NO 1 REVISTA GEOGRAFÍA DE COSTA RICA

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    GEOGRAFA DE COSTA RICA: Espacio y Sociedad.

    Director editorialHomer Dvila

    Redaccin:Guillermo Carvajal AlvaradoHomer Dvila GutirrezGuillermo Calvo Murillo

    Diagramacin y arte:Ana Ruth RiveraHomer Dvila

    FotografaAna Ruth Rivera, varios.

    PortadaFotografa Bernal Saboro Gmez.Diseo, diagramacin y arte: Ana Ruth Rivera

    Geo Group Resources & Projects S.A.Ced jurd. # 3-101-554779www.geogroupcr.comSan Jos, Costa Rica. [email protected]: (506) 8871-6236

    Editorial Alma Mater.Guillermo Carvajal AlvaradoCed. Jurd. # 3-101-337105

    Geografa de Costa Rica es una marga registrada.Copyright 2010. Geografa de Costa Rica, Vol 1. Noviem-bre de 2010. Marca registrada. Revista bimensual, editada paratoda Costa Rica.Geografa de Costa Rica investiga sobre la seriedad de susanunciantes, pero no se responsabiliza de las ofertas realizadaspor los mismos. El envo de material editorial, fotos y/o trans-parencias o cualquier otro, debe acompaarse por un sobre consu direccin y franqueo.

    Geografa de Costa Rica no se responsabiliza por material decualquier tipo no solicitado, ni tampoco por la devolucin delmismo. Prohibida la reproduccin parcial o total del materialeditorial publicado en esta edicin.

    GEOGRAFA DE COSTA RICAGeografa de Costa Rica fue fundada en 2010, en San JosCosta Rica, como una institucin para la divulgacin del cono-cimiento geogrfico y para el crecimiento de las investigacionesen geografa.

    Fue ideada por el gegrafo costarricense Homer Dvila, bajo el patrocinio , direccin y apoyo de Geo Group Resources &Projects. S.A., dando a conocer el quehacer intelectual de lasciencias geogrficas, incidiendo directamente en la sociedadcivil, para el acrecentamiento del conocimiento geogrfico.

    Homer Dvila G.Presidente y CEO

    Geografa de Costa Rica y sus tres presentaciones

    SuscripcinSi desea obtener ejemplares de la Revista Digital Geografa de Costa Rica,escrbanos a: [email protected]

    Ventas de publicidadCopyright 2010. Geografa de Costa Rica: Espacio y Sociedad. No.1 no-viembre de 2010. Revista bimensual. Editor responsable: Homer Dvila Guti-rrez. Si desea publicitarse en la Revista Digital Geografa de Costa Rica, escr-

    banos a: [email protected] Telf: (506) 8871-6236. San Jos, Costa Rica.Servicio de suscripcin [email protected] material que aparece en esta edicin es propiedad registrada de Geo GroupResources & Projects .S.A. Geografa de Costa Rica investiga sobre la seriedadde sus anunciantes, pero no se responsabiliza con las ofertas relacionadas porlos mismos. Prohibida la reproduccin parcial o total del material editorial

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    SECCIONES

    7. ForoSon las acciones, y activida-des de los costarricenses, ami-gables con el ambiente?

    7. Trivia geogrficaSabes cul fue el primer librode geografa editado y publi-cado en Costa Rica? Quin

    fue su autor?

    8. Consultas al gegrafoEl experimento de Eratstenes

    20. Expedicin geogrficaDiario de entrenamiento: Unaruta por Sarapiqu

    21. Fotografas geogrficasImgenes de la geografa deCosta Rica

    41. OpininLa ecologa y su rebelda justi-ficada. Poemas varios

    51. Giras geogrficasImgenes de las giras de Geo-grafa de Costa Rica

    62. Gegrafo destacado.Dr. Guillermo Carvajal Alva-rado

    61. AGCR

    Informes de la AGCR

    ARTCULOS

    5. Puriscal: pueblo que ago-niza. 1979

    9. El macizo del Chirrip.Una caracterizacin e inter-preta-in biofsica.

    17. Las primeras representa-

    ciones cartogrficas de CostaRica.

    27. La educacin de un ge-grafo.

    39. La importancia de la isladel Coco en la delimitacindel espacio martimo costarri-cense.

    42. La tragedia de los comu-

    nes.

    56. Fragilidad ambiental dela cuenca del ro Toro, CostaRica emplendose el mtodoDvila & Mc Donald (I)

    GEOGRAFADE

    COSTA RICANoviembre de 2010. Vol. 1. Nm. 1

    Portada. Meandros del ro Tempisque en su pasopor Palo Verde.Foto de Bernal Saboro G.

    Revista Digital Geografa de Costa Rica

    Incluye dos mapas histricos

    de alta resolucin.

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    Estimado lector, que ms que un simple lector, eres un amigo. Un amigo que ha credo ennuestro quehacer intelectual y en el aporte que Geografa de Costa Rica ha realizado duranteestos meses.Con el pasar del tiempo, Geografa de Costa Rica contina creciendo, dando a conocer unsinfn de informacin que atae a la geografa del pas. Los seguidores de Geografa de Costa Rica al-canzaron en el mes de junio del presente ao, la suma de 15 200 miembros. Personas de todas las eda-des, profesiones, nacionalidades, estratos sociales y sin distingo de raza, creencia religiosa o partido

    poltico; las cuales han credo en nuestra vocacin por servir como enlace entre el conocimiento geogr-fico y la poblacin en general.La Revista Digital Geografa de Costa Rica nace como parte del proyecto de divulgacin cientfica delas ciencias ambientales y geogrficas, que iniciaron con los esfuerzos de Geo Group Resources & Pro- jects sociedad annima; por mantener a la poblacin informada del quehacer de los profesionales enciencias geogrficas y ambientales. Durante el mes de marzo de 2010 nace el proyecto Geografa deCosta Rica, el cual busca desde un principio, ser el eje motor para divulgar, concientizar y fomentar elconocimiento geogrfico en la poblacin, y propiamente el quehacer intelectual de los profesionales enGeografa.Las cosas nuevas, independientemente donde nos encontremos, siempre provocan en las personas, cier-ta resistencia. Este nuevo proyecto que hemos decidido emprender puede que provoque en ti, alguna

    desconfianza. Desconfianza porque talvez esperes mucho de nuestro trabajo y pueda ser que la informa-cin que encuentres en la presente revista te pueda resultar algo compleja por la variedad de temas queconlleven conocimiento previo de ciencias ambientales y geogrficas; sin embargo, la riqueza de estenuevo proyecto, es la diversidad de temas que se abordan. Nuestra revista no es una revista tcnica, perotampoco es una revista sumamente descriptiva ni tampoco una gua turstica.Podrs encontrar temas que ataen a todas las personas que de una u otra forma tienen relacin con lageografa patria. La mayor parte de la informacin que contiene la revista, est escrita en un lenguajesumamente accesible para todos los estratos sociales, sin importar el grado escolaridad que se tenga; esello, lo que hace de nuestra revista la primer gran oportunidad para que todos los interesados por la geo-grafa de Costa Rica logren conocer de una forma prctica la realidad de la misma.Podrs encontrar en estas pginas una interesante distribucin de temas geogrficos, donde profesionales

    en geografa han querido colaborar en la difusin de esta hermosa ciencia. As mismo, hemos permitidoque los seguidores del portal de GEOGRAFA DE COSTA RICA en Facebook, compartan sus inquietu-des, comentarios, preguntas y fotografas con todos nosotros.Es as como la presente revista es ms que un simple medio de divulgacin de las ciencias geogrficas:es un puerta abierta para que todos puedan conocer la geografa del pas y a la vez formen parte de lafamilia de gegrafos aficionados.De forma tal, que esperamos de ti estimado lector, que puedas sentirte en plena libertad de leer los si-guientes artculos y aprender un poco ms a fondo de la Geografa de Costa Rica, para que podamos al-canzar la meta de hacer que todo ciudadano que habita en Costa Rica, sea conocedor de la geografa enla cual vive; porque el conocimiento es poder.

    EDITORIA

    L

    Geg. Homer Dvila

    Editor. Presidente y CEO.

    1 noviembre de 2010

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    Puriscal: pueblo que agoniza 1979Alexander Molina

    E

    ntre los cerros de Turrubares y los deCandelaria se encuentra localizada lazona de Puriscal. Su topografa es defuertes pendientes; pero en la cima

    del conjunto de cerros que forma esta rea se en-cuentran lugares de suaves ondulaciones, y hastapequeos planos, que son asiento de las poblacio-nes. La faja ms extensa la ocupa la cabecera delcantn, llamada Santiago de Puriscal, con una alti-tud de 1.105 metros sobre el nivel del mar.Puriscal desde la poca indgena fue una encruci-

    jada importante, puesto que los aborgenes, des-pus de pasar por Pacaca Vieja (Tabarcia), seguanla ruta hacia el cacicazgo de Quepos, por la zonaque hoy es Puriscal. Ya entonces se iniciaron los procesos erosivos de la regin, que debieron dehaber actuado en forma sensible, pero como sedisfrutaba de otras tierras se pudo minimizar elimpacto.

    Sin embargo, las zonas de mayor pendiente em- pezaron a ser taladas y, aunque sobre alguna re-

    gin Juan Vsquez de Coronado dijo: es caminodespoblado y de las ms speras montaas que hevisto, la roturacin del bosque y por consiguiente

    su destruccin ya se haba iniciado. Hasta ahora elproblema ha sido irreversible.

    En 1836 aparece por vez primera el nombre dePuriscal al concederse la gracia de un sitio paraganado. As empez la ganadera extensiva a hacerestragos en Puriscal.

    Aos despus fue la carretera la que permiti que

    entraran, junto con el progreso, los tractores y loscamiones madereros; las fronteras de colonizacinfueron cediendo y, de granero, Puriscal pas a serdependiente de otras zonas. Luego se empez a am-pliar el rea de cultivo, al principio, para luego con-vertirlo en pastizales e introducir la ganadera, lacual origin el aceleramiento de la accin erosiva, yel aumento de la deforestacin.

    El fraccionamiento de la propiedad origina unuso excesivo de la tierra; luego esta se cansa y en-tonces el puriscaleo, pequeo propietario, la vende

    a los grandes ganaderos. Ellos inician un xodohacia otros lugares como Sarapiqu, Gupiles, Peji-baye, Nicoya, San Vito, donde empiezan a talar lamontaa e inician el mismo proceso que motivaronen la zona de Puriscal. La mayora de los suelos dePuriscal es de uso forestal. Sin embargo, ellos hansido utilizados para la agricultura, lo que ha origina-do erosin del suelo, reduccin de la fertilidad, ydegradacin del paisaje. Tambin al desaparecer lacobertura vegetal se agrava la torrencialidad, causa

    de fuertes fluctuaciones en el volumen y en la regu-laridad del desage.

