Movimientos Sociales Clacso No 15

download Movimientos Sociales Clacso No 15

of 17

Transcript of Movimientos Sociales Clacso No 15

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    1/17

    Cronologa del conflictoSeptiembre diciembre 2004

    Movimientos sociales,

    democracia y gobernabilidad

    neoliberal1

    Jos Seoane y Emilio Taddei

    A lo largo de la dcada de los 90 numerosos pases

    de Amrica Latina y el Caribe vivieron el inicio de un

    nuevo ciclo de protestas sociales que, en cuestiona-miento de las polticas neoliberales imperantes, fue

    protagonizado en gran medida por movimientos

    sociales y populares distintos de aquellos que haban

    ocupado la escena de la contestacin social en dca-

    das pasadas. El reinicio de la crisis econmica hacia

    fines de dicha dcada, y los intentos de acentuar el

    rumbo neoliberal, conllevaron la ampliacin del des-

    contento social frente a estas polticas abriendo par-

    ticularmente en buena parte de la regin sudamerica-na una intensa crisis de legitimidad del modelo

    societal forjado en el pasado reciente. El ciclo de insu-

    rrecciones populares que proyectando el cuestiona-

    miento al terreno del rgimen poltico precipitaron

    cadas de gobiernos (Ecuador, 2000; Argentina, 2001;

    Bolivia, 2003), la profundizacin del proceso de movi-

    lizacin y cambios en Venezuela tras la derrota del

    OSAL99

    [AO

    V

    N15

    SEPTIEMBRE-DICIEMBRE

    2004]

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    2/17

    golpe de estado (2002), la contestacin social que frustr el fraudulento intento reelec-

    cionista de Fujimori en Per (2001), o la multitudinaria caravana zapatista en pos de los

    derechos de los pueblos indgenas (2001), resultan algunas de las expresiones ms

    importantes de este proceso.

    Esta irrupcin en la ciudadela de la gobernabilidad poltica neoliberal de los sectores socia-

    les ms castigados por la aplicacin de este recetario (campesinos e indgenas, los sin tra-bajo y sin tierra, los trabajadores y sectores urbanos empobrecidos) no slo abri nuevos

    horizontes de futuro agrietando la hegemona del pensamiento nico sino que signifi-

    c tambin el desarrollo de una intensa experimentacin democrtica, de reconstitucin

    de alternativas societales, de reapropiacin social de los pblico y revitalizacin y amplia-

    cin de la autonoma que caracterizaron la emergencia de estos movimientos.

    El regreso del crecimiento econmico a nivel regional durante el presente ao basado

    principalmente en el dinamismo de las exportaciones de materias primas y commodi-

    ties y el impulso de los acuerdos de libre comercio que legalizan y acentan esta

    matriz societal parecieran querer exorcizar estos procesos resucitando la falacia de la

    lenta pero segura difusin social de la riqueza. Por otra parte, la continuidad de la pro-

    testa social y la reconceptualizacin democrtica de la poltica como posibilidad de cam-

    bio contrastan con las iniciativas de las lites tendientes a limitar institucionalmente las

    demandas sociales, a acentuar y expandir un diagrama de militarizacin social y a dis-

    putar el espacio de la movilizacin callejera. Ejemplo de ello resulta como lo hemos

    sealado en otra oportunidad la difusin regional que adoptan las manifestaciones que,

    originadas en la promovida sensacin de inseguridad ciudadana y en la demanda delfortalecimiento del estado penal y represivo, se orientan a la reconstitucin del control

    estatal de lo pblico en desmedro de las libertades y derechos democrticos.

    Como resultado de estos mltiples procesos, el escenario de la protesta social y la din-

    mica de los movimientos sociales de raigambre popular se ha modificado, planteando

    nuevos desafos para la accin colectiva y para el debate sobre las alternativas y cami-

    nos posibles de resistencia, reversin o ruptura del modelo neoliberal. En relacin a

    estos interrogantes, el presente artculo busca presentar algunos sealamientos sobre las

    formas y caractersticas que adoptan la conflictividad social y la evolucin de los proyec-

    tos hegemnicos y los procesos polticos a lo largo de los ltimos cuatro meses de 2004.

    El mapa de la conflictividad social a fines de 2004

    Una primera aproximacin a la dinmica y caractersticas que asume el conflicto social

    en Latinoamrica nos la ofrece el anlisis cuantitativo de la informacin suministrada

    OSAL100

    CRONOLOGA

    [MOVIMIENTOSSOCIALES,DEMOCRACIA

    YGOBERNABILIDAD

    NEOLIBERAL]

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    3/17

    por el relevamiento realizado por el OSAL que fructifica en las cronologas que se

    publican a continuacin del presente artculo. Sobre ello vale comenzar sealando que

    el nmero de conflictos registrados por dicho relevamiento para este ltimo tercio del

    ao muestra una disminucin (aproximadamente un 18%) respecto de aquellos con-

    signados en el cuatrimestre anterior, situndose por primera vez debajo del promedio

    cuatrimestral registrado desde enero de 2001. Si bien como sucede en los ltimos

    dos aos la regin andina concentra la mayor parte de los hechos de protesta (38%),en el presente perodo los mismos muestran una marcada cada luego de tres cuatri-

    mestres seguidos de crecimiento.

    El traslado al mbito parlamentario del debate sobre la nacionalizacin de los hidro-

    carburos luego del referndum en Bolivia y la disminucin de las protestas en

    Ecuador en el marco de la campaa para las elecciones municipales, pueden men-

    cionarse como algunas de las razones que explican este hecho. En este contexto, sin

    embargo, la protesta social en Colombia contra las negociaciones del TLC con EE.UU.

    y el gobierno de Uribe se intensifica, siendo particularmente significativas la marcha

    de los pueblos indgenas en septiembre y el importante paro cvico nacional de prin-

    cipios de octubre.

