterminadasuamistad.

LaseñoraGardinerconsolóasusobrinapor la traicióndeWickhamylafelicitóporlobienquelohabíatomado.

––Perodime,queridaElizabeth––añadió––,¿quéclasedemuchachaeslaseñorita King? Sentiría mucho tener que pensar que nuestro amigo es uncazadordedotes.

––A ver, querida tía, ¿cuál es la diferencia que hay en cuestionesmatrimoniales, entre losmóviles egoístas y los prudentes? ¿Dónde acaba ladiscreciónyempiezalaavaricia?LaspasadasNavidadestemíasquesecasaraconmigoporquehabríasidoimprudente,yahoraporqueélvaenbuscadeunajovencon sólodiezmil librasde renta,dasporhechoqueesuncazadordedotes.

––DimenadamásquéclasedepersonaeslaseñoritaKing,ypodréformarjuicio.––Creoqueesunabuenachica.Noheoídodecirnadamalodeella.

––Peroélnolededicólamenoratenciónhastaquelamuertedesuabuelolahizodueñadeesafortuna...

––Claro,¿porquéhabíadehacerlo?Sinopodíapermitirseconquistarmeamí porque yo no tenía dinero, ¿quémotivos había de tener para hacerle lacorteaunamuchachaquenadaleimportabayqueeratanpobrecomoyo?

––Pero resulta indecoroso que le dirija sus atenciones tan poco tiempodespuésdeesesuceso.

––Unhombrequeestáenmalasituación,notienetiempo,comootros,paraobservar esas elegantesdelicadezas.Además, si ella no se lo reprocha, ¿porquéhemosdereprochárselonosotros?

––ElqueaellanoleimportenojustificaaWickham.Sólodemuestraqueesaseñoritacarecedesentidoodesensibilidad.

––Bueno––––exclamóElizabeth––,comotúquieras.Pongamosqueélesuncazadordedotesyellaunatonta.

––No,Elizabeth,esoesloquenoquiero.YasabesquemedoleríapensarmaldeunjovenqueviviótantotiempoenDerbyshire.

––¡Ah!,puessiesporesto,yotengomuymalconceptodelosjóvenesqueviven enDerbyshire, cuyos íntimos amigos, que viven enHertfordshire, nosonmuchomejores.Estoyhartadetodosellos.GraciasaDios,mañanavoyaun sitio en donde encontraré a un hombre que no tiene ninguna cualidad

agradable,quenotienenimodalesniaptitudesparahacersesimpático.Alfinyalcabo,loshombresestúpidossonlosúnicosquevalelapenaconocer.

––¡Cuidado,Lizzy!Esaspalabrassuenandemasiadoadesengaño.

Antes de separarse por haber terminado la obra, Elizabeth tuvo lainesperadadichadequesustíoslainvitasenaacompañarlosenunviajequepensabanemprenderenelverano.

––Todavía no sabemos hasta dónde iremos ––dijo la señoraGardiner––,peroquizánoslleguemoshastalosLagos.

Ningún otro proyecto podía serle a Elizabeth tan agradable. Aceptó lainvitaciónalinstante,sumamenteagradecida.

––Querida,queridísimatíaexclamóconentusiasmo––,¡quédelicia!,¡quéfelicidad! Me haces revivir, esto me da fuerzas. ¡Adiós al desengaño y alrencor!¿Quésonloshombresalladodelasrocasydelasmontañas?¡Oh,quéhorasdeevasiónpasaremos!Yalregresarnoseremoscomoesosviajerosqueno son capaces de dar una idea exacta de nada. Nosotros sabremos adóndehemos ido, y recordaremos lo que hayamos visto. Los lagos, los ríos y lasmontañas no estarán confundidos en nuestra memoria, ni cuando queramosdescribir un paisaje determinado nos pondremos a discutir sobre su relativasituación.¡Quenuestrasprimerasefusionesnoseancomolasdelamayoríadelosviajeros!

CAPÍTULOXXVIII

Al día siguiente todo era nuevo e interesante para Elizabeth. Estabadispuestaapasarlobienymuyanimada,pueshabíaencontradoasuhermanaconmuybuenaspectoytodoslostemoresquesusaludleinspirabasehablandesvanecido.Además,laperspectivadeunviajeporelNorteeraparaellaunaconstantefuentededicha.

CuandodejaronelcaminorealparaentrarenelsenderodeHunsford,losojosdetodosbuscabanlacasadelpárrocoyacadarevueltacreíanqueibanadivisarla.Aun ladodelsenderocorría laempalizadade lafincadeRosings.Elizabethsonrióalacordarsedetodoloquehabíaoídodecirdesushabitantes.

Porfinvislumbraronlacasaparroquial.Eljardínqueseextendíahastaelcamino,lacasaquesealzabaenmedio,laverdeempalizadayelsetodelaurelindicabanqueyahabíanllegado.CollinsyCharlotteaparecieronenlapuerta,y el carruaje se detuvo ante una pequeña entrada que conducía a la casa através de un caminito de gravilla, entre saludos y sonrisas generales. En un

momento se bajaron todos del landó, alegrándose mutuamente al verse. Laseñora Collins dio la bienvenida a su amiga con el más sincero agrado, yElizabeth, al ser recibida con tanto cariño, estaba cada vezmás contenta dehaber venido. Observó al instante que las maneras de su primo no habíancambiadoconelmatrimonio;surigidacortesíaeraexactamentelamismadeantes,ylatuvovariosminutosenlapuertaparahacerlepreguntassobretodalafamilia.SinmásdilaciónquelasobservacionesdeCollinsasushuéspedessobrelapulcrituddelaentrada,entraronenlacasa.Unavezenelrecibidor,Collinsconrimbombanteformalidad,lesdioporsegundavezlabienvenidaasuhumildecasa, repitiéndolespuntoporpuntoelofrecimientoquesumujerleshabíahechodeservirlesunrefresco.

Elizabeth estaba preparada para verlo ahora en su ambiente, y no pudomenosquepensarquealmostrarleslasbuenasproporcionesdelaestancia,suaspecto y su mobiliario, Collins se dirigía especialmente a ella, como sideseara hacerle sentir lo que había perdido al rechazarle. Pero aunque todoparecía reluciente y confortable, Elizabeth no pudo gratificarle con ningunaseñal de arrepentimiento, sino que más bien se admiraba de que su amigapudiese tener una aspecto tan alegre con semejante compañero. CuandoCollinsdecíaalgoqueforzosamente teníaqueavergonzarasumujer, loquesucedía no pocas veces, Elizabeth volvía involuntariamente los ojos haciaCharlotte.Una vez o dos pudo descubrir que ésta se sonrojaba ligeramente;pero, por lo común, Charlotte hacía como que no le oía. Después de estarsentadosduranteun rato, el suficientepara admirar todosy cadaunode losmuebles,desdeelaparadoralarejilladelachimenea,yparacontarelviajeytodoloquehabíapasadoenLondres,elseñorCollinslesinvitóadarunpaseoporeljardín,queeragrandeybientrazadoydecuyocuidadoseencargabaélpersonalmente.Trabajarenel jardíneraunodesusmásrespetadosplaceres;ElizabethadmirólaseriedadconlaqueCharlottehablabadelosaludablequeeraparaCollinsyconfesóqueellamismaloanimabaahacerlosiemprequelefuera posible. Guiándoles a través de todas las sendas y recovecos y sindejarles apenas tiempo de expresar las alabanzas que les exigía, les fueseñalando todas lasvistasconunaminuciosidadqueestabamuyporencimadesubelleza.Enumerabaloscamposquesedivisabanentodasdireccionesydecíacuántosárboleshabíaencadauno.Perodetodaslasvistasdelasquesujardín, o la campiña, o todo el reino podía enardecerse, no había otra quepudiesecompararsealadeRosings,quesedescubríaatravésdeunclarodelosárbolesquelimitabanlafincaenlaparteopuestaalafachadadesucasa.Lamansiónerabonita,modernayestabamuybiensituada,enunaelevacióndelterreno.

Desde el jardín, Collins hubiese querido llevarles a recorrer sus dospraderas,perolasseñorasnoibancalzadasapropósitoparaandarporlahierbaaúnheladaydesistieron.SirWilliamfueelúnicoqueleacompañó.Charlotte

volvió a la casa con su hermana y Elizabeth, sumamente contentaprobablementeporpodermostrárselasinlaayudadesumarido.Erapequeñaperobiendistribuida,todoestabaarregladoconordenylimpieza,méritoqueElizabethatribuyóaCharlotte.CuandosepodíaolvidaraCollins,serespirabaunairemásagradableenlacasa;yporlaevidentesatisfaccióndesuamiga,Elizabethpensóquedeberíaolvidarlomásamenudo.

Ya le habían dicho que lady Catherine estaba todavía en el campo. Sevolvió a hablar de ella mientras cenaban, y Collins, sumándose a laconversación,dijo:

––Sí,Elizabeth;tendráustedelhonordeveraladyCatherinedeBourghelpróximodomingoenlaiglesia,ynonecesitodecirleloquelevaaencantar.Estodaafabilidadycondescendencia,ynodudoquelahonrarádirigiéndolelapalabra en cuanto termine el oficio religioso.Casi no dudo tampocode queustedymicuñadaMaríaseránincluidasentodaslasinvitacionesconquenoshonre durante la estancia de ustedes aquí. Su actitud para con mi queridaCharlotteesamabilísima.ComemosenRosingsdosvecesalasemanaynuncaconsiente que volvamos a pie. Siempre pide su carruaje para que nos lleve,mejordicho,unodesuscarruajes,porquetienevarios.

––LadyCatherineesrealmenteunaseñoramuyrespetableyafectuosa––añadióCharlotte––,yunavecinamuyatenta.

––Muycierto,querida;esexactamente loqueyodigo:esunamujera laquenuncasepuedeconsiderarconbastantedeferencia.

Durante la velada se habló casi constantemente de Hertfordshire y serepitió lo que ya se había dicho por escrito. Al retirarse, Elizabeth, en lasoledad de su aposento, meditó sobre el bienestar de Charlotte y sobre suhabilidadydiscreciónensacarpartidoysobrellevarasuesposo,reconociendoquelohacíamuybien.Pensótambiénencómotranscurriríasuvisita,aquésededicarían, en las fastidiosas interrupciones deCollins y en lo que se iba adivertirtratandoconlafamiliadeRosings.Suvivaimaginaciónloplaneótodoenseguida.

Aldíasiguiente,aesodelasdoce,estabaensucuartopreparándoseparasalir a dar un paseo, cuando oyó abajo un repentino ruido que pareció quesembraba la confusión en toda la casa.Escuchóunmomentoy advirtió quealguien subía la escalera apresuradamente y la llamaba a voces. Abrió lapuertayenel corredor seencontróconMaríaagitadísimay sinaliento,queexclamó:

––¡Oh,Elizabethquerida!¡Dateprisa,bajaalcomedoryverás!Nopuedodecirteloquees.¡Corre,venenseguida!

En vano preguntó Elizabeth lo que pasaba.María no quiso decirlemás,

ambas acudieron al comedor, cuyas ventanas daban al camino, para ver lamaravilla.Éstaconsistíasencillamenteendosseñorasqueestabanparadasenlapuertadeljardínenunfaetónbajo.

––¿Yesoestodo?––exclamóElizabeth––.¡Esperabaporlomenosquelospuercoshubieseninvadidoeljardín,ynoveomásquealadyCatherineyasuhija!

––¡Oh,querida!––repusoMaríaextrañadísimaporlaequivocación––.NoesladyCatherine.LamayoreslaseñoraJenkinson,queviveconellas.LaotraeslaseñoritadeBourgh.Míralabien.Esunacriaturita.¡Quiénhabríacreídoqueeratanpequeñaytandelgada!

––Es una grosería tener aCharlotte en la puerta con el viento que hace.¿Porquénoentraesaseñorita?

––Charlottedicequecasinuncalohace.SeríaelmayordelosfavoresquelaseñoritadeBourghentraseenlacasa.

––Megustasuaspecto––dijoElizabeth,pensandoenotrascosas––.Pareceenfermaymalhumorada.Sí,eslamujerapropiadaparaél,levamucho.

Collinsysuesposaconversabanconlasdosseñorasenlaverjadeljardín,yElizabethsedivertíadelolindoviendoasirWilliamenlapuertadeentrada,sumidoen lacontemplaciónde lagrandezaque teníaantesíyhaciendounareverenciacadavezquelaseñoritadeBourghdirigíalamiradahaciadondeélestaba.

Agotada la conversación, las señoras siguieron su camino, y los demásentraronenlacasa.Collins,encuantovioalasdosmuchachas,lasfelicitóporla suerte que habían tenido. Dicha suerte, según aclaró Charlotte, era queestabantodosinvitadosacenarenRosingsaldíasiguiente.

CAPÍTULOXXIX

LasatisfaccióndeCollinsporestainvitacióneracompleta.Nohabíacosaquelehiciesemásilusiónquepodermostrarlagrandezadesupatronaasusadmiradosinvitadosyhacerlesverlacortesíaconlaqueestadamalestratabaa él y a sumujer; y el que se le diese ocasión para ello tan pronto era unejemplo de la condescendencia de lady Catherine que no sabría cómoagradecer.

––Confieso ––dijo–– que nome habría sorprendido que Su Señoría nosinvitaseeldomingoatomareltéyapasarlatardeenRosings.Másbienmeloesperaba, porque conozco su afabilidad. Pero, ¿quién habría podido

imaginarse una atención como ésta? ¿Quién podría haber imaginado querecibiríamosuna invitaciónparacenar; invitación,además,extensivaa todoslosdelacasa,tanpoquísimotiempodespuésdequellegasenustedes?

––Amínomesorprende––replicósirWilliam––,porquemisituaciónenlavidamehapermitidoconocerelverdaderomododeserdelosgrandes.Enlacorteesosejemplosdeeducacióntanelegantesonmuynormales.

Entodoeldíayenlamañanasiguientecasinosehablódeotracosaquede lavisitaaRosings.Collins les fue instruyendocuidadosamentede loqueiban a tener ante sus ojos, para que la vista de aquellas estancias, de tantoscriadosydetanespléndidacomida,nolesdejaseboquiabiertos.

Cuandolasseñorasfueronavestirse,ledijoaElizabeth:

––Nosepreocupeporsuatavío,queridaprima.LadyCatherineestálejosde exigir de nosotros la elegancia en el vestir que a ella y a su hijacorresponde.Sóloquerríaadvertirlequesepongaelmejortrajequetenga;nohayocasiónparamás.LadyCatherinenopensarámaldeustedporelhechodequevayavestidaconsencillez.Legustaqueselereserveladistincióndebidaasurango.

Mientras se vestían,Collins fue dos o tres veces a llamar a las distintaspuertas, para recomendarles que se dieran prisa, pues a lady Catherine leincomodabamucho tener que esperar para comer.Tan formidables informessobreSuSeñoríaysumaneradevivirhabíanintimidadoaMaríaLucas,pocoacostumbrada a la vida social, que aguardaba su entrada en Rosings con lamismaaprensiónque supadrehabía experimentado al ser presentado enSt.James.

Comohacíabuentiempo,elpaseodemediamillaa travésde lafincadeRosingsfuemuyagradable.Todaslasfincastienensubellezaysusvistas,yElizabethestabaencantadacontodoloqueibaviendo,aunquenodemostrabael entusiasmo que Collins esperaba, y escuchó con escaso interés laenumeraciónqueél lehizodelasventanasdelafachada,ylarelacióndeloquelasvidrieraslehabíancostadoasirLewisdeBourgh.

Mientrassubíanlaescaleraquellevabaalvestíbulo,laexcitacióndeMaríaibaenaumentoynielmismosirWilliamlasteníatodasconsigo.Encambio,aElizabethno le fallabasuvalor.Nohabíaoídodecirnadade ladyCatherineque le hiciese creer que poseía ningún talento extraordinario ni virtudesmilagrosas,ysabíaquelameramajestuosidaddeldineroydelaalcurnianoleharíaperderlacalma.

Desdeelvestíbulodeentrada,cuyasarmoniosasproporcionesydelicadoornatohizonotarCollinsconentusiasmo,loscriadoslescondujeron,atravésdeunaantecámara,alaestanciadondeseencontrabanladyCatherine,suhija

y la señora Jenkinson. Su Señoría se levantó con gran amabilidad pararecibirlos.YcomolaseñoraCollinshabíaacordadoconsumaridoqueseríaella laqueharía laspresentaciones, éstas tuvieron lugarconnormalidad, sinlasexcusasnilasmanifestacionesdegratitudqueélhabríajuzgadonecesarias.

ApesardehaberestadoenSt.James,sirWilliamsequedótanapabulladoante la grandeza que le rodeaba, que apenas si tuvo ánimos para hacer unaprofundareverencia,ysesentósindecirunapalabra.Suhija,asustadaycomofuera de sí, se sentó también en el borde de una silla, sin saber para dóndemirar.Elizabeth estaba como siempre, y pudoobservar con calma a las tresdamasqueteníadelante.LadyCatherineeraunamujermuyaltaycorpulenta,de rasgos sumamentepronunciadosquedebierondehaber sidohermososensujuventud.Teníaairesdesuficienciaysumaneraderecibirlesnoeralamásapropiadaparahacerolvidarasusinvitadossuinferiorrango.Cuandoestabacalladanoteníanadadeterrible;perocuandohablabalohacíaenuntonotanautoritarioquesu importancia resultabaavasalladora.ElizabethseacordódeWickham, y sus observaciones durante la velada le hicieron comprobar queladyCatherineeraexactamentetalcomoéllahabíadescrito.

Despuésdeexaminaralamadre,encuyosemblanteyconductaencontróenseguidaciertoparecidoconDarcy,volviólosojoshacialahija,ycasiseasombrótantocomoMaríaalverlatandelgadaytanmenuda.Tantosufiguracomosucaranoteníannadaqueverconsumadre.LaseñoritadeBourgherapálidayenfermiza;susfacciones,aunquenofeas,eraninsignificantes;hablabapocoysólocuchicheabaconlaseñoraJenkinson,encuyoaspectonohabíanadanotableyquenohizomásqueescucharloquelaniñaledecíaycolocaruncancelenladirecciónconvenienteparaprotegerlelosojosdelsol.

Despuésdeestarsentadosunosminutos,losllevaronaunadelasventanaspara que admirasen el panorama; el señor Collins los acompañó paraindicarlesbiensubelleza,y ladyCatherine les informóamablementedequeenveranolavistaeramuchomejor.

La cena fue excelente y salieron a relucir en ella todos los criados y lavajilla de plata que Collins les había prometido; y tal como les habíapronosticado,tomóasientoenlacabeceradelamesapordeseodeSuSeñoría,con locualparecíaqueparaél lavidayano teníanadamás importantequeofrecerle. Trinchaba, comía y lo alababa todo con deleite y alacridad. CadaplatoeraponderadoprimeroporélyluegoporsirWilliam,quesehallabayalosuficientementerecobradocomoparahacerseecode todo loquedecíasuyerno,detalmodo,queElizabethnocomprendíacómoladyCatherinepodíasoportarlos. Pero lady Catherine parecía complacida con tan excesivaadmiración,ysonreíaafableespecialmentecuandoalgúnplato resultabaunanovedadparaellos.Losdemáscasinodecíannada.Elizabethestabadispuestaahablarencuantoledieranoportunidad;peroestabasentadaentreCharlottey

laseñoritadeBourgh,y laprimerasededicabaaescuchara ladyCatherine,mientras que la segunda no abrió la boca en toda la comida. La principalocupacióndelaseñoritaJenkinsoneravigilarlopocoquecomíalaseñoritadeBourgh, pidiéndole insistentemente que tomase algún otro plato, temiendotodoeltiempoqueestuvieseindispuesta.Maríacreyóconvenientenohablaryloscaballerosnohacíanmásquecomeryalabar.

Cuandolasseñorasvolvieronalsalón,notuvieronotracosaquehacerqueoírhablaraladyCatherine,cosaquehizosininterrupciónhastaquesirvieronel café, exponiendo su opinión sobre toda clase de asuntos de unmodo tandecidido que demostraba que no estaba acostumbrada a que le llevasen lacontraria.InterrogóaCharlotteminuciosamenteycontodafamiliaridadsobresus quehaceres domésticos, dándole multitud de consejos; le dijo que tododebíaestarmuybienorganizadoenunafamiliatanreducidacomolasuya,ylainstruyóhastaenelcuidadodelasvacasylasgallinas.Elizabethvioquenohabía nada que estuviese bajo la atención de esta gran dama que no leofreciera la ocasión de dictar órdenes a los demás. En los intervalos de sudiscurso a la señoraCollins, dirigió varias preguntas aMaría y aElizabeth,peroespecialmentealaúltima,decuyafamilianosabíanada,yque,segúnledijo a la señora Collins, le parecía una muchacha muy gentil y bonita. Lepreguntó, en distintas ocasiones, cuántas hermanas tenía, si eranmayores omenoresqueella, sihabíaalgunaqueestuvieraparacasarse, sieranguapas,dóndehabíansidoeducadas,quéclasedecarruajeteníasupadreycuálhabíasidoelapellidodesolteradesumadre.Elizabethnotólaimpertinenciadesuspreguntas, pero contestó a todas ellas con mesura. Lady Catherine observódespués:

––Tengoentendidoque lapropiedadde supadredebeheredarla el señorCollins.Locelebroporusted––dijovolviéndosehaciaCharlotte––;peronoveomotivoparalegarlasposesionesfueradelalíneafemenina.EnlafamiliadesirLewisdeBourghnosehizoasí.¿Sabetocarycantar,señoritaBennet?

––Unpoco.

––¡Ah!, entonces tendremos el gusto de escucharla en algún momento.Nuestro piano es excelente, probablemente mejor que el de... Un día loprobaráusted.Ysushermanas,¿tocanycantantambién?

––Unadeellassí.

––¿Y por qué no todas? Todas debieron aprender. Las señoritas Webbtocantodasysuspadresnosontanricoscomolossuyos.¿Dibujausted?

––No,nada.

––¿Cómo?¿Ningunadeustedes?––Ninguna.

––Es muy raro. Supongo que no habrán tenido oportunidad. Su madredebió haberlas llevado a la ciudad todas las primaveras para poder tenerbuenosmaestros.

––Mimadreno se habría opuesto, peromipadreodiaLondres. ––¿Y suinstitutrizsigueaúnconustedes?

––Nuncahemostenidoinstitutriz.

––¡Que no han tenido nunca institutriz! ¿Cómo es posible? ¡Cinco hijaseducadas en casa sin institutriz!Nunca vi nada igual. Sumadre debe habersidounaverdaderaesclavadesueducación.

Elizabethcasinopudoreprimirunasonrisaalasegurarlequenohabíasidoasí.

––Entonces,¿quién laseducó?¿Quién lascuidó?Sin institutrizdebendehaberestadodesatendidas.

––En comparación con algunas familias, no digo que no; pero a las quequeríamos aprender, nunca nos faltaron los medios. Siempre fuimosimpulsadasalalectura,yteníamostodoslosmaestrosquefuerannecesarios.Verdadesquelasquepreferíanestarociosas,podíanestarlo.

––¡Sí, no lo dudo!, y eso es lo que una institutriz puede evitar, y si yohubieseconocidoasumadre,habríainsistidocontodasmisfuerzasparaquetomase una. Siempre sostengo que enmateria de educación no se consiguenadasinunainstrucciónsólidayordenada,ysólounainstitutrizlapuededar.¡Hayquever lacantidadde familiasaquienesheorientadoeneste sentido!Me encanta ver a las chicas bien situadas. Cuatro sobrinas de la señoraJenkinsonsecolocaronmuybiengraciasamí,yelotrodíamismorecomendéa otra joven de quien me hablaron por casualidad, y la familia estácontentísima con ella. SeñoraCollins, ¿le dije a usted que ayer estuvo aquíladyMetcalfe para darme las gracias? Asegura que la señorita Pope es untesoro.«LadyCatherine––medijo––,mehadadousteduntesoro.»¿Hasidoyapresentadaensociedadalgunadesushermanasmenores,señoritaBennet?

––Sí,señora,todas.

––¡Todas! ¡Cómo!¿Lascincoa lavez? ¡Quéextraño!Yustedes sólo lasegunda.¡Lasmenorespresentadasensociedadantesdecasarselasmayores!Sushermanasdebendesermuyjóvenes...

––Sí;lamenornotieneaúndieciséisaños.Quizáesdemasiadojovenparahaber sido presentada en sociedad. Pero en realidad, señora, creo que seríamuyinjustoquelashermanasmenoresnopudierandisfrutardelasociedadyde sus amenidades, por el hecho de que lasmayores no tuviesenmedios oganas de casarse pronto. La última de las hijas tiene tanto derecho a los

placeresdelajuventudcomolaprimera.Demorarlosporesemotivocreoquenoseríalomásadecuadoparafomentarelcariñofraternalyladelicadezadepensamiento.

––¡Caramba! ––dijo Su Señoría––. Para ser usted tan joven da susopinionesdemodomuyresuelto.Dígame,¿quéedadtiene?

––Contreshermanasdetrásyacrecidas––contestóElizabethsonriendo––,SuSeñoríanopuedeesperarqueseloconfiese.

Lady Catherine se quedó asombradísima de no haber recibido unarespuesta directa; y Elizabeth sospechaba que había sido ella la primerapersonaquesehabíaatrevidoaburlarsedetanmajestuosaimpertinencia.

––Nopuedeusted tenermásdeveinte, estoy segura; así quenonecesitaocultarsuedad.––Aúnnohecumplidolosveintiuno.

Cuando loscaballerosentraronyacabaronde tomarel té, sedispusieronlas mesitas de juego. Lady Catherine, sirWilliam y los esposos Collins sesentaronajugarunapartidadecuatrillo,ycomolaseñoritadeBourghprefiriójugar al casino, Elizabeth yMaría tuvieron el honor de ayudar a la señoraJenkinsonacompletarsumesa,quefueaburridaengradosuperlativo.Apenassepronuncióunasílabaquenoserefiriesealjuego,exceptocuandolaseñoraJenkinson expresaba sus temores de que la señorita de Bourgh tuviesedemasiadocalorodemasiadofrío,demasiada luzodemasiadopoca.Laotramesa era mucho más animada. Lady Catherine casi no paraba de hablarponiendo de relieve las equivocaciones de sus compañeros de juego orelatandoalgunaanécdotadesímisma.Collinsnohacíamásqueafirmartodolo que decía Su Señoría, dándole las gracias cada vez que ganaba ydisculpándosecuandocreíaquesugananciaeraexcesiva.SirWilliamnodecíamucho. Se dedicaba a recopilar en su memoria todas aquellas anécdotas ytantosnombresilustres.

Cuando ladyCatherine y su hija se cansaron de jugar, se recogieron lasmesas y le ofrecieron el coche a la señora Collins, que lo aceptó muyagradecida, e inmediatamente dieron órdenes para traerlo. La reunión secongregó entonces junto al fuego para oír a lady Catherine pronosticar quétiempo iba a hacer al día siguiente. En éstas les avisaron de que el cocheestaba en la puerta, y con muchas reverencias por parte de sir William ymuchosdiscursosdeagradecimientoporpartedeCollins,sedespidieron.Encuantodejaronatráselzaguán,Collins invitóaElizabethaqueexpresarasuopinión sobre lo que había visto en Rosings, a lo que accedió, sólo porCharlotte,exagerándolomásdeloquesentía.Peropormásqueseesforzósuelogiono satisfizoaCollins,queno tardóenverseobligadoaencargarseélmismodealabaraSuSeñoría.

CAPÍTULOXXX

SirWilliamnopasómásqueunasemanaenHunsfordperofuesuficienteparaconvencersedequesuhijaestabamuybiensituadaydequeunmaridoasíyunavecindadcomoaquéllanoseencontrabanamenudo.Mientrasestuvoallí,Collinsdedicabalamañanaapasearloensucalesínparamostrarlelacampiña;peroencuantosefue,lafamiliavolvióasusocupacioneshabituales.Elizabethagradecióqueconelcambiodevidayanotuviesequeverasuprimotanfrecuentemente,pueslamayorpartedeltiempoquemediabaentreelalmuerzoylacena,Collinsloempleabaentrabajareneljardín,enleer,enescribiroenmirarporlaventanadesudespacho,quedabaalcamino.Elcuartodondesolíanquedarselasseñorasdabaalapartetraseradelacasa.AlprincipioaElizabethleextrañabaqueCharlottenoprefirieseestarenelcomedor,queeraunapiezamásgrandeydeaspectomásagradable.Peroprontovioquesuamigateníaexcelentesrazonesparaobrarasí,puesCollinshabríaestadomenostiempoensuaposento,indudablemente,siellashubiesendisfrutadodeunotangrandecomoelsuyo.YElizabethaprobólaactituddeCharlotte.

Desdeelsalónnopodíanverelcamino,demodoquesiempreeraCollinselqueledabacuentadeloscochesquepasabanyenespecialdelafrecuenciaconquelaseñoritadeBourghcruzabaensufaetón,cosaquejamásdejabadecomunicarlesaunquesucediesecasitodoslosdías.Laseñoritasolíadetenerseen la casa para conversar unos minutos con Charlotte, pero era difícilconvencerladequebajasedelcarruaje.

Pasaban pocos días sin que Collins diese un paseo hasta Rosings y sumujercreíaamenudoundeberhacerlopropio;Elizabeth,hastaquerecordóquepodíahaberotrasfamiliasdispuestasahacerlomismo,nocomprendióelsacrificiodetantashoras.Devezencuandoleshonrabaconunavisita,eneltranscursodelacual,nadadeloqueocurríaenelsalónlepasabainadvertido.En efecto, se fijaba en lo que hacían, miraba sus labores y les aconsejabahacerlasdeotromodo,encontrabadefectosenladisposicióndelosmueblesodescubríanegligenciasenlacriada;siaceptabaalgúnrefrigerioparecíaquenolo hacía más que para advertir que los cuartos de carne eran demasiadograndesparaellos.

ProntosediocuentaElizabethdequeaunquelapazdelcondadonoestabaencomendada a aquella gran señora, era una activamagistrada en su propiaparroquia,cuyasminuciaslecomunicabaCollins,ysiemprequealgunodelosaldeanos estaba por armar gresca o se sentía descontento o desvalido, ladyCatherine se personaba en el lugar requerido para zanjar las diferencias y

reprenderlos,restableciendolaarmoníaoprocurandolaabundancia.

LainvitaciónacenarenRosingsserepetíaunpardevecesporsemana,ydesdelapartidadesirWilliam,comosólohabíaunamesadejuegodurantelavelada, el entretenimiento era siempre el mismo. No tenían muchos otroscompromisos, porque el estilo de vida del resto de los vecinos estaba pordebajo del de los Collins. A Elizabeth no le importaba, estaba a gusto así,pasaba largos ratos charlando amenamente conCharlotte; y como el tiempoeraestupendo,apesardelaépocadelaño,sedistraíasaliendoacaminar.Supaseo favorito, que a menudo recorría mientras los otros visitaban a ladyCatherine, era la alameda que bordeaba un lado de la finca donde había unsenderomuybonitoyabrigadoquenadiemásqueellaparecíaapreciar,yenelcualsehallabafueradelalcancedelacuriosidaddeladyCatherine.

ConestatranquilidadpasórápidamentelaprimeraquincenadesuestanciaenHunsford.SeacercabalaPascuaylasemanaanterioraéstaibaatraerunaditamentoalafamiliadeRosings,locual,enaquelcírculotanreducido,teníaqueresultarmuyimportante.Pocodespuésdesullegada,ElizabethoyódecirqueDarcyibaallegardentrodeunassemanas,yaunquehubiesepreferidoacualquierotradesusamistades,lociertoeraquesupresenciapodíaaportarunpocodevariedada lasveladasdeRosingsyquepodríadivertirseviendoelpocofundamentodelasesperanzasdelaseñoritaBingleymientrasobservabala actitud de Darcy con la señorita de Bourgh, a quien, evidentemente, ledestinaba lady Catherine. Su Señoría hablaba de su venida con enormesatisfacción,ydeél,entérminosdelamáselevadaadmiración;yparecíaquelemolestabaquelaseñoritaLucasyElizabethyalehubiesenvistoantesconfrecuencia.

Su llegada se supo en seguida, pues Collins llevaba toda la mañanapaseando con la vista fija en los templetes de la entrada al camino deHunsford; en cuanto vio que el coche entraba en la finca, hizo sucorrespondiente reverencia, y corrió a casa a dar la magna noticia. A lamañanasiguientevolóaRosingsapresentarlesusrespetos.Perohabíaalguienmás a quien presentárselos, pues allí se encontró con dos sobrinos de ladyCatherine.DarcyhabíavenidoconelcoronelFitzwilliam,hijomenordesutíoLord; y con gran sorpresa de toda la casa, cuando Collins regresó amboscaballeros le acompañaron. Charlotte los vio desde el cuarto de su maridocuandocruzabanelcamino,yseprecipitóhaciaelotrocuartoparaponerenconocimientodelasdosmuchachaselgranhonorquelesesperaba,yañadió:

––Elizabeth, es a ti a quien debo agradecer estamuestra de cortesía. ElseñorDarcynohabríavenidotanprontoavisitarmeamí.

Elizabethapenas tuvotiempodenegarsuderechoasemejantecumplido,pues en seguida sonó la campanilla anunciando la llegada de los dos

caballeros,quepocodespuésentrabanenlaestancia.

ElcoronelFitzwilliamibadelante;tendríaunostreintaaños,noeraguapo,peroensutratoysupersonasedistinguíaalcaballero.DarcyestabaigualqueenHertfordshire;cumplimentóa laseñoraCollinsconsuhabitual reserva,ycualesquieraque fuesensus sentimientoscon respectoaElizabeth, la saludóconaparenteimpasibilidad.Elizabethselimitóa inclinarsesindecirpalabra.El coronel Fitzwilliam tomó parte en la conversación con la soltura y lafacilidaddeunhombrebieneducado,eramuyameno;perosuprimo,despuésde hacer unas ligeras observaciones a la señoraCollins sobre el jardín y lacasa,sequedósentadodurantelargotiemposinhablarconnadie.Porfin,sinembargo,sucortesíallegóhastapreguntaraElizabethcómoestabasufamilia.Ella le contestó en los términos normales, y después de un momento desilencio,añadió:

––MihermanamayorhapasadoestostresmesesenLondres.¿Nolahabrávisto,porcasualidad?

Sabíadesobraquenolahabíavisto,peroqueríaversiletraicionabaalgúngesto y se le notaba que era consciente de lo que había ocurrido entre losBingleyyJane;yleparecióqueestabaunpococortadocuandorespondióquenunca había tenido la suerte de encontrar a la señoritaBennet.No se hablómásdelasunto,ypocodespuésloscaballerossefueron.

CAPÍTULOXXXI

ElcoronelFitzwilliamfuemuyelogiadoytodaslasseñorasconsideraronque su presencia sería un encanto más de las reuniones de Rosings. Peropasaronunosdíassinrecibirinvitaciónalguna,comosi,alhaberhuéspedesenlacasa, losCollinsnohiciesenyaningunafalta.HastaeldíadePascua,unasemanadespuésde la llegadade losdoscaballeros,no fueronhonradoscondichaatenciónyaun,alsalirdelaiglesia,selesadvirtióquenofueranhastaúltimahoradelatarde.

DurantelasemanaanteriorvieronmuypocoaladyCatherineyasuhija.El coronel Fitzwilliam visitómás de una vez la casa de losCollins, pero aDarcysólolevieronenlaiglesia.

La invitación, naturalmente, fue aceptada, y a la hora conveniente losCollins se presentaron en el salón de ladyCatherine. SuSeñoría les recibióatentamente, pero seveíabien claroque su compañíayano le era tangratacomocuandoestabasola;enefecto,estuvopendientedesussobrinosyhablócon ellos especialmente con Darcy–– mucho más que con cualquier otra

personadelsalón.

El coronel Fitzwilliam parecía alegrarse de veras al verles; en Rosingscualquier cosa le parecía un alivio, y además, la linda amiga de la señoraCollins le tenía cautivado. Se sentó al lado de Elizabeth y charlaron tanagradablemente deKent y deHertfordshire, de sus viajes y del tiempo quepasaba en casa, de librosnuevosydemúsica, queElizabeth jamás lohabíapasado tan bien en aquel salón; hablaban con tanta soltura y animación queatrajeron la atención de lady Catherine y de Darcy. Este último les habíamiradoyavariasvecesconcuriosidad.SuSeñoríaparticipóalpocoratodelmismosentimiento,ysevioclaramente,porquenovacilóenpreguntar:

––¿Qué estás diciendo, Fitzwilliam? ¿De qué hablas? ¿Qué le dices a laseñoritaBennet?Déjame

oírlo.

––Hablamos de música, señora ––declaró el coronel cuando vio que nopodíaevitarlarespuesta.

––¡Demúsica!Pueshágameel favordehablarenvozalta.De todos lostemasdeconversacióneselquemásmeagrada.Tengoquetomarparteenlaconversación si están ustedes hablando de música. Creo que hay pocaspersonasenInglaterramásaficionadasalamúsicaqueyooqueposeanmejorgusto natural. Si hubiese estudiado, habría resultado una gran discípula. Lomismo le pasaría a Anne si su salud se lo permitiese; estoy segura de quehabríatocadodeliciosamente.¿CómovaGeorgiana,Darcy?

Darcyhizouncordialelogiodeloadelantadaqueibasuhermana.

––Me alegro mucho de que me des tan buenas noticias ––dijo ladyCatherine––,yteruegoqueledigasdemipartequesinopracticamucho,nomejoraránada.

––Leaseguroquenonecesitaqueseloadvierta.Practicaconstantemente.

––Mejor. Eso nunca está de más; y la próxima vez que le escriba leencargaréquenolodescuide.Confrecuencialesdigoalasjovencitasqueenmúsica no se consigue nada sin una práctica constante.Muchas veces le hedichoalaseñoritaBennetquenuncatocaráverdaderamentebiensinopracticamás;yaunque laseñoraCollinsno tienepiano, laseñoritaBennetserámuybienacogida,como lehedichoamenudo, sivieneaRosings todos losdíasparatocarelpianoenelcuartodelaseñoraJenkinson.Enesapartedelacasanomolestaráanadie.

Darcyparecióunpocoavergonzadode lamalaeducacióndesu tía,ynocontestó.

Cuando acabaron de tomar el café, el coronel Fitzwilliam recordó a

Elizabethquelehabíaprometidotocar,ylajovensesentóenseguidaalpiano.El coronel puso su silla a su lado. Lady Catherine escuchó la mitad de lacanción y luego siguió hablando, como antes, a su otro sobrino, hasta queDarcyladejóydirigiéndoseconsuhabitualcautelahaciaelpiano,secolocódemodoquepudieseverelrostrodelahermosaintérprete.Elizabethreparóen lo que hacía y a la primera pausa oportuna se volvió hacia él con unaampliasonrisayledijo:

––¿Pretende atemorizarme, viniendo a escucharme con esa seriedad?Yono me asusto, aunque su hermana toque tan bien. Hay una especie deterquedad en mí, que nunca me permite que me intimide nadie. Por elcontrario,mivalorcrececuandoalguienintentaintimidarme.

––Nolediréquesehaequivocado––repusoDarcy––porquenocreeustedsinceramentequeteníaintenciónalgunadealarmarla;yhetenidoelplacerdeconocerla lo bastante para saber que se complace a veces en sustentaropinionesquedehechonosonsuyas.

Elizabeth se rió abiertamente ante esadescripciónde símisma,ydijo alcoronelFitzwilliam:

––Suprimopretendedarleaustedunalindaideademíenseñándoleanocreerpalabradecuantoyolediga.Medesolaencontrarmeconunapersonatandispuesta a descubrir mi verdadero modo de ser en un lugar donde yo mehabía hecho ilusiones de pasar por mejor de lo que soy. Realmente, señorDarcy, esmuypocogenerosopor suparte revelar las cosasmalasque supousted de mí en Hertfordshire, y permítame decirle que es también muyindiscreto,puesestomepodríainduciradesquitarmeysaldríanarelucircosasqueescandalizaríanasusparientes.

––Nole––tengomiedo––dijoélsonriente.

––Dígame,porfavor,dequéleacusa––exclamóelcoronelFitzwilliam––.Megustaríasabercómosecomportaentreextraños.

––Selodiré,peroprepáreseaoíralgomuyespantoso.Hadesaberquelaprimeravezquelevifueenunbaile,yenesebaile,¿quécreeustedquehizo?Puesnobailómásquecuatropiezas,apesardeescasearloscaballeros,ymásde una dama se quedó sentada por falta de pareja. Señor Darcy, no puedenegarlo.

––Noteníaelhonordeconoceraningunadelasdamasdelareunión,anoserlasquemeacompañaban.

––Cierto,yenunbailenuncahayposibilidaddeserpresentado...Bueno,coronelFitzwilliam,¿quétocoahora?Misdedosestánesperandosusórdenes.

––Puede que me habría juzgado mejor ––añadió Darcy–– si hubiese

solicitadoquemepresentaran.Peronosirvoparadarmeaconoceraextraños.

––Vamos a preguntarle a su primo por qué es así ––dijo Elizabeth sindirigirsemásquealcoronelFitzwilliam––.¿Lepreguntamoscómoesposiblequeunhombredetalentoybieneducado,quehavividoenelgranmundo,nosirvaparaatenderadesconocidos?

––Puede contestar yomismoa estapregunta––replicóFitzwilliam–– sininterrogaraDarcy.Esoesporquenoquieretomarselamolestia.

––Reconozco––dijoDarcy––quenotengolahabilidadqueotrosposeende conversar fácilmente con las personas que jamás he visto. No puedohacermeaesasconversacionesyfingirquemeinteresoporsuscosascomoseacostumbra.

––Misdedos––repusoElizabeth––no semueven sobre este instrumentodelmodomagistralconquehevistomoverselosdedosdeotrasmujeres;notienenlamismafuerzani lamismaagilidad,ynopuedenproducir lamismaimpresión.Perosiemprehecreídoqueeraculpamía,pornohabermequeridotomar el trabajo de hacer ejercicios.No porquemis dedos no sean capaces,comolosdecualquierotramujer,detocarperfectamente.

Darcysonrióyledijo:

––Tieneustedtodalarazón.Haempleadoel tiempomuchomejor.Nadieque tenga el privilegio de escucharla podrá ponerle peros. Ninguno denosotrostocaantedesconocidos.

LadyCatherinelesinterrumpiópreguntándolesdequéhablaban.Elizabethsepusoa tocardenuevo.LadyCatherineseacercóydespuésdeescucharladuranteunosminutos,dijoaDarcy:

––La señorita Bennet no tocaría mal si practicase más y si hubiesedisfrutado de las ventajas de un buen profesor de Londres. Sabe lo que esteclear,aunquesugustonoescomoeldeAnne.Annehabríasidounapianistamaravillosasisusaludlehubiesepermitidoaprender.

Elizabeth miró a Darcy para observar su cordial asentimiento al elogiotributadoasuprima,peronientoncesnienningúnotromomentodescubrióningúnsíntomadeamor;ydesuactitudhacialaseñoritadeBourgh,Elizabethdedujo una cosa consoladora en favor de la señoritaBingley: queDarcy sehabríacasadoconellasihubiesepertenecidoasufamilia.

LadyCatherinecontinuóhaciendoobservacionessobrelamaneradetocardeElizabeth,mezcladasconnumerosas instruccionessobre laejecuciónyelgusto.Elizabethlasaguantócontodalapacienciaqueimponelacortesía,yapeticióndeloscaballerossiguiótocandohastaqueestuvopreparadoelcochedeSuSeñoríaylosllevóatodosacasa.

CAPÍTULOXXXII

AlamañanasiguienteestabaElizabethsolaescribiendoaJane,mientraslaseñoraCollinsyMaríahabíanidodecomprasalpueblo,cuandosesobresaltóalsonarlacampanilladelapuerta,señalinequívocadealgunavisita.Aunquenohabíaoídoningúncarruaje,pensóquealomejoreraladyCatherine,yseapresuróaesconderlacartaqueteníaamedioescribirafindeevitarpreguntasimpertinentes. Pero con gran sorpresa suya se abrió la puerta y entró en lahabitaciónelseñorDarcy.Darcysolo.

Pareció asombrarse al hallarla sola y pidió disculpas por su intromisióndiciéndolequecreíaqueestabanenlacasatodaslasseñoras.

Se sentaron los dos y, después de las preguntas de rigor sobre Rosings,pareció que se iban a quedar callados. Por lo tanto, era absolutamentenecesariopensarenalgo,yElizabeth, anteestanecesidad, recordó laúltimavez que se habían visto enHertfordshire y sintió curiosidad por ver lo quediríaacercadesuprecipitadapartida.

––¡Qué repentinamente se fueron ustedes de Netherfield el pasadonoviembre, señor Darcy! ––le dijo––. Debió de ser una sorpresamuy grataparaelseñorBingleyverlesaustedestanprontoasulado,porque,simalnorecuerdo, él se había ido una día antes. Supongo que tanto él como sushermanasestabanbiencuandosalióusteddeLondres.

––Perfectamente.Gracias.

Elizabeth advirtió que no iba a contestarle nada más y, tras un brevesilencio,añadió:––TengoentendidoqueelseñorBingleynopiensavolveraNetherfield.

––Nunca le he oído decir tal cosa; pero es probable que no pasemuchotiempoallíenelfuturo.Tienemuchosamigosyestáenunaépocadelavidaenquelosamigosyloscompromisosaumentancontinuamente.

––Si tiene la intención de estar poco tiempo enNetherfield, seríamejorpara la vecindad que lo dejase completamente, y así posiblemente podríainstalarseotrafamiliaallí.PeroquizáelseñorBingleynohayatomadolacasatanto por la conveniencia de la vecindad como por la suya propia, y es deesperarquelaconserveoladejeenvirtuddeesemismoprincipio.

––Nome sorprendería ––añadióDarcy–– que se desprendiese de ella encuantoseleofrecieraunacompraaceptable.

Elizabeth no contestó. Temía hablar demasiado de su amigo, y como no

teníanadamásquedecir,determinódejaraDarcyquebuscaseotro temadeconversación.

Éllocomprendióydijoenseguida:

––Esta casa parecemuy confortable. Creo que ladyCatherine la arreglómuchocuandoelseñorCollinsvinoaHunsfordporprimeravez.

––Asíparece,yestoyseguradequenopodíahaberdadounapruebamejorde su bondad. ––El señor Collins parece haber sidomuy afortunado con laeleccióndesuesposa.

––Asíes.Susamigospuedenalegrarsedequehayadadoconunade laspocasmujeresinteligentesquelehabríanaceptadooquelehabríanhechofelizdespués de aceptarle.Mi amiga esmuy sensata, aunque su casamiento conCollinsmeparezcaamíelmenoscuerdodesusactos.Sinembargo,parececompletamente feliz: desde un punto de vista prudente, éste era un buenpartidoparaella.

––Tiene que ser muy agradable para la señora Collins vivir a tan pocadistanciadesufamiliay

amigos.

––¿Pocadistancialellamausted?Haycercadecincuentamillas.

––¿Y qué son cincuenta millas de buen camino? Poco más de mediajornadadeviaje.Sí,yoaesolollamounadistanciacorta.

––Nuncahabríaconsideradoqueladistanciafueseunadelasventajasdelpartido exclamó Elizabeth , y jamás se me habría ocurrido que la señoraCollinsviviesecercadesufamilia.

––EsodemuestraelapegoqueletieneustedaHertfordshire.TodoloqueestémásalládeLongbourndebeparecerleyalejos.

Mientras hablaba se sonreía de unmodo que Elizabeth creía interpretar:DarcydebíasuponerqueestabapensandoenJaneyenNetherfield;ycontestóalgosonrojada:

––Noquierodecirqueunamujernopuedavivirlejosdesufamilia.Lejosycercasoncosasrelativasydependendemuydistintascircunstancias.Sisetienefortunaparanodarimportanciaalosgastosdelosviajes,ladistanciaeslo de menos. Pero éste no es el caso. Los señores Collins no viven conestrecheces,peronosontanricoscomoparapermitirseviajarconfrecuencia;estoyseguradequemiamiganodiríaquevivecercadesufamiliamásquesiestuvieraalamitaddeestadistancia.

DarcyacercósuasientounpocomásaldeElizabeth,ydijo:

––Notieneustedderechoaestartanapegadaasuresidencia.Nosiempreva a estar en Longbourn. Elizabeth pareció quedarse sorprendida, y elcaballerocreyóquedebíacambiardeconversación.Volvióacolocarsusilladonde estaba, tomó un diario de lamesa ymirándolo por encima, preguntóconfrialdad:

––¿LegustaaustedKent?

Aestosiguióuncortodiálogosobreeltemadelacampiña,concisoymoderadoporambaspartes,queprontoterminó,puesentraronCharlotteysuhermanaqueacababanderegresardesupaseo.Eltête–à–têtelasdejópasmadas.Darcylesexplicólaequivocaciónquehabíaocasionadosuvisitaalacasa;permaneciósentadounosminutosmás,sinhablarmuchoconnadie,yluegosemarchó.

––¿Quésignificaesto?––preguntóCharlotteencuantosefue––.QueridaElizabeth, debede estar enamoradode ti, pues si no, nuncahabría venido avernosconestafamiliaridad.

PerocuandoElizabethcontólocalladoquehabíaestado,nopareciómuyprobable,apesardelosbuenosdeseosdeCharlotte;ydespuésdevariasconjeturasselimitaronasuponerquesuvisitahabíaobedecidoaladificultaddeencontraralgoquehacer,cosamuynaturalenaquellaépocadelaño.Todoslosdeportessehabíanterminado.EncasadeladyCatherinehabíalibrosyunamesadebillar,peroaloscaballeroslesdesesperabaestarsiempremetidosencasa,yseaporlocercaqueestabalaresidenciadelosCollins,seaporloplacenterodelpaseo,oseaporlagentequevivíaallí,losdosprimossentíanlatentacióndevisitarlestodoslosdías.Sepresentabanendistintashorasdelamañana,unasvecesseparadosyotrasvecesjuntos,yalgunasacompañadosdesutía.EraevidentequeelcoronelFitzwilliamveníaporqueseencontrabaagustoconellos,cosaque,naturalmente,lehacíaaúnmásagradable.ElplacerquelecausabaaElizabethsucompañíaylamanifiestaadmiracióndeFitzwilliamporella,lehacíanacordarsedesuprimerfavoritoGeorgeWickham.Comparándolos,ElizabethencontrabaquelosmodalesdelcoroneleranmenosatractivosydulcesquelosdeWickham,peroFitzwilliamleparecíaunhombremásculto.

PerocomprenderporquéDarcyveníatanamenudoalacasa,yaeramásdifícil.Nodebíaserporbuscarcompañía,puesseestabasentadodiezminutossinabrir laboca,ycuandohablabamásbienparecíaquelohacíaporfuerzaqueporgusto,comosimásqueunplacer fueseaquellounsacrificio.Pocasvecesestabarealmenteanimado.LaseñoraCollinsnosabíaquépensardeél.Como el coronel Fitzwilliam se reía a veces de aquella estupidez deDarcy,Charlotteentendíaqueéstenodebíadeestarsiempreasí,cosaquesuescasoconocimientodel caballerono lehabríapermitido adivinar; y comodeseaba

creer que aquel cambio era obra del amor y el objeto de aquel amor eraElizabeth, se empeñó en descubrirlo. Cuando estaban enRosings y siemprequeDarcyveníaasucasa,Charlotteleobservabaatentamente,peronosacabanadaenlimpio.Verdadesquemirabamuchoasuamiga,perolaexpresióndetales miradas era equívoca. Era un modo de mirar fijo y profundo, peroCharlotte dudaba a veces de que fuese entusiasta, y en ocasiones parecíasencillamentequeestabadistraído.

DosotresvecesledijoaElizabethquetalvezestabaenamoradodeella,pero Elizabeth se echaba a reír, y la señora Collins creyómás prudente noinsistirenelloparaevitarelpeligrodeengendraresperanzasimposibles,puesnodudabaquetodalamaníaqueElizabethleteníaaDarcysedisiparíaconlacreenciadequeéllaquería.

EnlosbuenosyafectuososproyectosqueCharlotteformabaconrespectoaElizabeth,entrabaaveceselcasarlaconelcoronelFitzwilliam.Era,sincomparación,elmásagradabledetodos.SentíaverdaderaadmiraciónporElizabethysuposicióneraestupenda.PeroDarcyteníaunconsiderablepatronatoenlaIglesia,ysuprimonoteníaninguno.