    Por otra parte, han desaparecido la materia leo-sa, la microflora del suelo y la posibilidad de super-vivencia del medio natural. La fauna de Puriscal, aconsecuencia de la destruccin de su medio natural,est en dificultades o en vas de desaparecer; a ellohay que agregar la cacera despiadada que realizanalgunas personas de la zona. La funcin realmentesocial del bosque la ha perdido el puriscaleo, que

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    est sufriendo las consecuencias de sus propias accionesdevastadoras: migracin, salud, calidad y cantidad delagua; falta de reas recreativas, etctera. El puriscaleo noha sabido valorar su tierra, lo ha destruido y la destruyesin misericordia. Las quemas estn a la orden del da. Losmadereros siguen extrayendo la poca madera que queda;

    los bosques de La Cangreja y algunas manchas que todav-a existen en La Potenciana estn desapareciendo.

    Las fuentes de agua se han secado: la que exista endonde hoy est el parque, la de a Chepa, etctera. El bos-quecito que tena el cerro Marn ha desaparecido tambin.

    La cacera la practican algunos puriscaleos en formairracional. En los ros o riachuelos, escasos por cierto, se pesca con cal o con bombas. Desechos de aserraderos obeneficio son derramados en los ros, lo que produce gran-des alteraciones en ellos y en la salud de personas o ani-

    males, aguas abajo. Qu hacen los estudiantes universita-rios, dnde estn los profesionales de Puriscal, por qu losestudiantes y profesores no se manifiestan al respecto: porqu la Municipalidad no toma acciones positivas?. Insto atodos los puriscaleos a formar una filial de la AsociacinCostarricense para la Conservacin de la Naturaleza(AASCONA), para luchar por los recursos naturales de la

    regin. No podemos permitir que nuestros hijos heredenun desierto y un futuro incierto. Recuperemos nuestro que-rido Puriscal.

    Encuentre a Geografia de Costa Ri-ca en Facebook y mantnganse altanto en tiempo real de las informa-ciones ms relevantes de las ciencia

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    FORO

    TRIVIA GEOGRFICA

    Como prctica general no. Desafortunadamente las prac-ticas generales de los ticos no toman en cuenta las con-secuencias del impacto al medio ambiente en cuanto a

    contaminacin y manejo de los recursos no renovables.En un pas que pregona ser "verde" es notable que elgobierno, sus instituciones y entes de control y regula-cin hacen un trabajo mediocre. No hay conciencia,educacin, polticas y voluntad poltica de ser"amigable" (dentro de la amplitud de esta definicin)

    con el ambiente. Bernal Saboro Gmez

    Es muy lamentable ver como falta aun ms educacin encuanto a reciclar y no contaminar ,el pasado 15 de se-tiembre era increble ver como quedaron las calles des- pus de los desfiles llenas de basura. Debemos hacer

    conciencia nada nos cuesta buscar un basurero o mejoran, cargar nuestra basura hasta casa y reciclarla. Nues-tra madre naturaleza nos lo agradecer. Kattia MirandaHerrera

    La voracidad de los empresarios en distintos campos, lafalta de conciencia social y ambiental, la poca planifica-cin urbana, la falta de una poltica ambiental sin doble-ces y los desastres naturales que vivimos en los ltimosaos, demuestran que no somos amigables con el am-biente. lvaro Rojas Salazar

    Lamentablemente por lo que veo y oigo, no lo son.Segn La Nacin del 19 Set. 2010, el 49 % de losticos no reciclan los plsticos, el 20% lo hacen aveces y slo el 31% s lo hacemos. En cuanto al

    humo de los camiones y buses y algunos autos, bastacon salir a las calles para darnos cuenta. En cuanto a basura en las calles, especialmente en el centro deSan Jos, no habla bien acerca de ser amigables.Ros, playas, mares, etc. Se est haciendo concien-cia, pero falta. Dnde reciclar?.Mara Elena Picado

    Evidentemente no...La falta de educacin nos tieneagobiados con basura por doquier . Ronald Montea-legre

    Mas bien parecemos enemigos del ambiente al novalorar el pas tan hermoso y verde que tenemos, nosfalta mucho en cuanto a la cultura del reciclaje y lalimpieza del ambiente . Katia Chinchilla Miranda

    La tarea de hacer libros, no solo es un trabajo arduo, sino que adems conlleva todo un procesoque en algunas ocasiones suele ser muy tedioso.Un libro tcnico conlleva mucha investigacin bibliogrfica, trabajo de campo y un sinfn deactividades asociadas, que tienen como fin, la edicin de un material que sea beneficio para unlector meta.Es as como la tarea de escribir acerca de geografa resulta ser una tarea cientfica que rene el conoci-miento previo, la reunin de datos cuantitativos, as como cualitativos.

    Los primeros libros que versan sobre la geografa de Costa Rica eran bastante descriptivos, con algunainformacin errnea que pudo ser originada por lo difcil que significaba hacer el trabajo de campo.Sin embargo, la formacin de los primeros gegrafos profesionales coayud a establecer un mtodo parahacer de dicha tarea, algo menos complicado.Sabes cul fue el primer libro de geografa editado y publicado en Costa Rica? Quin fue su au-tor?Encuentra la respuesta en nuestra prxima edicin de la Revista Digital Geografa de Costa Rica.

    Son las acciones, y actividades de los costarricenses,amigables con el ambiente?

    T

    RIVIAGEOG

    RFICA

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    FORO

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    CONSULTAS AL GEGRAFO

    He odo hablar acerca del experimento de Eratstenes, el cual permiti medir las dimensiones de la tierra.Podran explicarnos en que consisti dicho experimento?

    Se tiene conocimiento de que el primer hombre en medir las dimensiones de un arco de la circunferencia terrestre fueEratstenes* de Cirene. Segn se cuenta en diversos libros de cartografa, geodesia e historia; Eratstenes sabia queentre el 2022 de junio el sol se encontraba en el cenity que los rayos se prolongaban perpendicularmente a un pozode agua en Siena hoy conocida como Asun lo que hacia saber a Eratstenes, que Siena se encontraba sobre elTrpico de Cancer; y procedi a medir un ngulo en la ciudad de Alejandra, la cual, segn mediciones de los antiguosegipcios, las separaba una distancia de unos 5 000 estadios, y que adems se encontraban en la misma direccin.As se dirigi hasta Alejandra, y al medio da del 21 de junio, calcul que el ngulo formado por los rayos solares re-presentaba un cincuentavo parte de un circulo ( 7 ), calcul que un meridiano terrestre deba ser cincuenta veces ma-yor; dando como resultado unos 250 000 estadios, que transformados a nuestro sistema de medicin representa aproxi-madamente unos 45 mil kilmetros.

    ( 5 000 estadios ) * ( 50 ) = 250 000 estadiosAunque los datos con los que se baso para llegar a este resultado no eran totalmente confiables ni exactos, los resulta-dos se aproximan lo bastante a las dimensiones reales de la tierra; lo que lo hace sumamente valioso para la poca ypara el saber humano.A continuacin se expone el experimento de Eratstenes de una forma mas analtica.Se sabe que en cualquier circunferencia los arcos son proporcionales a los ngulos que los subtiende.

    De la anterior figura se entiende que:

    Adems que

    Por tanto

    La ultima expresin explica que si conocemos un arco de circunferencia Ty el ngulo que subtiende , podemos cal-cular el radio r de la circunferencia.

    * Eratstenes de Cirene, naci en el ano 276 a.e y muri en el 196 a.e . Fue uno de los cientficos mas respetados de su poca. Fue director de la famosa Biblioteca deAlejandra, la mas grande del mundo en su poca.

    Dirija sus consultas a:[email protected]

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    Ubicacin de la zona de estudio

    El macizo del Chirrip se encuentra ubica-da en la cresta de la cordillera de Tala-manca, correspondiente a un sector delParque Nacional Chirrip vertiente pac-fica; justamente la zona donde se ubican los picosms altos del pas.

    Ubicacin de la zona de estudio, Parque Nacional Chirrip. Fuente:Hoja Topogrfica Talamanca escala 1:200 000 Instituto Geogrfico

    Nacional, C.R.

    PaleoclimatologaA lo largo de la historia geolgica del planeta

    tierra, se han dado muchas veces grandes glacia-ciones, como por ejemplo, las ms conocidas:Eocmbrica, Ordovcica Superior, y la ms estu-

    diada o documentada, como la Permo-Carbonferadel continente Gondwana.

    Series temporales de glaciaciones con sus edades y magnitudestemporales; segn Hambrey ( 1994 )

    Estos tres grandes perodos glaciales se puedenconstituir en uno de los mayores agentes modelado-res de los antiguos paisajes; sin embargo, debido ala constante orognesis del planeta, resultan ser lasglaciaciones cuaternarias, las principales agentesmodeladoras de muchos paisajes de hoy en da.

    Centroamrica por ser de reciente formacin nose vio afectada directamente por los grandes pero-dos glaciales; as mismo Costa Rica y ms precisa-mente las cumbres de la cordillera de Talamanca,

    nicamente vieron presencia de masas de hielo ynieve durante el cuaternario.

    An no se sabe con claridad cuantos perodos gla-ciales del Pleistoceno lograron intervenir en las par-tes altas de la cordillera; lo que si resulta claro, esque el ltimo perodo glacial del Pleistoceno cono-cido como Dryas reciente (11000 a.e. - 10500 a.e),fue en el cual se estableci el nico complejo gla-cirico del cual se tiene conocimiento en Costa Ri-ca.

    Las caractersticas ms importantes del perodoDryas-reciente, de la glaciacin del Wurmm

    (utilizndose la terminologa europea) en el macizodel Chirrip, propiciaron el establecimiento de pe-queas lenguas glaciricas y zonas de acumulacinnival.

    EC

    MENE

    El macizo del Chirrip.Una caracterizacin e interpreta-cin biofsica.Geg. Homer Dvila

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    e-mail: [email protected]

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    Los perodos fros, aparecen en celeste. Segn Derruau ( 1995)

    Producto de los mismos, se aprecian hoy da las formasrelictas asociadas a una glaciacin: circos glaciales, anti-guas rimayas, valles en U, valles colgantes, aristas, estrasglaciricas, acanaladuras, tarns, morrenas, horns etc.Adems de que durante dicho perodo, se registr el des-censo altitudinal del lmite arbreo.

    Clima actualHoy da, al encontrarnos en un perodo interglacial, la

    zona se caracteriza climticamente por poseer temperatu-ras superiores que hace 10000 aos. Bsicamente el maci-zo del Chirrip es caracterizado por encontrarse en un

    punto de confluencia de las masas de aire, tanto del MarCaribe como del Ocano Pacfico; por lo tanto se da unapresencia de gran nubosidad en la mayor parte del ao.

