Modulo de Formacion Pedagogia y Didactica Critica-1

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Plan Nacional de Formacin Permanente 2011-2012

DIMENSIN REFLEXIONES CRTICAS SOBRE EL PROCESO EDUCATIVOMDULO DE FORMACIN: PEDAGOGA Y DIDCTICA CRTICA

Educacin Universitaria para la Emancipacin

Plan Nacional de Formacin Permanente 2011-2012DIMENSIN REFLEXIONES CRTICAS SOBRE EL PROCESO EDUCATIVO MDULO DE FORMACIN: PEDAGOGA Y DIDCTICA CRTICAMinistra del Poder Popular para la Educacin UniversitariaMarlene Yadira Crdova Rubn Reinoso Ratjes Luis Bonilla Molina

Viceministro de Desarrollo Acadmico Viceministro de Planificacin Estratgica Viceministro de Polticas EstudiantilesJehyson Guzmn Araque

Directora General (E) de Formacin Docente, Postgrado, Investigacin e Innovacin TecnolgicaBelkis Bigott Suzzarini

Directora General (E) de Recursos para la Formacin y el Intercambio AcadmicoMariela Cabello Sanabra

Compilacin y edicin Colaboracin

Maribel Izarra Laguna, Alejandro Maldonado Fermn Universidad Bolivariana de Venezuela, Grupo de Investigacin y Difusin en Educacin Matemtica, IPASME, Rubn Alayn, Begoa Anchustegui, Jos Azuaje, Gustavo Bastardo, Osmery Becerra, Rosa Becerra, Luis Antonio Bigott, Omaira Bolvar, Maritza Capote, Sagrario De Lorza, Edgar Figuera, Vladimir Lazo, Maite Andr, David Mora, Andrs Moya, Al Rojas, Maralejandra Seijas, Wladimir Serrano, Jos Gregorio Linares

Ministerio del Poder Popular para la Educacin Universitaria http://www.mppeu.gob.ve Sector La Hoyada, Avenida Universidad, Torre Ministerial, Caracas Impreso en la Repblica Bolivariana de Venezuela Noviembre, 2011 ISBN Depsito legal

Diseo y DiagramacinThayd Rondn

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PresentacinEl mdulo de formacin: Pedagoga y Didctica Crtica tiene como objetivo estimular la apropiacin de conceptos y experiencias en las reas de pedagoga, investigacin, aprendizaje por proyectos, didctica crtica y didcticas especiales, entre otros, con el propsito de transformar el modelo frontal que caracteriza los procesos de enseanza y aprendizaje en los diferentes subsistemas educativos. Para ello, el mdulo se desarrollar sobre la base del diagnstico de concepciones pedaggicas previas en las y los profesores; la caracterizacin de la pedagoga y la didctica; los modelos de enseanza y la concepcin de los elementos problematizadores de la pedagoga; el anlisis de la metodologa de aprendizaje por proyectos; el desarrollo de didcticas especiales que respondan a los postulados de la pedagoga crtica; y la socializacin de los avances individuales. Este mdulo de formacin busca la comprensin de que el proceso educativo implica mltiples aprendizajes que pueden llevarse a cabo en las reas del currculo, en las gestin de los encuentros, en el trabajo en equipo, en las exploracin y reflexin de la propia prctica, en el anlisis de casos y de la experiencia de otros, en el estudio de nuevas teoras y conceptos que posibiliten la reconstruccin y renovacin de las estrategias y de los recursos docentes para la enseanza, y la investigacin educativa. Asimismo, se espera que las instituciones universitarias diseen otros mdulos que complementen la formacin en esta dimensin, de acuerdo a las diferentes realidades institucionales y territoriales.

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Dimensin Reflexiones Crticas sobre el Proceso Educativo Mdulo de Formacin: Pedagoga y Didctica CrticaObjetivo de formacin: Estimular la apropiacin de conceptos y experiencias en las reas de pedagoga, investigacin, aprendizaje por proyectos, didctica crtica y didcticas especiales, entre otros. Objetivos especficos1.- Diagnosticar concepciones pedaggicas previas de los participantes. 2.- Caracterizar la pedagoga y la didctica crtica con base en la investigacin. II 4 horas

Sesin Duracin

I

2 horas

1. Actividad evaluativa individual mediante instrumento de Reflexin y autoevaevaluacin escrito. Instrumento luacin de la prctica 2. Actividad evaluativa grupal evaluacin. educativa. sobre socializacin de experiencias educativas. 1. Conferencia sobre pedagoga y didctica crtica con base en la investigacin-accin. 2. Revisin de lectura de materiales de formacin. 3. Anlisis en grupos pequeos de materiales revisados. 4. Plenaria de socializacin de saberes.

Propuestas para el intercambio de saberes

Resultados

Recursos

de

Documento sntesis sobre la necesidad del desarrollo de una educacin crtica y liberadora.

1. Pedagoga y didctica crtica para una educacin liberadora, David Mora. [1] 2. Investigacinaccin participativa, crtica y transformadora, Andrs Moya y Rosa Becerra. [2]

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Dimensin Reflexiones Crticas sobre el Proceso Educativo Mdulo de Formacin: Pedagoga y Didctica Crtica

Objetivos especficos

Sesin Duracin

Propuestas para el intercambio de saberes

Resultados

Recursos1. Hacia una formacin docente crtica y transformadora, Rosa Becerra y Andrs Moya.[3] 2. Analizar las prcticas? Las prcticas de enseanza en la formacin docente, Jorge Steiman. [6] 3. La didctica universitaria: Referencia imprescindible para la enseanza de calidad, H. Damaris Daz. [7] 4. Sujeto: De la modernidad a los nuevos sujetos pedaggicos, Alejandra Carbajo y Mara C. Hernaiz. [8] 5. El adulto como sujeto pedaggico. Resignificacin de la produccin de los alumnos, Rosa Soria B. [9]

3.- Caracterizar los modelos de enseanza y la concepcin de los elementos problematizadores de la pedagoga.

III

6 horas

1.- Conferencia sobre paradigmas y desafos tericos sobre modelos pedaggicos. 2. Revisin de lectura de materiales de formacin. 3. Anlisis de los aspectos problematizadores de la pedagoga: sujeto pedaggico, el sujeto que ensea, concepciones sobre los saberes, los procesos de contextualizacin e integracin de los saberes. 4. Plenaria de socializacin de saberes.

Documento sntesis sobre la autoreflexin y el anlisis crtico de los modelos de enseanza y la concepcin el sujeto pedaggico.

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Dimensin Reflexiones Crticas sobre el Proceso Educativo Mdulo de Formacin: Pedagoga y Didctica Crtica

Objetivos especficos 4.- Analizar la metodologa de aprendizaje por proyectos, como una va para la integracin y contextualizacin de saberes.

Sesin Duracin

IV

6 horas

Propuestas para el intercambio de saberes 1. Conferencia sobre metodologa de aprendizaje por proyectos. 2. Revisin de lectura de materiales de formacin. 3. Anlisis en grupos pequeos de materiales revisados. 4. Intercambio de experiencias en la formulacin y ejecucin de proyectos de aprendizaje.

Resultados

Recursos 1. Construyendo cambios. Conduccin y planificacin estratgica de proyectos de cambios, Marlene Yadira Crdova. [4]

Documento sntesis sobre la metodologa de aprendizaje por proyectos y sus diferentes realizaciones en las IEU.

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Dimensin Reflexiones Crticas sobre el Proceso Educativo Mdulo de Formacin: Pedagoga y Didctica Crtica

Objetivos especficos 5.- Analizar y desarrollar didcticas especiales que respondan a los postulados de la pedagoga crtica.6. Socializar los avances individuales del anlisis crtico.

Sesin Duracin

V

6 horas

Propuestas para el intercambio de saberes 1. Conferencia sobre didcticas especiales. 2. Revisin de lectura de materiales de formacin. 3. Anlisis en grupos pequeos de materiales revisados. 4. Plenaria de socializacin de saberes.

Resultados Documento sntesis que proponga vas para el desarrollo de didcticas especficas.

Recursos

VI

6 horas

1.- Exposiciones individuales de los avances del anlisis crtico y del trabajo socioco- Informe de avance por munitario. participante. 2.- Interaccin grupal.

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ndice de recursos de apoyo para el Mdulo de Formacin: Pedagoga y Didctica CrticaNo. REFERENCIAS 1 Mora, David. (2011). Pedagoga y didctica crtica para una educacin liberadora. En Rojas Olaya Al (coord.) Foro al Futuro. Tema Didctica Crtica. Caracas, Fondo Editorial Ipasme, pp. 21-76, 2 3 4 5 6 Becerra, Rosa y Moya, Andrs. (2010). Investigacin-accin participativa, crtica y transformadora. Integra Educativa. Tema: Educacin Matemtica, III (2), 133-156. Becerra, Rosa y Moya, Andrs. (2008). Hacia una formacin docente crtica y transformadora. En David Mora y Silvya de Alarcn (coords.). Investigar y Transformar. La Paz, III-CAB. Serrano, Wladimir. (2009). Algunos elementos para una educacin matemtica crtica en Venezuela: Conocer y Conocimiento. Integra Educativa. Tema: Pedagoga y Didctica Crtica, II (1), 125-144. Steiman, Jorge. (2006). Analizar las prcticas? Las prcticas de enseanza en la formacin docente. En Gema Fiority y Patricia Moglia (comps.). La formacin docente y la investigacin en didcticas especficas. Buenos Aires, CEDE-UNSM, pp. 29-34. Daz, Damaris. (1999). La didctica universitaria: Referencia imprescindible para la enseanza de calidad. En Revista Electrnica Interuniversitaria de Formacin del Profesorado, 2 (1), Disponible en: http://www.uva.es/

aufop/publica/revelfop/99-v2n1.htm7 8 9

Carbajo, Alejandra y Hernaiz, Mara. (2004).Sujeto: De la modernidad a los nuevos sujetos pedaggicos. Mimeografiado. Trelew, Argentina. Soria, Rosa. (2003). El adulto como sujeto pedaggico. Resignificacin de la produccin de los alumnos. Ponencia presentada en el Congreso Latinoamericano de Educacin Superior en el Siglo XXI, Universidad Nacional de San Luis, San Luis, Argentina, 18-20 septiembre. Galagovsky, Lydia. (2006).Didctica de las ciencias experimentales. En Gema Fiority y Patricia Moglia (Comps.). La formacin docente y la investigacin en didcticas especficas. Buenos Aires, CEDE-UNSM, pp. 81-88.

