NÚM. 5, DICIEMBRE DE 2005 | 6±a, con poca experiencia en la gestión de la libertad de expresión...

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Meter en cintura a la prensa Las víctimas de los intentos de regular administrativamente la libertad de expresión o el ejercicio profesional no son tanto los periodistas como los ciudadanos La batalla de las fuentes Contratos basura NÚM. 5, DICIEMBRE DE 2005 | 6

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Meter en cintura a la prensaLas víctimas de los intentos de regular administrativamente

la libertad de expresión o el ejercicio profesional no son tanto los periodistas como los ciudadanos

La batalla de las fuentes Contratos basura

NÚM. 5, DICIEMBRE DE 2005 | 6€

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—7

FERNANDO GONZÁLEZ URBANEJA

H ace unas semanas desde unainstitución nos propusieronun debate con el título ‘Elperiodismo responsable’ El

‘responsable’ traslucía una línea en-tre lo responsable y lo irresponsable,lo correcto y lo incorrecto, referido alejercicio del periodismo. Pero era unaproposición correcta para acercarseal periodismo de estos días y a sus pro-blemas. Lo que el periodismo requie-re es libertad y pluralidad, como lospájaros el aire y los peces el agua. Sinamplia libertad y pluralidad no hayperiodismo, para abrir hueco a la pro-paganda, el adoctrinamiento y la ma-nipulación.

Y no era la proposición correcta

porque en estos tiempos no faltan losdecididos a meter en cintura a los pe-riodistas y a dar lecciones sobre el tra-bajo informativo, y más aún en cuan-to a las opiniones. No faltan quienesquieren fijar, en nombre de los ciu-dadanos, los límites tolerables del pe-riodismo, por supuesto que con la pre-sunción de servir a la verdad (inquie-tante palabra cuando se usa de for-ma unidireccional, mi verdad) y lahonestidad, otro concepto con defi-nición imprecisa. Y no faltan quienesreclaman neutralidad, es decir noti-cias y opiniones incoloras, inodorase insípidas.

La corriente intervencionista es fir-me e intensa, no sólo en España, tam-

CARTA A LOS LECTORES

Meter en cintura a la prensaLos organismos reguladores que se proponen, antes incluso deque puedan acreditar independencia, demostrar competenciaprofesional y acumular prestigio, están dotados de facultadesfiscalizadoras con tufo de intento de amedrentar a los medios y alos periodistas, con ruido de expedientes, sanciones, y hastarevocación o no renovación de licencias.

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��� Carta a los lectores

bién en otras democracias más avan-zadas y experimentadas. Incluso enlas filas del periodismo hay quienpiensa que es hora de poner coto aciertos abusos, y no sólo en el calcu-lado chismorreo del peculiar mundode los famosos de temporada, tam-bién en el espacio de la política y lasideologías. Y entre los periodistaabunda el derrotismo y la resigna-ción. No faltan incluso los que handecidido cambiar de oficio, especial-mente entre los jóvenes que empie-zan, cuando comprueban que la rea-lidad está lejos de lo que imaginaron.

Ralf Dahrendorf titulaba su últi-mo artículo periodístico: ‘La libertadde expresión en el banquillo’ que con-cluía con la reclamación de más es-pacio a la libre expresión y la adver-tencia de que las amenazas a la mis-ma achatan las libertades y las opor-tunidades de los ciudadanos. En estesentido hay que reclamar que los po-deres públicos no entrometan sus de-dos reguladores en el oficio de los pe-riodistas. Sobre todo en España, unasociedad aún con incipiente destrezaen el uso de las libertades.

Durante demasiados años hemospadecido la intrusión (y utilizo la pa-labra en su más preciso significado)de los gobiernos en los medios, pormuy variados procedimientos, y sinbeneficio para la credibilidad de pe-riodistas y políticos (que anda baja),ni para el servicio a los ciudadanos,cada día más recelosos frente a lo queles cuentan. Tampoco para el buen de-

senvolvimiento económico y moralde los medios, de los editores y de losperiodistas.

El arbitrario reparto de licenciasaudiovisuales, que vienen aplicandolos sucesivos gobiernos desde hacemás de 20 años, forma parte del pro-blema y es una de las causas del difí-cil desenvolvimiento de la libertad de

Durante demasiados añoshemos padecido laintrusión de los gobiernosen los medios, por muyvariados procedimientos, ysin beneficio para lacredibilidad de periodistasy políticos (que andabaja), ni para el servicio alos ciudadanos.

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expresión y del retroceso y estrecha-miento de la misma durante los últi-mos años. En espera de las concesio-nes, editores y periodistas han redu-cido expectativas, mientras llegantiempos mejores. No llegan.

Ahora el problema cursa con va-riantes. Los gobiernos aparentan (qui-zá incluso sean sinceros) propósito deenmienda y, copiando otras democra-cias, proponen organismos regulado-res (comisiones audiovisuales al esti-lo de la FCC norteamericana, el Of-com británico o el equivalente fran-cés, que es el más apreciado de los in-tervencionistas) con competencias ce-didas de los gobiernos para gestionarlas licencias y administrar el espec-tro radioeléctrico y con la pretensiónde que sean independientes, compe-tentes e imparciales. Pero antes deque esa independencia esté acredita-da y de que esos reguladores demues-tren competencia profesional y acu-mulen prestigio, les dotan de facul-tades fiscalizadoras con tufo de inten-to de amedrentar a los medios y a losperiodistas, con ruido de expedien-tes, sanciones, y hasta revocación ono renovación de licencias.

La larga resolución del Consejo Au-diovisual de Cataluña sobre los con-tenidos emitidos en programas este-lares de COPE es ejemplo de todo es-to. El informe es discutible, los he-chos u opiniones cuestionados pue-den reflejar mala educación, críticasubida de tono, opiniones poco fun-dadas… pero difícilmente delitos san-

cionables o excesos insoportables. Laprolija argumentación para justificarlas acusaciones rezuma debilidad.

En fin, que para ese viaje no se re-quieren tales alforjas. El informe de-bería inducir al legislador a muchacautela antes de ‘meter en cintura’ lalibertad de expresión. El remedio se-rá peor que la enfermedad y confir-ma aquella proposición de un viejodemócrata: “Las ovejas están mejorsolas que vigiladas por los lobos”.

España, con poca experiencia enla gestión de la libertad de expresióny menos aún en la actuación de or-ganismos independientes, no puederecorrer en pocos meses lo que a otrasdemocracias más maduras les ha lle-vado años. Además, lo acreditado porlos gobiernos, y especialmente el ac-tual, a la hora de componer los orga-nismos independientes es decepcionan-te ya que poner de manifiesto que sonmás oportunidad de empleo para mi-litantes más o menos distinguidoscon déficit de independencia, queocupación responsable para profesio-nales con competencia y capacidadacreditadas.

Los límites al ejercicio del perio-dismo los marca la ley y la jurispru-dencia. También el pacto de los edi-tores con los periodistas, que tendríanque volver a respetarse y entendersepara salir del atolladero en el que an-dan envueltos. No sólo en España,también en países muy avezados enlas libertades civiles como son los Es-tados Unidos y Gran Bretaña, hay nue-

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vas leyes en curso o en vigor que res-tringen la libertad de expresión conla coartada de prevenir incitacionesal odio o a la violencia o de la luchacontra el terrorismo.

Limita la libertad prohibir o res-tringir el debate, la crítica, inclusoexpresiones de antipatía, burla y has-ta insultantes para otras creencias oideas. La confrontación, la colisión deopiniones es esencial para preservarla libertad decía hace unos días el es-critor británico T. Garton Ash que re-cordaba una frase de Stuart Mill:“A laley y a la autoridad no les correspon-de restringir los ataques a la infideli-dad a unas creencias o valores”.

Es frecuente escuchar que esto nopuede seguir así, que los periodistasno tienen derecho a todo, que es in-tolerable que se escriban o digan… pa-ra reclamar leyes antilibelo o actua-ciones sancionadoras y ejemplarizan-tes de organismos vigilantes del ca-non oficial, de la moral o de lo co-rrecto. Esas son las vísperas de la cen-sura y el oscurantismo. En España te-nemos leyes suficientes como paraque ciudadanos e instituciones se de-fiendan de posibles abusos de la li-bertad de expresión. La Constituciónmarca el campo de juego, el CódigoPenal y algunas otras leyes, como ladel honor, son modernas y actualiza-das (para algunos incluso restrictivas)a la hora de fijar los límites. Y el ár-bitro no es otro que el juez compe-tente. Las sentencias de los tribuna-les, especialmente la doctrina del Su-

premo y del Constitucional, comple-tan el cuadro y permiten a los magis-trados tomar decisiones fundadas.

Sin embargo no hay mes que pa-se sin que a alguien se le ocurran me-didas restrictivas de la libertad de ex-presión que tienen como objeto ca-llar las voces que no les gustan. Go-biernos y oposiciones claman por lo

Los protagonistas de lainformación, entre ellospolíticos y otrospersonajes con poder,tienen derecho a criticar, adefenderse, también ademandar y a la querella.Pero no a la amenaza nial uso del poder paratomar represalias contra loque no les gusta.

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mismo y lo contrario según su posi-ción relativa, según sean o no sujetosde crítica. Criticar a los amigos pare-ce intolerable y abusivo, mientras quehacerlo a los adversarios significa elejercicio de una libertad incuestiona-ble. Algunos presuntos demócratasasumen sin reserva que a la Adminis-tración corresponde la facultad de de-terminar el canon de lo que es o notolerable. O que, como el espectro ra-dioeléctrico es un bien público, ges-tionado por la Administración, a és-ta compete también la vigilancia delos contenidos que ocupan ese espec-tro radioeléctrico. ¡Qué disparate!

En ningún caso se puede defenderque los periodistas deben estar exen-tos de crítica. Todo lo contrario, ne-cesitamos esa crítica; entre los debe-res de los periodistas está dar espacioa la crítica, sin trampas ni mezquin-dades. La credibilidad de los mediosy de los periodistas va a encontraruno de sus sustentos, precisamente enla capacidad para aceptar y, en su ca-so, asumir esa crítica, dar espacio aotras opiniones y a nuevos datos y acorrecciones de los aportados en susinformaciones, muchas veces incom-pletas y parciales, por la propia natu-raleza del trabajo periodístico. Losprotagonistas de la información, en-tre ellos políticos y otros personajescon poder, tienen derecho a criticar,a defenderse, también a demandar ya la querella. Pero no a la amenazani al uso del poder para tomar repre-salias contra lo que no les gusta.

Un ejemplo elocuente del extravíoen que andamos nos viene de los Es-tados Unidos. Hace poco más de unmes una periodista del Washington Postdesveló la existencia de cárceles se-cretas de la CIA en terceros países des-tinadas a interrogatorios abusivos aprisioneros relacionados con el terro-rismo. La reacción de la propia CIA yde algunos congresistas no fue preve-nir y cortar esos abusos sino perse-guir a quienes pudieran haber reve-lado la información a la periodistaque la publicó. ¿Se habrán leído laConstitución estos políticos y funcio-narios tan proclives al abuso y al des-precio de libertades y garantías? ¿Secombate así el terrorismo? ¿Es esa lasuperioridad moral? Las malas ideas,el error en las prioridades, es caldode cultivo para el abuso. Desde lamentira y el encubrimiento no seconstruye democracia, el fin no jus-tifica los medios; peor aún, éstos, malempleados, desmontan la legitimidadde los fines.

Así que constatamos amenazas se-rias al ejercicio de la profesión. A laprecariedad laboral, primer proble-ma para los periodistas españoles, ala insoportable presión de las fuen-tes, se unen ahora el otorgamiento defacultades administrativas para regu-lar la libertad de expresión, siemprecon la excusa de contribuir al biencomún, a la decencia y a la verdad.La amenaza parece ser a los periodis-tas pero en realidad tiene a los ciu-dadanos como víctimas. �

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E l caso Miller. El caso Blair (de Jay-son Blair, por supuesto). El ca-so Kelly, en el Reino Unido, y elcaso Kelley en Estados Unidos.

Demasiados casos, quizá. Pero no porsu importancia estrictamente cuanti-tativa. Si lo pensamos bien, tal vez lollamativo sea que tan contados me-dios de comunicación, como The NewYork Times o la BBC, se hayan sentidoobligados durante los últimos años areconocer graves errores de trabajo.Demasiados casos, decíamos, no tan-to la cantidad como por la cualidad.Analizados en profundidad, todos es-tos reconocimientos públicos de cul-pa apuntan al mismo problema: la re-lación entre el periodista, los textosque publica y sus fuentes.

Sobre esta cuestión, que con deli-berado exceso épico hemos denomi-nado ‘batalla de las fuentes’, cabe

plantearse: ¿y aquí, qué? ¿Es que enEspaña no hay casos? ¿No hay Blair?¿No hay Miller? ¿No hay un AndrewGilligan? ¿Por qué no se habla deellos, si es que existen? ¿O es que talvez lo que no existen es un tipo demedios con el coraje que han demos-trado la BBC o The New York Times? Nisiquiera parece razonable intentarresponder a todas esas preguntas a lavez. Más lógico puede resultar unplanteamiento modesto, humilde pe-ro científico, que se deje resumir me-diante la siguiente pregunta: ¿cómoes el uso periodístico de las fuentesde información en los medios de co-municación españoles?

En el ámbito académico, ‘la bata-lla’ se ha centrado tradicionalmenteen la definición y –sobre todo– en laclasificación de las fuentes. Hay enlos manuales de Periodismo, reconoz-

La batalla de las fuentesEstudiantes de Periodismo de la Universidad Autónoma deMadrid1 han analizado el uso de las fuentes en cinco periódicos: El País, El Mundo, Abc, La Vanguardia y La Razón.Las conclusiones –alarmantes– son estas: altísimo número de fuentes insuficientemente documentadas, que no compiten con otras fuentes (ni, por tanto, con otras versiones de lo sucedido) o que ofrecen información en la que esas fuentestienen intereses particulares.

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��� La batalla de las fuentes

cámoslo, un furor taxológico sólocomparable al furor de los alumnoscuando se ven abocados a una inter-minable memorización de tablas ymás tablas sobre ‘tipos de fuentes’.Porque ahí se ha situado tradicional-mente el objeto de estudio: lo impor-tante era saber cuántas clases de fuen-tes periodísticas existen o puedenexistir2. Esta investigación ha surgidoy se ha desarrollado en un aula de Pe-riodismo. Y, por tanto, los autores3

han partido de teorías clásicas. Em-pezando por el propio concepto de‘fuente’. Es claro que las fuentes deinformación proporcionan conteni-dos, datos o argumentos a los perio-distas para que éstos puedan incluiren sus textos todo o parte de ese ma-terial3. Sin embargo, sí conviene vol-ver a considerar la noción de simples‘abastecedores de información’ que amenudo se asocia a la definición de‘fuente’4. En tanto que obedecen casisiempre a una estrategia retórica ydiscursiva muy precisa, las fuentes nosólo ofrecen información, sino queademás, con mucha (y creciente) fre-cuencia, esperan obtener un benefi-cio de su acercamiento a los periodis-tas. O, dicho de otro modo, las fuen-tes no acostumbran a aportar infor-mación a los periodistas por genero-sidad y altruismo. Actúan, más bien,llevadas por la ambición de ‘prefabri-car un relato de los hechos’. Esto es:si entregan información a quienescuentan qué ocurre (los periodistas),es sólo para influir más intensa y di-

rectamente en el relato de lo ocurri-do. Ya se ha apuntado en las líneasanteriores, pero cabe insistir en queeste fenómeno es cada vez más apre-ciable, e incluso podríamos conside-rarlo como un rasgo esencial, defini-torio, de la moderna sociedad de lainformación5.

El acervo académico sobre la tipo-logía de las fuentes puede resultarquizá más útil si sólo se emplea co-mo herramienta, como apoyo. No co-mo un listado que conviene memori-zar. Porque más importante que op-tar sin dudarlo entre ‘decenas de cla-ses de fuentes’, a nuestro juicio, es des-cubrir cómo acostumbran a utilizaresas fuentes los periodistas. O a ‘de-fenderse’ de ellas, si aceptamos quela inmensa mayoría de las fuentes deinformación, en las sociedades mo-dernas, aspiran a influir en los rela-tos periodísticos6. Sabemos que lasfuentes han trazado un minuciosoplan para difundir su versión de larealidad: por eso hay miles y miles degabinetes de prensa por doquier. Nosabemos, en cambio, si el periodismodispone de un ‘plan de defensa’ paramantener su relato a salvo de versio-nes conscientemente deformadas dela realidad (o a salvo de intereses par-ticulares que pretenden servirse dellector, más que contarle algo): por esohemos querido analizar en este tra-bajo cómo y para qué utilizan los pe-riodistas, en sus textos diarios, lasfuentes de información.

Durante 15 días7, se ha estudiado

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el uso periodístico de las fuentes deinformación en cinco periódicos dedifusión nacional8. En total, se han ana-lizado 6.162 textos informativos. Y,como mínimo, esas 6.162 piezas tex-tuales las han revisado dos personas9.Cada investigador se ha ocupado deuna sección. Sus datos debían entre-garse al grupo de coordinación (com-puesto por tres miembros) encarga-do de sumar los datos referentes a undeterminado periódico. Tanto en lostrabajos individuales como en las fi-chas elaboradas por los grupos de co-ordinación debía aparecer, al menos,la siguiente información:

1. Datos básicos sobre la muestradiaria y total.

A) Páginas por sección / páginas to-tales examinadas.

B) Textos analizados.C) Fotografías, infografías y gráfi-

cos.2. Tipos de fuentes.A) Intermediarios o agencias infor-

mativas.B) Resto:B.1) Oficiales (Gobierno central, go-

biernos autonómicos, ayuntamien-tos, sindicatos, partidos políticos, pa-tronal, otras instituciones y otros).

B.2) No oficiales (asociaciones, or-

ganizaciones no gubernamentales,expertos, miembros de institucionesu organismos, otros).

3. Grados de identificación.A) Atribución directa.B) Atribución reservada.C) No atribuido (fuente anónima).4. Tipo de información facilitada

por la fuenteA) ¿Es la única versión sobre un

determinado hecho? ¿Hay fuentescomplementarias?

B) ¿Afecta esa información, direc-ta o indirectamente, a los interesesparticulares de la fuente?

C) ¿Qué grado de importancia tie-ne esa información en el texto perio-dístico analizado? (Se establecen cin-co categorías que permiten evaluar esaimportancia de 1 a 5: ‘anécdota’, ‘ver-sión que compite con otras fuentes’,‘importancia total’, ‘entrevista’ y ‘es lapropia fuente la que crea un acto in-formativo para generar una noticia’).

1. Datos básicos sobre la muestraLos datos incluidos en la tabla 1 pre-sentan una doble utilidad: de formaclara y directa, señalan el tamaño dela muestra analizada (y, en consecuen-cia, permiten otorgar un determina-

Tabla 1EL PAÍS EL MUNDO ABC LA VANG. LA RAZÓN TOTAL

Páginas examinadas .628 .617 .751 .908 .429 3.333

Textos analizados 1.358 1.124 1.266 1.627 .783 6.158

Fotos, infografías, gráficos .794 .684 .885 1.332 .613 4.308

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do valor de representación a los re-sultados finales del estudio); en se-gundo lugar, ayudan a establecer in-teresantes cuantificaciones medianteun sencillo cruce de datos.

Resulta en sí mismo relevante elsimple dato del número total de tex-tos analizados en cada periódico. Du-rante el mismo período, un diario pu-blica 783 textos informativos (La Ra-zón). Otro, La Vanguardia, 1.627 (másdel doble, por tanto). El número defotografías, infografías y gráficos, sinembargo, apenas varía si examina-mos las cifras correspondientes a ca-da periódico (con la notable excep-ción de La Vanguardia).

El dato sobre el conjunto de tex-

tos analizados (6.158) permitirá ha-llar la media de fuentes citadas porpieza textual. En la tabla 2 veremosque, durante los 15 días de análisis,se han contabilizado 8.179 fuentes.Se obtiene, por tanto, una media de1,33 fuentes por texto. Es decir: entres piezas, como promedio, los pe-riodistas citan a cuatro fuentes (in-cluidas, como se verá más adelante,aquellas que no están plenamenteidentificadas). Con malévola ingenui-dad, se podría sugerir que quizá laidea de ‘conflicto’ se presenta en unode cada cuatro textos periodísticos.Si esto no resultara empíricamenteaceptable, nos encontraríamos anteuna situación no apta para ingenuos,

Tabla 2EL PAÍS EL MUNDO ABC LA VANG. LA RAZÓN TOTAL

Fuentes empleadas 2.199 1.495 1.636 2.200 .649 8.179

Total f/t 1,61 1,33 1,29 1,35 0,83 1,33

Agencias .348 .485 .571 .676 .289 2.369

% 15,82 32,44 34,90 30,72 44,53 28,96

Fuentes oficiales 1.012 .437 .553 .865 .168 3.035

% 46,02 29,23 33,80 39,31 25,88 37,10

Fuentes no oficiales .839 .573 .512 .659 .192 2.775

% 38,15 38,32 31,29 29,95 29,58 33,92

Tabla 3EL PAÍS EL MUNDO ABC LA VANG. LA RAZÓN TOTAL

Atribución directa 1.511 1.030 1.002 1.557 3.965 .496

% 68,71 68,89 61,24 70,77 61,01 67,20

Atribución reservada .453 .356 .432 .466 .148

% 20,60 23,81 26,41 21,18 22,80 22,68

No atribuido (fuente anónima) .235 .109 .202 .177 .105 .828

% 10,68 7,29 12,35 8,04 16,17 10,12

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ni siquiera para ‘ingenuos malévo-los’.

2. Tipos de fuentesMuy cerca de la media de fuentes portexto (1,33, que coincide, por cierto,con la de El Mundo) se sitúan La Van-guardia y Abc. El diario La Razón apa-rece claramente por debajo de esa me-dia (0,83 fuentes por texto) y El País li-geramente10 por encima (1,61).

Sobre la distribución de fuentesoficiales / no oficiales, cabe hacer unapequeña –pero importante– aclara-ción. Los resultados finales son éstos:un 37,10% de fuentes oficiales y un33,92% de fuentes no oficiales. Sinembargo, esos datos pueden resultarengañosos. Conviene tener en cuen-ta que hay además casi un 30% deagencias, que en la mayor parte delos casos remiten a fuentes oficiales.El modo en que aquí se ofrecen losporcentajes puede plantear una dis-torsión de la realidad, pero se ha pre-ferido, en primer lugar, separar connitidez el uso de agencias11; y en se-gunda instancia, no dejar de plasmarlos resultados con cierta sencillez12.

No será necesario insistir en el ‘va-lor de representación’ de la muestra.Y no tanto por el total de fuentes do-cumentadas (8.179) como por el volu-men de textos en que han sido halla-das todas esas fuentes (recordemos:6.158). Tampoco habrá que resaltarun dato quizá esperable, sí, pero nopor ello menos significativo: casi el

29% de las fuentes citadas por los me-dios analizados son agencias de noti-cias13. O lo que es lo mismo: de cada20 fuentes registradas, siete son agen-cias. Esto si hablamos de promedios.La estadística es aún más llamativa sinos referimos a algún diario concre-to. Por ejemplo, a La Razón: casi el 45%de sus fuentes corresponden a este ti-po de intermediarios. Incluso en unperiódico como El País, cuya media sesitúa en poco más del 15%, podemosencontrar alguna sección14 en la queel uso de agencias sobrepasa el 40%del total de las fuentes empleadas.

3. Grados de identificaciónA partir de este punto, nos situamosen el núcleo básico de la investiga-ción que pretendíamos abordar. Nosplanteamos cómo usan los periodis-tas las fuentes de información, cómoafecta la información de esas fuentesal texto final de los periodistas, has-ta qué punto se contrastan las versio-nes de una determinada fuente conotras versiones de ‘suministradoresde información’ alternativos.

Y, para empezar, debemos pregun-tarnos si hay trasparencia en el usode las fuentes. Como se acaba de de-cir respecto a la frecuencia de uso delas agencias, quizá también aquí noshallamos ante un dato previsible (vertabla 3): la atribución plena, directa,con nombres y apellidos, no llega al70% de los casos analizados. La atri-bución reservada, que al menos per-

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��� La batalla de las fuentes

mite saber de dónde parte la infor-mación y a qué ámbito pertenece lafuente, supone el 22,68% del total15.Por último, las fuentes que son cita-das como tales pero que no presen-tan ningún tipo de atribución (es de-cir, las anónimas) sobrepasan el 10%del conjunto analizado.

Pueden parecer, así pues, datosmoderados y hasta cierto punto pre-visibles. Quizá. Sin embargo, no dejade resultar al menos inquietante quecasi el 33% de las fuentes empleadaspor los distintos diarios no muestreuna identificación plena. Es decir: noestá perfectamente identificada unade cada tres fuentes. En algún perió-dico (Abc o La Razón) se roza el 40% deidentificación no plena. La Vanguar-dia, en cambio, no pasa del 30%.

4. Tipo de información facilitadapor la fuenteApenas hay que poner música a la le-tra, contundente y diáfana, que mar-can los datos de las tablas 4 y 5. La le-tra tiene armonía propia: casi la mi-tad de la fuentes analizadas en esteestudio (46,5%) ofrecía al periodistauna versión que no había de compe-tir con la de ninguna otra fuente. Losdiarios La Vanguardia (42,09%) y La Ra-zón (52,54%) se sitúan de nuevo en losextremos de la estadística. No mejo-ra la situación si nos imponemos latarea de observar el asunto desde elángulo opuesto. De las 8.179 conside-radas, sólo 4.376 fuentes (53,50%) de-

bían competir con versiones comple-mentarias o alternativas.

Aún más contundentes son los re-sultados derivados de la siguiente pre-gunta sobre el tipo de informaciónque facilitan las fuentes: ¿afecta esainformación, de forma directa o in-directa, a los intereses particulares deesa fuente (o de la empresa que haconstituido la fuente)? Es cierto quetanto esta cuestión como la siguien-te implican un cierto grado de subje-tividad en el proceso de elaboraciónde datos. Y es cierto además que enalgunos casos ha habido dudas. Perose trata de casos muy concretos queapenas acabarían suponiendo unacentésima en el resultado global quehemos obtenido: el 52,51% de lasfuentes ofrecen una información queafecta a los intereses particulares opersonales de la propia fuente16.

En sí mismo considerado, el datono debería sorprender: parece lógicoque las fuentes ofrezcan informaciónde aquello que más les interesa y que,por otra parte, más cerca tienen. Ca-si todo el mundo tiende a hablar desí mismo. Sería absurdo que no lo hi-cieran las fuentes. Consideremos pa-ra qué han florecido durante los úl-timos años miles y miles de gabine-tes de prensa, empresas de comuni-cación o equipos de relaciones públi-cas. Su egotismo no es accidental, si-no estructural. Así pues, ese 52,51%,considerado aisladamente, no es másque la confirmación de una sospechaque parece tejida con fundamento.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—19

En cierto modo, es lo ‘previsible’ con-vertido en ‘visible’. Casi más llamati-vo y misterioso es el 47,49% restante.De nuevo con malévola ingenuidad,podíamos preguntarnos: ¿sobre quéhablan esas 3.884 fuentes?

Sin embargo, la importancia y lagravedad de estos últimos resultadosafloran cuando nos disponemos a re-lacionar esa tabla estadística con laanterior y con la siguiente. Empece-mos por lo último. Recordemos quese trataba de asignar a cada fuenteuna determinada calificación. Y ello,

en función de la importancia que, pa-ra el texto final del periodista, conce-diéramos a la información ofrecida porla fuente. Procuramos controlar lasubjetividad del investigador estable-ciendo cinco categorías:

4.1. Si pensamos que la informa-ción de la fuente desempeña una fun-ción absolutamente menor en el tex-to publicado, la consideramos ‘anéc-dota’.

4.2. Si la información tiene un pe-so algo mayor, pues compite con fuen-tes complementarias o alternativas

Tabla 4EL PAÍS EL MUNDO ABC LA VANG. LA RAZÓN TOTAL

Versión única .997 .704 .835 .926 .341 3.803

% 45,33 47,09 51,03 42,09 52,54 46,50

Versiones complementarias 1.202 .791 .801 1.274 .308 4.376

% 54,66 52,90 48,96 57,90 47,45 53,50

Afecta información a fuente 1.032 .721 1.052 1.114 .376 4.295

% 46,93 48,22 64,30 50,63 57,93 52,51

No afecta información a la fuente1.167 .774 .584 1.086 .273 3.884

% 53,06 51,77 35,70 49,36 42,06 47,49

Tabla 5EL PAÍS EL MUNDO ABC LA VANG. LA RAZÓN TOTAL

Anécdota .566 .198 .272 .394 .125 1.555

% 25,73 13,24 16,62 17,90 19,26 19,01

Compite con otras fuentes .955 .548 .467 1.148 .162 3.280

% 43,42 36,65 28,54 52,18 24,96 40,10

Gran importancia .465 .562 .764 .454 .247 2.492

% 21,14 37,59 46,70 20,63 38,05 30,47

Entrevista .074 .042 .085 .058 .025 .284

% 3,36 2,80 5,19 2,63 3,85 3,47

La fuente crea noticia .139 .145 .048 .146 .090 .568

% 6,32 9,69 2,93 6,63 13,86 6,94

20—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� La batalla de las fuentes

en el texto periodístico, la incluimosen la categoría ‘compite con otrasfuentes’.

4.3. Si esa competencia no se esta-blece en condiciones de igualdad, yuna fuente consigue imponer su vozen la pieza periodística, la fuente aca-bará en la casilla denominada ‘granimportancia’.

4.4. Si la voz es única porque asíse ha determinado mediante la selec-ción del género periodístico, le otor-garemos la denominación de ‘entre-vista’.

4.5. Y si, por último, además de su-ceder lo que apuntamos en el punto5.3., resulta que el periodista ha da-do cuenta de un acto ideado o crea-do por la fuente sólo para que a eseacto acudieran periodistas en calidadde ‘testigos’17, entendemos que ‘lafuente crea noticia’.

Si sumamos los porcentajes de lastres últimas categorías, descubrire-mos que más del 40% (40,88%) de lasfuentes ofrece una información de ca-pital importancia para el periodista.Y así queda reflejado en el texto pe-riodístico resultante18. En el diario LaRazón, por ejemplo, la suma de ‘granimportancia’, ‘entrevista’ y ‘la fuentecrea noticia’ supera el 55%. Abc se si-túa sólo unas décimas por detrás.

5. En definitiva, y relacionando al-gunos de los datos ya comentados,nos atrevemos a proponer las siguien-tes conclusiones:

5.1. Se ha constatado una escasísi-ma presencia de fuentes de informa-

ción en los 6.158 textos analizados.La media es de 1,33 fuentes por tex-to. Del total de fuentes registradas(8.179), el 28,96% corresponde a agen-cias. La fuentes oficiales (37,10%) su-peran claramente19 a las no oficiales(33,92%).

5.2. El 32,80% de las fuentes ana-lizadas no aparecen plenamente iden-tificadas. Más del 10% de las fuentesno presentan ningún tipo de atribu-ción (son anónimas).

5.3. Se ofrece una información queno encuentra réplica de otras fuentesen el 46,50% de los casos. En algúndiario se sobrepasa el 52,5%20.

5.4. Ese último porcentaje (52,5%)corresponde también al número decasos en que la información aporta-da por la fuente al periodista afectaa los intereses particulares de la pro-pia fuente.

5.5. De cada 10 fuentes, 4 propor-cionan información de gran relevan-cia para el texto que acaba elaboran-do el periodista.

5.6. En consecuencia, y si suma-mos algunas las circunstancias ante-riores, cabe concluir que los periodis-tas emplean un altísimo número defuentes insuficientemente identifica-das, que no compiten con otras fuen-tes (ni, por tanto, con otras versionesde lo sucedido), que ofrecen informa-ción que afecta a sus intereses parti-culares y que, por último, consiguenque el texto periodístico recoja lo fun-damental de su versión de lo aconte-cido.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—21

5.7. Todo ello dibuja las condicio-nes perfectas para un mensaje de apa-riencia informativa, pero de esenciapersuasiva (como es, con frecuencia,el de las fuentes). Las fuentes se es-conden, hablan de lo que les intere-sa y afecta, su relato no compite conversiones alternativas y, al final, con-siguen dominar el relato informati-vo que firma un periodista.

5.8. Dicho de otro modo: la retóri-ca persuasiva de las fuentes funciona

considerablemente bien. Cabe pre-guntarse cómo funciona la estrategiade defensa –si es que existe– diseña-da por los medios de comunicaciónpara garantizar su independencia. Ca-be plantearse, en fin, si a la vista detodos estos datos el lector se encuen-tra debidamente protegido21. Y, porúltimo, no sería descabellado pregun-tarse por los efectos de todo lo ante-dicho sobre la credibilidad del relatoperiodístico. �

1. Autores de este texto han de considerar-se los 99 alumnos que han participado enel estudio de campo. Todos ellos, del grupo1º G (Periodismo) de la Facultad de Cienciasde la Información, en la Universidad Com-plutense de Madrid (UCM). Los coordinado-res de los seis grupos establecidos son los si-guientes: Isabel María Sancho, Ana Tombo,Lucía Carrera, Fátima Martel, Susana Saave-dra, Juan Ventura Lado, Carlos Zotes, SergioRodríguez, Virginia Seseña, Pilar Navareño,Guillermo Pedrero, Teresa Ávila, Irene Gar-cía, Carmen Llovet, María del Mar Sevilla, AnaCristina Hernández, Elena Alcalde, María delCarmen Fernández y Julián Cantero. La in-vestigación la ha dirigido Javier Mayoral Sán-chez, profesor de Comunicación e Informa-ción Escrita. Una versión de este texto se hapublicado en la revista Estudios sobre el Men-saje Periodístico, que edita el Departamento dePeriodismo I.

2. Reconozcamos también que esas tablaso clasificaciones no son en absoluto inúti-les, y que incluso algunas tienen relación conel problema que se planteará en este texto.

3. Se puede encontrar un planteamientomuy similar a éste en Introducción al periodis-mo escrito, de Núñez Ladevéze (Barcelona,1995, Ariel, pág. 49)

4. Véase, por ejemplo, Armentia y Cami-nos (La información. Redacción y estructuras, Bil-bao, 1998, Servicio Editorial Universidad delPaís Vasco, pág. 241).

5. A propósito del fenómeno que aquí secomenta, Fernando González Urbaneja ha ha-blado en varias ocasiones de un “rearme delas fuentes”. Utilizó esa ilustrativa expresión,por ejemplo, en septiembre de 2001, duran-te su intervención en el Curso de Verano dela UCM en El Escorial.

6. Es curioso: este aspecto del estudio delas fuentes (el modo en que aparecen cita-das o identificadas las fuentes en el texto pe-riodístico) sí que suele aparecer desarrolla-do con detalle en libros de texto y monogra-fías. Véase, por citar sólo un texto, Periodis-tas y fuentes informativas, de H. Strenz (BuenosAires, 1983, Marymar, pág. 288).

7. Exactamente desde el 15 hasta el 29 denoviembre de 2004.

8. Conviene aclarar que, si bien ofrece-mos datos sobre cinco diarios, en realidaderan siete los periódicos que constituían elobjeto de estudio de esta investigación. He-mos eliminado de las tablas la informacióncorrespondiente a Metro y 20 Minutos (edicio-nes de Madrid). Como curiosidad, valga es-te apunte: Metro citó durante los 15 días de

22—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� La batalla de las fuentes

estudio una sexta parte del total de fuentesa las que remitió La Vanguardia. Sin embar-go, y por no mezclar datos que correspon-den claramente a propuestas periodísticasmuy distintas (y que, a nuestro juicio, me-recen un análisis más reposado y profun-do), de momento se ha optado por ignorarlos resultados obtenidos sobre estos dos dia-rios

9. El trabajo se distribuyó de modo que ca-da sección de cada diario fuera analizadapor al menos dos investigadores. De ese mo-do se establecía un mayor control de los da-tos, al tiempo que se encendía automática-mente una luz de alarma en caso de error.Los diarios analizados son El País, El Mundo,Abc, La Razón y La Vanguardia.

10. Obsérvese, no obstante, que El País ca-si dobla el promedio de La Razón.

11. Consideramos que las agencias debenser tenidas en cuenta como categoría defuente muy distinta a las demás. Las agen-cias son observadores profesionales, inter-mediarios, y en principio no hay motivos pa-ra sospechar que intenten distorsionar su re-lato conforme a intereses particulares.

12. Una solución a este problema hubieraconsistido en dividir la tabla correspondien-te a ‘agencias’ y señalar el número de casosen que éstas remiten a fuentes oficiales y afuentes no oficiales. Esto, evidentemente, hu-biera complicado la cuestión, porque nos en-contraríamos ante un grupo de fuentes ofi-ciales citadas directamente por el periódicoy otro grupo de fuentes oficiales citadas através de una agencia. Y exactamente lo mis-mo en el caso de las no oficiales. En cual-quier caso, ya se ha explicado en el epígra-fe 1.3. que el asunto de las clasificaciones noes prioritario en esta investigación

13. Sobre el valor específico y distintivoque concedemos a este tipo de fuentes, porsu carácter profesional y su tarea de media-ción, véase la nota anterior.

14. El dato exacto correspondiente a la sec-ción de Economía es éste: 41,9%. En general,

se ha prescindido de los resultados parcia-les, por secciones, para no enmarañar estetexto con un sinfín de tablas estadísticas.

15. Los diferentes periódicos analizadosparecen tener aquí un comportamientocuantitativamente muy semejante, pues laoscilación entre el que más emplea la atri-bución reservada (Abc) y el que menos (El Pa-ís) es de menos de seis puntos.

16. En el caso de Abc, ese porcentaje se dis-para al 64,30%.

17. Falsos testigos, en realidad, pues el pe-riodista sólo ve aquello que ha sido fabrica-do para ser visto públicamente. El testigo,por tanto, se convierte en espectador.

18. Evidentemente no es propósito de es-ta investigación analizar cómo los periódi-cos y los medios de comunicación reaccio-nan a la estrategia de las fuentes. El sentidocomún y nuestra experiencia de lectores nosindican que cada diario ofrece su visión par-ticular de la realidad. Todos los días hayejemplos de una pintoresca selección de da-tos y puntos de vista que sólo buscan confir-mar los juicios previamente formulados porese periódico acerca de la actualidad. Perono se pretende aquí dictaminar si los pro-blemas que descubrimos en nuestro análi-sis se deben a la capacidad persuasiva de lasfuentes (y a la vulnerabilidad de los medios,por tanto) o a la confluencia de intereses en-tre medios y fuentes. Desde el punto de vis-ta del lector, ambas hipótesis resultan igual-mente enervantes.

19. Sobre la rotundidad o claridad de esaventaja, véase la nota 8.

20. Cabe apuntar algo, de forma genérica,sobre estas diferencias entre diarios: está cla-ro que los problemas en el uso de las fuen-tes son comunes, pero también resulta evi-dente que en unos periódicos la gravedad delproblema es mayor; en otros, menor. El co-rrecto uso de las fuentes de información essin duda un buen índice de la calidad perio-dística.

21. Léase la nota número 16.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—23

E l director de El Mundo recibiórecientemente del juez de laAudiencia Nacional, instructordel sumario del 11-M, una pro-

videncia por la que, a instancias delMinisterio Fiscal, le conminaban a en-tregar, con ultimátum de 12 a 18 ho-ras, toda la documentación que tuvie-ra procedente del sumario del 11-M,al que se acababa de levantar parcial-mente el secreto. El director de El Mun-do, decidió no atender la solicitud deljuez, al entender que la documenta-ción de que disponía el periódico es-tá protegida por el derecho constitu-cional al secreto profesional. El direc-tor fue citado ante el juzgado de Pla-za de Castilla, en Madrid, como im-

putado por un delito de desobedien-cia. El juez instructor del caso dictósu sobreseimiento provisional.