    Existe una clara diferenciacin en la estacionalidad delos regmenes de precipitacin, tenindose as, que en lavertiente pacfica, se presenta una marcada estacin seca,que inicia en el mes de diciembre y finaliza en mayo.Mientras que en la vertiente Caribe, no se percibe clara-mente dicha variacin estacional; esto debido a la granhumedad y capacidad de las masas de aire para condensar-se y precipitar. Un gran porcentaje, an no cuantificado deprecipitacin, es llevado a cabo de la forma oculta, tam-

    bin conocida como lluvia horizontal .

    Fajas de nubosidad durante la maana en la cordillera de Talamanca. Toma-do de Coen (1983 ) y reproducido por Kappelle (1992 ).

    En lo que respecta a la temperatura durante el da, lasmismas pueden alcanzar 22 grados centgrados, mientrasque durante las noches y ms precisamente en las madruga-das (alrededor de las 2 5 AM) se presentan las mnimastemperaturas, descendiendo inclusive por debajo de los 0c.

    En el macizo del Chirrip no se cuentan con estacionesmeteorolgicas que puedan brindar alguna informacin;nicamente se cuenta con un termmetro digital en la esta-cin Base Crestones, ubicada en el valle glacial que surcael ro Talari; por lo tanto, estas mediciones se encuentranun poco sesgadas y son poco representativas de toda la zo-na, debido al efecto abrigo que se da en el valle, adems deque no se cuenta con un registro detallado de las mismas.

    Bergoeing (1998), afirma, que en la zona del pramo ubi-cada entre los 3500 y 3700 m.s.n.m.m, las temperaturasmedias oscilan entre 6 y 10 c; el autor no especfica, si es-tas medias son anuales o mensuales, adems de no aclararlas fuentes de donde obtuvo dicha informacin; evidente es,pues la zona, no cuenta con estaciones meteorolgicas.

    El record de temperatura mnima registrado en la zona delpramo fue obtenida segn Kohkemper (1972),en la zonadel pramo la maana del domingo 21 de febrero de 1971, por parte de Mr. H.Willfred Brown, por medio de dostermmetros de mximas y mnimas, Arno Arnarell Siste-ma Muller; registrando una temperatura de -9 grados cent-grados; esta medicin se obtuvo al norte del cerro Chirripen un valle colgante.

    GeologaLa formacin geolgica de la cordillera de Talamanca se

    remonta al Paleoceno - Eoceno, durante la cual emergieron

    las primeras islas volcnicas; compuestas bsicamente porseries toleticas (basaltos toleticos o con bastante conteni-do de olivino).

    Kussmaul (2000), afirma que la Talamanca es la reginms antigua de Costa Rica, que se form in situ. Haceaproximadamente 3.5 m.a la regin Talamanca fue solevan-tada, producto de la subduccin de la dorsal assmica deCocos. Tenindose as, segn varios estudios de sismolog-a, que el levantamiento cortical de Talamanca fue estima-do en 1,4 cm cada 100 aos.

    Se sabe que debido a que la dorsal de Cocos no pudo ser

    Edad Absoluta Nombre delPerodo

    Larga Corta

    10 500 aos Hasta la actualidad Perodo Intergla-ciar

    11 000 aos 10 500 aos Dryas reciente

    11 500 aos

    11 000 aos

    Allerod. PerodoPeriglaciar

    12 000 aos 11 500 aos Dryas antiguo

    14 000 aos 12 000 aos Bolling. PerodoPeriglaciar

    17 000 aos 14 000 aos Laugrie

    75 000 aos 17 000 aos Perodo Interglacial

    128 000 aos 75 000 aos Wurmn I: estadioBrandeburgo

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    bien subducida en una regin de la misma; fue motivopara que la actividad volcnica de la cordillera cesara deuna vez por todas; esto se aprecia claramente segn Sig-fried Kussmaul, en la inactividad de los conos volcnicosentre el volcn Iraz y el volcn Barva.

    En la cordillera de Talamanca afloran varios cuerpos dediferentes litologas, que petrogrficamente correspondena rocas volcnicas, intrusivas, metamrficas y sedimenta-rias.

    Petrologa de la cordillera de TalamancaEn la cordillera se aprecian o disponen tres unidades

    claramente definidas:

    Rocas gneas del Eoceno-Oligoceno medioEsta unidad se caracteriza por disponer basaltos alcali-

    nos en forma de almohadillas, relictos del vulcanismosubmarino de la cordillera; as como de la serie toletica.Adems se encuentran cuerpos intrusivos de gabro y pe-queas facies de granitos aplticos intruyendo a sedimen-tos del Eoceno. Tambin se encuentran secuencias decalizas del cretcico superior.

    Rocas intrusivas Calco Alcalinas del Mioceno MedioSuperior (Granito-Gabro de Talamanca)

    Las rocas intrusivas de la cordillera, son cuerpos que enla terminologa petrolgica correspondera a un Stock.

    Se disponen en esta unidad, gabros olivnicos, dioritas,monzogabros cuarcferos, monzodioritas cuarcferas,monzonitas cuarcferas, granodioritas, tonalitas y granitosaplticos.

    Rocas volcnicas del Plioceno-Pleistoceno InferiorEsta unidad se encuentra compuesta por andesitas con

    dos piroxenos, andesitas horblndicas y dacitas; y susedades varan entre los 4 m.a a 1 m.a. ( Boer 1995)

    Litoestratigrafa del macizo del ChirripEn el macizo del Chirrip fueron reconocidas claramen-

    te cinco unidades litolgicas diferentes, todas ellas co-rrespondientes a diferentes eventos histricos en la cons-titucin, tanto de la cordillera como de la misma zona,tenindose as:

    Unidad de lavas afanticas

    Los afloramientos ms representativos, son los que seencuentran en la base del Pico Noreste y el Cerro Ventis-queros, los cuales poseen un poco extensin horizontal yverticalmente solo se alcanza hasta un mximo de 10 me-tros de afloramiento.

    stas rocas son masivas y hasta se presentan en bloquescolumnares de color gris oscuro, y texturas afanticas por-firticas; adems de encontrarse diaclasadas.

    Esta unidad presenta basaltos y andesitas de texturas hipo-cristalinas; con fenocristales de plagioclasa, augita y mag-netita, las edades de estas rocas fueron datadas por Weyl

    ( 1957 ); pertenecientes al Paleoceno Oligoceno; concor-dando a la vez con los inicios de la constitucin de la cordi-llera de Talamanca.

    Unidad de depsitos piroclsticosLos principales afloramientos de esta unidad, se encuen-

    tras en el Cerro Truncado y el Pico Noreste, en su extremoNE, segn Calvo ( 1987 ) la extensin vertical de sta uni-dad, alcanza los 112 m como espesor mnimo y la misma seencuentra atravesada por varios diques y sills.

    Litolgicamente esta compuesta por tobas lticas, tobascristalinas en menor proporcin.

    Debido a la fuerte accin de la meteorizacin de la zona,se da una fuerte alteracin a clorita y calcita de muchosminerales componentes de las tobas.

    As mismo, Calvo ( 1987 ), sta unidad se encuentra em-

    plazada sobre el Cerro Truncado y subyacente en el PicoNoreste; as tambin, la unidad fue depositada contempor-neamente a la Unidad de Lavas Afanticas, lo que indica unfuerte perodo eruptivo, por parte de algn cono volcnicocercano.

    Unidad de Tobitas marinasLa distribucin horizontal y vertical de sta unidad, es

    variable; se conoce un mximo de 750 m, aflorantes en elCerro Nuevo.

    La composicin de esta unidad se encuentra representa-da por areniscas hbridas ( varan de grano medio, hastamuy fino, color gris oscuro gris verdoso ).

    Adems, en el Cerro Nuevo ( extremo oeste ), se apre-cian localmente un nivel definido de macropolitos.

    Los componentes de stas areniscas son cristales de fel-despatos, cuarzo y magnetita; adems de restos fsiles deforaminferos planctnicos numulticos y moluscos.(Seyfried, H, Astorga, A. Y Calvo, C 1987: sequencestratigraphy of deep and shallow water deposits from anevolving island arc: the upper Cretaceous and Tertiary orsouthern Central Amrica). La edad registrada para estaunidad es Mioceno Medio Plioceno Inferior.

    Foto: H. Vargas

    Pico Noreste, compuesto en su base por basaltos y andesitas.

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    Unidad instrusivaEsta unidad, es la que se constituye como la ms am-

    pliamente distribuida en el paisaje, tanto horizontal co-mo vertical.

    Por su distribucin espacial , fue llamado por Kuss-maul, como un stock plutnico, del cual sobresalen pe-queos diques y sills, siendo stos, los que caracterizanla zona de estudio.

    La unidad representa diferentes facies, constituida prin-cipalmente por gabros, cuarzo gabros con augita, as co-mo monzonitas, dioritas, granodioritas e inclusive grani-tos. Esta unidad se correlaciona con el grupo comagm-tico ( intrusivo ) de Talamanca, de edad Mioceno Supe-riorPlioceno, propuesto por Kussmaul ( 2000 ).

    Unidad de roca de contactoEsta unidad se encuentra delimitado en el paso entre los

    ceros Nuevos, Pirmide y Chirrip Truncado, mineralgi-

    camente son cornubianitas.El establecimiento de esta unidad se desarroll contem-

    porneamente al emplazamiento del stock; el cual provocel metamorfismo en las rocas sedimentarias.

    EdafologaDebido a la antigua presencia de actividad volcnica en

    las cumbres de Talamanca, sin excepcin del Macizo delChirrip, es lgico pensar que estos suelos pertenecen algran grupo de Andisol.

    Es as, que Van Uffenelen, afirma que en la zona hay

    presencia de algunos grandes grupos de suelos, entre elloslos Andisoles e Histosoles. Algo muy caracterstico esque debido a la gran pedregosidad producto de los siste-mas climticos como paleoclimticos a los que se ha vistosometidola zona, la mayora de estos suelos se caracteri-zan por su poco desarrollo pedolgico; ejemplo de ello seaprecia en muchos cerros, en donde el porcentaje de sueloes mnimo y en muchas zonas, lo que predomina es elmaterial ltico.

    Por lo tanto, es de suma importancia para comprendereste paisaje y su caracterizacin biofsica, tener muy encuenta los patrones pedolgicos de la zona; as mismosealar las pequeas diferencias existentes al compararlos suelos de la zona del pramo y la zona de robles;aunque dicha s diferencias no sean tan grandes, si se dauna microdiferencia con respecto a la humedad, espesorde la capa de humus, acidez, y porcentaje de pedregosi-dad entre ambas zonas.

    Todas las caractersticas citadas anteriormente, cum-plen una funcin muy importante, en lo que respecta a lavisin que tienen los turistas acerca de la zona; resultainteresante y atractivo para visitantes, la gran disposi-cin de material rocoso expuesto. Muchos costarricensesno estn acostumbrados a observar paisajes rocosos co-mo los del Chirrip; y por lo tanto este factor que resultade gran peso, en una futura promocin del lugar.

    : .

    Foto: H Dvila

    En la fotografa se aprecia al fondo un dique de compuesto de monzonitascon pequeas facies de gabros.

