Nm 4 Ciudad Contemporanea Unidad II La Ciudad en La Historia 2 La Ciudadania Segun Aristoteles

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EDUCACIN MEDIA PROFESOR JAVIER BURDILES CONTRERAS GU˝A CIUDAD CONTEMPOR`NEA 4to AO MEDIO PLAN DIFERENCIADO HUMANISTA UNIDAD: 2 La ciudad en la historia TEMA: Introduccin, surgimiento y configuracin rol urbano INSTRUCCIONES: Lee y participa en debate IDEAS DE ARISTTELES SOBRE LA CIUDAD Y LA CIUDADAN˝A (Extradas de La Poltica) una ciudad es un cierto nœmero de ciudadanos (...) llamamos ciudadano de una ciudad al que tiene la facultad de intervenir en las funciones deliberativa y judicial de la misma. Parece, en fin, como si la voluntad tuviera que ser limitada y civilizada en un contexto poltico para que este mismo contexto se pueda mantener. Toda la discusin sobre la amistad3, presupuesto del vivir conjuntamente que mantiene unida a la ciudad, es una extensin de estos principios de cohesin del estado (EN, VII, 1.159b). En las relaciones entre ciudadanos se iran forjando costumbres y hÆbitos que ayudaran a conservar la ley y el orden. La corrupcin del estado, por el contrario, podra conllevar conflictos (stasis) o apropiaciones despticas de los organismos pœblicos, como en el caso de las tiranas. Una larga lista de tratadistas han interpretado a Aristteles en la lnea de un pensamiento que pone en marcha la educacin del deseo y la voluntad, ilimitados por naturaleza, y que establecera, este pensamiento, el criterio de la medida y la moderacin de los impulsos. El resultado de tal operacin equivaldra a la conservacin de uno mismo, la virtud y el logro del bien de la ciudad-estado (Heller, p. 338)4. La participacin en la ciudad mantiene, al fin y al cabo, el principio de las acciones de los ciudadanos en ellos mismos; por eso son apoderados (ekousia). Lo contrario es, pues, el despotismo. Se trata de la clÆsica oposicin entre libre o servil: el esclavo es visto como un objeto muerto, como un animal, como un ser al que se le puede sustraer su voluntad sin problemas convirtiØndolo as en mero instrumento exterior que pasa a engrosar el haber y la riqueza del propietario (Poltica, 1.256 b 38). Y en el caso del hombre-ciudadano, significativamente, se trata del poder de ser o no ser, de moverse o no moverse, y este poder corresponde, desde la perspectiva del republicanismo aristotØlico, al conjunto del cuerpo cvico y a cada uno de los ciudadanos. La autoridad es potencia justamente en este sentido y en cambio, el despotismo, como eliminacin de la ley, es potencia de oprimir o no oprimir. El poder ya no estarÆ en manos de la ciudadana si se rompe la repœblica. En la teora aristotØlica, la inmunidad del ciudadano depende de la consolidacin de una centralidad poltica que permita asegurar una serie de derechos y que, a su vez, abra la posibilidad de una interpretacin de los mismos en funcin de cada caso. Si esta centralidad se elimina, irrumpen los extremos. De repente desaparece el consenso, el orden de las magistraturas, la legitimidad y la cohesin social. Todo serÆ agitacin y revolucin. Es Tucdides el autor antiguo que mÆs bien ha descrito tal proceso, y lo ha hecho refiriendo los sucesos de Corcira (el antiguo pas de los feacios, reino de Alcinoo, en la Odisea) durante la Guerra del Peloponeso. Porque cuando la Atenas democrÆtica se ali con los populares corcireses, Østos se dedicaron a asesinar a aquellos de sus conciudadanos que tenan como enemigos, y aunque las acusaciones iban en contra de los que queran derrocar la democracia, algunos murieron debido a odios particulares y otros, por dinero, a manos de sus deudores. La muerte revisti toda ndole de formas; y como suele acontecer en circunstancias parecidas, se cometieron todos los excesos, y todava mÆs. Porque el padre mataba al hijo, los suplicantes eran arrancados de los templos y muertos en sus umbrales e incluso algunos fueron emparedados en el templo de Dionisio y all murieron. (Guerra del Peloponeso, LXXXI, 4-5). ¿Y quØ es lo que ocurre con los supervivientes de centro? Los ciudadanos moderados eran vctimas de uno y de otro partido, porque no queran cooperar o porque era envidiada su independencia (...). Sacudida la vida de la ciudad en estas circunstancias, la naturaleza humana, que ya por s tiende transgredir las leyes, ahora las someti a sus capricho. (LXXXII, 8 y LXXXIV). ste es el cuadro a evitar, por supuesto. Y es la voluntad ciudadana, moderada y centrada, la que debe triunfar por encima de todo. La propia ley encuentra su correlato material en ella, es decir, lo encuentra en la ciudadana independiente y no sometida a la atraccin de los extremos o, lo que es lo mismo, en la ciudadana crtica y razonable. Pero no es as, ni mucho menos. ¿Es necesario recordar que el ciudadano de la polis griega deba gozar de ocio (scholŒ) y no mezclarse con la masa trabajadora o campesina? ¿De quØ vive, quØ es lo que produce el ciudadano de la polis griega? ¿Existe en el vaco su poder? ¿Contra quØ se levanta la verdadera voluntad ciudadana? ¿De quØ se alimenta? ¿CuÆl es la fuente de su dominio? Aqu se hace necesario tomar distancia y verlo con mÆs perspectiva. La vida de la repœblica democrÆtica depende de otra dominacin; dominacin que se ejerce sin piedad y con todos los medios al alcance; dominacin que tiene por objeto el trabajo no libre, la esclavitud, los extranjeros, las mujeres y todos los excluidos del estado; y dominacin, por ultimo, que se hizo sentir por la gran mayora como un hecho natural, ineludible, trÆgico, como el viento y las mareas. Oriol FarrØs Juste Departamento de Filosofa Universidad Autnoma de Barcelona

