Misiones Sociopedagogicas

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E  D   U   C  A   C  I    Ó   N  R   U  R  A  L  74 / QUEHACER EDUCATIVO / Agosto 2009 …que la vida no me sea indiferente… El Uruguay de posguerra estaba conformado por ciudades pujantes desde lo económico y cul- tural, con un ideal político de democracia parti- cipativa que se sentía como progreso social. Sin embargo, la brecha generada ya en el último cuarto del siglo XIX, con la moderni- zación, entre campo-ciudad como símbolos de barbarie-civilización respectivamente, estaba en ese momento no solo vigente, sino que se había profundizado fuertemente. En este marco también la educación primaria del país había sufrido un proceso diferenciador, perdiendo el carácter igualador con el que había surgido. La situación del medio rural se convir- tió en centro de preocupación y ocupación del magisterio nacional, a través de todos sus acto- res en diferentes ámbitos. Es así que en las décadas de los 40 y 50, la pedagogía nacional se centró en los problemas de la educación en las zonas rurales y en la bús- queda de respuestas a los mismos. Este proceso se constituyó como “movi- miento” en la medida en que, por una dinámi- ca de orígenes múltiples, fue avanzando en la formulación de principios teóricos, en el fun- cionamiento de recursos institucionales, y en la movilización de estudiantes y maestros, que procuraban la obtención de cambios en la socie- dad y en la escuela rural. Misiones Socio-Pedagógicas Allá por 1945… En este contexto, las preocupaciones cen- trales giraban en torno a problemas sociales (problema de régimen de distribución, tenencia y explotación de la tierra, con su consecuencia directa, los rancheríos rurales), problemas pe- dagógicos (como ausentismo, deserción y ais- lamiento) y culturales (desconocimiento mutuo del campo y la ciudad, y de las manifestaciones culturales desarrolladas). En 1945, coincidiendo con la creación de la FUM y con el desarrollo del “Congreso Nacio- nal de Maestros sobre Escuela Rural” (años 44- 45), surgen las “Misiones Socio-Pedagógicas” como iniciativa de la Asociación de Estudian- tes Magisteriales de Montevideo, con el n de tomar contacto con la realidad rural y sus pro- blemas (sociales, pedagógicos y culturales). ¿Qué son las Misiones? Mirando hacia las misiones españolas y mexicanas, en el Uruguay, sin embargo, estas toman un carácter original porque: - no surgen desde el Sistema con apoyo o- cial, sino desde un gremio estudiantil con recursos y organización propios; - no se desarrollan solo como misiones cultu- rales o pedagógicas, sino que conjugan estos diferentes aspectos con un fuerte componen- te social; - se vinculan fuertemente a la formación pro- fesional de los estudiantes magisteriales, marcando profundamente a múltiples genera- ciones de maestros en cuanto al compromiso con la educación, la escuela y la sociedad. Mercedes López Fraquelli | Maestra. Profesora de Ciencias de la Educación. E  D   U   C  A   C  I    Ó   N  R   U  R  A  L  74 / QUEHACER EDUCATIVO / Agosto 2009 Foto: En J. V. Chiarino; M. Saralegui (1944)

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    que la vida no me sea indiferente

    El Uruguay de posguerra estaba conformado por ciudades pujantes desde lo econmico y cul-tural, con un ideal poltico de democracia parti-cipativa que se senta como progreso social.

    Sin embargo, la brecha generada ya en el ltimo cuarto del siglo XIX, con la moderni-zacin, entre campo-ciudad como smbolos de barbarie-civilizacin respectivamente, estaba en ese momento no solo vigente, sino que se haba profundizado fuertemente.

    En este marco tambin la educacin primaria del pas haba sufrido un proceso diferenciador, perdiendo el carcter igualador con el que haba surgido. La situacin del medio rural se convir-ti en centro de preocupacin y ocupacin del magisterio nacional, a travs de todos sus acto-res en diferentes mbitos.

    Es as que en las dcadas de los 40 y 50, la pedagoga nacional se centr en los problemas de la educacin en las zonas rurales y en la bs-queda de respuestas a los mismos.

    Este proceso se constituy como movi-miento en la medida en que, por una dinmi-ca de orgenes mltiples, fue avanzando en la formulacin de principios tericos, en el fun-cionamiento de recursos institucionales, y en la movilizacin de estudiantes y maestros, que procuraban la obtencin de cambios en la socie-dad y en la escuela rural.

    Misiones Socio-Pedaggicas

    All por En este contexto, las preocupaciones cen-

    trales giraban en torno a problemas sociales (problema de rgimen de distribucin, tenencia y explotacin de la tierra, con su consecuencia directa, los rancheros rurales), problemas pe-daggicos (como ausentismo, desercin y ais-lamiento) y culturales (desconocimiento mutuo del campo y la ciudad, y de las manifestaciones culturales desarrolladas).