    Foto: H Vargas

    Al fondo, se aprecia el cerro Chirrip, compuesto por diferentes mate-riales, entre ellos: gabros, andesitas y pequeas inclusiones de granitos.

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    VegetacinEn el Parque Nacional Chirrip, se distinguen claramen-

    te dos tipos de paisaje, el primero representado por la for-macin de robles de altura; mientras que en la seccin altadel parque se dispone ampliamente la vegetacin del pra-mo, con su caracterstico altura de las especies.

    Aunque hoy en da, se establezca un lmite entre cadatipo de vegetacin, 3200 m.s.n.m.m como lmite del bosquede Quercus, esto no a sido as por siempre; ya que el lmitealtitudinal de la vegetacin durante los ltimos perodosglaciales del Pleistoceno ha variado abruptamente.

    Estimacin del cambio altitudinal del lmite arbreo superior, durante los lti-mos 18 000 aos, en la cordillera de Talamanca; segn Kappelle.

    La riqueza florstica del Parque Nacional Chirrip, hasido reconocida tanto a nivel nacional como internacional;a nivel nacional, por la razn de la presencia de grandesreas ocupadas por el pramo; y a nivel internacional, porla increble riqueza de especies de flora tanto en los bos-ques de robles, como en el pramo.

    Adems de que resulta de gran valor para la ciencia, la presencia de una formacin vegetal como el pramo, yaque ella es una clara evidencia de los procesos que se die-ron en la colonizacin de las cumbres de Amrica Central.

    GeomorfologaEn el Parque Nacional Chirrip, se presentan varias for-

    mas asociadas a un modelado glacial, el cual segn Ri-

    chard Weyl ( 1957 ), se dio durante la ltimo perodo gla-cial del cuaternario. Las evidencias que encontr Weyl enla zona, son claras e irrefutables; y adems permiten com-prender la gran variabilidad que caracteriz al cuaternario.

    La glaciacin que se dio en el Chirrip, se relaciona conel perodo glacial Dryas Reciente, que se inici hace 11000 aos atrs y finaliz hace 10 500 aos; este perodose caracteriz, por ser muy corto en comparacin con losanteriores, posiblemente sea debido a una periodicidad yaestablecida a lo largo de la historia terrestre.

    Foto: H Dvila

    Cerro Terbi, donde se aprecia, la predominancia de material ltico, con muypoco desarrollo del suelo.

    Foto: H Dvila

    Al fondo se aprecia el Cerro Bribri. Lmite entre los robledales maduros y

    los robledales arrasados por el fuego. Cercanas de la cuesta de los arrepen-tidos ( Monte sin fe, 3200 m. s. n. m. m ).

    Foto:H Vargas

    Se aprecia la vegetacin del pramo a 3600 m.s.n.m ( Valle de los lagos,Laguna Diketvi )

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    An hoy da no se conoce, evidencias sobre anterioresglaciaciones en el Chirrip, se han realizado muy pocasinvestigaciones, adems de que an existen criteriosmuy diferentes con respecto a este tema; tambin algu-nos autores afirman que el desarrollo de masas glaciales,solo se dieron en el Chirrip; mientras que otros comoProtti ( 1996 ) presenta las evidencias de lenguas glacia-

    les en zonas de menor altitud como es el caso del valleen forma de U, que corresponde al antiguo estableci-miento de una lengua glacirica en el ro San Pedro, elcual adems posee un disposicin de bloques megalti-cos con estras y tambin depsitos de morrenas termi-nales, morrenas laterales y morrenas frontales.

    Por lo tanto debido a las investigaciones de Protti, esde suponer el gran desarrollo de glaciares en una granrea de la Cordillera de Talamanca, y no solo en el Chi-rrip, como se ha pensado tradicionalmente. Productode ello, son algunos otros sitios de la cordillera de Tala-manca, en los cuales resulta claro comprender la exten-

    sin de las masas de hielo; ejemplo de ello son los ce-rros Cabecar, Durika, Cueric, Urn, Brunka, Utyum,Apri, Kamuk, entre muchos otros. Adems, se agregana estos ltimos, las formaciones discordantes como sonlas Sabanas Durika, que bien se pudieron haber modela-do por la actividad glacial o periglacial.

    Evidencias de un modelado glacialEn el Parque Nacional Chirrip se disponen formas

    asociadas al establecimiento de lenguas glaciricas querenovaron y definieron un paisaje muy distinto a los

    que se desarrollan en la mayor parte de Costa Rica.Producto del establecimiento de estas lenguas glaci-ricas hoy se aprecian valles en forma de U, morrenastanto laterales, frontales, de fondo como terminales; asmismo existen valles colgantes, paredes verticales queconcuerdan con antiguas rimayas, horns, tarns, e inclu-sive se disponen en lo que se conoce como el frente delglaciar, tills, rocas aborregadas, megalitos con estrasglaciricas etc.

    PaisajeDebido a la presencia de grandes elementos que so-

    bresalen en la constitucin del Macizo Chirrip, es po-sible plantear y agrupar, diferente unidades de paisajeen la zona; estas mismas se encuentran condicionadaspor la jerarqua de cada uno de sus elementos; y por lose proponen las siguientes:

    Paisajes rocososEsta unidad paisajstica, se caracteriza por la domi-

    nancia de los elementos abiticos sobre los biticos yantrpicos. Se encuentra representada por los grandes

    afloramientos litolgicos, y corresponden en su mayoraa los principales cumbres de la zona, entre ellos: CerroChirrip, Cerro Ventisqueros, Crestones, Cerro Nuevo,Cerro Truncado, Cerro Lohman, Cerro Pirmide, PicoNoreste, Pico Sureste etc.

    Paisaje con vegetacin del pramoTal como su ttulo lo indica, este paisaje se encuentra

    con un gran desarrollo de la vegetacin del pramo, y

    Foto:H Vargas

    Valle en forma de U (valle de los lagos, lago San Juan ), se aprecia en elfondo del valle, lagos ( tarns ) producto del derretimiento de la lengua

    Foto:H Vargas

    En la fotografa de aprecia un fondo de valle, con la presencia de un lago;adems, se disponen n grandes acanaladuras que fueron provocadas por eldescenso del glaciar ( Cerro Nuevo, representante de la Unidad de TobitasMarinas ).

    Foto:H Vargas

    Foto:H Vargas

    En la imagen sobresalen las morrenas laterales, subyaciendo en una paredde monzonita, correspondiente a una antigua rimaya del glaciar ( valle delro Talari )

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    tiene su lmite vertical an sin definir concretamente; peroen la mayora de las investigaciones y literatura especiali-zada, se define un lmite aproximado, entre los 3300 a3700 metros sobre el nivel medio del mar.

    Su distribucin horizontal es bastante considerable, te-nindose as, lugares como: valle de los Conejos, valle delas Morrenas, valle de los Lagos etc; en donde ocupan ungran porcentaje de la extensin de los mismos.

    Paisaje de los robles quemadosEste paisaje resulta a simple vista bastante llamati-

    vo, ya que se encuentra an en pie, robledales muertos de-bido a los mltiples incendios suscitados en el Chirrip.

    Visualmente es atractivo, ya que contrasta mucho con elpramo y los robledales sempervirentes. En una gran canti-dad de turistas, este paisaje infunde muchas sensaciones,que van desde el temor hasta la alegra; pero en su mayoraes el temor lo que se produce en los turistas, debido a laapariencia lgubre de los rboles.

    Paisaje de robledalesEste paisaje presenta una mayor distribucin en el

    espacio, ya que abarca una gran porcin territorial en lacordillera de Talamanca.

    Se caracteriza por la presencia de comunidades de Quer-cus, entre los que se encuentran los Quercus Costarricen-sis, Quercus Copeyeensis, Quercus Tonduzzi entre otros;adems a simple vista, este paisaje se diferencia de losotros por la gran densidad de la vegetacin y su humedad.

    El paisaje de robledales, visualmente se caracteriza, porsus conocidas y tpicas barbas colgantes; muy atractivopara los turistas que visitan el parque.

    Paisaje Base Crestonesste paisaje, es el de menor extensin, se defini por la

    gran actividad e intervencin antrpica que se da con elestablecimiento de la Base Crestones del MINAE; se ubi-ca principalmente en el valle del Ro Talari, margen dere-cha del mismo, adems de que abarca los senderos cerca-nos.

    Hay que sealar, que ste paisaje es el que se ha vistoms intervenido por la mano del hombre. Durante la esta-cin seca, las instalaciones de la Base Crestones son ocu-padas por turistas que prcticamente no paran de visitar elparque.

    Cabe agregar que ste refugio, es el nico verdadera-mente acondicionado para los turistas y por lo tanto es deesperar, que se de una mayor intervencin humana, sobreel medio natural; y aunque si bien es cierto, que dicha es-tacin se encuentre muy apegada al paisaje en general( materiales de construccin, disposicin horizontal comovertical de la misma ), resulta un punto desequilibrante enel paisaje natural de la zona.

    Si desea ampliar puede consultar:

    - Bergoeing, Jean Pierre. Geomorfologa 1998 edt Institu-to Geogrfico Nacional.- Derruau, Max. Geomorfologa 1978 edt Ariel S.A.- Leeder, Mike. Sedimentology and Sedimentary Basinsfrom turbelence to tectonics 1999 edt Blackwell Sciense- Kappelle, Maarten. Los bosques de robles ( Quercus )de la cordillera de Talamanca Costa Rica. Conservacin,ecologa, conservacin y desarrollo 1996 edt Universidadde AmsterdanInstituto Nacional de Biodiversidad- Kohkemper,M. Historia de las Ascensiones al macizodel Chirrip

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    AnaRuthRivera

    16 Revista Digital Geografa de Costa Rica

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    Dr. Guillermo Carvajal Alvarado

    e-mail: [email protected] necesidades de contar con representaciones,croquis y mapas surgen de la necesidad que tienenlos colonizadores y conquistadores espaoles deindicar los sitios, recorridos, los pueblos dominados,y aquellos que oponan resistencia. La cartografacomo instrumento de representacin permite marcaren un formato muy cmodo largos recorridos. Yapara 1492 la imprenta estaba en pleno auge y estofacilit las tcnicas de reproduccin de materialesimpresos.

    La idea del mundo que tenemos hoy en el mundooccidental es relativamente reciente, la idea de unmundo tal y como lo concebimos hoy en los mapasy planisferios llev un intenso trabajo de cartgra-fos, naturalistas y viajeros. Esta labor de observarlos mapas antigos es fascinante y nos permite en-tender como ha avanzado progresivamente el cono-cimiento de algunos territorios.

