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NIVEL 2 ADIESTRAMIENTO PARA ASESOR SENIOR
MODULO 2
ADAPTACION DE LENTES PROGRESIVOS
OBJETIVO DE LA ADAPTACIÓN
ASPECTOS PSICOLÓGICOS
ASPECTOS FISIOLÓGICOS
HÁBITOS VISUALES
ASESORAMIENTO E INFORMACIÓN
PRIMERA ADAPTACIÓN
SIGUIENTES CAMBIOS DE PROGRESIVO
PACIENTES PROVENIENTES DE BIFOCALES
ELECCIÓN Y AJUSTE DE LA MONTURA
ENTREGA Y AJUSTE FINAL COMPROBACIÓN DEL MONTAJE - ASEGURAMIENTO DEL CENTRAJE
- AJUSTE DEL ÁNGULO PANTOSCÓPICO
SEGUIMIENTO
CONCLUSIÓN
OBJETIVO DE LA ADAPTACIÓN
La persona que usa lentes espera de ellos la corrección óptima de
su defecto visual.
Los lentes deben proporcionarle una calidad óptima de visión.
Como en los bifocales, el uso de los lentes progresivos requiere un
período de adaptación.
Es conveniente, pues, seguir un método que nos asegure el éxito
de la adaptación.
Dicho método abarca:
• El diagnóstico.
• El asesoramiento e información.
• La elección y ajuste de la montura.
• La toma de medidas.
• La entrega y ajuste final.
• El seguimiento.
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ASPECTOS PSICOLÓGICOS
En la adaptación, una buena predisposición psicológica es
fundamental. Por ello conviene tener en cuenta si el futuro usuario
es:
• Persona adaptable o rígida. Esto no depende de la edad, sino
del carácter del individuo.
• Persona nerviosa. Puede no tener la paciencia necesaria para un
proceso de adaptación.
• Interés personal. La motivación es fundamental en todo proceso
de este tipo.
• Predispuesto al cambio. Adaptación supone cambio y, por tanto,
flexibilidad.
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ASPECTOS FISIOLÓGICOS
• Dificultades de movilidad cervical. Las personas con problemas
cervicales pueden acusar más dificultades, ya que el progresivo
requiere mayor movimiento de cabeza.
• Hipertropía y estrabismo. En estos casos el correcto centraje
puede ser muy difícil.
• Nistagmos. Los movimientos del ojo pueden dificultar la
adaptación en estos pacientes.
• Problemas de convergencia. Hay que estudiar detenidamente
cada caso, ya que los lentes progresivos se diseñan pensando que
el usuario tiene una relación normal de acomodación –
convergencia.
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HÁBITOS VISUALES • Profesión / Hobby. En caso de que se necesiten campos de
visión intermedia o cercana muy amplios, se puede presentar
alguna dificultad extra.
• Corrección visual previa. Las personas provenientes de
bifocales han de olvidar los hábitos adquiridos y sustituirlos por
otros nuevos. Las personas que utilizaban progresivos con otra
filosofía de diseño, pueden tener que modificar ligeramente sus
hábitos.
• La prescripción. Los miopes (hasta aproximadamente -3.00D.)
que están acostumbrados a quitarse los lentes para ver de cerca
obtienen un campo visual de esta manera que ningún progresivo
puede proporcionar.
Muchas de estas personas sólo utilizan los lentes en situaciones
concretas (cine, televisión, etc.) Todo esto hace que cuando se les
corrige la presbicia empiecen con una adición alta, lo que hace más
difícil la adaptación.
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ASESORAMIENTO E INFORMACIÓN La visión a través de un lente progresivo es un proceso que
involucra el conjunto ojo cerebro.
Es, por tanto, una función cerebral y como tal está influida por la
psicología del individuo.
Es un hecho que una información puntual, completa y fidedigna de
lo que el cliente puede experimentar en el curso de su adaptación,
constituye un factor importante en el éxito de la misma:
• Una persona que espere ver desde el primer momento como
cuando no llevaba progresivos se puede sentir decepcionada y por
ende más proclive al rechazo.
• Por contra, una persona que, con voluntad de llevar progresivos,
esté informada de las posibles inconveniencias iniciales, las
encontrará naturales y tal vez ni repare en ellas.
