Nietzsche y la apreciación estética de la vida: la voluntad de poder como arte

11
1 NIETZSCHE Y LA APRECIACIÓN ESTÉTICA DE LA VIDA: LA VOLUNTAD DE PODER COMO ARTE. Pablo Andrés Villegas Giraldo (2013) “El arte y nada más que el arte. ¡Es el que hace posible la vida, el gran seductor de la vida, el gran estimu- lante de la vida!” 1 F. Nietzsche Nietzsche tiene una apreciación estética de la vida y esta se ve claramente en su obra. Es un mirar la vida bajo el lente del arte, se deja ver la vida misma en su ir y venir como autocreadora y autodestructora, es decir como si la vida fuera artista de sí misma. Por eso al hablar de voluntad de poder como arte, el filólogo alemán, nos está dando una explicación cosmológica-estética de la existencia, como veremos. Este trabajo trata de seguir la lectura que hace Agustín Izquierdo de la obra de Nietzsche, en el prefacio de su libro Estética y teoría de las artes, lo cual no es muy diferente a lo dicho anteriormente: “Hablar de la estética de Nietzsche es hablar directamente del mundo o “realidad”, pues la actividad de lo existente es descrita por el filósofo como una actividad estética” 2 . Para ello, parte de un análisis de la frase “la voluntad de poder como arte” (I); acto seguido, hace una comparación entre Friedrich Nietzsche y el fotógrafo checo Miroslav Tichý tratando de hacer un paralelo entre sus maneras de ver el mundo (II); luego, siguiendo de nuevo a Agustín Izquierdo describe en qué consiste la idea de que el autor se confunda con su obra (III); finalmente, habla del acto creador Dionisos (IV) terminando con una corta interpretación del asunto de el gran estilo en Nietzsche. A modo de exordio 1 Nietzsche, Frederich. La Voluntad de Poder. Madrid: Alianza Editorial, 1991, §848. 2 Todas las citas de Nietzsche, a menos que se diga lo contrario, fueron tomadas de Izquierdo Sánchez, Agustín. Friedrch Nietzsche. Estética y teoría de las artes. Madrid: Tecnos/Alianza, 2004, p. 9. 285 286 de la vida, que se da por el despliegue de una fuerza establecida a partir de la figura de

description

Nietzsche tiene una apreciación estética de la vida y esta se ve claramente en su obra. Es un mirar la vida bajo el lente del arte, se deja ver la vida misma en su ir y venir como autocreadora y autodestructora, es decir como si la vida fuera artista de símisma. Por eso al hablar de voluntad de poder como arte, el filólogo alemán, nos está dando una explicación cosmológica-estética de la existencia, como veremos...Texto leído en el VI Encuentro Internacional Emil Cioran en el año 2013 y publicado en:Herrera A., M. L. (Compiladora), "En torno a Cioran. Nuevos Ensayos y Perspectivas", Colombia, Editorial Universidad Tecnológica de Pereira, 2014.Nota: La paginación original de la publicación está marcada al margen izquierdo.

Transcript of Nietzsche y la apreciación estética de la vida: la voluntad de poder como arte

  • 1NNIIEETTZZSSCCHHEE YY LLAA AAPPRREECCIIAACCIINN EESSTTTTIICCAA DDEELLAA VVIIDDAA:: LLAA VVOOLLUUNNTTAADD DDEE PPOODDEERR CCOOMMOO AARRTTEE..

    Pablo Andrs Villegas Giraldo (2013)