Pedro J. Ramírez señaló que desdela entrada en vigor de la Constitu-ción, su práctica habitual en casos se-mejantes al citado ha sido acogerseal secreto profesional. Así lo hizocuando informó en Diario 16, en rela-ción con el intento golpista del 23-F,del testimonio de un soldado no iden-tificado, que explicaba cómo el capi-tán Álvarez Arenas amenazó con untiro en la nuca si no seguían sus ór-denes. El capitán exigió en los tribu-nales el nombre del soldado y PedroJ. invocó el secreto profesional.

Otro caso fue el de la entrevista con

El secreto profesional no admite ni casuística ni excepcionesEl secreto profesional y su legislación fue objeto de un recientedebate en la sede de la APM. Actuaron como ponentes Pedro J.Ramírez, director de El Mundo; Pedro Rodríguez, corresponsal enWashington de Abc; Miguel Jiménez, subdirector de Cinco Días, yLuis Martí Mingarro, decano del Colegio de Abogados de Madrid.Este es un resumen del debate.

24—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� El secreto profesional

la cúpula de ETA publicada en Diario16. El juez Garzón le instó a dar nom-bre y desvelar fuentes, pero la ley am-paró a Pedro J.: se entendió que el se-creto profesional del periodista for-ma parte del derecho y garantías in-dividuales de los ciudadanos.

Otra situación, señaló, es la de losEstados Unidos, en algunos aspectosreferencia de libertad pero que dejaabierta la ponderación de derechos enrelación con la extensión y vigenciadel secreto profesional. Allí hay perio-distas partidarios de que exista unaley escudo (shield-law) que proteja laconfidencialidad de las fuentes de in-formación y otros que sostienen locontrario. Pedro J. defiende la posiciónde que “siempre debe respetarse el se-creto profesional del periodista, sinabusar de él”. La defensa del secretoprofesional del periodista no es unprivilegio para los periodistas, es underecho de los ciudadanos y mereceser defendido sin fisuras.

Miguel Jiménez, subdirector de Cin-co Días, comentó el caso de su periódi-co cuando publicó una noticia sobreuna sociedad cotizada, Inbesos, y losproyectos de inversión junto con otraempresa holandesa, que pudo influiren que su cotización en Bolsa aumen-tara un 8,5%. La periodista que escri-bió la noticia mantuvo contacto conambas empresas para completar la in-formación. La CNMV pidió al diario ex-plicaciones sobre el código de conduc-ta de la periodista, detalle del proce-so de obtención, contraste y supervi-

sión de la información y la identifica-ción de las personas que tuvieron al-guna relación con esa información oque la propiciaron. Cinco Días decidióno dar a conocer sus fuentes a pesardel requerimiento del regulador.

Según Miguel Jiménez, la CNMVinvestigaba un posible caso de infor-mación privilegiada y pretendía de-tectar las fuentes de la misma a tra-vés de los periodistas. Comentó quela CNMV debería tener en cuenta quelos periodistas son sus mejores alia-dos contra el abuso del mercado y lainformación privilegiada porque sutrabajo es publicar, poner a disposi-ción de todo el público las informa-ciones que conocen.

Pedro Rodríguez expuso los avata-res recientes del secreto profesionalen Estados Unidos, donde es corres-ponsal de Abc; concretamente el casoMiller, la periodista del New York Times,que se negó a desvelar el nombre desus fuentes acerca de la pertenenciaa la CIA de la esposa de un embaja-dor norteamericano crítico con la Ad-ministración. Miller se acogió al dere-cho al secreto profesional, a pesar deque un juez entendió que podía estarocultando la conducta criminal de sufuente. Miller fue encarcelada duran-te 85 días hasta que un acuerdo consu fuente le autorizó a desvelarla.

El caso Miller ha sido uno de losmás polémicos de los últimos tiem-pos en Estados Unidos, no sólo por laconvicción de Miller al acogerse al de-recho al secreto profesional, sino tam-

26—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� El secreto profesional

bién porque la periodista escribió unadecena de historia sobre armas de des-trucción masiva en The New York Timesque no resultaron ciertas, dejándosellevar, según la dirección del periódi-co, “por fuentes tendenciosas”.

El problema, explicó Pedro Rodrí-guez, no fue la lucha legislativa sobreel secreto profesional en EEUU, sinola proliferación de casos con abuso defuentes anónimas, como el de JackKelly (USA Today), Jason Blair (becarioy redactor imaginativo del New York Ti-mes), CBS (el programa 60 Minutes di-fundió documentos sin contrastar queeran inventados)… Detrás de todo ello,según el corresponsal, aparece la mez-cla de entretenimiento y periodismo,de periodistas-estrella (por ejemplo,Judith Miller) que no hacen bien sutrabajo, que ni verifican ni contrastany se fían de fuentes parciales, insufi-cientes o meramente manipuladoras.

Luis Martí Mingarro, decano del Co-legio de Abogados de Madrid, recor-dó en su intervención que el secretoprofesional de los periodistas y abo-gados no es un privilegio, sino másbien un blindaje de derechos del ciu-dadano ante la justicia, y en el casodel periodista, un blindaje de la liber-tad de información.

Para Martí Mingarro, abrir fisurasen el secreto profesional pone en pe-ligro el derecho de la sociedad a re-cibir el abanico plural de informacio-nes que definen la democracia. Regu-lar el secreto profesional puede ser unerror ya que conducirá a limitar la

información al ciudadano. El Colegiode Abogados defiende que el secretoprofesional del periodista está en laConstitución para que la sociedad re-ciba el baño continuo de la informa-ción plural. Según Martí Mingarro,no hay mejor ley-escudo que el artí-culo 20 de la Constitución.

Si se regulara el secreto profesio-nal –algunos lo pretenden–, caería-mos en el riesgo de las excepciones.Hay que ser firme y resistir esa tenta-ción, que perjudicará a la sociedad quedejará de recibir informaciones rele-vantes. Los límites les pone la ley y lajurisprudencia. De periodistas y abo-gados hay que esperar firmeza.

El decano de los abogados recor-dó cómo años atrás alguien preten-dió que las conversaciones de los eta-rras con sus abogados podía ser fuen-te de información y promovieronunas escuchas ilegales: “Nos costó lle-gar al Tribunal Constitucional paraanular esas pruebas y defender el de-recho de defensa y el secreto profe-sional. Algunos sectores de la socie-dad nos criticaron, decía que nos po-níamos del lado de los terroristas; noera así, estábamos del lado de la ley”.

Los ponentes coincidieron en la fu-tilidad de regular el secreto profesio-nal, que está bajo la eficaz protecciónde la Constitución, la cual reconoce esederecho y permite que sea la concien-cia del periodista, o en última instan-cia un tribunal superior, el que tomela decisión de hasta dónde debe llegarla confidencialidad de las fuentes. �

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—27

JUAN VARELA

A los confidenciales y diariosdigitales ya asentados en laRed les han salido nuevoscompetidores. Son diarios

pero se actualizan varias veces al día,en función de la información, notienen medio de referencia en papel,cubren audiencias específicas nogeneralistas, tienen fuerte posicióneditorial, manejan con libertad unafórmula de información muy apoya-da en la opinión e incorporan algu-nos de los elementos del Periodismo3.0 o periodismo ciudadano. Buscanla interactividad con los lectores através de comentarios, blogs y otrasfórmulas.

Son ciberdiarios de opinión, al me-

nos así han sido bautizados para dis-tinguirlos de los diarios digitales tra-dicionales (tengan o no correlato im-preso) y de los confidenciales, un gé-nero al que todos niegan pertenecer.

Ramón Salaverría, profesor de Ci-berperiodismo de la Universidad deNavarra y autor de varios libros sobreperiodismo digital, cree que estosnuevos productos son parecidos a lostradicionales; son “periódicos digita-les que, si bien no cuentan con un ál-ter ego impreso, imitan el formato edi-torial de los cibermedios que sí cuen-tan con un diario impreso matriz,adoptan una pauta de actualizacióndiaria o imitan las secciones y géne-ros habituales en la prensa impresa”.

Ciberdiarios de opiniónMezcla de periodismo ultrapasado, en lo que tienen deradicalización ideológica y activismo político, y de periodismoparticipativo, en la medida en que se postulan como puntos deencuentro; eso sí, la mayoría de ellos, sólo para correligionarios.Son los ciberdiarios de opinión, una modalidad periodística queen España está cobrando cierto auge. Y con una especialcaracterística: son obra de veteranos periodistas, no de currinches,y casi todos están promovidos y financiados desde Cataluña.

Juan Varela es miembro del Consejo de Redacción de Cuadernos de Periodistas y editor delblog Periodistas21.

28—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� Ciberdiarios de opinión

Pero les atribuye notas distintivasrespecto a los diarios digitales y se-mejantes a los confidenciales: “Sumarcado escoramiento ideológico, re-flejado no sólo en sus columnistas,sino en la propia información, su in-terés prioritario por la política nacio-nal; es muy raro que algún tema dis-tinto ocupe el protagonismo informa-tivo en estos cibermedios”. Por últi-mo, “también los caracteriza su máso menos confesa intención de conver-tirse en lugar de encuentro en Inter-net de los correligionarios de una de-terminada ideología política”.

Características no ajenas a otrosmedios digitales, especialmente a losmás exitosos. Si la prensa española es-tá fuertemente ideologizada y marca-da políticamente, Internet no será lasolución, puesto que en la Red seunen y fortalecen hasta convertirseen una característica esencial.

Los medios digitales tradicionalesestán en la primera y segunda etapasdel ciberperiodismo: Periodismo 1.0,el que traspasa contenido tradicionalde medios analógicos al ciberespacio;y Periodismo 2.0, la creación de con-tenido en y para la Red, sumando suscaracterísticas de hipertextualidad,interactividad, multimedia, etc.

Los nuevos cibermedios apareci-dos en España intentan llegar hastael Periodismo 3.0: la socialización dela información periodística a travésde una conversación virtual en la quelos participantes intervienen en elpropio mensaje.

Algunos medios tradicionales yalo están intentando y la última explo-sión fue durante los atentados del 7de julio pasado en Londres, cuandolos grandes medios británicos apos-taron por la información y los comen-tarios y experiencias vitales de las víc-timas y demás ciudadanos.

Pero en España, este sesgo tienemás que ver con el activismo políti-co, la intención de convertirse en lí-deres de nuevas comunidades virtua-les o de viejas audiencias fidelizadasa golpe de columna y visión editorial,como se sigue haciendo desde los dia-rios de papel y desde los más exito-sos de los medios digitales apareci-dos ya sin papel.

“Da la impresión de que se conten-tan con atraer en Internet a los con-vencidos de una determinada opciónpolítica, mientras renuncian a la po-sibilidad de atraer a los no correligio-narios”, afirma Salaverría.

Antonio Galeote, director de Dia-rioIbérico.com, explica su pretensión de“ocupar un espacio informativo quecubra el ámbito de las organizacionespolíticas en general, pero con espe-cial atención a las de tipo nacionalis-ta o independentista”. La razón no es-tá sólo en que sea un terreno menospisado, sino una consciente posicióneditorial: “Partimos de que el Estadoespañol está compuesto por varias na-ciones. Por tanto, aunque prestemostambién atención a los partidos esta-tales, nuestro objetivo es difundir lasposiciones nacionalistas y federalis-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—29

tas. De alguna forma, esla visión del Estado quese tiene desde Catalunya”.

Elplural.com, el periódi-co digital dirigido por En-ric Sopena, se subtitulaperiódico digital progre-sista, que a muchos le harecordado algún lemaque acompaña a diarios clá-sicos nacidos en épocasmás creativas política-mente. Bajo la mancheta,nombres como los de So-pena, Carlos Carnicero oJosé García Abad sugierenentender el pluralismoen red, más bien que in-ternamente, pero ésa esuna característica de casitodos los cibermedios y,muy especialmente, delos confidenciales.

Otra característica deestos nuevos medios es laexperiencia de sus impul-sores. Pese a lo que pudie-ra esperarse, ninguno de ellos es unaaventura de jóvenes. Son veteranosque han encontrado una nueva vidaprofesional en la ciberinformación.

Casi todos están promovidos y fi-nanciados desde Cataluña cuandohasta ahora los confidenciales pare-cían cosa capitalina, una prolonga-ción del poder político y económicode la Corte que poco a poco fue pa-riendo reflejos más apagados (por trá-fico y voz) en otros lugares.

Y todos cuentan conun referente o aliado enla propia Red, un mediomás asentado o una em-presa con la que dar losprimeros pasos: Diarioibé-rico.com es el brazo en cas-tellano de E-noticies.com,un medio digital catalánya veterano; Elplural.compertenece a Lavinia TC,una empresa de comuni-cación bien asentada enel Principado; Eldebat.comestá hermanado con Dia-riocrítico.com, de FernandoJáuregui, y Nuevo Digitalha conseguido agrupar aun colectivo de inverso-res al calor de Luis Ángelde la Viuda.

Ramón Pedrós, direc-tor de Eldebat. com, indicaque “hasta ahora los digi-tales que había en Cata-lunya se centraban en te-mas locales. Nos abrimos,

por tanto, al debate de nuestros co-lumnistas con los del resto del Esta-do”. Lo dicho, pluralismo entendidoen Red más que dentro del propio me-dio.

Otra visión es la de Javier Monjas,promotor de Nuevo Digital, un nuevoformato que se presenta como un blogcolectivo: "Frente al blog de ciudada-no/periodista, inventamos el modelode periodista/periodista". Con Juan Pe-dro Quiñonero, corresponsal de Abc

Antonio Galeote

Aunqueprestemostambién atencióna los partidosestatales, nuestroobjetivo esdifundir lasposicionesnacionalistas yfederalistas.

30—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� Ciberdiarios de opinión

en París, y a punto de in-corporar a nuevos colabo-radores, se definen comoeditores globales y asegu-ran que su trabajo es ir alas fuentes de informa-ción más fiables, a los me-dios de referencia de ca-da país y de cada tema, yelegir lo mejor para unaaudiencia exigente "queno tiene tiempo para acu-dir a los diarios, blogs yotras fuentes imprescin-dibles para entender lainformación: nosotroshacemos ese trabajo porellos, somos reporterosde la inteligencia".

Pedrós proclama suapuesta por “el periodis-mo ciudadano: todasnuestras secciones admi-ten comentarios y opi-nión de los lectores, queademás pueden enviar ar-tículos, noticias y fotos dedenuncia o de testimonio sobre cual-quier aspecto que quieran comentar”.Monjas rechaza ese modelo y cree quetiene muchas limitaciones, y la ma-yor es su “fiabilidad limitada”. Llamaa los blogueros no profesionales, y alos periodistas metidos a blogueros,“bárbaros, porque han tomado al asal-to la información, pero les falta eladecuado control de fuentes, sabercuáles son las buenas y las malas, lasque te dicen la verdad y las que no”.

Salaverría es más crí-tico y cree que los ciber-diarios de opinión inno-van menos de lo que pa-rece. “Estos nuevos dia-rios digitales no aportanninguna novedad edito-rial significativa al ciber-periodismo”, dice. “Aho-ra bien, tampoco creo quele hagan ningún mal a laRed. Por el contrario, creoque es una buena noticiaque aquellos que han re-negado durante tantotiempo del ciberespacioreconozcan por fin susgrandes posibilidades.Confío en que ello contri-buya para la tan necesa-ria consolidación empre-sarial de la prensa en in-ternet”.

Fernando Jáuregui, unveterano en la Red y fue-ra de ella, ve con interésla aparición de las nuevas

cabeceras: “Me gusta ver que periodis-tas veteranos, ajenos a este mundo deInternet hasta ahora, como RamónPedrós o Sopena, de larga trayectoriaen el mundo de la información, se apun-ten a este campo que hasta ahora es-taba considerado casi como malditopor los sectores convencionales. Por-que aquí no estamos contra nadie, si-no abriendo nuevas puertas a la liber-tad de expresión y al pluralismo. Cla-ro que hay abusos: ¿dónde no los hay?

Fernando Jáuregui

El marco delconfidencial exigeque el receptorpidaexpresamente esainformación,mediantesuscripción, abonoo similares.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—31

Pero pienso, de verdad, que hay unamayoría de profesionales honestos yenamorados de su profesión que hanentrado en este campo al que es tandifícil ponerle puertas. Ojalá llegue-mos todos a una conclusión a la queyo llegué hace tiempo: aquí, la com-petencia es de otro tipo. Cabemos to-dos los que no queremos ni la men-tira, ni el chantaje, ni la parcialidad”.

Posición, sí, pero sin excesos.Jáuregui explica que publicacio-

nes digitales llamadas comúnmenteconfidenciales no lo son porque “elmarco confidencial exige que el re-ceptor te pida expresamente esa in-formación, mediante suscripción,abono o similares”, una característi-ca que no cumple casi ninguno de losveteranos y más conocidos, pero sí losnuevos.

Antonio Galeote apuesta conven-cido por la información y apunta quetambién tienen un confidencial den-tro de DiarioIbérico.com, “de pago, no-ticias que no se han publicado, aspec-tos desconocidos de noticias que sí sehan publicado pero no completamen-te, o visiones distintas de noticias pu-blicadas”, pero rechaza que sea la ba-se de su oferta. “No estamos en la ór-bita de ninguno de los grandes par-tidos estatales ni de sus entornos so-ciales o mediáticos, como creemosque ocurre con la gran mayoría de pro-ductos de cierta solvencia que estánen la Red”, puntualiza.

Esa misma fórmula del confiden-cial de verdad, de pago y restringido,

es utilizada por Eldebat.com. Su direc-tor aclara: “Tenemos un formato dediario” y “nuestro Confidencial esuna sección más del portal, la únicasección de pago, a la que se accedepor subscripción (300 euros al año),mediante un código de usuario y unpassword que se facilita al subscrip-tor”. Se llama Catalunya Confidencial yPedrós afirma de él: “Queremos con-vertirla en un espacio de obligadaconsulta para la clase dirigente cata-lana, tanto política como empresarialy ejecutiva”.

En Nuevo Digital también marcandistancias con los confidenciales y losresúmenes de prensa: “No refreímos.Si hay algo que cogemos de cosechaajena, enlazamos inmediatamente.Además damos nuestro punto de vis-ta cuando podemos aportar algo y ha-remos reporterismo”.

Donde hay poca variedad es en losanunciantes: empresas privatizadasherederas de antiguos monopolios,bancos, cajas y grandes de la energía,poco más. Empresas con la piel finapara los comentarios públicos y some-tidas a regulaciones políticas. Publi-cidad cautiva.

Ramón Salaverría recalca la incóg-nita de su futuro comercial. “Es unamoneda con dos caras: por un lado,es obvio que el marcado escoramien-to ideológico reduce las posibilidadesde atraer grandes audiencias y, portanto, de tener buenas perspectivaspublicitarias; por otro lado, como hademostrado el caso de Libertad Digital,

32—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� Ciberdiarios de opinión

tiene sin embargo labeneficiosa contraparti-da de convertir al medioen un socorrido punto deencuentro para quienestienen una determinadaopción política. Estosegundo sólo es posible siel medio, además deemitir información yopinión, arropa a suslectores mediante foros yotros recursos interacti-vos. Por eso, ante lareciente emergencia denuevos ciberdiarios deopinión, creo que el futu-ro de éstos dependerá engran medida de su capa-cidad para crear en tornoa sí una comunidad delectores a medio plazo.Creo que ahí está laclave”.

Por eso no hay duda.Estos nuevos actores pre-sentan características co-munes con los viejos confidencialesy con algunos de las nuevas fórmu-las nacidas en Internet como los blogsy los medios sociales. Necesitan susinstrumentos de participación y fide-lización para lograr una notoriedadinmediata y una repercusión de susinformaciones y opiniones en la pro-pia Red que multiplique su voz.

En su trasfondo hay una crisis dela objetividad y una fuerte apuesta porel punto de vista, personal y político.

Quieren establecer unarelación más directa conlos lectores, sin llegar a laconversación pregonadapor los convencidos delos medios sociales y elperiodismo ciudadano,pero cercana. Intentanconvertirse en líderes deinformación y opinión deaudiencias pequeñas ycompactas, bien por lasensibilidad geográfica ola política. Están cerca delpoder y aprovechan la ex-periencia y los contactosde sus autores para man-tener una relación privi-legiada. Acechan la sobe-ranía o reinado exclusivode los grandes medios tra-dicionales para presen-tarse como voces más au-torizadas que las del pú-blico y los autores de blogsy otros medios aficionadosmientras recalcan su no

pertenencia al establishment periodís-tico, su papel de outsiders o francoti-radores que les permite hacer un pe-riodismo desde el margen.

“Los ciberdiarios de opinión mepermiten seguir, sin tapujos, las opi-niones y argumentos políticos de de-rechas e izquierdas”.

Bienvenidos al reinventado y re-forzado propagandismo de la era di-gital. El Pobrecito Hablador tiene des-cendencia en el ciberespacio. �

Ramón Salaverría

El futuro de losciberdiarios deopinión dependeen gran medidade su capacidadpara crear entorno a sí unacomunidad delectores a medioplazo.

MICHAEL MASSING

E l pasado septiembre, la Govern-ment Accountability Office(GAO), brazo independiente delCongreso de los Estados Uni-

dos, descubrió que la AdministraciónBush se había embarcado en “propa-ganda encubierta”, y por tanto habíaviolado la ley, al pagar a ArmstrongWilliams, un comentarista conserva-dor, para que promocionara sus polí-ticas educativas. La GAO también acu-só a la Administración de contratara una empresa de relaciones públicaspara que distribuyera fragmentos devídeos de noticias sin revelar que elGobierno había participado en su pro-ducción. El informe de los auditores,resultado de un año de investigación,proporciona sorprendentes pruebasde la campaña que los funcionarios

de Washington han estado haciendocontra la prensa libre e independien-te. Sólo unos meses antes se conocióque Kenneth Tomlinson, la personaelegida por el presidente para estaral frente de la Corporation for PublicBroadcasting, había pagado a un ‘es-pía’ republicano para que controlaralas tendencias políticas de los invita-dos al programa de Hill Moyers, Now,como parte de una estrategia más am-plia para orientar la programacióndel Public Broadcasting Service haciala derecha.

La Administración Bush ha restrin-gido el acceso a los documentos pú-blicos como ninguna otra adminis-tración lo ha hecho antes. Según unreciente informe sobre secretos de Es-tado realizado por Open The Govern-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—33

AMENAZAS A LA PRENSA NORTEAMERICANA (I)

¿Se acabaron las noticias?El presente artículo, aparecido originalmente en The New YorkReviews of Books, describe con todo lujo de detalles la campañade descrédito desatada contra la gran prensa norteamericana nosólo por una Casa Blanca hostil, sino por los conservadores y laderecha cristiana. En el próximo número publicaremos la segundaparte, que trata del enemigo interior.

Michael Massing es colaborador habitual de la Columbia Journalism Review.

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��� Amenazas a la prensa norteamericana (I)ment.org, una organización de control,el Gobierno federal clasificó un ré-cord de 15,6 millones de nuevos do-cumentos en el año fiscal de 2004, loque supone un aumento del 81% res-pecto al año anterior a los ataques te-rroristas del 11 de septiembre de2001. Por otro lado, la desclasifica-ción de documentos cayó a un nue-vo mínimo. Lo que es más, el 64% delas reuniones del Federal Advisory Co-mité de 2004 se celebraron a puertacerrada. El Pentágono ha prohibidoque las cámaras de televisión grabenla llegada de ataúdes de Iraq y prohi-bió la publicación de fotografías dedichos ataúdes; una restricción quesólo se levantó después de que se hi-ciera una petición en virtud de la Leyde libertad de información.

Las restricciones se han vuelto tanrigurosas que la normalmente pocoactiva American Society of Newspa-per Editors hizo el pasado otoño un‘llamamiento a las armas’ a sus miem-bros, instándoles a que “exigieran res-puestas en los periódicos y en los tri-bunales” para detener esta tendencia“profundamente alarmante”. El co-lumnista conservador William Safi-re, que suele apoyar las políticas deBush, protestó el pasado septiembreporque “el derecho fundamental deAmérica, a través de nuestra libertadde prensa, de analizar y criticar el tra-bajo de nuestro Gobierno está siendoatacado como nunca antes”.

Pero la campaña contra la prensaes sólo en parte el resultado de una

Casa Blanca hostil. La estrategia de laAdministración se ha ampliado me-diante una campaña de opinión y deinformación bien organizada y disci-plinada, dirigida por los conservado-res y la derecha cristiana. Esta redbien financiada incluye boletines in-formativos, grupos de expertos, pro-gramas de radio y de televisión porcable e Internet. A menudo en cola-boración con la Casa Blanca, estosemisarios han lanzado una campañasistemática para desacreditar a lo quedespectivamente llaman MSM, refi-riéndose a los medios dominantes(mainstream media). A través de Inter-net, los comentaristas canalizan ha-cia el público general las críticas a laprensa más rápida y eficazmente queantes. Como se hizo evidente en la cam-paña del grupo Swift Boat contraJohn Kerry, por citar uno de los mu-chos ejemplos, una crítica inescrupu-losa puede hacer que, instantánea-mente, afirmaciones exageradas oerróneas lleguen a miles de personas,que a su vez, pueden repetirlas a mi-llones más en programas de radio, detelevisión por cable o en páginas webde ‘noticias’ más oficiales. Este tipode comentario reciclado se ha con-vertido en la táctica más eficaz, por-que está dirigido principalmente apersonas que rara vez consultan unacobertura de prensa seria.

En parte como resultado, los pe-riódicos nunca han sido tan poco po-pulares como ahora, en un momen-to en que el propio sector está per-

diendo lectores, al tiem-po que se ve ahogado porlos recortes de gastos y lasexigencias de obtenermás beneficios. Por suparte, los periodistas dehoy, comparados con suspredecesores, parecenmenos dispuestos a resis-tir la presión política dela Casa Blanca. Por ejem-plo, en los años setenta,The Washington Post no sedoblegó ante la intensapresión de la Casa Blancadurante el escándalo Wa-tergate y The New York Ti-mes no se acobardó a la ho-ra de publicar los Docu-mentos del Pentágono. Por elcontrario, en los últimostiempos, el Times tuvo quedisculparse por publicar,sin poner nada en duda,las afirmaciones falsasdel Gobierno sobre las armas de des-trucción masiva iraquíes y la revistaTime entregó las notas de su periodis-ta Matthew Cooper a un fiscal del Go-bierno sin su consentimiento. Asimis-mo, los comentaristas conservadoresy la Administración han sido capacesde intimidar a las publicaciones pa-ra que eviten los reportajes de inves-tigación, como por ejemplo cuandoNewsweek prometió tomar medidas so-bre el uso de fuentes anónimas des-pués de recibir críticas por su histo-ria sobre la profanación del Corán

por parte de militares es-tadounidenses. O cuandola CBS forzó la dimisiónde cuatro de sus emplea-dos después de que surgie-ran dudas sobre la emi-sión del programa 60 Mi-nutes, relacionada con elexpediente de Bush en laGuardia Nacional. Con elpresidente cayendo en pi-cado en las encuestas y lamayor visibilidad de lasluchas internas entre losconservadores, la infor-mación procedente deWashington se ha aviva-do últimamente, pero engeneral el clima siguesiendo hostil para reali-zar una buena cobertura.

1En 1969, cuandoel vicepresidente

Spiro Agnew dio una serie de discur-sos tachando a las televisiones y a losprincipales periódicos de liberales yelitistas, sólo una pequeña organiza-ción no perteneciente al Gobiernoperseguía objetivos similares. Accu-racy in Media estaba dirigida desdeuna modesta oficina en Washingtonpor un criticón reaccionario llamadoReed Irvine. Publicaba un boletíndonde señalaba a periodistas cuyosreportajes consideraba inaceptables,insinuando que eran blandos con elcomunismo y con los dictadores de

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—35

Los periódicosnunca han sidotan pocopopulares enEEUU como ahora.

36—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� Amenazas a la prensa norteamericana (I)izquierdas, cuando no, que eran total-mente desleales. Esas acusacioneshicieron que los lectores de los perió-dicos conservadores cuestionaran laimparcialidad de las versiones dealgunas noticias; sin embargo, lasideas políticas de Irvine eran tanextremas, que la mayoría de los edito-res lo dejaron de lado por excéntrico.

En 1979, los conservadores descu-brieron un nuevo fundamento paracriticar a la prensa cuando S. RobertLichter y Stanley Rothman publica-ron un estudio que pretendía mos-trar las tendencias izquierdistas delos periodistas nacionales. De 240 pe-riodistas entrevistados, 8 de cada 10dijeron que habían votado a los de-mócratas en las elecciones presiden-ciales desde 1964 a 1976. Y 9 de cada10 dijeron que apoyaban el derechoal aborto, más de la mitad dijeronque no veían nada malo en el adulte-rio y pocos iban a la iglesia. En 1985,Lichter y su esposa Linda, con apoyofinanciero de fundaciones conserva-doras como Scaife y Olin, crearon elCenter for Media and Public Affairs,un instituto de investigación, que sibien se presentaba como indepen-diente, buscaba ejemplos documenta-dos de inclinaciones liberales en lascadenas y en los periódicos. Sus in-formes complementaron los esfuer-zos de la Administración Reagan pa-ra hacer ver que la prensa no iba alritmo del “ciudadano americano me-dio”. El impacto de estos esfuerzospuede verse en la información, nor-

malmente nada crítica, que daban losperiodistas sobre asuntos como la eco-nomía de la oferta y los abusos delEjército salvadoreño, la Contra nica-ragüense y otras fuerzas aliadas conEstados Unidos en Centroamérica.(No obstante, hubo excepciones comola investigación de The New York Timessobre las relaciones de la CIA con Ma-nuel Noriega, en Panamá, a finales delos años ochenta).

En 1987 se registró un cambio mu-cho más trascendental, aunque mu-cho menos visible, con la aboliciónde la Fairness Doctrine [doctrina dela equidad]. Introducida en 1949, es-ta norma exigía que las cadenas detelevisión y radio cubrieran “asuntoscontrovertidos” de interés para suscomunidades y que, al hacerlo, die-ran la “oportunidad razonable de pre-sentar puntos de vista opuestos”. Des-tinada a evitar que las cadenas tuvie-ran una programación partidista, laFairness Doctrine tuvo el efecto prác-tico general de mantener los comen-tarios políticos fuera de antena. En 1986,un tribunal federal sentenció que di-cha doctrina no tenía validez legal yal año siguiente la Federal Commu-nications Commission la abolió.

En este punto, las cadenas eranlibres de emitir lo que quisieran. En1988, varias emisoras de AM comen-zaron a emitir un programa presen-tado por un alumno de 37 años queno había terminado la universidadllamado Rush Limbaugh. Promocio-nándose a sí mismo como “el hombre

más peligroso de Améri-ca”, Limb augh atrajo alos oyentes combinandobromas políticas, tormen-tosas polémicas y exage-raciones escandalosas.Hablaba, según dijo, “conla mitad de mi cerebroatada a la espalda, sólopara ser justos, porquetengo el talento prestadode… Dios. Rush Limb augh.Un hombre. Una leyenda.Un modo de vida”.

El enemigo eterno, di-jo, es el “liberalismo…Destruye la prosperidad.Pone a todo el mundo almismo nivel”. En su pro-grama, ha descrito a lasfeministas como “femina-zis” y se ha referido a laprisión de Guantánamocomo “Club Gitmo”, unlugar donde las condicio-nes son tan lujosas que parece unclub de campo. Limbaugh atrajo a losconservadores que pensaban que na-die expresaba su resentimiento conuna vehemencia tan satisfactoria; en-seguida cientos de emisoras emitie-ron el programa y hasta ahora, segúnMedia Week, ha generado más de 1.000millones de dólares en ganancias.

A su vez, el éxito de Limbaugh hainspirado “un nuevo y enorme ejér-cito” de presentadores de programasde entrevistas de tendencia derechis-ta, según dice Brian C. Anderson en

su libro South Park Conser-vatives: The Revolt Against Li-beral Media Bias. Siendoeditor jefe en City Journal,una revista publicada porel Instituto Manhattan,un grupo conservador deNueva York, Anderson es-tá tan seguro de la incli-nación liberal de la pren-sa que se limita a docu-mentarla muy torpemen-te. Dice, por ejemplo, queesta tendencia de la pren-sa es “aún más atroz alinformar sobre la gue-rra”. Uno de los principa-les ejemplos, dice, es la“cobertura derrotista delas guerras de Afganistáne Iraq”, que están siendopresentadas por la CNN yotra prensa diaria como“otro Vietnam”. Ander-son no tiene en cuenta el

apoyo casi unánime de los consejoseditoriales a estos dos conflictos, lacrédula aceptación por parte de lasempresas de noticias nacionales delas afirmaciones de la AdministraciónBush sobre las armas de destrucciónmasiva de Iraq y la cobertura triun-falista de la ofensiva de las tropas es-tadounidenses en Bagdad. Pasa poralto también las absolutamente con-vencionales opiniones de la mayoríade los invitados de los programas deCNN, la gran confianza de las cade-nas en militares retirados que inter-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—37

Exitosa irrupciónde la derechaestadounidenseen la prensadominante.

38—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� Amenazas a la prensa norteamericana (I)vienen como comentaristas o las pre-guntas tan serviles y normalmentepredecibles de Wolf Blitzer a los fun-cionarios de la Administración.

Pero South Park Conservatives da unaexplicación concisa de la exitosairrupción de la derecha en la prensadominante. “Viaje estos días por elpaís”, escribe Anderson en un capítu-lo sobre los programas de radio enlos que puede intervenir el público,“y verá que nunca faltan voces conser-vadoras en la radio AM o por satéli-te”. La lista de los primeros 20 progra-mas de este tipo en todo el país estáplagada de conservadores. El máspopular es Limbaugh, cuyo progra-ma diario de 3 horas atrae aproxima-damente a una audiencia de 14 millo-nes de personas a la semana. Despuésviene Sean Hannity, cuyo programa,emitido en casi 400 emisoras, atrae a12 millones de personas a la semana,y que también es copresentador delprograma de televisión nocturno deFox News, Hannity & Colmes. La ‘docto-ra Laura’ Schlesinger, que arremetecontra feministas y homosexuales,tiene ocho millones de oyentes ytambién Michael Savage, que ridicu-liza a los discapacitados y consideraque los árabes “no son humanos”.Laura Ingraham, autora de Shut Up &Sing: How Elites from Hollywood, Politics,and the UN Are Subverting America, tienecinco millones. Otros popularespresentadores conservadores son BillO’Reilly, William Bennett, G. GordonLiddy y Michael Medved. (La cadena

liberal Air America tiene ahora 68emisoras de radio en todo el país, perosu audiencia diaria es insignificantecomparada con la de la derecha.)

Como deja claro Anderson, estosprogramas no sólo dan su propia opi-nión de las noticias, sino que tam-bién trabajan incesantemente paradesacreditar a lo que ellos llaman em-presas de noticias “liberales”. Día trasdía, estos programas de radio se ha-cen eco y magnifican las críticas a laprensa hechas por la Casa Blanca, acu-sando a The New York Times, The Was-hington Post, CBS y CNN de estar a fa-vor del gran gobierno y en contra delos grandes negocios, a favor del de-recho al aborto y en contra del dere-cho a llevar armas, a favor de los de-mócratas y en contra de los republi-canos.

A mediados de octubre, sintonicéel programa de Limbaugh, que enNueva York se escucha por la WABC,y le oí gran parte de las tres horas de-fendiendo a la Casa Blanca de las crí-ticas de la prensa sobre que los aseso-res del presidente habían escrito deantemano lo que se diría en una vide-oconferencia entre Bush y un grupode soldados en Iraq. En un intento dedarle la vuelta a la tortilla y hacer dela prensa el tema de debate, Limbaughcitó varios casos en los que afirmabaque las empresas de periodísticas ha-bían orquestado determinados even-tos, como cuando un reportero delChattanooga Times Free Press ayudó a for-mular la pregunta que un soldado le

hizo a Donald Rumsfeld enIraq sobre la falta de unblindaje adecuado en losvehículos militares esta-dounidenses. Es una estra-tagema típica de Lim-baugh, que aprovechacualquier oportunidadpara destacar los progre-sos hechos en Iraq y cul-par de las noticias negati-vas a los reporteros quedetestan a Bush.

Después de las tres ho-ras de programa de Lim-baugh en la WABC, con-tinuó Sean Hannity, quedenunció a los mediospor la información distor-sionada que estaban dan-do sobre Iraq y su “conti-nuo ataque al presiden-te” desde el inicio de la gue-rra. Después siguierondos horas del programade Mark Levin, un abogado converti-do en presentador de programas deradio y especializado en los insultosde derechas (llama a Joseph Wilson ya su esposa “mequetrefes”, a Judy Mi-ller “rata”, a Ted Kennedy “el eternoborracho”, al New York Times el “NewYork Slimes” [los babosos de Nueva York]y al senador Charles Schumer“Chucky Schmucky” [Chu- cky el gili-pollas]). Luego vinieron dos horas delprograma de Laura Ingraham, que,retomando las acusaciones contraBush de arreglar previamente las co-

sas, denunció a la prensa“elitista” por preparar“todo” de antemano y porestar “alejados del puebloamericano”. Estos discur-sos injuriosos se retrans-miten diariamente porcientos de emisoras de to-do el país.

Según la opinión deBrian Anderson, lo queha supuesto un impulsoaún mayor hacia la dere-cha ha sido el aumentode las cadenas de noticiaspor cable, especialmentede Fox News. Fundada en1996, Fox sobrepasó porprimera vez en audienciaa CNN a principios de2002 y hoy la supera cons-tantemente. Está disponi-ble para más de 85 millo-nes de suscriptores y, co-mo media, atrae a más de

ocho millones de personas al día; másdel doble de los que ven CNN. Al igualque los programas de radio, Fox ma-chaca implacablemente a la prensa,catalogándola de radicalmente opues-ta a los valores del americano medio;sobre todo, en aspectos como el abor-to, la fe y la lucha contra el terroris-mo. La pasada primavera, el directorejecutivo de The New York Times, BillKeller, calculó que el año pasado elpresentador de Fox Bill O’Reilly ha-bía atacado a su periódico al menos60 veces.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—39

La televisión porcable ha inclinadotodavía más labalanza hacia elconservadurismo.

40—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� Amenazas a la prensa norteamericana (I)En el pasado mes de mayo, duran-

te la polémica por el informe de News-week acerca de que se había tirado unacopia del Corán por el retrete, en Han-nity & Colmes presentaron un reporta-je desde Ramadi, Iraq, donde OliverNorth*, ahora corresponsal de Fox,hablaba con el obispo especialista enJonás de la II División de Infanteríadel Ejército estadounidense. North di-jo que acababa de regresar a la pro-vincia de Al Anbar tras varias visitasprevias:

—Oliver North: “Cosas como estahistoria falsa que pasó en Guantána-mo son las que crean divisiones en-tre los americanos que están aquí ynuestros aliados iraquíes. Me da la im-presión de que lo que vamos a ver, co-mo consecuencia de esto, es un aumen-to de la unidad de ataque nº1 que usancontra nosotros, que ¿cuál es?”

—Obispo especialista: “DEI.”—North: “¿Eso significa dispositi-

vos explosivos improvisados?"—Obispo: “Correcto.”En otras palabras, North estaba

dando por hecho que un breve artí-culo publicado en Newsweek podríaprovocar más ataques con bomba enlas carreteras contra las fuerzas esta-dounidenses y, por consiguiente, másmuertes de soldados. Durante sema-nas, Fox repitió de manera regular

sus acusaciones contra el reportajesobre el Corán de Newsweek, olvidan-do mencionar los bien documenta-dos informes sobre la profanación delCorán en Guantánamo que se publi-caron en The New York Times y otros pe-riódicos. Así, Fox consiguió mantenervivo un asunto como ni siquiera lapropia Administración Bush lo habríaconseguido.