Por ello conviene informar y asesorar al cliente en cuanto a las
sensaciones e inconvenientes potenciales que puede experimentar
temporalmente durante la adaptación. Y ello, tanto antes de que se
decida por ellos, como cuando se le haga entrega de los lentes.
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PRIMERA ADAPTACIÓN Las experiencias que se tienen cuando una persona se adapta por
primera vez a un progresivo son esencialmente diferentes a las que
se experimentan con un bifocal:
• En el bifocal hay que aprender a superar el salto de imagen, lo que
supone una discontinuidad en el efecto prismático vertical, mientras
que horizontalmente no hay diferencias aparentes con la anterior
corrección.
• El nuevo usuario de progresivos no experimenta diferencias
notables en sentido vertical, ya que no hay saltos de imagen, sino
fundamentalmente en el horizontal, que es donde se encuentran las
aberraciones marginales.
En concreto, las experiencias que puede llegar a tener y de las que
debemos informarle son:
• Tendrá que aprender a "apuntar". Dado que cada punto del
corredor intermedio tiene una potencia diferente, adecuada para
mirar a una distancia concreta, habrá de construir
(inconscientemente) un mapa de la localización de los puntos por
donde hay que mirar a una distancia determinada. Llegado un
momento, esto será tan natural y automático como andar o respirar.
• Puesto que el corredor intermedio está diseñado para coincidir con
la postura natural de los ojos para cada distancia, aprender a
apuntar no supone ninguna dificultad. Lo único que hay que hacer
es acostumbrarse a mirar de frente a las cosas cuando utilicemos
esta zona.
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• Los usuarios acostumbrados a mover los ojos, pero no la cabeza,
para localizar objetos desplazados lateralmente, notarán que han de
hacer un esfuerzo de aprendizaje para combinar los movimientos de
ojos y cabeza, sobre todo mirando a distancias intermedias. Este es
el caso de muchos miopes.
• Los usuarios acostumbrados a mover más la cabeza que los ojos
notarán mucho menos este efecto.
• Los campos de visión pueden parecer menos anchos,
particularmente en visión intermedia. Esta sensación desaparece
con el aprendizaje de las posturas de cabeza y ojo adecuado, que
se terminan adoptando instintivamente.
• En visión periférica pueden aparecer sensaciones de movimiento
(ondulaciones) que remiten con el tiempo. Ellas son debidas a las
inevitables zonas marginales de aberraciones y son más
importantes en los tipos de progresivos en los que no se ha
distribuido la potencia con suavidad.
• Es conveniente informar al usuario que un plazo de adaptación de
una semana (para un usuario joven, con buena predisposición y sin
particularidades fisiológicas) puede ser perfectamente normal. En
general este plazo puede ser menor, pero no conviene crear
expectativas que, si por alguna causa no se cumplen, puedan
generar una decepción posterior.
• Si el usuario tiene ya una cierta edad y/o el diagnóstico revela
particularidades fisiológicas o psicológicas adversas, es
recomendable que le notifiquemos un plazo de adaptación estimado
superior. Podemos extender este plazo hasta treinta días en función
de las características del cliente.
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SIGUIENTES CAMBIOS DE PROGRESIVO A pesar de que el usuario previo de lentes progresivos ya hizo su
adaptación conviene recordarle que con los nuevos lentes puede
tener otro breve período de adaptación.
• Habitualmente se tratará de un caso en el que la adición habrá
aumentado sensiblemente, por lo que los efectos debidos a las
zonas periféricas serán mayores.
• Los campos de visión se restringen también en función de la
adición.
• Si se cambia de modelo de progresivo, puede ocurrir que un
usuario sensible note la diferencia en la distribución de potencias.
Si no se le notifican estos posibles efectos y el usuario los nota,
muy probablemente se sentirá defraudado y reclamará. Si,
habiendo sido informado, no los percibe se sentirá más satisfecho.
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PACIENTES PROVENIENTES DE BIFOCALES La ventaja principal que puede disfrutar este tipo de clientes es la
facilidad para enfocar a cualquier distancia y la eliminación del
molesto salto de imagen.
Por el contrario, pueden experimentar cierta reducción del campo
visual en visión de cerca que se les habría de notificar.