CAPÍTULOXXXIII

Ensuspaseospor laalamedadentrode lafincamásdeunavezsehabíaencontradoElizabeth inesperadamenteconDarcy.Laprimeravezno lehizoningunagraciaquelamalafortunafueseatraerloprecisamenteaélaunsitiodondenadiemássolíair,yparaquenovolviesearepetirsesecuidómuchodeindicarle que aquél era su lugar favorito. Por consiguiente, era raro que elencuentrovolvieseaproducirse,y,sinembargo,seprodujoinclusounaterceravez. Parecía que lo hacía con una maldad intencionada o por penitencia,porquelacosanosereducíaalaspreguntasderigoroaunasimpleymolestadetención;Darcyvolvíaatrásypaseabaconella.Nuncahablabamuchonilaimportunabahaciéndolehablaroescuchardemasiado.PeroaltercerencuentroElizabethsequedóasombradaantelararezadelaspreguntasquelehizo:silegustabaestarenHunsford,sileagradabanlospaseossolitariosyquéopiniónteníade la felicidaddelmatrimonioCollins; pero lomás extraño fueque alhablardeRosingsydelescasoconocimientoqueteníaelladelacasa,parecióqueélsuponíaque,alvolveraKent,Elizabethresidiríatambiénallí.¿EstaríapensandoenelcoronelFitzwilliam?La jovenpensóquesialgoqueríadecirhabíadeserforzosamenteunaalusiónporeselado.Estolainquietóunpocoyse alegró de encontrarse en la puerta de la empalizada que estaba justoenfrentedelacasadelosCollins.

Releíaundía,mientraspaseaba, laúltimacartadeJaneysefijabaenunpasajequedenotabala tristezaconquehabíasidoescrita,cuando,envezdetoparse de nuevo conDarcy, al levantar la vista se encontró con el coronelFitzwilliam.Escondióalpuntolacartaysimulandounasonrisa,dijo:

––Nuncasupehastaahoraquepaseabaustedporestecamino.

––Heestadodandolavueltacompletaalafinca––contestóelcoronel––,cosaquesuelohacer todoslosaños.Ypensabarematarlaconunavisitaa lacasadelpárroco.¿Vaaseguirpaseando?

––No;ibaaregresar.

Enefecto,dio lavueltay juntosseencaminaronhacia lacasaparroquial.––¿SevandeKentelsábado,seguro?––preguntóElizabeth.

––Sí,siDarcynovuelveaaplazarelviaje.Estoyasusórdenes;éldisponelascosascomoleparece.

––Ysino leplacen lascosaspor lomenos ledaungranplacerelpoderdisponerlas a su antojo. No conozco a nadie que parezca gozarmás con elpoderdehacerloquequierequeelseñorDarcy.

––LegustahacersusantavoluntadreplicóelcoronelFitzwilliam––.Peroatodos nos gusta. Sólo que él tiene más medios ––para hacerlo que otrosmuchos,porqueesricoyotrossonpobres.Digoloquesiento.Ustedsabequelos hijosmenores tienen que acostumbrarse a la dependencia y renunciar amuchascosas.

––Yocreoqueelhijomenordeuncondenolopasatanmalcomousteddice. Vamos a ver, sinceramente, ¿qué sabe usted de renunciamientos y dedependencias?¿Cuándosehavistoprivado,porfaltadedinero,deiradondequeríaodeconseguiralgoqueseleantojara?

––Ésas son cosas sin importancia, y acaso pueda reconocer que no hesufridomuchas privaciones de esa naturaleza. Pero en cuestiones demayortrascendencia,estoysujetoalafaltadedinero.Loshijosmenoresnopuedencasarsecuandolesapetece.

––Amenosque lesgusten lasmujeres ricas, cosaque creoque sucedeamenudo.

––Nuestracostumbredegastarnoshacedemasiadodependientes,ynohaymuchosdemirangoquesecasensinprestarunpocodeatenciónaldinero.

«¿Se referirá esto a mí?», pensó Elizabeth sonrojándose. Peroreponiéndosecontestóentonojovial:

––Ydígame,¿cuáleselprecionormaldeunhijomenordeunconde?Anoser que el hermano mayor esté muy enfermo, no pedirán ustedes más de

cincuentamillibras...

Élrespondióenelmismotonoyeltemaseagotó.Paraimpedirunsilencioquepodríahacersuponeralcoronelquelodicholehabíaafectado,Elizabethdijopocodespués:

––Meimaginoquesuprimoletrajoconélsobretodoparateneralguienasu disposición. Me extraña que no se case, pues así tendría a una personasujeta constantemente. Aunque puede que su hermana le baste para eso, demomento,puescomoestáasuexclusivacustodiadebedepodermandarlaasugusto.

––No––dijoel coronelFitzwilliam––, esaventaja la tienequecompartirconmigo.Estoyencargado,juntoconél,delatutoríadesuhermana.

––¿Deveras?Ydígame,¿quéclasede tutoríaes laqueejercen?¿Lesdamucho que hacer? Las chicas de su edad son a veces un poco difíciles degobernar,y si tieneelmismocarácterqueel señorDarcy, ledebedegustartambiénhacersusantavoluntad.

Mientrashablaba,Elizabethobservóqueelcoronellamirabamuyserio,yla forma en que le preguntó en seguida que cómo suponía que la señoritaDarcy pudiera darles algún quebradero de cabeza, convenció aElizabeth deque, poco o mucho, se había acercado a la verdad. La joven contestó a supreguntadirectamente:

––Noseasuste.Nuncaheoídodecirdeellanadamaloycasiaseguraríaque es unade lasmejores criaturas delmundo.Es el ojoderechode ciertasseñorasqueconozco:laseñoraHurstylaseñoritaBingley.Meparecequemedijoustedquetambiénlasconocía.

––Algo, sí.Suhermanoesuncaballeromuyagradable, íntimoamigodeDarcy.

––¡Oh,sí!––dijoElizabethsecamente––.ElseñorDarcyesincreíblementeamableconelseñorBingleyylocuidadeunmodoextraordinario.

––¿Lo cuida? Sí, realmente, creo que lo cuida precisamente en lo quemayores cuidados requiere. Por algo que me contó cuando veníamos haciaaquí,presumoqueBingleyledebemucho.Perodebopedirlequemeperdone,porque no tengo derecho a suponer que Bingley fuese la persona a quienDarcyserefería.Sonsóloconjeturas.

––¿Quéquieredecir?

––Esuna cosaqueDarcynoquisieraque sedivulgase, pues si llegase aoídosdelafamiliadeladama,resultaríamuydesagradable.

Nosepreocupe,nolodivulgaré.

––TengaustedencuentaquecarezcodepruebasparasuponerquesetratadeBingley.LoqueDarcymedijo esque se alegrabadehaber libradohacepocoaunamigodeciertocasamientomuyimprudente;peronocitónombresnidetalles,yyosospechéqueelamigoeraBingleysóloporquemepareceunjovenmuyapropósitoparasemejantecaso,yporqueséqueestuvieronjuntostodoelverano.

––¿LedijoaustedelseñorDarcylasrazonesquetuvoparainmiscuirseenelasunto?––Yoentendíquehabíaalgunasobjecionesdepesoencontradelaseñorita.

––¿Yquéartesusóparasepararles?

––No habló de sus artimañas ––dijo Fitzwilliam sonriendo––. Sólo mecontóloqueacabodedecirle.

Elizabethnohizoningún comentario y siguió caminando con el corazónhenchido de indignación. Después de observarla un poco, Fitzwilliam lepreguntóporquéestabatanpensativa.

––Estoypensandoen loqueustedmehadicho––respondióElizabeth––.Laconductadesuprimonomeparecenadabien.¿Porquéteníaqueseréleljuez?

––¿Quieredecirquesuintervenciónfueindiscreta?––Noveoquéderechopuede tenerelseñorDarcyparadecidirsobreuna inclinacióndesuamigoyporquéhayadeserélelquedirijaydetermine,asujuicio,dequémodohadesersuamigofeliz.Pero––continuó,reportándose––,nosabiendodetalles,noestábiencensurarle.Habráquecreerqueelamornotuvomuchoqueverenestecaso.

Esdesuponer––dijoFitzwilliam––,peroesoaminoramuytristementeeltriunfodemiprimo.

Esto último lo dijo en broma, pero a Elizabeth le pareció un retrato tanexactodeDarcyquecreyóinútilcontestar.Cambiódeconversaciónysepusoa hablar de cosas intrascendentes hasta que llegaron a la casa.En cuanto elcoronelsefue,Elizabethseencerróensuhabitaciónypensósininterrupciónentodoloquehabíaoído.Nocabíasuponerqueelcoronelserefirieseaotraspersonas que a Jane y a Bingley. No podían existir dos hombres sobre loscuales ejercieseDarcy una influencia tan ilimitada.Nunca había dudado dequeDarcyhabíatenidoqueverenlasmedidastomadasparasepararaBingleyy a Jane; pero el plan y el principal papel siempre lo había atribuido a laseñoritaBingley.Sinembargo,sisupropiavanidadno leofuscaba,éleraelculpable; su orgullo y su capricho eran la causa de todo lo que Jane habíasufridoy seguía sufriendo aún.Por él habíadesaparecido toda esperanzadefelicidad en el corazón más amable y generoso del mundo, y nadie podía

calculartodoelmalquehabíahecho.

ElcoronelFitzwilliamhabíadichoque«habíaalgunasobjecionesdepesocontra la señorita». Y esas objeciones serían seguramente el tener un tíoabogadodepuebloyotrocomercianteenLondres...

«Contra Jane ––pensaba Elizabeth–– no había ninguna objeción posible.¡Ellaeselencantoylabondadpersonificados!Suinteligenciaesexcelente;sutalento, inmejorable; sus modales, cautivadores. Nada había que objetartampococontrasupadreque,enmediodesusrarezas,poseíaaptitudesquenodesdeñaríaelpropioDarcyyuna respetabilidadqueacasoéstenoalcanzasenunca.» Al acordarse de su madre, su confianza cedió un poquito; perotampocoadmitióqueDarcypudieseoponerleningunaobjecióndepeso,puessuorgulloestabaseguradeello––dabamásimportanciaalafaltadecategoríadelosposiblesparientesdesuamigo,queasufaltadesentido.Enresumidascuentas, había que pensar que le había impulsado por una parte el másempedernido orgullo y por otra su deseo de conservar a Bingley para suhermana.

Laagitacióny las lágrimas ledieronaElizabethundolordecabezaqueaumentó por la tarde, y sumada su dolencia a su deseo de no ver a Darcy,decidió no acompañar a sus primos a Rosings, donde estaban invitados atomar el té. La señora Collins, al ver que estaba realmente indispuesta, noinsistió,eimpidióentodoloposiblequesumaridolohiciera;peroCollinsnopudo ocultar su temor de que lady Catherine tomase a mal la ausencia deElizabeth.

CAPÍTULOXXXIV

Cuandotodossehabíanido,Elizabeth,comosisepropusieraexasperarsemásaúncontraDarcy,sededicóarepasartodaslascartasquehabíarecibidodeJanedesdequesehallabaenKent.Noconteníanlamentacionesninadaquedenotasequeseacordabadelopasadoniqueindicasequesufríaporello;peroen conjunto y casi en cada línea faltaba la alegría que solía caracterizar elestilo de Jane, alegría que, como era natural en un carácter tan tranquilo yafectuoso,casinuncasehabíaeclipsado.Elizabethsefijabaentodaslasfrasesreveladoras de desasosiego, con una atención que no había puesto en laprimeralectura.ElvergonzosoalardedeDarcyporeldañoquehabíacausadolehacíasentirmásvivamenteelsufrimientodesuhermana.LeconsolabaunpocopensarquedentrodedosdíasestaríadenuevoalladodeJaneypodríacontribuiraquerecobraseelánimoconloscuidadosquesóloelcariñopuededar.

Nopodíapensaren lamarchadeDarcysinrecordarquesuprimose ibaconél;peroelcoronelFitzwilliamlehabíadadoaentenderconclaridadquenopodíapensarenella.

Mientras estaba meditando todo esto, la sorprendió la campanilla de lapuerta,yabrigó laesperanzadequefueseelmismocoronelFitzwilliamqueyaunavezlashabíavisitadoporlatardeyalomejoribaapreguntarlecómoseencontraba.Peroprontodesechóesa ideay siguiópensandoen sus cosascuando, con total sobresalto, vio que Darcy entraba en el salón.Inmediatamente empezó a preguntarle, muy acelerado, por su salud,atribuyendo la visita a su deseo de saber que se encontraba mejor. Ella lecontestócortésperofríamente.Elizabethestabaasombradaperonodijoniunapalabra. Después de un silencio de varios minutos se acercó a ella y muyagitadodeclaró:

––He luchado en vano. Ya no puedomás. Soy incapaz de contenermissentimientos.Permítamequeledigaquelaadmiroylaamoapasionadamente.

El estupor de Elizabeth fue inexpresable. Enrojeció, se quedómirándolefijamente,indecisaymuda.Ellointerpretócomounsignofavorableysiguiómanifestándole todo loque sentía por ella desdehacía tiempo.Se explicababien,peronosólodesuamorteníaquehablar,ynofuemáselocuenteeneltema de la ternura que en el del orgullo. La inferioridad de Elizabeth, ladegradación que significaba para él, los obstáculos de familia que el buenjuicio le había hecho anteponer siempre a la estimación. Hablaba de estascosasconunardorquereflejabatodoloqueleherían,perotodoellonoeralomásindicadoparaapoyarsudemanda.

A pesar de toda la antipatía tan profundamente arraigada que le tenía,Elizabethnopudopermanecerinsensiblealasmanifestacionesdeafectodeunhombre como Darcy, y aunque su opinión no varió en lo más mínimo, seentristeció al principio por la decepción que iba a llevarse; pero el lenguajequeésteempleóluegofuetaninsultantequetodalacompasiónseconvirtióenira. Sin embargo, trató de contestarle con calma cuando acabó de hablar.Concluyó asegurándole la firmeza de su amor que, a pesar de todos susesfuerzos,nohabíapodidovencer,yesperandoqueseríarecompensadoconlaaceptacióndesumano.Porsumaneradehablar,ElizabethadvirtióqueDarcynoponíaendudaquesu respuestasería favorable.Hablabade temoresydeansiedad,perosuaspectorevelabaunaseguridadabsoluta.Estolaexasperabaaúnmásy cuandoél terminó, le contestó con lasmejillas encendidaspor laira:

––Enestoscasoscreoqueseacostumbraaexpresarciertoagradecimientopor los sentimientos manifestados, aunque no puedan ser igualmentecorrespondidos. Es natural que se sienta esta obligación, y si yo sintiese

gratitud, le daría las gracias. Pero no puedo; nunca he ambicionado suconsideración,yustedmelahaotorgadomuyencontradesuvoluntad.Sientohaberhechodañoaalguien,perohasidoinconscientemente,yesperoqueesedaño dure poco tiempo. Los mismos sentimientos que, según dice, leimpidieron darme a conocer sus intenciones durante tanto tiempo, venceránsindificultadesesufrimiento.

Darcy, que estaba apoyado en la repisa de la chimenea con los ojosclavados en el rostro de Elizabeth, parecía recibir sus palabras con tantoresentimientocomosorpresa.Su tezpalidecióderabiay todassus faccionesmostrabanlaturbacióndesuánimo.Luchabaporguardarlacompostura,ynoabriría los labios hasta que creyese haberlo conseguido. Este silencio fueterribleparaElizabeth.Porfin,forzandolavozparaaparentarcalma,dijo:

––¿Yeséstatodalarespuestaquevoyatenerelhonordeesperar?Quizádebierapreguntarporquésemerechazacontanescasacortesía.Peronotienelamenorimportancia.

––También podría yo replicó Elizabeth–– preguntar por qué con tanevidente propósito de ofenderme y de insultarme me dice que le gusto encontra de su voluntad, contra su buen juicio y hasta contra sumodo de ser.¿Noeséstaunaexcusaparami faltadecortesía, si esqueen realidad lahecometido?Pero,además,herecibidootrasprovocaciones, losabeustedmuybien. Aunque mis sentimientos no hubiesen sido contrarios a los suyos,aunquehubiesensidoindiferentesoinclusofavorables,¿creeustedquehabríaalgo que pudiese tentarme a aceptar al hombre que ha sido el culpable dearruinar,talvezparasiempre,lafelicidaddeunahermanamuyquerida?

Aloírestaspalabras,Darcymudódecolor;perolaconmociónfuepasajeraysiguióescuchandosinintencióndeinterrumpirla.

––Yo tengo todas las razones delmundo para tener unmal concepto deusted ––continuó Elizabeth––.No hay nada que pueda excusar su injusto yruinproceder.NoseatreveráustedanegarquefueelprincipalsinoelúnicoculpabledelaseparacióndelseñorBingleyymihermana,exponiendoalunoalascensurasdelagenteporcaprichosoyvoluble,yalotroalaburlaporsusfallidasesperanzas,sumiéndolosalosdosenlamayordesventura.

Hizounapausayvio, indignada,queDarcylaestabaescuchandoconunaire que indicaba no hallarse en absoluto conmovido por ningún tipo deremordimiento.Inclusolamirabaconunasonrisadepetulanteincredulidad.

––¿Puedenegarquehahechoesto?––repitióella.Fingiendoestarsereno,Darcycontestó:

––Nohedenegarquehicetodoloqueestuvoenmimanoparasepararamiamigodesuhermana,niquemealegrodelresultado.Hesidomásamable

conélqueconmigomismo.

Elizabethdesdeñó aparentar quenotaba esa sutil reflexión, perono se leescapósusignificado,ynoconsiguióconciliarla.

––Pero no sólo en esto se fundami antipatía ––continuó Elizabeth .Miopinióndeusted se formómuchoantesdequeeste asunto tuviese lugar.SumododeserquedóreveladoporunahistoriaquemecontóelseñorWickhamhace algunos meses. ¿Qué puede decir a esto? ¿Con qué acto ficticio deamistadpuededefenderse ahora? ¿Conqué falsedadpuede justificar en estecasosudominiosobrelosdemás?

––Seinteresaustedmuyvivamenteporloqueafectaaesecaballero––dijoDarcyenuntonomenostranquiloyconelrostroenrojecido.

––¿Quién,queconozcalaspenasquehapasado,puedeevitarsentirinterésporél?

––¡Las penas que ha pasado! exclamó Darcy despectivamente––. Sí,realmente,unaspenasinmensas...

––¡Porsuculpa!––exclamóElizabethconenergía––.Ustedleredujoasuactualrelativapobreza.Ustedlenegóelporvenirque,comobiendebesaber,estaba destinado para él. En los mejores años de la vida le privó de unaindependencia a la que no sólo tenía derecho sino quemerecía. ¡Hizo todoesto!Yaúnescapazderidiculizaryburlarsedesuspenas...

––¡Yésaes––gritóDarcymientrassepaseabacomounaexhalaciónporelcuarto––laopiniónquetieneusteddemí!¡Éstaeslaestimaciónenlaqueme tiene!Ledoy lasgraciasporhabérmeloexplicado tanabiertamente.Misfaltas, según su cálculo, son verdaderamente enormes. Pero puede ––añadiódeteniéndose y volviéndose hacia ella–– que estas ofensas hubiesen sidopasadasporaltosinohubieseheridosuorgulloconmihonestaconfesióndelosreparosquedurantelargotiempomeimpidierontomarunaresolución.Mehabría ahorrado estas amargas acusaciones si hubiese sido más hábil y lehubieseocultadomi lucha,halagándola alhacerle creerquehabíadadoestepaso impulsado por la razón, por la reflexión, por una incondicional y purainclinación, por lo que sea. Pero aborrezco todo tipo de engaño y no meavergüenzo de los sentimientos que hemanifestado, eran naturales y justos.¿Cómopodía suponerustedquemeagradase la inferioridadde su familiayquemecongratulaseporlaperspectivadetenerunosparientescuyacondiciónestántanpordebajodelamía?

LairritacióndeElizabethcrecíaacadainstante;aunasíintentócontodassusfuerzasexpresarseconmesuracuandodijo:

––Seequivocausted,señorDarcy,sisuponequeloquemehaafectadoes

su forma de declararse; si se figura que me habría evitado el mal rato derechazarlesisehubieracomportadodemodomáscaballeroso.

Elizabethsediocuentadequeestabaapuntodeinterrumpirla,peronodijonadayellacontinuó:––Ustednohabríapodidoofrecermesumanodeningúnmodoquemehubiesetentadoaaceptarla.

De nuevo su asombro era obvio. La miró con una expresión deincredulidadyhumillaciónalmismotiempo,yellasiguiódiciendo:

––Desde el principio, casi desde el primer instante enque le conocí, susmodales me convencieron de su arrogancia, de su vanidad y de su egoístadesdénhacialossentimientosajenos;medisgustarondetalmodoquehicieronnacerenmíladesaprobaciónquelossucesosposterioresconvirtieronenfirmedesagrado;ynohacíaunmesaúnqueleconocíacuandosupequeustedseríaelúltimohombreenlatierraconelquepodríacasarme.

––Ha dicho usted bastante, señorita. Comprendo perfectamente sussentimientosysólomerestaavergonzarmedelosmíos.Perdoneporhaberlehechoperdertantotiempo,yaceptemisbuenosdeseosdesaludyfelicidad.

Dichoestosalióprecipitadamentede lahabitación,yElizabeth leoyóenseguidaabrirlapuertadelaentradaysalirdelacasa.

Laconfusióndesumentelehacíasufririntensamente.Nopodíasostenersede pie y tuvo que sentarse porque las piernas le flaqueaban. Lloró durantemediahora.Su asombro al recordar lo ocurrido crecía cadavezmás.HaberrecibidounaproposicióndematrimoniodeDarcyquehabíaestadoenamoradodeelladurante tantosmeses,y tanenamoradoquequeríacasarseapesardetodaslasobjecionesquelehabíaninducidoaimpedirquesuamigosecasaraconJane,yquedebieronpasarcon igual fuerzaensupropiocaso, resultabaincreíble. Le era grato haber inspirado un afecto tan vehemente. Pero elorgullo, su abominable orgullo, sudesvergonzada confesiónde lo quehabíahechoconJane,suimperdonabledescaroalreconocerlosinnisiquieratratardedisculparse,ylainsensibilidadconquehabíahabladodeWickhamapesardenohabernegadosucrueldadparaconél,notardaronenprevalecersobrelacompasiónquehabíasentidoalpensarensuamor.

Siguió inmersa en sus agitados pensamientos, hasta que el ruido delcarruaje de lady Catherine le hizo darse cuenta de que no estaba encondicionesdeencontrarseconCharlotte,ysubiócorriendoasucuarto.

CAPÍTULOXXXV

Elizabethsedespertóalamañanasiguienteconlosmismospensamientosycavilacionesconquesehabíadormido.Nolograbareponersedelasorpresadeloacaecido;leeraimposiblepensarenotracosa.Incapazdehacernada,encuanto desayunó decidió salir a tomar el aire y a hacer ejercicio. Seencaminabadirectamentehaciasupaseofavorito,cuandorecordóqueDarcyibaalgunavezporallí; sedetuvoyen lugardeentraren la finca tomóotraveredaendireccióncontrariaalacalledondeestabalabarreradeportazgo,yque estaba aún limitada por la empalizada de Rosings, y pronto pasó pordelantedeunadelasportillasquedabaaccesoalafinca.

Despuésdepaseardosotresvecesalolargodeaquellapartedelcamino,leentrólatentación,envistadelodeliciosaqueestabalamañana,depararseenlasportillasycontemplarlafinca.LascincosemanasquellevabaenKenthabíatransformadomucholacampiña,ycadadíaverdeabanmáslosárbolestempranos.Sedisponíaacontinuarsupaseo,cuandovislumbróauncaballeroenlaalamedaquebordeabalafinca;elcaballerocaminabaendirecciónaella,yElizabeth,temiendoquefueseDarcy,retrocedióalinstante.Perolapersona,que se adelantaba, estaba ya lo suficientemente cerca para verla; siguióandando de prisa y pronunció su nombre. Ella se había vuelto, pero al oíraquellavozenlaquereconocióaDarcy,continuóendirecciónalapuerta.Elcaballerolaalcanzóy,mostrándoleunacartaqueellatomóinstintivamente,ledijoconunamiradaaltiva:

––He estado paseando por la alameda durante un rato esperandoencontrarla.¿Meconcederáelhonordeleerestacarta?

Y entonces, con una ligera inclinación, se encaminó de nuevo hacia losplantíosyprontoseperdiódevista.

Sin esperar ningún agrado, pero con gran curiosidad, Elizabeth abrió lacarta,ysuasombrofueenaumentoalverqueelsobreconteníadospliegoscompletamente escritos con una letramuy apretada. Incluso el sobre estabaescrito.Prosiguiendosupaseoporelcamino,laempezóaleer.EstabafechadaenRosingsalasochodelamañanaydecíalosiguiente:

«Nosealarme,señorita,al recibirestacarta,nicreaquevoyarepetirenellamis sentimientos o a renovar las proposiciones que tanto lemolestaronanoche. Escribo sin ninguna intención de afligirla ni de humillarme yoinsistiendo en unos deseos que, para la felicidad de ambos, no puedenolvidarse tan fácilmente; el esfuerzo de redactar y de leer esta carta podíahabersidoevitadosimimododesernomeobligaseaescribirlayaqueustedla lea.Por lo tanto,perdónemeque tome la libertaddesolicitar suatención;aunqueyaséquehabrádeconcedérmelademalagana,selopidoenjusticia.

»Ayermeacusóusteddedosofensasdenaturalezamuydiversaydemuydistintamagnitud. La primera fue el haber separado al señor Bingley de su

hermana,sinconsideraciónalossentimientosdeambos;yelotroque,apesarde determinados derechos y haciendo caso omiso del honor y de lahumanidad, arruiné la prosperidad inmediata y destruí el futuro del señorWickham.Haber abandonadodespiadada e intencionadamente al compañerodemi juventudy al favorito demipadre, a un jovenque casi no teníamásporvenirqueeldenuestrarectoríayquehabíasidoeducadoparasuejercicio,sería una depravación que no podría compararse con la separación de dosjóvenes cuyo afecto había sido fruto de tan sólo unas pocas semanas. Peroespero que retire usted la severa censura que tan abiertamente me dirigióanoche, cuandohaya leído la siguiente relacióndemis actos con respecto aestas dos circunstancias y sus motivos. Si en la explicación que no puedomenosquedar,meveoobligadoaexpresarsentimientosquelaofendan,sólopuedo decir que lo lamento. Hay que someterse a la necesidad y cualquierdisculpaseríaabsurda.

»NohacíamuchoqueestabaenHertfordshirecuandoobservé,comotodoelmundo,queelseñorBingleydistinguíaasuhermanamayormuchomásquea ninguna de las demásmuchachas de la localidad; pero hasta la noche delbaile deNetherfield novi que su cariño fuese formal.Varias veces le habíavisto antes enamorado. En aquel baile, mientras tenía el honor de estarbailandoconusted, supeporprimeravez,porunacasual informacióndesirWilliam Lucas, que las atenciones de Bingley para con su hermana habíanhechoconcebiresperanzasdematrimonio;mehablódeellocomodeunacosaresueltadelaquesólohabíaquefijarlafecha.Desdeaquelmomentoobservécuidadosamente la conducta de mi amigo y pude notar que su inclinaciónhacia la señorita Bennet era mayor que todas las que había sentido antes.Tambiénestudiéasuhermana.Suaspectoysusmaneraseranfrancas,alegresy atractivas como siempre, pero no revelabanninguna estimaciónparticular.Mis observaciones durante aquella veladame dejaron convencido de que, apesardelplacerconquerecibíalasatencionesdemiamigo,nolecorrespondíacon los mismos sentimientos. Si usted no se ha equivocado con respecto aesto, seráqueyoestabaenunerror.Comoseaqueustedconocemejorasuhermana, debe sermás probable lo último; y si es así, simovido por aquelerrorlahehechosufrir,suresentimientonoesinmotivado.Peronovaciloenafirmarqueelaspectoyelairedesuhermanapodíanhaberdadoalmássutilobservador laseguridaddeque,apesardesucarácterafectuoso,sucorazónno parecía haber sido afectado. Es cierto que yo deseaba creer en suindiferencia, pero le advierto que normalmente mis estudios y misconclusiones no se dejan influir por mis esperanzas o temores. No la creíaindiferente porqueme convenía creerlo, lo creía con absoluta imparcialidad.Misobjecionesaesabodanoeranexactamentelasqueanochereconocíquesólopodíansersuperadasporlafuerzadelapasión,comoenmipropiocaso;ladesproporcióndecategoríanosería tangraveen loqueatañeamiamigo

comoen loque amí se refiere; perohabíaotrosobstáculosque, a pesar deexistirtantoenelcasodemiamigocomoenelmío,habríatratadodeolvidarpuestoquenomeafectabandirectamente.Debodecircuáleseran,aunqueloharébrevemente.Laposicióndelafamiliadesumadre,aunquecuestionable,no era nada comparado con la absoluta inconveniencia mostrada tan amenudo, casi constantemente, por dicha señora, por sus tres hermanasmenores y, en ocasiones, incluso por su padre. Perdóneme, me dueleofenderla;peroenmediodeloqueleconciernenlosdefectosdesusfamiliaresmás próximos y de su disgusto por la mención que hago de los mismos,consuélese pensando que el hecho de que tanto usted como su hermana secomporten de tal manera que no se les pueda hacer de ningún modo losmismosreproches,laselevaaúnmásenlaestimaciónquemerecen.Sólodiréque con lo que pasó aquella noche se confirmaron todas mis sospechas yaumentaronlosmotivosqueyaanteshubieranpodidoimpulsarmeapreservaramiamigodeloqueconsiderabacomounaunióndesafortunada.BingleysemarchóaLondresaldíasiguiente,comoustedrecordará,conelpropósitoderegresarmuypronto.

»Falta ahora explicar mi intervención en el asunto. El disgusto de sushermanas se había exasperado también y pronto descubrimos quecoincidíamos en nuestras apreciaciones. Vimos que no había tiempo queperdersiqueríamossepararaBingleydesuhermana,ydecidimosirnosconélaLondres.Nostrasladamosallíyalpuntomedediquéahacerlecomprenderami amigo los peligros de su elección. Se los enumeré y se los describí conempeño. Pero, aunque ello podía haber conseguido que su determinaciónvacilaseoseaplazara,nocreoquehubieseimpedidoalfinyalcabolaboda,ano ser por el convencimiento que logré inculcarle de la indiferencia de suhermana. Hasta entonces Bingley había creído que ella correspondía a suafecto con sincero aunque no igual interés. Pero Bingley posee una granmodestianaturaly,además,creedebuenafequemisagacidadesmayorquelasuya.Contodo,nofuefácilconvencerledequesehabíaengañado.Unavezconvencido, el hacerle tomar la decisión de no volver a Hertfordshire fuecuestióndeuninstante.Noveoentodoestonadavituperablecontramí.Unasolacosaentodoloquehicemeparecereprochable:elhaberaccedidoatomarlasmedidasprocedentesparaqueBingleyignoraselapresenciadesuhermanaen la ciudad.Yo sabía que estaba enLondres y la señoritaBingley lo sabíatambién; pero mi amigo no se ha enterado todavía. Tal vez si se hubiesenencontrado, no habría pasado nada; pero no me parecía que su afecto sehubiese extinguido lo suficiente para que pudiese volver a verla sin ningúnpeligro. Puede que esta ocultación sea indigna de mí, pero creí mi deberhacerlo.Sobreesteasuntonotengomásquedecirnimásdisculpaqueofrecer.Si he herido los sentimientos de su hermana, ha sido involuntariamente, yaunquemismóviles puedan parecerle insuficientes, yo no los encuentro tan

condenables.

»Conrespectoalaotraacusaciónmásimportantedehaberperjudicadoalseñor Wickham, sólo la puedo combatir explicándole detalladamente larelación de ese señor con mi familia. Ignoro de qué me habrá acusado enconcreto,perohaymásdeuntestigofidedignoquepuedacorroborarleaustedlaveracidaddecuantovoyacontarle.

»El señorWickham es hijo de un hombre respetabilísimo que tuvo a sucargo durante muchos años la administración de todos los dominios dePemberley,ycuyaexcelenteconductainclinóamipadreafavorecerle,comoera natural; el cariño de mi progenitor se manifestó, por lo tanto,generosamenteenGeorgeWickham,queerasuahijado.Costeósueducaciónen un colegio y luego en Cambridge, pues su padre, constantementeempobrecido por las extravagancias de su mujer, no habría podido darle laeducación de un caballero. Mi padre no sólo gustaba de la compañía delmuchacho,queera siempremuyzalamero, sinoque formódeélelmásaltojuicio y creyó que la Iglesia podría ser su profesión, por lo que procuróproporcionarle losmedios para ello. Yo, en cambio, hacemuchos años queempecéatenerdeWickhamunaideamuydiferente.Lapropensiónaviciosyla falta de principios que cuidabade ocultar a sumejor amigo, nopudieronescapar a la observación de unmuchacho casi de sumisma edad que teníaocasióndesorprenderleenmomentosdedescuidoqueelseñorDarcynoveía.Ahora tendré que apenarla de nuevo hasta un grado que sólo usted puedecalcular, pero cualesquiera que sean los sentimientos que el señorWickhamhaya despertado en usted, esta sospecha no me impedirá desenmascararle,sino,alcontrario,seráparamíunalicientemás.

»Mi excelente padre murió hace cinco años, y su afecto por el señorWickham siguió tan constante hasta el fin, que en su testamento merecomendóqueleapoyasedelmejormodoquesuprofesiónloconsintiera;siseordenabasacerdote,mipadredeseabaqueseleotorgaseunbeneficiocapazdesustentaraunafamilia,alaprimeravacante.Tambiénlelegabamillibras.ElpadredeWickhamnosobreviviómuchoalmío.Ymedioañodespuésdesumuerte, el joven Wickham me escribió informándome que por fin habíaresueltonoordenarse,yque,acambiodelbeneficioquenohabíadedisfrutar,esperabaqueyolediesealgunaventajapecuniariamásinmediata.Añadíaquepensabaseguir lacarreradeDerecho,yquedebíahacermecargodeque losinteresesdemillibrasnopodíanbastarleparaello.Másquecreerlesincero,yodeseabaquelofuese;perodetodosmodosaccedíasuproposición.Sabíaqueel señorWickham no estaba capacitado para ser clérigo; así que arreglé elasunto.Élrenuncióa todapretensióndeayudaenloreferentea laprofesiónsacerdotal, aunquepudieseverseenelcasode tenerqueadoptarla,yaceptótres mil libras. Todo parecía zanjado entre nosotros. Yo tenía muy mal

conceptodeélparainvitarleaPemberleyoadmitirsucompañíaenlacapital.Creo que vivió casi siempre en Londres, pero sus estudios de Derecho nofueronmásqueunpretextoycomonohabíanadaquelesujetase,seentrególibrementealocioyaladisipación.Estuvetresañossinsabercasinadadeél,pero a la muerte del poseedor de la rectoría que se le había destinado, memandóunacartapidiéndomequeselaotorgara.Medecía,ynomeeradifícilcreerlo, que se hallaba en muy mala situación, opinaba que la carrera dederechonoerarentable,yqueestabacompletamentedecididoaordenarsesiyo le concedía la rectoría en cuestión, cosa que no dudaba que haría, puessabíaquenodisponíadenadiemásparaocuparlayporotrapartenopodríaolvidarlosdeseosdemivenerablepadre.Creoquenopodráustedcensurarmeporhabermenegadoacomplacerestademandaeimpedirqueserepitiese.Elresentimiento de Wickham fue proporcional a lo calamitoso de suscircunstancias, y sindudahablódemí ante lagente con lamismaviolenciacon que me injurió directamente. Después de esto, se rompió todo tipo derelación entre él y yo. Ignoro cómo vivió. Pero el último verano tuve de élnoticiasmuydesagradables.

»Tengoquereferirleaustedalgo,ahora,queyomismoquerríaolvidaryqueningunaotracircunstanciaquelapresentepodría inducirmeadesvelaraningúnserhumano.Nodudoquemeguardaráustedelsecreto.Mihermana,que tienediezañosmenosqueyo,quedóbajo lacustodiadelsobrinodemimadre, el coronelFitzwilliamy lamía.Haceaproximadamenteunaño saliódelcolegioyseinstalóenLondres.ElveranopasadofueconsuinstitutrizaRamsgate, adonde fue también el señor Wickham expresamente, con todaseguridad, pues luego supimos que la señoraYounge y él habían estado encontacto.Noshabíamosengañado,pordesgracia,sobreelmododeserdelainstitutriz.Conlacomplicidadyayudadeésta,WickhamsededicóaseduciraGeorgiana, cuyo afectuoso corazón se impresionó fuertemente con susatenciones;erasólounaniñaycreyendoestarenamoradaconsintióenfugarse.Noteníaentoncesmásquequinceaños,locuallesirvedeexcusa.Despuésdehaber confesado su imprudencia, tengo la satisfacción de añadir que supeaquelproyectoporellamisma.FuiaRamsgatey les sorprendíundíaodosantes de la planeada fuga, y entonces Georgiana, incapaz de afligir y deofenderasuhermanoaquiencasiqueríacomoaunpadre,melocontótodo.Puedeustedimaginarcómomesentíycómoactué.Porconsideraciónalhonoryalossentimientosdemihermana,nodiunescándalopúblico,peroescribíalseñorWickham,quiensemarchóinmediatamente.LaseñoraYounge,comoesnatural,fuedespedidaenelacto.ElprincipalobjetivodelseñorWickhamera,indudablemente, la fortunademihermana,queasciendea treintamil libras,pero no puedo dejar de sospechar que su deseo de vengarse de mí entrabatambiénensupropósito.Realmentehabríasidounavenganzacompleta.

»Éstaes,señorita,lafielnarracióndeloocurridoentreélyyo;ysinola

rechazaustedcomoabsolutamente falsa,esperoqueenadelantemeretire laacusación de haberme portado cruelmente con el señorWickham.No sé dequémodoniconquéfalsedadlahabráembaucado;peronohayqueextrañarsedequelohayaconseguido,puesignorabaustedtodasestascuestiones.Leeraimposibleaveriguarlasynosesentíainclinadaasospecharlas.

»Puedequesepregunteporquénoselocontétodoanoche,peroentoncesnoeradueñodemímismoyno sabíaquépodíaodebía revelarle.Sobre laverdadde todo lo que le he narrado, puedo apelar al testimoniodel coronelFitzwilliam, quien, por nuestro estrecho parentesco y constante trato, y aúnmás por ser uno de los albaceas del testamento demi padre, ha tenido queenterarse forzosamente de todo lo sucedido. Si el odio que le inspiroinvalidase mis aseveraciones, puede usted consultar con mi primo, contraquien no tendrá usted ningún motivo de desconfianza; y para que ello seaposible, intentaré encontrar la oportunidad de hacer llegar a susmanos estacarta, en la misma mañana de hoy. Sólo me queda añadir: Que Dios labendiga.

FitzwilliamDarcy.»

CAPÍTULOXXXVI

NoesperabaElizabeth,cuandoDarcylediolacarta,queenellarepitiesesu proposición, pero no tenía ni idea de qué podía contener.Al descubrirlo,biensepuedesuponerconquérapidezlaleyóycuánencontradassensacionesvino a suscitarle. Habría sido difícil definir sus sentimientos. Al principiocreyóconasombroqueDarcyquerríadisculparselomejorquepudiese,peroen seguida se convenció firmemente de que no podría darle ningunaexplicaciónqueelmáselementalsentidodeladignidadnoaconsejaraocultar.Congranprejuiciocontratodoloqueélpudieradecir,empezóaleersurelatoacerca de lo sucedido en Netherfield. Sus ojos recorrían el papel con talansiedadqueapenasteníatiempodecomprender,ysuimpacienciaporsaberloquedecíalafrasesiguienteleimpedíaentenderelsentidodelaqueestabaleyendo.AlinstantedioporhechoquelacreenciadeDarcyenlaindiferenciadesuhermanaerafalsa,ylaspeoresobjecionesqueponíaaaquelmatrimoniolaenojabandemasiadoparapoderhacerlejusticia.Aellalesatisfacíaquenoexpresaseningúnarrepentimientoporloquehabíahecho;suestilonorevelabacontrición,sinoaltanería.Ensuslíneasnoveíamásqueorgulloeinsolencia.

Pero cuando pasó a lo concerniente a Wickham, leyó ya con mayoratención. Ante aquel relato de los hechos que, de ser auténtico, había dedestruir toda su buena opinión del joven, y que guardaba una alarmante

afinidadconloqueelmismoWickhamhabíacontado,sussentimientosfueronaúnmáspenososymásdifícilesdedefinir;eldesconcierto,elreceloeinclusoelhorror laoprimían.Hubiesequeridodesmentirlo todoyexclamórepetidasveces:«¡Esotienequeserfalso,esonopuedeser!¡Debedeserelmayordelos embustes!» Acabó de leer la carta, y sin haberse enterado apenas de laúltimaolasdosúltimaspáginas,laguardórápidamenteyquejándosesedijoquenolavolveríaamirar,quenoqueríasabernadadetodoaquello.

En semejante estado de perturbación, asaltada por mil confusospensamientos, siguió paseando; pero no sirvió de nada; al cabo de mediominutosacódenuevolacartaysobreponiéndoselomejorquepudo,comenzóotravezlamortificantelecturadeloqueaWickhamserefería,dominándosehasta examinar el sentidodecada frase.Lode su relacióncon la familiadePemberleyeraexactamentelomismoqueélhabíadicho,ylabondaddelviejoseñorDarcy,apesardequeElizabethnohabíasabidohastaahorahastadóndehabíallegado,tambiéncoincidíanconloindicadoporelpropioWickham.Porlo tanto, un relato confirmaba el otro, pero cuando llegaba al tema deltestamentolacosaeramuydistinta.Todoloqueéstehabíadichoacercadesubeneficioeclesiásticoestaba frescoen lamemoriade la joven,y al recordarsuspalabrastuvoquereconocerquehabíadobleintenciónenunouotrolado,yporunosinstantescreyóquesusdeseosnolaengañaban.Perocuandoleyóyreleyó todo lo sucedido a raíz de haber rehusadoWickham a la rectoría, acambio de lo cual había recibido una suma tan considerable como tres millibras, no pudomenos que volver a dudar. Dobló la carta y pesó todas lascircunstancias con su pretendida imparcialidad, meditando sobre lasprobabilidadesdesinceridaddecadarelato,peronoadelantónada;deunoyotroladonoencontrabamásqueafirmaciones.Sepusoaleerdenuevo,perocadalíneaprobabaconmayorclaridadqueaquelasuntoqueellanocreyóquepudieseserexplicadomásquecomounainfamiaendetrimentodelprocederde Darcy, era susceptible de ser expuesto de tal modo que dejaba a Darcytotalmenteexentodeculpa.

Lode losviciosy la prodigalidadqueDarcynovacilaba en imputarle aWickham,laindignabaenexceso,tantomáscuantoquenoteníapruebaspararebatir el testimonio de Darcy. Elizabeth no había oído hablar nunca deWickhamantesdesuingresoenlaguarnicióndelcondado,alocuallehabíainducido suencuentrocasual enLondres conun jovenaquien sóloconocíasuperficialmente.DesuantiguavidanosesabíaenHertfordshiremásqueloqueélmismohabíacontado.Encuantoasuverdaderocarácter,yapesardequeElizabeth tuvoocasióndeanalizarlo,nunca sintiódeseosdehacerlo; suaspecto, su voz y sus modales le dotaron instantáneamente de todas lasvirtudes. Trató de recordar algún rasgo de nobleza, algún gesto especial deintegridadodebondadquepudieselibrarledelosataquesdeDarcy,o,porlomenos, que el predominio de buenas cualidades le compensara de aquellos

errores casuales, que era como ella se empeñaba en calificar lo que Darcytildaba de holgazanería e inmoralidad arraigados en él desde siempre. Seimaginó aWickhamdelante de ella, y lo recordó con todo el encantode sutrato,peroapartedelaaprobacióngeneraldequedisfrutabaenlalocalidadyla consideración que por su simpatía había ganado entre sus camaradas,Elizabethnopudohallarnadamásensufavor.Despuésdehaberreflexionadolargo rato sobre este punto, reanudó la lectura. Pero lo que venía acontinuaciónsobrelaaventuraconlaseñoritaDarcyfueconfirmadoenpartepor la conversación que Elizabeth había tenido la mañana anterior con elcoronel Fitzwilliam; y, al final de la carta, Darcy apelaba, para probar laverdaddetodo,alpropiocoronel,cuyaintervenciónentodoslosasuntosdesuprimo Elizabeth conocía por anticipado, y cuya veracidad no teníamotivosparaponerenentredicho.Estuvoapuntoderecurriraél,perosecontuvoalpensarloviolentoqueseríadaresepaso;desechándolo,alfin,convencidadequeDarcynosehabríaarriesgadonuncaaproponérselosintenerlaabsolutaseguridaddequesuprimocorroboraríasusafirmaciones.

Recordaba perfectamente todo lo queWickham le dijo cuando hablaronporprimeravezencasadelseñorPhilips;muchasdesusexpresionesestabanaúníntegramenteensumemoria.Ahorasedabacuentadeloimpropiodetalesconfidenciasaunapersonaextrañayseadmirabadenohabercaídoantesenello.Veíalafaltadedelicadezaqueimplicabaelponerseenevidenciadeaquelmodo,ylaincoherenciadesusdeclaracionesconsuconducta.SeacordabadequesejactódenotemerveraDarcyydequeéstetendríaqueirse,peroqueélno se movería, lo que no le impidió evadirse para no asistir al baile deNetherfieldalasemanasiguiente.TambiénrecordabaquehastaquelafamiliadeNetherfieldnohabíaabandonadoelcondado,nocontósuhistorianadamásqueaella,perodesdesumarcha,lacitadahistoriacorriódebocaenboca,yWickhamno tuvoelmenorescrúpuloenhundir la reputacióndeDarcy,pormásqueanteriormentelehabíaaseguradoaElizabethqueelrespetoalpadreleimpediríasiempreagraviaralhijo.

¡Qué diferente le parecía ahora todo lo que se refería a Wickham! Susatenciones para con la señorita King eran ahora única y exclusivamente laconsecuencia de sus odiosas perspectivas de cazador de dotes, y lamediocridaddelafortunadelaseñoritayanoeranlapruebadelamoderacióndesusambiciones,sinoelafándeagarrarseacualquiercosa.SuactitudconElizabethnopodía tener ahoraunmotivo aceptable: o sehabía engañadoalprincipioencuantoasusbienes,ohabíatratadodehalagarsupropiavanidadalimentando la preferencia que ella le demostró incautamente. Todos losesfuerzos que hacía para defenderle se iban debilitando progresivamente. YparamayorjustificacióndeDarcy,nopudomenosquereconocerqueBingley,al ser interrogadopor Jane,proclamó tiempoatrás la inocenciadeDarcyenaquelasunto;quepormuyorgullosoyrepelentequefuese,nunca,entodoel

curso de sus relaciones con él ––relaciones que últimamente les habíanacercadomucho,permitiéndole a ella conocermása fondo sucarácter––, lehabíavistohacernadainnobleniinjusto,nadaporloquepudieratachárseledeirreligioso o inmoral; que entre sus amigos era apreciado y querido, y quehasta el mismoWickham había reconocido que era un buen hermano. Ellatambiénlehabíaoídohablardesuhermanaconunafectotalquedemostrabaque tenía buenos sentimientos. Si hubiese sido comoWickham le pintaba,capazde talviolaciónde todos losderechos,habríasidodifícilquenadie losupiera, y la amistad entre un ser semejante y un hombre tan amable comoBingleyhabríasidoincomprensible.

Llegó a avergonzarse de sí misma. No podía pensar en Darcy ni enWickhamsinreconocerquehabíasidoparcial,absurda,quehabíaestadociegayllenadeprejuicios.

«¡De qué modo tan despreciable he obrado ––pensó––, yo que meenorgullecíademiperspicacia!¡Yoquemehevanagloriadodemitalento,quehe desdeñado el generoso candor demi hermana y he halagadomi vanidadcon recelos inútiles o censurables! ¡Quéhumillante es todo esto, pero cómomerezco esta humillación! Si hubiese estado enamorada de Wickham, nohabríaactuadocontanlamentableceguera.Perolavanidad,ynoelamor,hasido mi locura. Complacida con la preferencia del uno y ofendida con eldespreciodelotro,meheentregadodesdeelprincipioalapresunciónyalaignorancia,huyendodelarazónencuantosetratabadecualquieradelosdos.Hastaestemomentonomeconocíaamímisma.»

De símisma a Jane y de Jane aBingley, sus pensamientos recorrían uncaminoque no tardó en conducirla a recordar que la explicación queDarcyhabíadadodelasuntodeéstoslehabíaparecidomuyinsuficiente,yvolvióaleerla.Elefectodeesta segunda lectura fuemuydiferente.¿Cómonopodíadar crédito a lo queDarcy decía sobre uno de los puntos, si se había vistoforzadaadárseloenelotro?DarcydeclarabahabersospechadosiemprequeJanenosentíaningúnamorporBingley,yElizabethrecordócuálhabíasidolaopinióndeCharlotte.TampocopodíadiscutirlaexactituddesudescripcióndeJane; a Elizabeth le constaba que los sentimientos de su hermana, aunquefervientes,habíansidopocoexteriorizados;yque laconstantecomplacenciaensuaireymanerasamenudonoibaunidaaunagransensibilidad.

CuandollegóalapartedelacartadondeDarcymencionabaasufamiliaen términosde tanhumillantesaunquemerecidos reproches,Elizabethsintióverdadera vergüenza. La justicia de sus acusaciones le parecía demasiadoevidente para que pudiera negarla, y las circunstancias a las que aludía enparticular como ocurridas en el baile de Netherfield, no le podían haberimpresionadoaélmásdeloquelehabíanabochornadoaella.

El elogio que Darcy les tributaba a ella y a su hermana no le pasóinadvertido. La halagó, pero no pudo consolarse por el desprecio queimplicabaparaelrestodelafamilia;yalconsiderarquelossinsaboresdeJanehabíansidoenrealidadobradesumismafamilia,yal reflexionaren lomalparado que había de quedar el crédito de ambas por aquella conductaimpropia,sintióunabatimientoquehastaentoncesnohabíaconocido.

Después de andar dos horas a lo largo del camino dando vueltas a ladiversidad de sus pensamientos, considerando de nuevo los hechos,determinando posibilidades y haciéndose paulatinamente a tan repentino eimportante cambio, la fatigay el acordarse del tiempoquehacía que estabafueralahicieronregresaralacasa.Entróenellaconelpropósitodeaparentarsualegríadesiempreyresueltaareprimirlospensamientosquelaasediaban,yaquedeotraformanoseríacapazdemantenerconversaciónalguna.

LedijeronquelodoscaballerosdeRosingshabíanestadoallídurantesuausencia;Darcysóloporbrevesinstantes,paradespedirse;peroqueelcoronelFitzwilliamsehabíaquedadounahoraporlomenos,paraversiellallegabaycasidispuestoa irensubusca.AElizabethapenas leafectaba lapartidadelcoronel;enrealidadsealegraba.SólopodíapensarenlacartadeDarcy.

CAPÍTULOXXXVII

AmboscaballerosabandonaronRosingsalamañanasiguiente.Collinsestuvoalaesperacercadelostempletesdelaentradaparadarleselsaludodedespedida,yllevóacasalagratanoticiadequeparecíanestarbienyconánimopasablecomoeradeesperardespuésdelamelancólicaescenaquedebiódehabertenidounlugarenRosings.Collinsvoló,pues,aRosingsparaconsolaraladyCatherineyasuhija,yalvolvertrajocongransatisfacciónunmensajedeSuSeñoríaquesehallabamuytristeydeseabaquetodosfuesenacomerconella.

Elizabeth no pudo ver a lady Catherine sin recordar que, si hubieraquerido, habría sido presentada a ella como su futura sobrina; ni tampocopodíapensar, sin sonreír, en loque sehabría indignado.¿Quéhabríadicho?¿Quéhabríahecho?Lehacíagraciapreguntarsetodasestascosas.

De lo primero que se habló fue de la merma sufrida en las tertulias deRosings.

––Les aseguro que lo siento mucho ––dijo lady Catherine––; creo quenadielamentatantocomoyolapérdidadelosamigos.Pero,además,¡quierotantoaesosmuchachosyellosmequierentantoamí!Estabantristísimosal

marcharse, como siempre que nos separamos. El coronel semantuvo firmehasta el final, pero lapenadeDarcyeramuchomás aguda,másque el añopasado,amijuicio.NodudoquesucariñoporRosingsvaenaumento.