El efecto Fox, como se le llama, esevidente en MSNBC, donde Joe Scar-borough suena por las noches comoBill O’Reilly, y en CNN. En los últimosaños, como su audiencia ha descen-dido, CNN se ha dedicado cada vezmás a la emisión durante el día deprogramas de entretenimiento, co-mentarios y noticias suaves. Aquí unopuede encontrar durante el día unasucesión de programas prudentes ytriviales, ataques predecibles sobre lasubcontratación y la inmigración me-xicana por parte de Lou Dobbs y su-perficiales entrevistas a famosos de Pau-la Zahn y Larry King. La cobertura deCNN del huracán Katrina y sus secue-las, incluyendo duros artículos sobreel vergonzoso abandono por parte dela Federal Emergency ManagementAgency (FEMA) de los residentes máspobres de Nueva Orleans, muestraque esta cadena todavía puede pro-porcionar una excelente cobertura entiempos de crisis, pero también pare-ce que desde hace algunas semanasCNN está retomando un enfoque másserio de las noticias.

El efecto Fox también se ha sentido

* Nota de la Redacción: Oliver North, anti-guo coronel del Ejército de los Estados Uni-dos, fue protagonista en los años ochenta delaffaire Irán-Contras.

en el Sinclair BroadcastGroup, que con más de60 estaciones televisivasda acceso a un cuarto dela audiencia estadouni-dense. Desde finales de2002, observa Brian An-derson, Sinclair ha nutri-do a sus afiliados con unreportaje de noticias de17 minutos con el eslogande Fox sobre ser “impar-cial y equilibrado”. El re-portaje incluye una sec-ción de opinión llamada“Verdad, mentira y buro-cracia” que pretende pre-sentar historias que lascadenas dominantes “noquieren que los televiden-tes oigan”, tal y como di-jo un ejecutivo de Sin-clair. (Un fragmento ridi-culizaba a las NacionesUnidas por “gastar tiem-po y dinero definiendo la guerra con-tra el terrorismo en vez de luchar enella”).

En abril de 2004, Sinclair ordenóa sus ocho filiales ABC que no emi-tieran el programa Nightline, en el queTed Koppel debía leer los nombres delos más de 1.000 soldados estadouni-denses que por aquel entonces habíanmuerto en Iraq. En la polémica sub-siguiente, muchos comentaristas con-servadores defendieron la decisión deSinclair y los debates en la radio, latelevisión por cable e Internet ayuda-

ron a fomentar la idea deque la mera discusión delas muertes en combatede los estadounidensesen Iraq ya era de por sí al-go antipatriótico. El deba-te sobre Sinclair comple-mentó los distintos pasosque ha dado la Adminis-tración para suprimir lacobertura de las bajas desus soldados. Sólo en losúltimos meses, cuando laviolencia insurgente seha intensificado y el nú-mero de bajas estadouni-denses e iraquíes ha au-mentado, la cobertura dela guerra se ha vuelto unpoco más escéptica en al-gunas cadenas de televi-sión. (El mismo día enque Scooter Lobby fueacusado, CNN volvió atransmitir un reportaje

de una hora de duración, Dead Wrong[Muerte equivocada] acerca de las fal-sas afirmaciones de la Administra-ción Bush sobre las armas de destruc-ción masiva.)

2Pero es una tercera innovacióntecnológica, junto con los pro-

gramas de radio y la televisión por ca-ble, la que ha hecho que el ataque con-servador a la prensa sea particularmen-te dañino: los blogs. Sólo lleva unospocos minutos crear uno de estos In-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—41

El ataqueconservador a laprensa resultaparticularmentedañino gracias alos blogs.

42—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� Amenazas a la prensa norteamericana (I)ternet weblogs, que permiten a losusuarios difundir sus pensamientosmás íntimos por todo el mundo. Co-menzaron a aparecer a finales de losaños noventa y actualmente hay másde 20 millones. Como observó un crí-tico, muchos son creados por chicasadolescentes que escriben sus diariosen línea. Aquellos que cuentan conuna cantidad de lectores sustancial ycon influencia política deben ser pro-bablemente unos pocos centenares yla mayoría conservadores. Como es-cribe Brian Anderson de manera bas-tante eufemística, “la blogosfera se in-clina actualmente hacia la derecha”.

En The Truth Laid Bear, un sitio webque clasifica los blogs políticos segúnsu número de enlaces con otros si-tios, 8 de los 10 principales blogs sonconservadores. Los sitios conservado-res incluyen InstaPundit (de Glenn Rey-nolds, profesor de Derecho de la Uni-versidad de Tennessee), Power Line (tresabogados), Michellemalkin. com (una co-lumnista que publica en varios perió-dicos y cuyo reciente libro defiendela reclusión de ciudadanos america-no-japoneses durante la Segunda Gue-rra Mundial), Free Republic (activistasconservadores), Captain’s Quarters (conun director de call-center al mando), Vo-lokh Conspiracy (un profesor de Dere-cho de UCLA) y Little Green Footballs (co-mentarios de política exterior conuna fuerte tendencia proisraelí). Ade-más de esto, hay una gran cantidadde milblogs, elaborados por personalmilitar activo donde se promociona

la continuación enérgica de la gue-rra global contra el terrorismo. (Elblog político más visitado con diferen-cia es el Daily Kos, de centro-izquier-da; su popularidad se debe en partea que está enfocado hacia la comuni-dad y permite a los lectores registra-dos colgar sus propios comentarios,así como hacer comentarios sobre losde otros.)

Además de estar vinculados unoscon otros, estos blogs se anuncian ha-bitualmente en sitios web de centro-derecha más reconocidos, como porejemplo Drudge Report (3.000 millonesde visitas al año), World Net Daily (queatrae a la derecha cristiana) y Dow.

Jones’s Opinion Journal, que anunciael ‘lo mejor de hoy en la Web’ de Ja-mes Taranto, cuenta con gran canti-dad de lectores. A su vez, estos sitiostienen habitualmente comentaristascomo Sean Hannity y Rush Lim-baugh, que luego divulgan muchosde sus mensajes por televisión, radioy sus propias páginas web. NationalReview Online busca nuevos blogs con-servadores y luego los lanza a bom-bo y platillo. Y la AdministraciónBush apoya activamente estas inicia-tivas. Por ejemplo, en diciembre pa-sado, Lynne Cheney reconoció en elprograma Hardball de la MSNBC queella leía regularmente Instapundit y Po-wer Line; una potente herramienta dereclutamiento para estos sitios.

Para estos blogueros, el principalobjetivo son los medios dominanteso MSM. Todos los días, examinan los

principales diarios, lastres redes de difusión, asícomo CNN y los semana-les en busca de pruebasde “inclinaciones libera-les”. Durante el últimoaño han demostrado suinfluencia. Cuando elprograma 60 Minutes emi-tió un fragmento sobrelos memorandos del ser-vicio militar que GeorgeBush prestó en la Guar-dia Nacional, Power Lineabrió el camino ponien-do en duda la autenticidadde los documentos y la fia-bilidad de las fuentes. Des-pués de que la CBS se dis-culpara, las serias dudasque quedaban sobre elservicio militar de Bushen la Guardia Nacionalfueron abruptamente di-sipadas por CBS y la pren-sa en general.

El pasado otoño, cuando la corres-ponsal del Wall Street Journal FarnazFassihi envió un correo electrónico asus amigos donde describía claramen-te el deterioro de la seguridad en Bag-dad, los blogueros de derechas la acu-saron de parcialidad y pidieron sudestitución. El Journal anunció rápi-damente que Fassihi tomaría unas va-caciones previamente programadas yque, por tanto, permanecería fuerade Iraq hasta pasadas las eleccionespresidenciales en Estados Unidos (ella

ha reanudado su trabajoen Iraq). A principios deeste año, cuando el presi-dente de la CNN, EasonJordan, dijo en la cumbrede Davos que el Ejércitoestadounidense estabaatacando deliberadamen-te a los periodistas críti-cos con la guerra de Iraq,los blogueros estallaronen indignación. En esosdías, un analista de soft-ware de Medford, New Jer-sey, creó una nueva pági-na web, Easongate.com, pa-ra avivar el odio hacia Jor-dan por Internet. Desdeahí, la polémica saltó a latelevisión. Poco despuésJordan dimitió.

Por su lado, los blogue-ros liberales han tenidoalgunos éxitos. En partecomo resultado de sus co-

mentarios, la prensa ha prestado másatención, por ejemplo, al llamado Me-morándum de Downing Street, de juliode 2002, en el que Tony Blair y susasesores discutían sobre los planes dela Administración Bush de atacarIraq. Además de Daily Kos, otros blogsizquierdistas importantes son TalkingPoints Memo, Eschaton, e Informed Com-ment, de comentarios sobre Iraq. Sibien estos sitios son críticos con laprensa nacional, su principal blancoes la Administración Bush. Sin em-bargo, no cuentan con el apoyo de un

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—43

Los milblogs(blogs elaboradospor personalmilitar activo)insistenmachaconamenteen la guerraglobal contra elterrorismo.

44—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� Amenazas a la prensa norteamericana (I)sistema interconectado de programascomentados de radio o de televisiónpor cable, y por tanto, su influenciaes mucho más limitada.

El mayor representante de estaenorme telaraña de conexiones entrelos comentaristas de derechas esHugh Hewitt. Profesor de Derecho yantiguo director de la Nixon Library,Hewitt presenta un programa de ra-dio que se emite a nivel nacional des-de un estudio en un centro comercialde Orange County, California. Entrecharla y charla con los invitados desu estudio, cuelga comentarios en sublog, Hughhewitt.com, que recibe unas40.000 visitas al día. Además, escribesemanalmente una columna para elDaily Standard, la edición electrónicadel semanario conservador WeeklyStandard. Hewitt también es cristianoevangélico y ve en los blogs una ma-nera eficaz de difundir la palabra deCristo. Según World, revista mensualevangélica, Hewitt “bien puede ser elprincipal blogevangelista del mundo”.Se ha creado todo un sitio web pararegistrar los blogs inspirados por él;actualmente la lista cuenta con másde 250. En su propio blog, Hewitt se-ñala regularmente lo que consideraejemplos de tendencias anticristianasen la prensa. Por ejemplo, a media-dos de junio, cuando The New York Ti-mes publicó un artículo sobre el cre-ciente número de capellanes evangé-licos en las Fuerzas Armadas y las ten-siones que provocaban, Hewitt dijoque se trataba de la última entrega

de la colección del Times “Echen a losevangélicos del Ejército”.

Los blogueros cristianos formanparte de un grupo creciente de pro-veedores de noticias cristianos. Comoinformaba Mariah Blake en la Colum-bia Journalism Review de mayo-junio, laChristian Broadcasting Network, don-de se emite el programa 700 Club dePat Robertson, emplea actualmente amás de 1.000 personas, que trabajanen cadenas de tres ciudades estadou-nidenses y varios países. Los evangé-licos controlan seis cadenas de televi-sión nacionales y unas 2.000 emiso-ras de radio religiosas. “Gracias al rá-pido crecimiento de la radio cristia-na”, dice Blakes, “las emisoras religio-sas superan ahora a cualquier otroformato, excepto la música country ylos programas de noticias comenta-dos”; la última categoría, como hemosvisto, abrumadoramente dominadapor la derecha.

Tres años antes de que el caso deTerri Schiavo atrajera la atención na-cional, ya se discutía constantemen-te en las emisoras cristianas, que in-tentaban enmarcar el debate en la ac-ción de los jueces activistas que norespetan la santidad de la vida. Justodespués de que Bush fuera elegido en2000, los directores de la National Re-ligious Broadcasters se reunieron conel presidente y con John Ashcroft; des-de entonces el grupo mantiene con-ferencias telefónicas con la Casa Blan-ca todos los meses. En general, comoobserva Blake, las cadenas evangéli-

cas han “permanecido es-condidas a plena vista;una fuerza poderosa, pe-ro que pasa inadvertida yque moldea la política yla cultura americanas”.

El rápido crecimientode los programas de co-mentarios conservadoresha contribuido a fomen-tar la sensación de asedioentre los periodistas. Ste-ve Lovelady, que edita CJRDaily, un blog patrocinadopor la Columbia JournalismReview, me dijo que basán-dose en los frecuentes co-rreos que recibe de edito-res y reporteros de todoel país, piensa que las sa-las de redacción están enun estado de “pánico cre-ciente”. Lovelady dice que“los periodistas sientenque nunca se les ha ata-cado tanto”. “Las críticas a la prensaparecen ser mucho más severas y acu-satorias de lo que solían ser”.

Lovelady añade que además de sen-tirse atacados desde fuera, los perio-distas se sienten amenazados desdedentro. En las décadas pasadas, la ma-yoría de los periódicos eran propie-dad de empresas familiares, que so-lían aislar a las salas de redacción delas vicisitudes de los mercados bursá-tiles. Hoy, la mayoría de los periódi-cos son propiedad de grandes corpo-raciones que cotizan en bolsa, para

las cuales los márgenesde beneficio son más im-portantes que la inver-sión en mejorar la infor-mación. Esto ha socavadola capacidad de las em-presas de noticias de de-fenderse a sí mismas, jus-to en el momento quemás lo necesitan.

3La tan discutidafortuna de Los An-

geles Times es un buenejemplo. Durante más decuatro generaciones, elperiódico fue publicadopor miembros de la fami-lia Chandler, accionistasmayoritarios de Times Mi-rror Company, la cual,además del Times, era pro-pietaria del Baltimore Suny el Hartford Courant. Sin

embargo, en 2000, Times Mirror fuecomprada por Tribune Company, quetiene su base en Chicago y es unaenorme corporación acostumbrada aconseguir unos márgenes de benefi-cio anuales del 30%. (Además del Chi-cago Tribune y Los Angeles Times, Tribu-ne Company posee otros 9 periódicos,26 cadenas de televisión, una partici-pación del 22% de la red de televisiónWB y el equipo de béisbol ChicagoCubs.)

La compra llegó poco después deque se revelara que los altos directi-

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“Los periodistassienten quenunca se les haatacado tanto”.

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��� Amenazas a la prensa norteamericana (I)vos de Los Angeles Times habían llega-do a un acuerdo con Staples Centerpara repartirse los beneficios de pu-blicidad de una sección especial so-bre deportes y entretenimiento, unacuerdo muy criticado por romper laseparación tradicional entre noticiasy negocios. Al principio, los ejecuti-vos de Tribune parecieron compro-meterse a restaurar la reputación delTimes, como se reflejó en la decisiónde contratar a John Carroll, un edi-tor muy respetado del Baltimore Sun,como nuevo editor del periódico. Y Ca-rroll surtió efecto: en 2004 el perió-dico ganó cinco premios Pulitzer, lasegunda vez que un periódico ganatantos premios (después de los sieteconseguidos por The New York Times en2002). Sin embargo, financieramen-te el periódico seguía resintiéndosede los efectos de la recesión de 2000:los ingresos por publicidad disminu-yeron vertiginosamente y la circula-ción cayó muy por debajo del niveltradicional de más de un millón.

El periódico seguía siendo muyrentable, pero sus márgenes habíancaído por debajo del 20-25% que con-siguiera en sus años más prósperos.Al mismo tiempo, el periódico habíasufrido fuertes ataques por parte delos blogueros del sur de California, co-mo Hugh Hewitt, que lo tildaba de li-beral, altivo y desconectado del pú-blico. Según Ken Auletta, de The NewYorker, más de 1.000 lectores de Los An-geles Times cancelaron su suscripcióndespués de que el periódico publica-

ra una crítica sobre Arnold Schwar-zenegger justo antes de las eleccionesrevocatorias de 2003 que le llevaronal gobierno.

Entre 2000 y 2004, Tribune Com-pany eliminó unos 130 millones dedólares del presupuesto anual del pe-riódico de 1.000 millones de dólares.Unas semanas después de que seanunciaran los premios Pulitzer de2004, los ejecutivos de Tribune infor-maron a Carroll de que necesitabanhacer más recortes y durante el vera-no más de 60 empleados aceptaronlas indemnizaciones voluntarias ofueron despedidos. La oficina de Was-hington perdió el 10% de su personaly los que quedaron fueron reagrupa-dos en una nueva oficina junto conlas oficinas también reducidas deWashington del Chicago Tribune, Balti-more Sun, Newsday y otros periódicosde Tribune. Los recortes han hechoque para los reporteros sea muy difí-cil cumplir los plazos y, más aún, ha-cer información exhaustiva. En juliode este año, ante el anuncio de másrecortes, Carroll dimitió del Times.

La evolución de los acontecimien-tos en Tribune Company refleja laevolución del sector de la prensa es-crita en general. Para la mayoría delos periódicos de las grandes ciuda-des, la circulación está descendiendo,la publicidad es cada vez menor y seestá despidiendo a reporteros y edi-tores. La magnitud de la crisis se vioen mayo, cuando el Audit Bureau ofCirculations reveló las cifras de circu-

lación de 814 diarios du-rante los seis meses ante-riores a marzo pasado.Comparándola con elmismo período del añopasado, la circulación to-tal diaria cayó un 1,9% yla circulación dominicalun 2,5%. La circulacióndominical cayó un 2% enThe Boston Globe, un 3,3%en el Philadelphia Inquirer,un 4,7% en el Chicago Tri-bune y un 8,5% en el Bal-timore Sun. En Los AngelesTimes, la circulación dia-ria cayó un 6,4% y la do-minical un 7,9%. InclusoThe Washington Post, el pe-riódico dominante deuna región de fuerte cre-cimiento económico, ha su-frido una caída del 5,2%en la circulación diariadurante un período dedos años.

Hay algunas excepciones: The NewYork Times y USA Today, periódicos na-cionales ambos, han tenido modestassubidas de circulación. Aún así, laNew York Times Company anuncióen octubre que iba a eliminar 500puestos de trabajo, incluyendo 45 enTimes y 35 en The Boston Globe. (El Glo-be anunció recientemente que estabadesmantelando su sección de nacio-nal). The Wall Street Journal ha mante-nido su circulación, pero sus benefi-cios han caído bruscamente.

No obstante, es unasorprendente paradojaque los periódicos, a pe-sar de sus problemas, si-gan siendo unos negociosmuy lucrativos. En 2004,el margen de beneficiomedio del sector fue del20,5%. Algunos periódi-cos ganan normalmentemás del 30%. En compa-ración, el margen de be-neficio medio de la lista‘Fortune 500’, en 2004fue de alrededor del 6%.Si Los Angeles Times pudie-ra funcionar con un mar-gen de entre el 10 y el15%, según me dijo JohnCarroll a principios de es-te año, “sería un gigante”.

En los años setenta yochenta, cuando la mayo-ría de los periódicos salie-ron a bolsa, apenas te-

nían problemas para mantener estosniveles. Muchos disfrutaban del mo-nopolio en sus mercados y las inmo-biliarias, concesionarios y tiendas lo-cales no tenían más remedio queanunciarse en ellos. La introducciónde nuevas tecnologías de impresiónayudó a reducir los costes de manode obra y a transferir el poder desdelos sindicatos hacia la dirección. Pe-ro desde entonces los periódicos hantenido que enfrentarse a nuevas ole-adas de competencia: primero la te-levisión, luego el cable y ahora Inter-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—47

Los periódicos, apesar de susproblemas, siguensiendo unosnegocios muylucrativos.

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��� Amenazas a la prensa norteamericana (I)net. Sin embargo, Wall Street sigueexigiendo los mismos altos benefi-cios. “De todos los problemas a losque se enfrentan los periódicos”, medijo Carrol, “el que más me preocu-pa es la reducción de costos. Muchosdirectores generales están en una si-tuación difícil, ya que deben propor-cionar resultados financieros a cortoplazo o, lo que es más probable, sondespedidos. Los periódicos son muyrentables, pero su crecimiento es len-to, lo que significa que se necesitanconstantes recortes para cumplir lasexpectativas de Wall Street. Estos re-cortes hacen que el periodismo seamás débil: menos reporteros, menosfotógrafos, menos editores, menos pá-ginas en el periódico”.

Gene Roberts, antiguo editor delPhiladelphia Inquirer, periódico que de-jó tras sucesivas peticiones de redu-cir costos en el manejo de las noti-cias, dice que recortar el presupues-to para lograr objetivos de beneficioes una forma de “suicidio sistemáti-co”. Se pregunta: “¿cómo pueden losperiódicos seguir insistiendo en al-canzar márgenes de beneficio de en-tre el 25 y el 30% y seguir siendo atrac-tivos para los lectores?” Argumentaque los periódicos deben responderal aumento de la competencia invir-tiendo más, no menos, en las salas deredacción: “Creo que los periódicos po-drían aumentar fácilmente su circu-lación, quizá no de forma gigantes-ca, pero realmente podrían detenerla erosión y apuntar en otra direc-

ción, si sirvieran mejor a sus lectores”.Pero muchos expertos en el nego-

cio de los periódicos no están conven-cidos. John Morton, un reconocidoanalista de prensa, señala que algu-nas empresas muy bien dirigidas, co-mo The Washington Post, han contrata-do más reporteros, corresponsales ex-tranjeros y editores, y sin embargo si-guen perdiendo circulación. La razón,dice, es clara: la desaparición de lec-tores jóvenes. “Es el principal proble-ma al que se enfrenta el sector”, diceMorton. “Probablemente no va a de-saparecer. Y nadie ha pensado en unasolución”.

4La magnitud de este problemase describe en Tuned Out: Why

Americans Under 40 Don’t Follow the News,de David T. Z. Mindich. Antiguo edi-tor de Asignaciones de la CNN y ac-tualmente profesor de Periodismo enel St. Michael’s College de Vermont,Mindich escribe que mientras quemás del 70% de los americanos adul-tos leen el periódico todos los días,menos del 20% de los jóvenes lo ha-ce. Como resultado, escribe, “Améri-ca se enfrenta al mayor éxodo de ciu-dadanía informada de su historia”.De los 23 estudiantes a los que se pi-dió que nombraran todos los miem-bros del Tribunal Supremo que cono-cieran, 18 no pudieron mencionar aninguno. Se argumenta a menudoque los jóvenes siempre están menosinteresados que sus padres en seguir

las noticias; a medida quese van haciendo mayores,indudablemente se com-prometen más. Mindichpiensa que no. Señala queen los años cincuenta ysesenta “los jóvenes esta-ban casi tan informadosde las noticias y la políti-ca como sus mayores”. Pa-ra él, si los jóvenes no le-en los periódicos ahora, espoco probable que lo ha-gan cuando sean adultos.

Todos los ojos estánahora puestos en Inter-net. Si bien la difusiónmediante pago se ha re-ducido en muchos perió-dicos, el número de visi-tas a sus sitios web ha au-mentado. Tanto Nytimes.com como Washingtonpost.com se sitúan entre los 20primeros sitios electróni-cos de noticias del mundo; en sep-tiembre, el sitio del Times recibió vi-sitas de más de 21 millones de usua-rios diferentes. Sin embargo, y pues-to que la mayoría de estos sitios songratuitos, muchos lectores los hancambiado por las ediciones impresas,ya que una suscripción anual puedecostar varios cientos de dólares. Perono hay pruebas claras de que los jó-venes lean más noticias por Internetque en papel impreso. Según Min-dich, sólo un 11% de adultos jóvenescitaban en una encuesta reciente In-

ternet como una fuenteprincipal de noticias.Además, con la excepciónde The Wall Street Journal,que tiene un lucrativo si-tio web al que sólo se pue-de acceder mediante sus-cripción, hasta ahora losperiódicos no han podi-do establecer una presen-cia electrónica por la cuallos lectores estén dispues-tos a pagar. En septiem-bre, el sitio web de TheNew York Times lanzó Ti-mesSelect, un nuevo ser-vicio premium que cobra49,95 dólares al año poracceder a los archivos delperiódico y seleccionar lapágina de opinión Op-Ed-page (excepto para lossuscriptores, que tienenacceso libre). Pero todavíano está muy claro si este

servicio generará beneficios significa-tivos.

Para que la Web sea rentable, de-be estar apoyada por la publicidad.Hasta la fecha, los ingresos a este res-pecto han sido modestos, pero estáncreciendo. Este año, por ejemplo, La-times.com espera ganar 50 millones dedólares y que los beneficios por pu-blicidad se vayan duplicando en lospróximos años. A largo plazo, comocoinciden muchos observadores, elfuturo de los periódicos está en Inter-net, donde para transmitir noticias no

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—49

A largo plazo,como coincidenmuchosobservadores, elfuturo de losperiódicos está enInternet.

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��� Amenazas a la prensa norteamericana (I)se necesita el costoso papel para pe-riódico, furgonetas de reparto ni con-ductores sindicalizados. La preguntaes si Internet puede generar ingresos,y lectores, lo suficientemente rápidocomo para compensar los déficit dela prensa en papel.

Si el sector de los periódicos sigueencogiéndose como respuesta a lasexpectativas irrealistas de Wall Stre-et, las pérdidas serán incalculables. Losprincipales diarios metropolitanos, apesar de todas sus faltas, son los prin-cipales recolectores y distribuidoresde noticias en Estados Unidos. Las re-des de televisión, en la medida en quetodavía ofrecen una cobertura seriade las noticias importantes, consi-guen la mayoría de sus historias a tra-vés de periódicos como The New YorkTimes, The Washington Post, The Wall Stre-et Journal, Los Angeles Times, USA Today,The Boston Globe y The Christian ScienceMonitor. Incluso los blogueros, que

odian a los ‘medios dominantes’, sa-can gran parte de su materia primade ellos. Si los principales periódicospierden su capacidad de informar einvestigar, el público estadounidenseserá más susceptible a las manipula-ciones y engaños de los que están enel poder.

A la luz de estas dificultades, la cues-tión central es cómo responderá laprensa. El ambiente en el que traba-ja la prensa es a menudo inhóspito,pero es precisamente en tiempos decrisis y grandes cambios cuando se ha-ce el mejor periodismo. Por desgra-cia, si echamos un vistazo a la recien-te actuación de la prensa, incluyen-do la de nuestros principales periódi-cos, el panorama no es muy alenta-dor. Tal y como intentaré demostraren un artículo posterior, las empresasde noticias, en vez de hacer frente alas fuerzas que las atacan, se retiranfrecuentemente sin replicar. �

1. Véanse informes de la GAO para los se-nadores Frank R. Lautenberg y Edward M.Kennedy, Department of Education – Contract toObtain Services of Armstrong Williams [B-305368]y “Department of Education – No Child Left Be-hind Act Video News Release and Media Analysis[B-304228], 30 de septiembre de 2005.

2. Regnery, 2005.3. El informe de la oficina de Washington

de Knight Ridder fue una de las pocas excep-ciones a esta tendencia. Véanse mis artícu-los ‘Now They Tell Us’ (The New York Review,26 de febrero de 2004) y ‘Unfit to Print?’ (TheNew York Review, 24 de junio de 2004).

4. Para un análisis que suscite dudas so-bre la investigación interna de la CBS, véa-se el artículo ‘The Flawed Report on Dan Ra-ther’, de James Goodale (The New York Review,7 de abril de 2005) y la posterior correspon-dencia en The New York Review de 12 de ma-yo de 2005.

5. Para más información sobre Hewitt ysu influencia, véase ‘Right Hook’, de Nicho-las Lemann (The New Yorker, 29 de agosto de2005).

6. Véase ‘Fault Line’ (The New Yorker, 10 deoctubre de 2005).

7. Oxford University Press, 2004.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—51

CAROLINA PODESTÁ

Importan los hombres o impor-tan sus proyectos, sus ideas? Noexisten pruebas de que tanto Osa-ma Bin Laden como su presunto

segundo en Al Qaeda, Abu Musab alZarqawi, estén vivos. Ni siquiera sa-bemos si son ellos los verdaderos ce-rebros de la organización o si susnombres tienen otros destinos quedesconocemos.

Pero más allá de lo que sea ciertorespecto a ellos, a estos dos hombresse les atribuyen maneras diferentes deemprender la yihad o guerra santacontra los infieles.

Para Bin Laden la guerra santa de-be ser emprendida contra el gran ene-migo, que es EEUU. Es partidario deuna yihad transnacional y a nivel glo-bal, la cual queda bien ilustrada enla manera en que se llevaron a cabolos ataques del 11 de Septiembre.

Pero Al Zarqawi prefiere luchar enterritorios bien delimitados y con téc-nicas de guerrilla, sumando adeptosde pueblo en pueblo.

Mientras que Al Zarqawi se sitúaal frente del campo de batalla y lide-ra a sus hombres de manera perso-nal, Osama Bin Laden prefiere apos-

Iraq: una sucesión dediálogos desde el corazóndel desordenLas tropas de ocupación en Iraq y los insurgentes coinciden almenos en un punto: prefieren tener a los periodistas lejos. Sus secuelas son el llamado ‘periodismo por control remoto’ o ‘periodismo de hotel’, los enojos de amplias capas de la población iraquí con Al Yazira y de los periodistas, árabes y no árabes, con las tropas de la ocupación.

Carolina Podestá, periodista freelance argentina, ha trabajado en Yugoslavia, Iraq y últimamente en Turquía.

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��� Periodistas en Iraq

tarse en cuevas resguardadas del al-cance de las bombas y desde allí ha-cer misteriosas apariciones en Al Ya-zira, con sus barbas cuidadas y su ro-pa recién lavada.

A Al Zarqawi se le señala como eljefe de las operaciones de Al Qaedaen Iraq. Por esta razón es importan-te entender su modus operandi, paracomprender la naturaleza de los ata-ques en Iraq y la manera en que éstaafecta a la cobertura periodística delconflicto.

Mientras en Iraq se impone la vi-sión de Al Zarqawi, la de generar fo-cos aislados de resistencia contra lastropas de ocupación, las capacidadesde moverse por los barrios de Bagdad,viajar entre provincias o salir a la ca-lle y mantener contacto con la gentese reducen al mínimo. El trabajo decampo queda en manos de iraquíes ode los periodistas árabes que hablanel idioma y no son objeto directo delos secuestradores.

Recientemente se ha mencionadomucho la reclusión a la que se vencasi forzados los periodistas occiden-tales en Iraq. Se habla de ‘periodismopor control remoto’ porque el repor-tero envía a su intérprete a cubrir lacalle y luego él redacta la nota desdela habitación del hotel. También a es-te fenómeno se lo llama ‘periodismode hotel’.

El veterano corresponsal RobertFisk creó el término ‘periodismo deratón’, por tener que ir en menos de12 minutos a picar la carnada y huir

antes de ser atrapado por secuestra-dores armados. Fisk ha calculado queése es el tiempo que necesita un hom-bre con teléfono móvil para convocara hombres armados.

Se podrían buscar muchos otrosmodos de definir cínicamente al tra-bajo del periodista en Iraq. Lo ciertoes que estos calificativos no le hacenmucha gracia a aquellos que se la es-tán jugando a diario en Bagdad.

Dexter Filkins, a cargo de la ofici-na del New York Times en Bagdad, medecía a propósito: “Es cierto que tene-mos que recurrir a periodistas ira-quíes, debido a la inseguridad quehay en el país, pero la frase ‘periodis-mo por control remoto’ me pareceuna exageración. Cada día salgo a lacalle a cubrir eventos o a hacer entre-vistas y puedo decirte que me sientocon mucho control sobre la historia.Creo que esta es una oportunidad, undesafío para los periodistas iraquíesacostumbrados a hacer propagandaen vez de noticias. Nuestro personallocal es vital e inteligente y muchosde ellos están haciendo un excelentetrabajo. En definitiva, el periodismoes como una manualidad, no me pa-rece que sea algo demasiado compli-cado”.

En la actualidad Iraq es un lugarmuy peligroso para ejercer la profe-sión. Hasta el momento más de 100periodistas murieron desde el iniciode la invasión a Iraq en marzo de2003. En lo que va de 2005, 32 perio-distas fallecieron y sólo uno de ellos

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—53

no era iraquí. Por esta razón, haceunas semanas el sindicato de perio-distas iraquíes señalaba en una notapública: “Es tiempo de que la comu-nidad internacional de reporteros sedé cuenta de quiénes son los perio-distas que entran en la morgue”.

¿Qué es lo que ha ganadola prensa internacional alcontratar traductores, chofe-res y asistentes iraquíes? Ob-viamente, una cobertura másamplia. En tiempos tan peli-grosos, los iraquíes puedenmimetizarse en el lugar delos hechos, los extranjerosno. Los locales pueden hablarcon la gente sin levantar sos-pechas, entender las diferen-cias entre tribus y pueden ha-blar con las mujeres sin vio-lar los tabúes locales. “Ellosson iraquíes y saben cómocomportarse, qué decir, quéhacer”, señala un correspon-sal del Washington Post en Bag-dad.

“Los medios no tienencapacidad para estar en todos los luga-res en que se producen atentados”argumenta Saman Rashid, un intér-prete kurdo que trabajó para perio-distas occidentales y en la actualidadlo hace para una ONG que desminaterritorios. “El número de víctimasque aparece en la televisión es siem-pre menor al real. Los insurgenteshacen su trabajo y no dejan moversea la prensa, a la que no le queda más

remedio que imaginarse algunas delas cosas que sucedieron. Creo que losmedios occidentales pueden cubrirbien el norte del país, pero no elcentro o el sur, donde la situación esmuy peligrosa y a veces está fuera decontrol.”

Aunque uno no espere encontraren Iraq un jardín de rosas, lo ciertoes que el norte del país es verde, abun-dante en agua y tranquilo como pa-ra haberse transformado en un desti-no turístico para los iraquíes prove-nientes del calor y la arena. Los se-cuestros y coches bombas no son co-munes porque el Gobierno kurdo halogrado mantener la calma dentro desus territorios y porque cuenta con la

“El número de víctimas que aparece en la televisión es siempre menor al real”.

MO

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MED

MES

SARA

, EFE

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��� Periodistas en Iraq

experimentada y extensa milicia kur-da, los peshmerga. Allí la poblaciónpuede llevar una vida más o menosnormal. Por esta razón Saman cree quelos periodistas occidentales puedentrabajar con libertad en el norte delpaís. Tan segura es esta parte de Iraqque Ivan Watson, periodista de la Na-tional Public Radio (NPR) de EEUU, con-fiesa que sale cada mañana por sucuenta a hacer ejercicios en los par-ques de las ciudades más importan-tes.

Esto ha convertido al norte de Iraq,conocido como Kurdistán, en un lu-gar atractivo para periodistas extran-jeros. Sin embargo, y por experienciapropia, los medios no te quieren allí.Los medios te quieren en Bagdad o enlos lugares en donde opera la resis-tencia y se juegan las cartas fuertesdel futuro del país. Una de las histo-rias más interesantes para cubrir des-de allá es la del futuro de la ciudadpetrolera de Kirkuk (si la administranlos árabes o los kurdos), pero ésta haquedado en el olvido mediático. Mo-sul también es importante para cu-brir desde el norte, por ser un bas-tión suní donde se alojan algunos exi-liados de Faluya. Pero entrar en la ciu-dad es una misión imposible para losperiodistas extranjeros. Desde Erbil,un comandante en jefe kurdo cono-cido como Sadi Ahmed Pira organizaexcursiones furtivas a la ciudad. Co-loca a periodistas en convoyes custo-diados por una gran cantidad de pes-hmergas y así se entra y sale de Mosul.

Varias veces sufrieron bajas pero nun-ca han sido periodistas.

Saman enumera a los medios ex-tranjeros que le parecen más serios yen este orden: BBC, Newsweek y New YorkTimes. Un poquito por detrás está laCNN. “En Kurdistán los medios loca-les trabajan para alguno de los dospartidos gobernantes y no se les pue-de creer nada. Ahora hay algunos me-dios independientes que se aventu-ran a criticar al Gobierno y me resul-tan más confiables.” De los medios ára-bes, Saman se queja de Al Yazira “por-que siempre está del lado de los in-surgentes y tiene una influencia ne-gativa. Al Arabiya se mantiene en elmedio, nombrando ventajas y desven-tajas de la transición, mientras queAl Hurrah sólo menciona los aspec-tos positivos del Gobierno nacional.”

Esam Hikmatma también trabaja-ba durante mucho tiempo como tra-ductor y asistente de periodistas ex-tranjeros en Bagdad. Él ha sido mi in-térprete durante los meses que siguie-ron a la caída de Sadam Husein. De-bido a su entusiasmo e inteligencia,consiguió una beca para estudiar enla Universidad Americana de El Cai-ro. Para mi sorpresa, lo primero queme escribió apenas llegar a Egipto fueque le daba pena la manera en quevivía esa gente. Esam decía que eraun país muy pobre donde la gente su-fría mucho. Se le notaba impresiona-do. Nadie lo imaginaría como un chi-co recién llegado de Bagdad.

A los meses, me decía que había

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—55

otros aspectos que le sorprendíanmás, y eran los deseos de muchos ára-bes de ver a un Iraq débil y partidoen diferentes facciones. Ahora, ya ensu despacho de Bagdad, me lo vuelvea repetir: “¡Los medios árabes son tansubjetivos a la hora de cubrir Iraq! To-dos ellos responden a monar-cas y jeques de pequeñas di-nastías o a países con intere-ses petroleros. Cuando esta-ba en Egipto noté que todoslos medios árabes estaban encontra de Iraq y del procesopolítico que se acababa deiniciar. Se dedicaban a mos-trarle a sus audiencias los as-pectos más negativos de latransición. Ellos no quierenque la gente empiece a ali-mentar una buena impre-sión de la democracia, y lesrefuerzan la idea de que elOriente Próximo necesita lí-deres fuertes y carismáticosen lugar de democracias lle-nas de anarquía y desorden”.

Pero Esam cree que a pe-sar de que la mayoría de los iraquíesestán cansados de la cobertura de al-gunos medios árabes, “hay algunosgrupos nacionalistas panárabes y exmiembros del partido Baaz que apo-yan la cobertura de Al Yazira. No ten-go mucha posibilidad de seguir a losmedios internacionales pero creo quela BBC es el medio más confiable detodos. Los franceses se han alineadocon los árabes y se sabe que a veces

pueden jugar muy sucio, no les inte-resa Iraq sino la posición francesa entodo este asunto”.

Si bien venía trabajando en Iraq yAfganistán por mucho tiempo, NirRosen saltó a la fama con un repor-taje desde Faluya. Este periodista fre-

elance norteamericano, con su apa-riencia de hombre de Oriente Próxi-mo y su dominio del árabe, logró in-filtrarse entre la gente durante el asal-to a Faluya y luego escribir un exten-so artículo para la revista The New Yor-ker. Actualmente se encuentra en Bag-dad trabajando para la revista Natio-nal Geographic.

“Creo que los periodistas nortea-mericanos tomaron partido y opta-

La mayoría de los iraquíes estáncansados de la cobertura de algunosmedios árabes.

SUZA

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, USA

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56—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� Periodistas en Iraq

ron por creer todo lo que les decía suGobierno; han sido norteamericanosprimero y luego periodistas. En cam-bio los europeos no tienen esa clasede alineaciones. La mayoría de los pe-riodistas árabes mantienen fidelida-des opuestas a las norteamericanas ytampoco pueden ser objetivos. Hanmitificado a Sadam Husein y se foca-lizaron en los crímenes norteameri-canos sin mencionar a los de la resis-tencia. Pero al menos, aunque tal vezmenos profesionales, los periodistasárabes hablan el idioma. Mientras quelos periodistas occidentales estaban per-didos en Iraq, sin conocer la culturani hablar el árabe.”

Según Nir, que se jacta de contarcon una extensa red de amigos ira-quíes, los chiíes están muy enojadoscon la cobertura de algunos mediosárabes, especialmente de Al Yazira.“Se le acusa de tomar partido por losintereses suníes y olvidar los padeci-mientos de los chiíes y kurdos. Te sor-prendería la cantidad de personasque están enojadas con esta emiso-ra.”

Es peligrosa la alineación de me-dios según grupos religiosos y étni-cos. Su antecedente cercano está enel sur de Europa, durante la guerrade los Balcanes. Es de dominio publi-co que en Serbia o en Bosnia el entre-tejido de la guerra se fue gestando enlos noticieros de las 8 de la noche yen los derbis del fútbol yugoslavo.

