Neurociencia y empatía cognitiva - Revista de la ... · debo darle la misma cantidad de...

1
108 | REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO Destruimos al otro cuando somos incapaces de imaginarlo. CARLOS FUENTES Las investigaciones científicas nos enfren- tan a los lugares comunes. Eso le sucedió al neurocientífico Jean Decety, reconoci- do experto de la Universidad de Chicago, al estudiar la empatía. Encontró que de- bemos matizar el significado de esta pala- bra. Este hallazgo se dio cuando llevaba a cabo experimentos en los que mostraba fotografías o videos de gente afligida y re- gistraba —mediante instrumentos de reso- nancia magnética funcional— qué partes del cerebro se activaban al ver estas imá- genes. Descubrió una empatía selectiva. Decety me comenta: —Si es gente parecida a los sujetos del estudio, por ejemplo, caucásicos que ven sufrir a caucásicos, hay una reacción in- tensa en los circuitos cerebrales. Si es de un grupo distinto, por ejemplo, caucásicos que ven a un chino sufrir, la reacción en el cerebro es menor. Se reduce. Peor aun, si es alguien que por prejuicio me cae mal, aunque sea similar a mí (va en mi escuela o pertenece a mi grupo social pero no me cae bien), la reacción en mi cerebro cuan- do veo sufrir a esa persona es mínima. Esto quiere decir que tenemos muchos filtros (el racismo, los prejuicios y los estereoti- pos) que influyen en lo que sentimos res- pecto a otros. —Esto es interesante porque cuando pensamos en la empatía no creemos que ahí existen filtros. —Los tenemos. Las neurociencias nos enseñan que la empatía no es automáti- ca. No es un reflejo. La empatía es adap- tativa. Esto tiene sentido: la evolución ha adaptado a nuestro cerebro para sentir al- go por gente que es como nosotros, que nos cae bien, que es cercana. Sin embargo, eso que a veces puede ser bueno, otras veces es muy injusto: no ves el sufrimiento de al- guien porque no te agrada o porque tienes un prejuicio moral. En una investigación mostramos vi- deos de gente sufriendo. Veías sólo su cara de angustia. Si les decíamos que eran far- macodependientes, en muchas personas se acababa la empatía. Sin embargo, si soy médico o enfermero en un hospital sé que ese paciente está sufriendo. ¿Le voy a dar menos analgésicos por mis prejuicios? Eso no es justo. Si queremos un mundo justo debo darle la misma cantidad de analgé- sicos, de medicamento, a cualquiera que sufra sin importar si tiene dependencias o me cae bien. Eso no debe interferir en mi labor como médico. Existen todos estos prejuicios, por eso hay que estar alerta. —Usted distingue entre dos tipos de empatía: la emocional y la cognitiva. —La empatía emocional conecta a gen- te que comparte los mismos valores, los mismos genes, gente cercana a ti, pero eso no basta porque, como sabemos, en el mundo no sólo hay gente como tú. La em- patía cognitiva no es igual. Es la que nos hace realmente humanos en el sentido de que podemos usar el pensamiento en pers- pectiva, imaginar que eres esa persona. Es lo que necesitas cuando no conoces a la otra persona, cuando es alguien que está fuera de la frontera de tu grupo, alguien a quien le temes (quizá por buenas razones, aunque a veces no es así). No obstante, si usas tu empatía cognitiva te pones en el lugar del otro. Al imaginar lo que piensa y lo que siente, aumentará tu preocupa- ción (tu conducta prosocial) como resulta- do de esta empatía cognitiva. Debemos vi- vir en paz con quien es distinto, con quien no es como nosotros. Para que el mundo funcione necesitamos empatía cognitiva. —¿Por qué se interesa en hacer inves- tigaciones sobre la empatía? —Quería entender la empatía y lo opuesto: cuando la gente no siente em- patía. Si no sientes empatía puedes hacer lo que quieras. Ves a la gente como obje- tos; así se hacen las peores cosas. Por eso, como neurobiólogo, me interesó la empa- tía, sus mecanismos, su historia evolutiva, su origen, cómo se expresa en el cerebro, qué prejuicios tenemos para experimen- tarla. Por qué la gente ya no siente empa- tía, por qué los filtros de los prejuicios pueden hacer que se mate a un bebé sólo por ser de un grupo distinto. Es bueno que sintamos empatía emo- cional pero no es la mejor forma de co- nectar a la gente que se está peleando. De- bemos usar la empatía cognitiva. Podemos cultivar la empatía pero con prudencia: usando la razón y el conocimiento. Graham Greene dijo algo muy pode- roso: no podemos amar a la humanidad como un todo. Sólo podemos amar a gen- te específica. Esa es la clave. Si te enfocas en alguien, no en todos, eso te ayudará a sentir más empatía por el otro, aun cuan- do no lo conozcas. Te darás cuenta de que se parece mucho a ti. Es una persona me- recedora de dignidad y respeto. Sentirás empatía por alguien diferente. Neurociencia y empatía cognitiva José Gordon Jean Decety

Transcript of Neurociencia y empatía cognitiva - Revista de la ... · debo darle la misma cantidad de...