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  • EDUCACIN MEDIA PROFESOR JAVIER BURDILES CONTRERAS

    GUA CIUDAD CONTEMPORNEA 4to AO MEDIO PLAN DIFERENCIADO HUMANISTA

    UNIDAD: 2 La ciudad en la historia TEMA: Introduccin, surgimiento y configuracin rol urbano INSTRUCCIONES: Lee y participa en debate

    IDEAS DE ARISTTELES SOBRE LA CIUDAD Y LA CIUDADANA (Extradas de La Poltica)

    una ciudad es un cierto nmero de ciudadanos (...) llamamos ciudadano de una ciudad al que tiene la facultad de intervenir en las funciones deliberativa y judicial de la misma. Parece, en fin, como si la voluntad tuviera que ser limitada y civilizada en un contexto poltico para que este mismo contexto se pueda mantener. Toda la discusin sobre la amistad3, presupuesto del vivir conjuntamente que mantiene unida a la ciudad, es una extensin de estos principios de cohesin del estado (EN, VII, 1.159b). En las relaciones entre ciudadanos se iran forjando costumbres y hbitos que ayudaran a conservar la ley y el orden. La corrupcin del estado, por el contrario, podra conllevar conflictos (stasis) o apropiaciones despticas de los organismos pblicos, como en el caso de las tiranas. Una larga lista de tratadistas han interpretado a Aristteles en la lnea de un pensamiento que pone en marcha la educacin del deseo y la voluntad, ilimitados por naturaleza, y que establecera, este pensamiento, el criterio de la medida y la moderacin de los impulsos. El resultado de tal operacin equivaldra a la conservacin de uno mismo, la virtud y el logro del bien de la ciudad-estado (Heller, p. 338)4. La participacin en la ciudad mantiene, al fin y al cabo, el principio de las acciones de los ciudadanos en ellos mismos; por eso son apoderados (ekousia). Lo contrario es, pues, el despotismo. Se trata de la clsica oposicin entre libre o servil: el esclavo es visto como un objeto muerto, como un animal, como un ser al que se le puede sustraer su voluntad sin problemas convirtindolo as en mero instrumento exterior que pasa a engrosar el haber y la riqueza del propietario (Poltica, 1.256 b 38). Y en el caso del hombre-ciudadano, significativamente, se trata del poder de ser o no ser, de moverse o no moverse, y este poder corresponde, desde la perspectiva del republicanismo aristotlico, al conjunto del cuerpo cvico y a cada uno de los ciudadanos. La autoridad es potencia justamente en este sentido y en cambio, el despotismo, como eliminacin de la ley, es potencia de oprimir o no oprimir. El poder ya no estar en manos de la ciudadana si se rompe la repblica. En la teora aristotlica, la inmunidad del ciudadano depende de la consolidacin de una centralidad poltica que permita asegurar una serie de derechos y que, a su vez, abra la posibilidad de una interpretacin de los mismos en funcin de cada caso. Si esta centralidad se elimina, irrumpen los extremos. De repente