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Plan Nacional de Formacin Permanente (PNFP) Dimensin de reflexiones crticas sobre el proceso educativo Mdulo de formacin: pedagoga y didctica crticaRESUMEN Actualmente, nos encontramos ante una importante discusin, en los diversos campos de las ciencias sociales, naturales, matemticas y, especialmente, en la educacin, donde se trata de incorporar y fortalecer los principios fundamentales de las corrientes filosficas y epistemolgicas crticas, reflexivas y transformadoras, desarrolladas tanto en Europa como en Amrica Latina y el Caribe durante el siglo veinte. En este marco, existe gran inters sobre la reflexin terico-prctica en el campo de las ciencias de la educacin, particularmente, en pedagoga y didctica. El respaldo lo constituyen, los principios bsicos de la Teora Crtica y, adems de los aportes de la tradicin crtica de la ciencia y la educacin, de Amrica Latina y el Caribe. Proponemos avanzar en esta direccin pedaggica-didctica, porque responde a las necesidades e intereses de nuestras sociedades, que buscan, con mayor fuerza y decisin, caminos de liberacin sociopoltica, econmica y cultural, especficamente en el mbito educativo. La propuesta, Pedagoga y Didctica Crtica para una Educacin Liberadora, tiene por objeto contribuir con esta discusin, a travs de algunos aspectos fundamentales referidos a la Teora Crtica, as como tratar el tema de la pedagoga y la didctica crticas, de acuerdo a un conjunto de elementos sustantivos de la discusin educativa actual. 9

Material de lectura n 1 Mora, David. (2011). Pedagoga y didctica crtica para una educacin liberadora. En Rojas Olaya Al (coord.) Foro al Futuro. Tema Didctica Crtica. Caracas. Fondo Editorial Ipasme. pp. 21-76,1

1 A continuacin encontrar la transcripcin del material referenciado. Su uso es exclusivamente con fines didcticos. Se ruega no utilizarlo para fines distintos.

Palabras clave: Teora crtica, Pedagoga y Didctica, Prctica Educativa y Transformacin social. ABSTRACT At present we are faced with an important discussion in the diverse areas of the social and natural sciences, mathematics and especially in education, which seeks to redeem and to reinforce the fundamentally reflexive and transformative principles of the philosophical and epistemological currents of the twentieth century in Europe as well as in Latin America and the Caribbean. In this context, new theoretical reflections and ideas about concrete practices have arisen in the field of education sciences, particularly in pedagogy and didactics. These are based on the basic principles of Critical Theory and on essential contributions to the critical tradition in the sciences and education of Latin America and the Caribbean. It is necessary to pursue this pedagogic-didactical line, regardless of some unfounded opposition, because it responds in a valid way to the necessities and interests of our societies, which seek with ever greater strength and determination paths for their socio-political, economic and cultural liberation, specifically in the educational context. This work intends to contribute to this debate. It first discusses some fundamental aspects of Critical Theory and then deals with the topics of pedagogy and didactics in relation to key critical elements of the current education debate. Keywords: critical theory, pedagogy and didactics, educational practice and social transformation. 10

Transformacin social Teora CrticaEl trmino teora crtica o teora crtica de la sociedad, fue acuado por Horkheimer y Marcuse, en la revista sobre Investigacin Social a mediados de 1937 en los artculos: Teora Tradicional, Teora Crtica y Filosofa y Teora Crtica. En estos artculos reflejan la concepcin filosfica y terica de los participantes del ampliamente conocido Instituto de Investigacin Social de Frankfurt, acreditado tambin como el grupo que constitua la an ms clebre Escuela de Frankfurt. Desde entonces el trmino Teora Crtica, se impuso nacional e internacionalmente como una teora sociocrtica de la sociedad, alcanzando diversos campos, como por ejemplo la sociologa y la educacin. El concepto conocido como Teora Crtica, tuvo su inicio a partir del anlisis hecho por Horkheimer y Marcuse, a mediados de los aos 30, a partir del trabajo realizado por Carlos Marx sobre Crtica de la Economa Poltica. La comprensin del trmino crtica, de parte de este grupo de marxistas, se entendi como dialctica crtica. La teora crtica, desde la perspectiva de la dialctica crtica, considera aspectos de la economa poltica, en relacin con las diversas formas y medios de produccin econmica. Los procesos de produccin, en los diversos campos de la economa capitalista, cuyo fin consiste en la elaboracin de productos necesarios y superfluos, enraizado en el dominio de la naturaleza por los seres humanos y, particularmente, focaliza el uso de la fuerza de trabajo de los hombres sobre la base del mximo rendimiento a menor costo, hasta el punto de impedir toda posibilidad de emancipacin y liberacin del colectivo y del sujeto como esencia fundamental de los procesos productivos a menor, mediana y mayor escala. Cuando hablamos aqu de procesos produc11

tivos, no nos referimos nica y exclusivamente a la tradicional relacin entre fuerzas de trabajo productivas, personas, maquinarias, y sectores dueos de los medias de produccin, capital y herramientas, sino esencialmente a toda relacin de dominacin a travs del trabajo, las diversas manifestaciones del capital, la produccin, la tecnificacin y comercializacin. La garanta, para el liberalismo y el neoliberalismo, de la existencia de estas formas diversas de dominacin y explotacin, fue sin duda, el fortalecimiento de las concepciones individualistas de la sociedad. Horkheimer (1969, 148-149) seala, por ejemplo lo siguiente: El individualismo es la esencia misma de la teora y la praxis del liberalismo burgus que ve el progreso de la sociedad en el efecto recproco automtico de los intereses divergentes en un mercado libre. EI individuo solo puede conservarse como ente social en tanto persigue sus intereses a largo plazo a costa de los placeres inmediatos y efmeros. Las cualidades de la individualidad, forjadas por la disciplina asctica del cristianismo se vieron fortalecidas por el liberalismo. El individuo burgus no se considero como necesariamente antagnico respecto a la colectividad, sino que crea o bien se le enseaba a creer que perteneca a una sociedad capaz de alcanzar el ms alto grado de armona solo por la competencia ilimitada de los intereses individuales. Puede decirse que el liberalismo se consideraba promotor de una utopa realizada, que ya no necesitaba ms el allanamiento de algunos desniveles perturbadores. Tales imperfecciones no podan cargarse en la cuenta del principio liberal, sino en la de los lamentables obstculos no liberales que demoraban el xito pleno de aquel. EI principio del liberalismo haba conducido a la uniformidad mediante el principio nivelador de comercio y trueque que mantena unida a la sociedad liberal. La mnada, smbolo del siglo XVII del individuo econmico atomista de la sociedad burguesa, se convirti en un tipo so12

cial. Todas estas nmadas, por aisladas que se encontraran gracias a los fosos del egosmo, del inters propio, se asemejaban sin duda cada vez ms unas a otras, en lo que se refiere a la persecucin de ese inters propio. En nuestra poca, la de las grandes corporaciones econmicas y de la cultura de masas, el principio de la uniformidad se libera de su mscara individualista, es proclamado abiertamente, y elevado a la categora del ideal autnomo. El contenido real de la Teora Crtica, est orientado al esclarecimiento de las relaciones injustas de produccin, consumo y acumulacin de capital en las sociedades capitalistas, independientemente de las formas de produccin: agrarias, comunitarias, industriales, postindustriales o altamente tecnificadas como ocurre en el momento histrico actual.

Propsito de la Teora CrticaPrimero, la Teora Crtica analiza como la economa liberal o neoliberal, en las relaciones de poder y produccin contemporneas, conduce al monopolio, no slo del capital, la fuerza del trabajo y los medios de produccin, sino tambin al manejo de los comportamientos e interacciones interpersonales, como por ejemplo formas de actuar, consumo, relaciones entre sujetos y grupos culturales o sencillamente, dependencias sociales y sicolgicas con criterios determinados por los grupos de poder econmico y mediticos. El control de los sujetos, a travs de un supuesto discurso de liberacin individual, tiene gran xito en la sociedades altamente tecnificadas y mediatizadas. El domino del trabajo productivo no est realmente en manos de los sectores populares mayoritarios y explotados, sino en los grupos minoritarios, dueos del capital y con ello de las fuerzas productivas. 13

No se trata solamente de la convencional relacin entre las fuerzas productivas tradicionales y los dueos de los medios y fuerzas productivas a travs de los diversos mecanismos de relacin de poder, sino sobre todo, del dominio de unos pocos sectores sobre grandes conglomerados de personas, a travs de formas altamente tecnificadas y sofisticadas de explotacin y dominacin, que alcanza su mxima expresin durante la mitad del Siglo XX e inicios del Siglo XXI. El capital privado, segn la Teora Crtica, es tan daino o peligroso, como el control de la economa de parte del Estado Burgus o los grupos cooperativistas independientes de ste o de los grandes monopolios del capital en manos de banqueros, terratenientes u otras formas sutiles y muy modernas de acumulacin de capital. En todos estos casos, queda intacto el principio de la dominacin y opresin. La Teora Crtica pretende un mundo altamente emancipado y a partir de las relaciones de poder y produccin igualitaria, que obviamente, requiere de un largo e intenso proceso de formacin y educacin crtica, poltica, tcnica y liberadora. La Teora Crtica, en consecuencia, se convierte en la teora de anlisis de la filosofa que respalda a la ciencia de la economa enmarcada en el mundo de la neutralidad poltica. De all su importancia, para la Teora Crtica, la Economa Poltica dentro de la concepcin marxista del mundo y las relaciones interactivas entre los sujetos miembros de un determinado grupo cultural con caractersticas semejantes o entre grupos culturales poseedores de aspectos singulares diferenciados. La esencia de la Teora Crtica, entre otros aspectos, explica un conjunto importante de contradicciones de la sociedad burguesa actual, tal vez no analizadas por los marxistas anteriores a la tercera dcada de Siglo XX. Creemos, que la Teora Crtica surge y se desarrolla como complemento importante del anlisis marxista de la sociedad. Pucci (1994, 1415) indica al respecto lo siguiente: 14

