Oremos escuchando “Jesús se entregó” de Tomás L. de Victoria
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Oremos escuchando Jess se entreg de Toms L. de VictoriaRegina
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Jess es Presentado al Templo (fiesta de la Candelera)Jerusaln, la ciudad del ENCUENTRO (Hipapanto=Dios y la Humanidad se encuentran)
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Las imgenes son de Andrea MANTEGNA (sXV) pintor italiano del Renacimiento
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Lucas 2,22-40 Cuando lleg el tiempo de la purificacin, segn la ley de Moiss, los padres de Jess lo llevaron a Jerusaln, para presentarlo al Seor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Seor: "Todo primognito varn ser consagrado al Seor", y para entregar la oblacin, como dice la ley del Seor: "un par de trtolas o dos pichones." Presentacin de Jess al Templo
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Despus de la salida de Egipto, cada primognito de Israel es una vctima Pascual, posesin personal de Dios Consagrado a Dios, Jess Nio empieza a vivir la inmolacin PascualEl ofrecimiento de hoy, anticipa la ltima Pascua de Jess
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Viva entonces en Jerusaln un hombre llamado Simen, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espritu Santo moraba en l. Haba recibido un orculo del Espritu Santo: que no vera la muerte antes de ver al Mesas del Seor.
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Simen desea ver al Mesas SalvadorAqul Hijo-nico, con quin Dios sella, definitivamente, la AlianzaLa Madre sostiene al Hijo-Primognito, nuestro Salvador
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Impulsado por el Espritu, fue al templo. Cuando entraban con el nio Jess sus padres para cumplir con l lo previsto por la ley, Simen lo tom en brazos y bendijo a Dios diciendo:
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Simen, la Humanidad, coge al Nio en brazosJess toma sobre s, la consagracin de nuestro mundo
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"Ahora, Seor, segn tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel." Su padre y su madre estaban admirados por lo que se deca del nio.
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Y sentir que la Pascua de nuestra liberacin est cercaDelante de cualquier representacin del Nio con la Madre, podemos decir como Simen, nuestros ojos han visto la LUZ de las naciones
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Simen los bendijo, diciendo a Mara, su madre: "Mira, ste est puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; ser como una bandera discutida: as quedar clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasar el alma."
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Porque el Amor verdadero, es una bandera mal recibida por nuestros corazonesUna espada traspasa el alma de Mara, y de todos los seguidores de Cristo
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Haba tambin una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita haba vivido siete aos casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo da y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercndose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del nio a todos los que aguardaban la liberacin de Jerusaln.
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Sacerdotisa de la vida, no puede callar lo que el corazn le dice, con ste Nio llega la SalvacinAna, la primera evangelizadora, habla a todos del Nio
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Y, cuando cumplieron todo lo que prescriba la ley del Seor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El nio iba creciendo y robustecindose, y se llenaba de sabidura; y la gracia de Dios lo acompaaba.
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El Nio crece por fuera, y vive como consagrado por dentro. Se somete a Mara y Jos, a pesar de ser posesin personal de Dios. Mara siente que una espada se ha clavado entre ella y su Hijo, el Hijo de su DiosVuelven a la vida ordinaria. Todo igual, y todo distinto
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Despus de tu rescate, Seor, en esta primera pascua de tu vida, haz que tambin nosotros ofrezcamos a Dios, cada da, las primicias de nuestra vida