MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus...

50

Transcript of MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus...

Page 1: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su
Page 2: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

Dibujante e Ilustrador

LAJOSSzalay

Queda hecho el depósito que indica la Ley 11.723 – Todos los derechos reservadosNo se permite la reproducción parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la transmisión o la transformación de este libro, en cualquier forma o en cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito del editor.Su infracción está penada por las Leyes 11.723 y 25.446.Impreso en Argentina – Es industria Argentina.

Impreso en Talleres Gráficos Valdez, Loyola 1569, Buenos Aires.Este libro se terminó de imprimir en mayo de 2012.

Fecha de catalogación: 10/05/2012Primera edición mayo 2012

EdiciónMuseo del Dibujo y la Ilustraciónwww.museodeldibujo.com

Investigación y ProducciónSergio Moscona

Traducción del húngaroElizabeth Barsi

FotografíaMatías Roth

Diseño gráficoCatriel Martínez

PapelInterior : Creamat 170 gr./m2Tapas: Creamat 350 gr./m2

Impresión y PreprensaTalleres Gráficos Valdez S.A.

AnónimoLajos Szalay: Dibujante e ilustrador / Anónimo; compilado por Hugo Oscar Maradei. - 1a ed. - Buenos Aires : Museo del Dibujo y la Ilustración, 2012.

96 p.; 30x22 cm.

ISBN 978-987-25792-1-0

1. Catálogo de Arte. I. Maradei, Hugo Oscar, comp. CDD 708

Page 3: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

� �

En el contexto de la exposición Lajos Szalay, la línea maestra en Argentina, este libro complementa la imagen del artista destacando su faceta de Ilustrador.

Es primario destacar la pasión que Szalay tuvo siempre por la literatura para comprender este costado de su producción y podemos intuir que aceptaba con placer muchos encargos de ilustrador por el tiempo que le insumía abocarse a la lectura de escritores que admiraba y disfrutaba.

En los Estados Unidos esta afición se vio reforzada por las dificultades que le suponía hablar la lengua inglesa que por el contrarío leía y comprendía a la perfección.

Cervantes, Dostoiesvski, Chejov, Kafka, Baudelaire y Galeano son algunos de los autores que desfilarán por este libro bajo las interpretaciones visuales que Lajos Szalay hiciese de las obras principales con que ellos aportaron a la literatura universal.

Debemos aclarar, por lo inmerecidamente devaluado que está el término ilustrador, que en artistas como Szalay no encontramos a las artes visuales al servicio de la literatura ni subordinadas a ella, sino un arte que se sirve y nutre del texto como disparador creativo.

En este sentido se edifica un diálogo entre lenguajes donde los dibujos complementan lo escrito y construyen una narración paralela. Szalay logró expresarlo en una entrevista cuando le consultaron sobre diversos libros que había interpretado gráficamente “La epistemología del dibujo y de las palabras habladas y escritas es diferente. El único tipo de relación que pueden tener es de carácter ornamental. Pero las ilustraciones llenan un vacío en el texto, es decir, no tiene nada que ver concretamente con lo escrito.”

Valiéndonos de sus palabras podemos decir que su trabajo estuvo al servicio de completar los vacíos visuales que irrum-pían en la narración que imaginaba al realizar una lectura. Así, sus obras se presentan como irrupciones en los silencios que el texto genera y la suma de interpretaciones visuales completa el texto al tiempo que construye un puente en el que ambos códigos expresivos se unen bajo una esencia que es el alma misma de la palabra y la imagen.

Lajos Szalay fue una figura controversial, de presencia segura y ruda. Para él hablar era sentenciar y dialogar equivalía a confrontar. Se ubicaba siempre en el polo opuesto de su interlocutor así opinasen igual para analizar hasta que punto podía sostener el otro su discurso y defender lo que ambos consideraban correcto.

Hoy a la distancia quedan vagos recuerdos de quienes lo conocieron hace sesenta años en la Argentina y es por eso que presentaremos en este libro las palabras que en su momento le dedicaron importantes críticos y artistas, como así también frases del propio Szalay en referencia a diversos temas que lo inquietaron.

Dibujantes argentinos como Carlos Alonso, Martínez Howard, Di Toto, Roberto González, Ludueña, Donnini o Au-relio Salas, solo por nombrar algunos, no hubiesen desarrollado una obra como la que conocemos si Szalay no abría la puerta que liberó al dibujo de la subordinación que mantenía con otras disciplinas.

Aporte que podemos distinguir también en el lineamiento cercano al expresionismo alemán que todos estos artistas siguieron, ya que si bien podemos recordar al grupo de los Artistas del Pueblo como pioneros en la introducción de los conceptos de esa vanguardia europea, fue Szalay quien revitalizó los mismos tras el auge que tuvieron en nuestro país las vanguardias abstractas.

Celebro esta publicación, presentada en el contexto de su retrospectiva Lajos Szalay, la línea maestra en Argentina, que tiene como objetivo rescatar la obra y figura de este artista singular que vivió en nuestro país durante la década del cincuenta y marcó su época con la calidad de un trazo que mantuvo firme y sin distorsiones frente al paso del tiempo logrando perdurar hasta el presente. Es la hora de la justicia, de su reconocimiento y de que ocupe el lugar que merece.

PrólogoSergio Moscona

Page 4: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

� �

“Mi profesión es el dibujo y mi misión es comunicar algo. La forma de esta comunicación es el dibujo”.Lajos Szalay

Si nos atenemos a la biografía de Lajos, la última exposición entre nosotros a él dedicada fue en 1997, en la Galería Vermeer.

Han pasado quince años; poco, si pensamos en varios grandes olvidados, pero aún así mucho para un hombre al que le debemos tanto...

Y es sobre todo en el caso de los olvidos y las omisiones donde la ya aburridora debilidad de información y de memoria de los porteños hace agua, pues a la par que nos distraemos nos olvidamos, o los temas no nos parecen divertidos…y así, definitivamente, nos empobrecemos.

El maestro Szalay, premiado en Hungría, becado en París –nada menos que con la intervención de Roualt–, decide viajar e instalarse en la Argentina, y no en cualquier lado. En Tucumán.

¿Todavía queda algún amateur que ignore, aunque no le guste, qué pasaba en Tucumán entre la segunda mitad de los años 40 e inicios de los 50? ¿Es que deberemos molestar otra vez al arquitecto César Pelli, para que nos lo explique?

Pues bien, recordemos entonces que junto a Lino Enea Spilimbergo en Pintura, a Lorenzo Domínguez en Escultura y a Pompeyo Audivert o Víctor Rebuffo en Grabado, Lajos Szalay fue uno de los maestros que le otorgara brillo indeleble –imborrable a prueba de interesadas gomas ideológicas– a ese extraordinario fenómeno cultural que fuera durante aquella época el Instituto Superior de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán.