Collins tuvo un cumplido y una alusión al asunto, que madre y hijaacogieron con una amable sonrisa. Después de la comida lady Catherineobservó que la señorita Bennet parecía estar baja de ánimo.Al punto se loexplicóasumanerasuponiendoquenoleseducíalaideadevolvertanprontoacasadesuspadres,yledijo:

––Siesasí,escribaustedasumadreparaquelepermitaquedarseunpocomás.EstoyseguradequelaseñoraCollinssealegrarádetenerlaasulado.

––Agradezco mucho a Su Señoría tan amable invitación ––repusoElizabeth––,peronopuedoaceptarla.TengoqueestarenLondreselpróximosábado.

––¡Cómo!Entoncesnohabráestadoustedaquímásqueseissemanas.Yoesperabaqueestaríadosmeses;asíselodijealaseñoraCollinsantesdequeustedllegara.Nohaymotivoparaquesevayatanpronto.LaseñoraBennetnotendráinconvenienteenprescindirdeustedotraquincena.

––Pero mi padre, sí; me escribió la semana pasada pidiéndome quevolviesepronto.

––Si sumadre puede pasar sin usted, su padre también podrá. Las hijasnuncasontannecesariasparalospadrescomoparalasmadres.Ysiquisierausted pasar aquí otro mes, podría llevarla a Londres, porque he de ir aprimerosdejunioapasarunasemana;ycomoaDansonnoleimportaráviajarenelpescante,quedarásitioparaunadeustedes,ysieltiempofuesefresco,nomeopondríaallevarlasalasdos,yaqueningunadeustedesesgruesa.

Es ustedmuy amable, señora; pero creo que no tendremosmás remedioquehacerloquehabíamospensadoenunprincipio.

LadyCatherineparecióresignarse.

––Señora Collins, tendrá usted que mandar a un sirviente con ellas. Yasabequesiempredigoloquesiento,ynopuedosoportar la ideadequedosmuchachasviajensolasenladiligencia.Noestábien.Busqueustedlamaneradequealguienlasacompañe.Nohaynadaquemedesagradetantocomoeso.Lasjóvenestienenquesersiempreguardadasyatendidassegúnsuposición.CuandomisobrinaGeorgianafueaRamsgateelveranopasado,insistíenquefueran con ellas dos criados varones; de otro modo, sería impropio de laseñoritaDarcy, lahijadelseñorDarcydePemberleyydeladyAnne.Pongomuchocuidadoenestascosas.MandeustedaJohnconlasmuchachas,señoraCollins.Me alegro de que seme haya ocurrido, pues sería deshonroso para

ustedenviarlassolas.

––Mitíonosmandaráuncriado.

––¡Ah! ¡Un tío de ustedes! ¿Conque tiene criado?Celebro que tengan aalguien que piense en estas cosas. ¿Dónde cambiarán los caballos? ¡Oh!EnBromley,desdeluego.Sicitaminombreen«LaCampana»laatenderánmuybien.

LadyCatherine tenía otrasmuchas preguntas que hacer sobre el viaje ycomono todas lascontestabaella,Elizabeth tuvoqueprestarleatención; fueuna suerte, pues de otro modo, con lo ocupada que tenía la cabeza, habríallegado aolvidar endónde estaba.Teníaque reservar susmeditacionesparasushorasdesoledad;cuandoestabasolaseentregabaaellascomosumayoralivio;nopasabaundíasinquefueseadarunpaseoparapodersumirseenladeliciadesusdesagradablesrecuerdos.

Yacasisabíadememoria lacartadeDarcy.Estudiabasusfrasesunaporuna,ylossentimientoshaciasuautoreranavecessumamenteencontrados.Alfijarse en el tono en que se dirigía a ella, se llenaba de indignación, perocuando consideraba con cuánta injusticia le había condenado y vituperado,volvía su ira contra símisma y se compadecía del desengaño deDarcy. Suamorpor ella excitaba sugratitud, y sumodode ser engeneral, su respeto;pero no podía aceptarlo y ni por un momento se arrepintió de haberlerechazadoniexperimentóelmenordeseodevolveraverle.Elmodoenqueellasehabíacomportadolallenabadevergüenzaydepesarconstantemente,ylosdesdichadosdefectosdesufamilia lecausabanunadesazónhorrible.Noteníanremedio.Supadreselimitabaaburlarsedesushermanasmenores,peronuncaintentabacontenersuimpetuosodesenfreno;ysumadre,cuyosmodalesestabantanlejosdetodacorrección,eracompletamenteinsensiblealpeligro.ElizabethsehabíapuestomuchasvecesdeacuerdoconJaneparareprimirlaimprudenciadeCatherineyLydia,peromientraslasapoyaselaindulgenciadesumadre,¿quéesperanzashabíadequesecorrigiesen?Catherine,decarácterdébil e irritable y absolutamente sometida a la dirección de Lydia, se habíasublevadosiemprecontrasusadvertencias;yLydia,caprichosaydesenfadada,no les hacía el menor caso. Las dos eran ignorantes, perezosas y vanas.Mientras quedara un oficial en Meryton, coquetearían con él, y mientrasMerytonestuvieseatanpocadistanciadeLongbournnadapodíaimpedirquesiguieranyendoallítodasuvida.

La ansiedad por la suerte de Jane era otra de sus preocupacionespredominantes.LaexplicacióndeDarcy,al restableceraBingleyenelbuenconceptoquedeél teníapreviamente, lehacíadarsemejorcuentade loqueJanehabíaperdido.ElcariñodeBingleyerasinceroysuconductahabíasidointachablesiseexceptuabalaciegaconfianzaensuamigo.¡Quétriste,pues,

era pensar que Jane se había visto privada de una posición tan deseable entodos los sentidos, tan llenadeventajasy tanprometedoraendichas,por lainsensatezylafaltadedecorodesupropiafamilia!

Cuando a todo esto se añadía el descubrimiento de la verdaderapersonalidaddeWickham,secomprendíafácilmentequeelespíritujovialdeElizabeth,querarasvecessehabíasentidodeprimido,hubiesedecaídoahoradetalmodoquecasiselehacíaimposibleaparentarunpocodealegría.

LasinvitacionesaRosingsfuerontanfrecuentesdurantelaúltimasemanade su estancia enHunsford, como al principio. La última velada la pasaronallí,ySuSeñoríavolvióahacerminuciosaspreguntas sobre losdetallesdelviaje, les dio instrucciones sobre el mejor modo de arreglar los baúles, einsistiótantoenlanecesidaddecolocarlosvestidosdelúnicomodoqueteníaporbueno,quecuandovolvieronalacasa,Maríasecreyóobligadaadeshacertodosutrabajodelamañanaytuvoquehacerdenuevoelequipaje.

Cuandosefueron,ladyCatherinesedignódesearlesfelizviajeylasinvitóavolveraHunsfordelañoentrante.LaseñoritadeBourghllevósuesfuerzohastalacortesíadetenderleslamanoalasdos.

CAPÍTULOXXXVIII

ElsábadoporlamañanaElizabethyCollinsseencontraronalahoradeldesayuno unosminutos antes de que aparecieran los demás; y aprovechó laoportunidad para hacerle los cumplidos de la despedida que considerabaabsolutamentenecesarios.

––Ignoro, señorita Elizabeth ––le dijo––, si la señora Collins le haexpresadocuántoagradecesuamabilidadalhabervenido;peroestoysegurode que lo hará antes de que abandone usted esta casa. Hemos apreciadoenormementeel favordesucompañía.Sabemos lopoco tentadorquepuedeserparanadie elvenir anuestrahumildemorada.Nuestro sencillomododevivir, nuestras pequeñas habitaciones, nuestros pocos criados y nuestroaislamiento, han de hacer deHunsford un lugar extremadamente triste parauna joven como usted. Pero espero que crea en nuestra gratitud por sucondescendenciayenquehemoshechotodoloqueestabaanuestroalcanceparaimpedirqueseaburriera.

Elizabethlediolasgraciasefusivamenteydijoqueestabamuycontenta.Habíapasadoseissemanasmuyfelices;yelplacerdeestarconCharlotteylasamables atenciones que había recibido, la habían dejado muy satisfecha.Collinslocelebróyconsolemnidad,peromássonriente,repuso:

––Me proporciona el mayor gusto saber que ha pasado usted el tiempoagradablemente. Se ha hecho, realmente, todo lo que se ha podido; hemostenido la suprema suerte de haber podido presentarla a usted a la más altasociedad, y los frecuentesmedios de variar el humilde escenario domésticoquenoshanfacilitadonuestrasrelacionesconRosings,nospermitenesperarquesuvisitalehayasidograta.NuestrotratoconlafamiliadeladyCatherinees realmente una ventaja extraordinaria y una bendición de la que pocospuedenalardear.HavistoenquésituaciónestamosenRosings,cuántasveceshemos sido invitados allí. Debo reconocer sinceramente que, con todas lasdesventajas de esta humilde casa parroquial, nadie que aquí venga podrácompadecersemientraspuedancompartirnuestraintimidadconlafamiliadeBourgh.

Laspalabraseraninsuficientesparalaelevacióndesussentimientosysevioobligadoapasearseporlaestancia,mientrasElizabethtratabadecombinarlaverdadconlacortesíaenfrasesbreves.

––Así, pues, podrá usted llevar buenas noticias nuestras aHertfordshire,queridaprima.Almenos ésta esmi esperanza.Ha sido testigodiariode lasgrandesatencionesdeladyCatherineparaconlaseñoraCollins,yconfíoenquenolehabráparecidoquesuamiganoesfeliz.Peroenloqueserefiereaeste punto mejor será que me calle. Permítame sólo asegurarle, queridaseñorita Elizabeth, que le deseo de todo corazón igual felicidad en sumatrimonio.MiqueridaCharlotteyyonotenemosmásqueunasolavoluntady un solo modo de pensar. Entre nosotros existen en todo muy notablessemejanzasdecarácterydeideas;parecemoshechoselunoparaelotro.

Elizabethpudodecirdeverasqueeraunagranalegríaqueasífuese,yconlamismasinceridadañadióque locreía firmementeyquesealegrabadesubienestar doméstico; pero, sin embargo, no lamentó que la descripción delmismo fuese interrumpida por la llegada de la señora de quien se trataba.¡PobreCharlotte!¡Eratristedejarlaensemejantecompañía!Peroellalohabíaelegido conscientemente. Se veía claramente que le dolía la partida de sushuéspedes, pero no parecía querer que la compadeciesen. Su hogar y susquehaceres domésticos, su parroquia, su gallinero y todas las demás tareasanexas,todavíanohabíanperdidoelencantoparaella.

Por fin llegó la silladeposta; se cargaron losbaúles, se acomodaron lospaquetesyse lesavisóque todoestaba listo.Lasdosamigassedespidieronafectuosamente, y Collins acompañó a Elizabeth hasta el coche. Mientrasatravesaban el jardín le encargó que saludase afectuosamente de su parte atodalafamiliayquelesrepitiesesuagradecimientopor lasbondadesquelehabíandispensadodurantesuestanciaenLongbournelúltimo invierno,y leencarecióquesaludasetambiénalosGardinerapesardequenolosconocía.Le ayudó a subir al coche y tras ella, a María. A punto de cerrar las

portezuelas, Collins, consternado, les recordó que se habían olvidado deencargarlealgoparalasseñorasdeRosings.

––Pero ––añadió–– seguramente desearán que les transmitamos sushumildesrespetosjuntoconsugratitudporsuamabilidadparaconustedes.

Elizabethnoseopuso;secerrólaportezuelayelcarruajepartió.

––¡Dios mío! ––exclamóMaría al cabo de unos minutos de silencio––.Parece que fue ayer cuando llegamos y, sin embargo, ¡cuántas cosas hanocurrido!

––Muchas,escierto––contestósucompañeraenunsuspiro.

––HemoscenadonuevevecesenRosings,yhemos tomadoel téallídosveces.¡Cuántotengoquecontar!Elizabethañadióparasusadentros:«¡Yyo,cuántascosastengoquecallarme!»

Elviajetranscurriósinmuchaconversaciónysinningúnincidenteyalascuatro horas de haber salido de Hunsford llegaron a casa de los Gardiner,dondeibanapasarunospocosdías.

Janeteníamuybuenaspecto,yElizabethcasinotuvolugardeexaminarsuestado de ánimo, pues su tía les tenía preparadas un sinfín de invitaciones.PeroJaneibaaregresaraLongbournencompañíadesuhermanay,unavezallí,habríatiempodesobraparaobservarla.

Elizabeth se contuvo a duras penas para no contarle hasta entonces lasproposicionesdeDarcy.¡Quésorpresaseibaallevar,yquégratificanteseríapara la vanidad que Elizabeth todavía no era capaz de dominar! Era unatentacióntanfuerte,quenohabríapodidoresistirlaanoserporlaindecisiónen que se hallaba, por la extensión de lo que tenía que comunicar y por eltemordequesiempezabaahablarseveríaforzadaamencionaraBingley,conloquesóloconseguiríaentristecermásaúnasuhermana.

CAPÍTULOXXXIX

En la segunda semana de mayo, las tres muchachas partieron juntas deGracechurchStreet,endirecciónalaciudaddeX,enHertfordshire.Alllegarcercade laposadaendonde teníaqueesperarlas el cochedel señorBennet,vieronenseguida,comounapruebadelapuntualidaddecochero,aCatheriney a Lydia que estaban al acecho en el comedor del piso superior. Habíanpasadocasiunahoraenellugarfelizmenteocupadasenvisitarlasombrereríadeenfrente,encontemplaralcentineladeguardiayenaliñarunaensaladadepepino.

Despuésdedarlabienvenidaasushermanaslesmostrarontriunfalmenteunamesadispuestacontodoelfiambrequepuedehallarsenormalmenteenladespensadeunaposadayexclamaron:

––¿Noesestupendo?¿Noesunasorpresaagradable?

––Queremos convidaros a todas ––añadió Lydia––; pero tendréis queprestarnoseldinero,porqueacabamosdegastarelnuestroenlatiendadeahífuera.

Y,enseñandosuscompras,agregó:

––Miradquésombreromehecomprado.Nocreoqueseamuybonito,peropenséquelomismodabacomprarloqueno;lodesharéencuantolleguemosacasayverésipuedomejorarloalgo.

Las hermanas lo encontraron feísimo, pero Lydia, sin darle importancia,respondió:

––Puesenlatiendahabíadosotresmuchomásfeos.Ycuandocompreunrasodeuncolormásbonito,loarreglaréycreoquenoquedarámaldeltodo.Además,pocoimportaloquellevemosesteverano,porquelaguarnicióndelcondadosevadeMerytondentrodequincedías.

––¿Sí,deveras?––exclamóElizabethsatisfechísima.

––Van a acampar cerca de Brighton. A ver si papá nos lleva allí esteverano.Seríaunplanestupendoycostaríamuypoco.Amamá le apetece irmásqueningunaotracosa.¡Imaginad,sino,quétristeveranonosespera!

«Sí––pensóElizabeth––,seríaunplanrealmenteestupendoymuypropioparanosotras.Nonosfaltaríamásqueeso.Brightonytodouncampamentodesoldados, con lo trastornadasqueyanoshandejadounmísero regimientoylosbailesmensualesdeMeryton.»

––Tengoquedarosalgunasnoticias––dijoLydiacuandosesentarona lamesa—.¿Quécreéis?Eslomássensacionalquepodáisimaginaros;unanuevaimportantísimaacercadeciertapersonaqueatodasnosgusta.

JaneyElizabethsemiraronydijeronalcriadoqueyano lonecesitaban.Lydiaserióydijo:

––¡Ah!,esorevelavuestraformalidadydiscreción.¿Creéisqueelcriadoibaaescuchar?¡Comosi le importase!Apostaríaaqueoyeamenudocosasmuchopeoresquelasquevoyacontaros.Peroesuntipomuyfeo;mealegrodequesehayaido;nuncahevistounabarbillatanlarga.Bien,ahoravamosalas noticias; se refieren a nuestro queridoWickham; son demasiado buenaspara el criado, ¿verdad?Nohaypeligro de queWickham se case conMaryKing.Nosloreservamos.MaryKingsehamarchadoaLiverpool,acasadesu

tía,ynovolverá.¡Wickhamestáasalvo!

––YMaryKingestáasalvotambién––añadióElizabeth––,asalvodeunabodaimprudenteparasufelicidad.

––Puesesbientontayéndose,silequiere.

––Perosupongoquenohabríamuchoamorentreellos––dijoJane.

––Lo que es por parte de él, estoy segura de que no; Mary nunca leimportótrespitos.¿Quiénpodríainteresarseporunacosatanasquerosaytanllenadepecas?

Elizabeth se escandalizó al pensar que, aunque ella fuese incapaz deexpresarsemejanteordinariez,elsentimientonoeramuydistintodelqueellamismahabíaabrigadoenotrotiempoyadmitidocomoliberal.

En cuanto hubieron comido y lasmayores hubieron pagado, pidieron elcochey,despuésdeorganizarseunpoco,todaslasmuchachas,consuscajas,susbolsasdelabor,suspaquetesylamalacogidaadicióndelascomprasdeCatherineyLydia,seacomodaronenelvehículo.

––¡Qué apretaditas vamos! ––exclamó Lydia––. ¡Me alegro de habercompradoelsombrero,aunquesóloseaporelgustodetenerotrasombrerera!Bueno,vamosaponernoscómodasyacharlaryreírtodoelcaminohastaquelleguemosacasa.Primeramenteoigamosloqueoshapasadoavosotrasdesdequeosfuisteis.¿Habéisconocidoaalgúnhombreinteresante?¿Habéistenidoalgúnflirt?Teníagrandesesperanzasdequeunadevosotraspescaríamaridoantes de volver. Jane pronto va a hacerse vieja. ¡Casi tiene veintitrés años!¡Señor,quévergüenzamedaríaamí,sinomecasaraantesdelosveintitrés...!NoospodéisfigurarlasganasquetienelatíaPhilipsdequeoscaséis.DicequeLizzyhabríahechomejor enaceptar aCollins;peroyocreoquehabríasido muy aburrido. ¡Señor, cómo me gustaría casarme antes que vosotras!Entoncesseríayolaqueosacompañaríaalosbailes.¡LoquenosdivertimoselotrodíaencasadelosForster!Catherineyyofuimosapasarallíeldía,ylaseñoraForsternosprometióquedaríaunpequeñobaileporlanoche.¡CómolaseñoraForsteryyosomostanamigas!AsíqueinvitóalasHarrington,perocomo Harriet estaba enferma, Pen tuvo que venir sola; y entonces, ¿quécreeríaisquehicimos?DisfrazamosdemujeraChamberlayneparaquepasaseporunadama.¿Osimagináisquérisa?Nolosabíanadie,sóloelcoronel, laseñoraForster,Catherineyyo,apartedemitía,porquenosvimosobligadasapedirleprestadounodesusvestidos;noospodéisfigurarlobienqueestaba.Cuando llegaronDenny,Wickham, Pratt y dos o tres caballerosmás, no loconocieronniporlomásremoto.¡Ay,cómomereí!¡YloqueseriólaseñoraForster!Creíqueme ibaamorirde risa.Yentonces,eso leshizosospecharalgoyenseguidadescubrieronlabroma.

Conhistoriasparecidasde fiestasybromas,Lydia trató,con laayudadelasindicacionesdeCatherine,deentretenerasushermanasyaMaríadurantetodoelcaminohastaque llegaronaLongbourn.Elizabeth intentóescucharlalomenosposible,peronoseleescaparonlasfrecuentesalusionesaWickham.

Encasalasrecibieroncontodoelcariño.LaseñoraBennetseregocijóalveraJanetanguapacomosiempre,yelseñorBennet,durantelacomida,másdeunavezledijoaElizabethdetodocorazón:

––Mealegrodequehayasvuelto,Lizzy.

Lareuniónenelcomedorfuenumerosa,pueshabíanidoarecogeraMaríayaoírlasnoticias,lamayoríadelosLucas.Sehablódemuchascosas.LadyLucasinterrogabaaMaría,desdeelotroladodelamesa,sobreelbienestaryel corral de su hijamayor; la señoraBennet estaba doblemente ocupada enaveriguarlasmodasdeLondresquesuhijaJaneleexplicabaporunlado,yentransmitir los informes a las más jóvenes de las Lucas, por el otro. Lydia,chillandomásquenadie,detallaba loquehabíandisfrutadopor lamañanaatodoslosquequisieranescucharla.

––¡Oh, Mary! ––exclamó––. ¡Cuánto me hubiese gustado que hubierasvenido con nosotras! ¡Nos hemos divertido de lo lindo! Cuando íbamosCatherine y yo solas, cerramos todas las ventanillas para hacer ver que elcoche iba vacío, y habríamos ido así todo el camino, si Catherine no sehubiesemareado.Alllegaral«George»¡fuimostangenerosas!,obsequiamosalastresconelaperitivomásestupendodelmundo,ysihubiesesvenidotú,tehabríamos invitado a ti también. ¡Y qué juerga a la vuelta! Pensé que noíbamos a caber en el coche. Estuve a punto demorirme de risa. Y todo elcaminolopasamosbárbaro;hablábamosyreíamostanaltoquesenoshabríapodidooíradiezmillas.

Maryreplicógravemente:

––Lejos demí, querida hermana, está el despreciar esos placeres. Seránpropios,sinduda,delamayoríadelasmujeres.Peroconfiesoqueamínomehacenningunagracia;habríapreferidomilvecesantesunlibro.

PeroLydianooyóunapalabrade suobservación.Raravez escuchaba anadiemásdemediominuto,yaMarynuncalehacíanicaso.

PorlatardeLydiapropusoconinsistenciaquefuesentodasaMerytonparaver cómo estaban todos; pero Elizabeth se opuso enérgicamente. No queríaquesedijeraquelasseñoritasBennetnopodíanestarseencasamediodíasinirdetrásdelosoficiales.Teníaotrarazónparaoponerse:temíavolveraveraWickham, cosa que deseaba evitar en todo lo posible. La satisfacción quesentía por la partida del regimiento era superior a cuanto pueda expresarse.Dentro de quince días ya no estarían allí, y esperaba que así se libraría de

Wickhamparasiempre.

Nollevabamuchashorasencasa,cuandosediocuentadequeelplandeBrighton de que Lydia les había informado en la posada era discutido amenudoporsuspadres.ElizabethcomprendióqueelseñorBennetnoteníalamenor intención de ceder, pero sus contestaciones eran tan vagas y tanequívocas, que la madre, aunque a veces se descorazonaba, no perdía lasesperanzasdesalirsealfinconlasuya.

CAPÍTULOXL

ElizabethnopudocontenerpormástiemposuimpacienciaporcontarleaJane todo lo que había sucedido. Al fin resolvió suprimir todo lo que serefiriese a su hermana, y poniéndola en antecedentes de la sorpresa, a lamañanasiguientelerelatólomásimportantedesuescenaconDarcy.

ElgrancariñoqueJanesentíaporElizabethdisminuyósuasombro,puestodoloquefueseadmiraciónporellaleparecíaperfectamentenatural.Fueronotros sus sentimientos. Le dolía que Darcy se hubiese expresado de aquelmodotanpocoadecuadoparahacerseagradable,perotodavíaleafligíamáselpensarenladesdichaquelanegativadesuhermanalehabríacausado.

––Fueunerrorelcreersetansegurodeléxito––dijo––yclaroestáquenodebiódelatarse;¡perofigúrateloquelehabrápesadoylomalquesesentiráahora!

––Escierto––repusoElizabeth––,losientodeverasporél;perosuorgulloestangrandequenotardarámuchoenolvidarme.¿Teparecemalquelehayarechazado?

––¿Parecermemal?Deningúnmodo.

––Pero no te habrá gustado que le haya hablado con tanto énfasis deWickham.––Nosésihabráshechomalenhablarlecomolohiciste.

––Pues lo vas a saber cuando te haya contado lo que sucedió al díasiguiente.

EntoncesElizabethlehablódelacarta,repitiéndoletodosucontenidoenlo que sólo aGeorgeWickham se refería. Fue un duro golpe para la pobreJane. Habría dado la vuelta al mundo sin sospechar que en todo el génerohumano pudiese caber tanta perversidad como la que encerraba aquel únicoindividuo.NisiquieralajustificacióndeDarcy,pormuygrataqueleresultara,bastabaparaconsolarladesemejanterevelación.Intentócontodassusfuerzassostenerquepodíahaberalgúnerror,tratandodedefenderalunosininculpar

alotro.

––Noteservirádenada––ledijoElizabeth––;nuncapodrásdecirquelosdos son buenos. Elige como quieras; pero o te quedas con uno o con otro.Entrelosdosnoreúnenmásqueunacantidaddeméritosjustitaparaunsolohombredecente.Yanoshemosengañadobastanteúltimamente.Pormiparte,meinclinoacreertodoloquediceDarcy;túverásloquedecides.

Pasómucho rato antes de que Jane pudiese sonreír. ––No sé quéme hasorprendido más ––dijo al fin––. ¡QueWickham sea tan malvado! Casi nopuede creerse. ¡Y el pobreDarcy!QueridaElizabeth, piensa sólo en lo quehabrá sufrido. ¡Qué decepción! ¡Y encima confesarle la mala opinión queteníasdeél!¡Ytenerquecontartalescosasdesuhermana!Esverdaderamenteespantoso.¿Noteparece?

––¡Oh,no!Semehaquitadotodalapenaytodalacompasiónalverquetúlassientesporlasdos.Séque,conquetúlehagasjusticia,basta.Séquepuedoestarcadavezmásdespreocupadaeindiferente.Tuprofusióndelamentosmesalva.Ysi siguescompadeciéndotedeélmucho tiempo,micorazónseharátaninsensiblecomounaroca.

––¡PobreWickham!¡Parecetanbueno,tanfranco!

––Sí,escierto;debiódehaberunamaladirecciónenlaeducacióndeestosdosjóvenes;unoacaparótodalabondadyelotrotodaslasbuenasapariencias.

––YonuncaconsideréquelasaparienciasdeDarcyerantanmalascomotúdecías.

––Pues ya ves, yo me tenía por muy lista cuando le encontraba tanantipático, sin ningún motivo. Sentir ese tipo de antipatías es como unestímulo para la inteligencia, es como un rasgo de ingenio. Se puede estarhablando mal continuamente de alguien sin decir nada justo; pero no esposibleestarsiempreriéndosedeunapersonasindaralgunavezenelclavo.

––Estoy segura, Elizabeth, de que al leer la carta deDarcy, por primeravez,nopensasteasí.

––No habría podido, es cierto. Estaba tan molesta, o, mejor dicho, tantriste.Ylopeordetodoeraquenoteníaaquiénconfiarmipesar.¡Noteneranadie a quien hablar de lo que sentía, ninguna Jane queme consolara ymedijeraquenohabíasidotanfrágil,tanvanaytaninsensatacomoyomecreía!¡Quéfaltamehiciste!

––¡HaberatacadoaDarcydeesemodopordefenderaWickham,ypensarahoraquenolo

merecía!

––Es cierto; pero estaba amargada por los prejuicios que había idoalimentando. Necesito que me aconsejes en una cosa. ¿Debo o no debodivulgarloquehesabidodeWickham?

Janemeditóunratoyluegodijo:

––Creoquenohayporquéponerleentanmallugar.¿Túquéopinas?

––Que tienes razón.Darcynomeha autorizadoparaquedifunda loqueme ha revelado. Al contrario, me ha dado a entender que debo guardar lamayorreservaposiblesobreelasuntodesuhermana.Y,porotraparte,aunquequisiera abrirle los ojos a la gente sobre su conducta en las demás cosas,¿quiénme iba a creer?El prejuicio en contra deDarcy es tan fuerte que lamitaddelasbuenasgentesdeMerytonmoriríanantesdetenerqueponerleenun pedestal. No sirvo para eso.Wickham se irá pronto, y esmejor quemecalle.Dentrodealgúntiemposedescubrirátodoyentoncespodremosreírnosdelanecedaddelagentepornohaberlosabidoantes.Porahoranodirénada.

––Meparecemuybien.Sipropagasessusdefectospodríasarruinarleparasiempre. A lo mejor se arrepiente de lo que hizo y quiere enmendarse. Nodebemosempujarlealadesesperación.

El tumulto de lamente de Elizabeth se apaciguó con esta conversación.Había descargado uno de los dos secretos que durante quince días habíanpesadosobresualma,ysabíaqueJane laescucharíasiempredebuengradocuandoquisiesehablardeello.Perotodavíaocultabaalgoquelaprudencialeimpedía revelar.No se atrevía a descubrir a su hermana la otramitad de lacarta de Darcy, ni decirle con cuánta sinceridad había sido amada por suamigo.Eraunsecretosuyoqueconnadiepodíacompartir,ysabíaquesólounacuerdoentreJaneyBingleyjustificaríasuconfesión.«Yaunentonces––sedecía–– sólo podría contarle lo que el mismo Bingley creyese convenienteparticiparle. No tendré libertad para revelar este secreto hasta que hayaperdidotodosuvalor.»

Como estaba todo el día en casa, tenía ocasión de estudiar el verdaderoestado de ánimode su hermana. Jane no era feliz; todavía quería aBingleytiernamente.Nuncahastaentonceshabíaestadoenamorada,ysucariñoteníatodo el fuego de un primer amor, pero su edad y su carácter le daban unafirmezaquenosuelentenerlosamoresprimeros.NopodíapensarmásqueenBingley y se requería todo su buen sentido y su atención a su familia paramoderar aquellos recuerdos que podían acabar con su salud y con latranquilidaddelosquelarodeaban.

––Bueno,Elizabeth––dijoundíalaseñoraBennet––,dimecuálesahoratu opinión sobre el triste asunto de Jane. Yo estoy decidida a no volver ahablardeello.AsíselodijeelotrodíaamihermanaPhilips.Peronopuedo

creer que Jane no haya visto a Bingley en Londres. Realmente, es undesalmadoynocreoquehayalamenorprobabilidaddequeloconsiga.NosehabladequevayaavolveraNetherfieldesteverano,yesoquehepreguntadoatodoslosquepuedenestarenterados.

––NocreoquevuelvamásaNetherfield.

––Muybien.Valemásasí.Nifaltaquehace.Aunqueyosiemprediréquese ha portado pésimamente con mi hija, y yo que ella no se lo habríaaguantado. Mi único consuelo es que Jane morirá del corazón y entoncesBingleysearrepentirádeloquehahecho.

Pero Elizabeth, que no podía consolarse con esas esperanzas se quedócallada.

––Dime ––continuó la madre––, ¿viven muy bien los Collins, verdad?Bien, bien, espero que les dure mucho tiempo. ¿Y qué tal comen? Estoysegura de que Charlotte es una excelente administradora. Si es lamitad deagudaquesumadre,ahorrarámuchísimo.Nocreoquehaganmuchosexcesos.

––No,enabsoluto.

––Deellodependelabuenaadministración.Ya,ya;secuidaránmuchodenoderrocharsusueldo.Nuncatendránapurosdedinero.¡Quelesaproveche!YmefiguroquehablaránamenudodeadquirirLongbourncuandomueratupadre,ydequeyaloconsideraránsuyoencuantoestosuceda.

––Nuncamencionaronestetemadelantedemí.––Claro,nohabríaestadobien; pero nome cabe lamenor duda de que lo hablanmuchas veces entreellos.Bueno,sisecontentanconunaposesiónquelegalmentenoessuya,alláellos.Amímeavergonzaría.

CAPÍTULOXLI

Pasóprontolaprimerasemanadelregreso,yentraronenlasegunda,queera la última de la estancia del regimiento en Meryton. Las jóvenes de lalocalidadlanguidecían; la tristezaeracasigeneral.Sólo lashijasmayoresdelosBennet eran capaces de comer, beber y dormir como si no pasara nada.CatherineyLydia les reprochabanamenudosu insensibilidad.Estabanmuyabatidas y no podían comprender tal dureza de corazón enmiembros de supropiafamilia.

––¡Dios mío! ¿Qué va a ser de nosotras? ¿Qué vamos a hacer? ––exclamabandesoladas––.¿Cómopuedessonreírdeesamanera,Elizabeth?

Sucariñosamadrecompartíasupesaryseacordabadeloqueellamismahabíasufridoporunaocasiónsemejantehacíaveinticincoaños.

––Recuerdo ––decía–– que lloré dos días seguidos cuando se fue elregimientodelcoronelMiller,creíquesemeibaapartirelcorazón.

––Elmíotambiénseharápedazos––dijoLydia.

––¡SialmenospudiéramosiraBrighton!––suspirólaseñoraBennet.

––¡Oh,sí!¡SialmenospudiéramosiraBrighton!¡Peropapáestanpococomplaciente!

––Unos baños demarme dejarían como nueva. ––Y tía Philips aseguraqueamítambiénmesentaríanmuybien––añadióCatherine.

Estas lamentaciones resonaban de continuo en la casa de Longbourn.Elizabeth trataba de mantenerse aislada, pero no podía evitar la vergüenza.Reconocía de nuevo la justicia de las observaciones de Darcy, y nunca sehabíasentidotandispuestaaperdonarleporhaberseopuestoalosplanesdesuamigo.

Pero la melancolía de Lydia no tardó en disiparse, pues recibió unainvitacióndelaseñoraForster,laesposadelcoroneldelregimiento,paraquelaacompañaseaBrighton.EstainapreciableamigadeLydiaeramuyjovenyhacía poco que se había casado. Como las dos eran igual de alegres yanimadas,congeniabanperfectamenteyalostresmesesdeconocerseeranyaíntimas.

ElentusiasmodeLydiaylaadoraciónqueleentróporlaseñoraForster,lasatisfaccióndelaseñoraBennet,ylamortificacióndeCatherine,fueroncasiindescriptibles.Sinpreocuparselomásmínimoporeldisgustodesuhermana,Lydia corrió por la casa completamente extasiada, pidiendo a todas que lafelicitaran, riendo y hablando conmás ímpetu que nunca,mientras la pobreCatherinecontinuabaenelsalónlamentandosumalasuerteentérminospocorazonablesyconunhumordeperros.

––NoveoporquélaseñoraForsternomeinvitaamítambién––decía––,aunqueLydiaseasuamigaparticular.Tengoelmismoderechoqueellaaquemeinvite,ymásaún,porqueyosoymayor.

EnvanoprocuróElizabethqueentraseenrazónyenvanopretendióJaneque se resignase. La dichosa invitación despertó en Elizabeth sentimientosbien distintos a los deLydia y sumadre; comprendió claramente que ya nohabía ninguna esperanza de que la señora Bennet diese alguna prueba desentidocomún.NopudomenosquepedirleasupadrequenodejaseaLydiairaBrighton,puessemejantepasopodía tenerfunestasconsecuencias.Lehizover la inconveniencia deLydia, las escasas ventajas que podía reportarle su

amistad con la señora Forster, y el peligro de que con aquella compañíaredoblase la imprudenciadeLydiaenBrighton,donde las tentaciones seríanmayores.ElseñorBennetescuchóconatenciónasuhijayledijo:

––Lydia no estará tranquila hasta que haga el ridículo en público en unsitio u otro, y nunca podremos esperar que lo haga con tan poco gasto ysacrificioparasufamiliacomoenestaocasión.

––Si supieras ––replicó Elizabeth–– los grandes daños que nos puedeacarrearatodosloquedigalagentedelprocederinconvenienteeindiscretodeLydia,ylosqueyanoshaacarreado,estoyseguradequepensaríasdemodomuydistinto.

––¡Que ya nos ha acarreado! ––exclamó el señor Bennet––. ¿Haahuyentado a alguno de tus pretendientes? ¡Pobre Lizzy! Pero no te aflijas.Esosjóvenestandelicadosquenopuedensoportartalestonteríasnovalenlapena.Ven,dimecuálessonlosremilgadosgalanesaquieneshaechadoatráslalocuradeLydia.

––Nomeentiendes.Nomequejodeeso.Nodenunciopeligrosconcretos,sinogenerales.Nuestroprestigioynuestra respetabilidadante lagenteseránperjudicados por la extrema ligereza, el desdén y el desenfreno de Lydia.Perdona,perotengoquehablarteclaramente.Sitú,queridopadre,noquierestomartelamolestiadereprimirsueuforia,deenseñarlequenodebeconsagrarsuvidaasusactualespasatiempos,dentrodepocoserádemasiadotardeparaque se enmiende. Su carácter se afirmará y a los dieciséis años será unacoquetaincorregiblequenosólosepondráenridículoasímisma,sinoatodasufamilia;coqueta,además,enelpeorymásínfimogradodecoquetería,sinmásatractivoquesujuventudysusregularesprendasfísicas; ignoranteydecabezahueca, incapazderepararenlomásmínimoeldespreciogeneralqueprovocará su afán de ser admirada. Catherine se encuentra en el mismopeligro, porque irá donde Lydia la lleve; vana, ignorante, perezosa yabsolutamente incontrolada. Padre, ¿puedes creer que no las criticarán y lasdespreciaránendondequieraquevayan,yquenoenvolveránensudesgraciaalasdemáshermanas?

ElseñorBennetsediocuentadequeElizabethhablabaconelcorazón.Letomólamanoafectuosamenteylecontestó:

––No te intranquilices, amormío.Tú y Jane seréis siempre respetadas yqueridas en todaspartes, ynopareceréismenos aventajadaspor tenerdosoquizátreshermanasmuynecias.NohabrápazenLongbournsiLydianovaaBrighton. Déjala que, vaya. El coronel Forster es un hombre sensato y lavigilará.Yellaesporsuertedemasiadopobreparaserobjetodelarapiñadenadie.SucoqueteríatendrámenosimportanciaenBrightonqueaquí,pueslosoficialesencontraránallímujeresmásatractivas.Demodoqueleservirápara

comprendersepropiainsignificancia.Detodasformas,yanopuedeempeorarmucho,ysi lohace, tendríamosentoncessuficientesmotivosparaencerrarlabajollaveelrestodesuvida.

Elizabethtuvoquecontentarseconestarespuesta;perosuopiniónseguíasiendo lamisma, y se separó de su padre pesarosa y decepcionada. Pero sucarácter le impedía acrecentar sus sinsabores insistiendo en ellos.Creía quehabíacumplidoconsudeberynoestabadispuestaaconsumirsepensandoenmalesinevitablesoaaumentarlosconsuansiedad.

Si Lydia o su madre hubiesen sabido lo que Elizabeth había estadohablandoconsupadre, su indignaciónnohabría tenido límites.UnavisitaaBrighton era para Lydia el dechado de la felicidad terrenal. Con su enormefantasíaveíalascallesdeaquellaalegreciudadcosteraplagadadeoficiales;seveíaasímismaatrayendolasmiradasdedocenasydocenasdeellosqueaúnnoconocía.Seimaginabaenmitaddelcampamento,consustiendastendidasen la hermosa uniformidad de sus líneas, llenas de jóvenes alegres ydeslumbrantesconsustrajesdecolorcarmesí;yparacompletarelcuadroseimaginabaasímismasentadajuntoaunadeaquellas tiendasycoqueteandotiernamenteconnomenosdeseisoficialesalavez.

Si hubiese sabido que su hermana pretendía arrebatarle todos aquellossueños, todasaquellas realidades, ¿quéhabríapasado?Sólo sumadrehabríasidocapazdecomprenderlo,puescasi sentía lomismoqueella.ElviajedeLydiaaBrightoneraloúnicoquelaconsolabadesumelancólicaconviccióndequejamáslograríallevarallíasumarido.

Peronilaunanilaotrasospechabanloocurrido,ysuentusiasmocontinuóhastaelmismodíaenqueLydiasaliódecasa.

Elizabeth iba a ver ahora aWickham por última vez. Había estado confrecuenciaensucompañíadesdequeregresódeHunsford,ysuagitaciónsehabía calmado mucho; su antiguo interés por él había desaparecido porcompleto.Habíaaprendidoadescubrirenaquellaamabilidadquealprincipioleatraíaunaciertaafectaciónqueahoralerepugnaba.Porotraparte,laactituddeWickhamparaconellaacababadedisgustarla,puesel jovenmanifestabadeseos de renovar su galanteo, y después de todo lo ocurrido Elizabeth nopodía menos que sublevarse. Refrenó con firmeza sus vanas y frívolasatenciones,sindejardesentirlaofensaqueimplicabalacreenciadeWickhamde que pormás tiempo que la hubiese tenido abandonada y cualquiera quefueselacausadesuabandono,lahalagaríayconquistaríadenuevosóloconvolverasolicitarla.

ElúltimodíadelaestanciadelregimientoenMeryton,WickhamcenóenLongbourn con otros oficiales. Elizabeth estaba tan poco dispuesta asoportarle que cuando Wickham le preguntó qué tal lo había pasado en

Hunsford,lerespondióqueelcoronelFitzwilliamyDarcyhabíanpasadotressemanasenRosings,yquisosabersiconocíaalprimero.

Wickham pareció sorprendido, molesto y alarmado; pero se repuso enseguidayconunasonrisacontestóqueenotrotiempoleveíaamenudo.Dijoque era todo un caballero y le preguntó si le había gustado. Elizabethrespondió que sí con entusiasmo. Pero después Wickham añadió, con aireindiferente:

––¿CuántotiempodicequeestuvoelcoronelenRosings?––Cercadetressemanas.

––¿Yleveíaconfrecuencia?––Casitodoslosdías.

––Esmuydiferentedesuprimo.

––Sí,enefecto.PerocreoqueelseñorDarcyganamuchoencuantoseletrata.

––¡Vaya!––exclamóWickhamconunamiradaqueaElizabethnolepasóinadvertida––. ¿En qué? ––pero, reprimiéndose, continuó en tono másjovial––:¿Enlosmodales?¿Sehadignadoportarsemáscorrectamentequedecostumbre?Porquenopuedocreer––continuóenvozmásbajayseria––quehayamejoradoenloesencial.

––¡Oh,no!Enloesencialsiguesiendoeldesiempre.

Wickham no sabía si alegrarse con sus palabras o desconfiar de susignificado.Había un algo en el aire deElizabeth que le hizo escuchar conansiosaatenciónyconreceloloquelajovendijoacontinuación:

––Aldecirqueganaconeltrato,noquierodaraentenderquesumododeser o sus maneras hayan mejorado, sino que al conocerle mejor, másfácilmentesecomprendesuactitud.

LaalarmadeWickhamsedelatóentoncesporsuruborylaagitacióndesumirada;sequedócalladounosinstanteshastaquelogróvencersuembarazoydirigiéndosedenuevoaElizabethdijoeneltonomásamable:

––Usted que conoce tan bien mi resentimiento contra el señor Darcy,comprenderácuánsinceramentemehedealegrardequesealobastanteastutopara asumir al menos una corrección exterior. Con ese sistema su orgullopuede ser útil, si no a él; a muchos otros, pues le apartará del malcomportamientodelqueyofuivíctima.Peromuchometemoqueesaespeciedeprudenciaaqueustedparecealudirlaempleeúnicamenteensusvisitasasutía,puesnoleconvieneconducirsemalensupresencia.Sémuybienquesiempre ha cuidado las apariencias delante de ella con el deseo de llevar abuenfinsubodaconlaseñoritadeBourgh,enlaqueponetodosuempeño.

Elizabethnopudo reprimiruna sonrisa aloír esto;peronocontestómásqueconunaligerainclinacióndecabeza.AdvirtióqueWickhamibaavolverahablar del antiguo tema de sus desgracias, y no estaba de humor parapermitírselo.Duranteel restode laveladaWickhamfingió suacostumbradaalegría,peroyanointentócortejaraElizabeth.Alfinsesepararonconmutuacortesía y también probablemente con elmutuo deseo de no volver a versenunca.

Al terminar la tertulia,Lydia se fue aMeryton con la señoraForster, dedondeibanapartirtempranoalamañanasiguiente.Sudespedidadelafamiliafue más ruidosa que patética. Catherine fue la única que lloró, aunque dehumillaciónydeenvidia.LaseñoraBennetledeseóasuhijaquesedivirtieratantocomopudiese,consejoquelamuchachaestabadispuestaaseguiralpiedelaletra.Ysualborotoaldespedirsefuetanclamoroso,quenisiquieraoyóelgentiladiósdesushermanas.

CAPÍTULOXLII

SilaopinióndeElizabethsederivasedeloqueveíaensupropiafamilia,nopodríahaber formadouna ideamuyagradablede la felicidadconyugalydelbienestardoméstico.Supadre,cautivadoporlajuventudylabelleza,ylaaparenteilusiónyalegríaqueambasconllevan,sehabíacasadoconunamujercuyo débil entendimiento y espíritu mezquino habían puesto fin a todo elafecto ya en los comienzos de su matrimonio. El respeto, la estima y laconfianza se habían desvanecido para siempre; y todas las perspectivas dedichadelseñorBennetdentrodelhogarsehabíanvenidoabajo.Peroélnoeradeesoshombresquebuscanconsueloporlosefectosdesupropiaimprudenciaen los placeres que a menudo confortan a los que han llegado a serdesdichadosporsuslocurasysusvicios.Amabaelcampoyloslibrosyellosconstituíanlafuentedesusprincipalesgoces.Asumujernoledebíamásquelarisaquesuignoranciaysulocuraleproporcionabandevezencuando.Ésanoeslaclasedefelicidadqueunhombredesearíadeberasuesposa;peroafaltade...Elbuenfilósofosólosacabeneficiodedondelohay.

Elizabeth,noobstante,nuncahabíadejadodereconocerlainconvenienciade la conducta de su padre como marido. Siempre la había observado conpena,perorespetabasutalentoyleagradecíasucariño,porloqueprocurabaolvidar lo que no podía ignorar y apartar de sus pensamientos su continuainfracción de los deberes conyugales y del decoro que, por el hecho deexponer a su esposa al desprecio de sus propias hijas, era tan sumamentereprochable. Pero nunca había sentido como entonces los males que puede

causaraloshijosunmatrimoniomalavenido,ninuncasehabíadadocuentatan claramente de los peligros que entraña la dirección errada del talento,talento que, bien empleado, aunque no hubiese bastado para aumentar lainteligenciadesumujer,habríapodido,almenos,conservarlarespetabilidaddelashijas.

Sibien es ciertoqueElizabeth se alegróde la ausenciadeWickham,nopuede decirse que le regocijara la partida del regimiento. Sus salidas eranmenosfrecuentesqueantes,ylasconstantesquejasdesumadreysuhermanapor el aburrimiento en que habían caído entristecían la casa. Y aunqueCatherinellegasearecobrarelsentidocomúnperdidoalhabersemarchadoloscausantes de superturbación, suotra hermana, de cuyomodode ser podíanesperar todas las calamidades, estaba en peligro de afirmar su locura y sudescaro,pueshallándosealladodeunaplayayuncampamento,susituacióneradoblementeamenazadora.Enresumidascuentas,veíaahoraloqueyaotrasveceshabíacomprobado,queunacontecimientoanheladoconimpaciencianopodía,alrealizarse,traerletodalasatisfacciónqueeradeesperar.Erapreciso,porlotanto,abrirotroperíodoparaelcomienzodesufelicidad,señalarotrametaparalaconsecucióndesusdeseosydesusesperanzas,quealegrándolaconotroplaceranticipado,laconsolasedelopresenteylapreparaseparaotrodesengaño.SuviajealosLagosseconvirtióenelobjetodesuspensamientosmásdichososyconstituyósumejorrefugioenlasdesagradableshorasqueeldescontento de su madre y de Catherine hacían inevitables. Y si hubiesepodidoincluiraJaneenelplan,todohabríasidoperfecto.

––«Es una suerte ––pensaba–– tener algo que desear. Si todo fuesecompleto,algohabría,sinfalta,quemedecepcionase.Peroahora,llevándomeesa fuente de añoranza que será la ausencia de Jane, puedo pensarrazonablementeque todasmisexpectativasdeplacer severáncolmadas.Unproyecto que en todas sus partes promete dichas, nunca sale bien; y no tepuedeslibrardealgúncontratiempo,sinotienesunapequeñacontrariedad.»

Lydia,almarcharse,prometióescribirmuyamenudoycontododetalleasumadre y aCatherine, pero sus cartas siempre se hacían esperarmucho ytodaseranbreves.Lasdirigidasasumadredecíanpocomásqueacababanderegresardelasaladelecturadondelashabíansaludadotalesycualesoficiales,queeldecoradodelasalaeratanhermosoquelehabíaquitadoelsentido,quetenía un vestido nuevo o una nueva sombrilla que describiría másextensamente,peroquenopodíaporquelaseñoraForsterlaesperabaparairjuntasalcampamento...Porlacorrespondenciadirigidaasuhermana,menossepodíasaberaún,puessuscartasaCatherine,aunquelargas,teníanmuchaslíneassubrayadasquenopodíanhacersepúblicas.

Despuésde lasdoso tres semanasde laausenciadeLydia, la saludyelbuen humor empezaron a reinar en Longbourn. Todo presentaba mejor

aspecto. Volvían las familias que habían pasado el invierno en la capital yresurgíanlasgalasylas invitacionesdelverano.LaseñoraBennetserepusode su estadoquejumbrosoyhaciamediadosde junioCatherine estabaya lobastanteconsoladaparapoderentrarenMerytonsinlágrimas.Estehechoeratanprometedor,queElizabethcreyóqueenlaspróximasNavidadesCatherineseríayatanrazonablequenomencionaríaaunoficialniunasolavezaldía,ano ser que por alguna cruel ymaligna orden delministerio de laGuerra seacuartelaraenMerytonunnuevoregimiento.

Laépocafijadapara laexcursiónalNorteyaseaproximaba;nofaltabanmásquedossemanas,cuandoserecibióunacartadelaseñoraGardinerqueaplazabalafechadelamismay,alavez,abreviabasuduración.Losnegociosdel señor Gardiner le impedían partir hasta dos semanas después decomenzado julio,y teníaqueestardevueltaenLondresenunmes;ycomoesto reducía demasiado el tiempo para ir hasta tan lejos y para que viesentodas las cosas que habían proyectado, o para que pudieran verlas con elreposo y comodidad suficientes, no habíamás remedio que renunciar a losLagosypensarenotraexcursiónmáslimitada,envistadelocualnopasaríande Derbyshire. En aquella comarca había bastantes cosas dignas de versecomopara llenar lamayor parte del tiempode quedisponían, y, además, laseñoraGardinersentíaunaatracciónmuyespecialporDerbyshire.Laciudaddonde había pasado varios años de su vida acaso resultaría para ella taninteresante como todas las célebres bellezas de Matlock, Chatsworth,DovedaleoelPeak.

Elizabethsesintiómuydefraudada;lehacíamuchailusióniralosLagos,y creía que habría habido tiempode sobra para ello. Pero, de todas formas,debía estar satisfecha, seguramente lo pasarían bien, y no tardó mucho enconformarse.

ParaElizabeth,elnombredeDerbyshire ibaunidoamuchasotrascosas.LehacíapensarenPemberleyyensudueño.«Pero––sedecía––podréentrarensucondadoimpunementeyhurtarlealgunaspiedrassinqueélsedécuenta.»

Laespera se lehizoentoncesdoblemente larga.Faltabancuatro semanaspara que llegasen sus tíos. Pero, al fin, pasaron y los señores Gardiner sepresentaronenLongbournconsuscuatrohijos.Losniños––doschiquillasdeseisyochoañosdeedadrespectivamente,ydosvaronesmáspequeños––ibana quedar bajo el cuidado especial de su prima Jane, favorita de todos, cuyodulce y tranquilo temperamento era ideal para instruirlos, jugar con ellos yquererlos.

Los Gardiner durmieron en Longbourn aquella noche y a la mañanasiguiente partieron con Elizabeth en busca de novedades y esparcimiento.

Teníanunplacerasegurado:eran los tresexcelentescompañerosdeviaje, loquesuponíasaludycarácterapropósitoparasoportarincomodidades,alegríapara aumentar toda clase de felicidad, y cariño e inteligencia para suplircualquiercontratiempo.

NovamosadescribiraquíDerbyshire,niningunodelosnotableslugaresque atravesaron: Oxford, Blenheim, Warwick, Kenelworth, Birmingham ytodoslosdemás,sonsobradamenteconocidos.Novamosareferirnosmásquea una pequeña parte de Derbyshire. Hacia la pequeña ciudad de Lambton,escenario de la juventud de la señora Gardiner, donde últimamente habíasabido que residían aún algunos conocidos, encaminaron sus pasos losviajeros, después de haber visto las principales maravillas de la comarca.Elizabeth supo por su tía que Pemberley estaba a unas cinco millas deLambton.Nolescogíadepaso,peronoteníanquedesviarsemásqueunaodos millas para visitarlo. Al hablar de su ruta la tarde anterior, la señoraGardinermanifestó deseos de volver a verPemberley.El señorGardiner nopusoinconvenienteysolicitólaaprobacióndeElizabeth.