    En 1945, coincidiendo con la creacin de la FUM y con el desarrollo del Congreso Nacio-nal de Maestros sobre Escuela Rural (aos 44-45), surgen las Misiones Socio-Pedaggicas como iniciativa de la Asociacin de Estudian-tes Magisteriales de Montevideo, con el fin de tomar contacto con la realidad rural y sus pro-blemas (sociales, pedaggicos y culturales).

    Qu son las Misiones?Mirando hacia las misiones espaolas y

    mexicanas, en el Uruguay, sin embargo, estas toman un carcter original porque: - no surgen desde el Sistema con apoyo ofi-

    cial, sino desde un gremio estudiantil con recursos y organizacin propios;

    - no se desarrollan solo como misiones cultu-rales o pedaggicas, sino que conjugan estos diferentes aspectos con un fuerte componen-te social;

    - se vinculan fuertemente a la formacin pro-fesional de los estudiantes magisteriales, marcando profundamente a mltiples genera-ciones de maestros en cuanto al compromiso con la educacin, la escuela y la sociedad.

    Mercedes Lpez Fraquelli | Maestra. Profesora de Ciencias de la Educacin.

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    Foto: En J. V. Chiarino; M. Saralegui (1944)

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    Ms all de los objetivos iniciales vincula-dos a la formacin del futuro maestro, la situa-cin real con la que se enfrentaron las primeras misiones determin un cambio en los mismos. En el Informe de la Novena Misin a Quebra-cho, julio del ao 1949, haciendo referencia a la primera Misin de Caraguat, se establece:

    La experiencia all recogida fue amplia y dolorosa.

    Lo que, en un principio, naci alimentado por la idea de mostrar al futuro maestro la realidad de nuestra escuela rural, de poner al educador en potencia fren-te a los problemas con que ms tarde habra de en-frentarse tom, enseguida, otro carcter. Los jvenes misioneros comprendieron que su labor iba mucho ms all. No podan limitarse ya a la simple infor-macin del medio social campesino; haba que hacer algo mucho ms efectivo.

    A travs de los fines que se establecieron como centrales podemos ver un importante acento en el carcter no solo de formacin pro-fesional, sino tambin la preocupacin social:1. contribuir al mejoramiento fsico y espiritual

    de sus habitantes;2. tener la experiencia viva de la campaa, sus

    problemas y soluciones;3. elevar un informe sobre la realidad de la

    zona.La conformacin heterognea del grupo de

    misioneros, integrado por estudiantes magis-teriales de todos los aos de carrera, hizo a su riqueza tanto en lo personal como en lo profe-sional, pero tambin la incorporacin de otros actores con visiones diferentes de la realidad social enriqueci la experiencia:

    Pronto las Misiones socio-pedaggicas dejaron de ser un movimiento hecho exclusivamente por

    los estudiantes magisteriales; los estudiantes de agronoma estuvieron presentes con su ayuda y su esfuerzo decidido; los de medicina enviaron prac-ticantes avanzados; maestros veteranos pusieron su vocacin y experiencia en la labor de asesora-miento tcnico.1

    La entrega solidaria que los estudiantes rea-lizan en esta actividad en funcin del otro, de-jando all parte de su esfuerzo, de su tiempo, sin fines utilitarios (para qu me sirve?) realza, va-loriza an ms lo realizado. jornadas que los

    estudiantes han emprendido en los perodos de vacaciones, largas jornadas que muchas veces incidan en aquellos jvenes estudiantes:

    recuerdo un atardecer, triste, fro, lluvioso, en que varias misioneras eran presas de la nostalgia de la ciudad, de la comodidad, de la voz de la madre, del hermano, del novio y me entusiasm al recordar cmo reaccionaron, cmo el espritu misionero se sobrepuso y aquellos cinco o diez minutos de silencio fueron rotos por el acorden piano.

    En el proceso de desarrollo de la Misin po-dramos distinguir diferentes etapas.

    Pre-misinEn esta etapa, el grupo se dedica al estudio

    de las zonas y escuelas pre-seleccionadas en cuanto a sus caractersticas econmicas, socia-les y culturales, que permitan detectar los pro-blemas ms serios de la zona, de la comunidad y de la escuela. Una vez seleccionada la escuela a la que se va a concurrir, se realiza una cuida-dosa planificacin del trabajo a realizar en las diferentes reas. Tambin se dedica tiempo y esfuerzo para lograr donaciones que permitan solventar la misin y aportar a la escuela aque-llo que necesite.