    Este descenso de la conflictividad social resulta tambin pronunciado en la regin con-

    formada por Mxico, Centroamrica y el Caribe, luego del agudo ciclo de protestas socia-

    les que haba recorrido a los pases del istmo el pasado cuatrimestre frente a las polti-

    cas de ajuste fiscal y la negociacin del TLC con EE.UU. Sin embargo, se destaca el cre-

    cimiento de la conflictividad en Puerto Rico al calor de la confrontacin desplegada alre-dedor de los resultados de la eleccin del gobernador, as como la prolongacin de situa-

    ciones de crisis polticas en Costa Rica y Nicaragua. Finalmente, en el cono sur del con-

    tinente, si bien los hechos de conflicto relevados resultan inferiores a los del perodo cua-

    trimestral anterior aunque en una proporcin mucho menor que en el resto de

    Latinoamrica se destaca el intenso proceso de luchas en Paraguay protagonizado por

    los movimientos campesinos alrededor de la disputa por la tierra.

    En un cuatrimestre signado tambin por la realizacin de elecciones en ocho pases lati-

    noamericanos y por las dinmicas que adquieren las iniciativas de acuerdos de libre

    comercio e integracin econmica entre pases de la regin y EE.UU., el rea asitica

    y la Unin Europea, y al interior del espacio latinoamericano el resultado de las elec-

    ciones presidenciales norteamericanas (2/11/2004), con la reeleccin de George W.

    Bush, proyecta sobre Amrica Latina y el Caribe como ya parece apreciarse en los lti-

    mos meses del ao los intentos de acelerar y acentuar el proceso de recolonizacin

    del continente.

    OSAL101

    [AO

    V

    N15

    SEPTIEMBRE-DICIEMBRE

    2004]

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    4/17

    Movimientos campesinos, gobiernos y poder econmico

    La lucha por la tierra que atraviesa toda la historia latinoamericana ha cobrado, en el

    ltimo perodo, una significacin especial no slo por su reformulacin a la luz de la

    nocin de territorio inscripta en la experiencia de las comunidades campesino-indgenas,

    sino tambin porque algunos de los movimientos rurales que la protagonizan constru-

    yen programticas y coaliciones ms amplias que los han llevado a ocupar un papel cen-tral en la confrontacin con el modelo neoliberal. Un ejemplo de estos procesos son las

    recientes luchas del movimiento campesino en Paraguay que, de extendida presencia y

    significacin en la vida del pas, adquieren en estos meses una intensidad particular.

    Frente al proceso de concentracin de la tierra especial resultado de la expansin del

    agro-business sojero y el protagonismo socio-poltico ganado por los movimientos

    campesinos en los ltimos aos, el conflicto en el campo paraguayo se agudiza y se tie

    trgicamente por el incremento de la violencia de las bandas armadas de los propieta-

    rios y la represin de las fuerzas del estado. De la llamada guerra de la soja en los pri-

    meros meses de 2004, a la dinmica de ocupacin de tierras y exigencia de redistribu-

    cin de la misma en la segunda parte del ao este conflicto convoca tanto a un amplio

    arco de organizaciones sociales que dan vida al Frente Nacional de Lucha por la

    Soberana y la Vida (FNLSV) y que promueven adems una programtica de desarrollo

    antineoliberal como a las corporaciones empresariales que presionan por el endureci-

    miento de la respuesta estatal. En este sentido, luego del acuerdo alcanzado hacia fina-

    les de agosto entre las organizaciones campesinas y el gobierno, el incumplimiento del

    mismo da paso a la intensificacin del conflicto con ciclos de ocupaciones y moviliza-

    ciones y a la adopcin de una poltica gubernamental de abierta confrontacin. As, elincremento de la respuesta represiva del estado en las reas rurales que incluy por

    decisin gubernamental la actuacin de las Fuerzas Armadas dej un saldo trgico de

    varios muertos y cientos de detenidos y procesados. En este contexto, el paro cvico

    nacional impulsado durante cinco das por el FNLSV concluye hacia finales de noviem-

    bre con un nuevo acuerdo provisorio con el gobierno que conllev a lo largo del mes

    siguiente la liberacin de la mayora de los detenidos.

    Por otra parte, el proceso de luchas por la reforma agraria que tiene lugar en Brasil mar-

    cado tambin por la violencia de los propietarios rurales cobra nuevamente lugar en el

    presente cuatrimestre cuando, luego de las elecciones municipales, el Movimiento de

    Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) promueve una serie de protestas y ocupaciones

    ante el incumplimiento de los acuerdos alcanzados el pasado ao con el gobierno de

    Lula. En este contexto, y a dos das de la realizacin de la Conferencia nacional sobre

    reforma agraria, democracia y desarrollo impulsada por el MST, pistoleros atacan un

    campamento de los Sin Tierra con el saldo de 5 campesinos muertos. Luego del llama-

    do abril vermelho y de los conflictos de los ltimos meses de 2004, las exigencias

    OSAL102

    CRONOLOGA

    [MOVIMIENTOSSOCIALES,DEMOCRACIA

    YGOBERNABILIDAD

    NEOLIBERAL]

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    5/17

    campesinas de la entrega de las tierras comprometidas por el gobierno nacional y del

    incremento de la inversin en infraestructura en las reas rurales se proyectan hacia el

    prximo ao, haciendo prever un incremento de las ocupaciones y protestas del MST.

    La lucha por la tierra y la reforma agraria en contraposicin a la expansin del agro-

    negocio, uno de los pilares del modelo exportador que se afirma en la regin aparece

    as planteada como una cuestin de primer orden en estos dos pases del Cono Sur, ascomo tambin se expresa, de otras formas, en Uruguay y Argentina, donde tambin se

    registran conflictos en la regin norte.

    En este ltimo pas, sin embargo, luego del endurecimiento de la respuesta estatal

    frente a las protestas impulsadas por las organizaciones de trabajadores desocupados

    y la consolidacin del acuerdo entre un sector de dichas organizaciones y el gobierno

    nacional, los conflictos desarrollados por estos movimientos resultan menores, aun-

    que estn lejos de desaparecer. Por otra parte, frente a los hechos de represin,

    detenciones y juicios penales que se intensifican a lo largo de la segunda mitad del

    ao tienen lugar diferentes movilizaciones y actos por el desprocesamiento y el fin

    de la persecucin penal y represiva. Sin embargo, durante los ltimos meses de 2004

    cobran un nuevo protagonismo los conflictos sindicales, a la luz de los llevados ade-

    lante por los trabajadores telefnicos y de subterrneos. En ambos casos se trata de

    luchas en demanda de aumento salarial ante el cuadro del sustantivo crecimiento eco-

    nmico experimentado en los ltimos dos aos y la simultnea disminucin relativa

    de los salarios por la inflacin.