Fue así que nuestros más grandes dibujantes, como Aurelio Salas y Carlos Alonso, se nutrieron en su cátedra, y hasta hoy descubrimos rastros de su propuesta en los artistas más jóvenes.

Para no perder nuestra costumbre, una vez más el Museo Sívori es el encargado de traer a la consideración pública la figura de un gran artista de la Escuela de Tucumán. Después de Spilimbergo, de Domínguez, de Rebuffo y de Salas, ha llegado la hora de Szalay. Nos hemos impuesto el deber de refrescar la memoria de los amnésicos (y de llenar las lagunas de los ignorantes). Esa es una de las misiones centrales del Sívori, y la cumplimos con toda convicción.

Y esto es todo lo que queríamos decir. Lo demás se lo dejamos a los ojos y al corazón, a la impetuosa precisión de su línea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su universo, tan autosuficiente que el blanco y el negro que lo construyen son suficiente energía como para flexionar el espacio y dejarnos penetrar en él.

Lajos Szalay en el SívoriArq. María Isabel de Larrañaga

Directora del Museo Eduardo Sívori

Page 5: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO I

Maestroal con gratitud

Page 6: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO I

10 11

Hace tiempo esperaba la noticia irremediable. Había vuelto a su Hungría natal con todos los honores. Su mente funcionaba lúcida, su intenso disconformismo seguía latente, pero su físico entró en un callejón sin retorno. A través de un periodista amigo de Budapest me llegó el desgraciado anuncio: ¿Sabes que falleció tu maestro ?...

Posiblemente las nuevas generaciones ignoren su nombre o tal vez tengan alguna difusa referencia de él. Estoy hablando de Lajos Szalay, un artista admirable que sacudió el ambiente plástico de los ´50 - ´60 con sus estupendos dibujos en blanco y negro.

Conocí a Szalay siendo yo un pinche tipógrafo en una imprenta dónde él había llegado por un contratiempo con un libro sobre sus trabajos de la Editorial Kraft. Lo veía pasear en el patio de una típica casa chorizo, caminando nervioso de un lado a otro, con las manos cruzadas en la espalda. Lo miraba de reojo, sin animarme a hablarle. Tiempo después, a través de mi padre que quería consultarlo sobre mis posibilidades creativas, pude conocerlo más cercanamente. Con temor y expectativa le acerqué mis dibujos de estudiante. En sucesivas charlas pude conocer su fantástica sensibilidad, sus asombrosos conocimientos del arte y del hombre, su conducta ética de profundo pensador y compren-der su dolor por la patria perdida. En nuestros encuentros posteriores traté de seguir con mucho esfuerzo sus conceptos motorizados constantemente por reflexiones apasionadas y punzantes.

Recuerdo una anécdota con orgullo: después de una extensa charla, desbordado por su temperamento, su mujer lo interrumpe diciéndole que dejara de una vez en paz a ese muchacho. Szalay le respondió que el muchacho o sea yo, era de la misma madera que él, de modo que no había problema alguno en apasionarse por temas afines.

En una oportunidad le mostré una figura que yo creía “muy moderna”, pero encerrada en rígidos esquemas geométricos. Luego de observarla la respuesta fue sabia y certera: “pero no, la cosa es al revés, la tenés que sacar del sarcófago no meterla adentro”. Era así, categórico, visceral, en ocasiones tierno o sarcástico, sin actitudes acomodaticias o negociadoras que le acarrearon no pocas dificultades. Tenía sin embargo sorprendentes rasgos de humildad. Más de una vez me confesó que “dibujaba porque no sabía hacer otra cosa” o “descreía hasta de precios mínimos que en determinado momento ofrecían por sus dibujos”.

Con este bagaje interno a cuestas era previsible que no resolviera la relación arte - dine-ro. Huía de cualquier situación que le fuera impuesta, extraña a su conducta. De origen campesino, aunque su padre fuera un guardabarreras, tenía la tozudez y el orgullo de los suyos. Recordaba con dura emoción la brutal pelea entre padre e hijo, de un hermano de 18 años por la elección de su futuro. La lucha finalizó con los contrincantes extenuados y doloridos, sin vencedores ni vencidos. Finalmente el muchacho recibió la autorización paterna para ingresar a la carrera militar.

Durante los años de su actividad artística en la Argentina, a la que llegó en 1948, co-rrían extrañas versiones sobre su pasado. Se comentaba que se había desencantado de sus fervientes ideas comunistas, hecho que le significó problemas con la izquierda de aquel entonces, particularmente después de los magníficos trabajos que hiciera sobre la Revolución húngara del ‘56. Sin embargo el móvil no era la política, sino la violencia, la injusticia, el avasallamiento de un pueblo por otro.

Szalay era difícil en el trato, algo paranoico, contradictorio y “anti todo”: antinazi, an-ticomunista, anticlerical, antisemita, antiyankee, anticonvenciones, anti-mediocridad. Orgulloso de su nacionalidad, que no dejaba de recalcar hasta el cansancio, también se sentía desarraigado con relación a sus compatriotas de la colectividad húngara. Lamen-tablemente estos no supieron apreciar la calidad de su arte personal. Simplemente creían estar frente al clásico cliché del artista: “raro y difícil”. Salvo excepciones no disfrutó ni del apoyo, ni del reconocimiento de sus connacionales. Más de una vez me decía con rabia: “les puse un despertador y no se despiertan”. Detrás de la bronca se escondía la indisimulable añoranza de ser reconocido por la gente de su habla. Los contados apoyos, numerosos estímulos y reconocimientos, procedían de los argentinos, aún de los que no concordaban con él.

Disconforme y crítico, era profundamente creyente en Dios y a pesar de todo en el hom-bre. Vivió y sufrió la desgarrante Europa de la 2da. Guerra Mundial, con sus muertes, persecuciones, hambres, miserias y una enorme frustración frente a un mundo mejor que no se concretaba. Sus obsesiones giraban alrededor de los grandes enigmas de la huma-nidad: vida, muerte, amor, injusticia, poder, violencia, Dios y la fe. Renegaba del arte abstracto pero le interesó por ejemplo la gran muestra cinética de Vasarely que tuvo lugar en el Museo de Bellas Artes. Siendo su obra figurativa supo ver la innecesaria presencia de elementos realistas en el cientismo del maestro geométrico. Sabía valorar obras tan personales, variadas y sutiles como las de Paul Klee. Comentaba que Klee pintaba así “porque tocaba el violín”. Sin duda alguna las cuerdas artísticas del genial suizo eran de una sensibilidad descomunal.