    El arte y nada ms que el arte. Esel que hace posible la vida, el gran

    seductor de la vida, el gran estimu-lante de la vida!1

    F. Nietzsche

    Nietzsche tiene una apreciacin esttica de la vida y esta se ve claramente en suobra. Es un mirar la vida bajo el lente del arte, se deja ver la vida misma en su ir yvenir como autocreadora y autodestructora, es decir como si la vida fuera artista de smisma. Por eso al hablar de voluntad de poder como arte, el fillogo alemn, nos estdando una explicacin cosmolgica-esttica de la existencia, como veremos. Estetrabajo trata de seguir la lectura que hace Agustn Izquierdo de la obra de Nietzsche, enel prefacio de su libro Esttica y teora de las artes, lo cual no es muy diferente a lodicho anteriormente: Hablar de la esttica de Nietzsche es hablar directamente delmundo o realidad, pues la actividad de lo existente es descrita por el filsofo comouna actividad esttica2. Para ello, parte de un anlisis de la frase la voluntad de podercomo arte (I); acto seguido, hace una comparacin entre Friedrich Nietzsche y elfotgrafo checo Miroslav Tich tratando de hacer un paralelo entre sus maneras de verel mundo (II); luego, siguiendo de nuevo a Agustn Izquierdo describe en qu consistela idea de que el autor se confunda con su obra (III); finalmente, habla del acto creador

    Dionisos (IV) terminando con una corta interpretacin del asunto de el gran estilo enNietzsche.A modo de exordio

    1 Nietzsche, Frederich. La Voluntad de Poder. Madrid: Alianza Editorial, 1991, 848.2 Todas las citas de Nietzsche, a menos que se diga lo contrario, fueron tomadas de Izquierdo Snchez,Agustn. Friedrch Nietzsche. Esttica y teora de las artes. Madrid: Tecnos/Alianza, 2004, p. 9.

    285

    286

    de la vida, que se da por el despliegue de una fuerza establecida a partir de la figura de

    monitadelvalleSubrayar

    monitadelvalleSubrayar

  • 2Al tratar de interpretar la voluntad de poder como arte (Wille zur Macht alsKunst), es menester comprender lo que est contenido en dicha expresin, para lo cualse analizar por separado las palabras arte (kunst), voluntad (wille) y poder (macht). Loprimero que hay que decir es que la condicin del arte en Nietzsche responde a lamisma condicin del hombre: fracturada, inquieta, diversa, subversiva, insolente; enfin como dira Michel de Montaigne Preciso es reconocer que el hombre es cosapasmosamente vana, variable y ondeante, y que es bien difcil fundamentar sobre ljuicio constante y uniforme3. As mismo, parafraseando la sentencia del filsofofrancs, ante la vida que se nos manifiesta como artista, es decir, como creadora ydestructora de s misma, diramos: preciso es reconocer que el arte es cosapasmosamente vana, variable y ondeante, y que es bien difcil fundamentar sobre ljuicio constante y uniforme. Esto es, en la medida que el arte se corresponde con esecarcter humano de la fascinacin por lo efmero en el que se dan de manerasimultnea el presente y el pasado, el presente como ese fluir que se nos esfuma comoagua entre los dedos, el pasado como esa posibilidad de prolongarnos en el tiempo, deconservar y retener lo fugitivo, y es el mismo arte, en cuanto esfuerzo creativo, el quenos permite permanecer, el que perpeta los instantes a travs de su lenguaje: el arteresponde a la misma condicin del hombre; as mismo, en esa medida, la vida seentiende como arte, como ficcin, como mentira, como apariencia, y esto es asporque la naturaleza no se opone al artificio; al contrario, la accin de la naturaleza esde carcter artstico, con todo lo que conlleva esta afirmacin4.

    Por otro lado, la voluntad (wille) en Nietzsche es la verdadera esencia de larealidad. La realidad no es ms que la expresin de la voluntad: ser es querer (...ser).La realidad no es algo esttico, permanente, inmutable; ni la consecuencia de algoesttico, permanente, inmutable. Siendo el fruto de la voluntad ha de ser multiforme ycambiante, como aquella. La realidad es devenir, cambio, y no est sometida a otradeterminacin que a la de su propio querer. Y el querer de la voluntad, al igual que elde todo lo real, es un querer libre, que rechaza toda determinacin ajena a su propio3 Montaigne, Michel de Ensayos. Libro II. Edicin digital basada en la de Pars, Casa Editorial GarnierHermanos, [s.a.]. En: www.escribd.com4 Izquierdo Snchez, Agustn. Loc. Cit.