    Por otra parte, en los meses previos a la realizacin de las elecciones presidenciales en

    Uruguay, los trabajadores de distintas reparticiones estatales protagonizan la conflictivi-

    dad social del perodo. Las protestas impulsadas por los trabajadores del sector pblico

    (maestros, mdicos y administrativos) tambin se manifiestan en otros pases de la

    regin (Argentina, Ecuador, Venezuela, El Salvador, Honduras, Panam, Puerto Rico,

    Nicaragua y Mxico), particularmente en relacin al pago de salarios, condiciones labo-

    rales e incremento del financiamiento pblico frente a los proyectos gubernamentales

    de presupuesto fiscal para el ao prximo que comienzan a ser tratados por los parla-

    mentos. Si bien a nivel regional estas protestas no alcanzan la dimensin que tuvieron

    en algunos momentos del pasado inmediato, las acciones impulsadas por estos traba-

    jadores durante este cuatrimestre representan aproximadamente un quinto del total de

    los hechos relevados por el OSAL, una proporcin similar a la obtenida para el perodo

    anterior. Este sealamiento, sin embargo, debe considerar la significativa disminucin de

    dichas protestas en la regin centroamericana, en la que haban tenido lugar a media-

    dos del ao importantes manifestaciones de los trabajadores del sector pblico frente a

    las iniciativas de ajuste del gasto pblico.

    OSAL103

    [AO

    V

    N15

    SEPTIEMBRE-DICIEMBRE

    2004]

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    6/17

    Territorio y recursos naturales

    A lo largo del ltimo tercio del ao, los conflictos en el

    mundo rural recorren la realidad social de diferentes pa-

    ses latinoamericanos, adems de los ya consignados en el

    Cono Sur. Valga como ejemplo el sealamiento de las

    movilizaciones de organizaciones campesinas en Mxicoo la ocupacin y posterior desalojo de la Finca Nueva

    Linda en Guatemala. Estas movilizaciones no slo se con-

    centran en la demanda de tierras, sino que tambin adop-

    tan la defensa del territorio y se expresan tanto en las pro-

    testas contra la explotacin minera como en las impulsa-

    das por los movimientos cocaleros.

    En el primero de estos casos se destacan los conflictos

    acontecidos en Per en las localidades de Las Bambas, La

    Zanja, y particularmente el llevado adelante en Cajamarca

    contra la exploracin del Cerro Quillish por parte de la

    empresa Yanacocha. En un ciclo de protestas que avanza

    desde la ocupacin del cerro por los campesinos de la

    zona, el bloqueo de rutas, el paro cvico local y la confor-

    macin del Comit Cvico Unitario de Lucha por la defen-

    sa de la Vida y el Medioambiente hasta la extensin regio-

    nal del paro cvico y los cortes de carreteras, los poblado-res de la regin obtienen finalmente la revocacin del per-

    miso gubernamental de explotacin de la mina. Sin llegar

    a constituirse en puntos de articulacin nacional de la pro-

    testa, estos conflictos tienen una importancia singular en

    razn del relevante lugar que le cabe a las exportaciones

    mineras en el crecimiento que registra la economa perua-

    na y que contrasta con la pobreza y los daos ecolgicos

    sufridos por las poblaciones prximas a los yacimientos.

    Vale sealar tambin que durante este cuatrimestre se

    registran algunas protestas de trabajadores en defensa de

    las minas que se encuentran en explotacin y que, luego

    de la aprobacin parlamentaria, el gobierno de Toledo ter-

    mina reglamentando aunque anuncia su pronta modifi-

    cacin la ley que impone nuevas regalas a dicha activi-

    dad, despertando, a pesar de su magro impacto, la crtica

    de las empresas del sector.

    OSAL104

    CRONOLOGA

    [MOVIMIENTOSSOCIALES,DEMOCRACIA

    YGOBERNABILIDAD

    NEOLIBERAL]

    La lucha

    por la tierra

    y la reforma agraria

    en contraposicin

    a la expansin

    del agro-negocio,

    uno de los pilares

    del modelo

    exportador que se

    afirma en la regin

    aparece as

    planteada como

    una cuestin

    de primer orden

    en Paraguay

    y Brasil

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    7/17

    Por otra parte, las protestas del movimiento cocalero en Per, particularmente las impul-

    sadas por la Federacin Provincial de Campesinos de la Convencin, Yanatile y Lares,

    encuentran expresin tambin en la regin del Chapare boliviano. A lo largo del mes de

    septiembre, las organizaciones de los campesinos cocaleros de dicha zona de las que

    proviene Evo Morales llevan adelante una serie de luchas movilizaciones, bloqueos

    de las tareas de erradicacin, cercamiento de los campamentos militares contra la erra-

    dicacin de los cultivos y por el retiro de la llamada Fuerza de Tarea Conjunta (FTC).Finalmente, a principios de octubre llegan a un acuerdo con el gobierno que incluye la

    conservacin de 3.200 ha de cocales por un ao. Sin embargo, en el contexto del desa-

    rrollo de la campaa electoral para las elecciones municipales, la cuestin de la poltica

    estatal sobre los hidrocarburos que haba estado en el centro del levantamiento popu-

    lar del ao anterior vuelve a ocupar la escena poltica nacional. Si bien tras el refern-

    dum convocado por el gobierno meses atrs, las demandas sociales por la nacionaliza-

    cin de dicho recurso habrn de menguar significativamente, el tratamiento parlamen-

    tario de una ley que recupera algunas de las reivindicaciones expresadas por dichos

    movimientos habr de despertar la reaccin de las empresas trasnacionales del sector y

    de los comits cvicos y autoridades de los departamentos en los que se encuentran los

    yacimientos ms importantes, que culmina con un paro cvico en Santa Cruz y Tarija en

    reclamo de autonoma regional. Este proceso da cuenta del complejo de fuerzas socia-

    les que se dan cita alrededor de la prolongada Guerra del Gas. En trminos guberna-

    mentales, la aprobacin de una legislacin sobre los hidrocarburos que al tiempo de

    incrementar los recursos fiscales permita y garantice la exportacin de crecientes vol-

    menes, parece constituirse no slo en la clave del control del dficit fiscal sino tambin

    en la precondicin para ser aceptado como miembro pleno en la negociaciones del TLCque EE.UU. lleva adelante con otros pases andinos.