Saman no es indiferente a esto, lasola mención de la guerra civil en la

televisión le genera miedo y sospe-chas. “Los medios están tratando deponernos la idea de guerra civil en lacabeza. Se pasan dando recomenda-ciones sobre cómo evitar enfrenta-mientos, colocan advertencias obviasy uno no puede dejar de preguntar-se si nos empezaron a preparar paralo que sigue”. Saman cree que los ira-quíes tienen capacidad para convivirunos con otros, que sólo es cuestiónde ir encontrando la dirección acer-tada. “Democracia es el respecto dela mayoría sin perjudicar a las mino-rías. Aquí parece que es lo contrario,creo que el mundo en general está preo-cupado por obtener derechos y liber-tades, cada uno quiere las suyas, unaslibertades egoístas que sólo generandisputas y boicoteos.”

“No conocí a ninguna persona queme haya dicho con sinceridad que suvida era mejor cuando estaba SadamHusein”, me comenta mi amiga Lei-la Rahimian de la localidad de Erbil.Ella está a cargo de la radio Kathu-zin, una emisora para mujeres en esalocalidad del norte de Iraq y trabajatambién para un diario electrónico.“Nos quejamos porque la vida es du-ra, la condiciones no son ideales y loscambios vienen de a poco. Conozco agente que no tiene esperanzas, peroque antes de la caída del régimen nisiquiera sabía lo que significaba esapalabra.”

Es cierto lo que dice Leila, lo de laspalabras. Hace un tiempo entrevistéen Iraq a un joven, dueño de una his-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—57

toria tristísima. Le pregunté si a ve-ces no se sentía desconsolado pero élno entendía la pregunta. Después mitraductor se dio cuenta de que el chi-co no conocía esa palabra, que el sig-nificado le parecía remoto.

Leila continúa hablando sobre lacobertura mediática en Iraq:“ Los [medios] internaciona-les tienen más libertad paratrabajar que los nuestros por-que sus gobiernos no les di-cen qué es lo que deben es-cribir. Lo que me molesta delos medios extranjeros es quele siguen brindando espacioa los extremistas islámicos,les siguen el juego. No haydía en que uno siga las noti-cias y no estén las ideas y pla-nes de los fanáticos en la te-levisión o publicados en laWeb.”

A Leila le gustaría verotras noticias más relaciona-das con la búsqueda de unasolución política para la cri-sis iraquí. “Creo que los me-dios deben ser críticos con el sistemay no deben tratar de comprenderlo;mucho menos, de apañarlo.”

Por un lado tenemos el trabajo dela resistencia iraquí, que ha logradorecluir a los periodistas occidentalesen las zonas verdes de Bagdad y au-mentar su dependencia de periodis-tas y asistentes locales. También halogrado obtener la simpatía de cier-tos sectores y medios que represen-

tan a esos sectores. Pero luego tene-mos a la otra parte de la historia, ladel poder ocupante. Los periodistas lo-cales, lo árabes y los no árabes en me-nor medida, han encontrado proble-mas para trabajar en Iraq.

La agencia de noticias Reuters es-

tá muy disconforme con la manerade operar de la coalición. El editor deReuters Global, David Schlesinger, enuna carta al senador republicanoJohn Warner le expone los impedi-mentos que las tropas norteamerica-nas en Iraq están causando a los pe-riodistas que trabajan en ese país.Schlesinger se refiere a incidentes porlos cuales periodistas profesionaleshan perdido la vida, han sido deteni-

Al Yazira es acusada de tomar partidopor los intereses suníes, en contra de chiíes y kurdos.

EFE

58—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� Periodistas en Iraq

dos sin explicaciones e incluso ilegal-mente abusados.

Reuters ha perdido a tres profesio-nales y la agencia sospecha que uncuarto podría haber sido asesinadopor un francotirador norteamerica-no. Según el portavoz del Ejército, lossoldados tenían sus razones paraabrir fuego. La agencia asegura quela cúpula militar norteamericana seha negado a abrir una investigacióntransparente e independiente sobre lascircunstancias que provocaron lamuerte a tres periodistas de Reuters.

En su carta al senador Warner, eleditor le pide que le transmita el men-saje al secretario de Defensa de EEUU,Donald Rumsfeld. En su carta, Schle-singer se queja de las ambivalenciasde las tropas de ocupación. “Parececomo que las fuerzas estadouniden-ses en Iraq o no entienden en absolu-to el rol de los periodistas o no sabencómo lidiar con reporteros en zonasde conflicto.”

El ya citado corresponsal Robert Fiskva más lejos que las líneas del editorde Reuters. Fisk, famoso por no per-derse frente de guerra alguno, ahoraconfiesa no estar seguro de seguir via-jando a Iraq para informar desde allí.“Las posibilidades para movilizarteson muy limitadas, y esto es una delas cosas que más deleita al poder ocu-pante, el hecho de no contar conprensa libre husmeando por todos losrincones del país.”

Nir Rosen está de acuerdo y en de-sacuerdo con la posición de Reuters

y Robert Fisk. “Los objetivos de los me-dios y de los militares son distintos eincluso muchas veces opuestos. Ellosestán en el negocio de matar y noso-tros en el de obtener la verdad. El se-creto es esencial para ellos, y no sólopor razones de seguridad operativa,sino porque están comprometidoscon una ocupación brutal y en unaguerra con la que tratan de conven-cer a los iraquíes de que los america-nos son los buenos. Ésta es una gue-rra por el control de la informacióny el acceso a ella, pero nosotros debe-mos seguir buscando la verdad y dar-le voz a los que no la tienen”.

Por último, Rosen le adjudica untriunfo importante a los militares, elde haber sabido controlar a los me-dios para mantener su versión delconflicto. “Gracias al proceso de inte-gración [embedded] de los periodistasa las divisiones militares, muchas ve-ces lograron transformarlos en unosbuenos soldados norteamericanos.”

Pero Dexter Filkins no está deacuerdo con las agudas observacio-nes de su colega Nir Rosen. Conocidopor tomar riesgos que pocos se atre-ven a vivir, despertando polémicas enla Redacción por su decisión de por-tar armas, el jefe del New York Timesen Bagdad busca un punto interme-dio. “Mi experiencia con los militaresha sido más bien mixta: tuve variosencuentros cercanos con tropas nor-teamericanas y algunas veces estuvie-ron a punto de dispararme, pero entodas las ocasiones me fue difícil cul-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—59

parlos. Iraq es un lugar peligroso, pe-ro sobre todo, confuso. Cada auto quese acerca a un puesto de control nor-teamericano puede ser un coche bom-ba. Los soldados iraquíes y estadouni-denses están muy tensos en estas si-tuaciones. Y no hay que olvidar quelos accidentes ocurren en es-te contexto.”

Entonces, ¿vale la pena es-tar allí? ¿Podemos confiar enlas noticias que nos llegandesde Iraq? Y los iraquíes, ¿esbueno que se enfrenten a to-do tipo de información, par-cial e imparcial? Responde-ría tres veces sí, una para ca-da pregunta.

Un reciente artículo apa-recido en The Guardian a pro-pósito del periodismo enIraq, concluye con un balan-ce que me pareció destacabley me gustaría utilizar paracerra esta nota: “Los periodis-tas no son más valientes quelos soldados, los médicos, lostrabajadores de las ONG, nilos civiles que arriesgan sus vidas adiario en Iraq. Lo mejor de los perio-distas es su insistencia en estar y tra-bajar allí, con la convicción de que elflujo transparente de información estan vital para la sociedad como losmedios de transporte, las comunica-ciones, la electricidad o la seguridad.Y que aquellos periodistas que persis-ten en seguir informándonos sobre Iraqmerecen respeto y admiración”. �

Los militares norteamericanos hansabido controlar a los medios para mantener su versión del conflicto.

ROBE

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EBU

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CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—61

Los sueños no siempre se cum-plen y, a veces, no son más queeso, simples sueños. El perio-dismo, ese arte de contar la rea-

lidad tal y como es, es el sueño de mi-les de jóvenes que luchan por hacer-se un hueco en el mercado laboral.Algunos lo consiguen. Desgraciada-mente, otros no. Pero la mayoría enalgún momento ha encontrado obs-táculos en este difícil camino.

Ésta es la realidad de los mediosde comunicación españoles. El refle-jo del día a día de las redacciones con-tado por jóvenes periodistas. Lo que

se esconde tras los medios de comu-nicación –algunos muy poderosos–,lo que se cuece en sus redacciones,los contratos que se firman, las pro-mesas que no se cumplen, las relacio-nes laborales con compañeros y supe-riores, la desilusión por la profesiónpara muchos. Ésta es la experienciavivida por ocho periodistas en variosmedios de comunicación. Ocho rela-tos que bien podrían resumir cómose halla la profesión hoy en día paracientos de licenciados que salen cadaaño de las facultades de Periodismoespañolas. Por eso, sus nombres rea-

CONTRATOS BASURA

El inicio amargo de algunos principiantesSe acaba la facultad. Hay que poner un pie en el mercadoprofesional. Pero fuera llueve, arrecia. Humillaciones, horarios sinhorario, salarios ínfimos, trabajos basura. Es el panoramadesolador que se encuentran los recién licenciados. Jóvenes, ytambién sobradamente preparados. Un escenario áspero quetodo el mundo conoce pero casi nunca se divulga. Y menos en unmedio de comunicación. Porque son ellos quienes tambiénparticipan de un juego en el que no están dispuestos a perder.

62—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� Contratos basura

les no importan. Prefieren ocultar suidentidad, no su caso. Testimoniossingulares pero con vocación general:de ahí que les identifiquemos con lasletras sucesivas del alfabeto. Pero aveces ellos mismos se han sentido co-mo algo peor que meras letras. Les hantratado como números.

“Cuando volvía a Madrid, en el avión,sentí que había fracasado. Había te-nido la oportunidad de empezar a la-brarme un futuro profesional y esaoportunidad la había desaprovecha-do. No podía contener la rabia. He lu-chado al máximo y por una personase ha truncado todo”.

Una experiencia “traumática”, dela que A ha aprendido quizá más delo que hubiera querido. Al menos esopiensa ahora, en la distancia. Comen-zó a trabajar como becario en la edi-ción de Madrid del ‘Diario Rojo’ du-rante los meses de julio y agosto de2005. Seis meses después, surgió enla redacción la posibilidad de traba-jar como corresponsal en una delega-ción del periódico. Aceptó e hizo unaprueba de acceso por Internet. Todopasó muy deprisa. “Prácticamente

una semana después de decidir queme presentaba a la prueba, estaba vo-lando rumbo a mi destino”.

Primera sorpresa: la firma del con-trato. “Me lo gestionaban a través deuna ETT [Empresa de Trabajo Tempo-ral], cuando me habían prometido enMadrid que sería a través del propioperiódico”. Condiciones engañosa-mente iguales. La mediación de unaETT suponía varias desventajas paraA. Por ejemplo, con su contrato no te-nía derecho a una ayuda económicadel 50% para el piso que tuvo que al-quilar durante su estancia en la ciu-dad, ni tampoco tenía derecho a bi-lletes para viajar a Madrid con másfrecuencia. A pesar de todos los incon-venientes, aceptó la oferta: “Despuésde haber llegado hasta aquí, ¿qué otracosa podía hacer?”.

Sin embargo, lo peor aún estabapor llegar. En la Delegación, tan sólodos personas formaban el equipo deredacción. “Yo trabajaba 40 horas se-manales. Empezaba a las nueve y me-dia y sobre la una del mediodía para-ba para comer, pero de una a tres, te-nía que estar pendiente de la radio.Después, seguía trabajando hasta elcierre del periódico, en torno a lasonce o doce de la noche”. No era to-do. A se ocupaba también de la coor-dinación con otras delegaciones cuan-do su jefe no estaba. “Trabajaba mu-chos fines de semana y libraba dos dí-as entre semana. Las horas extras nome las pagaban. Cobraba 720 eurosal mes. Y no podías quejarte —aña-

“Me explotaron.Fue una experiencia

traumática”Periodista. 24 años.Trabajó en la

delegación de un diario nacional

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—63

de—. Recuerdo las palabras de mi je-fe: ‘No te quejes. Eres periodista’. Pe-ro claro, ni su sueldo ni sus condicio-nes laborales eran comparables a lasmías”.

“Al menos, el trabajo en el diariome gustaba”. Una guinda envenena-da. Cubrir partidos de fútbol, escribircrónicas: aquello con lo que A habíasoñado. Pero pronto el sueño se con-virtió en pesadilla. “Un día todo cam-bió. La emisora local, ‘Azul Televisión’,dio a conocer que los jugadores de de-terminado equipo habían cobradouna prima. Llamé al corresponsal desu ciudad para contrastar la informa-ción. Desde la corresponsalía, no sehabía cubierto el tema. Contacté conmi jefe y le puse al corriente de todo.Le recalqué mi conversación con elcorresponsal. Él me dijo que habíaque incluir esa noticia en el periódi-co como fuera. De hecho, quería abrircon ella. Se envió tal cual a Madrid yse publicó”. Un bombazo informati-vo pero que topaba con la censura:‘Azul Televisión’ y la empresa de ‘Dia-rio Rojo’ se hallaban en pie de gue-rra: “Al día siguiente, el responsablede comunicación de ‘Diario Rojo’ lla-mó a mi jefe pidiéndole explicacio-nes”. La respuesta no se hizo esperar.A recibió los duros reproches de sujefe, los insultos, la humillación. Otravez más. Le pedía cuentas de una de-cisión que había tomado él mismo.“Me chillaba, me gritaba: ‘¿Me estásacusando de manipulador y mentiro-so? No has hecho caso de lo que te di-

je’. Yo no podía defenderme. No hu-bo ningún acuerdo. Tan sólo le inte-resaba quedar limpio de culpas”.

Aquello cambió por completo larelación con su redactor jefe porquedesde entonces éste le exigía compro-bar las páginas que A escribía antesde enviarlas al cierre. “Como castigo,me prohibió firmar las informaciones.Decía que tenía que poner únicamen-te mis iniciales”.

A los pocos días y a través de lapropia ETT, A supo que su contratohabía sido rescindido antes de tiem-po. Cuando volvió a la Redacción y pi-dió explicaciones a su jefe, le enume-ró los motivos: falta de motivación,lentitud y falta de productividad. “De-berías estar agradecido por habertedicho esto. No tenía por qué hacer-lo”. Y una última apostilla, un rema-che con sorna: “Espero que hablesbien de mí”. A cerró la puerta sin des-pedirse. “En aquel momento, teníauna horrible sensación de hundi-miento total. Se aprovecharon de miilusión. Me explotaron. Fue una ex-periencia traumática. Todos los díasera una batalla contra mi jefe. La di-námica diaria eran las discusiones,los gritos”.

A relata la moraleja de su paso por‘Diario Rojo’ con amargura. Con malsabor: “Pero de todo se aprende en es-ta vida: hasta de tratar con un jefeagresivo que sólo busca la discusióny el conflicto. Yo iba advertido desdeMadrid. Me habían dicho que teníaun carácter rudo y que era complica-

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��� Contratos basura

do trabajar con él porque no aceptala crítica. Siempre cree tener razón.De hecho, le trasladaron de Madridal norte y de allí hasta donde yo loconocí porque no le aguantaba na-die. Aquí le llamaban Curro Jiménez”.

Dos meses permaneció A en la ciu-dad trabajando para ‘Diario Rojo’. Tu-vo que pagar incluso su billete devuelta a la capital porque su jefe sedesentendió del tema. Aunque en Ma-drid le apoyaron, ya no quiere sabernada más de ellos.

A Be no la echaron. Ella se fue. Noaguantaba más. “Me tomaron el pe-lo. Fueron muy desagradecidos en eltrato”. Entrar a formar parte del de-partamento de comunicación de unorganismo internacional se convirtiódurante poco tiempo en la gran ilu-sión de su vida. Be aceptó trabajar co-mo voluntaria en este departamentopara completar su formación y currí-culum. “Para mí, aquella experienciafue una decepción muy grande”, re-lata. “Me gustaba el trabajo por losvalores e ideales que defendía, por loque suponía esa campaña. De hecho,siempre pensé que aquel proyecto me

importaba más a mí que a mi propiojefe”.

‘Objetivos del Milenio’ fue la cam-paña para la que Be colaboró duran-te cuatro meses, pero cuando vio eltipo de trabajo que debía desempe-ñar, se dio cuenta de que lo que allírealmente necesitaban era un profe-sional, no un estudiante: “Buscabana una persona con contactos, que tu-viera experiencia en tratar con me-dios de comunicación porque habíaque difundir la campaña entre los me-dios. Pero claro, también buscaban aalguien que no cobrara por ese traba-jo. Lo único que podían encontrar eraun estudiante”. Be estaba en quintocurso de Periodismo y la ilusión lemovió a aceptar aquel trabajo: “No te-nía contrato. Todo fue de palabra ycuando vi la responsabilidad de mifunción les pedí que me pagaran pe-ro siempre me daban largas”.

Pero otro de los objetivos de lacampaña del organismo internacio-nal era la política de gasto cero: “Notenía oficina, ni espacio físico al queacudir a trabajar. Lo hacía todo des-de casa, desde mi ordenador. Yo pa-gaba la conexión a Internet”, subra-ya Be. “Aguanté porque pensé que lascosas cambiarían ya que era una cam-paña a largo plazo pero no fue así.Fue desastroso”.

Be encontró otra beca en un me-dio diferente, con mejores condicio-nes y más expectativas profesionalesy avisó al responsable de comunica-ción que dejaba el trabajo: “Yo le plan-

“No aguantaba más.Me tomaron el pelo”

Periodista. 24 años.Trabajó para el

departamento de comunicación de un

organismo internacional

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—65

teé seguir en contacto pero me dijoque no, que cuando acabara la became llamaría. Nunca lo hizo. Sin em-bargo, antes de irme, le llevé el resul-tado de mi trabajo en un CD. Mi jefeestaba realmente sorprendido: ‘¡Quépasada! Has trabajado muchísimo’.Me prometió que me enviaría toda lainformación que fuera remitiendo alos medios de comunicación. Nuncalo hizo”. Be se sintió engañada, con-vencida de que todo esfuerzo habíaresultado inútil: “Fue una decepción.He hecho prácticas desde primero decarrera. Incluso he pagado por hacerprácticas. Viajé un verano a Irlanda acoger experiencia. Y todo, ¿para qué?¿Hasta qué punto ha merecido la pe-na tantos veranos sacrificados, tantosdisgustos?”.

“En el ‘Diario Azul’, sólo unos pocosafortunados consiguen un contratolaboral. Lo más común es pasar de be-cario a colaborador. Éste es mi caso:facturamos al periódico todos los me-ses para obtener un sueldo fijo, peroluego cada persona cobra una canti-dad distinta. Lo habitual, 300 euroso 400 euros al mes, aunque los más

privilegiados pueden llegar a cobrarunos 1.000 euros al mes. Depende dequién te apadrine”.

Ce lleva varios años formando par-te de la redacción del ‘Diario Azul’.Habla del periódico con dureza, perolo que realmente transmite con suspalabras es tristeza y resignación. Co-mo la mayor parte de los periodistas,entró a través de un acuerdo con suuniversidad cuando estaba finalizan-do la carrera. “Lo más fácil aquí es en-trar como becario mientras eres estu-diante. Cuando te cogen como beca-rio no cobras nada hasta que llega elverano. Entonces, de junio a agosto,te pagan unos 300 euros al mes. Esdecir, que cuanto más cerca del vera-no te incorpores, mejor porque así es-tarás menos tiempo sin cobrar”.

Acabó el verano. Llegó octubre yCe continuó trabajando en ‘DiarioAzul’, pero como el período estival yahabía finalizado, dejó de percibir los300 euros de la beca hasta que llegóel verano siguiente. “Cuando llegas aese punto te hacen colaborador, o sipor el contrario aún sigues estudian-do, vuelves a tu condición de becario.Ése fue mi caso”. Pero por esa clasesocial había que pagar un peaje: “Serbecario en ‘Diario Azul’ significa queestás en el periódico todo el día. Elcaso de los colaboradores es distinto.Legalmente, el colaborador puede tra-bajar como máximo 20 horas a la se-mana, pero el becario no tiene lími-te de horas porque se supone que es-tá aprendiendo, de modo que hay be-

“Me sientoinfravalorada. Estoy

deseando irme”Periodista. 26 años.

Trabajó para un diario

66—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� Contratos basura

carios que incluso trabajan más ho-ras que los colaboradores”.

Ce ha intentado cambiar de me-dio en estos años pero aún no lo haconseguido: “Después de estudiar cin-co años de Periodismo, deseo irme deaquí. Siento desgana por el trabajo.Al principio me llenaba, pero ahorame siento infravalorada. Necesito queeconómicamente valoren mi trabajo.En la redacción se palpa la falta dereconocimiento, la falta de motiva-ción de los redactores. La gente huyea su casa en cuanto es su hora. En de-finitiva, no haces nada por una em-presa que no hace nada por ti. Es unasituación totalmente indigna. Yo creoque ‘Diario Azul’ se aprovecha del ex-ceso de demanda de trabajo porquese nutre de gente inexperta que de-sea hacer currículum y saben que silo rechazas, habrá otro estudiante dis-puesto a entrar”.

En ‘Televisión Verde’, la mayor partede los redactores tiene su primer con-tacto con esta emisora local a travésde un convenio con las facultades deperiodismo, especialmente con aque-llas que pertenecen a universidades

cercanas a la doctrina católica. “En-tras y lo único que quieres es apren-der. Percibes 180 euros al mes duran-te la beca. Trabajas los cinco días a lasemana y el horario normal es de diezde la mañana a ocho y media de latarde, con una hora como mucho pa-ra comer. Las becas duran de tres aseis meses”.

La peor época del año para los be-carios de ‘Televisión Verde’ está liga-da a la llegada del verano. “Es toda-vía peor porque como los becarios sonestudiantes y en verano no hay cla-ses, se tiran allí todo el día”. De ase-gura que las jornadas laborales, a pe-sar de lo que esté escrito en el contra-to, no bajan de 10 horas: “El turno demañana entraba a las seis y casi siem-pre salía a las cinco de la tarde. El am-biente en la Redacción no es bueno,ni siquiera la Redacción está unida”,añade De. ‘La gente está muy quema-da, se queja mucho. He visto salir llo-rando a varios becarios de la Redac-ción en sus primeras semanas. Aquíla gente se mata por trabajar, pero es-ta empresa te exprime, se aprovechade tu ilusión”.

Sus años de trabajo en ‘TelevisiónVerde’ le han permitido ver casi detodo: “Te cambian de turno cuandoquieren. Ahora hay informativos losfines de semana y no te pagan máspor ese turno. Para ahorrarse ese di-nero, han establecido turnos rotato-rios porque tampoco han querido am-pliar la plantilla. Ha habido semanasen las que hemos trabajado hasta 10

“Es imposibleconseguir un contrato

digno”Periodista. 25 años.Trabajó en una

cadena de televisión

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—67

días seguidos. Y no te puedes negar.Si lo haces, ya sabes dónde está lapuerta”.

Período de beca aprobado. Siguien-te paso, firmar un contrato de seismeses. Ésa es la opción A, “otra espe-cie de beca, pero por la que obtienesel doble. Es decir, 360 euros al mes”.Si el redactor pertenece a informati-vos, le pueden ofrecer un contratomás “digno”. “Sí, puede ocurrir. Enese caso, cotizas a la Seguridad Socialy tu sueldo ronda los 13.000 eurosbrutos al año”. Opción B: obtener uncontrato de obra o servicio en el Áreade Programas. Otro fraude: “Cobraslo mismo y dura una temporada.Cuando acaba, despiden a todos losredactores, cogen a becarios para ve-rano y después, cuando llega octubre,vuelven a contratar a los redactoresque previamente habían echado”.

La ilusión con la que pisó aquel estu-dio por primera vez se tornó en desi-lusión y hastío conforme avanzabanlos días. “Me pareció una auténticavergüenza. Una tomadura de pelo.¿De qué sirve tanto nombre?”. Así re-conoce E haberse sentido cuando

aceptó unas prácticas en el gabinetede comunicación de una diseñadorade moda. “Evidentemente, yo sabíaque no me iban a pagar. Eso me lo di-jeron el primer día, pero si me llegana decir en qué iban a consistir lasprácticas, desde luego que ni las acep-to”.

Aunque ha pasado mucho tiem-po, hay momentos que no podrá ol-vidar. Por ejemplo, el primer día: “Na-da más entrar por la puerta, la jefade prensa me llevó directamente a unordenador y me puso a copiar CD. Asíestuve toda la semana. Mañana y tar-de. Pude realizar durante esos díashasta 300 copias”. Asegura que inten-taba hacer esa tarea lo más deprisaposible para que delegaran en ellaotro tipo de funciones. “Las funcionesllegaron. A la tercera semana, abríala puerta del estudio, cogía el teléfo-no, llevaba a Correos paquetes y en-sobraba cientos de invitaciones paratodos los periodistas e invitados a laPasarela Cibeles. Me limitaba a hacerlabores de secretaria”.

E sentía una gran decepción díatras día. Soñaba con aprender a re-dactar notas de prensa, a elaborar dos-sieres, a convocar a los medios paralos desfiles. Sin embargo, el clan dela diseñadora optó por impartir uncorto curso de comunicación corpo-rativa: “Me tiré prácticamente dos me-ses copiando fotografías de los desfi-les de un CD a otro. Yo sólo queríaaprender, empaparme de todo. Hablécon la jefa de prensa para hacer otras

“No aprendí nadarelacionado

con la comunicación”Periodista. 25 años.Trabajó para una

diseñadora de moda

68—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� Contratos basura

cosas pero siempre me daba largas”.Dos meses después, cuando las prác-ticas acabaron, se marchó. “Lo másfuerte de todo es que el teléfono noparaba de sonar. ¡Eran chicas que so-licitaban esas mismas prácticas! Nopodía creerlo”.

“Las primeras semanas no dormía delestrés, de todo lo que había que ha-cer. Por las noches, no conseguía re-lajarme. Era horrible. Nada motivador.Exigía mucho esfuerzo y me sentíafrustrada. No aprendí casi y encimacasi perdí dinero”.

Efe entró por primera vez en laemisora de ‘Radio Morada’ con mu-chísima ilusión. Se incorporó a su ga-binete de comunicación en el veranode 2004. “Recuerdo que había muchocambio en la plantilla de ‘Radio Mo-rada’ y que buscaban urgentementea una persona para el mes de septiem-bre. Bueno, en realidad buscaban atres profesionales en una sola perso-na: una secretaria, una redactora yun responsable que llevara la comu-nicación interna y externa de la emi-sora. Me cogieron a mí”.

‘Radio Morada’ optó por sumar

tres funciones en una. Pero en suscuentas también incluía más sumas:las de las horas: “Entraba a las sietede la mañana y salía a las tres de latarde. No me levantaba de la silla entoda la mañana”. La radio sabía su-mar… Y también restar, recortar suel-dos: “Tenía un contrato de becaria.Cobraba 180 euros al mes, unos seiseuros diarios, por un horario excesi-vo. Gastaba casi más en gasolina delo que ganaba. Yo tenía muchas du-das sobre mis funciones y allí nadieme explicaba nada”.

Efe prefiere no recordar. La voz sele quiebra cuando lo hace. “Aquelloera una explotación. Yo creo que hasido la beca más injusta que he teni-do: en la que menos he aprendido yen la que más he trabajado. Ves quehay posibilidades de quedarte porquecuando yo me fui, se quedaba sólo unjefe de prensa y era imposible que to-das las funciones pudiera hacerlasuna sola persona. Lo que hacen es de-legar en los becarios las funciones queno son propias de ellos”.

Aunque reconoce haber tenido unresponsable accesible y cercano, no po-día consultarle las dudas que tenía enrelación a su trabajo porque descono-cía cómo resolverlas. “Cada vez quetenía que preguntar algo, llamaba ala chica que había estado haciendolas mismas funciones que yo el mesanterior”. Primer reto: hacer los dos-sieres y dejar una copia antes de lasdiez de la mañana sobre las mesas delos despachos. “Yo lo entregaba a las

“Buscaban a tresprofesionales en uno

por 180 euros”Periodista. 24 años.Trabajó para una

cadena de radio

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—69

once porque nadie me había dicho quetuvieran que estar antes de las diez.En aquellos días oía a varias personasquejarse por el retraso y poniéndomeverde”.

Fiel a su interés por aprender laforma de trabajar en un gabinete decomunicación, Efe no desistió en suempeño por aprender y decidió con-tinuar hasta el final. “Lo acepté por-que nunca estuve en un gabinete decomunicación. Era una de las piezasque me faltaban por tocar.”

A finales de septiembre, concluyóla beca: “Cuando acabé, no me sentíbien. Me arrepentí de haberla cogidoporque acabé muy quemada. De he-cho, durante los dos siguientes me-ses no quise saber nada de trabajo”.

“Nunca pensé que aquello pudieraacabar como acabó, con abogados depor medio.” Ge fue contratada por‘Grupo Editorial Naranja’ como coor-dinadora de varias de sus revistas, trasun duro proceso de selección. Firmóun contrato de sustitución por mater-nidad, lo que suponía cuatro mesesde trabajo. Estaba feliz, pero debidoa la corta duración de ese contrato,

siguió buscando trabajo y lo encon-tró. Llevaba en la empresa 20 días yavisó con otros cuatro de antelaciónantes de abandonar su puesto.

Mes y medio después aún no ha-bía recibido el finiquito. Primera ydesagradable sorpresa. La segunda lle-gó cuando el personal de RecursosHumanos le comunicó que no recibi-ría ni un solo euro por haber traba-jado allí. “Según la empresa, el prea-viso tenía que ser de al menos unmes”. La guinda llegó al conocer quelos motivos estaban escritos en un re-glamento totalmente desconocido pa-ra ella: el Convenio de Artes Gráficas,por el que se regía la compañía. “Túhas trabajado 20 días y nos has avisa-do con cuatro de antelación. Segúnnuestros cálculos, tienes que pagar-nos seis días de trabajo para comple-tar el mes de preaviso”. Ge recurrióa los compañeros, quienes le comen-taron que no era la primera vez queocurría algo así. La única solución eraacudir a un abogado. “Me dijo queefectivamente el preaviso según eseconvenio debía hacerse con 30 díasde antelación, pero al estar yo en pe-ríodo de prueba [según mi contrato,el primer mes así era], no existía nin-guna obligación de avisar con antela-ción, ni siquiera con un día”.

La esperanza de resolver el conflic-to se esfumó ante la tentativa de laempresa por aceptar 200 euros y ol-vidarlo todo. El escenario, el Tribunalde Conciliación de la Comunidad deMadrid. “No acepté porque según mis

“Casi llego a juicio con la empresa”

Periodista. 26 años.Trabajó para

un grupo editorial

70—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� Contratos basura

cálculos, me debían unos 1.000 eu-ros”.

Agotadas todas las vías, sólo que-daba denunciar, pero ni los ánimosni sus planes de viajar al extranjeroacompañaban. “Sólo con la idea de pen-sar que casi llego a juicio con la em-presa, me revuelvo”. Así que intentóolvidarlo. Y lo consiguió pero sólo du-rante un año. Aún quedaba una últi-ma sorpresa por llegar. En el buzónencontró el certificado de retencio-nes del año anterior. ‘Editorial Naran-ja’ afirmaba haber mantenido una re-lación laboral con ella por la que Gehabría cobrado 500 euros. 500 eurosque Ge tuvo que declarar al Ministe-rio de Hacienda, 500 euros que jamáshabía recibido.

Hache aún no se ha recuperado de suúltima decepción laboral. Aún letiembla la voz cuando recuerda loocurrido y casi le cuesta una depre-sión. “Me llamaron de ‘Productora Es-meralda’ para trabajar en un realitycomo catalogador-redactor”. No hu-bo entrevista, tan sólo tuvo que en-viar el currículum y ese mismo día leconfirmaron que se incorporaba al

equipo a la mañana siguiente. “Nome dieron detalles de las condicioneslaborales, tan sólo me dijeron que misueldo sería de 1.000 euros brutos almes. Me dijeron que me lo contaríantodo cuando me incorporara. Tan só-lo me pidieron mi número de la Se-guridad Social para darme de alta”.

Domingo. Ocho de la mañana. Pri-mer día de trabajo en ‘Productora Es-meralda’. Nada más pisar la Redac-ción, el editor de noche le dio una pe-culiar bienvenida: “Bienvenido al in-fierno”, le dijo. No se lo tomó al piede la letra, aunque bien podría haber-lo hecho. A continuación una compa-ñera le explicó el planning con los tur-nos de trabajo. “Eran turnos rotato-rios de ocho horas y se cubrían las 24horas del día. Había un turno noctur-no del que a mí nadie me había ha-blado y que yo tenía que cubrir. Medijeron también que no tendría cate-goría de redactor, sino de auxiliar ypor tanto, mi sueldo rondaría los 900euros brutos al mes. Me habían enga-ñado en todo”.

En un ambiente tenso, Hache nodudó en hablar con el responsablepensando que podría tratarse de unmalentendido, pero de nada sirvió.“Casi gritándome, me acusaron dementir, de habérmelo explicado todopor teléfono. Yo sólo quería que mecontrataran como redactor, que eralo que me habían prometido. Yo mesentía fatal. No podía defenderme”.‘Productora Esmeralda’ no bajó laguardia y Hache no aceptó el traba-

“Me ofrecieron un trabajo basura,

un engaño”Periodista y doctorando. 25 años.

Trabajó en una productora de TV

jo. “Me sentí engañado. Estafado. Muymal porque desde que me he licen-ciado no me ha servido para nada. Hetrabajado desde que empecé la carre-ra para optar a algo mejor. No quie-ro más contratos basura. Creo que me-rezco algo más”.

No miente. Hache ha cumplidocon su hoja de servicios a los 25 años:acaba de recibir el Premio Extraordi-nario de Licenciatura y Diplomaturade la Universidad Complutense de Ma-drid como segundo mejor expedien-te de su promoción; habla dos idio-

mas, inglés y alemán, y ha realizadoprácticas desde primero de carrera enCanal 24 Horas, en varios periódicoslocales de la zona sur de Madrid, enPunto Radio y en Telecinco. Además,ha apostado por una vía paralela alejercicio de la profesión, la investiga-ción: Hache está cursando estudiosde doctorado en el departamento deHistoria de la Comunicación Socialde su Facultad. El currículum de Ha-che está aprobado, y con nota. A ‘Pro-ductora Esmeralda’, en cambio, nohay forma de salvarle el suspenso ba-jo.

Estos ocho casos son la radiogra-fía de las redacciones españolas. To-dos ellos, letras anónimas de un alfa-beto que no sólo tendría 28 letras, tie-nen en común ser menores de 26años, tener un buen expediente aca-démico y haber realizado prácticasdurante la carrera. Y algo más: tenerpasión por el periodismo. Pero el pe-riodismo les ha mostrado su peor ca-ra. La de una profesión empantana-da en la precariedad laboral, en el en-gaño, en la explotación soterrada, enel enchufismo, en la falta de promo-ción, en la falta de reconocimiento.A, Be, Ce, De, E, Efe, Ge y Hache amansu profesión, y por eso quieren defen-derla, sanearla. Y saben que no sonsólo ocho personas. Porque saben quecomparten su primera bofetada delmercado laboral con cientos de re-cién licenciados. Y por eso ya estánhartos. Ahora les toca patalear, hastaque les oigan. �

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—71

Menores de 26 años y con un buen expedienteacadémico, enfrentados a la precariedad laboral, el engaño, la explotaciónsoterrada, el enchufismo, la falta de promoción y de reconocimiento. Son los nuevos periodistas.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—73

JAVIER GALÁN GAMERO

E s una obviedad afirmar que lamanera de hacer periodismo,de ser periodista, ha variadomucho en los últimos tiempos.

Y también parece una obviedad seña-lar que ese nuevo estilo de hacer pe-riodismo no nos gusta. Ni gusta a laprofesión, ni gusta a las audiencias.No se puede decir que la profesión pe-riodística, siempre salvando honro-sas excepciones, esté en uno de susmomentos álgidos de prestigio social,más bien todo lo contrario. Entreotras razones porque ese modo de ha-cer periodismo actualmente lo ha de-teriorado.

Bradlee hace la siguiente refle-xión: “A través de los años, las críti-

cas me han obligado a recapacitar so-bre nuestra tarea. Los periódicos si-guen comprometidos en la búsquedade la verdad, y desde hace poco handecidido resultar interesantes, útilesy entretenidos durante el proceso; pe-ro en el fondo del saco, la manchaoriginada por la prensa amarilla seha ido expandiendo con ayuda de latelevisión, transformándose en lo quepodríamos llamar ‘periodismo dequeroseno’. En este tipo de periodis-mo los periodistas echan querosenoen el primer sitio en que ven humo,antes de determinar qué es lo que seproduce y por qué. Las llamas resul-tantes podrían considerarse incendiopremeditado, no periodismo”1. Este

Ser periodista: razones para serloEl periodismo ha dejado de ser una misión para convertirse enuna ocupación como cualquier otra. Importa más el impacto quelos contenido, más el espectáculo que el conocimiento o laformación de opinión pública. Y, una vez creada la información-espectáculo, cómo vender esa información en cualquier parte.Ésos son los auténticos males de la profesión periodística.

Javier Galán Gamero es vicedecano de la Universidad Carlos III de Madrid.

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��� Ser periodista: razones para serlo

análisis, realizado en sus memoriaspor el que fuera director del Washing-ton Post en sus momentos más brillan-tes, bien pueden servir como un diag-nóstico de la manera de hacer perio-dismo en la actualidad: más importael espectáculo que las informaciones.No importan los antecedentes, ni lasconsecuencias de los hechos. No, im-portan sólo los hechos y cuanto másespectaculares sean, mejor. El perio-dismo se hace compulsivo: todo de to-do sobre todo, y ya. Y mañana, ¡ya ve-remos! Ejemplos en los últimos añoshemos tenido a cientos. Temas quedurante un día, una semana han ocu-pado horas en las televisiones y gran-des espacios en los diarios, de pron-to, desaparecen del panorama infor-mativo y los medios vuelven a enzar-zarse con otras historias tan trepidan-tes como las anteriores para, transcu-rrido un corto espacio de tiempo, ol-vidarlas y volverse a enfrascar conotros temas nuevos. Algo se está ha-ciendo mal: o las historias no erantan importantes para dedicarles tan-to tiempo, o si realmente eran tan im-portantes no se las puede hacer desa-parecer del panorama informativo entan corto espacio de tiempo.

Por su parte, Kapuscinski hacetambién su diagnostico sobre el mo-do de hacer periodismo hoy en día:“El periodismo ha dejado de ser unamisión y muchas de las personas quetrabajan en los medios lo consideranuna ocupación como cualquier otra,que bien pueden abandonar para in-

gresar en una agencia de publicidado ser corredor de bolsa”2.

Posiblemente se podrían hacerotros muchos diagnósticos sobre elperiodismo actual pero estos dos pa-recen suficientemente importantes:si el periodista ha dejado de intere-sante por los contenidos y le impor-ta más el impacto que estos produ-cen, se ha variado mucho la esenciade ser periodista. Y, si por otra parte,el periodista deja de ser consciente deque esta profesión tiene una parte demisión, y que no es como una profe-sión cualquiera, los cimientos del pe-riodismo se conmueven.

Si el periodista no esconsciente de que estaprofesión tiene una parte de misión, y que no escomo cualquier otra, los cimientos del periodismose conmueven.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—75

¿Cómo se ha llegado a estasituación?Bradlee apuntaba una causa en sudiagnóstico: la televisión, como pro-piciadora del amarillismo informati-vo. En televisión la información perio-dística se hace formalmente de unamanera muy distinta a los medios es-critos o a la radio. La televisión, paratransmitir sus mensajes informativosnecesita, cierto punto de espectáculo.Las imágenes, por ejemplo, son abso-lutamente imprescindibles. Por otra par-te, el tiempo y el espacio televisivo esmucho más escaso que en los otrosmedios. En apenas 20 segundos se hade dar una información. Especialmen-te por esas dos razones: necesita es-pectáculo. No obstante, se puede ha-cer buen periodismo televisivo aún acosta de estos dos elementos. Ahorabien, si lo que prima es el espectácu-lo por encima de la información se es-taría haciendo mal periodismo. No pa-rece lo más adecuado primar la for-ma por encima de los contenidos, quedeje de importar lo que se dice y seincida más en el cómo se dice. Ejem-plos hay unos cuantos.

