Nuestra fuente de vida

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Nuestra Fuente de Vida 1 Corintios 15:22

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Nuestra Fuente de Vida

1 Corintios 15:22

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“Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”1Corintios 15:22

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Creo que el cristianismo está en crisis, fundamentalmente por una razón: olvidamos la fuente, Jesucristo,.. La fuente que da vida, porque él es “la fuente de vida eterna”, “ mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”(Juan 4:14); la fuente de nuestra esperanza, de nuestro destino, del cielo eterno y sus moradas celestiales. Él es la fuente que le da el nombre para identificarnos (“Cristianos”); Olvidamos a nuestro Señor, Salvador, Rey de reyes, el Alfa y la Omega, el principio y el fin.

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Muchas veces le olvidamos por pensar en nosotros mismos. A veces por pensar en otros, haciendo del hombre una bendición que posterga las bendiciones del Hijo del Hombre. Nos exaltamos, o exaltamos a otros más allá de lo debido y disminuimos a Cristo más de lo permitido. Nos sentimos ricos y olvidamos que él fue pobre. Nos sentimos cómodos y desconocemos su mandato a predicar a toda criatura. Nos aseguramos el porvenir, relegando el porvenir eterno del perdido, por el cual él también murió. Nos miramos y nos apreciamos; a él le desviamos la mirada y le despreciamos.

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Sin embargo nos gusta su figura, su imagen tallada o recreada en una fotografía. Nos inspiran la conciencia sus películas y más de un sermón nos levantó de las bancas para querer agradarle a través del evangelismo o manifestar su nombre en un gesto de amor al prójimo. Pero sus recompensas, postergadas para “la otra vida”, no tienen el suficiente atractivo como las recompensas de esta vida, en esta vida, para gozarlas mientras se viva… “Yo quiero tener, yo no quiero sufrir, yo quiero que me sirvan, yo quiero descansar”,.. Son tantos “yo” contra el Único Dios, que pareciera hacerse débil. Lo ahogamos, asfixiamos su mensaje y creemos que desaparecerá.

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Pero no nos engañemos y no olvidemos: él es Dios y nosotros su creación; él es el alfarero y nosotros solo barro. Solo parece que durmiera pero no es más que la incredulidad la que nos engaña llevándonos a tal creencia; pero él vive y solo está a la espera del cumplimiento de todos sus designios, de la cual el hombre es parte: unos serán para vida eterna y otros para condenación eterna.

Así y todo, el hombre vive para el hombre, pero un verdadero hijo de Dios, vive para Cristo. Ahí está el problema: muchos hijos de Dios, con todo el amor que puedan tenerle, se olvidan de la fuente, consciente o inconscientemente.

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1- Algunos olvidan la Fuente por simple ignorancia

Muchos son enseñados por líderes con poca preparación. Cuando hay escasa información de la fuente de nuestra creencia, como quien es, que dijo, que quiere, que enseña, que manda, cuales son sus atributos, difícilmente se podrá vivir mejor para Cristo. Hay analfabetos espirituales y, por mas que quieran agradarle, la ignorancia distorsiona al Salvador, llevando su nombre al mundo pero sin su doctrina; y olvidar lo que él enseña, es olvidarle a él mismo.

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2- Otros olvidan la Fuente porque están en pecado:

Y cuando los hay, tendemos a escondernos. Cuando nos sentimos indignos, consideramos hasta prudente alejarnos por nuestra falta de santidad. Pero Cristo mismo vino ¡a buscar lo que se había perdido! (Lucas 19:10)

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3- Algunos olvidan la Fuente por simple dejación:

La falta de hábito o de disciplina para la preparación, para la formación o la información, basada en la fuente que es Cristo, debilita. La displicencia cristiana lleva al olvido de Cristo, de su persona y de sus enseñanzas.

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4- Otros olvidan la Fuente porque son guiados por ciegos malintencionados:

Al contrario del primer punto, donde sinceros siervos de Dios pero con faltas en su formación, llevan a olvidar inconscientemente a otros, acá hablamos de líderes falsos que engañan o derechamente pervierten el evangelio de Cristo en pro de si mismo. Muchas almas, quizás con sinceras ganas de alabar al salvador, terminan alabando cualquier cosa, menos a la Fuente de vida eterna, exclusivamente por culpa de estos engañadores deliberadamente mal intencionados. Así se propaga a un Cristo distorsionado, no al Cristo Bíblico.