    En relacin a esta cuestin vale finalmente sealar que el crecimiento de la protesta

    social en Colombia se orienta particularmente al cuestionamiento de dicho tratado as

    como a las polticas e intenciones reeleccionistas del gobierno de Uribe Vlez. A la pro-

    longacin de las manifestaciones impulsadas en el pasado cuatrimestre por el

    Comando Nacional Unitario (que agrupa a tres de las centrales sindicales colombianas)

    y la Gran Coalicin Democrtica (que adems integra a otras organizaciones sociales y

    polticas), que toma cuerpo en la importante adhesin obtenida por el paro cvico

    nacional del 12 de octubre, se suman en el presente perodo las acciones del movi-

    miento campesino-indgena y de los estudiantes universitarios. En este sentido, a

    mediados de septiembre tiene lugar una significativa y extensa marcha de los pueblos

    indgenas hasta la ciudad de Cali en reclamo de autonoma y en cuestionamiento a las

    polticas del gobierno particularmente las negociaciones del TLC con EE.UU.

    Asimismo, especialmente a partir de octubre, los estudiantes llevan adelante diferentes

    movilizaciones y tomas de facultades en rechazo de la poltica privatizadora oficial y

    OSAL105

    [AO

    V

    N15

    SEPTIEMBRE-DICIEMBRE

    2004]

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    8/17

    tambin del TLC, sufriendo en repetidas ocasiones la represin de las fuerzas policia-

    les. Este crecimiento de la protesta social en Colombia, que lleva ya dos cuatrimestres

    seguidos, no impide sin embargo que el presidente Uribe avance un paso ms en su

    ambicin de aspirar a un segundo mandato al frente del gobierno, con la consagracin

    parlamentaria de la posibilidad de reeleccin presidencial.

    La democracia en Amrica Latina: elecciones y militarizacin social

    La implementacin de las polticas neoliberales tuvo como rasgo distintivo en el

    plano poltico-institucional la concentracin de poder en manos de los ejecutivos,

    configurando as democracias representativas restringidas. En contraposicin con este

    progresivo deterioro democrtico institucional, los movimientos sociales que prota-

    gonizaron el nuevo ciclo de luchas a lo largo de la dcada de los 90 desarrollan una

    intensa y rica experimentacin y programtica desarrollada en el terreno democrti-

    co, que se expres tanto en el plano interno de las organizaciones como en relacin

    a las iniciativas y demandas de democratizacin radical de lo institucionalpoltico

    (Seoane y Nacci, 2004).

    Estas demandas aparecieron reflejadas en la exigencia a la convocatoria a una asamblea

    constituyente enarbolada durante las jornadas de la Guerra del Gas en octubre de

    2003 en Bolivia. En similar direccin se inscriben la masiva movilizacin y participacin

    popular en el referndum revocatorio del mandato presidencial en Venezuela en agosto

    del presente ao y el triunfo en el plebiscito organizado en forma simultnea a la elec-cin presidencial uruguaya a favor de la derogacin del artculo de la constitucin nacio-

    nal que permita la privatizacin del servicio de agua corriente.

    Por otra parte, tambin algunos de los procesos electorales que tuvieron lugar durante

    2004 reflejan las aspiraciones de cambio y profundizacin democrtica. El caso ms sig-

    nificativo es la victoria de la coalicin Encuentro Progresista-Frente Amplio-Nueva Mayora

    (EP-FA-NM) en Uruguay, que a finales de octubre se impuso en primera vuelta en las

    elecciones presidenciales con la frmula Tabar Vazquez-Rodolfo Nin Novoa. Este bino-

    mio presidencial obtuvo el 50,4% de los votos contra la frmula del Partido Blanco, que

    alcanz el 34,3%. En esta votacin, donde participaron casi el 90% de los electores

    habilitados, el EP-FA-NM consigue tambin la mayora absoluta en ambas Cmaras de

    Representantes, logrando un triunfo histrico que quiebra la continuidad de 174 aos

    de gobierno bipartidista, alternado entre blancos y colorados.

    En Bolivia se realizan elecciones municipales a inicios de diciembre en el marco de

    una reforma electoral que habilit la participacin de agrupaciones ciudadanas y pue-

    OSAL106

    CRONOLOGA

    [MOVIMIENTOSSOCIALES,DEMOCRACIA

    YGOBERNABILIDAD

    NEOLIBERAL]

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    9/17

    blos indios. El bajo apoyo obtenido por los partidos tradicionales, sin embargo, con-

    trasta con la eleccin de candidatos que, provenientes de las viejas filas polticas, inte-

    graron las listas de estos nuevos agrupamientos. Por otra parte, es preciso sealar tam-

    bin el crecimiento electoral a nivel nacional del Movimiento al Socialismo (MAS) de

    Evo Morales. En Brasil, el crecimiento a nivel nacional del Partido de los Trabajadores

    en las elecciones municipales debe ser relativizado por las significativas derrotas sufri-

    das en las ciudades de San Pablo y Porto Alegre y los magros resultados obtenidos enotros grandes centros urbanos.