––Querida––ledijosutía––,¿notegustaríaverunsitiodelquetantohasoídohablaryqueestárelacionadocontantosconocidostuyos?YasabesqueWickhampasóallítodasujuventud.

Elizabethestabaangustiada.SintióquenadateníaquehacerenPemberleyysevioobligadaadecirquenoleinteresaba.Tuvoqueconfesarqueestabacansada de las grandes casas, después de haber visto tantas; y que noencontrabaningúnplacerenverprimorosasalfombrasycortinasderaso.

LaseñoraGardinercensurósutontería.

––Si sólo se tratase de una casa ricamente amueblada ––dijo–– tampocomeinteresaríaamí;perolafincaesunamaravilla.Contieneunodelosmásbellosbosquesdelpaís.

Elizabethnohablómás,peroyanotuvopuntodereposo.Alinstantepasópor su mente la posibilidad de encontrarse con Darcy mientras visitabanPemberley.¡Seríahorrible!Sólodepensarloseruborizó,ycreyóquevaldríamáshablarconclaridadasutíaqueexponerseasemejanteriesgo.Peroestadecisiónteníasusinconvenientes,yresolvióquenolaadoptaríamásqueenelcasodeque sus indagaciones sobre la ausencia de la familia del propietariofuesennegativas.

Enconsecuencia,alirseadescansaraquellanochepreguntóalacamarerasiPemberleyeraunsitiomuybonito,cuáleraelnombredesudueñoyporfin,con no poca preocupación, si la familia estaba pasando el verano allí. Lanegativaquesiguióaestaúltimapreguntafuelamásbienrecibidadelmundo.Desaparecidayasuinquietud,sintiógrancuriosidadhastaporlamismacasa,

ycuandoalamañanasiguientesevolvióaproponerelplanyleconsultaron,respondióalinstante,conevidenteairedeindiferencia,quenoledisgustabalaidea.

PorlotantosalieronparaPemberley.

CAPÍTULOXLIII

ElizabethdivisólosbosquesdePemberleyconciertaturbación,ycuandoporfinllegaronalapuerta,sucorazónlatíafuertemente.

La fincaeraenormeycomprendíagranvariedadde tierras.Entraronporunode los puntosmás bajos y pasearon largamente a través de unhermosobosquequeseextendíasobresuampliasuperficie.

Lamente de Elizabeth estaba demasiado ocupada para poder conversar;pero observaba y admiraba todos los parajes notables y todas las vistas.Durante media milla subieron una cuesta que les condujo a una lomaconsiderabledondeelbosqueseinterrumpíaydesdedondevieronenseguidalacasadePemberley,situadaalotroladodelvalleporelcualsedeslizabauncamino algo abrupto. Era un edificio de piedra, amplio y hermoso, bienemplazadoenunaltozanoquesedestacabadelantedeunacadenadeelevadascolinascubiertasdebosque,yteníaenfrenteunarroyobastantecaudalosoquecorríacadavezmáspotente,completamentenaturalysalvaje.Susorillasnoeran regulares ni estaban falsamente adornadas con obras de jardinería.Elizabethsequedómaravillada.Jamáshabíavistounlugarmásfavorecidoporlanaturalezaodondelabellezanaturalestuviesemenosdeterioradaporelmalgusto.Todosestabanllenosdeadmiración,yElizabethcomprendióentoncesloquepodríasignificarserlaseñoradePemberley.

Bajaronlacolina,cruzaronunpuenteysiguieronhastalapuerta.Mientrasexaminaban el aspecto de la casa de cerca, Elizabeth temió otra vezencontrarseconeldueño.¿Ysilacamarerasehubieseequivocado?Despuésde pedir permiso para ver la mansión, les introdujeron en el vestíbulo.Mientrasesperabanalamadellaves,Elizabethtuvotiempoparamaravillarsedeencontrarseensemejantelugar.

El ama de llaves era una mujer de edad, de aspecto respetable, muchomenosestiradaymuchomáscortésdeloqueElizabethhabíaimaginado.Losllevó al comedor. Era una pieza de buenas proporciones y elegantementeamueblada.Elizabeth lamiró ligeramentey sedirigió aunade lasventanaspara contemplar la vista. La colina coronada de bosque por la que habíandescendido, a distancia resultaba más abrupta y más hermosa. Toda la

disposicióndelterrenoerabuena;mirócondeliciaaquelpaisaje:elarroyo,losárboles de las orillas y la curvadel valle hasta donde alcanzaba la vista.Alpasaraotrashabitaciones,elpaisajeaparecíaenángulosdistintos,perodesdetodaslasventanassedivisabanpanoramasmagníficos.Laspiezaseranaltasybellas, y su mobiliario estaba en armonía con la fortuna de su propietario.Elizabeth notó, admirando el gusto de éste, que no había nada llamativo nicursiyquehabíaallímenospompaperomáseleganciaqueenRosings.

«¡Ypensar––sedecía––quehabríapodidoserdueñadetodoesto!¡Estashabitaciones podrían ahora ser las mías! ¡En lugar de visitarlas como unaforastera,podríadisfrutarlasyrecibirenellaslavisitademistíos!Perono––repusorecobrándose––,nohabríasidoposible,hubiesetenidoquerenunciaramistíos;nosemehubiesepermitidoinvitarlos.»

Estolareanimóylasalvódealgoparecidoalarrepentimiento.

Queríaaveriguarporelamade llavessi suamoestabadeverasausente,perolefaltabavalor.PorfinfuesutíoelquehizolapreguntayElizabethsevolvióasustadacuandolaseñoraReynoldsdijoquesí,añadiendo:

––Peroleesperamosmañana.Vaavenirconmuchosamigos.

Elizabeth se alegró de que su viaje no se hubiese aplazado un día porcualquiercircunstancia.

Su tía la llamó para que viese un cuadro. Elizabeth se acercó y vio unretratodeWickhamencimadelarepisadelachimeneaentreotrasminiaturas.Su tía lepreguntó sonrientequé leparecía.El amade llavesvinoadecirlesqueaqueleraunajovenhijodelúltimoadministradordesuseñor,educadoporésteaexpensassuyas.

––Ahora ha entrado en el ejército ––––añadió–– y creo que es un balaperdida.

La señoraGardinermiró a su sobrina conuna sonrisa, peroElizabeth sequedómuyseria.

––Yéste––dijolaseñoraReynoldsindicandootradelasminiaturas––esmiamo,yestámuyparecido.Lopintaronalmismotiempoqueelotro,haráunosochoaños.

––He oído hablarmucho de la distinción de su amo ––replicó la señoraGardiner contemplando el retrato––, es guapo. Elizabeth, dime si está o noparecido.

Elrespetode laseñoraReynoldshaciaElizabethparecióaumentaralverqueconocíaasuseñor––¿ConocelaseñoritaalseñorDarcy?

Elizabethsesonrojóyrespondió:––Unpoco.

––¿Y no cree la señorita que es un caballero muy apuesto? ––Sí, muyguapo.

––Juraríaqueeselmásguapoquehevisto;peroenlagaleríadelpisodearriba verán ustedes un retrato suyomejor ymás grande.Este cuarto era elfavoritodemianteriorseñor,yestasminiaturasestán talycomoestabanenvidasuya.Legustabanmucho.

ElizabethseexplicóentoncesporqueestabaentreellasladeWickham.

La señoraReynolds les enseñó entonces un retrato de la señoritaDarcy,pintadocuandosóloteníaochoaños.

––¿YlaseñoritaDarcyestanguapacomosuhermano?

––¡Oh,sí!¡Eslajovenmásbellaquesehayavistojamás!¡Ytanaplicada!Tocaycantatodoeldía.Enlasiguientehabitaciónhayunpianonuevoqueleacabandetraer,regalodemiseñor.Ellatambiénllegarámañanaconél.

El señorGardiner,conamabilidadydestreza, le tirabade la lengua,y laseñora Reynolds, por orgullo y por afecto, se complacía evidentemente enhablardesuseñorydelahermana.

––¿VienesuseñormuyamenudoaPemberleyalolargodelaño?

––Notantocomoyoquerría,señor;perodiríaquepasaaquí lamitaddeltiempo; la señorita Darcy siempre está aquí durante los meses de verano.«Excepto––pensóElizabeth––cuandovaaRamsgate.»

––Sisuamosecasara,loveríaustedmás.

––Sí,señor;peronosécuandoserá.Nosésihabráalguienquelomerezca.LosseñoresGardinersesonrieron.Elizabethnopudomenosquedecir:––Siasílocree,esodicemuchoenfavordelseñorDarcy.

––Nodigomásquelaverdadyloquediríacualquieraqueleconozca––replicó la señora Reynolds. Elizabeth creyó que la cosa estaba yendodemasiadolejos,yescuchóconcrecienteasombroloquecontinuódiciendoelamadellaves.

––Nunca en la vida tuvo una palabra de enojo conmigo. Y le conozcodesdequeteníacuatroaños.Eraunelogiomásimportantequetodoslosotrosy más opuesto a lo que Elizabeth pensaba de Darcy. Siempre creyófirmemente que era hombre de mal carácter. Con viva curiosidad esperabaseguiroyendoloquedecíaelama,cuandosutíoobservó:

––Pocas personas hay de quienes se pueda decir eso.Es una suerte paraustedtenerunseñorasí.

––Sí,señor;esunasuerte.Aunquedieselavueltaalmundo,noencontraría

otromejor.Siempremehefijadoenquelosquesonbondadososdepequeños,siguen siéndolo de mayores. Y el señor Darcy era el niño más dulce ygenerosodelatierra.

Elizabeth se quedó mirando fijamente a la anciana: «¿Puede ser éseDarcy?»,pensó.––Creoquesupadreeraunaexcelentepersona––agregó laseñoraGardiner.

––Sí, señora; sí que lo era, y su hijo es exactamente como él, igual debuenoconlospobres.

Elizabeth oía, se admiraba, dudaba y deseaba saber más. La señoraReynoldsnolograballamarsuatenciónconningunaotracosa.Erainútilqueleexplicaseeltemadeloscuadros,lasdimensionesdelaspiezasyelvalordelmobiliario.ElseñorGardiner,muydivertidoanteloqueélsuponíaprejuiciode familia y que inspiraba los rendidos elogios de la anciana a su señor, notardóeninsistirensuspreguntas,ymientrassubíanlagranescalera,laseñoraReynoldssiguióensalzandolosmuchosméritosdeDarcy.

––Eselmejorseñoryelmejoramoquepuedahaber;noseparecea losatolondradosjóvenesdehoyendíaquenopiensenmásqueensímismos.Nohayunosolodesuscolonosycriadosquenolealabe.Algunosdicenqueesorgulloso, pero yo nunca se lo he notado. Me figuro que lo encuentranorgullosoporquenoesbullanguerocomolosdemás.

«Enquébuenlugarlositúatodoesto»,pensóElizabeth.

––Tan delicado elogio ––cuchicheó su tía mientras seguían visitando lacasa––noseavieneconloquehizoanuestropobreamigo.

––Talvezestemosequivocados.

––Noesprobable;losabemosdemuybuenatinta.Enelampliocorredordearribaselesmostróunlindoaposentorecientementeadornadoconmayoreleganciaytonomásclaroquelosdepartamentosinferiores,yselesdijoquetodoaquellosehabíahechoparacomplaceralaseñoritaDarcy,quesehabíaaficionadoaaquellahabitaciónlaúltimavezqueestuvoenPemberley.

––Es realmenteunbuenhermano––dijoElizabethdirigiéndose aunadelasventanas.

La señora Reynolds dijo que la señorita Darcy se quedaría encantadacuandovieseaquellahabitación.

––Yes siempreasí––añadió––, sedesvivepor complacer a suhermana.Nohaynadaquenohicieraporella.

Yanoquedabanporvermásquelagaleríadepinturasydosotresdelosprincipales dormitorios. En la primera había varios cuadros buenos, pero

Elizabethnoentendíanadadearte,yentrelosobjetosdeesanaturalezaqueyahabía visto abajo, no miró más que unos cuantos dibujos en pastel de laseñoritaDarcydetemamásinteresanteymásinteligibleparaella.

Enlagaleríahabíatambiénvariosretratosdefamilia,peronoerafácilqueatrajesen laatencióndeunextraño.Elizabeth los recorrióbuscandoelúnicoretratocuyasfaccionespodía reconocer.Al llegaraélsedetuvo,notandosusorprendente exactitud. El rostro de Darcy tenía aquellamisma sonrisa queElizabethlehabíavistocuandolamiraba.Permanecióvariosminutosanteelcuadro, en la más atenta contemplación, y aun volvió a mirarlo antes deabandonarlagalería.LaseñoraReynoldslecomunicóquehabíasidohechoenvidadelpadredeDarcy.

Elizabeth sentía en aquellos momentos mucha mayor inclinación por eloriginaldelaquehabíasentidoenelaugedesusrelaciones.Lasalabanzasdela señora Reynolds no eran ninguna nimiedad. ¿Qué elogio puede ser másvaliosoqueeldeuncriadointeligente?¡Cuántagenteteníapuestasufelicidaden las manos de Darcy en calidad de hermano, de propietario y de señor!¡Cuántoplacerycuántodolorpodíaotorgar!¡Cuántomalycuántobienpodíahacer!Todolodichoporelamadellavesleenaltecía.Alestaranteellienzoenelqueélestabaretratado,leparecióaElizabethquesusojoslamiraban,ypensóensuestimahaciaellaconunagratitudmuchomásprofundadelaqueantes había sentido;Elizabeth recordó la fuerza y el calor de sus palabras ymitigósufaltadedecoro.

Yahabíanvisto todo loquemostrabaalpúblicode la casa;bajarony sedespidierondelamadellaves,quienlesconfióaunjardineroqueesperabaenlapuertadelvestíbulo.

Cuandoatravesabanlapraderacaminodelarroyo,Elizabethsevolvióparacontemplar de nuevo la casa. Sus tíos se detuvieron también, ymientras elseñorGardinersehacíaconjeturassobrelaépocadeledificio,eldueñodeéstesalió de repente de detrás de la casa por el sendero que conducía a lascaballerizas.

Estabanamenosdeveinteyardas,ysuapariciónfuetansúbitaqueresultóimposibleevitarquelosviera.LosojosdeElizabethyDarcyseencontraronalinstanteysusrostrossecubrierondeintensorubor.Élparóensecoyduranteun momento se quedó inmóvil de sorpresa; se recobró en seguida y,adelantándose hacia los visitantes, habló a Elizabeth, si no en términos deperfectacompostura,almenosconabsolutacortesía.

Ella se había vuelto instintivamente, pero al acercarse él se detuvo yrecibiósuscumplidosconembarazo.SielaspectodeDarcyaprimeravistaosu parecido con los retratos que acababan de contemplar hubiesen sidoinsuficientes para revelar a los señoresGardiner que tenían al propioDarcy

anteellos,elasombrodeljardineroalencontrarseconsuseñornoleshabríadejado lugar a dudas. Aguardaron a cierta distancia mientras su sobrinahablabaconél.Elizabeth,atónitayconfusa,apenasseatrevíaaalzarlosojoshaciaDarcy y no sabía qué contestar a las preguntas que él hacía sobre sufamilia.Sorprendidaporelcambiodemodalesdesdequesehabíanseparadoporúltimavez,cada frasequedecíaaumentabasucohibición,ycomoentretantopensabaenloimpropiodehaberseencontradoallí,lospocosmomentosque estuvieron juntos fueron los más intranquilos de su existencia. Darcytampocoparecíamásdueñodesíqueella;suacentonoteníanadadelacalmaqueleerahabitual,yseguíapreguntándolecuándohabíasalidodeLongbournycuántotiempollevabaenDerbyshire,contantodesorden,ytanapresurado,quealasclarasseveíalaagitacióndesuspensamientos.

Por finparecióqueyano sabíaquédecir;permanecióunos instantes sinpronunciarpalabra,sereportódeprontoysedespidió.

Los señores Gardiner se reunieron con Elizabeth y elogiaron la buenapresenciadeDarcy;peroellanooíanada;embebidaensuspensamientos,lossiguió en silencio. Se hallaba dominaba por la vergüenza y la contrariedad.¿Cómoselehabíaocurridoirallí?¡Habíasidoladecisiónmásdesafortunadaydisparatada delmundo! ¡Qué extraño tenía queparecerle aDarcy! ¡Cómohabíadeinterpretaraquellounhombre––tanvanidoso!SuvisitaaPemberleypareceríahechaadredeparairensubusca.¿Porquéhabríaido?¿Yél,porquéhabría venido un día antes? Si ellos mismos hubiesen llegado a Pemberleysólodiezminutosmástemprano,nohabríancoincidido,pueseraevidentequeDarcyacababadellegar,queenaquelinstantebajabadelcaballoodelcoche.Elizabeth no dejaba de avergonzarse de su desdichado encuentro. Y elcomportamientodeDarcy,tannotablementecambiado,¿quépodíasignificar?Era sorprendente que le hubiese dirigido la palabra, pero aún más que lohiciesecontantafinurayquelepreguntaseporsufamilia.Nuncahabíavistotal sencillez en sus modales ni nunca le había oído expresarse con tantagentileza. ¡Qué contraste con la última vez que la abordó en la finca deRosingsparaponer en susmanos la carta!Elizabethno sabíaquépensar nicómojuzgartodoesto.

Entretanto, habían entrado en un hermoso paseo paralelo al arroyo, y acadapasoaparecíaanteellosundeclivedelterrenomásbelloounavistamásimpresionantedelosbosquesalosqueseaproximaban.Peropasóuntiempohasta que Elizabeth se diese cuenta de todo aquello, y aunque respondíamecánicamentealasrepetidaspreguntasdesustíosyparecíadirigirlamiradaa los objetos que le señalaban, no distinguía ninguna parte del paisaje. Suspensamientos no podían apartarse del sitio de la mansión de Pemberley,cualquieraquefuese,endondeDarcydebíadeencontrarse.Anhelabasaberloqueenaquelmomentopasabaporsumente,quépensaríadeellaysitodavía

la querría. Puede que su cortesía obedeciera únicamente a que ya la habíaolvidado;perohabíaalgoensuvozquedenotabainquietud.Nopodíaadivinarsi Darcy sintió placer o pesar al verla; pero lo cierto es que parecíadesconcertado.

Las observaciones de sus acompañantes sobre su falta de atención, ladespertaronylehicieroncomprenderquedebíaaparentarserenidad.

Penetraronenelbosqueyalejándosedelarroyoporunrato,subieronaunodelospuntosmáselevados,desdeelcual,porlosclarosdelosárboles,podíaextenderselavistayapreciarmagníficospanoramasdelvalleydelascolinasopuestas cubiertas de arboleda, y se divisaban tambiénpartes del arroyo.ElseñorGardinerhubiesequeridodarlavueltaatodalafinca,perotemíaqueelpaseoresultasedemasiadolargo.Consonrisatriunfallesdijoeljardineroquela finca teníadiezmillasde longitud,por loquedecidieronnodar lavueltaplaneada,ysedirigierondenuevoaunabajadaconárbolesinclinadossobreelagua en uno de los puntos más estrechos del arroyo. Lo cruzaron por unpuentesencilloenarmoníaconelaspectogeneraldelpaisaje.Aquelparajeerael menos adornado con artificios de todos los que habían visto. El valle,convertido aquí en cañada, sólo dejaba espacio para el arroyo y para unestrecho paseo enmedio del rústico soto que lo bordeaba. Elizabeth queríaexplorarsusrevueltas,peroencuantopasaronelpuenteypudieronapreciarlolejosqueestabandelacasa,laseñoraGardiner,quenoeraamigadecaminar,noquisoseguiradelanteysólopensóenvolveralcocheloantesposible.Susobrinasevioobligadaacederyemprendieronelregresohacialacasaporelladoopuestoalarroyoyporelcaminomáscorto.PeroandabanmuydespacioporqueelseñorGardinereraaficionadoalapesca,aunquepocasvecespodíadedicarse a ella, y se distraía cada poco acechando la aparición de algunatrucha y comentándolo con el jardinero.Mientras seguían su lenta marcha,fueron sorprendidos de nuevo; y esta vez el asombro de Elizabeth fue tangrandecomo la anterior al ver aDarcyencaminándosehacia ellosy a cortadistancia.Como el camino no quedaba tan oculto como el del otro lado, sevieron desde lejos. Por lo tanto, Elizabeth estaba más prevenida y resolviódemostrar tranquilidad en su aspecto y en sus palabras si realmente Darcyteníaintencióndeabordarles.HubounmomentoenquecreyófirmementequeDarcyibaatomarotrosendero,ysuconviccióndurómientrasunrecododelcamino le ocultaba, pero pasado el recodo, Darcy apareció ante ellos. A laprimeramirada notó que seguía tan cortés como hacía unmomento, y paraimitar su buena educación comenzó a admirar la belleza del lugar; pero noacababa de decir «delicioso» y «encantador», cuando pensó que el elogiarPemberleypodríasermalinterpretado.Cambiódecolorynodijomás.

LaseñoraGardinerveníaunpocomásatrásyDarcyaprovechóelsilenciode Elizabeth para que le hiciese el honor de presentarle a sus amigos.

Elizabethnoestabapreparadaparaesterasgodecortesía,ynopudoevitarunasonrisaalverquepretendíaconoceraunadeaquellaspersonascontralasquesu orgullo se había rebelado al declarársele. «¿Cuál será su sorpresa ––pensó––cuandosepaquiénesson?Sefiguraquesongentedealcurnia.»

Hizo la presentación al punto y, al mencionar el parentesco, mirórápidamenteaDarcyparaverelefectoquelehacíayesperóquehuiríaatodaprisadesemejantecompañía.FueevidentequeDarcysequedósorprendido,perosesobrepusoyenlugardeseguirsucaminoretrocediócontodosellosyse puso a conversar con el señor Gardiner. Elizabeth no pudo menos quesentirse satisfecha y triunfante. Era consolador queDarcy supiera que teníaparientesde losquenohabíaporquéavergonzarse.Escuchóatentamente loquedecíanyseufanódelasfrasesyobservacionesdesutíoquedemostrabansuinteligencia,subuengustoysusexcelentesmodales.

Laconversaciónrecayóprontosobrelapesca,yElizabethoyóqueDarcyinvitabaasutíoairapescarallísiemprequequisieramientrasestuviesenenlaciudadvecina,ofreciéndoseinclusoaprocurarleaparejosyseñalándolelospuntosdelríomásindicadosparapescar.LaseñoraGardiner,quepaseabadelbrazodeElizabeth,lamirabaconexpresióndeincredulidad.Elizabethnodijonada, pero estaba sumamente complacida; las atenciones de Darcy debíandirigirseaellaseguramente.Suasombro,sinembargo,eraextraordinarioynopodíadejarderepetirse:«¿Porquéestarátancambiado?Nopuedeserpormí,no puede ser pormi causa que susmodales se hayan suavizado tanto.Misreproches en Hunsford no pueden haber efectuado una transformaciónsemejante.Esimposiblequeaúnmeame.»

Despuésdeandarun tiempodeesta forma, lasdosseñorasdelantey losdos caballeros detrás, al volver a emprender el camino, después de undescensoalbordedelríoparavermejorunacuriosaplantaacuática,hubouncambiodeparejas.LooriginólaseñoraGardiner,quefatigadaporeltrajíndeldía, encontraba el brazo de Elizabeth demasiado débil para sostenerla yprefirió, por lo tanto, el de sumarido.Darcy entonces sepuso al ladode lasobrinaysiguieronasísupaseo.Despuésdeuncortosilencio,Elizabethtomóla palabra. Quería hacerle saber que antes de ir a Pemberley se habíacercioradodequeélnoestabayquesullegadaleseratotalmenteinesperada.

––Su ama de llaves ––añadió–– nos informó que no llegaría usted hastamañana; y aun antes de salir deBakewell nos dijeron que tardaría usted envolveraDerbyshire.

Darcyreconocióqueasíera,perounosasuntosqueteníaqueresolverconsuadministradorlehabíanobligadoaadelantarseasusacompañantes.

––Mañanatemprano––continuó––sereunirántodosconmigo.Entreelloshayconocidossuyosquedesearánverla;elseñorBingleyysushermanas.

Elizabethnohizomásqueunaligera inclinacióndecabeza.Seacordóalinstante de la última vez que el nombre deBingley había sidomencionadoentreellos,yajuzgarporlaexpresióndeDarcy,éldebíaestarpensandoenlomismo.

––Consusamigosvienetambiénunapersonaquetieneespecialdeseodeconocerla austed––prosiguió al cabodeunapausa––. ¿Mepermitirá, o espedirle demasiado, que le presente ami hermanamientras están ustedes enLambton?

Elizabeth se quedó boquiabierta. No alcanzaba a imaginar cómo podíapretenderaquellolaseñoritaDarcy;peroenseguidacomprendióqueeldeseodeéstaeraobradesuhermano,ysinsacarmásconclusiones,lepareciómuyhalagador.EragratosaberqueDarcynoleguardabarencor.

Siguieron andando en silencio, profundamente abstraídos los dos en suspensamientos. Elizabeth no podía estar tranquila, pero se sentía adulada ycomplacida. La intención de Darcy de presentarle a su hermana era unagentileza excepcional. Pronto dejaron atrás a los otros y, cuando llegaron alcoche,losseñoresGardinerestabanamediocuartodemilladeellos.

Darcy la invitóentoncesapasara lacasa,peroElizabethdeclaróquenoestaba cansada y esperaron juntos en el césped. En aquel rato podían haberhablado de muchas cosas, el silencio resultaba violento. Ella quería hablarpero tenía lamente enblancoy todos los temasque se leocurríanparecíanestarprohibidos.Alfinrecordósuviaje,yhablódeMatlockyDoveDalecongran perseverancia. El tiempo pasaba, su tía andaba muy despacio y lapacienciaylasideasdeElizabethseagotabanantesdequeacabaraeltete––à––tete. Cuando llegaron los señores Gardiner, Darcy les invitó a todos aentrarenlacasaytomarunrefrigerio;peroellosseexcusaronysesepararonconlamayorcortesía.Darcylesacompañóhastaelcocheycuandoésteechóaandar,Elizabethlevioencaminarsedespaciohacialacasa.

Entonces empezaron los comentarios de los tíos; ambos declararon queDarcyerasuperioracuantopodíaimaginarse.

––Sueducaciónesperfectaysueleganciaysencillezadmirables––dijosutío.

––Hayenélunpocodealtivez––añadiólatíaperosóloensuporte,ynolesientamal.Puedodecir,comoelamadellaves,queaunqueseletachedeorgulloso,noselenotanada.

––Suactitudconnosotrosmehadejadoatónito.Haestadomásquecortés,ha estado francamente atento y nada le obligaba a ello. Su amistad conElizabetheramuysuperficial.

––Claroquenoes tanguapocomoWickham––repuso la tía––;o,mejordicho,quenoes tanbienplantado,perosus faccionessonperfectas.¿Cómopudistedecirnosqueeratandesagradable,Lizzy?

Elizabeth se disculpó como pudo; dijo que al verse en Kent le habíaagradadomás que antes y que nunca le había encontrado tan complacientecomoaquellamañana.

––Puedequeseaunpococaprichosoensucortesía––replicóeltío––;esosseñorestanencopetadossuelenserasí.Poresonoletomarélapalabraenloreferentealapesca,novayaaserqueotrodíacambiedeparecerymeechedelafinca.

Elizabethsediocuentadequeestabancompletamenteequivocadossobresucarácter,peronodijonada.

––Después de haberle visto ahora, nunca habría creído que pudieseportarsetanmalcomolohizoconWickham––continuólaseñoraGardiner––,nopareceundesalmado.Alcontrario,tieneungestomuyagradablealhablar.Yhaytambiénunadignidadensurostroqueanadiepodríahacerpensarquenotienebuencorazón.Pero,adecirverdad,labuenamujerquenosenseñólacasa exagerabaunpoco su carácter.Hubovecesque casi semeescapaba larisa.Loquepasaesquedebeserunamomuygenerosoyeso,alosojosdeuncriado,equivaleatodaslasvirtudes.

Aloíresto,Elizabethcreyóquedebíadeciralgoendefensadelprocederde Darcy con Wickham. Con todo el cuidado que le fue posible, trató deinsinuarlesque,porloquehabíaoídodecirasusparientesdeKent,susactospodíaninterpretarsedemuydistintomodo,yquenisucaráctereratanmaloniel de Wickham tan bueno como en Hertfordshire se había creído. Paraconfirmar lo dicho les refirió los detalles de todas las transaccionespecuniarias que habían mediado entre ellos, sin mencionar cómo lo habíasabido,peroafirmandoqueerarigurosamentecierto.

A la señoraGardiner le sorprendió y sintió curiosidad por el tema, perocomoenaquelmomento seacercabanal escenariode susantiguosplaceres,cedióalencantodesus recuerdosyyanohizomásqueseñalarasumaridotodos los lugares interesantes y sus alrededores. A pesar de lo fatigada queestaba por el paseo de la mañana, en cuanto cenaron salieron en busca deantiguosconocidos,ylaveladatranscurrióconlasatisfaccióndelasrelacionesreanudadasdespuésdemuchosañosdeinterrupción.

Los acontecimientos de aquel día habían sido demasiado arrebatadorespara que Elizabeth pudiese prestar mucha atención a ninguno de aquellosnuevos amigos, y no podía más que pensar con admiración en lasamabilidades de Darcy, y sobre todo en su deseo de que conociera a su

hermana.

CAPÍTULOXLIV

ElizabethhabíacalculadoqueDarcyllevaríaasuhermanaavisitarlaaldíasiguientedesullegadaaPemberley,yenconsecuencia,resolviónoperderdevistalafondaentodaaquellamañana.Peroseequivocó,puesrecibiólavisitaelmismodíaquellegaron.LosGardineryElizabethhabíanestadopaseandoporelpuebloconalgunosdelosnuevosamigos,yregresabanenaquelmomentoalafondaparavestirseeiracomerconellos,cuandoelruidodeuncarruajeleshizoasomarsealaventanayvieronauncaballeroyaunaseñoritaenuncabrioléquesubíaporlacalle.Elizabethreconocióalinstantelalibreadeloslacayos,adivinóloqueaquellosignificabaydejóasustíosatónitosalcomunicarleselhonorquelesesperaba.Estabanasustados;aquellavisita,lodesconcertadaqueestabaElizabethylascircunstanciasdeldíaanteriorleshicieronformarunanuevaideadelasunto.Nohabíahabidonadaquelosugirieseanteriormente,peroahorasedabancuentaquenohabíaotromododeexplicarlasatencionesdeDarcymásquesuponiéndoleinteresadoporsusobrina.Mientrasellospensabanentodoesto,laturbacióndeElizabethaumentabapormomentos.Lealarmabasupropiodesconcierto,yentrelasotrascausasdesudesasosiegofigurabalaideadequeDarcy,ensuentusiasmo,lehubiesehabladodeellaasuhermanacondemasiadoelogio.Deseabaagradarmásquenunca,perosospechabaquenoibaapoderconseguirlo.

Seretiródelaventanaportemoraquelaviesen,y,mientraspaseabadeunladoaotrodelahabitación,lasmiradasinterrogantesdesustíoslaponíanaúnmásnerviosa.

PorfinaparecieronlaseñoritaDarcyysuhermanoylagranpresentacióntuvo lugar. Elizabeth notó con asombro que su nueva conocida estaba, almenos, tan turbada como ella.Desde que llegó aLambton había oído decirquelaseñoritaDarcyeraextremadamenteorgullosapero,despuésdehaberlaobservadounosminutos,seconvenciódequesóloeraextremadamentetímida.Difícilmente consiguió arrancarle una palabra, a no ser unos cuantosmonosílabos.

LaseñoritaDarcyeramásaltaqueElizabethy,aunquenoteníamásquedieciséisaños,sucuerpoestabayaformadoysuaspectoeramuyfemeninoygrácil.Noeratanguapacomosuhermano,perosurostrorevelabainteligenciay buen carácter, y susmodales eran sencillísimos y gentiles. Elizabeth, quehabíatemidoquefueseunaobservadoratanagudaydesenvueltacomoDarcy,

experimentóungranalivioalverlodistintaqueera.

Pocoratollevabandeconversación,cuandoDarcyledijoaElizabethqueBingleyvendríatambiénavisitarla,yapenashabíatenidotiempolajovendeexpresar su satisfacción y prepararse para recibirle cuando oyeron losprecipitados pasos de Bingley en la escalera, y en seguida entró en lahabitación. Toda la indignación de Elizabeth contra él había desaparecidodesdehacíatiempo,perositodavíalehubiesequedadoalgúnrencor,nohabríapodido resistirse a la francacordialidadqueBingley ledemostróalverladenuevo.Lepreguntóporsufamiliademaneracariñosa,aunqueengeneral,ysecomportóyhablóconsuacostumbradobuenhumor.

Los señores Gardiner acogieron a Bingley con el mismo interés queElizabeth.Hacíatiempoqueteníanganasdeconocerle.Adecirverdad,todoslos presentes les inspiraban la más viva curiosidad. Las sospechas queacababan de concebir sobreDarcy y su sobrina les llevaron a concentrar suatenciónenellosexaminándolosdetenidamente,aunquecondisimulo,ymuyprontosedieroncuentadequealmenosunodeellosestabamuyenamorado.LossentimientosdeElizabetheranalgodudosos,peroeraevidentequeDarcyrebosabaadmiraciónatodasluces.

Elizabeth, por su parte, tenía mucho que hacer. Debía adivinar lossentimientos de cada uno de sus visitantes y al mismo tiempo tenía quecontenerlossuyosyhacerseagradableatodos.Bienesverdadqueloúltimo,que era lo que más miedo le daba, era lo que con más seguridad podíaconseguir, pues los interesados estaban ya muy predispuestos en su favor.Bingley estaba listo, Georgiana lo deseaba y Darcy estaba completamentedecidido.

AlveraBingley,lospensamientosdeElizabethvolaron,comoesnatural,hacia su hermana, y se dedicó afanosamente a observar si alguno de lospensamientos de aquél iban en la misma dirección. Se hacía ilusionespensando que hablabamenos que en otras ocasiones, y una o dos veces secomplacióenlaideadeque,almirarla,Bingleytratabadebuscarunparecido.Pero, aunque todo eso no fuesen más que fantasías suyas, no podíaequivocarseencuantoasuconductaconlaseñoritaDarcy,delaquelehabíanhabladocomopresuntarivaldeJane.Nonotóniunamiradaporpartedelunoni por parte del otro que pudiese justificar las esperanzas de la hermana deBingley.Enloreferenteaestetemasequedóplenamentesatisfecha.Antesdeque se fueran, todavíanotópor doso tres pequeñosdetalles queBingley seacordabadeJaneconternurayparecíaquequeríadeciralgomásyquenoseatrevía. En unmomento en que los demás conversaban, lo dijo en un tonopesaroso:

––¡Cuántotiempohacíaquenoteníaelgustodeverla!

Y,antesdequeElizabethtuviesetiempoderesponder,añadió:

––Hacecercadeochomeses.NonoshabíamosvistodesdeelveintiséisdenoviembrecuandobailamostodosjuntosenNetherfield.

Elizabeth se alegró de ver que no le fallaba la memoria. Después,aprovechando que los demás estaban distraídos, le preguntó si todas sushermanas estabanenLongbourn.Ni lapreguntani el recuerdoanterior eranimportantes,perolamiradayelgestodeBingleyfueronmuysignificativos.

ElizabethnomirabamuyamenudoaDarcy;perocuandolohacía,veíaenél una expresión de complacencia y en lo que decía percibía un acento queborrabatododesdénoaltaneríahaciasusacompañantes,ylaconvencíadequelamejoríade sucarácterde laquehabía sido testigoeldíaanterior, aunquefuesepasajera,habíadurado,almenos,hastalafecha.Alverleintentandosersociable,procurandolabuenaopinióndelosallípresentes,conlosqueteneralgúntratohacíaunosmeseshabríasignificadoparaélunadeshonra;alverletan cortés, no sólo con ella, sino con los mismísimos parientes que habíadespreciado,yrecordabalaviolentaescenaenlacasaparroquialdeHunsford,ladiferencia,elcambioeratangrande,queaduraspenaspudoimpedirquesuasombrosehicieravisible.Nunca,niencompañíadesusqueridosamigosenNetherfield,nienladesusencopetadasparientesdeRosings,lehabíahalladotanansiosodeagradar,tanajenoadarseimportancianiamostrarsereservado,comoahoraenqueningunavanidadpodíaobtenerconeléxitodesuempeño,y en que el trato con aquellos a quienes colmaba de atenciones habría sidocensuradoyridiculizadoporlasseñorasdeNetherfieldydeRosings.

La visita duró unamedia hora, y cuando se levantaron para despedirse,Darcy pidió a su hermana que apoyase la invitación a los Gardiner y a laseñorita Bennet, para que fuesen a cenar en Pemberley antes de irse de lacomarca.La señoritaDarcy, aunque con una timidez que descubría su pocacostumbredehacerinvitaciones,obedecióalpunto.LaseñoraGardinermiróasusobrinaparavercómoésta,aquienibadirigidalainvitación, laacogería;pero Elizabeth había vuelto la cabeza. Presumió, sin embargo, que suestudiada evasiva significaba más bien un momentáneo desconcierto quedisgustoporlaproposición,yviendoasumarido,queeramuyaficionadoalavidasocial,deseosodeacceder,searriesgóaaceptarennombredelostres;ylafechasefijóparadosdíasdespués.

BingleysemanifestóencantadodesaberqueibaavolveraveraElizabeth,puesteníaquedecirleaúnmuchascosasyhacerlemuchaspreguntasacercadetodoslosamigosdeHertfordshire.Elizabethcreyóentenderquedeseabaoírlehablar de su hermana y se quedó muy complacida. Este y algunos otrosdetallesdelavisitaladejarondispuesta,encuantosehubieronidosusamigos,arecordarlaconagrado,aunquedurantelamismasehubiesesentidounpoco

incómoda. Con el ansia de estar sola y temerosa de las preguntas osuposiciones de sus tíos, estuvo con ellos el tiempo suficiente para oír suscomentariosfavorablesacercadeBingley,yseapresuróavestirse.

PeroestabamuyequivocadaaltemerlacuriosidaddelosseñoresGardiner,que no tenían la menor intención de hacerle hablar. Era evidente que susrelacionesconDarcyeranmuchomásseriasdeloqueelloshabíancreído,yestaba más claro que el agua que él estaba enamoradísimo de ella. Habíanvistomuchascosasquelesinteresaban,peronojustificabansuindagación.

Lo importante ahoraeraqueDarcy fueseunbuenmuchacho.Por loqueellos podían haber apreciado, no tenía peros. Sus amabilidades les habíanconmovido, y si hubiesen tenido que describir su carácter según su propiaopiniónysegúnlosinformesdesusirvienta,prescindiendodecualquierotrareferencia,lohabríanhechodetalmodoqueelcírculodeHertfordshirequeleconocíanolohabríareconocido.Deseabanahoradarcréditoalamadellavesyprontoconvinieronenqueeltestimoniodeunacriadaqueleconocíadesdelos cuatro años y que parecía tan respetable, no podía ser puesto en tela dejuicio.Porotraparte,enloquedecíansusamigosdeLambtonnohabíanadacapaz de aminorar el peso de aquel testimonio.No le acusabanmás que deorgullo;orgullosopuedequesílofuera,pero,aunquenolohubierasido,loshabitantesdeaquellapequeñaciudadcomercial,dondenuncaibalafamiliadePemberley,delmismomodo lehabríanatribuidoel calificativo.Perodecíanqueeramuygenerosoyquehacíamuchobienentrelospobres.

EncuantoaWickham,losviajerosvieronprontoquenoseleteníaallíenmucha estima; no se sabía lo principal de sus relaciones con el hijo de suseñor,peroencambioeranotorioelhechodequealsalirdeDerbyshirehabíadejadounamultituddedeudasqueDarcyhabíapagado.

ElizabethpensóaquellanocheenPemberleymásaúnque laanterior.Lepareciólarguísima,peronolobastanteparadeterminarsussentimientoshaciauno de los habitantes de lamansión.Después de acostarse estuvo despiertadurante dos horas intentando descifrarlos. No le odiaba, eso no; el odio sehabía desvanecido hacía mucho, y durante casi todo ese tiempo se habíaavergonzado de haber sentido contra aquella persona un desagrado quepudiera recibir ese nombre. El respeto debido a sus valiosas cualidades,aunque admitido al principio contra su voluntad, había contribuido a quecesara la hostilidad de sus sentimientos y éstos habían evolucionado hastaconvertirseenafectuososanteelimportantetestimonioensufavorquehabíaoído y ante la buena disposición que él mismo ––había mostrado el díaanterior. Pero por encima de todo eso, por encima del respeto y la estima,sentía Elizabeth otro impulso de benevolencia hacia Darcy que no podíapasarse por alto. Era gratitud; gratitud no sólo por haberla amado, sino poramarlatodavíalobastanteparaolvidartodalapetulanciaymordacidaddesu

rechazo y todas las injustas acusaciones que lo acompañaron. Él, que debíaconsiderarla ––así lo suponía Elizabeth–– como a su mayor enemiga, alencontrarla casualmente parecía deseoso de conservar su amistad, y sinningunademostracióndeindelicadezaniafectaciónensutrato,enunasuntoquesóloalosdosinteresaba,solicitabalabuenaopinióndesusamigosysedecidía a presentarle a su hermana. Semejante cambio en un hombre tanorgullosonosóloteníaqueinspirarasombro,sinotambiéngratitud,pueshabíaqueatribuirloalamor,aunamorapasionado.Pero,aunqueestaimpresióneraalentadoraymuycontrariaaldesagrado,nopodíadefinirlaconexactitud.Lerespetaba, le estimaba, le estaba agradecida, y deseaba vivamente que fuesefeliz. No necesitaba más que saber hasta qué punto deseaba que aquellafelicidaddependieradeella,yhastaquépunto redundaría en la felicidaddeambosqueempleaseelpoderqueimaginabaposeeraúndeinducirlearenovarsuproposición.

Por la tarde la tía y la sobrina acordaron que una atención tanextraordinaria como la de la visita de la señoritaDarcy elmismo día de sullegadaaPemberley––dondehabíallegadopocodespuésdeldesayunodebíaser correspondida, si no con algo equivalente, por lo menos con algunacortesía especial. Por lo tanto, decidieron ir a visitarla a Pemberley a lamañana siguiente. Elizabeth se sentía contenta, a pesar de que cuando sepreguntabaporqué,noalcanzabaaencontrarunarespuesta.

Después del desayuno, el señorGardiner las dejó. El ofrecimiento de lapesca había sido renovado el día anterior y le habían asegurado que amediodíaleacompañaríaalgunodeloscaballerosdePemberley.

CAPÍTULOXLV

ElizabethestabaahoraconvencidadequelaantipatíaqueporellasentíalaseñoritaBingleyproveníadeloscelos.Comprendía,pues,lodesagradablequehabía de ser para aquella el verla aparecer en Pemberley y pensaba concuriosidad en cuánta cortesía pondría por su parte para reanudar susrelaciones.

Al llegar a la casa atravesaron el vestíbulo y entraron en el salón cuyaorientaciónalnortelohacíadeliciosoenverano.Lasventanasabiertasdeparenparbrindabanunavistarefrigerantedelasaltascolinaspobladasdebosquequeestabandetrásdeledificio,ydeloshermososroblesycastañosdeEspañadispersadosporlapraderaqueseextendíadelantedelacasa.

En aquella pieza fueron recibidas por la señoritaDarcyque las esperaba

junto con la señora Hurst, la señorita Bingley y su dama de compañía. Laacogida de Georgiana fue muy cortés, pero dominada por aquella cortedaddebidaasutimidezyaltemordehacerlascosasmal,quelehabíadadofamade orgullosa y reservada entre sus inferiores. Pero la señora Gardiner y susobrinalacomprendíanycompadecían.

LaseñoraHurstylaseñoritaBingleyleshicieronunasimplereverenciayse sentaron. Se estableció un silencio molestísimo que duró unos instantes.Fue interrumpidopor la señoraAnnesley,personagentil y agradableque, alintentar romper el hielo, mostró mejor educación que ninguna de las otrasseñoras. La charla continuó entre ella y la señora Gardiner, con algunasintervencionesdeElizabeth.LaseñoritaDarcyparecíadeseartenerladecisiónsuficienteparatomarparteenlaconversación,ydevezencuandoaventurabaalgunacortafrase,cuandomenospeligrohabíadequelaoyesen.

Elizabethsediocuentaenseguidadeque la señoritaBingley lavigilabaestrechamenteyquenopodíadecirunapalabra, especialmente a la señoritaDarcy,sinquelaotraagudizaseeloído.Noobstante,sutenazobservaciónnolehabríaimpedidohablarconGeorgianasinohubiesenestadotandistanteslaunadelaotra;peronoleafligióelnopoderhablarmucho,asípodíapensarmás libremente.Deseabay temíaa lavezqueeldueñode lacasa llegase,yapenaspodíaaclararsi lotemíamásquelodeseaba.Despuésdeestarasíuncuarto de hora sin oír la voz de la señoritaBingley,Elizabeth se sonrojó alpreguntarle aquélla qué tal estaba su familia. Contestó con la mismaindiferenciaybrevedadylaotranodijomás.

Laprimeravariedaddelavisitaconsistióenlaaparicióndeunoscriadosque traían fiambres, pasteles y algunas de lasmejores frutas de la estación,pero esto aconteció después de muchas miradas significativas de la señoraAnnesleyaGeorgianaconelfinderecordarlesusdeberes.Estodistrajoalareunión,pues,aunquenotodaslasseñoraspudiesenhablar,porlomenostodaspodrían comer. Las hermosas pirámides de uvas, albérchigos ymelocotoneslascongregaronenseguidaalrededordelamesa.

Mientrasestabanenesto,ElizabethsededicóapensarsitemíaosideseabaquellegaseDarcyporelefectoquehabíadecausarlesupresencia;yaunqueunmomentoantescreyóquemásbienlodeseaba,ahoraempezabaapensarlocontrario.

DarcyhabíaestadoconelseñorGardiner,quepescabaenelríoconotrosdos o tres caballeros, pero al saber que las señoras de su familia pensabanvisitar a Georgiana aquella misma mañana, se fue a casa. Al verle entrar,Elizabeth resolvióaparentar lamayornaturalidad,cosanecesariaperodifícildelograr,puesleconstabaquetodalareuniónestabapendientedeellos,yencuantoDarcy llegó todos los ojos se pusieron a examinarle.Pero enningún

rostro asomaba la curiosidad con tanta fuerza como en el de la señoritaBingley, a pesar de las sonrisas que prodigaba al hablar con cualquiera; sinembargo,suscelosnohabíanllegadohastahacerladesistirdesusatencionesaDarcy––.Georgiana,encuantoentrósuhermano,seesforzómásenhablar,yElizabeth comprendió queDarcy quería que las dos intimasen, para lo cualfavorecía todas las tentativas de conversación por ambas partes. La señoritaBingley también loveíaycon la imprudenciapropiadesu ira,aprovechó laprimeraoportunidadparadecirconburlonafinura:

––Dígame,señoritaElizabeth,¿esciertoquelaguarnicióndeMerytonhasidotrasladada?Hadebidodeserunagranpérdidaparasufamilia.

EnpresenciadeDarcynoseatrevióapronunciarelnombredeWickham,peroElizabethadivinóqueteníaaquelnombreensupensamiento;losdiversosrecuerdosqueledespertólaafligieronduranteunmomento,perosesobrepusoconenterezapararepeleraqueldescaradoataqueyrespondióalapreguntaentonodespreocupado.Alhacerlo,unamiradainvoluntarialehizoveraDarcycon el color encendido, que la observaba atentamente, y a su hermanacompletamenteconfusae incapazdelevantar losojos.Si laseñoritaBingleyhubiese podido sospechar cuánto apenaba a su amado, se habría refrenado,indudablemente;perosólohabíaintentadodescomponeraElizabethsacandoarelucir algo relacionado con un hombre por el que ella había sido parcial yparaprovocarenellaalgúnmovimientoenfalsoquelaperjudicasealosojosde Darcy y que, de paso, recordase a éste los absurdos y las locuras de lafamiliaBennet.NosabíaunapalabradelafugadelaseñoritaDarcy,puessehabíamantenidoestrictamenteensecreto,yElizabethera laúnicapersonaaquien había sido revelada. Darcy quería ocultarla a todos los parientes deBingley por aquelmismo deseo, que Elizabeth le atribuyó tanto tiempo, dellegar a formar parte de su familia.Darcy, en efecto, tenía este propósito, yaunqueno fuepor estopor loquepretendió separar a su amigode Jane, esprobablequesesumaraasuvivointerésporlafelicidaddeBingley.

PerolaactituddeElizabethletranquilizó.LaseñoritaBingley,humilladaydecepcionada, no volvió a atreverse a aludir a nada relativo a Wickham.Georgiana se fue recobrando, pero ya se quedó definitivamente callada, sinosar afrontar las miradas de su hermano. Darcy no se ocupó más de losucedido,peroenvezdeapartarsupensamientodeElizabeth, lainsinuacióndelaseñoritaBingleyparecióexcitarmásaúnsupasión.

Despuésde lapreguntay contestación referidas, lavisitano seprolongómuchomásymientrasDarcyacompañabaa lasseñorasalcoche, laseñoritaBingley se desahogó criticando la conducta y la indumentaria de Elizabeth.Pero Georgiana no le hizo ningún caso. El interés de su hermano por laseñoritaBenneteramásquesuficienteparaasegurarsubeneplácito;sujuicioerainfalible,ylehabíahabladodeElizabethentalestérminosqueGeorgiana

teníaqueencontrarlaporfuerzaamableyatrayente.CuandoDarcyvolvióalsalón,laseñoritaBingleynopudocontenerseytuvoquerepetiralgodeloqueyalehabíadichoasuhermana:

––¡Qué mal estaba Elizabeth Bennet, señor Darcy! ––exclamó––. ¡Quécambiadalaheencontradodesdeelinvierno!¡Quémorenayquépocofinasehapuesto!NiLouisaniyolahabríamosreconocido.

La observación le hizo a Darcy muy poca gracia, pero se contuvo ycontestó fríamente que no le había notado más variación que la de estartostadaporelsol,cosamuynaturalviajandoenverano.

––Pormiparte––prosiguiólaseñoritaBingleyconfiesoquenuncamehaparecidoguapa.Tiene lacarademasiadodelgada, sucoloresapagadoy susfaccionesnosonnadabonitas;sunariznotieneningúncarácterynohaynadanotableensuslíneas;tieneunosdientespasables,peronosonnadafueradelocomún, y en cuanto a sus ojos tan alabados, yo no veo que tengan nadaextraordinario,mirandeunmodopenetranteyadustomuydesagradable;yentodosuaire,enfin,haytantapretensiónyunafaltadebuentonoqueresultaintolerable.

SabiendocomosabíalaseñoritaBingleyqueDarcyadmirabaaElizabeth,ésenoeraenabsolutoelmejormododeagradarle,pero lagente irritadanosueleactuarconsabiduría;yalverqueloestabaprovocando,ellaconsiguióeléxitoqueesperaba.Sinembargo,élsequedócallado,perolaseñoritaBingleytomóladeterminacióndehacerlehablaryprosiguió:

––RecuerdoquelaprimeravezquelavimosenHertfordshirenosextrañóque tuviese famadeguapa;y recuerdoespecialmentequeunanocheenquehabíancenadoenNetherfield,usteddijo:«¡Siellaesunabelleza,sumadreesun genio!» Pero después pareció que le iba gustando y creo que la llegó aconsiderarbonitaenalgúntiempo.

––Sí––replicóDarcy,sinpodercontenersepormástiempo––,peroesofuecuandoempecéaconocerla,porquehaceyamuchosmesesque laconsiderocomounadelasmujeresmásbellasquehevisto.

Dichoesto,sefueylaseñoritaBingleysequedómuysatisfechadehaberleobligadoadecirloquesóloaellaledolía.

CaminodeLambton, la señoraGardiner yElizabeth comentaron todo loocurridoenlavisita,menosloquemáslesinteresabaalasdos.Discutieronelaspectoylaconductadetodos,sinreferirsealapersonaalaquemásatenciónhabíandedicado.Hablarondesuhermana,desusamigos,desucasa,desusfrutas,detodomenosdeélmismo,apesardeldeseodeElizabethdesaberloque la señoraGardinerpensabadeDarcy, yde lomuchoque ésta sehabríaalegradodequesusobrinaentraseenmateria.

