Obra de:Lorenzo Collaut Valera. En: Paseo de … Valera es, quizá, uno de los personajes más...

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uan Valera es, quizá, uno de los personajes más carismáticos de fi- nales del siglo XIX. Un eminente literato que dedicó su vida profesional a la diplomacia, creyendo que iba a encontrar allí el “maná” económico; él mismo lo confe- saba en una de sus muchas cartas a diferentes amigos en España, tal y como se puso de relieve en la presentación del libro “Juan Valera”, de Enri- que Llovet, celebrada el pasa- do verano en el Casino de Ma- drid. D ecía Valera, en una carta fechada en 1847 dirigida a su amigo Juan Navarro, que en la ca- rrera diplomática “con bailar bien la polka y comer pastel de foie grass, está todo he- cho”. Pronto se dio cuenta de que las cosas no eran del todo como él las había previsto, así que centró su vida en la litera- tura y en la política. P ero empecemos por el principio. Juan Valera nació un 18 de octubre de 1824 en la localidad cordo- besa de Cabra, en el seno de una familia “con posibles”, de padre militar y madre con tí- tulo nobiliario. Como señala- ba Noguerol en las páginas de la sección de “Nuestra Histo- ria”, en uno de los primeros números de la Revista Casino de Madrid, “Juan Valera fa- llecía a los 81 años de edad, tras una existencia colmada de actividades diversas y muy brillantes: diplomático, escri- tor, periodista, novelista, polí- tico dotado de condiciones ex- cepcionales, orador de rara elocuencia y capacidad de persuasión. En resumidas pa- labras, una vida polifacética”. T ras acabar la carrera de Derecho, y gracias a las gestiones del Duque de Rivas (también socio del Casi- no de Madrid), fue nombrado Agregado a la embajada de Nápoles. Dos años y medio estuvo en la ciudad italiana, en el transcurso de los cuales trabó importantes amistades, como la de Serafín Estébanez Calderón, tío de Cánovas del Castillo y socio del Casino. De él, de Estébanez, al que Valera llamaba “Maestro”, recibió uno de su principales valores ideológicos: el iberismo. Se- gún este movimiento, la res- tauración en España debía fundarse en la unión peninsu- lar. D espués de Nápoles, llegaron otros desti- nos: Lisboa, Brasil, Dresde… En 1855 pasa una temporada en Madrid, y es cuando se une a la sociedad casinista. 49 años de socio, in- greso el uno de febrero de 1856 hasta su fallecimiento el 18 de abril de 1905, avalan los fuertes lazos que unieron a Valera con el Casino de Ma- drid, “donde quedó como una huella permanente su recuer- do como el de uno de los so- cios más ilustres cuyas obras se conservan en nuestra Bi- blioteca”. E n 1856 Juan Valera se traslada a Rusia, más tarde continúa la carre- ra diplomática en destinos co- mo Washington, Bruselas, Viena… Paralelamente sigue una intensa actividad literaria, que dio sus frutos en obras co- mo “Pepita Jiménez” (1873), “El comendador de Mendoza” (1877), “Pasarse de listo” (1878), “Doña Luz” (1879)… F allece el 18 de abril de 1905, a los 81 años de edad, dejando tras de sí innumerables amigos. Dos de ellos, los hermanos Álvarez Quintero, fueron los impulso- 58 Casino de Madrid Juan Valera Obra de: Lorenzo Collaut Valera. En: Paseo de Recoletos. Año: 1928

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uan Valera es,quizá, uno de lospersonajes máscarismáticos de fi-nales del siglo

XIX. Un eminente literatoque dedicó su vida profesionala la diplomacia, creyendo queiba a encontrar allí el “maná”económico; él mismo lo confe-saba en una de sus muchascartas a diferentes amigos enEspaña, tal y como se puso derelieve en la presentación dellibro “Juan Valera”, de Enri-que Llovet, celebrada el pasa-do verano en el Casino de Ma-drid.

Decía Valera, en unacarta fechada en 1847dirigida a su amigo

Juan Navarro, que en la ca-rrera diplomática “con bailarbien la polka y comer pastel

de foie grass, está todo he-cho”. Pronto se dio cuenta deque las cosas no eran del todocomo él las había previsto, asíque centró su vida en la litera-tura y en la política.