    El resultado de las elecciones municipales ecuatorianas a mediados de octubre arroja

    una derrota gubernamental que no logra sin embargo ser capitalizada por el movi-

    miento indgena nucleado en el Movimiento Pachakutik y la CONAIE. A finales del

    mismo mes se realizan elecciones regionales en Venezuela en las que la coalicin de

    partidos que apoyan al presidente Chvez logra triunfar en 20 de las 22 gobernaciones

    y 270 de las 335 alcaldas. El 7 de noviembre los sandinistas se imponen en las elec-

    ciones de alcaldes y prefectos provinciales en Nicaragua, ganando, entre otras, la alcal-

    da de Managua. En Per se realizan a mediados de octubre elecciones de revocacin

    de los mandatos de los alcaldes y regidores. En simultaneidad con las elecciones pre-

    sidenciales en EE.UU. se realizan el 2 de noviembre elecciones generales en Puerto

    Rico para el cargo de gobernador de la isla. Al cabo de las mismas, el Partido

    Independentista Puertorriqueo (PIP) realiza denuncias de fraude. En este contexto se

    lleva a cabo la Marcha de la Dignidad, a la que concurren 25 mil personas convoca-

    das por diversas organizaciones polticas y comunitarias. Los participantes se pronun-

    cian a favor del respeto a la autoridad del Tribunal Supremo de Puerto Rico en el tra-tamiento de las denuncias de fraude y en repudio de la intromisin del Tribunal Federal

    de EE.UU. en los asuntos electorales boricuas.

    En paralelo a los procesos electorales reseados es preciso apuntar la perduracin y en

    muchos casos la agudizacin de los procesos de criminalizacin y militarizacin social

    y de restriccin de las libertades democrticas en numerosos pases de la regin, que

    prolongan y agudizan en este cuatrimestre una tendencia ya reseada en nmeros ante-

    riores del OSAL. Esta escalada represiva contra las organizaciones y militantes sociales

    apunta a contener las demandas sociales frente a los devastadores efectos del neolibe-

    ralismo. La misma encuentra creciente legitimidad en la poltica de lucha contra el terro-

    rismo y de guerra preventiva, y parece constituir en algunos pases (en particular en

    Colombia) la contracara de las democracias realmente existentes.

    El incremento de la criminalizacin y de la represin de las luchas y conflictos protago-

    nizados por los movimientos campesinos y sin tierra resalta como uno de los rasgos dis-

    tintivos del cuatrimestre. Esta tendencia ya sealada en cuatrimestres anteriores cobra

    OSAL107

    [AO

    V

    N15

    SEPTIEMBRE-DICIEMBRE

    2004]

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    10/17

    una preocupante dimensin en la mayora de los conflic-

    tos rurales, en los cuales se registran asesinatos, encarce-

    lamientos y procesos judiciales contra aquellos que recla-

    man nuevas polticas de desarrollo agrario, acceso al cr-

    dito y el rechazo al modelo del agro-business.

    El conflicto campesino en Paraguay, ya reseado, resultael ms emblemtico de esta tendencia. El gobierno del

    presidente Duarte Frutos, con el apoyo de las principales

    organizaciones patronales, profundiza su poltica represiva

    y autoriza la presencia y el accionar de las Fuerzas

    Armadas junto a la polica en distintos operativos contra

    los sin tierra. Esta agudizacin de la represin deja como

    saldo el procesamiento de 1.500 campesinos y la deten-

    cin de 190 militantes, entre ellos Odiln Espnola, secre-

    tario general de la Federacin Nacional Campesina (FNC)

    de Paraguay. En el marco del endurecimiento de la polti-

    ca represiva del gobierno, es importante tambin sealar

    el anuncio realizado por el ministro del Interior del pas

    guaran en el sentido de que el gobierno norteamericano

    cooperar con la seguridad paraguaya capacitando al per-

    sonal policial de ese pas.

    En el cono sur se suma la ya citada matanza de sin tierrasen Brasil, que constituye el mayor asesinato de campesi-

    nos desde el inicio del gobierno de Lula. Mientras que en

    Bolivia se registra una disminucin de las acciones repre-

    sivas en el cuatrimestre, en Cajamarca, Per, 5 campesi-

    nos son heridos y 21 personas detenidas en el marco del

    conflicto contra la empresa minera Yanacocha. El dirigen-

    te magisterial peruano Robert Huaynalaya, lder de la frac-

    cin radical del SUTEP, es denunciado por cometer delito

    por la Fiscala de Huamanga a raz de los enfrentamientos

    acontecidos en el mes de junio en dicha ciudad. En Chile,

    los pescadores artesanales de Coyhaique son reprimidos

    por carabineros en el marco del conflicto en reclamo de

    la restriccin de la pesca de merluza a los barcos indus-

    triales, al igual que los estibadores del puerto de Iquique,

    que reclaman aumento de salarios.

    OSAL108

    CRONOLOGA

    [MOVIMIENTOSSOCIALES,DEMOCRACIA

    YGOBERNABILIDAD

    NEOLIBERAL]

    El incremento

    de la criminalizacin

    y de la represin

    de las luchas

    y conflictos

    protagonizados

    por los movimientos

    campesinos

    y sin tierra

    resalta como uno

    de los rasgos

    distintivos

    del cuatrimestre

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    11/17

    En continuidad con una tendencia ya analizada en el OSAL 14, en algunos pases se

    realizan marchas en reclamo de mayor seguridad que, impulsadas desde los medios

    de comunicacin y sectores del empresariado, con el apoyo de sectores medios urba-

    nos, promueven el endurecimiento de las penas y la reforma regresiva de la legisla-

    cin penal. En Paraguay, luego del asesinato del hijo de un empresario, se realiza en

    octubre la Marcha Patritica por la Seguridad Nacional para reclamar el fin de la vio-

    lencia y la delincuencia. Frente a este reclamo se vota en Diputados la modificacindel Cdigo Procesal Penal, y el gobierno crea una unidad de elite que tiene a su cargo

    actuar contra acciones terroristas. En Per, 5 mil habitantes de la provincia de

    Azngaro, en la regin de Puno, marchan hasta el Congreso para pedir el endureci-

    miento de las penas contra los delincuentes.

    En el caso colombiano, el triunfo electoral del presidente Bush sirve de estmulo a la pol-

    tica de militarizacin y de seguridad democrtica del presidente Uribe, quien recibe la

    promesa de mayor ayuda al Plan Colombia por parte de su par norteamericano, que visi-

    ta la ciudad de Cartagena, donde elogia la lucha contra el narcoterrorismo emprendi-

    da por el mandatario colombiano. El incremento de la protesta social en ese pas (mar-

    chas contra el TLC, la militarizacin y el gobierno de Uribe) se enfrenta a una importan-

    te represin y a persecuciones contra los protagonistas y organizadores de las acciones.