    Por razones geopolticas la Amrica Central des-pert muy temprano el inters de los conquistadores-colonizadores y de los naturalistas- cientficos. Laparticularidad geogrfica de la Amrica Central resi-de en su conformacin de tierras emergidas entremares, es una faja de tierras angostas, es un puenteentre el norte y el sur continente americano. stasingularidad llam la atencin de los navegantes enla bsqueda de una ruta que en direccin Este- Oes-te comunicar estas tierras, fue visualizada como unpaso entre masas continentales y un paso entre ma-res: factores que demarcan el derrotero histricoregional y que condicionaron la historia regional, ala vez que le dan una singularidad determinante, elser un Istmo, concepto que todos usamos pero queno entendemos en su complejidad que a la vez hizoque la geografa regional marcar profundamente lahistoria.

    Pero esto a su vez permiti la visualizacin de laregin como unidad, y ese es un gran debate vigen-te, como regin centroamericana emerge a la vistade los estudiosos como una territorio con caracters-ticas comunes y por eso los naturalistas que en unprimer perodo de la cartografa de esta regin abar-caran la totalidad del territorio, es decir, los prime-ros mapas eran de Centroamrica y de Amrica cen-tral.

    De manera que ya desde los primeros viajes de

    Cristbal Coln se va develando una nueva imagendel mundo que va ir progresivamente incorporandolos territorios conquistados o bien aquellos de losque se tena noticia. Durante el largo perodo queperdur la dominacin espaola se multiplicaron lasrepresentaciones cartogrficas de Amrica Latina.El historiador Carlos Melndez recopil buena partede los primeros que se trazaron de la Provincia deNueva Cartago y Costa Rica.

    Muy temprano en esas representaciones cartogr-ficas se percibe por parte del grupo colonizador elpotencial geoestratgico de la zona de Amrica Cen-tral. La bsqueda del estrecho dudoso era unameta para quienes se enrolaban en el proceso de

    conquista. Despus de 1513, cuando Nez de bal-boa se percat que haba identificado la mar del Sur;el inters por las tierras del istmo centroamericanocobro mucho auge.

    De manera que desde muy temprano la franja an-gosta de tierras que se extiende entre la mar del Sury mar Caribe fue motivo de grandes excursiones conel propsito de buscar la presunta ruta que se supon-a deba comunicar a ambas masas de agua.

    Por eso no es extrao encontrar mapas, croquis ytodo tipo de representaciones en donde predomina

    Las primeras representacionescartogrficas de Costa Rica

    Gerard de Cremere (o Kremer). Mercator. Planisferio de Mercator, de1587.Fue uno de los primeros en utilizar la palabra atlas para designar

    a un conjunto de mapas, y estimul a Abraham Ortelius a hacer elprimer atlas moderno, Theatrum Orbis Terrarum en 1570. Posterior-mente Mercator comenz a elaborar su propio atlas, organizado envarios tomos, el primero de los cuales fue publicado en 1578 y consist-a en una versin corregida de los mapas de Ptolomeo

    GEGRFICO

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    una visin unitaria del istmo, inicialmente se cartografia-ron los puntos cercanos a la costa que eran los puntos deentrada y progresivamente conforme se extenda la colo-nizacin de nuevos territorios se van marcado las zonasinteriores del istmo. De hecho llama mucha la atencin dela visualizacin de Centroamrica como zona de pasoentre mares y como puente longitudinal a lo largo de lasdos grandes costas.

    La cartografa de las primeras etapas de conquista ycolonizacin predomina una visin de conjunto ms queuna visin pormenorizada de los territorios de cada divi-sin poltico- administrativa, virreinatos, capitanas gene-rales, provincias, partidos, villas y ciudades instauradaspor la corona espaola para administrar las tierras bajo sudominio. De hecho la carencia de una cartografa detalla-da a niveles de micro- escala trajo seras consecuenciasen el perodo de ruptura con la corona espaola.

    Los nacientes pases haban heredado lmites territoria-les muy inciertos y el proceso de constituirse en Estadosera imprescindible saber hasta donde se extenda la sobe-rana sobre el territorio de los nuevos estados.Cada nuevo pas delimita sus territorios apoyndose enlas fuentes cartogrficas heredadas del perodo en queestuvieron bajo la dominacin espaola y esto trajo comoconsecuencia el inicio de largos e inacabables pleitos yrivalidades por territorios, notablemente por aquellos co-lindantes con cualquier nuevo pas.

    Durante el perodo de las nacientes repblicas los es-fuerzos diplomticos por conseguir demarcaciones terri-toriales favorables moviliz mucho de los esfuerzos entrminos de la poltica internacional de cada nuevo pas.Entre 1820 y 1900, cada pas de Amrica Central invierteesfuerzos significativos por tener una imagen real de suterritorio, ya que los mapas heredados del perodo colo-nial fueron siempre deficientes por ser elaborados parapropsitos propios del colonizador. Empieza as surgir enla regin la primera cartografa nacionalista, donde serepresentan la forma del territorio, los contornos litorales,los hechos fisiogrficos mejor conocidos y los lmites yfronteras con los pases vecinos.

    Posteriormente se van a crear instituciones especializa-das los llamados Institutos Geogrficos. Inicialmente conuna misin muy concreta levantar un mapa topogrficoque respondiera a la verdadera representacin cartogrfi-ca del territorio del Estado.

    En costa Rica, el desarrollo de las actividades cartogrfi-cas est marcado por cuatro grandes etapas; la primera co-rresponde a las primeras delimitaciones del territorio, sonmapas o croquis con informacin muy general, con nom-bres de los territorios que se haban explorado.

    La segunda etapa corresponde al nacimiento de una car-tografa nacionalista cuyo inters estar centrado en marcarlas fronteras y lmites con los pases colindantes y la terce-ra y cuarta etapa constituyen a una evolucin sistemticade la segunda y que trajo como consecuencia la creacin

    de una institucin especializada en la produccin de mapasdetallados de las diferentes regiones y territorios del Esta-do.

    El Instituto Fsico Geogrfico fundado en 1889, durantela administracin del Lic. Bernardo Soto, naci bajo la di-reccin del cientfico suizo, Dr. Henri Pittier. BarrantesFerrero considera que en su evolucin se pueden distinguirdos grandes etapas. La primera etapa que va desde su fun-dacin hasta 1944, se caracteriz por llenar las necesidadesprimarias de contar con una cartografa general que repre-sentara el territorio del Estado, con sus divisiones polticoadministrativas y la segunda, con la fundacin del actualInstituto Geogrfico Nacional en 1944, durante la adminis-

    tracin del Lic. Teodoro Picado.

    A) La primera etapa del Instituto Fsico-geogrfico1889-1944

    En 1885, el Ministro de Instruccin Pblica Don MauroFernndez, contrat a un grupo de profesores suizos quetuvieron una destacada labor en el desarrollo de la educa-cin y la investigacin en ciencias naturales.Dados los resultados obtenidos con estas personalidades, se busc la contratacin de otro cientfico en noviembre de

    El Dr. Henri Pittier, primer director del Instituto Fsico Geogrfico,

    ejerci el cargo hasta octubre de 1903, para trasladarse a Venezuela.

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    1887, lleg a Costa Rica don Henri Pittier, Doctor en Cien-cias e Ingeniero de la escuela Politcnica, quien, luego detrabajar por algn tiempo en la docencia, se dedic a lainvestigacin cientfica en el pas. En 1889, asumi la di-reccin del Instituto Fsico Geogrfico, organismo que es-taba destinado a estudiar la historia natural y la geografafsica de Costa Rica.

    Destacadas personalidades del desarrollo educacional ycientfico costarricense colaboraron con el Dr. Pittier: entreellas, merecen recordarse figuras como Anastasio Alfaro,Paul Biolley, Adolfo Tonduz, Carlos Wercle, Juan Rudin,Pedro Nolasco Gutirrez, Enrique Silva Ramrez, PedroReitz.

    En 1903, el Instituto Fsico Geogrfico es integrado alMuseo Nacional. Ejercen la direccin de la institucin im- portantes cientficos de la talla de Anastasio Alfaro, en1903; Pablo Biolley en 1904, el Dr.Karl Sapper en 1924,Con nombramiento interino, el profesor Miguel Obregnde 1924 a 1935, y el profesor Rafael Obregn a partir deese ao.

    B) La segunda etapa se crea el Instituto Geogrfico Na-cional

    La ley # 59, del 3 de Julio de 1944, crea el instituto Ge-ogrfico Nacional, dando origen a la segunda etapa del de-sarrollo de las actividades cartogrficas en Costa Rica. Estainstitucin est destinada a la ejecucin de la Carta Ge-ogrfica de la Repblica y a los estudios e investigacionesde carcter geogrfico, geodsico y geofsico. Fundador ypropulsor de la idea fue el Ing. Ricardo Fernndez Peralta,primer director, cargo que desempe hasta julio de 1954, posteriormente, han ejercido la direccin los ingenierosFederico Gutirrez Braun; Mario Barrantes Ferrero, Fer-nando Mauro Rudin Rodrguez y Eduardo Bedoya Bentez,en el 2003.

    Durante la trayectoria, el Instituto Geogrfico Nacionalse ha consolidado como organismo de reconocida autori-dad tcnica y cientfica en el cumplimiento de sus tareascartogrficas y en su contribucin al desarrollo de las cien-cias geogrficas, adems de las sucesivas ediciones de losmapas topogrficos del pas, el instituto ha colaborado enla realizacin de mapas temticos y en la publicacin denumerosos artculos de ndice cientfico, que constituyen

    una slida contribucin al conocimiento de nuestraEl estudio del clima, de la constitucin geolgica del sue-

    lo, de sus productos naturales, fauna, flora y minerales, desu topografa, sea en su sentido puramente morfolgico oen vista del establecimiento de vas de comunicacin desti-nadas a facilitar el ensanche de las poblaciones en toda laextensin del pas, son necesidades apremiantes cuya apre-ciacin no requiere largas disquisiciones.

    Unodelosprimerosmapasqueintentaronrepresentarlaprov

    inciadeNueva

    CartagoyCostarrica,estambinelmapaquepeorrepresenta

    laformaexacta

    delpas.

    1575

    .

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    Diario de entrenamiento: Unaruta por Sarapiqu

    E

    XPEDICINGEOGRFICA

    Guillermo Calvo MurilloUltramaratonista, licenciado en filosofa bachiller en educa-

    cin fsica post grado en gestin del deporte [email protected]

    Luego de recibir la noticia: la MaratnInternacional se correr al medioda.-Qu hago?... siento un gran temor,que la deshidratacin, que el golpe delsol, y cosas as que siempre se escuchan...

    -Revisar literatura... lo mismo: deshidratacin,golpe del calor, lo mismo de siempre...

    -Pedir consejos... hidratarse, lleve suero, comamuchas frutas, pngase hielo en la cabeza, use

    ropa de color blanca, de manga larga y cualquierotra por el estilo.A mis cincuenta aos no estoy para estas cosas,

    me quedan dos caminos, quedarme en Chepe en-trenando, no correr la maratn, o hacerme un reto,enfrentarme a condiciones an ms complicadas.