Pero un problema, quizá más im-portante, es que ese modo de hacerperiodismo en televisión impregne elmodo de hacer periodismo en losotros medios. Bradlee hace la siguien-te distinción: “La televisión brilla conluminosidad en las primeras horasque siguen a hechos intensos y dra-máticos, cuando es difícil saber la ver-

dad y las imágenes sólo dan pistas.En esos momentos la televisión notiene tiempo de separar los hechos delos rumores, para situar los aconteci-mientos en su contexto. Ese es el pa-pel esencial de un periódico. No po-demos conseguir inmediatez, peroproporcionamos los antecedentes yla información general”3. El proble-ma surge cuando los diarios, en suafán de competir con las audienciastelevisivas, cambian su manera de ha-cer periodismo e incorpora el espec-táculo, –no solamente tipográfico–, asus páginas, de tal manera que no pri-ma el contenido explicativo o contex-tual, sino que se busca el contenidoimpactante. Lo hizo la prensa amari-lla, pero le puso un color identifica-tivo, mientras que ahora se hace sinesa seña de identidad.

Otra consecuencia importante quetiene la televisión en la actividad pe-riodística es que, debido a su brutalimpacto en la sociedad, está cambia-do los modos de adquirir conocimien-tos. La mayoría de los conocimientosque tienen la mayoría de la gente so-bre el mundo que les rodea los ha ad-quirido mayoritariamente a través dela televisión y, además, la sociedad haasumido que el método de conocerlas cosas que le rodean sea precisa-mente el visual: el espectáculo que en-vuelve a una corta explicación. De talmanera que las opiniones públicasmás extendidas sean las generadas porla televisión. Y ese sí puede ser un pro-blema como señala Montanelli: “La

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��� Ser periodista: razones para serlo

formación de una opinión pública esla condición fundamental del funcio-namiento de una democracia”4.

Y, además, es un negociorentablePero este modo de hacer periodismotiene otra característica que agudizael problema. Dice Kapuscinski estable-ciendo una comparación: “A princi-pios de siglo, la información tenía doscaras. Podía centrarse en la búsque-da de la verdad, en la individualiza-ción de lo que sucedía realmente, yen informar a la gente de ello, inten-tando orientar a la opinión pública.Para la información, la verdad era lacualidad principal. (…) El segundo mo-do de concebir la información era tra-tarla como un instrumento de luchapolítica. Lo periódicos, las radios, latelevisión es sus inicios, eran instru-mentos de diversos partidos y fuerzaspolíticas en lucha por sus propios in-tereses (…). La situación empezó acambiar en el momento en que elmundo comprendió, no hace muchotiempo, que la información es ungran negocio.

En la segunda mitad del siglo XX,especialmente en estos últimos años,tras el fin de la Guerra Fría, con la re-volución de la electrónica y de la co-municación, el mundo de los nego-cios descubre de repente que la ver-dad no es importante, y que ni siquie-ra la lucha política es importante: quelo que cuenta en la información, es

el espectáculo. Y, una vez que hemoscreado la información-espectáculo,podemos vender esa información encualquier parte. Cuanto más especta-cular es la información, más dineropodemos ganar con ella”5 de tal ma-nera que si “normalmente el perio-dismo se hacía por ambición o porideales, de repente se advirtió que lanoticia era negocio que permitía ga-nar dinero pronto y en grandes can-tidades. Eso cambió totalmente nues-tro ambiente de trabajo”6.

Lo dice claramente la cita. En elactual periodismo priman los bene-ficios empresariales por encima de laverdad, de la información social. Ob-viamente eso hace que el periodista,al menos, se desconcierte, ya que lapresión por parte de la empresa noes para que haga con mayor calidad

Montanelli: “El único amodel periodista es el lector.Cuando lo tienes en tu bando, no hay poderque pueda amordazarte.”

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—77

su trabajo, sino para que procure másy mejores beneficios. Es más, se iden-tifica la calidad de los productos conlos beneficios que comportan. La co-mercialización es la razón de ser delas empresas periodísticas y, por lotanto, parece hasta lógico que el pe-riodista pierda la perspectiva de teó-rica misión –hace realidad el derechoa una información veraz– que le co-rresponde socialmente y que confor-ma uno de los principales pilares quesostienen esta profesión.

Si bien Montanelli hace otro aná-lisis de actual periodismo italiano:“En Italia, el periodista no se sientecomo expresión de la opinión públi-ca, sino portavoz de su propia facción.Ataca a los adversarios en nombre dela hermandad a la que pertenece, ypor solidaridad jamás se le ocurrirádecir una palabra contra su corpora-ción. Lo malo es que un periodismotan conformista no ayuda a formaruna opinión pública”7.

Sea como fuere, los medios no es-tatales se tienen que conformar co-mo estructuras empresariales y lógi-camente eso significa que uno de susprincipales fines sea el obtener bene-ficios, monetarios o de otro tipo. Elerror es considerar que esa obtenciónde beneficios es el único fin de la em-presa periodística. Es significativa es-ta anécdota que cuenta Montanelli:“En esos tres meses fui el periodistamás leído de toda Italia. Pero en Ro-ma los capitostes fascistas digeríanmal mis artículos, que chocaban un

tanto con los descaradamente filoso-viéticos de Il Popolo d’Italia. Una vez más,por lo tanto, el Minculpop ordenó aBorelli que me repatriara. Y él repu-so: “Gracias a las reseñas de Monta-nelli el Corriere ha pasado de 500.000a 900 ejemplares. ¿Me los reembolsa-rán ustedes?” No era verdad, porqueen realidad los ejemplares ganadoseran sólo 200.000. Pero aquel episo-dio me sirvió de memorable lección:aprendí que el único amo del perio-dista es el lector. Cuando lo tienes entu bando, no hay poder que puedaamordazarte”8. En este caso, las cues-tiones monetarias lejos de perjudicar,beneficiaron la calidad informativa.

Encerrado en su propia jaulaSi las empresas periodísticas se hanconvertido en un buen negocio, seaplica la manida frase de que no sepueden dejar en manos de los perio-distas, y como describe Kapuscinski:“Al frente de los más grandes grupostelevisivos encontramos a gente queno tiene nada que ver con el perio-dismo, que sólo son grandes hombresde negocios, vinculados a grandesbancos o compañías de seguros o cual-quier otro ente provisto de mucho di-nero. (…) No tiene la mínima idea decómo se realiza nuestro trabajo. Sumisión y su regla no son mejorarnuestra profesión, sino únicamente ga-nar más. Para estas personas, vivir lavida de la gente corriente no es im-portante ni necesario; su posición no

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��� Ser periodista: razones para serlo

está basada en la experiencia del pe-riodista, sino en la máquina de hacerdinero”9. De esa manera, estos direc-tivos miden el trabajo del periodistacon la vara del negocio y no con lavara de la responsabilidad social.

El periodista se encuentra encerra-do en su propia jaula. No se le pideque ejerza la responsabilidad socialde su trabajo, sino que obtenga bene-ficios. Es lógico, por tanto, que se pier-da el concepto de misión y el perio-dista se sienta más un elemento anó-nimo de una estructura productivaque un adalid de las libertades públi-cas. Evidentemente algo se está ha-ciendo mal. Encerrado en la estruc-tura productiva el periodista pierdeese punto de libertad, de independen-cia, de creatividad, necesario para rea-lizar con calidad su trabajo. Y eso, loperciben las audiencias. Y eso hace quese haya perdido el cierto prestigio so-cial que en algún momento alcanzóestá profesión.

Pero no es solamente la obtenciónde beneficios monetarios lo que coar-ta la tarea del periodista. A veces sonotros los beneficios que pretenden lospropietarios de las empresas informa-tivas. Montanelli escenifica esta ideacon una anécdota de su relación conBerlusconi. “Berlusconi, obviamenteno se interesaba por Il Giornale sólopor la simpatía hacia mí, tambiénporque había olfateado el negocio.Con nosotros nunca logró grandes ga-nancias, e incluso le hacíamos per-der algún dinero, aunque remunera-

do con el prestigio de ser el editor deIl Giornale. Su cuota de acciones erapara él el pasaporte con el que podíaentrar en el mundo de la informa-ción con la cabeza bien alta. (…) Detodas maneras, antes de perfeccionarla cesión del paquete de acciones, ledije: ‘Tú te haces cargo de la gestiónadministrativa. Pero obviamente nointerfieras en la gestión periodísticani en la línea política’. Contestó: ‘Es-toy dispuesto a ponerlo por escrito’.Me negué: ‘Nos conocemos, con tupalabra me basta’. Y durante años yaños mantuvo su palabra”10.

Por su parte, Ben Bradlee cuentatambién otra anécdota: “Los periodis-tas y particularmente los directores,siempre andan con el temor de serseducidos por los políticos, al mismotiempo que buscan esa seducción, o

Kapuscinski: “Hay unatercera cualidad importante para nuestra profesión, y es la de no considerarlacomo un medio para hacerse rico.”

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al menos una sombra de intimidad”pero, “la experiencia de tener un ami-go en la carrera presidencial (JFK) deEstados Unidos es inesperada, fasci-nante y apasionante para cualquie-ra. Para un periodista, es todo estomás que una experiencia confusa.¿Eres un amigo o un reportero? Re-sulta necesario redefinir ‘amigo’ y re-definir ‘reportero’ una y otra vez an-tes de alcanzar un nivel relajado. Yesto lleva tiempo. Si el amigo resul-ta, en efecto, elegido presidente, lacosa se pone peor antes de volversemejor”11.

Entre los beneficios económicos ylos beneficios políticos se mueven losintereses de las empresas y de los gru-pos en los que el periodista desarro-lla su actividad y, con demasiada fre-cuencia, se olvida que las empresasperiodísticas son algo más que unaestructura destinada exclusivamentea obtener esos beneficios. Abocada enesta vorágine la actividad periodísti-ca pierde su perspectiva social y se con-funde la calidad periodística con lacalidad comercial. Perdido el norte,parece lógico y necesario redefinir laprofesión periodística o, al menos, de-finir los puntos y las ideas básicas queconforman su identidad.

‘Age quod agis’En esa redefinición de la profesiónperiodística Kapuscinski tiene unaidea básica clara: “Hay una terceracualidad importante para nuestra

profesión, y es la de no considerarlacomo un medio para hacerse rico. Pa-ra eso ya hay otras profesiones quepermiten ganar mucho más dinero ymás rápidamente”12.

De acuerdo con Bradlee en que“siempre he encontrado difícil desa-rrollar teorías sobre el periodismoque superasen el lema de la señoritaFiske en Dexter, mi escuela primaria:‘Lo mejor posible hoy; mejor aún ma-ñana’. Saca el mejor periódico, el pe-riódico más honesto hoy, y saca otromejor mañana. O que fueran más pro-ductivas que el lema de mi escuelasecundaria: ‘Age quod agis’ (Hagas loque hagas, hazlo bien o no lo hagas)”,sí parece adecuado en las actuales cir-cunstancias en las que se remueve laprofesión, al menos, reflexionar so-bre lo que está bien y lo que está malprofesionalmente. Y no sólo desde unpunto de vista ético, que también, esnecesario hacer esa reflexión desdeun punto de vista formal. Desde unpunto de vista de la selección de loscontenidos. De su elaboración. De sudifusión y, desde luego, de su impac-to social.

Kapuscinski establece esta diferen-cia: “El buen y el mal periodismo sediferencia fácilmente: en el buen pe-riodismo, además de la descripciónde un acontecimiento, tenéis tambiénla explicación de por qué ha sucedi-do; en el mal periodismo, en cambio,encontramos sólo la descripción, nin-guna conexión o referencia al contes-to histórico. Encontramos el relato

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��� Ser periodista: razones para serlo

del mero hecho, pero no conocemosni las causas ni los precedentes”13. Yesto no es una cuestión de ética: eshacer bien las cosas o hacerlas mal.

¿Y por que no se hacen así las co-sas? Una de las razones hay que en-contrarla en la propia actitud del pe-riodista. Abocado a la consecución deaudiencias lo importante es provocarimpacto, lo de menos las explicacio-nes. Volcará su adrenalina en crearuna noticia-espectáculo y dejará desoslayo las explicaciones, la profun-dización y el contexto. Bradlee cuen-ta: ”Mientras yo saturaba a los lecto-res con las complejidades del proble-ma de la vivienda para los veteranos,más los manejos políticos de la Le-gión Americana y de la cámara legis-lativa de New Hampshire, Blandemme dijo con acidez: ‘La esencia del pe-riodismo es la superficialidad’. Cuan-do reaccioné dejando fuera detallesque él creía interesantes, me recordóque ‘no se puede dar por buena unasimple frase afirmativa que contengaalgunos datos dentro”14.

Esta anécdota es significativa por-que resume la esencia del periodismo.Por una parte hay que explicarle laactualidad a las audiencias, pero hayque hacerlo en apenas unas brevesfrases. El cómo hacer eso es la esen-cia de la actividad periodística y ahíes donde se diferencian los buenos ylos malos periodistas. Hay que procu-rar la conjunción de dos cosas: loscontenidos ricos en profundidad, conuna forma rica en superficialidad.

Ahora bien, eso es costoso, requieremucho esfuerzo, trabajo y rigor. Y aveces, se pierde la profundidad enaras de esa superficialidad de la quese hace gala en estos momentos. Lamayoría de los debates actuales de laradio y la televisión pecan de esto: sehabla muy seriamente de cosas in-trascendentes. Lo importante no es loque se dice, sino el cómo se dice.

El periodismo no es algo superfi-cial aunque sea efímero, volátil, inclu-so simpático. Para hacerlo bien hayque adentrarse en las profundidadesde los hechos. Como dice Kapuscin-ki, “nuestro trabajo consiste en inves-tigar y describir el mundo contempo-ráneo, que está en un cambio conti-nuo, profundo, dinámico y revolucio-

Ben Bradlee: “Hay queprocurar la conjunción de dos cosas: los contenidosricos en profundidad, con una forma rica en superficialidad.“

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—81

nario. Día tras día, tenemos que estarpendientes de todo esto y en condi-ciones de prever el futuro”15. Pensarque el periodismo es estar a la últi-ma en banalidades es algo estúpido.

Ahora bien, esas explicaciones delmundo hay que hacerlas con la bre-vedad necesaria, con la claridad opor-tuna y con el espectáculo suficientepara las audiencias, las mayores po-sibles, las asuma y las haga parte desu estructura interior. Pero lo que nose puede o debe hacer es convertir elespectáculo, la banalidad y, en oca-siones, la estupidez en la esencia delperiodismo. El periodista en el casodel incendio no deberá echar gasoli-na al fuego para que su crónica seamás impactante –la historia del pe-riodismo nos ha dado algunos ejem-plos de ese comportamiento–. Debe-rá intentar apagar el fuego, aun a cos-ta de que su texto no sea colocado enla primera página o no le inviten alos programas televisivos de máximaaudiencia.

El buen periodismo también es negocioAhora bien, hacer buen periodismoes caro, y si las empresas no están dis-puestas a invertir en este tipo de pe-riodismo, posiblemente porque susresponsables no sepan como se hace,se acaba cayendo en la situación quedescribe Kapuscinski; “a medida quesu negocio se hacía más grande y másimportante, los medios empezaron a

encerrarse en una vida propia y des-vinculada de la realidad. Si antes laprensa tenía como fin reflejar el mun-do, ahora los grandes medios se limi-tan a reflejar su mundo”16. ¿Cuántasde las noticias que se publican real-mente interesan a las audiencias ycuántas de las noticias que se emitenrealmente interesan a los medios? Detal manera que el periodista, a todoslos niveles, se ve obligado no ya a des-cribir y explicar el mundo que inte-resa a las audiencia sino a describiry explicar el mundo que interesa a sugrupo empresarial. Todo ello en arasde la rentabilidad y de la obtenciónde beneficios. Dejaron de existir losperiódicos de partido pero, es tristereconocerlo, ahora los medios se hanconvertido en periódicos de empresa.Si la finalidad de la empresa es obte-ner beneficios toda la actividad de lamisma se debe poner a su servicio ypor lo tanto la actividad del periodis-ta en primer lugar debe dar benefi-cios a la empresa y, además, darlos acorto plazo, y ahí es donde está elerror.

Cuando se plantea una empresa pe-riodística como una empresa de me-cha corta, es decir, que ha de obtenerpingües beneficios ya, se está come-tiendo uno de los mayores erroresempresariales. El producto periodís-tico en un producto de largo recorri-do. Es decir, es un producto que ne-cesita un proceso de crecimiento, deconsolidación. La credibilidad, que esen definitiva lo que venden las em-

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��� Ser periodista: razones para serlo

presas periodísticas, no se consigueen poco tiempo. Señala Kapuscinskique “nuestros lectores, oyentes, teles-pectadores son personas muy justas,que reconocen enseguida la calidadde nuestro trabajo y, con la mismarapidez, empiezan a asociarla connuestro nombre; saben que de esenombre van a recibir un buen pro-ducto. Este es el momento en que seconvierte uno en un periodista esta-ble. (…) Para llegar aquí, sin embar-go, son necesarias esas cualidades delas que he hablado al principio: sa-crificio y estudio”17. Pero una vez quese logra, el producto se mantiene ca-si por sí solo en el mercado. Eso tie-nen que descubrirlo los empresarios,los gestores de las empresas periodís-ticas, y darse cuenta de que el buenperiodismo es un buen negocio, esosí a largo plazo. Actuar de otra ma-nera en poner en un brete la profe-sión periodística, la opinión públicae incluso la propia vida social. Mon-tanelli cuenta lo siguiente: “En el Co-rriere fueron aquellos los últimosaños felices. El ambiente civilizadoque se respiraba tenía la garantía delos Crespi, editores gentilhombres sialguna vez los hubo, cuya única in-tervención en la vida del diario, apar-te de la elección del director, era pa-sar a fin de mes para retirar sus be-neficios. Para replicar a los ataquesdel Giorno, que definía a los periodis-tas del Corriere como ‘asalariados delos Crespi’, escribí un artículo en elque sostenía que en realidad eran los

Crespi los asalariados de nosotros losperiodistas”18.

Y es que, además, las empresas pe-riodísticas, y por ende los empresa-rios, no pueden permanecer al mar-gen de la responsabilidad social quesupone la actividad periodística. Sisólo quieren ganar dinero que invier-tan en otro tipo de empresas, pero siinvierten en las periodísticas han deasumir la responsabilidad que estolleva consigo. Bradlee cuenta estaanécdota: “Woodward y Bernstein es-taban por supuesto contentos cuan-do los vi a la mañana siguiente, perono encantados. Se acercaron a mi des-pacho ‘para hablar’; era obvio que

Los empresarios y losgestores de las empresasperiodísticas han de darsecuenta de que el buenperiodismo es un buennegocio, pero a largoplazo.

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��� Ser periodista: razones para serlo

traían algo en mente. No se atrevie-ron a ir directamente al grano, perono tardaron en dejarlo caer. ¿Cómoes posible que el premio Pulitzer ga-lardonara al periódico y no a ellos,Woodward y Berstein, que habían he-cho la mayor parte de la investiga-ción? La respuesta era muy simple: sonlos periódicos, no los periodistas,quienes se llevan el premio Pulitzeral servicio público”19. Pues eso, ¡ojalátodos las empresas periodísticas se lle-vasen un Pulitzer al servicio público!

Pero no toda la culpa del mal pe-riodismo es de las empresas. No, tam-bién los periodistas tienen su partede culpa. Es fácil que si se asume queel periodista es poco más que una pie-za de una estructura productiva secaiga en la rutina. Y según Kapuscins-ki “uno de los grandes peligros de laprofesión es la rutina. Uno aprende

a escribir una noticia rápidamente, ya continuación corre el riesgo de es-tancarse, de quedarse satisfecho conser capaz de escribir una noticia enun par de horas, convencido de queeso es todo lo que ofrece y requiereel periodismo. En mi opinión, esta esuna visión peligrosa de nuestra prác-tica profesional. El periodismo es, alcontrario, un acto de creación”20. Muypor el contrario el periodista tieneque salir de esa rutina y pensar que“el deseo de arreglar las cosas torci-das es el primer impulso que nos con-dujo al periodismo”21, según Bradlee.Y recuperar la confianza de los lecto-res “sin la cual un periodista, por bue-no que sea, no es nadie”, porque “losgalones de un periodista, jamás mecansaré de repetirlo, son los lectores:todo lo demás es una traición al ofi-cio”22. Montanelli dixit. �

1. Ben Bradlee. La vida de un periodista. Me-morias del director de ‘Washington Post’. El País-Aguilar. Madrid, 1995.

2. Ryszard Kapuscinski. Los cinco sentidos delperiodista. Fondo de Cultura Económica. Mé-xico, 2003.

3. Ben Bradlee. Op. cit.4. Indro Montanelli. Memorias de un perio-

dista. RBA Libros. Barcelona, 2003.5. Ryszard Kapuscinski. Los cínicos no sirven

para este oficio. Anagrama. Barcelona, 2002.6. Ryszard Kapuscinski. Los cinco sentidos del

periodista.7. Indro Montanelli. Op. cit.8. Indro Montanelli. Op. cit.9. Ryszard Kapuscinski. Los cínicos no sirven

para este oficio.10. Indro Montanelli. Op. cit.

11. Ben Bradlee. Op. cit.12. Ryszard Kapuscinski. Los cínicos no sir-

ven para este oficio.13. Ryszard Kapuscinski. Los cínicos no sir-

ven para este oficio.14. Ben Bradlee. Op. cit.15. Ryszard Kapuscinski. Los cínicos no sir-

ven para este oficio.16. Ryszard Kapuscinski. Los cinco sentidos

del periodista.17. Ryszard Kapuscinski. Los cínicos no sir-

ven para este oficio.18. Indro Montanelli. Op. cit.19. Ben Bradlee. Op. cit.20. Ryszard Kapuscinski. Los cinco sentidos

del periodista.21. Ben Bradlee. Op. cit.22. Indro Montanelli. Op. cit.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—85

BENITO BERCERUELO GONZÁLEZ

Cuando me preguntan la profe-sión digo, sin dudarlo, que soy‘periodista’. Cuando tengo querellenar un impreso en una

aduana u otro lugar cualquiera siem-pre pongo, en la correspondiente ca-silla, ‘periodista’. Podría poner empre-sario, comunicador, relaciones públi-cas… pero pongo ‘periodista’. No esfruto de una reflexión profunda, sim-plemente me sale así. En mi cartera,el único carné profesional que llevoes el de la Asociación de la Prensa.Puedo decir, por tanto, que siemprequise ser periodista, que me siento pe-riodista y que espero seguir siéndolo.Sin embargo, hace ya mucho tiempoque no ejerzo de periodista en mediosy, también tengo que decir que no loecho de menos, porque mi actividadprofesional en el mundo de la comu-nicación me llena completamente.

Son muchas las profesiones en lasque es normal trabajar en distintosámbitos profesionales, con gran per-meabilidad entre ellos. A nadie le sue-na extraño que un abogado ejerza dejuez y luego vuelva a ser abogado an-te los mismos tribunales. Al igual queun médico cirujano puede ser direc-tor de un hospital y, finalizada esa res-ponsabilidad, volver al quirófano enel mismo centro. Tanto uno comootro siempre son abogado o médicoy sus compañeros de profesión así loentienden. Por supuesto, siempre es-tán en el mismo colegio profesionaly ese colegio les ampara tanto en unaactividad como en la otra.

A mi juicio, una de las obligacio-nes de una asociación profesional, dela Asociación de la Prensa en nuestrocaso, es defender las competenciasprofesionales de sus asociados. En las

¿Profesión…? periodistaTodas nuestras revistas hablan de periodismo de medios, todosnuestros premios profesionales son para periodistas de medios,todas nuestras jornadas de debate son sobre temas que interesana periodistas de medios. Cuando la Asociación habla de empleo–escribe el autor–, habla de trabajo en medios. Y la realidad esque alrededor del 40% de la profesión ya no está en los medios.

Benito Berceruelo González es consejero delegado de Estudio de Comunicación.

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��� ¿Profesión…? periodista

carreras técnicas, es habitual ver có-mo ingenieros de distintas especiali-dades se ‘pelean’ por competenciasprofesionales y discuten si el más ca-pacitado para hacer un túnel es uningeniero de Caminos o uno de Mi-nas, o si para hacer un aeropuerto loes más el aeronáutico o el de Cami-nos, por ejemplo. En el caso del pe-riodista, sin embargo, hemos estadomás ocupados en debatir si los queno ejercemos el periodismo en me-dios somos verdaderamente periodis-tas que en defender juntos que losprofesionales más capacitados paraser responsables de comunicación enempresas o instituciones somos losperiodistas. Creo que nos equivoca-mos. Caemos de inmediato en el de-bate ético de la objetividad, la inde-pendencia, etcétera, y nos sentimosrápidamente guardianes de las esen-cias teóricas de una profesión ‘de li-bro’’, que ya no es la misma, olvidan-do igual de rápido que mientras no-sotros discutimos, otros ocupan el es-pacio que le corresponde al periodis-ta y copan puestos profesionales pa-ra los que, al menos teóricamente, no-sotros estamos más capacitados.

Me viene a la cabeza el ejemplo delColegio de Economistas. Dentro de élexiste una sección de ‘economistas au-ditores’ y el Colegio tiene entre sus mi-siones defender que los economistasson los profesionales más capacitadospara ejercer la auditoria. Puede haberotros profesionales auditores, de he-cho los hay; pero los economistas se

unen para defender sus intereses. Nodebaten entre ellos sobre si el econo-mista de una empresa, que tiene queser ‘juzgado’ por un auditor, es el esen-cialmente economista y el otro no.

Los periodistas hemos dado mu-chos pasos adelante para dignificarnuestra profesión. Algunos los discu-ten, pero creo que ese debate ya estáfuera de lugar porque no es posiblela vuelta atrás y porque en los paísesmás desarrollados del mundo y en losde nuestro entorno la comunicaciónes una disciplina universitaria incues-tionable. La realidad, hoy, es que exis-te una carrera profesional y que enella ponen muchos años de forma-ción y muchas esperanzas miles defuturos periodistas. Y su visión del fu-turo profesional no está, ni debe es-tar, sólo en los medios sino en la co-municación en su conjunto.

Por otro lado, en los últimos añosson muchos los profesionales que de-sarrollan su actividad en gabinetes deprensa, en empresas de comunica-ción o como asesores independientes.Todos ellos siguen siendo de profe-sión periodista. Y todos ellos tienenderecho a que su Asociación profesio-nal sea también un punto de encuen-tro para su desarrollo profesional yla defensa de sus intereses.

Creo que debemos mirar al futu-ro. Nuestra profesión ha cambiado, seha enriquecido… Somos afortunadosporque hemos encontrado nuevos ho-rizontes profesionales que antes no exis-tían. Incluso seguramente somos la

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envidia de otras profesiones que notienen posibilidades de evolución. Porello, creo que no podemos seguir cen-trando el debate sólo en las ‘fuentes’,la ‘independencia’, la ‘objetividad’…Existen otros asuntos de interés paranuestro colectivo que, por supuesto,sin abandonar el interés por todo loanteriormente citado, hemos de in-cluir necesariamente en nuestras dis-cusiones.

Pensemos que no sólo son perio-distas de éxito los que escriben en pe-riódicos; también lo pue-den ser quienes hacenuna buena revista de em-presa o un buen proyectode comunicación interna.

Aquí es donde yo creoque la Asociación tieneque evolucionar para daruna respuesta. Todasnuestras revistas hablande periodismo de medios,todos nuestros premios profesionalesson para periodistas de medios, todasnuestras jornadas de debate son sobretemas que interesan a periodistas demedios. Cuando la Asociación hablade empleo, habla de trabajo en me-dios. Y la realidad es que alrededordel 40% de la profesión ya no está enlos medios.

Pienso, eso sí, que hay una incom-patibilidad cierta entre uno y otro la-do de la profesión y no estoy de acuer-do con los compañeros que escribenen un periódico a la vez que ejercende asesores de comunicación para em-

presas u otras instituciones, sin im-portarles que se puedan plantear con-flictos de intereses. Creo que se pue-de ser periodista, en uno u otro lado,pero es muy difícil estar en los dos ala vez. Es posible que un licenciadoen Derecho sea abogado o juez, perono ambas cosas al mismo tiempo. Pe-ro soy consciente de que este es undebate sobre comportamiento éticoen la actividad profesional, sea la quesea. Y no tiene nada que ver con lascompetencias profesionales y la de-

fensa de los intereses dela profesión. En los añosque llevo ejerciendo, mehe encontrado grandesprofesionales, absoluta-mente independientes eíntegros en ambos lados.Al igual que me los he en-contrado carentes de ob-jetividad y honestidad enuno y otro ‘bando’. Afor-

tunadamente, son muchos más losprimeros que los segundos. No creoque estar en uno de los lados sea unagarantía de integridad, objetividad eindependencia.

En fin, creo que nos equivocamossi el único debate profesional se cen-tra en quién es más periodista que otro,y creo que también nos equivocamossi la Asociación se dedica sólo a de-fender los intereses de unos ‘periodis-tas’ ignorando los de los otros. Al finy al cabo, somos los mismos, unas ve-ces aquí y otras allí, pero siempre pe-riodistas. �

El futuroprofesional noestá, ni debe estar,sólo en los mediossino en lacomunicación

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MARCIAL MURCIANO

La doble tradición en la ense-ñanza del periodismo.–La en-señanza del periodismo en Es-paña dispone de una dilatada

historia. Estos estudios aparecen do-cumentados por primera vez en Sala-manca hace ahora cerca de 120 años.En efecto, en 1887 el catedrático sal-mantino Fernando Araujo fue el im-pulsor de uno de los primeros cursosuniversitarios de periodismo en nues-tro país.

Araujo es en este sentido continua-dor de una tradición universitaria eu-ropea interesada por la prensa comoun nuevo fenómeno social y desarro-

llada desde finales del siglo XVII endiversos países, aunque singularmen-te en Alemania. Una rama de esta tem-prana preocupación por la prensa yel periodismo se fundamentó en el es-tudio de sus vertientes históricas, ju-rídicas, retóricas y teológicas.

Otra rama, más cercana a la ense-ñanza de la profesión, la encontra-mos también establecida en la univer-sidad alemana desde la segunda mi-tad del siglo XVIII. Estas dos referen-cias nos permiten confirmar la exis-tencia de una larga tradición en la uni-versidad europea, preocupada al mis-mo tiempo por la investigación y la

La enseñanza del periodismo, nuevosdesafíos internos y externosNo bastará con una sólida formación teórica, científica y práctica,sino que será necesario ampliar constantemente esteconocimiento con el análisis continuo de casos prácticos.

Marcial Murciano es presidente honorario de la Conferencia de Decanos de Comunicación/Información ([email protected])

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��� La enseñanza del periodismo

enseñanza del periodis-mo y de la que no es aje-na nuestro país. Fernan-do Araujo y su experien-cia salmantina son la evi-dencia española de estamisma tradición.

Por otra parte, en laprimera mitad del siglopasado emergió con fuer-za una nueva corrienteen la formación de pro-fesionales, la desarrolladapor las escuelas de perio-dismo norteamericanas,vinculadas también des-de sus inicios a la univer-sidad. La Escuela de Pe-riodismo de la Universi-dad de Columbia, impul-sada desde 1903 por JosephPulitzer, es el ejemplomás representativo. Susobjetivos eran claros y ex-plícitos desde sus inicios:contribuir a formar me-jores periodistas, para que pudieranhacer mejores periódicos y un mejorpúblico lector.

En el programa de enseñanza delPeriodismo que inaugura Pulitzer, lasescuelas eran consideradas un primerpaso hacia su integración completaen la universidad. Una vez consolida-dos los estudios y delimitadas sus dis-ciplinas la formación de periodistasdebería establecerse en una modernafacultad universitaria como las de De-recho o Medicina.

Esta corriente fue laque orientó el conocidoproyecto fundacional deldirector del diario El De-bate de Madrid, Ángel He-rrera, al crear la primeraescuela profesional de pe-riodismo en 1926. Todanuestra posterior tradi-ción de escuelas de perio-dismo está basada en es-ta experiencia, tanto lasque promueven los estu-dios intensivos de un añode duración, como lasque preconizan estudiosmás largos de hasta cin-co años, para candidatoscon una formación bási-ca preuniversitaria.

Como es conocido, laGuerra Civil españolatruncó el desarrollo natu-ral de esta innovadora ex-periencia en la forma-ción de periodistas en

nuestro país. Una enseñanza preocu-pada sobre todo por la adquisicióndel dominio profesional en los cono-cimientos y técnicas del reporteris-mo, que se articulaban entonces enlos tres pilares delimitados por la re-dacción, la imprenta y la administra-ción del periódico.

La experiencia posterior de las es-cuelas oficiales de periodismo, inicia-da en 1940, desnaturalizó las poten-cialidades del modelo norteamerica-no, al someterlo a un férreo control

El franquismodesnaturalizó el modelo de escuela de periodismoque Ángel Herreracopió de Pulitzer.

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ideológico autoritario, presente tan-to en los procesos de selección delalumnado como en los contenidos yen los docentes que los impartían.

Aún considerando la diversidad yel interés de las experiencias de estasescuelas, y las posteriores impulsadaspor la Iglesia Católica, y también suimportancia, por el número de pro-fesionales que llegaron a formar, es-te modelo estaba totalmente agotadoa finales de la década de los sesenta.Tanto por lo que se refiere a sus pro-gramas de estudios y a sus docentes,como a las infraestructuras que uti-lizaba y las materias que se impartí-an en los centros de enseñanza.

La Ley General de Educación de1970 abrió un nuevo escenario parala formación, al disponer que los es-tudios de periodismo se instalaran de-finitivamente en el sistema universi-tario, entroncando de esta forma conla temprana tradición europea de in-vestigación y formación, y la más mo-derna norteamericana, instalada ya enlos departamentos de las universida-des. Estos nuevos estudios universita-rios se iniciaron en 1971, en Barcelo-na, Madrid y Pamplona, otorgando elcarácter de licenciados universitariosa los nuevos profesionales. De estamanera, sorprendentemente, los es-tudios de periodismo en España seavanzaban en dos décadas a un mo-delo que después se iría consolidan-do por todo el continente, puesto quea la vigorosa tradición de las escue-las profesionales europeas todavía le

quedaban varias etapas por recorrerhasta su declive final en la década delos noventa.

Las facultades de Ciencias de la In-formación/Comunicación.–Instaladala formación de periodistas en la uni-versidad española a principios de lossetenta, su primer recorrido no fuefácil ni falto de controversia. La es-tructura de los estudios se articulóinicialmente en tres ciclos aparente-mente bien diferenciados: la diploma-tura, que daba acceso al trabajo de re-dactor; la licenciatura, que daba unaformación más amplia y con una es-tructura universitaria de ciclo largo;y el doctorado, necesario para acce-der a la docencia y a la investigaciónen el campo de la comunicación. Sinembargo, el delicado ensamblaje en-tre los dos primeros ciclos no llegónunca a realizarse en los diferentesplanes de estudio que se sucedierona lo largo de más de una década.

En efecto, el primero de estos ci-clos, la diplomatura, nunca consiguiódesarrollarse, debido a su escasa iden-tidad profesional y a la ausencia delcarácter especializado de las discipli-nas impartidas. Durante los tres pri-meros años se impartían preferente-mente asignaturas de carácter gene-ral y con una perspectiva amplia (Len-gua, Historia, Literatura, Política, etc.)junto a otras más específicas aunqueminoritarias (Redacción periodística,Teoría de la comunicación, Derechode la información, etc.) En consecuen-

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��� La enseñanza del periodismo

cia el título de diploma-do y su cometido profe-sional nunca llegó a ma-terializarse ni a ser regu-lado.

Durante un primerperíodo, los planes de es-tudios fluctuaron en di-versas direcciones, inten-tando dar siempre unarespuesta coherente a sudoble naturaleza profe-sional y universitaria. Engeneral, durante los tresprimeros años se impar-tieron disciplinas genera-listas, tal como ya se hacomentado, con el obje-tivo de consolidar unaformación cultural, basa-da en la tradición univer-sitaria internacional. Mien-tras que en los dos últi-mos se adquirían conoci-mientos más centradosen la profesión periodís-tica y la práctica profesional.

La articulación de estos dos com-ponentes de los estudios produjo bas-tante inestabilidad y tensiones, tantointernas como externas. Por un lado,la rígida y estratificada cultura admi-nistrativa y científica de la universi-dad tenía dificultades para asimilary comprender el nuevo conocimien-to asociado al área de periodismo yde la comunicación, así como a su pe-dagogía profesionalizadora. Por otro,desde el mundo de los medios de co-

municación, tampoco seentendió con facilidadlas exigencias y virtudesa las que debía asociarsela nueva identidad uni-versitaria de la profesión.Desde este ámbito se ma-nifestaron duras críticasa la estructura masifica-da y al carácter teórico ygeneral que iban consoli-dando los nacientes estu-dios universitarios. Estatensión produjo un largodistanciamiento entre elmundo académico y elmundo profesional, queperduró hasta bien entra-da la década de los ochen-ta. El acceso a la profesiónde sucesivas promocionesde licenciados universita-rios y su llegada a los car-gos de dirección más tar-de, tendió puentes entreambos sectores. Los más-

ters profesionales impartidos duran-te los noventa contribuyeron a crearun clima de cooperación más estableentre la profesión y la universidad.

Pasada por tanto una primera eincierta etapa de rodaje de los estu-dios, no cabe duda del gran aciertoque supuso en su momento el situarla formación del periodismo y las de-más profesiones de la comunicaciónen los campus universitarios. La uni-versidad permitió que los estudios pu-dieran profundizar en el conocimien-

Hasta bienentrados los añosochenta laprofesión criticólos nacientesestudiosuniversitarios.

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to científico y académico de la infor-mación y la comunicación, funda-mentando de esta forma el cuerpoteórico del profesional. Y este conoci-miento profundo de los procesos enlos que se ve inserto el periodista nodebía suponer una renuncia al cono-cimiento de la práctica profesional.Aquellos centros que se han preocu-pado por un mejor ensamblaje de es-tos dos componentes de los estudios,han sido los que han conseguido me-jorar sustancialmente el nivel de laformación de los profesionales del pe-riodismo, para hacerlos mejores ensus tareas cotidianas de elaborar lainformación y de esta forma mejorarla calidad de la información transmi-tida al público. En definitiva, la vie-ja aspiración que motivó a Pulitzer aabandonar los periódicos hace un si-glo para dedicarse a elevar la forma-ción de los periodistas.

Durante los últimos 35 años de ex-periencia universitaria, no cabe nin-guna duda que la información teóri-ca y profesional de los profesionalesde la comunicación se ha visto mejo-rada notablemente, tanto cualitativacomo cuantitativamente, sobre todosi la comparamos con la formaciónlimitada que impartían las antiguasescuelas profesionales de nuestro pa-ís, tan atenazadas por la larga dicta-dura franquista.

En mi opinión, la ubicación de losestudios de Periodismo en la univer-sidad española ha permitido situar laformación de los profesionales den-

tro de las corrientes más avanzadasinternacionalmente.