    287

    monitadelvalleSubrayar

  • 3devenir. La voluntad, el querer, no se somete a lo querido, sino que se sobrepone atodos sus posibles objetos. No quiere "esto" o "lo otro", sino slo su propio querer. Setrata de una voluntad libre y absoluta a la que Nietzsche denomina voluntad depotencia: es una voluntad vital, expansiva, dominante... una voluntad que se engendraa s misma y que quiere su propio querer.

    Finalmente, es necesario matizar el concepto poder (macht), ya que ste al sertraducido al espaol pierde gran parte de su carga semntica: digo esto a razn de quela palabra alemana macht se desprende de hacer (machen) lo que le da un sentido msde potencia, de posibilidad como capacidad de, es decir como un poder hacer; enespaol la palabra poder se puede entender como fuerza, dominio, estatus, a la vez quefacultad, vigor, capacidad; mientras que potencia es entendida como la capacidad paracrear algo o para llegar a ser algo, capacidad de realizarse5; en este orden de ideas esms afortunado decir: voluntad de potencia. Afirma Martin Heidegger a este respecto:sabemos que la voluntad de poder es esencialmente un crear y un destruir. Decir queel suceso fundamental de lo que es arte es decir que es voluntad de potencia6.El mundo a travs de un lente difuso

    Despus de hechas las anteriores aclaraciones se sigue primero la necesidad, yms que sta: la urgencia, de ver el mundo como arte, como una ficcin acomodada deesta existencia sufriente y desmesurada. El ser humano sometido por la rutina diaria dela existencia slo logra escapar a esa realidad en el arte, que por ser una creacinresponde a esa misma condicin fisurada y discontinua, el mundo no es ms queapariencia, una ilusin pensaba Miroslav Tich7 y por eso intentaba contener todoaquello que se pareciera al mundo a travs de su lente. Este kynico fotgrafo-artesanoy pintor del siglo XXI, con su particular modo de vida muy parecido al Digenesgriego, nos puede con su forma de vivir, indicar cul es la urgencia de ver el mundocon pasin esttica, de ver el mundo como creador de s mismo; pero solo nos laindica: vemos como a travs de un lente borroso, como mirando las imgenes que5 Diccionario de la lengua espaola. Espasa Calpe, 2005, s.p.e.6 Izquierdo Snchez, p. Cit. P. 13.7 Todas las citas del fotgrafo checo tomadas de la Entrevista Tarzn jubilado publicada En:http://www.tichyocean.com (16/06/2012-15:00)

    288

    monitadelvalleSubrayar

  • 4resultan de las artesanales cmaras del artista. As es el arte y as mismo es la vida:confuso, irregular, disperso, inquieto, fracturado, diverso y en continuo movimiento,como las imgenes que nos quedaron del genio checo. Massimo Cacciari nos dice,interpretando los Fragmentos pstumos de 1887-1888, lo que est en juego en el artees una dimensin general del ser, una facultad falsificadora. El arte es la facultad queniega la verdad; mejor an, el arte es una expresin de dicha facultad universal8. Estearte, este engao, esta no verdad que Miroslav Tich fotografi, le sirve de indicio alespectador sobre su transitoriedad; pero slo cuando ste se deja fascinar, cuando sedeja atraer por su lenguaje; cuando se interna en ese mundo claroscuro de imgenes aveces incomprensibles pero siempre bellas; cuando comprende que todas esasimgenes tienen una historia, todas tienen su propia fuerza interna, fuerza creadora ydestructora al mismo tiempo; esa falsacin esttica lo hace entender que lasimperfecciones hacen parte de la vida del hombre9 y de la vida del arte, porque ellasson fundamentales para comprender la realidad.

    Nietzsche comparta esta idea de realidad. Su vida y su obra eran un collage defragmentos que se entretejan en un descolorido vagar. l no tena intenciones de llenarde formas, colores y figuras su mundo a blanco y negro; ms bien quera retratarlo talcual es y a travs de un lente difuso. Por eso este trabajo trae a colacin al fotgrafocheco Miroslav Tich, porque cuando Nietzsche retrataba el mundo con su poesa, consu filosofa, Tich lo haca a travs de su cmara y lo ms nos cautiva es que ambosnos dejaron una imagen borrosa de un mundo que se mueve entre la pasin de laembriaguez y la somnolencia de la sobriedad. Esta imagen que nos han legado, esborrosa por s misma, no a causa de la impericia de los artistas, sino porque el mundoes difuso.

