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El Decamerón Por Giovanni Boccaccio

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ElDecamerón

Por

GiovanniBoccaccio

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PROEMIO

ComienzaellibrollamadoDecamerón,apellidadopríncipeGaleoto,enelquesecontienenciennovelascontadasendiezdíasporsietemujeresy

portreshombresjóvenes.

Humana cosa es tener compasión de los afligidos, y aunque a todosconviene sentirla, más propio es que la sientan aquellos que ya han tenidomenesterdeconsueloy lohanencontradoenotros:entre loscuales,sihuboalguien de él necesitado o le fue querido o ya de él recibió el contento,mecuento yo. Porque desde mi primera juventud hasta este tiempo habiendoestado sobremanera inflamado por altísimo y noble amor. Tal vez, por yonarrarlo, bastantemás de lo que parecería conveniente ami baja condiciónaunque por los discretos a cuya noticia llegó fuese alabado y reputado enmucho, no menos me fue grandísima fatiga sufrirlo: ciertamente no porcrueldaddelamujeramadasinoporelexcesivofuegoconcebidoenlamenteporelpocodominadoapetito,elcualporqueconningúnrazonablelímitemedejabaestarcontento,mehacíamuchasvecessentirmásdolordelquehabíanecesidad. Y en aquella angustia tanto alivio me procuraron las afablesrazones de algún amigo y sus loables consuelos, que tengo la opiniónfirmísima de que por haberme sucedido así no estoy muerto. Pero cuandoplugoaAquélque,siendoinfinito,dioporleyinconmovibleatodaslascosasmundanaseltenerfin,miamor,másquecualquieraotroardienteyalcualnohabíapodidonirompernidoblarningunafuerzadevoluntadnideconsejonide vergüenza evidente ni ningún peligro que pudiera seguirse de ello,disminuyóconeltiempo,detalguisaquesólomehadejadodesímismoenlamemoriaaquelplacerqueacostumbraofreceraquiennoseponeanavegarensusmáshondospiélagos,porloque,habiendodesaparecidotodossusafanes,sientoquehapermanecidodeleitosodondeenmí solíadolorosoestar.Pero,aunquehayacesadolapena,noporesohahuidoelrecuerdodelosbeneficiosrecibidosentoncesdeaquéllosaquienes,porbenevolenciahaciamí,leserangravesmisfatigas;ninuncaseirá,talcomocreo,sinoconlamuerte.Yporquelagratitud,segúnlocreo,esentrelasdemásvirtudessumamentedealabarysucontrariademaldecir,pornopareceringratomehepropuestoprestaralgúnalivio,en loquepuedoyacambiode losquehe recibido (ahoraquepuedollamarme libre), si no a quienes me ayudaron, que por ventura no tienennecesidaddeélpor sucorduraypor subuenasuerte,almenosaquienes lohayan menester. Y aunque mi apoyo, o consuelo si queremos llamarlo así,puedaseryseabastantepocoparalosnecesitados,nodejadeparecermequedeba ofrecerse primero allí donde la necesidad parezcamayor, tanto porqueserámás útil como porque será recibido conmayor deseo. ¿Y quién podrá

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negarque,porpequeñoquesea,noconvengadarlomuchomásalasamablesmujeresquealoshombres?Ellas,dentrodelosdelicadospechos,temiendoyavergonzándose, tienenocultas las amorosas llamas (que cuánmayor fuerzatienen que las manifiestas saben quienes lo han probado y lo prueban); yademás,obligadaspor losdeseos, losgustos, losmandatosde lospadres,delas madres, los hermanos y los maridos, pasan la mayor parte del tiempoconfinadas en el pequeño circuito de sus alcobas, sentadas y ociosas, yqueriendo y no queriendo en un punto, revuelven en sus cabezas diversospensamientosquenoesposiblequetodosseanalegres.Ysiacausadeellos,traída por algún fogoso deseo, les invade alguna tristeza, les es fuerzadetenerseenellacongravedolorsinuevasrazonesnolaremueven,sincontarconellas sonmuchomenos fuertesque loshombres; loquenosucedea loshombresenamorados, talcomopodemosverabiertamentenosotros.Ellos, siles aflige alguna tristeza o pensamiento grave, tienen muchos medios dealiviarseodeolvidarloporque,siloquieren,nadalesimpidepasear,oíryvermuchas cosas, darse a la cetrería, cazaropescar, jugarymercadear, por loscualesmodostodosencuentranlafuerzaderecobrarelánimo,oenparteoentodo, y removerlo del doloroso pensamiento almenos por algún espacio detiempo;despuésdelcual,deunmodoodeotro,osobrevieneelconsuelooeldolor disminuye. Por consiguiente, para que al menos por mi parte seenmiende el pecado de la fortuna que, dondemenos obligado era, tal comovemosenlasdelicadasmujeres,fuemásavaradeayuda,ensocorroyrefugiode las que aman (porque a las otras les es bastante la aguja, el huso y ladevanadera) entiendo contar cien novelas, o fábulas o parábolas o historias,como las queramos llamar, narradas en diez días, como manifiestamenteaparecerá,porunahonradacompañíadesietemujeresy tres jóvenes,en lospestilentestiemposdelapasadamortandad,yalgunascancionescantadasasugusto por las dichas señoras. En las cuales novelas se verán casos de amorplacenteros y ásperos, así como otros azarosos acontecimientos sucedidostanto en los modernos tiempos como en los antiguos; de los cuales, las yadichasmujeresqueloslean,alaparpodrántomarsolazenlascosasdeleitosasmostradas y útil consejo, por lo que podrán conocer qué ha de ser huido eigualmentequéhade ser seguido: cosasque sinque se lespaseeldolornocreoquepuedan suceder.Ysi ello sucede,quequieraDiosqueasí sea,dengracias a Amor que, librándome de sus ligaduras, me ha concedido poderatenderasusplaceres.

PRIMERAJORNADA

ComienzalaprimerajornadadelDecamerón,enque,luegodelaexplicacióndadaporelautorsobrelarazónporqueacaecióquese

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reuniesenlaspersonasquesemuestranrazonandoentresí,serazonabajoelgobiernodePampíneasobreloquemásagradaacadauno.

Cuando más graciosísimas damas, pienso cuán piadosas sois pornaturaleza,tantomásconozcoquelapresenteobratendráavuestrojuiciounprincipiopenosoytriste,talcomoeseldolorosorecuerdodeaquellapestíferamortandad pasada, universalmente funesta y digna de llanto para todosaquellosquelavivieronodeotromodosupierondeella,conelquecomienza.Peronoquieroqueporelloosasusteseguirleyendocomosientresuspirosylágrimas debieseis pasar la lectura. Este horroroso comienzo os sea no otracosaquealoscaminantesunamontañaásperayempinadadespuésdelacualse halla escondida una llanura hermosísima y deleitosa que les es másplacenteracuantomayorhasidoladurezadelasubidaylabajada.Yasícomoelfinaldelaalegríasuelesereldolor,lasmiseriasseterminanconelgozoquelas sigue. A este breve disgusto (y digo breve porque se contiene en pocaspalabras)seguiráprontamenteladulzurayelplacerqueosheprometidoyquetalveznoseríaesperadodetalcomienzosinolohubierahecho.Yenverdadsiyohubierapodidodecorosamentellevarosporotraparteadondedeseoenlugar de por un sendero tan áspero como es éste, lo habría hecho de buenagana; pero ya que la razón por la que sucedieron las cosas que después seleerán no se podía manifestar sin este recuerdo, como empujado por lanecesidadmedispongoaescribirlo.

Digo,pues,queyahabíanlosañosdelafructíferaEncarnacióndelHijodeDiosllegadoalnúmerodemiltrescientoscuarentayochocuandoalaegregiaciudaddeFlorencia,nobilísimaentretodaslasotrasciudadesdeItalia,llególamortífera peste que o por obra de los cuerpos superiores o por nuestrasacciones inicuas fueenviadasobre losmortalespor la justa iradeDiosparanuestra corrección que había comenzado algunos años antes en las partesorientales privándolas de gran cantidad de vivientes, y, continuándose sindescansodeunlugarenotro,sehabíaextendidomiserablementeaOccidente.Y no valiendo contra ella ningún saber ni providencia humana (como lalimpiezadelaciudaddemuchasinmundiciasordenadaporlosencargadosdeello y la prohibición de entrar en ella a todos los enfermos y los muchosconsejosdadosparaconservarlasalubridad)nivaliendotampocolashumildessúplicas dirigidas a Dios por las personas devotas no una vez sinomuchasordenadasenprocesionesodeotrasmaneras,casialprincipiodelaprimaveradelañoantesdichoempezóhorriblementeyenasombrosamaneraamostrarsusdolorososefectos.YnoeracomoenOriente,dondeaquiensalíasangredelanarizleeramanifiestosignodemuerteinevitable,sinoqueensucomienzonacíanalosvaronesyalashembrassemejantementeenlasinglesobajolasaxilas, ciertas hinchazones que algunas crecían hasta el tamaño de una

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manzana y otras de un huevo, y algunas más y algunas menos, que eranllamadasbubasporelpueblo.Ydelasdosdichaspartesdelcuerpo,enpocoespaciodetiempoempezólapestíferabubaaextenderseacualquieradesuspartes indiferentemente, e inmediatamente comenzó la calidad de la dichaenfermedadacambiarseenmanchasnegrasolívidasqueaparecíanamuchosenlosbrazosyporlosmuslosyencualquierpartedelcuerpo,aunosgrandesy raras y a otros menudas y abundantes. Y así como la buba había sido yseguía siendo indicio certísimo de muerte futura, lo mismo eran éstas aquieneslessobrevenían.Yparacurartalenfermedadnoparecíaquevalieseniaprovechaseconsejodemédicoovirtuddemedicinaalguna;así,oporquelanaturaleza del mal no lo sufriese o porque la ignorancia de quienes lomedicaban (de los cuales, más allá de los entendidos había proliferadograndísimamente el número tanto de hombres como de mujeres que nuncahabían tenido ningún conocimiento de medicina) no supiese por qué eramovidoypor consiguienteno tomaseeldebido remedio,no solamente eranpocoslosquecurabansinoquecasitodosantesdeltercerdíadelaaparicióndelasseñalesantesdichas,quiénantes,quiéndespués,ylamayoríasinalgunafiebreuotroaccidente,morían.Yestapestilencia tuvomayor fuerzaporquede los que estaban enfermos de ella se abalanzaban sobre los sanos conquienessecomunicaban,nodeotromodoquecomohaceel fuegosobre lascosas secas y engrasadas cuando se le avecinanmucho.Ymás allá llegó elmal:quenosolamenteelhablaryeltratarconlosenfermosdabaalossanosenfermedad o motivo de muerte común, sino también el tocar los paños ocualquier otra cosa que hubiera sido tocada o usada por aquellos enfermos,que parecía llevar consigo aquella tal enfermedad hasta el que tocaba. Yasombrosoesescucharloquedebodecir,quesiporlosojosdemuchosyporlosmíospropiosnohubiesesidovisto,apenasmeatreveríaacreerlo,ymuchomenosaescribirlopormuydignadefequefueralapersonaaquienlohubieseoído.Digoquedetantavirulenciaeralacalidaddelapestilencianarradaquenosolamentepasabadelhombrealhombre,sinoloqueesmuchomás(ehizovisiblementeotrasmuchasveces):quelascosasquehabíansidodelhombre,no solamente lo contaminaban con la enfermedad sino que en brevísimoespacio lomataban.De lo cualmis ojos, como he dicho hace poco, fueronentre otras cosas testigos un día porque, estando los despojos de un pobrehombremuerto de tal enfermedad arrojados en la vía pública, y tropezandoconellosdospuercos,ycomosegúnsucostumbreseagarrasenyletirasendelasmejillasprimeroconelhocicoy luegoconlosdientes,unmomentomástarde,trasalgunascontorsionesycomosihubierantomadoveneno,ambosadoscayeronmuertosentierrasobrelosmaltratadosdespojos.Detalescosas,yde bastantesmás semejantes a éstas ymayores, nacieronmiedos diversos eimaginaciones en los que quedaban vivos, y casi todos se inclinaban a unremediomuycruelcomoeraesquivaryhuiralosenfermosyasuscosas;y,

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haciéndolo, cada uno creía que conseguía la salud para sí mismo. Y habíaalgunos que pensaban que vivir moderadamente y guardarse de todo losuperfluo debía ofrecer gran resistencia al dicho accidente y, reunida sucompañía,vivíanseparadosde todos losdemásrecogiéndoseyencerrándoseenaquellascasasdondenohubieraningúnenfermoypudieravivirsemejor,usando con gran templanza de comidas delicadísimas y de óptimos vinos yhuyendodetodoexceso,sindejarsehablardeningunoniquereroírnoticiadefuera,nidemuertosnideenfermos,coneltañerdelosinstrumentosyconlosplaceres que podían tener se entretenían. Otros, inclinados a la opinióncontraria, afirmaban que la medicina certísima para tanto mal era el bebermucho y el gozar y andar cantando de paseo y divirtiéndose y satisfacer elapetito con todo aquello que se pudiese, y reírse y burlarse de todo lo quesucediese;ytalcomolodecían,loponíanenobracomopodíanyendodedíayde noche ora a esta taberna ora a la otra, bebiendo inmoderadamente y sinmedida ymuchomás haciendo en los demás casos solamente las cosas queentendían que les servían de gusto o placer. Todo lo cual podían hacerfácilmenteporquetodoelmundo,comoquiennovaaseguirviviendo,habíaabandonadosuscosastantocomoasímismo,porloquelasmásdelascasassehabíanhechocomunesyasílasusabaelextraño,siseleocurría,comolashabríausadoelpropiodueño.Ycontodoestecomportamientodefieras,huíande losenfermoscuantopodían.Yen tangranaflicciónymiseriadenuestraciudad,estabalareverendaautoridaddelasleyes,delasdivinascomodelashumanas,todacaídaydeshechaporsusministrosyejecutoresque,comolosotroshombres,estabanenfermosomuertososehabíanquedadotancarentesdeservidoresquenopodíanhaceroficioalguno;porlocualleeralícitoatodoelmundohacer loque lepluguiese.Muchosotrosobservaban,entre lasdosdichasmásarriba,unavíaintermedia:nirestringiéndoseenlasviandascomolosprimerosnialargándoseenelbeberyenlosotroslibertinajestantocomolossegundos,sinosuficientemente,segúnsuapetito,usandodelascosasysinencerrarse,saliendoapasearllevandoenlasmanosflores,hierbasodoríferasodiversas clases de especias, que se llevaban a la nariz con frecuencia porestimarqueeraóptimacosaconfortarelcerebrocontalesolorescontraelaireimpregnadotododelhedordeloscuerposmuertosycargadoyhediondoporla enfermedad y las medicinas. Algunos eran de sentimientos más crueles(como si por ventura fuesemás seguro) diciendo que ningunamedicina eramejor ni tan buena contra la peste que huir de ella; y movidos por esteargumento, no cuidando de nada sino de sí mismos, muchos hombres ymujeresabandonaronlapropiaciudad,laspropiascasas,susposesionesysusparientesysuscosas,ybuscaronlasajenas,oalmenoselcampo,comosilairadeDiosnofueseaseguirlesparacastigarlainiquidaddeloshombresconaquellapesteysolamentefueseaoprimiraaquellosqueseencontrasendentrode los muros de su ciudad como avisando de que ninguna persona debía

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quedarenellayser llegadasuúltimahora.Yaunqueestosqueopinabandediversasmanerasnomurierontodos,noporellotodossesalvaban,sinoque,enfermándosemuchos en cadaunade ellas y en distintos lugares (habiendodadoellosmismosejemplocuandoestabansanosa losquesanosquedaban)abandonados por todos, languidecían ahora. Y no digamos ya que unciudadanoesquivasealotroyquecasiningúnvecinotuviesecuidadodelotro,y que los parientes raras veces o nunca se visitasen, y de lejos: con tantoespanto había entrado esta tribulación en el pecho de los hombres y de lasmujeres,queunhermanoabandonabaalotroyeltíoalsobrinoylahermanaalhermano,ymuchasveceslamujerasumarido,yloquemayorcosaesycasiincreíble, los padres y las madres a los hijos, como si no fuesen suyos,evitaban visitar y atender. Por lo que a quienes enfermaban, que eran unamultitud inestimable, tanto hombres como mujeres, ningún otro auxilio lesquedabaqueolacaridaddelosamigos,delosquehabíapocos,olaavariciade loscriadosqueporgruesos salariosyabusivoscontratos servían, aunquecon todo ello no se encontrasen muchos y los que se encontraban fuesenhombres y mujeres de tosco ingenio, y además no acostumbrados a talservicio, que casi no servían para otra cosa que para llevar a los enfermosalgunas cosas que pidiesen o mirarlos cuando morían; y sirviendo en talservicio, se perdían ellos muchas veces con lo ganado. Y de este serabandonados los enfermos por los vecinos, los parientes y los amigos, y dehaber escasez de sirvientes se siguió una costumbre no oída antes: que aninguna mujer por bella o gallarda o noble que fuese, si enfermaba, leimportaba tener a su servicio a un hombre, como fuese, joven o no, nimostrarle sin ninguna vergüenza todas las partes de su cuerpo no de otramanera que hubiese hecho a otra mujer, si se lo pedía la necesidad de suenfermedad;loqueenaquellasquesecuraronfuerazóndehonestidadmenoren el tiempoque sucedió.Yademás, se siguióde ello lamuertedemuchosque, por ventura, si hubieran sido ayudados se habrían salvado; de los que,entreeldefectodelosnecesariosserviciosquelosenfermosnopodíanteneryporlafuerzadelapeste,eratantaenlaciudadlamultituddelosquededíaydenochemorían,quecausabaestuporoírlodecir,cuantomásmirarlo.Porlocual, casi por necesidad, cosas contrarias a las primeras costumbres de losciudadanosnacieronentrequienesquedabanvivos.Eracostumbre,asícomoahoravemoshacer,quelasmujeresparientesyvecinassereuniesenenlacasadelmuerto,yallí,conaquellasquemásletocaban,lloraban;yporotrapartedelante de la casa del muerto con sus parientes se reunían sus vecinos ymuchosotrosciudadanos,ysegúnlacalidaddelmuertoallíveníaelclero,yélenhombrosde sus iguales, con funeralpompadeceray cantos, a la iglesiaelegida por él antes de la muerte era llevado. Las cuales cosas, luego queempezóasubirlaferocidaddelapeste,oentodooensumayorpartecesaroncasi y otras nuevas sobrevivieron en su lugar. Por lo que no solamente sin

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tenermuchasmujeresalrededorsemoríanlasgentessinoqueeranmuchoslosquedeestavidapasabana laotrasin testigos;ypoquísimoseranaquéllosaquienes los piadosos llantos y las amargas lágrimas de sus parientes fuesenconcedidas,sinoqueenlugardeellaseranporlosmásacostumbradaslasrisasy las agudezas y el festejar en compañía; la cual costumbre lasmujeres, engran parte pospuesta la femenina piedad a su salud, habían aprendidoóptimamente.Yeranrarosaquelloscuerposquefuesenpormásdediezodocede sus vecinos acompañados a la iglesia; a los cuales no llevaban sobre loshombrosloshonradosyamadosciudadanos,sinounaespeciedesepulturerossalidosdelagentebajaquesehacíanllamarfaquinesyhacíanesteservicioasueldoponiéndosedebajodelataúdy, llevándoloconpresurosospasos,noaaquellaiglesiaquehubieseantesdelamuertedispuesto,sinoalamáscercanalamayoríadelasveceslollevaban,detrásdecuatrooseisclérigosconpocaslucesyavecessinninguna;losque,conlaayudadelosdichosfaquines,sincansarse en un oficio demasiado largo o solemne, en cualquier sepulturadesocupada encontrada primero lometían.De la gente baja, y tal vez de lamediana,elespectáculoestaballenodemuchamayormiseria,porqueéstos,oporlaesperanzaolapobrezaretenidoslamayoríaensuscasas,quedándoseensusbarrios,enfermabanamillarespordía,ynosiendoniservidosniayudadospornadie,sinredenciónalgunamoríantodos.Ybastantesacababanenlavíapública, de día o de noche; ymuchos, simorían en sus casas, antes con elhedor corrompido de sus cuerpos que de otra manera, hacían sentir a losvecinos que estaban muertos; y entre éstos y los otros que por toda partemorían,unamuchedumbre.Era sobre todoobservadaunacostumbrepor losvecinos,movidosnomenosporeltemordequelacorrupcióndelosmuertosno los ofendiese que por el amor que tuvieran a los finados.Ellos, o por símismosoconayudadealgunosacarreadorescuandopodíantenerla,sacabandesuscasasloscuerposdelosyafinadosylosponíandelantedesuspuertas(donde, especialmente por la mañana, hubiera podido ver un sinnúmero deellosquiensehubiesepaseadoporallí)yallíhacíanvenirlosataúdes,yhubotalesaquienespordefectodeellospusieronsobrealgunatabla.Tampocofueunsoloataúdelquesellevójuntasadosotrespersonas;nisucedióunavezsola sino que se habrían podido contar bastantes de los que la mujer y elmarido, los dos o tres hermanos, o el padre y el hijo, o así sucesivamente,contuvieron.Ymuchasvecessucedióque,andandodoscurasconunacruzaporalguno,sepusierontresocuatroataúdes,llevadosporacarreadores,detrásdeella;ydonde loscurascreían tenerunmuertoparasepultar, teníanseisuocho, o tal vezmás. Tampoco eran éstos con lágrimas o luces o compañíahonrados, sino que la cosa había llegado a tanto que no de otramanera secuidabadeloshombresquemoríanquesecuidaríaahoradelascabras;porloque apareció asaz manifiestamente que aquello que el curso natural de lascosasnohabíapodidoconsuspequeñosyrarosdañosmostraralossabiosque

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sedebíasoportarconpaciencia,lohacíalagrandezadelosmalesaúnconlossimples, desaprensivos y despreocupados. A la gran multitud de muertosmostrada que a todas las iglesias, todos los días y casi todas las horas, eraconducida,nobastandolatierrasagradaalassepulturas(ymáximequeriendodaracadaunounlugarpropiosegúnlaantiguacostumbre),sehacíanporloscementeriosdelasiglesias,despuésquetodaslaspartesestabanllenas,fosasgrandísimasenlasqueseponíanacentenareslosquellegaban,yenaquellasestibas, como se ponen lasmercancías en las naves en capas apretadas, conpoca tierra se recubrían hasta que se llegaba a ras de suelo. Y por no irbuscandoporlaciudadtodoslosdetallesdenuestraspasadasmiseriasenellasucedidas,digoqueconuntiempotanenemigoquecorrióésta,noporelloseahorró algo al campo circundante; en el cual, dejando los burgos, que eransemejantes,ensupequeñez,alaciudad,porlasaldeasesparcidasporélyloscampos,loslabradoresmíserosypobresysusfamilias,sintrabajodemédiconiayudadeservidores,porlascallesyporloscolladosyporlascasas,dedíaodenocheindiferentemente,nocomohombressinocomobestiasmorían.Porlo cual, éstos, disolutas sus costumbres como las de los ciudadanos, no seocupabandeningunadesuscosasohaciendas;ytodos,comosiesperasenvervenir la muerte en el mismo día, se esforzaban con todo su ingenio no enayudar a los futuros frutos de los animales y de la tierra y de sus pasadostrabajos,sinoenconsumir losque teníanamano.Por loque losbueyes, losasnos,lasovejas,lascabras,loscerdos,lospollosyhastalosmismosperrosfidelísimosalhombre, sucedióque fueronexpulsadosde laspropiascasasypor los campos, donde las cosechas estaban abandonadas, sin ser no yarecogidassinonisiquierasegadas,ibancomomáslesplacía;ymuchos,comoracionales, después que habían pastado bien durante el día, por la noche sevolvían saciados a sus casas sin ninguna guía de pastor. ¿Qué más puededecirse,dejandoelcampoyvolviendoalaciudad,sinoquetantaytalfuelacrueldaddelcielo,ytalvezenparteladeloshombres,queentrelafuerzadela pestífera enfermedad y por ser muchos enfermos mal servidos oabandonadosensunecesidadporelmiedoqueteníanlossanos,amásdecienmilcriaturashumanas,entremarzoyeljuliosiguiente,setieneporciertoquedentrodelosmurosdeFlorencialesfuearrebatadalavida,quetalvezantesdel accidente mortífero no se habría estimado haber dentro tantas? ¡Ohcuántosgrandespalacios,cuántasbellascasas,cuántasnoblesmoradasllenaspordentrodegentes,deseñoresydedamas,quedaronvacíashastadelmenorinfante! ¡Oh cuántos memorables linajes, cuántas amplísimas herencias,cuántas famosas riquezas se vieron quedar sin sucesor legítimo! ¡Cuántosvalerosos hombres, cuántas hermosas mujeres, cuántos jóvenes gallardos aquienes no otros que Galeno, Hipócrates o Esculapio hubiesen juzgadosanísimos,desayunaronconsusparientes,compañerosyamigos,yllegadalatardecenaronconsusantepasadosenelotromundo!

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Amímismomedisgustaandarrevolviéndometantoentretantasmiserias;porloque,queriendodejaraquellapartedelasqueconvenientementepuedoevitar,digoque, estandoenestos términosnuestraciudaddehabitantescasivacía, sucedió,asícomoyodespuésoíaunapersonadignade fe,queen lavenerableiglesiadeSantaMaríalaNueva,unmartesdemañana,nohabiendocasiningunaotrapersona,oídoslosdivinosoficiosenhábitosdeduelo,comopedíansemejantes tiempos,seencontraronsietemujeres jóvenes, todasentresíunidasoporamistadoporvecindadoporparentesco,delascualesningunahabíapasadoelvigésimoañonieramenordedieciocho,discretastodasydesangre noble y hermosas de figura y adornadas con ropas y honestidadgallarda. Sus nombres diría yo debidamente si una justa razón no meimpidiese hacerlo, que es quenoquiero quepor las cosas contadas de ellasquesesiguen,ypor loescuchado,ningunapuedaavergonzarseenel tiempoporvenir,estandohoyuntantorestringidaslasleyesdelplacerqueentonces,porlasrazonesantesdichas,erannoyaparasuedadsinoparaotramuchomásmadura amplísimas; ni tampoco dar materia a los envidiosos (prestos amancillartodavidaloable),dedisminuirenningúnmodolahonestidaddelasvalerosasmujeresenconversacionesdesconsideradas.Pero,sinembargo,paraque aquello que cada una dijese se pueda comprender pronto sin confusión,con nombres convenientes a la calidad de cada una, o en todo o en parte,entiendo llamarlas; de las cuales a la primera, y la que era de más edad,llamaremos Pampínea y a la segunda Fiameta, Filomena a la tercera y a lacuartaEmilia,ydespuésLauretadiremosalaquinta,yalasextaNeifile,yalaúltima,nosinrazón,llamaremosElisa.Lascuales,noyamovidasporalgúnpropósito sino por el acaso, se reunieron en una de las partes de la iglesiacomodispuestasasentarseencorro,yluegodemuchossuspiros,dejandoderezarpadrenuestros,comenzaronadiscurrirsobrelacondicióndelostiemposmuchas y variadas cosas; y luego de algún espacio, callando las demás, asíempezóahablarPampínea:

—Vosotras podéis, queridas señoras, tanto como yo haber oído muchasvecesqueanadieofendequienhonestamentehaceusodesuderecho.Naturalderecho es de todos los que nacen ayudar a conservar y defender su propiavida tanto cuanto pueden, y concededme esto, puesto que alguna vez ya hasucedidoque,porconservarla,sehayanmatadohombressinningunaculpa.Ysi esto conceden las leyes, a cuya solicitud está el buen vivir de todos losmortales, ¡cuánmayormente eshonestoque, sinofender a nadie, nosotras ycualquieraotro,tomemoslosremediosquepodamosparalaconservacióndenuestra vida! Siempre queme pongo a considerar nuestras acciones de estamañana y de las ya pasadas y pienso cuántos y cuáles son nuestrospensamientos, comprendo, y vosotras de igualmodo lo podéis comprender,quecadaunadenosotrastemaporsímisma;ynomemaravilloporello,sinoquememaravillodequesucediéndonosatodastenersentimientodemujer,no

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tomemos alguna compensación de aquello que fundadamente tememos.Estamosviviendoaquí, amiparecer,nodeotromodoque siquisiésemosydebiésemossertestigosdecuantoscuerposmuertossellevanalasepultura,oescucharsilosfrailesdeaquídentro(elnúmerodeloscualescasihallegadoacero) cantan sus oficios a las horas debidas, o mostrar a cualquiera queaparezca,pornuestroshábitos,lacalidadylacantidaddenuestrasmiserias.Y,si salimos de aquí, o vemos cuerpos muertos o enfermos llevados por lascalles,ovemosaquéllosaquienesporsusdelitoslaautoridaddelaspúblicasleyes condenó al exilio, escarneciéndolas porque oyeron que sus ejecutoresestaban muertos o enfermos, y con descompensado ímpetu recorriendo laciudad, o a las heces de nuestra ciudad, enardecidas con nuestra sangre,llamarse faquines y en ultraje nuestro andar cabalgando y discurriendo portodaspartes,acusándonosdenuestrosmalescondeshonestascanciones.Ynootra cosa oímos sino «los tales son muertos», y «los otros tales estánmuriéndose»; y si hubiera quien pudiese hacerlo, por todas partes oiríamosdolorososllantos.Ysianuestrascasasvolvemos,nosésiavosotrascomoamíossucede:yo,demuchafamilia,noencontrandootrapersonaenellaqueamicriada,empavorezcoysientoquesemeerizanloscabellos,ymeparece,dondequieraquevoyomequedo,verlasombradelosquehanfallecido,ynoconaquellosrostrosquesolíansinoconunaspectohorrible,noséendóndeextrañamenteadquirido,espantarme.Portodolocual,aquíyfueradeaquí,yen casa, me siento mal, y tanto más ahora cuando me parece que no haypersonaqueaúntengapulsoylugardondeir,comotenemosnosotras,quesehaya quedado aquí salvo nosotras. Y he oído y visto muchas veces que sialgunosquedan,aquéllos,sinhacerdistinciónalgunaentrelascosashonestasylasquenoloson,sóloconqueelapetitoselopida,ysolosyacompañados,dedíaodenoche, hacen loquemejor se lesofrece; yno sólo laspersonaslibressinotambiénlasencerradasenmonasterios,persuadiéndosedequelesconvieneaquelloqueenlosotrosnodesdice,rotaslasleyesdelaobediencia,se dan a deleites carnales, de tal guisa pensando salvarse, y se han hecholascivasydisolutas.Ysi así es, comomanifiestamente seve, ¿quéhacemosaquí nosotras?, ¿qué esperamos?, ¿qué soñamos? ¿Por qué somos másperezosasylentasennuestrasalvaciónquetodoslosdemásciudadanos?¿Nosreputamosdemenorvalorquetodoslosdemás?,¿ocreemosquenuestravidaestáatadaconcadenasmásfuertesanuestrocuerpoqueladelosotros,yasíno debemos pensar que nada tenga fuerza para ofenderla? Estamosequivocadas, nos engañamos, qué brutalidad es la nuestra si lo creemos así,cuantasvecesqueramosrecordarcuántosycuáleshansido los jóvenesy lasmujeres vencidos por esta cruel pestilencia, tendremos una demostraciónclarísima.Yporello,afindequeporrepugnanciaopresunciónnocaigamosen aquello de lo que por ventura, queriéndolo, podremos escapar de algúnmodo, no sé si os parecerá a vosotras lo que a mí me parece: yo juzgaría

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óptimamenteque,talcomoestamos,yasícomomuchoshanhechoantesquenosotrasyhacen,saliésemosdeestatierra,yhuyendocomodelamuertelosdeshonestosejemplosajenos,honestamentefuésemosaestarennuestrasvillascampestres (en que todas abundamos) y allí aquella fiesta, aquella alegría yaquel placer que pudiésemos sin traspasar en ningún punto el límite de lorazonable, lo tomásemos.Allí se oye cantar los pajarillos, se ve verdear loscollados y las llanuras, y a los campos llenos demieses ondear no de otromodoqueelmarymuchasclasesdeárboles,yelcielomásabiertamente;elcual,pormuyenojadoqueesté,noporellonosniegasusbellezaseternas,quemuchomásbellassondeadmirarquelosmurosvacíosdenuestraciudad.Yesallí,amásdeesto,elaireasazmásfresco,ydelascosasquesonnecesariasalavidaenestostiemposhayallímásabundancia,yesmenorelnúmerodelasenojosas: porque allí, aunque tambiénmueran los labradores como aquí losciudadanos, el disgusto es tantomenor cuantomás raras son las casas y loshabitantes que en la ciudad. Y aquí, por otra parte, si veo bien, noabandonamos a nadie, antes podemos con verdad decir que fuimosabandonadas:porquelosnuestros,omuriendoohuyendodelamuerte,comosi no fuésemos suyas nos han dejado en tanta aflicción. Ningún reprochepuedehacerse,porconsiguiente,aseguirtalconsejo,mientrasqueeldoloryeldisgusto,ytalvezlamuerte,podríanacaecernossinoloseguimos.Yporello,siosparece,tomandonuestrascriadasyhaciéndonosseguirdelascosasoportunas,hoyeneste sitioymañanaenaquél, la alegríay la fiestaqueenestos tiempos se pueda creo que estará bien que gocemos; y quepermanezcamosdeestaguisahastaqueveamos(siprimerolamuertenonosalcanza)quéfinreservaelcieloaestascosas.Yrecordadquenodesdicedenosotras irnoshonestamentecuandogranpartede losotrosdeshonestamentesequedan.

HabiendoescuchadoaPampínealasotrasmujeres,nosolamentealabaronsurazonamientosinoque,deseosasdeseguirlo,habíanyaentresíempezadoaconsiderarelmododellevarloacabo,comosiallevantarsededondeestabansentadasinmediatamentedebieranponerseencamino.PeroFilomena,queeradiscretísima,dijo:

—Señoras,pormuyóptimamentedichoquehayaestadoel razonamientode Pampínea, no por ello es cosa de correr a hacerlo así como parece quequeréis.Osrecuerdoquesomostodasmujeresynohayningunatanmozaqueno pueda conocer bien cómo se saben gobernar lasmujeres juntas y sin laprovidencia de algún hombre. Somos volubles, alborotadoras, suspicaces,pusilánimes ymiedosas, cosas por las quemuchodudoque, si no tomamosotraguíamásquelanuestra,nosedisuelvaestacompañíamuchoantesyconmenoshonorparanosotrasdeloqueseríamenester:yporellobuenoestomarprovidenciasantesdeempezar.

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DijoentoncesElisa:

—Enverdadloshombressoncabezadelamujerysinsudirecciónrarasveces llega alguna de nuestras obras a un fin loable: pero ¿cómo podemosencontraresoshombres?Todassabemosquedelosnuestrosestánlamayoríamuertos,y losotrosquevivensehanquedadounoaquíotroalláendistintacompañía, sin que sepamos dónde, huyéndole a aquello de que nosotrasqueremos huir, y el admitir a extraños no sería conveniente; por lo que, siqueremoscorrertraslasalud,nosconvieneencontrarelmododeorganizarnosdetalmaneraquedeaquelloenloquequeremosencontrardeleiteyreposonosesigadisgustoyescándalo.

Mientras entre las mujeres andaban estos razonamientos, he aquí queentranenlaiglesiatresjóvenes,quenoloerantantoquenofuesedemenosdeveinticinco años la edad del más joven: ni la calidad y perversidad de lostiempos, ni la pérdida de amigos y de parientes, ni el temor por símismoshabíapodidonosóloextinguirelamorenellossinoniaunenfriarlos.Deloscuales uno era llamado Pánfilo y Filostrato el segundo y el últimoDioneo,todos afables y corteses; y andaban buscando, como sumayor consuelo entantaperturbacióndelascosas,verasusdamas,lascualesestabanlastresporventuraentre lasyadichassiete,yde lasdemáseranparientesdealgunodeellos.Peroprimerollegaronellosalosojosdeéstasqueéstasfueronvistasporellos;porloquePampínea,entonces,sonriéndosecomenzó:

—He aquí que la fortuna es favorable a nuestros comienzos y nos hapuestodelanteaestos jóvenesdiscretosyvalerososquenosharáncongustodeguíasyservidoressinodejamosdetomarlesparaesteoficio.

Neifile,entonces,quetodasehabíasonrojadodevergüenzaporqueeraunadelasamadasporlosjóvenes,dijo:

—Pampínea, por Dios, mira lo que dices. Reconozco abiertamente quenadamásquecosastodasbuenaspuedendecirsedecualquieradeellos,yloscreocapacesdemuchasmayorescosasdelasquesonnecesariasparaéstas,ysemejantemente creo que pueden ofrecer buena y honesta compañía nosolamenteanosotrassinoaotrasmuchomáshermosasyestimadasdeloquenosotras somos; pero como es cosa manifiesta que están enamorados dealgunasde lasque aquí están, temoque se sigadifamacióny reproches, sinnuestraculpaolasuya,silosllevamosconnosotras.

DijoentoncesFilomena:

—Esopocamonta;alládondeyohonestamentevivaynomeremuerdadenadalaconciencia,hablequienquieraencontra:Diosylaverdadtomaránpormílasarmas.Pues,siestuviesendispuestosavenirpodríamosdecirenverdad,comoPampíneadijo,quelafortunaesfavorableanuestrapartida.

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Las demás, oyendo a éstas hablar así, no solamente se callaron sino queconsentimientoconcordedijerontodasquefuesenllamadosyselesdijesesuintención;y se les rogasequequisieran tenerlascompañíaeneldichoviaje.Por lo que, sin más palabras, poniéndose en pie Pampínea, que porconsanguinidaderaparientedeunodeellos,sedirigióhaciaellos,queestabanparadosmirándolas y, saludándolos con alegre gesto, les hizomanifiesta suintención y les rogó en nombre de todas que con puro y fraternal ánimo sequisiesendisponeratenerlascompañía.Losjóvenescreyeronprimeroqueseburlaba, pero después que vieron que la dama hablaba en serio declararonalegrementequeestabanprontos,ysinponerdilaciónalasunto,afindequepartiesen,dieronórdenesdeloquehabíaquehacerparadisponerlapartida.Yordenadamentehaciendoaparejar todas lascosasoportunasymandadasyaadondeellosqueríanir,lamañanasiguiente,estoes,elmiércoles,alclareareldía,lasmujeresconalgunasdesuscriadasylostresjóvenescontresdesussirvientes, saliendo de la ciudad, se pusieron en camino, y no más de dospequeñas millas se habían alejado de ella cuando llegaron al lugarprimeramentedecidido.

Estabatallugarsobreunapequeñamontaña,portodaspartesalejadoalgodenuestroscaminos,condiversosarbustosyplantastodaspobladasdeverdesfrondas agradable de mirar; en su cima había una villa con un grande yhermosopatioenmedio,ycongaleríasyconsalasyconalcobastodasellasbellísimas y adornadas con alegres pinturas dignas de ser miradas, conpradecillos en torno y con jardines maravillosos y con pozos de aguafresquísima y con bodegas llenas de preciosos vinos: cosasmás apropiadaspara losbebedoresconsumadosquepara las sobriasyhonradasmujeres.Lacual, bien barrida y con las alcobas y las camas hechas, y llena de cuantasflores se podían tener en la estación, y alfombrada con esparcidas ramas dejuncos,halló lacompañíaque llegaba,connopocoplacerporsuparte.Yalreunirse por primera vez, dijo Dioneo, que más que ningún otro joven eraagradableyllenodeagudeza:

—Señoras, vuestra discreción más que nuestra previsión nos ha guiadoaquí;yonoséquéesloqueintentáishacerdevuestrospensamientos:losmíoslosdejéyodentrodelaspuertasdelaciudadcuandoconvosotrashacepocomesalídeella,yporelloovosotrasosdisponéisasolazarosyareíryacantarconmigo (tanto,digo, comoconvieneavuestradignidad)omedais licenciapara que a por mis pensamientos retorne y me quede en aquella ciudadatribulada.

A lo que Pampínea, no de otro modo que si semejantemente hubiesearrojadodesítodoslossuyos,contestóalegre:

—Dioneo,óptimamentehablas:hemosdevivirfestivamentepuesnootracosaquelastristezasnoshanhechohuir.Perocomolascosasquenotienen

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ordennopuedendurarlargamente,yoquefuilainiciadoradelosrozamientosporlosquesehaformadoestabuenacompañía,pensandoenlacontinuacióndenuestraalegría,estimoqueesdenecesidadelegirentrenosotrosaalgunocomomásprincipal a quienhonremosyobedezcamos comoamayor, todoscuyospensamientossedirijanporelcuidadodehacernosviviralegremente.Yparaquetodospruebenelpesodelaspreocupacionesjuntoconelplacerdelaautoridad,yporconsiguiente,llevadodeunapartealaotra,nopuedaquiennolopruebasentirenvidiaalguna,digoqueacadaunoporundíaseatribuyaelpesoyconélelhonor,yquienseaelprimerodenosotrossedebaalaeleccióndetodos;losquelesucedan,alacercarselahoradelcrepúsculo,seanaqueloaquellaqueplazcaaquienaqueldíahayatenidotalseñorío,yestetal,segúnsu arbitrio, durante el tiempo de su señorío, del lugar y elmodo en el quehayamosdevivir,ordeneydisponga.

Estas palabras agradarongrandemente y a unavoz la eligieronpor reinadel primer día, y Filomena, corriendo prestamente hacia un laurel, porquemuchasveceshabíaoídohablardecuángrandehonorsusfrondaserandignasy cuán digno honor hacían a quien era con ellas meritoriamente coronado,cogiendo algunas ramas, hizo una guirnalda honrosa y bien arreglada que,poniéndosela en la cabeza, fue,mientras duró aquella compañía,manifiestosignoatodoslosdemásdelrealseñoríoypreeminencia.

Pampínea, hecha reina, mandó que todos callasen, habiendo hecho yallamarallíalosservidoresdelostresjóvenesyasuscriadas;ycallandotodos,dijo:

—Para dar primero ejemplo a todos vosotros para que, procediendo debienenmejor,nuestracompañíaconordenyconplacerysinningúndeshonorvivaydurecuantolodeseemos,nombroprimeramenteaPármeno,criadodeDioneo, mi senescal, y a él encomiendo el cuidado y la solicitud por todanuestra familia y lo que pertenece al servicio de la sala. Sirisco, criado dePánfilo, quiero que sea administrador y tesorero y que siga las órdenes dePármeno.Tíndaro,alserviciodeFilostratoydelosotrosdos,queseocupedesus alcobas cuando los otros, ocupados en sus oficios, no puedan ocuparse.Misia,micriada,yLicisca,deFilomena,estaráncontinuamenteenlacocinayaparejarán diligentemente las viandas que por Pármeno le sean ordenadas.Quimera,deLaureta,yEstratilia,deFiameta,queremosqueesténpendientesdelgobiernodelasalcobasdelasdamasydelalimpiezadeloslugaresdondeestemos.Yatodosengeneral,porcuantoestimennuestragracia,queremosyles ordenamos que se guarden, dondequiera que vayan, de dondequiera quevuelvan,cualquiercosaquesealoqueoiganovean,detraerdefueraningunanoticiaquenoseaalegre.—Ydadassumariamenteestasórdenes,quefueronde todos encomiadas, enderezándose, alegres en pie, dijo—: Aquí hayjardines,aquíhayprados,aquíhayotroslugaresmuydeleitosos,porloscuales

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vayacadaunoasugustosolazándose;yaloíreltoquedetercia,todosesténaquíparacomerconlafresca.

Despedida, pues, por la reciente reina, la alegre compañía, los jóvenesjuntoconlasbellasmujeres,hablandodecosasagradables,conlentopaso,sefueronporunjardínhaciéndosebellasguirnaldasdevariasfrondasycantandoamorosamente.Yluegodehabersedemoradoasícuantoespacioleshabíasidoconcedidopor la reina,vueltosacasa, encontraronquePármenohabíadadodiligentemente principio a su oficio, por lo que, al entrar en una sala de laplanta baja, allí vieron las mesas puestas conmanteles blanquísimos y convasosqueparecíandeplata,ytodaslascosascubiertasdefloresyderamasdehiniesta;porloque,dadaelaguaalasmanos,comogustóalareina,segúneljuiciodePármeno,todosfueronasentarse.Lasviandasdelicadamentehechasllegaron y fueron aprestados vinos finísimos, y sinmás, en silencio los tresservidores sirvieron las mesas. Alegrados todos por estas cosas, que eranbellasyordenadas,conplacenteroingenioyconfiestacomieron;ylevantadaslas mesas, como sucedía que todas las damas sabían bailar las danzas decarola, y también los jóvenes, y parte de ellos tocar y cantar óptimamente,mandólareinaqueviniesenlosinstrumentos:yporsumandato,DioneotomóunlaúdyFiametaunaviola,comenzandoatocarsuavementeunadanza.Porloquelareina,conlasotrasdamas,cogiéndosedelamanoencorroconlosjóvenes, con lento paso, mandados a comer los sirvientes, empezaron unacarola:ycuandolaterminaron,acantarcancionesamablesyalegres.Ydeestemodoestuvierontantotiempoquealareinaleparecióquedebíaniradormir;porloque,dandoatodoslicencia,lostresjóvenesasusalcobas,separadasdelasdelasmujeres,sefueron;lascualesconlascamasbienhechasytanllenasdeflorescomolasalaencontraron;ysemejantementelassuyaslasdamas,porloque,desnudándosesefueronareposar.

No hacía mucho que había sonado nona cuando la reina, levantándose,hizo levantar a lasdemásyde igualmodoa los jóvenes, afirmandoqueeranocivo dormir demasiado de día; y así se fueron a un pradecillo en que lahierbaeraverdeyaltayelsolnopodíaentrarporningunaparte;yallí,dondesesentíaunsuavevientecillo,todossesentaronencorrosobrelaverdehierbaasícomolareinaquiso.Yellalesdijo:

—Comoveis,elsolestáaltoyelcaloresgrande,ynadaseoyesinolascigarras arriba en los olivos, por lo que ir ahora a cualquier lugar sería sindudanecedad.Aquíesbuenoyfrescoestaryhay,comoveis,tablerosypiezasde ajedrez, y cada uno puede, según lo que a su ánimo le dé más placer,encontrardeleite.Perosienestosesiguieramiparecer,nojugando,enloqueelánimodeunadelasparteshadeturbarsesindemasiadoplacerdelaotraode quien está mirando, sino novelando (con lo que, hablando uno, toda lacompañíaqueleescuchatomadeleite)pasaríamosestacalientepartedeldía.

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Cuandoterminaseiscadaunodecontarunahistoria,elsolhabríadeclinadoydisminuido el calor, y podríamos a donde más gusto nos diera ir aentretenernos;yporello,siestoquehedichoosplace(yaqueestoydispuestaaseguirvuestrogusto),hagámoslo;ysinoospluguiese,hagacadaunoloquemáslegustehastalahoradevísperas.

Lasmujeresporigualytodosloshombresalabaronelnovelar.

—Entonces—dijo la reina—, si ello os place, por esta primera jornadaquieroquecadaunohabledeloquemásleguste.

YvueltaaPánfilo,quesesentabaasuderecha,amablemente ledijoquecon una de sus historias diese principio a las demás; y Pánfilo, oído elmandato,prestamente,ysiendoescuchadoportodos,empezóasí:

NOVELAPRIMERA

ElseorCepparelloengañaaunsantofraileconunafalsaconfesiónymueredespués,yhabiendosidounhombremalvadoenvida,es,muerto,

reputadoporsantoyllamadoSanCiappelletto.

Conviene, carísimas señoras, que a todo lo que el hombre hace le déprincipio con el nombre de Aquél que fue de todos hacedor; por lo que,debiendo yo el primero dar comienzo a nuestro novelar, entiendo comenzarconunodesusmaravillososhechosparaque,oyéndolo,nuestraesperanzaenélcomoencosa inmutableseafirme,ysiempreseapornosotrosalabadosunombre.

Manifiestacosaesque,comolascosastemporalessontodastransitoriasymortales,estánensíyporfueradesíllenasdedolor,deangustiaydefatiga,ysujetasainfinitospeligros;aloscualesnopodremosnosotrossinalgúnerror,losquevivimosmezcladosconellasysomospartedeellas,resistirnihacerlesfrente,silaespecialgraciadeDiosnonosprestafuerzayprudencia.Lacual,anosotrosyennosotrosnoesdecreerquedesciendaporméritoalgunonuestro,sino por su propia benignidad movida y por las plegarias impetradas deaquellos que, como lo somos nosotros, fueronmortales y, habiendo seguidobien susgustosmientras tuvieronvida, ahora sehan transformadoconél eneternosybienaventurados;aloscualesnosotrosmismos,comoaprocuradoresinformadosporexperienciadenuestrafragilidad,ytalveznoatreviéndonosamostrarnuestrasplegariasantelavistadetangrandejuez,lesrogamosporlascosasquejuzgamosoportunas.YaúnmásenÉl,llenodepiadosaliberalidadhacianosotros, señalemosque,nopudiendo la agudezade losojosmortalestraspasarenmodoalgunoel secretode ladivinamente,avecessucedeque,

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engañadosporlaopinión,hacemosprocuradoresantesumajestadagentesquehan sido arrojadas por Ella al eterno exilio; y no por ello Aquél a quienningunacosaesoculta(mirandomásalapurezadelorantequeasuignoranciaoalexiliodeaquélaquien le ruega)comosi fuesebienaventuradoantesusojos, deja de escuchar a quienes le ruegan. Lo que podrá aparecermanifiestamenteen lanovelaqueentiendocontar:manifiestamente,digo,noeljuiciodeDiossinoelseguidoporloshombres.

Sedice,pues,quehabiéndoseMusciattoFranzesiconvertido,deriquísimoy gran mercader en Francia, en caballero, y debiendo venir a Toscana conmicer Carlos Sin Tierra, hermano del rey de Francia, que fue llamado ysolicitadoporelpapaBonifacio,dándosecuentadequesusnegociosestaban,comomuchasvecesloestánlosdelosmercaderes,muyintrincadosacáyallá,yquenosepodíandeligeronisúbitamentedesintrincar,pensóencomendarlosavariaspersonas,yparatodosencontrócómo;fueradequelequedóladudade a quién dejar pudiese capaz de rescatar los créditos hechos a variosborgoñones.

Ylarazóndeladudaerasaberquelosborgoñonessonlitigiososydemalacondiciónydesleales,yaélnoleveníaa lacabezaquiénpudiesehabertanmalvadoenquienpudierateneralgunaconfianzaparaquepudieseoponerseasu perversidad. Y después de haber estado pensando largamente en esteasunto,levinoalamemoriaunseorCepparellodePratoquemuchasvecessehospedaba en su casa de París, que porque era pequeño de persona y muyacicalado,nosabiendolosfrancesesquéqueríadecirCepparello,ycreyendoquevendríaadecircapelo,esdecir,guirnalda,comoensu romance,porqueerapequeñocomodecimos,noChapelo,sinoCiappellettolellamaban:yporCiappelletto era conocido en todas partes, donde pocos comoCepparello leconocían.EraesteCiappellettodeestavida:siendonotario,sentíagrandísimavergüenzasialgunodesusinstrumentos(aunquefuesenpocos)nofuerafalso;deloscualeshubierahechotantoscomolehubiesenpedidogratuitamente,yconmejorganaquealgunodeotraclasemuybienpagado.Declarabaenfalsoconsumogusto,tantosiselepedíacomosino;ydándoseenaquellostiemposen Francia grandísima fe a los juramentos, no preocupándose por hacerlosfalsos, vencíamalvadamente en tantas causas cuantas le pidiesen que juraradecirverdadporsufe.

Tenía otra clase de placeres (ymucho se empeñaba en ello) en suscitarentreamigosyparientesycualesquieraotraspersonas,malesyenemistadesyescándalos, de los cuales cuantosmayoresmales veía seguirse, tantamayoralegría sentía. Si se le invitaba a algún homicidio o a cualquier otro actocriminal, sin negarse nunca, de buena gana iba ymuchas veces se encontrógustosamente hiriendo y matando hombres con las propias manos. GranblasfemadoreracontraDiosylossantos,yporcualquiercosapequeña,como

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queerairacundomásqueningúnotro.Alaiglesianoibajamás,yatodossussacramentos como a cosa vil escarnecía con abominables palabras; y por elcontrariolastabernasylosotroslugaresdeshonestosvisitabadebuenaganaylos frecuentaba.A lasmujeres era tan aficionado como lo son los perros albastón, con su contrario más que ningún otro hombre flaco se deleitaba.Habría hurtado y robado con la misma conciencia con que oraría un santovarón.Golosísimoy gran bebedor hasta a veces sentir repugnantes náuseas;erasolemnejugadorcondadostrucados.

Mas¿porquémealargoen tantaspalabras?Eraelpeorhombre, talvez,quenuncahubiesenacido.YsumaldadlargotiempolasostuvoelpoderylaautoridaddemicerMusciatto,porquienmuchasvecesnosólodelaspersonasprivadasaquienesconfrecuenciainjuriabasinotambiéndelajusticia,alaquesiemprelohacía,fueprotegido.

Venido,pues,esteseorCepparelloa lamemoriademicerMusciatto,queconocíaóptimamentesuvida,pensóeldichomicerMusciattoqueésteeraelquenecesitaba lamaldadde los borgoñones; por lo que, llamándole, le dijoasí:

—SeorCiappelletto, como sabes, estoypor retirarmedel todode aquí y,teniendo entre otros que entenderme con los borgoñones, hombres llenosdeengaño,noséquiénpuedadejarmásapropiadoque túpararescatardeellosmis bienes; y por ello, como tú al presente nada estás haciendo, si quieresocupartedeestoentiendoconseguirteelfavordelacorteydarteaquellapartedeloquerescatesqueseaconveniente.

Seor Cepparello, que se veía desocupado y mal provisto de bienesmundanos y veía que se iba quien su sostén y auxilio había sido durantemucho tiempo, sin ningún titubeo y como empujado por la necesidad sedecidiósindilaciónalguna,comoobligadoporlanecesidadydijoquequeríahacerlo de buena gana. Por lo que, puestos de acuerdo, recibidos por seorCiappelletto los poderes y las cartas credenciales del rey, partido micerMusciatto, se fue a Borgoña donde casi nadie le conocía: y allí de modoextraño a su naturaleza, benigna y mansamente empezó a rescatar y haceraquelloaloquehabíaido,comosireservaselairaparaelfinal.Yhaciéndoloasí,hospedándoseen lacasadedoshermanos florentinosqueprestabanconusura y por amor de micer Musciatto le honraban mucho, sucedió queenfermó,con loque losdoshermanoshicieronprestamentevenirmédicosycriados para que le sirviesen en cualquier cosa necesaria para recuperar lasalud.

Perotodaayudaeravanaporqueelbuenhombre,queerayaviejoyhabíavividodesordenadamente,segúndecíanlosmédicosibadedíaendíademalen peor como quien tiene un mal de muerte; de lo que los dos hermanos

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mucho se dolían y un día,muy cerca de la alcoba en que seorCiappellettoyacíaenfermo,comenzaronarazonarentreellos.

—¿Quéharemosdeéste?—decíaelunoalotro—.Estamosporsucausaenunasituaciónpésimaporqueecharlofueradenuestracasatanenfermonostraeríagran tachayseríasignomanifiestodepoco juicioalver lagentequeprimero lo habíamos recibido y después hecho servir y medicar tansolícitamente para ahora, sin que haya podido hacer nada que pudieraofendernos, echarlo fuera de nuestra casa tan súbitamente, y enfermo demuerte. Por otra parte, ha sido un hombre tan malvado que no querráconfesarse ni recibir ningún sacramento de la Iglesia y, muriendo sinconfesión,ningunaiglesiaquerrárecibirsucuerpoyseráarrojadoalosfososcomounperro.Ysiporelcontrarioseconfiesa,suspecadossontantosytanhorriblesqueno loshabrásemejantesyningúnfraileocuraquerránipodráabsolverle;porloque,noabsuelto,serátambiénarrojadoalosfososcomounperro.Ysiestosucede,elpueblodeestatierra,tantopornuestrooficio(queles parece inicuo y al que todo el tiempo pasan maldiciendo) como por eldeseoque tienede robarnos, viéndolo, se amotinaráygritará: «Estosperroslombardos a los que la iglesia no quiere recibir no pueden sufrirsemás», ycorrerán en busca de nuestras arcas y tal vez no solamente nos roben loshaberessinoquepuedenquitarnos también lavida;por loquedecualquieraguisaestamosmalsiéstesemuere.

Seor Ciappelletto, que, decimos, yacía allí cerca de donde éstos estabanhablando, teniendo el oído fino, como la mayoría de las veces pasa a losenfermos,oyóloqueestabandiciendoyloshizollamarylesdijo:

—Noquieroque temáispormíni tengáismiedode recibirpormicausaalgúndaño;heoídoloquehabéisestadohablandodemíyestoycertísimodeque sucedería como decís si así como pensáis anduvieran las cosas; peroandarándeotramanera.Hehecho,viviendo,tantasinjuriasalSeñorDiosqueporhacerleunamásalahoradelamuertepocosedará.Yporello,procuradhacervenirunfrailesantoyvaliosolomásquepodáis,sihayalgunoquelosea, y dejadme hacer, que yo concertaré firmemente vuestros asuntos y losmíosdetalmaneraqueresultenbienyestéiscontentos.

Los dos hermanos, aunque no sintieron por esto mucha esperanza, nodejaronde ir a un convento de frailes y pidieronque algúnhombre santo ysabioescuchaselaconfesióndeunlombardoqueestabaenfermoensucasa;ylesfuedadounfraileancianodesantaydebuenavida,ygranmaestrodelaEscritura y hombremuy venerable, a quien todos los ciudadanos tenían engrandísimayespecialdevoción,y lo llevaronconellos.Elcual, llegadoa lacámara donde el seor Ciappelletto yacía, y sentándose a su lado empezóprimero a confortarle benignamente y le preguntó luego que cuánto tiempohacíaquenosehabíaconfesado.AloqueelseorCiappelletto,quenuncase

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habíaconfesado,respondió:

—Padremío,micostumbreesdeconfesarmetodaslassemanasalmenosunavez;sinloquesonbastanteslasquemeconfiesomás;ylaverdadesque,desdequeheenfermado,quesoncasiochodías,nomeheconfesado,tantoeselmalestarqueconlaenfermedadhetenido.

Dijoentonceselfraile:

—Hijomío,bienhashecho,yasídebeshacerdeahoraenadelante;yveoque si tan frecuentemente te confiesas, poco trabajo tendré en escucharte ypreguntarte.

DijoseorCiappelletto:

—Señorfraile,nodigáiseso;yonomeheconfesadonuncatantasvecesnicontantafrecuenciaquenoquisierahacersiempreconfesióngeneraldetodoslospecadosquepudierarecordardesdeeldíaenquenacíhastaelquemehayaconfesado; y por ello os ruego, mi buen padre, que me preguntéis tanmenudamentede todas lascosascomosinuncamehubieraconfesado,ynotengáis compasión porque esté enfermo, que más quiero disgustar a estascarnesmíasque,excusándolas,hacercosaquepudieseresultarenperdicióndemialma,quemiSalvadorrescatóconsupreciosasangre.

Estaspalabrasgustaronmuchoalsantovarónyleparecieronseñaldeunamente bien dispuesta; y luegoque al seorCiappelletto hubo alabadomuchoestapráctica,empezóapreguntarlesihabíaalgunavezpecadolujuriosamenteconalgunamujer.AloqueseorCiappellettorespondiósuspirando:

—Padre, en esto me avergüenzo de decir la verdad temiendo pecar devanagloria.

Aloqueelsantofrailedijo:

—Dilacon tranquilidad,quepordecir laverdadnien laconfesiónnienotrocasonuncasehapecado.

DijoentoncesseorCiappelletto:

—Yaqueloqueréisasí,oslodiré:soytanvirgencomosalídelcuerpodemimadre.

—¡Oh,benditoseasdeDios!—dijoelfraile—,¡québienhashecho!Yalhacerlo has tenido tantomásmérito cuando, si hubieras querido, teníasmáslibertaddehacerlocontrarioquetenemosnosotrosytodoslosotrosqueestánconstreñidosporalgunaregla.

Yluegodeesto,lepreguntósihabíadesagradadoaDiosconelpecadodela gula. A lo que, suspirando mucho, seor Ciappelletto contestó que sí ymuchas veces; porque, como fuese que él, además de los ayunos de la

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cuaresma que las personas devotas hacen durante el año, todas las semanastuviera la costumbre de ayunar a pan y agua al menos tres días, se habíabebidoelaguacon tantodeleitey tantogustoyespecialmentecuandohabíasufrido alguna fatiga por rezar o ir en peregrinación, como los grandesbebedoreshacenconelvino.Ymuchasveceshabíadeseadocomeraquellasensaladasdehierbasquehacen lasmujerescuandovanal campo,yalgunasveces le había parecidomejor comer que le parecía que debiese parecerle aquienayunapordevocióncomoélayunaba.Aloqueelfrailedijo:

—Hijomío, estos pecados son naturales y son asaz leves, y por ello noquiero que te apesadumbres la concienciamás de lo necesario. A todos loshombres sucede que les parezca bueno comer después de largo ayuno, y,despuésdelcansancio,beber.

—¡Oh! —dijo seor Ciappelletto—, padre mío, no me digáis esto porconfortarme;biensabéisqueyoséquelascosasquesehacenenserviciodeDiosdebenhacerselimpiamenteysinningunamanchaenelánimo:yquienlohacedeotramanera,peca.

Elfraile,contentísimo,dijo:

—Yyoestoycontentodequeasí loentiendasen tuánimo,ymuchomeplacetupuraybuenaconciencia.Perodime,¿haspecadodeavariciadeseandomásdeloconvenienteyteniendoloquenodebierastener?

AloqueseorCiappellettodijo:

—Padremío,noquerríaquesospechaseisdemíporqueestoyencasadeestosusureros:yonotengoparteaquísinoquehabíavenidoconlaintencióndeamonestarlesyreprenderlesyarrancarlesaesteabominableoficio;ycreoquehabríapodidohacerlosiDiosnomehubiesevisitadodeestamanera.Perodebéisdesaberquemipadremedejórico,ydesushaberes,cuandomurió,dilamayorparteporDios;yluego,porsustentarmividaypoderayudaralospobres de Cristo, he hecho mis pequeños mercadeos y he deseado tenergananciasdeellos,ysiempreconlospobresdeDiosloqueheganadolohepartidopormedio,dedicandomimitadamisnecesidades,dándoleaellos laotramitad;yenellomehaayudadotanbienmiCreadorquesiempredebienenmejorhanidomisnegocios.

—Has hecho bien—dijo el fraile—, pero ¿con cuánta frecuencia te hasdejadollevarporlaira?

—¡Oh!—dijo seor Ciappelletto—, eso os digo quemuchas veces lo hehecho.¿Yquiénpodríacontenerseviendotodoeldíaaloshombreshaciendocosas sucias, no observar losmandamientos de Dios, no temer sus juicios?Hansidomuchasvecesaldíalasquehequeridoestarmejormuertoquevivoal ver a los jóvenes ir tras vanidades y oyéndolos jurar y perjurar, ir a las

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tabernas, no visitar las iglesias y seguirmás las vías delmundo que las deDios.

Dijoentonceselfraile:

—Hijomío,éstaesunairabuenayyoencuantoamínosabríaimponerteporellapenitencia.Pero¿poracasonotehabrápodidoinducirlairaacometeralgúnhomicidiooadecirvillaníasdealguienoahaceralgunaotrainjuria?

AloqueelseorCiappellettorespondió:

—¡Aydemí, señor!, vos quemeparecéis hombre deDios, ¿cómodecísestas palabras? Si yo hubiera podido tener aún un pequeño pensamiento dehaceralgunadeestascosas,¿creéisquecreaqueDiosmehubiesesostenidotanto? Eso son cosas que hacen los asesinos y los criminales, de los que,siempre que alguno he visto, he dicho siempre: «Ve con Dios que teconvierta».

Entoncesdijoelfraile:

—Ahoradime,hijomío,quebenditoseasdeDios,¿algunavezhasdichoalgún falso testimonio contra alguien, o dicho mal de alguien o quitado aalguiencosassinconsentimientodesudueño?

—Ya, señor, sí—repuso seor Ciappelletto— que he dicho mal de otro,porquetuveunvecinoqueconlamayorsinrazóndelmundonohacíamásquegolpear a sumujer tanto que una vez hablémal de él a los parientes de lamujer,tangranpiedadsentíporaquellapobrecillaqueél,cadavezquehabíabebidodemás,zurrabacomoDiososdiga.

Dijoentonceselfraile:

—Ahora bien, tú me has dicho que has sido mercader: ¿has engañadoalgunavezaalguiencomohacenlosmercaderes?

—Pormife—dijoseorCiappelletto—,señor,sí,peronoséquiéneseran:sinoquehabiéndomedadounodinerosquemedebíaporunpañoquelehabíavendido, yyopuéstolos enun cofre sin contarlos, vine averdespuésdeunmesqueerancuatrorealesmásdeloquedebíaserporloque,nohabiéndolovueltoaveryhabiéndolosconservadounañoparadevolvérselos, losdiporamordeDios.

Dijoelfraile:

—Esofuepocacosaehicistebienenhacerloquehiciste.

Y después de esto preguntóle el santo fraile sobre muchas otras cosas,sobrelascualesdiorespuestaenlamismamanera.Yqueriendoélprocederyaalaabsolución,dijoseorCiappelletto:

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—Señormío, tengo todavía algún pecado que aún no os he dicho;—elfrailelepreguntócuál—,ydijo:Meacuerdoquehiceamicriado,unsábadodespués de nona, barrer la casa y no tuve al santo día del domingo lareverenciaquedebía.

—¡Oh!—dijoelfraile—,hijomío,ésaescosaleve.

—No—dijoseorCiappelletto—,nohedichonada leve,queeldomingomucho hay que honrar porque en un día así resucitó de lamuerte a la vidaNuestroSeñor.

Dijoentonceselfraile:

—¿Algunacosamáshashecho?

—Señor mío, sí —respondió seor Ciappelletto—, que yo, no dándomecuenta,escupíunavezenlaiglesiadeDios.

Elfraileseechóareír,ydijo:

—Hijo mío, ésa no es cosa de preocupación: nosotros, que somosreligiosos,todoeldíaescupimosenella.

DijoentoncesseorCiappelletto:

—Yhacéisgranvillanía,porquenadaconviene tener tan limpiocomoelsantotemplo,enelqueserindesacrificioaDios.

Yenbreve,detaleshechosledijomuchos,yporúltimoempezóasuspirary a llorarmucho, comoquien lo sabíahacerdemasiadobien cuandoquería.Dijoelsantofraile:

—Hijomío,¿quétepasa?

RepusoseorCiappelletto:

—¡Aydemí,señor!Quemehaquedadounpecadodelquenuncameheconfesado, tan grande vergüenzame da decirlo, y cada vez que lo recuerdollorocomoveis,ymeparecemuyciertoqueDiosnuncatendrámisericordiademíporestepecado.

Entonceselsantofrailedijo:

—¡Bah, hijo! ¿Qué estás diciendo? Si todos los pecados que han hechotodosloshombresdelmundo,yquedebanhacertodosloshombresmientraselmundodure,fuesentodosenunhombresolo,yésteestuviesearrepentidoycontrito como te veo, tanta es la benignidad y lamisericordia deDios que,confesándoseéste,selosperdonaríaliberalmente;así,diloconconfianza.

DijoentoncesseorCiappelletto,todavíallorandomucho:

—¡Ay demí, padremío! Elmío es demasiado grande pecado, y apenas

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puedocreer, sivuestrasplegariasnomeayudan,quemepuedaserporDiosperdonado.

Aloqueledijoelfraile:

—Diloconconfianza,queyoteprometopediraDiosporti.

PeroseorCiappellettollorabaynolodecíayelfraileleanimabaadecirlo.Pero luego de que seor Ciappelletto llorando un buen rato hubo tenido asísuspensoalfraile,lanzóungransuspiroydijo:

—Padremío,puesquemeprometéisrogaraDiospormí,oslodiré:sabedque,cuandoerapequeñito,maldijeunavezamimadre.

Ydichoesto,empezódenuevoallorarfuertemente.Dijoelfraile:

—¡Ah, hijo mío! ¿Y eso te parece tan gran pecado? Oh, los hombresblasfemamoscontraDiostodoeldíaysiÉlperdonadebuengradoaquiensearrepiente de haber blasfemado, ¿no crees que vaya a perdonarte esto? Nollores, consuélate, que por seguro si hubieses sido uno de aquellos que lepusieronenlacruz,teniendolacontriciónqueteveo,teperdonaríaÉl.

DijoentoncesseorCiappelletto:

—¡Aydemí,padremío!¿Quédecís?Ladulcemadremíaquemellevóensucuerponuevemesesdíaynoche,ymellevóenbrazosmásdecienveces.¡Muchomalhicealmaldecirla,ypecadomuygrandees;ysinorogáisaDiospormí,nomeseráperdonado!

ViendoelfrailequenadalequedabapordeciralseorCiappelletto,lediolaabsolución y su bendición teniéndolo por hombre santísimo, como quientotalmentecreíaserciertoloqueseorCiappellettohabíadicho:¿yquiénnolohubieracreídoviendoaunhombreenpeligrodemuerteconfesándosedecirtalescosas?Ydespués,luegodetodoesto,ledijo:

—SeñorCiappelletto, con la ayudadeDios estaréis pronto sano; pero sisucediesequeDiosavuestrabenditaybiendispuestaalmallamaseasí,¿osplaceríaquevuestrocuerpofuesesepultadoennuestroconvento?

AloqueseorCiappellettorepuso:

—Señor, sí, quenoquerría estar enotro sitio, puestoquevosmehabéisprometido rogar a Dios por mí, además de que yo he tenido siempre unaespecialdevociónporvuestraorden;yporelloosruegoque,encuantoestéisenvuestroconvento,hacedquevengaamíaquelveracísimocuerpodeCristoque vos por lamañana consagráis en el altar, porque aunque no sea digno,entiendocomulgarloconvuestralicencia,ydespuéslasantayúltimaunciónparaque,sihevividocomopecador,almenosmueracomocristiano.

Elsantohombredijoquemucholeagradabayéldecíabien,yqueharía

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quedeinmediatolefuesellevado;yasífue.

Losdoshermanos,quetemíanmuchoqueseorCiappellettolesengañase,se habían puesto junto a un tabique que dividía la alcoba donde seorCiappellettoyacíadeotray,escuchando, fácilmenteoíanyentendían loqueseorCiappellettoalfrailedecía;ysentíanalgunasvecestalesganasdereír,aloírlascosasqueleconfesabahaberhecho,quecasiestallaban,ysedecíanunoal otro: ¿qué hombre es éste, al que ni vejez ni enfermedad ni temor de lamuerteaqueseve tanvecino,niaúndeDios,antecuyo juicioespera tenerque estar de aquí a poco, han podido apartarle de sumaldad, ni hacer quequieradejardemorircomohavivido?Peroviendoquehabíadichoquesí,querecibiría la sepultura en la iglesia, de nada de lo otro se preocuparon. SeorCiappelletto comulgó poco después y, empeorando sin remedio, recibió laúltimaunción;ypocodespuésdelcrepúsculo,elmismodíaquehabíahechosubuenaconfesión,murió.

Por lo que los dos hermanos, disponiendo de lo que era de él para quefuesehonradamentesepultadoymandándolodeciralconvento,yqueviniesenporlanocheavelarlesegúneracostumbreyporlamañanaaporelcuerpo,dispusierontodaslascosasoportunasparaelcaso.Elsantofrailequelohabíaconfesado, al oír que había finado, fue a buscar al prior del convento, yhabiendo hecho tocar a capítulo, a los frailes reunidos mostró que seorCiappellettohabíasidounhombresantosegúnéllohabíapodidoentenderdesuconfesión;yesperandoqueporélelSeñorDiosmostrasemuchosmilagros,les persuadió a que con grandísima reverencia y devoción recibiesen aquelcuerpo. Con las cuales cosas el prior y los frailes, crédulos, estuvieron deacuerdo: y por la noche, yendo todos allí donde yacía el cuerpo de seorCiappelletto, le hicieron una grande y solemne vigilia, y por la mañana,vestidos todos con albas y capas pluviales, con los libros en lamano y lascrucesdelante,cantando, fueronaporestecuerpoycongrandísima fiestaysolemnidad se lo llevaron a su iglesia, siguiéndoles el pueblo todo de laciudad, hombres y mujeres; y, habiéndolo puesto en la iglesia, subiendo alpúlpito,elsantofrailequelohabíaconfesadoempezósobreélysuvida,sobresus ayunos, su virginidad, su simplicidad e inocencia y santidad, a predicarmaravillosas cosas, entre otras contando lo que seor Ciappelletto como sumayorpecado,llorando,lehabíaconfesado,ycómoélapenaslehabíapodidometerenlacabezaqueDiosquisieraperdonárselo,trasdeloquesevolvióareprenderalpuebloqueleescuchaba,diciendo:

—Y vosotros, malditos de Dios, por cualquier brizna de paja en quetropezáis,blasfemáisdeDiosydesuMadreydetodalacortecelestial.

Yademásdeéstas,muchasotrascosasdijosobresulealtadysupureza,y,enbreve,consuspalabras,alasquelagentedelacomarcadabacompletafe,hasta tal punto lometió en la cabezay en la devociónde todos los que allí

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estabanque,despuésdeterminadoeloficio,entrelosmayoresapretujonesdelmundotodosfueronabesarlelospiesylasmanos,yledesgarrarontodoslospañosque llevabaencima, teniéndoseporbienaventuradoquienalmenosunpocodeellospudiera tener:yconvinoque todoeldía fueseconservadoasí,paraqueportodospudieseservistoyvisitado.

Luego, la noche siguiente, en una urna de mármol fue honrosamentesepultadoenunacapilla,yenseguidaaldíasiguienteempezaronlasgentesairallíyaencendercandelasyavenerarlo,yseguidamenteahacerpromesasyacolgarexvotosdecerasegúnlapromesahecha.Ytantocreciólafamadesusantidadyladevociónenqueseleteníaquenohabíanadiequeestuvieraenalgunaadversidadquehiciesepromesasaotrosantoqueaél,ylollamaronylollamanSanCiappelletto,yafirmanqueDioshamostradomuchosmilagrosporélylosmuestratodavíaaquiendevotamenteseloimplora.

Así pues, vivió ymurió el seorCepparello de Prato y llegó a ser santo,como habéis oído; y no quiero negar que sea posible que sea unbienaventuradoenlapresenciadeDiosporque,aunquesuvidafuecriminalymalvada, pudo en su último extremo haber hecho un acto de contrición demanera queDios tuvieramisericordia de él y lo recibiese en su reino; perocomoestoescosaoculta,razonosobreloqueesaparenteydigoquemásdebeencontrarsecondenadoentre lasmanosdeldiabloqueenelparaíso.Ysiasíes, grandísima hemos de reconocer que es la benignidad de Dios para connosotros,quenomiranuestroerrorsinolapurezadelafe,yaltomarnosotrosdemediador a un enemigo suyo, creyéndolo amigo, nos escucha, como si aalguienverdaderamentesantorecurriésemoscomoamediadordesugracia.Yporello,paraqueporsugraciaenlaadversidadpresenteyenestacompañíatanalegreseamosconservadossanosysalvos,alabandosunombreenelquela hemos comenzado, teniéndole reverencia, a él acudiremos en nuestrasnecesidades,segurísimosdeserescuchados.

Yaquí,calló.

NOVELASEGUNDA

EljudíoAbraham,animadoporGiannottodeCivigní,vaalacortedeRomay,vistalamaldaddelosclérigos,vuelveaParísysehacecristiano.

LanoveladePánfilofueenpartereídayentodocelebradaporlasmujeres,y habiendo sido atentamente escuchada y llegado a su fin, como estabasentada junto a élNeifile, lemandó la reina que, contando una, siguiese elorden del comenzado entretenimiento. Y ella, como quien no menos de

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cortesesmanerasquedebellezaestabaadornada,alegrementerepusoquedebuenagana,ycomenzódeestaguisa:

MostradonoshaPánfiloconsunovelarlabenignidaddeDiosquenomiranuestroserrorescuandoprocedendealgoquenonosesposiblever;yyo,conel mío, entiendo mostraros cuánto esta misma benignidad, soportandopacientementelosdefectosdequienesdebendardeellaverdaderotestimoniocon obras y palabras y hacen lo contrario, es por ellomismo argumento deinfalibleverdadparaquelosquecreemossigamosconmásfirmezadeánimo.

Tal como yo, graciosas señoras, he oído decir, hubo en París un granmercaderyhombrebuenoquefuellamadoGiannottodeCivigní,lealísimoyrectoygrannegocianteenelrangodelapañería;yteníaíntimaamistadconun riquísimo hombre judío llamado Abraham, que era también mercader yhombrehartorectoyleal.CuyarectitudylealtadviendoGiannotto,empezóatenergran lástimadequeelalmadeunhombre tanvaliosoysabioybuenofuese a su perdición por falta de fe, y por ello amistosamente le empezó arogarquedejaseloserroresdelafejudaicaysevolviesealaverdadcristiana,alaquecomosantaybuenapodíaversiempreaumentaryprosperar,mientrasla suya, por el contrario, podía distinguir cómo disminuía y se reducía a lanada. El judío contestaba que ninguna creía ni santa ni buena fuera de lajudaica,yqueenellahabíanacidoyenellaentendíavivirymorir;nihabríanadaquenuncadeaquellolehiciesemoverse.Giannottonocesóporestode,pasados algunos días, repetirle semejantes palabras, mostrándole, tanburdamente como la mayoría de los mercaderes pueden hacerlo, por quérazonesnuestrareligióneramejorquelajudaica.

Yaunqueeljudíofueseenlaleyjudaicagranmaestro,noobstante,yaquela amistad grande que tenía con Giannotto le moviese, o tal vez que laspalabras que el Espíritu Santo ponía en la lengua del hombre simple lohiciesen,aljudíoempezaronaagradarlemucholosargumentosdeGiannotto;pero obstinado en sus creencias, no se dejaba cambiar. Y cuanto él seguíapertinaz,tantonodejabaGiannottodesolicitarlo,hastaqueeljudío,vencidoportancontinuasinstancias,dijo:

—Ya,Giannotto,atitegustaquemehagacristiano;yyoestoydispuestoahacerlo,tanciertamentequequieroprimeroiraRomayverallíalquetúdicesqueeselvicariodeDiosenlatierra,yconsiderarsusmodosysuscostumbres,y lo mismo los de sus hermanos los cardenales; y si me parecen tales quepuedaportuspalabrasyporlasdeelloscomprenderquevuestrafeseamejorque lamía, como te has ingeniado en demostrarme, haré aquello que te hedicho:ysinofueseasí,mequedarésiendojudíocomosoy.

CuandoGiannottooyóesto,sepusoensuinteriordesmedidamentetriste,diciendo para sí mismo: «Perdido he los esfuerzos que me parecía haber

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empleadoóptimamente,creyéndomehaberconvertidoaéste;porquesivaalacortedeRomayvelavidacriminalysuciadelosclérigos,noesquedejudíovaya a hacerse cristiano, sino que si se hubiese hecho cristiano, sin faltavolveríajudío».

YvolviéndoseaAbrahamdijo:

—Ah,amigomío,¿porquéquierespasaresetrabajoytangrandesgastoscomoserán irdeaquíaRoma?Sincontarconque, tantopormarcomoportierra,paraunhombrericocomoerestútodoestállenodepeligros.¿Nocreesqueencontrarásaquíquién tebautice?Ysiporventura tienesalgunasdudassobrelafequetemuestro,¿haymayoresmaestrosyhombresmássabiosallíqueaquíparapoderteesclarecertodoloquequierasopreguntes?Portodolocual,enmipareceresta idea tuyaestádesobra.Piensaquetalessonallí lospreladoscomoaquíloshaspodidoverylosves;ytantomejorescuantoqueaquéllosestánmáscercadelpastorprincipal.Yporelloesafatiga,segúnmiconsejo,teserviráenotraocasiónparaobteneralgúnperdón,enloqueyoporventurateharécompañía.

Aloquerespondióeljudío:

—Yo creo,Giannotto, que será comome cuentas, pero por resumirte enunamuchaspalabras,estoydeltododispuesto,siquieresquehagaloquemehasrogadotanto,airme,ydeotromodonoharénadanunca.

Giannotto,viendosuvoluntad,dijo:

—¡Veteconbuenaventura!—ypensóparasíquenuncaseharíacristianocuandohubiesevistolacortedeRoma;perocomonadaseperdía,secalló.

El judíomontóacaballoy loantesquepudose fuea lacortedeRoma,dondealllegarfueporsusjudíoshonradamenterecibido;yviviendoallí,sindecir a ninguno por qué hubiese ido, cautamente empezó a fijarse en lasmanerasdel papayde los cardenalesyde losotrospreladosyde todos loscortesanos;yentreloqueélmismoobservó,comohombremuysagazqueera,y lo que también algunos le informaron, encontró que todos, del mayor almenor,generalmentepecabandeshonestísimamentedelujuria,ynosóloenlanaturalsinotambiénenlasodomítica,sinningúnfrenoderemordimientoodevergüenza,tantoqueelpoderdelasmeretricesydelosgarzonesalimpetrarcualquiercosagrandenoerapoderpequeño.Ademásdeesto,universalmentegolosos, bebedores, borrachos y más servidores del vientre (a guisa deanimales brutos, además de la lujuria) que otros conoció abiertamente queeran;ymirandomásallá,losviotanavarosydeseososdedineroqueporigualla sangre humana (también la del cristiano) y las cosas divinas queperteneciesen a sacrificios o a beneficios, con dinero vendían y comprabanhaciendoconellasmáscomercioyempleandoamáscorredoresdemercancías

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que había en París en la pañería o ningún otro negocio, y habiendo a lasimonía manifiesta puesto el nombre de «mediación» y a la gula el de«manutención», como siDios, no ya el significado de los vocablos, sino laintención de los pésimos ánimos no conociese y a guisa de los hombres sedejaseengañarporelnombredelascosas.

Las cuales, junto con otras muchas que deben callarse, desagradaronsumamentealjudío,comoahombrequeerasobrioymodesto,ypareciéndolehaber visto bastante, se propuso retornar a París; y así lo hizo. Adonde, alsaber Giannotto que había venido, esperando cualquier cosa menos que sehiciese cristiano, vino a verle y se hicieron mutuamente grandes fiestas; ydespués que hubo reposado algunos días, Giannotto le preguntó lo quepensabadelsantopadreydeloscardenalesydelosotroscortesanos.Aloqueeljudíorespondióprestamente:

—Meparecenmal,queDiosmaldigaatodos;ytedigoque,siyosébienentender,ningunasantidad,ningunadevoción,ningunabuenaobraoejemplodevidaodealgunaotracosameparecióverenningúnclérigo,sinolujuria,avaricia y gula, fraude, envidia y soberbia y cosas semejantes y peores, sipeores puede haberlas; me pareció ver en tanto favor de todos, que tengoaquélla por fragua más de operaciones diabólicas que divinas. Y según yoestimo,con todasolicitudycon todo ingenioycon todoartemeparecequevuestropastor,ydespuéstodoslosotros,seesfuerzanenreducira lanadayexpulsar del mundo a la religión cristiana, allí donde deberían ser sufundamento y sostén. Y porque veo que no sucede aquello en lo que seesfuerzansinoquevuestrareligiónaumentaymáslucienteyclarasevuelve,me parece discernir justamente que el Espíritu Santo es su fundamento ysostén,comodemásverdaderaymássantaqueningunaotra;porloque,tanrígidoydurocomoerayoatusconsejosynoqueríahacermecristiano,ahoratedigocontodafranquezaquepornadadejarédehacermecristiano.Vamos,pues,a la iglesia;yallísegúnlascostumbresdebidasenvuestrasantafemeharébautizar.

Giannotto, que esperaba una conclusión exactamente contraria a ésta, aloírledecirestofueelhombremáscontentoquehahabidojamás:yaNuestraSeñoradeParísyendoconél,pidióalosclérigosdeallídentroquediesenaAbraham el bautismo. Y ellos, oyendo que él lo demandaba, lo hicieronprontamente;yGiannotto lo llevóa lapilasacray lo llamóGiovanni,yporhombres de valer lo hizo adoctrinar cumplidamente en nuestra fe, la queaprendióprontamente;yfueluegohombrebuenoyvaliosoydesantavida.

NOVELATERCERA

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EljudíoMelquisidechconunahistoriasobretresanillossesalvadeunapeligrosatrampaquelehabíatendidoSaladino.

Despuésdeque,alabadaportodoslahistoriadeNeifile,callóésta,comogustóalareina,Filomenaempezóahablarasí:

La historia contada por Neifile me trae a la memoria un peligroso casosucedidoaunjudío;yporqueyasehahabladotanbiendeDiosydelaverdaddenuestrafe,descenderahoraalossucesosylosactosdeloshombresnosedeberáhallarmal,yvendréanarrároslaparaque,oída,talvezmáscautasosvolváisenlasrespuestasalaspreguntasquepuedanhaceros.

Debéis saber, amorosas compañeras, que así como la necedad muchasvecesapartaaalguiendeunfelizestadoyloponeengrandísimamiseria,asíaparta la prudencia al sabio de peligros gravísimos y lo pone en grande yseguroreposo.Ycuánverdadseaquelanecedadconducedelbuenestadoalamiseria,seveenmuchosejemplosquenoestáahoraennuestroánimocontar,considerandoquetodoeldíaaparecenmilejemplosmanifiestos;peroquelaprudencia sea ocasión de consuelo, comohe dicho, osmostraré brevementeconuncuentecillo.

Saladino,cuyovalerfuetantoquenosolamentelehizollegardehombrehumildeasultándeBabilonia,sinotambiénlograrmuchasvictoriassobrelosreyessarracenosycristianos,habiendoendiversasguerrasyengrandísimasmagnificencias suyas gastado todo su tesoro, y necesitando, por algúnaccidente que le sobrevino, una buena cantidadde dineros, no viendo cómotanprestamentecomolosnecesitabapudiesetenerlos,levinoalamemoriaunrico judío cuyo nombre era Melquisidech, que prestaba con usura enAlejandría;ypensóqueéste teníaconquépoderloservir,siquería,peroeratan avaro que por voluntad propia no lo hubiera hecho nunca, y no queríaobligarlo por la fuerza; por lo que, apretándole la necesidad se dedicó porcompleto a encontrar el modo como el judío le sirviese, y se le ocurrióobligarleconalgúnargumentoverosímil.Yhaciéndolollamaryrecibiéndolefamiliarmente,lehizosentarconélydespuésledijo:

—Hombre honrado, he oído amuchas personas que eras sapientísimo ymuy avezado en las cosas deDios; y por ello querría saber cuál de las tresleyesreputasporverdadera:lajudaica,lasarracenaolacristiana.

El judío, que verdaderamente era un hombre sabio, advirtió demasiadobien que Saladino buscaba cogerlo en sus palabras para moverle algunacuestión,ypensóquenopodíaalabaraunadelastresmásquealasotrassinqueSaladinosalieseconsuempeño;porloque,comoaquienleparecíatenernecesidaddeunarespuestaporlaquenopudiesenllevarlepreso,aguzadoelingenio,levinoprontoalamenteloquedebíadecir;ydijo:

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—Señormío,lacuestiónquemeproponéisesfina,yparapoderdecirosloque pienso de ella querría contaros el cuentecillo que vais a oír. Si no meequivoco,meacuerdodehaberoídodecirmuchasvecesquehubounavezunhombre grande y rico que, entre las otras joyas más caras que tenía en sutesoro,teníaunanillobellísimoypreciosoalque,queriendohacehonorporsuvalor y su belleza y dejarlo perpetuamente a sus descendientes ordenó queaqueldesushijosaquien,habiéndoselodejadoél, lefueseencontradoaquelanillo, que se entendiese que él era su heredero y debiese ser por todos losdemáshonradoyreverenciadocomoamayorazgo,yaqueaquienfuedejadoporésteguardóelmismoordencon susdescendienteehizo tal comohabíahechosupredecesor.Y,enresumen,esteanilloanduvodemanoenmanodemuchossucesoresyúltimamentellegóalasmanosdeunoqueteníatreshijoshermososyvirtuososymuyobedientesalpadrepor loqueamabaa los trespor igual.Ylos jóvenes,queconocían lacostumbredelanillo,deseosocadaunodeserelmáshonradoentrelossuyos,cadaunoporsí,comomejorsabían,rogabanalpadre,queerayaviejo,quecuandosintiesellegarlamuerte,aélledejaseelanillo.Elhonradohombre,queporigualamabaatodos,nosabíaélmismo elegir a cuál debiese dejárselo y pensó, habiéndoselo prometido atodos, en satisfacer a los tres: y secretamente a un buen orfebre le encargóotrosdos, loscuales fueron tan semejantesalprimeroqueelmismoque loshabíahechohacerapenasdistinguíacuálfueseelverdadero;ysintiendollegarla muerte, secretamente dio el suyo a cada uno de sus hijos. Los cuales,después de la muerte del padre, queriendo cada uno posesionarse de laherenciayelhonor,ynegándoseloelunoalotro,comotestimoniodehacerlocon todo derecho, cada unomostró su anillo; y encontrados los anillos taniguales el uno al otro que cuál fuese el verdadero no sabía distinguirse, sequedópendientelacuestióndequiénfueseelverdaderoherederodelpadre,ysiguependientetodavía.Ylomismoosdigo,señormío,delastresleyesdadasalostrespueblosporDiospadresobrelasquemepropusisteisunacuestión:cadauno suherencia, suverdadera leyy susmandamientoscree rectamentetener y cumplir, pero de quién la tenga, como de los anillos, todavía estápendientelacuestión.

ConocióSaladinoqueéstehabíasabidosaliróptimamentedellazoquelehabía tendido y por ello se dispuso amanifestarle sus necesidades y ver siqueríaservirle;yasílohizo,manifestándoleloquehabíatenidoenelánimohacerlesiéltandiscretamentecomolohabíahechonolehubierarespondido.EljudíolesirviólibrementecontodalacantidadqueSaladinolepidióyluegoSaladino se la restituyó enteramente, y además de ello le dio grandísimosdones y siempre por amigo suyo lo tuvo y en grande y honrado estado loconservójuntoaél.

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NOVELACUARTA

Unmonje,caídoenpecadodignodecastigogravísimo,selibradelapenareprendiendodiscretamenteasuabaddeaquellamismaculpa.

YasecallaFilomena,liberadadesuhistoria,cuandoDioneo,quejuntoaellaestabasentado,sinesperardelareinaotromandato,conociendoyaporelordencomenzadoqueaélletocabatenerquehablar,detalguisacomenzóadecir:

Amorosasseñoras,siheentendidobienlaintencióndetodas,estamosaquíparacomplacernosanosotrosmismosnovelando,yporello, tansóloporquecontra esto no se vaya, estimo que a cada uno debe serle lícito (y así dijonuestra reina, hace poco, que era) contar aquella historia quemás crea quepuedadivertir;porloque,habiendoescuchadocómoporlosbuenosconsejosde Giannotto de Civigní salvó su alma el judío Abraham y cómo por suprudenciadefendióMelquisidechsusriquezasdelasasechanzasdeSaladino,sin esperarqueme reprendáis, entiendocontarbrevemente conquédestrezalibrósucuerpounmonjedegravísimocastigo.

Hubo en Lunigiana, pueblo no muy lejano de éste, un monasterio máscopiosoen santidadyenmonjesde loque loeshoy,enelque, entreotros,había un monje joven cuyo vigor y vivacidad ni los ayunos ni las vigiliaspodíanmacerar.Elcual,poracaso,undíahaciaelmediodía,cuandolosotrosmonjesdormíantodos,habiendosalidosoloporlosalrededoresdesuiglesia,que estaba en un lugar asaz solitario, alcanzó a ver a una jovencita hartohermosa,hija talvezdealgunode los labradoresde lacomarca,queandabapor los campos cogiendo ciertas hierbas: no bien la había visto cuando fuefieramenteasaltadoporlaconcupiscenciacarnal.

Por loque, avecinándose, con ella trabó conversacióny tanto anduvodeunapalabraenotraquesepusodeacuerdoconellayselallevóasuceldasinque nadie se apercibiese.Ymientras él, transportado por el excesivo deseo,menoscautamente jugueteabaconella,sucedióqueelabad, levantándosededormirypasandosilenciosamentepordelantedesucelda,oyóelalborotoquehacíanlosdosjuntos;yparaconocermejorlasvocesseacercóquedamenteala puerta de la celda a escuchar y claramente conoció que dentro había unamujer, y estuvo tentado a hacerse abrir; luego pensó que convendría trataraquello de otramanera y, vuelto a su alcoba, esperó a que elmonje salierafuera.

Elmonje, aunquecongrandísimoplacerydeleite estuvieraocupadoconaquellajoven,nodejabasinembargodeestartemerosoy,pareciéndolehaberoído algún arrastrar de pies por el dormitorio, acercó el ojo a un pequeñoagujero y vio clarísimamente al abad escuchándole y comprendiómuy bien

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que el abad había podido oír que la joven estaba en su celda. De lo que,sabiendo que de ello debía seguirle un gran castigo, se sintiódesmesuradamente pesaroso; pero sin querer mostrar a la joven nada de sudesazón, rápidamente imaginó muchas cosas buscando hallar alguna que lefuerasalutífera.Yseleocurrióunanuevamalicia(queelfinimaginadoporélconsiguiócerteramente)yfingiendoqueleparecíahaberestadobastanteconaquellajovenledijo:

—Voyasalirabuscarlamaneraenquesalgasdeaquídentrosinservista,yparaelloquédateensilenciohastaquevuelva.

Ysaliendoycerrandolaceldaconllave,sefuedirectamentealacámaradelabad,ydándosela,talcomotodoslosmonjeshacíancuandosalían,ledijoconrostrotranquilo:

—Señor,yonopudeestamañana traer toda la leñaquehabíacortado,yporello,convuestralicencia,quieroiralbosqueytraerla.

Elabad,parapoderinformarsemásplenamentedelafaltacometidaporél,pensandoquenosehabíadadocuentadequehabíasidovisto,sealegrócontalocasiónydebuenaganatomólallaveysemejantementelediolicencia.Ydespuésdeverloirseempezóapensarquéeramejorhacer:oenpresenciadetodos losmonjes abrir la celda de aquél y hacerles ver su falta para quenohubiese ocasión de quemurmurasen contra él cuando castigase almonje, oprimero oír de él cómo había sido aquel asunto. Y pensando para sí queaquéllapodríasertalmujerohijadetalhombreaquienélnoquisierahacerpasar lavergüenzademostrarlaa todoslosmonjes,pensóqueprimeroveríaquiéneraytomaríadespuéspartido;yquedamenteyendoalacelda,laabrió,entródentro,yvolvióacerrarlapuerta.

La joven, viendo venir al abad, palideció toda, y temblando empezó allorardevergüenza.El señorabad,que lehabíaechado lavistaencimay laveía hermosa y fresca, aunque él fuese viejo, sintió súbitamente no menosabrasadoreslosestímulosdelacarnequeloshabíasentidosujovenmonje,yparasíempezóadecir:

«Bah,¿porquénotomaryodelplacercuantopueda,sieldesagradoyeldoloraunquenolosquiera,meestánesperando?Éstaesunahermosajoven,yestáaquídondenadieenelmundolosabe;silapuedotraerahacermigustonoséporquénohabríadehacerlo.¿Quiénvaasaberlo?Nadielosabránunca,yelpecadotapadoestámedioperdonado.Uncasoasínomesucederátalveznuncamás.PiensoqueesdesabiostomarelbienqueDiosnosmanda».

Yasídiciendo,yhabiendodeltodocambiadoelpropósitoqueallílehabíallevado, acercándosemás a la joven, suavemente comenzó a consolarla y arogarlequenollorase;ydeunapalabraenotrayendo,llegóamanifestarlesu

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deseo.Lajoven,quenoeradehierronidediamante,conbastantefacilidadseplegó a los gustos del abad: el cual, después de abrazarla y besarlamuchasveces, subiéndosea lacamadelmonje,yenconsideración talvezdelgravepesodesudignidady la tiernaedadde la joven, temiendo talvezofenderlacondemasiadagravedad,nosepusosobreelpechodeellasinoquelapusoaellasobresupechoyporlargoespaciosesolazóconella.

El monje, que había fingido irse al bosque, habiéndose ocultado en eldormitorio, como vio al abad solo entrar en su celda, casi por completotranquilizado, juzgó que su estratagema debía surtir efecto; y, viéndoleencerrarse dentro, lo tuvo por certísimo. Y saliendo de donde estaba,calladamentefuehastaunagujeropordondeloqueelabadhizoodijolooyóylovio.

Pareciéndole al abad que se había demorado bastante con la jovencita,encerrándola en la celda, se volvió a su alcoba; y luego de algún tiempo,oyendo al monje y creyendo que volvía del bosque, pensó en reprenderloduramente y hacerlo encarcelar para poseer él solo la ganada presa; yhaciéndolo llamar,duramenteyconmala cara le reprendió,ymandóque lollevaranalacárcel.Elmonjeprestísimamenterespondió:

—Señor, yo no he estado todavía tanto en la orden de San Benito quepuedahaberaprendidotodassusreglas;yvosaúnnomehabíaismostradoquelosmonjesdebenacordartantapreeminenciaalasmujerescomoalosayunosy las vigilias; pero ahora que me lo habéis mostrado, os prometo, si meperdonáisestavez,nopecarmásporestoyhacersiemprecomooshevistoavos.

Elabad,queerahombreavisado,entendióprestamentequeaquélnosólosabíasuhechosinoquelohabíavisto,porloque,sintiendoremordimientosdesumisma culpa, se avergonzó de hacerle almonje lo que él también habíamerecido; y perdonándole e imponiéndole silencio sobre lo que había visto,contodadiscreciónsacaronalajovencitadeallí,yaúndebecreersequemásveceslahicieronvolver.

NOVELAQUINTA

LamarquesadeMonferratoconunainvitaciónacomergallinasyconunasdiscretaspalabrasreprimeellocoamordelreydeFrancia.

La historia contada por Dioneo hirió primero de alguna vergüenza elcorazóndelasdamasquelaescuchabanydiodeelloseñalelhonestoruborque apareció en sus rostros; mas luego, mirándose unas a otras, pudiendo

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apenascontenerlarisa,laescucharonsonriendo.Yllegadoelfinal,despuésdehaberle reprendido con algunas dulces palabras, queriendo mostrar quehistorias semejantes no debían contarse delante demujeres, la reina, vueltahacia Fiameta (que junto a él estaba sentada en la hierba), le mandó quecontinuase el orden establecido, y ella galanamente y con alegre rostro,mirándola,comenzó:

Tanto porque me complace que hayamos entrado a demostrar con lashistoriascuántaeslafuerzadelasrespuestasagudasyprontas,comoporquetangrancorduraesenelhombreamarsiempreamujeresde linajemásaltoqueelsuyocomoesenlasmujeresgrandísimaprecauciónsaberguardarsedecaerenelamordeunhombredemayorposiciónquelasuya,mehavenidoalánimo,hermosasseñoras,mostraros,enlahistoriaquemetocacontar,cómouna noble dueña supo con palabras y obras guardarse de esto y evitar otrascosas.

HabíaelmarquésdeMonferrato,hombredealtovalor,gonfalonerodelaIglesia,pasadoaultramarenunaexpedicióngeneralhechaporloscristianosamanoarmada;yhablándosedesuvalorenlacortedeFelipeelTuerto,quesepreparabaa irdesdeFranciaenaquellamismaexpedición, fuedichoporuncaballeroquenohabíabajolasestrellasotraparejasemejantealadelmarquésysumujer:porquecuantodestacabaentodaslasvirtudeselmarquésentreloscaballeros,tantoeralamujerentrelasdemásmujereshermosísimayvalerosa.LascualespalabrasentrarondetalmodoenelánimodelreydeFranciaque,sin haberla visto nunca, comenzó a amarla ardientemente, y se propuso nohacersealamar,enlaexpediciónenqueiba,sinoenGénovaparaque,yendopor tierra, pudiese tener un motivo razonable para ir a ver a la marquesa,pensando que, no estando el marqués, podría suceder que viniese a tenerefecto su deseo. Y según lo había pensado mandó que fuese puesto enejecución; por lo que, enviando delante a todos los hombres, él con pocacompañíaydehombresnobles,sepusoencamino,yacercándosea la tierradel marqués, mandó decir a la señora con anticipación de un día que a lamañanasiguienteleesperaseaalmorzar.Laseñora,sabiayprecavida,repusoalegrementequeaquéleraunfavorsuperioracualquierotroyquefuesebienvenido.

Yenseguidasepusoapensarquéquerríadecirqueuntalrey,noestandosumarido, viniese a visitarla; y no la engañó en esto la sospecha de que lafama de su hermosura lo atrajese. Pero no menos como mujer de pro sedispuso a honrarlo, y haciendo llamar a todos los hombres buenos que allíhabían quedado, dio con su consejo las órdenes oportunas para todos lospreparativos:pero lacomiday losmanjaresquisoprepararlosellamisma.Ysin demorahizo reunir cuantas gallinas había en la comarca, y tan sólo conellasindicóasuscocinerosquepreparasenvariosplatosparaelconvitereal.

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Vino,pues,elreyeldíadichoyfuerecibidoporlaseñoracongranfiestayhonor;yaél,másdeloquehabíaimaginadoporlaspalabrasdelcaballero,almirarlaleparecióhermosayvalerosaycortés,ysemaravillógrandementeymucho la estimó, encendiéndose tanto más en su deseo cuanto mássobrepasabalaseñoralaestimaqueélhabíatenidodeella.Yluegodealgúnreposo tomado en cámaras adornadísimas con todo lo que es necesario pararecibiratalrey,venidalahoradelalmuerzo,elreyylamarquesasesentaronaunamesa,ylosdemássegúnsucondiciónfueronenotrasmesashonrados.

Aquí, siendo el rey servido sucesivamente con muchos platos y vinosóptimosypreciosos,yademásdeellomirandodevezencuandocondeleiteala hermosísima marquesa, gran placer tenía. Pero llegando un plato tras elotro,comenzóelreyamaravillarseuntantoadvirtiendoque,pormuydiversosquefueranlosguisos,noloerantantoquenofuesentodoshechosdegallina.Y como supiese el rey que el lugar donde estaba era tal que debía haberabundancia de variados animales salvajes, y que con haberle avisado de suvenidahabíadadoalaseñoraespaciosuficienteparapodermandaracazarlos,comomuchodeestosemaravillase,noquisotomarocasióndehacerlahablardeotracosasinodesusgallinas;yconalegrerostrosevolvióhaciaellayledijo:

—Dama,¿nacenenestepaíssolamentegallinassinningúngallo?

La marquesa, que entendió óptimamente la pregunta, pareciéndole quesegún su deseo Nuestro Señor la había mandado momento oportuno parapoder mostrar su intención, hacia el rey que le preguntaba resueltamentevuelta,repuso:

—No,monseñor;perolasmujeres,aunqueenvestidosyenhonoresalgovaríendelasotras,todassinembargosonigualaquíqueencualquierparte.

El rey, oídas estas palabras, bien entendió la razón de la invitación agallinasylavirtudqueescondíanaquellaspalabrasycomprendióqueenvanosegastaríanlaspalabrascontalmujeryquenoeraelcasodeusarlafuerza;porloque,asícomoimprudentementesehabíaencendidoensuamor,asíerasabio apagar por su honor el mal concebido fuego. Y sin bromear más,temerosodesus respuestas,almorzófuerade todaesperanza,y terminadoelalmuerzo,leparecióqueconelprontopartirdisimularíasudeshonestavenida,yagradeciéndoleporhaberlehonrado,encomendándoloellaaDios,sefueaGénova.

NOVELASEXTA

Confundeunbuenhombreconundichoingeniosolamalvadahipocresía

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delosreligiosos.

Emilia,queestabasentadajuntoaFiameta,habiendosidoyaalabadoportodaselvalorylacortésreprensiónhechaporlamarquesaalreydeFrancia,comoagradóasureina,comenzóadecirconanimosafranqueza:

Yo tampoco callaré una lección que dio un buen hombre laico a unreligiosoavaroconunaagudezanomenosdivertidaquedignadeloa.

Hubo,pues,queridos jóvenes,nohacemucho tiempo,ennuestraciudad,unfrailemenor,inquisidordeladepravaciónheréticaque,pormuchoqueseingeniase en parecer santo y tierno amante de la fe cristiana (como todoshacen),noeramenosbuen investigadordequien tenía labolsa llenaquedequiensintieratibiezaenlafe.Yllevadoporsusolicitudencontróporacasounbuen hombre, bastantemás rico en dineros que en juicio, el cual no ya porfaltadefesinohablandosimplemente,talvezconelvinooporlaalegríadelaabundancia calentado, había llegadoadecir undía a la compañía conquienestabaqueteníaunvinotanbuenoquedeélbeberíaCristo.Loque,siéndolecontadoal inquisidoryentendiendoéstequesushabereserangrandesyqueteníabienabultadalabolsa,cumgladiisetfustibuscorrióimpetuosísimamenteaecharleencimaunagravísimaacusación,entendiendonoquedeelladebieseresultarunalivioalaincredulidaddelprocesadosinounaafluenciadeflorinesasumano,comosucedió.Y,haciéndolo llamar, lepreguntósieraverdad loque le había dicho contra él. El buen hombre contestó que sí, y le dijo elmodo.A loqueel inquisidor santísimoydevotodeSan JuanBarbadeOrodijo:

—¿Demodo que has hecho a Cristo bebedor y aficionado a los buenosvinos?, como si fuese Cinciglione o algún otro de vosotros, bebedoresborrachosytabernarios,yahora,hablandohumildemente,¿quiereshacerverqueesunacosasinimportancia?Noescomoteparece;hasmerecidoelfuegoporello,siesquequeremoscomportarnoscontigocomodebemos.

Yconéstasyconotrasbastantespalabras,conrostroamenazador,comosiaquélhubiesesidounepicúreonegandolaeternidaddelalma,lehablaba;y,enresumen, tanto loasustó,queelbuenhombre,poralgunos intermediarios, lehizoconunabuenacantidaddelagrasadeSanJuanBarbadeOroungirlasmanos (lo quemuchomejora la enfermedad de la pestilente avaricia de losclérigos,yespecialmentedelosfrailesmenoresquenoosantocareldinero)para que se condujese con él misericordiosamente. La cual unción, aunqueGalenonohabladeellacomomuyeficazenningunapartedesuslibros,tantoleaprovechó,queelfuegoqueleamenazabasepermutóenunacruz:ycomosihubieradeiralaexpedicióndeultramar,parahacerunabellabandera,selapusoamarilla sobre lonegro.Yademásdeesto, recibidosya losdineros, le

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retuvo junto a sí unos días más, poniéndole por penitencia que todas lasmañanasoyeseunamisaenSantaCruzyquealahoradecomersepresentasedelantedeél,yquelorestantedeldíapodíahacerloquemáslegustase.

Y,haciendoeldichohombreestascosasdiligentemente,sucedióqueunadelasmañanasoyóenmisaunevangelioenelquesecantabanestaspalabras:«Recibiréiscientoporunoyrecibiréislavidaeterna»,queretuvofirmementeen lamemoria;ysegún laobligación impuesta,viniendoa lahoradecomeranteelinquisidor,loencontróalmorzando.Elinquisidorlepreguntósihabíaoídomisaaquellamañanayél,prontamente,lerespondió:

—Sí,señormío.

Aloqueelinquisidordijo:

—¿Hasoído,enella,algunacosadelaquedudesoquieraspreguntarme?

—Enverdad—repusoelbuenhombre—denadadeloqueheoídodudo,y todofirmemente locreoverdadero;yalgoheoídoquemehahechoymehacetenerdevosydelosotrosfrailesgrandísimacompasión,pensandoenelmalestadoenquevaisaestaralláenlaotravida.

Dijoentonceselinquisidor:

—¿Yquéesloquetehamovidoatenerestacompasióndenosotros?

Elbuenhombrerespondió:

—Señor mío, fueron aquellas palabras del Evangelio que dicen:«Recibiréiselcientoporuno».

Aloqueelinquisidordijo:

—Asíes;pero¿porquétehanconmovidoestaspalabras?

—Señormío—dijo el buen hombre—, yo os lo diré. Desde que vengoaquí,hevisto todos losdíasdaraquíafueraamuchospobresavecesunoyotras dos calderos de sopa, que se os quita a vos y a los frailes de vuestroconventocomosuperflua;porloquesiporcadaunoosvanadarcientoenelmásallátantatendréisqueallídentrotodosvaisaahogaros.

Ycomotodoslosqueestabansentadosalamesadelinquisidorseecharana reír, el inquisidor, sintiendo que se transparentaba la hipocresía de sussopicaldos,seenojótodo,ysinofueseporqueyaselereprochabaloquelehabía hecho, otra acusación le habría echado encima por lo que con aquelchistehabíareprobadoaélyasusholgazanesinvitados;y,conira,leordenóquehicieseloquemáslegustarasinponérselemásdelante.

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NOVELASÉPTIMA

Bergamino,conunahistoriasobrePrimassoyelabaddeCligny,reprendedonosamentelararaavariciaenquecayóelseñorCanedellaScala.

MovióladonosuradeEmiliaysunovelaalareinayatodoslosdemásareíryencomiarlainsólitaamonestaciónhechaalcruzado,perodespuésdequelas risas se apaciguaron y se tranquilizaron todos, Filostrato, a quien tocabanovelar,empezóahablardeestaguisa:

Buena cosa es, valerosas señoras, acertar en un blanco que nunca semueve; pero raya en lo maravilloso cuando un arquero da súbitamente enalguna cosa nousada que aparece de pronto.La viciosa y sucia vida de losclérigos,enmuchascosasfirmeblancodemaldad,sindemasiadadificultaddaquehablar,queamonestaryquereprenderaquienquieraquedeseehacerlo:yporello,aunquebienhizoelhombrevalientequelahipócritacaridaddelosfrailesquedanalospobresloqueconvendríadaralospuercosotirarlo,echóencara al inquisidor, bastantemás estimoquehade alabarse aqueldel cualdebo hablar (llevándome a ello la precedente historia), quien al señor CanedellaScala,magníficoseñor,deunasúbitaydesusadaavariciaaparecidaenél,reprendióconunaingeniosahistoria,representandoenotrosloquesobreélysobresímismoqueríadecir;lacualesésta:

Así como lo extiende su fama por todo el mundo, el señor Cane dellaScala, a quien en hartas cosas fue favorable la fortuna, fue uno de losmásnotablesymagníficosseñoresdelemperadorFedericoIIdelosquesetuviesenoticiaenItalia.Elcual,habiendodispuestohacerunanotableymaravillosafiestaenVerona,alaquemuchasgentesydediversasparteshabíanvenido,ysobretodohombresdecortedetodaclase,desúbito,fuesecualfueselarazón,se retrajo de ello y recompensó con algo a los que habían venido y les diolicencia.SólounollamadoBergamino,habladoragudoyfloridomásdeloquepuedecreerquiennolohaoído,comonoselehabíadadonadaniselehabíadespedido, se quedó, esperando que no sin alguna utilidad futura para él sehabíahechoaquello.PeroselehabíapuestoenelpensamientoalseñorCaneque cualquier cosa que diese a éste era peor que perderla o que arrojarla alfuego:ynoporelloledecíaohacíadecircosaalguna.Bergamino,despuésdealgunosdías,viendoquenolellamabannilesolicitabanparanadaquefuesepropiodesuoficio,yademásdeelloqueseestabaarruinandoenelalberguecon sus caballos y sus criados, empezó a desazonarse; pero sin embargoesperaba,nopareciéndolebienirse.

Yhabiendo llevadoconsigo tres trajesbuenosy ricosque lehabían sidodadosporotrosseñores,paracomparecerhonradamenteenlafiesta,queriendopagar a su huésped, primeramente le dio uno y luego, demorándose todavía

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muchomás,sevioennecesidad,siqueríaestarmásconsuhuésped,dedarleel segundo; y empezó a comer del tercero, dispuesto a quedarse a ver quépasabacuantoleduraseaquél,eirseluego.Ahora,mientrascomíadeltercertrajesucedióque,estandoalmorzandoelseñorCane,llegóundíaanteélconaspectomuy entristecido; lo que al ver el señorCane,máspor escarnecerloqueportomardeleitedealgúndichosuyo,dijo:

—Bergamino,¿quétepasa?¡Estástantriste!Cuéntanosalgunacosa.

Bergamino,entonces,sinpararseunpuntoapensar,comosimuchotiempopensadolohubiera,súbitamenteacomodándolaasucaso,contóestahistoria:

—Señor mío, debéis saber que Primasso fue un gran entendido engramática,y fue,másquecualquierotro,grandee improvisadoversificador;lascualescosaslehicierontannotableytanfamosoque,aunqueenpersonanofueseconocidoentodaspartes,pornombreyporfamanohabíacasinadiequenosupiesequiéneraPrimasso.Ahorabien,sucedióqueencontrándoseélunavezenParísenpobreestado,comoloestabalamayorpartedel tiempo,porquesuméritopocoeraestimadoporlosquesonpoderosos,oyóhablardeunabaddeCligny,quesecreequeseaelpreladomásricoenriquezaspropiasque tenga la Iglesia de Dios, del papa para abajo; y oyó decir de élmaravillosasymagníficascosasdequesiempreteníareunidasucorteynuncahabíanegado,acualquieraqueanduviesealládondeélestabanidecomernidebeber,sillegabaapedirlocuandoelabadestabacomiendo.Loque,oyendoPrimasso, como hombre que se complacía en ver a los hombres y señoresvaliosos,deliberóiraverlamagnificenciadeesteabadypreguntócuáncercadeParísvivía.Aloquelefuecontestadoqueaunasseismillasenunadesusposesiones; adonde Primasso pensó poder llegar, poniéndose en camino demañanaabuenahora,alahoradecomer.

Haciéndose, pues, enseñar el camino, no encontrando a nadie que fueseallí,temióquepordesgraciapudieraextraviarseeirapararenpartedondenoencontraría de comer tan pronto; por lo que, por si ello ocurriera, para nopadecerpenuriadecomida,pensóenllevartrespanes,considerandoqueagua,quelegustabapoco,encontraríadebeberencualquierparte.Ymetiéndoselosenelseno,tomóelcaminoytuvotantasuertequeantesdelahoradecomerllegó a donde estaba el abad. Y, entrado dentro, estuvo mirando por todaspartes y vista la granmultitud de lasmesas puestas y el gran aparato de lacocina y las demás cosas preparadas para almorzar, se dijo a sí mismo:«Verdaderamenteésteestanmagníficocomosedice».

Yestandoatodasestascosasatento,elsenescaldelabad,porqueerahoradecomermandóquesedieseaguaalasmanos;Y,dadaelagua,sentóatodosa la mesa. Y sucedió por ventura que Primasso fue puesto precisamenteenfrentedelapuertadelacámarapordondeelabaddebíasalirparaveniral

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comedor.Eracostumbreenaquellacortequesobrelasmesasnivino,nipan,ninadadecomerodebeberseponíanuncasiprimeronohabíavenidoelabadasentarsealamesa.

Habiendo, pues, el senescal puesto las mesas, hizo decir al abad que,cuandolepluguiese,lacomidaestabapresta.Elabadhizoabrirlacámaraparaveniralasala,yalvenirmiróhaciaadelante,yporventuraelprimerhombreenquienpusolosojosfuePrimasso,quebastantepobreestabadearreosyaquien él no conocía enpersona;y al verlo, incontinenti le vino al ánimounpensamientomezquinoyquenuncahabíatenido,ysedijo:«¡Miraaquiéndoyacomerlomío!».

Y,volviéndosedentro,mandóquecerrasenlacámaraypreguntóalosqueestabanconélsialgunodeellosconocíaaaquelbellacoquefrentealapuertadesucámarasesentabaa lamesa.Todoscontestaronqueno.Primasso,queteníaganasdecomercomoquienhabíacaminadoynoestabaacostumbradoaayunar,habiendoyaesperadounratoyviendoqueelabadnovenía,sesacódel seno uno de los tres panes que había llevado y empezó a comérselo.Elabad,despuésquepasóalgúntanto,mandóaunodesusfamiliaresquemirasesisehabíaidoestePrimasso.Elfamiliarrespondió:

—No, mi señor, sino que come pan, lo que muestra que lo ha traídoconsigo.

Dijoentonceselabad:

—Puesquecomadelosuyo,sitiene,quedelnuestronocomeráhoy.

HabríaqueridoelabadquePrimassosehubieseidoporsímismo,porquedespedirlo no le parecía bien. Primasso, como se había comido un pan y elabad no venía, empezó a comer el segundo, lo que igualmente fue dicho alabad, que habíamandadomirar si se había ido. Por último, no viniendo elabad,Primasso,comidoelsegundo,empezóacomereltercero,loquetambiéndijeronalabad.Elcualempezóapensaryadecirse:

«Ah, ¿qué novedad es esta que me ha venido hoy al ánimo?, ¿quéavaricia?,¿quéencono?,¿yporcausadequién?Yohedadodecomerde lomío, desde hace muchos años, a quien lo ha querido comer, sin mirar sigentilhombreovillano,pobreorico,mercaderotendero,hayasido;yconmisojoslohevistodespedazarainfinitosbellacosynuncaalánimomevinoestepensamientoqueporéstemehavenidohoy;nomedebedehaberatacadotanfirmementelaavariciaporunhombredepoco:algúngranpersonajedebesereste queme parece bellaco, pues que así seme ha embotado el ánimoparahonrarlo».

Y,dichoasí,quisosaberquiénera:yvinoasaberqueeraPrimasso,quehabíavenidoaquíaverloquehabíaoídodesumagnificencia.Ycomoelabad

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leconocíaporsufamahacíamuchotiempocomohombresabio,seavergonzóy,deseosodeenmienda,demuchasmanerasseingenióenhonrarlo.Ydespuésdecomer, comoconvenía alvalordePrimasso, lehizovestirnoblemente,ydándole dineros y unpalafrén, dejó a su arbitrio irse o quedarse; de lo que,contentoPrimasso,habiéndoledadolasgraciasmayoresquepudo,aParís,dedondehabíasalidoapie,volvióacaballo.

El señor Cane, que era buen entendedor, sin ninguna otra explicaciónentendióóptimamenteloquequeríadecirBergamino,ysonriendoledijo:

—Bergamino, asaz finamente has mostrado tus agravios, tu virtud y miavariciayloquedemídeseas;yenverdadnuncasinoahoracontigohesidoasaltadoporlaavaricia,perolaarrojarédemíconaquelbastónquetúmismohasinventado.

YhaciendopagaralhuéspeddeBergamino,lehizorestituirlostrestrajes,yaél,vestidonobilísimamenteconun rico trajesuyo,dándoledinerosyunpalafrén,dejóporaquellavezenlibertaddequedarseodeirse.

NOVELAOCTAVA

GuiglielmoBorsiere,condiscretaspalabras,reprendelaavariciadelseñorHerminiodelosGrimaldi.

Se sentaba junto a FilostratoLaureta, la cual, después de que hubo oídoalabarelingeniodeBergaminoyadvirtiendoquelecorrespondíaaellacontaralguna cosa, sin esperar ningúnmandato, placenteramente empezó a hablarasí.

Lanovelaprecedente,queridascompañeras,meinduceacontarcómounhombre bueno, también cortesanoy no sin fruto, reprendió la codicia de unmercaderriquísimo;yésta,aunqueseasemejealargumentodelapasada,nodeberáporesoserosmenosgustosa,pensandoquevaaacabarbien.

Hubo,pues,enGénova,yahacemuchotiempo,ungentilhombrellamadoseñorHerminio de losGrimaldi que, según era estimado por todos, por susgrandísimasposesionesydinerossuperabaconmucholariquezadecualquierotrociudadanoriquísimodequienentoncessesupieraenItalia;ytantocomosuperabaenriquezaacualquier itálicoquefuese, tantoenavariciaymiseriasobresalíasobrecualquiermiserableyavaroquehubieseenelmundo:porloquenosolamenteparahonraraotrosteníalabolsacerrada,sinoenlascosasnecesariasasupropiapersona,contralacostumbregeneraldelosgenovesesqueacostumbranavestirnoblemente,manteníaél,pornogastar,privacionesgrandísimas, y del mismo modo en el comer y el beber. Por lo que

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merecidamente su apellido de Grimaldi le había sido quitado y nadie lellamabaotracosaqueHerminioAvaricia.

Sucedióqueeneste tiempoenqueél,nogastando,multiplicaba losuyo,llegóaGénovaunvalerosohombredecorte,cortésybuendecidor, llamadoGuiglielmo Borsiere, en nada semejante a los de hoy que, no sin granvergüenzadelascorruptasyvituperablescostumbresdequienesquierenhoyser llamados y reputados por nobles y por señores, parecenmás bien asnoseducadosenlatorpezadetodalamaldaddeloshombresmásvilesqueenlascortes.Ymientras en otros tiempos solía ser su ocupación y consagrarse sucuidadoaconcertarpacesdondelaguerraolasofensashubiesennacidoentrehombres nobles, o a concertar matrimonios, parentescos y amistad, y conpalabrasbuenasydiscretas recrear los ánimosde los fatigadosy solazar lascortes,yconagriasreprensiones,comosifuesenpadres,corregirlosdefectosdelosmalos,ytodoestoporpremiosasazligeros;hoyencontarmaldeunosaotros,ensembrarcizaña,endecirmaldadeseignominiasy,loqueespeor,en hacerlas en presencia de los hombres, en echarse en cara los males, lasvergüenzas y las tristezas, verdaderas y no verdaderas, unos a otros, y confalsoshalagoshacervolverlosánimosnoblesalascosasvilesymalvadas,seingenianenconsumirsutiempo.

Ymásestenidoenamorymáshonradoyexaltadoconpremiosaltísimosporlosseñoresmiserablesydescortesesaquelquemásabominablespalabrasdice o acciones comete: gran vergüenza y digna de reprobación delmundopresente y pruebamuy evidente de que las virtudes, volando de aquí abajo,noshanabandonadoenlashecesdelvicioalosmíserosvivientes.

Pero,volviendoaloquecomenzadohabía,deloqueeljustoenojomehaapartadomásdeloquepensaba,digoqueelyadichoGuiglielmofuehonradoy de buena gana recibido por todos los hombres nobles de Génova y que,habiéndosequedadoalgunosdíasenlaciudadyhabiendooídomuchascosassobre la miseria y la avaricia del señor Herminio, lo quiso ver. El señorHerminiohabíayaoídoqueesteGuiglielmoBorsiereerahombrehonradoyhabiendo aún en él, por avaro que fuese, alguna chispita de cortesía, conpalabrasasazamistosasyconalegregestolerecibióyentróconélenmuchosy variados razonamientos, y conversando le llevó consigo, junto con otrosgenovesesqueconélestaban,aunacasanuevasuyaquehabíamandadohacermuyhermosa;ydespuésdehabérselamostradotoda,dijo:

—Ah, señor Guiglielmo, vos que habéis visto y oído tantas cosas, ¿mesabríaismostraralgunacosaquenuncahayasidovista,queyopudiesemandarpintarenlasaladeestacasamía?

AloqueGuiglielmo,oyendosumododehablarpocodiscreto,repuso:

—Señor,algoquenuncasehayavistonocreeréisqueyopuedamostraros,

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si no son estornudos y otras cosas semejantes; pero si os place, bien osenseñaréunacosaquevosnocreoquehayáisvistonunca.

ElseñorHerminiodijo:

—Ah,osloruego,decidmecuáles—noesperandoqueélibaacontestarleloquelecontestó.

AloqueGuiglielmoentoncescontestóprestamente:

—MandadpintarlaCortesía.

Al oír el señor Herminio estas palabras se sintió invadido por unavergüenzatangrandequetuvofuerzaparahacerlecambiarelánimoatodolocontrariodeloquehastaaquelmomentohabíasido,ydijo:

—SeñorGuiglielmo,laharépintardemaneraquenuncanivosniotroconrazónpodáisdecirmequenolahayavistoyconocido.

Y de entonces en adelante (con tal virtud fueron dichas las palabras deGuiglielmo)fueelmásliberalymásgenerosogentilhombreyelquehonróalosforasterosyalosciudadanosmásqueningúnotroquehubieraenGénovaensutiempo.

NOVELANOVENA

ElreydeChipre,reprendidoporunadamadeGascuña,decobardesetransformaenvaleroso.

Para Elisa quedaba el último mandato de la reina; y ella, sin esperarlo,festivamentecomenzó:

Jóvenes señoras, ha sucedido muchas veces que aquello que variasreprensionesymuchoscastigosimpuestosaalgunonohanpodidoenseñarle,unas palabras (muchas veces dichas por acaso), no expropósito, lo hanlogrado.LoquebienapareceenlanovelacontadaporLaureta,yyo,además,con otra muy breve entiendo demostraros porque, como sea que las cosasbuenas siemprepueden servirdealgo,deben seguirseconánimoatento, seaquienseaquienlasdice.

Digo, pues, que en tiempos del primer rey de Chipre, después de laconquista de los Santos Lugares hecha porGodofredo deBouillón, sucedióque una noble señora de Gascuña fue en peregrinación al Sepulcro, yvolviendo de allí, llegada a Chipre, por algunos hombres criminales fuevillanamenteultrajada;deloqueella,doliéndosesinhallarconsuelo,pensóirareclamaralrey;peroalguienledijoquesecansaríaenbaldeporqueélerade

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unavidatanabúlicaytanapocadaque,noesquenovengaseconsujusticialosultrajesdeotros,sinoquesoportabainfinitosaélhechosconvituperablevileza, mientras que quien sufría algún agravio lo desahogaba haciéndolealguna afrenta o vergüenza. Oyendo lo cual la dama, desesperando de lavenganza, para tener algún consuelo en su dolor, se propuso reprender lamiseriadeldichorey;yyéndosellorandoanteél,dijo:

—Señor,novengoatupresenciaporqueesperevenganzadelainjuriaquemeha sidohecha; sinoque en satisfacciónde ella te ruegoquemeenseñescómosufreslasqueentiendotesonhechas,paraque,aprendiendodeti,puedasoportar la mía pacientemente, la cual, sábelo Dios de buena gana te daríapuestoqueerestanbuenportadordeellas.

El rey, que hasta entonces había sido lento y perezoso, como si sedespertasedeunsueño,empezandoporlainjuriahechaaaquellaseñora,quevengó duramente, se hizo severísimo de allí en adelante persecutor decualquieraquecometiesealgunacosacontraelhonordesucorona.

NOVELADÉCIMA

ElmaestroAlbertodeBoloniahacediscretamenteavergonzaraunaseñoraquequeríaavergonzarleaélporestarenamoradodeella.

Quedaba,alcallarseElisa,elúltimotrabajodelnovelaralareina,lacual,confemeninagraciaempezandoahablar,dijo:

Nobles jóvenes, como en las claras noches son las estrellas adorno delcielo y en la primavera las flores de los verdes prados, así lo son las frasesingeniosas de las loables costumbres y las conversaciones placenteras; lascuales, porque son breves, convienen mucho más a las mujeres que a loshombres, porque más de las mujeres que de los hombres desdice el hablarmuchoy largo (cuandopuedapasarse sin ello), a pesar de que hoypocas oningunamujerpuedequeseentiendaenagudezasoque,silasoyese,supieracontestarlas:yvergüenzageneralesparanosotrasyparacuantasestánvivas.Porque aquella virtud que estuvo en el ánimo de nuestras antepasadas, lasmodernas la han convertido en adornosdel cuerpo, y la que se ve sobre lasespaldas lospañosmásabigarradosyvariegadosyconmásadornos,secreeque debe ser tenida en mucho más y mucho más que otras honrada, nopensandoquesienlugardesobrelasespaldassobreloslomoslosllevase,unasnollevaríamásquealgunadeellas:ynoporellohabríaquehonrarlemásqueaunasno.

Me avergüenza decirlo porque no puedo nada decir de las demás que

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contramínodiga:ésastanaderezadas,tanpintadas,tanabigarradas,ocomoestatuasdemármolmudaseinsensiblesestáno,asíresponden,siselesdirigelapalabra,quemuchomejorfueraquesehubiesencallado;ynoshacencreerquedepurezadeánimoprocedaelnosaberconversarentreseñorasyconloshombrescorteses,yasugazmoñeríalehandadonombredehonestidadcomosiningunaseñorahonestahubierasinoaquellaquecon lacamareraocon lalavanderaoconsucocinerahable;porquesilanaturalezalohubieraqueridocomoellasquierenhacerlocreer,deotramaneraleshubieralimitadolacharla.Laverdadesque,comoenlasdemáscosas,enéstahayquemirareltiempoyelmodo y con quién se habla, porque a veces sucede que, creyendo algunamujer o algún hombre con alguna frasécula aguda hacer sonrojar a otro, nohabiendobienmedidosusfuerzasconlasdequiensea,aquelruborquesobreotrohaqueridoarrojarcontrasímismolohasentidovolverse.

Porlocual,paraquesepáisguardarosyparaquenoseospuedaaplicaravosotrasaquelproverbioquecomúnmentesediceportodaspartesdequelasmujeresentodocogenlopeorsiempre,estaúltimanoveladelasdehoy,quemetocadecir,quieroqueosadiestre,paraqueasícomoennoblezadeánimoestáis separadas de las demás, así también por la excelencia de lasmanerasseparadasdelasdemásosmostréis.

No han pasado todavía muchos años desde que en Bolonia hubo ungrandísimomédicoydeclarafamaentodoelmundo,ytalvezvivetodavía,cuyonombrefuemaestroAlberto;elcual,siendoyaviejodecercadesetentaaños, tanta fue la nobleza de su espíritu que, habiéndosele ya del cuerpopartidocasi todoelcalornatural,nose rehusóa recibir lasamorosas llamashabiendovistoenunafiestaaunabellísimaseñoraviudallamada,segúndicenalgunos,doñaMalgheridadelosGhisolieri;yagradándolesobremanera,nodeotromodoqueun jovencillo lasrecibióensumaduropecho,hasta talpuntoquenoleparecíabiendescansardenochesieldíaanteriornohubiesevistoelhermosoydelicadorostrodelabellaseñora.Yporello,empezóafrecuentar,apieoacaballosegúnloquemásamanolevenía, lacalledondeestaba lacasadeestaseñora.

Porlocual,ellaymuchasotrasseñorasseapercibierondelarazóndesupasarymuchasveceshicieronbromasentreellasalveraunhombretanviejo,de años y de juicio, enamorado, como si creyeran que esta pasión tanplacentera del amor solamente en los necios ánimos de los jóvenes y no enotraparteentraseypermaneciese.Porloque,continuandoelpasardelmaestroAlberto, sucedió que un día de fiesta, estando esta señora conotrasmuchasseñorassentadadelantedesupuerta,yhabiendovistodelejosveniralmaestroAlbertohaciaellas,todasconellasepropusieronrecibirloyhonrarleyluegogastarlebromasporéstesuenamoramiento;yasílohicieron.

Por lo que, levantándose todas e invitado él, le condujeron a un fresco

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patiodondemandarontraerfinísimosvinosydulces;yalfinal,conpalabrasingeniosas y corteses le preguntaron cómo podía ser aquello de estar élenamorado de esta hermosa señora sabiendo que era amada de muchoshermosos,noblesycortesesjóvenes.

El maestro, sintiéndose gentilmente embromado, puso alegre gesto yrespondió:

—Señora,queyoamenodebemaravillaraningúnsabio,yespecialmenteavos,porqueoslomerecéis.Yaunquealoshombresviejosleshayaquitadolanaturalezalasfuerzasqueserequierenparalosejerciciosamorosos,noleshaquitado labuenavoluntadniel conocer loquedebaseramado, sinoquenaturalmente lo conocen mejor porque tienen más conocimiento que losjóvenes. La esperanza que me mueve a amaros, yo viejo a vos amada demuchosjóvenes,esésta:muchasvecesheestadoensitiosdondehevistoalasmujeres merendando y comiendo altramuces y puerros; y aunque en lospuerrosnadaesbueno,esmenosmaloymásagradablea laboca lacabeza,perovosotras,generalmenteguiadasporequivocadogusto,osquedáisconlacabezaenlamanoyoscoméislashojas,quenosólonovalennadasinoquesondemalsabor.¿Yquéséyo,señora,sialelegir losamantesnohacéis lomismo?Y si lo hicieseis, yo sería el que sería elegido por vos, y los otrosdespedidos.

Lanobleseñora,juntamenteconlasotras,avergonzándoseuntanto,dijo:

—Maestro, asaz bien y cortésmente nos habéis reprendido de nuestrapresuntuosa empresa; con todo, vuestro amorme es caro, como de hombresabioydeprodebeserlo,yporello,salvaguardandomihonestidad,comoacosavuestramandadmetodosvuestrosgustosconconfianza.

El maestro, levantándose con sus compañeros, agradeció a la señora ydespidiéndosedeellariendoyconfiesta,sefue.Así,laseñora,nomirandodequiénsechanceaba,creyendovencerfuevencida;de loquevosotras,sisoisprudentes,óptimamenteosguardaréis.

Ya estaba el sol inclinado hacia el ocaso y disminuido en gran parte elcalor,cuandolasnarracionesdelasjóvenesydelosjóvenesllegaronasufin;porlocual,sureinaplacenteramentedijo:

—Ahora ya, queridas compañeras, nada queda ami gobierno durante lapresente jornada sino daros una nueva reina que, en la venidera, según sujuicio,suvidaylanuestradispongaparaunahonestarecreación,ymientraseldía durede aquí hasta la noche (porquequienno se toma algún tiempopordelante no parece que bien pueda prepararse para el porvenir) y para queaquello que la nueva reina delibere que sea oportuno para mañana puedadisponerse,aestahorameparecequedebenempezarlasjornadassiguientes.

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Yporello,enreverenciaaAquélporquientodaslascosasvivenyesnuestroconsuelo, en esta segunda jornadaFilomena, joven discretísima, como reinaguiaránuestroreino.

Ydicho esto, poniéndose enpieyquitándose laguirnaldade laurel, conreverencia a ella se la puso, y ella primero y después todas las demás ysemejantemente los jóvenes la saludaron como a reina, y a su señorío concomplacencia se sometieron. Filomena, un tanto sonrojada de vergüenza,viéndose coronada en aquel reino y acordándose de las palabras poco antesdichas por Pampínea, para no parecer gazmoña, recobrada la osadía,primeramenteconfirmóloscargosdadosporPampíneaydispusoloqueparalamañana siguiente y para la futura cena debía hacerse y quedándose aquídondeestaban,empezóahablarasí.

—Carísimas compañeras, aunquePampínea, por su cortesíamásquepormivirtud,mehayahechoreinadetodosvosotros,nomesientoyodispuestaaseguir solamente mi juicio sobre la forma de nuestro vivir, sino el vuestrojunto con el mío, y para que lo que a mí me parece hacer sepáis, y porconsiguiente añadir y disminuir podáis a vuestro gusto, con pocas palabrasentiendo mostrároslo. Si hoy he reparado bien, los modos seguidos porPampíneameparecequehansidotodosigualmenteloablesydeleitosos;yporello, hasta que, o por demasiada repetición o por otra razón, no nos causentedio,nopiensocambiarlos.Habiendoya,pues,comenzadolasórdenesdeloquehayamosdehacer,levantándonosdeaquí,nosiremosapasearunrato,ycuando el sol esté poniéndose cenaremos con la fresca y, luego de algunascancioncillas y otros entretenimientos, bien será que nos vayamos a dormir.Mañana, levantándonoscon la fresca, semejantemente iremosa solazarnosaalgunapartecomoacadaunoleseamásagradablehacer,ycomohoyhemoshecho,igualalahoradebidavolveremosacomer;bailaremos,ycuandonoslevantemosdelasiesta,aquídondehoyhemosestadovolveremosanovelar,enloquemeparecehabergrandísimoplaceryutilidadauntiempo.YloquePampíneanohapodidohacer,porhabersidoyatardeelegidaparaelgobierno,quiero comenzar a hacerlo, es decir, a restringir dentro de algunos límitesaquello sobre locualdebamosnovelarydecírosloanticipadamenteparaquecada uno tenga tiempo de poder pensar en alguna buena historia sobre elasunto propuesto para poderla contar; el cual, si os place, sea esta vez que,puestoquedesdeelprincipiodelmundoloshombreshansidoempujadosporlafortunaacasosdiversos,yloseránhastaelfin,todosdebemoscontaralgosobre ello: sobre alguien que, perseguido por diversas contrariedades, hayallegadocontratodaesperanzaabuenfin.

Las mujeres y los hombres, todos por igual, alabaron esta orden yaprobaronquesesiguiese;solamenteDioneo,todoslosotroshabiendocalladoya,dijo:

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—Señora mía, como todos éstos han dicho, también digo yo que essumamenteplacenterayencomiablelaordenporvosdada;perocomograciaespecialospidoundon,quequieroquemeseaconfirmadomientrasnuestracompañía dure, y es éste: que yo no sea obligado por esta ley de tener quecontarunahistoriasegúnunasuntopropuestosinoquiero,sinosobreaquelloquemásme guste contarlo.Y para que nadie piense que quiero esta graciacomohombrequenotengaamanohistorias,desdeahoramecontentaréconserélúltimoquelacuente.

La reina, que lo conocía como hombre divertido y festivo, comprendiójustamentequeno lopedía sinoporpodera lacompañíaalegrarconalgunahistoria divertida si estuviesen cansados de tanta narración, y conconsentimiento de los demás, alegremente le concedió la gracia; ylevantándose todos,haciaunarroyodeaguaclarísimaquedeunmontecillodescendía a un valle sombreado con muchos árboles, entre piedras lisas yverdeshierbecillas,condespaciosopasosefueron.Allídescalzosymetiendolosbrazosdesnudos en el agua, empezaronadivertirse entre ellosdevariasmaneras.

Y al acercarse la hora de la cena volvieron hacia la villa y cenaron congusto;despuésdelacena,hechostraerlosinstrumentos,mandólareinaqueseiniciaseunadanza,yconduciéndolaLaureta,queEmiliacantaseunacanción,acompañada por el laúd de Dioneo. Por cuya orden, Laureta, prestamente,comenzóunadanzay ladirigió, cantandoEmilia amorosamente la siguientecanción:

Tantomesatisfacemihermosura

queenotroamorjamás

nipensarénibuscaréternura.

Enellaveosiempreenelespejo

elbienquesatisfaceelintelecto

yniaccidentenuevoopensarviejo

elbienmequitaráquemeesdilecto

pues¿quéotroamableobjeto

podrémirarjamás

quedéamicorazónnuevaternura?

Noseescapaestebiencuandodeseo,

porsentirunconsuelo,contemplarlo,

puesmiplacersecunda,ymirecreo

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detansuavemanera,queexpresarlo

nopodría,nipodríaexperimentarlo

ningúnmortaljamás

quenohubieseabrasadotalternura.

Yyo,queacadainstantemásmeenciendo,

cuantomásenélfijolamirada,

todamedoyaél,todameofrendo

gustandoyadesupromesaamada;

ytantogozoesperoamillegada

juntoaél,quejamás

hasentidoaquínadietalternura.

Terminada esta balada, que todos habían coreado alegremente, aunque amuchosleshiciesecavilarsuletra,luegodealgunascarolas,habiendopasadoya una partecilla de la breve noche, plugo a la reina dar fin a la primerajornada, y mandando encender las antorchas, ordenó que todos se fuesen adescansarhasta lamañana siguiente;por loque, cadauno,volviéndosea sucámara,asíhizo.

TERMINALAPRIMERAJORNADA

SEGUNDAJORNADA

ComienzalasegundajornadadelDecamerón,enlaque,bajoelgobiernodeFilomena,serazonasobrequienes,perseguidospordiversascontrariedades,hanllegado,contratodaesperanza,abuenfin.

Yahabíaelsolllevadoatodasparteselnuevodíaconsuluzylospájarosdaban de ello testimonio a los oídos cantando placenteros versos sobre lasverdes ramas, cuando todas las jóvenes y los tres jóvenes, habiéndoselevantado,seentraronpor los jardinesy,hollandoconlentopaso lashierbashúmedasderocío,haciéndosebellasguirnaldasacáyallá,recreándosedurantelargo rato estuvieron. Y tal como habían hecho el día anterior hicieron elpresente:habiendocomidoconlafresca,luegodehaberbailadoalgunadanzasefueronadescansary,levantándosedelasiestadespuésdelahoradenona,comoleplugoasureina,venidosalfrescopradecillo,sesentaronentornoaella. Y ella, que era hermosa y de muy amable aspecto, coronada con su

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guirnalda de laurel, después de estar callada un poco y demirar a la cara atodasucompañía,mandóaNeifilequealasfuturashistoriasdiese,conuna,principio;yella,sinponerningunaexcusa,así,alegre,empezóahablar:

NOVELAPRIMERA

Martellino,fingiéndosetullido,simulacurarsesobrelatumbadeSanArrigoy,conocidosuengaño,esapaleado;ydespuésdeserapresadoy

estarenpeligrodesercolgado,lograporfinescaparse.

Muchas veces sucede, carísimas señoras, que aquel que se ingenia enburlarsedeotro,ymáximamentedelascosasquedebenreverenciarse,sehaencontrado sólocon lasburlasy aveces condañode símismo;por loque,paraobedecerelmandatode la reinaydarprincipioconunahistoriamíaalasunto propuesto, entiendo contaros lo que, primero desdichadamente ydespués (fuera de toda su esperanza) muy felizmente, sucedió a unconciudadanonuestro.

Había, no hace todavía mucho tiempo, un tudesco en Treviso llamadoArrigoque,siendohombrepobre,servíacomoporteadorasueldoaquienselosolicitabay,apesardeello,eratenidoportodoscomohombredesantísimaybuenavida.Porlocual,fueseverdadono,sucedióalmorirél,segúnafirmanlos trevisanos, que a la hora de sumuerte, todas las campanas de la iglesiamayordeTrevisoempezaronasonarsinquenadielastocase.Loque,tenidopormilagro,todosdecíanqueesteArrigoerasanto;ycorriendotodalagentede laciudada lacasaenqueyacía sucuerpo, lo llevaronaguisadecuerposanto a la iglesia mayor, llevando allí cojos, tullidos y ciegos y demásimpedidosdecualquieraenfermedadodefecto,comositodosdebieransanaraltocaraquelcuerpo.

En tanto tumulto ymovimiento de gente sucedió que a Treviso llegarontres de nuestros conciudadanos, de los cuales uno se llamaba Stecchi, otroMartellino y el terceroMarchese, hombres que, yendo por las cortes de losseñores, divertían a la concurrencia distorsionándose y remedando acualquieraconmuecasextrañas.Loscuales,nohabiendoestadonuncaallí,semaravillaron de ver correr a todos y, oído el motivo de aquello, sintierondeseosdeiravery,dejadassuscosasenunalbergue,dijoMarchese:

—Queremos ir a ver este santo, pero en cuanto a mí, no veo cómopodamosllegarhastaél,porqueheoídoquelaplazaestállenadetudescosydeotragente armadaqueel señordeesta tierra, paraquenohayaalboroto,haceestarallí,yademásdeesto,laiglesia,porloquesedice,estátanllenade

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gentequenadiemáspuedeentrar.

Martellino,entonces,quedeseabaveraquello,dijo:

—Que no se quede por eso, que de llegar hasta el cuerpo santo yoencontrarébienelmodo.

DijoMarchese:

—¿Cómo?

RepusoMartellino:

—Te lo diré: yo me contorsionaré como un tullido y tú por un lado yStecchi por el otro, como si no pudiese andar, me vendréis sosteniendo,haciendocomoquemequeréisllevarallíparaqueelsantomecure:nohabránadieque,alvernos,nonoshagasitioynosdejepasar.

AMarchese y a Stecchi les gustó el truco y, sin tardanza, saliendo delalbergue,llegadoslostresaunlugarsolitario,Martellinoseretorciólasmanosdetalmanera,losdedosylosbrazosylaspiernas,yademásdeellolabocaylosojosytodoelrostro,queeracosahorribledever;nohabríahabidonadiequelohubiesevistoquenohubiesepensadoqueestabaparalíticoytullido.Ysujetado de estamanera, entreMarchese y Stecchi, se enderezaron hacia laiglesia, con aspecto lleno de piedad, pidiendo humildemente y por amor deDios a todos los que estaban delante de ellos que les hiciesen sitio, lo quefácilmente obtenían; y en breve, respetados por todos y todo el mundogritando:«¡Hacedsitio,hacedsitio!»,llegaronallídondeestabaelcuerpodeSan Arrigo y, por algunos gentileshombres que estaban a su alrededor, fueMartellino prestamente alzado y puesto sobre el cuerpo para que medianteaquellopudieraalcanzarlagraciadelasalud.

Martellino, como toda la gente estaba mirando lo que pasaba con él,comenzó,comoquienlosabíahacermuybien,afingirqueunodesusdedosse estiraba, y luego la mano, y luego el brazo, y así todo entero llegar aestirarse.Loque,viéndololagente,tangranruidoenalabanzadeSanArrigohacían que un trueno no habría podido oírse.Había por acaso un florentinocercaqueconocíamuybienaMartellino,peroqueporestarasícontorsionadocuandofuellevadoallínolohabíareconocido.Elcual,viéndoloenderezado,loreconocióysúbitamenteempezóareírseyadecir:

—¡Señor,hazqueleduela!¿Quiénnohubieracreídoalverlovenirquedeverdadfueseunlisiado?

Oyeronestaspalabrasunostrevisanosque,incontinenti,lepreguntaron:

—¡Cómo!¿Noeraéstetullido?

Aloqueelflorentinorepuso:

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—¡No lo quieraDios!Siempre ha sido tan derecho comonosotros, perosabe mejor que nadie, como habéis podido ver, hacer estas burlas decontorsionarseenlasposturasquequiere.

Como hubieron oído esto, no necesitaron otra cosa: por la fuerza seabrieronpasoyempezaronagritar:

—¡CogedpresoaesetraidorqueseburladeDiosydelossantos,quenosiendo tullido ha venido aquí para escarnecer a nuestro santo y a nosotroshaciéndoseeltullido!

Y,diciendoesto,leecharonlasmanosencimaylohicieronbajardedondeestaba, y cogiéndole por los pelos y desgarrándole todos los vestidosempezaronadarlepuñetazosypuntapiés,ynoseconsiderabahombrequiennocorríaahacerlomismo.Martellinogritaba:

—¡Piedad,porDios!

Ysedefendíacuantopodía,peronoleservíadenada: laspatadasqueledabansemultiplicabanacadamomento.Viendolocual,StecchiyMarcheseempezaronadecirsequelacosaseponíamal;ytemiendoporsímismos,noseatrevían a ayudarlo, gritando junto con los otros que le matasen, aunquepensandosinembargocómopodríanarrancarlodemanosdelpueblo.Quelehubiera matado con toda certeza si no hubiera habido un expediente queMarchese tomó súbitamente: que, estando allí fuera toda la guardia de laseñoría,Marchese,loantesquepudosefuealqueestabaenrepresentacióndelcorregidoryledijo:

—¡Piedad,porDios!Hayaquíalgúnmalvadoquemehaquitadolabolsaconsusbuenoscienflorinesdeoro;osruegoqueloprendáisparaquepuedarecuperarlomío.

Súbitamente, al oír esto, una docena de soldados corrieron a donde elmísero Martellino era trasquilado sin tijeras y, abriéndose paso entre lamuchedumbreconlasmayoresfatigasdelmundo, todoapaleadoy todorotose lo quitaron de entre las manos y lo llevaron al palacio del corregidor,adonde, siguiéndolemuchos que se sentían escarnecidos por él, y habiendooídoquehabía sidopresopordescuidero, nopareciéndoleshallarmás justotítulo para traerle desgracia, empezaron a decir todos que les había dado eltiróntambiénasusbolsas.Oyendotodolocual,eljuezdelcorregidor,queeraunhombrerudo,llevándoseloprestamenteaparteleempezóainterrogar.

PeroMartellinocontestababromeando,comosinadafueseaquellaprisión;por lo que el juez, alterado, haciéndolo atar con la cuerda le hizo dar unosbuenos saltos, con ánimo de hacerle confesar lo que decían para despuésahorcarlo.Peroluegoquesevioconlospiesenelsuelo,preguntándoleeljuezsieraverdadloquecontraéldecían,novaliéndoledecirno,dijo:

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—Señormío,estoyprestoaconfesaroslaverdad,perohacedquecadaunodelosquemeacusandigadóndeycuándoleshequitadolabolsa,yosdiréloqueyohehechoyloqueno.

Dijoeljuez:

—Quemeplace.

Yhaciendollamaraunoscuantos,unodecíaqueselahabíaquitadohaceocho días, el otro que seis, el otro que cuatro, y algunos decían que aquelmismodía.Oyendolocual,Martellinodijo:

—Señormío, todosestosmientencon toda suboca:ydequeyodigo laverdadospuedodarestaprueba,quenuncahabíaestadoenestaciudadyquenoestoyenellasinodesdehacepoco;yalllegar,pormidesventura,fuiaveraestecuerposanto,dondemehantrasquiladotodocuantoveis;yqueestoquedigoesciertooslopuedeaclarareloficialdelseñorqueregistrómientrada,ysulibroytambiénmiposadero.Porloque,sihalláisciertoloqueosdigo,noqueráisaejemplodeesoshombresmalvadosdestrozarmeymatarme.

Mientras las cosas estaban en estos términos, Marchese y Stecchi, quehabíanoídoqueeljuezdelcorregidorprocedíacontraélsañudamente,yqueyalehabíadadotortura,temieronmucho,diciéndose:

—Malnoshemosindustriado;lehemossacadodelasarténparaecharloenelfuego.

Por lo que, moviéndose con toda presteza, buscando a su posadero, lecontarontodoloqueleshabíasucedido;deloque,riéndoseéste, les llevóaveraunSandroAgolantiquevivíaenTrevisoyteníagraninfluenciaconelseñor,ycontándoletodoporsuorden,lerogóqueconellosintervinieraenlashazañas de Martellino, y así se hizo. Y los que fueron a buscarlo leencontraron todavía en camisa delante del juez y todo desmayado y muytemerosoporqueeljueznoqueríaoírnadaensudescargo,sinoque,comoporacaso tuviese algún odio contra los florentinos, estaba completamentedispuesto a hacerlo ahorcar y en ninguna guisa quería devolverlo al señor,hastaquefueobligadoahacerlocontrasuvoluntad.

Y cuando estuvo ante él, y le hubo dicho todas las cosas por su orden,pidióquecomosumagracialedejaseirseporque,hastaqueenFlorencianoestuviese, siempre le parecería tener la soga al cuello. El señor riograndemente de semejante aventura y, dándoles un traje por hombre,sobrepasandolaesperanzaquelostresteníandesalirconbiendetalpeligro,sanosysalvossevolvieronasucasa.

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NOVELASEGUNDA

RinaldodeAsti,robado,vaapararaCastelGuiglielmoyesalbergadoporunaseñoraviuda,y,desagraviadodesusmales,sanoysalvovuelvea

sucasa.

De las desventuras de Martellino contadas por Neifile rieron las damasdesmedidamente, y sobre todo entre los jóvenes Filostrato, a quien, comoestabasentadojuntoaNeifile,mandólareinaquelasiguieseenelnovelar;ysinesperar,comenzó:

Bellas señoras, me siento inclinado a contaros una historia sobre cosascatólicas entremezcladas con calamidades y con amores, la cual será porventuraútilhaberlaoído,especialmenteaquienesporlospeligrososcaminosdelamorsoncaminantes,deloscualesquiennohayarezadoelpadrenuestrodeSanJuliánmuchasveces,aunquetengabuenacama,sehospedamal.

Había,pues,entiemposdelmarquésAzzodeFerraraunmercaderllamadoRinaldodeAstique,porsusnegocios,habíaidoaBolonia;alosquehabiendoprovisto y volviendo a casa, le sucedió que, habiendo salido de Ferrara ycaminando haciaVerona, se topó con unos que parecíanmercaderes y eranunosmalhechores y hombres demala vida y condición y, discurriendo conellos,siguióincautamenteensucompañía.

Éstos,viéndolemercaderyjuzgandoquedebíallevardineros,deliberaronentresíquea laprimeraocasiónlerobarían,yporello,paraquenosintieraninguna sospecha, como hombres humildes y de buena condición, sólo decosas honradas y de lealtad iban hablando con él, haciéndose todo lo quepodían y sabían humildes y benignos a sus ojos, por lo que él reputaba porgranventurahaberlosencontradoyaqueibasoloconsucriadoysucaballo.Yasícaminando,deunacosaenotra,comosuelepasarenlasconversaciones,llegaronadiscurrirsobrelasoracionesqueloshombresdirigenaDios.Yunodelosmalhechores,queerantres,dijoaRinaldo:

—Yvos,gentilhombre,¿quéoraciónacostumbráisarezarcuandovaisdecamino?

AloqueRinaldorepuso:

—En verdad yo soy hombre asaz ignorante y rústico, y pocas oracionestengoamanocomoquevivoalaantiguaycuentodossueldosporveinticuatrodineros, pero no por ello he dejado de tener por costumbre al ir de caminorezar por la mañana, cuando salgo del albergue, un padrenuestro y unavemaríaporelalmadelpadreydelamadredeSanJulián,despuésdeloquepido aDios y a él que la noche siguienteme deparen buen albergue.Y yamuchasvecesmehevisto,yendodecamino,engrandespeligros,yescapando

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a todos los cuales, he estado la noche siguiente en un buen lugar y bienalbergado;porloquetengofirmefeenqueSanJulián,encuyohonorlodigo,mehayaconseguidodeDiosestagracia;nomeparecequepodríaandarbieneldía,nillegarbienlanochesiguiente,sinolohubieserezadoporlamañana.

Alocual,elquelehabíapreguntadodijo:

—Yhoydemañana,¿lohabéisdicho?

AloqueRinaldorespondió:

—Ciertamente.

Entoncesaquél,queyasabíaloqueibaasucederle,dijoparasí:«Faltatehará,porque,sinofallamos,vasaalbergartemalsegúnmeparece».Yluegoledijo:

—Yotambiénheviajadomuchoynuncaloherezado,aunquelohayaoídoa muchos recomendar, y nunca me ha sucedido que por ello dejase dealbergarme bien; y esta noche por ventura podréis ver quién se albergarámejor,ovosquelohabéisdichooyoquenolohedicho.Bienesverdadqueyo en su lugar digo elDirupisti o la Intemerata o elDeProfundis que son,segúnunaabuelamíasolíadecirme,degrandísimavirtud.

Yhablandoasídevariascosasycontinuandosucamino,yesperandolugaryocasiónparasumalpropósito,sucedióque,siendoyatarde,delotroladodeCastelGuiglielmo, al vadear un río aquellos tres, viendo la hora tardía y ellugar solitario y oculto, lo asaltaron y lo robaron, y dejándolo a pie y encamisa,yéndose,ledijeron:

—AndaymiraaversituSanJuliántedaestanochebuenalbergue,queelnuestrobiennoslodará.

Y, vadeando el río, se fueron. El criado de Rinaldo, viendo que loasaltaban, comovil, no hizo nada por ayudarle, sino que dando la vuelta alcaballosobreelqueestaba,nosedetuvohastaestarenCastelGuiglielmo,yentrandoallí,siendoyatarde,sinningunadificultadencontróalbergue.

Rinaldo,quesehabíaquedadoencamisaydescalzo,siendograndeelfríoy nevando todavía mucho, no sabiendo qué hacerse, viendo llegada ya lanoche,temblandoycastañeteándolelosdientes,empezóamiraralrededorenbusca de algún refugio donde pudiese estar durante la noche sinmorirse defrío;peronoviendoningunoporquenohacíamuchoquehabíahabidoguerraen aquella comarca y todo había ardido, empujado por el frío, se enderezó,trotando, hacia Castel Guiglielmo, no sabiendo sin embargo que su criadohubiesehuidoallíoaningúnotrositio,ypensandoquesipudieraentrarallí,algúnsocorrolemandaríaDios.

Perolanochecerradalecogiócercadeunamillaalejadodelburgo,porlo

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que llegó allí tan tarde que, estando las puertas cerradas y los puenteslevantados, no pudo entrar dentro. Por lo cual, llorando doliente ydesconsoladamente,mirabaalrededordóndepodríaponersequealmenosnolenevaseencima;yporazarviounacasa sobre lasmurallasdelburgoalgosaliente hacia afuera, bajo cuyo saledizo pensó quedarse hasta que fuese dedía; y yéndose allí y habiendo encontrado una puerta bajo aquel saledizo,comoestabacerrada,reuniendoasupiealgunapajaqueporallícercahabía,tristeydolientesequedó,muchasvecesquejándoseaSanJulián,diciéndolequenoeradignodelafequehabíapuestoenél.

PeroSanJulián,quelequeríabien,sinmuchatardanzaledeparóunbuenalbergue.Habíaenesteburgounaseñoraviuda,bellísimadecuerpocomolaquemás, a quien elmarquésAzzo amaba tanto comoa suviday aquí a sudisposición lahacíaestar.Yvivía ladicha señoraenaquellacasabajocuyosaledizoRinaldosehabla idoa refugiar.Yeldíaanteriorporacasohabíaelmarqués venido aquí para yacer por la noche con ella, y en su casamismasecretamentehabíamandadoprepararleunbañoysuntuosamenteunacena.

Yestandotodopresto,ynadasinolallegadadelmarquésesperandoella,sucedió que un criado llegó a la puerta que traía nuevas almarqués por lascualestuvoqueponerseencaminosúbitamente;porlocual,mandandodeciralaseñoraquenoloesperase,semarchóprestamente.Conloquelamujer,untanto desconsolada, no sabiendo qué hacer, deliberó meterse en el bañopreparadoparaelmarquésydespuéscenareirsealacama;yasí,semetióenel baño. Estaba este baño cerca de la puerta donde el pobreRinaldo estabaacostadofueradelaciudad;porloque,estandolaseñoraenelbaño,sintióelllantoy la tiritonadeRinaldo,queparecíahaberseconvertidoencigüeña.Yllamandoasucriada,ledijo:

—Veteabajoymirafueradelosmurosalpiedeesapuertaquiénhayallí,yquiénesyloquehace.

La criada fue y, ayudándola la claridad del aire, vio al que en camisa ydescalzoestabaallí,comosehadicho,ytodotiritando;porloquelepreguntóquién era. Y Rinaldo, temblando tanto que apenas podía articular palabra,quién fuese y cómo y por qué estaba allí, lomás breve que pudo le dijo yluegolastimeramentecomenzóarogarleque,sifueseposible,nolodejaseallímorirsedefríodurantelanoche.Lacriada,sintiéndosecompadecida,volvióalaseñoraytodoledijo;yella,tambiénsintiendopiedad,seacordóqueteníalallave de aquella puerta, que algunas veces servía a las ocultas entradas delmarqués,ydijo:

—Veyábrelesinhacer ruido;aquíestáestacenaquenohabríaquien lacomiese,yparapoderloalbergarhaydesobra.

La criada, habiendo alabadomucho la humanidad de la señora, fue y le

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abrió;yhabiéndolohechoentrar,viéndolocasiyerto,ledijolaseñora:

—Pronto,buenhombre,entraenaquelbaño,quetodavíaestácaliente.

Y él, sin esperar más invitaciones, lo hizo de buena gana, y todoreconfortadoconaquelcalor,delamuertealavidaleparecióhabervuelto.Laseñora le hizo preparar ropas que habían sido de su marido, muerto pocotiempo antes, y cuando las hubo vestido parecían hechas a su medida; yesperando qué lemandaba la señora, empezó a dar gracias a Dios y a SanJuliánquedeunanochetanmalacomolaqueleesperabalehabíanlibradoyabuenalbergue,porloqueparecía,conducido.Despuésdeesto,laseñora,algodescansada,habiendoordenadohacerungrandísimofuegoenlachimeneadeunodesussalones,sevinoallíypreguntóquéeradeaquelbuenhombre.Aloquelacriadarespondió:

—Señoramía,sehavestidoyesunbuenmozoyparecepersonadebienydebuenasmaneras.

—Ve,entonces—dijolaseñora—,yllámalo,ydilequesevengaaquíalfuego,yasícenará,queséquenohacenado.

Rinaldo,entrandoenelsalónyviendoalaseñoraypareciéndoleprincipal,la saludó reverentemente y las mayores gracias que supo le dio por elbeneficioquelehabíahecho.Laseñoralovioyloescuchó,ypareciéndoleloquelacriadalehabíadicho,lorecibióalegrementeyconellafamiliarmentelehizo sentarse al fuego y le preguntó sobre la desventura que le habíaconducido allí, y Rinaldo le narró todas las cosas por su orden. Había laseñora,porlallegadadelcriadodeRinaldoalcastillo,oídoalgodeelloporloqueenteramentecreyóenloqueéllecontaba,ytambiénledijoloquedesucriadosabíaycómofácilmentepodríaencontrarloalamañanasiguiente.

Peroluegoquelamesafuepuestacomolaseñoraquiso,Rinaldoconella,lavadas las manos, se puso a cenar. Él era alto de estatura, y hermoso yagradablederostroydemanerasasazloablesygraciosas,yjovendemedianaedad; y la señora, habiéndole ya muchas veces puesto los ojos encima yapreciándolomucho,yya,porelmarquésqueconelladebíaveniraacostarseteniendo el apetito concupiscentedespierto en lamente, despuésde la cena,levantándosedelamesa,consucriadaseaconsejósileparecíabienqueella,puestoqueelmarquéslahabíaburlado,usasedeaquelbienquelafortunalehabía enviado. La criada, conociendo el deseo de su señora, cuanto supo ypudolaanimóaseguirlo;porloquelaseñora,volviendoalfuegodondehabíadejadosoloaRinaldo,empezandoamirarloamorosamente,ledijo:

—¡Ah,Rinaldo!,¿porquéestáistanpensativo?¿Nocreéispoderresarcirosdeuncaballoydeunoscuantospañosquehabéisperdido?Confortaos,poneosalegre, estáis en vuestra casa; ymás quiero deciros: que, viéndoos con esas

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ropasencima,quefuerondemidifuntomarido,pareciéndomevosélmismo,mehanvenidoestanochemásdecienvecesdeseosdeabrazarosydebesaros,ysinohubieratemidodesagradarosporciertoquelohabríahecho.

Rinaldo,oyendoestaspalabrasyviendoelrelampagueardelosojosdelamujer,comoquiennoeraunmentecato,sefueasuencuentroconlosbrazosabiertosydijo:

—Señoramía,pensandoqueporvospuedosiempredecirqueestoyvivo,ymirandoaquellodedondemesacasteis,granvilezaseríalamíasiyotodoloquepudieraserosagradablenomeingeniaseenhacer;yasí,contentadvuestrodeseo de abrazarme y besarme, que yo os abrazaré y os besaré más que agusto.

Despuésdeestononecesitaronmáspalabras.Lamujer,queardíatodaenamorosodeseo,prestamenteseleechóenlosbrazos;ydespuésquemilveces,estrechándolodeseosamente,lehubobesadoyotrastantasfuebesadaporél,levantándose de allí se fueron a la alcoba y sin esperar, acostándose,plenamenteymuchasveces,hastaquevinoeldía,susdeseoscumplieron.

Pero luego que empezó a salir la aurora, como plugo a la señora,levantándose,paraqueaquellonopudierasersospechadopornadie,dándolealgunasropasasazmezquinasyllenándolelabolsadedineros,rogándolequetodoaquellotuviesesecreto,habiéndoleenseñadoprimeroquécaminodebieseseguirparallegardentroabuscarasucriado,poraquellaportezuelapordondehabíaentradolehizosalir.

Él,alaclararseeldía,dandomuestrasdevenirdemás lejos,abiertas laspuertas,entróenaquelburgoyencontróasucriado;por loque,vistiéndoseconropassuyasqueenelequipajetenía,ypensandoenmontarseenelcaballodel criado, casi pormilagro divino sucedió que los tresmalhechores que lanoche anterior le habían robado, por otramaldad hecha después, apresados,fueronllevadosaaquelcastilloy,porsumismaconfesión,lefuerestituidoelcaballo, los paños y los dineros y noperdiómás que unpar de ligas de lasmedíasdelasquenosabíanlosmalhechoresquéhabíanhecho.

Por lo cual Rinaldo, dándole gracias a Dios y a San Julián, montó acaballo, y sano y salvo volvió a su casa; y a los tres malhechores, al díasiguiente,losllevaronaagitarlospiesenelaire.

NOVELATERCERA

Tresjóvenes,malgastandosusbienes,seempobrecen;yunsobrinosuyo,quealvolveracasadesesperadotienecomocompañerodecaminoaunabad,encuentraqueésteeslahijadelreydeInglaterra,lacualletoma

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pormaridoyreparalosdescalabrosdesustíosrestituyéndolesensubuenestado.

Fueron oídas con admiración las aventuras de Rinaldo de Asti por lasseñorasylosjóvenesyalabadasudevoción,ydadasgraciasaDiosyaSanJuliánquelehabíanprestadosocorroensumayornecesidad,ynofueporello(aunqueestosedijesemedioaescondidas) reputadapornecia laseñoraquehabíasabidocogerelbienqueDioslehabíamandadoacasa.Ymientrasquesobre la buena noche que aquél había pasado se razonaba entre sonrisasmaliciosas, Pampínea, que se veía al lado de Filostrato, apercibiéndose, asícomosucedió,queaellaletocabalavez,recogiéndoseensímisma,empezóapensar en lo que debía contar; y luego del mandato de la reina, no menosatrevidaquealegreempezóahablarasí:

Valerosasseñoras,cuantomássehablade loshechosde lafortuna, tantomás, a quien quiere bienmirar sus casos, queda por contar; y de ello nadiedebe maravillarse si discretamente piensa que todas las cosas que nosotrosneciamentenuestrasllamamosestánensusmanosyporconsiguiente,porella,según su oculto juicio, sin ninguna pausa, de uno en otro y de otro en unosucesivamentesinningúnordenconocidopornosotrossoncambiadas.Loque,aunque con plena fidelidad, en todas las cosas y todo el día se muestre, yademáshayasidoantesmostradoenalgunashistorias,nodejaré(yaqueplaceanuestrareinaquedeellosehable),talveznosinutilidaddelosoyentes,deañadiralascontadasunahistoriamás,quepiensoquedeberáagradaros.

Hubo ennuestra ciudadun caballero cuyonombre eramicerTebaldo, elcual,segúnquierenalgunos,fuedelosLambertiyotrosafirmanhabersidodelosAgolanti, fundándose talvez,másqueenotracosa, eneloficioque sushijos después de él han hecho, conforme al que siempre los Agolanti hanhechoyhacen.Perodejandoaun ladoacuálde lasdoscasasperteneciese,digo que fue éste en sus tiempos riquísimo caballero y tuvo tres hijos, elprimero de los cuales tuvo por nombre Lamberto, el segundo Tebaldo y elterceroAgolante,yahermososycortesesjóvenes,aunqueelmayornollegaseadieciochoaños,cuandoesteriquísimomicerTebaldovinoamorir,yaellos,comoasusherederoslegítimos,todossusbienesmuebleseinmueblesdejó.

Loscuales,viéndosequedarriquísimosencampesinosyenposesiones,sinningún otro gobierno sino su propio placer, sin ningún freno ni contenciónempezaron a gastar teniendo numerosísimos criados y muchos y buenoscaballos y perros y aves y continuamente huéspedes, dando y justando yhaciendo no solamente lo que a gentileshombres corresponde, sino tambiénaquelloqueensuapetitojuvenillesveníaenganahacer.Ynohabíanllevadomucho tiempo talvidacuandoel tesorodejadoporelpadredisminuyóynobastándolesparaloscomenzadosgastossusrentas,comenzaronaempeñarya

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vender las posesiones; y hoy una,mañana otra vendiendo, apenas se dieroncuentacuandosevieronvenidosalanadayseabrieronalapobrezasusojos,quelariquezahabíatenidocerrados.

PorlocualLamberto,llamandoundíaalosotrosdos,lesdijocuángrandehabíasidolahonorabilidaddelpadreycuántalasuya,ycuántasuriquezaycuállapobrezaalaqueporsudesordenadogastarhabíanvenido;ylomejorquesupo,antesdequemásaparentefuesesumiseria,lesanimóavenderconélmismolopocoquelesquedabayairse;yasílohicieron.

Y sin despedirse ni hacer ninguna pompa, salidos de Florencia, no sedetuvieron hasta que estuvieron en Inglaterra, y allí, tomando una casita enLondres, haciendo pequeñísimos gastos, duramente comenzaron a prestar ausura;ytanfavorablelesfuelafortunaeneste lugarqueenpocosañosunagrandísimacantidaddedinerosganaron.Porlocual,conellos,sucesivamenteuno u otro volviendo a Florencia, gran parte de sus posesiones volvieron acomprarymuchasotrascompraronademásdeaquéllas,y tomaronmujer;y,paracontinuarprestandoenInglaterra,aatendersusnegociosmandaronaunjovensobrinosuyoqueteníapornombreAlessandro,yellostresenFlorencia,habiendo olvidado a qué partido les había llevado el desmedido gasto otrasveces, a pesar de que con familia todos habían venido, más que nuncaexcesivamentegastabanyteníansumocréditocontodoslosmercaderesyporcualquiercantidadgrandededinero.

Loscualesgastosunoscuantosañosayudóa sostener lamonedaque lesmandaba Alessandro, que se había puesto a prestar a barones sobre suscastillos y otras rentas suyas, los cuales con grandes rendimientos bien lerespondían. Y mientras así los tres hermanos abundantemente gastaban ycuando les faltaba dinero lo tomaban en préstamo, teniendo siempre suesperanzaenInglaterra,sucedióque,contralaopinióndetodos,comenzóenInglaterraunaguerraentreelreyyunhijosuyoporlacualsedividiótodalaisla,yquiénapoyabaaunoyquiénalotro:porlacualcosafuerontodosloscastillosde losbaronesquitadosaAlessandroynohabíaningunaotra rentaquedealgolerespondiese.Yesperándosequecualquierdíaentreelhijoyelpadre debía hacerse la paz y por consiguiente todas las cosas restituidas aAlessandro,rendimientosycapital,Alessandrodelaislanoseiba,ylostreshermanos,queenFlorenciaestaban,ennadasusgastosgrandísimoslimitaban,tomando prestadomás cada día. Pero luego de que enmuchos años ningúnefectosevioseguiralaesperanzatenida,lostreshermanosnosóloelcréditoperdieronsinoque,queriendoaquéllosaquienesdebíanserpagados, fueronsúbitamente presos; y no bastando sus posesiones para pagar, por lo quefaltabaquedaronenprisión,ydesusmujeresyloshijospequeñosquiénsefuealcampoyquiénaquíyquiénalláconbastantepobresavíos,nosabiendoyaquédebiesenesperarsinomíseravidasiempre.

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Alessandro,queenInglaterralapazmuchosañosesperadohabía,viendoquenollegabaypareciéndolequesequedabaallínomenosconpeligrodesuvidaqueenvano,habiendodeliberadovolveraItaliasolo,sepusoencamino.Y por acaso, al salir de Brujas, vio que salía igualmente un abad blancoacompañado demuchosmonjes y conmuchos criados y precedido de granequipaje; juntoalcualveníandoscaballerosviejosyparientesdel rey,a loscuales;comoaconocidos,acercándoseAlessandro,porellosensucompañíafue de buena gana recibido. Caminando, pues, Alessandro con ellos,graciosamente lespreguntóquiénes fuesen losmonjesquecon tanto séquitocabalgabandelanteyadóndeiban.Aloqueunodeloscaballerosrepuso:

—Este que cabalga delante es un joven pariente nuestro, recientementeelegido abad de una de lasmayores abadías de Inglaterra; y porque esmásjovendeloquelas leyesmandanpara taldignidad,vamosnosotrosconélaRomaaimpetrardelsantopadreque,apesardesutiernaedad,lodispenseyluego en la dignidad lo confirme: porque esto no se puede tratar con nadiemás.

Caminando, pues, el novel abad ora delante de sus criados ora junto aellos,asícomovemosquehacentodoslosdíasporloscaminoslosseñores,lesucedióveraAlessandro juntoaél al caminar, el cual eraasaz joven, en lapersonayenelrostrohermosísimoy,cuantocualquierapodíaserlo,cortésyagradableydebuenasmaneras;elcualmaravillosamente legustóaprimeravistamás que nada le había gustado nunca, y llamándolo junto a sí, con élempezóaconversarplacenteramenteyapreguntarlequiénera,dedóndeveníayadóndeiba.AlocualAlessandrotodosobresucondiciónfrancamentedijoysatisfizo sus preguntas, y él mismo a su servicio, aunque poco pudiese, seofreció.Elabad,oyendosuconversarbelloyordenadoymásdetalladamenteconsiderando susmaneras, y pensando para sí que a pesar de que su oficiohabíasidoservil,eragentilhombre,másensuagradoseencendió;yyallenodecompasiónporsusdesgracias,asazfamiliarmenteleconfortóyledijoquetuvierabuenaesperanzaporque,sihombredeproera,aúnDioslerepondríaendondelafortunalehabíaarrojadoyaúnmásarriba;ylerogóque,puestoquehaciaToscanaiba,quisieraquedarseensucompañía,comofuesequeéltambiénallíiba.Alessandrolediograciasporelconsueloyledijoqueestabapronto a todos sus mandatos. Caminando, pues, el abad, en cuyo pecho serevolvían extrañas cosas sobre el visto Alessandro, sucedió que después dealgunosdíasllegaronaunavillaquenoestabademasiadoricamenteprovistade albergues, y queriendo allí albergar al abad, Alessandro en casa de unposaderoque le eramuyconocido lehizodesmontary lehizoprepararunaalcoba en el lugar menos incómodo de la casa. Y, convertido ya casi enmayordomo del abad, como quien estaba muy avezado a ello, comomejorpudoalojandoporlavillaatodoelséquito,quiénaquíyquiénallí,habiendoya cenado el abad y ya siendo noche cerrada, y todos los hombres idos a

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dormir,Alessandropreguntóalposaderodóndepodríadormirél.Aloqueelposaderolerespondió:

—En verdad que no lo sé; ves que todo está lleno, y puedes ver amiscriadosdormiren losbancos,peroen laalcobadelabadhayunosarconesalosquetepuedollevaryponerencimaalgúncolchónyallí,siteparecebien,comomejorpuedasacuéstateestanoche.

AloqueAlessandrodijo:

—¿Cómovoyairalaalcobadelabad,quesabesqueespequeñayporsuestrecheznohapodidoacostarseallíningunodesusmonjes?Siyomehubieradadocuentadeellocuandosecorrieronlascortinashabríahechodormirsobrelosarconesasusmonjesyyomehabríaquedadodondelosmonjesduermen.

Aloqueelposaderodijo:

—Pero así está el asunto, y puedes, si quieres, estar allí lo mejor delmundo; el abad duerme y las cortinas están corridas, yo te traeré sin hacerruidounamanta,veadormir.

Alessandro viendo que esto podía hacerse sin ninguna molestia para elabad, dio su acuerdo, y lomás calladamente que pudo se acomodó allí. Elabad, que no dormía, sino que pensaba vehementemente en sus extrañosdeseos,oía loqueelposaderoyAlessandrohablaban,y tambiénhabíaoídodónde se había acostado Alessandro; por lo que entre sí, muy contento,empezóadecir:

—Dioshamandadoocasiónamisdeseos;sinolaaprovecho,poracasonovolveráenmuchotiempo.

Ydecidiéndosedeltodoaaprovecharla,pareciéndoletodoreposadoenelalbergue,conbajavozllamóaAlessandroyledijoqueseacostasejuntoaél;el cual, luego de muchas negativas, desnudándose se acostó allí. El abad,poniéndole la mano en el pecho le empezó a tocar no de otra manera quesuelen hacer las deseosas jóvenes a sus amantes; de lo que Alessandro semaravillómucho,ydudósielabad,impulsadopordeshonestoamor,semovíaatocarlodeaquellamanera.Lacualduda,oporpresumirlaoporalgúngestoqueAlessandrohiciese,súbitamenteconocióelabad,ysonrió:yprontamentequitándoseunacamisaquellevabaencimatomólamanodeAlessandroyselapusosobreelpechodiciéndole:

—Alessandro, arroja fuera tus pensamientos necios, y buscando aquí,conoceloqueescondo.

Alessandro,puesta lamanosobreelpechodelabad,encontródos teticasredondasyfirmesydelicadas,nodeotromodoquesihubieransidodemarfil;encontradas lascualesyconocidoenseguidaqueésteeramujer,sinesperar

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otrainvitación,abrazándolaprontamentelaqueríabesar,cuandoellaledijo:

—Antesdeque teacerques,escucha loquequierodecirte.Comopuedesconocer,soymujerynohombre;y,doncella,mepartídemicasayalpapaibaaquemedieramarido:oportuventuraopormidesdicha,alverteelotrodía,asímehizoarderportiAmorcomomujernohubonuncaquetantoamaseaunhombre;yporellohedeliberadoquerertepormaridoantesqueaningúnotro.Sinomequierespormujer,saltedeaquíenseguidayvuelveatusitio.

Alessandro,aunquenolaconocía,considerandolacompañíaquellevaba,estimó que debía ser noble y rica, y hermosísima la veía; por lo que, sindemasiadolargopensamiento,repusoque,si leplacíaaquello,aélmucholeagradaba.Ellaentonces,levantándoseysentándosesobrelacama,delantedeunatablilladondeestabalaefigiedeNuestroSeñor,poniéndoleenlamanounanillo,sehizodesposarporélydespués,abrazadosjuntos,congranplacerdecadaunadelaspartes,cuantoquedabadeaquellanochesesolazaron.

Yconviniendoentreelloselmodoylamaneraparaloshechosfuturos,alvenir el día,Alessandropor elmismo lugarde la alcoba saliendoquehabíaentrado, sin saber ninguno dónde hubiese dormido durante la noche, alegresobremanera,conelabadyconsucompañíasepusoencamino,y luegodemuchas jornadas llegaron a Roma. Y allí, después de que algunos días sehubieronquedado,elabadconlosdoscaballerosyconAlessandro,sinnadiemás,entraronaveralpapa;yhechaladebidareverencia,asícomenzóahablarelabad:

—Santopadre,asícomovosmejorquenadiedebéissaber, todoslosqueibanyhonestamentequierenvivirdeben,encuantopueden,huirtodaocasiónque a obrar de otro modo pudiese conducirles; lo cual para que yo, quehonestamentevivirdeseo,pudiesehacercumplidamente,enelhábitoenquemeveisescapadasecretamentecongrandísimapartedelostesorosdelreydeInglaterra,mipadre,elcualalreydeEscocia,señorviejísimo,siendoyojovencomomeveis,mequeríadarpormujer,paraveniraquí,afindequevuestrasantidadme diesemarido,me puse en camino. Y nome hizo tanto huir lavejez del rey de Escocia cuanto el temor de hacer, por la fragilidad de mijuventud, si con él fuese casada, algo que fuese contra las divinas leyes ycontraelhonordelasangrerealdemipadre.Yasídispuestaviniendo,Dios,elcualsóloóptimamenteconoceloquecadaunohamenester,creoqueporsumisericordia,aaquélaquienaÉlplacíaquefuesemimaridomepusodelantedelosojos:yaquélfueestejoven—ymostróaAlessandroquevosveisjuntoamí,cuyascostumbresyméritosondignosdecualquiergranseñora,aunquequizálanoblezadesusangrenoseatanclaracomoeslareal.Aél,pues,hetomado y a él quiero, y no tendré nunca a nadie más, parézcale lo que leparezcadeelloamipadreoalosdemás,porloquelaprincipalrazónquememovió ha desaparecido; pero me complació completar el camino, tanto por

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visitarlossantoslugaresydignosdereverencia,deloscualesestállenaestaciudad, como a vuestra santidad, y también para que por vos elmatrimoniocontraídoentreAlessandroyyosolamenteenlapresenciadeDios,hicierayopúblico ante la vuestra y consiguientemente ante la presencia de los demáshombres.PorloquehumildementeosruegoqueaquelloqueaDiosyamíhaplacidoosseagratoyquemedeisvuestrabendición,paraqueconella,comoconmayor certidumbre del placer de Aquel del cual sois vicario, podamosjuntos,ahonordeDiosyvuestro,viviryfinalmentemorir.

MaravillóseAlessandrooyendoquesumujererahijadelreydeInglaterra,y se llenódeextraordinaria alegríaoculta;peromás semaravillaron losdoscaballeros y tanto se enojaron que si en otra parte y no delante del papahubieran estado, habrían a Alessandro y tal vez a la mujer hecho algunavillanía.

Por otra parte, el papa semaravillómucho tanto del hábito de lamujercomo de su elección; pero sabiendo que no se podía dar vuelta atrás, quisosatisfacer su ruego y primeramente consolando a los caballeros, a quienessabíaairados,yponiéndolosenbuenapazconlaseñorayconAlessandro,dioórdenes para hacer lo que hubiera menester. Y el día fijado por él siendollegado,antetodosloscardenalesyotrosmuchosgrandeshombresdepro,loscualesinvitadosaunagrandísimafiestapreparadaporélhabíanvenido,hizovenira laseñoraregiamentevestida, lacual tanhermosayatrayenteparecíaque merecidamente era por todos alabada, y del mismo modo Alessandroespléndidamente vestido, en apariencia y enmodales nada parecía un jovenque a usura hubiese prestado sino más bien de sangre real, y por los doscaballeros muy honrado; y aquí de nuevo hizo celebrar solemnemente losesponsales,yluego,hechasbienymagníficamentelasbodas,consubendiciónlosdespidió.

Plugo a Alessandro, y también a la señora, al partir de Roma venir aFlorenciadondeyahabíallegadolafamadelanoticia;yallí,recibidosporlosciudadanos con sumo honor, hizo la señora liberar a los tres hermanos,habiendohechoprimeropagaratodoelmundoydevolverlessusposesionesaellosysusmujeres.Porlocual,conbuenosdeseosdetodos,Alessandroconsu mujer, llevándose consigo a Agolante, se fue de Florencia y llegados aParís, honorablemente fueron recibidos por el rey.De allí se fueron los doscaballeros a Inglaterra, y tanto se afanaron con el rey que les devolvió sugraciaycongrandísimafiestarecibióaellayasuyerno;alcualpocodespuéshizocaballeroyledioelcondadodeCornualles.

Yélfuetancapaz,ytantosupohacerquereconcilióalhijoconelpadre,deloquesesiguiógranbienalaislayseganóelamorylagraciadetodoslosdel país y Agolante recobró todo lo que le debían enteramente, y ricosobremanera se volvió a Florencia, habiéndolo primero armado caballero el

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condeAlessandro.Elconde,luego,consumujergloriosamentevivió,ysegúnlo que algunos dicen, con su juicio y valor y la ayudadel suegro conquistóluegoEscociadelaquefuecoronadorey.

NOVELACUARTA

LandolfoRúfolo,empobrecido,sehacecorsarioy,presoporlosgenoveses,naufragaysesalvasobreunaarquetallenadejoyas

preciosísimas,yrecogidoenCorfúporunamujer,ricovuelveasucasa.

LauretaestabasentadajuntoaPampínea;yviéndolallegaraltriunfalfinaldesuhistoria,sinesperarotracosaempezóahablardeestaguisa:

Graciosísimasdamas,ningunaobrade la fortuna, segúnmi juicio,puedeversemayorqueveraalguiendesdelaextremamiseriaalestadorealelevarse,comolahistoriadePampíneanoshamostradoquesucedióasuAlessandro.Ypor ello, a cualquiera que sobre la propuesta materia de aquí en adelantenovelare, le será necesario contar algo más acá de estos límites y no meavergonzaréyodecontarunahistoriaque,aunquecontengamayoresmiserias,notengatanespléndidodesenlace.Bienséque,teniendoaquéllapresente,serálamía escuchada conmenor diligencia; pero como no puedo hacer de otromodo,serédisculpadaporello.

Se cree que el litoral desdeReggio aCaeta es la partemás deleitosa deItalia;enlacual,juntoaSalernohayunacantiladoqueavanzasobreelmaralqueloshabitantes llamanlacostadeAmalfi, llenadepequeñasciudades,dejardines y de fuentes, y de hombres ricos y emprendedores en empresasmercantilestantocomoningunosotros.EntrelascualesciudadecillashayunallamadaRavelloenlaque,sihoyhayhombresricos,habíahacetiempounoquefueriquísimo,llamadoLandolfoRúfolo;alcual,nobastándolesuriqueza,deseandoduplicarla,estuvoapuntodeperdersecontodaellaasímismo.Éste,pues,asícomosueleserelusodelosmercaderes,hechossuscálculos,compróungrandísimobarcoyconsusdineros locargó tododevariasmercancíasyanduvoconélaChipre.

Allí, con aquella misma calidad de mercancías que él había llevado,encontróquehabíanllegadootrosbarcos;porlacualrazónnosolamentetuvoquevenderabajoprecioaquelloquellevadohabía,sinoque,paracolocarsuscosas, tuvo casi que tirar algunas; con lo que cerca estuvo de arruinarse.Ysintiendoporellograndísimapesadumbre,nosabiendoquéhacerseyviéndosede hombre riquísimo en breve tiempo convertido en casi pobre, decidió omorir o robando resarcirse de susmales, para que allí de donde rico había

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partidonofueseavolverpobre.

Yencontrandouncompradordesugranbarco,conaquellosdinerosyconlos otros que le había valido sumercancía, compró un barquito ligero parapiratear,ycontodaslascosasnecesariasatalservicioloarmóyloguarnecióóptimamente,ysedioaapropiarselascosasdelosdemás,ymáximamentedelos turcos.Encuya tarea le fue la fortunamuchomásbenévolaque lehabíasido en comerciar. Quizás en un solo año robó y prendió tantos barcos deturcosqueseencontróconquenosólohabíavueltoaganarlosuyoquehabíaperdidoenelcomercio,sinoqueconmucholohabíaduplicado.

Por locual,enseñadoporeldolorde laprimerapérdida,conociendoqueteníabastante,paranocaerenlasegunda,seaconsejóasímismoqueaquelloque tenía, sinquerermás, debíabastarle, ypor ello sedispuso avolver conello a su casa: y temeroso del comercio no se molestó en invertir de otramanerasusdinerossinoqueenaquelbarquitoconelcual loshabíaganado,haciendolosremosalamar,emprendióelregreso.

Y ya al Archipiélago llegado, levantóse por la noche un siroco que nosolamente era contrario a su ruta sino que hacía una mar gruesísima y supequeño barco no hubiera podido soportarlo, y en un entrante del mar quetenía una islita, de aquel viento al cubierto se recogió, proponiéndose allíesperarlomejor.

Enlacualcaleta,estandopocorato,dosgrandescocasdegenovesesqueveníandeConstantinopla, parahuir de lomismoqueLandolfohuidohabía,llegaron con trabajo; y sus gentes, visto el barquichuelo y cortándole elcamino para poder irse, oyendo de quién era y ya por la fama sabiéndoleriquísimo, como hombres que eran naturalmente deseosos de pecunia yrapaces,atomarlosedispusieron.

Y,haciendobajaratierrapartedesusgentes,conballestasybienarmadas,lashicieronira lugar talquedelbarquichueloningunapersona,sinoqueríaserasaeteada,podíadescender;yelloshaciéndoseremolcarporlaschalupasyayudadosporelmar,seacostaronalpequeñobarcodeLandolfo,yconpocotrabajoenpocotiempo,contodasuchusmaysinperderunsolohombre,seapoderarondeélamansalva;yhaciendoveniraLandolfosobreunadelasdoscocas y cogiendo todo lo que había en el barquichuelo, lo hundieron,apresándoleaél,cubiertosólodeunpobrejustillo.

Al día siguiente, habiendo mudado el viento, las naves viniendo haciaPoniente,izaronlasvelas,ytodoaqueldíaprósperamentevinieronsucamino;peroalcaerla tardeselevantóunvientotempestuoso,quehaciendolasolasaltísimasseparóaunacocadelaotra.Yporlafuerzadeestevientosucedióque aquélla en que iba elmísero y pobre Landolfo, con grandísimo ímpetucercadelaisladeCefaloniachocócontraunarrecifeynodeotramaneraque

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unvidriogolpeadocontraunmuroseabriótodaysehizopedazos;porloquelosdesdichadosmiserablesqueenellaestaban,estandoyaelmar todollenodemercancíasqueflotabanydecajonesydetablas,comoencasossemejantessuelesuceder,auncuandooscurísimalanocheestuvieseyelmargruesísimoehinchado,nadandoquienes sabíannadar,empezaronaasirsea lascosasqueporazarselesparabandelante.

Entre los cuales el mísero Landolfo, aun cuando el día anterior habíallamadoa lamuertemuchasveces,prefiriendoquererlamejorqueretornaracasapobrecomoseveía,alverlacercatuvomiedodeella;ycomolosdemás,al venirle a lasmanos una tabla se asió a ella, por siDios, retardando él elahogarse, lemandase alguna ayuda en su salvación: y a caballo de aquéllacomomejorpodía,viéndosearrastradoporelmaryelvientooraacáoraallásesostuvohastaelclareardeldía.Venidoelcual,mirandoentorno,ningunacosasinonubesymarveíayuncofreque,flotandosobrelasolasdelmar,avecescongrandísimotemorsuyoseleacercaba:temiendoqueaquelcofrelegolpease de modo que lo ahogara, y siempre que junto a él venía, cuantopodía,conlamano,aunquepocasfuerzaslequedaran,loalejaba.

Perocomoquieraquefuesenlascosassucedióque,desencadenándosedesúbitoenelaireunnudodevientoyhabiendopenetradoenelmar,enaquelcofre un golpe tan fuerte dio, y el cofre en la tabla sobre la que Landolfoestaba, que, volcada por la fuerza, soltándola Landolfo fue bajo las olas yvolvióarribanadando,másporelmiedoquepor las fuerzasayudado,yviomuy alejada de él la tabla; por lo que, temiendo no poder llegar a ella, seacercó al cofre, que estaba bastante cerca, y puesto el pecho sobre su tapa,comomejorpodíaconlosbrazoslaconducíaderecha.

Ydeestamanera,arrojadoporelmaroraaquíoraallí, sincomer,comoquiennotienequé,ybebiendomásdeloquehabríaquerido,sinsaberdóndeestuviese ni ver otra cosa que olas, permaneció todo aquel día y nochesiguiente.Yaldíasiguiente,oporplacerdeDiosoporquelafuerzadelvientoasí lohiciera,éste,convertidoenunaesponja,agarrándosefuerteconambasmanosalosbordillosdelcofreaguisadeloquevemoshaceraquienesestánporahogarsecuandocogenalgunacosa, llegóa laplayade la isladeCorfú,dondeunapobremujercitalavabaypulíaporacasosuscacharrosconlaarenay el agua salada. La cual, al verle avecinarse, no distinguiendo en él formaalguna,temiendoygritandoretrocedió.

Élnopodíahablarypocoveía,yporellonadaledijo;peromandándolohacialatierraelmar,ellaapercibiólaformadelcofre,ymirandodespuésmásfijamenteyviendodistinguióprimeramentelosmismosbrazossobreelcofre,yluegoreconociólacarayserloqueeraseimaginó.Porloque,acompasiónmovida,adentróseuntantoporelmarqueestabayatranquiloy,agarrándolopor los cabellos, con todo el cofre lo arrastró a tierra, y allí con trabajo las

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manosdelcofredesenganchándole,ypuestoéstealcuidadodeunahijasuyaqueconellaestaba,lollevóatierracomoaunniñopequeñoy,poniéndoloenunbañocaliente,tantolorefregóylavóconelaguacaliente,quevolvióaélelperdido calor y algunas de las fuerzas desaparecidas; y cuando le parecióoportuno leatendióyconalgodebuenvinoydeconfituras le reconfortó,yalgunosdíaslotuvolomejorquepudohastaqueél,recuperadaslasfuerzas,sediocuentadedóndeestaba.

Porloquealabuenamujerlepareciódeberdevolverlesucofre,queellahabíasalvado,ydecirlequeenadelantesebuscasesuventura;yasí lohizo.Él,quedeningúncofreseacordaba,locogiósinembargo,vistoqueselodabalabuenamujer,pensandoquenodebíavalertanpocoquenolesirvieseparalos gastos de algún día; y al encontrarlo muy ligero, asaz menguó suesperanza. Pero no por ello, no estando en casa la buena mujer, dejó dedesclavarlo para ver lo que habla dentro, y encontró en el muchas piedraspreciosas,engarzadasysueltas,delasquealgoentendía.Yviendolascualesyconociéndolas de gran valor, alabando a Dios que aún no había queridoabandonarle, todosereconfortó;perocomoquienenpocotiempohabíasidofieramenteasaeteadoporlafortunadosveces,temiendolatercera,pensóqueleconveníatenermuchacautelaparapoderllevaraquellascosasasucasa;porloqueenalgunosharapos,comomejorpudo,envolviéndolas,dijoalabuenamujerquenonecesitabayaelcofre,peroque,sileplacía,ledieraunsacoysequedaseconél.

Labuenamujer lohizodebuenagana;yél,dándole lasmayoresgraciasquepodíaporelbeneficiorecibidodeella,guardándoseelsacoenelregazo,deellaseseparó;ysubidoaunabarca,pasóaBrindisiydesdeallí,decostaencostasedirigióaTrani,donde,encontrandoaunosciudadanossuyosqueeranpañeros,comoporamordeDioslevistieron,habiéndolescontadoantestodassus aventuras, salvo la del cofre; y además prestándole caballo y dándolecompañíahastaRavellodondeparasiempredecíaquerervolver,leenviaron.

Aquí, pareciéndole estar seguro, dándole gracias a Dios que lo habíaguiadoallí,desatósusaquito,yconmásdiligenciabuscandotodoquenuncahabía hecho antes, se encontró que tenía tantas y tales piedras que,vendiéndolasasuprecioyaúnamenos,eradosvecesmásricoquecuandosehabía ido. Y encontrando el modo de despachar sus piedras, hasta Corfúmandóunabuena cantidaddedineros, porvalerlos el servicio recibido, a labuenamujerquelohabíasacadodelmar;ylomismohizoaTraniaquieneslehabíandadodevestir;ylorestante,sinquerercomerciaryamás,loretuvoyhonorablementevivióhastaelfin.

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NOVELAQUINTA

AAndreucciodePerusa,llegadoaNápolesacomprarcaballos,lesucedenenunanochetresgravesdesventuras,ysalvándosedetodas,sevuelvea

casaconunrubí.

Las piedras preciosas encontradas por Landolfo —empezó Fiameta, aquienle tocabalavezdenovelar—mehantraídoa lamemoriaunahistoriaquenocontienemenospeligrosquelanarradaporLaureta,peroesdiferentede ella en que aquéllos tal vez en varios años y éstos en el espacio de unanochesesucedieron,comovaisaoír.

Hubo,segúnheoído,enPerusa,unjovencuyonombreeraAndreucciodePrieto, tratante en caballos, el cual, habiendo oído que en Nápoles secomprabancaballosabuenprecio,metiéndoseenlabolsaquinientosflorinesdeoro,nohabiendonuncasalidodesutierra,conotrosmercaderesallásefue;donde, llegado un domingo al atardecer e informado por su posadero, a lamañana siguiente bajó almercado, ymuchos vio ymuchos le pluguieron yentró en tratos sobremuchos, pero no pudiendo concertarse sobre ninguno,paramostrarqueacomprarhabíaido,comorudoypococauto,muchasvecesenpresenciadequienibaydequienveníasacófueralabolsadondeteníalosflorines.

Y estando en estos tratos, habiendomostrado su bolsa, sucedió que unajoven siciliana bellísima, pero dispuesta por pequeño precio a complacer acualquier hombre, sin que él la viera pasó cerca de él y vio su bolsa, ysúbitamentesedijo:

—¿Quiénestaríamejorqueyosiaquellosdinerosfuesenmíos?—ysiguióadelante.