En definitiva, la consolidación delos estudios universitarios permitió,en primer lugar, el desarrollo y la fun-damentación de las áreas científicasinicialmente en el campo del perio-dismo, y más adelante en las áreas delaudiovisual, de la publicidad y las re-laciones públicas. Fue éste también,y como se ha dicho, un conflictivo pro-ceso, debido a la incomprensión dediversos sectores de profesionales delos medios y a las reticencias de la co-munidad académica tradicional esta-blecida en el campo de las humani-dades y de las ciencias sociales. Estaes hoy una situación plenamente su-perada, debido al extraordinario pro-greso y desarrollo que se ha produci-do en el sector del periodismo y de lacomunicación en general y de sus pro-fesiones (periodismo escrito, radio, te-levisión, cine, publicidad, relacionespúblicas, documentación, multime-dia, etc.) y también debido al conoci-miento científico que esta nueva co-munidad universitaria ha aportadoen materias y áreas específicas comola periodística, la creación audiovi-sual y publicitaria, la teoría de la co-municación, las políticas y la estruc-tura de la comunicación, la historia,el derecho, la opinión pública, etc.,entre otras muchas y desde una pers-pectiva tanto general como especiali-zada, por sectores y por soportes demedios.

En segundo lugar, este proceso ha

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��� La enseñanza del periodismo

facilitado el estableci-miento de una genera-ción de especialistas uni-versitarios en periodismoy comunicación que hapermitido la profesiona-lización de las carrerasdocentes e investigadorasen el ámbito de las cien-cias de la comunicación,debido, por un lado, a lacreciente demanda de es-tos estudios y, por otro,al constante proceso demodernización y des-arrollo del sistema de me-dios de comunicación enEspaña (el avance del pe-riodismo escrito tras ladictadura, primero, y,más adelante, la amplia-ción del espectro radioe-léctrico de las emisionesy de las redes de difusión,el desarrollo de la radioen frecuencia modulada,el desarrollo de la televisión autonó-mica, comercial y local, la aparicióny desarrollo del fenómeno Internet yde la comunicación electrónica, la in-tensificación del desarrollo económi-co en España y del incremento delgasto publicitario, etc.).

Por último, y como resultado delos anteriores, se ha afianzado un nú-cleo de conocimientos académicosteórico-prácticos y un saber hacer pro-fesional en el periodismo y la comu-nicación, capaz de desarrollar e im-

pulsar los modernos pro-gramas científico-peda-gógicos que requiere laformación universitariade las titulaciones deciencias de la comunica-ción. Así como tambiénunos modernos estable-cimientos para la ense-ñanza, las facultades, do-tadas de nuevas tecnolo-gías profesionales (aulasinformatizadas, laborato-rios de radio y televisión,espacios multimedia,etc.) para realizar las ta-reas prácticas.

En este sentido, du-rante las últimas décadasla formación de periodis-tas y comunicadores hapasado de ofrecer some-ros conocimientos ins-trumentales de carácterprofesional o ‘del oficio’,valiosos e imprescindi-

bles por supuesto, a facilitar una for-mación más vasta y académica, fun-damentada y complementada en co-nocimientos ampliados sobre la na-turaleza de los procesos de comuni-cación, sus repercusiones e implica-ciones públicas y sobre los contextossociales en los que ésta se inserta.Aunque no dejan de existir al respec-to percepciones críticas sobre este co-nocimiento, por ejemplo por su ca-rácter en ocasiones teoricista o espe-culativo, no cabe ninguna duda que

En los últimos 35años los estudiosuniversitarios de periodismo y comunicación han mejoradosustancialmente.

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el camino recorrido en los últimos 35años por los estudios universitariosde periodismo y comunicación ha su-puesto una mejora sustancial cuali-tativa y cuantitativamente, en rela-ción con la formación que impartíanlas antiguas escuelas profesionales.

Desde el punto de vista de la es-tructura pedagógica de la formaciónde periodistas, ésta ha girado siem-pre en torno a la diversidad y la cali-dad de la enseñanza de materias entres grandes áreas:

1 Las disciplinas teórico-prácticasprofesionales (la redacción perio-dística, los géneros y las especiali-dades del periodismo, el dominiodel lenguaje en los diferentes so-portes, la producción radiofónicay televisiva, la creación publicita-ria y su gestión, etc.).

2 Las disciplinas basadas en el cono-cimiento científico de los proce-sos de comunicación y la estruc-tura, la historia y desarrollo de losmedios (la teoría de la comunica-ción, la historia de las empresas decomunicación, la creación de losformatos comunicativos y su evo-lución, la estructura y gestión delos medios, etc.).

3 Las disciplinas basadas en el cono-cimiento de los entornos socialesen los que se desenvuelve el comu-nicador (la política, la historia con-temporánea, las relaciones inter-nacionales, la economía, etc.).

Los planes de estudio en los que se ha

estructurado la formación universi-taria del periodismo a lo largo de los5 años de duración de la carrera, con-templaron durante 20 años un núme-ro reducido de materias, pocas vecessuperiores a las 25 disciplinas, 5 poraño académico. Este modelo, que, talcomo se ha comentado, permitió con-solidar el campo teórico de la comu-nicación –su núcleo duro académicoy científico–, la profesionalización dela enseñanza y la definición de los per-files profesionales, fue reformado aprincipios de los años noventa conuna clara voluntad de flexibilizacióny modernización. Se pasó entoncesde unas pocas disciplinas, a una ofer-ta más amplia y variada, que ha au-mentado sensiblemente el currículode dichos estudios, hasta superar las60 disciplinas que conforman actual-mente los 4 o 5 años de carrera.

Probablemente, debido a la rigi-dez administrativa de la universidadespañola, ya comentada, y a los inte-reses corporativos de su profesorado,poco permeable al continuo dinamis-mo del sector comunicativo, a las ne-cesidades de las empresas de comu-nicación y a la aparición de nuevashabilidades y competencias asociadasal cambio digital, los estudios hanpermanecido en gran parte inamovi-bles, manteniendo una enseñanza hi-perdimensionada, fragmentada y ob-soleta, particularmente en los aspec-tos pedagógicos: por la multiplica-ción, segmentación y reiteración delos conocimientos; por la limitada for-

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��� La enseñanza del periodismo

mación práctica, y por sudesactualización en rela-ción a un entorno empre-sarial y profesional condemandas y necesidadesdiferentes a las exigidasen un pasado inmediato.

La aparición de unosestudios complementa-rios de postgrado, no hamodificado sensiblemen-te el panorama crítico ex-puesto.

¿Hacia un modelo inte-grado con Europa?–Esen este contexto, de fina-les de los noventa, decierto impasse en la moder-nización de la formaciónde los periodistas en launiversidad españolaque se cruza la propues-ta de la Unión Europeade establecer un EspacioEuropeo de EducaciónSuperior (EEES).

Desde finales de los ochenta diver-sas iniciativas de movilidad para laenseñanza universitaria se han im-pulsado en Europa. En 1987, el pro-grama de intercambio Erasmus; en1989, el crédito europeo o sistema eu-ropeo de transferencia de créditos(ECTS) para medir con el mismo cri-terio cualquier estudio realizado enla Unión Europea; en 1996, los pro-gramas Sócrates y Leonardo, etc. Du-rante los años 1998 (Declaración de

la Sorbona, firmado porcuatro Estados), 1999 (De-claración de Bolonia, fir-mada por 29) y 2000(Consejo de Lisboa), elproceso de integracióneuropea permitió que seextendiera la concienciade crear un sistema ho-mogéneo y comparable,en el que se pudiera defi-nir y homologar la es-tructura de las carrerasuniversitarias a partir delestablecimiento de dos ci-clos básicos: uno prime-ro denominado de grado(nuestra actual licencia-tura) y otro posterior depostgrado (para los más-ter de especializaciónprofesional), al finalizar elcual se podría defenderun trabajo de investiga-ción doctoral que permi-tiría conseguir el título

de doctor.La implantación de esta estructu-

ra universitaria basada en dos ciclos,de periodización variable, de 3 a 4años el primero, de grado, y de 1 a 2el segundo, de postgrado, facilitará elreconocimiento de cualquier títuloprofesional en el mercado de trabajoeuropeo. Los objetivos principales dela implantación del EEES están orien-tados a mejorar, en primer lugar, laformación universitaria; en segundolugar, el acceso al empleo a una edad

El Espacio Europeode EducaciónSuperior pretendemejorar la formación yfacilitar un empleotemprano.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—97

temprana, y, en tercer lugar, la acre-ditación y homologación de la cali-dad de las enseñanzas en el espacioeuropeo. Estos tres objetivos constitu-yen la parte fundamental de lo quese conoce como modelo europeo omodelo Bolonia que se desea implan-tar en un período relativamente am-plio de tiempo, entre los años 2001 y2010.

La definición de este nuevo mar-co con unos parámetros objetivos ymensurables para promocionar lacooperación europea y la homologa-ción de las titulaciones con criteriosy metodologías comparables, ha su-puesto un reto y una oportunidad pa-ra que la universidad española modi-fique la estructura de sus titulaciones.Después de la última reforma de1992, cierto pesimismo se ha apode-rado de los claustros universitarios.En efecto, las sucesivas reformas par-ciales de los planes de estudios dise-ñados desde 1992 no siempre hanconseguido acertar ni en el diagnós-tico de las insuficiencias que padecenlas titulaciones ni en las medidas pro-puestas para su solución.

En este sentido, el modelo formu-lado en la declaración de Bolonia per-mite construir las nuevas titulacio-nes europeas a partir de una metodo-logía compartida, basada en:

1 Una enseñanza homologable yconstruida a partir del créditoECTS, y de una docencia funda-mentada en el proceso de apren-

dizaje práctico del alumno, en lu-gar de apoyarse en la clase magis-tral impartida por el profesor.

2 En la definición de unos títulos degrado, cuyo objetivo final deberíaser la capacitación de los estudian-tes para integrarse en un entornolaboral dinámico y en la posibili-dad de complementar y ampliar per-manentemente los estudios básicosiniciales.

3 En el establecimiento de un nú-mero máximo de créditos por ti-tulación, entre 180 y 240, estruc-turados en 3 o 4 años de enseñan-za, en lugar de los 300-330 actua-les, que a menudo necesitan unadedicación de más de 6 años paraser superados.

4 Por último, en una especificaciónprecisa de los objetivos profesio-nales de cada título así como delos conocimientos, aptitudes y ha-bilidades necesarios para su obten-ción, con particular énfasis en loscontenidos formativos comunesbásicos y los contenidos complemen-tarios, estos últimos establecidosdiscrecionalmente por cada uni-versidad y por las inquietudes par-ticulares de cada alumno.

Nuevos retos para la modernizaciónde las facultades españolas–La Con-ferencia de Decanos de Facultades deComunicación/Información asumióel reto de realizar una propuesta con-sensuada, dirigida a la Agencia Na-cional de Evaluación de la Calidad y

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��� La enseñanza del periodismo

de la Acreditación (ANE-CA) y al Ministerio deEducación y Ciencia(MEC). Durante sus reu-niones plenarias de 2001y 2002 debatió y aprobóla idoneidad de conside-rar como tema principalde su agenda de trabajola reforma de los planesde estudios de Periodis-mo y de otras titulacio-nes de Comunicación.Durante el año 2003 tra-bajó en la elaboración deun libro blanco para laANECA, según la metodo-logía propuesta por elmodelo de la convergen-cia europea impulsadapor la Declaración de Bo-lonia.

En síntesis, este docu-mento resume las discu-siones realizadas por losdiferentes grupos de tra-bajo de la Conferencia ylas decisiones tomadasen los plenarios y propone, despuésde analizar pormenorizadamente laexperiencia europea y española, la ne-cesidad de:

DDiiffeerreenncciiaarr llooss eessttuuddiiooss ddee ccoommuunnii--ccaacciióónn,, de acuerdo con las demandasdel mercado de trabajo en tres títu-los profesionales finalistas:

— Graduado en Periodismo, conel objetivo de formar a un profesio-

nal de la información encualquier tipo de sopor-te mediático tradicionalo electrónico (...)

— Graduado en Co-municación Audiovi-sual, con el objetivo deformar a un profesionalespecializado en las labo-res de realización-direc-ción en los distintos me-dios audiovisuales: cine-matográfico, televisivo,videográfico, publicita-rio, radiofónico, de info-grafía y multimedia (…).

— Graduado en Publi-cidad y Relaciones Públi-cas, con el objetivo de for-mar a un profesional queejerce su actividad en elámbito de las organiza-ciones o desde la agenciade publicidad o bien lasrelaciones públicas y simi-lares (…).

Estructurar cada uno deestos estudios en 240 créditos euro-peos (ECTS), es decir, en cuatro años,y con unos contenidos comunes pa-ra todas las universidades de un má-ximo del 60% de los créditos cursa-dos. Inicialmente el MEC proponía enel desarrollo de la LOU que los crédi-tos comunes de una titulación fue-ran del 75% (con posterioridad, en ju-lio de 2005, el secretario de Estado deUniversidades, Salvador Ordóñez, ha

Los postgradosdeberán atenderlas demandascambiantes en el sector de los medios de forma flexibley progresiva.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—99

reducido esta cifra hasta el 50%, pa-ra facilitar los itinerarios individua-les de los alumnos y la autonomía delas universidades en la definición delos títulos).

Si se considerara un período me-nor de tiempo, por ejemplo el de tresaños, en los que debería incluirse unsemestre de prácticas profesionales,éste sería totalmente insuficiente pa-ra la adquisición de los conocimien-tos, competencias y habilidades, tan-to académicas como profesionales,que los periodistas, comunicadoresaudiovisuales, publicitarios y relacio-nes públicas precisan. En la prácticasignificaría un retorno a la experien-cia o modelo de las escuelas profesio-nales surgido hace un siglo, trayecto-ria que es cada vez menos habitualen la apuesta internacional por unosestudios de periodismo y comunica-ción incorporados a la universidad.

Posibilitar que el 40% de los crédi-tos restantes o complementarios(ahora el 50%) permitan a los estu-diantes establecer libres configuracio-nes en su currícula, como las doblestitulaciones o las menciones, deacuerdo con sus propias expectativasy con las demandas externas promo-vidas por la empresa o los entornosmediáticos cambiantes (multimedia,gestión del conocimiento, informa-ción electrónica, etc.). En esta mismalínea, las universidades dispondránde suficiente autonomía para mejo-rar y diferenciar estos perfiles profe-

sionales, fortaleciéndolos en huma-nidades, ciencias sociales, ciencia ytecnología, etc., de acuerdo con las cam-biantes demandas del mercado labo-ral.

La apuesta por la ampliación y lalibre configuración de la enseñanzacomplementaria debe permitir algotan necesario en la formación de pro-fesionales como son los intercambioscon otras universidades, nacionales oextranjeras, a través de los variadosprogramas de movilidad, como el Sé-neca (para España), el Erasmus (paraEuropa) o de cualquier otro tipo (pa-ra el resto del mundo).

Proponer que los estudios de postgra-do en el campo de la comunicación,salvo para los que deseen acceder aldoctorado y a la investigación, ten-gan un neto perfil profesional. Lospostgrados deberán atender las de-mandas cambiantes en el sector de losmedios de una forma flexible y pro-gresiva a través de la diversidad de más-ters estructurados académicamenteentre los 60 créditos (un año) y los 90créditos ECTS (un año y medio o dosaños, si se contemplan las prácticas).

El programa formativo propuestopor la Conferencia de Decanos quie-re responder sobre todo a los retos deun entorno profesional en profundatransformación y al nuevo contextooriginado por la integración europeay la competitividad global. Nuevasmaterias como el inglés, entendidocomo una lengua básica en el traba-

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��� La enseñanza del periodismo

jo profesional –un tematodavía no resuelto por launiversidad– o el domi-nio de las nuevas tecno-logías de la informacióny la convergencia digital,constituyen en sí mismasnuevas áreas de conoci-miento que nos parecenfundamentales y que seencuentran todavía muyalejadas de los tradicio-nales campos del saberhumanístico y de lasciencias sociales en losque hasta ahora se habíabasado principalmentela formación de los pro-fesionales del periodismoy la comunicación.

En nuestra opinión, launiversidad y la enseñan-za del periodismo y delresto de las profesionesde la comunicación debe-rán acometer una pro-funda revisión de las for-mas de enseñar y trans-mitir el conocimiento. No bastará conuna sólida formación teórica, cientí-fica y práctica, sino que será necesa-rio ampliar constantemente este co-nocimiento con el análisis continuode casos prácticos. Para ello deberárealizarse una reformulación del nú-cleo básico de conocimientos teóricosy prácticos sobre el periodismo y lacomunicación que hemos adquiridodurante las tres últimas décadas, eva-

luando críticamente lavigencia y pertinencia denuestro actual dominiodel campo comunicativoy de la dimensión socio-cultural de la informa-ción.

En el dominio de lastécnicas y métodos deltrabajo profesional habráque introducir el conoci-miento avanzado del in-glés y de nuevas discipli-nas complementariasemergentes como las re-lacionadas con las nue-vas tecnologías de la in-formación y la comuni-cación y los desafíos de laera digital. No bastarácon un conocimiento ins-trumental y práctico dela tecnología, sino que se-rá preciso comprender ydominar sus principioscientíficos, necesarios pa-ra desarrollar e innovaren los nuevos entornos

de la información electrónica y mul-timedia.

Por último, y no menos importan-te, todos estos cambios habrán derealizarse en estrecha vinculacióncon las realidades de los nuevosmercados profesionales y sus realida-des específicas, que, como se hadicho, estarán determinados porprocesos constantes de innovación,adaptación y cambio. �

No basta con elconocimientoinstrumental y práctico de la tecnología,es precisocomprender y dominar sus principioscientíficos.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—101

FERNANDO SABÉS TURMO

E l análisis del público de los di-ferentes medios de comunica-ción no es una tarea sencilla ypara eso los medios, y también

las agencias de publicidad, se han do-tado de instrumentos para realizarestudios que les sirvan finalmente pa-ra conseguir mayores recursos econó-micos a través de la publicidad. Con

este preámbulo, reflexionar sobre laincorporación de los jóvenes (a efec-tos de este trabajo, las personas de en-tre 16 y 26 años) como público de losdiferentes medios o soportes es nece-sario, de hecho será la audiencia ma-yoritaria en pocos años y será el pú-blico con más interés para la publici-dad en un período de tiempo corto,

Jóvenes y medios:¿encuentro o desencuentro?El estudio de la relación entre los jóvenes y los medios decomunicación desvela multitud de aspectos esperanzadores encuanto a la participación como público de este colectivo, pero a lavez también manifiesta disfunciones en algunos soportes encuanto a la implicación de estos jóvenes en función de loscontenidos que ofrecen, en este caso esencialmente informativos.Los contenidos de proximidad son extraordinariamente valoradospor este grupo de edad, a la vez que mayoritariamente prefierecontrastar la información que recibe en internet en los mediostradicionales.

Fernando Sabés Turmo es profesor de Periodismo en la Facultad de Comunicación de laUniversidad Autónoma de Barcelona.

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��� Jóvenes y medios

en el momento en el que se incorpo-ren al mundo laboral.

Un repaso al comportamiento delos jóvenes y los medios de comuni-cación debe ir mucho más allá delanálisis de los tradicionales media(prensa, radio y televisión) y ha deabordar más soportes, como mínimointernet, y sin descartar otros comoel propio teléfono móvil.

Pero, a pesar de que tecnológica-mente los jóvenes actuales son ya detercera o cuarta generación, no debe-mos pasar por alto muchos de sus po-sicionamientos en torno a los tradi-cionales medios de comunicación,que todavía consideran de referencia,esencialmente en materia informati-va, mientras que pese a que recono-cen su implicación cada vez mayor coninternet expresan habitualmente susdudas en cuanto a la fiabilidad de lasinformaciones que a través de la redson capaces de recibir. Es decir, toda-vía los medios tradicionales resistena ese empuje de las nuevas tecnolo-gías en cuanto a su credibilidad.

Otra cosa es saber si realmente losjóvenes se sienten identificados conlos contenidos que esos productos me-diáticos tradicionales les ofrecen. ¿Laprensa gratuita es escogida por los jó-venes solamente por no costar ni uncéntimo? Es cierto, es un elemento prio-ritario, pero también es verdad quenuestros jóvenes valoran en estas pu-blicaciones más el contenido social yel hecho de que la política tenga me-nor peso. Nuestros medios están ca-

da vez más centrados en el análisispolítico diario, pero ¿y el resto de te-mas?, ¿dónde están los contenidos so-ciales?, ¿no están desapareciendo odisminuyendo su peso de la agendade los medios? Más o menos esa es lapercepción que expresa este grupoque también echa de menos, y mu-cho, mayor cercanía en los temasaportados, más informaciones “que sepuedan tocar”, es decir, contenidosde proximidad.

Ésta es una tendencia que se ob-serva en prácticamente todos los so-portes, por lo que en este artículo re-pasaremos algunos aspectos significa-tivos de esta relación entre los jóve-nes y los medios en la prensa, la ra-dio, la televisión e internet. En esterepaso aportaremos algunos datos ycifras que han surgido del estudio quese ha realizado en la Comunidad Au-tónoma de Aragón.

PrensaTradicionalmente la prensa ha sidoconsiderada como un medio de comu-nicación con escasa relación con losjóvenes, un potencial público que seimplicaba poco con este tipo de pu-blicaciones. Es cierto que, por ejem-plo, según el Estudio General de Me-dios, sobre el global de los lectores laimportancia del público juvenil es ba-ja, pero también es verdad que pode-mos constatar, por un lado, una se-rie de fenómenos que nos deben lle-var a ser optimistas de cara a mejo-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—103

rar estos resultados. En elcaso del estudio realiza-do en Aragón, se ha cons-tatado cómo el porcenta-je de lectores se incre-menta en la provincia deZaragoza, por encima deHuesca y Teruel, y en es-tos resultados hay un fe-nómeno que tiene mu-cho que ver, la prensa gra-tuita. La aparición en es-te caso de 20 Minutos, Me-tro y Que! en Zaragoza per-mite que en los resulta-dos obtenidos en el estu-dio la prensa tenga unamayor repercusión entrelos jóvenes en esta provin-cia que en las otras dos de-marcaciones.

El fenómeno de la prensa gratui-ta está provocando un verdadero te-rremoto en el mercado y sobre todoen cuanto al consumo en diferentescolectivos. Desde distintos sectores seconsidera mínima la repercusión deeste tipo de publicaciones, pero se haconstatado que los periódicos de pa-go más populares se han resentidoen sus ventas y en sus ingresos desdela aparición de los gratuitos, ya seangeneralistas o especializados en algu-nos contenidos como son los depor-tivos. Sin ir más lejos, si echamos unvistazo a los alumnos de Periodismoque llegan a nuestras facultades conun diario bajo el brazo, en muchoscasos son ya gratuitos y no debemos

olvidar que son los próxi-mos profesionales que ac-cederán al mercado labo-ral.

En cuanto al perfil demedio preferido, los jóve-nes se decantan por losperiódicos generalistas,sobre todo las mujeres,aunque un tercio de loshombres manifiesta suinterés prioritario por laprensa deportiva. Desta-ca también la escasa acep-tación de la prensa econó-mica. Los temas de socie-dad, esencialmente entrelas mujeres, y los depor-tes, entre los hombres,son los preferidos a bas-tante distancia de la polí-

tica, las artes escénicas o la econo-mía. Acerca del ámbito geográficoque despierta más interés entre losaragoneses de 16 a 26 años, se ponede manifiesto que las cuestiones re-lativas a cada provincia y a la Comu-nidad Autónoma son las claramentepreferidas, por encima de la actuali-dad de España y la internacional.

Entre las cabeceras disponibles enlos quioscos y en las calles de Aragón,observamos que las que tienen mayo-res proporciones de público joven, se-gún el Estudio General de Medios(2004), son los dos periódicos gratui-tos Metro (con un 23% de lectores de14 a 24 años) y 20 Minutos (19,42%),aunque sólo se distribuyen en Zara-

Los periódicos depago máspopulares se hanresentido en susventas y en susingresos desde laaparición de losgratuitos.

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��� Jóvenes y medios

goza. Los periódicos de pago cuentancon menor implantación entre los es-tratos de población más joven, pues-to que los lectores menores de 24 añosrepresentan el 10,24% para Heraldo deAragón, y el 10,55% de El Periódico deAragón. Marca, el periódico deportivocon mayor aceptación en la Comuni-dad Autónoma, tiene un 15,61% depúblico joven, y en las provincias don-de la prensa gratuita no tiene presen-cia, ésta es la cabecera con mayor pro-porción de lectores jóvenes.

De estos datos se desprende que elinterés por la prensa impresa existeentre los jóvenes, pero que buena par-te de ellos son sensibles al precio; esdecir, no pueden o no están dispues-tos a pagar por los periódicos. Por otrolado, desde el punto de vista de la dis-tribución, hay que tener en cuentaque los gratuitos ‘salen a buscar’ a loslectores, se reparten en mano a la gen-te en puntos y horarios estratégicos;en cambio, los lectores de las publi-caciones de pago tienen que irlos abuscar al quiosco (excepto los suscrip-tores) o donde sea que estén, por loque requieren una motivación algomás fuerte para ser consumidos. Sipresuponemos que buena parte delos jóvenes no compra personalmen-te el periódico (porque requiere unainversión y no son las capas de pobla-ción con mayor poder adquisitivo), si-no que lee el que adquieren otras per-sonas, entonces parece que es másacusada la sensibilidad al ‘desplaza-miento’ que al precio.

Vistas estas preferencias de los jó-venes, en este caso aragoneses, en re-lación a su consumo de prensa, debe-mos reflexionar si ese fenómeno re-ciente de apuesta por la prensa gra-tuita se debe únicamente a la sensi-bilidad al precio. Es cierto que la gra-tuidad es un elemento esencial parael éxito de estas cabeceras, pero en-tre los jóvenes no debemos perder devista, por un lado, los contenidos ofer-tados por estos diarios y su tratamien-to, con menos presencia generalmen-te de política, aspecto que valora muypositivamente este colectivo. Y, porotro lado, tampoco debemos pasarpor alto el diseño y la maquetaciónde estas publicaciones que podríamosdecir que son mucho más visuales yen parte pensadas de forma muy pró-xima a un lenguaje audiovisual quees al que están acostumbrados nues-tros jóvenes.

Por lo que respecta a la motiva-ción para consumir prensa escrita,para cerca de la mitad de los jóvenesaragoneses que aseguran leer prensa,la razón principal es la ocupación deltiempo libre, aunque cerca de un 40%argumenta que lo hace para mejorarsu formación. De este modo, la pren-sa se posiciona como el medio de co-municación con mayor importanciaen este sentido.

RadioLa radio tiene un mayor impacto en-tre la juventud que la prensa, según

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—105

los datos obtenidos en lainvestigación en Aragón,y es un medio de comu-nicación con una acepta-ción masiva que encon-tramos en todos los nive-les de estudios, situacio-nes laborales y franjas deedad.

Los jóvenes escuchan laradio, sobre todo y demanera destacada, parapasar el tiempo libre,mientras que la funciónformativa de este medioes apreciada por pocomás del 10%. Este valores, pues, mucho menosvalorado en la radio queen la prensa.

La radio musical es lapreferida generalmentepor este colectivo, aun-que no debemos pensarque rechazan la generalista, ni mu-cho menos, aunque ésta queda rele-gada por la especializada. En el casode la convencional, hay que señalarel fuerte impacto que tiene entre losjóvenes varones los espacios deporti-vos que incorporan, al igual que es-tán teniendo también una notable re-percusión aquellas emisoras que pro-graman prácticamente en exclusivadeportivos.

De todos modos, si preguntamosacerca de la preferencia en cuanto acontenidos ofertados en la radio ge-neralista, destacan en las valoraciones

de la juventud el entrete-nimiento, la informacióny la música (aunque ésteprácticamente haya des-aparecido de este tipo deoperadores). No debemosolvidar tampoco el ex-traordinario papel quejuegan los deportivos en-tre los hombres.

Al igual que sucedíaen la prensa, hay que in-dicar que los jóvenes va-loran esencialmente loscontenidos ofertados quehagan referencia a suárea geográfica más pró-xima, es decir, provinciay comunidad autónoma,y en mejor medida los deámbito estatal e interna-cional, aspectos que secontradicen, y mucho,con el planteamiento que

están llevado a cabo gran parte de lasemisoras de radio generalistas del pa-ís, que están controladas mayoritaria-mente por los grandes grupos de co-municación, ofreciendo una progra-mación en cadena que ocupa buenaparte de la parrilla diaria.

Si profundizamos todavía más enlas preferencias de estos jóvenes cuan-do las estaciones realizan programa-ción de proximidad, los temas más va-lorados son los de sociedad y los de-portes (en este segundo caso básica-mente por los hombres), mientrasque la política y la economía quedan

El interés por la prensa impresaexiste entre los jóvenes, pero buena parte de ellos son sensibles al precio.

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��� Jóvenes y medios

en posiciones muy rezagadas. ¿Coin-cide la oferta actual con las preferen-cias de nuestros jóvenes?

TelevisiónLa televisión es el medio de comuni-cación con mayor penetración entrela juventud, cifra que en el caso deAragón es de alrededor del 93%. Estevisionado masivo de televisión se daen todos los niveles de estudios, entodas las situaciones laborales y en to-das las franjas de edad.

Según los datos extraídos de la en-cuesta realizada, la mayoría de la ju-ventud aragonesa ve la televisión en-tre una y tres horas todos los días dela semana y se percibe que las muje-res tienden a mirarla durante perío-dos más largos que los varones. En-tre las franjas de edad más jóvenes seconstata, en términos generales, unainclinación a pasar más tiempo de-lante del televisor, edades que se co-rresponden con los estudios de ESOy de Bachillerato, que, en consecuen-cia también se manifiestan en estesentido. La situación laboral no es de-terminante del tiempo dedicado aconsumir este medio, a juzgar por elcomportamiento tan dispar que pre-sentan los diferentes colectivos. Sólomencionaremos de los datos globalesde Aragón, que quienes pasan más ra-to frente al televisor son los jóvenessin empleo, un 55% de los cuales lohace dos horas o más, y que los queestudian y trabajan tienen cierta ten-

dencia a concentrar esta actividad delunes a viernes.

En cuanto al interés que mueve alos jóvenes a ver la televisión, el prin-cipal es la ocupación del tiempo libre(en más de un 80% de los casos) mien-tras que el mejorar la formación esla prioridad de cerca de un 12% deellos, cifra similar al que priorizabaeste aspecto en la radio.

Acerca de la preferencia de los jó-venes por el tipo emisora encontra-mos un dato muy interesante: las ca-denas generalistas son las más apre-ciadas, aunque en Zaragoza, dondese evidencia una presencia muy no-table de las redes locales, éstas tienenuna muy considerable aceptación,cercana a la que presentan las ante-riores.

Sin embargo, a la hora de elegirun canal concreto, Televisión Españo-la y las tres cadenas privadas de ám-bito estatal concentran el 71% de laspreferencias de la juventud aragone-sa. No obstante, hay que mencionarque entre dos televisiones locales cap-tan la atención del 18% de los jóve-nes como primera opción a la horade escoger. Y es que, no en vano, lainformación de proximidad (provin-cia y comunidad autónoma) vuelve aser la más relevante entre la escogi-da por este colectivo de edad, por de-lante de la relativa al resto de Espa-ña y a la de ámbito internacional.

En función de esta percepción, se-rá muy interesante observar cómo seimplicará la juventud aragonesa co-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—107

mo público en la inmi-nente televisión autonó-mica de Aragón que enprincipio comenzará aemitir en los próximosmeses. Es un reto eviden-te para sus responsablesofrecer un producto deproximidad que tienemuchas posibilidades deéxito entre este colectivoen función de las prefe-rencias expresadas en re-lación a los temas de cer-canía. Por otro lado, un as-pecto que llama la aten-ción es el poco interésque despiertan las cadenaspúblicas de ámbito esta-tal. Ello podría llevarnosa reflexionar si su ofertano interesa demasiado ala juventud.

En cuanto a las prefe-rencias por contenidos, la informa-ción y el entretenimiento son, en ge-neral, lo que más interesa. Además,el deporte, como ya hemos visto enel caso de la radio y de la prensa, eslo que selecciona una porción mayo-ritaria de hombres, mientras que lasmujeres manifiestan mayor interéspor la música y la ficción. Asimismo,dentro de la información de proximi-dad, lo que de forma evidente prefie-ren las mujeres son los contenidos desociedad (58%), mientras que la rela-ción de los hombres está más diver-sificada entre deportes (44%) y socie-

dad (31%). La política, laeconomía y la cultura nosuscitan demasiado, talcomo ya venimos obser-vando en los otros me-dios analizados.

InternetLos datos acerca del usode internet revelan unaauténtica revolución enpotencia dentro del ám-bito de los media, aún enfase inicial, que habráque ver qué consecuen-cias deja en los hábitos deconsumo de medios decomunicación. Las gran-des posibilidades de estesoporte para la comunica-ción se hacen evidentesal comprobar el creci-miento exponencial que

se ha producido en los últimos 10años. Según han manifestado los jó-venes de 16 a 26 años, internet tienemás consumidores que la prensa es-crita, aunque todavía menos que latelevisión y la radio, pero las diferen-cias se van recortando y sobre todocon la aparición y consolidación denuevos formatos como los blogs, fo-ros…

Por franjas de edad, en términosgenerales observamos que los más jó-venes presentan los porcentajes deconexión más altos, mientras quecon la edad, progresivamente encon-

Internet tienemásconsumidores quela prensa escrita,aunque todavíamenos que la televisióny la radio.

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��� Jóvenes y medios

tramos una mayor proporción quehabitualmente no navega. Ello tam-bién conlleva que sean los estudian-tes los que más utilizan esta tecnolo-gía. Si estos hábitos se mantienencuando estos jóvenes se incorporenal mundo laboral y conforme pasenlos años, internet habrá alcanzadosu madurez como soporte de comu-nicación y en el fondo, no olvidemos,como una herramienta cada vez másrentable económicamente para losproductores de contenidos, un aspec-to que hasta la fecha ha sido más quedudoso.

El lugar habitual de acceso a la redes, con diferencia, el hogar, sobre to-do entre los más jóvenes, porque conlos años, y la consiguiente incorpora-ción al mundo laboral, el lugar de tra-bajo también va siendo importante.

Por lo general, la duración deltiempo de conexión es inferior a doshoras (69% de los hombres y 86% delas mujeres), aunque se observa conclaridad que las féminas tienden arealizar las conexiones más breves. Agrandes rasgos también podemos in-dicar que en las franjas de edad másavanzadas, las conexiones tienden le-vemente a ser más amplias, aunqueésta no es una tendencia muy acusa-da.

Respecto a la motivación que im-pulsa a los jóvenes a adentrarse en in-ternet, es conveniente destacar que,en comparación con la radio y la te-levisión, la red es una importante he-rramienta para la formación y los es-

tudios (sobre todo para los hombres,de los que un 37% pone una de estasopciones en primer lugar), y en me-nor medida, de trabajo. En este sen-tido, es valorada de modo similar ala prensa. Sin embargo, el segmentomayoritario de jóvenes considera lared como un entretenimiento para eltiempo libre (43% de varones frenteal 55% de mujeres). Claro que confor-me pasan los años, los estudios dejande ser una motivación tan relevantea la hora de conectarse a internet yel trabajo va adquiriendo mayor im-portancia, siempre por detrás deltiempo libre.

En cuanto a la consulta de mediosde comunicación en internet, la pren-sa es el que más interés despierta, so-bre todo entre los varones, mientrasque las mujeres reparten entre pren-sa y televisión y, en menor medida,radio y revistas. De todos modos, ra-ros son las ocasiones en que la infor-mación sólo se consume en internet,pues en más de la mitad de los casosse complementan la red y otros me-dios, es decir, todavía internet no esconsiderado por los jóvenes como suprincipal fuente de información y ala vez ponen en duda, al menos enparte, su fiabilidad y veracidad, as-pecto que se demuestra con la bús-queda de una confirmación de la in-formación recibida en internet a tra-vés de los soportes tradicionales, unaspecto que permite todavía a estossegundos medios ser un referente in-formativo tanto en sus formas tradi-

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—109

cionales pero tambiéncon sus versiones on line.

A modo de resumenLa mayoría de jóvenes en-cuestados considera queel consumo de medios esuna actividad más deocio para el tiempo libre,aunque en una propor-ción menor, alrededor deuna cuarta parte, priori-zan los objetivos educati-vos como motivación pa-ra la recepción de me-dios.

También se advierteque entre las franjas deedad más jóvenes el usode los medios como ocu-pación del tiempo librees, en general, más acen-tuado, frente a un pesomayor de la educación ydel trabajo conforme avanzan losaños.

Finalmente queremos destacaruno de los datos más relevantes: elinterés de la juventud por la realidadpróxima (social y deportiva, sobretodo), reflejada en la prioridad quedan a las cuestiones relacionadas conla provincia en la que residen y conla comunidad autónoma. En estesentido, es atrayente la posibilidad deprofundizar en el estudio de la rela-ción de la juventud con los mediosde comunicación locales. Este hecho

abre muchas expectativasa la identificación quepueda darse por parte deeste grupo con los mediosde proximidad, esencial-mente locales y tambiénautonómicos, sobre todoen un momento en el quese está viviendo en Espa-ña una segunda descentra-lización comunicativaautonómica con la apari-ción de nuevos entesdependientes de losgobiernos autónomos,como es el caso de Balea-res, Aragón, Asturias,Extremadura y Murcia,así como con los procesosde concesión de licenciasde televisión digitalterrestre de carácter localy autonómico. Todo unreto para estos nuevosproyectos con el fin de

implicar a la audiencia juvenil en suspropuestas. �

Este artículo surge de una investigación (pu-blicada bajo el título Los jóvenes y los medios decomunicación en Aragón por Editorial Milenio)en la que colaboraron entre otros la Asocia-ción de la Prensa de Aragón, el Gobierno deAragón, la Federación Aragonesa de Munici-pios Comarcas y Provincias y la FundaciónJuventud San Jorge. La investigación se desa-rrolla alrededor de una encuesta respondidapor 790 jóvenes de Zaragoza, Huesca y Teruely en la que se preguntaba por diferentes as-pectos de su relación con la prensa, la radio,la TV, el cine, la música e internet.

Todavía internetno es consideradopor los jóvenescomo su principalfuente de información y a la vez ponenen duda, almenos en parte,su fiabilidad yveracidad.

110—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

CARMEN GONZÁLEZ

La concepción de la infancia y suconsideración social ha ido va-riando a lo largo de la historia.Del menor objeto del tráfico ju-

rídico –verdadero elemento patrimo-nial, propiedad privada de los padresy, como tal, maltratable, explotable,enajenable– se pasa al menor objetode protección, para desembocar porfin, ya en tiempos muy recientes, enla concepción del menor como suje-to de derechos y verdadero titular delos mismos.

El primer tratado universal que, entérminos generales, estableció el re-conocimiento internacional de los de-rechos del niño como ser humano, co-mo sujeto activo de derechos y no co-

mo un mero objeto pasivo merecedorde protección, fue la Convención so-bre los Derechos del Niño de 20 denoviembre de 1989.

Lo cierto es que a pesar de este re-conocimiento que el ordenamientojurídico ha ido otorgando al menorde edad, muchos siguen viendo lesio-nados sus derechos más primarios,por las condiciones de subdesarrollode las sociedades en las que viven, ni-ños que ya nacen y viven excluidossocialmente.

Pero existen también, en socieda-des como la nuestra, cultural y econó-micamente más o menos desarrolla-das, vulneraciones de otros derechosque podríamos considerar de ‘segun-da generación’ que también causanperjuicios, a veces, graves, a los niños.

El derecho a la intimidadde los niñosEn las sociedades cultural y económicamente desarrolladas el respeto al derecho a la intimidad de los menores no implica que desaparezcan de la vida social y mediática, de la que formanparte, sino hacerlos visibles pero con el máximo respeto a talesderechos.

Carmen González es jefa del Gabinete Técnico del Defensor del Menor en Madrid.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—111

Me refiero a aquellos casos en losque se producen injerencias indesea-bles en la vida privada de los niños,que conculcan su derecho a la inti-midad, mediante la utilización de suimagen, o la difusión en diferentesmedios de comunicación de datos ypormenores propios de su esferaprivada.