    1 AEMM (1949).

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    MisinEl tiempo presencial de Misin implica el

    desarrollo de lo planificado con evaluaciones en cada jornada, de lo realizado y lo por realizar, en cada campo de actividad: sociales - recorrido de la zona, visitas a hoga-

    res, encuestas, censos; pedaggicas - charlas educativas, trabajo

    con los nios, con la comunidad; culturales - funciones de teatro, cine, tteres,

    danza, etc.El Informe citado incluye la descripcin y

    evaluacin de diferentes actores de la zona con respecto a la Misin realizada. As, el Juez de la 8 Seccin del Dpto. de Cerro Largo, Dr. Nelson Zolessi, escribe:

    Cierro los ojos y se me representan aquellas es-cenas de los equipos distribuidos por el ranchero; del misionero conversando con el paisano que se entregaba de corazn; de la atencin que prestaban a las charlas y dems actos en la sede de la Misin, del cario y agradecimiento que, a falta de palabras brotaba en los ojos de las madres que del estudiante de medicina escuchaban consejos sobre el cuidado del pequeo o del que estaba an en sus entraas; la complacencia con que aun el paisano -tan descon-fiado siempre- escuchaba y aceptaba las directivas

    dadas por el futuro agrnomo; veo aquella ancia-na que en forma an torpe, mientras escuchaba la charla sobre la hidatidosis, trataba de mejorar en el tejido de lana el punto que la futura maestra le haba enseado

    Pos-misinCentrada en la evaluacin del trabajo reali-

    zado, la redaccin del Informe y la divulgacin del mismo.

    En 1956 se concreta la creacin del Cen-tro de Misiones, con presupuesto nacional, fiscalizado por el CNEPyN, en el marco de los IINN.

    Desde la primera Misin a Caraguat hasta la ltima de ese perodo a Est. Getulio Vargas en 1971, sea como misiones viajeras o misio-nes permanentes, los 26 aos en los que se desarrollaron se constituyeron en herramienta central de difusin, primero, y de concientiza-cin, despus, de la situacin real que viva el Uruguay profundo.

    Mucho se ha planteado en relacin al valor social de las Misiones y aunque, como en todo, la diversidad de visiones crea opinin diversa, creemos que cumplieron, tambin en este cam-po, un papel fundamental:

    y veo a Quebracho en su realidad actual, lo veo inquieto, veo la Comisin de Vecinos tra-bajando Ese espritu de unin infundido por ustedes, ese sentimiento de confraternidad y de cooperacin que antes de la Misin no exis-ta, esa inquietud de responsabilidad que cada miembro de una colectividad tiene frente a to-dos, predicado en aquellas conferencias, han convertido a Quebracho en un campo frtil a cualquier iniciativa.

    Con la activa participacin de figuras rele-vantes del magisterio nacional, representadas quiz en la figura del maestro Julio Castro, se fueron conformando como parte de la historia pedaggica y social ms rica del Uruguay.

    El rescate del pensamiento pedaggico nacio-nal ha sido y es una de las deudas ms importan-tes que tenemos todos los actores vinculados a la educacin. Ms all de los diversos esfuerzos

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    institucionales o individuales realizados, lo cier-to es que la mayor parte de la riqusima historia pedaggica de nuestro pas no est todava lo su-ficientemente sistematizada y divulgada, por lo que no est formando parte de la memoria colec-tiva de la sociedad, especialmente de las nuevas generaciones que, al no haber sido protagonistas de esos momentos y experiencias, necesitan ms que nunca de la informacin testimonial de sus protagonistas. Inmejorable momento entonces para pagar en parte la deuda acuada durante tanto tiempo. En eso estamos.

    Ms ac en el tiempo...En las ltimas dcadas, posdictadura, se han

    desarrollado en algunos departamentos del pas, Misiones de estudiantes magisteriales que, reco-giendo el espritu original, han ido construyen-do y reconstruyendo en cada experiencia. Las experiencias de Florida, Treinta y Tres, Cerro Largo, entre otras, forman parte de esta historia inconclusa.

    En Florida, un lugar histrico para Misiones como lo fue y es Las Chilcas y Las Chingolas, se comienza un nuevo perodo en el '99, cren-dose el Centro de Misiones de Florida.2 Y ms

    all de las diferencias necesarias, aquellos que participamos en las Misiones del primer perodo nos encontramos en estas:

    Recordamos a la distancia,momentos que nunca olvidaremoscharlas interminables,risas, comentarios, discusiones,pero qu experiencia!Y ahora, cada vez que volvemos a la zona,nos hace repensar ese pasado cercano.Nos trae a la mente:Las asambleas que finalizaban en la madrugada,las caminatas que nos agotaban.Y, cmo olvidar el da que nos perdimos.Por suerte, llegaron dos gauchos a caballo yNos llevaron de regreso a la Escuela.Las tortas fritas! El amasijo en la madrugada,el fuego en la maanita helada para fritar las tortas.Y creo que es bueno recordar, cuando el re-cordar nos permite crecer y seguir idealizando nuestros proyectos.3