Y estaba con esta joven una vieja igualmente siciliana la cual, al ver aAndreuccio,dejandoseguirlajoven,afectuosamentecorrióaabrazarlo;loqueviendo la joven, sin decir nada, aparte la empezó a esperar. Andreucciovolviéndosehacialaviejalaconocióylehizograndesfiestasprometiéndoleellavenirasuposada,ysinquedarseallímás,sefue,yAndreucciovolvióasustratos;peronadacompróporlamañana.

Lajoven,queprimerolabolsadeAndreuccioyluegolafamiliaridaddesuviejaconélhabíavisto,porprobarsihabíamododequeellapudiesehacersecon aquellos dineros, o todos o en parte, cautamente empezó a preguntarlequién fueseélydedónde,yquéhacíaaquíycómo leconocía.Yella, todocon todo detalle de los asuntos de Andreuccio le dijo, como con pocadiferencialohubieradichoélmismo,comoquienlargamenteenSiciliaconelpadre de éste y luego en Perusa había estado, e igualmente le contó dónde

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parabayporquéhabíavenido.

La joven, plenamente informada del linaje de él y de los nombres, paraproveer a su apetito, con aguda malicia, fundó sobre ello su plan; y,volviéndoseacasa,dioalaviejatrabajoparatodoeldíaparaquenopudiesevolveraAndreuccio;ytomandounacriaditasuyaaquienhabíaenseñadomuybien a tales servicios, hacia el anochecer la mandó a la posada dondeAndreuccioparaba.Yllegadaallí,poracasoaélmismo,ysolo,encontróalapuerta, y le preguntó por élmismo; a lo cual, diciéndole él que él era, ellallevándoloaparte,ledijo:

—Señormío,unanobledamadeestatierra,siospluguiese,querríahablarconvos.

Yél,aloírla,considerándosebienypareciéndoleserunbuenmozo,pensóqueaquella taldamadebíaestarenamoradadeél, comosiotromejormozoqueélnoseencontraseentoncesenNápoles,yprontamenterepusoqueestabadispuestoylepreguntódóndeycuándoaquelladamaqueríahablarle.Aloquelacriaditarespondió:

—Señor,cuandoosplazavenir,osesperaensucasa.

Andreuccio,prestamenteysindecirnadaenlaposada,dijo:

—Puesvamos,vedelante;yoirétrasdeti.

Conloquelacriaditaacasadeaquéllalecondujo,quevivíaenunbarriollamado Malpertuggio que cuán honesto barrio era, su nombre mismo lodemuestra.Peroél,nosabiéndolonisospechándolo,creyéndosequeibaaunhonestísimolugaryaunaseñorahonrada,sinprecauciones,entradalacriaditadelante,entróensucasa;yalsubirlasescaleras,habiendoyalacriaditaasuseñorallamadoydicho:«¡AquíestáAndreuccio!»,lavioarribadelaescaleraasomarseyesperarlo.

Y ella era todavía bastante joven, alta de estatura y con hermosísimorostro, vestida y adornada asaz honradamente. Y al aproximarse a ellaAndreuccio, bajó tres escalones a su encuentro con los brazos abiertos yechándoselealcuellounratoloestuvoabrazandosindecirnada,comosiunainvencibleternuraleimpidiesehacerlo;después,derramandolágrimaslebesóenlafrente,yconvozalgorotadijo:

—¡Oh,Andreucciomío,sébienvenido!

Éste,maravillándosedecariciastantiernas,todoestupefactorepuso:

—¡Señora,bienhalladaseáis!

Ella,después,tomándoledelamanolellevóabajoasusalónydesdeallí,sin nadamás decir, con él entró en su cámara, la cual a rosas, a flores de

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azaharyaotrosoloresolía toda,yallíviounbellísimo lechoencortinadoymuchospañoscolgadosdelostravesañossegúnlacostumbredeallí,yotrosmuy bellos y ricos arreos; por las cuales cosas, como inexperto que era,firmementecreyóqueellanoeramenosquegranseñora.Ysentándosesobreunarcaqueestabaalpiedesulecho,asíempezóahablarle:

—Andreuccio,estoyseguradequetemaravillasdelascariciasquetehagoydemis lágrimas, comoquiennomeconoceyporventuranuncameoísterecordar:peroprontooirásalgoquetalveztehagamaravillartemás,comoesqueyosoytuhermana;ytedigoque,puesqueDiosmehahechotangrandegraciaqueantesdemimuertehayavistoaalgunodemishermanos,aunquedeseoverosatodos,nomemoriréenhoraque,consolada,nomuera.Ysiestotalveznunca lohasoído, te lovoyadecir.Pietro,padremíoy tuyo, comocreoquehabráspodidosaber,viviólargamenteenPalermo,yporsubondadyagradofueytodavíaesporquienesleconocieronamado;peroentreotrosquemucho leamaron,mimadre,que fueunamujernobleyentonceseraviuda,fuequienmásleamó,tanto,quedepuestoeltemorasupadre,asushermanosysuhonor,detalguisasefamiliarizóconélquenacíyo,yestoyaquícomome ves.Después, llegada la ocasión a Pietro de irse de Palermo y volver aPerusa,amí,siendomuyniña,medejóconmimadre,ynuncamás,porloqueyosé,nidemínideellaseacordó:porloqueyo,simipadrenofuera,mucholereprobaría,teniendoencuentalaingratitudsuyahaciamimadremostrada,ynomenoselamorqueamí,comoasuhijanonacidadecriadanidevilmujer,debía tener;yqueella, sin saberdeotramaneraquién fuese él,movidaporfidelísimoamorpuso sus cosasy ellamismaen susmanos.Pero ¿qué?Lascosasmalhechasypasadashamuchotiemposonmásfácilesdereprocharquedeenmendar;asífueronlascosassinembargo.ÉlmedejóenPalermosiendoniñadonde, crecidacasi comosoy,mimadre,queeramuy rica,mediopormujeraunodeAgrigento,gentilhombreyhonrado,queporamordemimadreydemívinoavivirenPalermo;yallí,comomuygüelfo,comenzóaconcertaralgúntratoconnuestroreyCarlos.Loque,sabidodelreyFederico,antesdequepudiese llevarseacabo,fuemotivodehacerlehuirdeSiciliacuandoyoesperabaser lamayorseñoraquehubieraenaquella isladonde, tomadas laspocascosasquepodíamos tomar (digopocasconrespectoa lasmuchasqueteníamos), dejadas las tierras y los palacios en esta tierra nos refugiamos,dondealreyCarloshacianosotrosencontramostanagradecidoque,reparadosen parte los daños que por él recibido habíamos, nos ha dado posesiones ycasas,ydacontinuamenteamimarido,yatucuñadoquees,buenosgajes,talcomopodrásver:ydeestamaneraestoyaquídondeyo,porlabuenagraciadeDiosynotuya,dulcehermanomío,teveo.

Ydichoasí,empezóaabrazarlootravez,yotravezllorandotiernamente,le besó en la frente. Andreuccio, oyendo esta fábula tan ordenada y tancompuestamente contada por aquélla a la que en ningúnmomentomoría la

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palabra entre los dientes ni le balbuceaba la lengua, acordándose ser verdadque su padre había estado en Palermo, y por sí mismo conociendo lascostumbresdelosjóvenes,quedebuenagradoamanenlajuventud,yviendolas tiernas lágrimas, el abrazarley loshonestosbesos, tuvoaquelloqueéstadecíapormásqueverdadero.Ydespuésquecalló,lerepuso:

—Señora, no os debe parecer gran cosa que me maraville; porque enverdad,seaquemipadre,porloquelohiciese,devuestramadreydevosnohablasenunca,oseaque,sihablódeelloamiconocimientonohayavenido,yopormítalconocimientoteníadevoscomosinohubieseisexistido;ymeestantomás grato aquí haber encontrado ami hermana cuantomás solo estoyaquíymenosloesperaba.Yenverdadnoconozcoanadiedetanaltaposiciónaquiennodebieseisserquerida,ymenosamíquesoyunpequeñomercader.Perounacosaquieroquemeaclaréis:¿cómosupisteisqueestabaaquí?

Aloquerespondióella:

—Estamañaname lo hizo saber una pobremujer quemuchome visitaporqueconnuestropadre,porloqueellamedice,largamenteenPalermoyenPerusaestuvo:ysinofueraquemeparecíamáshonestoquetúviniesesamíatucasaquenoyofueseatialadeotros,hacemuchoratoqueyohubieraidoati.

Después de estas palabras, empezó ella a preguntar separadamente sobretodos los parientes, por su nombre; y sobre todos le contestó Andreuccio,creyendoporestomástodavíaloquemenosleconveníacreer.Habiendosidolaconversaciónlargayelcalorgrande,hizoellavenirvinodeGreciaydulcesehizodardebeberaAndreuccio;elcual,luegodeesto,queriéndoseirporqueera la hora de la cena, en ninguna guisa lo sufrió ella, sino que poniendosemblantedeenojarsemucho,abrazándoleledijo:

—¡Ay, triste de mí!, que asaz claro conozco que te soy poco querida.¿Cómovaapensarsequeestésconunahermanatuyanuncavistaporti,yensucasa,dóndealveniraquídebíashabertealbergado,yquierassalirdeellapara ir a cenar a la posada? En verdad que cenarás conmigo: y aunquemimaridono esté aquí, de lo quemuchomepesa, yo sabrébien, comomujer,hacerteloshonores.

AloqueAndreuccio,nosabiendoquéotracosaresponder,dijo:

—Vosmesoisqueridacomodebeserlounahermana,perosinomevoyseréesperadodurantetodalanocheparacenarycometeréunavillanía.

Yellaentoncesdijo:

—AlabadoseaDios,¿notengoyoencasaporquiénmandaradecirquenoseasesperado?Yaúnharíasmayorcortesía,ytudeber,enmandaradeciratus

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compañerosqueviniesenacenar,yluego,siquisierasirte,podríaistodosirosencompañía.

Andreucciorespondióquedesuscompañerosnoqueríanadaporaquellanoche, pero que, pues ello le agradaba, dispusiese de él a su gusto. Ellaentonces hizo semblante demandar a decir a la posada que no le esperasenpara lacena;y luego,despuésdemuchosotros razonamientos, sentándoseacenar y espléndidamente servidos demuchosmanjares, astutamente la hizodurarhastalanochecerrada:yhabiéndoselevantadodelamesa,yAndreuccioqueriéndoseir,elladijoqueenningunaguisalosufriríaporqueNápolesnoeraunaciudadparaandarporlacalledenoche,ymáximeunforastero,yquelomismoquehabíamandadoadecirquenoleesperasenacenar,lomismohabíahechoconelalbergue.

Él, creyendo esto, y agradándole, engañado por la falsa confianza,quedarse con ella, se quedó. Fue, pues, después de la cena, la conversaciónmuchay larga, y nomantenida sin razón: y habiendoya pasadoparte de lanoche,ella,dejandoaAndreucciodormirensualcobaconunmuchachitoqueleayudasesinecesitabaalgo,consusmujeressefueaotracámara.Yeraelcalorgrande;porlocualAndreuccio,alverquesequedabasolo,prontamentesequedóenjustilloysequitólascalzasylaspusoenlacabeceradelacama;ysiéndolemenesterlanaturalcostumbredetenerquedisponerdelsuperfluopesodelvientre,dóndesehacíaaquellopreguntóalmuchachito,quienenunrincóndelaalcobalemostróunapuerta,ydijo:

—Idahíadentro.

Andreuccio,quehabíapasadodentroconseguridad,fueporacasoaponerelpiesobreunatablalacual,delaparteopuestadesclavadadelavigasobrelaqueestaba,volcándoseestatabla,juntoaélsefuedeallíparaabajo:ytantoloamóDiosqueningúnmalsehizoenlacaída,auncayendodebastantealtura;pero todoen laporqueríade lacualestaba llenoel lugarseensució.Elcuallugar,paraquemejorentendáisloquesehadichoyloquesigue,cómoeraoslodiré.Erauncallejónestrechocomomuchasveceslovemosentredoscasas:sobre dos pequeños travesaños, tendidos de una a la otra casa, se habíanclavadoalgunas tablasypuesto el sitiodonde sentarse; de las cuales tablas,aquéllaconlaqueélcayóerauna.

Encontrándose,pues,alláabajoenelcallejónAndreuccio,quejándosedelcasocomenzóallamaralmuchacho:peroelmuchacho,alsentirlocaercorrióadecirloasuseñora, lacual,corriendoasualcoba,prontamentemirósisusropasestabanallíyencontradas las ropasyconellas losdineros, loscuales,pordesconfianzatontamentellevabaencima,teniendoyaaquelloaloqueella,dePalermo,haciéndose lahermanadeunperusino,había tendido la trampa,nopreocupándosedeél,prontamentefueacerrarlapuertaporlaqueélhabía

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salidocuandocayó.

Andreuccio,norespondiéndoleelmuchacho,comenzóallamarmásfuerte,perosinservirdenada;porloque,yasospechandoytardeempezandoadarsecuentadelengaño,súbitosubiéndosesobreunaparedbajaqueaquelcallejónseparabadelacalleybajandoalacalle,alapuertadelacasa,quemuybienreconoció, se fue y allí en vano llamó largamente, y mucho la sacudió ygolpeó.Sobreloque,llorandocomoquienclaraveíasudesventura,empezóadecir:

—¡Aydemí,triste!,¡enquépocotiempoheperdidoquinientosflorinesyunahermana!

Ydespuésdemuchasotraspalabras,denuevocomenzóagolpearlapuertayagritar;ytantolohizoquemuchosdelosvecinoscircundantes,habiéndosedespertado, no pudiendo sufrir la molestia, se levantaron, y una de lasdomésticasdelamujer,queparecíamediodormida,asomándosealaventana,reprobatoriamentedijo:

—¿Quiéndagolpesabajo?

—¡Oh! —dijo Andreuccio—, ¿y no me conoces? Soy Andreuccio,hermanodelaseñoraFlordelís.

Aloqueellarespondió:

—Buen hombre, si has bebido de más ve a dormirte y vuelve por lamañana;noséquéAndreuccioniquéburlassonesasquedices:veteenbuenahoraydéjamedormir,siteplace.

—¿Cómo?—dijoAndreuccio—,¿nosabesloquedigo?Sílosabesbien;perosiasísonlosparentescosdeSicilia,queentanpocotiemposeolvidan,devuélvemealmenosmisropasquehedejadoahí,ymeiréconDiosdebuenagana.

Aloqueella,casiriéndose,dijo:

—Buenhombre,meparecequeestássoñando.

Yeldecirestoyelmetersedentroycerrarlaventanafuetodouno.Porloque la gran ira deAndreuccio, ya segurísimode susmales, con la aflicciónestuvo a punto de convertirse en furor, y con la fuerza se propuso reclamaraquello que con las palabras recuperar no podía, por lo que, para empezar,cogiendounagranpiedra,conmuchomayoresgolpesqueantes,furiosamentecomenzó a golpear la puerta. Por lo cual, muchos de los vecinos antesdespertados y levantados, creyendo que fuese algún importuno que aquellaspalabras fingiese para molestar a aquella buena mujer, fastidiados por elgolpearquearmaba,asomadosalaventananodeotramaneraqueaunperroforasterotodoslosdelbarrioleladrandetrás,empezaronadecir:

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—Esgranvillaníaveniraestashorasacasadelasbuenasmujeresadecirestasburlas;¡bah!,veteconDios,buenhombre;déjanosdormirsiteplace;ysialgotienesquetratarconellavuelvemañanaynonosdesestefastidioestanoche.

Con las cuales palabras tal vez tranquilizado uno que había dentro de lacasa,alcahuetedelabuenamujer,yaquienélnohabíavistonioído,seasomóalaventanayconunagranvozgruesa,horribleyfieradijo:

—¿Quiénestáahíabajo?

Andreuccio,levantandolacabezaaaquellavoz,viounoque,porlopocoquepudocomprender,parecíatenerqueserunpezgordo,conunabarbanegrayespesaenlacara,ycomosidelacamaodeunprofundosueñoselevantase,bostezabayrefregabalosojos.Aloqueél,nosinmiedo,repuso:

—Yosoyunhermanodelaseñoradeahídentro.

Pero aquél no esperó a queAndreuccio terminase la respuesta sino que,másrecioqueantes,dijo:

—¡Noséquémedetienequenobajoytedoydebastonazosmientrasveaqueteestásmoviendo,asnomolestoyborrachoquedebesser,queestanochenonosvasadejardormiranadie!

Y volviéndose adentro, cerró la ventana. Algunos de los vecinos, quemejorconocíanlacondicióndeaquél,envozbajadecíanaAndreuccio:

—PorDios,buenhombre,veconDios;noquierasqueestanochetemateéste;veteportubien.

Por lo que Andreuccio, espantado de la voz de aquél y de la vista, yempujadoporlosconsejosdeaquéllos,queleparecíaquehablabanmovidospor la caridad, afligido cuanto más pudo estarlo nadie y desesperando derecuperarsusdineros,haciaaquellapartepordondededíahabíaseguidoalacriadita,sinsaberdóndeir,tomóelcaminoparavolveralaposada.

Ydisgustándose a símismopor elmalolorquede élmismo le llegaba,deseosodellegarhastaelmarparalavarse,torcióamanoizquierdaysepusoabajarporunacallellamadalaRugaCatalana;yandandohacialoaltodelaciudad,vioqueporacasoveníanhaciaéldosconunalinternaenlamano,loscuales,temiendoquefuesendelaguardiadelacorteuotroshombresahacerel mal dispuestos, por huirlos, en una casucha de la cual se vio cerca,cautamente se escondió. Pero éstos, como si a aquel mismo lugar fuesenenviados, dejando en el suelo algunas herramientas que traía, con el otroempezóamirarlas,hablandodevariascosassobreellas.Ymientrashablabandijouno:

—¿Qué quiere decir esto? Siento el mayor hedor que me parece haber

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sentidonunca.

Y esto dicho, alzando un tanto la linterna, vieron al desdichado deAndreuccioyestupefactospreguntaron:

—¿Quiénestáahí?

Andreuccio secallaba;peroellos, acercándosecon la luz, lepreguntaronquequécosatanasquerosaestabahaciendoallí,alosqueAndreuccio,loquele había sucedido les contó por entero. Ellos, imaginándose dónde le podíahaberpasadoaquello,dijeronentresí:

—VerdaderamenteencasadelmatóndeBuottafuocohasidoeso.

Yvolviéndoseaél,ledijouno:

—Buenhombre,aunquehayasperdidotusdineros, tienesmuchoquedargraciasaDiosdequetesucedieracaerteynopodervolveraentrarenlacasa;porque, si no te hubieras caído, está seguro de que, al haberte dormido, tehabríanmatadoyhabríasperdidolavidaconlosdineros.¿Perodequésirveya lamentarse?Nopodrías recuperarundinerocomoquehayestrellasenelcielo:ybienpodríanmatartesiaquéloyequedicesunapalabradetodoesto.

Ydichoesto,hablandoentresíunmomento,ledijeron:

—Mira, nos ha dado compasión de ti, y por ello, si quieres venir connosotrosahacerunacosaquevamosahacer,parecemuyciertoquelapartequetetoqueserádelvalordemuchomásdeloquehasperdido.

Andreuccio, como desesperado, repuso que estaba pronto. Había sidosepultadoaqueldíaunarzobispodeNápoles,llamadomicerFilippoMinútolo,yhabíasidosepultadoconriquísimosornamentosyconunrubíeneldedoquevalíamásdequinientosflorinesdeoro,yqueéstosqueríanirarobar;yasíselo dijeron a Andreuccio, con lo que Andreuccio, más codicioso que bienaconsejado,conellossepusoencamino.Yandandohacialaiglesiamayor,yAndreucciohediendomuchísimo,dijouno:

—¿Nopodríamoshallarelmododequeésteselavaseunpocodóndesea,paraquenohediesetanfieramente?

Dijoelotro:

—Sí,estamoscercadeunpozoenelquesiempresueleestarlapoleayungrancubo;vamosalláylolavaremosenunmomento.

Llegadosaestepozo,encontraronquelasogaestaba,peroquesehabíanllevadoelcubo;por loque juntosdeliberaronatarloa lacuerdaybajarloalpozo,yqueélallíabajoselavase,ycuandoestuvieselavadotirasedelasogayelloslesubirían;yasílohicieron.Sucedióque,habiéndolobajadoalpozo,algunosdelosguardiasdelaseñoría(oporelcaloroporquehabíancorrido

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detrásdealguien)teniendosed,aaquelpozovinieronabeber;losque,alveraaquellosdosincontinentisedieronalafuga,nohabiéndolosvistolosguardiasqueveníanabeber.

Y estando ya en el fondo del pozo Andreuccio lavado, meneó la soga.Ellos, con sed, dejando en el suelo sus escudos y sus armas y sus túnicas,empezarona tirarde lacuerda, creyendoqueestabacolgadodeellael cubollenodeagua.CuandoAndreuccioseviodelbrocaldelpozocerca,soltandolasoga,conlasmanosseechósobreaquél; locual,viéndoloaquéllos,cogidosdemiedosúbito,sinmássoltaronlasogaysedieronahuirlomásdeprisaquepodían.DeloqueAndreucciosemaravillómucho,ysinosehubierasujetadobien,habríaotravezcaídoalfondo,talveznosingrandañosuyoomuerte:perosaliódeallíy,encontradasaquellasarmasquesabíaquesuscompañerosnohabíanllevado,todavíamáscomenzóamaravillarse.

Perotemerosoynosabiendodequé,lamentándosedesufortuna,sinnadatocar, deliberó irse; y andaba sin saber adónde.Andando así, vino a toparseconaquellossusdoscompañeros,queveníanasacarlodelpozo;y,alverle,maravillándose mucho, le preguntaron quién del pozo le había sacado.Andreucciorespondióquenolosabíaylescontóordenadamentecómohabíasucedidoyloquehabíaencontradofueradelpozo.Porloqueellos,dándosecuentadeloquehabíasido,riendolecontaronporquéhabíanhuidoyquiéneseranaquellosquelehabíansacado.

Ysinmáspalabras,siendoyamedianoche,sefueronalaiglesiamayor,yenellamuyfácilmenteentraron,yfueronalsepulcro,elcualerademármolymuy grande; y con un hierro que llevaba la losa, que era pesadísima, lalevantaron tanto cuanto era necesario para que un hombre pudiese entrardentro,ylaapuntalaron.Yhechoesto,empezóunoadecir:

—¿Quiénentrarádentro?

Aloqueelotrorespondió:

—Yono.

—Niyo—dijoaquél—,peroqueentreAndreuccio.

—Esonoloharéyo—dijoAndreuccio.

Haciaelcualaquéllos,ambosadosvueltos,dijeron:

—¿Cómo que no entrarás?A fe deDios, si no entras te daremos tantosgolpesconunodeestoshierrosenlacabezaqueteharemoscaermuerto.

Andreuccio,sintiendomiedo,entró,yalentrarpensó:

«Ésosmehacenentrarparaengañarmeporquecuandoleshayadadotodo,mientras esté tratando de salir de la sepultura se irán a sus asuntos y me

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quedarésinnada».

Y por ello pensó quedarse ya con su parte; y acordándose del preciosoanillodelqueleshabíaoídohablar,cuandoyahubobajadoselosacódeldedoal arzobispo y se lo puso él; y luego, dándoles el báculo y la mitra y losguantes, yquitándolehasta la camisa, todo se lodio, diciendoquenohabíanadamás.

Ellos,afirmandoquedebíaestarelanillo,ledijeronquebuscaseportodaspartes; pero él, respondiendo que no lo encontraba y fingiendo buscarlo, unratolestuvoesperando.Ellosque,porotraparte,erantanmaliciososcomoél,diciéndoleque siguierabuscandobien, en elmomentooportuno,quitaronelpuntal que sostenía la losa y, huyendo, a él dentro del sepulcro lo dejaronencerrado. Oyendo lo cual lo que sintió Andreuccio cualquiera puedeimaginarlo. Tratómuchas veces con la cabeza y con los hombros de ver sipodíaalzarlalosa,perosecansabaenvano;porloque,degranvalorvencido,perdiendoelconocimiento,cayósobreelmuertocuerpodelarzobispo;yquienlohubiesevistoentoncesmalamentehubierasabidoquiénestabamásmuerto,elarzobispooél.

Peroluegoquehubovueltoensí,empezóallorarsintino,viéndoseallísinduda a uno de dos fines tener que llegar: o en aquel sepulcro, no viniendonadieaabrirlo,dehambreydehedoresentrelosgusanosdelcuerpomuertotener que morir, o viniendo alguien y encontrándolo dentro, tener que sercolgado como ladrón. Y en tales pensamientos y muy acongojado estando,sintióporlaiglesiaandargentesyhablarmuchaspersonas, lascuales,comopensaba,andabanahacerloqueélconsuscompañeroshabíanyahecho;porloquemucholeaumentóelmiedo.

Pero luego de que aquéllos tuvieron el sepulcro abierto y apuntalado,cayeronenladiscusióndequiéndebieseentrar,yningunoqueríahacerlo;peroluegodelargadisputauncuradijo:

—¿Qué miedo tenéis? ¿Creéis que va a comeros? Los muertos no secomenaloshombres;yoentrarédentro,yo.

Yasídicho,puestoelpechosobreelbordedelsepulcro,volviólacabezahaciaafuerayechódentrolaspiernasparatirarsealfondo.

Andreuccio,viendoesto,poniéndoseenpie,cogióalcuraporunade laspiernasyfingióquerertirardeélhaciaabajo.Loquesintiendoelcura,dioungritograndísimoyrápidamentedelarcasetiróafuera:delocual,espantadostodoslosotros,dejandoelsepulcroabierto,nodeotramanerasedieronalafuga que si fuesen perseguidos por cien mil diablos. Lo que viendoAndreuccio,alegrecontra loqueesperaba,súbitamentesearrojófueraypordondehabíavenidosaliódelaiglesia.

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Y aproximándose ya el día, con aquel anillo en el dedo andando a laaventura, llegó al mar y de allí se enderezó a su posada, donde a suscompañeros y al posadero encontró, que habían estado toda la nochepreocupadospor loquepodríahaber sidodeél.A los cuales contándoles loque le había sucedido, pareció por el consejo de su posadero que élincontinentidebíairsedeNápoles;lacualcosahizoprestamenteysevolvióaPerusa,habiendoinvertidolosuyoenunanillocuandoaloquehabíaidoeraacomprarcaballos.

NOVELASEXTA

MadamaBeritola,condoscabritillosenunaislaencontrada,habiendoperdidodoshijos,sevadeallíaLunigiana,allíunodeloshijosvaaservirasuseñoryconlahijadeésteseacuesta,yespuestoenprisión;SiciliarebeladacontraelreyCarlos,yreconocidoelhijoporlamadre,secasaconlahijadesuseñoryencuentraasuhermano,yvuelvenateneruna

altaposición.

Habían las señoras al igualque los jóvenes reídomuchode los casosdeAndreuccio por Fiameta narrados, cuando Emilia, advirtiendo la historiaterminada,pormandatodelareinaasícomenzó:

Gravescosasydolorosassonlosmovimientosvariosdelafortuna,sobreloscuales(porquecuantasvecesalgunacosasedice,tantashayundespertardenuestrasmentes,quefácilmenteseadormecenconsushalagos)juzgoqueno desagrade tener que oír tanto a los felices como a los desgraciados, porcuantoalosprimeroshaceprecavidosyalossegundosconsuela.Yporello,aunquegrandescosashayansidodichasantes,entiendocontarosunahistorianomenosverdaderaquepiadosa,lacual,aunquealegrefintuviese,fuetantaytanlargasuamargura,queapenaspuedocreerquealgunavezladulcificaselaalegríaquelasiguió:

Carísimasseñoras,debéissaberquedespuésdelamuertedeFedericoIIelemperador,fuecoronadoreydeSiciliaManfredo,juntoalcualengrandísimaprivanza estuvounhombrenoble deNápoles llamadoArrighettoCapece, elcual tenía por mujer a una hermosa y noble dama igualmente napolitanallamadamadamaBeritolaCaracciola.ElcualArrighetto,teniendoelgobiernode la isla en lasmanos, oyendoque el reyCarlosprimerohabíavencido enBeneventoymatadoaManfredo,yquetodoelreinosevolvíaaél,teniendopocaconfianzaenlaescasalealtaddelossicilianosnoqueriendoconvertirseensúbditodelenemigodesuseñor,sepreparabahuir.Peroconocidoestoporlos sicilianos, súbitamente él y muchos otro amigos y servidores del rey

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ManfredofueronentregadoscomoprisioneroalreyCarlos,yeldominiodelaisladespués.

MadamaBeritola,entangranmudanzadelascosas,nosabiendoquefuesede Arrighetto y siempre temiendo lo que había sucedido, por temor a serultrajada,dejadastodassuscosas,conunhijosuyodeedaddeunosochoañosllamadoGiuffredi,ypreñadaypobre,montandoenunabarquichuela,huyóaLípari,yallíparióotrohijovarónalque llamóelExpulsado;y tomadaunanodriza,contodosenunbarquichuelomontóparavolverseaNápolesconsusparientes. Pero de otra manera sucedió que como pensaba; porque por lafuerzadelvientoelbarco,queaNápolesirdebía,fuetransportadoalaisladePonza, donde, entrados en una pequeña caleta, se pusieron a esperaroportunidadpara suviaje.MadamaBeritola, tomando tierra en la isla comolosdemás,yenellaunlugarsolitarioyremotoencontrado,allíadolerseporsuArrighettoseretirósola.Yhaciendolomismotodoslosdías,sucedióque,estando ella ocupada en su aflicción, sin que nadie, nimarinero ni otro, sediese cuenta, llegó una galera de corsarios, quienes a todos capturaron amansalvaysefueron.

MadamaBeritola, terminadosudiariolamento,volviendoalaplayaparaverdenuevoasushijos,comoacostumbrabahacer,anadieencontróallí,deloque se maravilló primero, y luego, súbitamente sospechando lo que habíasucedido,losojoshaciaelmardirigióyviolagalera,todavíanomuyalejada,queremolcabaalbarquichuelo,porloqueóptimamenteconocióque,aligualque almarido, había perdido a los hijos; y pobre y sola y abandonada, sinsaber dónde a nadie pudiese encontrar jamás, viéndose allí, desmayada,llamandoalmaridoyaloshijos,cayósobrelaplaya.

No había aquí quien con agua fría o con otro medio a las desmayadasfuerzasllamase,porloqueasualbedríopudieronlosespíritusandarvagandopor donde quisieron; pero después de que en el mísero cuerpo las partidasfuerzas junto con las lágrimas y el llanto volvieron, largamente llamó a loshijos ymucho por todas las cavernas los anduvo buscando. Pero luego queconoció que se fatigaba inútilmente y vio caer la noche, esperando y nosabiendo que, por símisma se preocupó un tanto y, yéndose de la playa, aaquellacavernadondeacostumbrabaalloraryadolersevolvió.

Y luego de que la noche conmuchomiedo y con incalculable dolor fuepasaday el nuevodíavenido, yyapasada la horade tercia, como la nocheantes cenado no había, obligada por el hambre, se dio a pacer la hierba; ypaciendocomopudo, llorando,adiversospensamientossobresu futuravidaseentregó.Ymientrasestabaenellos,viovenirunacabrillayentrarallícercaenunacaverna,y luegodeunpocosalirdeellae irseporelbosque;por loque, levantándose, allí entró donde había salido la cabrilla, y vio doscabritillos talveznacidoselmismodía, loscuales leparecieron lacosamás

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dulce del mundo y lamás graciosa; y no habiéndosele todavía del recientepartoretiradolalechedelpecho,loscogiótiernamenteyselospusoalpecho.

Loscuales,norehusandoelservicio,asímamabandeellacomohubiesenhechodesumadre,ydeentoncesenadelanteentre lamadreyellaningunadistinción hicieron; por lo que, pareciéndole a la noble señora haber en eldesiertolugaralgunacompañíaencontrado,pastandohierbasybebiendoaguaytantasvecesllorandocuantasdelmaridoydeloshijosydesupretéritavidaseacordaba,allíaviviryamorirsehabíadispuesto,nomenosfamiliarconlacabrilla vuelta que con los hijos. Y, viviendo así, la noble señora en fieraconvertida,sucedióque,despuésdealgunosmeses,porfortunallegótambiénunbarquitodepisanosallídondeellahabía llegadoantes,ysequedóvariosdías.

HabíaenaquelbarcounhombrenoblellamadoCurradodelosmarquesesdeMalaspinaconunamujersuyavalerosaysanta;yveníanenperegrinacióndetodoslossantoslugaresquehayenelreinodeApuliayasucasavolvían.El cual, por entretener el aburrimiento, junto con su mujer y con algunosservidoresyconsusperros,undíaabajaralaislasepuso;ynomuylejanodel lugardondeestabamadamaBeritola,empezaronlosperrosdeCurradoaseguira losdoscabritillos, loscuales,yagrandecitos,andabanpaciendo; loscualescabritillos,perseguidosporlosperros,aningunapartehuyeronsinoalacavernadondeestabamadamaBeritola.Lacual,viendoesto,poniéndoseenpie y cogiendo un bastón, hizo retroceder a los perros; y allí Currado y sumujer,queasusperrosseguían,llegando,viéndolamorenaydelgadaypeludacomosehabíapuesto,semaravillaron,yellamuchomásqueellos.

Pero luego de que a sus ruegos hubo Currado sujetado a sus perros,despuésdemuchassúplicaslehicieronquedijesequiénerayquéhacíaaquí,la cual enteramente toda su condicióny todas sus desventuras y su rigurosaresoluciónlescomunicó.Loque,oyendoCurrado,quemuybienaArrighettoCapececonocidohabía,lloródecompasiónyconmuchaspalabrasseingenióenapartarladedecisióntanrigurosa,ofreciéndolallevarlaasucasaotenerlaconsigoconelmismohonorqueasuhermana,yqueallísequedasehastaqueDiosmásalegrefortunaledeparara.Acuyasofertasnoplegándoselaseñora,Currado dejó con ella a su mujer y le dijo que mandase traer aquí de quécomer,yaella,queestabaenharapos,conalgunodesusvestidosvistiese,ehiciesetodoparallevarlaconellos.

Quedándose con ella la noble señora, habiendo primero con madamaBeritola lloradomucho de sus infortunios, hechos venir vestidos y viandas,conlamayorfatigadelmundoatomarlosyacomerlaindujo:yporfin,luegodemuchosruegos,afirmandoellanuncaquereriradondeconocidafuera,laindujo a irse con ellos a Lunigiana junto con los dos cabritillos y con lacabrilla,laqueenaquelentretantohabíavueltoynosingranmaravilladela

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nobleseñoralehabíahechograndísimasfiestas.Yasí,venidoelbuentiempo,madamaBeritolaconCurradoyconsumujerensubarcomontó,yjuntoconellos la cabrilla y los dos cabritillos; por los cuales no sabiendo todos sunombre, fue Cabrilla llamada; y, con buen viento, pronto llegaron hasta ladesembocaduradelMagra,dondebajándose,asuscastillossubieron.

Allí, junto a lamujer de Currado,madama Beritola, en trajes de viuda,comounadamiselasuya,honestayhumildeyobedienteestuvo,siempreasuscabritillosteniendoamoryhaciéndolesalimentar.

Los corsarios que habían en Ponza tomado el barco en que madamaBeritolahabíavenidodejándolaaellacomoaquiennohabíanvisto,contodalademásgentesefueronaGénova;yallídivididalapresaentrelosamosdelagalera,tocóporventura,entreotrascosas,ensuerteaunmicerGuasparrinodeOria la nodriza demadamaBeritola y los dos niños con ella; el cual, a ellajunto con los dos niñosmandó a su casa para tenerlos como siervos en lostrabajosdelacasa.

Lanodriza,sobremaneraafligidaporlapérdidadesuamayporlamíserafortunaen laqueveíahaber caídoa losdosniños, lloró amargamente;perodespuésquevioque las lágrimasdenadaservíanyqueellaerasierva juntocon ellos, aunque pobremujer fuese, era sin embargo sabia y sagaz; por loque, consolándose lo mejor que pudo, y mirando a donde habían llegado,pensóquesi losdosniñoseranreconocidos,poracasopodríanconfacilidadrecibir molestias, y además de ello, esperando que, cuando fuese podríacambiar la fortuna y ellos podrían, si vivos estuvieran, al perdido estadovolver, pensó no descubrir a nadie quiénes fueran, si no veía que fueseoportuno:yatodosdecía(losquelehabíanpreguntadoporello)queeransushijos.Yalmayor,noGiuffredi,sinoGiannottodePrócidallamaba;almenorno se preocupó de cambiarle el nombre; y con suma diligencia enseñó aGiuffrediporquélehabíacambiadoelnombreyenquépeligropodíaestarsifuera reconocido, y esto no una vez sino muchas y con frecuencia lerecordaba:loqueelmuchacho,queerabuenentendedor,segúnlaenseñanzadelasabianodrizaóptimamentehacía.

Se quedaron, pues,mal vestidos y peor calzados, ocupados en todos lostrabajos viles, junto con la nodriza, pacientemente muchos años los dosmuchachos en casa de micer Guasparrino. Pero Giannotto, ya de edad dedieciséis años, teniendo mayor ánimo del que pertenecía a un siervo,desdeñandolavilezadelacondiciónservil,subiendoaunasgalerasqueibanaAlejandría, del servicio de micer Guasparrino se fue y anduvo en muchoslugares,sinpodermejorarennada.Alfinaldespuésdeunostresocuatroañosde haberse ido de casa de micer Guasparrino, siendo un buen mozo yhabiéndose hecho grande de estatura, y habiendo oído que su padre, al quecreía muerto, estaba todavía vivo aunque en cautividad tenido por el rey

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Carlos, casi desesperando de la fortuna, andando vagabundo, llegó aLunigiana, y allí entró por acaso como criado de Currado Malaspinasirviéndolecondiligenciayagrado.

Ycomorarasvecesasumadre,queconlaseñoradeCurradoestaba,viese,ningunalaconoció,niellaaél:tantolaedadalunoyalotro,deloquesolíansercuandosevieronporúltimavez,habíatransformado.

Estando,pues,Giannottoal serviciodeCurrado, sucedióqueunahijadeCurrado cuyo nombre era Spina, que había enviudado de Niccolb deGrignano, volvió a casa del padre; la cual, siendomuy bella y agradable yjovende pocomás de dieciséis años, por ventura le echó los ojos encima aGiannottoy él a ella, y ardentísimamente elunodelotro se enamoraron.Elcualamornoestuvolargamentesinefecto,ymuchosmesespasaronantesdequenadieseapercibiese;porlocual,ellos,demasiadoseguros,comenzaronaactuardemaneramenosdiscretaquelaqueparataleshechosserequería.

Yyendoundíaporunhermosobosquedemuchosárboles,lajovenjuntocon Giannotto, dejando a toda la demás compañía, se fueron delante, ypareciéndolesquehabíandejadomuylejosalosdemás,enunlugardeleitosoy lleno de hierbas y flores, y rodeado de árboles, descansando, a tomar elamorosoplacerelunodelotroempezaron.Ycuandoyahabíanestadojuntoslargotiempo,queelgrandeleiteleshizoencontrarmuybreve,enestoporlamadrede la jovenprimero,y luegoporCurrado,fueronalcanzados.Elcual,afligido sobremanera al ver esto, sin nada decir del porqué, a los dos hizocogerportresdesusservidoresyauncastillosuyollevarlosatados;ydeiraydedisgustogimiendoandaba,dispuestoahacerlesvilmentemorir.

Lamadredelajoven,aunquemuyenojadaestuvieseydignareputaseasuhijaporsufaltadecualquiercruelpenitencia,habiendoporalgunaspalabrasde Currado comprendido cuál era su intención respecto a los culpables, nopudiendosoportaraquello,apresurándosealcanzóalairadomaridoycomenzóarogarlequequisieseagradarlanocorriendofuriosamenteaconvertirseensuvejez en homicida de su hija y amancharse lasmanos con la sangre de uncriado suyo, y que encontrase otra manera de satisfacer su ira, así comohacerles encarcelary en laprisiónpenary llorarpor el pecadocometido.Ytantoestasyotraspalabrasleestuvodiciendolasantamujerqueapartódesuánimoelpropósitodematarlos;ymandóqueendistintoslugarescadaunodeellos fuese encarcelado, y allí guardado bien, y con poca comida ymuchasincomodidadesmantenidoshastaquedecidiesehacerotracosadeellos;yasísehizo.

Ycuálfuesesuvidaencautiverioyencontinuaslágrimasyenmáslargosayunosdelosqueseríanmenester,cualquierapuedepensarlo.Llevando,pues,GiannottoySpinaunavidatandolorosa,yhabiendoyaunañosinacordarse

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Curradodeellospasado,sucedióqueelreyPedrodeAragón,porunacuerdoconmicerGiandePrócida,sublevóalaisladeSiciliaylaquitóalreyCarlos;por lo queCurrado, como gibelino, hizo una gran fiesta.De la que oyendohablarGiannottoaalgunodeaquellosquelecustodiaban,dioungransuspiroydijo:

—¡Ay,tristedemí!,¡quéhacehoyyacatorceañosqueandoarrastrándomeporelmundo,noesperandootracosaqueésta,yahoraqueesvenida,yparaqueyano espere tenerningúnbien,meha encontrado enprisión, de la quenuncasinomuertoesperosalir!

—¿Y qué?—dijo el carcelero—. ¿Qué te importa a ti lo que hagan losaltísimosreyes?¿QuétienestúquehacerenSicilia?

AloqueGiannottodijo:

—Parece que seme rompe el corazón acordándome de lo quemi padretuvoquehacerallí,elcual,aunqueyoniñochicoeracuandohuideallí,aúnmeacuerdoqueloviseñorenvidadelreyManfredo.

Siguióelcarcelero:

—¿Yquiénfuetupadre?

—Mi padre—dijoGiannotto—puedo ya asaz seguramentemanifestarlopuesquemeveoacubiertodelpeligroquetemíadescubriéndolo,sellamóysellamaaún,sivive,ArrighettoCapece,yyonoGiannottosinoGiuffredimellamo;ynadadudo,sideaquísaliera,quevolviendoaSicilia,notuvieseallítodavíaunaaltísimaposición.

El buen hombre, sinmás decir, en cuanto hubo lugar todo se lo contó aCurrado. Lo que oyendo Currado, aunque mostró no preocuparse delprisionero, se fueaver amadamaBeritolayplacenteramente lepreguntó sihabía tenido algún hijo de Arrighetto que se llamase Giuffredi. La señora,llorando, respondió que, si el mayor de los dos suyos que había tenidoestuvieravivo,asísellamaríayseríadeedaddeveintidósaños.Oyendoesto,Curradopensóquepodíadeunavezhacerunagranmisericordiayborrarsuvergüenzay lade suhijadándosela a aquélpormujer; ypor ello, haciendovenir secretamente a Giannotto, le examinó detalladamente sobre toda supasada vida. Y hallando abundancia de indicios manifiestos de queverdaderamenteeraGiuffredi,hijodeArrighetto,ledijo:

—Giannotto,sabescuángrandeycuálhasidolaofensaquemehashechoenmipropiahijacuando,habiéndoteyotratadobienyamistosamente,comodebehacerse con los servidores, debíasmihonory el demis cosas siemprebuscaryservir;ymuchosseríanlosquesitúleshubierashecholoqueamímehiciste,convituperiotehabríanhechomorir, loquemipiedadnosufrió.

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Ahora,puestoqueasícomomedicesereshijodeunhombrenobleydeunanobleseñora,quieroatusangustias,sitúloquieres,ponerfinyquitartedelamiseriaydelcautiverioenlosqueestás,yalmismotiempotuhonoryelmíoreintegrarasudebidositio.Comosabes,Spina,aquienconamorosa(aunquepococonvenientepara tiyparaella)amistadtomaste,esviuda,ysudoteesgrande y buena; cuáles sean las costumbres de su padre y de sumadre lasconoces, de tu presente estado nada digo. Por lo que, cuando quieras, estoydispuesto a que, ya que deshonestamente fue tu amiga se conviertahonestamenteentumujer,yqueaguisadehijomíoaquíconmigoyconellacuantoteplazcavivas.

HabíalaprisiónmaceradolascarnesdeGiannotto,peroelgenerosoánimopropiodesuorigennohabíadisminuidonadaenél,nitampocoelverdaderoamorqueteníaasumujer;yaunquefervientementedeseaseloqueCurradoleofrecíaylovieseasualcance,ennadaatenuóloquelagrandezadesuánimolemostrabatenerquedecir,yrepuso:

—Currado,niavidezdeseñoríonideseodedinerosnialgunaotra razónmehizonuncacontratuvidaytuscosasobrarcomotraidor.Améatuhijaylaamoylaamarésiempre,porquelareputodignademiamor;ysiyoconellamecondujemenosquehonestamentesegúnlaopinióndelosvulgares,aquelpecado cometí que siempre lleva aparejada la juventud, y que si se quisierahacer desaparecer habría que hacer desaparecer a la juventud, y éste, si losviejossequisieranacordardehabersidojóvenesylosdefectosdelosdemásmidiesenconlossuyos,noseríatenidoporgravecomoloesportiyporotrosmuchos; y como amigo, no como enemigo, lo cometí. Lo que me ofreceshacer, siempre lo deseé, y si hubiera creído que me habría podido serconcedido,largotiempohacequelohabríapedido;ytantomáscaromeseráahoracuandolaesperanzadeelloesmenor.Sinotienesenelánimoloquetuspalabrasdemuestran,nomealimentesconvanasesperanzas;hazmevolveralaprisión,yhazmeallíafligircuantoteplazca,quemientrasameaSpinateamaréatiporamorsuyo,hagasloquehagas,ytetendréreverencia.

Currado, habiéndole oído, se maravilló y le tuvo por de gran ánimo yreputóasuamorcomoardiente,ymásloquiso:porello,poniéndoseenpie,loabrazóy lobesó, y sinponermásdilación a la cosa,mandóque aquí fueseSpinatraídasecretamente.Ellaenlaprisiónsehabíapuestodelgadaypálidaydébil, yotramujerdistintade laque solíayparecía ser, ydelmismomodoGiannotto otro hombre; los cuales, en presencia de Currado, conconsentimientomutuocontrajeronlosesponsalessegúnnuestracostumbre.Yluego que pasaron algunos días sin que nadie se enterase de lo que pasadohabía y les hubo proporcionado todo aquello que necesitaban y les placía,pareciéndoletiempodehaceralegrarsealasdosmadres,llamandoasumujeryalaCabrillaasílesdijo:

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—¿Quédiríais,señora,siyoosdevolvieraavuestrohijomayorcasadoconunademishijas?

AloquelaCabrillarespondió:

—Nopodríadecirossinoque,sipudieseestarosmásobligadadeloqueosestoy,tantomásosestaríacuantovosunacosaquemeesqueridamásqueyomismamedevolveríais;ydevolviéndomelaenlaguisaquedecís,algoharíaisdevolveramímiperdidaesperanza.

Yllorando,secalló.EntoncesdijoCurradoasumujer:

—¿Yatiquéteparecería,mujer,sitedieseuntalyerno?

Aloquelaseñorarespondió:

—Nouno de ellos, que son nobles, sino cualquiermiserable si a vos ospluguiese,meplacería.

EntoncesdijoCurrado:

—Esperodentrodepocosdíashacerosalegrarporello.

Yviendoyaa losdos jóvenesvueltosa suanterioraspecto,vistiéndoloshonradamente,preguntóaGiuffredi:

—¿Quétegustaríamás,ademásdelaalegríaquetienes,siviesesaquíatumadre?

AloqueGiuffredirespondió:

—Nomeesposiblecreerquelosdoloresdesusdesventuradosaccidenteslahayandejadoviva:perosiasífuese,sumamentemegustaría,comoaquienaún,consuconsejo,creeríaquepodría recobrarenSiciliagranpartedemisbienes.

EntoncesCurradohizovenirallíalaunaylaotraseñora.Lasdoshicieronmaravillosas fiestas a la recién casada, maravillándose no poco de lainspiraciónaquepodíadebersequeCurradohubiesellegadoasertanbenignoquehubiesehechosuparienteaGiannotto;alcual,madamaBeritola,porlaspalabrasoídasaCurrado,empezóamirar,y,porocultavirtud,sedespertóenellaalgúnrecuerdodelaspuerilesfaccionesdelrostrodesuhijo,sinesperarotra demostración, con los brazos abiertos se le echó al cuello, ni eldesbordante amor y la alegría materna le permitieron poder decir palabraalguna,sinoquelaprivarondetodavirtudsensitivahastatalpuntoquecomomuertacayóenlosbrazosdelhijo.

Elcual,aunquemuchosemaravillasedehaberlavistomuchasvecesantesenaquelmismocastillosinnuncareconocerla,nodejódeconocerincontinentielaromamaternoyreprochándosesupretéritodescuido, recibiéndolaensus

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brazos llorando, tiernamente la besó. Pero luego de que madama Beritola,piadosamenteayudadaporlamujerdeCurradoyporSpinayconaguafríayconotrasartessuyasledevolvieronlasdesmayadasfuerzasempezódenuevoa abrazar al hijo conmuchas lágrimasymuchasdulcespalabras; y llenadepiedadmaternamilvecesmáslebesó,yélyaellareverentementemucholamiró y la abrazó. Pero después de que los honestos y alegres agasajos serepitierontresocuatroveces,nosincontentoyplacerdeloscircunstantes,yelunohuboalotronarradosusdesventuras,habiendoyaCurradoasusamigoscomunicado,congranplacerdetodos,elnuevoparentescoporélcontraído,yordenandounahermosaymagníficafiestaledijoGiuffredi:

—Currado,mehabéis contentado conmuchas cosasy largamentehabéishonradoamimadre:ahora,paraquenada,enloquepodáis,quedeporhacer,osruegoqueamimadre,amisinvitadosyamíalegréisconlapresenciademi hermano, que como siervo tiene en su casa micer Guasparrino de Oria,quien,comoyaoshedicho,deélydemíseapoderópirateandoyluego,quemandéis a Sicilia para que se informe plenamente de las condiciones y delestadodelpaís,yaverigüeloquehasidodeArrighetto,mipadre,siestávivoo muerto, y si está vivo, en qué estado; y plenamente informado de todo,vuelvaanosotros.

Plugo a Currado la petición de Giuffredi, y sin tardanza alguna adiscretísimas personas mandó a Génova y a Sicilia. El que fue a Génova,halladomicerGuasparrino,departedeCurradolerogóvehementementequealExpulsadoyasunodrizaleenviase,contándoleloqueCurradohabíahechoconGiuffrediyconsumadre.AloqueMicerGuasparrinosemaravillómuchooyéndolo,ydijo:

—EsverdadqueharéporCurradocualquiercosaqueestéenmipoderquele agrade; y ciertamente he tenido en casa, desde hace catorce años, almuchachoquemepides y a sumadre, los cuales te enviaré de buena gana;peroledirásdemipartequecuidedenohabercreídodemasiadoodenocreerlasfábulasdeGiannotto,quedicesquehoysehacellamarGiuffredi,porqueesmuchomásmalodeloqueélpiensa.

Ydichoesto,haciendohonraralvalientehombre,hizollamaralanodrizaen secreto, y cautamente la interrogó sobre aquel asunto. La cual, habiendooídolarebelióndeSiciliayoyendoqueArrighettoestabavivo,desechandoelmiedo que hasta entonces había tenido, ordenadamente le contó todo y lemostró las razonespor las que aquellamanerade conducirsehabía seguido.Micer Guasparrino, viendo que las cosas dichas por la nodriza con las delembajador de Currado se convenían óptimamente, empezó a dar fe a laspalabras; y de una manera y de otra, como hombre astutísimo que era,haciendoaveriguacionessobreesteasuntoycadavezencontrandomáscosasquemáslehacíancreerenello,avergonzándosedelviltratoquelehabíadado

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almuchacho,paraenmendarlo,teniendounabellahijadeonceañosdeedad,sabiendoquiénArrighetto había sido y era, conuna gran dote se la dio pormujer, y luego de una gran fiesta, con el muchacho y con la hija y con elembajadordeCurradoyconlanodriza,subiendoaunagalerabienarmada,sevinoaLérici;donderecibidoporCurrado,contodasucompañíasefueauncastillodeCurradonomuyalejadodeallí,dondeestabapreparadaunagranfiesta.

Qué fiestashizo lamadrealvolveravera suhijo, cuáles lasde losdoshermanos,cuálladelostresalafielnodriza,cuállahechaportodosamicerGuasparrinoyasuhija,yporélatodos,ydetodosjuntosconCurradoysumujeryconsushijosysusamigos,nosepodríaexplicarconpalabras,niconplumaescribir;porloqueavosotras,señoras,osdejoqueloimaginéis.Paralo cual, para que fuese completa, quisoDios, generosísimo donante cuandoempieza, hacer llegar las alegres nuevas de la vida y el buen estado deArrighettoCapece.

Por lo que, siendo grande la fiesta y los convidados, las mujeres y loshombresestandoalamesatodavíaalprimerplato,llegóaquelquehabíasidoenviado a Sicilia, y entre otras cosas contó de Arrighetto, que, estando enCatania encarcelado por el rey Carlos, cuando se levantó contra el rey larevueltaenaquellatierra,elpuebloenfurecidocorrióalacárcely,matandoalosguardias,lehabíansacadodeallí,ycomoacapitalenemigodelreyCarloslo habían hecho su capitán y le habían seguido en expulsar y matar a losfranceses; por la cual cosa, se había hecho sumamente grato al rey Pedro,quientodossusbienesytodosuhonorlehabíarestituido,porloqueestabaengrandeybuenaposición;añadiendoqueaéllehabíarecibidoconsumohonoryhabíahechoindeciblesfiestasporlasnoticiasdesumujerydelhijo,deloscualesdespuésdesuprisiónnadahabíasabido,yademásdeello,mandabaaporellosunasaetíaconalgunosgentileshombres,queveníandetrás.

Fue con gran alegría y fiesta éste recibido; y prontamente Currado conalgunosdesusamigossalieronalencuentrodelosgentileshombresqueapormadama Beritola y por Giuffredi venían, y recibidos alegremente, a subanquete, que todavíano estabamediado, les introdujo.Allí a la señoray aGiuffrediyademásdeaellosatodoslosotroscontantaalegríalosvieron,quenunca mayor fue oída; y ellos, antes de sentarse a comer, de parte deArrighetto saludaron y agradecieron como mejor supieron y pudieron aCurradoyasumujerporelhonorhechoasumujeryasuhijo,yaArrighettoy a cualquier cosa que por medio de él se pudiese hacer pusieron a sudisposición. Luego, volviéndose a micer Guasparrino, cuyos favores eraninesperados, dijeronque estaban certísimosdeque, en cuanto loquehabíanhechopor elExpulsado supieseArrighetto, gracias semejantes ymayores ledaría.Despuésdelocual,muycontentos,enelbanquetedelasreciéncasadas

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yconlosreciéncasadoscomieron.

YnosóloaqueldíafestejóCurradoalyernoyasusotrosparientesamigos,sinomuchosotros;ydespuésquehubieroncesadolosfestejos,pareciéndoleamadamaBeritolayaGiuffrediyalosdemásqueteníanqueirse,conmuchaslágrimas de Currado y de su mujer y de micer Guasparrino subiendo a lasaetía, llevándoseconsigoaSpina, se fueron.Y teniendoprósperoelviento,prontollegaronaSicilia,dondecontangranfiestaporArrighetto(todosporigual, los hijos y lasmujeres) fueron en Palermo recibidos que decir no sepodría; y allí se cree que mucho tiempo todos vivieron feliz mente, yreconocidosporelbeneficiorecibido,enamistadconDiosNuestroSeñor.

Novelaséptima

ElsultándeBabiloniamandaaunahijasuyacomomujeralreydelAlgarbe,lacual,pordiversasdesventuras,enelespaciodecuatroañosllegaalasmanosdenuevehombresendiversoslugares,porúltimo,restituidaalpadrecomodoncella,vuelvedesuladoalreydelAlgarbe

comomujer,comoprimeroiba.

TalveznosehabríaextendidomuchomáslahistoriadeEmiliasinquelacompasión sentida por las jóvenes por los casos demadamaBeritola no leshubieraconducidoaderramar lágrimas.Pero luegodequeaaquéllasepusofin,plugoalareinaquePánfilosiguiera,contandolasuya;porlocualél,queobedientísimoera,comenzó:

Difícilmente,amablesseñoras,puedeserconocidopornosotrosloquenosconviene,porloque,comomuchasvecessehapodidover,hahabidomuchosque, estimando que si se hicieran ricos podrían vivir sin preocupación yseguros,lopidieronaDiosnosóloconoracionessinoconobras,norehusandoningún trabajo ni peligro para buscar conseguirlo: y cuando lo hubieronlogrado, encontraron que por deseo de tan gran herencia fueron a matarlesquienesantesdequesehubieranenriquecidodeseabansuvida.Otros,debajoestadosubidosalasalturasdelosreinospormediodemilpeligrosasbatallas,pormediode la sangredesushermanosydesusamigos,creyendoestarenellas la suma felicidad, además de los infinitos cuidados y temores de quellenaslasvieronysintieron,conocieron(nosinsumuerte)queenelorodelasmesas reales se bebía el veneno.Muchos hubo que la fuerza corporal y labelleza, y ciertos ornamentos con apetito ardentísimo desearon, y no sepercataron de haber deseado mal hasta que aquellas cosas no les fueronocasióndemuerteodedolorosavida.

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Yparanohablar por separadode todos los humanosdeseos, afirmoqueningunohayqueconcompletaprecaución,comoporsegurodelosazaresdela fortuna pueda ser elegido por los vivos; por lo que, si queremos obrarrectamente,atomaryposeerdeberíamosdisponernosloquenosdieseAquélque sólo loquenoshace falta conoceynospuededar.Pero si loshombrespecanpordesearvariascosas,vosotras,graciosasseñoras,sobremanerapecáisporuna,queespordesearserhermosas,hastaelpuntodeque,nobastándooslosencantosqueporlanaturalezaossonconcedidos,aúnconmaravillosoartebuscáis acrecentarlos, y me place contaros cuán desventuradamente fuehermosaunasarracenaque,enunoscuatroaños,tuvo,porsuhermosura,quecontraernuevasbodasnueveveces.

Yahapasadomucho tiempodesdequehuboun sultán enBabilonia quetuvopornombreBeminedab,alqueensusdíasbastantescosasdeacuerdoconsu gusto sucedieron. Tenía éste, entre susmuchos hijos varones y hembras,unahijallamadaAlatielque,porloquetodoslosquelaveíandecían,eralamujermáshermosaquesevieraenaquellostiemposenelmundo;yporqueenuna gran derrota que había causado a una gran multitud de árabes que lehabíancaídoencima,lehabíamaravillosamenteayudadoelreydelAlgarbe,aéste,habiéndoselapedidoélcomograciaespecial,lahabíadadopormujer;yconhonradacompañíadehombresydemujeresyconmuchosnoblesyricosarneses la hizo montar en una nave bien armada y bien provista, ymandándosela,laencomendóaDios.Losmarineros,cuandovieroneltiempopropicio, dieron al viento las velas y del puerto de Alejandría partieron ymuchos días navegaron felizmente; y ya habiendo pasado Cerdeña,pareciéndoles que estaban cerca del fin de su camino, se levantaronsúbitamente un día contrarios vientos, los cuales, siendo todos sobremaneraimpetuosos,tantoazotaronalanavedondeibalaseñoraylosmarinerosquemuchasvecessetuvieronporperdidos.

Pero, comohombresvalientes,poniendoenobra todaartey toda fuerza,siendo combatidos por el infinito mar, resistieron durante dos días; yempezandoyalaterceranochedesdequelatempestadhabíacomenzado,ynocesando ésta sino creciendo continuamente, no sabiendo dónde estaban nipudiendo por cálculo marinesco comprenderlo ni por la vista, porqueoscurísimodenubesydetenebrosanocheestabaelcielo,estandonomuchomásalládeMallorca,sintieronqueseresquebrajabalanave.Por locual,noviendoremedioparasusalvación, teniendoenelpensamientocadacualasímismoynoalosdemás,arrojaronalamarunachalupa,yconfiandomásenellaqueenlaresquebrajadanave,allísearrojaronlospatrones,ydespuésdeellos unos y otros de cuantos hombres había en la nave (aunque los queprimerohabíanbajadoa lachalupacon loscuchillosen lamano tratarondeimpedírselo) se arrojaron, y creyendo huir de la muerte dieron con ella decabeza: porque no pudiendo con aquel mal tiempo bastar para tantos,

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hundiéndoselachalupa,todosperecieron.

Ylanave,quepor impetuosovientoeraempujada,aunqueresquebrajadaestuvieseyyacasillenadeagua—nohabiéndosequedadoenellanadiemásquelaseñoraysusmujeres,ytodasporlatempestaddelmaryporelmiedovencidas, yacían en ella como muertas— corriendo velocísimamente, fue avararseenunaplayadelaisladeMallorca,contantoytangranímpetuquesehundió casi entera en la arena, a un tiro de piedra de la orillaaproximadamente;yallí,batidaporelmar,sinpodersermovidaporelviento,se quedó durante la noche. Llegado el día claro y algo apaciguada latempestad, la señora, que estaba medio muerta, alzó la cabeza y, tandébilmente como estaba empezó a llamar ora a uno ora a otro de suservidumbre,peroenvanollamaba:losllamadosestabandemasiadolejos.

Por lo que, no oyéndose responder por nadie ni viendo a nadie, semaravilló mucho y empezó a tener grandísimomiedo; y comomejor pudolevantándose,alasdamasqueerandesucompañíayalasotrasmujeresvioyacer, y a una ahora y a otra después sacudiendo, luegodemucho llamar apocasencontróquetuvieranvida,comoqueporgravesangustiasdeestómagoypormiedosehabíanmuerto:porloqueelmiedodelaseñorasehizomayor.Peronoobstante,apretándolelanecesidaddedecidiralgo,puestoqueallísolase veía (no conociendo ni sabiendo dónde estuviera), tanto animó a las quevivasestabanquelashizolevantarse;yencontrandoqueellasnosabíandóndeloshombressehubiesenido,yviendolanavevaradaentierrayllenadeagua,juntoconellasdolorosamentecomenzóallorar.Yllególahoradenonaantesdequeanadievieran,porlaorillaoenotraparte,aquienpudiesenprovocarpiedadylesdieseayuda.

Llegada nona, por azar volviendo de una tierra suya pasó por allí ungentilhombrecuyonombreeraPericóndeVisalgo, conmuchos servidoresacaballo;elcual,viendolanave,súbitamenteseimaginóloqueeraymandóaunodelossirvientesquesintardanzaprocurasesubiraellaylecontaseloquehubiera.Elsirviente,aunquehaciéndolocondificultad,allísubióyencontróalanoblejoven,conaquellapocacompañíaquetenía,bajoelpicodelaproadelanave,todatímidaescondida.Yellas,alverlo,llorandopidieronmisericordiamuchasveces,peroapercibiéndosedequenoeranentendidasydequeellasno le entendían, por señas se ingeniaron en demostrarle su desgracia. Elsirviente, comomejorpudomirando todas las cosas, contó aPericón loqueallí había, el cual prontamente hizo traer a lasmujeres y lasmás preciosascosasqueallíhabíayquepudieroncoger,yconellassefueauncastillosuyo;yallíconvíveresyconreposoreconfortadaslasseñoras,comprendió,porlosricosarneses,quelamujerquehabíaencontradodebíaserunagrandeynobleseñora,yaellalaconocióprestamentealverloshonoresqueveíaalasotrashacerleaellasola.Yaunquepálidayasazdesarregladaensupersonaporlas

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fatigas del mar estuviese entonces la mujer, sin embargo sus facciones leparecieron bellísimas a Pericón, por lo cual deliberó súbitamente que si notuviera marido la querría por mujer, y si por mujer no pudiese tenerla, laquerríatenerporamiga.

EraPericónhombre de fiero aspecto ymuy robusto; y habiendodurantealgunosdíasalaseñorahechoserviróptimamente,yporelloestandoéstatodareconfortada,viéndolaélsobremanerahermosísima,afligidodesmedidamentepornopoderentenderlaniellaaél,yasínopodersaberquiénfuera,peronoporellomenosdesmesuradamenteprendadodesubelleza,conobrasamablesyamorosasseingenióeninducirlaacumplirsuplacersinoponerse.Peroeraen vano: ella rehusaba del todo sus familiaridades, ymientras tantomás seinflamabaelardordePericón.Loque,viéndololamujer,yyadurantealgunosdíasestandoallíydándosecuentaporlascostumbresdequeentrecristianosestaba,yenlugardonde,sihubierasabidohacerlo,eldarseaconocerdepocacosaleservía,pensandoquealalargaoporlafuerzaoporamortendríaquellegar a satisfacer los gustos dePericón, se propuso congrandeza de ánimohollarlamiseriadesufortuna,yasusmujeres,quemásdetresnolehabíanquedado, mandó que a nadie manifestasen quiénes eran, salvo si en algúnlugar se encontrasen donde conocieran que podrían encontrar una ayudamanifiestaasulibertad;ademásdeesto,animándolassumamenteaconservarsucastidad,afirmandohaberseellapropuestoquenuncanadiegozaríadeellasinosumarido.Susmujereslaalabaronporello,yledijeronqueobservaríanenloquepudieransumandato.

Pericón, inflamándosemás de día en día, y tantomás cuantomás cercaveíalacosadeseadaymuchasvecesnegada,yviendoquesuslisonjasnolevalían, preparó el ingenio y el arte, reservándose la fuerza para el final. Yhabiéndosedadocuentaalgunavezquealaseñoralegustabaelvino,comoaquien no estaba acostumbrada a beber, porque su ley se lo vedaba, con él,como ministro de Venus pensó que podía conseguirla, y, aparentando nopreocuparse de que ella se mostrase esquiva, hizo una noche a modo desolemnefiestaunamagníficacena,a laquevinolaseñora;yenella,siendopor muchas cosas alegrada la cena, ordenó al que la servía que con variosvinosmezcladoslediesedebeber.Loqueélhizoóptimamente;yella,quedeaquellonoseguardaba,atraídaporelagradodelabebida,mástomódeloquehabría requerido suhonestidad; por lo que, olvidando todas las advertenciaspasadas, se puso alegre, y viendo a algunas mujeres bailar a la moda deMallorca,ellaalamaneraalejandrinabailó.

Lo que, viendo Pericón, estar cerca le pareció de lo que deseaba, ycontinuando lacenaconmásabundanciadecomidasydebebidas,porgranespacio durante la noche la prolongó. Por último, partiendo los convidados,solo con la señora entró en su alcoba; la cual,más caliente por el vino que

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templadaporlahonestidad,comosiPericónhubiesesidounadesusmujeres,sin ninguna contención de vergüenza desnudándose en presencia de él, semetióen lacama.Pericónnodudóen seguirla sinoque,apagando todas lasluces,prestamentedelaotraparteseechójuntoaella,ycogiéndolaenbrazossin ninguna resistencia, con ella empezó amorosamente a solazarse. Lo quecuandoellalohuboprobado,nohabiendosabidonuncaantesconquécuerpoembisten los hombres, casi arrepentida de no haber accedido antes a laslisonjas de Pericón, sin esperar a ser invitada a tan dulces noches, muchasvecesse invitabaellamisma,noconpalabras,con lasquenosesabíahacerentender,sinoconobras.AestegranplacerdePericónydeella,noestandolafortunacontentaconhaberlahechodemujerdeunreyconvertirseenamigadeuncastellano,opusounaamistadmáscruel.

Tenía Pericón un hermano de veinticinco años de edad, bello y frescocomo una rosa, cuyo nombre era Marato; el cual, habiéndola visto yhabiéndole agradado sumamente, pareciéndole, según por sus actos podíacomprender,quegozabadesugracia,yestimandoqueloqueéldeseabanadaselovedabasinolacontinuaguardiaquedeellahacíaPericón,dioenuncruelpensamiento: y al pensamiento siguió sin tregua el criminal efecto. Estabaentonces,poracaso,enelpuertodelaciudad,unanavecargadademercancíapara ir a Clarentza, en Romania, de la que eran patrones dos jóvenesgenoveses, y tenía ya la vela izada para irse en cuanto buenviento soplase;con los cuales concertándoseMarato, arregló cómo la siguiente noche fueserecibidocon lamujer.Yhechoesto,alhacersedenoche,acasadePericón,quiendeélnadaseguardaba,secretamentefueconalgunosdesusfidelísimoscompañeros,aloscualeshabíapedidoayudaparaloquepensabahacer,yenlacasa, según loquehabíanacordado, se escondió.Y luegoque fuepasadapartedelanoche,habiendoabiertoasuscompañeros,alládondePericónconlamujerdormíasefue,yabriéndola,aPericónmataronmientrasdormíayalamujer,despiertaygimiente,amenazándolaconlamuertesihacíaalgúnruido,sellevaron;ycongrancantidaddelascosasmáspreciosasdePericón,sinquenadie les hubiera oído, prestamente se fueron al puerto, y allí sin tardanzasubieronalanaveMaratoylamujer,ysuscompañerossedieronlavuelta.

Losmarineros,teniendovientofavorableyfresco,sehicieronalamar.Lamujer,amargamentedesuprimeradesgraciaydeésta sedoliómucho;peroMarato, con el San-Crescencio-en-mano que Dios le había dado empezó aconsolarladetalmaneraqueella,yafamiliarizándoseconél,olvidóaPericón;y ya le parecía hallarse bien cuando la fortuna le aparejó nuevas tristezas,como si no estuviese contenta con las pasadas. Porque, siendo ellahermosísimadeaspecto, comoyahemosdichomuchasveces,ydemanerasmuydignasdealabanza,tanardientementedeellalosdospatronesdelanaveseenamoraronque,olvidándosedecualquierotracosa,solamenteaservirlaya agradarla se aplicaban, teniendo cuidado siempre de que Marato no se

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apercibiesedesu intención.Yhabiéndosedadocuentaelunodeaquelamordelotro,sobreaquellotuvieronjuntosunasecretaconversaciónyconvinieronenadquiriraquelamorcomún,comosiAmordebiesesufrirlomismoquesehaceconlasmercancíasylasganancias.

YviéndolamuyguardadaporMarato, ypor ello impedido supropósito,yendoundía lanaveconvelavelocísima,yMaratoestandosobre lapopaymirando al mar, no sospechando nada de ellos, se fueron a él de comúnacuerdoy,cogiéndoloprestamentepordetrásloarrojaronalmar;yestuvieronmásdeunamillaalejadosantesdequenadiesehubieradadocuentadequeMarato había caído almar; lo que oyendo lamujer y no viendomanera depoderlorecobrar,nuevodueloempezóahacerenlanave.Yasuconsuelolosdos amantes vinieron incontinenti, y con dulces palabras y grandísimaspromesas,aunqueellapocolosentendiese,aella,quenotantoporelperdidoMaratocomoporsudesventuralloraba,seingeniabanentranquilizar.Yluegodelargasconsideracionesunayotravezdirigidasaella,pareciéndolesquelahabíanconsolado,vinolahoradediscutirentresícuáldeelloslafueraallevarprimeroalacama.

Y queriendo cada uno ser el primero y no pudiendo en aquello llegar aningúnacuerdoentreambos,primeroconpalabrasgravesydurasempezaronunaltercadoyencendiéndoseeniraconellas,echandomanoaloscuchillos,furiosamenteseecharonunosobreelotro;ymuchosgolpes,nopudiendolosqueenlanaveestabansepararlos,sedieronunoalotro,delosqueunocayómuerto incontinenti, y el otro en muchas partes de su cuerpo gravementeherido,quedóconvida;loquedesagradómuchoalamujer,comoaquienallísola, sin ayudani consejo alguno seveía, ymucho temíaque contra ella sevolviese la irade losparientesyde losamigosde losdospatrones;pero losruegos del herido y la pronta llegada a Clarentza del peligro de muerte lalibraron.Dondejuntoconelheridodescendióatierra,yestandoconélenunalbergue,súbitamentecorriólafamadesugranbellezaporlaciudad,yalosoídosdelpríncipedeMorea,queentoncesestabaenClarentza, llegó:por loque quiso verla, y viéndola, y más de lo que la fama decía pareciéndolehermosa, tan ardientemente se enamoró de ella que en otra cosa no podíapensar.

Y habiendo oído en qué guisa había llegado allí, se propuso conseguirlapara él, y buscándole las vueltas y sabiéndolo los parientes del herido, sinesperarmás se lamandaron prestamente; lo que al príncipe fue sumamentegratoyotrotantoalamujer,porquefueradeungranpeligroleparecióestar.Elpríncipe,viéndolaademásdeporlabellezaadornadacontrajesreales,nopudiendodeotramanerasaberquiénfueseella,estimóqueseríanobleseñora,yporlotantosuamorporellaseredobló;yteniéndolamuyhonradamente,noaguisadeamigasinocomoasupropiamujerlatrataba.Loque,considerando

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lamujerlospasadosmalesypareciéndolebastantebienestar,tanconsoladayalegre estaba mientras sus encantos florecían que de nada más parecía quehubieraquehablarenRomania.

Porlocual,alduquedeAtenas, jovenybelloyarroganteensupersona,amigoyparientedelpríncipe,ledieronganasdeverla:yhaciendocomoqueveníaavisitarle,comoacostumbrabaahacerdevezencuando,conbuenayhonorable compañía se vino a Clarentza, donde fue honradamente recibidocon gran fiesta. Después, luego de algunos días, venidos a hablar de losencantosdeaquellamujer,preguntóalduquesierancosatanadmirablecomosedecía;aloqueelprínciperespondió:

—Muchomás;perodeellonomispalabrassinotusojosquieroquedenfe.

A lo que, invitando al duque el príncipe, juntos fueron allá donde ellaestaba;lacual,muycortésmenteyconalegrerostro,habiendoantessabidosuvenida,lesrecibió.Yhabiéndolahechosentarentreellos,nosepudodehablarconellatomarningúnagradoporquepocoonadadeaquellalenguaentendía;por lo que cada uno la miraba como a cosa maravillosa, y mayormente elduque,elcualapenaspodíacreerquefuesecosamortal,ysindarsecuenta,almirarla,conelamorosovenenoqueconlosojosbebía,creyendoquesugustosatisfacía mirándola, se enviscó a sí mismo, enamorándose de ellaardentísimamente.

Yluegoquedeella,juntoconelpríncipe,sehubopartidoytuvoespaciodepoderpensarporsísolo,juzgabaalpríncipemásfelizqueanadieteniendouna cosa tan bella a su disposición; y luego de muchos y diversospensamientos, pesando más su fogoso amor que su honra, determinó,sucediera loque fuese,privaralpríncipedeaquella felicidadyhacerse felizconellaasímismosipudiese.Y, teniendoenelánimoapresurarse,dejandotodarazónytodajusticiaaparte,alosengañosdispusotodosupensamiento;yun día, según el malvado plan establecido por él, junto con un secretísimocamarerodelpríncipequeteníapornombreCiuriaci,secretísimamentetodossuscaballosysuscosashizoprepararparairse,yviniendolanoche,juntoconuncompañero,todosarmados,llevadofueporeldichoCiuriacialaalcobadelpríncipesilenciosamente.Alquevioque,porelgrancalorquehacía,mientrasdormía la mujer, él todo desnudo estaba a una ventana abierta al puerto,tomandounvientecilloquedeaquellapartevenía;porlacualcosa,habiendoasucompañeroantesinformadodeloqueteníaquehacer,silenciosamentefuepor lacámarahasta laventana,yallíconuncuchillohiriendoalpríncipeenlosriñones,lotraspasódeunaaotraparte,ycogiéndoloprestamente,loarrojóporlaventanaabajo.

Estabaelpalaciosobreelmarymuyalto,yaquellaventanaalaqueestabaentonceselpríncipedabasobrealgunascasasquehabíansidoderribadaspor

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el ímpetu delmar, a las cuales raras veces o nunca alguien iba; por lo quesucedió, tal como el duque lo había previsto, que la caída del cuerpo delpríncipeni fueni pudo ser oídapornadie.El compañerodel duque, viendoqueaquelloestabahecho, rápidamenteuncabestroque llevabaparaaquello,fingiendohacercariciasaCiuriaci,seloechóalagargantaytiródemaneraqueCiuriaci nopudohacer ningún ruido; y reuniéndose con él el duque, loestrangularon,yadondeelpríncipearrojadohabía,loarrojaron.Yhechoesto,manifiestamenteconociendoquenohabíansidooídosnipor lamujernipornadie, tomó el duque una luz en la mano y la levantó sobre la cama, ysilenciosamente a la mujer toda, que profundamente dormía, descubrió; ymirándola entera la apreció sumamente, y si vestida le había gustado sobretodacomparaciónlegustódesnuda.Porloque,inflamándoseenmayordeseo,noespantadopor el recientepecadopor él cometido, con lasmanos todavíasangrientas,juntoaellaseacostóyconellatodasoñolienta,ycreyendoqueelpríncipefuese,yació.

Pero luego de que algún tiempo con grandísimo placer estuvo con ella,levantándoseyhaciendovenirallíaalgunosdesuscompañeros,hizocogeralamujer demanera que no pudiera hacer ruido, y por una puerta falsa, pordonde entrado había él, llevándola y poniéndola a caballo, lo mássilenciosamentequepudo,contodoslossuyossepusoencaminoysevolvióaAtenas.Perocomoteníamujer,noenAtenassinoenunbellísimolugarsuyoque un poco a las afueras de la ciudad tenía junto al mar, dejó a la másdolorosa de las mujeres, teniéndola allí ocultamente y haciéndolahonradamente,decuantonecesitaba,servir.

Habíanalamañanasiguienteloscortesanosdelpríncipeesperadohastalahoradenonaaqueelpríncipeselevantase;peronooyendonada,empujandolaspuertasdelacámaraquesolamenteestabanentornadas,ynoencontrandoallí a nadie, pensando que ocultamente se hubiera ido a alguna parte paraestarse algunos días a su gusto con aquélla su hermosa mujer, más no sepreocuparon.Yasí lascosas, sucedióquealdíasiguiente,un loco,entrandoentre las ruinasdondeestabanelcuerpodelpríncipeyeldeCiuriaci,porelcabestroarrastróafueraaCiuriaci,yloibaarrastrandotrasél.Elcual,nosinmaravillafuereconocidopormuchos,queconlisonjashaciéndosellevarporellocoallídedondelohabíaarrastrado,allí,congrandísimodolordetodalaciudad, encontraron el del príncipe, y honrosamente lo sepultaron; einvestigandosobrelosautoresdetangrandedelito,yviendoqueelduquedeAtenasnoestaba,sinoquesehabíaidofurtivamente,estimaron,comoera,queéldebíahaberhechoaquelloyllevádosealamujer.

Por lo que prestamente sustituyendo a su príncipe con un hermano delmuerto,leincitaroncontodosupoderalavenganza;elcual,pormuchasotrascosasconfirmadodespuéshabersidotalcomolohabíanimaginado,llamando

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ensuayudaaamigosyparientesyservidoresdediversaspartes,prontamentereunióunagrandeybuenaypoderosahueste,yahacerlaguerraalduquedeAtenasseenderezó.

Elduque,oyendoestascosas,ensudefensasemejantementeaparejótodosuejército,yvinieronensuayudamuchosseñores,entreloscuales,enviadosporelemperadordeConstantinopla,estabanCostanzosuhijoyManovellosusobrino con buenas y grandes gentes, los cuales fueron recibidoshonradamente por el duque, ymás por la duquesa, porque era su hermana.Aprestándoselascosasparalaguerramásdedíaendía,laduquesa,entiempooportuno,aambosadoshizovenirasucámara,yallíconlágrimasbastantesyconmuchaspalabrastodalahistorialescontó,mostrándoleslasrazonesdelaguerraylaofensahechacontraellaporelduqueconlamujeralaquecreíatenerocultamente;ydoliéndosemuchodeaquello, lesrogóquealhonordelduque y al consuelo de ella ofreciesen la reparación que pensasen mejor.Sabíanlosjóvenescómohabíasidotodoaquelhechoy,porello,sinpreguntardemasiado, confortaron a la duquesa lomejor que supierony la llenarondebuenaesperanza,einformadosporelladedóndeestabalamujer,sefueron.

Y habiendo muchas veces oído hablar de la mujer como maravillosa,desearonverlayalduquepidieronqueselaenseñase;elcual,malrecordandolo que al príncipe había sucedido por habérsela enseñado a él, prometióhacerlo:yhechoaparejarenunbellísimo jardín,enel lugardondeestaba lamujer,unmagníficoalmuerzo,alamañanasiguiente,aellosconalgunosotroscompañerosacomerconellalosllevó.YestandosentadoCostanzoconella,lacomenzóamirarllenodemaravilla,diciéndosequenuncahabíavistonadatan hermoso, y que ciertamente por excusado podía tenerse al duque y acualquieraqueparatenerunacosatanhermosacometiesetraiciónocualquierotraaccióndeshonesta:yunavezyotramirándola,ycelebrándolacadavezmás,nodeotramaneralesucedióaélloquelehabíasucedidoalduque.Porlo que, yéndose enamorado de ella, abandonado todo el pensamiento deguerra,sedioapensarcómoselapodríaquitaralduque,óptimamenteatodoscelandosuamor.Peromientrasélseinflamabaenestefuego,llegóeltiempodesalircontraelpríncipequeyaalastierrasdelduqueseacercaba;porloqueelduqueyCostanzoytodoslosotros,segúnelplanhechoenAtenassaliendo,fueronacontenderaciertasfronteras,paraquemásadelantenopudieravenirelpríncipe.

Ydeteniéndoseallímuchosdías,teniendosiempreCostanzoenelánimoyen el pensamiento a aquellamujer, imaginando que, ahora que el duque noestaba juntoaella,muybienpodríaveniracabodesuplacer,por tenerunarazón para volver aAtenas se fingiómuy indispuesto en su persona; por loque,conpermisodelduque,delegadotodosupoderenManovello,aAtenasse vino junto a la hermana, y allí, luego de algunos días, haciéndola hablar

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sobrelaofensaquedelduqueleparecíarecibirporlamujerquetenía,ledijoque,siellaquería,éllaayudaríabienenaquello,haciendodeallídondeestabasacarlayllevársela.Laduquesa,juzgandoqueCostanzoporsuamorynoporel de lamujer lo hacía, dijo que le placíamucho siempre que se hiciese demanera que el duque nunca supiese que ella hubiera consentido en esto.LoqueCostanzoplenamenteleprometió;porloqueladuquesaconsintióenqueélcomomejorlepareciesehiciera.

Costanzo, ocultamente, hizo armar una barca ligera, y aquella noche lamandócercadeljardíndondevivíalamujer,informadoslossuyosqueenellaestaban de lo que habían de hacer, y junto con otros fue al palacio dondeestaba la mujer, donde por aquellos que allí al servicio de ella estaban fuealegrementerecibido,ytambiénporlamujer;yconésta,acompañadaporsusservidores y por los compañeros de Costanzo, como quisieron, fueron aljardín.Y como si a lamujer de parte del duque quisiera hablarle, con ella,haciaunapuertaquesalíaalmar,solosefue;alacual,estandoyaabiertaporuno de sus compañeros, y allí con la señal convenida llamada la barca,haciéndolacogerprestamenteyponerenlabarca,volviéndoseasuscriados,lesdijo:

—Nadiesemuevanidigapalabra,sinoquieremorir,porqueentiendonorobaralduquesumujersinollevarmelavergüenzaquelehaceamihermana.

Aestonadieseatrevióaresponder;porloqueCostanzo,conlossuyosenlabarcamontadoyacercándosealamujerquelloraba,mandóquediesenlosremosalaguayse fueran; loscuales,nobogandosinovolando,casialalbadel día siguiente llegaron a Egina. Bajando aquí a tierra y descansandoCostanzo con lamujer, que su desventuradahermosura lloraba, se solazó; yluego,volviéndosea subira labarca,enpocosdías llegaronaQuíos,yallí,portemoralareprensióndesupadreyparaquelamujerrobadanolefuesequitada,plugoaCostanzocomoensegurolugarquedarse;dondemuchosdíaslamujer lloró su desventura, pero luego, consolada porCostanzo, como lasotras veces había hecho, empezó a tomar el gusto a lo que la fortuna ledeparaba.

Mientras estas cosas andaban de tal guisa, Osbech, entonces rey de losturcos,queestabaencontinuaguerraconelemperador,enaqueltiempovinoporacasoaEsmirna,yoyendoallí cómoCostanzoen lascivavida, conunamujer suya a quien robado había, sin ninguna precaución estaba en Quíos,yendoallí conunosbarquichuelosarmadosunanocheyocultamentecon sugente entrando en la ciudad, amuchos cogió en sus camas antes de que sediesencuentadequelosenemigoshabíanllegado;yporúltimoaalgunosque,despertándose,habíancorridoalasarmas,losmataron,y,prendiendofuegoatodalaciudad,elbotínylosprisionerospuestosenlasnaves,haciaEsmirnasevolvieron.

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Llegados allí, encontrando Osbech, que era hombre joven, al revisar elbotín,alahermosamujer,yconociendoqueaquéllaeralaqueconCostanzohabíasidocogidadurmiendoenlacama,sepusosumamentecontentoalverla;y sin tardanza la hizo su mujer y celebró las bodas, y con ella se acostócontentomuchosmeses.

Elemperador,queantesdequeestascosassucedieranhabíatenidotratosconBasano, reydeCapadocia,paraquecontraOsbechbajaseporunapartecon sus fuerzasy él con las suyas le asaltarapor laotra, ynohabíapodidocumplirlo aún plenamente porque algunas cosas que Basano pedía, comomenosconvenientesnohabíapodidohacerlas,oyendoloqueasuhijohabíasucedido,tristesepusosobremaneraysintardanzaloqueelreydeCapadocialepedíahizo,yélcuantomáspudosolicitóquedescendiesecontraOsbech,aparejándoseéldelaotraparteairleencima.Osbech,alsaberesto,reunidosuejército,antesdesercogidoenmedioporlosdospoderosísimosseñores,fuecontraelreydeCapadocia,dejandoenEsmirnaalcuidadodeunfielfamiliaryamigoasubellamujer;yconelreydeCapadociaenfrentándosedespuésdealgún tiempo combatió y fue muerto en la batalla y su ejército vencido ydispersado.

PorloqueBasano,victorioso,sepusolibrementeavenirhaciaEsmirna;yal venir, toda la gente comoa vencedor le obedecía.El familiar deOsbech,cuyonombreeraAntíoco,acargodequienhabíaquedadolahermosamujer,por templadoque fuese,viéndola tanbella, sinobservar a suamigoy señorlealtad,deellaseenamoró;ysabiendosulengua(loquemucholeagradaba,comoaquienvariosañosaguisadesordaydemudahabíatenidoquevivir,pornohaberlaentendidonadieyellanohaberentendidoanadie),incitadoporel amor, comenzó a tomar tanta familiaridad con ella enpocos días que, nodespuésdemucho,no teniendoconsideracióna su señorque enarmasy enguerra estaba, hicieron su trato no solamente en amistoso sino en amorosotransformarse,tomandoelunodelotrobajolassábanasmaravillosoplacer.

Pero oyendo que Osbech estaba vencido y muerto, y que Basano veníapillandotodo,tomaronjuntosporpartidonoesperarloallísinoquecogiendograndísima parte de las cosasmás preciosas que allí teníaOsbech, juntos yescondidamente, se fueron a Rodas; y no habían vivido allí mucho tiempocuando Antíoco enfermó de muerte. Estando con el cual por acaso unmercader chipriota muy amado por él y sumamente su amigo, sintiéndosellegar a su fin,pensóque ledejaría a él sus cosasy suqueridamujer.Yyapróximoalamuerte,aambosllamó,diciéndolesasí:

—Veoquedesfallezcosin remedio; loquemeduele,porquenunca tantome gustó vivir como ahorame gustaba.Y cierto es que de una cosamuerocontentísimo,porque, teniendoquemorir,meveomoriren losbrazosde lasdospersonas aquienes amomásqueaningunaotraquehayaenelmundo,

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estoesenlostuyos,carísimoamigo,yenlosdeestamujeraquienmásqueamímismoheamadodesdequelaconocí.Esverdadquedolorosomeessaberquesequedaforasteraysinayudaniconsejo,almorirmeyo;ymásdolorosomeseríatodavíasinotevieseatiquecreoquecuidadodeellatendráspormiamorcomo lo tendríasdemímismo;yporello, cuantomáspuedo te ruegoque,simemuero,quemiscosasyellaquedenatucuidado,ydelasunasydelaotrahazloquecreasquesirvadeconsueloamialma.Yati,queridísimamujer, te ruego que después demimuerte nome olvides, para que yo allápueda envanecerme de que soy amado aquí por lamás hermosamujer quenuncafueformadaporlanaturaleza.Sideestasdoscosasmedieseisseguraesperanza,sinningunadudameiréconsolado.

El amigo mercader y semejantemente la mujer, al oír estas palabras,lloraban;yhabiendocalladoél,leconfortaronyleprometieronporsuhonorhacerloquelespedía,sisucedieraqueélmuriese;ypocodespuésmurióyporellos fue hecho sepultar honorablemente. Después, luego de pocos días,habiendo el mercader chipriota todos sus negocios en Rodas despachado yqueriendovolverseaChipreenunacocadecatalanesqueallíhabía,preguntóa la hermosamujer que qué quería hacer, como fuera que a él le conveníavolverseaChipre.

Lamujerrepusoqueconél,silepluguiera,iríadebuenagana,esperandoqueporelamordeAntíocoseríatratadaymiradaporélcomounahermana.Elmercader repusoquede loque a ellagustase estaría contento: y, paradecualquier ofensa que pudiese sobrevenirle antes de que a Chipre llegasen,defenderla, dijo que era sumujer.Y subido a la nave, habiéndoles dado uncamaroteenlapopa,paraquelasobrasnopareciesencontrariasalaspalabras,conellaenuna literabastantepequeñadormía.Por loquesucedió loqueniporelunoniporelotrohabíasidoacordadoalpartirdeRodas;esdecirque,incitándoleslaoscuridadylacomodidadyelcalordelacama,cuyasfuerzasnosonpequeñas,olvidadalaamistadyelamorporAntíocomuerto,atraídosporigualapetito,empezandoahurgonearseelunoalotro,antesdequeaPafosllegasen, de donde era el chipriota, se habían hecho parientes; y llegados aPafos,muchotiempoestuvoconelmercader.

Sucedió por acaso que a Pafos llegó por algún asunto suyo ungentilhombrecuyonombreeraAntígono,cuyosañoseranmuchosperocuyojuicio eramayor, y pocas las riquezas, porque habiéndose enmuchas cosasmezcladoal serviciodel reydeChipre, la fortuna lehabíasidocontraria.Elcual, pasando un día por delante de la casa donde la hermosamujer vivía,habiendo elmercader chipriota ido con sumercancía aArmenia, le sucediópor ventura ver a una ventana de su casa a esta mujer; a quien, como erahermosísima, empezó a mirar fijamente, y empezó a querer acordarse dehaberlavistootrasveces,perodóndedeningunamaneraacordarsepodía.

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La hermosa mujer, que mucho tiempo habla sido juguete de la fortuna,acercándosealtérminoenquesusmalesdebíanhallarfin,alveraAntígonoseacordó de haberlo visto en Alejandría al servicio de su padre, en no bajacondición; por lo cual, concibiendo súbita esperanza de poder aún volver alestado real con sus consejos, no sintiendo a sumercader, lo antes quepudohizo llamar a Antígono. Al cual, venido a ella, tímidamente preguntó si élfueseAntígonodeFamagusta,comocreía.Antígonorepusoquesí,yademásdeellodijo:

—Señora,amímeparececonoceros,peropornadapuedoacordarmededónde;porloqueosruego,sinoosesenojoso,quealamemoriametraigáisquiénsois.

Lamujer, oyendo que era él, llorando fuertemente le echó los brazos alcuello, y, luego de un poco, a él, quemucho semaravillaba, le preguntó sinuncaenAlejandríalahabíavisto.CuyapreguntaoyendoAntígonoreconocióincontinentiqueeraaquéllaAlatiellahijadelsultánquemuertaenelmarsecreía que había sido, y quiso hacerle la reverencia debida; pero ella no losufrió,ylerogóqueconellasesentaseunpoco.Loque,hechoporAntígono,le preguntó reverentemente cómo y cuándo y de dónde había venido aquí,comofueraqueentodalatierradeEgiptosetuvieseporciertoquesehabíaahogadoenelmar,hacíayaalgunosaños.Aloquedijolamujer:

—Bienquerríaquehubierasidoasímásquehaber tenido lavidaquehetenido,ycreoquemipadrequerríalomismo,sialgunavezlosupiera.

Ydichoasí,volvióallorarmaravillosamente;porloqueAntígonoledijo:

—Señora, no os desconsoléis antes que sea necesario; si os place,contadmevuestrasdesventurasyquévidahabéistenido;porventuravuestrosasuntos podrán encaminarse de manera que les encontremos, con ayuda deDios,buenasolución.

—Antígono—dijolahermosamujer—,meparecióalverteveramipadre,ymovidaporelamory la ternuraqueaél lehe tenido,pudiéndomeocultarmemanifestéati,yapocaspersonasmehabríapodidosucederhabervistodequetancontentafuesecuantoestoydehaberte,antesqueaningúnotro,vistoyreconocido;yporello,loqueenmimalafortunasiemprehetenidoescondido,aticomoapadretelodescubriré.Sives,despuésdequeoídolohayas,quepuedasdealgúnmodoamidebidacondiciónhacermevolver,teruegoquelopongasenobra;sinoloves,teruegoquejamásanadiedigasquemehasvistooquenadahasoídodemí.

Y dicho esto, siempre llorando, lo que sucedido le había desde quenaufragóenMallorcahastaaquelpuntolecontó;deloqueAntígono,movidoapiedad,empezóallorar,yluegodequeporunratohubopensado,dijo:

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—Señora,puestoqueocultohaestadoenvuestrosinfortuniosquiénseáis,sin faltaosdevolverémásqueridaquenuncaavuestropadre,y luegocomomujeralreydelAlgarbe.

Ypreguntadoporellaquecómo,ordenadamenteloquehabíadehacerleenseñó; y para que ninguna otra fuese a sobrevenir si se demoraba, en elmismomomentovolvióAntígonoaFamagustaysefuealrey,alquedijo:

—Señor mío, si os place, podéis al mismo tiempo haceros grandísimohonoravos,yamí(quesoypobreporvos)granprovechosinqueoscuestemucho.

Elreylepreguntócómo.Antígonoentoncesdijo:

—APafoshallegadolahermosajovenhijadelsultán,delaquehacorridotanto la fama de que se había ahogado; y, por preservar su honestidad,grandísimasprivacioneshasufrido largamente,yalpresenteseencuentraenpobreestadoydeseavolverasupadre.Siavosospluguieramandárselabajomicustodia,seríaungranhonorparavos,yungranbienparamí;ynocreoquenuncatalservicioseleolvidasealsultán.

Elrey,movidoporrealmagnanimidad,súbitamenterepusoqueleplacía:yhonrosamenteenviandoaporella,aFamagustalahizovenir,dondeporélyporlareinaconindeciblefiestayconmagníficohonorfuerecibida;alacual,después,porelreyylareinasiéndolepreguntadassusdesventuras,segúnlosconsejos dados por Antígono repuso y contó todo. Y pocos días después,pidiéndolo ella, el rey, con buena y honorable compañía de hombres y demujeres,bajolacustodiadeAntígonoladevolvióalsultán;porelcualsifuecelebradasuvueltanadielopregunte,ylomismoladeAntígonocontodasucompañía.Laque,luegodequereposóalgo,quisoelsultánsabercómoestabaviva, y dónde se había detenido tanto tiempo sin nunca haberle hecho nadasabersobresucondición.

Lajoven,queóptimamentelasenseñanzasdeAntígonohabíaaprendido,asupadreasícomenzóahablar:

—Padre mío, sería el vigésimo día después que partí de vuestro ladocuando, por fiera tempestad nuestra nave resquebrajada, encalló en ciertasplayasalláenOccidente,cercadeunlugarllamadoAguasmuertas,unanoche,yloquedeloshombresqueennuestranaveibansucediesenolosénilosupenunca;decuantomeacuerdoesdeque,llegadoeldíayyocasidelamuerteala vida volviendo, habiendo sido ya la rota nave vista por los campesinos,corrieronarobarladetodalacomarca,yyocondosdemismujeresprimerosobre la orilla puestas fuimos, e incontinenti cogidas por los jóvenes que,quiénporaquíconunayquiénporahíconotra,empezaronahuir.Quéfuedeellasno losupenunca;perohabiéndomeamí,quemeresistía,cogidoentre

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dosjóvenesyarrastrándomeporloscabellos,llorandoyofuertemente,sucedióque,pasandolosquemearrastrabanuncaminoparaentrarenungrandísimobosque, cuatro hombres en aquelmomento pasaban por allí a caballo, a loscuales, como vieron los que me arrastraban, soltándome, prestamente sedieron a la fuga.Los cuatrohombres, quepor su semblantemeparecíandeautoridad,vistoaquello,corrieronadondeyoestabaymuchomepreguntaron,yyomuchodije,peroniporellosfuientendidaniaelloslosentendí.Ellos,luegodelargaconsulta,subiéndomeaunodesuscaballos,mellevaronaunmonasteriodemujeressegúnsuleyreligiosa,yyo,porloquelesdijeran,fuiallíbenignísimamenterecibidaysiemprehonrada,ycongrandevociónjuntoconellasheservidodesdeentoncesaSanCrescencio-en-la-cueva,aquienlasmujeres de aquel paísmucho aman.Pero luegode que algún tiempo estuveconellas,yyahabiendoalgoaprendidodesulengua,preguntándomequiényofueseydedónde,ysabiendoyodóndeestabaytemiendo,sidijeselaverdad,ser perseguida como enemiga de su ley, repuse que era hija de un grangentilhombredeChipre,elcualhabiéndomemandadoaCretaparacasarme,por azar allí habíamos sido llevados y naufragamos. Y muchas veces enmuchascosas,pormiedoalopeor,observésuscostumbres;ypreguntándomelamayor de aquellas señoras, a la que llamaban «abadesa», si aChipremegustaría volver, contesté que nada deseaba tanto; pero ella, solícita de mihonor, nuncame quiso confiar a nadie que hacia Chipre viniera sino, haceunosdosmeses,cuandollegadosallíciertoshombresbuenosdeFranciaconsusmujeres,entreloscualesalgúnparienteteníalaabadesa,yoyendoellaqueaJerusalénibanavisitarelsepulcrodondeaquélaquientienenporDiosfueenterradodespuésdequefuematadoporlosjudíos,aellosmeencomendó,yles rogó que en Chipre quisieran entregarme a mi padre. Cuánto estosgentileshombres me honraron y alegremente me recibieron junto con susmujeres, largahistoria seríadecontar.Subidos,pues, enunanave, luegodemuchosdíasllegamosaPafos;yallíviéndomellegar,sinconocermenadienisabiendo qué debía decir a los gentileshombres que ami padreme queríanentregar, según les había sido impuesto por la venerable señora,me aparejóDios, a quien tal vez daba lástima de mí, sobre la orilla a Antígono en lamismahoraquenosotrosenPafosbajábamos;alquellaméprestamenteyennuestralengua,paranoserentendidaporlosgentileshombresnilasseñoras,ledijequecomohijamerecibiera.Élmeentendióenseguida;yhaciéndomegranfiesta, a aquellos gentileshombres y a aquellas señoras según sus pobresposibilidadeshonró, yme llevó al reydeChipre, el cual conquéhonormerecibióyaquíavosmehaenviadonuncapodríayocontar.Sialgopordecirqueda,Antígono,quemuchasvecesmehaoídoestamiperipecia,locuente.

Antígono,entonces,volviéndosealsultán,dijo:

—Señor mío, ordenadísimamente, tal como me lo ha contado muchasvecesycomoaquellosgentileshombresconlosquevinomecontaron,osloha

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contado; solamenteunapartehadejadopordeciros,queestimoque,porquebien no le está decirlo a ella, lo haya hecho: y ello es cuánto aquellosgentileshombresyseñorasconquienesvinohablaronde lahonestavidaquecon las señoras religiosas había llevado y de su virtud y de sus loablescostumbres, y de las lágrimas y del llanto que hicieron las señoras y losgentileshombres cuando, restituyéndola a mí, se separaron de ella. De lascuales cosas si yo quisiera enteramente decir lo que ellosme dijeron, no elpresentedíasinolanochesiguientenonosbastaría;tantosolamentecreoquebastaque,segúnsuspalabrasmostrabanyaunaquelloqueyohepodidover,os podéis gloriar de tener la más hermosa hija y la más honrada y la másvalerosaqueningúnotroseñorquehoyllevecorona.

EstascosascelebróelsultánmaravillosamenteymuchasvecesrogóaDiosqueleconcediesegraciaparapoderdignasrecompensasconcederacualquieraque hubiera honrado a su hija, y máximamente al rey de Chipre por quienhonradamentelehabíasidodevuelta;yluegodealgunosdías,habiendohechopreparar grandísimos dones para Antígono, le dio licencia de volverse aChipre, dándole al rey con cartas y con embajadores especiales grandísimasgraciasporloquehabíahechoalahija.Ydespuésdeesto,queriendoqueloquecomenzadohabíasidotuvieselugar,esdecir,queellafueselamujerdelreydelAlgarbe,aéstetodohizosaberenteramente,escribiéndoleademásdeelloque,silepluguieratenerla,aporellamandase.

MuchocelebróestoelreydelAlgarbey,mandandohonorablementeaporella,alegrementelarecibió.Yella,queconotrosochohombresunasdiezmilvecessehabíaacostado,asuladoseacostócomodoncella,ylehizocreerqueloera,y,reina,conélalegrementemuchotiempoviviódespués.Yporellosedice:«Bocabesadanopierdefortuna,queserenuevacomolaluna».

NOVELAOCTAVA

ElcondedeAmberes,acusadoenfalso,vaalexilio;dejaadoshijossuyosendiversoslugaresdeInglaterrayél,alvolverdeEscocia,sinser

conocido,losencuentraenbuenestado;entracomopalafreneroenelejércitodelreydeFranciay,reconocidasuinocencia,esrestablecidoen

suprimerestado.

Muchosuspiraron las señoraspor lasdiversasdesventurasde lahermosamujer:pero¿quiénsabequérazónmovíalossuspiros?Talvezlashabíaqueno menos por anhelo de tan frecuentes nupcias que por lástima de ellasuspiraban. Pero dejando esto por el momento presente, habiéndose algunareídopor lasúltimaspalabrasdichasporPánfilo,yviendoporellas la reina

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quesunovelahabíaterminado,vueltahaciaElisa,leimpusoquecontinuaraelordenconunadelassuyas;lacual,alegrementehaciéndolo,comenzó:

Amplísimocampoesésteporelcualhoynosestamospaseando,ynohaynadieque,nounajustasinodiezpudiesecontenderenélasazfácilmentepuestanabundantelohahecholafortunaensusextrañosydolorososcasos;yporello,viniendodeellos,queinfinitosson,acontaralguno,digoque:

Al ser el imperio deRoma de los franceses a los tudescos transportado,nació entre una nación y la otra grandísima enemistad y acerba y continuaguerra,porlacual,tantoparadefendersupaíscomoparaatacaralosotros,elreydeFranciayunhijosuyo,contodalafuerzadesureinoyjuntoconlosamigosyparientesconquieneshacerlopudieron,organizaronungrandísimoejércitoparaircontralosenemigos;yantesdequeaelloprocedieran,paranodejarelreinosingobierno,sabiendoqueGualterio,condedeAmberes,eraunhombrenobleysabioymuyfielamigoyservidorsuyo,yqueaunquetambiéneraconocedordelartedelaguerralesparecíaaellosmásaptoparalascosasdelicadasqueparalasfatigosas,aélenellugardeellosdejaroncomovicariogeneral sobre todo el gobierno del reino de Francia, y se fueron a suscampañas.

Comenzó,pues,Gualterioconjuicioyconordeneloficioencomendado,siempreentodaslascosasconlareinayconsunueraconsultando;yaunquebajo sucustodiay jurisdicciónhubiesen sidodejadas,nomenoscomoa susseñoras y principales en lo que podía las honraba. Era el dicho Gualteriohermosísimodecuerpoydeedaddeunoscuarentaaños,ytanamableycortéscuantomás pudiese serlo hombre noble, y además de todo esto, era elmásgalanteyelmásdelicadocaballeroqueenaqueltiemposeconociese,yelquemásadornadoiba.

Ahora, sucedió que, estando el rey de Francia y su hijo en la guerra yadicha,habiendomuertolamujerdeGualterioyhabiéndoledejadoconunhijovarónyunahija,niñospequeños,ysinnadiemás,frecuentandoéllacortedelasdichasseñorasyhablandoconellasfrecuentementedelasnecesidadesdelreino, lamujerdel hijodel reypusoen él susojosy congrandísimoafectoconsiderandosupersonaysuscostumbres,conocultoamorfervientementeseinflamóporél;yviéndosejovenyfrescayaélsinmujer,pensóqueseríafácilrealizar su deseo.Ypensandoque ninguna cosa se oponía a aquello sino lavergüenzademanifestárselo,sedispusodeltodoadesecharladesí,yestandoun día sola y pareciéndole oportuno, como si otras cosas con él hablarquisiese,mandóaporél.Elconde,cuyopensamientoestabamuylejosdeldela señora, sinningunadilación se fue a donde ella; y sentándose, comoellaquiso,conellasobreunacama,enunacámaralosdossolos,habiéndolayaelconde preguntado sobre la razón por la que le hubiese hecho venir, y ellacallando, finalmente, empujada por el amor, toda roja de vergüenza, casi

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llorandoytemblandotoda,conpalabrasentrecortadas,asícomenzóadecir:

—Carísimoydulceamigoy señormío,vospodéis, comohombre sabio,fácilmenteconocercuántasealafragilidaddeloshombresydelasmujeres,ypordiversasrazonesmásenunaqueenotra;porloquedebidamente,anteunjustojuez,unmismopecadoendiversacualidaddepersonasnodeberecibirlamisma pena. ¿Y quién sería quién dijese que no debiese ser mucho másreprensibleunpobrehombreounapobremujerqueconsu trabajo tuviesenqueganarloquenecesitasenparavivir,sifuesenporelamorestimuladosylosiguiesen, que una señora rica y ociosa y a quien nada que agradase a susdeseos faltara? Creo ciertamente que nadie. Por la razón que juzgo quegrandísimapartedeexcusadebanprestar lasdichascosasdeaquellaque lasposee,siporventurasedejallevaraamar;ylorestantedebetenerloelhaberelegidoaunsabioyvalerosoamador,silohahechoasíaquellaqueama.Lascuales cosas, como quiera que ambas según mi parecer, se dan en mí, yademásdeellasotrasmásqueaamardebeninducirme,comoesmijuventudyelalejamientodemimarido,debenahoravenirenmiayudaaladefensademifogosoamorantevuestraconsideración;ysipuedenloqueenlapresenciadelos sabiosdebenpoder,os ruegoqueconsejoy ayudaen loqueospidameprestéis.Esverdadque,porelalejamientodemimaridonopudiendoyoalosestímulosdelacarnenialafuerzadelamoroponerme(loscualessondetantopoder,quealosfortísimoshombres,noyaalastiernasmujeres,hanvencidomuchasvecesyvencentodoslosdías),estandoyoenlascomodidadesylosociosenquemeveis,asecundarlosplaceresdeamoryaenamorarmemehedejadollevar:ycomotalcosa,sisabidafuese,yosepaquenoeshonesta,nomenos,siendoyestandoescondidaennadalajuzgoserdeshonesta,puesmehasidoAmortancomplacientequenosolamentenomehaquitadoeldebidojuicioalelegirelamantesinoquemuchomehadado,mostrándomequesoisdignovosdeseramadoporunamujertalcomoyo;que,sinomeengaño,osreputo por el más hermoso, el más amable y más galante y el más sabiocaballeroqueenelreinodeFranciapuedaencontrarse;ytalcomoyopuedodecirquesinmaridomeveo,vostambiénsinmujer.Porloqueyoosruego,portangrandeamorcomoeselqueostengo,quenomeneguéiselvuestroyqueseacrecienteconmi juventud, lacualverdaderamente,comoelhieloalfuego,seconsumeporvos.

Alllegaraestaspalabrasleacometierontanabundantementelaslágrimasqueella,quetodavíamásruegosintentabainterponer,notuvomáspoderparahablar,sinoquebajadoelrostroyabatida,llorando,enelsenodelcondedejócaer la cabeza. El conde, que lealísimo caballero era, con gravísimareprimendaempezóareprenderuntanlocoamoryarechazarlaporqueyaalcuelloqueríaechársele,yconjuramentosaafirmarqueprimerosufriríaélserdescuartizadoque tal cosacontra elhonorde su señorni en símismoni enotroconsintiera.Loqueoyendolaseñora,súbitamenteolvidadoelamoryen

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fierofurorencendidadijo:

—¿Será,pues,ruincaballero,deestaguisaescarnecidoporvosmideseo?NoplazcaaDios,puestoquequeréishacermemorir,queyomorirarrojardelmundonooshaga.

Y diciendo así, al punto se echó las manos a los cabellos,enmarañándoselos y descomponiéndoselos todos, y después de habersedesgarradolasvestidurasenelpecho,comenzóagritarfuerte:

—¡Ayuda,ayuda,queelcondedeAmberesquiereforzarme!

Elconde,viendoesto,ytemiendomuchomáslaenvidiadeloscortesanosqueasuconciencia,ytemiendoqueaquéllafueseadarmásfealamaldaddelaseñoraqueasuinocencia,selevantóylomásaprisaquepudo,delacámaraydelpalaciosalióyescapóasucasa,donde,sintomarotroconsejo,pusoasushijos a caballoymontándoseél también, lomásaprisaquepudo se fuehaciaCalais.Al ruidode la señora corrieronmuchos, los cuales, viéndolayoyendo la razón de sus gritos, no solamente por aquello dieron fe a suspalabras,sinoqueañadieronquelagalanuraylaadornadamaneradelcondehabía sidopor él largamentebuscadapara poder llegar a aquello.Se corrió,pues,confuriaalospalaciosdelcondeparaarrestarlo;peronoencontrándolea él, primero los saquearon todos y luego hasta los cimientos los hicieronderribar.

Lanoticia,tantorpecomosecontaba,llegóenlashuestesalreyyalhijo,los cuales, muy airados, a perpetuo exilio a él y a sus descendientescondenaron, grandísimos dones prometiendo a quien vivo o muerto se lollevase. El conde, pesaroso de que, de inocente, al huir, se había hechoculpable, llegadosindarseaconocero serconocido,consushijosaCalais,prestamentepasóa InglaterrayenpobresvestidosfuehaciaLondres,dondeantesdeentrar,conmuchaspalabrasadoctrinóalosdospequeñoshijossuyos,ymáximamenteendoscosas:primera,quepacientementesoportasenelestadopobre al que sin culpa de ellos la fortuna, junto con él, les había llevado, yluego que con toda prudencia se guardasen demanifestar a nadie de dóndeerannihijosdequién,siamabanlavida.

Era el hijo, llamado Luigi, de unos nueve años, y la hija, que tenía pornombreViolante,teníaunossiete,loscuales,segúnloquepermitíasutiernaedad, muy bien comprendieron la lección del padre, y en las obras lomostrarondespués.Yparaqueaquellomejorpudiesehacerselepareciódebercambiarleslosnombres;ylohizoasí,yllamóalvarónPerottoyGiannettaalaniña;yllegadosaLondresconpobresvestidos,delmodoquevemoshaceralospordioserosfranceses,sedieronaandarpidiendolimosna.

Yestandoporacasoentalocupaciónunamañanaenunaiglesia,sucedió

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que una gran dama, que era mujer de uno de los mariscales del rey deInglaterra,al salirde la iglesia,vioalcondeyasusdoshijitosque limosnapedían, al que preguntó de dónde era y si suyos eran aquellos dos niños.Aquien repuso que él era de Picardía y que, por un delito de un hijomayor,había tenido que hacerse vagabundo con aquellos dos, que suyos eran. Ladama,queerapiadosa,pusolosojosenlamuchachaylegustómuchoporquehermosaygentilyagraciadaera,ydijo:

—Buen hombre, si te contentase dejar aquí conmigo a esta hijita tuya,porque buen aspecto tiene, la enseñaré de buena gana, y si se hace mujervirtuosalacasaréeneltiempoqueseaconvenientedemaneraqueestarábien.

Alcondemucholeplugoestapetición,yprestamenterepusoquesí,yconlágrimas se ladioy recomendómucho.Yhabiendoasí colocadoa lahijaysabiendobienaquién,deliberónoquedarseallí,ypidiendolimosnaatravesólaislayconPerottollegóaGalesnosingranfatiga,comoquienaandarapieno está acostumbrado. Allí había otro de los mariscales del rey, que granestadoymuchosservidores tenía,encuyacorteelcondealgunavez,élyelhijo,paratenerdequécomer,muchosedetenían.Yestandoenellaalgúnhijodel dichomariscal y otrosmuchachos de gente noble, y jugando a algunosjuegosdemuchachoscomodecorrerydesaltar,Perottocomenzóamezclarsecon ellos y a hacerlo tan diestramente, o más, que cualquiera de los otroshiciesealgunadelaspruebasqueentreellossehacían.Loqueviendoalgunavez elmariscal, y gustándolemucho lamanera y losmodos delmuchacho,preguntóquequiénfuese.Lefuedichoqueerahijodeunpobrehombrequealgunavezporlimosnaveníaalláadentro.

Alcualelmariscalselohizopediryelconde,comoquienaDiosotracosano rogaba, libremente se lo concedió, por mucho disgusto que le causasesepararsedeél.Teniendo,pues,elcondeelhijoylahijacolocados,pensóquemás no quería quedarse en Inglaterra sino que comomejor pudo se pasó aIrlanda, y llegado a Stanford, con un caballero de un conde campesino secolocó como criado, todas aquellas cosas haciendo que a un criado o a unpalafreneropuedenconvenir;yallísinsernuncapornadieconocido,conasazdisgustoyfatigasequedólargotiempo.

Violante,llamadaGiannetta,conlanobleseñoraenLondresfuecreciendoenañosyenpersonayenbelleza,yentantofavordelaseñoraydesumaridoydecualquieraotrodelacasaydequienquieraquelaconociese,queeracosamaravillosadever;ynohabíanadiequesuscostumbresysusmanerasmirasequenodijesequedebíaserdignadetodograndísimobienyhonor.Porlacualcosa,lanobleseñoraquelahabíarecibidodesupadre,sinhaberpodidonuncasaberquiéneraéldeotramaneraqueporloqueéldecía,sehabíapropuestocasarlahonradamentesegúnlacondicióndequeestimabaqueera.PeroDios,justoprotectorde losméritosde losdemás,sabiendoqueeramujernoble,y

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llevabasinculpalapenitenciadelpecadoajeno,lodispusodeotramanera:ypara que amanos de un hombre vil no viniese la noble joven, debe creerseque,loquesucedió,Élporsumisericordialopermitió.TeníalanobleseñoraconlaqueGiannettavivíaunúnicohijodesumaridoaquienellayelpadresumamenteamaban,tantoporqueerasuhijocomoporqueporvirtudyméritoslovalía,comoquienmásquenadiecortésyvalerosoyarroganteyhermosodecuerpo era. El cual, teniendo unos seis años más que Giannetta y viéndolahermosísimaygraciosa, tanto se enamoróde ella quemás allá de ella nadaveía.

Y porque imaginaba que debía ser de baja condición, no solamente noosaba pedirla a su padre y a su madre por mujer, sino que temiendo serreprendidoporhabersepuestoaamarbajamente,cuantopodíasuamorteníaescondido. Por la cual cosa, mucho más que si descubierto lo hubiera, loestimulaba; y ocurrió que por exceso de angustia enfermó, y gravemente.Habiendosidollamadosvariosmédicosasucuidado,yhabiendounsignoyotro observado en él y no pudiendo su enfermedad conocer, todos juntosdesesperabandesusalvación;porloqueelpadreylamadredeljoventeníantantodolorymelancolíaquemayornohabríapodidotenerse;ymuchasvecesconpiadosos ruegos lepreguntaban la razóndesumal,a losqueosuspirosporrespuestadabaoquetodosesentíadesfallecer.

Sucedióundíaque,estandosentadojuntoaélunmédicoasazjoven,peroen cienciamuy profundo, y teniéndole cogido por el brazo en aquella partedondebuscanelpulso,Giannetta,que,porrespetoporlamadre,solícitamenteleservía,poralgunarazónentróenlacámaraenlaqueeljovenestabaechado.Alacual,cuandoeljovenvio,sinningunapalabraoademánhacer,sintióconmás fuerza en el corazón el amoroso ardor, por lo que el pulsomás fuertecomenzóa latirlede loacostumbrado; loqueelmédicosintió incontinentiymaravillóse, y estuvo quedo por ver cuánto aquel latir durase. Al salirGiannettadelacámaraellatirsecalmó:porloqueleparecióalmédicohaberentendidoalgodelarazóndelaenfermedaddeljoven;ypocodespués,comosi algo quisiera preguntar a Giannetta, siempre teniendo al enfermo por elbrazo, lahizo llamar.A loqueellavino incontinenti;nohabíaentradoen lacámaracuandoel latirdelpulsovolvióal joven,ypartidaella,cesó.Con loque,pareciendoalmédicotenerplenacerteza,levantóseyllevandoapartealpadreyalamadredeljoven,lesdijo:

—LasaluddevuestrohijonoenlosremediosdelosmédicossinoenlasmanosdeGiannettaestá,alacual,talcomoheconocidomanifiestamenteporciertossignos,eljovenamaardientementeaunqueellanosehayadadocuentaporloqueyoveo.Sabéisyaloquetenéisquehacersisuvidaosesquerida.

Elnoble señory sumujer, oyendoesto, sepusieron contentos en cuantoalgúnmodoseencontrabaparasusalvación,aunquemucholespesasequelo

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que temían fuera aquello, esto es, tener que dar a Giannetta a su hijo poresposa.Ellos,pues,partidoelmédico,sefueronalenfermo,ydíjolelaseñoraasí:

—Hijomío, no habría yo creído nunca queme escondieses algún deseotuyo,yespecialmenteviéndote,pornotenerlo,desfallecer,porloquedebíasestarcierto,ydebes,quenadahayqueporcontentartehacerpudiese,aunquemenosquehonestofuera,quecomopormímismanolohiciese;peropuesquelohashechoasíhasucedidoqueNuestroSeñorsehacompadecidodetimásquetúmismo,yparaquedeestaenfermedadnotemuerasmehamostradolarazón de tumal, que no es otra cosa que un excesivo amor que sientes poralgunajoven,seaquienseaella.Yenverdad,demanifestarestonodeberíasavergonzarte porque tu edad lo pide, y si no estuvieras enamorado yo tetendríaenbastantepoco.Porloque,hijomío,noteescondasdemísinoqueconconfianzadescúbremetodotudeseo,ylamelancolíayelpensamientoquetienes y del que esta enfermedad procede, arrójalos fuera, y consuélate ypersuádetedequenadahabráporsatisfaccióntuya,quetúmeimpongas,queyono haga si está enmi poder, comoquienmás te amaque a la vidamía.Desechalavergüenzayeltemor,ydimesipuedoportuamorhaceralgo;ysinoencuentrasqueseasolícitaenelloylogretalefectotenmeporlamáscruelmadrequehaparidounhijo.

El joven, oyendo las palabras de lamadre, primero se avergonzó; luego,pensando que nadiemejor que ella podría satisfacer su placer, desechada lavergüenza,ledijoasí:

—Madama, nadame ha hecho teneros escondidomi amor sino habermeapercibidodequelamayoríadelaspersonas,despuésdequeentranenaños,de haber sido jóvenes no quieren acordarse. Pero pues que en esto os veodiscreta, no solamente no negaré que es verdad aquello de que os habéisapercibido,sinoqueosharémanifiestodequién;contalcondicióndequeelefecto siga a vuestra promesa en todo cuanto esté en vuestro poder y asípodréissanarme.

Aloquelaseñora,confiandodemasiadoenquedebíasucederenlaformaenqueellamismapensaba,librementerepusoqueconconfianzasupecholeabriese,queellasintardanzaalgunasepondríaaactuarparaqueélsuplacertuviera.

—Madama —dijo entonces el joven—, la alta hermosura y las loablesmanerasdenuestraGiannettayelnopodermanifestárselonihacerlaapiadarsedemiamoryelnohaberosadojamásmanifestarloanadiemehanconducidodondemeveis:ysiloquemehabéisprometidodeunmodouotronosesigue,estaosporseguradequemividaserábreve.

La señora, a quien más parecía momento aquel de consuelo que de

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reprensiones,sonriendodijo:

—¡Ay,hijomío!,¿asíqueporesto tehasdejadoenfermar?Consuélateydéjameamíhacer,puescuradoserás.

El joven, lleno de esperanza, en brevísimo tiempo mostró signos degrandísimamejoría,porloquelaseñora,muycontenta,sedispusoaintentarelmodoenquepudieracumplirse loqueprometido lehabía;y llamandoundía aGiannetta, conbromasy asazdiscretamente le preguntó si tenía algúnamador.Giannetta,todacolorada,repuso:

—Madama,aunadoncellapobreyechadadesucasa,comosoyyo,yqueestá al servicio ajeno, como hago yo, no se le pide ni le está bien servir aAmor.

Aloquelaseñoradijo:

—Puessino lo tenéis,queremosdarosuno,conelquecontentaviváisymásosdeleitéisconvuestrabeldad,porquenoesconvenientequetanhermosadamiselacomovossoisestésinamante.

AloqueGiannettarepuso:

—Madama,vos sacándomede lapobrezademipadre,mehabéis criadocomohija,yporellodebohacertodovuestrogusto;peronooscomplaceréenesto, creyendo queme hago bien. Si os place darmemarido, a él entiendoamar pero no a otro; porque si de la herencia de mis abuelos nada me haquedadosinolahonra,entiendoguardarlayobservarlacuantomividadure.

Estas palabras parecieron a la señora muy contrarias a lo que queríaconseguir para cumplir la promesa hecha a su hijo, aunque, como mujerdiscreta,muchoestimaseensuinterioraladoncella;ydijo:

—Cómo,Giannetta, simonseñorel rey,quees jovencaballero,y túereshermosísimadoncella,buscaseentuamoralgúnplacer,¿selonegarías?

Yellasúbitamentelerespondió:

—Forzarmepodríaelrey,peronuncaconmiconsentimiento,sinoloquefuerahonesto,podríatener.

La dama, comprendiendo cuál fuese su ánimo, dejó de hablar y pensóponerlaaprueba;yledijoasuhijoque,encuantoestuvieracurado,laharíaircon él a una cámara y que él se ingeniase en conseguir de ella su placer,diciendoqueleparecíadeshonesto,aguisadealcahueta,hablarporelhijoyrogarasudoncella.Conloqueeljovennoestuvocontentoenningunaguisayde súbito empeoró gravemente; lo que viendo la señora, manifestó suintenciónaGiannettapero,encontrándolamásconstantequenunca,contandoa su marido lo que había hecho, aunque duro les pareciese, de mutuo

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consentimientodeliberarondárselaporesposa,queriendomejorasuhijovivocon mujer que no le correspondía que muerto sin ninguna; y así, luego demuchashistorias,lohicieron.ConloqueGiannettaestuvomuycontentayconpiadosocorazónagradecióaDiosquenolahabíaolvidado;pero,contodo,nodijonuncaqueerasinohijadeunpicardo.Eljovencuróycelebrólasnupciasmáscontentoqueningúnotrohombre,yempezóadarsebuenavidaconella.

Perotto, que se había quedado en Gales con el mariscal del rey deInglaterra, igualmente creciendo halló la gracia de su señor y se hizohermosísimodepersonaygallardocuantocualquieraotroquehubieseen laisla,tantoquenienlostorneosnienlasjustasniencualquierotrohechodearmashabíanadieenelpaísquevalieseloqueél;porloqueportodos,quelellamabanPerottoelpicardo,eraconocidoyfamoso.YasícomoDiosnohabíaolvidado a su hermana, así demostró igualmente tenerlo a él en elpensamiento; porque, sobrevenida en aquella comarca una pestilentemortandad,alamitaddelagentesellevóconsigo,sincontarquegrandísimapartedelosquequedaronhuyeron,pormiedo,aotrascomarcas,porloqueelpaístodoparecíaabandonado.

Enlacualmortandadelmariscalsuseñorysumujeryunhijosuyoyotrosmuchoshermanosysobrinosyparientestodosmurieron,ynoquedósinounadoncella ya en edad de casarse, y con algunos otros servidores Perotto. Alcual,cesadauntantolapestilencia,ladoncella,porqueerahombrehonradoyvaleroso, con placer y con el consejo de algunos campesinos que habíanquedadovivos,pormaridolotomó,ydetodoaquelloqueaellaporherenciale había correspondido, le hizo señor; y poco tiempo pasó hasta que,enterándoseelreydeInglaterradequeelmariscalhabíamuerto,yconociendoelvalordePerottoelpicardo,enel lugardelquemuertohabía lopusoy lohizomariscalsuyo.Yasí,enbreve,fuedelosdoshijosdelcondedeAmberes,dejadosporélcomoperdidos.

Ya había pasado el año decimoctavo desde que el conde de Amberes,huyendo,sehabía idodeParíscuando,habitantede Irlandaél,habiendo,enunavidaasazmísera,sufridomuchascosas,viéndoseyaviejo,levinoeldeseode saber, si pudiese, lo que hubiera sucedido con sus hijos. Por lo que, porcompletoenelaspectoquesolerteníaviéndosecambiado,ysintiéndoseporelmuchoejerciciomásfuertedecuerpodeloqueeracuandojovenviviendoenelocio,partió,asazpobreymalvestido,dedondelargamentehabíaestadoysefueaInglaterrayalládondeaPerottohabíadejadosefue,yencontróqueésteeramariscalygranseñor,yloviosanoyfuerteyhermosoensuaspecto;lo que le agradó mucho, pero no quiso darse a conocer hasta que hubierasabidoquéhabíasidodeGiannetta.

Por loque,poniéndoseencamino,nodescansóhasta llegaraLondres;yallípreguntandocautamenteporlaseñoraaquienhabíadejadosuhijaporsu

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estado,encontróaGiannettamujerdelhijo,loquemucholeplugo;ytodassusadversidadespretéritasreputóporpequeñaspuestoquevivoshabíaencontradoasushijosyenbuenestado.Ydeseosodepoderlaverempezó,comopobre,aacercarsejuntoasucasa,donde,viéndoleundíaGiachettoLamiens,queasísellamabaelmaridodeGiannetta,teniendocompasióndeélporquepobreyviejolovio,mandóaunodelossirvientesqueasucasalollevaseylehicieradardecomerporDios;loqueelsirvientehizodebuenagana.

HabíaGiannetta tenidoyadeGiachettovarioshijos,de losqueelmayornoteníamásdeochoaños,yeranlosmáshermososylosmásgraciososniñosdel mundo; los cuales, como vieron comer al conde, todos juntos se lepusieronenderredoryempezaronahacerlefiestas,comosiporocultavirtudhubiesen conocido que aquél era su abuelo. El cual, sabiendo que eran susnietos,empezóademostrarlesamoryahacerlescaricias;porloquelosniñosde él no querían separarse, pormuchoque quien atienda a su vigilancia lesllamase.PorloqueGiannetta,oyéndolo,saliódeunacámarayvinoallídondeelconde,amenazándolesconpegarlossiloquesumaestroqueríanohiciesen.Losniñosempezaronalloraryadecirquequeríanquedarseconaquelhombrehonrado,quelesqueríamásquesumaestro;deloquelaseñorayelcondeserieron.Sehabíalevantadoelconde,noaguisadepadresinodemendigo,parasaludaralahijacomoaseñorayunmaravillosoplaceralverlahabíasentidoenelalma.

Peroellanientoncesnidespués leconocióennada,porquesobremaneraestaba cambiado de lo que ser solía, como quien viejo y canoso y barbudoestaba,ymagroymorenovuelto,ymásotrapersonaparecíaqueelconde.Yviendolaseñoraquelosniñosnoqueríansepararsedeél,sinoquealquererlosseparar lloraban, dijo al maestro que un rato los dejase quedarse. Estando,pues, los niños con el hombre honrado, sucedió que el padre de Giachettovolvió,yporelmaestroseenteródeaquello;porloque,comodespreciabaaGiannetta,dijo:

—DejadlosconlamalaventuraqueDioslesdé,quesonimagendedondehannacido:porsumadredesciendendevagabundosynohayquemaravillarsesiconlosvagabundoslesgustaestar.

Estaspalabrasescuchóelconde,ymucholedolieron;peroencogiéndosedehombrossufrióaquellainjuriacomomuchasotrashabíasufrido.Giachetto,queoídohabíalasfiestasqueloshijoshacíanalhombrehonrado,esdeciralconde,aunqueledesagradó,tantolesamabaque,antesdeverlosllorarmandóque si el hombre honrado quisiera quedarse para hacer algún servicio, quefueserecibido.Elcualrespondióquesequedabadebuenaganaperoqueotracosa no sabía hacer sino cuidar caballos, a lo que toda su vida estabaacostumbrado.Dándole,pues,uncaballo,cuandolohabíaatendido,seponíaajugarconlosniños.

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MientraslafortunadeestaguisaquesehacontadoconducíaalcondedeAmberes y a sus hijos, sucedió que el rey de Francia, concertadas muchastreguasconlosalemanes,murió,yensulugarfuecoronadoelhijodequieneramujer aquélla por quien el conde había sido perseguido. Éste, habiendoexpirado la última tregua con los tudescos, comenzó de nuevo muy crudaguerra; en cuya ayuda, como de nuevo pariente, el rey de InglaterramandómuchagentebajolasórdenesdePerottosumariscalydeGiachettoLamiens,hijodelotromariscal:conelcual,elhombrehonrado,esdecirelconde,fue,ysin ser reconocidopornadie sequedóenel ejércitopor largoespacio comopalafrenero,yallí,comohombredepro,conconsejosyobras,másdeloquelecorrespondíaprestóayuda.

Sucediódurante laguerraque lareinadeFranciaenfermógravemente;yconociendoellamismaque ibaamorir, arrepentidade todos suspecados seconfesódevotamenteconelarzobispodeRouen,queportodoseratenidoporhombrebuenoysantísimo,yentre losdemáspecados lecontóelgrandañoque por su culpa había sufrido el conde de Amberes. Y no solamente secontentócondecirlo,sinoquedelantedemuchosotroshombresdeprocontótodocomohabíasucedido,rogándolesqueconelreyintercediesenparaquealconde, si estaba vivo, y si no a alguno de sus hijos se les restituyese en suestado;ymuchodespués,yafinadasuvida,honrosamentefuesepultada.

Ycontándole al rey su confesión,despuésde algunosdolorosos suspirosporlasinjuriashechassinrazónalvalerosohombre,lemovióahacerpublicarportodoelejército,yademásenotrasmuchaspartes,elbandodequeaquiensobre el conde de Amberes o alguno de sus hijos le diese noticias,maravillosamente por cada uno sería recompensado, porque él lo tenía porinocentedeaquelloquelehabíahechoexpatriarseporlaconfesiónhechaporlareinayentendíarestituirleenelestadoqueteníayaúnenmayor.Lascualescosasoyendoelcondetransformadoenpalafreneroycomprendiendoqueeranverdad,súbitamentefueaGiachettoylerogóqueconélyconPerottofueseporquequeríamostrarles loqueel reyandababuscando.Reunidos,pues, lostres,dijoelcondeaPerotto,queyateníaelpensamientoendescubrirse:

—Perotto,Giachettoqueaquíestátieneatuhermanapormujer;ynuncatuvoningunadote;yporello,paraquetuhermananoestésindote,entiendoqueseaélynootroquienobtengaelbeneficioqueelreyprometequeestangrande,porti,ytedeclarecomohijodelcondedeAmberes,yporViolante,tuhermanaysumujer,ypormí,queelcondedeAmberesyvuestropadresoy.

Perotto, oyendo esto y mirándole fijamente, enseguida lo reconoció, yllorandosearrojóasuspiesyloabrazódiciendo:

—¡Padremío,seáismuybienvenido!

Giachetto,oyendoprimeroloquehabíadichoelcondeyviendoluegolo

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que Perotto hacía, fue acometido en un punto por tanta maravilla y tantaalegría que apenas sabía qué se debía hacer; pero dando fe a las palabras yavergonzándose mucho de las palabras injuriosas que había usado con elcondepalafrenero, llorandosedejócaerasuspiesyhumildementede todaslas ofensas pasadas le pidió perdón; lo que el conde, muy benignamente,levantándoloenpie,leconcedió.Yluegodequelosvarioscasosdecadaunose hubieron contado los tres, y habiendo llorado y habiéndose regocijadomucho juntos, queriendo Perotto y Giachetto vestir al conde, de ningunamaneralosufrió,sinoquequisoque,teniendoprimeroGiachettolaseguridadde obtener la recompensa prometida, tal como estaba y en aquel hábito depalafrenero,parahacerlomásavergonzarse,selollevase.

Giachetto, pues, con el conde y con Perotto se presentó al rey y ofrecióllevarle al conde y a su hijo si, según el bando publicado, quisierarecompensarle.Elreyprestamentehizotraerunamaravillosarecompensaantelos ojos deGiachetto ymandó que se la llevase si con verdad lemostraba,como prometía, al conde y a sus hijos.Giachetto entonces, retrocediendo yhaciendoponerdelantedeélalcondesupalafreneroyaPerottodijo:

—Monseñor,heaquíalpadreyalhijo;lahija,queesmimujerynoestáaquí,prontovendráconlaayudadeDios.

Elrey,oyendoaquello,miróalconde,ypormuycambiadoqueestuvieradeloquesersolía,sinembargoluegodehaberlomiradountantoloreconoció,yconlágrimasenlosojosaél,quearrodilladoestaba,lehizoponerenpieyloabrazóylobesó,yamigablementerecibióaPerotto;ymandóqueincontinentielcondeconvestidos,servidoresycaballosyarnesesfueseconvenientementeprovisto, según requería sunobleza; la cual cosa inmediatamente fuehecha.Ademásdeesto,muchohonróelreyaGiachettoyquisosabertodosobresusaventuraspretéritas.YcuandoGiachettotomólasaltasrecompensasporhabermostradoalcondeyasushijos,ledijoelconde:

—Tomaestosdonesde lamagnificenciademonseñorel rey,yacuérdatededecir a tupadreque tushijos, nietos suyosymíos,no sonpor sumadrenacidosdevagabundo.

Giachetto tomó los dones e hizo venir a París a sumujer y a su suegra;vinolamujerdePerotto;yallíengrandísimafiestaestuvieronconelconde,alcual el reyhabía restituido todos susbienesy lehabíahechomásde loqueantesfuese;después,cadaunoconsuveniasevolvióasucasa,yélhastalamuertevivióenParísconmáshonorquenunca.

NOVELANOVENA

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BernabódeGénova,engañadoporAmbruogiuolo,pierdelosuyoymandamatarasumujer,inocente;éstasesalvay,enhábitodehombre,sirvealsultán;encuentraalengañadoryconduceaBernabóaAlejandríadonde,castigadoelengañador,volviendoatomarhábitodemujer,conel

maridoyricosvuelvenaGénova.

Habiendo Elisa con su lastimera historia cumplido su deber, la reinaFilomena,quehermosayaltadeestaturaera,másqueningunaotraamableysonrientederostro,recogiéndoseensímismadijo:

—ElpactohechoconDioneodebeserrespetadoy,así,noquedandomásqueélyqueyopornovelar,diréyomihistoriaprimeroyél,comolopidiópormerced,seráelúltimoqueladiga.

Ydichoesto,asícomenzó:

Sesueledecirfrecuentementeentrelagentecomúnelproverbiodequeelburladoresasuvezburlado;loquenoparecequepuedademostrarsequeesverdadmedianteninguna explicación sinopor los casosque suceden.Yporello,sinabandonarelasuntopropuesto,mehavenidoeldeseodedemostrarosal mismo tiempo que esto es tal como se dice; y no os será desagradablehaberlooído,paraquedelosengañadoresossepáisguardar.

HabíaenParís,enunalbergue,unoscuantosimportantísimosmercaderesitalianos, cuál por un asunto cuál por otro, según lo que es su costumbre; yhabiendo cenado una noche todos alegremente, empezaron a hablar dedistintas cosas, y pasandodeuna conversación enotra, llegaron a hablar desusmujeres, aquienesen sus casashabíandejado;ybromeandocomenzóadeciruno:

—Yonoséloqueharálamía,perosísébienque,cuandoaquísemeponepordelantealgunajovencillaquemeplazca,dejoaunladoelamorquetengoamimujerygozodeellaelplacerquepuedo.

Otrorepuso:

—Yyolomismohago,porquesicreoquemimujeralgunaaventuratiene,la tiene, y si no lo creo, también la tiene; y por ello, lo que se hace que sehaga:loqueelburrodacontralapared,esorecibe.

El tercero llegó, hablando, a la mismísima opinión: y, en breve, todosparecía que estuviesen de acuerdo en que las mujeres por ellos dejadas noperdíaneltiempo.Unosolamente,queteníapornombreBernabóLomellindeGénova,dijolocontrario,afirmandoqueél,porespecialgraciadeDios,teníaporesposaalamujermáscumplidaentodasaquellasvirtudesquemujeroauncaballero, en gran parte, o doncella puede tener, que tal vez en Italia no

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hubieraotraigual:porqueerahermosadecuerpoytodavíabastantejoven,ydiestrayfuerte,ynadahabíaquefuesepropiodemujer,comobordarlaboresdesedaycosassemejantes,quenohiciesemejorqueninguna.Ademásdeestono había escudero, o servidor si queremos llamarlo así, que pudieraencontrarsequemejoromásdiestramentesirviesealamesadeunseñordeloqueellaservía,comoqueeramuycortés,muysabíaydiscreta.Juntoaesto,alabóquesabíamontaracaballo,gobernarunhalcón,leeryescribirycontarunahistoriamejorquesifueseunmercader;ydeesto,luegodeotrasmuchasalabanzas,llegóaloquesehablabaallí,afirmandoconjuramentoqueningunamáshonestanimáscastasepodíaencontrarqueella;porlocualcreíaélque,sidiezañososiempreestuviesefueradecasa,ellanoseentenderíaconotrohombreentalesasuntos.

HabíaentreestosmercaderesqueasíhablabanunjovenmercaderllamadoAmbruogiuolodePiacenza,elcualaestaúltimaalabanzaqueBernabóhabíahecho de su mujer empezó a dar las mayores risotadas del mundo, yjactándose le preguntó si el emperador le había concedido aquel privilegiosobre todos los demás hombres. Bernabó, un tanto airadillo, dijo que no elemperadorsinoDios,quienteníaalgomásdepoderqueelemperador,lehabíaconcedidoaquellagracia.EntoncesdijoAmbruogiuolo:

—Bernabó,yonodudoquenocreasdecirverdad,peroaloquemeparece,hasmiradopocolanaturalezadelascosas,porquesilahubiesesmirado,notecreodetantorpeingenioquenohubiesesconocidoenellacosasqueteharíanhablarmáscautamente sobreesteasunto.Yparaquenocreasquenosotros,quemuy libremente hemos hablado de nuestrasmujeres, creamos tener otramujerohechadeotramaneraquetú,sinoquehemoshabladoasímovidosporuna natural sagacidad, quiero hablar un poco contigo sobre esta materia.Siempreheentendidoqueelhombreeselanimalmásnobleque fuecreadopor Dios entre los mortales, y luego la mujer; pero el hombre, tal comogeneralmente se cree y ve en las obras, es más perfecto y teniendo másperfección, sin falta debe tener mayor firmeza, y la tiene por lo queuniversalmente las mujeres son más volubles, y el porqué se podría pormuchasrazonesnaturalesdemostrar;quealpresenteentiendodejaraunlado.Sielhombre,queesdemayorfirmeza,nopuedeserquenocondescienda,nodigamosaunaqueseloruegue,sinoanodesearaalgunaqueaélleplazca,yademásdedesearlaahacertodoloquepuedaparapoderestarconella,yellono una vez al mes sino mil al día le sucede, ¿qué esperas que una mujer,naturalmentevoluble,puedahacerantelosruegos,lasadulacionesymilotrasmaneras que use un hombre entendido que la ame? ¿Crees que puedacontenerse?Ciertamente,aunqueloafirmesnocreoquelocreas;ytúmismodicesquetuesposaesmujeryqueesdecarneyhuesocomosonlasotras.Porlo que, si es así, aquellosmismos deseos deben ser los suyos y lasmismasfuerzasquetienenlasotraspararesistiralosnaturalesapetitos;porloquees

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posible, aunque sea honestísima, que haga lo que hacen las demás: y no esposiblenegarnadatanabsolutamenteniafirmarsucontrariocomotúlohaces.

AloqueBernabórepusoydijo:

—Yosoymercaderynofilósofo,ycomomercaderresponderé;ydigoqueséqueloquediceslespuedesucedera lasnecias,enlasquenohayningúnpudor;peroqueaquellasquesabiassontienentantasolicitudporsuhonorquese hacen más fuertes que los hombres, que no se preocupan de él, paraguardarlo,ydeéstaseslamía.

DijoentoncesAmbruogiuolo:

—Verdaderamente si por cada vez que cediesen en tales asuntos lescrecieseuncuernoenlafrente,quediese testimoniodeloquehabíanhechocreoyoquepocashabríaquecediesen,perocomoelcuernononace,noselesnotaalasquesondiscretasnipisadanihuellaylavergüenzayendeshonornoestánsinoenlascosasmanifiestas;porloque,cuandopuedenocultamentelashacen,olasdejanpornecedad.Ytenestoporcierto;quesóloescastalaquenofuepornadierogada,osirogóella,laquenofueescuchada.Yaunqueyoconozcapornaturalesydiversasrazonesquelascosassonasí,nohablaríatancumplidamentecomolohagosinohubiesemuchasvecesyamuchaspuestoaprueba;ytedigoquesiyoestuviesejuntoaesatusantísimaesposa,creoqueenpocoespaciodetiempolallevaríaaloqueyahellevadoaotras.

Bernabó,airado,repuso:

—Elcontender conpalabraspodría extendersedemasiado: túdiríasyyodiría,yal finalnoserviríadenada.Peropuestoquedicesque todasson tanplegablesyquetuingenioestanto,paraqueteaseguresdelahonestidaddemimujer estoy dispuesto a queme corten la cabeza si jamás a algo que teplazca en tal asunto puedas conducirla; y si no puedes no quiero sino quepierdasmilflorinesdeoro.

Ambruogiuolo,yacalentadosobreelasunto,repuso:

—Bernabó,noséquéibaahacercontusangresiteganase;perosiquierestenerunapruebadeloqueteheexplicado,apuestacincomilflorinesdeorodelostuyos,quedebensertemenosqueridosquelacabeza,contramildelosmíos, y aunque no pongas ningún límite, quiero obligarme a ir aGénova yantesdetresmesesluegodequemehayaido,haberhechomivoluntadcontumujer,yenseñaldeellotraerconmigoalgunasdesuscosasmásqueridas,ytalesy tantos indiciosquetúmismoconfiesesqueesverdad,acondicióndequemedestupalabradenoveniraGénovaantesdeestelímiteniescribirlenadasobreesteasunto.

Bernabódijoqueleplacíamucho;yaunquelosotrosmercaderesqueallí

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estabanseingeniasenenestorbaraquelhecho,conociendoquegranmalpodíanacer de él, estaban sin embargo tan encendidos los ánimos de los dosmercaderesque,contra lavoluntadde losotros,porbuenosescritosconsuspropiasmanossecomprometieronelunoconelotro.Yhechoelcompromiso,BernabósequedóyAmbruogiuololoantesquepudosevinoaGénova.

Y quedándose allí algunos días y con mucha cautela informándose delnombredelbarrioydelascostumbresdelaseñora,aquelloymásoyóquelehabíaoídoaBernabó;porloqueleparecióhaberemprendidoneciaempresa.Perosinembargo,habiendoconocidoaunapobremujerquemuchoibaasucasayalaquelaseñoraqueríamucho,nopudiéndolainduciraotracosa,lacorrompió con dineros y por ella, dentro de un arca construida para supropósito,sehizollevarnosolamentealacasasinotambiénalaalcobadelanobleseñora:yallí,comosiaalgunapartequisieseirselabuenamujer,segúnlasórdenesdadasporAmbruogiuolo,lepidióquelaguardasealgunosdías.

Quedándose, pues, el arca en la cámara y llegada la noche, cuandoAmbruogiuolo pensó que la señora dormía, abriéndola con ciertosinstrumentos que llevaba, salió a la alcoba silenciosamente, en la que habíaunaluzencendida;porlocual lasituacióndelacámara, laspinturasytodaslasdemáscosasnotablesqueenellahabíaempezóamiraryaguardarensumemoria. Luego, aproximándose a la cama y viendo que la señora y unamuchachitaqueconellaestabadormíanprofundamente,despacioladescubriótodayvioqueera tanhermosadesnudacomovestida,yninguna señalparapoder contarla levio fueradeunaque tenía en la teta izquierda,queeraunlunaralrededordelcualhabíaalgunospelillosrubioscomoeloro;yvistoesto,calladamente la volvió a tapar, aunque, viéndola tan hermosa, las ganas ledierondeaventurarsuvidayacostárseleallado.

Perocomohabíaoídoqueeratanrigurosayagresteenaquellosasuntosnosearriesgóy,quedándoselamayorpartedelanocheporlaalcobaasugusto,unabolsayunasayasacódeuncofre suyo,yunosanillosyuncinturón,yponiendotodoaquelloensuarca,éltambiénsemetióenella,ylacerrócomoestabaantes:ylomismohizodosnochessinquelaseñorasedieracuentadenada.Llegadoeltercerdía,segúnlaordendada,labuenamujervolvióaporsu arca, y se la llevó allí de donde la había traído; saliendo de la cualAmbruogiuolo y contentando a lamujer según le había prometido, lo antesquepudoconaquellascosassevolvióaParísantesdeltérminoquesehabíapuesto.

Allí,llamandoalosmercaderesquehabíanestadopresentesalaspalabrasya lasapuestas, estandopresenteBernabódijoquehabíaganado laapuestaquehabíahecho,puestoquehabíalogradoaquellodeloquesehabíagloriado:y de que ello era verdad, primeramente dibujó la forma de la alcoba y laspinturas que en ella había, y luego mostró las cosas de ella que se había

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llevadoconsigo,afirmandoqueselashabíadado.ConfesóBernabóquetalerala cámara como decía y que, además, reconocía que aquellas cosasverdaderamente habían sido de su mujer; pero dijo que había podido poralgunosde los criadosde la casa saber las característicasde la alcobaydelmismomodohaberconseguidolascosas;porloque,sinodecíanadamás,nole parecía que aquello bastase para darse por ganador. Por lo queAmbruogiuolodijo:

—Enverdadqueestodebíabastar;perocomoquieresquedigaalgomás,lo diré. Te digo que la señora Zinevra, tu mujer, tiene debajo de la tetaizquierda un lunar grandecillo, alrededor del cual hay unos pelillos rubioscomoeloro.

CuandoBernabóoyóesto,leparecióquelehabíanhundidouncuchilloenelcorazón, taldolor sintió,yconel rostrodemudado,aúnsindecirpalabra,dio señales asaz manifiestas de ser verdad lo que Ambruogiuolo decía; ydespuésdeunpocodijo:

—Señores, lo que dice Ambruogiuolo es verdad, y por ello, habiendoganado,quevengacuandoleplazcayserápagado.

Yasí fuealdíasiguienteAmbruogiuoloenteramentepagado:yBernabó,saliendodeParís,concruelesdesignioscontrasumujer,haciaGénovasevino.Y acercándose allí, no quiso entrar en ella sino que se quedó a unas veintemillas en una de sus posesiones; y a un servidor suyo, de quienmucho sefiaba,condoscaballosyconsuscartasmandóaGénova,escribiéndolea laseñora que había vuelto y que viniera a su encuentro: al cual servidorsecretamente le ordenó que, cuando estuviese con la señora en el lugar quemejorlepareciese,sinfaltalamataseyvolvieseadondeestabaél.

Llegado, pues, el servidor a Génova y entregadas las cartas y hecha suembajada, fue por la señora con gran fiesta recibido; y ella a la mañanasiguiente,montando con el servidor a caballo, hacia su posesión se puso encamino;ycaminandojuntosyhablandodediversascosas,llegaronaunvallemuy profundo y solitario y rodeado por altas rocas y árboles; el cual,pareciéndole al servidor un lugar donde podía con seguridad cumplir elmandatodesuseñor,sacandofueraelcuchilloycogiendoalaseñoraporelbrazodijo:

—Señora,encomendadvuestraalmaaDios,que,sinproseguiradelante,esnecesarioquemuráis.

Laseñora,viendoelcuchilloyoyendolaspalabras,todaespantada,dijo:

—¡Merced,porDios!Antesdequemematesdimeenquéteheofendidoparaquedebasmatarme.

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—Señora—dijoelservidor—,amínomehabéisofendidoennada:peroenquéhayáisofendidoavuestromaridoyono losé,sinoqueélmemandóque, sin teneros ningunamisericordia, en este camino osmatase: y si no lohicierameamenazóconhacermecolgar.Sabéisbienquéobligadoleestoyyqueacualquiercosaqueélmeordenenopuedodecirlequeno:sabeDiosqueporvossientocompasión,peronopuedohacerotracosa.

Aloquelaseñora,llorando,dijo:

—¡Ay,mercedporDios!,noquierasconvertirteenhomicidadequiennoteofendióporserviraotro.Dios,quetodolosabe,sabequenohicenuncanadapor lo cual deba recibir tal pago de mi marido. Pero dejemos ahora esto;puedes,siquieres,alavezagradaraDios,atuseñoryamídeestamanera:quecojasestasropasmías,ydamesolamentetujubónyunacapa,yconellasvuelveatuseñoryelmíoydilequemehasmatado;ytejuroporlasalvaciónquemehayasdadoquemealejaréymeiréaalgúnlugardondenuncaniatiniaélenestascomarcasllegaránoticiademí.

Elservidor,quecontrasugustolamataba,fácilmentesecompadeció;porlo que, tomando sus paños y dándole un juboncillo suyo y una capa concapuchón, y dejándole algunos dineros que ella tenía, rogándole que deaquellascomarcassealejase,ladejóenelvalleapieysefueadondesuseñor,alquedijoquenosolamentesuordenhabíasidocumplidasinoqueelcuerpode ella muerto había arrojado a algunos lobos. Bernabó, luego de algúntiempo, se volvió a Génova y, cuando se supo lo que había hecho, muyrecriminadofue.

La señora, quedándose sola y desconsolada, al venir la noche,disimulándose lomejor que pudo fue a una aldehuela vecina de allí, y allí,comprándoleaunaviejaloquenecesitaba,arreglóeljubónasumedida,yloacortó,ysehizoconsucamisaunpardecalzasycortándose loscabellosydisfrazándose toda de marinero, hacia el mar se fue, donde por venturaencontróaunnoblecataláncuyonombreeraseñerenCararh,quedeunanavesuya,queestabaalgoalejadadeallí,habíabajadoaAlbaarefrescarseenunafuente;conelcual,entrandoenconversación,secontratóporservidor,ysubióconélalanave,haciéndosellamarSicurándeFinale.Allí,conmejorespañosvestido con atavío de gentilhombre, lo empezó a servir tan bien y tancapazmentequesobremaneraleagradó.

Sucedió a no mucho tiempo de entonces que este catalán con su carganavegó a Alejandría y llevó al sultán ciertos halcones peregrinos, y se losregaló;yhabiéndoleelsultáninvitadoacomeralgunavezyvistaslasmanerasdeSicuránquesiempreaatenderleiba,yagradándole,selopidióalcatalán,yéste,aunquedurolepareció,selodejó.Sicuránenpocotiemponomenoslagraciayelamordelsultánconquistó,consuesmero,quelohabíahecholos

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delcatalán;porloqueconelpasodeltiemposucedióque,debiéndosehaceren cierta época del año una gran reunión de mercaderes cristianos ysarracenos,amaneradeferia,enAcre,queestababajolaseñoríadelsultán,ypara que losmercaderes y lasmercancías seguras estuvieran, siempre habíaacostumbradoelsultánamandarallí,ademásdesusotrosoficiales,algunosdesus dignatarios con gente que atendiese a la guardia; para cuya necesidad,llegado el tiempo, deliberó mandar a Sicurán, el cual ya sabía la lenguaóptimamente,yasílohizo.

Venido, pues, Sicurán aAcre como señor y capitán de la guardia de losmercaderesylasmercancías,ydesempeñandoallíbienysolícitamenteloquepertenecíaasuoficio,yandandodandovueltasvigilando,yviendoamuchosmercaderes sicilianos y pisanos y genoveses y venecianos y otros italianos,conellosdebuengradoseentretenía,recordandosutierra.Ahora,sucedióunavez que, habiendo él un día descabalgado en un depósito de mercaderesvenecianos, vio entre otras joyas una bolsa y un cinturón que enseguidareconociócomoquehabíansidosuyos,ysemaravilló;perosinhacerningúngesto,amablementepreguntódequiéneranysisevendían.HabíavenidoallíAmbruogiuolo de Piacenza con muchas mercancías en una nave devenecianos; el cual, al oír que el capitán de la guardia preguntaba de quiéneran,diounospasosadelantey,riendo,dijo:

—Micer,lascosassonmías,ynolasvendo,perosiosagradanoslasdarécongusto.

Sicurán,viéndolereír,sospechóquelehubiesereconocidoenalgúngesto;pero,poniendoseriorostro,dijo:

—Teríestalvezporquemevesamí,hombredearmas,andarpreguntandosobreestascosasfemeninas.

DijoAmbruogiuolo:

—Micer,nomeríodeesosinoquemeríodelmodoenquelasconseguí.

AloqueSicurándijo:

—¡Ah, así Dios te dé buena ventura, si no te desagrada, di cómo lasconseguiste!

—Micer —dijo Ambruogiuolo—, me las dio con alguna otra cosa unanobleseñoradeGénovallamadaseñoraZinevra,mujerdeBernabóLomellin,unanochequemeacostéconella,ymerogóqueporsuamor lasguardase.Ahora,meríoporquemeheacordadodelanecedaddeBernabó,quefuedetantalocuraqueapostócincomilflorinesdeorocontramilaquesumujernoserendíaamivoluntad;loquehiceyoyvencílaapuesta;yél,aquienmásporsubrutalidaddebíacastigarsequeaellaporhaberhecholoquetodaslas

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mujereshacen,volviendodeParísaGénova,segúnloheoído,lahizomatar.

Sicurán,aloíresto,prontocomprendiócuálhabíasidolarazóndelairadeBernabócontraellayclaramenteconocióqueésteeraelcausantedetodosumal; y determinó en su interior no dejarlo seguir impune. Hizo ver, pues,Sicuránhabergustadomuchodeestahistoriayarteramente trabóconélunaestrechafamiliaridad,tantoque,porsusconsejos,Ambruogiuolo,terminadalaferia,conélycontodassuscosassefueaAlejandría,dondeSicuránlehizohacerundepósitoyleentregóbastantesdesusdineros;porloqueél,viéndosesacargranprovecho,sequedabadebuenagana.

Sicurán, preocupado por demostrar su inocencia aBernabó, no descansóhasta que, con ayuda de algunos grandes mercaderes genoveses que enAlejandríaestaban,encontrandorarasrazones,lehizovenir;yestandoésteenasazpobreestado,poralgúnamigosuyolehizorecibirocultamentehastaelmomentoqueleparecieseoportunoparahacerloquehacerentendía.HabíayaSicuránhechocontaraAmbruogiuolo lahistoriadelantedel sultán,yhechoqueelsultángustasedeella;peroluegoquevioaquíaBernabó,pensandoqueno había que dar largas a la tarea, buscando elmomento oportuno, pidió alsultán que llamase a Ambruogiuolo y a Bernabó, y que en presencia deBernabó, si no podía hacerse fácilmente, con severidad se arrancase aAmbruogiuololaverdaddecómohabíasidoaquellodeloqueélsejactabadelamujerdeBernabó.

Porlacualcosa,AmbruogiuoloyBernabóvenidos,elsultánenpresenciademuchos,conseverorostro,aAmbruogiuolomandóquedijeselaverdaddecómohabíaganadoaBernabócincomilflorinesdeoro;yestabapresenteallíSicurán, en el queAmbruogiuolomás confiaba, y él con rostromuchomásairado le amenazaba con gravísimos tormentos si no la decía. Por lo queAmbruogiuolo, espantado por una parte y otra, y obligado, en presencia deBernabóydemuchosotros,noesperandomáscastigoque ladevolucióndelos cincomil florines de oro y de las cosas, claramente cómo había sido elasunto todo lo contó. Y habiéndolo contado Ambruogiuolo, Sicurán, comodelegadodelsultánenaquello,volviéndoseaBernabódijo:

—Ytú,¿quélehicisteporestamentiraatumujer?

AloqueBernabórepuso:

—Yo,llevadodelairaporlapérdidademisdinerosydelavergüenzaporeldeshonorquemeparecíahaberrecibidodemimujer,hicequeunservidormío lamatara,ysegúnloqueélmecontó,prontofuedevoradapormuchoslobos.

Dichastodasestascosasenpresenciadelsultányporéloídasyentendidastodas, no sabiendo él todavía a dónde Sicurán (que esto le había pedido y

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ordenado)quisiesellegar,ledijoSicurán:

—Señormío,asazclaramentepodéisconocercuántoaquellabuenaseñorapueda gloriarse del amante y del marido; porque el amante en un punto laprivadelhonormanchandoconmentirassufamayapartadeellaalmarido;yelmarido,máscrédulode las falsedadesajenasquede laverdadqueélporlargaexperienciapodíaconocer,lahacematarycomerporloslobosyademásdeesto,es tantoelcariñoyelamorqueelamigoyelmaridole tienenque,estando largo tiempo con ella, ninguno la conoce. Pero porque vosóptimamente conocéis lo que cada uno de éstos hamerecido, si queréis poruna especial gracia, concederme que castiguéis al engañador y perdonéis alengañado,laharéquevengaantevuestrapresencia.

Elsultán,dispuestoenesteasuntoacomplaceraSicuránentodo,dijoqueleplacíayquehiciesevenira lamujer.SemaravillabamuchoBernabó,quefirmemente la creíamuerta; yAmbruogiuolo, ya adivino de sumal, demásteníamiedoquedepagardinerosynosabíasiesperarositemermásquelaseñora viniese, pero con granmaravilla su venida esperaba.Hecha, pues, laconcesiónporelsultánaSicurán,éste,llorandoyarrojándosederodillasanteelsultán,enunpuntoabandonólamasculinavozyelquererparecervarón,ydijo:

—Señormío,yosoylamíseraydesventuradaZinevra,queseisañosllevorodandodisfrazadadehombrepor elmundo,por este traidorAmbruogiuolofalsamente y criminalmente infamada, y por este cruel e inicuo hombreentregadaalamuerteamanosdesucriadoyasercomidaporloslobos.

Yrasgándoselosvestidosymostrandoelpecho,queeramujeralsultánya todos los demás hizo evidente; volviéndose luego a Ambruogiuolo,preguntándole con injurias cuándo, según se jactaba, se había acostado conella.Elcual,yareconociéndolaymudodevergüenza,nodecíanada.

Elsultán,quesiempreporhombrelahabíatenido,viendoyoyendoesto,tantosemaravillóquemáscreíasersueñoqueverdadaquelloqueoíayveía.Perodespuésqueelasombropasó,conociendolaverdad,consumaalabanzalavidaylaconstanciaylascostumbresylavirtuddeZinevra,hastaentoncesllamada Sicurán, loó. Y haciéndole traer riquísimas vestiduras femeninas ydamasque lehicierancompañía según lapeticiónhechaporella,aBernabóperdonó lamerecidamuerte; el cual, reconociéndola, a los pies se le arrojóllorando y le pidió perdón, lo que ella, aunque mal fuese digno de él,benignamenteleconcedió,ylehizolevantarsetiernamenteabrazándolocomoasumarido.

ElsultándespuésmandóqueincontinentiAmbruogiuoloenalgúnlugardelaciudadfueseatadoalsolaunpaloyuntadodemiel,yquedeallínunca,hastaqueporsímismocayese,fuesequitado;yasísehizo.Despuésdeesto,

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mandóqueloquehabíasidodeAmbruogiuolofuesedadoalaseñora,quenoeratanpocoquenovalieramásdediezmildoblas:yél,haciendoprepararunahermosísimafiesta,enellaaBernabócomoamaridodelaseñoraZinevra,yala señora Zinevra como valerosísima mujer honró, y le dio, tanto en joyascomo en vajilla de oro y de plata como en dineros, tanto que valiómás deotrasdiezmildoblas.

Yhaciendoprepararunbarcoparaellos,luegoqueterminólafiestaqueleshacía, les dio licencia para poder volver a Génova si quisieran; adonderiquísimosycongranalegríavolvieron,yconsumohonorfueronrecibidosyespecialmente la señoraZinevra, a quien todos creíanmuerta; y siempre degran virtud y en mucho, mientras vivió, fue reputada. Ambruogiuolo, elmismodía que fue atado al palo y untadodemiel, congrandísima angustiasuyaporlasmoscasyporlasavispasyporlostábanos,enlosqueaquelpaísesmuyabundante, fuenosolamentemuertosinodevoradohasta loshuesos;losque,blancosycolgandodesustendones,pormuchotiempodespués,sinsermovidosdeallí,desumaldadfuerontestimonioacualquieraquelosveía.Yasíelburladorfueburlado.

NOVELADÉCIMA

PaganíndeMónacorobalamujeramicerRicciardodeChínzica,elcual,sabiendodóndeestáella,vaysehaceamigodePaganín;lepidequeseladevuelvayél,siellaquiere,seloconcede,ellanoquierevolverconél,y

muertomicerRicciardo,secasaconPaganín.

Todos losde lahonradacompañíaalabaronporbuena lahistoriacontadapor su reina, ymayormenteDioneo, el único a quien faltaba novelar por lapresentejornada;elcual,luegodehacermuchasalabanzasdeella,dijo:

Hermosasseñoras,unapartedelahistoriadelareinamehahechomudarlaopinióndecontarunaqueteníaenelánimoadecirotra:yeslabestialidaddeBernabó(aunqueterminasebien)ydetodoslosdemásquesedanacreerloqueélmostrabaquecreía:esdecir,queellos,yendoporelmundoconéstaycon aquélla ahora una vez y ahora otra solazándose, se imaginan que lasmujeresdejadasencasaseesténdebrazoscruzados,comosinosupiésemos,quienesentreellasnacemosycrecemosyestamos,quéesloquelesgusta.Ycontándolaosmostrarécuálsealaestupidezdeestostales,ycuántomayorsealadequienes,estimándosemáspoderososquelanaturaleza,sepersuaden(confantásticosrazonamientos)depoderhacerloquenopuedenyseesfuerzanportraer a otro a lo que ellos son, no sufriéndolo la naturaleza de quien esarrastrado.

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Hubo,pues,unjuezenPisa,másquedefuerzacorporaldotadodeingenio,cuyo nombre fue micer Ricciardo de Chínzica, el cual, creyendo tal vezsatisfacerasumujerconlasmismasobrasquehacíaparasusestudios,siendomuy rico, con no poca solicitud buscó a una mujer hermosa y joven poresposa, cuando de lo uno y lo otro, si hubiese sabido aconsejarse élmismocomo hacía a los demás, debía huir. Y lo consiguió, porque micer LottoGualandilediopormujeraunahijasuyacuyonombreeraBartolomea,unadelasmáshermosasyvanidosasjóvenesdePisa,auncuandoallíhayapocasquenoparezcanlagartijasgusaneras.Alacual,eljuez,llevándolacongrandísimafiesta a su casa, y celebrando unas bodas hermosas ymagníficas, acertó laprimera noche a tocarla una vez para consumar elmatrimonio, y poco faltóparaquehicieratablas;elcual,luegoporlamañana,comoquieneramagroysecoydepocoespíritu,tuvoqueconfortarsecongarnachaycondulces,yconotrosremediosvolversealavida.

Puesesteseñorjuez,habiendoaprendidoaestimarmejorsusfuerzasqueantes, empezó a enseñarle a ella un calendario bueno para los niños queaprenden a leer, y quizás hecho en Rávena; porque, según le enseñaba, nohabía día en que no tan sólo una fiesta sino muchas se celebrasen; enreverenciadelascuales,pordiversasrazonesleenseñabaqueelhombreylamujerdebíanabstenersedetalesayuntamientos,añadiendoaelloslosayunosy las cuatro témporas y vigilias de los apóstoles y de mil otros santos, yviernesysábados,yeldomingodelSeñor,ytodalaCuaresma,yciertasfasesde la lunayotrasmuchasexcepciones,pensando talvezque tantoconveníadescansardelasmujeresenlacamacomodescansosélsetomabaalpleitearsuscausas.Yestacostumbre,nosingranmelancolíadelamujer,aquientalvez tocaba una vez al mes, y apenas, pormucho tiempomantuvo; siempreguardándolamucho,paraqueningúnotrofueraaenseñarlelosdíaslaborablestanbiencomoéllehabíaenseñadolasfiestas.

Sucedióque,haciendomuchocalor,amicerRicciardoledieronganasdeirarecrearseaunaposesiónsuyamuyhermosacercanaaMontenero,yallí,paratomarel aire,quedarsealgunosdías.Y llevóconsigoa suhermosamujer,yestandoallí,porentretenerlaunpoco,mandóundíasalirdepesca;yendosbarquillas,élenunacon lospescadoresyellaenotracon lasotrasmujeres,fueron amirar y, sintiéndose a gusto, se adentraron en elmar unas cuantasmillascasisindarsecuenta.Ymientrasestabanatentosmirando,deimprovisounagaleradePaganíndeMónaco,entoncesmuyfamosocorsario,apareció,yvistas las barcas, se enderezó a ellas; y no pudieron tan pronto huir quePaganínno llegaseaaquéllaenque iban lasmujeres, en lacualviendoa lahermosaseñora,sinquererotracosa,viéndolomicerRicciardoqueestabayaentierra,subiéndolaaellaasugalera,sefue.Viendolocualmicereljuez,queera tancelosoque temíaalairemismo,nohayquepreguntarsi lepesó.Sinprovechosequejó,enPisayenotraspartes,delamaldaddeloscorsarios,sin

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saberquiénlehabíaquitadoalamujerodóndelahabíallevado.

A Paganín, al verla tan hermosa, le pareció que había hecho un buennegocio;ynoteniendomujerpensóquedarseconellasiempre,ycomollorabamuchoempezóaconsolarladulcemente.Y,venidalanoche,habiéndoseleaélel calendario caído de las manos y salido de la memoria cualquier fiesta oferia, empezó a consolarla con loshechos, pareciéndolequedepocohabíanservidolaspalabrasduranteeldía;ydetalmodolaconsolóque,antesdequellegasen a Mónaco, el juez y sus leyes se le habían ido de la memoria yempezóavivirconPaganínlomásalegrementedelmundo;elcual,llevándolaa Mónaco, además de los consuelos que de día y de noche le daba,honradamentecomoasumujerlatenía.

Despuésdecierto tiempo, llegandoa losoídosdemicerRicciardodóndeestaba su mujer, con ardentísimo deseo, pensando que nadie sabíaverdaderamente hacer lo que se necesitaba para aquello, se dispuso a ir élmismo, dispuesto a gastar en el rescate cualquier cantidad de dineros; yhaciéndosea lamar,sefueaMónaco,yallí lavioyellaaél, lacualpor latardeselodijoaPaganíneinformódesusintenciones.Alamañanasiguiente,micerRicciardo, viendo aPaganín, se acercó a él y estableció con él en unmomento gran familiaridad y amistad, fingiendo Paganín no reconocerlo yesperandoaveradóndequeríallegar.Porloque,cuandoparecióoportunoamicerRicciardo,comomejorsupoydelmodomásamable,descubriólarazónpor la que había venido, rogándole que tomase lo que pluguiera y ledevolviesealamujer.AquienPaganín,conalegrerostro,repuso:

—Micer, sois bien venido; y respondiéndoos brevemente, os digo: esverdadquetengoencasaaunajovenquenosésiesvuestramujerodealgúnotro,porqueavosnoosconozco,niaellatampocosinoentantoencuanto,conmigohaestadoalgúntiempo.Sisoisvossumarido,comodecís,yo,comoparecéisgentilhombreamable,osllevarédondeella,yestoysegurodequeosreconocerá.Sielladicequeescomodecís,yquiereirseconvos,poramordevuestraamabilidad,medaréisderescateporellaloquevosmismoqueráis;sinofueraasí,haríaisunavillaníaenquerérmelaquitarporqueyosoyjovenypuedo tanto como otro tener unamujer, y especialmente ella que es lamásagradablequehevistonunca.

DijoentoncesmicerRicciardo:

—Por cierto que es mi mujer, y si me llevas donde ella esté, lo veráspronto:semeecharáalcuello incontinenti;yporello tepidoquenoseadeotramaneraquecomotúhaspensado.

—Puesentonces—dijoPaganín—vamos.

Fueron, pues, a la casa de Paganín y, estando ella en una cámara suya,

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Paganínlahizollamar;yella,vestidaydispuesta,saliódeunacámarayvinoa donde micer Ricciardo con Paganín estaba, e hizo tanto caso a micerRicciardocomolohubierahechoacualquierotroforasteroqueconPaganínhubieravenidoasucasa.Loqueviendoeljuez,queesperabaserrecibidoporellacongrandísimafiesta,semaravillófuertemente,yempezóadecirse:

«Talvez lamelancolíayel largodolorquehepasadodesdeque laperdímehadesfiguradotantoquenomereconoce».

Porloqueledijo:

—Señora, caro me cuesta haberte llevado a pescar, porque un dolorsemejantenosentínuncaalquehetenidodesdequeteperdí,ytúnoparecesreconocerme,puestanhurañamentemedirigeslapalabra.¿NovesquesoytumicerRicciardo,venidoaquíapagarle loquequieraaestegentilhombreencuyacasaestamos,pararecuperarteyllevarteconmigo;yél,sumerced,porloquequieradarletedevuelveamí?

Lamujer,volviéndoseaél,sonriéndoseunapizquita,dijo:

—Micer, ¿me lo decís a mí?Mirad que no me hayáis tomado por otraporqueyonomeacuerdodehaberosvistonunca.

DijomicerRicciardo:

—Miraloquedices:míramebien;sibienteacuerdasbienverásquesoytumicerRicciardodeChínzica.

Laseñoradijo:

—Micer,perdonadme:puedequenoseaamítanhonestomirarosmuchocomoosimagináis,perooshemiradolobastanteparasaberquenuncajamásoshevisto.

Imaginóse micer Ricciardo que hacía esto de no querer confesar en supresencia reconocerlopor temoraPaganínpor loque, luegodealgún tanto,pidiópormerced aPaganínque le dejasehablar enuna cámara a solas conella. Paganín dijo que le placía a cambio de que no la besase contra suvoluntad,ymandóalamujerquefueseconélalaalcobayescuchaseloquequisiera decirle, y le respondiera como quisiese.Yéndose, pues, a la alcobasolos la señora y micer Ricciardo, en cuanto se sentaron, empezó micerRicciardoadecir:

—¡Ah!, corazón de mi cuerpo, dulce alma mía, esperanza mía, ¿noreconocesatuRicciardoqueteamamásqueasímismo?¿Cómopuedeser?¿Estoytandesfigurado?¡Ah!,bellosojosmíos,mírameunpoco.

Lamujerseechóareírysindejarloseguir,dijo:

—Bien sabéisqueno soy tandesmemoriadaqueno sepaque soismicer

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RicciardodeChínzica,mimarido;peromientras estuve convosmostrasteisconocermemuymal,porquesieraissabioolosois,comoqueréisquedevosse piense, debíais haber tenido el conocimiento de ver que yo era joven yfrescaygallarda, y saberpor consiguiente loque lasmujeres jóvenespiden(aunquenolodiganporvergüenza)ademásdevestirycomer;yloquehacíaisenesobienlosabéis.Ysiosgustabamáselestudiodelasleyesquelamujer,nodebíais haberla tomado; aunque amímeparezcaquenunca fuisteis juezsinounpregonerodeferiasyfiestas,tanbienoslassabíais,ydeayunosydevigilias. Y os digo que si tantas fiestas hubierais hecho guardar a loslabradoresquelabrabanvuestrastierrascomohacíaisguardaralqueteníaquelabrarmipequeñohuertecillo,nuncahubieseisrecogidoungranodetrigo.MehedoblegadoaquienDioshaquerido,comopiadosodefensordemijuventud,conquienmequedoenestaalcoba,dondenosesabe loqueson las fiestas,digoaquellasquevos,másdevotodeDiosquedeservira lasdamas, tantascelebrabais;ynuncaporestapuertaentraronsábadosnidomingosnivigilianicuatrotémporasnicuaresma,queestanlarga,sinoquededíaydenochesetrabaja y se bate la lana; y desde que esta noche tocaronmaitines, bien sécómoanduvoel asuntomásdeunavez.Y, así, entiendoquedarmeconél ytrabajarmientras sea joven, y las fiestas y las peregrinaciones y los ayunosesperar a hacerlos cuando sea vieja; y vos idos con buena ventura lo másprontoquepodáisy,sinmí,guardadcuantasfiestasgustéis.

MicerRicciardo,oyendoestaspalabras,sufríaundolorinsoportable,dijo,luegoquevioquecallaba:

—¡Ah,dulcealmamía!,¿quépalabrassonlasquemehasdicho?¿Puesnomiras el honor de tus parientes y el tuyo? ¿Quieres de ahora en adelantequedarteaquídebarraganaconéste,yenpecadomortal,enlugardeenPisasermimujer?Éste,cuandolehayashartado,congranvituperiotuyoteecharáa la calle; yo te tendré siempre amor y siempre, aunque yo no lo quisiera,serías el amademicasa. ¿Debespor este apetitodesordenadoydeshonestoabandonar tu honor y amí que te amomás que ami vida? ¡Ah, esperanzamía!,nodigáiseso,dignaosvenirconmigo:yodeaquíenadelante,puestoqueconozco tu deseo,me esforzaré; pero, dulce bienmío, cambia de opinión yventeconmigo,quenohetenidoningúnbiendesdequemefuistearrebatada.

Ylamujerlerespondió:

—Pormihonorno creoquenadie, ahoraqueyanadapuedehacerse, sepreocupemásqueyo:¡ojalásehubieranpreocupadomisparientescuandomeentregaronavos!Ysiellosnolohicieronporelmío,noentiendoyohacerloahoraporeldeellos;ysiahoraestoyenpecadomortero,algunavezestaréenpecadomacero: no os preocupéismás pormí.Y os digomás, que aquímeparece ser lamujer de Paganín y en Pisame parecía ser vuestra barragana,pensandoquesegúnlasfasesdelalunaylasescuadrasgeométricasdebíamos

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vosyyoayuntarlosplanetas,mientrasquePaganíntodalanochemetieneenbrazosymeaprietaymemuerde,¡ycómomecuidadígaloDiospormí!Decísaúnqueosesforzaréis: ¿yenqué?,¿enempataren tresbazasy levantarlaapalos? ¡Yaveoqueoshabéishechouncaballerodeprodesdequenooshevisto!Andady esforzaos por vivir: quemeparece que estáis a pensión, tanflacuchoydelgadomeparecéis.Yaúnosdigomás:quecuandoéstemedeje,a lo que no me parece dispuesto, sea donde sea donde tenga que estar, noentiendovolvernuncaconvosque,exprimiéndoostodonopodríahacerseconvos ni una escudilla de salsa, porque con grandísimo dañomío e interés yréditosallíestuveunavez;porloqueenotrapartebuscarémipitanza.Loqueosdigoesquenohabráfiestanivigiliadondeentiendoquedarme;yporello,loantesquepodáis,andaosconDios,sino,gritaréquequeréisforzarme.

Micer Ricciardo, viéndose en mal trance y aun conociendo entonces sulocuraalelegirmujerjovenestandodesmadejado,dolienteytriste,saliódelaalcoba y dijo a Paganín muchas palabras que de nada le valieron. Y porúltimo,sinhaberconseguidonada,dejadalamujer,sevolvióaPisa,yentallocura dio por el dolor que, yendo por Pisa, a quien le saludaba o lepreguntabaalgo,norespondíanadamásque:

—¡Elmalforonoquierefiestas!

Y luego de no mucho tiempo murió; de lo que enterándose Paganín, ysabiendoelamorquelamujerletenía,ladesposócomosulegítimaesposa,ysin nunca guardar fiestas ni vigilias o hacer ayunos, trabajaronmientras laspiernas les sostuvieron y bien se divirtieron. Por lo cual, queridas señorasmías,meparecequeelseñorBernabódisputandoconAmbruogiuoloquisieseapartarlacabradelmonte.

Estahistoriahizoreírtantoatodalacompañíaquenohabíanadieaquienno ledoliesen lasmandíbulas;ydecomúnconsentimiento todas lasmujeresdijeronqueDioneo llevaba razónyqueBernabóhabía sidounanimal.Peroluegoqueterminólahistoriaylasrisascallaron,habiendomiradolareinaquelahoraerayatardíayquetodoshabíannovelado,yelfindesuseñoríohabíallegado, según el orden comenzado, quitándose la guirnalda de la cabeza,sobrelacabezalapusodeNeifile,diciendoconalegregesto:

—Ya, cara compañera, sea tuyo el gobiernode este pequeñopueblo—yvolvióasentarse.

Neifileseruborizóunpococonelrecibidohonor,ysurostroparecíaunafresca rosadeabrilodemayo talcomosemuestraalclareareldía,con losojosanhelantesychispeantes(nodeotromodoqueunamatutinaestrella)unpocobajos.Peroluegoqueelcortésmurmullodeloscircunstantes(enelquesu disposición favorable a la reinamostraban alegremente) se reposó y queellarecuperóelánimo,sentándoseunpocomásaltodeloqueacostumbraba,

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dijo:

—Puestoqueasíesquevuestrareinasoy,noalejándomedelacostumbreseguida por aquellas que antes de mí lo han sido, cuyo gobierno habéisalabadoobedeciéndolo,osharémanifiestoenpocaspalabrasmiparecer;quesi por vuestra opinión es estimado, seguiremos. Como sabéis, mañana esviernes y el día siguiente sábado, días que, por las comidas que seacostumbranenellos,sonuntantoenojososalamayoríadelagente;sindecirque, el viernes, atendiendo a que en él Aquel que por nuestra vida murió,sufrió pasión, es digno de reverencia; por lo que justa cosa ymuy honestareputaría que, en honor de Dios, más con oraciones que con historias nosentretuviésemos.Yelsábadoescostumbredelasmujereslavarselacabezayquitarse todo el polvo, toda la suciedad que por el trabajo de la semanaanterior se hubiese cogido; y también muchos acostumbran a ayunar enreverenciaalaVirgenmadredelHijodeDios,ydeahíenadelante,enhonordeldomingosiguiente,descansardecualquiertrabajo;porloque,nopudiendotanplenamenteenesosdíasseguirelordenenelvivirquehemosadoptado,también estimo que estaría bien que esos días depongamos las historias.Luego,comohabremosestadoaquícuatrodías,siqueremosevitarquelleguelagentenueva,juzgooportunomudarnosdeaquíeirnosaotraparte;ydóndeya lo he pensado y provisto. Allí, cuando estemos reunidos el domingodespués de dormir, como hemos tenido hoy mucho tiempo para razonarconversando,tantoporquetendréismástiempoparapensarcomoporqueserámejorqueselimiteunpocolalibertadennovelaryquesehabledeunodelosmuchoscasosdelafortuna,hepensadoqueseasobrequienalgunacosamuydeseada haya conseguido con industria o una pérdida recuperado. Sobre locual, piense cada uno en decir algo que a la compañía pueda ser útil o almenosdeleitable,siempreconlasalvedaddelprivilegiodeDioneo.

Todo el mundo alabó lo dicho y lo imaginado por la reina, y asíestablecieron que fuese. La cual, después de esto, haciendo llamar a susenescal,dóndedebíaponerlamesaporlatardeledijo,ytodoloqueluegodebíahacerentodoeltiempodesuseñoríoplenamenteleexpuso;yhechoasí,poniéndoseenpieconsucompañía,lesdiolicenciaparahacerloqueacadaunomásgustase.

Tomaron, pues, las señoras y los hombres el caminode un jardincillo, yallí,luegodequeuntantosehubieronentretenido,venidalahoradelacena,confiestayconplacercenaron;ylevantándosedeallí,segúnplugoalareina,conduciendo Emilia la carola, la siguiente canción de Pampínea, que losdemáscoreaban,secantó:

¿Quiénpodríacantarenlugarmío

quetengoygozotodocuantoansío?

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Ven,pues,Amor,razóndemiventura,

delaesperanzaydetodaalegría,

venconmigoacantar

nodesuspiros,penasyamargura,

queahorameesdulceloquefueagonía,

sinodeestebrillar

delfuegoencuyasllamasquieroestar

adorándoteaticomoadiosmío.

Túantelosojosmetrajiste,Amor,

cuandoentufuegoardíporvezprimera,

aunodetaltalante

queenbeldadyosadía,yenvalor,

otromejorjamásseencontraría,

niaúnotrosemejante;

ytantomeinflamóqueenesteinstante

felizteestoycantando,señormío.

Yestequeesparamísumoplacer

yquemequierecuantoyolequiero

Amor,portumerced,

porloqueenestemundomiquerer

tengoygozardepazenotroespero;

ypuesleguardofe

queaunasureinoDios,queestolove,

porsubondadnosllevaráconfío.

Despuésdeésta,otrasmuchassecantaronysebailaronmuchasdanzasyse tocarondistintasmúsicas;pero juzgando la reinaqueera tiempode tenerque irse adescansar, con las antorchaspordelante cadaunoa su cámara sefueron, y durante los dos días siguientes atendiendo a aquellas cosas que lareinahabíahablado,esperandocondeseolallegadadeldomingo.

TERMINALASEGUNDAJORNADA

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TERCERAJORNADA

ComienzalatercerajornadadelDecamerón,enlaquesehabla,bajoelgobiernodeNeifile,sobrealguienquehubieraconseguidoconindustria

algunacosamuydeseadaoalgunaperdidarecuperase.

La aurora empezaba ya a convertirse de bermeja en anaranjada por laaproximacióndelsolcuandoeldomingo,levantadalareinayhecholevantarasucompañía,yhabiendomandadoyaelsenescalbuenespaciopordelanteallugardondedebíanirmuchasdelascosasoportunasyquienallípreparaseloqueeranecesario,viendoyaalareinaencamino,prestamentehaciendocargartodas las demás cosas, como si de allí levantasen el campo, se fue con losbagajes, dejando a los sirvientes junto a las señoras y los señores.La reina,pues,conlentopaso,acompañadayseguidaporsusdamasylostresjóvenes,guiadaporelcantodequiénsabesiveinteruiseñoresyotros tantospájaros,por un sendero no muy frecuentado mas lleno de verdes hierbecillas y defloresquealsolquellegabatodasempezabanaabrirse,tomóelcaminohaciaoccidente, y charlando y bromeando y riendo con su compañía, sin haberandadomásdedosmilpasos,bastanteantesdequemediadalahoradeterciaestuviese,aunahermosísimayricamansiónqueuntantolevantadasobreelsueloenuncerroestaba,leshuboconducido.

Entrados en la cual y andando por todas partes, y habiendo visto lasgrandes salas, las limpias y adornadas alcobas debidamente abastecidas detodoloqueaunaalcobacorresponde,sumamentelaalabaronyreputaronasudueñopormagnífico;después,bajandoabajo,yviendoelamplísimoyalegrepatio,lasbodegasllenasdeóptimosvinosyelaguafresquísimayabundantequedeallímanaba,másaúnloalabaron.Deallí,comodeseososdereposoenuna galería desde donde todo el patio se señoreaba, estando todas las cosasllenasdelasfloresqueeltiempodabayderamas,sentándose,vinoeldiscretosenescal y con exquisitos dulces y óptimos vinos los recibió y confortó.Después de lo cual, haciendo abrir un jardín contiguo al palacio, allí, queestabatodocercadoporunmuro,entraron;ypareciéndolesaprimeravistademaravillosabellezatodoelconjunto,másatentamenteempezaronamirarsuspartes.

Teníaasualrededoryporlamitadenbastantespartespaseosamplísimos,rectoscomocaminosycubiertosporunemparradoquegranaspectoteníadeiraquelañoadarmuchasuvas;ytodofloridoentoncesesparcíatangranolorque,mezcladoconeldemuchasotrascosasqueporeljardínolían,lesparecíaestar entre todos los aromas nacidos en el oriente. Los lados de los cualespaseos todos por rosales blancos y bermejos y por jazmines estaban casi

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cubiertos;porlascualescosas,noyademañanasinocuandoelsolestuviesemásalto,bajoolorosasydeleitablessombras,sinser tocadoporél,sepodíaandar por ellos.Cuántas y cuáles y cómoestabanordenadas las plantas quehabíaenaquellugarseríalargodecontar;peronohayningunaestimablequeennuestroclimasedé,quenohubieseallíabundantemente.Enmitaddelcual,loquenoesmenosdignodeloqueotracosaqueallíhubierasinomuchomás,había un prado de menudísima hierba y tan verde que casi parecía negra,pintado tododemilvariedadesde flores, cercadoen tornoporverdísimosyerguidos naranjos y por cedros, los cuales, teniendo frutos, los viejos y losnuevos, flores todavía, no solamente con sombra amable a los ojos sinotambiénalolfatolisonjeaban.

Enmedio del tal prado había una fuente de mármol blanquísimo y conmaravillosas figurasesculpidas;allídentro,nosésinaturaloartificiosa,poruna estatua que sobre una columna en el medio de aquélla estaba en pie,arrojabatantaaguaytanaltahaciaelcielo(queluegonosindeleitablesonidosobrelaclarísimafuentevolvíaacaer)quehubierahechomoveralmenosunmolino.Laquedespués(aquélla,digo,quesobrepasabaelbordedelafuente)por vía oculta salía del pradecillo y por canalillos asaz bellos yartificiosamente hechos, fuera de aquello haciéndose ya manifiesta, todo lorodeaba; y allí por canalillos semejantes por todas las partes del jardíndiscurría, recogiéndoseúltimamenteenunapartepordondehabía salidodelhermosojardínydeallí,descendiendoclarísimahaciaelllanoantesdellegara él, congrandísima fuerzay connopocautilidadpara sudueño,hacíadarvueltasadosmolinos.

Alverestejardín,subelloorden,lasplantasylafuenteconlosarroyuelosprocedentesdeella,tantoagradóatodaslasmujeresyalostresjóvenes,quetodoscomenzaronaafirmarque,sisepudierahacerunparaísoenlatierra,nosabrían qué otra forma sino aquella del jardín pudiera dársele, ni pensar,además de aquéllas, qué belleza podría añadírsele. Paseando, pues,contentísimos por allí, haciéndose bellísimas guirnaldas de varias ramas deárboles, oyendo siempre unos veinte modos de cantos de pájaros como sicontendiesenelunoconelotroenelcantar,seapercibierondeunadeleitosabellezadeque,sorprendidospor lasdemás,nosehabíantodavíaapercibido:vieron que el jardín estaba lleno de cien especies de hermosos animales, yenseñándoselosunoalotro,deunapartesalirconejos,porotracorrerliebres,y dónde yacer cabritillos, y en algunas estar paciendo cervatillos vieron; yademásdeéstos,otrasmuchasclasesdeanimalesinofensivos,cadaunoasuagrado, como domesticados, ir recreándose; las cuales cosas, a los otrosplaceres,muchomayorplacersumaron.

Pero luego de que mucho hubieron andado, viendo ora esta cosa oraaquélla, habiendo hecho poner lasmesas alrededor de la hermosa fuente, y

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cantando allí primero seis cancioncillas y danzando algunos bailes, cuandoagradóa la reina sepusieronacomer,y servidoscongrandísimoybuenoyreposadoorden,yconbuenasydelicadasviandas,másalegresselevantaronyalastonadasyaloscantosyalosbailesvolvieronadarsehastaquealareina,porelcalorquehabíasobrevenido,parecióhoradequeaquienleagradase,sefuera a acostar. Y algunos se fueron y algunos, vencidos por la belleza dellugar, irse no quisieron; sino que quedándose allí, quién a leer libros decaballerías, quién a jugar al ajedrez y quién a las tablas,mientras los otrosdormían,sededicaron.

Peroluegodequepasólahoradenona,todosselevantarony,habiéndoserefrescado el rostro con la fresca agua, en el prado, como plugo a la reina,viniendocercadelafuente,yenélsegúnlamaneraacostumbradasentándose,se pusieron a esperar contar sus historias sobre la materia propuesta por lareina.De losqueelprimeroaquien la reinadioelencargo fueaFilostrato,quecomenzódeestaguisa:

NOVELAPRIMERA

MasettodeLamporecchiosehaceelmudoyentracomohortelanoenunmonasteriodemujeres,queporfíanenacostarseconél.

Hermosísimas señoras, bastantes hombres y mujeres hay que son tannecios que creen demasiado confiadamente que cuando a una joven se leponenenlacabezalastocasblancasysobreloshombrosseleechalacogullanegra,quedejadesermujeryyanosientelosfemeninosapetitos,comosisela hubiese convertido en piedra al hacerlamonja; y si por acaso algo oyencontra esa creencia suya, tanto se enojan cuanto si se hubiera cometido ungrandísimo y criminal pecado contra natura, no pensando ni teniéndose enconsideraciónasímismos,aquieneslaplenalibertaddehacerloquequieranno puede saciar, ni tampoco al gran poder del ocio y la soledad. Ysemejantementehaytodavíamuchosquecreendemasiadoconfiadamentequela azada y la pala y las comidas bastas y las incomodidades quitan porcompletoa los labradores losapetitosconcupiscentesy loshacenbastísimosde inteligencia y astucia. Pero cuán engañados están cuantos así creen mecomplace(puestoquelareinamelohamandado,sinsalirmedelopropuestoporella)demostrarosmásclaramenteconunapequeñahistorieta.

En esta comarca nuestra hubo y todavía hay unmonasterio demujeres,muy famosopor su santidad, quenonombraré por nodisminuir en nada sufama;enelcual,nohacemuchotiempo,nohabiendoentoncesmásqueochoseñoras con una abadesa, y todas jóvenes, había un buen hombrecillo

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hortelanodeunhermosísimojardínsuyoque,nocontentándoseconelsalario,pidiendo la cuenta almayordomode lasmonjas, aLamporecchio, de dondeera, sevolvió.Allí, entre losdemásque alegremente le recibieron, habíaunjoven labrador fuertey robusto,yparavillanohermosoen supersona, cuyonombreeraMasetto;ylepreguntódóndehabíaestadotantotiempo.Elbuenhombre,que se llamabaNuto, se lodijo; al cual,Masetto lepreguntóaquéatendíaenelmonasterio.AlqueNutorepuso:

—Yotrabajabaenunjardínsuyohermosoygrande,yademásdeesto,ibaalgunavezalbosqueporleña,traíaaguayhacíaotrostalesservicios;perolasseñorasmedaban tanpocosalarioqueapenaspodíapagarme loszapatos.Yademásdeesto,sontodasjóvenesyparecequetieneneldiabloenelcuerpo,que no se hace nada a su gusto; así, cuando yo trabajaba alguna vez en elhuerto, unadecía: «Pon esto aquí», y la otra: «Pon aquí aquello»yotramequitaba la azada de lamano y decía: «Esto no está bien»; yme daba tantocorajequedejabaellaboreoymeibadelhuerto,asíque,entreporunacosayla otra, no quise estarmemás yme he venido.Yme pidió sumayordomo,cuandomevine,quesiteníaalguienamanoqueentendieraenaquello,queselomandase,yseloprometí,peroasíleguardeDioslosriñonesquenibuscarénilemandaréanadie.

AMasetto, oyendo las palabras deNuto, le vino al ánimo un deseo tangrandedeestarconestasmonjasquetodosederretíacomprendiendoporlaspalabrasdeNutoquepodríaconseguiralgodeloquedeseaba.YconsiderandoquenoloconseguiríasidecíaalgoaNuto,ledijo:

—¡Ah,québienhashechoenvenirte!¿Quéesunhombreentremujeres?Mejor estaría con diablos: de siete veces seis no saben lo que ellasmismasquieren.

Pero luego, terminada su conversación, empezó Masetto a pensar quécaminodebíaseguirparapoderestarconellas;yconociendoquesabíahacerbienlostrabajosqueNutohacía,notemióperderloporaquello,perotemiónoseradmitidoporqueerademasiadojovenyaparente.Porloque,dandovueltasamuchascosas,pensó:

«El lugaresbastantealejadodeaquíynadiemeconoceallí, si sé fingirquesoymudo,porciertoquemeadmitirán».

Ydeteniéndoseenaquelpensamiento,conunaseguralhombro,sindeciranadieadóndefuese,aguisadeunhombrepobresefuealmonasterio;donde,llegado, entró dentro y por ventura encontró al mayordomo en el patio, aquien,haciendogestoscomohacenlosmudos,mostróquelepedíadecomerporamordeDiosyqueél,silonecesitaba,lepartiríalaleña.Elmayordomole dio de comer de buena gana; y luego de ello le puso delante de algunostroncosqueNutonohabíapodidopartir,losqueéste,queerafortísimo,enun

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momentohizopedazos.Elmayordomo,quenecesitaba iralbosque, lo llevóconsigo y allí le hizo cortar leña; después de lo que, poniéndole el asnodelante,porseñasledioaentenderquelollevaseacasa.Éllohizomuybien,por lo que el mayordomo, haciéndole hacer ciertos trabajos que le erannecesarios,másdíasquisotenerlo;deloscualessucedióqueundíalaabadesalovio,ypreguntóalmayordomoquiénera.Elcualledijo:

—Señora,esunpobrehombremudoysordo,quevinounodeestosdíasaporlimosna,asíquelehehechounfavorylehehechohacerbastantescosasdequehabíanecesidad.Sisupieselabrarunhuertoyquisieraquedarse,creoestaríamosbienservidos,porqueéllonecesitayesfuerteysepodríahacerdeél loque sequisiera;y ademásdeestono tendríaisquepreocuparosdequegastasebromasavuestrasjóvenes.

Alquedijolaabadesa:

—Por Dios que dices verdad: entérate si sabe labrar e ingéniate enretenerlo; dale unos pares de escarpines, algún capisayob viejo, y halágalo,hazlemimos,dalebiendecomer.

El mayordomo dijo que lo haría. Masetto no estaba muy lejos, perofingiendobarrerelpatiooíatodasestaspalabrasysedecía:

«Simemetéisahídentro,oslabraréelhuertotanbiencomonuncaosfuelabrado».

Ahora, habiendo el mayordomo visto que sabía óptimamente labrar ypreguntándole por señas si quería quedarse aquí, y éste por señasrespondiéndole que quería hacer lo que él quisiese, habiéndolo admitido, lemandóquelabraseelhuertoyleenseñóloqueteníaquehacer;luegosefueaotrosasuntosdelmonasterioylodejó.Elcual, labrandoundíatrasotro, lasmonjasempezaronamolestarleyaponerloencanciones,comomuchasvecessucedequeotroshacenalosmudos,yledecíanlaspalabrasmásmalvadasdelmundonocreyendoseroídasporél;ylaabadesaquetalvezjuzgabaqueéltansincolaestabacomosinhabla,deellopocoonadasepreocupaba.Perosucedió que habiendo trabajado un día mucho y estando descansando, dosmonjasqueandabanporeljardínseacercaronadondeestaba,yempezaronamirarlemientras él fingíadormir.Por loqueunade ellas, que era algomásdecidida,dijoalaotra:

—Sicreyesequemeguardabaselsecretotediríaunpensamientoquehetenidomuchasveces,quetalvezatitambiénpodríaagradarte.