    Adrede el fotgrafo manufactur sus cmaras fotogrficas, para retratar elmundo tal cual es, sin aditivos, indeterminado y proteico: Alexander Nehemas dicecon respecto a la apreciacin de la realidad que tiene el filsofo alemn: [Nietzsche]piensa () que la naturaleza ltima del mundo es no tener estructura ordenada: en s8 Cacciari, Massimo. El dios que baila. Buenos Aires: Paids, 2000, p. 105.9 Tich, p. Cit.

    289

    monitadelvalleSubrayar

  • 5mismo el mundo es un caos, sin leyes, ni razn, ni propsitos10; mientras tanto Tichnos dice que el mundo no es ms que apariencia, es pura ilusin; que nada hay en elmundo que deba tomarse en serio, ni siquiera el conocimiento; porque el conocimientoencubre la realidad en medio de divagaciones, antes de transparentar distorsiona paraque no sea tan doloroso verse a los ojos en el espejo de la vida, en el espejo de estemundo catico que deviene; lo ms grave es que el conocimiento se tome comoverdadero. En cambio, el trabajo artstico (afirma Cacciari) no tiene nada que ver conlas "divagaciones" de la imaginacin (a decir verdad, consistira ms bien en "domarsu propia fuerza imaginativa"), sino que debe ser interrogado en una perspectiva capazde cuestionar la estructura entera, o el fundamento mismo de la Ratio europeo-occidental11, esta capacidad de poner en duda el conocimiento, es la que permite queel arte en cuanto no-verdad est en constante movimiento, devenga. Con este objeto, alpreguntarle a Tich sobre qu lo inspiraba y cmo planeaba sus fotografas, hablsimplemente de un devenir sin fines ni planes, de un mundo que gira incansablemente,nunca hice nada, dice, slo pasar el tiempo. Yo no determinaba nada. Era un tiempode ir de un lado para otro en la ciudad, eso determinaba lo que iba a fotografiar. Todoest determinado por el girar del mundo. No se puede vivir ms tiempo que el nmerode veces que el mundo da vueltas12, el mundo no es ms que devenir.

    Sin embargo, desde Platn hemos tenido una visin diferente del mundo, unavisin amaada de un mundo estable que es imagen de otro que constituye esenciasprototpicas, un mundo que aparece bello, ordenado, csmico; pero que difiere en granmedida del mundo real fragmentado y extrao, catico13. La verdad, concepto quedesde Platn hemos entendido como un ente indubitable, surge ahora en la filosofa deNietzsche como apariencia, como un constructo que se invent el hombre, loverdadero (nos dir Martin Heidegger), o sea lo estable y lo hecho fijo, es siempre, encuanto consolidacin de determinada perspectiva slo una apariencia que se ha10 Izquierdo Snchez, p. Cit. P. 10.11 Cacciari, p. Cit. P. 107. El subrayado es del autor.12 Tich, p. Cit.13 Agustn Izquierdo nos aclara este aspecto: este modo nietzscheano de concebir la creacin tiene,entonces, su posibilidad en el pensamiento, iniciado por Schopenhauer, que subordina las funciones delintelecto a las de la voluntad y declara la primaca de la voluntad sobre el intelecto. p. Cit. P. 12.

    290

    monitadelvalleSubrayar

  • 6impuesto, es decir, un error14, la verdad es una mentira necesaria. El profesor AgustnIzquierdo, en este orden de ideas, nos dice que frente a la opinin de que la vida esalgo real, el ser o la verdad, Nietzsche sostiene que todo lo que vive vive en laapariencia, en la ilusin, en la mentira, en el engao, y es el arte el que produceapariencias, mentiras, ilusiones, que son la condicin de la vida, su posibilidad15(Izquierdo, 2004, pg. 15), y reza la sentencia del pensador alemn: tenemos el artepara no perecer en la verdad16; slo esta visin del mundo y del arte puede cuestionare incluso contradecir lo que llama Cacciri la Ratio europeo-occidental, la herenciaplatnica.