CAPÍTULOXLVI

AlllegaraLambton,ledisgustóaElizabethnoencontrarcartadeJane;eldisgustoserenovótodaslasmañanas,peroalatercerarecibiódoscartasalavez,enunade lascualeshabíaunanotadiciendoquesehabíaextraviadoyhabíasidodesviadaaotrolugar,cosaqueaElizabethnolesorprendió,porqueJanehabíapuestomuymalladirección.

En el momento en que llegaron las dos cartas, se disponían a salir depaseo,yparadejarlaquelasdisfrutasetranquilamente,sustíossemarcharonsolos. Elizabeth leyó primero la carta extraviada que llevaba un retraso decincodías.Alprincipiorelataba laspequeñas tertuliase invitaciones,ydabalaspocasnoticiasqueelcampopermitía;perolaúltimamitad,fechadaundíadespuésyescritaconevidenteagitación,decíacosasmuchomásimportantes:

«Despuésdehaber escrito lo anterior, queridísimaElizabeth,haocurridoalgomuyserioe inesperado;perono tealarmes todosestamosbien.Loquevoy a decirte se refiere a la pobre Lydia. Anoche a las once, cuando nosíbamos a acostar, llegó un expreso enviado por el coronel Forster parainformarnosdequenuestrahermanasehabíaescapadoaEscociaconunodelos oficiales; para no andar con rodeos: con Wickham. Imagínate nuestrasorpresa. Sin embargo, a Catherine no le pareció nada sorprendente. Estoymuy triste. ¡Qué imprudencia por parte de ambos! Pero quiero esperar lomejoryqueWickhamnoseatanmalocomosehacreído,quenoseamásqueligeroe indiscreto;pues loquehahecho––alegrémonosdeello––no indicamalcorazón.Suelección,alfinyalcabo,esdesinteresada,porquesabequenuestro padre no le puede dar nada a Lydia. Nuestra pobre madre estáconsternada. Papá lo lleva mejor. ¡Qué bien hicimos en no decirles lo quesupimosdeWickham!Nosotrasmismasdebemosolvidarlo.Sesuponequesefugaronelsábadoalasdoceaproximadamente,peronoselesechódemenoshasta ayer a las ocho de la mañana. Inmediatamente mandaron el expreso.QueridaElizabeth,¡handebidopasaramenosdediezmillasdevosotros!ElcoronelForsterdicequevendráenseguida.LydiadejóescritasalgunaslíneasparalaseñoraForstercomunicándolesuspropósitos.Tengoqueacabar,puesnopuedoextendermeacausademipobremadre.Temoquenoentiendas loescrito,puesnisiquieraséloquehepuesto.»

Sintomartiempoparameditarysinsaberapenasloquesentíaalacabarlalectura de esta carta, Elizabeth abrió la otra con impaciencia y leyó lo quesigue,escritoundíadespués:

«Aestashoras,queridísimahermana,habrásrecibidomiapresuradacarta.

Ojalá la presente seamás inteligible; pero, aunque dispongo de tiempo,micabezaestátanaturdidaquenopuedosercoherente.Elizaquerida,preferiríanoescribirte,pero tengomalasnoticiasquedarteynopuedoaplazarlas.Pormuy imprudente que pueda ser la boda deWickhamy nuestra pobreLydia,estamosansiososdesaberqueyaseharealizado,pueshaysobradasrazonesparatemerquenohayanidoaEscocia.ElcoronelForsterllegóayer;saliódeBrightonpocashorasdespuésqueelpropio.ApesardequelacartadeLydiaalaseñoraForsterdabaaentenderqueibaaGretnaGreen,DennydijoqueélestabaenteradoyqueWickhamjamáspensóenirallínicasarseconLydia;elcoronelForster,alsaberlo,sealarmóysalióalpuntodeBrightonconlaideade darles alcance. Siguió, en efecto, su rastro con facilidad hasta Clapham,peronopudocontinuaradelante,porqueellosalllegaradichopuntotomaronun coche de alquiler dejando la silla de postas que los había llevado desdeEpsom.Y ya no se sabe nadamás sino que se les vio tomar el camino deLondres.Noséquépensar.Despuésdehaberhechotodaslasinvestigacionesposibles de allí a Londres, el coronel Forster vino a Hertfordshire pararepetirlas en todos los portazgos y hosterías de Barnet y Hatfield, pero sinningúnresultado;nadiehavistoporallíaesaspersonas.ConelmayorpesarllegóaLongbournadarnoscuentadetodo,deunmodoquelehonra.Estoydeveras apenada por él y por su esposa; nadie podrá recriminarles. Nuestraaflicciónesmuygrande.Papáymamáesperanlopeor,peroyonopuedocreerque Wickham sea tan malvado. Muchas circunstancias pueden haberlesimpulsadoacasarseensecretoenlacapitalenvezdeseguirsuprimerplan;yaun en el caso de que él hubiese tramado la perdición de unamuchacha debuenafamiliacomoLydia,cosaquenoesprobable,¿hedecreerlaaellatanperdida? Imposible. Me desola, no obstante, ver que el coronel Forster noconfíaenquesehayancasado;cuandoyo ledijemisesperanzas,sacudió lacabezaymanifestósutemordequeWickhamnoseadefiar.Mipobremadreestáenfermadeverasynosaledesucuarto.Encuantoamipadre,nuncalehevistotanafectado.LapobreCatherineestádesesperadaporhaberencubiertolosamoresdeLydiayWickham,peronohayqueextrañarsedequelasniñassehiciesenconfidencias.QueridísimaLizzy,mealegrosinceramentedequetehayasahorradoestasdolorosasescenas.Peroahoraqueelprimergolpeyahapasado,teconfiesoqueanheloturegreso.Nosoyegoísta,sinembargo,hastael extremo de rogarte que vuelvas si no puedes. Adiós. Tomo de nuevo laplumaparahacerloqueacabodedecirtequenoharía,perolascircunstanciasson tales que no puedomenos que suplicaros a los tres que vengáis cuantoantes.Conozcotanbienanuestrosqueridostíos,quenodudoqueaccederán.Anuestrotíotengo,además,quepedirleotracosa.MipadrevaairaLondresconelcoronelForsterparaversilaencuentran.Noséquépiensanhacer,peroestátanabatidoquenopodrátomarlasmedidasmejoresymásexpeditivas,yelcoronelForsternotienemásremedioqueestarenBrightonmañanaporla

noche.Enestasituación, losconsejosy laasistenciadenuestro tíoseríandegranutilidad.Élseharácargodeesto;cuentoconsubondad.»

––¿Dónde,dóndeestámitío?––exclamóElizabethalzándosedelasillaencuantoterminódeleeryresueltaanoperderunsoloinstante;peroalllegaralapuerta,uncriadolaabríayentrabaDarcy.Elpálidosemblanteyelímpetude Elizabeth le asustaron. Antes de que él se hubiese podido recobrar losuficienteparadirigirlelapalabra,Elizabeth,quenopodíapensarmásqueenlasituacióndeLydia,exclamóprecipitadamente:

––Perdóneme,perotengoquedejarle;necesitohablarinmediatamenteconel señorGardinerdeunasuntoquenopuededemorarse;nohay tiempoqueperder.

––¡Diosmío! ¿De qué se trata? ––preguntó él conmás sentimiento quecortesía; después, reponiéndose, dijo––: No quiero detenerla ni un minuto;pero permítameque sea yo el que vaya en busca de los señoresGardiner omandeauncriado.Ustednopuedeirenesascondiciones.

Elizabeth dudó; pero le temblaban las rodillas y comprendió que noganaríanadacontratardealcanzarlos.Porconsiguiente, llamóalcriadoyleencargóquetrajerasindilaciónasusseñores,aunquediolaordenconvoztanapagadaquecasinoseleoía.

Cuandoelcriadosaliódelaestancia,Elizabethsedesplomóenunasilla,incapazde sostenerse.Parecía tandescompuesta,queDarcynopudodejarlasindecirleentonoafectuosoycompasivo:

––Voyallamarasudoncella.¿Quépodríatomarparaaliviarse?¿Unvasodevino?Voyatraérselo.Ustedestáenferma.

––No,gracias––contestóElizabethtratandodeserenarse––.Nosetratadenadamío.Yoestoybien.LoúnicoquemepasaesqueestoydesoladaporunahorriblenoticiaqueacaboderecibirdeLongbourn.

Al decir esto rompió a llorar y estuvo unos minutos sin poder hablar.Darcy, afligido y suspenso, no dijo más que algunas vaguedades sobre suinterésporella,yluegolaobservóensilencio.AlfinElizabethprosiguió:

––He tenido carta de Jane ymeda unas noticias espantosas que a nadiepuedenocultarse.Mihermanamenornoshaabandonado,sehafugado,sehaentregadoa...Wickham.LosdossehanescapadodeBrighton.UstedconoceaWickhamdemasiadobienparacomprenderloqueesosignifica.Lydianotienedineroninadaqueaéllehayapodidotentar...Estáperdidaparasiempre.

Darcysequedóinmóvildeestupor.

––¡Cuando pienso ––añadió Elizabeth aún más agitada–– que yo habríapodidoevitarlo!¡YoquesabíaquiéneraWickham!¡Sihubieseexplicadoami

familiasólounaparte,algodeloquesupedeél!Silehubiesenconocido,estonohabríapasado.Peroyaestardeparatodo.

––Estoy horrorizado ––exclamóDarcy––. ¿Pero es cierto, absolutamentecierto?

––¡Pordesgracia!SefuerondeBrightoneldomingoporlanocheyleshanseguidolashuellashastacercadeLondres,peronomásallá;esindudablequenohanidoaEscocia.

––¿Yquésehahecho,quéhanintentadohacerparaencontrarla?

––MipadrehaidoaLondresyJaneescribesolicitandolainmediataayudademitío;esperoquenosiremosdentrodemediahora.Peronosepuedehacernada, sé que no se puede hacer nada. ¿Cómo convencer a un hombresemejante?¿Cómodescubrirles?Notengolamenoresperanza.Semirecomosemireeshorrible.

Darcyasintióconlacabezaensilencio.

––¡Oh, sicuandoabrí losojosyviquiéneraWickhamhubiesehecho loquedebía!Peronomeatreví,temíexcederme.¡Quédesdichadoerror!

Darcy no contestó. Parecía que ni siquiera la escuchaba; paseaba de unladoaotrodelahabitaciónabsortoensuscavilaciones,conelceñofruncidoyel aire sombrío. Elizabeth le observó, y al instante lo comprendió todo. Laatracciónqueejercíasobreélsehabíaterminado;todosehabíaterminadoanteaquellapruebadelaindignidaddesufamiliayantelacertezadetanprofundadesgracia.Nileextrañabanipodíaculparle.PerolacreenciadequeDarcysehabíarecobrado,noconsolósudolorniatenuósudesesperación.Alcontrario,sirvióparaquelajovensediesecuentadesuspropiossentimientos,ynuncasintió tan sinceramente como en aquel momento que podía haberle amado,cuandoyatodoamoreraimposible.

Pero ni esta consideración logró distraerla. No pudo apartar de supensamientoaLydia,nilahumillaciónyelinfortunioenqueatodosleshabíasumido.Secubrióelrostroconunpañueloyolvidótodolodemás.Despuésde un silencio de varios minutos, oyó la voz de Darcy que de maneracompasiva,aunquereservada,ledecía:

––Me temo que desea que me vaya, y no hay nada que disculpe mipresencia; pero me ha movido un verdadero aunque inútil interés. ¡Ojalápudiesedecirleohaceralgoquelaconsolaseensemejantedesgracia!Peronoquieroatormentarlaconvanosdeseosquepareceríanformuladossóloparaquemedieseustedlasgracias.CreoqueestedesdichadoasuntovaaprivaramihermanadelgustodeverlaaustedhoyenPemberley.

––¡Oh, sí!Tenga labondaddeexcusarnos ante la señoritaDarcy.Dígale

quecosasurgentesnosreclamanencasasindemora.Ocúltelelatristeverdad,aunqueyaséquenovaaserlemuyfácil.

Darcy leprometió serdiscreto, secondoliódenuevopor ladesgracia, ledeseóqueelasuntonoacabasetanmalcomopodíaesperarseyencargándolequesaludaseasusparientessedespidiósóloconunamirada,muyserio.

Cuando Darcy salió de la habitación, Elizabeth comprendió cuán pocoprobableeraquevolviesenaverseconlacordialidadquehabíacaracterizadosus encuentros en Derbyshire. Rememoró la historia de sus relaciones conDarcy,tanllenadecontradiccionesydecambios,yapreciólaperversidaddelos sentimientos que ahora le hacían desear que aquellas relacionescontinuasen,cuandoanteslehabíanhechoalegrarsedequeterminaran.

Silagratitudolaestimasonbuenasbasesparaelafecto,latransformacióndelossentimientosdeElizabethnopareceráimprobablenicondenable.Perosinoesasí,sielinterésquenacedeestoesmenosnaturalyrazonablequeelquebrotaespontáneamente,comoamenudosedescribe,delprimerencuentroy antes de haber cambiado dos palabras con el objeto de dicho interés, nopodrá decirse en defensa de Elizabeth más que una cosa: que ensayó conWickham este sistema y que losmalos resultados que le dio la autorizabanquizása inclinarseporelotrométodo,aunquefuesemenosapasionante.Seacomo sea, vio salir a Darcy con gran pesar, y este primer ejemplo de lasdesgraciasquepodíaocasionarlainfamiadeLydiaaumentólaangustiaquelecausabaelpensarenaqueldesastrosoasunto.

EncuantoleyólasegundacartadeJane,nocreyóqueWickhamquisiesecasarse con Lydia. Nadie más que Jane podía tener aquella esperanza. Lasorpresaeraelúltimodesussentimientos.AlleerlaprimeracartaseasombródequeWickhamfueraacasarseconunamuchachaquenoeraunbuenpartidoynoentendíacómoLydiahabíapodidoatraerle.Peroahoraloveíatodoclaro.Lydiaerabonita,yaunquenosuponíaquesehubiesecomprometidoafugarsesin ninguna intención dematrimonio,Elizabeth sabía que ni su virtud ni subuenjuiciopodíanpreservarladecaercomopresafácil.

Mientras el regimiento estuvoenHertfordshire, jamásnotóqueLydia sesintieseatraídaporWickham;peroestabaconvencidadequesólonecesitabaquelehicieranunpocodecasoparaenamorarsedecualquiera.Tanprontolegustaba un oficial como otro, según las atenciones que éstos le dedicaban.Siemprehabíamariposeado, sinningúnobjeto fijo. ¡Cómopagabanahoraelabandonoylaindulgenciaenquehabíancriadoaaquellaniña!

Noveíalahoradeestarencasaparaver,oíryestarallí,ycompartirconJane los cuidados que requería aquella familia tan trastornada, con el padreausentey lamadre incapazdeningúnesfuerzoya laquehabíaqueatenderconstantemente. Aunque estaba casi convencida de que no se podría hacer

nadaporLydia, laayudadesu tío leparecíademáxima importancia,por loque hasta que le vio entrar en la habitación padeció el suplicio de unaimpaciente espera.Los señoresGardiner regresaronpresurososy alarmados,creyendo,porloquelehabíacontadoelcriado,quesusobrinasehabíapuestoenferma repentinamente. Elizabeth les tranquilizó sobre este punto y lescomunicó en seguida la–– causa de su llamada leyéndoles las dos cartas einsistiendo en la posdata con trémula energía.Aunque los señoresGardinernuncahabíanqueridomuchoaLydia,lanoticialesafectóprofundamente.Ladesgracia alcanzaba no sólo a Lydia, sino a todos.Después de las primerasexclamacionesdesorpresaydehorror,elseñorGardinerofreciótodalaayudaqueestuvieseensumano.Elizabethnoesperabamenosylesdio lasgraciasconlágrimasenlosojos.Movidoslostresporunmismoespíritudispusierontodoparaelviajerápidamente.

––¿YquéharemosconPemberley?––preguntólaseñoraGardiner––.JohnnoshadichoqueelseñorDarcyestabaaquícuandolemandasteabuscarnos.¿Escierto?

––Sí; le dije que no estábamos en disposición de cumplir nuestrocompromiso. Eso ya está arreglado. ––Eso ya está arreglado ––repitió laseñora Gardiner mientras corría al otro cuarto a prepararse–. ¿Están en tanestrechasrelacionescomoparahaberlereveladolaverdad?¡Cómomegustaríadescubrirloquehapasado!

Pero su curiosidad era inútil.A lo sumo le sirvió para entretenerse en laprisaylaconfusióndelahorasiguiente.SiElizabethsehubiesepodidoestarcon los brazos cruzados, habría creído que una desdichada como ella eraincapaz de cualquier trabajo, pero estaba tan ocupada como su tía y, paracolmo, había que escribir tarjetas a todos los amigos de Lambton paraexplicarlescon falsasexcusassu repentinamarcha.Enunahoraestuvo tododespachado.ElseñorGardinerliquidómientrastantolacuentadelafondayyanofaltómásquepartir.Despuésdela tristezadelamañana,Elizabethseencontró en menos tiempo del que había supuesto sentada en el coche ycaminódeLongbourn.

CAPÍTULOXLVII

Heestadopensándolootravez,Elizabeth––ledijosutíocuandosalíandela ciudad––, y finalmente, después de serias consideraciones, me sientoinclinadoaadoptarelparecerdetuhermanamayor.MeparecepocoprobablequeWickhamquierahacerdañoaunamuchachaquenocarecedeprotecciónnideamigosyqueestabaviviendocon la familiaForster.No ibaasuponer

que los amigos de la chica se quedarían con los brazos cruzados, ni que élvolveríaaseradmitidoenel regimiento tras tamañaofensaasucoronel.Latentaciónnoesproporcionalalriesgo.

––¿Lo crees así de veras? ––preguntó Elizabeth animándose por unmomento.

––Yo también empiezo a ser de la opinión de tu tío ––dijo la señoraGardiner––.Es unaviolacióndemasiadograndede la decencia, del honor ydel propio interés, para haber obrado tan a la ligera.No puedo admitir queWickham sea tan insensato. Y tú misma, Elizabeth, ¿le tienes en tan malconceptoparacreerlecapazdeunalocurasemejante?

––Nolocreocapazdeolvidarsupropiaconveniencia,perosídeolvidartodoloquenoserefieraaello.¡Ojaláfuesecomovosotrosdecís!Yonomeatrevoaesperarlo.Ysino,¿porquénohanidoaEscocia?

––Enprimerlugar––contestóelseñorGardiner––,nohaypruebasdequenohayanido.

––¿Quémejorpruebaqueelhaberdejadolasilladepostasyhabertomadouncochedealquiler?Además,nopasaronporelcaminodeBarnet.

––Bueno, supongamos que están en Londres. Pueden no haberlo hechomásqueconelpropósitodeocultarse.Noesprobablequeningunodelosdosandesobradodedinero,yhabráncreídoquelessaldríamásbaratocasarseenLondresqueenEscocia,aunquelesseamásdifícil.

––¿Pero a qué ese secreto? ¿Por qué tienen que casarse a escondidas?SabesporJanequeelmásíntimoamigodeWickhamaseguraquenuncapensócasarseconLydia.Wickhamnosecasarájamásconunamujerquenotengadinero, porque él no puede afrontar lo gastos de un matrimonio. ¿Y quémerecimientostieneLydia,quéatractivos,apartedesusalud,desujuventudyde su buen humor, para queWickham renuncie por ella a la posibilidad dehacerunbuencasamiento?NopuedoapreciarconexactitudhastaquépuntolehadeperjudicarenelCuerpounafugadeshonrosa,pues ignoro lasmedidasque se toman en estos casos, pero en cuanto a tus restantes objeciones,meparece difícil que puedan sostenerse. Lydia no tiene hermanos que tomencartas en el asunto; y dado el carácter demi padre, su indolencia y la pocaatenciónquesiemprehaprestadoasufamilia,Wickhamhapodidocreerquenoselotomaríamuyalatremenda.

––Pero¿cómosuponesqueLydia sea tan inconsideradapara todo loqueno sea amarle, que consienta en vivir con él de otramanera que siendo sumujerlegítima?

––Asíparece––replicóElizabethcon losojos llenosde lágrimas––,yes

espantosotenerquedudardeladecenciaydelavirtuddeunahermana.Peroenrealidadnoséquédecir.Talvezlajuzgomal,peroesmuyjoven,nuncaselehaacostumbradoapensarencosasserias,yduranteelúltimomedioaño,omás bien durante un año entero, no ha hechomás que correr en pos de lasdiversionesy de la vanidad.Se le hadejadoque se entregara al ocioy a lafrivolidad y que no hiciese más que lo que se le antojaba. Desde que laguarnicióndelcondadoseacuartelóenMeryton,nopensómásqueenelamor,enelcoqueteoyenlosoficiales.Hizotodoloquepudoparaexcitar,¿cómolodiría?,lasusceptibilidaddesussentimientos,queyasonlobastantevivospornaturaleza.YtodossabemosqueWickhamposeeensupersonayensutratotodoslosencantosquepuedencautivaraunamujer.

––Peroyaves––insistiósutía––quetuhermananocreeaWickhamcapazdetalatentado.

––Janenuncacreenadamalodenadie.Ymuchomenostratándosedeunacosaasí,hastaquenoselohayandemostrado.PeroJanesabetanbiencomoyo quién es Wickham. Las dos sabemos que es un libertino en toda laextensióndelapalabra,quecarecedeintegridadydehonoryqueestanfalsoyengañosocomoatractivo.

––¿Estás segura? ––preguntó la señora Gardiner que ardía en deseos deconocerlafuentedeinformacióndesusobrina.

––Segurísima––replicóElizabeth,sonrojándose––.YatehabléelotrodíadesuinfameconductaconelseñorDarcy,ytúmismaoístelaúltimavezenLongbourn de quémanera hablaba del hombre que con tanta indulgencia ygenerosidad le ha tratado. Y aún hay otra circunstancia que no estoyautorizada...

quenovalelapenacontar.LociertoesquesusembustessobrelafamiliadePemberleynotienenfin.PorloquenoshabíadichodelaseñoritaDarcy,yocreíqueseríaunamuchachaaltiva,reservadayantipática.Sinembargo,élsabíaqueeratodolocontrario.Eldebesabermuybien,comonosotroshemoscomprobado,cuánafectuosaysencillaes.

––¿YLydianoestáenteradadenadadeeso?¿CómoignoraloqueJaneytúsabéis?

––Tienes razón.Hasta que estuve enKent y traté al señorDarcy y a suprimoelcoronelFitzwilliam,yotampocolosupe.Cuandolleguéamicasa,laguarnición del condado iba a salir de Meryton dentro de tres semanas, demodo que ni Jane, a quien informé de todo, ni yo creímos necesariodivulgarlo; porque ¿qué utilidad tendría que echásemos a perder la buenaopiniónqueteníandeélenHertfordshire?YcuandosedecidióqueLydiairíacon los señores Forster a Brighton, jamás se me ocurrió descubrirle la

verdadera personalidad de Wickham, pues no me pasó por la cabeza quecorriera ningún peligro de ese tipo. Ya comprenderéis que estaba lejos desospecharquehubiesendederivarsetanfunestasconsecuencias.

––¿Cuando trasladaron la guarnición a Brighton, no tenías idea de quehubiesealgoentreellos?

––Nilamásmínima.Norecuerdohabernotadoningunaseñaldeafectoniporpartedelunoniporpartedelotro.Sihubiesehabidoalgo,¡buenaesmifamiliaparaquelespasarainadvertido!CuandoWickhamentróenelCuerpo,aLydialegustómucho,peronomásqueatodasnosotras.TodaslaschicasdeMeryton y de los alrededores perdieron la cabeza por él durante los dosprimerosmeses,peroélnuncahizoaLydianingúncasoespecial,por loquedespués de un período de admiración extravagante y desenfrenada, dejó deacordarsedeélysededicóaotrosoficialesqueleprestabanmayoratención.

Aunque pocas cosas nuevas podían añadir a sus temores, esperanzas yconjeturassobretaninteresanteasunto,losviajeroslodebatierondurantetodoelcamino.Elizabethnopodíapensarenotracosa.Lamáspunzantedetodaslasangustias,elreprocheasímisma,leimpedíaencontrarelmenorintervalodealivioodeolvido.

Anduvieronlomásdeprisaquepudieron,pasaronlanocheenunaposada,yllegaronaLongbournaldíasiguiente,alahoradecomer.ElúnicoconsuelodeElizabethfuequenohabríahechoesperaraJanedemasiado.

LospequeñosGardiner,atraídosalveruncarruaje,esperabandepieenlasescalerasdelacasamientrasésteatravesabaelcaminodeentrada.Cuandoelcoche paró en la puerta, la alegre sorpresa que brillaba en sus rostros yretozaba por todo su cuerpo haciéndoles dar saltos, fue el preludio de subienvenida.

Elizabeth les dio un beso a cada uno y corrió al vestíbulo, en donde seencontróconJanequebajabaatodaprisadelahabitacióndesumadre.

Se abrazaron con efusión, con los ojos llenos de lágrimas, y Elizabethpreguntósinperderunsegundosisehabíasabidoalgodelosfugitivos.

––Todavía no ––respondió Jane––, pero ahora que ya ha llegado nuestroqueridotío,esperoquetodovayabien.

––¿Estápapáenlacapital?

––Sí,sefueelmartes,comoteescribí.––¿Yquénoticiashabéistenidodeél?

––Pocas.Elmiércolesmepusounaslíneasdiciéndomequehabíallegadobienydándome sudirección, comoyo le habíapedido.Sólo añadíaquenovolveríaaescribirhastaquetuviesealgoimportantequecomunicarnos.

––¿Ymamá,cómoestá?¿Cómoestáistodas?

––Mamá está bien, según veo, aunquemuy abatida.Está arriba y tendrágran satisfacción en veros a todos. Todavía no sale de su cuarto. Mary yCatherineseencuentranperfectamente,graciasaDios.

––¿Y tú, cómo te encuentras? ––preguntó Elizabeth––. Estás pálida.¡Cuánto habrás tenido que pasar! Pero Jane aseguró que estaba muy bien.Mientras tanto, los señores Gardiner, que habían estado ocupados con sushijos, llegaron y pusieron fin a la conversación de las dos hermanas. Janecorrió hacia sus tíos y les dio la bienvenida y las gracias entre lágrimas ysonrisas.

Una vez reunidos en el salón, las preguntas hechas porElizabeth fueronrepetidasporlosotros,yvieronquelapobreJanenoteníaningunanovedad.Perosuardienteconfianzaenquetodoacabaríabiennolahabíaabandonado;todavíaesperabaqueunadeesasmañanasllegaríaunacartadeLydiaodesupadreexplicandolossucesosyanunciandoquizáelcasamiento.

La señoraBennet, a cuyahabitación subieron todosdespuésde subreveconversación,lesrecibiócomoeradesuponer:conlágrimasylamentaciones,improperioscontra lavillanaconductadeWickhamyquejasporsuspropiossufrimientos, echándole la culpa a todo el mundo menos a quien, por sutoleranciaypocojuicio,sedebíanprincipalmenteloserroresdesuhija.

––Sihubierapodido––decía–– realizarmiproyectode iraBrightoncontodamifamilia,esonohabríaocurrido;perolapobreLydianotuvoanadiequecuidasedeella.LosForsternoteníanquehaberlaperdidodesuvista.Silahubiesenvigiladobien,nohabríahechounacosaasí,Lydianoesdeesaclasedechicas.SiempresupequelosForstereranmuypocoindicadosparahacersecargodeella,peroamínosemehizocaso,comosiempre.¡Pobreniñamía!YahoraBennetsehaidoysupongoquedesafiaráaWickhamdondequieraquele encuentre, y como morirá en el lance, ¿qué va a ser de nosotras?. LosCollins nos echarán de aquí antes de que él esté frío en su tumba, y si tú,hermanomío,nonosasistes,noséquéharemos.

Todos protestaron contra tan terroríficas ideas. El señor Gardiner leaseguróquenolesfaltaríasuamparoydijoquepensabaestarenLondresaldíasiguienteparaayudaralseñorBennetcontodosuesfuerzoparaencontraraLydia.

––No os alarméis inútilmente ––añadió––; aunque bien está prepararseparalopeor,tampocodebedarseporseguro.TodavíanohaceunasemanaquesalierondeBrighton.Enpocosdíasmásaveriguaremosalgo;yhastaquenosepamos que no están casados y que no tienen intenciones de estarlo, nodemos el asunto por perdido. En cuanto llegue a Londres recogeré a mi

hermano yme lo llevaré aGracechurch Street; juntos deliberaremos lo quehayaquehacer.

––¡Oh, querido hermano mío! exclamó la señora Bennet––, ése esjustamente mi mayor deseo. Cuando llegues a Londres, encuéntralosdondequiera que estén, y si no están casados, haz que se casen. No lespermitasquedemoren labodaporel trajedenovia,dile aLydiaque tendrátodoeldineroquequieraparacomprárselodespués.Ysobretodo,impidequeBennetsebataendueloconWickham.Dileenelhorribleestadoenquemeencuentro: destrozada, trastornada, con tal temblor y agitación, talesconvulsionesenelcostado, talesdoloresdecabezay talespalpitacionesqueno puedo reposar ni de día ni de noche. Y dile ami querida Lydia que noencarguesustrajeshastaquemehayavisto,puesellanosabecuálessonlosmejores almacenes. ¡Oh,hermano! ¡Québuenoeres!Séque tú lo arreglarástodo.

ElseñorGardinerlerepitióqueharíatodoloquepudieraylerecomendóquemoderasesusesperanzasysustemores.Conversóconelladeestemodohastaquelacomidaestuvoenlamesa,yladejóquesedesahogaseconelamadellavesquelaasistíaenausenciadesushijas.

Aunque su hermano y su cuñada estaban convencidos de que no habíamotivoparaquenobajaraacomer,noseatrevieronapedirlequesesentaracon ellos a lamesa, porque temían su imprudencia delante de los criados ycreyeron preferible que sólo una de ellas, en la quemás podían confiar, seenterasedesuscuitas.

EnelcomedoraparecieronMaryyCatherinequehabíanestadodemasiadoocupadasensushabitacionesparapresentarseantes.Launaacababadedejarsus libros y la otra su tocador. Pero tanto la una como la otra estabanmuytranquilas y no parecían alteradas. Sólo la segunda tenía un acento máscoléricoquedecostumbre,seaporlapérdidadelahermanafavoritaoporlarabiadenohallarseellaensulugar.Pocodespuésdesentarsealamesa,Mary,muyseguradesímisma,cuchicheóconElizabethconairesdegravedadensureflexión:

Esunasuntomuydesdichadoyprobablementeserámuycomentado;perohemosdesobreponernosa laoleadade lamaliciayderramarsobrenuestrospechosheridoselbálsamodelconsuelofraternal.

AlllegaraquínotóqueElizabethnoteníaganasdecontestar,yañadió:

––Aunque sea una desgracia para Lydia, para nosotras puede ser unalecciónprovechosa:lapérdidadelavirtudenlamujeresirreparable;unsolopasoenfalsollevaensílaruinafinal;sureputaciónnoesmenosfrágilquesubelleza, y nunca será lo bastante cautelosa en su comportamiento hacia las

indignidadesdelotrosexo.

Elizabeth, atónita, alzó los ojos, pero estaba demasiado angustiada pararesponder.Marycontinuóconsolándoseconmoralejasporel estiloextraídasdelinfortunioqueteníananteellos.

Por la tarde las dos hijas mayores de los Bennet pudieron estar solasdurante media hora, y Elizabeth aprovechó al instante la oportunidad parahaceralgunaspreguntasqueJaneteníaigualdeseodecontestar.

Despuésdelamentarsejuntasdelasterriblesconsecuenciasdelsuceso,queElizabeth daba por ciertas y que la otra no podía asegurar que fuesenimposibles,laprimeradijo:

Cuéntametodoloqueyonosepa.Damemásdetalles.¿QuédijoelcoronelForster?¿Noteníaningunasospechadelafuga?Debíanverlossiemprejuntos.

––El coronel Forster confesó que alguna vez notó algún interés,especialmente por parte deLydia, pero no vio nada que le alarmase.Medapenade él.Estuvode lomás atentoy amable.Sedisponía a venir a vernosantesdesaberquenohabíanidoaEscocia,ycuandosepresumióqueestabanenLondres,apresurósuviaje.

––YDenny,testabaconvencidodequeWickhamnosecasaría?¿Sabíaqueibanafugarse?¿HavistoaDennyelcoronelForster?

––Sí,perocuandoleinterrogó,Dennydijoquenoestabaenteradodenadaysenegóadarsuverdaderaopiniónsobreelasunto.Norepitiósuconviccióndequenosecasaríanyporesopiensoquealomejorlointerpretómal.

––SupongoquehastaquevinoelcoronelForster,nadiedelacasadudódequeestuviesencasados.––¿Cómosenos ibaaocurrir talcosa?Yomesentítriste porque sé que es difícil que mi hermana sea feliz casándose conWickhamdebidoasuspésimosantecedentes.Nuestrospadresnosabíannadadeeso,perosedieroncuentade lo imprudentedesemejanteboda.EntoncesCatherine confesó,muy satisfechade sabermásquenosotros, que la últimacartadeLydiayadabaaentenderloquetramaban.Parecequeledecíaqueseamabandesdehacíaunassemanas.

––PeronoantesdeirseaBrighton.––Creoqueno.

––YelcoronelForster,¿tienemalconceptodeWickham?¿Sabecómoesenrealidad?

––He de confesar que no habló tan bien de él como antes. Le tiene porimprudenteymanirroto.YsedicequehadejadoenMerytongrandesdeudas,peroyoesperoquenoseacierto.

––¡Oh,Jane!Sinohubiésemossidotanreservadasyhubiéramosdicholo

quesabíamosdeWickham,estonohabríasucedido.

––Tal vez habría sido mejor ––repuso su hermana––, pero no es justopublicar las faltas del pasado de una persona, ignorando si se ha corregido.Nosotrasobramosdebuenafe.

––¿Repitió el coronelForster losdetalles de la notaqueLydiadejó a sumujer?––Latrajoconsigoparaenseñárnosla.

JanelasacódesucarterayseladioaElizabeth.Ésteerasucontenido:

«QueridaHarriet:Tevasareíralsaberadóndemeheido,yniyopuedodejar de reírme pensando en el susto que te llevarásmañana cuando nomeencuentres.MemarchoaGretnaGreen,ysinoadivinasconquién,creeréqueeresunatonta,pueseselúnicohombreaquienamoenelmundo,porloquenocreohacerningúndisparateyéndomeconél.Sinoquieres,noselodigasalos demi casa, pues así serámayor su sorpresa cuando les escriba y firmeLydiaWickham. ¡Seráunabromaestupenda!Casinopuedoescribirde risa.TeruegoquemeexcusesconPrattpornocumplirmicompromisodebailarcon él esta noche; dile que espero queme perdone cuando lo sepa todo, ytambién que bailaré con él conmucho gusto en el primer baile en que nosencontremos.Mandarépormis trajes cuandovaya aLongbourn, perodile aSally que arregle el corte del vestido de muselina de casa antes de que loempaquetes.Adiós.Dale recuerdosal coronelForster.Esperoquebrindaréispornuestrofelizviaje.Afectuosossaludosdetuamiga,

LydiaBennet.»

––¡Oh,Lydia, qué inconsciente! ¡Qué inconsciente!––exclamóElizabethalacabardeleer––.¡Quécartaparaestarescritaensemejantemomento!Peroalmenosparecequese tomabaenserioelobjetodesuviaje;nosabemosaquépuedehaberlaarrastradoWickham,peroelpropósitodeLydianoerataninfame.¡Pobrepadremío!¡Cuántolohabrásentido!

––Nuncavianadietanabrumado.Estuvodiezminutossinpoderdecirunapalabra.Mamásepusomalaenseguida.¡Habíatalconfusiónentodalacasa!

––¿Hubo algún criado que no se enterase de toda la historia antes determinareldía?

––No sé, creo que no. Pero era muy difícil ser cauteloso en aquellosmomentos.Mamásepusohistéricayaunqueyolaasistílomejorquepude,nosésihiceloquedebía.Elhorrordeloquehabíasucedidocasimehizoperderelsentido.

––Te has sacrificado demasiado pormamá; no tienes buena cara. ¡Ojaláhubieseestadoyoatulado!Asíhabríaspodidocuidartetú.

––Mary y Catherine se portaron muy bien y no dudo que me habrían

ayudado, pero no lo creí conveniente para ninguna de las dos;Catherine esdébilydelicada,yMaryestudia tantoquesushorasde reposonodebenserinterrumpidas.TíaPhilipsvinoaLongbournelmartes,despuésdemarcharsepapá, y fue tan buena que se quedó conmigo hasta el jueves. Nos ayudó yanimó mucho a todas. Lady Lucas estuvo también muy amable: vino elviernespor lamañanapara condolerseyofrecernos sus servicios en todo loque le fuera posible y enviarnos a cualquiera de sus hijas si creíamos quepodríansernosútiles.

––Más habría valido que se hubiese quedado en su casa ––dijoElizabeth––; puede que sus intenciones fueran buenas; pero en desgraciascomo ésta se debe rehuir de los vecinos. No pueden ayudarnos y sucondolenciaesofensiva.¡Quesecomplazcancriticándonosadistancia!

Preguntóentoncescuáleseranlasmedidasquepensabatomarsupadreenlacapitalconobjetodeencontrarasuhija.

––CreoqueteníaintencióndeiraEpsom––contestóJane––,queesdondeelloscambiarondecaballosporúltimavez;hablaráconlospostillonesyveráquépuedesonsacarles.SuprincipalobjetivoesdescubrirelnúmerodelcochedealquilerconelquesalierondeClapham;quehabíallegadodeLondresconunpasajero;ycomomipadreopinaqueelhechodequeuncaballeroyunadamacambiendecarruajepuedeseradvertido,quierehaceraveriguacionesenClapham.Sipudiesedescubrirlacasaenlaqueelcocherodejóalviajeronoseríadifícilaveriguarel tipodecochequeerayelnúmero.Noséquéotrosplanestendría;peroteníatalprisaporirseyestabatandesoladoquesólopudesacarleesto.

CAPÍTULOXLVIII

TodosesperabancartadelseñorBennetalamañanasiguiente;perollegóel correo y no trajo ni una línea suya. Su familia sabía que no era muyaficionadoaescribir,peroenaquellaocasióncreíanquebienpodíahacerunaexcepción. Se vieron, por tanto, obligados a suponer que no había buenasnoticias;peroinclusoenesecaso,preferíantenerlacerteza.ElseñorGardineresperósóloaquellegaseelcorreoysemarchó.

Cuando se fue todos se quedaron con la seguridad de que así, almenostendrían constante información de lo que ocurriese. El señor Gardiner lesprometiópersuadiralseñorBennetdequeregresaraaLongbourncuantoantesparaconsuelodesuesposa,queconsiderabasuvueltacomoúnicagarantíadequenomoriríaenelduelo.

LaseñoraGardinerysushijospermaneceríanenHertfordshireunosdíasmás,pueséstacreíaquesupresenciaseríaútilasussobrinas.LasayudabaacuidaralaseñoraBennetylesservíadegranalivioensushoraslibres.Suotratíalasvisitabaamenudoconelfin,segúndecía,dedarlesánimos;perocomosiempre lescontabaalgúnnuevoejemplode losdespilfarrosyde la faltadeescrúpulos de Wickham, rara vez se marchaba sin dejarlas aún másdescorazonadas.

TodoMerytonseempeñabaendesacreditaralhombrequesólotresmesesanteshabíasidoconsideradocomounángeldeluz.Sedecíaquedebíadineroentodosloscomerciosdelaciudad,ysusintrigas,honradasconelnombredeseducciones, se extendían a todas las familias de los comerciantes. Todo elmundo afirmaba que era el jovenmás perverso del mundo, y empezaron adecir que siempre habían desconfiado de su aparente bondad. Elizabeth, apesardenodarcréditonialamitaddeloquemurmuraban,creíalobastantepara afianzar su previa creencia en la ruina de su hermana, y hasta Janecomenzóaperderlasesperanzas,especialmentecuandollegóelmomentoenque,dehaberidoaEscocia,sehabríanrecibidoyanoticiassuyas.

ElseñorGardinersaliódeLongbourneldomingoyelmartestuvocartasumujer.LedecíaqueasullegadahabíaidoenseguidaenbuscadesucuñadoyselohabíallevadoaGracechurchStreet;queelseñorBennethabíaestadoenEpsomyenClapham,perosinningúnresultado,yqueahoraqueríapreguntaren todas las principales hosterías de la ciudad, pues creía posible que sehubiesenalbergadoenunadeellasasullegadaaLondres,antesdeprocurarseotroalojamiento.ElseñorGardineropinabaqueestatentativaerainútil,perocomosucuñadoestabaempeñadoenllevarlaacabo,leayudaría.AñadíaqueelseñorBennetsenegabaairsedeLondres,yprometíaescribirenbreve.Enunaposdatadecíalosiguiente:

«HeescritoalcoronelForstersuplicándolequeaverigüeentrelosamigosdel regimiento siWickham tieneparienteso relacionesquepuedan saber enqué parte de la ciudad estará oculto. Si hubiese alguien a quien se pudieraacudirconalgunaprobabilidaddeobteneresapista,seadelantaríamucho.Porahoranohaynadaquenosoriente.NodudoqueelcoronelForsterharátodolo que esté a su alcance para complacernos, pero quizá Elizabeth puedaindicarnosmejorquenadiesiWickhamtienealgúnpariente.»

Elizabeth comprendió el porqué de esta alusión, pero no podíacorresponder a ella. Jamás había oído decir si tenía parientes aparte de supadreysumadremuertoshacíamuchosaños.Peroeraposiblequealgunodesus compañeros fuera capaz de dar mejor información, y aunque no eraoptimista,considerabaacertadopreguntarlo.

EnLongbournlosdíastranscurríancongranansiedad,ansiedadquecrecía

con la llegada del correo. Todas las mañanas esperaban las cartas conimpaciencia.Porcartahabríandesaberlamalaobuenamarchadelasunto,ycadadíacreíanqueibanarecibiralgunanoticiadeimportancia.

PeroantesdequevolvieranasaberdelseñorGardiner,llegódeHunsforduna misiva para el señor Bennet de su primo Collins. Como Jane habíarecibidolaordendeleerenausenciadesupadretodoloquerecibiese,abriólacarta. Elizabeth, que sabía cómo eran las epístolas deCollins, leyó tambiénporencimadelhombrodesuhermana.Decíaasí:

«Miqueridoseñor:Nuestroparentescoymisituaciónenlavidamellevanadarlemiscondolenciasporlagraveaflicciónqueestápadeciendo,delaquefuimos informados por una carta deHertfordshire.No dude de que tanto laseñoraCollinscomoyolesacompañamosenelsentimientoaustedyatodasurespetablefamiliaenlapresentecalamidad,quehadesermuyamarga,puestoque el tiempono la puedeborrar.No faltarán argumentospormiparte paraaliviar tan tremenda desventura o servir de consuelo en circunstancias queparaunpadrehandesermáspenosasqueparatodoslosdemás.Lamuertedeunahijahabríasidounabendicióncomparadaconesto.Yesmáslamentableporquehaymotivosparasuponer,segúnmedicemiqueridaCharlotte,queesalicenciosa conducta de su hija procede de un deplorable exceso deindulgencia;aunquealmismotiempoyparaconsuelosuyoydesuesposa,meinclinoapensarquedebíadeserdenaturalezaperversa,puesdeotrasuertenohabríaincurridoentalatrocidadaunaedadtantemprana.Detodosmodosesusted digno de compasión, opinión que no sólo comparte la señoraCollins,sinotambiénladyCatherineysuhija,aquieneshereferidoelhecho.Estándeacuerdoconmigoenqueesemalpasodesuhijaseráperjudicialparalasuertede las demás; porque, ¿quién ––como la propia lady Catherine diceafablemente––querrá emparentar con semejante familia?Esta consideraciónme mueve a recordar con la mayor satisfacción cierto suceso del pasadonoviembre, pues a no haber ido las cosas como fueron, me vería ahoraenvuelto en toda la tristeza y desgracia de ustedes. Permítame, pues, que leaconseje, querido señor, que se resigne todo lo que pueda y arranque a suindignahijaparasiempredesucorazón,ydejequerecojaellalosfrutosdesuabominableofensa.»

ElseñorGardinernovolvióaescribirhastahaberrecibidocontestacióndelcoronel Forster, pero no pudo decir nada bueno.No se sabía queWickhamtuviese relación con ningún pariente y se aseguraba que no tenía ningunocercano.Antiguamentehabíatenidomuchasamistades,perodesdesuingresoen el ejército parecía apartado de todo el mundo. No había nadie, porconsiguiente,capazdedarnoticiasdesuparadero.Habíaunpoderosomotivoparaqueseocultara,queveníaasumarseal temordeserdescubiertopor lafamiliadeLydia,yeraquehabíadejadotrassíunagrancantidaddedeudasde

juego.ElcoronelForsteropinabaqueseríannecesariasmásdemillibrasparaclarearsuscuentasenBrighton.Muchodebíaenlaciudad,perosusdeudasdehonoreranaúnmáselevadas.ElseñorGardinernoseatrevióaocultarestosdetallesalafamiliadeLongbourn.Janesehorrorizó:

––¡Unjugador!Esonoloesperaba.¡Nopodíaimaginármelo!

AñadíaelseñorGardinerensucartaqueelseñorBennetibaaregresaraLongbournaldíasiguiente,queerasábado.Desanimadoporelfracasodesuspesquisashabíacedidoalasinstanciasdesucuñadoparaquesevolvieseasucasayledejasehaceraélmientraslascircunstanciasnofuesenmáspropiciaspara una acción conjunta. Cuando se lo dijeron a la señora Bennet, nodemostró la satisfacciónque sus hijas esperaban envista de sus inquietudesporlavidadesumarido.

––¿QuevieneacasaysinlapobreLydia?exclamó––.Nopuedocreerquesalga de Londres sin haberlos encontrado. ¿Quién retará aWickham y haráquesecase,siBennetregresa?

ComolaseñoraGardineryateníaganasdeestarensucasaseconvinoqueseiríaaLondresconlosniñosaprovechandolavueltadelseñorBennet.Porconsiguiente,elcochedeLongbournlescondujohastalaprimeraetapadesucaminoytrajodevueltaalseñorBennet.

LaseñoraGardinersefueperplejaaúnalpensarenelencuentrocasualdeElizabeth y su amigo de Derbyshire en dicho lugar. Elizabeth se habíaabstenidodepronunciarsunombre,yaquellaespeciedesemiesperanzaquelatíahabíaalimentadodequerecibiríanunacartadeélalllegaraLongbourn,sehabíaquedadoennada.Desdesullegada,ElizabethnohabíatenidoningunacartadePemberley.

El desdichado estado de toda la familia hacía innecesaria cualquier otraexcusa para explicar el abatimiento de Elizabeth; nada, por lo tanto, podíaconjeturarsesobreaquello,aunqueaElizabeth,queporaquelentoncessabíaaquéatenerseacercadesussentimientos,leconstabaque,anoserporDarcy,habría soportado mejor sus temores por la deshonra de Lydia. Se habríaahorradounaodosnochesdenodormir.

El señor Bennet llegó con su acostumbrado aspecto de filósofo. Hablópoco, como siempre; no dijo nada del motivo que le había impulsado aregresar,ypasóalgúntiempoantesdequesushijastuvieranelvalordehablardeltema.

Por la tarde, cuando se reunió con ellas a la hora del té, Elizabeth seaventuróatocarlacuestión;expresóenpocaspalabrassupenaporloquesupadredebíahabersufrido,yéstecontestó:

––Déjate.¿Quiénibaasufrirsinoyo?Hasidopormiculpayestábienquelopague.––NoseastanseverocontigomismoreplicóElizabeth.

––Nohaycontemplacionesquevalganenmalestangrandes.Lanaturalezahumanaesdemasiadopropensaarecurriraellas.No,Lizzy;dejaqueunavezen la vida me dé cuenta de lo mal que he obrado. No voy a morir de laimpresión;semepasarábastantepronto.

––¿CreesqueestánenLondres?

––Sí;¿dónde,sinopodríanestartanbienescondidos?

––¡YLydiasiempredeseótantoiraLondres!––añadióCatherine.

––Entoncesdebede ser feliz––dijo supadre fríamente––yno saldrádeallíenmuchotiempo.Despuésdeuncortosilencio,prosiguió:

Lizzy,nomeguardesrencorpornohaberseguidotusconsejosdelpasadomayo;loocurridodemuestraqueeranacertados.

En esemomento fueron interrumpidos por Jane que venía a buscar el téparasumadre.

––¡Mira qué bien! ––exclamó el señor Bennet––. ¡Eso presta ciertaelegancia al infortunio! Otro día haré yo lo mismo: me quedaré en labiblioteca conmi gorro de dormir ymi batín y os daré todo el trabajo quepueda,oacasolodejeparacuandoseescapeCatherine...

––¡Yo no voy a escaparme, papá! ––gritó Catherine furiosa––. Si yohubieseidoaBrighton,mehabríaportadomejorqueLydia.

––¡Tú a Brighton! ¡Nome fiaría de ti ni que fueras nadamás que a laesquina!No,Catherine.Porfinheaprendidoasercauto,ytúlohasdesentir.Novolveráaentrarenestacasaunoficialaunquevayadecamino.Losbailesquedaránabsolutamenteprohibidos,amenosqueosacompañeunadevuestrashermanas,ynuncasaldréisnialapuertadelacasasinhaberdemostradoquehabéisvividodiezminutosdeldíadeunmodorazonable.

Catherinesetomóenseriotodasestasamenazasysepusoallorar.

––Bueno,bueno––dijoelseñorBennet––,notepongasasí.Sieresbuenachicaenlospróximosdiezaños,encuantopasen,tellevaréaverundesfile.

CAPITULOXLIX

DosdíasdespuésdelavueltadelseñorBennet,mientrasJaneyElizabethpaseabanjuntasporelplantíodearbustosdedetrásdelacasa,vieronalama

de llaves quevenía hacia ellas.Creyeronque iba a llamarlas departe de sumadreycorrieronasuencuentro;perolamujerledijoaJane:Dispensequelainterrumpa,señorita;perohesupuestoquetendríaustedalgunabuenanoticiadelacapitalyporesomehetomadolalibertaddevenirapreguntárselo.

––¿Quédiceusted,Hill?Nohesabidonada.

––¡Querida señorita! ––exclamó la señora Hill con gran asombro––.¿Ignoraquehallegadounpropioparaelamo,enviadoporelseñorGardiner?Haestadoaquímediahorayelamohatenidounacarta.

Lasdosmuchachasseprecipitaronhacialacasa,demasiadoansiosasparapoder seguir conversando. Pasaron del vestíbulo al comedor de allí a labiblioteca, pero su padre no estaba en ninguno de esos sitios; iban a ver siestabaarribaconsumadre,cuandoseencontraronconelmayordomoquelesdijo:

––Sibuscanustedes ami amo, señoritas, lo encontraránpaseandopor elsotillo.

JaneyElizabethvolvieronaatravesarelvestíbuloy,cruzandoelcésped,corrierondetrásdesupadrequeseencaminabahaciaunbosquecillodealladodelacerca.

Jane,quenoeratanligeraniteníalacostumbredecorrerdeElizabeth,sequedóatrás,mientrassuhermanallegabajadeantehastasupadreyexclamó:

––¿Quénoticiashay,papá?¿Quénoticiashay?¿Hassabidoalgodemitío?––Sí,mehamandadounacartaporunpropio.

––¿Yquénuevastrae,buenasomalas?

––¿Qué se puede esperar de bueno? ––dijo el padre sacando la carta delbolsillo––.Tomad,leedsiqueréis.

Elizabethcogiólacartaconimpaciencia.Janellegabaentonces.

––Léela en voz alta ––pidió el señorBennet––, porque todavía no sé dequésetrata.«GracechurchStreet,lunes2deagosto.

»Mi querido hermano: Por fin puedo enviarte noticias de mi sobrina, ytales,enconjunto,queesperotesatisfagan.Pocodespuésdehabertemarchadotú el sábado, tuve la suerte de averiguar en qué parte de Londres seencontraban. Los detalles me los reservo para cuando nos veamos; bástetesaberqueyaestándescubiertos;leshevistoalosdos.»

EntoncesesloquesiempreheesperadoexclamóJane––.¡Estáncasados!Elizabethsiguióleyendo:

«Noestáncasadosnicreoquetenganintencióndeestarlo,perosiquieres

cumplir los compromisos que me he permitido contraer en tu nombre, nopasarámuchosinqueloestén.Todoloquetienesquehaceresaseguraratuhijacomodotesuparteigualenlascincomillibrasquerecibirántushijasatumuerte y a la de tu esposa, y prometer que le pasarás,mientras vivas, cienlibrasanuales.Estassonlascondicionesque,bienmirado,nohevaciladoenaceptarporti,puesmecreíaautorizadoparaello.Temandolapresenteporunpropio,puesnohaytiempoqueperderparaquemedesunacontestación.