    La respuesta desde el estado y paraestatal al fortalecimiento de la oposicin crtica al

    gobierno uribista es la represin, el hostigamiento y los asesinatos. Podemos citar aqu

    la brutal represin ejecutada durante el paro nacional del 12 de octubre y contra los estu-

    diantes universitarios en lucha. Durante la marcha campesina e indgena del 14 de sep-

    tiembre es asesinada, por personas no identificadas, una persona de apoyo a la movili-zacin, a la que suceden la muerte del lder campesino Pedro Mosquera y las amena-

    zas de paramilitares a afiliados y militantes sindicales.

    El sealamiento de los hechos represivos ms significativos que por cierto no agota

    la totalidad de los mismos en el cuatrimestre ilustra la consolidacin, en los espa-

    cios nacionales, del tratamiento represivo de la cuestin social y de la pobreza, que

    parece erigirse como poltica de estado constitutiva del proceso de relegitimacin

    (por va coercitiva) del modelo neoliberal. Frente a esta amenaza del centauro auto-

    ritario (Seoane y Nacci, 2004), la accin y la consolidacin de las prcticas y reivin-

    dicaciones democrticas de los movimientos resulta decisiva para limitar la violencia

    estatal y generar condiciones de reconquista y regeneracin de derechos sociales,

    econmicos y culturales.

    Como hemos sealado anteriormente, las medidas y acciones de criminalizacin y repre-

    sin estatal, paraestatal y privada aparecen crecientemente asociadas y legitimadas a

    nivel nacional en el contexto de la lucha antiterrorista promovida por EE.UU., en el marco

    OSAL109

    [AO

    V

    N15

    SEPTIEMBRE-DICIEMBRE

    2004]

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    12/17

    de la guerra preventiva. Esta poltica, que tiende a asociar la accin reivindicativa de los

    movimientos al accionar de grupos terroristas, se ha consolidado de forma alarmante

    durante 2004 en muchos pases de la regin para asegurar la contencin y el control de

    la protesta social.

    Las acciones domsticas emprendidas por numerosos gobiernos de la regin en pos de

    sintonizar las polticas de seguridad con las coordenadas definidas por la Casa Blanca seacompaan de una creciente presin diplomtico-militar norteamericana tendiente a

    garantizar el control territorial estratgico de EE.UU. Esta presin se hizo presente en la

    VI Conferencia de Ministros de Defensa de las Amricas realizada a fines de noviembre

    en Quito, Ecuador, que se destaca como el episodio diplomtico ms relevante del cua-

    trimestre relativo a la cuestin de la seguridad hemisfrica en Latinoamrica. Dicho

    encuentro estuvo precedido por la visita de los jefes militares del Comando Sur de

    Estados Unidos a Ecuador. En el marco de la cumbre, el secretario de Defensa nortea-

    mericano, Donald Rumsfeld, defendi la poltica del gobierno Bush para la regin, sinte-

    tizada en las siguientes propuestas: la habilitacin para la intervencin de los ejrcitos

    latinoamericanos en cuestiones de seguridad interior, la pretensin de convertir a la

    Junta Interamericana de Defensa en un organismo de coordinacin de la lucha contra el

    terrorismo y el narcotrfico, y la creacin de un ejrcito multinacional para intervenir en

    Colombia. Estas iniciativas fueron rechazadas por los ministros de Defensa de Argentina,

    Brasil, Chile y Venezuela, quienes reivindicaron el derecho de cada estado a identificar y

    definir sus prioridades en materia de defensa y seguridad.

    Cabe sealar que la poltica norteamericana apunta, por un lado, a asegurar la presenciadirecta de tropas del Pentgono en Amrica Latina, al mismo tiempo que promueve la

    participacin directa de los ejrcitos latinoamericanos en los conflictos de la regin: el

    caso de la intervencin militar en Hait y la creciente presin para intervenir en el con-

    flicto colombiano son dos ejemplos en ese sentido.

    Por otra parte, en Argentina, el Congreso Nacional aprob el ingreso y egreso de tropas

    norteamericanas para participar de ejercicios militares con fuerzas de otras naciones para

    2004 y la primera mitad de 2005. Durante los primeros das de noviembre llega a la

    base ecuatoriana de Manta un buque estadounidense con 170 marines, con el objetivo

    de participar en obras comunitarias en barrios perifricos y pobres de la ciudad. En igual

    sentido, el Congreso de Guatemala aprueba el ingreso al pas de brigadas militares esta-

    dounidenses de ayuda humanitaria.

    La intervencin militar conjunta de pases latinoamericanos, EE.UU. y Francia en Hait

    se ve reforzada con el envo de integrantes del ejrcito ecuatoriano y guatemalteco.

    El Senado uruguayo aprueba en diciembre el envo de 200 nuevos efectivos al pas

    OSAL110

    CRONOLOGA

    [MOVIMIENTOSSOCIALES,DEMOCRACIA

    YGOBERNABILIDAD

    NEOLIBERAL]

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    13/17

    caribeo. En el pas oriental se realiza tambin una nueva edicin de la operacin

    Unitas en la que participan 1.200 efectivos militares de las fuerzas armadas de

    Argentina, Brasil, EE.UU. y Espaa.

    En el marco de una gira por pases centroamericanos durante el mes de noviembre con

    anterioridad a la citada cumbre en Quito, el secretario de Defensa norteamericano pre-

    siona al gobierno nicaragense para destruir misiles en poder del ejrcito de ese pas.En Panam insta al presidente Torrijos a aumentar la cooperacin bilateral en materia de

    seguridad para entrenamiento de personal panameo por parte de EE.UU.

    Libre comercio, imperio y resistencias

    Esta creciente presin en torno a la poltica de seguridad se conjuga con una sostenida

    ofensiva diplomtico-comercial tendiente a liberalizar el comercio y abrir los mercados

    latinoamericanos a los capitales transnacionales norteamericanos. Estas iniciativas, simul-

    tneas y coordinadas, delinean el contorno de los planes estratgicos del pas del norte

    en la tentativa de asegurar el control de regiones que, como seala Ana Esther Cecea,

    son ricas en biodiversidad y recursos naturales estratgicos para el capitalismo nortea-

    mericano (ver su artculo en este nmero del OSAL).