A hiptese que defendemos e a de que a Teoria Crtica, embora enfatize sobremaneira categorias no tratadas de maneira aprofundada por Marx e pelo marxismo originrio, como as categorias superestruturais da cultura, da filosofia, da psicologia etc., tendo em vista inclusive um novo contexto econmico, cultural, poltico, contudo tem como pano de fundo bsico (no como primazia) a dimenso econmica da realidade capitalista monopolista, articula a relao teora-prctica de uma maneira diferente das revolucionrias dcadas dos anos 10 e 20 desde sculo, redimensiona as categorias clases sociais e Iuta de classes numa conceituao menos restrita, e se enriquece com as contribuos da filosofia e da academia. Em nossa opio, para se resgatar a concepo materialista da historia, que visa transformar a realidade e as mentalidades, no se deve apresentar uma dimenso de ruptura com o marxismo ocidental, como afirma Anderson, mas de complementaridade (conexo, como diz Manacorda, no obstante suas crticas especficas aos franktfurtianos) a partir dos desafios que a moderna sociedade apresenta. No colocano as teorias, que esto no mesmo horizonte do materialismo histrico, uma contra as outras, na busca da mais perfeita, fechando-se em principios e dogmatismos, que se avana em termos de una concepo materialista da historia mais adequada ao nosso tempo; mas, pensamos ns, ancorados no pensamento marxismo, e atentos aos desafios da historia, resgatando das teorias progressistas os elementos que possam ajudar a enxergar melhor e transformar a realidade. nesse senti do que pensamos a Teora Crtica e suas contribuies teoria marxista contempornea. Segundo, la Teora Crtica, analiza las formas productivas, y en consecuencia sus productos derivados, superfluos, determinados por la construccin social y sicolgica de necesidades abstractas e irreales, creadas por los grupos de poder con la finalidad de mantener intac15

to el crculo diablico de la produccin, comercializacin, consumo y explotacin tanto de recursos naturales como de las fuerzas productivas, siempre con el objetivo de peremnizar las estructuras sociales, polticas y econmicas de desigualdad. Este ciclo perverso constituye la ideologa de la objetividad y necesidad, que respalda la existencia de sociedades depredadoras de la naturaleza y los seres humanos. Ideologa, por lo dems, inmersa en un mundo de contradicciones y falsa libertad de accin y decisin. Por supuesto que esta ideologa se fortalece, especialmente, en las sociedades altamente industrializadas y tecnificadas, donde supuestamente no existe lucha de clases, puesto que solo una quinta parte de la poblacin pertenece a la clase trabajadora desde la concepcin convencional, pasando por alto el refinamiento de las relaciones de dominacin y acumulacin, tambin altamente modernas. La fortaleza de la Teora Crtica, demanda el anlisis, despus de 70 aos, estas formas actuales de desigualdades profundas, que tienen su sustento en nuevos mecanismos de explotacin nacionales e internacionales. Es iluso pensar que estamos en presencia de otras formas de relacin de produccin y poder, y que se ha superado definitivamente la explotacin, las injusticias y las desigualdades. Para bien, la Teora Crtica, nos ayuda bastante en el anlisis y superacin de esta falsa ideologa. El ncleo consiste en el valor de las cosas en s mismas, como parte de la naturaleza del comportamiento de los seres humanos en sociedades burguesas primarias, intermedias o altamente tecnificadas. La verdadera razn est en la existencia de individuos alienados y alienantes, poseedores del poder de la palabra, el capital y las instituciones del Estado Burgus y en especial el poder sobre la ciencia y la tecnologa. Este es el problema real de la sociedad de ayer y hoy. Brquez (2006, 38) resume el pensamiento 16

marxista explicativo, como base de la Teora Crtica, en las siguientes palabras: Karl Marx, intelectual del siglo XIX, queda perplejo por la capacidad econmica y tecnolgica que se desarrolla en el mundo moderno para producir y reproducir mercancas a una velocidad y volumen como nunca antes se habr visto, afirmando que ello solo es posible gracias al uso de paciencia y la tecnologa que aplica en el sistema productivo la burguesa (clase dominante), la cual tiene el capital suficiente, que aumenta constantemente (acumulacin capitalista), gracias a la explotacin de la fuerza de trabajo ejercida contra el proletariado (clase dominada). La burguesa sustenta la reproduccin de su capital, debido, fundamentalmente, a que le paga al trabajador un salario que le permite a este solamente recuperar su energa para volver a trabajar. Los dueos de los medios de produccin no le renumeran al obrero un salario equivalente a las ganancias obtenidas. Para Marx, la masa de capital es invertida en materia prima, tecnologa, infraestructura, mantenimiento de los instrumentos de produccin, etc., pero no en un salario justo y equitativo al trabajo realizado por el obrero (horas de labor). Esa parte del salario no pagado, Marx la denomina plusvala, y constituye la base del proceso de acumulacin capitalista. Tercero, la Teora Crtica pretende develar, a travs de procesos de esclarecimiento y discusin de las contradicciones latentes y subyacentes de nuestras sociedades, la conformacin de una supuesta relacin armnica deliberativa, en las sociedades donde existen democracias representativas burguesas. Estas sociedades han construido a lo largo de los aos supuestas relaciones estables entre los sujetos, constituyendo una estructura socio1gica y sico1gica altamente engaosa. Existe en nuestras sociedades la creencia de la existencia de condiciones iguales de deliberacin y decisin a travs de la partici17

pacin momentnea y temporal en procesos electorales de cualquier naturaleza. Las estructuras burguesas de los Estados Capitalistas, han permitido procesos de democratizacin, descentralizacin, municipalizacin e, inclusive, de la participacin popular. Estos mecanismos muy inteligentes de los Estados Burgueses engaosos, han logrado apartar de la discusin y el debate sociopoltico las verdaderas razones de injusticia y desigualdad social. La supuesta deliberacin democrtica, ha logrado un objetivo muy claro y pertinente con los requerimientos de la burguesa: convertir las necesidades e intereses, en la mayora de los casos dirigidos y determinados por la misma burguesa, en comportamientos generales, en torno al cual se mueve y adecua lo particular. Las acciones de cada sujeto estn sometidas, a las condiciones de una supuesta armona generalizada, vlida para cada uno/a de los/as habitantes de este planeta, sin importar los contextos, los intereses colectivos ni las caractersticas propias de la naturaleza, que sufre rpida y directamente las consecuencias de la sociedad depredadora, determinada por los principios del capitalismo en sus diversas manifestaciones: capitalismo incipiente, industrial y altamente tecnificado. En ese sentido, conviene reflexionar sobre los principales supuestos de la Teora Crtica, los que obviamente respaldan todos los criterios desarrollados hasta el momento.

Supuestos (s) de la Teora CrticaLa Teora Crtica analiza, como primera premisa bsica, la existencia y esencia del capital. Este anlisis est vinculado a la crtica marxista, a la economa en el trabajo como economa poltica. La interesante, no es el estudio de un momento histrico del desarrollo de sociedades industrializadas, sino el esclarecimiento de la existencia y dominio del 18

capital en cada sociedad y momento histrico, mientras existan seres humanos en este planeta. La premisa es muy sencilla: la acumulacin de capital tiene relacin con la sociedad de consumo, la existencia de mercancas y las formas propias de produccin, sin la conformacin de medias y maneras de concienciacin. El significado de la Teora Crtica, radica en el anlisis de las sociedades altamente desiguales e injustas. Ella no ha pasado de moda ni est des-actualizada, porque su objetivo consiste, en explicar, y por supuesto, superar las contradicciones profundas de las sociedades inmersas en el mundo de la produccin y el consumo de mercancas innecesarias, ms si stas reproducen estructuras injustas en todos los mbitos de las relaciones e interacciones entre los seres humanos de cada comunidad, por muy pequea que sta sea. Las sociedades actuales, a diferencia del capitalismo propio del Siglo XIX o de la segunda mitad del Siglo XX, sustentan sus bases y orientaciones en la supremaca del individuo, en su poder de accin y decisin sobre los otros y de su capacidad de acumulacin y consumo, sin importar el peso que represente para la naturaleza y las condiciones en las que tenga lugar. Es decir, la sociedad de consumo actual es altamente individualista y depredadora, donde el fin ltimo, consumir y acumular, justifica cualquier medio, como por ejemplo, explotar a los/ as otros/as sin contemplacin. Estas sociedades pueden atravesar por momentos peridicos o sorpresivos de sobreproduccin-consumo o escasez. EI sistema capitalista busca o inventa mecanismos de permanencia, muchos de ellos engaosos y contradictorios. En algunos casos, se muestra muy liberal e individualista, mientras que en otras circunstancias, puede ser protector e inclusive, tener comportamientos propios de sociedades en procesos de transformacin hacia el socialismo. Sin embargo, sus principios continan siendo los mismos. 19

Produccin de bienes innecesarios bajo el control de unos pocos, comercializacin masiva de mercancas poco significativas desde el punto de vista social y personal, mucho consumo de energa, explotacin de seres humanos y altos niveles de depredacin a la naturaleza local y global. Sin caer en la trampa del postmodernismo, podramos afirmar que la crisis del capitalismo en las sociedades modernas, tiene relacin con un conjunto de desfiguraciones sociales, econmicas, polticas, cientficas, mediticas, culturales y, especialmente, en la desorientacin de los avances de la tcnica, que podemos sinterizar, de acuerdo con la opinin de Young (1993, 21-22), de la siguiente manera: La modernidad ha creado sus propios problemas: por la arrogancia de una ciencia y de una tcnica satisfechas, por no haber alcanzado un grado de inteligencia social proporcionado a su capacidad tcnica, por la extensin del poder burocrtico a la vida cotidiana y por la enajenacin del individuo, producida por la tentativa de los medios de difusin de manipular la identidad personal. Desde el punto de vista mundial, podemos ver tambin que la modernizada ha tornado una forma especficamente europea, como tambin podemos ver, desde el punto de vista feminista, los rasgos de la desfiguracin patriarcal. A todo ello se aaden los problemas ambientales, que en cierto modo son consecuencia de estas otras desfiguraciones. Las cuatro deben ser subsanadas, si la posibilidad de cierta conservacin de la idea de la racionabilidad ha de ser rescata de s misma. La ciencia se cre una idea parcial de s misma, que despus confundi con la idea de todo posible conocimiento humano. Ignorando los fundamentos sociales de la investigacin, quedo presa de los imperativos tcticos del Estado y del complejo militar-industrial. Tambin se confundi la tcnica. Se alz con una tirana y solo mantiene una vida artificial gracias a haber olvidado irreflexivamente sus orgenes en las opciones sociales 20

y culturales humanas. La sociologa, recogiendo estos errores, se ha convertido en bufn que, con grotescas piruetas, trata de imitar el modo de las ciencias slidas de engaarse a s mismas. La lgica de la tcnica ha penetrado en la sobras del gobierno y, en nombre de la eficacia, los funcionarios estn colonizando cada vez mas esferas de sentido particular. Por encima de todo ello, como unos espejos deformantes de feria, los medios de difusin emiten tantos reflejos de los que somos o pudiramos ser que nos agradan o acortan sucesivamente hasta embotarnos la sensibilidad. No es raro que unas voces reclamen o el ensueo de recobrar los sentidos perdidos rompiendo los espejos, o una verbena de imgenes reordenando los espejos en una regresin infinita de significados, como el dibujo de la caja de copos de avena Quaker Oats. Las dificultades peridicas o sorpresivas, provocada por el sistema capitalista nacional e internacional, pueden llevar a situaciones de desigualdad y explotacin mas profundas que en momentos de abundancia; tambin es posible que conduzcan a comportamientos egostas, xenofbicos, separatistas, violentos y autoritarios, como ocurre actualmente al interior de algunos pases o en el mbito internacional. Un caso muy elocuente consiste en las acciones racistas, inhumanas, injustas y discriminadoras de los pases europeos respecto a los/as inmigrantes, de origen africano, latinoamericano y caribeo. Los Estados Burgueses pasan, en el mbito de la democracia representativa-burguesa, a comportamientos totalitarios y autoritarios, ms aun cuando ocurren momentos crticos en los ciclos de la economa perversa que sustentan. Las actitudes antidemocrticas aumentan al producirse, acciones contrarias al orden establecido y requerido por el Estado Burgus imperante. Hoy vemos como existen mecanismos sofisticados de control, a travs de la implementacin 21