ComprenderásfácilmenteportodoslosdetallesquelasituacióndelseñorWickhamnoestandesesperadacomosehacreído.Lagentesehaequivocadoymecomplazcoenafirmarquedespuésdepagadastodaslasdeudastodavíaquedará algún dinerillo para dotar a mi sobrina como adición a su propiafortuna.Si,comoespero,meenvíasplenospoderesparaactuarentunombreentodoesteasunto,daréórdenesenseguidaaHaggerstonparaqueredacteeloportunodocumento.Nohayningunanecesidaddequevuelvasa lacapital;porconsiguiente,quédatetranquiloenLongbournyconfíaenmidiligenciaycuidado. Contéstame cuanto antes y procura escribir con claridad. Hemoscreídolomejorquemisobrinasalgademicasaparairacasarse,cosaquenodudo aprobarás. Hoy va a venir. Volveré a escribirte tan pronto como hayaalgonuevo.»Tuyo,

E.Gardiner.»

––¿Esposible?––exclamóElizabethal terminar lacarta––.¿Seráposiblequesecaseconella?

––Entonces Wickham no es tan despreciable como creíamos ––observóJane––.Queridopapá,tedoylaenhorabuena.

––¿Yahascontestadolacarta?

––No,perohayquehacerloenseguida.

Elizabethlerogóvehementementequenolodemorase.

––Queridopapá,vuelveacasayponteaescribirinmediatamente.Piensaloimportantequesonlosminutosenestosmomentos.

––Deja que yo escriba por ti ––dijo Jane––, si no quieresmolestarte. ––Muchomemolesta––repusoél––,peronohaymásremedio.

Yregresóconellasalacasa.

––SupongoqueaceptarásañadióElizabeth.

––¡Aceptar! ¡Si estoy avergonzado de que pida tan poco! ––¡Debencasarse!Aunqueélseacomoes.

––Sí,sí,debencasarse.Nosepuedehacerotracosa.Perohaydospuntosquequieroaclarar:primero,cuántodinerohaadelantado tu tíopara resolver

eso,ysegundo,cómovoyapagárselo.

––¿Dinero,mitío?––preguntóJane––.¿Quéquieresdecir?

––DigoquenohayhombreensusanojuicioquesecaseconLydiaportanleve tentación como son cien libras anuales durante mi vida y cincuentacuandoyomemuera.

––Esmuycierto––dijoElizabeth––;nosemehabíaocurrido.¡Pagadassusdeudasyquetodavíaquedealgo!Esodebedeserobrademitío.¡Quéhombretanbuenoygeneroso!Temoqueestépasandoapuros,puesconunapequeñacantidadnosehacetodoeso.

––No––dijoelseñorBennet––,WickhamesunlocosiaceptaaLydiapormenosdediezmillibras.Sentiríajuzgarletanmalcuandovamosaempezaraserparientes.

––¡Diezmillibras!¡NoloquieraDios!¿Cuándopodríamospagarlamitaddeesasuma?

ElseñorBennetnocontestó,y,ensimismadostodosensuspensamientos,continuaron en silencio hasta llegar a la casa. El padre se metió en labibliotecaparaescribir,ylasmuchachassefueronalcomedor.

––¿Se irán a casar, de veras? ––exclamó Elizabeth en cuanto estuvieronsolas––.¡Qué raro! Y habremos de dar gracias aún. A pesar de las pocasprobabilidadesde felicidadde esematrimonioyde laperfidiadeWickham,todavíatendremosquealegrarnos.¡Oh,Lydia!

––Meconsuelopensando––replicóJane––queseguramentenosecasaríaconLydiasinolaquisiera.Aunquenuestrobondadosotíohayahechoalgoporsalvarlo,nopuedocreerquehayaadelantadodiezmillibrasninadaparecido.Tiene hijos y puede tener más. No alcanzaría a ahorrar ni la mitad de esasuma.

––SipudiéramosaveriguaracuántoasciendenlasdeudasdeWickham––dijoElizabeth––ycuáles ladotequeel tíoGardinerdaanuestrahermana,sabríamosexactamenteloquehahechoporellos,puesWickhamnotienenimediochelín.Jamáspodremospagarlabondaddeltío.Elllevarlaasucasayponerla bajo su dirección y amparo personal es un sacrificio que nuncapodremosagradecerbastante.Ahoradebedeestarconellos.Si tantabondadnolehacesentirsemiserable,nuncamereceráserfeliz. ¡Quévergüenzaparaellaencontrarsecaraacaraconnuestratía!

––Unos y otros hemos de procurar olvidar lo sucedido ––dijo Jane––:Espero que todavía sean dichosos. A mi modo de ver, el hecho de queWickham haya accedido a casarse es prueba de que ha entrado por el buencamino.Sumutuoafectolesharásentarlacabezayconfíoquelesvolverátan

razonablesqueconeltiemponosharánolvidarsupasadaimprudencia:

––Sehanportadode tal forma––replicóElizabeth––queni tú;niyo,ninadiepodráolvidarlanunca.Esinútilhablardeeso.

Se les ocurrió entonces a las muchachas que su madre ignoraba porcompleto todoaquello.Fuerona labibliotecay lepreguntarona supadre siqueríaqueselodijeran.ElseñorBennetestabaescribiendoysinlevantar lacabezacontestófríamente:

––Comogustéis.

––¿Podemos enseñarle la carta de tío Gardiner? ––Enseñadle lo quequeráisylargaos.

Elizabeth cogió la carta de encima del escritorio y las dos hermanassubieronalahabitacióndesumadre.MaryyCatherineestabanconlaseñoraBennet, y, por lo tanto, teníanque enterarse también.Despuésdeuna ligerapreparación para las buenas nuevas, se leyó la carta en voz alta. La señoraBennet apenaspudo contenerse, y en cuanto Jane llegó a las esperanzasdelseñorGardinerdequeLydiaestaríaprontocasada,estallósugozo,ytodaslasfrasessiguientesloaumentaron.Eljúbiloleproducíaahoraunaexaltaciónquelaangustiayelpesarnolehabíanocasionado.Loprincipaleraquesuhijasecasase; el temordequeno fuera felizno lepreocupó lomásmínimo,no lahumillóelpensarensumalproceder.

––¡Mi querida, mi adorada Lydia! ––exclamó––. ¡Es estupendo! ¡Secasará! ¡La volveré a ver! ¡Casada a los dieciséis años! ¡Oh, qué bueno ycariñoso eres, hermanomío! ¡Ya sabía yo que había de ser así, que todo searreglaría!¡Quéganastengodeverla,ytambiénalqueridoWickham!¿Pero,ylosvestidos?¿Yeltrajedenovia?Voyaescribirleahoramismoamicuñadaparaeso.Lizzy,queridamía,correavera tupadreypregúntalecuántovaadarle.Espera, espera, iréyomisma.Toca lacampanilla,Catherine,paraquevengaHill.Me vestiré en unmomento. ¡Mi querida,miLydia demi alma!¡Quécontentasnospondremoslasdosalvernos!

Lahermanamayortratódemoderarunpocolaviolenciadesuexaltaciónyde hacer pensar a sumadre en las obligaciones que el comportamiento delseñorGardinerlesimponíaatodos.

––Pueshemosdeatribuireste felizdesenlaceañadió––asugenerosidad.EstamosconvencidosdequehasocorridoaWickhamconsudinero.

––Bueno––exclamólamadre––,esmuynatural.¿Quiénlohabíadehacer,másquetutío?Sinohubiesetenidohijos,habríamosheredadosufortuna,yalosabéis,yéstaeslaprimeravezquehacealgopornosotros,apartedeunospocos regalos. ¡Qué feliz soy! Dentro de poco tendré una hija casada: ¡la

señoraWickham! ¡Québien suena!Ycumplió sólodieciséis años elpasadojunio.QueridaJane,estoy tanemocionadaquenopodréescribir;asíqueyodictaréytúescribiráspormí.Despuésdeterminaremoscontupadrelorelativoaldinero,perolasotrascosashayquearreglarlasahoramismo.

Se disponía a tratar de todos los particulares sobre sedas, muselinas ybatistas, y al instante habría dictado algunas órdenes si Jane no la hubieseconvencido,aunqueconciertadificultad,dequeprimerodeberíaconsultarconsu marido. Le hizo comprender que un día de retraso no tendría la menorimportancia,ylaseñoraBennetestabamuyfelizparasertanobstinadacomosiempre.Además,yaselehabíanocurridootrosplanes:

––IréaMerytonencuantomevista,acomunicartanexcelentesnoticiasamihermanaPhilips.YalregresopodrévisitaraladyLucasyalaseñoraLong.¡Catherine, baja corriendo y pide el coche! Estoy segura de queme sentarámuybientomarelaire.Niñas,¿queréisalgoparaMeryton?¡Oh!,aquívieneHill.QueridaHill,¿sehaenteradoyadelasbuenasnoticias?LaseñoritaLydiavaacasarse,yparaquebrindenporsuboda,sebeberánustedesunponche.

LaseñoraHillmanifestósusatisfaccióny lesdiosusparabienesa todas.Elizabeth, mareada ante tanta locura, se refugió en su cuarto para dar librecursoasuspensamientos.

Lasituaciónde lapobreLydiahabíadeser,aunponiéndoseen lomejor,bastantemala; peronoera eso lopeor; teníaque estar aúnagradecida,puesaunquemirando al porvenir su hermana no podía esperar ninguna felicidadrazonableniningunaprosperidadenelmundo,mirandohaciaatrás,a loquesólo dos horas antes Elizabeth había temido tanto, no se podía negar quetodavíahabíatenidosuerte.

CAPÍTULOL

Anteriormente, el señorBennet había queridomuchas veces ahorrar unaciertacantidadanualparamejorarelcaudaldesushijasydesumujer,siéstalesobrevivía,envezdegastartodossusingresos.Yahorasearrepentíadenohaberlohecho.EstolehabríaevitadoaLydiaendeudarseconsutíoportodoloque ahora tenía que hacer por ella tanto en lo referente a la honra como aldinero.Habríapodidodarse,además,elgustodetentaracualquieradelosmásbrillantesjóvenesdeGranBretañaacasarseconella.

Estabaseriamenteconsternadodequeporunasuntoquetanpocasventajasofrecía para nadie, su cuñado tuviese que hacer tantos sacrificios, y queríaaveriguar el importe de su donativo a fin de devolvérselo cuando le fuese

posible.

En los primeros tiempos delmatrimonio del señor Bennet, se consideróque no había ninguna necesidad de hacer economía, pues se daba pordescontadoquenaceríaunhijovarónyqueésteheredaríalahaciendaalllegara la edadconveniente, con loque laviuday lashijasquedaríanaseguradas.Pero vinieron al mundo sucesivamente cinco hijas y el varón no aparecía.AñosdespuésdelnacimientodeLydia,laseñoraBennetcreíaaúnquellegaríaelheredero,peroalfinsedioyaporvencida.Ahoraerademasiadotardeparaahorrar:laseñoraBennetnoteníaningunaaptitudparalaeconomíayelamordesumaridoalaindependenciafueloúnicoqueimpidióqueseexcediesenensusgastos.

EnlascapitulacionesmatrimonialeshabíacincomillibrasaseguradasparalaseñoraBennetysushijas;pero ladistribucióndependíade lavoluntaddelospadres.PorfinestepuntoibaadecidirseenloreferenteaLydia,yelseñorBennet no vaciló en acceder a lo propuesto. En términos de gratitud por labondaddesucuñado,aunqueexpresadosmuyconcisamente,confióalpapelsu aprobación a todo lo hecho y su deseo de cumplir los compromisoscontraídosensunombre.NuncahubieracreídoqueWickhamconsintieseencasarseconLydiaacostadetanpocosinconvenientescomolosqueresultabandeaquelarreglo.Diezlibrasanualeseralomáximoqueibaaperderaldarlascien que debía entregarles, pues entre los gastos ordinarios fijos, el dinerosueltoqueledabaaLydiayloscontinuosregalosenmetálicoquelehacíasumadreseibaenLydiapocomenosqueaquellasuma.

Otradelascosasquelesorprendierongratamentefuequetodosehicieracontaninsignificantemolestiaparaél,puessuprincipaldeseoerasiemprequeledejasentranquilo.Pasadoelprimerarranquedeiraquelemotivóbuscarasuhija,volvió,comoeradeesperar,asuhabitualindolencia.Despachóprontolacarta,esosítardabaenemprenderlascosas,peroerarápidoenejecutarlas.Enlacartapedíamásdetallesacercadeloqueleadeudabaasucuñado,peroestabademasiadoresentidoconLydiaparaenviarleningúnmensaje.

Las buenas nuevas se extendieron rápidamente por la casa y conproporcional prontitud, por la vecindad. Cierto que hubiera dado más quehablarqueLydiaBennethubiesevenidoalaciudad,yquehabríasidomejoraúnsi lahubiesen recluidoenalgunagranjadistante;peroyahabíabastantequecharlarsobresumatrimonio,ylosbienintencionadosdeseosdequefuesefeliz que antes habían expresado las malévolas viejas de Meryton, noperdieronmás que un poco de su viveza en este cambio de circunstancias,puesconsemejantemaridosedabaporseguraladesgraciadeLydia.

HacíaquincedíasquelaseñoraBennetnobajabadesushabitaciones,peroa fin de solemnizar tan faustos acontecimientos volvió a ocupar radiante su

sitio a la cabecera de la mesa. En su triunfo no había el más mínimosentimiento de vergüenza. El matrimonio de una hija que constituyó elprincipal de sus anhelos desde que Jane tuvo dieciséis años, iba ahora arealizarse. No pensaba ni hablaba más que de bodas elegantes, muselinasfinas,nuevoscriadosynuevoscarruajes.Estabaocupadísimabuscandoenlavecindadunacasaconvenienteparalapareja,ysinsaberniconsiderarcuálesseríansusingresos,rechazómuchasporfaltadeamplitudodesuntuosidad.

––HayePark––decía––iríamuybiensilosGouldingslodejasen;olacasadeStoke,sielsalónfuesemayor;¡peroAsworthestádemasiadolejos!Yonopodríaresistirquevivieseadiezmillasdedistancia.EncuantoalaQuintadePurvis,losáticossonhorribles.

Sumarido ladejabahablar sin interrumpirlamientras loscriadosestabandelante.Perocuandosemarcharon,ledijo:

––SeñoraBennet,antesdetomarningunadeesascasasotodasellasparatuhija,vamosadejar lascosasclaras.Hayenestavecindadunacasadondenunca serán admitidos. No animaré el impudor de ninguno de los dosrecibiéndolosenLongbourn.

A esta declaración siguió una larga disputa, pero el señor Bennet semantuvo firme. Se pasó de este punto a otro y la señora Bennet vio conasombro y horror que su marido no quería adelantar ni una guinea paracomprar el traje de novia a su hija.Aseguró que no recibiría de él ningunapruebadeafectoen loqueaese temase refería.LaseñoraBennetnopodíacomprenderlo;erasuperioralasposibilidadesdesuimaginaciónqueelrencordesumaridollegasehastaelpuntodenegarasuhijaunprivilegiosinelcualsumatrimonioapenaspareceríaválido.Eramássensiblealadesgraciadequesuhijanotuviesevestidodenoviaqueponerse,quealavergüenzadequesehubiese fugado y hubiese vivido conWickham quince días antes de que labodasecelebrara.

Elizabeth se arrepentía más que nunca de haber comunicado a Darcy,empujadaporeldolordelmomento,laaccióndesuhermana,puesyaquelaboda iba a cubrir el escándalo de la fuga, era de suponer que los ingratospreliminaresseríanocultadosatodoslosquepodíanignorarlos.

No temía la indiscreción de Darcy; pocas personas le inspiraban másconfianzaqueél;perolemortificabaquesupieselaflaquezadesuhermana.Ynoporel temordeque leacarreaseaellaningúnperjuicio,porquede todosmodosel abismoqueparecíamediar entre ambosera invencible.Aunqueelmatrimonio deLydia se hubiese arreglado de lamaneramás honrosa, no sepodíasuponerqueDarcyquisieraemparentarconunafamiliaqueatodossusdemásreparosibaaañadirahoralaalianzamásíntimaconelhombrequecontantajusticiaDarcydespreciaba.

AnteunacosaasíeranaturalqueDarcyretrocediera.EldeseodeganarseelafectodeElizabethqueéstahabíaadivinadoenélenDerbyshire,nopodíasobrevivir a semejante golpe. Elizabeth se sentía humillada, entristecida, yllenadevagosremordimientos.Ansiabasucariñocuandoyanopodíaesperarobtenerlo.Queríasaberdeélcuandoyanohabíalamásmínimaoportunidaddetenernoticiassuyas.Estabaconvencidadequehabríapodidoserfelizconél,cuandoeraprobablequenosevolvieranaver.

«¡Qué triunfo para él ––pensaba–– si supiera que las proposiciones quedeseché con tanto orgullo hace sólo cuatro meses, las recibiría ahoraencantada.»

No dudaba que era generoso como el que más, pero mientras viviese,aquelloteníaqueconstituirparaéluntriunfo.

EmpezóentoncesacomprenderqueDarcyeraexactamente,porsumododeserysutalento,elhombrequemáslehabríaconvenido.ElentendimientoyelcarácterdeDarcy,aunquenosemejantesalossuyos,habríancolmadotodossus deseos. Su unión habría sido ventajosa para ambos: con la soltura y lavivezadeella,eltemperamentodeélsehabríasuavizadoyhabríanmejoradosusmodales.Yeljuicio,laculturayelconocimientodelmundoqueélposeíalehabríanreportadoaellaimportantesbeneficios.

Peroesematrimonioidealyanopodríadarunalecciónalasadmiradorasmultitudesdeloqueeralafelicidadconyugal;launiónqueibaaefectuarseenla familia de Elizabeth era muy diferente y excluía la posibilidad de laprimera.

Nopodían imaginarcómose lasarreglaríanWickhamyLydiaparavivirconunapasableindependencia;peronoleeradifícilconjeturarlopocoestableque había de ser la felicidad de una pareja unida únicamente porque suspasioneseranmásfuertesquesuvirtud.

El señorGardiner no tardó en volver a escribir a su cuñado.ContestababrevementealagradecimientodelseñorBennetdiciendoquesumayordeseoeracontribuiralbienestarde todasu familiay terminaba rogandoquenosevolvieseahablarmásdeltema.ElprincipalobjetodelacartaerainformarledequeWickhamhabíaresueltoabandonarelregimiento.

«Tenía muchas ganas de que lo hiciese ––añadía cuando ultimamos elmatrimonio;ycreoqueconvendrásconmigoenquesusalidadeeseCuerpoesaltamente provechosa tanto para él como parami sobrina. La intención delseñorWickhames entrar en elEjército regular, y entre sus antiguos amigoshayquienpuedeyquiereayudarleaconseguirlo.SelehaprometidoelgradodealférezenelregimientodelgeneralX,actualmenteacuarteladoenelNorte.Esmuchomejorquesealejedeestapartedelreino.Élprometefirmemente,y

esperoqueseaasí,quehallándoseentreotrasgentesantelascualesnodeberándesacreditarse, los dos serán más prudentes. He escrito al coronel Forsterparticipándole nuestros arreglos y suplicándole que diga a los diversosacreedores del señor Wickham en Brighton y sus alrededores, que se lespagará inmediatamente bajo mi responsabilidad. ¿Te importaría tomarte lamolestiadedar lasmismas seguridades a los acreedoresdeMeryton, de losque te mando una lista de acuerdo con lo que el señor Wickham me haindicado?Noshaconfesadotodassusdeudasyesperoquealmenosenestononoshayaengañado.Haggerstontieneyainstruccionesydentrodeunasemanaestarátodolisto.EntonceselseñorWickhamseincorporaráasuregimiento,anoserqueprimeroseleinviteairaLongbourn,puesmedicemimujerqueLydia tienemuchosdeseosdeverosa todosantesdedejarelSur.Estámuybienyosruegasumisamentequeosacordéisdeellasumadreytú.»

Tuyo,

E.Gardiner.»

El señorBennety sushijascomprendieron lasventajasdequeWickhamsaliesede laguarnicióndelcondadotanclaramentecomoelseñorGardiner;pero la señora Bennet no estaba tan satisfecha como ellos. Le disgustabamucho que Lydia se estableciese en el Norte precisamente cuando ellaesperaba con placer y orgullo disfrutar de su compañía, pues no habíarenunciadoa su ilusióndeque residieraenHertfordshire.Yademáseraunalástima que Lydia se separase de un regimiento donde todos la conocían ydondeteníatantosadmiradores.

––Quiere tantoa la señoraForster,que le serámuyduroabandonarla.Y,además, hay varios muchachos que le gustan. Puede que los oficiales delregimientodelgeneralXnoseantansimpáticos.

La súplica ––pues como tal había de considerarse de su hija de seradmitidadenuevoenlafamiliaantesdepartirparaelNortefuealprincipiorotundamentedenegada;peroJaneyElizabeth,por lossentimientosyporelporvenirdesuhermana,deseabanquenotificasesumatrimonioasuspadresen persona, e insistieron con tal interés, suavidad y dulzura en que el señorBennetaccediesearecibirlesaellayasumaridoenLongbourndespuésdelaboda,queleconvencieron.DemodoquelaseñoraBennettuvolasatisfacciónde saber que podrían presentar a la vecindad a su hija casada antes de quefuesedesterradaalNorte.Enconsecuencia,cuandoelseñorBennetvolvióaescribirasucuñado,lediopermisoparaquelaparejaviniese,ysedeterminóquealacabarlaceremoniasaldríanparaLongbourn.ElizabethsequejódequeWickham aceptase este plan, y si se hubiese guiado sólo por sus propiosdeseos, Wickham sería para ella la última persona con quien querríaencontrarse.

CAPÍTULOLI

LlegóeldíadelabodadeLydia,yJaneyElizabethseinteresaronporellaprobablemente más que ella misma. Se envió el coche a buscarlos a X, yvolvería con ellos a la hora de comer. Jane y Elizabeth temían su llegada,especialmenteJane,quesuponíaenLydialosmismossentimientosqueaellalahabríanembargadosihubiesesidolaculpable,yseatormentabapensandoenloqueLydiadebíasufrir.

Llegaron. La familia estaba reunida en el saloncillo esperándolos. Lasonrisa adornaba el rostro de la señora Bennet cuando el coche se detuvofrente a la puerta; su marido estaba impenetrablemente serio, y sus hijas,alarmadas,ansiosaseinquietas.

SeoyólavozdeLydiaenelvestíbulo;seabriólapuertaylareciéncasadaentróenlahabitación.Sumadreselevantó,laabrazóyledioconentusiasmola bienvenida, tendiéndole la mano a Wickham que seguía a su mujer,deseándolesaamboslamayorfelicidad,conunaprestezaquedemostrabasuconviccióndequesindudaseríanfelices.

El recibimiento del señorBennet, hacia quien se dirigieron luego, ya nofuetancordial.Reafirmósuseriedadyapenasabrióloslabios.Latranquilidadde la joven pareja era realmente suficiente para provocarle. A Elizabeth ledaban vergüenza e incluso Jane estaba escandalizada. Lydia seguía siendoLydia:indómita,descarada,insensata,chillonayatrevida.Fuedehermanaenhermanapidiéndolesquelafelicitaran,ycuandoalfinsesentarontodos,miróconavidezportodalaestancia,notandoquehabíahabidounpequeñocambio,y,soltandounacarcajada,dijoquehacíaunmontóndetiempoquenoestabaallí.

Wickhamnoparecíamenos contento que ella; pero susmodales seguíansiendo tan agradables que si sumodo de ser y su boda hubieran sido comodebían, sus sonrisas y sus desenvueltos ademanes al reclamar elreconocimiento de su parentesco por parte de sus cuñadas, les habríanseducidoatodas.Elizabethnuncacreyóquefuesecapazdetantadesfachatez,perosesentódecididaanofijar límitesenadelantea ladesvergüenzadeundesvergonzado.TantoJanecomoellaestabanruborizadas,perolasmejillasdeloscausantesdesuturbaciónpermanecíaninmutables.

No faltó la conversación. La novia y la madre hablaban sin respiro, yWickham, que se sentó al lado de Elizabeth, comenzó a preguntar por susconocidos de la vecindad con una alegría y buen humor, que ella no habría

podidoigualarensusrespuestas.TantoLydiacomoWickhamparecían tenerunos recuerdosmaravillosos.Recordaban todo lopasadosinningúnpesar,yella hablaba voluntariamente de cosas a las que sus hermanas no habríanhechoalusiónpornadadelmundo.

––¡Yahanpasado tresmesesdesdequeme fui!––exclamó––. ¡Ypareceque fuehace sóloquincedías!Y, sinembargo, ¡cuántascosashanocurrido!¡Diosmío!Cuandomefuinoteníaniideadequecuandovolvieraibaaestarcasada;aunquepensabaqueseríadivertidísimoqueasífuese.

Su padre alzó los ojos; Jane estaba angustiada; Elizabeth miró a Lydiasignificativamente, pero ella, que nunca veía ni oía lo que no le interesaba,continuóalegremente:

––Mamá,¿sabelagentedeporaquíquemehecasado?Metemíaqueno,ypor eso, cuando adelantamos el carruaje deWilliamGoulding, quise que seenterase;bajéelcristalquequedabaasuladoymequitéelguanteyapoyélamano en elmarco de la ventanilla para queme viese el anillo. Entonces lesaludéysonreícomosinada.

Elizabeth no lo aguantómás. Se levantó y se fue a su cuarto y no bajóhastaoírquepasabanporelvestíbuloendirecciónalcomedor.LlegóatiempodevercómoLydia,pavoneándose,secolocabaenlamesaalladoderechodesumadreyledecíaasuhermanamayor:

––Jane, ahoramecorrespondeamí tupuesto.Túpasasa segundo lugar,porqueyosoyunaseñoracasada.

No cabía suponer que el tiempo diese a Lydia aquellamesura de la quesiempre había carecido. Su tranquilidad de espíritu y su desenfado iban enaumento.EstabaimpacienteporveralaseñoraPhilips,alosLucasyatodoslos demás vecinos, para oír cómo la llamaban «señoraWickham».Mientrastanto,despuésdecomer,fueaenseñarsuanillodebodaalaseñoraHillyalasdoscriadasparapresumirdecasada.

––Bien, mamá ––dijo cuando todos volvieron al saloncillo––, ¿qué teparece mi marido? ¿No es encantador? Estoy segura de que todas mishermanas me envidian; sólo deseo que tengan la mitad de suerte que yo.DeberíaniraBrighton;esunsitioidealparaconseguirmarido.¡Quépenaquenohayamosidotodos!

––Es verdad. Si yomandase, habríamos ido. Lydia, queridamía, nomegustanadaquetevayastanlejos.¿Tienequeserasí?

––¡Oh,Señor!Sí,nohaymásremedio.Peromegustarámucho.Tú,papáymis hermanas tenéis que venir a vernos. Estaremos en Newcastle todo elinvierno, y habrá seguramente algunos bailes; procuraré conseguir buenas

parejasparatodas.

––¡Esoesloquemásmegustaría!––suspirósumadre.

––Y cuando regreséis, que se queden con nosotros una o dos de mishermanas, y estoy segura de que les habré encontradomarido antes de queacabeelinvierno:

––Te agradezco la intención ––repuso Elizabeth––, pero no me gustamuchoquedigamostumaneradeconseguirmarido.

Los invitados iban a estar en Longbourn diez días solamente.WickhamhabíarecibidosudestinoantesdesalirdeLondresyteníaqueincorporarseasuregimientodentrodeunaquincena.

Nadie,exceptolaseñoraBennet,sentíaquesuestanciafuesetancorta.Lamayorpartedeltiemposelopasóenhacervisitasacompañadadesuhijayenorganizar fiestas en la casa.Las fiestas erangratas a todos; evitar el círculofamiliar era aún más deseable para los que pensaban que para los que nopensaban.

ElcariñodeWickhamporLydiaeraexactamentetalcomoElizabethselohabíaimaginado,ymuydistintoqueeldeLydiaporél.NonecesitóElizabethmásqueobservarunpocoasuhermanaparadarsecuentadequelafugahabíaobedecidomásalamordeellaporélquealdeélporella.Sehabríaextrañadode que Wickham se hubiera fugado con una mujer hacia la que no sentíaninguna atracción especial, si no hubiese tenido por cierto que la malasituaciónenqueseencontraba lehabía impuestoaquellaacción,ynoeraélhombre, en semejante caso, para rehuir la oportunidad de tener unacompañera.

Lydiaestabalocaporél;su«queridoWickham»noselacaíadelaboca,eraelhombremásperfectodelmundoytodoloquehacíaestababienhecho.Asegurabaque a primerosde septiembreWickhammataríamáspájaros quenadiedelacomarca.

Unamañana,pocodespuésdesullegada,mientrasestabasentadaconsushermanasmayores,LydialedijoaElizabeth:

––Creo que todavía no te he contado cómo fue mi boda. No estabaspresentecuandoselaexpliquéamamáyalasotras.¿Noteinteresasaberlo?

––Realmente,no––contestóElizabeth––;nodeberíashablarmuchodeeseasunto.

––¡Ay,quéraraeres!Peroquierocontártelo.YasabesquenoscasamosenSanClemente,porqueelalojamientodeWickhampertenecíaaesaparroquia.Habíamosacordadoestartodosallíalasonce.Mistíosyyoteníamosqueirjuntos y reunirnos con los demás en la iglesia. Bueno; llegó lamañana del

lunesyyoestabaquenoveía.¿Sabes?¡Teníaunmiedodequepasaraalgoqueloechasetodoaperder,mehabríavueltoloca!Mientrasmevestí,mitíameestuvo predicando dale que dale como si me estuviera leyendo un sermón.Peroyonoescuchéni ladécimapartedesuspalabrasporque,comopuedessuponer,pensabaenmiqueridoWickham,yensisepondríasutrajeazulparalaboda.

»Bueno;desayunamosalasdiez,comodecostumbre.Yocreíqueaquellono acabaría nunca, porque has de saber que los tíos estuvieron pesadísimosconmigodurantetodoeltiempoquepaséconellos.Créeme,nopuselospiesfueradecasaen losquincedías;niuna fiesta,ningunaexcursión, ¡nada!LaverdadesqueLondresnoestabamuyanimado;peroelLittleTheatreestabaabierto.Encuantollegóelcochealapuerta,mitíotuvoqueatenderaaquelhorrible señor Stone para cierto asunto. Y ya sabes que en cuanto seencuentran, lacosavapara largo.Bueno,yo tenía tantomiedoquenosabíaquéhacer,porquemi tío ibaa ser elpadrino,y si llegábamosdespuésde lahora, ya no podríamos casarnos aquel día. Pero, afortunadamente, mi tíoestuvo listo a los dos minutos y salimos para la iglesia. Pero después meacordédequesitíoGardinernohubiesepodidoiralaboda,detodosmodosnosehabríasuspendido,porqueelseñorDarcypodíahaberocupadosulugar.

¡ElseñorDarcy!––repitióElizabethcontotalasombro.

¡Claro!Acompañaba aWickham, ya sabes. Pero ¡ay demí, semehabíaolvidado!Nodebídecirlo.Seloprometífielmente.¿QuédiráWickham?¡Eraunsecreto!

––Si era un secreto ––dijo Jane–– no digas ni una palabra más. Yo noquierosaberlo.

––Naturalmente ––añadió Elizabeth, a pesar de que se moría decuriosidad––,notepreguntaremosnada.

––Gracias––dijoLydia––,porquesimepreguntáis,os locontaría todoyWickhamseenfadaría.

Consemejanteincentivoparasonsacarle,Elizabethseabstuvodehacerloyparahuirdelatentaciónsemarchó.

Pero ignorar aquello era imposible o, por lo menos, lo era no tratar deinformarse.DarcyhabíaasistidoalabodadeLydia.Tantoelhechocomosusprotagonistas parecían precisamente losmenos indicados para queDarcy semezclase con ellos. Por su cabeza cruzaron rápidas y confusas conjeturassobre loqueaquello significaba,peroninguna lepareció aceptable.Lasquemás le complacían, porque enaltecían a Darcy, eran aparentementeimprobables. No podía soportar tal incertidumbre, por lo que se apresuró ycogió una hoja de papel para escribir una breve carta a su tía pidiéndole le

aclaraseloqueaLydiaselehabíaescapado,sieracompatibleconelsecretodelasunto.

«Yacomprenderás––añadía––quenecesitosaberporquéunapersonaquenotienenadaqueverconnosotrosyquepropiamentehablandoesunextrañoparanuestrafamilia,haestadoconvosotrosenesemomento.Tesuplicoquemecontestesavueltadecorreoymeloexpliques,anoserquehayapoderosasrazones que impongan el secreto que Lydia dice, en cuyo caso tendré quetratarderesignarmeconlaignorancia.»

«Peronoloharé»,sedijoasímismaalacabarlacarta;«yqueridatía,sinome lo cuentas, me veré obligada a recurrir a tretas y estratagemas paraaveriguarlo».

El delicado sentido del honor de Jane le impidió hablar a solas conElizabethdeloqueaLydiaselehabíaescapado.Elizabethsealegró,aunquede esta manera, si sus pesquisas daban resultado, no podría tener unconfidente.

CAPÍTULOLII

Elizabeth tuvo la satisfacción de recibir inmediata respuesta a su carta.Corrió con ella al sotillo, donde había menos probabilidades de que lamolestaran,sesentóenunbancoysepreparóaserfeliz,pueslaextensióndelacartalaconvenciódequenoconteníaunanegativa.

«GracechurchStreet,8deseptiembre.

»Mi querida sobrina: Acabo de recibir tu carta y voy a dedicar toda lamañana a contestarla, pues creo que en pocas palabras no podré decirte lomuchoquetengoquecontarte.Deboconfesarquemesorprendiótupregunta,puesnolaesperabadeti.Noteenfades,sólodeseoquesepasquenocreíaquetales aclaraciones fueran necesarias por tu parte. Si no quieres entenderme,perdonamiimpertinencia.Tutíoestátansorprendidocomoyo,ysóloporlacreenciadequeeresparteinteresadasehapermitidoobrarcomolohahecho.Peroporsiefectivamenteeres inocenteynosabesnadadenada, tendréquesermásexplícita.

»ElmismodíaquelleguédeLongbourn,tutíohabíatenidounavisitamuyinesperada. El señor Darcy vino y estuvo encerrado con él varias horas.Cuandoyoregresé,yaestabatodoarreglado;asíquemicuriosidadnopadeciótantocomolatuya.DarcyvinoparadeciraGardinerquehabíadescubiertoelesconditedeWickhamytuhermana,yqueleshabíavistoyhabladoalosdos:a Wickham varias veces, a tu hermana una solamente. Por lo que puedo

deducir,DarcysefuedeDerbyshirealdíasiguientedehabernosidonosotrosy vino a Londres con la idea de buscarlos. El motivo que dio es que sereconocía culpable de que la infamia de Wickham no hubiese sidosuficientementeconocidaparaimpedirqueunamuchachadecenteleamaseoseconfiara a él.Generosamente lo imputó todoa suciegoorgullo,diciendoque antes había juzgado indigno de él publicar sus asuntos privados. Suconducta hablaría por él. Por lo tanto creyó su deber intervenir y ponerremedioaunmalqueélmismohabíaocasionado.Siteníaotromotivo,estoyseguradequenoeradeshonroso...Habíapasadovariosdíasenlacapitalsinpoder dar con ellos, pero tenía una pista que podía guiarle y que era másimportantequetodaslasnuestrasyque,además,fueotradelasrazonesqueleimpulsaronaveniravernos.

»Pareceserquehayunaseñora,una talseñoraYounge,que tiempoatrásfueelayadelaseñoritaDarcy,yhuboquedestituirladesucargoporalgunacausacensurablequeélnonosdijo.AlsepararsedelafamiliaDarcy,laseñoraYoungetomóunacasagrandeenEdwardsStreetydesdeentoncesseganólavida alquilando habitaciones. Darcy sabía que esa señora Younge teníaestrechasrelacionesconWickham,yaellaacudióenbuscadenoticiasdeésteen cuanto llegó a la capital. Pero pasaron dos o tres días sin que pudieraobtenerdedichaseñoraloquenecesitaba.Supongoquenoquisohablarhastaquelesobornaran,pues,enrealidad,sabíadesdeelprincipioendóndeestabasu amigo. Wickham, en efecto, acudió a ella a su llegada a Londres, y sihubiese habido lugar en su casa, allí se habría alojado. Pero, al fin, nuestrobuenamigoconsiguióladirecciónquebuscaba.EstabanenlacalleX.VioaWickhamyluegoquisoveraLydia.Nosconfesóquesuprimerpropósitoeraconvencerladequesaliesedeaquelladesdichadasituaciónyvolviesealsenodesufamiliasisepodíaconseguirquelarecibieran,yleofreciósuayudaentodo lo que estuviera a su alcance. Pero encontró a Lydia absolutamentedecidida a seguir tal como estaba. Su familia no le importaba un comino yrechazó la ayuda deDarcy; no quería oír hablar de abandonar aWickham;estabaconvencidadequesecasaríanalgunavezyleteníasincuidadosabercuándo.Envistadeesto,Darcypensóque loúnicoquehabíaquehacererafacilitaryasegurarelmatrimonio;ensuprimerdiálogoconWickham,vioqueelmatrimonio no entraba en los cálculos de éste.Wickham confesó que sehabía visto obligado a abandonar el regimiento debido a ciertas deudas dehonorque leapremiaban;no tuvoelmenorescrúpuloenechar laculpaa lalocura de Lydia todas las desdichadas consecuencias de la huida. Dijo querenunciaríainmediatamenteasuempleo,yencuantoalporvenir,nosabíaquéibaaserdeél;debíairseaalgunaparte,peronosabíadóndeyreconocióquenoteníadóndecaersemuerto.

»ElseñorDarcylepreguntóporquénosehabíacasadocontuhermanaenelacto.AunqueelseñorBennetnodebíadesermuyrico,algopodríahacer

porélysusituaciónmejoraríaconelmatrimonio.Peroporlacontestaciónquedio Wickham, Darcy comprendió que todavía acariciaba la esperanza deconseguirunafortunamássólidacasándoseconotramuchachaenalgúnotropaís;noobstante,ydadaslascircunstanciasenquesehallaba,noparecíamuyreacioalatentacióndeobtenerunasolucióninmediata.

»Seentrevistaronrepetidasvecesporquehabíamuchascosasquediscutir.Wickham,desdeluego,necesitabamuchomásdeloquepodíadársele,peroalfinseprestóaserrazonable.

»Cuando todoestuvoconvenidoentreellos, loprimeroquehizoel señorDarcy fue informar a tu tío, por lo cual vino aGracechurch Street por vezprimera, la tarde anterior ami llegada. Pero no pudo ver aGardiner.Darcyaveriguóquetupadreseguíaaúnennuestracasa,peroqueibaamarcharsealdíasiguiente.Nocreyóquetupadrefuesepersonamásapropósitoquetutíoparatratardelasunto,yentoncesaplazósuvisitahastaquetupadresehuboido.Nodejósunombre,yalotrodíasupimosúnicamentequehabíavenidouncaballeroporunacuestióndenegocios.

»El sábado volvió. Tu padre se habíamarchado y tu tío estaba en casa.Comohedichoantes,hablaronlargoratolosdos.

»El domingo volvieron a reunirse y entonces le vi yo también.Hasta ellunes no estuvo tododecidido, y entonces fue cuando semandó al propio aLongbourn. Pero nuestro visitante se mostró muy obstinado; te aseguro,Elizabeth, que la obstinación es el verdadero defecto de su carácter. Le hanacusadodemuchasfaltasenvariasocasiones,peroésaeslaúnicaverdadera.Todoloquisohacerélporsucuenta,apesardequetutío––ynolodigoparaquemeloagradezcas,asíqueteruegonohablesdeello––lohabríaarregladotodoalinstante.

»Discutieron los dos mucho tiempo, mucho más de lo que merecían elcaballeroylaseñoritaencuestión.Peroalcabotutíosevioobligadoaceder,y en lugar de permitirle que fuese útil a su sobrina, le redujo a aparentarloúnicamente,pormásdisgustoqueestolecausaraatutío.Asíesquemefiguroque tu carta de estamañana le ha proporcionado un gran placer al darle laoportunidaddeconfesarlaverdadyquitarselosméritosquesedebenaotro.Perotesuplicoquenolodivulguesyque,comomáximo,noselodigasmásqueaJane.

»Me imagino que sabrás lo que se ha hecho por esos jóvenes. Se hanpagadolasdeudasdeWickham,queascienden,segúncreo,amuchísimomásdemillibras;sehanfijadootrasmilparaaumentarladotedeLydia,yselehaconseguidoaélunempleo.SegúnDarcy,lasrazonesporlascualeshahechotodoestosonunicamentelasquetehedichoantes:porsureservanosesupoquiéneraWickhamyselerecibióyconsideródemodoquenomerecía.Puede

que haya algo de verdad en esto, aunque yo no dudo que ni la reserva deDarcy ni la de nadie tenga nada que ver en el asunto. Pero a pesar de susbonitaspalabras,miqueridaElizabeth,puedesestarseguradequetutíojamáshabríacedidoanohaberlecreídomovidoporotrointerés.

»Cuando todoestuvoresuelto,elseñorDarcyregresó juntoasusamigosqueseguíanenPemberley,peroprometióvolveraLondresparalabodayparaliquidarlasgestionesmonetarias.

»Creoqueyatelohecontadotodo.Siesciertoloquedices,esterelatotehabrá de sorprendermuchísimo, perome figuro que no te disgustará. Lydiavino a casa yWickham tuvo constante acceso a ella. El era el mismo queconocí en Hertfordshire, pero no te diría lo mucho que me desagradó laconductadeLydiadurantesupermanenciaennuestracasa,sinofueraporquelacartadeJanedelmiércolesmedioaentenderquealllegaraLongbournseportó exactamente igual, por lo que no habrá de extrañarte lo que ahoracuento.Lehablémuchasvecescontodaseriedadhaciéndoleverladesgraciaquehabíaacarreadoasufamilia,perosimeoyóseríaporcasualidad,porqueestoyconvencidadequenisiquierameescuchaba.Hubovecesenquellegóairritarme;peromeacordabademisqueridasElizabethyJaneymerevestíadepaciencia.

»El señorDarcy volvió puntualmente y, comoLydia os dijo, asistió a laboda.Comióconnosotrosaldíasiguiente.SedisponíaasalirdeLondreselmiércolesoeljueves.¿Teenojarásconmigo,queridaLizzy,siaprovechoestaoportunidadparadecirteloquenuncamehabríaatrevidoadecirteantes,yeslo mucho que me gusta Darcy? Su conducta con nosotros ha sido tanagradableentodocomocuandoestábamosenDerbyshire.Suinteligencia,susopiniones,todomeagrada.Nolefaltamásqueunpocodeviveza,yesosisecasa juiciosamente, su mujer se lo enseñará. Me parece que disimula muybien;apenaspronunciótunombre.Perosevequeeldisimuloestádemoda.

»Teruegoquemeperdonessiheestadomuysuspicaz,oporlomenosnomecastigueshastaelpuntodeexcluirmedePemberley.Noseréfelizdeltodohastaquenohayadadolavueltacompletaa lafinca.Unfaetónbajoconunbuenpardejacasseríaloideal.

»Nopuedoescribirtemás.Losniñosmeestánllamandodesdehacemediahora.»Tuyaafectísima,

M.Gardiner.»

ElcontenidodeestacartadejóaElizabethenunaconmociónenlaquenose podía determinar si tomaba mayor parte el placer o la pena. Las vagassospechasqueensu incertidumbresobreelpapeldeDarcyenlabodadesuhermana había concebido, sin osar alentarlas porque implicaban alardes de

bondad demasiado grandes para ser posibles, y temiendo que fueran ciertaspor la humillación que la gratitud impondría, quedaban, pues, confirmadas.Darcyhabíaidodetrásdeellosexpresamente,habíaasumidotodalamolestiaymortificación inherentesaaquellabúsqueda, imploróaunamujera laquedebía detestar y se vio obligado a tratar con frecuencia, a persuadir y a lapostre sobornar, al hombre que más deseaba evitar y cuyo solo nombre lehorrorizabapronunciar.Todolohabíahechoparasalvaraunamuchachaquenadadebíade importarleyporquiennopodíasentirningunaestimación.Elcorazón le decía a Elizabeth que lo había hecho por ella, pero otrasconsideraciones reprimían esta esperanza y pronto se dio cuenta de quehalagabasuvanidadalpretenderexplicarelhechodeesamanera,puesDarcynopodía sentir ningún afecto por unamujer que le había rechazadoy, si losentía,noseríacapazdesobreponerseaunsentimientotannaturalcomoeldeemparentar con Wickham. ¡Darcy, cuñado de Wickham! El más elementalorgullo tenía que rebelarse contra ese vínculo. Verdad es que Darcy habíahecho tanto que Elizabeth estaba confundida, pero dio una razón muyverosímil. No era ningún disparate pensar que Darcy creyese haber obradomal; era generoso y tenía medios para demostrarlo, y aunque Elizabeth seresistíaaadmitirquehubiesesidoellaelmóvilprincipal,cabíasuponerqueunresto de interés por ella había contribuido a sus gestiones en un asunto quecomprometía la paz de su espíritu.Eramuypenoso quedar obligados de talforma a una persona a la que nunca podrían pagar lo que había hecho. LedebíanlasalvaciónylareputacióndeLydia.¡CuántoledolieronaElizabethsu ingratitud y las insolentes palabras que le había dirigido! Estabaavergonzada de símisma, pero orgullosa de él, orgullosa de que se hubieraportadotancompasivoynoblemente.Leyóunayotravezloselogiosqueletributaba su tía, y aunque no le parecieron suficientes, le complacieron. Ledabaungranplacer,aunquetambiénlaentristecíapensarquesus tíoscreíanqueentreDarcyyellasubsistíaafectoyconfianza.

Se levantódesuasientoysaliódesumeditaciónalnotarquealguienseaproximaba;yantesdequepudieraalcanzarotrosendero,Wickhamlaabordó.

––Temo interrumpir tu solitario paseo, querida hermana ––le dijoponiéndoseasulado.

––Asíes,enefecto––replicóconunasonrisa––,peronoquieredecirquelainterrupciónmemoleste.

––Sentiría molestarte. Nosotros hemos sido siempre buenos amigos. Yahorasomosalgomás.––Cierto.¿Ylosdemás,hansalido?

––Nosé.LaseñoraBennetyLydiasehanidoencocheaMeryton.Mehandichotustíos,queridahermana,quehasestadoenPemberley.

Elizabethcontestóafirmativamente.

––Teenvidioeseplacer,ysimefueraposiblepasaríaporallídecaminoaNewcastle. Supongo que verías a la anciana ama de llaves. ¡Pobre señoraReynolds!¡Cuántomequería!Peromefiguroquenomenombraríadelantedevosotros.

––Sí,tenombró.––¿Yquédijo?

––Que habías entrado en el ejército y que andabas en malos pasos. Yasabesqueatantadistancialascosassedesfiguran.

––Claro––contestóélmordiéndoseloslabios.

Elizabethcreyóhaberlecallado,peroWickhamdijoenseguida:

MesorprendióveraDarcyelmespasadoenlacapital.Nosencontramosvariasveces.MegustaríasaberquéestabahaciendoenLondres.

––Puede que preparase sumatrimonio con la señorita de Bourgh ––dijoElizabeth––.DebedeseralgoespecialparaqueestéenLondresenestaépocadelaño.

––Indudablemente.¿LevistecuandoestuvisteenLambton?Creoque losGardinermedijeronquesí.

––Efectivamente;nospresentóasuhermana.––¿Ytegustó?

––Muchísimo.

––Esverdadqueheoídodecirqueenestosdosúltimosañoshamejoradoextraordinariamente.Laúltimavezquelavinoprometíamucho.Mealegrodequetegustase.Esperoquelevayabien.

––Leirábien.Hapasadoyalaedadmásdifícil.––¿PasasteporelpueblodeKimpton?

––Nomeacuerdo.

––Telodigo,porqueésaes larectoríaquedebíahaber tenidoyo.¡Esunlugar delicioso! ¡Y qué casa parroquial tan excelente tiene! Me habríaconvenidodesdetodoslospuntosdevista.

––¿Tehabríagustadocomponersermones?

––Muchísimo. Lo habría tomado como una parte demis obligaciones ypronto nome habría costado ningún esfuerzo.No puedo quejarme, pero nohaydudadequeesohabría sido lomejorparamí.Laquietudyel retirodesemejante vida habrían colmado todosmis anhelos. ¡Pero no pudo ser! ¿LeoísteaDarcymencionaresetemacuandoestuvisteenKent?

––Supe de fuentes fidedignas que la parroquia se te legó sólocondicionalmenteyalavoluntaddelactualseñordePemberley.

––¿Esotehadicho?Sí,algodeesohabía;así te loconté laprimeravez,¿teacuerdas?

––Tambiénoídecirquehubountiempoenqueelcomponersermonesnoteparecía tanagradablecomoahora,queentoncesdeclaraste tu intencióndenoordenartenunca,yqueelasuntoseliquidódeacuerdocontigo.

––Sí, es cierto. Debes recordar lo que te dije acerca de eso cuandohablamosdeellolaprimera

vez.

Estaba ya casi a la puerta de la casa, pues Elizabeth había seguidopaseandoparaquitárselodeencima.Porconsideraciónasuhermananoquisoprovocarleysóloledijoconunasonrisa:

––Vamos, Wickham; somos hermanos. No discutamos por el pasado.Esperoquedeahoraenadelantenotengamosporquédiscutir.

Ledio lamanoyél se labesóconafectuosagalantería,aunquenosabíaquécaraponer,yentraronenlacasa.

CAPÍTULOLIII

Wickham quedó tan escarmentado con aquella conversación que nuncavolvióaexponerse,niaprovocarasuqueridahermanaElizabethareanudarla.Yellasealegródehaberdicholosuficienteparaquenomencionaseeltemamás.

Llegóeldíadelapartidadeljovenmatrimonio,ylaseñoraBennetsevioforzadaaunaseparaciónquealpareceribaadurarunaño,porlomenos,yaquedeningúnmodoentraba en los cálculosdel señorBennet el que fuesentodosaNewcastle.

––¡Oh,señor!¡Nolosé!¡Acasotardaremosdosotresaños!––Escríbememuyamenudo,querida.

––Tanamenudocomopueda.Peroya sabesque lasmujeres casadasnodisponemos de mucho tiempo para escribir. Mis hermanas sí podránescribirme;notendránotracosaquehacer.

EladiósdeWickhamfuemuchomáscariñosoqueeldesumujer.Sonrió,estuvomuyagradableydijocosasencantadoras.

––Esunjovenmuyfino––dijoelseñorBennetencuantosehabíanido––;nohevistonuncaotroigual.Esunamáquinadesonrisasynoshacelapelotaa

todos.Estoyorgullosísimode él.Desafío almismo sirWilliamLucas aqueconsigaunyernomásvalioso.

La pérdida de su hija sumió en la tristeza a la señoraBennet por variosdías.

––Muchasvecespienso––decía––quenohaynadapeorquesepararsedelaspersonasqueridas.¡Sequedaunatandesamparadasinellas!

––Pues ya ves, ésa es una consecuencia de casar a las hijas ––observóElizabeth––.Teharámásfelizquelasotrascuatrosigamossolteras.

Noeseso.Lydianomeabandonaporquesehayacasado,sinoporqueelregimientodesumaridoestálejos.Sihubieraestadomáscerca,nosehabríamarchadotanpronto.

Peroeldesalientoqueestesucesolecausósealivióenseguidaysumenteempezóafuncionardenuevocongranagitaciónantelaseriedenoticiasquecirculabanporaquelentonces.ElamadellavesdeNetherfieldhabíarecibidoórdenesdeprepararlallegadadesuamoqueibaatenerlugardentrodedosotres días, para dedicarse a la caza durante unas semanas. La señora Bennetestaba nerviosísima. Miraba a Jane y sonreía y sacudía la cabezaalternativamente.

––Bueno,bueno,¿conquevieneelseñorBingley,hermana?––puesfuelaseñora Philips la primera en darle la noticia––. Puesmejor. Aunque nomeimporta.Túsabesquenadatenemosqueverconélyquenoquierovolveraverlo.Si quierevenir aNetherfield, quevenga. ¿Yquién sabe loquepuedepasar?Perononosimporta.Yasabesquehacetiempoacordamosnovolveradecirpalabradeesto.¿Esciertoqueviene?