    El objetivo inicial de EE.UU. para la conclusin de las negociaciones del ALCA a finales

    de 2004 se vio frustrado como consecuencia de las discrepancias puntuales de algunos

    gobiernos de la regin en relacin a los subsidios de productos norteamericanos y laoposicin creciente de los movimientos sociales nucleados nacional y regionalmente en

    las campaas contra el ALCA, el libre comercio y la militarizacin. Sin embargo, la tenta-

    tiva de Washington por avanzar en la conclusin de TLCs logr progresar de forma sig-

    nificativa en algunas regiones del subcontinente. La conclusin a inicios de 2004 de un

    TLC con los pases centroamericanos (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y

    Nicaragua), la entrada en vigencia de similar acuerdo entre Chile y EE.UU. a partir del 1

    de enero de 2004, y la apertura de negociaciones con los pases andinos (Per, Ecuador,

    Colombia y Bolivia como observador), son los casos que mejor ilustran el avance norte-

    americano en materia de libre comercio.

    El perodo analizado corresponde con el inicio de la ratificacin parlamentaria del TLC en

    los pases centroamericanos (CAFTA): en el mes de diciembre el acuerdo es aprobado

    por el parlamento salvadoreo y se presenta para su tratamiento en Nicaragua y

    Honduras. En un alarde de presin comercial luego de concluidas las negociaciones,

    EE.UU. anuncia que el Congreso norteamericano no votar el texto del CAFTA hasta tanto

    Guatemala, donde el tratamiento parlamentario del tratado est previsto para enero de

    OSAL111

    [AO

    V

    N15

    SEPTIEMBRE-DICIEMBRE

    2004]

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    14/17

    2005, elimine un decreto que libera la venta de medicamentos genricos y agroqumi-

    cos. En la misma direccin, el gobierno norteamericano condiciona la participacin de

    Repblica Dominicana en el CAFTA a la derogacin del arancel a las importaciones de

    jarabe de maz en el pas caribeo, que cede a las presiones votando su anulacin en el

    mes de diciembre. Por otro lado, a poco de asumir el nuevo presidente panameo, se

    llevan a cabo la V y VI Ronda de Negociaciones para la conclusin de un TLC entre el

    pas centroamericano y EE.UU. en las que se acuerda incluir (por primera vez en un TLC)una disposicin especial sobre mecanismos de seguridad que contempla clusulas

    sobre control de armas de destruccin masiva y seguridad martima, entre otras.

    En este contexto, el Plan Puebla Panam (PPP) parece cobrar un nuevo impulso con la

    realizacin de la reunin de presidentes de los pases involucrados realizada en octubre

    en Tuxla Gutirrez, Mxico. Con la firma en septiembre de acuerdos de cooperacin eco-

    nmica entre los comisionados presidenciales de Mesoamrica y el Banco

    Centroamericano de Integracin Econmica (BCIE) y con la incorporacin de Colombia

    al PPP en calidad de observador.

    De septiembre a noviembre se desarrollan la V, VI y VII Ronda de Negociaciones entre

    los pases andinos mencionados y los representantes de Washington en vistas de la con-

    clusin del TLC andino. La incorporacin como miembro pleno de Bolivia a las negocia-

    ciones queda supeditada a la sancin definitiva de la nueva ley de hidrocarburos. Esta

    ronda de negociaciones moviliza una serie de acciones de repudio al libre comercio en

    algunos de los pases involucrados, destacndose las protestas en Colombia y la cam-

    paa en Ecuador. En el primer pas, la Gran Coalicin Democrtica, junto con organiza-ciones estudiantiles, campesinas e indgenas, convoca a un paro nacional con moviliza-

    ciones contra el TLC, la ingerencia norteamericana, el gobierno de Uribe y la poltica de

    seguridad democrtica. Un milln de personas participan de manifestaciones sin prece-

    dentes en las ciudades ms importantes del pas. En Ecuador, unas 30 organizaciones

    polticas y sociales lanzan a inicios de octubre la campaa de recoleccin de firmas

    Ecuador Decide para exigir la realizacin de una consulta popular sobre el tratado

    comercial. En Guayaquil (V Ronda de Negociaciones) unas 4 mil personas de todo el

    pas, junto a activistas de Colombia y Per, realizan una marcha en rechazo al TLC con-

    vocada por la ECUARUNARI. A inicios de noviembre se lleva a cabo en la ciudad de La

    Paz, Bolivia, el III Encuentro Boliviano contra el TLC y el ALCA, del cual participan ms de

    500 representantes de organizaciones sociales de Bolivia y de las delegaciones de las

    campaas contra ambos acuerdos comerciales de Colombia, Ecuador, Per y Bolivia.

    Campesinos y agricultores nucleados en la VIII Convencin Nacional del agro peruano

    plantean al gobierno de Toledo la suspensin de las negociaciones del TLC con EE.UU.

    y proponen que el congreso apruebe una ley marco que regule las negociaciones del

    TLC, y que este sea sometido a una consulta popular. A fines de noviembre la Central

    OSAL112

    CRONOLOGA

    [MOVIMIENTOSSOCIALES,DEMOCRACIA

    YGOBERNABILIDAD

    NEOLIBERAL]

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    15/17

    General de Trabajadores Peruanos (CGTP) encabeza una movilizacin en la que miles

    de personas marchan al Congreso para expresar su rechazo al TLC.