Laotrarepuso:

—Hablaconconfianza,queporciertonolodirénuncaanadie.

Entoncesladecididacomenzó:

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—Nosé sihaspensadocuánestrictamentevivimosyqueaquínuncahaentradounhombresinoelmayordomo,queesviejo,yestemudo:ymuchasvecesheoídodeciramuchasmujeresquehanvenidoavernosquetodaslasdulzurasdelmundosonunabromaconrelaciónaaquelladeunirselamujeralhombre.Porloquemuchasvecesmehavenidoalánimo,puestoqueconotronopuedo,probarconestemudosiesasí,yésteeslomejordelmundoparaello porque, aunque quisiera, no podría ni sabría contarlo; ya ves que es unmozo tonto,más crecidoque con juicio.Congustooiré loque teparecedeesto.

—¡Ay! —dijo la otra—, ¿qué es lo que dices? ¿No sabes que hemosprometidonuestravirginidadaDios?

—¡Oh!—dijoella—,¡cuántascosasse leprometen todos losdíasde lasque no se cumple ninguna! ¡Si se lo hemos prometido, que sea otra u otrasquienescumplanlapromesa!

Aloquelacompañeradijo:

—Ysinosquedásemosgrávidas,¿quéibaapasar?

Entoncesaquélladijo:

—Empiezas a pensar en el mal antes de que te llegue; si sucediere,entoncespensaremosenello:podríanhacersemilcosasdemaneraquenuncasesepa,siemprequenosotrasmismasnolodigamos.

Ésta,oyendoesto,teniendomásganasquelaotradeprobarquéanimaleraelhombre,dijo:

—Puesbien,¿quéharemos?

Aquienaquéllarepuso:

—Vesquevaasernona;creoquelassoresestántodasdurmiendomenosnosotras;miremosporelhuertoaversihayalguien,ysinohaynadie,¿quévamosahacersinocogerlodelamanoyllevarloalacabañadóndeserefugiacuandollueve,yallíunasequedadentroconélylaotrahaceguardia?Estantontoqueseacomodaráaloquequeremos.

Masettooía todoeste razonamiento, ydispuesto aobedecer, no esperabasinosertomadoporunadeellas.Ellas,mirandobienportodaspartesyviendoquedesdeningunapodíanservistas,aproximándose laquehabía iniciado laconversaciónaMasetto,ledespertóyélincontinentisepusoenpie;porloqueella con gestos halagadores le cogió de la mano, y él dando sus tontasrisotadas,lollevóalacabaña,dondeMasetto,sinhacersemuchorogarhizoloque ella quería. La cual, como leal compañera, habiendo obtenido lo quequería,dejóellugaralaotra,yMasetto,siempremostrándosesimple,hacíaloqueellasquerían;porloqueantesdeirsedeallí,másdeunavezquisocada

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una probar cómo cabalgaba el mudo, y luego, hablando entre ellas muchasveces,decíanqueenverdadaquelloera tandulcecosa,ymás,comohabíanoído;ybuscandolosmomentosoportunos,conelmudoibanajuguetear.

Sucedióundíaqueunacompañerasuya,desdeunaventanadesuceldaseapercibió del tejemaneje y se lo enseñó a otras dos; y primero tomaron ladecisión de acusarlas a la abadesa, pero después, cambiando de parecer ypuestasdeacuerdoconaquéllas,enparticipantesconellasseconvirtierondelpoderdeMasetto;alascuales,lasotrastres,pordiversosaccidentes,hicieroncompañíaenvariasocasiones.Porúltimo,laabadesa,quetodavíanosehabíadadocuentadeestascosas,paseandoundíasolaporeljardín,siendograndeelcalor,seencontróaMasetto(elcualconpocotrabajosecansabaduranteeldíapor el demasiado cabalgar de la noche) que se había dormido echado a lasombra de un almendro, y habiéndole el viento levantado las ropas, todo aldescubiertoestaba.Locualmirandolaseñorayviéndosesola,cayóenaquelmismoapetitoenquehabíancaídosusmonjitas;ydespertandoaMasetto,asualcoba se lo llevó, donde varios días, con gran quejumbre de las monjasporqueelhortelanonoveníaalabrarelhuerto,lotuvo,probandoyvolviendoaprobaraquelladulzuraqueantessolíacensurarantelasotras.

Porúltimo,mandándoledesualcobaalahabitacióndeélyrequiriéndolecon mucha frecuencia y queriendo de él más de una parte, no pudiendoMasetto satisfacer a tantas, pensó que de su mudez si duraba más podríavenirle gran daño; y por ello una noche, estando con la abadesa, roto elfrenillo,empezóadecir:

—Señora, he oído que un gallo basta a diez gallinas, pero que diezhombrespuedenmalycontrabajosatisfaceraunamujer,yyoquetengoqueserviranueve;en loquepornadadelmundopodréaguantarlo,puesquehevenidoatal,porloquehastaahorahehecho,quenopuedohacernipoconimucho;yporello,omedejáisirmeconDiosoleencontráisunarregloaesto.

Laseñora,oyendohablaraésteaquienteníapormudo,todasepasmó,ydijo:

—¿Quéesesto?Creíaqueerasmudo.

—Señora—dijoMasetto—,síloeraperonodenacimiento,sinoporunaenfermedadquemequitóelhabla,yporprimeravezestanochesientoquemehasidorestituida,porloquealaboaDioscuantopuedo.

Laseñoralocreyóylepreguntóquéqueríadeciraquellodequeanueveteníaqueservir.Masetto ledijo loquepasaba, loqueoyendo laabadesa,sediocuentadequenohabíamonjaquenofuesemuchomássabiaqueella;porlo que, como discreta, sin dejar irse aMasetto, se dispuso a llegar con susmonjas a un entendimiento en estos asuntos, para queporMasetto no fuese

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vituperadoelmonasterio.

Y habiendo por aquellos díasmuerto elmayordomo, de común acuerdo,haciéndose manifiesto en todas lo que a espaldas de todas se había estadohaciendo, con placer de Masetto hicieron de manera que las gentes de losalrededorescreyeranqueporsusoracionesyporlosméritosdelsantoaquienestabadedicadoelmonasterio,aMasetto,quehabíasidomudolargotiempo,lehabíasido restituidaelhabla,y lehicieronmayordomo;yde talmodoserepartieronsustrabajosquepudosoportarlos.Yenellosbastantesmonaguillosengendróperocontaldiscreciónseprocedióenestoquenadallegóasabersehastadespuésdelamuertedelaabadesa,estandoyaMasettoviejoydeseosodevolverricoasucasa;loque,cuandosesupo,fácilmenteloconsiguió.Así,pues,Masetto,viejo,padreyrico,sintenereltrabajodealimentarasushijosnipagarsusgastos,porsuastuciahabiendosabidobienproveerasujuventud,allugardedondehabíasalidoconunaseguralhombro,volvió,afirmandoqueasítratabaCristoaquienleponíaloscuernossobrelaguirnalda.

NOVELASEGUNDA

UnpalafreneroyaceconlamujerdelreyAgilulfo,deloqueAgilulfosindecirnadaseapercibe,loencuentraylecortaelpelo;eltonsuradoa

todoslosdemástonsurayasísesalvadeloqueleamenaza.

Habiendo llegado el fin de la historia de Filostrato, con la que algunasvecessehabíansonrojadounpocolasseñorasyalgunasotrassehabíanreído,plugoa la reinaquePampíneasiguiesenovelando; lacual, comenzandoconsonrientegesto,dijo:

Hayalgunostanpocodiscretosalquerermostrarqueconocenysientenloque no les conviene saber, que algunas veces con esto, al castigar lasdesapercibidasfaltasdeotros,creenquesuvergüenzamenguacuandoporelcontrariolaacrecientaninfinitamente;yqueestoesverdad,pormediodesucontrario,mostrándooslaastuciadealguienquizátenidopordemenosvalorqueMasettocontra laprudenciadeunvaleroso rey, lindasseñoras,entiendoqueserádemostradopormí.

Agilulfo,reydeloslongobardos,asícomosuspredecesoreshabíanhecho,en Pavia, ciudad de la Lombardía, estableció la sede de su reino, habiendotomado por mujer a Teudelinga, que había quedado viuda de Auttari, quetambién había sido rey de los longobardos, la cual era hermosísima mujer,muysabíayhonesta,perodesventuradaenamores.Yestandoporelvaloryeljuicio de este reyAgilulfo las cosas de los longobardos prósperas y enpaz,

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sucedióqueunpalafrenerodedichareina,hombredevilísimacondiciónporsunacimientoperoporotrascosasmuchomejordeloquecorrespondíaatalvil menester, y en su persona hermoso y alto como era el rey, se enamoródesmesuradamente de la reina; y porque su bajo estado no le quitaba lacomprensióndequeesteamorsuyoestabafueradetodaconveniencia,comosabio,anadielodescubría,niaunenlamiradaseatrevíaadescubrirlo.

Y aunque sin ninguna esperanza viviese de poder agradarla nunca, segloriabaconsigosinembargodehaberpuestosuspensamientosenaltaparte;y como quien todo ardía en amoroso fuego, diligentemente hacía, más quecualquier otro de sus compañeros, todas las cosas que debían agradar a lareina.Porloquesucedíaquelareina,cuandoteníaquemontaracaballo,conmás gusto cabalgaba en el palafrén cuidado por éste que por algún otro; loque, cuando sucedía, éste se lo tomaba comograndísimo favor, y nuncadelestribo se le apartaba, teniéndose por feliz sólo con poder tocarle las ropas.Pero como vemos suceder con mucha frecuencia que cuanto disminuye laesperanza,tantosehacemayorelamor,asísucedíaconelpobrepalafrenero,mientras dolorosísimo le era poder soportar el gran deseo tan ocultamentecomolohacía,nosiendoayudadoporningunaesperanza;ymuchasveces,nopudiendodesligarsedeesteamor,deliberómorir.

Ypensandodeestemodo,tomóelpartidodequererrecibirestamuerteporalgunacosaporlaquelepareciesequemoríaporelamorquealareinahabíatenido y tenía; y esta cosa se propuso que fuera tal que en ella tentase lafortunadepoderen todooenparteconseguir sudeseo.Ynosedioadecirpalabrasalareinaoaporcartashacerlesabersuamor,quesabíaqueenvanodiríaoescribiría, sinoaquererprobar si conastuciapodría acostarsecon lareina;ynootraastucianivíahabíasinoencontrarelmododeque,comosifueseelrey,quesabíaquenoseacostabaconelladecontinuo,pudierallegaraellayentrarensucámara.Porloque,paraverenquémanerayquéhábitoelrey,cuandoibaaestarconella, iba,muchasvecespor lanocheenunagransaladelpalaciodel rey,queestabaenmedioentre lacámaradel reyyde lareina, se escondió; y una noche entre otras, vio al rey salir de su cámaraenvuelto en un gran manto y tener en una mano una pequeña antorchaencendidayenlaotraunavarita,eiralacámaradelareinay,sindecirnada,golpearunavezodoslapuertadelacámaraconaquellavarita,eincontinentiserle abierto y quitarle de la mano la antorcha. La cual cosa vista, ysemejantemente viéndolo retornar, pensó que debía hacer él otro tanto; yencontrandomododetenerunmantosemejanteaaquelquehabíavistoalreyyunaantorchayestaca,ylavándoseprimerobienenuncaldero,paraquenofuese amolestar a la reina el olordel estiércoly lahiciesedarse cuentadelengaño,conestascosas,comoacostumbraba,enlagransalaseescondió.

Ysintiendoqueyaentodaspartesdormían,ypareciéndoletiempoodedar

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efecto a su deseo o de hacer camino con alta razón a la deseada muerte,haciendo con la piedra y el eslabón que había llevado consigo un poco defuego,encendiósuantorcha,yocultoyenvueltoenelmantosefuealapuertadelacámaraydosveceslagolpeóconlavarita.Lacámaraporunacamareratoda somnolienta fue abierta y la luz cogida y ocultada; donde él, sin decircosa alguna, pasado dentro de la cortina y dejado elmanto, semetió en lacama donde la reina dormía. Y tomándola deseosamente en brazos,mostrándoseairadoporquesabíaqueeracostumbredelreyquenoqueríaoírninguna cosa cuando airado estaba,muchas veces carnalmente conoció a lareina.

Yaunquedolorosolepareciesepartir,temiendoquelademasiadademoralefueseocasióndeconvertirentristezaeldeleitetenido,selevantóytomandosumantoy la luz, sindecirnada se fue,y lo antesquepudo sevolvióa sucama. Y apenas podía estar en ella cuando el rey, levantándose, se fue lacámaradelareina,deloqueellasemaravillómucho;yhabiendoélentradoenellechoysaludándolaalegremente,ella,desualegríatomandovalor,dijo:

—Oh,señormío,¿quénovedadhayestanoche?Oshabéispartidodemuypocoha,ymásdeloacostumbradohabéistomadoplacerdemí,¿ytanprontovolvéisaempezar?Cuidaosdeloquehacéis.

El rey, al oír estas palabras, súbitamente presumió que la reina, por lasemejanzadelascostumbresydelapersonahabíasidoengañada,pero,comosabio, súbitamente pensó (pues vio que la reina no se había dado cuenta ninadiemás)quenoqueríahacerlacaerenlacuenta;loquemuchosneciosnohubieran hecho, sino que habrían dicho: «No he sido yo; ¿quién fue quienestuvo aquí?, ¿cómo fue?, ¿quién ha venido?». De lo que habrían nacidomuchas cosas por las que sin razón habrían contristado a la señora y dadomateriadedesearotravezloqueyahabíasentido;yaquello,quecallándolonopodía traerle ninguna vergüenza, diciéndolo le habría traído vituperioLecontestóentonceselrey,másenelpensamientoqueenelrostroolaspalabrasairado:

—Señora,¿noosparezcohombredepoderhaberestadootravezyvolverademásésta?

Aloqueladamacontestó:

—Señormío,sí,peroyoosruegoquemiréisporvuestrasalud.

Entonceselreydijo:

—Y que me place seguir vuestro consejo, y esta vez sin daros másempachovoyavolverme.

Y teniendo ya el ánimo lleno de ira y de rencor por lo que veía que le

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habían hecho, volviendo a tomar su manto se fue de la cámara y quisoencontrar silenciosamente quién había hecho aquello, imaginando que debíaser de la casa, y que cualquiera que fuese no habría podido salir de ella.Cogiendo,pues,unapequeñísimaluzenunalinternillasefueaunalarguísimahabitaciónqueensupalaciohabíasobrelascuadrasdeloscaballos,enlacualcasi toda su servidumbre dormía en diversas camas; y juzgando que aquienquiera que hubiese hecho aquello que la dama decía, no se le habríapodidotodavíareposarelpulsoyellatidodelcorazónporelprolongadoafán,empezandoporunodelosextremosdelahabitación,empezóairtocándoleselpechoatodos,parasabersileslatíaelcorazónconfuerza.

Como sucediese que todos dormían profundamente, el que con la reinahabíaestadonodormíatodavía;porlacualcosa,viendoveniralreyydándosecuentadeloqueandababuscando,fuertementeempezóatemblar,tantoqueelgolpeardelpechoque teníaporelcansancio fueaumentadoporelmiedo;ydándose cuenta firmemente de que, si el rey se apercibía de aquello, sintardanzaleharíamorir.Yaunquevariascosasquepodríahacerlepasaronporla cabeza, viendo sin embargo al rey sin ninguna arma, deliberó hacerse eldormido y esperar lo que el rey hiciese. Habiendo, pues, el rey a muchosbuscadoynoencontrandoaningunoaquienjuzgasehabersidoaquél,llegóaéste,ynotandoquelelatíafuertementeelcorazón,sedijo:«Ésteesaquél».

Perocomoquiennadadeloquequeríahacerentendíaquesesupiese,nolehizootracosasinoque,conunpardetijerillasquehabíallevado,lecortóunpoco de uno de los lados los cabellos, que en aquel tiempo se llevabanlarguísimos,paraporaquellaseñalreconocerlolamañanasiguiente;yhechoesto,sevolvióasucámara.Éste,quetodoaquellohabíasentido,comoquieneramalicioso,claramentesediocuentadeporquéhabíasidoseñalado;porloque,sinesperarunmomento,selevantó,yencontrandounpardetijerillas,delasqueporventurahabíaunparenlacuadraparaelserviciodeloscaballos,cautamentedirigiéndoseacuantosenaquellahabitacióndormían,a todosdemaneraigualsobrelasorejaslescortóelpelo;yhechoesto,sinqueleoyeran,sevolvióadormir.

El rey, levantado por la mañana, mandó que, antes que las puertas delpalacioseabriesen,todasuservidumbrevinieseanteél;yasísehizo.Atodosloscuales,estandodelantedeél sinnadaen lacabeza,empezóamirarparareconocer al que él había tonsurado; y viendo a lamayoría de ellos con loscabellosdeunmismomodocortados,semaravilló,ysedijo:

«Aquél a quien estoy buscando, aunque de baja condición sea, bienmuestraserhombredealtoingenio».

Luego, viendo que sin divulgarlo no podía encontrar al que buscaba,dispuestoanoquererporunapequeñavenganzacubrirsedegranvergüenza,

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sólo con unas palabras le plugo amonestarlo ymostrarle que se había dadocuentadeloocurrido;yvolviéndoseatodos,dijo:

—Quienlohizoquenolohagamás,eidosconDios.

Otrohabríaqueridodarlesuplicio,martirizarlo, interrogarleypreguntarleyalhacerlohabríadescubierto loquecualquieradebe tratardeocultar;yalponerse al descubierto, aunque se hubiera vengado cumplidamente, nomenguadosinomuchohabríaaumentadosuvergüenzaymanchadoelhonorde sumujer.Losqueaquellaspalabrasoyeron semaravillarony largamentedilucidaronentresíquéhabríaqueridodecirelreyconaquello,peronohuboningunoqueloentendiesesinosóloaquélaquientocaba.Elcual,comosabio,nunca,envidadelreylodescubrió,ninuncamássuvidacontalacciónfioalafortuna.

NOVELATERCERA

Bajoespeciedeconfesiónydepurísimaconcienciaunaseñoraenamoradadeunjoveninduceaungravefraile,sindarseélcuenta,ahallarla

maneradequeelplacerdeellatuvieseenterocumplimiento.

CallabayaPampínea,yyalaosadíaylacauteladelpalafrenerohabíasidoalabadapormuchosdeellos,ysemejantementeelbuenjuiciodelrey,cuandola reina, volviéndose hacia Filomena, le ordenó continuar; por lo cualFilomena,graciosamentecomenzóa,hablarasí:

Yo entiendo contaros una burla que fue muy justamente hecha por unahermosaseñoraaungravefraile,que tantomása todoseglaragradacuantoque éstos (la mayoría estupidísimos y hombres de extrañas maneras ycostumbres)secreenquemásquelosotrosentodaslascosasvalenysaben,cuando son de mucho menor valor, como quienes por vileza de ánimo, noteniendo inventiva para sustentarse como los demás hombres, se refugiandondepuedantenerquécomer,comoelpuerco.Laque,ohamablesseñoras,os contaré no sólo por obedecer la orden impuesta sino también paraadvertiros de que también los religiosos (a quienes nosotras, sobremaneracrédulas,demasiadafeprestamos)puedenserysonalgunasveces,noyaporloshombressinoporalgunasdenosotras,sagazmenteburlados.

Ennuestra ciudad,más llenade engañosquede amoro lealtad,nohacetodavía muchos años, hubo una noble señora adornada de belleza y decostumbres, con alteza de ánimoy con sutiles agudezas tan dotada como laque más por la naturaleza, cuyo nombre (ni tampoco ninguno otro quepertenezca a la presente historia) aunque yo lo sepa, no entiendo descubrir

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porquetodavíavivenalgunosquesellenaríanporellodeindignacióncuandocon risa se debe hablar de ello. Ésta, pues, viéndose nacida de alto linaje ycasadaconunartesano laneroporqueera riquísimo,nopudiendodeponereldesdén de su ánimo según el cual estimaba que ningún hombre de bajacondición,porriquísimoquefuese,eradignodemujernoble;yviéndoleaélademás,contodassusriquezas,nosercapazdenadasinodesaberdistinguirunamezclaohacerurdirunatelaounahilanderadisputarsobrelohilado,sepropuso no querer de ninguna manera sus abrazos sino cuando no pudieranegárselos, sino encontrar alguien a sugustoque le pareciesemásdignodeellosqueellanero.

Yenamorósedeunmuyvalerosohombreydemedianaedadtantoque,eldíaquenoloveíanopodíapasar lanochesiguientesinsentimiento;peroelhombredepro,nodándosecuentadeaquello,nadasepreocupaba,yella,quemuycautaera,niporembajadadeningunamujerniporcartaosabahacérselosaber, temiendo que podrían sobrevenir posibles peligros.Y dándose cuentaque aquél frecuentaba mucho a un religioso que, aunque fuera zopenco yobtuso,nodejabadetenerfamaentretodosdehombredemuchavalíaporqueera de santísima vida, juzgó que aquél podía ser óptimo intermediario entreellaysuamante.Yhabiendopensadoquéleconveníahacer,sefueaunahoraoportuna a la iglesia donde él iba y, haciéndole llamar, dijo que cuando leplaciera,conélqueríaconfesarse.Elfraile,viéndolayestimándolamujerdelinaje,laescuchódebuenagana,yelladespuésdelaconfesióndijo:

—Padremío,necesitorecurriravosporayudayporconsejoenloquevaisaoír.Yosé,porqueoslohedicho,queconocéisamisparientesyamimarido,por el cual soy amadamásque suvida, yningunacosadeseoque él, comohombre que es riquísimo y que puede bien hacerlo, no lo adquieraincontinenti; por las cuales cosas más que a mí misma le amo; y dejemosapartequelohiciese,perosisiquierapensasealgunacosaquecontrasuhonoro gusto fuera, ninguna mujer culpable sería más digna del fuego que yo.Ahora,unodequienenverdadnoséelnombre,peroquemeparecepersonade bien, y si no estoy engañada os frecuenta mucho, apuesto y alto en lapersona,vestidodepañososcurosmuyhonrados, talveznopercatándosedequemi intenciónera talcomoes,parecequemehapuestositioynopuedoasomarme a puerta ni ventana ni salir de casa sin que él incontinenti no sepongadelante;ymemaravillodequenoestéaquíahora;deloquemuchomeduele, porque talesmaneras hacen con frecuencia a las damas honestas sercensuradassinculpa.Hetenidoenelánimohacérselodeciralgunavezamishermanos, pero luego he pensado que los hombres hacen algunas veces lasembajadasdemaneraque las respuestasque se siguen sonmalas, de loquenacenpalabras,ydelaspalabrassellegaalasobras;porloque,paraquedañoyescándalonoseprovocasendeello,me lohecallado,ydeliberédecírosloantes a vos que a otros, tanto porque me parece que su amigo sois como

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tambiénporqueavososestábiendetalescosasnoyaalosamigossinoalosextrañosreprender.PorloqueosruegoennombredeDiosquelereprendáisyroguéis que no siga con estas costumbres. Hay bastantes mujeres que porventuraestarándispuestasaestascosasylesagradarásermiradasydeseadaspor él,mientras amíme es gravísimamolestia, como que de ningúnmodotengoelánimodispuestoatalmateria.

Y dicho esto, como si lagrimear quisiese, bajó la cabeza. El santo frailecomprendió en seguida que hablaba de aquel de quien verdaderamentehablaba, y alabando mucho a la señora por ésta su buena disposiciónfirmementecreyendoserverdad loquedecía, leprometióactuarasíyde talmaneraqueporaqueltalnoseríamolestada,ysabiendoqueeramuyrica,lealabólasobrasdecaridadylaslimosnas,contándolesusnecesidades.Aloquelaseñoradijo:

—Os lo ruego porDios; y si lo negase, decidle con firmeza que soy yoquienoshadichoestoyavosmehedolido.

Yluego,hecha laconfesióne impuesta lapenitencia,acordándosede losencomioshechosporelfrailealaslimosnas,llenándoleocultamentelamanode dineros, le rogó que dijese misas por el alma de sus muertos; ylevantándosedejuntoasuspies,sevolvióacasa.

A ver al santo fraile no después de mucho tiempo, como acostumbrabavinoelhombredepro;alcual, luegodequedeunacosaydeotrahubieranhablado juntos durante algún tiempo, llevándole aparte, con modos muycorteses le reprendió la atención y las miradas que creía que dedicaba aaquella señora, tal como ella le había explicado. El hombre de pro semaravilló,comoquiennuncalahabíamiradoyrarísimasvecesacostumbrabaapasarpordelantedesucasa,yempezóaquererexcusarse;peroelfrailenoledejóhablar,sinoqueledijo:

—Ahora, no finjasmaravillarte ni gastes palabras en negarlo, porque nopuedes; no he sabido estas cosas por los vecinos: ella misma, muchoquejándosedeti,melashadicho.Ysiatiestaschanzasyanoteestánbien,deellatedigoesto:que,sijamásheencontradoalgunaesquivaaestastonterías,ellaes;yporello,portuhonoryportutranquilidad,teruegoqueteretraigasydéjalaestarenpaz.

Elhombredepro,másagudoqueelsantofraile,sindemasiadatardanzalaarguciadelamujercomprendió,ymostrandoavergonzarseuntanto,dijoquenoseentrometeríaenaquellodeallíenadelante;yseparándosedelfraile,desucasafuea lade laseñora, lacualsiempreestabaasomadaaunapequeñaventanaporverlosipasaba.Yviéndolovenir, tanalegreytangraciosaselemostróqueélasazbienpudocomprenderquehabía laverdadentendidoporlaspalabrasdelfraile;ydeaqueldíaenadelante,asazcautamente,conplacer

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suyo y con grandísimo deleite y consuelo de la señora fingiendo que otroasuntofueseelmotivo,continuópasandoporaquelbarrio.

Perolaseñoradespuésdealgúntiempo,yaconvencidadequelegustabatantocomoélaella,deseosadeinflamarlomásyasegurarledelamorqueletenía,buscandoellugaryelmomento,alsantofrailevolvió,yechándoselealos pies en la iglesia, empezó a llorar. El fraile, viendo esto, le preguntócompasivamentequequénovedadtraía.Laseñorarepuso:

—Padremío,lasnoticiasquetraigonosonsinodeaquelmalditodeDiosamigovuestrodequienmehequejadoavoshaceunosdías,porquecreoquehayanacidoparairritarmegrandementeyparahacermehaceralgoporloquenuncapodréyaestarcontentanimeatreveréaponermeaquíavuestrospies.

—¡Cómo!—dijoelfraile—,¿nohadejadodemolestarte?

—Ciertoqueno—dijolaseñora—,puesdesdequemequejéavosdeello,comopordespecho,habiendotomadosindudaamalquemehayaquejadoavos, por una vez que pasaba, creo que después ha pasado siete por allí. YquisieraDiosqueelpasaryelmirarme lehubierabastado;perohasido tanatrevido y tan descarado que hasta ayermemandó a unamujer a casa connoticiassuyasyconsusvanidades,ycomosiyonotuvieseescarcelasocintosmemandóunaescarcelayuncinto, loquehetomadoytomotanamalquecreoquesinohubierapensadoenelescándalo,ytambiénporvuestroamor,habríaarmadounzipizape;peroalfinmeheserenadoynohequeridohacerni decir nada sin hacéroslo saber antes. Y además de esto, habiendo yadevueltolaescarcelayelcintoalamujercillaqueloshabíatraído,paraqueselos devolviese, y habiéndola despedido de malos modos, temiendo que sefueraaquedarconellosyledijeraqueyoloshabíaaceptado,comoentiendoquehacenalgunasveces,lavolvíallamaryllenadeenojoselosquitédelamanoyos loshe traídoavos,paraquese losdeisy ledigáisqueno tengonecesidadde sus cosas, porque,pormerceddeDios, ydemimarido, tengotantas escarcelas y tantos cintos que podría enterrarle con ellos.Y luego deesto,comoantesupadremeexcusoantevosdequesinosecorrige,lodiréamimaridoyamishermanos,yquesucedaloquesea;quemásquieroqueélreciba injurias sidebe recibirlasqueserdifamadapor suculpa; ¡yhermano,asíestáello!

Ydichoesto, siempre llorandofuertemente, sesacódedebajode lasayaunapreciosísimayricaescarcelaconunvaliosoyelegantecintilloyselaechóal fraileenel regazo;elcual, totalmentecreyendo loque la señora ledecía,airadodesmesuradamentelotomóydijo:

—Hija,sideestascosasteenojasnomemaravillonitereprendoporello;sinoquemuchotealaboquesigasenestomisconsejos.Yolereprendíelotrodía,yélmalhacumplidoloquemeprometió;porloque,entreaquelloyesto

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que acaba de hacer entiendo tirarle de las orejas de tal manera que no temolestemás;ytú,conlabendicióndeDios,notedejesvencertantoporlairaquevayasadecírseloaalgunodelostuyos,quepodríaseguirsedeellomuchomal.Y no pienses que de esto te va a venir ninguna calumnia, que yo serésiempre,anteDiosyanteloshombres,firmísimotestigodetuhonestidad.

La señora fingió consolarseun tanto, ydejandoesta conversación, comoquiensuavariciayladelosdemásconocía,dijo:

—Señor,estasnochessemehanaparecidomuchomispadresensueñosyme parece que están en grandísimas penas y lo que piden es limosnas,especialmente mi mamá, que me parece tan afligida e infeliz que es unalástimaverla;creoqueestépasandograndísimossufrimientosalvermeenestatribulaciónacausadeeseenemigodeDios,yporelloquerríaquemedijeseisporsusalmaslascuarentamisasgregorianasyvuestrasoraciones,afindequeDioslossaquedeaquelfuegoatormentador.

Y dicho esto, le puso en la mano un florín. El santo fraile lo tomóalegremente,yconbuenaspalabrasyconmuchosejemplosalentósudevocióny dándole su bendición la dejó irse.Y cuando se fue la señora, no dándosecuentaquelehabíatomadoelpelo,mandóaporsuamigo;elcual,venidoyviéndoleairado,seapercibióincontinentidequehabíanoticiasdelamujer,yesperóaverquédecíaelfraile.Elcual,repitiéndolelaspalabrasquelehabíadichootrasvecesyhablándoleahorainsultantementeyenojado,lereprendiómuchoporloquelehabíadicholaseñoraquehabíahecho.Elhombredepro,que todavía no veía adónde el fraile quería llegar, negaba con bastanteblanduraquelehubieramandadolaescarcelayelcinto,paraqueelpadrenolo creyese, si por acaso la mujer se la hubiera dado. Pero el padre, muyenfadado,dijo:

—¿Cómo puedes negarlo, mal hombre? Ahí lo tienes, que ella mismallorandomelohatraído:¡miraaversiloconoces!

Elhombredepro,haciendocomoqueseavergonzabamucho,dijo:

—Claroque lo conozco,yos confiesoquehehechomal;yos juroque,puesqueenesadisposiciónlaveo,quenuncamásoiréisunapalabradeesto.

Ahora,laspalabrasfueronmuchas:alfinal,elborregodelfrailelediolaescarcela y el cintillo a su amigo, y luego demucho haberle adoctrinado yrogadoquenoseocupasemásdeaquellascosas,yhabiéndoseloélprometido,le dio licencia. El hombre de pro, contentísimo de la certeza que tener leparecía del amor de lamujer y del hermoso presente, cuando se separó delfrailesefueaunlugardedondecautamentehizoasuseñoraverqueteníalaunaylaotracosa;deloquelaseñoraestuvomuycontenta,ymásaúnporqueleparecíaquesuinvenciónibadebienenmejor.

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Yno esperando nadamás ya, sino a que sumarido se fuese a cualquierparte,parafinalizarsuobra,sucedióque,poralgunarazón,nomuchodespuésdeesto tuvoelmaridoqueirhastaGénova.Yencuantosehubomontadoacaballoporlamañanaypuestoencamino,sefuelaseñoraadondeelsantofraile,yluegodemuchasquejumbres,llorando,ledijo:

—Padremío,ahorasíosdigoquenopuedoaguantarmás;peroporqueelotro día os prometí que no haría nada que antes no os dijese, he venido aexcusarmeconvos;yparaquecreáisque tengo razónen lloraryquejarme,quiero deciros lo que vuestro amigo, o diablo del infierno, me hizo estamañanapocoantesdemaitines.Noséquémalasuerte lehizosaberquemimaridosefueayerporlamañanaaGénova;peroestamañana,alahoraqueoshedicho,entróenunjardínmíoyporunárbolsubióhastalaventanademicámara,quedasobreeljardín;yyahabíaabiertolaventanayqueríaentrarenla cámara cuando yo, despertándome, me levanté de repente y me habíadispuesto a gritar, y habría gritado a no ser que él, que todavía dentro noestaba,mepidiómercedporDiosyporvos,diciéndomequiénera;conloque,al oírlo, por amorvuestrome callé, y desnuda comonací corrí a cerrarle laventanaenlacara,yélenmalahoracreoquesefue,porquenolosentímás.Ahora, si esto es cosaquepuedaaguantarse, decídmelo; en cuanto amí, noentiendosoportarlemáspuesporamordevosyalehesufridodemasiadas.

Elfrailealoírestosesintiólomásirritadodelmundoynosabíaquédecirsinoquemuchasveceslepreguntósihabíavistobienquefueseélynootro.Aloquelaseñorarepuso:

—¡AlabadoseaDios,sinovoyadistinguirleaéldecualquieraotro!Digoqueviquefueél,yaunquelonegaseél,noselocreáis.

Dijoentonceselfraile:

—Hija mía, no hay más que hablar, que esto ha sido demasiadoatrevimiento y una cosa demasiado mal hecha, e hiciste lo que debías alecharlo de allí como hiciste. Pero te ruego, puesto que Dios te libró deldeshonor,que,asícomohasseguidomiconsejodosvecesseguidas,lohagasestavez,esdecir,quesinquejartedeelloaningunodetusparientesmedejeshaceramí,yversipuedoponerlefrenoaesedemoniodesenfrenadoqueyocreíaqueeraunsanto;ysipuedollegaraapartarledeestabestialidad,bien;ysinopudiera,desdeahora tedoypermisoymibendiciónparaquehagas loqueentuánimojuzguesporbueno.

—Pues bien —dijo la señora—, por esta vez no quiero enfadaros nidesobedeceros,perohaceddemaneraqueseguardedemolestarmemás,yosprometonovolveravenirmásporesteasunto.

Ysindecirmás,comoenojada,sefuededondeelfraile.Yapenashabía

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salidodelaiglesialaseñora,cuandoelhombredeprollegó,yfuellamadoporel fraile; y llevándole aparte, le dijo losmayores insultos que nunca se handichoaunhombre,deslealyperjuroytraidorllamándolo.Éste,queyaotrasdos veces había visto lo que querían decir los reproches de este fraile,escuchándoleconatencióneingeniándoseconrespuestasperplejasenhacerlehablar,primeramenteledijo:

—¿Aquévieneesteenojo,señormío?¿HecrucificadoaCristo?

Aloqueelfrailerepuso:

—¡Miradeldesvergonzado,oídloquedice!Hablanimásnimenoscomosi hubieran pasado un año o dos y el tiempo le hubiera hecho olvidar susignominias y deshonestidad. ¿En los instantes que han pasado desde losmaitinesdeestamañanasetehanidodelacabezalasinjuriasquehashechoalprójimo?¿Dóndehasestadopocoantesdelamanecer?

Respondióelhombredepro:

—Nosédóndeheestado;muyprontoosllegaelrecadero.

—Es la verdad—dijo el fraile— que el recadero ha venido: pienso quecreístequeporqueelmaridonoestabalanobleseñoraibaaabrirtesusbrazosincontinenti. ¡Ah, qué lindo, qué hombre honrado! ¡Se ha hecho caminantenocturno,abridordejardinesyescaladordeárboles!¿Creesquecontuosadíavasavencerlasantidaddeestamujerquedenochetelesubesalasventanasporlosárboles?Nadahayenelmundoqueladesagradetantocomotú;ytúnocejas.En verdad, dejemos que ella te lo ha demostradomuchas veces, perotambién conmis correcciones te has enmendadomucho. Pero voy a decirteunacosa:hastaahora,noporel amorque te tenga, sinoa instanciasdemisruegoshacalladoloquelehashecho;peronovaacallarsemás: lehedadopermisoparaque,siladesagradasenalgomás,hagaloqueleparezca.¿Yquéharássiselodiceasushermanos?

El hombre de pro, habiendo comprendido suficientemente lo que leconvenía,comomejorsupoypudo,conmuchaspromesastranquilizóalfraile;ydespidiéndosedeél,alllegarmaitinesdelanochesiguiente,entrandoeneljardín y subiendo por el árbol y hallando la ventana abierta, semetió en laalcoba,ylomásprontoquepudoseechóenlosbrazosdesuhermosaseñora.La cual, con grandísimo deseo habiéndolo esperado, alegremente le recibiódiciendo:

—Gracias sean dadas al señor fraile que tan bien te enseñó elmodo devenir.

Ydespués,tomandoplacerelunodelotro,hablandoyriéndosemuchodelasimplicidaddelbrutofraile,injuriandoloscoposdelanaylospeinesylas

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cardenchas,juntossesolazaroncondeleite.Yponiendoenordensusasuntos,de tal manera hicieron que, sin tener que recurrir de nuevo al señor fraile,muchasotrasnochesconigualcontentosereunieron;alquepidoaDiosporsusantamisericordiaquemelleveprontoamíyatodaslasalmascristianasquelodeseen.

NOVELACUARTA

DonFeliceenseñaalhermanoPucciocómoganarlabienaventuranzahaciendounapenitenciaqueélconoce;laqueelhermanoPucciohace,y

donFelice,mientrastanto,conlamujerdelhermanosedivierte.

LuegodequeFilomena, terminadasuhistoria,secalló,habiendoDioneocon dulces palabras mucho alabado el ingenio de la señora y también laplegaria hecha por Filomena al terminar, la reina miró hacia Pánfilosonriéndoseydijo:

—Pues ahora, Pánfilo, alarga con alguna cosilla placentera nuestroentretenimiento.

Pánfiloprontamenterepusoquedebuengrado,ycomenzó:

Señora,bastantespersonashayque,mientrasseesfuerzaneniralparaíso,sindarsecuentaaquienmandanallíesaotro;loqueaunavecinanuestra,nohacetodavíamuchotiempo,talcomopodréisoír,lesucedió.

Según he oído decir, vecino deSanBrancazio vivía un hombre bueno yricoqueera llamadoPucciodeRinieri,queluego,habiéndoseentregadoporcompleto a las cosas espirituales, se hizo beato de esos de San Francisco ytomóelnombredehermanoPuccio;ysiguiendosuvidaespiritual,comootrafamilia no tenía sino su mujer y una criada, y no necesitaba ocuparse enningúnoficio,ibamuchoalaiglesia.Yporqueerahombresimpleyderudaíndole, decía suspadrenuestros, iba a los sermones, iba a lasmisasynuncafaltabaalaslaúdesquecantabanlosseglares;yayunabaysedisciplinaba,ysehabíacorridolavozdequeeradelosflagelantes.Lamujer,aquienllamabanseñora Isabetta, joven de sólo veintiocho o treinta años, fresca y hermosa yredonditaqueparecíaunamanzanacasolana,porlasantidaddelmaridoytalvezporlavejezestabaconmuchafrecuenciaadietasmuchomáslargasdeloquehubieraquerido;ycuandohubieraqueridodormirse,o talvez juguetearconél,él lecontaba lavidadeCristoo lossermonesdefrayAnastasiooelllantodelaMagdalenauotrascosassemejantes.

Volvió en estos tiempos de París un monje llamado don Felice, delconventodeSanBrancazio, el cualbastante jovenyhermosoen supersona

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era,ydeagudoingenioydeprofundaciencia,conelcualfrayPuccioseligóconestrechaamistad.Yporqueél todassusdudasse lasresolvía,yademás,habiendoconocidosucondición,selemostrabasantísimo,empezóelhermanoPuccioallevárseloalgunasvecesacasayadarledealmorzarycenar,segúnveníaalcaso;ylamujertambién,poramordefrayPuccio,sehabíahechoasucompañíaydebuengradolehacíaloshonores.Continuando,pues,elmonjelasvisitasacasadefrayPuccioyviendoalamujertanfrescayredondita,sediocuentadecuálera lacosadequemáscarecía;ypensósinopodría,porquitarle trabajosafrayPuccio,suplírselaél.Yechándolemiradasunayotravez,bienastutamente,tantohizoqueencendióensumenteaquelmismodeseoque él tenía; de lo que habiéndose apercibido el monje, lo antes que pudohablóconelladesusdeseos.

Peroaunquebienlaencontrasedispuestaarematarelasunto,nosepodíaencontrarelmodo,porqueelladeningúnlugardelmundosefiabaparaestarcon elmonje sino de su casa; y en su casa no se podía porque el hermanoPucciono salía nuncade la ciudad.Por loque elmonje teníagranpesar; yluegodemuchoseleocurrióunmododepoderestarconlamujerensucasasinsospechas,aunqueelhermanoPuccioallíestuviera.YhabiendoundíaidoaestarconélelhermanoPuccio,ledijoasí.

—Yamehedadocuentamuchasveces,hermanoPuccio,dequetumayordeseo es llegar a ser santo, a lo que me parece que vas por un caminodemasiado largo cuandohayunoque esmuy corto, que el papay sus otrosprelados mayores, que lo saben y lo ponen en práctica, no quieren que sedivulgueporqueelordenclerical,quelamayoríavivedelimosna,incontinentisería deshecho, como que los seglares dejarían de atenderle con limosnas yotrascosas.Perocomoeresamigomíoymehashonradomucho,siyocreyeraque no vas a decírselo a nadie en el mundo, y quisieras seguirlo, te loenseñaría.

ElhermanoPuccio,deseandoaquellacosa,primeroempezóarogarlecongrandísimas instancias que se la enseñase y luego a jurarle que jamás, sinocuandoélquisiera,anadielodiría,afirmandoquesitalcosaeraquepudieraseguirla,sepondríaaello.

—Puestoqueasímeloprometes—dijoelmonje—telaexplicaré.Debessaber que los santos Doctores sostienen que quien quiere llegar abienaventuradodebehacerlapenitenciaquevasaoír;peroentiéndelobien:nodigo que después de la penitencia no seas tan pecador como eres, perosucederáquelospecadosquehashechohastalahoradelapenitenciaestaránpurgadosymedianteellaperdonadosylosquehagasdespuésnoseescribiránparatucondenaciónsinoqueseiránconelaguabenditacomoahorahacenlosveniales.Debe,pues,elhombrecongrandiligenciaconfesarsedesuspecadoscuandovaacomenzarlapenitencia,yluegodeellodebecomenzarunayuno

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yunaabstinenciagrandísima,queconvienequedurecuarentadías,enlosquenoyadeotramujersinodetocarlasuyapropiadebeabstenerse.Yademásdeesto,tienesquetenerentupropiacasaalgúnsitiodondeporlanochepuedasverelcielo,yhacialahoradecompletasirteaestelugar;ytenerallíunatablamuyanchacolocadadeguisaque,estandoenpie,puedasapoyar losriñonesenellay,conlospiesentierra,extenderlosbrazosaguisadecrucifijo;ysilosquieresapoyarenalgunaclavijapuedeshacerlo;ydeestamaneramirandoelcielo, estar sin moverte un punto hasta maitines. Y si fueses letrado teconvendríaenestetiempodecirciertasoracionesquevoyadarte;perocomono lo eres debes rezar trescientos padrenuestros con trescientas avemarías yalabanzasa laTrinidad,ymirandoalcielo tenersiempreen lamemoriaqueDioshasidoelcreadordelcieloydelatierra,ylapasióndeCristoestandodelamismamaneraenqueestuvoélenlacruz.Luego,altocarmaitines,puedessi quieres irte, y así vestido echarte en la cama y dormir; y a la mañanasiguiente debes ir a la iglesia y oír allí por lo menos tres misas y decircincuenta padrenuestros con otras tantas avemarías y, después de esto, consencillez hacer algunos de tus negocios si tienes alguno que hacer, y luegoalmorzareirdespuésdevísperasalaiglesiaydecirciertasoracionesquetedaréescritas, sin lasquenosepuedepasar,y luegoacompletasvolvera loantes dicho.Y haciendo esto, como yo he hecho, espero que al terminar lapenitencia sentirás la maravillosa sensación de la beatitud eterna, si la hashechocondevoción.

ElhermanoPucciodijoentonces:

—Estonoescosademasiadopesadanidemasiado larga,ydebepodersehacerbastantebien;yporelloquieroempezareldomingoennombredeDios.

Yseparándosedeélyyéndoseacasa,ordenadamente,consulicenciaparahacerlo,asumujercontótodo.Lamujerentendiódemasiadobien,poraquellodeestarsequietohasta lamañanasinmoverse, loquequeríadecirelmonje,porloque,pareciéndolebueninvento,ledijoquedeestoydecualquieraotrobienquehicieseasualma,estabaellacontenta;yque,paraqueDioshicierasupenitenciaprovechosa,queríaconélayunar,perohacerlodemásno.

Habiendo quedado, pues, de acuerdo, llegado el domingo, el hermanoPuccioempezósupenitencia,yelseñorfraile,habiéndosepuestodeacuerdoconlamujer,aunahoraenqueservistonopodía, lamayoríadelasnochesvenía a cenar con ella, trayendo siempre con él buenosmanjares y bebidas;luego,seacostabaconellahastalahorademaitines,alacual,levantándose,seiba,yelhermanoPucciovolvíaalacama.EstabaellugarqueelhermanoPuccio había elegido para cumplir su penitencia junto a la alcoba donde seacostaba la mujer, y nada más estaba separado de ella por una pareddelgadísima;porloque,retozandoelseñormonjedemasiadodesbocadamenteconlamujeryellaconél,leparecióalhermanoPucciosentiruntemblordel

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suelo de la casa; por lo que, habiendo ya dicho cien de sus padrenuestros,haciendounapausa,llamóalamujersinmoverse,ylepreguntóquéhacía.Lamujer, que era ingeniosa, tal vez cabalgando entonces en la bestia de SanBenitooladeSanJuanGualberto,respondió:

—¡Afe,marido,quememeneotodoloquepuedo!

DijoentonceselhermanoPuccio:

—¿Cómoquetemeneas?¿Quéquieredeciresodemenearte?

Lamujer, riéndose, porque aguda y valerosa era, y porque tal vez teníamotivodereírse,respondió:

—¿Cómo no sabéis lo que quiero decir? Pues yo lo he oído decir milveces:«Quienporlanochenocena,todalanochesemenea».

SecreyóelhermanoPuccioqueelayuno,queconélfingíahacer,fueselarazóndenopoderdormir,yqueporellosemeneabaenlacama;porloque,debuenafe,dijo:

—Mujer,yatelohedicho:«Noayunes»;peropuestoquelohasqueridohacernopiensesenello;piensaendescansar;quedastalesvueltasenlacamaquehacesmoversetodo.

Dijoentonceslamujer:

—Noospreocupéis,no;bienséloquemehago;hacedbienlovuestroqueyoharébienlomíosipuedo.

Secallóentonces,pues,elhermanoPuccioyvolvióasuspadrenuestros,ylamujeryelseñormonjedesdeaquellanocheenadelante,haciendocolocaruna cama en otra parte de la casa, allí mientras duraba el tiempo de lapenitenciadelhermanoPucciocongrandísimafiestaseestaban;yauntiempose iba elmonje y lamujer volvía a su cama, y a los pocos instantes de supenitenciaveníaaellaelhermanoPuccio.Continuando,pues,entalmaneraelhermano la penitencia y la mujer con el monje su deleite, muchas vecesbromeandoledijo:

—TúhaceshacerunapenitenciaalhermanoPuccioquenoshaganadoanosotroselparaíso.

Ypareciéndolealamujerqueleibabien,tantoseaficionóalascomidasdelmonje,quehabiendosidoporelmaridolargamentetenidaadieta,aunquese terminase la penitencia del hermano Puccio, encontró el modo dealimentarseconélenotraparte,ycondiscreciónmuchotiempoenéltomósuplacer.Por loque,paraque lasúltimaspalabrasno seandiscordantesde lasprimeras, sucedió que, con lo que el hermano Puccio creyó que ganaba elparaísohaciendopenitencia,mandóallíalmonje(queanteslehabíaenseñado

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el caminode ir) y a lamujer que vivía con él en granpenuria de lo que elseñormonje,comomisericordioso,ledioabundantemente.

NOVELAQUINTA

ElAcicaladoregalaamicerFrancescoVergellesiunpalafrénsuyo,yporellohablaasumujerconsupermiso;ycomoellacalla,élsecontestacomosifueraella,yasurespuestalesigueelefectoconsiguiente.

HabíaPánfiloterminadolahistoriadelhermanoPuccio,nosinrisasdelasseñoras,cuandoseñorialmentelareinamandóaElisaquecontinuase;lacual,unsíesnoesdesdeñosanopormaliciasinoporhábitoantiguo,asíempezóahablar:

Muchos que mucho saben, se creen que otros no saben nada, y ellos,muchasveces,mientrascreenengañaraotros,despuésconocenquehansidolos engañados; por la cual cosa reputo gran locura la de quien se pone sinnecesidaddeprobarlasfuerzasdelingenioajeno.Peroporquetalveztodosnoserían de mi opinión, lo que sucedió a un caballero pistoyés, siguiendo elordendelosrazonamientos,meplacecontaros:

HuboenPistoyaenlafamiliadelosVergellesiuncaballerollamadomicerFrancesco,hombremuyricoysabioyprecavidoademás,peroavarísimosinmesura; el cual, debiendo ir a Milán como podestá, de todas las cosasoportunas para ir honradamente se había provisto, salvo de un palafrén quefueseadecuadamentebuenoparasurango;ynoencontrandoningunoque leagradase, estaba preocupado por ello. Había entonces un joven en Pistoyacuyo nombre era Ricciardo, de bajo nacimiento pero muy rico, que tanadornado y pulido iba en su persona, que era generalmente llamado elAcicalado; y durante mucho tiempo había amado y cortejado en vano a lamujerdemicerFrancesco,lacualerahermosísimaymuyhonesta.

PuesésteteníaunodelosmásbellospalafrenesdeToscana,yloteníaenmuchoaprecioporsubelleza;ysiendopúblicoatodoelmundoquecortejabaa lamujer demicerFrancesco, huboquien le dijo que si él se lo pidiese loobtendríaporelamorqueeltalAcicaladoteníaasumujer.MicerFrancesco,llevadoporlaavaricia,haciendollamaralAcicaladolepidióquevendiesesupalafrén,paraqueelAcicaladoseloofreciesecomopresente.ElAcicalado,aloíraquello,sepusocontento,yrespondióalcaballero:

—Micer, si me dieseis todo lo que tenéis en el mundo no podríaiscomprarmemipalafrén;perocomodonpodríaistenerlocuandogustaseisconestacondición:queyo,antesdequelotoméis,pueda,convuestraveniayen

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vuestrapresencia,deciralgunaspalabrasavuestramujertanapartadodetodapersonaquenoseaoídomásqueporella.

Elcaballero,llevadoporlaavariciayesperandopoderburlarle,repusoqueleplacía,yquecuantoélquisiese;ydejándoloenlasaladesupalacio,sefuealacámaradelaseñora,ycuandolehubodichoquéfácilmentepodíaganarelpalafrén, le ordenó que viniera a oír alAcicalado, pero que se guardase decontestarlepoconimuchoanadaqueél ledijera.Laseñorareprobómuchoaquello,perocomoleconveníadargustoalmarido,dijoqueloharía,ydetrásdelmaridosefuea lasalaaoír loqueelAcicaladoquisieradecirle.Elcualhabiendoconfirmadosupactoconelcaballero,enunapartedelasalabastantealejadadecualquierpersonasesentójuntoalaseñoraycomenzóahablarasí:

—Honradaseñora,mepareceserciertoquesoistansabía,quemuybien,hacemucho tiempo, habréis podido comprender a cuán grande amorme hallevado a teneros vuestra hermosura, que sin falta sobrepasa cualquiera otraque me haya parecido ver. Dejo a un lado las costumbres loables y lassingulares virtudes que en vos hay, las cuales tendrían fuerza para apresarcualquieraltoánimodecualquierhombre;yporellonoesnecesarioqueosmuestreconpalabrasqueaquélha sidoelmayorymás fervienteque jamáshombre alguno sintió hacia alguna mujer, y así será sin falta mientras mimísera vida sostenga estosmiembros, ymás aún, que, si allí como aquí seama,perpetuamenteosamaré.Yporellopodéisestarseguraquenadatenéis,seapreciosoodepocovalor,quemásvuestropodáisteneryentodomomentodisponerdeellocomodemí,por loqueyovalga,ysemejantementedemiscosas.Yparaquetengáiscertísimapruebadeesto,osdigoquereputarécomolamayorgraciaquecualquieracosaqueyopudierahaceryqueospluguiesememandaseis,quenadahabráque,mandándoloyo,todosprestísimamentenomeobedecieran.Porlocual,sisoytanvuestrocomooísquelosoy,noosaréinmerecidamenteelevarmisruegosavuestraalteza,delacualtansólotodamipaz, todomibienymisaludpuedevenirme,ynodeotraparte:yasícomohumildísimoservidorosruego,carobienmíoyúnicaesperanzademialma,que esperando que el amoroso fuego en vos se alimente, que vuestrabenignidadsea tanta,yasíablandevuestrapasadadurezamostradahaciamí(que vuestro soy) que yo, reconfortado con vuestra piedad, pueda decir quecomodevuestrahermosurameheenamorado,porellahedetenerlavida;lacual, si a mis ruegos el altanero ánimo vuestro no se inclina, sin faltadesfallecerá,ymemoriré,ypodréisserllamadahomicidamía.Ydejemosquemimuerte noos hiciesehonor, nodejode creer que, remordiéndoos algunavezlaconciencianoosdoleríahaberlohecho,ytalvez,mejordispuesta,convos misma diríais: «¡Ah!, ¡qué mal hice al no tener misericordia de miAcicalado!». Y no sirviendo de nada este arrepentiros os sería ocasión demayor sufrimiento; por lo que, para que no suceda, ahora que socorrermepodéis,tenedmelástima,yantesdequemueramoveosatenermisericordiade

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mí,porqueenvossolaestáelhacermeelmásfelizyelmásdolientehombrequevive.Esperoqueseatantavuestracortesíaquenosufráisqueportantoytal amor reciba lamuerteporgalardón, sino con alegre respuestay llenadegracia reconfortéismis espíritus que todos espantados tiemblan ante vuestrapresencia.

Y callándose aquí, algunas lágrimas, después de profundísimos suspiros,vertidas,sepusoaesperarloquelanobleseñoralerespondiera.Laseñora,alacualellargocortejar,eljustar,lasserenatasylasdemáscosassemejantesaéstas hechas por amor suyo por el Acicalado no habían podido conmover,conmovieron las afectuosas palabras dichas por el ferventísimo amante, ycomenzóasentir loqueantesnuncahabía sentido,estoes,quéeraamor.Yaunque,porobedecer laordendadaporelmarido,callase,nopudoporellodejardeesconderconalgúnsuspirilloloquedebuenagana,respondiendoalAcicalado,hubierapuestodemanifiesto.

ElAcicalado,habiendoesperadountantoyviendoqueningunarespuestaleseguía,semaravilló,yenseguidaempezóadarsecuentadelarteusadaporelcaballero;perosinembargo,mirándolaalacarayviendoalgúnfulgurardesusojoshaciaélalgunasvecesvueltos,yademásdeellosintiendolossuspirosque con toda la fuerza de su pecho dejaba salir, cobró alguna esperanza y,ayudado por ella, tuvo una rara idea; y comenzó como si fuera la señora,oyéndoloella,aresponderseasímismodetalguisa:

—Acicaladomío,sindudahagrantiempoquemeheapercibidodequetuamorhaciamíesgrandísimoyperfecto,yahoraportuspalabrasmayormentelo conozco, y estoy contenta, como debo. Empero, si dura y cruel te heparecido,noquieroquecreasqueenmiánimohesidocomohemostradoenelgesto;puessiempreteheamadoyqueridomásqueacualquierhombre,peromehaconvenidohacerloasípormiedodelosdemásyporpreservarmifamadehonestidad.Peroahoravieneeltiempoenquepodréclaramentemostrartesiteamoyconcederteelgalardóndelamorquemehastenidoymetienes;ypor ello consuélate y ten esperanza porque micer Francesco está por irsedentrodepocosdíasaMiláncomopodestá,comosabestú,queporamormíole has donado tu hermoso palafrén; y cuando se haya ido, sin falta te doypalabra,porelbuenamorquetetengo,quenopasaránmuchosdíassinquetereúnasconmigoyanuestroamordemosplacenteroyenterocumplimiento.Yparaquenotetengaotravezquehablardeestamateria,desdeahoratedigoque el día en que veas dos paños de manos tendidos en la ventana de mialcoba, que da sobre nuestro jardín, aquella noche, cuidando bien de no servisto, ven a mí por la puerta del jardín: me encontrarás allí esperándote yjuntos tendremostodalanochefiestayplacerelunoconelotro tantocomodeseemos.

ApenashabíaelAcicaladohabladoasícomosifueraéllaseñora,cuando

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empezóahablarporsímismo,yrespondióasí:

—Carísimaseñora,estáporlasuperabundantealegríadevuestrafavorablerespuestatancolmadatodamivirtudqueapenaspuedoformularlarespuestapararendiros lasdebidasgracias,perosipudiesehablarcomodeseo,ningúntérmino es tan largo queme bastase a poder agradeceros plenamente comoquerría y como me convendría hacer; y por ello a vuestra discretaconsideraciónatañeconocerloqueyo,aunquelodesee,nopuedoexplicarconpalabras. Sólo os digo que lo queme habéis ordenado pensaré en hacer sinfalta,ytalvezentonces,mástranquilizadocontangrandoncomomehabéisconcedido, me imaginaré cuanto pueda en daros las gracias mayores quepueda.Ypuesaquínoqueda,alpresente,nadaquedecir,carísimaseñoramía,Diososdéaquellaalegríaybienquedeseéismayor,yaDiososencomiendo.

Atodoestonodijolaseñoraunasolapalabra;conloqueelAcicaladosepusoenpieyempezóaandarhaciaelcaballero,elcual,viéndoloenpie, lesalióalencuentro,yriendoledijo:

—¿Quéteparece?¿Hecumplidobienmipromesa?

—Micer,no—repusoelAcicalado—,quemeprometisteisdejarmehablarconvuestramujerymehabéisdejadohablarconunaestatuademármol.Estaspalabrasagradaronmuchoalcaballero,elcual,aunqueyateníabuenaopinióndesumujer,todavíalatuvomejorporellas;ydijo:

—Ahoraesbienmíoelpalafrénquefuetuyo.

AloqueelAcicaladorespondió:

—Micer,sí,perosiyohubieracreídosacardeestagraciarecibidadevostalfrutocomohesacado,sinpedíroslaoslohabríadado;yquisieraDiosquelo hubiera hecho, porque vos habéis comprado el palafrén y yo no lo hevendido.

Elcaballeroseriodeesto,yyaprovistodepalafrén,deallíapocosdíassepuso en camino y haciaMilán se fue como podestá. Lamujer, quedándoselibreensucasa,dándolevueltasalaspalabrasdelAcicaladoyalamorqueleteníayalpalafrénqueporsuamorhabíaregalado,yviéndolodesdesucasapasarconmuchafrecuencia,sedijo:

«¿Qué es lo que hago?, ¿por qué pierdo mi juventud? Éste se ha ido aMilánynovolveráhastadentrodeseismeses;¿ycuándomelosdevolverá?,¿cuandoseavieja?Yademásdeesto,¿cuándovolveréaencontrarunamantecomo elAcicalado?Estoy sola, de nadie tengo que temer; no sé porque nocojo el goce mientras puedo; no siempre tendré la ocasión como la tengoahora:estono losabránuncanadie,ysi tuvieraquesaberse,mejoreshaceralgoyarrepentirsequenohacerloyarrepentirse».

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Y así aconsejándose a símisma, un día puso dos paños demanos en laventanadeljardín,comolehabíadichoelAcicalado;loscualessiendovistosporelAcicalado,contentísimo,alvenirlanoche,secretamenteysolosefuealapuertadeljardíndelaseñorayloencontróabierto;ydeaquísefueaotrapuertaquedabaalaentradadelacasa,dondeencontróalanobleseñoraquelo esperaba. La cual, viéndole venir, levantándose a su encuentro, congrandísimafiestalerecibió,yél,abrazándolaybesándolacienmilveces,porla escalera arriba la siguió; y sin ninguna tardanza acostándose, los últimostérminos del amor conocieron.Yno fue esta vez la última, aunque fuese laprimera:porquemientraselcaballeroestuvoenMilán,ytambiéndespuésdesu vuelta, volvió allí, con grandísimo placer de cada una de las partes, elAcicaladomuchasotrasveces.

NOVELASEXTA

RicciardoMinútoloamaalamujerdeFilippelloSighinolfo,alaqueadvirtiendocelosaydiciéndolequeFilippelloaldíasiguientevaa

reunirseconsumujerenunosbaños,lahaceirallíy,creyendoquehaestadoconelmaridoseencuentraconqueconRicciardohaestado.

Nada más quedaba por decir a Elisa cuando, alabada la sagacidad deAcicalado, la reina impuso a Fiameta que procediese con una, y ella, todasonriente,repuso:

—Señora,debuengrado.

Ycomenzó:

Algoconvienesalirdenuestraciudad,quetantocomoescopiosaenotrascosasloesenejemplosdetodaclase,ycomoElisahahecho,algodelascosasqueporelmundohansucedidocontar,yporello,pasandoaNápoles,cómounadeestasbeatasquesemuestrantanesquivasalamorfueporelingeniodesuamantellevadaasentirlosfrutosdelamorantesdequehubieseconocidolasflores;loqueauntiempoosrecomendarácautelaenlascosasquepuedansobrevenirosyosdeleitaráconlassucedidas.

EnNápoles,ciudadantiquísimaytalveztandeleitable,omás,quealgunaotraenItalia,hubounjovenpreclaroporlanoblezadesusangreyespléndidoporsusmuchasriquezas,cuyonombrefueRicciardoMinútolo,elcual,apesardequepormujerteníaaunahermosísimaygraciosajoven,seenamoródeunaque,segúnlaopiniónde todos,enmuchosobrepasabaenhermosuraa todaslas demás damas napolitanas, y era llamada Catella, mujer de un jovenigualmentenoblellamadoFilippelloSighinolfo,alCualella,honestísima,más

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queanadaamabayteníaenaprecio.Amando,pues,RicciardoMinútoloaestaCatellayponiendoenobra todasaquellascosaspor lascuales lagraciayelamor de unamujer deben poder conquistarse, y con todo ello no pudiendollegaranadadeloquedeseaba,sedesesperaba,ydelamornosabiendoonopudiendodesenlazarse,nisabíamorirnileaprovechabavivir.

Y en tal disposición estando, sucedió que por las mujeres que eran susparientesfueundíabastantealentadoparaquesedeshiciesedetalamor,porel que en vano se cansaba, como fuera que Catella no tenía otro bien queFilippello,delqueeratancelosaquelospájarosqueporelairevolabantemíaqueseloquitasen.Ricciardo,oídosloscelosdeCatella,súbitamenteimaginóunamanerade satisfacer susdeseosycomenzóamostrarsedesesperadodelamor de Catella y a haberlo puesto en otra noble señora, y por amor suyocomenzóamostrarsejustandoycontendiendoyahacertodasaquellascosasqueporCatellasolíahacer.Ynolohabíahechomuchotiempocuandoenelánimo de todos los napolitanos, y también de Catella, estaba que ya no aCatella sino a esta segunda señora amaba sumamente, y tanto en estoperseveró que tan por cierto por todos era tenido ello que hasta Catellaabandonó la esquivez que con él usaba por el amor que tenerla solía, yfamiliarmente,comovecino,aliryalvenirlesaludabacomohacíaalosotros.

Ahora, sucedió que, estando caluroso el tiempo, muchas compañías dedamasycaballeros,segúnlacostumbredelosnapolitanos,fueronarecrearsea la orilla del mar y a almorzar allí y a cenar allí; sabiendo Ricciardo queCatella con su compañía había ido, también él con sus amigos fue, y en lacompañía de las damas de Catella fue recibido, haciéndose primero rogarmucho,comosinoestuviesemuydeseosodequedarseallí.Allílasseñoras,yCatellaconellas,empezaronagastarlebromassobresunuevoamor,enelquemostrándosemuyinflamado,máslesdabamateriaparahablar.

Alcabo,habiéndoseidounadelasseñorasacáylaotraallá,comosehaceen aquellos lugares, habiéndose quedado Catella con pocas allí dondeRicciardo estaba, dejó caer Ricciardo mirándola a ella una alusión a ciertoamordeFilippellosumarido,porloqueellasintiósúbitoscelosypordentrocomenzó toda a arder en deseos de saber lo que Ricciardo quería decir. Yluegodecontenerseunpoco,nopudiendomáscontenerse, rogóaRicciardoque,porelamordelaseñoraaquienélmásamaba,lepluguieseaclararleloquedichohabíadeFilippello.Elcualledijo:

—Mehabéisconjuradoporalguienporquiennoososonegarnadaquemepidáis,yporelloestoyprontoadecíroslo,conquemeprometáisqueniunapalabradiréisaélniaotro,sinocuandoveáisporloshechosqueesverdadloquevoyacontaros,quesiloqueréisosenseñarécómopodéisverlo.

Alaseñoraleagradóloquelepedía,ymáscreyóqueeraverdad,ylejuró

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no decirlo nunca. Retirados, pues, aparte, para no ser oídos por los demás,Ricciardocomenzóadecirleasí:

—Señora,siyoosamasecomoosamé,noosaríadecirosnadaquecreyeseque iba a doleros, pero porque aquel amor ha pasadome cuidarémenos dedeciroslaverdaddetodo.NosésiFilippelloalgunaveztomóaultrajeelamorqueyoostenía,osihatenidoelpensamientodequealgunavezfuiamadoporvos, pero haya sido esto o no, amí nuncame demostró nada. Pero tal vezesperandoelmomentooportunoenquehacreídoqueyomenossospechaba,muestraquererhacermeamíloquemetemoquepiensaquelehayahechoyo,esdecir,quererteneramimujerparaplacersuyo,yaloquemeparecelahasolicitado desde hace nomucho tiempo hasta ahora conmuchas embajadas,que todas he sabido por ella, y ella le ha dado respuesta según yo lo heordenado. Pero estamañana, antes de venir aquí, encontré conmimujer encasaaunamujerensecretoconciliábulo,queenseguidameparecióquefueseloqueera;porloquellaméamimujerylepreguntéquéqueríaaquélla.Medijo: «Es ese aguijón de Filippello, al que con ese darle respuestas yesperanzastúmehasechadoencima,ydicequedeltodoquieresaberloqueentiendohacer, yque, si yoquisiera, haríaqueyopudiera ir secretamente aunacasadebañosdeestaciudadyconestomeruegaymecansa,ysinofueseporquemehashecho,noséporqué,tenerestostratos,melohabríaquitadodeencima de tal manera que jamás habría puesto los ojos donde yo hubieraestado».Ahorameparecequehaidodemasiadolejosyqueyanoselepuedesufrirmás,ydecírosloparaqueconozcáisquérecompensarecibevuestrafiellealtadpor laqueyoestuveapuntodemorir.Yparaquenocreáisquesoncuentosyfábulas,sinoquepodáis,siosdanganasdeello,abiertamenteverloytocarlo,hicequemimujerdieseaaquellaqueesperabaestarespuesta:queestabaprontaaestarmañanahacianona,cuandolagenteduerme,enesacasadebaños,conloquelamujersefuecontentísima.Ahora,nocreoquecreáisqueibaamandarlaallí,perosiyoestuvieseenvuestrolugarharíaqueélmeencontrase allí en lugar de aquélla con quien piensa encontrarse, y cuandohubieraestadountantoconél,leharíaverconquiénhabíaestado,yelhonorque le conviene se loharía; yhaciendoesto creoque se lepondría en tantavergüenzaqueenelmismopuntolainjuriaqueavosyamíquierehacerseríavengada.

Catella,aloíresto,sintenerenconsideraciónquiéneraquienselodecíanisusengaños,segúnlacostumbredeloscelosos,diosúbitamentefeaaquellaspalabras, y ciertas cosaspasadas antes comenzóa encajar conestehecho;yencendiéndose con súbita ira, repusoque ciertamente ellaharía aquello, quenoeratangrantrabajohacerloyqueciertamentesiélibaallíleharíapasartalvergüenza que siempre que viera a algunamujer después se le vendría a lamemoria. Ricciardo, contento con esto y pareciéndole que su invento habíasidobuenoydabaresultado,conotrasmuchaspalabraslaconfirmóenelloy

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acrecentósucredulidad,rogándole,noobstante,quenodijesejamásqueselohabíadichoél;loqueellaleprometióporsuhonor.

A la mañana siguiente, Ricciardo se fue a una buena mujer que dirigíaaquellosbañosquelehabíadichoaCatella,yledijoloqueentendíahacer,yle rogóqueenaquello leayudasecuantopudiera.Labuenamujer,quemuyobligadaleestaba,ledijoqueloharíadegrado,yconélconcertóloquehabíadehacerodecir.Tenía ésta, en la casadondeestaban losbaños,unaalcobamuyoscura,comoqueenellaningunaventanaporlaqueentraselaluzhabía.Aquélla, según las indicacionesdeRicciardo,preparó labuenamujerehizodentro una cama lo mejor que pudo, en la que Ricciardo, como lo habíaplaneado,semetióysepusoaesperaraCatella.

Laseñora,oídaslaspalabrasdeRicciardoyhabiéndolesdadomásfedeloquemerecían, llena de indignación, volvió por la noche a casa, adonde poracasoFilippelloembebidoenotropensamientotambiénvolvióynolehizotalvez la acogida que acostumbraba a hacerle. Lo que, viéndolo ella, tuvomayoressospechasdelasquetenía,diciéndoseasímisma:

«Enverdad,éstetieneelánimopuestoenlamujerconquienmañanacreequevaadarseplacerygusto,perociertamenteestonosucederá».

Y con tal pensamiento, e imaginando qué debía decirle cuando hubieraestadoconél,pasótodalanoche.Pero¿aquémás?Venidanona,CatellatomósucompañíaysinmudardepropósitosefueaaquellosbañosqueRicciardolehabíaenseñado;yencontrandoallíalabuenamujerlepreguntósiFilippellohabíaestadoallíaqueldía.Aloquelabuenamujer,adoctrinadaporRicciardo,dijo:

—¿Soislaseñoraquedebevenirahablarconél?

RespondióCatella:

—Sísoy.

—Pues—dijolabuenamujer—,andadconél.

Catella, que andaba buscando lo que no habría querido encontrar,haciéndose llevara laalcobadondeestabaRicciardo,con lacabezacubiertaentróenellaycerrópordentro.Ricciardo,viéndolavenir,alegresepusoenpieyrecibiéndolaensusbrazosdijoquedamente:

—¡Bienvenidaseaelalmamía!

Catella,paramostrarqueeraotradelaqueera,loabrazóylobesólehizograndes fiestas sin decir una palabra, temiendo que si hablaba fuese por élreconocida.Laalcobaeraoscurísima,conloquecadaunadelaspartesestabacontenta; y no por estar allí mucho tiempo cobraban los ojosmayor poder.Ricciardo la condujo a la cama y allí, sin hablar para que no pudiese

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distinguirselavoz,porgrandísimoespacioconmayorplacerydeleitedeunadelaspartesquedelaotraestuvieron;peroluegodequeaCatellalepareciótiempo de dejar salir la concebida indignación, encendida por ardiente ira,comenzóahablarasí.

—¡Ay!, ¡quémísera es la fortunade lasmujeresyquemal se empleaelamordemuchasensusmaridos!Yo,míserademí,haceochoañosyaqueteamomásqueamivida,ytú,comolohesentido,ardestodoyteconsumesenelamordeunamujerextraña,hombreculpableymalvado.¿Puesconquiéntecrees que has estado?Has estado con aquella que se ha acostado a tu ladodurante ocho años; has estado con aquélla a quien con falsas lisonjas has,tiempo ha, engañado mostrándole amor y estando enamorado de otra. SoyCatella, no soy la mujer de Ricciardo, traidor desleal: escucha a ver sireconocesmi voz, que soy ella; y seme hacenmil años hasta que a la luzestemos para avergonzarte como lomereces, perro asqueroso y deshonrado.¡Ah,míserademí!, ¿aquién lehededicado tanto amor tantos años?Aesteperro desleal que, creyéndose tener en brazos a una mujer extraña, me hahechomáscariciasyternurasenestepocotiempoqueheestadoaquíconélque en todo el restante que he sido suya. ¡Hoy has estado gallardo, perrorenegado, cuandoen casa suelesmostrarte tandébil y cansadoy sin fuerza!PeroalabadoseaDiosquetuhuertohaslabrado,noeldeotro,comotecreías.Nomemaravilla que esta noche no teme acercases; esperabas descargar lacarga en otra parte y querías llegarmuy fresco caballero a la batalla: ¡perograciasaDiosymiartimaña,elaguaporfinhabajadopordóndedebía!¿Porquénocontestas,hombreculpable?¡PorDiosquenoséporquénotemetolosdedosenlosojosytelossaco!Tecreístequemuyocultamentepodíashaceresta traición. ¡Por Dios, tanto sabe uno como otro; no has podido:mejoressabuesostehetenidodetrásdeloquecreías!

Ricciardogozabaparasímismoconestaspalabrasy,sinrespondernadalaabrazabay la besaba ymás que nunca le hacía grandes caricias. Por lo queella,queseguíahablando,decía:

—Sí, te crees que ahora me halagas con tus caricias fingidas, perrofastidioso,ymequieres tranquilizaryconsolar; estásequivocado:nuncameconsolaréde estohastaqueno tehayapuesto envergüenzaenpresenciadecuantosparientesyamigosyvecinostenemos.¿Puesnosoyyo,malvado,tanhermosa como lo sea la mujer de Ricciardo Minútolo?, ¿no soy igual ennoblezaaella?¿Nodicesnada,perro sarnoso?¿Qué tieneellamásqueyo?Apártate,nometoques,queporhoyyabastantehascombatido.Bienséqueya,puestoquesabesquiénsoy,loquehiciesesloharíasalafuerza:peroasíDiosmedésugraciacomoteharépasarcarencia,ynoséporquénomandoaporRicciardo,quemehaamadomásqueasímismoynuncapudogloriarsedequelomiraseunavez;ynoséquémalhubierahabidoenhacerlo.Túhas

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creídoteneraquíasumujeryescomosilahubierastenido,porqueportinohaquedado;puessiyolotuvieraaélnomelopodríasreprocharconrazón.

Así,laspalabrasfueronmuchasylaamarguradelaseñoragrande;peroalfinalRicciardo,pensandoquesiladejabairseconestacreenciaamuchomalpodría dar lugar, deliberó descubrirse y sacarla del engaño en que estaba; ycogiéndolaenbrazosyapretándolabien,demodoquenopudierairse,dijo:

—Almamíadulce,noosenojéis;loquecontansóloamarnopodíatener,Amormehaenseñadoaconseguirconengaño,ysoyvuestroRicciardo.

Lo que oyendo Catella, y conociéndolo en la voz, súbitamente quisoarrojarse de la cama, pero no pudo; entonces quiso gritar, peroRicciardo letapólabocaconunadelasmanos,ydijo:

—Señora, ya no puede ser que lo que ha sido no haya sido; aunquegritaseis durante todo el tiempo de vuestra vida, y si gritáis o de algunamanera hacéis que esto sea sabido alguna vez por alguien, sucederán doscosas.Launaserá(quenopocodebeimportaros)quevuestrohonoryvuestrafamaseempañarán,porqueaunquedigáisqueyooshehechoveniraquíconengañosyodiréquenoesverdad,sinoqueoshehechoveniraquícondineroy presentes que os he prometido y que como no os los he dado tancumplidamentecomoesperabaisoshabéisenojado,yporesohabláisygritáis,y sabéisque lagenteestámásdispuestaacreer lomaloque lobuenoymecreeráantesamíqueavos.Ademásdeesto,seseguiráentrevuestromaridoyyo unamortal enemistad y podrían ponerse las cosas demodo que o yo lemataseaélantesoélamí,porloquenuncapodríaisestardespuésalegrenicontenta.Yporello,corazónmío,noqueráisenunmismopuntoinfamarosyponerenpeligroybuscarpeleaentrevuestromaridoyyo.Nosoislaprimeraniseréislaúltimaqueesengañada,yyonoosheengañadoporquitarosnadavuestro sinopor el excesivoamorqueos tengoy estoydispuesto siempre ateneros,yaservuestrohumildísimoservidor.Ysihacemuchotiempoqueyoy mis cosas y lo que puedo y valgo han sido vuestras y están a vuestroservicio,entiendoqueloseanmásquenuncadeaquíenadelante.Ahora,vossoisprudenteenlasotrascosas,yestoyciertoquetambiénloseréisenésta.

Catella,mientrasRicciardodecíaestaspalabras,llorabamucho,yaunquemuyenojadaestuvieraymuchose lamentase,nodejódeoír la razónen lasverdaderas palabras de Ricciardo, que no conociese que era posible quesucedieraloqueRicciardodecía;porloquedijo:

—Ricciardo, yo no sé cómo Dios me permitirá soportar la ofensa y elengaño que me has hecho. No quiero gritar aquí, donde mi simpleza yexcesivoscelosmehanconducido,peroestatesegurodeesto,dequenoestarénuncacontentasideunmodoodeotronomeveovengadadeloquemehashecho;porellodéjame,nometoquesmás;hastenidoloquehasdeseadoyme

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has vejado cuanto te ha placido; tiempo es de queme dejes: déjame, te loruego.

Ricciardo, que se daba cuenta de que su ánimo estaba aún demasiadoairado, sehabíapropuestonodejarlahasta conseguirque se calmara;por loque,comenzandocondulcísimaspalabrasaablandarla,tantodijo,ytantorogóytantojuróqueella,vencida,hizolaspacesconél,yconigualdeseodecadaunodeellosporgranespacio,después, congrandísimodeleite, sequedaronjuntos.Yconociendoentonces la señoracuántomássabrososeran losbesosdel amante que los del marido, transformada su dureza en dulce amor aRicciardo, desde aquel día en adelante tiernísimamente lo amó y,prudentísimamenteobrando,muchasvecesgozarondesuamor.QueDiosnoshagagozardelnuestro.

NOVELASÉPTIMA

Tedaldo,enojadoconunaamantesuya,sevadeFlorencia;vuelveallídespuésdealgúntiempodisfrazadodeperegrino;hablaconladamaylehacereconocersuerrorylibradelamuerteasumarido,aquienselehabíaacusadodehaberledadomuerteaél,yloreconciliaconlos

hermanos;yluego,discretamente,consuamantegoza.

Ya alabada por todos se calla Fiameta, cuando la reina, para no perdertiempo,prestamenteaEmiliaencomendólanarración;yellaempezó:

Amímeplacevolveranuestraciudad,dedondea lasdosanteriores lesplugo apartarse, y contaros cómo un ciudadano nuestro reconquistó a superdidaseñora.

Hubo,pues,enFlorencia,unnoblejovencuyonombreeraTedaldodelosElisei,queenamoradosobremaneradeunaseñora, llamadadoñaErmelinaymujer de un Aldobrandino Palermini, por sus loables costumbres mereciódisfrutarde sudeseo;placer al cual laFortuna, enemigade losdichosos, seopuso;porlocual,fueracualfueselarazón,laseñora,habiendocomplacidoaTedaldoduranteuntiempo,porcompletoseapartódequerercomplacerloydequerernoyaescucharningunaembajadasuya,sinotampocoverledemaneraninguna.Porloqueélsedejóiraunatristezafierayaborrecible,masteníadetal manera celado su amor que nadie creía que éste era la razón de sumelancolía;yluegodequedediversasmanerassehuboingeniadomuchoenreconquistar el amor que sin culpa suya le parecía haber perdido, yencontrandovana toda fatiga, a alejarsedelmundo (paranoalegrar alverloconsumirseaaquellaquedesumaleraocasión)sedispuso.

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Ycogiendolosdinerosquepudoconseguir,secretamente,sindecirpalabraa amigo ni a pariente fuera de un compañero suyo que todo sabía, se fue yllegó hastaAncona, haciéndose llamar Filippo de SanLodeccio, y trabandoallíconocimientoconunricomercader,entróasuservicioyenunbarcojuntocon él se fue a Chipre. Sus costumbres y sus maneras agradaron tanto almercaderquenosolamenteleasignóunbuensalario,sinoquelehizosusocioen parte y además gran parte de sus negocios le puso entre las manos, loscualesllevótanbienycontantasolicitudqueenpocosañossehizobuenoyrico mercader y famoso. En los cuales negocios, aunque muchas veces seacordasede la cruel señoray fieramente fuesede amor traspasadoymuchodeseasevolveraverla, fuede tantaconstanciaquedurantesieteañosvencióaquellabatalla.Perosucedióque,oyendoundíaenChiprecantarunacanciónquehacíatiempoélhabíacompuesto,enlaqueelamorqueteníaasuseñorayellaaélyelplacerquedeellagozabasecontaba,pensandoquenopodíaserqueellalehubieraolvidado,entantodeseodevolveraverlaseinflamóque,nopudiendosufrirlomás,sedispusoavolveraFlorencia.

Y puestos en orden todos sus asuntos, se vino tan sólo con un sirvientesuyoaAncona,adondehabiendo llegadosuscosas, lasmandóaFlorenciaaun amigodel anconés socio suyo, y él ocultamente, comounperegrino queviniera del Santo Sepulcro, con su criado se vino detrás; y llegados aFlorencia,sefueaunaposaditaquedoshermanosteníancercadelacasadesuseñora.Ydondeprimerofuenofueaotrapartesinoalapuertadesucasaporverlasipodía;perovio lasventanasy laspuertasy todocerrado,por loquemuchotemióquehubieramuertooquesehubiesemudadodeallí.Porloque,muypensativo,sefuealacasadesushermanos,aquienesviotodosvestidosde negro, de lo que se maravilló mucho, y sabiéndose tan cambiado en elvestidoylapersonadeloquesersolíacuandosefuedeallí,quenopodríaserreconocido fácilmente, confiadamente se acercó a un zapateroy le preguntóporquéaquéllosibanvestidosdenegro.Aloqueelzapaterorespondió:

—Vanvestidosdenegroporquenohacequincedíasqueunhermanosuyoquehacíamucho tiempoquenoestabaaquí,que teníapornombreTedaldo,fuemuerto;ymepareceentenderquehanprobadoa la justiciaqueunoquetiene por nombre Aldobrandino Palermini, que está preso, lo mató porqueestabaenamoradodelamujeryhabíavueltodisfrazadoparaestarconella.

MaravillósemuchoTedaldodequetantoseleasemejasealgunoquefuesetomadoporélyledolióladesgraciadeAldobrandin,yhabiendooídoquelaseñora estaba sana y salva, siendo ya de noche, lleno de diversospensamientos, se volvió a la posada, y luego de que cenado hubo con sucriado, en lo más alto de la casa fue puesto a dormir. Allí, tanto por losmuchospensamientosqueleasaltabancomoporladurezadelacamaytalvezpor lacena,quehabía sidoescasa,yaeramedianochey todavíaTedaldono

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había podido dormirse, por lo que, estando despierto, le pareció hacia lamedianoche sentir que desde el tejado de la casa bajaba gente a la casa, yluegoporlasrendijasdelapuertadelacámaraviohaciaallívenirunaluz.

Por loque, calladamente acercándosea las rendijas, empezóamirarquésignificabaaquelloyvioaunajovenmuyhermosatenerenmanoestaluzyvenirhaciaellatreshombres,quehabíanbajadodeltejado,yluegodehacersealgunasfiestasunosaotros,dijounodeellosalajoven:

—Yapodemos,Diossealoado,estarseguros,porquesabemosciertamenteque la muerte de Tedaldo Elisei ha sido achacada por sus hermanos aAldobrandínPalermini,yélhaconfesadoyyaestáescrita lasentencia,perodebemosseguircallandoporquesialgunavezsesabequehemossidonosotrosestaremosenelmismopeligroqueestáAldobrandino.

Ydichoesto,conlamujer,quemuycontentasemostróconesto,bajaronysefueronadormir.

Tedaldo,oídoesto,empezóaconsiderarcuántosycuáleseranloserroresen que podía caer la mente de los hombres, pensando primero en sushermanos, que a un extrañohabían lloradoy sepultado en su lugar, y luegoacusado a un inocente por falsas sospechas, y con testigos no verdaderoshaberlollevadoalamuerte,yademásdeelloenlaseveridadciegadelasleyesydesusrectores,loscualesmuchasveces,comosolícitosinvestigadoresdelaverdad, con crueldades hacen probar lo falso y se llaman ministros de lajusticiaydeDioscuandosonejecutoresdelainiquidadydeldiablo.Despuésdeesto,alasalvacióndeAldobrandinodirigiósuspensamientosyconsideróconsigo mismo lo que debía hacer. Y en cuanto se levantó por la mañana,dejandoal criado, cuando leparecióoportuno se fue él solo a la casade suseñora y, encontrando por acaso abierta la puerta, entró dentro y vio a suseñorasentadaportierraenunasalitaqueallíenlaplantabajahabía;yestaballena de llanto y de amargura; y casi se puso a llorar de compasión; yacercándoseledijo:

—Señora,noosatribuléis;vuestrapazestácerca.

Laseñora,aloírle,levantóelrostroy,llorando,dijo:

—Buenhombre,meparecesunperegrinoforastero;¿quésabestúdelapaznidemiaflicción?

Repusoentonceselperegrino:

—Señora,soydeConstantinoplaypocohahellegadoaquímandadoporDios a convertir vuestras lágrimas en risa y a librar de lamuerte a vuestromarido.

—¿Cómo—dijo la señora— si eres de Constantinopla y recién llegado

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aquísabesquiénesmimaridoyyosomos?

Elperegrino,empezandodesdeelprincipio,todalahistoriadelaangustiadeAldobrandino le contó y le dijo quién era ella, cuánto tiempo hacía queestabacasadayotrasmuchascosasqueélmuybiensabíadesusasuntos,porloquelaseñorasemaravillómuchoyteniéndoloporunprofetasearrodillóasuspies,rogándoleporDiosque,sihabíavenidoasalvaraAldobrandinoqueseapresuraseporqueeltiempoerapoco.Elperegrino,mostrándosecomounmuysantovarón,dijo:

—Señora, levantaosynolloréis,yescuchadbienloquevoyadeciros,yguardaos de decirlo nunca a nadie. Por lo que Diosme ha revelado que latribulación en la que estáis os ha sobrevenido por un gran pecado quecometisteishacetiempo,queDioshaqueridoquepurguéisenparteconestaangustiaydelquequierequeosenmendéis: sino,porello recaeréisenunaaflicciónmuchomayor.

Dijoentonceslaseñora:

—Señor,hepecadomuchoynosédequéDiosquerráquemeenmiendeentre todos,yporello,si losabéis,decídmeloyharé todocuantopuedaporenmendarlo.

—Señora —dijo entonces el peregrino—, bien sé cuál es y no voy apreguntárosloparasaberlomejor,sinoparaquediciéndolovosmismatengáismásremordimiento.Perovengamosalasunto.Decidme,¿osacordáisdehabertenidoalgúnamante?

La señora, al oír esto, dio un gran suspiro y se maravilló mucho, nocreyendoquenadienuncalohubierasabido,anoserquedesdequehabíasidomuertoaquelquefueenterradocomoTedaldosehubiesepropaladoalgoporalgunaspalabras indiscretamentedichasporunamigodeTedaldo,quesabíadeello;yrespondió:

—BienveoqueDiososmuestratodoslossecretosdeloshombres,yporello estoy dispuesta a no ocultaros losmíos. Es verdad que enmi juventudamésumamentealdesventuradojovendecuyamuerteseculpaamimarido,cuyamuerte tantohe lloradocuantomeduele,por loque,pormuy rígidayagrestequememostraseconélantesdesupartida,ni supartidani su largaausencia ni aun su desventuradamuerte han podido nunca arrancármelo delcorazón.

Aloquedijoelperegrino:

—Al desventurado joven que ha sido muerto no amasteis vos, sino aTedaldoElisei.Perodecidme,¿cuálfuelarazónporlaqueosenojasteisconél?¿Osofendióenalgo?

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Ylaseñoralerespondió:

—Ciertamentequeno,nuncameofendió,perolarazóndelenfadofueronlas palabras de un maldito fraile con el que me confesé una vez, porquecuandolehablédelamorqueaaquélteníaydelaintimidadqueteníaconél,melevantótalquebraderodecabezaquetodavíameespanta,diciéndomequesinomeabsteníadeelloiríaadaralabocadeldiabloenloprofundodelosinfiernosyseríacondenadaalfuegoeterno.Deloquemeentrótalpavorqueporcompletomedispuseanoquereryasuintimidad;yparaquitarlaocasión,ni su carta ni su embajada quise recibir; aunque creo que si hubieseperseverado más (porque por lo que presumo se fue desesperado y lo viconsumirsecomohacelanievealsol),miduradecisiónsehubiesedoblegadoporqueundeseomayornoteníaenelmundo.

Dijoentonceselperegrino:

—Señora,ésteeselúnicopecadoqueahoraosatribula.SéfirmementequeTedaldonoosforzóennada;cuandoosenamorasteisdeélporvuestrapropiavoluntadlohicisteis,ycomoosplacía,ycuandovosmismaquisisteisvinoavos y gozó de vuestra intimidad, en la cual con palabras y con obras tantoagrado le mostrasteis que, si primero os amaba, más demil veces hicisteisredoblarsuamor.Ysiasífue,comoséquefue,¿quérazónpodíamoverosaapartarlo tan rígidamente?Esas cosas debían pensarse antes de hacerse y sicreyeseisquedebíais arrepentiros comodealgomalhecho,nohacerlas.Talcomoélsehizovuestro,vososhicisteissuya.Siélnohubierasidovuestro,podríais haber hecho en todo lo que quisieseis, como dueña, pero quererarrebatarleavosqueeraissuyaeraunroboycosareprobablesiaquéllanoeralavoluntaddeél.Puesdebéissaberqueyosoyfraileyporelloconozcotodassuscostumbres;ysihablodeellasuntantolibrementeparavuestroprovechonoestarámalenmícomoestaríaenotros;ymeplacehablardeellasparaquedeahoraenadelantemejor losconozcáisde loqueparecequehabéishechohasta ahora.Hubo antes frailes santísimosyhombres devalor, pero los quehoysellamanfrailes,yporelloquierensertenidos,nadatienendefraile,sinola capa, y ni siquiera ésta es de fraile porque si por los fundadores de losfrailesfueronelegidasdelgadasymíserasydetelasgroserasymanifestadorasdelespírituquehabíadespreciadolascosastemporalescuandoseenvolvíaelcuerpoentanvilvestido,hoyselashacenanchasyforradasysatinadasydetelas finísimas y les han dado forma cortesana y pontifical para noavergonzarsedepavonearseconellosenlasiglesiasyenlasplazascomoconsusvestidoshacenlosseglares;ycomoconelesparavelelpescadorseingeniaencogeren los ríosmuchospecesdeunavez,asíéstos,con lasamplísimasfimbriasenvolviéndose,amuchassanturronas,muchasviudas,amuchasotrasmujeresneciasyhombresseingenianencogerdebajo,ydeelloseocupanconmayorsolicitudquedeotroejercicio.Yporello,paradecirloconmásverdad,

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nolascapasdelosfrailesllevanéstossinosolamenteelcolordelascapas.Ymientras losantiguosdeseabanlasalvaciónde loshombres,éstosdesean lasmujeresylasriquezas,ytodosuempeñohanpuestoyponenenasustarconpalabreríayconpinturaslasmentesdelosneciosyenenseñarlesqueconlaslimosnas se purgan los pecados y con misas, para que a aquellos que porcobardía(nopordevoción)sehanacogidoahacersefrailes,yparanopasartrabajos,éste lesmandeelpan,aquél lesmandeelvino,aquelotro lesdé lapitanzaporelalmadesusmuertos.Yciertamenteesverdadquelaslimosnasylasoracionespurganlospecados,perosiquieneslashacenviesenaquiénlashacen o les conocieran, antes las guardarían para sí o mejor a otros tantospuercoslasarrojarían.Yporquesabenquecuantomenoreselnúmerodelosposeedores de una gran riqueza, a tantomás tocan, todos con charlas y conespantos se ingenian en quitarles a los demás aquello que desean para ellossolos. Reprueban a los hombres la lujuria para que, apartándose de ella losreprobados,paralosreprobadoressequedenlasmujeres;condenanlausuraylas ganancias injustas paraque, siéndoles restituidas a ellos, puedanhacerselascapasmásamplias,comprarobispadosylasotrasprelaturasmayoresconaquelloquehanenseñadoquellevaríaalacondenaciónaquienlotuviera.Ycuandodeestascosasydeotrasmuchasquecausanescándaloselesreprende,conresponder«Hacedloquedecimosynoloquehacemos»creenquetienendignadescargadetantopesograve,comosifuesemásposiblealasovejasserconstantesydehierroquealospastores.Ycuántossonaquéllosaquienesdantal respuestaqueno laentiendenenelmodoque ladicen,muchos losaben.Quieren los frailes de hoy que hagáis lo que dicen, esto es que llenéis susbolsasdedineros,lesconfiéisvuestrossecretos,observéiscastidad,perdonéislas injurias, os guardéis de hablar mal de nadie: cosas todas buenas, todashonestas, todas santas; ¿peroparaqué?Parapoderhacer ellos loque, si losseglareslohacen,nopodránhacer.¿Quiénnosabequesindineroslavaganciano puede durar? Si en tus gustos te gastas el dinero, el fraile no podráharaganearenlaorden;si tevasconlasmujeresdealrededor lesquitaráselsitio a los frailes; si no eres paciente y perdonas las injurias, el fraile no seatreveráaveniratucasaycontaminaratufamilia.¿Porquésigo?Seacusanellos mismos tantas veces como antes los oyentes se excusan de aquellamanera. ¿Por qué no se quedan en casa si no creen poder ser abstinentes ysantos? O si quieren dedicarse a esto, ¿por qué no siguen aquellas santaspalabras del Evangelio: «Empezó Cristo a hacer y a enseñar»? Hagan estoprimero y enseñen luego a los demás. He visto en mi vida galanteadores,amadores,visitantesnosólode lasmujeresseglaressinode lasmonjasydeaquellosquemásescándaloarmandesdesuspúlpitos.¿Yalostalesvamosaseguir? Quien así hace, hace lo que quiere pero Dios sabe si lo haceprudentemente. Pero aun si hubiéramos de conceder lo que el fraile que osreprendió dijo, esto es, que gravísimopecado sea romper la fematrimonial,

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¿noloesmuchomayorrobaraunhombre?,¿noloesmuchomayormatarlooenviarlo al exilio rodando por el mundo? Esto lo concederá cualquiera. Eltener intimidad un hombre con una mujer es un pecado natural; robarlo omatarlooexpulsarloprocededemaldaddelespíritu.QuerobasteisaTedaldoyaantesoslohedemostrado,arrebatándoosaélcuandooshabíaishechosuyapor vuestra espontánea voluntad. Además, os digo que, por lo que a vosrespecta, lomatasteis por haber hecho todo lo necesario (mostrándoos cadavezmáscruel)paraquesemataseconsuspropiasmanos;yquierelaleyquequienesocasióndelmaltengalamismaculpaquequienlohace.Yquevosdesu exilio y de que haya andado rodando por el mundo siete años sois laocasión,nosepuedenegar.Asíquemuchomayorpecadohabéiscometidoconcualquiera de estas tres cosas dichas que cometíais con concederle vuestraintimidad. Pero veamos, ¿es que Tedaldo mereció estas cosas? Ciertamentequeno:vosmismalohabéisconfesado;sincontarconqueséquemásqueasímismo os ama. Nada fue tan honrado, tan exaltado, tan magnificado comoeraisvossobrecualquieraotramujerporél,siseencontrabaenpartedondehonestamenteysinengendrarsospechassobrevospodíadevoshablar.Todosubien, todosuhonor, todasu libertadenvuestrasmanoserapuestaporél.¿Noeraunnoblejoven?,¿noeramásapuestoquetodossusconciudadanos?,¿noeravalerosoenlascosasquesonpropiasdelosjóvenes?,¿noeraamado,tenidoenaprecio,vistoconagradopor todos?Anadadeestodiréisqueno.Entonces¿cómo,porloquedijeseunfrailecillomaniático,brutalyenvidioso,pudisteistomarcontraélunaresolucióncruel?Noséquéerrordebedesereldelasmujeresquealoshombresdesprecianyestimanenpocoque,pensandoenloqueellassonyencuántaycuálsealanoblezadadaporDiosalhombresobre todos los demás animales, deberían gloriarse cuando son amadas poralguno y tenerle sumamente en aprecio y con toda solicitud ingeniarse encomplacerlo para que de amarla nunca se apartase. Y que lo hicisteis vos,movida por las palabras de un fraile, que con certeza debía de ser algúntragasopasmanducadordetortas,yalosabéis,ytalvezloqueéldeseabaeraocuparel lugardedondeseesforzabaenecharaotro.Estepecadoesaquelque la divina justicia que con justa balanza lleva a efecto todas susoperaciones,nohaqueridodejarsincastigo;yasícomovossinningunarazónosingeniasteisenquitarosvosmismaaTedaldo,asívuestromaridosinrazónhaestadoytodavíaestáenpeligro,yvosentribulación.Delacualsideseáisserlibrada,loqueosconvieneprometery,sobretodohacer,esesto:sisucedealgunavezqueTedaldode su largodestierrovuelva,vuestragracia, vuestroamoryvuestrabenevolencia e intimidad ledevolveréisy le responderéis enaquelestadoenqueestabaantesdequevostontamentecreyeseisallocofraile.

Había el peregrino terminado sus palabras cuando la señora, queatentísimamenteleescuchabaporqueveracísimasleparecíansusrazones,yseestimabaconseguridadcastigadaporaquelpecado,aloírseloaéldecir,dijo:

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—AmigodeDios,bastanteconozcoquesonciertaslascosasquedecísyengranparteconozcoporvuestraenseñanzaquiénessonlosfrailes,quehastaahorahansidotenidospormícomosantos;ysindudaconozcoquemiculpaha sido grande en lo que hice contra Tedaldo, y si pudiera con gusto laenmendaría de la manera que me habéis dicho: pero ¿cómo puede ser?Tedaldo no podrá nunca volver: está muerto, y por ello lo que no puedehacersenoséparaquévoyaprometéroslo.

Elperegrinoledijo:

—Señora, Tedaldo no estámuerto, segúnDiosme revela, sino que estávivoysanoyenbuenestadosituviesevuestragracia.

Dijoentonceslaseñora.

—Mirad lo que decís; que yo lo he vistomuerto delante demi casa demuchascuchilladas,ylotuveenestosbrazosyconmuchaslágrimasbañésumuerto rostro, las cuales dieron ocasión de hacer que se dijese lo quedeshonestamentesehadicho.

Entoncesdijoelperegrino:

—Señora, digáis lo que digáis os aseguro que Tedaldo está vivo; y siqueréis prometer aquello con la intención de cumplirlo, espero que lo veáispronto.

Laseñoradijoentonces:

—Lohagoy loharédebuengrado;ynadapodríasucederquemediesetantaalegríasinoveramimaridolibreysindañoyaTedaldovivo.

ParecióentoncesaTedaldotiempodedescubrirseydeconsolaralaseñoraconmásciertaesperanzadesumarido,ydijo:

—Señora, para que pueda consolaros con relación a vuestro marido, ungran secreto necesito deciros, que cuidaréis de que nunca mientras viváismanifestéisanadie.

Estabanenunlugarasazalejado,ysolos,habiendotomadogranconfianzalaseñoraenlasantidadqueleparecíatenerelperegrino;porloqueTedaldo,sacandounanilloguardadoporélconsumocuidado,que laseñora lehabíadadolaúltimanochequehabíaestadoconella,ymostrándoselodijo:

—Señora,¿conocéisesto?

Encuantolaseñoralovioloreconocióydijo:

—Señor,sí,yoselodiaTedaldohatiempo.

El peregrino, entonces, poniéndose en pie y prestamente quitándose deencimalaesclavinaydelacabezaelcapelo,yhablandoenflorentino,dijo:

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—¿Yamí,meconocéis?

Cuando lo vio la señora, conociendo que era Tedaldo, toda se pasmó,temiéndole como a los cuerpos muertos, si se les ve andar como vivos, seteme: y no como a Tedaldo que regresaba de Chipre fue a su encuentro arecibirlo, sino como de Tedaldo que volvía desde la tumba quiso huirtemerosa.YTedaldoledijo:

—Señora, no temáis, soy vuestro Tedaldo vivo y sano y nunca me hemuertonimemataron,creáisloquecreáismishermanosyvos.

La señora, tranquilizada un tanto, y bajando la voz, y mirándolomás yasegurándosedequeaquéleraTedaldo,llorandoseleechóalcuelloylobesó,diciendo:

—DulceTedaldomío,¡seasbienvenido!

Tedaldo,besándolayabrazándola,dijo:

—Señora,noesahoratiempodehacernosmásestrechossaludos;quieroirahacerqueAldobrandinoosseadevueltosanoysalvo,sobre locualesperoqueantesdemañanaporlanochetengáisnuevasqueosagraden;que,sitengosuerte como espero, sobre su salvación quiero poder venir esta noche adároslasconmásespacioquepuedohacerloalpresente.

Yvolviéndose aponer la esclavinay el sombrero, besandootravez a laseñora y confortándola con buena esperanza, se separó de ella y allá se fuedonde Aldobrandino estaba en prisión, más embebido en pensamientos detemordela inminentemuertequedeesperanzadefuturasalud;yaguisadeconsolador,conlaveniadeloscarceleros,entródondeélestabaysentándosejuntoaél,ledijo:

—Aldobrandino, soy un amigo tuyo que Dios te manda para salvarte,quien por tu inocencia ha sentido piedad de ti; y por ello, si en honor suyoquieresconcedermeunpequeñodonquevoyapedirte,sinfaltaantesdequemañana sea de noche, en lugar de la sentencia demuerte que esperas, oirásabsolución.

AlqueAldobrandínrepuso:

—Buen hombre, puesto que demi salvación te preocupas, aunque no teconozconimeacuerdedehabertevistonunca,debesseramigo,comodices.Yen verdad el pecado por el cual se dice que debo ser condenado amuerte,nunca lo he cometido;muchos otros he hecho, que tal vez a estomehayanconducido. Pero te digo por el temor de Dios esto: si él ahora tienemisericordia de mí, grandes cosas, no una pequeña, haría de buena gana,aunquenoloprometiese;asíqueloqueteplazcapide,quesinfalta,sillegoaescapardeésta,locumpliréciertamente.

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Elperegrinoentoncesdijo:

—Loquequieronoesotracosasinoqueperdonesaloscuatrohermanosde Tedaldo el haberte conducido a este punto, creyéndote culpable de lamuertedesuhermano,yquelostengasporhermanosyporamigossitepidenperdón.

AlqueAldobrandínrepuso:

—Nosabescuándulcecosaes lavenganzaniconcuántoardorsedeseasinoquienrecibelasofensas;peroaunasí,paraqueDiosdemisalvaciónseocupe, de buen grado les perdonaré y ahora les perdono, y si de aquí salgovivoymesalvo,parahacerloseguiréelmodoqueteseagrato.

Esto le plugo al peregrino, y sin querer decirlemás, encarecidamente lerogó que tuviese buen ánimo, que con seguridad antes de que terminase elsiguientedíatendríanoticiacertísimadesusalud.Yseparándosedeélsefuealaseñoríayensecretoauncaballeroquelagobernabadijoasí.

—Señormío, todos sabemosde buengrado empeñarnos en hacer que laverdaddelascosasseconozca,ymáximamenteaquellosquetienenelpuestoque vos tenéis, para que no sufran los castigos los que no han cometido elpecado y sean castigados los pecadores. Y para que ello suceda en honorvuestroyparamaldequien lohamerecido,hevenidoavos.Comosabéis,habéis procedido severamente contra Aldobrandín Palermini y parece quehabéis tenidoporciertoqueélhasidoquienmatóaTedaldoElisei,yvaisacondenarlo, lo que segurísimamente es falso, como creo que antes de lamedianoche, trayendoavuestrasmanosalmatadordeaquel joven,oshabrédemostrado.

El valeroso hombre, que tenía lástima de Aldobrandino, prestógustosamenteoídosalaspalabrasdelperegrino,yexplicándolemuchascosassobre esto, siendo su guía, cuando estaban en el primer sueño, a los doshermanos posaderos y a su criado apresó a mansalva, y queriéndoles dartorturaparadescubrircómohabíasidolacosa,nolosufrieronsinoquecadauno separadamentey luego todos juntos abiertamente confesaronhaber sidoquienesmataronaTedaldoElisei,sinreconocerlo.Preguntadospor larazón,dijeron que porque éste a la mujer de uno de ellos, no estando ellos en laposada,habíamolestadomuchoyqueridoforzaraquehiciesesuvoluntad.

El peregrino, enterado de esto, con licencia del gentilhombre se fue ysecretamentesevinoacasade laseñoraErmelina,yaellasola (habiéndoseidoadormirtodoslosdemásdelacasa)laencontróesperándole,igualmentedeseosadetenerbuenasnoticiasdelmaridoydereconciliarseplenamenteconsuTedaldo;alacualacercándose,conalegregesto,dijo:

—Carísima señoramía, alégrate,quepor cierto recuperarásmañanaaquí

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sanoysalvoatuAldobrandino.

Yparaasegurarledeestomás,loquehabíahecholecontóplenamente.Laseñora, de los dos accidentes tales y tan súbitos, esto es, de recuperar aTedaldovivo,alcualfirmementecreíahaberlloradomuerto,ydeverlibredepeligro a Aldobrandino, a quien se creía tener que llorar por muerto unospocos días después, tan alegre como nunca lo estuvo nadie, afectuosamenteabrazó y besó a su Tedaldo; y yéndose juntos a la cama de buena ganafirmarongraciosasyalegrespaces,tomandoelunodelotrodeleitablegozo.Yalacercarseeldía,Tedaldo,levantándose,habiendoyaexplicadoalaseñoraloquehacerentendíayrogándolequeocultísimolotuviese,denuevoenhábitodeperegrinosaliódecasadelaseñoraparapoder,cuandofueseelmomento,ocuparse de los asuntos de Aldobrandino. La señoría, llegado el día ypareciéndole tener completa información del asunto, prestamente liberó aAldobrandino y pocos días después a losmalhechores hizo cortar la cabezadondehabíancometidoelhomicidio.

Estando,pues,libreAldobrandino,congranregocijosuyoydesumujeryde todos sus amigos y parientes, y conociendomanifiestamente que aquellohabíasidoobradelperegrino,lecondujeronasucasaportantotiempocuantolepluguieraestaren laciudad;yallí,dehacerlehonoresy fiestasquenosesaciaban, y especialmente la mujer, que sabía a quién se los hacía Peropareciéndole,luegodealgunosdías,tiempodereconciliarasushermanosconAldobrandino,aquienessabíanosólodesacreditadosporsuabsolución,sinotambiénarmadospormiedo,pidióaAldobrandinoquecumpliesesupromesa.Aldobrandinoespontáneamentecontestóqueestabadispuesto.

Elperegrinolehizoprepararunhermosoconviteparaeldíasiguiente,alquedijoquequeríaqueélconsusparientesyconsusmujeresinvitasealoscuatrohermanosyasusmujeres,añadiendoqueélmismoiríaincontinentiainvitarles a su perdón y a su convite de su parte. Y estando Aldobrandinocontentoconcuantoplacíaalperegrino,elperegrinoenseguidasefueacasade los cuatro hermanos, y dirigiéndoles las palabras que para tal asunto serequerían, al final, con razones irrebatibles fácilmente les condujo a quererreconquistar,solicitandoelperdón,laamistaddeAldobrandino,yhechoesto,aellosyasusmujeresaalmorzarconAldobrandinolamañanasiguientelesinvitó,yellos,debuengrado,creyendosupalabra,aceptaronelconvite.

Así, pues, la mañana siguiente, a la hora de comer, primeramente loscuatro hermanos de Tedaldo, tan vestidos de negro como iban, con algunosamigos suyos vinieron a casa de Aldobrandino, que les esperaba; y allí,delante de todos aquellos que para acompañarles habían sido invitados porAldobrandino, arrojadas las armas en tierra, se pusieron en manos deAldobrandino, pidiéndole perdón de lo que contra él habían hecho.Aldobrandino, llorandocompasivamente, los recibióybesandoa todosen la

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boca,gastandopocaspalabras, todas las injurias recibidasperdonó.Despuésdeellos,sushermanasysusmujerestodasvestidasdelutovinieron,yporlaseñoraErmelinaylasotrasgrandesseñorasgraciosamenterecibidasfueron.

Yhabiendosidomagníficamenteservidosenelconvitetantoloshombrescomo las mujeres, no había habido en él nada más que cosas dignas deencomio,anoserlataciturnidadporelrecientedolorqueestabarepresentadoenlosvestidososcurosdelosparientesdeTedaldo(porlocuallainvenciónyla invitación del peregrino había sido censurada por muchos, y él se habíaapercibido de ello); pero como lo había decidido, venido el tiempo dedisiparla,sepusoenpie,todavíacomiendolosdemáslafruta,ydijo:

—Nada ha faltado a este convite para que fuese alegre sino Tedaldo, aquien, pues habiéndole tenido continuamente con vosotros no lo habéisconocido,quieromostrároslo.

Yquitándosedeencimalaesclavinaytodalaropadeperegrinosequedóenjubóndetafetánverde,ynosingrandísimamaravillafueportodosmiradoyexaminadolargamenteantesdequealguienseatrevieseacreerqueeraél.Lo que viendo Tedaldo, mucho les habló de sus parientes, de las cosassucedidasentreellos,desusaccidentes;porloquesushermanosylosdemáshombres,todosllenosdelágrimasdealegría,aabrazarlecorrieron,ylomismodespuéshicieronlasmujeres,tantolasparientescomolasnoparientes,salvodoñaErmelina.LoqueviendoAldobrandín,dijo:

—¿Quéesesto,Ermelina?¿CómonocelebrastúcomolasotrasmujeresaTedaldo?

Y,oyéndolatodos,laseñoralerespondió:

—Ningunahayqueconmásagradolehayahechofiestasoselashagaquese las haré yo, como quien más que ninguna otra le está obligada,considerando que por su medio te he recuperado; pero las deshonestashabladurías de los días en que llorábamos a quien creíamosTedaldo, hacenquemeretenga.

Aldobrandinoledijo:

—¡Vamos, vamos!, ¿crees que yo creo a los que ladran? Procurandomisalvaciónbastantehademostradoqueaquelloeranfalsedades,sincontarconquenuncalocreí:levántateenseguida,veaabrazarlo.

La señora,queotra cosanodeseaba,no fue lenta enobedecer enello almarido;porloque,levantándosecomohabíanhecholosdemás,abrazándoloella, lehizoalegres fiestas.Esta liberalidaddeAldobrandinomuchoplugoaloshermanosdeTedaldoyatodosloshombresymujeresqueallíestaban,ycualquier barrunto que hubiera nacido en algunos por las habladurías que

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había habido, con esto desapareció. Habiendo, pues, celebrado todos aTedaldo,élmismorasgólasvestidurasnegrasquellevabansushermanosylasoscurasde lashermanasy lascuñadas,yquisoqueotras ropasse trajesenydespués de que vestidas fueron,muchos cantos y bailes se hicieron y otrospasatiempos; por las cuales cosas, el convite, que había tenido silenciosoprincipio,tuvounfinsonoro.

Ycongrandísimaalegría,asícomoestaban,sefueronacasadeTedaldoyallícenaronporlanoche,ymuchosdíasdespués,siguiendodelmismomodo,continuaron la fiesta. Los florentinos durante muchos días como a hombreresucitado y asombrosa cosa miraron a Tedaldo; y muchos, y aun loshermanos, teníancierta ligeradudaenelánimosobresieraélono,yno locreíantodavíafirmementenitalvezlohubierancreídoenmuchotiemposiuncasoquesucediónohubiera llegadoaaclararlesquiénhabíasidoelmuerto;quefueesto.PasabanundíaunossoldadosdeLunigianadelantedesucasay,viendoaTedaldo,fueronasuencuentro,diciéndole:

—¡BuenoslostengaFaziuolo!

AquienesTedaldo,enpresenciadesushermanos,respondió:

—Mehabéistomadoporotro.

Ellos,aloírlehablar,seavergonzaronylepidieronperdón,diciendo:

—Enverdadqueosparecéis,másquenuncahemosvistoparecersenadieaotro, auncamaradanuestroque se llamaFaziuolodePontriémoli,quevinoaquíhaceunosquincedíasopocomásynuncahemospodidosaberquéfuedeél.Bienesverdadquenosmaravillábamosdelvestidoporqueélera,comolosomosnosotros,mesnadero.

ElhermanomayordeTedaldo,aloír esto, fuehaciaellosy lespreguntóqué vestido llevaba aquel Faziuolo. Ellos se lo dijeron y se encontró queprecisamenteasíibacomodecíanellos;porloque,entreestoyotrasseñales,conocidofuequeelquehabíasidomuertohabíasidoFaziuoloynoTedaldo,porloquesedesvanecieronlassospechasdesushermanosydecualquierotro.Tedaldo,pues,quehabíavueltoriquísimo,perseveróensuamorysinquelaseñoraseenojasemásconél,discretamenteobrando, largamentegozarondesuamor.Diosnoshagagozardelnuestro.

NOVELAOCTAVA

Ferondo,tomadosciertospolvos,esenterradocomomuertoyporelabad,quesumujersedisfruta,hechosacardelatumbaypuestoenprisiónypersuadidodequeestáenelpurgatorio,yluego,resucitado,comosuyo

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críaaunhijoengendradoporelabadensumujer.

Llegando el fin de la larga historia de Emilia, que a nadie habíadesagradado por su extensión, sino considerada por todos como narradabrevementeteniendoencuentalacantidadylavariedaddeloscasoscontadosen ella; la reina, a Laureta mostrando con un solo gesto su deseo, le dioocasióndecomenzarasí:

Carísimas señoras, se me pone delante como digna de ser contada unaverdad que tiene, mucho más de lo que fue, aspecto de mentira, y me havenido a la cabeza al oír contar que uno por otro fue llorado y sepultado.Contaré, pues, cómo un vivo fue sepultado por muerto y cómo después,resucitadoynovivo,élmismoyotrosmuchoscreyeronquehabíasalidodelatumba, siendo por ello venerado como santo quienmás bien como culpabledebíasercondenado.

Hubo,pues,enToscana,unaabadía(ytodavíahay)situada,comovemosmuchas,enun lugarnodemasiado frecuentadopor lasgentes,de laque fueabadunmonjequeen todas lascosaserasantísimo,salvoen losasuntosdemujeres,yéstoslossabíahacertancautamentequecasinadienosólonolosconocía,sinoqueni lossospechaba;por loquesantísimoyjustosepensabaqueeraentodo.Ahora,sucedióque,habiendohechogranamistadconelabadun riquísimo villano que tenía por nombre Ferondo, hombre ignorante yobtuso fuera de todaponderación (ynopor otra cosagustaba el abadde sutratosinoporladiversiónqueaveceslecausabasusimpleza),enestaamistadse apercibió el abad de que Ferondo tenía por esposa a una mujerhermosísima, de la que se enamoró tan ardientemente que en otra cosa nopensabanidedíanidenoche;perooyendoque,pormuysimpleynecioquefueseentodaslasdemáscosas,erasapientísimoenamaryprotegeraéstasumujer,casidesesperaba.

Pero,comomuyastuto,domesticótantoaFerondoqueésteconsumujerveníanalgunavezapasearseporeljardíndesuabadía;yallí,conél,sobrelafelicidaddelavidaeternaysobrelassantísimasaccionesdemuchoshombresymujeresyamuertosleshablabacongranmodestia,tantoquealaseñoraledierondeseosdeconfesarseconélylepidiólicenciaaFerondoylaobtuvo.Venida, pues, a confesarse con el abad con grandísimo placer de éste yponiéndoseasuspiescomosiotracosavinieseadecir,comenzó:

—Señor,siDiosmehubiesedadomaridoonomelohubiesedado,talvezmeseríamásfácilconvuestraenseñanzaentrarenelcaminodequemehabéishablado, que lleva a otros a la vida eterna, peroyo, considerandoquién seaFerondoysuestulticia,mepuedoconsiderarviuday,sinembargo,soycasadaentantoque,viviendoél,otromaridonopuedotomar,yél,aunneciocomo

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es,estanfueradetodamedidaysinningunarazóntancelosoqueporellonopuedo vivir con élmás que en tribulación y en desgracia. Por la cual cosa,antesdeveniraotraconfesión,lomáshumildementequepuedoosruegoquesobreestoqueráisdarmealgúnconsejo,porquesidesdeahoranoempiezoaprocurar ocasión demi bien, confesarmeo hacer alguna otra buena obra depocomeservirá.

Estediscursoproporcionógranplaceralalmadelabad,yleparecióquelafortunahubieraabiertoelcaminoasumayordeseo;ydijo:

—Hijamía, creoquegran fastidiodebe serparaunahermosaydelicadamujer como sois vos, tener pormarido a unmentecato, peromuchomayorcreoqueseateneraunceloso;porloque,teniendovosunoyotro,fácilmenteos creo lo que de vuestra tribulaciónme decís. Pero en ello, por decirlo enpocaspalabras,noveoconsejoniremediofueradeuno,queesqueFerondosecuredeestoscelos.Lamedicinaparacurarloséyomuybiencómohacerla,siempre que vos tengáis la voluntad de guardar en secreto lo que voy adeciros.

Lamujerdijo:

—Padremío,nodudéisdeello,porquemedejaréantesmorirquedeciranadiealgoquevosmedijeraisquenodijese,pero¿cómosepodráhacer?

Repusoelabad:

—Es necesario quemuera, y así sucederá, y cuando haya sufrido tantoscastigos que esté castigado de estos celos suyos, nosotros, con ciertasoraciones,rogaremosaDiosquelodevuelvaaestavida,yasílohará.

—Pues—dijolamujer—,¿hedequedarmeviuda?

—Sí —repuso el abad—, durante algún tiempo, que mucho debéisguardarosdequenadiesecaseconvos,porqueaDioslepareceríamal,yalvolverFerondotendríaisquevolverconélyseríamáscelosoquenunca.

Lamujerdijo:

—Siempre que se cure de esta desgracia, que no tenga que estar yosiempreenprisión,estoycontenta;hacedcomogustéis.

Dijoentonceselabad:

—Asíloharé:pero¿quégalardóntendrédevosportalservicio?

—Padremío—dijolaseñora—,loquedeseéissipuedohacerlo,pero¿quépuedealguiencomoyoqueseaapropiadoatalhombrecomovossois?

Elabadledijo:

—Señora,vospodéishacerpormínomenosqueloqueyomeempeñoen

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hacerporvosporqueasícomomedispongoahaceraquelloquedebeserbienyconsuelovuestro,asípodéishacervos loqueserásaludysalvacióndemivida.

Dijoentonceslaseñora:

—Síesasí,estoydispuesta.

—Pues—dijoelabad—,medaréisvuestroamorymedaréiselplacerdeteneros,porqueporvosardoymeconsumo.

Lamujer,aloíresto,todapasmada,repuso:

—¡Ay,padremío!,¿quéesloquemepedís?Yocreíaqueeraisunsanto:¿ylescuadraalossantosrequeriralasmujeresquelespidenconsejoatalesasuntos?

Elabadledijo:

—Alma mía bella, no os maravilléis, que por esto la santidad nodisminuye,porqueestáenelalmayloqueyoospidoesunpecadodelcuerpo.Peroseacomosea,tantafuerzahatenidovuestraatrayentebellezaqueAmorme obliga a hacer esto, y os digo que de vuestra hermosuramás que otrasmujeres podéis gloriaros al pensar que agrada a los santos, que están tanacostumbrados a las del cielo; y además de esto, aunque sea yo abad sigosiendounhombrecomolosdemásy,comoveis,todavíanosoyviejo.Yestono debe seros penoso de hacer, sino que debéis desearlo porque mientrasFerondoestéenelpurgatorio,yoosdaré,haciéndooscompañíaporlanoche,el consuelo que debería daros él, y nadie se dará cuenta de ello, creyendotodosdemíaquello,ymás,quevoscreíaishacepoco.Norehuséis lagraciaqueDiososmanda,quemuchassonlasquedeseanloquevospodéistenerytendréis,sicomoprudenteseguísmiconsejo.Además,tengohermosasjoyasvaliosas, que entiendo no sean de otra persona sino vuestras. Haced, pues,dulceesperanzamía,loqueyohagoporvosdebuengrado.

La mujer tenía el rostro inclinado, y no sabía cómo negárselo, yconcedérselo no le parecía bien, por lo que el abad, viendo que le habíaescuchado y daba largas a la respuesta, pareciéndole haberla convencido amedias, con muchas otras palabras continuando las primeras, antes de quecallaselehabíametidoenlacabezaqueaquelloestababienhecho;porloquedijovergonzosamentequeestabadispuestaaloquemandase,peroqueantesdequeFerondohubieseidoalpurgatorionopodíaser.Elabadcontentísimoledijo:

—Yharemosqueallívayaincontinenti;haceddemaneraquemañanaoaldíasiguientevengaaestaraquíconmigo.

Y dicho esto, habiéndole puesto ocultamente en la mano un bellísimo

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anillo, la despidió. La mujer, alegre con el regalo y esperando tener otros,volviendo con sus compañeras, maravillosas cosas empezó a decir sobre lasantidaddelabad.DeallíapocosdíassefueFerondoalaabadía,yencuantolovioelabadpensóenmandarloalpurgatorio;yencontradosunospolvosdemaravillosa virtud que en tierras de Levante había obtenido de un granpríncipequeafirmabaquesolíausarloselViejodelaMontañacuandoqueríamandaraalguien(haciéndoledormir)asuparaísootraerlodeallí,yque,enmayoromenorcantidaddados,sinningunalesiónhacíandetalmaneradormirmásomenosaquienlostomabaque,mientrasdurabasupodernosehabríadichoque teníavida,yhabiendo tomadode ellos cuantos fuesen suficientesparahacerdormirtresdías,enunvasodevinotodavíaunpocoturbio,ensucelda,sinqueFerondosediesecuenta,selosdioabeber;yconéllollevóalclaustroyconotrosdesusmonjesempezaronareírsedeélydesustonterías.

Loquenodurómuchoporque,obrando lospolvos, se lesubióaésteunsueño tansúbitoy fieroa lacabezaqueestando todavíaenpiesedurmió,ycayódormido.Elabad,mostrándoseperturbadoporelaccidente,haciéndolodesceñir y haciendo traer agua fría y echándosela en la cara, y haciéndoleaplicarmuchosotrosremedioscómosidealgunaflatulenciadeestómagoodeotracosaque tomado lehubieraquisiera recuperarle ladesmayadavidayelsentido, viendo el abad y losmonjes que con todo aquello no recobraba elsentido,tomándoleelpulsoynoencontrándolo,todostuvieronporciertoqueestuviesemuerto;porloque,mandándoloadeciralamujeryasusparientes,todos los cuales aquí vinieron prontamente, y habiéndolo la mujer con susparientes lloradoun tanto,vestidocomoestaba lohizoelabadponerenunasepultura.

Lamujervolvióasucasa,ydeunpequeñomuchachitoqueteníadeéldijoquenoentendíasepararsenunca;yasíquedándoseencasa,elhijolariquezaque había sido de Ferondo empezó a administrar. El abad, con un monjeboloñés de quien mucho se fiaba y que aquel día había venido aquí desdeBolonia, levantándose por la noche calladamente, a Ferondo sacaron de lasepulturayaunsubterráneo,enelqueningunaluzentrabayqueparaprisióndelosmonjesquecometiesenfaltashabíasidohecho,lollevarony,quitándolesusvestidos,vistiéndoleaguisademonje,sobreunhazdepajalopusieron,ylodejaronhastaquerecobraseelsentido.Entretanto,elmonjeboloñés,porelabadinformadodeloqueteníaquehacer,sinsaberdeellonadiemás,sepusoaesperarqueFerondovolvieseensí.

Elabad,aldíasiguiente,conalgunosdesusmonjesamododehacerunavisita, se fue a casa de la mujer, a la cual de negro vestida y atribuladaencontró, y consolándola algún tanto, envozbaja lepidióque cumpliera supromesa.Lamujer,viéndose libreysinelempachodeFerondonidenadie,habiéndole visto en el dedo otro hermoso anillo, dijo que estaba pronta y

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acordó con él que la noche siguiente fuese. Por lo que, llegada la noche, elabad,disfrazadoconlasropasdeFerondoyacompañadoporsumonje,fue,yconellahastalamañana,congrandísimodeleiteyplacer,seacostó,yluegosevolvió a la abadía, haciendo aquel camino asaz frecuentemente para dichoservicio; y siendo encontrado por algunos al ir o al venir, se creyó que eraFerondoqueandabaporaquelbarriohaciendopenitencia,ysobreellomuchashistoriasentrelagentevulgardelavillanacieron,yhastaalamujer,quebiensabíaloquepasaba,selascontaronmuchasveces.

Elmonjeboloñés,vueltoensíFerondoyhallándoseallí sinsaberdóndeestaba,entrandodentro,dandounavozhorrible,conalgunasvarasenlamano,cogiéndolo,lediounagranpaliza.Ferondo,llorandoygritando,nohacíaotracosaquepreguntar:

—¿Dóndeestoy?

Elmonjelerepuso:

—Estásenelpurgatorio.

—¿Cómo?—dijoFerondo—.¿Esquemehemuerto?

Dijoelmonje:

—Ciertamente.

Por loqueFerondoporsímismoyporsumujeryporsuhijoempezóallorar,diciendolasmásextrañascosasdelmundo.Elmonje le llevóalgodecomerydebeber,loqueviendoFerondodijo:

—¿Asíquelosmuertoscomen?

Dijoelmonje:

—Si, y esto que te traigo es lo que la mujer que fue tuya mandó estamañanaalaiglesiaparahacerdecirmisasportualma,loqueDiosquierequeteseaofrecido.

DijoentoncesFerondo:

—¡Dómine,bendícela!Yomucholaqueríaantesquemuriese,tantoquelateníatodalanocheenbrazosynohacíamásquebesarla,ytambiénotracosahacíacuandomedabalagana.

Y luego, teniendo mucha hambre, comenzó a comer y a beber, y nopareciéndoleelvinomuybueno,dijo:

—¡Dómine, házselo pagar, que no le dio al cura del vino de la cuba dejuntoalmuro!

Peroluegoquehubocomido,elmonjelecogiódenuevoyconlasmismas

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varaslediounagranpaliza.Ferondo,habiendogritadomucho,dijo:

—¡Ah!,¿porquémehacesesto?

Dijoelmonje:

—PorqueasíhamandadoDiosNuestroSeñorquecadadía te seahechodosveces.

—¿Yporquérazón?—dijoFerondo.

Dijoelmonje:

—Porquefuisteceloso teniendoporesposaa lamejormujerquehubieraentuciudad.

—¡Ay!—dijo Ferondo—, dices verdad, y lamás dulce; eramásmelosaqueelcaramelo,peronosabíayoqueDiosNuestroSeñortuvieraamalqueelhombrefueseceloso,porquenolohabríasido.

Dijoelmonje:

—Deesodebíashabertedadocuentamientrasestabasallí,yenmendarte,ysisucedequealgunavezallívuelvas,hazquetengastanpresenteloqueahoratehagoquenuncaseasceloso.

DijoFerondo:

—¿Puesvuelvealgunavezquiénsemuere?

Dijoelmonje:

—Sí,quienDiosquiere.

—¡Oh!—dijoFerondo—,sialgunavezvuelvo,seréelmejormaridodelmundo;nolepegarénunca,nuncalediréinjuriassinoporcausadelvinoquehamandadoestamañana:y tampocohamandadovelaninguna,yhe tenidoquecomeraoscuras.

Dijoelmonje:

—Sílohizo,peroseconsumieronenlasmisas.

—¡Oh!—dijoFerondo—,seráverdad,ytenporseguroquesiallívuelvoladejaréhacerloquequiera.Perodime:¿quiénerestúquemehacesesto?

Dijoelmonje:

—También estoymuerto, y fui deCerdeña, y porque alabémucho a unseñormíoel sercelosomehacondenadoDiosaestapena,aque tengaquedartedecomerydebeberyestaspalizashastaqueDiosdispongaotracosadetiydemí.

DijoFerondo:

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—¿Nohayaquínadiemásquenosotrosdos?

Dijoelmonje:

—Sí,millones,perotúnolospuedesvernioír,niellosati.

DijoentoncesFerondo:

—¿Puesaquédistanciaestamosdenuestratierra?

—¡Ojojú!—dijoelmonje—,estamosamillasdemásbien-la-cagueremos

—¡Recontra, eso es mucho! —dijo Ferondo—, y a lo que me parecedebemosestarfueradelmundo,detanlejos.

Ahora, en tales conversaciones y otras semejantes, con comida y conpalizas, fue tenido Ferondo cerca de diez meses, en los cuales con muchafrecuenciaelabadmuyfelizmentevisitóasuhermosamujeryconellasediolamejorvidadelmundo.Perocomosuceden lasdesgracias, lamujerquedópreñada,ydándosecuentaenseguidalodijoalabad;porloquealosdoslesparecióquesindemoraFerondoteníaquesertraídodelpurgatorioalavidayvolverconella,ydecirellaqueestabagrávidadeél.

El abad, pues, la noche siguiente hizo con una voz fingida llamar aFerondoensuprisiónydecirle:

—Ferondo, consuélate, que place aDios que vuelvas almundo; adonde,vuelto,tendrásunhijodetumujer,alquellamarásBenedettoporqueporlasoracionesdetusantoabadydetumujeryporamordeSanBenitoteconcedeestagracia.

Ferondo,aloíresto,sepusomuyalegre,ydijo:

—Muchomeplace:DiosbendigaaNuestroSeñoryalabadyaSanBenitoyamimujertandulcecita,tanmelosita,tansabrosita.

Elabad,habiéndolehechodarenelvinoquelemandabatantospolvosdeaquellos que le hicieran dormir unas cuatro horas, volviéndole a poner susvestidos,juntoconsumonjesilenciosamentelovolvieronalasepulturadondehabíasidoenterrado.Porlamañanaalhacersededía,Ferondovolvióensíyvioporalgunarendijadelasepulturaluz,loquenoveíahacíadiezmeses,porloquepareciéndoleestarvivo,empezóagritar:

—¡Abridme,abridme!—yagolpearélmismoconlacabezacontralatapadel sepulcro, tan fuerte que removiéndola, porque con poco se removía,empezabaaabrirsecuandolosmonjes,quehabíanrezadomaitines,corrieronallíyconocieron lavozdeFerondoy lovieronya salirdel sepulcro,por loque, espantados todos ante la extrañeza del hecho, comenzaron a huir y sefueronalabad.Elcual,haciendosemblantedelevantarsedelaoración,dijo:

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—Hijos,notemáis;tomadlacruzyelaguabenditayveniddetrásdemí,yveamosloqueelpoderdeDiosnosquieremostrar—yasílohizo.

EstabaFerondo tan pálido comoquien ha estado tanto tiempo sin ver elcielo,fueradelataúd;elcual,alveralabad,corrióasuspiesyledijo:

—Padremío,vuestrasoraciones,segúnmehasidorevelado,ylasdeSanBenitoylasdemimujermehansacadodelaspenasdelpurgatorioytraídoalavidadenuevo;porloqueosruegoaDiosquetengáisbuenosdíasybuenascalendas,hoyysiempre.

Elabaddijo:

—AlabadoseaelpoderdeDios.Ve,pues,hijo,puesqueDiosaquítehadevuelto, y consuela a tumujer, que siempre, desdeque te fuiste, ha estadollorando,ysédeaquíenadelanteamigoyservidordeDios.

DijoFerondo:

—Señor, así ha sido dicho; dejadme hacer a mí, que en cuanto laencuentre,tantolabesarécuantolaquiero.

Elabad,quedándoseconsusmonjes,mostrósentirporestacosaunagranadmiración e hizo cantar devotamente elmiserere. Ferondo tornó a su villa,donde,quienloveíahuíadeélcomosuelehacersedelascosashorribles,peroél, llamándole,afirmabaquehabíaresucitado.Lamujertambiénteníamiedodeél,perodespuésdeque lagente fue tomandoconfianzaconél,y,viendoque estaba vivo, le preguntaban sobremuchas cosas; convertido en sabio, atodos respondíaydabanoticiasde lasalmasdesusparientes,yhacíaporsímismo lasmás bellas fábulas delmundo sobre los hechos del purgatorio, ydelantedetodoelpueblocontólarevelaciónquehabíasidohechaporbocadeArañueloGrabielantesdequeresucitase.

Porlacualcosa,volviéndoseacasaconlamujeryentradoenposesióndesusbienes,lapreñóasuparecer,ysucedióporventuraquellegadoeltiempooportuno en opinión de los tontos, que creen que lamujer lleva a los hijosprecisamente nueve meses, la mujer parió un hijo varón, que fue llamadoBenedettoFerondo.LavueltadeFerondoysuspalabras,alcreercasitodoelmundoquehabía resucitado, acrecentaron sin límites la famade la santidaddelabad;yFerondo,queporsusceloshabíarecibidomuchaspalizas,segúnlapromesa que el abad había hecho a la mujer, dejó de ser celoso de allí enadelante,conloque,contentalamujer,honestamentecomosolíaconélvivióaunque,cuandoconvenientementepodía,debuengradoseencontrabaconelsanto abad que bien y diligentemente en sus mayores necesidades la habíaservido.

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NOVELANOVENA

GilettadeNarbonacuraalreydeFranciadeunafístula;lepidepormaridoaBeltramodeRosellón,elcual,desposándoseconellacontrasuvoluntad,aFlorenciasevaenojado;donde,cortejandoaunajoven,en

lugardeella,Gilettaseacuestaconélytienedeéldoshijos,porloqueél,después,sintiendoamorporella,latuvocomomujer.

Quedaba,alnoquerernegarsuprivilegioaDioneo,solamentelareinaporcontarsuhistoria(comofueraqueyahabíaterminadolanoveladeLaureta);porlocual,ésta,sinesperarasersolicitadaporlossuyos,así,todaamorosa,comenzóahablar:

¿Quién contará ahora ya una historia que parezca buena, habiendoescuchadoladeLaureta?Algunaventajahasidoqueellanofueselaprimera,queluegopocasdelasotrasnoshubierangustado,yasíesperoquesucedaconlasqueestajornadaquedanporcontar.Peroseacomosea,aquellaquesobreelpresenteasuntosemeocurreoscontaré.

En el reino de Francia hubo un gentilhombre que era llamado Isnardo,condedelRosellón,elcual,porquepocasaludtenía,siempreteníaasuladoaunmédicollamadomaestroGerardodeNarbona.Teníaeldichocondeunsolohijopequeño, llamadoBeltramo,elcualerahermosísimoyamable,yconélotrosniñosdesuedadseeducaban,entreloscualesestabaunaniñadeldichomédicollamadaGiletta,lacualinfinitoamor,ymásalládeloqueconveníaasu tierna edad ardiente, puso en este Beltramo. El cual, muerto el conde yconfiadoélalasmanosdelrey,tuvoqueirseaParís,deloquelajovencillaquedóvehementementedesconsolada;yhabiendomuertoelpadredeellanomuchodespués,sialgunarazónhonestahubieratenido,debuengradoaParísparaveraBeltramohabríaido;peroestandomuyguardada,porquericaysolahabía quedado, no encontraba ningún camino honesto. Y siendo ella ya deedad de tomar marido, no habiendo podido nunca olvidar a Beltramo, amuchosconquienessusparienteshabíanqueridocasarlahabíarechazadosinmanifestarlarazón.

Ahora,sucedióque,inflamadaellaenelamordeBeltramomásquenunca,porquehermosísimojovenoíaquesehabíahecho,vinoaoírunanoticia,decómoalreydeFrancia,deunnacidoquehabíatenidoenelpechoylehabíasido curado mal, le había quedado una fístula que grandísima molestia ygrandísimo dolor le ocasionaba, y no se había podido todavía encontrar unmédico(aunquemuchoslohubiesenintentado)quelohubierapodidocurardeaquello, sino que todos lo habían empeorado; por la cual cosa el rey,desesperándose,yadeningunoqueríaconsejoniayuda.Deloquelajovensepusosobremaneracontentaypensónosolamenteporaquellotenerunarazón

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legítimapara ir aParís, sinoque, si fuese la enfermedadque ella creía, quefácilmentepodríateneraBeltramopormarido.

Con lo que, comoquien en el pasadodel padrehabía aprendidomuchascosas, hechos sus polvos con ciertas hierbas útiles para la enfermedad quepensabaqueera,montóacaballoyaParíssefue.Yantesdehaberhechonadase ingenióparaveraBeltramo,y luego,venidadelantedel rey,degracia lepidió que su enfermedad le mostrase. El rey, viéndola joven hermosa yagradable, no se lo supo negar, y se la mostró. En cuanto la hubo visto,incontinentisintióesperanzasdepodercurarlo,ydijo:

—Monseñor,siosplace,sinningunamolestiaotrabajovuestro,esperoenDiosqueenochodíasossanarédeestaenfermedad.

Elrey,parasímismo,seburlódesuspalabrasdiciendo:

—¿Loquelosmayoresmédicosdelmundonohanpodidonisabido,unamujerjovencómopodrásaberlo?

Pero le agradeció subuenavoluntady repusoque sehabíapropuestonoseguiryaningúnconsejodemédico.Lajovenledijo:

—Monseñor, desprecias mi arte porque joven soy y mujer, pero osrecuerdoqueyonocuroconmiciencia,sinocon laayudadeDiosycon lacienciadelmaestroGerardonarbonense,que fuemipadrey famosomédicomientrasvivió.

Elrey,entoncessedijo:«TalvezmehamandadoDiosaésta;¿porquénoprueboloquesabehacer,puesdicequesinsufrirmolestiasmecuraráenpocotiempo?»,yhabiendodecididoprobarlo,dijo:

—Damisela, y si no me curáis, después de hacernos romper nuestradecisión,¿quéqueréisqueseoshaga?

—Monseñor—repusolajoven—,vigiladme,ysiantesdeochodíasnooscuro,hacedmequemar;perosioscuro,¿quépremiomedaréis?

Elreylerespondió:

—Meparecéisaúnsinmarido;silohacéis,oscasaremosbienyaltamente.

Lajovenledijo:

—Monseñor, verdaderamentemeplacequevosme caséis, peroquiero aunmaridotalcualyooslopida,entendiendoquenoosdebopedirningunodevuestroshijosnidelafamiliareal.

El rey enseguida le prometió hacerlo. La joven comenzó su cura y, enbreve, antes del tiempo fijado, le devolvió la salud, por lo que el rey,sintiéndosecurado,dijo:

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—Damisela,oshabéisganadobienelmarido.

Ellalecontestó:

—Pues, monseñor, he ganado a Beltramo de Rosellón, a quieninfinitamente en mi infancia comencé a amar y desde entonces siempre heamadosumamente.

Fuertecosaparecióalreytenérseloquedar,perocomoprometidolohabía,noqueriendofaltarasupalabra,lohizollamaryasíledijo:

—Beltramo, soisyamaduroy fornido:queremosquevolváis agobernarvuestrocondadoyqueconvosllevéisaunadamiselaqueoshemosdadopormujer.

DijoBeltramo:

—¿Yquiénesladamisela,monseñor?

Elreylerepuso:

—Esaquellaqueconsusmedicinasmehadevueltolasalud.

Beltramo,quelaconocíaylahabíavisto,aunquemuybellalepareciese,conociendo que no era de linaje que a su nobleza correspondiera, todoofendidodijo:

—Monseñor,¿puesmequeréisdarpormujeraunamendiga?NoplazcaaDiosquetalmujertomejamás.

Elreyledijo:

—¿Puesqueréisvosquenocumplamosnuestrapalabra,quepararecobrarlasaluddimosaladamiselaqueoshapedidopormaridoengalardón?

—Monseñor—dijoBeltramo—,podéis quitarme cuanto tengo, y darme,comovuestrohombrequesoy,aquienosplace:peroestadsegurodeesto,quenuncaestarécontentocontalmatrimonio.

—Síloestaréis—dijoelrey—,porqueladamiselaeshermosayprudenteyosamamucho,porloqueesperamosquemuchomásfelizvidatengáisconellaquetendríaisconunadamademásaltolinaje.

Beltramosecallóyel reyhizoprepararcongranaparato la fiestade lasbodas;y llegadoeldíaparaellodeterminado,pormuydemalaganaque lohicieraBeltramo,enpresenciadelreyladamiselasecasóconquienmásqueaellamismaamaba.Yhechoesto, comoquienyapensado tenía loquedebíahacer,diciendoqueasucondadovolverqueríayconsumarallíelmatrimonio,pidiólicenciaalrey;y,montadoacaballo,noasucondadosefue,sinoquesevinoaToscana.

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Ysabiendoque los florentinospeleabancon los sieneses, aponersea sulado se dispuso, donde alegremente recibido y con honor, hecho capitán decierta cantidad de gente y recibiendo de ellos buen salario, a su servicio sequedóyestuvomuchotiempo.Lareciéncasada,pococontentadetalsuerte,esperandopoder con sus sabiasobrashacerlovolver a su condado se fue alRosellón,dondeportodoscomosuseñorafuerecibida.Encontrandoallí,porel largo tiempoquesincondehabíaestado, todas lascosasdescompuestasyestragadas, como señora prudente con gran diligencia y solicitud todas lascosas puso en orden, por lo que los súbditosmucho contento tuvieron y latuvieron en mucha estima y le tomaron gran amor, reprochando mucho alcondequeconellanosecontentara.Habiendolaseñorarecompuestotodoelpaís,pordoscaballerosselocomunicóalconde,rogándoleque,siporellanoqueríavenirasucondado,selocomunicase,yella,porcomplacerle,seiría;aloscualesél,durísimamente,dijo:

—Quehagaloqueleplazca:encuantoamí,volveréallíaestarconellacuando tengaesteanilloensudedo,yen losbrazosunhijoengendradopormí.

Teníaelanilloengranaprecioynuncaseseparabadeél,porciertopoderque le habían dado a entender que tenía. Los caballeros oyeron la duracondiciónpuestaconaquellasdoscosascasiimposibles,yviendoqueconsuspalabras de su intención no podían moverle, volvieron a la señora y surespuesta le contaron. La cual, muy dolorida, después de pensarlo mucho,deliberóquerer saber si aquellasdoscosaspodíanocurrirydónde,paraquecomo resultado pudiera recobrar a su marido. Y habiendo pensado lo quedebía hacer, reunidos una parte de los mayores y mejores hombres de sucondado,lescontóordenadamenteyconpalabrasdignasdecompasiónloqueantes había hecho por amor del conde, ymostró lo que había sucedido poraquello,yfinalmentelesdijoquesuintenciónnoeraqueporsuestanciaallíelconde estuviera en perpetuo exilio, por lo que entendía consumir lo que lequedasedevidaenperegrinacionesyenobrasdemisericordiaporlasalvacióndesualma;ylesrogóquelaprotecciónyelgobiernodelcondadotomasenyselosignificasenalconde,queellavacíaylibrelehabíadejadosuposesiónysehabíaalejadoconintencióndenuncavolveralRosellón.

Aquí,mientras ella hablaba, fueron derramadas lágrimas pormuchos deaquellos hombres buenos y le hicieron muchos ruegos de que le pluguiesecambiardeopiniónyquedarse;perodenadasirvieron.Ella,encomendándolosa Dios, con un primo suyo y una camarera, en hábito de peregrinos, biensurtidosdedinerosyvaliosasjoyas,sinquenadiesupiesedóndeiba,sepusoencaminoynosedetuvohastaquellegóaFlorencia;yllegadaallíporacasoaunaposaditaqueteníaunabuenamujerviuda,simplementeyaguisadepobreperegrinaestaba,deseosadeoírnoticiasdesuseñor.

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Sucedió,pues,quealdíasiguienteviopasaraBeltramopordelantedelaposada,acaballoconsucompañía,yaunquemuybienloconociónodejódepreguntaralabuenamujerdelaposadaquiénera.Laposaderalerespondió:

—EsungentilhombreforasteroquesellamaelcondeBeltramo,amableycortésymuyamadoenestaciudad;y lomásenamoradodelmundodeunavecina nuestra, que esmujer noble, pero pobre. Verdad es que honestísimajoven es, y por pobreza no se ha casado aún, sino que con su madre,prudentísimaybuena señora, vive; y tal vez, si no fuesepor ésta sumadre,habríaellahechoyaloqueestecondehubieraquerido.

La condesa, oyendo estas palabras, las retuvobien; ymásmenudamenteexaminando y viniendo a todos los detalles, y bien comprendidas todas lascosas,tomósudecisión,yaprendidalacasayelnombredelaseñoraydesuhijaamadaporelconde,undía,ocultamente,enhábitodeperegrina,allí sefue,yalaseñorayasuhijaencontrandomuypobremente,saludándolas,dijoa la señora que cuando le placiese quería hablarle. La honrada señora,levantándose, dijo que estaba pronta a escucharla; y entrando solas en unaalcobasuya,ytomandoasiento,comenzólacondesa:

—Señora,meparecequeoscontáisentrelasenemigasdelafortunacomomecuentoyo,perosiquisierais,porventurapodríaisavosyamíconsolarnos.

La señora respondió que nada deseaba tanto cuanto consolarsehonestamente.Siguiólacondesa:

—Me es necesaria vuestra palabra, en la que si confío y vos meengañaseis,echaríaisaperdervuestrosasuntosylosmíos.

—Conconfianza—dijolanobleseñora—,decidtodoloquegustéis,quenuncapormíseréisengañada.

Entonceslacondesa,comenzandoconsuprimerenamoramiento,quiéneraellayloquehastaaqueldíalehabíasucedidolecontó,detalmaneraquelanobleseñora,comoquienyaenpartelohabíaoídoaotros,comenzódeellaasentircompasión.Ylacondesa,contadassusaventuras,siguió:

—Yahabéisoído,entremisotrasangustias,cuálesson lasdoscosasquenecesitotenersiquieroteneramimarido,lascualesanadiemásconozcoquepuedaayudarmeaadquirirlassinoavos,siesverdadloqueentiendo,estoes,queelcondemimaridosumamenteavuestrahijaama.

Lanobleseñoraledijo:

—Señora, si el conde ama a mi hija no lo sé, pero mucho lo aparenta;¿peroquépuedoyoporellologrardeloquevosdeseáis?

—Señora—repusolacondesa—,oslodiré,peroprimeramenteosquieromostrarloquequierodarossimeayudáis.Veoquevuestrahijaeshermosay

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enedaddedarlemarido,yporloqueheentendidoymeparececomprender,notenerdoteparadarleoslahacetenerencasa.Entiendo,enrecompensadelservicio que me hagáis, darle prestamente de mis dineros la dote que vosmismaestiméisqueparacasarlahonradamenteseanecesaria.

A la señora, como a quien estaba en necesidad, le plugo la oferta, perocomoteníaelánimonoble,dijo:

—Señora,decidmeloquepuedohacerporvos,ysieshonestoparamíloharécongusto,yvosluegoharéisloqueosplazca.

Dijoentonceslacondesa:

—Necesitoquevos,poralguiendequienosfieis,hagáisdeciralcondemimarido que vuestra hija está dispuesta a hacer lo que él guste si puedecerciorarsedequelaamacomoaparenta,loquenuncacreerásinoleenvíaelanilloquellevaenlamanoyqueellahaoídoqueélamatanto;elcualsiselomanda, vos me lo daréis; y luego le mandaréis decir que vuestra hija estádispuesta a hacer su gusto, y le haréis venir aquí ocultamente yescondidamenteamí,enlugardeavuestrahija,mepondréisasulado.TalvezmeconcedaDioslagraciadequedarpreñada;yasíluego,teniendosuanilloeneldedoyenlosbrazosaunhijoporélengendrado,leconquistaréyconélvivirécomolamujerdebevivirconsumarido,habiendosidovoslaocasióndeello.

Gravecosaparecióéstaalaseñora,temiendoquefueseaseguirsedeellavergüenzaparasuhija;peropensandoqueeracosahonradadarocasiónaquelabuenaseñorarecuperaseasumaridoyqueconhonestofinseponíaahaceraquello, confiándose a sus buenos y honrados sentimientos, no solamenteprometió hacerlo a la condesa sino que pocos días después, con secretacautela,segúnlasórdenesquehabíadado,tuvoelanillo(aunqueuntantillolecostasealconde)yaellaenlugardeasuhijamagistralmentepusoenlacamaconelconde.

En los cuales primeros ayuntamientos afectuosísimamente por el condebuscados,comoagradóaDios,laseñoraquedópreñadadedoshijosvarones,como el parto hizomanifiesto a su debido tiempo.Y no solamente una vezalegrólanobleseñoraalacondesaconlosabrazosdelmarido,sinomuchas,tan secretamente actuando que nunca se supo una palabra de ello: creyendosiempreelcondequenoconsumujersinoconaquéllaaquienamabahabíaestado.Aquiencuandoseibaairporlasmañanas,habíadadodiversasjoyashermosas y de valor, que diligentemente la condesa guardaba. La cual,sintiéndosepreñada,noquisomásalahonradaseñoraimponertalayuda,sinoqueledijo:

—Señora,pormerceddeDiosyvuestratengoloquedeseaba,yporelloes

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tiempoquehagaloqueosagrade,parairmedespués.

Lahonradaseñoraledijoquesihabíahechoalgoqueleagradase,queleplacía, pero que no lo había hecho por ninguna esperanza de galardón sinoporqueleparecíadeberhacerloparaobrarbien.Lacondesaledijo:

—Señora,muchomeplace,yasí,porotraparte,noentiendodarosloqueme pidáis por galardón, sino por obrar bien, que amíme parece que debehacerseasí.

La honrada señora entonces, por la necesidad obligada, con grandísimavergüenza,cienliraslepidióparacasarasuhija.Lacondesa,conociendosuvergüenza y oyendo su discreta petición, le dio quinientas y tantas joyashermosasyvaliosasqueporventuravalíanotrotanto;conloquelahonradaseñora,muchomásquecontenta,lasgraciasquemejorpudoalacondesadio,lacual,separándosedeella,sevolvióalaposada.

La honrada señora, por quitar ocasión a Beltramo demandar a nadie nivenirasucasa,conlahijasefuealcampoacasadesusparientes,yBeltramodeallí apoco tiempo, reclamadopor sushombres, a sucasa,oyendoque lacondesasehabíaalejado,sevolvió.Lacondesa,oyendoquesehabía idodeFlorencia, y vuelto a su condado, se puso muy contenta; y se quedó enFlorenciahastaqueel tiempodelpartovino,ydioa luzadoshijosvaronesparecidísimosasupadre,alosquehizodiligentementecriar.

Y cuando le pareció oportuno, poniéndose en camino, sin ser por nadiereconocida,conellossevinoaMontpellier;ydescansandoallíalgunosdías,ysobreelcondeydóndeestuvierahabiendoindagado,yenterándosedequeeldíadeTodoslosSantosenelRosellónibaahacerunagranfiestadedamasycaballeros,siempredisfrazadadeperegrina(comohabíasalidodeallí),allásefue.Yoyendoa lasdamasy loscaballeros reunidosenelpalaciodelcondeestarparasentarsealamesa,sincambiarsedehábito,consushijuelosenlosbrazossubiendoalasala,abriéndosepasoentretodos,allásefuehastadondevioalconde,yarrojándoselealospies,dijollorando:

—Señormío,yosoytudesventuradaesposa,quepordejartevolveryestaren tu casa, largamente he andado rodando. Por Dios te requiero a que lascondiciones que me pusiste por los dos caballeros que te mandé lasmantengas:yaquíestátuanilloenmidedo,yaquí,enmisbrazos,tengonoaunosinoadoshijos tuyos.Eshorayadequedebapor ti ser recibidacomomujer,segúntupromesa.

Elconde,aloíresto,todosedesvanecióyreconocióelanillo,ytambiénalosdoshijos,tantoseleparecían;perodijo:

—¿Cómopuedehabersucedidoesto?

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La condesa, con gran maravilla del conde y de todos cuantos presentesestaban, ordenadamente contó lo que había pasado y cómo; por lo cual elconde, conociendoquedecía laverdadyviendo superseveranciay subuenjuicio, y además a aquellos dos hijitos tan hermosos, para cumplir lo queprometidohabíayporcomplaceratodossushombresyalasdamas,quetodoslerogabanqueaéstacomosulegítimaesposaacogierayayhonrase,depusosuobstinadadurezaehizoponerseenpiealacondesa,ylaabrazóybesóyporsulegítimamujerlareconoció,yaaquéllosporhijossuyos;yhaciéndolavestirsecon ropasconvenientesaella,congrandísimoplacerdecuantosallíhabíaydetodossusotrosvasallosqueaquellooyeron,hizonosolamentetodoaqueldía,sinomuchísimosotrosgrandísimafiesta,ydeaqueldíaenadelantea ella siempre como a su esposa y mujer honrada, la amó y la apreciósumamente.

NOVELADÉCIMA

Alibechsehaceermitaña,yelmonjeRústicolaenseñaameteraldiabloenelinfierno,después,llevadadeallí,seconvierteenlamujerde

Neerbale.

Dioneo,quediligentementelahistoriadelareinaescuchadohabía,viendoqueestaba terminadayque sólo a él le faltabanovelar, sin esperarórdenes,sonriendo,comenzóadecir:

Graciosasseñoras,talveznuncahayáisoídocontarcómosemetealdiabloen el infierno, y por ello, sin apartarme casi del argumento sobre el quevosotras todo el día habéis discurrido, os lo puedo decir: tal vez tambiénpodáissalvaravuestrasalmasluegodehaberloaprendido,ypodréistambiénconocer que por mucho que Amor en los alegres palacios y las blandascámarasmásasugradoqueenlaspobrescabañashabite,noporelloalgunavez deja de hacer sentir sus fuerzas entre los tupidos bosques y los rígidosAlpes,porloquecomprendersepuedequeasupotenciaestánsujetastodaslascosas.

Viniendo, pues, al asunto, digo que en la ciudad de Cafsa, en Berbería,hubohacetiempounhombreriquísimoque,entreotroshijos,teníaunahijitahermosa y donosa cuyo nombre era Alibech; la cual, no siendo cristiana yoyendoamuchoscristianosqueenlaciudadhabíaalabarmucholafecristianay el servicio deDios, un día preguntó a uno de ellos en quémateria y conmenos impedimentos pudiese servir a Dios. El cual le repuso que servíanmejor aDios aquellos quemás huían de las cosas delmundo, comohacíanquienesenlassoledadesdelosdesiertosdelaTebaidasehabíanretirado.La

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joven,quesimplicísimaeraydeedaddeunoscatorceaños,noporconscientedeseosinoporunimpulsopueril,sinnadadeciranadie,alamañanasiguientehacia el desierto de Tebaida, ocultamente, sola, se encaminó; y con grantrabajo suyo, continuando sus deseos, después de algunos días a aquellassoledadesllegó,yvistadesdelejosunacasita,sefueaella,dondeaunsantovarónencontróenlapuerta,elcual,maravillándosedeverlaallí,lepreguntóquéesloqueandababuscando.Lacualrepusoque,inspiradaporDios,estababuscandoponerseasuservicio,ytambiénquiénlaenseñaracómoseledebíaservir. El honrado varón, viéndola joven y muy hermosa, temiendo que eldemonio,silaretenía,loengañara,lealabósubuenadisposicióny,dándoledecomeralgunasraícesdehierbasyfrutassilvestresydátiles,yaguaabeber,ledijo:

—Hijamía, nomuy lejosde aquí hayun santovarónque en loquevasbuscandoesmuchomejormaestrodeloquesoyyo:irásaél.

Y le enseñó el camino; y ella, llegada a él y oídas de éste estasmismaspalabras, yendo más adelante, llegó a la celda de un ermitaño joven, muydevotapersonaybueno,cuyonombreeraRústico,ylapeticiónlehizoquealos otros les había hecho.El cual, por querer poner su firmeza a una fuerteprueba,nocomolosdemáslamandóirse,oseguirmásadelante,sinoquelaretuvoensucelda;yllegadalanoche,unayacijadehojasdepalmeralehizoenunlugar,ysobreellaledijoqueseacostase.Hechoesto,notardaronnadalastentacionesenlucharcontralasfuerzasdeéste,elcual,encontrándosemuyengañadosobreellas,sindemasiadosasaltosvolviólasespaldasyseentregócomovencido;ydejandoaunladolospensamientossantosylasoracionesylas disciplinas, a traerse a la memoria la juventud y la hermosura de éstacomenzó, y además de esto, a pensar en qué vía y en qué modo debiesecomportarse con ella, para que no se apercibiese que él, como hombredisoluto,queríallegaraaquelloquedeseabadeella.

Yprobandoprimeroconciertaspreguntas,quenohabíanuncaconocidoahombreaveriguóyquetansimpleeracomoparecía,porloquepensócómo,bajoespeciedeserviraDios,debíatraerlaasuvoluntad.Yprimeramenteconmuchas palabras lemostró cuán enemigo deNuestro Señor era el diablo, yluego le dio a entender que el servicio quemás grato podía ser a Dios erameteraldemonioenelinfierno,adondeNuestroSeñorlehabíacondenado.Lajovencitalepreguntócómosehacíaaquello;Rústicoledijo:

—Prontolosabrás,yparaelloharásloqueamímeveashacer.

Y empezó a desnudarse de los pocos vestidos que tenía, y se quedócompletamentedesnudo,ylomismohizolamuchacha;ysepusoderodillasaguisadequienrezarquisieseycontraéllahizoponerseaella.Yestandoasí,sintiéndose Rústico más que nunca inflamado en su deseo al verla tan

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hermosa, sucedió la resurrección de la carne; y mirándola Alibech, ymaravillándose,dijo:

—Rústico,¿quéesesacosaqueteveoqueasísetesalehaciaafuerayyonolatengo?

—Oh,hijamía—dijoRústico—,eseldiablodequetehehablado;yaves,mecausagrandísimamolestia,tantoqueapenaspuedosoportarle.

Entoncesdijolajoven:

—Oh,alabadoseaDios,queveoqueestoymejorquetú,quenotengoyoesediablo.

DijoRústico:

—Dicesbien,perotienesotracosaqueyonotengo,ylatienesenlugardeesto.

DijoAlibech:

—¿Elqué?

Rústicoledijo:

—Tienes el infierno, y te digoque creoqueDios te hayamandado aquíparalasalvacióndemialma,porquesiesediablomevaadarestetormento,sitúquierestenerdemítantapiedadysufrirquelometaenelinfierno,medarásamígrandísimoconsueloydarásaDiosgranplaceryservicio,siparaellohasvenidoaestoslugares,comodices.

Lajoven,debuenafe,repuso:

—Oh,padremío,puestoqueyotengoelinfierno,seacomoqueréis.

DijoentoncesRústico:

—Hijamía, bendita seas. Vamos ymetámoslo, que luegome deje estartranquilo.

Y dicho esto, llevada la joven encima de una de sus yacijas, le enseñócómodebíaponerseparapoderencarcelaraaquelmalditodeDios.

Lajoven,quenuncahabíapuestoenelinfiernoaningúndiablo,laprimeravezsintióunpocodedolor,porloquedijoaRústico:

—Porcierto,padremío,malacosadebeserestediablo,yverdaderamenteenemigodeDios,queaunenelinfierno,ynoenotraparte,duelecuandosemetedentro.

DijoRústico:

—Hija,nosucederásiempreasí.

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Yparahacerqueaquellonosucediese,seisvecesantesdequesemoviesendelayacijalometieronallí,tantoqueporaquellavezlearrancarontanbienlasoberbiadelacabezaquedebuenaganasequedótranquilo.

Pero volviéndole luego muchas veces en el tiempo que siguió, ydisponiéndose la joven siempre obediente a quitársela, sucedió que el juegocomenzóagustarle,ycomenzóadeciraRústico:

—BienveoquelaverdaddecíanaquellossabioshombresdeCafsa,queelservir a Dios era cosa tan dulce; y en verdad no recuerdo que nunca cosaalguna hiciera yo que tanto deleite y placer me diese como es el meter aldiabloenelinfierno;yporellomeparecequecualquierpersonaqueenotracosaqueenserviraDiosseocupaesunanimal.

Porlacualcosa,muchasvecesibaaRústicoyledecía:

—Padremío,yohevenidoaquíparaserviraDios,ynoparaestarociosa;vamosametereldiabloenelinfierno.

Haciendolocual,decíaalgunavez:

—Rústico,noséporquéeldiabloseescapadelinfierno;quesiestuvieraallí de tan buena gana como el infierno lo recibe y lo tiene, no se saldríanunca.

Así, tan frecuentemente invitando la joven a Rústico y consolándolo alservicio de Dios, tanto le había quitado la lana del jubón que en talesocasionessentíafríoenqueotrohubierasudado;yporellocomenzóadeciralajovenquealdiablonohabíaquecastigarloymeterloenelinfiernomásquecuandoél,porsoberbia,levantaselacabeza:

—Ynosotros,porlagraciadeDios,tantolohemosdesganado,queruegaaDiosquedarseenpaz.

Y así impuso algún silencio a la joven, la cual, después de que vio queRústiconolepedíamásmetereldiabloenelinfierno,ledijoundía:

—Rústico,situdiabloestácastigadoyyanotemolesta,amímiinfiernono me deja tranquila; por lo que bien harás si con tu diablo me ayudas acalmar la rabia de mi infierno, como yo con mi infierno te he ayudado aquitarlelasoberbiaatudiablo.

Rústico,quederaícesdehierbasyaguavivía,malpodíaresponderalosenvites;y ledijoquemuchosdiablosquerríanpoder tranquilizaral infierno,peroqueélharía loquepudiese;y así algunavez la satisfacía,peroera tanraramentequenoerasinoarrojarunhabaenlabocadeunleón;deloquelajoven, no pareciéndole servir a Dios cuanto quería,mucho rezongaba. PeromientrasqueentreeldiablodeRústicoyelinfiernodeAlibechhabía,poreldemasiado deseo y por elmenor poder, esta cuestión, sucedió que hubo un

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fuego en Cafsa en el que en la propia casa ardió el padre de Alibech concuantos hijos y demás familia tenía; por la cual cosa,Alibech, de todos susbienes quedó heredera. Por lo que un joven llamadoNeerbale, habiendo enmagnificencias gastado todos sus haberes, oyendo que ésta estaba viva,poniéndoseabuscarlayencontrándolaantesdequeel fisco seapropiasedelosbienesquehabíansidodelpadre,comodehombremuertosinherederos,congranplacer deRústicoy contra la voluntadde ella, la volvió a llevar aCafsaylatomópormujer,yconelladesugranpatrimoniofueheredero.Peropreguntándole las mujeres que en qué servía a Dios en el desierto, nohabiéndosetodavíaNeerbaleacostadoconella,repusoqueleservíametiendoal diablo en el infierno y queNeerbale había cometido un gran pecado conhaberlaarrancadoatalservicio.

Lasmujerespreguntaron:

—¿Cómosemetealdiabloenelinfierno?

La joven,entrepalabrasygestos, se lomostró;de loque tanto se rieronquetodavíaseríen,ydijeron:

—No estés triste, hija, no, que eso también se hace bien aquí,NeerbalebienservirácontigoaDiosNuestroSeñoreneso.

Luego,diciéndoselounaaotraportodalaciudad,hicieronfamosoeldichode que el más agradable servicio que a Dios pudiera hacerse era meter aldiabloenelinfierno;elcualdicho,pasadoaesteladodelmar,todavíaseoye.Yporellovosotras,jóvenesdamas,quenecesitáislagraciadeDios,aprendeda meter al diablo en el infierno, porque ello es cosa muy grata a Dios yagradableparalaspartes,ymuchobienpuedenacerdeelloyseguirse.

MilvecesomáshabíamovidoarisalahistoriadeDioneoalashonestasdamas,talesydetalmaneralesparecíansuspalabras;porloque,llegadoélalaconclusióndeésta,conociendolareinaqueeltérminodesuseñoríohabíallegado,quitándoseellaureldelacabeza,muyplacenteramentelopusosobrelacabezadeFilostrato,ydijo:

—Prontoveremossiel lobosabemejorguiara lasovejasque lasovejashanguiadoaloslobos.

Filostrato,aloíresto,dijoriéndose:

—Sime hubieran hecho caso, los lobos habrían enseñado a las ovejas ameteraldiabloenel infiernonopeorde loquehizoRústicoconAlibech;yporellononosllaméislobosporquenohabéissidoovejas,perosegúnmehasidoconcedido,gobernaréelreinoquesemehaencomendado.

AquienNeifilecontestó:

—Oye, Filostrato; habríais, queriéndonos enseñar, podido aprender

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sensatez como aprendió Masetto de las monjas y recuperar el habla en talpuntoqueloshuesossindueñohabríanaprendidoasilbar.

Filostrato,conociendoquehabíaallínomenoshocesquedardosteníaél,dejandoelbromear,adedicarsealgobiernodelreinoencomendadoempezó;yhaciendollamaralsenescal,enquépuntoestabantodaslascosasquisooír,yademásdeesto,segúnloquepensóqueestaríabienyquedebíasatisfaceralacompañía, por cuanto su señorío durase, discretamente dispuso, y después,dirigiéndosealasseñoras,dijo:

—Amorosas señoras, por mi desventura, pues que mucho dolor heconocido,siempreporlahermosuradealgunadevosotrasheestadosujetoaAmor,ynielserhumildenielserobedientenielsecundarlocomomejorhepodido conocer en todas sus costumbres, me ha valido sino primero serabandonadoporotroyluegoandardemalenpeor,yasícreoqueandarédeaquíalamuerte,yporellonodeotramateriameplacequesehablemañanasinodeloqueamiscasosesmásconforme,estoes,deaquelloscuyosamorestuvieroninfelizfinal,porqueyoconeltiempoloesperoinfelicísimo,ynoporotracosaelnombreconquemellamáis,porquienesbiensabíanloquedecían,mefueimpuesto.

Y dicho esto, poniéndose en pie, hasta la hora de la cena dio a todoslicencia.

Eratanhermosoeljardínytandeleitablequenohuboningunaqueeligierasalirdeélparamayorplacerhallarenotraparte;así,nocausandoelsol,yatibio,ningunamolestiaparaseguirlos,aloscabritillosylosconejosylosotrosanimalesqueestabanenélyque,mientrasestabansentadosunascienveces,saltandopormediodeellos,habíanvenidoamolestarlos,sepusieronalgunosaseguir.DioneoyFiametacomenzaronacantarsobremicerGuglielmoy laDama del Vergel, Filomena y Pánfilo se pusieron a jugar al ajedrez, y así,quién haciendo esto, quién haciendo aquello, pasándose el tiempo, apenasesperada,lahoradelacenallegó;porloque,puestaslasmesasentornoalabellafuente,allícongrandísimodeleitecenaronpor lanoche.Filostrato,porno salir del camino seguido por quienes reinas antes que él habían sido,cuando se levantaron las mesas, mandó que Laureta guiase una danza ycantaseunacanción;lacualdijo:

—Señormío, canciones de los demás no sé, ni de lasmías tengo en lacabeza ninguna que sea lo bastante conveniente a tan alegre compañía; siqueréisdelasquesé,lascantarédebuenagana.

Elreyledijo:

—Nada de lo tuyo podría ser sino bello y placentero, y por ello, lo quesepas,cántalo.

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Laureta, con voz asaz suave, pero con manera un tanto lastimera,respondiéndolelasdemás,comenzóasí.

Nadietandesolada

comoyohadequejarse,

quetriste,envano,gimoenamorada.

Aquelquemueveelcieloytodaestrella

meformóasuplacer

linda,gallarda,ytangraciosaybella,

paraaquíabajoalintelectoser

unaseñaldeaquella

bellezaquejamásdejadever,

maselmortalpoder,

conociéndomemal,

nomevalora,soymenospreciada.

Yahuboquienmequisoy,muydegrado,

siendojovenmeabrió

susbrazosysupechoysucuidado,

yenlaluzdemisojosseinflamó,

yeltiempo(queafanado

seescapa)acortejarmededicó,

ysiendocortésyo

dignadeélsupehacerme,

peroahoraestoydeaquelamorprivada.

Amíllegódespués,presuntuoso,

unmozalbetefiero

reputándosenobleyvaleroso,

suprisionerasoy,yeltraicionero

hoysehavueltoceloso;

porloque,triste,casidesespero,

puestoqueverdadero

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esque,viniendoalmundo

porbiendemuchos,deunosoyguardada.

Maldigomiventura

que,porcambiarmeenesta

vesterespondísídeaquellaoscura

enquealegremevi,mientrasconésta

llevounavidadura,

muchomenorquelapasadahonesta.

¡Ohdolorosafiesta,

antesmuertameviese

quehabersidoentalcasodesgraciada!

Ohcaroamante,conquienfuiprimero

másquenadiedichosa,

queahoraenelcielovesalverdadero

creador,míramecontupiadosa

bondad,yaqueporotro

notepuedoolvidar,hazlaamorosa

llamaarderpormí,ansiosa,

yruegaqueyovuelvaaesamorada.

AquípusofinLauretaasucanción,que,oídaportodos,diversamenteporcadaunofueentendida;y loshuboqueentendierona lamilanesaquemejoreraunbuenpuercoqueunabellamoza;otrosfuerondemássublimeymejorymásverdaderointelecto,sobreelquealpresentenoespropiorecitar.Elrey,después de ésta, sobre la hierba y entre las flores habiendo hecho encendermuchasvelasdobles,hizocantarotrashastaquetodaslasestrellasquesubíancomenzaronacaer;porloque,pareciéndoletiempodedormir,mandóqueconlasbuenasnochescadaunoasualcobasefuese.

TERMINALATERCERAJORNADA

CUARTAJORNADA

ComienzalacuartajornadadelDecamerón,enlacual,bajoelgobierno

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deFilostrato,serazonasobreaquelloscuyosamorestuvieronunfinalinfeliz.

Carísimasseñoras,tantoporlaspalabrasoídasaloshombressabioscomoporlascosaspormímuchasvecesvistasyleídas,juzgabayoqueelimpetuosovientoyardientedelaenvidianodebíagolpearsinolasaltastorresylasmáselevadascimasdelosárboles;peroenmiopiniónmeencuentrosobremaneraengañado. Porque huyendo yo, y habiéndome siempre ingeniado en huir elfiero ímpetu de ese rabioso espíritu, no solamente por las llanuras sinotambiénporlosprofundísimosvalles,calladoyescondido,meheingeniadoenandar; loquepuedeaparecer asazmanifiesto aquien laspresentesnovelitasmira,quenosolamenteenflorentinovulgaryenprosaestánescritaspormíysintítulosinotambiénenestilohumildísimoybajocuantomássepuede,ynopor todoellohepodidodejardeser fieramenteatacadopor talviento (hastacasidesarraigado)ydesertodolaceradoporlosmordiscosdelaenvidia;porloqueasazmanifiestamentepuedocomprenderqueesverdad loque suelendecir los sabios que sólo la miseria deja de ser envidiada en este mundopresente. Pues ha habido quienes, discretas señoras, leyendo estas novelitas,handichoquevosotrasmegustáisdemasiadoyquenoescosahonestaqueyotantodeleitetomeenagradarosyconsolarosyalgunoshandichopeor:queenalabaros como lo hago.Otros,mostrando querer hablarmás reflexivamente,handichoqueamiedadnoestábienperseguiryaestascosas:estoes,hablardemujeresycomplacerlas.

Y muchos, muy preocupados por mi fama mostrándose, dicen que mássabiamenteharéenestarconlasmusasenelParnasoqueenestaschácharasmezclarme con vosotras. Y hay quienes, más despechada que sabiamentehablando, han dicho que haría más discretamente en pensar dónde podríaencontrarelpanquetrasestasnecedadesandarpalpandoelviento.Yalgunosotros,quedeotraguisahansido lascosaspormícontadasquecomoos lasdigo,seingenianendetrimentodemistrabajosendemostrar.Así,portantosytales soplos, por tan atroces dientes, por tan agudos, valerosas señoras,mientras en vuestro servicio milito, estoy azotado, molestado y, en fin,crucificadovivo.Lascualescosascontranquiloánimo,sábeloDios,escuchoyoigo,yaunqueavosenestocorrespondaporcompletomidefensa,nomenosentiendoyonoahorrarmisfuerzasysinrespondercuantoseríaconveniente,conalgunaligerarespuestaquitármelosdelasorejas,yhacerestosintardanzaporquesiya,nohabiendollegadoalterciodemitrabajo,sonellosmuchosymucho presumen, pienso que antes de que llegue al final podrán habersemultiplicadodemanera(nohabiendosufridoantesningunarepulsa)queconpocoesfuerzosuyomehundirían,ycontraellos,pormuygrandesquesean,nopodrían resistir vuestras fuerzas. Pero antes de que comience a responder a

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alguien, me place contar en mi favor no una historia entera, para que noparezcaquequieromishistoriasconaquellasdetanloablecompañíacomofuelaqueoshemostradomezclar,sinopartedeuna,paraqueensumismaformaincompleta semuestre que no es de aquéllas; y hablando amis detractores,digoque:

En nuestra ciudad, hace ya mucho tiempo, hubo un ciudadano que fuellamadoFilippoBalducci,hombredecondiciónasazmodesta,peroricoybiendespachado y hábil en las cosas cuanto su estado lo requería; y tenía a unaseñorapormujeraquientiernamenteamaba,yellaaél,yjuntosllevabanunafeliz vida, en ninguna otra cosa poniendo tanto afán como en agradarseenteramenteelunoalotro.Ahora,sucedióque,comosucedeatodos,labuenaseñorafallecióynadadejósuyoaFilipposinounúnicohijoconcebidodeél,que de edad de unos dos años era. Él, por la muerte de su mujer tandesconsolado se quedó comonunca quedónadie al perder la cosa amada; yviéndosequedarsolosinlacompañíaquemásamaba,sedecidióporcompletoanopertenecermásalmundosinodedicarseal serviciodeDios,yhacer lomismodesupequeñohijo.Porloque,dandotodassuscosasporelamordeDios,sindemorasefuealoaltodelMonteSinerioyallíenunapequeñaceldasemetió con su hijo, con el cual, de limosnas y en ayunos y en oracionesviviendo, sumamente se guardaba de hablar, allí donde estaba, de ningunacosatemporalnidedejarleverningunadeellas,paraquenoloapartasendetalservicio,sinoquesiempredelagloriadelavidaeternaydeDiosydelossantoshablaba,noenseñándoleotracosasinosantasoraciones:yenestavidamuchos años le tuvo, no dejándolo nunca salir de la celda ni mostrándoleningunacosamásqueasímismo.

Acostumbraba el buen hombre a venir alguna vez a Florencia, y de allí,segúnsusnecesidadesayudadoporlosamigosdeDios,asuceldasevolvía.Ahora, sucedió que siendo ya el muchacho de edad de dieciocho años, yFilippoviejo,undíalepreguntóquedóndeiba.Filipposelodijo;alcualdijoelmuchacho:

—Padremío,vossoisyaviejoymalpodéissoportarlostrabajos;¿porquénomelleváisunavezaFlorencia,paraque,haciéndomeconoceralosamigosdeDios y vuestros, yo, que soy joven y tengomás fuerzas que vos, puedaluegoiraFlorenciaavuestrosasuntoscuandolodeseéis,yvosquedarosaquí?

El buen hombre, pensando que ya su hijo era grande, y estaba tanhabituadoalserviciodeDiosquedifícilmentelascosasdelmundodebíanyapoderatraerlo,sedijo:

«Biendiceéste».

Por lo que, teniendo que ir, lo llevó consigo. Allí el joven, viendo losedificios,lascasas,lasiglesiasytodaslasdemáscosasdequetodalaciudad

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se ve llena, como quien no se acordaba de haberlas visto, comenzó amaravillarse grandemente, y sobre muchas preguntaba al padre qué eran, ycómosellamaban.Elpadreselodecíayél,quedándosecontentoaloírlo,lepreguntabaotracosa.Ypreguntandodeestamaneraelhijoyrespondiendoelpadre,porventurasetropezaronconungrupodebellasmuchachasjóvenesyadornadas que de una fiesta de bodas venían; a las cuales, en cuanto vio eljoven,lepreguntóalpadrequequéeran.

Elpadreledijo:

—Hijomío,bajalavista,nolasmires,quesoncosamala.

Dijoentonceselhijo:

—Pero¿cómosellaman?

El padre, por no despertar en el concupiscente apetito del joven ningúnproclive deseo menos que conveniente, no quiso nombrarlas por su propionombre,esdecir,«mujeres»,sinoquedijo:

—Sellamangansas.

¡Maravillosacosadeoír!Aquelquenuncaensuvidahabíavistoninguna,nopreocupándosedelospalacios,nidelbuey,nidelcaballo,nidelasno,nidelosdinerosnideotracosaquevistohubiera,súbitamentedijo:

—Padremío,osruegoquehagáisquetengayounadeesasgansas.

—¡Ay,hijomío!—dijoelpadre—,calla:soncosamala.

Eljoven,preguntándole,ledijo:

—¿Puesasísonlascosasmalas?

—Sí—dijoelpadre.

Yéldijoentonces:

—Noséloquedecís,niporquééstasseancosasmalas:encuantoamí,nomehaparecidohasta ahoravernuncanada tanbelloni tan agradable comoellas. Sonmás hermosas que los corderos pintados quemehabéis enseñadomuchasveces.¡Ah!,siosimportoalgo,hacedquenosllevemosunaalláarribadeestasgansasyyolallevaréapastar.

Dijoelpadre:

—Noloquiero;¡nosabestúdóndepastan!

Ysintióincontinentiquelanaturalezaeramásfuertequesuingenio,ysearrepintiódehaberlollevadoaFlorencia.Perohaberhastaaquícontadodelapresentenovelamebasta,ydirigirmeaquieneslahecontado.

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Dicen, pues, algunos demis censores que hagomal, oh jóvenes damas,esforzándomedemasiadoenagradaros;yquevosotrasdemasiadomeagradáis.Lascualescosasabiertísimamenteconfieso;esdecir,quemeagradáisyquemeesfuerzoenagradaros;ylespreguntosideestosemaravillanconsiderandono ya el haber conocido el amoroso besarse y el placentero abrazarse y losayuntamientosdeleitososque convos, dulcísimas señoras, se tienenmuchasveces, sino solamente el haber visto y ver continuamente las cortesescostumbres y la atractiva hermosura y la cortés gallardía y además de todoesto,vuestraseñorilhonestidad:cuandoaquelquenutrido,criado,crecidoenunmontesalvajeysolitario,dentrode los límitesdeunapequeñacelda, sinotracompañíaqueelpadre,alveros,solasporéldeseadasfuisteis,solasconafectoseguidas.

¿Habríandereprenderme,deamonestarme,decastigarmeéstossiyo,cuyocuerpoelcieloprodujoaptoparaamaros,yyodesdemi infanciaelalmaosdediquéalsentirelpoderdelaluzdevuestrosojos,lasuavidaddelaspalabrasmelifluasylasllamasencendidasporloscompasivossuspiros,simeagradáisy si yo en agradaros me esfuerzo; y especialmente teniendo en cuenta queantesquenadaagradasteisaunermitañito,aunjovencillosinsentido,casiaun animal salvaje? Por cierto que quien no os ama y por vos no desea seramado, comopersona que ni los placeres ni la virtud de la natural afecciónsienteniconocemereprende:ypocomepreocupoporello.Yquiencontramiedadvahablandomuestraquemalconocequeaunqueelperrotienelacabezablanca, la cola la tiene verde; a los cuales, dejando a un lado las bromas,respondoquenuncareputarévergonzosoparamíhastaelfinaldemividaelcomplaceraaquellascosasa lasqueGuidoCavalcantiyDanteAlighieriyaviejos, ymicer Gino de Pistoia viejísimo tuvieron en honor, y buscaron suplacer.

Y si no fuese que sería salirme del modo que se acostumbra a hablar,traería aquí en medio la historia, y la mostraría llena de hombres viejos yvalerosos que en sus más maduros años sumamente se esforzaron encomplaceralasdamas,loquesiellosnolosaben,quevayanyloaprendan.Que se quede con lasmusas en el Parnaso, afirmoque es un buen consejo:perono siemprepodemosquedarnoscon lasmusasni ellasconnosotros.Sicuandosucedequeelhombreseseparadeellas,sedeleitaenvercosaqueselasasemejannoesdereprochar:lasmusassonmujeres,yaunquelasmujereslo que lasmusas valen no valgan, sin embargo tienen en el primer aspectosemejanzaconellas,asíqueaunqueporotracosanomeagradasen,porellodebíanagradarme;sincontarconquelasmujeresyafueronparamíocasióndecomponermilversosmientras lasmusasnuncame fuerondehacerningunoocasión. Ellas me ayudaron bien y me mostraron cómo componer aquellosmil;ytalvezparaescribirestascosas,aunquehumildísimassean,tambiénhanvenido algunas veces a estar conmigo, en servicio tal vez y en honor de la

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semejanzaquelasmujerestienenconellas;porloque,tejiendoestascosas,nidel Monte Parnaso ni de las Musas me separo tanto cuanto por venturamuchoscreen.

Pero¿quédiremosaaquellosquedemifamatienentantacompasiónqueme aconsejan quemebusque el pan?Ciertamente no lo sé, pero, queriendopensarcuálseríasurespuestasipornecesidadselopidieraaellos,piensoquedirían: «¡Búscatelo en tus fábulas!». Y ya más han encontrado entre susfábulaslospoetasquemuchosricosentresustesoros,ymuchoshahabidoqueandando tras de sus fábulas hicieron florecer su edad, mientras por elcontrario, muchos al buscar más pan del que necesitaban, murieron sinmadurar.

¿Quédirémás?Échenmeconmalosmodosesostalescuandoselopida,sibien con lamerced de Dios todavía no lo necesito y si me sobreviniese lanecesidadyosé,segúnelApóstol,vivirenlaabundanciaypadecerlamiseria;yporellonadiesepreocupedemísinoyo.Ylosquedicenqueestascosasnohansidoasí,megustaríamuchoqueencontrasenlosoriginales,quesifuerandiscordantes de lo que yo escribo, justa diré que es su reprimenda y encorregirme yo mismo me ingeniaré; pero mientras no aparezca nada sinopalabras,lesdejaréconsuopinión,siguiendolamía,diciendodeellosloqueellosdicendemí.Yqueriendohaber respondidobastanteporestavez,digoqueconlaayudadeDiosylavuestra,gentilísimasseñoras,enquienespero,armado y con buena paciencia, con esto procederé adelante, volviendo lasespaldasaestevientoydejándolosoplar,porquenoveoquepuedasucedermeamíotracosaquelesucedealmenudopolvo,elcual,soplandoeltorbellino,odelatierranolomueve,osilomuevelollevaaloaltoymuchasvecessobrelacabezadeloshombres,sobrelascoronasdelosreyesydelosemperadores,y a veces sobre los altos palacios y sobre las excelsas torres lo deja; de lascuales, si cae,másabajonopuede llegardel lugar adonde fue llevado.Y sialgunavezcontodamifuerzaacomplacerosenalgomedispuse,ahoramásquenuncamedispondré,porqueconozcoqueotracosanadiepodrádecirconrazón sino que los demás y yo, que os amamos, naturalmente obramos; acuyas leyes (de la naturaleza) para querer oponerse, demasiado grandesfuerzas se necesitan y muchas veces no solamente en vano sino congrandísimo daño del que se afana se ponen en obra. Las cuales fuerzas,confiesoqueno las tengoni deseo tenerlas en esto, y si las tuviese, antes aotroslasprestaríaquelasusaríaparamí.Porloquecállenselosreprensores,ysicalentarsenopueden,vivancongelados,yensusdeleites(másbienapetitoscorruptos) estándose, amí en elmío, en esta breve vida que se nos da,medejen tranquilo. Pero hemos de volver, porque bastante hemos divagado, ohhermosasseñoras,alládedondepartimos,yelordenempezadoseguir.

Arrojado había el sol ya del cielo a todas las estrellas y de la tierra la

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húmeda sombra de la noche, cuando Filostrato, levantándose, a toda sucompañía hizo levantar, y yendo al hermoso jardín, por allí empezaron apasearse;yvenidalahoradelacomida,almorzaronaquídondehabíancenadolanochepasada.Ydedormir,estandoelsolensumayoraltura,levantándose,delamaneraacostumbradacercadelahermosafuentesesentaron,yentoncesFilostrato a Fiameta mandó que principio diese a las historias, la cual, sinesperarmásaquedicholefuese,señorilmenteasícomenzó:

NOVELAPRIMERA

Tancredo,príncipedeSalerno,mataalamantedesuhijaylemandaelcorazónenunacopadeoro;lacual,echandosobreélaguaenvenenada,se

labebeymuere.

Duroasuntoparatratarnoshaimpuestohoynuestrorey,sipensamosquecuandoparaalegrarnoshemosvenido,tenemosquehablardelaslágrimasdeotros, que no pueden contarse sin que deje de sentir compasión quien lascuentayquienlasescucha.Talvezpormoderaruntantolaalegríasentidalosdíaspasadoslohahecho;perosealoquelehayamovido,comoamínomeincumbecambiarsugusto,uncasolastimero,yporlomismodesventuradoydignodenuestraslágrimas,contaré.

Tancredo, príncipe de Salerno, fue señor asaz humano, y de benignotalante,sienamorosasangre,ensuvejez,nosehubieraensuciadolasmanos;el cual en todo el tiempode su vida no tuvomás que una hija, ymás felizhubiera sido si no la hubiese tenido. Ésta fue por el padre tan tiernamenteamada cuanto hija alguna vez fuese amada por su padre; y por este tiernoamor, habiendo ella ya pasado enmuchos años la edad de tenermarido, nosabiendocómosepararladeél,nolacasaba; luego,porfin,habiéndoladadopor mujer a un hijo del duque de Capua, viviendo con él poco tiempo, sequedóviudayvolvióconsupadre.Erahermosísimaenelcuerpoyelrostrocomolamujerquemáslohubierasido,yjovenygallarda,ymásdiscretadeloqueporventuraconveníaaunamujerserlo.Yviviendoconelamantepadrecomounagranseñora,enmuchablandura,yviendoquesupadre,porelamorqueletenía,pococuidadosetomabaporcasarlaotravez,yaellacosahonestano le parecía pedírselo, pensó en tener, ocultamente si podía hallarlo, unamante digno de ella.Y viendo amuchos hombres en la corte de su padre,nobles y no, como nosotros los vemos en las cortes, y consideradas lasmanerasylascostumbresdemuchos,entrelosotrosunjovenpajedelpadrecuyonombreeraGuiscardo,hombredenacimientoasazhumildeperopor lavirtudylascostumbresnoble,másqueotroleagradóyporélcalladamente,

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viéndolo amenudo, ardientemente se inflamó, estimando cada vezmás susmaneras.Yeljoven,quenodejabadeserperspicaz,habiéndosefijadoenella,lahabíarecibidoensucorazóndetalmaneraquedecualquieraotracosaquenofueraamarlateníaalejadalacabeza.Detalguisa,pues,amándoseelunoalotrosecretamente,nadadeseando tanto la jovencomoencontrarseconél,niqueriéndose sobre este amor confiarse a nadie, para poderle declarar suintencióninventóunararaestratagema.

Escribió una carta, y en ella lo que tenía que hacer el día siguiente paraestarconellalemostró;yluego,puestaenelhuecodeunacaña,jugandoseladioaGuiscardodiciendo:

—Conestoharásestanocheunsoplilloparatusirvientaconqueenciendaelfuego.

Guiscardo la tomó, y pensandoque no sin razón debía habérsela dadoydichoaquello,marchándose,conaquellovolvióasucasa,ymirandolacaña,yviéndola hendida, la abrió y, hallada dentro la carta de ella y leída, y bienentendido lo que tenía que hacer, se sintió el hombremás contento que hahabidoenelmundo,ysededicóaprepararseparareunirseconellasegúnelmodo que le habíamostrado. Había junto al palacio del príncipe una grutacavada en el monte, hecha en tiempos lejanísimos, a la que daba luz unrespiraderoabiertoenelmonte;elcual,comolagrutaestabaabandonada,porzarzasyporhierbasnacidasporencima,estabacasiobturado;yaestagruta,porunaescalasecretaquehabíaenunadelascámarasbajasdelpalacio,queera la de la señora, podía bajarse, aunque con un fortísimo portón cerradaestaba. Y estaba tan fuera de la cabeza de todos esta escala, porque hacíamuchísimotiempoquenoseusaba,quecasiningunodelosqueallívivíanlarecordaba;peroAmor,acuyosojosnadaestátansecretoquenoloalcance,selahabíatraídoalamemoriaalaenamoradaseñora.Lacual,paraquenadiedeelloapercibirsepudiera,muchosdíasconsusarnesesmuchohabía trabajadoparaqueaquelportónpudieraabrirse;abiertoelcual,ysolabajandoalagrutay visto el respiradero, por él había mandado decir a Giuscardo que seindustriase en bajar, habiéndole dibujado la altura de aquél a la tierra haberpodía.

Y para cumplir esto, Guiscardo prestamente, preparada una soga conciertosnudosylazadasparapoderdescenderysubirporella,yvestidoconuncueroquedelaszarzasleprotegiese,sinhaberdichonadaanadie,alanochesiguientealrespiraderosefue,yacomodandobienunodeloscabosdelasogaaunfuertetocónqueenlabocadelrespiraderohabíanacido,porellabajóalagrutayesperóalaseñora.Lacual,aldíasiguiente,fingiendoquererdormir,mandadas afuera sus damiselas y encerrándose sola en la alcoba, abierto elportón, a la gruta bajó, donde, encontrando a Guiscardo, uno a otromaravillosasfiestassehicieron,yviniendojuntosasualcoba,congrandísimo

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placer gran parte de aquel día se quedaron, y puesto discreto orden en susamores para que fuesen secretos, volviéndose a la gruta Guiscardo y ellacerrandoelportón,consusdamiselassevinoafuera.

Guiscardoluego,alvenirlanoche,subiendoporsusoga,porelrespiraderopor donde había entrado salió afuera y se volvió a su casa; y habiendoaprendidoestecamino,muchasveces luego,andandoel tiempo,allí retornó.Perolafortuna,envidiosadetanlargoydetangrandedeleite,conundolorososucesoelgozodelosdosamantesvolviótristellanto.AcostumbrabaTancredoaveniralgunavezsoloalacámaradesuhija,yallíhablarconellayquedarseunrato,yluegoirse;elcual,undíadespuésdecomer,bajandoallí,estandolaseñora, que Ghismunda tenía por nombre, en un jardín suyo con todas susdamiselas,enellaentrando,sinhabersidopornadievistouoído,noqueriendoapartarladesudistracción,encontrando lasventanasde laalcobacerradasylascortinasde lacamaechadas, juntoaellasenunaesquina se sentóenunalmohadón; y apoyando la cabeza en la cama y cubriéndose con la cortina,como si deliberadamente se hubiera escondido allí, se quedó dormido. Yestandodurmiendode estamanera,Ghismunda,quepordesgracia aqueldíahabía hecho venir a Guiscardo, dejando a sus damiselas en el jardín,calladamente entró en la alcoba y, cerrándola, sin apercibirse de que nadieestuvieraallí,abiertoelportónaGuiscardoquelaesperabayyéndoselosdosalacamacomoacostumbraban,yjuntosjugandoysolazándose,sucedióqueTancredosedespertóyoyóyvioloqueGuiscardoysuhijahacían;ydoloridopor ello sobremanera, primero quiso gritarles, luego tomó el partido decallarseydequedarseescondido,sipodía,parapodermáscautamenteobraryconmenorvergüenzasuyaloqueyalehabíavenidolaintencióndehacer.

Losdosamantesestuvieronlargotiempojuntoscomoacostumbraban,sinapercibirsedeTancredo;ycuandolespareció tiempo,bajándosede lacama,Guiscardosevolvióalagrutayellasaliódelaalcoba.DelacualTancredo,aunqueeraviejo,desdeunaventanabajóal jardíny sin servistopornadie,mortalmentedolorido,asucámaravolvió.Yporunaordenquedio,alsalirdelrespiradero, lanochesiguienteduranteelprimersueño,Guiscardo, talcomoestaba con la vestimenta de cuero embarazado, fue apresado por dos ysecretamentellevadoaTancredo;elcual,alverle,casillorandodijo:

—Guiscardo,mibenignidadcontigonomerecíaelultrajey lavergüenzaqueenmiscosasmehashecho,comohevistohoyconmispropiosojos.

Alcual,Guiscardo,nadarespondiósinoesto:

—Amorpuedemuchomásdeloquepodemosvosyyo.

Mandó entonces Tancredo que calladamente en alguna cámara de allíadentro guardado fuese; y así se hizo. Venido el día siguiente, no sabiendoGhismundanadadeestas cosas,habiendoTancredoconsigomismopensado

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varios y diversos procedimientos, después de comer, según su costumbre sefuealacámaradelahija,dondehaciéndolallamaryencerrándosedentroconella,llorandocomenzóadecirle:

—Ghismunda, pareciéndome conocer tu virtud y tu honestidad, nuncahabríapodidocabermeenelánimo,aunqueme lohubierandicho,siyoconmisojosno lohubieravisto,quesometerteaalgúnhombre,si tumaridonohubierasido,hubiesesnoyahechosinoniaunpensado;porloqueyoenestepoco resto de vida que mi vejez me conserva siempre estaré dolorido alrecordarlo. Y hubiera querido Dios que, pues que a tanta deshonestidadencaminartedebías,hubiesestomadounhombrequeatunoblezahubierasidoconveniente;peroentre tantosquemicorte frecuentan,elegisteaGuiscardo,jovendecondiciónvilísimaennuestracortecasi comoporel amordeDiosdesdeniñohastaestedíacriado;porloqueengrandísimoafándeánimomehaspuestonosabiendoquépartidotomarsobreti.DeGuiscardo,aquienestanochehiceprendercuandoporelrespiraderosalíaylotengoenprisión,yahedeterminado qué hacer, pero de ti sabe Dios que no sé qué hacer. Por unaparte,mearrastraelamorquesiempretehetenidomásqueningúnpadretuvoa su hija y por la otra me arrastra la justísima ira ocasionada por tu granlocura: aquél quiere que te perdone y éste quiere que contra mi mismanaturalezameensañe;peroantesde tomarpartido,deseooírte loque tengasquedeciraesto.