Preocupado constantemente por la realidad creativa tenía curiosas ideas al respecto, por cierto discutibles. Manifestaba sin vueltas su complejo de inferioridad frente a la capacidad artística innata de los latinos. Hablaba de formas convexas y cóncavas o sea formas plenas y vacías que se manifestaban en las expresiones plásticas de las distintas etnias. Según esta teoría los italianos y los argentinos tenían una gran facilidad creativa, mientras que él debía remar con sostenido y extenuante esfuerzo hasta lograr algún resultado digno.

Szalay nació en 1909, realizó sus estudios en Budapest y concretó dos estadías en París antes y después de la Segunda Guerra Mundial. Cumplió su servicio militar temblando constantemente por la posibilidad de perder un brazo. En una ocasión un oficial que se instaló en forma prepotente en su asiento del camión de transporte, perdió su brazo dere-cho desgarrado por una granada. Aterrorizado aprendió a dibujar con la zurda.

Ejerció la docencia en Tucumán y posteriormente en Buenos Aires con enorme ascen-dencia sobre sus alumnos, y envidia de sus colegas, ya que su cátedra se llenaba de jóvenes ávidos de sus enseñanzas. Sin embargo la muestra más original y creativa estaba en sus trabajos. Su presencia se hizo notar ostensiblemente en toda la generación de dibujantes argentinos que despuntaban en los años ‘60. Hasta tal punto, que podemos hablar con justicia del dibujo en la Argentina antes y después del maestro húngaro. El dibujo desde entonces se ha desarrollado no sólo como basamento para una obra posterior, en un sen-tido clásico, sino como una expresión rica e independiente. Una determinada manera de segmentar, construir y envolver las formas y el espacio a través de un grafismo original, se puede decir que nace con Szalay, es desarrollada por otros artistas plásticos y llega enriquecida hasta nuestros días.

Al maestro con gratitudLadislao Magyar

Reproducido en el Nro. 42 (Enero-Febrero 2001) del Periódico de la SAAP

Page 7: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO I

12 13

Sus muestras en la sala 5ta. de Van Riel -cuyos generosos propietarios supieron apreciar su enorme talento-, en la galería a Witcomb y en otras salas, eran una fiesta para los ojos. El autor, sobre papeles blancos generalmente de medianas dimensiones, nos abría enigmas de fascinantes recorridos. Su temática era “el hombre y sus circunstancias”, como diría Ortega y Gasset. A partir de allí surgía una humanidad sostenida por una apasionante armonía de líneas que volaban y se entremezclaban generando dinámicos recorridos, líricos, inesperados, o grafismos rabiosos.

Tan intensa era la identificación del autor con la intención de sus trabajos, que según su mujer, observando la cara de su marido, ya sabía que tema estaba dibujando. Cabe agregar, que ella era la celosa guardiana de los trabajos del maestro, ya que no pocos se aprovechaban de su desprendimiento. Se había popularizado la frase: “Si querés un trabajo de Szalay nunca hables con su mujer”.

En la muestra del ‘59 en la galería Van Riel, el crítico de arte Guillermo de Torre mani-fiesta entre otras cosas: ... “Si la órbita de expansión de su obra logra acrecerse, como es deseable aunque ello no está en sus manos, no hay duda que Lajos Szalay será reconocido y proclamado como uno de los más grandes dibujantes europeos del presente”.

Podríamos seguir con infinidad de reconocimientos, desde J. Gómez Sicre, jefe de la Unión Panamericana durante esos años, al crítico y estudioso del arte Romero Brest, pasando por infinidad de admiradores que van desde artistas plásticos hasta anónimos estudiantes y público diverso. Se comentaba que hasta Picasso lo había equiparado a su altura.

El crítico de arte Raúl Santana como prologuista, realizó una aguda visión de Szalay hombre y creador, posiblemente una de las más lúcidas que se escribieron sobre él: “ante todo la obra de Lajos Szalay es una demostración de ilimitada libertad: ¿Dónde co-mienza un dibujo suyo? En cualquier parte, y el resultado, siempre es la conjugación de esos elementos ocultos que componen al modelo denodado, por un lado orden y es-tructura, por otro, la variedad de líneas que juegan… El resultado es la creación de una iconografía, que aún basándose en “temas”, a veces mitológicos, a veces bíblicos, expresa la contingencia humana, ejemplificando con ello el aspecto más evidente del espacio contemporáneo: ironía, amargura, dolor, grito, fragilidad, esperanza y desesperanza, se desprende de estos des-dibujos cargados de ritmo y métrica, vibrantes de dinámica, que revelan no solo una propuesta visual, sino un profundo sentimiento del mundo”.

Yo diría que hay una profunda “internalización testimonial”, traducida con elementos gráficos, sin fáciles recursos de anécdota. Parafraseando algún humanista del Renaci-miento podemos decir que “nada de lo humano le era ajeno”. Szalay parece confirmarlo de infinitas maneras. Un día me dijo con toda naturalidad: “¿Sabes porque puedo dibujar bien a las mujeres?, porque he recorrido cada rincón de sus cuerpos”.

Ciertamente el artista ha recorrido un largo camino interno y geográfico. De la Argenti-na pasó a U.S.A., de allí a París y finalmente retornó al país natal de sus añoranzas que lo recibió con respeto y le dedicó un Museo a su memoria.

Falleció en 1995. Desde aquí quiero recordarlo con una enorme deuda de gratitud.

Page 8: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO I

1� 1�

Page 9: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO I

1� 1�

Page 10: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO I

18 19

Page 11: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO II

Conceptos

Page 12: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO II

22 23

José Luis Cuevas (telegrama de 1958): “Muy estimado Sr. Szalay: Solo unas cuantas líneas para saludarlo y expresarle la admiración que sus dibujos me produjeron. De paso aquí en la oficina de Artes Visuales de la Unión Panamericana, tuve oportunidad de hojear la nutrida monografía que le publicaron en Argentina. Soy mexicano y me expreso preferentemente a través del dibujo. Conozco la obra gráfica que se realiza en América y lo tengo a usted por uno de los más poderosos dibujantes que trabajan en este continente. Quizá pronto vaya a Buenos Aires y ahí tendré oportunidad de conocerlo personalmen-te. Reciba un abrazo de su amigo que lo estima y admira”.

Janos Fercsei: “Nunca me olvidaré del día de Octubre de 1956 en el cual Szalay entró en mi oficina del diario con los ojos rojos y muy excitado “Hace tres días que estoy sin dormir dibujando al lado de la radio” y me mostró una cantidad de entre cincuenta y sesenta dibujos (pertenecen a la serie de “S.O.S. el Drama de Hungría”).

Raúl Galán: “La naturalidad y el aplomo con que el dibujo de Szalay brota del papel, dan la impre-sión de un juego y un hálito dramático como si nos dijera que en ellos se decide la vida del hombre”.