mundial de las tecnologas de la informacin y simulacin, la biotecnologa y, muy peligrosamente, la enajenacin. A partir del discurso permanente, aparentemente democrtico y participativo, dirigido a cada trabajador/a, al margen de sus actividades cotidianas individuales y colectivas, se sustenta el gran aparato mundial de control y manipulacin de las personas. Esta superestructura seguir existiendo en cada poca, contexto y momento histrico, mientras haya todo un constructo ideolgico, generado por la teora del capital, su acumulacin y mantenimiento de relaciones de sometimiento. Hoy esta teora, se disfraza con el surgimiento de concepciones neoliberales engaosas como la multiculturalidad, interculturalidad y transculturaldad, el comunitarismo, la sociedad global, etc., que reduce u opaca la discusin y el verdadero debate sobre la lucha por el poder, desigualdades sociales, injusticias y exclusiones, exploracin, discriminacin, racismo y la misma en la que viven grandes sectores de nuestros pueblos latinoamericanos y caribeos, as como de otras latitudes, tambin en los pases altamente industrializados y tecnificados. Los principios de la crtica ideolgica podran considerarse como la segunda premisa de la Teora Crtica. sta en oposicin a la metafsica idealista en la formacin de la filosofa de la historia, la ontologa, la filosofa irracional de la existencia de la vida y las relaciones entre los sujetos y la ontologa existencialista, as como la actual tendencia mstica y dogmtica de las relaciones de produccin y desarrollo histrico del conocimiento, de nuestros pueblos. La sociedad capitalista actual logra con mucho xito, desviar la atencin del ncleo central contradictorio hacia intereses y posiciones poco analticas desde el punto de vista cientfico. Una de estas falsas concepciones tiene que ver con la bsqueda de una identidad, inexistente por cierto entre el explotado-sometido y el dominador explotador, donde todos/as supuestamente, dejan de ser excluidos-dominados para entrar en el 22

mundo de los/as incluidos/as dominadores/as. Este mensaje, ilusorio y falso, se expresa hoy en la creencia de que todos/as tienen la misma oportunidad y pueden desarrollar las mismas competencias de dominacin. Sin embargo, y al mismo tiempo, se refuerza los mecanismos de superacin individual, egosta y exclusin, como ocurre, por ejemplo, la educacin a partir de competencias, la conformacin de lderes y el fortalecimiento de la autoestima, constructos egostas e individualistas, que impiden el logro de procesos de concienciacin popular de cada ciudadano/a en los diversos espacios y contextos donde existen seres humanos. Paulo Freire trabajo ampliamente sobre este aspecto, insistiendo en la necesidad de la reflexin y la accin poltica como medio de liberacin, a partir de cada accin educativa, como por ejemplo en los procesos de alfabetizacin, tal como lo recuerda McLaren (2004,152-153): Paulo Freire, crtico feroz del neoliberalismo, percibi una gran tensin ideolgica en la capacidad de las personas de asimilar un concepto poltico que fuese ms all de una identidad consumista engendrada a partir de la panoplia de la 1gica mercantil. Adems, la convivencia social y los discursos de la vida cotidiana no pueden definirse a priori como formas excluyentes de la esfera poltica. El contacto personal de Freire con campesinos brasileos, durante su juventud, influy de forma decisiva en su proclividad a la rebelda popular contra la explotacin econmica en Amrica Latina, frica y otras partes del mundo, Dadas las contradicciones bsicas que subyacen a un orden social involucrado en la explotacin de la gran mayora de la sociedad brasilea, la tarea o misin de Freire se concentr en la transformacin de las relaciones de produccin de riqueza social (junto con los aspectos ideolgicos y polticos a ellas vinculados). Sin embargo, ese intento de restaurar un nuevo orden social, respaldado por un sistema justo de propiedad y distribucin de la riqueza social, acabara relegndolo 23

al nivel de los educadores considerados subversivos por el Estado ... Para Freire, los propios procedimientos de alfabetizacin y el acto de llegar a conocer deben transformarse de modo que atribuyan posicin destacada a las cuestiones de la justicia social y la lucha por la emancipacin. Freire nos enseo que los oprimidos, para materializar sus propias actividades con fuerza revolucionaria, necesitan desarrollar una conciencia colectiva de su propia condicin o formacin como clase sometida, as como de un espritu de solidaridad e independencia. Desde la perspectiva freireana, la pedagoga de la alfabetizacin critica es el principal vehculo para el desarrollo de una conciencia crtica entre los pobres, lo cual conduce a un proceso de exploracin de significados y un esfuerzo creativo que combina un profunda significado social con un objetivo comn. La alfabetizacin se convierte, para l, en ese proceso comn de participacin, abierto a todos. El problema de la conciencia crtica no puede plantearse si se abstrae de los contextos histricos significativos donde se producen, se implican y se apropian los conocimientos. El principio ideolgico, fantstico, de la identificacin del/la explotado/a con el/la explotador/a, se convierte en una ilusin masoquista, cuya consecuencia radica en creer que el individuo fue liberado de las garras y cadenas de la explotacin. AI final se fortalece la idea de que es vlida y aceptable, cada accin y comportamiento de discriminacin, exclusin y humillacin, porque todos/as se creen con el derecho a dominar. Esta grave asimilacin de las identidades del dominador, genera comportamientos sociales y sicolgicos de aceptacin de las injusticias, mantiene sin ninguna resistencia las estructuras del sistema inhumano capitalista, encubre actitudes de dominacin-explotacin de unos/as sobre otros/as y produce, las condiciones necesarias para la desaparicin parcial o total de los seres humanos en el planeta. Estas relaciones forman parte de las sociedades altamente industriali24

zadas y tecnificadas, donde el discurso actual predominante, consiste en afirmar que all no se puede hablar de luchas de clases, porque la clase trabajadora convencional no llega al veinte por ciento de la poblacin. Esto significa que la ideologa imperante del sistema capitalista ha logrado, mediante la fiereza de la economa depredadora del mundo y la falsa idea de la libertad, que no es ms que un masoquismo generalizado, eliminar del debate y de las luchas sociales, el problema de la explotacin, la miseria humana social, las desigualdades y la destruccin del planeta, inclinando la balanza hacia la identificacin del explotado-excluido con el dominador-excluyente. La Teora Crtica, no slo advirti, hace ms de medio siglo, esta tendencia ideolgica del sistema capitalista internacional, sino que explic e indic sus contradicciones ideolgicas, siempre desde el marxismo, as como las formas apropiadas para la superacin de esas contradicciones.

Contradicciones ideolgicas del sistema capitalista desde la Teora CrticaEntre las contradicciones ideolgicas del capitalismo, estn el fortalecimiento de las luchas de los/as oprimidos/as contra los/as opresores, la bsqueda de liberacin-emancipacin de toda forma de dominacin y, el impulso de procesos profundos de concientizacin, que llevara inexorablemente a la superacin de las desigualdades por medios electorales para la asuncin del poder poltico de parte de las grandes mayoras, siempre en beneficio de todo el pueblo o a travs de caminos revolucionarios. Negar este objetivo, explicito o implcito, bsico de la Teora Crtica, significa negar los principios marxistas que sirven de sustento a la misma.

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La Teora Crtica tambin discute, entre otros aspectos propios de las tendencias conservadoras, la produccin de conocimientos desde la forma nica positivista de las ciencias y su implicancia respecto al impulso de los procesos de transformacin. Este es, sin duda, un aporte fundamental de la Teora Crtica en cuanto al papel de la ciencia, la tecnologa y el conocimiento en general en nuestras sociedades. Identifica la existencia de ciertas tendencias dogmticas conservadoras, dogmticas desde la perspectiva cientfica, reproductoras de las prcticas metodo1gicas cientficas del capitalismo que niegan la posibilidad de superar la maquinaria metdica de la ideologa enraizada en el capital, en contradiccin con la prdica de su superacin y eliminacin en un momento histrico futuro. La Teora Crtica intenta superar, las posiciones positivistas impuestas por las tendencias convencionales de la ciencia y las formas de produccin de conocimientos a partir de orientaciones nicas de interpretacin, comprensin y transformacin del mundo social y natural. Una de estas crticas, est dirigida a considerar la unicidad de la ciencia, y su generalizacin y aplicacin, olvidndose de la existencia de situaciones contextuales concretas y especficas. Estas pueden develarse y transformarse por los propios principios de la Teora Crtica, que supera la esencia de las tendencias positivistas y neopositivistas tanto del mtodo como de la misma produccin de conocimientos. De ah que sea importante establecer, adems, las estrechas relaciones entre la teora y la prctica, propias de la corriente crtica aqu expuesta y una estrecha relacin dialctica entre el sujeto y la sociedad, lo que Carr y Kemmis (1988, 195) denominan la doble dialctica: EL enfoque dialctico de la racionalidad utilizado por los investigadores activos subraya especialmente las relaciones dialcticas entre pares de trminos que por lo comn se juzgan opuestos y mutuamente 26

excluyentes: lo terico y lo prctico, el individuo y la sociedad. Hemos comentado ya la relacin dialctica entre lo terico y lo prctico. La relacin dialctica entre el individuo y la sociedad guarda una relacin estrecha con la discusin anterior: lo terico y lo prctico, o el pensamiento y la accin, se construyen en lo social y se incorporan en lo histrico. EI pensamiento y la accin individuales adquieren su sentido y su significado en un contexto social e histrico, pero al propio tiempo contribuyen ellos mismos a la formacin de contextos sociales e histricos. Esta doble dialctica de lo terico y lo prctico, por una parte, y el individuo y la sociedad, por otra, se halla en el ncleo de la investigacin-accin como proceso participativo y colaborativo de autorreflexin. La investigacin-accin admite que el pensamiento y la accin se desprenden de las prcticas en situaciones particulares y que las situaciones mismas pueden ser transformadas mediante la transformacin de las prcticas que las constituyen, as como los entendimientos que les confieren sentido. Ello implica transformaciones de las prcticas, los entendimientos y las situaciones individuales as como transformaciones de las prcticas, los entendimientos y las situaciones que los grupos de personas constituyen a travs de su interaccin. La doble dialctica del pensamiento y la accin y del individuo y la sociedad se resuelve, para la investigacin-accin, en la nocin de una comunidad autocrtica de investigadores activos comprometidos con el mejoramiento de la educacin, que son investigadores para la educacin. Otro de los aspectos de la Teora Crtica, concierne al anlisis minucioso de las relaciones de poder entre los sujetos de un determinado grupo social, de cualquier naturaleza, entre ellos/as mismos/as y, claro est, de este grupo con otros de similares o diferentes caractersticas. Este anlisis es histrico, contextual, global, local y temporal. Estudia las realidades concretas y especficas, sin olvidar sus interre27