Ydichoesto,bajóel rostro, llorando tan fuertementecomohabríahechoun muchacho apaleado. Ghismunda, al oír a su padre y al conocer nosolamente que su secreto amor había sido descubierto sino que Guiscardoestaba preso, un dolor indecible sintió y de mostrarlo con gritos y conlágrimas, como lamayoría de lasmujeres hace, estuvomuchas veces cerca,perovenciendoestavilezasuánimoaltanero,surostroconmaravillosafuerzacontuvo,ysedeterminóanoseguirconvidaantesqueproferiralgunasúplicaporellamisma,imaginandoqueyasuGuiscardohabíamuerto,porloquenocomodoloridamujeroarrepentidadesuyerro,sinocomomujerimpasibleyvalerosa, con seco rostro y abierto y en ningún rasgo alterado, así dijo a supadre:

—Tancredo,nianegarniasuplicarestoydispuestaporqueni lounomevaldría ni lo otro quiero queme valga; y además de esto, de ningúnmodoentiendo que me favorezcan tu benevolencia y tu amor sino la verdadconfesando,primerodefendermifamaconrazonesverdaderasyluegoconlasobrasseguirfirmementelagrandezademiánimo.EsverdadqueheamadoyamoaGuiscardo,ymientrasviva,queserápoco,loamaréysidespuésdelamuerte se ama, no dejaré de amarlo; pero a esto no me indujo tanto mifemeninafragilidadcomotupocasolicitudencasarmeylavirtudsuya.Debeserte,Tancredo,manifiesto,siendotúdecarne,quehasengendradoaunahija

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de carne y no de piedra ni de hierro; y acordarte debías y debes, aunque túahoraseasviejo,cómoycuálesyconquéfuerzasonlasleyesdelajuventud,y aunque tú, hombre, en parte de tus mejores años en las armas te hayasejercitado,nodebías,sinembargo,conocerloquelosociosylasdelicadezaspuedenenlosviejos,noyaenlosjóvenes.Soy,pues,comoengendradaporti,decarne,yhevividotanpocoquetodavíasoyjoven,yporunacosaylaotrallenadeldeseoconcupiscente,alqueasombrosísimasfuerzashadadoya,porhaber estado casada, el conocimiento del placer sentido cuando tal deseo secumple.Acuyasfuerzas,nopudiendoyoresistir,aseguiraquelloaloquemeempujaban,comojovenycomomujer,medispuse,ymeenamoré.

»Yciertamenteenestopuse todamivirtudalnoquererquenipara tinipara mí, de aquello que al natural pecado me atraía (en cuanto yo pudieraevitarlo)vinieseningunavergüenza.AloqueelcompasivoAmorylabenignafortunaunamuyocultavíamehabíanencontradoymostrado,porlacual,sinnadie saberlo, yo mis deseos alcanzaba: y esto (quien sea que te lo hayamostradoocomoquieraquelosepas)noloniego.AGuiscardonoescogíporacaso,comomuchashacen,sinoquecondeliberadoconsejoloelegíantesquea cualquiera otro, y con precavido pensamiento lo atraje, y con sabiaperseverancia de él y demí largamente he gozado enmi deseo. En lo quepareceque,ademásdehaberpecadoporamor,tú,máslaopiniónvulgarquelaverdad siguiendo, con más amargura me reprendes al decir, como si no tehubieseenojadosiaunhombrenoblehubieraelegidoparaesto,queconunhombredebajacondiciónmehemezclado;enloquenotedascuentadequenomipecadosinoeldelafortunareprendes,lacualconasazfrecuenciaalosquenosondignoseleva,dejandoabajoalosdignísimos.

»Perodejemosahoraesto,ymiraunpocolosprincipiosdelasunto:verásquetodosnosotrosdeunasolamasadecarnetenemoslacarne,yqueporunmismo creador todas las almas con igual fuerza, con igual poder, con igualvirtudfueroncreadas.Lavirtudprimeramentehizodistinciónentrenosotros,quenacemosynacíamosiguales;yquienesmayorcantidaddeellateníanylaponían en obra fueron llamados nobles, y los restantes quedaron siendo nonobles.Yaunqueunacostumbrecontrariahayaocultadodespuésestaley,noestá todavía arrancada ni destruida por la naturaleza y por las buenascostumbres; y por ello, quien virtuosamente obra, abiertamente se muestranoble,ysideotramaneraselellama,noquienesllamadosinoquienlellamaseequivoca.

»Mira, pues, entre tus nobles y examina su vida, sus costumbres y susmaneras, y de otra parte las deGuiscardo considera: si quisieras juzgar sinanimosidad,lellamaríasaélnobilísimoyatodosestosnoblestuyosvillanos.EnlavirtudyelvalordeGuiscardonocreíporeljuiciodeotrapersona,sinoportuspalabrasypormisojos.¿Quiénlealabótantocuandotúlealababasen

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todas las cosas loables que deben ser alabadas en un hombre valeroso? Yciertamentenosinrazón:quesimisojosnomeengañaron,ningunaalabanzafue dicha por ti que yo ponerla en obra, ymás admirablemente que podíanexpresarlotuspalabras,noleviese;ysienellomehubieraengañadoenalgo,por ti habría sido engañada. ¿Dirás, pues, que con un hombre de bajacondiciónmehemezclado?Nodirásverdad;siporventuradijesesqueconunpobre,convergüenzatuyapodríaconcederse,queasíhassabidoaunhombrevalioso servidor tuyo traer a buen estado; pero la pobreza no quita a nadienobleza,sinoloshaberes.

»Muchos reyes,muchos grandes príncipes fueron pobres, ymuchos quecavan la tierrayguardanovejas fueron riquísimos,y loson.Laúltimadudaquemeexpusiste,esdecir,quédebashacerconmigo,deséchalaporcompleto:si en tu extrema vejez estás dispuesto a hacer lo que de joven noacostumbraste,esdecir,aobrarcruelmente,prepárateaello,sécruelconmigoporquenoestoydispuestaarogartedeningúnmodoquenoloseascomoqueereslaprimerarazóndeestepecado,siesquepecadoes;porloqueteaseguroqueloquedeGuiscardohayashechoohagassinohacesconmigolomismo,mispropiasmanos loharán.Yahora anda, vete con lasmujeres a derramarlágrimas,yparadescargar tucrueldadconelmismogolpe,aélyamí,si teparecequelohemosmerecido,mátanos.

Conocióelpríncipelagrandezadeánimodesuhija,peronoporellocreyóqueestuviesetanfirmementedispuestaa loqueconsuspalabrasamenazabacomo decía; por lo que, separándose de ella y alejando el pensamiento deobrar cruelmente contra ella, pensó con la condenación del otro enfriar suardienteamor,ymandóalosdosqueaGuiscardoguardabanque,sinhacerlosaberanadie, lanochesiguiente loestrangularany,arrancándoleelcorazón,selollevasen.Loscuales,talcomoseleshabíaordenado,lohicieron,porloque,venidoeldíasiguiente,haciéndosetraerelpríncipeunagrandeyhermosacopa de oro y puesto en ella el corazón de Guiscardo, por un fidelísimosirviente suyo se lomandó a su hija y le ordenó que cuando se lo diera ledijese:

—Tupadreteenvíaestoparaconsolarteconloquemásamas,comolehasconsoladotúconloqueélmásamaba.

Ghismunda, no apartada de su dura decisión, haciéndose traer hierbas yraícesvenenosas,luegodequesupadrepartió,lasdestilóylasredujoaagua,para tenerlapreparadasi loque temíasucediese.Yvenidoelsirvienteaellaconelregaloyconlaspalabrasdelpríncipe,coninconmoviblerostrolacoparecibió, y descubriéndola, al ver el corazón y al oír las palabras, tuvo porcertísimoque aquél era el corazóndeGuiscardo, por lo que, levantando losojoshaciaelsirviente,dijo:

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—No convenía sepulturamenos digna que el oro a tal corazón como eséste;discretamentehaobradomipadreenesto.—Ydichoesto,acercándoseloalaboca,lobesóydespuésdijo—:Entodaslascosasyhastaenesteextremodemividaheencontradotiernísimoelamorquemipadremetiene,peroahoramás que nunca; y por ello las últimas gracias que debo darle ahora por tangranpresente,demiparte ledarás.—Dichoesto,mirandolacopaque teníaabrazada,mirandoelcorazón,dijo—:¡Ay!,dulcísimoalberguede todosmisplaceres,¡malditasealacrueldaddeaquelqueconlosojosdelacaramehaceverteahora!Bastantemeeramirarteacadamomentoconlosdelespíritu.Túhascumplidoyatucarreraytehasliberadodelaqueteconcediólafortuna;llegadohasalfinaladondetodoscorremos;dejadohaslasmiseriasdelmundoy las fatigas, y de tumismo enemigo has recibido la sepultura que tu valormerecía.

»Nadatefaltabapararecibircumplidasexequiassinolaslágrimasdequienmientrasviviste tantoamaste; lasqueparaque las tuvieses,pusoDiosenelcorazón demi cruel padre que te mandase amí, yo te las ofreceré aunquetuviera el propósito de morir con los ojos secos y con el gesto de nadaespantado;ydespuésdehabértelasofrecido,sintardanzaalgunaharéquemialmaseunaalaque,rigiéndolatú,contantoamorguardaste.

»¿Y en qué compañía podré irmás contenta ymás segura a los lugaresdesconocidosqueconella?Estoyseguradequeestátodavíaaquídentroyquemiraloslugaresdesusdeleitesylosmíos,ycomoquienestoyseguradequesigueamándome,esperaalamíaporlacualsumamenteesamada.

Ydichoesto,nodeotramaneraquesiunafuenteenlacabezatuviese,sinhacerningúnmujerilalboroto,inclinándosesobrelacopa,llorandoempezóavertertantaslágrimasqueadmirablecosaeradever,besandoinfinitasveceselmuerto corazón. Sus damiselas, que en torno de ella estaban, qué corazónfueseésteyquéqueríandecir suspalabrasnoentendían,peropor lapiedadvencidas, todas lloraban; y compasivamente le preguntaban en vano por elmotivodesullanto,ymuchomás,comomejorpodíanysabían,seingeniabanenconsolarla.Lacual,despuésdequecuantoleparecióhubollorado,alzandolacabezaysecándoselosojos,dijo:

—Oh,corazónmuyamado, todosmisdebereshacia tiestáncumplidosynadamequedaporhacersinovenirconmialmaaestarentucompañía.

Y dicho esto, se hizo dar la botijuela donde estaba el agua que el díaanterior habíapreparado; y la echó en la copadonde el corazón estaba, conmuchaslágrimassuyaslavado;ysinningúnespantopuestaallílaboca,todalabebió,yhabiéndolabebido,conlacopaenlamanosubióasucama,ylomáshonestamentequesupocolocósobreellasucuerpoycontrasucorazónapoyóeldesumuertoamante,ysindecirpalabraesperabalamuerte.Susdamiselas,

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habiendovistoyoídoestascosas,comonosabíanquéaguafueralaquehabíabebido,aTancredohabíanmandadoadecirtodoaquello,elcual,temiendoloque sucedió, bajó prontamente a la alcoba de su hija. Adonde llegó en elmomento en que ella se echaba sobre la cama, y tarde, con dulces palabrasviniendo a consolarla, viendo el término en que estaba, comenzódoloridamenteallorar;ylaseñoraledijo:

—Tancredo,guardaesaslágrimasparaalgúncasomenosdeseadoqueéste,ynolasviertaspormíquenolasdeseo.¿Quiénhavistojamásanadiellorarpor loqueélmismohaquerido?Pero si algodeaquel amorqueme tuvistetodavíaviveenti,porúltimodonconcédemeque,puesquenotefuegratoqueyocalladamenteyaescondidasconGuiscardoviviera,quemicuerpoconelsuyo,dondequieraquelohayashechoarrojarmuerto,estépúblicamente.

Laangustiadel llantonodejóresponderalpríncipe,yentonces la joven,sintiéndose llegar a su fin, estrechando contra su pecho el muerto corazón,dijo:

—QuedaosconDios,queyomevoy.

Yveladoslosojosyperdidotodosentido,deestadolorosavidasepartió.

TaldolorosofintuvoelamordeGuiscardoydeGhismunda,comohabéisoído;aloscualesTancredo,luegodemuchollanto,ytardearrepentidodesucrueldad,congeneraldolordetodoslossalernitanos,honradamenteaambosenunmismosepulcrohizoenterrar.

Novelasegunda

FrayAlbertoconvenceaunamujerdequeelarcángelGabrielestáenamoradodeellay,comosifueraél,muchasvecesseacuestaconella,luego,pormiedoalosparientesdeellahuyendodesucasaserefugiaencasadeunhombrepobre,elcual,comoaunhombresalvaje,aldía

siguientealaplazalolleva;donde,reconocido,susfrailesleechanmanoyloencarcelan.

Había la historia por Fiameta contada hecho muchas veces saltar laslágrimasasuscompañeras,peroestandoyacompleta,elreyconinconmoviblegestodijo:

—Pocopreciomepareceríatenerquedarmividaporlamitaddeldeleiteque con Guiscardo gozó a Ghismunda, y ninguna de vosotras debemaravillarse,comoseaqueyo,viviendo,acadapasomilmuertessiento,yportodasellasnomeesdadaunasolapartecilladedeleite.Perodejandoestarmis

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asuntosensus términosporelmomento,quieroquesobreduroscasos,yenparteamisaccidentessemejantes, sigahablandoPampínea; lacual, sicomohacomenzadoFiameta,continúa,sindudaalgúnrocíocomenzaréasentircaersobremisllamas.

Pampínea,oyendoqueaellaletocabaaquellaorden,másporsuemociónconocióelánimodesuscompañerasqueeldelreyporsuspalabrasyporello,másdispuestaarecrearlasunpocoqueatener(salvoporelsolomandato)quecontentaralrey,sedispusoacontarunahistoriaquesinsalirdelopropuesto,lashicierareír,ycomenzó:

Acostumbraelpuebloadecirelproverbiosiguiente:«Quienesmalvadoyporbuenotenido,puedehacerelmalynoescreído»;elcualampliamateriaparahablarsobreloquemehasidopropuestomepresta,yaunparademostrarcuántaycuálsealahipocresíadelosreligiosos,loscualesconlasropaslargasyampliasyconlosrostrosartificialmentepálidosyconlasvoceshumildesymansasparapedir aotros,yaltanerísimosyásperosal reprendera losotrossusmismosviciosyenmostrarlesqueellosporcogerylosdemáspordarlesaellos consiguen la salvación, y además de ello, no como hombres que elparaísotenganqueganarcomonosotrossinocasicomoseñoresyposeedoresdeéldandoacadaunoquemuere, según lacantidadde losdinerosque lesdeja,unlugarmásomenosexcelente,conestoprimeroasímismos,siasílocreen,yluegoaquienesasuspalabrasdanfeseesfuerzanenengañar.Sobrelos cuales, si cuanto les conviene me fuera permitido demostrar, pronto leaclararíaamuchossimplesloqueensuscapasanchísimastienenescondido.PeroquisieraDiosqueentodassusmentirasatodoslessucedieseloqueaunfraile menor, nada joven, sino de aquellos que por mayores santones erantenidos en Venecia; sobre el cual sumamente me place hablar para tal vezaliviaruntantoconrisayconplacervuestrosánimosllenosdecompasiónporlamuertedeGhismunda.

Hubo, pues, valerosas señoras, en Imola, un hombre demalvada vida ycorruptaquefuellamadoBertodelaMassa,cuyasvituperablesaccionesmuyconocidaspor los imolenses,a tanto le llevaronquenoya lamentirasino laverdadnohabíaenImolaquienlecreyese;porloque,apercibiéndosedequeallíyasusartimañasnoleservían,comodesesperadoaVenecia,receptáculodetodainmundicia,semudó,yallípensóencontrarotramaneraparasumalobrar de lo que había hecho en otra parte. Y como si le remordiese laconciencia por las malvadas acciones cometidas por él en el pasado,mostrándose embargado por suma humildad y convertido enmejor católicoque ningún otro hombre, fue y se hizo fraile menor y se hizo llamar frayAlberto de Imola; y en tal hábito comenzó a hacer en apariencia una vidasacrificada y a alabar mucho la penitencia y la abstinencia, y nunca comíacarnenibebíavinocuandonohabíaelquelegustaba.

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Ysinapercibirsecasinadie,deladrón,derufián,defalsario,dehomicida,súbitamenteseconvirtióenungranpredicadorsinhaberporelloabandonadolossusodichosvicioscuandoocultamentepudieraponerlosenobra.Yademásdeello,haciéndosesacerdote,siempreenelaltar,cuandocelebraba,simuchosloveían, llorabapor la pasióndelSeñor comoaquienpoco le costaban laslágrimascuandoloquería.Yenbreve,entresuspredicacionesysuslágrimas,supodetalmaneraengatusaralosvenecianosquecasidetodotestamentoqueallí se hacía era fideicomisario y depositario, y guardador de los dineros demuchos, confesor y consejero casi de la mayoría de los hombres y de lasmujeres;yobrandoasí,delobosehabíaconvertidoenpastor,yerasufamadesantidad en aquellas partes mucho mayor que nunca había sido la de SanFranciscodeAsís.Ahora,sucedióqueunamujerjoven,memaybobaquesellamabadoñaLisettadeenca’Quirinocasadaconunricomercaderquehabíaido con sus galeras a Flandes, fue con otras mujeres a confesarse con estesantofraile;yestandoasuspies,comovenecianaqueera,quesontodosunosvanidosos,habiendodichounapartedesusasuntos, fuepreguntadapor frayAlbertositeníaalgúnamante.Yconmalgestolerespondió:

—Ah, señor fraile, ¿no tenéisojosen lacara?¿Osparecenmisencantoshechoscomolosdeesasotras?Demasiadosamantestendría,siquisiera;peronosonmisencantosparadejarquelosameuntalouncual¿Acuántasveiscuyosencantosseancomolosmíos,yoqueseríahermosaenelparaíso?

Y además de esto dijo tantas cosas de esta hermosura suya que era unfastidio oírla. Fray Alberto conoció incontinenti que aquélla olía a necia, ypareciéndole tierra para su arado, de ella súbitamente y con desmesura seenamoró; pero guardando las alabanzas para momento más cómodo, paramostrarse santo aquella vez, comenzó a quererla reprender y a decirle queaquelloeravanagloria,yotrasdesushistorias;porloquelamujerledijoqueeraunanimalyquenosabíaquehabíahermosurasmayoresqueotras,porloquefrayAlberto,noqueriéndolaenojardemasiado,terminadalaconfesión,ladejóirseconlasdemás.

Yunos días después, tomandoun fiel compañero, se fue a casa de doñaLisettay,retirándoseaparteaunasalaconellaysinpoderservistoporotros,selearrodillódelanteydijo:

—Señora, os ruego por Dios que me perdonéis de lo que el domingo,hablándomevosdevuestrahermosura,osdije,por loque tanfieramentefuicastigado la noche siguiente que no he podido levantarme de la cama hastahoy.

DijoentoncesdoñaTrulla:

—¿Yquiénoscastigóasí?

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DijofrayAlberto:

—Os lo diré: estando en oración durante la noche, como suelo estarsiempre,visúbitamenteenmiceldaungranesplendor,yantesdequepudieravolverme para ver lo que era, me vi encima un joven hermosísimo con ungrueso bastón en la mano, el cual, cogiéndome por la capa y haciéndomelevantar,tantomepegóquemequebrantótodo.Alcualpreguntédespuésporqué me había hecho aquello, y respondió: «Porque hoy te has atrevido areprender loscelestialesencantosdedoñaLisetta,aquienamo,Diosaparte,sobretodaslascosas».Yyoentoncespregunté:«¿Quiénsoisvos?».Aloquerespondió él que era el arcángelGabriel. «Oh, señormío, os ruego quemeperdonéis»,dijeyo.Yéldijoentonces:«Teperdonoconlacondicióndequeirásaverlaencuantopuedas,ypídeleperdón;ysinoteperdona,yovolveréaquíytedarétantosquelosentirásmientrasvivas».Loquemedijodespuésnomeatrevoadecíroslosinomeperdonáisprimero.

DoñaCalabaza deViento, que no teníamucha sal en lamollera, gozabagrandementeoyendoestaspalabrasy todas lascreíaveracísimas,y luegodeunpocodijo:

—Bienosdecíayo, frayAlberto,quemisencantoserancelestiales;peroasíDiosmeayude,medalástimadevos,yhastaahora,paraquenooshaganmás daño, os perdono, si verdaderamente me decís lo que el ángel os dijodespués.

FrayAlbertodijo:

—Señora,puesquemehabéisperdonado,os lodirédebuengrado,perounacosaosrecuerdo,queloqueyoosdigaosguardéisdedecirloaningunapersonadelmundo,sinoqueréisestropearvuestrosasuntos,quesois lamásafortunadamujerquehayhoyenelmundo.EsteángelGabrielmedijoqueosdijeraquelegustáistantoquemuchasveceshabríavenidoaestarporlanocheconvossinohubierasidopornoasustaros.Ahora,osmandadecirpormíquequiere venir una noche a veros y quedarse con vos un buen rato; y porquecomoesunángelyviniendoenformadeángelnolopodríaistocar,dicequepor deleite vuestro quiere venir en figura de hombre, y por ello dice que lemandéisdecircuándoqueréisquevengayenformadequién,yquelohará;porloquevos,másqueningunamujerviva,ospodréistenerporfeliz.

DoñaBachilleradijoentoncesquemucho leplacía sielángelGabriel laamaba,porqueellaloqueríabien,ynuncasucedíaqueunaveladeunmatapánno le encendiera delante de donde le viese pintado; y que cuando quisieraveniraellaerabienvenido,quelaencontraríasolaensualcoba;peroconelpactodequenofueseadejarlaporlaVirgenMaría,quelehabíandichoquelaqueríamucho,y también loparecíaasíporqueencualquiersitioque loveíaestabaarrodilladodelantedeella;yademásdeesto,queeracosasuyaveniren

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laformaquequisiese,siemprequenolaasustara.

EntoncesdijofrayAlberto:

—Señora,habláissabiamente,yyoarreglarébienconélloquemedecís.Peropodéishacermeungranfavor,ynooscostaránadayelfavoreséste:quequeráisquevengaenestecuerpomío.Yescuchadporquémeharéisunfavor:quemesacaráelalmadelcuerpoy lapondráenelparaíso,ycuantoélestéconvostantoestarámialmaenelparaíso.

DijoentoncesdoñaPoco-Entendida:

—Bienmeparece;quieroqueporlosazotesqueosdiopormicausa,quetengáisesteconsuelo.

EntoncesdijofrayAlberto:

—Así, haréis que esta noche encuentre él la puerta de vuestra casa demaneraquepuedaentrar,porqueviniendoencuerpohumanocomovendrá,nopodráentrarsinoporlapuerta.

Lamujerrepusoqueloharía.FrayAlbertosefueyellasequedócontangran alborozo que no le llegaba la camisa al cuerpo,mil años pareciéndolehasta que el arcángel Gabriel viniera a verla. Fray Alberto, pensando quecaballeroyno ángel teníaque ser por lanoche, con confitesyotrasbuenascosasempezóa fortalecerse,paraquefácilmentenopudieraserarrojadodelcaballo;yconseguidoelpermiso,conuncompañero,alhacersedenoche,sefue a casa de una amiga suya de donde otra vez había arrancado cuandoandabacorriendolasyeguas,ydeallí,cuandoleparecióoportuno,disfrazado,se fue a casa de la mujer y, entrando en ella, con los perifollos que habíallevado, en ángel se transfiguró, y subiendo arriba, entró en la cámarade lamujer.Lacual,cuandoaquellacosatanblancavio,selearrodillódelante,yelángellabendijoylahizoponerseenpie,ylehizoseñaldequesefuesealacama;loqueella,deseosadeobedecer,hizoprestamente,yelángeldespuésconsudevotaseacostó.

ErafrayAlbertohermosodecuerpoyrobusto,ymuybienplantado;porlacualcosa,encontrándosecondoñaLisetta,queerafrescaymórbida,distintoyacimiento haciéndole que elmarido,muchas veces aquella noche voló sinalas,deloqueellamuycontentaseconsideró;yademásdeello,muchascosasledijodelagloriacelestial.Luego,acercándoseeldía,organizandoelretorno,consusarnesesfuerasesalióyvolvióseasucompañero,alcual,paraquenotuviese miedo durmiendo solo, la buena mujer de la casa había hechoamigablecompañía.Lamujer,encuantoalmorzó,tomandosusacompañantes,sefueafrayAlbertoyledionoticiasdelángelGabrielydeloquelehabíacontadodelagloriaylavidaeterna,ycómoeraél,añadiendoademásaesto,maravillosasfábulas.

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AlaquefrayAlbertodijo:

—Señora,yonosécómoosfueconél;loquesébienesqueestanoche,viniendoélamíyhabiéndoleyodadovuestraembajada,mellevósúbitamenteelalmaentretantasfloresytantasrosasquenuncasehanvistotantasaquí,yme estuve en uno de los lugaresmás deleitosos que nunca hubo hasta estamañanaamaitines:loquepasódemicuerpo,nolosé.

—¿Noos lo digo yo?—dijo la señora—.Vuestro cuerpo estuvo toda lanocheenmisbrazosconelángelGabriel,ysinomecreéismiraosbajolatetaizquierda,dondelediunbesograndísimoalángel,talqueallítendréislaseñalunoscuantosdías.

DijoentoncesfrayAlberto:

—Bien haré hoy algo que no he hecho hace mucho tiempo, que medesnudaréparaversimedecísverdad.

Yluegodemuchocharlar,lamujersevolvióacasa;adondeenfiguradeángel fray Alberto fue luegomuchas veces sin encontrar ningún obstáculo.Perosucedióundíaque,estandodoñaLisettaconunacomadresuyayjuntashablando sobre la hermosura, para poner la suya delante de ninguna otra,comoquienpocasalteníaenlacalabaza,dijo:

—Sisupieraisaquiénlegustamihermosura,enverdadquenohablaríaisdelasdemás.

Lacomadre,deseosadeoírla,comoquienbienlaconocía,dijo:

—Señora,podréisdecirverdad;perosinembargo,nosabiendoquiénseaél,nopuedeunodesdecirsetanligeramente.

Entonceslamujer,quepocomeollotenía,dijo:

—Comadre,nopuededecirse,peroconquienmeentiendoesconelángelGabriel,quemásqueasímismomeamacomoalamujermáshermosa,porloqueélmedice,quehayaenelmundooenlamarisma.

A la comadre le dieron entonces ganas de reírse, pero se contuvo parahacerlahablarmás,ydijo:

—Afe,señora,quesielángelGabrielseentiendeconvosyosdiceestodebeserasí,peronocreíayoquelosángeleshacíanestascosas.

Dijolamujer:

—Comadre,estáisequivocada,por las llagasdeDios: lohacemejorquemimarido,ymedicequetambiénsehacealláarriba;peroporqueleparezcomáshermosaqueningunadelasquehayenelcielosehaenamoradodemíysevieneaestarconmigomuchasveces;¿estáclaro?

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Lacomadre,cuandosefuedoñaLisetta,selehicieronmilañoshastaqueestuvoenunlugardondepodercontarestascosas;yreuniéndoseenunafiestaconunagrancompañíademujeres,ordenadamentelescontólahistoria.Estasmujeresselodijeronasusmaridosyaotrasmujeres,yéstasaotras,yasíenmenos de dos días todaVenecia estuvo llena de esto. Pero entre aquéllos acuyosoídos llegó,estaban loscuñadosdeella, loscuales, sindecirnada, sepropusieron encontrar aquel arcángel y ver si sabía volar: ymuchas nochesestuvieronapostados.

SucedióquedeesteanuncioalgunanoticiejallegóaoídosdefrayAlberto;elcual,parareprenderalamujeryendounanoche,apenassehabíadesnudadocuandoloscuñadosdeella,quelehabíanvistovenir,fueronalapuertadesualcoba para abrirla. Lo que, oyendo frayAlberto, y entendiendo lo que era,levantándose y no viendo otro refugio, abrió una ventana que sobre el grancanaldabaydesdeallí searrojóalagua.Lahonduraerabastanteyél sabíabiennadarasíqueningúndañosehizo;ynadandohastalaotrapartedelcanal,enunacasaqueabiertahabíasemetióprestamente,rogandoaunbuenhombrequehabíadentroqueporamordeDioslesalvaselavida,contandofábulasdeporquéallíaaquellahoraydesnudoestaba.Elbuenhombre,compadecido,comoteníaquesalirahacersusasuntos,lometióensucamayledijoqueallíhastasuvueltaseestuviese;yencerrándolodentro,sefueasuscosas.

Loscuñadosdelamujer,entrandoenlaalcoba,seencontraronconqueelángelGabriel, habiendodejado allí las alas, había volado, por lo que, comoescarnecidos, gravísimas injurias dijeron a la mujer, y por findesconsoladísimaladejaronenpazysevolvieronasucasaconlosarnesesdelarcángel.

Entretanto,clareandoeldía,estandoelbuenhombreenRialto,oyócontarcómoelángelGabrielhabíaidoporlanocheaacostarsecondoñaLisetta,y,encontradoporloscuñados,sehabíaarrojadoalcanalpormiedoynosesabíaquéhabíasidodeél;porloqueprestamentepensóqueaquelqueteníaencasadebíadeserél;yvolviendoallíyreconociéndolo,luegodemuchashistorias,llegóconélalacuerdodequesinoqueríaqueleentregasealoscuñados,lediesecincuentaducados;yasísehizo.

Y después de esto, deseando fray Alberto salir de allí, le dijo el buenhombre:

—No haymodo ninguno, si uno no queréis.Hoy hacemos nosotros unafiestaalaqueunollevaaunhombrevestidodeosoyotroaguisadehombresalvajeyquiéndeunacosayquiéndeotra,yen laplazadeSanMarcossehaceunacacería,terminadalacualseterminalafiesta;yluegocadaunosevaconquienhallevadodondeleguste;siqueréis,antesdequepuedadescubrirsequeestáis aquí, queyoos llevedealgunade estasmaneras,ospodré llevar

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dondequeráis;deotromodo,noveocómopodréissalirsinserreconocido;yloscuñadosde laseñora,pensandoqueenalgúnlugardeaquídentroestáis,hanpuestoportodaspartesguardiasparacogeros.

AunqueduroleparecieseafrayAlbertoirdetalguisa,apesardetodoleindujo a hacerlo elmiedo que tenía a los parientes de lamujer, y le dijo aaquél adónde debía llevarlo: y que de cómo le llevase se contentaba. Éste,habiéndoleyauntadotodoconmielyrecubiertoencimaconpequeñasplumas,y habiéndole puesto una cadena al cuello y una máscara en la cara, yhabiéndole dado para una mano un gran bastón y para la otra dos grandesperrosquehabíallevadodelmatadero,mandóaunoaRialtoaquepregonasequesialguienqueríaveralángelGabrielsubiesealaplazadeSanMarcos.Yfuelealtadvenecianaésta.

Y hecho esto, luego de un rato, lo sacó fuera y lo puso delante de él, yandandodetrássujetándoloporlacadena,nosingranalborotodemuchos,quedecíantodos:«¿Quéeseso?¿Quéeseso?»,lollevóhastalaplazadonde,entrelos que habían venido detrás y también los que, al oír el pregón, se habíanvenidodesdeRialto,habíaunsinfíndegente.Éste, llegadoallí, enun lugardestacado y alto, ató a su hombre salvaje a una columna, fingiendo queesperaba la caza, al cual lasmoscas y los tábanos, porque estaba untado demiel,dabangrandísimamolestia.

Peroluegoquedegenteviolaplazabienllena,haciendocomoquequeríadesatarasusalvaje,lequitólamáscaraafrayAlberto,diciendo:

—Señores,puesqueeljabalínovienealacaza,ynopuedehacerse,paraquenohayáis venido envanoquiero queveáis al arcángelGabriel, quedelcielo desciende a la tierra por las noches para consolar a las mujeresvenecianas.

AlquitarlelamáscarafuefrayAlbertoincontinentireconocidoportodosycontraélseelevaronlosgritosdetodos,diciéndolelasmásinjuriosaspalabrasy la mayor infamia que nunca se dijo a ningún bribón, y, además de esto,arrojándolealacaraquiénunaporqueríayquiénotra;yasíletuvierondurantemuchísimotiempo,hastatantoqueporacasollegandolanoticiaasusfrailes,hastaseisdeellosponiéndoseencaminollegaronallí,y,echándoleunacapaencimaydesencadenándolo,nosingrandísimoalborotodetráshastasucasalollevaron, donde encarcelándolo, después de vivir míseramente se cree quemurió. Así éste, tenido por bueno y obrando el mal, no siendo creído, seatrevióahacerdearcángelGabriel;ydeélconvertidoenhombresalvaje,coneltiempo,comolohabíamerecido,vituperado,sinprovechollorólospecadoscometidos.PlazcaaDiosqueatodoslosdemáslessucedalomismo.

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Novelatercera

TresjóvenesamanatreshermanasyconellassefuganaCreta,lamayor,porcelos,mataasuamante,lasegunda,entregándosealduquedeCreta,salvadelamuertealaprimera,cuyoamantelamatayconlaprimera

huye,esculpadodeelloelterceramanteconlatercerahermanay,presos,loconfiesanyportemoramorircorrompencondineroalaguardia,y,

pobres,huyenaRodasyenlapobrezaallímueren.

Filostrato, oído el final del novelar de Pampínea, se quedó un pocoensimismadoyluegodijovolviéndoseaella:

—Algo bueno y que me agradó hubo al final de vuestra novela, perodemasiadadiversiónhuboantesquehabríaqueridoquenohubiese.

Luego,volviéndoseaLaureta,dijo:

—Señora,seguidvosconunamejor,siesquepuedeser.

Laureta,riendo,dijo:

—Demasiadocruelestáiscontralosamantes,sisólounmalfinlesdeseáis;y por obedeceros os contaré una sobre tres que igualmente mal terminaronhabiendogozadopocodesuamor.

Ydichoesto,comenzó:

Jóvenesseñoras,comoclaramentepodéisconocer,todoslosviciospuedenvolverse,congrandísimodolor,contraquienlostieneymuchasvecescontraotros;yentrelosqueconmásflojasriendasanuestrospeligrosnoslleva,mepareceque la iraseaelquemás; lacualnoesotracosaqueunmovimientosúbitoydesconsiderado,movidopor lossentidosdolores;elcual,desterradatoda razón y teniendo los ojos de la mente ofuscados por tinieblas, conardentísimo furor enciende nuestro ánimo. Y aunque con frecuencia lesobrevienealhombre,ymásaunosqueaotros,nomenoshasobrevenido(yconmayoresdaños)alasmujeres,porquemásfácilmenteseenciendeenellasyallíardeconllamamásclarayconmenorfrenolasagita.

Ynohayquemaravillarsedeello:porquesiqueremosmirar,veremosquesufuegoporsunaturalezaantesprendeenlascosasligerasysuavesqueenlasdurasymáspesadas;ynosotrassomos(nolotenganamalloshombres)másdelicadas que lo son ellos, y mucho más volubles. Por lo cual, viéndonosnaturalmenteaestoproclives,ymirandodespuéscómonuestramansedumbrey benignidad son gran reposo y placer a los hombres con quienacostumbramosatratar,ycómolairayelfurorsondegranangustiaypeligro,paraquedeellaconmásfuertepechonosguardemos,elamordetresjóvenesy de otras tantas señoras, como dije antes, convertido de feliz que era en

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infelicísimoporlairadeunadeellas,entiendomostrarosconmihistoria.

Marsella es, como sabéis, enProvenza, unanobilísimay antigua ciudad,situadajuntoalmar,yhasidoantesenhombresricosyengrandesmercaderesmáscopiosade loquehoyseve;entre losquehubouno llamadoN’ArnaldCivada,hombredenacimientoínfimoperodeclarohonorylealmercader,sinmedidaricoenposesionesyendineros,elcualdesumujerteníamuchoshijosentre loscuales treseranmujeres,yerandeedadmayoresque losotrosqueeranvarones.De lascuales,dos,nacidasdeunparto, teníanquinceañosdeedad,latercerateníacatorce;ynadaesperabansusparientesparacasarlassinolavueltadeN’Arnald,queconsumercancíasehabíaidoaEspaña.

Eran los nombres de las dos primeras, el de la unaNinetta, y de la otraMaddalena; la tercera se llamaba Bertella. De Ninetta estaba un joven,gentilhombre aunque fuese pobre, llamado Restagnone, enamorado cuantomáspodía,y la jovendeél;yde talmodohabíansabidoobrarque, sinqueninguna persona en el mundo lo supiese, gozaban de su amor; y ya buenespaciogozadohabíancuandosucedióquedosjóvenesamigos,deloscualesuno se llamaba Folco y el otro Ughetto, muertos sus padres y habiendoquedadoriquísimos,elunodeMaddalenayelotrodeBertellaseenamoraron.De lo cual percatándoseRestagnone (habiéndole sidoporNinettamostrado)pensó en poder ayudarse en sus carencias con el amor de éstos; yfamiliarizándoseconsutrato,ahoraaunoahoraalotro,yavecesalosdos,lesacompañabaaversusseñorasyladeél.

Ycuandolobastantefamiliaryamigosuyoleparecióser,undíaasucasallamándoleslesdijo:

—Carísimosjóvenes,nuestrotratoospuedehaberdemostradocuántoeselamorqueos tengoyqueporvosotrospondríaenobra loquepormímismopondría;yporquemuchoosamo, loquesemehavenidoalánimoentiendomostraros, y vosotros luego conmigo, juntos, tomaremos el partido que osparezca mejor. Vosotros, si vuestras palabras no mienten, y por lo que envuestrosactosdedíaydenochemeparecehabercomprendido,engrandísimoamorporlasdosjóvenesqueamáisardéis,yyoporlatercera,suhermana;alcualardor,siqueréisconcedérmelo,mepideelcorazónhallarunmuydulceyplacenteroremediocomoeséste:vosotrossoisriquísimos,loquenosoyyo;siquisierais juntar vuestras riquezas y hacerme a mí tercer poseedor de ellasjunto con vosotros y deliberar a qué parte del mundo podríamos ir a viviralegrementeconellas,sinfaltamediceelcorazónquepodréhacerquelastreshermanas, con gran parte de lo que tiene su padre, con nosotros a dondequeramos ir vengan, y allí cada uno con la suya a guisa de hermanos vivirpodremoscomoloshombresmásfelicesquehayenelmundo.Avosotrosostocaahoradecidirsiqueréishacerosfelicesconesto,odejarlo.

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Los dos jóvenes, que sobremanera ardían, al oír que a las dos jóvenestendrían,nopasaronmuchotrabajodeliberandosinoquedijeronque,siestosucedía, estaban dispuestos a hacerlo.Restagnone, con esta respuesta de losjóvenes, de allí a pocos días se encontró conNinetta, a la que no sin grandificultadverpodía;yluegodequeuntantoconellahuboestado,loquehabíahabladocon los jóvenes leexplicó,yconmuchasrazonesse ingenióenqueestaempresaleagradase.Peropocodifícillefueporqueellamuchomásqueél deseaba poder estar con él sin sobresalto; por lo que de buena gana lecontestóqueleplacíayquesushermanas,ymáximamenteenesto,haríanloqueellaquisiese;ledijoquetodaslascosasnecesariasparaelloloantesquepudierapreparase.

VolviendoRestagnonealosdosjóvenes,quemuchosobreloqueleshabíadicho le preguntaban, les dijo que por parte de sus señoras el asunto estabadecidido; y entre ellos deliberaron irse a Creta después de vender algunasposesionesquetenían,bajotítulodequerer iracomerciarconlosdineros,ytrocadasendinerostodaslasdemáscosasquetenían,compraronunasaetíaylaarmaronsecretamentecongranventaja,yesperaroneltérminopuesto.

Por otra parte,Ninetta, que del deseo de las hermanas demasiado sabía,condulcespalabrasentantoafándehaceraquellolasinflamóquelesparecíaquenoibanavivirlosuficienteparallegaraello.Porloque,venidalanocheenquedebíansubiralasaetía,lastreshermanas,abiertoungrancofredesupadre,deélgrandísimacantidaddedinerosydejoyassacaron,yconellas,decasa las tresocultamentesaliendo,segúnloplaneado,allíasus tresamantesquelasesperabanencontraron;conloscualessinningunademoraalasaetíasubidas, dieron los reinos al agua y se fueron, y sin detenerse un punto enningún lugar, a la tarde siguiente llegaron a Génova, donde los novelesamantesgozoyplacerporprimeraveztomarondesuamor.Yproveyéndosede aquello que necesitaban se fueron, y de un puerto en otro, antes de quellegase el día octavo, sin ningún impedimento llegaron a Creta, dondegrandísimas y hermosas posesiones compraron, en las cuales, asaz cerca deCandiaconstruyeronhermosísimasydeleitablesmansiones;yallíconmuchossirvientes, con perros y con aves de presa y con caballos en convites y enfiestasyenplaceresconsusmujereslomáscontentosdelmundoaguisadebaronescomenzaronavivir.

Yviviendodetalmanera,sucedió(asícomovemossucedertodoslosdías)queaunquelascosasmuchogusten,sisetienenencantidadexcesivacansan,que a Restagnone, el cual mucho amado había a Ninetta, pudiéndola sinningúntemorteneratodosuplacer,comenzóacansarle,yporconsiguiente,afallarle el amor hacia ella.Y habiéndole en una fiesta sumamente agradadounajovendelpaís,hermosaynobleseñora,ycortejándolacontodaasiduidad,comenzóahacerporellamaravillososgastosyfiestas,deloquepercatándose

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Ninetta,leentrarontantoscelosdeélquenopodíadarunpasosinqueellalosupiera y sin que luego con palabras y con reproches a él y a ella no seatribulase.Peroasícomolaabundanciadelascosasengendraelfastidio,asímultiplicaelapetitoel sernegadas lasquesedesean:yasí los reprochesdeNinettaacrecentabanlasllamasdelnuevoamordeRestagnone;ycomoconelpasodeltiempoacontecieseoqueRestagnonelaintimidaddelamujeramadatuvieseoqueno,Ninetta,quienquieraqueselodijese,lotuvoporcierto,conloquecayóentantatristeza,ydeellaentantairaysubsiguientementeatantofuror pasó que, convertido el amor que aRestagnone tenía en amargoodio,cegadaporlaira,pensóconlamuertedeRestagnonevengarlavergüenzaqueleparecíahaberrecibido.

Yhechaveniraunaviejagriega,granmaestraencomponervenenos,conpromesasycondones la condujoahacerunaguamortífera, laqueella, sinaconsejarse con nadie, una noche a Restagnone acalorado y que aquello notemía ledioabeber.Elpoderdeaquello fue talqueantesdeque llegase lamañana lo había matado; cuya muerte, sintiendo Folco y Ughetto y susmujeres, sin saber que de veneno hubiese muerto, junto con Ninettaamargamente lloraron y honradamente lo hicieron sepultar. Pero sucedió nomuchosdíasdespuésque,porotramalvadaacción,fueapresadalaviejaqueaNinetta el agua envenenada le había preparado, la cual, entre sus otrasmaldades,aldarletortura,confesóésta,claramentemostrandoloqueporellohabíasucedido;porloqueelduquedeCreta,sinnadadecir,ocultamenteunanoche fuea los alrededoresde lavilladeFolco,y sinalborotonioposiciónninguna, se llevó presa a Ninetta, de la cual, sin ninguna tortura,prestísimamenteloqueoírqueríaobtuvosobrelamuertedeRestagnone.

FolcoyUghettoocultamentelehabíanoídoalduque,yasusmujeres,porquéhabíasidoapresadaNinetta;loquemucholesdolió,ytodotrabajoponíanen hacer queNinetta escapase al fuego, al que creían que sería condenada,como quien muy bien merecido lo tenía, porque el duque firme estaba enquererhacer justicia.Maddalena,quehermosa joveneray largamentehabíasidocortejadaporelduquesinnuncahaberqueridohacernadaqueéldesease,imaginandoquesiledabagustopodríalibraralahermanadelfuego,poruncauto embajador se lo dio a entender, que ella estaba por completo a susórdenes si dos cosas se siguiesen de ello; la primera, que recuperase a suhermanasalvay libre; laotra,queesto fuesecosasecreta.Elduque,oída laembajada y agradándole, largamente consideró si debía hacerlo y al finalestuvo de acuerdo y repuso que estaba pronto. Haciendo, pues, conconsentimientodelaseñora(comosideellosquisierainformarsedelasunto)detener una noche a Folco y a Ughetto, fue secretamente a albergarse conMaddalena;y fingiendoprimerohaberpuestoaNinettadentrodeun sacoydeberaquellanochemismaarrojaralmarconunapiedraatadaalcuello,conélselallevóasuhermanayporpreciodeaquellanocheseladio,rogándole

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alirseporlamañanaqueaquellanoche,quehabíasidolaprimeradesuamor,nofuese laúltima,yademásdeesto leordenóquedeallíhiciesepartira lamujer culpable para que no le fuese reprochado aquello y no tuviese queempezardenuevoamaltratarla.

Alamañanasiguiente,FolcoyUghetto,habiendooídoqueNinettaporlanochehabíasidoarrojadaalmar,ycreyéndolo,fueronliberados;yasucasaparaconsolarasusmujeresdelamuertedelahermanaretornados,pormuchoqueMaddalenaseingeniaseenesconderlamucho,Folcosediocuentadequeestabaallí;deloquesemaravillómuchoysúbitamentesospechó,habiendoyaoídoqueelduquehabíacortejadoaMaddalena,ylepreguntócómopodíaserqueNinettaestuvieseaquí.Maddalenaurdióunalargafábulaparaquerérseloexplicar, poco por él (que era malicioso) creída, y a decir la verdad laconstriñó;yella,luegodemuchaspalabras,seladijo.

Folco,vencidoporeldolorymontandoenira,desenvainadaunaespada,aellaqueenvanolepedíamerced, lamató;ytemiendolairaylajusticiadelduque, dejándola muerta en la alcoba, se fue donde Ninetta estaba, y conrostroinfinitamentealegre,ledijo:

—Vamospronto allí donde tu hermanaha determinadoque te lleve paraquenovuelvasamanosdelduque.

LacualcosacreyendoNinetta,ycomotemerosa,deseandoirse,conFolco,sin otra despedida buscar de su hermana, siendo ya de noche, se puso encamino, y con aquellos dineros a que Folco pudo echar mano, que fueronpocos;yyéndosealpuerto,subieronaunabarcaynuncamássesupodóndellegaron. Venido el día siguiente y siendoMaddalena hallada muerta, huboalgunosqueporenvidiayodioqueteníanaUghetto,rápidamentealduqueselohicieronsaber,porlacualcosaelduque,quemuchoamabaaMaddalena,corriendofogosamentealacasa,aUghettoapresóyasumujer,quedeestascosas todavía nada sabían, esto es de la partida de Folco y Ninetta, losconstriñó a confesar que ellos juntos con Folco habían sido culpables de lamuerte deMaddalena. Por cuya confesión ellos, fundadamente temiendo lamuerte, con gran habilidad a quienes los guardaban corrompieron, dándolesuna cierta cantidad de dineros que en su casa escondidos para los casosnecesarios guardaban: y junto con los guardias, sin tener espacio de podercogerningunadesuscosas,montándoseenunabarca,denocheseescaparonaRodas, donde en pobreza y miseria vivieron no mucho tiempo. Pues asemejante partido el loco amor de Restagnone y la ira de Ninetta lescondujeronaellosyalosdemás.

NOVELACUARTA

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Gerbino,contralapalabradadaalreyGuilielmo,suabuelo,combateunanavedelreydeTúnezparaquitarleaunahijasuya;ymatadaéstaporlos

queallíiban,losmata,yaélluegolecortanlacabeza.

Lauretacallaba,unavezterminadasunovela,y,entrelacompañía,quiéncon uno, quién con otro de la desgracia de los amantes se dolía, y quiénreprobabalairadeNinetta,yunosunacosayotrosotradecían,cuandoelrey,como saliendo de un profundo pensamiento, alzó el rostro y aElisa le hizoseñaldecontinuarnarrando;lacualgentilmentecomenzó:

Amablesseñoras,muchosson losquecreenqueAmorsolamentepor lasmiradasencendido, envía sus saetas,burlándosedequienes sostenerquierenque alguien por el oído pueda enamorarse, y que éstos están engañadosaparecerá asaz claramente en una novela que contar entiendo, en la que nosolamente por la fama, sin haberse visto nunca, veréis que ha obrado sinotambiéncómoamíseramuertecondujoacadaunoosserámanifiesto.

GuilielmoII,reydeSicilia,segúndicenlossicilianos,tuvodoshijos,unovarónllamadoRuggiero,laotramujer,llamadaConstanza.ElcualRuggiero,muriendo antes que su padre, dejó un hijo llamado Gerbino, el cual, consolicitudeducadopor suabuelo, sehizoun jovenhermosísimoy famosoenbizarríayencortesía.YnodentrodeloslímitesdeSiciliasequedóencerradasu fama, sino que en varias partes del mundo sonando, era clarísima enBerbería,queenaquellostiemposeratributariadelreydeSicilia.YentrelosdemásacuyosoídoslamagníficafamadelavirtudylacortesíadeGerbinollegaron,hubounahijadelreydeTúnez,lacual,segúnloquetodoslosquelaveían decían, era una de las más hermosas criaturas que nunca por lanaturalezahubierasidoformada,ylamáscortésydeánimograndeynoble.La cual, gustando de oír hablar de los hombres valerosos, con tanto afectoretuvolascosasvalerosamentehechasporGerbinoqueunosyotroscontaban,ytantoleagradaban,quedándolevueltasensuimaginaciónacómodebíaserél,ardientementeseenamoró,yconmásagradoquedeotroshablabadeélyaquiendeélhablabaescuchaba.

Por otra parte, había también, como a otros lugares, llegado a Sicilia lagrandísimafamadelabellezaydelvalordeella,ynosingrandeleitenienvano había alcanzado los oídos de Gerbino; así, no menos que la joven sehabíainflamadoporél,élporellasehabíainflamado.Porlacualcosa,hastatanto que con conveniente razón de su abuelo la licencia pidiese para ir aTúnez, deseoso sobremanera de verla, a todo amigo suyo que allí iba,ordenabaqueencuantoestuvieraensupoderlecomunicasesusecretoygranamor del modo que mejor le pareciese y le trajese de ella noticia. De loscuales, uno lo hizomuy sagazmente llevándole joyas demujer para que lasviese,delmodoquehacenlosmercaderes,yporcompletomanifestándoleel

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ardordeGerbino,élysuscosasleofreciódispuestasasusmandatos;lacual,con alegre rostro el embajador y la embajada recibió; y respondiéndole queellaenigualamorardía,unadesusmáspreciosasjoyasentestimoniodeellolemandó.Lacual recibióGerbinocon tantaalegríacomopueda recibirse lacosamás querida, y por aquelmismomuchas veces le escribió y lemandópreciosísimospresentes,haciendoconellaciertosconciertospara,silafortunalopermitiese,verseytocarse.

PeroandandolascosasdeestaguisayunpocomáslejosdeloquehubierasidonecesarioardiendoporunapartelajovenyporotraGerbino,sucedióqueel rey de Túnez la casó con el rey de Granada, de lo que ella se afligiósobremanera,pensandoquenosolamenteconlargadistanciasealejabadesuamante sino que casi por completo le era arrebatada; y si hubiera habidomanera,debuenagana,paraqueaquellonosucediese,hubierahuidodelpadreysehubierareunidoconGerbino.Delmismomodo,Gerbino,enteradodeestematrimonio, sin medida doliente vivía y pensando si pudiese hallar algunamanera de poder llevársela por la fuerza, si sucediese que pormar fuese almarido.ElreydeTúnez,oyendoalgodeesteamorydeladeterminacióndeGerbino, y temiendo su valor y su poder, llegando el tiempo en que debíamandarla, hizo saber al rey Guilielmo lo que quería hacer y que entendíahacerlosiélleasegurabaqueniGerbinoniotroseloimpediría.

ElreyGuilielmo,queviejoeraynohabíaoídonadadelenamoramientodeGerbino,noimaginándosequeporelloselepidiesetalgarantía,loconcediódebuenaganayenseñaldeellomandóal reydeTúnezsuguante.Elcual,después de que la seguridad hubo recibido, hizo preparar una grandísima yhermosa nave en el puerto de Cartago y abastecerla con todo lo que fueranecesario,yadornarlayprepararla,paramandarenellaasuhijaaGranada;ynoesperabasinoeltiempofavorable.Lajovenseñora,quetodoestosabíayveía, ocultamente mandó a Palermo a un servidor suyo y le ordenó que albellidoGerbino saludase de su parte y le dijera cómo iba a irse aGranadapocosdíasdespués;porloqueahoraseveríasierahombretanvalientecomosedecíaysitantolaamabacomomuchasveceslehabíasignificado.Aquélaquienlefueordenada,óptimamentecumpliósuembajadaysevolvióaTúnez.Gerbino,aloíresto,ysabiendoqueelreyGuilielmosuabuelohabíaotorgadola seguridad al rey de Túnez, no sabía qué hacerse; pero empujado por elamor, habiendo escuchado las palabras de la señora y para no parecer vil,yendo aMesina, allí hizoprestamente armardosgaleras ligeras, yhaciendosubiraellasvalienteshombres,conellossefuejuntoaCerdeña,pensandoquepor allí debía pasar la nave de la señora. Y no tardó en realizarse supensamiento,porquedespuésdequeallípocosdíashuboestado,lanave,conpoco viento y no lejana al lugar donde se había apostado esperándola,apareció.

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Viendolacual,Gerbino,asuscompañerosdijo:

—Señores, si sois tan valerosos como pienso, ninguno de vosotros creoque esté sin haber sentido o sentir amor, sin el cual, como por mí mismojuzgo,ningúnmortalpuedeningunavirtudobientenerensí;ysienamoradoshabéisestadooestáis,fácilcosaosserácomprendermideseo.Yoamo:Amormeindujoadaros lapresente fatiga,y loqueamo,en lanavequeseveahídelante está, la cual, junto con la cosa que yo más deseo, va llena degrandísimas riquezas, las cuales, si hombresvalerosos sois, conpoca fatiga,virilmente combatiendo, podemos conquistar; de cuya victoria no buscoquedarme sino con una mujer por cuyo amor muevo las armas; todas lasdemáscosasseanvuestraslibrementedesdeahora.Vamos,pues,yconbuenaventura asaltemos la nave mientras Dios, favorable a nuestra empresa, sinprestarlevientonoslatieneinmóvil.

No necesitaba el bellido Gerbino tantas palabras porque los mesinensesqueconél estaban,deseososdelbotín,yaen suánimoestabandispuestosahacer aquello a lo que Gerbino les alentaba con las palabras; por lo que,haciendoungrandísimoalboroto,al finaldesuspalabras,paraqueasí fuesesonaronlastrompetas,yempuñandolasarmasdieronlosremosalaguayalanavellegaron.Losqueenlanaveestaban,viendodelejosvenirlasgaleras,nopudiéndose ir, se aprestaron a ladefensa.ElbellidoGerbino, llegadoa ella,ordenóquelospatronesalasgalerasfuesenllevadossinoqueríanbatalla.Lossarracenos, asegurados de quiénes eran y qué pedían, dijeron que se lesasaltabacontra lapalabraempeñadaconellosporel reysuyo,yenseñaldeellomostraronelguantedel reyGuilielmoydel todosenegaron,sinoeranvencidosenbatalla,arendirseoadarlenadaquehubieraenlanave.Gerbino,queenlapopadelanavehabíavistoalaseñora,muchomáshermosadeloqueélyapensaba,muchomás inflamadoenamorqueantes,almostrarleelguante repusoqueallí nohabía en aquelmomentohalconespara losque senecesitaseunguante,yqueporello,sinoqueríanentregarlesalaseñora,quesepreparasenalabatalla.Laque,sinesperarmás,aarrojarsesaetasypiedraselunocontraelotro fieramentecomenzarony largamentecondañodecadaunadelaspartesentalguisacombatieron.

Por último, viéndose Gerbino sin mucho provecho, tomando unabarquichuelaquedeCerdeñallevadohabía,yprendiéndolefuego,conlasdosgaleraslaacostóalanave;loqueviendolossarracenosyconociendoquepornecesidaddebíanorendirseomorir,haciendoacubiertaveniralahijadelrey,que bajo cubierta lloraba, y llevándola a la proa de la nave y llamando aGerbino,antesusojos,aella,quepedíamercedyayuda,lecortaronlasvenasyarrojándolaalmardijeron:

—Tómala,teladamoscomopodemosycomotulealtadlahamerecido.

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Gerbino, viendo su crueldad, deseoso de morir, no preocupándose porsaetasniporpiedras,a lanavesehizoacercar,y subiendoaellaapesardecuantosallíiban,nodeotramaneraqueunleónfamélicoentraenunamanadadebecerros,oraaésteoraaaquéldesangrandoyprimeroconlosdientesyconlasuñassuirasaciaqueelhambre,conunaespadaenlamanooraaésteoraaaquél cortando de los sarracenos, cruelmente a muchos mató Gerbino;creciendoyaelfuegoenlaencendidanave,haciendoalosmarineroscogerloquepudierancomorecompensa,abajosefueconaquellapocoalegrevictoriaconseguida sobre sus enemigos. Luego, haciendo el cuerpo de la hermosaseñora recoger del mar, largamente y con muchas lágrimas la lloró, yvolviéndose a Sicilia, en Ustica, pequeñísima isla casi enfrente de Trápani,honradamente la hizo sepultar, y a su casa se fuemás dolorido que ningúnhombre. El rey de Túnez, conocida la noticia, a sus embajadores de negrovestidos,envióalreyGuilielmo,doliéndosedequelapalabradadamalhabíasidocumplida,ylecontaroncómo.PorloqueelreyGuilielmo,fuertementeairado,noviendomaneradepodernegarleslajusticiaquepedían,hizoapresaraGerbino,yélmismo,nohabiendoningunodesusbaronesqueconruegosseesforzaseendisuadirlo,lecondenóamuerteyenpresenciasuyalehizocortarlacabeza,queriendoantesquedarsesinnietoquetenidoporunreysinhonor.Así, en pocos días, tan miserablemente los dos amantes, sin haber gustadoningúnfrutodesuamor,demalamuertemurieron,comooshecontado.

NOVELAQUINTA

LoshermanosdeIsabettamatanasuamante,ésteseleapareceensueñosylemuestradóndeestáenterrado,ellaocultamenteledesentierrala

cabezaylaponeenuntiestodealbahacayllorandosobreéltodoslosdíasdurantemuchotiempo,sushermanosseloquitanyellasemuerededolor

pocodespués.

Terminada la historia de Elisa y alabada por el rey durante un rato, aFilomena le fue ordenado que contase: la cual, llena de compasión por elmíseroGerbinoysuseñora,luegodeunpiadososuspiro,comenzó:

Mihistoria,graciosasseñoras,noserásobregentesde tanaltacondicióncomo fueron aquéllas sobre quienes Elisa ha hablado, pero acaso no serámenos digna de lástima; y a acordarme de ella me trae Mesina, ha pocorecordada,dondesucedióelcaso.

Había, pues, enMesina tres jóveneshermanosymercaderes, yhombres,quehabíanquedadosiendobastante ricosdespuésde lamuertede supadre,queeradeSanGimigniano,y teníanunahermana llamadaElisabetta, joven

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muyhermosaycortés, aquien, fueracual fuese la razón, todavíanohabíancasado.Yteníanademásestostreshermanos,enunalmacénsuyo,aunmozopaisanollamadoLorenzo,quetodossusasuntosdirigíayhacía,elcual,siendoasaz hermoso de persona y muy gallardo, habiéndolo muchas veces vistoIsabetta, sucedió que empezó a gustarle extraordinariamente, de lo queLorenzosepercatóyunavezyotra,semejantemente,abandonandotodossusotros amoríos, comenzó a poner en ella el ánimo; y de talmodo anduvo elasuntoque,gustándoseelunoalotro igualmente,nopasómuchotiemposinqueseatrevieranahacerloquelosdosmásdeseaban.

Y continuando en ello y pasando juntos muchos buenos ratos yplacenteros,nosupieronobrartansecretamentequeunanoche,yendoIsabettacalladamente allí donde Lorenzo dormía, el mayor de los hermanos, sinadvertirloella,noloadvirtiese;elcual,porqueeraunprudentejoven,aunquemuydolorosolefueenterarsedeaquello,movidopormuyhonestopropósito,sinhacerunruidonidecircosaalguna,dándolevueltaavariospensamientossobreaquelasunto,esperóalamañanasiguiente.Después,venidoeldía,asushermanoscontóloquelapasadanochehabíavistoentreIsabettayLorenzo,yjuntoconellos,despuésdelargoconsejo,deliberóparaquesobresuhermananocayeseningunainfamia,pasaraquelloensilencioyfingirnohabervistonisabidonadadeellohastaquellegaraelmomentoenque,sindañonideshonrasuya, esta afrenta antes de que más adelante siguiera pudiesen lavarse. Yquedando en tal disposición charlando y riendo con Lorenzo tal comoacostumbraban, sucedióque fingiendo irse fuera de la ciudadpara solazarsellevaron los tres consigo a Lorenzo; y llegados a un lugar muy solitario yremoto, viéndose con ventaja, a Lorenzo, que de aquello nada se guardaba,mataron y enterraron de manera que nadie pudiera percatarse; y vueltos aMesina corrieron la voz de que lo habían mandado a algún lugar, lo quefácilmentefuecreídoporquemuchasvecessolíanmandarlodeviaje.

No volviendo Lorenzo, e Isabetta muy frecuente y solícitamentepreguntando por él a sus hermanos, como a quien la larga tardanza pesaba,sucedió un día que preguntándole ella muy insistentemente, uno de sushermanosledijo:

—¿Qué quiere decir esto? ¿Qué tienes que ver tú con Lorenzo que mepreguntasporél tanto?Sivuelvesapreguntarnos tedaremoslacontestaciónquemereces.

Porloquelajoven,dolienteytriste,temerosaynosabiendodequé,dejódepreguntarles,ymuchasvecesporlanochelastimeramentelollamabaylepedíaqueviniese,yalgunasvecesconmuchaslágrimasdesulargaausenciasequejabaysinconsolarseestabasiempreesperándolo.

Sucedióunanocheque,habiendolloradomuchoaLorenzoquenovolvíay

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habiéndosealfinquedadodormida,Lorenzoseleaparecióensueños,pálidoytododespeinado,ycon las ropasdesgarradasypodridas,y leparecióque ledijo:

—Oh, Isabetta, no haces más que llamarme y de mi larga tardanza teentristecesycon tus lágrimasduramentemeacusas;yporello, sabequenopuedovolverahí,porqueelúltimodíaquemevistetushermanosmemataron.

Y describiéndole el lugar donde lo habían enterrado, le dijo que no lollamasemás ni lo esperase.La joven, despertándose y dando fe a la visión,amargamente lloró; después, levantándose por lamañana, no atreviéndose adecirnadaasushermanos,sepropusoirallugarquelehabíasidomostradoyversieraverdadloqueensueñosselehabíaaparecido.Yobteniendolicenciadesushermanosparasaliralgúntiempodelaciudadapasearseencompañíade una que otras veces con ellos había estado y todos sus asuntos sabía, loantesquepudoallásefue,yapartandolashojassecasquehabíaenelsuelo,donde la tierra le pareció menos dura allí cavó; y no había cavado muchocuando encontró el cuerpo de su mísero amante en nada estropeado nicorrompido;porloqueclaramenteconocióquesuvisiónhabíasidoverdadera.Deloquemásquemujeralgunaadolorida,conociendoquenoeraaquéllugarde llantos, si hubiera podido todo el cuerpo se hubiese llevado para darlesepulturamásconveniente;peroviendoquenopodíaser,conuncuchillo lomejorquepudoleseparólacabezadeltroncoy,envolviéndolaenunatoallayarrojando la tierra sobre el resto del cuerpo, poniéndosela en el regazo a lacriada,sinservistapornadie,sefuedeallíysevolvióasucasa.

Allí, con esta cabeza en su alcoba encerrándose, sobre ella lloró larga yamargamentehastaquela lavóconsus lágrimas,dándolemilbesosentodaspartes. Luego cogió un tiesto grande y hermoso, de esos donde se planta lamejorana o la albahaca, y la puso dentro envuelta en un hermoso paño, yluego, poniendo encima la tierra, sobre ella plantó algunas matas dehermosísimaalbahacasalernitana,yconningunaotraaguasinoconaguaderosasodeazaharesoconsuslágrimaslaregaba;yhabíatomadolacostumbredeestarsiemprecercadeestetiesto,ydecuidarlocontodosuafán,comoqueteníaocultoasuLorenzo,yluegodequelohabíacuidadomucho,poniéndosejunto a él, empezaba a llorar, y mucho tiempo, hasta que toda la albahacahumedecía,lloraba.Laalbahaca,tantoporlalargaycontinuasolicitudcomopor la riqueza de la tierra procedente de la cabeza corrompida que en ellahabía,sepusohermosísimaymuyolorosa.

Y continuando la joven siempre de estamanera,muchas veces la vieronsus vecinos; los cuales, al maravillarse sus hermanos de su estropeadahermosuraydequelosojosparecíansalírseledelacara,lesdijeron:

—Noshemosapercibidodequetodoslosdíasactúadetalmanera.

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Loque,oyendosushermanosyadvirtiéndoloellos,habiéndolareprendidoalgunavezynosirviendodenada,ocultamentehicieronquitarleaqueltiesto.Ynoencontrándoloella,congrandísimainsistencialopidiómuchasveces,ynodevolviéndoselo,nocesandoenel llantoy las lágrimas,enfermóyensuenfermedad no pedía otra cosa que el tiesto. Los jóvenes se maravillaronmuchodeestapeticiónyporelloquisieronverloquehabíadentro;yvertidalatierravieronelpañoyenéllacabezatodavíanotanconsumidaqueenelcabellorizadonoconocieranqueeraladeLorenzo.Porloquesemaravillaronmucho y temieron que aquello se supiera; y enterrándola sin decir nadaocultamente salieron de Mesina y ordenando la manera de irse de allí sefueronaNápoles.Nodejandodellorarlajovenysiemprepidiendosutiestollorandomurió y así tuvo fin su desventurado amor; pero después de ciertotiempo, siendo esto sabido por muchos hubo alguien que compuso aquellacanciónquetodavíasecantahoyydice:

Quiénseríaelmalcristiano

queelalbahaqueromerobó,etc.

NOVELASEXTA

AndreuolaamaaGabyiotto;lecuentaunsueñoquehatenidoyélaellaotro;repentinamentesemuereensusbrazos,mientrasellaconunacriada

asucasalollevansonapresadasporlaseñoría,yelladiceloquehasucedido;elpodestálaquiereforzar,ellanolosufre,seenterasupadrey,hallándolainocente,lahaceliberar,ella,rehusandoseguirenelmundo,se

hacemonja.

LahistoriaqueFilomenahabíacontadofuemuyapreciadaporlasseñorasporque muchas veces habían oído cantar aquella canción y nunca habíanpodido,apesardepreguntarlo,saberconquéocasiónhabíasidocompuesta.Perohabiendoelreysufinaloído,aPánfiloleordenóquecontinuaseelorden.Pánfilo,entonces,dijo:

Elsueñocontadoenlapasadahistoriamedamateriaparacontarosunaenlacualsehabladedos,quesobrecosasquedebíanpasar,comosihubieranyasucedido,versaban,yapenashubieronterminadodecontarseporquieneslashabíanvistocuando tuvieron losdosefecto.Yasí,amorosasseñoras,debéissaberquegeneral impresiónesde todos losvivientesvervariascosasen susueño, las cuales, aunque a quien duerme, durmiendo le parecen todasverdaderas,ydespertándosejuzgueverdaderasalgunas,algunasverosímilesyunaparte fuerade todaverosimilitud,nomenos resultaquemuchasdeellas

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suceden. Por la cual cosa, muchos prestan tanta fe a cada sueño cuantaprestaríanalascosasquevieranestandoenvigilia,yconsusmismossueñosse entristecen o se alegran como por lo que temen o esperan, y por elcontrario,hayquienesenningunocreensinodespuésdequesevencaerenelpeligro que les ha sidomostrado; de los cuales, ni a unos ni a otros alabo,porquenosiempresonverdaderosnitodaslasvecesfalsos.

Quenosontodosverdaderos,muchasvecestodosnosotroshemostenidoocasióndeverlo,yquetodosnosonfalsos,yaantesenlahistoriadeFilomenasehamostrado,yenlamía,comoyahedicho,entiendomostrarlo.Porloquejuzgoquesisevivevirtuosamenteyseobra,aningúnsueñocontrarioaellodebetemerseynodejarporéllosbuenospropósitos;enlascosasperversasymalvadas, aunque los sueños parezcan favorables a ellas y con visionespropiciasaquienes losvenanimen,nadiedebecreer;y así, en sucontrario,daratodoscompletafe.Perovengamosalahistoria.

Hubo en la ciudad deBrescia un gentilhombre llamadomicerNegro dePontecarrato, el cual, entre otros muchos hijos, tenía una hija, llamadaAndreuola, muy joven y hermosa y sin marido, la cual, por ventura de unvecino suyo cuyo nombre era Gabriotto, se enamoró, hombre de bajacondición aunque de loables costumbres lleno y en su persona hermoso yamable;yconlaintervenciónylaayudadelanodrizadelacasatantoanduvolajoven,queCabriottosuponosóloqueeraamadoporAndreuola,sinoquefuellevadomuchoaunhermosojardíndelpadredeella,ymuchasvecescondeleitedeunaydeotraparte;yparaqueningunarazónnuncasinolamuertepudierasepararsudeleitosoamor,maridoymujersecretamentesehicieron.Ydelmismomodo,furtivamente,confirmandosusayuntamientos,sucedióqueala joven una noche, durmiendo, le pareció ver en sueños que estaba en sujardínconGabriottoyqueleteníaentresusbrazoscongrandísimoplacerdeambos;ymientras así estaban leparecióver salir del cuerpodeélunacosaoscurayterriblecuyaformaellanopodíareconocer,yleparecíaqueestacosacogieseaGabriottoycontrasuvoluntadconespantosafuerzaseloarrancasedelosbrazosyconélseescondiesedentrodelatierraynopudiesevermásnialunonialaotra;porloquemuygrandoloreimponderablesentía,yporellose despertó, y despierta, aunque fuese viendo que no era así como lo habíasoñado,noporellodejódesentirmiedoporelsueñovisto.

Y por esto, queriendo luego Gabriotto la noche siguiente venir a dondeella, cuantopudoseesforzóenhacerquenoviniesepor lanocheallí;pero,viendosuvoluntad,paraquedeotronofueseasospechar,lanochesiguientelorecibióensujardín.Yhabiendomuchasrosasblancasybermejascogido,porqueeratiempodeellas,conéljuntoaunabellísimafuenteyclaraqueeneljardínhabía,sefueaestar,yallí,despuésdeunagrandeymuylargafiestaquedisfrutaron juntos,Gabriotto le preguntó cuál era la razónpor la que le

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habíaprohibidovenireldíaantes.

Lajoven,contándoleelsueñotenidoporellalanocheantesyeltemorquelehabíadado,selaexplicó.Gabriotto,aloírla,serioydijoquegrannecedaderacreerensueñosporqueoporexcesodecomidaoporfaltadeellasucedían,yqueerantodosvanosseveíacadadía;yluegodijo:

—Siyohubiesequeridohacer casode sueñosnohabríavenido aquí, notantoporeltuyosinoporunoquetambiéntuveestanochepasada,elcualfuequemeparecíaestarenunahermosaydeleitosaselvaporlaqueibacazando,yhabercogidounacabritillatanbellaytanplacenteracomolamejorquesehayavisto;ymeparecíaqueeramásblancaquelanieveyenbreveespaciosehizotanamigamíaqueenningúnmomentoseseparabademí.Ymeparecíaquelaqueríatantoqueparaquenoseseparasedemímeparecíaquelehabíapuesto en la garganta un collar de oro y con una cadena de oro la sujetabaentrelasmanos.Ydespuésdeestomeparecíaque,descansandoestacabritillaunavezyteniéndomelacabezaenelregazo,saliódenosédóndeunaperranegracomoelcarbón,muyhambrientayespantosaensuapariencia,ysevinohaciamí, contra laqueninguna resistenciameparecíahacer;por loquemeparecíaquememetíaelhocicoenelsenoenelladoizquierdo,ytantoloroíaque llegabaalcorazón,queparecíaquemearrancabapara llevárselo.Por loque sentía tal dolor quemi sueño se interrumpió y, despierto, con lamanosúbitamentecorríapalparsialgoteníaenelcostado;peronoencontrándomeelmalmeburlédemímismoporhaberlohecho.Pero¿quéquieredeciresto?Talesymásespantososhetenidomásvecesynoporellomehasucedidonadamásninadamenos;yporelloolvídatedeesoypensemosendisfrutar.

Lajoven,porsusueñoyamuyespantada,aloírestoloestuvomuchomás,pero para no ser ocasión de enfado aGabriotto, lomás que pudo ocultó sumiedo; y aunque abrazándolo y besándolo algunas veces y siendo por élabrazada y besada se solazase, temerosa y no sabiendo de qué, más de loacostumbradomuchasveceslemirabaalacaraydevezencuandomirabaporeljardínporsialgunacosanegraviesevenirdealgunaparte.

Yestandodeestamanera,Cabriotto,lanzandoungransuspiro,laabrazóydijo:

—¡Aydemí,almamía,ayúdamequememuero!

Ydichoesto,cayóentierrasobrelahierbadelpradecillo.

Loqueviendo la jovenycaídocomoestaba,apoyándoseloenel regazo,casillorandodijo:

—Oh,dulceseñormío,¿quétepasa?

Gabriotto no respondió sino que jadeando fuertemente y sudando todo,

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luegodenomuchotiempo,pasódelapresentevida.

Cuánduroydoloroso fueestopara la joven,quemásquea símisma loamaba, cada una debe imaginarlo. Ella lo lloró mucho, y muchas veces lollamóenvano,peroluegodequeseapercibiódequeestabaverdaderamentemuerto, habiéndolo tocado por todas las partes del cuerpo y en todasencontrándolo frío, no sabiendo qué hacerse ni qué decir, lacrimosa comoestabayllenadeangustia,sefueallamarasunodriza,quedeesteamoreracómplice, y su miseria y su dolor le mostró. Y luego de que míseramentejuntas un tantohubieron llorado sobre elmuerto rostrodeCabriotto, dijo lajovenalanodriza:

—PuestoqueDiosmelohaquitado,noentiendoseguiryoconvidaperoantes de que llegue a matarme, querría que buscásemos una maneraconveniente de proteger mi honor y el secreto amor que ha habido entrenosotros y que el cuerpo del cual la graciosísima alma ha partido fuesesepultado.

Aloquelanodrizadijo:

—Hija mía, no hables de querer matarte, porque si lo has perdido,matándote también lo perderías en el otro mundo porque irías al infierno,dondeestoyciertaquesualmanohaidoporquebuenofue;peromuchomejoresqueteconsuelesypiensesenayudarconoracionesoconotrasbuenasobrasasualma,porsiporalgúnpecadocometidotienenecesidaddeello.Sepultarloesmuyfácilhacerloenestejardín,loquenadiesabránuncaporquenadiesabequenuncaélhayavenidoaquí,y sino loquieresasí,pongámoslo fueradeljardín y dejémoslo:mañana por lamañana lo encontrarán y llevándolo a sucasaserásepultadoporsusparientes.

La joven, aunque estuviese llena de amargura y continuamente llorase,escuchabasinembargolosconsejosdesunodriza,ynoestandodeacuerdoenlaprimeraparte,repusoalasegunda,diciendo:

—NoquieraDiosqueunjoventanvaliosoytanamadopormíymaridomíosufraqueseasepultadoaguisadeunperroodejadoentierraenlacalle.Harecibidomislágrimasy,comoyopueda,recibirálasdesusparientes,yyamevienealánimoloquetenemosquehacer.

Y prestamente a por una pieza de paño de seda que tenía en su arca lamandó;ytraídaaquéllayextendiéndolaentierra,encimapusieronelcuerpodeGabriotto, y poniéndole la cabeza sobre una almohada y cerrándole conmuchas lágrimas los ojos y la boca, y haciéndole una guirnalda de rosas yponiéndolealrededorlasrosasquehabíancogidojuntos,dijoalanodriza:

—Deaquíalapuertadesucasahaypococamino,yporellotúyyo,asícomolohemosarreglado,lollevaremosdeaquíylopondremosdelantedesu

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casa.No tardarámucho tiempo en hacerse de día y lo recogerán, y aunquepara los suyos no sea esto ningún consuelo, para mí, en cuyos brazos hamuerto,seráunplacer.

Ydichoesto,denuevoconabundantísimaslágrimasseleinclinósobreelrostro y largo espacio estuvo llorando, la cual,muy requerida por la criada,porque venía el día, irguiéndose, el mismo anillo con el que se habíadesposado con Gabriotto quitándose del dedo, se lo puso en el dedo a él,diciendoentrellanto:

—Caro señor mío, si tu alma ve mis lágrimas y algún conocimiento osentimientodespuésdesupartidaquedaenloscuerpos,recibebenignamenteelúltimodondeéstaaquienviviendoamastetanto.

Y dicho esto, desvanecida, cayó encima de él, y luego de algún tiempovolviendo en sí y poniéndose en pie, junto con la criada cogiendo el pañosobreelqueyacíaelcuerpo,conélsalierondeljardínyhacialacasadeélseenderezaron.

Yyendoasí,sucedióporcasualidadqueporlosguardiasdelpodestá,quepor azar iban a aquellahora a algún asunto, fueronencontradasyprendidasconelcuerpomuerto.

LaAndreuola,másdeseosademorirquedevivir,reconocidoslosguardasdelaseñoría,francamentedijo:

—Séquiénessoisyquequererhuirdenadameserviría;estoydispuestaair con vos ante la señoría, y lo que sea contar; pero ninguno se atreva atocarme, si os obedezco, ni a quitar nada de lo que lleva este cuerpo si noquierequeyoleacuse.

Porloque,sinqueningunolatocase,conelcuerpodeGabriottosefueapalacio;locualoyendoelpodestá,selevantó,yhaciéndolaveniralaalcoba,de lo que había sucedido se informó, y habiendo hecho mirar por algunosmédicos si convenenoodeotramanerahabía sidomuertoelbuenhombre,todosafirmaronquenosinoquealgúnaccesocercanoalcorazónselehabíaroto que lo había ahogado. Y él, oído esto y que aquélla en poca cosa eraculpable, se ingenióenparecerque ledaba loquenopodíavenderle,ydijoquesiellasuvoluntadhiciese,laliberaría.

Pero no sirviéndole las palabras, quiso contra toda conveniencia usar lafuerza; pero Andreuola, encendida en desdén y sintiéndose fortísima,virilmente se defendió, rechazándolo con injuriosas y altivas palabras. Perollegado el día claro y siéndole contadas estas cosas a micer Negro,mortalmente dolido se fue con muchos de sus amigos a palacio y allí,informado de todo por el podestá, pidió que le devolviesen a su hija. Elpodestá,queriendoprimeroacusarsede la fuerzaque lehabíaqueridohacer

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que ser acusado por ella, alabando primero a la joven y su constancia, porprobarlavinoadecirqueeraloquehabíahecho;porlacualcosa,viéndoladetanta firmeza, sumo amor había puesto en ella y si a él le agradaba, que supadreera,yaella,noobstantehabertenidomaridodebajacondición,debuengradocomomujerlatomaría.

En este tiempo que así éstos hablaban, Andreuola vino ante su padre yllorandoselearrojóalospiesydijo:

—Padremío,nocreoqueseanecesarioquelahistoriademiatrevimientoy demi desgracia os cuente, que estoy cierta de que ya la habéis oído y losabéis;yporellocuantomáspuedohumildementeperdónospidodemifalta,estoes,dehaber,sinvossaberlo,aquienmásmeplacíatomadopormarido;yesteperdónnooslopidoparaquemeseaperdonadalavidasinoparamorircomohijavuestraynocomovuestraenemiga.

Yasí,llorando,cayóasuspies.

MicerNegro,queviejoerayayhombrebenignoyamorosopornaturaleza,aloírestaspalabrasempezóallorar,yllorandoalzóasuhijatiernamenteenpie,ydijo:

—Hija mía, mucho me hubiera gustado que hubieses tenido tal maridocomosegúnmiparecer teconvenía;ysi lohubieras tomadotalcomoa ti teagradasedebía tambiéngustarme;peroelhaberloocultadomehacedolermedetupocaconfianza,ymásaún,viéndotequelohasperdidoantesdehaberlosabidoyo.Peropuestoqueesasí, loqueporcontentarte,viviendoél,habríahechocongusto,estoes,honrarlecomoamiyernohágaseleasumuerte.

YvolviéndoseasushijosyasusparienteslesordenoquepreparasenparaGabriotto exequias grandes y honorables. Habían entretanto acudido lospadresy losparientesdel joven,quesehabíanenteradode lanoticia,ycasitantasmujeresytantoshombrescomoenlaciudadhabía;porloque,puestoenmediodelpatioelcuerposobreelpañodeAndreuolaycontodassusrosas,allínotansóloporellayporsusparientesfuellorado,sinopúblicamentecasipor todas lasmujeres de la ciudad y pormuchos hombres, y no a guisa deplebeyosinodeseñorsacadodelaplazapúblicaahombrosdelosmásnoblesciudadanos, con grandísimo honor fue llevado a la sepultura. Y de allí aalgunos días, insistiendo el podestá en lo que pedido había, exponiéndosemicer Negro a su hija, ésta nada de ello quiso oír; pero queriendo en algocomplacerasupadre,enunmonasteriomuyfamosoporsusantidad,ellaysunodriza monjas se hicieron, y honradamente luego en él vivieron muchotiempo.

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NOVELASÉPTIMA

SimonaamaaPasquino;estánjuntosenunhuerto;Pasquinosefrotalosdientesconunahojadesalviaysemuere;Simonaesapresada,lacual,queriendomostraraljuezcómomurióPasquino,frotándoseconunade

aquellashojaslosdientes,mueredelmismomodo.

Pánfilosehabíadesembarazadodesuhistoriacuandoelrey,nomostrandoninguna compasión por Andreuola, mirando a Emilia, le hizo un gestosignificándole que le agradaría que siguiese con la narración a quienes yahabíanhablado;lacual,sinningunademora,comenzó:

Carascompañeras,lahistoriacontadaporPánfilomeinduceacontarunaen ninguna otra cosa semejante a la suya sino en que, así comoAndreuolaperdióelamanteeneljardín,igualsucedióaaquelladequiendebohablar;ydelmismomodopresa, como lo fueAndreuola, no por fuerza ni por virtudsinoporinesperadamuerteselibródelajusticia.Ycomoyasehadichomásvecesentrenosotras, aunqueAmordebuengradohabiteen lascasasde losnobles,noporellorehúsaelseñoríosobrelasdelospobresytambiénenellasmuestraalgunavezsusfuerzasdetalmaneraquecomopoderosísimoseñorsehace temer de los más ricos. Lo que aunque no en todo, en gran parteapareceráenmihistoria, con laquemeplacevolveranuestraciudad,de laquehoy, contandodiversas cosas diversamente, vagandopor diversas partesdelmundo,tantonoshemosalejado.

Hubo,pues,nohacetodavíamuchotiempo,enFlorencia,unajovenmuyhermosaygallardaparasucondición,ehijadepadrepobre,quese llamabaSimona;yaunquetuvieraqueganarseconsusmanoselpanquequeríacomer,yparasubsistirhilaselana,nofueellodetanpobreánimoquenoosaserecibiraAmorensumente,elcualconlosactosylaspalabrasamablesdeunmozodenomásfustequeella,queandabadandolanaahilarparasumaestrolanero,hacía tiempo que había mostrado querer entrar. Acogiéndolo, pues, en ellabajoelplacenteroaspectodeljovenquelaamaba,cuyonombreeraPasquino,deseándolomucho y no atreviéndose a nadamás, hilando, a cada vuelta delanahiladaqueenroscabaalhusoarrojabamil suspirosmáscalientesqueelfuegoalacordarsedeaquelqueparahilarlaselahabíadado.

Él,porotraparte,muysolícitohabiéndosevueltodequesehilasebienlalana de sumaestro, como si sólo la que Simona hilaba, y no ninguna otra,debiese bastar a toda la tela,más frecuentemente que la otras las solicitaba.Por lo que, solicitando uno y la otra gozando al ser solicitada, sucedió que,cobrandoelunomásosadíadelaquesolíatenerydesechandolaotramuchodelmiedoyde lavergüenzaqueacostumbrabaa tener, juntos seunieronenmutuos placeres, los cuales a una parte y a la otra agradaron tanto que no

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esperabaelunoasersolicitadoporelotroparaello,sinoqueunoinvitabaalotroparadisfrutarlos.

Ycontinuandoasísuplacerdeundíaenotro,ysiempre,alcontinuar,másinflamándose,sucedióquePasquinodijoaSimonaquefirmementequeríaqueencontraseelmododepoderveniraunjardínadondeélqueríallevarla,paraqueallímása sus anchasyconmenos temorpudiesenestar juntos.Simonadijo que le placía, y dando a entender a su padre, un domingo después decomer, que quería ir a la bendición de San Galo, con una compañera suyallamadaLagina,aljardínquelehabíamostradoPasquinosefue,donde,juntoconuncompañerosuyoquePuccinoteníapornombre,peroqueerallamadoelTuerto,loencontró,yallí,iniciándoseunamoríoentreelTuertoyLagina,ellosseretiraronaunapartedeljardínagustardesusplaceresyalTuertoyaLaginadejaronenotra.

HabíaenaquellapartedeljardíndondePasquinoySimonahabíanido,unagrandísimayhermosamatadesalvia;acuyopiesesentaronyunbuenratosesolazaron juntos, y habiendo habladomucho de unamerienda que en aquelhuerto, con ánimo reposado, querían hacer, Pasquino, volviéndose a la granmatadesalvia,cogióalgunashojasdeellayempezóafrotarseconellas losdientesylasencías,diciendoquelasalvialoslimpiabamuybiendecualquiercosaquehubieraquedadoenellosdespuésdehabercomido.Yluegodeque,así,unpocoloshubofrotadovolvióalaconversacióndelameriendadelaqueestaba hablando primero; y no había proseguido hablando casi nada cuandoempezóademudárseletodoelrostroyluegodedemudárselenopasósinqueperdiese la vista y la palabra y en breve semurió. Las cuales cosas viendoSimonaempezóalloraryagritaryallamaralTuertoyaLagina,loscualesprestamentecorriendoallíyviendoaPasquinonosolamentemuerto,sinoyatodo hinchado y lleno de manchas oscuras por el rostro y por el cuerpo,súbitamentegritóelTuerto:

—¡Ay,mujermalvada,lohasenvenenadotú!

Yhabiendohechoungranalboroto,fueoídopormuchosquevivíancercadeljardín;loscuales,corridoelrumoryencontrándolemuertoehinchado,yoyendo dolerse al Tuerto y acusar a Simona de haberlo envenenado conengaños,yaella,poreldolordelsúbitoaccidentequelehabíaarrebatadoasuamante, casi fuera de sí, no sabiendo excusarse, fue reputadopor todos quehabía sido como el Tuerto decía; por la cual cosa, apresándola, llorandosiempre ellamucho, fue llevada al palacio del podestá. E insistiendo allí elTuerto,yelRechonchoyelDesmañado,compañerosdePasquinoquehabíanllegado,unjuezsindilatarelasuntosepusoainterrogarlasobreelhechoy,nopudiendo comprender ella en qué podía haber obradomaliciosamente o serculpable,quiso,estandoélpresente,verelcuerpomuertoydecirleellugaryel modo porque por las palabras suyas no lo comprendía bastante bien.

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Haciéndola,pues,sinningúntumulto,llevarallídondetodavíayacíaelcuerpodePasquino,lepreguntóquecómohabíasido.

Ella,acercándosea lamatadesalviayhabiendocontado toda lahistoriaprecedente para darle completamente a entender lo sucedido, hizo lo quePasquinohabíahecho,frotándosecontralosdientesunadeaquellashojasdesalvia.Lascualescosas,mientrasqueporelTuertoyporelRechonchoyporlos otros amigos y compañeros de Pasquino, como frívolas y vanas en lapresenciadeljuezeranrechazadas,yconmásinsistenciaacusadasumaldad,no pidiendo sino que el fuego fuese de semejante maldad castigo, lapobrecilla, que por el dolor del perdido amante y por el miedo de la penapedida por el Tuerto estaba encogida, por haberse frotado la salvia en losdientes,sufrióaquelmismoaccidentequeanteshabíasufridoPasquino,nosingranmaravilladecuantosestabanpresentes.

¡Oh,almasfelices,aquienesunmismodíasucedióelardienteamory lamortal vida acabar; ymás felices si juntas a unmismo lugar os fuisteis; yfelicísimassienlaotravidaseama,yosamáiscomolohicisteisenésta!Peromuchomás feliz el alma deSimona en granmedida, por lo que respecta aljuiciodequienes,vivos,trasdeellahemosquedado,cuyainocencialafortunano sufrióque cayesebajo los testimoniosdelTuertoydelRechonchoydelDesmañado (tal vez cardadores u hombres más villanos) abriéndole máshonestocaminoconlamismaclasedemuertedesuamante,paradeshacersedesucalumniayseguiralalmadesuPasquino,tanamadaporella.

Eljuez,todoestupefactoporelaccidentejuntoconcuantosallíestaban,nosabiendoquédecirse,largamentecalló;luego,conmejorjuicio,dijo:

—Parecequeestasalviaesvenenosa,loquenosuelesucederconlasalvia.Pero para que a alguienmás no pueda ofender demodo semejante, córtesehastalasraícesyarrójesealfuego.

La cual cosa, el que era guardián del jardín haciéndola en presencia deljuez,noacababadeabatirlagranmatacuandoapareciólarazóndelamuertedelosdosmíserosamantes.Habíabajolamatadeaquellasalviaunsapodemaravillosotamaño,decuyovenenosoalientopensaronquelasalviasehabíaenvenenado. Al cual sapo, no atreviéndose nadie a acercarse, poniéndolealrededorunapilagrandísimadeleña,allíjuntoconlasalvialoquemaron,yseterminóelprocesodelseñorjuezporlamuertedelpobrecilloPasquino.Elcual, junto con su Simona, tan hinchados como estaban, por el Tuerto y elRechonchoyelHocicoPuercoyelDesmañadofueronsepultadosenlaiglesiadeSanPaolo,dedondeprobablementeeranfeligreses.

NOVELAOCTAVA

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GirólamoamaaSalvestra;empujadoporlosruegosdesumadrevaaParís,vuelveylaencuentracasada;entraaescondidasensucasayse

quedamuertoasulado,yllevadoaunaiglesia,Salvestramuereasulado.

Había acabado la historia de Emilia cuando, por orden del rey, Neifilecomenzóasí:

Algunos, a mi juicio hay, valerosas señoras, que más que la otra gentecreen saber, ymenos saben; y por esto no solamente a los consejos de loshombres sino también contra la naturalezade las cosaspretendenoponer sujuicio;delacualpresunciónhansobrevenidoyagrandísimosmalesynuncaseviovenirningúnbien.Yporqueentrelasdemáscosasnaturaleseselamorlaque menos admite el consejo o la acción que le sean contrarios, y cuyanaturalezaestalqueantespuedeconsumirseporsímismoqueserarrancadoporningúnconsejo,mehavenidoalánimonarrarosunahistoriadeunaseñoraque,queriendosermássabiadeloquedebíaynoloera(ytambiénporquenolo soportaba la cosa en que se esforzaba por manifestar su buen juicio)creyendo del enamorado corazón arrancar el amor que tal vez allí habíanpuestolasestrellas,llegóaarrancarleenunmismopuntoelamoryelalmadelcuerpoasuhijo.

Hubo,pues,ennuestraciudad,segúnlosancianoscuentan,ungrandísimomercaderyricocuyonombrefueLeonardoSighieri,quedesumujertuvounhijo llamado Girólamo, después de cuyo nacimiento, arregladosordenadamentesusasuntos,dejóestavida.Lostutoresdelniño,juntoconlamadre,bienylealmenteadministraronsusbienes.Elniño,creciendoconlosniñosdesusotrosvecinos,másqueconningúnotrodelbarrioconunaniñadesu edad, hija de un sastre, se familiarizó; y creciendo los años, el trato seconvirtióenamortangrandeyfieroqueGirólamonoestababiensinoveíacuantoveíaella;yciertamentenolaamabamenosqueeraamadoporella.

La madre del muchacho, percatándose de ello, muchas veces se loreprochó y lo castigó; y luego que a sus tutores (no pudiendo Girólamocontenerse) sequejóy comoquien se creíaquepor lagran riquezadel hijopodíapedirperasalolmo,lesdijo:

—Este muchacho nuestro, que todavía no tiene catorce años, está tanenamoradodeunahijadeunsastrevecino,quesellamaSalvestra,que,sinoselaquitamosdedelante,probablementelatomaráundíapormujersinquenadie lo sepa, y yo nunca estaré contenta; o se consumirá por ella si la vecasarseconotro;yporellomeparecequeparaevitarestolodebíaismandaraalgunaparte lejanadeaquí,alcuidadode losnegociosparaque,dejandodeveraésta,selesalgadelánimoyselepodráluegodarpormujeralgunajovenbiennacida.

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Los tutores dijeron que la señora decía bien y que harían aquello quepudiesen,yhaciendollamaralmuchachoalalmacén,comenzóadecirleuno,muyamorosamente:

—Hijomío,ya eresgrande;bueno seráquecomiences túmismoavelarpor tusnegocios,por loquenoscontentaríamuchoque fuesesaestaralgúntiempoenParís,dondeveráscómosetraficacongranpartedeturiqueza;sincontarconqueteharásmuchomejorymáscortésydemásvalorallíqueaquílo harías, viendo a aquellos señores y a aquellos barones y a aquellosgentileshombres (que allí hay tantos) y aprendiendo sus costumbres; luegopodrásveniraquí.

Elmuchachoescuchódiligentementeyenbreverespondióquenoqueríahacerlo porque pensaba que lo mismo que los demás, podía quedarse enFlorencia.Loshonradoshombres,aloírleesto,leinsistieronconmáspalabras;pero no pudiendo sacarle otra respuesta, a sumadre se lo dijeron. La cual,bravamenteenojada,nopornoquererirseaParís,sinoporsuenamoramiento,ledijograves insultos;y luego,condulcespalabrasablandándolo,empezóahalagarloyarogarletiernamentequehicieseaquelloquequeríansustutores;ytantosupodecirlequeélconsintióenirseaestarallíunañoynomás;yasísehizo.

Yéndose,pues,GirólamoaParísvehementementeenamorado,diciéndolehoyno,mañanateirás,allílotuvierondosaños;ymásenamoradoquenuncavolviendoencontróasuSalvestracasadaconunbuenjovenquehacíatiendas,deloquedesmesuradamenteseentristeció.Peroviendoquedeotramaneranopodía ser, seesforzóen tranquilizarse;yespiandocuándoestuvieseencasa,segúnlacostumbredelosjóvenesenamoradosempezóapasardelantedeella,creyendoquenolohabíaolvidadosinocomoélhabíahechoconella.Peroelasuntoestabadeotraguisa:ella seacordabadeélcomosinunca lohubieravisto, y si por acaso algo se acordaba, mostraba lo contrario. De lo que eljovenseapercibióenmuypocoespaciodetiempoynosingrandísimodolor;peronoporellodejabadehacer todo loquepodíaporvolveraentrarensupecho;perocomonadaparecíaconseguir,sedispuso,aunquefuesesumuerte,a hablarle élmismo. E informándose por algún vecino sobre cómo su casaestabadispuesta,unatardequehabíanidodevelaellayelmaridoacasadesusvecinos,ocultamenteentródentroensualcoba,detrásdelaslonasdelastiendasqueestabantejidasallí,seescondió;ytantoesperó,que,vueltosellosy acostados, sintió a su marido dormido, y allá se fue adonde había vistoacostadaaSalvestra;yponiéndoleunamanoenelpecho,simplementedijo:

—¡Oh, almamía! ¿Duermesya?—la joven, quenodormía, quisogritarperoeljovenprontamentedijo:

—PorDios,nogrites,quesoytuGirólamo.

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Alqueoyendoellatodatemblorosadijo:

—¡Ah,porDios,Girólamo,vete!;hapasadoaqueltiempoenqueéramosmuchachos y no era contra el decoro estar enamorados; estoy, como vescasada,porloqueyanomeestábienescucharaotrohombrequeamimarido;porloqueteruegoporDiosquetevayas,quesimimaridoteoyeseaunqueotromalnosesiguiera,seseguiríaqueyanopodríavivirnuncaconélenpaznienreposo,mientrasqueahora,amadaporél,enpazyentranquilidadconélvivo.

El joven, al oír estas palabras, sintió un terrible dolor, y recordándole eltiempo pasado y su amor nunca por la distancia disminuido, y mezclandomuchosruegosypromesasgrandísimas,nadaobtuvo;porloque,deseosodemorir,porúltimo lepidióqueen recompensade tantoamor, sufriesequeseacostaseasuladohastaquepudieracalentarseunpoco,quesehabíaquedadoheladoesperándola,prometiéndolequenilediríanadanilatocaría,yqueencuantosehubieracalentadounpocoseiría.

Salvestra, teniendo un poco de compasión de él, se lo concedió con lascondiciones que él había puesto. Se acostó, pues, el joven junto a ella sintocarla;yrecordandoenunsolopensamientoellargoamorquelehabíatenidoy su presente dureza y la perdida esperanza, se dispuso a no vivir más yretrayendoensílosespíritus,sindecirpalabra,cerradoslospuñosjuntoaellasequedómuerto.

Y luego de algún rato, la joven,maravillándose de su quietud, temiendoqueelmaridosedespertase,comenzóadecir:

—¡Ah,Girólamo!¿Notevas?

Peronosintiéndoseresponder,pensóquesehabríaquedadodormido;porloque,extendiendolamano,empezóamenearloparaquesedespertase,yaltocarlo lo encontró frío como el hielo, de lo que se maravilló mucho; ymeneándoloconmásfuerzaysintiendoquenosemovía,luegodetocarlootravez conoció que había muerto; por lo que sobremanera angustiada estuvomuchotiemposinsaberquéhacerse.Alfin,decidió,fingiendoquesetratabadeotrapersona,verquédecíasumaridoquedebíahacerse;ydespertándolo,loqueacababadesucederleaellaledijoquelehabíasucedidoaotra,yluegolepreguntóquesilesucedieseaél,ellaquétendríaquehacer.Elbuenhombrerespondió que le parecía que a aquel que había muerto se le debíacalladamente llevar a su casa y dejarlo allí, sin enfurecerse contra lamujer,quenoleparecíaquehubiesecometidoningunafalta.

Entonceslajovendijo:

—Puesesotenemosquehacernosotros.

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Ycogiéndoledelamano,lehizotocaralmuertojoven,conloqueél,todoespantado,sepusoenpiey,encendiendounaluz,sinentrarconsumujerenotrashistorias,vestidoelcuerpomuertoconsusmismasmanosysinningunatardanza,ayudándolesuinocencia,echándoseloalasespaldas,alapuertadesucasalollevó,yallílopusoylodejó.

Yvenidoeldíayencontradoaquéldelantedesupuertamuerto,fuehechoungranalborotoy,especialmenteporsumadre;yexaminadoportodaspartesymirado,ynoencontrándoseleniheridanigolpe,fuegeneralmentecreídoporlos médicos que había muerto de dolor, como había sido. Fue, pues, estecuerpo llevadoauna iglesia;yallívino ladoloridamadreconmuchasotrasseñorasparientesyvecinas,ysobreélcomenzaronalloraralágrimaviva,yalamentarse,segúnnuestrascostumbres.

Ymientras se hacía un grandísimo duelo, el buen hombre en cuya casahabíamuerto,dijoaSalvestra:

—Anda, échate algúnmanto a la cabeza y ve a la iglesia donde ha sidollevadoGirólamoyméteteentrelasmujeres;yescuchaloquesehablesobreeste asunto, y yoharé lomismoentre los hombres, para enterarnosde si sedicealgocontranosotros.

A la joven, que tarde se había hecho piadosa, le plugo, como a quiendeseabavermuertoaquiendevivonohabíaqueridocomplacerconunsolobeso;yallásefue.¡MaravillosacosaesdepensarcuándifícilesdescubrirlasfuerzasdeAmor!Aquel corazón, que la feliz fortunadeGirólamonohabíapodido abrir lo abrió su desgracia, y resucitando las antiguas llamas todas,súbitamentelomovióatantapiedadelverelmuertorostro,que,ocultabajosumanto, abriéndosepaso entre lasmujeres, noparóhasta llegar al cadáver; yallí,lanzandounfortísimogrito,sobreelmuertojovensearrojódebruces,yno lo bañó conmuchas lágrimas porque, antes de tocarle, el dolor, como aljoven le había quitado la vida, a ella se la quitó. Luego, consolándola lasmujeresydiciéndolequese levantase,noconociéndola todavía,ycomoellano se levantaba, queriendo levantarla, y encontrándola inmóvil, perolevantándola,sinembargo,enunmismopuntoconocieronqueeraSalvestrayestabamuerta.Porloquetodaslasmujeresqueallíestaban,vencidasdedoblecompasión,comenzaronunllantomuchomayor.Lanoticiaseesparciófueradelaiglesia,entreloshombres,yllegandoalosoídosdesumaridoqueentreellos estaba, sin atender consuelo o alivio de nadie, largo espacio lloró, ycontandoluegoamuchosqueallíhabíaloqueaquellanochehabíasucedidoentreaquelhombreyaquellamujerabiertamentetodossupieronlarazóndelamuertedecadauno,loquedolióatodos.

Tomando,pues,alamuertajoven,yadornándolatambiéncomoseadornaa los cuerposmuertos, sobre aquel mismo lecho junto al joven la pusieron

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yacente, y llorándola allí largamente, en una misma sepultura fueronenterrados losdos;yaellos,aquienesAmornohabíapodidounirvivos, lamuerteunióeninseparablecompañía.

NOVELANOVENA

MicerGuiglielmodeRosellóndaacomerasumujerelcorazóndemicerGuiglielmoGuardastagno,muertoporélyamadoporella;loque

sabiéndoloelladespués,searrojadeunaaltaventanaymuere,yconsuamanteessepultada.

Habiendo terminado lahistoriadeNeifileno sinhaberhecho sentir grancompasiónatodassuscompañeras,elrey,quenoentendíaabolirelprivilegiodeDioneo,noquedandonadiemáspornarrar,comenzó:

Se me ha puesto delante, compasivas señoras, una historia con la cual,puesto que así os conmueven los infortunados casos de amor, os convendrásentir no menos compasión que con la pasada, porque más altos fueronaquéllosaquienessucedióloquevoyacontaryconunaccidentemásatrozquelosqueaquísehancontado.

Debéis,pues,saberque,segúncuentanlosprovenzales,enProvenzahubohace tiempo dos nobles caballeros, de los que cada uno castillos y vasallostenía,y teníaunopornombremicerGuiglielmodeRosellónyelotromicerGuiglielmoGuardastagno;yporqueelunoyelotroeranmuydeproconlasarmas,mucho se amabany teníanpor costumbre ir siempre a todo torneoojustasuotrohechodearmasjuntosyllevandounamismadivisa.

Yaunquecadaunovivíaenuncastillosuyoyestabanunodelotro lejosmásdediezmillas, sucedió sin embargoque, teniendomicerGuiglielmodeRosellón una hermosísima y atrayente señora por mujer, micer GuiglielmoGuardastagno, fuerade todamedidaynoobstante laamistady lacompañíaquehabíaentreellos,seenamoródeella;ytanto,oraconunactooraconotro,hizo que la señora se apercibió; y sabiéndolo valerosísimo caballero, leagradó,y comenzóa amarlehasta tal puntoquenadadeseabao amabamásqueaél,ynoesperabasinoserrequeridaporél;loquenopasómuchotiemposinquesucediese,yjuntosestuvieronunavezyotra,amándosemucho.

Yobrandomenosdiscretamentejuntos,sucedióqueelmaridoseapercibióde ello y fieramente se enfureció, hasta el punto que el gran amor que aGuardastagno tenía se convirtió en mortal odio, pero mejor lo supo teneroculto que los dos amantes habían podido tener su amor; y deliberófirmementematarlo.Por locual, estandoeldeRosellónenestadisposición,

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sucedió que se pregonó en Francia un gran torneo; lo que el de Rosellónincontinenti hizo decir a Guardastagno, y le mandó decir que si le placía,viniera a donde él y juntos deliberarían si iban a ir y cómo.Guardastagno,contentísimo, respondió que al día siguiente sin falta iría a cenar con él.Rosellón, oyendo aquello, pensó que había llegado el momento de podermatarlo, y armándose, al día siguiente, con algún hombre suyo, montó acaballo,yacercadeunamilladesucastillosepusoenacechoenunbosquepordondedebíapasarGuardastagno;yhabiéndoloesperadounbuenespacio,loviovenirdesarmadocondoshombressuyos juntoaél,desarmadoscomoél,quenadadesconfiaba;ycuandoleviollegaraaquellapartedondequería,cruelyllenoderencor,conunalanzaenlamano,lesalióalpasogritando:

—¡Traidor,eresmuerto!

Y decir esto y darle con aquella lanza en el pecho fue una sola cosa;Guardastagno,sinpodernadaensudefensanidecirunapalabra,atravesadoporaquellalanza,cayóentierraypocodespuésmurió.Sushombres,sinhaberconocidoaquienlohabíahecho,vueltaslascabezasaloscaballos,lomásquepudieronhuyeronhaciaelcastillodesuseñor.Rosellón,desmontando,conuncuchilloabrióelpechodeGuardastagnoyconsusmanoslesacóelcorazón,yhaciéndoloenvolverenelpendóndeunalanza,mandóaunodesusvasallosque lo llevase; y habiendo ordenado a todos que nadie fuera tan osado quedijeseunapalabradeaquello,montódenuevoacaballoy,siendoyadenoche,volvióasucastillo.

Laseñora,quehabíaoídoqueGuardastagnodebíairacenarporlanoche,ycongrandísimodeseoloesperaba,noviéndolovenir,semaravillómuchoydijoalmarido:

—¿Ycómoesesto,señor,queGuardastagnonohavenido?

Aloqueelmaridorepuso:

—Señora,hesabidodesupartequenopuedellegaraquísinomañana.

Deloquelaseñoraquedóuntantoenojada.

Rosellón,desmontando,hizollamaralcocineroyledijo:

—Coge aquel corazón de jabalí y prepara el mejor alimento y másdeleitoso de comer que sepas; y cuando esté a lamesa,mándamelo en unaescudilladeplata.

Elcocinero,cogiéndoloyponiendoenellotodosuarteytodasusolicitud,desmenuzándoloyponiéndolemuchasbuenasespecias,hizoconélunmanjarexquisito.

MicerGuiglielmo,cuandofuehora,consumujersesentóalamesa.Vinola comida, pero él, por lamaldad cometida impedido su pensamiento, poco

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comió.Elcocinero lemandóelmanjar,quehizoponerdelantede laseñora,mostrándose él aquella noche desganado, y lo alabómucho. La señora, quedesganada no estaba, comenzó a comerlo y le pareció bueno, por lo que locomiótodo.

Cuandoelcaballerohubovistoquelaseñoralohabíacomidotodo,dijo:

—Señora,¿quétaloshaparecidoesacomida?

Laseñorarepuso:

—Monseñor,afequemehaplacidomucho.

—Así me ayude Dios como lo creo —dijo el caballero— y no memaravillosimuertooshagustadoloquevivoosgustómásquecosaalguna.

Laseñora,estooído,unpocosequedócallada;luegodijo:

—¿Cómo?¿Quéesloquemehabéisdadoacomer?

Elcaballerorepuso:

—Lo que habéis comido ha sido verdaderamente el corazón de micerGuiglielmoGuardastagno,aquiencomomujerdeslealtantoamabais;yestadciertadequeha sido esoporqueyoconestasmanos se lohe arrancadodelpecho.

Laseñora,oyendoestodeaquélaquienmásqueaningunacosaamaba,sisintiódolornohayquepreguntarlo,yluegodeunpocodijo:

—Habéishecholoquecumpleauncaballerodeslealymalvado;quesiyo,noforzándomeél,lehabíahechoseñordemiamoryavosultrajadoconesto,noélsinoyoeraquiendebíasufrirelcastigo.PeronoplazcaaDiosquesobreunacomidatannoblecomohasidoladelcorazóndeuntanvalerosoycortéscaballerocomomicerGuiglielmoGuardastagnofue,nuncacaigaotracomida.

Yponiéndoseenpie,porunaventanaquedetrásdeellaestaba,sindudarloun momento, se arrojó. La ventana estaba muy alta; por lo que al caer laseñora no solamente semató, sino que se hizo pedazos.Micer Guiglielmo,viendoesto,muchoseturbó,yleparecióhaberhechomal;ytemiendoaloscampesinosyalcondedeProvenza,haciendoensillar loscaballos,sefuedeallí.

Alamañanasiguientefuesabidoportodalacomarcacómohabíasucedidoaquello:por loque,por losdelcastillodemicerGuiglielmoGuardastagnoyporlosdelcastillodelaseñora,congrandísimodoloryllantofueronlosdoscuerpos recogidosyen la iglesiadelmismocastillode la señorapuestosenunamismasepultura,ysobreellaescritosversosdiciendoquiéneseranlosquedentroestabansepultados,yelmodoylarazóndesumuerte.

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NOVELADÉCIMA

Lamujerdeunmédico,teniéndolepormuerto,meteasuamantenarcotizadoenunarcónque,conéldentro,sellevandosusurerosasu

casa;alrecobrarelsentido,esapresadoporladrón;lacriadadelaseñoracuentaalaseñoríaqueellalohabíapuestoenelarcónrobadoporlosusureros,conloquesesalvadelahorca,ylosprestamistasporhaber

robadoelarcasoncondenadosapagarunamulta.

SolamenteaDioneo,habiendoyaterminadoelreysurelato,quedabaporcumplir su labor; el cual, conociéndolo y siéndole ya ordenado por el rey,comenzó:

Lasdesdichasde los infelicesamantesaquícontadas,nosóloavosotras,señoras,sinotambiénamímehanentristecidolosojosyelpecho,porloquesumamentehedeseadoquese terminaseconellas.Ahora,alabadoseaDios,quehan terminado (salvo siyoquisieraaestamalvadamercancíaañadirunmal empalme, de lo que Dios me libre), sin seguir más adelante en tandolorosa materia, una más alegre y mejor comenzaré, tal vez sirviendo debuenaorientaciónaloqueenlasiguientejornadadebecontarse.

Debéis, pues, saber, hermosísimas jóvenes, que todavía no hace muchotiempo hubo en Salerno un grandísimo médico cirujano cuyo nombre fuemaestro Mazzeo de la Montagna, el cual, ya cerca de sus últimos años,habiendo tomado pormujer a una hermosa y noble joven de su ciudad, delujososvestidosyricosydeotras joyasyde todoloqueaunamujerpuedeplacermás, la teníaabastecida;esverdadqueella lamayorpartedel tiempoestabaresfriada,comoquienenlacamanoestabaporelmaridobiencubierta.Elcual,comomicerRicciardodeChínzica,dequienhemoshablado,alasuyaenseñabalasfiestasylosayunos,ésteaellaleexplicabaqueporacostarseconunamujer una vez tenía necesidad de descanso no sé cuántos días, y otraschanzas;conloqueellavivíamuydescontenta,ycomoprudenteydeánimovaleroso,parapoderahorrarletrabajosaldelacasasedispusoaecharsealacalle y a desgastar a alguien ajeno, y habiendomirado amuchos ymuchosjóvenes,alfinunolellegóalalma,enelquepusotodasuesperanza,todosuánimo y todo su bien. Lo que, advirtiéndolo el joven y gustándole mucho,semejantemente a ella volvió todo su amor. Se llamaba ésteRuggeri de losAieroli,nobledenacimientoperodemalavidaydereprobableestadohastaelpunto de que ni pariente ni amigo le quedaba que le quisiera bien o quequisiera verle, y por todo Salerno se le culpaba de latrocinios y de otrasvilísimasmaldades;deloquepocosepreocupólamujer,gustándoleporotrascosas.

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Yconunacriadasuyatantolopreparó,queestuvieronjuntos;yluegodequealgúnplacerdisfrutaron,lamujerlecomenzóareprocharsuvidapasadaya rogarle que, por amor de ella, de aquellas cosas se apartase; y para darleocasióndehacerloempezóaproporcionarlecuándounacantidaddedinerosycuándootra.Ydeestamanera,persistiendojuntosasazdiscretamente,sucedióquealmédicolepusieronentrelasmanosunenfermoqueteníadañadaunadelaspiernas,alcualmalhabiendovistoelmaestro,dijoasusparientesque,siunhuesopodridoque teníaen lapiernanose leextraía,concerteza tendríaaquéloquecortarsetodalapiernaoquemorirse;ysilesacabaelhuesopodíacurarse,peroquesinose ledabapormuerto,élno lo recibiría;con loque,poniéndosedeacuerdotodoslosdesuparentela,asíseloentregaron.

Elmédico, juzgando que el enfermo sin ser narcotizado no soportaría eldolor ni se dejaría intervenir, debiendo esperar hasta el atardecer para aquelservicio, hizo por lamañana destilar de cierto compuesto suyoun agua quedebía dormirle tanto cuanto él creía que iba a hacerlo sufrir al curarlo; yhaciéndolatraeracasaenunaventanicadesualcobalapuso,sindeciranadieloqueera.Venidalahoradelcrepúsculo,debiendoelmaestroirconaquél,lellegóunmensajedeciertosmuygrandesamigossuyosdeAmalfidequepornadadejasedeirincontinentiallí,porquehabíahabidounagranriñaymuchoshabíansidoheridos.

Elmédico,dejandoparalamañanasiguientelacuradelapierna,subiendoaunabarquita,sefueaAmalfi;porlocuallamujer,sabiendoqueporlanochenodebíavolveracasa,ocultamentecomoacostumbraba,hizoveniraRuggeriyensualcobalometió,ylocerródentrohastaquealgunasotraspersonasdela casa se fueran a dormir. Quedándose, pues, Ruggeri en la alcoba yesperandoa la señora, teniendo (opor trabajos sufridosduranteeldíaoporcomidassaladasquehubieracomido,otalvezporcostumbre)unagrandísimased,vinoaveren laventanaaquellagarrafitadelaguaqueelmédicohabíahecho para el enfermo, y creyéndola agua de beber, llevándosela a la boca,toda la bebió; y no había pasadomucho cuando le dio un gran sueño y sedurmió.

Lamujer,loantesquepudosevinoasualcobay,encontrandoaRuggeridormido, empezó a sacudirlo y a decirle en voz baja que se pusiese en pie,perocomosinada:no respondíani semovíaunpunto;por loque lamujer,algoenfadada,conmásfuerzalosacudió,diciendo:

—Levántate,dormilón,quesiqueríasdormir,dondedebíasiresatucasaynoveniraquí.

Ruggeri,asíempujado,secayóalsuelodesdeunarcónsobreelqueestabaynodioningunaseñaldevida, sino laquehubieradadouncuerpomuerto;conloquelamujer,untantoasustada,empezóaquererlevantarloymenearlo

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másfuerteyacogerlopor lanarizya tirarlede labarba,peronoservíadenada:habíaatadoelasnoaunabuenaclavija.Porloquelaseñoraempezóatemerqueestuvieramuerto,peroaunasíleempezóapellizcaragriamentelascarnes y a quemarlo con una vela encendida; por lo que ella, que no eramédicaaunquemédicofueseelmarido,sinfaltalocreyómuerto,porloque,amándolo sobre todas las cosas como hacía, si sintió dolor no hay quepreguntárselo, y no atreviéndose a hacer ruido, calladamente, sobre élcomenzó a llorar y a dolerse de tal desventura. Pero luego de un tanto,temiendo añadir la deshonra a sudesgracia, pensóque sinninguna tardanzadebíaencontrarelmododesacarlodecasamuertocomoestaba,ynienestosabiendo determinarse, ocultamente llamó a su criada, y mostrándole sudesgracia,lepidióconsejo.

La criada, maravillándose mucho y meneándolo también ella yempujándolo, y viéndolo sin sentido, dijo lomismo que decía la señora, esdecir,queverdaderamenteestabamuerto,yaconsejóquelosacasendecasa.

Aloquelaseñoradijo:

—¿Y dónde podremos ponerlo que no se sospeche mañana cuando seavistoquedeaquídentrohasidosacado?

Aloquelacriadacontestó:

—Señora, esta tarde ya de noche he visto, apoyada en la tienda delcarpinterovecinonuestro,unarcanodemasiadograndeque,sielmaestronolahametidoencasa,serámuyapropósitoloquenecesitamosporquedentropodemosmeterlo,ydarledosotrescuchilladasydejarlo.Quienloencuentreallí,noséporquémásdeaquídentroquedeotrapartevayaacreerque lohayan llevado; antes se creerá, como ha sido tan malvado, que, yendo acometer alguna fechoría, por algunode sus enemigos ha sidomuerto, luegometidoenelarca.

Plugoa la señora el consejode la criada, salvo en lodehacerle algunasheridas, diciendo que no podría por nada del mundo sufrir que aquello sehiciese; y lamandó a ver si estaba allí el arca donde la había visto, y ellavolvióydijoquesí.Lacriada,entonces,quejovenygallardaera,ayudadaporlaseñora,seechóalasespaldasaRuggeriyyendolaseñorapordelanteparamirar si venía alguien, llegadas al arca, lometieron dentro y, volviéndola acerrar,sefueron.

Habían, hacía unos días más o menos, venido a vivir a una casa dosjóvenesqueprestabanausura,ydeseososdeganarmuchoydegastarpoco,teniendo necesidad de muebles, el día antes habían visto aquella arca yconvenidoquesiporlanocheseguíaallíselallevaríanasucasa.Yllegadalamedianoche, salidos de casa, encontrándola, sin entrar en miramientos,

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prestamente,aunquepesaditalespareciese,selallevaronacasayladejaronjuntoaunaalcobadondesusmujeresdormían,sincuidarsedecolocarlabienentonces;ydejándolaallí,sefueronadormir.

Ruggeri, que había dormido un grandísimo rato y ya había digerido elbebedizo y agotado su virtud cerca de maitines se despertó; y al quedar elsueño roto y recuperar sus sentidos el poder, sin embargo le quedó en elcerebro una estupefacción que no solamente aquella noche sino despuésalgunos días lo tuvo aturdido; y abriendo los ojos y no viendo nada, yextendiendo las manos acá y allá, encontrándose en esta arca, comenzó adevanarselossesosyadecirse:

—¿Quéesesto?¿Dóndeestoy?¿Estoydormidoodespierto?Meacuerdoqueestanocheheentradoenlaalcobademiseñorayahoramepareceestarenun arca. ¿Qué quiere decir esto? ¿Habrá vuelto el médico o sucedido otroaccidente por lo cual la señora,mientras yo dormía,meha escondido aquí?Esocreo,yseguroqueasíhabrásido.

Y por ello, comenzó a estarse quieto y a escuchar si oía alguna cosa, yestando así un gran rato, estando más bien a disgusto en el arca, que erapequeña,ydoliéndoleelcostadosobreelqueseapoyaba,queriendovolversedelotrolado,tanhábilmentelohizoque,dandoconlosriñonescontraunodelos lados del arca, que no estaba colocada sobre un piso nivelado, la hizotorcerseyluegocaer;yalcaerhizoungranruido,porloquelasmujeresqueallíalladodormíansedespertaronysintieronmiedo,ypormiedosecallaban.Ruggeri,porelcaerdelarcatemiómucho,peronotándolaabiertaconlacaída,quisomejor,siotracosanosucedía,estarfueraquequedarsedentro.Yentrequeélnosabíadóndeestabayunacosaylaotra,comenzóaandaratientaspor la casa, por ver si encontraba escalera o puerta por donde irse. Cuyotantearsintiendolasmujeres,quedespiertasestaban,comenzaronadecir:

—¿Quiénhayahí?

Ruggeri, no conociendo la voz, no respondía, por lo que las mujerescomenzaronallamaralosdosjóvenes,loscuales,porquehabíanveladohastatarde, dormíanprofundamenteynadade estas cosas sentían.Con loque lasmujeres, más asustadas, levantándose y asomándose a las ventanas,comenzaronagritar:

—¡Alladrón,alladrón!

Porlacualcosa,porvarioslugaresmuchosdelosvecinos,quiénarribaporlostejados,quiénporunaparteyquiénporotra,corrieronaentrarenlacasa,ylosjóvenessemejantemente,despertándoseconesteruido,selevantaron.YaRuggeri,elcualviéndoseallí,comoporelasombrofueradesí,ysinpoderver de qué lado podría escaparse, pronto le echaronmano los guardias del

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rector de la ciudad, queyahabían corrido allí al ruido, y llevándolo ante elrector, porque por malvadísimo era tenido por todos, sin demora dándoletormento,confesóqueenlacasadelosprestamistashabíaentradopararobar;porloqueelrectorpensóquesinmuchaesperadebíacolgarlo.

SecorrióporlamañanaportodoSalernolanoticiadequeRuggerihabíasidopreso robandoencasade losprestamistas, loque la señoray sucriadaoyendo, de tan grande y rara maravilla fueron presa que cerca estaban dehacerse creer a símismas que lo que habían hecho la noche anterior no lohabíanhecho,sinoquehabíansoñadohacerlo;yademásdeello,delpeligroenqueRuggeriestabalaseñorasentíataldolorquecasisevolvíaloca.

No poco después de mediada tercia, habiendo retornado el médico deAmalfi,preguntóquéhabíasidodesuagua,porquequeríadarlaasuenfermo;yencontrándoselagarrafavacíahizoungranalborotodiciendoquenadaensucasapodíadurarensusitio.

Laseñora,queporotrodolorestabaazuzada,repusoairadadiciendo:

—¿Qué haríais vos, maestro, por una cosa importante, cuando por unagarrafita de agua vertida hacéis tanto alboroto? ¿Es que no hay más en elmundo?

Aquienelmaestrodijo:

—Mujer, te crees que era agua clara; no es así, sino que era un aguapreparadaparahacerdormir.

Ylecontólarazónporlaquelahabíahecho.

Cuandolaseñoraoyóesto,seconvenciódequeRuggeriselahabíabebidoyporelloleshabíaparecidomuerto,ydijo:

—Maestro,nosotrasnolosabíamos,asíquehaceosotra.

Elmaestro,viendoquedeotromodonopodíaser,hizohacerotranueva.Pocodespués,lacriada,queporordendelaseñorahabíaidoasaberloquesedecíadeRuggeri,volvióyledijo:

—Señora,deRuggeritodoshablanmaly,porloqueyohepodidooír,niamigo ni pariente alguno hay que para ayudarlo se haya levantado o quieralevantarse;ysetieneporseguroquemañanaelmagistradoloharácolgar.Yademás de esto, voy a contaros una cosa curiosa, que me parece haberentendido cómo llegó a casa del prestamista; y oíd cómo. Bien conocéis alcarpintero junto a quien estaba el arca donde le metimos: éste estaba hacepococonuno,dequienparecequeeraelarca,en lamayor riñadelmundo,porqueaquéllepedíalosdinerosporsuarca,yelmaestrorespondíaqueélnohabíavistoelarca,pueslehabíasidorobadaporlanoche;alqueaquéldecía:«Noesasísinoquelahasvendidoalosdosjóvenesprestamistas,comoellos

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medijeroncuandolaviensucasacuandofueapresadoRuggeri».Aquienelcarpintero dijo: «Mienten ellos porque nunca se la he vendido, sino que lanochepasadamelahabránrobado;vamosadondeellos».Yasísefueron,deacuerdo, a casa de los prestamistas y yome vine aquí, y como podéis ver,entiendo que de tal guisa Ruggeri, adonde fue encontrado fue transportado;perocómoresucitóallínopuedoentenderlo.

Laseñora,entonces,comprendiendoóptimamentecómohabíasido,dijoalacriadaloquehabíaoídoalmédico,ylerogóqueparasalvaraRuggerilaayudase,comoquien,siquería,enunmismopuntopodíasalvaraRuggeriyprotegersuhonor.

Lacriadadijo:

—Señora,decidmecómo,queyoharécualquiercosadebuenagana.

La señora, como a quien le apretaban los zapatos, con rápidadeterminación habiendo pensado qué había de hacerse, ordenadamenteinformódeelloa lacriada.Lacual,primeramentefuealmédico,y llorandocomenzóadecirle:

—Señor, tengo que pediros perdón de una gran falta que he cometidocontravos.

Dijoelmédico:

—¿Ydecuál?

Ylacriada,nodejandodellorar,dijo:

—Señor,sabéisquiéneseljovenRuggeridelosAieroli,quien,gustándoleyo,entreamenazasyamormecondujohogañoasersuamiga:ysabiendoayertardequevosnoestabais,tantomecortejóqueavuestracasaenmialcobaadormirconmigolotraje,yteniendoélsedynoteniendoyodóndeirantesaporaguaoaporvino,noqueriendoquevuestramujer,queenlasalaestaba,meviera,acordándomedequeenvuestraalcobaunagarrafitadeaguahabíavisto, corrí apor ellay se ladi abeber,yvolví aponer lagarrafadonde lahabíacogido;deloquehevistoquevosencasagranalborotohabéishecho.Yen verdad confieso que hicemal, pero ¿quién hay que alguna vez no hagamal? Sientomucho haberlo hecho; sobre todo porque por ello y por lo queluegosesiguiódeello,Ruggeriestáapuntodeperderlavida,porloqueosruego,porloquemásqueráis,quemeperdonéisymedeislicenciaparaquemevayaaayudaraRuggerienloquepueda.

Elmédico,aloíresto,apesardelasañaquetuviese,repusobromeando:

—Túyatehasimpuestopenitenciatúmismaporquecuandocreístetenerestanocheaunjovenquemuybientesacudieraelpolvo,loquetuvistefueaundormilón:yporelloveteaprocurarlasalvacióndetuamante,ydeahora

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enadelanteguárdatedetraerloacasaporquelopagarásporestavezyporlaotra.

Pareciéndolealacriadaquebuenapiezahabíalogradoalprimergolpe,loantes quepudo se fue a la prisióndondeRuggeri estaba, y tanto lisonjeó alcarcelero que la dejó hablar a Ruggeri. La cual, después de que lo huboinformadodeloqueresponderdebíaalmagistradoparapodersalvarse,tantohizoquellegóanteelmagistrado.Elcual,antesdeconsentirenoírla,comolaviesefrescaygallarda,quisoengancharunavezconelgarfioalapobrecillacristiana;yella,parasermejorescuchada,nolehizoascos;ylevantándosedelamolienda,dijo:

—Señor,tenéisaquíaRuggeridelosAierolipresoporladrón,ynoesesoverdad.

Yempezandoporelprincipiolecontólahistoriahastaelfindecómoella,suamiga,acasadelmédicolohabíallevadoycómolehabíadadoabeberelaguadelnarcótico,nosabiendoqueloera,ycómopormuertolohabíametidoenelarca;ydespuésdeesto,loqueentreelmaestrocarpinteroyeldueñodelarcahabíaoídodecir,mostrándoleconaquellocómoacasadelosprestamistashabíallegadoRuggeri.

Elmagistrado,viendoquefácilcosaeracomprobarsieraverdadaquello,primeropreguntóalmédicosieraverdadlodelagua,yvioquehabíasidoasí;yluego,haciendollamaralcarpinteroyaquieneraeldueñodelarcayalosprestamistas, luego de muchas historias vio que los prestamistas la nocheanteriorhabíanrobadoelarcayselahabíanllevadoacasa.Porúltimo,mandóa por Ruggeri y preguntándole dónde se había albergado la noche antes,repusoquedóndesehabíaalbergadono lo sabía,peroquebienseacordabaquehabíaidoaalbergarseconlacriadadelmaestroMaezzo,decuyaalcobahabía bebido agua porque tenía mucha sed; pero que dónde había estadodespués, salvo cuando despertándose en casa de los prestamistas se habíaencontradodentrodeunarca,nolosabía.

Elmagistrado, oyendo estas cosas y divirtiéndosemucho con ellas, a lacriadayaRuggeriyalcarpinteroyalosprestamistaslashizorepetirmuchasveces. Al final, conociendo que Ruggeri era inocente, condenando a losprestamistasquerobadohabíanelarcaapagardiezonzas,pusoenlibertadaRuggeri; locual,cuántogustóaéste,nadie lopregunte:ya suseñoragustódesmesuradamente.La cual, luego, junto con él y con la querida criadaquehabía querido darle de cuchilladas, muchas veces se rio y se divirtió,continuandosuamorysusolazsiempredebienenmejor;comoquerríaquemesucedieseamí,peronoquememetierandentrodeunarca.

Si las primeras historias los pechos de las anhelantes señoras habíanentristecido,estaúltimadeDioneolashizoreírtanto,yespecialmentecuando

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dijo que el magistrado había enganchado el garfio, que pudieron sentirserecompensadasdelastristezassentidasconlasotras.Peroviendoelreyqueelsolcomenzabaaponerseamarilloyqueerallegadoeltérminodesuseñorío,conmuyplacenteraspalabras se excusó con lashermosas señorasde loquehabíahecho;esdecir,dehaberhechohablardeunasuntotancruelcomoeseldelainfelicidaddelosamantes,yhechalaexcusaselevantóydelacabezasequitó el laurel y, esperando las señoras a ver a quién iba a ponérselo,placenteramentesobrelacabezarubísimadeFiametalopuso,diciendo:

—Tepongoestacoronacomoaquien,mejorqueningunaotra,deladurajornadadehoyconlademañanasabrásconsolaraestascompañerasnuestras.

Fiameta,cuyoscabelloserancrespos,largosydeoro,ysobreloscándidosydelicadoshombroslecaían,yelrostroredonditoconunverdaderocolordeblancosliriosydebermejasrosasmezcladostodoesplendoroso,condosojosen lacaraqueparecíandeunhalcónperegrinoyconunaboquitapequeñitacuyoslabiosparecíandospequeñosrubíes,sonriendocontestó:

—Filostrato,yolaaceptodebuenagana,yparaquemejorveasloquehashecho,desdeahoramandoyordenoquetodossepreparenparacontarmañanaloqueaalgúnamante,luegodealgunosdurosodesventuradosaccidentes,lehubierasucedidodefeliz.

La cual proposición plugo a todos; y ella, haciendo venir al senescal yhabiendo dispuesto con él las cosas necesarias, a toda la compañía,levantándose,hastalahoradelacenadioalegrementelicencia.

Ellos, pues, parte por el jardín, cuya hermosura no era de las que cansapronto,yparteporlosmolinosquefueradeéldabanvueltas,yquiénporaquíyquiénporallí,agustarsegúnlosdistintosapetitosdiversosdeleitessedieronhastalahoradelacena.Venidalacual,recogiéndosetodos,comoteníanporcostumbre, junto a la hermosa fuente, a bailar y a cantar se pusieron, ydirigiendoFilomenaladanza,dijolareina:

—Filostrato, yo no pretendo apartarme demis predecesores, sino, comoelloshanhecho,entiendoqueobedeciéndomesecanteunacanción;yporqueestoyciertadequetuscancionessoncomotusnovelas,paranotenermásdíasturbados con tus infortunios, queremos que una nos cantes como más teplazca.

Filostratorepusoquedegrado,ysindemoracomenzóacantardetalguisa:

Conlágrimasdemuestro

cuántaamargurasiente,yquédolor,

eltraicionadocorazón,Amor.

Amor,amor,cuandoprimeramente

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pusisteenélaquienmemuevealllanto

sinesperarsalud,

tanllenalamostrastedevirtud

queleveyocreícualquierquebranto

queembargasemimente,

yamártirydoliente

porcausatuya,perobienmierror

conozcoahora,ynosingrandolor.

Mehamostradomiengaño

elvermeabandonadoporaquella

enquiensóloesperaba:

quecuando,triste,yocreíqueestaba

másensugraciaylaservíaaella,

sinpensareneldaño

quesentiríahogaño,

viquelacalidaddeotroamador

dentroacogíayyoperdíelfavor.

Cuandomeviporelladesdeñado

nacióenmicorazóneldoloroso

llantoquelloroahora;

ymuchohemaldecidoeldíaylahora

enqueprimerovielrostroamoroso

dealbabellezaornado

ymuymuchoinfamado,

miconfianza,esperanzayardor

vamaldiciendomialmaensudolor.

Cuánsinconsueloseamiquebranto,

señor,puedessentirlo,puestellamo

convozqueselamenta

ytedigoquetantomeatormenta

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quepormenormartiriomuerteclamo:

venga,ylavidatanto

anegadaensullanto

termineconsugolpe,ymifuror

adondevayasentirémenor.

Niotrocaminoniotrasalvación

lequedasinomuerteamíafligida

vida:dámela,Amor,

prontoyconellaacabamiamargor

yalcorazóndespojadetalvida.

¡Hazlo,ay,quesinrazón

semehaquitadomiconsolación!

Hazlafelizconmimuerte,señor,

comolahashechoconnuevoamador.

Baladamía,siotrosnoteaprenden

medaigual,porquenosabrálagente

igualqueyocantarte;

untrabajotansóloquierodarte

aAmorencuentra,aéltansolamente

cuántomeesenojosa

estavidaangustiosa

diclaramente,yruegaqueamejor

puestolalleveparahacersehonor.

Demostraron las palabras de esta canción asaz claramente cuál era elánimodeFilostrato,ylaocasión;ytalvezmásdeclaradolohabríaelaspectodetalseñoraqueestabadanzando,silastinieblasdelallegadanocheelrubordesurostronohubieranescondido.Peroluegodequeél lahubopuestofin,muchosotros cantares hubohasta que llegó la horade irse a dormir; por loque,mandándololareina,cadaunoensucámaraserecogió.

TERMINALACUARTAJORNADA

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QUINTAJORNADA

ComienzalaquintajornadadelDecamerón,enlacual,bajoelgobiernodeFiameta,serazonasobreloqueaalgúnamante,despuésdeduroso

desventuradosaccidentes,sucediódefeliz.

Estaba ya el oriente todo blanco y los surgentes rayos de todo nuestrohemisferiohabíanextendidolaclaridad,cuandoFiameta,porlosdulcescantosdelosjóvenesqueaprimerahoradeldíacantabanalegrementeenlosarbustosincitada,selevantóehizollamaratodaslasdemásyalostresjóvenes;yconsuavepasodescendiendo a los campos, por la ancha llanura arriba entre lashierbas cubiertas de rocío, hasta que el sol se hubo alzado un tanto, con sucompañíafuepaseando,hablandoconellosdeunayotracosa.Peroalsentirqueyalossolaresrayossecalentaban,haciasuhabitaciónvolvieronlospasos;llegadosalacual,conóptimosvinosycondulcesdelligerotrabajopasadoleshizoconfortarseyporeldeleitosojardínhastalahoradecomerserecrearon.Venidalacual,estandotodaslascosasaparejadasporeldiscretísimosenescal,luego de que alguna estampida y una baladilla o dos fueron cantadas,alegremente,segúnplugoalareina,sepusieronacomer;yhabiéndolohechoordenadamenteyconalegría,noolvidadalaestablecidacostumbredebailar,conlosinstrumentosyconlascancionesalgunasdanzassiguieron.Despuésdelas cuales, hasta pasada la hora de dormir, la reina dio licencia a todos;algunosde ellos se fueron adormiryotros a su solazpor el bello jardín sequedaron.Perotodos,unpocopasadanona,allí,comoquisolareina,segúnlausadacostumbresereunieronjuntoalafuente;yhabiéndosesentadolareinapro tribunali, mirando hacia Pánfilo, sonriendo, a él le ordenó que dieseprincipioalasfelicesnovelas;elcualaellosedispusodegrado,ydijoasí.

NOVELAPRIMERA

Cimone,poramar,sehacesabioyaIfigeniasuseñoraraptaenelmar,eshechoprisioneroenRodas,dedondeLisímacoleliberay,deacuerdoconél,raptaaIfigeniayaCasandraensusbodas,huyendoconellasaCreta;

yallí,haciéndolassusmujeres,conellasasuscasassonllamados.

Muchashistorias,amablesseñoras,paradarprincipioatanalegrejornadacomoseráéstasemeponendelanteparasercontadas;delascualesunamásagradaamiánimoporqueporellapodréisentendernosolamenteelfelizfinalsegúnelcualcomenzamosarazonar,sinocuánsantassean,cuánpoderosasycuánbenéficaslasfuerzasdelAmor,lascualesmuchos,sinsaberloquedicen,condenanyvituperancongranerror;loque,sinomeequivoco(porquecreo

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queestáisenamoradas)muchodeberáagradaros.

Puesasícomohemosleídoenlasantiguashistoriasdeloschipriotas,enlaisla de Chipre hubo un hombre nobilísimo que tuvo por nombre Aristippo,másquesusotrospaisanosriquísimoentodoslosbienestemporales,ysiconuna cosa no le hubiese herido la fortuna, más que nadie hubiera podidosentirsecontento.Yeraéstaqueentresusotroshijosteníaunoqueenestaturay belleza de cuerpo a todos los demás jóvenes sobrepasaba, pero que eraestúpidosinesperanza,cuyoverdaderonombreeraCaleso;peroporquenicontrabajodeningúnmaestroniporlisonjaogolpesdelpadreniporingeniodeningúnotrohabíapodidometérseleenlacabezaniletranieducaciónalguna,así como por su voz gruesa y deforme y por sus maneras más propias deanimalquedehombre,porburlaeradetodosllamadoCimone, loqueensulengua sonaba como en la nuestra «asno». Cuya malgastada vida el padresoportabacongrandísimodolor;yhabiendoperdidoya todaesperanza,paranotenersiempredelantelacausadesudolor,lemandóquesefuesealcampoyqueallívivieraconsuslabradores;lacualcosaagradómuchísimoaCimoneporquelascostumbresylasmanerasdeloshombresrústicoseranmásdesugustoquelasciudadanas.

Yéndose, pues, Cimone al campo, y haciendo allí las cosas quecorrespondíanaaquellugar,sucedióqueundía,pasadoyamediodía,yendoéldeunaposesiónaotraconunbastónechadoalcuello,entróenunbosquecilloquehabíahermosísimoenaquellacomarca,yque,porqueelmesdemayoera,estabatodofrondoso;andandoporelcualllegó,segúnleguiosufortuna,aunpradecillorodeadodealtísimosárboles,enunodelosrinconesdelcualhabíaunabellísimayfrescafuentejuntoalaquevio,sobreelverdeprado,dormiraunahermosísimajovencubiertaporunvestido tansutilquecasinadade lascándidascarnesescondía,ydelacinturaparaarribaestabasolamentecubiertaporunpañoblanquísimoysutil;y juntoaellasemejantementedormíandosmujeresyunhombre,siervosdeestajoven.Alacual,comoCimonevio,nodeotramaneraquesinuncahubieravistoformademujer,apoyándosesobresu bastón, sin decir cosa alguna, con admiración grandísima comenzóintensísimamenteacontemplar;yenelrudopecho,dondeconmilenseñanzasnosehabíapodidohacerentrarimpresiónalgunadeciudadanoplacer,sintiódespertar un pensamiento que le decía a su material y gruesa mente queaquélla era la más hermosa cosa que nunca había sido vista por ningúnviviente.

Yallíempezóadistinguirsuspartesalabando loscabellos,queestimabadeoro, lafrente, lanarizy laboca, lagargantay losbrazosysumamenteelpecho,todavíanomuyelevado;ydelabradorconvertidosúbitamenteenjuezdelahermosura,deseabasumamenteensuinteriorverlelosojosque,poraltosueño apesadumbrados, tenía cerrados; y por vérselos muchas veces tuvo

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deseosdedespertarla.Peropareciéndoleinfinitamentemáshermosaqueotrasmujeresqueanteshabíavisto,dudabaque fuesealgunadiosa;y tanto juiciomostrabaquejuzgabaquelascosasdivinaseranmásdignasdereverenciaquelasmundanasyporelloseconteníaesperandoqueporsímismasedespertase;y aunque la espera le pareciese excesiva, invadido por desusado placer, nosabíairsedeallí.

Sucedió,pues,que, luegodeunlargoespacio, lajoven,cuyonombreeraIfigenia, antes que ninguno de los suyos se despertó, y alzando la cabeza yabriendolosojosyviendoqueensubastónapoyadoestabaCimonedelante,semaravillómucho,ydijo:

—Cimone,¿quévasbuscandoaestashorasporestebosque?

EraCimone,tantoporsuhermosuracomoporsurudezayporlanoblezayriqueza del padre, conocido a cualquiera del país. No contestó nada a laspalabrasdeIfigenia,peroalverlaabrirlosojosempezóamirárselosfijamentepareciéndolequedeellossalíaunasuavidadquelellenabadeunplacernuncapor él probado. Lo que viendo la joven comenzó a temer que aquél su fijomirarmoviesesurudezaaalgunacosaquepudieracausarledeshonra,porloque,llamadassusmujeres,selevantódiciendo:

—Cimone,quedaosconDios.

YentoncesCimonelerespondió:

—Yovoycontigo.

Ypormuchoquelajovenrechazasesucompañía,siempretemiéndole,nopudosepararlodeellahastaquenolahuboacompañadoasucasa;ydeallísefueacasadesupadreafirmandoquedeningunamaneravolveríaalcampo;loque, por muy pesado que fuera a su padre y a los suyos, le dejaron haceresperandoverquécausaeralaquedeaquellamaneralehabíahechomudardeopinión.

Habiendo, pues, entrado en el corazón de Cimone, en el que ningunaenseñanzahabíapodidoentrar,lasaetadeAmorporlahermosuradeIfigenia,enbrevísimotiempo,yendodeunpensamientoaotro,maravillóasupadreyatodos los suyosya cualquieraotroque le conocía.Primeramentepidióa supadrequelehicieravestirconlostrajesytodaslasdemáscosasadornadoquellevabansushermanos,loquesupadrehizocontentísimo.Luego,reuniéndosecon los jóvenesdeproyoyendohablarde lascosasquecorrespondena losgentileshombres,ymáximamentea losenamorados,primeroconadmiracióngrandísima de todos en poco espacio de tiempo, no solamente aprendió lasprimerasletras,sinoquellegóaserdegranvalorentrelosfilósofos;ydespuésde esto, siendo razón de todo aquello el amor que tenía a Ifigenia, nosolamentelavozbroncayrústicaredujoaeducadayciudadana,sinoquellegó

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a sermaestrodecantoydemúsica,y enel cabalgary en las cosasbélicas,tantomarinascomodetierra,expertísimoyvalerosollegóaser.Yenbreve,paranocontarendetalletodaslascosasdesuvirtud,nohabíapasadoelcuartoañodesde el día de suprimer enamoramiento cuandohabía llegado a ser elmásgallardoyelmáscortésyelqueteníamásparticularesvirtudesentrelosotrosjóvenesquehubieraenlaisladeChipre.

¿Qué es, amables señoras, lo que hemos de pensar de Cimone?Ciertamente,nootracosasinoquelasaltasvirtudesporelcieloinfundidasensu valerosa alma habían sido por la envidiosa fortuna en una pequeñísimapartedesucorazónconlazosfortísimosatadasyencerradas,loscualestodosAmorrompióehizopedazos,comoqueeramuchomáspoderosoqueella;ycomo animador de los adormecidos ingenios, a aquéllos, oscurecidos porcruelestinieblas,consufuerzaarrastróalaclaraluzmostrandoabiertamentedequélugararrastraalosespíritussujetosaélyacuállosconduceconsusrayos.

Cimone, pues, por mucho que en amar a Ifigenia en algunas cosas, asícomo suelen hacer los jóvenes amantes, exagerase, no por ello Aristippo,considerandoqueAmorlohabíahechodeborregotransformarseenpersona,nosólonodejabapacientementedeayudarlosinoqueleanimabaaseguirentodo su voluntad. Pero Cimone, que rehusaba ser llamado Galeso poracordarsedequeasílohabíallamadoIfigenia,queriendodarhonestofinasudeseo,muchasveceshizosondearaCipseo,padredeIfigenia,paraqueseladiese por mujer, pero Cipseo repuso siempre que se la había prometido aPasimundas,noblejovenrodenseaquienentendíanofaltar.

Y habiendo llegado el tiempo de las pactadas nupcias de Ifigenia, yhabiendomandadoaporellasuesposo,sedijoCimone:

«Ahoraestiempodemostrar,ohIfigenia,cuántoeresamadapormí.Portimehehechounhombreysipuedotenertenodudoquemeconvertiréenmásgloriosoquealgúndios;yconcertezaotetendréomoriré».

Ydicho esto, ocultamente a algunosnobles jóvenespidiendo ayuda, queeransusamigos,yhaciendosecretamentearmarunbarcocontodaslascosasoportunasparalabatallanaval,sehizoalamar,enesperadelbarcoquedebíatransportaraIfigeniaasuesposoenRodas.Lacual,luegodemuchoshonoresque le hicieron su padre y los amigos de su esposo, hecha a la mar, haciaRodasenderezaronlaproaysalieron.

Cimone,quenosedormía,aldíasiguienteconsubarcolaalcanzó,ydeloaltodelaproaalosqueenelbarcodeIfigeniaiban,gritófuerte:

—Deteneos,arriadlasvelas,oesperadservencidosyhundidosenelmar.

Los adversarios de Cimone habían traído las armas a cubierta y se

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preparaban a defenderse; por lo que Cimone, tomando, después de laspalabras, un arpóndehierro, sobre la popade los rodenses, que se alejabandeprisa, loechóy laproadesubarco lo sujetócon fuerza;y fierocomounleón,sinesperaraserseguidopornadie,sobrelanavedeRodassaltó,comosiatodostuvierapornadie;yespoleándoloAmor,conmaravillosafuerzaentrelos enemigos se arrojó con un cuchillo en lamano y ora a éste ora a aquélhiriendo,comoaovejaslosabatía.Loqueviendolosrodenses,arrojandoentierralasarmas,casialunísonosedeclararonprisioneros.

AlosqueCimonedijo:

—Jóvenes, ni deseo de botín ni enojo contra vosotrosme hizo partir deChipreparaasaltarosenmediodelmarconmanoarmada:loquememovióesparamígrandísimacosadeconseguiryparavosotros fácildeconcederconpaz,yes Ifigenia, sobre todas lascosaspormíamada,aquiennopudiendoobtenerdesupadrecomoamigoyenpaz,avosotroscomoenemigoyconlasarmasmehaempujadoAmoraquitárosla;yporqueentiendoseryoparaellaloquedebíaservuestroPasimundas,dádmela,eidosconlagraciadeDios.

Losjóvenes,aquienesmáslafuerzaquelaliberalidadobligaba,aIfigenia,lacrimosa,concedieronaCimone;elcual,viéndolallorar,ledijo:

—Nobleseñora,noteaflijas;soytuCimone,queporunlargoamormuchomáshemerecidotenertequePasimundasporunapalabradada.

Volvióse, pues, Cimone, habiéndola ya hecho llevar sobre su nave, sintocar nada más de los rodenses, con sus compañeros, y los dejó marchar.Cimoneentonces,másqueningúnotrohombrecontentoconlaadquisicióndetan cara prenda, luego de que algún tiempo hubo empleado en consolarla aella,quelloraba,deliberóconsuscompañerosquenoeraelcasodevolveraChipre por el momento, por lo que, de común consejo, todos hacia Creta,donde casi todos ellos y máximamente Cimone, por parentescos viejos yrecientesypormuchosamigoscreíanqueestaríansegurosjuntoconIfigenia,enderezaron la proa de su nave. Pero la fortuna, que asaz fácilmente habíaotorgado a Cimone la consecución de lamujer, inconstante, súbitamente entristeyamargollantomudólaindeciblealegríadelenamoradojoven.

NohabíantodavíapasadocuatrohorasdesdequeCimonehabíadejadoalosrodensescuando,llegandolanoche(queCimoneesperabamásplacenteraque ninguna de las pasadas antes) junto con ella se levantó un temporalbravísimo y tempestuoso que al cielo con nubes y al mar con perniciososvientos llenó; por la cual cosani podíanadiever quéhacer ni adónde ir, nisiquieramantenerseencubiertaparabuscaralgúnremedio.Cuántodolióestoa Cimone no hay que preguntárselo. Parecía que los dioses le hubiesenconcedido su deseo para quemás doloroso le fuese elmorir, de lo que sinaquello poco se hubiese preocupado antes. Se dolían del mismo modo sus

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compañeros, pero sobre todos se dolía Ifigenia, llorando fuertemente ytemiendo cada sacudida de las olas, y en su llanto ásperamentemaldecía elamordeCimoneysequejabadesuatrevimiento,afirmandoqueporningunaotra cosa había nacido aquel tempestuoso azar sino porque los dioses noqueríanqueaquelquecontrasugustoqueríatenerlaporesposapudieragozarde supresuntuosodeseo sinoque,viéndolaprimeromorir a ella, éldespuésmuriesemiserablemente.

Con tales lamentos y con otros mayores no sabiendo los marineros quéhacerse, haciéndose el viento cada vez más fuerte, sin saber ni distinguiradóndeiban,llegaronjuntoalaisladeRodas;ynosabiendosinembargoquéisla fuese aquélla, con todo ingenio se esforzaron, para salvar sus vidas enllegaratierrasisepodía.Alocualfuefavorablelafortunayloscondujoaunpequeñosenodelmaradondepocoantesqueelloslosrodensesdejadoslibrespor Cimone habían llegado con su nave; y antes de apercibirse de haberancladoenlaisladeRodas,sevieron(alsalirlaaurorayhacerelcieloalgomás claro) como vecinos por un tiro de arco del barco que el día anteriorhabíandejadolibre,delacualcosaCimone,angustiadosinmedida,temiendoquelesucederíaloquelesucedió,mandóquesepusieratodoesfuerzoensalirdeallíeiradondelafortunalosllevaseporqueenningunapartepodíanestarpeorqueaquí.

Se hicieron grandes esfuerzos para poder salir de allí, pero en vano: elvientopoderosísimolosempujabaal ladocontrariohastaelpuntodequenosólonopudieronsalirdelpequeñogolfo,sinoque,quisieranono,losempujóatierra.Yalllegaraellafueronreconocidosporlosmarinerosrodensesquehabíandescendidodesunave,deloscualesrápidamentealgunocorrióaunahaciendacercanaadondehabían ido losnobles jóvenes rodensesy lescontóqueallíCimoneconIfigeniaabordodesunavehabíanllegadoporazardelmismomodoqueellos.Éstos,aloírlo,contentísimos, tomandoamuchosdeloshombresdelahacienda,prestamentefueronalmar;yCimone,queyaentierraconlossuyoshabíatomadoladecisióndehuiraalgúnbosquecercano,todos juntos con Ifigenia fueron presos y llevados a la hacienda, y de allí,venido de la ciudad Lisímaco, sobre quien reposaba aquel año la sumamagistraturadelosrodenses,congrandísimacompañíadehombresdearmas,aCimoneya todos suscompañeros se llevóaprisión, comoPasimundas, aquienlasnoticiashabíanllegado,habíaordenadoquerellándoseanteelsenadodeRodas.YdetalguisaelmíseroyenamoradoCimoneperdióasuIfigeniaganadaporélpocoantessinhaberlequitadomásquealgúnbeso.

Ifigenia fue recibida y confortada pormuchasmujeres nobles deRodas,tantoporeldolorsufridoensucapturacomoporlafatigapasadaenelairadomar,yjuntoaellasseestuvohastaeldíafijadoparasusbodas.ACimoneyasus compañeros, por la libertad que habían dado el día antes a los jóvenes

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rodenses, lesfueconcedida lavida,quePasimundassolicitabacontodassusfuerzasque les fueraquitada, y aprisiónperpetua fueron condenados; en lacual, como puede creerse, dolorosos estaban y sin esperanza ya de ningúnplacer. Pasimundas cuanto podía la preparación de las futuras nupciassolicitaba; pero la fortuna, como arrepentida de la súbita injuria hecha aCimone,obróunnuevoaccidenteenfavordesusalud.

TeníaPasimundasunhermanomenorenedadqueél,peronoenvirtudquetenía por nombre Orínisda, que había estado en largas negociaciones paratomar pormujer a una joven noble y hermosa de la ciudad, que se llamabaCasandra, a quien Lisímaco sumamente amaba; y se había aplazado elmatrimonio muchas veces por distintos accidentes. Ahora, viéndosePasimundasapuntodecelebrarsusnupciascongrandísimafiesta,pensóqueóptimamenteestaríasienaquellamismafiesta,paranovolverdenuevoalosgastos y a los festejos, pudiera hacer que Orínisda semejantemente tomaramujer,por loqueconlosparientesdeCasandrarenovólasconversacionesylasllevóatérmino,yéljuntoconelhermanodecidieronqueelmismodíaquePasimundassellevaseaIfigenia,elmismoOrínisdasellevaseaCasandra.LacualcosaoyendoLisímaco,sobremaneraledesagradóporqueseveíaprivadode su esperanza, según la cual pensaba que si Orínisda no la desposaba,ciertamente la obtendría él; pero como prudente, tuvo escondido su dolor yempezóapensardequémanerapodríaimpedirqueaquellotuvieralugar,ynovio ninguna vía posible sino raptarla. Esto le pareció fácil por el cargo quetenía,peromuchomásdeshonrosolojuzgabaquesinohubieratenidoaquelcargo;peroenresumen,despuésdelargadeliberación,lahonestidadcedióellugaralamorytomóelpartidodeque,sucedieraloquesucediese,raptaríaaCasandra.

Y pensando en la compañía que para hacer aquello necesitaba y de lamanera en que debla procederse, se acordó de Cimone, a quien teníaprisionero juntocon suscompañeros, e imaginóqueningúnotrocompañeromejornimáslealpodíatenerqueCimoneenesteasunto;porloquelanochesiguienteocultamentelehizovenirasucámaraycomenzóahablarledeestaguisa:

—Cimone, así como los dioses son óptimos y liberales donantes de lascosasaloshombres,asísonsagacísimosprobadoresdesuvirtud,yaquienesencuentranfirmesyconstantesentodosloscasos,comoalosmásvalerososhacendignosdelasmásaltasrecompensas.Elloshanqueridounapruebadetuvirtudmásciertaqueaquellaquepudistemostrardentrode los límitesde lacasa de tu padre, a quien sé abundantísimo en riquezas; y primero con laspunzantes solicitudes de amor te hicieron hombre de insensato animal (talcomohesabido),yluegocondurafortunayalpresentecondolorosaprisiónquieren ver si tu ánimo cambia de lo que era cuando por poco tiempo te

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sentistefelizconlaganadapresa;elcualsieselmismoquefue,nadatanfelizteconcedieroncomoloquealpresentesepreparanadarte,locual,paraquerecobres las usadas fuerzas y te sientas animoso, entiendo mostrarte.Pasimundas, contento con tu desgracia y solicito procurador de tu muerte,cuanto puede se apresura a celebrar las bodas con tu Ifigenia para gozar enellas de la presa que primero una alegre fortuna te había concedido ysúbitamente airada te quitó; la cual cosa, cuánto tiene que dolerte, si amascomoyocreo,pormímismoloconozco,aquienigualinjuriaquelatuyasepreparaahacermeelmismodíasuhermanoOrínisdaconCasandra,aquienyoamosobretodaslascosas.Yparaescaparatantainjuriayatantodolordelafortunaningunavíaveoquequedeabiertasinolavirtuddenuestrosánimosyde nuestras diestras con las que debemosmantener las espadas y abrirnoscamino,túparaelsegundorapto,yyoparaelprimerodenuestrasseñoras;porloquesitú,noquierodecirtulibertad(delaquepococreoquetepreocupessintuseñora),sinosiatuseñoraquieresrecuperar,entusmanoslahanpuestolosdiosessiquieresseguirmeenmiempresa.

Estas palabras hicieron volver a Cimone todo el perdido ánimo, y sindemasiadorespirotomarsepararesponder,dijo:

—Lísimaco,nimásfuertenimásfielcompañeroqueyopuedes tenerentalcosasiesquedeellaseseguiráparamíloquedices;yporelloloquetepareceque tengaquehacerordénameloyverásque lohagoconmaravillosafuerza.

AquienLísimacodijo:

—Eltercerdíaapartirdehoy,entraránporvezprimeralasnuevasesposasencasadesusmaridos,dondetúarmadocontuscompañerosyyoconalgunosdelosmíosenlosquemásconfío,alcaerlatardeentraremos,yraptándolasen medio del convite, a una nave que he hecho aprestar secretamente lasllevaremosmatandoacualquieraqueseatrevaahacernosfrente.

GustólaordenaCimoney,callado,hastaeltiempoacordadoestuvoenlaprisión.Llegadoeldíadelasbodas,lapompafuegrandeymagnífica,yportodasparteslacasadelosdoshermanosestabaenfiesta.HabiendopreparadoLísimaco todas las cosas oportunas, a Cimone y sus compañeros ysemejantemente a sus amigos, todos armados bajo sus vestidos, cuando lepareció oportuno y habiéndolos primero conmuchas palabras animado a supropósito, dividió en tres partes, de las cuales cautamente a una mandó alpuertoparaquenadiepudieraimpedirelsubiralanavecuandolonecesitasen;yconlasotrasdosvenidosalacasadePasimundas,aunadejóalapuertaparaque ninguno pudiera encerrarlos dentro e impedir su salida, y con elremanente,juntoconCimone,subióporlasescaleras.

Yllegadosyaalasaladondelasnuevasesposasconmuchasotrasseñoras

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yaa lamesa sehabían sentadoparacomerordenadamente, echándosehaciaadelanteytirandoalsuelolasmesas,cadaunocogióalasuyay,poniéndolasenbrazosdesuscompañeros,mandaronquealapreparadanavelasllevaseninmediatamente.Lasreciéncasadasempezaronalloraryagritareigualmentelasotrasmujeresyservidores;y repentinamente todose llenódevocesydellanto.PeroCimoneyLisímacoy sus compañeros, sacando las espadas, sinque nadie se enfrentase a ellos, dejándoles todos paso, hacia la escalera sevolvieron;ybajandoporellacorrióaellosPasimundasqueconungranbastónenlamanocorríaalruido,alqueanimosamenteCimoneconsuespadagolpeóen la cabeza y se la partió por medio, y le hizo caer muerto a sus pies;corriendoenayudadelcualelmíseroOrínisda,igualmentefuemuertoporunode los golpes de Cimone, y algunos otros que acercarse quisieron por loscompañeros de Lísimaco y de Cimone fueron heridos y rechazados. Éstos,dejando la casa llena de sangre y de alboroto y de llanto y de tristeza, sinningúnobstáculo,apretandosubotín,llegaronalanave;yponiendoenellaalasmujeresysubiendoellosytodossuscompañeros,estandoyalaplayallenadegentearmadaquearescataralasseñorasvenía,dandolosremosalagua,alegrementesefueronalosuyo.

Y llegados a Creta, allí por muchos amigos y parientes alegrementerecibidos fueron, y casándose con las mujeres haciendo una gran fiesta,alegrementedesubotíngozaron.EnChipreyenRodashuboalborotosyriñasgrandesydurantemuchotiempoporsushechos;porúltimo,mediandoenunlugaryenotrolosamigosylosparientes,encontraronelmododeque,luegodealgúnexilio,CimoneconIfigenia,contento,volvieseaChipreyLísimacodelmismomodoconCasandrasevolvióaRodas;ycadaunoalegrementeconlasuyaviviólargamentecontentoensutierra.

NOVELASEGUNDA

CostanzaamaaMartuccioGmitoy,oyendoquehabíamuerto,desesperadasesubesolaaunabarca,lacualporelvientoestransportadaaSusa;loencuentravivoenTúnez,sedescubreaél,yél,estandoengranprivanzaconelreyporlosconsejosquelehadado,casándoseconella,

rico,sevuelveconellaaLípari.

La reina, viendo terminada la historia de Pánfilo, después de haberlaalabado mucho, ordenó a Emilia que, diciendo una, continuase; la cualcomenzóasí:

Todos debemos con razón deleitarnos con las cosas que vemos seguidaspor el galardónquemerecen los afectos; y porque amarmásmerecedeleite

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que aflicción a largo término, conmuchomayor placermío al hablar de lapresentemateriaobedeceréalareinadeloqueenlaprecedentehicealrey.

Debéis, pues, delicadas señoras, saber que junto a Sicilia hay una islitallamada Lípari, en la cual, no hace aúnmucho tiempo, hubo una bellísimajovenllamadaCostanza,nacidaenlaisladegentesmuyhonradas,delacualun joven que en la isla había, llamado Martuccio Gomito, asaz gallardo ycortésyvaliosoensuoficio,seenamoró.Lacual tantoporélse inflamódeigualmaneraquenunca sentía ningúnbien sino cuando lo veía, y deseandoMartucciotenerlapormujer, lahizopedirasupadre,elcualcontestóqueélerapobreyporellonoqueríadársela.

Martuccio, despechado al verse rehusado por su pobreza, con algunosamigosyparientesarmandounbarco,jurónovolverjamásaLíparisinorico;y partiendo de allí, comenzó a piratear costeando Berbería, robando acualquieraquepudiesemenosqueél;enlacualcosabastantefavorablelefuelafortuna,sihubierasabidoponerlímiteasuventura.Peronobastándolequeélysuscompañerossehubiesenhechoriquísimosenpoco tiempo,mientrasbuscabanenriquecersemás,sucedióqueporalgunosbarcossarracenosluegodelargadefensa,consuscompañerosfuepresoyrobado,yporlamayorpartede los sarracenos despedazado y hundido su barco, él, llevado aTúnez, fuepuestoenprisiónytenidoenlargamiseria.LlegóaLíparinoporunanipordos,sinopormuchasydiversaspersonaslanoticiadequetodosaquellosqueconMartucciohabíaenelbarquichuelosehabíananegado.

Lajoven,quesinmedidaestabatristeporlapartidadeMartuccio,oyendoqueconlosotroshabíamuerto,largamentelloró,ydecidiónoseguirviviendo,ynosufriéndolesucorazónmatarseasímismaconviolencia,pensóunararaobligaciónimponerasumuerte;ysaliendosecretamenteunanochedesucasayllegandoalpuerto,hallóporacaso,untantoseparadadelasotrasnaves,unanavecilla de pescadores, a la cual, porque acababan de bajarse de ella suspatrones,encontróprovistademástilyderemos.

Ysubiendoenellaprestamenteyconlosremosempujándoseuntantoporelmar,algoconocedoradelartemarinerocomolosongeneralmentetodaslasmujeresdeaquellaisla,izólavelayarrojólosremosyeltimónyseentregópor completo al viento, pensando que por necesidad debía suceder o que elvientoalabarcasincargaysinpilotovolcase,oquecontraalgúnescollolaarrojaseyrompiera;conloqueella,aunquesalvarsequisiera,nopudieseypornecesidadseahogara;ytapándoselacabezaconunmanto,seechósollozandoenel fondode labarca.Perodemuydistintamanera sucedióde loqueellapensaba,porquesiendoaquelvientoquesoplabatramontanoyasazsuave,ynohabiendocasioleaje,ysosteniéndosebien labarca,al siguientedíade lanocheenquesehabíasubidoaella,alatardecer,aunascienmillasmásalládeTúnezaunaplayavecinaaunaciudadllamadaSusalallevó.

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La joven no advertía estar en la tierra más que en el mar, como quiennuncaporningúnaccidentehabíalevantadolacabezanientendíalevantarla.Yhabíapor acaso entonces, cuando la barcagolpeó la orilla, unapobremujerjuntoalmar,quequitabadelsollasredesdesuspescadores;lacual,viendolabarca,semaravillódecómoconlaveladesplegadalahubiesedejadodarentierra; y pensando que en ella los pescadores dormían, fue a la barca y aninguna otra persona vio sino a esta joven, y a ella, que profundamentedormía, llamómuchasveces,yalfinlahizodespertarse,yconociendoenelvestirqueeracristiana,hablándolaenladinolepreguntócómoeraquetansolaenaquellabarcahubierallegadoallí.

Lajoven,oyéndolahablarladino,temióquetalvezotrovientolahubieradevuelto a Lípari, y poniéndose súbitamente en pie miró alrededor, y noconociendo la comarca y viéndose en tierra, preguntó a la buenamujer quedóndeestaba.

Ylabuenamujerlerespondió:

—Hijamía,estáscercadeSusaenBerbería.

Oídolocual,lajoven,pesarosadequeDiosnohabíaqueridomandarlelamuerte, temiendo el deshonor y no sabiendo qué hacerse, junto a su barcasentándose, comenzó a llorar.La buenamujer, viendo esto, sintió piedaddeella,ytantolerogóqueselallevóasucabaña;ytantolalisonjeóallíqueellaledijocómohabía llegadohastaallí,por loque,viendo labuenamujerqueestabatodavíaenayunas,suduropanyalgúnpezyagualepreparó,ytantolarogóquecomióunpoco.LuegopreguntóCostanzaquiéneraalabuenamujerque así hablaba ladino; y ella le dijo que de Trápani era y que tenía pornombreCarapresayqueallíservíaaalgunospescadorescristianos.

Lajoven,aloírdecir«Carapresa»,pormuyapesadumbradaqueestuviera,y no sabiendo ella misma qué razón le movía a ello, sintió que era buenauguriohaberoídoestenombre,ycomenzóa sentir esperanzas sin saberdequéyasentircesaruntantoeldeseodelamuerte;ysinmanifestarquiénerani de dónde, rogó insistentemente a la buena mujer que por amor de Diostuvieramisericordiadesu juventudyque lediesealgúnconsejoconelcualpudieraescapardequelehicieranalgúndaño.

Carapresa, al oírla, a guisa de buena mujer, dejándola en la cabaña,prestamente recogió sus redes y volvió con ella, y cubriéndola toda con sumismomanto,lallevóconellaaSusa,yllegadaallí,dijo:

—Costanza,yotellevaréacasadeunabuenísimaseñorasarracenaaquiensirvo muchas veces en lo que necesita, y es una señora anciana ymisericordiosa;terecomendaréaellacuantopuedayestoycertísimadequeterecibirá de grado y te tratará como a una hija, y tú, estando con ella, te las

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ingeniaráscomopuedas,sirviéndola,paraconseguirsugraciahastaqueDiostemandemejorventura.

Ycomolodijo,lohizo.Laseñora,queerayavieja,despuésdeoírla,miróalajovenalacarayempezóallorar,yasiéndola,labesóenlafrenteyluego,delamano,lallevóasucasa,enlacual,conalgunasotrasmujeresvivíasinhombrealguno,ytodastrabajabanendiversascosasconsusmanos,haciendodistintos trabajosde seda, depalma,de cuero; de losque la joven enpocosdíasaprendióahaceralgunoyconellascomenzóatrabajar,yentantagraciayamorllegaronatenerlalabuenaseñoraylasotras,queeracosamaravillosa,yenpocoespaciodetiempo,enseñándoselaellas,aprendiósulengua.

Viviendo,pues,lajovenenSusa,habiendosidoyaensucasalloradaporperdida y muerta, sucedió que, siendo rey de Túnez uno que se llamabaMeriabdelá,unjovendegranlinajeydemuchopoderquehabíaenGranada,diciendoquelepertenecíaaélelreinodeTúnez,reunidagrandísimamultituddegentecontraelreydeTúnezsevino,paraarrojarlodelreino.

Y llegandoestascosasa losoídosdeMartuccioGomitoen laprisión,elcualmuybiensabíaelberberisco,yoyendoqueelreydeTúnezseesforzabamuchísimoendefenderla,dijoaunodeaquellosqueaélyasuscompañerosguardaban:

—Siyopudierahablaralrey,medaelcorazónqueledaríaunconsejoconelcualganaríalaguerra.

El guardián dijo estas palabras a su señor, el cual al rey las contóincontinenti; por lo cual, el rey mandó que le fuera llevado Martuccio; ypreguntándolecuálerasuconsejo,lerespondióasí:

—Señormío, si hemirado bien en otros tiempos que he estado en estastierrasvuestraslamaneraenquetenéisvuestrasbatallas,meparecequemásconarquerosqueotracosalaslibráis;yporello,siencontraseelmododequea los arqueros de vuestro adversario les faltasen saetas y que los vuestrostuvierandeellasenabundancia,creoquevenceríaisvuestrabatalla.

Yelreyledijo:

—Sindudasiestopudierahacerse,creeríaservencedor.

YMartuccioledijo:

—Señormío,siloqueréis,estopodráhacerse,yoídcómo:vosotrosdebéishacercuerdasmuchomásdelgadasparalosarcosdevuestrosarquerosquelasque son por todas usadas comúnmente, y luego mandar hacer saetas cuyasmuescas no sean buenas sino para estas cuerdas delgadas; y esto convienehacerlo tan secretamente que vuestro adversario no lo sepa, porque de otramanera encontraría un remedio.Y la razón por la que os digo esto es ésta:

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luego que los arqueros de vuestro enemigo hayan lanzado sus saetas y losvuestros las vuestras, sabed que las que los vuestros hayan lanzado tendránquerecogerlasvuestrosenemigos,paraseguirlabatalla,ylosvuestrostendránquerecogerlassuyas;perolosadversariosnopodránusarlassaetaslanzadaspor los vuestros porque las pequeñas muescas no entrarán en las cuerdasgruesas, mientras a los vuestros sucederá lo contrario con las saetas devuestrosenemigos,porqueen lascuerdasdelgadasentraránóptimamente lassaetasque tengananchasmuescas;yasí losvuestros tendrángranacopiodesaetasmientraslosotrostendránfaltadeellas.

Alrey,queerasabioseñor,agradóelconsejodeMartuccio,ysiguiéndoleenteramente,conélencontróhaberganado laguerra,con loquesumamenteMartuccio consiguió su gracia y, por consiguiente, un grande y rico estado.Corrió la fama de estas cosas por el país y llegó a oídos de Costanza queMartuccioGomitoestabavivo,aquienlargamentehabíacreídomuerto;porloque el amor por él, ya entibiado en su corazón frío, con pronta flama seinflamódenuevoysehizomayorylamuertaesperanzasuscitó.Porlocualala buena señora con quien vivíamanifestó todos sus asuntos, y le dijo quedeseaba ir a Túnez para saciar sus ojos con aquello que los oídos por lasrecibidasnoticias lehabíanhechodeseosa.Lacualalabómuchosudeseo,ycomosihubiesesidosumadre,subiendoaunabarca,conellasefueaTúnez,dondeconCostanzaencasadeunaparientesuyafuerecibidahonradamente.

Y habiendo ido con ella Carapresa, lamandó a escuchar lo que pudierasaberse de Martuccio; y encontrando que estaba vivo y en gran estado ycontándoselo, plugo a la noble señora ser ella quien significase aMartuccioque allí en su busca había venido su Costanza; y yendo un día a dondeMartuccioestaba,ledijo:

—Martuccio,amicasahallegadounservidortuyoquevienedeLípariyquerríasecretamentehablarte;yporello,pornoconfiarsealosotros,talcomoélhaquerido,yomismohevenidoadecírtelo.

Martucciolediolasgraciasytrasellasefueasucasa.Cuandolajovenlovio,cercaestuvodemorirdealegría,ynopudiendocontenerse,súbitamenteconlosbrazosabiertosse leechóalcuelloy loabrazó,ypor lástimade losinfortuniospasadosyporlaalegríapresente,sinpodernadadecir,tiernamentecomenzóallorar.

Martuccio,viendoalajoven,untantosequedósinpalabradelamaravilla,yluego,suspirando,dijo:

—¡Oh,Costanzamía!¿Estásviva?Hacemuchotiempoqueoíquehabíasmuertoyennuestropaísdetinadasesabía.

Ydichoesto,llorandotiernamente,laabrazóylabesó.Costanzalecontó

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todassusaventurasyelhonorquehabíarecibidodelanobleseñoraconquienhabíaestado.Martuccio,luegodemuchosrazonamientos,separándosedeella,a su señor se fue y todo le contó; esto es, sus azares y los de la joven,añadiendoque,consulicencia,entendíasegúnnuestrafecasarseconella.

Elreysemaravillódeestascosas,yhaciendoveniralajovenyoyéndolequeeratalcomoMartucciohabíadicho,dijo:

—Puesmuybienlohasganadopormarido.

Yhaciendovenirgrandísimosynoblespresentes,parteledioaellayparteaMartuccio,dándoleslicenciaparahacerentresíloquemásfuesedelagradodecadauno.Martuccio,honradamucho lanobleseñoraconquienCostanzahabíavivido,yagradeciéndoleloqueensuserviciohabíahecho,yhaciéndoletales presentes como a ella convenían y encomendándola a Dios, no sinmuchas lágrimas deCostanza, se despidió; y luego, subiendo a un barquitocon licencia del rey, y con su Carapresa, con próspero viento volvieron aLípari,dondehubotangranfiestacomonuncadecirsepodría.AllíMartucciosecasóconellaehizograndesyhermosasbodas,yluegoconella,enpazyenreposo,largamentegozarondesuamor.

NOVELATERCERA

PietroBoccamazzaseescapaconAgnolella;seencuentraconladrones,lajovenhuyeporunbosqueyesconducidaauncastillo,Pietroesapresadoyseescapademanosdelosladrones,yluegodealgunosaccidentesllegaalcastillodondeestabaAgnolella,ycasándoseconella,conellavuelvea

Roma.

No hubo nadie entre todos que la historia de Emilia no alabase, la queviendo la reina que había terminado, volviéndose a Elisa le ordenó quecontinuaseella;yella,deseosadeobedecer,comenzó:

A mí se me pone delante, encantadoras señoras, una mala noche quepasarondosjovencillospocoprudentes;peroporquelesiguieronmuchosdíasfelices,comoestádeacuerdoconnuestroargumento,meplacecontarla.

EnRoma,quecomohoyeslacolaantesfuelacabezadelmundo,hubounjovenhacepocotiempo,llamadoPietroBoccamazza,defamiliamuyhonradaentre las romanas, que se enamoró de una hermosísima y atrayente jovenllamada Agnolella, hija de uno que tuvo por nombre Gigliuozzo Saullo,hombreplebeyoperomuyqueridoalosromanos.Yamándola,tantohizo,quela jovencomenzóaamarlenomenosqueél laamaba.Pietro,empujadoporferviente amor, y pareciéndole que no debía sufrirmás la dura pena que el

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deseodeellaledaba,lapidiópormujer;lacualcosa,alsaberlasusparientes,fueronadondeélylereprocharonmucholoquequeríahacer;yporotrapartehicieron decir a Gigliuozzo Saullo que de ninguna manera atendiese a laspalabras de Pietro porque, si lo hacía, nunca como amigo le tendrían susparientes.

Pietro,viéndoseelvedadocaminoporelquesólocreíapoderconseguirsudeseo,quisomorirsededolor,ysiGigliuozzolohubieraconsentido,contraelgustodetodoslosparientesqueteníahubiesetomadopormujerasuhija;perocomonofueasí,selepusoenlacabezaque,sialajovenleplaciere,haríaqueaquello tuviese lugar,yporpersona interpuestaconociendoque leplacía, sepusodeacuerdoconellaparahuirdeRoma.Yplaneadoaquello,Pietro,unamañana, levantándose tempranísimo, junto con ella montó a caballo y sepusieronencaminohaciaAnagni, dondePietro tenía algunosamigos en loscuales confiaba mucho; y cabalgando así, no teniendo tiempo de hacer lasbodasporquetemíanserseguidos,hablandosobresuamor,algunavezelunobesabaalotro.

Ahora, sucedió que, no conociendo Pietro muy bien el camino, cuandoestuvieronunasochomillas lejosdeRoma,debiendo tomara laderecha, sefueronporuncaminoa la izquierda;yapenashabíancabalgadomásdedosmillas cuando se vieron cerca de un castillo del cual, habiéndolos visto,súbitamente salieron cerca de doce hombres de armas; y estando bastantecerca,lajovenlosvio,porloquegritandodijo:

—¡Pietro,salvémonosquenosasaltan!

Ycomopudo,haciaunbosquegrandísimovolviósujacoy,apretándolelasespuelas,sujetándosealarzón,sintiéndoseeljacoaguijar,corriendoporaquelbosquelallevaba.Pietro,quemáslacaradeellaibamirandoqueelcamino,no habiéndose percatado pronto, como ella, de los hombres que venían, fuealcanzadoporellosypresoyobligadoabajardeljaco;ypreguntándolequiénera,empezaronadeliberarentreellosyadecir:

—Ésteesdelosamigosdenuestrosenemigos;¿quéhemosdehacersinoquitarleestasropasyestejacoy,pordesagradaralosOrsini,colgarlodeunadeestasencinas?

Y estando todos de acuerdo con esta decisión, habíanmandado a Pietroque se desnudase; y estando él desnudándose, ya adivinando todo su mal,sucedióqueunacuadrilladebienveinticincohombresdearmasqueestabanenacechosúbitamenteselesecharonencimaaaquéllosgritando:

—¡Mueran,mueran!

Loscuales,sorprendidosporaquello,dejandoaPietro,sevolvieronensudefensa,peroviéndosemuchomenosquelosasaltantes,comenzaronahuir,y

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éstos a seguirlos, la cual cosa viendo Pietro, súbitamente cogió sus cosas ysaltó sobre su jaco y comenzó a huir cuanto pudo por el camino por dondehabíavistoquelajovenhabíahuido.

Pero no viendo por el bosque ni camino ni sendero, ni distinguiendohuellasdecaballo,despuésdequeleparecióencontrarseasalvoyfueradelasmanosdeaquellosquelehabíanapresadoytambiéndelosotrosporquieneselloshabíansidoasaltados,noencontrandoasujoven,mástristequeningúnhombre, comenzó a llorar y a andarla llamando por aquí y por allí por elbosque;peronadielerespondía,yélnoseatrevíaavolverseatrás,yandandoporallídelantenosabíaadóndeibaallegar;y,porotraparte,delasfierasquesuelen habitar en los bosques tenía almismo tiempomiedo por él y por sujoven,aquienleparecíaestarviendoestranguladaporunosoounlobo.

Anduvo, pues, este desventurado Pietro todo el día por aquel bosquegritandoydandovoces,aveces retrocediendocuandocreíaqueavanzaba;yya entre el gritar y el llorarypor elmiedoypor el largo ayuno, estaba tanrendidoquemásnopodía.Yviendollegadalanoche,nosabiendoquéconsejotomar, encontrada una grandísima encina, bajando del jaco, lo ató a ella, yluego,paranoserporlasfierasdevoradoporlanoche,sesubióaella,ypocodespués, saliendo la luna y estando el tiempo clarísimo, no atreviéndose adormir para no caer, aunque hubiera tenido la ocasión, el dolor y lospensamientos que tenía de su joven no le hubieran dejado; por lo que,suspirandoyllorandoymaldiciendosudesventura,velaba.

Lajoven,huyendocomodecíamosantes,nosabiendodóndeirsinodondesujacomismodondemejorleparecíalallevaba,seadentrótantoenelbosqueque no podía ver el lugar por donde había entrado; por lo que no de otramanera de lo que había hecho Pietro, todo el día (ora esperando y oraandando), y llorando y dando voces, y doliéndose de su desgracia, por elselváticolugaranduvodandovueltas.

Al fin, viendo que Pietro no venía, estando ya oscuro, dio junto a unsenderillo,entrandoporelcualysiguiéndoloeljaco,luegodequemásdedosmillas hubo cabalgado, desde lejos se vio delante de una casita, a la que loantesquepudosellegó;yallíencontróunbuenhombredemuchaedadconsumujerquetambiéneravieja;loscuales,cuandolavieronsola,dijeron:

—Hija,¿quévashaciendotúsolaaestahoraporestelugar?

Lajoven,llorando,repusoquehabíaperdidoasucompañíaenelbosqueypreguntóaquédistanciaestabaAnagni.

Elbuenhombrerespondió:

—Hijamía, éste no es camino por donde ir aAnagni; haymás de docemillasdesdeaquí.

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Dijoentonceslajoven:

—¿Ydóndehayhabitacionesenquepoderalbergarse?

Yelbuenhombrerepuso:

—Habitaciones no hay en ningún lugar tan cercano que pudieses llegarantesquefueradedía.

Dijoentonceslajoven:

—¿Osplacería,puestoqueaotro lugar irnopuedo, tenermeaquípor elamordeDiosestanoche?

Elbuenhombrerepuso:

—Joven, que te quedes con nosotros esta noche nos placerá, pero sinembargoqueremosrecordartequeporestascomarcasdedíaydenochevanmuchasmalasbrigadasdeamigosyenemigosquemuchasvecesnoscausangrandañoygrandisgusto;ysipordesgraciaestandotúaquívinieraalguna,yviéndote hermosa y joven como eres te causaran molestias y deshonra,nosotrosnopodríamosayudarte.Queremosdecírteloparaquedespués,siellosucediera,nopuedasquejartedenosotros.

La joven,viendoque lahoraera tardía,aunquelaspalabras laasustasen,dijo:

—SiplaceaDios,nosguardaráavosyamídeestedolor,quesiapesardeellomesucediera,esmuchomenosmaloserdesgarradaporloshombresquedespedazadaenlosbosquesporlasfieras.

Ydichoesto,bajandodesurocín,entróenlacasadelpobrehombre,yallíconellosde loquepobremente teníancenóy luego, todavestida, sobreunayacija, junto con ellos, se acostó a dormir; y en toda la noche no cesó desuspirarnidellorarsudesventurayladePietro,dequiennosabíaquédebíaesperarsinomal.

Yestandoyacercalamañana,sintióungranruidodepasosdegente;porlacualcosa,levantándose,sefueaungranpatioqueteníadetráslapequeñacasita, y viendo en una de las partesmucho heno, se fue a esconder dentroparaque,siaquellagentellegaseaquí,nolaencontrarantanpronto.Yapenasacababadeescondersedeltodocuandoaquéllos,queeranunagranbrigadadehombres malvados, llegaron a la puerta de la casita; y haciendo abrir yentrandodentro,yencontradoel jacode la joven todavíacon lasillapuesta,preguntaronquiénhabíaallí.

Elbuenhombre,noviendoalajoven,repuso:

—No hay nadie más que nosotros, pero este rocín, de quien se hayaescapado,llegóayerporlatardeanosotrosylometimosenlacasaparaque

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loslobosnolocomiesen.

—Pues—dijoelcomandantedelacompañía—buenoseráparanosotros,puestoqueotrodueñonotiene.

Esparciéndose,pues, todoséstospor lapequeñacasa,unaparte se fuealpatio,ydejandoentierrasuslanzasysusescudosdemadera,sucedióqueunodeellos,nosabiendoquéhacer,arrojósulanzaenelhenoyestuvoapuntodemataralaescondidajoven,yellaadescubrirseporquelalanzalediojuntoala teta izquierda, tantoque el hierro ledesgarró losvestidos con loque ellaestuvo a punto de lanzar un gran grito temiendo haber sido herida; peroacordándosededóndeestaba,recobrándose,sequedócallada.

La brigada, quién por aquí y quién por allá, habiéndoles cogido loscabritillosylaotracarne,ycomidoybebido,sefueronalosuyoysellevaronelrocíndelajoven.

Y estando ya bastante lejos, el buen hombre comenzó a preguntar a lamujer:

—¿Quéhasidodelajovenqueayerporlanochellegóaquí,quenolahevistodesdequenoslevantamos?

Labuenamujerrespondióquenosabía,yestuvieronbuscándola.Lajoven,sintiendoqueaquéllossehabíanido,saliódelheno;deloqueelbuenhombre,muy contento, puesto que vio que no había dado en manos de aquéllos, yhaciéndoseyadedía,ledijo:

—Ahoraqueeldíaviene,si teplace teacompañaremoshastauncastilloqueestáacincomillasdeaquí,yestarásenunlugarseguro;perotendrásquevenirapie,porqueesamalagentequeahorasevadeaquí,seha llevado turocín.

Lajoven,sinpreocuparseporello,lerogóquealcastillolallevasen;porloqueponiéndoseencamino,allí llegaronhaciamitaddetercia.Eraelcastillode uno de losOrsini que se llamabaLiello deCampodiflore, y por venturaestaba allí sumujer, que era señora buenísimay santa; y viendo a la joven,prestamentelareconocióylarecibióconfiestas,yordenadamentequisosabercómohubierallegadoaquí.Lajovenlecontótodo.

Laseñora,queconocíatambiénaPietro,asícomoamigodesumaridoqueera, dolorosa estuvo del caso sucedido; y oyendo dónde había sido preso,pensóquehabríasidomuerto.

Dijoentoncesalajoven.

—PuestoqueesasíquenosabesdePietro,tequedarásaquíconmigohastaquepuedamandarteaRomaconseguridad.

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Pietro, estando sobre la encina lomás triste que puede estarse vio venirunosveinteloboshacialahoradelprimersueño,loscualestodosencuantoeljaco vieron lo rodearon. Sintiéndolos el rocín, levantando la cabeza, rompiólasriendasyquisodarsealahuida,peroestandorodeadoynopudiendo,ungran rato con los dientes y con las patas se defendió; al final fue abatido ydestrozadoyrápidamentedestripado,yapacentándosetodos,nodejandosinoloshuesos,lodevoraronysefueron.ConloquePietro,aquienparecíatenerenel jacounacompañíayunsosténdesus fatigas,muchoseacoquinóyseimaginóquenuncamáspodríasalirdeaquelbosque;ysiendoyacercadeldía,muriéndosedefríosobrelaencina,comoquiensiempremirabaalrededor,viocercaloqueparecíaungrandísimofuego;porloque,alhacersededíaclaro,bajandonosinmiedodelaencina,seenderezóhaciaallíytantoanduvoquellegóaél,alrededordelcualencontrópastoresquecomíanysedivertían,porlosqueporcompasión fue recogido.Y luegodequehubocomidobienysecalentó,contadasudesventuraycómohabíallegadosoloallí,lespreguntósienaquelloslugareshabíaalgunavillaocastilloadondepudieseir.

LospastoresledijeronqueaunastresmillasdeallíestabauncastillodeLiellodeCampodiflore,enelcualalpresenteestabasumujer;deloquePietrocontentísimo sepusoy les rogóque algunode ellos le acompañasehasta elcastillo, lo que dos de ellos hicieron de buen grado. Llegado a él Pietro, yhabiendoencontradoallíaunconocidosuyo, tratandodebuscarelmododequelajovenfuesebuscadaporelbosque,fuemandadollamardepartedelaseñora; el cual, incontinenti, fue a ella, y al ver con ella aAgnolella, nuncacontentohuboigualqueelsuyo.

Seconsumíatodoporiraabrazarla,peroporvergüenzaquelecausabalaseñoralodejaba;ysiélestuvomuycontento,laalegríadelajovenalverlonofue menor. La noble señora, acogiéndolo y festejándolo y oyéndole lo quesucedidolehabía, lereprendiómuchodeloquequeríahacercontraelgustode sus parientes; pero viendoque con todo estaba determinado a ello y queagradabaalajoven,dijo:

—¿Dequémepreocupoyo?Éstosseaman,éstosseconocen;cadaunodeellos es igualmente amigodemimarido,y sudeseoeshonrado,y creoqueagradeaDios;puestoqueunodelahorcahaescapadoyelotrodelalanza,yambosdosdelasfierassalvajes,hágaseasí.

Yvolviéndoseaelloslesdijo:

—Si esto tenéis en el ánimo, querer ser mujer y marido, yo también;hágase,yquelasbodasaquísepreparenaexpensasdeLiello:lapaz,después,entrevosotrosyvuestrosparientesbiensabréhacerlayo.

Contentísimo Pietro, ymásAgnolella, se casaron allí, y como se puedehacer en lamontaña, la noble señora preparó sus honradas bodas, y allí los

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primerosfrutosdesuamordulcísimamentegustaron.Luego,deallíaalgunosdías, la señora junto con ellos montando a caballo, y bien acompañados,volvieronaRoma,donde,encontrandomuyairadosa losparientesdePietropor loquehabíahecho,conellos lospusoenpaz;yélconmuchoreposoyplacerconsuAgnolellahastasuvejezvivió.

NOVELACUARTA

RicciardoManardieshalladopormicerLiziodeValbonaconsuhija,conlacualsecasa,yconsupadrequedaenpaz.

AlcallarseElisa, lasalabanzasquesuscompañerashacíandesuhistoriaescuchando, ordenó la reina a Filostrato que él hablase; el cual, riendo,comenzó:

Hesido reprendido tantasvecespor tantasdevosotrasporqueos impuseunasuntodenarracionescruelesyquemovíanalllanto,quemeparece(pararestañaralgoaquellapena)estarobligadoacontaralgunacosaconlacualalgooshagareír;yporello,deunamorquenotuvomáspenaquealgunossuspirosy un breve temor mezclado con vergüenza, y a buen fin llegado, con unahistorietamuybreveentiendohablaros.

No ha pasado, valerosas señoras, mucho tiempo desde que hubo en laRomaña un caballeromuy de bien y cortés que fue llamadomicerLizio deValbona,aquienporacaso,cercadesuvejez, lenacióunahijadesumujerllamadadoñaGiacomina;lacual,másquelasdemásdelacomarcaalcrecersehizohermosayplacentera;yporqueeralaúnicaquelesquedabaalpadreyalamadresumamenteporelloseraamadaytenidaenestimayvigiladaconmaravilloso cuidado, esperando concertarle un gran matrimonio. Ahora,frecuentabamucho la casa demicer Lizio ymucho se entretenía con él unjovenhermosoylozanoensupersona,queeradelosManardideBrettinoro,llamadoRicciardo,delcualnoseguardabanmicerLizioysumujermásquesihubiera sido su hijo; el cual, una vez y otra habiendo visto a la jovenhermosísimaygallardayde loablesmanerasycostumbres,yyaenedaddetomar marido, de ella ardientemente se enamoró, y con gran cuidado teníaoculto su amor. De lo cual, percibiéndose la joven, sin esquivar el golpe,semejantemente comenzó a amarle a él, de lo que Ricciardo estuvo muycontento.

Y habiendomuchas veces sentido deseos de decirle algunas palabras, yhabiéndosecalladoportemor,sinembargounavez,buscandoocasiónyvalor,ledijo:

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—Caterina,teruegoquenomehagasmorirdeamor.

Lajovenrepusodesúbito:

—¡QuisieraDiosquemehiciesestúmásmoriramí!

EstarespuestamuchoplaceryvalordioaRicciardoyledijo:

—Pormínoquedaránadaqueteseagrato,peroaticorrespondeencontrarelmododesalvartuvidaylamía.

Lajovenentoncesdijo:

—Ricciardo, ves lo vigilada que estoy, y por ello no puedo ver cómopuedesvenirconmigo;perosipuedestúveralgoquepuedahacersinquemedeshonre,dímelo,yyoloharé.

Ricciardo,habiendopensadomuchascosas,súbitamentedijo:

—DulceCaterinamía,nopuedoverningúncaminosinoesquepudierasdormirovenirarribaalagaleríaqueestájuntoaljardíndetupadre,donde,sisupieseyoqueestabas,porlanochesinfaltamelasarreglaríaparallegar,pormuyaltaqueesté.

YCaterinalerespondió:

—Sitepideelcorazónvenirallícreoquebienpodréhacerdemaneraqueallíduerma.

Ricciardodijoquesí,ydichoesto,unasolavezsebesaronaescondidas,yse separaron. Al día siguiente, estando ya cerca el final de mayo, la jovencomenzó delante de la madre a quejarse de que la noche anterior, por elexcesivocalor,nohabíapodidodormir.

Dijolamadre:

—Hija,pero¿quécalorfueése?Nohizocalorninguno.

YCaterinaledijo:

—Madremía, deberíais decir «ami parecer» y tal vez diríais bien; perodeberíais pensar en lomuchomás calurosas que son lasmuchachas que lasmujeresmayores.

Laseñoradijoentonces:

—Hija,esverdad,peroyonopuedohacercaloryfríoamigusto,comotúparecequequerrías;eltiempohayquesufrirlocomolodanlasestaciones;talvezestanocheharámásfrescoydormirásmejor.

—Quiera Dios —dijo Caterina—, pero no suele ser costumbre, yendohaciaelverano,quelasnochesvayanrefrescándose.

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—Pues—dijolaseñora—,¿quévamosahacerle?

RepusoCaterina:

—Siamipadreyavososplaciera,yomandaríahacerunacamitaen lagalería que está junto a su alcoba y sobre su jardín, y dormiría allí oyendocantarelruiseñor;yteniendounsitiomásfresco,muchomejorestaríaqueenvuestraalcoba.

Lamadreentoncesdijo:

—Hija,cálmate;selodiréatupadre,ysiélloquiereasíloharemos.LascualescosasoyendomicerLizioasumujer,porqueeraviejoyquizáporellountantomalhumorado,dijo:

—¿Quéruiseñoreséseconelquequieredormirse?Tambiénvoyahacerladormirconelcantodelascigarras.

LoquesabiendoCaterina,másporenfadoqueporcalor,nosolamentelanoche siguiente no durmió sino que no dejó dormir a su madre, siemprequejándosedelmuchocalor,loquehabiendovistolamadrefueporlamañanaamicerLizioyledijo:

—Micer,vosnoqueréismuchoaesta joven;¿quéoshacedurmiendoenesagalería?Entodalanochenohacerradoelojoporelcalor;yademás,¿osasombráisporquelegusteelcantodelruiseñorsiendocomoesunacriatura?Alosjóveneslesgustanlascosassemejantesaellos.

MicerLizio,aloíresto,dijo:

—Vaya,¡quelehaganunacamacomopuedacaberallíyhazquelarodeenconsarga,yqueduermaallíyqueoigacantarelruiseñorhastahartarse!

La joven, enterada de esto, prontamente hizo preparar allí una cama; ydebiendodormirallílanochesiguiente,esperóhastaquevioaRicciardoylehizo una señal convenida entre ellos, por la que entendió lo que tenía quehacer.

MicerLizio,sintiendoquelajovensehabíaacostado,cerrandounapuertaquedesualcobadabaalagalería,delmismomodosefueadormir.Ricciardo,cuandoportodaspartessintiólascosastranquilas,conlaayudadeunaescalasubióalmuro,yluegodesdeaquelmuro,agarrándoseaunossaledizosdeotromuro,congrantrabajo(ypeligrosisehubiesecaído),llegóalagalería,dondecalladamente con grandísimo gozo fue recibido por la joven; y luego demuchos besos se acostaron juntos y durante toda la noche tomaron uno delotrodeleiteyplacer,haciendomuchasvecescantaral ruiseñor.Ysiendo lasnoches cortas y el placer grande, y ya cercano el día (lo que no pensaban),caldeadostantoporeltiempocomoporeljugueteo,sintenernadaencimasequedaron dormidos, teniendo Caterina con el brazo derecho abrazado a

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Ricciardobajoelcuelloycogiéndoleconlamanoizquierdaporesacosaquevosotrasmucho os avergonzáis de nombrar cuando estáis entre hombres. Ydurmiendodetalmanerasindespertarse,llegóeldíayselevantómicerLizio;y acordándose de que su hija dormía en la galería, abriendo la puertasilenciosamente,dijo:

—VoyavercómoelruiseñorhahechodormirestanocheaCaterina.

Ysaliendoafueracalladamente, levantó lasargaconqueestabaoculta lacama,yaRicciardoyaellaseencontródesnudosydestapadosquedormíanenlaguisaarribadescrita;yhabiendobienconocidoaRicciardo,ensilenciosefuedeallíysefuealaalcobadesumujerylallamódiciendo:

—Anda,mujer,pronto,levántateyvenaverquetuhijaestabatandeseosadelruiseñorquetantolohaacechadoquelohacogidoylotieneenlamano.

Dijolaseñora:

—¿Cómopuedesereso?

DijomicerLizio:

—Loverássivienesenseguida.

La señora, apresurándose a vestirse, en silencio siguió a micer Lizio, yllegando los dos juntos a la cama y levantada la sarga claramente pudo verdoña Giacomina cómo su hija había cogido y tenía el ruiseñor que tantodeseabaoírcantar.PorloquelaseñorasintiéndosegravementeengañadaporRicciardoquisodargritosydecirlegrandesinjurias,peromicerFranciscoledijo:

—Mujer,guárdate,siestimasmiamor,dedecirpalabraporqueenverdad,yaquelohacogido,serásuyo.Ricciardoesunjovennobleyrico;nopuededarnos sinobuen linaje; si quiere separarse demí conbuenosmodos tendráquecasarseprimeroconella,asíseencontraráconquehametidoelruiseñorensujaulaynoenlaajena.

Por loque la señora, consolada,viendoque sumaridonoestaba irritadoporesteasunto,yconsiderandoquesuhijahabíapasadounabuenanocheyhabíadescansadobienyhabíacogidoel ruiseñor, secalló.Ypocaspalabrasdijerondespuésdeéstas,hastaqueRicciardosedespertó;yviendoqueeradíaclarosetuvopormuerto,yllamóaCaterinadiciendo:

—¡Aydemí,almamía!¿Quéharemosquehavenidoeldíaymehacogidoaquí?