    Nietzsche, al igual que Miroslav Tich, preferir ver la realidad de frente, an acosta de la angustia que esto provoque; el mismo fotgrafo checo, despus de unacarrera honorfica en la Escuela de Bellas Artes de Praga, decide abandonar suformacin acadmica para salir al mundo real y convertirse en un vagabundo; es decir,para experimentar el mundo de frente con todas sus imperfecciones. Podemos afirmar,entonces, que a travs del lente difuso de la cmara del artista checo y a travs de laescritura fragmentaria del pensador alemn, no nos quede ms que un retrato, un ndice-desde dos perspectivas vecinas- de este mundo catico y decadente.La vida: prctica esttica de s misma

    Al comenzar este ensayo se afirm que la vida era artista de s misma comoautocreadora y autodestructora, esta afirmacin no es gratuita, ya que Nietzsche afirmaen La genealoga de la moral: tal sustrato no existe; no hay ningn ser detrs delhacer, del actuar, del devenir; el agente ha sido ficticiamente aadido al hacer, el haceres todo17, la vida no tiene un agente creador, ella misma es devenir, no hay unsustrato, no existe la sustancia ni la versin ideal-real de la vida; en este proceso decreacin que describe Nietzsche no se puede distinguir entre el autor y su obra; son elmismo. Al principio, no hay forma, pero la misma fuerza creadora deviene forma; no

    14 Heidegger, Martin. La voluntad de potencia como arte. En: Eco. Revista de Occidente, Nietzsche 125aos (Tomo XIX/5-6-7, pgs. 546-583). Bogot: Librera Buchhloz, 1969, p. 570.15 Izquierdo Snchez, p. Cit. P. 15.16 Heidegger, p. Cit. P. 572.17 Izquierdo Snchez, p. Cit. P. 14.

    291

    monitadelvalleSubrayar

  • 7hay un modelo desde el cual se reproduzca la forma, el contenido provee la formamisma. Este juego entre forma y contenido se parece al juego del nio que creamundos imaginarios y vive en ellos, pero luego los destruye para vivir en otros; es eljuego de la vida-artista que se crea y se destruye, un devenir y un perecer, unconstruir y un destruir sin ninguna justificacin moral, en una eterna inocencia18.

    Tratar de comprender el mundo es ya de entrada un ir en contra de la vidamisma, porque el conocimiento, (afirma Agustn Izquierdo) que es un modo devoluntad de poder, no reconoce su objeto como un producto de la capacidad artstica,sino como algo con una existencia independiente, como algo verdadero y no como unamentira19, esta tendencia aquieta el devenir, si el conocimiento niega el arte tambinniega con l la existencia, no estimula la vida, la anula. El conocimiento (contina), alestablecer una realidad y una verdad, va contra la tendencia fundamental de la vida,que es su impulso hacia la apariencia, hacia la superficie20, hacia el no ser. La vida esun devenir inagotable de apariencias, de ficciones, de mentiras; slo es justificablecomo una prctica esttica de s misma, como un constante surgir y desaparecer deinvenciones artsticas. Este juego de crearse y destruirse as misma permanentemente,a cada instante, es el que justifica la vida, puesto que ella no puede justificarse pornada externo; ningn argumento racional puede legitimar la vida, porque no lo tiene, lavida es un fluir irracional, es devenir.