laciones complejas influyentes en cortes temporales especficos. El anlisis no olvida, las formas de produccin y reproduccin del capital y con ello las contradicciones que lo determinan. Aqu entra en juego las maneras de dominio, necesarias para la conservacin del sistema, su permanencia en el tiempo y su purificacin. La habilidad del sistema capitalista, consiste en lograr una supuesta separacin entre las formas de produccin y dominacin del capital, imprimindole suficientes elementos de neutralidad. Este logro del sistema capitalista, se aprecia muy bien cuando caemos en la trampa de aceptar a creer, en la actualidad, que algunas categoras marxistas no son actuales porque (supuestamente) no existen, fbricas a industrias, sindicatos u organizaciones sociales que luchen para la superacin de las injusticias. Hemos cado en la trampa de que no podemos hablar de lucha de clases, porque solo un grupo pequeo de trabajadores posee carcter proletario. Olvidamos el papel que cumple el capital y la dominacin de unos/os sabr otros/as, independientemente de la existencia de la fbrica y el sindicato, en caso de que la posibilidad sea cierta en el futuro. La construccin y conformacin, lograda por los iniciadores de la Teora Crtica, propuesta a partir de los principios marxistas originales, permiti el posterior desarrollo del marxismo como teora cientfica del anlisis de la sociedad, sus contradicciones, relaciones de poder-produccin, condiciones materiales de existencia socio-histrica, etc. La ms importante es que la Teora Crtica, no pretende superar el marxismo a sustituirlo; por el contrario, se transforma en refuerzo terico-operativo, aplicable al anlisis del papel de la ciencia en cada sociedad y su produccin-reproduccin. No se trata de un catecismo de accin revolucionaria; sino ms bien, y sin negar este objetivo, pretende complementar la propia accin revolucionaria con el estudio cientfico de las causas, posibilidades cientficas concretas y conse28

cuencias de la misma, a travs de un mtodo apropiado: la Investigacin-Accin Participativa. La fortaleza de la Teora Crtica tambin nos permite, sin pretensiones de ninguna naturaleza, analizar las actuales coyunturas sociopolticas y la bsqueda incansable, lamentablemente alejadas del marxismo, de propuestas prospectivas de transformacin social y superacin de las contradicciones intrnsecas del capitalismo. Bernstein (1997, 22) advierte, sobre las identidades prospectivas que pretenden analizar las contradicciones de la idea bsica del capitalismo mediante otras categoras, iguales o peores que el mismo sistema capitalista: Estas identidades estn esencialmente orientadas hacia el futuro en contraste con el pasado de las retrospectivas y el presente de las identidades descentradas. Se sustentan, como las identidades retrospectivas, sobre narrativas, pero estos recursos narrativos arraigan la identidad no en el pasado sino en el futuro. Estas son narrativas de lo que va a ser, pero de aquello nuevo que va a ser, de una categora no individual sino social, como la raza, el gnero lo la regin. Los recursos narrativos de las identidades des-centradas anuncian una distancia de la base colectiva y social, por esto son construcciones individualizadas. Pero las narrativas que construyen lo que va a ser de las identidades prospectivas, crean una nueva base para las relaciones sociales, para las solidaridades y para las oposiciones. De esta manera, las identidades prospectivas incluyen un resentimiento. Las identidades prospectivas son frecuentemente impulsadas por movimientos sociales como por ejemplo, el gnero, la raza y la regin. En su Estado inicial son evanglicas y confrontacionales, y veremos ms tarde que tienen fuertes tendencias cismticas. Las identidades prospectivas comparten con los fundamentalistas la culminacin del s mismo y por lo tanto, las manifestaciones implican la totalidad del s mismo en el nuevo llegar a ser. Los procedimientos de de29

socializacin son necesarios para borrar la identidad previa. Nuevos apoyos de grupo facilitan este proceso, protegen vulnerabilidades y orientan el re-centramiento. Las identidades prospectivas, como las fundamentalistas, estn comprometidas con la actividad econmica y poltica para mantener el desarrollo de su potencial. En U.S.A. los movimientos islmicos han creado una nueva base de identidad negra, para una poltica revitalizada y un nuevo empresarialismo. Esto es el ejemplo de identidad prospectiva que surge fuera de una recontextualizacin de una narrativa retrospectiva

Direcciones y connotaciones de la Teora CrticaEl concepto de la Teora Crtica, lo veremos en doble direccin y connotacin. Por un lado, y como primer componente, parte del principio de la necesidad de constituir una teora solida, analtica y cientfica, separada de la metafsica o la simple explicacin filosfica de las cosas, los sujetos y las relaciones. El carcter terico del planteamiento de la Teora Crtica, pretende delimitar dos aspectos fundamentales: 1. La explicacin filosfica general de las ciencias, en especial en el campo de las ciencias sociales. 2. El componente dogmtico de las ciencias y la reproduccin de conocimientos, de forma similar a las tendencias positivistas conservadoras. Estos dos elementos le proporcionan a la ciencia, el conocimiento, su produccin-reproduccin y significado sociocognitivo, el componente de la experiencia para la explicacin, comprensin y transformacin de la realidad, con lo que se completa el anlisis dialctico de los hechos socio-naturales. Es decir, se supera el planteamiento positivista del anlisis de los hechos a partir de la suposicin de una supuesta verdad terica, cuyo sustento podra estar sobre la base del dogmatismo o la generalizacin puramente filosfica. De igual forma, se supera la creencia de la explicacin proveniente de los procedimientos inductivos de carcter 30

emprico, generando una concepcin mucho ms rica, fuerte y coherente con la historia, los contextos especficos, la globalidad de las interacciones, la temporalidad, las teoras explicativas existentes y la participacin de la mxima cantidad de actores posibles. La Teora Crtica trasciende el mundo de la metafsica histrica e ingresa en la teora de la historia propiamente dicha. Para ella el supuesto orden de los acontecimientos histricos y los hechos socio-naturales, dinmicos por excelencia, puede cambiarse por las practicas y teoras desarrolladas por los mismos seres humanos; de igual manera, estos pueden ser modificados tambin por la propia historia y los hechos sociales-naturales. Los cambios, en ambos casos, estn sometidos a fuerzas dialcticas inseparables unas de otras y, de ninguna manera, por influencias dogmticas y precientficas; como no analizarse ni explicarse desde posiciones filosficas y menos desde la filosofa de la historia. La Teora Crtica, desde su posicin y comportamiento terico, analiza contradicciones, desigualdades, incoherencias, inconsistencias, injusticias, etc., de las sociedades pasadas, presentes y futuras. Puede, adems, mantener en alerta cada unos de los acontecimientos sociales y naturales, porque la fuerza dialctica de la teora, lo permite. No se trata de la fuerza del dogma o la metafsica, sino slo de la teora, tampoco de cualquier teora, sino solo de la teora cuyo sustento son los principios marxistas; es decir, de la dialctica y el materialismo histrico. Puede, acompaar cientficamente los procesos histricos, pero tambin generar, producir e impulsar profundos cambios y transformaciones, en el campo de las contradicciones sociales e histricas. Uno de los aspectos interesantes de la Teora Crtica, consiste en analizar tambin algunas posturas, llamadas postmodernas, que no logran explicar, y menos resolver, algunos de los problemas del capitalismo, las diversas manifestaciones del poder do31

minante y, el papel que juega la escuela en la reproduccin de estas estructuras. Kemmis (1996, 18) seala, al respecto, lo siguiente: Segn la perspectiva postmoderna, hace mucho tiempo que se enterraron los espritus del positivismo e incluso la idea de una teora critica se ha dado tanto por supuesta que puede ya considerarse como cosa del pasado. Quiz esta impaciencia sea, a la vez, expresin de la condicin postmoderna y respuesta crtica a ella; es una impaciencia caracterstica de una generacin ansiosa por marcar su impronta en la historia. Se entrega de tal manera al entusiasmo por lo nuevo que se expone a otros peligros, sobre todo, el riesgo de pasar por alto el arduo trabajo del razonamiento detallado de la bsqueda de nuevas elaboraciones del tema del saber es poder, que se desarrolla en infernal alianza con los poderes que sean, aun si eso significa oponerse al poder establecido. La posicin de la Teora Crtica frente a la filosofa histrica teleolgica y el pensamiento dogmtico ontolgico, contempla razones conceptuales y epistemolgicas. De acuerdo con los principios bsicos de toda construccin filosfica, la teora crtica asume el estatus de teora, que significa un cambio epistemolgico porque no consiste en cualquier teora, sino en una teora generada por el anlisis marxista de la sociedad, la historia y el materialismo. Tal vez, lo ms importante de esta concepcin terica, tenga que ver con la relacin dialctica entre los conceptos tericos propiamente dichos, las prcticas concretas, muchas de ellas determinadas por las experiencias, y los estudios empricos. La triangulacin es indispensable en la construccin y validacin de la Teora Crtica. Esta concepcin nica, supera las diversas posiciones epistemolgicas de las teoras burguesas, unas orientadas hacia la explicacin filosfica dogmtica y otras, a la construccin de conocimiento sobre la base emprica o, en algunos casos, 32