    Me dirijo a Puerto Viejo, cabecera del cantnSarapiqu. A las 11:30 a.m. salgo a correr, quieroenfrentarme, eso s, sin ninguna presin a ese te-mor, a veces infundado, correr a medio da con esecalor.

    La temperatura est altsima, el pulsmetro sesube muy rpido con solo los dos kilmetros quecamin de la plaza del centro, al cruce de Las Mar-as y que utilic como calentamiento.

    Bien, se acab el camino pavimentado, siguenunos 2 km de lastre, pero estn pavimentados lossiguientes 10 km.No hay peligro de perderse, se siguen los rtulos

    de Banana Tour, y las plantaciones de banano nosacompaan durante casi todo el trayecto, luego losque dicen las Maras, en donde se acaba el terrenopavimentado.

    El terreno completamente plano, la altitud oscilaentre -10 y 220 msnm, de camino encontramospoblados muy pequeos y separados entre 8 y 10km unos de otros. El sol est muy fuerte y la des-hidratacin me obliga a consumir constantementelquido y comer barritas energticas.

    Al contrario que en San Jos, toda persona queencuentro, curiosamente saluda. Sin embargonunca falta el busque brete viejo vago, de algn

    anti deportista supongo.En Las Maras, se siguen los rtulos de La Aldea

    y ah no nos perdemos, el recorrido es muy boni-

    to, siembras de arroz y pia, se observan muchas

    avesy a la orilla del camino se ven los congos que nosgritan como haciendo barra.

    Al fin La Aldea.

    Luego de consultar, estamos a 10 km del Ro SanJuan, B Ftima, un camino recin abierto por lamuni.

    El problema es que es subiendo de los 10mkmque faltan 6 son de subida..

    Que pueblo ms lindo, parece que se detuvo el

    tiempo, no hay carros, la gente se transporta a ca-ballo o en lancha por el San Juan.

    La moto que me acompaa marca 54.123metrosrecorridos, la temperatura promedio 32c. Alturamxima 220 msnm y mnima -10 msnm Consumo3 litros de bebida energtica y 6 barritas. Tiempo

    del recorrido casi 6 horas.

    Intntelo, es todo un reto...

    Ftima de Sarapiqu. Este es un pueblito fronterizo, limita conel ro San Juan, en donde parece que el tiempo se detuvo.Autor: Guillermo Calvo Murillo

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    OTOGRAFA

    SGEOGRFIC

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    1. El volcn Turrialba haciendo erupcin. 17 de mayode 2010. Visto desde San Isidro de Heredia. MaraAntonieta Senz.

    2. Ciudad de San Jos. 12 de diciembre de 2009. Vistodesde Tarbaca, Aserr. Rmulo Vega-Gonzlez.

    3. Vara Blanca a San Miguel de Sarapiqu. 14 de

    enero de 2009. Tratando de seguir el recorrido de lo

    que antes fue la ruta vehicular. Fue un acceso inco-modo, pues lo realizamos un grupo de 6 personas delComit Local de Heredia y dos vaquanos que sonmiembros del comit comunal de Vara Blanca. Fui-mos los primeros en hacer el recorrido despus deocurrido el terremoto y la fotografa corresponde a lacuenca del Sarapiqu a la altura de Cinchona.NievesChaves Fonseca.

    4. Devastacin. Ruta por Vara Blanca a San Miguelde Sarapiqu. 14 de enero de 2009.Nieves ChavesFonseca.

    En esta seccin remos las fotografanuestros lectores nos envan , as codescripcin de caellas.GEOGRAFA DERICA se reserva ede publicacin, ade editar los compor cuestiones de

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    5. Sin paso. 17 de mayo de 2010. Visto desde San Isidro de Heredia. MaraAntonieta Senz.

    6 y 7. Siempre activo. El volcn Turrialba. Fotografiado el da 24 deagosto de 2010.Visto desde Santa Cruz de San Isidro de Heredia.Johnnathan Rojas Gonzales

    8. Serrana de Escaz. 28 de octubre de 2009. La nubosidad que encierralos cerros de Escaz, fotografiados desde Beln.Bernal Saboro Gmez

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    9. El Perito Moreno. 14 de agosto de 2010. El gegrafo Eduardo PeraltaBallester desde Tierra del Fuego en Argentina. Al fondo el glaciar Perito

    Moreno. Eduardo Peralta Ballester.

    10. Escalando el Perito Moreno. 14 de agosto de 2010. El gegrafo Eduardo

    Peralta, emplea sus crampones y piolet para escalar el glaciar Perito More-no. Eduardo Peralta Ballester.

    11. Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina. 14 de agosto de 2010. La ciudad

    ms austral del continente americano. Eduardo Peralta Ballester.

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    12.

    Mendrico.

    30deoctubrede2009.

    ElroTempisqueconsuscon

    ocidosmeandros,

    cer-

    cadePaloVerde.

    BernalSaboro

    Gmez

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    13. Acorralado. 28 de octubre de 2009.Corral circular ubicado justo al norte de la represa Elec-triona. Bernal Saboro Gmez

    14. La puesta. 6 de marzo de 2010. Puesta de sol desde los malecones de la ciudad de Puntarenas.Kattia Miranda Herrera

    15. Victoriana. 14 de febrero de 2010. Casa de habitacin al estilo victoriano, montada sobre pilo-

    tes. Manzanillo, cantn de Talamanca, Limn. Walter Bonilla Hernndez

    16. Las Palmas de Jac. Abril de 2009. Torre de condominios en el cantn de Garabito, Puntare-

    nas. Rmulo Vega-Gonzlez

    17. San Jos iluminado. 12 de diciembre de 2009. La ciudad de San Jos brilla durante la noche,

    vista desde Tarbaca de Aserr. Rmulo Vega-Gonzlez

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    18. Tortuguero. 19 de julio de 2008. Cao Negro de Tortu-guero, en el Parque Nacional Tortuguero. Batrice PassotBoyer.

    19. Festival de la luz. 12 de diciembre de 2009. La ciudad de

    San Jos se viste de gala durante el Festival de la Luz 2009.Rmulo Vega-Gonzlez.

    20. Ganadora. 2 de mayo de 2010. Monteverde. Fotografa

    ganadora del concurso Fotografa Geogrfica de Geografade Costa Rica. Amanda Romero Jara .

    21. San Lucas. 26 de junio de 2010. Capilla catlica en laisla de San Lucas, antigua prisin estatal. Golfo de Nicoya.Walter Bonilla Hernandez.

    22. A toda prisa. 4 de febrero de 2010. Transito vehicularentre Guachipelin y el centro de Escaz. Bernal SaboroGmez.23. Ao nuevo. 1 de enero de 2010. La ciudad de San Jos

    recibe el ao nuevo, en un cielo lleno de fuegos artificiales.Rmulo Vega-Gonzlez.

    24. A travs de San Isidro. Mayo de 2010. Vista de la ciu-dad de Coronado desde la iglesia de Coronado.RmuloVega-Gonzlez.

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    Dr. Carl O. SauerDiscurso ofrecido por el Presidente Honorario en la 52 Reunin de laAsociacin Norteamericana de Gegrafos, Montreal, Canad, abril 4 de1956

    Traduccin y presentacin de Guillermo Castro H., [email protected]

    Sobre la inclinacin original y la predileccintemprana

    Como profesionales, lo nico que de-claramos es que tenemos el privilegiode dedicarnos al campo de la geo-grafa. Ese campo no fue descubierto

    por nosotros ni por nuestros predecesores acadmi-cos, ni es probable que sea atendido de manera

    adecuada si se piensa que debe estar restringido aquienes reclaman tal privilegio y competencia envirtud de nombramiento y ttulo. El primer profe-sor de geografa del mundo fue designado en 1820;yo pertenezco a la parte temprana de la segundageneracin en los Estados Unidos. Nosotros, los dela sucesin investida, debemos recordar en todomomento que apenas somos una pequea parte deaquellos que han contribuido al crecimiento delconocimiento geogrfico. El inters es inmemorialy universal; si llegramos a desaparecer, el campopermanecera, y no quedara vacante. No debera-

    mos establecer distinciones envidiosas entre profe-sionales y aficionados. Ambos son necesarios en suentusiasmo y en su contribucin al conocimientogeogrfico. Aqu est colofn: una asociacin dementes no est determinada por un comit de cre-denciales.

    El gegrafo nace, en parte, y en parte es forma-do por su primer ambiente, y llega ms bien tarde anuestro cuidado profesional. Tambin somos ofi-ciales de reclutamiento, y necesitamos reconocer labuena materia prima. Sospecho que tenemos algoms que dificultades comunes como cazadores de

    talentos. Cun comn es una aspiracin a conver-tirse que se origina en la infancia? No se trata deun inters que se exprese temprano, o que sea ad-mitido entre los amigoso ante uno mismoen laedad escolar. En la universidad, sabemos bien queuna disposicin abierta y constante por tomar cur-sos de geografa (as como el xito en obtener bue-nas calificaciones) es un indicio indiferente de pro-mesa futura. El estudiante puede estar engaado por sus contactos y su entorno temporales, comopuede el atractivo de un profesor. Cuando se vea

    lejos de tales estmulos, puede sumirse en la inac-cin, y al cabo de un tiempo ya no se oir hablar del. Cmo podemos descubrir aptitud, intersemergente, y la promesa de proseguir con un desa-rrollo independiente? Esta es nuestra primera pre-ocupacin. Si seleccionamos bien, la mitad denuestro problema est resuelto.

    No quisiera dar la impresin de que subestimo elvalor de una gran escuela, pero permtasenos no so- brestimarlo. Quienes compartieron aquellos dasdorados en Chicago conocen el espritu entusiastadel grupo que Salisbury reuni. Salisbury tena unagran claridad de exposicin y la capacidad de des-arrollar un tema mediante preguntas rigurosas, perolo que recuerdo con mayor aprecio de l era querespetaba la curiosidad y la duda de parte del estu-diante. Le gustaba un cuestionador informado. Hett-ner, Philipson, Fleure sern recordados como ins-tructores magistrales ; de sus escuelas ha provenidoun nmero considerable de nuestros colegas europe-os. Sus alumnos fueron convocados de distintas di-recciones, y de esa manera tambin continuaron sudesarrollo, y no fueron moldeados bajo un nicoentrenamiento como estudiantes.

    Lo que se aprende en clase puede ser olvidado,pero lo que se recuerda es el estmulo que resulta dela asociacin con personas relacionadas entre s,

    pero de personalidades e intereses variados. Elatractivo del perodo estudiantil debera ser mayorque la disciplina. No me gustara pensar de nadiecomo el producto de una escuela en particular, sinopor haber sido descubierto y cultivado en el momen-to correcto por buenos jardineros. Y esto nos llevade nuevo a las jvenes plantas que podran florecerbajo nuestro cuidado, o podran hacerlo sin l.