Nuestro sistema jurídico reconoceexplícitamente a todos los ciudadanosel derecho al honor, a la intimidadpersonal y familiar y a la propia ima-gen, derechos que la Constitución Es-pañola de 1978 garantiza en su art.18.1 incluyéndolos en el catálogo dederechos fundamentales de la perso-na, pero sin ofrecer una definición deesos conceptos. Esto es lógico si secomprende que son derechos intan-gibles cuya extensión viene determi-nada en cada sociedad y en cada mo-

mento histórico, y cuyo núcleo esen-cial en sociedades pluralistas ideoló-gicamente heterogéneas debe ser de-terminado por los órganos del PoderJudicial, tal como ha afirmado el Tri-bunal Constitucional.

La norma encargada de desarro-llar el precepto constitucional es la LeyOrgánica 1/1982 de 5 de mayo, de Pro-tección Civil del Derecho al Honor, ala Intimidad Personal y Familiar y ala Propia Imagen. Esta ley tampoco ofre-ce una definición de lo que debe en-tenderse por intimidad personal y fa-miliar, aunque sí delimita la conside-ración de intromisión ilegítima en elderecho a la intimidad enumerando,entre otros aspectos, la divulgaciónde hechos relativos a la vida privadade una persona o familia que afectena su reputación y buen nombre, asícomo la revelación o publicación del

contenido de cartas, me-morias u otros escritospersonales de carácter ín-timo.

Los niños también go-zan de estos mismos de-rechos, si bien, en aten-ción a sus especiales con-diciones de madurez, lasnormas establecen deter-minadas cautelas que re-fuerzan su protecciónfrente a posibles intromi-siones ilegítimas. No po-demos olvidar que, en to-das las actuaciones que serealicen con menores de18 años, ha de primarsiempre su interés frentea cualquier otro que pue-da concurrir.

En este sentido, la LeyOrgánica 1/1996 de Protec-ción Jurídica del Menordedica su artículo 4 al de-recho al honor, la intimi-dad y la propia imagen,que comprende tambiénla inviolabilidad del domicilio fami-liar y de la correspondencia, así co-mo el secreto de las comunicaciones,reforzando la protección de estos de-rechos en los siguientes términos: “Ladifusión de información o la utiliza-ción de imágenes o nombre de losmenores en los medios de comunica-ción que puedan implicar una intro-misión ilegítima en su intimidad,honra o reputación, o que sea contra-

ria a sus intereses, deter-minará la intervencióndel Ministerio Fiscal, queinstará de inmediato lasmedidas cautelares y deprotección previstas enla ley y solicitará las in-demnizaciones que co-rrespondan por los per-juicios causados.

Se considera intromi-sión ilegítima, cualquierutilización de su imageno su nombre en los me-dios de comunicación quepueda implicar menosca-bo de su honra o reputa-ción o que sea contrariaa sus intereses, incluso siconsta el consentimientodel menor o de sus repre-sentantes legales.

Sin perjuicio de lasacciones de las que serántitulares los representan-tes legales del menor, co-rresponde en todo casosu ejercicio al Ministerio

Fiscal, que podrá actuar de oficio o ainstancia del propio menor o de cual-quier persona interesada, física, jurí-dica o entidad pública.

Los padres o tutores y los poderespúblicos respetarán estos derechos ylos protegerán frente a posibles ata-ques de terceros.”

La Institución del Defensor del Me-nor ha conocido de los graves perjui-cios sufridos por los menores como

112—CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005

��� El derecho a la intimidad de los niños

Los niños son sujetosdistintos eindependientesde susrepresentanteslegales, con supropia esferaprivada.

CUADERNOS DE PERIODISTAS, DICIEMBRE DE 2005—113

consecuencia de la revelación públi-ca de hechos que pertenecen estric-tamente a su vida privada: desde sen-timientos de vergüenza y humilla-ción al saber que todo el entorno esconocedor de un suceso, hasta cam-bios en sus relaciones personales, ensu rendimiento escolar y en su pro-pio equilibrio personal; interrupcióny retroceso en terapias psicológicas,que pierden su efectividad ante la evo-cación de los hechos; cambios de co-legio, estrés, etc.

A veces, la invasión a la intimidaddel menor se produce con motivo dela notoriedad de algún familiar, nor-malmente sus padres. En este senti-do, el hecho de que el padre o la ma-dre de un menor sea una persona conpopularidad, bien por su ocupaciónprofesional, bien por sus circunstan-cias personales, o incluso por la di-vulgación en medios de comunica-ción de acontecimientos de su vidaprivada, es del todo irrelevante. Deberecordarse que la notoriedad y la fa-ma son de los padres, no de los ni-ños, que son sujetos distintos e inde-pendientes de sus representantes le-gales, con su propia esfera privada.Como consecuencia de estas intromi-siones, algunos niños sufren situacio-nes de tensión, ansiedad, sentimien-to de acoso permanente en sus acti-vidades por la persecución de fotó-grafos y cámaras de televisión, y aque-llos lugares donde transcurre habi-tualmente su vida cotidiana, como eldomicilio y el centro escolar, que de-

berían ser los más íntimos, seguros yconfortables, se convierten para ellosen amenazantes.

No se trata de culpabilizar a losmedios de comunicación, ni por su-puesto obviar el valor del derecho ala libertad de información y a la li-bertad de expresión reconocido en elartículo 20.4 de nuestra norma fun-damental, como garantía institucio-nal de una opinión pública libre. Sinembargo, es necesario poner especialcuidado cuando se vean involucradosmenores de edad en la divulgación deuna noticia.

Es imprescindible cuestionarse sila información o la imagen que seva a difundir es de tal relevancia pú-blica e interés general, como parajustificar todos los perjuicios que sepueden causar a los niños y, en de-finitiva, optar por una posición res-petuosa frente a los menores, inclui-dos los hijos de personas con noto-riedad pública que pueden resultaren un momento determinado másatractivos desde el punto de vista in-formativo, evitando cualquier posi-ble presión que pueda afectar a subienestar psíquico, tratando de apar-tarlos de los denominados progra-mas del corazón o prensa rosa, espe-cialmente en los espacios más ínti-mos de su vida.

En definitiva, no se trata de hacerdesaparecer a los niños de la vida so-cial y mediática, de la que formanparte, sino de hacerlos visibles respe-tando al máximo sus derechos. �

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L as erratas son tan antiguas co-mo la imprenta. Al propio Gu-tenberg se le escapó una cla-morosa en el Salterio, que im-

primió en Maguncia en 1457, apenascinco años después de la Biblia. Ha-bía un “Spalmorum” donde debía de-cir “Psalmorum”. Pero en aquellostiempos las erratas las cometía el ope-rario que montaba los tipos móvilesen la prensa, y en otros muchísimomás recientes se debían al teclista. Di-ríamos que ambos eran fruto de unerror de dedos, de una equivocaciónmanual. Ahora no, ahora la mayoríade las erratas que se enseñorean delas páginas de nuestros diarios y re-vistas me temo que son por clamoro-so desconocimiento del periodistaque las dejó sueltas. Son fruto de unerror de cabeza, de una impericia in-telectual.

Las nuevas hornadas de periodis-tas vienen con un bagaje de lenguamás bien escaso. Creo que por dos ra-zones. Primera: han leído mucho me-

nos que las generaciones anteriores,son de cultura audiovisual, no libres-ca; de ordenador, no de papel. Y se-gunda: a la lengua apenas se le dedi-ca tiempo en los planes de estudio dePeriodismo, donde les forman en ca-si todo menos en el uso de la princi-pal herramienta del oficio. En mu-chas facultades y escuelas le dedicanmás horas a explicar la invención deltipómetro que a las tildes; más tiem-po a la vida de Nipho que a la sinta-xis, la prosodia y la ortografía juntas.“Es que las tildes son del bachillera-to”, replicará alguno. Pues no sé sison del bachillerato, pero lo cierto esque a las redacciones llegan muchoslicenciados universitarios que no sa-ben ponerlas.

Por si con esta deficiente forma-ción tuviéramos poco, muchos edito-res de medios, con la anuencia o laresignación del director, han decidi-do prescindir de su departamento decorrección, con la disculpa de que loscorrectores de textos son profesiona-

LETRAS DE CAMBIOARSENIO ESCOLAR

No son erratas, son errores

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les caros y de que supo-nen un embudo en elcierre de la edición, yencomendarse a los pro-gramas informáticos decorrección automática,que suelen ser ignoran-tes en varios idiomas.

Al mejor correctorinformático se le pasancientos de incorreccio-nes. Recuerdo aquellade una ONG que se cons-tituía “sin ánimo de lu-cro” y acabó como “si-nónimo de lucro”, oaquel presidente quefue elegido no “por una-nimidad”, como queríadecir el cronista, sino“por una nimiedad”. Pe-ro lo peor del correctorinformático no es cuan-do se equivoca por omi-sión sino cuando lo ha-ce por acción, porque seempeña en enmendar lo que no te-nía yerro. En esas ocasiones provocaerrores delirantes.

Yo he visto en un mismo día y enuna sola página (la 47 del diario Abcdel 30 de junio de 1999) cómo el co-rrector informático rebautizaba a Mi-guel Blesa, presidente de Cajamadrid,como Miguel Blusa; a Pedro LuisUriarte, entonces consejero delegadodel BBV, como Pedro Luis Airarte; y alos comisarios europeos Karen vanMiert y Mario Monti como Van Mir-

to y, pásmense, MaridoMonta. Probablementelos redactores que escri-bieron esa página te-clearon bien los cuatronombres y el correctorinformático los convir-tió en Airarte, Blusa,Mirto y Marido Monta.Así salieron impresos.Como la máquina habíacorregido los textos, na-die en el cierre les echóun vistazo por si habíaerrores.

Escapársele una erra-ta en un contrato deventa del avión Hercu-les C-130J, una simplecoma mal puesta, lecostó hace unos años11.000 millones de pese-tas a la aeronáuticaLokheed. Y escudarse enposibles erratas para nocumplir sus ofertas le

costó en 1998 a Halcón Viajes unacondena judicial: en su publicidadintroducía en letras diminutas lamuletilla: “salvo error tipográfico”, yal Juzgado de Primera Instancianúmero 55 de Madrid le pareció esa“excusatio non petita” una cláusulaabusiva y la condenó por publicidadilícita.

A la prensa, por el camino que va-mos, las erratas y los errores nos vana salir mucho más caros. Nos van acostar la credibilidad. �

“La mayoría de las erratas que se enseñoreande las páginas de nuestros diariosy revistas me temoque son porclamorosodesconocimiento del periodista que las dejósueltas”.

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Empecemos por el principio. Es-paña se constituyó, mediantela Constitución de 1978 (CE), enun Estado social y democráti-

co de Derecho que propugna comovalores superiores de su ordenamien-to jurídico la libertad, la justicia, laigualdad y el pluralismo político, re-sidenciando la soberanía popular enel pueblo español, del que emanan lospoderes del Estado. Esa es la configu-ración de nuestro Estado democráti-co. Y el derecho fundamental y públi-co más importante no es otro que elderecho a participar en las eleccionesde nuestros representantes políticosmediante sufragio universal, libre,igual, directo y secreto. Junto a ese de-recho, la Constitución reconoce y pro-tege el derecho a la comunicación,que se especifica –art. 20.1– en el de-recho a opinar, el derecho de crea-ción, el derecho de expresión docen-te y los derechos a emitir y a recibirinformación veraz por cualquier me-dio de difusión. Y cuyo antecedentepreconstitucional fue el Real Decre-

to-Ley de 24/1977, de 1º de abril. Nodebe haber muchas dudas, en conse-cuencia, de la importancia que tie-nen los derechos a emitir y a recibirinformación puestos en concordan-cia con el derecho de participación.Para participar hay que estar informa-dos, nada más simple.

Pues bien, llevamos cinco quinque-nios discutiendo si la actividad infor-mativa es una profesión o un oficio;es decir, si se precisa alguna condi-ción habilitante para su ejercicio, osimplemente es fruto de su reiteradoaprendizaje, Cíclicamente, más o me-nos una vez por Legislatura, los po-deres públicos, gobernantes y legisla-dores, consideran la necesidad de or-denar jurídicamente la actividad ydisponer cuáles son los derechos y de-beres de sus ejercientes. A esos pode-res, dice la Constitución en su art.9.2, les corresponde remover los obs-táculos que impidan o dificulten laparticipación de todos los ciudada-nos en la vida política, económica,cultural y social. Informarse para par-

TRIBUNALESTEODORO GONZÁLEZ BALLESTEROS

¿Derechos para los periodistas?

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ticipar. Ahora estamos en uno de esostiempos históricos. Y cuando esto su-cede, saltan los viejos demonios quenos azuzan con las sombras del pasa-do, los intereses espurios y los bastar-dos réditos del poder, que con inter-pretaciones falaces pretenden que al-go cambie para que todo siga igual.

La importancia de la actividad in-formativa, reconocida y protegida enel art. 20.1, nos la viene dando el Tri-bunal Constitucional (TC) hace casi 25años al interpretar el contenido delos derechos de la comunicación. Di-ce el TC: “El art. 20 de la CE, en susdistintos apartados, garantiza el man-tenimiento de una comunicación pú-blica libre, sin la cual quedarían va-ciados de contenido real otros dere-chos que la Constitución consagra,reducidas a formas hueras las insti-tuciones representativas y absolutamen-te falseado el principio de legitimidaddemocracia (…) base de toda nuestraordenación jurídico-política. La pre-servación de esta comunicación pú-blica libre, sin la cual no hay socie-dad libre ni, por tanto, soberanía po-pular, exige la garantía de ciertos de-rechos fundamentales comunes a to-dos los ciudadanos, y la interdiccióncon carácter general de determinadasactuaciones del poder, pero tambiénuna especial consideración a los me-dios que aseguran la comunicaciónsocial y, en razón de ello, a quienesprofesionalmente los sirven (…) El de-recho a comunicar sirve en la prácti-ca sobre todo de salvaguardia a quie-

nes hacen de la búsqueda y difusiónde la información su profesión espe-cifica”. (STC 6/81, de 16 de marzo).Poco tiempo después, en la misma lí-nea interpretativa disponía que el“papel de intermediario natural des-empeñado por los medios de comu-nicación social entre la noticia y cuan-tos no están, así, en condiciones deconocerla directamente, se acrecien-ta con respecto a acontecimientos quepor su entidad pueden afectar a to-dos y por ello alcanzan una especialresonancia en el cuerpo social (…) noresulta adecuado entender que los re-presentantes de los medios de comu-nicación social (…), gozan de un pri-vilegio gracioso y discrecional, sinoque lo que se ha calificado como tales un derecho preferente, atribuidoen virtud de la función que cumplen,en aras del deber de informaciónconstitucionalmente garantizado…”(STC 30/82, de 1º de junio).

En el año 1999 la jurisprudenciaconstitucional sobre el derecho a in-formar ya se encontraba más asenta-da, señalando: “… Si bien la doctrinaconstitucional ha reconocido comotitulares de la libertad de informa-ción tanto a los medios de comuni-cación, a los periodistas, así como acualquier otra persona que facilite lanoticia veraz de un hecho y a la co-lectividad en cuanto receptora deaquélla, ha declarado igualmente quela protección constitucional del dere-cho alcanza su máximo nivel cuandola libertad es ejercitada por los pro-

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��� Tribunales

fesionales de la información a travésdel vehículo institucionalizado de for-mación de la opinión pública que esla prensa entendida en su más am-plia acepción. Afirmación con la queen modo alguno se quiso decir quelos profesionales de la informacióntuvieran un derecho fundamental re-forzado respecto a los demás ciuda-danos; sino sólo que, al hallarse so-metidos a mayores riesgos en el ejer-cicio de sus libertades de expresión einformación, precisan de una protec-ción especifica. Protección que enla-za directamente con el reconocimien-to a aquellos profesionales del dere-cho a la cláusula de conciencia y alsecreto profesional, para asegurar elmodo de ejercicio de su fundamen-tal libertad de información” (STC199/99, de 8 de noviembre).

De otra parte, es oportuno recor-dar que la Constitución acoge en elcapt. 2º sec. 1ª, –arts. 14 y 15 a 29–una serie de derechos fundamentalesy libertades públicas de especial pro-tección por su importancia y reper-cusión social, política y jurídica. Es-tos ‘superderechos’ lo son por tresmotivos especiales: a) su desarrollodebe hacerse mediante ley orgánica(art. 81.1); b) la tutela judicial puederecabarse mediante un procedimien-to basado en los principios de prefe-rencia y sumariedad; y c) pueden serobjeto de recurso de amparo ante elTribunal Constitucional y, en su ca-so, recurrirse ante el Tribunal Euro-peo de Derechos Humanos, al abrigo

del Convenio Europeo de 1950 (art.53.2). Dicha sec. 1ª comprende, al me-nos, tres derechos fundamentales dela persona que conllevan la misiónde servicio público, a saber: 1) el de-recho a la información –art. 20.1–; 2)el derecho a la defensa y a la asisten-cia letrada –art.24.2–; 3) el derecho ala educación y a la enseñanza –art.27–. Pues bien, lo que podríamos lla-mar ‘intermediarios sociales’’ de lajusticia, y de la educación y la ense-ñanza –abogados, maestros y profe-sores–, tiene suficientemente regula-da en nuestro ordenamiento jurídicosu actividad profesional. Únicamen-te los periodistas carecen, más allá desu consideración de trabajadores porcuenta ajena, de una legislación dederechos y deberes, teniendo en cuen-ta, además, que es el único caso en elque la Constitución asigna dos dere-chos, también fundamentales, al ejer-cicio de su actividad informativa: elsecreto profesional y la cláusula de con-ciencia.

Nos encontramos, por tanto, en elsiguiente escenario: la actividad in-formativa, propia del derecho funda-mental a informar, y que hace efecti-vo el también derecho fundamentalde los ciudadanos a estar informadopara ejercer su derecho de participa-ción, igualmente fundamental, no tie-ne más ordenación jurídica que lapropia de la legislación general, labo-ral, civil o penal. Ni siquiera es apli-cable el delito de intrusismo profesio-nal –403 del Código Penal– porque esa

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actividad no está sujeta aninguna condición habi-litante para su ejercicio.La Universidad españolatitula anualmente, enCiencias de la Informa-ción o Ciencias de la Co-municación, a más de8.000 jóvenes, a quienes,legalmente, nadie les exi-girá su titulación paratrabajar en un medio decomunicación. Podría ha-blarse de estafa social, pe-ro esa es otra cuestión.

Quienes se oponen aque la actividad informa-tiva se convierta en unaprofesión jurídicamenteordenada, lo argumen-tan, esencialmente, afir-mando que del derecho acomunicar o recibir infor-mación veraz que recono-ce el art. 20.1.d) de la CE, ‘todos’ so-mos titulares. Afirmación intachableconstitucionalmente. Pero no todapersona trabaja en un medio de co-municación, ni dispone de la prepa-ración, conocimientos, diligencia ocapacidad de investigación para vehi-cular información. Yo, no profesionalde la información, pero sí titular delderecho del art. 20.1.d), cuando ten-go conocimiento de una informaciónde interés se la facilito a un periodis-ta para que, de acuerdo con su crite-rio profesional, la difunda o no. Paraentendernos, mi ‘titularidad’ no es

otra cosa que ser ‘fuentede información’. Todapersona es, en potencia,‘informador’ o ‘fuente’,pero no toda persona tie-ne acceso laboral a unmedio de comunicaciónque es el instrumento na-tural de transmisión denoticias. Por eso el tan re-petido art. 20.1.d) dispo-ne la regulación de lacláusula de conciencia,ordenadora de las relacio-nes del periodista con laempresa titular del me-dio en que trabaja; y el se-creto profesional, ordena-dor de las relaciones conla fuente informativa. Ob-viamente, no toda perso-na es titular del secreto yla cláusula, tan sólo quie-nes ejercer la actividad in-

formativa a través de un medio de co-municación.

Otra cuestión son los medios de co-municación y sus empresa titulares.No hace falta remontarse a la Prag-mática sobre la Imprenta de los Re-yes Católicos, dada en Toledo el 8 dejulio de 1502, fruto y consecuenciade la Encíclica sobre la Imprenta de1501, del papa Borgia Alejandro VI,ni tan siquiera el Auto de 13 de juniode 1627, mediante el cual Felipe IVordenaba que no se imprimiese sinlicencia “… ni papeles ni materias deestado ni de gobierno”, referido a las

La empresa de comunicaciónsigueconsiderando que la titularidadde la informaciónrecae sobre ella.

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��� Tribunales

gazetas, para constatar que hasta laLey de Policía de Imprenta de 26 dejulio de 1883, no comienza a tenerseen cuenta la figura de lo que hoy lla-mamos periodista. Conviene recordarque esta Ley, junto con la alemana dePrensa de 1874 y la francesa de 1881,constituyen las tres grandes leyes li-berales del siglo XIX, que unidas a lossistemas jurisprudenciales de Ingla-terra y Estados Unidos permitirían elnacimiento de un verdadero derechode la prensa. Es un tiempo en que elperiodista no firma sus artículos, loque realmente importa es la empre-sa y el ‘editor responsable’, que lo se-rá a efectos civiles y penales. Despuéslas negativas leyes de Prensa de 22 deabril de 1938 y de 18 de marzo de1966, contribuyeron a no consideraral periodista como profesional de lainformación, a pesar del Estatuto quese promulgó en desarrollo de la leyde 1966. El titular de la informaciónera el empresario, generalmente elGobierno. En periódicos y revistasexistía la censura, y en radiodifusiónla obligatoriedad, desde la Orden de6 de octubre de 1939, después revali-dada por el Decreto de 14 de enerode 1960, de que ninguna emisora po-día emitir información y era obliga-do conectar con Radio Nacional de Es-paña para transmitir los ‘diarios ha-blados’. Y así estuvimos hasta el RealDecreto-Ley 24/1977, de 1º de abril, so-bre libertad de expresión en general,predecesor de la Constitución de1978.

La consecuencia real de toda esahistoria acumulada se centra en quela empresa de comunicación conside-ra que es la única titular de la infor-mación, en tanto que responsable ju-rídica del medio, careciendo de dere-chos el periodista, que no deja de serun trabajador por cuenta ajena, so-metido a la legislación laboral, o encasos concretos a la civil, pero quepuede ser contratado y despedido aconveniencia del empresario, sea in-dividual o colectivo. Obvio es decirque manifiestan filosóficamente quesu libro sagrado es la Constitución, yel sistema democrático el camino queles lleva al paraíso. Pero lo que de ver-dad les preocupa es la cuenta de re-sultados, y su mejor ley de prensa esla que no existe, salvo para lo que em-presarialmente les favorezca. Tras 27años de Constitución la empresa decomunicación sigue considerandoque la titularidad de la informaciónrecae sobre ella, y los poderes públi-cos, gobernantes y legisladores, quehan asumido la perversa considera-ción de que vivimos en un régimende opinión pública, aceptan la situa-ción por miedo al resultado de laspróximas elecciones.

Y volvemos a empezar, sin enten-der lo que dice la Constitución, inter-preta el Tribunal Constitucional, nosrecuerda la historia y nos pide la rea-lidad. Es decir, considerar al periodis-ta un profesional de la informacióncon todos los derechos y responsabi-lidades que sea menester. �

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La amargura de unperiodista liberal en formade diario

MEDITACIONES EN ELDESIERTOGaziel. 267 páginas.Destino. Imago Mundi.Precio: 19 euros.

Gaziel era el seudóni-mo del periodista

Agustí Calvet, nacido en Sant Feliu deGuixols, en 1887, y fallecido en Bar-celona en 1964. Este libro recoge unasserie de impresiones, de la Españafranquista, repletas de amargura y de-cepción. Fue Gaziel un furibundo an-tifranquista y esta cualidad es la úni-ca que le permite en algunos pasajesliberar su sentido crítico cuajado deironía. La misma fina ironía que des-plegó años antes cuando era la Repú-blica el blanco de sus sarcásticos co-mentarios en forma de artículos deopinión.

Dice Gaziel que no anidaba en suánimo la publicación de sus medita-ciones en forma de libro. Pero es di-fícil escribir solamente para el propioregocijo y al final venció, afortunada-mente, el espíritu de escritor públicoque caracterizó su vida de prácticadel noble oficio. Era, en cierto modo,una analista político con ciertos e in-disimulados tintes de visionario. Y unacusador permanente de la clase po-lítica. Arremetió con dureza en con-tra de la República del 31, lanzó dia-tribas envenenadas contra los repu-blicanos y contra los franquistas, sí;pero nunca llegó a reconocer, con pos-terioridad, la satisfacción con la queacogió el advenimiento de la Dicta-dura de Primo de Rivera. Algo incom-prensible si se analiza su clarividen-cia y su arraigado sentido clasista yliberal. Porque esta era la etiqueta, li-beral, que él mismo se adjudica encuanto se le presenta la ocasión. Unliberal de hechuras decimonónicas, unliberal del más puro estilo canovista.

Fue, tal como se plasma en este li-

LIBROSIGNACIO G. IGLESIAS, DAVID LÓPEZ

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��� Libros

bro, terriblemente duroen el juicio de algunos desus contemporáneos, alos que no duda en sacu-dirles sin benevolencia al-guna, tal como es el casode Josep Massip, un iz-quierdista convencido,acérrimo partidario, se-gún Gaziel, de Companys,que se adecuó perfecta-mente a la vida bajo el yu-go franquista. O como Au-gusto Assía, al que tratacon cierto respeto intelec-tual pero al que no dudaen calificar, igualmente,de franquista y del que ai-rea problemas conyuga-les propiciados por el he-cho de haber estado casa-do, y bien casado al pare-cer, con tres mujeres almismo tiempo.

Era Gaziel clasista y elitista y pre-fería una dictadura antes que el de-sorden político: “Un país”, dice, “nopuede ser dirigido políticamente sinuna minoría que lo lidere: tanto si tra-ta de la más perfecta democracia co-mo de la dictadura más fuerte. No hahabido ni podrá haber nunca direc-ción por abajo, desde la masa”. ParaGaziel, estaba claro que era a la bur-guesía española a quien correspon-día dirigir los destinos del país y alno haber sabido asumir el papel di-rector que le correspondía, en su opi-nión, también fue objeto, la burgue-

sía de algunas de sus máspunzantes diatribas. Fuecatalanista pero pasado eltiempo deja traslucir ensus escritos anteriores ymuchos de los incluidosen este libro un resenti-miento hacia el catalanis-mo.

Pero no sólo arremetecontra la burguesía. Tam-bién lo hace contra la lla-mada intelectualidadque, como muchos otros,también se adecuó a latranquila convivencia ba-jo la dictadura de Franco:Marañón, Pérez de Ayala,Azorín e, incluso, Ortegay Gasset hacia quien lan-za algunos de sus dardosmás envenenados. Cuan-do este último pretendió,en 1948, constituir una

especie de centro de estudios Gazielasistió a la conferencia de inaugura-ción. Ortega estaba en un estrado ba-jo un retrato de Franco y de un lemaque rezaba: “José Antonio, presente”.El mordaz Gaziel no puede reprimirla grima que le causó tal estampa ydice: “Ayer la figura de Ortega, ya vie-jo, conformista, acomodaticio, tratan-do aún de construir con fuegos de ar-tificios verbales un ‘Instituto de Hu-manidades’, ante un público de bur-gueses desorientados, pudientes y co-bardes, en el fondo nada más queunos bons vivants, y bajo una oleogra-

Gaziel fueterriblementeduro en el juiciode algunos de suscontemporáneos,a los que nodudó ensacudirles sinbenevolenciaalguna.

fía barata de Franco coronada por ellema de la Falange, francamente, eraun espectáculo para echarse a llorar”.

El perspicaz Gaziel ya aventura unmundo donde el imperialismo de Es-tados Unidos asumiría el poder en elmundo. Y tal cosa le molestaba tantocomo molesta ahora a muchos ciuda-danos confiados en la democracia oc-cidental. Ya advierte, el periodista ca-talán, que llegará un día en el que Eu-ropa estará sometida a los bastardosintereses de la potencia americana.

Algunas de las citas incluidas enel libro son memorables y hubieranreconfortado a muchos de los voce-ros pendencieros que pululan por losmedios de comunicación españoles.Por ejemplo: “España castellana y re-pública democrática son cosas real-mente incompatibles”; “La repúblicaes el mayor ‘timo’ que los catalaneshemos hecho, en una especie de ven-ganza involuntaria, a la España cas-tellana”; “Cataluña es pequeña y dé-bil ante la España castellanizada. Poreso hemos tardado siglos en poderhacer que se vuelvan las tornas y le-vantarnos de nuestro abatimiento”. Yasí sucesivamente.

Siempre ha habido, como míni-mo, un punto de resentimiento en es-te Gaziel, abrumado por la situaciónpolítica, ya apenas esperanzado y tanacomodado en su liberalismo trasno-chado como cualquier otro de sus cri-ticados. Pero a Gaziel se le puede dis-culpar. Al menos, ensalzaba a Voltai-re y a Shakespeare.

El tornado de las imágenesfrente a los periodistas

SOBRE LA TELEVISIÓNPierre Bourdieu. 144páginas. CompactosAnagrama. Precio: 6 euros

No es de extrañar queel mundo de lacomunicación en

Francia temblase cuando escuchó laspalabras del sociólogo Pierre Bour-dieu. Éste salía por la televisión en 1996en dos ocasiones desde el Collège deFrancia, donde impartía clases, parapresentar las conclusiones de susinvestigaciones sobre los medios decomunicación. Hoy, tres años despuésde que Bourdieu falleciese, Anagra-ma vuelve a reeditar aquellos dosdiscursos en un breve libro bajo eltítulo Sobre la televisión’ “Incurro delleno en el utopismo y soy conscien-te de ello”, afirma en un momentode su discurso el sociólogo, tras expli-car que la meta deseable sería conse-guir una alianza y un compromiso entrelos medios con fuerza suficiente para“vetar a ciertas personas y ciertostemas”. Paradójico y llamativo resul-ta que con aquellas palabras Bourdieulograse su objetivo, pues su crítica delos medios provocó tanta polémicaen Francia que los principales perio-distas del país se unieron para criti-carle.

En realidad, como bien indica el

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��� Libros

título bajo el que se agru-pan sus dos discursos, elsociólogo pone su puntode mira en la televisión,pero va más allá hasta elconjunto de los mediosfranceses, incluyendo losgrandes diarios de pago,para hablar de una reali-dad mediática alteradapor la televisión. ParaBourdieu, el panorama delos medios es un tornado.En el centro del mismo gi-ra la televisión ejerciendouna fuerza centrífuga quearrastra fácilmente a pe-riodistas y productoresculturales y que tambiénconsigue hacer que sigansu estela el resto de me-dios. Este fenómeno notendría porque ser malo, salvo porquedesde el comienzo de su narración yadeja claro el autor que “la televisiónpone en peligro las diferentes esferasde la producción cultural, la vida po-lítica y la democracia”.

En las ideas de Bourdieu hay dosbloques diferenciados que es necesa-rio entender por separado. En el pri-mero es la televisión la que se tum-ba en el diván para ser analizada: có-mo funciona, a qué responde, qué li-mitaciones tiene… En el segundo, latelevisión se convierte en referente dela sociedad y son el resto de medioslos que pasan la criba: cómo respon-den a la televisión, qué efectos se pro-

ducen, qué peligros co-rren… Ésta segunda par-te no se comprende si nose conoce antes cómo veBourdieu la primera, so-bre todo por la feroz y na-da desacertada críticaque hace.

Basta una frase paraverlo: “La televisión es uncolosal instrumento demantenimiento del ordensimbólico”. El profesorfrancés plantea su críticaen torno a la idea de queun medio que hubiera po-dido favorecer a la demo-cracia se está convirtien-do en todo lo contrario, enun arma de doble filo quela perjudica. Porque la te-levisión, y lo repite conti-

nuamente, “está constreñida”. Son tanfuertes las limitaciones a las que estásometida que termina por ser casi unacortina de humo. Y lo peor es que esasfronteras vienen impuestas, e inclusoautoimpuestas, desde diferentes ám-bitos.

Por un lado está el medio, su téc-nica y sus formas. Denuncia Bourdieuque la información en la televisión de-be su importancia a la palabra, queserá la que dé un sentido u otro a lasimágenes. De esta manera, se trabaja“buscando palabras para dramatizary dar tragedia a las imágenes”. Si es-to fuese simplemente así, se tendríaninformaciones exageradas, emociona-

Para Bourdieu latelevisión ejerceuna fuerzacentrífuga quearrastrafácilmente aperiodistas yproductoresculturales, asícomo al resto de los medios.

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das o más impactantes, pero se ten-drían informaciones. Sin embargo, es-to es un aspecto más que se une a otros,como que la televisión, en su afán dellegar al máximo número de gente po-sible, tiende a evitar cualquier tipode problema y a situarse en una po-sición neutral y anodina, para noofender a nadie. De esta manera seevita tocar temas polémicos y más im-portantes y se recurre cada vez mása ocupar los espacios con informacio-nes de sucesos, deportes y temas lige-ros que “interesan a todo el mundo”pero que realmente no aportan infor-mación útil alguna y que están ro-bando tiempo a informaciones que síafectan a la sociedad.

Este trabajo está, a su vez, realiza-do por periodistas que también se au-tolimitan. Los problemas de la profe-sión, con empleos precarios y, comolos califica irónicamente y acertandoplenamente Bourdieu, “ejércitos deaspirantes” esperando a cada puesto,hacen que el periodista sea cada vezmás conformista y ceda a ciertas for-mas de trabajo y a la presión insisten-te y limitadora de los índices de au-diencia, independientemente de la ca-lidad del trabajo. Y todo esto sin con-tar las posibles ‘exigencias’ que lle-guen de fuera, pues las televisionesson empresas pertenecientes a gru-pos empresariales que tienen dema-siados intereses económicos y en de-masiados sectores como para podermantener la imparcialidad debida ydeseada.

Así explica este reconocido intelec-tual los mecanismos de la televisión.Aunque la parte más interesante desu análisis está en el efecto que tieneeste medio sobre el resto. Para repre-sentarlo, Bourdieu emplea el concep-to “circulación circular”, que en el te-rreno de la comunicación significaque todos los medios se retroalimen-tan, pues se someten a marcajes tanestrictos unos a otros que se van, sinsaberlo o sin importarles, imponién-dose la actualidad unos a otros. Es de-cir, que si un periódico como Le Mon-de habla sobre un tema, el resto de pe-riódicos lo harán. Y viceversa.

Esto no es nuevo. Todos los perio-distas leen los periódicos y escuchano ven los informativos de radio y te-levisión todos los días. Sin embargo,el análisis del profesor francés, a pe-sar de que habla de circulación cir-cular, rompe el círculo para trazaruna línea recta. En ella, la televisiónestá al comienzo y a continuación elresto de medios. Y ése es el problema.La televisión llega a tanta gente y tie-ne tanto poder –“salir en televisiónes ser”– que la prensa escrita “sucum-be” a ella. “Crecen los espacios de te-levisión en los diarios, los periodistasquieren ser citados y aparecer en latelevisión y la televisión marca laagenda de la actualidad”, afirmaBourdieu, para sentenciar que “en lacirculación circular el peso de la te-levisión es determinante”. Para quienpiense que esto no es así, sirva la ecua-ción que propone el sociólogo: si un

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tema sale en una televisión, al día si-guiente estará en los diarios; pero siun tema sale en un diario, ¿al día si-guiente estará en las televisiones? Yante todo esto, se pregunta Bourdieu,qué debe hacer la prensa escrita: ¿se-guir el camino y las formas de la te-levisión o desmarcarse completamen-te y adoptar la postura contraria? Eldebate sigue abierto.

Cómo hacer un reportajesegún un admirador deChéjov

UNOS BUENOS ZAPATOSY UN CUADERNO DENOTASAntón Chéjov con ediciónde Piero Brunello. 182páginas. Alba Editorial.Precio: 14,90 euros.

La autoría de este libro no queda muyclaro si hay que adjudicársela al cuen-tista ruso Antón P. Chéjov o a PieroBrunello. El primero escribió un librotitulado La isla de Sajalín y el segun-do, recogiendo diversos capítulos ypárrafos del libro, así como algunascartas de Chéjov a sus editores, es-tructura una especie de manual pa-ra la elaboración del reportaje perio-dístico. Una idea original un poco for-zada a veces y sustentada, sobre todo,en la admiración de Brunello haciael escritor ruso que viajó a la citada

isla con la pretensión de elaborar, ba-sándose en sus experiencias en ese lu-gar de condenados, en el extremo deSiberia, su tesis doctoral en Medici-na. El libro no fue aceptado como te-sis y fue censurado.

Brunello, apoyándose en los textosreferidos, expone una serie de conse-jos para la escritura de un reportaje.Todo le sirve para la elaboración desu manual: los preparativos del viaje,la organización de los documentos,el viaje, los paseos de Chéjov, sus char-las, sus investigaciones y, por supues-to, sus conclusiones.

De algunos párrafos de la corres-pondencia epistolar de Chéjov, Brune-llo concluye que para iniciar con buentino el reportaje es muy saludablecambiar de aires y viajar sin pensaren escribir, o que hay que desenten-derse de la crítica ya que no es nece-sario rendirle cuentas sino seguir losdictámenes de la conciencia propia.También es conveniente hablar conlos amigos para “aclarar los motivosy fines de la búsqueda intercambian-do opiniones con personas próximas”.

De otra de las cartas, en la queChéjov comenta a su interlocutor quese pasa el día leyendo y haciendo re-súmenes y en la que añade “en mi ca-beza y en mis papeles sólo hay espa-cio para Sajalín”, Brunello ensalza laimportancia de leer y resumir y asídice que hay que buscar publicacio-nes y confeccionar fichas; pedir ayu-das y préstamos de libros; leer de to-do, pero desentenderse de los escri-

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tos que no aportan datos fehacientes.En la segunda parte del libro cuyo

epígrafe principal es ‘Encuesta’ hayun primer apartado intitulado ‘Requi-sitos’ en el que, entre otras cosas, di-ce Chéjov en una carta dirigida a suesposa: “En mi opinión, es mejor an-dar descalzo que con unas botas ba-ratas. ¡Imagínate mi martirio! A cadamomento tenía que apearme del co-che, sentarme en la tierra húmeda yquitarme el calzado para aliviar un po-co los talones”. Evidentemente para ela-borar un buen reportaje constituyenrequisito indispensable unos buenoszapatos o, lo que es lo mismo paraBrunello, “no ahorrar en las botas”.

De otras líneas del libro de Chéjovreferidas a ciertas anotaciones hechaspor el escritor en la libreta que lleva-ba a todas partes se evidencia, natu-ralmente, que para hacer un buen re-portaje también es necesario un cua-derno de notas. “Tener siempre uncuadernillo en el que anotar datos,observaciones, modos de decir, y enel que transcribir declaraciones yeventuales entrevistas”. No está malla recomendación. Esta y la anteriorse supone que son si no las más im-portantes, dos de las más importan-tes aseveraciones para iniciar, conbuen pie, claro, el reportaje. Tantoque han dado título al libro.

Los consejos son muchos, variadosy curiosos. Por ejemplo: no dejarsevencer por las dificultades ni por elmiedo o lo imprevisto; estar dispues-to a reconsiderar opiniones basadas

en lecturas y en expectativas; no pla-nificar demasiado ya que, a veces, po-nerse en manos del azar puede reve-lerse útil, sobre todo si no conoce ellugar; aceptar invitaciones (tal comola vida misma), ir a comer, observarel mobiliario, escuchar los discursode los invitados y participar en la con-versación, caminar, hacer excursio-nes, ocuparse de actividades prácticas,participar en las fiestas, asistir a unaboda, visitar un cementerio, hacer re-conocimientos, en fin una vida llenade los placeres y aficiones de los pe-riodistas en plan boy-scout.