en la combinacin de ambas. Aqu el elemento innovador y nucleador terico se halla en las prcticas, la mayora de ellas determinadas por las experiencias de los/as prcticos/as. La Teora Crtica se diferencia de otras teoras cientficas tradicionales, porque no puede ser pensada ni existir sin la presencia de los supuestos tericos marxistas, que proporcionan el componente terico filosfico, las experiencias practicas, validaciones, confirmaciones y objetivaciones empricas, todo visto y asumido desde las relaciones dialcticas. La posibilidad deviene de la Teora Crtica que surge y se afianza en el ncleo esencial de la concepcin marxista de la economa poltica, que al analizar los elementos universales de las relaciones econmico-polticas de la sociedad, dejan espacios abiertos de accin-reflexin, en correspondencia con los contextos y situaciones especificas, donde las experiencias y realidades concretas, estn en primer lugar respecto a los esquemas universales explicativos, influenciadas por fuerzas particulares concretas, pero no necesariamente, transformadoras de los hechos especficos. La Teora Crtica, no descuida el papel que juega la historia de los acontecimientos socio-naturales, tanto en el mbito universal como local. Todo lo que existe en la realidad social y natural, influye directa e indirectamente en los objetivos, metas e ideas de los seres humanos. Por otra parte, todo lo que hoy conocemos como la historia del mundo, no es ms que el producto de las permanentes interacciones recprocas, explcitas o implcitas de los seres humanos con sus realidades concretas, abstractas y lejanas. Los seres humanos estn presentes, dominando y siendo dominados por la naturaleza, al mismo tiempo que buscan formas de interaccin intersubjetivas con la finalidad de conocer y transformar el medio, en muchos casos adverso. Esta complejidad de interrelaciones entre unos sujetos y otros, 33

entre los sujetos y la naturaleza, de forma no lineal, cifra lo que hoy conocemos por historia del mundo y la humanidad, determinada, en ltima instancia, por el trabajo del ser humano. Lo problemtico de la conformacin de la historia del mundo y de los seres humanos, es que se halla plagada de miseria, dominacin y desigualdades, producto en la mayora de los casos, del poder y la explotacin ejercida por unos sobre otros, la mayor parte de las teoras cientficas burguesas, no dan explicaciones y soluciones para la superacin a esas profundas contradicciones. La Teora Crtica, por el contrario, supera este dficit conceptual y prctico, incorporando otras formas de explicar, comprender y transformar las realidades sociales y naturales con el apoyo del conocimiento y sus procesos de produccin. Esta no cae en las posiciones tramposas de las corrientes interculturales o multiculturales, que constituyen otras formas de dominacin y mantenimiento de las estructuras de injusticia y desigualdades entre nuestros pueblos. Puiggrs (2005, 35) seala, al respecto, lo siguiente: El multiculturalismo ha despertado el inters de los intelectuales, pero no siempre atendiendo a las relaciones de poder que se establecen entre la cultura dominante y las culturas emergentes o subordinadas. Entre los estudios multiculturales y postcoloniales, se inscriben en las polticas neoliberales aquellos que, influidos por su parentesco con la antropologa nacida en la colonizacin inglesa, avanzan en trminos de una tica social que niega la injusticia y reduce los derechos de los sectores oprimidos a la expresin de su propia cultura. Una posicin extrema del multiculturalismo postula el derecho de los grupos indgenas a no ser educados en la cultura occidental, respetndose su forma de vida, que incluye un decidido aislamiento del resto de la sociedad. De acuerdo con Slavov Zizek, los estudios culturales remplazan el anlisis social concreto para desplegar explicaciones reducidas a cuestiones intersubjetivas. A mi manera de ver, aquellos estudios 34

desplazan el anlisis e inhiben la accin poltica. La exacerbacin de las diferencias culturales, justificada por este tipo de enfoques, es funcional respecto a la predominancia de los intereses de un modelo productivo que, como el neoliberal, tiene la capacidad tecnolgica y la preferencia comercial de definir los perfiles de los ciudadanos transformados en clientes, y adaptar sus productos diferenciadamente de acuerdo con la capacidad adquisitiva de cada sector social y cultural. Para la Teora Crtica no existen, formas diversas de conciencias abstractas superiores, desprendidas y alejadas de las realidades concretas donde ocurren las relaciones de poder, entre sujetos o grupos de individuos. Por el contrario, la teora slo existe en correspondencia directa con las realidades y condiciones histricas concretas, todas vinculadas, con las acciones, causas y consecuencias de la dinmica social, econmica y natural, determinada en cualquier cultura y, en ltima instancia, por las relaciones de produccin y reproduccin concretas como abstractas. La abstraccin de la conciencia, slo tiene lugar cuando el sujeto reflexiona sobre los hechos y las realidades; no es posible, entonces, desarrollar una conciencia abstracta sobre un conjunto vaco, sobre la nada. La conciencia no puede existir sobre la base de la nulidad de las cosas, ella existe porque hay realidades y, los sujetos que reflexionan y piensan sobre ellas. El pensamiento separado de la naturaleza del ser tiene sentido porque su existencia est determinada por l y sus mltiples interrelaciones. La Teora Crtica, entonces, no comparte el mito, en muchos casos generalizados, en el campo de las ciencias y sus consecuencias, de la libertad terica, garantizada supuestamente por el instrumentario cientfico y por la pulcritud del objeto de investigacin. Todo lo que se cree que est dado por la existencia de la naturaleza y las sociedades, es histrico y socialmente construido. No se trata de una 35

simple construccin mental de la realidad, al estilo de las posiciones constructivistas ingenuas radicales, sino de hechos socio-histricos dinmicos y producidos por la interaccin social. El intelecto, aislado del mundo y de su explicacin cientfica, no puede, por ninguna circunstancia, construir interpretaciones y menos transformaciones de las realidades. El intelecto requiere, y as lo establece el conocimiento cientfico ms avanzado de los ltimos tiempos, de la retroalimentacin de la realidad y la existencia de los procesos comunicativos. Por el contrario, el intelecto caera en las garras de la metafsica y la religin, apartndose de toda explicacin crtica racional de los acontecimientos sociales y naturales. Esto ocurre con mucha facilidad y frecuencia en quienes asumen conductas cientficas dogmticas, sin considerar los cuestionamientos, las verificaciones empricas, las profundas contradicciones de las prcticas y, los supuestos positivistas y neoliberales que la investigacin tiene como propsito bsico perfeccionar la sociedad, sin discutir sus contradicciones y el permanente accionar poltico. Popkewitz (2000,247-248) indica sobre este tema lo siguiente: En los captulos anteriores expusimos las prcticas de una ciencia social relacionada con el perfeccionamiento social. La tradicin de esta ciencia relativa al perfeccionamiento se configur durante la Era Progresista (18801920, aproximadamente). Era una reformulacin de los anteriores planes de accin de la tica cristiana y, en principio, uni los esfuerzos tendentes a las interpretaciones sociales con la mejora de las condiciones urbanas de la poca posterior a la guerra civil. Las nuevas ciencias sociales acadmicas sostenan que promoveran el progreso social y econmico mediante la aplicacin de la investigacin y planificacin racionales. Como tuve oportunidad de mostrar, estas afirmaciones se derivaban de las luchas internas en el mbito de los diferentes campos acadmicos, as como del tipo de recursos 36

disponibles, procedentes de diversas instituciones sociales, econmicas y gubernamentales, como la escolarizacin. Los esfuerzos del perfeccionamiento social de la ciencia social se consideraban no partidistas, desde el punto de vista poltico. Se supona que la ideologa de las ciencias sociales solo consista en describir cmo funcionan las cosas, de manera que cualquier grupo o interesado podra utilizar el saber para orientarse hacia el progreso social. Se insista en el cambio evolutivo y minucioso. Tenan prioridad las cualidades funcionales, la individualidad y la organizacin racional. La planificacin pretenda promover el progreso social, al tiempo que evitaba el radicalismo, Los conflictos se canalizaban en forma de preocupacin por la eficiencia y eficacia administrativa y la ingeniera social, y se utilizaban para comunicar los apuros de los pobres y desposedos a los miembros de la clase media. Esta tradicin de la ciencia social al servicio de los polticos todava pre domina en las ciencias de la educacin, incluyendo en ellas el paso desde el conductismo al modelo cognitivo en la pedagoga de la educacin (vase, por ejemplo, los Captulos III y VI). Por ello la Teora Crtica, no est interesada en la explicacin parcial o individual de las opresiones con la finalidad de que otros/as algn da las eliminen, sino ms bien en la superacin del poder y la opresin del colectivo, de la totalidad, porque la explotacin, desigualdad, discriminacin y opresin, no representa comportamientos individuales como piensan los positivistas, sino estas conductas, son producto de la construccin histrica y material de las sociedades, construccin social y no puramente individual. Por ello es necesario superar estas contradicciones por medio del desarrollo de teoras cientficas revolucionarias, como es el caso de la Teora Crtica, teora colectiva de la accin y del conocimiento. Nos encontramos en presencia de una Teora cientfica de la sociedad, y podramos aspirar mas, de la matemtica y las ciencias naturales; pero no de cualquier simple teora, 37

sino de una teora cientfica poltica, realmente crtica, que no asume el conocimiento de manera metafsica, idealista, mstica, religioso o filosfico, dogmtico, sino considera el conocimiento como parte esencial del impulso de los procesos revolucionarios transformadores y superadores de las contradicciones del sistema capitalista, liberal y neoliberal, que tiene su sustento cientfico en las teoras positivistas. Por esta razn, nos referiremos a continuacin, como segundo componente, al aspecto critico de la Teora Crtica.

Necesidad de una Crtica de la CrticaEI trmino crtica, para los/as precursores/as de la Teora Crtica, supone una oposicin frrea a la concepcin tradicional de teoras cientficas positivas, negadoras de los hechos y las experiencias, para quienes toda teora cientfica debera responder a las interrogantes, sin crticas ni cuestionamientos. El componente crtico de la Teora Crtica, pone en duda las creencias metafsicas y filosficas idealistas generales, que olvidan la diversidad de aspectos influyentes directa o indirectamente en cada hecho y situacin social o natural. Se considera que la Teora Crtica no responde, por ninguna circunstancia, a una filosofa idealista de la historia de las sociedades ni tampoco asume posiciones de la metafsica ontolgica, sino que, por el contrario, es una teora con exigencias de validez cientfica, cuya experiencia constituye uno de sus elementos fundamentales. Ella critica, por una parte, e impulsa, por la otra, de manera dialctica, los procesos revolucionarios y transformadores. Esta forma de concebir el mundo, comprenderlo y transformarlo no es posible encontrarlo en los planteamientos de la ciencia positivista tradicional. Uno de sus elementos centrales, tiene que ver con la formacin misma de la teora. Normalmente, las teoras de carcter conservador tienden a acer38