A cuyas palabras micer Lizio, llegando de dentro y levantando la sargacontestó:

—Haremosloquepodamos.

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Cuando Ricciardo lo vio, le pareció que le arrancaban el corazón delpecho;eincorporándoseenlacamadijo:

—Señor mío, os pido merced por Dios, sé que como hombre desleal ymalvadohemerecidolamuerte,yporellohaceddemíloqueosplazca,peroosruego,sipuedeser,quetengáispiedaddemividaynomematéis.

MicerLizioledijo:

—Ricciardo,estonolohamerecidoelamorqueteteníaylaconfianzaqueponía en ti; pero puesto que es así, y que a tan gran falta te ha llevado lajuventud,parasalvartedelamuerteyamídeladeshonra,antesdemovertetomaaCaterinaportulegítimaesposa,paraque,asícomoestanochehasidotuya, lo seamientras viva; y de esta guisa puedesmiperdóny su salvaciónlograr,ysinoquiereshaceresoencomiendaaDiostualma.

Mientras estas palabras se decían, Caterina soltó el ruiseñor y,despertándose, comenzó a llorar amargamente y a rogar a su padre queperdonaseaRicciardo;yporotraparterogabaaRicciardoquehicieseloquemicerLizioquería,paraquecontranquilidadymuchotiempopudiesenpasarjuntostalesnoches.Peronohubonecesidaddemuchosruegosporque,porunaparte,lavergüenzadelafaltacometidayeldeseodeenmendarlay,porotra,elmiedoamoriryeldeseodesalvarse,yademásdeestoelardienteamoryelapetitodeposeerlacosaamada,debuenaganaysintardanzalehicierondecirqueestabadispuestoahacerloqueleplacíaamicerLizio;porloquepidiendomicerLizioalaseñoraGiacominaunodesusanillos,allí,sinmoverse,ensupresencia,RicciardotomópormujeraCaterina.

Lacualcosahecha,micerLizioysumujer,yéndose,dijeron:

—Descansadahora,quetalvezlonecesitáismásquelevantaros.

Y habiendo partido ellos, los jóvenes se abrazaron el uno al otro, y nohabiendoandadomásqueseismillasporlanocheanduvieronotrasdosantesde levantarse, y terminaron su primera jornada. Levantándose luego, yteniendoyaRicciardounaordenadaconversaciónconmicerLizio,pocosdíasdespués, como convenía, en presencia de sus amigos y de los parientes, denuevo desposó a la joven y con gran fiesta se la llevó a su casa y celebróhonradasyhermosasbodas,yluegoconéllargamenteenpazytranquilidad,muchasvecesycuantoquisodiocazaalosruiseñoresdedíaydenoche.

NOVELAQUINTA

GuidottodeCremonadejaaGiacominodePaviaunaniñaysemuere;alacualGiannoledeSeverinoyMinghinodeMingoleamanenFaenza;

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lleganalasmanos;sedescubrequelamuchachaeshermanadeGiannoleyseentregaporesposaaMinghino.

Habíanreído tanto todas lasmujeres,escuchando lahistoriadel ruiseñor,quetodavía,aunqueFilostratohubieraterminadodenovelar,nopodíandejardereírse.

Peroalcabo,luegodequeunratosehubieronreído,dijolareina:

—Ciertamente,aunquenosafligisteayer,noshasdivertidohoytanto,queningunadebequejarsedeticonrazón.

Yhabiendoremitido lapalabraaNeifile, leordenóquenovelase; lacualalegremente,asícomenzóahablar:

Puesto que Filostrato ha entrado, hablando, en la Romaña, a mí meagradarátambiénandaralgúntantoporellapaseándomeconminovelar.

Digo,pues,quevivieronantiguamenteenlaciudaddeFanodoslombardosde loscualesunofue llamadoGuidottodeCremonayelotroGiacominodePavia, hombres ya de edad y que habían pasado su juventud casi toda enhechosdearmasycomosoldados;donde, llegándole lahorade lamuerte aGuidotto,ynoteniendoningúnhijoniotroamigooparienteenquienconfiarmásdeloquehacíaenGiacomino,unahijasuyadeunosdiezañosyloqueenelmundotenía,hablándolemuchodesusasuntos,ledejó,ysemurió.

Sucedióenestos tiemposque laciudaddeFaenza,que largamentehabíaestadoenguerrayendesventura,aunestadomejorvolvió,yfue,acualquieraque quisiese volver, libremente concedido que pudiese volver; por la cualcosa,Giacomino,queotrasveceshabíavividoallí,yleplacíalaestancia,allísevolvió con todas sus cosas, y conél se llevóa lamuchachaque lehabíadejado Guidotto, a quien como a hija propia amaba y trataba. La cual,creciendo,sehizohermosísimajoventantocomocualquieraotraquehubieseenlaciudad;ytantocomoerahermosaeracortésyhonrada,porlacualcosaempezaronacortejarlaalgunos,perosobretododosjóvenesmuygallardoseigualmente de pro le cogieron grandísimo amor, en tanto que por celosempezarona tenerseunodiodesmesurado:y se llamabaelunoGiannoledeSeverinoyelotroMinghinodeMingole.

Yningunodeellos, teniendoellaquinceaños,hubiesedejadode tomarlapormujer si sus parientes lo hubieran sufrido; por lo que, viendo que en lamanera honesta se la prohibían, cada uno se dedicó a conquistarla de lamaneraquemejorpudiese.TeníaGiacominoencasaunacriadadeedadyuncriadoque teníapornombreCrivello,personadivertidaymuyamistosaa lacual Giannole, familiarizándose mucho, cuando le pareció oportuno ledescubrió su amor, rogándole que le fuese favorable para poder obtener su

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deseo,ygrandescosassilohacíaprometiéndole.

AquienCrivellodijo:

—Mira,enestonopodréhacerotracosaportisinoquecuandoGiacominose vaya a alguna parte a cenar, meterte donde ella estuviera, porque si lequisieradeciralgoportinosequedaríanuncaescuchándome.Esto,siteplace,teloprometo,yloharé;hazluego,sisabes,loquecreasqueestébien.

Giannole le dijo que no quería más, y quedaron de acuerdo en esto.Minghino,porotraparte,habíaconquistadoalacriadayconseguidotantoconellaquemuchasveces lehabía llevado sus embajadas a lamuchachay casiconsuamorlahabíainflamado;yademásdeesto,lehabíaprometidoreunirloconellasisucediesequeGiacominoporalgunarazónsefuesedecasaporlanoche.

Sucediendo, pues, nomucho después de estas palabras que, por obra deCrivello, Giacomino se fue a cenar con un amigo suyo, haciéndolo saber aGiannole,acordóconélque,cuandohicieseciertaseñal,viniera,yencontraríalapuertaabierta.

Lacriada,porotraparte,nosabiendonadadeesto,avisóaMinghinodeque Giacomino no cenaba allí, y le dijo que estuviera cerca de la casa, demaneraquecuandovieseunaseñalqueleharíaella,vinierayentrasedentro.

Llegada la noche, no sabiendo los dos amantes nada el uno del otro,sospechando cada uno del otro, con algunos compañeros armados se fue aentrar en posesión de ésta; Minghino, con los suyos, a esperar la señal seinstalóencasadeunamigosuyovecinodelajoven;Giannole,conlossuyosse quedó un poco alejado de la casa. Crivello y la criada, no estando allíGiacomino,seingeniabanenquitarsedeenmedioelunoalotro.

Crivellodecíaalacriada:

—¿Cómonotevasadormir?¿Quéhacesdandovueltasporlacasa?

Ylacriadaledecía:

—Pero¿túporquénotevasconelseñor?¿Quéestásesperandoaquísiyahascenado?

Yasí,elunonopodíahacermoveralotro.

Pero Crivello, viendo que había llegado el momento concertado conGiannole,sedijo:

«¿Quémeimportaésta?Sinosecalla,tendráloquesemerece».

Yhecha la señal convenida, se fue a abrir la puerta; yGiannole, venidoprontamentecondosdesuscompañeros,entró,yencontrandoalajovenenla

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sala, la cogieron para llevársela. La joven empezó a resistir y a gritarfuertemente, y la criada del mismo modo; lo que sintiendo Minghino,prestamente con sus compañeros allá corrió y, viendo que ya sacaban a lajovenporlapuerta,sacandolasespadas,gritarontodos:

—¡Alto, traidores, muertos sois! No os saldréis con la vuestra; ¿quéviolenciaesésta?

Ydichoesto,comenzaronaherirlesy,porotraparte,lavecindad,saliendofueraalalborotocon lucesyconarmas,comenzaronacondenaraquelloyaayudar aMinghino; por lo que, luego de larga pelea,Minghino le quitó lajoven a Giannole y la volvió a llevar a casa de Giacomino; y no se habíaterminadolareyertacuandolossoldadosdelcapitándelaciudadllegaronallíy cogieron a muchos de aquéllos, y entre otros fueron presos Minghino yGiannoleyCrivello,yllevadosaprisión.

Pero tranquilizada luego la cosa y habiendo vuelto Giacomino, y muysañudoconesteincidente,examinandocómohabíasido,yencontrandoqueennadateníaculpalajoven,setranquilizóuntanto,proponiéndose,paraquemáscasossemejantesnosucedieran,casarlaloantesquepudiera.

Llegada lamañana, los parientes de una parte y de la otra, habiendo laverdaddelcasooídayconociendoelmalquea los jóvenesapresadospodíasobrevenirlessiGiacominoqueríaponerenobraloquerazonablementehabríapodido,sefueronaélyconsuavespalabraslerogaronquealaofensarecibidadel poco juicio de los jóvenes no mirase tanto cuanto al amor y a labenevolenciaquecreíanquelesteníaaaquellosquelerogaban,ofreciéndoseluegoellosmismosylosjóvenesquehabíancausadoelmalaponerenobratodareparaciónqueélexigiese.

Giacomino,quedurantesuvidahabríavistomuchascosasyeradebuenossentimientos,repusobrevemente:

—Señores,sicomoestoyen lavuestraestuvieseenmiciudad,me tengotanto por vuestro amigo que ni en esto ni en otra cosa haría sino lo que ospluguiese;yademásdeesto,másdeboplegarmeavuestravoluntadencuantovosotros os habéis ofendido a vosotrosmismos, porque esta joven no es deCremonanidePavia,comotalvezmuchosjuzgan,sinofaentina,sibienniyoniellaniaqueldequienyolaobtuvesupimosnuncadequiénfuesehija;porlocualdeloquemerogáis,harétantocomoestéenmipoder.

Los valerosos hombres, oyendo que era de Faenza se maravillaron; ydándolelasgraciasaGiacominoporsugenerosarespuesta lerogaronquelepluguieradecirlescómohabíallegadoellaasusmanosycómosabíaquefuesefaentina;alosqueGiacominodijo:

—GuidottodeCremonafuemicompañeroyamigo,yllegadalahoradesu

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muertemedijoquecuandoestaciudadfuetomadaporFedericoelemperadorestandopillandotodo,entróélconsuscompañerosenunacasaylaencontróllenadecosasyabandonadaporsushabitantes,salvoporestaniña,quien,deedaddedosañosomenos,aélquesubíalasescaleraslellamópadre;porlacualcosa,sintiendolástimadeella,juntocontodaslascosasdelacasaselallevóconsigoysefueaFanoy,muriendoallí,conloqueteníaallímeladejó,ordenándomequecuandofuera tiempo lacasaray loquehabíasidosuyo lediesepordote.Yllegandoaedaddetenermarido,nohepodidodarlaanadiequemeguste;peroloharédebuenaganaantesdequeotrocasosemejanteaaqueldeayernochemesuceda.

Habíaallí,entrelosotros,unGuiglieminodeMedicinaqueconGuidottohabía estado en aquel asunto, y muy bien sabía de quién era la casa queGuidottohabíarobado;yviéndoloallíentrelosotros,seleacercóyledijo:

—Bernabuccio,¿oyesloquediceGiacomino?

DijoBernabuccio:

—Sí, y ha poco pensaba en ello porque me acuerdo que en aquellaturbamultaperdíunahijitadelaedadqueGiacominodice.

AquienGuiglieminodijo:

—ConcertezaaquéllaeséstaporqueyohacetiempoestuveenunapartedondeoíaGuidottoexplicardóndehabíaelpillaje,ysupequehabíasidotucasa; por ello, acuérdate si por alguna señal creerías reconocerla y hazlabuscar,queencontrarásqueconcertezaestuhija.

Porloque,pensandoBernabuccio,seacordóquedebíatenerunacicatrizaguisadecrucecitasobrelaorejaizquierda,porunnacidoquelehabíahechoquitarpocoantesdeaquelaccidente,por loque, sindilación, acercándoseaGiacominoquetodavíaestabaallí,lerogóquelollevaraasucasayledejaseveraestajoven.

Giacomino le llevóallí debuengradoy lahizovenir ante él; la cual, alverlaBernabuccio, lacaramismadesumadre,que todavíaeraunahermosamujer, le pareció ver; pero sin embargo, no quedándose en esto, dijo aGiacomino que le pedía la gracia de poder levantarle un poco los cabellossobre laoreja izquierda,de loqueGiacominoestuvocontento.Bernabuccio,acercándose a ella, que vergonzosamente estaba quieta, levantados con lamanoderechaloscabellos,lacruzvio;pordonde,verdaderamenteconociendoque era su hija, tiernamente comenzó a llorar y a abrazarla, aunque ella seescabullese,yvueltoaGiacominodijo:

—Hermano mío, ésta es mi hija; mi casa fue la que fue pillada porGuidotto,yésta,enaquelfrenesísúbito,fuedentroolvidadapormimujerysu

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madre, y hasta ahora habíamos creído que en la casa, que aquelmismo díaardió,habíaardido.

La joven, oyendo esto y viéndolo hombre de edad, y dando fe a suspalabras y, por oculta virtud movida, recibiendo sus abrazos, con éltiernamentecomenzóallorar.Bernabuccioenelmismomomentomandóaporsumadreyaporotrosparientessuyosyaporsushermanos,ymostrándolaatodos y contándoles el hecho, después de mil abrazos, haciendo una granfiesta,estandoGiacominomuycontento,consigoasucasalallevó.

Sabido aquello el capitán de la ciudad, que era hombre valeroso, ysabiendo que Giannole, a quien tenía preso, hijo era de Bernabuccio yhermanocarnaldeaquélla,pensópasarporaltomansamentelafaltacometidaporaquél;einterviniendoenestascosas,conBernabuccioyconGiacomino,aGiannoleyaMinghinohizohacerlaspaces,yaMinghino,congranplacerdetodossusparientes,diopormujeralajoven,cuyonombreeraAgnesa,yjuntocon ellos liberó a Crivello y a los otros que detenidos habían sido por estarazón; y Minghino luego hizo contentísimo buenas y grandes bodas, Yllevándosela a casa, conella enpazy enprosperidaddespuésviviómuchosaños.

NOVELASEXTA

GiandePrócida,halladoconunajovenamadaporélyregaladaalreyFederico,paraserquemadoconellaesatadoaunpalo,reconocidopor

RuggierdeLoria,sesalvaylatomapormujer.

Terminada la historia deNeifile, quemucho había gustado a las damas,mandó la reina a Pampínea que se dispusiese a contar alguna; la cual,prestamente,levantandoelclarorostro,comenzó:

Grandísimasfuerzas,amablesseñoras,sonlasdeAmor,yagrandesfatigasy a exorbitantes peligros exponen a los amantes, como por muchas cosascontadas hoy y otras veces, puede comprenderse; pero no dejo de quererprobarlodenuevoconlaosadíadeunjovenenamorado.

IschiaesunaislamuycercanaaNápoles,enlaqueantiguamentehubounajovencitaentre lasotrashermosaymuyalegrecuyonombre fueRestituta,ehija de un hombre noble de la isla queMarínBólgaro tenía por nombre; lacual,aunmozueloquedeunaislitacercanaaIschiaera, llamadaPrócida,ypornombreteníaGianni,amabamásqueasuvida,yellaaél.Elcual,noyaeldía venía a pasar a Ischia para verla, sino quemuchas veces de noche, nohabiendo encontrado barca, desde Prócida a Ischia nadando había ido, para

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poderver,siotracosanopodía,almenoslasparedesdesucasa.

Yduranteestosamorestanardientessucedióque,estandolajovenundíade verano sola junto al mar, yendo de roca en roca desprendiendo de laspiedrasconchasmarinasconuncuchillito,sehallóenunlugarocultoporlosescollosdonde,tantoporlasombracomoporlacomodidaddeunafuentedeagua fresquísima que allí había, se habían detenido con su fragata algunosjóvenes sicilianos, que de Nápoles venían. Los cuales, habiendo visto a lahermosísimajovenquetodavíanolosveía,yviéndolasola,decidieronentresícogerlayllevársela;yaladecisiónsiguióelacto.Ellos,pormuchoqueellagritara, cogiéndola, la subierona labarcay se fueron;y llegadosaCalabriaempezaron a discutir de quién debía ser la joven y, en resumen, todos laquerían, por lo que no hallando acuerdo entre ellos, temiendo llegar a lasmanosyporellaarruinarsusasuntos, llegaronalacuerdoderegalarlaalreyFederico de Sicilia, que entonces era joven y con cosas semejantes seentretenía;yllegadosaPalermolohicieronasí.

El rey, viéndola hermosa, le gustó; pero porque se sentía flojo de salud,hastaquese sintiesemás fuerte,mandóque fuese tenidaenciertosedificiosbellísimosdeun jardín suyoalque llamabaLaCubayallí servida;yasí sehizo.ElalborotoporelraptodelajovenfuegrandeenIschia,yloquemáslesdolía es quenopodían saber quiéneshabían sido los que la habían raptado.Pero Gianni, a quien más que a los demás importaba, no esperando poderaveriguarloenIschia,sabiendodequéladosehabía ido lafragata,haciendoarmaruna,subióaellaylomásprontoquepudo,recorridatodalacostadesdeelMinervahastaelScaleaenCalabria,yportodaspartespreguntandoporlajoven,ledijeronenScaleaquehabíasidollevadaporlosmarinossicilianosaPalermo;conloqueGianni, loantesquepudosehizollevarallí,yluegodemuchobuscar, encontrando que la joven había sido regalada al rey y por élestabavigiladaenLaCuba,seenfureciómuchoyperdiólaesperanza,noyadepodernuncavolveratenerlasinodeverlatansólo.

Pero,retenidoporelamor,despidiendolafragata,viendoquepornadieeraconocido,allísequedó,yfrecuentementepasandoporLaCuballegóaverlaundíaaunaventana,yellalovioaél;conloquelosdosbastantecontentotuvieron.YviendoGianniqueellugarerasolitario,acercándosecomopudo,lehablóe,informadoporelladeloqueteníaquehacersiqueríahablarlemásde cerca, se fue, habiendo primero considerado en todos sus detalles ladisposicióndel lugar, y esperando la noche, y dejandopasar buenaparte deella, allá sevolvió,yagarrándosea sitiosdondenohabríanpodidohincarsepicosenel jardínentró,yencontrandoenélunapértiga,a laventanaquelehabíaenseñadolajovenlaapoyó,yporellaconbastantefacilidadsubió.

Lajoven,pareciéndolequeyahabíaperdidoelhonorporcuyaprotecciónalgo arisca había sido con él en el pasado, pensando que a ninguna otra

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persona más dignamente que a él podía entregarse y pensando en poderinducirloasacarladeallí,habíadecididocomplacerleentodossusdeseos,ypor ello había dejado la ventana abierta, para que él rápidamente pudieseentrardentro.Encontrándola,pues,Gianniabierta,silenciosamenteentróyseacostójuntoalajovenquenodormía.Lacual,antesdepasaraotracosa,lemanifestó toda su intención, rogándole sumamenteque la sacasedeallíy lallevaseconél;yGianniledijoquenadaleagradaríatantocomoaquelloyque,sinfalta,cuandoseseparasedeella,detalmaneraordenaríalascosasquelaprimera vez que volviese allí se la llevaría.Y después de esto, abrazándosecon grandísimo placer, gozaron de aquel deleite más allá del cual ningunomayor puede concederAmor; y luego de que lo hubieron reiteradomuchasveces,sindarsecuentasequedarondormidosunoenlosbrazosdelotro.

Elrey,aquienellahabíagustadomuchoaprimeravista,acordándosedeella,sintiéndosebiendesalud,aunqueestabayacercanoeldía,deliberóiraestarunratoconella;yconalgunosdesusservidores,calladamente,sefueaLaCuba,yentrandoenlosedificios,haciendoabrirsinruidolaalcobadondesabía que dormía la joven, en ella con un gran candelabro encendido pordelanteentró;ymirandolacama,aellayaGianni,desnudosyabrazados,vioqueestabandurmiendo.Deloquedesúbitoseenojóferozmenteymontóentangrandeira,sindecirpalabra,quepocofaltóparaqueallí,conunpuñalquellevaba al cinto, los matase; luego, juzgando cosa vilísima que cualquierhombre, y no ya un rey, matase a dos personas desnudas que dormían, sedetuvo,ypensóhacerlosmorirenpúblicoyquemados.

Yvolviéndosealsolocompañeroqueteníaconsigo,dijo:

—¿Quétepareceestamalamujerenquiénhabíapuestomiesperanza?

Yluegolepreguntósiconocíaaljovenquetantaaudaciahabíatenidoquehabíavenidoa su casa a causarle tangranultrajeydisgusto.Aquél aquienpreguntadohabíacontestóquenoseacordabadehaberlovistonunca.Sefueelrey,pues,airado,delaalcobaymandóquelosdosamantes,desnudoscomoestaban, fuesen apresados y atados, y al hacerse día claro los llevasen aPalermoyenlaplaza,atadosaunposteconlaespaldadeunovueltacontraladelotroyhastalahoradeterciafuerantenidos,paraquepudiesenservistosportodosyluegofuesenquemadoscomolohabíanmerecido;ydichoestosevolvióaPalermoasucámaramuysañudo.

Partidoelrey,súbitamentemuchossearrojaronsobrelosdosamantesynosolamente los despertaron sino que prestamente sin ninguna piedad loscogieronylosataron;loqueviendolosdosjóvenes,sisedolieronytemieronpor sus vidas y lloraron y se quejaron, puede estar bastante claro. Fueron,segúnelmandatodelrey,llevadosaPalermoyatadosaunpaloenlaplaza,ydelante de sus ojos se preparó la leña y el fuego para prenderla a la hora

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mandada por el rey. Allí rápidamente todos los palermitanos, hombres ymujeres,corrieronaveralosdosamantes;loshombrestodosveníanamiraralajoven,ylohermosaqueeraportodaspartesylobienhechaalababan,comolasmujeres,queamiraraljovencorrían,aélporotraparteelogiabanporserhermoso y sumamente bien formado. Pero los desventurados amantes,avergonzándose mucho ambos, estaban con la cabeza baja y llorando suinfortunio,dehoraenhora,esperandolacruelmuerteporelfuego.

Ymientras así hasta la hora fijada eran tenidos, pregonándose por todasparteslafaltacometidaporellosyllegandoalosoídosdeRuggierdeLoria,hombrede inestimablevaloryentoncesalmirantedel rey,paraverlosse fuehaciaellugardondeestabanatadosyllegadoallí,primeromiróalajovenylaalabó de su hermosura, y después viniendo amirar al joven, sin demasiadotrabajo lo reconoció; y acercándose más a él, le preguntó si era Gianni dePrócida.

Gianni,alzandoelrostroyreconociendoalalmirante,repuso:

—Señormío, bien fui aquél por quienpreguntáis, pero estoy a puntodedejardeserlo.

Lepreguntó entonces el almirante quequé le había llevado a aquello; alcualGiannirepuso:

—Amorylairadelrey.

Hízose el almirante explicarmás la historia, y habiendooído todo cómohabíasucedido,yqueriendoirse,lollamóGianniyledijo:

—¡Ah, señormío! Si puede ser, alcanzadmeuna gracia de quien asímehaceestar.

Ruggerilepreguntoquecuál.

Gianniledijo:

—Veoquedebo,ymuypronto,morir;quiero,pues,degracia,que,comoestoyconestajoven,aquienmásqueamividaheamado,yellaamí,dándolelaespalda,yellaamí,quenospongandándonoslacara,paraquealverlalacaramientrasmeestémuriendopuedairmeconsolado.

Ruggier,sonriendo,dijo:

—Harécongustoquelaveastodavíatantoquetehartesdeella.

Y separándose de él, mandó a aquéllos a quienes había sido ordenadoponeraquelloenejecuciónquesinotromandatodelreynodebíanhacermásde loquehabíanhecho;y sindemora se fueal rey, al cual, aunque levieseairado,nodejódedecirleloquepensaba,yledijo:

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—Rey,¿enquétehanofendidolosdosjóvenesqueallíarriba,enlaplaza,hasmandadoqueseanquemados?

Elreyselodijo.

ContinuóRuggier:

—La falta que han cometido lomerece, pero no de ti; y como las faltasmerecencastigo,asílosbeneficiosmerecenrecompensa,ademásdelagraciaylamisericordia.¿Sabesquiénessonésosaquienesquieresquequemen?

Elreyrepusoqueno.

DijoentoncesRuggier:

—Yyoquieroquelosepasparaqueveascuándiscretamenteteabandonasa los impulsos de la ira. El joven es hijo de Landolfo de Prócida, hermanocarnaldemicerGiandePrócidaporobradequieneresreyyseñordeestaisla;lajoveneshijadeMarínBólgaro,cuyopoderhacehoyquetuseñoríonoseaarrojadodeSicilia.Son,ademásdeesto,jóvenesquelargamentesehanamadoyempujadosporelamorynoporeldeseodedesafiartuseñoría,estepecado,sisepuede llamarpecadoalqueporamorhacen los jóvenes,hancometido.Por loque¿cómoquiereshacerlosmorircuandocongrandísimosplaceresypresentesdeberíashonrarlos?

El rey, oyendo esto y cerciorándose de que Ruggier decía verdad, nosolamentenoprocedióahacerlopeorcontraellossinoquesearrepintiódeloque había hecho, por lo que incontinentimandó que los dos jóvenes fuesendesatadosdelaestacayllevadosanteél;yasísehizo.

Yhabiendoconocidoenteramentesucondiciónpensóqueconhonoresycon dones tenía que compensar la injuria; y haciéndolos vestirhonorablemente, viendo que era de mutuo consentimiento, a Gianni hizocasarse con la jovencita, y haciéndoles magníficos presentes, contentos losmandóasucasa,donde,recibidoscongrandísimafiesta,largamenteenplaceryengozovivieronjuntos.

NOVELASÉPTIMA

Teodoro,enamoradodeViolante,hijademicerAmffigosuseñor,ladejapreñadayescondenadoalahorca,siendollevadoalacual,mientrasleibanazotando,reconocidoporsupadreypuestoenlibertad,tomapor

mujeraViolante.

Las señoras, que temerosas estaban pendientes de oír si los dos amantes

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eranquemados,oyendoque sehabían salvado, se alegrarondandogracias aDios;ylareina,oídoelfinal,aLauretadioelencargodelasiguiente:lacualalegrementecomenzóadecir:

Hermosísimasdamas,entiemposenqueelbuenreyGuiglielmogobernabaSicilia había en la isla un gentilhombre llamado micer Amérigo Abate deTrápani, el cual, entre los demás bienes temporales, estaba bien provisto dehijos;por loque, teniendonecesidaddeservidoresyviniendogalerasde loscorsariosgenovesesdeLevantequepirateandoycosteandoArmeniaamuchosmuchachos habían apresado, de ellos, creyéndolos turcos, compró algunos,entreloscuales,aunquetodoslosdemáspareciesenpastores,habíaunoquedegentil y mejor aspecto que ningún otro parecía, y era llamado Teodoro. Elcual,creciendo,aunquefuesetratadoaguisadesiervo,enlacasamuchoconlos hijos de micer Amérigo se crio; y tirando más su naturaleza que losaccidentes, comenzó a ser cortés y de buenosmodales, hasta tal punto quetantogustabaamicerAmérigoquelohizolibre;ycreyendoquefueseturco,lo hizo bautizar y llamar Pietro, y lo hizo de sus asuntos administrador,confiandomuchoenél.

ComolosotroshijosdemicerAmérigo,igualcrecióunahijasuyallamadaViolante, hermosa y delicada joven, la cual, pasando el tiempo el padre sincasarla,seenamoróporacasodePietro,yamándoloyteniendoengranestimasusmanerasysusobras,sentíavergüenza,sinembargo,endescubrírselo.PeroAmor le quitó este trabajo porque, habiéndola Pietro mirado muchas vecescautelosamente, tanto sehabía enamoradode ellaqueno sentíaningúnbiensino cuando la veía; pero mucho temía que de esto alguien se percatase,pareciéndolequenohacíabienconello;deloquelajoven,quedebuenaganalo miraba, se apercibió, y para darle más seguridad, contentísima (comoestaba)selemostraba.

Y en esto pasaron bastante, no atreviéndose a decir el uno al otro cosaalguna, aunque mucho los dos lo deseaban. Pero mientras ellos por igualardían en las amorosas llamas encendidos, la fortuna, como si hubiesedecidido que quería que aquello sucediese, encontró el modo de arrojar deellos el temeroso miedo que los retenía. Tenía micer Amérigo,aproximadamenteaunamilladeTrápani,unlugarsuyomuyhermosoalquesu mujer con la hija y con otras mujeres y señoras acostumbraba a irfrecuentementeparadistraerse;donde,habiendoidoundíaquehacíamuchocalor,yhabiendollevadoconsigoaPietroyquedándoseallí,sucedió(comoaveces vemos suceder en el verano) que súbitamente se cubrió el cielo conoscurasnubes,por lacualcosa, la señoraconsucompañía,paraqueelmaltiempo no las cogiese aquí, se pusieron en camino para volver aTrápani; yandaban lomásdeprisaquepodían.PeroPietro,queera jovenydelmismomodolamuchacha,seadelantabanbastantealandardesumadreydelasotras

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compañeras, tal vez nomenos empujados por el amor que por el miedo altiempo;yhabiendoyaavanzadotanto,conrelaciónalaseñorayalasotras,que apenas se veían, sucedió que luego de muchos truenos súbitamente ungranizogruesísimoyespesocomenzóacaer,delquelaseñoraysucompañíaescaparonencasadeunlabrador.

Pietroylajoven,noteniendomásrápidorefugio,entraronenunaiglesiaantiguaycasienruinasenlaquenohabíanadie,yenella,bajounpocodetechoquetodavíaquedaba,serefugiaronambos;ylesobligólanecesidaddelescasoamparoaarrimarseelunoalotro.Elcual tocamiento fueocasióndetranquilizarunpocolosánimosyabrirlosamorososdeseos.

YprimerocomenzóPietroadecir:

—¡Quisiera Dios que nunca, debiendo yo estar como estoy, cesase estegranizo!

Ylajovendijo:

—¡Muchomegustaría!

Ydeestaspalabrasvinieronacogerselasmanosyaapretujarse,ydeestoa abrazarse y luego a besarse, mientras granizaba; y (para no tener yo quecontar todos losparticulares) el tiempono se arregló antes deque ellos, losúltimosdeleitesdeamoryaconocidos,parapodersecretamenteelunogozardelotrohubiesenhechoacuerdos.

Elmaltiempocesó,yalentrarenlaciudad,queestabacerca,esperandoala señora, con ella a casa volvieron. Allí algunas veces, con muy discretoorden y secreto, con gran felicidad juntos se reunieron; y fue la cosa demaneraquelajovenquedóembarazada,loquemuchodesagradóalunoyalotro, por lo que ella muchas artes usó para poder contra el curso de lanaturalezadesembarazarse,peronuncapudolograrlo.

Porlacualcosa,Pietro,porsuvidatemiendo,decididoahuir,selodijo;lacual,oyéndolodijo:

—Sitevas,mematarésinfalta.

AloquePietro,quemucholaamaba,dijo:

—¿Cómoquieres,señoramía,quemequedeaquí?Tugravidezdescubriránuestraculpa,atiteseráperdonadafácilmente,peroyo,mísero,seréquiendetuculpaylamíatendráquesufrirlapena.

Aquienlajovendijo:

—Pietro,mipecadobiensesabrá,peroestásegurodequeeltuyo,sinolodices,nosesabránunca.

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Pietroentoncesdijo:

—Puestoquemeloprometesasí,mequedaré;peropiensaencumplirlo.

Lajoven,quelomásquehabíapodidosupreñezhabíatenidoescondida,viendo por el aumento de su cuerpo que más no podía esconderse, congrandísimollantoundíalomanifestóasumadre,rogándolequelasalvase.Laseñora, desmesuradamente afligida, le dijo grandes injurias y quiso sabercómo había sido la cosa. La joven, para que a Pietro no se le hiciera daño,compuso una fábula, envolviendo la verdad en otras formas. La señora lacreyó,yparaocultar la faltade lahija, aunaposesión suya lamandó.Allí,llegado el tiempo del parto, gritando la joven como las mujeres hacen, nopensando lamadrequeaquímicerAmérigo,quecasinuncaacostumbrabaahacerlo,fueseavenir,sucedióque,volviendoéldecazarypasandojuntoalaalcoba donde su hija gritaba, maravillándose, súbitamente entró dentro ypreguntóquéeraaquello.

Laseñora,viendo llegaralmarido, levantándoseafligida, loque lehabíasucedido a su hija le contó, pero él,menos dispuesto a creerla que lo habíaestadolaseñora,dijoquenopodíaserverdadquenosupieradequiénestabagrávida, y por ello firmemente lo quería saber, y diciéndolo ella podríarecobrarsuperdón;sino,quepensaseenmorirsinningunapiedad.Laseñorase ingenió en cuanto podía en contentar almarido con lo que ella le habíadicho,peronoservíadenada;él,fueradesídefuror,conlaespadadesnudaenlamano,corrióasuhija,lacual,mientrassumadreentreteníaalpadreconpalabras,habíaparidounhijovarón,ydijo:

—Omanifiestasdequiénseengendróestepartoomorirássindilación.

Lajoven,temiendolamuerte,rotalapromesahechaaPietro,loqueentreellayélhabíapasado lemanifestó, loqueoyendoelcaballeroyferozmenteenfurecido, apenas se contuvo dematarla, pero luego de que aquello que ledictabalairahubodicho,volviendoamontaracaballo,sevinoaTrápaniyaunmicerCurradoqueennombredelreyeracapitánallí,laofensaquelehabíahecho Pietro contándole, súbitamente, no sospechando él nada, le hizoprender;ydándoletormento,todolohechoconfesó.

Y siendodespuésde algunosdías condenadopor el capitán a quepor laciudadfueseazotadoyluegoahorcado,paraqueunamismahorasellevasedela tierra a los dos amantes y a su hijo, micer Amérigo, a quien con haberconducidoaPietroalamuertenoselehabíacalmadolaira,vertióvenenoenunvasoconvino,ylodioaunsirvientesuyoyuncuchillodesnudoconello,ydijo:

—Vecon estas dos cosas aViolante y dile demi parte queprontamentetomelaquequieradeestasdosmuertes,oelvenenooelhierro,yquelohaga

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sindemora;sino,queyo,alavistadetodoslosciudadanosquehayaquí,laharéquemarcomolohamerecido;yhechoesto,cogerásalhijoparidoporellahacepocosdíasy,golpeándoleenlacabezacontralaparedarrójalodecomidaalosperros.

Dada por el fiero padre esta cruel sentencia contra su hija y su nieto, elservidor,másalmalquealbiendispuesto,sefue.Pietro,condenado,siendopor losguardias llevadoa lahorcadándoleazotes,pasó,comoquisieron losqueguiabanlabrigada,pordelantedeunalberguedondehabíatreshombresnoblesdeArmenia, los cualesporel reydeArmeniaeranenviadosaRomacomo embajadores a tratar con el Papa de grandísimas cosas para unaexpedición que se debía hacer, allí descendidos para refrescarse y descansaralgúndía,yquehabíansidomuyhonradosporloshombresnoblesdeTrápaniyespecialmentepormicerAmérigo.Éstos,sintiendopasaralosquellevabanaPietro, vinieron aunaventana amirar. IbaPietrode la cinturapara arribatodo desnudo y con las manos atadas atrás, y mirándole uno de los tresembajadores,queerahombreviejoydegranautoridadllamadoFineo,levioenelpechounagranmanchabermeja,noteñida,sinonaturalmentefijadaenlapiel,amododeesasquelasmujeresdeaquíllaman«rosas»;vistalacual,súbitamentelevinoalamemoriaunhijosuyoelcualyahabíanpasadoquinceaños desde que por los corsarios le había sido arrebatado en la costa deLayazo,ynuncahabíapodidotenernoticiasdeél.

Yconsiderandolaedaddelinfelizqueeraazotado,pensóque,siestuviesevivosuhijo,debíaserdelaedadqueaquélparecía,ypensóquesifueseaquéldebía todavía recordar sunombrey el de supadre y acordarse de la lenguaarmenia;porloque,cuandoestuvocerca,llamó:

—¡Teodoro!

La cual voz oyendo Pietro, rápidamente levantó la cabeza; y Fineo,hablandoenarmenio,ledijo:

—¿Dedóndefuisteycuyohijo?

Los soldados que le llevaban, por respeto al valeroso hombre, sedetuvieron,demaneraquePietrorespondió:

—FuideArmenia,hijodeunhombrequetuvoelnombredeFineo,traídoaquídepequeñopornoséquégente.

LoqueoyendoFineo,certísimamenteconocióqueéleraelhijoquehabíaperdido; por lo que, llorando, con sus compañeros bajó y entre todos lossoldadoscorrióaabrazarlo,yechándoleencimaunmantoderiquísimopañoque llevaba, rogóaaquelque le llevabaal suplicioque lepluguieseesperarallíhastaquedevolverloadondeestabalevinieralaorden.Aquélrepusoquelaesperaríadebuengrado.

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HabíayaFineosabidolarazónporlaqueeraconducidoalamuerte,porloquerápidamenteconsuscompañerosyconsuscriadossefueamicerCurradoyledijoasí:

—Micer,aquélaquienmandáisamorircomoasiervoeshombre libreehijomío,yestáprestoatomarpormujeraaquéllaaquiensedicequelehaquitadosuvirginidad;plázcaosporelloaplazar laejecuciónhastaquepuedasabersesiellaloquierepormarido,paraquecontralaleysiellaloquierenoosencontréisquehabéisobrado.

Micer Currado, oyendo que aquél era hijo de Fineo se maravilló, yavergonzándoseuntantodelaculpadelafortuna,confesandoqueeraverdadlo que decía Fineo prestamente lo hizo volver a casa ymandó a pormicerAmérigoyledijoaquellascosas.

Micer Amérigo, que ya creía que la hija y el nieto estabanmuertos, sedoliómásqueningúnhombreenelmundoporloquehabíahecho,viendoquesi no estuviesemuerta sepodíanmuybien arreglar todas las cosas; peronodejódemandar corriendoallí adonde suhija estabaparaque si no sehabíacumplido suordenno se cumpliese.El que fue encontró al criadomandadopormicer Amérigo que, habiéndole puesto delante el veneno y el cuchillo,porque ella tan pronto no se decidía, la insultaba y quería obligarla a cogeruno,perooídoelmandatodesuseñor,dejándola,sevolvióaélyledijocómoestabaelasunto.Deloque,contentomicerAmérigo,yendoallídondeestabaFineo, llorando, comomejor supo se excusó de lo que había sucedido y lepidióperdón,afirmandoqueél,siTeodoroqueríaasuhijapormujer,estaríamuycontentoendársela.

Fineorecibiódebuenaganalasexcusas,yrepuso:

—Entiendoquemihijotomeavuestrahija;ysinoquisiera,quesecumplalasentenciadadacontraél.

Estando, pues, Fineo y micer Amérigo de acuerdo, allí donde Teodoroestaba,todavíatodotemerosodelamuerteyalegreporhaberencontradoasupadre, le preguntaron su voluntad sobre esta cosa. Teodoro, oyendo queViolante, si quisiese, sería sumujer, tanta fue su alegría que del infierno lepareciósaltaralparaíso;ydijoqueestoseríaunagrandísimagraciasiaelloslesplacía.Semandó,pues,alajovenapreguntarlesuparecer,lacual,oyendoloquedeTeodorohabíasucedidoyestabaporsuceder,cuandomásdolientequemujeralgunalamuerteesperaba,prestandoalgunafedespuésdemuchoalas palabras, un poco se alegró y repuso que si ella su deseo siguiese enaquello,nadamásfelizpodíasucederlequeserlamujerdeTeodoro,peroquesiempreharíaloquesupadrelemandase.

Así, pues, en concordia, haciendo casarse a la joven, se hizo una fiesta

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grandísimaconsumoplacerdetodoslosciudadanos.Lajoven,consolándoseyhaciendonutrirasupequeñohijo, luegodenomucho tiempovolvióasermáshermosaqueantes;ylevantándosedelparto,yanteFineo(cuyavueltadeRoma se esperó) viniendo, le hizo la reverencia que a un padre; y él, muycontentodetanhermosanuera,congrandísimafiestayalegríahechascelebrarsusbodas,comoahijalarecibióytuvoluegosiempre;ydespuésdealgunosdías, a suhijoya ellaya sunietecito, subiendoaunagalera, conél se losllevóaLayazo,dondeconreposoyconplacerlosdosamantescuantolavidalesduróvivieron.

NOVELAOCTAVA

NastagiodelosOnesti,amandoaunadelosTraversari,gastasusriquezassinseramado,seva,importunadoporlossuyos,aChiassi,allíveaun

caballeroperseguiraunajovenymatarla,yserdevoradapordosperros,invitaasusparientesyalamujeramadaaalmorzardondeestáél,lacualvedespedazaraestamismajoven,ytemiendouncasosemejante,toma

pormaridoaNastagio.

AlcallarseLaureta,así(porordendelareina)comenzóFilomena:

Amables señoras, tal como nuestra piedad se alaba, así es castigadatambién nuestra crueldad por la justicia divina; para demostraros lo cual ydarosmateriadedesecharlaparasiempredevosotras,meplacecontarosunahistorianomenoslamentablequedeleitosa.

En Rávena, antiquísima ciudad de Romaña, ha habidomuchos nobles yricoshombres,entreloscualesunjovenllamadoNastagiodelosOnesti,queporlamuertedesupadreydeuntíosuyoquedóriquísimosinmedida,elcual,asícomoocurrea los jóvenes,estandosinmujer,seenamoródeunahijademicer PaoloTraversaro, jovenmuchomás noble de lo que él era, cobrandoesperanza de poder inducirla a amarlo con sus obras. Las cuales, aunquegrandísimas, buenas y loables fuesen, no solamente de nada le servían sinoque parecía que le perjudicaban, tan cruel y arisca semostraba la jovencitaamada,tanaltivaydesdeñosa(talvezacausadesusingularhermosuraodesunobleza)queniélninadaqueélhicieraleagradaba;lacualcosaleeratanpenosa de soportar a Nastagio, que muchas veces por dolor, después dehaberse lamentado, le vino el deseo de matarse; pero refrenándose, sinembargo,sepropusomuchasvecesdejarlaporcompletoo,sipudiera,odiarlacomoellaleodiabaaél.Peroenvanotaldecisióntomabaporqueparecíaquecuantomáslefaltabalaesperanzatantomássemultiplicabasuamor.

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Perseverando, pues, el joven en amar y en gastar desmesuradamente,parecióaalgunosdesusamigosyparientesqueélmismoysushaberesporigual iban a consumirse; por la cual cosa muchas veces le rogaron yaconsejaronquesefueradeRávenayaalgúnotrositiodurantealgúntiemposefueseavivir,porque,haciéndoloasí,haríadisminuirelamorylosgastos.De este consejomuchas veces se burlóNastagio;mas, sin embargo, siendorequerido por ellos, no pudiendo decir tanto que no, dijo que lo haría, yhaciendohacergrandespreparativos,comosiaFranciaoaEspañaoaalgúnotrolugarlejanoirquisiese,montadoacaballoyacompañadoporalgunosdesusamigos,deRávenasalióysefueaunlugaraunastresmillasdeRávena,que se llamaba Chiassi; y haciendo venir allí pabellones y tiendas, dijo aquieneslehabíanacompañadoquequeríaquedarseallíyqueellosaRávenasevolvieran.

Quedándose aquí, pues,Nastagio, comenzó a darse lamejor vida ymásmagníficaquenuncanadiesedio,ahoraaéstosyahoraaaquéllosinvitandoacenaryaalmorzar,comoacostumbraba.Ahora,sucedióqueunviernes,casialaentradademayo,haciendountiempobuenísimo,yempezandoélapensaren su cruel señora,mandando a todos sus criados que solo le dejasen, parapoder pensar más a su gusto, echando un pie delante de otro, pensando sequedóabstraído.

Yhabiendopasadoyacasilahoraquintadeldía,yhabiéndoseadentradoyaunamediamillaporelpinar,noacordándosedecomernideningunaotracosa, súbitamente leparecióoírungrandísimo llantoyayesaltísimosdadospor unamujer, por lo que, rotos sus dulces pensamientos, levantó la cabezapor ver qué fuese, y se maravilló viéndose en el pinar; y además de ello,mirando hacia adelante vio venir por un bosquecillo bastante tupido dearbustillosydezarzas,corriendohaciaellugardondeestaba,unahermosísimajoven desnuda, desmelenada y toda arañada por las ramas y las zarzas,llorandoypidiendopiedadagritos;yademásdeesto,vioa sus flancosdosgrandes y feroces mastines, los cuales, corriendo tras ella rabiosamente,muchasvecescruelmentedondelaalcanzabanlamordían;ydetrásdeellaviovenirsobreuncorcelnegroauncaballeromoreno,derostromuysañudo,conun estoque en lamano, amenazándola demuerte con palabras espantosas einjuriosas.

Estoauntiempomaravillayespantodespertóensuánimoy,porúltimo,piedad por la desventurada mujer, de lo que nació deseo de librarla de talangustiaymuerte,sipudiera.Peroencontrándosesinarmas,recurrióacogerunaramadeunárbolenlugardebastónycomenzóasaliralencuentroalosperrosycontraelcaballero.

Peroelcaballeroqueestovio,legritódesdelejos:

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—Nastagio,notemolestes,dejahaceralosperrosyamíloqueestamalamujerhamerecido.

Ydiciendoasí,losperros,cogiendofuertementealajovenporlosflancos,ladetuvieron,yalcanzándoloselcaballerosebajódelcaballo;acercándosealcualNastagio,dijo:

—No sé quién eres tú que así me conoces, pero sólo te digo que granvileza es para un caballero armado querer matar a una mujer desnuda yhaberleechadolosperrosdetráscomosifueseunabestiasalvaje;ciertamenteladefenderécuantopueda.

Elcaballeroentoncesdijo:

—Nastagio, yo fui de la ciudad que tú, y eras todavía un muchachopequeño cuando yo, que fui llamado micer Guido de los Anastagi, estabamuchomásenamoradodeéstaqueloestástúahoradeladelosTraversari;yporsufierezaycrueldaddetalmaneraanduvomidesgraciaqueundía,conesteestoquequemevesenlamano,desesperadomematé,yestoycondenadoalaspenaseternas.Ynohabíapasadomuchotiempocuandoésta,queconmimuerte se había alegrado desmesuradamente, murió, y por el pecado de sucrueldady la alegríaque sintióconmis tormentosnoarrepintiéndose, comoquiennocreíaconellohaberpecadosinohechoméritos,delmismomodofue(yestá)condenadaalaspenasdelinfierno;enelcual,albajarella,talfueelcastigodadoaellayamí:queellahuyeradelante,yamí,quelaamétanto,seguirlacomoamortalenemiga,nocomoamujeramada,ycuantasveceslaalcanzo,tantasconesteestoqueconelquemematélamatoaellayleabrolaespalda, y aquel corazón duro y frío en donde nunca el amor ni la piedadpudieron entrar, junto con las demás entrañas (como verás incontinenti) learranco del cuerpo y se las doy a comer a estos perros. Y no pasa muchotiempohastaqueella,comolajusticiayelpoderdeDiosordena,comosinohubiera estadomuerta, resurge y de nuevo empieza la dolorosa fuga, y losperros y yo a seguirla, y sucede que todos los viernes hacia esta hora laalcanzoaquí,yaquíhagoeldestrozoqueverás;ylosotrosdíasnocreasquereposamossinoquelaalcanzoenotros lugaresdondeellacruelmentecontramípensóyobró;yhabiéndomedeamanteconvertidoen suenemigo,comoves,tengoqueseguirladeestaguisacuantosmesesfueellacruelenemigo.Asípues,déjameponerenejecuciónlajusticiadivina,ynoquierasoponertealoquenopodríasvencer.

Nastagio, oyendo estas palabras, muy temeroso y no teniendo un peloencimaqueno se lehubieseerizado, echándoseatrásymirandoa lamíserajoven,sepusoaesperarllenodepavorloqueibaahacerelcaballero,elcual,terminadasuexplicación,comounperrorabioso,conelestoqueenmanoseleechó encima a la joven que, arrodillada, y sujetada fuertemente por los dos

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mastines,lepedíapiedad;ycontodassusfuerzasledioenmediodelpechoylaatravesóhastalaotraparte.

Cuando la joven hubo recibido este golpe cayó boca abajo, siemprellorando y gritando; y el caballero, echando mano al cuchillo, le abrió loscostadosysacándolefueraelcorazón,ytodaslasdemáscosasdealrededor,alos dos mastines las arrojó; los cuales, hambrientísimos, incontinenti lascomieron;ynopasómuchohastaquelajoven,comosiningunadeestascosashubiesenpasado,súbitamentese levantóyempezóahuirhaciaelmar,y losperrossiempretrasellahiriéndola,yelcaballerovolviendoamontaracaballoy cogiendo de nuevo su estoque, comenzó a seguirla, y en poco tiempo sealejaron,demaneraqueyaNastagionopodíaverlos.Elcual,habiendovistoestascosas,largoratoestuvoentrepiadosoytemeroso,yluegodeuntantolevinoalacabezaqueestacosapodíamuybienayudarle,puestoquetodoslosviernes sucedía; por lo que, señalado el lugar, se volvió con sus criados yluego,cuandolepareció,mandandoapormuchosdesusparientesyamigos,lesdijo:

—Muchas vecesme habéis animado a que deje de amar a esta enemigamíay ponga fin amis gastos: y estoypresto a hacerlo sime conseguís unagracia, la cual es ésta: que el viernes que viene hagáis que micer PaoloTraversariysumujerysuhijaytodaslasdamasparientessuyas,yotrasqueosparezca,venganaquíaalmorzarconmigo.Loquequieroconestoloveréisentonces.

Aelloslesparecióunacosabastantefácildehaceryseloprometieron;yvueltosaRávena,cuandofueoportunoinvitaronaquienesNastagioquería,yaunquefuedifícilpoderllevaralajovenamadaporNastagio,sinembargoallífue junto con las otras.Nastagio hizo prepararmagníficamente de comer, ehizoponerlamesabajolospinosenelpinarquerodeabaaquel lugardondehabía visto el destrozo de lamujer cruel; y haciendo sentar a lamesa a loshombresyalasmujeres,losdispusodemaneraquelajovenamadafuepuestaenelmismolugarfrentealcualdebíasucederelcaso.

Habiendo, pues, venido ya la última vianda, he aquí que el alborotodesesperado de la perseguida joven empezó a ser oído por todos, de lo quemaravillándose mucho todos y preguntando qué era aquello, y nadiesabiéndolodecir,poniéndosetodosenpieymirandoloquepudieseser,vierona ladoliente joveny al caballeroy a losperros, ypocodespués todos ellosestuvieron aquí entre ellos. Se hizo un gran alboroto contra los perros y elcaballero, y muchos a ayudar a la joven se adelantaron; pero el caballero,hablándolescomohabíahabladoaNastagio,nosolamenteloshizoretroceder,sinoquea todosespantóy llenódemaravilla;yhaciendo loque laotravezhabíahecho,cuantasmujeresallíhabía(quebastanteshabíansidoparientesdeladolientejovenydelcaballero,yqueseacordabandelamorydelamuerte

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deél), todas tanmiserablemente llorabancomosiaellasmismasaquello leshubieranqueridohacer.

Yllegandoelcasoasutérmino,yhabiéndoseidolamujeryelcaballero,hizoalosqueaquellohabíanvistoentrarenmuchosrazonamientos;peroentrequienesmás espanto sintieron estuvo la joven amada porNastagio; la cual,habiendovistoyoídodistintamentetodaslascosas,ysabiendoqueaellamásqueaningunaotrapersonaqueallíestuvieratocabantalescosas,pensandoenlacrueldadsiempreporellausadacontraNastagio,ya leparecía irhuyendodelantedeél,airado,yllevaralosflancoslosmastines.Ytantofueelmiedoquedeestosintióqueparaquenolesucedieseaella,noveíaelmomento(queaquellamisma noche se le presentó) para, habiéndose su odio cambiado enamor,aunafielcamareramandarsecretamenteaNastagio,quedesupartelerogóquelepluguierairaella,porqueestabaprontaahacertodoloqueaélleagradase.Nastagiohizoresponderlequeaquelloleeramuygrato,peroque,sileplacía,queríasuplacerconhonorsuyo,yestoeratomándolacomomujer.

La joven, que sabía que no dependía más que de ella ser la mujer deNastagio,lehizodecirqueleplacía;porloque,siendoellamismamensajera,asupadreyasumadredijoquequeríaserlamujerdeNastagio,conloqueellosestuvieronmuycontentos;yeldomingosiguiente,Nastagiosecasóconella,y,celebradaslasbodas,conellamuchotiempoviviócontento.Ynofueeste susto ocasión solamente de este bien sino que todas las mujeresravenensessintierontantomiedoquefueronsiempreluegomásdócilesalosplaceresdeloshombresqueanteslohabíansido.

NOVELANOVENA

FederigodelosAlberighiamaynoesamado,yconlosgastosdelcortejarsearruina;ylequedaunsolohalcón,elcual,noteniendootracosa,dadecomerasuseñoraquehavenidoasucasa;lacual,enterándosedeello,

cambiandodeánimo,lotomapormaridoylehacerico.

HabíayadejadodehablarFilomenacuando la reina,habiendovistoquenadie sino Dioneo (debido a su privilegio) quedaba por hablar, con alegregesto,dijo:

A mí me corresponde ahora hablar: y yo, carísimas señoras, lo haré debuengradoconunahistoriaenpartesemejantealaprecedente,nosolamenteparaqueconozcáiscuántovuestrosencantospuedenenloscorazonescorteses,sinoporque aprendáis a servosotrasmismas, cuandodebáis, otorgadorasdevuestrosgalardonessindejarqueseasiemprelafortunaquienlosconceda,la

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cual, no discretamente comodebe ser, sino desconsideradamente lamayoríadelasveceslosconfiere.

Debéis, pues, saber que Coppo de los Borghese Domenichi, que fue ennuestra ciudad, y tal vez es todavía, hombre de grande y reverenciadaautoridadentrelosnuestros(yporlascostumbresyporlavirtudmuchomásqueporlanoblezadesangreclarísimoydignodeeternafama),siendoyadeavanzadaedad,muchasvecessobre lascosaspasadasconsusvecinosyconotros gustaba de hablar; lo cual él, mejor y con más orden y con mayormemoria y adornado hablar que ningún otro supo hacer, y acostumbraba acontarentre susotrasbuenascosasqueenFlorenciahuboun joven llamadoFederigodemicerFilippoAlberighi,enhechosdearmasyencortesíaalabadosobretodoslosdemásdoncelesdeToscana.Elcual,comosucedealamayoríade los gentileshombres, de una cortés señora llamada doña Giovanna seenamoró,ensus tiempos tenidacomode lasmáshermosasmujeresyde lasmás gallardas que hubiera en Florencia; y para poder conseguir su amor,justaba, torneaba, daba fiestas y regalos, y lo suyo sin ninguna contencióngastaba:peroella,nomenoshonestaquehermosa,deningunadeestascosasporellahechasnidequienlashacíaseocupaba.

Gastando,pues,Federigomuchomásde loquepodíaynoconsiguiendonada,comosuelesuceder las riquezas le faltaron,ysequedópobre,sinotracosa haberle quedado que una tierra pequeña de las rentas de la cualestrechamentevivía,yademásdeestounhalcónde losmejoresdelmundo;por lo que, más enamorado que nunca y no pareciéndole que podía seguirllevandounavidaciudadanacomodeseaba,aCampi,dondeestabasupequeñahacienda,sefueavivir.Allí,cuandopodía,cazandoysininvitaranadie,supobreza sobrellevaba pacientemente. Ahora, sucedió un día que, habiendoFederigo llegado a estos extremos, elmarido de doñaGiovanna enfermó, yviendollegarlamuertehizotestamento;ysiendoriquísimodejóherederodeelloaunhijosuyoyagrandecito,ydespuésdeél,habiendoamadomuchoadoñaGiovanna,aella,sisucediesequeelhijomurierasinherederolegítimo,comoherederaconstituyó,ymurió.

Quedándose, pues, viuda doña Giovanna, como es costumbre entrenuestras mujeres, en el verano con este hijo suyo se iba al campo a unaposesiónasazcercanaaladeFederigo;porloquesucedióqueaqueljovencitoempezóahaceramistadconFederigoyaentretenerseconlasavesdecazaylos perros; y habiendo visto muchas veces volar el halcón de Federigo,gustándoleextraordinariamente,muchodeseaba tenerlo,peronoseatrevíaapedírseloviendoqueélloqueríatanto.

Yestandoasílacosa,sucedióqueelmuchachitoseenfermó,deloquelamadre,muydoliente,comoquiennoteníamásyleamabalomásquepodía,estando todo el día junto a él, no dejaba de cuidarlo y muchas veces le

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preguntabasideseabaalgo,rogándolequeselodijese,quetuvieralacertezaquesifueseposibletenerloloconseguiríadondeestuviera.

Eljovencito,oyendomuchasvecesestosproferimientos,dijo:

—Madremía,sihacéisquetengaelhalcóndeFederigocreoquemecuraréenseguida.

Laseñora,oyendoesto, sequedócalladaun ratoyempezóapensarquépodíahacer.SabíaqueFederigo largamente lahabíaamado,ynuncadeellaunamiradahabíaobtenido;porloquesedecía:

«¿Cómoenviaréoiréyoapedirleestehalcónquees,porloqueoigo,elmejorquenuncahavolado,yademásesloquelomantieneenelmundo?¿Ycómovoyasertandesconsideradaqueaungentilhombreaquienningúnotrodeleitehaquedado,quieraquitárselo?».

Ypreocupadacontalpensamiento,sibienestabasegurísimadeobtenerlosi se lo pedía, sin saber qué decir, no le contestaba a su hijo sino que secallaba. Por último, la venció tanto el amor de su hijo, que decidió paracontentarloque,pasaraloquepasase,nomandaríaaporélsinoqueiríaellamismayselotraería,yrepuso:

—Hijomío, consuélate y piensa en curarte de todas lasmaneras, que teprometoqueloprimeroqueharémañanaporlamañanaseráirabuscarloytelotraeré.

Conloque,contentoelniño,elmismodíamostróciertamejoría.

La señora, a lamañana siguiente, tomando otra señora en su compañía,como de paseo se fue a la pequeña casa de Federigo y preguntó por él. Él,porque no era temporada de caza, estaba en el huerto y preparaba algunasfaenas allí, el cual, al oír que doñaGiovanna preguntaba por él a la puerta,maravillándose mucho, corrió allí muy contento; y ella, al verlo venir, conseñorial amabilidad levantándose a saludarle, habiéndola ya Federigo conreverenciasaludado,dijo:

—¡Bien hallado seáis, Federigo!—y siguió—. He venido a reparar losdañosquehassufridopormíamándomemásdeloquehubieraconvenido;yla reparación es que quiero con esta compañía mía almorzar contigofamiliarmentehoy.

AquienFederigo,humildemente,repuso:

—Señora, ningún dañome acuerdo de haber recibido de vos, sino tantobienque,sialgunavezalgúnvalortuve,porvuestrovaloryporelamorqueos tuvefue;yciertamenteestavuestra liberalvenidameesmásqueridaquemeseríasiotravezmefueradadogastarcuantoyahegastado,aunqueapobrehuéspedhabéisvenido.

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Ydichoasí,avergonzado la recibióensucasa,ydeella lacondujoa sujardín,ynoteniendoallíaquienhaceracompañarla,dijo:

—Señoras, pues que nadie más hay, esta buena mujer, esposa de estelabrador,ostendrácompañíamientrasqueyovoyahacerponerlamesa.

Él,pormuyextremaquefuesesupobreza,nosehabíapercatadotodavíadecuántonecesitaba las riquezasquehabíagastadodesordenadamente;peroestamañana,noencontrandonadaconquepoderhonraralaseñoraporamordequienyahabíahonradoainfinitoshombres,selohizover.

Ysobremaneraangustiado,maldiciendosufortuna,comounhombrefueradesí,orayendoaquíyoraallí,nidinerosninadaparaempeñarencontrando,siendotardelahorayeldeseograndedehonrarconalgoalanobleseñora,yno queriendo, no ya a otro, sino ni a su mismo labrador, pedir nada, viodelante su buenhalcón, que estaba en la salita en su percha; por lo que, noteniendootra cosaaqué recurrir, lo cogióy encontrándologordopensóqueseríadignacomidadetalseñora.

Ysinpensarlomás,quitándoleelcollar,aunacriaditalohizoprestamente,pelado y condimentado, poner en un asador y asar cuidadosamente; yponiendo lamesa conmanteles blanquísimos, de los que aún tenía algunos,conalegregestovolvióalaseñoraasujardín,yelalmuerzoquepodíaél,dijoqueestabapreparado.Conloquelaseñora, levantándoseconsucompañera,fueronalamesa,ysinsaberquéseestabancomiendo,juntoconFederigo,queconsumadevociónlasservía,secomieronalbuenhalcón.

Y levantándose de la mesa, y un tanto con amables conversacionesquedándoseconélunrato,pareciéndolealaseñoramomentodedeciraquelloporloqueidohabía,asíbenignamentecomenzóahablaraFederigo:

—Federigo,acordándotetúdetupasadavidaydemihonestidad,quetalvezhayasreputadodurezaycrueldad,nodudoquedebesmaravillartedemiatrevimientoaloíraquellopor loqueprincipalmenteaquíhevenido;perosituvieseshijosoloshubierastenido,porquienespudierasconocerdequégranfuerzaeselamorquese les tiene,mepareceríaestarseguradequeenparteme tendrías por excusada. Pero aunque no los tienes, yo que tengo uno, nopuedo dejar de seguir las leyes comunes de las demás madres; las cualesforzosome es seguir y contrami voluntad, y fuera de toda conveniencia ydeber,pedirteunregaloqueséqueteessumamentequerido:yesjustoporqueningúnotrodeleite,ningúnotroentretenimiento,ningúnconsuelotehadejadotu rigurosa fortuna; y esté regalo es tu halcón, del que mi niño se haencaprichadotanfuertementequésinoselollevotemoqueseagravetantoenlaenfermedadquetienequesesigadeelloalgunacosaporlaquelopierda.Yporelloteruegonoporelamorquemetienes,porelcualningunaobligacióntienes,sinoportunobleza,queenusarcortesíasehamostradomayorquela

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deningúnotro,queteplazcadármeloparaqueconestedonpuedadecirqueheconservadoconvidaamihijoyporellotequedesiempreobligada.

Federigo, al oír aquelloque la señorapedía, y sintiendoqueno la podíaservirporqueselohabíadadoacomer,comenzóensupresenciaallorarantesdepoderresponderpalabra,cuyollantolaseñoracreyóprimeroquededolorportenerquesepararsedesubuenhalcónvendríamásquedeotracosa,yapuntoestuvodedecirlequenoloquería;peroconteniéndose,esperódespuésdelllantolarespuestadeFederigo.Elcualdijoasí:

—Señora,desdequeplugoaDiosqueenvospusieramiamor,enmuchascosashejuzgadoquelafortunameeracontrariaymehedolidodeella,perotodashansidoligerasconrespectoaloquemehacenenestemomento,conloquejamáspodréestarenpazconella,pensandoquevoshayáisvenidoaquíamipobre casa cuando,mientrasque fue rica,noosdignasteis avenir, ymepidáisunpequeñodon,yellahahechodemaneraquenopuedadároslo;yporquénopuedeseroslodirébrevemente.Cuandooíquedeseabaisporvuestrabondad comer conmigo, considerando vuestra excelencia y vuestro valor,reputédignayconvenientecosaqueconmáspreciosaviandadentrodemisposibilidades debía honraros que las que suelen usarse para las demáspersonas;porloque,acordándomedelhalcónquemepedís,ydesubondad,penséqueeradignoalimentoparavos:yestamañana,asadolohabéistenidoenelplato,yyoloteníaporóptimamentealbergado,peroalverahoraquedeotramaneralodeseabais,sientotalduelopornopoderservirosquecreoquenuncapodrétenerpaz.

Y dicho esto, las plumas y las patas y el pico hizo echarles delante entestimonio de ello. La cual cosa viendo la señora y oyendo, primero lereprendióporhabermatadotalhalcónparadardecomeraunamujer,yluegola grandeza de su ánimo, que la pobreza no había podido ni podía abatirmucho en su interior alabó; luego, perdida la esperanza de poder tener ehalcón,ytalvezporlasaluddelhijopreocupada,dandolasgraciasaFederigoporelhonorquelehabíahechoyporsubuenavoluntad,todamelancólicasefueyvolvió con suhijo.El cual, opor tristezadenohaberpodido tener elhalcón,oporlaenfermedadqueapesardetododeberíahaberlollevadoaello,nopasaronmuchosdíassinque,congrandísimodolordelamadre,terminaseesta vida. La cual, luego que llena de lágrimas y amargura hubo estado untanto,habiendoquedadoriquísimaytodavíajoven,muchasvecesfueinstadapor sus hermanos a que se casase de nuevo; la cual, aunque no hubieraquerido,sinembargoviéndosemolestar,acordándosedevalordeFederigoyde su magnanimidad última, esto es, de que había matado tal halcón parahonrarla,dijoasushermanos:

—Yodebuengrado,siospluguiera,mequedaríasincasar,perosiosplacequetomemarido,ciertamentenotomaréotrojamássinotengoaFederigode

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losAlberighi.

Alocualloshermanos,burlándosedeella,dijeron:

—Tonta,¿quéesloquedices?¿Cómoloquieresaél,quenotienenadaenelmundo?—aloqueellarespondió:

—Hermanosmíos,bienséqueescomodecís,peroantesquierounhombrequenecesiteriquezasqueriquezasquenecesitenunhombre.

Loshermanos,oyendosuvoluntadyconociendoqueeraFederigodegenteprincipalaunquefuesepobre, talcomoellaquiso,se ladieroncontodassusriquezas;elcual,contalseñoraquetantohabíaamadoviéndosepormujer,yademás de ello riquísimo, con ella felizmente, convertido en mejoradministrador,terminósusaños.

NOVELADÉCIMA

PietrodeVinciolovaacenarfuera;sumujermandaveniraunmuchacho,vuelvePietro;ellaloescondebajouncestodepollos;PietrodicequeencasadeHercolano,conquiencenaba,hanencontradoaunjovenqueallíhabíametidolamujer,sumujercensuraalamujerde

Hercolano;unburroponelapata,pordesgracia,sobrelosdedosdelqueestababajoelcesto;éstegrita;Pietrocorreallí,love,descubreelengañodelamujer,conquienalfinhacelaspacesacausadesudesdichadovicio.

Habíallegadoasufineldiscurrirdelareina,siendoportodosalabadoqueDiosdignamentehubiesegalardonadoaFederigo,cuandoDioneo,quenuncaesperabaqueseloordenasen,comenzó:

Nosésicreerqueseaunvicioaccidentalyadquiridoporlosmortalesporla maldad de sus costumbres, o si, por el contrario, es un defecto de lanaturaleza el reírse con las cosas malas más que con las buenas obras, yespecialmentecuandoaquellastalesnonostocananosotros.

Y porque el trabajo que otras veces me he tomado, y ahora estoy portomarme,nomiraaningúnotrofinsinoaquitarnoslatristezaytraernosrisayalegría, aunque la materia de la historia mía que va a seguir, enamoradasjóvenes,seaenalgunascosasmenosquehonesta,comopuedecausardeleiteos la contaré; y vosotras, al oírla, haced lo que soléis hacer al entrar en losjardines, que extendiendo la delicada mano, cogéis las rosas y dejáis lasespinas;loqueharéisdejandoalmalhombrequedarseconsuvicioyriendoalegrementedelosamorososengañosdesumujer,teniendocompasióndelasdesgraciasajenassiesnecesario.

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HuboenPerusa, todavíanohacemuchotiempo,unhombrericollamadoPietrodeVinciolo,elcual,talvezmásporengañaralosdemásydisminuirlageneralopiniónquedeélteníantodoslosperusinosquepordeseoquetuvieradeello, tomómujer;yestuvo la fortuna tanconformeconsuapetito,que lamujer que tomó era una joven rolliza, de pelo rojo y encendida, que dosmaridos mejor que uno habría querido y tuvo que quedarse con uno quemuchomásaotracosaqueaellateníaelánimodispuesto.Loqueella,conelpaso del tiempo conociendo, y viéndose hermosa y lozana y sintiéndosegallarda y poderosa, primero comenzó a enojarse mucho y a tener con sumarido palabras de desprecio alguna vez y casi de continuo mala vida;después,viendoqueestomássuconsunciónquelaenmiendadelamaldaddelmaridopodríaser,sedijo:

«Estedesdichadomeabandonapara,consudeshonestidadandarenzuecosporloseco;yyomelasarreglaréparallevaraotroenbarcoporlolluvioso.Lotomépormaridoyledigrandeybuenadotesabiendoqueeraunhombreycreyendoquedeseabaaquelloquedeseanydebendesear loshombres;sinohubieracreídoqueerahombre,nolohabríaaceptadonunca.Él,quesabíaqueyoeraunamujer,¿porquémetomópormujersilasmujeresledisgustaban?Estonopuedesufrirse.Sinohubierayoqueridoestarenelmundomehabríahechomonja;ysiquieroestar,comoquieroyestoy,siesperodeésteplacerydeleite tal vez puedo hacerme vieja esperando en vano; y cuando sea vieja,arrepintiéndome, en vanome doleré por haber perdidomi juventud, y paraconsolarlabuenmaestroesélconsusejemplosparahacerquetomegustoaloque a él le gusta, el cual gusto me honrará a mí mientras en él es muyreprobable; yo ofenderé sólo las leyes, mientras él ofende las leyes y a lanaturaleza».

Habiendo,pues, labuenamujer, tenidotalpensamiento,ytalvezmásdeunavez,paradarlesecretamentecumplimientohizoamistadconunaviejaqueno parecía sino santa Viridiana que da de comer a las serpientes, la cualsiempreconelrosarioenlamanoibaaganartodaslasindulgenciasydenadasinodelavidadelosSantosPadreshablabaydelasllagasdesanFrancisco,ypor todos era tenida por santa; y cuando le pareció oportuno le explicó suintencióncumplidamente.Aquienlaviejadijo:

—Hijamía, sabeDios (que sabe todas las cosas) quehacesmuybien; yaunque no lo hicieras por otra cosa, deberíais hacerlo tú y todas las demásjóvenesparanoperdereltiempodevuestrajuventud,porqueningúndoloressemejante a aquél, para quien tiene conocimiento, que es haber perdido eltiempo. ¿Ydequédiablos servimosnosotras después, cuando somosviejas,sino para cuidar las cenizas del fogón? Si alguna lo sabe y puede dartestimonio, soy yo; que ahora que soy vieja no sin grandísimas y amargaspunzadas de ánimo conozco (y sin provecho) el tiempo que dejé perder: y

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aunque no lo perdiese todo, que no querría que creyeses que he sido unapazguata,nohicesinembargo,loquehabríapodidohacer,deloque,cuandomeacuerdo,viéndometalcomomeveo,quenoencontraríaquienmedieseunpocode lumbre,Diossabeeldolorquesiento.A loshombresno lessucedeasí,nacenbuenosparamilcosas,nosóloparaésta,ylamayorpartesonmáshonrados de viejos que de jóvenes; pero lasmujeres para ninguna otra cosasinoparadarleshijosnacen,yporellosonestimadas.Ysitúnotehasdadocuenta de otra cosa, sí debes darte de ésta: que nosotras siempre estamosdispuestas, loqueno sucede con loshombres; y ademásde esto, unamujercansaríaamuchoshombres,mientrasmuchoshombresnopuedencansaraunamujer:yporqueparaestohemosnacido,denuevotedigoquehacesmuybienendarleatumaridounpanporunahogaza,paraquetualmanotengaensuvejezquereprenderlealacarne.Deestamaneracadaunotienecuantorecoge,yespecialmentelasmujeres,quetienenqueaprovecharmuchomáseltiempocuandolotienenqueloshombres,porqueverásquecuandoenvejecemosnielmarido ni nadie nos quiere mirar, sino que nos echan a la cocina a contarhistoriasalgatoyacontarlasollasylasescudillas;ypeor,quenosponenencanciones y dicen: «A las jóvenes los buenos bocados, y a las viejas, losdesechados»,yotrasmuchascosasdicen.Yparanoentretenertemás,tedigodesde ahora que no podrías a nadie en elmundo descubrir tu intención quemásútiltefueraqueamí,porquenohaynadietanencumbradoaquienyonomeatrevaadecirleloquehagafalta,nitanduroohurañoquenoloablandebien y lo lleve a aquello que quiera.Haz, pues, demanera queme enseñesquién te agrada, y déjame luego hacer amí; pero una cosa te recuerdo hijamía:quecuidesdemí,porquesoyunapersonapobreyquierodesdeahoraqueseaspartícipedetodasmis indulgenciasydecuantosrosariosrece,paraqueDiosdéluzycandelaatusmuertos.

Y terminó. Quedó, pues, la joven de acuerdo con la vieja en que siencontrabaunmozueloqueporaquelbarriomuyfrecuentementepasaba,dequienlediotodaslasseñas,queyasabíaloqueteníaquehacer;ydándoleuntrozodecarnesalada lamandóconDios.Lavieja,nopasadosmuchosdías,ocultamentelemetióaqueldelqueellalehabíahabladoenlaalcoba,ydeallíapocotiempootro,segúnlosqueleibanplaciendoalajovenseñora;lacualenloquepudiesehacerenaquello,aunquetemiendoalmarido,nodejabaelnegocio.

Sucedióque,debiendounanocheiracenarsumaridoconunamigosuyoqueteníapornombreHercolano,lajovenmandóalaviejaquehicieraveniradondeellaaunmanceboqueeradelosmáshermososylosmásplacenterosde Perusa; la cual, prestamente así lo hizo. Y habiéndose la señora con eljovensentadoalamesaacomer,heaquíquePietrollamóalapuertaparaquele abriesen. La mujer, oyendo esto, se tuvo por muerta; pero queriendo, sipodía,ocultaraljoven,noocurriéndoselemandarloirohacerleesconderseen

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otraparte,habiendounagaleríavecinaa lacámaraenquecenaban,bajouncestodepollosquehabíaallí lehizorefugiarseyleechóencimaunateladejergónquehabíahechovaciaraqueldía,yhechoesto,prestamentehizoabrirasumarido.Alcual,entrandoencasa,ledijo:

—Muyprontolahabéisengullido,esacena.

Pietrorepuso:

—Nolahemoscatado.

—¿Ycómohasidoeso?—dijolamujer.Pietroentoncesdijo:

—Te lo diré. Estando ya a la mesa Hercolano, la mujer y yo sentimosestornudar cerca de nosotros, de lo que ni la primera vez ni la segunda nospreocupamos,peroelquehabíaestornudadoestornudandolaterceravezylacuarta y la quinta y muchas otras, a todos nos hizo maravillar; de lo queHercolano, que algo enojado con la mujer estaba porque un buen rato noshabía hecho estar a la puerta sin abrirnos, furioso dijo: «¿Qué quiere deciresto?¿Quiénesesequeasíestornuda?».Ylevantándosedelamesahaciaunaescaleraquehabíacercaencuyohuecohabíaunatrampillademadera,juntoalpiedelaescalera,dondepoderocultaralgunacosaquienlohubieraquerido,como vemos que mandan hacer los que hacen obra en sus casas, ypareciéndolequede allí venía el sonidodel estornudo, abrióunapuertecillaque había allí y cuando la hubo abierto, súbitamente salió el mayor tufo aazufredelmundo,comoqueanteshabiendovenidoeloloryquejándosehabíadicholaseñora:«Esquehaceunratoheblanqueadomisvelosconsulfuro,yluegoelcacharrosobreelqueloshabíatendidoparaquerecibiesenelhumolohepuestodebajodeaquellaescalera,asíqueahoravienedeallí».YluegoqueHercolano hubo abierto la puertecilla y se hubo disipado un poco el tufo,mirando dentro, vio al que estornudado había y seguía estornudando,obligándolo a ello la fuerza del azufre, y mientras estornudaba le había yaoprimido tanto el pecho el azufre que poco faltaba para que no hubieraestornudadonuncamás.Hercolano,viéndolo,gritó:«Ahora,veo,mujer,porloque hace poco, cuando vinimos, tanto estuvimos a la puerta sin que nosabriesen; pero así no tenga yo nunca nada queme guste como queme laspagas».Loqueoyendolamujer,yviendoquesupecadoestabadescubierto,sindecirningunaexcusa,levantándosedelamesa,huyóynoséadóndeiría.Hercolano,nopercatándosedequelamujerseescapaba,muchasvecesdijoalqueestornudabaquesaliese,peroél,queyanopodíamás,nosemovíapornada que dijeseHercolano; por lo queHercolano, cogiéndolo por un pie loarrastrófuera,ycorríaaporuncuchilloparamatarlo,peroyo,temiendopormímismoalaguardia,levantándome,noledejématarnihacerleningúndaño,sinoquegritandoydefendiéndolodiocasiónaquecorriesenallílosvecinos,los cuales, cogiendo al ya vencido joven, lo llevaron fuera de la casa no sé

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dónde; por las cuales cosas turbada nuestra cena, no solamente no la heengullidosinoquenisiquieralahecatado,comotedije.

Oyendolaseñoraestascosas,conocióquehabíaotrastanlistascomoellaera, aunque a veces la desgracia le tocase a alguna, y con gusto hubieradefendido con palabras a la mujer de Hercolano; pero como reprobando lafaltaajenaleparecióabrirmejorcaminoalassuyas,comenzóadecir:

—¡Québuenacosa!¡Québuenaysantamujerdebeserésa!¡Quépromesademujerhonrada,quemehabríaconfesadoconella,tandevotameparecía!Ypeorque,siendoyavieja,muybuenejemplodaalasjóvenes.Malditasealahora en que vino al mundo y la tal que vive aquí, que debe ser mujerperfidísima ymala, universal vergüenza y vituperio de todas lasmujeres deesta tierra, que olvidando su honestidad y la promesa hecha almarido y elhonordeestemundo,aél,queestalhombreytanhonradociudadanoyquetanbienlatrataba,porotrohombrenosehaavergonzadodeinjuriar,yaellacon él. Por mi salvación que de semejantes mujeres no habría que tenermisericordia:habríaquematarlas,habríaquemeterlasvivasenunahoguerayhacerlascenizas.

Luego,acordándosedesuamantequedebajodelcestomuycercadeallítenía,comenzóaanimaraPietroaquesefuesealacama,porqueyaerahora.Pietro,quemásganateníadecomerquededormir,preguntaba,sinembargo,sinohabíanadadecena,aloquelamujerrespondía:

—¡Si,cenavaahaber!Acostumbramosahacercenacuandotúnoestás.¡SíquesoyyolamujerdeHercolano!¡Bah!¿Porquénotevasadormirporestanoche?¡Eslomejorquepodríashacer!

Sucedió que habiendo venido por la noche algunos labradores de Pietrocon algunas cosas del pueblo, y habiendo dejado sus burros, sin darles debeber,enunapequeñacuadraquehabíajuntoalagalería,unodelosburros,que tenía muchísima sed, sacada la cabeza del cabestro, había salido de lacuadrayandabaolfateandotodoporsiencontrabaagua;yyendoasíllegóanteelcestobajoelcualestabaelmancebo,elcual,comoteníaqueestaragatas,había estirado los dedos de una de lasmanos en el suelo fuera del cesto, ytantafuesusuerte,osudesgraciasiqueremos,queesteburrolepusoencimalapata,porloque,sintiendoungrandísimodolor,dioungrangrito.

OyendoelcualPietro,semaravillóysediocuentadequeeradentrodelacasa;porloque,saliendodelaalcobaysintiendotodavíaquejarseaaquél,nohabiendo todavía el burro levantado la pata de los dedos sino aplastándolostodavíafuertemente,dijo:

—¿Quiénandaahí?

Y corriendo a la cesta, y levantándola, vio al joven, el cual, además de

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dolorquesentíaporqueelburroleaplastabalosdedos,temblabademiedodequePietrolehicieraalgúndaño.

Y siendo reconocido por Pietro, como que Pietro por sus vicios habíaandadotrasélmuchotiempo,preguntándoleaél:

—¿Quéhacestúaquí?

Nada le respondió sino que le rogó que por amor deDios no le hiciesedaño.Elcual,siendoreconocidoporPietro,dijo:

—Levántateynotemasquetehagayoningúndaño:perodimecómohasvenidoaquíyporqué.

Eljovencilloledijotodo;nomenoscontentoPietrodehaberloencontradoquedolidasumujer,cogiéndolodelamanoselollevóconélalaalcoba,enlacuallamujerconelmayormiedodelmundoloesperaba.

YsentándosePietrofrenteaellaledijo:

—SitantocensurabashaceunmomentoalamujerdeHercolanoydecíasque debían quemarla y que era vergüenza de todas vosotras, ¿cómo no lodecías de timisma?O si no querías decirlo de ti, ¿cómo tenías el valor dedecirlo de ella sabiendo que habías hecho lo mismo que ella había hecho?Seguroquenadateinducíaaellosinoquetodassoisiguales,yconculparalasotrasqueréistaparvuestrasfaltas:¡québajefuegodelcieloyosquemeatodas,razamalvadaquesois!

Lamujer, viendo que para empezar no le había hecho dañomás que depalabra,ypareciéndolequesederretíaporqueteníadelamanoaunjovencitotanhermoso,cobróvalorydijo:

—Segura estoy de que querrías que bajase fuego del cielo que nosquemaseatodas,comoquetegustamostantocomoaunperrolospalos;peropor lacruzdeDiosquenoseráasí.Perocongustohablaréunpococontigoparasaberdequétequejas;yciertamentequesaldríabiensimecomparasconlamujerdeHercolano,queesunaviejasanturronagazmoñayélledatodoloquequiereylaquierecomosedebequereralamujer,loqueamínomepasa.Que,aunquemevistasymecalcesbien,biensabescómoandodelodemásycuántotiempohacequenoteacuestasconmigo;ymásquerríaandarvestidaconharaposydescalzayquemetratasesbienenlacamaquetenertodasestascosastratándomecomometratas.Yentiendebien,Pietro,quesoyunamujercomolasdemás,ymegustaloquealasotras,asíqueporquemelobusqueyositúnomelodasnoesparainsultarme,porlomenosterespetotantoquenomevoyconcriadosnicontiñosos.

Pietrosediocuentadequelaspalabrasnocesaríanentodalanoche,porloque,comoquienpocosepreocupabadeella,dijo:

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—Callaya,mujer:quetedarégustoeneso;bienharíasendarnosdecenaralgo, que me parece que este muchacho, igual que yo, no habrá cenadotodavía.

—Claro que no —dijo la mujer—, que no ha cenado, que cuando túllegasteenmalahora,nossentábamosalamesaparacenar.

—Puesanda—dijoPietro—,danosdecenaryluegoyoarreglarélascosasdemodoquenotengasquequejarte.

La mujer, levantándose al oír al marido contento, prestamente haciendoponerlamesa,hizovenirlacenaqueestabapreparadayjuntoconsuviciosomaridoyconeljovencenóalegremente.Despuésdelacena,loquePietroseproponíaparasatisfaccióndelostressemehaolvidado;perobienséquealamañanasiguienteenlaplazasevioeljovennomuysegurodeaquiénhabíaacompañadomásporlanoche,sialamujeroalmarido.Porloquetengoquedeciros,señorasmías,queaquientelahaceselahagas;ysinopuedes,quenosetevayadelacabezahastaqueloconsigas,paraqueloqueelburrodacontralaparedlomismoreciba.

Terminada,pues,lahistoriadeDioneo,porvergüenzamenosreídadelasseñorasqueporpocadiversión,yconociendolareinaquehabíallegadoelfindesugobierno,poniéndoseenpieyquitándoselacoronadelaurelselapusoenlacabezaaElisa,diciéndole:

—Avos,señora,oscorrespondeahoramandar.

Elisa, recibiendo el honor, como antes había sido hecho hizo: que,disponiendoconelsenescalprimeramente loqueeraprecisoparaelperíododesuseñorío,concontentodelacompañíadijo:

—Ya hemos oído muchas veces que con palabras ingeniosas o conrespuestasprontasmuchoshan sabido con la reprimendamerecida limar losdientes ajenos o evitar los peligros que se cernían sobre ellos; y porque lamateriaesbuenaypuedeserútil,quieroquemañana,conlaayudadeDios,sediscurra dentro de estos límites: es decir, sobre quien con algunas palabrasingeniosas se vengase al sermolestado, o con una pronta respuesta o algúninventoescapasealaperdiciónoalpeligrooaldesprecio.

Estofuemuyalabadoportodos,porlocuallareina,poniéndoseenpielesdiolicenciaatodoshastalahoradelacena.

Lahonradacompañía,viendoalareinalevantada,sepusoenpieysegúnlacostumbre,cadaunoseentregóaloquemáslegustaba.Peroalcallaryalascigarras,llamandoatodos,sefueronacenar;yterminadaconalegrefiestaacantar y a tocar todos se entregaron.Y habiendo ya, por deseo de la reina,comenzadoEmiliaunadanza,aDioneolemandaronquecantaseunacanción,

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el cualprestamentecomenzó:«DoñaAldruda, levantaos la cola,quebuenasnuevas os traigo». De lo que todas las señoras comenzaron a reírse, ymáximamentelareina,lacuallemandóquedejaseaquéllaydijeseotra.

DijoDioneo:

—Señora, si tuviese un címbalo diría: «Alzaos las ropas, doña Lapa» o«Bajo el olivohayhierba». ¿Oquerríais que cantase: «Lasolasdelmarmehacentantodaño»?Peronotengocímbalo,yporellodecidmecuálqueréisdeestas otras: ¿os gustaría: «Sal fuera que está podado como un mayo en lacampiña»?

Dijolareina:

—No,diotra.

—Pues—dijoDioneo—;diré:«DoñaSimonaembotella;ynoeselmesdeoctubre».

Lareina,riendo,dijo:

—¡Ah,enmalahora!,diunabuena,siteplace,quenoqueremosésa.

DijoDioneo:

—No,señora,noosenojéis,pero¿cuálosgusta?Sémásdemil.¿Oquereís:«Ésteminicho, sino lopico»o«¡Ah,despacio,maridomío!»,o«Mecompraréungallodecienliras»?

Lareinaentonces,untantoenojada,aunquelasdemásriesen,dijo:

—Dioneo,dejalasbromasydiunabuena;ysino,podríasprobarcómoséenojarme.

Dioneo,oyendoesto,dejandolasbromas,prestamentedetalguisaempezóacantar:

Amor,lahermosaluz

conquesusbellosojosmehanherido

aellayatimetieneyarendido.

Desusojossemueveelesplendor

conquemicorazónaardersehapuesto

porlosmíospasando,

ycuántofuesegrandetuvalor

subellorostromehizomanifiesto,

elcual,imaginando,

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sentíquemeibaatando

todopoder,yqueaellaeraofrecido,

yéstalacausademillantohasido.

Asípues,entusiervotransformado

estoy,señor,yasíobedienteespero

quemeseasclemente;

masnosésideltodohaadivinado

mifeenterayferviente

aquellaquemimente

posee,quelapaz,sinohavenido

deellanoquiero,ynuncalahequerido.

Poreso,señormío,yoteruego

que,almostrárselo,lahagastúsentir

tufuegoensucostado

paraservirme,porqueyoentufuego

amandomeconsumo,ydesufrir

mesientoyapostrado;

y,cuandotúlocreasacertado,

dalerazóndemícomoesdebido;

quemeveré,silohaces,complacido.

LuegodequeDioneo, callando,mostróque su canciónhabía terminado,hizo la reina decir muchas otras, sin dejar de haber alabado mucho la deDioneo.Masluegoquepartedelanochehubopasado,lareina,sintiendoquealcalordeldíahabíavencidolafrescuradelanoche,mandóquetodos,hastaeldíasiguiente,sefuesenadescansaragusto.

TERMINALAQUINTAJORNADA

SEXTAJORNADA

ComienzalasextajornadadelDecamerón,enlacual,bajoelgobiernodeElisa,sediscurresobrequienconalgunaspalabrasingeniosasseresarcedealgúnataque,oconunarápidarespuestauocurrenciaescapaala

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perdiciónoalpeligrooaldeshonor.

Habíalaluna,estandoyaenmediodelcielo,perdidosusrayos,yyaconlanueva luz que llegaba estando claras todas las partes de nuestro mundocuando, levantándose la reina, haciendo llamar a su compañía, algo sealejaron,conlentopaso,delhermosopalaciopaseándoseentreelrocío,sobreunayotracosavariosrazonamientosteniendo,ydisputandosobrelamayorymenor belleza de las historias contadas, y riéndose de nuevo de diversossucesoscontadosenellas,hastaque,levantándosemáselsolyempezandoacalentar,atodospareciótenerquevolveracasa;porloque,volviendosobresuspasos,allásefueron.

Yallí,estandoyapuestaslasmesasytodollenodeesparcidashierbecillasolorosasyflores,antesdequeelcalorsehiciesemayor,porordendelareinasepusieronacomer,yhechoestoconfiesta,antesdehacerotracosa,cantadasalgunascancioncillasbellasygraciosas,quiénsefueadormiryquiénajugara los dados y quién a las tablas; yDioneo junto conLaureta sobreTroilo yCriseida se pusieron a cantar.Y llegada ya la hora de volver al consistorio,siendotodosllamadosporlareina,comoacostumbraban,entornoalafuentesesentaron;yqueriendoyalareinamandarquesecontaselaprimerahistoriasucedióalgoquehastaentoncesnohabíasucedido,yfuequeporlareinayportodosfueoídoungranalborotoquelascriadasy losservidoreshacíanenlacocina.Por loquehecho llamar el senescalypreguntándolequiéngritabaycuál era la razón del alboroto, repuso que el alboroto era entre Licisca yTíndaroperoquelarazónnolasabía,comoquienacababadellegaradondeestabanparahacerloscallarcuandodepartesuyalohabíanllamado.AlcualmandólareinaqueincontinentihicieraveniraquíaLiciscayTíndaro;venidosloscuales,preguntólareinacuáleralarazóndesualboroto.

Y queriéndole responder Tíndaro, Licisca, que sus años tenía y un tantosoberbiaera,ycalentadaconelgritar,volviéndoseaélconmalgesto,dijo:

—¡Vedesteanimaldehombrealoqueseatreve,dóndeestoyyoahablarantesqueyo!Dejaqueyolodiga.—Yvolviéndosealareina,dijo:

—Señora,éstequieresabermásqueyodelamujerdeSicofonte,ynimásnimenosquesiyonolaconociese,quierequecreaquelanocheprimeraqueSicofonteseacostóconella,micerMazoentróenMontenegroporlafuerzaycon derramamiento de sangre; y yo digo que no es verdad sino que entrópacíficamenteycongranplacerdelosdedentro.Yésteestananimalquesecreedemasiadoquelasjóvenessontantontasqueestánperdiendoeltiempoalcuidadodelpadrey loshermanosquede sieteveces seis esperan a casarlastreso cuatro añosmásde loquedeben.Hermano, ¡bien estarían si tuvieranqueesperartanto!PorCristoquedebosaberloquemedigocuandolojuro,no

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tengovecinayoquehayaidoalmaridodoncella;yaundelascasadasbiensécuántasyquéburlashacenalosmaridos;yesteborregoquiereenseñarmeaconoceralasmujeres,comosiyohubieranacidoayer.

Mientras hablaba Licisca, se reían tanto las señoras que se les habríanpodidosacartodoslosdientesquetenían;ylareinayalahabíamandadocallarseisveces,peronovalíadenada:noparóhastaquehubodicholoquequería.Pero luego de que puso fin a sus palabras, la reina, riendo, volviéndose aDioneo,dijo:

—Dioneo, éste es asunto tuyo, y por ello cuando hayamos terminadonuestrashistoriastendrásquesentenciarenfirmesobreél.

Dioneoprestamentelerespondió:

—Señora,lasentenciaestádadasinoírmás;ydigoqueLiciscatienerazónycreoqueseacomoelladice,yTíndaroesunanimal.—Lacualcosa,oyendoLicisca,comenzóareírse,yvolviéndoseaTíndaro,ledijo:

—Oye, bien lo decía yo: vete con Dios, ¿crees que sabes más que yocuando todavía no tienes secos los ojos? ¡Alabado sea!, no he vivido yo envano,no.

Ysinofueraquelareinaconunmalgestoleimpusosilencioylemandóque no dijese una palabra más ni hiciera ningún alboroto si no quería serazotada,ymandóquesefuesenellayTíndaro,nadasehabríapodidohacerentodoeldíasinooírlaaella.Pocodespuésquehubieronpartido,lareinaordenóa Filomena que a las historias diera principio; la cual, alegremente asícomenzó:

NOVELAPRIMERA

UncaballerodiceadoñaOrettaquelallevaráacaballoylecontaráunahistoria,ycontándoladesordenadamente,ellaleruegaquelabajedel

caballo.

Jóvenesseñoras,comoenlasnochesclarassonlasestrellasornamentodelcielo y en la primavera las flores de los verdes prados, y de losmontes losvestidosarbustillos,asídelascortesescostumbresydelosbellosdiscursoslosonlasfrasesingeniosas;lascuales,porquesonbreves,tantomejorconvienenalasmujeresquealoshombres,cuantoalasmujeresmásquealoshombresel mucho hablar afea. Es verdad que, sea cual sea la razón, o la mitad denuestroingenioolasingularenemistadqueanuestrossiglostenganloscielos,hoy pocas o ninguna mujer quedan que sepan en los momentos oportunos

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deciralgunas,o,sisedicen,entenderlascomoconviene:vergüenzageneraldetodas nosotras. Pero porque ya sobre esta materia suficiente fue dicho porPampínea, no entiendo seguir adelante; mas por haceros ver cuán bello esdecirlasenelmomentooportuno,unacortésimposicióndesilenciohechaporunagentilseñoraauncaballeromeplacecontaros:

Así como muchas de vosotras pueden saberlo (o por haberlo visto ohaberlo oído), no hace mucho tiempo hubo en nuestra ciudad una gentil ycortésseñorayelocuentecuyovalornohamerecidoqueseolvidesunombre.Se llamó, pues, doña Oretta y fue la mujer de micer Geri Spina; la cual,estandoporacasoenelcampo,comoestamosnosotros,yyendodeunlugaraotro para entretenerse junto con otras señoras y caballeros, a quienes en sucasahabíatenidoaalmorzar,ysiendotalvezelcaminoalgolargodeallídedondepartíanadondeesperabanllegartodosapie,dijounodeloscaballerosdelacompañía:

—DoñaOretta,siqueréis,yoosllevarégranpartedelcaminoquetenemosqueandar,acaballoycontándoosunadelasmejoreshistoriasdelmundo.

Laseñoralerepuso:

—Señor,muchoosloruego,ymeserágratísimo.

Elseñorcaballero,aquien talvezno lesentabamejor laespadaalcintoqueelnovelaralalengua,oídoesto,comenzóunahistoriaqueenverdaderadeporsíbellísima,perorepitiendoéltresocuatrovecesunamismapalabrayunas veces volviendo atrás, y a veces diciendo: «No es como dije», y confrecuencia equivocándose en los nombres, diciendo uno en lugar de otro,gravementelaestropeaba;sincontarconquepésimamente,segúnlacualidaddelaspersonasydelosactosquelessucedían,hacíalaexposición.

De lo que a doñaOretta, al oírlo,muchas veces le venían sudores y undesvanecimientodelcorazóncomosi,enferma,estuvieraapuntodefinar;lacual cosa, despuésdequeya sufrir no lapudo, conociendoqueel caballerohabíaentradoenunembrolloynosabíacómosalir,placenteramentedijo:

—Señor,estecaballovuestrotieneuntrotemuyduro,porloqueosruegoqueosplazcadejarmebajar.

El caballero, que por ventura eramuchomejor entendedor que narrador,entendidalaalusión,ytomándolafestivamenteyabroma,echómanodeotrasnovelas,ylaquehabíacomenzadoymalseguido,dejósinterminar.

NOVELASEGUNDA

ElpanaderoCisticonunasolapalabrahacearrepentirseamicerGéri

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Spinadeunairreflexivapeticiónsuya.

Muchofuepor todas lasmujeresy loshombresalabadoeldecirdedoñaOretta,alquemandólareinaquePampíneasiguiese;porloqueellacomenzóasí:

Hermosas señoras, no sé ver pormímisma qué tienemayor culpa, si lanaturaleza emparejando un alma noble con un cuerpo vil o la fortunaemparejandoconuncuerpodotadodealmanobleunviloficio,comoenCisti,nuestro conciudadano, y enmuchosmás hemos podido ver que sucedía; alcualCisti,provistodealtísimoánimo,lafortunahizopanadero.Yciertamenteleecharíayolaculpaporigualalanaturalezayalafortunasinosupiesequelanaturalezaesdiscretísimayquelafortunatienemilojosaunquelostontosselafigurenciega.Lascualescreoyoque,comomuyprevisoras,hacenloquelosmortaleshacenmuchasveces,cuando,insegurosdelacontecerfuturo,parauna necesidad sus cosasmás preciosas en los sitiosmás viles de sus casas,como menos sospechosos, sepultan, y de allí la sacan en las mayoresnecesidades, habiéndolas el vil lugar más seguramente conservado que lohabríahecholahermosacámara.

Yasílasdosministrasdelmundoconfrecuenciasusmáspreciosascosasescondenbajolasombradelasartesreputadasmásviles,paraquealsacarlasde ellas cuando es necesario, más claro aparezca su esplendor. Lo cual, encuán poca cosa el panadero Cisti lo demostró abriéndole los ojos de lainteligencia amicerGeriSpina (aquien, la contadahistoriadedoñaOretta,que fue sumujer,me ha traído a lamemoria)me place exponeros con unahistoriamuycorta.

Digo,pues,que,habiendoelpapaBonifacio,juntoalquemicerGeriSpinatuvo grandísimo favor, mandado a Florencia a algunos nobles embajadoressuyosporciertasgrandesnecesidadessuyas,habiéndosequedadoellosencasade micer Geri, y tratando él con ellos los asuntos del Papa, sucedió que,cualquiera que fuese la razón, micer Geri con estos embajadores del Papa,todosapie,casitodaslasmañanaspasabanpordelantedeSantaMaríaUghi,donde el panadero Cisti tenía su horno y personalmente ejercía su arte. Alcual,aunquefortunahubieradadounoficiomuyhumilde,tantoenéllehabíasido benigna que se había hecho riquísimo, y sin querer nunca abandonarlopor otro, espléndidamente vivía, teniendo entre sus demás buenas cosas losmejores vinos blancos y tintos que se encontraban en Florencia o en susalrededores.Elcual,viendotodaslasmañanaspasarpordelantedesupuertaamicerGeri y los embajadoresdelPapa, y siendogrande el calor, pensóquegrancortesíasería invitarlesabebersubuenvinoblanco;peroconsiderandosu condición y la de micer Geri, no le parecía cosa decorosa atreverse ainvitarlosinoquepensóenunamaneraqueindujeseamicerGeriainvitarsea

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sí mismo. Y teniendo un jubón blanquísimo puesto y un mandil limpísimosiempreporencima,quemásbien lehacíanparecermolineroquepanadero,todaslasmañanasalahoraquepensabaquemicerGericonlosembajadoresdebíanpasar,sehacía traerdelantedesupuertauncubonuevorebosantedeaguafrescayunpequeñojarroboloñésnuevodesubuenvinoblancoydosvasosqueparecíandeplata,tanclaroseran;ysentándose,cuandopasaban(ydespuésdequeélunavezodoshabíacarraspeado),comenzabaabebercontantogustoestevinosuyoquelehabríadadoganasdebeberloaunmuerto.

LacualcosahabiendomicerGerivistounaodosmañanas,dijolatercera:

—¿Quéeseso,Cisti?¿Estábueno?

Cisti,poniéndoseprestamenteenpie,repuso:

—Señor,sí;perocuántonopodríahaceroscomprendersinoloprobáis.

MicerGeri,quienoporeltiempoquehacíaoporhabersecansadomásdeloacostumbradootalvezporelgustoconqueveíabeberaCisti,sentíased,volviéndosealosembajadoreslesdijosonriendo:

—Señores,buenoseráqueprobemoselvinodeestehombrehonrado;talvezseatalquenonosarrepintamos.

YjuntoconellosseacercóaCisti.Elcual,haciendoinmediatamentesacarunbuenbancofueradelatahona,lesrogóquesesentasen,yasuscriadosqueyaparalavarlosvasosseadelantabandijo:

—Compañeros, apartaos y dejadme hacer a mí este servicio, que no sépeorescanciarquehornear;¡ynoesperéisprobarunagota!

Ydichoesto,lavandoélmismocuatrovasosbuenosynuevos,yhaciendotraerunpequeño jarrodesubuenvino,diligentementediodebeberamicerGeriysuscompañeros.Aquieneselvinoparecióelmejorquehabíanbebidoenmucho tiempo; por lo que, alabándolomucho,mientras los embajadoresestuvieronallí,casitodaslasmañanasfueconellosabebermicerGeri.

Habiendoterminadosusasuntosydebiendopartir,micerGerileshizodarun magnífico convite, al que invitó a una parte de los más honorablesciudadanos,ehizoinvitaraCisti,elcualdeningunamaneraquisoir.MandóentoncesmicerGeriaunode sus servidoresque fueseaporunabotelladelvinodeCisti,ydeéldiesemediovasoporpersonalaprimeravezquesirviese.

El servidor, tal vez enfadado porque nunca había podido probar el vino,cogióungranfrasco;elcualalverloCistidijo:

—Hijo,micerGerinoteenvíaamí.

Lo que afirmandomuchas veces el servidor y no pudiendo obtener otrarespuesta,volvióamicerGeriyselodijoasí,micerGeriledijo:

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—Vuelveallíydilequedeverdadtemandoyo,ysiotraveztecontestalomismopregúntalequeadóndetemando.

Elservidor,volviendo,ledijo:

—Cisti,esverdadquemicerGerimemandaotravezati.

Cistilerespondió:

—Seguro,hijo,queno.

—Entonces—dijoelservidor—,¿aquiénmanda?

RespondióCisti:

—AlArno.

LoquecontandoelservidoramicerGeri,enseguidaleabriólosojosdelainteligencia,ydijoalservidor:

—Déjameverquéfrascolellevas.—Yviéndolo,dijo—:Cistidicebien.

E insultándole, le hizo llevar un frasco apropiado; viendo el cual, Cistidijo:

—Ahorasébienquetemandaamí.

Yalegrementeselollenó.

Yluego,aquelmismodía,haciendollenarunbarrilejodeunvinoigualyhaciéndolollevardespacitoacasademicerGeri,sefuedetrásyalencontrarseconélledijo:

—Señor, noquerría que creyeseis que el gran frascode estamañanamehabíaespantado;peropareciéndomequeoshabíaisolvidadodeloqueyooshemostradoestosdíasconmispequeñosjarritos,esdecir,queéstenoesvinopara criados, quise recordároslo esta mañana. Pero como no entiendo serguardiándeél,oshetraídotodo:hacedconélloquegustéis.

MicerGerirecibióelapreciadísimoregalodeCistiylediolasgraciasquecreyóqueconvenían,ysiempreluegolotuvoengranestimayfuesuamigo.

NOVELATERCERA

DoñaNonnadelosPulciconunarápidarespuestaalasbromasmenosquehonestasdelobispodeFlorenciaimponesilencio.

CuandoPampíneahuboterminadosuhistoria,luegoqueportodostantolarespuestacomola liberalidaddeCisti fuemuyalabada,plugoa la reinaque

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Lauretanarrasedespués;lacual,alegremente,comenzóadecirasí:

Amablesseñoras,primeroPampíneayahoraFilomenaconmuchaverdadincidieronennuestrapocavirtudyenlabellezadelosdichosingeniosos;porloquecomonohaynecesidaddevolveraello,ademásdeloquesehadichodelosdichosingeniosos,quierorecordarosquelanaturalezadeestosdichoses tal quedelmodoquemuerde la ovejadeben atacar al oyenteyno comohace el perro: porque si como el perro mordiesen, las palabras no seríaningeniosassinovillanas.Esverdadque,sicomorespuestasedicen,yelquerespondemuerdecomoelperrocuandohasidoprimeromordidocomoporunperro,noparecetanreprensiblecomoloseríasinohubierasucedidoasí,yporellohayqueconsiderarcómoycuándoyconquiénysemejantementedóndesehacegaladeingenio.Lascualescosas,pocoteniendoencuentaunpreladonuestro, nomenor ataque recibió que dio; lo que quieromostraros con unacortahistoria.

SiendoobispodeFlorenciamicerAntoniodeOrsi,valiosoysabioprelado,vinoaFlorenciaunnoblecatalán llamadomicerDiegode laRatta,mariscaldel rey Roberto, el cual, siendo apuestísimo en su persona y muy grangalanteador,sucedióqueentrelasotrasdamasflorentinaslegustóunaqueeramujermuyhermosayerasobrinadeunhermanodeldichoobispo.Yhabiendosabido que su marido, aunque de buena familia era muy avaro y malvado,arreglóconélque le entregaría cincuenta florinesdeoroyqueél ledejaríadormirunanocheconsumujer;porloque,haciendodorarpopolinosdeplata,queentoncesseusaban,acostándoseconlamujer,aunquecontraelgustodeella, se los dio. Lo que, corriéndose luego por todas partes, llenó al malhombredeburlasydeescarnioyelobispo,comoprudente, fingiónohaberoídonadadetodoesto.Porloque,tratándosemuchoelobispoyelmariscal,sucedió que el día de San Juan, montando a caballo uno al lado del otromirandoalasmujeresporlacallepordondesecorreelpalio,elobispovioaunajovenaquienlapestilenciapresentenoshaquitadoyasiendoseñora,cuyonombre fue Nonna de los Pulci, prima de micer Alesso Rinucci y a quienvosotras todashabéis debido conocer; la cual, siendo entoncesuna lozanayhermosa joven y elocuente y de gran ánimo, poco tiempo antes casada enPortaSanPietro,laenseñóalmariscal.

Luego,acercándoseaella,poniéndolealmariscalunamanoenelhombro,dijo:

—Nonna,¿quépiensasdeél?¿Creesquelevencerías?

ANonnaleparecióqueaquellaspalabrasenalgoibancontrasuhonestidadoquelamancharíanenlaopinióndequieneslasoyeron,queeranmuchos;porloque,nopreocupándosedelimpiarestamanchasinodedevolvergolpeporgolpe,rápidamentecontestó:

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—Señor,éltalveznomevenceríaamí,quenecesitobuenamoneda.

Cuyas palabras oídas, el mariscal y el obispo, sintiéndose igualmentevulnerados, el uno como autor de la deshonrosa cosa con la sobrina delhermanodelobispoyelotrocomoelquelahabíarecibidoenlasobrinadelpropio hermano, sin mirarse el uno al otro, avergonzados y silenciosos sefueronsindeciraqueldíaunapalabramás.Asípues,habiendosidoatacadalajoven,noestuvomalqueatacasealosotrosconingenio.

NOVELACUARTA

Ghichibio,cocinerodeCurradoGianfigliazzi,conunasrápidaspalabrascambióasufavorenrisalairadeCurradoysesalvódeladesgraciacon

queCurradoleamenazaba.

SecallabayaLauretayportodoshabíasidomuyalabadaNonna,cuandolareinaordenóaNeifilequesiguiese;lacualdijo:

Pormuchoqueelrápidoingenio,amorosasseñoras,confrecuenciaprestepalabrasrápidasyútilesybuenasalosdecidores,segúnloscasos,tambiénlafortuna,quealgunavezayudaalostemerosos,ensuslenguassúbitamentelasponecuandonuncalosdecidoreshubieranpodidohallarlasconánimosereno;loqueconmihistoriaentiendomostraros.

Currado Gianfigliazzi, como todas vosotras habéis oído y podido ver,siemprehasidoennuestraciudadunciudadanonotable,liberalymagnífico,yviviendocaballerescamentecontinuamentesehadeleitadoconperrosyavesde caza, para no entrar ahora en sus obrasmayores. El cual, con un halcónsuyo habiendo cazado un día en Perétola una grulla muerta, encontrándolagordayjovenlamandóaunbuencocinerosuyoquesellamabaGhichibioyeraveneciano,ylemandódecirquelaasaseparalacenaylapreparasebien.

Ghichibio, que eraun fantoche tangrande como loparecía, preparada lagrulla,lapusoalfuegoyconsolicitudcomenzóaguisarla.Lacual,estandoyacasiguisadaydespidiendoungrandísimoolor,sucedióqueunamujercitadelbarrio,quesellamabaBrunettaydequienGhichibioestabamuyenamorado,entró en la cocina y sintiendo el olor de la grulla y viéndola, rogóinsistentementeaGhichibioqueledieseunmuslo.

Ghichibiolecontestócantandoydijo:

—Noosladaréyo,señoraBrunetta,noosladaréyo.

Conloque,enfadándoselaseñoraBrunetta,ledijo:

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—PorDiostedigoquesinomelodas,nuncatedaréyonadaqueteguste.

Y en resumen, las palabras fueron muchas; al final, Ghichibio, para noenojarasudama,tirandodeunodelosmuslosdelagrullaselodio.Habiendoluego delante de Currado y algunos huéspedes suyos puesto la grulla sinmuslo, y maravillándose Currado de ello, hizo llamar a Ghichibio y lepreguntóquéhabíasucedidoconelotromuslodelagrulla.

Elvenecianomentirosolerespondió:

—Señormío,lasgrullasnotienenmásqueunmusloyunapata.

Currado,entonces,enojado,dijo:

—¿Cómodiablosnotienenmásqueunmusloyunapata?¿Nohevistoyoenmividamásgrullasqueésta?

Ghichibiosiguió:

—Es,señor,comoosdigo;ycuandoosplazcaosloharéverenlasvivas.

Currado,poramoraloshuéspedesqueteníaconsigo,noquisoirmásalládelaspalabras,sinoquedijo:

—Puestoquedicesqueme lomostrarásen lasvivas, cosaquenuncahevistonioídoquefueseasí,quieroverlomañanaporlamañana,ymequedarécontento;perotejuroporelcuerpodeCristoque,sideotramaneraes,teharéazotardemaneraquepor tumal te acordarás siempreque aquí vivasdeminombre.

Terminadas,pues,poraquellatardelaspalabras,alamañanasiguiente,alllegar el día,Currado, a quien no le había pasado la ira con el sueño, llenotodavíade rabia se levantóymandóque le llevasen loscaballosyhaciendomontaraGhichibioenunamula,haciaunríoencuyariberasiempresolía,alhacersededía,versealasgrullas,lollevó,diciendo:

—Prontoveremosquiénhamentidoayertarde,sitúoyo.

Ghichibio viendo que todavía duraba la ira de Currado y que tenía queprobar su mentira, no sabiendo cómo podría hacerlo, cabalgaba junto aCurradoconelmayormiedodelmundo,ydebuenaganasihubiesepodidosehabríaescapado;peronopudiendo,orahaciaatrás,orahaciaadelanteyalosladosmiraba,yloqueveíacreíaqueerangrullassobresusdospatas.

Pero llegadosyacercadel río,antesquenadieviosobresu riberapor lomenosunadocenadegrullasqueestaban sobreunapatacomosuelenhacercuandoduermen.Porloque,rápidamentemostrándolasaCurrado,dijo:

—Muybienpodéis, señor, ver que ayer nocheosdije la verdad, que lasgrullasnotienensinounmusloyunapata,simiráisalasquealláestán.

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Currado,viéndolas,dijo:

—Espératequeteenseñaréquetienendos.—Yacercándoseunpocomásaellas,gritó—:¡Hohó!

Conelcualgrito,sacandolaotrapata,todasdespuésdedaralgunospasoscomenzaronahuir;conloqueCurrado,volviéndoseaGhichibio,dijo:

—¿Quéteparece,truhan?¿Teparecequetienendos?

Ghichibio, casi desvanecido, no sabiendo élmismode dónde le venía larespuesta,dijo:

—Señor, sí, perovosno le gritasteis «¡hohó!», a la de anoche: que si lehubieseisgritado,habríasacadoelotromusloylaotrapatacomohacenéstas.

A Currado le divirtió tanto la respuesta, que toda su ira se convirtió enfiestasyrisa,ydijo:

—Ghichibio,tienesrazón:debíahaberlohecho.

Así pues, con su rápida y divertida respuesta, evitó la desgracia y sereconcilióconsuseñor.

NOVELAQUINTA

MicerForesedeRábattayelmaestroGiotto,pintor,viniendodeMugello,mutuamenteseburlandesumezquinaapariencia.

AlcallarseNeifile,habiendogustadomuchoalasseñoraslarespuestadeGhichibio,asíhablóPánfiloporvoluntaddelareina:

Carísimas señoras, sucede con frecuencia que, así como la fortuna bajovilesoficiosalgunasvecesocultagrandestesorosdevirtud,comohacepocofue mostrado por Pampínea, también bajo feísimas formas humanas seencuentranmaravillosos talentos escondidos por la naturaleza. La cual cosamuy aparente fue en dos de nuestros conciudadanos sobre los que entiendohablar brevemente: porque el uno, quemicer Forese deRábatta se llamaba,siendobajodeestaturaydeforme,conunacaratanaplastadayretorcidaquehubieraparecidodeformeacualquierade losBaronciquemásdeformada latuvo, tuvo tanto talentopara las leyesquepormuchoshombresdevalor fuereputadoalmacéndeconocimientosciviles;yelotro,cuyonombrefueGiotto,fuedeingeniotanexcelentequeningunacosadelanaturaleza(madredetodaslas cosas y alimentadora de ellas con el continuogirar de los cielos) con elestilo,laplumaoelpincelhabíaquenopintasetansemejanteaellaquenoyasemejantesinomásbienellamismapareciese,encuantomuchasvecesenlas

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cosas hechas por él se encuentra que el vivísimo juicio de los hombres seequivocacreyendoserverdaderoloqueespintado.

Yporello,habiendoélhechotornaralaluzaquelartequemuchossiglosbajo loserroresajenos (quemásparadeleitar losojosde los ignorantesquepara complacer al intelecto de los sabios pintan) había estado sepultada,merecidamentepuededecirsequeesunadelaslucesdelaflorentinagloria;ytantomáscuantoque,conlamayorhumildad,viviendosiempreenellacomomaestrode lasartes, laconquistórehusandosiempreser llamadomaestro;elcual título, por él rechazado, tanto más resplandecía en él cuanto más erausurpado con avidez mayor por quienes menos sabían que él o por susdiscípulos.Peropormuygrandequefuesesuarte,noeraélenlapersonayelaspectoennadamáshermosodeloqueeramicerForese.Perovolviendoalahistoriadigoque:

TeníanenMugellomicerForeseyGiottosusposesiones;yhabiendoidomicerForeseaver lassuyaseneste tiempodelveranoenque los tribunalestienen vacaciones, y volviendo por acaso sobre un mal rocín de alquiler,encontróalyadichoGiotto,elcualsemejantemente,habiendovistolassuyas,sevolvíaaFlorencia;elcualnienelcaballonienlosarreosestandoennadamejor que él, como viejos que eran, avanzando poco a poco, se juntaron.Sucedió,comomuchasvecesenelveranovemossuceder,quelesalcanzóunasúbitalluvia,delaquelomásprontoquepudieronserefugiaronencasadeunlabradoramigoyconocidode losdos.Pero luegodeunrato,no llevandoelaguaaspectodepararyqueriendoellosllegareneldíaaFlorencia,pidiendoprestadasallabradordosviejascapasdepañoromañésydossombrerostodosroídosporeltiempo,porquemejoresnohabía,comenzaronacaminar.

Ahora, habiendo andado algo, y viéndose todos mojados y, por lassalpicaduras que los rocines hacen engran cantidad con las patas, llenosdebarro,cosasquenosuelenañadirningúnhonor,aclarandountantoeltiempo,ellos,quelargamentehabíanvenidocallados,empezaronaconversar.YmicerForese,cabalgandoyescuchandoaGiotto,queeraexcelentísimoconversador,comenzóaconsiderarlodeladoydefrenteyportodaspartes;yviéndolotodotandeslustradoytanmezquino,sinconsiderarseasímismo,comenzóareírseydijo:

—Giotto, ¿cuándo, si viniese a nuestro encuentro algún forastero quenunca te hubiera visto, crees tú que pensaría que eras el mejor pintor delmundo,comoeres?

Giottolerespondióprestamente:

—Señor,creoquelocreeríacuandomirándoosavoscreyesequesabíaiselabecé.

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Lo que, oyendomicer Forese, su error reconoció y se vio pagado en lamismamonedaconquehabíavendidolasmercancías.

NOVELASEXTA

PruebaMicheleScalzaaalgunosjóvenesquelosBaroncisonloshombresmásnoblesdelmundoydelultramaryganaunacena.

Todavía reían, las señoras con la buena y rápida respuesta de GiottocuandolareinaordenóseguiraFiameta,lacualcomenzóahablarasí:

Jóvenesseñoras,elhaberrecordadoPánfiloalosBaronci,aquienestalveznoconocisteiscomoélconoció,mehatraídoalamemoriaunahistoriaenlacualcuántaseasunoblezasemuestrasindesviarnosdenuestropropósito;yporellomeplacecontarla.

Nohapasadomucho tiempodesdequeennuestraciudadhuboun jovenllamado Michele Scalza, que era el más agradable y divertido hombre demundo,y teníaentremanoslashistoriasmásextravagantes;por lacualcosalos jóvenes florentinos estimaban mucho, cuando se reunían en compañíapodercontarconél.Ahora,sucedióundíaque,estandoélconalgunosmásenMontughi,empezóentreellosunadisputasobrecuálesseríanloshombresmásnoblesdeFlorenciaylosmásantiguos;deloscualesalgunosdecíanquelosUberü y otros los Lamberü, y quién uno y quién otro, según les venía alánimo.

YoyéndolosScalza,comenzóareírsesarcásticamenteydijo:

—Idos por ahí, idos, que sois unos bobos; no sabéis lo que decís: loshombres más nobles y los más antiguos, no en Florencia sino en todo elmundo y en ultramar son losBaronci, y en esto están de acuerdo todos losfilósofos y todo hombre que los conoce comoyo; y para que no creáis quehablodeotrososdigoquesonlosBaroncivuestrosvecinosdeSantaMaríalaMayor

Cuando los jóvenes, que esperaban que dijera otra cosa, oyeron esto, seburlarondeéltodos,ydijeron:

—Quieresatraparnospor tontos,comosinoconociésemosa losBaroncicomotú.

DijoScalza:

—No,porelEvangelio,sinoquedigolaverdad,ysiaquíhayalgunoquequieraapostarunacenaapagarlaquiengane,yoapostarédegrado;aúnharé

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más,quemesometeréalasentenciadequienqueráis.

Entrequienesdijouno,quesellamabaNeriVannini:

—Yoestoydispuestoaganaresacena.

Y poniéndose de acuerdo en tener por juez a Piero de los Fioretino, encuya casa estaban, y yéndose a buscarle, y todos los otros detrás para verperderaScalzayburlarsedeél,lecontarontodolodicho.

Piero, que era discreto joven, oída primeramente la explicación deNeri,volviéndosehaciaScalzaluego,dijo:

—¿Ycómopodrásdemostrarestoqueafirmas?

DijoScalza:

—¿Quecómo?Lomostrarécontalargumentoquenosólotúsinotambiénésteque loniegadiráquedigoverdad.Sabéisque,cuantomásantiguossonloshombresmásnoblesson,yasídecíanéstoshacepoco;ylosBaroncisonmásantiguosquecualquieraotrohombre,porloquesonmásnobles;ysiosdemuestrocómosonmásantiguossindudahabréganado ladisputa.Debéissaberque losBaronci fueroncreadosporDiosenel tiempoenqueélhabíacomenzadoaaprenderapintar,perolosotroshombresfueronhechosdespuésdequeNuestroSeñorsupopintar.Ysidigolaverdadenesto,pensadenlosBaronciyen losdemáshombres.Mientrasa todos losdemásveréiscon losrostros bien compuestos y debidamente proporcionados, podréis ver a losBaronciconlacaramuylargayestrecha,yalgunoquelatieneanchamásalláde toda conveniencia, y tal con la nariz muy larga y tal con ella corta, yalgunosconelmentónhaciaafueraometidohaciaadentro,yconquijadasqueparecendeasno,yloshayquetienenunojomayorqueelotro,yaunquientieneunomásaltoqueelotro,comosuelenser lascarasquepintanprimerolosniñosqueaprendenadibujar;porlocual,comoyahedicho,bastantebiensevequeNuestroSeñor loshizocuandoaprendíaapintar,por loqueéstossonmásantiguosquelosotros,yporellomásnobles.

DelocualacordándosePieroqueeraeljuezyNeriquehabíaapostadolacena, y acordándose todos los demás también, y habiendo oído el divertidoargumentodeScalza,empezaronareírseyaafirmarqueScalzateníarazónyquehabíaganadolacenayqueconseguridadlosBaroncieranlosmásnoblesymásantiguosquehabía,noyaenFlorenciasinoenelmundoyenultramar.YporellocontodarazónPánfilo,queriendomostrarlafealdaddelrostrodemicerForese,dijoquehabríasidohorribleenunodelosBaronci.

NOVELASÉPTIMA

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DoñaFilipa,encontradaporsumaridoconunamante,llamadaajuicio,conunaprontaydivertidarespuestaconsiguesulibertadyhacecambiar

lasleyes.

YasecallabaFiametaytodosreíanaúndelingeniosoargumentousadoporScalza para ennoblecer sobre todos los otros a losBaronci, cuando la reinamandóaFilostratoquenovelase;yélcomenzóadecir:

Valerosasseñoras,buenacosaessaberhablarbienentodaspartes,peroyojuzgoqueesbuenísimosaberhacerlocuandolopidelanecesidad;loquetanbien supo hacer una noble señora sobre la cual entiendo hablaros que nosolamente a diversión y risa movió a los oyentes, sino que a sí misma sedesatódeloslazosdeunainfamantemuerte,comooiréis.

En la ciudad de Prato había antes una ley, ciertamente no menoscondenable que dura, que, sin hacer distinción, mandaba que igual fueraquemada la mujer que fuese por el marido hallada en adulterio con algúnamante como la que por dinero con algún otro hombre fuese encontrada.Ymientrashabíaesta leysucedióqueunanobleseñora,hermosayenamoradamásqueningunaotra,cuyonombreeradoñaFilipa,fuehalladaensupropiaalcoba una noche por Rinaldo de los Pugliesi, su marido, en brazos deLazarino de los Guazzagliotri, joven hermoso y noble de aquella ciudad, aquien ella como a símisma amaba y era amada por él; la cual cosa viendoRinaldo,muyenfurecido,aduraspenassecontuvodeecharseencimadeellosy matarlos, y si no hubiese sido porque temía por sí mismo, siguiendo elímpetudesuiralohabríahecho.

Sujetándose,pues,enesto,nosepudosujetardequererqueloqueaélnoleeralícitohacerlohicieselaleypratense,esdecir,matarasumujer.Yporello,teniendoparaprobarlaculpadelamujermuyconvenientestestimonios,al hacerse de día, sin cambiar de opinión, acusando a su mujer, la hizodemandar.La señora,quedegranánimoera, comogeneralmente suelen serquienes enamoradas estándeverdad, aunquedesaconsejándoselomuchosdesus amigos y parientes, decidió firmemente comparecer y mejor querer,confesando la verdad,morir con valiente ánimo que vilmente, huyendo, sercondenadaalexilioporrebeldíaydeclararseindignadetalamantecomoeraaquélencuyosbrazoshabíaestadolanocheanterior.Ymuybienacompañadademujeresydehombres,por todosexhortadaaquenegase, llegadaanteelpodestá, preguntó con firme gesto y con segura voz qué quería de ella. Elpodestá,mirándolayviéndolahermosísimaymuyadmirableensusmaneras,ydegranánimosegúnsuspalabras testimoniaban,sintiócompasióndeella,temiendoquefueraaconfesarunacosaporlacualtuvieseélquehacerlamorirsiqueríaconservarsureputación.

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Peronopudiendodejardepreguntarleaquellodequeeraacusada,ledijo:

—Señora,comoveis,aquíestáRinaldovuestromaridoysequerellacontravos,aquiendicequehaencontradoenadulterioconotrohombre,yporellopidequeyo,segúnunaleydispone,haciéndoosmoriroscastigue;peroyonopuedo hacerlo si vos no confesáis, y por ello cuidaos bien de lo que vais aresponder,ydecidmesiesverdadaquellodequevuestromaridoosacusa.

Laseñora,sinamedrentarseunpunto,convozasazplacentera,repuso:

—Señor, esverdadqueRinaldoesmimaridoyque lanochepasadameencontró en brazos de Lazarino, en los quemuchas veces he estado por elbuenyperfectoamorquele tengo,yestonuncalonegaré.Perocomoestoysegura que sabéis, las leyes deben ser iguales para todos y hechas conconsentimientodeaquéllosaquienesafectan;cosasquenoocurrenconésta,que solamente obliga a las pobrecillas mujeres, que mucho mejor que loshombrespodríansatisfaceramuchos;yademásdeesto,noyaningunamujer,cuandosehizo, leprestóconsentimientosinoqueningunafueaquí llamada;porlascualescosasmerecidamentepuededecirsequeesmala.Ysiqueréisenperjuiciodemicuerpoydevuestraalmaserejecutordeella, avos lodejo;pero antes de que procedáis a juzgar nada, os ruego queme concedáis unapequeñagracia,queesquepreguntéisamimaridosiyo,cadavezycuantasvecesélquería,sindecirlenuncaqueno,leconcedíatododemímismaono.

A lo que Rinaldo, sin esperar a que el podestá se lo preguntase,prestamente repuso que sin duda alguna su mujer siempre que él la habíarequeridolehabíaconcedidocuantoquería.

—Pues—siguiórápidamentelaseñora—yoospregunto,señorpodestá,siélhatomadodemísiempreloquehanecesitadoylehagustado,¿quédebíahaceryo(odebo)conloquemesobra?¿Deboarrojarloalosperros?¿Noesmuchomejorservírseloaunhombrenoblequemeamamásqueasímismoquedejarquesepierdaoseestropee?

Estabanallíparasemejanteinterrogatoriodetanfamosaseñoracasitodoslospratensesreunidos,loscuales,aloírtanagudarespuesta,enseguida,luegodemucho reír, a una voz gritaron que la señora tenía razón y decía bien; yantesdequesefuesendeallí,exhortándolesaelloelpodestá,modificaronlacruel ley y dejaron que solamente se refiriese a lasmujeres que por dinerofaltasencontrasusmaridos.PorlacualcosaRinaldo,quedándoseconfusocontan loca empresa, se fue del tribunal; y la señora, alegre y libre, del fuegoresucitada,asucasasevolvióllenadegloria.

NOVELAOCTAVA

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Frescoaconsejaasusobrinaquenosemirealespejosilosfastidiososleerantanmolestosdevercomodecía.

La historia contada por Filostrato primero ofendió con alguna vergüenzaloscorazonesdelasseñorasqueescuchaban,yconelruborqueaparecióensurostro dieron de ello señal; y luego, mirándose la una a la otra, apenaspudiendo contener la risa, la escucharon riendo a escondidas.Pero luegodequellegóelfin,lareina,volviéndoseaEmilia,leordenóquesiguiese;lacual,nodeotromodoquesiselevantasededormir,suspirando,comenzó:

Atrayentes jóvenes, porque un largo pensamientome ha tenido un buenratolejosdeaquí,paraobedeceranuestrareina,talvezconunamuchomáscorta historia de lo que lo habría hecho si hubiese tenido ánimo, cumpliré,contándooseltontoerrordeunajovencorregidoporunasingeniosaspalabrasdeuntíosuyosiellahubierasidocapazdeentenderlo.

Uno, pues, que se llamó Fresco de Celático, tenía una sobrina llamadacariñosamenteCesca, lacual,aunque tuviesegallarda figuray rostro,noerasinembargodeesosangelicalesquemuchasvecesvemos,peroentantoytannoblesereputabaquehabíatomadoporcostumbrecensuraraloshombresylasmujeresytodaslascosasqueveíasinmirarseennadaasímisma,queeramuchomásfastidiosa,cansinayenfadosaqueninguna,porqueasugustonadapodíahacerse;ytanaltaneraera,ademásdetodoesto,quesihubierasidohijadelreydeFranciahabríasidoexcesivo.Ycuandoibaporlacalletantoleolíaaquemadoquenohacíasinotorcerelgestocomosilellegarahedordeaquéla quien viera o encontrara. Ahora, dejando otras muchas costumbres suyasdesagradablesyfastidiosas,sucedióundíaque,habiendovueltoacasa,dondeFresco estaba, y sentándose frente a él, toda deshecha en dengues no hacíasinosuspirar;porloquepreguntándoleFrescoledijo:

—Cesca,¿quéesesto,quesiendohoyfiestahasvueltotanprontoacasa?

Aquien,hechamelindres,lerespondió:

—Esverdadquemehevenidotempranoporquenocreoquenuncaenestaciudad han sido los hombres y lasmujeres tan fastidiosos ymolestos comohoy,ynohaynadieenlacallequenomedesagradecomolamalaventura;yno creo que haya mujer en el mundo a quien más fastidie ver a la gentedesagradablequeamí,ypornoverlamehevenidotanpronto.

Fresco, a quien grandemente desagradaban las maneras afectadas de lasobrina,dijo:

—Hija, si así te molestan los fastidiosos como dices, si quieres vivircontenta,notemiresnuncaalespejo.

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Peroella,máshuecaqueunacañayaquienleparecíaigualaraSalomóneninteligencia,nodeotramaneraquehubiesehechounborregoentendiólasacertadaspalabrasdeFresco;contestóquelegustabamirarsealespejocomoalasdemás;yasíensuignoranciasiguió,ytodavíasigue.

NOVELANOVENA

GuidoCavalcantiinjuriacortésmenteconunaspalabrasingeniosasaalgunoscaballerosflorentinosquelohabíansorprendido.

Advirtiendo la reinaqueEmilia sehabíadesembarazadode suhistoriayque a nadie quedaba por novelar sino a ella, excepto a aquél que tenía elprivilegiodedecirlaalfinal,asícomenzóadecir:

Aunque, gallardas señoras, hoy me habéis quitado más de dos historiasentrelasqueyohabíapensadocontaruna,nohadejadodequedarmeunaparacontarencuyaconclusiónsecontienentalespalabrasquetalvezningunassehancontadodetantasabiduría.

Debéis, pues, saber que en tiempos pasados había en nuestra ciudadmuchas bellas y encomiables costumbres (de las cuales hoy no ha quedadoningunaporcausadelaavariciaqueenellahacrecidoconlasriquezas,quehadesterradoatodas)entrelascualeshabíaunasegúnlacualendiversoslugaresde Florencia se reunían los nobles de los barrios y hacían grupos de ciertonúmero, cuidando de poner en ellos a quienes soportar pudiesencumplidamentelosgastos,yhoyunomañanaotro,yasísucesivamentetodosinvitabanacomer,cadaunoeldíaquelecorrespondiese,atodoelgrupo;yalamesafrecuentementeinvitabananoblesforasteros,cuandoallíllegaban,oaotrosciudadanos;ytambiénsevestíandelamismamaneraalmenosunavezalaño;yjuntoslosdíasfestivoscabalgabanporlaciudad,yavecesjustaban,ymáximamente en las fiestas principales o cuando alguna noticia alegre devictoriaodeotracosahubierallegadoalaciudad.

EntrelascualescompañíashabíaunademicerBettoBrunelleschi,alaquemicerBettoyloscompañerossehabíanesforzadomuchoporatraeraGuido,demicerCavalcantidelosCavalcanti,nosinrazón,porqueademásdequeeraunodelosmejoreslógicosquehubieraensutiempoenelmundoyunóptimofilósofonatural(cosasdelascualespococuidabalacompañía)fuetandonosoycortésyelocuentehombreque todo loquequeríahacerydeunnobleerapropio,supohacerlomejorquenadie;yademásdeestoerariquísimoylomásque pueda decir la lengua sabía honrar a quien le parecía que valiese. PeromicerBettonuncahabíapodidotenerloycreíaélconsuscompañerosqueello

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ocurríaporqueGuido,ensusespeculaciones,muchasvecesmuchoseabstraíade los hombres; y porque en algunas cosas compartía las opiniones de losepicúreossedecíaentrelagentevulgarqueestasespeculacionessuyasestabansolamenteenbuscarsipodíaprobarqueDiosnoexistía.

Ahora,sucedióundíaque,habiendosalidoGuidodeOrtoSanMicheleyviniendoporelcorsode losAdimarihastaSanGiovanni,quemuchasveceserasucamino,estandoallíesossepulcrosgrandesdemármolquehoyestánenSantaReparatayotrosmuchosalrededordeSanGiovanni,yestandoélentrelas columnas de pórfido que allí hay y aquellas tumbas y la puerta de SanGiovanni,quecerradaestaba,micerBettoconsucompañíaacaballo,viendoaGuidoallíentreaquellassepulturas,dijeron:

—Vamosagastarleunabroma.

Y espoleados los caballos, a guisa de un asalto bullicioso estuvieronencimacasiantesdequeélsedieracuenta,ycomenzaronadecirle:

—Guido,túteniegasaentrarennuestracompañía;perodi,cuandohayasencontradoqueDiosnoexiste,¿quéharás?

AquienesGuido,viéndoserodeadoporellos,prestamentedijo:

—Señores,envuestracasapodéisdecirmetodoloqueosplazca.

Yponiendolamanosobreunadeaquellastumbas,queerangrandes,comoagilísimoqueeradiounsaltoysepusodelotroladoy,librándosedeellos,sefue.Ellossequedarontodosmirándoseunosaotrosycomenzaronadecirqueera un aturdido y que lo que había contestado no quería decir nada, siendocomoeraqueallídondeestabannoteníanellosnadamásquehacerquetodoslosdemásciudadanos,ynoGuidomenosqueningunodeellos.

MicerBetto,volviéndoseaellos,dijo:

—Los aturdidos sois vosotros si no lo habéis entendido: nos ha dichocortésmenteyconpocaspalabraslamayorinjuriadelmundo,porque,sibienlomiráis,estassepulturassonlascasasdelosmuertos,porqueenellasselospone y se quedan los muertos; las cuales dice que son nuestra casa, y nosprueba que nosotros y los demás hombres incultos y no letrados somos, encomparacióndeélydelosotroshombresdeciencia,peorquemuertos,yporelloalestaraquíestamosennuestracasa.

Entonces todos entendieron lo que Guido había querido decir, yavergonzándose,nuncamáslegastaronbromas;ytuvieronenadelanteamicerBettoporsutilyentendidocaballero.

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NOVELADÉCIMA

FrayCebollaprometeaalgunoscampesinosmostrarleslaplumadelángelGabriel;alencontrarenlugardeellaunoscarbones,dicequeson

deaquellosqueasaronaSanLorenzo.

Habiendo todos los de la compañía completado sus historias, conocióDioneoque a él le tocaba tener que contar; por la cual cosa, sin demasiadoesperarunmandatosolemne,impuestosilencioaquieneslasagudaspalabrasdeGuidoalababan,comenzó:

Graciosasseñoras,aunquetengaporprivilegiopoderhablardeloquemásme agrade, no entiendo hoy querer separarme de aquella materia de quevosotras todas habéismuy apropiadamente hablado; sino siguiendo vuestrashuellasentiendomostraroscuáncautamenteconunsúbitoexpedienteunodelosfrailesdeSanAntonioescapóaunaburlaquepordosjóveneslehabíasidopreparada. Y no deberá seros penoso que, para bien contar la historiacompleta,algomeextiendaalhablar,simiráisalsolquetodavíaestáenmitaddelcielo.

Certaldo,comotalvezhabéispodidooír,esunburgodeValdelsasituadoen nuestros campos el cual, aunque sea pequeño, estuvo antiguamentehabitado por hombres nobles y acaudalados; al cual, porque se encontrabanbuenospastos, acostumbrabaa ir durantemucho tiempo, todos los añosunavez,arecogerlaslimosnasqueledabanlostontos,unfrailedeSanAntoniocuyonombreera frayCebolla, talveznomenosporelnombrequeporotradevociónbienvistoallí,comoseaqueaquelterrenoproducecebollasfamosasen toda Toscana. Era este fray Cebolla pequeño de persona, de pelo rojo yalegregesto,ylomáscampechanodelmundo;yademásdeesto,noteniendoninguna ciencia, tan óptimo hablador y rápido que quien no lo hubieraconocidono solamente lo habría estimadopor gran retórico sinoquehabríadichoqueeraelmismoTuliootalvezQuintiliano;ycasidetodoslosdelacomarcaeracompadreoamigoobienquisto.

Elcual,segúnsucostumbre,enelmesdeagostoallísefueunavezentreotrasyundomingoporlamañana,habiendotodoslosbuenoshombresylasmujeres de las aldeas de alrededor venido amisa a la parroquia, cuando leparecióoportuno,avanzandohaciaellos,dijo:

—Señoresyseñoras,comosabéis,vuestracostumbreesmandartodoslosaños a los pobres del barón señor SanAntonio algo de vuestro grano y devuestras mieses, quién poco y quién mucho, según sus posibilidades y sudevoción, para que el beato San Antonio os guarde vuestros bueyes y losburrosylasovejas;Yademásdeesto,soléispagar,yespecialmentequienesanuestra cofradía están apuntados, esa pequeña cuota que se paga una vez al

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año.Pararecogerlascualescosashesidomandadopormisuperior,esdecir,por el señor abad; y por ello con la bendición de Dios, después de nona,cuandooigáistocarlascampanillas,venidaquífueradelaiglesia,dondeyoosecharéelsermónalmodousadoybesaréislacruz;yademásdeesto,porqueséquetodossoisdevotísimosdelbarónSanAntonio,comograciaespecialosmostraréunasantísimaybellareliquia,queyomismohetraídodetierrasdeultramar, y es una de las plumas del ángel Gabriel, que en la alcoba de laVirgenMaríasequedócuandovinoavisitarlaaNazaret.

Ydichoestosecallóyvolvióasumisa.Había,cuandofrayCebolladecíaestascosas,entreotrosmuchosjóvenesenlaiglesia,dosmuyastutos,llamadoelunoGiovannidelBragonierayelotroBiagioPizzini, loscuales, luegodeque algún tanto se hubieron reído entre sí de la reliquia de fray Cebolla,aunque eran muy amigos suyos y de su compañía, se propusieron hacerlealguna burla con esta pluma. Y habiendo sabido que fray Cebolla por lamañanaalmorzabaenel castillo conunamigo suyo, al sentirlo sentadoa lamesa sebajarona la calleyal alberguedondeestabahospedadoel fraile sefueron,conelpropósitodequeBiagiodebíadarconversaciónalcriadodefrayCebollayGiovannidebíaentrelascosasdelfrailebuscaraquellapluma,fueselaquefuese,yquitársela,paraverquédecíaélalpueblodeesteasunto.

Tenía frayCebolla un criado a quien algunos llamabanGuccioBalenayotrosGuccioImbratta,yquienledecíaGuccioPorco,elcualeratanfeoqueno es verdad que LippoTopo pintase a alguien semejante.Del quemuchasvecesfrayCebollaacostumbrabaareírseconsucompañíayadecir:

—Mi criado tiene nueve cosas tales que si una cualquiera de ellas seencontrase en Salomón, en Aristóteles o en Séneca tendría la fuerza deestropeartodosuentendimiento,todasuvirtud,todasusantidad.¡Pensadquéhombredebeserésteenquiénnivirtud,nientendimientonisantidadalgunahay,habiendonuevecosas!

Y siendo alguna vez preguntado que cuáles eran estas nueve cosas, yhabiéndolaspuestoenverso,respondía:

—Oslasdiré:escalmoso,pringosoymentiroso;negligente,desobedienteymalediciente;descuidado,desmemoriadoymaleducado,sincontarconquetienealgunosdefectillos,ademásdeéstosquemejorescallarlos.Yloqueessumamenterisibledesusasuntosesqueentodoslossitiosquieretomarmujeryarrendarunacasa,yteniendolabarbalargaynegraygrasientaleparecequeestanhermosoyplacenteroquecreequecuantasmujereslevenseenamorandeélysiseledejaseandaríadetrásdetodasperdiendolascalzas.Yesverdadquemeesdegranayudaporquenuncahaynadiequemequierahablartanensecretoqueélnoquieraoírsuparte,ysisucedequemepreguntenalgunacosasientetantomiedodequeyonoseparesponderqueprestamenterespondeélsí

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ono,segúnjuzgaqueconviene.

Aéste,aldejarloenelalbergue,frayCebollalehabíamandadoquemirasebien que nadie tocase sus cosas, y especialmente sus alforjas que es dondeestabanlascosassagradas;peroGuccioImbratta,quemásgustabadeestarenlacocinaqueelruiseñorsobrelasverdesramas,ymáximamentesiaalgunasirvientaolíaporallí,habiendovistoaunadelhospedero,grasientaygruesaypequeñaymalhecha,conunpardetetasqueparecíandoscanastasdeabonoyconunacaraqueparecíadelosBaronci,todasudada,mugrientayahumada,no de otro modo que el buitre se arroja sobre la carroña, abandonando lacámaradefrayCebollaytodassuscosas,allásedejócaer.

Yaunque fueseagosto, sentándose juntoal fuegocomenzóconésta,queNutateníapornombre,aentrarenconversaciónyadecirlequeélerahombrenoblepordelegaciónyqueteníamásdemillaresdeflorines,sincontarconlosqueteníaquedaraotroqueeranmásomenoslosmismos,yquesabíahacerydecirtantasmáscosasquenieldómineunquanque.Ysinmiraruncapuzsuyoque tenía tanta grasa que habría servido para condimentar la caldera deAltopascio,yasujubonzuelorotoyremendado,yalrededordelcuelloybajolos sobacosesmaltadodemugreconmásmanchasymáscoloresquenuncatuvieronlospañostártarosoindiosyasuszapatillastodasrotasyalascalzasdescosidas,ledijo,comosihubierasidoelseñordeChâtillon,quequeríadarlevestidosypulirlaysacarladeaquellaesclavituddeestarencasaajena,ysintener grandes posesiones, ponerla en estado de esperar mejor fortuna; ymuchas otras cosas, las cuales, por muy afectuosamente que las dijese,convertidasenairecomoocurríaconlamayoríadesusempresas,sequedaronennada.

Encontraron,así,losdosjóvenesaGuccioPorcoocupadoconNuta;delacual cosa contentos, porque la mitad del trabajo se ahorraban, noimpidiéndoselonadie,enlacámaradefrayCebolla,queencontraronabierta,entrados,laprimeracosaquecogieronparabuscarenellafuelaalforjadondeestabalapluma;yabiertalacual,encontraronenungranpaquetedecendalesenvuelta una pequeña arqueta donde, abierta, encontraron una pluma deaquéllasde lacoladeunpapagayo,quepensaronquedebíaser laquehabíaprometidomostraraloscertaldeños.Yciertamentepodíaenaquellostiemposfácilmente hacérselo creer, porque todavía los lujos de Egipto no habíanllegadoaToscanasinoenpequeñacantidadynocomodespuésengrandísimaabundancia,conruinadetodaItaliahanllegado;ysieranpococonocidosenaquella comarca, no eran nada conocidos por los habitantes; sino que,conservándose todavía la rudahonestidadde los antiguosno sólonohabíanvistopapagayos,sinoquenidelejoslamayorpartenuncahabíanoídohablardeellos.

Contentos,pues,losjóvenesdehaberencontradolapluma,lacogieron,y

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para no dejar la arqueta vacía, viendo carbones en un rincón de la cámara,llenaronconelloslaarqueta;ycerrándolaycerrandotodaslascosascomolashabíanencontrado,sinhabersidovistos,sefueroncontentosconlaplumaysepusieron a esperar lo que frayCebolla, al encontrar carbones en lugar de lapluma, iba a decir. Los hombres y las mujeres sencillos que estaban en laiglesia,aloírque ibanaver laplumadelarcángelGabrieldespuésdenona,terminadalamisasevolvieronacasa;ydiciéndoselodeunvecinoaotroydeuna comadre a otra, al terminar todos de almorzar, tantos hombres y tantasmujeresacudieronalcastilloqueapenascabíanallí,esperandocondeseodeveraquellapluma.

Fray Cebolla, habiendo almorzado bien y luego dormido un rato, selevantó un poco después de nona y sintiendo que una multitud grande decampesinoshabíavenidoparaverlapluma,mandóadeciraGuccioImbrattaqueallícon lascampanillassubieray trajesesusalforjas.Elcual, luegoquecon trabajode lacocinayde laNuta searrancó, con lascosaspedidas, conlentopaso,allásefue,yllegandoallísinalientoporqueelbeberagualehabíahechohincharsemuchoelcuero,pormandatodefrayCebolla,bajolapuertadelaiglesiasefueycomenzóatocarfuertementelascampanillas.Despuésdequetodoelpueblosereunió,frayCebolla,sinhaberseapercibidodequenadale hubieran tocado, comenzó su sermón y a favor de sus intenciones dijomuchaspalabras;yteniendoquellegaramostrarlaplumadelángelGabriel,diciendo primero con gran solemnidad el Confiteor, hizo encender dosantorchas, y desenrollando delicadamente los cendales, habiéndose quitadoprimero la capucha, fuera sacó la arqueta; y diciendo primeramente unaspalabritas en alabanza y loa del arcángel Gabriel y de su reliquia, abrió laarqueta.Ycuando llenadecarbones lavio,nosospechóqueaquelloGuccioBalenalohubierahechoporquesabíaquenoalcanzabaatanto,nilomaldijopornohabercuidadodequeotronolohiciera;sinoqueseinsultótácitamentepor haberle encomendado la guarda de sus cosas sabiéndolo como lo sabíanegligente,desobediente,descuidadoydesmemoriado;perosinembargo,sincambiardecolor,alzandoelrostroylasmanosalcielodijodemaneraquefueoídoportodos:

—¡Oh,Dios,alabadoseasiempretupoder!

Luego,volviendoacerrarlaarquetayvolviéndosealpueblo,dijo:

—Señores y señoras, debéis saber que siendo yo todavíamuy joven fuienviadoporunsuperiormíoaaquellapartepordondeapareceelsol,ymefueordenadoconmandamientoexpresoquebuscaselosprivilegiosdePorcellana,loscuales,aunquecomoindulgenciasnocostasennada,muchomásútileslessonaotrosqueanosotros;porlacualcosa,poniéndomeencamino,partiendodeVinegiayyendoporelBurgodeGriegosydeallíadelantecabalgandoporelreinodelGarboyporBaldacca,lleguéalParióndedonde,nosinsed,luego

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deuntanto lleguéaCerdeña.¿Peroporquévoydiciéndoos todos lospaísespordóndefuibuscando?Llegué,pasadoelestrechodeSanGiorgio,aEstafiay a Befia, paísesmuy habitados y conmuchas gentes, y de allí llegué a laTierradelaMentira,dondeamuchosdenuestrosfrailesydeotrasreligionesencontré, loscuales todosandabanevitando losdisgustosporamordeDios,pococuidándosedeotrostrabajoscuandoveíanqueperseguíansuutilidad,nogastandomásmoneda que la que no estaba acuñada por aquellos países; ypasandodeallía la tierradelosAbruzzos,dondeloshombresy lasmujeresvansinzuecosporlosmontes,vistiendoalospuercosconsusmismastripas,ypocomásallámeencontréagentesquellevanelpanenlosbastonesyelvinoenlosmorrales,desdedondelleguéalasmontañasdelosvascos,dondetodaslasaguascorrenhaciaabajo.

»Yenresumen,tantoanduvequelleguéhastalaIndiaPastinaca,endondeos juro,porelhábitoque llevo,quevivolara losplumíferos,cosa increíbleparaquiennoloshayavisto;peronomedejementirMasodelSaggioaquienencontréallíhechoungranmercaderquecascabanuecesyvendíalascáscarasalpormenor.Peronopudiendoloqueestababuscandoencontrar,porquedeallíenadelantesevaporelmar,volviéndomeatrás,lleguéaesassantastierrasdonde en el verano os cuesta el pan frío cuatro dineros y el caldo nada oscuesta;yallíencontréalvenerablepadreseñorNon-me-blasméis-si-os-place,dignísimopatriarcadeJerusalén,elcual,porreverenciaalhábitoquesiemprehe llevadodelbarón señorSanAntonio,quisoquevieseya todas las santasreliquiasqueteníajuntoasí,yfuerontantasque,siquisiesedescribirostodasnovendríanatérminoentalmilla;peropornodejarosdesilusionadososdiré,sinembargo,algunas.PrimeramentememostróeldedodelEspírituSantotanenteroysanocomonuncaloestuvo,yeltupédelserafínqueseaparecióaSanFrancisco, y una de las uñas de los querubines, y una de las costillas delVerbum-caripuesto-alajimez,ydelosvestidosdelasantafecatólicayalgunosdelosrayosdelaestrellaqueseaparecióalostresMagosdeOriente,yunaampolla con el sudor de San Miguel cuando combatió con el diablo, y lamandíbula de la muerte de San Lázaro y otras. Y porque yo libremente leentregué las laderas de Montemoreno en vulgar y algunos capítulos delCaprezioque largamentehabíaestadobuscando,élmehizopartícipede sussantas reliquias y me donó uno de los dientes de la santa cruz y en unaampolletaalgodelsonidodelascampanasdeltemplodeSalomónylaplumadelarcángelGabriel,delacualyaoshehablado,yunodeloszuecosdeSanGherardo de Villamagna, el cual yo, no hace mucho, en Florencia di aGherardo de los Bonsi, que tiene en él grandísima devoción; y me dio loscarbones con los que fue asado el bienaventurado mártir San Lorenzo; lascualescosastodasaquíconmigotrajedevotamente,ytodaslastengo.

»Yeslaverdadquemisuperiornuncahapermitidoquelasmostrasehastatantoquenosehacertificadosisonciertasono,peroahoraqueporalgunos

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milagroshechosporellasyporcartasrecibidasdelpatriarcasehaasegurado,me ha concedido la licencia para que os las muestre; pero yo, temiendoconfiárselasanadie,siemprelasllevoconmigo.CiertoquellevolaplumadelarcángelGabriel,paraquenoseestropee,enunaarqueta,yloscarbonesconloscualesfueasadoSanLorenzoenotra,lascualessontansemejanteslaunaa la otra que muchas veces he cogido la una por la otra, y ahora me haocurrido; y creyendo que había traído la arqueta donde estaba la pluma, hetraídoaquéllaendondeestánloscarbones.Loquenoreputocomoerrorsinoque me parece que sea cierto que haya sido la voluntad de Dios y que Élmismohayapuestolaarquetadeloscarbonesenmismanos,acordándomeyohace poco que la fiesta de San Lorenzo es de aquí a dos días; y por ello,queriendo Dios que yo, al mostraros los carbones con los que fue asado,enciendaenvuestrasalmasladevociónqueenéldebéistener,nolaplumaquequería sino los benditos carbones rociados con el humor de aquel santísimocuerpo me hizo coger. Y por ello, hijos benditos, quitaos las capuchas yacercaos aquí devotamente a verlos. Pero primero quiero que sepáis quecualquieraqueporestoscarbonesestocadoconlaseñaldelacruzpuedevivirsegurotodoelañodequenolequemaráfuegoquenosienta.

Y luegoquehubodichoasí, cantandoun laudedeSanLorenzo,abrió laarqueta y mostró los carbones, los cuales luego de que un rato la estúpidamultitudhubomiradoconreverenteadmiración,congrandísimoruidodepiestodos se acercaron a fray Cebolla, y dando mayores limosnas de lo queacostumbraban, que les tocase con ellos le rogaban todos. Por la cual cosa,fray Cebolla, cogiendo aquellos carbones en la mano, sobre sus camisolasblancasysobrelosjubonesysobrelosvelosdelasmujerescomenzóahacerlascrucesmayoresquelecabían,afirmandoquecuantosegastabanalhaceraquellascruceslocrecíandespuésenlaarqueta,comoélhabíaexperimentadomuchas veces. Y de tal guisa, no sin grandísima utilidad suya, habiendocruzadoatodosloscertaldeños,porsurápidainvenciónseburlódeaquellosque,quitándolelapluma,habíanqueridoburlarsedeél.Loscuales,estandoensu sermón y habiendo oído el extraordinario remedio encontrado por él, ycómo se las había arreglado y con qué palabras, se habían reído tanto quehabíancreídoqueselesdesencajabanlasmandíbulas;yluegodequesehuboidoelvulgo,yendoaél,conlamayorfiestadelmundoloquehabíanhecholedescubrieronyluegoledevolvieronsupluma,lacualalañosiguientelevaliónomenosqueaqueldíalehabíanvalidoloscarbones.

EstahistoriadioporigualatodalacompañíagrandísimoplacerysolazymuchoserierontodosdefrayCebollaymáximamentedesuperegrinaciónydelasreliquiastantovistasporélcomotraídas;lacualsintiendolareinaquehabíaacabado,eigualmentesuseñorío,poniéndoseenpie,sequitólacoronay,riendo,selapusoenlacabezaaDioneoydijo:

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—Estiempo,Dioneo,quealgopruebes lacargaquees tenerqueguiarygobernaralasmujeres;sé,pues,rey,yreinadetalmaneraquealfinaldetugobiernoloalabemos.

Dioneo,recibiendolacorona,repusoriendo:

—Muchasvecespodéishabervistoreyesdeajedrezquesonmáspreciososdeloqueyosoy;yporciertoquesimeobedecieseiscomoaunverdaderoreyseobedece,osharíagozardeaquellosinlocualesverdadqueningunafiestaestotalmentealegre.Perodejemosestaspalabras;gobernarécomopueda.

Yhaciendo,segúnlacostumbreusada,veniralsenescal,loqueteníaquehacermientrasdurasesuseñoríolemandó;yluegodijo:

—Valerosas señoras, de diversas maneras se ha hablado aquí tanto delingeniohumanoyde losvariossucesosque, si laseñoraLiciscanohubiesevenidoaquíhaceunrato(queconsuspalabrasmehadadolamateriadelasfuturasnarracionesdemañana) temoquemehubieracostadomucho tiempoencontrartemasobreelquehablar.Ella,comohabéisoído,dijoquenoteníauna vecina que hubiera ido doncella a su marido, y añadió que bien sabíacuántas y cuáles burlas seguían las casadas haciendo a sus maridos. Perodejandolaprimeraparte,queescosadecriaturas,piensoquelasegundadebaserdivertidaparahablardeella,yporelloquieroquemañanasedigan,puestoque la señora Licisca nos ha dado el motivo, burlas que por amor o porsalvación suya han hecho las mujeres a sus maridos, habiéndose ellosapercibidoono.

Hablardetalmateriaparecíaaalgunasdelasdamasquenoeraapropiadopara ellas y le rogaban que cambiase el tema propuesto; a quienes el reyrespondió:

—Señoras, sé loqueheordenadomejorquevosotras,ydeordenarlonomepodréisapartarporloquequeréismostrarme,considerandoqueestamosentales tiempos que con guardarse los hombres y las mujeres de obrardeshonestamentetodaconversaciónestápermitida.Pues¿nosabéisqueporlaperversidad de esta temporada los jueces han abandonado los tribunales, lasleyes tanto divinas como humanas están calladas y amplia licencia paraconservar la vida se ha concedido a cada uno? Por lo que, si algo se relajavuestrahonestidad al hablar, nopara seguir con lasobrasnadadesordenadosinoparadeleitedelosdemásyvuestro,noveoconquéargumentoospuedaenelporvenir ser reprochadopornadie.Ademásdeesto,nuestracompañía,desdeelprimermomentohastaestahorahonestísima,pornadaquesediganomeparecequeenningúnacto semancheni seamanchada, con la ayudadeDios. Además, ¿quién no conoce vuestra honestidad? La cual no ya lasconversaciones divertidas sino el terror de la muerte creo que no podríadesalentar.Ypordecirverdad,quiensupieraquedejasteisdehablardeestas

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chanzasalgunavezacasosospecharíaquefueseisculpablesdeloqueteníaisquenarraryqueporellonoquisisteis.Sincontarconquebienmehonraríaissi habiendo yo obedecido a todas, ahora, habiéndome hecho vuestro rey,quisierais imponerme la leyynohablarde loqueyoordenase.Dejad,pues,este temormás propio de ánimos bajos que de los nuestros, y buena suertetengacadaunaenpensarunabuenahistoria.

Cuandolasseñorasestohubieronoídodijeronquefueraasícomoaél lepluguiese;porloqueelreyhastalahoradelacenadioacadaunolicenciadehacerloquegustase.

Estabaelsoltodavíamuyaltoporquelasnarracioneshabíansidobreves;por lo que, habiéndose Dioneo con los otros jóvenes puesto a jugar a lastablas,Elisa,llamandoapartealasotrasseñoras,dijo:

—Desde que estarnos aquí he deseado llevaros a un lugarmuy cerca deéstedondenocreoqueningunadevosotrashayaestado,ysellamaelValledelasDamas;yhastaahoranohevistoelmomentodepoderos llevarallí sinohoy,puestoqueelsolestáaúnalto;yporello,siosplacevenir,nodudoquecuandoestéisallínoestéiscontentísimasdehaberestado.

Las señoras dijeron que estaban dispuestas, y llamando a una de suscriadas, sin decir nada a los jóvenes, se pusieron en camino; y no habíanandadomásdeunamilla cuando llegaronalVallede lasDamas;dentrodelcual,poruncaminomuyestrechoporunadecuyaspartescorríaunclarísimoarroyo,entraron;ylovierontanhermosoytandeleitoso,yespecialmenteenaquel tiempo en que el calor era grande cuanto más podría imaginarse. Ysegúnme dijo luego alguna de ellas, el llano que había en el valle era tanredondo como si hubiera sido trazado con compás aunque artificio de lanaturaleza y no de lamano del hombre pareciese; y tenía de contorno pocomásdemediamilla,rodeadoporseismontañitasnomuyaltas,yencimadelacumbre de cada una se veía un edificio que tenía la forma de un hermosocastillito.

Las laderas de tales montañitas declinando hacia la llanura descendíancomoenlosteatrosvemosquedesdelacimalasgradashastalapartemásbajavienen sucesivamente ordenadas, estrechando siempre su círculo. Y estabanestas laderas, cuantas a la vertiente delmediodíamiraban, todas con viñas,olivos,almendros,cerezos,higuerasyotrasclasesmuchasdeárbolesfrutalesllenassindejarunpalmo.LasquemirabanalcarrodelSeptentrióntodaserande bosquecillos de chaparros, fresnos y otros árboles verdísimos y lo másderechos que podían estar. La llanura de abajo, sin tener más entrada queaquéllapordondelasdamashabíanvenido,estaballenadeabetos,decipreses,de laureles y de algunos pinos, tan bien compuestos y tan bien ordenadoscomositodoshubieransidoplantadosporelmejorartífice;yentreellospoco

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soloninguno,entoncesqueestabaalto,entrabahastaelsuelo,queeratodounpradodehierbamenudísimayllenadeflorespurpúreasydeotras.Yademásdeesto, loquenomenosdedeleitequedeotracosaservía,habíaunarroyoquedesdeunadelascallesquedosdeaquellasmontañitasdividían,caíasobrepeñasderocavivayalcaerhacíaunrumormuydeleitosoaloído,yalsalpicarparecíadelejosplatavivaquecayesedealgunacosaexprimidamenudamente;yal llegarabajoa lapequeña llanura,allí, recogidoenunahermosaacequiahastalamitaddelallanuravelocísimo,yformabaallíunpequeñolagocomoavecesamododeviverohacenensujardínloshabitantesdelasciudadesquedeellotienenocasión.

Yeraeste lagonomásprofundode loque sea laestaturadeunhombrehasta el pecho,y sin tener en símezcla algunamostraba clarísimo su fondoque era demenudísimos guijos que, quien no hubiese tenido otra cosa quehacer,habríapodidocontarlossiquisiera;ynosolamentealmirarseveíaelfondo del agua sino tantos peces acá y allá ir discurriendo que además dedeleiteeranmaravilla.Ynoestabacerradoporlaotraorillasinoporelsuelodelprado,tantomáshermosoensubordecuantomáshumedadteníadeél.Elaguaquedesbordabasucapacidadlarecibíaotraacequiaporlacual,saliendofueradelvallecito,alaspartesmásbajascorría.

Venidas, pues, aquí las jóvenes damas, luego de que por todas parteshubieronmiradoyalabadomuchoellugar,siendograndeelcaloryviendoelpequeñopiélagodelanteysinningúntemordeservistas,deliberaronbañarse;y mandando a su criada que sobre el camino por donde habían estado sequedaseymirasesialguienveníayselohicierasaber,lassietesedesnudaronyentraronenél,quenodeotramaneraescondíasuscándidoscuerposdeloqueharíaaunaencarnadarosauncristalsutil.Estandoellasallímetidassinqueennada seenturbiaseel agua, comenzaroncomopodíana andardeacápara allá detrás de los peces, los cuales mal tenían donde esconderse, y aquerer cogerlos con las manos. Y luego de que en tal diversión, habiendocogidoalgunos,estuvieronunrato,saliendodeallísevolvieronavestirysinpoder alabar más el lugar que lo habían alabado, pareciéndoles tiempo devolversea casa, con suavepaso,hablandomuchode labellezadel lugar, sepusieronencamino;y llegandoa lavilla abastantebuenahora, todavíaallíencontraron jugando a los jóvenes donde los habían dejado; a quienesPampínea,riendo,dijo:

—Puesyaoshemosengañadohoy.

—¿Y cómo? —dijo Dioneo—. ¿Comenzáis primero las obras que laspalabras?

DijoPampínea:

—Señornuestro,sí.

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Y extensamente le contó de dónde venían y cómo era el lugar y cuántodistabadeallíyloquehabíanhecho.

Elrey,oyendohablardelabellezadellugar,deseosodeverlo,prestamentehizo ordenar la cena; la cual luego de que con mucho placer de todos seterminó,lostresjóvenesconsussirvientes,dejandoalasdamas,sefueronaestevalle,yconsiderandocadacosa,nohabiendoestadoallínuncaningunodeellos,alabaronaquellocomounadelasmásbellascosasdelmundo;yluegodeque sehubieronbañadoyvolvieronavestirse, comosehacíademasiadotardesevolvieronacasa,dondeencontraronalasmujeresquedanzabanunacarola a un aria cantada por Fiameta; y con ellas, terminada su carola,entrandoenconversaciónsobreelValledelasDamas,muchobienymuchasalabanzasdijeron.Porlacualcosaelrey,haciendoveniralsenescal,lemandóquealamañanasiguientehicieraqueallífuesenpreparadaslascosasyfuerallevada alguna cama por si alguna quisiera dormir o acostarse la siesta.Después de esto, haciendo venir luces y vino y dulces y un tantoreconfortados, mandó que todo el mundo se pusiese a bailar; y habiendoiniciadoPánfilounadanzaporvoluntad suya,el rey,volviéndoseaElisa, ledijoamablemente:

—Hermosajoven,hoymehicistelahonradedarmelacorona,yyoquierohacerteatiestanocheladelacanción;yporellohazunaquedigaloquemásteguste.

A quien Elisa repuso sonriendo que de buen grado, y con suave vozcomenzódeestaguisa:

Amor,sidetusgarrasyosaliera

nopodríasuceder

queotrodetusanzuelosmásmordiera.

Yoeraunaniñacuandoentréentuguerra

creyendoqueerasumaydulcepaz,

ylasarmasdejépuestasentierra

cualquienconfíaenunoqueesveraz,

tú,deslealtirano,eresrapaz

ymehicistecaer

contuarmamentoycontugarrafiera.

Luego,bienapretadaentuscadenas,

aquiennacióparaverdugomío,

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llenadetristeslágrimasypenas

presamediste,ytienemialbedrío;

yestanduroycruelsuseñorío

quenopuedenmover

sucorazónmissuspirosniojeras.

Misruegostodosselosllevaelviento:

nadiemeescuchanimequiereoír,

y,sicadahoracrecemitormento,

viviendocondolornosémorir,

¡Ah,duélete,señor,demisufrir!

Loquenopuedohacer

haztú,ydámeloatadoenformafiera.

Ysinoquieres,porlomenossuelta

elnudoconquemeatalaesperanza.

¡Ah,quelalibertadmeseadevuelta!

Puesyotendré,silohaces,confianza

enserbelladenuevosintardanza;

ysinmáspadecer

conblancayrojaflorornadafuera

LuegodequeconunsuspiromuyapesadumbradoElisahubodadofinasucanción, aunque todos semaravillasen de tales palabras, ninguno hubo quepudieraadivinarquiéndetalcantarlarazónfuese.Peroelrey,queestabadebuenhumor,haciendollamaraTíndaro,leordenóquesacasesucornamusa,alsonde la cualhizobailarmuchasdanzas;pero cuandoyabuenapartede lanochehabíapasado,dijoatodosquesefuesenadormir.

TERMINALASEXTAJORNADA

SÉPTIMAJORNADA

ComienzalaséptimajornadadelDecamerón,enlacual,bajoelgobiernodeDioneo,sediscurresobreburlasqueporamoroporsusalvaciónhan

hecholasmujeresasusmaridos,habiéndoseapercibidoellosono.

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Todas las estrellas habían huido ya de las partes del oriente, con laexcepción de aquélla que Lucifer llamamos, que todavía lucía en lablanquecienteaurora,cuandoelsenescal,levantándose,conungranequipajesefuealValledelasDamasparadisponerallítodaslascosassegúnlaordenyelmandatohabidodesuseñor.Despuésdecuyamarchano tardómuchoenlevantarseelrey,aquienhabíadespertadoelestrépitodeloscargadoresydelas bestias; y levantándose, hizo levantar a las señoras y a los jóvenes porigual;ynodespuntabanaúnbienlosrayosdelsolcuandotodossepusieronencamino.Ynuncahastaentoncesleshabíaparecidoquelosruiseñorescantabantan alegremente y los otros pájaros como aquella mañana les parecía; porcuyoscantosacompañadossefueronalValledelasDamas,donde,recibidospormuchosmás,lesparecióqueconsullegadasealegrasen.Allí,dandounavueltaporélyvolviendoamirarlodearribaabajo,tantomásbellolesparecióqueeldíapasadocuantomásconformeeraconsubellezalahoradeldía.

Yluegodequeconelbuenvinoylosdulceshubieronrotoelayunoparaque por los pájaros no fuesen superados, comenzaron a cantar, y junto conelloselvalle,siempreentonandolasmismascancionesquedecíanellosalasque todos los pájaros, como si no quisiesen ser vencidos, dulces y nuevasnotasañadían.Masluegoquelahoradecomerfuevenida,puestasla,mesasbajolosfrondososlaurelesylosotrosverdesárboles,juntoalbellolago,comoplugoalrey,fueronasentarse,ymientrascomíanveíanalospecesnadarporel lago en anchísimos bancos; lo que, tanto como de mirar daba a vecesmotivo para conversar. Pero luego de que llegó el final del almuerzo, y lasviandas y las mesas fueron retiradas, todavía más contentos que antesempezaron a cantar y luego de esto a tañer sus instrumentos y a danzar; ydespués, habiéndose puesto camas en muchos lugares por el pequeño valle(todas por el discreto senescal rodeadas de sargas francesas y de cortinascerradas)conlicenciadelrey,quienquisopudoirseadormir;yquiendormirnoquiso,conlosotrosasusacostumbradosentretenimientospodíaentregarsea su placer. Pero llegada ya la hora en que todos estaban levantados y eratiempo de recogerse a novelar, según quiso el rey, no lejos del lugar dondecomidohabían,haciendoextender tapetessobre lahierbaysentándosecercadel lago, mandó el rey a Emilia que comenzase; la cual, alegremente, asícomenzóadecirsonriendo:

NOVELAPRIMERA

GianniLotteringhioyedenochellamarasupuerta;despiertaasumujeryellalehacecreerqueesunespantajo;vanaconjurarloconunaoración

ylasllamadascesan.

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Señormío,mehubieraagradadomuchísimo,siavososhubieraplacido,queotrapersonaenlugardemíhubieraatanbuenamateriacomoesaquelladequehablardebemoshoydadocomienzo;peropuestoqueosagradaqueseayo quien a las demás dé valor, lo haré de buena gana. Y me ingeniaré,carísimasseñoras,endecir,algoquepuedaserosútilenelporvenir,porquesilas demás son como yo, todas somos medrosas, y máximamente de losespantajos que sabeDios que no sé qué son ni he encontradohasta ahora anadiequelosupiera,peroaquienestodastememosporigual;yparahacerlosirsecuandovenganavosotras,tomandobuenanotademihistoria,podréisunasantaybuenaoración,ymuyvaliosaparaello,aprender.

Hubo en Florencia, en el barrio de San Brancazio, un vendedor deestambrequesellamóGianniLotteringhi,hombremásafortunadoensuarteque sabio en otras cosas, porque teniendo algo de simple, era con muchafrecuencia capitán de los laudenses de Santa María la Nueva, y tenía queocuparsede sucoro,yotraspequeñasocupaciones semejantesdesempeñabaconmucha frecuencia,con loqueél se teníaenmucho;yaquello leocurríaporque muy frecuentemente, como hombre muy acomodado, daba buenaspitanzasa losfrailes.Loscuales,porqueelunounascalzas,otrounacapayotrounescapulariolesacabanconfrecuencia,leenseñabanbuenasoracionesyledabanelpaternosteenvulgarylacancióndeSanAlejoyellamentodeSanBernardoy lasalabanzasdedoñaMateldayotras tonterías tales,queéltenía en gran aprecio y todas por la salvación de su alma las decía muydiligentemente. Ahora, tenía éste una mujer hermosísima y atrayente poresposa, la cual tenía por nombre doñaTessa y era hija deMannuccio de laCuculía,muy sabiayprevisora, la cual, conociendo la simplezadelmarido,estando enamorada de Federigo de los Neri Pegolotti, el cual hermoso ylozanojovenera,yéldeella,arreglóconunacriadasuyaqueFederigovinieseahablarleaunatierramuybellaqueeldichoGianniteníaenCamerata,dondeellaestabatodoelverano;yGiannialgunavezallíveníaporlatardeacenaryadormiryporlamañanasevolvíaalatiendayavecesasuslaúdes.

Federigo,quedesmesuradamente lodeseaba,cogiendo laocasión,undíaque le fue ordenado, al anochecer allá se fue, y no viniendo Gianni por lanoche, con mucho placer y tiempo, cenó y durmió con la señora, y ella,estandoensusbrazosporlanoche,leenseñócercadeseisdeloslaúdesdesumarido.Peronoentendiendoqueaquéllafueselaúltimavezcomohabíasidolaprimera,nitampocoFederigo,paraquelacriadanotuviesequeirabuscarleacadavez,arreglaronjuntosestamanera:queéltodoslosdías,cuandofueraovolvieradeunaposesiónsuyaqueunpocomásabajoestaba,sefijaseenunaviñaquehabíajuntoalacasadeella,yveríaunacalaveradeburrosobreunpalo de los de la vid, la cual, cuando con el hocico vuelto hacia Florencia

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viese,seguramenteysinfaltaporlanoche,vinieseaella,ysinoencontrabalapuertaabierta,claramentellamasetresveces,yellaleabriría;ycuandovieseelhocicodelacalaveravueltohaciaFiésolenovinieraporqueGianniestaríaallí.

Yhaciendodeestamanera,muchasvecesjuntosestuvieron;peroentrelasotras veces hubo una en que, debiendo Federigo cenar con doña Tessa,habiendo ella hecho asar dos gordos capones, sucedió que Gianni, que nodebíavenir,muytardevino.Deloquelaseñoramuchoseapesadumbró,yélyellacenaronunpocodecarne saladaquehabíahechosalcocharaparte;y lacriadahizo llevar, enunmantel blanco, losdos caponesguisadosymuchoshuevos frescos y una frasca de buen vino a un jardín suyo al cual podíaentrarse sin ir por la casa y donde ella acostumbraba a cenar con Federigoalguna vez, y le dijo que al pie de unmelocotonero que estaba junto a unpradecillo aquellas cosas pusiera; y tanto fue el enojo que tuvo, que no seacordó de decirle a la criada que esperase hasta que Federigo viniese y ledijeraqueGianni estaba allí y que cogiera aquellas cosasdel huerto.Por loque,yéndosea la camaGianniyella,ydelmismomodo lacriada,nopasómuchosinqueFederigo llegasey llamaseunavezclaramentea lapuerta, lacualestabatancercadelaalcoba,queGiannilosintióincontinenti,ytambiénlamujer;peroparaqueGianninadapudierasospechardeella,hizocomoquedormía.

Y, esperando un poco, Federigo llamó la segunda vez; de lo quemaravillándoseGianni,pellizcóunpocoalamujeryledijo:

—Tessa,¿oyesloqueyo?Parecequellamananuestrapuerta.

La mujer, que mucho mejor que él lo había oído, hizo como que sedespertaba,ydijo:

—¿Quédices,eh?

—Digo—dijoGianni—queparecequellamananuestrapuerta.

—¿Llaman? ¡Ay, Giannimío! ¿No sabes lo que es? Es el espantajo, dequien he tenido estas noches el mayor miedo que nunca se tuvo, tal que,cuando lo he sentido, me he tapado la cabeza y no me he atrevido adestapármelahastaquehasidodíaclaro.

DijoentoncesGianni:

—Anda,mujer,notengasmiedosiesél,porquehedichoanteselTelucisylaIntemerataymuchasotrasbuenasoracionescuandoíbamosaacostarnosytambiénhepersignadolacamadeesquinaaesquinaconelnombredelPadreydelHijoydelEspírituSanto, ynohayque tenermiedo: quenopuede, pormuchopoderquetenga,hacernosdaño.

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La mujer, para que Federigo por acaso no sospechase otra cosa y seenojase con ella, deliberó que tenía que levantarse y hacerle oír queGianniestabadentro,ydijoalmarido:

—Muybien,túdituspalabras;yopormipartenometendréporsalvadanisegurasinoloconjuramos,yaqueestástúaquí.

DijoGianni:

—¿Puescómoseleconjura?

Dijolamujer:

—Yobienlosé,queantier,cuandofuiaFiésoleaganarlasindulgencias,unadeaquellasermitañasquees,Giannimío, lacosamássantaqueDiostedigapormí,viéndometanmedrosameenseñóunasantaybuenaoración,ydijo que la había probadomuchas veces antes de ser ermitaña y siempre lehabía servido. Pero Dios sabe que sola nunca me habría atrevido a ir aprobarla;Peroahoraqueestástú,quieroquevayamosaconjurarlo.

Gianni dijo que muy bien le parecía; y levantándose, se fueron los doscalladamentea lapuerta, fuerade lacual todavíaFederigo,yasospechando,estaba;yllegadosallí,dijolamujeraGianni:

—Ahoraescupecuandoyotelodiga.

DijoGianni:

—Bien.

Ylamujercomenzólaoración,ydijo:

—Espantajo,espantajo,queporlanochevas,conlacolatiesaviniste,conlacolatiesateirás;vetealhuertojuntoalmelocotonero,allíhaygrasatiznadayciencagajonesdemigallina;cataelfrascoyvetedeprisa,ynohagasdañoniamíniamiGianni.

Ydichoasí,dijoalmarido:

—¡Escupe,Gianni!

Y Gianni escupió; y Federigo, que fuera estaba y esto oído, yadesvanecidosloscelos,contodasumelancolíateníatantasganasdereírqueestallaba,yenvozbaja,cuandoGianniescupía,decía:

—Losdientes.

La mujer, luego de que en esta guisa hubo conjurado tres veces alespantajo, a la cama volvió con sumarido. Federigo, que con ella esperabacenar, no habiendo cenado y habiendo bien las palabras de la oraciónentendido, se fue al huerto y junto al melocotonero encontrando los dos

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caponesyelvinoy loshuevos,se los llevóacasaycenócongrangusto;yluegolasotrasvecesqueseencontróconlamujermuchoconellariodeesteconjuro.

Es cierto que dicen algunos que sí había vuelto lamujer la calavera delburrohaciaFiésole,peroqueunlabradorquepasabaporlaviñalehabíadadocon un bastón y le había hecho dar vueltas, y se había quedadomirando aFlorencia,yporelloFederigo,creyendoquelellamaban,habíavenido,yquelamujerhabíadicholaoracióndeestaguisa:«Espantajo,espantajo,veteconDios, que la calaveradel burrono lavolví yo, queotro fue, queDios ledécastigoyyoestoyaquíconelGiannimío»;porloque,yéndose,sinalbergueysincenasehabíaquedado.Perounavecinamía,queesunamujermuyvieja,medicequeunayotra fueronverdad,según loqueelladeniñahabíaoído,peroquelaúltimanoaGianniLotteringhihabíasucedidosinoaunoquesellamóGianni de Nello, que estaba en Porta San Pietro nomenos completobobalicón que lo fue Gianni Lotteringhi. Y por ello, caras señoras mías, avuestraeleccióndejo tomar laquemásosplazcade lasdos,osiqueréis lasdos: tienenmuchísima virtud para tales cosas, como por experiencia habéisoído;aprendedlasyojaláossirvan.

NOVELASEGUNDA

Peronellameteasuamanteenunatinajaalvolversumaridoacasa;lacualhabiéndolavendidoelmarido,ellaledicequelahavendidoellaaunoqueestádentromirandoaversileparecebienentera;elcual,

saliendofuera,hacequeelmaridolaraspeyluegoselalleveasucasa.

CongrandísimarisafuelahistoriadeEmiliaescuchadaylaoracióncomobuenaysantaelogiadaportodos,siendollegadoelfindelacualmandóelreyaFilostratoquesiguiera,elcualcomenzó:

Carísimasseñorasmías,sontantaslasburlasqueloshombresoshacenyespecialmente los maridos, que cuando alguna vez sucede que alguna almaridose lahaga,nodebíaisvosotras solamenteestarcontentasdequeellohubiera ocurrido, o de enteraros de ello o de oírlo decir a alguien, sino quedeberíaisvosotrasmismasirlacontandoportodaspartes,paraqueloshombresconozcanquesiellossaben,lasmujeresporsuparte,sabentambién;loquenopuedesinoserosútilporquecuandoalguiensabequeotrosabe,noseponeaquerer engañarlo demasiado fácilmente. ¿Quién duda, pues, que lo que hoyvamosadecir en tornoaestamateria, siendoconocidopor loshombres,nosería grandísima ocasión de que se refrenasen en burlaros, conociendo quevosotras,siqueréis,sabríaisburlarlosaellos?Es,pues,miintencióncontaros

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lo que una jovencita, aunque de baja condición fuese, casi en unmomento,parasalvarsehizoasumarido.

Nohacecasinadadetiempoqueunpobrehombre,enNápoles,tomópormujer a una hermosa y atrayente jovencita llamada Peronella; y él con suoficio,queeradealbañil,yellahilando,ganandomuyescasamente,suvidagobernabancomomejorpodían.Sucedióqueunjovengalanteador,viendoundíaaestaPeronellaygustándolemucho,seenamoródeella,y tantodeunamaneraydeotra la solicitóque llegóa intimarconella.Yparaestar juntostomaronelacuerdodeque,comosumaridose levantabatempranotodas lasmañanas para ir a trabajar o a buscar trabajo, que el joven estuviera en unlugardedonde loviesesalir;ysiendoelbarriodondeestaba,queAvoriosellama,muy solitario, que, salido él, éste a la casa entrase; y así lo hicieronmuchas veces. Pero entre las demás sucedió una mañana que, habiendo elbuen hombre salido, y Giannello Scrignario, que así se llamaba el joven,entrado en su casa y estando conPeronella, luegode algún rato (cuando entodoeldíanosolíavolver)acasasevolvió,yencontrandolapuertacerradapordentro,llamóydespuésdellamarcomenzóadecirse:

—Oh,Dios,alabadoseassiempre,que,aunquemehayashechopobre,almenosmehasconsoladoconunabuenayhonestajovenpormujer.Vecómoenseguidacerrólapuertapordentrocuandoyomefuiparaquenadiepudieseentraraquíquelamolestase.

Peronella,oyendoalmarido,queconocióenlamaneradellamar,dijo:

—¡Ay! Giannello mío, muerta soy, que aquí está mi marido que Diosconfunda,quehavuelto,ynoséquéquieredeciresto,quenuncahavueltoaestahora;talvezteviocuandoentraste.PeroporamordeDios,seacomosea,méteteenesatinajaquevesahíyyoiréaabrirle,yveamosquéquieredecirestevolverestamañanatanprontoacasa.

Giannelloprestamenteentróenlatinaja,yPeronella,yendoalapuerta,leabrióalmaridoyconmalgestoledijo:

—¿Puesquénovedadeséstaquetanprontovuelvasacasaestamañana?Alo que me parece, hoy no quieres dar golpe, que te veo volver con lasherramientas en la mano; y si eso haces, ¿de qué viviremos? ¿De dóndesacaremos pan? ¿Crees que voy a sufrir queme empeñes el zagalejo y lasdemásropasmías,quenohagodíaynochemásquehilar,tantoquetengolacarnedesprendidade lasuñas,parapoderpor lomenos teneraceiteconqueencender nuestro candil?Marido, no hay vecina aquí que no semaraville yque no se burle demí con tantos trabajos y cuáles que soporto; y tú temevuelvesacasaconlasmanoscolgandocuandodeberíasestarentutrabajo.

Ydichoesto,comenzóasollozaryadecirdenuevo:

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—¡Ay!¡Tristedemí,desgraciadademí!¡Enquémalahoranací!Enquémalpuntovineaquí,quehabríapodidotenerunjovendeposiciónynoquise,paraveniradarconestequenopiensaenquiénsehatraídoacasa.Lasdemássedivierten con sus amantes, y nohayunaqueno tengaquiéndosyquiéntres,ydisfrutan,yleenseñanalmaridolalunaporelsol;yyo,¡míserademí!,porquesoybuenaynomeocupodetalescosas, tengomalesymalaventura.No sé por qué no cojo esos amantes como hacen las otras. Entiende bien,maridomío,quesiquisieraobrarmal,bienencontraríaconquién,queloshaybienperipuestosquemeamanymerequierenymehanmandadopropuestasdemuchodinero,osiquieroropasojoyas,ynuncamelosufrióelcorazón,porque soy hija demimadre; ¡y tú teme vuelves a casa cuando tenías queestartrabajando!

Dijoelmarido:

—¡Bah,mujer!,notemolestes,porDios;debescreerqueteconozcoyséquiéneres,yhastaestamañanamehedadocuentadeello.Esverdadquemefuiatrabajar,perosevequenolosabes,comoyonolosabía;hoyeseldíadeSanCaleoneynosetrabaja,yporesomehevueltoaestahoraacasa;peronohedejadodebuscar y encontrar elmododequehoy tengamospanparaunmes,quehevendidoaestequevesaquíconmigolatinaja,quesabesqueyahacetiemponosestáestorbandoencasa:¡ymedacincoliriados!

DijoentoncesPeronella:

—Ytodoestoesocasióndemidolor:túqueeresunhombreyvasporahíydebías saber las cosasdelmundohasvendidouna tinaja en cinco liriadosqueyo,pobremujer,nohabíasapenassalidodecasacuando,viendo loqueestorbaba,lahevendidoensieteaunbuenhombreque,alvolvertú,semetiódentroparaversiestababiensólida.

Cuandoelmaridooyóestosepusomásquecontento,ydijoalquehabíavenidoconélparaello:

—Buenhombre,veteconDios,queyaoyesquemimujerlahavendidoensietecuandotúnomedabasmásquecinco.

Elbuenhombredijo:

—¡Seaenbuenahora!

Ysefue.

YPeronelladijoalmarido:

—¡Venaquí,yaestásaquí,yvigilaconélnuestrosasuntos!

Giannello, que estaba con las orejas tiesas para ver si de algo tenía quetemeroprotegerse,oídaslasexplicacionesdePeronella,prestamentesalióde

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la tinaja; y como si nada hubiera oído de la vuelta del marido, comenzó adecir:

—¿Dóndeestáis,buenamujer?

Aquienelmarido,queyavenía,dijo:

—Aquíestoy,¿quéquieres?

DijoGiannello:

—¿Quién eres tú?Quierohablar con lamujer conquienhice el tratodeestatinaja.

Dijoelbuenhombre:

—Hablaconconfianzaconmigo,quesoysumarido.

DijoentoncesGiannello:

—Latinajameparecebienentera,peromeparecequehabéistenidodentroheces,queestátodoembadurnadoconnoséquécosatansecaquenopuedoquitarlaconlasuñas,ynomelallevosiantesnolaveolimpia.

DijoPeronellaentonces:

—No,poresonoquedaráeltrato;mimaridolalimpiará.

Yelmaridodijo:

—Sí,porcierto.

Ydejandolasherramientasyquedándoseencamino,sehizoencenderunaluzydarunaraedera,yentródentroincontinentiycomenzóaraspar.

YPeronella,comosiquisieraverloquehacía,puestalacabezaenlabocadelatinaja,quenoeramuyalta,yademásdeestounodelosbrazoscontodoelhombro,comenzóadecirasumarido:

—Raspa aquí, y aquí y también allí… Mira que aquí ha quedado unapizquita.

Y mientras así estaba y al marido enseñaba y corregía, Giannello, quecompletamentenohabía aquellamañana sudeseo todavía satisfechocuandovinoelmarido,viendoquecomoqueríanopodía, se ingenióensatisfacerlocomopudiese;yarrimándoseaellaqueteníatodatapadalabocadelatinaja,de aquellamanera en que en los anchos campos los desenfrenados caballosencendidosporelamorasaltanalasyeguasdePartia,aefectollevóeljuvenildeseo;elcualcasienunmismopuntosecompletóyseterminóderasparlatinaja,yélseapartóyPeronellaquitólacabezadelatinaja,yelmaridosaliófuera.

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PorloquePeronelladijoaGiannello:

—Cogeestaluz,buenhombre,ymirasiestátanlimpiacomoquieres.

Giannello,mirando dentro, dijo que estaba bien y que estaba contento ydándolesieteliriadosselahizollevarasucasa.

NOVELATERCERA

FrayRinaldoseacuestaconsucomadre,loencuentraelmaridoconellaenlaalcobaylehacencreerqueestabaconjurandolaslombricesdel

ahijado.

NopudoFilostratohablartanoscurodelasyeguaspartiasquelassagacesseñorasnoleentendiesenynoseriesenalgo,aunquefingiendoreírsedeotracosa.Peroluegodequeelreyconocióquesuhistoriahabíaterminado,ordenóaElisaqueellahablara;lacual,dispuestaaobedecer,comenzó:

Amables señoras, el conjuro del espantajo de Emilia me ha traído a lamemoriaunahistoriadeotroconjuroque,aunquenoseatanbuenacomofueaquélla,porquenosemeocurreahoraotrasobrenuestroasunto,lacontaré.

Debéis saber que en Siena hubo en tiempos pasados un joven muygalanteador y de honrada familia que tuvo por nombre Rinaldo; y amandosumamenteaunavecinasuyaymuyhermosaseñoraymujerdeunhombrerico, y esperando (si pudiera encontrar el modo de hablarle sin sospechas)conseguirdeellatodoloquedeseaba,noviendoningunoyestandolaseñoragrávida, pensó en convertirse en su compadre; y haciendo amistad con sumarido,delmodoquemásconvenienteleparecióselodijo,yasísehizo.

Habiéndose, pues, Rinaldo convertido en compadre de doña Agnesa yteniendoalgunaocasiónmáspintadaparapoderhablarle,lehizoconocerconpalabrasaquellapartedesuintenciónqueellamuchoanteshabíaconocidoenlas expresiones de sus ojos; pero poco le valió, sin embargo, aunque nodesagradara a la señora haberlo oído.Sucedió nomuchodespués que, fueracualfueselarazón,Rinaldosehizofrailey,encontraracomoencontraseaquelpasto,perseveróenello;ysucedióqueunpoco,enel tiempoenquesehizofraile, había dejadode lado el amor que tenía a su comadre y algunas otrasvanidades, pero con el paso del tiempo, sin dejar los hábitos las recuperó ycomenzóadeleitarse en aparentary envestir conbuenospañosy en ser entodassuscosasgalanteyadornado,yenhacercancionesysonetosybaladas,yacantar,yenunagrancantidaddeotrascosassemejantesaéstas.

Pero¿quéestoyyodiciendodelfrayRinaldodequehablamos?¿Quiénes

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son los que no hacen lo mismo? ¡Ay, vituperio del perdido mundo! No seavergüenzan de aparecer gordos, de aparecer con el rostro encarnado, deaparecer refinados en losvestidosy en todas sus cosas, yno comopalomassinocomogalloshinchadosconlacrestalevantadaencopetadosproceden;yloque es peor, dejemos el que tengan sus celdas llenas de tarros colmados deelectuarioydeungüentos,decajasdevariosdulcesllenas,deampollasyderedomitasconaguasdestiladasyconaceites,de frascosconmalvasíayconvino griego y con otros desbordantes, hasta el punto de que no celdas defrailes sino tiendas de especieros o de drogueros parecenmayormente a losquelasven;noseavergüenzanellosdequelosdemássepanquesongolosos,y se creen que los demás no saben y conocen que los muchos ayunos, lascomidas ordinarias y escasas y el vivir sobriamente haga a los hombresmagrosydelgadosy lamayoríade lasvecessanos;ysiapesarde todo loshacenenfermos,almenosnoenfermandegota,paralaquesesueledarcomomedicamento lacastidady todas lasdemáscosasapropiadasa lavidadeunmodestofraile.

Ysecreenque losdemásnoconocenqueademásde lavidaaustera, lasvigiliaslargas,eloraryeldisciplinarsedebenhaceraloshombrespálidosyafligidos, y que ni SantoDomingo ni San Francisco, sin tener cuatro capascadauno,nodelanillateñidanideotrospañosseñoriles,sinohechosconlanagruesa y de natural color, para protegerse del frío y no para aparentar sevestían.¡QueDioslosayudecomonecesitanlasalmasdelossimplesquelosalimentan!

Así pues, vuelto frayRinaldo a sus primeros apetitos, comenzó a visitarconmucha frecuencia a su comadre; y habiendo crecido su arrogancia, conmásinstanciasqueanteslohacíacomenzóasolicitarleloquedeseabadeella.

La buena señora, viéndose solicitar mucho y pareciéndole tal vez frayRinaldomás guapo de lo que solía, siendo un díamuy importunada por él,recurrióalomismoquetodasaquellasquetienendeseosdeconcederloqueselespide,ydijo:

—¿Cómo,frayRinaldo,yesquelosfraileshacenesascosas?

Aquienelfrailecontestó:

—Señora,cuandoyomequiteestehábito,quemeloquitomuyfácilmente,ospareceréunhombrehechocomolosotros,ynounfraile.

Laseñoraserioydijo:

—¡Ay, triste demí! Sois compadremío, ¿cómo podría ser esto? Estaríademasiadomal,yheoídomuchasvecesqueesunpecadodemasiadogrande;yenverdadquesinolofueseharíaloquequisierais.

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AquienfrayRinaldodijo:

—Sois tonta si lodejáis por eso.Nodigoqueno seapecado,perootrosmayoresperdonaDiosaquienessearrepienten.Perodecidme:¿quiénesmásparientedevuestrohijo, yoque lo sostuve en el bautismoovuestromaridoqueloengendró?

Laseñorarepuso:

—Másparientesuyoesmimarido.

—Decís verdad—dijo el fraile—. ¿Y vuestromarido no se acuesta convos?

—Claroquesí—repusolaseñora.

—Pues—dijoelfraile—yyo,quesoymenosparientedevuestrohijoquevuestromarido,tantodebopoderacostarmeconvoscomovuestromarido.

Laseñora,quenosabíalógicaydepequeñoempujónnecesitaba,ocreyóohizocomoquecreíaqueelfrailedecíaverdad;yrespondió:

—¿Quiénsabríacontestaravuestraspalabras?

Yluego,noobstanteelcompadrazgo,sedejóllevarahacersugusto;ynocomenzaronunasolavezsinoqueconlatapaderadelcompadrazgoteniendomás facilidad porque la sospecha era menor, muchas y muchas vecesestuvieron juntos. Pero entre las demás sucedió una que, habiendo frayRinaldovenidoacasadelaseñorayviendoqueallínohabíanadiesinounacriadita de la señora, asaz hermosa y agradable,mandando a su compañerocon ella al aposento de las palomas a enseñarle el padrenuestro, él con laseñora,quedelamanollevabaasuhijito,semetieronenlaalcobay,cerrandopor dentro, sobre un diván que en ella había comenzaron a juguetear; yestando de esta guisa sucedió que volvió el compadre, y sin que nadie losintiesesefuealapuertadelaalcoba,ydiogolpesyllamóalamujer.

DoñaAgnesa,oyendoesto,dijo:

—Muertasoy,queaquíestámimarido,ahorasedarácuentadecuáleslarazóndenuestrotrato.

Estaba fray Rinaldo desnudo, esto es sin hábito y sin escapulario, encamiseta;elcualestooyendo,dijotristemente:

—Decísverdad;siyoestuviesevestidoalgunamaneraencontraría;perosileabrísymeencuentraasínopodráencontrarseningunaexcusa.

Laseñora,porunainspiraciónsúbitaayudada,dijo:

—Puesvestíos;ycuandoestéisvestidocogedenbrazosavuestroahijadoy escuchad bien lo que voy a decirle, para que vuestras palabras estén de

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acuerdoconlasmías;ydejadmehaceramí.

Elbuenhombrenohabíadejadodellamarcuandolamujerrepuso:

—Yavoy.—Ylevantándose,conbuengestosefuealapuertadelaalcobay,abriéndola,dijo—:Maridomío,tedigoquefrayRinaldonuestrocompadreha venido y que Dios lo mandó porque seguro que si no hubiese venidohabríamosperdidohoyanuestroniño.

Cuandoelestúpidosanturrónoyóesto,todosepasmó,ydijo:

—¿Cómo?

—Oh, marido mío —dijo la mujer—, le vino antes de improviso undesmayo que me creí que estaba muerto, y no sabía qué hacerme ni quédecirme, si no llega a aparecer entonces fray Rinaldo nuestro compadre y,cogiéndolo en brazos, dijo: «Comadre, esto son lombrices que tiene en elcuerpoqueseleestánacercandoalcorazónylomataríanconseguridad;peronotemáis,queyolasconjuraréylasharémoriratodasyantesdequeyomevayadeaquíveréisalniñotansanocomonuncalohabéisvisto».Yporquetenecesitábamosparadecirciertasoracionesylacriadanopudoencontrarteselasmandódecirasucompañeroenellugarmásaltodelacasa,yélyyonosentramosaquídentro;yporquenadiemásquelamadredelniñopuedeestarpresenteatalservicio,paraqueotrosnonosmolestasenaquínosencerramos;yahora lo tieneélenbrazos,ycreoquenoesperasinoaquesucompañerohayaterminadodedecirlasoraciones,yestaráterminando,porqueelniñoyahavueltoensídeltodo.

Elsanturrón,creyendoestascosas,tantoelcariñoporsuhijoloconmovióquenoselevinoalacabezaelengañourdidoporlamujer,sinoquedandoungransuspirodijo:

—Quieroiraverle.