––Puedes estar segura ––respondió la otra––, porque la señora NichollsestuvoenMerytonayer tarde; lavipasary salídispuestaa saber laverdad;ellamedijoquesí,quesuamollegaba.Vendráeljuevesamástardar;puedequellegueelmiércoles.LaseñoraNichollsmedijoqueibaa lacarniceríaaencargarcarneparaelmiércolesyllevabatresparesdepatoslistosparamatar.

Al saber la noticia, Jane mudó de color. Hacía meses que entre ella yElizabethnosehablabadeBingley,peroahoraencuantoestuvieronsolas ledijo:

––Henotado,Elizabeth, que cuandomi tía comentaba la noticia del día,meestabasmirando.Yaséqueparecióquemedioapuro,perono tefiguresque era por alguna tontería. Me quedé confusa un momento porque me dicuenta de queme estaríais observando. Te aseguro que la noticia nome datristeza ni gusto. De una cosa me alegro: de que viene solo, porque así loveremosmenos.Noesquetengamiedopormí,perotemoloscomentariosde

lagente.

Elizabethnosabíaquépensar.SinolehubieravistoenDerbyshire,habríapodidocreerqueveníatansóloporelcitadomotivo,peronodudabadequeaúnamabaaJane,yhastasearriesgabaapensarqueveníaconlaaprobacióndesuamigooquesehabíaatrevidoinclusoavenirsinella.

«Esduro––pensabaaveces––queestepobrehombrenopuedaveniraunacasaquehaalquiladolegalmentesinlevantartodasestascábalas.Yoledejaréenpaz.»

Apesarde loque suhermanadecíay creíadebuena fe,ElizabethpudonotarquelaexpectativadelallegadadeBingleyleafectaba.Estabadistintaymásturbadaquedecostumbre.

Eltemadelquehabíandiscutidosuspadresacaloradamentehacíaunaño,surgióahoradenuevo.––Queridomío,supongoqueencuantollegueelseñorBingleyirásavisitarle.

––Noyno.Meobligasteahacerloelañopasado,prometiéndomequeseibaacasarconunademishijas.Pero todoacabóenaguadeborrajas,ynoquierovolverahacersemejanteparipécomountonto.

Sumujerleobservóloabsolutamentenecesariaqueseríaaquellaatenciónpor parte de todos los señores de la vecindad en cuanto Bingley llegase aNetherfield.

––Esunaetiquetaquemerevienta––repusoelseñorBennet––.Siquierenuestracompañía,quelabusque;yasabedóndevivimos.Nopuedoperdereltiempocorriendodetrásdelosvecinoscadavezquesevanyvuelven.

––Bueno,serámuyfeoquenolevisites;peroesonomeimpediráinvitarleacomer.VamosatenerenbrevealamesaalaseñoraLongyalosGoulding,ycomocontándonosanosotrosseremostrece,habrájustamenteunlugarparaél.

Consoladaconestadecisión,quedóperfectamentedispuestaasoportar ladescortesía de su esposo, aunque le molestara enormemente que, con talmotivo,todoslosvecinosviesenaBingleyantesqueellos.Alacercarseeldíadelallegada,Janedijo:

––Apesardetodo,empiezoasentirquevenga.Nomeimportaríanadayleveré con la mayor indiferencia, pero no puedo resistir oír hablar de élperpetuamente.Mimadrelohaceconlamejorintención,peronosabe,nisabenadie, el sufrimientoquemecausa.Noseré felizhastaqueBingley sehayaidodeNetherfield.

––Querría decirte algo para consolarte ––contestó Elizabeth––, pero nopuedo. Debes comprenderlo. Y la normal satisfacción de recomendar

pacienciaalosquesufrenmeestávedadaporqueatinuncatefalta.

Bingleyllegó.LaseñoraBennettratódeobtenerconayudadelascriadaslas primeras noticias, para aumentar la ansiedad y el mal humor que laconsumían.Contaba losdíasquedebían transcurrirpara invitarle,yaquenoabrigabaesperanzasdeverloantes.PeroalaterceramañanadelallegadadeBingleyalcondado,desdelaventanadesuvestidorlevioqueentrabaporlaverjaacaballoysedirigíahacialacasa.

Llamóalpuntoasushijasparaquecompartieransugozo.Janesenegóadejarsulugarjuntoalamesa.PeroElizabeth,paracomplacerasumadre,seacercóalaventana,miróyvioqueBingleyentrabaconDarcy,ysevolvióasentaralladodesuhermana.

––Mamá,vieneotrocaballeroconél––dijoCatherine––.¿Quiénserá?––Supongoquealgúnconocidosuyo,querida;noleconozco.

––¡Oh!––exclamóCatherine––.Pareceaquelseñorqueantesestabaconél.Elseñor...¿cómosellama?Aquelseñoraltoyorgulloso.

––¡SantoDios!¿ElseñorDarcy?Puessí,esél.Bueno;cualquieramigodelseñorBingley será siemprebienvenidoaestacasa; sino fueraporeso...Nopuedoverlenienpintura.

Jane miró a Elizabeth con asombro e interés. Sabía muy poco de suencuentroenDerbyshirey,porconsiguiente,comprendíaelhorrorquehabíadecausarleasuhermanaveraDarcycasiporprimeravezdespuésdelacartaaclaratoria. Las dos hermanas estaban bastante intranquilas; cada una sufríapor la otra, y como es natural, por sí misma. Entretanto la madre seguíaperorandosobresuodioaDarcyysobresudecisióndeestarcortésconélsólopor consideración a Bingley. Ninguna de las chicas la escuchaba. Elizabethestaba inquieta por algo que Jane no podía sospechar, pues nunca se habíaatrevidoamostrarlelacartadelaseñoraGardiner,niarevelarleelcambiodesussentimientosporDarcy.ParaJane,DarcynoeramásqueelhombrecuyasproposicioneshabíarechazadoElizabethycuyosméritosmenospreciaba.PeroparaElizabeth,Darcyeraelhombreaquiensufamiliadebíaelmayordelosfavores,yaquienellamirabaconuninterés,sinotantierno,porlomenostanrazonable y justo como el que Jane sentía por Bingley. Su asombro ante lavenida de Darcy a Netherfield, a Longbourn, buscándola de nuevovoluntariamente, era casi igual alqueexperimentóalverlo tancambiadoenDerbyshire.

El color, que había desaparecido de su semblante, acudió en seguidaviolentamentea susmejillas,yunasonrisadeplacerdiobrilloa susojosalpensarqueelcariñoylosdeseosdeDarcyseguíansiendolosmismos.Peronoqueríadarloporseguro.

«Primeroverécómosecomporta––sedijo––y luegoDiosdirásipuedoteneresperanzas.»

Se puso a trabajar atentamente y se esforzó por mantener la calma. Noosaba levantar los ojos, hasta que su creciente curiosidad le hizomirar a suhermanacuandolacriadafueaabrirlapuerta.Janeestabamáspálidaquedecostumbre, pero más sosegada de lo que Elizabeth hubiese creído. Cuandoentraron los dos caballeros, enrojeció, pero los recibió con bastantetranquilidad, y sin dar ninguna muestra de resentimiento ni de innecesariacomplacencia.

Elizabethhablóalosdosjóveneslomenosquelaeducaciónpermitía,ysededicóabordarconmásaplicaciónquenunca.SóloseaventuróadirigirunamiradaaDarcy.Ésteestabatanseriocomosiempre,yaellaseleantojóqueseparecíamás alDarcy que había conocido enHertfordshire que al que habíavistoenPemberley.Peroquizáenpresenciadesumadrenosesentíaigualqueenpresenciadesustíos.Eraunasuposicióndolorosa,peronoimprobable.

Miró también un instante a Bingley, y le pareció que estaba contento ycohibido a la vez. La señora Bennet le recibió con unos aspavientos quedejaron avergonzadas a sus dos hijas, especialmente por el contraste con sufríayceremoniosamaneradesaludarytrataraDarcy.

Particularmente Elizabeth, sabiendo que su madre le debía a Darcy lasalvación de su hija predilecta de tan irremediable infamia, se entristecióprofundamenteporaquellagrosería.

DarcypreguntócómoestabanlosseñoresGardiner,yElizabethlecontestóconciertaturbación.Después,apenasdijonada.NoestabasentadoalladodeElizabeth,yacasosedebíaaestosusilencio;peronoestabaasíenDerbyshire.Allí, cuando no podía hablarle a ella hablaba con sus amigos; pero ahorapasaronvariosminutossinqueseleoyeralavoz,ycuandoElizabeth,incapazde contener su curiosidad, alzaba la vista hacia él, le encontraba con másfrecuencia mirando a Jane que a ella, y a menudo mirando sólo al suelo.Parecía más pensativo y menos deseoso de agradar que en su últimoencuentro. Elizabeth estaba decepcionada y disgustada consigo misma porello.

«¿Cómo pude imaginarme que estuviese de otro modo? se decía––. Nisiquieraséporquéhavenidoaquí.»

Noteníahumorparahablarconnadiemásqueconél,perolefaltabavalorparadirigirlelapalabra.Lepreguntóporsuhermana,peroyanosupomásquédecirle.

––Muchotiempohapasado,señorBingley,desdequesefueusted––dijolaseñoraBennet.––Efectivamente––dijoBingley.

––Empezabaatemer––continuóella––queyanovolvería.LagentedicequeporSanMiguelpiensaustedabandonarestacomarca;peroesperoquenoseacierto.Hanocurridomuchascosasenlavecindaddesdequeustedsefue;la señoritaLucas se casóy está establecida enHunsford, y también se casóuna demis hijas. Supongo que lo habrá usted sabido, seguramente lo habráleídoenlosperiódicos.SalióenelTimesyenelCourrier,sóloquenoestababien redactado. Decía solamente: «El caballero George Wickham contrajomatrimonioconlaseñoritaLydiaBennet»,sinmencionarasupadrenidecirdóndevivía la novia ni nada.Lagacetilla debióde ser obrademi hermanoGardiner,ynocomprendocómopudohacerunacosatandesabrida.¿Loviousted?

Bingleyrespondióquesíylafelicitó.ElizabethnoseatrevíaalevantarlosojosynopudoverquécaraponíaDarcy.

––Es delicioso tener una hija bien casada ––siguió diciendo––, pero almismotiempo,señorBingley,esmuyduroquesemehaya ido tan lejos.SehantrasladadoaNewcastle,quecaemuyalNorte,segúncreo,yallíestaránno sé cuánto tiempo. El regimiento demi yerno está destinado allí, porquehabránustedoídodecirquehadejadolaguarnicióndelcondadoyquesehapasadoa los regulares.GraciasaDios tiene todavíaalgunosamigos,aunquequizánotantoscomomerece.

Elizabeth, sabiendo que esto iba dirigido aDarcy, sintió tanta vergüenzaque apenas podía sostenerse en la silla. Sin embargo, hizo un supremoesfuerzo para hablar y preguntó a Bingley si pensaba permanecer muchotiempoenelcampo.Elrespondióqueunassemanas.

––Cuando hayamatado usted todos sus pájaros, señorBingley ––dijo laseñoraBennet––, venga ymate todos los que quiera en la propiedad demiesposo.Estoyseguraquetendrámuchogustoenelloydequelereservarásusmejoresnidadas.

ElmalestardeElizabethaumentócontaninnecesariayoficiosaatención.No le cabía la menor duda de que todas aquellas ilusiones que renacíandespuésdeunañoacabaríanotravezdelmismomodo.PensóqueañosenterosdefelicidadnopodríancompensarleaellayaJanedeaquellosmomentosdepenosaconfusión.

«Nodeseomásqueunacosa––sedijo––,yesnovolveraveraningunodeestosdoshombres.Todoelplacerquepuedaproporcionarsucompañíanobasta para compensar esta vergüenza. ¡Ojalá no tuviera que volver aencontrármelosnunca!»

Peroaquelladesdichaquenopodríancompensarañosenterosdefelicidad,se atenuó poco después al observar que la belleza de su hermana volvía a

despertarlaadmiracióndesuantiguoenamorado.AlprincipioBingleyhablómuy poco con Jane, pero a cada instante parecíamás prendado de ella. Laencontrabatanhermosacomoelañoanterior,tansensibleytanafable,aunquenotanhabladora.Janedeseabaquenoselenotaseningunavariaciónycreíaquehablabacomosiempre,perosumenteestabatanocupadaqueavecesnosedabacuentadesusilencio.

Cuandoloscaballerosselevantaronparairse,laseñoraBennetnoolvidósuproyectadainvitación.LosdosjóvenesaceptaronyseacordóquecenaríanenLongbourndentrodepocosdías.

––Me debía una visita, señor Bingley añadió la señora Bennet––, puescuando se fue usted a la capital el último invierno, me prometió comer enfamiliaconnosotrosencuantoregresara.Yavequenoloheolvidado.Estabamuydisgustadaporquenovolvióustedparacumplirsucompromiso.

Bingley pareció un poco desconcertado por esa reflexión, y dijo que losentía mucho, pero que sus asuntos le habían retenido. Darcy y él semarcharon.

LaseñoraBennethabíaestadoapuntodeinvitarlesacomeraquelmismodía,peroapesardequesiempresecomíabienensucasa,nocreíaquedosplatosfuesendeningúnmodosuficientesparaunhombrequeleinspirabatanambiciosos proyectos, ni para satisfacer el apetito y el orgullo de otro queteníadiezmillibrasalañoderenta.

CAPÍTULOLIV

Encuantosemarcharon,Elizabethsalióapasearpararecobrarelánimoo,mejordicho,parameditar lacausaquelehabíahechoperderlo.LaconductadeDarcylateníaasombradayenojada.¿Porquévino––sedecía––paraestarensilencio,serioeindiferente?»

Nopodíaexplicárselodemodosatisfactorio.

«Sipudoestaramableycomplacienteconmis tíosenLondres,¿porquénoconmigo?Simetemía,¿porquévino?Ysiyanoleimportonada,¿porquéestuvotancallado?¡Quéhombremásirritante!Noquieropensarmásenél.»

Involuntariamentemantuvo esta resolución durante un rato, porque se leacercósuhermana,cuyoalegreaspectodemostrabaqueestabamássatisfechadelavisitaqueella.

––Ahora ––le dijo––, pasado este primer encuentro, me sientocompletamentetranquila.Séquesoyfuerteyqueyanomeazorarédelantede

él.Me alegro de que venga a comer elmartes, porque así se verá que nostratamossimplementecomoamigosindiferentes.

––Sí,muy indiferentes ––contestó Elizabeth riéndose––. ¡Oh, Jane! ¡Tencuidado!––Lizzy,querida,novasacreerquesoytandébilcomoparacorrerningúnpeligro.––Creoqueestásenunomuygrande,porqueélteamacomosiempre.

No volvieron a ver a Bingley hasta el martes, y, entretanto, la señoraBennetseentregóatodoslosventurososplanesquelaalegríaylaconstantedulzuradelcaballerohabíanhechorevivirenmediahoradevisita.ElmartessecongregóenLongbournunnumerosogrupodegenteylosseñoresqueconmásansiaseranesperadosllegaroncontodapuntualidad.Cuandoentraronenel comedor,Elizabethobservóatentamente aBingleyparaver si ocupabaellugar que siempre le había tocado en anteriores comidas al lado de suhermana; su prudente madre, pensando lo mismo, se guardó mucho deinvitarle a que tomase asiento a su lado. Bingley pareció dudar, pero Janeacertóamirar sonrientea sualrededory lacosaquedódecidida:BingleysesentóalladodeJane.

Elizabeth,con triunfal satisfacción,miróaDarcy.Éstesostuvo lamiradacon noble indiferencia, Elizabeth habría imaginado que Bingley habíaobtenidoyapermisodesuamigoparadisfrutardesufelicidadsinohubiesesorprendido losojosdeéstevueltos tambiénhaciaDarcy,conunaexpresiónrisueña,perodealarma.

LaconductadeBingleyconJanedurante lacomidareveló laadmiraciónque sentía por ella, y aunque era más circunspecta que antes, Elizabeth sequedó convencida de que si sólo dependiese de él, su dicha y la de Janequedaría pronto asegurada. A pesar de que no se atrevía a confiar en elresultado,Elizabethsequedómuysatisfechaysesintiótodoloanimadaquesumalhumorlepermitía.Darcyestabaalotroladodelamesa,sentadoalladodelaseñoraBennet,yElizabethcomprendíalopocogrataqueleseraalosdossemejantecolocación,ylopocoventajosaqueresultabaparanadie.Noestabalo bastante cerca para oír lo que decían, pero pudo observar que casi no sehablabany lo fríos y ceremoniosos que eran susmodales cuando lo hacían.Esta antipatía de su madre por Darcy le hizo más penoso a Elizabeth elrecuerdo de lo que todos le debían, y había momentos en que habría dadocualquier cosa por poder decir que su bondad no era desconocida niinapreciadaportodalafamilia.

EsperabaquelatardeledaríaoportunidaddeestaralladodeDarcyyquenoacabaríalavisitasinpodercambiarconélalgomásqueelsencillosaludodelallegada.Estabatanansiosaydesasosegadaquemientrasesperabaenelsalónlaentradadeloscaballeros,sudesazóncasilapusodemaltalante.Dela

presencia de Darcy dependía para ella toda esperanza de placer en aquellatarde.

«Sinosedirigehaciamí––sedecía––medaréporvencida.»

Entraron los caballeros y pareció que Darcy iba a hacer lo que ellaanhelaba;perodesgraciadamentelasseñorassehabíanagrupadoalrededordelamesaendondelaseñoraBennetpreparabaeltéyElizabethservíaelcafé,estabantodastanapiñadasquenoquedabaningúnsitolibreasuladonilugarparaotrasilla.Alacercarseloscaballeros,unadelasmuchachasseaproximóaElizabethyledijoaloído:

––Los hombres no vendrán a separarnos; ya lo tengo decidido; no noshacenningunafalta,¿noescierto?

Darcyentoncessefueaotroladodelaestancia.Elizabethleseguíaconlavistayenvidiabaatodosconquienesconversaba;apenasteníapacienciaparaservirelcafé,yllegóaponersefuriosaconsigomismaporsertantonta.

«¡Unhombrealqueherechazado!Locadeboestarsiesperoquerenazcasuamor.Nohayun solohombrequeno se rebelasecontra ladebilidadquesupondría una segunda declaración a la misma mujer. No hay indignidadmayorparaellos.»

SereanimóunpocoalverqueDarcyveníaadevolverlelatazadecafé,yellaaprovechólaoportunidadparapreguntarle:

––¿SiguesuhermanaenPemberley?––Sí,estaráallíhastalasNavidades.

––¿Yestásola?¿Sehanidoyatodossusamigos?

––Sólo la acompaña la señora Annesley; los demás se han ido aScarboroughapasarestastressemanas.

A Elizabeth no se le ocurrió más que decir, pero si él hubiese queridohablar,¡conquéplacerlehabríacontestado!Noobstante,sequedóasuladounos minutos, en silencio, hasta que la muchacha de antes se puso acuchichearconElizabeth,yentoncesélseretiró.

Una vez quitado el servicio de té y puestas las mesas de juego, selevantarontodaslasseñoras.Elizabethcreyóentoncesquepodríaestarconél,pero sus esperanzas rodaron por el suelo cuando vio que su madre seapoderaba deDarcy y le obligaba a sentarse a sumesa dewhist. Elizabethrenunció ya a todas sus ilusiones. Toda la tarde estuvieron confinados enmesasdiferentes,perolosojosdeDarcysevolvíantanamenudodondeellaestaba,quetantoelunocomoelotroperdierontodaslaspartidas.

LaseñoraBennethabíaproyectadoque losdoscaballerosdeNetherfieldse quedaran a cenar, pero fueron los primeros en pedir su coche y no hubo

maneraderetenerlos.

––Bueno,niñas––dijo lamadreencuantosehubieron ido todos––,¿quémedecís?Amimododevertodohaidohoyapedirdeboca.Lacomidahaestadotanbienpresentadacomolasmejoresquehevisto;elvenadoasado,ensu punto, y todo el mundo dijo que las ancas eran estupendas; la sopa,cincuentavecesmejorque laquenossirvieron lasemanapasadaencasadelosLucas;yhastaelseñorDarcyreconocióquelasperdicesestabanmuybienhechas,yesoqueéldebedetenerdosotrescocinerosfranceses.Y,porotraparte,Janequerida,nuncaestuvistemásguapaqueestatarde;laseñoraLonglo afirmó cuando yo le pregunté su parecer. Y ¿qué crees que me dijo,además? «¡Oh, señoraBennet, por fin la tendremos enNetherfield!»Así lodijo.OpinoquelaseñoraLongeslamejorpersonadelmundo,ysussobrinasson unasmuchachasmuy bien educadas y no son feas del todo;me gustanmucho.

TotalquelaseñoraBennetestabademagníficohumor.SehabíafijadolobastanteenlaconductadeBingleyparaconJaneparaconvencersedequealfin lo iba a conseguir. Estaba tan excitada y sus fantasías sobre el granporvenir que esperaba a su familia fueron tan lejos de lo razonable, que sedisgustómuchísimoalverqueBingleynosepresentabaaldíasiguienteparadeclararse.

––Hasidoundíamuyagradable––dijoJaneaElizabeth––.¡Quéselectayquécordialfuelafiesta!Esperoqueserepita.

Elizabethsesonrió.

––No te rías. Me duele que seas así, Lizzy. Te aseguro que ahora heaprendido a disfrutar de su conversación y que no veo en él más que unmuchachointeligenteyamable.Meencantasuprocederynomeimportaquejamáshayapensadoenmí.Sóloencuentroquesutratoesdulceymásatentoqueeldeningúnotrohombre.

––¡Erescruel!––contestósuhermana––.Nomedejassonreírymeestásprovocandoahacerloacadamomento.

––¡Qué difícil es que te crean en algunos casos! ––¡Y qué imposible enotros!

––¿Por qué te empeñas en convencerme de que siento más de lo queconfieso?

––No sabría qué contestarte. A todos nos gusta dar lecciones, pero sóloenseñamosloquenomerecelapenasaber.Perdóname,perosipersistesentuindiferencia,esmejorqueyonoseatuconfidente.

CAPÍTULOLV

Pocosdíasdespuésdeaquellavisita,BingleyvolvióaLongbourn,solo.SuamigosehabíaidoaLondresporlamañana,peroibaaregresardentrodediezdías.Pasóconellasunahora,yestuvodeexcelentehumor.LaseñoraBennetle invitó a comer,Bingley dijo que lo sentía, pero que estaba convidado enotrositio.

––La próxima vez que venga ––repuso la señora Bennet–– espero quetengamosmássuerte.

––Tendré mucho gusto ––respondió Bingley. Y añadió que, si se lopermitían,aprovecharíacualquieroportunidadparavisitarles.

––¿Puedeustedvenirmañana?

Bingleydijoquesí,puesnoteníaningúncompromisoparaeldíasiguiente.

Llegó tan tempranoqueningunade lasseñorasestabavestida,LaseñoraBennetcorrióalcuartodesushijas,enbatayamediopeinar,exclamando:

––¡Jane,querida,dateprisayveabajo!¡HavenidoelseñorBingley!Esél,sinduda.¡Ven,Sara!Andaenseguidaaayudaravestirsea laseñoritaJane.NotepreocupesdelpeinadodelaseñoritaElizabeth.

––Bajaremos en cuanto podamos ––dijo Jane––, pero me parece queCatherineestámásadelantadaquenosotras,porquesubióhacemediahora.

––¡Miraconloquesales!¿QuétienequeverenestoCatherine?Túereslaquedebebajarenseguida.¿Dóndeestátucorsé?

Perocuandosumadrehabíasalido,Janenoquisobajarsinalgunadesushermanas.

Porlatarde,lamadrevolvióaintentarqueBingleysequedaraasolasconJane. Después del té, el señor Bennet se retiró a su biblioteca como decostumbre,yMarysubióa tocarelpiano.Habiendodesaparecidodosdeloscincoobstáculos,laseñoraBennetsepusoamiraryahacerseñasyguiñosaElizabethyaCatherinesinqueellaslonotaran.CatherineloadvirtióantesqueElizabethypreguntócontodainocencia:

––¿Quépasa,mamá?¿Porquémehacesseñas?¿Quéquieresquehaga?––Nada,niña,nada.Notehacíaningunaseña.

Siguió sentada cincominutosmás, pero era incapaz de desperdiciar unaocasióntanpreciosa.SelevantódeprontoyledijoaCatherine:

––Ven,cariño.Tengoquehablarcontigo.

Yselallevódelahabitación.JanemiróalinstanteaElizabethdenotandosupesarporaquellasalidatanpremeditadaypidiéndolequenosefuera.

Pero a los pocos minutos la señora Bennet abrió la puerta y le dijo aElizabeth:––Ven,querida.Tengoquehablarte.

Elizabethnotuvomásremedioquesalir.

––Dejémoslos solos, ¿entiendes? ––le dijo su madre en el vestíbulo––.Catherineyyonosvamosarribaamicuarto.

Elizabeth no se atrevió a discutir con su madre; pero se quedó en elvestíbulo hasta que la vio desaparecer con Catherine, y entonces volvió alsalón.

LosplanesdelaseñoraBennetnoserealizaronaqueldía.Bingleyeraunmodelo de gentileza, pero no el novio declarado de su hija. Su soltura y sualegríacontribuyeronengranpartealaanimacióndelareunióndelanoche;aguantótodalaindiscreciónylasimpertinenciasdelamadreyescuchótodassus necias advertencias conunapaciencia y una serenidadquedejaronmuycomplacidaaJane.

Apenasnecesitóqueleinvitaranparaquedarseacenary,antesdequesefuera, la señora Bennet le hizo una nueva invitación para que viniese a lamañanasiguienteacazarconsumarido.

Despuésdeestedía,JaneyanodijoqueBingleylefueseindiferente.Lasdoshermanasnohablaronunapalabraacercadeél,peroElizabethseacostócon la feliz convicción de que todo se arreglaría pronto, siDarcy no volvíaantesdeltiempoindicado.Sinembargo,estabaseriamenteconvencidadequetodoestohabríatenidoigualmentelugarsinlaausenciadedichocaballero.

Bingley acudió puntualmente a la cita, y él y el señor Bennet pasaronjuntos lamañana del modo convenido. El señor Bennet estuvomuchomásagradable de lo que su compañero esperaba. No había nada en Bingley depresunción o de tontería que el otro pudiese ridiculizar o disgustarleinteriormente,porloqueestuvoconélmáscomunicativoymenoshoscodeloque solía.Naturalmente,Bingley regresó conel señorBennet a la casaparacomer,yporlatardelaseñoraBennetvolvióamaquinarparadejarlesoloconsuhija.Elizabeth teníaqueescribirunacarta,y fueconese final saloncillopoco después del té, pues como los demás se habían sentado a jugar, supresenciayanoeranecesariaparaestorbarlastramasdesumadre.

Pero al entrar en el salón, después de haber terminado la carta, vio coninfinita sorpresaquehabía razónpara temerque sumadre se hubiera salidocon la suya. En efecto, al abrir la puerta divisó a. su hermana y a Bingleysolos, apoyados en la chimenea como abstraídos en la más interesante

conversación;ypor si estonohubiesedado lugar a todas las sospechas, losrostrosdeambosalvolverse rápidamentey separarse lohabríandicho todo.La situación debió de ser muy embarazosa para ellos, pero Elizabeth iba amarcharse, cuandoBingley,que, comoJane, sehabía sentado, se levantódepronto,dijoalgunaspalabrasaloídodeJaneysaliódelaestancia.

JanenopodíatenersecretosparaElizabeth,sobretodo,nopodíaocultarleuna noticia que sabía que la alegraría. La estrechó entre sus brazos y leconfesóconlamásvivaemociónqueeralamujermásdichosadelmundo.

––¡Esdemasiado!––añadió.¡Esdemasiado!Nolomerezco.¡Oh!¿Porquénoserántodostanfelicescomoyo?

LaenhorabuenadeElizabethfuetansinceraytanardienteyrevelótantoplacerquenopuedeexpresarseconpalabras.Cadaunadesusfrasescariñosasfue una fuente de dicha para Jane. Pero no pudo quedarse conElizabeth nicontarlelamitaddelascosasqueteníaquecomunicarletodavía.

––Voyaveral instanteamamá––dijo––.Nopuedoignorarsuafectuosasolicitudnipermitirqueseentereporotrapersona.Élacabadeirahablarconpapá. ¡Oh, Lizzy! Lo que voy a decir llenará de alegría a toda la familia.¿Cómopodréresistirtantadicha?

SefuepresurosamenteenbuscadesumadrequehabíasuspendidoadredelapartidadecartasyestabaarribaconCatherine.

Elizabethsequedósonriendoantelafacilidadyrapidezconquesehabíaresuelto un asunto que había causado tantos meses de incertidumbre y dedolor.

«¡He aquí enquéhaparado––sedijo–– la ansiosa circunspecciónde suamigo y toda la falsedad y las tretas de sus hermanas! No podía darse undesenlacemásfeliz,másprudenteymásrazonable.»

A los pocos minutos entró Bingley, que había terminado su cortaconferencia con el señor Bennet. ––¿Dónde está su hermana? ––le dijo alinstantedeabrirlapuerta.

––Arriba,conmamá.Creoquebajaráenseguida.

EntoncesBingleycerrólapuertaylepidiósuparabién,rogándolequeleconsiderasecomounhermano.Elizabethledijodetodocorazónlomuchoquesealegrabadeaquelfuturoparentesco.Sedieronlasmanoscordialísimamentey hasta que bajó Jane, Bingley estuvo hablando de su felicidad y de lasperfecciones de su amada.Elizabeth no creyó exageradas sus esperanzas dedicha,apesardelamorquecegabaaljoven,puesalbuenentendimientoyalexcelentecorazóndeJaneseuníanlasemejanzadesentimientosygustosconsuprometida.

LatardetranscurrióenmediodelembelesogenerallasatisfaccióndeJanedabaasurostrounaluzyunaexpresióntandulcequelehacíanparecermáshermosa que nunca. Catherine sonreía pensando que pronto le llegaría suturno. La señora Bennet dio su consentimiento y expresó su aprobación entérminos calurosísimos que, no obstante, no alcanzaron a describir el júbiloque sentía, y durante media hora no pudo hablarle a Bingley de otra cosa.CuandoelseñorBennetsereunióconellosparalacena,suvozysuaspectorevelabansualegría.

Peroniunapalabrasaliódesuslabiosquealudiesealasuntohastaqueelinvitadosedespidió.Tanprontocomosehuboido,elseñorBennetsevolvióasuhijayledijo:

––Tefelicito,Jane.Serásunamujermuyfeliz.Janecorrióhaciasupadre,lediounbesoylasgraciasporsubondad.

––Eresunabuenamuchacha––añadióelpadre––ymereceslasuertequehastenido.Osllevaréismuybien.Vuestroscaracteressonmuyparecidos.Soistancomplacienteselunoconelotroquenuncaresolveréisnada,tanconfiadosqueosengañarácualquiercriado,y tangenerososquesiempregastaréismásdeloquetengáis.

––Eso sí que no. La imprudencia o el descuido en cuestiones de dineroseríaimperdonableparamí.––¡Gastarmásdelotenga!––exclamólaseñoraBennet––. ¿Qué estás diciendo? Bingley posee cuatro o cinco mil librasanuales,ypuedequemás.Después,dirigiéndoseasuhija,añadió:

¡Oh,Jane,querida,vidamía,soytanfelizquenovoyapodercerrarojoentoda la noche! Ya sabía yo que esto llegaría; siempre dije que al final searreglaría todo. Estaba segura de que tu hermosura no iba a ser en balde.RecuerdoqueencuantolovilaprimeravezquellegóaHertfordshire,penséqueporfuerzateníaisquecasaros.¡Eselhombremásguapoquehevistoenmivida!

WickhamyLydiaquedaronolvidados.Janeeraahorasuhijafavorita,sinninguna comparación; en aquelmomento las demás no le importaban nada.Las hermanas menores pronto empezaron a pedirle a Jane todo lo quedeseabanyqueellaibaapoderdispensarlesenbreve.

Maryqueríausar labibliotecadeNetherfield,yCatherine le suplicóqueorganizaseallíunoscuantosbaileseninvierno.

Bingley,comoeranatural,ibaaLongbourntodoslosdías.Confrecuenciallegaba antes del almuerzo y se quedaba hasta después de la cena, menoscuandoalgúnbárbarovecino,nuncadetestadolobastante,leinvitabaacomer,yBingleysecreíaobligadoaaceptar.

Elizabeth tenía pocas oportunidades de conversar con su hermana, puesmientrasBingleyestabapresente,Janenoteníaojosnioídosparanadiemás;peroresultabamuyútilalunoyalotroenlashorasdeseparaciónqueavecesseimponían.EnausenciadeJane,BingleybuscabasiempreaElizabethparadarseelgustodehablardesuamada;ycuandoBingleyseiba,Janerecurríaconstantementealmismoconsuelo.––¡Nosabeslofelizquemehahecho––ledijo una noche a su hermana–– al participarme que ignoraba que yo habíaestadoenLondreslapasadaprimavera!¡Meparecíaimposible!

––Melofiguraba.Pero¿cómoseexplica?

––Debedehabersidocosadesushermanas.Laverdadesquenoqueríansaber nada conmigo, cosa que nome extraña, puesBingley hubiese podidoencontraralgomejordesdetodoslospuntosdevista.Perocuandovean,comosupongo que verán, que su hermano es feliz a mi lado, se contentarán yvolveremosaseramigas,aunquenuncacomoantes.

––Estoeslomásimperdonablequeteheoídodecirenmivida––exclamóElizabeth––.¡Infeliz!MeirritadeverasquecreasenlapretendidaamistaddelaseñoritaBingley.

––¿Creerás, Elizabeth, que al irse a la capital el pasado noviembre meamabadeverasysólolacertezadequemeeraindiferenteleimpidióvolver?

––Seequivocóunpoquito,enrealidad;peroestohablamuyenfavordesumodestia.

Esto indujo a Jane, naturalmente, a hacer un panegírico de la falta depresuncióndesunovioydelpocovalorquedabaasuspropiascualidades.

Elizabethsealegródequenohubiese traicionadoasuamigohablándolede la intromisión de éste, pues a pesar de que Jane poseía el corazón másgeneroso y propenso al perdón delmundo, esto podía haber creado en ellaalgúnprejuiciocontraDarcy.

––SoyindudablementelacriaturamásafortunadadelatierraexclamóJane.¡Oh,Lizzy,quépenamedaserlamásfelizdelacasa!¡Siporlomenostútambiénlofueses!¡SihubieraotrohombrecomoBingleyparati!

––Aunqueme dieras cuarenta como él nunca sería tan dichosa como tú.Mientrasnotengatucarácter,jamáspodrédisfrutardetantafelicidad.No,no;déjamecomoestoy.Sitengobuenasuerte,puedequeconeltiempoencuentreotroCollins.

ElestadodelosasuntosdelafamiliadeLongbournnopodíapermaneceren secreto. La señora Bennet tuvo el privilegio de comunicarlo a la señoraPhilipsyéstaselanzóapregonarlosinpreviopermisoporlascasasdetodoslosvecinosdeMeryton.

LosBennetnotardaronenserproclamadoslafamiliamásafortunadadelmundo,apesardequepocassemanasantes,conocasióndelafugadeLydia,seleshabíaconsideradocomolagentemásdesgraciadadelatierra.

CAPÍTULOLVI

Unamañana,aproximadamenteunasemanadespuésde ladeclaracióndeBingley,mientras éste sehallaba reunidoenel saloncillo con las señorasdeLongbourn,fueronatraídosporelruidodeuncarruajeymiraronalaventana,divisandounlandódecuatrocaballosquecruzabalaexplanadadecéspeddedelantede la casa.Erademasiado tempranoparavisitasy ademásel equipodelcochenocorrespondíaaningunodelosvecinos;loscaballoserandepostaynielcarruajenilalibreadeloslacayosleseranconocidos.Peroeraevidentequealguienveníaalacasa.BingleylepropusoaJaneirseapasearalplantíodearbustosparaevitarqueelintrusolesseparase.Sefueronlosdos,ylastresquesequedaronenelcomedorcontinuaronsusconjeturas,aunqueconpocasatisfacción,hastaqueseabriólapuertayentrólavisita.EraladyCatherinedeBourgh.

Verdad es que todas esperaban alguna sorpresa, pero ésta fue superior atodas las previsiones. Aunque la señora Bennet y Catherine no conocían aaquellaseñora,nosequedaronmenosatónitasqueElizabeth.

Entró en la estancia con aire todavía más antipático que de costumbre;contestó al saludo de Elizabeth con una simple inclinación de cabeza, y sesentósindecirpalabra.ElizabethlehabíadichosunombrealaseñoraBennet,cuando entró Su Señoría, aunque ésta no había solicitado ningunapresentación.

La señora Bennet, pasmadísima aunque muy ufana al ver en su casa apersonadetantorango,larecibióconlamayorcortesía.Estuvieronsentadastodas en silencio durante un rato, hasta que al fin lady Catherine dijo conempaqueaElizabeth:

––Supongo que estará usted bien, y calculo que esa señora es sumadre.Elizabethcontestóquesíconcisamente.

––Yesaotraimaginoqueseráunadesushermanas.

––Sí, señora ––respondió la señora Bennetmuy oronda de poder hablarcon ladyCatherine––. Es la penúltima; lamás joven de todas se ha casadohacepoco,ylamayorestáeneljardínpaseandoconuncaballeroquecreonotardaráenformarpartedenuestrafamilia.

––Tienenustedesunafincamuypequeña––dijoSuSeñoríadespuésdeuncortosilencio.

––NoesnadaencomparaciónconRosings,señora;hayquereconocerlo;peroleaseguroqueesmuchomejorqueladesirWilliamLucas.

––Éstahadeserunahabitaciónmuymolestaenlastardesdeverano;lasventanasdanporcompletoaponiente.

La señoraBennet le aseguróquenunca estaban allí despuésde comer, yañadió:

––¿PuedotomarmelalibertaddepreguntaraSuSeñoríaquétalhadejadoalosseñoresCollins?

––Muybien;lesvianteayerporlanoche.ElizabethesperabaqueahoraledaríaalgunacartadeCharlotte,puesésteparecíaelúnicomotivoprobabledesuvisita;peroladyCatherinenosacóningunacarta,yElizabethsiguióconsuperplejidad.

La señora Bennet suplicó finísimamente a Su Señoría que tomase algo,pero lady Catherine rehusó el obsequio con gran firmeza y sin excesivaeducación.Luegolevantándose,ledijoaElizabeth:

––SeñoritaBennet,meparecequeahí,aunladodelapradera,hayunsitiopreciosoyretirado.Megustaríadarunavueltaporélsimehicieseelhonordeacompañarme.

––Anda,querida––exclamó lamadre––,enséñaleaSuSeñoría todos lospaseos.Creoquelaermitalevaagustar.

Elizabethobedeció,corrióasucuartoabuscarsusombrillayesperóabajoasunoblevisitante.Alpasarporelvestíbulo,ladyCatherineabriólaspuertasdelcomedorydel salónydespuésdeunacorta inspeccióndeclaróqueeranpiezasdecentes,despuésdelocualsiguióandando.

El carruaje seguía en la puerta y Elizabeth vio que la doncella de SuSeñoría estaba en él. Caminaron en silencio por el sendero de gravilla queconducía a los corrales. Elizabeth estaba decidida a no dar conversación aquellaseñoraqueparecíamásinsolenteydesagradableaúnquedecostumbre.

¿Cómo pude decir alguna vez que se parecía a su sobrino?, se dijo almirarla a la cara. Cuando entraron en un breñal, lady Catherine le dijo losiguiente:

––Seguramente sabrá usted, señorita Bennet, la razón de mi viaje hastaaquí. Su propio corazón y su conciencia tienen que decirle elmotivo demivisita.Elizabethlacontemplóconelnaturalasombro:

––Está usted equivocada, señora. De ningún modo puedo explicarme el

honordesupresencia.

––SeñoritaBennet––repusoSuSeñoríacontonoenfadado––,debeustedsaberquenomegustanlasbromas;pormuypocosinceraqueustedquieraser,yonosoyasí.Micarácterhasidosiemprecelebradoporsulealtadyfranquezay en un asunto de tanta importancia como el que aquíme traeme apartarémucho menos de mi modo de ser. Ha llegado a mis oídos que no sólo suhermanaestáapuntodecasarsemuyventajosamente,sinoqueusted,señoritaBennet, es posible que se unadespués conmi sobrinoDarcy.Aun sabiendoqueestoesunaespantosafalsedadyaunquenoquieroinjuriaramisobrino,admitiendoquehayaalgúnasomodeverdadenello,decidíenelactoveniracomunicarleaustedmissentimientos.

––Sicreyóusteddeverasqueesoeraimposible–replicóElizabethrojadeasombroydedesdén–,meadmiraquesehayamolestadoenvenir tan lejos.¿Quéesloquesepropone?

––Antetodo,intentarqueesanoticiasearectificadaentodassuspartes.

––Su venida aLongbourn para visitarme amí y ami familia ––observóElizabeth fríamente––, la confirmará conmás visos de verdad, si es que talnoticiahacirculado.

––¿Que si ha circulado? ¿Pretende ignorarlo? ¿No han sido ustedesmismoslosquesehantomadoeltrabajodedifundirla?

––Jamásheoídonadaqueseleparezca.

––¿Yvaustedadecirmetambiénquenohayningúnfundamentodeloqueledigo?

––NopresumodetantafranquezacomoSuSeñoría.Ustedpuedehacermepreguntasqueyopuedonoquerercontestar.

––¡Es inaguantable!SeñoritaBennet, insistoenquemeresponda.¿Lehahechomisobrinoproposicionesdematrimonio?

––SuSeñoríahadeclaradoyaqueesoeraimposible.

––Debeserlo,tienequeserlomientrasDarcyconserveelusodelarazón.Perosusartesysusseduccionespuedenhaberlehechoolvidarenunmomentode ceguera lo que debe a toda su familia y a sí mismo. A lo mejor le haarrastradoustedahacerlo.

––Silohubiesehecho,noseríayoquienloconfesara.

––SeñoritaBennet, ¿sabe usted quién soy?No estoy acostumbrada a eselenguaje.Soycasielfamiliarmáscercanoquetienemisobrinoenelmundo,ytengomotivosparasabercuálessonsusmáscarosintereses.

––Peronolostieneustedparasabercuálessonlosmíos,nielprocederdeustedeselmásindicadoparainducirmeasermásexplícita.

––Entiéndame bien: ese matrimonio al que tiene usted la presunción deaspirarnuncapodrárealizarse,nunca.ElseñorDarcyestácomprometidoconmihija.¿Quétieneustedquedecirahora?

––Sóloesto:quesiesasí,notieneustedrazónparasuponerquemeharáproposiciónalguna.LadyCatherinevacilóunmomentoyluegodijo:

––El compromiso entre ellos es peculiar. Desde su infancia han sidodestinadoselunoparaelotro.Eraelmayordeseodelamadredeélydeladeella.Desde que nacieron proyectamos su unión; y ahora, en elmomento enque los anhelos de las dos hermanas iban a realizarse, ¿lo va a impedir laintrusióndeunamuchachadecunainferior,sinningunacategoríayajenaporcompletoalafamilia?¿NovalennadaparaustedlosdeseosdelosamigosdeDarcy, relativos a su tácito compromiso con la señorita de Bourgh? ¿Haperdidoustedtodanocióndedecenciaydedelicadeza?¿Nomehaoídousteddecirquedesdesuedadmástempranafuedestinadoasuprima?

––Sí,loheoídodecir;pero,¿quétienequeveresoconmigo?Sinohubieraotroobstáculoparaqueyomecasaraconsusobrino,tengaporseguroquenodejaríadeefectuarsenuestrabodaporsuponerquesumadreysutíadeseabanqueseunieseconlaseñoritadeBourgh.Ustedesdoshicieronloquepudieroncon proyectar ese matrimonio, pero su realización depende de otros. Si elseñor Darcy no se siente ligado a su prima ni por el honor ni por lainclinación,¿porquénohabríadeelegiraotra?Ysisoyyolaelegida,¿porquénohabríadeaceptarlo?

––Porque se lo impiden el honor, el decoro, la prudencia e incluso elinterés.Sí,señoritaBennet,el interés;porquenoespereustedserreconocidapor la familia o los amigos de Darcy si obra usted tercamente contra lavoluntaddetodos.Seráustedcensurada,desairadaydespreciadaportodaslasrelaciones de Darcy. Su enlace será una calamidad; sus nombres no seránnuncapronunciadosporningunodenosotros.

––Graves desgracias son ésas ––replicó Elizabeth––. Pero la esposa delseñorDarcygozaráseguramentedetalesventurasquepodráapesardetodosentirsemuysatisfecha.

––¡Ah, criatura tozuda y obstinada! ¡Me da usted vergüenza! ¿Es esa sugratitudpormisatencionesenlapasadaprimavera?Sentémonos.Hadesaberusted, señorita Bennet, que he venido aquí con la firme resolución deconseguirmi propósito. Nome daré por vencida. No estoy acostumbrada asometermealoscaprichosdenadie;noestoyhechaapasarsinsabores.

––Esto puede que hagamás lastimosa la situación actual de Su Señoría,

peroamínomeafecta.––¡Noquieroquemeinterrumpa!Escucheustedensilencio.Mihijaymisobrinohansidoformadoselunoparaelotro.Porlíneamaterna descienden de lamisma ilustre rama, y por la paterna, de familiasrespetables, honorables y antiguas, aunque sin título. La fortuna de ambosladosesespléndida.Estándestinadoselunoparaelotroporelvotodetodoslos miembros de sus casas respectivas; y ¿qué puede separarlos? Lasintempestivas pretensionesdeunamuchachadehumilde cunay sin fortuna.¿Cómopuedeadmitirse? ¡Peronoocurrirá!Sivelarapor supropiobien,noquerríasalirdelaesferaenquehanacido.

––Al casarme con su sobrino no creería salirme de mi esfera. Él es uncaballeroyyosoyhijadeotrocaballero;porconsiguiente,somosiguales.

––Asíes;ustedeshijadeuncaballero.Pero,¿quiénessumadre?¿Quiénessonsustíosytías?¿Sefiguraqueignorosucondición?

––Cualesquiera que seanmis parientes, si su sobrino no tiene nada quedecirdeellos,menostienequedecirusted––repusoElizabeth.

Dígamedeunavezportodas,¿estáustedcomprometidaconél?

Aunque por el mero deseo de que se lo agradeciese lady Catherine,Elizabethnohabríacontestadoasupregunta;nopudomenosquedecir, trasuninstantededeliberación:

––Noloestoy.

LadyCatherineparecíacomplacida.

––¿Ymeprometeustednohacernuncasemejantecompromiso?

––No haré ninguna promesa de esa clase. ¡Señorita Bennet! ¡Estoyhorrorizadaysorprendida!Esperabaquefueseustedmássensata.Peronosehagausted ilusiones:nopiensoceder.Nome iréhastaquemehayadado laseguridadqueleexijo.

––Pues la verdad es que no se la daré jamás. No crea usted que voy aintimidarme por una cosa tan disparatada. Lo que Su Señoría quiere es queDarcysecaseconsuhija;perosiyolehicieseaustedlapromesaqueansía,¿resultaríamásprobableesematrimonio?Supongamosqueestéinteresadopormí;¿siyomenegaraaaceptarsumano,creeustedqueiríaaofrecérselaasuprima? Permítame decirle, lady Catherine, que los argumentos en que haapoyado usted su extraordinaria exigencia han sido tan frívolos comoirreflexivalaexigencia.Sehaequivocadoustedconmigoenormemente,sisefiguraquepuedodejarmeconvencerporsemejantesrazones.Noséhastaquépuntopodráaprobar su sobrino la intromisióndeusteden sus asuntos;perodesdeluegonotieneustedderechoameterseenlosmíos.Porconsiguiente,lesuplicoquenomeimportunemássobreestacuestión.

––No se precipite, por favor, no he terminado todavía. A todas lasobjecionesqueheexpuesto,tengoqueañadirotramás.Noignorolosdetallesdel infame rapto de su hermanamenor. Lo sé todo. Sé que elmuchacho secasóconellagraciasaunarreglohechoentresupadreysutío.¿Yesamujerha de ser la hermana de mi sobrino? Y su marido, el hijo del antiguoadministradordesupadre,¿sehadeconvertirenelhermanodeDarcy?¡Portodoslossantos!¿Quésecreeusted?¿HandeprofanarseasílosantepasadosdePemberley?

––Ya lo ha dicho usted todo ––contestó Elizabeth indignada––. Me hainsultadodetodaslasformasposibles.Leruegoquevolvamosacasa.

Yaldecirestoselevantó.LadyCatherineselevantótambiényregresaron.SuSeñoríaestabahechaunafuria.

––¿Así, pues, no tiene usted ninguna consideración a la honra y a lareputacióndemisobrino?¡Criaturainsensibleyegoísta!¿Noreparaenquesisecasaconustedquedarádesacreditadoalosojosdetodoelmundo?

LadyCatherine, no tengo nadamás que decir.Ya sabe cómo pienso. ––¿Estáusted,pues,decididaaconseguirlo?

––Nohedichotalcosa.,Noestoydecididamásqueaprocederdelmodoquecreamásconvenienteparamifelicidadsintenerlaencuentaaustednianadiequetengatanpocoqueverconmigo.

––Muy bien. Entonces se niega usted a complacerme. Rehúsa ustedobedecer al imperio del deber, del honor y de la gratitud. Está usteddeterminadaarebajaramisobrinodelantedetodossusamigosyaconvertirleenelhazmerreírdetodoelmundo.

––Ni el deber, ni el honor, ni la gratitud ––repuso Elizabeth––, puedenexigirmenadaenlaspresentescircunstancias.Ningunodesusprincipiosseríaviolado por mi casamiento con Darcy. Y en cuanto al resentimiento de sufamiliaoalaindignacióndelmundo,silosprimerosseenfurecenpormibodacon su sobrino, no me importaría lo más mínimo; y el mundo tendría elsuficientebuensentidodesumarseamidesprecio.

––¿Yéstaessuactitud,suúltimaresolución?Muybien;yaséloquetengoque hacer. No se figure que su ambición, señorita Bennet, quedará nuncasatisfecha. Vine para probarla. Esperaba que fuese usted una personarazonable.Perotengaustedporseguroquemesaldréconlamía.

Todo esto fue diciendo ladyCatherine hasta que llegaron a la puerta delcoche.Entoncessevolvióydijo:

––Nomedespidodeusted,señoritaBennet;nomandoningúnsaludoasumadre; no se merece usted esa atención. Me ha ofendido gravemente.

ElizabethnorespondiónitratódeconvenceraSuSeñoríadequeentraseenlacasa.Sefuesolaydespacio.Cuandosubíalaescalera,oyóqueelcochepartía.Su madre, impaciente, le salió al encuentro a la puerta del vestidor parapreguntarlecómonohabíavueltoadescansarladyCatherine.

––Nohaquerido––dijosuhija––.Sehamarchado.

––¡Quémujertandistinguida!¡Yquécortesíalasuyaalveniravisitarnos!Porque supongo que habrá venido para decirnos que losCollins están bien.DebíadeiraalgunaparteyalpasarporMerytonpensóquepodríavisitarnos.Supongoquenoteníanadadeparticularquedecirte,¿verdad,Lizzy?

Elizabethsevioobligadaacontarunapequeñamentira,porquedescubrirlamateriadesuconversacióneraimposible.

CAPITULOLVII

NosindificultadlogróvencerElizabethlaagitaciónquelecausóaquellaextraordinariavisita.Estuvomuchashoras sinpoderpensarenotracosa.Alparecer, ladyCatherine se había tomado lamolestia de hacer el viaje desdeRosingsaHertfordshireconelúnicofinderompersusupuestocompromisocon Darcy. Aunque lady Catherine era muy capaz de semejante proyecto,Elizabethnoalcanzabaaimaginardedóndehabíasacadolanoticiadedichocompromiso, hasta que recordó que el ser él tan amigo de Bingley y ellahermanadeJane,podíahaberdadoorigenalaidea,yaquelabodadelosunospredisponíaasuponerladelosotros.Elizabethhabíapensado,efectivamente,queelmatrimoniodesuhermanalesacercaríaaellayaDarcy.PoresomismodebiódeserporloquelosLucas––porcuyacorrespondenciaconlosCollinspresumíaElizabethque laconjeturahabía llegadoaoídosde ladyCatherinedieron por inmediato lo que ella también había creído posible para másadelante.