desaparece el consenso, el orden de las magistraturas, la legitimidad y la cohesin social. Todo ser agitacin y revolucin. Es Tucdides el autor antiguo que ms bien ha descrito tal proceso, y lo ha hecho refiriendo los sucesos de Corcira (el antiguo pas de los feacios, reino de Alcinoo, en la Odisea) durante la Guerra del Peloponeso. Porque cuando la Atenas democrtica se ali con los populares corcireses, stos se dedicaron a asesinar a aquellos de sus conciudadanos que tenan como enemigos, y aunque las acusaciones iban en contra de los que queran derrocar la democracia, algunos murieron debido a odios particulares y otros, por dinero, a manos de sus deudores. La muerte revisti toda ndole de formas; y como suele acontecer en circunstancias parecidas, se cometieron todos los excesos, y todava ms. Porque el padre mataba al hijo, los suplicantes eran arrancados de los templos y muertos en sus umbrales e incluso algunos fueron emparedados en el templo de Dionisio y all murieron. (Guerra del Peloponeso, LXXXI, 4-5). Y qu es lo que ocurre con los supervivientes de centro? Los ciudadanos moderados eran vctimas de uno y de otro partido, porque no queran cooperar o porque era envidiada su independencia (...). Sacudida la vida de la ciudad en estas circunstancias, la naturaleza humana, que ya por s tiende transgredir las leyes, ahora las someti a sus capricho. (LXXXII, 8 y LXXXIV). ste es el cuadro a evitar, por supuesto. Y es la voluntad ciudadana, moderada y centrada, la que debe triunfar por encima de todo. La propia ley encuentra su correlato material en ella, es decir, lo encuentra en la ciudadana independiente y no sometida a la atraccin de los extremos o, lo que es lo mismo, en la ciudadana crtica y razonable. Pero no es as, ni mucho menos. Es necesario recordar que el ciudadano de la polis griega deba gozar de ocio (schol) y no mezclarse con la masa trabajadora o campesina? De qu vive, qu es lo que produce el ciudadano de la polis griega? Existe en el vaco su poder? Contra qu se levanta la verdadera voluntad ciudadana? De qu se alimenta? Cul es la fuente de su dominio? Aqu se hace necesario tomar distancia y verlo con ms perspectiva. La vida de la repblica democrtica depende de otra dominacin; dominacin que se ejerce sin piedad y con todos los medios al alcance; dominacin que tiene por objeto el trabajo no libre, la esclavitud, los extranjeros, las mujeres y todos los excluidos del estado; y dominacin, por ultimo, que se hizo sentir por la gran mayora como un hecho natural, ineludible, trgico, como el viento y las mareas. Oriol Farrs Juste

    Departamento de Filosofa

    Universidad Autnoma de Barcelona

  • EDUCACIN MEDIA PROFESOR JAVIER BURDILES CONTRERAS

    GUA CIUDAD CONTEMPORNEA 4to AO MEDIO PLAN DIFERENCIADO HUMANISTA UNIDAD: 2 La ciudad en la historia TEMA: Introduccin, surgimiento y configuracin rol urbano