Edmundo A. Lucas, para la Revista Somos (1976): Picasso lo proclamó el mayor dibujante contemporáneo. Después de él mismo naturalmente, ya que el malagueño acostumbraba a ponerlo todo en su sitio. Por cierto el arte de Lajos Szalay conquistó sin necesidad de padrinazgos un lugar privilegiado en la Argentina, en Europa y los Estados Unidos, debido esencialmente a la extraordinaria calidad y agudeza de su factura antes que a la más parca variedad de sus búsquedas expresivas… El es más bien un testigo que contempla e ilustra desde lo alto las cosas de esta tierra, valiéndose de símbolos y metáforas por lo demás reveladoras de una sensible erudición literaria.

Sameer Makarius, para el libro Contactos, Hungría 1995: … a Szalay lo conocí en Hun-gría en 1945. Durante una noche de discusiones de la “Escuela Europea”, nos peleamos tanto que en la Argentina durante años siguió enojado y sin hablarme hasta que en 1955-56 se dio cuenta que somos pocos los artistas con los cuales se puede discutir en húngaro.Pocas veces fui a su casa, vivía del otro lado del mundo. Pero fue en una de estas ocasiones que me mostró algunas pinturas. “No sabía que pintas”, le dije. “Quien no sabe pintar, no sabe dibujar” fue su respuesta. En general se dice “quien no sabe dibujar no sabe pintar”, pero pensándolo bien las dos cosas son importantes tanto para la pintura como para el dibujo.Más, desgraciadamente muchos consideran al dibujo como un “arte menor”.

Salvador Nielsen, para el diario Mayoría: Lajos Szalay no es el artista encerrado en si mismo, con un laboratorio interno de sentimientos y vivencias, que cierra sus puentes de comunicación con el pró-jimo. Por el contrario su conversación, en un castellano que no sabemos porque nos recuerda a sus dibujos, es llana y directa y a los pocos minutos de estar en su compañía el interlocutor se siente como frente a un amigo en el que y para el que no valen poses.Hablamos de sus dibujos. De la intensidad dramática que comunican a quien los contempla y nos explica su misión: Como artista soy una especie de nervio de la humanidad. Vivo para doler. Si no acuso y transmito el dolor quiere decir que no sirvo o que me he muerto, como le sucede al nervio insensible. A otros “nervios” se los adormece con el opio de la comodidad; para mi se ha elegido el de la incomodidad extrema.

Carlos Alonso: “De Szalay siempre recuerdo cómo nos enseñaba a combatir nuestros amanera-mientos y nuestros hábitos.....mientras Spilimbergo enseñaba el dibujo académico, Szalay enseñaba a quebrar la línea”.

Sigwart Blum: Szalay es un maestro virtuoso del dibujo. Posee una línea de conducta que sigue al sentimiento, que muchas veces brota de un corazón amargado……Sus palabras son expresadas en dibujos. En eso el demostró que es posible con tinta y pena expresar un mundo lleno de amor y sufrimiento. Sus obras son parte de sí mismo.

Alberto Collazo, para el catálogo de la Galería Dock del Plata: “La influencia de Lajos Szalay en el desarrollo del dibujo en la década del ‘60 en la Argentina, si bien es reconocida por los artistas que emergieron por aquel entonces, es desconocida por la inmensa mayoría de los que gustan de esta antigua técnica de expresión.Hoy al recorrer sus dibujos, así como los trabajos de algunos de los jóvenes que fueron sus alumnos o tu-vieron su influencia hace más de tres décadas como Carlos Alonso, Martínez Howard, Roberto González entre tantos otros, surge una contradicción al encontrar una imagen muy nueva y contemporánea- es uno de los que abren las puertas de una nueva figuración -por el tratamiento de la línea y por la forma de componer pero con un rigor académico que está en el fondo de su concepto del dibujo.Si Spilimbergo es el gran maestro que cristaliza la influencia del academicismo italiano, Lajos Szalay es quien trae otra versión del norte de Europa, él es el heredero de la escuela alemana y en sus obras está presente Kathe Kollwitz u Otto Dix, no sólo por el tratamiento de la línea sino también en el compromiso de lo que se representa”.

Cayetano Córdova Iturburu, para la Revista El Hogar: La poesía, el arte, la familia, 1a mujer, el hombre, la religión, la guerra, eran los grandes veneros de sus temas. Cuando Szalay, en sus conversaciones, declara que lo plástico a él no lo preocupa, que él no es un artista plástico, sino un poeta cuyo idioma es el dibujo, dice, en cierto modo, la verdad. Pero no dice toda la verdad. Hay algo en él extraplástico, sin duda, profundamente humano, que busca su expresión a través de su obra. Pero el idioma en que trata de decirlo, en que lo dice, es substancial, esencialmente plástico, es decir de una dignidad, de una belleza y de una intensidad expresiva en que la forma proclama su dignidad más alta. Su plástica, es decir su línea estructurada de bellas formas, es la realización de su personalidad, una personalidad que no podría manifestar sus esencias poéticas sino en la encarnación delicada y vigorosa de ese vocabulario suyo de tan noble sustancia.

Cayetano Córdova Iturburu, para el catálogo de la Galería Birger (1977): Pero Szalay no es sólo el dueño de una técnica excepcional. Esa técnica, para fortuna suya y de nosotros, no es sino el instrumento de una personalidad humana de entrañable sustancia. Sus temas son siempre humanos y su expresión no tiene otro acento que el acento del hombre.La Argentina tiene una deuda con Szalay. Sus enseñanzas directas como maestro y las lecciones que flu-yen de su obra han contribuido, de manera decisiva, a 1a buena formación de artistas que entre nosotros han alcanzado una calificada jerarquía en el difícil arte del dibujo. No ha sido vano, por eso, el paso por nuestro país de este notable artista, cuyos méritos se reconocen sin reservas hace ya tiempo en el plano de los más exigentes ámbitos internacionales.

Conceptos

“Si sólo dos nombres de artistas gráficos del siglo XX pasan a la posteridad, yo seré uno de ellos:pero si es sólo uno será Lajos Szalay”

Pablo Picasso

Page 13: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO II

2� 2�

humana se encarnan en los dibujos de Lajos Szalay, artista que es conocido por el público americano a través de sus libros ilustrados y las tapas y páginas del Reporter Magazine.

Jorge Romero Brest, para el catálogo de Editorial Kraft (1956): “Estimo particu-larmente estos dibujos de Szalay, tan monumentales a pesar de su pequeño formato y tan abs-tractos a pesar de su evidente contenido temático. Los estimo por sus acentos de vivencia latentes y por el obstinado rigor que denuncian, castigada la línea hasta volverla expresiva por sí misma, y castigado el sentimiento hasta no valerse de las sombras o las manchas sino para darle a la forma la solidez que se requiere.Pero ya que me ref iero a la línea de Szalay, piedra angular de todo dibujante, quiero hacer notar que ella es menos sugestiva de por sí que por los enlaces que provoca, volviendo al dibujo, si la expresión puede ser admitida, dibujo sintáctico.Tal es la potencia de composición que posee este artista excepcional, que por lo menos en buena parte de sus dibujos, la línea vitaliza sobre todo el espacio que no limita pero sí indica, obligando al ojo del contemplador, más que a seguir la trayectoria de aquélla, a percibir la estructura de una forma que se halla implícita y en perpetuo devenir.Por eso, el secreto del encanto reside, a mi juicio, en la técnica sutil de los enlaces, no solamente de los ingeniosos arabescos que disimuladamente van uniendo las formas entre sí, sino las re-laciones entre los planos que fragmentan la forma representativa provocando nuevas estructuras dinámico-espaciales”.