    Martin Heidegger afirma que el arte como voluntad de apariencia es la formasuprema de la voluntad de potencia. Esta en cuanto carcter fundamental del ente, encuanto esencia de la realidad, es aquel ser que se quiere a s mismo, en cuanto quiereser el devenir21; el movimiento, el cambio, la trasgresin, el arte, son afirmaciones dela vida; por el contrario, la quietud, la afirmacin del ser, le quitan el sentido a la vida,dejando el devenir sin ningn valor.La embriaguez y el gran estilo

    18 Ibd.19 Ibd. P. 17.20 Ibd.21 Heidegger, p. Cit. P. 574.

    292

    monitadelvalleSubrayar

  • 8El acto creador de la vida, ese devenir incesante de que este trabajo habla, se dapor el despliegue de una fuerza establecida a partir de la figura de Dionisos. Estafuerza representada en la filosofa nietzscheana por el dios griego tiene su opuesta enla representacin de Apolo: ambas son como el ser y la apariencia, como la voluntad yel fenmeno. Apolo representa el estado fisiolgico del sueo, mientras que Dionisospersonifica el estado fisiolgico de la embriaguez. Estas dos fuerzas (nos dice elprofesor Agustn Izquierdo) son consideradas en primer lugar como fuerzas artsticasde la naturaleza, una que tiende hacia la armona y la otra hacia lo contradictorio22.Sin embargo, Nietzsche pondr como condicin indispensable, como fuerza promotoray creadora, la embriaguez, para que haya arte (afirma en El crepsculo de los dolos),para que de alguna manera haya una actividad y una visin estticas, es indispensableuna condicin fisiolgica: la embriaguez23; la embriaguez es esa fuerza creadora quese extiende a todo el mundo orgnico; gracias a ella la vida se comporta como unartista.

    Esta suerte de representacin, de transfiguracin, se lleva a cabo a travs de loque Nietzsche llama simplificatio, que no es ms que el trabajo de seleccin en el quese destacan unas apariencias y se descartan otras, reforzando los rasgos principales yolvidando los rasgos secundarios24. As pues, el artista puede mirar de frente larealidad pero deliberadamente decide ocultarla para embellecer su obra, en este y encualquier acto creador el artista tiene que despojarse de algo que de alguna manerapasa a formar parte de la cosa creada crear significa expulsar algo fuera de nosotros(afirma Nietzsche), vaciarnos algo, empobrecernos y a continuacin, explicando estafrase el profesor Agustn Izquierdo, nos dice: y lo que comunica ese estado creador alo creado es la belleza y lo sublime que observamos en las cosas, y todas las cosaspresentes, en general, son un producto creado por la fuerza artstica que, en definitiva,es un proceso orgnico, y luego afirma que esa fuerza pone el significado y el sentidode las cosas, su valor; crea el universo25. En ese azar infinito, nos dice Massimo

    22 Izquierdo Snchez, p. Cit. P. 23.23 Ibd. P. 24.24 Loc. Cit.25 Cfr. Ibd. P. 25. Las tres expresiones entre comillas fueron tomadas de la pgina citada.

    293

    monitadelvalleSubrayar

  • 9Cacciari, en el gran S del arte a las formas como vida estn implcitas la actividad yla potencia formadora-organizadora. () La Forma es composicin, nace de la miradade la tragedia sobre el mundo concebido como totalidad de los azares. No es unasimple reflexin de esta totalidad, no est en una combinacin fortuita, sino en unacomposicin de signos26.

    A partir de esta visin trgica nos damos cuenta que la fuerza dionisaca, lafuerza vital, la fuerza esttica por excelencia, la embriaguez, la fuerza del exceso, lavoluntad de potencia como arte, no provoca confusin, pues es una fuerza que convocaa la unidad de lo ilimitado, se transfigura en una tendencia hacia el lmite y lamoderacin, la claridad, la distincin, la nitidez; puesto que, como dice Nietzsche -enuno de los fragmentos de la primavera de 1888-: lo esencial en el arte sigue siendo suconsumacin de la existencia, su produccin de la perfeccin y la plenitud27. En estesentido, el arte trgico es el arte por excelencia, como afirma Massimo Cacciri: Latragedia no nos aleja un solo instante del mundo, como tampoco se limita a reflejarpasivamente su naturaleza contingente. Quiere el mundo, ese eterno ciclo csmico. Acada instante, frente al espectculo del mundo, repite: "quise que fuera as". Lavoluntad de poder alcanza su apogeo en la voluntad de poder como arte, pero comoarte trgico28. Este es el arte del gran estilo, el trgico.