carse a posiciones dogmticas y, en muchos casos, jerrquicas. Por ello son consideradas como medios apropiados para la explicacin de los hechos, desde una perspectiva puramente deductiva. Mientras esas teoras convencionales organizan el planteamiento de los problemas a partir de suposiciones, tambin tericas, dominantes, que tienen relacin con la reproduccin de las condiciones sociales de desigualdad actual, como una forma de aceptacin pasiva, y fuese producto de una cierta gnesis social o natural, la Teora Crtica acta de manera totalmente opuesta a estas pretensiones cientficas burguesas. La intencin no est orientada a la produccin y reproduccin de la totalidad, sobre procedimientos cientficos refinados, sino que la idea est orientada hacia cambios parciales, acumulativos y, generales. Lo correcto sera que los seres humanos, sobre la base de una ciencia liberadora, asumieran posiciones poco dogmticas, sin temor y con altos niveles de conciencia crtica, con lo que se superara las desigualdades y asimetras personales y colectivas. De esta manera llegaramos a la conformacin de una sociedad sin explotacin y represin, donde existira el principio no represivo de la organizacin social del trabajo, superando con ello la primada del rendimiento del trabajo y el capital como forma apropiada para la existencia de las sociedades capitalistas, altamente injustas y desiguales, independiente del grado de avance cientfico y tecnolgico. La Teora Crtica en consecuencia, tiene por finalidad ltima, la emancipacin total del sujeto y colectivo de la dominacin del capital y el opresor, sea quien fuere y venga de donde viniere. El objetivo, consiste en alcanzar un momento histrico, por medio de procesos de concienciacin y revolucin, para que los seres humanos vivan de manera libre y autodeterminada, y donde la fuerza del trabajo humano sea para la satisfaccin de las ne39

cesidades individuales y colectivas, sin el perjuicio al medio ambiente ni ejercer comportamientos de dominacin de unos/as pocos/as sobre muchos/as. As se requiere, superar, a travs de los verdaderos procesos revolucionarios, de la reproduccin y legitimacin de las actuales estructuras predominantes, en torno al que la escuela juega un papel fundamental. Sobre este aspecto, coincidimos con Apple (1994, 29-30), quien indica: El planteamiento de la reproduccin tambin es simple en otro sentido. No habla, y por tanto niega, que las relaciones sociales capitalistas sean intrnsecamente contradictorias en algunos aspectos bsicos. Como afirmaba anteriormente, al igual que el rea econmica donde el proceso de acumulacin de capital y la necesidad de extender mercados y beneficios genera contradicciones internas en la necesidad de extender mercados de beneficios genera contradicciones internas en la sociedad (por ejemplo, los beneficios en ascenso y la inflacin provocan una crisis en la legitimidad tanto del Estado como de la economa), en otras instituciones emergern igualmente contradicciones parecidas. La escuela no puede permanecer ajena a este hecho. Por ejemplo, en el Estado las escuelas desempean importantes tareas en la creacin de condiciones para la acumulacin de capital (escogiendo, seleccionando y certificando un grupo de estudiantes organizado jerrquicamente) y para la legitimacin (manteniendo una ideologa meritocrtica falsa y adems legitimando formas ideo1gicas para la recreacin de la desigualdad. Con todo, estas dos funciones de la escuela a menudo estn enfrentadas. La necesidad de acumular capital puede contradecir la necesidad de legitimacin, una situacin que actualmente es ms conflictiva. En la escuela podemos verlo en la relativa superproduccin de individuos cualificados justo en un momento en que la economa no demanda tanto personal altamente remunerado. Esta superproduccin cuestiona la legitimidad de 40

los modos de funcionamiento de las escuelas. A nivel ms concreto, podemos ver las contradicciones de las instituciones en el hecho de que la escuela tiene diferentes obligaciones ideo1gicas que pueden entrar en conflicto. Se necesita capacidad de crtica para mantener dinmica nuestra sociedad por tanto las escuelas ensearan a los estudiantes a ejercer la crtica. A la vez, las capacidades crticas pueden desafiar al capital. Esta no es una idea abstracta. Estos conflictos ideolgicos impregnan nuestras instituciones educativas y tienen lugar cada da en ellas. Se pretende, como deseo sustantivo de la gran mayora de los seres humanos, superar la pasividad aparente en la que nos detuvimos a lo largo del tiempo, del tiempo del dominio de las relaciones sociales determinadas por el poder, inocuo del capital, en cuyo entorno tienen lugar las diferentes formas de esclavitud, abandono y desprecio. Aqu destaca la emancipacin de las personas esclavizadas, pero tambin de quienes esclavizan. No se trata de descolonizar, solamente, a los colonizados, sino esencialmente descolonizar a los/as colonizadores/ as, con procesos de concienciacin sociopoltica y, si es necesario, a travs de prcticas revolucionarias profundas. Se trata entonces, de la liberacin total y permanente del ser humano, de las cadenas de la esclavitud mental, que garantiza el desarrollo libre del sujeto y del colectivo. Empero que no ser posible el logro de este hermoso objetivo, sin la participacin de las luchas y el combate incansable en todos los mbitos de nuestras sociedades. Las batallas de la liberacin continua tendrn lugar en diversos espacios y contextos, uno de ellos de suma importancia tiene que ver con la produccin de teoras cientficas explicativas y transformadoras, en el campo de la investigacin en ciencias sociales, ciencias naturales y matemticas. Aparentemente las formas de vida, produccin y reproduccin de las condiciones de existencia y relaciones de poder en la sociedad capitalista, impiden 41

el impulso y realizacin de las transformaciones necesarias. Se cree que la modernizacin del sistema capitalista actual, obedece a una razn natural y gentica, incuestionable, cientficamente hablando. Sin embargo, la Teora Crtica no slo evidencia sus contradicciones, sino proporciona, desde la perspectiva cientfica, posibilidades de transformacin. Tal vez nos podran decir, con cierta intencionalidad destructiva, que ninguna teora cientfica est en condiciones de generar profundas transformaciones sociales en determinadas pocas, contextos y realidades. sta, sin embargo, es una posicin conservadora y conformista de la ciencia y su relacin-significado con la sociedad. La Teora Crtica, no obstante, no est interesada en continuar manteniendo intactas las estructuras del sistema, establecidas histricamente, con la ayuda de la ciencia conservadora; su inters, adems de producir conocimientos, se centra en los cambios de las realidades concretas. Ella no asume las prcticas como juicio de valor, que la ciencia e investigacin conservadoras, pretenden suministrarle a sus preguntas de investigacin, procesos e instrumentarios investigativos, la fuerza de una supuesta objetividad, validez y confiabilidad. Esto significa que existen dos formas de incorporar las prcticas, de acuerdo con la Teora Crtica, como parte esencial de la investigacin y su transformacin, en lugar de las otras, las teoras conservadoras, como parte bsica de su validez cientfica, en abstracto, sin intencionalidad transformadora. Fosenca (1997,3738) amplia este punto de vista mediante el siguiente anlisis: Los efectos del desarrollo cientfico y tecnolgico sobre el modelo societal pueden resumirse de la siguiente manera: a nivel ideolgico se inculca, en forma constante, una racionalidad cientfica que se asume al margen de las determinaciones sociales y, en tanto tal, libre 42

de prejuicios. Paralelamente, en el mbito social, se consolidan las estructuras de acumulacin/dominacin y dominacin/subordinacin. De esta manera, la ciencia se convierte en el principal medio de consolidacin de las relaciones de dominacin y las relaciones de poder que Ie son propias. Por consiguiente, esta concepcin de ciencia se corresponde con determinados objetivos, los que en ltima instancia definen la naturaleza y prioridades en cuanto al desarrollo cientficotecnolgico. La concepcin misma de ciencia, la configura un saber de y para el orden social existente con efectos polticos e institucionales. Lo anterior supone reconocer un quehacer cientfico vinculado a los valores, y, desde luego, a la poltica. Es precisamente por su relacin con ciertos valores que Ie es posible legitimar tanto la seleccin y delimitacin de sus propios objetos como de sus resultados. Abordar el problema de la relacin ciencia-poder permite conocer, tanto las formas de control poltico, como las formas de participacin poltica de los sectores sociales, as como los discursos sobre eI orden, sistema poltico, representatividad, progreso, coercin, consenso, etc. El anlisis permite avanzar en la comprensin-del aspecto simblico-mtico que sustenta la dominacin y la participacin a nivel socio-poltico. Los efectos del progreso cientfico-tecnolgico en una sociedad tienen enorme importancia poltica, de all que es necesario resear los principales argumentos orientados a develar la relacin entre pensar cientfico y hacer poltico... El concepto de Crtica, de la Teora Crtica, a diferencia de la inexistencia en las teoras cientficas burguesas tradicionales, Ie proporciona a la ciencia, al conocimiento cientfico, a los procesos de investigacin y a su relacin con las prcticas y realidades que desea investigar y cambiar, el componente del anlisis cientfico, crtico, de las contradicciones, que la ciencia debe responder. Se trasciende el mundo de la explicacin-comprensin o simple mejoramiento de las prcticas. 43

Se pasa del simple esclarecimiento de los fenmenos sociales y naturales, sobre la base de una supuesta neutralidad y abstraccin, a una profunda ref1exin de contrarios y, por supuesto, al logro de otras formas muy diferentes de produccin de conocimiento, con un alto significado social, cognitivo en cada sujeto y en el colectivo. Por esta razn, compartimos la esencia de la Teora Crtica y nos inclinamos por su profundizacin permanente en cada mbito del quehacer cientfico y, en el campo de las ciencias de la educacin, particularmente en la pedagoga y la didctica.

Pedagoga y Didctica CrticasLa pedagoga y la didctica desde la perspectiva de la Teora Crtica, desarrollada en la primera parte del presente trabajo, tiene por finalidad iniciar y acompaar toda actividad educativa de los procesos de aprendizaje y enseanza, a travs de la ref1exin poltica del quehacer pedaggico-didctico. La Teora Crtica nos proporciona los elementos cientficos bsicos necesarios para establecer, una estrecha relacin entre la educacin, en su sentido amplio, y la poltica, tambin en su real significado. Esta es la nica posibilidad de combinar las experiencias individuales y colectivas con el aprendizaje y la enseanza. Ella contribuye, a la comprensin bsica de las interacciones e interdependencias sociales, que no sera posible sin el anlisis de los procesos de decisin poltica en cada contexto sociohistrico. La formacin poltica de cada persona, al margen de su edad y grado de escolarizacin, permite establecer relaciones apropiadas entre sujeto y sociedad, as como la construccin de una sociedad igualitaria, democrtica y autntica. La formacin poltica de cada sujeto es condicin esencial para la conformacin de comunidades independientes, autogestionarias, libres y emancipadas. Esta formacin es posible 44

nica y exclusivamente por la relacin entre educacin y poltica, de modo especfico entre pedagoga-didctica y reflexin sociocrtica. Desde mucho antes de la construccin moderna de las denominadas sociedades democrticas, en la conformacin de los Estados, determinados por las relaciones de produccin capitalistas, se insiste en el rol que juega la poltica en la organizaci6n y desarrollo de las sociedades, respecto al control de los medios de produccin en manos de los sectores dominantes. Ellos, encubre, la influencia del pensamiento y quehacer poltico en la reproduccin de las estructuras conservadoras de los Estados opresores. Por esta razn, la educacin, desde la perspectiva de la Teora Crtica, tiene como objetivo bsico el esclarecimiento, la emancipacin, liberacin y destruccin de la dominacin tanto en el mbito personal, particular, como social, general. Consideramos que cualquier acto educativo implica un posicionamiento poltico y viceversa. Por ello, no podemos apartarnos de aquellas teoras explicativas de la relacin entre educacin y reflexin-accin poltica, una de ellas, probablemente la que posee mayor consistencia, tiene que ver con la Teora Crtica. Esto significa, que los conceptos de educacin, pedagoga y didctica no pueden ser considerados sin el componente crtico, reflexivo y poltico. A medida que profundicemos esta relacin, nos encontraremos con interesantes resultados, como por ejemplo, la consideracin de que la didctica y el mtodo no pueden estar separados del accionar poltico, que podran ser dirigidas a diferentes direcciones, la mayora de ellas orientadas hacia el mantenimiento y reproduccin de las condiciones desiguales de las actuales sociedades. La pedagoga y la didctica son actos prcticos, interactivos, sociales, activos y conservadores o esclarecedores, por lo tanto, son acciones polticas. McLaren (2006, 138-139) sale en defensa de las posiciones contrarrevolucionarias de la Teora Crtica, en el campo educativo: 45