Dijolamujer:

—No vayas, que estropearías lo que se ha hecho; espérate, quiero ve sipuedesentrarytellamaré.

FrayRinaldo,quetodohabíaoídoysehabíavestidoatodaprisayhabíacogidoalniñoenbrazos,cuandohubodispuestolascosasasumodollamó:

—Comadre,¿noeselcompadreaquienoigoahí?

Repusoelsanturrón:

—Señor,sí.

—Pues—dijofrayRinaldo—,venidaquí.

ElsanturrónalláfueyfrayRinaldoledijo:

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—Tomadavuestrohijo, salvadopor lagraciadeDios,cuandohecreídopocoha,quenoloveríaisvivoalanochecer;ybienharíaisenhacerponerunafiguradeceradesutamañoalagloriadeDiosdelantedelaestatuadelseñorSanAmbrosio,porlosméritosdelcualDiososhahechoestagracia.

Elniño,alverasupadre,corrióhaciaélylehizofiestascomohacenlosniñospequeños;elcual,cogiéndoloenbrazos,llorandonodeotramaneraquesilosacasedelafosa,comenzóabesarloyadarlegraciasasucompadrequeselohabíacurado.

ElcompañerodefrayRinaldo,quenounpadrenuestrosinomásdecuatrohabíaenseñadoalacriadita,ylehabíadadounabolsadehiloblancoquelehabía dado a él unamonja, y la había hecho devota suya, habiendo oído alsanturrónllamaralaalcobadelamujer,calladamentehabíavenidoaunsitiodesdedondepudieraveryoírloqueallípasaba.

Y viendo la cosa en buenos términos, se vino abajo, y entrando en laalcobadijo:

—FrayRinaldo,lascuatrooracionesquememandasteislashedichotodas.

AquienfrayRinaldodijo:

—Hermanomío, tienesbuenamaderayhashechobien.Encuantoamí,cuandomicompadrellegónohabíadichosinodos,peroNuestroSeñorportutrabajoyelmíonoshaconcedidolagraciadequeelniñoseacurado.

Elsanturrónhizotraerbuenvinoydulces,ehizohonorasucompadreyasucompañeroconloqueellosteníannecesidadmásquedeotracosa;luego,saliendodecasajuntoconellos,losencomendóaDios,ysinningunadilaciónhaciendohacerlaimagendecera,lamandócolgarconlasotrasdelantedelafiguradeSanAmbrosio,peronodeladeaqueldeMilán.

NOVELACUARTA

Tofanolecierraunanochelapuertadesucasaasumujer,lacual,nopudiendohacérselaabrirconsúplicas,fingetirarseaunpozoyarrojaaélunagranpiedra;Tofanosaledelacasaycorreallí,yellaentraencasay

lecierraaéllapuertaycongritosloinjuria

El rey, al sentir que terminaba la novela de Elisa, sin esperar más,volviéndosehaciaLaureta,lemostróqueleplacíaqueellanarrase;porloqueella,sintardar,asícomenzóadecir:

¡Oh, Amor, cuántas y cuáles son tus fuerzas, cuántos los consejos y

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cuántaslasinvenciones!¿Quéfilósofo,quéartistahabríaalgunavezpodidoopodríamostraresassagacidades,esasinvenciones,esasargumentacionesqueinspirastúsúbitamenteaquiensiguetushuellas?Porciertoqueladoctrinadecualquieraotroestardaconrelaciónalatuya,comomuybiencomprendersepuedeenlascosasantesmostradas;alascuales,amorosasseñoras,yoañadiréuna, puesta en práctica por una mujercita tan simple que no sé quién sinoAmorhubierapodidomostrársela.

HubohacetiempoenArezzounhombrerico,elcualfuellamadoTofano.Aéste le fuedadapormujerunahermosísimamujercuyonombre fuedoñaGhita, de la cual él, sin saber por qué, pronto se sintió celoso, de lo queapercibiéndose lamujersintióenojo;yhabiéndolepreguntadomuchasvecessobrelacausadesuscelosynohabiéndolesabidoseñalarélsinolasgeneralesymalas,levinoalánimoalamujerhacerlomorirdelmalquesinrazóntemía.Y habiéndose apercibido de que un joven, según su juiciomuy de bien, lacortejaba,discretamentecomenzóaentenderseconél;yestandoyalascosastanavanzadasentreélyellaquenofaltabasinoponerenefectolaspalabrasconobras,pensólaseñoraencontrarsemejantementeunmodoparaello.

Yhabiendoyaconocidoentre lasmalascostumbresdesumaridoquesedeleitaba bebiendo, no solamente comenzó a alabárselo sino arteramente ainvitarleaellomuyfrecuentemente.Ytantotomóaquelloporcostumbrequecasitodaslasvecesqueleveníaenganalollevabaaembriagarsebebiendo;ycuandoloveíabienebrio,llevándoloadormir,porprimeravezsereunióconsuamanteyluegoseguramentemuchasvecescontinuóencontrándoseconél,ytantoseconfióenlasembriaguecesdeéste,quenosolamentehabíallegadoalatrevimientodetraerasuamanteacasasinoqueellaavecesseibaconélaestarsegranpartedelanocheenlasuya,lacualnoestabalejosdeallí.

Y de esta manera continuando la enamorada mujer, sucedió que eldesgraciadomaridovinoadarsecuentadequeella, al animarleabeber, sinembargo,nobebíanunca;porloqueleentraronsospechasdequefueseaserloqueera,estoes,deque lamujer leembriagaseparapoderhacersugustomientrasélestabadormido.Yqueriendodeello,sifueseasí,tenerpruebas,sinhaberbebidoentodoeldía,mostrándoseunatardeelhombremásebrioquepudiera haber en el hablar y en las maneras, creyéndolo la mujer y nojuzgandoquenecesitasebebermás,paradormirbienprestamentelopreparó.Yhechoesto,segúnacostumbrabaahaceralgunasveces,saliendodecasa,alacasadesuamantesefueyallíhastamedianochesequedó.

Tofano,alnosentiralamujer,selevantóyyéndosealapuertalacerrópordentroysepusoa laventana,paravera lamujercuandovolvieseyhacerlemanifiesto que se había percatado de sus costumbres; y tanto estuvo que lamujervolvió, lacual,volviendoacasayencontrándoselapuertacerrada,sedolió sobremanera y comenzó a tratar de ver si por la fuerza podía abrir la

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puerta.

Loque,luegodequeTofanolohubosufridountanto,dijo:

—Mujer, tecansasenvanoporquedentronopodrásvolver.Vuélveteallíadonde has estado hasta ahora; y ten por cierto que no volverás nunca aquíhastaquedeesto,enpresenciadetusparientesydelosvecinos,tehayahechoelhonorqueteconviene.

Lamujer empezóa suplicarpor el amordeDiosquehiciese el favordeabrirleporquenoveníadedondeélpensabasinodevelarconunavecinasuyaporquelasnocheseranlargasyellanopodíadormirlasenterasnivelarsolaencasa.Los ruegosnoservíandenadaporqueaquelanimalestabadispuestoaquetodoslosaretinossupieransuvergüenzacuandoningunolasabía.

Lamujer,viendoqueelsuplicarnolevalía,recurrióalasamenazasydijo:

—Sinomeabresteharéelhombremásdesgraciadoqueexiste.

AquienTofanorepuso:

—¿Yquépuedeshacerme?

La mujer, a quien Amor había ya aguzado con sus consejos elentendimiento,repuso:

—Antes de sufrir la vergüenza que quieres hacerme pasar sin razón,mearrojaré a este pozo que está cerca, en el cual luego cuandome encuentrenmuerta,nadiecreerásinoquetú,entuembriaguezmehasarrojadoallí,yasí,o tendrás que huir y perder lo que tienes y ser puesto en pregones, o tecortaránlacabezacomoalasesinomíoquerealmentehabrássido.

NadasemovióTofanodesuneciaopiniónconestaspalabras;porlacualcosa,lamujerdijo:

—Puesyanopuedosufrirestefastidiotuyo.¡Diosteperdone!Ponensusitioestaruecamía,queladejoaquí.

Ydichoesto,siendolanochetanoscuraqueapenashabríanpodidoverseuno al otro por la calle, se fue la mujer hacia el pozo; y, cogiendo unagrandísimapiedraquehabíaalpiedelpozo,gritando«¡Dios,perdóname!»,ladejócaerdentrodelpozo.

Lapiedra,alllegaralagua,hizoungrandísimoruido,elquealoírTofanocreyófirmementequesehabíaarrojadodentro;porloque,cogiendoelcuboconlasoga,súbitamenteselanzófueradecasaparaayudarlaycorrióalpozo.

Lamujer, que junto a la puerta de su casa se había escondido, al verlocorrer al pozo se refugió en casa y se cerró dentro y se fue a la ventana ycomenzóadecir:

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—Hayqueecharleaguacuandounolobebe,noluegoporlanoche.

Tofano,aloírla,sevioburladoyvolvióalapuerta;ynopudiendoentrar,lecomenzóadecirqueleabriese.

Ella, dejando de hablar bajo como hasta entonces había hecho, gritandocomenzóadecir:

—Por los clavos de Cristo, borracho fastidioso, no entrarás aquí estanoche;nopuedosufrirmásestasmanerastuyas:tengoquehacerleveratodoelmundoquiéneresyaquéhoravuelvesacasaporlanoche.

Tofano,porsuparte,irritado,lecomenzóadecirinjuriasyagritar;deloque sintiendo el ruido los vecinos se levantaron, hombres y mujeres, y seasomaronalasventanasypreguntaronquéeraaquello.

Lamujercomenzóadecirllorando:

—Es estemal hombrequemevuelveborrachopor la noche a casao seduermepor las tabernasy luegovuelve a estashoras;habiéndolo aguantadomuchoynosirviendodenada,nopudiendoaguantarmás,hequeridohacerlepasarestavergüenzadecerrarlelapuertadecasaparaversiseenmienda.

El animal de Tofano, por su parte, decía cómo había sido la cosa y laamenazaba.

Lamujerasusvecinoslesdecía:

—¡Vedquéhombre!¿Quépensaríaissiyoestuvieraenlacallecomoestáélyélestuvieseencasacomoestoyyo?PorDiosquedudoquenocreyeseisquedicelaverdad:bienpodéisverelsesoquetiene.Dicequehehecholoqueyocreoquehahechoél.Creyóquemeasustaríaarrojandonoséquéalpozo,peroquisieraDiosquesehubiesetiradoéldeverdadyahogado,queelvinoquehabebidodemássehabríaaguadomuybien.

Losvecinos,hombresymujeres,comenzarontodosareprenderaTofanoya echarle la culpa a él y a insultarle por lo que decía contra sumujer; y enbrevetantoanduvoelrumordevecinoenvecinoquellegóhastalosparientesde lamujer.Loscuales llegadosallí,yoyendo lacosaaunvecinoyaotro,cogieron a Tofano y le dieron tantos palos que lo dejaron molido; luego,entrandoenlacasa,tomaronlascosasdelamujeryconellasevolvieronasucasa,amenazandoaTofanoconcosaspeores.Tofano,viéndosemalparadoyquesusceloslehabíanllevadopormalcamino,comoquienbienqueríaasumujer, recurrió a algunos amigos de intermediarios; y tanto anduvo, que enpazvolvióallevarselamujerasucasa,alaqueprometiónosercelosonuncamás;yademásdeello,lediolicenciaparaquehiciesecuantogustase,perotanprudentementequeélnoseapercibiera.Yasí,amododeltontovillanoquedócornudoyapaleado.Yvivaelamor(ymueralaavaricia)yvivalacompañía.

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NOVELAQUINTA

Uncelosodisfrazadodecuraconfiesaasumujer,alcualéstadaaentenderqueamaauncuraquevieneaestarconellatodaslasnoches,conloque,mientraselcelosoocultamentehaceguardiaalapuerta,la

mujerhaceentraraunamantesuyoporeltejadoyestáconél.

A su argumento puso fin Laureta; y habiendo ya cada uno alabado a lamujerporquehabíaobradobienycomoaaqueldesdichadoconvenía,elrey,paranoperdertiempo,volviéndosehaciaFiameta,placenteramenteleencargónovelar;porlacualcosa,ellacomenzóasí:

Nobilísimas señoras, la precedente historia me lleva a razonar,semejantemente,sobreunceloso,estimandoqueloquesusmujeresleshacen,ymáximamentecuandotienencelossinmotivoestábienhecho.Ysitodaslascosas hubiesen considerado los hacedores de las leyes, juzgo que en estodeberían a las mujeres no haber adjudicado otro castigo sino el queadjudicaron a quienofende a alguiendefendiéndose: porque los celosos sonhostigadoresde lavidade lasmujeres jóvenesydiligentísimosprocuradoresde su muerte. Están ellas toda la semana encerradas y atendiendo a lasnecesidadesfamiliaresydomésticas.Deseando,comotodoshacen,tenerluegolos días de fiesta alguna distracción, algún reposo, y poder disfrutar algúnentretenimientocomolo tomanlos labradoresdelcampo, losartesanosde laciudadylosregidoresdelostribunales,comohizoDioscuandoeldíaséptimodescansódetodossustrabajos,ycomoloquierenlasleyessantasylasciviles,lascualesalhonordeDiosyalbiencomúndetodosmirando,handistinguidolos días de trabajo de los de reposo.A la cual cosa en nada consienten loscelosos, y aquellos días que para todas las otras son alegres, a ellas,teniéndolas más encerradas y más recluidas, hacen sentir más míseras ydolientes; lo cual, cuánto y qué consunción sea para las pobrecillas sóloquienes lohanprobadolosaben.Por loque,concluyendo, loqueunamujerhace a unmarido celoso sinmotivo, por cierto no debería condenarse sinoalabarse.

Hubo,pues,enRímini,unmercadermuyricoenposesionesyendineroelcual, teniendounahermosísimamujerpor esposa, llegóaestar sobremaneracelosodeella;ynoteníaotrarazónparaellosinoque,comomucholaamabaylateníapormuyhermosaysabíaqueellacontodosuafánseingeniabaenagradarle, juzgabaque todos laamabanyquea todos lesparecíahermosaytambiénqueellaseingeniabatantoenagradaraotroscomoaél(argumentoqueeradehombredesdichadoydepocosentimiento).Yasíconestoscelos

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tantavigilanciateníadeellaytansujetalateníacomotalvezestánlosquealapenacapitalestáncondenados,quenoestánvigiladoscon tantaseveridadporloscarceleros.Lamujer,noyaabodasoafiestasoalaiglesianopodíairsino que no osaba ponerse a la ventana ni mirar fuera de casa por ningúnmotivo; por la cual cosa su vida era desdichadísima, y aguantaba tantomásimpacientementeestefastidiocuantomenosculpablesesentía.

Por lo que, viéndose maltratar sin razón por su marido, decidió paraconsuelo propio encontrar elmodo, si alguno pudiera encontrar, de que conjusticialeviesehecho.Yporquenopodíaasomarsealaventanayasínoteníamodo de poder mostrarse contenta del amor de alguno que se lo hubiesemanifestadopasandopor subarrio, sabiendoqueen la casadeal ladode lasuyahabíaunjovenapuestoyamable,pensóque,sialgúnagujerohubieseenelmuroquedividíasucasadeaquélla,mirarporéltantasvecesquellegaseaveraljovenenmaneradepoderhablarleydedarlesuamorsiqueríarecibirlo;y, si pudiese encontrarse el modo, encontrarse con él alguna vez y de estamanera pasar su desdichada vida hasta tanto que el diablo saliese de sumarido.

Yyendodeunaparteaotra,cuandosumaridonoestaba,mirandoelmurodelacasa,vioporacasoenunaparteasazsecretadeellaelmuroabiertountantopor unagrieta; por loque,mirandopor ella, aunquemuymal pudiesediscernir laotraparte, llegóadarsecuentadequeeraunaalcobaallídondedabalagrietaysedijo:

«SifueseéstalaalcobadeFilippo(esdecir,deljovenvecinosuyo),estaríacasiservida».

Y cautamente a una criada suya, que le tenía lástima, la hizo espiar, yencontró que verdaderamente el joven allí dormía solo; por lo que,acercándoseconfrecuenciaalagrieta,ycuandosentíaal jovenallí,dejandocaer piedrecitas y algunas ramitas secas, tanto hizo que, por ver qué eraaquello,eljovenseacercóallí.Alcualellallamósuavementeyél,quesuvozconoció, le respondió; y ella, teniendo tiempo, en breve le abrió suspensamientos.Delosquemuycontentoeljoven,hizodetalmaneraquedesulado el agujero se hizo mayor, aunque de manera que nadie pudieseapercibirlo;ypor allímuchasveces sehablabany se tocaban lamano,peromásadelantenosepodíairporlarígidaguardiadelceloso.

Ahora,acercándoselafiestadeNavidad,lamujerdijoalmaridoque,sileplacía, quería ir la mañana de Pascua a la iglesia y confesarse y comulgarcomohacenlosotroscristianos;aloqueelcelosodijo:

—¿Yquépecadohashechoquequieresconfesarte?

Dijolamujer:

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—¿Cómo?¿Creesquesoysantaporqueme tienesencerrada?Biensabesque cometo pecados como las otras personas que así viven; pero no quierodecírtelosati,quenoerescura.

Elcelososintiósospechasconestaspalabrasydecidiósaberquépecadoshabíacometidoaquéllaypensóelmodoenquepodríahacerlo;y respondióque le parecía bien, pero que no quería que fuese a otra iglesia sino a sucapilla,yqueallífueseporlamañanatempranoyseconfesaseconsucapellánoconelcuraqueelcapellánledijeseynoconotro,ysevolvieraenseguidaacasa.

A la mujer le pareció que medio había entendido; pero sin decir nadarespondióqueasíloharía.

VenidalamañanadePascua,lamujerselevantóalamanecerysearreglóysefuealaiglesiaqueelmaridolehabíamandado.Elceloso,porotraparte,selevantóysefueaaquellamismaiglesiayllegóallíantesqueella;yhabiendoya con el cura de allí adentro arreglado lo que quería hacer, poniéndoserápidamenteunadelassotanasdelcuraconuncapuchóngrandecomoelquevemosque llevan loscuras,habiéndoseloechadounpocohaciaadelante, sesentóenelcoro.Lamujer,alllegaralaiglesia,hizopreguntarporelcura.Elcuravino,yoyendoalamujerquequeríaconfesarse,dijoquenopodíaoírla,peroquelemandaríaauncompañerosuyo;yyéndose,mandóalcelosoasudesgracia.Elcual,viniendomuygravemente,aunquenofuesemuydedíayélsehubiesepuestoelcapuchónsobrelosojos,nopudoocultarsetanbienquenofuesereconocidoprestamenteporlamujer;lacual,alveraquello,sedijoasímisma:

«AlabadoseaDios,queéstedecelososehahechocura;perodejadlo,queledaréloqueestábuscando».

Fingiendo,pues,noconocerlo,sesentóasuspies.Micercelososehabíametidoalgunaspiedrecitasenlabocaparaqueledificultasenalgoelhabla,demaneraque lamujerno le reconociese,pareciéndolequeen todas lasdemáscosasestabadeltodotantransformadoquenocreíaserreconocidodeningúnmodo. Pero viniendo a la confesión, entre las demás cosas que la señora ledijo,habiéndoledichoprimeroqueestabacasada, fuequeestabaenamoradadeuncuraelcualtodaslasnochesibaaacostarseconella.

Cuandoelcelosooyóestoleparecióquelehabíandadounacuchilladaenelcorazón;ysinofueraqueleazuzóeldeseodesabermásdeaquello,habríaabandonadolaconfesióneídose;peroquedándosequietopreguntóalamujer:

—¿Ycómo?¿Noseacuestaconvosvuestromarido?

Lamujercontestó:

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—Señor,sí.

—Pues—dijoelceloso—¿cómopuedetambiénacostarseelcura?

—Señor—dijolamujer—,elarteconquelohaceelcuranolosé;peronohayencasaunapuertatancerradaque,altocarlaél,noseabra;ymediceélque, cuandoha llegado a la demi alcoba, antes de que la abra, dice ciertaspalabrasporlasquemimaridoseduermeincontinenti,yalsentirlodormido,abrelapuertaysevienedentroyestáconmigo;yestonuncafalla.

Dijoentonceselceloso:

—Señora, esto está mal hecho y tenéis que absteneros por completo deello.

Lamujerledijo:

—Señor,estonocreopoderhacerlonuncaporqueloamodemasiado.

—Puesyonopodréabsolveros.

Ledijolamujer:

—Losientomucho:nohevenidoaquíparadecirmentiras;sicreyesequepodríahacerlooslodiría.

Dijoentonceselceloso:

—Enverdad,señora,medaislástima,queosveoperderelalmaconestascosas; pero envuestro servicio quieropasar trabajos diciendomis oracionesespeciales a Dios en vuestro nombre, las cuales tal vez os ayuden; y osmandaréalgunavezunmonaguillomíoaquiendiréissioshanayudadoono;ysiosayudan,continuaremos.

Lamujerledijo:

—Señor, no hagáis tal de mandarme nadie a casa que, si mi marido losupiese,estancelosoquenadieenelmundolequitaríadelacabezaqueveníasinoparaalgomalo,ynuncamástendrépazconél.

Elcelosoledijo:

—Señora,notemáisporesto,queloharédetalmaneraquenuncaosdiráunapalabra.

Dijoentonceslaseñora:

—Siesoosdiceelcorazón,estoydeacuerdo.

Ydichalaconfesiónyrecibidalapenitenciayponiéndoseenpie,sefueaoírmisa.

Elcelosoconsudesgracia,resoplando,sefueaquitarselasropasdecuray

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sevolvióa casa,deseosodeencontrar elmododepoder encontrar juntosalcura y a lamujer para jugarles unamala pasada al uno y al otro. Lamujervolvióde la iglesiaybienvioenlacaradesumaridoquelehabíadadolasmalas pascuas; pero él se ingeniaba cuanto podía por ocultar lo que habíahechoyloqueleparecíasaber.

Yhabiendodeliberadoconsigomismopasar lanochesiguiente juntoa lapuertadelacalleyesperarporsiveníaelcura,dijoalamujer:

—Estanochetengoqueiracenaryadormirfuera,yporellocerrarébienlapuertade lacalley lademitadde laescaleray lade laalcoba,ycuandoquierasacuéstate.

Lamujerrepuso:

—Enbuenahora.

Ycuandotuvotiemposefuealaaberturaehizoelsignousado,elcual,alsentirloFilippodeinmediatovinoallí;lamujerledijoloquehabíahechoporlamañanayloqueelmaridolehabíadichodespuésdecomer,yluegodijo:

—Estoyseguradequenosaldrádecasasinoquesepondrádeguardiaalapuerta,yporelloencuentraelmododevenirestanocheaquíporeltejado,demaneraqueestemos juntos.El joven,muycontentode esto,dijo:—Señora,dejadmehacer.

Venidalanoche,elcelosoconsusarmasseocultósilenciosamenteenunaalcoba del piso bajo.Y lamujer, habiendo hecho cerrar todas las puertas ymáximamente lademitaddelaescaleraparaqueelcelosonopudierasubir,cuandoleparecióoportunoeljovenporuncaminomuycautoporsuladosevino,ysefueronalacama,dándoseelunoalotrosatisfacciónybuenosratos;yvenidoeldía,eljovensevolvióasucasa.

El celoso, doliente y sin cenar, muriéndose de frío, casi toda la nocheestuvo con sus armas junto a la puerta esperando que llegase el cura; yacercándose el día, no pudiendo velar más, en la alcoba del piso bajo sedurmió.Luego,cercadetercialevantándose,estandoyaabiertalapuertadelacasa, fingiendo venir de fuera, subió a su casa y almorzó.Y poco después,mandando un muchachito a guisa del monaguillo del cura que la habíaconfesado,lepreguntósiquienellasabíahabíavueltoallí.Lamujer,quemuybienconocióalmensajero,repusoquenohabíavenidoaquellanocheyque,siasí hacía, podría írsele de la cabeza por más que ella no querría que de lacabezaselefuese.

¿Qué debo deciros ahora? El celoso estuvo muchas noches queriendocoger el cura a la entrada, y la mujer continuamente con su amantepasándoselobien.Al final el celoso, quemásnopodía aguantar, con airado

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rostropreguntóalamujerquélehabíadichoalcuralamañanaquesehabíaconfesado. La mujer repuso que no quería decírselo porque no era cosahonestaniconveniente.

Elcelosoledijo:

—Malamujer,apesartuyoséloqueledijiste,ytengoquesaberquiéneselcuradequiénestástanenamoradayquecontigoseacuestatodaslasnochesporsusensalmos,otecortarélasvenas.

Lamujerdijoquenoeraverdadqueestuvieraenamoradadeuncura.

—¿Cómo?—dijo el celoso—. ¿No le dijiste esto y esto al cura que teconfesó?

Lamujerdijo:

—Noquetelohubieracontadosinoquehubierasestadopresenteparece;perosíqueselodije.

—Puesdime—dijoelceloso—,quiénesesecuraypronto.

Lamujerseechóareírydijo:

—Meagradamuchocuandoaunhombresabiolollevaunamujersimplecomo se lleva a un borrego por los cuernos almatadero; aunque tú no eressabioni lo fuistedesde aquelmomento enquedejaste entrar en el pecho almalignoespíritudeloscelossinsaberporqué;ycuantomástontoyanimaleresmigloriaesmenor.¿Creestú,maridomío,quesoyciegadelosojosdelacaracomotúloeresdelosdelamente?Ciertoqueno;ymirandosupequiénfueelcuraquemeconfesóyséque fuiste tú;peromepropusedarte loqueandabas buscando y te lo di. Pero si hubieses sido sabio como crees, nohabríasdeaquellamaneraintentadosaberlossecretosdetuhonradamujer,ysinsentirvanassospechastehabríasdadocuentadequeloqueteconfesabaeralaverdadsinqueenellahubieranadadepecado.Tedijequeamabaauncura;¿ynoerastú,aquienequivocadamenteamo,cura?Tedijequeningunapuertademicasapodíaestarcerradacuandoqueríaacostarseconmigo;¿yquépuertateharesistidoalgunavezentucasadóndeallídóndeyoestuvierahasqueridovenir?Tedijequeelcuraseacostabaconmigo todas lasnoches;¿ycuándohasidoquenoteacostasesconmigo?Ycuantasvecesmemandasteatumonaguillo, tantas sabes, cuantas no estuviste conmigo, temandé a decirque el cura no había estado. ¿Qué otro desmemoriado sino tú, que por loscelostehasdejadocegar,nohabríaentendidoestascosas?¡Ytehasestadoencasavigilandolapuertaycreesquemehasconvencidodequetehasidofueraacenaryadormir!¡Vuelveentiyayhaztehombrecomosolíasserynohagashacerburlade ti a quien conoce tus costumbres comoyo, ydeja esa severaguardaquehaces,quetejuroporDiosquesimevinieranganasdeponertelos

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cuernos,situvierascienojosenvezdedos,medaríaelgustodehacerloquequisieradeguisa,quetúnoteenterarías!

Eldesdichadoceloso,aquienleparecíahaberseenteradomuyastutamentedelsecretodelamujer,aloírestosetuvoporburlado;ysinrespondernadatuvoalamujerporsabiayporbuena,ycuandoteníaquesercelososedespojódeloscelos,asícomoseloshabíavestidocuandonoteníanecesidaddeellos.Por loque ladiscretamujer,casicon licenciaparahacersugusto, sinhacervenir a su amante por el tejado como los gatos sino por la puerta,discretamenteobrandoluego,muchasvecessedioconélbuenosratosyalegrevida.

NOVELASEXTA

DoñaIsabela,estandoconLeonetto,ysiendoamadaporunmicerLambertuccio,esvisitadaporéste,yvuelvesumarido;amicerLambertucciohacesalirdesucasapuñalenmano,ysumarido

acompañaluegoaLeonetto.

MaravillosamentehabíaagradadoatodoslanoveladeFiameta,afirmandocadaunoquelamujerhabíaobradoóptimamenteyhecholoqueconveníaaaquelanimaldehombre.Peroluegodequehuboterminado,elreyaPampíneaordenóquesiguiese;lacualcomenzóadecir:

Sonmuchosquienes,hablandocomosimples,dicenqueAmor lequitaaunoeljuicioyquealosqueamanhaceaturdidos.Neciaopiniónmeparece;ybastantelasyadichascosaslohanmostrado,yyointentomostrarlotambién.

Ennuestraciudad,copiosaen todos losbienes,hubouna señora jovenynobleymuyhermosa, la cual fuemujer de un caballeromuyvalerosoydebien.Ycomomuchasvecesocurrequesiempreelhombrenopuedeusarunacomidasinoqueavecesdeseavariar,nosatisfaciendoaestaseñoramuchosumarido, se enamoró de un joven que Leonetto era llamado, muy amable ycortés,aunquenofuesedegrannacimiento,yéldelmismomodoseenamoródeella:ycomosabéisquerarasvecesquedasinefectoloquelasdospartesquieren,endarasuamorcumplimientonoseinterpusomuchotiempo.

Ahora, sucedió que, siendo esta mujer hermosa y amable, de ella seenamorómuchouncaballerollamadomicerLambertuccio,alcualella,porquehombre desagradable y cargante le parecía, por nada del mundo podíadisponerse a amarlo; pero solicitándola él mucho con embajadas y novaliéndole,siendohombrepoderoso,lamandóamenazarcondifamarlasinohacíasugusto,porlacualcosalaseñora,temiéndoloysabiendocómoera,se

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plegóahacersudeseo.

Y habiendo la señora (que doña Isabela tenía por nombre) ido, como escostumbrenuestraenverano, aestarseenunahermosísima tierra suyaenelcampo,sucedió,habiendosumaridoidoacaballoaalgúnlugarparaquedarsealgúndía,quemandóellaaporLionettoparaquevinieseaestarconella;elcual, contentísimo, fue incontinenti. Micer Lambertuccio, oyendo que elmarido de la señora se había ido fuera, solo, montando a caballo, se fue adondeellaestabayllamóalapuerta.

Lacriadadelaseñora,alverlo,sefueincontinentiaella,queestabaenlaalcobaconLionettoy,llamándola,ledijo:

—Señora,micerLambertuccioestáahíabajoélsolo.

La señora, al oír esto, fue la más doliente mujer del mundo; perotemiéndolemucho,rogóaLeonettoquenolefueraenojosoesconderseunratotraslacortinadelacamahastaquemicerLambertucciosefuese.

Leonetto,quenomenormiedodeélteníadeloqueteníalaseñora,allíseescondió;yellamandóalacriadaquefueseaabriramicerLambertuccio;lacual, abriéndole y descabalgando él de su palafrén y atado éste allí a ungancho,subióarriba.

Laseñora,poniendobuenacarayviniendohastaloaltodelaescalera,lomásalegrementequepudo le recibióconpalabrasy lepreguntóquéandabahaciendo.Elcaballero,abrazándolaybesándola,ledijo:

—Almamía,oíquevuestromaridonoestaba,asíquemehevenidoaestaruntantoconella.

Y luego de estas palabras, entrando en la alcoba y cerrando por dentro,comenzómicerLambertuccioasolazarseconella.

Yestandoasíconella,completamentefueradeloscálculosdelaseñora,sucedióquesumaridovolvió:elcual,cuandolacriadaloviojuntoalacasa,corriósúbitamentealaalcobadelaseñoraydijo:

—Señora,aquíestáelseñorquevuelve:creoqueestáyaenelpatio.

Lamujer,aloírestoyalpensarqueteníadoshombresencasa(ysabíaqueelcaballeronopodíaesconderseporquesupalafrénestabaenelpatio),setuvopormuerta;sinembargo,arrojándosesúbitamentedelacama,tomóunpartidoydijoamicerLambertuccio:

—Señor,simequeréisalgobienyqueréissalvarmedelamuerte,hacedloqueosdiga.Cogeréisen lamanovuestropuñaldesnudo,yconmalgestoytodo enojado bajaréis la escalera y os iréis diciendo: «Voto a Dios que locogeréenotraparte»;ysimimaridoquisieraretenerosuospreguntasealgo,

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nodigáis nada sino lo que os he dicho, y,montando a caballo, por ningunarazónosquedéisconél.

MicerLambertucciodijoquedebuenagana;ysacandofueraelpuñal,todosofocadoentrelasfatigaspasadasylairasentidaporlavueltadelcaballero,comolaseñoraleordenóasíhizo.Elmaridodelaseñora,yadescabalgandoenelpatio,maravillándosedelpalafrényqueriendosubirarriba,vioamicerLambertucciobajaryasombrósedesuspalabrasydesurostroyledijo:

—¿Quéesesto,señor?

MicerLambertuccio,poniendoelpieenelestriboymontándoseencima,nodijosino:

—PorelcuerpodeDios,loencontraréenotraparte.

Ysefue.

El gentilhombre, subiendo arriba, encontró a su mujer en lo alto de laescaleratodaespantadayllenademiedo,alacualdijo:

—¿Quéesesto?¿AquiénvamicerLambertucciotanairadoamenazando?

Lamujer,acercándosealaalcobaparaqueLeonettolaoyese,repuso:

—Señor,nuncahetenidounmiedoigualaéste.Aquídentroentróhuyendoun joven a quien no conozco y a quien micer Lambertuccio seguía con elpuñalenlamano,yencontróporacasoestaalcobaabierta,ytodotemblorosodijo:«Señora,ayudadmeporDios,quenomematenenvuestrosbrazos».Yomepusedepiedeunsaltoyalquererpreguntarlequiénerayquélepasaba,hete aquímicer Lambertuccio que venía subiendo diciendo: «¿Dónde estás,traidor?».Yomepusedelantedelapuertadelaalcobay,alquererentrarél,ledetuve; en eso fue cortés que, como vio que nome placía que entrase aquídentro,despuésdedecirmuchaspalabrassebajócomolovisteis.

Dijoentonceselmarido.

—Mujer, hicisteis bien; muy gran deshonra hubiera sido que hubiesenmatadoaalguienaquídentro,ymicerLambertucciohizounagranvillaníaenseguiranadiequesehubierarefugiadoaquídentro.

Luegopreguntódóndeestabaaqueljoven.

Lamujercontestó:

—Señor,yonosédóndesehayaescondido.

Elcaballerodijo:

—¿Dóndeestás?Salconconfianza.

Leonetto,que todo lohabíaoído, todomiedosocomoquienmiedohabía

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pasadodeverdad,saliófueradellugardondesehabíaescondido.

Dijoentonceselcaballero:

—¿QuétienestúqueverconmicerLambertuccio?

Eljovenrepuso:

—Señor, nada delmundo; y por ello creo firmemente que no esté en sujuiciooquemehaya tomadoporotro,porqueencuantomeviono lejosdeestacasa,enlacalle,echómanoalpuñalydijo:«Traidor,¡muertoeres!».Yonomepuseapreguntarlequeporquérazónsinoquecomencéahuircuantopude y me vine aquí, donde, gracias a Dios y a esta noble señora, me hesalvado.

Dijoentonceselcaballero:

—Puesanda,notengasningúnmiedo;tepondréentucasasanoysalvo,yluegoentératebiendeloquetienesqueverconél.

Yen cuantohubieron cenado,haciéndolemontar a caballo, se lo llevó aFlorenciaylodejóensucasa;elcual,segúnlasinstruccionesrecibidasdelaseñora, aquella misma noche habló con micer Lambertuccio ocultamente ycon él se puso de acuerdo de talmanera que, pormucho que se hablase deaquellodespués,nuncaporelloseenteróelcaballerodelaburlaquelehabíahechosumujer.

NOVELASÉPTIMA

LudovicodescubreadoñaBeatrizelamorqueletiene,lacualmandaaEgano,sumarido,aunjardínvestidocomoellayseacuestacon

Ludovico;elcual,luego,levantándose,vayapaleaaEganoeneljardín

EstainvencióndedoñaIsabelacontadaporPampíneafueportodoslosdela compañía tenida por maravillosa; pero Filomena, a quien el rey habíaordenadoquesiguiese,dijo:

Amorosasseñoras, sinoestoyengañada,creoquecontaréunanomenosbuena,yprestamente.

DebéissaberqueenParísvivióunhombrenobleflorentino,elcual,porsupobreza,sehabíahechomercader,ylehabíaidotanbienconelcomercioquesehabíahechoenélriquísimo;yteníadesumujerunsolohijoalquehabíallamadoLudovico.Yparaquealanoblezadelpadreynoalcomerciosaliese,nolohabíaelpadrequeridoponerenningúnnegociosinoquelohabíapuestoconotroshombresnoblesalserviciodelreydeFrancia,dondemuchasbuenas

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manerasybuenascosashabíaaprendido.Yestandoallí, sucedióqueciertoscaballerosquevolvíandelSepulcro,mezclándoseenunaconversacióndelosjóvenesentrelosqueestabaLudovico,yoyéndolosrazonarentresísobrelasdamas hermosas de Francia y de Inglaterra y de otras partes del mundo,comenzó uno de ellos a decir que ciertamente de cuanto mundo él habíarecorridoydecuantasmujereshabíavisto,nuncaunahermosurasemejantealamujer de Egano de losGalluzzi deBolonia, llamada doñaBeatriz, habíavisto; en lo que todos sus compañeros que junto con él la habían visto enBolonia, concordaron, la cual cosa escuchandoLudovico, que todavía no sehabíaenamoradodeninguna,se inflamóen tantodeseodeverlaqueenotracosanopodíafijarelpensamiento;ydel tododispuestoa irhastaBoloniaaverla,yallíquedarsesiaellaleplacía,dioaentenderasupadrequequeríairalSepulcro,loqueconsiguiócongrandificultad.

Poniéndose,pues,denombreAniquino, llegóaBolonia,ycomoquisolafortuna,aldíasiguientevioaestaseñoraenunafiesta,yconmucholepareciómás hermosa de lo que pensado había; por lo que, enamorándoseardentísimamentedeella,sepropusonoirsenuncadeBoloniasinoconseguíasuamor.Ypensandoenquécaminodebíaseguirparaello,dejandocualquierotro decidió que, si pudiera hacerse criado del marido de ella, que teníamuchos,poracasopodríasucederleloquedeseaba.

Vendidos, pues, sus caballos, y colocados sus criados de manera queestaban bien, habiéndoles ordenado que fingiesen no conocerlo, habiendohecho amistad con su posadero, le dijo que de buena gana entraría comoservidor de algún señor de bien, si algunopudiese encontrar; al cual dijo elposadero:

—TúerespropiamenteunsirvientequedebíadesermuyapreciadoporunhombrenobledeestatierraquetienepornombreEgano,elcualtienemuchos,ytodoslosquiereaparentescomoerestú;yolehablarédeello.

Ycomodijo,asílohizo;yantesqueseseparasedeEgano,hubocolocadocon él aAniquino, el cual le agradó lomás que podía ser. Y viviendo conEganoy teniendooportunidadesdeverconmuchafrecuenciaasugobierno,tanbienytandegradocomenzóaserviraEganoqueésteletomótantoamorquesinélnosabíahacerningunacosa;ynosolamentedesísinodetodaslascosaslehabíaencomendadoelgobierno.

Sucedió un día que, habiendo ido Egano de cetrería y quedándoseAniquinoencasa,doñaBeatriz,quedesuamornosehabíaapercibidotodavíapormuchoqueparasímisma,mirándoleaélyasusmaneras,muchasveceslehabíaelogiadoyleagradase,sepusoconélajugaralajedrez;yAniquino,queagradarle deseaba, muy diestramente se dejaba vencer; de lo que la señorahacíamaravillosasfiestas.Yhabiéndoseapartadodemirarlos jugar todas las

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damasdelaseñoraydejándolosjugandosolos,Aniquinolanzóungrandísimosuspiro.

Laseñora,mirándolo,dijo:

—¿Quétienes,Aniquino?¿Tantoteduelequetevenza?

—Señora—repusoAniquino—,muchomayor cosaque lo es ésta fue larazóndemisuspiro.

Dijoentonceslaseñora:

—¡Ah!Dímela,simequieresbien.

CuandoAniquinoseoyórogar«silaqueríabien»porquiensobretodaslascosasamaba,lanzóunomuchomayordeloquelohabíasidoelprimero;porloquelaseñoraotravezlerogóquelepluguiesedecirlecuáleralarazóndesussuspiros.

AquienAniquinodijo:

—Señora,muchotemoqueosseamolestasiosladigoyademástemoqueladigáisaotrapersona.

Aquienlaseñoradijo:

—Porciertoquenomeseráenojoso;yestatesegurodeesto,quenadaquetúmedigas,sinocuandoteplazca,lediréanadienunca.

EntoncesdijoAniquino:

—Puestoqueasímeloprometéis,oslodiré.

Yconlaslágrimasenlosojosledijoquiéneraél,loquedeellahabíaoídoydónde,ycómodeellasehabíaenamoradoycómovenido,yporquéhabíaentradocomoservidordelmarido;yluego,humildementelerogóquesipodíaser le pluguiera tener piedad de él y complacerle en éste su secreto y tanfervientedeseo;yque,siestonoqueríahacer,que,dejándoloestareneltrajeen que estaba, le permitiese amarla. ¡Oh, singular dulzura de la sangreboloñesa, que digna de alabanza has sido siempre en tales casos! Nunca teenorgullecistedelaslágrimasylossuspirosycontinuamentehassidosensiblea lassúplicas,ya losamorososdeseosdoblegable; siyo tuvieradignas loasparaalabarte,nuncasaciadaseveríamivoz.

La noble señora, al hablar Aniquino, le miraba; y dando plena fe a suspalabras, con tanta fuerza recibió por sus ruegos el amor en la mente, quetambiénellacomenzóasuspirar,yluegodealgúnsuspirorepuso:

—DulceAniquinomío, tenbuenánimo:nidonesnipromesasnicortejardenoblesnideseñoralgunonideningúnotro(quehesidoysoycortejadapormuchos)nuncapudomovermiánimotantoqueamaseaalguno;perotúentan

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pocotiempocomohanduradotuspalabrasmehashechomástuyaquelosoymía. Juzgo que óptimamente has ganadomi amor, y por ello te lo doy y teprometoqueteharégozardeélantesdequetermineestanochequeviene.Yparaqueestotengalugar,hacialamedianochevendrásamialcoba;yodejarélapuertaabierta; sabesdequé ladode lacamaduermoyo;vendrásallíy sidurmiere, tócame hasta queme despierte, y te consolaré de tan largo deseocomohassentido;yparaquelocreasquierodarteunbesoenprenda.

Yechándoleunbrazoalcuello,amorosamentelobesó,yAniquinoaella.

Dichasestascosas,Aniquino,dejandoalaseñora,sefueahaceralgunasdesusobligaciones,esperandoconlamayoralegríadelmundoquellegaselanoche.

Eganovolvióde lacaza,ycuandohubocenado,comoestabacansadosefueadormir,ylaseñoratrasél;ycomohabíaprometidodejólapuertadelaalcobaabierta; a la cual, a lahoraque lehabía sidodicha,vinoAniquinoycalladamenteentrandoenlaalcobayvolviendoacerrarlapuertapordentro,delladodondedormíalaseñorasefue,yponiéndolelamanoenelpecholaencontróquenodormía.Lacual,comosintióllegaraAniquino,tomandosumanoconlasdossuyasysujetándolofuerte,dándosevueltasenlacamatantohizoquedespertóaEganoquedormía;alcualdijo:

—Noquisedecirtenadaanocheporquemeparecistecansado;perodime,asíteguardeDios,Egano,¿acuáltienestúporelmejorcriadoyelmásleal,yquiénamasmás,delosquetienesencasa?

RepusoEgano:

—¿Qué es eso, mujer, qué me preguntas? ¿No lo sabes? No hay ni hahabidonuncaningunodequientantomefiaseomefíeoame,cuantomefíoyamoaAniquino.Pero¿porquémelopreguntas?

Aniquino,sintiendodespiertoaEganoyoyendohablardeél,habíamuchasveces tirado de la mano hacia sí para irse, temiendo mucho que la señoraquisieseengañarle;peroéstalohabíasujetadoylosujetabademaneraquenohabíapodidoalejarsenipodía.

LaseñorarepusoaEgano,ydijo:

—Yote lodiré.Yocreíaqueeraquefuesecomotúdicesyquemásfielqueningunootrotefuera;peromehaengañado,porquecuandotefuistehoydecetrería,élsequedóaquí,ycuandoleparecióoportunonoseavergonzódepedirme que consintiera en hacer su gusto; y yo, para que esta cosa nonecesitase probarte con demasiadas pruebas, y para hacértelo tocar y ver,repuse queme parecía bien y que esta noche, pasada lamedianoche, iré aljardín nuestro y le esperaré al pie del pino. Ahora, en cuanto a mi yo no

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entiendo ir allí, pero si tienes ganas de conocer la fidelidad de tu criado,puedes fácilmente, poniéndote encima una de mis sayas y en la cabeza unvelo,iralláabajoaesperarsiviene,queestoyseguradequesí.

Egano,oyendoesto,dijo:

—Porciertoqueconvienequelovea.

Ylevantándosecomomejorpudoenlaoscuridad,sepusounasayadelaseñoraenlacabeza,ysefuealjardínyalpiedeunpinosepusoaesperaraAniquino.

Laseñora,comolosintiólevantadoyfueradelaalcoba,selevantóycerrólapuertapordentro.Aniquino,queelmayormiedoquenuncahabíasentidosintió,yquecuantopodíasehabíaesforzadoensalirdelasmanosdelaseñoraycienmilvecesaellayasuamoryasímismo,queconfiadosehabía,habíamaldito,oyendoloquealfinalhabíahecho,fueelhombremásfelizquenuncahubo;yhabiendo la señoravuelto a la cama, comoquiso ella, comoella sedesnudó,yjuntossesolazaronydisfrutaronporbuenespaciodetiempo.

Luego,nopareciendoa laseñoraqueAniquinodebiesequedarsemás, lohizolevantarseyvolveravestirse,yasíledijo:

—Dulces labiosmíos, coge un buen bastón y vete al jardín, y fingiendohaberme requerido para tentarme, como si fuese yomisma, dirás insultos aEganoyme losacudirásbienconelbastón,porquedeelloseseguirá luegomaravillosodeleiteyplacer.

Levantándose Aniquino y yendo al jardín con una vara de sauce en lamano,cuandollegójuntoalpinoyEganoloviovenir,ylevantándosecomosiquisiese recibirlo con grandísima fiesta, le salió al encuentro; al cual dijoAniquino:

—¡Ay,malamujer, así que has venido! ¿Y has creído que yo quisiera oquieroamiseñorhacerleestaafrenta?¡Seasmilvecesmalvenida!

Yalzandoelbastón,comenzóasacudirlo.

Egano,aloírestoyverelbastón,sindecirpalabracomenzóahuir,ytrasélAniquino,siemprediciendo:

—Fuera,queDiostedémalahora,malamujer,queporciertoquemañanaselodiréaEgano.

Egano,habiendorecibidodosdelasbuenas,loantesquepudosevolvióalaalcoba;alcualpreguntólaseñorasiAniquinohabíavenidoaljardín.

Eganodijo:

—Asínohubiera ido,porquecreyendoqueeras túmehamolidoconun

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bastónydicholasmayoresinjuriasquenuncasehandichoaunamalamujer.Yasíyomemaravillabamuchodequeél tehubiesedichoaquellaspalabrasconánimodehaceralgoquefueseenvergüenzamía;sinoqueporqueteviotanalegreycordial,quisoprobarte.

—Entonces —dijo la señora—, alabado sea Dios porque a mí me haprobadoconpalabrasyaticonobras;ycreoquepodríadecirqueyosoportoconmáspaciencialaspalabrasquetúlasobras.Maspuestoquetallealtadtetiene,hayquetenerloenestimayhonrarle.

Eganodijo:

—Porciertoquediceslaverdad.

Ybasándoseenaquello,eradelaopinióndequeteníalamujermáslealyelmásfielservidorquenuncahabíatenidounnoble;porlacualcosa,comoluego muchas veces con Aniquino, éste y la señora riesen de este hecho,Aniquino y la señora tuvieron mucha más facilidad de la que por venturahabríantenidoparahaceraquelloquelesdabadeleiteyplacermientrasqueaAniquinoleplugoquedarseconEganoenBolonia.

NOVELAOCTAVA

Unosientecelosdelamujer,yella,atándoseunacuerdaaundedoporlanoche,sientellegarasuamante,elmaridosedacuenta,y,mientraspersiguealamante,lamujerponeenellugarsuyoenlacamaaotramujer,aquienelmaridopegaycortalastrenzas,yluegovaabuscarasushermanos;loscuales,encontrandoqueaquellonoeraverdad,le

injurian.

Extrañamente maliciosa parecía a todos que doña Beatriz había sido alburlarsedesumaridoy todosafirmabanqueelmiedodeAniquinodebíadehabersidomuygrandecuando,sujetándolofuertementelaseñora,laoyódecirqueéllehabíarequeridodeamores.

Pero luego de que el rey vio callarse a Filomena, volviéndose haciaNeifile,dijo:

—Decidvos.

Lacual,sonriendoprimerounpoco,comenzó:

Hermosasseñoras,granpesomeincumbesiquieroconunabuenahistoriadarosgustocomooslohandadoaquellasqueanteshanhablado;delcual,conlaayudadeDios,esperodescargarmeasazbien.

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Debéis, pues, saber que en nuestra ciudad hubo un riquísimo mercaderllamado Arriguccio Berfinghieri, el cual neciamente, tal como ahora hacencadadíalosmercaderes,pensóennoblecerseporsumujerytomóaunajovenseñoranoble(quemalleconvenía)cuyonombrefuedoñaSismonda.Lacual,porqueéltalcomohacenlosmercaderesandabamuchodeviajeypocoestabacon ella, se enamoró de un joven llamadoRoberto que largamente la habíacortejado; y habiendo llegado a tener intimidad con él, y teniéndolamenosdiscretamente porque sumamente le deleitaba, sucedió (o porqueArrigucciooyese algoo comoquiera que fuese) que se hizo el hombremás celoso delmundoydejódeirdeviajeytodossusdemásnegocios,ytodasusolicitudlahabíapuestoenguardarbienaaquélla,ynuncasehubieradormidosino lahubiese sentido antes meterse en la cama; por la cual cosa la mujer sintiógrandísimodolor,porquedeningunaguisapodíaestarconsuRoberto.

Perohabiendodedicadomuchospensamientosaencontraralgúnmododeestarconél,ysiendotambiénmuysolicitadaporél,levinoelpensamientodehacerdeestamanera:que,comofuesequesualcobadabaalacalleyellasehabía dado cuenta muchas veces de que a Arriguccio le costaba muchodormirse, pero que después dormía profundísimamente, ideó hacer venir aRoberto a la puerta de su casa amedianoche e ir a abrirle y estarse con élmientrassumaridodormíaprofundamente.

Yparasentirellacuándollegabadeguisaquenadieseapercibiese,inventóechar una cuerdecita fuera de la ventana de la alcoba que por uno de losextremosllegasecercadelsuelo,yelotroextremobajarlohastaelpavimentoyllevarlohastasucama,ymeterlobajolasropas,ycuandoellaestuvieseenlacamaatárseloaldedogordodelpie;yluego,mandandodecirestoaRoberto,leordenóque,cuandoviniera,tirasedelacuerdayella,sisumaridodurmiese,losoltaríaeiríaaabrirle,ysinodurmiese,locogeríaylotiraríahaciasí,afindequeélnoesperase.LacualcosaplugoaRoberto;yhabiendoidomuchasveces,algunalesucedióestarconellayalgunano.

Por último, continuando con este artificio de esa manera, sucedió unanocheque,durmiendolaseñora,yestirandoArriguccioelpieporlacama,dioconestecordel;porloque,llevandoaéllamanoyencontrándoloatadoalpiedesumujer,sedijoasímismo:

«Porciertoqueestodebeseralgúnengaño».

Ydándosecuenta luegodequeelcordelsalíapor laventana lo tuvoporcierto;porloquecortándoloquedamentedeldedodelamujer,loatóalsuyo,yestuvoatentoparaverquéqueríadeciresto.

NomuchodespuésvinoRoberto,ytirandodelcordelcomoacostumbraba,Arrigucciolosintió;ynohabiendosabidoatárselobien,yhabiendoRobertotiradofuertementeyhabiéndosequedadoconelcordelen lamano,entendió

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quedebíaesperar;yasíhizo.

Arriguccio, levantándose prestamente y cogiendo sus armas, corrió a lapuerta para ver quién era aquél y para hacerle daño.Ahora,Arriguccio era,aunquefuesemercader,unhombrefieroyfuerte;yllegadoalapuerta,ynoabriéndola suavemente como solía hacer lamujer, yRoberto, que esperaba,sintiéndolo,sediocuentaqueeraquienera,esdecir,quequienabríalapuertaera Arriguccio; por lo que prestamente comenzó a huir y Arriguccio aperseguirlo.Hasta que por fin habiendoRoberto huido un gran trecho y nocesandoéldeseguirlo,estandotambiénRobertoarmado,sacólaespadaysevolvióhaciaél,ycomenzaronelunoaquererheriralotroyadefenderse.

La mujer, al abrir Arriguccio la alcoba, desvelándose y encontrándosecortadoelcordeldeldedo,incontinentisediocuentadequesuengañoestabadescubierto; y sintiendo que Arriguccio había corrido tras de Roberto,levantándoseprestamente,dándosecuentadeloquepodíasuceder,llamóasucriada,lacualsabíatodo,ytantolerogóquelapusoensulugarenlacama,rogándole que, sin darse a conocer, los golpes que le diera Arrigucciorecibiesepacientementeporqueellaselosdevolveríacontamañarecompensaquenotendríarazóndequejarse.

Yapagadalaluzqueenlaalcobaardía,sefuedeallíy,escondidaenunlugardelacasa,sepusoaesperarloqueibaasuceder.SiguiendolariñaentreArriguccio y Roberto, los vecinos del barrio, sintiéndola y levantándose,comenzaronainsultarlos,yArriguccio,portemoraserreconocido,sinhaberpodidosaberquiénfueseeljovenniherirlodealgunamanera,airadoydemaltalante, dejándolo en paz, se fue hacia su casa; y llegando a la alcoba,airadamentecomenzóadecir:

—¿Dónde estás, mala mujer? ¡Has apagado la luz para que no teencuentre,peroteequivocas!

Yyendoalacama,creyendocogeralamujer,cogióalacriada,ycuandopudomenearlasmanosylospiestantospuñetazosytantaspatadasledioquelemarcótodalacara,yporúltimolecortóloscabellos,diciéndolesiemprelasmayoresinjuriasquejamássehandichoaunamalamujer.

La criada llorabamucho como quien tenía de qué, y aunque alguna vezdijese:«¡Ay!¡PorelamordeDios!»,o«¡Basta!»,estabalavoztanrotaporelllanto y Arriguccio tan ciego de furor que no podía distinguir que aquéllafuesedeotramujerquelasuya.

Apaleándola, pues, con todo derecho y cortándole los cabellos, comodecimos,dijo:

—Malamujer, no entiendo tocarte de otromodo, sino que iré a por tushermanosy lescontaré tusbuenasobras;y luegoquevenganapor tiyque

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haganloquecreanquecorrespondeasuhonorytellevendeaquí,queenestacasatenporciertoquenoestarásnuncamás.

Ydichoesto,saliendodelaalcoba,lacerróporfueraysefueélsolo.

CuandodoñaSismonda,quetodohabíaoído,sintióqueelmaridosehabíaido,abriólaalcobay,encendidalaluz,encontróasucriadatodamachacadaquellorabafuertemente;alacual,comomejorpudolaconsolóylallevóasualcoba,dondedespuésocultamentehaciéndolacuidarycurar,tantoconlodeArrigucciomismolarecompensóqueellasetuvoporcontenta.Ycuandoalacriada hubo llevado a su alcoba, rápidamente hizo la cama de la suya y laarreglótodaylapusoenorden,comosiningunapersonasehubieraacostadoallíesanoche,yvolvióaencenderlalámpara,ysevistióyarregló,comositodavíanosehubieseacostado;yencendiendouncandilytomandosustelas,sefueasentararribadelaescaleraysepusoacoseryaesperarenquéparabaaquello.

Arriguccio, al salir de su casa, lo antesquepudo se fue a la casade loshermanosde lamujer,yallí tantosgolpesdioque lesintierony leabrieron.Los hermanos de la mujer, que eran tres, y su madre, sintiendo que eraArriguccio se levantaron todos, y haciendo encender las luces vinieron a suencuentro y le preguntaron qué iba buscando a aquella hora y tan solo. AquienesArriguccio, empezando con el cordel que había encontrado atado aldedodelpiededoñaSismondahastaloúltimoqueencontradoyhechohabía,selocontó;yparadarlesenterotestimoniodeloquehabíahecho,loscabellosquecreíahaberlecortadoasumujerselospusoenlasmanos,añadiendoqueviniesen a por ella y que le hiciesen lo que creyeran que correspondía a suhonor,porqueélnopensabatenerlamásencasa.

Los hermanos de la mujer, muy enojados de lo que habían oído yteniéndoloporcierto,contraellaenardecidos,hechasencenderantorchas,conintencióndejugarleunamalapartida,conArrigucciosepusieronencaminoyfueronasucasa.Loqueviendosumadre,llorandocomenzóaseguirlos,oraaunooraalotrorogandoquenocreyesenaquellascosastansúbitamentesinvernisabernadamás,porqueelmaridopodíaporalgunarazónestarenojadoconella y haberle hecho daño, y ahora decirles aquello en excusa de símismo,diciendoademásqueellasemaravillabamuchodecómopodíahabersucedidoaquello porque conocía bien a su hija, como quien la había criado desdepequeñita,ymuchasotrascosassemejantes.

Llegados,pues,acasadeArriguccioyentrandodentro,comenzaronsubirlasescaleras;yoyéndolosvenirdoñaSismonda,dijo:

—¿Quiénandaahí?

Aquienunodeloshermanosrepuso:

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—Bienlosabrástú,malamujer,quiénes.

DijoentoncesdoñaSismonda:

—¿Peroquéquerrádeciresto?¡Señor,ayúdame!—Yponiéndoseenpie,dijo—:Hermanosmíos, sedbienvenidos; ¿quéandáisbuscandoaestahoralostresaquídentro?

Ellos,habiéndolavistosentadaycosiendoysinningunamarcaenelrostrode haber sido golpeada, cuandoArriguccio había dicho que la había dejadomachacada,algoalprimerenvitesemaravillaronyrefrenaronelímpetudesuira, y le preguntaron que cómo había sido aquello de lo que Arriguccio sequejabadeella,amenazándolamuchosinolesdecíatodo.

Lamujerdijo:

—No sé qué deba deciros, ni de qué tenga que haberse quejado de míArriguccio.

Arriguccio,alverla, lamirabacomoestupidizado,acordándosedeque lehabíadadotalvezmilpuñetazosenlacaraylahabíaarañadoylehabíahechotodaslasmaldadesdelmundo,yahoralaveíacomosinohubierapasadonadadeaquello.Enresumen, loshermanos ledijeron loqueArriguccio leshabíadichodelcordelydelosgolpesydetodo.

Lamujer,volviéndoseaArriguccio,dijo:

—¡Ay,maridomío!¿Quéesloqueoigo?¿Porquéhacestenermepormalamujer para tu gran vergüenza, cuando no lo soy, y a ti por hombremalo ycruel,quenoeres?¿Ycuándohasestadoestanocheencasa,noyaconmigo?¿Ocuándomepegaste?Encuantoamí,nomeacuerdo.

Arrigucciocomenzóadecir:

—¿Cómo,malamujer, no nos fuimos a la cama juntos anoche? ¿No hevuelto luego, después de haber estado corriendo tras tu amante? ¿No te hedadomuchosgolpesycortadoloscabellos?

Lamujerrepuso:

—Enestacasanoteacostasteanochetú,perodejemosesto,quenopuedodarotro testimonioquemispalabrasverdaderas,yvengamosa loquedicesque me pegaste, y cortaste los cabellos. A mí no me has pegado nunca, ycuantoshayaquíytútambién,fijaosenmí,sientodoelcuerpotengoalgunaseñaldepaliza;ni te aconsejaríaque fueses tanatrevidoquemepusieses lamanoencimaque,porlacruzdeCristoteabofetearía.Nitampocomecortasteloscabellos,queyolohayasentidoolohayavisto,perotalvezlohicistesinquemediesecuenta;déjameversilostengocortadosono.

Yquitándoselosvelosdelacabeza,mostróquecortadosnolostenía,sino

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enteros; las cuales cosas viendo y oyendo los hermanos y la madre,comenzaronadecirleaArriguccio:

—¿Qué dices, Arriguccio? Esto no es ya lo que nos viniste a decir quehabíashecho;ynosabemoscómopuedesprobarloquequeda.

Arriguccioestabacomoquiensoñase,yqueríahablar;peroviendoqueloquecreíaquepodíaprobarnoeraasí,noseatrevíaadecirnada.

Lamujer,volviéndoseasushermanos,dijo:

—Hermanosmíos, veo que ha andado buscando que yo haga lo que noquerríahaberhechonunca,estoes,queoscuentesusmiseriasysumaldad;yloharé.Creofirmementequeloqueoshacontadolehayapasado,yoídcómo.Este hombre de pro, a quien pormimalme disteis pormujer, que se dicemercaderyquequiereserrespetadoyquedeberíatenermástemplanzaqueunreligiosoymáshonestidadqueunadoncella,pocassonlasnochesquenovayaemborrachándose por las tabernas, y ahora con esta mala mujer, ahora conaquéllaenredándose;yamísemehacehastamedianocheyaveceshastaelamaneceresperándolede lamaneraquemehabéisencontrado.Estoyseguradeque,estandobienborracho,sefuealacamaconalgunamujerzuelayaella,aldespertarse,leencontróelcordelenelpieyluegohizotodasesasgallardíasque dice, y por último volvió a ella y la pegó y le cortó los cabellos; y nohabiendovueltoensítodavía,secreyó,yestoyseguradequelocreetodavía,queestascosasmelashabíahechoamí;ysiosfijáisbienensucara,todavíaestámedioborracho.Pero sea loquehayadichodemí,noquieroque se lotoméisencuentamásquecomoaunborracho;yquecomoyoleperdonoloperdonéisvosotrostambién.

Sumadre,oyendoestaspalabras,comenzóaalborotarseyadecir:

—Por la cruz de Cristo, hija mía, eso no debía hacerse sino que debíamatarseaeseperrofastidiosoydesconsiderado,quenoesdignodetenerunatalmozacomotú.¡Buenoestá!¡Niaunquetehubieserecogidodelfango!Malrayolepartasidebesaguantarlaspodridaspalabrasdeuncomerciantuchoenheces de burro que vienen del campo y salen de las pocilgas vestidos depardillo con las calzas de campana y con la pluma en el culo y en cuantotienentressueldosquierenalashijasdelosgentileshombresydelasbuenasdamaspormujeres, yusan armasydicen: «Soyde los tales»y«Losdemicasahicieronesto».Bienquerríaquemishijoshubiesenseguidomiconsejo,quetanhonorablementetepodíancolocarencasadeloscondesGuidoporunpedazodepan;yencambioquisierondarteestavaliosajoyaque,siendotúlamejormozadeFlorenciay lamáshonesta,nosehaavergonzadodedeciramedianochequeeresunaputa,comosinoteconociésemos;peroafequesimehiciesencasoseleharíaunescarmientoquelopudriese.—Yvolviéndoseasushijos,dijo—:Hijos,bienosdecíayoqueestonopodíaser.¿Habéisoído

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cómovuestrocuñadotrataavuestrahermana,esecomerciantuelodecuatroalcuarto?Que, si yo fuesevosotros,habiendodicho loquehadichode ellayhaciendoloquehace,noestaríacontentanisatisfechamientrasnolohubieraquitadodeenmedio;ysiyofuesehombreenvezdemujernoquerríaqueotroenmi lugar lo hiciese. ¡Señor, haz que le pese, borracho asqueroso que notienevergüenza!

Losjóvenes,vistasyoídasestascosas,volviéndoseaArriguccioledijeronlasmayoresinjuriasquenuncaselehandichoaningúnmalvado,yporúltimodijeron:

—Teperdonamoséstaporqueestásborracho,perocuidadequeentodatuvidadeaquíenadelantenooigamosmásnoticiasdeéstas,quesialgunanosvienealosoídosporciertoquenoslapagarásporéstayporaquélla.

Ydichoesto,fueron.

Arriguccio,quesequedócomoestúpido,nosabiendoélmismosi loquehabíahechoeraverdadosilohabíasoñado,sindecirunapalabramásdejóasu mujer en paz; la cual no solamente con su sagacidad escapó al peligroinminentesinoqueseabrióelcaminoparapoderhacereneltiempoporvenirtodossusgustossintenermiedoalmaridonuncamás.

NOVELANOVENA

Lidia,mujerdeNicostrato,amaaPírro,elcual,parapodercreerla,lepidetrescosas,todaslascualesellalehace,yademásdeesto,enpresenciadeNicostratosesolazaconélyaNicostratohacecreerquenoesverdad

loquehavisto.

TantohabíaagradadolahistoriadeNeifilequenidereírsenidehablardeellapodíandejarlasseñoras,aunqueelreymuchasvecessilencioleshubieraordenado, habiendomandado a Pánfilo que la suya contase; pero luego quecallaron,asícomenzóPánfilo:

Nocreoyo,reverendasseñoras,quehayanadaporgraveypeligrosoquesea,queahacernoseatrevaquienardientementeama; lacualcosa,aunquehayasidoprobadaenmuchashistorias,noporellocreoquedejarédeprobarmejorconunaqueentiendocontaros,dondeoiréissobreunaseñoraqueensusobrastuvomuchomásfavorablelafortunaquesensatoeljuicio.Yporellonoaconsejaríaaningunaquelashuellasdequienhablarentiendosearriesgaseaseguir,porquenosiempre lafortunaestádispuestadeunmodo,ni todos loshombresdelmundosonofuscadosigualmente.

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EnArgos,ciudadantiquísimadeAcaya,porsusantiguosreyesmuchomásfamosaquegrande,hubounhombrenobleelcual fue llamadoNicostrato,aquienyacercanoalavejezlafortunaconcediópormujeraunagranseñoranomenos osada que hermosa, llamada por nombre Lidia. Tenía éste, comohombrenobley rico,muchoscriadosyperrosyavesdecaza,ygrandísimodeleitesentíaenlascacerías;y teníaentresusotrosdomésticosunjovencitocortésyadornadoyhermosodecuerpoydiestroencualquiercosaquehubieraqueridohacer,llamadoPirro,aquienNicostratomásqueaningúnotroamabaymuchosefiabadeél.Deéste,Lidiaseenamoróardientemente,tantoquenidedíanidenochepodíatenerelpensamientoenotrapartesinoenél;delcualamor, o que Pirro no se apercibiese o que no lo quisiese, nada mostrabapreocuparse.De loque laseñoraundolor intolerable llevabaenelánimo;ydeltododispuestaahacérselosaberllamóaunacamarerasuyallamadaLusca,enlacualconfiabamucho,yledijoasí:

—Lusca,losbeneficiosquehasrecibidodemítedebenhacerobedienteyfiel, y por ello cuida de que lo que ahora voy a decirte, ningunapersona looiganuncasinoaquélaquienyo teordene.Comoves,Lusca,yosoymujerjoven y fresca, y llena y colmada de todas las cosas que cualquiera puededesear,yen resumen,exceptodeuna,nopuedoquejarme;yéstaesque losañosdemimaridosondemasiadossisemidenconlosmíos,porlacualcosa,deaquellodequelasmujeresjóvenesmásdisfrutanvivopococontenta;ysinembargo, deseándolo como las otras, hace mucho tiempo que deliberé noquerer(silafortunamehasidopocoamigaaldarmetanviejomarido)seryoenemiga de mí misma al no saber encontrar manera a mis deleites y misalvación.Yparatenerlostansatisfechoenestocomoenlasdemáscosas,hetomadoelpartidodequerer, comomásdignodeelloqueningunootro,quenuestroPirroconsusbrazoslossupla,yhepuestoenéltantoamorquenuncamesientobiensinocuandoloveoopiensoenél;ysisinél,ysintardanzanomereúnoconél,ciertamentecreoquememoriré.Yporello,simividateescara,porelmedioquemejorteparezcalesignificarásmiamorytambiénlerogarásdemipartequeleplazcaveniramícuandotúvayasabuscarle.

La camarera dijo que lo haría de buen grado; y cuando primero leparecieron tiempo y lugar oportunos, llevando a Pirro aparte, cuanto mejorsupo,laembajadalediodesuseñora.Lacualcosa,oyendoPirro,semaravillómucho,comoquiennuncadenadasehabíaapercibido,ytemióquelaseñoraquisieradecírseloporprobarlo;porloquesúbitayrudamenterepuso:

—Lusca,nopuedocreerqueestaspalabrasvengandemiseñora,yporellocuidaloquedices;ysiviniesendeella,nocreoqueconánimodecumplirlassea; pero si con ese ánimo las dijese, mi señor me honra más de lo quemerezco;noleharétalultrajepormivida,ytúcuidadenohablarmedetalescosas.

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Lusca,noasustadaporsusduraspalabras,ledijo:

—Pirro, de éstas y de cualquiera otra cosa quemi señorame ordene tehablarécuantasvecesellameloencomiende, teseagustosoomolesto;peroeresunanimal.

Yenfadada,conlaspalabrasdePirrosevolvióalaseñora,lacual,aloírlasdeseómorir;yluegodealgunosdíasvolvióahablaralacamareraydijo:

—Lusca, sabesqueconelprimergolpenocae la encina;por loquemeparece que vuelvas de nuevo a aquel que en mi perjuicio inusitadamentequiereserleal,yhallandotiempoconveniente,muéstraleenteramentemiardoreingéniateentodoenhacerquelacosatengaefecto,porquesiasísedejase,yomemoriréyélsecreeríaquehabíasidoporprobarlo;ydeloquebuscamosqueessuamorseseguiríaodio.

Lacamareraconsolóalaseñoray,buscandoaPirro,loencontróalegreybiendispuesto,yasíledijo:

—Pirro,yotemostrépocosdíashaenquégranfuegotuseñoraymíaestáporelamorquete tiene,yahoraotravezte lorepito,quesi túenladurezaqueelotrodíamostrastesigues,vivesegurodequevivirápoco;porloqueteruegoqueteplazcaconsolarlaensudeseo;ysientuobstinacióncontinuasesemperrado, cuando yo por sabio te tenía, te tendré por un bobalicón. ¿Quégloriapuedesertemayorqueunatalseñora,tanhermosa,tannoble,tanrica,teamesobretodaslascosas?Ademásdeesto,¡cuánobligadodebessentirteatufortunapensandoque tehapuestodelante talcosa,para losdeleitesde tujuventud apropiada, y aun semejante refugio para tus necesidades! ¿Quésemejante tuyoconocesqueencuantoadeleiteestémejorque túestarás, sieres sabio? ¿Cuálotro encontrarásque en armas, en caballos, en ropasy endineros pueda estar como tú estarás, si quieres concederle tu amor? Abre,pues,elánimoamispalabrasyvuelveenti;acuérdatedequepuedesucedersólounavezque la fortuna salgaa tu encuentrocon rostro alegrey con losbrazos abiertos; la cual, quien entonces no sabe recibirla, al hallarse luegopobreymendigo,desímismoynodeelladebequejarse.Yademásdeesto,nosedebelamismalealtadusarentrelosservidoresylosseñoresqueseusaentre losamigosy losparientes; taldeben tratarlos losservidores,en loquepueden,comosontratadosporellos.¿Esperastú,situviesesmujerhermosaomadreohijaohermanaquegustaseaNicostrato,queél ibaa tropezarenlalealtadquequierestúguardarleconsumujer?Necioeressilocrees;tenporciertoque si las lisonjasy los ruegosnobastasen, fuera loque fuese loquepudieraparecerte,usaríalafuerza.Tratemos,pues,aellosyasuscosascomoellosnostratananosotrosyalasnuestras;tomaelbeneficiodelafortuna,nolaalejes; sal a suencuentroy recíbelacuandoviene,queporcierto sino lohaces, dejemos la muerte que sin duda seguirá de tu señora, pero tú te

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arrepentirástantasvecesquequerríasmorirte.

Pirro, quemuchas veces en las palabras queLusca le había dicho habíavueltoapensar,habíatomadoporpartidoque,siellavolvieseaélotravez,ledaría otra respuesta y del todo plegarse a complacer a la señora, si pudieraasegurarsedenoestarsiendopuestoaprueba;yporellorepuso:

—Mira,Lusca, todas lascosasquemedicesséquesonverdaderas;peroyoséporotrapartequemiseñoresmuysabioymuyperspicaz,ycomoponeen mi mano todos sus asuntos, mucho temo que Lidia, con su consejo yvoluntadhaga estoparaquererprobarme,ypor ello, si tres cosasqueyo lepidaquierehacerparaesclarecerme,porciertoquenadamemandarádespuésque yo no haga prestamente. Y las tres cosas que quiero son éstas:primeramente, que en presencia de Nicostrato mate ella misma a su bravohalcón;luego,quememandeunmechoncitodelabarbadeNicostrato,y,porúltimo,unamueladelabocadeélmismo,delasmássanas.

EstascosasparecierondurasaLuscayalaseñoradurísimas;peroAmor,queesbuenconsoladorygranmaestrodeconsejos,lahizodeliberarhacerlo,y por su camarera le envió a decir que aquello que le había pedidocompletamente haría, y pronto; y además de ello, por lo muy sabio que élreputaba aNicostrato, dijo que en presencia suya conPirro se solazaría y aNicostratoharíacreerquenoeraverdad.

Pirro,pues, sepusoaesperar loque ibaahacer lanobleseñora; lacual,habiendo de allí a pocos días Nicostrato dado un gran almuerzo, comoacostumbrabaahacerconfrecuencia,aalgunosgentileshombres,yhabiendoya levantado los manteles, vestida de terciopelo verde y muy adornada, ysaliendo de su cámara, a aquella sala vino donde estaban ellos, y viéndolaPirro y todos los demás, se fue a la percha donde el halcón estaba, al queNicostratoamabatanto,ysoltándolocomosienlamanoloquisierallevar,ytomándolopor laspihuelas logolpeócontraelmuroylomató.YgritándoleNicostrato: «¡Ay, mujer! ¿Qué has hecho?», nada le respondió, sino quevolviéndosealosnobleshombresqueconélhabíancomido,dijo:

—Señores,mala venganza tomaría de un rey queme afrentase, si de unhalcónnotuvieraelatrevimientodetomarla.Debéissaberqueestaavetodoeltiempoquedebeserprestadoporloshombresalplacerdelasmujeresmehaquitado durante mucho tiempo; porque no apenas suele aparecer la aurora,Nicostrato está levantado y montado a caballo, con su halcón en la manoyendo a las llanuras abiertas para verlo volar; y yo, como veis, sola ydescontenta, en la camame he quedado; por la cual cosamuchas veces hetenido deseos de hacer lo que ahora he hecho, y ninguna otra razónme haretenidosinoesperarahacerloenpresenciadehombresquejustosjuecesseanenmiquerella,comocreoqueloseréisvosotros.

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Los nobles señores que la oían, creyendo que no de otramanera era suafecto por Nicostrato que lo que decían sus palabras, riendo todos y haciaNicostratovolviéndose,queairadoestaba,comenzaronadecir:

—¡Ah,québienhahecholaseñoraalvengarsuafrentaconlamuertedelhalcón!

Ycondiversasbromassobretalmateriahabiendoyalaseñoravueltoasucámara,enrisavolvieronelenojodeNicostrato.

Pirro,vistoesto,sedijoasímismo:

«Altosprincipioshadadolaseñoraamisfelicesamores:¡Dioshagaquepersevere!».

Matado, pues, por Lidia el halcón, no pasaron muchos días cuando,estando ella en su alcoba junto con Nicostrato, haciéndole caricias, con élcomenzóachancear,yél,porjuegotirándoleuntantodeloscabellos,ledioocasiónde poner en efecto la segunda cosa pedida porPirro; y prestamentecogiéndoleporunpequeñomechóndelabarba,yriendo,tanfuerteletiróqueseloarrancótododelmentón;deloquequejándoseNicostrato,elladijo:

—¿Yquétienesqueponertalcaraporquetehequitadounosseispelosdelabarba?¡Nosentíasloqueyocuandometirabaspocohadeloscabellos!

Y así continuando de una palabra en otra su solaz, lamujer cautamenteguardóelmechóndelabarbaquelehabíaarrancado,yelmismodíalamandóasuqueridoamante.

La terceracosa ledioa la señoramásquepensar,pero también (comoaquien era de alto ingenio y amor la hacía tenermás) encontró elmodo quedebíaseguirparadarlecumplimiento.YteniendoNicostratodosmuchachitosconfiados por su padre para que en casa, aunque fuesen gentileshombres,aprendiesenbuenasmaneras,deloscuales,cuandoNicostratocomía,elunolecortabaenelplatoyelotroledabadebeber,haciendollamaralosdos,lesdioaentenderquelesolíalabocaylesenseñóque,cuandosirviesenaNicostrato,echasenlacabezahaciaatráslomásquepudieran,ynoledijesenestonuncaanadie.

Los jovencitos, creyéndolo, comenzaron a seguir aquella manera que laseñoraleshabíaenseñado;porloqueellaunavezpreguntóaNicostrato:

—¿Te has dado cuenta de lo que hacen estos muchachitos cuando tesirven?

DijoNicostrato:

—Claroquesí,asíleshequeridopreguntarqueporquélohacían.

Laseñoraledijo:

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—Nolohagas,queyotelodiré,yteloheocultadomuchotiempoparanodisgustarte; pero ahora que me doy cuenta de que otros comienzan apercatarse, yanodeboocultártelo.Estono te sucede sinoporque la boca tehiedefieramente,ynosécuálserálarazón,porqueestonosolíaser;yéstaescosa feísima, teniendoque tratar túcongentileshombres,yporellosedebíaverelmododecurarla.

DijoentoncesNicostrato:

—¿Quépodríaserello?¿Tendréenlabocaalgunamuelaestropeada?

AquienLidiadijo:

—Talvezsí.

Y llevándolo a una ventana le hizo abrir bien la boca y luego de que lehubodeunaparteyotramirado,dijo:

—Oh, Nicostrato, ¿y cómo puedes haberla sufrido tanto? Tienes una deestapartelacual,aloquemeparece,nosolamenteestádañada,sinoqueestátodapodrida,yconseguridadsilatienesenlabocaestropearálasqueestánallado;por loque teaconsejaríaque te lasacasesantesdequeelasuntovayamásadelante.

DijoentoncesNicostrato:

—Puestoquetepareceasí,yellomeagrada,mándesesintardanzaporunmaestroquemelasaque.

Aquienlaseñoradijo:

—NoplazcaaDiosqueporestovengaunmaestro;meparecequeestádemaneraquesinningúnmaestroyomismatelaarrancaréóptimamente.Y,porotra parte, estos maestros son tan crueles al hacer estos servicios que elcorazón nome sufriría de ningunamanera verte o saberte en lasmanos deninguno;yporelloquieroabsolutamentehacerloyomisma,quealmenos,sitedueledemasiadoyotesoltaréincontinenti,cosaqueelmaestronoharía.

Haciéndose,pues,traerlosinstrumentospropiosdetalservicioyhaciendosalirde lacámaraa todas laspersonas,solamenteretuvoconsigoaLusca;yencerrándose dentro hicieron echarse a Nicostrato sobre una mesa yponiéndolelastenazasenlabocaycogiéndoleunamuela,pormuyfuertequeéldedolorgritase,sujetadofirmementeporlaunalaotralearrancóunamuelaa viva fuerza; y guardándola y cogiendo otra que cuidadosamente dañadaLidia tenía en la mano, a él doliente y casi medio muerto se la mostrarondiciendo:

—Miraloquehastenidoenlabocahacetantotiempo.

Creyéndolo él, aunque gravísimo dolor aguantado hubiese y mucho se

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quejase, sin embargo, luegoque fuera estaba, le pareció estar curado, y conunacosayconotrareconfortado,aliviándosesudolor,saliódelacámara.

Laseñora,tomandolamuela,enseguidaasuamantelamandó;elcual,yasegurodesuamor,seofreciódispuestoatodosugusto.Laseñora,deseandoasegurarlo más y pareciéndole aún cada hora mil antes de estar con él,queriendo lo que le había prometido cumplir, fingiendo estar enferma yestandoun día después de comerNicostrato visitándola, no viendo con él anadiemásqueaPirro,lerogó,paraaliviodesusmolestias,quelaayudaseairhasta el jardín. Por lo que Nicostrato de uno de los lados y Pirro del otrocogiéndola,lallevaronaljardínyenunpradecilloalpiedeunbuenperalladejaron;dondeestandosentadosalgúnrato,dijolaseñora,queyahabíahechoinformaraPirrodeloqueteníaquehacer:

—¡Pirro,tengograndeseodeteneralgunasdeaquellasperas,yasísúbetealláarribayéchameunascuantas!

Pirro,prestamentesubiendo,comenzóaecharabajoperas,ymientras lasechaba,comenzóadecir:

—Eh, mi señor, ¿qué es eso que hacéis? ¿Y vos, señora, cómo no osavergonzáisdesufrirloenmipresencia?¿Creéisqueseaciego?Vosestabaishaceunmomentomuyenferma,¿cómooshabéiscuradotanprontoquehagáistales cosas? Las cuales, si las queréis hacer tenéis tantas hermosas alcobas;¿porquénoosvaisaalgunadeellasahaceresascosas?Yserámáshonestoquehacerloenmipresencia.

Laseñora,volviéndosealmarido,dijo:

—¿QuédicePirro?¿Desvaría?

DijoentoncesPirro:

—Nodesvarío,no,señora;¿nocreéisquevea?

Nicostratosemaravillabafuertemente,ydijo:

—Pirro,verdaderamentecreoquesueñas.

AquienPirrorepuso:

—Señormío,nosueñonada,yvos tampocosoñáis;sinoqueosmeneáistantoquesiasísemeneaseesteperalningunaperaquedaríaenél.

Dijolaseñoraentonces:

—¿Quépuedeseresto?¿Podríaserverdadqueleparecieseverdadloquedice?AsímeguardeDiossiestuvierasanacomoloestabaantes,quesubiríaallíarribaparaverquémaravillassonesasqueéstedicequeve.

PeroPirro,arribaenelperal,hablabaycontinuabaestediscurso;aquien

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Nicostratodijo:

—Bajaaquí.

Yélbajó;yledijo:

—¿Quédicesqueves?

DijoPirro:

—Creoquemetenéisporestúpidoopordesvariado;osveíaavosencimadevuestramujer,puestoquedebodecirlo;yluego,albajar,osvilevantarosyponerosasídondeestáissentados.

—Ciertamente —dijo Nicostrato—, eres estúpido en esto, que no noshemosmovidounpuntodesdequesubistealperal,decomotúves.

AlcualdijoPirro:

—¿Porquévamosahacerunacuestión?Queosvi,osvi,peroosvisobrelovuestro.

Nicostratosemaravillabamásacadamomento,tantoquedijo:

—¡Bienquierover si eseperal está encantadoyquiénestá ahí arribavemaravillas!

Y se subió a él; y en cuanto estuvo arriba su mujer junto con Pirroempezaronasolazarse.LoqueviendoNicostratocomenzóagritar:

—¡Ay,malamujer! ¿Qué estás haciendo? ¿Y tú, Pirro, de quién yomásfiaba?

Ydiciendoestocomenzóabajardelperal.LaseñorayPirrodecían:

—Estamosaquísentados.

Yalverlobajarvolvieronasentarseenlamismaguisaqueéldejadoloshabía.AlestarabajoNicostratoyverlosdonde loshabíadejado,comenzóainjuriarlos.

YPirroledecía:

—Nicostrato, ahoraverdaderamente reconozcoyoque, comovosdecíaisantes,viengañosamentemientrasestabasubidoalperal;ynoloconozcoporotracosasinoporésta,queveoyséqueequivocadamentehabéisvistovos.Yqueyodigolaverdadnadapuededemostrároslosinotenersensatezypensarpor qué motivo vuestra mujer, que es honestísima y más prudente queninguna, si quisiera con tal cosahacerosultraje, iría ahacerlobajovuestrosojos;nadaquierodecirdemí,queprimeromedejaríadescuartizarquepensaren ello, no ya que viniese a hacerlo en presencia vuestra. Por lo que, porcierto, lamañade este falsover debeproceder del peral, porquenada en el

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mundo me hubiese hecho creer que vos no estuvisteis aquí yaciendocarnalmenteconvuestramujersinoosoyeradecirquéoshaparecidoqueyohehecho loqueestoycertísimodeque,noyanunca lohice, sinoqueni lopensé.

La señora, después, que como toda enojada se había puesto en pie,comenzóadecir:

—Mala ventura haya si me tienes por tan poco sensata que, si quisierallegaraesasmiseriasquetúdiceshabervistovinieraahacerlasdelantedetusojos.Estásegurodeesto,dequesialgunavezeldeseomeviniera,novendríaaquí, sinoquemecreería capazdeestar escondidamente enunadenuestrasalcobas,deguisaydemaneraqueasombrosomeparecíaquetúnuncallegasesasaberlo.

Nicostrato,aquienverdaderoparecía loquedecíanelunoyelotro,quedelantedeélatalactonoibanahabersedejadoir,dejandolaspalabrasylasreprensiones sobre aquel asunto, comenzó a razonar sobre la extrañeza delhechoydelmilagrodelavistaqueasícambiabaaquiensubíaencima.

Perolaseñora,quedelaopiniónqueNicostratomostrabahabertenidodeellasemostrabaairada,dijo:

—Verdaderamenteesteperalnoharáningunamás,niamíniaotramujer,deestasdeshonras,siyopuedo;yporello,Pirro,veybuscaunhachayenunpuntoatiyamívénganoscortándolo,aunquemuchomejorestaríadarleconellaenlacabezaaNicostrato,quesinconsideraciónalgunatanprontosedejócegar los ojos del intelecto; que, aunque a los que tienes en la cara lesparecieseloquedices,pornadadebíashaberconsentidonicreídoconeljuiciodetumentequefueseasí.

Pirro,prestísimo,fueporelhachaycortóelperal,elquecomolaseñoraviesecaído,dijoaNicostrato:

—Pues que veo abatido al enemigo de mi honestidad, mi ira se haterminado.

YaNicostrato,queselorogaba,benignamenteperdonóordenándolequenolesucediesepensardeaquellaquemásqueaellaleamaba,semejantecosanuncamás.

Así, el mísero marido escarnecido, junto con ella y con su amante sevolvieronasucasa,enlacual,luego,muchasvecesPirrodeLidiayelladeél,conmáscalmadisfrutaronplacerydeleite.Diosnoslodéanosotros.

NOVELADÉCIMA

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Dossienesesamanaunamujercomadredeuno,muereelcompadreyvuelvealcompañerosegúnlapromesaquelehabíanhecho,ylecuenta

cómoseestáenelmásallá.

Quedabasolamentealreytenerquenovelar;elcualdespuésquevioalasseñorascalmadas(quesedolíandelperalcortado,quenohabíatenidoculpa),comenzó:

Manifestísimacosaesquetodojustoreyelprimerguardadordebeserdelas leyeshechasporél,ysiotracosahace,siervodignodecastigoynoreydebejuzgarse;enelcualpecadoyreprimendaamí,quevuestroreysoy,comoobligado me conviene caer. Es verdad que ayer di yo la ley para nuestrosrazonamientos de hoy, con intención de no querer este día usar de miprivilegio sino sujetarmeconvosotros a ellay razonarde aquelloque todoshabéisrazonado;peronosolamentehasidocontadoaquellosobre loqueyoimaginabaque iba a hablar, sinoque han sido dichas sobre ello tantas otrascosasytantomejores,queyo,encuantoamí,pormuchoqueenlamemoriabusque,recordarnopuedonisaberquesobretalmateriaalgopuedadecirquealascontadaspuedacompararse.Yporello,debiendocontravenirlaleypormímismodada,comodignodecastigo,desdeahoraatodareparaciónquemeseaordenadamedeclaroaparejado,yamiacostumbradoprivilegiovolveré;ydigoquelahistoriadichaporElisasobreelcompadreylacomadre,ytambiénla mentecatez de los sieneses, tienen tanta fuerza, carísimas señoras que,dejando lasburlasquea susmaridosnecioshacen lasmujeresdiscretas,mellevanacontarosunahistorietasobreelloslacual,aunqueensítengamuchodeloquenodebecreerse,nomenosseráenparteplacenteradeescuchar.

Hubo,pues,enSiena,dosjóvenespueblerinosdeloscualesunotuvopornombreTingoccioMiniyelotrofuellamadoMeucciodeTura;ycasinuncaestabanelunosinelotro,yaloqueparecíaseamabanmucho.Yyendo,comoloshombresvan,a la iglesiaya lossermones,muchasvecesoídohabían lagloriay lamiseriaquea lasalmasdequienesmoríanerasegúnsusméritos,concedidaenelotromundo;delascualescosasdeseandosaberseguranoticia,ynoencontrandoelmodo,seprometieronelunoalotroquequienprimerodeellosmuriese,alquequedasevivovolveríasipodíayledaríanoticiadeloquedeseaba;yestoloconfirmaronconjuramento.Habiéndose,pues,estapromesahecho y continuando juntos, como se ha dicho, sucedió que Tingoccioemparentó como compadre con un Ambruoggio Anselmini, que estaba enCamporeggi;elcual,desumujerllamadadoñaMitahabíatenidounhijo.Elcual Tingoccio, junto conMeuccio visitando alguna vez a ésta su comadre,que era una hermosísima y atrayentemujer, no obstante el compadrazgo seenamoródeella;yMeucciosemejantemente,placiéndoleellamuchoymuchooyéndola alabar a Tingoccio, se enamoró de ella.Y en este amor el uno se

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ocultaba del otro, pero no por la misma razón: Tingoccio se guardaba dedescubrirloaMeuccioporlamaldadqueaélmismoleparecíaseramarasucomadre,ysehabríaavergonzadodequealguienlohubierasabido;MeuccionoseguardabaporestosinoporqueyasehabíaapercibidodequeleplacíaaTingoccio, por lo quedecía: «Si yo le descubro esto, tomará celos demí, ypudiéndole hablar cuanto guste, como compadre, en lo que pueda la haráodiarme,yasínuncanadaquemeplazcatendrédeella».Ahora,amandoestosdos jóvenescomosehadicho, sucedióqueTingoccio,aquieneramás fácilpoder abrir a la mujer todos sus deseos, tanto supo hacer con actos y conpalabrasqueconsiguiódeellasugusto;deloqueMeucciobiensepercató,yaunquemucho le desagradase, sin embargo, esperando alguna vez llegar alobjeto de su deseo, para que Tingoccio no tuviera materia ni ocasión deestropear o impedir algún asunto suyo, hacía semblante de no enterarse.Amando,así,losdoscompañeros,elunomásfelizmentequeelotro,sucedióque, encontrando Tingoccio en las tierras de la comadre el terreno blando,tantolabróytantocavóenélquelevinounaenfermedad,lacualdespuésdealgunos días se agravó tanto que, no pudiendo soportarla, se fue al otromundo.Yyadifunto,tresdíasdespués,quetalvezprimeronohabíapodido,vino,segúnlapromesahecha,unanochealaalcobadeMeuccio,alcual,quedormíaprofundamente,llamó.Meuccio,despertándose,dijo:

—¿Quiénerestú?

Aquienrespondió:

—Soy Tingoccio que, según la promesa que te hice, he vuelto a dartenoticiasdelotromundo.

AlgoseespantóMeuccioalverlo,perotranquilizándoseluegodijo:

—¡Seasbienvenido,hermanomío!

Yluegolepreguntósisehabíaperdido;alqueTingocciorepuso:

—Perdidasestán las cosasqueno seencuentran: ¿ycómo ibaa estaryoaquíenmediosiestuvieraperdido?

—¡Ah!—dijoMeuccio—, yo no digo eso: sino que te pregunto si estásentrelasalmascondenadasenelfuegoatormentadordelinfierno.

AquienTingocciorepuso:

—Eso no, pero sí estoy, por los pecados cometidos por mí, en penasgravísimasymuyangustiosas.

Preguntó entonces Meuccio particularmente a Tingoccio qué penas sedabanalláporcadaunodelospecadosqueaquísecometen;yTingoccioselasdijotodas.LuegolepreguntóMeucciosiélpodíaaquíhacerporélalgunacosa;aquienTingocciorespondióquesí,yeraquehicieradecirporélmisasy

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oracionesydarlimosnas,porqueestascosasmuchoayudabanalosdeallá.AquienMeucciodijoqueloharíadebuenagana;yseparándoseTingocciodeél,Meuccioseacordódelacomadre,ylevantandoalgolacabeza,dijo:

—Ahora que me acuerdo, oh Tingoccio: ¿por la comadre con la que teacostabascuandoestabasaquí,quépenatehandadoallá?

AquienTingocciorepuso.

—Hermanomío,cuandolleguéallí,habíaunoqueparecíaquetodosmispecadossabíadememoria,elcualmemandóquefueseaaquellugar(dondellorécongrandísimaspenasmisculpas),dondeencontréamuchosamigosalamismapenaqueyocondenados;yestandoyoentreellos,yacordándomedeloquehabíahechoconlacomadre,yesperandoporellomuchamayorpenaquelaquemehabíasidodada,aunqueestuvieseenungranfuegoymuyardiente,tododemiedotemblaba.Loquesintiendounoquehabíaamilado,medijo:«¿Qué tienesmás que los demás que aquí están que tiemblas estando en elfuego?». «¡Oh! —dije yo—, amigo mío, tengo gran miedo del juicio queesperodeungranpecadoquehehecho».Aquélmepreguntóentoncesquequépecado era aquél; y le dije: «El pecado fue tal, que me acostaba con unacomadremía:ytantomeacostéquemedespellejé».Yélentonces,burlándosede aquello, me dijo: «Anda, tonto, no temas, que aquí no se lleva ningunacuentadelascomadres»,loqueoyéndoloyo,todometranquilicé.

Ydichoesto,acercándoseeldía,dijo:

—Meuccio, quédate con Dios, que yo no puedo ya estar contigo —ysúbitamentesefue.

Meuccio, habiendo oído que ninguna cuenta se llevaba de las comadres,comenzóaburlarsedesunecedad,puesyahabíadejadopasaraunascuantas;porloque,abandonandosuignorancia,enaquelloenadelantefuesabio.Lascualescosas,sifrayRinaldolashubiesesabido,nohabríatenidonecesidaddeandarconsilogismoscuandopersuadióahacersugustoasubuenacomadre.

Estaba Céfiro siendo levantado por el sol que al poniente se avecinabacuando el rey, terminada su historia y no quedándole nada por decir,quitándose la corona de la cabeza, sobre la cabeza la puso de Laureta,diciendo:

—Señora, con vosmisma os corono reina de nuestra compañía; aquelloque de ahora en adelante creáis que sea placer y consuelo de todos, comoseñoramandaréis—yvolvióasentarse.

Laureta,hechareina,hizollamaralsenescal,aquienordenóquemandasequeenelplacenterovalleun tantoantesde loacostumbradosepusiesen lasmesas,paraquedespuéscon tiemposepudieravolvera lacasa;y luego, lo

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queteníaquehacermientrassugobiernodurase,leexpuso.Luego,vueltaalacompañía,dijo:

—Dioneo quiso ayer que hoy se hablase de las burlas que las mujereshacenasusmaridos;ysinofuesequeyonoquieromostrarserdecastadecangruñidor, que incontinenti quierevengarse, diríayoquemañana se razonasesobrelasburlasqueloshombreshacenasusmujeres.Perodejandoesto,digoquecadaunopienseencontarburlasdeesasquetodoslosdíasolamujeralhombreoelhombrealamujer,ounhombreaotrohombrehacen;ycreoquesobreestoseránomenosplacenterorazonarquehasidohoy.

Y dicho esto, poniéndose en pie, hasta la hora de la cena licenció a lacompañía.

Levantándose,pues,lasseñorasyloshombresporigual,algunosdeellos,descalzos, comenzaron a andar por el agua clara y otros entre los bellos yderechos árboles sobre el verde prado se andaban entreteniendo. Dioneo yFiametaunbuenratocantaronjuntossobreArcitayPalemón;yasí,envariosy diversos deleites recreándose, el tiempo hasta la hora de la cena congrandísimo placer pasaron; venida la cual, y a lo largo del pequeño piélagopuestaslasmesas,allíalcantodemilpájaros,refrescadossiempreporunaurasuave que de aquellas montañitas de alrededor nacía, sin ninguna mosca,reposadamente y con alegría cenaron.Y levantadas lasmesas, luego de quealgún tiempoporelplacenterovallehubierondadovueltas,estandoahoraelsol alto amedio crepúsculo, como plugo a su reina, hacia su acostumbradamorada con lento paso volvieron a ponerse en camino, y bromeando ycharlandodemilcosas,tantodelasqueduranteeldíasehabíahabladocomodeotras,a lahermosacasa,bastantecercade lanoche, llegaron.Dondeconfresquísimosvinosycondulcesalejandolafatigadelescasocamino,entornodelabellafuenteahorarompieronadanzar,unasvecesalsondelacornamusadeTíndaroyotrasaotrossones;peroalfinallareinaordenóaFilomenaquecantaseunacanción,lacualcomenzóasí.

¡Aydemiinfelizvida!

¿Algunavezpodríaregresar

allugardelquefuidesposeída?

Noestoysegura,yestanardoroso

elafándemipecho

porretornaradovivirsolía,

ohcarobien,ohmiúnicoreposo,

quemetienemaltrecho.

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¡Ah,dimetú,quenopreguntaría

aotro,nisabría!

Ah,señormío,házmeloesperar,

queeselconsuelodemialmaafligida.

Nosébienrepetircuálfueelplacer

quemetieneinfamada

sinpoderdescansarnochenidía,

porqueelsentir,elescucharyelver,

confuerzadesusada,

cadaunoensuhoguerameencendía,

dondeardotodavía:

ysólotúmepuedesanimar

ydevolvermelavirtudperdida.

¡Ah,dimetúsiocurriráalgúndía

queteencuentrequizás

dondelosojosquecausanmiduelo;

dímelo,carobien,dulcealmamía,

dimecuándovendrás,

quealdecir«Pronto»yamedasconsuelo;

paseeltiempoenunvuelo

quehedeesperarte,ylargoseatuestar,

paracurarme,queesgrandemiherida!

Sisucedequealgunaveztetenga

nosésiseréloca

comoantesfuiytedejarépartir,

teretendré,yquevengaloquevenga,

puesdeladulceboca

mideseosedebebiennutrir;

nomásquierodecir;

así,venpronto,venmeyaaabrazar,

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queconpensarloelcantocobravida.

Juzgar hizo esta canción a toda la compañía que un nuevo y placenteroamoraFilomenaasediase;yporqueporsuspalabrasparecíaquemáshubieraprobadodeélquelasolavista, teniéndolapormuyfeliz,envidia le tuvieronalgunosdelosqueallíestaban.Peroluegodequesucanciónhuboterminado,acordándose la reina de que el día siguiente era viernes, así a todosplacenteramentedijo:

—Sabéis, nobilísimas señoras, y vosotros jóvenes, quemañana es el díaquealapasióndeNuestroSeñorestáconsagrado,elcual,sibienosacordáis,devotamente celebramos siendo reinaNeifile; y las entretenidas narracionessuspendimos; y lo mismo hicimos el sábado subsiguiente. Por lo que,queriendoelbuenejemplodadoporNeifile seguir, estimoquehonesta cosasea que mañana y el día siguiente, como los pasados días hicimos, nosabstengamos de nuestro deleitoso novelar, trayendo a lamemoria lo que ensemejantesdíasporlasalvacióndenuestrasalmassucedió.

Plugo a todos el devoto hablar de su reina; por la cual dados licencia,habiendoyapasadobuenpedazodelanoche,todossefueronareposar.

TERMINALASÉPTIMAJORNADA

OCTAVAJORNADA

ComienzalaoctavajornadadelDecamerón,enlacual,bajoelgobiernodeLaureta,serazonasobrecualquierburlaqueolamujeralhombreoel

hombrealamujerounhombreaotrosehacenconfrecuencia.

Ya en la cumbre de los más altos montes aparecían, el domingo por lamañana, los rayos de la surgiente luz y, partidas todas las sombras,manifiestamentelascosasseconocían,cuandolareina,levantándose,consucompañía primeramente un tanto sobre las hierbecillas llenas de rocíoanduvieron,yluegohacialamitaddetercia,visitandounaiglesiavecina,enella oyeron el divino oficio; y volviéndose a casa, luego que con alegría yfiestahubieroncomido,cantaronybailaronuntantoyluego,licenciadosporlareina,quienquisoiradescansar,pudohacerlo.Perohabiendoelsolpasadoyaelcírculomeridiano,cuandoalareinaplugo,paraelacostumbradonovelarsentados todos junto a la bella fuente, pormandato de la reina así comenzóNeifile:

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NOVELAPRIMERA

GulfardotomadinerosprestadosdeGuasparruolo,yconcertándoseconlamujerdeésteparaacostarseconellaacambiodeellos,selosda;yluego,enpresenciadeél,dicequeselosdioaella,yelladicequees

verdad.

SiasíhadispuestoDiosquedebayodarcomienzoa lapresente jornadaconmi historia, ellome place; y por ello, amorosas señoras, como sea quemucho se ha dichode las burlas hechas por lasmujeres a los hombres, unahechaporunhombreaunamujermeplacecontar,noyaporqueyoentiendaconellacensurarloqueelhombrehizo,odedecirquealamujernoleestuvobienempleado,sinoporalabaralhombreyreprocharalamujer,ypormostrarquetambiénloshombressabenburlarsedequienescreenenellos,comosonburlados por aquéllas en quienes ellos creen.Aunque, quien quisiese hablarmáspropiamente,loquedebocontarnollamaríaburlasinoquellamaríapago,porquecomoseaque todamujerdebeserhonestísimayguardarsucastidadcomo suvida, y nodejarse ir amancharla por razón alguna, y nopudiendoesto, sin embargo, completamente hacerse como se debería por nuestrafragilidad,afirmoqueesdignadelfuegoaquellaqueaestopordinerollega;mientras que quien por amor (conociendo sus fuerzas grandísimas) llega aello, por un juez no demasiado rigurosomerece ser perdonada, como, hacepocosdías,mostróFilostratoquehabíasucedidoadoñaFilipaenPrato.

HabíaenMilánuntudescoasueldocuyonombrefueGulfardo,arroganteen su persona ymuy leal a aquéllos a cuyo servicio se ponía, lo que rarasvecessuelesucedera los tudescos;yporqueera,en lospréstamosdedineroqueselehacían,lealísimopagador,muchosmercadereshabríaencontradoquepor pequeño rendimiento cualquier cantidad de dinero le habrían prestado.Puso éste, viviendo enMilán, su amor enuna señoramuyhermosa llamadadoña Ambruogia, mujer de un rico mercader que tenía por nombreGuasparruolo Cagastraccio, el cual era asaz conocido suyo y amigo; yamándolamuydiscretamente,sinapercibirseelmaridoniotros,lepidióundíahablar con ella, rogándoleque lepluguiera ser cortés con su amor, yque élestabaporsuparteprestoahacerloqueellaleordenase.

Laseñora,luegodemuchosdiscursos,vinoalaconclusióndequeestabaprestaahacer loqueaGulfardopluguiera sideello se siguiesendoscosas:unaqueestonofuesemanifestadoporélanadie;laotraque,comofuesequeellatuvieraparaalgunahaciendasuyanecesidaddedoscientosflorinesdeoro,quería que él, que era rico, se los diese, y después, siempre estaría a suservicio.Gulfardo,oyendolacodiciadeésta,asqueadoporlavilezadequiencreíaquefueseunamujervalerosa,enodiocambiósuardienteamor;ypensóque tenía que burlarla, y le mandó a decir que de muy buena gana, y que

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aquelloytodaotracosaqueellaquisieseleplacería;yporelloquelemandaseadecircuándoqueríaquefueseaella,queselosllevaría,yquenuncanadiesabría de esta cosa sinoun compañero suyodequien se fiabamuchoyquesiempreandabaensucompañíaenloquehiciese.Laseñora,comounamalamujer, al oír esto estuvo contenta, y lemandó a decir queGuasparruolo sumarido debía, de allí a pocos días, ir por sus negocios hasta Génova, yentonces ella se lo haría saber y lemandaría a buscar. Gulfardo, cuando leparecióoportuno,sefueaGuasparruoloyledijoasí.

—Tengoquehacerunnegocioparaelquenecesitodoscientosflorinesdeoro,loscualesquieroquemeprestesconelinterésconquesuelesprestarmeotros.

Guasparruolo dijo que de buena gana, y en el momento le contó losdineros.Deallí apocosdíasGuasparruolose fueaGénova,como la señorahabíadicho;porlacualcosa,laseñoramandóadeciraGulfardoquevinieseaella y le trajese los doscientos florines de oro. Gulfardo, tomando a sucompañero, se fue a casa de la señora, y encontrándola que lo esperaba, laprimeracosaquehizofueponerleenlamanolosdoscientosflorinesdeoro,estandoviéndolosuamigo,yasíledijo:

—Señora, tened estos dineros y se los daréis a vuestro marido cuandovuelva.

Laseñoralostomó,ynoseapercibiódeporquéGulfardohablabaasí,sinoquecreyóquelohacíaparaquesucompañeronosepercatasedequeellasedabaaélpordinero;porloquedijo:

—Loharécongusto,peroquierovercuántosson.

Y echándolos sobre una mesa y encontrando que eran doscientos, muycontentalosvolvióaguardar;ysevolvióaGulfardo,yllevándoloasualcoba,nosolamenteaquellavez,sinootrasmuchas,antesdequesumaridovolviesede Génova, con su persona le satisfizo. Vuelto Guasparruolo de Génova,enseguidaGulfardohabiéndolehechoespiarparaasegurarsedequeestabaconsumujer,sefueaverloy,enlapresenciadeella,ledijo:

—Guasparruolo, losdinerosqueelotrodíameprestaste,no losnecesité,porquenopudehacereltratoparaelquelostomé;yporelloselostrajeaquíenseguidaatumujeryselosdi,yporellocancelarásmicuenta.

Guasparruolo,vueltoasumujer,lepreguntósiloshabíarecibido.Ella,queallíveíaaltestigo,nolopudonegar,sinoquedijo:

—Ciertoquelosrecibí,ynomehabíaacordadotodavíadedecírtelo.

DijoentoncesGuasparruolo:

—Gulfardo, estoycontento; idosconDios,queyoarreglarébienvuestra

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cuenta.

IdoGulfardo,ylamujerquedandoburlada,ledioalmaridoeldeshonestopreciodesumaldad;yasíelsagazamantegozósincostodesuavaraseñora.

NOVELASEGUNDA

ElcuradeVarlungoseacuestacondoñaBelcolor,ledejaenprendauntabardo,ypidiéndoleunmortero,selodevuelveylemandaapedireltabardodejadoenprenda;selodevuelvelabuenamujerconunas

palabrasdedoblesentido.

AlababanporigualloshombresylasseñorasloqueGulfardohechohabíaa la ansiosa milanesa, cuando la reina, a Pánfilo volviéndose, sonriendo leordenóquesiguiese;porlacualcosaPánfilocomenzó:

Hermosasseñoras,semeocurrecontarunahistorietacontraaquellosquecontinuamentenosofendensinpoderpornosotrosserofendidosdelamismamanera; es decir, contra los curas, los cuales contra nuestras mujeres hanpredicado una cruzada, y les parece no de otra manera haber ganado laindulgencia plenaria cuando a una pueden humillar bajo ellos que si deAlejandría hubieran traído a Aviñón al sultán maniatado. Lo que losdesdichadosseglaresno lespuedenhaceraellos,aunqueensusmadres,sushermanas,susamigasysushijas(connomenosardorqueellosasaltanasusmujeres) venguen sus iras. Y por ello entiendo contaros un amartelamientocampesino,más propio de risa por la conclusión que largo en palabras, delcual tambiénpodréisrecogercomofrutoquea loscurasnohayquecreerlessiempreentodo.

Digo, pues, que en Varlungo, pueblo asaz cercano de aquí, como todasvosotrasosabeopuedehaberoído,hubounvalerososacerdote(ygallardoensupersona)al serviciode lasdamasque,aunque leernosupiesemucho,sinembargo, conmucho bueno y santo palabreo, los domingos al pie del olmorecreabaasusparroquianos;ymejorvisitabaasusmujeres (cuandoellosseibanaalgunaparte)queningúnotrocuraquehubierahabidoallí,llevándolescosas de la fiesta y agua bendita y a veces algún cabo de vela a su casa,dándolessubendición.Ahorasucedióque,entrelasdemásparroquianassuyasqueprimerolehabíangustado,unasobretodaslegustóqueteníapornombredoñaBelcolor,mujerdeunlabradorquesellamabaBentivegnadelMazzo,lacualenverdaderaunaagradableyfrescarusticaza,morenotaymacizaymásapropiada para poder moler que ninguna otra; y además de ello era la quemejorsabíatocarelcímbaloycantarElaguavaporelbarrancoyconducirel

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corroyelsaltarelo,cuandoseterciaba,detodaslasvecinasquetuviese,conunbuenoyelegantemoqueroenlamano.Porlascualescosas,elseñorcuraseencaprichó por ella tanto que andaba delirante y todo el día andabacorreteandoparapoderverla;ycuandoeldomingoporlamañanalasentíaenlaiglesia,decíaunkyrieyunSanctusesforzándosebienenmostrarseungranmaestrodecanto,queparecíaunasnoquerebuznasemientrasque,cuandonolaveíaallí,salíadellanceconbastantefacilidad;perolosabíahacertanbienque Bentivegna delMazzo no se apercibía, ni aún ninguna vecina que ellatuviese. Y para poder gozar más del trato de doña Belcolor, de cuando encuando le mandaba obsequios, y una vez le mandaba un manojillo de ajosfrescos,queteníalosmáshermososdelbarrioenunhuertosuyoquelabrabacon susmanos, y otra vez una canastilla de habas, y ahora unmanojillo decebollasdemayoodeescalonias;ycuandoleparecíaoportunomirándolaconrostroadusto,conblanduralareprendía,yellauntantosalvaje,fingiendonodarsecuenta,seibaaotrapartedesdeñosamente;porloqueelseñorcuranopodía venir al asunto.Ahora, sucedió un día que, andando el cura en plenomediodíadeunladoaotroporelbarrio,siniraningúnsitio,seencontróconBentivegnadelMazzoconunburromuycargado,ydirigiéndolelapalabra,lepreguntódóndeiba.AquienBentivegnarepuso:

—Afemía,sire,queenverdadvoyhastalaciudadparauntrasuntomío,ylellevoestascosasasirBonacottideCinestreto,quemiayudaparanoséquéme ha mandado a pedir para una comparación del parentorio, siendo supericolatorjuezdelcaso.

Elcura,contento,dijo:

—Hacesbien,hijo;veteconmibendiciónyvuelvepronto;ysiviesesporcasualidadaLapucciooNaldino,nosetevayadelacabezadecirlesquemetraiganaquellascorreasparalosmayales.

Bentivegnadijoque loharía;yviniéndosehaciaFlorencia,pensóelcuraque era elmomentode ir a laBelcolor y de probar fortuna; y echándose alcamino,noparóhastaqueestuvoensucasa,yentrandoadentro,dijo:

—Diososguarde;¿quiénvive?

Belcolor,quehabíasubidoaldesván,aloírlodijo:

—Oh,sire,sedbienvenido;¿quéhacéisporahíconestecalor?

Elcurarepuso:

—AsíDiosmeguarde,quemevengoaestarunratocontigo,porquemeheencontradocontuhombrequeseibaalaciudad.

Belcolor,bajando, se sentóycomenzóaescoger simientesdeunascolesquesumaridohabíacogidopocohacía.Elcuracomenzóadecirle:

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—Bien,Belcolor,¿vasahacermesiempremorirdeestamanera?

Belcolorcomenzóareírseyadecir:

—¿Quéoshago?

Dijoelcura:

—Nomehacesnada,peronomedejashacerte loqueyoquerríayDiosmandó.

DijoBelcolor:

—Ah,vaya,vaya:¿puesloscurashacentalescosas?

Elcurarepuso:

—Mejores las hacemos que los demás hombres, ¿pues por qué no?Y tedigo más, que nosotros hacemos mucho mejor trabajo; ¿y sabes por qué?Porquemolemossólocuandoelcazestácolmado.Pero,enverdad,muyparatuprovecho,siteestásquietaymedejashacer.

DijoBelcolor:

—¿Yquéprovechoibayoasacardeahí,quesoistodosmásavarosqueeldemontre?

Entoncesdijoelcura:

—Nolosé;túpide,¿quieresunpardeescarpines,oquieresunacintadelpelooquieresunbuencinturóndeestambre?,oloquequieras.

DijoBelcolor:

—¡Basta,hermano!Esascosaslastengo;perosimeamáistanto,¿porquénomeprestáisunservicioyyoharéloquequeráis?

Entoncesdijoelcura:

—Diloquequierasyloharédebuenagana.

Belcolordijoentonces:

—TengoqueiraFlorenciaelsábadoaentregarunalanaquehehiladoyallevar a arreglar el telar; y sime prestáis cinco liras, que sé que las tenéis,recogeréenelusureromisayacolorpúrpurayelcinturóndefiestaquetrajededote,queveisquenopuedoirderomeríanianingúnlugarporquenolotengo;yluegosiempreharéloquequeráis.

Repusoelcura:

—AsíDiosmedésaludcomoquenolasllevoencima;perocréemeque,antesquellegueelsábado,haréquelastengasdemuybuenagana.

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—Sí—dijoBelcolor—,todosprometéismuchoy luegono lomantenéis:¿creéis que vais a hacerme como le hicisteis a Biliuzza, que se fue con eldominusvobiscum?PorDiosquenoloharéis,queellaesunamujerperdidaacuentadeello;¡sinolastenéis,idosabuscarlas!

—¡Ah!—dijo el cura—, nome hagas ahora ir hasta casa, que ves quetengotanderechalasuerteyhastaquenohaynadie,ytalvezcuandovolviesehabríaaquíalguienqueloimpediría;ynosécuándovaaponérsemetanbiencomoahora.

Yelladijo:

—Basta:siqueréisir,iros;sino,aguantaos.

Elcura,viendoquenoestabadispuestaahacernadaqueélquisierasinosalvummefacyélloqueríahacersinecustodia,dijo:

—Mira, túnomecreesque te las traiga; paraquemecreas tedejaré enprendaestetabardomíodepañoturqués.

Belcolorlevantólavistaydijo:

—Asíestetabardo,¿yquévale?

Dijoelcura:

—¿Cómoquévale?Quieroquesepasqueesdeduagioyhastadetreagio,yhayennuestropuebloquienlotienepordequattragiob;ynohacetodavíaquincedíasquemecostóenLottoelrevendedormisbuenassieteliras,ymeahorréunascincolirasporloquemedijoBugliettodelErtaquesabesqueestanentendidoenestospañosturqueses.

—¡Ah!,¿esasí?—dijoBelcolor—,asímeayudeDioscomoquenuncalohubiesepensado;perodádmelocomoprimicias.

Elseñorcura,queteníalaballestacargada,quitándoseeltabardoselodio;yellaquelohuboguardado,dijo:

—Sire,idosaaquellacabaña,queallínuncaentranadie.

Yasíhicieron;yallíelcura,dándolelosmásdulcesbesazosdelmundoyhaciéndola pariente deDiosNuestroSeñor, con ella un gran rato se solazó;luego,yéndoseensotana,queparecíaqueviniesedeoficiarenunasbodas,sevolvióasagrado.Allí,pensandoquecuantoscabosdevelarecogíaentodoelañodeofertanovalíanlamitaddecincoliras,leparecióhaberhechomal,ysearrepintiódehaberdejadoeltabardoycomenzóapensarenquémodopodíarecuperarlosincostos.Yporqueerauntantomaliciosillo,pensómuybienquédebíahacerpararecuperarlo,ylohizo;porquealdíasiguiente,queerafiesta,mandóaunmuchachodeunvecino suyoa casade estadoñaBelcolory lepidióquelepluguieraprestarlesumorterodepiedra,porquealmorzabaconél

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BingucciodelPoggioyNutoBuglietti,yquequeríahacerunasalsa.Belcolorse lo mandó; y cuando llegó la hora de almorzar, el cura mandó averiguarcuándoseponíana lamesaBentivegnadelMazzoyBelcolor,y llamadosumonaguillo,ledijo:

—CogeaquelmorteroydevuélveloaBelcolor,ydile:«Diceelsirequeosloagradecemucho,yqueledevolváiseltabardoqueelmuchachitoosdejóenprenda».

El monaguillo fue a casa de Belcolor con el mortero y la encontró conBentivegna a lamesa almorzando, y dejando allí encima elmortero, dio elrecado del cura. Belcolor, al oírse pedir el tabardo quiso contestar; peroBentivegna,conmalgesto,dijo:

—¿Desdecuándo le tomasnadaenprendaal sire?VotoaCristoquemevienenganasdedarteungranpescozón;veydevuélveselopronto,malafiebrete dé, y cuida que de nada que quiera alguna vez, aunque quisiese nuestroburro,noyaotracosa,ledigasqueno.

Belcolorselevantóbarbotandoy,yendoalarcón,sacódeallíeltabardoyselodioalmonaguillo,ydijo:

—Dirásestoalsiredemiparte:«BelcolordicequeprometeaDiosquenomachacaréismássalsasensumortero,queno lehabéishechoningúnhonorconesto».

Elmonaguillosefueconeltabardoydioelrecadoalsire;alqueelcura,riendo,dijo:

—Lediráscuandolaveasque,sinomeprestaelmorteroyonoleprestaréelmazo;vayalounoporlootro.

Bentivegnacreyóquelamujerhabíadichoaquellaspalabrasporqueél lahabíareprendido,ynosepreocupóporello;peroBelcolor,quehabíaquedadoburlada, se encolerizó con el cura y le negó la palabra hasta la vendimia;después,habiéndolaamenazadoelcuraconhacerlairalabocadelmayordelosLuciferes,porpuromiedo,conelmostoycon lascastañas se reconcilióconél,ymuchasveces luegoestuvieron juntosde juerga;yacambiode lascincoliraslehizoelcuraponerunpergaminonuevoalcímbaloylecolgódeéluncascabelillo,yellasecontentó.

NOVELATERCERA

Calandrino,BrunoyBuffalmaccovanporelMuñoneabajoenbuscadelheliotropo,yCalandrinocreehaberloencontrado;sevuelveacasacargadodepiedras,lamujerleregañayél,airado,lagolpea,yasus

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compañeroslescuentaloqueellossabenmejorqueél.

TerminadalahistoriadePánfilo,conlaquelasseñorashabíanreídotantoque todavía se ríen, la reina a Elisa ordenó que siguiese; la cual, todavíariendo,comenzó:

Yonosé,amablesseñoras,simeserádadohacerosconunahistorietamíanomenosverdaderaqueentretenidareírtantocuantooshahechoPánfiloconlasuya,peromeesforzaréenello.

En nuestra ciudad, que siempre en maneras varias y en gentesextraordinarias ha sido abundante, hubo, no hace todavíamucho tiempo, unpintorllamadoCalandrinohombresimpleydecostumbresbizarras,elcuallamayorpartedeltiempoconotrosdospintorestrataba,llamadoselunoBrunoyelotroBuffalmaccohombresmuybromistasperoporotraparteavisadosysagaces, los cuales trataban conCalandrino porque de susmaneras y de susimpleza con frecuencia gran fiesta hacían. Había también en Florenciaentoncesunjovendemaravillosagraciayentodaslascosasquehacerqueríahábilyafortunado, llamadoMasodelSaggio, el cual,oyendoalgunascosassobrelasimplezadeCalandrino,sepropusodivertirsedesuscosashaciéndolealguna burla o haciéndole creer alguna cosa extraordinaria; y por acasoencontrándolo un día en la iglesia de San Giovanni y viéndole estar atentomirandolaspinturasylosbajorrelievesdeltabernáculoqueestásobreelaltarde la iglesia,puestonohacíamucho tiempoallí,pensóque lehabía llegadolugar y tiempo para su intención. E informando a un compañero suyo deaquello que entendía hacer, juntos se acercaron a donde Calandrino estabasentadosolo,yhaciendosemblantedenoverlo,juntoscomenzaronarazonarsobre las virtudes de diversas piedras, de las que Maso hablaba tanautorizadamentecomosihubierasidounfamosoygranlapidario;aloscualesrazonamientosdandooídosCalandrinoyluegodeunratoponiéndoseenpie,viendoquenoera secreto, seunióaellos, loquemuchoagradóaMaso.Elcual, siguiendo con sus palabras, fue preguntado por Calandrino que dóndeestaspiedrastanllenasdevirtudseencontraban.Masorepusoquelasmásseencontraban en Berlinzonia, tierra de los vascos, en una comarca que sellamabaBengodienlaquelasvidesseatanconlonganizasysetieneunaocapor un dinero y un pato además, y había allí una montaña toda de quesoparmesano rallado en lo alto de la que había gentes que nada hacían sinomacarronesy raviolis y cocerlos en caldode capones, y luego los arrojabandesdeallíabajo,yquienmáscogíamástenía;yallíalladocorríaunarroyuelodevernazadelmejorquepuedebeberse,sinunagotadeaguamezclada.

—¡Oh!—dijoCalandrino—,éseesunbuenpaís;perodime,¿quéhacendeloscaponesqueésoscuecen?

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RepusoMaso:

—Todosseloscomenlosvascos.

DijoentoncesCalandrino:

—¿Hasidoallíalgunavez?

AquienMasorespondió:

—¿Dicesquesiheestado?¡Sí,asíheestadounavezcomomil!

DijoentoncesCalandrino:

—¿Ycuántasmillastiene?

—Tienemásdeunmillóncantandoaplenopulmón

DijoCalandrino:

—PuesdebesermásalládelosAbruzzos.

—Ah,sí—dijoMaso—,asídenones.

ElsimpledeCalandrino,viendoaMasodecirestaspalabrasconunrostroserioysinreírse,lesdabalafequepuededarsealaverdadmásmanifiesta,yportanciertaslastenía;ydijo:

—Demasiadolejosestádemisasuntos;perosimáscercaestuviese,sí tedigoqueiríaunavezallícontigoparaverrodaraesosmacarronesydarmeunhartazgo de ellos. Pero dime, así seas feliz; ¿en estas comarcas no seencuentranningunadeesaspiedrasmaravillosas?

AquienMasorepuso:

—Si,dosclasesdepiedrasseencuentrandegrandísimavirtud.LaunasonlospedruscosdeSettignanoydeMontisciporvirtuddeloscuales,cuandosehacenmuelas,sehacelaharina,yporellosediceenlospaísesdealláquedeDiosvienenlasgraciasydeMontiscilaspiedrasdemolino;perohaydeestaspiedras de amolar tan gran cantidad, que entre nosotros es poco apreciada,comoentreelloslasesmeraldas,delascualeshayallíunamontañamayorqueMonteMorelloquerelucenalamedianocheyveteconDios;ysabequequienpulieralasmuelasdemolinoylashicieraengastarenanillosantesdequeselasagujerease,yselasllevasealsultán,tendríaloquequisiera.Laotraesunapiedra que nosotros los lapidarios llamamos heliotropo, piedra de muchamayorvirtud,porquequienlalleveencima,mientraslatenganoesdeningunaotrapersonavistodondenoestá.

EntoncesCalandrinodijo:

—Grandesvirtudessonéstas;¿peroesasegundadóndeseencuentra?

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A quien Maso repuso que en el Muñone se solía encontrar. DijoCalandrino:

—¿Dequétamañoesesapiedrayquécoloreselsuyo?

RepusoMaso:

—Esdevarios tamaños, que alguna esmayor, algunamenor; pero todassondecolorcasicomonegro.

Calandrino, habiendo todas estas cosas advertidopara sí, fingiendo tenerotracosaquehacer,seseparódeMaso,ysepropusobuscarestapiedra;perodeliberó no hacerlo sin que lo supiesen Bruno y Buffalmacco, a quienesespecialísimamenteamaba.Sedio,pues,airensubusca,paraquesindilaciónyantesdeningúnotrofueranabuscarlas,y todoel restodeaquellamañanaconsumió buscándolos. Por último, siendo ya pasada la hora de nona,acordándose de que trabajaban en el monasterio de las señoras de Faenza,aunqueelcalorfuesegrandísimo,dejandotodaotraocupación,casicorriendosefuedondeellos,yllamándoleslesdijo:

—Compañeros, si queréis creermepodemosconvertirnos en loshombresmásricosdeFlorencia,porqueleheoídoaunhombredignodefequeenelMuñonehayunapiedraquequienlallevaencimanoesvistodenadie;porloquemeparecequesin tardanza,antesqueotrapersonapuedair, fuésemosabuscarla. Por cierto que la encontraremos, porque la conozco; y cuando lahayamosencontrado,¿quétendremosquehacersinometerlaenlaescarcelaeir a las mesas de los cambistas, que sabéis que están siempre cargadas demonedasdeplataydeflorines,ycogercuantosqueramos?Nadienosverá:yasí podremos enriquecernos súbitamente sin tener todo el santo día queembadurnarlosmurosdelmodoquelohaceelcaracol.

BrunoyBuffalmacco,aloírle,empezaronareírsepordentro;ymirándoseel uno al otro pusieron cara de maravillarse mucho y alabaron la idea deCalandrino; pero preguntó Buffalmacco qué nombre tenía esta piedra. ACalandrino,queerademolleradura,yaselehabíaidoelnombredelacabeza;porloquerespondió:

—¿Quénosimportaelnombre,puestoquesabemoslavirtud?Yodiríaquefuésemosabuscarlasinmásesperar.

—Perobien—dijoBruno—,¿cómoes?

Calandrinodijo:

—Lashaydedistintasformas,pero todassoncasinegras;por loquemeparece que debemos coger todas aquellas que veamos negras, hasta quelleguemosaella;asíquenoperdamostiempo,vamos.

AquienBrunodijo:

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—Peroespera.

YvueltoaBuffalmaccodijo:

—AmímeparecequeCalandrinodicebien;peronomepareceque seahoradeelloporqueelsolestáaltoydadentrodelMuñoneyhasecadotodaslaspiedras;por loque talesdeellasparecenahorablancas,algunasquehayallí,queporlamañana,antesdequeelsollashayasecado,parecennegras;yademás de ello, mucha gente por diversas razones hay hoy, que es díalaborable,enelMuñone,que,alvernos,podríanadivinarloqueanduviéramoshaciendo y tal vez hacerlo ellos también; y podría venir a sus manos ynosotros habríamos perdido el santo por la limosna. Amíme parece, si ospareceavosotros,queésteesasuntodehacerporlamañana,quesedistinguenmejorlasnegrasdelasblancas,yendíafestivo,quenohabráallínadiequenosvea.

BuffalmaccoalabólaopinióndeBruno,yCalandrinoconcordóconellos,y decidieron que el domingo siguiente por lamañana irían los tres juntos abuscaraquellapiedra;perosobretodaslascosaslesrogóCalandrinoqueconnadie en el mundo hablasen de aquello, porque a él se lo habían dicho ensecreto. Y hablando esto, les contó lo que había oído de la comarca deBengodi,conjuramentosafirmandoqueeraasí.CuandoCalandrinoseseparóde ellos, lo que sobre este asunto iban a hacer lo arreglaron entre ellos.Calandrinoesperóconansiedadeldomingoporlamañana;venidalacual,selevantóalsalireldíay,llamandoasuscompañeros,saliendoporlapuertadeSanGalloybajandoalMuñone,comenzaronaandarporélabajo,buscandopiedras.Calandrinoiba,comomásafanoso,delanteyprestamentesaltandooraaquí ora allí, donde alguna piedra negra veía se arrojaba y cogiéndola se lametíaenelseno.Suscompañerosandabandetrás,ydevezencuandounauotracogían;peroCalandrinonohabíaandadomuchocaminocuandotuvoelregazolleno;porloque,alzándoselasfaldasdelsayo,quenoseguíalamodadeHainaut,yhaciendoconellasunaampliahalda,habiéndolosujetadobienconelcinturónportodaspartes,nomuchodespuéslallenóysemejantemente,despuésdealgúnrato,haciendohaldade lacapa, la llenódepiedras.Por loque,viendoBuffalmaccoyBrunoqueCalandrinoestabacargadoylahoradecomer se avecinaba, según lo establecido entre ellos, dijo Bruno aBuffalmacco:

—¿DóndeestáCalandrino?

Buffalmacco,queloveíaallíjuntoaellos,volviéndoseentorno,ymirandoacáyallá,repuso:

—Nolosé,perohastahaceunmomentoestabaaquídelantedenosotros.

DijoBruno:

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—¡Qué hace poco! Me parece estar seguro de que ahora está en casaalmorzando y nos ha dejado a nosotros en el frenesí de andar buscando laspiedrasnegrasporelMuñoneabajo.

—¡Ah!,québienhahecho—dijoentoncesBuffalmacco—,burlándosedenosotrosydejándonosaquí,yaquehemossidotantontoscomoparacreerle.¿CreesquehabríaalguientantontocomonosotrosquehubieracreídoqueenelMuñoneibaaencontrarseunapiedratanmilagrosa?

Calandrino,aloírestaspalabras,imaginóqueaquellapiedrahabíallegadoasusmanosyque,porlavirtuddeellamisma,aunqueestuvieseélpresenteno lo veían. Contento, pues, sobremanera de tal suerte, sin decirles nada,pensó en volver a su casa; y volviendo sobre sus pasos, comenzó a irse.Viendoesto,BuffalmaccodijoaBruno:

—¿Quéhacemosnosotros?¿Porquénonosvamos?

AquienBrunorespondió:

—Vámonos;perojuroaDiosqueCalandrinonomehaceniunamás;ysiestuviese junto a él como lo he estado toda lamañana, le daría tal con esteguijarroenelcalcañarqueseacordaríaunmesdeestabroma.

YdecirestaspalabrasyestirarelbrazoydarleaCalandrinoconelguijarroen el calcañar fue todo uno.Calandrino, sintiendo el dolor, levantó el pie ycomenzóaresoplar,peroluegosecallóysefue.Buffalmacco,cogiendounodelosguijosquerecogidohabía,dijoaBruno:

—¡Ah,miraelguijo:asíledieseahoramismoenlosriñonesaCalandrino!

Y,soltándolo,ledioconélungrangolpeenlosriñones;yenresumen,detalguisa,ahoraconunapalabrayahoraconotra,porelMuñonearribahastalapuertadeSanGallolofueronlapidando.Allí,arrojandoalsuelolaspiedrasquehabían recogido, un tanto se detuvieron con los guardias aduaneros, loscuales, primero informados por ellos, fingiendo no verlo, dejaron pasar aCalandrinoconlamayorrisadelmundo.Elcual,sinpararsesevinoasucasa,lacualestabajuntoalCantodellaMacina;ytanfavorablelefuelafortunaalaburlaquemientrasCalandrinoporelríoseveníayluegoporlaciudad,nadiele dirigió la palabra, ya que encontró a pocos porque todos estabanalmorzando.Entró,asípues,Calandrino, tancargado,ensucasa.Estabaporacasosumujer(queteníapornombredoñaTessa),mujerhermosayvalerosa,arribadelaescalera,yuntantoenojadaporsulargademora,yviéndolovenircomenzóadecirleconreproches:

—¡Ya,hermano,tetraeeldiablo!Todoelmundohacomidoyacuandotúvienesacomer.

LoqueoyendoCalandrinoyviendoque loveía, llenodeamargurayde

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dolorcomenzóagritar:

—¡Ay!,malamujer,pueserestú,mehasarruinado;peroporDiosquemelaspagarás.

Y subiendo a una salita y descargadas allí lasmuchas piedras que habíarecogido,furibundocorrióhaciasumujery,cogiéndolaporlastrenzas,latiróalsuelo,yallí,cuantopudomoverlosbrazosylaspiernastantospuñetazosypatadas le dio por todo el cuerpo, sin dejarle en la cabeza cabello o huesoencima que machacado no estuviese, nada valiéndole pedir merced con losbrazosencruz.BuffalmaccoyBruno, luegodequeconlosguardianesde lapuertasehubieronreídounpoco,conlentopasocomenzaronunpocodelejosa seguir aCalandrino; y llegados junto a su puerta, sintieron la ferozpalizaque a su mujer le daba, y fingiendo que llegaban entonces, le llamaron.Calandrino,todosudado,rojoycansado,seasomóalaventanaylesrogóquesubiesen donde estaba él. Ellos, mostrándose un tanto enfadados, subieronarribayvieron la sala llenadepiedras, y enunode los rincones a lamujerdespeinada,todalívidaygolpeadaenlacara,llorardolorosamente;yporotraparteCalandrino,desceñidoyjadeanteaguisadehombrecansado,sentado.Yluegodehabermiradounratodijeron:

—¿Qué es esto,Calandrino? ¿Quieres hacer unmuro, que te vemos contantaspiedras?

Yademásdeesto,añadieron:

—¿YdoñaTessaquétiene?Parecequelehaspegado;¿quénovedadessonéstas?

Calandrino, cansadopor el peso de las piedras y por la rabia con que lehabía pegado a sumujer, y con el dolor de la fortuna que le parecía haberperdido, no podía reunir aliento para pronunciar enteras las palabras de surespuesta;porloque,dándoletiempo,Buffalmaccorecomenzó:

—Calandrino,siestabasairadoporalgo,nodebíasporelloescarnecernosanosotros;que,luegodequenosindujisteabuscarcontigolapiedrapreciosa,sin decírselo a Dios ni al diablo nos dejaste como a dos cabrones en elMuñoneyteviniste,loquetenemospormuygranmaldad;peroporciertoqueéstavaaserlapostreraquevasahacernos.

Aestaspalabras,Calandrino,esforzándose,repuso:

—Compañeros,noosenfurezcáis:lascosashansidodemuydistintomododel que pensabais. Yo, desventurado, había encontrado aquella piedra; ¿yqueréissabersidigoverdad?Cuandoprimeramenteospreguntasteispormíeluno al otro, yo estaba amenosdediezbrazosdevosotros, y viendoqueosacercabaisynomeveíais,mefuipordelantedevosotros,ysiguiendounpoco

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pordelantesiempremehevenido.

Yempezandoporunextremo,hastaelfinallescontóloquehabíanhechoy dicho ellos, y les mostró la espalda y los calcañares cómo los habíanaderezadolosguijarros,yluegosiguió:

—Yosdigoque,entrandoporlapuertacontodasestaspiedrasenelsenoque aquí veis, nada me dijeron (que sabéis cuán desagradables y molestossuelen ser) los guardianes que quieren mirar todo, y además de esto, heencontrado por la calle a muchos de mis compadres y amigos, los cualessiempresuelendirigirmealgúnsaludoeinvitarmeabeber,ynohuboniunoquemedijesemediapalabra, comoquienesnomeveían.Al final, llegandoaquí a casa, estediablodeestamalditamujer semepusodelanteymevio,porque,comosabéis,lasmujereshacenperderlavirtudatodaslascosas;deloqueyo,quepodíadecirmeelhombremásventurosodeFlorencia,hequedadoelmásdesventurado:yporellolehepegadotantocuantohepodidomoverlasmanosynoséqué,medetieneencortarlelasvenas,¡quémalditasealahoraenqueprimerolaviycuandovinoaestacasa!

Yencendiéndosedenuevoenira,quería levantarseparavolverapegarlede nuevo. Buffalmacco y Bruno, oyendo estas cosas, ponían cara demaravillarsemuchoyconfrecuenciaconfirmabanloqueCalandrinodecía,ysentían tan grandes ganas de reír que casi estallaban; pero viéndole furiosolevantarseparapegarotravezasumujer,saliendoasuencuentroloretuvierondiciéndole que de estas cosas ninguna culpa tenía su mujer, sino él quesabiendoquelasmujereshacíanperdersuvirtudalascosasnolehabíadichoqueseguardasedeponérseledelanteaqueldía;delacualprecauciónDioslehabíaprivadooporquelasuertenodebíasersuyaoporqueteníaenelánimoengañar a sus compañeros, a los cuales, cuando se dio cuenta de haberlaencontradodebíadescubrirla.Yluegodemuchaspalabras,nosingrantrabajoreconciliandoconél a ladolientemujer,ydejándolomelancólicoen lacasallenadepiedras,sefueron.

NOVELACUARTA

ElprebostedeFiésoleamaaunamujerviuda;noesamadoporellay,creyendoacostarseconella,seacuestaconunacriadasuya,ylos

hermanosdelaseñorahacenquesuobispolodescubra.

Había llegado Elisa al fin de su historia, no sin gran placer de toda lacompañía habiéndola contado, cuando la reina, volviéndose a Emilia, lemostró que quería que ella, después de Elisa, la suya contase; la cual,

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prestamente,comenzóasí:

Valerosas señoras, cuán solicitadores de nuestros pensamientos son loscurasylosfrailesytodoclérigo,enmuchashistoriasdelascontadasrecuerdoquesehademostrado;peroporquenuncapodríahablarsedeellotantoquenoquedasemuchomás por decir, yo, además, entiendo contaros una sobre unprebosteelcual,apesardetodoelmundo,queríaqueunanobleseñoraviudale amase, quisiera ella o no; la cual, comomuy sabia, le trató tal como semerecía.

Comotodasvosotrassabéis,Fiésole,cuyacolinapodemosdesdeaquíver,fueunaciudadantiquísimaygrande,aunquehoyestétodaderruida,ynoporello ha dejado de tener obispo propio y todavía lo tiene. Allí, cerca de laiglesia mayor, tenía una noble señora viuda, llamada doña Piccarda, unaposesión con una casa no muy grande; y porque no era la mujer másacomodada del mundo, allí vivía la mayor parte del año, y con ella doshermanos suyos, jóvenes muy de bien y corteses. Ahora, sucedió quefrecuentando esta señora la iglesia mayor y siendo todavía asaz joven, yhermosayagradable,seenamoródeella tanardientementeelprebostede laiglesia, que nada más veía aquí ni allí, y luego de algún tiempo fue tanatrevido que élmismo dijo a esta señora su deseo, y le rogó que estuviesecontentadesuamorydeamarlocomoéllaamaba.Eraesteprebosteyaviejode años pero jovencísimo de juicio, petulante y altanero, y de sí mismopensaba todo lo mejor, con modos y costumbres llenos de afectación ydesagrado,ytancarganteyfastidiosoquenadiehabíaquelequisierabien;ysialguienlequeríapocoeraestaseñoramisma,quenosolamentenolequeríanada sino que lo odiaba más que a un dolor de cabeza. Por lo que, comoprudente,lerepuso:

—Señor,quevosmeaméisdebesermemuygrato,yyodeboamarosyosamaré de buen grado; pero entre vuestro amor y el mío ninguna cosadeshonestadebesucederjamás.Soismipadreespiritualysoissacerdote,yyaos aproximáismucho a la vejez, las cuales cosas os deben hacer honesto ycasto; y por otra parte yo no soy una niña a quien estos enamoramientossienten ya bien, y soy viuda, que sabéis cuánta honestidad se espera de lasviudas;yporello,tenedmeporexcusada,quedelmodoenquemerequerísnoosamarénuncaniasíquieroseramadaporvos.

Elpreboste,nopudiendoaquellavezsacardeellaotracosa,nosediopordesmayadoyvencidoalprimergolpe,sinoqueusandodesuarroganteosadíala solicitó muchas veces con cartas y con embajadas, y aun por sí mismocuando a la iglesia la veía venir; por lo que, pareciéndole este tábanodemasiado pesado y demasiado enojoso a la señora, pensó en quitárselo deencima delmodo quemerecía, puesto que de otro no podía; pero no quisohacercosaalgunaqueprimeronorazonaseconsushermanos.Yhabiéndoles

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dicholoqueelprebostehacíaconellaytambiénloqueellaentendíahacer,yrecibiendodeellosplenaautorización,deallíapocosdíasvolvióalaiglesiacomoacostumbraba;yencuantolavioelpreboste,vinoaella,ycomosolíahacer, de modo confianzudo entró con ella en conversación. La señora,viéndole venir ymirando hacia él, le puso alegre gesto, y retirándose a unlado,habiéndoleelprebostedichomuchaspalabrasdelmodoacostumbrado,laseñoraluegodeungransuspirodijo:

—Señor, yo he oídomuchas veces que no hay ningún castillo tan fuerteque, siendocombatido todos losdías,no lleguea ser tomadoalgunavez; loque veo muy bien que me ha sucedido a mí. Tanto unas veces con dulcespalabrasyotrasconbromasyotrasconotrascosasmehabéiscercado,quemehabéis hecho romper mi propósito; y estoy dispuesta, puesto que tanto osagrado,aservuestra.

Elpreboste,todocontento,dijo:

—Señora, mucho os lo agradezco y a decir verdad, me he maravilladomuchodecómooshabéisresistidotanto,pensandoquenuncamehasucedidoestoconninguna;asíhedichoyoalgunasvecesque,silasmujeresfuesendeplata no valdrían ningún dinero porque ninguna resistiría el martillo. Perodejemosesto:¿cuándoydóndepodremosestarnosotrosjuntos?

Aloquelaseñorarepuso:

—Dulceseñormío,cuándopodríaserlahoraquemásosagradaseporqueyonotengomaridoaquientengaquedarcuentademisnoches;perodóndenosépensarlo.

Dijoelcura:

—¿Cómono?¿Yvuestracasa?

Repusoladama:

—Señor, sabéis que tengo dos hermanos jóvenes, los cuales de día y denochevienenacasaconsusamistades,ymicasanoesmuygrande,yporellono podría ser, salvo que quisieseis estar allí como si fueraismudo sin decirpalabraniresollar,yenlaoscuridad,amododeciego;siquisieraishacerloasísepodría,porqueellosnoentranenmialcoba;peroestálasuyatanalladodelamíaquenosepuededecirniunapalabritatanbajoquenoseoiga.

Dijoentonceselpreboste:

—Señora,quenoquedeporelloporunanocheodos,entantoyopiensedóndepodemosestarenotraparteconmáscomodidad.

Laseñoradijo:

—Señor,estoescosavuestra,perounacosaosruego,queestoquedetan

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secretoquenosesepanuncaunapalabra.

Elprebostedijoentonces:

—Señora,notemáisporello,ysipuedeser,hacedqueestanocheestemosjuntos.

—Meplace—ydándole indicaciones de cómoy cuándo venir debía, sefueysevolvióasucasa.

Tenía esta señora una criada, queno era demasiado joveny que tenía elrostromás feoymás contrahechoquenunca se vio; que tenía la narizmuyaplastadaylabocatorcidayloslabiosgruesosylosdientesmalcompuestosygrandes, y tiraba a bizca, y nunca estaba sin los ojosmalos, y de un colorverdeyamarilloqueparecíaquenoenFiésolesinoenSinagaliahabíapasadoelverano;yademásdetodoesto,eracojayuntantomancadelladoderecho.Y se llamaba Ciuta, y porque tan lívida cara tenía, por todos era llamadaCiutazza;yaunquefuesecontrahechaenlafigura,era,sinembargo,bastantemaliciosa.Alacual,laseñorallamó,yledijo:

—Ciutazza,siquiereshacermeunservicioestanoche, tedaréunabuenacamisanueva.

Ciutazza,oyendomentarlacamisa,dijo:

—Señora,simedaisunacamisa,mearrojaréalfuego,noyaotracosa.

—Puesbien——dijolaseñora—,quieroqueestanocheteacuestesconunhombreenmicamayqueloacaricies,yguárdatededecirpalabra,quenotesientan mis hermanos, que sabes que duermen al lado; y luego te daré lacamisa.

Ciutazzadijo:

—Asídormiríayoconseis,noconuno,sihiciesefalta.

Venidapueslanoche,elseñorprebostevino,comolehabíasidofijado;ylos dos jóvenes, como la señora había combinado, estaban en su alcoba yhacían mucho ruido; por lo que el preboste, silenciosamente y a oscurasentrandoenlaalcobadelaseñora,sefuealacamacomoellalehabíadicho,ydelotroladoCiutazza,bieninformadaporlaseñoradeloqueteníaquehacer.Elseñorpreboste,creyendotenerasuseñoraallado,seechóenlosbrazosdeCiutazzaycomenzóabesarlasindecirpalabra,yCiutazzaaél;ycomenzóelpreboste a solazarse con ella, tomando posesión de los bienes largamentedeseados. Cuando la señora hubo hecho esto, ordenó a los hermanos quehiciesenelrestodeloquehabíanplaneado;loscuales,calladamentesaliendodesualcoba,sefueronalaplaza,yfuesufortunaparaloquequeríanhacermásfavorabledeloqueellosmismospedíanporque,siendoelcalorgrande,elobispo había mandado a buscar a los dos jóvenes para ir hasta su casa

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paseandoybeberensucompañía.Peroalverlosvenir,diciéndolessudeseo,conellossepusoencamino;yentrandoenunpatiecillofrescoqueellosteníandonde había muchas luces encendidas, con gran placer estuvo bebiendo unbuenvinodelossuyos.Yhabiendobebidodijeronlosjóvenes:

—Señor, pues que tanto favor nos habéis hecho, que os habéis dignadovisitarestanuestrapequeñachozaalaqueveníamosainvitaros,queremosqueosplazcaverunacositaqueosquerríamosmostrar.

El obispo repuso que de buena gana; por lo que uno de los jóvenes,tomando en lamano una pequeña antorcha encendida y yendo por delante,siguiéndoleelobispoytodoslosdemás,seenderezóhacialaalcobadondeelseñor preboste yacía con Ciutazza, el cual para llegar pronto se habíaapresuradoacabalgaryhabía,antesdequeéstos llegasenallí,cabalgadoyamásdetresmillas;porloquecansadoyteniendoaCiutazzaenbrazosapesardelcalor,dormía.Entrando,pues,conluzenlamanoeljovenenlaalcoba,yel obispo detrás de él y todos los otros, les fue mostrado el preboste conCiutazzaenbrazos.Enesto,despertándoseelseñorpreboste,yviendolaluzyesta gente a su alrededor, avergonzándose mucho y amedrentado metió lacabezadebajodelassábanas;alcualelobispoinjuriógrandementeylehizosacarlacabezayverconquiénestabaacostado.Elpreboste,alverelengañodelaseñora,tantoporélcomoporelvituperioqueleparecíaser,súbitamentesesintióelmásdoloridohombrequejamáshabíaexistido:ypormandatodelobispo, vistiéndose, a sufrir un gran castigo por el pecado cometido, biencustodiado, tuvoque irseasucasa.Quiso luegosaberelobispocómohabíasucedidoaquellodequeaquélhubiese idoaacostarseallíconCiutazza.Losjóveneslecontaronordenadamentetodaslascosas; loqueoyendoelobispo,muchoalabóalaseñora,ytambiénalosjóvenesque,sinquerermancharselasmanos con la sangre de un sacerdote, le habían tratado comomerecía. Estepecadoselohizoelobispollorarcuarentadías,peroelamorylavergüenzalehicieronllorarmásdecuarentaynueve;sincontarconque,pormuchotiempodespués no podía andar por la calle sin ser señalado con el dedo por losmuchachitos,loscualesdecían:

—¡MiraalqueseacuestaconCiutazza!

Loqueledolíatantoqueestuvoapuntodeenloquecer;ydetalmaneralavalerosa señora se quitó de encima el fastidio del importuno preboste yCiutazzaganóunacamisa.

NOVELAQUINTA

TresjóveneslequitanloscalzonesaunjuezdelasMarcasenFlorencia,mientrasél,estandoenelestrado,administrabajusticia.

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Había dado Emilia fin a su razonar, habiendo sido la viuda alabada portodos,cuandolareina,mirandoaFilostrato,dijo:

—Atitetocaahoranarrar.

Porlacualcosaélprestamenterepusoqueestabadispuesto,ycomenzó:

Deleitosas señoras, el joven a quien Elisa hace poco nombró, es decir,MasodelSaggio,meharádejarunahistoriaquepensabacontarparacontarunasobreélyalgunosdesuscompañeros,lacual,aunquedeshonestanoseapordecirsepalabrasenellaquevosotrasosavergonzáisdedecir,noporellodejadesertandivertidaqueapesardetodolacontaré.

Como todas podéis haber oído, a nuestra ciudad vienen con frecuenciapodestás de las Marcas, los cuales son generalmente hombres de ánimoapocadoydevida tanpobreymiserableque todassusaccionesnosonsinocicaterías,yporsuinnatamiseriayavariciatraenconsigoajuecesynotariosqueparecenhombresmásbienarrancadosalaradoosacadosdelaszapateríasquedelasescuelasdeleyes.Ahorabien,habiendovenidounocomopodestá,entre los muchos otros jueces que trajo consigo, trajo a uno que se hacíallamarmicerNiccoladeSanLepidio,elcualparecíamásbienuncerrajeroqueotra cosa: y fue puesto éste entre los demás jueces a oír las cuestionescriminales. Y como con frecuencia sucede que, aunque los ciudadanos notengannadaquehacerenpalacioavecesvanporallí,sucedióqueMasodelSaggio unamañana, buscando a un amigo suyo allá se fue; y acaeciéndolemiraradondemicerNiccolaestabasentado,pareciéndolequeeraunpajarracoraro,todoélloibaconsiderando.Ycomolevieseelarmiñotodopringosoenlacabeza,yuntinterocolgadodelcinto,ymáslargoelfaldellínquelatogayotrasmuchascosastodasinusitadasenunhombreordenadoybieneducado,yademásdeéstas,unamásnotablequeningunadelasotras,asuparecer,levio,y fue unpar de calzones que, estando él sentadoy las ropas, por estrechez,quedándole abiertas por delante, vio que el fondo de ellos le llegaba hastamedia pierna. Por lo cual, sin quedarse mucho mirándole, dejando lo queandaba buscando, comenzó una búsqueda nueva, y encontró a dos de suscompañeros, de los cuales uno tenía por nombre Ribi y el otro Mateuzzo,hombreslosdosnomenosocurrentesqueMaso,ylesdijo:

—¡Ah, si me queréis bien, venid conmigo hasta palacio, que quieromostrarosallíelmásextraordinariopatánquenuncahabéisvisto!

Yyéndoseconellosapalacio,lesmostróaqueljuezysuscalzones.Éstos,desdelejoscomenzaronareírsedeaquelasunto,yavecinándosealosescañossobre losqueestabael señor juez,vieronquemuyfácilmentepodíaandarsebajoaquellos escaños;y ademásde ellovieron rota la tabla sobre la cual elseñorjuezteníapuestoslospies,tantoquecongrancomodidadsepodíameter

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porellalamanoyelbrazo.YentoncesdijoMasoasuscompañeros:

—Quiero que le quitemos del todo esos calzones, porque con muchafacilidadsepuede.

Habíanyaloscompañerosvistocómo;porloque,arreglandoentreellosloqueteníanquehacerydecir,alamañanasiguientevolvieronallí,yestandoeltribunalmuy llenodehombres,Mateuzzo, sinquenadie lo advirtiese, entródebajodelbancoysefuederechobajoellugardondeeljuezposabalospies;Maso,porunodelosladosacercándosealseñorjuez,locogióporlaorladelatoga,yacercándoseRibidelotroladoyhaciendolomismo,comenzóMasoadecir:

—Señor,oseñores,yoospidoporDiosqueantesdequeese ladroncilloqueestáahíalladosevayaaotraparte,quelehagáisdevolvermeunpardeborceguíes míos que me ha birlado y dice que no: y los he visto, no hacetodavíaunmes,queleshacíaecharsuelasnuevas.

Ribi,delotrolado,gritabaalto:

—Micer,nolecreáis,queesunbribonzuelo,yporquesabequehevenidoa querellarme contra él por una valija que me ha robado, ha venido ahoramismoahablardelosborceguíesquelostengoencasadesdeantañazo;ysinomecreéis,puedoponerosportestigoalaverduleradealladoyalatriperaGrassayaunoquevarecogiendolabasuradeSantaMaríadeVerzaia,quelovicuandovolvíadelpueblo.

Maso,porelotro lado,nodejabahablaraRibi,gritandotambién;yRibigritabamás.Ymientraseljuezestabadepieymáscercadeellosparaoírlesmejor,Mateuzzo,aprovechandolaocasión,metiólamanoporelagujerodelatablaycogióloscalzonesdeljuezporabajo,ytiródeellosfuertemente.Loscalzones salieron incontinenti, porque el juez era flaco y escurrido; el cual,sintiendoloquepasabaynosabiendoquéfuese,queriendotirardelasropashacia adelante y taparse y sentarse, Maso de un lado y Ribi del otro sinembargo,sujetándoleygritandofuerte:

—Micer,hacéismalennohacermejusticiaynoquereroírmeyquererirosa otra parte; ¡de cosa tan pequeña como ésta es no se levanta acta en estaciudad!—ytantoconestaspalabrasletirarondelasropasquecuantoseneltribunalestabanseapercibierondequelehabíanquitadolascalzas.Mateuzzo,luegodequealgúntiempolehubosujetado,dejándole,sesaliófueraysefuesinqueleviesen.Ribi,pareciéndolehaberhechobastante,dijo:

—¡Voto a Dios queme resarciré en la corporación!—yMaso, del otrolado,soltándolelatoga,dijo:

—¡No, pues yo volveré tantas veces hasta que os encuentre menos

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impedidoquehabéisaparecidoestamañana!—yelunoporaquí,elotroporallá,loantesquepudieronsefueron.Elseñorjuez,poniéndoseloscalzonesenpresenciadetodoelmundocomosiselevantasedelacama,ydándosecuentaentoncesdeloquehabíapasado,preguntódóndehabíanidoaquellosquedelosborceguíesydelavalijasequerellaban;peronoencontrándolos,comenzóa jurar por las entrañas de Cristo que tenía que conocer y saber si eracostumbreenFlorenciaquitarleloscalzonesalosjuecescuandosesentabanenelestradodejusticia.Elpodestá,porotraparte,habiéndoleoído,armóungranalboroto;después,habiéndolemostradosusamigosqueaquellonoselohabíanhecho sinoparamostrarle que los florentinos sabíanque en lugar dehaber llevado jueces había llevado allí zopencos para que le saliese másbarato,porlasbuenassecallóynofuemásadelantelacosaaquellavez.

NOVELASEXTA

BrunoyBuffalmaccolerobanuncerdoaCalandrino;lehacenhacerlapruebadebuscarloconpastasdejengibreyvinodegarnachayledandosdeéstas,unatrasdelaotra,hechasdeboñigasdeperroconáloe,yparecequeélmismosehaquedadoconél,lehacen,además,obsequiarlessino

quierequeasumujerselodigan.

NohabíalahistoriadeFilostratodadofin,lacualmuchofuereída,cuandolareinaordenóaFilomenaqueseguidamentenarrase;lacualcomenzó:

Graciosas señoras, como Filostrato fue llevado a contar la historia quehabéisoídoporelnombredeMaso,asínimásnimenossoyllevadayoporeldeCalandrinoyde sus compañeros a contarotrade ellos, la cual, tal comocreo,osgustará.

QuiénCalandrino,BrunoyBuffalmaccofueronnonecesitaserosmostradopormí,queasazlohabéisoídoantes;yporello,pasandomásadelante,digoque Calandrino tenía una pequeña tierra no lejos de Florencia, que habíarecibidocomodotedesumujer,delacual,entrelasdemáscosasqueledaba,sacaba cada año un cerdo; y era su costumbre que siempre en diciembre seiban allí al pueblo sumujer y él, y lomatabany lo hacían salar allí.Ahorabien,sucedióunavezentre lasotrasque,noestandolamujerbiendesalud,Calandrino se fue solo a hacer la matanza; la cual cosa oyendo Bruno yBuffalmacco,ysabiendoquesumujernoiba,sefueronaverauncuravecinodeCalandrinoygrandísimoamigosuyo,yaestarseconélalgunosdías.HabíaCalandrino,lamañanaenqueéstosllegaronallí,matadoelcerdo,yviéndolosconelcuralosllamóylesdijo:

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—Sedbienvenidos;quieroqueveáisquéamodecasasoy.

Yllevándolosasucasalesmostróaquelcerdo.Vieronellosqueelcerdoerahermosísimo,yleoyeronaCalandrinoqueloibaaponerensalazónparasufamilia.YBrunoledijo:

—¡Ah,québrutoeres!Véndeloydisfrutalosdineros:yatumujerdilequetelohanrobado.

Calandrinodijo:

—No,nolocreería,ymeecharíadecasa;noosempeñéis,quenoloharénunca.

Laspalabrasfueronmuchasperodenadasirvieron.Calandrinolesinvitóacenarcontaldesganaquenoquisieroncenarysesepararondeél.DijoBrunoaBuffalmacco:

—¿Porquénolerobamoselcerdoestanoche?

DijoBuffalmacco:

—¿Puescómopodríamos?

DijoBruno:

—Elcómobienloveosinoloquitadelsitiodondeloteníaahoramismo.

—Pues—dijoBuffalmacco—hagámoslo:¿porquénovamosahacerlo?Yluegolodisfrutaremosaquíjuntoconeldómine.

Elcuradijoquelegustabamucholaidea.DijoentoncesBruno:

—Aquísenecesitaunpocodearte.Túsabes,Buffalmacco,quéavaroesCalandrino y con cuánto gusto bebe cuando los demás pagan; vamos yllevémoslo a la taberna; allí, que el cura haga semblante de pagar todo porinvitarnos y no le deje pagar nada a él: se ajumará y luego serámuy fácilporqueestásoloencasa.

ComolodijoBruno,asílohicieron.Calandrino,viendoqueelcuranoledejabapagar,sedioalabebida,ybienquenolonecesitasemucho,secargóbien;y siendoyaavanzada lanochecuandose fuede la taberna, sinquerercenar nada semetió en su casa, y creyendohaber cerrado la puerta, la dejóabiertaysefuealacama.BuffalmaccoyBrunosefueronacenarconelcuraycuandohubieroncenado, tomando los instrumentospara entrar en casadeCalandrinopordondeBrunohabíaplaneado,sefueronallícalladamente;peroencontrandolapuertaabiertaentrarondentroycogiendoelcerdo,acasadelcura lo llevaron,y colgándolo, se fueronadormir.Calandrino,habiéndoseleidoelvinodelcuerpo,selevantóporlamañanay,albajar,miróynovioelcerdo,yviolapuertaabierta;porloque,preguntandoaésteyaaquélsisabían

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quiénlehabíaquitadoelcerdo,ynoencontrándolo,comenzóahacerungranalboroto,¡aydeél!,¡desdichadodeél!,quelehabíanrobadoelcerdo.BrunoyBuffalmacco, levantándose, se fueronhaciaCalandrinoparaoír loquedecíadelcerdo;elcual,alverlos,casillorandollamándolos,dijo:

—¡Aydemí,compañerosmíos,quemehanrobadoelcerdo!

Bruno,acercándose,ledijoenvozbaja:

—¡Maravillaquehayassidolistounavez!

—¡Ay!—dijoCalandrino—,quedigolaverdad.

—Dicesbien—decíaBruno—,grita fuerteparaqueparezcaquehasidoasí.

Calandrinogritabaentoncesmásfuerteydecía:

—¡CuerpodeCristo, quedigoverdad al decir queme lo han robado!YBrunodecía:

—Dicesbien,dicesbien;yhayquedecirloasí,gritafuerte,hazteoírbienparaqueparezcaverdadero.

DijoCalandrino:

—Me harás dar el alma al enemigo; digo que nome creerás, así nomecuelguen,quemelohanrobado.

DijoentoncesBruno:

—¡Ah!,¿cómovaapoderseresto?Yolohevistoayer,¿quiereshacermecreerquetelohanrobado?

DijoCalandrino:

—Estalcomotedigo.

—¡Ah!—dijoBruno—,¿esposible?

—Ciertamente—dijoCalandrino—,esasí;porloqueestoyperdidoynosécomovoyavolveracasa;laparientanomecreerá,ysimecree,notendrépazconellaentodoelaño.

DijoentoncesBruno:

—AsímeayudeDios,esoestámalsiesverdad;perosabes,Calandrino,que ayer te enseñé yo a decir eso; no querría que tú en elmismo punto teburlasesdetuparientaydenosotros.

Calandrinocomenzóagritaryadecir:

—¡Ah!, ¿por qué me hacéis desesperar y blasfemar contra Dios y lossantosytodoloqueexiste?Osdigoqueestanochemehanrobadoelcerdo.

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DijoentoncesBuffalmacco:

—Siesasí,sedebeverelmodo,sipodemos,derecuperarlo.

—¿Yquémodo—dijoCalandrino—podremosencontrar?

DijoentoncesBuffalmacco:

—PorciertoquenohavenidodelaIndianadieaquitarteelcerdo;algunodeestosvecinostuyosdebehabersido,yporello,silospudiesesreunir,yoséhacerlapruebadelpanyelqueso,yveremosdeungolpequiénloharobado.

—¡Sí—dijoBruno—,muchovasahacerleconpanyconquesoaciertoscaballerazosquetenemosalrededor!,queestoysegurodequealgunodeelloslohacogido,ysedaríacuentadelcasoynoquerríavenir.

—¿Quévamosahacer,entonces?—dijoBuffalmacco.

RepusoBruno:

—Habríaquehacerseconbuenaspastasdejengibreyconbuenvinodulcee invitarlos a beber; no pensarían que era por eso y vendrían; y lo mismopuedenbendecirselaspastasdejengibrequeelpanyelqueso.

DijoBuffalmacco:

—Porciertodicesverdad;ytú,Calandrino,¿quédices?,¿lohacemos?

DijoCalandrino:

—Os lo ruego por el amor de Dios; que, si yo supiese quién se lo hallevadomepareceríasentirmemedioconsolado.

—Puesvenga—dijoBruno—,estoylistoparairhastaFlorenciaaporesascosasparaayudarte,simedaslosdineros.

Tenía Calandrino unos cuarenta sueldos, que le dio. Bruno, yéndose aFlorenciaaveraunamigosuyoboticario,compróunalibradebuenaspastasehizo hacer dos de estiércol de perro que hizo confitar con áloe reciénexprimido;después,lashizorebozarenazúcarcomoestabanlasotras,yparanoequivocarlasnicambiarlasleshizoponerciertaseñalecitaporlacualmuybien las conocía; y comprando un frasco de buen vino dulce, se volvió alpuebloconCalandrino,yledijo:

—Hace falta quemañana por lamañana invites a beber contigo a todosaquellosdequienessospeches:esfiestaytodosvendrándebuengrado,yyoestanoche,juntoconBuffalmacco,haréelencantamientosobrelaspastasytelastraerémañanaporlamañanaacasa,yportuamoryomismoselasdaré,yharéydiréloquehayaquedeciryquehacer.

Calandrinolohizoasí.Reunida,pues,unabuenacompañíaentre jóvenes

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florentinosqueestabanenelpuebloylabradores,alvenirlamañana,juntoalaiglesiayalrededordelolmo,BrunoyBuffalmaccovinieronconunacajadepastasyconelfrascodevino,yhaciéndolesponerencorro,dijoBruno:

—Señores,meesnecesariodecirlarazónporlaqueestáisaquíparaque,si algo sucediese que no os agradase, no tengáis que quejaros de mí. ACalandrino,queaquíestá,lequitaronayernochesuhermosocerdoynopuedeencontrarquiénselohayacogido;yporqueotrodistintodequienesestamosaquínoselohabrápodidoquitar,él,paraencontrarquiénlohayacogidoosdaatomarestaspastas,unaparacadauno,ydebeber;ydesdeahorasabedquequienhayacogidoelcerdonopodrátragarlapastasinoqueleparecerámásamargaqueelvenenoylaescupirá;yparaello,afindequeestavergüenzanole suceda en presencia de tantos, es tal vezmejor que aquel que lo hubiesecogidolodigaalsireenconfesión,yyomeabstendrédeesteasunto.

Todoslosqueallíhabíadijeronquequeríancomerdebuengrado;porloqueBruno,poniéndolosenfilaypuestoaCalandrinoentreellos,comenzandoenunodelosextremoscomenzóadaracadaunolasuya;yalestar juntoaCalandrino, tomandounade lasperrunas,se lapusoen lamano.Calandrinoprestamenteselaechóalabocaycomenzóamasticar,perotanprontocomola lengua notó el áloe, Calandrino, no pudiendo soportar el amargor, laescupió.Allítodossemirabanlacaraelunoalotro,paraverquiénescupíalasuya;ynohabiendotodavíaBrunoterminadodedarlasnohaciendosemblantedeenterarsedeaquello,oyódecirasusespaldas.

—Vamos,Calandrino,¿quéquieredeciresto?

Por lo que, prestamente volviéndose, y viendo que Calandrino habíaescupidolasuya,dijo:

—Espérate,talvezalgunaotracosaselahizoescupir:tenotra.

Ytomandolasegunda,selapusoenlabocayproveyóadarlasotrasquetenía que dar. Calandrino, si la primera le había parecido amarga, ésta lepareció amarguísima; pero, sin embargo, avergonzándose de escupirla,masticándola, un tanto la tuvo en la boca, y teniéndola comenzó a arrojarlágrimas que parecían nueces, tan gruesas eran; y por último, no pudiendoresistirmás,laarrojófueracomolohabíahechoconlaprimera.BuffalmaccoservíadebeberalacompañíayaBruno;loscuales,juntosconlosdemásalveresto,todosdijeronqueporciertoCalandrinosehabíaquitadoelcerdoaélmismo,yhubomuchosdeellosqueásperamentelereprendieron.Pero,luegoque se hubieron ido, quedándose Bruno y Buffalmacco con Calandrino, lecomenzóadecirBuffalmacco:

—Heestadosiempresegurodequetúmismolohabíasrobadoyquenosqueríasmostrarque te lohabían robadoparanodarnosdebeberniunavez

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conlosdinerosquehabíassacado.

Calandrino,quetodavíanohabíaescupidoelamargordeláloe,comenzóajurarqueélnolohabíarobado.

DijoBuffalmacco:

—¿Perocuántosacaste,socio?,dímelodebuenafe,¿sacasteseis?

Calandrino,aloírestocomenzóadesesperarse;aquienBrunodijo:

—Oye bien, Calandrino, que en la compañía hubo quien comió y bebióconnosotrosymedijoque teníasnosédóndeuna jovencitaque teníasa tudisposición,yledabasloquepodíasreunir,yqueélestabasegurodequelehabíasmandado el tal cerdo, tan buen burlador has aprendido a ser. Tú nosllevasteunavezporelMuñoneabajorecogiendopiedrasnegras,ycuandonoshubiste embarcado te volviste, luego nos querías hacer creer que lo habíasencontrado;yahorasemejantementetecreesquecontusjuramentosnoshacescreerigualqueelcerdo,quehasregaladoohasvendido,telohanrobado.Yaestamos acostumbrados a tus burlas y las conocemos; no podrías gastarnosmás: y por ello, para decir verdad, nos hemospasado el trabajo de hacer elencantamiento,porquequeremosquenosdesdosparesdecaponesy,sino,selodiremostodoadoñaTessa.

Calandrino, viendo que no era creído, pareciéndole haber tenido yabastante sufrimiento,noqueriendoademáselacaloramientode sumujer, lesdiodosparesdecapones.Yellos,habiendosaladoelcerdo,se lo llevaronaFlorencia,dejandoaCalandrinocornudoyapaleado.

NOVELASÉPTIMA

Unescolaramaaunaseñoraviuda,lacual,enamoradadeotro,unanochedeinviernolehacesentarsesobrelanieveesperándola,alacualél,después,porconsejosuyo,todoundíademediadosdejuliohaceestardesnudasobreunatorreexpuestaalasmoscasyalostábanosyalsol.

MuchosehabíanreídolasseñorasdeldesdichadodeCalandrino,ymássehubieran reído todavía si no hubiesen sentido enojo de ver que también lequitaban los capones losmismosque lehabíanquitadoel cerdo.Pero luegoque llegó el fin, la reina ordenó a Pampínea que contase la suya; y ellaprestamente,asícomenzó:

Carísimas señoras, muchas veces sucede que las artimañas son conartimañasvengadas,yporelloesdepocojuicioeldeleitarseenescarneceraotros.Nosotrosnoshemosreídomuchoconmuchashistorietascontadasdelas

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burlas que han sido hechas, de las cuales ninguna venganza que se hayatomadosehacontado;peroyoentiendohacerossentiralgunacompasiónporlajustaretribuciónhechaaunaconciudadananuestra,alacualsuburla,alserburlada,casiconlamuertelerecayósobrelacabeza;yoírlonoosdejarádeserútilporqueasímejorosguardaréisdeburlarosdeotroymostraréisbuenjuicio.

No han pasado todavía muchos años desde que hubo en Florencia unajovenhermosadecuerpoyaltaneradeánimoydelinajemuynobleyenlosbienes de la fortuna convenientemente abundante, y llamada Elena; la cual,habiendo quedado viuda de sumarido nuncamás quiso casarse, habiéndoseenamoradodeella,aelecciónsuya,unjovenapuestoycortés;ydecualquieraotrapreocupaciónolvidada,conlaayudadeunacriadasuyadequiensefiabamucho, muchas veces con él, con maravilloso deleite se daba buena vida.SucedióenestetiempoqueunjovenllamadoRinieri,hombrenobledenuestraciudad, habiendo largamente estudiado en París no para luego vender sucienciaagranelcomomuchoshacen,sinoparasaberlarazóndelascosasysus motivos (lo que óptimamente sienta a un noble) volvió de París aFlorencia; y allí, muy honrado tanto por su nobleza como por su ciencia,señorilmente vivía. Pero como sucede muchas veces que quienes másentendimientodelascosasprofundastienenmásfácilmentesedejanuncirporelamor, le sucedióaesteRinieri: al cual,habiendo idoélundíaporvíadeentretenimientoaunafiesta,delantedelosojosselepusoestaElena,vestidadenegrocomovannuestrasviudas,llenadetantahermosuraasujuicio,ydetantaamabilidadcomoningunaotralehabíaparecidover;yestimóparasíquepodríallamarsefelizaquienDioslehicieselagraciadepodertenerladesnudaen losbrazos.Yunavezyotramirándolacautamente,yconociendoque lascosasgrandesypreciosasno sepuedenconseguir sin trabajo, decidióponertodo su esfuerzo y toda su solicitud en agradarle, para que agradándoleconsiguiesesuamor,yporellopodertomarposesióndeella.Lajovenseñora,quenoteníalosojospuestosenelinfiernosinoque,teniéndoseentantoymásdeloqueera,moviéndolosconartemirabaalrededoryprestamenteconocíaaquiencondeleitelamiraba,apercibiéndosedeRinieri,riéndoseparasímisma,dijo:

—Nohabrévenidohoyaquíenvanoque,sinomeequivoco,hecogidoaunpavoporlanariz.

Ycomenzandoamirarlealgunavezconelrabillodelojo,cuantopodía,seingeniabaendemostrarlequeseocupabadeél,opensandoporotrapartequecuantomásatrajeseyprendieseconsusencantos, tantoerasuhermosurademayor precio, y máximamente para quien ella junto con su amor la habíaentregado.Elsabioescolar,dejandoapartelospensamientosfilosóficos,todoel ánimovolvióa ella;y creyendoque le agradaba, aprendiendocuál era su

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casa,comenzóapasardelantedeella,convariasrazonesexcusandoaquellasidas. Al cual, la señora, por la razón ya dicha vanagloriándose de aquello,mostrabaverlodemuybuenagana;porlacualcosaelescolar,encontrandolamanera,seaproximóasucriadayledescubriósuamor,rogándolequeconsuseñora obrase de tal manera que él pudiese obtener su gracia. La criadaprometiómuchoyasuseñoralocontó,lacual,conlamayorrisadelmundoloescuchóydijo:

—¿HasvistodóndeéstehavenidoaperderelsesoquehaconseguidoenParís?Puesvamos,digámosleloquevabuscando.Ledirás,cuandoseaquetehableotravez,queyoleamomuchomásdeloqueélmeama;peroquedeboguardarmihonraparajuntoalasotrasdamaspoderllevarlafrentealta;porloqueél,siestansabiocomodice,debeamarmemás.

¡Aydesdichada,desdichada!Nosabíaella,señorasmías,loqueesponerseaprovocara losescolares.Lacriadaalencontrarlo,hizo loquesuseñora lehabía ordenado. El escolar, contento, procedió a ruegos más calurosos y aescribircartasyamandarregalos,ytodoeraaceptado,peroenrecompensanovenían respuestassinovagas;ydeestaguisa lo tuvomucho tiempodándolelargas.Porúltimo,habiendoelladescubiertotodoasuamanteyhabiéndoseélenojado con ella alguna vez y sentido algunos celos, para mostrarle queequivocadamentesospechabadeella,solicitándolamuchoelescolar,leenvióasucriada,lacualdesuparteledijoqueellanohabíatenidoocasiónnuncadehacernadaqueaél leagradase,despuésdeque lehabíaaseguradodesuamor, pero que, para la fiesta de Navidad que se acercaba, esperaba poderestarconél;yqueporellolanochesiguientealafiesta,siélquería,vinieseasupatio,dondeellaabuscarle,loantesquepudiera,iría.

Elescolar,máscontentoqueningúnotrohombre,alahoraordenadasefueacasadelaseñora,yllevadoporlacriadaaunpatioyencerrándoledentro,allícomenzóaesperara laseñora.Laseñora,habiendoaquellanochehechovenirasuamanteyhabiendocenadoalegrementeconél,loqueentendíahaceraquellanochelecontó,añadiendo:

—Ypodrásvercuántoycuáleselamorqueletengoyhetenidoaaqueldequienneciamentehastenidocelos.

Estaspalabraslasescuchóelamantecongrancontentodeánimo,deseosodeverconobrasloquelaseñoraconpalabrasledabaaentender.Yhabíaporacasoeldíaanterioraaquélnevadomucho,ytodoestabacubiertodenieve;por la cual cosa, el escolar había poco estado en el patio cuando empezó asentirmásfríodelquehabríaquerido;peroesperandocalentarse,losoportabapacientemente.Laseñoraasuamantedijodespuésdeunrato:

—Vamosa la alcobaydesdeunaventanillamiremos loquehaceesedequienhassentidocelos,yloquelecontestaráalacriada,quehemandadoa

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hablarconél.

Sefueron,pues,aunaventanillayviendosinservistos,oyeronalacriadahablarconelescolarydecir:

—Rinieri,miseñoraeslamujermásafligidaquenuncahahabido,porqueestanochehavenidounodesushermanosyhaestadomuchoratohalandoconella,yluegoquisocenarconellaytodavíanosehaido,perocreoqueseirápronto;yporellonohapodidovenirella todavía,peroyavendrápronto; teruegaquenoteenojeelesperar.

Elescolar,creyendoqueeraverdad,repuso:

—Diamiseñoraquenoseocupenadaenmíhastaquepuedacuandoleseaoportunovenirapormí,peroquelohagaloantesquepueda.

Lacriada,volviéndosedentro,sefueadormir.

Laseñora,entonces,dijoasuamante:

—Bien, ¿qué dices?, ¿crees que yo, si le quisiera como tú temes, iba asufrirqueestuvieraallíabajocongelándose?

Yestodicho,consuamante,queyaenparteestabacontento,sefuea lacama,ygrandísimoratoestuvierongozandoydisfrutando,riéndosedelmíseroescolar y burlándose de él. El escolar, dando vueltas por el patio, semovíaparacalentarseynoteníadóndesentarseniendónderefugiarsedelsereno,ymaldecíaellargoentretenimientodelhermanoconlaseñora,ytodoloqueoíacreíaqueseríaunapuertaquelaseñoraabría,peroenvanoesperaba.Ésta,porfin,cercadelamedianoche,solazándoseconsuamante,ledijo:

—¿Quépiensas,almamía,denuestroescolar?¿Qué teparecemayor, susabiduríaoelamorqueyoletengo?,¿haráelfríoqueleestoyhaciendopasarsalirledelpecholoqueconmispalabrasleentróenélelotrodía?

Elamanterepuso:

—Corazónmío,sí,bienconozcoqueasícomotúeresmibienymireposoymideleiteytodamiesperanza,asísoyyolostuyos.

—Pues—decíalaseñora—bésamemilvecesparaversidiceslaverdad.

Por la cual cosa el amante, abrazándola apretadamente, nomil sino cienmilveceslabesaba;yluegodequeentalrazonarestuvieronalgúntanto,dijolaseñora:

—¡Ah!,levantémonosunpocoyvayamosaversisehaapagadoelfuegoenelcualesteraroamantemíocadadíameescribíaqueestabaardiendo.

Y levantándose, a la ventanilla acostumbrada fueron; ymirando al patiovieronalescolarbailandounatarantelaaltocardeuncastañeteardedientes,

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queporeldemasiadofríoeratansalteadayrápidaquenuncahabíanvistocosaigual.Entoncesdijolaseñora:

—¿Qué dices,mi dulce esperanza?, ¿te parece que sé hacer bailar a loshombressinmúsicadetrompetasycornamusas?

Aquienelamanterespondió:

—Deleitemío,sí.

Dijolaseñora:

—Quieroquevayamosabajohastalapuerta, túteestaráscalladoyyolehablaréyoiremosloquedice,ypuedequenonosdivirtamosmenosquedeverlo.

Yabriendolaalcobasilenciosamentebajaronalapuerta,Yallí,sinabrirla,laseñoraenvozbaja,porunagujeritoqueallíhabía le llamó.Elescolar,aloírsellamar,alabóaDios,creyendodemasiadoprontoqueibaaentrardentro,yacercándosealapuerta,dijo:

—Aquíestoy,señora;abridporDios,quememuerodefrío.

Laseñoradijo:

—¡Ah,sí,queyaséqueeresfriolero!,ytambiénqueelfríoesmuygrandeporque ha caído un poco de nieve. Bien sé yo que en París las haymuchomayores.Nopuedoabrirtetodavíaporqueestemalditohermanomío,queayerpor la noche vino a cenar conmigo, no se va todavía; pero se irá pronto, yvendré incontinenti a abrirte. Acabo de separarme de él conmucho trabajoparaveniraconsolarteyquelaesperanoteenoje.

Dijoelescolar:

—¡Ah,señora!,osruego,porDiosquemeabráis,paraquepuedaestarahíadentro al abrigo, porque hace un poco ha empezado a caer la nevadamásespesadelmundo,ytodavíanieva;yyoosesperaréahícuantoqueráis.

Dijolaseñora:

—¡Ay, dulce bien mío, que no puedo, que esta puerta hace tanto ruidocuandoseabrequefácilmentelaoiríamihermanosilaabriese!,peroquieroiradecirlequesevayaparaquepuedayovolveraabrirte.

Dijoelescolar:

—Puesandadpronto,yosruegoquehagáisencenderunbuenfuegoparaque,encuantoentre,puedacalentarme,quehecogido tanto fríoqueapenasmesiento.

Dijolaseñora:

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—Nopuedesereso, siesverdad loquemehasescritomuchasvecesdequeardestodopormiamor;peroestoyseguradequeteburlasdemí.Ahoravengo;espérameytenánimo.

Elamante,queoíatodo,sedivertíamucho,volviendoalacamaconella,poco aquella noche durmieron sino que casi toda la consumieron en susplaceres y en burlarse del escolar. El desdichado escolar, convertido encigüeñaporel fuertecastañeteodedientesque tenía,dándosecuentaque seburlabandeél,muchasvecestratódeabrirlapuertaymiróaversiporalgúnotrositiopodíasalir;ynoviendocómo,comounleónenjauladomaldecíaelmal tiempo, la maldad de la mujer y la duración de la noche junto con supropiasimpleza;ymuyenfurecidocontraella,ellargoyfervienteamorqueletenía súbitamente cambió en crudo y amargo odio, y pensaba muchas ygrandescosasconlasquetomarvenganza,lacualahoramuchomásdeseabaqueanteshabíadeseadoestarconlamujer.Perolanoche,luegodemuchaylargaespera,seaproximóaldíaycomenzóaaparecerelalba;porlacualcosalacriada,advertidapor laseñora,bajando,abrióelpatio,ymostrandosentircompasiónporélledijo:

—¡Malaventurapuedatenerelquevinoanoche!,todalanochetehatenidoenviloyhahechoquetecongeles:¿perosabes?,llévaloconcalma,queloqueesta noche no ha podido ser otra vez será; bien sé que nada podría habersucedidoquetantohubiesedesagradadoamiseñora.

Elescolar,airadocomosabioqueconocíaquedenadasirvenlasamenazassinoparaarmaralamenazado,encerróensupecholoquesudestempladairatratabadeecharfuera,yenvoztranquila,sinmostrarsenadaenojado,dijo:

—Enverdadquehepasadolapeornochequehetenidonunca,perobienhe visto que de ello la señora no tiene ninguna culpa, porque ella misma,compadecidademí,vinohastaaquíabajoaexcusarseyaconsolarme;ycomodices, lo que esta nochenoha sidootra noche será; encomiéndamea ella yquédateconDios.

Ycasiporcompletoentumecido, comopudosevolvióa sucasa;donde,estando cansado y muerto de sueño, sobre la cama se echó a dormir y sedespertó casi por completo impedido de brazos y piernas; por lo que,mandando por unmédico y contándole el frío que había pasado, a su saludhizoproveer.Losmédicos,congrandísimasyrápidascurasayudándolo,pocotiempo después pudieron curarle los nervios y hacer de tal manera que sedistendiesen;ysinohubiesesidoporqueerajovenyporquellegabaelbuentiempo, mucho habría tenido que soportar; pero de nuevo sano y fresco,guardandodentrodesísuodio,semostrabamuchomásquenuncaenamoradode su viuda. Ahora, sucedió después de cierto tiempo, que la fortuna leproporcionó ocasión de poder satisfacer su deseo al escolar. Porque

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habiéndose el joven amadopor la viuda (sin tener ninguna consideración alamorqueésta le tenía)enamoradodeotramujer,ynoqueriendonipoconimuchodecirnihacernadaquefuesedesuagrado,ellaenlágrimasyamarguraseconsumía;perosucriada,quegranlástimasentíaporella,noencontrandomododeapartarasuseñoradeldolorsentidoporelperdidoamante,viendoalescolar que del modo acostumbrado pasaba por el barrio, dio en un neciopensamiento, y fue que se podría obligar al amante de su señora a amarlacomoanteshacíaconalgunaoperaciónnigrománticayqueenelloelescolardebíasergranmaestro;yselodijoasuseñora.Laseñora,pocodiscreta,sinpensarenque,sielescolarhubiesesabidodenigromancialahabríausadoensupropioprovecho,diooídosalaspalabrasdesucriadayprontamenteledijoque le preguntase si quería hacerlo y con seguridad le prometiese que, enrecompensa,ellaharíatodoloqueélquisiera.Lacriadahizolaembajadabienydiligentemente;yoyéndolaelescolar,todocontentodijo:

—Alabado seas,Diosmío; ha llegado elmomento en que con tu ayudapodré castigar a esamalvadamujer por las injurias queme ha hecho en recompensadelgranamorqueletenía.

Ydijoalacriada:

—Dirásamiseñoraquenosufraporeso,quesisuamanteestuvieraenlaIndia se lo haría yo venir prestamente a pedirle gracia de lo que contra sugusto hubiera hecho; pero lo que tiene que hacer entiendo decírselo a ellacuándoydóndemásleplazca,ydíseloasíyconfórtalademiparte.

LacriadadiolarespuestaysearreglódemaneraqueseviesenlosdosenSantaLucíadelPrado.Viniendoallí la señorayel escolar,yhablandoellosdossolos,noacordándoseelladequecasilohabíallevadoaélalamuerte,lecontó abiertamente todas sus cosas y lo que deseaba, y se lo rogó por susalvación;yelescolarledijo:

—Señora, es verdad que entre las demás cosas que yo aprendí en Parísestuvo la nigromancia, de la que por cierto sé bien lo que es; pero porqueofendeaDiosmuchísimo,había juradonuncaponerlaenobraniparamíniparaotros.Peroesverdadqueel amorqueos tengoes tan fuertequeno sécómopuedanegarmeanadaquequeráisquehaga;yporello,aunqueporellodebairalacasadeldiablo,estoydispuestoahacerlopuestoqueosplace.Peroosrecuerdoqueescosamásmolestadehacerdeloqueporventurapensáis,ymáximamentecuandounamujerquiererecuperarelamordeunhombreounhombreeldeunamujer,porqueestonopuedehacerlosinolamismapersonaaquien le interesa, y para hacerlo hace falta que quien lo haga sea de ánimovaliente porque hay que hacerlo de noche y en lugares solitarios y sincompañía,lascualescosasnosésiestáisdispuestaahacerlas.

Aquienlaseñora,másenamoradaqueprudente,repuso:

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—Amormeespoleadetalmaneraquenohayningunacosaquenohiciesepor recuperar a aquel queme ha abandonado sin deberlo; pero, si te place,dimeenquétengoqueservaliente.

Elescolar,queconmalpeloteníalacolamarcada,dijo:

—Señora,tendréquehaceryounaimagendeestañoennombredeaquélaquiendeseáisrecuperar,lacualcuandooslahayaenviado,vos,cuandoestélaluna menguante, debéis bañaros con ella siete veces en un río de aguascorrientes, completamente desnuda y sola a la hora del primer sueño, ydespués, estando así desnuda, tenéis que subiros a un árbol o en lo alto dealgunacasadeshabitada:ymirandohaciaelnorteconlaimagenenlamano,siete veces diréis algunas palabras que os daré escritas, y cuando las hayáisdicho,vendránhaciavosdosdamiselasdelasmáshermosasquenuncahayáisvisto, y os saludarán y placenteramente os preguntarán lo que queréis quehagan.Aéstasdebéisdecirlesbienyplenamentevuestrosdeseos;yguardaosdequedigáisunacosaporotra;ycuandolohayáisdicho,ellasseirányvospodréisbajarallugardondehayáisdejadovuestrasropasyvestirosyvolveracasa. Y tened por cierto que no estará mediada la noche siguiente cuandovuestroamante,llorando,vendráapedirosgraciayperdón;ysabedquedesdeaquelmomentoenadelantenoosdejaránuncaporningunaotra.

La señora, oyendo estas cosas y prestándoles completa fe, pareciéndolequeasuamanteteníayaenlosbrazos,yamediocontenta,dijo:

—Noospreocupéis,queestascosasmuybienlasharé;yparaellotengolamayorcomodidaddelmundo,quetengounatierrahaciaelValdarnodearriba,queestábastantecercadelrío,yyaestamoscasienjulio,queseráagradablebañarse. Y también me acuerdo que no lejos del río hay una torrecilladeshabitada salvoque, por algunas escalasdepalosde castañoquehay allí,suben de vez en cuando los pastores a un terrado que tiene, para ver sidescubren desde allí a sus animales extraviados, lugar muy solitario y atrasmano al cual yo subiré, y allí lo mejor del mundo espero hacer lo quemandéis.

El escolar, que muy bien conocía el lugar de la señora y la torrecilla,contentodecerciorarsedesuintención,dijo:

—Señora,yonoheestadonuncaenesascomarcas,yporellonoconozcolatierranilatorrecilla;perosiestalcomodecísnopuedehabernadamejorenelmundo;yporello,cuandoseaoportunoosmandarélaimagenylaoración;peromuchoosruegoque,cuandohayáissatisfechovuestrodeseoyveáisqueos he servido bien, que os acordéis de cumplir la promesa que me habéishecho.

Aquienlaseñoralecontestóqueloharíasinfalta;ytomandolicenciade

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él se volvió a su casa. El escolar, alegre de que su plan parecía que iba allevarseaefecto,hizounaimagenconsuscaracterísmosyescribióuninventosuyo en lugar de una oración; y cuando le pareció oportuno lamandó a laseñora, y lemandó a decir que a la noche siguiente sinmás dilación debíahacerloquelehabíadicho;yluego,secretamente,conuncriadosuyosefueacasadeunamigoquemuycercavivíadelatorrecilla,parapoderllevaracabosuproyecto.Laseñora,porotraparte,consucriadasepusoencamino;yalllegarlanoche,fingiendoqueseibaalacama,mandóalacriadaadormir,yalahoradelprimersueño,decasacalladamentesaliendo,sefuealatorrecillajunto a la ribera del Arno, y mirando mucho a su alrededor, no viendo nisintiendo a nadie, despojándose de sus ropas y escondiéndolas bajo unasmalezas,sietevecessebañóconlaimagenyluego,desnuda,conlaimagenenlamanohacialatorrecillasefue.Elescolar,quealacaídadelanoche,consucriado entre los sauces y los demás árboles cerca de la torrecilla se habíaescondido y había visto todas aquellas cosas pasándole ella al lado asídesnuda, y viéndola con la blancura de su cuerpo vencer las tinieblas de lanoche,ymirándole luegoelpechoy lasotraspartesdelcuerpo,yviéndolashermosasypensandocómoibanaestarenpocotiempo,sintióalgunalástimade ella; y por otra parte, el aguijón de la carne le asaltó súbitamente e hizolevantarseaquienestabaechado,yloanimabaasalirdelesconditeeiraellayhacer su gusto; y estuvo a punto de ser vencido por la una y el otro. Peroacordándose de quién era él y cuál fuese la ofensa recibida y por qué y dequién y encendiéndose por ello nuevamente en odio, echando de sí lacompasión y el carnal apetito, mantuvo firme su propósito y la dejó ir. Laseñora,subiendoalatorreyvueltahaciaelnorte,comenzóadecirlaspalabrasqueel escolar lehabíadado;el cualpocodespués,entrandoen la torrecilla,silenciosamenteypocoapocoquitó la escalapor laque se subía al terradodondelaseñoraestaba,yluegoesperóaverquédecíayhacíaella.Laseñora,sietevecesdichassusoraciones,comenzóaesperaralasdosdamiselasytanlarga fue laesperaque, sincontarconque sentíamuchomás frescodelquehabría querido, vio aparecer la aurora; por lo que, triste de que no hubiesesucedidoloqueelescolarhabíadicho,sedijo:

«Temoqueéstehayaqueridodarmeunanochecomolaqueyolediaél;perosiporellomehahechoestomalhasabidovengarseporquenohasidonilatercerapartedelargadeloquefuelasuya;sincontarconqueelfríofuedeotraclase».

Yparaqueeldíanolacogieseallí,fueabajardelatorre,peroseencontróconquelaescalanoestabaallí.Entonces,casicomosielmundobajolospiesle hubiese fallado, le desapareció el valor; y, vencida, cayó sobre la tierraapisonada de la torre.Y luego de que le volvieron las fuerzas,míseramentecomenzóalloraryaquejarse,ydemasiadobienconociendoqueaquelloteníaque ser obra del escolar, comenzó a apesadumbrarse de haber ofendido al

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prójimo,yluegodehabersefiadodemasiadodeaquélaquienmerecidamentedebíatenerporenemigo:yenesopasólarguísimotiempo.Luego,mirandosihabíaalgunamaneradebajarynoviéndola,recomenzóelllantoYdioenunamargopensamiento,diciéndoseasímisma:

«Oh,desventurada,¿quédirántushermanos,tusparientesyvecinosyengeneraltodoslosflorentinoscuandosepanquehassidoencontradadesnuda?Tuhonestidad,estácontenta,severáqueerafalsa;ysiaestascosasquisierasencontrar excusas mentirosas (que las habría), el maldito escolar, que sabetodostusasuntos,notedejarámentir.¡Ay,míseradeti,queenunahorahabrásperdidoalmalamadojovenytuhonor!».

Y luego de esto sintió tanto dolor que casi estuvo por arrojarse desde latorreatierra;perohabiendoyasalidoelsolyacercándoseellaunpocomásaunadelaspartesdelmuro,mirandoaversialgúnmuchachoporallíconsusanimalesseacercaseaquienpudieraellamandarporsucriada,sucedióqueelescolar,habiendodormidounpoco juntoaunasmatas,aldespertar lavio,yellaaél;alacualelescolardijo:

—Buenosdías,señora,¿hanvenidoyalasdamiselas?

Laseñora,viéndoloyoyéndolo,volvióallorarfuertementeylerogóqueviniese juntoa la torreparaquepudieraellahablarle.Elescolar fueenestomuy cortés. La señora, echándose bocabajo sobre el terrado, sólo asomó lacabezaasurepecho,yllorandodijo:

—Rinieri, si yo te di una mala noche, puedes estar seguro de habertevengadobien,porqueaunqueestemosenjulio,estandodesnudamehecreídoyocongelarestanoche;sincontarconquehelloradotantoelengañoquetehice ymi necedad en creerte que esmaravilla que los ojos no semehayancaídodelacara.Yporelloteruego,noporamoramí,aquiennodebesamar,sinoporamortuyo,queeresnoble,quetecontente,envenganzadelainjuriaqueyotehice, loquehastaestepuntomehashecho,yhazquemedenmisropasyquepuedabajardeaquí,ynoquierasquitarmeloquedespués,aunquequisieras,nopodríasdevolverme,esdecir,mihonra;que,siaquellanocheteprivédeestarconmigo,siemprequeteseagratopuedodevolvertecientoporuna. Bástete, pues, esto y como hombre valeroso ten por bastante habertepodidovengaryhabérmelohechoconocer;noquierasprobartusfuerzasconlas de una mujer: ninguna gloria es para un águila haber vencido a unapaloma;asípues,porelamordeDiosyportuhonor,compadécetedemí.

Elescolar,conduroánimopensandoenlainjuriarecibidayviéndolallorary rogarle, a la vez sentía placer y desagrado en el ánimo: placer por lavenganzaquemásqueningunaotracosadeseadohabía,ydesagradosentíaalmoverlo su humanidad a compadecer la miseria. Pero no pudiendo suhumanidadvenceralafierezadesuapetito,repuso:

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—DoñaElena,simisruegos,queenverdadnosupebañarenlágrimasnihacerlosmelosos como tú sabes hacer los tuyos,me hubiesen impetrado, lanochequeentupatiollenodenievememoríadefrío,habersidopuestoportiunpocoalabrigo,fácilcosameseríaahoracomplacerlostuyos;perositantomásqueenelpasadoteocupasahoradetuhonor,yteestanduroelestarasídesnuda, eleva estas súplicas a aquél en cuyos brazos no te enojó estardesnudaaquellanochequebien recuerdas, sintiendocómoyoandabapor tupatiocastañeteando losdientesypataleando lanieve,yhazteayudarporél,hazteporéltraertusropas,pídeleaéllaescalapordondebajes,ponenélelcuidadodetuhonor,aquélporquienahorayotrasmilvecesnohasdudadoenponerloenpeligro.¿Cómonolollamasquevengaaayudarte?¿Yaquiénlecorrespondemásqueaél?Eressuya:¿yquécosasguardaráocuidarásinoteguardayteayudaati?Llámalo,estúpida,ypruebasielamorqueletienesytu sabiduría junto con la suya pueden librarte de mi necedad; la cual,solazándoteconéllepreguntastequéleparecíamayorsiminecedadoelamorque le tenías. Y nome hagas ahora cortesía de lo que no deseo ni podríasnegármelo si lo desease; guarda para tu amante tus noches, si sucede quesalgasdeaquíviva;son tuyasysuyas:yo tuvebastanteconunaymebastahabersidoburladounavez.Yahora,usandotuastuciaalhablar,teingeniasenalabarme para conquistarmi benevolencia yme llamas noble y valeroso, ytácitamente te ingenias en que yo, como magnánimo, me abstenga decastigartedetumaldad;perotuslisonjasnomeoscurecenahoralosojosdelintelecto,comohicieronantestusdeslealespromesas;yomeconozco,ysobremímismonoaprendítantomientrasestuveenParíscuantotúmehicistesaberenunanochede las tuyas.Peropresuponiendoqueyofuesemagnánimo,noeres túdeaquéllasenquienes lamagnanimidaddebamostrarsusefectos:elfin del castigo en las fieras salvajes como eres tú (e igualmente de lavenganza)debeserlamuerte,mientrasenloshombresdebebastar loquetúhasdicho.Porloque,aunqueyonoseaáguila,sabiendoquetúeresnopalomasino venenosa serpiente, como a antiquísimo enemigo, con todo odio y contodalafuerzaentiendoperseguirte;ycontodo,estoquetehagonopuedemuypropiamente llamarse venganza sino mucho mejor castigo, en cuanto lavenganzadebesobrepasaralaofensayestonillegaráaigualarla;porlocual,si yo quisiese vengarme mirando en qué partido pusiste mi vida, no mebastaríaquitartelavidaniotrascientoigualesalatuya,porquesólomataríaauna vil y abyecta y mala hembra. ¿Y por qué diablo, si quitas tu poquitorostro,alqueunospocosañosestropearánllenándolodearrugas,eresmástúque cualquier triste sierva? ¡Y no quedó por ti hacer morir a un hombrevaleroso,comomehasllamadopocoantes,cuyavidaaúnpodráenundíasermásútil almundoque cienmil iguales a la tuyapodránmientras elmundodure! Aprenderás ahora con este dolor que sufres qué es escarnecer a loshombresquetienenalgúnsentimiento,yquéesescarneceralosescolares,yte

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darámateria para no caer nuncamás en tal locura, si sales de ésta. Pero sitienestangrandedeseodebajar,¿porquénotearrojasdeahí?Yenunpunto,con la ayuda deDios, quebrándote el cuello, saldrás del dolor en el que teparece estar yme darás lamayor alegría delmundo.No voy a decirtemásahora: tantopudeyoquehastaahí tehicesubir;haztúahorademaneraquebajes,comosupisteburlartedemí.