    El gran estilo est definido por la forma de la obra, por la fuerza que hay en laforma, el arte del gran estilo no expresa sentimientos, no enuncia contenidos derepresentaciones antepuestas; ya que en el gran estilo el contenido se confunde con laforma, el producto final de este es la forma; en este orden de ideas afirma Nietzsche:se es artista al precio de sentir como contenido, como la cosa misma, lo que todoslos no artistas llaman forma 29. Esto se logra gracias a que el gran estilo tiene latarea de dominar el caos que se es; obligar a su caos a hacerse forma; hacersenecesidad en la forma: hacerse lgico, sencillo, inequvoco, hacerse ley30 y el

    26 Cacciari, p. Cit. P. 117.27 Izquierdo Snchez, p. Cit. P. 26.28 Loc. Cit.29 Izquierdo Snchez, p. Cit. P. 26.30 Ibd.

    294

    monitadelvalleSubrayar

  • 10

    artista que logra conjugar el gran estilo puede ser equiparado al sper hombre, en lamedida que da fundamento de nuevo al ser en medio del caos; siguiendo a Heidegger:el poder obrar con determinaciones del ser es precisamente la ms alta creacin, pueses el preparar la disponibilidad para los dioses, el decir s al ser. El Sperhombre esel hombre que funda de nuevo al ser con el rigor del saber y el gran estilo del crear31;el arte aparece como una nueva metafsica del ser, como apertura. Esta actividadmetafsica del arte, este gran estilo, siguiendo a Cacciari, permite hacer un puente entreel conocimiento y la mentira, una nueva relacin que ya no se funda sobre unaexclusin recproca32.

    El arte a este punto se libera de la tradicin, porque nos muestra que ya no slose puede conocer el mundo a partir del razonamiento, a partir de formas estticas, sinoque tambin se puede comprender el mundo a partir de la imaginacin, a partir de lafalsacin, a partir de su continuo devenir; el arte es libre, nos dice Cacciari, es libre deir hacia formas nuevas y complejas de conocimiento, hacia armonas difciles, hacia unnuevo gran estilo33 (2000, pg. 110). La forma ms pura del gran estilo es la formadel amor (nos dice Agustn Izquierdo), el cual acaba embelleciendo el objeto,aadiendo en l sensualidad, pues el artista ve las cosas con ms fuerza, ms sencillez,ms plenitud, del mismo modo que el hombre ve a la mujer34, es como al sentirsepresas del encanto las miradas se quedan en silencio contemplando la infinitud delinstante.

    31 Heidegger, p. Cit. P. 577.32 Cacciari, p. Cit. P. 108.33 Ibd. P. 110.34 Izquierdo Snchez, p. Cit. P. 27.

  • Anexo

    Bibliografa

    Buxbaum, Roman. Miroslav Tich: Tarzn jubilado. En:http://www.igorsmirnoff.com/_talk/0000001f.htm (11/07/2012-15:00).

    Cacciari, Massimo. El dios que baila. Buenos Aires: Paids, 2000.

    Diccionario de la lengua espaola. Espasa Calpe, 2005. S.p.e.

    Entrevista Miroslav Tich: Tarzn jubilado. Publicada En:http://www.tichyocean.com (16/06/2012-15:00)

    Heidegger, Martin. La voluntad de potencia como arte. En: Eco. Revista deOccidente, Nietzsche 125 aos (Tomo XIX/5-6-7, pgs. 546-583). Bogot: LibreraBuchhloz, 1969.

    Izquierdo Snchez, Agustn. Friedrich Nietzsche. Esttica y teora de las artes.Madrid: Tecnos/Alianza, 2004.

    Marchan Fiz, Simn. La esttica en la cultura moderna. Madrid: Alianza editorial,2000.

    Montaigne, Michel de. Ensayos. Libro II. Edicin digital basada en la de Pars,Casa Editorial Garnier Hermanos, [s.a.]. En: www.escribd.com

    EpgrafeNietzsche, Frederich. La Voluntad de Poder. Madrid: Alianza Editorial, 1991.