    No somos un grupo precoz, ni deberamos aspi-rar a serlo. Es poco probable que empecemos tem-prano, y necesitamos un largo tiempo para madurar.Nuestra tarea es una de lenta acumulacin de cono-

    cimiento, experiencia y juicio; las tcnicas y proce-sos formales de anlisis y generalizacin estn su-bordinados. No nos tornamos competentes con ra-pidez, ni por el aprendizaje de alguna habilidad enparticular. Estamos sujetos a cambios de foco en lamedida en que aprendemos ms acerca de aquelloen lo que estemos trabajando. El comienzo de lalabor sobre un tema puede llevarnos a otro diferen-te. Puede resultar frustrante o excitante, de acuerdoa la naturaleza de cada cual, descubrir que la sendapor la que uno esperaba llegar a cierto punto termi-

    JOYAS GEOGRFICAS

    La educacin de un gegrafo

    JOYASG

    EOGRFICAS

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    mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]
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    ne por llevarlo en direcciones inesperadas. Una de nuestrascualidades distintivas parece ser la de que siempre necesi-tamos ms la disposicin a aprender lo que resulte relevan-te, que perfeccionarnos a nosotros mismos mediante elentrenamiento y mtodos especficos.

    Resulta apropiado, por tanto, que hayamos sido reticen-tes a aceptar una disciplina formal de orden general, queen nuestros nimos ms confiados nos imaginemos con elpoder de explorar en muchas direcciones, y que admitamosa nuestro grupo temperamentos diferentes e intereses di-versos. Siempre ha sido caracterstico que confluyeran en-tre nosotros individuos de mltiples procedencias, conalgn denominador comn. Que nuestros departamentos einstitutos se hayan multiplicado en los ltimos aos no haalterado nuestros orgenes plurales, ni lo har, espero.

    Creo que est en nuestra naturaleza el ser una poblacinheteroziga. A pesar de la lnea de descendencia que ahoraest disponible mediante una extensa serie de cursos engeografa, que abarca desde el primer ao de la licenciatu-ra hasta el doctorado, an obtenemos mucha de nuestramejor sangre de aquellos que vienen de otros grupos y an-tecedentes acadmicos. Estos se nos unen no porque hayansido inadecuados en sus compromisos anteriores, sino lestoma tiempo descubrir su lugar a nuestro lado. En torno aeste tema de convergencia de individuos provenientes dediferentes orgenes y condiciones se podra escribir unareveladora historia de los gegrafos y el pensamiento ge-ogrfico.

    Es posible reconocer una inclinacin temprana hacia lageografa antes de que se afirme en una eleccin conscien-te? El primer rasgoy permtaseme decir, el ms primiti-vo y persistenteconsiste en el gusto por los mapas y por pensar a partir de ellos. Nos encontramos con las manosvacas sin ellos en nuestro saln de clase, en el estudio, enel campo. Mustrenme un gegrafo que no los necesite ydesee tenerlos a mano constantemente, y tendr mis dudassobre si habr escogido la vida adecuada. Exprimimosnuestros presupuestos para conseguir ms mapas, de todotipo. Los coleccionamos, sea de estaciones de gasolina, seade tiendas de antigedades. Los dibujamos, por mal quesea, para ilustrar nuestras lecciones y nuestros estudios.Por poco que sea lo que un miembro de su institucin sepaacerca de lo que usted hace como gegrafo, si necesitainformacin sobre mapas acudir a usted. Si ocurre que losgegrafos se encuentren en un lugar donde haya mapas en

    exhibicin (e importa poco de qu mapas se trate), los co-mentarn, los elogiarn, los criticarn. Los mapas acabancon nuestras inhibiciones, estimulan nuestras glndulas,encienden nuestra imaginacin, aflojan nuestras lenguas.El mapa habla a travs de las barreras del lenguaje; a veceses aclamado como el lenguaje de la geografa. La transmi-sin de ideas mediante mapas se nos atribuye como nues-tra comn vocacin y pasin. Aun en los perodos msfundamentalistas de esta Asociacin, quienes se dedicabana los mapas pudieron incorporarse a ella.

    Un mapa incita tanto la atencin sinptica como la anal-tica: qu clase de camino est sealado; a travs de quclase de terreno corre ese camino? Sus smbolos son tradu-cidos en imgenes y stas son organizadas mentalmente enasociaciones significantes de tierra y vida. Los utilizamosde hecho como guas, y los disfrutamos en nuestros viajesde silln. Quin no ha viajado por mapa al Tibesti o alTibet, escalado los picos de Tenerife o de Trinidad por elhorizonte Occidental, o buscado el Paso del Noroeste?Quin no ha acompaado a Marco Polo a Cathay, al ca-pitn Cook a las islas Sndwich, o a Parkman por el sende-ro de Oregn? Quin lee ficcin por la trama, el suspenso

    o el conflicto psicolgico, o para ser transportado a costastropicales con Stevenson o Kenneth Roberts, a la India conKipling o Masters, a conocer Florida con Marjorie Raw-lings, o Nueva Inglaterra con Esther Forbes?

    El gegrafo, y el candidato a gegrafo, son viajeros, pordelegacin cuando deben, en persona cuando pueden. Noson la clase de turistas que se dejan dirigir por guas impre-sas por las rutas de los grandes recorridos que conducen alas atracciones famosas, ni se alojan en los grandes hoteles.Cuando toman vacaciones, pueden pasar de largo por loslugares que se supone que uno debe conocer, o buscar ca-

    El Dr. Carl O. Sauer disfruta de su pipamientras dictaba una clase de geografaen el campo.

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    minos laterales y lugares desconocidos donde obtienen elsentimiento del descubrimiento personal. Disfrutan salien-do a caminar lejos de las carreteras, y les gusta acampar alfinal del da. Aun el gegrafo urbano puede albergar la ne-cesidad de escalar montaas despobladas.

    La inclinacin por la geografa descansa en ver lo queest en el paisaje, y en pensar en ello: en lo que ha sido lla-mado en trminos tcnicos el contenido de la superficieterrestre. Esto no nos limita a lo que es visiblemente evi-dente, sino que intentamos observar tanto el detalle como lacomposicin general de la escena, encontrando en esa acti-vidad preguntas, confirmaciones, asuntos, o elementos queson nuevos, o aquellos que faltan. Este llamado a la alertamental mediante la observacin de lo que compone la esce-na puede derivar de un rasgo primitivo de sobrevivencia,cuando tal atencin significaba evitar el peligro, la necesi-dad, el extravo. En mis das de trabajo de campo en reasapartadas de Mxico, aprenda a aceptar con confianza lacompetencia de los guas nativos en materia de geografa yde historia natural. Ellos saban cmo interpretar la disposi-cin del terreno, cmo mantener un mapa mental, cmonotar casi cualquier cambio en la escena. Por lo general,eran capaces de identificar las plantas, y de realizar agrupa-mientos sistemticos y asociaciones ecolgicas.

    La geografa y la historia natural, en efecto, se relacionanpor su forma de observacin. Mucho de lo que ambas iden-tifican y comparan se ubica por fuera del anlisis cuantitati-vo. Las especies no son reconocidas mediante mediciones,sino por el juicio de aquellos que tienen experiencia acercade sus diferencias significantes. Una aptitud innata parapercibir las diferencias y las similitudes se une a una curio-sidad dispuesta y a la reflexin sobre las afinidades y lasdesafinidades. Confo en la existencia de un ojo morfol-

    gico, una atencin espontnea y crtica a la forma y lospatrones. Todo buen naturalista lo tiene, y muchos de ellostambin son muy buenos en la identificacin y la compara-cin geogrficas.

    El trmino morfologa vino a designar el estudio de lasformas de la tierra hace un siglo: est profundamente aso-ciado a nuestro ser. Trabajamos en el reconocimiento y lacomprensin de elementos de forma, y de sus relaciones defuncin. Nuestras formas y sus arreglos son de tal maneramacroscpicas y tan infinitamente numerosas, que siempretenemos que aprender cmo seleccionar las cosas relevan-tes y desechar las insignificantes. La relevancia plantea el

    problema de por qu la forma est presente, y cul es surelacin con otras formas. La descripcin rara vez resultaadecuada y menos aun gratificante, a menos que est vincu-lada a la explicacin. Parece necesario, por tanto, admitiren la inclinacin geogrfica la cuarta dimensin del tiempo,el inters en saber cmo lleg a ser lo que es aquello queest siendo estudiado.

    Algunos de nosotros tenemos este sentido de forma sig-nificante, algunos lo desarrollan (en cuyo caso, asumo queestaba latente), y algunos nunca lo obtienen. Existen aque-llos que entran rpidamente en alerta cuando algo nuevo

    ingresa en el campo de observacin, o desaparece de ste.Una de las recompensas de estar en el campo con estudian-tes consiste en descubrir a los que son rpidos y agudos enla observacin. Y tambin estn aquellos que nunca vennada, a menos que se les seale. Si la geografa es una cien-cia de observacin, ste es el momento de empezar el reclu-tamiento. La premisa, aqu, consiste en que construimos apartir de cosas vistas y analizadas, as sea provisionalmen-te, para llegar a una comparacin con datos provenientes deotra parte, de alguien ms, o inferidos por necesidad de unpasado que no podemos observar.

    Acerca de no estar especializadoLa geografa, en tanto que descripcin explicativa de la

    Tierra, fija su atencin en una diversidad de rasgos terres-tres y los compara en su distribucin. De algn modo, setrata siempre de una lectura de la faz de la Tierra. Nosotros,los profesionales, no existimos porque hayamos descubier-to una lnea de indagacin o incluso porque poseamos unatcnica especial, sino porque los hombres siempre han ne-cesitado, acopiado y clasificado el conocimiento geogrfi-co. Los nombres que aplicamos como profesionales a losasuntos y a las formas que identificamos y quizs incluso alos procesos que estudiamos, se derivan por lo general ycon propiedad de mltiples fuentes vernculas. Lo quehacemos es organizarlos en un vocabulario de inteligibili-dad ms amplia y ms clara. A menudo, los lenguajes delos pueblos primitivos y los dialectos de nuestra propia cul-tura nos proporcionan trminos de mayor riqueza de signi-ficado que el discurso literario. Un ejemplo familiar se en-cuentra en el significado de la tierra, la vegetacin y lasformas culturales, para el cual tomamos prstamos delhabla local, y extendemos su aplicacin a otras reas.

    Adems de otorgar nombres a categoras geogrficas,tanto fsicas como culturales, a partir del habla popular,aadimos conocimiento retrospectivo de las condicionesdel pasado mediante el estudio de los nombres propiamen-te geogrficos. [Nota al margen: El vocabulario geogrficotpico y local de los lenguajes es un sustrato de aprendiza-je que an espera ser explotado, tanto para la identificacinde las clases de nuestros fenmenos, como para el examencultural comparativo. Una reverencia, por tanto, para elcolega Burrill, y otra para la recin fundada Sociedad Nor-teamericana del Nombre.]