Hernández Rosselot, para el diario La Razón: Hay quienes lo consideran el mejor dibu-jante después de Picasso, y la apreciación no es exagerada. En la Argentina bien se lo recuerda, y aún más, lo traen a la memoria asiduamente la pléyade de discípulos (algunos reales y otros imagi-narios), que dejó en sus dos lustros de estada entre nosotros… Esta preferencia por la ilustración lo llevó a efectuar numerosas publicaciones, no pocas de ellas las realizó en nuestro país. Actualmente colabora en las principales revistas norteamericanas y últimamente el gran diario “New York Ti-mes” le dedicó una página entera a su arte.

Raúl Santana, para el catálogo de Galería Birger (1977): Ante todo, la obra de Lajos Szalay es una demostración de ilimitada libertad: ¿dónde comienza un dibujo suyo? En cualquier parte; y el resultado, siempre es la conjugación de esos elementos ocultos que componen al modelo denotado: por un lado orden y estructura, por otro la variedad de líneas que juegan.Así como Ingres desechaba las líneas que no fueran las que designaban el contorno exacto de la naturaleza, Szalay no desecha nada: todo lo que aparece sobre el blanco papel forma parte del proceso creativo. Ingres sólo quería resultados a condición de que los medios que sirvieron para obtenerlos desaparecieran. En Szalay medios y resultados son una misma cosa. O sea, en su arte no hay mimetización con el objeto, más bien el objeto, aunque siempre alude a lo real, surge de su subjetividad. Por eso sus obras nos traen un aire de libertad.Szalay se inserta dentro de la corriente expresionista, pero también hay eco de otras corrientes, que su originalidad ha sabido fundir hasta hacer otra cosa. En realidad no se parece a nada más que a sí mismo y cada dibujo suyo es como su propia firma.

Elba Pérez, para el catálogo de la Galería Hoy en el Arte: Es ante obras de la magnitud de éstas de Lajos Szalay donde se hace evidente, como irrefutable testimonio, el poder y la fuerza de la ex-presión… A sus alumnos de la Universidad de Tucumán solía insistirles: “La línea clásica es un dedo que recorre los perfiles, la mía es la línea mosca que zumba alrededor de la forma”. Es una cabal defi-nición de cómo opera con el entrecruzamiento de trazos, zumbadores, aprisionadores del volumen…Recordaba Carlos Torrallardona que los alumnos de Bellas Artes esperaban, con ansiedad, la cátedra de Lajos Szalay. Esperaban de él la actitud contestaria, la modernidad sin rémoras que admiraban en su trabajo.

Tito Pérez, para la Revista Esto Es: “Szalay dista mucho de representar al artista en busca de la belleza; no es tampoco, pese a su gran maestría, un buscador de efectos o sensaciones. Las carac-terísticas primordiales de su estética parecen, por el contrario, centrarse en la persecusión incesante e inconsciente de una justicia humana informada por ancestrales anhelos de liberación y certidumbre. Por eso su obra mantiene la constante presencia del mensaje, ese elemento desdeñado como “no plástico” por las generaciones últimas, y se vivifica y vibra con una fuerza aparentemente ajena a la trama de sus líneas o las manchas oscuras del borrón de tinta, en el que el artista deposita la expresión incontenible de su desesperación y rebeldía.La ubicación plástica de Lajos Szalay no ofrecería dificultades si dispusiéramos de un vocabulario que nos permita designar, sin posibilidad de confusión, su arte.Desgraciadamente no es así, podemos decir qué se trata de un artista de sensación, es decir que hace predominar en sus dibujos su manera de sentir por encima de su sabiduría plástica”.

José Petit de Murat: ... Lajos Szalay, gráfico húngaro, en el sentido más extenso de la palabra, ya que en su arte con fuerza máxima expresa la fuerza del arte de su pueblo. “En mis dibujos resuelvo la tensión que sentía mi madre durante la siembra de la tierra”.

Pablo Picasso: “Se encuentra en la Argentina el mejor dibujante después de mí, me refiero al dibujante húngaro Lajos Szalay”.

Diego F. Pró para el Boletín Universitario de Tucumán (1954): “Sus dibujos surgen de esa fuente interior y revierten en expresión artística. Son dibujos de líneas torturadas. No aparecen en ellos la tranquila suavidad de las formas y de las líneas curvas con que la visión clásica, interpreta la plasticidad de los seres y las cosas. Es común que se defina el dibujo como la expresión de la forma en el plano. La forma se la entiende a su vez como la forma del objeto concreto, sea en el sentido de su reconstrucción óptica en el ojo del espectador, sea en el sentido de forma inventada o reconstruida. Pero el dibujo puede ser también expresión de imágenes en el plano. Justamente casi todos los dibujos de Szalay son lineales, de ilustración, pero sin caer por eso en el compromiso de lo literario. Conservan siempre sus puros valores plásticos. Son hermosos dibujos, de líneas rotas, que nacen, se prolongan y se pierden imprevistamente. Buena parte de los dibujos están cuajados de alta poesía”.

David H. C. Read, para el prólogo del Génesis (N. York 1966): El Génesis no nos llega en forma de proposiciones teológicas. Las preguntas universales e inevitables y las respuestas del alma

Page 14: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO II

2� 2�

György Súmegi, para el catálogo de Galería Miskolc (1992): El fue siempre un artista au-tónomo, independiente de grupos de interés, quien forma sus opiniones a través de sus dibujos… Cada una de sus obras es Szalay en si mismo.

Guillermo de Torre: “Si la órbita de expansión de su obra logra acrecerse - como es deseable, aunque ello no este en sus manos - no hay duda que Lajos Szalay será reconocido y proclamado como uno de los más grandes dibujantes europeos del presente”.

Andrés Waissman, para el catálogo de la Galería Dock del Plata: “Es nuestra intención ahondar en la historia del arte de los argentinos, conocer quienes originaron escuelas o marcaron una época con sus trabajos e influencia”.

Adam Winter, para el catálogo de la Galería Koller (2009): Lajos Szalay es uno de los más destacados artistas gráficos del siglo XX. A pesar de pasar la mayor parte de su vida en el exterior, jugó un papel fundamental en la evolución de las artes gráficas modernas en Hungría, logrando así un reconocimiento internacional.