PeroalmeditarsobrelaspalabrasdeladyCatherine,nopudoevitarciertaintranquilidadporlasconsecuenciasquepodíatenersuintromisión.Deloquedijoacercade su resoluciónde impedir el casamiento,dedujoElizabethqueteníaelpropósitodeinterpelarasusobrino,ynosabíacómotomaríaDarcylarelacióndelospeligrosqueentrañabasuuniónconella.IgnorabahastadóndellegabaelafectodeDarcyporsutíayelcasoquehacíadesuparecer;peroeralógico suponer que tuviesemás consideración a Su Señoría de la que teníaella, y estaba segura de que su tía le tocaría el punto flaco al enumerar lasdesdichasdeunmatrimonioconunapersonadefamiliatandesigualalasuya.DadaslasideasdeDarcysobreeseparticular,Elizabethcreíaprobablequelos

argumentosqueaellalehabíanparecidotandébilesyridículosseleantojasenaélllenosdebuensentidoysólidorazonamiento.

DemodoquesiDarcyhabíavaciladoantessobre loqueteníaquehacer,cosaqueamenudohabíaaparentado,lasadvertenciaseinstanciasdeundeudotanallegadodisiparíanquizátodassusdudasyleinclinaríandeunavezparasiempreasertodolofelizquelepermitieseunadignidadinmaculada.Enesecaso,DarcynovolveríaaHertfordshire.LadyCatherineleveríaasupasoporLondres, y el joven rescindiría su compromiso con Bingley de volver aNetherfield.

«Porlotanto––sedijoElizabeth––,sidentrodepocosdíasBingleyrecibeunaexcusadeDarcyparanovenir,sabréaquéatenerme.Yentonces tendréque alejar de mí toda esperanza y toda ilusión sobre su constancia. Si seconformaconlamentarmipérdidacuandopodíahaberobtenidomiamorymimano,yotambiéndejaréprontodelamentarelperderleaél.»

La sorpresadel restode la familia al saberquiénhabía sido lavisita fueenorme;peroseloexplicarontododelmismomodoquelaseñoraBennet,yElizabethseahorrótenerquemencionarsuindignación.

Alamañanasiguiente,albajardesucuarto,seencontróconsupadrequesalíadelabibliotecaconunacartaenlamano.

––Elizabeth––ledijo––,ibaabuscarte.Venconmigo.

Elizabeth le siguió y su curiosidad por saber lo que tendría quecomunicarleaumentópensandoquea lomejorestabarelacionadoconlodeldía anterior. Repentinamente se le ocurrió que la carta podía ser de ladyCatherine,ypreviócondesalientodeloquesetrataba.

Fueconsupadrehastalachimeneayambossesentaron.EntonceselseñorBennetdijo:

––Herecibidounacartaestamañanaquemehadejadopatidifuso.Comoserefiereatiprincipalmente,debesconocersucontenido.Nohesabidohastaahoraqueteníadoshijasapuntodecasarse.Permítemequetefeliciteporunaconquistaasí.

Elizabethsequedódemudadacreyendoquelacartaenvezdeserdelatíaeradelsobrino;ytitubeabaentrealegrarsedequeDarcyseexplicaseporfin,yofenderse de que no le hubiese dirigido a ella la carta, cuando su padrecontinuó:

––Parece que lo adivinas. Lasmuchachas tenéis una gran intuición paraestosasuntos.Perocreopoderdesafiartusagacidadretándoteaquedescubraselnombredetuadmirador.LacartaesdeCollins.

––¡De Collins! ¿Y qué tiene él que decir? ––Como era de esperar, algo

muyoportuno.Comienzaconlaenhorabuenaporlapróximabodademihijamayor,delacualparecehabersidoinformadoporalgunodelosbondadososyparlanchinesLucas.Noteaburriréleyéndoteloquedicesobreesepunto.Loreferenteatieslosiguiente:

«DespuésdehaberlefelicitadoausteddepartedelaseñoraCollinsymíaportanfaustoacontecimiento,permítameañadirunabreveadvertenciaacercade otro asunto, del cual hemos tenido noticia por el mismo conducto. SesuponequesuhijaElizabethnollevarámuchotiempoelnombredeBennetencuantolohayadejadosuhermanamayor,yquelaparejaquelehatocadoensuerte puede razonablemente ser considerada como una de nuestras másilustrespersonalidades.»

––¿Puedessospechar,Lizzy,loqueestosignifica?

«Ese joven posee todo lo que se puede ambicionar en este mundo:soberbiaspropiedades,ilustrefamiliayunextensopatronato.Peroapesardetodas esas tentaciones, permítame advertir a mi prima Elizabeth y a ustedmismolospeligrosaquepuedenexponerseconunaprecipitadaaceptacióndelasproposicionesdesemejantecaballero,que,comoesnatural,se inclinaránustedesconsiderarcomoventajosas.»

––¿Notienesideadequiéneselcaballero,Elizabeth?Ahoraviene.

«Los motivos que tengo para avisarle son los siguientes: su tía, ladyCatherinedeBourgh,nomiraesematrimonioconbuenosojos.»

––Comoves,elcaballeroencuestiónesel señorDarcy.Creo,Elizabeth,que te habrás quedado de una pieza. Ni Collins ni los Lucas podían haberescogido entre el círculo de nuestras amistades un nombre que descubriesemejorqueloquepropaganesuninfundio.¡ElseñorDarcy,quenomiraaunamujermásqueparacriticarla,yqueprobablementenotehamiradoatiensuvida!¡Esfenomenal!

Elizabethtratódebromearconsupadre,perosuesfuerzonollegómásqueauna sonrisamuy tímida.Elhumorde supadrenohabía tomadonuncaunderroteromásdesagradableparaella.

––¿Notehadivertido?

––¡Claro!Sigueleyendo.

«CuandoanochemencionéaSuSeñoríalaposibilidaddeesecasamiento,consuhabitualcondescendenciaexpresósuparecersobreelasunto.Sifueracierto, lady Catherine no daría jamás su consentimiento a lo que consideradesatinadísimauniónporciertasobjecionesalafamiliademiprima.Yocreími deber comunicar esto cuanto antes ami prima, para que ella y su nobleadmiradorsepanloqueocurreynoseapresurenaefectuarunmatrimonioque

nohasidodebidamenteautorizado.»

YelseñorCollins,además,añadía:

«Me alegro sinceramente de que el asunto de su hija Lydia se hayasolucionadotanbien,ysólolamentoqueseextendieselanoticiadequevivíanjuntosantesdequeelcasamientosehubieracelebrado.Nopuedoolvidar loquedeboamisituaciónabsteniéndomededeclararmiasombroalsaberquerecibióusteda la jovenparejacuandoestuvieroncasados.Eso fuealentarelvicio; y si yo hubiese sido el rector de Longbourn, me habría opuestoresueltamente.Verdadesquedebeustedperdonarloscomocristiano,peronoadmitirlos en su presencia ni permitir que sus nombres sean pronunciadosdelantedeusted.»

––¡Ésteessuconceptodelperdóncristiano!Elrestodelacartaserefiereúnicamente al estado de su queridaCharlotte, y a su esperanza de tener unretoño.Pero,Elizabeth,parecequenotehadivertido.Supongoquenoiríasaenojarteyadarteporofendidaporestaimbecilidad.¿Paraquévivimossinoesparaentreteneranuestrosvecinosyreírnosnosotrosdeellosalavez?

––Sí,mehedivertidomucho––exclamóElizabeth––.¡Peroestanextraño!

––Pues eso es loque lohacemásgracioso.Si hubiesenpensado enotrohombre,notendríanadadeparticular;perolaabsolutaindiferenciadeDarcyylaprofundatirriaquetúletienes,esloquehaceelchiste.Pormuchoquememoleste escribir, no puedo prescindir de la correspondencia de Collins. Laverdad es que cuando leo una carta suya,meparece superior aWickham, apesar de que tengo a mi yerno por el espejo de la desvergüenza y de lahipocresía. Y dime, Eliza, ¿cómo tomó la cosa lady Catherine? ¿Vino paranegartesuconsentimiento?

AestapreguntaElizabethcontestóconunacarcajada,ycomosupadreselahabíadirigidosinlamenorsospecha,noleimportaba––queselarepitiera.Elizabethnosehabíavistonuncaenlasituacióndefingirquesussentimientoseran lo que no eran en realidad. Pero ahora tuvo que reír cuandomás bienhabríaqueridollorar.Supadrelahabíaheridocruelmentealdecirleaquellodela indiferencia de Darcy, y no pudo menos que maravillarse de la falta deintuicióndesupadre,o temerqueenvezdehabervistoéldemasiadopoco,hubieseellavistodemasiadomucho.

CAPÍTULOLVIII

Pocos días después de la visita de lady Catherine, Bingley no sólo norecibióningunacartadeexcusadesuamigo,sinoquelellevóaLongbournen

persona.Los caballeros llegaron temprano, y antes de que la señoraBennettuviesetiempodedecirleaDarcyquehabíavenidoavisitarlessutía,cosaqueElizabeth temió por un momento, Bingley, que quería estar solo con Jane,propusoquetodossalierandepaseo.Seacordóasí,perolaseñoraBennetnotenía costumbre de pasear y Mary no podía perder el tiempo. Así es quesalieronloscincorestantes.BingleyyJanedejaronenseguidaquelosotrosseadelantaran y ellos se quedaron atrás. Elizabeth, Darcy y Catherine ibanjuntos, pero hablabanmuy poco. Catherine tenía demasiadomiedo aDarcypara poder charlar; Elizabeth tomaba en su fuero interno una decisióndesesperada,ypuedequeDarcyestuviesehaciendolomismo.

SeencaminaronhacialacasadelosLucas,porqueCatherinequeríaveraMaría, y como Elizabeth creyó que esto podía interesarle a ella, cuandoCatherinelesdejósiguióandandoaudazmentesolaconDarcy.Llegóentoncesel momento de poner en práctica su decisión, y armándose de valor dijoinmediatamente:

––SeñorDarcy,soyunacriaturamuyegoístaquenomepreocupomásquedemispropiossentimientos,sinpensarquequizálastimaríalossuyos.Peroyano puedo pasarmás tiempo sin darle a usted las gracias por su bondad sinigual para con mi pobre hermana. Desde que lo supe he estado ansiandomanifestarle mi gratitud. Si mi familia lo supiera, ellos también lo habríanhecho.

––Sientomuchísimo––replicóDarcyentonodesorpresayemoción––quehaya sido usted informada de una cosa que,mal interpretada, podía haberlecausado alguna inquietud. No creí que la señora Gardiner fuese tan pocoreservada.

––No culpe a mi tía. La indiscreción de Lydia fue lo primero que medescubriósuintervenciónenelasunto;y,comoesnatural,nodescanséhastaque supe todos los detalles. Déjeme que le agradezca una y mil veces, ennombre de todami familia, el generoso interés que le llevó a tomarse tantamolestiayasufrirtantasmortificacionesparadarconelparaderodelosdos.

––Si quiere darme las gracias ––repuso Darcy––, hágalo sólo en sunombre.Nonegaréqueeldeseodetranquilizarlasesumóalasotrasrazonesquemeimpulsaronahacerloquehice;perosufamilianomedebenada.Lestengoungranrespeto,peronopensémásqueenusted.

Elizabeth estaba tan confusa que no podía hablar. Después de una cortapausa,sucompañeroañadió:––Esusteddemasiadogenerosaparaburlarsedemí.Sisussentimientossonaúnlosmismosqueenelpasadoabril,dígamelode una vez. Mi cariño y mis deseos no han cambiado, pero con una solapalabrasuyanovolveréainsistirmás.

Elizabeth, sintiéndose más torpe y más angustiada que nunca ante lasituación de Darcy, hizo un esfuerzo para hablar en seguida, aunque norápidamente,ledioaentenderquesussentimientoshabíanexperimentadouncambiotanabsolutodesdelaépocaalaqueélserefería,queahorarecibíaconplacer y gratitud sus proposiciones. La dicha que esta contestaciónproporcionóaDarcyfuelamayordesuexistencia,yseexpresócontodoelcalorylaternuraquepuedensuponerseenunhombrelocamenteenamorado.SiElizabethhubiesesidocapazdemirarlealosojos,habríavistocuánbiensereflejabaenellosladeliciaqueinundabasucorazón;peropodíaescucharle,ylossentimientosqueDarcyleconfesabayqueledemostrabanlaimportanciaqueellateníaparaél,hacíansucariñocadavezmásvalioso.

Siguieronpaseando sin preocuparse de la direcciónque llevaban.Teníandemasiado que pensar, que sentir y que decir para fijarse en nada más.ElizabethsupoenseguidaquedebíansuacercamientoalosafanesdelatíadeDarcy,quelevisitóenLondresasuregresoylecontósuviajeaLongbourn,los móviles del mismo y la sustancia de su conversación con la joven,recalcando enfáticamente las expresiones que denotaban, a juicio de SuSeñoría, la perversidad y descaro de Elizabeth, segura de que este relato leayudaría en su empresa de arrancar al sobrino la promesa que ella se habíanegado a darle. Pero por desgracia para Su Señoría, el efecto fuecontraproducente.

––Graciasaesoconcebíesperanzasqueantesapenasmehabríaatrevidoaformular. Conocía de sobra el carácter de usted para saber que si hubieseestado absoluta e irrevocablemente decidida contramí, se lo habría dicho aladyCatherinecontodaclaridadyfranqueza.

Elizabethseruborizóyserió,contestando:

––Sí, conocía usted de sobra mi franqueza para creerme capaz de eso.Después de haberle rechazado tan odiosamente cara a cara, no podía tenerreparosendecirlelomismoatodossusparientes.

––Nome dijo nada que no memereciese. Sus acusaciones estaban malfundadas,peromiprocederconustederaacreedordelmás severo reproche.Aquellofueimperdonable;mehorrorizapensarlo.

––Novamosadiscutirquiénestuvopeoraquellatarde––dijoElizabeth––.Bien mirado, los dos tuvimos nuestras culpas. Pero me parece que los doshemosganadoencortesíadesdeentonces.

––Yo no puedo reconciliarme conmigo mismo con tanta facilidad. Elrecuerdodeloquedijeehiceenaquellaocasiónesyserápormuchotiempomuydolorosoparamí.Nopuedoolvidarsufrasetanacertada:«Sisehubieseportadoustedmáscaballerosamente.»Éstasfueronsuspalabras.Nosabe,no

puedeimaginarsecuántomehantorturado,aunqueconfiesoquetardéenserlobastanterazonableparareconocerlaverdadqueencerraban.

––Crea usted que yo estaba lejos de suponer que pudieran causarle tanmalaimpresión.Noteníalamenorideadequeleafligiríandeesemodo.

––Nolodudo.Entoncesmesuponíausteddesprovistodetodosentimientoelevado,estoyseguro.Nuncaolvidarétampocosuexpresiónaldecirmequedecualquiermodoquemehubiesedirigidoausted,nomehabríaaceptado.

––No repita todas mis palabras de aquel día. Hemos de borrar eserecuerdo. Le juro que hace tiempo que estoy sinceramente avergonzada deaquello.

Darcylehablódesucarta:

––¿Le hizo a usted rectificar su opinión sobre mí? ¿Dio crédito a sucontenido?

Ella le explicó el efecto que le había producido y cómo habían idodesapareciendosusanterioresprejuicios.

––Yasabía––prosiguióDarcy––queloqueleescribí teníaqueapenarla,pero era necesario. Supongo que habrá destruido la carta. Había una parte,especialmente al empezar, que no querría que volviese usted a leer. Meacuerdodeciertasexpresionesquepodríanhacerquemeodiase.

––Quemaremos la carta si cree que es preciso para preservarmi afecto,pero aunque los dos tenemos razonespara pensar quemis opinionesno sonenteramenteinalterables,nocambiantanfácilmentecomoustedsupone.

––Cuando redacté aquella carta ––replicó Darcyme creía perfectamentefríoytranquilo;perodespuésmeconvencídequelahabíaescritoenunestadodetremendaamargura.

––Puedeque empezase conamargura, perono terminabade igualmodo.La despedida era muy cariñosa. Pero no piense más en la carta. Lossentimientosde lapersonaque laescribióy losde lapersonaque la recibiósonahoratandiferentes,quetodaslascircunstanciasdesagradablesqueaellase refieran deben ser olvidadas.Ha de aprendermi filosofía.Del pasadonotieneustedquerecordarmásqueloplacentero.

––Nopuedocreerenesafilosofiasuya.Susrecuerdosdebendeestar tanlimpiosdetodoreprochequelasatisfacciónqueleproducennoprovienedelafilosofía,sinodealgomejor:dela tranquilidaddeconciencia.Peroconmigoesdistinto:me salen al paso recuerdospenososquenopuedenni deben serahuyentados.Hesidotodamividaunegoístaenlapráctica,aunquenoenlosprincipios. De niño me enseñaron a pensar bien, pero no a corregir mitemperamento.Me inculcaron buenas normas, pero dejaron que las siguiese

cargadodeorgulloydepresunción.Pordesgraciafuihijoúnicodurantevariosaños,ymispadres,queeranbuenosensí,particularmentemipadre,queeralabondadyelamorpersonificados,mepermitieron,meconsintieronycasimeencaminaronhaciaelegoísmoyelautoritarismo,hacialadespreocupaciónportodoloquenofuesemipropiafamilia,haciaeldespreciodelrestodelmundoo,por lomenos, a creerque la inteligenciay losméritosde losdemás eranmuyinferioresalosmíos.Asídesdelosochohastalosveintiochoaños,yasíseríaaúnsinohubiesesidoporusted,amadísimaElizabeth.Selodebotodo.Mediouna lecciónque fue,porcierto,muyduraalprincipio,pero tambiénmuy provechosa. Usted me humilló como convenía, usted me enseñó loinsuficientesqueeranmispretensionesparahalagaraunamujerquemerecetodosloshalagos.

––¿Creíaustedqueleibaaaceptar?

––Claroquesí.¿Quépiensausteddemivanidad?Creíaqueustedesperabaydeseabamideclaración.

––Me porté mal, pero fue sin intención. Nunca quise engañarle, y sinembargo muchas veces me equivoco. ¡Cómo debió odiarme después deaquellatarde!

––¡Odiarla!Talvezmequedéresentidoalprincipio;peroelresentimientonotardóentransformarseenalgomejor.

––CasinomeatrevoapreguntarlequépensóalencontrarmeenPemberley.¿Lepareciómalquehubieseido?

––Nadadeeso.Sólomequedésorprendido.

––Susorpresanoseríamayorquelamíaalverqueustedmesaludaba.Nocreítenerderechoasusatencionesyconfiesoquenoesperabarecibirmásquelasmerecidas.

––Me propuse ––contestó Darcy–– demostrarle, con mi mayor cortesía,quenoeratanruincomoparaestardolidodelopasado,yesperabaconseguirsuperdónyatenuarelmalconceptoenquemeteníaprobándolequenohabíamenospreciado sus reproches. Me es difícil decirle cuánto tardaron enmezclarseaestosotrosdeseos,perocreoquefuealamediahoradehaberlavisto.

Entonces le explicó lo encantada que había quedado Georgiana alconocerlay loque lamentó la repentina interrupciónde suamistad.Esto lesllevó,naturalmente,atratardelacausadedichainterrupción,yElizabethseenteródequeDarcyhabíadecididoirsedeDerbyshireenbuscadeLydiaantesdesalirdelafonda,yquesuseriedadyaspectomeditabundonoobedecíanamáscavilacionesquelasinherentesalcitadoproyecto.

Volvió Elizabeth a darle las gracias, pero aquel asunto era demasiadoagobianteparaambosynoinsistieronenél.

Después de andar varias millas en completo abandono y demasiadoocupadosparacuidarsedeotracosa,miraronsusrelojesyvieronqueerahoradevolveracasa.

––¿QuéhabrásidodeBingleyydeJane?

Estaexclamaciónlesllevóahablardelosasuntosdeambos.Darcyestabacontentísimo con su compromiso, que Bingley le había notificadoinmediatamente.

––¿Puedopreguntarlesilesorprendió?––dijoElizabeth.

––Deningúnmodo.Almarcharmecomprendíque lacosaera inminente.––Esdecir,queledioustedsupermiso.Yalosospechaba.

Yaunqueélprotestódesemejantestérminos,ellaencontróqueeranmuyadecuados.

––La tarde anterior a mi viaje a Londres ––dijo Darcy–– le hice unaconfesión que debí haberle hecho desde mucho antes. Le dije todo lo quehabía ocurrido para convertir mi intromisión en absurda e impertinente. Sequedó boquiabierto. Nunca había sospechado nada. Le dije además quemehabíaengañadoal suponerqueJaneno leamaba,ycuandomedicuentadequeBingleylaseguíaqueriendo,yanodudédequeseríanfelices.

Elizabethnopudomenosquesonreíralvercuánfácilmentemanejabaasuamigo.

––Cuando le dijo quemi hermana le amaba, ¿fue porque usted lo habíaobservadooporqueyoselohabíaconfesadolapasadaprimavera?

––Porloprimero.Laobservédetenidamentedurantelasdosvisitasquelehiceúltimamente,ymequedéconvencidodesucariñoporBingley.

––Ysuconvencimientoledejóaéltambiénconvencido,¿verdad?

––Así es. Bingley es el hombre más modesto y menos presumido delmundo. Su apocamiento le impidió fiarse de su propio juicio en un caso detanta importancia;. pero su sumisión al mío lo arregló todo. Tuve quedeclararle una cosa que por un tiempo y con toda razón le tuvo muydisgustado. No pude ocultarle que su hermana había estado tres meses enLondreselpasadoinvierno,queyolosabíayquenoselodijeapropósito.Seenfadómucho.Peroestoysegurodequeselepasóalconvencersedequesuhermanaleamabatodavía.Ahoramehaperdonadoyadetodocorazón.

ElizabethhabríaqueridoañadirqueBingleyera elmásestupendode losamigosporlafacilidadconqueselepodíatraeryllevar,yqueerarealmente

impagable.Perosucontuvo.RecordóqueDarcyteníatodavíaqueaprenderareírse de estas cosas, y que era demasiado pronto para empezar. HaciendocábalassobrelafelicidaddeBingleyque,desdeluego,sólopodíaserinferiora la de ellos dos,Darcy siguió hablandohasta que llegaron a la casa.En elvestíbulosedespidieron.

CAPÍTULOLIX

Elizabeth,querida,¿pordóndehasestadopaseando?

ÉstaeslapreguntaqueJaneledirigióaElizabethencuantoestuvieronensucuarto,ylaquelehicierontodoslosdemásalsentarsealamesa.Elizabethrespondióquehabíanestadovagandohastadondeacababaelcaminoqueellaconocía. Al decir esto se sonrojó, pero ni esto ni nada despertó la menorsospechasobrelaverdad.

Laveladapasótranquilamentesinqueocurriesenadaextraordinario.Losnoviosoficialescharlaronyrieron,y losnooficialesestuvieroncallados.Lafelicidad de Darcy nunca se desbordaba en regocijo; Elizabeth, agitada yconfusa,sabíaqueerafelizmásquesentirlo,puesademásdesuaturdimientoinmediato la inquietabanotrascosas.Preveía laquesearmaríaen la familiacuandosupiesen loquehabíaocurrido.LeconstabaqueDarcynogustabaaningunodelosdesucasamásqueaJane,einclusotemíaquenisufortunanisuposiciónfuesenbastanteparacontentarles.

Por la noche abrió su corazón a Jane, y aunque Jane no era de naturaldesconfiada,nopudocreerloquesuhermanaledecía:

––¡Estás bromeando, Eliza! ¡Eso no puede ser! ¡Tú, comprometida conDarcy!No,no;nomeengañarás.Yaséqueesimposible.

––¡Puessíqueempiezamalelasunto!Sóloenticonfiaba,perositúnomecrees, menos me van a creer los demás. Te estoy diciendo la pura verdad.Darcytodavíamequiereynoshemoscomprometido.

Janelamiródudando:

––Elizabeth,noesposible.¡Perosiséquenolepuedesniver!

––Nosabesnadadenada.Hemosdeolvidartodoeso.Talveznosiemprele haya querido como ahora; pero en estos casos una buena memoria esimperdonable.Éstaeslaúltimavezqueyolorecuerdo.

Janecontemplabaasuhermanaconasombro.Elizabethvolvióaafirmarleconlamayorseriedadqueloquedecíaeracierto.

––¡CieloSanto!¿Esposible?¿Deveras?Peroahorayatecreo––exclamóJane––. ¡QueridaElizabeth!Tefelicitaría, te felicito,pero...,¿estássegura,yperdonalapregunta,completamenteseguradequeserásdichosaconél?

––Sin duda alguna. Ya hemos convenido que seremos la pareja másventurosa de la tierra. ¿Estás contenta, Jane? ¿Te gustará tener aDarcy porhermano?

––Mucho,muchísimo,esloquemásplacerpuededarnosaBingleyyamí.Y tú, ¿le quieres realmente bastante? ¡Oh, Elizabeth! Haz cualquier cosamenos casarte sin amor. ¿Estás absolutamente segura de que sientes lo quedebesentirse?

––¡Oh,sí!Yteconvencerásdequesientomásdeloquedebocuandotelohayacontadotodo.––¿Quéquieresdecir?

––PuesquehedeconfesartequelequieromásquetúaBingley.Temoquetedisgustes.

––Hermana, querida, no estás hablando en serio. Dime una cosa quenecesitosaberalmomento:¿desdecuándolequieres?

––Ese amorme ha ido viniendo tan gradualmente que apenas sé cuándoempezó;perocreoquedatadelaprimeravezquevisushermosasposesionesdePemberley.

JanevolvióapedirleformalidadyElizabethhablóentoncessolemnementeafirmandoqueadorabaaDarcy.Janequedóconvencidaysedioenteramenteporsatisfecha.

––Ahorasísoyfelizdel todo––dijo––,porque túvasaserlo tantocomoyo.SiemprehesentidogranestimaciónporDarcy.Aunquenofueramásqueporsuamorporti,yaletendríaquequerer;peroahoraqueademásdeserelamigodeBingleyserátumarido,sóloaBingleyyatiquerrémásqueaél.

¡Peroquécalladayreservadahasestadoconmigo!¿CómonomehablastedeloquepasóenPemberleyyenLambton?Lotuvequesabertodoporotrapersonaynoporti.

Elizabethleexpusolosmotivosdesusecreto.NohabíaqueridonombrarleaBingley,ylaindecisióndesuspropiossentimientoslehizoevitartambiénelnombredesuamigo.Peroahoranoquisoocultarle la intervencióndeDarcyen el asunto de Lydia. Todo quedó aclarado y las dos hermanas se pasaronhablandolamitaddelanoche.

––¡Ay, ojalá ese antipático señorDarcy no . venga otra vez con nuestroqueridoBingley!––suspiró la señoraBennetalasomarsea laventanaaldíasiguiente––.¿Porquéserátanpesadoyvendráaquícontinuamente?Yapodríairseacazaroahacercualquiercosaenlugardeveniraimportunarnos.¿Cómo

podríamos quitárnoslo de encima? Elizabeth, tendrás que volver a salir depaseoconélparaquenoestorbeaBingley.

Elizabethporpocosueltaunacarcajadaalescucharaquellaproposicióntaninteresante, a pesar de que le dolía que su madre le estuviese siempreinsultando.

En cuanto entraron los dos caballeros, Bingley miró a Elizabethexpresivamenteyleestrechólamanocontalardorquela jovencomprendióqueyalosabíatodo.AlpocoratoBingleydijo:

SeñorBennet,¿notieneustedporahíotroscaminosenlosqueElizabethpuedahoyvolveraperderse?

––RecomiendoalseñorDarcy,aLizzyyaKitty––dijolaseñoraBennet––quevayanestamañanaalamontañadeOagham.EsunpaseolargoypreciosoyelseñorDarcynuncahavistoesepanorama.

––Estopuedeestarbienparalosotrosdos––explicóBingley––,peromeparecequeCatherinesecansaría.¿Verdad?

La muchacha confesó que preferiría quedarse en casa; Darcy manifestógran curiosidad por disfrutar de la vista de aquella montaña, y Elizabethaccedió a acompañarle. Cuando subió para arreglarse, la señora Bennet lasiguióparadecirle:

––Lizzy, sientomuchoque teveasobligadaaandarconunapersona tanantipática;peroesperoquelohagasporJane.Además,sólotienesquehablarledevezencuando.Notemolestesmucho.

Durante el paseo decidieron que aquella misma tarde pedirían elconsentimientodelpadre.Elizabethsereservóelnotificárseloalamadre.Nopodía imaginarsecómolo tomaría;avecesdudabadesi toda lariquezay laalcurnia de Darcy serían suficientes para contrarrestar el odio que leprofesaba; pero tanto si se oponía violentamente almatrimonio, como si loaprobabatambiénconviolencia,loquenoteníadudaeraquesusarrebatosnoseríanningunamuestradebuensentido,yporesemotivonopodríasoportarque Darcy presenciase ni los primeros raptos de júbilo ni las primerasmanifestacionesdesudesaprobación.

Por la tarde, poco después de haberse retirado el señor Bennet a subiblioteca, Elizabeth vio que Darcy se levantaba también y le seguía. Elcorazónselepusoalatirfuertemente.Notemíaquesupadreseopusiera,peroleafligiríamuchoyelhechodequefueseella,suhijafavorita,laqueledabasemejantedisgustoylaqueibaainspirarletantoscuidadosypesadumbresconsu desafortunada elección, tenía a Elizabeth muy entristecida. Estuvo muyabatidahastaqueDarcyvolvióaentraryhastaque,almirarle,ledioánimos

su sonrisa. A los pocosminutos Darcy se acercó a la mesa junto a la cualestabasentadaElizabethconCatherine,yhaciendocomoquemirabasulabor,ledijoaloído:

––Vaya a ver a su padre: la necesita en la biblioteca. Elizabeth saliódisparada.

Supadresepaseabaporlaestanciayparecíamuyserioeinquieto.

––Elizabeth ––le dijo––, ¿qué vas a hacer? ¿Estás en tu sano juicio alaceptaraesehombre?¿Nohabíamosquedadoenqueleodiabas?

¡CuántosintióElizabethquesuprimerconceptodeDarcyhubierasidotaninjusto y sus expresiones tan inmoderadas! Así se habría ahorrado ciertasexplicacionesyconfesionesqueledabanmuchísimavergüenza,peroquenohabía más remedio que hacer. Bastante confundida, Elizabeth aseguró a supadrequeamabaaDarcyprofundamente.

––En otras palabras, que estás decidida a casarte con él. Es rico, eso sí;podrástenermejorestrajesymejorescochesqueJane.Pero¿teharáfeliztodoeso?

––¿Tuúnicaobjeciónesquecreesquenoleamo?

––Ni más ni menos. Todos sabemos que es un hombre orgulloso ydesagradable;peroestonotienenadaqueversiatitegusta.

––Pues sí, me gusta ––replicó Elizabeth con lágrimas en los ojos––; leamo.Ademásnotieneningúnorgullo.Eslomásamabledelmundo.Túnoleconoces.Poreso te suplicoquenomehagasdañohablándomedeéldeesaforma.

––Elizabeth––añadiósupadre––,lehedadomiconsentimiento.Esunodeesoshombres,además,aquienesnuncateatreveríasanegarlesnadadeloquetuviesen lacondescendenciadepedirte.Siestásdecididaacasarteconél, tedoy a ti también mi consentimiento. Pero déjame advertirte que lo piensesmejor.Conozcotucarácter,Lizzy.Séquenuncapodrásserfelizniprudentesino aprecias verdaderamente a tu marido, si no le consideras como a unsuperior.Lavivezadetutalentotepondríaenelmásgravedelospeligrossihicierasunmatrimoniodesigual.Difícilmentepodríassalvartedeldescréditoylacatástrofe.Hijamía,nomedeseldisgustodeverte incapazderespetaralcompañerodetuvida.Nosabesloqueeseso.

Elizabeth,másconmovidaaunquesupadre,lerespondióconvehemenciaysolemnidad;yalfinlogróvencerlaincredulidaddesupadrereiterándolelasinceridaddesuamorporDarcy,exponiéndoleelcambiogradualquesehabíaproducidoensussentimientosporél,afirmándolequeelafectodeélnoeracosa de un día, sino que había resistido la prueba de muchos meses, y

enumerandoenérgicamentetodassusbuenascualidades.HastaelpuntoqueelseñorBennetaprobóyasinreservaslaboda.

––Bueno,querida––ledijocuandoellaterminódehablar––,notengomásquedecirte.Siendoasí,esdignodeti.Lizzymía,notehabríaentregadoaotroquevaliesemenos.

Para completar la favorable impresiónde supadre,Elizabeth le relató loqueDarcyhabíahechoespontáneamenteporLydia.

––¡Ésta esdeverasuna tardede asombro! ¿DemodoqueDarcy lohizotodo:llevóaefectoelcasamiento,dioeldinero,pagólasdeudasdelpolloyleobtuvo el destino? Mejor: así me libraré de un mar de confusiones y decuentas. Si lo hubiese hecho tu tío, habría tenido que pagarle; pero esosjóvenes y apasionados enamorados cargan con todo. Mañana le ofrecerépagarle; él protestará y hará una escena invocando su amor por ti, y asuntoconcluido.

Entonces recordó el señor Bennet lomal que lo había pasado ElizabethmientrasélleleíalacartadeCollins,ydespuésdebromearconellaunrato,ladejóquesefuerayledijocuandosalíadelahabitación:

––Si viene algúnmuchachoporMaryoCatherine, envíamelo, que estoycompletamentedesocupado.

Elizabeth sintió que le habían quitado un enorme peso de encima, ydespués de media hora de tranquila reflexión en su aposento, se halló endisposiciónde reunirse con losdemás, bastante sosegada.Las cosas estabandemasiadorecientesparapoderseabandonaralaalegría,perolatardepasóenmediodelamayorserenidad.Nadateníaquetemer,yelbienestardelasolturaydelafamiliaridadvendríanasudebidotiempo.

Cuando sumadre se retiró a su cuarto por la noche,Elizabeth entró conellaylehizolaimportantecomunicación.Elefectofueextraordinario,porqueal principio la señora Bennet se quedó absolutamente inmóvil, incapaz dearticularpalabra;yhastaalcabodemuchosminutosnopudocomprenderloquehabíaoído,apesardequecomúnmentenoeramuyreaciaacreertodoloquesignificasealgunaventajaparasufamiliaonoviazgoparaalgunadesushijas. Por fin empezó a recobrarse y a agitarse. Se levantaba y se volvía asentar.Semaravillabaysecongratulaba:

––¡Cielosanto!¡QueDiosmebendiga!¿Quédicesqueridahija?¿ElseñorDarcy? ¡Quién lo iba a decir! ¡Oh, Eliza de mi alma! ¡Qué rica y quéimportantevasaser!¡Quédineral,quéjoyas,quécochesvasa tener!LodeJanenoesnadaencomparación,loquesedicenada.¡Quécontentaestoy,quéfeliz!¡Quéhombretanencantador,tanguapo,tanbienplantado!¡Lizzy,vidamía,perdónamequeantesmefuesetanantipático!Esperoqueélmeperdone

también. ¡Elizabeth de mi corazón! ¡Una casa en la capital! ¡Todo loapetecible!¡Treshijascasadas!¡Diezmillibrasalaño!¡Madremía!¿Quévaaserdemí?¡Voyaenloquecer!

Esto bastaba para demostrar que su aprobación era indudable.Elizabeth,encantadadequeaquellasefusionesnohubiesensidooídasmásqueporella,sefueenseguida.Peronohacíatresminutosqueestabaensucuarto,cuandoentrósumadre.

––¡Hijademicorazón!––exclamó.Nopuedopensarenotracosa.¡Diezmil libras anuales y puede que más! ¡Vale tanto como un lord! Y licenciaespecial, porque debéis tener que casaros con licencia especial. Prendamía,dimequéplatolegustamásaDarcyparaquepuedapreparárseloparamañana.

MalpresagioeraestodeloqueibaaserlaconductadelaseñoraBennetconelcaballeroencuestión,yElizabethcomprendióqueapesardeposeerelardiente amor de Darcy y el consentimiento de toda su familia, todavía lefaltaba algo. Pero la mañana siguiente transcurrió mejor de lo que habíacreído,porque,felizmente,sufuturoyernoleinfundíaalaseñoraBennettalpavor, que no se atrevía a hablarlemás que cuando podía dedicarle algunaatenciónoasentiraloqueéldecía.

Elizabethtuvolasatisfaccióndeverquesupadreseesforzabaenintimarconél,yleaseguró,paracolmo,quecadadíalegustabamás.

CAPÍTULOLX

Elizabeth no tardó en recobrar su alegría, y quiso que Darcy le contaracómosehabíaenamoradodeella:

––¿Cómoempezótodo?––ledijo––.Comprendoqueunavezenelcaminosiguierasadelante,pero¿cuálfueelprimermomentoenelquetegusté?

––Nopuedoconcretarlahora,nielsitio,nilamirada,nilaspalabrasquepusieron los cimientos demi amor.Hace bastante tiempo. Estaba yamedioenamoradodetiantesdesaberquetequería.

––Puesmi belleza bien poco te conmovió.Y en lo que se refiere amismodales contigo, lindaban con la grosería. Nunca te hablaba más que paramolestarte.Séfranco:¿meadmirastepormiimpertinencia?

––Portuvigoryportuinteligencia.

––Puedesllamarloimpertinencia,pueserapocomenosqueeso.Lociertoesqueestabashartodecortesías,dedeferencias,deatenciones.Tefastidiaban

lasmujeresquehablabansóloparaatraerte.Yoteirritéyteintereséporquenome parecía a ellas. Por eso, si no hubieses sido en realidad tan afable, mehabrías odiado; pero a pesar del trabajo que te tomabas en disimular, tussentimientoserannoblesyjustos,ydesdeelfondodetucorazóndespreciabasporcompletoalaspersonasquetanasiduamentetecortejaban.Miracómotehe ahorrado la molestia de explicármelo. Y, la verdad, al fin y al cabo,empiezoacreerqueesperfectamenterazonable.Estoyseguradequeahoranomeencuentrasningúnmérito,peronadiereparaenesocuandoseenamora.

––¿NohabíaningúnméritoentucariñosaconductaconJanecuandocayóenfermaenNetherfield?

––¡Mi querida Jane! Cualquiera habría hecho lo mismo por ella. Perointerprétalo como virtud, si quieres. Mis buenas cualidades te pertenecenahora, y puedes exagerarlas cuanto se te antoje. En cambio a mí mecorrespondeelencontrarocasionesdecontrariarteydediscutircontigotanamenudo como pueda. Así es que voy a empezar ahora mismo. ¿Por quétardastetantoenvolvermeahablardetucariño?¿Porquéestabastantímidocuandovinistelaprimeravezyluegocuandocomisteconnosotros?¿Porqué,especialmente, mientras estabas en casa, te comportabas como si yo no teimportasenada?

––Porque te veía seria y silenciosa y no me animabas. ––Estaba muyviolenta.

––Yyotambién.

––Podías haberme hablado más cuando venías a comer. ––Si hubieseestadomenosconmovido,lohabríahecho.

––¡Qué lástimaquesiempre tengasunacontestación razonable,yqueyosea también tan razonable que la admita! Pero si tú hubieses tenido quedecidirte,todavíaestaríamosesperando.¿Cuándomehabríasdichoalgo,sinosoyyolaqueempieza?MidecisióndedartelasgraciasporloquehicisteporLydiasurtióbuenefecto;demasiado:estoyasustada;porque¿cómoqueda lamoralsinuestrafelicidadbrotódelainfraccióndeunapromesa?Yonodebíhaberhabladodeaquello,novolveréahacerlo.

––No te atormentes. La moral quedará a salvo por completo. Elincalificable proceder de lady Catherine para separarnos fue lo que disipótodasmisdudas.Nodebomidichaactualatuvehementedeseodeexpresarmetugratitud.Nonecesitabaquetúmedijerasnada.Lanarracióndemitíamehabíadadoesperanzasyestabadecididoasaberlotododeunavez.

––LadyCatherine nos ha sido, pues, infinitamente útil, cosa que deberíaextasiarlaaellaque tanto legustaserútila todoelmundo.Perodime,¿porqué volviste aNetherfield? ¿Fue sólo para venir a Longbourn a azorarte, o

pensasteenobtenerunresultadomásserio?

––Mi verdadero propósito era verte y comprobar si podía abrigar aúnesperanzasdequemeamases.Loqueconfesabaomeconfesabaamímismoera ver si tu hermana quería todavía a Bingley, y, de ser así, reiterarle laconfesiónqueyaotravezlehabíahecho.

––¿TendrásvalordeanunciarlealadyCatherineloqueleespera?

––Puede que más bien me falte tiempo que valor. Vamos a ello ahoramismo.Simedasunpliegodepapel,lohagoinmediatamente.

––Ysi yono tuvieseque escribir otra carta, podría sentarmea tu ladoyadmirarlauniformidaddetuletra,comohacíaciertaseñoritaenotraocasión.Peroyotengounatíaalaquenoquierodejarolvidadapormástiempo.

Por no querer confesar que habían exagerado su intimidad con Darcy,ElizabethnohabíacontestadoaúnalalargacartadelaseñoraGardiner.Peroahora,alpoderanunciarlesloquetanbienrecibidosería,casiseavergonzabadequesustíossehubieranperdidotresdíasdedisfrutardeaquellanoticia.Sucartafuecomosigue:

«Querida tía: tehabríadadoantes, comoeramideber, lasgraciaspor tuextensa,amableysatisfactoriadescripcióndelhechoquetúsabes;perosabrásqueestabademasiadoafligidaparahacerlo.Tussuposicionesibanmásalládelarealidad.Peroahorayapuedessuponerloqueteplazca,puedesdarriendasueltaatufantasía,puedespermitiratuimaginaciónquevuelelibremente,yno errarásmás que si te figuras que ya estoy casada.Tienes que escribirmeprontoyalabaraDarcymuchomásdeloquelealababasentuúltimacarta.Doy gracias a Dios una y mil veces por no haber ido a los Lagos. ¡Quénecedadlamíaaldesearlo!Tu ideade las jacasesmagnífica; todos losdíasrecorreremoslafinca.Soylacriaturamásdichosadelmundo.Talvezotroslohayan dicho antes, pero nadie con tanta justicia. Soy todavíamás feliz queJane.Ellasólosonríe.Yomeríodeltodo.Darcyteenvíatodoelcariñodequepuedaprivarme.VendréistodosaPemberleyparalasNavidades.»

LamisivadeDarcyaladyCatherinefuediferente.Ytodavíamásdiferentefue la que el señor Bennet le mandó al señor Collins en contestación a suúltima:

«Queridoseñor: tengoquemolestarleunavezmásconlacuestiónde lasenhorabuenas: Elizabeth será pronto la esposa del señor Darcy. Consuele alady Catherine lo mejor que pueda; pero yo que usted me quedaría con elsobrino.Tienemásqueofrecer.Lesaludoatentamente.»

Los parabienes de la señorita Bingley a su hermano con ocasión de supróximabodafueronmuycariñosos,peronosinceros.EscribiótambiénaJane

paraexpresarle sualegríay repetirle susantiguasmanifestacionesdeafecto.Janenoseengañó,perosesintióconmovida,yaunquenoleinspirabaningunaconfianza,nopudomenosqueremitirleunacontestaciónmuchomásamabledeloquepensabaquemerecía.LaalegríaquelecausóalaseñoritaDarcylanoticiafuetanverdaderacomoladesuhermanoalcomunicársela.Mandóunacartadecuatropáginasquetodavíaleparecióinsuficienteparaexpresartodasusatisfacciónysuvivodeseodeobtenerelcariñodesuhermana.

Antes de que llegara ninguna respuesta de Collins ni felicitación de suesposaaElizabeth,lafamiliadeLongbournseenteródequelosCollinsibanaveniracasade losLucas.Prontosesupo la razónde tan repentino traslado.LadyCatherinesehabíapuestotanfuriosaalrecibirlacartadesusobrino,queCharlotte,quedeverassealegrabade laboda,quisomarcharsehastaque latempestad amainase. La llegada de su amiga en aquellos momentos fue ungran placer para Elizabeth; aunque durante sus encuentros este placer se levenía abajo alver aDarcyexpuesto a la ampulosa cortesíadeCollins.PeroDarcylosoportótodoconadmirableserenidad.InclusoatendióasirWilliamLucas cuando fue a cumplimentarle por llevarse la más brillante joya delcondadoyleexpresósusesperanzasdequeseencontrasentodosenSt.James.Darcyseencogiódehombros,perocuandoyasirWilliamnopodíaverle.

La vulgaridad de la señora Philips fue otra y quizá la mayor de lascontribucionesimpuestasasupaciencia,puesaunquedichaseñora,lomismoquesuhermana,leteníademasiadorespetoparahablarleconlafamiliaridadaqueseprestabaelbuenhumordeBingley,nopodíaabrirlabocasindecirunavulgaridad.Nisiquieraaquelrespetoquelareportabaunpococonsiguiódarlealgunaelegancia.Elizabethhacíatodoloquepodíaparaprotegerledetodosysiempreprocurabatenerlejuntoaellaojuntoalaspersonasdesufamiliacuyaconversaciónnolemortificaba.Lasmolestiasqueacarreótodoestoquitaronalnoviazgobuenapartedesusplaceres,peroañadieronmayoresesperanzasalfuturo. Elizabeth pensaba con delicia en el porvenir, cuando estuvieranalejados de aquella sociedad tan ingrata para ambos y disfrutando de lacomodidadylaeleganciadesutertuliafamiliardePemberley.

CAPÍTULOLXI

EldíaenquelaseñoraBennetseseparódesusdosmejoreshijas,fuedegranbienaventuranzaparatodossussentimientosmaternales.Puedesuponersecon qué delicioso orgullo visitó después a la señora Bingley y habló de laseñora Darcy. Querría poder decir, en atención a su familia, que elcumplimientodesusmásvivosanhelosalvercolocadasatantasdesushijas,

surtió el feliz efecto de convertirla en unamujer sensata, amable y juiciosapara toda su vida; pero quizá fue una suerte para sumarido (que no habríapodido gozar de la dicha del hogar en forma tan desusada) que siguieseocasionalmentenerviosaeinvariablementementecata.

ElseñorBennetechómuchodemenosasuElizabeth;suafectoporellalesacódecasaconunafrecuenciaquenohabríalogradoningunaotracosa.LedeleitabairaPemberley,especialmentecuandomenosleesperaban.

BingleyyJanesóloestuvieronunañoenNetherfield.LaproximidaddesumadreydelosparientesdeMerytonnoeradeseableniauncontandoconelfácil carácter de Bingley y con el cariñoso corazón de Jane. Entonces serealizóelsueñodoradodelashermanasdeBingley;éstecompróunaposesiónen un condado cercano aDerbyshire, y Jane y Elizabeth, para colmo de sufelicidad,noestuvieronmásqueatreintamillasdedistancia.

Catherine,sóloporsuinterésmaterial,sepasabalamayorpartedeltiempoconsusdoshermanasmayores;yfrecuentandounasociedadtansuperioralaquesiemprehabíaconocido,progresónotablemente.SutemperamentonoeratanindomablecomoeldeLydia,ylejosdelinflujodeésta,llegó,graciasaunaatención y dirección conveniente, a ser menos irritable, menos ignorante ymenos insípida. Como era natural, la apartaron cuidadosamente de lasanterioresdesventajasdelacompañíadeLydia,yaunquelaseñoraWickhamlainvitómuchasvecesa irasucasa,conlapromesadebailesygalanes,supadrenuncaconsintióquefuese.

Mary fue la única que se quedó en la casa y se vio obligada a nodespegarsedelasfaldasdelaseñoraBennet,quenosabíaestarsola.Contalmotivo tuvo quemezclarsemás con elmundo, pero pudo todavíamoralizaracercadetodaslasvisitasdelasmañanas,ycomoahoranolamortificabanlascomparacionesentresubellezayladesushermanas,supadresospechóquehabíaaceptadoelcambiosindisgusto.

EncuantoaWickhamyLydia, lasbodasdesushermanas lesdejaron talcomo estaban. Él aceptaba filosóficamente la convicción de que Elizabethsabría ahora todas sus falsedades y toda su ingratitud que antes habíaignorado; pero, no obstante, alimentaba aún la esperanza de que Darcyinfluiríaparalabrarsusuerte.LacartadefelicitaciónporsumatrimonioqueElizabethrecibiódeLydiadabaaentenderquetalesperanzaeraacariciada,sinoporélmismo,porlomenosporsumujer.Decíatextualmenteasí:

«MiqueridaLizzy:Tedeseolamayorfelicidad.SiquieresalseñorDarcylamitaddeloqueyoquieroamiadoradoWickham,serásmuydichosa.Esungran consuelo pensar que eres tan rica; y cuando no tengas nada más quehacer, acuérdate de nosotros. Estoy segura de que a Wickham le gustaríamuchísimo un destino de la corte, y nunca tendremos bastante dinero para

vivir allí sin alguna ayuda. Me refiero a una plaza de trescientas ocuatrocientas libras anuales aproximadamente; pero, de todos modos, no lehablesaDarcydeesosinolocreesconveniente.»

Ycomodaba lacasualidaddequeElizabeth locreíamuy inconveniente,ensucontestacióntratódeponerfinatodoruegoysueñodeesaíndole.Peroconfrecuencialemandabatodaslasayudasquelepermitíasuprácticadeloque ella llamaba economía en sus gastos privados. Siempre se vio que losingresos administrados por personas tan manirrotas como ellos dos y tandescuidadosporelporvenir,habíandeserinsuficientesparamantenerse.Cadavez que se mudaban, o Jane o ella recibían alguna súplica de auxilio parapagar sus cuentas. Su vida, incluso después de que la paz les confinó a unhogar,eraextremadamenteagitada.Siempreandabancambiándosedeunladoparaotroenbuscadeunacasamásbarataysiempregastandomásdeloquepodían. El afecto de Wickham por Lydia no tardó en convertirse enindiferencia;eldeLydiaduróunpocomás,yapesardesujuventudydesuaire,conservótodoslosderechosalareputaciónquesumatrimoniolehabíadado.

Aunque Darcy nunca recibió a Wickham en Pemberley, le ayudó aprogresar en su carrerapor consideraciónaElizabeth.Lydia leshizoalgunaque otra visita cuando su marido iba a divertirse a Londres o iba a tomarbaños.Amenudo pasaban temporadas con losBingley, hasta tan punto quelograron acabar con el buen humor deBingley y llegó a insinuarles que selargasen.

LaseñoritaBingleyquedómuyresentidaconelmatrimoniodeDarcy,peroen cuanto se creyó con derecho a visitar Pemberley, se le pasó elresentimiento:estuvomás locaquenuncaporGeorgiana,casi tanatentaconDarcycomoenotrotiempoytancortésconElizabethquelepagósusatrasosdeurbanidad.

Georgiana se quedó entonces a vivir enPemberley y se encariñó con suhermana tanto como Darcy había previsto. Las dos se querían tiernamente.Georgiana tenía el más alto concepto de Elizabeth, aunque al principio seasombraseycasiseasustasealverlojuguetonaqueeraconsuhermano;veíaa aquel hombre que siempre le había inspirado un respeto que casisobrepasaba al cariño, convertido en objeto de francas bromas. Suentendimiento recibió unas luces con las que nunca se había tropezado.IlustradaporElizabeth, empezóa comprenderqueunamujerpuede tomarsecon su marido unas libertades que un hermano nunca puede tolerar a unahermanadiezañosmenorqueél.

LadyCatherinesepusocomounafieraconlabodadesusobrino,ycomoabriólaesclusaatodasugenuinafranquezaalcontestaralacartaenlaqueél

le informaba de su compromiso, usó un lenguaje tan inmoderado,especialmente al referirse a Elizabeth, que sus relaciones quedaroninterrumpidas por algún tiempo. Pero, al final, convencido por Elizabeth,Darcyaccedióaperdonar laofensaybuscó la reconciliación.Su tía resistiótodavíaunpoquito,perocedióoasucariñoporéloasucuriosidadporvercómosecomportabasuesposa,demodoquesedignóvisitarlesenPemberley,a pesar de la profanación que habían sufrido sus bosques no sólo por lapresencia de semejante dueña, sino también por las visitas de sus tíos deLondres.

ConlosGardinerestuvieronsiemprelosDarcyenlasmásíntimarelación.Darcy, lo mismo que Elizabeth, les quería de veras; ambos sentían la másardiente gratitud por las personas que, al llevar a Elizabeth a Derbyshire,habíansidolascausantesdesuunión.

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