    Hoy... Este ao, en el marco de la conmemoracin

    de los setenta aos del exilio republicano de 1939, la Universidad Nacional de Educacin a Distancia (UNED) y la Secretara de Eventos Conmemorativos Culturales (entidad depen-diente del Ministerio de Educacin y Cultura de Espaa) han propuesto una serie de actividades, entre ellas la realizacin de la Muestra Mxi-co-Espaa-Uruguay: las Misiones Pedaggi-cas entre Espaa y Amrica.

    A ella se ha plegado nuestro pas, a travs de las gestiones del Maestro Gabriel Scagliola, Vice-Comisario para Uruguay de la Muestra, con el apoyo y auspicio de la Direccin de For-macin y Perfeccionamiento Docente, el CEP, el Museo Pedaggico y los Institutos Normales, teniendo como centro de las actividades, la crea-cin de un archivo documental y la realizacin de la Muestra en nuestro pas.

    2 J. M. Bonifacino (2002).3 dem.

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    En este marco se realiz, en el mes de junio, el primer Encuentro de misioneros de todas las pocas, realizndose un homenaje a tres de los misioneros participantes de la Primera Misin Socio-pedaggica a Caraguat, Maes-tros Moiss Lasca, Rubn Fernndez Chvez y Martha Laporta, y en ellos a todos los que han participado o participan de misiones a lo largo del tiempo.

    Ms all de la importancia acadmica de este evento en cuanto a la reconstruccin del cono-cimiento pedaggico y social, fue un reencuen-tro afectivo, un compartir historias, reconocer y reconocerse en el otro, recuperar memoria, reconstruir afectos.

    Ese da, muy tarde en la noche, recib de una compaera de formacin magisterial, de mi-siones, de la vida, este correo que me permito compartir, porque creo que resume el comn sentimiento que presidi la jornada.

    Hoy es uno de esos das, al decir de Benedetti, en que la vida se sienta a tomar un caf con nosotros.El reencuentro de Misioneros en este junio de 2009 fue el comienzo de algo importantsimo: la confir-macin de la esencia del magisterio uruguayo en su capacidad de entrega, de reconstruccin, de perma-nencia, de fuerza incontenible.Compartimos homenajes, fotos de sesenta aos atrs y la esperanza de renacer en los otros. Ser posible vivir algo ms grande que encontrarnos en el lugar donde los veteranos de las misiones del 45 y del 47 hicieron su prctica docente cuando apenas cum-plan diecisis o diecisiete aos de edad? Tambin nosotros los del 71 promedibamos esa edad cuando andbamos por los campos de la patria buscando una razn para crecer.

    Las Misiones, como experiencia pedaggica y social, crearon en todos aquellos que partici-paron una actitud de hondo compromiso con el nio, la educacin y la sociedad.

    Marcaron un rumbo caracterizado por la actitud militante, en su sentido ms profundo, de participacin, compromiso, responsabilidad, solidaridad y lucha como actitud de vida. Los maestros no hubieran sido las personas que fue-ron y son, sin esta experiencia vivida.

    Mucho hay por hacer en la reconstruccin de esta historia, mucho hay por hacer en la re-valorizacin de estas experiencias, que es la re-valorizacin de la escuela pblica uruguaya, del magisterio nacional, de su historia y su papel en nuestra sociedad.

    que los futuros profesionales aprendern en la Misin una materia que es imprescindible para la profesin universal de ser hombre que es la fraternidad humana.

    Informe de la Novena Misina Quebracho (1949)

    BibliografaANGIONE; BRINDISI; CASTRILLN; DEMARCHI y otros (1987): Dos dcadas en la historia de la escuela uruguaya. El testimonio de los protagonistas. Montevideo: Edicin de la Revista de la Educacin del Pueblo.ASOCIACIN DE ESTUDIANTES MAGISTERIALES DE MONTEVIDEO (AEMM) (1949): Informe de la Novena Misin a Quebracho.BONIFACINO, Jos Miguel (2002): Olvidados en el tiempo: para muchos no existen. Montevideo.

    CHIARINO, Juan Vicente; SARALEGUI, Miguel (1944): Detrs de la ciudad. Ensayo de sntesis de los olvidados problemas campesinos. Montevideo: Impresora Uruguaya S.A.

    SOLER ROCA, Miguel (1996): Educacin y vida rural en Amrica Latina. Montevideo: Federacin Uruguaya de Magisterio - ITeM.

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