Mientraselescolarestodecía,ladesdichadamujerllorabacontinuamentey el tiempo pasaba, subiendo más alto aún el sol. Pero cuando vio que secallaba,dijo:

—¡Ah!, cruel, si tan dura te fue aquella maldita noche y te parece mipecadotangrandequenopuedenmoverteacompasiónnimijovenhermosurani las amargas lágrimas ni los humildes ruegos, muévate al menos algo (ydisminuya tu severa rigidez éste solo acto mío) el haberme recientementeconfiadoatiydescubiertotodosmissecretos,conlosquehedadolugaratudeseo de poder hacerme conocedora de mi culpa, como sea que si no mehubiese fiado yo de ti ningún camino tenías para poderte vengar, lo quemuestras haber deseado con tanto ardor. ¡Ah!, deja tu ira y perdóname ya:estoy dispuesta, sime perdonas yme haces bajar de aquí, a abandonar porcompleto al desleal joven y tenerte a ti solo por amador y por señor, pormuchoqueaborrezcasmibelleza,mostrandoqueescortaypocovaliosa: lacual,talcuales,comoladelasdemás,dignaesdeestima,aunquesólofueraporque la vanidad y el juego y el placer son propios de la juventud de loshombres,ytúnoeresviejo.Yaunquecruelmentemeestástratando,nopuedocreerporelloquequisierasvermemorirdemuertetandeshonrosacomoseríala de arrojarme desde aquí comouna desesperada delante de tus ojos, a loscuales,sinoerasentoncesyamentirosocomolohassidoahora,tantoagradé.¡Ah! Apiádate de mí, por Dios y por piedad; el sol comienza a calentardemasiado, y como el poco fresco de esta noche me ofendió, así el calorcomienzaadarmeahoragrandísimamolestia.

Aloqueelescolar,quepordivertirseledabaconversación,repuso:

—Señora, tu confianza no se ha puesto ahora en mis manos porquesintierasamorpormísinoporrecuperarloquehabíasperdido,yporellonadamerecesinounmalmayor;ylocamentecreessicreesquesóloestecaminosemeofrecíaparaladeseadavenganza.Teníaotrosmil,ymiltrampasconfingirque te amaba tehabía tendidobajo lospies,ypoco tiempoeraprecisoparaquepornecesidad(siestonohubiesesucedido)hubierascaídoenunadeellasy en mayor dolor y vergüenza del que ahora sientes; y seguí éste no porconcederteventajas,sinoporcontentarmemáspronto.Ysitodasmehubiesenfalladonomefallabalapluma,conlacualtalesytantascosashubieraescritode tiyde talmaneraque,enterándote túdeellas (que teenterarías),habríasdeseado no haber nacidomil veces al día. La fuerza de la pluma esmucho

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mayor de lo que creen aquellos que con su conocimiento no la hanexperimentado. Juro anteDios (y así élme conceda terminar esta venganzacomo la he empezado) quehabría escrito de ti cosas queno ante las demáspersonas,sinoante timismaavergonzándote, tehabríassacado losojosparanovertemás;yporello,no reprochesalmarhabercrecidoconunpequeñoarroyo.Entuamoryenqueseasmíanotengo,comoyatehedicho,ningúninterés;sédequiénhassido,sipuedes,alcualtalcomoloheodiadoantesloquieroahora,pensandoenloquetehahecho.Vosotrasandáisenamorandoydeseandoelamordelosjóvenes,porquelosveisconlascarnesunpocomásvivasycon lasbarbasmásnegras,ymuyerguidos iradanzaryajustar; lascualescosastodaslastuvieronlosquesondemásedad,yademássabenyaloque aquéllos tienen que aprender. Y además de ello, los juzgáis mejorescaballerosyquehacenjornadasdemásmillasqueloshombresmásmaduros.Ciertamenteconfiesoyoqueconmás fuerza sacudenellos laspellizas;perolosdemásedad,comoexperimentadossabenmejordóndeestánlaspulgas,yconmuchohadeelegirseanteslopocoysabrosoquelomuchoeinsípido;yeltrotarmuchorompeycansaacualquiera,aunqueseajoven,mientraselandarsuavemente, aunque un poco más tarde haga llegar a otros a casa, por lomenos los conduce con descanso. Vosotras no os apercibís, animales sininteligencia,cuángrandemalbajoaquellapocahermosuraestáescondido.Nosecontentan los jóvenesconunasinoqueacuantasvena tantasdesean,detantas les parece ser dignos; por lo que su amor no puede ser estable, y túahoracomopruebapuedesvertedeelloveracísimo testigo.Y lesparece serdignosdeserreverenciadosymimadosporlasmujeresynotienenpormayorotragloriaquealabarsede lasquehangozado, falloqueyahaconducidoamuchasbajolosfrailes,quenolocuentan.Yaunquedigastúquenuncasuponadietusamoressinotucriadayyo,malinformadaestásymalcreessiasílocrees.Ensubarrionosehablasinodeello,yeneltuyo;perolamayoríadelasveces es el último a quien tales cosas llegan a los oídos, aquél a quien serefieren.Ellos,además,os roban,mientras losdeedados regalan.Tú,pues,que mal elegiste, sé de aquél a quien te entregaste, y a mí, a quienescarneciste, déjame ser de otra, que he encontradomujer demuchomayorbienqueloerestú,quemejormehaconocidodeloquetúhiciste.Yparaquedeldeseodemisojospuedas llevartealotromundomayorseguridadque laquepareceque tedanmispalabras, arrójatedeahípronto,y tualma, comoespero,recibidaenlosbrazosdeldiablo,podráversimisojosdehabertevistocabeza abajo caer se turbano no. Pero como creo que con tanto noquerrásalegrarme,tedigoquesielsolcomienzaaquemarteteacuerdesdelfríoqueme hiciste sufrir, y si lo mezclas con este calor, sin falta sentirás el soltemplado.

Ladesconsoladamujer,viendoqueapesarde todoaun fincruel ibanapararlaspalabrasdelescolar,volvióallorardenuevoydijo:

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—Mira,puesquenadadelomíotemueveapiedad,muévateelamorquetienes a esa mujer más discreta que yo que dices que has encontrado y dequiendicesqueeresamado,yperdónameporamorsuyoytráememisropasparaquepuedacubrirme,yhazquemebajendeaquí.

Elescolarentoncesseechóareír,yviendoqueyalahoradeterciahabíapasadohacíarato,contestó:

—Mira, ahora no sé decir que no, pues por talmujerme lo has rogado:dimedóndeestányyoiréporellasyteharébajardeahí.

Lamujer, creyéndole, algo se consoló y le enseñó el lugar donde habíapuestosusropas.Elescolar,saliendodelatorre,mandóasucriadoquenosefuesedeallí,sinoquesequedasecercaytodoloquepudieravigilaseparaquenadieentrarahastaqueélnohubiesevuelto;ydichoesto,sefueacasadesuamigoyallíalmorzócongrancalmayluego,cuandoleparecióoportuno,sefue a dormir. La mujer, sobre la torre quedándose, aunque estuviese algoconsolada por una necia esperanza, sobremanera dolorida se enderezó y sesentóapoyándoseenlapartedelmurodondehabíaunpocodesombra,ysepuso a esperar acompañada de amarguísimos pensamientos; y ora pensandoora llorando, y ora desesperando de la vuelta del escolar con las ropas, ysaltandodeunpensamientoaotro,comoquienporeldolorestabavencidayquenadahabíadormidolanocheanterior,sequedódormida.Elsol,queeraardentísimo,habiendoyasubidoalmediodía,heríaderechoyaladescubiertael tierno y delicado cuerpo de ella, y también su cabeza, que estabadescubierta,contantafuerzaquenosolamentelequemótodoloqueseveíadelascarnes, sinoque se lasabrióendiminutas llagas;y fue tal laquemaduraque aunque dormía profundamente, la hizo despertarse. Y sintiendo que sequemaba,moviéndoseuntanto,leparecióquetodalaquemadapielseleabríayestallaba,talcomovemossucederleaunpergaminoquemadosialguientiradeél;yademásdeesto,ledolíatanfuertementelacabezaqueparecíaqueserompiese a pedazos, lo que ninguna maravilla era. Y el terrado de la torreestabatanhirvientequeniconelpieniconotracosapodíaenélhallarlugar;porlocual,sinestarsequieta,deaquíparaallásecambiabadelugarllorando.Yademásdeesto,nohaciendonadadeviento,habíaallímoscasytábanosencantidad abundante, los cuales, poniéndosele sobre las carnes abiertas, tanfieramentelaaguijoneabanquecadaunaleparecíalapunzadadeunespetón,por lo que de mover las manos de un lado para otro no descansaban,maldiciéndoseasímismayasuvida,asuamanteyalescolar.Yestandoasíangustiadayespoleadayatravesadaporel incalculablecalor,porel sol,porlasmoscas,porlostábanosytambiénporelhambre,peromuchomásporlased,yporlaañadidurademildesagradablespensamientos,poniéndoseenpie,comenzó a mirar por si veía cerca de sí u oyese a alguna persona,completamente dispuesta a, sucediese lo que sucediese, llamarla y pedirle

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ayuda.Perotambiénestolehabíaquitadosuenemigafortuna.Loslabradoressehabíanidodelcampoporelcaloryademásaqueldíaningunohabíaidoallícercaatrabajarporquejuntoasuscasasestabantrillandolamies;porloqueninguna otra cosa oía sino cigarras, y veía el Arno, el cual, despertándoledeseo de sus aguas, no disminuía su sed, sino que la acrecentaba. Veía,también, en muchos lugares bosques y sombras y casas, todas las cualesdeseándolaspor igual, laangustiaban.¿Quédiremosmásde ladesventuradaviuda?Elsolporarribayelardordel terradoporabajo,y lasheridasde lasmoscasy los tábanospor los lados,de talmanera lahabíanpuestoqueella,que la noche pasada con su blancura vencía a las tinieblas, entonces, rojacomo el almagre y toda manchada de sangre, habría parecido a quien lahubiese visto la cosamás fea delmundo.Y estando así, sin nada pensar niesperar,másesperandolamuertequeotracosa,siendoyapasadalamitaddenona,elescolar,levantándosededormiryacordándosedesuseñora,paraverlo que era de ella se volvió a la torre, y a su criado, que estaba todavía enayunas, lo mandó a comer; al cual, habiéndolo la mujer sentido, débil yangustiadaporelgravedolor,vinosobreelsaledizoy,sentándose,comenzóadecirllorando:

—Rinieri,bieny fuerade todamedida tehasvengadoque, siyo tehicecongelartedenocheenmipatio,túmehashechoasardedíasobreestatorre,yaunquemar,yademásdeello,morirdehambreydesed;porloqueteruegoporelúnicoDiosquesubasaquí,ypuestoquenomesufreelánimodarmeamímismalamuerte,dámelatú,queladeseomásqueotracosa,tantoytaleseltormentoquesiento.Ysiestagracianoquiereshacerme,almenoshazmetraer un vaso de agua, que puedamojarme la boca, a la que no bastanmislágrimasdetantasequedadyardorquetengopordentro.

Bien conoció el escolar en la voz su debilidad, y también vio su cuerpotodoabrasadoalsol,porlascualescosasyporsushumildesruegosunpocodecompasiónsintióporella;pero,sinembargo,respondió:

—Mujer malvada, no morirás tú a mis manos; morirás por las tuyas siganastedan;ytantaaguarecibirásdemíparaaliviartucalorcuantofuegoyotuveparamitigarmifrío.Ymucholamentoquelaenfermedadquemecausóamíelfríoconelcalordelhediondoestiércoltuvoquecurarse,mientrasladetu calor se curará con el frescor de la olorosa agua de rosas; ymientras yoestuveapuntodeperderlosnerviosylavida,tú,despellejadaconestecalor,nodeotromodoquedaráshermosaquecomohacelaserpientealdejarlaviejapiel.

—¡Ohmíserademí!—dijolamujer—,estahermosuraconseguidadetalmaneraotorgueDios a laspersonasquemalmequieren;pero tú,más cruelquefieraalguna,¿cómohaspodidosufrirdesgarrarmedeestamanera?¿Quédebía esperar yo de ti ni de ningún otro si bajo crueles tormentos hubiese

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matadoa todos tus parientes?Ciertamenteno séqué crueldadmayorpodríahaberseusadoconuntraidorquetodaunaciudadhubiesepasadoacuchillo,quelaquetúhastenidoconmigoalhacermeasaralsolysercomidaporlasmoscas; y además de esto, no querer darme un vaso de agua, pues a loshomicidascondenadospor los tribunalescuandovanasumuertese lesdaabebervinomuchasvecessielloslopiden.Ahorabien,puestoqueteveofirmeentuacerbacrueldadyquemisufrimientonoteconmueve,conpacienciamedispondréarecibirlamuerteparaqueDiostengamisericordiademialma,alcualruegoqueconjusticierosojosestatuaccióncontemple.

Y dichas estas palabras, se arrastró con dura pena hasta el centro delterrado,desesperandodepoderescaparatanardientecalor;ynounavezsinomil,ademásdesusotrosdolores,creyómorirdesed,llorandosiemprefuerteyde su desgracia doliéndose. Pero llegado ya el crepúsculo y pareciéndole alescolar haber hecho bastante, haciendo recoger las ropas de ella yenvolviéndolasenlacapadelcriado,sefuealacasadelamíseramujeryallí,desconsoladay tristeysinsaberquéhacerencontróasucriadasentadaa lapuerta;alacualdijo:

—Buenamujer,¿quéesdetuseñora?

Aquienlacriadarespondió:

—Señor,nolosé;estamañanacreíquelaencontraríaenlacamaadondeayerporlanochemehabíaparecidoverlairse,peronolaheencontradoniallíni en ningún otro lugar y no sé qué le habrá sucedido, por lo que vivo congrandísimodolor;perovos,señor,¿sabríaisdecirmealgodeella?

Aloqueelescolarrepuso:

—¡Asítehubiesetenidoatijuntoconelladóndelahetenido,parahabertecastigadodetuculpacomolahecastigadoaelladelasuya!Peroseguramentenotemeescaparássinquetepaguetanbienportusobrasquenuncateburlesdeningúnhombrebuenosinacordartedemí.

Ydichoesto,dijoasucriado:

—Daleesasropasydilequevayaabuscarlasiquiere.

El criado hizo lo que le mandaba; por lo que la mujer, cogiéndolas yreconociéndolas,oyendoloquelehabíandicho,muchotemióquelahubiesematado,yaduraspenassecontuvodegritar;yechándoseallorar,habiéndoseya ido el escolar, con ellas se fue corriendo hacia la torre. Había, pordesventura, aquel día, un labrador de esta señora extraviado dos cerdos, yandando en subusca, pocodespués de la partida del escolar llegó a aquellatorrecilla, y mirando por todas partes a ver si veía sus cerdos, sintió elmiserable llanto de la desventuradamujer; por lo que, subiendo allí cuanto

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pudo,gritó:

—¿Quiénestállorandoahí?

Laseñoraconociólavozdesulabrador,yllamándoloporelnombre,dijo:

—¡Ah, vete a pormi criada y haz demanera que ella pueda venir aquíarribaabuscarme!

Ellabrador,conociéndola,dijo:

—¡Ay, señora!, ¿y quién os subió ahí? Vuestra criada está todo el díabuscándoos;¿peroquiénhubierapensadoqueestuvieseisahí?

Ycogiendo los larguerosde laescala,comenzóaponerlaendondeestarsolíay a atarlos convilortasypalosdeun ladoaotro;y enéstas, la criadaapareció y, entrando en la torre, no pudiendo ya contener la voz, dándosegolpesconlaspalmasdelasmanos,comenzóagritar:

—¡Ay,dulceseñoramía!,¿dóndeestáis?

Laseñora,oyéndola,lomásfuertequepudo,dijo:

—¡Oh,hermanamía,estoyaquíarriba!Nolloressinoque tráemeprontomisropas.

Cuandolacriadalaoyóhablar,casiporcompletoconsolada,subióporlaescalayacasicompletamentearregladaporellabrador,yayudadaporél,llegóalterrado;yviendoasuseñoraquenoparecíatenercuerpohumanosinosereltronco de una vid achicharrado por el fuego, toda vencida, toda inerte,yaciendodesnudaentierra,arañándoseelrostrocomenzóallorarsobreellanodeotramaneraquesiestuviesemuerta.PerolaseñoralerogóporDiosquesecallara y le ayudase a vestirse; y habiendo sabido por ella que nadie sabíadóndehabíaestadosinolosquelehabíanllevadolasropasyellabradorquealpresenteestabaallí,untantoconsoladaporello,lesrogóporDiosquenuncaanadiedijesennadadeaquello.Ellabrador,luegodemuchacharla,llevandoalaseñoraenbrazos,porquenopodíaandar,seguramentelasacódelatorre.Ladesdichada criada, que detrás se había quedado, bajando menoscuidadosamente,setorcióunpieycayódelaescalaalsuelorompiéndoseunacadera,yconeldolorque sentía comenzóabramarqueparecíaun león.Ellabrador, dejando a la señora en un prado, fue a ver qué tenía la criada, yhallándolaconlacaderarota,igualmentelallevóalpradoyladejójuntoasuseñora; la cual, viendo esto añadirse a sus males, y haberse roto la caderaaquéllaporquienesperabaserayudadamásquepornadie, tristesinmedidacomenzó de nuevo su llanto tanmiserablemente que no sólo el labrador nopudoconsolarlasinoquetambiénélcomenzóallorar.Peroestandoyabajoelsol,paraqueaquíno lescogiese lanoche, talcomoplugoa ladesconsoladaseñora, fue a su casa y llamando a dos de sus hermanos y a la mujer, y

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volviendoallíconunatabla,sobreellacolocaronacriadayseñorayacasalasllevaron;y reconfortada la señora conunpocode agua frescay conbuenaspalabras,cogiéndolaellabradorenbrazos,lallevóasualcoba.Lamujerdellabrador, habiéndole dado de comer pan ensopado y desnudándola luego, lametió en la cama, y organizaron las cosas de manera que ella y su criadafuesendenoche llevadasaFlorencia;yasísehizo.Allí, laseñora,quegranacopiode embustes tenía, inventandouna fábulamuydiferentede las cosassucedidas,tantodeellacomodesucriadahizocreerasushermanos,yasuscuñadasya todas lasdemáspersonas,queporartede losdemoniosesto leshabíasucedido.Losmédicosfueronprestamenteynosingrandísimodolorysufrimiento de la señora, que toda la piel dejó muchas veces pegada a lassábanas, de una grave fiebre y de otros accidentes la curaron, ysemejantementealacriadadelacadera;porlacualcosalaseñora,olvidadosuamante, de entonces en adelante de hacer burlas y de amar se guardóprudentemente;yelescolar,oyendoquealacriadaselehabíarotolapiernaypareciéndole haber logrado completa venganza, contento, dejó las cosas así.Asípues,estofueloquesucedióalaneciajovenporsusburlas,porcreerquepodíadivertirseconunescolarcomohabríapodidoconotros,nosabiendoqueéstos(nodigotodosperosílamayorparte)sabendóndetienelacolaeldiablo.Y,porello,señoras,guardaosdelasburlas,yespecialmentealosescolares.

NOVELAOCTAVA

Dedosamigosquesiempreestánjuntosunoseacuestaconlamujerdelotro,esteotro,apercibiéndose,deacuerdoconsumujerloencierraenunarcónsobreelcual,estandoaquéldentro,conlamujerdeélseacuesta.

Graves y dolorosos habían sido los casos de Elena a los oídos de lasseñoras, pero porque en parte estimaban que le habían ocurrido justamente,con más moderada compasión los habían sobrellevado, aunque inflexible yfieramente constante, así como cruel, reputasen al escolar. Pero habiendoPampínea llegado al fin, la reina ordenó a Fiameta que continuase; la cual,deseosadeobedecer,dijo:

Amablesseñoras,comomeparecequeoshacausadoalgunaamarguralaseveridad del ofendido escolar, estimo que sea conveniente ablandar conalguna cosa más deleitable los exasperados espíritus; y por ello entiendocontarosunahistorietasobreunjovenqueconánimomásmansorecibióunainjuria, y la vengó con una acción más moderada; por la cual podréiscomprenderquecadaunodebecontentarse,comoelasno,conrecibircuantoha dado contra la pared, sin desear (sobrepasando las conveniencias de la

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venganza)injuriarcuandoloquepretendeesvengarlarecibidainjuria.

Debéis,pues, saber,queenSiena,comoheoídodecir,hubodos jóvenesasazacomodadosydebuenasfamiliasplebeyas,deloscualesunosellamabaSpinellocciodeTávenay el otroZeppadeMino, y los dos eranvecinos enCainollia. Estos dos jóvenes siempre estaban juntos y, a lo que parecía seamaban como si fuesen hermanos omás; y cada uno tenía pormujer a unamuy hermosa. Ahora bien, sucedió que yendo Spinelloccio muyfrecuentementeacasadeZeppa,estandoallíZeppaosinestar,detalmaneraintimó con la mujer de Zeppa que comenzó a acostarse con ella; y asícontinuaron durante bastante tiempo sin que nadie se apercibiese. Pero alcabo, estando un día Zeppa en casa y no sabiéndolo sumujer, Spinellocciovinoabuscarlo.Lamujerdijoquenoestabaencasa;conloqueSpinelloccio,subiendoprestamenteyencontrandoalamujerenlasala,yviendoquenadiemáshabía,abrazándola,comenzóabesarla,yellaaél.Zeppa,queestovio,nodijo palabra sino que se quedó escondido para ver a dónde llegaba aqueljuego;yenbrevevioasumujeryaSpinelloccioirseasíabrazadosalaalcobayencerrarseenella;deloquemuchoseenfureció.Perosabiendoqueniporhacerunalborotoniporotracosaseaminoraríasuofensa,sinoquecreceríaeldeshonor, se puso a pensar qué venganza podría tomar que, sin divulgarse,tranquilizase a su ánimo. Y después de mucho pensar, pareciéndole haberencontrado el modo, estuvo tanto tiempo escondido cuanto Spinelloccioestuvo con sumujer; y en cuanto se hubo ido entró él en su alcoba, dondeencontróasumujerquetodavíanohabíaterminadodecolocarseenlacabezalatoca,quejugueteandoSpinellocciolehabíadesordenado;ydijo:

—Mujer,¿quéhaces?

Aloquelamujerrespondió:

—¿Noloves?

DijoZeppa:

—Bienloveo,¡ytambiénhevistootracosaquenoquerría!

Yconellaempezóahablardelascosasocurridas;yella,congrandísimotemor, después de mucho darle vueltas, habiéndole confesado lo queclaramente negar no podía de su intimidad con Spinelloccio, llorandocomenzóapedirleperdón.AquienZeppadijo:

—Mira,mujer, has hechomal; y si quieres que te lo perdone piensa enhacerobedientementeloquevoyaordenarte,queesesto:quieroquedigasaSpinelloccio que mañana por la mañana hacia la hora de tercia encuentrealguna razón para separarse de mí y venir contigo; y cuando esté aquí, yovolveré, y al oírme, hazlometerse en este arcón y enciérralo dentro; luego,cuandohayas hecho esto, te diré lo demásque tienes que hacer; y en hacer

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estonotengasningúntemorporqueteprometoquenoleharéningúnmal.

Lamujer,porsatisfacerle,dijoque loharía;yasí lohizo.Llegadoeldíasiguiente, estando Zeppa y Spinelloccio juntos, hacia la hora de tercia,Spinelloccio,quehabíaprometidoalamujeriraverlaaaquellahora,dijoaZeppa:

—Estamañana tengoque ir a almorzar conun amigo a quiennoquierohaceresperar,asíquequédateconDios.

DijoZeppa:

—Todavíanoeshoradealmorzarhastadentrodeunrato.

Spinellocciodijo:

—No importa; tengo también que hablar con él de un asunto mío; demaneraquemeconvieneestartemprano.

Separándose, pues,SpinellocciodeZeppa, dandounavuelta, se fue a sucasa con su mujer; y había acabado de entrar en la alcoba cuando Zeppavolvió;elcual,alsentirlolamujer,mostrándosemuymiedosa,lehizometerseen el arcón que sumarido le había dicho, y lo encerró dentro y salió de laalcoba.Zeppa,llegandoarriba,dijo:

—Mujer,¿eshoradealmorzar?

Lamujerrespondió:

—Si,yaes.

DijoentoncesZeppa:

—Spinellocciohaidoaalmorzarconunamigosuyoyhadejadosolaasumujer; asómate a la ventana y llámala, y dile que venga a almorzar connosotros.

Lamujer,temiendoporellamisma,yporesomuyobediente,hizoloqueelmaridoleordenaba.LamujerdeSpinelloccio,rogándoselomucholamujerdeZeppa,vinoallí al oír que sumaridonovenía a almorzar;y cuandoellahubollegado,Zeppa,haciéndolegrandeshalagosycogiéndolafamiliarmenteporlamano,mandóenvozbajaasumujerquesefuesealacocina,yaellaselallevóalaalcoba;ycuandoestuvoallíquedándoseatrás,cerrólaalcobapordentro.Cuandolamujerleviocerrarlaalcobapordentro,dijo:

—¡Ay, Zeppa!, ¿qué quiere decir esto? ¿Éste es el amor que tenéis aSpinelloccioylalealcompañíaquemehacéis?

AquienZeppa,acercándosealarcóndondeestabaencerradosumaridoyagarrándolabien,dijo:

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—Señora,antesdequejarte,escuchaloquevoyadecirte:yoheamadoyamoaSpinelloccio comoaunhermano;y ayer, sin saberlo él,me encontréconquelaconfianzaqueyoteníaenélhabíallegadoaqueélconmimujerseacuesta como lo hace contigo; ahora bien, como le amo, no entiendo tomarotravenganzacontraélsinolaqueigualealaofensa:élhatenidoamimujeryyoentiendotenerteati.Sitúnoquieres,tendréquecogerloenelloycomono pienso dejar esta ofensa sin castigo, le daré uno con el que ni tú ni élestaréisnuncacontentos.

Lamujer,aloíresto,yluegodemuchasconfirmacionesqueledioZeppa,creyéndole,dijo:

—Zeppa mío, puesto que esta venganza debe caerme encima, estoycontenta de ello, siempre que hagas que esto que debemos hacer no meenemistecontumujertalcomoyoesperoseguirenpazconellaapesardeloquemehahecho.

AquienZeppacontestó:

—Conseguridadesoharé;yademásdeellotedaréunajoyatanhermosaypreciadacomoningunaotratienes.

Ydichoesto,abrazándolaycomenzandoabesarla,laechósobreelarcóndondeestabaencerradosumarido,yallíencima,cuantoleplugosesolazóconellayellaconél.Spinelloccio,queenelarcónestabayhabíaoídotodaslaspalabrasdichasporZeppaylarespuestadesumujer,yluegohabíasentidoladanza trevisana que le bailaban sobre la cabeza, durante un rato grandísimosintió taldolorque leparecíamorir;y sino fueseporque temíaaZeppa, lehabríagritadoasumujerungraninsulto,asíencerradocomoestaba.Luego,pensandomejorquelainjurialahabíaempezadoélyqueZeppateníarazónenhacerle lo que le hacía y que hacia él se había comportado humanamente ycomoamigo,sedijoasímismoquedebíasermásamigoquenuncadeZeppa,si éste quería. Zeppa, después de estar con lamujer cuanto quiso, bajó delarcón,ypidiéndolelamujerlajoyaprometidaabriendolaalcoba,hizovenirasumujer,lacualnodijootracosasino:

—Señoramehabéisdadounpanporunastortas—ylodijoriéndose.

AquienZeppadijo:

—Abreesearcón—yellalohizo;dentrodelcualenseñóalaseñoraasuSpinelloccio. Y largo sería de decir cuál de los dos se avergonzó más, siSpinelloccioviendoaZeppaysabiendoquesabíaloqueélhabíahecho,olamujerviendoasumaridoyconociendoqueélhabíaoídoysentidoloquelehabíahechosobrelacabeza.

AlacualdijoZeppa:

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—Aquíestálajoyaquetedoy.

Spinelloccio,saliendodelarcón,singastarmuchaspalabras,dijo:

—Zeppa,estamosigualados,yporelloestábien,comoledecíasantesamimujer, que sigamos siendo amigos como solíamos: y no teniendo entrenosotros nada que no sea común sino lasmujeres, que también lasmujerescompartamos.

Zeppaestuvocontento,yenlamayorpazdelmundoalmorzaronloscuatrojuntos; y de entonces en adelante cada una de aquellas mujeres tuvo dosmaridosycadaunodeellostuvodosmujeressinquetuvierannuncaningunadiscusiónnienfadoporaquello.

NOVELANOVENA

ElmaestroSimón,médico,habiendosidohechoirporBrunoyBuffalmacco(paraentrarenunacompañíaquevandecorsarios)denocheaciertolugar,esarrojadoporBuffalmaccoenunafosade

inmundiciasyabandonadoallí.

Luego de que las señoras un rato hubieron hablado de la comunidad demujeres establecida por los dos sieneses, la reina, a quien sólo quedaba elnovelar(sinoqueríahacerseinjuriaaDioneo),comenzó:

Muymerecidamente,amorosasseñoras,ganóSpinellocciolaburlaquelefuehechaporZeppa;porlacualcosanomeparecequeagriamentedebaserreprendido,comoPampíneaquisohacepocodemostrar,quienburlaaquienlovabuscandooque se lomereció.Spinelloccio se lomereció,yyoentiendohablardeunoque lo fuebuscando,estimandoquequienesse lagastaronnofuerondignosde reprochesinodealabanzas.Yaquélaquiense lagastaronfueunmédicoquedeBoloniavolvióaFlorencia todocubiertodepielesdearmiño.

Tal como todos los días vemos, nuestros conciudadanos vuelven aquí deBoloniacuál juez,cuálmédico,cuálnotario,conlasropaslargasyanchasycon las escarlatas y con los armiños y con otras muchas apariencias degrandeza, a las cuales cómo siguen los hechos también lo vemos todos losdías. Entre los cuales, un maestro Simón de la Villa, más rico en bienespaternosqueenciencia,nohacemuchotiempo,vestidodeescarlatayconunagran beca, doctor en medicina como él mismo se decía, aquí volvió, y seaposentó en la calle que nosotros llamamos hoy Vía del Cocomero. Estemaestro Simón, recientemente llegado, como se ha dicho, entre sus otrascostumbresnotablesteníalacostumbredepreguntaraquienconélestuviese

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quiéneracualquierhombrequehubiesevistopasarporlacalle;ycomosidelosactosdeloshombresdebiesecomponerlamedicinaqueteníaquedarasusenfermos,entodossefijabaylorecordabatodo.Yentrelosdemásenquienescon más interés puso los ojos, hubo dos pintores sobre los que aquí se hahabladohoydosveces,BrunoyBuffalmacco, que siempre estaban juntosyeran sus vecinos. Y pareciéndole que estos dos menos preocupaciones quenadieenelmundoteníanyvivíanmuyalegremente,cómovivíanycuálerasucondiciónpreguntóamuchaspersonas;yoyéndolesatodosqueaquélloseranhombrespobresypintores,selemetióenlacabezaquenodebíapoderserquetanalegrementeviviesenensupobrezasinoquepensó(porquehabíaoídoqueeran hombres astutos) que de algún otro lugar no sabido por los hombreslograbangrandísimosbeneficios,yporellodioeneldeseodequerer,sipodía,conlosdosoporlomenosconunoteneramistad,yleocurrióhaceramistadconBruno.YBruno,conociendoenlaspocasvecesqueconélhabíaestadoqueestemédicoeraunanimal,comenzóadivertirseconélcuantopodíaconsushistorias;ysemejantementeelmédicocomenzóatomardeélmaravillosoplacer.Yhabiéndolounavezinvitadoacomerconélyporellocreyendoquepodía hablar con él en confianza, le dijo la maravilla que le causaban él yBuffalmacco que, siendo hombres pobres, tan alegremente vivían, y le rogóque le enseñase cómo hacían. Bruno, oyendo al médico y pareciéndole lapregunta una de las suyas, necias e insípidas, comenzó a reírse y pensó enresponderlesegúnasuborreguezcorrespondía,ydijo:

—Maestro, no le diría a muchas personas lo que hacemos, pero dedecírselo a vos, que sois amigo y que sé que a nadiemás lo diréis, nomeguardaré.Es verdad quemi compañero y yo vivimos tan alegremente y tanbiencomoosparece,ymuchomás;ynoesdenuestrooficionideningúnotrofrutoquepodamossacardenuestrasposesiones,dedondenopodríamospagarni siquiera el agua que necesitamos; y no quiero por ello que creáis queandamos robando sino que andamos de corsarios, y de esto todo lo quenecesitamosynosgusta, sindañodeun tercero, lo sacamos todo;ydeestovieneelalegrevivirquenosveis.

Elmédico,aloíresto,ysinsaberquéera,creyéndolo,semaravillómucho,ysúbitamenteentróenardentísimodeseodesaberquéeraandardecorsarios,afirmándolequeporciertonuncaselodiríaaningunapersona.

—¡Ay!—dijoBruno—,maestro,¿quémepedís?Esunsecretodemasiadogrande el que queréis saber, y es cosa queme destruiría yme arrojaría delmundo y también queme pondría en boca del Lucifer de SanGallo si otrapersona lo supiese: pero es tan grande el amor que siento por vuestracualitativamelonezdeLegnaiaylafequeenvostengo,quenopuedonegarosnadaquequeráis;yporellooslodiré,conlacondicióndequemejuréisporlacruzdeMontesoriquenunca,comolohabréisprometido,lodiréis.

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Elmaestroafirmóquenoloharía.

—Debéis, pues, saber —dijo Bruno—, endulzado maestro mío, que nohacemuchoquehuboenestaciudadungranmaestrodenigromanciaquetuvopor nombre Michele Scotto, porque era de Escocia y que de muchosgentileshombres de los cuales pocos están hoy vivos, recibió grandísimohonor;yqueriendo irsedeaquí, a instanciade sus ruegosdejóadosde suscapaces discípulos, a quienes ordenó que a todos los gustos de estos talesgentileshombresquelehabíanhonradoestuviesensiempredispuestos.Éstos,pues,servíanalosdichosgentileshombresenciertosamoressuyosyenotrascosas libremente; luego, gustándoles la ciudad y las costumbres de loshombres,sedispusieronaestarsiempreunidosengrandeyestrechaamistadconalgunos,sinmirarquefuesenmásomenosnoblesquenonobles,nimásricosquepobres,solamentequefuesenhombresconformeasugusto.Yporcomplacer a estos tales amigos suyos, organizaron una compañía de unosveinticinco hombres, los cuales al menos dos veces al mes tuvieran quereunirseenalgúnlugarconcertadoentreellos;yestandoallí,cadaunolesdiceaéstossudeseoyprestamenteellos losatisfacenporaquellanoche;con loscualesdosteniendoBuffalmaccoyyosingularamistadyconfianza,porellosen la tal compañía fuimos incluidos, y somos. Y os digo que siempre quesucedequenosreunamos,escosamaravillosadeverlostapicesquecuelganentornoalasaladondecomemosylasmesaspuestasalarealylacantidaddenobles y apuestos servidores, tanto hombres como mujeres, al servicio detodos cuantos están en la compañía, y las palanganas, los aguamaniles, losfrascos y las copas y las demás vajillas de oro y de plata en las cualescomemosybebemos;yademásdeestolosmuchosyvariadosmanjares,segúnloquecadaunodesea,quetraendelantedecadaunoasutiempo.Nopodréjamás pintaros cuántos y cuáles son los dulces sones de los instrumentosinfinitos y los cantos llenos de armonía que se oyen allí, ni os podré decircuántasea laceraqueardeenestascenasnicuántossean losdulcesqueenellas se consumen y qué preciados son los vinos que allí se beben. Y noquerría,sabrosacalabazamía,quecreyeraisqueestamosnosotrosallíconestetraje o con estas ropasqueveis; nohay allí ninguno tandesdichadoquenoparezcaunemperador,puesasíestamosconricosvestidosyhermosascosasadornados. Pero sobre todos los demás placeres que hay allí está el de lasmujeresbellas,lascualesinmediatamente,siunolasquiere,lesontraídasdecualquierpartedelmundo.Veríaisallíalaseñoradelosbarbáricos,lareinadelos vascos, la mujer del sultán, la emperatriz de Osbech, la charlánfora deNorrueca,laseminstantedeBerlinzoniaylaastuciertradeNarsia.¿Yporquéenumerarlas? Están allí todas las reinas del mundo, digo que hasta lachinchimurriadelPresteJuan:¡asíquemirad!Ydespuésdequehanbebidoyhan comido dulces, bailado una danza o dos, cada una con aquél a cuyasinstanciasselahahechovenirsevaalaalcoba;¡ysabedqueaquellasalcobas

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parecenunparaísoa lavista,debellasque son!Yno sonmenosodoríferasque los tarritos de especias de vuestra tienda cuando mandáis machacar elcomino; y tienen camas que parecen más hermosas que las del dogo deVenecia,yaellasvana reposar. ¡Puesel tejemanejecon lasestriberasy lasviaderasquesetraenlastejedorasparahacerelpañocerrado,osdejaréqueloimaginéis! Pero entre quienes mejor están, según mi parecer, estamosBuffalmacco y yo, porque Buffalmacco la mayoría de las veces hace venirparaélalareinadeFranciayyoaladeInglaterra,lascualessondosdelasmáshermosasreinasdelmundo;ytantohemossabidohacerquenomiranmásque por nuestros ojos; por lo que por vos mismo debéis juzgar si es quepodemos y debemos vivir y andar mucho más contentos que los demáshombres pensando que tenemos el amor de tales dos reinas; sin contar que,cuandoqueremosquenosdenmilodosmilflorines,nolosconseguimos.Yesto es lo que vulgarmente llamamos «ir de corsarios» porque como loscorsarios les cogen las cosas a todos, asíhacemosnosotros; sinoque somosdiferentesdeellosenqueellosjamáslasdevuelvenmientrasquenosotroslasdevolvemos en cuanto las usamos. Ahora habéis, maestro mío bueno,entendidoloquedecíamospor«irdecorsario»,perolosecretoqueestodebequedar,podéisverlovosmismo,yporellomásnoosdigoniosruego.

Elmaestro,cuyaciencianollegabatalvezsinoparamedicarlaspupasdelos niños, prestó tanta fe a las palabras de Bruno cuanta sería debida acualquierverdad,yentangrandeseoseinflamódequelerecibiesenenestacompañía cuanto en cualquier otra cosa más deseable podría haberseencendido.Porlacualcosa,repusoaBrunoqueconcertezanoeramaravillaqueestuviesentancontentosycongrantrabajosecontuvodepedirlequelohicieraentrarallíhastatantoque,habiéndolehechomayoreshonores,pudieracon más confianza exponerle sus súplicas. Habiéndose, pues, contenido,comenzó a frecuentarlomucho y a tenerlomañana y tarde comiendo en sucasa y amostrarle desmesurado amor; y era tan grande y tan continua estaintimidadsuyaquenoparecíasinoquesinBrunoelmaestronopodíanisabíavivir.Bruno,pareciéndolequeleibabien,paranopareceringratoaestehonorquelehacíaelmédico,lehablapintadoenelcomedorsuyoalaCuaresma,yunagnusdeialaentradadelaalcobaysobrelapuertadeentradadelacalleun orinal, para que quienes tuviesen necesidad de su consejo pudierandistinguirladelasotras;yenunbalconcitolehablapintadolabatalladelosratones y los gatos, que cosamuy hermosa parecía almédico; y además deesto,decíaalgunasvecesalmaestro,cuandonohabíacenadoconél:

—Anocheestuvecon lacompañía,yhabiéndomecansadounpocode lareinadeInglaterra,mehicetraerlagumedradelGranKahndeAltarisi.

Decíaelmaestro:

—¿Quéquieredecirgumedra?Noconozcoesapalabra.

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—Oh,maestromío—decíaBruno—,nomemaravillodeello,quebienheoídodecirqueniHipogratoniVanacenadicennadadeello.

Dijoelmaestro:

—QuieresdecirHipócratesyAvicena.

DijoBruno:

—Pormimadrequenolosé,devuestrosnombresentiendotanpococomovos de losmíos; pero «gumedra» en la lengua del GranKhan quiere decirtantocomo«emperatriz»enlanuestra.¡Ah,québuenahembraosparecería!Biensédecirosqueosharíaolvidarlasmedicinasylaslavativasytodoslosemplastos.

Yasídiciéndolealgunavezpormásazuzarlo,sucedióque,pareciéndolealseñormaestro(unanochequeestabadeconversaciónconBrunomientras lesostenía la luzparaquepintase labatallade los ratonesyde losgatos)quebien lohabía conquistado con sushonores, se dispuso a abrirle su ánimo;yestandosolos,dijo:

—Bruno, sabeDios que no hay nadie por quien no hiciese yo cualquiercosaqueharíapor ti:yporpoco,simedijesesquefueraandandodeaquíaPerétola, creo que iría; y por ello no quiero que te maravilles de lo quefamiliarmente y humildemente y con confianza voy a pedirte. Como biensabes, no hace mucho que me hablaste de los modos de vuestra alegrecompañía,alaquemehaentradotangrandeseodepertenecer,queningunaotra cosa he deseado tanto. Y no está fuera de razón, como verás, quepertenezca, porque desde ahora quiero que te burles de mí si no hago quevengaallí lamáshermosacriaturaquehasvistohacemuchotiempo,queyohevistoelañopasadoenCacavincigli,alaquequierotodoelbiendelmundo;ypor el cuerpodeCristo quequerría darle diezboloñeses gordos sime losconsintiera,yno loconsiente.Yporello lomásquepuedoteruegoquemeenseñesloquetengoquehacerparapoderentrarenella,yqueademáshagasyobres de manera que entre; y en verdad tendréis conmigo un buen y fielcompañeroyhonorable.Túaquímismopuedesverquéapuestosoyycómotengolaspiernasbienplantadas,yquetengounacaraquepareceunarosa;yademásdeellosoydoctorenmedicina,quenocreoquetengáisninguno,ysémuchasbuenascosasybellascancioncillas,yvoyadecirteuna—ydegolpesepusoacantar.Brunoteníatangrandeganadereírquenocabíaensí,perosecontuvo.

Yterminadalacancióndijoelmaestro:

—¿Quéteparece?

DijoBruno:

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—Porciertoqueconvosperderíanlascítarasdesaína,tanortogóticamenterecancanilláis.

Dijoelmaestro:

—Digoquenolohabríascreídonuncasinomehubieseisoído.

—Porciertodecísverdad—dijoBruno.

Dijoelmaestro:

—Muchasotrassé;perodejemosahoraesto.Asícomomeves,mipadrefuehombrenoble,aunquevivieseenelcampo,ytambiénporpartedemadrehenacidodelosdeVallecchio;ycomohaspodidover,tengomejoreslibrosymejoresropasqueningúnmédicoenFlorencia.Afequetengoropaquecostó,todaslascuentasechadas,cercadecienlirasdebagatines,yahacemásdediezaños.Porloquelomásquepuedoteruegoquehagasqueentre;yafequesilohaces, si tepones enfermoalgunavez,nuncapormioficio te cobraréundinero.

Bruno,oyéndole,ypareciéndole,talcomootrasvecesyalehabíaparecido,unbabieca,dijo:

—Maestro,acercadunpocomáslaluzacá,ynooscanséishastaqueleshayapintadoelraboaestosratones,yluegoosresponderé.

Terminados los rabos,Bruno, haciendoquemucho le pesaba la petición,dijo:

—Maestromío,grandescosassonlasqueharíaispormí,yyolosé;peroaunlaquemepedís,aunqueparalagrandezadevuestrocerebroseapequeña,paramíesgrandísima,ynosédenadieenelmundoporquien,pudiendoyo,lahicierasinolahicieseporvos,tantoporqueosamocomoesdebidocuantopor vuestras palabras, las cuales están condimentadas con tanto buen juicioquequitaríanlassandaliasalaspenitentes,noyaamímipropósito;ycuantomásostratomássabiomeparecéis.Yosdigoahoraque,siotracosanomehiciera amaros, os amo tanto porque veo que estáis enamorado de cosa tanbella comomehabéis dicho.Pero sólo quierodeciros: en estas cosas yonotengo el poder que pensáis, y por ello no puedo hacer por vos lo quenecesitaríahacerse;perosimeprometéisporvuestragrandeycauterizadafeguardarmeelsecreto,osdiréelmodoenquedebéisobrarymepareceestarseguro,teniendovostanbuenoslibrosylasdemáscosasqueantesmehabéisdicho,queloconseguiréis.

Aquienelmaestrodijo:

—Diconconfianza.Veoquenomeconocesbienynosabestodavíacómoséguardarunsecreto.HabíapocascosasquemicerGuasparruolodeSalicetohiciese, cuando era juez del podestá de Forimpópoli, que no me las

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comunicase, tan buen secretariome encontraba. ¿Y quieres saber si digo laverdad? Yo fui el primer hombre a quien dijo que iba a casarse conBergamina:¡miratú!

—Puesestámuybien—dijoBruno—siesetalsefiaba,bienpuedofiarmeyo.Loquetenéisquehacerseráesto:ennuestracompañíatenemossiempreuncapitáncondosconsejeros,quedeseisenseismesescambian,ysinfaltaBuffalmacco será capitán en las calendas, y así está establecido; y quien escapitánmuchopodertieneparahacerentrarohacerqueentrequienélquiera;yporellomepareceamíquevos, loantesquepodáis,oshagáisamigodeBuffalmaccoylehonréis.Éleshombrequeviéndoostansabioseenamorarádevos incontinenti;ycuando lehayáis,convuestro juicioyconestascosasbuenasque tenéis,unpocoablandado,se lopodréispedir:élnopodrádecirqueno.Yolehehabladoyadevosyosquierelomásdelmundo;ycuandohayáishechoesto,dejadmeamíconél.

Entoncesdijoelmaestro:

—Muchomeplace loquedices;ysiéleshombrequesedeleiteconloshombres sabios, y habla conmigo un poco, haré de manera que me estarásiemprebuscando,porquetantojuiciotengoquepodríaabasteceraunaciudadenterayseguirsiendosapientísimo.

Arregladoesto,Brunolecontó,porsuorden,todoaBuffalmacco;conloqueaBuffalmaccoleparecíanmilañosloquefaltabaparapoderhacerloqueeste maestro arrope andaba buscando. El médico, que desmesuradamentedeseabairdecorsario,nocejóhastaquesehizoamigodeBuffalmacco,loquele fue fácil hacer, y comenzó a ofrecerle las mejores cenas y los mejoresalmuerzosdelmundo,yaBrunojuntoconél,ysegarapiñabancomoseñores,probandobonísimosvinosygordoscaponesyotrasmuchascosasbuenas,nose le separaban; y sin esperar a que los invitase, diciendo siempre que conningún otro lo harían, se quedaban con él. Pero cuando pareció oportuno almaestro,comohabíahechoconBrunorequirióaBuffalmacco;conloqueéstesemostrómuyenojadoylehizoaBrunoungranalboroto,diciendo:

—VotoalaltoDiosdePasignanoquemetengoenpocosinotedoytalenlacabezaquetehundalanarizhastaloscalcañares,traidor,quenadiesinotúhapodidomanifestarestascosasalmaestro.

Peroelmaestroloexcusabamucho,diciendoyjurandoquelohabíasabidopor otro lado; y luego de muchas de sus sabias palabras, lo pacificó.Buffalmacco,volviéndosealmaestro,dijo:

—Maestro mío, bien se ve que habéis estado en Bolonia y que a estaciudad habéis traído la boca cerrada; y aún os digo más: que no habéisaprendidoelabecéenunamanzana,comoquierenhacermuchosnecios,sino

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que en unmelón la aprendisteis bien, que es tan largo; y si nome engaño,fuisteis bautizado endomingo.YaunqueBrunomehabíadichoquehabíaisestudiado allí medicina, me parece a mí que lo que aprendisteis fue adomesticaraloshombres,loquemejorqueningúnhombrequeyohayavistosabéishacerconvuestrojuicioyvuestraspalabras.

Elmédico,cortándolelapalabraenlaboca,dijoaBruno:

—¡Qué cosa es hablar y tratar con los sabios! ¿Quién habría tan prontocomprendido todas lasparticularidadesdemi sentimiento como lohahechoestehombredevaler?Túnoteenterastetanprontodeloqueyovalíacomohahechoél;peroalmenosdiloquetedijeyocuandomedijistequeBuffalmaccosedeleitabaconloshombressabios:¿teparecequeloheconseguido?

DijoBruno:

—¡Aúnmejor!

EntonceselmaestrodijoaBuffalmacco:

—Otra cosa hubieras dicho si me hubieses visto en Bolonia, donde nohabíaninguno,grandenipequeño,nidoctorniescolar,quenomeamase lomásdelmundo,tantopodíanaprenderconmirazonaryconmisabiduría.Ytedigo más, que nunca dije palabra que no hiciese reír a todos, tanto lesagradaba;ycuandomefuideallítodoslloraronelmayorllantodelmundo,ytodosqueríanquemequedase,yatantollególacosaparaquemequedasequequisierondejarmeamísoloparaqueleyese,acuantosescolaresallíhabía,lamedicina, peronoquise porque estabadispuesto a venirme aquí a recibir lagrandísimaherenciaqueaquíteníaquehasidosiempredelosdemifamilia;yasílohice.

DijoentoncesBrunoaBuffalmacco:

—¿Quéteparece?Nomelocreíascuandotelodecía.¡PorelEvangelio,no hay en esta ciudad médico que entienda de orina de asno como éste, yciertamentenoencontraríasotrodeaquíaParís!¡Veteycuídatedeahoraenadelantedenohacerloquedice!

Dijoelmédico:

—Brunodiceverdad,peroaquínosoyestimado.Vosotros soismásbiengenteruda,peroquerríaquemevieseisentrelosdoctorescomosueloestar.

EntoncesdijoBuffalmacco:

—Verdaderamente,maestro,sabéismuchomásdeloqueyohabríacreído,y hablándoos como debe hablarse a sabios como lo sois Vos,faramalladamente os digo que conseguiré sin falta que seáis de nuestracompañía.

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Los honores hechos por el médico a éstos después de esta promesa semultiplicaron; por lo que ellos, divirtiéndose, le hacían comulgar con lasmayores necedades delmundo, y prometieron darle pormujer a la condesaCivillari, que era la cosa más hermosa que podía encontrarse en todas lasculerasdelageneraciónhumana.Preguntóelmédicoquiéneraestacondesa;alcualdijoBuffalmacco:

—Granpepinomío,esunagranseñoraypocoscasoshayenelmundoenlos que ella no tenga una gran jurisdicción; y no digo otros, sino hasta losfrailesmenoresconrepiquedeatabaleslerindentributo.Ysueledecirsequecuandoandaporlacallebiensehacesentirpormuyencerradaquevaya;ynohacemuchoqueospasópordelantedelapuertaunanochequeibaalArnoalavarselospiesyparatomarunpocoelaire;perosumáscontinuahabitaciónes Laterina.Muchos de sus sargentos van por ahí de guardia, y todos, paramostrar su señorío, llevan la vara y la bola. Por todas partes se ven a susbarones, como Tamañin de la Puerta, don Boñiga, Mango de la Escoba,Diarreayotros,loscualescreoquesonconocidosvuestros,peroahoranoosacordáis.Atangranseñora,pues(dejandoaunladoaladeCacavincigli),sielpensamientononosengaña,pondremosenvuestrosdulcesbrazos.

El médico, que había nacido y crecido en Bolonia, no entendía losvocablosdeéstos,porloqueconaquellodelamujersetuvoporcontento;yno mucho después de estas historias le dijeron los pintores que había sidoadmitido.Yllegadoeldíacuyanochesiguientedebíanreunirse,elmaestrolesinvitó a los dos a almorzar, y cuando hubieron almorzado, les preguntó elmodo que tenía que seguir para entrar en aquella compañía. Al cualBuffalmaccodijo:

—Mirad, maestro, a vos os conviene encontrar la manera de estar estanochealahoradelprimersueñosobreunodeesossepulcrosaltosquehacepocotiempohanpuestofueradeSantaMaríalaNueva,conunodevuestrostrajesmejorespuestoparaquecomparezcáisporprimeravezhonorablementeantelacompañía;ytambiénporque,porloquesehadicho(quenosotrosnohemos estado allí) como sois noble, la condesa entiende haceros caballerobañado a su costa, y allí esperad hasta tanto que vaya a por vos quienmandemos.Yparaqueestéis informadodetodovendráaporvosunabestianegraycornudanomuygrande,e iráhaciendopor laplaza,delantedevos,gran soplar ygran saltar para espantaros; pero luego, cuandoveaquenoosespantáis,seosacercarádespacio;ycuandoestéavuestrolado,vos,entonces,sinningúnmiedobajaosdelsepulcro,ysinacordarosdeDiosnidelossantos,saltad encima, y en cuanto estéis acomodado encima, a modo de hacercortesía, poneos las manos sobre el pecho sin más tocar a la bestia. Ellaentonces semoverá suavemente y os traerá a nosotros; pero desde ahora osdigoquesiosacordáisdeDiosolossantos,osisentísmiedo,podráarrojaros

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ogolpearosenalgúnlugarquelosentiríais;yporello,siosdaelcorazónquevais a sentir temor no vengáis, que os haréis daño a vos sin hacernos anosotrosningúnfavor.

Entoncesdijoelmédico:

—Nomeconocéis aún:miráis tal vezque llevopuestosguantesy ropaslargas.Sisupierais loquehehechoyodenocheenBolonia,cuandoavecesiba de mujeres con mis compañeros os maravillaríais. A fe que hubo unanoche,noqueriendounavenirconnosotros(yeraunadesgraciadilla,loqueespeor,quenolevantabaunpalmodelsuelo)ylediprimeromuchospuñetazos,luego,cogiéndolaenvilocreoquelallevaría,asícomountirodeballestayenfin,hicedemaneraquetuvoquevenirseconnosotros.Yotravezmeacuerdode que, sin estar conmigo más que un criado, allá un poco después delavemaríapaséjuntoalcementeriodelosfrailesmenores:yaquelmismodíahabían enterrado allí a una mujer y no sentí ningún miedo; así que nodesconfiéisdemí,quesoymuyvalienteysinmiedo.Yosdigoque,paraestarbienhonorable,mepondrélatogaescarlataconlaquemedoctoré,yveréissila compañía se alegra cuandome vea y sime hacen enseguida capitán. Yaveréiscómovaelnegociocuandohayaestadoyoallísisinhabermevistoesacondesaquiereyahacermecaballerobañado,tantosehaenamoradodemí,¿yes que la caballería me sentará mal?, ¿y la sabré llevar tan mal, o bien?Dejadmehaceramí.

Buffalmaccodijo:

—Muybiendecís;perocuidaddenoburlarnosynovenirallí,oquenoosencuentren en el lugar cuandomandemos a por vos; y os digo esto porquehacefríoyvosotroslosseñoresmédicososguardáismuchodeél.

—¡NoquieraDios!—dijoelmédico—.Yonosoydeesosfrioleros,nomepreocupa el frío; pocas veces hay que me levante de noche para hacer decuerpo,comohayquehaceraveces,ymepongamásdeunapellizasobreeljubón;yporello,conseguridadestaréallí.

Yéndose, pues, éstos, cuando se iba haciendo de noche, el maestroencontróexcusasensucasa,paradecirleasumujer;yllevándoseocultamentesubellatoga,cuandoleparecióoportuno,poniéndoselaencima,sesubióaunodelosdichossepulcros;yencogidosobreaquellosmármoles,siendograndeelfrío,comenzóaesperaralabestia.Buffalmacco,queeragrandeyrobustodepersona, encargó una de esasmáscaras que suelen usarse en algunos juegosquehoynosehacen,ysepusoencimaunapellizanegradelrevés,yselapusodetalmaneraqueparecíaunoso,anoserquelamáscarateníaelrostrodeldiabloyeracornuda.Yasípreparado,viniendoBrunodetrásparavercómoibaelasunto,sefuealaplazanuevadeSantaMaríalaNueva;ycuandosediocuentadequeelseñormédicoestabaallí,empezóabrincardetalmaneraya

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dar talessaltosgrandísimospor laplazayaresoplaryagritaryachillardeguisaqueparecíaendemoniado.Alcual,comoelmaestrosintióyvio, todoslospelosselepusierondepunta,ycomenzóatemblartodoélcomoquieneramásmiedoso que una hembra, y hubo unmomento en que hubiese queridomásestarensucasaqueallí;pero,sinembargo,puestoquehabíaidoallí,seesforzóentenervalor,puestantopodíaeldeseodellegaraverlasmaravillascontadaspor aquéllos.Perodespués dequeBuffalmaccohubodiableadountanto,comosehadicho,pareciendoquesetranquilizabaseacercóalsepulcrosobreelqueestabaelmaestroysequedóquieto.Elmaestro,comoquientodotemblabademiedo,no sabíaquéhacerse, simontar encimaoquedarse.Porúltimo, temiendo que le hiciera daño si no se subía, con el segundomiedovenció el primero y, bajando del sepulcro diciendo en voz baja: «¡Diosmeasista!»,sesubióencima,ysedispusomuybien;ysiempretemblandocruzólos brazos en forma cortés como le habían dicho. Entonces Buffalmaccocomenzó a enderezarse despacio hacia SantaMaría de la Scala, y yendo acuatropatas lo llevóhasta lasseñorasdeRípoli.Estabanentoncesporaquelbarrio los fosos donde los labradores de aquellos campos hacían echar a lacondesa de Civillari para abonar sus campos; a los cuales, cuandoBuffalmaccoseacercó,acercándosealabocadeunoybuscandoelmomentooportuno, poniendo una mano bajo uno de los pies del médico y con ellalevantándoloenvilo,deunempujónlotiródecabezaallíycomenzóagruñirmuchoyasaltaryaparecerendemoniado,yporSantaMaríadelaScalasefue hacia el prado de Ognisanti, donde se encontró con Bruno que, por nopodercontenerlarisa,sehabíaescapado;yhaciéndosefiestaselunoalotro,se pusieron a mirar desde lejos lo que hacía el médico rebozado. El señormédico,alsentirseenaquellugartanabominable,seesforzóenlevantarseyenintentarsalir,yoraaquí,oraallívolviendoacaer,todorebozadodepiesacabeza,dolorosoydesdichado,habiéndosetragadoalgunosgramos,pudosalirfuera,ydejóallíelcapuchón;ydesempastándoseconlasmanoscomomejorpodía,nosabiendoquéotracosahacer,sevolvióasucasaytantollamóqueleabrieron. Y no acababa de entrar así de hediondo cerrándose la puerta denuevo,cuandoBrunoyBuffalmaccoestabanallíparaoírcómoeraacogidoelmaestro por su mujer; y estando escuchando oyeron a la mujer decirle losmayoresinsultosquenuncasehandichoaundesgraciado,diciendo:

—¡Ah,québienteestá!Tehasidoconcualquieraotrayqueríasaparecermuy honorable con la toga escarlata. ¿Pues no te bastaba yo?Hermano, yoseríasuficienteaunbarrioentero,noyaati.¡Ah,sicomotetiraronallídóndeeras digno de que te tirasen, te hubieran ahogado! ¡Aquí está el médicohonrado,tienemujeryandaporlanochetraslasmujeresajenas!

Yconéstasyconotrasmuchaspalabras,haciéndoseelmédicolavartodoentero,hastalamedianochenocallósumujerdeatormentarlo.Después,alamañana siguiente,Bruno yBuffalmacco, habiéndose pintado todo el cuerpo

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bajolasropasdecardenalescomolosquesuelenhacerlosgolpes,vinieronacasadelmédicoy loencontraronya levantado;y,entrandoaverle,sintieronque todas las cosas hedían, que todavía no se había podido limpiar todo demanera que no hediese. Y oyéndolos venir el médico, salió a su encuentrodiciéndoles que Dios les diese buenos días; al cual Bruno y Buffalmacco,comohabíanacordado,respondieronconairadogesto:

—Estonooslodecimosnosotros,sinoquerogamosaDiosqueosdétanmala ventura que seáismuerto a espada, como elmayor desleal y elmayortraidor vivo, porque por vos no ha quedado (queriendo nosotros honraros ydaros gusto) que no hayamos sido muertos como perros. Y por vuestradeslealtadnoshandado tantosgolpes estanochequeconmenosandaríaunburrohastaRoma;sincontarconquehemosestadoenpeligrodeserechadosde lacompañíaen laquehabíamosarregladoqueos recibiesen.Ysinonoscreéis,miradnuestrascarnescómoestán.

Yaunaluzmacilentaqueallíhabíaabriéndoselasropas,lemostraronlospechos todos pintados y se los taparon sin tardanza. El médico queríaexcusarseyhablardesusdesgraciasydecómoydóndelohabíanarrojado;alcualBuffalmaccodijo:

—Yo querría que os hubiesen tirado al Arno desde el puente; ¿por quéinvocasteisaDiosolossantos?,¿nooslohabíamosdichoantes?

Dijoelmédicoqueafenoseacordaba.

—¡Cómo!—dijo Buffalmacco—, ¿no os acordáis? Bien los invocabais,quenosdijonuestromensajeroquetemblabaiscomounavarayquenosabíaisdóndeestabais.Puesvosbiennoslahabéisjugado,perojamásnoslajugaránadie;yavososdaremosvuestromerecido.

Elmédico comenzó a pedirles por Dios que no lo difamaran, y con lasmejores palabras que pudo se ingenió en calmarlos; y pormiedo de que suvergüenzadescubriesen si hasta entonces los había honrado,muchomás loshonróyregalóconconvitesyotrascosasdeallíenadelante.Asípues,comohabéisoído,seenseñaaquientantonoaprendióenBolonia.

NOVELADÉCIMA

UnasicilianaquitaarteramenteaunmercaderloqueéstehallevadoaPalermo,elcual,fingiendohabervueltoconmuchamásmercancíaquelaprimeravez,tomandodeelladinerosprestados,ledejaaguayborra.

Cuántohizoreíralasseñoraslahistoriadelareinaendistintasocasiones,

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nohayquepreguntarlo:nohabíaningunaallíaquienlainconteniblerisanolehubiese hecho venir a los ojos las lágrimas doce veces. Pero luego que ellaterminó,Dioneo,quesabíaqueaélletocabaelturno,dijo:

Graciosasseñoras,manifiestacosaesque tantomásgustan lasartimañascuanto a artífice más apurado artificiosamente burlan. Y por ello, aunquehermosísimascosastodashayáiscontado,entiendoyocontarosunaquetantomás que algunas de las contadas deba agradar cuanto que quien en ella fueburladaeramayormaestraenburlaraotrosquefueningunodeaquéllosodeaquellasdequieneshabéiscontadoquefueronburlados.

Solía haber (y tal vez todavía la hayhoy) en todas las ciudadesmarinasquetienenpuerto,lacostumbredequetodoslosmercaderesquelleganaellasconsusmercancías,aldescargarlas, todas las llevanaunalmacénalqueenmuchos lugares llaman aduana, que es del ayuntamiento o del señor de laciudad; y allí, dando a aquellos que están a su cargo, por escrito, toda lamercancíayelpreciodeésta,esdadoporlosdichosalmercaderunabodegaen la cual pone sumercancía y la cierra con llave; y los dichos aduanerosluego escriben en el libro de la aduana a cuenta del mercader toda sumercancía,haciéndoseluegopagarsusderechosporelmercaderodetodaodepartede lamercancíaqueéstesaquede laaduana.Yporeste librode laaduanamuchasvecesseinformanloscorredoresdelacalidadylacantidaddelasmercancíasquehayallí,ytambiénestánallílosmercaderesquelastienen,conquienesdespuésellos,segúnlesvieneamano,hablandeloscambios,lostrueques, y de las ventas y de otros asuntos. La cual costumbre, como enmuchosotroslugares,lahabíaenPalermodeSicilia;dondetambiénhabía,ytodavía hay, muchas mujeres de hermosísimo cuerpo pero enemigas de lahonestidad, las cuales, por quienes no las conocen serían y son tenidas porgrandesyhonestísimasdamas.Yestandodedicadasporcompletonoarasurarsinoadesollaraloshombres,encuántovenaunmercaderforasteroallí,enellibro de la aduana se informan de lo que tiene y de cuanto puede ganar, yluego con sus placenteros y amorosos actos y con palabras dulcísimas seingenianenseduciryenatraersuamor;yyaamuchoshanatraídoaquienesbuenapartede susmercancíashanquitadode lasmanos, y abastantes todaella;ydeelloshahabidoquienesnosólolamercancía,sinotambiénelnavíoylas carnesy los huesos les handejado, tan suavemente la barberaha sabidopasarles la navaja. Ahora bien, no hace mucho tiempo sucedió que aquí,mandadoporsusmaestros,llegóunodenuestrosjóvenesflorentinosllamadoNiccolo deCignano, aunque Salabaetto fuese llamado, con tantas piezas depañodelanaquelehabíanentregadoenlaferiadeSalernoquepodíanvalerunosquinientosflorinesdeoro;yentregandolatasadeellosalosaduaneros,losmetióenunabodega,ysinmostrarmuchaprisaendespacharlos,comenzóairsealgunasvecesdediversiónporlaciudad.Ysiendoélblancoyrubioymuyapuesto,ydemuygentiltalle,sucedióqueunadeestasmujeresbarberas,

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quesehacíallamarmadamaIancofiore,habiendoalgooídodesusasuntos,lepusolosojosencima;deloqueapercibiéndoseél,estimandoqueellaeraunagranseñora,pensóqueporsuhermosuraleagradaba,ypensóenllevarmuycautamenteesteamor;ysindecircosaalgunaanadie,comenzóapasearpordelantedelacasadeaquélla.Lacual,apercibiéndose,luegodequeuntantolehubo bien inflamado con sus miradas, mostrando que se consumía por él,secretamentelemandóunamujerdesuservicioqueóptimamenteconocíaelartedelapicardía,lacual,casiconlaslágrimasenlosojos,luegodemuchashistorias,ledijoqueconsuhermosuraysuamabilidadhabíaconquistadoasuseñorade talmaneraquenoencontraba reposonidedíanidenoche;yporello,cuandolepluguiese,deseabamásqueotracosapoderencontrarseconélsecretamenteenunbaño;ydespuésdeesto,sacandounanillodelabolsa,departedesuseñoraselodio.Salabaetto,aloírestofueelhombremásalegreque nunca hubo; y cogiendo el anillo y frotándose con él los ojos y luegobesándolo, se lopusoeneldedoy repusoa labuenamujerque, simadamaIancofioreleamaba,queestababienretribuidaporqueéllaamabamásqueasu vida propia, y que estaba dispuesto a ir donde a ella le fuese grato y acualquier hora.Vuelta, pues, lamensajera a su señora con esta respuesta, aSalabaetto le dijeron enseguida en qué baño al día siguiente, después devísperas,debíaesperarla;elcual,sindecirnadaanadie,prontamentealahoraordenadaallísefue,yencontróquelasaladebañoshabíasidoalquiladaporlaseñora. Y casi acababa de entrar en ella cuando aparecieron dos esclavascargadasdecosas:launallevabasobrelacabezaungrandeyhermosocolchónde guata y la otra un grandísimo cesto lleno de cosas; y extendiendo estecolchón sobre un catre en una alcobade la sala, pusieron encimaunpar desábanassutilísimaslistadasdesedayluegouncobertordeblanquísimocendalde Chipre con dos almohadones bordados a maravilla; y después de esto,desnudándoseyentrandoenelbaño, lo lavaronybarrieronóptimamente.Ypocodespués la señora, seguidaporotrasdos esclavas,vinoalbaño;dondeella,encuantopudo,hizograndesfiestasaSalabaetto,yluegodelosmayoressuspirosdelmundo,despuésdequemucholohuboabrazadoybesado,ledijo:

—No sé quién hubiera podido traerme a esto más que tú; que me haspuestofuegoalarma,chiquillotoscano.

Despuésdeesto,cuandoellaquiso,losdosdesnudosentraronenelbaño,yconellosdosdelasesclavas.Allí,sindejarquenadiemáslepusieralamanoencima, ella misma con jabón almizclado y con uno perfumado con clavo,maravillosamenteybienlavóporcompletoaSalabaetto,yluegosehizolavary refregar por sus esclavas.Y hecho esto, trajeron las esclavas dos sábanasblanquísimasysutilesdelasquesalíatangrandeolorarosasquetodoloquehabíaparecíarosas;yunaleenvolvióenunaaSalabaettoylaotraenlaotraalaseñora,ycogiéndolosenbrazosalosdosllevaronalacamapreparada.Yallí, luego que hubieron dejado de sudar, quitándoles las esclavas aquellas

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sábanas,sequedarondesnudossobrelasotras.Ysacandodelcestopomosdeplatabellísimosyllenoscuáldeaguaderosas,cuáldeaguadeazahar,cuáldeaguadeflordejazminesycuáldeaguanafa,todasaquellasaguasderramaron;y luego, sacando cajas de dulces y preciadísimos vinos, un tanto seconfortaron. A Salabaetto le parecía estar en el paraíso; y mil veces habíamiradoaaquélla,queconcertezaerahermosísima,ycienañosleparecíacadahoraparaque las esclavas se fuesenypoder encontrarse en susbrazos.Lascuales, después de que, por mandato de la señora, dejando una antorchaencendidaenlaalcoba,sefuerondeallí,éstaabrazóaSalabaettoyélaella;ycon grandísimo placer de Salabaetto, a quien parecía que se derretía por él,estuvieronunalargahora.Perodespuésdequealaseñoralepareciótiempodelevantarse,haciendovenirlasesclavas,sevistieron,ydenuevobebiendoycomiendodulcessereconfortaronunpoco,yhabiéndoselavadoelrostroylasmanos con aquellas aguas odoríferas, y queriendo irse, dijo la señora aSalabaetto:

—Siteagradase,mepareceríaunfavorgrandísimoqueestanochevinierasacenarconmigoyadormir.

Salabaetto, que ya de la hermosura y de las amables artimañas de ellaestaba preso, creyendo firmemente que era para ella como el corazón delcuerpoamado,repuso:

—Señora,todovuestrogustomeessumamentegrato,yporellotantoestanochecomosiempreentiendohacerloqueosplazcayloqueporvosmeseaordenado.

Volviéndose,pues,laseñoraacasa,yhaciendobienadornarsualcobaconsusropasysusenseres,yhaciendopreparardecenarespléndidamente,esperóaSalabaetto; el cual, cuando sehizoalgooscuro, allá se fue,y alegrementerecibido,congranfiestaybienservidocenóconlaseñora.Después,entrandoenlaalcoba,sintióallíunmaravillosoolordemaderadeáloeyvio lacamaadornadísimaconpajarillosdeChipre,ymuchasbuenasropascolgandodelasvigas;lascualescosas,todasjuntasycadaunaporsísolalehicieronpensarquedebíaseraquéllaunagrandeyricaseñora;ypormuchoquehubieseoídohablarsobresuvidaysuscostumbres,noqueríacreerlopornadadelmundo,ysi llegabaacreeralgoenqueaalgunohubieseburlado,pornadadelmundopodía creer que esto pudiese pasarle a él. Con grandísimo placer se acostóaquellanocheconella,inflamándosemáscadavez.Venidalamañana,leciñóellaunhermosoyelegantecinturóndeplataconunabellabolsa,yledijoasí:

—DulceSalabaettomío,meencomiendoati;yasícomomipersonaestáatu disposición, así está todo lo que hay, y lo que yo puedo, a lo que gustesmandar.

Salabaetto, contento, besándola y abrazándola, salió de su casa y fue a

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dondeacostumbrabanestarlosdemásmercaderes.Yyendounavezyotraconellasinquelecostasenada,yenviscándosecadadíamás,sucedióquevendiósuspañosalcontanteyconbuenasganancias;loquelabuenamujernoporél,sino por otros supo incontinenti. Y habiendo ido Salabaetto a su casa unatarde, comenzó ella a bromear y a retozar con él, y a besarlo y a abrazarlo,mostrándose tan inflamada de amor que parecía que iba a morírsele en losbrazos; y quería darle dos bellísimas copas de plata que tenía, las cualesSalabaetto no quería coger, como quien entre unas veces y otras bien habíarecibido de ella lo que valdría sus treinta florines de oro sin haber podidohacer que ella recibiera de él nada que llegase a valer un grueso. Al final,habiéndolebieninflamadoconelmostrarseinflamadaydesprendida,unadesus esclavas, tal como ella lo había preparado, la llamó; por lo que ella,saliendo de la alcoba y estando fuera un poco, volvió dentro llorando, yechándose sobre la cama boca abajo, comenzó a lanzar los más dolorososlamentosquejamáslanzasemujeralguna.Salabaettomaravillándose,lacogióenbrazosycomenzóallorarconellayadecirle:

—¡Ah!, corazón de mi cuerpo, ¿qué tenéis tan de repente?, ¿cuál es larazóndeestedolor?¡Ah,decídmelo,almamía!

Luegodequelamujersehubohechorogarbastante,dijo:

—¡Ay, dulce señormío!No sé qué hacer ni qué decir.Acabo de recibircartas de Mesina, y me escribe mi hermano que, aunque debiese vender yempeñar todo lo que tengo, que sin falta le mande antes de ocho días milflorinesdeoroyquesinolecortaránlacabeza;yyonoséquépuedohacerparapoder tenerlos tan rápidamente;que, si tuviesealmenosquincedíasdetiempo, encontraría elmodo de proveerme de ellos de un lugar donde debotener muchos más, o vendería algunas de nuestras posesiones; pero nopudiendo,querríaestarmuertaantesdequemellegaseaquellamalanoticia.

Y dicho esto, mostrándose grandemente atribulada, no dejaba de llorar.Salabaetto,aquienlasamorosasllamashabíanquitadogranpartedeldebidoconocimiento,creyendoaquellaslágrimasveracísimasylaspalabrasdeamormásverdaderas,dijo:

—Señora,yonopodréofrecerosmil,perosíquinientosflorinesdeoro,sicreéis podérmelos devolver de aquí a quince días; y vuestra ventura es queprecisamenteayervendímispaños:que,sinofueseasí,nopodríaprestarosniungrueso.

—¡Ay!—dijo la mujer—, ¿así que has sufrido incomodidad de dinero?¿Por qué no me lo pedías? Porque si no tenía mil sí tenía ciento y hastadoscientosparadarte;mehasquitadoelvalorparaaceptarelservicioquemeofreces.

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Salabaetto,muchomásqueapresadoporestaspalabras,dijo:

—Señora, por eso no quiero que lo dejéis; que si tanto los hubiesenecesitadocomolosnecesitáisvos,bienosloshabríapedido.

—¡Ay!—dijolaseñora—,Salabaettomío,bienséquetuamorpormíesverdadero y perfecto cuando, sin esperar a que te lo pidiese, con tan grancantidad de dinero espontáneamente me provees en tal necesidad. Y concerteza era yo toda tuya sin esto, y con esto lo serémuchomayormente; ynuncadejarédeagradecertelacabezademihermano.PerosabeDiosquedemala gana la tomo considerando que eres mercader y que los mercaderesnecesitan el dinero para sus negocios; pero comome aprieta la necesidad ytengofirmeesperanzadedevolvértelopronto,locogeré,yporloquefalta,siotromodomásrápidonoencuentro,empeñarétodasestascosasmías.

Ydichoesto,derramando lágrimas, sobre el rostrodeSalabaetto sedejócaer. Salabaetto comenzó a consolarla; y pasando la noche con ella, paramostrarsebienmagnánimamentesuservidor,sinesperaraqueselopidieselellevóquinientosbuenosflorinesdeoro,loscualesella,riendoconelcorazónyllorandoconlosojostomó,contentándoseSalabaettoconunasimplepromesasuya.Encuantolamujertuvolosdinerosempezaronlascosasacambiary,asícomoantes la visita a lamujer era libre todas las veces que aSalabaetto leagradaba, empezaron a aparecer razones por las cuales de siete veces lesucedíanopoderentrarniuna,nileponíanlacaranilehacíanlascariciasnilasfiestasqueantes.Ypasadoenunmesyendoselplazo(noyallegado)enquesusdinerosdebíanserledevueltos,alpedirlosledabanpalabrasenpago;por loque,percatándoseSalabaettodelengañode lamalvadamujerydesupocojuicio,yconociendoquedeaquellonadaquepudieseserleprovechosopodía decir, como quien no tenía de ello escritura ni testimonio, yavergonzándose de lamentarse con nadie, tanto porque le habían prevenidoantescomoporlasburlasquemerecidamenteporsubrutalidadlevendríandeello, sobremanera doliente, consigo mismo lloraba su necedad. Y habiendorecibidomuchascartasdesusmaestrosparaquecambiaseaquellosdinerosyselosmandase,paraque,porhacerlonofuesedescubiertasuculpa,deliberóirse,ymontándoseenunbarquito,noaPisacomodebía, sinoaNápoles sevino. Estaba allí en aquel tiempo nuestro compadre Pietro del Canigiano,tesorerodemadamalaemperatrizdeConstantinopla,hombredegrantalentoysutil ingenio, grandísimo amigo de Salabaetto y de los suyos; con el cual,comopersonadiscretísima,lamentándoseSalabaettoluegodealgunosdías,lecontóloquehabíahechoysudesdichadaaventura,ylepidióayudayconsejopara poder allí ganarse la vida afirmando que nunca entendía volver aFlorencia.Canigiano,entristecidoporestascosas,dijo:

—Malhashecho,mal tehasportado,malhasobedecidoa tusmaestros,demasiadodinerodeungolpehasgastadoenmolicies;pero¿qué?Estáhecho,

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yhayquepensarenotracosa.

YcomohombreavisadoprestamentehubopensadoloquehabíaquehaceryselodijoaSalabaetto;alcual,gustándoleelplan,selanzóalaaventuradeseguirlo.Y teniendoalgúndineroyhabiéndoleprestadoCanigianounpoco,mandó hacer varios embalajes bien atados y bien ligados, y comprar veintetonelesdeaceiteyllenarlos,ycargandocontodoellosevolvióaPalermo;yentregandolarelacióndelosembalajesa losaduanerosysemejantementeladelostoneles,yhaciendoanotartodaslascosasasucuenta,lasmetióenlasbodegas, diciendo que hasta que otra mercancía que estaba esperando nollegase no quería tocar aquélla. Iancofiore, habiéndose enterado de esto yoyendoquevalíabiendosmilflorinesdeoroomás,aquelloquealpresentehabía traído, sin contar lo que esperaba, que valía más de tres mil,pareciéndole que había apuntado a poco, pensó en restituirle los quinientospara poder tener la mayor parte de los cinco mil; y mandó a buscarle.Salabaetto,yaconmalicia,allífue;alcualella,fingiendonosabernadadeloquehabíatraído,hizomaravillosaacogida,ydijo:

—Aquí tienes, si te habías enojado conmigo porque no te devolví en elplazoprecisotudinero…

Salabaettoseechóareírydijo:

—Señora, en verdad me desagradó un poco, como que me hubiesearrancado el corazón para dároslo si creyese que os habría complacido conello; pero quiero que sepáis lo enojado que estoy con vos.Es tanto y tal elamorqueostengoquehehechovenderlamayorpartedemisposesiones,yahorahetraídoaquítantamercancíaquevalemásdedosmilflorines,yesperodeOccidentetantaquevaldrámásdetresmil,yquierohacerenestaciudadunalmacényquedarmeaquíparaestarsiemprecercadevos,pareciéndomequeestoymejorconvuestroamorquecreoquenadiepuedaestarconelsuyo.

Aquienlamujerdijo:

—Mira,Salabaetto,todoestearreglotuyomeplacemucho,comodequienamomásqueamivida,ymeplacemuchoquehayasvueltoconintencióndequedarte porque espero pasar todavía muchos buenos ratos contigo; peroquiero excusarme un poco porque, en aquellos tiempos en que te fuistealgunas veces quisiste venir y no pudiste, y algunas viniste y no fuiste tanalegremente recibido como solías, y además de esto, de que en el plazoconvenido no te devolví tu dinero. Debes saber que entonces estaba yo engrandísimaaflicción;yquienestáentalestado,pormuchoqueameaotronole puede poner tan buena cara ni atender aun a él como quisiera; y ademásdebes saberqueesmuypenosoaunamujerpoderencontrarmil florinesdeoro,ytodoslosdíasledicenmentirasynosecumpleloquesehaprometido,yporestonecesitamostambiénnosotrasmentiralosdemás;ydeahíviene,y

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no de otro defecto, que yo no te devolviese tu dinero. Pero lo tuve pocodespuésdetupartidaysihubierasabidodóndemandártelotenporciertoquetelohabríahechomandar;perocomonolosupe,teloheguardado.

Y haciéndose traer una bolsa donde estaban aquellos mismos que él lehabíadado,selapusoenlamanoydijo:

—Cuentasisonquinientos.

Salabaettonuncase sintió tancontento,ycontándolosyviendoqueeranquinientos,yvolviéndolosaguardar,dijo:

—Señora,séquedecísverdad,perobastantehabéishecho;yosdigoqueporelloyporelamorqueostengonuncasolicitaríaisdemíparacualquieranecesidad vuestra una cantidad que pudiese yo dar que no os la diera; y encuantomehayaestablecidopodréisprobarmeenello.

Y de esta guisa restablecido con ella el amor en palabras, comenzó denuevo Salabaetto a frecuentarla galantemente, y ella a darle los mayoresgustosyhacerlelosmayoreshonoresdelmundo,ymostrarleelmayoramor.PeroSalabaetto,queriendoconsuengañocastigarelengañoqueellalehabíahecho,habiéndoleellainvitadoundíaparaquefueseacenaryadormirconella, fue tan melancólico y tan triste que parecía que quisiera morirse.Iancofiore,abrazándoloybesándolo,comenzóapreguntarlequeporquéteníaaquellamelancolía.Él,luegodequeunbuenratosehabíahechorogar,dijo:

—Estoy arruinado, porque el barco en que está la mercancía que yoesperaba ha sido apresado por los corsarios deMónaco y para rescatarlo senecesitandiezmilflorinesdeoro,deloscualesyotengoquepagarmil;ynotengo un dinero porque los quinientos que me devolviste los mandéincontinenti aNápoles para invertirlos en telas que traer aquí.Y si quisieraahoravenderlamercancíaquetengoaquí,comonoeslatemporadaapenasmedaránundineropordosgéneros;ytodavíanosoyaquílobastanteconocidoparaqueencuentrequienmepreste,yporellonoséquédecirniquéhacer;ysinomandopronto losdinerosme llevaránaMónaco lamercancíaynuncamáslarecuperaré.

Lamujer,muycontrariadaporesto,comoaquienleparecíaperdertodo,pensandoquépodíaellahacerparaquenofueseaMónaco,dijo:

—Diossabeloquemedueleporamortuyo;¿perodequésirveatribularsetanto?Siyo tuvieseesosdineros sabeDiosque te losprestaría incontinenti,peronolostengo;esverdadquehayunapersonaquehacetiempomeproveyódequinientosquemefaltaban,peroconfuerteusura,quenoquieremenosdearazóndetreintaporcien;sideesatalpersonalosquisieras,necesitaríasdegarantíaunbuenempeño;yencuantoamíyoestoydispuestaaempeñartodasestas ropas ymi persona por cuanto quieran prestarme, para poder servirte,

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peroelremanente,¿cómoloasegurarías?

VioSalabaettolarazónquemovíaaéstaahacerletalservicioysepercatódequedeelladebíanserlosdinerosprestados;loque,placiéndole,primeroselo agradeció y luego dijo que ya por grueso interés no lo dejaría, pues leapretaba la necesidad; y luego dijo que lo aseguraría con lamercancía queteníaenlaaduana,haciéndolaescribiranombredequieneldineroleprestase,peroquequeríaconservar la llavede labodega, tantoparapodermostrarsumercancía si se lo pedían como para que nada le pudiera ser tocado nipermutadonicambiado.Lamujerdijoqueestoestababiendichoyeramuybuena garantía; y por ello, al venir el díamandó a buscar a un corredor dequiensefiabamuchoyhablandoconélsobreesteasuntolediomilflorinesdeoro,loscualeselcorredorprestóaSalabaetto,ehizoinscribirasunombreloqueSalabaettoteníadentro,yhabiendohechosusescriturasycontraescriturasjuntos,yquedandoenconcordia,sefueronasusdemásasuntos.Salabaetto,loantesquepudo,subiendoaunbarquito,conmilquinientosflorinesdeorosefueaveraPietrodelCanigianoaNápoles,ydesdeallílesmandóunafielycompletacuentaaFlorenciaasusmaestros,losquelehabíanenviadoconlospaños;ypagandoaPietroy a cualquieraotro aquiendebiese algo,muchosdíasconCanigianolopasóbienconelengañohechoalasiciliana;después,deallí, no queriendo ya ser mercader, se vino a Ferrara. Iancofiore, noencontrando a Salabaetto en Palermo empezó a asombrarse y entró ensospechas;y luegodeque lehuboesperadounosbuenosdosmeses,viendoque no venía, hizo que el corredor mandase desclavar las bodegas. Yprimeramente examinando los toneles que se creía que estaban llenos deaceite, encontró que estaban llenos de agua delmar, habiendo en cada unocomo un barril de aceite encima, junto a la boca; luego, desatando losembalajes,todosmenosdos,queeranpaños,llenoslosencontródeborra;yenbreve,entretodoloquehabíanovalíamásdedoscientosflorines;porloqueIancofiore, sintiéndose burlada, largamente lloró los quinientos florinesdevueltosymuchomáslosmilprestados,diciendomuchasveces:

—Quientratacontoscanonopuedesercegato.

Y así, quedándose con la pérdida y las burlas, se encontró con que tanlistoseranelunocomoelotro.

Al terminarDioneo su novela,Laureta, conociendo que había llegado ellímite más allá del cual reinar no podía, alabados los consejos de PietroCanigiano,queporsusefectossehabíanvistoserbuenos,y lasagacidaddeSalabaetto,queno fuemenoralponerloenobra,quitándosede lacabezaellaurellopusoenlacabezadeEmilia,señorilmentediciendo:

—Señora,nosécuánplacenterareinatendremosenvos,perolatendremoshermosa,haced,pues,queavuestrahermosurarespondanvuestrasobras.

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Yvolvióasentarse.Emilia,notantoporhabersidohechareinacomoporverse así alabar en público en aquello de que las mujeres suelen ser másdeseosas, un poquillo se avergonzó y tal se volvió su rostro cual sobre laaurora son lasnubecillas rosas;pero sinembargo, luegodequehubo tenidolosojosbajosuntantoyhubopasadoelsonrojo,habiendoconsussenescalesorganizadolosasuntospertinentesalacompañía,asícomenzóahablar:

—Deleitablesseñoras,asazmanifiestamentevemosque, luegodequelosbueyes se han cansado durante parte del día, sujetos al yugo, son del yugoaliviadosydesuncidos,ylibrementedondemáslesagrada,selesdejaporlosbosquesirapastar;yvemostambiénquenosonmenoshermosos,sinomuchomás, los jardinesconvariasplantas frondososque losbosquesen loscualessolamente vemos encinas; por las cuales cosas estimo yo, considerando losdíasquebajounafirmeleyhemoshablado,que,comoaquienestánecesitadodevagaralgúntanto,yvagandorecuperarlasfuerzasparasometersedenuevoal yugo, no solamente sea útil, sino también oportuno. Y por ello, lo quemañana, siguiendo vuestro deleitoso razonar deba decirse, no entiendolimitaros bajo ninguna especificación, sino que quiero que cada uno segúngustehable,firmementecreyendoquelavariedaddelascosasquesecuentennomenos graciosa será que el haber hablado solamente de una; y habiendohechoasí,quienvengadespuésdemíenelreinado,comoamásfuertespodráconmayorseguridadconstreñirnosalasacostumbradasleyes.

Ydichoesto,hastalahoradelacenaconcediólibertadatodos.

Todos alabaron a la reina por las cosas dichas, como a prudente; yponiéndoseenpie,quiénaunentretenimientoyquiénaotro seentregó: lasseñorasahacerguirnaldasyasolazarse,losjóvenesajugaryacantar;yasíestuvieron hasta la hora de la cena, venida la cual, en torno a la hermosafuente con regocijo y con placer cenaron, y después de cenar, del modoacostumbrado un buen rato se divirtieron cantando y bailando. Al final lareina, para seguir el estilo de sus predecesores, sin reparar en las quevoluntariamentehabíancantadomuchosdeellos,ordenóaPánfiloquecantaseuna;elcual,librementecomenzóasí:

Tantoes,Amor,elbien

yelcontentoqueestoyportisintiendo

quesoyfelizentusllamasardiendo.

Micorazóntalalegríarebosa,

tandegozoestálleno

porloquemehasdonado,

queesconderloseríagravecosa

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yenelrostrosereno

muestramialegreestado:

queestandoenamorado

deunbientanelevadoyestupendo

levesemehaceestarenélardiendo.

Yonoséconmicantodemostrar

niindicarconeldedo,

Amor,elbienquesiento;

yaunquesupieradeberíacallar

que,sindejarloquedo,

sevolveríatormento:

puesestoytancontento

quetodohablariríapalideciendo

antesdeunpocoirlodescubriendo.

¿Quiénpensaríayaqueestosmisbrazos

podríanretornar

dondeloshetenido,

yquemirostrosinsufrirrechazos

volveríaaacercar

adondeesbendecido?

Nuncahubieracreído

mifortuna,aunqueestétodoyoardiendo

ymiplacerygozoestéescondiendo.

LacancióndePánfilo terminaba; lacual,pormuchoquefuesepor todosdebidamente coreada, nohuboningunoque, conmás atenta solicitudque lecorrespondía, no tomase nota de sus palabras, esforzándose en adivinaraquello que él cantaba que le convenía tener escondido; y aunque variosanduviesen imaginando varias cosas, ninguno llegó por ello a la verdad delasunto.Ylareina,despuésquevioquelacancióndePánfilohabíaterminadoyalasjóvenesseñorasyloshombresdeseososdedescansar,mandóquetodossefuesenadormir.

TERMINALAOCTAVAJORNADA

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NOVENAJORNADA

ComienzalanovenajornadadelDecamerón,enlacual,bajoelgobiernodeEmilia,discurrecadaunosobreloquelegustaysobreloquemásle

agrada.

La luz, cuyo esplendor ahuyenta la noche, había ya cambiado todo eloctavocielodeazulinoacolorceleste,ycomenzabanporlospradosaerguirselas florecillas, cuandoEmilia, levantándose, hizo llamar a sus compañeras eigualmentealosjóvenes;loscuales,venidosyponiéndoseencaminotrasloslentospasosde la reina,hastaunbosquecillono lejanode lavilla fueron,yentrandoenél,vieronqueanimalescomoloscabritillos,ciervosyotros,queno temían a la caza por la existente pestilencia, los esperaban no de otramaneraquesiendomésticosysintemorsehubiesenconvertido.Yoraaéste,oraaaquélacercándose,comosidebieranunirseaellos,haciéndoloscorrerysaltar, por algún tiempo se recrearon; pero elevándose ya el sol, a todosparecióoportunovolver.Ibantodosengalanadosconguirnaldasdeencina,conlasmanosllenasdehierbasodoríferasyflores;yquienloshubieseencontradonadahubierapodidodecirsino:«Oéstosnoseránporlamuertevencidosolosmatará alegres». Así pues, paso a paso viniendo, cantando y bromeando ydiciendo agudezas, llegaron a la villa, donde todas las cosas ordenadamentedispuestas y a sus servidores alegres y festejantes encontraron. Allí,descansandountanto,nosepusieronalamesaantesdequeseiscancioncillas(la una mejor que la otra) fuesen cantadas por los jóvenes y las señoras;despuésdelascuales,lavándoselasmanos,atodoscolocóelmayordomoalamesa según el gusto de la reina; donde, traídas las viandas, todos alegrescomieron; y levantándose de ello, a carolar y a tocar sus instrumentos sedieron,poralgúnespacio;ydespués,ordenándololareina,quienquisosefuea descansar. Pero llegada la hora acostumbrada, todos en el lugaracostumbrado se reunieron para contar sus historias, y la reina, mirando aFilomena, dijo que diese principio a las historias del presente día; la cual,sonriendo,comenzódeestaguisa:

NOVELAPRIMERA

DoñaFrancesca,amadaporuntalRinuccioyuntalAlessandro,ynoamandoaninguno,haciendoentraraunocomomuertoenunasepulturayalotrosacaraaquélcomoaunmuerto,ynopudiendoellosllegara

hacerloordenado,sagazmenteselosquitadeencima.

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Señora, mucho me agrada, puesto que os complace, ser quien corra laprimera lid en este campo abierto y libre del novelar en que vuestramagnificencia nos ha puesto; lo que si yo hago bien, no dudo que quienesvengandespuésnolohaganbienymejor.

Muchas veces, encantadoras señoras, se ha mostrado en nuestrosrazonamientos cuántas y cuáles sean las fuerzas deAmor, pero no creo queplenamente se hayan dicho, y no se dirían si estuviésemos hablando desdeahorahastadentrodeunaño;yporqueélnosolamenteconducealosamantesa diversos peligros de muerte, sino también a entrar en las casas de losmuertosparasacaralosmuertos,meagradahablarosdeelloconunahistoria(además de las que ya han sido contadas), en la cual el poder deAmor nosolamente comprenderéis, sino también el talento de una valerosa señoraaplicadoaquitarsedeencimaadosquecontrasugustolaamaban.

Digo, pues, que en la ciudad de Pistoya hubo una hermosísima señoraviuda a la cual dos de nuestros florentinos que por estar desterrados deFlorencia vivían en Pistoya, llamados el uno Rinuccio Palermini y el otroAlessandroChiarmontesi,sinsaberelunodelotro,porazarprendadosdeella,sumamentelaamaban,haciendocuidadosamentecadaunoloquepodíaparapoder conquistar su amor. Y siendo esta noble señora, cuyo nombre fueFrancesca de los Lázzari frecuentemente solicitada por embajadas y porruegosdecadaunodeéstos,yhabiéndolespocodiscretamenteprestadooídosmuchasveces,yqueriendodiscretamentedejardehacerloynopudiendo, levinounpensamientoparaquitarsedeencimasuimportunidad:yfuepedirlesque le hiciesen un servicio que pensó que ninguno podría hacerle pormuyposible que fuese, para que, al no hacerlo, tuviese ella honrosa y verosímilrazón para no querer escucharmás sus embajadas; y el pensamiento fue elsiguiente.Había, el día en que le vino este pensamiento,muerto en Pistoyaunoque,pormuynoblesquehubiesensidosusantepasados,era reputadoelpeorhombrequehubiesenoyaenPistoya,sinoentodoelmundo;yademásde esto, era tan contrahecho y de rostro tan desfigurado que quien no lohubieseconocidoalverloporprimeravezhubiesetenidomiedo;yhabíasidoenterrado en un sepulcro fuera de la iglesia de los frailesmenores. El cualpensóellaquepodríaserdegranayudaparasupropósito;porlacualcosadijoaunacriadasuya:

—Sabesbienelaburrimientoylasmolestiasquerecibotodoslosdíasconlasembajadasdeestosdosflorentinos,RinuccioyAlessandro;ahorabien,noestoydispuestaacomplacerlesconmiamoryparaquitármelosdeencimameha venido al ánimo ponerlos a prueba (por los grandes ofrecimientos quehacen)enalgoqueestoyseguradequenoharán,yquitarmeasídeencimasuimportunidad; y oye cómo. Sabes que esta mañana ha sido enterrado en el

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lugar de los frailes menores el Degüelladiós (así era llamado aquel malhombre de quien hablamos antes) del cual, no ya muerto, sino vivo, loshombresmásvalientesdeestaciudad,alverlo,teníanmiedo;yporelloteirássecretamente en primer lugar a Alessandro y le dirás: «Doña Francesca temandadecirquehallegadoelmomentoenquepuedestenersuamor,elcualhasdeseadotanto,yestarconella,siquieres,deestamanera.Asucasa(porunarazónque túsabrásmás tarde)debeser llevadoestanocheelcuerpodeDegüelladiósquefuesepultadoestamañana;yella,comoquientienemiedodeélaunmuertocomoestá,noquerríatenerlo;porloqueteruega,comogranservicio,irestanochealahoradelprimersueñoyentrarenlasepulturadondeDegüelladiósestáenterrado,yponertesusropasyquedartecomosifuesesélhastaquevenganabuscarte,ysinhacernadanidecirpalabradejartearrastrarytraerasucasa,dondeellaterecibirá,yestarásconellayatupuestopodrásirte,dejandoasucuidadoelresto».Ysidicequeloharábienestá;sidicequenoquierehacerlo,diledepartemíaquenoaparezcamásdondeestoyyo,yquesiamasuvidaseguardedemandarmemensajerosniembajadas.Yluegode esto irás aRinuccioPalermini y le dirás: «DoñaFrancescadice que estápronta a hacer tu gusto si le haces a ella un gran servicio, que es que estanochehacialamedianochevayasalasepulturadondefueenterradoestanocheDegüelladiósy,sindecirpalabradenadaqueveas,oigasosientas,tiresdeélsuavementeyselollevesacasa;allíverásparaquéloquiereyconseguiráselplacer tuyo; y si no gustas de hacer esto te ordena desde ahora que no lemandesmásnimensajerosniembajadas».

Lacriadasefueadondeambos,yordenadamenteacadauno,segúnlefueordenado,habló;alacualcontestaronambosquenoenunasepultura,sinoenun infierno entrarían si a ella le agradaba. La criada dio la respuesta a laseñora,queesperóaver si estaban tan locosque loharían.Venida,pues, lanoche y siendo ya la hora del primer sueño, Alessandro Chiarmontesi,quedándose en jubón, salió de su casa para ir a ponerse en el lugar deDegüelladiósenlasepultura;yenelcaminolevinoalánimounpensamientomuypavoroso,ycomenzóadecirse:

—¡Ah!, ¡qué animal soy! ¿Dóndevoy?, ¿y qué sé yo si los parientes deésta, tal vez percatados de que la amo, creyendo lo que no es la han hechohacerestoparamatarmeenlasepulturaésa?Loque,sisucediese,yoseríaelquelopagaríaynuncallegaríaasabersenadaquelosperjudicase.¿Oquéséyo si tal vez algún enemigomíome ha procurado esto, al cual tal vez ella,amándole,quiereservir?

Yluegodecía:

—Pero supongamos que ninguna de estas cosas sea, y que sus parientesvayanallevarmeasucasa:tengoquecreerqueelcadáverdeDegüelladiósnoloquierenparatenerloenbrazosniparaponerloenlosdeella;sinoquetengo

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quecreerquequierenhacerconélcualquierdestrozo,comodealguienqueenalgunacosaleshizodaño.Elladicequepornadaquesientadigapalabra.¿Ysiésosmesacasen losojos,omearrancasen losdientes,omemutilasen lasmanosomehicieranalgunaotrabromasemejante,qué seríademí?¿Cómoiba a quedarme quieto? ¿Y si hablo y me conocen y por acaso me hacendaño?;peroaunquenomelohagan,noconseguirénadaporquenomedejaráncon la señora; y la señora dirá después que he desobedecido sumandato ynuncaharánadaquemecontente.

Yasídiciendo, casi sevolvióacasa;peroelgranamor loempujóhaciaadelanteconargumentoscontrariosaéstosydetantafuerzaquelellevaronalasepultura; lacualabrió,yentrandodentroydesnudandoaDegüelladiósyponiéndosesuropa,ycerrandolasepulturasobresucabezayponiéndoseenelsitiodeDegüelladiós, leempezóadarvueltasen lacabezaquiénhabíasidoésteylascosasquehabíaoídodecirquehabíansucedidodenochenosóloenlasepulturadelosmuertos,sinotambiénenotraspartes:ytodoslospelossele pusieron de punta, y de rato en rato le parecía queDegüelladiós se iba aponerdepieyadegollarleaélallí.Peroayudadoporelardienteamor,estosyotros pavorosos pensamientos venciendo, estando como si estuviesemuerto,se puso a esperar lo que fuese a ser de él. Rinuccio al aproximarse lamedianoche, salió de su casa para hacer aquello que le había sidomandadodecirporsuseñora;yalir,entróenmuchosydiversospensamientossobrelascosasquepodríanocurrirle,talescomopoderveniradaamanosdelaseñoríacon el cadáver deDegüelladiós a cuestas y ser condenado a la hoguera porbrujo,odesiestosesabía,suscitarelodiodesuparientesydeotrostales,porlascualescasifuedetenido.Perodespués,recuperándose,dijo:

—¡Ah!, ¿voy a decir que no a la primera cosa que esta noble señora, aquien tanto he amado y amo, me ha pedido, y especialmente debiendoconquistarsugracia?Aunquetuviesequemorirconseguridad,nopuedodejardehacerloqueleheprometido.

Y siguiendo su camino, llegó a la sepultura y la abrió fácilmente.Alessandro, al sentirla abrir, aunque gran miedo tuviese, se estuvo quedo.Rinuccio,entrandodentro,creyendocogerelcadáverdeDegüelladióscogióaAlessandro por los pies y lo sacó fuera, y poniéndoselo sobre los hombros,hacia casa de la noble señora comenzó a ir; y andando así y no teniendoconsideraciónconél,muchasvecesledabagolpes,oraenunlado,oraenotro,contraalgunosbancosquejuntoalascasashabía;ylanocheeratanlóbregayoscuraquenopodíaverpordóndeandaba.YestandoyaRinucciojuntoalapuerta de la noble señora, que a la ventana con su criada estaba para ver siRinucciotraíaaAlessandro,yapreparadaparahacerirsealosdossucedióquela guardia de la señoría, puesta al acecho en aquel barrio y estandosilenciosamente, esperando poder coger a un bandido, al sentir el ruido que

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Rinucciohacíaalandar,súbitamentesacaronunaluzparaverquéeraydóndeiba,ycogiendolosescudosylaslanzas,gritaron:

—¿Quiénandaahí?

A la cual conociendo Rinuccio, no teniendo tiempo de demasiada largadeliberación, dejando caer a Alessandro, corrió cuanto las piernas podíanaguantarlo. Alessandro, levantándose rápidamente, aunque las ropas delmuerto llevase puestas, que eran muy largas, también se echó a correr. Laseñora, con la luz encendida por los guardias óptimamente habían visto aRinuccio conAlessandro encima de los hombros, y delmismomodo habíaapercibidoaAlessandrovestidoconlasropasdeDegüelladiós;ysemaravillómuchodelgranvalordelosdos,perocontodosuasombromuchoserioalverarrojaralsueloaAlessandroyverlodespuéshuir.Yalegrándosemuchoconaquel suceso y dando gracias a Dios que del fastidio de estos dos la habíasacado, sevolviódentroy se fuea la cama,afirmando, juntocon sucriada,quesinningunadudaaquellosdoslaamabanmucho,puestoquehabíanhechoaquello que les había mandado, tal como se veía. Rinuccio, triste ymaldiciendosudesventura,nosevolvióasucasaauncontodoesto,sinoque,al irse de aquel barrio la guardia, volvió allí adonde a Alessandro habíaarrojado,ycomenzó,a tientas,aversi loencontraba,paracumplir loquelehabía sido requerido; pero, al no encontrarlo, y pensando que la guardia lohabríallevadodeallí,tristesevolvióasucasa.Alessandro,nosabiendoquéhacer,sinhaberconocidoaquienlehabíallevado,dolientepor taldesdicha,semejantemente a su casa se fue. Por la mañana, encontrada abierta lasepulturadeDegüelladiósynoviéndoseledentroporqueAlessandrolohabíaarrojadoal fondo, todaPistoyase llenódehabladurías,estimandolosneciosqueselohabíanllevadolosdemonios.Nodejócadaunodelosenamoradosdehacersaberaladamaloquehabíanhechoyloquehabíasucedido,yconello, excusándose por no haber cumplido por completo sumandamiento, sugraciaysuamorpedían;lacual,mostrandonocreeraninguno,conlatajanterespuesta de que no haría nunca nada por ellos, puesto que ellos lo que leshabíapedidonolohabíanhecho,selosquitódeencima.

NOVELASEGUNDA

Selevantaunaabadesaapresuradamenteyaoscurasparaencontraraunamonjasuya,delatadaaella,enlacamaconsuamante,yestandouncuraconella,creyendoqueseponíaenlacabezalastocas,sepusoloscalzonesdelcura,loscuales,viéndoloslaacusada,yhaciéndoselo

observar,fueabsueltadelaacusaciónytuvolibertadparaestarconsuamante.

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YAsecallabaFilomenayhabíasidoalabadoportodoselbuenjuiciodelaseñoraparaquitarsedeencimaaaquéllosaquienesnoqueríaamar;y,porelcontrario, no amor sino tontería había sido juzgada por todos la osadapresuncióndelosamantes,cuandolareinaaElisadijograciosamente:

—Elisa,sigue.

Lacual,prestamente,comenzó:

Carísimas señoras, discretamente supo doña Francesca, como se hacontado,librarsedeloquelamolestaba;perounajovenmonja,conlaayudadelafortuna,selibró,conlaspalabrasoportunas,deunamenazadorpeligro.Ycomosabéis,sonmuchoslosque,siendoestultísimos,maestrossehacendelos demás y reprensores, los cuales, tal como podréis comprender por mihistoria,lafortunaalgunasvecesmerecidamentevitupera;yellolesucedióaunaabadesabajocuyaobedienciaestabalamonjadelaquedebohablar.

Debéissaber,pues,queenLombardíahubounmonasteriofamosísimoporsusantidadyreligiónenelcual,entreotrasmonjasqueallíhabía,habíaunajoven de sangre noble y demaravillosa hermosura dotada, la cual, llamadaIsabetta,habiendovenidoundíaalarejaparahablarconunparientesuyo,deunapuestojovenqueconélestabaseenamoró;yéste,viéndolahermosísima,yasudeseohabiendoentendidoconlosojos,semejantementeseinflamóporella, y no sin gran tristeza de los dos, este amor durante mucho tiempomantuvieron sin ningún fruto. Por fin, estando los dos atentos a ello, vio eljoven una vía para poder ir a su monja ocultísimamente; con lo que,alegrándose ella, no una vez, sino muchas, con gran placer de los dos, lavisitó.Perocontinuandoesto,sucedióqueél,unanoche,fuevistoporunadelas señoras de allá adentro (sin que ni él ni ella se apercibiesen) ir a ver aIsabetta y volver; lo que a otras cuantas comunicó. Y primero tomaron ladecisióndeacusarlaa laabadesa, lacualdoñaUsimbalda teníapornombre,buenaysantaseñorasegúnsuopiniónydecualquieraquelaconociese;luegopensaron,paraquenopudiesenegarlo,enhacerquelaabadesalacogieseconel joven, y, así, callándose, se repartieran entre sí las vigilias y las guardiassecretamenteparacogerla.Y,nocuidándoseIsabettadeestonisabiendonadadeello,sucedióquelehizovenirunanoche;loqueinmediatamentesupieronlas que estaban a la expectativa. Las cuales, cuando les pareció oportuno,estando ya la noche avanzada, se dividieron en dos y una parte se puso enguardiaalapuertadelaceldadeIsabettayotrasefuecorriendoalaalcobadelaabadesa,ydandogolpesenlapuertadeésta,queyacontestaba,dijeron:

—¡Sús!,señora,levantaosdeprisa,quehemosencontradoaIsabettaconunjovenenlacelda.

Estabaaquellanochelaabadesaacompañadadeuncuraalcualhaciavenir

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con frecuenciametido en un arcón; y, al oír esto, temiendo que lasmonjasfuesenagolpeartantolapuerta(pordemasiadaprisaodemasiadoafán)queseabriese, apresuradamente se puso en pie y lo mejor que pudo se vistió aoscuras,ycreyendocogerunastocasdobladasquellevansobrelacabezaylasllaman«elsalterio»,cogióloscalzonesdelcura,ytantafuelaprisaque,sindarse cuenta, en lugar del salterio se los echó a la cabeza y salió, yprestamentesecerrólapuertatrasella,diciendo:

—¿DóndeestáesamalditadeDios?

Yconlasdemás,quetanexcitadasyatentasestabanparaqueencontrasenaIsabettaenpecadoquedeloquellevaseenlacabezalaabadesanosedieroncuenta, llegóa lapuertade laceldadeéstay,ayudadapor lasotras, laechóabajo;yentradasdentro,enlacamaencontraronalosdosamantesabrazados,loscuales,deuntansúbitoacontecimientoaturdidos,nosabiendoquéhacerse,seestuvieronquietos.Lajovenfueincontinenticogidaporlasotrasmonjasy,por orden de la abadesa, llevada a capítulo. El joven se había quedado y,vistiéndose,esperabaaverenquéacababalacosa,conlaintencióndejugarunamalapasadaacuantaspudiera alcanzar si a su joven fuesehechoalgúnmal,yllevárselaconél.Laabadesa,sentándoseenelcapítulo,enpresenciadetodaslasmonjas,quesolamentealaculpablemiraban,comenzóadecirlelasmayores injurias que nunca a una mujer fueron dichas, como a quien lasantidad, la honestidad y la buena fama del monasterio con sus sucias yvituperablesacciones,siafuera fuesesabido, todo locontaminaba;y tras lasinjurias añadía gravísimas amenazas. La joven, vergonzosa y tímida, comoculpable,nosabíaquéresponder,sinoquecallando,hacíaa lasdemássentircompasión de ella.Ymultiplicando la abadesa sus historias, le ocurrió a lajoven levantar lamirada y vio lo que la abadesa llevaba en la cabeza y lascintasquedeacáydeallálecolgaban;porloque,dándosecuentadeloqueera,tranquilizadaporcompleto,dijo:

—Señora, así os ayude Dios, ataos la cofia y luego me diréis lo quequeráis.

Laabadesa,quenolaentendía,dijo:

—¿Quécofia,malamujer?¿Tieneselrostrodedecirgracias?¿Teparecequehashechoalgoconloquevayanbienlasbromas?

Entonceslajoven,otravez,dijo:

—Señora,osruegoqueosatéislacofia;despuésdecidmeloqueosplazca.

Con loquemuchasde lasmonjas levantaron lamiradaa lacabezade laabadesa,yella también llevándoseaella lasmanos, sedieroncuentadeporquéIsabettadecíaaquello;conloquelaabadesa,dándosecuentadesumismafaltayviendoqueportodaseravistaynopodíaocultarla,cambiódesermón,

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ydeguisamuydistintadelaquehabíacomenzadoempezandoahablar,llegóalaconclusióndequeeraimposibledefendersedelosestímulosdelacarne;yporellocalladamente,comosehabíahechohastaaqueldía,dijoquecadaunase divirtiera cuanto pudiese. Y poniendo en libertad a la joven, se volvió aacostarseconsucura,eIsabettaconsuamante,alcualmuchasvecesdespués,apesardeaquellasqueleteníanenvidia,lohizovenirallí;lasdemásquenoteníanamante,lomejorquepudieronprobaronfortuna.

NOVELATERCERA

ElmaestroSimón,ainstanciasdeBrunoydeBuffalmaccoydeNello,hacecreeraCalandrinoqueestápreñado,elcualdaalosantesdichoscaponesydineroparamedicinas,ysecuradelapreñezsinparir.

Después de que Elisa hubo terminado su historia, habiendo dado todosgracias aDiosporhaber sacado, con felizhallazgo, a la jovenmonjade lasfaucesdesusenvidiosascompañeras,lareinamandóaFilostratoquesiguiese;elcual,sinesperarotraorden,comenzó:

Hermosísimasseñoras,elpocopulidojuezdelasMarcassobrequienayeros conté una historia, me quitó de la boca una historia de Calandrino queestabapordeciros;yporqueloquedeélsecuentenopuedesinomultiplicarladiversión,aunquesobreélysuscompañerosyasehayahabladobastante,osdiré,sinembargo,laqueayerteníaenelánimo.

Ya antes se hamostradomuy claro quién era Calandrino y los otros dequienestengoquehablarenestahistoria;yporello,sindecirmás,digoquesucedióqueunatíadeCalandrinomurióyledejodoscientaslirasdecalderillacontante; por la cual cosa, Calandrino comenzó a decir que quería comprarunaposesión,yconcuantoscorredoresdetierrashabíaenFlorencia,comosituviese para gastar diez mil florines de oro, andaba en tratos, los cualessiempre se estropeaban cuando se llegaba al precio de la posesión deseada.BrunoyBuffalmacco,queestascosassabían, lehabíandichomuchasvecesque haríamejor en gastárselos junto con ellos que andar comprando tierrascomosihubiera tenidoquehacerdedestripaterrones,peronoa esto sinonisiquiera a invitarles a comer una vez lo había conducido. Por lo que,quejándoseundíadeelloyllegandouncompañerosuyoqueteníapornombreNello, pintor, deliberaron los tres juntos encontrar la manera de untarse elhocicoacostadeCalandrino;ysintardanza,habiendodecididoentreellosloqueteníanquehacer,alamañanasiguiente,apostadoparavercuándosalíadecasaCalandrino, y no habiendo andado éste casi nada, le salió al encuentroNelloydijo:

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—Buenosdías,Calandrino.

CalandrinolecontestóqueDioslediesebuenosdíasybuenaño.Despuésde lo cual Nello, parándose un poco, comenzó amirarle a la cara; a quienCalandrinodijo:

—¿Quémiras?

YNelloledijo:

—¿Notehapasadonadaestanoche?Nomepareceselmismo.

Calandrino,incontinenticomenzóasentirtemorydijo:

—¡Ay!,¿quéteparecequetengo?

DijoNello:

—¡Ah!,nolodigoporeso;peromeparecesmuytransformado;seráotracosa—yledejóir.Calandrino,todoasustado,peronosintiendonada,siguióandando.PeroBuffalmacco,quenoestabalejos,viéndoloyaalejarsedeNello,le salió al encuentro y, saludándole, le preguntó que si le dolía algo.Calandrinorepuso:

—Nosé,haceunmomentomedecíaNelloqueparecíatodotransformado;¿podríaserquemepasasealgo?

DijoBuffalmacco:

—Si,nadapodríapasarte,noalgo:parecesmediomuerto.

ACalandrinoyaleparecíatenercalentura;yheaquíqueBrunoaparece,yantesdedecirnadadijo:

—Calandrino,¿quécaraesésa?Parecesunmuerto;¿quétepasa?

Calandrino,aloíra todoséstoshablarasí,porciertísimotuvoqueestabaenfermo,ytodoespantadolepreguntó:

—¿Quéhago?

DijoBruno:

—Amímepareceque tevuelvas a casay temetas en la camayque tetapenbien,yquelemandesunamuestraalmaestroSimón,queestaníntimonuestrocomosabes.Éltediráincontinentiloquetienesquehacer,ynosotrosvendremosaverte;ysialgonecesitasloharemosnosotros.

YuniéndoselesNello,conCalandrinosevolvieronasucasa;yél,entrandotodofatigadoenlaalcoba,dijoalamujer:

—Venytápamebien,quemesientomuymal.

Y habiéndose acostado, mandó una muestra al maestro Simón por una

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criadita, el cual entonces estaba en laboticadelMercadoViejoque tiene laenseñadelmelón.YBrunodijoasuscompañeros:

—Vosotrosquedaosaquíconél,yoquieroirasaberquédiceelmédico,ysiesnecesarioatraerlo.

Calandrinoentoncesdijo:

—¡Ah,sí,amigomío,veteyvenadecirmecómoestálacosa,queyonoséquésientoaquídentro!

Bruno,yendoabuscaralmaestroSimón,allíllegóantesdelacriaditaquellevabalamuestra,einformódelcasoalmaestroSimón;porloque,llegadalacriaditayhabiendovistoelmaestrolamuestra,dijoalacriadita:

—VeydileaCalandrinoquenocojafríoeiréenseguidaaverleylediréloquetieneyloquetienequehacer.

La criadita así se lo dijo; y no había pasado mucho tiempo cuando elmédicoyBrunovinieron,ysentándosealladodelmédico,comenzóatomarleelpulso,y,luegodeunpoco,estandoallípresentesumujer,dijo:

—Mira,Calandrino,hablándotecomoaamigo,notienesotromalsinoqueestáspreñado.

CuandoCalandrinooyóesto,dolorosamentecomenzóagritaryadecir:

—¡Ay!Tessa,estoesculpatuya,quenoquieressinosubirteencima;¡yatelodecíayo!

Lamujer,quemuyhonestapersonaera,oyendodecir talcosaalmarido,todaenrojeciódevergüenza,ybajandolafrentesinresponderpalabrasaliódelaalcoba.Calandrino,continuandoconsuquejumbre,decía:

—¡Ay,desdichadodemí!,¿quéharé?,¿cómopariréestehijo?¿Pordóndesaldrá? Bien me veo muerto por la lujuria de esta mujer mía, que tandesdichadalahagaDioscomoyoquieroserfeliz;perosiestuviesesanocomonoloestoy,melevantaríayledaríatantosgolpesquelaharíapedazos,aunquemuybienmeestá,quenuncadebíahaberladejado subirseencima;peroporciertoquesisalgodeéstaantessepodrámorirdelasganas.

BrunoyBuffalmaccoyNelloteníantantasganasdereírqueestallabanaloírlaspalabrasdeCalandrino,peroseaguantaban;peroelmaestroSimónsereía tan descuajaringadamente que se le podrían haber sacado todos losdientes. Pero, por fin, poniéndose Calandrino en manos del médico yrogándolequeenestoledieseconsejoyayuda,ledijoelmaestro:

—Calandrino, no quiero que te aterrorices, que, alabado sea Dios, noshemosdadocuentadelcasotanprontoqueconpocotrabajoyenpocosdíastecuraré;perohayquegastarunpoco.

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DijoCalandrino:

—¡Ay!,maestromío,sí,poramordeDios;tengoaquícercadedoscientasliras con las que quería comprar una buena posesión: si se necesitan todas,cogedlastodas,contaldequenotengaqueparir,quenoséquéibaaserdemí,queoigoalasmujeresarmartantoalborotocuandoestánpariendo,aunquetenganuntalbiengrandeparahacerlo,quecreoquesiyosintieraesedolormemoriríaantesdeparir.

Dijoelmédico:

—No pienses en eso: te haré hacer cierta bebida destiladamuy buena ymuyagradabledebeberque,en tresmañanas, resolverá todas lascosasy tequedarásmásfrescoqueunpez;peroluegotendrásqueserprudenteynoteobstinesenestasnecedadesmás.Ahorasenecesitanparaesaaguatresparesdebuenosygordoscapones,yparaotrascosasquehacenfaltaledarásaunodeéstoscincolirasdecalderillaparaquelascompre,yharásquetodomelollevena labotica;yyo,ennombredeDios,mañana temandaréesebrebajedestilado,ycomenzarásabeberlounvasograndedecadavez.

Calandrino,oídoesto,dijo:

—Maestromío,loquedigáis.

YdandocincolirasaBrunoydinerospara tresparesdecaponeslerogóqueensuserviciosetomaseeltrabajodeestascosas.Elmédico,yéndose,lehizohacerunpocodejarabeyselomandó.Bruno,compradosloscaponesyotras cosas necesarias para pasarlo bien, junto con el médico y con suscompañerosseloscomió.Calandrinobebiójarabetresmañanas;yelmédicovinoaverleysuscompañerosy,tomándoleelpulso,ledijo:

—Calandrino,estáscuradosinduda,asíquecontranquilidadveteyaatusasuntos,ynoescosadequedartemásencasa.

Calandrino,contento,se levantóyse fueasusasuntos,alabandomucho,dondequiera que se paraba a hablar con una persona, la buena cura que lehabía hecho el maestro Simón, haciéndole abortar en tres días sin ningúndolor;yBrunoyBuffalmaccoyNellosequedaroncontentosporhabersabido,con ingenio, burlar la avaricia de Calandrino, aunque doña Tessa,apercibiéndose,muchoconsumaridorezongase.

NOVELACUARTA

CeccodemicerFortarrigosejuegaenBonconventotodassuscosasylosdinerosdeCeccodemicerAngiulieri,ycorriendodetrásdeélencamisaydiciendoquelehabíarobado,hacequelosvillanoslocojan;ysevistesus

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ropasymontaenelpalafrény,viniéndose,lodejaaélencamisa.

Con grandísimas risas de toda la compañía habían sido escuchadas laspalabras dichas por Calandrino a su mujer; pero callándose ya Filostrato,Neifile,cuandolareinaquiso,comenzó:

Valerosas señoras, si no fuese más difícil a los hombres mostrar a losdemássubuenjuicioysuvirtud,deloqueloeslanecedadyelvicio,envanose fatigaríanmuchoenponer frenoa suspalabras;y esto lohamanifestadosuficientemente lanecedaddeCalandrino,queningunanecesidadtenía,paracurarsedelmalquesusimplezalehacíacreerquetenía,demostrarenpúblicolossecretosgustosdesumujer.Lacualcosa,mehatraídoalamemoriaotracontraria a ella, esto es: cómo lamaliciadeuno superóel entendimientodeotro,congravedañoyburladelsobrepasado;loquemeplacecontaros.

Había, no han pasado muchos años, en Siena, dos hombres ya de edadmadura, llamados los dosCecco, pero uno demicerAngiulieri y el otro demicer Fortarrigo, los cuales, aunque enmuchas otras cosas no concordabansuscostumbres,enuna—estoes,enqueambosodiabanasuspadres—tantoconcordabanquesehabíanhechoamigosymuchasvecesestabanjuntos.Peropareciéndole al Angiulieri, que apuesto y cortés hombre era, mal estar enSienaconlaasignaciónqueleeradadaporsupadre,enterándosedequeenlaMarca de Ancona había venido como legado del papa un cardenal que eramucho su protector, se dispuso a irse a donde él, creyendo mejorar sucondiciónyhaciéndolesaberestoalpadre,arreglóconélqueledieseenunmomentoloqueledebíadarenseismesesparaquesepudieravestiryequiparde cabalgadura e ir honorablemente. Y buscando a alguien a quien pudiesellevar consigo a su servicio, llegó esto a oídos del Fortarrigo, el cualinmediatamentefuealAngiulieriycomenzócomomejorpudoarogarlequelollevaseconsigo,yqueélqueríasersucriadoyservidorycualquiercosa,ysinningúnsalariomásquelosgastos.AlcualrespondióAngiulieriquenoloqueríallevar,noporquenosupiesequeeracapazdetodoserviciosinoporquejugaba, y además de eso se embriagaba alguna vez; a lo que Fortarrigorespondió que de lo uno y lo otro se enmendaría sin duda, y con muchosjuramentos se lo afirmó, añadiendo tantos ruegos que Angiulieri, comovencido,dijoqueestabacontento.Ypuestosencaminounamañanaambos,sefueron a almorzar a Bonconvento, donde habiendo Angiulieri almorzado yhaciendo mucho calor, haciéndose preparar una cama en la posada ydesnudándose,ayudadoporFortarrigo,sedurmió,yledijoquealsonarnonalellamase.Fortarrigo,mientrasdormíaAngiulieri,sebajóalataberna,yallí,habiendobebidoun tanto, comenzó a jugar con algunos, los cuales enpocotiempohabiéndoleganadoalgunosdinerosque tenía,semejantementecuantaropateníaencimaleganaron,conloqueél,deseosoderesarcirse,encamisa

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como estaba, subió a donde dormía Angiulieri y, viéndolo dormirprofundamente,lequitódelabolsacuantosdinerostenía,yvolviendoaljuegolosperdióigualquelosotros.Angiulieri,despertándose,selevantóysevistió,yllamóaFortarrigo,ynoencontrándolo,pensóAngiulieriqueenalgúnlugarse habría dormido borracho, como otras veces había acostumbrado a hacer;porloque,decidiéndoseadejarlo,haciendoensillarsupalafrénycargandoenél la valija, pensando en encontrar otro servidor en Corsignano, queriendo,parairse,pagaralposadero,noencontróniundinero;porloqueelalborotofuegrandeytodalacasadelposaderoserevolvió,diciendoAngiulieriquelehabíanrobadoallídentroyamenazandoatodosconhacerlosirpresosaSiena.YheaquíquellegaFortarrigo,queparaquitarlelasropascomohabíahechoantes con el dinero venía; y viendo aAngiulieri en disposiciónde cabalgar,dijo:

—¿Qué es esto, Angiulieri? ¿Tenemos que irnos ya? ¡Ah!, esperad unpoco: debe llegar de unmomento a otro uno que ha tomado en prendamijubón por treinta y ocho sueldos; estoy cierto de que nos lo devolverá portreintaycincopagándoloenelmomento.

Ymientras estaba hablando todavía, llegó uno que aseguró a AngiulieriqueFortarrigo había sido quien le había quitado sus dinerosmostrándole lacantidaddeellosquehabíaperdido.Porlacualcosa,Angiulieri,enojadísimo,dijoaFortarrigoungran insulto,ysimásalprójimoqueaDiosnohubiesetemido,habríallegadoalasobras;yamenazándoloconhacerlocolgarohacerpregonarsucabezaenSienamontóacaballo.Fortarrigo,siAngiulieridijeseestascosasaotrosynoaél,decía:

—¡Bah!, Angiulieri, haya paz, dejemos ahora estas palabras que noimportan un rábano, ocupémonos de esto: nos lo devolverán por treinta ycincosueldossilorecogemosahora,que,siesperamosdeaquíamañana,noquerránmenosdetreintayocho,acomomeloprestó;ymehaceestefavorporquemefiedeél,¿porquénoganamostressueldos?

Angiulieri,oyéndolohablarasí,sedesesperaba,ymáximamenteviéndosemirarporlosqueestabanalrededor,queparecíaquecreían,noqueFontarrigohubierajugadoeldinerodeAngiulieri,sinoqueaúnteníadelsuyoyledecía:

—¿Quéme importa tu jubón, así te cuelguen, que no solamenteme hasrobadoy jugado lomío, sinoqueademáshas impedidomipartida,yaún teburlasdemí?

Fortarrigo, sin embargo, estaba impasible como si no le hablase a él ydecía:

—¡Ah!,¿porquénopuedesdejarmeganartressueldos?,¿nocreesquetelospuedoprestar?¡Ah!,hazlosialgoteimporto;¿porquétienestantaprisa?

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TodavíallegaremosestanochetempranoaTorrenieri.Buscatubolsasabequepodría recorrer toda Siena y no encontraría uno que me estuviera tan biencomo éste; ¡y decir que se lo he dejado a aquél por treinta y ocho sueldos!Todavíavalecuarentaymás,asíquemeperjudicaríasdedosmaneras.

Angiulieri,aquejadoporgrandísimodolor,viéndoserobarporésteyahoraser detenido por su palabreo, sin responderle más, volviendo la cabeza depalafrén,tomóelcaminohaciaTorrenieri.Alcual,Fortarrigo,poseídodeunamaliciosaidea,asíencamisacomenzóatrotar trasél,yhabiendoandadoyasus dosmillas rogando por el jubón, yendoAngiulieri deprisa para quitarseaquellalatadelosoídos,vioFortarrigounoslabradoresenuncampovecinoalcaminodelantedeAngiulieri;alosqueFortarrigo,gritandofuertecomenzóadecir:

—¡Cogedlo,cogedlo!

Porloqueéstos,unoconazadayotroconazadón,parándoseenelcaminodelantedeAngiulieri,creyendoquehubierarobadoaaquelquevenía trasélencamisagritando,leretuvieronyloapresaron;alcual,decirlesquiéneraélycómohabíaidoelasunto,depocoleservía.PeroFortarrigo,llegandoallí,conmalgestodijo:

—¡Nosécómonotemato,ladróntraidorqueteescapasconlomío!

Yvolviéndosealosvillanos,dijo:

—Ved, señores, cómome había, partiendo escondidamente, dejado en laposada, después de haber perdido en el juego todas sus cosas. Bien puedodecirqueporDiosyporvosotrosherecuperadotodoesto,porloquesiempreosestaréagradecido.

Angiulieri por su parte decía lomismo, pero sus palabras no eran oídas.Fortarrigo, con la ayuda de los villanos, lo hizo bajar del palafrén y,despojándoledesusropas,sevistióconellas,ymontadoacaballo,dejandoaAngiulieriencamisaydescalzo,sevolvióaSiena,diciendoportodaspartesqueelpalafrénylasropas lehabíaganadoaAngiulieri.Angiulieri,quericocreíairalcardenalenlaMarca,pobreyencamisasevolvióaBonconvento,ypor vergüenza no se atrevió a volver a Siena en mucho tiempo; sino que,habiéndoleprestadounasropas,sobreelrocínquemontabaFortarrigosefuecon sus parientes de Corsignano, con los cuales se quedó hasta que por supadre fue otra vez socorrido. Y de este modo la malicia de FortarrigoconfundióelbuenpropósitodeAngiulieri,aunquenofueseporéldejadasincastigoensutiempoysulugar.

NOVELAQUINTA

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CalandrinoseenamoradeunajovenyBrunolehaceunbreve,conelcual,altocarla,sevaconél;ysiendoencontradoporsumujer,tienenuna

gravísimayenojosadisputa.

TerminadalanolargahistoriadeNeifile,sinquedemasiadoseriesedeellao hablase la compañía, la reina, vuelta hacia Fiameta, que ella siguiese leordenó;lacual,muyalegre,repusoquedebuengrado,ycomenzó:

Nobilísimas señoras, comocreoque sabéis, nadahayde lo que se habletantoquenogustemáscadavez si elmomentoyel lugarque tal cosapidesabe ser elegidodebidamente por quienquiere hablar de ello.Ypor ello, simiroaaquelloporloqueestamosaquí(queparadivertirnosyentretenernosyno para otra cosa estamos) estimo que todo lo que pueda proporcionardiversiónyentretenimientotieneaquísumomentoylugaroportuno;yaunquemilvecessehablasedeello,nodebesinodeleitarotrotantoalhablardeello.Porlacualcosa,aunquemuchasvecessehayahabladoentrenosotrosdelasaventurasdeCalandrino,mirando(comohacepocodijoFilostrato)quetodassondivertidas,osarécontarsobreellasunahistoriaademásdelascontadas:lacual,sidelaverdaddeloshechoshubiesequeridooquisieseapartarme,bienhabría sabido bajo otros nombres componerla y contarla; pero como elapartarsede laverdadde lascosas sucedidasalnovelaresdisminuirmuchodeleiteenlosoyentes,enlaformaverdadera,ayudadaporloyahablado,oslacontaré.

Niccolo Cornacchini fue un conciudadano nuestro y un hombre rico; yentre sus otras posesiones tuvo una hermosa en Camerata, en la que hizoconstruir una honorable y rica casona, y con Bruno y con Buffalmaccoconcertó que se la pintaran toda; los cuales, como el trabajo era mucho,llevaron consigo a Nello y Calandrino y comenzaron a trabajar. Donde,aunque alguna alcoba amueblada con una cama y otras cosas oportunashubieseyunacriadaviejaviviesetambiéncomoguardianadellugar,porqueotrafamilianohabía,acostumbrabaunhijodeldichoNiccolo,queteníapornombreFilippo,comojovenysinmujer,a llevaralgunavezaalgunamujerquelegustaseytenerlaallíundíaodosyluegodespedirla.

Ahorabien, entre lasdemásveces sucedióque llevóaunaque teníapornombreNiccolosa,aquienunrufián,queerallamadoelTragón,teniéndolaasu disposición en una casa de Camaldoli, la daba en alquiler. Tenía éstahermosafigurayestababienvestiday,enrelaciónconsussemejantes,eradebuenasmaneras y hablaba bien; y habiendo un día amediodía salido de laalcoba con unas enaguas de fustán blanco y con los cabellos revueltos, yestandolavándoselasmanosylacaraenunpozoquehabíaenelpatiodelacasona,sucedióqueCalandrinovinoallíaporaguayfamiliarmentelasaludó.Ella,respondiéndole,comenzóamirarle,másporqueCalandrinoleparecíaun

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hombreraroqueporotracoquetería.Calandrinocomenzóamirarlaaella,ypareciéndole hermosa, comenzó a encontrar excusas y no volvía a suscompañeros conel agua:perono conociéndolano se atrevía adecirlenada.Ella,quesehabíaapercibidodequelamiraba,paratomarleelpeloalgunavezlomiraba,arrojandoalgúnsuspirillo;porlacualcosaCalandrinosúbitamenteseencalabrinóconella,ynosehabíaidodelpatiocuandoellafuellamadaalaalcobadeFilippo.

Calandrino,volviendoatrabajar,nohacíasinoresoplar,porloqueBruno,dándose cuenta, porque mucho le observaba las manos, como quien grandiversiónsentíaensusactos,dijo:

—¿Quédiablotienes,compadreCalandrino?Nohacesmásqueresoplar.

AlqueCalandrinodijo:

—Compadre,situvieraquienmeayudase,estaríabien.

—¿Cómo?—dijoBruno.

AquienCalandrinodijo:

—No hay que decírselo a nadie: hay una joven aquí abajo que es máshermosa que una hechicera, la cual se ha enamorado tanto de mí que tepareceríacosaextraordinaria:mehedadocuentaahoramismo,cuandoheidoaporagua.

—¡Ay!—dijoBruno—,cuidadoquenosealamujerdeFilippo.

DijoCalandrino:

—Creo que sí, porque él la llamó y ella se fue a su alcoba; ¿pero quésignificaesto?ACristoselapegaríayoportalescosas,noaFilippo.Tevoyadecirlaverdad,compadre:megustatantoquenopodríadecirlo.

DijoentoncesBruno:

—Compadre, te voy a explicar quién es; y si es la mujer de Filippo,arreglaré tu asunto en dos palabras porque la conozco mucho. ¿Pero cómoharemosparaquenolosepaBuffalmacco?Nopuedohablarlenuncasinoestáélconmigo.

DijoCalandrino:

—Buffalmacco no me preocupa, pero ten cuidado con Nello, que esparientedeTessayecharíatodoaperder.

DijoBruno:

—Dicesbien.

Pues Bruno sabía quién era ella, como quien la había visto llegar, y

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tambiénFilippose lohabíadicho;por loque,habiéndose idoCalandrinounpocodel trabajoe idoaverla,Brunocontó todoaNelloyaBuffalmacco,yjuntos ocultamente arreglaron lo que iban a hacer con este enamoramientosuyo.

Yalvolver,ledijoBrunoenvozbaja:

—¿Lahasvisto?

RepusoCalandrino:

—¡Ay,sí,mehamatado!

DijoBruno:

—Quieroiraversieslaqueyocreo;ysies,déjamehaceramí.Bajando,pues,BrunoyencontrandoaFilippoyaella,ordenadamentelescontóquiéneraCalandrinoy loque leshabíadicho,yconellosarregló loquecadaunoteníaquedeciryhacerparadivertirseyentretenerseconelenamoramientodeCalandrino;yvolviéndoseaCalandrinodijo:

—Sí es ella: y por ello esto hay que hacerlomuy sabiamente, porque siFilipposediesecuenta,todaelaguadelArnonotelavaría.Pero¿quéquieresqueledigadetupartesisucedequepuedahablarle?

RepusoCalandrino:

—¡Rediez!Ledirásantesqueantesquelaquieromilfanegasdeesebuenbiendeimpregnar,yluegoquesoysuservicialyquesiquierealgo,¿mehasentendidobien?

DijoBruno:

—Sí,déjameamí.

Llegadalahoradelacenayéstos,habiendodejadoeltrabajoybajadoalpatio, estando allí FilippoyNiccolosa, un rato en serviciodeCalandrino sequedaron allí, yCalandrino comenzó amirar aNiccolosay ahacer losmásextrañosgestosdelmundo,talesytantosquesehabríadadocuentaunciego.Ella,porotraparte,hacíatodocuantopodíaconloquecreíainflamarlobienysegúnlosconsejosrecibidosdeBruno,divirtiéndoselomásdelmundoconlosmodos de Calandrino. Filippo, con Buffalmacco y con los otros hacíasemblantedeconversarydenoapercibirsedeesteasunto.

Pero después de un rato, sin embargo, con grandísimo fastidio deCalandrinosefueron;yviniendohaciaFlorenciadijoBrunoaCalandrino:

—Bientedigoquelahacesderretirsecomohieloalsol:porelcuerpodeCristo,sitetraeselrabelylecantasunpocoesascancionestuyasdeamores,laharástirarsedelaventanaparavenircontigo.

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DijoCalandrino:

—¿Teparece,compadre?,¿teparecequelotraiga?

—Sí—repusoBruno.

AquienrepusoCalandrino:

—Nome locreíashoycuando te lodecía:porcierto,compadre,medoycuentadequesémejorqueotroshacerloquequiero.¿Quiénhubierasabido,sinoyo,enamorar tanprontoaunamujer talqueésta?Abuenahora ibanasaberlohacerestosjóvenesdetrompamarinaquetodoeldíalopasanyendodearribaabajoyenmilañosnosabríanreunirunpuñadodecuescos.Ahoraquerría que me vieses un poco con el rabel: ¡verás que buena pasada! Yentiendebienquenosoytanviejocomoteparezco:ellasísehadadocuenta,ella;perodeotramaneraseloharénotarsilepongolasgarrasencima,porelverdadero cuerpo deCristo, que le haré tal pasada que seme vendrá detráscomolatontatraselhijo.

—¡Oh!—dijoBruno—, te lahocicarás: ymeparecevertemorderla conesosdientes tuyoscomoclavijasesabocasuyarojezuelayesasmejillasqueparecendosrosas,yluegocomértelatodaentera.

Calandrino, al oír estas palabras, le parecía estar poniéndolas en obra, yandabacantandoysaltandotanalegrequenocabíaensupellejo.Peroaldíasiguiente,trayendoelrabel,congrandeleitedetodalacompañíacantóconélmuchascanciones;yenresumenentaldesganadehacernadaentrócontantomirar a aquélla, que no trabajaba nada sino que mil veces al día, ora a laventana, ora a la puerta y ora al patio corría para verla, y ella, según losconsejosqueBrunolehabíadado,muybienledabaocasiones.Bruno,porotraparte, se ocupaba de sus embajadas y de parte de ella a veces se las hacía:cuandoellanoestabaallí,queera lamayorpartedel tiempo, lehacía llegarcartasdeellaenlascualesledabagrandesesperanzasasusdeseos,mostrandoqueestaba en casade susparientes,dondeél entoncesnopodíaverla.Ydeesta guisa,Bruno yBuffalmacco, que andaban en el asunto, sacaban de loshechosdeCalandrinolamayordiversióndelmundo,haciéndosedaraveces,comopedidoporsuseñora,cuándounpeinedemarfilycuándounabolsaycuándo una navajilla y tales chucherías, dándole a cambio algunas sortijitasfalsassinvalorconlasqueCalandrinohacíafiestasmaravillosas;yademásdeestolesacabanbuenasmeriendasyotras invitaciones,porestarocupadosdesusasuntos.

Ahora, habiéndole entretenido unos dos meses de esta forma sin haberhechomás, viendoCalandrino que el trabajo se venía acabando y pensandoque,sinollevabaaefectosuamorantesdequeestuvieseterminadoeltrabajo,nuncamásibaapoderconseguirlo,comenzóaimportunarmuchoyasolicitar

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aBruno;porlacualcosa,habiendovenidolajoven,habiendoBrunoprimeroconFilippoyconellaarregladoloquehabíaquehacer,dijoaCalandrino:

—Mira,compadre,estamujermehaprometidomásdemilveceshacerloquetúquierasyluegonohacenada,ymeparecequeteestátomandoelpelo;yporello,comonohaceloquepromete,vamosahacérselohacer,loquieraono,sitúquieres.

RepusoCalandrino:

—¡Ah!,sí,poramordeDios,hagámoslopronto.

DijoBruno:

—¿Tendrásvalorparatocarlaconunbrevequetedéyo?

DijoCalandrino:

—Claroquesí.

—Pues —dijo Bruno— búscame un trozo de pergamino nonato y unmurciélagovivoytresgranitosdeinciensoyunavelabendita,ydéjamehacer.

CalandrinopasótodalanochesiguientecazandoaunmurciélagoconsustrampasyalfinallocogióyconlasotrascosasyselollevóaBruno;elcual,retirándoseaunaalcoba,escribiósobreaquelpergaminociertassandecesconalgunascataratasyselollevóydijo:

—Calandrino, entérate de que si la tocas con este escrito, vendráincontinentidetrásdetiyharáloquequieras.Pero,siFilippovahoyaalgúnlugar, acércate de cualquiermaneray tócala yvete al pajar que está aquí allado,queeselmejorlugarquehaya,porquenovanuncanadie,verásqueellavieneallí,cuandoestéallíbiensabesloquetienesquehacer.

Calandrinosesintióelhombremásfelizdelmundoy tomandoelescritodijo:

—Compadre,déjameamí.

Nello, de quienCalandrino se ocultaba, se divertía con este asunto tantocomo losotrosy juntoconellos interveníaen laburla;ypor ello, tal comoBrunolehabíaordenado,sefueaFlorenciaalamujerdeCalandrinoyledijo:

—Tessa,sabescuántosgolpestedioCalandrinosinrazóneldíaquevolvióconlaspiedrasdelMuñone,yporelloquieroquetevengues:ysinolohaces,nometengasmásporparienteniporamigo.Sehaenamoradodeunamujerdealláarriba,yestanzorraqueandaencerrándoseconélmuchasveces,yhacepoco se dieron cita para estar juntos enseguida; y por eso quiero que tevenguesylovigilesylocastiguesbien.

Aloírlamujeresto,noleparecióningunabroma,sinoqueponiéndoseen

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piecomenzóadecir:

—Ay,ladrónpúblico,¿esomehaces?PorlacruzdeCristo,nosequedaráasíquenomelaspagues.

Y cogiendo su toquilla y unamuchachita de compañera, enseguida,máscorriendoqueandando,conNellose fuehaciaalláarriba;a lacual,alverlavenirBrunodelejos,dijoaFilippo:

—Aquíestánuestroamigo.

Porlacualcosa,Filippo,yendodondeCalandrinoylosotrostrabajando,dijo:

—Maestros,tengoqueiraFlorenciaahoramismo:trabajadconganas.

Yyéndose,sefueaesconderenunapartedondepodía,sinservisto,verloquehacíaCalandrino.

Calandrino,cuandocreyóqueFilippoestabaalgolejos,bajóalpatiodondeencontró sola aNiccolosa; y entrando con ella en conversación, y ella, quesabía bien lo que tenía que hacer, acercándosele, un poco de mayorfamiliaridadquelaquemostradolehabíalemostró,conloqueCalandrinolatocóconelescrito.Ycuandolahubotocado,sindecirnada,volviólospasosal pajar, a donde Niccolosa le siguió; y, entrando dentro, cerrada la puertaabrazó a Calandrino y sobre la paja que estaba en el suelo lo arrojó, ysaltándoleencima,ahorcajadasyponiéndolelasmanossobreloshombros,sindejarlequeleacercaselacara,comocongrandeseolomirabadiciendo:

—Oh,dulceCalandrinomío, almamía,bienmío,descansomío, ¡cuántotiempohedeseado tenerteypoder tenerteamivoluntad!Con tuamabilidadmehasrobadoelcordóndelacamisa,mehasencadenadoelcorazónconturabel:¿puedeserciertoquetetenga?

Calandrino,pudiéndosemoverapenas,decía:

—¡Ah!,dulcealmamía,déjamebesarte.

Niccolosadecía:

—¡Quéprisatienes!Déjameprimeroverteamigusto:¡déjamesaciarlosojosconestedulcerostrotuyo!

BrunoyBuffalmaccosehabíanidodondeFilippoylos tresveíanyoíanesto;yyendoyaCalandrinoabesaraNiccolosa,heaquíquelleganNellocondoñaTessa;elcual,alllegar,dijo:

—VotoaDiosqueestánjuntos—yllegadosalapuertadelpajar,lamujer,que estallaba de rabia, empujándole con las manos le hizo irse, y entrandodentro vio a Niccolosa encima de Calandrino; la cual, al ver a la mujer,

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súbitamentelevantándose,huyóysefuedondeestabaFilippo.

Doña Tessa corrió con las uñas a la cara de Calandrino que todavía noestaba levantado,yse laarañó toda;ycogiéndoloporelpeloy tirándolodeacáparaallácomenzóadecir:

—Sucio perro deshonrado, ¿así que esto me haces? Viejo tonto, quemaldito sea el día en que te he querido: ¿así que no te parece que tienesbastantequehacerentucasaquetevasenamorandoporlasajenas?¡Vayaunbuenenamorado! ¿No te conoces,desdichado?, ¿no te conoces,malnacido?,que escurriéndote todo no saldría jugo para una salsa. PorDios que no eraTessaquien tepreñaba, ¡queDios laconfundaaésaseaquiensea,quedebesertristecosatenergustoporunajoyatanbuenacomoerestú!

Calandrino,alvervenirasumujer,sequedóquenimuertonivivoynoseatrevió a defenderse contra ella de ningunamanera: sino que así arañado ytodo pelado y desgreñado, recogiendo la capa y levantándose, comenzóhumildementeapedirasumujerquenogritasesinoqueríaquelecortasenenpedazosporqueaquellaqueestabaconéleramujerdeldelacasa.

Lamujerdijo:

—¡PuesqueDiosledémalaventura!

BrunoyBuffalmacco,queconFilippoyNiccolosasehabíanreídodeesteasunto a su gusto, como si acudiesen al alboroto, aquí llegaron; y luego demuchashistorias,tranquilizadalamujer,dieronaCalandrinoelconsejodequesefueseaFlorenciaynovolvieraporallí,paraqueFilippo,sialgooyeradeesto,nolehiciesedaño.Asípues,Calandrino,tristeyafligido,todopeladoytodoarañadovolviéndoseaFlorencia,másalláarribanoseatrevióavolver,molestadodíaynocheporlasreprimendasdesumujer,yasuardienteamorpusofin,habiendohechoreírmuchoasusamigosyaNiccolosayaFilippo.

NOVELASEXTA

Dosjóvenessealberganenlacasadeunoconcuyahijaunovaacostarse,ysumujer,sinadvertirlo,seacuestaconelotro;elqueestabaconlahija

seacuestaconsupadreylecuentatodo,creyendohablarconsucompañero;hacenmuchoalboroto,lamujer,apercibiéndose,semeteenlacamadelahijay,consiguientemente,conalgunaspalabraspacificaa

todos.

Calandrino,queotrasveceshabíahecho reír a lacompañía, lomismo lohizoestavez:ydespuésdeque lasdamasdejarandehablardesuscosas, la

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reinaordenóaPánfiloquehablase,elcualdijo:

Loablesseñoras,elnombrede laNiccolosaamadaporCalandrinomehatraídoalamemoriaunahistoriadeotraNiccolosa,lacualmeplacecontarosporqueenellaveréiscómounasúbitainspiracióndeunabuenamujerevitóungranescándalo.

En la llanura delMuñone hubo, no hamucho tiempo, un hombre buenoque a los viandantes daba, por dinero, de comer y beber; y aunque era unapersona pobre y tenía una casa pequeña, alguna vez, en caso de grannecesidad, no a todas las personas sino a algún conocido albergaba; ahorabien,teníaésteunamujerqueeraasazhermosahembra,delacualteníadoshijos:yelunoeraunajovencitahermosayagradable,deedaddequinceodedieciséisaños,quetodavíanoteníamarido;elotroeraunniñopequeñitoquetodavía no tenía un año, al que lamismamadre amamantaba.A la joven lehabía echado los ojos encimaun jovenzuelo apuesto y placentero y hombrenobledenuestraciudad,elcualmuchoandabaporelbarrioyfogosamentelaamaba; y ella, que de ser amada por un joven tal como aquel mucho segloriaba,mientrasenretenerloensuamorconplacenterosgestosseesforzaba,de él igualmente se enamoró; ymuchasveces congustode cadaunade laspartes hubiera tenido efecto aquel amor si Pinuccio, que así se llamaba eljoven,nohubierasentidodisgustoencausar ladeshonradela jovenydeél.Pero de día en díamultiplicándose su ardor, le vino el deseo a Pinuccio dereunirseconella,ylevinoalpensamientoencontrarelmododealbergarseencasadesupadre,pensando,comoquienladisposicióndelacasadelajovensabía, que si aquello hiciera, podría ocurrir que estuviese con ella sin quenadie se apercibiese; y en cuanto le vino al ánimo, sin dilación lo puso enobra. Él, junto con un fiel amigo llamadoAdriano, que este amor conocía,cogiendoundíaalcaerlanochedosrocinesdealquileryponiéndolesencimadosvalijas, talvez llenasdepaja,salierondeFlorencia,ydandounavuelta,cabalgando,alallanuradelMuñonellegaronsiendoyadenoche;yentonces,comosivolviesendeRomaña,dándoselavuelta,hacialascasassevinieronya ladelbuenhombre llamaron;el cual, comoquienmuybienconocíaa losdos,abriólapuertaprontamente.AlquePinucciodijo:

—Mira, tienes quedarnos albergue esta noche: pensábamospoder entraren Florencia, y no hemos podido apurarnos tanto que a tal hora como eshayamosllegado.

Aquienelposaderorepuso:

—Pinuccio,biensabesquécomodidadtengoparaalbergarahombrestalescomosoisvosotros;perocomoestahoraoshaalcanzadoaquíynohaytiempoparaquepodáisiraotrositio,osdaréalberguedebuenaganacomopueda.

Echando pie a tierra, pues, los dos jóvenes, y entrando en el albergue,

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primeramenteacomodaronsusrocinesyluego,habiendoellosllevadolacenaconsigo,cenaronconelhuésped.Ahoranoteníaelhuéspedsinounaalcobitamuy pequeña en la cual había tres camitas puestas comomejor el huéspedhabíasabido;ynohabía,contodoello,quedadomásespacio(estandodosaunodelosladosdelaalcobaylaterceracontraelotro)quesepudiesehacerallí nada sino moverse muy estrechamente. De estas tres camas, hizo elhombreprepararparalosdoscompañeroslamenosmala,yloshizoacostar;luego, después de algún tanto, no durmiendo ninguno de ellos aunquefingiesen dormir, hizo el huésped acostarse a su hija en una de las dos quequedabanyenlaotrasemetióélysumujer, lacual, juntoa lacamadondedormíapusolacunaenlaqueteníaasuhijopequeñito.Yestandolascosasdeesta guisa dispuestas, y habiendo Pinuccio visto todo, después de algúntiempo,pareciéndoleque todosestabandormidos, levantándose sin ruido, sefuealacamitadondelajovenamadaporélestabaechada,yseleechóallado;porlacual,aunquemedrosamentelohiciese,fuealegrementeacogido,yconella, tomando el placer que más había deseado, se estuvo. Y estando asíPinuccio con la joven, sucedió que un gato hizo caer ciertas cosas, que lamujer,despertándose,oyó;por loque levantándose, temiendoquefueseotracosa,asíenlaoscuridadcomoestaba,sefueallíadondehabíaoídoelruido.Adriano, que en aquello no tenía el ánimo, por acaso por alguna necesidadnaturalselevantóyyendoasatisfacerlasetropezóconlacunapuestaporlamujer,ynopudiendosin levantarlapasardelante,cogiéndola, la levantódellugar donde estaba y la puso junto al lado de la cama donde él dormía; ycumplidoaquelloporloquesehabíalevantado,volviéndose,sinpreocuparsedelacuna,enlacamasemetió.Lamujer,habiendobuscadoyencontradoqueaquelloquehabíacaídoalsuelonoeralatalcosa,nosepreocupódeencenderningunaluzparaverlomejorsinoque,habiendogritadoalgato,alaalcobitasevolvió,yatientassefuederechamentealacamadondedormíasumarido;peronoencontrandoallílacuna,sedijo:

—¡Ay,desdichadademí!Miraloquehacía:afequemeibaderechamentealacamademishuéspedes.

Yyendounpocomásalláyencontrandolacuna,enlacamajuntoalacualestaba,juntoaAdrianoseacostócreyendoacostarseconsumarido.Adriano,quetodavíanosehabíadormido,alsentirestolarecibióbienyalegremente;ysin decir palabra tensó la ballesta y la descargó de un solo golpe con granplacer de la mujer. Y estando así, temiendo Pinuccio que el sueño lesorprendiese con su joven, habiendo el placer logrado que deseaba, paravolverseadormirasucamaselevantódesuladoy,yendoaella,encontrandolacuna,creyóqueeraaquéllaladelhuésped;porloque,avanzandounpocomás, se acostó con el huésped, que con la llegada de Pinuccio se despertó.Pinuccio,creyendoestaralladodeAdriano,dijo:

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—¡Bien te digo que nunca hubo cosa tan dulce comoNiccolosa! Por elcuerpodeCristo,hetenidoconellaelmayorplacerquenuncaunhombretuvoconmujer;y tedigoquehebajadoseisvecesa lavilladesdequemefuideaquí.

El huésped, oyendo estas noticias y no gustándole demasiado, se dijoprimero:«¿Quédiabloshaceésteaquí?».

Después,másairadoqueprudente,dijo:

—Pinuccio,latuyahasidounavillaníaynoséporquétienesquehacermeesto;peroporelcuerpodeCristomelavasapagar.

Pinuccio,quenoeraeljovenmássabiodelmundo,aldarsecuentadesuerrornocorrióaenmendarlocomomejorhubierapodidosinoquedijo:

—¿Quétevoyapagar?¿Quépodríashacerme?

Lamujerdelhuésped,queconsumaridocreíaestardijoaAdriano:

—¡Ay,miraanuestroshuéspedesqueestánriñendopornoséqué!

Adriano,riendo,repuso:

—DéjalosenpazyqueDioslosconfunda:bebierondemasiadoanoche.

Lamujer,pareciéndolehaberoídoasumaridogritaryoyendoaAdriano,incontinenti conoció dónde había estado y con quién; por lo cual, comodiscreta, sindecirpalabra, súbitamente se levantó,y cogiendo la cunade suhijito,comoningunaluzsevieseenlaalcoba,porconjeturalallevójuntoalacamadondedormíasuhijayconellaseacostó;y,comodespertándoseconelbarullodelmarido, le llamóy lepreguntóqué riñase traíaconPinuccio.Elmaridorespondió:

—¿NoleoyesloquedicequehahechoestanocheconNiccolosa?

Lamujerdijo:

—Mientecontodalaboca,queconNiccolosanosehaacostado;queyomeheacostadoaquíenelmomentoenquenohepodidodormirya;ytúeresunanimalporcreerle.Bebéistantoporlanochequeluegosoñáisyvaisdeacáparaallásinenterarosyosparecequehacéisalgogrande;¡granlástimaesquenoosrompáiselcuello!¿PeroquéhaceahíesePinuccio?¿Porquénoseestáensucama?

Porotraparte,Adriano,viendoquelamujerdiscretamentesudeshonrayladesuhijatapaba,dijo:

—Pinuccio,telohedichocienvecesquenovayasdandovueltas,queesteviciotuyodelevantartedormidoycontarlasfábulasquesueñastevaatraeralgunavezunadesgracia;¡vuélveteaquí,asíDiostedémalanoche!

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Elhuésped,oyendoloquedecíasumujeryloquedecíaAdriano,comenzóacreerdemasiadobienquePinuccioestabasoñando;por loque,cogiéndoloporloshombros,comenzóamenearloyallamarlo,diciendo:

—Pinuccio,despiértate;vuélveteatucama.

Pinuccio,habiendooídoloquesehabíadicho,comenzó,aguisadequiensoñase, a entrar en otros desatinos; de lo que el huésped se reía con lasmayores ganas del mundo. Al final, sintiendo que lo meneaban, hizosemblantededespertarse,yllamandoaAdrianodijo:

—¿Esyadedía,quemellamas?

Adrianodijo:

—Sí,venaquí.

Él,fingiendoymostrándosemuysomnoliento,porfinselevantódejuntoasuhuéspedysevolvióalacamaconAdriano;yvenidoeldíaylevantándoseelhuésped,comenzóareírseyaburlarsedeélydesussueños.Yasí,deunabromaenotra,preparandolosdosjóvenessusrocinesyponiendosobreellossusvalijasyhabiendobebidoconelhuésped,montandodenuevoacaballosevinieron a Florencia, no menos contentos del modo en que la cosa habíasucedido que de los efectos de la cosa.Y luego después, encontrando otrosmodos,PinuccioseencontróconNiccolosa,lacualafirmabaasumadrequeésteverdaderamentehabíasoñado;porlacualcosalamujer,acordándosedelosabrazosdeAdriano,asímismasedecíaqueeralaúnicaenhabervelado.

NOVELASÉPTIMA

TalanodeImolasueñaqueunlobodesgarratodalacaraylagargantadesumujer;ledicequetengacuidado;ellanolohaceylesucedeasí.

HabiendoterminadolahistoriadePánfiloysidolainvencióndelamujeralabada por todos, la reina a Pampínea dijo que contase la suya, la cual,entonces,comenzó:

Otravez,amablesseñoras,sobrelaverdaddemostradaporlossueños,delosquemuchosseburlan,sehahabladoentrenosotros;ysinembargo,aunqueyasehayadicho,nodejaréconunahistorietamuybrevedecontarosloqueaunavecinamía,nohaceaúnmuchotiempo,sucediópornocreerenunoquesobreellahabíatenidosumarido.

No sé si vosotras conocisteis a Talano de Imola, hombre muy honrado.Éste,habiendotomadopormujeraunajovenllamadaMargarita,máshermosa

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que todas las demás, pero, sobre toda otra cosa, tan caprichosa, desabrida ysuspicaz que no quería hacer nada a gusto de nadie ni los demás podíanhacerlo al suyo; lo que, aunque pesadísimo fuese de soportar a Talano, nopudiendohacerotracosa,selosufría.Ahorabien,sucedióunanoche,estandoTalano con estaMargarita suya en el campo, en unade sus posesiones, queestandoéldurmiendoleparecióverasumujerirporunbosquemuyhermosoqueteníannomuylejosdesucasa;ymientraslaveíaandarasí,leparecióquedeunapartedelbosquesalíaungrandeyferozlobo,elcualprestamenteselearrojabaalagargantaylatirabaatierra,yella,pidiendoayuda,seesforzabaenarrancarsedeél;ycuandosaliódesusfauces,todalacaraylagargantalepareció que tenía destrozadas. El cual, levantándose a la mañana siguiente,dijoasumujer:

—Mujer, aunque tu suspicacia no haya permitido nunca que pase yo unsolodíaenpazcontigo,sentiríamuchoquetesucediesealgúnmal;yporello,siconfíasenmijuicio,nosaldráshoydecasa.

Y preguntándole ella el porqué, ordenadamente le contó su sueño. Lamujer,moviendolacabeza,dijo:

—Quienmaltequieremaltesueña;muchotecompadecesdemí,peromesueñascomoquerríasverme;yporciertoquemeguardaré,hoyysiempre,dedartegustoconésteoconotrodañomío.

DijoentoncesTalano:

—Yasabíayoqueibasacontestarmeeso,porqueasílepaganaquiencríacuervos,peroaunquecreasloquequieras,yolodigoportubien,yahoraotravezteadviertoquetequedeshoyencasa,oporlomenos,queteguardesdeiranuestrobosque.

Lamujerdijo:

—Estábien.

Yluegoempezóadecirseasímisma:

«¿Hasvistoconquémaliciasecreeéstehabermemetidomiedodeirhoyanuestro bosque, dónde seguro que debe haberle dado una cita a cualquierdesgraciada,ynoquierequeloencuentreallí?¡Oh,québuenembelesadoreséste!, ybien tonta seríayo si le creyese.Pero concertezano lo conseguirá;tengoqueveryo,aunquedebaestarallítodoeldía,quéclasedecomercioeselquequiereéstehacerhoy».

Ycomohubodichoesto,saliendoelmaridoporunapuertadelacasa,salióellaporotra,ylomásocultamentequepudo,sindilaciónsefuealbosqueyallí,enlapartequemásfollajehabía,seescondió,estandoatentaymirando,ora aquí, ora allí por ver si veía venir a alguien. Y mientras de esta guisa

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estaba,sinningúntemordel lobo,heaquíquedeunmatorral tupidosaleunlobo grande y terrible y ni pudo ella, cuando lo vio, decir sino: «¡Señor,ayúdame!»,cuandoelloboyaselehabíaarrojadoalagargantay,cogiéndolaconfuerza,comenzóallevárseladeallícomosifueseunpequeñocorderito.Ella no podía gritar (tan oprimida tenía la garganta), ni de otra maneradefenderse;porloque,llevándoselaellobo,sinfaltalahabríaestranguladosinosehubieratopadoconalgunospastores,loscuales,gritándole,leobligaronasoltarla;yella,míseraydesdichada,reconocidaporlospastoresyllevadaasucasa,luegodelargoesfuerzofuecuradaporlosmédicos,peronotantoquetodalagargantayunabuenapartedelacaranosequedasenestropeadasdetalmaneraquesiendoprimerohermosa,sequedóluegosiendosiemprefeísimaydeforme. Por lo que ella, avergonzándose de aparecer donde fuese vista,muchasvecesmiserablementellorósususpicaciayelnohaber,enaquelloquenadalecostaba,prestadofealverazsueñodesumarido.

NOVELAOCTAVA

BiondellohaceunaburlaaCiaccoconunalmuerzo,delaqueCiaccosagazmentesevengahaciéndologolpearconcienzudamente.

UniversalmentetodoslosdelaalegrecompañíadijeronqueloqueTalanohabía visto durmiendo no había sido un sueño sino una visión, si es queexactamente,sinfaltarnada,habíasucedido.Pero,callándosetodos,ordenólareinaaLauretaquesiguiese;lacualdijo:

Comoéstos,sapientísimasseñoras,quehoyantesdemíhanhablado,casitodoshansidomovidosahablarporalgunacosaantesdicha,asímemueveamí la severa venganza (contada ayer por Pampínea) que tomó el escolar, ahablardeunamuyduraparaquienlasufrió,aunquenofuesetancruel,yporellodigoque:

ViviendoenFlorenciaunollamadoportodosCiacco,hombreglotoncísimomásqueningunoquehayaexistido,ynopudiendosusposibilidadessostenerlosgastosquesuglotoneríarequería,siendoporotrapartemuycortésytodolleno de buenos y placenteros decires ingeniosos, se dedicó a ser nopropiamentebufónsinogracioso,yatrataraquieneseranricosysedeleitabancomiendo cosas buenas; y con éstos a almorzar y a cenar, aunque no fuesesiempreinvitado,ibamuyfrecuentemente.HabíasemejantementeenaquellostiemposenFlorenciaunoquesellamabaBiondello,pequeñodepersona,muycortés y más limpio que una patena, con su gorrete en la cabeza, con sumelenitarubiaysinunsolocabellodescolocado,elcualelmismooficioqueCiacco tenía; el cual, habiendo ido unamañana de cuaresma allá donde se

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vendeelpescadoycompradodosgordísimaslampreasparamicerVieridelosCerchi,fuevistoporCiacco,que,acercándoseaBiondellodijo:

—¿Quésignificaesto?

AquienBiondellorepuso:

—AyertardelemandaronotrastresmuchomáshermosasqueéstassonyunesturiónamicerCorsoDonati,ynobastándoleparapoderdardecomeraalgunosgentileshombres,mehamandadoacomprarestasotrasdos:¿novasavenirtú?

RepusoCiacco:

—Biensabesquesí.

Ycuandoleparecióoportuno,acasademicerCorsosefue,yloencontrócon algunos vecinos suyos, que todavía no había ido a almorzar; a quien,siendopreguntadoporélquequéandabahaciendo,repuso:

—Señor,vengoaalmorzarconvosyvuestracompañía.

AquienmicerCorsodijo:

—Eresbienvenido,ycomoyaeshora,vámonos.

Sentándose, pues, a la mesa, primero comieron garbanzos y atún ensalmuera,y luegopecesdelArnofritos,ynadamás.Ciacco,apercibiéndosedelengañodeBiondelloynopocoenojado,sepropusohacérselopagar;ynopasaronmuchosdíassinqueseencontraseconél,queyahabíahechoreíramuchos con aquella burla. Biondello, al verlo, le saludó, y riéndose lepreguntó que qué tal habían estado las lampreas de micer Corso; a lo querespondiendoCiacco,dijo:

—Antesdequepasenochodíaslosabrásmuchomejorqueyo.

Ysindartreguaalasunto,separándosedeBiondello,ajustóelprecioconuntruhany,dándoleunbotellóndevidrio,lollevóalalonjadelosCavicciuliylemostróenellaauncaballerollamadoFilippoArgenti,hombregrandeynervudoyfuerte,irritable,iracundoycoléricomásqueningúnotro,yledijo:

—Te acercas a él con este frasco en lamano y le dices así: «Señor,memanda Biondello y me manda para rogaros que os plazca enrojecerle estefrasco con vuestro buen vino tinto, que se quiere divertir un rato con suscompinches».Y estate bien atento para que no te ponga lasmanos encima,porquelosentiríasyhabríasestropeadomisasuntos.

Dijoeltruhan:

—¿Tengoquedeciralgomás?

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DijoCiacco:

—No,vete;ycuandolehayasdichoeso,vuelveaquíconelfrasco,queyotepagaré.

Echándose a andar, pues, el truhan, le dio la embajada amicer Filippo.Micer Filippo, al oírle, como quien poco aguante tenía, pensando queBiondello,aquienconocía,seburlabadeél,todocoloradoelrostro,diciendo:

—¿Qué «enrojecedme» y qué «compinches» son ésos, que Dios osconfundaatiyaél?

Sepusoenpieyextendióelbrazoparagolpearaltruhan;peroeltruhan,como quien estaba atento, fue rápido y salió huyendo, y por otro caminovolvió a dondeCiacco, que todo había visto, y le dijo lo quemicer Filippohabíadicho.Ciacco,contento,pagóaltruhan,ynodescansóhastaencontraraBiondello;alcualdijo:

—¿HasidoúltimamenteporlalonjadelosCavicciuli?

RepusoBiondello:

—No,nada;¿porquémelopreguntas?

DijoCiacco:

—PorquepuedodecirtequemicerFilippoteestábuscando;noséquéesloquequiere.

DijoentoncesBiondello:

—Bien,voyhaciaallíyhablaréconél.

Al irseBiondello, Ciacco se fue detrás a ver cómo iba el asunto.MicerFilippo,nohabiendopodidoalcanzaral truhan,sehabíaquedadofieramenteairadoyserecomíapordentroalnopoderdara laspalabrasdelpícarootrosignificadosinoqueBiondello,ainstanciasdequienfuese,seburlabadeél;ymientrasestabaél reconcomiéndose,heaquíqueBiondello llega.Alque,encuantovio,saliéndolealencuentro,ledioenlacaraungranpuñetazo.

—¡Ay!,señor—dijoBiondello—,¿quéesesto?

Micer Filippo, cogiéndolo por los pelos y arrancándole el gorrete de lacabezayarrojándoleelcapuchoportierra,ysindejardedarlegrandesgolpes,decía:

—Traidor, bien verás lo que es esto; ¿de qué «enrojecedme» y de qué«compinches» mandas que me hablen a mí? ¿Te parezco un muchachito aquienselegastanbromas?

Yasídiciendo,conlospuñosqueteníacomodehierro,ledestrozótodala

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cara y no le dejó en la cabeza pelo que estuviese bien colocado, yrevolcándoloporelfango,lerasgótodaslasropasquellevabaencima;ytantose aplicaba a ello que ni una vez desde el principio pudo Biondello decirpalabra ni preguntarle por qué le hacía esto; bien había oído lo del«enrojecedme»ylos«compinches»,peronosabíaloquequeríadecir.Porfin,habiéndole bien golpeadomicer Filippo y habiendomucha gente alrededor,conelmayortrabajodelmundoseloarrancarondelasmanos,tandesgreñadoy desastrado como estaba, y le dijeron por qué micer Filippo había hechoaquello,reprendiéndoleporhabermandadoadecirleaquello,ydiciéndolequea aquellas alturas debía conocer amicer Filippo y que no era hombre paragastarle bromas. Biondello, llorando, se excusaba y decía que nunca habíamandado a pedirle vino a micer Filippo; y luego que un poco se hubocompuesto,tristeydoloridosevolvióacasa,pensandoqueaquellohabíasidoobra de Ciacco. Y después de que tras muchos días, desaparecidos loscardenalesdelrostro,comenzóasalirdecasa,sucedióqueloencontróCiacco,yriéndoselepreguntó:

—Biondello,¿quétalteparecióelvinodemicerFilippo?

RepusoBiondello:

—¡AsídebíanhaberteparecidoatilaslampreasdemicerCorso!

EntoncesdijoCiacco:

—Ahoradependedeti:siemprequequierashacermecomertanbiencomomehiciste,tedarédebebertanbiencomotehedado.

Biondello,quesabíaquecontraCiaccomáspodíatenermalavoluntadquemalasobras,rogóaDiosquelediesesupaz,ydeallíenadelanteseguardódeburlarsedeél.

NOVELANOVENA

DosjóvenespidenconsejoaSalomón,elunodecómopuedeseramado,elotrodecómodebealamujerterca;alunolerespondequeameyalotro

quevayaalpuentedelaOca.

Nadie más que la reina (si quería respetarse el privilegio concedido aDioneo) quedaba por novelar; la cual, después de que las damas hubieronmuchoreídodeldesdichadoBiondello,alegre,comenzóahablarasí:

Amablesseñoras,siconmenterectamiramoselordende lascosas,muyfácilmenteconoceremosque toda launiversalmultitudde lasmujeresestáaloshombressometidaporlanaturalezayporlascostumbresyporlasleyes,y

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quesegúneldiscernimientodeéstosconvienequeserijanygobiernen;yporello, todas las que quieran tranquilidad, consuelo y reposo tener con loshombres a quienes pertenecen, deben ser con ellos humildes, pacientes yobedientes,ademásdehonestas,loqueesespecialtesorodecadauna.Ysiencuantoa esto las leyes, queal bien comúnmiran en todas las cosas, nonosenseñasen (y el uso y la costumbre que queremos decir, cuyas fuerzas songrandísimasydignasdeserreverenciadas)lanaturalezamuyabiertamentelomuestra, que nos ha hecho en el cuerpo delicadas y blandas, en el ánimotímidasymiedosas,enlasmentesbenignasypiadosas,ynoshadadoflacaslascorporalesfuerzas,lasvocesamablesylosmovimientosdelosmiembrossuaves: cosas todas que testimonian que tenemos necesidad del gobiernoajeno.Yquientienenecesidaddeserayudadoygobernado,todarazónquiereque sea obediente y que esté sometido y reverencie a su ayudador ygobernador:¿yquiénesnosayudanygobiernananosotrassinoloshombres?Puesa loshombresdebemos, sumamentehonrándoles, someternos;y laquedeestoseaparteestimoqueseadignísimanosolamentededurareprensión,sinotambiéndeásperocastigo.Yatalconsideración,aunqueyalahayahechootra vez,me ha traído hace poco Pampínea con lo que contó de la irritablemujerdeTalano:aquienDiosmandóelcastigoquesumaridonohabíasabidodarle; y por ello juzgo yo que son dignas (como ya dije) de duro y ásperocastigo todas aquellas que se apartan de ser amables, benévolas y dócilescomoloquierenlanaturaleza,lacostumbreylasleyes.PorloquemeagradacontaroselconsejoquedioSalomón,comoútilmedicinaparacuraraaquellasqueestánafectadasdeestemal;elcual,ningunaquenoseamerecedoradetalmedicina,piensequesediceporella,aunqueloshombresacostumbrendecirtal proverbio: «Espuelaspide el buen caballoy elmalo, y lamujerbuenaymala pide palo». Las cuales palabras, quien quisiera interpretarlasjocosamente, inmediatamente concedería que son ciertas de todas, pero aunqueriendo interpretarlas moralmente, digo que habría que admitirlas. Sonnaturalmente las mujeres todas volubles e influenciables y por ello, paracorregir la inquietud de quienes se dejan ir demasiado lejos de los límitesimpuestos,senecesitaelbastónquelascastigue,yparasustentarlavirtuddelasdemás,quenosedejenresbalar,esnecesarioelbastónquelassostengaylas asuste. Pero dejando ahora el predicar, viendo a aquello que tengo en elánimodecir,digoque:

HabiéndoseyaextendidoportodoeluniversomundolaaltísimafamadelamaravillosadiscrecióndeSalomón,yelliberalísimousoquedeellahacíaparaquienqueríaconocerlaporpropiaexperiencia,muchosacudíanaélporconsejo en sus estrechísimas y arduas necesidades desde diversas partes delmundo; y entre los otros que a ello iba, se puso en camino un joven cuyonombreeraMelisso,muynobleyrico,delaciudaddeLayazo,dedondeeraély donde vivía. Y cabalgando hacia Jerusalén, sucedió que, al salir de

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Antioquia,conotrojovenllamadoJosefo,elcualaquelmismocaminollevabaque él hacía, cabalgó durante algún tiempo; y como es la costumbre de losviajeros,comenzóaentrarconélenconversación.HabiéndoledichoyaJosefoa Melisso cuál era su condición y de dónde venía, adónde iba y a qué lepreguntó; al cual, dijo Josefoque iba aSalomón,parapedirle consejode loque debía hacer con sumujer, que eramás que ninguna otramujer terca ymala,aquienélniconruegosniconhalagosnideningunaotramanerapodíasacardesuobstinación.Yluego,élporsuparte,dedóndeerayadóndeibayparaquélepreguntó;alcualrespondióMelisso:

—YosoydeLayazo,ycomotútienesunadesgraciayotengootra:yosoyun hombre rico y gasto lo mío en sentar a mi mesa y honrar a misconciudadanos,yescosararayextrañapensarque,apesarde todoesto,nopuedoencontraranadiequemequierabien;yporellovoydondevastú,parapedirconsejodecómopuedahacerqueseaamado.

Caminaron, pues, juntos los dos compañeros y, llegados a Jerusalén, pormediacióndeunodelosbaronesdeSalomón,fueronllevadosanteél,alcualbrevementeMelissoexpusosunecesidad;aquienSalomónrepuso:

—Ama.

Ydichoesto,prestamenteMelissofueobligadoasalirdeallí,yJosefodijoaquelloporloqueestabaallí,alcualSalomón,nadarespondiósino:

—VealPuentedelaOca.

Dicho locual, tambiénJosefo fuesindemoraalejadode lapresenciadelrey,y encontróaMelissoque estabaesperándole,y ledijo loque lehabíandado por respuesta. Los cuales, pensando en estas palabras y no pudiendocomprender su sentido ni sacar ningún fruto para sus necesidades, como sihubiesen sido burlados, se pusieron en camino para volver; y luego de quehubieroncaminadoalgunas jornadas llegaronaunríosobreelcualhabíaunhermoso puente; y porque una gran caravana de carga con mulas y concaballosestabapasandotuvieronqueesperarhastatantoquehubiesenpasado.Y habiendo ya pasado casi todos, por acaso hubo unmulo que se espantó,como con frecuencia les sucedía, y no quería de ninguna manera pasaradelante; por la cual cosa, un mulero, cogiendo una estaca, primero conbastante suavidad comenzó a pegarle para que pasase. Pero elmulo, ora deestapartedelcamino,oradeaquéllaatravesándose,yavecesretrocediendo,de ninguna manera pasar quería; por la cual cosa el mulero, sobremaneraairado,comenzóconlaestacaadarlelosmayoresgolpesdelmundo,oraenlacabeza,oraen los flancosyoraen lagrupa;pero todoera inútil.Por loqueMelissoyJosefo,queestabanmirandoestacosa,decíanalmulero:

—¡Ah!,desdichado,¿quéhaces?,¿quieresmatarlo?,¿porquénopruebasa

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conducirlo bien y tranquilamente? Irá antes que si lo golpeas como estáshaciendo.

Aquieneselmulerorespondió:

—Vosotrosconocéisavuestroscaballosyyoconozcomimulo;dejadmehacerleloquequiero.

Ydichoesto,comenzóadarlebastonazos,ytantosdeunaparteytantosdeotraledioqueelmulopasóadelante,demaneraqueelmulerosesalióconlasuya.Estando,pues, losdos jóvenesapuntodeseguir,preguntóJosefoaunbuenhombre,queestabasentadoalempezarelpuente,quecómosellamabaaquello;alcualelbuenhombrerepuso:

—Señor,estosellamaelPuentedelaOca.

Loque,comohubooídoJosefo,seacordódelaspalabrasdeSalomónyledijoaMelisso:

—Pues te digo, compañero, que los consejos que me ha dado Salomónpodríanserbuenosyverdaderosporquemuyclaramenteconozcoquenosabíapegaramimujer:peroestemuleromehaenseñadoloquetengoquehacer.

Deallíaalgunosdías llegadosaAntioquia,retuvoJosefoaMelissoparaquedescansasealgunosdíasconél;y siendomuy fríamente recibidopor sumujer,ledijoquehicieseprepararlacenatalcomoMelissoledijera;elcual,comovioqueJosefoesoquería,seloexplicó.Lamujer,talcomohabíahechoenelpasado,nocomoMelissolehabíadicho,sinotodolocontrariohizo;loqueviendoJosefo,enojado,dijo:

—¿Nosetehadichodequémaneradebíashacerestacena?

Lamujer,respondiéndoleorgullosamente,dijo:

—Pues¿quéquieredeciresto?¡Ah!¡Nocenessinoquierescenar!Sisemedijo deotramanera amímehaparecidohacerlo así; si te place, que teplazca;sino,aguántate.

MaravillóseMelisso de la respuesta de lamujer ymucho se la reprobó.Josefo,aloíresto,dijo:

—Mujer, sigues siendo lo que eras, pero créeme que te haré cambiar demaneras.

YvolviéndoseaMelissodijo:

—Amigo,prontovamosaverquétalhasidoelconsejodeSalomón;peroteruegoquenoteseaduroverlonipensarqueesbromaloquevoyahacer.Yparaquenome lo impidas, acuérdatede la respuestaquenosdioelmulerocuandodesumulonosdabacompasión.

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AlcualMelissodijo:

—Yoestoyentucasa,dondenoentiendosepararmedeloquegustes.

Josefo, buscando un bastón redondo de una encina joven, se fue a sualcoba, adonde la mujer, que con cólera se había levantado de la mesa, sehabía ido rezongando, y cogiéndola por las trenzas la arrojó a sus pies ycomenzóagolpearlafieramenteconestebastón.Lamujerempezóprimeroagritarydespuésaamenazar;peroviendoquecontodoJosefonocejaba,todadolorida comenzó a pedirmerced porDios para que no lamatase, diciendoademásquenuncadejaríadehacersugusto.Josefo,apesardetodoesto,nocesabasinoqueconmásfuriaunavezquelaanterioroenelcostadooenlasancas o en los hombros golpeándola fuertemente le andaba asentando lascosturas,ynosequedóquietohastaquesecansó;yenresumen,ningúnhuesoni ninguna parte quedó en el cuerpo de la buena mujer que machacada notuviese;yhechoesto,volviéndoseconMelisso,dijo:

—Mañanaveremoscómoresultaelconsejode«VetealPuentedelaOca».

Ydescansandountantoylavándosedespuéslasmanos,conMelissocenóycuandofuehorasefueronaacostar.Lapobrecitamujercongrantrabajoselevantódelsueloysearrojósobrelacama,dondedescansandolomejorquepudo, a la mañana siguiente, levantándose tempranísimo, hizo preguntar aJosefoquequéqueríaquehicieseparaalmorzar.Él,riéndosedeaquellojuntoconMelisso,seloexplicó;yluego,cuandofuehora,alvolver,óptimamentetodaslascosasysegúnlaordendadaencontraronhechas;porlacualcosaelprimerconsejoparasusmalesquehabíanoídosumamentealabaron.Yluegodealgunosdías,separándoseMelissodeJosefoyvolviendoasucasa,aunoqueeraunhombresabioledijoloqueSalomónlehabíadicho,elcualledijo:

—Ningúnconsejomásverdaderonimejorpodíadarte.Sabesbienquetúnoamasanadie,yloshonoresylosfavoresquehacesloshacesnoporamorquetengasanadiesinoporpompa.Ama,pues,comoSalomóntedijo,yserásamado.

Asípues,fuecorregidalairasciblemujer,yeljoven,amando,fueamado.

NOVELADÉCIMA

DonGianni,ainstanciasdecompadrePietro,haceunencantamientoparaconvertirasumujerenunayegua;ycuandovaapegarlelacola,

compadrePietro,diciendoquenoqueríacola,estropeatodoelencantamiento.

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Estahistoriacontadaporlareinahizounpocomurmuraralasmujeresyreírse a los jóvenes; pero luego de que se callaron, Dioneo así empezó ahablar:

Gallardas señoras; entre muchas blancas palomas añade más belleza unnegrocuervoqueloharíauncándidocisne,yasíentremuchossabiosalgunasveces unomenos sabio es no solamente un acrecentamiento de esplendor yhermosura para sumadurez, sino también deleite y solaz. Por la cual cosa,siendo todas vosotras discretísimas ymoderadas, yo, quemás bien huelo abobo,haciendovuestravirtudmásbrillanteconmidefecto,másqueridodebeserosquesiconmayorvaloraaquéllahicieraoscurecerse:yporconsiguiente,mayor libertad debo tener en mostrarme tal cual soy, y más pacientementedebeserporvosotrassufridoquelodeberíasiyomássabiofuese,contandoaquello que voy a contar.Os contaré, pues, una historia nomuy larga en lacual comprenderéis cuán diligentemente conviene observar las cosasimpuestasporaquellosquealgoporartedemagiahacenycuándounpequeñofallocometidoenelloestropeatodolohechoporelencantador.

ElañopasadohuboenBarlettauncurallamadodonGiannideBaroloelcual,porque teníauna iglesiapobre,parasustentarsuvidacomenzóa llevarmercancíaconunayeguaacáyalláporlasferiasdeApuliayacompraryavender.YandandoasítrabóestrechasamistadesconunoquesellamabaPietrodeTresanti, que aquelmismo oficio hacía con un asno suyo, y en señal decariñoydeamistad,alamanerapullesanolollamabasinocompadrePietro;ycuantas veces llegaba aBarletta lo llevaba a su iglesia y allí lo albergaba ycomopodía lohonraba.CompadrePietro,porotraparte,siendopobrísimoyteniendo una pequeña cabaña enTresanti, apenas bastante para él y para sujovenyhermosamujeryparasuburro,cuantasvecesdonGianniporTresantiaparecía, tantas se lo llevaba a casa y como podía, en reconocimiento delhonorquedeélrecibíaenBarletta,lohonraba.Peroenelasuntodelalbergue,no teniendo el compadre Pietro sino una pequeña yacija en la cual con suhermosa mujer dormía, honrar no lo podía como quería; sino que en unpequeñoestabloestandojuntoasuburroechadalayeguadedonGianni,teníaque acostarse sobre la paja junto a ella.Lamujer, sabiendo el honor que elcura hacía a sumarido en Barletta,muchas veces había querido, cuando elcura venía, ir a dormir con una vecina suya que tenía por nombre ZitaCarapresadeJuezLeo,paraqueelcuraconsumaridodurmieseenlacama,yselohabíadichomuchasvecesalcura,peroélnuncahabíaquerido;yentrelasotrasvecesunaledijo:

—Comadre Gemmata, no te preocupes por mí, que estoy bien, porquecuandomeplace a esta yegua la convierto en una hermosamuchacha ymeestoyconella,yluego,cuandoquiero,laconviertoenyegua;yporellonomesepararédeella.

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Lajovensemaravillóyselocreyó,yselodijoalmarido,añadiendo:

—Si es tan íntimo tuyo comodices, ¿por qué no haces que te enseñe elencantamiento para que puedas convertirme a mí en yegua y hacer tusnegocios con el burro y con la yegua y ganaremos el doble? Y cuandohayamosvueltoacasapodríashacermeotravezmujercomosoy.

CompadrePietro,queeramásbiencortodealcances,creyóesteasuntoysiguiósuconsejo:ylomejorquepudocomenzóasolicitardedonGianniquele enseñase aquello. Don Gianni se ingenió mucho en sacarlo de aquellanecedad,peronopudiendo,dijo:

—Bien,puestoque loqueréis,mañananos levantaremos,comosolemos,antesdelalba,yosmostrarécómosehace;esverdadquelomásdifícilenesteasuntoespegarlacola,comoverás.

ElcompadrePietroylacomadreGemmata,casisinhaberdormidoaquellanoche,contantodeseoesteasuntoesperabanqueencuantoseacercóeldíaselevantaronyllamaronadonGianni;elcual,levantándoseencamisa,vinoalaalcobitadelcompadrePietroydijo:

—Nohayenelmundonadieporquienyohicieseestosinoporvosotros,yporello,yaqueosplace,loharé;esverdadquetenéisquehacerloqueyoosdigasiqueréisquesalgabien.

Ellos dijeron que harían lo que él les dijese; por lo que don Gianni,cogiendounaluz,selapusoenlamanoalcompadrePietroyledijo:

—Mirabienloquehagoyo,yquerecuerdesbienloquediga;yguárdate,sinoquieresechartodoaperder,dedecirunasolapalabrapornadaqueoigasoveas;ypideaDiosquelacolasepeguebien.

El compadre Pietro, cogiendo la luz, dijo que así lo haría. Luego, donGianni hizo que se desnudase como sumadre la trajo almundo la comadreGemmata,ylahizoponerseconlasmanosylospiesenelsuelodelamaneraque están las yeguas, aconsejándola igualmente que no dijese una palabrasucedieseloquesucediese;ycomenzandoatocarlelacaraconlasmanosylacabeza,comenzóadecir:

—Queéstaseabuenacabezadeyegua.

Ytocándoleloscabellos,dijo:

—Queéstosseanbuenascrinesdeyegua.

Yluegotocándolelosbrazosdijo:

—Queéstosseanbuenaspatasybuenaspezuñasdeyegua.

Luego,tocándoleelpechoyencontrándoloduroyredondo,despertándose

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quiennohabíasidollamadoylevantándose,dijo:

—Yseaéstebuenpechodeyegua.

Ylomismohizoenlaespaldayenelvientreyenlagrupayenlosmuslosy en las piernas; y por último, no quedándole nada por hacer sino la colalevantándoselacamisaycogiendoelaperoconqueplantabaaloshombresyrápidamentemetiéndoloenelsurcoparaellohecho,dijo:

—Yéstaseabuenacoladeyegua.

ElcompadrePietro,queatentamentehastaentonceshabíamiradotodaslascosas,viendoestaúltimaynopareciéndolebien,dijo:

—¡Oh,donGianni,noquieroquetengacola,noquieroquetengacola!

HabíayaelhúmedoradicalquehacebrotaratodaslasplantassobrevenidocuandodonGianni,retirándolo,dijo:

—¡Ay!, compadre Pietro, ¿qué has hecho?, ¿no te dije que no dijesespalabra por nada que vieras? La yegua estaba a punto de hacerse, perohablandohasestropeadotodo,yyanohaymaneraderehacerlonunca.

ElcompadrePietrodijo:

—Ya está bien: no quería yo esa cola. ¿Por qué no me decíais a mí:«Pónselatú»?Yademásselapegabaisdemasiadobaja.

DijodonGianni:

—Porquetúnohabríassabidolaprimeravezpegarlatanbiencomoyo.

La joven, oyendo estas palabras, levantándose y poniéndose en pie, debuenafedijoasumarido:

—¡Bah!,quéanimaleres,¿porquéhasechadoaperdertusasuntosylosmíos?, ¿quéyeguashasvisto sin cola?Bien sabeDiosque erespobre, peroseríajustoquelofuesesmuchomás.

Nohabiendo,pues,yamaneradepoderhacerdelajovenunayeguaporlaspalabras que había dicho el compadre Pietro, ella doliente ymelancólica sevolvióavestiryelcompadrePietroconsuburro,comoacostumbraba,sefueahacersuantiguooficio;yjuntocondonGiannisefuealaferiadeBitonto,ynuncamástalfavorlepidió.

Cuántose riodeestahistoria,mejorentendidapor lasmujeresde loqueDioneoquería,piénseloquienahoraseestériendo.Perohabiendoterminadolahistoriaycomenzandoyaelsola templarse,yconociendo la reinaqueelfinaldesugobiernohabíavenido,poniéndoseenpieyquitándoselacorona,se la puso a Pánfilo en la cabeza, el cual sólo con tal honor faltaba de serhonrado;ysonriendodijo:

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—Señormío,grancargatequeda,comoestenerqueenmendarmisfaltasy lasde losotrosqueel lugarhanocupadoque túocupas, siendoelúltimo;paraloqueDiostedégracia,comomelahaprestadoamíenhacerterey.

Pánfilo,alegrementerecibidoelhonor,repuso:

—Vuestravirtudydemisotrossúbditosharádemaneraqueyosea,comolohansidolosdemás,alabado.

Y según la costumbre de sus predecesores, con elmayordomo habiendodispuestolascosasoportunas,alasseñorasqueesperabansevolvióydijo:

—Enamoradasseñoras, ladiscrecióndeEmilia,quehasidonuestrareinaestedía,paradaralgúndescansoavuestrasfuerzasosdiolalibertaddehablarsobre loquemásospluguiese;por loque,estandoyareposadas,piensoqueestábienvolveralaleyacostumbrada,yporelloquieroquemañanacadaunade vosotras piense en discurrir sobre esto: sobre quien liberal omagníficamente en verdad haya obrado algo en asuntos de amor o de otracosa.Así,estodiciendoyhaciendo,sinningunadudaavuestrosánimosbiendispuestosmoveráaobrarvalerosamente,paraquenuestravida,quenopuedesersinobreveenelcuerpomortal,seperpetúeenlaloablefama;loquetodoslosquenosólosirvenalvientre(aguisadeloquehacenlosanimales)debennosolamentedesear,sinobuscaryponerenobracontodoempeño.

El tema plugo a la alegre compañía, la cual con licencia del nuevo rey,levantándose, a los acostumbrados entretenimientos se entregó, cada unosegún aquello a lo quemás por su gusto era atraído; y así hicieron hasta lahorade lacena.Llegadosa lacualconfiesta,yservidosdiligentementeconorden,luegodelfindeellaselevantaronparabailarlasdanzasacostumbradas,ymásdemilcancioncillasmásentretenidasdepalabrasqueconsumadasenelcantohabiendocantado,mandóelreyaNeifilequecantaseunaensunombre;lacualconvozclarayalegre,asíplacenteramenteysindilacióncomenzó:

Yosoymuyjovencita,ydebuengrado

mealegroycantoenlaestaciónflorida

mercedaAmoryalpensarextasiado.

Voyporlosverdespradoscontemplando

lasfloresblancas,gualdasyencarnadas,

lasrosassobreespinaslevantadas,

loslirios,ylosvoyrelacionando

conelrostrodeaquélacuyomando

porquemeamaestarésiemprerendida

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sintenermásdeseoquesuagrado.

Ycuandoalgunaencuentropormivía

quemerecuerdapordemásaél,

yolacojoylabesoylehablodeél,

ytalcualsoy,asíelánimamía

leabroenteraylecuentomiporfía;

luego,conlasdemásentretejida,

demisrubioscabellosestocado.

Yeseplacerquesueledarlaflor

alamirada,elmismoamímedona,

comosiviesealapropiapersona

quemehainflamadoconsusuaveamor,

peroalquellegaacausarmesuolor

mipalabranoaciertaadarlevida

yconsuspirosserádivulgado.

Loscuales,enmipechoallevantarse,

noson,comoenlasotrasdamas,graves

sinoquesalencálidosysuaves

yantemiamorvanamanifestarse;

quien,aloírlos,vieneapresentarse

dondeestoy,cuandopiensoconmovida:

«¡Nomeaflijasyvenprontoamilado!».

Mucho fue por el rey y por todas las señoras alabada la cancioncilla deNeifile;despuésdelacual,porqueyahabíapasadopartedelanoche,mandóelreyatodosquehastaeldíasefuesenadescansar.

TERMINALANOVENAJORNADA

DÉCIMAJORNADA

ComienzaladécimayúltimajornadadelDecamerón,enlacualbajoelgobiernodePánfilo,sediscurresobrequienesliberalmenteocon

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verdaderamagnificenciahicieronalgo,yaenasuntosdeamor,yaenotros.

Aúnestabanbermejasalgunasnubecillasdeloccidente,habiendoyalasdeloriente,ensuextremidadsemejantesaloro, llegadoaser luminosísimasporlos solares rayos que, aproximándoseles, mucho las herían, cuando Pánfilo,levantándose,alasseñorasyasuscompañeroshizollamar.Yvenidostodos,conelloshabiendodeliberadoadóndepudiesenirparasuesparcimiento,conlentopaso sepusoa la cabeza, acompañadoporFilomenayFiameta, y contodoslosotrossiguiéndole;yhablandodemuchascosassobresufuturavida,ydiciendoyrespondiendo,porlargotiemposefueronpaseando;yhabiendodadounavueltabastantelarga,comenzandoelsolacalentaryademasiado,sevolvieronalavilla.Yallí,entornoalaclarafuente,habiendohechoenjuagarlosvasos,elquequisobebióalgo,y luegoentre lasplacenterassombrasdeljardín,hastalahoradecomersefuerondivirtiendo;yluegodequehubieroncomidoydormido,comosolíanhacer,cuandoalreyplugosereunieron,yallíelprimerdiscursoloordenóelreyaNeifile,lacualalegrementecomenzóasí:

NOVELAPRIMERA

UncaballerosirvealreydeEspaña;lepareceestarmalrecompensado,porloqueelrey,conunapruebaevidentísima,lemuestraquenoesculpasuya,sinodesumalafortuna,recompensándoleluegogenerosamente.

Comograndísimagracia,honorablesseñoras,deboreputarquenuestroreyme haya encargado en primer lugar hablar sobre la magnificencia, la cual,comoelsoleshermosurayornamentodelcielo,esclaridadyluzdecualquierotravirtud.Contaré,pues,sobretodounanovelitaamiparecerasazdonosa,cuyorecuerdo(concerteza)nopodrásersinoútil.