    Si bien en este cuatrimestre se registra una disminucin de las protestas contra la inva-

    sin a Irak, es importante destacar las acciones del 12 de octubre realizadas en diferen-

    tes pases de la regin. Este da de accin regional revisti particular magnitud e impor-

    tancia en los pases andinos y centroamericanos donde se suceden manifestaciones queincluyen, entre otras reivindicaciones especficas, el rechazo a los TLCs, el ALCA y la mili-

    tarizacin, y en algunos casos promueven campaas de recoleccin de firmas para exi-

    gir la convocatoria a consultas populares sobre la firma de los acuerdos comerciales. Este

    da de accin regional, promovido por la Red de Movimientos Sociales desde el Foro

    Social de las Amricas realizado en Quito a mediados de ao, cont con la participacin

    de miles de personas que se sumaron a las numerosas manifestaciones realizadas en

    Colombia, Ecuador, Per, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua. Esta

    masiva presencia en las calles ilustra la significacin que cobra la lucha contra el ALCA,

    el libre comercio y la militarizacin, y la capacidad de articulacin de procesos de con-

    vergencia y accin regional en torno a estas problemticas.

    El proceso de integracin regional aparece marcado tambin por dos iniciativas promo-

    vidas desde diferentes gobiernos sudamericanos (particularmente el brasileo) que

    parecen inscribirse en la tentativa de conformacin de un bloque regional que permita

    mejorar las condiciones de negociacin con EE.UU. El 18 de octubre, en Montevideo,

    Uruguay, el MERCOSUR y la Comunidad Andina de Naciones (CAN) firman un acuerdo

    de libre comercio que crea el quinto mayor espacio econmico del mundo y sienta lasbases para el proceso de integracin sudamericano. Posteriormente, el 8 de diciembre,

    en el marco de la III Cumbre Presidencial Sudamericana desarrollada en la ciudad de

    Cusco, Per, los presidentes y/o representantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia,

    Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Per, Suriname, Uruguay y Venezuela firman la

    Declaracin de Cusco, dando as nacimiento a la Comunidad Sudamericana de

    Naciones. Frente al potencial que en trminos de desarrollo autnomo encierra seme-

    jante iniciativa regional, no pueden dejar de advertirse tal cual seala Lander las noto-

    rias contradicciones entre los objetivos y metas formulados en esta declaracin y el

    rumbo principal que hoy asumen las polticas pblicas en la mayora de los pases suda-

    menricanos (ver artculo de Edgardo Lander en el presente OSAL).

    Una significativa importancia cobraron las protestas que a lo largo del cuatrimestre se

    sucedieron en Chile en los diferentes encuentros preparatorios a la XVI Reunin

    Ministerial de la APEC realizada en Santiago a mediados de noviembre, que cont con

    la participacin de presidentes, representantes de economa y comercio de los 21 pa-

    ses miembros de la zona Asia-Pacfico. Las numerosas acciones desplegadas por orga-

    OSAL113

    [AO

    V

    N15

    SEPTIEMBRE-DICIEMBRE

    2004]

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    16/17

    nizaciones sociales desde el mes de septiembre sirvieron para preparar la masividad

    sin precedentes de las manifestaciones de mediados de noviembre, brutalmente

    reprimidas por los carabineros, que detienen a 189 activistas. En forma simultnea y

    paralela al inicio de las sesiones formales de los 21 presidentes de la zona (entre ellos

    los de EE.UU., Rusia, China y Corea del Sur) se desarrolla el Foro Social Chileno, en el

    que participan ms de 3 mil personas en torno a la discusin de temas como demo-

    cracia, derechos humanos, medio ambiente y crticas a la globalizacin y el libre mer-cado.

    Los casos enumerados ilustran una tendencia ya sealada en anteriores ocasiones

    que parece consolidarse en el curso de 2004: la adscripcin de la mayora de los gobier-

    nos y de las lites econmicas latinoamericanas a las polticas y acuerdos de liberaliza-

    cin comercial inspirados en las normas de la Organizacin Mundial del Comercio. La

    promocin de este modelo de apertura comercial aparece justificada en los discursos

    oficiales como garante del flujo de capitales externos para la inversin domstica. Segn

    este punto de vista, el incremento de la inversin externa permitir sostener e incre-mentar en los prximos aos el nivel de relativa recuperacin econmica experimenta-

    do recientemente. Estos argumentos estn tambin presentes en las firmas de acuerdos

    comerciales de algunos pases de la regin (Argentina, Brasil, Mxico) con pases asiti-

    cos (particularmente China y Corea del Sur) suscriptos en ocasin de los viajes de los

    presidentes Lula y Kirchner a China y de las misiones comerciales en estos pases del

    Cono Sur encabezadas por los presidentes asiticos.

    OSAL114

    CRONOLOGA

    [MOVIMIENTOSSOCIALES,DEMOCRACIA

    YGOBERNABILIDAD

    NEOLIBERAL]

  • 8/8/2019 Movimientos Sociales Clacso No 15

    17/17

    Bibliografa

    Palau, Marielle y Kretschmer, Regina 2004 La guerra de la soja y el avance del neolibe-

    ralismo en el campo paraguayo, en OSAL (Buenos Aires: CLACSO) N 13, enero-abril.

    Rodrguez, Mirtha 2004 El capitalismo arremete: criminalizacin de la pobreza, en OSAL

    (Buenos Aires: CLACSO) N 14, mayo-agosto.

    Seoane, Jos y Nacci, Mara Jos 2004 Movimientos sociales y democracia en Amrica

    Latina frente al neoliberalismo de guerra (Buenos Aires) mimeo.

    Stdile, Joao Pedro 2004 El MST y las disputas por las alternativas en Brasil, en OSAL

    (Buenos Aires: CLACSO) N 13, enero-abril.

    Svampa, Maristella y Pandolfi, Claudio 2004 Las vas de la criminalizacin de la protesta

    en Argentina, en OSAL (Buenos Aires: CLACSO) N 14, mayo-agosto.

    Zavalla, Cynthia 2004 Canon minero y distribucin de ingresos en el Per, en Per hoy.

    Los mil das de Toledo (Lima: DESCO).

    Notas

    1 Para la preparacin del presente artculo se consideraron tanto las cronologas del con-

    flicto social correspondientes al ltimo cuatrimestre de 2004 como los informes sobre las

    mismas elaborados por el equipo del OSAL. Queremos agradecer la colaboracin de

    tod@s ell@s y especialmente a Clara Algranati por las sugerencias y revisin del texto.

    OSAL115

    [AO

    V

    N15

    SEPTIEMBRE-DICIEMBRE

    2004]