En este caso, es aún más importante explicar adecuadamente los
efectos visuales del período de adaptación.
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ELECCIÓN Y AJUSTE DE LA MONTURA
A la hora de aconsejar a una persona en la elección de una montura
hemos de tener en cuenta que:
• Las monturas metálicas tienen más ventajas para la prescripción
de lentes progresivos desde el punto de vista del optometrista. Las
plaquetas ajustables permiten la corrección posterior de defectos y
errores, sean de montaje o de determinación de centros.
• Las monturas de acetato o pasta pueden constituir una elección
muy adecuada, pero no nos permitirán una corrección posterior.
• Tanto para lentes de pasta como para metálicos, es importante
respetar los rasgos faciales del usuario y aconsejar una montura
que permita un correcto apoyo nasal.
• La montura ideal debería permitirnos ajustar fácilmente el ángulo
pantoscópico.
Según la estructura facial y la geometría de la montura, puede
ocurrir que una montura con un ángulo pantoscópico correcto de
fabricación, sea insuficiente para una persona concreta. Este sería
el caso de una persona cuyas alturas relativas de los puntos de
apoyo en nariz y orejas hagan variar dicho ángulo. Por ello, no es
aconsejable recomendar aquellas monturas cuyas varillas sean
excesivamente anchas o rígidas.
• Pensemos que un ajuste preciso de dicho ángulo puede aumentar
la comodidad y campo de visión de cerca de nuestro cliente.
• Otro aspecto fundamental de la elección de la montura, es que la
distancia entre la cruz de centraje y el borde inferior del aro sea
suficiente, no inferior al recomendado para cada diseño. Ello evitará
que, al montar el lente, hagamos desaparecer una buena parte de
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la zona de cerca con las consiguientes molestias al usuario, sobre
todo en visión próxima.
El centraje de los lentes progresivos es fundamental para conseguir
el éxito de la adaptación.
Centrar bien los lentes progresivos consiste en asegurar que la cruz
de centraje se encuentre enfrente de la pupila, con el paciente
mirando en visión lejana, en su posición natural. Para conseguirlo
podemos utilizar métodos manuales o bien ayudarnos de
herramientas especialmente diseñados para ello, como el
pupilometro y la regla milimétrica
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ENTREGA Y AJUSTE FINAL COMPROBACIÓN DEL MONTAJE Comprobaremos que las lentes han sido montadas respetando las
distancias nasopupilares, las alturas y que no presenten giros.
ASEGURAMIENTO DEL CENTRAJE
Es conveniente marcar las cruces de centraje con un punto, para
volver a ajustar la montura, en previsión de posibles desajustes en
el montaje.
Comprobaremos que las cruces de centraje sean coincidentes con
las pupilas del paciente en visión lejana en la posición natural del
paciente. Para ello procederemos como si fuéramos a realizar de
nuevo la toma de centros
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AJUSTE DEL ÁNGULO PANTOSCÓPICO
El ángulo pantoscópico nos
permite mantener la distancia
de vértice correcta tanto mirando
de lejos como mirando de cerca.
SEGUIMIENTO
Es interesante que al cabo de 5 a 10 días de la entrega tengamos
un contacto (telefónico por ejemplo) para asegurarnos que se ha
adaptado perfectamente.
En caso contrario le sugeriremos que retorne a la optica donde, con
una pequeña explicación y/o ajuste de la montura, subsanaremos
dicha circunstancia.
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CONCLUSIÓN Siempre que exista la posibilidad de prescribir un progresivo
conviene informar debidamente de la fase de adaptación, tanto
antes de que el cliente tome la decisión como en la entrega de sus
nuevos lentes.
Ello eliminará malentendidos y dudas, permitiendo al usuario
adaptarse sin inquietudes y rápidamente.
El factor psicológico es fundamental. Una persona favorablemente
predispuesta y bien informada será con toda seguridad un cliente
satisfecho si se le colocan unos progresivos bien montados y será
más tolerante en caso de que haya algún error de montaje. En
cualquier caso, es la experiencia de la persona que lo atienda y el
conocimiento que tenga de su cliente lo que aconsejará dar la
explicación de estos efectos de la forma más idónea para su
comprensión y asimilación, teniendo en cuenta el nivel cultural y la
formación del mismo.
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