Debéis, pues, saber que entre los demás valerosos caballeros que desdehacemuchotiempohastaahorahahabidoennuestraciudad,fueuno,ytalvezelmejor,micerRuggeridelosFigiovanni;elcualsiendoricoydegranánimo,y viendo que, considerada la cualidad del vivir y de las costumbres deToscana,él,quedándoseenella,pocoonadapodríademostrarsuvalor,tomóelpartidodeirseuntiempojuntoaAlfonso,reydeEspaña,lafamadecuyovalor sobrepasaba a la de cualquier otro señor de aquellos tiempos; y muyhonradamenteequipadodearmasydecaballosydecompañíasefueaélenEspaña y graciosamente fue recibido por el rey. Allí, pues, viviendo micerRuggeri y espléndidamente viviendo y en hechos de armas haciendomaravillosas cosas,muypronto se hizo conocer comovaleroso.Yhabiendo

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estadoallíyaalgúntiempoobservandomucholasmanerasdelrey,leparecióqueéste,oraauno,oraaotrodabacastillosyciudadesybaroníasmuypocodiscretamente,comodándolasaquiennoeradigno;yporqueaél,queentrelosqueloeranseconsideraba,nadaleeradado,juzgóquemuchodisminuíaaquellosufama;porloquedeliberóirsedeallíypidiólicenciaalrey.Elreyse la concedió y le dio una de las mejores mulas que nunca se hubieroncabalgado,ylamáshermosa,lacual,porellargocaminoqueteníaquehacer,fuemuyestimadapormicerRuggeri.Despuésdeesto,encomendóelreyaundiscretoservidorsuyoque,delamaneraquemejorlepareciese,seingeniaseencabalgar laprimera jornadaconmicerRuggerideguisaquenopareciesemandadoporelrey,ytodoloquedijesedeélloconservaraenlamemoriademaneraquepudieradecírseloluego,yalamañanasiguientelemandasequevolvieraadondeestabaelrey.Elservidor,estandoalcuidado,alsalirmicerRuggeridelaciudad,muyhábilmentesefueacompañándole,diciéndolequeveníahacia Italia.Cabalgando,pues,micerRuggeri en lamulaque lehabíadadoelrey,yconaquéldeunacosaydeotrahablando,acercándoselahoradetercia,dijo:

—Creoqueestaríabienquellevásemosaestercolaraestasbestias.

Y, entrandoenunestablo, todasmenos lamula estercolaron;por loque,siguiendo adelante, estando siempre el servidor atento a las palabras delcaballero,llegaronaunrío,yabrevandoallíasusbestias,lamulaestercolóenelrío.LoqueviendomicerRuggeri,dijo:

—¡Bah!,desdichadotehagaDios,animal,queerescomoelseñorquetehadadoamí.

El servidor se fijó en estas palabras, y como en otras muchas se habíafijado caminando todo el día con él, ninguna otra que no fuese en sumaalabanzadel rey leoyódecir,por loquea lamañanasiguiente,montandoacaballoyqueriendocabalgarhaciaToscana,elservidorlediolaordendelrey,porloquemicerRuggeriincontinentisevolvióatrás.Yhabiendoyasabidoelreyloquehabíadichodelamula,haciéndolellamarlepreguntóqueporquélehabíacomparadoconsumula,omejoralamulaconél.MicerRuggeri,conabiertogestoledijo:

—Señor mío, os asemejáis a ella porque, así como vos hacéis dones aquiennoconvieneyaquienconvienenoloshacéis,asíelladondeconveníanoestercolóydondenoconvenía,sí.

Entoncesdijoelrey:

—MicerRuggeri,elnohaberoshechodonescomoloshehechoamuchosqueencomparacióndevosnada son,noha sucedidoporqueyonooshayatenidoporvalerosísimocaballeroydignodetodograndon;sinoporvuestra

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fortuna,quenomelohapermitido,enloqueellahapecadoyyono.Yquedigoverdadoslomostrarémanifiestamente.

AquienRuggerirepuso:

—Señormío,yonomeenojopornohaberrecibidodonesdevos,porquenolosdeseabaparasermásrico,sinoporquevosnohabéistestimoniadoconnadalaestimademivalor,sinembargo,tengolavuestraporbuenaexcusaypor honrada, y estoy dispuesto a ver lo que os plazca, aunque os crea sinningunaprueba.

Lo llevó, entonces, el rey a una gran sala donde, como había ordenadoantes,habíadosgrandescofrescerrados,yenpresenciademuchosledijo:

—MicerRuggeri,enunodeestoscofresestámicorona,elcetrorealyelorbe y muchos buenos cinturones míos, broches, anillos y otras preciosasjoyasquetengo;elotroestállenodetierra.Cogeduno,pues,yelquecojáisserávuestroypodréisverquiénha sido ingratohaciavuestrovalor, si yoovuestrafortuna.

MicerRuggeri,puestoquevioqueasíagradabaalrey,cogióuno,elcualmandóelreyquefueseabierto,yseencontróqueestaballenodetierra;conloqueelrey,riéndose,dijo:

—Bienpodéisver,micerRuggeri,queesverdadloqueosdigodevuestrafortuna;peroenverdadvuestrovalormerecequemeopongaasusfuerzas.Yoséqueno tenéis la intencióndehaceros español, ypor ellonoquierodarosaquí ni castillo ni ciudad, pero el cofre que la fortuna os quitó, aquél adespecho de ella quiero que sea vuestro, para que a vuestra tierra podáisllevárosloydevuestrovalorconeltestimoniodemisdonespodáisgloriarosconvuestrosconciudadanos.

MicerRuggeri,cogiéndolo,ydadasal reyaquellasgraciasquea tamañodoncorrespondían,conél,contento,sevolvióaToscana.

NOVELASEGUNDA

GhinodeTaccoapresaalabaddeClunyylecuradelestómago,yluegolosuelta,elcual,volviendoalacortedeRoma,loreconciliaconelpapa

Bonifacio,ylohacecaballeroHospitalario.

Alabadahabía sidoyapor todos lamagnificenciadel reyAlfonsoconelcaballeroflorentinocuandoelrey,aquienmuchohabíacomplacido,ordenóaElisaquesiguiese;lacual,prestamentecomenzó:

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Delicadas señoras, el haber sido un rey magnífico y el haber usado sumagnificenciaconquienservidolehabía,nopuededecirsequenosealoableygran cosa, ¿pero qué diríamos si se cuenta que un clérigo ha usado deadmirable magnificencia hacia una persona que si la hubiese tenido porenemiga no habría sido reprochado por ello?Ciertamente no otra cosa sinoque ladel rey fuesevirtudy ladel clérigomilagro, comoseaqueéstos sontodos mucho más avaros que las mujeres y de toda liberalidad enemigosencarnizados;ypormuchoquetodohombreapetezcavenganzadelasofensasrecibidas,losclérigos,comoseve,aunquepacienciaprediquenysumamentealaben el perdón de las ofensas, más fogosamente que los demás hombresrecurrenaella.Lacual cosa, esdecir, cómounclérigo fuemagnífico, en lahistoriaquesiguepodréissaberclaramente.

Ghino de Tacco, por su fiereza y por sus robos hombre muy famoso,siendo arrojado de Siena y enemigo de los condes de Santafiore, sublevóRadicófanicontralaiglesiadeRoma,yestandoallí,acualquieraqueporlosalrededorespasabalehacíarobarporsusmesnaderos.Ahorabien,estandoelPapaBonifacioVIIIenRoma,vinoalacorteelabaddeCluny,elcualsecreeser uno de los más ricos prelados del mundo; y estropeándosele allí elestómago, le aconsejaron los médicos que fuese a los baños de Siena y securaría sin falta;por locual, concediéndoseloelPapa, sinpreocuparsede lafama deGhino, con gran pompa de equipaje y de carga y de caballos y deservidumbresepusoencamino.GhinodeTacco,habiendosabidosuvenida,tendiósus redes,y sinperderunsolomozodemulas,alabadya todos susacompañantesysuscosascercóenunestrecholugar;yestohecho,lomandóalabad,alcualdesupartemuyamablementeledijoquehicieseelfavordeirahospedarseconaquelGhinoalcastillo.Loqueoyendoelabad,todofuriosorespondió que no quería hacerlo, como quien no tenía nada que hacer conGhino,sinoqueseguiríasucaminoyquequerríaverquiénseloibaavedar.Alcualelembajador,humildementehablando,dijo:

—Señor, habéis venido a un lugar donde, excepto a la fuerza de Dios,nosotrosnadatememosydondelasexcomunionesylosinterdictosestántodosexcomulgados;yporello,sufridporlasbuenaselcomplaceraGhinoenesto.

Estaba ya, mientras decían estas palabras, todo el lugar rodeado porbandoleros; por lo que el abad, viéndose apresado con los suyos, muydesdeñoso, con el embajador tomó el camino del castillo, y con él toda sucompañía y todo su equipaje. Y habiendo echado pie a tierra, comoGhinoquiso, completamente solo fue llevado a una alcobita de un edificio muyoscura e incómoda, y todos los demás hombres fueron, según su condición,muybienacomodadosenelcastillo,y loscaballosy losequipajespuestosasalvosintocarnadadeellos.Yhechoesto,sefueGhinoalabadyledijo:

—Señor,Ghino,dequiensoishuésped,osmandapreguntarqueosplazca

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decirleadóndeibaisyporquérazón.

Elabad,quecomodiscretohabíadepuestosualtanería,ledijodóndeibayporqué.Ghino,oídoesto,sefue,ypensócurarlosinbaños;yhaciendoquetuviese siempre encendido en la alcoba un gran fuego, y vigilarla bien, novolvió a verlo hasta la Mañana siguiente; y entonces, en un mantelblanquísimolellevódosrebanadasdepantostadoyungranvasodevinodeComiglia,delmismodelabad,ydijoasíalabad:

—Señor, cuando Ghino era más joven estudió medicina, y dice queaprendióqueningunacuraesmejorparaelmaldeestómagoquelaqueéloshará;delacualestascosasqueostraigosonelprincipio,yporello,tomadlasyconfortaosconellas.

El abad, quemás hambre tenía que ganas de bromas, aunque lo hiciesemalhumorado, se comió el pan y se bebió el vino, y luego muchas cosasaltanerasdijoypreguntósobremuchas,yaconsejómuchas,yespecialmentepidióveraGhino.Ghino,oyéndolas,algunas lasdejópasarcomovanasyaalgunascontestócortésmente,afirmandoque, loantesquepudiese,Ghinolovisitaría;ydichoesto,seseparódeél,ynovolvióantesdeldíasiguiente,conlamismacantidaddepantostadoydevino;yasílotuvomuchosdías,hastaque se dio cuenta de que el abad había comido unas habas secas que él, apropósito y a escondidas, le había traído y dejado allí. Por la cual cosa, lepreguntódepartedeGhinoquequétalleparecíaqueestabadelestómago;aquienelabadrespondió:

—Meparecequeestaríabiensiestuviesefueradesusmanos;ydespuésdeestodenadatengotantaganacomodecomer,puestanbienmehancuradosusmedicinas.

Ghino,pues,habiendodesuequipajemismoyasuscriadoshechoarreglaruna hermosa alcoba, y hecho preparar un gran convite, al que conmuchoshombres del castillo asistió toda la servidumbre del abad, se fue a verle lamañanasiguienteyledijo:

—Señor,puestoqueossentísbien,estiempodesalirdelaenfermería—ycogiéndolo de la mano a la cámara que le habían arreglado le llevó, ydejándolo en ella con su gente, fue a vigilar para que el convite fuesemagnífico.

Elabad,conlossuyosunratoseentretuvo,ycómohabíasidosuvidalescontó, mientras ellos por el contrario le dijeron que habían sidomaravillosamentehonradosporGhino;perollegadalahoradecomer,elabady todos los demás fueron, ordenadamente, servidos con buenos manjares ybuenosvinos,sinqueGhinosedieseaconoceralabadtodavía.Peroluegodeque el abad unos cuantos días vivió de estamanera, habiendo hechoGhino

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traeraunasalatodosuequipaje,yaunpatioqueestabadebajodeellatodossuscaballoshastaelmásmiserablerocín,fuealabadylepreguntóquequétalestabaysisesentíalobastantefuerteparacabalgar;aloqueelabadrespondióque estaba muy fuerte y bien curado del estómago, y que estaría bien encuantoseviesefueradelasmanosdeGhino.LlevóentoncesGhinoalabadalasaladondeestabansuequipajeytodossusservidores,yhaciéndoleasomaraunaventanadesdedondepodíavertodossuscaballos,dijo:

—Señorabad,debéissaberqueelsernobleyarrojadodesupatriaypobre,y el tenermuchosypoderosos enemigos, han conducido aGhinodeTacco,que soy yo, a ser ladrón de caminos y enemigo de la Iglesia deRoma parapoderdefendermividayminobleza,ynolamaldaddeánimo.Peroporqueme parecéis valeroso señor, después de haberos curado el estómago noentiendotrataroscomoloharíaaotros,que,cuandolostuvieseenmismanoscomoostengoavos,mequedaríaconlapartedesuscosasquemepareciese;sinomeparecequevos,considerandominecesidad,meentreguéislapartedevuestrascosasquevosmismoqueráis.Todasestánaquíantevos,yvuestroscaballospodéisverlosenelpatiodesdeestaventana;yporello,parteotodo,segúnosplazca,tomad,ydesdeahoraenadelantequedeelirosoelquedarosavuestroarbitrio.

Maravillóseelabaddequeunladróndecaminospronunciasepalabrastanmagnánimas, y placiéndole mucho, súbitamente desaparecidos su ira y sumalhumor, y transformados en benevolencia, convertido en amigodeGhinoensucorazóncorrióaabrazarlo,diciendo:

—JuroanteDiosqueporganar laamistaddeunhombre talcomoahorajuzgo que eres, soportaría recibir mucho mayores ofensas que la que meparece que hasta ahora me has hecho. ¡Maldita sea la fortuna que a tancondenableoficioteobliga!

Y después de esto, habiendo hecho de sus muchas cosas coger algunaspoquísimas y necesarias, y lomismo de los caballos, y dejándole todas lasotras,sevolvióaRoma.

HabíasabidoelPapalaprisióndelabad,yaunquemucholehabíadolido,alverlolepreguntóquecómolehabíansentadolosbaños;alcual,sonriendo,repusoelabad:

—Santo Padre, antes de llegar a los baños encontré un valerosomédicoqueóptimamentemehacurado.

Ylecontóelmodo,deloqueserioelPapa;alqueelabad,continuandosuconversaciónymovidoporlagrandezadesuánimo,pidióunagracia.ElPapa,creyendoque lepediría otra cosa, liberalmenteofrecióhacer loquepidiese.Entonceselabaddijo:

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—SantoPadre, loqueentiendopedirosesqueotorguéisvuestragraciaaGhinodeTaccomimédico,porqueentre losdemáshombresvalerososydeproquenuncaheconocido,élesconcertezaunodelosmejores,yelmalquehace juzgoque esmuchomás culpa de la fortuna que suya; la cual, si vos,dándole algo con lo que pueda vivir según su condición, cambiáis, no dudoqueenpocotiemponoosparezcaavosloqueamímeparece.

El Papa, al oír esto, como quien fue de gran ánimo y admirador de loshombres valerosos, dijo que lo haría de buena gana si tan de pro era comodecía,yquelohiciesevenirsintemor.Vino,pues,Ghino,sobrefianza,comoplugo al abad, a la corte; y no había estadomucho junto al Papa cuando lereputó por valeroso, y dándole su paz, le otorgó un gran priorazgo delHospital, habiéndole hecho caballero de éste; el cual, mientras vivió, lomantuvocomoamigoyservidordelaSantaIglesiaydelabaddeCluny.

NOVELATERCERA

Mitrídanes,envidiosodelacortesíadeNatán,yendoamatarlo,sinconocerloseencuentraconél,e,informadoporélmismosobreloque

debehacer,loencuentraenunbosquecillocomoéstelohabíadispuesto;elcual,alreconocerlo,seavergüenzaysehaceamigosuyo.

Cosa semejante a un milagro les parecía, en verdad, a todos haberescuchado; es decir, que un clérigo hubiese hecho algo magnífico; perocallando ya la conversación de las señoras, mandó el rey a Filostrato quecontinuase;elcual,prestamente,comenzó:

Nobles señoras, grande fue la magnificencia del rey de España y acasomuchomásinauditaladelabaddeCluny,¡perotalveznomenosmaravillosoos parecerá oír que uno, por liberalidad, a otro que deseaba su sangre ytambiénsuespíritu,concircunspecciónsedispusoaentregársela!,ylohabríahechosiaquélhubieraqueridotomarlo,talcomoenunanovelitamíapretendomostraros.

Certísimoes,sisepuededarfealaspalabrasdealgunosgenovesesydeotroshombresquehanestadoenaquellastierras,queenlapartedeCata,hubounhombredelinajenobleyricosincomparación,llamadopornombreNatán,elcualteniendounafincacercanaauncaminoporelcualcasiobligadamentepasabantodoslosquedesdePonientealaspartesdeLevanteodeLevanteaPonientequeríanvenir,yteniendoelánimograndeyliberalydeseosodeserconocido por sus obras, teniendo allí muchos maestros, hizo allí en pocoespacio de tiempo construir una de lasmayores ymás ricasmansiones que

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nunca fueranvistas,ycon todas lascosasqueerannecesariaspara recibiryhonrar a gente noble la hizo óptimamente proveer. Y teniendo numerosa ybuena servidumbre, con agrado y con fiestas a quienquiera que iba o veníahacía recibir y honrar; y tanto perseveró en tal loable costumbre que ya nosolamenteenLevante,sinoenPonienteseleconocíaporsufama.Yestandoyacargadodeaños,peronocansadodeejercitarlacortesía,sucedióquellegósufamaalosoídosdeunjovenllamadoMitrídanes,deunatierranolejanadelasuya,elcual,viéndosenomenosricoqueloeraNatán,sintiéndosecelosode su fama y de su virtud, se propuso o anularla u ofuscarla con mayoresliberalidades; y haciendo construir una mansión semejante a la de Natán,comenzóahacerlasmásdesmedidascortesíasquenuncanadiehabíahechoaquien iba o venía por allí, y sin duda en poco tiempomuy famoso se hizo.Ahora bien, sucedió un día que, estando el joven completamente solo en elpatiodesumansión,unamujercita,quehabíaentradoporunadelaspuertasde la mansión, le pidió limosna y la obtuvo; y volviendo a entrar por lasegunda puerta hasta él, la recibió de nuevo, y así sucesivamente hasta laduodécima;yvolviendoladecimoterceravez,dijoMitrídanes:

—Buenamujer,eresmuyinsistenteentupedir—ynodejó,sinembargo,dedarleunalimosna.Laviejecita,oídasestaspalabras,dijo:

—¡Oh liberalidad deNatán, quémaravillosa eres!, que por treinta y dospuertasquetienesumansión,comoésta,entrandoypidiéndolelimosna,nuncafuireconocidaporél(oalmenosnolomostró)ysiemprelaobtuve;yaquínohevenidomásquetrecetodavíayhesidoreconocidayreprendida.

Ydiciendoesto,sinmásvolver,sefue.Mitrídanes,aloírlaspalabrasdelavieja, como quien lo que escuchaba de la fama de Natán lo considerabadisminucióndelasuya,enrabiosairaencendidocomenzóadecir:

—¡Ay,tristedemí!¿Cuándoalcanzarélaliberalidaddelasgrandescosasde Natán, que no sólo no lo supero como busco, sino que en las cosaspequeñísimas no puedo acercármele? En verdadme canso en vano si no loquitodelatierra;lacualcosa,yaquelavejeznoselolleva,convienequelahagaconmispropiasmanos.

Yconesteímpetuselevantó,sindeciraningunosuintencióny,montandoa caballo conpocos acompañantes, despuésde tres días llegó a dondevivíaNatán;yhabiendoa suscompañerosordenadoque fingiesennoconocerleyque se procurasen un albergue hasta que recibiesen de él otras órdenes,llegando allí al caer la tarde y estando solo, no muy lejos de la hermosamansión encontró aNatán solo, el cual, sin ningún hábito pomposo, estabadándose un paseo; a quien él, no conociéndole, preguntó si podía decirledóndevivíaNatán.Natánalegrementelerepuso:

—Hijomío,nadieenestatierrapuedemostrártelomejorqueyo,yporello,

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cuandogustestellevaréallí.

Eljovendijoqueleagradaríaperoque,sipodíaser,noqueríaservistoniconocidodeNatán;alcualNatándijo:

—Tambiénestoharé,puesqueteplace.

Echando, pues, Mitrídanes pie a tierra, con Natán, que agradabilísimaconversación muy pronto trabó con él, hasta su mansión se fue. Allí hizoNatánaunodesuscriadoscogerelcaballodeljoven,yaloídoleordenóqueprestamentearreglasecontodoslosdelacasaqueningunoledijeraaljovenqueéleraNatán;yasísehizo.Perocuandoyaenlamansiónestuvieron,llevóaMitrídanes a unahermosísima cámaradondenadie le veía sinoquienes élhabíaseñaladoparasuservicio;y,haciéndolohonrarsumamente,élmismolehacía compañía. Estando con el cual Mitrídanes, aunque le tuviese lareverenciaqueaunpadre,lepreguntóquequiénera;alcualrespondióNatán:

—SoyunhumildeservidordeNatán,quedesdemiinfanciaheenvejecidoconél,ynuncameelevóaotroestadoquealquemeves;porlocual,aunquetodoslosdemáslealabentanto,pocopuedoalabarleyo.

EstaspalabrasllevaronalgunasesperanzaaMitrídanesdepoderconmejorconsejoyconmayorseguridadllevaraefectosuperversopropósito;alcual,Natán,muycortésmente lepreguntóquiénerayquéasunto le traíaporallí,ofreciéndole su consejo y su ayuda en lo que pudiera.Mitrídanes tardó untanto en responder y decidiéndose por fin a confiarse con él, con largocircunloquio,lepidiósupalabrayluegoelconsejoylaayuda;yquiéneraélypor qué había venido, y movido por qué sentimiento, enteramente ledescubrió.Natán,oyendoeldiscursoyferozpropósitodeMitrídanes,muchoseenojóen su interior,pero sin tardarmucho,con fuerteánimoe impasiblegestolerespondió:

—Mitrídanes, noble fue tu padre y no quieres desmerecer de él, tan altaempresahabiendoacometidocomolohashecho,esdecir,ladeserliberalcontodos;ymucholaenvidiaqueporlavirtuddeNatánsientesalaboporque,sideéstashubieramuchas,elmundo,queesmisérrimo,prontoseharíabueno.Laintenciónquemehasdescubiertosindudapermaneceráoculta,paralacualantes un consejo útil que una gran ayuda puedo ofrecerte: el cual es éste.PuedesverdesdeaquíunbosquecilloalqueNatáncasitodaslasmañanasvaélsoloapasearseduranteunbuenrato:allífácilteseráencontrarloyhacerleloquequieras;alcual, simatas,paraquepuedassin impedimentoa tucasavolver,noporelcaminoporelqueviniste,sinoporelquevesalaizquierdairásparasalirdelbosque,porqueaunquealgomássalvajesea,estámáscercadetucasayporconsiguiente,másseguro.

Mitrídanes, recibida la informacióny habiéndose despedidoNatánde él,

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ocultamente a sus compañeros (que tambiénestabanallí adentro)hizo saberdónde debían esperarlo al día siguiente. Pero luego de que hubo llegado elnuevodía,Natán,nohabiendocambiadode intenciónporelconsejodadoaMitrídanes,nihabiéndolocambiadoennada, se fue soloalbosquecilloy sedispusoamorir.Mitrídanes,levantándoseycogiendosuarcoysuespada,queotrasarmasnotenía,ymontadoacaballo,sefuealbosquecillo,ydesdelejosvioaNatánsoloirpaseándoseporél;yqueriendo,antesdeatacarlo,verloyoírlo hablar, corrió hacia él y, cogiéndolo por el turbante que llevaba en lacabeza,dijo:

—¡Viejo,muertoeres!

AlquenadarespondióNatánsino:

—Entoncesesquelohemerecido.

Mitrídanes,aloírsuvozymirándolealacara,súbitamentereconocióqueeraaquelque lehabíabenignamente recibidoy fielmenteaconsejado;por loquederepentedesapareciósufurorysuiraseconvirtióenvergüenza.Conloque,arrojandolejoslaespadaqueparaherirlohabíadesenvainado,bajándosedelcaballo,corrióllorandoaarrojarsealospiesdeNatánydijo:

—Manifiestamente conozco, carísimo padre, vuestra liberalidad, viendoconcuántaprontitudhabéisvenidoaentregarmevuestroespíritu,delque,sinningunarazón,memostréavosmismodeseoso;peroDios,máspreocupadodemideberqueyomismo,enelpuntoenquemayorhasidolanecesidadmehaabiertolosOjosdelainteligencia,quelamíseraenvidiamehabíacerrado;yporello,cuantomásprontohabéissidoencomplacerme,tantomásconozcoquedebohacerpenitenciapormierror:tomad,pues,demí,lavenganzaqueestimáisconvenientementeparamipecado.

Natánhizo levantaraMitrídanes,y tiernamente loabrazóy lobesó,y ledijo:

—Hijomío,entuempresa,quierasllamarlamalaodeotramanera,noesnecesariopedirniotorgarperdónporquenolaemprendisteporodio,sinoporpodersertenidoporelmejor.Vive,pues,confiadoenmí,ytenporciertoqueno vive ningún otro hombre que te ame tanto como yo, considerando lagrandeza de tu ánimoque no a amasar dineros, comohacen losmiserables,sino a gastar los amasados se ha entregado; y no te avergüences de haberqueridomatarmeparahacerte famosoni creas queyomemaraville de ello.Lossumosemperadoresylosgrandísimosreyesnohanampliadosusreinos,yporconsiguientesufama,sinoconelartedematarnosóloaunhombrecomotúqueríashacer, sinoa infinitos,e incendiarpaísesyabatirciudades;por loquesitú,porhacertemásfamoso,sóloqueríasmatarmeamí,nohacíasnadamaravillosoniextraño,sinomuyacostumbrado.

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Mitrídanes, no excusando su perverso deseo sino alabando la honestaexcusaqueNatánleencontraba,razonandollegóadecirlequesemaravillabasobremanera de cómoNatán había podido disponerse a aquello y a darle laocasiónyelconsejo;alcualdijoNatán:

—Mitrídanes, no quiero que ni de mi consejo ni de mi disposición temaravillesporquedesdeque soydueñodemímismoydispuestoahacer lomismoquetúhasemprendido,ningunohahabidoquellegaseamicasaqueyonolocontentaseenloquepudieraenloquefueseporélpedido.Vinistetúdeseosodemivida;porloque,aloírtelasolicitar,paraquenofueseelúnicoque sin obtener lo que habías pedido se fuese de aquí, prestamente decidídártelayparaquelatuviesesaquelconsejotediquecreíqueerabuenoparaobtenerlamíaynoperderlatuya;yporellotodavíatedigoyruegoque,siteplace,latomesytesatisfagasconella;nosécómopodríaemplearlamejor.Yalaheusadoochentaañosylahegastadoenmisdeleitesyenmisconsuelos;yséque,segúnelcursodelanaturaleza,comosucedea losdemáshombresygeneralmenteatodaslascosas,porpocotiempoyapodrásermeotorgada;porloquejuzgoqueesmuchomejordarla,comosiemprehedadoygastadomistesoros,quequererlaconservartantoquecontramivoluntadmeseaarrebatadaporlanaturaleza.

Pequeñodonesdarcienaños;¿cuántomenorserádarseisuochoquemequedenporestaraquí?Tómala,pues,si teagrada, te ruego,porquemientrashevividoaquítodavíanoheencontradoanadiequelahayadeseadoynosécuándopuedaencontraraalguno,sinolatomastúqueladeseas;yporello,antesdequedisminuyasuvalortómala,teloruego.

Mitrídanes,avergonzándoseprofundamente,dijo:

—NoquieraDiosque cosa tanpreciosa comoesvuestravidavayayoatomarla,quitándolaavos,yni siquieraque ladesee,comoanteshacía;a lacualnoyanodisminuiríasusaños,sinoqueleañadiríadelosmíossipudiese.

AquienprestamenteNatándijo:

—Y si puedes, ¿querrías añadírselos? Yme harías hacer contigo lo quenunca con nadie he hecho, es decir, coger sus cosas, que nunca a nadie lascogí.

—Sí—dijosúbitamenteMitrídanes.

—Pues —dijo Natán— harás lo que voy a decirte. Te quedarás, jovencomoeres,aquíenmicasaytellamarásNatán,yyomeiréalatuyaysiempremeharéllamarMitrídanes.

EntoncesMitrídanesrepuso:

—Siyo supieseobrar tanbiencomosabéisvosyhabéis sabido, tomaría

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sin pensarlo demasiado lo quemeofrecéis; pero porquemeparece sermuyciertoquemisobrasdisminuiríanlafamadeNatányyonoentiendoestropearenotrapersonaloquenosélograrparamí,nolotomaré.

Éstos y muchos otros amables razonamientos habidos entre Natán yMitrídanes, cuandoplugo aNatán juntos hacia lamansión volvieron, dondeNatán, muchos días sumamente honró a Mitrídanes y con todo ingenio ysabiduría le confortó en su alto y grande propósito.YqueriendoMitrídanesconsucompañíavolveracasa,habiéndoleNatánmuybienhechoconocerquenuncaenliberalidadpodríavencerle,lediosulicencia.

NOVELACUARTA

MicerGentiledelosCarisendi,llegadodeMódena,sacadelasepulturaaunadamaamadaporél,enterradapormuerta,lacual,confortada,pareunhijovarón,ymicerGentileaellayasuhijolosrestituyeaNiccoluccio

Caccianernici,sumarido.

Maravillosa cosapareció a todos que alguien fuese liberal con su propiasangre:yafirmaronqueverdaderamenteNatánhabíasobrepasadoladelreydeEspañayladelabaddeCluny.Perodespuésdequeduranteunratounascosasy otras se dijeron, el rey, mirando a Laureta, le demostró que deseaba quenarraseella;porlacualcosa,Lauretaprestamentecomenzó:

Jóvenesseñoras,magníficasybellashansidolascontadas,ynomepareceque se nos haya dejado nada para decir a nosotros por donde novelandopodamos discurrir (tan ocupado está todo por la excelencia de lasmagnificencias contadas) si de los asuntos de amor no echamos mano, loscuales a todamateria de narración ofrecen abundantísima copia.Ypor ello,tanto por esto como porque a ello debe principalmente inducirnos nuestraedad,meplacecontarosungestodemagnificenciahechoporunenamorado,elcual,todoconsiderado,noosparecerámenorporventuraquealgunodelosmostrados,siesverdadaquellodequelostesorossedan,lasenemistadesseolvidanyseponelapropiavida,elhonorylafama,queesmuchomás,enmilpeligrosporpoderposeerlacosaamada.

Hubo, pues, en Bolonia, nobilísima ciudad de Lombardía, un caballeromuy digno de consideración por su virtud y nobleza de sangre, que fuellamadomicerGentile de losCarisendi. El cual joven, de una noble señorallamadadoñaCatalina,mujerdeunNiccoluccioCaccianernici,seenamoró;yporquemaleracorrespondidoporelamordelaseñora,comodesesperadoysiendollamadoporlaciudaddeMódenaparaserallípodestá,allísefue.En

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estetiempo,noestandoNiccoluccioenBolonia,yhabiéndosesumujeridoauna posesión suya a unas tres millas de la ciudad porque estaba grávida,sucedióquelesobrevinounfieroaccidente,detantafuerzaqueapagóenellatoda señal de vida y por ello aun por algún médico fue juzgada muerta; yporquesusmáspróximosparientesdecíanquehabíansabidoporellaquenoestabatodavíagrávidadetantotiempocomoparaquelacriaturapudieseserperfecta, sin tomarse otro cuidado, tal cual estaba, en una sepultura de unaiglesia vecina, después de mucho llorar, la sepultaron. La cual cosa,inmediatamenteporunamigosuyolefuehechasaberamicerGentile,elcualde ello, aunque de su gracia hubiese sido indigentísimo, se dolió mucho,diciéndosefinalmente:

«He aquí, doña Catalina, que estás muerta; yo, mientras viviste, nuncapude obtener de ti una sola mirada; por lo que, ahora que no podrásprohibírmelo,muertacomoestás,tequitaréalgúnbeso».

Ydichoesto, siendoyadenoche,organizando las cosasparaque su idafuese secreta, montando a caballo con un servidor suyo, sin detenerse unmomento,llegóadondesepultadaestabaladama;yabriendolasepultura,enellaconcuidadoycautelaentró,yechándoseasulado,surostroacercóaldelaseñoraymuchasvecesderramandomuchaslágrimas,labesó.Peroasícomovemosqueelapetitodeloshombresnoestánuncacontentoconningúnlímite,sinoquesiempredeseamás,yespecialmenteeldelosamantes,habiendoéstedecididonoquedarseallí,sedijo:

«¡Bah!,¿porquénoletoco,yaqueestoyaquí,unpocoelpecho?Nodebotocarlamásynuncalahetocado».

Vencido,pues,poresteapetito,lepusolamanoenelsenoyteniéndolaallídurantealgúnespacio,lepareciósentirqueenalgunapartelelatíaelcorazón;y,despuésdequehuboalejadodesítodotemor,buscandoconmásatención,encontróqueconseguridadnoestabamuerta,aunquepocaydébiljuzgasesuvida; por lo que, lomás suavemente que pudo, ayudado por su servidor, lasacódelmonumentoyponiéndoladelanteenelcaballo,secretamentelallevóa su casa de Bolonia. Estaba allí sumadre, valerosa y discreta señora, quedespués que de su hijo hubo extensamente todo oído,movida a compasión,ocultamente,congrandísimosfuegosyconalgúnbaño,aaquéllalevolvióladesmayadavida.Alvolverensílacual,diolaseñoraungransuspiroydijo:

—¡Ay!,¿puesdóndeestoy?

Aloquelavalerosaseñorarespondió:

—Tranquilízate,estásenbuenlugar.

Ella, vuelta en sí y mirando alrededor, no conociendo dónde estaba yviendodelanteamicerGentile,llenademaravillaalamadredeésterogóque

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le dijese de qué guisa había ella venido aquí, a la cual micer Gentileordenadamentecontótodaslascosas.Deloquedoliéndoseella,despuésdeunpoco le dio las gracias que pudo y luego le rogó, por el amor que le habíatenido y por cortesía suya, en su casa no recibir nada quemenoscabase suhonor ni el de sumarido, y al llegar el día, que la dejase volver a su casapropia;aquienmicerGentilerepuso:

—Señora, cualquiera que mi deseo haya sido en tiempos pasados, noentiendoalpresenteninuncaenadelante(puestoqueDiosmehaconcedidoestagraciaquedelamuertealavidaoshadevueltoamí,siendoelmotivoelamorqueenelpasadooshetenido)tratarosniaquínienningunaotrapartesino como a una querida hermana. Pero el beneficio que os he hecho estanochemerecealgúngalardón;yporelloquieroquenomeneguéisunagraciaquevoyapediros.

Alcuallaseñorabenignamenterepusoqueestabadispuestaaellosiesquepodíayerahonesto.MicerGentiledijoentonces:

—Señora,todosvuestrosparientesytodoslosboloñesescreenytienenporciertoqueestáismuerta,porloquenadiehayqueosespereencasa;yporelloquiero pediros como gracia que queráis quedaros aquí ocultamente con mimadrehastaqueyovuelvadeMódena,queserápronto.Ylarazónporlaqueos lo pido es porque deseo, en presencia de losmejores ciudadanos de estaciudad,hacerdevosunpreciosoysolemnedonavuestromarido.

Ladama, sabiendoqueestabaobligadaalcaballeroyque lapeticiónerahonesta,aunquemuchodeseasealegrarconsuvidaasusparientes,sedispusoahaceraquelloquemicerGentilepedía,yasíloprometióydiosupalabra.Yapenas habían terminado las palabras de su respuesta cuando sintió que eltiempo de dar a luz había llegado; por lo que, tiernamente por lamadre demicer Gentile ayudada, nomucho después parió un hermoso varón, la cualcosamuymuchoredoblólaalegríademicerGentileylasuya.MicerGentileordenóque las cosas necesarias fuesenpreparadas y que ella fuese atendidacomosisupropiamujerfuese,yaMódenasecretamentesevolvió.Terminadoallí el tiempo de su oficio y teniendo que volver a Bolonia, hizo que, lamañanaquedebíaentrarenBolonia,sepreparaseungranconviteensucasaparamuchosynoblesseñoresdeBoloniaentreloscualesestabaNiccoluccioCaccianernici; y habiendo vuelto y echado pie a tierra y encontrándose conellos,habiendotambiénencontradoalaseñoramáshermosaymássanaquenuncayquesuhijoestababien,conalegríaincomparableasusinvitadossentóa lamesa y les hizo servirmagníficamentemuchosmanjares.Y estando yacercadesufinlacomida,habiendoéldichoprimeramentealaseñoraloqueintentaba hacer y arreglado con ella lamanera en que debía conducirse, asícomenzóahablar:

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—Señores,me acuerdo de haber oído alguna vez que en Persia hay unacostumbre honrada según mi juicio, la cual es que cuando alguien quierehonrarsumamenteasuamigoloinvitaasucasayallílemuestralacosamáspreciada que tenga, sea su mujer, su amiga, o su hija, ¡afirmando que, sipudiese, talcomolemuestraaquello,conmuchomásagradolemostraríasucorazón!;lacualentiendoyoseguirenBolonia.Vosotros,porvuestramerced,habéishonradomiconviteyyoquierohonrarosalopersamostrándooslacosamáspreciadaquetengoenelmundoyquesiemprevoyatener.Peroantesdehacerlo os ruego que me digáis lo que opináis de una duda que voy aplantearos.Hayunapersonaquetieneencasaaunbuenoyfielservidorqueenfermagravemente;este tal,sinesperaraverelfinaldelsiervoenfermolohacellevaramitaddelacalleynosepreocupamásdeél;vieneunextrañoy,movidoacompasiónporelenfermo,selollevaasucasaycongransolicitudy con gastos lo devuelve a su salud primera; querría yo saber ahora si,teniéndoloyusandodesusservicios,suseñorpuedeentodaequidaddolerseoquejarsedelsegundosi,alpedírselo,noquisieradevolvérselo.

Los gentileshombres, después de varios razonamientos entre sí yconcurriendotodosenlamismaopinión,aNiccoluccioCaccianernici,porqueeraunconversadorbuenoyornado,encargarondelarespuesta.Éste,alabandoprimeramentelacostumbrepersa,dijoqueélconlosdemásestabaconcordeenestaopinión:queelprimerseñorningúnderechoteníayasobresuservidorpuestoqueensemejantecasonosolamentelohabíaabandonadosinoarrojadodesí,yqueporlosbeneficiosrecibidosdelsegundojustamenteparecíahaberpasadoasersuservidor;porloque,teniéndolo,ningúndaño,ningunafuerza,ningunainjurialehacíaalprimero.Losdemáshombresquealamesaestaban,quemuchohombrevalerosohabía,dijeronjuntosquesosteníanloquehabíasidocontestadoporNiccoluccio.Elcaballero,contentocontalrespuestayconqueNiccolucciolahubiesedado,afirmóqueéltambiéneradeaquellaopiniónyluegodijo:

—Tiempoesahoradequesegúnmipromesayooshonre.

Y llamados dos de sus servidores, los envió a la señora, a quien habíahechovestiryadornaregregiamente,ylemandópedirquevinieseaalegraralos hombres nobles con su presencia. La cual, tomando en brazos a suhermosísimo hijito, acompañada por dos servidores, vino a la sala y, comoplugoalcaballero,juntoaunodelosvalerososhombressesentó;yéldijo:

—Señores, ésta es la cosamás preciada que tengo y que entiendo tenermásqueningunaotra;miradsiosparecequetengorazón.

Los gentileshombres, honrándola y loándola mucho, y afirmando alcaballeroque comopreciosadebía tenerla, comenzaronamirarla; ymuchoshabíaallíquelehabríandichoquiénerasipormuertanolahubiesentenido;

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perosobretodolamirabaNiccoluccio.Elcual,habiéndosealejadounpocoelcaballero, como quien ardía en deseos de saber quién era ella, no pudiendocontenerse lepreguntósiboloñesaeraoforastera.Laseñora,oyendoquesumaridolepreguntaba,contrabajosecontuvoenresponderle,peroparaseguirlaordenquelehabíandado,secalló.Algúnotrolepreguntósierasuyoaquelniñito,yalgunosieralamujerdemicerGentileodealgunamaneraparientesuya;aloscualesnodioningunarespuesta.PerollegandomicerGentile,dijoalgunodesusinvitados:

—Señor,hermosacosaesestavuestra,peroparecemuda;¿loes?

—Señores——dijomicerGentile—,elnohaberellahabladoalpresenteesnopequeñapruebadesuvirtud.

—Decidnos,pues,vos—siguióelmismo—quiénes.

Dijoelcaballero:

—Loharédebuengradosimeprometéisquepornadaquediganadiesemoverádesusitiohastaqueestéterminadamihistoria.

Habiéndolo prometido todos, y habiendo ya levantado las mesas, micerGentile,sentándosejuntoalaseñora,dijo:

—Señores,estaseñoraesaquelsiervolealyfielsobreelcualoshehechoantesunapregunta;lacual,pocoestimadaporlossuyos,ycomovilyyanoútil arrojada enmitad de la calle, fue recogida pormí y conmi solicitud yobrasarrancadadelasmanosdelamuerte;yDios,mirandomipuroafecto,decuerpo espantable en tan hermosa la ha hecho volverse. Pero para queclaramenteentendáiscómoestomehasucedido,brevementeosloaclararé.

Y comenzando desde su enamoramiento de ella, lo que sucedido habíahastaentoncesdistintamentenarró,congranmaravilladelosoyentes,yluegoañadió:

—Por las cuales cosas, si mudado no habéis la opinión de hace unmomento ahora, y especialmenteNiccoluccio, estamujermerecidamente esmía,ynadiepuedereclamármelaajustotítulo.

Aestonadierepusosinoqueesperaban todos loque ibaadecirdespués.Niccoluccioylosdemásqueallíestaban,ylaseñorallorabandecompasión;peromicerGentile,poniéndoseenpieytomandoensusbrazosalpequeñitoyalaseñoradelamanoyyendohaciaNiccolucciodijo:

—Vamos,compadre,notedevuelvoatumujer,aquientusparientesylostuyosecharonalacalle,sinoquequierodarteaestaseñora,micomadre,conestehijitosuyo,elcualestoysegurodequefueengendradopor tiyaquiensostuveenelbautismoyledipornombreGentile:yteruegoqueporquehayaestadoenmicasacercadetresmesesnoteseamenoscara;quetejuroporel

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Diosque talvezdeellaenamorarmehizoparaquemiamor fuera,comohasido,laocasióndesusalvación,quenuncaniconsupadreniconsumadrenicontigomáshonestamentehavividodeloquelohahechojuntoamimadreenmicasa.

Ydichoesto,sevolvióalaseñoraydijo:

—Señora,ahorayadetodaslaspromesasquemehabéishechoosliberoylibreosdejoconNiccoluccio.

Y habiendo devuelto a la mujer y al niño a los brazos de Niccoluccio,volvió a sentarse.Niccoluccio deseosamente recibió a sumujer y a su hijo,tantomásalegrecuantomáslejosestabadeesperarlos;ylomejorquepudoysupo dio las gracias al caballero; y los demás, que todos de compasiónlloraban,deestolealabaronmucho,yalabadofuedequienlooyó.Laseñora,conmaravillosa fiesta fue recibida en su casay como resucitada fuemuchotiempo mirada con admiración por los boloñeses; y micer Gentile siempreamigoviviódeNiccoluccioydesusparientesydelosdelaseñora.

¿Qué,pues,diréis,aquí,benignasseñoras?¿Estimaréisquehaberdadounreysucetroysucorona,yunabadsinquenadalecostasehaberreconciliadoa un malhechor con el Papa, y un viejo poner la garganta al cuchillo delenemigo, sondignosde igualar laaccióndemicerGentile?Elcual, jovenyardiente,ypareciéndoleajustotítulotenerderechoaaquelloqueeldescuidoajeno había desechado y él por su buena fortuna había recogido, no sólotemplóhonestamente su fuego, sinoque liberalmente loque solía con todossus pensamientos tratar de robar, teniéndolo, lo restituyó. Por cierto queningunadelasantescontadasmepareceasemejarseaésta.

NOVELAQUINTA

DoñaDianorapideamicerAnsaldounjardíndeenerobellocomoenmayo,micerAnsaldo,comprometiéndoseconunnigromante,seloda;elmaridoleconcedequehagaloquegustemicerAnsaldoelcual,oídalaliberalidaddelmarido,lalibradelapromesayelnigromante,sinquerer

nadadelosuyo,libradelasuyaamicerAnsaldo.

PortodoslosdelaalegrecompañíahabíasidoyamicerGentileelevadoalcieloconsumasalabanzascuandoelreyordenóaEmiliaquesiguiese;lacual,desenvueltamente,comodeseosadehablar,asícomenzó:

Blandas señoras, nadie dirá con razón que micer Gentile no obró conmagnificencia;perodecirquenosepuedaconmástalveznodemuestrequesepuedemás:loquepiensocontarosconunanovelitamía.

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EnelFriuli,lugar,aunquefríoalegreconbellasmontañas,muchosríosyclarasfuentes,hayunaciudadllamadaUdineenlaquevivióunahermosaynobleseñorallamadadoñaDianoraymujerdeungranhombrericollamadoGilberto,muyamableydebuena índole;ymerecióestaseñoraporsuvalorsersumamenteamadaporunnobleygranbarónqueteníapornombremicerAnsaldoGradense,hombredealtacondiciónyen lasarmasyen lacortesíaconocidoen todaspartes.El cual, ardientementeamándolayhaciendo todaslas cosas que podía para ser amado por ella, y a ello con frecuenciasolicitándola con sus embajadas, en vano se cansaba. Y siendo a la señorapenosaslassolicitacionesdelcaballeroyviendoque,aunquelenegasetodoloqueélpedía,noporellodejabaéldeamarlanidesolicitarla,conunaextrañayasujuicioimposiblepeticiónpensóquepodríaquitárselodeencima;yaunamujerqueaellaveníamuchasvecesdepartedeél,dijoundíaasí:

—Buenamujer,túmehasafirmadomuchasvecesquemicerAnsaldomeamasobretodas lascosasymaravillososdonesmehasofrecidodesuparte;loscualesquieroquesequedeconellosporqueporellosnuncaaamarleyacomplacerlemellevará.Ysipudieseestarseguradequemeamatantocomodecís,sinfaltamedejaríairaamarleyahacerloqueélquisiese;yporello,siquisieraasegurarmedeelloconalgoquevoyapedirle,estaríadispuestaaloquemeordenase.

Dijolabuenamujer:

—¿Quées,señora,loquedeseáisquehaga?

Repusolaseñora:

—Loquedeseoesesto:quiero,enelpróximomesdeenero,cercadeestaciudad,unjardínllenodeverdeshierbas,defloresydefrondososárboles,nodeotramanerahechoquesifueseenmayo;locual,sinolohace,niatinianadieenvíemásamíporque,simásmesolicitase,talcomoyohastaahoralohe tenidooculto amimaridoy amis parientes, así, quejándomea ellosmeingeniaríaenquitármelodeencima.

El caballero, oída la petición, y la promesa de su señora, aunque muydifícil cosaycasi imposibledehacer lepareciese,yconociendoquenoporotra cosa le había pedido la dama aquello, sino para que abandonase todaesperanza,sepropuso,sinembargo, intentar todoaquelloquepudiese,ypormuchaspartesdelmundoanduvomirandosiaalguienencontrabaqueayudaoconsejo le diese; y llegó a dar con uno que, si le pagaba bien, le prometíahacerlo con artes nigrománticas. Con el cual micer Ansaldo, concertándoseporunagrandísimacantidaddedinero,alegreesperóeltiempoquelehabíanordenado; y venido el cual, siendo grandísimos los fríos y todas las cosasllenas de nieve y de hielo, el valeroso hombre en un hermosísimo pradocercanoalaciudadconsusarteshizodetalmanera,lanochealacualseguía

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el primer día de enero, que por lamañana apareció, según los que lo veíantestimoniaban,unodelosmáshermososjardinesquenuncahubovistonadie,conhierbasy conárbolesy con frutosde todas clases.El cual, comomicerAnsaldo,contentísimo,hubovisto,haciendocogerfrutosdelosmáshermososquehabíayfloresdelasmásbellas,ocultamenteloshizollevarasuseñora,einvitarlaavereljardínporellapedidoparaqueporélpudieseconocerquelaamabayrecordaselapromesaquelehabíahechoyconjuramentosellado,ycomomujer lealprocuraseluegocumplirla.Laseñora,vistos lasfloresylosfrutos,yyahabiendooídohablaramuchosdelmaravillosojardín,comenzóaarrepentirsedesupromesa;perocon todosuarrepentimiento,comodeseosadevercosasextrañas,conmuchasotrasdamasdelaciudadfueavereljardín,y no sinmaravilla alabándolomucho,más triste quemujer alguna volvió acasa,pensandoenaquelloaqueestabaobligadaporello.Yfuetantoeldolorque,nopudiéndoloesconderbiendentrodesí,hizoque,apareciendofuera,sumarido se diese cuenta; y quiso de todas las maneras que ella le dijese larazón.Laseñora,porvergüenza, localló largo tiempo;porúltimo,obligada,ordenadamentelemanifestótodo.Gilberto,primeramente,oyendoaquelloseenfureció mucho; luego, considerando la pura intención de la señora,arrojandofueradesílaira,conmásdiscreción,dijo:

—Dianora, no es de prudente ni de honesta mujer escuchar ningunaembajadade lasde tal clase,ninegociarbajoningunacondición la castidadcon nadie. Las palabras recibidas en el corazón por los oídos tienenmayorfuerzaquemuchosjuzganycasitodolesesposiblealosamantes.Malhiciste,pues, primero al escuchar y luego al hacer un trato; pero como conozco lapureza de tu intención, para liberarte de los lazos de la promesa hecha, teconcederé lo que tal vez ningún otro haría, induciéndome a ello también elmiedoalnigromante,alcualtalvezmicerAnsaldo,sileburlases,podríapedirnuestrodaño.Quieroquevayasaély,sidealgunamanerapuedes,teingeniesenhacerque,conservandotuhonestidad,seasliberadadeestapromesa;perosi de otromodo no pudiera ser, por esta vez, el cuerpo, pero no el ánimo,concédele.

Lamujer,oyendoalmarido,llorabaynegabaquetalgraciaquisiesedeél.AGilberto,pormuchoquesumujersenegase,plugoquefueseasí,porloque,venida la siguientemañana, al salir la aurora, sin demasiado adornarse, condos de sus servidores delante y con una camarera detrás, se fue la señora acasademicerAnsaldo.Elcual,aloírquesuseñorahabíavenidoaverle,semaravilló fuertemente, y levantándose y haciendo llamar al nigromante, ledijo:

—Quieroqueveasquégranbienmehahechoconseguirtuarte.

Ysaliendoasuencuentro,sinentregarseaningúndesordenadoapetitoconreverencia la recibió honestamente, y en una hermosa cámara con un gran

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fuegoentrarontodos;yhaciéndolasentar,dijo:

—Señora, os ruego, si el largo amor que os he tenido merece algúngalardón,quenoosmolestedecirmelaverdaderarazónquea talhoraoshahechovenirycontalcompañía.

Laseñora,vergonzosaycasiconlaslágrimasenlosojos,repuso:

—Señor,niamorqueostenganipalabradadametraenaquí,sinolaordendemimarido,elcual,teniendomásrespetoalostrabajosdevuestroamorqueasuhonraylamía,mehahechoveniraquí,yporordensuyaestoydispuestaporestavezahacerloqueosagrade.

MicerAnsaldo, si primero semaravilló, oyendo a la señoramuchomáscomenzóamaravillarse,yconmovidoporlaliberalidaddeGilberto,suardorencompasióncomenzóacambiarydijo:

—Señora,noplazcaaDios,puestoqueasíescomovosdecís,queseayoquienmancheelhonordequien tienecompasióndemiamor;yporello, elestaraquívos,cuantoosplazca,noserásinocomosifueseismihermana,y,cuando sea de vuestro agrado, libremente podéis iros, a condición de que avuestromarido,por tantacortesíacomohasido lasuya,deis lasgraciasquecreáisconvenientes,teniéndomeamísiempreenelporvenirporamigoyporservidor.

Laseñora,oyendoestaspalabras,máscontentaquenunca,dijo:

—Nada podía hacerme creer, teniendo en consideración vuestrascostumbres,queotracosadebieraseguirsedemivenidasinoloqueveoquehacéis;porloqueosestarésiempreobligada.

Y despidiéndose, honrosamente acompañada volvió con Gilberto y lecontó lo que sucedido le había; de lo que se siguió una estrechísima y lealamistad entre él ymicerAnsaldo.El nigromante, a quienmicerAnsaldo seaprestabaadarlaprometidarecompensa,vistalaliberalidaddeGilbertoparaconmicerAnsaldoylademicerAnsaldoconlaseñora,dijo:

—NoquieraDiosque,despuésdehabervistoaGilbertoserliberalconsuhonrayavosconvuestroamor,noseayotambiénliberalconmirecompensa;yporello,sabiendoqueoscorrespondeavos,entiendoqueseavuestra.

Elcaballeroseavergonzóyseingeniótodoloquepudoenhacérselatomartodaoenparte;peroluegodecansarseenvano,habiendoelnigromantehechodesaparecersujardíndespuésdeltercerdíayqueriendoirse,ledejóirseconDios; y apagado en el corazón el concupiscente amor, por la mujer quedóencendidoenhonestoafecto.

¿Qué diremos aquí, amorosas señoras? ¿Antepondremos la casi muertaseñorayelamorentibiecidoporladébilesperanzaaestaliberalconductade

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micerAnsaldo,quemásardientementequenuncaamabaydemásesperanzaencendidoquenuncaestaba teniendoen susmanos lapresa tanperseguida?Necia cosame parecería creer que aquella liberalidad pudiera compararse aésta.

NOVELASEXTA

ElreyCarlos,yaviejo,victorioso,enamoradodeunajovencita,avergonzándosedesulocoamor,aéstayaunahermanasuyacasa

honrosamente.

¿Quiénpodríacontarcabalmentelosvariosrazonamientosquehuboentrelas señoras sobre quién había usado demayor liberalidad, Gilberto omicerAnsaldooelnigromante, en tornoa loscasosdedoñaDianora?Demasiadolargo sería. Pero luego de que el rey hubo concedido que se disputasen untanto,mirandoaFiameta,lemandóquenovelandolossacasedesudiscusión;lacual,sinesperarunmomento,comenzó:

Magníficas señoras, yo he sido siempre de la opinión de que, en lascompañías como la nuestra, se debería hablar tan por extenso que lademasiadaoscuridadenelsentidodelascosasdichasnofueseparalosdemásmateriadediscusión: loquemuchomás espropiode las escuelas, entre losestudiosos,queentrenosotras,quesóloconlaruecayelhusotrabajamos.Yporelloyo,quetalvezpensabaenalgunacosadudosa,viendoqueporlasyadichasestáisriñendo,dejaréaquéllaycontaréunanodeunhombredepocopelo sino de un valeroso rey, contando lo que caballerosamente hizo sin ennadafaltarasuhonor.

Todasvosotraspodéishaberoído recordarmuchasvecesal reyCarloselViejo, o bien el Primero, por cuyamagnífica acción y luego por la gloriosavictoria lograda sobre el rey Manfredi, fueron de Florencia los gibelinosarrojadosyvolvieronallí losgüelfos;por lacualcosa,uncaballero llamadomicerNeridelosUberti,contodasufamiliayconmuchosdinerossaliendodeallí,noquisohumillarsesinobajolaproteccióndelreyCarlos.Yparaestaren un lugar solitario y terminar allí en reposo su vida, a Castellammare deStabia se fue; y allí, como a un tiro de ballesta alejado de las demáshabitacionesde la ciudad, entre olivosy avellanosy castaños, en los que lacomarcaesabundante,compróunaposesión;sobrelacualhizounagrancasahermosayespaciosayjuntoaellaundeleitablejardín,enmediodelcual,alamaneranuestra, teniendoabundanciadeaguacorriente,hizounclaroybuenviveroy lo llenó fácilmenteconmuchospeces.Ydenadacuidandosinodehacer cada díamás hermoso su jardín, sucedió que el reyCarlos, en época

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calurosa, fue algún tiempo a descansar a Castellammare, donde, oyendo labellezadel jardíndemicerNeri,quisoverlo.Yhabiendooídodequiénera,pensóque,porqueaunpartidocontrarioalsuyopertenecíaelcaballero,másfamiliarmenteconélqueríacomportarse;y lemandóadecirqueconcuatroacompañantes, privadamente, la noche siguiente quería cenar con él en sujardín. Lo que fue muy del agrado de micer Neri, y habiendo preparadomagníficamentelasmesasyhabiendoarregladoconsuscriadosloquedebíahacerse, lomás alegremente que pudo y supo recibió al rey en su hermosojardín;elcual,despuésdequetodoeljardínylacasademicerNerihubovistoyalabado,estandolasmesaspuestasjuntoalvivero,aunadeellas,despuésdehaberse lavado, se sentó, y al conde Guido de Monforte, que uno de susacompañantesera,mandóquesesentaseaunladosuyoyamicerNerialotro,yalosotrostresqueconélhabíanvenidomandóquesirviesenlamesasegúnelordenestablecidopormicerNeri.Vinieronallí lasbebidasdelicadasyallíestuvieron losvinosóptimosypreciosos,y lamanerade servirmuybellaydignadealabanza,sinningúnruidoniningúnerror,loqueelreyalabómucho.Y estando comiendo él alegremente y disfrutando del lugar solitario, en eljardínentrarondos jovencitasdeedaddeunosquinceañoscadauna, rubiascomo las hebras del oro y con los cabellos todos ensortijados y sobre ellos,sueltos, una fina guirnalda de vincapervinca, y en los rostros antes parecíancorderosqueotracosa,tandelicadosyhermososlostenían;yestabanvestidasconunvestidodelinosutilísimoyblancocomolanievesobresuscarnes,elcual de la cintura para arriba era estrechísimo y de allí para abajo ancho, aguisa de un pabellón y largo hasta los pies. Y la que venía delante llevabasobreloshombrosunpardecarriegosquemanteníaconlasiniestramano,yenladiestrallevabaunbastónlargoybajoaquelmismobrazounabrazadadeleña y en lamano unas trébedes y en la otramano una orza de aceite y unfuegoencendido;lascuales,alverlaselrey,semaravillóy,suspenso,esperóaverquéqueríadeciresto.Lasjovencitas,llegadasmásadelante,honestamenteytímidashicieronunareverenciaalrey;ydespués,yendoadondeseentrabaenelvivero,laquellevabalasartén,dejándolaenelsueloylasdemáscosasjuntoaella,cogióelbastónque laotra llevaba,y lasdosenelvivero,cuyaagualesllegabaalpecho,entraron.

UnodelosservidoresdemicerNeri,prestamenteallíencendióelfuego,ypuesta la sartén sobre las trébedes y echando en ella el aceite, comenzó aesperaraquelasjóvenesleechasenlospeces.Delascuales,una,buscandoenlos lugaresdondesabíaque seescondían lospeces,y laotrapreparando loscarriegos,congrandísimoplacerdel reyqueaquelloatentamentemiraba,enpoco espacio de tiempo cogieron un montón de peces; y arrojándoselos alcriado,quecasivivoslosechabaenlasartén,talcomoseleshabíaenseñado,comenzaronacogerlosmáshermososyaecharlosencimadelamesadelantedel rey,ydelcondeGuidoysupadre.Estospecesseescurríanpor lamesa,

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conloqueelreyrecibíamaravillosoplacer;eigualmentecogiéndolosél,alasjóvenes cortésmente se los devolvía arrojándoselos, y así un rato estuvieronjugando,hastaqueelcriadohubofritoaquellosquelehabíandado;loscuales,máscomoentremésquecomocomidamuypreciosaodeleitablehabiéndoloordenadomicerNeri, fueronpuestosdelantedel rey.Las jóvenes, al ver lospeces fritos y habiendo bastante pescado, habiéndoseles completamente elblancovestidopegadoalascarnesynoocultandocasinadadesusdelicadoscuerpos, salieron del vivero; y habiendo cada una recogido las cosas quehabían llevado,pasandovergonzosasdelantedel rey, a casa sevolvieron.Elrey y el conde y los demás que servían habían mucho observado a estasjovencitas,ymuchodentrodesímismoslashabíaestimadocadaunobellasybienhechas,yademásdeello,amablesycorteses;perosobretodoslosdemáshabíanagradadoalrey;elcual,tanatentamentetodaslaspartesdesucuerpohabía considerado cuando salían del agua que a quien entonces lo hubiesepinchado no lo hubiera sentido. Y mucho acordándose de ellas, sin saberquiéneserannicómo,sintióenelcorazóndespertarseunardentísimodeseodeagradarles, por lo cual muy bien conoció que iba a enamorarse si no teníacuidado;ynosabíaélmismocuáldelasdoseralaquemásleagradaba,tansemejanteentodaslascosaseraunaalaotra.Peroluegodequeuntantohubodadovueltasaestepensamiento,volviéndoseamicerNerilepreguntóquiéneseranlasdosdamiselas;aquienmicerNerirepuso:

—Monseñor,sonmishijasynacidasdeunmismoparto,delascualesunatienepornombreGinebralabellaylaotraIsottalarubia.

Elreyselasalabómucho,exhortándoleacasarlas;deloquemicerNeri,pornoestaryaenposicióndehacerlo,seexcusó.Yenesto,noquedandosinolas frutaspor servira lamesa,vinieron lasdos jóvenescondoscorpiñosdetafetánbellísimos,condosgrandísimasbandejasdeplataenlamanollenasdefrutosvariados,segúnlosdabalaestación,ylosllevaronanteelreysobrelamesa. Y hecho esto, retirándose un poco, comenzaron a cantar una tonadacuyaletracomenzaba:

Adóndehellegado,Amor,

contarsenopodríalargamente,

Contantadulzuraytanagradablementequealrey,quecondeleitemirabay escuchaba, le parecía que todas las jerarquías de los ángeles habíandescendidoallíacantar;y terminadoaquélla,arrodillándose, reverentementepidieron licencia al rey, el cual, aunque su partida le doliese, aparentementecon alegría se la dio. Terminada, pues, la cena, y habiendo vuelto el rey amontaracaballoconsuscompañerosyseparándosedemicerNeri,hablandode una cosa y de la otra, al real palacio volvieron. Allí, teniendo el rey supasiónescondidaynopudiendoolvidarlahermosurayelagradodeGinebra

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labellapormuchascosasquesucediesen,porcuyoamortambiénamabaasuhermana,tansemejanteaella,tantosedejóprenderenlaamorosatrampaquecasinopodíapensarenotracosa;yfingiendootrosmotivos,conmicerNeritenía una estrecha familiaridad y muy frecuentemente visitaba su hermosojardínparaveraGinebra.Ynopudiendoyamás soportarlo,yhabiéndosele(nosabiendoverotramanera)venidoalpensamientonosolamenteuna,sinolas dos jovencitas quitarle a su padre, manifestó su intención y su amor alcondeGuido.Elcual,queeravalerosohombre,ledijo:

—Monseñor,memaravillamucholoquemedecís,ytantomásdeloquesemaravillaríaotrocuantomeparecequedesdevuestra infanciahastaestosdías he conocido mejor que nadie vuestras costumbres; y no habiéndomeparecidoenvuestrajuventud(enlacualAmormásfácilmentedebíahincarsusgarras)haberosconocidotalpasión,oyéndoosahora,queyaestáiscercanoalavejez,me resulta tan raroy tanextrañoqueaméisvosdeamorquecasimepareceunmilagro.Ysiamímecorrespondiesereprenderos,sébienloqueosdiría, considerando que estáis todavía en armas en el reino recientementeconquistado, entre gentes no conocidas y llenas de engaños y de traición, ytodoocupadocongrandísimoscuidadosydealtogobierno,yaúnnohabéispodido sentaros cuando entre tantas cosas habéis hecho lugar al lisonjeroamor.Estonoespropiodereymagnánimo,sinodeunpusilánimejovencito.Yademásdeesto,loqueesmuchopeor,decísquehabéisdeliberadoquitarlelasdoshijasalpobrecaballeroqueensucasaoshahonradomásalládeloquepodía, y por honrarosmás os las hamostrado casi desnudas, testimoniandoconellocuántasealafequetieneenvos,yquefirmementecreequevossoisunreyynounloborapaz.Pues¿seoshaidotanprontodelamemoriaquelaviolenciahechaa lasmujeresporManfredioshaabierto laspuertasdeestereino?¿Quétraiciónsehacometidonuncamásdignadeleternosuplicioqueseríaésta:queaaquelqueoshonralequitéissuhonor,subien,suesperanzaysu consuelo? ¿Qué se diría si lo hicieseis? Tal vez juzgáis que suficienteexcusa seríadecir:«Lohiceporqueesgibelino».Pues¿es estopropiode lajusticiadeunrey,queaquienesensusbrazosseechandeestaformalostratedetalguisa,seanquienesfueren?Osrecuerdo,rey,quegrandísimagloriaosha sido vencer a Manfredi y derrotar a Curradino, pero mucho mayor esvencerseasímismo;yporellovos,quedebéiscorregiralosotros,venceosavosmismoyrefrenadeseapetito,ynoqueráiscontalmanchadestruirloquegloriosamentehabéisconquistado.

Estas palabras hirieron amargamente el ánimo del rey, y tanto más leafligieroncuantomásverdaderaslassabía;porloque,despuésdealgúncálidosuspiro,dijo:

—Conde, por cierto que a cualquiera otro enemigo, pormuy fuerte quesea, juzgo que le sea al bien enseñado guerrero débil y fácil de vencer con

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relaciónasumismoapetito;peropormuygrandequeseaeldeseoynecesitefuerzas inestimables, tantomehanespoleadovuestraspalabrasqueconvieneque,antesdequepasendemasiadosdías,oshagaverconobrasque,comosévenceraotros,sésometermeamímismoigualmente.

Ynomuchosdíasdespuésdequetuvieronlugarestaspalabras,vuelveelreyaNápoles, tantoporquitarseasímismolaocasióndehaceralgunacosavilcomoporpremiaralcaballerodelhonorrecibidodeél,pormuyduroquelefuesehaceraotroposeedordeloquesumamentedeseabaparaélmismo,nosedispusomenosacasaralasdosjóvenes,ynocomoahijasdemicerNeri,sinocomoasuyas.YconplacerdemicerNeri,dotándolasmagníficamente,aGinebra la bella dio amicerMaffeo de Palizzi, y a Isotta la rubia amicerGuiglielmo de la Magna, nobles caballeros y grandes barones ambos; yasignándoselas a ellos, con dolor inestimable se fue aApulia, y con fatigascontinuas tanto maceró a su ciego apetito que, despedazadas y rotas lasamorosascadenas,portodoloquevivirdebíalibrequedódetalpasión.

Habrátalvezquienesdiganquepequeñacosaesparaunreyhabercasadoadosjovencitas,yloconcederé;peroquemuygrandeygrandísimaesdiré,sidecimos que un rey enamorado lo haya hecho, casando a aquélla a quienamabasinhabertomadoocogidodesuamorfronda,oflor,ofruto.Asípues,obró el magnífico rey premiando altamente al noble caballero, honrandoloablementealasamadasjovencitasyvenciéndoseasímismoduramente.

NOVELASÉPTIMA

ElreyPedro,oyendoelardienteamorqueletienelaenfermaLisa,laconsuelayluegolacasaconunjovennoble,ybesándolaenlafrentedice

queserásiempresucaballero.

LlegadohabíaFiametaalfindesunovelaymuyalabadahabíasidolavirilmagnificenciadelreyCarlos,pormásquealgunadelasqueallíestaban,queeragibelina,noquisiesealabarlo,cuandoPampínea,habiéndoseloordenadoelrey,comenzó:

Nadie que sea discreto, conspicuas señoras, habría que no dijera lo quedecísvosotrasdelbuenreyCarlos,sinoquienporotromotivolequieramal.Perocomoporlamemoriameestárondandounacosatalveznomenosloableque fue hecha por un adversario suyo a una joven de nuestraFlorencia,meplacecontárosla:

En el tiempo en que los franceses fueron arrojados de Sicilia, había enPalermounboticarioflorentinollamadoBernardoPuccini,hombreriquísimo

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quedesumujerteníasolounahijitahermosísimayyaenedaddecasarse.Yhabiendollegadoaserseñorde la islael reyPedrodeAragón,celebrabaenPalermo una maravillosa fiesta con sus barones; en la cual fiesta, estandojustando él a la catalana, sucedió que la hija deBernardo, cuyo nombre eraLisa,desdeunaventanadondeestabaconotrasdamasloviomientrascorría,ytan maravillosamente le agradó que mirándolo luego una vez y otra seenamoródeélardientemente.Yterminadalafiestayestandoellaencasadesupadre,enningunaotracosapodíapensarsinoenéstesumagníficoyaltoamor; y lo que en este asunto le dolía era el conocimiento de su ínfimacondiciónqueapenasledejabatenerningunaesperanzadeunfinalfeliz;peronoobstantenoqueríaapartarsedeamaralreyypormiedodeunmayormalno se atrevía a manifestarlo. El rey de esto no se había dado cuenta ni sepreocupaba, de lo que ella, más allá de lo que pudiera juzgarse, sentíaintolerable dolor; por la cual cosa sucedió que, creciendo en ellacontinuamenteamor,ysumándoseunatristezaalaotra,lahermosajoven,nopudiendomás,enfermóy,evidentementededíaendía,comolanievealsolseconsumía.Supadreysumadre,doloridosdeestaenfermedad,conconsueloscontinuosyconmédicosyconmedicinasenloqueeraposibleleayudaban;perodenadaservíaporqueella,comodesesperadadesuamor,habíaelegidonoseguirviviendo.Ahorabien,sucedióque,ofreciéndolesupadredarletodolo que quisiera, le vino al pensamiento que si convenientemente pudiese,querríahacersaberalreysuamorysudecisiónantesdemorir:yporello,undíalerogóquehicieraveniraMinucciodeArezzo.EraenaquellostiemposMinuccio tenidopor un finísimo cantor ymúsico y con agrado era recibidoporelreyPedro,alcualavisóBernardodequeLisaquerríaoírletocarycantarun rato; por lo que, haciéndoselo decir, él, que era hombre amable,incontinentivinoadondeella;yluegodequeuntantocontiernaspalabraslahubo consolado, con una viola dulcemente tocó alguna estampida y cantóluego algunas canciones que para el amor de la joven eran fuego y llama,cuandoélloquecreíaeraconsolarla.Despuésdeesto,dijolajovenquequeríahablarconélsolounaspalabras;porloque,yéndosetodoslosdemás,ledijoella:

—Minuccio,teheelegidoatiparafidelísimoguardiándeunsecretomío,esperando primeramente que a nadie sino a quien yo te diga debasmanifestarlonunca,yluego,queenloquepuedasmeayudes:yestoteruego.Debes,pues,saber,Minucciomío,queeldíaquenuestroseñorel reyPedrocelebró su gran fiesta de subida al trono,me sucedió verlo,mientras estabajustando,entanfuertemomento,queporsuamorsemeencendióenelalmaunfuegotalquealasituaciónmehatraídoenquemeves;yconociendoyocuánmalconvienemiamoraunrey,ynopudiendonoyaarrojarlodemí,sinodisminuirlo, y siéndome sobremanera duro de soportar, he elegido comomenor aflicción,morir; y así lo haré.Y es verdad que grandementeme iría

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consolada si lo supiera él primero; y no sabiendo por quién poderle hacersaber esta disposición mía más apropiadamente que por ti, quiero a tiencomendarlayteruegoquenoterehúsesahacerlo;ycuandolohayashecho,házmelosaberparaqueyo,muriendoconsolada,medesenlacedeestaspenas.

Y dicho esto, llorando, calló. Maravillóse Minuccio de la grandeza delánimo de ella y de su duro propósito, y mucho se compadeció de ella; ysúbitamentelevinoalánimocómohonestamentepodríaayudarla,yledijo:

—Lisa, te doy mi palabra, por la que está segura de que nunca serásengañada;yademás,alabándoteportanaltoempeñocomoeshaberpuestoelánimoentangranrey,teofrezcomiayuda,conlaqueesperoque,siquieresconsolarte,obrarédetalmaneraqueantesdequepaseel tercerdíacreoquepodré traerte noticias que sumamente queridas te serán; y para no perdertiempo,mevoyadarleprincipio.

Lisa,porellodenuevorogándolemuchoyprometiéndoleanimarse,ledijoque se fuese con Dios. Minuccio, yéndose, fue a buscar a un tal Mico deSiena,muybuendecidorenrimaenaquellostiempos,yconruegosleobligóahacerlacancioncitaquesigue:

Muévete,Amor,yveteamiseñor

ycuéntalelaspenasquesostengo,

dilequeamuertevengo

porcelarmideseoportemor.

Piedad,Amor:derodillastellamo,

veybuscaamiseñorendondemora,

dilequemucholedeseoyamo

puesdulcementeelalmameenamora,

yporelfuegoardienteenquemeinflamo

temomorir,ynoveolahora

enquemealejedepenatandura

comopadezcosuamordeseando,

temiendoyvacilando

¡PorDios,hazqueconozcamidolor!

Desdequedeélestoyenamorada,

nomehasdejado,Amor,atrevimiento:

siempreestoyasustada

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sinpoderlemostrarmisentimiento

aquienmetienetanapasionada

y,muriendo,moriresmitormento;

talveznoledaríadescontento

conocereldolordelalmamía

situvieraosadía

paramanifestarleestemiardor.

Ypuesquenotefueagradable,Amor,

elconcedermetantaconfianza

quepudiesedeciramiseñor

¡aydemí!,pormensajeoensemblanza

elsentimientoquemedacalor,

veteanteélyantesuremembranza

traeaqueldíaenqueaescudoyalanza

conotroscaballerosvijustar

indúceloamirar

cómoperezcoporsudulceamor.

Las cuales palabras, Minuccio entonó prestamente con un son suave ypiadoso, como sumateria requería, y el tercer día se fue a la corte, cuandoestabaelreyPedrotodavíacomiendo;porelcuallefuedichoquecantasealgocon suviola.Con loque él comenzó, tandulcemente tocando, a cantar estacanciónquecuantosenlarealsalaestabanparecíanbajounsortilegio,detancalladosysuspensosescuchandocomoestabantodos,yelreycasimásquelosotros.YhabiendoMinuccio terminadosucanto,el rey lepreguntódedóndeprocedía,quenoleparecíahaberlooídonunca.

—Monseñor —repuso Minuccio—, no hace aún tres días que secompusieronlaspalabrasylamúsica.

Elcual,habiéndoleelreypreguntadoqueporquién,repuso:

—Nomeatrevoadescubrirlosinoavos.

Elrey,deseosodeoírlo,levantadaslasmesas,lehizoentraraélsoloensucámara,dondeMinuccioordenadamente lecontó todo looído; loqueel reycelebrómuchoymuchoalabóalajovenydijoquedejoventanvalerosahabíaquetenercompasión,yporelloquefuesedesuparteaellaylaconfortase,y

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le dijera que sin falta aquel día al atardecer vendría a visitarla. Minuccio,contentísimode llevar tanplacenterasnuevasa la joven, sindilaciónconsuviola se fue y, hablando con ella sola, todo lo que había pasado le contó, yluegocantólacanciónconsuviola.Deestosepusolajoventanalegreytancontentaqueclaramenteysintardanzaaparecieronseñalesgrandísimasdesumejoría; y con deseo, sin saber ni presumir ninguno de la casa qué fueseaquello,sepusoaesperarelatardecerenquesuseñordebíavenir.Elrey,queliberalybenignoseñorera,habiendoluegopensadomuchasvecesenlascosasoídas aMinuccio y conociendo óptimamente a la joven y su hermosura, secompadeciómásdeloqueestabayal llegarlacaídadelatardemontandoacaballo, aparentando ir de paseo, llegó donde estaba la casa del boticario; yallí,haciendopedirqueleabriesenunbellísimojardínqueelboticariotenía,allíbajódesucaballo,yluegodeuntantopreguntóaBernardoquequéeradesuhija,silahabíacasadoya.RepusoBernardo:

—Señor, no está casada sino que ha estado y aún está muy enferma;aunqueesverdadquedesdenonaparaacásehamejoradomaravillosamente.

Elreycomprendióprestamenteloqueaquellamejoríaqueríadecirydijo:

—Afequedesgraciaseríaquefuesequitadaalmundotanhermosacosa;queremosiravisitarla.

YcondosdesuscompañerossolamenteyconBernardoen laalcobadeellapocodespuésentró,yencuantoestuvodentroseacercóalacamadondelajoven,algoincorporadaenella,leesperabadeseosa,ylecogióunamano,diciéndole:

—Señora,¿quéquieredeciresto?Soisjovenydebéisconfortaralosotros,¿y os dejáis enfermar? Queremos rogaros que os plazca por nuestro amorconsolarosdemaneraqueestéisprontocurada.

La joven, sintiéndose coger lasmanos por aquél a quien sobre todas lascosas amaba, aunque un tanto se avergonzase, sentía tan gran placer en elánimocomosihubieraestadoenelparaíso,ycomopudolerespondió:

—Señormío,elquererponermispocasfuerzassobregravísimospesoshasido la razón de esta enfermedad, de la cual vos, por vuestra gracia, prontolibremeveréis.

Sóloelreyentendíaelencubiertohablardelajovenyacadamomentolareputabademásvalor,ymuchasvecesmaldijoensuinterioralafortunaquedetalhombrelahabíahechohija;yluegodequeuntantohuboestadoconellayconfortándolamástodavía,sefue.Esterasgodehumanidaddelreyfuemuyalabadoyengranhonortenidoparaelboticarioysuhija;lacual,tancontentasequedócomocualquieraotramujerloestuvoalgunavezdesuamante;yporunamejoresperanzaayudada,curadaenpocosdías,máshermosasepusode

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loquelohabíasidonunca.Peroluegodequeestuvocurada,habiendoelreyconlareinadiscurridoquérecompensaatalamorqueríadarle,montandoundía a caballo, con muchos de sus barones se fue a casa del boticario, yentrandoeneljardínhizollamaralboticarioyasuhija;yenestollegandolareinaconmuchasdamas,yrecibiendoalajovenentreellas,comenzaronunamaravillosafiesta.Yluegodealgúntanto,elreyylareinallamandoaLisa,ledijoalrey:

—Valerosa joven,elgranamorquemehabéis tenidooshaalcanzadodenos gran honor, del que queremos que por amor a nos estéis contenta; y elhonor es éste: que, como sea que estáis en edad de casaros queremos quetoméis pormarido al queos vamos a dar, entendiendo siempre, noobstanteesto, llamarmevuestrocaballero,sinquererdetantoamortomardevossinounsolobeso.

La joven, quedevergüenza tenía la fazbermeja, haciendo suyoel gustodelrey,envozbajarespondióasí:

—Señormío,estoymuyciertadequesisesupieraquemeheenamoradodevos, lasmásde lasgentesme reputarían loca, creyendo talvezqueamímismamehubieseolvidadoyquemicondición(yademásdeellalavuestra)noconozco;perocomoDios sabe,quesóloel corazónde losmortalesveyconoce,enelmomentoqueprimeromegustasteisconocíqueeraisreyyyolahijadeBernardoelboticario,ymalconvenirmeamíatanaltolugardirigirelardor de mi ánimo. Pero tal como vos mejor que yo conocéis, nadie seenamorapormeditadaelecciónsinosegúnelapetitoyelgusto;leyalacualmuchasvecesseopusieronmisfuerzas;ynopudiendomás,osaméyosamoyosamarésiempre.Esverdadque,alsentirmeprenderporvuestroamor,medispuseporcompletoahacersiempredevuestrodeseoelmíoyporellonoelhacerestodetomardebuengradomaridoytenerenestimaaquienosplazcadarme(queseamihonoryestado),sinoquesimedijeseisquemequedaseenel fuego, si creía que os agradaba,me daría placer. Teneros a vos, rey, porcaballero,sabéisquemeconvieneyporellomásaestonorespondo;ynoosserá concedido el beso que queréis demi amor sin licencia demi señora lareina.Yde tantabenignidadhaciamícuantaes lavuestraydemiseñora lareinaqueestáaquí,Diososconcedapormílasgraciasyelpremioqueyonopuedodar.

Yaquícalló.Alareinaplugomucholarespuestadelajovenylepareciótandiscretacomolehabíadichoelrey.Elreyhizollamaralpadredelajovenyalamadrey,sintiéndosecontentosdeloquehacerseproponía,hizollamara un joven, que era hombre noble aunque pobre, que tenía por nombrePerdicone,yponiéndoleunosanillosenlamano,aélquenorehusabahacerlo,hizocasarseconLisa;aloscualesincontinentielrey,ademásdemuchasjoyaspreciosasqueélylareinaalajovendieron,lesdioCefalúyCaltabellotta,dos

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buenísimosfeudosydegranfruto,diciendo:

—Éstastelasdamoscomodotedeladama;loquequeremoshacerteatiloveráseneltiempoporvenir.

Ydichoesto,volviéndosealajoven,dijo:

—Ahoraqueremostomaraquelfrutoquedevuestroamordebemostener—ycogiéndolelacabezaconlasdosmanos,labesóenlafrente.Perdiconeyel padre y la madre de Lisa, y ella también, contentos hicieron grandísimafiestayalegresbodas:ysegúnloquemuchosafirman,muybiencumplióelrey lo convenido con la joven, porque mientras vivió se llamó siemprecaballerosuyoynuncafueaningúnhechodearmasllevandootraenseñasinola que por la joven le fuesemandada. Así pues, obrando se conquistan lasalmasdelossúbditos,sedaaotrosejemplosdebienobraryseconquistanlasfamas eternas; a la cual cosa hoy pocos o ninguno ha tendido el arco delintelecto, habiéndose convertido en tiranos y en crueles la mayoría de losseñores.

NOVELAOCTAVA

Sofronia,creyendoserlamujerdeGisippo,loesdeTitoQuintoFulvioyconélsevaaRoma;adondeGisippollegaenpobreestado,ycreyendoserdespreciadoporTito,afirma,paramorir,quehamatadoaunhombre,Tito,reconociéndolo,dice,parasalvarlo,quelohamatadoél,locual,viéndoloquienlohabíahecho,seculpaasímismo;porlacualcosasontodospuestosenlibertadporOctavio,yTitoaGisippodaasuhermana

pormujeryreparteconéltodossusbienes.

Filomena,pormandatodel rey,habiéndosecalladoPampíneayhabiendoyatodasellasalabadoalreyPedro,ymásgibelinaquelasotras,comenzó:

Magníficasseñoras,¿quiénnosabequelosreyespueden,cuandoquieren,hacerlasmásaltascosasyqueademásaelloslescumpleespecialísimamentesermagníficos?Quien,por consiguiente, hace loquedebehacer, hacebien;pero no hay quemaravillarse tanto ni alzarlo tan alto con alabanzas sumascomo convendría a otro que lo hiciese, de quien, por tener menos posiblesmenosseesperase.Yporello,sicontantaspalabraslasobrasdelreyexaltáisyosparecenbuenas,nodudoquemuchomásdebanagradarosyseralabadasporvoslasdenuestrosigualescuandosonsemejantesalasdelreyomejores;porloqueunaadmirableobraymagníficahechapordosciudadanosamigosmehepropuestocontarosenunahistoria.

Asípues, enel tiempoenqueOctavioCésar,no todavíacomoAugusto,

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sinodesdeelpuesto llamado triunvirato, regíael imperiodeRoma,huboenRomaunhombrenoblellamadoPublioQuintoFulvioelcual,teniendounhijollamado Tito Quinto Fulvio, de maravilloso ingenio, lo mandó a Atenas aaprenderfilosofía,ycuantomáspudolorecomendóaunhombrenobledelaciudadllamadoCremetes,elcualeramuyviejoamigosuyo.PorelcualTito,ensupropiacasafuealojadoencompañíadeunhijosuyollamadoGisippo;ybajolaenseñanzadeunfilósofollamadoAristippo,tantoTitocomoGisippofueronporigualpuestosaestudiarporCremetes.Yfrecuentándosemucholosdos jóvenes, tanto llegaron a ser semejantes sus costumbres que unafraternidad y una amistad tan grande nació entre ellos que nunca luego fuedestruidasinoporlamuerte;yningunodeellosgozabadebienniderepososinocuandoestabanjuntos.Habíancomenzadolosestudiose igualmentelosdosconaltísimoingeniodotados,subíanalagloriosaalturadelafilosofíaconigualespasosyconmaravillosaalabanza;yentalvida(congrandísimoplacerde Cremetes, que casi no consideraba más hijo suyo al uno que al otro)perseveraron almenos tres años.Al final de los cuales, como con todas lascosassucede,sucedióqueCremetes,yaviejo,cerrólosojosaestavida,deloqueunigualdolor,asícomoporcomúnpadre,sintieron,ynilosamigosnilosparientesdeCremetesdiscerníancuáldelosdoshabríadesermásconsoladoporelsucedidocaso.Sucedió,despuésdeunoscuantosmeses,quelosamigosdeGisippoylosparientesfueronaestarconélyjuntoconTitoleanimaronatomar mujer, y le encontraron una joven de maravillosa hermosura y denobilísimosparientes descendiente y ciudadanadeAtenas, cuyonombre eraSofronia, de edad de unos quince años. Y acercándose el momento de lasfuturasbodas,GisipporogóaTitoundíaquefueseconélaverla,quetodavíanolahabíavisto;yllegadosacasadeella,yestandoellaentreambos,Tito,comoapreciadordelahermosuradelanoviadesuamigocomenzóamirarlaatentísimamente,ytodassuspartesdesmedidamenteagradándole,mientraslasponderaba sumamente para sí, tan profundamente, sin darlo a entender, seinflamóporella,cuantoningúnamantedemujersehainflamadonunca.Peroluegoqueconellahubieronestado,despidiéndose,acasasevolvieron.

Allí Tito, entrando solo en su alcoba, en la joven que le había placidocomenzó a pensar, tanto más inflamándose cuanto más se paraba en supensamiento; de lo que, dándose cuenta, luego demuchos cálidos suspiros,comenzóadecirse:

—¡Ay!¡Miserablevidatuya,Tito!¿Dóndeesdóndeponestuánimoytuamor y tu esperanza? ¿Pues no conoces, tanto por los honores recibidos deCremetes y su familia como por la verdadera amistad que hay entre tú yGisippo, de quién ésta es esposa, que a esta joven te conviene tener lareverenciaqueaunahermana?¿Cómolaamas?¿Dóndetedejasllevarporelengañosoamor?,¿dóndeporlalisonjeraesperanza?Abrelosojosdelintelectoy conócete, mísero, a ti mismo; deja paso a la razón, refrena el apetito

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concupiscente, templa los deseos no sanos y endereza a otra parte tuspensamientos;hazfrenteenestecomienzoatulujuria,yvénceteatimismomientrasestodavíatiempo.Loquequieresnoesconveniente,noeshonesto;loqueaseguirtedispones,aunsifueseseguroqueloalcanzases,quenoes,deberías huirlo si mirases aquello que la verdadera amistad te pide. ¿Quéharás, pues,Tito?Abandonarás el indebido amor, si quieres hacer lo que esdebido.

Y luego, acordándose de Sofronia, volviendo atrás, todo lo dicho locondenaba,diciendo:

—Las leyes deAmor son demayor poder que ninguna otra; rompen nosolamentelasdelaamistadsinolasdivinas.¿Cuántasveceshaamadoelpadrea su hija, el hermano a la hermana, la madrina al ahijado? Cosas másmonstruosasqueun amigo amea lamujer del otrohan sucedidomil veces.Ademásdeesto,yosoyjoven,ylajuventudtodaestásometidaalasamorosasleyes; aquello, pues, que place a amor, a mí debe placerme. Las cosas sonpropias de losmás viejos; yo no puedo querer sino lo que amor quiere. Lahermosuradeellamereceseramadaportodos;ysiyolaamo,quesoyjoven,¿quién podrá reprenderme con razón?No la amo porque sea deGisippo, laamotantocomolaamaríafueradequienfuese;pecaaquílafortunaquelahaconcedidoamiamigoGisippoenlugardeaotro.Ysidebeseramadaporsuhermosura (comodebe)merecidamente,máscontentodebeestarGisippo, alsaberlo,dequelaameyoqueotro.

Ydesdeesterazonamiento,burlándoseasímismo,volviendoalcontrario,ydeésteaaquélydeaquélaéste,nosolamenteaqueldíaylanochesiguienteconsumió,sinomuchosotros,hastaelpuntodeque,perdidoselalimentoyelsueño, por debilidad tuvo que acostarse.Gisippo, quemuchos días lo habíavistosumidoensuspensamientosyahoraloveíaenfermo,muchosedolía,ycontodoarteysolicitud,sinsepararsenuncadeél,seesforzabaenconsolarlo,con frecuencia y con muchas instancias preguntándole la razón de suspensamientos y de la enfermedad. Pero habiéndole muchas veces Titorespondido conmentirasyhabiéndosedadocuentaGisippo, sintiéndose, sinembargo,Titoobligado,conllantosyconsuspiroslerepusodetalguisa:

—Gisippo,sialosdioseshubieraplacido,amímeseríamuchomásgratalamuertequeseguirviviendo,pensandoquelafortunamehaconducidoaunlugarenquemehaconvenidoprobarmivirtud,ycongrandísimavergüenzamíalaencuentrovencida;peroporciertoqueesperoprontolarecompensaquemerezco,esdecir,lamuerte,quemeesmáscaraquevivirconelrecuerdodemivileza; lacual,puestoquea tinopuedonideboocultartenada,congranrubortemanifestaré.

Ycomenzandodesdeelprincipio,larazóndesuspensamientosylabatalla

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de éstos, y por último de quién era la victoria y que semoría por amor deSofronia, le descubrió, afirmando que, conociendo cuánto le convenía a élaquello,comopenitenciasehabíaimpuestoelmorir, loqueprontocreíaqueconseguiría. Gisippo, al oír esto y ver su llanto, un tanto al principioreflexionó,comoquiendelabellezadelajovensucediesequemástibiamenteestuvieraprendado;perosintardanzadeliberóquelavidadesuamigodebíaserlemásqueridaqueSofroniayasí,porlaslágrimasdeélinvitadoallorar,lecontestóllorando:

—Tito, si no estuvieses tan necesitado de consuelo como lo estás, mequejaría a ti de ti mismo como de quien ha violado nuestra amistadteniéndome tan largamente escondida tu gravísima pasión. Y aunque nopareciese honesta, no hay por ello que celar al amigo las cosas deshonestassinocomolashonestas,porquequienesamigo,asícomoenlashonestascosassealegraconelamigo,asíenlasnohonestasseesfuerzaporapartardeellaselánimo del amigo. Pero absteniéndome al presente, vendré a lo que veo quemásnecesitas.SiardientementeamasaSofronia,conmigodesposada,nomemaravillo,sinoquememaravillaríasinofueseasí,conociendosuhermosurayla nobleza de tu ánimo, tanto más apta a sostener la pasión cuanto másexcelencia tenga la cosa que plazca. Y cuanto justamente amas a Sofronia,tantotequejasinjustamentedelafortuna,aunqueasínoloexpreses,queamímelahaconcedido,pareciéndotequeamarlatúseríahonestosihubiesesidode otro que no fuera yo. Pero si eres discreto como sueles, ¿a quién podíaconcederla la fortuna, de quiénmayores gracias pudieras darle, si nome lahubiera concedido a mí? Cualquiera otro que la hubiese tenido por muyhonestoquehubierasidotuamor,lahabríaamadoaellamásqueati,loquedemí, sipor tanamigome tienescomosoy,nodebesesperary la razónesésta:quenomeacuerdo,desdequesomosamigos,dequeyotuviesenadaquenofuesetantuyocomomío;loque,sitanlejoshubieraidolascosasquenopudieseserdeotramanera,asíharíaconéstacomoconlasotras;perotodavíaestamosentalestérminosquepuedohacerqueseasolamentetuya,yesoharé,porquenosécómomiamistadpodríasertepreciadasienunacosaquepuedehacersehonestamente,nosupieradetuvoluntadhacerlamía.EsverdadqueSofroniaesmiesposayquelaamabamuchoycongranalegríaesperabalasbodasconella;perocomotú,comodemayorentendimientoqueyo,conmásardordeseastanpreciadacosacomoesella,viveseguroquenomimujer,sinola tuya será en mi alcoba. Y por ello, deja el ensimismamiento, aleja lamelancolía,llamaatilasaludperdidayelconsueloylaalegría,ydeahoraenadelanteesperacontentoelpremiode tu amor,quemuchomásmerecidoesqueloeraalmío.

Tito, al oír hablar así a Gisippo, cuanto placer le daba la lisonjeraesperanzadeaquello,tantoledabavergüenzalajustaconciencia,mostrándoleque cuanto mejor era la liberalidad de Gisippo, tanto mayor le parecía

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inconveniente aceptarla; por lo que, sin dejar de llorar, con trabajo así lerespondió:

—Gisippo,tuliberalyverdaderaamistadmuyclaromemuestraloquealamíaconvienehacer.NoquieraDiosquenuncaaquellaquetehandadocomoamásdignoqueamílarecibayopormía.SiÉlhubieravistoquemeconvenía,ni tú ni nadie debes creer que te la hubiera concedido a ti. Toma, pues,contento, lo que has elegido con el discreto consejo y con su don, y a mídéjameconsumirmeenlaslágrimasquecomoaindignodetantobienmehaaparejado:lascuales,ovenceréyteseréquerido,omevencerányestarélibredepena.

AlcualGisippodijo:

—Tito, si nuestra amistad puede concederme tanta licencia como paraforzarteaseguirungustomío,yatipuedeinducirteaseguirlo,estoseráenloque sumamente entiendousarla; y si tú no condesciendesplacenteramente amis ruegos, con la fuerza que debe hacerse en bien del amigo haré queSofronia sea tuya.Sécuántopueden las fuerzasdeAmoryquenounavez,sinomuchashanconducidoauna infelizmuertea losamantes;y teveo tancerca de ello que ni detener ni vencer a las lágrimas podrías sino que,continuando, vencido, desfallecerías; y yo, sin ninguna duda, pronto teseguiría. Así pues, aunque por otra cosa no te amase, me es, para vivir,preciosatuvida.Será,pues,tuyaSofroniaporquefácilmentenoencontraríasaotraqueasíteagradase,yyoconfacilidadvolviendomiamoraotra,tehabrécontentado a ti y a mí. En la cual cosa tal vez no sería tan liberal si tanraramente y con la misma dificultad las mujeres se encontrasen como losamigos se encuentran; y por ello, pudiendo yo facilísimamente otra mujerencontrarperonootroamigo,quieroporello(noquierodecirperderla,quenolaperderédándotelaati,sinoquelatrasladaréaotroyomío)debienamejortransferirla, antes que perderte.Y por ello, si alguna cosa pueden en timisruegos,teruegoque,saliendodeestaaflicción,enunpuntoteconsuelesatiyamí,yconesperanzadelbien,viviendotedispongasacogeresaalegríaquetucálidoamordeseadelacosaamada.

AunqueTitoseavergonzasedeconsentirenqueSofroniaseconvirtieseensumujer, ypor elloobstinado estuviese todavía, empujándoloporunaparteamoryporlaotraincitándolelosánimosqueledabaGisippo,dijo:

—Basta,Gisippo;noséquépuedodecirmejorqueharé,simiplaceroeltuyohaciendoloque,rogándome,medicesquetantotegusta;ypuestoquetuliberalidad es tanta que vence mi merecida vergüenza, lo haré. Pero estatesegurodequelohagonocomoquiennosabequerecibodetinosolamentealamujeramada,sinoconellamivida.Haganlosdioses,sipuedeser,queconhonoryconbientuyopuedaalgunavezmostrartecuántoaprecioloquepor

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mí,máscompasivodemíqueyomismo,haces.

Despuésdeestaspalabras,dijoGisippo:

—Tito, en esto, para que tenga efecto,me parece que debemos hacer losiguiente:comosabes,despuésdelargasnegociacionesentremisparientesylos de Sofronia, ella se ha convertido enmi esposa; y por ello, si yo fueseahoradiciendoqueno la queríapormujer, grandísimoescándalonacería deello,yseenfureceríanmisparientesylossuyos;loquenadamepreocuparíasiporelloviesequeellaibaasertuya;perotemo,quesiasíladejase,quesusparientesladaríanprontoaotro,quetalveznoseríastú,yasíhabríasperdidoloqueyohabríaadquirido.Yporellomeparece,siestásdeacuerdo,queconloquehecomenzadovoyyoaseguiradelanteycomomíalallevaréacasaycelebraré las bodas; y luego tú, ocultamente, como lo preparemos, con ellacomomujer tuya te acuestes; luego, a su lugar y tiempomanifestaremos elasunto,que,si lesagrada,bienestará;sinolesagrada,de todas lasmanerasestaráhechoynopudiendovolverloatrás,tendránporfuerzaquecontentarseconello.

PlugoaTitoelacuerdo;porlacualcosa,Gisippo,comosuyaensucasalarecibió,estandoyaTitocuradoyenbuenasalud;yhaciendounafiestagrande,al venir la noche, dejaron las mujeres a la nueva esposa en la cama de sumarido y se fueron. Estaba la alcoba de Tito contigua con la de Gisippo ydesdelaunapodíaentrarseenlaotra;porloque,estandoGisippoensualcobayhabiendoapagadotodaslaslucesyendocalladamenteadondeTito, ledijoque con sumujer fuese a acostarse. Tito, al oír esto,muerto de vergüenza,quisoecharseatrásyrehusabair;peroGisippo,queconenteroánimo,comoen suspalabras, estabadispuesto a suplacer, luegode largadisputa, lehizoentrar allí, el cual, al acercarse a la cama, cogiendo a la joven, comobromeando,envozbajalepreguntóquesiqueríasersumujer.Ella,creyendoqueeraGisippo,lecontestoquesí,conloqueunbelloyricoanillolepusoeneldedo,diciendo:

—Yyoquierosertumarido.

Yconsumandoasíelmatrimonio,largoyamorosoplacertomódeella,sinque ni ella ni nadie se diesen cuenta nunca de que alguien que no fueseGisippo se hubiese acostado con ella. Estando, pues, en estos términos elmatrimoniodeSofroniaydeTito,Publiosupadrecerrólosojosaestavida,porlacualcosalefueescritoaélquesindilaciónvolvieraaRomaavelarporsusasuntos.Yporello,hablóconGisippodeirseyllevarseaSofronia,loquesin hacer manifiesto cómo estaban las cosas no se podía ni debíaapropiadamente;conloqueundía,llamándolaalaalcoba,enteramentecómoestabaaquelasunto leexplicaron,ydeelloTito,pormuchoscasosentre losdosacaecidoslediopruebas.Lacual,despuésquealunoyalotrountantico

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enojada hubo mirado, comenzó a deshacerse en lágrimas, quejándose delengañodeGisippo;yantesdequeencasadeGisipponiunapalabrasedijesede aquello; se fue a casa de su padre, y allí a él y a sumadre les contó elengañodeGisippodequeellayelloshabíansidovíctima,afirmandoqueeralamujerdeTitoynodeGisippocomoelloscreían.EstofuedurísimoparaelpadredeSofroniayconsusparientesyconlosdeGisippohizodeellolargasy grandes lamentaciones, y fueron los comadreos y los enfados muchos ygrandes.Gisippodespertóelodiode los suyosyde losdeSofroniay todosdecíannosóloqueeradignodereprobación,sinodeásperocastigo.Peroélafirmaba que había hecho una cosa honesta y que los padres de Sofroniadebían darle las gracias porque la había casado con alguien mejor que élmismo. Tito, por otra parte, de todo se enteraba y con gran trabajo losoportaba; y conociendo que era costumbre de los griegos excitarse con losreprochesylasamenazashastaqueencontrabanquienlesrespondiese,yqueentoncesnosolamentehumildes,sinocobardísimossevolvían,pensóquesusdiscursosnopodíanyasoportarsinresponderlos;yteniendoélánimoromanoy el pensamiento ateniense, de una manera muy oportuna reunió a losparientes de Gisippo y los de Sofronia en un templo, y entrando en élacompañadosóloporGisippo,asíhablóalosqueesperaban:

—Creen muchos filósofos que lo que les sucede a los mortales esdisposiciónyprovidenciade losdioses inmortales;yporestocreenalgunosquees inevitable todo loquenossucedeonossucederáalgunavez,aunquehay quienes esta inevitabilidad atribuyen sólo a lo que ya ha sucedido. Lascuales opiniones, si con perspicacia sonmiradas, se verámuy abiertamenteque el reprender algo que no puede cambiarse, nada es sino quererdemostrarsemássabioquelosdioses,loscualesdebemoscreerqueconeternaleyysinningúnerrorgobiernanydisponendenosotrosydelasdemáscosas;porloque,cuánlocaybestialpresunciónseacorregirsuobra,muyfácilmentelopodéisver,yauncuántasycuálescadenasmerecenaquellosquesedejaniratalatrevimiento.Entreloscuales,segúnmijuicio,osencontráistodos,siesverdadloqueentiendoquedebéishaberdichoydecíscontinuamenteporqueSofronia seamimujercuandose lahabéisentregadoaGisippo,nomirandoqueabeternoestabadispuestoquefuesemujernodeGisippo,sinomía,comoporefectoseconocealpresente.Perocomoelhablardelasecretaprovidenciae intención de los dioses parece a muchos duro y difícil de comprender,presuponiendoqueellosdeningunadenuestrasaccionesseocupen,meplacedescender a los razonamientos de los hombres, hablando de los cuales meconvendrá hacer dos cosas muy contrarias a mis costumbres: la una, algoalabarmeamímismoylaotrahablarmaldeotrosohumillarlos;peroporquedelaverdadnienunacosanienotraentiendoapartarme,ylapresentematerialopide, loharé.Vuestrasquejas,másincitadasporlafuriaqueporlarazón,concontinuasprotestas,asícomoalborotos,ofenden,reprendenycondenana

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Gisippoporquemehadadopormujer,porsudecisión,aquienvosotrosaélporlavuestrahabíaisdado,enloqueyoestimoquedebesermuydealabar;ylasrazonessonéstas:laprimera,porquehahecholoquedebehacerunamigo;la segunda porque ha obrado más sabiamente de lo que lo habíais hechovosotros.Loquelassantasleyesdelaamistadquierenqueunamigohagaporel otro, no es mi intención explicaros al presente, contentándome sólo conhaberosrecordadodeellasque los lazosde laamistadmuchomásunenquelos de la sangre o el parentesco, como sea que tenemos los amigos queelegimosylosparientesquenosdalafortuna.Yporello,siGisippoamómásmi vida que vuestra benevolencia, siendo yo amigo suyo como me tengo,nadiedebemaravillarse.Perovengamosalasegundarazón(enlaqueconmásinsistencianosconvienedetenernos):elhabersidoélmássabioquevosotroslo sois, como sea que de la providencia de los dioses pocome parece queentendáis,ymuchomenosqueconozcáislosefectosdelaamistad.Digoquevuestroinicio,vuestroconsejoyvuestradeliberaciónhabíandadoSofroniaaGisippo, jovenyfilósofo;eldeGisippoladioaunjovenyfilósofo;vuestroconsejoladioaunateniense,eldeGisippoaunromano;elvuestroaunjovennoble,eldeGisippoaunomásnoble;elvuestroaunjovenrico,eldeGisippoaunoriquísimo;elvuestroaunjovenquenosolamentenolaamaba,sinoqueapenaslaconocía,eldeGisippoaunjovenqueporencimadesufelicidadymás que a la propia vida la amaba.Yque lo que digo es verdad, ymás dealabarqueloquehabíaishechovosotros,miradlocosaporcosa.Queyojoveny filósofo soy comoGisippo,mi rostro ymis estudios, sin ningún discursomáslargodecir,puedenexplicarlo.Unamismaedadeslasuyaylamía,yconiguales pasos siempre avanzando hemos estudiado. Es verdad que él esatenienseyyo romano.Side lagloriade la ciudaddisputamos,diréqueyosoydeciudadlibreyéldetributaria;diréquesoydeciudadseñoradetodoelmundoyéldeciudadobedientealamía;diréquesoydeciudadflorecienteenarmas, imperioy estudios,mientras él nopodráa la suya sinoalabar en losestudios. Además de esto, aunque escolar humilde me veáis aquí entrevosotros,nohenacidodelashecesdelpopulachodeRoma;mispalaciosyloslugarespúblicosdeRomaestánllenosdeantiguasimágenesdemismayores,ylosanalesromanosseencuentranllenosdemuchostriunfoslogradosporlosQuintosobreelCapitolioromano;ynoestáporlavejezmarchitasinoquehoymásquenuncaflorecelagloriadenuestronombre.Callo,porvergüenza,misriquezas, teniendo en la memoria que la pobreza honrada es el antiguo ycopioso patrimonio de los nobles ciudadanos romanos; la cual, si por laopinióndelosvulgaresescondenada,ysonalabadoslostesoros,soyenellos,nocomoavaricioso,sinocomoamadodelafortuna,abundante.Ymuybienconozco que era aquí, y debía ser y debe ser preciado, tener por pariente aGisippo;peroyonoosdeboser,porrazónalguna,menospreciadoenRoma,considerandoqueallítendréisenmíaunóptimohuésped;yunútilysolicitoy

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poderoso protector tanto en las oportunidades públicas como en lasnecesidadesprivadas.¿Quién,pues,dejandoaparte lapasión,ymirandoconjusticia, alabará más vuestras decisiones que las de mi amigo Gisippo?Ciertamente, ninguno. Está, pues, Sofronia bien casada con Tito QuintoFulvio,noble,antiguoyricociudadanodeRomayamigodeGisippo;porloquequiendeellosedueleosequejanohaceloquedebenisabeloquehace.Habrá talvezalgunosquedigannodolersedequeSofroniasea lamujerdeTito,sinodolersedelmodoenqueensumujersehaconvertido:ocultamente,a hurtadillas, sin que ningún amigo ni pariente supiese nada. Y esto no esmilagronicosaquesucedaporprimeravez.Dejodebuenaganaaunladoaaquellasquecontralavoluntaddelpadrehantomadomaridoyaaquellasquehan huido con sus amantes y primero han sido amigas que esposas, y aaquellas que antes handescubierto con embarazosypartos susmatrimoniosquecon la lengua,y lanecesidadhahechoconsentir en ellos, cosaqueconSofronianohasucedido;sinoqueordenada,discretayhonestamentehasidodadaporGisippoaTito.Ydiránotrosquelahacasadoaquélaquiencasarlanoincumbía.¡Neciaslamentacionessonéstasymujeriles,yprocedentesdelapocaconsideración!Nousaahoralafortunaporprimeravezdistintoscaminose instrumentos nuevos para inducir las cosas a determinados efectos. ¿Quépuedeimportarmeamíqueelzapateroenlugardelfilósofohayaexpresadosujuiciosobreunhechomío(enocultooenpúblico)siel finesbueno?Debocuidarmesielzapateronoesdiscreto,denodejarleproseguir,yagradecerlelohecho.SiGisippohacasadobienaSofronia,andarquejándosedelmodoydeél es una necedad superflua; si en su juicio no confiáis, cuidad de que nopuedacasaranadiemásyagradecedleesto.Nomenosdebéissaberqueyonobusquéniconastucianiconfraudeponeralgunamanchasobrelahonestidady la claridad de vuestra sangre en la persona de Sofronia; y aunqueocultamente lahaya tomadopormujernovinecomoun raptoraquitarle suvirginidad ni como enemigo quise tenerla deshonestamente, rechazandoemparentarconvosotros;sinoqueardientementeprendadodesucautivadorahermosuraydesuvirtud,conocíaquesiconelordenquetalvezqueréisdecirquedebíahaberlaprocurado, siendomuyamadaporvos,por temoraqueaRomamelallevase,nolahabríaobtenido.Utilicé,pues,lamaneraocultaqueahora puede hacérseos manifiesta e hice a Gisippo que consintiese en minombreenloqueélnoestabadispuesto;yluego,aunqueyoardientementelaamase,nocomoamante,sinocomomaridobusquéelayuntamientoconellano aproximándome a ella (como puede ellamisma con verdad testimoniar),sinodespuésdelasdebidaspalabrasyelanillodedesposada,preguntándolesime quería por marido; a lo que repuso que sí. Si le parece haber sidoengañada, no habéis de reprenderme a mí, sino a ella que no me preguntóquiénera.Éstees,pues,elgranmal,elgranpecado,lagranfaltacometidaporel Gisippo amigo y por mí amante; que Sofronia se haya ocultamente

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convertido en mujer de Tito Quinto; por ello, lo herís, lo amenazáis y loinsidiáis.¿Yquémásharíaissilahubiesedadoaunvillano,aunvagabundo,aun siervo?¿Quécadenas,quécárcel,quécrucesosbastarían?Perodejemosahoraesto;hallegadoeltiempoqueyotodavíanoesperabadequemipadrehayamuertoymeseaobligadovolveraRoma.Porloque,queriendollevaraSofronia conmigo, os he descubierto lo que puede que aún seguiríaocultándoos; lo que, si fueseis sabios, alegremente lo soportaríais porque, siengañarosoultrajaroshubieraquerido,escarnecidapodíadejárosla;peronoloquiera Dios que en un espíritu romano pueda albergarse tanta vileza. Ella,pues, esdecir,Sofronia,porconsentimientode losdiosesyporvigorde lasleyeshumanasyporel loablejuiciodemiamigoGisippoypormiamorosaastucia,esmía,lacualcosavosotros(porventurateniéndoosenmásquelosdiosesylosdemáshombressabios)bestialmente,endosmanerasmuyodiosasparamí,mostráisqueosequivocáis:unaesteniendoaSofronia,sobrelacual(sino en cuanto me place) no tenéis ningún derecho; y la otra es tratar aGisippo, a quien estáis obligados justamente, como a enemigo. Y cuánneciamentehacéisenellasnoentiendoalpresenteexplicarosmássinocomoamigoaconsejarosquedispongáisvuestrosenojos,ylosagraviostomadossedejenyqueSofroniamesearestituidaparaqueyoalegrementemevayacomoparientevuestroyvuestroviva:segurosdeesto,que,osplazcaonoosplazcaloqueestáhecho,sientendéisobrardeotromodo,osquitaréaGisippoysinfaltar,sillegoaRoma,recuperaréaquienesmerecidamentemía,pormuchoqueosdisguste;ycuántopuedeelenojodelosánimosromanos,hostigándoossiempre,osharéconocerporexperiencia.

LuegodequeTitohubodichoesto,poniéndoseenpieconel rostro todoairado,cogiendoaGisippode lamano,mostrandopreocuparlepococuantosenel templohabía,deallí,moviendo lacabezayamenazándoles, salió.Losque se quedaron dentro, en parte inducidos por las palabras de Tito a suparentescoya suamistad,y enparte asustadospor susúltimaspalabras,decomúnacuerdodeliberaronquemejorerateneraTitoporpariente,puestoqueGisipponohabíaqueridoserlo,quehaberperdidoaGisippoporparienteyaTitoadquiridoporenemigo;porlacualcosa,saliendo,fueronabuscaraTitoyle dijeronque les placía queSofronia fuese suyay tenerlo a él por parientequerido y a Gisippo por buen amigo; y haciendo juntos una familiar yamistosa fiesta, se fueron y lemandaron a Sofronia, la cual, como discreta,haciendodelanecesidadvirtud,elamorqueteníaporGisippoprestamentelovolvió a Tito y con él se fue a Roma, donde con gran honor fue recibido.Gisippo, quedándose en Atenas, por todos tenidos en poco, después de nomuchotiempo,porunascontiendasciviles,contodoslosdesucasa,pobreymezquinofuearrojadodeAtenasycondenadoaperpetuoexilio.Estandoenelcual Gisippo, y habiendo llegado a ser no sólo pobre sino mendigo, comopudosevinoaRomaaprobarsiTitolorecordaba;yenteradodequeestaba

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vivoyestimadoportodoslosromanos,yenteradodecuálerasucasa,delantedeellasepusohastaqueTitollegó;alcual,porlamiseriaenqueestabanoseatrevióadirigirlapalabra,sinoqueseingenióenhacerquelovieseparaquereconociéndolo lo mandase llamar. Por lo que, pasando Tito adelante ypareciéndoleaGisippoquelohabíavistoyesquivado,acordándosedeloqueélhabíahechopor él, furiosoydesesperado se fue;y siendoyadenocheyestandoélenayunasysindineros,sinsaberadóndeir,másdeseosodemorirquenadie,llegóaunlugarmuysalvajedelaciudad,donde,viendounagrangruta, dentro entró para quedarse aquella noche, y sobre la tierra desnuda ymal vestido, vencido por largo llanto, se durmió. A la cual gruta, dos quehabíanestadorobandoaquellanoche,conelhurtohechofueronalamanecer,yentrandoenunadisputa,eluno,queeramásfuerte,matóalotroysefue;lacual cosa, habiendo Gisippo oído y visto, le pareció haber encontrado elcaminoalamuertequemuchodeseaba,sinmatarseasímismo;yporello,sinirse,estuvoallíhastaquelosesbirrosdeltribunal,queyadelsucesosehabíanenterado, allí vinieron y a Gisippo furiosamente se llevaron preso. Y él,interrogado, confesó que lo habíamatado y que no había podido irse de lagruta, por la cual cosa el pretor, que se llamabaMarcoVarrón,mandó quefuesecondenadoamuerteenlacruz,talcomoentonceseracostumbre.HabíaTito,poracaso,llegadoalpretorioenaquelmomentoy,mirándolealrostroalmísero condenado y habiendo oído el porqué, súbitamente reconoció aGisippo,ysemaravillódesumiserablefortunaydecómohabríallegadoaquí,yardentísimamentedeseandoayudarloynoviendoningunaotravíapara susalvación,sinoacusarseasímismoyexcusarleaél,prestamenteseadelantóygritó:

—MarcoVarrón,hazllamaralpobrehombrealquehascondenadoporquees inocente; bastante he ofendido yo a los dioses con una culpamatando aaquél a quien tus esbirros hallaron esta mañana muerto sin que ahora lesofendadenuevoconlamuertedeotroinocente.

Varrónsemaravillóy ledolióque todoelpretorio lohubieseoído,ynopudiendoporsuhonor retraersedehacer loque lemandaban las leyes,hizovolverseatrásaGisippo,yenpresenciadeTitoledijo:

—¿Cómo has sido tan loco que, sin haber experimentado ningún dolor,confesasteloquenohashechojugándotelavida?Decíasqueerasquienhabíamatadoestanochealhombreyéstevieneahoraydicequenotúsinoéllohamatado.

Gisippo miró y vio que aquél era Tito y muy bien conoció que hacíaaquelloparasalvarle,comoagradecidoporel servicioqueenotro tiempo lehabíahecho;porloque,llorandodepiedad,dijo:

—Varrón, verdaderamente lo he matado yo, y la piedad de Tito para

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salvarmellegayademasiadotarde.

Tito,porotraparte,decía:

—Pretor,comoves,ésteesextranjeroysinarmashasidoencontradojuntoalmuerto,ybienvesquesumiserialedaelmotivoparaquererestarmuerto;yporello,ponloenlibertadyamí,quelohemerecido,castígame.

SemaravillóVarrón de la insistencia de aquellos dos y presumía ya queningunodebíaserelculpable;y,pensandoenelmododeabsolverlos,heaquíque viene un joven llamado Publio Ambusto, de perdidas costumbres yconocidísimo ladrón entre todos los romanos, el cual verdaderamente habíacometidoelhomicidio;ysabiendoqueningunodelosdoseranculpablesdeloque los dos se acusaban, tanta fue la ternura que llenó su corazón por lainocencia de estos dos que, movido por grandísima compasión, vino anteVarrónyledijo:

—Pretor,mishechosmetraenaresolverladuradiscusióndeestosdos,yno sé qué dios dentro de mí me espolea y me empuja a manifestarte mipecado:ysabeporelloqueningunodeéstosesculpabledeaquellodeloqueasímismo se acusa.Yo soy verdaderamente quienmató a aquel hombre estamañana al apuntar el día; y a este desdichado que está aquí lo vi allí quedormíamientrasyorepartíalascosasrobadasconaquélaquienmaté.Titononecesitaqueyoloexcuse;sufamaesclaraentodaspartesysesabequenoeshombrede talcondición;asíquelibéraloycastígameamía lapenaquelasleyesmeimpongan.

HabíayaOctaviooído estas cosasy, haciendovenir a los tres, quisooírquérazónhabíamovidoacadaunoaquererserelcondenado,lacualcadaunolecontó.Octavio,alosdosporqueeraninocentesyalterceroporamorsuyolospusoenlibertad.Tito,tomandoaGisippoyreprendiéndolomuchoprimeropor sudesapegoydesconfianza, le hizomaravillosa fiesta y a su casa se lollevó, donde Sofronia, con piadosas lágrimas le recibió como amigo; yconfortándolountantoyvistiéndoloyvolviéndolealropajedebidoasuvirtudynobleza,primeramentehizoconélcomunestodossustesorosyposesiones,y después, a una hermana jovencita que tenía, llamada Fulvia, le dio pormujer;yluegoledijo:

—Gisippo, de ti depende ahora o quedarte aquí junto amí o volverte aAtenascontodaslascosasquetehedado.

Gisippo,obligándoleporunaparteeldestierroaqueestabacondenadoporsuciudadyporotraelamorquedebidamentesentíaporlamerecidaamistadde Tito, decidió hacerse romano; con lo que con su Fulvia, y Tito con suSofronia,siempreenunagrancasamuchotiempoyalegrementevivieron,másamigoshaciéndosecadadía,siesquepodíaser.

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Santísima cosa es, pues, la amistad, y no solamente digna de singularreverencia,sinodeserconloorperpetuoalabadacomodiscretísimamadredelamagnificenciaydelahonestidad,hermanadelagratitudydelacaridad,ydel odio y la avaricia enemiga; siempre, sin esperar ningún ruego, pronta ahacer por otros virtuosamente lo que querría que por ellamisma se hiciese;cuyos sacratísimos efectos rarísimas veces se ven hoy en dos, por culpa yvergüenzade lamísera avidezde losmortales que, sólo a la propiautilidadmirando,losharelegadoaperpetuoexiliomásalládelosextremoslímitesdela tierra. ¿Qué amor, qué riqueza, qué parentesco hubiera hecho sentir alcorazón de Gisippo el ardor, las lágrimas y los suspiros de Tito, con tantaeficaciaqueporellosalahermosaesposanobleyamadaporélhubiesehechocasarconTito,sinoellos?¿Quéleyes,quéamenazas,quétemorhubiesehechoalosjuvenilesbrazosdeTitoenloslugaressolitarios,enloslugaresoscuros,enlacamapropia,abstenersedelosabrazosdelahermosajoven,quetalvezle invitaba a ellos, sino ellos? ¿Qué estados, qué méritos, qué gananciashabríanhechoaGisipponopreocuparsedeperderasusparientesya losdeSofronia,nopreocuparsedelasdeshonestasmurmuracionesdelpopulacho,nopreocuparse de las burlas y de los escarnios por satisfacer a su amigo, sinoellos?Y,porotraparte,¿quiénhabríaaTito,sinningunadilaciónypudiendoconvenientemente disimular que lo veía, hecho prontísimo en procurar lapropiamuerteparaquitaraGisippodelacruzqueélmismoseprocuraba,sinoellos?,¿quiénhabríahechoaTitosindudaalgunaliberalísimoencompartirsuamplísimo patrimonio con Gisippo, a quien la fortuna le había privado delsuyo,sinoellos?¿QuiénhabríahechoaTitosinningúntemor,deseosísimodeconcederlapropiahermanapormujeraGisippo,aquienveíapobrísimoyaextremamiseria llevado, sino ellos?Deseen, pues, los hombresmultitud deconsortes, turbasdehermanosygrancantidaddehijos,yconsusdinerosseacreciente el número de sus servidores; y no reparen en que cualquiera deéstostememásunmínimopeligropropioquesolicitudmuestranenapartarlosgrandesdelpadreodelhermanoodelseñor,mientrastodolocontrariovemosquehaceelamigo.

NOVELANOVENA

Saladino,disfrazadodemercader,eshonradopormicerTorello;vieneluegolacruzada;micerTorelloponeunplazoasumujerparaquepuedavolveracasarse,eshechoprisioneroyporamaestraravesdepresallegaaoídosdelsultán,elcual,reconociéndoleydándoleaconocer,sumamentelehonra;micerTorelloenfermayporartedemagiaesllevadoenuna

nocheaPavia,yenlasbodasquesecelebrabanporelnuevomatrimoniodesumujer,reconocidoporella,conellaasucasavuelve.

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HabíayaasuspalabrasFilomenapuestofinylamagníficagratituddeTitohabíasidoalabadamuchoportodosconcordemente,cuandoelrey,elpostrerlugarreservandoaDioneo,asícomenzóahablar:

Atrayentesseñoras,sinfaltacuentaFilomenalaverdadporloquesobrelaamistaddice,yconrazónalfinaldesuspalabrasselamentaquehoyseaéstatanpocograta a losmortales.Ysinosotros, aquí,para corregir losdefectosmundanosoaunquesólofueraparareprenderlosestuviésemos,continuaríayoconextensodiscursosuspalabras;perocomootroesnuestrofin,mehavenidoalánimoelmostraros, talvezconunahistoriamuy larga,peroen todas suspartes agradable, una de lasmagníficas obras de Saladino, para que por lascosas que en mi novela oigáis, si plenamente la amistad de alguien no sepuede conquistar por nuestros vicios, sepamos almenos deleitarnos en obracortésmente,esperandoque,cuandosea,deellosesigaunarecompensa.

Digo, pues, que, según afirman algunos, en el tiempo del emperadorFedericoI,parareconquistarTierraSantatuvolugarunacruzadageneralentreloscristianos; la cual cosa,Saladino,valentísimoseñoryentonces sultándeBabilonia, habiendo oído algo de ello, se propuso ver personalmente lospreparativosdelosseñorescristianosparaaquellacruzada,paramejorpoderprevenirse.Yarreglados susasuntosenEgipto,haciendosemblantede ir enperegrinación, condosde sushombresmás ilustres ymás sabiosy con tresservidoressolamente,endisfrazdemercadersepusoencamino;yhabiendoandado por muchas provincias cristianas y cabalgando por Lombardía parapasarmásalládelosmontes,sucedióque,yendodeMilánaPaviaysiendoyaelanochecer,setoparonconungentilhombrecuyonombreeramicerTorellodeStratadePavia,elcualconsuscriadosyconperrosyconhalconesseibaaestar a una hermosa posesión que sobre el ríoTesino tenía.A los cuales, alverlosmicer Torello se dio cuenta de que nobles y forasteros eran y deseóhonrarlos; por lo que, preguntando Saladino a uno de sus servidores cuántohabíatodavíadeallíaPaviaysiatiempodeentrarenellapudiesellegarallí,nodejóquerespondieseelservidorsinoqueélmismorepuso:

—Señores, no podréis llegar a Pavia a una hora en que podáis entrardentro.

—Pues —dijo Saladino— hacednos la merced de enseñarnos, porqueextranjerossomos,dóndepodremosalbergarnosmejor.

MicerTorellodijo:

—Esoharédebuenagana.AhoramismoestabapensandoenmandaraunodeestosmíosjuntoaPaviaporciertacosa:lomandaréconvosyosconduciráaunlugardondeosalbergaréisasazconvenientemente.

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Y almás discreto de los suyos acercándose, le ordenó lo que tenía quehacer,ylemandóconellos;yyéndoseélasuposesión,prestamente,lomejorquepudohizoprepararunabuenacenayponerlamesaenunjardín;yhechoesto,juntoalapuertavinoaesperarlos.Elservidor,hablandoconloshombresnoblessobrediversascosas,porciertoscaminoslosdesvióyalaposesióndesu señor, sinque sediesencuenta, loscondujo; a loscuales, cuando losviomicerTorello,saliendoapieasuencuentro,dijosonriendo:

—Señores,sedmuybienvenidos.

Saladino, que era sagacísimo, se dio cuenta de que este caballero habíatemidoquenohabríanaceptadoelconvitesi,cuandolosencontró,leshubieseinvitado, y por ello, para quenopudierannegarse a quedarse aquella nochecon él, con una artimaña los había conducido a su casa; y contestado susaludo,dijo:

—Señor,sideloscorteseshombrespudieseunoquejarse,nosquejaríamosde vos, el cual, aunque hayáis estorbado un tanto nuestro viaje, sin quehayamosmerecidopornadavuestrabenevolencia sinoporunsolosaludo,aaceptartanaltacortesíacomoeslavuestranoshabéisobligado.

Elcaballero,sabioyelocuente,dijo:

—Señores, esta que recibís demí, en vuestro aspecto, es pobre cortesía;pero enverdad fueradePavianohabríais podido estar enningún lugar quefuesebueno,yporellonoosseagravehaberalargadounpocoelcaminoparatenerunpocomenosdeincomodidad.

Yasídiciendo,viniendosuservidumbrealrededordeaquéllos,encuantodesmontaron, acomodaron sus caballos, y micer Torello a los tres hombresnoblesllevóalascámaraspreparadasparaellos,dondeleshizodescalzarseyrefrescarseunpococonfresquísimosvinos,yenamableconversaciónhastalahora de cenar los entretuvo. Saladino y sus compañeros y servidores sabíantodoslatín,porloquemuybienentendíanyeranentendidos,ylesparecíaatodosellosqueestecaballeroeraelhombremásamableyelmáscortésyelquemejor hablaba de todos los otros que hubiesen visto hasta entonces. AmicerTorello,porotraparte,leparecíaqueeranaquelloshombresilustrísimosydemuchomásvalordeloqueanteshabíaestimado,porloquesedolíaparasí mismo de que con compañía y más solemne convite no podía honrarlosaquellanoche; por loquepensó en reparar aquello a lamañana siguiente, einformando a unode sus servidores de lo que quería hacer, a sumujer, quediscretísimaeraydegrandísimoánimo,selomandóaPavia,quemuycercaestabaycuyaspuertasnosecerrabannunca.Ydespuésdeesto,llevandoalosgentileshombres al jardín, cortésmente les preguntó quiénes eran y adóndeiban.AlcualrepusoSaladino:

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—Somos mercaderes chipriotas y venimos de Chipre, y por nuestrosnegociosvamosaParís.

EntoncesdijomicerTorello:

—¡Pluguiese a Dios que esta tierra nuestra produjese tales nobles comoveoqueChiprehacelosmercaderes!

Ydeeste razonamientoenotrosestandoun tanto, sehizohoradecenar:por lo que les invitó a sentarse a la mesa, y en ella, según era la cenaimprovisada, fueron muy bien y ordenadamente servidos; y poco después,levantadaslasmesas,sepusieronenpie,que,dándosecuentamicerTorellodeque estaban cansados, en hermosísimos lechos los llevó a descansar, ysemejantementeél,pocodespués,sefueadormir.ElservidorenviadoaPaviadiolaembajadaalaseñora,lacual,noconánimomujerilsinoreal,haciendoprestamentellamaramuchosamigosyservidoresdemicerTorello,todaslascosas oportunas para un grandísimo convite hizo preparar, y a la luz de lasantorchas hizo invitar al convite amuchos de losmás nobles ciudadanos, ehizosacarpañosysedasypielesycompletamenteponerenorden loqueelmarido le había mandado a decir. Venido el día, los gentileshombres selevantaron,conloscualesmicerTorello,montandoacaballoyhaciendovenirsushalcones,aunacharcavecina les llevóy lesmostrócómovolaban;peropreguntandoSaladinosialguienpodíairaPaviayllevarlosalmejoralbergue,dijomicerTorello:

—Éseseréyo,porqueirallínecesito.

Ellos,creyéndoselo,sealegraronyjuntosconélsepusieronencamino;ysiendoyalahoradeterciayhabiendollegadoalaciudad,creyendoqueeranenviadosalmejoralbergue,conmicerTorellollegaronasucasa,dondeyaalmenoscincuentade losmás ilustresciudadanoshabíanvenidopararecibiralos gentileshombres, alrededor de los cuales acudieron rápidamente a losfrenosyespuelas.LacualcosaviendoSaladinoysuscompañeros,demasiadobiencomprendieronloqueeraaquelloydijeron:

—Micer Torello, esto no es lo que os habíamos pedido: bastante habéishechoestanochepasadaymuchomásde loquemerecemos;por loquesininconvenientepodíaisdejarnosseguirnuestrocamino.

AquienesmicerTorellorepuso:

—Señores,deloqueayernocheseoshizoestoyyomásagradecidoalafortuna que a vosotros, que a tiempo os alcanzó en el camino para quenecesitaseis venir a mi pequeña casa; de lo de esta mañana os quedaré yoobligado y junto conmigo todos estos gentileshombres que están en tornovuestro, a quienes si os parece cortés negaros a almorzar con ellos podéishacerlosiqueréis.

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Saladino y sus compañeros, vencidos, desmontaron y recibidos por losgentileshombres alegremente fueron llevados a sus cámaras, las cualesriquísimamente les habían preparado; y dejando las ropas de camino yrefrescándose un tanto, a la sala, que espléndidamente estaba aparejada,vinieron;yhabiendosidodadaelaguaalasmanosysentándosealamesacongrandísimo orden y hermoso, con muchas viandas fueron magníficamenteservidos; tantoque, si el emperadorhubiesevenidoallí,no sehabría sabidocómohacerlemáshonor.YaunqueSaladinoysuscompañerosfuesengrandesseñoresyacostumbradosavergrandísimascosas,nomenossemaravillaronmuchodeésta,ylesparecíadelasmayores,teniendoencuentalacalidaddelcaballero, que sabían que era burgués y no noble. Terminada la comida ylevantadalamesa,habiendohabladountantodealtascosas,haciendomuchocalor,cuandoplugoamicerTorello,losgentileshombresdePaviasefueronadescansar, y quedándose él con los tres suyos, y entrando con ellos en unacámara,paraqueningunacosaqueridaparaélquedaraquevistonohubieran,allíhizollamarasuvalerosamujer;lacual,siendohermosísimayaltaensupersonayadornadacon ricasvestimentas,enmediodedoshijos suyos,queparecíandosangelotes,vinohaciaellosyplacenteramentelessaludó.Ellos,alverla,selevantaronyconreverencialarecibieron,yhaciéndolasentarseentreellos,granfiestahicieronconsusdoshermososhijitos.Peroluegodequeconelloshuboentradoenagradableconversación,habiéndoseidounpocomicerTorello,ellaamablementelespreguntódedóndeeranyadóndeiban;aquienlos gentileshombres respondieron como habían hecho a micer Torello.Entonceslaseñora,conalegregesto,dijo:

—Asípues,veoquemiprevisión femeninaseráútil,yporelloos ruegoqueporespecialmercednorehuséisnitengáisporvilelpequeñopresentequevoy a hacer traeros, sino considerando que las mujeres, de acuerdo con supequeñoánimopequeñascosasdan,másconsiderandoelbuendeseodequiendaquelacantidaddelpresente,lotoméis.

Yhaciendo traerpara cadaunodosparesde sobrevestes, una forradadesedayotrademarta,ennadadeburguesesnidemercaderes,sinodeseñor,ytresjubonesdecendalylino,dijo:

—Tomadesto:lasropasdemiseñorsoncomolasvuestras;lasotrascosas,considerandoqueestáislejosdevuestrasmujeres,ylolargodelcaminohechoy el que os queda por hacer, y que los mercaderes son hombres limpios ydelicados,aunquepocovalganpodránserospreciadas.

Los gentileshombres semaravillaron y claramente conocieron quemicerTorelloningunaclasedecortesíaqueríadejardehacerles,ytemieron,viendola nobleza de las ropas, en nada propias de mercaderes, que hubiesen sidoreconocidospormicerTorello;perosinembargo,alaseñorarespondióunodeellos:

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—Éstas son, señora, grandísimas cosas y no deberíamos tomarlasfácilmente si vuestros ruegos a ellononosobligasen, a los cualesnopuededecirsequeno.

Hecho esto y habiendo ya vuelto micer Torello, la señora,encomendándolosaDios,seseparódeellos,ydecosassemejantesaaquéllas,tal como a ellos convenía, hizo proveer a los criados. Micer Torello conmuchos ruegos les pidióque todo aquel día se quedasen con él; por lo que,después que hubieron dormido, poniéndose sus ropas, conmicer Torello unrato cabalgaron por la ciudad, y venida la hora de la cena, con muchoshonorablescompañerosmagníficamentecenaron.Ycuando fueelmomento,yéndoseadescansar,alvenireldíaselevantaronyencontraronenellugardesus rocines cansados, tres gordos palafrenes y buenos y semejantementecaballosnuevosyfuertesparatodossuscriados.LacualcosaviendoSaladino,volviéndoseasuscompañeros,dijo:

—Juro ante Dios que hombre más cumplido ni más cortés ni másprecavidoqueésteno lohahabidonunca;y si los reyescristianos son talesreyesensucondicióncomoésteescaballero,elsultándeBabilonianopodráenfrentarse siquiera con uno, ¡no digamos con todos los que vemos que sepreparanparaechárseleencima!

Perosabiendoquenegarsearecibirlosnoeraoportuno,muycortésmenteagradeciéndolo,montaronacaballo.MicerTorello,conmuchoscompañeros,grantrechoenelcaminolesacompañaronfueradelaciudad,ypormuchoqueaSaladinoledoliesesepararsedemicerTorello,tantosehabíaprendadoyadeél,lerogóqueatrássevolviese,teniendoqueirse;elcual,pormuyduroquelefuesesepararsedeellos,dijo:

—Señores,loharéporqueosplace,peroosdiréesto:yonoséquiénessoisni deseo saber más de lo que os plazca; pero seáis quienes seáis, que soismercaderesnomedejaréiscreyendoestavez:yqueDiososguarde.

Saladino,habiendoyade todos loscompañerosdemicerTorello tomadolicencia,lerepusodiciendo:

—Señor,podrátodavíasucederqueoshagamosvernuestramercancía,conlacualvuestracreenciaaseguraremos;eidosconDios.

Sefueron,pues,Saladinoysuscompañeros,congrandísimoánimode(sila vida les duraba y la guerra que esperaban no lo impidiese) hacer aún nomenorhonoramicerTorellodelqueéstelehabíahecho;ymuchodeélydesumujer y de todas sus cosas y actos y hechos habló con sus compañeros,alabándolo todo. Pero luego que todo Poniente, no sin gran fatiga, hubocorrido, entrando en el mar, con sus compañeros se volvió a Alejandría, yplenamente informado, se dispuso a la defensa. Micer Torello se volvió a

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Paviaymuchoestuvopensandoquequiénesseríanaquellostres,peronuncaala verdad llegó, ni se aproximó. Llegando el tiempo de la cruzada yhaciéndosegrandespreparativospor todaspartes,micerTorello,noobstantelosruegosdesumujerylaslágrimas,sedispusoairsedetodaslasmaneras;yhabiendohechotodoslospreparativosyestandoapuntodemontaracaballo,dijoasumujer,aquiensumamenteamaba:

—Mujer,comoves,mevoyaestacruzada tantoporelhonordelcuerpocomoporlasalvacióndelalma;teencomiendotodasnuestrascosasynuestrohonor; y como estoy seguro de irme, y de volver, por mil accidentes quepuedansobrevenir,ningunacertezatengo,quieroquemeconcedasunagracia:quesucedaloquesucedademí,sinotienesnoticiaciertademivida,quemeesperesunañoyunmesyundíasinvolveracasarte,comenzandoconestedíaquedetimeseparo.

Lamujer,quemucholloraba,repuso:

—MicerTorello,nosécómovoyasoportareldolorenelcual,alpartiros,medejáis: pero simivida esmás fuertequeély algoos acaeciese,vividymorid seguro de que viviré ymoriré comomujer demicer Torello y de sumemoria.

AlacualmicerTorellodijo:

—Mujer,certísimoestoydeque,encuantoestéentisucederáestoquemeprometes;peroeresmujerjovenyhermosaydegranlinaje,ytuvirtudesmuyconocida por todos; por la cual cosa no dudo que muchos grandes ygentileshombres,sinadademísesupiera,tepediránpormujeratushermanosyparientes,decuyosconsejos,aunqueloquieras,nopodrásdefenderteyporfuerzatendrásquecomplacerlos;yésteeselmotivoporelcualesteplazoynomayortepido.

Lamujerdijo:

—Yoharé loquepuedade loqueoshedicho;ysiotracosa tuvieraquehacer;osobedeceréenestoquemeordenáis,concerteza.RuegoaDiosqueatalesplazosniavosniamínosllevenestostiempos.

Terminadasestaspalabras,laseñora,llorando,seabrazóamicerTorello,yquitándosedeldedounanilloselodio,diciendo:

—Si sucedequemuerayo antesdequeosvuelva aver, acordaosdemícuandoloveáis.

Yél,cogiéndolo,montóacaballo,ydiciendoadiósatodoelmundo,sefueasuviaje;yllegadoaGénovaconsucompañía,subiendoalagalera,sefue,yenpocotiempollegóaAcreyconotroejércitodeloscristianosseunió.Enelcualcasi inmediatamentecomenzóunagrandísimaenfermedadymortandad,

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durantelacual,fuesecualfueseelarteolafortunadeSaladino,casitodoloque quedó de los cristianos que se salvaron fueron por él apresados amansalva, y pormuchas ciudades repartidos y puestos en prisión; entre loscualespresosfueunomicerTorello,yaAlejandríallevadopreso.Donde,nosiendo conocido y temiendo darse a conocer, por la necesidad obligado sededicó a domesticar halcones, en lo que era grandísimomaestro; y de estollególanoticiaaSaladino,porloquelosacódelaprisiónysequedóconélcomo halconero. Micer Torello, que no era llamado por Saladino sino «elcristiano»,aquiennoreconocía,nielsultánaél,solamenteenPaviateníaelánimo,ymuchasveceshabíaintentadoescaparse,ynohabíapodidohacerlo;por lo que, venidos ciertos genoveses como embajadores a Saladino pararescatar a algunos conciudadanos suyos, y teniendo que irse, pensó enescribirle a su mujer que estaba vivo y que volvería con ella lo antes quepudiese, y que lo esperase; y así lo hizo, y caramente rogó a uno de losembajadores,queconocía,quehiciesequeaquellasnoticiasllegasenamanosdelabaddeSanPietroenCieldoro,queerasutío.YestandoenestostérminosmicerTorello,sucedióundíaque,hablandoconélSaladinodesusaves,micerTorello comenzó a sonreír e hizo un gesto con la boca en que Saladino,estandoensucasadePavia,sehabíafijadomucho,porelcualactoaSaladinolevinoalamentemicerTorello;ycomenzóamirarlofijamenteyleparecióél;porloque,dejandolaprimeraconversación,dijo:

—Dime,cristiano,¿dequépaísdePonienteerestú?

—Señormío—dijomicerTorello—,soylombardo,deunaciudadllamadaPavia,hombrepobreydebajacondición.

AloírestoSaladino,casisegurodeloquedudaba,sedijoalegre:

«¡Dios me ha dado la ocasión de mostrar a éste cuánto me agradó sucortesía!».

Y sin decirmás, haciendo preparar en una alcoba todos sus vestidos, lecondujodentroydijo:

—Mira, cristiano, si entre estas ropas hay alguna que alguna vez hayasvisto.

MicerTorellocomenzóamiraryvioaquellasquesumujerlehabíadadoaSaladino,peronojuzgóquepodíanseraquéllas;perorespondió:

—Señor mío, ninguna conozco, aunque es verdad que aquellas dos separecen a ropas con que yo, además de tres mercaderes que en mi casaestuvieron,anduvevestido.

Entonces Saladino, no pudiendo ya contenerse, lo abrazó tiernamente,diciendo:

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—VossoismicerTorellodeStrá,yyosoyunodelostresmercaderesaloscualesvuestramujerdioestasropas;yahorahallegadoeltiempodeasegurarvuestracreenciaenloqueeramimercancía,comoalsepararmedevososdijequepodríasuceder.

Micer Torello, al oír esto, comenzó a ponerse contentísimo y aavergonzarse;yaestarcontentodehabertenidotalhuésped,yaavergonzarsedequepobrementeleparecíahaberlorecibido;alcualSaladinodijo:

—MicerTorello,puestoqueDiososhaenviadoamí,pensadquenoyodeahoraenadelantesinoquevosaquísoiseldueño.

Yhaciéndosefiestasgrandesporigual,conrealesvestidoslohizovestir,yllevándole ante sus baronesmás ilustres y habiendo dichomuchas cosas enalabanza de su valor, ordenóque por cualquiera que su gracia apreciase tanhonradofuesecomosupersona;loquedeentoncesenadelantetodoshicieron,peromuchomásquelosotroslosdosseñoresquehabíansidocompañerosdeSaladinoensucasa.LaalturadelasúbitagloriaenqueseviomicerTorello,algo las cosas lombardas le hizo olvidar, y máximamente porque conseguridad esperaba que sus cartas hubieran llegado a su tío. Había, en elcampodondeestabaelejércitodeloscristianos,eldíaquefueronapresadosporSaladino,muertoysidosepultadouncaballeroprovenzaldepocamontacuyo nombre era micer Torello de Dignes; por la cual cosa, siendo micerTorellodeStráacausadesunoblezaconocidoporelejército,cualquieraqueoyódecir«HamuertomicerTorello»,creyóqueeramicerTorellodeStráynoeldeDignes;yelaccidentedelapresamientoquesobrevinonodejóque losengañadossaliesendesuerror.Porloquemuchositálicosvolvieronconestanoticia, entre los cuales los hubo tan presuntuosos que osaron decir que lohabíanvistomuertoyhabíanasistidoasusepultura;lacualcosa,sabidaporlamujer y por sus parientes, fue ocasión de grandísimo e indecible pesar nosolamentedeellos,sinode todos losque lohabíanconocido.Largoseríadeexponercuál fueycuántoeldolory la tristezayel llantode sumujer; a lacual, después de algunos meses en que se había dolido con tribulacióncontinua, y había empezado a dolersemenos, siendo solicitada por losmásilustres hombres de Lombardía, sus hermanos y todos sus demás parientesempezaron a pedirle que se casara, a lo que ella muchas veces y congrandísimollantohabiéndosenegado,obligada,alfinaltuvoquehacerloquequeríansusparientes,conestacondición:quehabríadeestarsinconvivirconelmaridotantocuantolehabíaprometidoamicerTorello.MientrasenPaviaestabanlascosasdelaseñoraenestostérminos,yyaunosochodíasantesdelplazoenquedebíairavivirconsumarido,sucedióquemicerTorellovioenAlejandríaundíaaunoquehabíavistosubirconlosembajadoresgenovesesalagaleraqueveníaaGénova;porloque,haciéndolellamar,lepreguntóquequéviajehabíantenidoycuándohabíanllegadoaGénova.Alcualdijoéste:

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—Señor mío, mal viaje hizo la galera, tal como oí en Creta, dondemequedé; porque estando cerca deSicilia, se levantó una peligrosa tramontanaquecontralosbajíosdeBerberíalaarrojó,ynosesalvóunalma;yentrelosdemásperecierondoshermanosmíos.

Micer Torello, creyendo las palabras de aquél, que eran veracísimas, yacordándosedequeelplazoquelehabíapedidoasumujerterminabadeallíapocosdías,ydándosecuentaquenadadeéldebíasaberseenPavia,tuvoporciertoquesumujerdebíahabervueltoacasarse;conloquecayóentangrandolorque,perdidaslasganasdecomeryechándoseenlacama,decidiómorir.Lacualcosa,cuandollegóaoídosdeSaladino,quesumamenteleamaba,vinoaverle;yluegodemuchosruegosygrandesquelehizo,sabidalarazóndesudolor y de su enfermedad, le reprochó mucho no habérsela dicho antes, yluego le rogó que se animase, asegurándole que, si lo hacía, él obraría demodo que estuviese en Pavia antes del plazo dado; y le dijo cómo. MicerTorello, dando fe a laspalabrasdeSaladino, yhabiendomuchasvecesoídodecir que aquello era posible y se había hecho muchas veces, comenzó aanimarse, y a pedir a Saladino que se apresurase en ello. Saladino, a unnigromantesuyocuyoarteyahabíaexperimentado,leordenóquearreglaselamaneradequemicerTorello, sobreunacama fuese transportadoaPaviaenunanoche;aquienelnigromanterespondióqueasíseríahecho,peroqueporbiensuyoloadormeciese.Arregladoesto,volvióSaladinoaMicerTorello,yhallándolocompletamentedeterminadoaestarenPaviaantesdelplazodado,sipudieraser,ysinopudieraadejarsemorir,ledijoasí:

—MicerTorello,sitiernamenteamáisavuestramujeryteméisquepuedaserdeotro,sabeDiosqueyoennadapuedoreprochárosloporquedecuantasmujeresmeparecehabervistoellaesquienporsuscostumbres,susmanerasysuporte(dejando lahermosura,queesflorcaduca)másdignameparecedealabarsey tenerseenaprecio.Mehabríacomplacidomuchísimoque,puestoquelafortunaoshabíamandadoaquí,eltiempoquevosyyovivirdebamos,enelgobiernodelreinoqueyotengoigualmenteseñores,hubiésemosvividojuntos; y si esto nome hubiera sido concedido por Dios, ya que habría devenirosalánimooquererlamuerteoencontrarosenPaviaalfinaldelplazoimpuesto, sumamente habría deseado saberlo a tiempodepodermandaros avuestracasaconelhonor,lagrandeza,lacompañíaquevuestravirtudmerece;loque,puestoquenomehasidoconcedido,yvosdeseáisestarallípresente,talcomopuedoyenlaformaqueoshedichoosmandaré.

AquienmicerTorellodijo:

—Señormío,sinvuestraspalabras,vuestrosactosmehandemostradobienvuestrabenevolencia,quepormínuncaentansupremogradofuemerecida,ydeloquedecís,aunquenolodijeseis,vivoymorirécertísimo;perotalcomohedecidido,osruegoqueloquemehabéisdichoquevaisahacer lohagáis

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pronto,porquemañanaeselúltimodíaenquedebenesperarme.

Saladino dijo que aquello sin duda estaba arreglado; y el día siguiente,esperandomandarloalanochesiguiente,hizoSaladinohacerenunagransalaunhermosísimoyricolechocontodosloscolchones,segúnsucostumbre,develludo y drapeados de oro, y poner por encima una colcha labrada conarabescosdeperlasgordísimasyderiquísimaspiedraspreciosas, lacual fuedespuésaquítenidaporunincalculabletesoro,ydosalmohadonestalescomosemejante lecho requería; y hecho esto,mandó que amicer Torello, que yaestabarepuesto,lepusiesenuntrajealaguisasarracena,queeralacosamásricaymásbellaquenuncanadiehabíavisto,y lacabeza,asumanera,hizoqueselaenvolvieranenunodesuslarguísimosturbantes.Ysiendoyatarde,Saladinoentró,conmuchosdesusbarones,enlaalcobadondeMicerTorelloestaba,ysentándoseasulado,casillorando,comenzóadecir:

—MicerTorello,elmomentoquevaasepararmedevosestácerca,ycomoyonopuedoacompañarosnihacerosacompañar,porlacondicióndelcaminoquetenéisquehacer,quenolosufre,aquíenlaalcobatengoquedespedirmedevos,aloquehevenido.Yporello,antesdedejarosconDios,osruegoqueporelamoralaamistadquehayentrenosotros,quenoosolvidéisdemí,ysiesposible,antesdequenoslleguenuestrahora,quevos,habiendopuestoenorden vuestras cosas en Lombardía, una vez por lomenos vengáis a vermepara que pueda yo entonces, habiéndome alegrado con veros, enmendar lafaltaqueahoraporvuestraprisatengoquecometer;yhastaqueestosuceda,noosseaenojosovisitarmeconcartasypedirmelascosasqueosgusten,quecon más agrado por vos que por ningún hombre del mundo lo haré conseguridad.

MicerTorellonopudoretenerlaslágrimas,yporello,impedidoporellas,contestóconpocaspalabrasqueeraimposiblequenuncasusbeneficiosysuvalorselefuesendelamemoria,yquesinfaltaloquelepedíaharíasiesqueel tiempo le era concedido. Por lo que Saladino, tiernamente abrazándolo ybesándolo,conmuchaslágrimasledijo:

—IdosconDios—ysaliódelaalcoba,ylosdemásbaronesdespuésdeélsedespidieronysefueronconSaladinoalasaladondehabíahechoprepararellecho.

Perosiendotardeyayelnigromanteestandoenesperadehaceraquelloypreparándolo,vinounmédicoconunbrebajeparamicerTorelloydiciéndolequeselodabaparafortalecerle,selohizobeber:ynopasómuchosinquesedurmiese.Yasídurmiendo fue llevadopormandatodeSaladinoalhermosolechosobreelcualpusoélunagrandeybellacoronadegranvalor,ylaseñalódemanera que claramente se vio después que Saladino se lamandaba a lamujerdemicerTorello.Después,lepusoamicerTorelloeneldedounanillo

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en el que había engastado un carbunclo tan reluciente que una antorchaencendidaparecía,cuyovalorerainestimable;luegolehizoceñirunaespadaguarnecida de manera que su valor no podría apreciarse con facilidad, yademás de esto un broche que le hizo prender en el pecho en el que habíaperlas cuyas semejantes nunca habían sido vistas, con otrasmuchas piedraspreciosas, y luego, a cada uno de sus costados, hizo poner dos grandísimosaguamanilesdeorollenosdedoblonesymuchasredecillasdeperlas,yanillos,ycinturones,yotrascosasque largoseríacontarlas,hizoque lepusiesenentorno.Yhechoesto,otravezbesóamicerTorelloydijoalnigromantequesediese prisa; por lo que, incontinenti, en presencia de Saladino, el lechollevandoamicerTorello,desapareciódeallí,ySaladinosequedóhablandodeélconsusbarones.

Yyaen la iglesiadeSanPietroenCieldorodePavia, tal como lohabíapedido,llevabaunratoposandomicerTorellocontodaslasantesdichasjoyasy adornos, y todavía dormía, cuando habiendo tocado ya a maitines, elsacristán entró en la iglesia con una luz en la mano; y le sucedió quesúbitamentevioelricolechoynotansólosemaravillósinoque,sintiendounmiedograndísimo,huyendosevolvióatrás:alcualviendohuirelabadylosmonjes,semaravillaronylepreguntaronlarazón.Elmonjeladijo.

—¡Oh!—dijoelabad—,puesnoeresyaningúnniñonierestannuevoenlaiglesiaparaespantartetanfácilmente;vamosnosotros,pues,yveamosquécocohasvisto.

Encendidas,pues,másluces,elabadcontodossusmonjesentrandoenlaiglesia vieron este lecho tanmaravilloso y rico, y sobre él el caballero quedormía;ymientras,temerososytímidos,sinacercarsenadaallecholasnoblesjoyas miraban, sucedió que, habiendo pasado la virtud del brebaje, micerTorello,despertándose,lanzóunsuspiro.Losmonjesalverestoyelabadconellos,espantadosygritando:«¡Señor,ayúdanos!»,huyerontodos.

MicerTorello, abiertos losojosymirandoalrededor, conocióclaramenteque estaba allí donde le había pedido a Saladino, de lo que se puso muycontento;porloque,sentándoseenellechoydetalladamentemirandotodoloque teníaalrededor,pormuchoquehubieraconocidoya lamagnificenciadeSaladino,leparecióahoramayorymáslaconoció.Sinembargo,sinmoverse,viendoalosmonjeshuirydándosecuentadeporqué,comenzóporsunombreallamaralabadyarogarlequenotemiese,porqueéleraTorellosusobrino.Elabad,aloíresto,sintiómayormiedocomoquienpormuertoloteníadesdehacía meses; pero luego de un tanto, tranquilizado por verdaderas pruebas,sintiéndose llamar,haciendo laseñalde lasantacruz, seacercóaél;alcualmicerTorellodijo:

—Oh,padremío,¿quéteméis?Estoyvivo,graciasaDios,yaquíhevuelto

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deultramar.

El abad, a pesar de que tenía la barba larga y estaba en traje morisco,despuésdeuntantoloreconoció,ytranquilizándoseporcompleto,lecogiódelamano,ydijo:

—Hijomío,¡seasbienvenido!

Ysiguió:

—No debes maravillarte de nuestro miedo porque en esta tierra no hayhombrequenocreafirmementequeestásmuerto, tantoque tedirésóloquedoñaAdalietatumujer,vencidaporlosruegosylasamenazasdesusparientesycontrasuvoluntad,sehavueltoacasar;yhoyporlamañanadebeirseconsumarido,ylasbodasytodoloquesenecesitaparalafiestaestápreparado.

Micer Torello, levantándose del rico lecho y haciendo al abad y a losmonjesmaravillosas fiestas, pidió a todosquede suvuelta nohablasen connadie hasta que no hubiese él resuelto un asunto suyo. Después de esto,haciendoponer a salvo las ricas joyas, lo que le había sucedidohasta aquelmomento le contó al abad. El abad, contento de sus aventuras, con él diograciasaDios.Despuésdeesto,preguntómicerTorelloalabadquequiéneraelnuevomaridodesumujer.Elabadselodijo,aquienmicerTorellodijo:

—Antesquesesepaquehevueltoquieroverelcomportamientoquetienemi mujer en estas bodas; y por ello, aunque no sea costumbre que losreligiosos vayan a tales convites, quiero que por mi amor lo arregléis demaneraquelosdosvayamos.

Elabadcontestóquedebuenagana;yalhacersededíamandóunrecadoalreciéncasadodiciendoqueconuncompañeroqueríaasistirasusbodas;aquienelgentilhombrerepusoquemucholeplacía.Llegada,pues,lahoradelacomida,micerTorello,conaqueltrajequellevaba,sefueconelabadacasadelreciéncasado,miradoconasombroporquienleveía,peronoreconocidoporninguno;yelabaddecíaatodosqueeraunsarracenoenviadoporelsultánalreydeFranciacomoembajador.Y,pues,micerTorellosentadoaunamesaexactamentefrenteasumujer,aquiencongrandísimoplacermiraba;yenelgestoleparecíamolestaporestasbodas.Ellatambiénalgunavezlemiraba,noporquelereconocieseennada(quelalargabarbayelextrañotrajeylafirmecreenciadequeestabamuertonoselopermitían),sinoporlararezadeltraje.Pero cuando le pareció oportuno a micer Torello ver si se acordaba de él,quitándosedeldedoelanilloquesumujerlehabíadadoseseparódeella,hizollamaraunjovencitoquedelantedeélestabasirviendo,yledijo:

—Didemipartealareciéncasadaqueenmipaísseacostumbra,cuandoalgúnforasterocomoyocomeenelbanquetedeunareciéncasada,comoesella,enseñaldequegustadequeélhayavenidoacomer,queellalemandala

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copa en la que bebe llena de vino; con lo cual luegode que el forastero habebidoloqueguste,tapándoladenuevo,lanoviabebeelresto.

El jovencito dio el recado a la señora, la cual, como cortés y discreta,pensando que aquél era un gran infanzón, para mostrar que le agradaba sullegada, unagran copadorada, que teníadelante,mandóque fuese lavadaycolmadadevinoyllevadaalgentilhombre;yasísehizo.MicerTorello,quesehabíametidoenlabocasuanillo,hizodemaneraquelodejócaerenlacopasinquenadiesediesecuenta,ydejandounpocodevino,latapóyselaenvióalaseñora.Lacual,cogiéndola,paracumplirlacostumbre,destapándolaselallevóa labocayvioelanillo,ysindecirnada loestuvomirandounrato;yreconociéndolocomoelqueellalehabíadadoalirseamicerTorello,locogió,y mirando fijamente al que creía forastero, y reconociéndolo, como si sehubiesevueltoloca,tirandoalsuelolamesaqueteníadelante,gritó:

—¡Esmiseñor,esverdaderamentemicerTorello!

Ycorriendoalamesaalaqueélestabasentado,sinimportarlesusropasninada de lo que hubiese sobre lamesa, echándose contra él cuando pudo, loabrazófuertementeynoselapudoarrancardesucuello,pordichonihechodenadiequeallíestuviera,hastaquemicerTorelloledijoquesecompusieseunpocoporquetiempoparaabrazarloleseríaaúnconcedidomucho.Entoncesella, enderezándose, estando ya las bodas todas turbadas y en parte másalegresquenuncapor la recuperaciónde talcaballero, rogadosporél, todoscallaron; por lo que micer Torello desde el día de su partida hasta aquelmomento, lo que le había sucedido a todos narró, concluyendo que algentilhombre que, creyéndolemuerto, había tomado pormujer a la suya, siestandovivoselaquitaba,nodebíaparecerlemal.Elreciéncasado,aunqueuntantoburladosesintiese,generosamenteycomoamigorespondióquedesuscosas podía hacer lo que más le agradase. La señora, el anillo y la coronarecibidasdelnuevomaridoallílasdejóysepusoaquelquedelacopahabíacogido,eigualmentelacoronaquelehabíamandadoelsultán;ysaliendodelacasaendondeestaban,con toda lapompadeunasbodashasta lacasademicerTorellofueron,yallí losdesconsoladosamigosyparientesytodoslosciudadanos,quelemirabancomosifueseresucitado,conlargayalegrefiestaseconsolaron.MicerTorello,dandodesuspreciosasjoyasunaparteaquienhabíahechoelgastodelasbodasyalabadyamuchosotros,ypormásdeunmensajero haciendo saber su feliz repatriación a Saladino, declarándose suamigoy servidor,muchosaños con suvalerosamujerviviódespués, siendomáscortésquenunca.

Éste fue, pues, el fin de las desdichas de micer Torello y de las de suamadamujer,yelgalardóndesusalegresyespontáneascortesías.Lascuales,muchos se esfuerzan en hacer que, aunque tengan con qué, saben tan malhacerlasquelashacenpagarmásdeloquevalen;porloque,sideellasnose

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siguerecompensa,nodebenmaravillarse,niellosniotros.

NOVELADÉCIMA

Saladino,disfrazadodemercader,eshonradopormicerTorello;vieneluegolacruzada;micerTorelloponeunplazoasumujerparaquepuedavolveracasarse,eshechoprisioneroyporamaestraravesdepresallegaaoídosdelsultán,elcual,reconociéndoleydándoleaconocer,sumamentelehonra;micerTorelloenfermayporartedemagiaesllevadoenuna

nocheaPavia,yenlasbodasquesecelebrabanporelnuevomatrimoniodesumujer,reconocidoporella,conellaasucasavuelve.

Terminada la larganoveladel rey,quemuchohabíagustadoa todosa loquemostrabanensusgestos,Dioneodijoriendo:

—El buen hombre que esperaba a la noche siguiente hacer bajar la colatiesadelespantajonohabríadadomásdedossueldosportodaslasalabanzasquehacéisdemicerTorello.

Ydespués,sabiendoquesólofaltabaélpornarrar,comenzó:

Benignas señoras mías, a lo que me parece, este día de hoy ha estadodedicadoalosreyesyalossultanesyagentesemejante;yporello,paranoapartarme demasiado de vosotras, voy a contar de unmarqués no una cosamagnífica, sino una solemne barbaridad, aunque terminase con buen fin; lacualnoaconsejoanadiequelaimiteporqueunagranlástimafuequeaaquéllesaliesebien.

Hace ya mucho tiempo, fue el mayor de la casa de los marqueses deSaluzzounjovenllamadoGualtieri,elcualestandosinmujerysinhijos,nopasabaenotracosael tiemposinoen lacetreríayen lacaza,ynide tomarmujer ni de tener hijos se ocupaban sus pensamientos; en lo que había quetenerloporsabio.Lacualcosa,noagradandoasusvasallos,muchasveceslerogaron que tomasemujer para que él sin herederos y ellos sin señor no sequedasen, ofreciéndole a encontrársela tal, y de tal padre y madredescendiente,quebuenaesperanzapudiesentener,yalegrarsemuchoconello.AlosqueGualtierirepuso:

—Amigosmíos,meobligáisaalgoqueestabadecididoanohacernunca,considerando qué dura cosa sea encontrar alguien que bien se adapte a lascostumbresdeuno,ycuángrandesealaabundanciadelocontrario,ycómoesunavidaduraladequiendaconunamujerquenoleconvengabien.Ydecirquecreéisporlascostumbresdelospadresydelasmadresconoceralashijas,con loqueargumentáisqueme ladaréis talquemeplazca,esunanecedad,

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como sea que no sepa yo cómo podéis saber quiénes son sus padres ni lossecretos de sus madres; y aun conociéndolos, son muchas veces los hijosdiferentes de los padresy lasmadres.Peropuestoque con estas cadenasosplace anudarme, quiero daros gusto; y para que no tenga que quejarme denadie sinodemí, simal sucediesen las cosas,quiero seryomismoquien laencuentre,asegurándoosque,seaquienseaaquienelija,sinoescomoseñoraacatada por vosotros, experimentaréis para vuestro daño cuán penosome estomarmujeraruegosvuestrosycontramivoluntad.

Losvalerososhombresrespondieronqueestabandeacuerdoconqueélsedecidiesea tomarmujer.HabíangustadoaGualtierihacíamucho tiempo lasmaneras de una pobre jovencita que vivía en una villa cercana a su casa, ypareciéndole muy hermosa, juzgó que con ella podría llevar una vida asazfeliz;yporello,sinmásbuscar,sepropusocasarseconella;yhaciendollamarasupadre,queerapobrísimo,convinoconéltomarlapormujer.Hechoesto,hizoGualtierireunirseatodossusamigosdelacomarcaylesdijo:

—Amigosmíos,oshaplacidoyplacequemedecidaatomarmujer,ymehedispuestoa ellomáspor complacerosavosotrosquepordeseodemujerquetuviese.Sabéisloquemeprometisteis:esdecir,queestaríaiscontentosyacataríaiscomoseñoraacualquieraqueyoeligiese;yporello,hallegadoelmomento en que pueda yo cumplirosmi promesa y en que vos cumpláis lavuestra.Heencontradounajovendemigustomuycercadeaquíqueentiendotomarpormujerytraérmelaacasadentrodepocosdías:yporello,pensadenprepararunabuenafiestadebodasyenrecibirlahonradamenteparaquemepueda sentir satisfecho con el cumplimiento de vuestra promesa como vospodéissentirosconelmío.

Loshombresbuenos, todoscontentos, respondieronque lesplacíayque,fuesequienfuese,latendríanporseñoraylaacataríanentodaslascosascomoaseñora;ydespuésdeesto todos sepusieronaprepararunabuenayalegrefiesta, y lo mismo hizo Gualtieri. Hizo preparar unas bodas grandísimas yhermosas, e invitar a muchos de sus amigos y parientes y a muchosgentileshombresyaotrosde losalrededores;yademásdeestohizocortarycosermuchasropashermosasyricassegúnlasmedidasdeunajovenqueenlafigura le parecía como la jovencita con quien se había propuesto casarse, yademásdeestodispusocinturonesyanillosyunaricaybellacorona,ytodoloque se necesitaba para una recién casada.Y llegado el día que había fijadopara las bodas, Gualtieri, a la hora de tercia, montó a caballo, y todos losdemás que habían venido a honrarlo; y teniendo dispuestas todas las cosasnecesarias,dijo:

—Señores,eshoradeiraporlanovia.

Y poniéndose en camino con toda su comitiva llegaron al villorrio; y

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llegadosacasadelpadredelamuchacha,yencontrándolaaellaquevolvíadelafuenteconagua,conmuchaprisaparairdespuésconotrasmujeresaverlanoviadeGualtieri,cuandolavioGualtierilallamóporsunombre—esdecir,Griselda— y le preguntó dónde estaba su padre; a quien ella repusovergonzosamente:

—Señormío,estáencasa.

EntoncesGualtieri,echandopieatierraymandandoatodosqueesperasen,soloentróen lapobrecasa,dondeencontróalpadredeella,quese llamabaGiannúculo,yledijo:

—HevenidoacasarmeconGriselda,peroantesquieroqueellamedigaunacosaentupresencia.

Y le preguntó si siempre, si la tomaba por mujer, se ingeniaría encomplacerle y en no enojarse por nada que él dijese o hiciese, y si seríaobediente,ysemejantementeotrasmuchascosas,alascuales,atodascontestóella que sí. EntoncesGualtieri, cogiéndola de lamano, la llevó fuera, y enpresencia de toda su comitiva y de todas las demás personas hizo que sedesnudase; y haciendo venir los vestidos que le había mandado hacer,prestamente lahizovestirseycalzarse,ysobre loscabellos, tandespeinadoscomo estaban, hizo que le pusieran una corona, y después de esto,maravillándosetodosdeesto,dijo:

—Señores, ésta es quien quiero que seamimujer, si ellame quiere pormarido.

Y luego, volviéndose a ella, que avergonzada de sí misma y titubeanteestaba,ledijo:

—Griselda,¿mequierespormarido?

Aquienellarepuso:

—Señormío,sí.

Yéldijo:

—Yyotequieropormujer.

Y en presencia de todos se casó con ella; y haciéndola montar en unpalafrén,honrosamenteacompañadaselallevóasucasa.Huboallígrandesyhermosasbodas,yunafiestanodiferentedequesihubieratomadopormujeralahijadelreydeFrancia.Lajovenesposaparecióqueconlosvestidoshabíacambiadoelánimoyelcomportamiento.Era,comoyahemosdicho,hermosadefigurayderostro,ytodolohermosaqueeraparecióagradable,placenteraycortés,quenohijadeGiannúculoypastoradeovejasparecíahabersidosinodealgúnnobleseñor;deloquehacíamaravillarseatodoelmundoqueantes

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la había conocido; y además de esto era tan obediente a su marido y tanservicialqueélseteníaporelmásfelizyelmáspagadohombredelmundo;ydelamismamanera,paraconlossúbditosdesumaridoeratangraciosaytanbenignaquenohabíaningunodeellosquenolaamaseyquenolahonrasedegrado, rogando todos por su bien y por su prosperidad y por su exaltación,diciendo(losquesolíandecirqueGualtierihabíaobradocomopocodiscretoalhaberlatomadopormujer)queeraelmásdiscretoyelmássagazhombredelmundo,porqueningunosinoélhabríapodidoconocernuncalaaltavirtudde ésta escondida bajo los pobres paños y bajo el hábito de villana. Y enresumen,nosolamenteensumarquesado,sinoen todaspartes,antesdequemuchotiempohubierapasado,supoellahacerdetalmaneraquehizohablardesuvalorydesusbuenasobras,yvolverensuscontrariaslascosasdichascontrasumaridoporcausasuya(sialgunassehabíandicho)alhabersecasadocon ella. No había vivido mucho tiempo con Gualtieri cuando se quedóembarazada, y en sumomento parió una niña, de lo queGualtieri hizo unagranfiesta.Peropocodespués,viniéndoselealánimounextrañopensamiento,esto es, de querer con larga experiencia y con cosas intolerables probar supaciencia,primeramentelahirióconpalabras,mostrándoseairadoydiciendoquesusvasallosmuydescontentosestabanconellaporsubajacondición,yespecialmentedesdequeveíanqueteníahijos,ydelahijaquehabíanacido,tristísimos, no hacían sinomurmurar. Cuyas palabras oyendo la señora, sincambiardegestonidebuentalanteenningunacosa,dijo:

—Señor mío, haz de mí lo que creas que mejor sea para tu honor yfelicidad,queyoestarécompletamentecontenta,comoqueconozcoquesoymenosqueellosyquenoeradignadeestehonoralquetúportucortesíametrajiste.

Gualtieri amómuchoesta respuesta,viendoquenohabíaentradoenellaningunasoberbiaporningúnhonordelosqueéluotroslehabíanhecho.Pocotiempo después, habiendo con palabras generales dicho a sumujer que sussúbditosnopodíansufriraaquellaniñanacidadeella,informandoaunsiervosuyo,selomandó,elcualconrostromuydolienteledijo:

—Señora,sinoquieromorirtengoquehacerloquemiseñormemanda.Mehamandadoquecojaaestahijavuestrayque…—ynodijomás.

Laseñora,oyendolaspalabrasyviendoelrostrodelsiervo,yacordándosedelaspalabrasdichas,comprendióquelehabíaordenadoquelamatase;porloqueprestamente,cogiéndoladelacunaybesándolaybendiciéndola,aunquecongrandolorenelcorazónsintiese,sincambiarderostro,lapusoenbrazosdelsiervoyledijo:

—Toma,hazporenteroloquetuseñoryelmíotehaordenado;peronodejesquelosanimalesylospájarosladevorensalvosiéllomandase.

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Elsiervo,cogiendoalaniñaycontandoaGualtieriloquedichohabíalaseñora,maravillándoseéldesupaciencia,lamandóconellaaBoloniaacasade una pariente, rogándole que sin nunca decir de quién era hija,diligentemente la criase y educase. Sucedió después que la señora se quedóembarazada, y al debido tiempo parió un hijo varón, lo que carísimo fue aGualtieri;peronobastándoleloquehabíahecho,conmayorgolpehirióasumujer,yconrostroairadoledijoundía:

—Mujer, desde que tuviste este hijo varónde ningunaguisa puedovivircon esta gente mía, pues tan duramente se lamentan que un nieto deGiannúculodebasersuseñordespuésdemí,porloquedudoque,sinoquieroqueme echen, no tenga que hacer lo que hice otra vez, y al final dejarte ytomarotramujer.

Lamujerleoyóconpacienteánimoynocontestósino:

—Señormío,piensaencontentarteatimismoysatisfacertusgustos,ynopiensesenmí,porquenadameesqueridosinocuandoveoqueteagrada.

Luegodenomuchosdías,Gualtieri,deaquellamismamaneraquehabíamandadoaporlahija,mandóaporelhijo,ysemejantementemostrandoquelohabíahechomatar,acriarselomandóaBolonia,comohabíamandadoalaniña;delacualcosa,lamujer,niotrorostroniotraspalabrasdijoquehabíadicho cuando la niña, de lo queGualtierimucho semaravillaba, y afirmabaparasímismoqueningunaotramujerpodíahacer loqueellahacía:ysinofueraqueafectuosísimacon loshijos,mientrasa él leplacía, lahabíavisto,habría creído que hacía aquello para no preocuparsemás de ellos,mientrasquesabíaquelohacíacomodiscreta.Sussúbditos,creyendoquehabíahechomatarasushijosmuchoseloreprochabanyloreputabancomohombrecruel,ydesumujerteníangrancompasión;lacual,conlasmujeresqueconellasedolíandeloshijosmuertosdetalmaneranuncadijootracosasinoqueaquelloleplacíaaaquelqueloshabíaengendrado.

Pero habiendo pasado muchos años después del nacimiento de la niña,pareciéndole tiempoaGualtieridehacer laúltimapruebade lapacienciadeella,amuchosdelossuyosdijoquedeningunaguisapodíasufrirmáseltenerpormujeraGriseldayquesedabacuentadequemaly juvenilmentehabíaobrado, y por ello en lo que pudiese quería pedirle al Papa que le dieradispensaparaquepudiera tomarotramujer y dejar aGriselda; de lo que lereprendieronmuchoshombresbuenos,aquienesningunaotracosarespondiósinoque teníaque ser así.Sumujer, oyendo estas cosasypareciéndolequetenía que esperar volverse a la casa de su padre, y tal vez a guardar ovejascomohabíahechoantes,yveraotramujer teneraaquélaquienellaqueríatodo loquepodía,muchoen su interior sufría; pero, tal comohabía sufridootrasinjuriasdelafortuna,asísedispusocontranquilosemblanteasoportar

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ésta.Nomuchotiempodespués,GualtierihizovenirsuscartasfalsificadasdeRoma,ymostróasussúbditosqueelPapa,conellas,lehabíadadodispensaparapoder tomarotramujerydejaraGriselda;por loque,haciéndolavenirdelante,enpresenciademuchosledijo:

—Mujer,porconcesióndelPapapuedoelegirotramujerydejartea ti;yporquemis antepasadoshan sidograndesgentileshombresy señores de estedominio,mientraslostuyossiemprehansidolabradores,entiendoquenoseasmásmimujer,sinoquetevuelvasa tucasaconGiannúculoconladotequemetrajiste,yyoluego,otraqueheencontradoapropiadaparamí,tomaré.

Lamujer,oyendoestaspalabras,nosingrandísimo trabajo (superiora lanaturalezafemenina)contuvolaslágrimas,yrespondió:

—Señormío,yosiempreheconocidomibajacondiciónyquedeningúnmodoeraapropiadaavuestranobleza,yloquehetenidoconvos,deDiosydevossabíaqueeraynuncamíolohiceolotuve,sinoquesiemprelotuveporprestado;osplacequeoslodevuelvayamídebeplacermedevolvéroslo:aquí está vuestro anillo, con el que os casasteis conmigo, tomadlo. Meordenáisqueladotequeostrajemelleve,paralocualniavospagadoresniamíbolsanibestiadecargasonnecesarios,porquedelamemorianosemehaidoquedesnudametomasteis;ysicreéishonestoqueelcuerpoenelquehellevadohijosengendradosporvosseavistoportodos,desnudameiré;peroosruego,enrecompensadelavirginidadqueostrajeyquenomellevo,quealmenosunacamisasobremidoteosplazcaquepuedallevarme.

Gualtieri,quemayorganateníadellorarquedeotracosa,permaneciendo,sinembargo,conelrostroimpasible,dijo:

—Puesllévateunacamisa.

Cuantosentornoestabanlerogabanqueledieraunvestido,paraquenofuesevistaquienhabíasidosumujerdurantetreceañosomássalirdesucasatanpobreytanvilmentecomoerasaliendoencamisa;perofueronvanoslosruegos,porloquelaseñora,encamisaydescalzayconlacabezadescubierta,encomendándoles a Dios, salió de casa y volvió con su padre, entre laslágrimasyel llantode todos losque lavieron.Giannúculo,quenuncahabíapodidocreerqueeraciertoqueGualtieriteníaasuhijapormujer,ycadadíaesperabaquesucedieseesto,habíaguardadolasropasquesehabíaquitadolamañana en que Gualtieri se casó con ella; por lo que, trayéndoselas yvistiéndoseellaconellas,alospequeñostrabajosdelacasapaternaseentregócomo antes hacer solía, sufriendo con esforzado ánimo el duro asalto de laenemigafortuna.CuandoGualtierihubohechoesto,hizocreerasussúbditosque había elegido a una hija de los condes de Pánago; y haciendo preparargrandesbodas,mandóabuscaraGriselda;aquien,cuandollegó,dijo:

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—Voyatraeraestaseñoraaquienacabodeprometermeyquierohonrarlaenestaprimerallegadasuya;ysabesquenotengoencasamujeresquesepanarreglarmelascámarasnihacermuchascosasnecesariasparatalfiesta;yporellotú,quemejorquenadieconocesestascosasdecasa,ponenordenloquehaya que hacer y haz que se inviten las damas que te parezcan y recíbelascomo si fueses la señora de la casa; luego, celebradas las bodas, podrásvolverteatucasa.

AunqueestaspalabrasfuesenotrastantaspuñaladasdadasenelcorazóndeGriselda,comoquiennohabíapodidoarrojardesíelamorquesentíaporélcomohabíahecholabuenafortuna,repuso:

—Señormío,estoyprestaydispuesta.

Y entrando, con sus vestidos de paño pardo y burdo en aquella casa dedonde poco antes había salido en camisa, comenzó a barrer las cámaras yordenarlas,yahacerponerreposterosytapicesporlassalas,ahacerprepararla cocina, y todas las cosas, como si una humilde criadita de la casa fuese,hacerconsuspropiasmanos;ynodescansóhastaquetuvotodopreparadoyordenado comoconvenía.Ydespuésde esto, haciendodepartedeGualtieriinvitaratodaslasdamasdelacomarca,sepusoaesperarlafiesta,yllegadoeldíadelasbodas,aunquevestidadepobresropas,conánimoyporteseñorialatodas las damas que vinieron, y con alegre gesto, las recibió.Gualtieri, quediligentementehabíahechocriarenBoloniaasushijosporsusparientes(queporsumatrimoniopertenecíanalafamiliadeloscondesdePánago),teniendoyalaniñadoceañosysiendolacosamásbellaquesehabíavistonunca,yelniño que tenía seis, había mandado un mensaje a Bolonia a su parienterogándolequelepluguieraveniraSaluzzoconsuhijaysuhijoyquetrajeseconsigounabuenayhonrosacomitiva,yquedijesea todosque la llevabaaella como a su mujer, sin manifestar a nadie sobre quién era ella. Elgentilhombre, haciendo loque le rogaba elmarqués, poniéndose en camino,despuésdealgunosdíascon la jovencitayconsuhermanoyconunanoblecomitiva,alahoradelalmuerzollegóaSaluzzo,dondetodosloscampesinosy muchos otros vecinos de los alrededores encontró que esperaban a estanuevamujerdeGualtieri.Lacual, recibidapor lasdamasy llegadaa lasaladonde estaban puestas las mesas, Griselda, tal como estaba, saliéndolealegrementealencuentro,ledijo:

—¡Bienvenidaseamiseñora!

Las damas, quemucho habían (aunque en vano) rogado aGualtieri quehiciesedemaneraqueGriseldasequedaseenunacámaraoqueélleprestasealgunodelosvestidosquefueronsuyos,sesentaronalamesaysecomenzóaservirles.LajovencitaeramiradaportodosytodosdecíanqueGualtierihabíahechobuencambio,yentrelosdemásGriseldalaalababamucho,aellayasu

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hermano. Gualtieri, a quien parecía haber visto por completo todo cuantodeseaba de la paciencia de su mujer, viendo que en nada la cambiaba laextrañezadeaquellascosas,yestandosegurodequenopornecedadsucedíaaquelloporquemuybiensabíaqueeradiscreta,leparecióyahoradesacarladelaamarguraquejuzgabaquebajoelimpasiblegestoteníaescondida;porloque,haciéndolavenir,enpresenciadetodossonriéndole,ledijo:

—¿Quéteparecenuestraesposa?

—Señormío—repusoGriselda—,meparecemuybien;ysiestandiscretacomohermosa,loquecreo,nodudodequeviváisconellacomoelmásfelizseñordelmundo;perocuantoestáenmipoderosruegoquelasheridasqueala que fue antes vuestra causasteis, no se las causéis a ésta, que creo queapenaspodríasufrirlas,tantoporqueesmásjovencomoporqueestáeducadaenlablanduramientrasaquellaotraestabaeducadaenfatigascontinuasdesdepequeñita.

Gualtieri,viendoquecreíafirmementequeaquéllaibaasersumujer,ynoporellodecíaalgoquenofuesebueno,lahizosentarseasuladoydijo:

—Griselda,tiempoesyadequerecojaselfrutodetulargapacienciaydequequienesmehanjuzgadocrueleinicuoybestialsepanqueloquehehecholohacíaconvistasaun fin,queriendoenseñarteasermujer,yaellossaberelegirla y guardarla, y lograr yo perpetua paz mientras contigo tuviera quevivir; lo que, cuando tuve que tomar mujer, gran miedo tuve de noconseguirlo;yporello,paraprobarsieracierto,decuantasmanerassabesteheríytegolpeé.Ycomonuncahevistoquenienpalabrasnienaccionestehayasapartadodemisdeseos,pareciéndomequetengoenti lafelicidadquedeseaba,quierodevolverteenuninstanteloqueenmuchosañostequitéyconsumadulzuracurarlasheridasquetehice;yporello,conalegreánimorecibeaéstaque creesmi esposa,y a suhermano, como tushijosymíos: son losmismos que tú ymuchos otros durantemucho tiempo habéis creído que yohabíahechomatarcruelmente,yyosoytumarido,quesobretodaslascosasteamo,creyendopoderjactarmedequenohayningúnotroquetantocomoyopuedaestarcontentodesumujer.

Ydichoesto,loabrazóylobesó,yjuntoconella,quellorabadealegría,poniéndoseenpiefuerondondesuhija,todaestupefacta,habíaestadosentadaescuchandoestascosas;yabrazándolatiernamente,ytambiénasuhermano,aella y a muchos otros que allí estaban sacaron de su error. Las damas,contentísimas,levantándosedelasmesas,conGriseldasefueronasualcobayconmejoresauguriosquitándolesusropas,conunnoblevestidodelossuyosla volvieron a vestir, y como a señora, que ya lo parecía en sus harapos, lallevarondenuevoa la sala.Yhaciendoallí consushijosmaravillosa fiesta,estando todos contentísimos con estas cosas, el solaz y el festejar

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multiplicaron y alargaron muchos días; y discretísimo juzgaron a Gualtieri,aunquedemasiadoacreeintolerablejuzgaronelexperimentoquehabíahechocon su mujer, y discretísima sobre todos juzgaron a Griselda. El conde dePánago se volvió a Bolonia luego de algunos días, y Gualtieri, retirando aGiannúculo de su trabajo, como a su suegro lo puso en un estado en quehonradamente y con gran felicidad vivió y terminó su vejez. Y él luego,casando altamente a su hija, con Griselda, honrándola siempre lo más quepodía,largamenteyfelizvivió.

¿Quépodríadecirseaquísinoquetambiénsobrelascasaspobreslluevendelcielolosespíritusdivinos,yenlasrealesaquellosqueseríanmásdignosdeguardarpuercosquedetenerseñoríosobreloshombres?¿QuiénmásqueGriseldahabríapodido,conelrostronosolamenteseco,sinoalegresufrirlasduras y nunca oídas pruebas a que la sometióGualtieri?A quien tal vez lehabría estado muy merecido haber dado con una que, cuando la hubieraechadodecasaencamisa,sehubiesehechosacudirelpolvodemaneraquesehubieseganadounbuenvestido.

HabíaterminadolahistoriadeDioneoymuchohabíanhabladodeellalasseñoras,quiendeun ladoyquiendelotro tirando,yquien reprochandounacosayquienotraalabandoenrelaciónconella,cuandoelrey, levantandoelrostroalcieloyviendoqueelsolestabayamásbajodelahoradevísperas,sinlevantarsecomenzóahablarasí.

—Esplendorosas señoras, como creo que sabéis, el buen sentido de losmortalesnoconsistesóloentenerenlamemorialascosaspretéritasoconocerlas presentes, sino que por las unas y las otras saber prever las futuras esreputadocomotalentograndísimoporloshombreseminentes.Nosotros,comosabéis,mañanaharáquincedías,parateneralgúnentretenimientoconelquesujetarnuestrasaludyvida,dejandolamelancolíaylosdoloresylasangustiasque por nuestra ciudad continuamente, desde que comenzó este pestilentetiempo, se ven, salimos deFlorencia; lo que, segúnmi juicio, hemos hechohonestamenteporque,sihesabidomirarbien,apesardequealegreshistoriasy tal vezdespertadoras de la concupiscencia se han contado, y del continuobuencomerybeber,ylamúsicayloscánticos(cosastodasqueinclinanalascabezas débiles a cosas menos honestas) ningún acto, ninguna palabra,ningunacosaniporvuestraparteniporlanuestrahevistoquehubieradeserreprochada; continua honestidad, continua concordia, continua fraternafamiliaridadmehaparecidoveryoír, loquesinduda,parahonoryserviciovuestro y mío me es carísimo. Y por ello, para que por demasiada largacostumbrealgoquepudieseconvertirseenmolestonopueda,yparaquenadiepuedareprocharnuestrademasiadolargaestanciaaquíyhabiendocadaunodenosotros disfrutado su jornada como parte del honor que ahora mecorresponde a mí, me parecería, si a vosotros os pluguiera, que sería

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convenientevolvernosyaallugardedondesalimos.Sincontarconque,siosfijáis, nuestra compañía (que ya ha sido conocida pormuchas otras) podríamultiplicarsedemaneraquenosquitase todanuestra felicidad;yporello,siaprobáismiopinión,conservaré lacoronaquemehabéisdadohastanuestrapartida,queentiendoqueseamañanaporlamañana;si juzgáisquedebeserdeotromodo,tengoyapensadoquiénparaeldíasiguientedebecoronarse.

Ladiscusiónfuelargaentrelasseñorasyentrelosjóvenes,peroporúltimotomaronelconsejodelreycomoútilyhonestoydecidieronhacertalcomoélhabíadicho;por la cual cosaéste,haciendo llamaral senescal,hablóconélsobreelmodoenquedebíaprocedersealamañanasiguiente,ylicenciadalacompañíahastalahoradelacena,sepusoenpie.

Las señoras y los otros, levantándose, no de otramanera que de la queestabanacostumbrados,quienaunentretenimiento,quienaotroseentregó;yllegada la horade la cena, con sumoplacer fueron a ella, ydespuésde ellacomenzaronacantaryatañerinstrumentosyacarolar;ydirigiendoLauretauna danza, mandó el rey a Fiameta que cantase una canción; la cual, muyplacenteramenteasícomenzóacantar:

SiAmorsincelosfuera,

noseríayomujer,

aunqueellomealegrase,yacualquiera.

Sialegrejuventud

enbelloamantealamujeragrada,

osadíaovalor

ofamadevirtud,

talento,cortesía,yhablahonrada,

ohumorencantador,

yosoy,porsusalud,

unaquepuedever

enmiesperanzaestavisiónentera.

Peroporquebienveo

queotrasdamasmimismacienciatienen,

memuerodepavor

creyendoqueeldeseo

endondeyolohepuestoaponervienen:

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enquienesrobador

demialma,ydeestemodoenmidolor

ydañoveovolver

quieneramiventuraverdadera.

Sivieralealtad

enmiseñortalcomoveovalor

celosanoestaría,

peroestangranverdad

quemuchasvanenbuscadeamador,

queentodosellosveoyafalsía.

Estomedesespera,ymoriría;

yquevoyaperder

suamorsospecho,queotrarobaría.

PorDios,acadauna

devosotrasleruegoquenointente

hacermeenestoultraje,

que,silohicieraalguna

conpalabras,oseñas,uotramente,

lejuroqueseríamicoraje

capazdetristehacerla,yconlenguaje

decirnohedepoder

cuántoportallocuraellasufriera.

CuandoFiametahuboterminadosucanción,Dioneo,queestabaasulado,dijoriendo:

—Señora,seríagrancortesíaquedieseisaconoceratodasquiénes,paraque por ignorancia no os fuese arrebatada vuestra posesión, ya que así osenojaríais.

Después de ésta, se cantaron muchas otras; y estando ya la noche casimediada, cuando plugo al rey, todos se fueron a descansar.Y al aparecer elnuevodía,levantándose,habiendoyaelsenescalmandadotodaslascosaspordelante, tras de la guía del discreto rey hacia Florencia tornaron; y los tresjóvenes,dejandoalassieteseñorasenSantaMaríalaNueva,dedondehabían

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salidoconellas,despidiéndosedeellas,asusotrossolacesatendieron;yellas,cuandolespareció,sevolvieronasuscasas.

CONCLUSIÓNDELAUTOR

Nobilísimasjóvenesporcuyoconsuelohepasadotanlargafatiga,creoque(habiéndome ayudado la divina gracia por vuestros piadosos ruegos, segúnjuzgo, más que por mis méritos) he terminado cumplidamente lo que alcomenzar la presente obra prometí que haría; por la cual cosa, a Diosprimeramenteydespuésavosotrasdandolasgracias,es tiempodeconcederreposo a la pluma y a la fatigada mano. Pero antes de concedérselo,brevementealgunascosillas,que talvezalgunadevosotrasuotrospudiesendecir (como sea que me parece certísimo que éstas no tendrán privilegiomayor que ninguna de las otras cosas, como que no lo tienen me acuerdohabermostrado al principio de la cuarta jornada), comomovido por tácitascuestiones,intentoresponder.Habráporventuraalgunasdevosotrasquediganquealescribirestasnovelasmehetomadodemasiadaslibertades,comoladehaceralgunasvecesdeciralasseñoras,ymuyfrecuentementeescuchar,cosasnomuyapropiadasniparaque lasdiganniparaque lasescuchenlasdamashonestas.Lacualcosayoniegoporqueningunahaytandeshonestaque,siconhonestaspalabrassedice,seaunamanchaparanadie;loquemeparecehaberhecho aquí bastante apropiadamente Pero supongamos que sea así, que nointentolitigarconvosotras,quemevenceríais;digoquepararesponderosporquélohehechoasí,muchasrazonessemeocurrenprestísimo.Primeramente,sialgoenalgunahay,lacalidaddelasnovelasloharequerido,lascuales,siconojosrazonablesfuesenmiradasporpersonasentendidas,muyclaramentesería conocido que sin haber traicionado su naturaleza no hubiese podidocontarlas de otro modo Y si tal vez en ellas hay alguna partecilla, algunapalabritamáslibredeloquetalveztoleraalgunasanturrona(quemáspesanlaspalabrasqueloshechosymásseingenianenparecerbuenasqueenserio),digoquemásnosemedebereprocharamíhaberlasescritoquegeneralmentese reprocha a los hombres y a las mujeres decir todos los días «agujero»,«clavija»y«mortero»y«almirez»,y«salchicha»y«mortadela»,yunagrancantidad de cosas semejantes. Sin contar con que a mi pluma no debeconcedérsele menor autoridad que al pincel del pintor, al que sin ningúnreproche(oalmenosjusto),dejamosquepintenoyaaSanMiguelheriralaserpienteconlaespadaoconlalanzayaSanJorgeeldragóncuandoleplace,sino que hace a Cristo varón y a Eva hembra, y aAquelmismo que quisomorir por la salvación del género humano sobre la cruz, unas veces con unclavoyotrascondos,loclavaenella.Además,muybienpuedeconocerseque

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estascosasnoenlaiglesia,decuyascosasconánimosypalabrashonestísimassedebehablar(aunqueensushistoriasmuchasseencuentrendesucesosmásalládelosescritospormí),nitampocoenlasescuelasdelosfilósofos,dondela honestidad se requiere no menos que en otra parte, se cuentan; ni entreclérigos ni entre filósofos en ningún lugar, sino en los jardines, y comoentretenimiento, entre personas jóvenes aunquemaduras y no influenciablesporlasnovelas,enuntiempoduranteelcualelirconlasbragasenlacabezaparasalvarlavidanosentabatanmalalaspersonashonestas.Lascuales,seanquienes sean,perjudicarymejorarpueden tal comopueden todas lasdemáscosas,segúnseaeloyente.¿Quiénnosabequeelvinoesóptimacosaparalosvivientes, según Cincilione y Escolario y muchos otros, y para quién tienefiebreesnocivo?¿Diremos,entonces,queporqueperjudicaa losque tienenfiebreesmalo?¿Quiénnosabequeelfuegoesutilísimo,yaunnecesarioalosmortales?¿Diremos,porquequemalascasasylospueblosylaciudad,queseamalo?Lasarmas, semejantemente,defienden lavidadequienpacíficamentevivir desea; y también matan a los hombres muchas veces, no por maldadsuya, sino de quienes las usan. Ninguna mente corrupta entendió nuncarectamenteunapalabra;yasícomolashonestasnadalesaprovechan,así lasquenosontanhonestasnopuedencontaminaralabiendispuesta,asícomoellodo a los rayos solares o las inmundicias terrenas a las bellezas del cielo.¿Qué libros, qué palabras, qué papeles son más santos, más dignos, másreverendos que los de la divina Escritura? Y muchos ha habido que,entendiéndolosperversamente,asímismoyaotroshanllevadoalaperdición.Cada cosa en sí misma es buena para alguna cosa, y mal usada puede sernocivaparamuchas;yasídigodemisnovelas.Quienquierasacardeellasmalconsejo o mala obra, a ninguno se lo vedarán si lo tienen en sí o si sonretorcidasyestiradashastaquelotengan;yaquienutilidadyfrutoquieranoselonegarán,ynuncaserántenidasporotracosaqueporútilesyhonestassise leen o cuentan en las ocasiones y a las personas para los cuales y paraquieneshansidocontadas.Quientengaquerezarpadrenuestrosohacertortasdecastañaparasuconfesor,que lasdeje,quenocorrerán trasdenadieparahacerseleer,aunquelasbeataslasdigan(ytambiénlashagan)algunaqueotravez.Habráigualmente,quienesdiganquehayalgunasquehubierasidomejorquenoestuviesen.Loconcedo:peroyonopodíanidebíaescribirsinolasqueeran contadas y por ello quienes las contaron debieron haberlas contadobuenas,yyolashubieraescritobuenas.Perosiquisierapresuponersequeyohubierasidodeéstasel inventoryelescritor,quenolofui,digoquenomeavergonzaríadequeno todas fuesenbuenas,porquenohayningúnmaestro,deDiosparaabajo,quehaga todas lascosasbienycumplidamente;yCarloMagno,que fueelprimeroencrearpaladines,nopudocrear tantosqueporellosmismospudiesenformarunejército.Enlamultituddelascosasdiversasconvienequelashayadetodacalidad.Ningúncamposecultivónuncatanto

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queenélortigasyabrojosoalgúnespinonoseencontrasemezcladoconlasmejoreshierbas.Sincontarconque,altenerquehablarajovencitassimples,comosois lamayoríadevosotras,necedadhubierasidoelandarbuscandoyfatigándose en buscar cosasmuy exquisitas y poner gran cuidado en hablarmuymesuradamente.Peroenresumen,quienvaleyendoéstasdeunaenotra,deje las que lemolesten y las que le deleiten lea: para no engañar a nadie,llevanenlafrenteescritoloqueensuinteriorescondidocontienen.Ytodavíacreoquehabráquiendigaquelashaydemasiadolargas;alosquerepitoquequien tiene otra cosa que hacer hace una locura leyéndolas, y también sifuesen breves. Y aunque ha pasado mucho tiempo desde que comencé aescribirhastaestemomentoenquellegoalfinaldemifatiga,nosemehaidodelacabezaqueheofrecidoestetrabajomíoalosociososynoalosotros;yparaquienleeporpasareltiemponadapuedeserlargosilesirveparaloquequiere.Lascosasbrevesconvienenmuchomejoralosestudiosos(quenoparapasareltiemposinoparausarloútilmentetrabajan)queavosotras,mujeres,aquienes todo el tiempo sobra que no gastáis en los amorosos placeres; yademás de esto, como ni a Atenas ni a Bolonia ni a París vais estudiarninguna,más largamente conviene hablaros que a quienes tienen el ingenioagudizadopor losestudios.Ynodudoquehayaquienesdiganquelascosascontadasestándemasiadollenasdechistesydebromas,yquenoespropiodeunhombregraveydepesohaberasíescrito.Aéstasdebodarleslasgracias,yse las doy, porque,movidas por bondadoso celo, se preocupan tanto demifama.Peroa suobjeciónvoya responder así: confiesoquehombredepesosoyyquemuchasveceslohesidoenmivida;yporello,hablandoaaquellasquenoconocenmipeso,afirmoquenosoygravesinoquesoytanlevequeme sostengo en el agua; y considerando que los sermones echados por losfrailes para que los hombres se corrijan de sus culpas, lamayoría llenos defrases ingeniosasydebromasydebufonadas se encuentran, juzguéque lasmismasnoestaríanmalenmisnovelas,escritasparaapartarlamelancolíadelasmujeres.Empero,sidemasiadoseriesenconello,ellamentodeJeremías,la pasión del Salvador y los remordimientos de la Magdalena podránfácilmentecurarlas.¿Yquiénpensaráqueaúnhayadeaquellasquediganquetengounalenguamalayvenenosaporqueenalgúnlugarescribolaverdaddelos frailes?Aquienes estodiganhayqueperdonarlasporquenoesde creerque otra cosa sino una justa razón lasmueva, porque los frailes son buenaspersonasyhuyende la incomodidadporamordeDios,ymuelencuandoelcazestácolmadoynolocuentan;ysinofueseporquetodoshuelenunpocoacabruno,muchomásagradableseríasumanjar.Confieso,sinembargo,quelascosas de este mundo no tienen estabilidad alguna, sino que siempre estáncambiando,yasípodríaocurrirconmilengua;lacual,noconfiandoyoenmipropiojuicio,delquedesconfíocuantopuedoenmisasuntos,nohacemuchome dijo una vecina mía que era la mejor y la más dulce del mundo: y en

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verdad que cuando esto fue había pocas de las precedentes novelas quefaltasenporescribir.Yporqueconanimosidadrazonanaquellastales,quieroqueloquesehadichobastearesponderlas.Ydejandoyaacadaunadecirycreercomolesparezca,estiempodeponerfinalaspalabras,dandolasgraciashumildemente a Aquel que tras una tan larga fatiga con su ayuda me haconducidoaldeseadofin;yvosotras,amablesmujeres,quedaosenpazconsugracia,acordándoosdemísitalvezaalgunaalgoleayudaelhaberlasleído.

AQUÍTERMINALAdécimaYÚLTIMAJORNADADELLIBROLLAMADODECAMERÓN,APELLIDADOPRÍNCIPEGALEOTO.

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