Dr. D. Fehér Zsuzsa, para el catálogo de la Galería Nacional Húngara (1972): El desarrollo de su arte no conoce de interrupciones…Se lo menciona como el mago, el maestro, el creador del arte gráfico húngaro.

Page 15: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO II

28 29

Page 16: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO II

30 31

Page 17: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO II

32 33

Page 18: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO II

3� 3�

Page 19: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO III

Szalayautorreferencial

Page 20: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO III

38 39

Mis dibujos salen bien si me inspira el buey, el caballo, el pollito, la puesta o la salida del sol. No soy capaz de sumirme con pasión ni en el poema más lindo, si en su mundo no siento el olor a estiércol del cual creció mi trigo.

Me puedo alejar de la realidad hasta donde pueda llegar la verdadera longitud de mi línea, sangrante y llena de sangre. La manera como luego yo la hago serpentear y como la chasqueo como un látigo es mi placer personal.

Mi profesión es el dibujo y mi misión es comunicar algo. La forma de esta comunicación es el dibujo que no solamente hizo posible, sino obligatorio que pliegue – plegar es una forma de flexionar – la imagen según la idea que quiero realizar. De esta manera las experiencias que están presentes en el dibujo se transforman en una forma obvia, en un verbo encarnado cuyo cuerpo no puede ser otro.

Con todo eso yo no he patentado el verbo que puede encarnarse. La única cosa que patento es que el cuerpo posible del verbo formulado en el alma de Szalay es este. Si aquellos en quienes no se formula ningún verbo copian este cuerpo, el problema es suyo.

Yo declino y conjugo la línea como si fuera un substantivo en cuanto a su significado y un verbo al respecto de su forma de actuar. La dramatización del mundo óptico exigía este plegado con lo cual el verbo que quiere mostrarse está vestido por la línea de una forma que se corresponde más a su papel. En ese momento yo tengo que diseñar todo de repente, el vestido y la escena de todos los papeles en los que se transforma el verbo. Porque aparte de que el dibujo se declina y se conjuga en el fenómeno y en el movimiento, el espacio que lo rodea tiene que flexionarse también.

Yo con mis coetáneos ni entablé conversación. La gente de mi edad se aplastó tanto por la tarea obligatoria de estudiar que no compartí con nadie los estudios libres que llevaba yo.

Yo era el único en la universidad que no iba a clases teóricas. En cambio, iba a estudiar anatomía al Instituto Anatómico o iba a escuchar a sentencias del Tribunal porque allí también veía al ser humano. O iba, por ejemplo, a las clases de matemática de Lipót Fehér para aprender algo allá también.

Es decir, en aquel entonces quería elaborar una relación íntima con todos los problemas del mundo. No de manera ontológica, sino simplemente adentro de una forma epistemológica para sentir siempre qué es lo que se puede contar, qué es lo que se puede dibujar, qué es lo que no importa y ni vale la pena darle caso.

La otra suerte fatal fue que aprendí dibujar con la mano izquierda porque tenía el presentimiento de que iba a perder el brazo derecho. En la guerra un capitán ocupó mi lugar en el coche por una hora. El coche se volcó y él se murió perdiendo el brazo derecho.

Si pudiera resolver ciertas cosas tal vez podría continuar lo que Leonardo terminó. Porque la tarea del artista no es la imitación, sino la continuación.

Tuve una experiencia que no me deja en paz. En la escuela primaria uno de mis libros reproducía un cuadro de Gusztáv Morelli sobre un caballo grabado en madera. Me daba tal placer elemental verlo, que tenía miedo abrir el libro y que esta belleza se cayera sobre mí. Aún no sé por qué, ni cuál será el aspecto estético compren-sible en esto. Si pudiera resolverlo, yo también podría dar este placer espantoso a la gente con mi arte.

Soy terco en mis dibujos también. Da totalmente igual la fecha que tienen. Sigo chasqueando con el mismo látigo de antes, a lo más suena más fuerte o es más firme.

Mi cáscara es tan dura y está hecha de una materia tan húngara que, esté donde esté, filtra siempre los mismos estímulos. Aunque esté tocando una orquesta compuesta de ochenta personas, voy a escuchar solo unos cuantos sonidos. A pesar de que no quiero, me doy cuenta al fijarme en otras personas y me pregunto cómo podía yo existir en un nivel de intensidad tan bajo. Sin embargo ni me congelé, ni me calenté.

Hay una materia adentro de mí que me aisla. Recorrí el mundo y estuve en la guerra sin participar en ella. Cualquier cosa rara que pasara en mi vida la cáscara funcionaba.

En 1934 me di cuenta que dibujando podía comunicar mejor los contenidos emocionales. La pintura no me había podido dar una libertad activa porque siempre tenía carácter descriptivo para mí. No dominaba los colores, los conocía solo en nivel aprendido. No los había podido poner en su lugar de tal manera que pudieran comunicar hasta los matices de mis movimientos internos.

Al dibujar no me conduce la muñeca, sino el deseo, un verbo encarnado. Hasta las cosas que en realidad no conozco las dibujo como si las hubiera vivido. Un día por ejemplo me pidieron una serie de un campo minero abandonado en América. Cuando ya estaba lista, un residente de allá me preguntó si visitaba muchas veces el lugar. En realidad nunca fui para allá pero él había reconocido algunas casas.

Los dibujos no son obras, sino redes de alambres aptas para encauzar la tensión acumulada. Esta es la razón por la que no se pueden desarrollar. Están bien o mal tal como están. No se puede modificarlos o corregirlos porque son la fijación de un único estado actual.

Mi primer recuerdo de conciencia es un caballo. Viví por primera vez la experiencia de “yo soy” en un establo. La experiencia de yo soy este y hay algo afuera de mí. Esta cosa de afuera fue un caballo.

Resumen de Frases de Entrevistasen HúngaroRealizadas por Sümegi György. Traducidas por Elizabeth Barsi

Page 21: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO III

�0 �1

Aprecio más las reglas generales del arte que el capricho personal del artista. Esta es la razón por la que soy disciplinado. Sigo queriendo aprender la regla con la que podría producir una belleza que me de el mismo placer doloroso que el caballo de Morelli. Leonardo, Miguel Ángel y Raffaello no buscaban una regla individual, sino la regla general escondiéndose detrás de ella. Es sorprendente la semejanza que hay entre sus obras. A mí me gustaría también subordinarme a una regla que me supere y que no es una orden, sino un placer como la comida o la relación verdadera entre hombre y mujer.