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5- Algunos olvidan porque nunca fueron salvos:

Podrían haber estado entre nosotros, sin serlo. Por más que se le den semillas eternas, no podrían valorarlas, pues la asfixia del mundo y sus placeres le corrompen y, más que olvidar a la Fuente, ¡desconocen totalmente a Cristo!

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Hoy quiero hablar más de esa fuente, de nuestra fuente, de la fuente más sublime de todas y de la más necesaria. Y para hablar de Cristo debo usar la comparación con otra fuente, pero de mucha más baja calidad;.. debiera decir pervertida calidad. Compararemos a Cristo, La fuente de Vida eterna, con Adán, la fuente de la descendencia humana. Al postrero con el primero.

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Y desde ya arriesgo la impulsiva condena teológica, a priori, de exaltados santos que frunzan el entrecejo por infame comparación, pero en mi defensa quiero argumentar a modo de pregunta: ¿Acaso no somos los hombres, por tendencia, amadores de si mismo? ¿Acaso no somos propensos, por nuestra naturaleza carnal, a depender de nuestras propias fuerzas, tal cual el primogénito de Adán? ¿Olvidamos la condena Bíblica que se le da al varón que confía en el hombre? (Jeremías 17:5); Por naturaleza ¿No estamos inclinados a ello? Creemos mas en lo que vemos, la materia, y si bien no hemos visto a Adán, lógicamente hemos visto su descendencia; sin embargo nos cuesta creer en Dios, el autor de la vida, porque él es Espíritu (Juan 4:24), el inmaterial que gobierna lo material. Destruyamos al primero para exaltar al postrero. Destruyamos la simiente nacida del barro, para alabar al de simiente engendrada por el Espíritu. Destruyamos al carnal para exaltar al ser Espiritual.

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Si bien ambos presentas semejanzas, estas solos nos sirven para llevarnos a inmensas diferencias:

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Las semejanzas de Adán y CristoAmbos tienen un nacimiento milagroso (Génesis 2:7, Mateo 1:18)

Adán fue creado a imagen de Dios (Génesis 1:27). Cristo es la misma imagen de Dios (Colosenses 1:15)

Ambos fueron perfectos, inocentes y santos (Hechos 7:26)

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4- Ambos fueron cabeza de la humanidad: El primero de la raza humana, el segundo de la humanidad redimida (Efesios 5:23).

5- Ambos son dadores de vida: Adán en la tierra, Cristo da vida eterna.

6- Ambos fueron tentados

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Las diferencias de Adán y CristoAmbos nacen, pero solo Cristo ya pre-existía ¡Adán no! (Colosenses 1:15-20)

Adán es creado a imagen de Dios ¡Cristo es Dios! (Juan 10:30, Juan 1:1)

Ambos fueron perfectos, inocentes y santos ¡Pero solo Cristo permanece perfecto, inocente y santo! (Hebreos 4:15)

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4- Ambos fueron cabeza de la humanidad: el primero la condena, el segundo le da vida (Romanos 5:12, 18)

5- Ambos son dadores de vida: Adán para muerte, Cristo para vida

6- Ambos fueron tentados: uno fue hallado culpable, el otro venció a la tentación (Hebreos 4:15)

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Otra gran diferencia entre nuestro Santo Salvador y el primer hombre es que uno es tentado en el desierto, donde el hambre, la sed y el cansancio hicieron más vulnerable al bendito, pero este estimó como alimento la sola Palabra de Dios. En cambio Adán, tentado en un maravilloso huerto, donde podía escoger de todo para saciar sus más elementales necesidades, decidió la desobediencia. Así somos los hombres, descendientes del primer pecador, inclinados al pecado. Pero Cristo nos redime del pecado y así debemos sentirnos, perdonados por el gran Salvador de la humanidad, la fuente de la vida eterna… ¡Gloria a Dios por ello!

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Pastor Marcelo Valdés