La pedagoga crtica ha sido descartada por muchos progresistas de izquierda por el hecho de que constituye un discurso dominante de emancipacin que los crticos acusan de estar contaminado por las suposiciones modernistas occidentales y el triunfalismo de la clase obrera. Por supuesto, el principal objetivo del ataque es el propio viejo barbudo, Karl Marx, que ha vuelto a la Iiteratura antiimperialista en la educacin y en las ciencias sociales en general. En esta seccin intentamos rescatar la pedagoga crtica de estas acusaciones y de otras similares al ofrecer un contra punto a los ataques contra el universalismo y eurocentrismo que se dice que impregna las obras de Marx. Al establecer una pedagoga crtica basada en la crtica de la economa poltica de Marx, somos ms capaces de desafiar el ataque sobre los derechos humanos y la dignidad, que no pocos han dirigido contra las poblaciones latinas. Tal como indicamos, no es posible estudiar en profundidad la educacin, la pedagoga y la didctica, sin asumir una clara posicin terico-prctica de la sociedad. Por ello, requerimos buscar una teora coherente y pertinente a la sociedad. Esta teora es la Teora Crtica, cuyo objetivo encara la emancipacin del sujeto y el colectivo, el esclarecimiento de las mltiples contradicciones, el desarrollo de conductas crticas-reflexivas, la liberacin de los estados de opresin y la autodeterminacin, sin perjudicar a los/as otros/as integrantes de cada grupo o conglomerado social. Desde hace ms de setenta aos, constituye una Teora Crtica en el campo de las ciencias de la educacin, la pedagoga y la didctica. Esta ciencia crtica de la sociedad y la educacin, tiene respaldo en los principios del marxismo, trabajados durante muchos aos por diversos actores, en distintos espacios internacionales, en esencia, tal como lo afirmamos en el anlisis social, econmico e histrico del desarrollo de cada una de nuestras sociedades. 46

El punto de partida de la concepcin poltica de la educacin, pedagoga, didctica y el mtodo, se sostiene en el inters de un conocimiento emancipador, cuya forma de trabajo y explicacin inicie del anlisis crtico de la sociedad y las diversas interacciones entre sus participantes. Esta posicin crtica ante el mundo, tiene que ver con el inters y la necesidad de liberar, en el sentido ms amplio del significado de la palabra, a todas las personas de las fuerzas opresoras y explotadoras. La ciencia educativa crtica, tiene por finalidad explicar esas profundas contradicciones, pero tambin contribuir con la praxis hacia la emancipacin y liberacin definitiva y permanente. La Teora Crtica de la educacin, la pedagoga y la didctica tiene por finalidad, no solo el anlisis de las prcticas, sino adems, las transformaciones de esas prcticas, los cambios profundos de las tradicionales formas interactivas didcticas a partir de la discriminacin y dominacin. La educacin, desde la perspectiva de la Teora Crtica, parte de la existencia de la posibilidad de organizar y estructurar la sociedad a partir de principios totalmente diferentes a los empleados por las sociedades capitalistas o semicapitalistas, donde la emancipacin del sujeto-colectivo y la razn, no deben ser quebrantadas por las fuerzas explcitas e implcitas del capital. La comprensin de la dialctica del esclarecimiento, nos muestra que los procesos de emancipacin tienen relacin con las luchas en contra del dominio jerrquico de unos/as sobre otros/as. Es necesario mantener esta lucha, puesto que en cualquier momento puede resurgir la barbarie como expresin de la razn instrumental del capital. La emancipacin es un concepto dialctico y, por lo tanto, la lucha por una organizacin racional de la sociedad tambin es un proceso dialctico; por ello, existe el peligro potencial del retroceso. Con la finalidad de disminuir ese potencial, es necesario el desarrollo de procesos de aprendizaje y enseanza crticos, reflexivos, activos, investigativos y transformadores. La pe47

dagoga y la didctica no pueden ser entendidas desde las luchas que caracterizan el desarrollo y las contradicciones sociales. La educacin, pedagoga, didctica y el mtodo estn obligados, sin duda, a responder crtica, reflexiva y revolucionariamente a esta gran tarea, la de emancipar totalmente nuestras sociedades, al ser humano en su mxima expresin. Adorno (1998,111-112) resalta el papel de la educacin en esta gran tarea emancipadora, en las sociedades industrializadas y tecnificadas, que analiza este autor; en uno de los momentos ms difciles de la historia de la humanidad: Permtame que retroceda nuevamente a ciertas cuestiones fundamentales en relacin con una posible superacin de la barbarie a travs de la educacin. Freud fundamento la tendencia a la barbarie de modo esencialmente psicolgico y acert por completo al desvelar en este empeo suyo una serie de momentos, por ejemplo, el de que las personas experimentan ininterrumpidamente fracasos mediante la cultura, que desarrollan bajo ella sentimientos de culpa y que stos mutan en agresiones. Todo esto es cierto y es, por lo dems, tan conocido que en realidad podran ser sacadas las consecuencias en lo que afecta a la educacin si sta condescendiera por fin a recibir seriamente los resultados de Freud en lugar de dar vueltas en torno a todo ello al hilo de una pseudoprofundidad de sexta mano. Pero lo que quiero decir ahora es algo muy distinto. Me parece que, prescindiendo de estos factores subjetivos, hay un fundamento objetivo de la barbarie, al que me gustara caracterizar simplemente como el fracaso de la cultura. La cultura, que por esencia lo promete todo a los seres humanos, ha incumplido esta promesa. Ha dividido a los seres humanos. La divisin entre trabajo corporal y trabajo espiritual es la ms importante de todas. Con ello ha hecho que las personas pierdan la confianza en s, la confianza en la cultura misma. Y como acostumbra a ocurrir en las cosas humanas, la consecuencia de ello ha sido 48

que el odio de las personas no ha elegido como blanco el hecho de que esta promesa de un estado de paz y plenitud, que late realmente en el concepto de cultura, no haya sido satisfecha. En lugar de ella, el odio se dirige contra la promesa misma y se manifiesta en la figura fatal de la negativa a esta. Ahora bien, si las personas son incitadas a elevar clarificadoramente a consciencia contextos y circunstancias tales como la del fracaso de la cultura, la de la perpetuacin socialmente forzosa de la barbarie y mecanismos de desplazamiento como los que acabo de caracterizar, tal vez no se consiga transformar esto de entrada y sin ms, pero s podra quiz crearse un clima mucho mas favorable a una transformacin de lo que es el ambiente todava hoy dominante en eI sistema educativo alemn. Esta cuestin central es la que realmente me importa; a esto es a lo que apunto tambin cuando hablo de la funcin de la ilustracin y de la clarificacin, no a que los hombres se conviertan ahora todos en corderitos. Todo lo contrario: lo corderil es ello mismo muy probablemente tan solo una forma de lo brbaro, en la medida en que est dispuesto a contemplar meramente lo abominable y a inclinar la cabeza en eI momento decisivo. Desde esta perspectiva se comprende la educacin, pedagoga, didctica y el mtodo, como una condicin esencial para la organizacin social emancipada e y igualitaria tanto en el mbito del sujeto como del colectivo. Es decir, una educacin para la superacin de la pasividad y la inaceptacin de las injusticias. En ambos casos la educacin debe convertirse en un movimiento abierto para alcanzar la conformacin de sociedades igualitarias, donde se supere la opresin, discriminacin, explotacin y exclusin. Se trata del logro de dos objetivos fundamentales: 1. La liberacin total del sujeto. 2. La organizacin igualitaria de la sociedad. Una, no puede ser entendida sin la otra, puesto que el sujeto es producto y parte integrante de la sociedad y sta, a su vez, est conformada por el conjunto de indi49

viduos que interactan de acuerdo a reglas, principios, costumbres, creencias, etc., en ese conglomerado social. La revolucin educativa, dentro de lo que significa la pedagoga insurgente-liberadora-transformadora, debe ser simultnea, de lo contrario existir el peligro del retroceso contrarrevolucionario, como ocurre con algunos tecncratas de la educacin, que en algn momento estuvieron al lado, tal vez por conveniencia, de la educacin liberadora, empero defienden la educacin conservadora. La educacin puede convertirse en el mecanismo enajenante ms peligroso y efectivo, tal como ocurre en las sociedades capitalistas o semicapitalistas; sin embargo, ella encierra el gran potencial, ms que cualquier otro aparato de dominacin-enajenacin, de transformarse y, al mismo tiempo, transformar las estructuras de dominacin de estas sociedades. La educacin, en s misma, se mueve en el mundo de la contradiccin entre la dominacin y la emancipacin; sin embargo, puede encontrar salidas que superen esta contradiccin. Una de ellas consiste precisamente en orientar la educacin hacia procesos de liberacin y transformacin del sujeto y de la sociedad, rescatndola de las garras de la dominacin bajo el cual se encuentra actualmente. AI asumir una educacin liberadora e igualitaria, estaramos no solamente superando estas profundas contradicciones que la caracterizan en el momento histrico actual, sino ponindola al servicio de la estructuracin de nuevas sociedades, aquellas que respondan a los intereses de toda la colectividad, a los propsitos de las naciones libres y autodeterminadas. La superacin y eliminacin de la dominacin en las sociedades actuales no es una tarea exclusiva de la educacin, pedagoga, didctica y el mtodo, porque los procesos revolucionarios son mucho ms complejos y exigentes. Sin embarg