Cuando mis dibujos parten de adentro les digo “¡Qué bueno que vienen!” y les pregunto dónde estaban como si hasta el momento hubieran estado callejeando en algún lado. Es decir, para mí no es un esfuerzo dibujar, pero cuesta energía. Lo malo es el vacío que viene después. Es un vacío parecido a la apatía. En estas ocasiones hasta mis dibujos casi me molestan y no me importan más. Es el ahíto que sigue la satisfacción – lo cual es un estado muy triste. Ahora ya no es así porque mis dibujos ya no vienen de una tensión interna, sino del conocimiento de la vida.

Para lo que yo quiero decir alcanzan el blanco y el negro. Porque las ganas de describir con los colores no está presente en mí a nivel de deseo. No me falta como capacidad, sino como deseo. La intención que dirige mi comunicación gráfica es golpear lo que yo quiera de la manera más simple. Esta bofetada no tiene que ser una ilustración bella, basta si es eficaz.

No son los matices que hacen bellos los dibujos, sino las formas y la estructura original de las formas.

Nunca respetaba mucho la razón, sobre todo en el arte. El arte no es un proceso racional. El arte se daña si la razón se mete. Porque la fuente del arte se difiere mucho de la manera como se alimenta la mente.

En otras personas el dibujo puede ser la expresión total de la personalidad, pero en mi caso no es así. Para mí el dibujo es una forma de hablar que se lee con los ojos y que no tiene nada que ver ni con las palabras o el alma, ni con otra cosa, solamente con sí mismo. Si le preguntas al niño que vuelve del patio todo sudado que por qué ha jugado, si es inteligente, te va a decir que no tiene ni idea. Y se va corriendo y se mete en su cuarto. Yo soy lo mismo.

Mi dibujo es drama: sufrimiento expresado en oraciones simples.

Estaba escuchando las noticias en la radio y dibujaba. Los dibujos son las versiones gráficas de mis emociones personales despertadas por las noticias.

Evidentemente, dibujo para olvidar. Es algo natural. Esta es la manera como me quito la tensión y me puedo olvidar de ella. No hay otra manera.

Tengo que tener cuidado con esto, porque nadie tiene derecho de ser presumido, pero estoy seguro que al menos en Hungría soy el mejor dibujante de un cierto estilo – en el que la fantasía y (el aspecto) la lúdica van de la mano.

Page 22: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO III

�2 �3

Page 23: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO III

�� ��

Page 24: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO III

�� ��

Page 25: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO IV

y elQuijoteLa ilustración

Page 26: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO IV

�0 �1

La ilustración y el QuijoteHugo González Castello

La ilustración en los medios gráficos, acompañando un texto literario o simplemente una nota, es un recurso que tienen los artistas plásticos, no sólo como salida económica sino como una búsqueda estética y política con un alcance mucho mayor que el que puede ofrecer la exhibición de sus obras.

Así lo explica Cayetano Córdova Iturburu: “realizar esa completa y alta tarea colectiva que es la edición ejemplar de un libro importa algo más y tiene, por cierto, más trascendente significación social que el más singular de los esfuerzos individuales. El libro como obra de arte es un índice de civilización, es decir de desarrollo general de la cultura de una sociedad, como que es el resultado de una concurrencia causal -no casual- de factores estéticos, artísticos y artesanales”.

Don Quijote de la Mancha es quizás la novela más célebre de la literatura universal, y posiblemente, después de la Biblia, la que más ha servido para que artistas de todos los tiempos tuvieran en la historia cervantina una fuente de inspiración.

Apenas unas décadas después de ser escrito, el ingenioso hidalgo y su panzudo escudero fueron personajes populares y sus figuras ya estaban siendo reproducidas en lugares tan lejanos como Europa, China o el Nuevo Mundo.

Multitud de artistas, especialmente grabadores, reinterpretaron esas imágenes, que en-riquecieron las sucesivas ediciones del Quijote dentro de las tendencias estéticas de cada época. Entre los más importantes podemos mencionar a Honoré Daumier, William Ho-garth, Gustave Doré, Salvador Dalí y Pablo Picasso.

Lajos Szalay no podía estar ausente de esta tendencia y dejó una serie de ilustraciones que no sabemos si tenían el objetivo final de su publicación. Tampoco sabemos cuanto admi-raba al personaje o si se sentía identificado con él. Algunas de esas imágenes se pueden apreciar en las páginas siguientes.

El que si participó con sus ilustraciones en una ambiciosa edición de EMECE en 1958, es el discípulo más importante que tuvo Szalay en Argentina: Carlos Alonso.

La editorial realizó un concurso para ilustrar la segunda parte del Quijote, ya que la primera parte contaba con ilustraciones nada menos que de Salvador Dalí.

En el certamen participaron importantes dibujantes y plásticos argentinos y representó el lanzamiento internacional del entonces joven artista mendocino.

Page 27: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO IV

�2 �3

Page 28: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO IV

�� ��

Page 29: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

enyLibrosRevistas

Ilustraciones

Page 30: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

�8 �9

Gulliver en Klazohiniában, Szathmári Sándor, Budapest 1941Fuego en el desierto, Herczeg Ferenc, Budapest 1943Doce versículos-Doce dibujos, Szabó Lörinc, Budapest 1943Berenice, Jean Racine, Budapest 1943Ratones y hombres, John Steinbeck, Budapest 1945Mitología y víspera de Georgina, Ignacio Anzoátegui, Buenos Aires 1949Carrera en do mayor, James M. Cain, Buenos Aires 1950El hermano de la costa, Joseph Conrad, Buenos Aires 1950Impresiones de un inmigrante, Buenos Aires 1949Piedra y cruz, Ciro Alegría, Buenos Aires 1950Primera Antología Poética de Tucumán, varios autores, Tucumán 1952Carne de Tierra, Raúl Galán, Tucumán 1952Cánticos Terrenales, Julio Ardiles Gray, Tucumán 1952Tierra de Nadie, Federico Peltzer, Buenos Aires 1955SOS, el drama de Hungría, Diario Húngaro, Buenos Aires 1956Dibujos-Drawings, Lajos Szalay, Buenos Aires 1957Poesía de la guerra de la independencia de Hungría, Fercsey János, Buenos Aires 1958Liras en las catacumbas, varios autores, Buenos Aires 1959El buscador de talentos, Romain Gary, New York 1961Homenaje a Gyula Illyés, París 1963El árbol gitano, Ethel Collier, New York 1966El jardín de los cerezos y Tres hermanos, Anton Chekhov, New York 1966El libro del Génesis, New York 1966Los hermanos Karamazov, Fedor Dostoyevski, New York 1967Chimeneas Encantadas, Lucy Boston, Paris 1968Un alma en New York, Szakmáry Weér Károly, New York 1972Vagamundo, Eduardo Galeano, Buenos aires 1973Relatos Breves, Connecticut 1973Las Alturas de Machu-Pichu, Pablo Neruda, Budapest 1974La madre tierra, Pearl S. Buch, Budapest 1974Ricardo II, William Shakespeare, Budapest 1975Omagyar Mária-siralom, Budapest 1975Sonetos, William Shakespeare, Budapest 1975Los torrentes de primavera, Iván Turgenev, Connecticut 1976La balada de Villon, Faludy Györg y, New Brunswick 1978La lucha, Keresztury Dezsö, Budapest 1979Nuevos Versos, Somlyó Györg y, Békéscsaba 1979Erato, varios autores, Budapest 1980Béla Bartók, Budapest 1980Resurrección, León Tolstoi, Budapest 1981La Metamorfosis y otros relatos, Franz Kafka, Budapest 1983La palma infinita, Bakonyi Péter, Budapest 1987Cantar de los Cantares, Budapest 1994