Hay un capítulo dedicado a la ob-jetividad en el que se dice que hay queindicar las fuentes, tema de macha-cona actualidad. Y a tal respecto Bru-nello manifiesta que hay que “decirde dónde se extraen las noticias y pre-cisar si se tiene un conocimiento di-recto. Emplear las notas para: indicarlas fuentes de las noticias; remitir aestudios específicos a quien quieraprofundizar en ese tema; dar datosbiográficos de un personaje; relatarepisodios o detalles que podrían re-cargar el texto; expresar un juicio crí-tico sobre una publicación”. Y todoello lo deduce de una de las magnífi-cas descripciones que hace Chéjov deun lugar desconocido y abrupto. Esclaro que se aprende de todo y de cual-quier cosa. Si además se posee imagi-nación, como Brunello, para aplicar-lo a la didáctica enseñanza, mejor. Es-to es lo que se llama rizar el rizo, pe-ro bueno, todo sea por aprender.

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��� Libros

Ignoro si ahora los periodistas lle-van un buen calzado para adentrar-se en las turbulencias reporteriles.Quizá en estos tiempos de comodi-dad no hagan falta unos buenos za-patos, pero lo que sí les vendría biena la mayoría es leer a Chéjov y si no,al menos, este libro. La propia super-ficialidad de algunos de sus capítu-los lo hace cómodo de leer. Y los con-sejos de Brunello, en unos cuantos ca-sos obvios y propensos al sarcasmo sonde aprovechar, al menos por los prin-cipiantes o los engreídos, que son mu-chos.

El aprendizaje del oficio deperiodista en otros tiempos

EL ARTE DEL PERIODISTARafael Mainar. 232 páginas.Destino. Imago Mundi.Precio: 17 euros.

¡Qué maravilla de li-bro! Escrito en 1906.Cuando el periodis-

mo era otra cosa. A pesar de los añostranscurridos, un siglo nada menos,la vigencia, teórica, de la obra de Mai-nar es total. La lástima es que ese pe-riodismo ya no existe. Mainar conce-bía el periodismo como un oficio pu-ramente vocacional y concebía el ejer-cicio del periodismo como un conti-nuo aprendizaje donde primaban laactualidad, la veracidad y el contras-

te de la información. Ahora, desgra-ciadamente, priman los intereses delos grandes grupos mediáticos a losque someten, mansamente, los ejer-cientes de la transmisión de la infor-mación.

Rafael Mainar fue redactor deunos cuantos periódicos, colaboradorde otros tantos, corresponsal de algu-nos otros y director de La Tribuna, unperiódico de los de antes. Cuando fa-lleció, en enero de 1929, trabajaba enotro histórico, El Noticiero Universal.Fue de los primeros periodistas queaceptó el periodismo como industria,es decir, preveía que los medios parasu supervivencia debían de pertene-cer a un potentado dispuesto a arries-gar su dinero vendiendo información.Tenía muy claro que los periódicos departido, muy en boga entonces, te-nían sus horas contadas, como así fue.Pero concebía la información comose concebía antaño, sin censuras, sincortapisas, con fuentes fiables y con-trastables

En el libro repasa, con una frescu-ra literaria encomiable, cómo se de-bía escribir y cómo se debía produ-cir; cómo debía de ser el organigra-ma de un periódico, qué necesidadeseconómicas eras indispensables y concuánta se debía de contar para que elproducto llegara a buen fin. Habla delinotipias, de las galeradas, del graninvento que supusieron las rotativas,de los tipógrafos, de caja alta y cajabaja y del rataplán, ese resumen deprimera página en el que incide el pro-

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loguista, Juan Luis Cebrián, a quienle sorprendió muy gratamente encon-trarse con la palabreja, hace añosabandonada.

Hay un párrafo en el capítulo V, ti-tulado ‘La Actualidad’, en el que Mai-nar expone con tanta gracia comoacierto, su concepción de la actuali-dad: “Escribimos este capítulo”, dice,“en primero de mayo, día de la fies-ta del trabajo. La actualidad sería…dejarlo en blanco; pero la actualidadpara el periodista, las más de las ve-ces, es una contradicción; todas, unatirana. La actualidad es el cómitre cu-yo rebenque azota sin cesar, estimu-lando a la labor, a los remeros que,amarrados al banco de las galeras dela prensa, empujan las naves adelan-te”. No se puede ser más gráfico, des-de luego.

El libro constituye una magníficalección de periodismo, y no sólo pa-ra los que empiezan. En estos tiem-pos en los que son tan usuales las fa-laces, y en absoluto comprometidas,expresiones de ‘fuentes fidedignas’ o‘fuentes cercanas a…’ o ‘fuentes sol-ventes’ o cualquier otra insolvente ca-rajada, Mainar adquiere toda su vi-gencia cuando dice: “Lo que no es eu-fónico, ni casi correcto, es el abusodel “se dice…”, “hemos oídos asegu-rar…”, “circulan rumores…” ( los equi-valentes a las absurdas expresionesde hoy). Esas formas, continúa Mai-nar, de afirmar sin afirmación, y so-bre todo, sin responsabilidad, suelenser veladuras de la insidia, que no es

lo mismo que la intención. Santo ybueno que al dar las noticias se digalo cierto como cierto y lo dudoso enduda; pero no que se ponga una ta-padera a lo insidioso”. Simplementegenial.

Los tiempos de Mainar eran aque-llos en los que el reportero, en el en-frentamiento liberal-carlista, comen-zaba la batalla infiltrado en un ban-do y la finalizaba en el contrario pro-porcionando a los lectores informa-ciones de primera mano de amboscontendientes; o en los que otro re-portero se hacía pasar por camarero,situación explotada hasta la saciedadpor el cine, para poder acceder a unbanquete de obispos durante la cele-bración del primer congreso católicoen Zaragoza donde la entrada a per-sonas ajenas a la reunión estaba pro-hibidísima. Eran otros tiempos indu-dablemente. Eran tiempos de perio-dismo.

En otro momento dice Mainar:“Creemos en la información y en lafuerza de la prensa de información;dudamos y estamos muy cerca de ne-gar la de la prensa de opinión. Paraésta, y para nosotros, es positivamen-te más útil dar impresiones que dog-matizar en juicios; pero si esto quie-re hacerse, vengan especialistas quelo hagan, y si el espectro de la latosi-dad aparece y el lector huye, culpa se-rá de haber desconocido el que el pe-riódico no es un libro, ni buena mez-cla la de informaciones y técnicos dis-cursos”. Tomen nota. �

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Cómo leeremos la prensaen el futuro, según ‘The Washington Post’

El diario estadounidense The Washing-ton Post proponía el pasado 12 de oc-tubre un ejercicio de imaginación pa-ra idear cómo serán las publicacio-nes del futuro. El especialista en co-municación del periódico, Frank Ah-rens, y Russ Wilcox, director generalde la empresa E-Ink Corp. (que ha di-señado una pantalla plana que com-bina la capacidad de mostrar letrasde un papel con la de acceder a In-ternet), intercambiaron algunas apor-taciones al respecto.

La premisa avanzada por Ahrenses que prescindir de la obligación deutilizar papel ahorraría sumas millo-narias a la prensa en costes de impre-sión, cada día más altos. Hasta el pun-to de que han obligado a muchos pe-riódicos a cambiar sus formatos para

reducir el uso de papel. The Washing-ton Post imprime 700.000 ejemplaresdiarios y llega al millón en su edicióndel domingo. Si consiguiera no tenerque imprimir ahorraría alrededor de110 millones de dólares (93,6 millo-nes de euros).

Para ello, asegura Ahrens, el perió-dico debería contar con un dispositi-vo electrónico que suplantara al pa-pel y que fuera tan barato que se pu-diera regalar a los suscriptores o queun lector no suscrito pudiera comprar-lo por su cuenta y abonar el precio deuna sola edición. Como ejemplo, Ah-rens recuerda una escena de la pelí-cula de Steven Spielberg Minority Re-port en la que un transeúnte lee el dia-rio USA Today. Aparentemente es lamisma página sábana que este perió-dico tiene hoy en día, pero no es pa-pel, sino una pantalla plana, y que,sin embargo, puede doblarse como sifuera una hoja. “En lugar de texto yfotografía, hay imágenes que cambiancontinuamente, vídeos y quizá tam-bién sonido”, asegura el especialista.

TENDENCIASSOLEDAD ALCAIDE

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��� Tendencias

Esto que en la película ocurre en2054 no está tan lejos de suceder, se-gún Russ Wilcox, quien afirma queen 2015 estarán ya completamentedesarrollados dispositivos similares.

El invento de su empresa consisteen una membrana muy fina llena departículas en blanco y negro. Cuan-do recibe la carga eléctrica, éstas seconvierten en letras. Pero, según Wil-cox, el verdadero reto está en conse-guir que el dispositivo tenga color, yllevan trabajando ocho años en ello.“Ahora estamos haciendo pruebas encolor con un dispositivo rígido”, ex-plica. “También llevamos años expe-rimentando para que los sistemaselectrónicos sean tan flexibles comoel papel. Sólo nos queda juntar am-bas cosas y tendremos un periódicocomo el de la película”.

El futuro periódico tendrá que sergrande, según Wilcox, y tambiénportátil. Su empresa ha desarrolladoya un dispositivo que utiliza muypoca batería. Tiene el tamaño de dosordenadores portátiles pero gasta 100veces menos que la pantalla de unosolo.

La publicidad en este sistema seráinteractiva, porque al tocarla, el lec-tor accederá a la página web del anun-ciante y podrá obtener más informa-ción, explica Wilcox. También cam-biará la forma de trabajar de los re-dactores de los periódicos, que tendránun cierre cada 60 segundos. “Perotambién, como el espacio es infinito,habrá más sitio para artículos de pro-

fundidad, más largos”, asegura el em-presario, quien sostiene que tambiénhabrá más control al periodista, por-que podrá comprobarse exactamen-te cuánta gente lee lo que escribe.

Según Wilcox, su invento estaráen la calle en uno o dos años, comomáximo. Aunque él asegura que elcambio radical en la forma de leer losperiódicos llegará en el momento enel que las ciudades comiencen a ofre-cer servicios Wi-Fi. “En el momentoen que, por ejemplo, San Francisco,ofrezca acceso gratuito a Internet, ha-brá sobre todo periódicos digitales. Yen poco tiempo mucha gente se in-formará online. La única cosa que selo impide ahora es que los ordenado-res portátiles pesan demasiado parallevarlos a todas partes”, afirma.

Fuentes: Washingtonpost.com,Mediacafe.blogspot.com

Maneras de corregir los erroresLa edición digital del diario El País(www.elpais.es) estrenó este veranouna herramienta que permite a sus lec-tores corregir los errores del periódi-co impreso y también de su versiónonline. Cada noticia lleva un icono quepermite escribir un comentario con eldesliz encontrado. Esas correcciones que-dan recogidas como fe de errores alpie de cada texto, donde son subsana-das, y, durante una semana, pueden

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consultarse también en la sección deOpinión, que precisa si pertenece a laedición impresa o a la digital.

De forma similar, el diario El Mun-do introdujo antes del verano en suversión digital (www.elmundo.es) unapartado denominado ‘Rectificacio-nes’. Allí quedan recogidos los erro-res y su posterior corrección. La dife-rencia es que esta web corri-ge la información que pro-porcionan sus textos, no losde la edición impresa.

En un medio que cambiatan rápido como es Internet,son maneras de seguir la pis-ta de cómo se va producien-do la información.

Un ejemplo: el pasado 7de noviembre, elmundo.es in-formó, como muchas radios,en las primeras horas tras unaccidente en las obras de laautovía del Mediterráneo, en-tre los municipios granadinosde La Herradura y Almuñé-car, que habían muerto 20personas. A medida que pa-só el tiempo, las cifras oficiales redu-jeron esa cifra a seis fallecidos. Díasmás tarde, la edición online de El Mun-do se molestaba en ofrecer una expli-cación de esa diferencia de númerosen su sección de ‘Rectificaciones’: “Esacifra fue proporcionada al mundo.espor fuentes de la subdelegación delGobierno en Andalucía, citando a losservicios de emergencias”.

Las opciones puestas en marcha

por los dos diarios son prueba de có-mo Internet está adaptando a su ma-nera de funcionar su propio sistemade corregir los errores, un paso queno sólo es sinónimo de honestidaden las informaciones, sino también decredibilidad.

Con estas miras ha iniciado tam-bién el periódico estadounidense The

New York Times una nueva política decorrecciones en sus artículos de opi-nión, que se suma a la que ya teníaen marcha en las noticias. El respon-sable de su página editorial, Gail Co-llins, lo anunció el pasado 2 de octu-bre en un artículo en el diario, en elque subrayaba que rectificar es una“disciplina fundamental” en el perio-dismo y que la corrección de los des-lices más graves es más urgente que

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��� Tendencias

la del resto: “Deben ser corregidos rá-pidamente y de forma que esté garan-tizado que la rectificación la verá tan-ta gente como el texto original”.

Según Collins, la justificación másimportante de esta actitud es la histo-ria. “Hoy día todo lo que publicamosqueda almacenado, no sólo en nues-tros archivos, sino en los de todo unejército de buscadores”, aseguró. “Noqueremos que un estudiante del año2050 llegue a consultar una fechaerrónea por nuestra culpa, sobre todosi tenemos las herramientas paracorregirla”. Esta idea subraya el dobleproblema de que los errores en lasediciones impresas se perpetúen enlas digitales, tras su difusión online.

Un ejemplo a seguir son las bitá-coras, que se han buscado su propiamanera de funcionar, hasta ahora conéxito. Los blogueros pueden ser me-nos rigurosos que los medios de co-municación tradicionales, como cri-tican sus detractores (especialmenteperiodistas), pero tienen un sistemamás logrado para corregir sus desli-ces. Cuando un internauta se da cuen-ta de un error en un blog, no tienemás que enviar un comentario conuna explicación del fallo. Todas las ve-ces que se difunda el error, irá acom-pañado de su corrección. Y ése es elpunto fuerte de las bitácoras: sus co-rrecciones tienen la misma difusión,mientras que en una Redacción pue-den pasar mucho tiempo antes de queel lector, oyente o televidente se ente-re de que debe subsanarse un error.

Para colmo, es frecuente que la fe deerrores sea pequeña y pase inadverti-da y sobre todo que, cuando se hacepública, el lector, el oyente o el teles-pectador, no puedan comparar conla fuente original para saber de lo quese trata.

Fuentes: Elpais.es, Elmundo.es, NYTimes.com

¿Qué guardamos en losarchivos?Los constantes cambios en la infor-mación que implica un medio comoInternet plantean una reflexión: ¿cuá-les son las informaciones que debeguardar el archivo de un periódico di-gital? Hasta ahora los servicios de do-cumentación de la prensa permitíanalmacenar diferentes ediciones, peroel ritmo de renovación estaba muy de-limitado por las horas de cierre. Enel futuro, ¿deberán recoger tambiénlas innumerables versiones que pue-de producir una misma noticia cuan-do queda recogida en la Red?

En teoría, Internet está concebidacomo un inmenso archivo en el quecaben todas las copias y que, de he-cho, permite consultarlas todas.

Sin embargo, comienzan a plan-tearse excepciones. La cuestión es quédebe hacerse con las noticias o los ar-tículos sobre los que protestan los lec-tores o que pueden dañar la imagende una persona.

La web de la Online Journalism Re-

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view planteaba el pasado junio una si-tuación que ilustra este dilema. Enella se recogía cómo el diario estadou-nidense Seattle Post-Intelligencer tardóvarios días en llevar a su versión di-gital un reportaje sobre suicidios en-tre adolescentes. La redactora Clau-dia Rowe escribió la historia de tresjóvenes que se habían suicidado ensemanas sucesivas. Ya desde el primermomento, cuando contactó con exper-tos en suicidios para elaborar su re-portaje, recibió ciertas reticencias acolaborar, ante el peligro de que ladifusión de lo ocurrido pudiera pro-vocar nuevos suicidios.

“Pero tampoco podemos dejar dehacer historias importantes por el te-mor de que alguien pueda mal inter-pretarlas”, declaró a la web el redac-tor jefe Mark Matassa. Una vez quefue publicada la historia, los exper-tos consultados se mostraron satisfe-chos con el reportaje. Sin embargo,los responsables del periódico tarda-ron en convencerse de que debían di-fundirla vía Internet, a sabiendas deque era más probable que los jóvenesla leyeran online, pero sobre todo por-que una vez en la Red, perdían el con-trol de por dónde era difundida. Fi-nalmente, decidieron hacerlo, peroañadieron una nota explicando lascausas de por qué habían tardado tan-to en publicarla en la Red. “Despuésde ver el reportaje, expertos en pre-vención de suicidios creen que éste esresponsable y constructivo, por lo queconsideran que se merece una difu-

sión mayor. Por esta razón y porquehemos recibido muchas peticiones delos lectores, hemos decidido reconsi-derar nuestra decisión”, agregaron.

En el otro extremo están las situa-ciones en las que ha habido acusacio-nes de plagio o difamación. Un ejem-plo es qué debe hacerse con las his-torias que inventó el periodista de TheNew York Times Jayson Blair. Aunqueparezca mentira, todas ellas son ac-cesibles en el sistema de documenta-ción del periódico y en otros archivosperiodísticos, aunque con notas acla-ratorias del director del diario. Por-que la mayoría de los principales dia-rios estadounidenses siguen la máxi-ma de que “todo lo que se imprimees público y debe estar online”.

De hecho, son muy raras lasocasiones en las que se retira unahistoria y suelen ser aquéllas en lasque periodistas free lance han deman-dado a la publicación por no cobrarderechos de autor en las versionesdigitales.

Online Journalism Review recoge tam-bién la opinión de Kelly McBride, es-pecialista en Ética Periodística delPoynter Institute. “Una historia quecause un daño obvio a un individuodebería probablemente ser retirada”,afirma. “Por ejemplo, si me acusarande maltratar a un niño y luego la pu-blicación se diera cuenta de su error,no bastaría con poner una nota so-bre la noticia que dijera: ‘Esta histo-ria es errónea’. Porque sólo la acusa-ción ya me perjudica. Creo que la me-

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��� Tendencias

jor opción es permitir la búsqueda dela historia en la Red, pero, en lugarde ésta, que aparezca una explicacióndel editor en la que diga por qué noaparece la noticia, sin repetir el per-juicio que pueda provocar el error ori-ginal”.

Como ocurre con las correccionesen las informaciones, un medio co-mo Internet ha echado una nueva car-ga en los hombros de los redactores:la responsabilidad de que sus infor-maciones ya no se pierden al día si-guiente, cuando caduca el periódico,sino que tienen una vida ilimitada.

Fuente: OJR.org

Editoriales compartidos

Una de las ventajas que ha traídoconsigo la era Internet y la bandaancha es la posibilidad de que loslectores de los medios aporten susopiniones, de tal forma que se gene-ra un diálogo entre los medios decomunicación y sus consumidores.Eso también sirve para las seccionesde opinión, donde están comenzan-do a introducirse nuevos instrumen-tos de participación de los lectores entodo el proceso.

En esta línea el diario estadouni-dense Seattle Post-Intelligencer ha pues-to en marcha un experimento paradarle voz a los ciudadanos: un Con-sejo Editorial virtual. Cada día, el dia-rio publica en la sección editorial de

su edición online los asuntos que quie-re tratar en los próximos días, que pre-viamente ha seleccionado su direc-ción, y pide expresamente las aporta-ciones de sus lectores.

Por ejemplo, bajo el epígrafe deEducación, señalaba el pasado 12 denoviembre: “Un nuevo estudio de-muestra la relación entre un buentrabajo y la inversión en educación”.Después, junto a un enlace con la di-rección de correo del equipo edito-rial, reclamaba a los lectores que in-cluyeran sus comentarios.

La intención de este periódico esque los lectores expresen sus opinio-nes, faciliten información y todo ti-po de aportaciones que sirvan a la ho-ra de escribir los editoriales, con laidea de encontrar expertos en deter-minados asuntos y ofrecer una pers-pectiva diferente o hechos que pue-dan llegar a modificar la posición edi-torial.

A veces, el diario publica algunosde esos mensajes, como cartas al di-rector, el mismo día en que apareceel editorial, con el fin de mezclar laposición oficial del diario con la vi-sión de los lectores. De esta forma escapaz de ofrecer muchas versiones deun mismo asunto y acercarse más ala objetividad.

Un método similar es el del diarioDallas Morning News, aunque en estecaso, lo que hace el Consejo Editoriales tener abierto un blog mientras du-ra su reunión diaria. De vez en cuan-do piden a los lectores que aporten

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sus ideas sobre un asunto que esténdebatiendo y, de esta manera, las opi-niones externas influyen en lo que des-pués se publica.

El diario Los Angeles Times experi-mentó este verano, con resultados ad-versos, otro método para incluir a suslectores en los editoriales. Para elloutilizó el mismo sistema de la Enci-clopedia digital Wikipedia.Es decir, abrió la opción deque cualquiera pudiera en-trar en un editorial para rees-cribirlo, con el objetivo deque la comunidad de inter-nautas participara y llegaraa un consenso sobre el asun-to a tratar. El problema esque no funcionó, porque enlugar de aportaciones lo quesufrió fue la entrada continuade boicoteadores que incluí-an palabrotas en los textos ocolgaban imágenes porno-gráficas. El ensayo terminó elprimer día.

Sin embargo, la fórmulade Wikipedia puede funcio-nar. La esencia de este sistema es quecualquiera pueda hacer aportacionesa una página compartida, lo que con-cluirá en un punto de vista lo más ob-jetivo posible. En la enciclopedia di-gital, los participantes están obliga-dos a no incluir opiniones persona-les, sino que tienen que apelar a fuen-tes legítimas. Esta idea contribuyó ahacer una extensa enciclopedia y, ca-da vez más, está convirtiéndose en

una referencia para las noticias. Porejemplo, en abril, cuando fue nom-brado el papa Benedicto XVI, Wikipe-dia tenía el mismo porcentaje de en-tradas que CNN.com.

La diferencia es que, a medida quepasa el tiempo, la participación delos internautas convierte los concep-tos que recoge en nueva información,

de tal forma que lo que surgió comonoticia se convierte en un conceptoenciclopédico.

Quizá habría que reformular el sis-tema para los editoriales o, simple-mente, utilizar algún método de com-probar quién es el que está detrás dela aportación. Eso puede hacerse conun sistema de registro, en el que seda a cada persona un nombre deusuario de tal forma que no tenga

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��� Tendencias

por qué identificarse para toda la Red,pero sí para el periódico. Porque laspáginas editoriales no pueden seranónimas del todo.

Otra opción es la que ofrecen al-gunas publicaciones, como la revistaThe Economist, que establece enlaces aWikipedia en sus artículos, con el ob-jetivo de dar al lector una base sobrelo que están leyendo. Es una maneramás de atraer lectores, pues permiteque cualquiera se enganche a una his-toria de la que se ha enterado tiem-po después de que suceda, al ofrecer-le las claves de lo que ocurrió entre-tanto.

Una fórmula que también funcio-na para los editoriales es que el edi-torialista mantenga su propio blog.“Es una opción para tener una herra-mienta que genere opinión, porqueles ayuda a identificar temas que co-mienzan a preocupar a los ciudada-nos y a tomar el pulso de la socie-dad”.

La ventaja que conlleva Internetsobre el formato tradicional es el es-pacio. Mientras en la página de unperiódico éste es limitado, la Red per-mite incluir todas las opiniones quelleguen al diario sobre un mismo te-ma y ordenarlo en función de lo quese esté tratando. Según Editor & Publis-her, las páginas editoriales de los pe-riódicos terminarán siendo un índi-ce, con las mejores entregas, de lo queel lector puede encontrar en la ver-sión digital de la publicación.

Lo mismo sirve para las cartas al

director. Además, otra fórmula quepuede trabajarse es que no sólo esténabiertos los comentarios a los edito-riales del periódico, sino también alas cartas.

Fuentes: Editor & Publisher, Wikipedia,Editorsweblog.com

La nueva élitetecnológicaLos avances tecnológicos no han lo-grado acortar distancias entre clasessociales, sino más bien lo contrario.Es la opinión de Paul Lamb, cofunda-dor y antiguo director ejecutivo deuna ONG especializada en la enseñan-za a los desfavorecidos en el área dela bahía de San Francisco, en EstadosUnidos: la Fundación Comunidad Tec-nológica de California.

Según él, la era Internet está pro-piciando la aparición de nuevas cas-tas: los conectados a la Red, los semi-conectados y los no conectados.

Pero tener un ordenador y un ac-ceso a Internet ya no es suficiente, se-gún Lamb, quien advierte del peligrode ser un desclasado tecnológico. Aho-ra lo que importa es tener un alto ni-vel de conocimiento y, sobre todo, lahabilidad de adaptarse a los cambiosen las nuevas tecnologías que estántransformando los puestos de traba-jo y la vida cotidiana. Lo que impor-ta es la facultad de enviar y obtenerinformación del ciberespacio sin es-

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fuerzo. En las capas altas de la socie-dad estarían los usuarios habitualesde ordenadores, teléfono móvil, i-pod,PDA o cualquier otro artilugio quesalga al mercado. “Los que carezcande la base elemental, o los que seanincapaces de absorber las nuevas tec-nologías, se quedarán cada vez másatrás”, pronostica Lamb.

“En un momento en que un 60%de los empleos requiere de buenas ha-bilidades tecnológicas y la tecnologíaen sí se ha convertido en un indica-dor de la calidad de vida, tener acce-so a todo ello supone pertenecer auna élite”, asegura Lamb en un artí-culo publicado por Cnet News.com. “Yestas élites reciben salarios más altos,pueden comunicarse mejor y más rá-pido, y ahorrar tiempo y dinero ha-ciendo el papeleo rutinario a travésde Internet –como pagar facturas oimpuestos– en lugar de tener que ha-cerlo en persona”, agrega.

Lamb recuerda el importante es-fuerzo que ha hecho Estados Unidosen difundir la tecnología. “A pesar deque tuvieron que pasar más de 50años para que la mitad de los ameri-canos tuviera acceso a la electricidad,y otros 70 años para que los hogarestuvieran teléfono, apenas pasaron 20años para que la mitad de los esta-dounidenses tuviera ordenador y me-nos de 10 años para que esa mismaproporción recibiera acceso a Inter-net”, asegura.

Las estadísticas también señalanlas enormes diferencias que se están

produciendo entre quienes tienenesos medios y los que no. “Los hijosde las familias más acomodadas (coningresos de más de 75.000 dólares–unos 63.800 euros–) tienen el doblede posibilidades de acceder a un or-denador que los de las familias másmodestas (con ingresos de 15.000 dó-lares –unos 12.700 euros– o menos)”,añade. “Para Internet la proporciónestá entre el 93% para las familias adi-neradas frente a un 29%. Y en el ca-so de la banda ancha se trata de 51%frente a un 7%”.

Por eso, Paul Lamb reclama unaenseñanza digital pública, lo que in-cluye la obligación de que la forma-ción sea permanente en los puestosde trabajo. También aboga por co-menzar a medir la calidad de vida notanto por el número de objetos tec-nológicos –cuánta gente tiene orde-nador, móvil, Internet, y otros ‘jugue-tes’– sino por la calidad de las ‘cone-xiones’. “A lo mejor es hora de iden-tificar conocimientos relacionadoscon la tecnología con el objetivo deayudar a la gente a integrarse en esasociedad tecnológica”, concluye. Jun-to a ello, continúa, hay otras solucio-nes de más calado:

— Generalizar el acceso a Internetantes de 2010: crear accesos de ban-da ancha estatales y conectar a todoslos ciudadanos a los productos y ser-vicios más relevantes.

— Establecer niveles mínimos dealfabetización digital, que sean revi-sados cada dos años para adaptarlos

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a los cambios tecnológicos, con uncurrículum básico que se estudie enlas escuelas y en los centros de traba-jo.

— Abrir el diálogo entre comuni-dades, empresas y el Gobierno paraforjar políticas tecnológicas apropia-das.

— Establecer incentivos para lasempresas tecnológicas, los centros deinnovación y servicios de la nueva ge-neración de banda ancha fuera de lossectores tradicionales.

Fuente: CNet News.com

¿El periodismo puede serun arte?El periodista polaco Ryszard Kapus-cinski llama “literatura de a pie” a untipo de periodismo que tiene tambiénotros muchos nombres: periodismoliterario, periodismo personal, de in-mersión, nuevo periodismo o inclu-so literatura de testimonio. “El trucotradicional de la literatura es difumi-nar al escritor, expresar la historia através de un narrador fabricado quedescribe una realidad, también crea-da. Pero para mí, lo que tengo que de-cir está sustentado en el hecho de queestuve allí, que fui testigo de lo quesucedió”, precisa Kapuscinski.

Sobre el debate de si este tipo deperiodismo puede ser considerado co-mo tal, la web Mediachannel.org reco-ge una charla que la periodista Debo-

rah Campbell, directora asociada deAdbusters, dio el pasado 25 de octu-bre en un máster de escritura creati-va en la Universidad de British Co-lumbia. Según esta periodista, que hatrabajado en Cuba, Israel, Egipto eIrán, este género todavía está hacién-dose un lugar. Y lo define como ungénero que une otros dos: periodis-mo y escritura literaria. “También elarte de contar”, agrega.

“La fórmula combina el reporteris-mo tradicional, con su investigación,entrevistas, la visita al escenario, contécnicas de escritura de ficción comola escena, la caracterización, el diálo-go o la metáfora. Puede ser en prime-ra persona, pero no es obligatorio. Ytiene tanta importancia la escrituracomo la investigación previa, aunqueambas son inseparables”, añade.

Campell ofrece una serie de carac-terísticas que definen este género:

1—El periodismo literario obliga alautor a sumergirse durante un tiem-po en el mundo del que es objeto suhistoria. “Es un género más en pro-fundidad que otras formas de perio-dismo”, asegura Deborah Campbell.“Es más íntimo y también lleva mástiempo”.

2—Está relacionado con lo cotidia-no. “Los detalles de la historia. El mo-mento. Y a menudo voces que son ig-noradas por la prensa. Está interesa-do en la gente común en situacionescorrientes, no en los expertos”, sos-tiene Campbell.

3—Es un periodismo que se basa

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en la voz personal. “No se trata sólode buscar los hechos. Está relaciona-do con el estilo, la elección de unapalabra precisa… Es muy personal”,asegura.

Según ella, el periodismo literarioestá también muy relacionado con elhecho de que las noticias diarias y elanálisis no se acercan lo suficiente alas historias. “La gente percibe que al-go se está perdiendo. Y, además, loslectores de hoy quieren entreteni-miento a la vez que se les informa.Quieren una buena lectura”, añade.

Deborah Campbell también intro-duce la cuestión de que los críticos aeste tipo de periodismo cuestionansu autenticidad. “¿Es posible llegar ala verdad si se es tan subjetivo?”, sepregunta ella. Algunos detractores deeste género también se plantean que“ser creativo con los hechos es unaforma de manipular la verdad”, re-cuerda Campbell.

Pero ella considera que el periodis-mo literario, al permitir que el redac-tor esté presente en la historia, ofre-ce al lector la posibilidad de elegir sicomparte o no su punto de vista. Porotra parte, también está convencidade que el periodismo de noticias notiene la misma habilidad para llegaral fondo de la historia.

Campbell también apunta que eneste tipo de periodismo es muy fácilcaer en el síndrome de Estocolmo. “Amenudo acabas queriendo a los suje-tos del reportaje en un plano perso-nal. Pero tu obligación es ser hones-

to con tu trabajo por la calidad de tushistorias”, asegura.

La periodista también da un con-sejo: “No hace falta viajar al extran-jero para encontrar historias. Hay mi-llones de historias. En todas partes”.

Fuente: Mediachannel.org

En busca de la juventud

“Si esperamos que un joven tenga 18o más años para convertirlo en unlector de diarios, ya será demasiadotarde”, dijo James Abbott, vicepresi-dente de la Federación de Asociacio-nes de Periódicos de Estados Unidos,el pasado septiembre en Buenos Ai-res durante la sexta Conferencia Mun-dial de Jóvenes Lectores. La Asocia-ción Mundial de Diarios convocó enesta reunión a más de 300 periodis-tas, directores de medios y expertos,que debatieron sobre la manera de se-ducir a los “lectores del futuro”.

Una de las conclusiones fue la re-saltada por Michael Smith, del Cen-tro de Gestión de Medios de EstadosUnidos: “La gente joven quiere verseen los diarios y, cuando no se sientereflejada, los llama viejos”.

Durante la conferencia, la Asocia-ción Mundial de Diarios mostró diver-sos proyectos que tienen el objetivo dellevar a los jóvenes a los medios paraque publiquen sus propios textos. Co-mo el programa Periodistas por unDía del Ministerio de Educación de Ar-

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gentina, en el que estudiantes de es-cuelas secundarias de 16 a 18 añosanalizan un tema de interés, escribenun informe y éste se publica en unode los 100 periódicos del país.

Sin embargo, la consultora Innova-tion Internacional Media ConsultingGroup planteó que, aunque este tipode iniciativas son valiosas para captar

lectores en los colegios, no va a solu-cionar la distancia cada día mayor en-tre los diarios y los lectores jóvenes.

El director de la oficina británicade la consultora, Juan Señor, presen-tó un informe titulado Cómo ganar ycautivar lectores jóvenes: 50 estrategias em-presariales. Según Señor, “en los últi-mos años se invirtieron 3.000 millo-nes de dólares [2.550 millones de eu-ros] en suplementos especiales o pro-yectos multimedia y nada de eso fun-cionó para atraer a los jóvenes”.

Su conclusión es radical: los suple-mentos especiales no sirven para na-da, porque suelen mostrar una visiónestereotipada de los muchachos, porlo que no funcionan a la hora deatraer a los lectores jóvenes. “Haga-mos periódicos más juveniles, no si-gamos abordando a los jóvenes comoun segmento aparte”, recalcó Señor.

“Todos conocemos la Coca Co-la, no hace falta una especialpara jóvenes”.

Para ello, agregó, hay que“repensar todas las seccionesde un periódico en funcióndel nuevo lector, hacer un usodiferente del lenguaje, mejo-rar la gráfica, ser breves siem-pre que se pueda, y hacer to-do eso sin subestimar a los jó-venes y sin caer en estereoti-pos”.

Pero su mejor receta sirvepara todos los públicos: “Hayque contarles una buena his-toria”. Señor desmintió a quie-

nes sostienen que los lectores de me-nos edad han reemplazado los perió-dicos por los medios virtuales o quesean perezosos ante los textos largos:“Fíjense en el último libro de HarryPotter que tiene más de 600 páginas”.

Otra lección, según Señor, está enlos periódicos gratuitos: “Son más pe-queños y compactos y los jóvenes losaman”, afirmó. Según el informe desu consultora, de cada tres lectores dediarios gratuitos, uno tiene menos de18 años. “Olvídense del diseño confu-

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so, psicodélico, hay que brindar imá-genes limpias, de buena calidad, encolores moderados, y sobre todo lle-var a los jóvenes con mayor frecuen-cia a la tapa [a primera]”, agregó.

Su último consejo fue para los di-rectores de los medios, a los que pi-dió que integren las Redacciones tra-dicionales con las digitales, compues-tas por jóvenes, y los desafió a poblar-las con menores de 35 años, para quesean ellos los que abanderen la bús-queda de nuevos lectores.

Días después de la conferencia, elpasado 2 de noviembre, la organiza-ción Pew Internet and American LifeProject hizo público otro informe so-bre los hábitos en el uso de Internetde los adolescentes de entre 12 y 17años. Según la organización, los re-sultados deberían hacer pensar a to-da la prensa, porque muestra cómoeste grupo de edad está lejos de sen-tirse atraído por los periódicos.

“La mitad de los adolescentes y el57% de los jóvenes que usan Internetpueden ser considerados creadores decontenido, porque han creado blogs opáginas web, colgado trabajos perso-nales, fotografías, historias o vídeosonline o han mezclado contenido di-gital para hacer sus propias creacio-nes”, señala el informe. Además, el 19%de los encuestados tiene un blog y un38% los lee.

Sobre su forma de acceder a las no-ticias, el estudio afirma que el 84%de los adolescentes que utilizan bitá-coras y el 72% de los que no las usan

acceden a la información a través deInternet.

“Continúan bajándose música yvídeos a través de la Red y han utili-zado múltiples vías para hacerlo”,agrega el informe. “Los que se bajanmúsica creen que es irreal esperarque la gente se autorregule para evi-tar el uso gratuito de estos servicioso el intercambio de archivos”. “¿Es re-alista pensar que toda una genera-ción que está creciendo en una cul-tura de contenido de entretenimien-to gratuito vaya a pagar en un futu-ro por las noticias que para la mayo-ría de ellos no son ni siquiera tan in-teresantes?”, plantea un análisis deestos datos ofrecido por The EditorsWeblog. “Mucho menos optarán porsuscribirse a los periódicos”.

Esta web plantea otra cuestión. Encinco años, los adolescentes encues-tados formarán parte del grupo deconsumidores que más interesa a losanunciantes. Teniendo en cuenta có-mo está creciendo la publicidad enInternet es probable que las empre-sas no se molesten en pagar anunciosen medios que la generación que essu objetivo ni siquiera está utilizan-do. Ante esto, concluye, la prensa tie-ne dos retos:

— Darse cuenta de que el modelode negocio tradicional no puede tras-ladarse tal cual al mundo digital, si-no que debe adaptarse a él. Y cuandohaga esto es probable que el modelotradicional impreso también acabetransformándose y especializándose.

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— Los periódicos tendrán que cam-biar su forma de hacer periodismo,porque los adolescentes están crecien-do ya acostumbrados a intercambiarcontenidos, mezclarlos, y crear susproductos propios.

Estas dos cosas no implican que va-ya a desaparecer el periodismo de in-vestigación y de control, porque lasdemocracias lo necesitan para sobre-vivir. Pero sí quiere decir que tendráque adaptarse a la revolución digitalcon la ayuda de su futura audiencia.

Fuente: International Press Service NewsAgency, Clarín.com, Editors Weblog

Disección a los ‘blogs’

Los blogs fueron utilizados por 50 mi-llones de usuarios de Internet en Es-tados Unidos en el primer trimestredel año. Es una de las conclusionesobtenidas por la empresa estadouni-dense ComScore Media Metrix trasanalizar el uso de los blogs de su paísen un estudio realizado sobre dos mi-llones de internautas. Esa cifra supo-ne el 30% de los usuarios de Internetnorteamericanos.

Otros datos obtenidos señalan quelas bitácoras de contenido políticoson los que tienen más éxito, segui-das por aquellas dedicados a estilosde vida, las de tecnología y las escri-tas por mujeres.

Pero quizá el descubrimiento másimportante es que los usuarios de

blogs “son demográficamente muyatractivos para los anunciantes”. Loslectores de blogs tienen mayor tenden-cia a vivir en hogares más desahoga-dos económicamente, son más jóve-nes, y se conectan a la Red a travésde conexiones de alta velocidad.

Además, el informe también con-cluyó que los lectores de blogs utili-zan más la Red que la media: visitanel doble de páginas web que la me-dia de usuarios de Internet (un 77%más) y son más propicios a hacer com-pras online (un 51% más).

Aunque todavía la oferta de blogsen España no es tan relevante comola de Estados Unidos, en cambio sí es-tá asemejándose la inversión de la pu-blicidad en Internet. Un estudio de laconsultora PriceWaterhouseCoopersrealizado en el primer semestre delaño muestra cómo ha crecido la ofer-ta publicitaria en la Red: un 52,5% res-pecto al mismo período del año an-terior. “Se consolida y excede la apues-ta de los anunciantes por Internet”,concluye el estudio, que indica queen ese tiempo fueron invertidos 65,9millones de euros en publicidad.

Según la consultora hay dos mo-tores de crecimiento: que los anun-ciantes tradicionales incrementan laimportancia de la Red, que ya supo-ne un 55% de su inversión, y que tri-plican su inversión en buscadores yenlaces patrocinados, que alcanza un31,5%.

Fuentes: www.comscore.com, MarketingDirecto