Pero empecemos por elprincipio. Juan Valeranació un 18 de octubre

de 1824 en la localidad cordo-besa de Cabra, en el seno deuna familia “con posibles”, depadre militar y madre con tí-tulo nobiliario. Como señala-ba Noguerol en las páginas dela sección de “Nuestra Histo-ria”, en uno de los primerosnúmeros de la Revista Casinode Madrid, “Juan Valera fa-llecía a los 81 años de edad,tras una existencia colmada deactividades diversas y muybrillantes: diplomático, escri-tor, periodista, novelista, polí-tico dotado de condiciones ex-cepcionales, orador de raraelocuencia y capacidad depersuasión. En resumidas pa-labras, una vida polifacética”.

Tras acabar la carrera deDerecho, y gracias a lasgestiones del Duque de

Rivas (también socio del Casi-no de Madrid), fue nombradoAgregado a la embajada deNápoles. Dos años y medioestuvo en la ciudad italiana,en el transcurso de los cualestrabó importantes amistades,como la de Serafín EstébanezCalderón, tío de Cánovas delCastillo y socio del Casino. Deél, de Estébanez, al que Valera

llamaba “Maestro”, recibióuno de su principales valoresideológicos: el iberismo. Se-gún este movimiento, la res-tauración en España debíafundarse en la unión peninsu-lar.

Después de Nápoles,llegaron otros desti-nos: Lisboa, Brasil,

Dresde… En 1855 pasa unatemporada en Madrid, y escuando se une a la sociedadcasinista. 49 años de socio, in-greso el uno de febrero de1856 hasta su fallecimiento el18 de abril de 1905, avalan losfuertes lazos que unieron aValera con el Casino de Ma-drid, “donde quedó como unahuella permanente su recuer-do como el de uno de los so-cios más ilustres cuyas obrasse conservan en nuestra Bi-blioteca”.

En 1856 Juan Valera setraslada a Rusia, mástarde continúa la carre-

ra diplomática en destinos co-mo Washington, Bruselas,Viena… Paralelamente sigueuna intensa actividad literaria,que dio sus frutos en obras co-mo “Pepita Jiménez” (1873),“El comendador de Mendoza”(1877), “Pasarse de listo”(1878), “Doña Luz” (1879)…

Fallece el 18 de abril de1905, a los 81 años deedad, dejando tras de sí

innumerables amigos. Dos deellos, los hermanos ÁlvarezQuintero, fueron los impulso-

58 Casino de Madrid

Juan ValeraObra de: Lorenzo Collaut Valera. En: Paseo de Recoletos. Año: 1928

59Casino de Madrid

res, al abrir una suscripciónpública, de la realización delmonumento-homenaje al ilus-tre escritor y diplomático.

La obra fue encargada auno de los escultoresmás reconocidos de la

época: Lorenzo Coullaut-Va-lera (quien, curiosamente,años después también sería elautor del monumento a loshermanos Álvarez Quintero).El escultor, pariente de JuanValera, presentó un boceto dela obra en la Exposición cele-brada por Blanco y Negro en1909, aunque, como se vería,la pieza final varió bastante.

El monumento, que fueinaugurado en 1928,está situado en el Paseo

de Recoletos, frente a la Bi-blioteca Nacional. Tiene unasmedidas de 2,80 x 4,55 x 2,30metros y está realizado en pie-dra y mármol. Tal y como ex-plica la profesora SalvadorPrieto, en el conjunto “arqui-tectura y escultura se aúnanarmónicamente”; Valera apa-rece representado en un senci-llo busto sobre un muro depiedra caliza, a sus pies, unafigura femenina que todos los

estudiosos coinciden al seña-lar como una representaciónde la figura de Pepita Jimé-nez, la más conocida de las he-roínas literarias de Valera. Enla parte posterior del muro (laque quizá menos destaque detodo el conjunto, al estar si-tuada “a espaldas” de los vian-dantes), aparece un relieve demármol que evoca una de lasescenas de “Dafnis y Cloe”, lanovela pastoril que Valera tra-dujo del griego con gran éxito.

No acertamos a saberpor qué el pueblo deMadrid tardó tanto

en rendir tributo a este ilustreliterato: pasaron 23 años entreel fallecimiento de Valera y lainauguración de la esculturaque le rinde homenaje. Unosaños antes, en 1912, el Ayun-tamiento instaló una sencillalápida en la casa donde vivió ymurió el escritor, en el númerotres de la Cuesta de Santo Do-mingo.

Placa situada en lacasa en la que vivió ymurió el escritor JuanValera situada en elnúmero 3 de la Cuestade Santo Domingo.