Algunos libros ilustradospor Lajos Szalay

Page 31: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

�0 �1

Page 32: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

�2 �3

Page 33: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

�� ��

Page 34: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

�� ��

Page 35: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

�8 �9

Page 36: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

�0 �1

Page 37: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

�2 �3

Two Plays , Anton Chekhov,New York 1966.

Los Hermanos Karamazov,Fedor Dostoyevski,New York 1967.

Page 38: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

�� ��

Page 39: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

�� ��

Page 40: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

�8 �9

Page 41: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

80 81

Page 42: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

82 83

Page 43: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

8� 8�

Page 44: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

8� 8�

Page 45: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

CAPITULO V

88 89

Algunos revistas ilustradaspor Lajos Szalay

Tükör Magazine, Budapest, 1939, 1940, 1941 y 1942

Hid Magazine, Budapest, 1941

Budapest, Budapest 1946

Les lettres Francaises, París, 1946 y 1947

Saber Vivir, Buenos Aires 1949 y 1950

Hungarian Week Report, New Jersey, 1961

Nuevo Horizonte, Budapest, 1962

Jubilee, New York, 1964

Reporter, New York, 1964

Minutos Menarini, Cataluña, 1967

Long Lines, New York, 1969

Illustration, Alemania, 1969

Arion 6, Budapest, 1972

Revista Saber Vivir, Buenos Aires 1949/1950.

Page 46: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

90 91

Nace en Ormezo, Hungría en 1909. Al poco tiempo la familia se traslada a la ciudad de Miskolc.

En 1927 comienza sus estudios en la Academia Nacional de Bellas Artes de Budapest donde egresa con honores en 1935 tras tomar un año sabático en París en 1930.

En 1939 se casa con Julia Hering.

En 1946 recibe la beca Iván Boldizsar que les permitira viajar a París y actuar como dibujante oficial en la Conferencia Internacional de la Paz.

En 1947 gana la Beca UNESCO y destina el dinero para viajar junto a su mujer a la Argentina.

En 1950 nace su única hija, Clara.

Entre 1949 y 1956 se desempeñó como Jefe de la sección de dibujo del Instituto Superior de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán y posteriormente en Buenos Aires. En la Universidad de Tucumán llevo a cabo sus labores docentes junto a una cuadrilla de importantes artistas entre los que se encontraban Gómez Cornet y Spilimbergo en la sec-ción de Pintura, Lorenzo Domínguez en Escultura, Víctor Rebuffo y Pompeyo Audivert en Grabado.

En 1960 se radica en Estados Unidos donde vive y trabaja durante veinticinco años, al-ternando su residencia en esa ciudad con largas temporadas en París.

Desarrolla en los Estados Unidos una intensa labor en el área de la ilustración.

En 1988 retorna a Hungría, donde fallece en abril de 1995 tras haber recibido diversos honores entre los que se destaca la apertura de un museo para la exposición permanente de su obra en la ciudad de Miskolc.

Realizo en vida cincuenta exposiciones individuales y un centenar de exposiciones colec-tivas recibiendo innumerables ensayos críticos sobre su obra.

Premios

1929 Gana el premio KAVA con el retrato de perfil de su madre.1936 Gana el Gran premio Székely Bertalau de Budapest. Gana el Gran premio de la Municipalidad.1944 Gana los premios Szinyei Merse Pál Társaság y Zichy Mihály grafikai díja.1972 Recibe el Premio Dózsa György.1980 Recibe el prestigioso Premio Magyar Népköztársaság Zászlórendje.1982 Recibe el Premio IBA-Internationale Buchkunstaustellung Leipzig (medalla de plata).1988 Es declarado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Bellas Artes de Budapest. Recibe el premio Téli Tárlat en Miskolc.1989 Recibe el Premio Magyar Képzomuvészeti Foiskola. Recibe el Premio Kiváló Muvész.1992 Recibe el Premio Kossuth, el galardón más importante de Hungría.1993 Recibe el Premio Miskolc város díszpolgára.

Biografía

Page 47: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

92

PrólogoSergio Moscona Pág. 05

Lajos Szalay en el SívoriArq. María Isabel de Larrañaga Pág. 07

Capítulo IAl maestro con gratitud Pág. 08

Capítulo IIConceptos Pág. 20

Capítulo IIISzalay autorreferencial Pág. 36

Capítulo IVLa ilustración y el Quijote Pág. 48

Capítulo VIlustraciones en libros y revistas Pág. 56

Biografía Pág. 90

Indice

Page 48: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su

AUTORIDADES DEL GOBIERNODE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

Mauricio MacriJefe de Gobierno

Hernán Santiago LombardiMinistro de Cultura

María Victoria AlcarázSubsecretaria de Cultura

Pedro AparicioDirector General de Museos

María Isabel de LarrañagaDirectora del Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori

MUSEO DEL DIBUJO Y LA ILUSTRACION

PresidenteHugo Oscar Maradei

VicepresidenteHugo González Castello

Producción GeneralGabriel Kargieman

Estudios HistóricosMaría José Valdez

Diseño GráficoCatriel Martínez

Diseño WebNook Comunicación Visual

Digitalización de imágenesJuan Izquierdo Brown.

AGRADECIMIENTOS

Claire Szalay, Graciela Limardo, Jorge Mansueto, Herman Schevach, Asociación Ami-gos del Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori y especialmente al “ Proyecto Lajos Szalay, la línea maestra”

Las obras reproducidas forman parte de la colección del Museo del Dibujo y la Ilustra-ción, a excepción de las incluidas en páginas 6 y 92 que pertenecen a la colección del Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, y las de páginas 34, 53 (sup.der.), 55, 67, 69 (inf.), 72 (sup.), 73, 75, 77, 79, 81 y 83 que corresponden a la colección del Proyecto “Lajos Szalay la línea maestra”.

www.museodeldibujo.com

Page 49: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su
Page 50: MuDi - LAJOS Szalay.pdflínea, a sus vacíos y a sus llenos, a sus manchas oscuras, a sus particolari más trabajados, a despecho de otros apenas sugeridos, que van articulando su