    En este sermn, como se suele hacer en un sermn, re-

    greso a la afirmacin inicial de que el contenido, las rela-ciones, los procesos geogrficos en suma, la concienciageogrficason, por razn y por necesidad, ms ampliosque aquello en que trabajamos nosotros, los profesores degeografa. Ms all dey en torno aaquello que estudia-mos hoy, existe un rea de inters de identificaciones yconceptos que no intentamos apropiarnos para nuestro usoexclusivo. El tema es y ser mayor que la suma de nuestrosesfuerzos disciplinares. Reclamamos una obligacin supe-rior a contribuir en todas las formas a nuestro alcance, perono afirmamos tener derechos o competencia prioritarios

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    que se deriven nicamente de nuestra profesin. La Aso-ciacin Norteamericana de Gegrafos fue iniciada y con-ducida a lo largo de sus primeros aos por aquel grupo no-table de fundadores que se reunan en virtud de su apreciopor el tema, aunque sus empleos profesionales estuvieranen otros campos, en la geologa, la biologa, la historia.Aquellos fueron das muy buenos, seguidos por un perodode asociacin restrictiva, cuando aquellos que tenan em-pleos en la geografa fueron escogidos por encima de losque aportaban ideas y observaciones. Felizmente, este per-odo parece ser cosa del pasado y nuevamente estamos am-pliando el mbito de nuestra membresa.

    Si encogemos los lmites de la geografa, el campo msamplio seguir existiendo, y lo nico que habr disminuidoser nuestra conciencia. Aunque el individuo limite suspropios esfuerzos, no puede exigir de otros una limitacinequivalente, ni negar su aprobacin a los esfuerzos que seencaminan en una direccin distinta. Gegrafo es cualquieraficionado en el sentido literal del trmino que seacompetente en aquello que sea geogrfico; ojal que nuncaaspiremos a ser menos que esto.

    Un mtodo particular de analizar informacin es conoci-do entre los acadmicos como el mtodo geogrfico, basa-do en el mapeo de los lmites o del alcance de fenmenos,rasgos o tendencias que tienen una distribucin localizadaen la tierra. El mapeo de distribuciones fue iniciado por loshistoriadores naturales, que se interesan en los lmites delas especies y, por tanto, en la difusin o dispersin de or-ganismos en las reas extremas de sus campos. Esta des-cripcin cartogrfica siempre es tpica y analtica: Qucualidades de ambiente, rutas de dispersin, tiempo trans-currido e interdependencia o competencia definen los lmi-tes ms all de los cuales no aparece un determinado ani-mal o planta? Un siglo y cuarto atrs, Berghaus ampli esemapeo tpico para incluir, adems de informacin biticay fisiogrfica, datos culturales relacionados con los pue-blos, las economas y los lenguajes. Ratzel examin la dis-tribucin de rasgos culturales, como los de la tecnologaprimitiva, y fue responsable en una importante medida porla atencin que desde entonces le dedican los etnlogos ala dispersin o difusin de aprendizajes o habilidades es-pecficos.

    Estos estudios de distribucin ofrecen un arte de detec-cin tan arduo como gratificante. Son geogrficamente des-criptivos porque se ocupan de la extensin territorial; son

    geogrficamente analticos porque exigen una identifica-cin adecuada de los objetos bajo estudio, y de la compara-cin con otras distribuciones; son geogrficamente dinmi-cos porque buscan pistas a partir de la distribucin que ayu-den a explicar las ausencias y presencias, los orgenes y loslmites. La distribucin es la clave del proceso. Las satis-facciones intelectuales que se derivan de estas indagacionesson inagotables. Seguirn siendo llevadas a cabo por traba-jadores de muchas disciplinas, de las que podemos obtenerconocimiento, pero en las que tambin debemos participarmucho ms.

    No es necesario ni deseable que consideremos la totali-dad de la regin como la base comn de estudio geogrfico.El inters y la capacidad del individuo se inician con ele-mentos especficos de naturaleza y de cultura, y con el sig-nificado de sus relaciones espaciales, y all pueden mante-nerse. Si decimos que nuestro trabajo consiste nicamenteen sintetizar, probablemente terminaremos por depender deotros, en todos los terrenos, para validar lo que ensambla-mos e interpretamos.

    Si bien el mtodo distributivo as llamado geogrfico seutilizado con habilidad y penetracin por otros, tambin elms gratificante para nuestros propsitos. A ttulo indivi-dual, debemos intentar y aspirar a adquirir competencia enel mayor o mejor aprendizaje acerca de la distribucin dealguna cosa o grupo de cosas. No acepto la idea de quecualquiera puede hacer la geografa de una regin, o hacergeografa comparativa, cuando sabe menos que otros acer-ca de lo que organiza, del mismo modo que no acepto lanocin de que cada gegrafo debe ocuparse de la sntesisregional. La mal llamada doctrina holstica me deja indife-rente: ha producido compilaciones all donde necesitba-mos indagaciones. No busco aconsejar la desesperanza:ms bien, deseo decir que la geografa, al igual que la his-toria, se resiste se resiste a cualquier organizacin generalde intereses, direcciones o habilidades, sin perder por ellola posicin reconocida de su propio tipo de conocimiento,y de procesos vlidos de descubrimiento y organizacin.En una poca de notable incremento del conocimiento ylas tcnicas, permanecemos en una dimensin no delimita-da y, podra aadir, no reducida a una disciplina especfi-ca. Esto, pienso, es nuestra naturaleza y nuestro destino,nuestra debilidad actual y nuestra fortaleza potencial.

    De manera apropiada seguimos siendo, como he dichoque siempre lo hemos sido, un conjunto muy diverso deindividuos, que difcilmente podra ser descrito en trmi-nos del predominio de cualquier tipo de aptitud o tempera-mento, facultad mental o inclinacin emocional, y aun assabemos que nos hemos agrupado por una afinidad electi-va. Describir un gegrafo es tan difcil como definir a lageografa, y en ambos casos me siento contento y esperan-zado. Con todo lo que nos falta por lograr, existen motivosde satisfaccin en saber que no tenemos realmente limita-ciones en cuanto a indagacin, teora o pensamiento sobrenuestros asociados. De tiempo en tiempo se producen in-tentos en sentido contrario, pero nos los sacudimos de en-

    cima despus de un rato, y seguimos haciendo lo que real-mente deseamos hacer. Existen presiones institucionales ycurriculares, pero estas no son directivas intelectuales. Unode los ms capaces administradores universitarios ha dichoque cualquier departamento es, sobre todo, un arreglo pre-supuestario de conveniencia.

    Parece apropiado, por tanto, subrayar la cualidad no es-pecializada de la geografa. El trabajador individual debeintentar obtener todo lo que pueda de intuiciones y habili-dades especiales en aquello que concentre su atencin.Nuestros intereses de conjunto, sin embargo, no recetan la

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  • 8/8/2019 NO 1 REVISTA GEOGRAFA DE COSTA RICA

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    direccin individual. Tenemos un estatuto privilegiado queno debemos abandonar. A solas o en grupos, intentamosexplorar la diferenciacin y la interrelacin de los aspectosde la Tierra. Damos la bienvenida a todo trabajo que seacompetente, proveniente de cualquier fuente, y no recla-mamos derechos de propiedad. A lo largo de la historia dela vida, las formas menos especializadas han tendido a so-brevivir y florecer, mientras los tipos funcionalmente auto-

    limitados se ha convertido en fsiles. Quizs existe sentidopara nosotros en esta analoga, en el hecho de que tantasclases de mentalidades e inclinaciones encuentren una aso-ciacin congenial y gratificante, y desarrollen habilidadesy conocimiento individuales. Prosperamos en la fertiliza-cin cruzada y en la diversidad.

    El perodo de entrenamientoTenemos diferentes maneras de seleccionar y condicio-

    nar los prospectos durante el perodo de entrenamiento.Los comentarios que aqu se ofrecen son los de un entrena-

    dor de larga experiencia que ha visto a muchos transitardesde las prcticas de primavera hasta el desempeo demediana estacin.

    En primer lugar, dudo que las especializaciones a nivel deLicenciatura en geografa deban ser recomendadas a quie-nes aspiren a continuar como estudiantes de posgrado.Mientras ms grande se haga el programa de especializa-cin y mayor sea el nmero de requisitos que se le asignen,menor ser la posibilidad de que siga siendo una educacinliberal debidamente balanceada, y menor ser la posibilidadde que el estudiante se desempee en reas de conocimien-

    to que necesita para su educacin individual. Nosotros tam-bin hemos sido arrastrados por la tendencia a la especiali-zacin que est estrechando el proceso de educacin supe-rior casi en todas partes de nuestra ribera del Atlntico, yempuja a los Departamentos acadmicos hacia orientacio-nes aplicadas y tcnicas.

    Etiquetar a los principiantes los arrea prematuramentehacia una profesin. Esas facilidades de identificacin yavance le gustan a quienes llevan los registros y otros ad-ministradores. Estamos atrapados porque los Departamen-tos dependen de presupuestos, matrculas y otros tipos de

    nmeros que tienen poca relevancia para los propsitos delaprendizaje. Para nosotros, una buena dieta de pregradosera un nmero muy restringido de cursos de geografa(restringidos en particular en lo que hace a los de tipo re-

    gional), enriquecida en los fundamentos de las Humanida-des, y sobre todo en historia natural y cultural. Un grancurrculo departamental es probablemente un signo de hin-chazn, no de fecundidad.

    Qu beneficio de entrenamiento y comprensin se puedeobtener de cursos regionales? Al cabo de muchos aos, no

    me siento cercano a una respuesta. Creo que impartimos unexceso de tales cursos, que pueden ser ofrecidos por razo-nes indiferentes, y que demasiado a menudo contribuyenmuy poco al aprendizaje o al desarrollo de habilidades.Cada vez ms, la preocupacin con las clasificaciones re-gionales y los lmites regionales me deja fro. Descubroque me gustan ms mis cursos sobre Amrica Latina desdeque renunci a cualquier sistema de regiones geogrficas.

    Quin puede, o quiere, recordar en todo caso un montnde subdivisiones regionales? En nuestra propia operacin,decidimos hace mucho que deberamos ofrecer un cursoregional nicamente si el instructor tena una experienciaprevia y relevante con tal rea, y especialmente si estababasado en estudios de campo continuos, tpicos antes queinclusivos en su contenido.

    Un buen curso regional es en buena medida una crea-cin individual que resulta de una prolongada aplicacin,que involucra incomodidades y placeres, musculares,cutneos y gstricos, y que ha sido cultivado con gran

    meditacin. Requiere alguna habilidad e inters en la geo-grafa fsica y en la comprensin de otras maneras de vi-vir, y del modo en que se formaron. Es necesaria una aso-ciacin realmente estrecha con otras culturas, que tomatiempo y tarda en ser adquirida.. Para m, se trata de unestudio en geografa histrica. Tal curso podra, en efecto,abrir nuevas perspectivas al joven estudiante, y dejar unhuella duradera en su educacin. Un curso as, sin embar-go, crece lentamente y no se constru