Page 1: Neurociencia y empatía cognitiva - Revista de la ... · debo darle la misma cantidad de analgé-sicos, de medicamento, a cualquiera que sufra sin importar si tiene dependencias o

108 | REVISTADE LA UNIVERSIDADDE MÉXICO

Destruimos al otro cuandosomos incapaces de imaginarlo.

CARLOS FUENTES

Las investigaciones científicas nos enfren -tan a los lugares comunes. Eso le sucedióal neurocientífico Jean Decety, reconoci-do experto de la Universidad de Chicago,al estudiar la empatía. Encontró que de -bemos matizar el significado de esta pala-bra. Este hallazgo se dio cuando llevabaa cabo experimentos en los que mostrabafotografías o videos de gente afligida y re -gistraba —mediante instrumentos de reso -nancia magnética funcional— qué partesdel cerebro se activaban al ver estas imá-genes. Descubrió una empatía selectiva.Decety me comenta:

—Si es gente parecida a los sujetos delestudio, por ejemplo, caucásicos que vensufrir a caucásicos, hay una reacción in -tensa en los circuitos cerebrales. Si es deun grupo distinto, por ejemplo, caucásicosque ven a un chino sufrir, la reacción enel cerebro es menor. Se reduce. Peor aun,si es alguien que por prejuicio me cae mal,aunque sea similar a mí (va en mi escuelao pertenece a mi grupo social pero no mecae bien), la reacción en mi cerebro cuan-do veo sufrir a esa persona es mínima. Estoquiere decir que tenemos muchos filtros(el racismo, los prejuicios y los estereoti-pos) que influyen en lo que sentimos res-pecto a otros.

—Esto es interesante porque cuandopensamos en la empatía no creemos queahí existen filtros.

—Los tenemos. Las neurociencias nosenseñan que la empatía no es automáti-ca. No es un reflejo. La empatía es adap-tativa. Esto tiene sentido: la evolución haadaptado a nuestro cerebro para sentir al -

go por gente que es como nosotros, que noscae bien, que es cercana. Sin embargo, esoque a veces puede ser bueno, otras veceses muy injusto: no ves el sufrimiento de al -guien porque no te agrada o porque tienesun prejuicio moral.

En una investigación mostramos vi -deos de gente sufriendo. Veías sólo su carade angustia. Si les decíamos que eran far-macodependientes, en muchas personas seacababa la empatía. Sin embargo, si soymédico o enfermero en un hospital sé queese paciente está sufriendo. ¿Le voy a darmenos analgésicos por mis prejuicios? Esono es justo. Si queremos un mundo justodebo darle la misma cantidad de analgé-sicos, de medicamento, a cualquiera quesu fra sin importar si tiene dependenciaso me cae bien. Eso no debe interferir en milabor como médico. Existen todos estosprejuicios, por eso hay que estar alerta.

—Usted distingue entre dos tipos deempatía: la emocional y la cognitiva.

—La empatía emocional conecta a gen - te que comparte los mismos valores, losmis mos genes, gente cercana a ti, pero esono basta porque, como sabemos, en elmun do no sólo hay gente como tú. La em -patía cognitiva no es igual. Es la que noshace realmente humanos en el sentido deque podemos usar el pensamiento en pers -pectiva, imaginar que eres esa persona. Eslo que necesitas cuando no conoces a laotra persona, cuando es alguien que está

fuera de la frontera de tu grupo, alguien aquien le temes (quizá por buenas razones,aunque a veces no es así). No obstante, siusas tu empatía cognitiva te pones en ellugar del otro. Al imaginar lo que piensay lo que siente, aumentará tu preocupa-ción (tu conducta prosocial) como resulta -do de esta empatía cognitiva. Debemos vi -vir en paz con quien es distinto, con quienno es como nosotros. Para que el mundofuncione necesitamos empatía cognitiva.

—¿Por qué se interesa en hacer inves-tigaciones sobre la empatía?

—Quería entender la empatía y loopues to: cuando la gente no siente em -patía. Si no sientes empatía puedes hacerlo que quieras. Ves a la gente como obje-tos; así se hacen las peores cosas. Por eso,como neurobiólogo, me interesó la empa -tía, sus mecanismos, su historia evolutiva,su origen, cómo se expresa en el cerebro,qué prejuicios tenemos para experimen-tarla. Por qué la gente ya no siente empa-tía, por qué los filtros de los prejuiciospueden hacer que se mate a un bebé sólopor ser de un grupo distinto.

Es bueno que sintamos empatía emo-cional pero no es la mejor forma de co -nectar a la gente que se está peleando. De -bemos usar la empatía cognitiva. Podemoscultivar la empatía pero con prudencia:usando la razón y el conocimiento.

Graham Greene dijo algo muy pode-roso: no podemos amar a la humanidadcomo un todo. Sólo podemos amar a gen -te específica. Esa es la clave. Si te enfocasen alguien, no en todos, eso te ayudará asentir más empatía por el otro, aun cuan-do no lo conozcas. Te darás cuenta de quese parece mucho a ti. Es una persona me -re cedora de dignidad y respeto. Sentirásem patía por alguien diferente.

Neurociencia y empatía cognitivaJosé Gordon

Jean Decety