Navidad J P

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Ella es blanca, muy blanca, como, un copo de nieve, que se pierde en las pequeñas siluetas abstractas del infinito cielo, donde se llega a la estrella, que guía los caminos de cada ser que ama; desea paz; une los lazos de amistad y del amor, iluminando cada uno de nuestros corazones; ella es la estrella que cada un-o tiene dentro de su alma. Ella tiene el color de los ojos verdes, verde esperanza, color mar, donde los naufragios navegan en alta marea, para buscar un gran tesoro, que brilla por luz propia; ella es bella, muy bella, radica sonrisa y llanto, recuerdos y nuevas sorpresas. Ella es grande. Ella es infinita; ella es dulzura, como ella, definitivamente, no hay ninguna. Ella se viste de rojo, es atrevida, picara, traviesa, niña grande, se llena de pasión,

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Ella es blanca, muy blanca, como, un copo de nieve, que se pierde en las pequeñas siluetas abstractas del infinito cielo, donde se llega a la estrella, que guía los caminos de cada ser que ama; desea paz; une los lazos de amistad y del amor, iluminando cada uno de nuestros corazones; ella es la estrella que cada un-o tiene dentro de su alma.Ella tiene el color de los ojos verdes, verde esperanza, color mar, donde los naufragios navegan en alta marea, para buscar un gran tesoro, que brilla por luz propia; ella es bella, muy bella, radica sonrisa y llanto, recuerdos y nuevas sorpresas. Ella es grande. Ella es infinita; ella es dulzura, como ella, definitivamente, no hay ninguna.Ella se viste de rojo, es atrevida, picara, traviesa, niña grande, se llena de pasión, deseo en ella siempre existe; ella es luz, que enciende la llama de la vida; ella es mágica, como un hada, de cuento maravillosos.

Un hombre y una mujer llegan a Belén de Judá... Sus rostros lucen cansados, en sus ojos se puede ver el esfuerzo realizado por llegar.

Son ellos María y José... Han venido desde Nazaret cumpliendo en humildad con un edicto que ha sido promulgado, y firmado por Augusto César, el emperador romano. El ha decidido los tributos aumentar, y los judíos viajan cansados -hasta su ciudad natal- para ser empadronados.

María, que está embarazada, de momento es percatada que el Hijo de sus entrañas está pidiendo nacer, ¡Y aún no tienen posada! ¡No hay lugar en el mesón! Mas ella no siente temor -ella está confiada en su Señor y su Dios.- En ese Dios Omnipotente que le hizo sombra a su vientre y en ella un Hijo engendró, mediante su Espíritu Santo y no por obra de varón; ese Dios Todopoderoso en esta noche Suprema también hará provisión.

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